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Publicado 30/09/2017
Palabras clave: Bienes propios / Calificación registral / Declaración jurada / Presunción iuris
tantum
Recibido: 04-08-17
Aprobado: 07-08-17
ABSTRACT
From what has been resolved by the Registral Tribunal, the following points are considered:
should the affidavit be the document that would or wouldn’t certify the quality of an own good?
Is the affidavit the document thet would or wouldn’t prove the quality of an own good? In the
registry qualification can be assessed other means of evidence?
Title: Own assets in the community of property. Accreditation of its nature regarding the registry
qualification
1. Justificación
Escuchar
El presente artículo analizará el criterio que el Tribunal Registral ha mantenido en los últimos
años, a partir de la Resolución N.° 003-2002-ORLC/TR, que incide en el ámbito de los bienes
de la sociedad conyugal, y que específicamente contempla que la declaración de parte de uno
de los cónyuges, en el marco del régimen de sociedad de gananciales, es insuficiente para
otorgar a un bien la calidad de propio. La cuestión se deriva de lo contemplado en el numeral 1
del artículo 311 del Código Civil (en adelante, CC), el cual establece una presunción iuris
tantum a partir de la cual todos los bienes se presumen sociales, salvo prueba en contrario.
1. Véase, Avendaño Valdez, Jorge y Francisco Avendaño Arana, Derechos reales, Lima: PUCP,
2017, p. 57.
IMPORTANTE
Precisamente, los bienes propios están referidos en el artículo 302 del CC. En líneas generales,
están listados ahí los bienes adquiridos a título gratuito por alguno de los cónyuges ya sea antes
o después de la celebración del matrimonio, así como los bienes adquiridos a título oneroso con
anterioridad a este último e incluso aquellos que se adquieren posteriormente cuando la causa
de la adquisición precede al acto. A ello se suman bienes que, por su naturaleza personalísima
(como las joyas o los libros y demás documentos propios de la actividad económica del sujeto)
se consideran también propios. Por supuesto, también serán bienes propios, conforme al
artículo 311 del CC, los que sustituyan o subroguen a otros que tenían tal condición2.
2. Véase, Castro Pérez-Treviño, Olga y Luis García García, “El derecho de propiedad durante
el matrimonio y la copropiedad”, en Revista Derecho y Sociedad, n.° 20, Lima: 2003, pp. 276 y
277.
Los bienes sociales son definidos en el artículo 310 del CC, al entenderse, de manera residual,
que tendrán este carácter todos aquellos bienes no contemplados en el artículo 302. A ello se
agrega la presunción contenida en el primer numeral del artículo 311, ya mencionada, y que es,
respecto de sus alcances, materia de discusión.
El trasfondo que dio origen a la resolución antes referida, remite a bienes recibidos a título
gratuito, por medio de una donación y a bienes que se adquieren, si bien a título oneroso y
dentro del matrimonio, con recursos resultantes, precisamente, del mentado acto a título
gratuito.
3. Sobre el carácter de cada uno de ellos, véase, Aguilar Llanos, Benjamín, “Régimen
patrimonial del matrimonio”, en Derecho PUCP. Revista de la Facultad de Derecho, n.° 59, Lima:
2006, p. 320.
A pesar de que en la sistemática del CC, como ya hemos dicho, se define a los bienes sociales
de manera residual, respecto de aquellos que están referidos como bienes propios, la
presunción iuris tantum del artículo 311 determina que al momento de evaluar la naturaleza de
los bienes de la sociedad conyugal, sea para facilitar la calificación o para cualquier otro tipo de
evaluación sobre el particular (más allá de la materia registral), se parta, a falta de prueba en
contrario, de considerar que estamos ante bienes sociales. Por supuesto, ello dista mucho de
considerar que la regla de nuestro sistema jurídico sea la existencia de bienes sociales y que
los bienes propios sean la excepción4.
4. Cfr. Castro Pérez-Treviño y García García, “El derecho de propiedad durante el matrimonio y
la copropiedad”, art. cit., p. 276.
5. Véase, Aguiló Regla, Josep, “Presunciones, verdad y normas procesales”, en Isegoría, n.°
35, Lima: julio-diciembre, 2006, p. 21.
En el caso del régimen de sociedad de gananciales, el que nos encontremos ante una
comunidad de apoyo recíproco (lo que no negamos) no se sustenta en la preponderancia de los
bienes comunes, sino (veamos algo tan simple como el nomen iuris del régimen) en la
posibilidad de generar recursos que puedan beneficiar a la familia como unidad. Entonces, la
existencia de la presunción no tiene como meta reafirmar los fines del matrimonio, por lo menos
directamente.
Considerando ello, es necesario dilucidar si para romper la presunción del artículo 311 es
necesario un mecanismo concreto o forma alguna. Precisamente ello es lo que se discutió en
el procedimiento administrativo referido. En el fondo, la pregunta sería si es necesaria la prueba
documental o un medio cualquiera para desvirtuar la indicada presunción.
Debe quedar claro que la información que gestiona un registro público debe ser la resultante de
mecanismos que otorguen veracidad al acto. Una declaración jurada no se ajusta a ello. Las
declaraciones de este carácter constituyen finalmente declaraciones de conocimiento o de
ciencia, esto es, declaraciones de voluntad no negociales mediante las cuales el declarante
manifiesta su propia conciencia de la ocurrencia de un hecho concreto6. Por tal motivo
resultarían insuficientes para romper la presunción del caso.
6. Véase, León Hilario, Leysser, “Introducción al régimen general de los negocios jurídicos en
el Código Civil peruano”, en Lazarte Zabarburú, Marina (coord.), El negocio jurídico, Lima:
Fundación M. J. Bustamante de la Fuente, 2004, p. 46.
No resulta suficiente, entonces, que en la escritura pública que se busca registrar, se incluya en
una cláusula la indicación expresa de uno de los cónyuges, declarando que el bien sobre el que
recaerá el acto registral es un bien propio, pretendiendo llevar el tema a alguno de los supuestos
del artículo 302 del CC o, en todo caso, indicando que el bien fue adquirido a partir de dichos
recursos. Así se argumentó en el procedimiento administrativo cuando se declaró que el bien
cuya naturaleza se discutía fue obtenido con un monto dinerario proporcionado íntegramente
por el padre de uno de los cónyuges.
Vale la pena mencionar el fundamento del Tribunal Registral sobre el particular cuando indica
lo siguiente:
[…] si bien la declaración de parte constituye una prueba dentro del proceso, acorde con
lo previsto en el inciso 1 del artículo 192 del Código Procesal Civil, y que en su calidad
de medio probatorio tiene como finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes
dentro del proceso, producir certeza en el juzgador respecto de los puntos controvertidos
y fundamentar sus decisiones conforme se desprende del artículo 188 del código adjetivo,
su actuación se circunscribe al ámbito del proceso civil, de naturaleza contenciosa, no
siendo válido, en cambio, que se pretenda acreditar la calidad de bien propio y se inscriba
de ese modo en el Registro con la sola declaración de uno de los cónyuges, toda vez que
el procedimiento registral tiene una naturaleza especial no contenciosa.
Por supuesto, el Tribunal Registral yerra al excluir la declaración de parte bajo el argumento de
que el medio probatorio en cuestión es inaplicable en vía administrativa (entendemos que a ello
es a lo que pretende referirse cuando se menciona una “naturaleza especial no contenciosa”,
que es lo que el Reglamento General de Registros Públicos plantea desde su artículo 1). La
discusión está en si medios probatorios de esa naturaleza pueden aplicarse en tal vía, en donde
no hay ejercicio de función jurisdiccional alguna dado que la administración no ejerce tal poder
del Estado en ejercicio de la función pública. Entendemos que la declaración de parte, o la
declaración jurada, son medios a los que puede recurrirse en un procedimiento administrativo,
sea porque la normativa de derecho administrativo lo contempla de manera expresa o porque,
al no hacerlo, se aplican supletoriamente las normas procesales.
7. Sobre el particular, véase, Quispe Salsavilca, David, “Reglas para la calificación de los bienes.
Comentario al artículo 311”, en Código Civil comentado, t. ii, Lima: Gaceta Jurídica: Lima, 2007,
p. 320.
El Tribunal Registral apunta a evaluar la idoneidad del título buscando que este garantice
mínimamente la seriedad de la información recibida, de forma tal que no se genere, a partir de
ella, una situación de incertidumbre o, en todo caso, se minimice el riesgo de que esta se genere.
Así, sería necesario acreditar de manera directa alguna de las situaciones establecidas en el
artículo 302 o aquellas que se desprenden de los numerales 2 o 3 del artículo 311 mediante el
recurso a la causa fuente de la misma. De suyo, esa es la prueba en contrario que se requeriría8.
8. Ibidem.
De conformidad con lo anterior, para que el título sea inscrito determinando la titularidad registral
de un bien a favor de uno de los cónyuges con la calidad de bien propio, será necesario que se
rompa la presunción del artículo 311 en su primer párrafo, para lo cual se requerirá prueba
directa de que se ha configurado alguno de los supuestos que contempla nuestro ordenamiento,
lo que conllevaría el ingreso del bien al patrimonio propio del cónyuge.
Más allá de la posibilidad de que una entidad administrativa pueda efectuar control difuso o no,
situación que ha variado en el tiempo a propósito del criterio del Tribunal Constitucional, el tema
en este caso se centra en el análisis de validez del acto de autonomía. Al efecto, lo cierto es
que los funcionarios de Registros Públicos, de conformidad con el artículo 2011 del CC, tienen
la potestad de evaluar el contenido y la forma de los títulos que son recibidos por ellos para su
inscripción en atención, como indica la mencionada norma, a lo que resulta de ellos, sus
antecedentes y los asientos de los registros.
Esta tarea encomendada a los registradores es parte del procedimiento de calificación registral
que busca evaluar los títulos presentados, para determinar si es posible proceder a su
inscripción o no, procedimiento que está regulado en los artículos 31 y siguientes del
Reglamento General de Registros Públicos. Tal actuación incide manifiestamente en la
seguridad jurídica, cimentada en la certeza de la información inscrita, sustentada en el principio
de fe pública registral. De ahí la importancia de la calificación de los títulos9.
9. Ortiz Pasco, Jorge, “Calificación registral de documentos administrativos ¿quién ve por ella?
¿dónde estamos? ¿a dónde vamos?”, en Revista de Derecho Administrativo, n.° 14, Lima: 2014,
p. 89.
IMPORTANTE
Con miras a uniformizar el criterio a seguir al calificar los títulos sobre la materia a la que se ha
hecho mención, el Precedente de Observancia Obligatoria emitido por la autoridad
administrativa ha sido el siguiente:
6. Referencias bibliográficas
Escuchar
Aguilar Llanos, Benjamín, “Régimen patrimonial del matrimonio”, en Derecho PUCP. Revista
de la Facultad de Derecho, n.° 59, Lima: 2006.
Aguiló Regla, Josep, “Presunciones, verdad y normas procesales”, en Isegoría, n.° 35, Lima:
julio-diciembre, 2006.
Avendaño Valdez, Jorge y Francisco Avendaño Arana, Derechos reales, Lima: PUCP, 2017.
Castro Pérez-Treviño, Olga y Luis García García, “El derecho de propiedad durante el
matrimonio y la copropiedad”, en Revista Derecho y Sociedad, n.° 20, Lima: 2003.
León Hilario, Leysser, “Introducción al régimen general de los negocios jurídicos en el Código
Civil peruano”, en Lazarte Zabarburú, Marina (coord.), El negocio jurídico, Lima: Fundación M.
J. Bustamante de la Fuente, 2004.
Ortiz Pasco, Jorge, “Calificación registral de documentos administrativos ¿quién ve por ella?
¿dónde estamos? ¿a dónde vamos?”, en Revista de Derecho Administrativo, n.° 14, Lima: 2014.
Quispe Salsavilca, David, “Reglas para la calificación de los bienes. Comentario al artículo
311”, en Código Civil comentado, t. ii, Lima: Gaceta Jurídica, 2007.
Recibido: 23-04-17
Aprobado: 17-05-17
ABSTRACT
The author analyzes the practical usefulness of the registry precedents and their practical
application, among which they emphasize: the qualification of the annotation of blockade;
convocation for Board of Owners for 25% of shares; unilateral rectification of area, boundaries
and perimeter measurements; transfer of ideal quotas; etc.
Title: The last criteria established as precedents of mandatory by the Registry Court
Author: Alberto Meneses Gómez
1. Introducción
Escuchar
El último trimestre del año pasado, el Tribunal Registral adoptó seis precedentes de observancia
obligatoria mediante los cuales se determinaron criterios con relación a los siguientes temas: a)
calificación de la anotación de bloqueo; b) convocatoria a Junta de Propietarios por el 25 % de
participaciones; c) rectificación unilateral de área, linderos y medidas perimétricas; d)
transferencia de cuotas ideales; e) acreditación de la naturaleza rural del predio a inmatricular;
y f) testigos en escritura imperfecta. Por ello, procederemos a revisar y analizar cada uno de
ellos a fin de poder establecer su conveniencia y/o utilidad en la práctica registral.
IMPORTANTE
El Tribunal Registral, en determinados casos, había venido aceptando proceder con dicho
saneamiento sin que se realice los procedimientos establecidos en la Ley N.° 27333, Ley
complementaria a la Ley N.° 26662, la Ley de asuntos no contenciosos de competencia
notarial para la regularización de edificaciones (por mutuo acuerdo, notarial o judicial).
De acuerdo con ello, el bloqueo registral constituye una anotación preventiva1 que permite: a)
reservar la prioridad a favor de una persona, conforme al artículo 2016 del Código Civil2
(principio de prioridad de rango), y b) asegurar la eficacia de un derecho real pendiente de
formalización, mediante el cual se modificaría la titularidad del bien o se constituiría algún
derecho real sobre el mismo, generando que terceros interesados tomen conocimiento de este
hecho, e impidiendo la inscripción de aquellos actos incompatibles con este, conforme a lo
dispuesto en el artículo 2017 del Código Civil3(principio de prioridad excluyente).
El bloqueo registral fue aplicado en nuestro sistema jurídico a mérito del Decreto Ley N.° 18278,
modificado por el Decreto Ley N.° 20198 y por la Ley N.° 26481, el cual establecía el bloqueo
de las partidas registrales del Registro de la Propiedad Inmueble solo en favor de los actos o
contratos que celebren el Banco Central Hipotecario del Perú y los Bancos Estatales de
Fomento Agropecuario, Industrial, Vivienda, Minero, las Mutuales de Crédito para Vivienda,
Cooperativas y Caja de Ahorro de Lima, y por los que se constituyen, amplíen o modifiquen
derechos de propiedad o derechos reales en su favor. Asimismo, tiene una vigencia de 60 días
hábiles contados a partir de la fecha de su anotación en la partida registral correspondiente.
Inscrito definitivamente el acto o derecho cuya prioridad estaba resguardada, su eficacia se
retrotraerá a la fecha del asiento de presentación del bloqueo4.
4. Debemos precisar que antes el bloqueo se computaba su plazo de vigencia desde la fecha
del asiento de presentación, lo cual muchas veces producía inconvenientes, ya que sucedía que
el titulo era observado y se inscribía cuando el plazo estaba por vencerse. Sin embargo, esto
fue objeto de modificación y ahora se computa el plazo del bloqueo desde la fecha de su
inscripción en la partida correspondiente.
En cuanto al precedente, consideramos que este criterio no es correcto, puesto que en esta
calificación debe examinarse la representación de las partes intervinientes al formar parte de la
calificación del tracto sucesivo. Nótese que este examen implica que se contraste que el titular
registral realice el acto de disposición objeto del bloqueo. De acuerdo con ello, la parte
vendedora debe contar con todas las facultades necesarias para realizar el acto de disposición,
puesto que en caso contrario se estaría vulnerando el tracto sucesivo, esto es, que el titular
registral disponga del bien a favor de un tercero.
Por ello, consideramos que este precedente se ha basado en un solo supuesto, que el
representante de la parte vendedora cuente con poderes necesarios para disponer del bien, que
están en proceso de inscripción. Sin embargo, la aplicación de este criterio de forma general
podría producir la inscripción de bloqueos aun cuando las personas intervinientes no tengan las
facultades necesarias para disponer del bien, pudiendo ser utilizado para bloquear las partidas
en perjuicio de los titulares registrales o de terceros legítimos contratantes; motivo por el cual,
esperamos que este criterio no sea utilizado de forma incorrecta, ya que se permitiría que
posibles actos fraudulentos accedan al registro o que se de forma maliciosa se impida el tráfico
jurídico.
Ello es también aplicable cuando existe presidente inscrito con periodo de funciones vigente, y
el 25 % de propietarios convoca acreditándose la muerte, renuncia o incapacidad del presidente.
El Tribunal Registral una vez más se pronuncia sobre la junta de propietarios, específicamente
en el tema de la convocatoria5, puesto que el marco normativo existente es muy limitado y no
ha regulado todos los supuestos que se pueden presentar. Téngase presente que la
convocatoria constituye un presupuesto imprescindible para la validez de toda la Junta de
Propietarios y de los acuerdos que se adopten en ella, puesto que si esta no es realizada por la
persona legitimada para ello, el o los acuerdos que se adopten no tendrán validez alguna,
pudiendo ser cuestionados a nivel judicial.
5. El análisis y desarrollo de los anteriores criterios del Tribunal Registral respecto de este tema
pueden verse en Meneses Gomez, Alberto, “Convocatoria a junta de propietarios: cubriendo
vacíos”, en Gaceta Civil y Procesal Civil, n.° 34, Lima: abril del 2016, pp. 66-77.
Es por ello que en los últimos años se venía observando la problemática de quien era la persona
legitimada para convocar a Junta de Propietarios, habiéndose establecido los siguientes
supuestos:
El artículo 146 del Reglamento de la Ley N.° 27157 indica que, salvo disposición distinta
del Reglamento Interno, la Junta de Propietarios deberá ser convocada a sesión por el
presidente, con lo cual queda establecido que la persona legitimada para convocar es el
presidente, entendiéndose al inscrito con periodo vigente. Asimismo, debe entenderse
que en este caso no se restringe los temas de agenda de la sesión de Junta, por lo que
pueden disponerse la elección del presidente y cualquier otro tema adicional.
“La convocatoria a sesión de junta de propietarios solamente puede ser efectuada por el
presidente o por el designado por el reglamento interno. Excepcionalmente, pueden
convocar los propietarios que representen al menos 25 % de participaciones cuando se
acredite ante el Registro la acefalia o ausencia definitiva del designado para ello”.
“El último presidente inscrito de la Junta de Propietarios con periodo de funciones vencido
también está legitimado para convocar a Junta de Propietarios con la finalidad de elegir
al nuevo presidente o directiva”.
Nótese que en este supuesto se limita los temas a tratar en la Junta, determinándose que
solo se pueda tratar la elección del nuevo presidente.
Al respecto, debemos indicar que si bien consideramos que el criterio general es acertado,
también lo es que no existe norma alguna que limite o restrinja los temas que puedan tratarse
en dichos casos, ya que no se ha tenido en cuenta las dificultades que existen para reunir o
tener cuórum para una Junta de Propietarios, en la que muchas veces solo se dan una o dos
veces al año, y en las que si bien se pretende elegir al nuevo presidente para que no quede
acéfala y se restablezca su representatividad; también se venían tratando otros temas de
interés, temas que no siempre serán objeto de inscripción, como el aumento de cuota de
mantenimiento, entre otros.
IMPORTANTE
Cabe precisar que el segundo párrafo del precedente indica que se debe acreditar la muerte,
renuncia o incapacidad del presidente, lo cual debe ser acreditado de manera correcta. En los
dos primeros casos la acreditación resulta ser simple: a través la partida de defunción o carta
de renuncia presentada por el presidente. Sin embargo, en el último caso debe entenderse de
forma restringida, es decir, cuando el presidente no tenga la capacidad de ejercicio o cuando se
cumpla alguna causal de incapacidad que esté prevista previamente en el reglamento interno,
puesto que de lo contrario puede quedar a un ámbito muy subjetivo y pudiera generar fraudes.
Este precedente ha sido emitido para el saneamiento de áreas, linderos y medidas perimétricas
de predios urbanos o situados en zonas urbanas. El Tribunal Registral, en determinados casos,
había venido aceptando proceder con dicho saneamiento sin que se realice los procedimientos
establecidos en la Ley N.° 27333, Ley complementaria a la Ley N.° 26662, la Ley de asuntos no
contenciosos de competencia notarial para la regularización de edificaciones (por mutuo
acuerdo, notarial o judicial). Asimismo, aceptaba realizarlo sin que se requiera el saneamiento
catastral y registral.
Un claro ejemplo de lo antes indicado es la rectificación de área por error en el cálculo, que fue
aprobado en el xix Pleno, precisado luego por el cxv Pleno. Sin embargo, en este caso, la
rectificación solo procedía en cuanto al área del predio y no a los demás aspectos técnicos,
linderos, medidas perimétricas y ubicación.
En este sentido, hasta antes de este nuevo precedente se tenían los siguientes procedimientos
para el saneamiento de áreas, linderos y medidas perimétricas de un predio:
• Con intervención unilateral del propietario siempre que no se afecte a los colindantes
(Resolución N.° 1849-2011-SUNARP-TR-L).
• Con intervención unilateral del propietario para disminución de área y que se ubique
dentro del grafico inscrito (Resolución N.° 299-2013-SUNARP-TR-A).
• Con intervención unilateral del propietario siempre que se determine que grafico
resultante está dentro del predio inscrito (Acuerdo del Pleno Registral cxv).
Este último criterio fue adoptado en el 2013 por el Tribunal Registral, creando un nuevo tipo de
rectificación de área, linderos y medidas perimétricas. Sin embargo, al solo ser un acuerdo no
vinculaba a los registradores:
Véase que este acuerdo ahora ha sido adoptado como precedente, permitiéndose la
rectificación del área, linderos y/o medidas perimétricas, siempre y cuando el Área de Catastro
determine que el nuevo gráfico del predio está dentro del gráfico del predio que se encuentra
inscrita, precisando que la rectificación puede ser para mayor o menor área.
Con esto se puede establecer que existía un error en el cálculo del área y/o que de las
rectificaciones de los linderos o medidas perimétricas se genera una nueva área mayor o menor,
todo lo cual estará sujeto a que se determine que el polígono resultante se ubique dentro del
gráfico del predio.
IMPORTANTE
Por último, se establece que esta rectificación no procederá en los casos en que se afecte
derechos de acreedores inscritos o medidas cautelares. El tema pasa por interpretar que debe
entenderse “afecte”, puesto que con la rectificación el predio quedaría saneado y eso le
convendría a cualquier acreedor, aun cuando se disminuya el área del predio. Nótese que la
realidad física siempre deberá primar ante la registral.
Pareciera que este criterio apunta a que solo procedería la rectificación cuando se incremente
el área, linderos y/o medidas perimétricas, y no cuando se disminuya, por lo que esperemos
que cada caso sea analizado de forma correcta y no se generen observaciones que obliguen a
la participación de los acreedores cuando sea innecesario.
Debe considerarse que esta resolución si bien es el sustento del precedente, fue emitida con
fecha posterior. El precedente fue adoptado en la Sesión clvii del 19 de setiembre del 2016, y
la resolución es del 30 de setiembre del 2016. Por ello, en la misma resolución se menciona que
existe el precedente y que:
Este criterio parte de la debida identificación del bien al haberse indicado uno o más
elementos que permiten concluir cual es el bien materia del contrato, de allí que
tratándose de la transferencia de cuotas ideales, lo que debe verificarse es que los
transferentes tengan dominio inscrito, no debiendo ser objeto de denegatoria de
inscripción la variación física del bien acaecida con posterioridad al otorgamiento de la
transferencia de alícuotas, puesto que las cuotas ideales, representan alícuotas, esto es
partes inmateriales o abstractas del bien, por lo que no podría ser comprada con las
partes materiales de este.
IMPORTANTE
[L]os registradores, conforme al artículo 2011 del Código Civil, al calificar un título evalúan
los documentos presentados, verificando la capacidad de los otorgantes. Si bien esta
calificación puede resultar muy amplia y discutible, el Tribunal Registral ha determinado
que, en este caso, así como en el otorgamiento del testamento, corresponde al juez de
paz establecer la capacidad de los testigos, recayendo en él toda la responsabilidad en
caso incumplimiento de las normas que lo regulan.
En este contexto, en el caso objeto de la resolución del Tribunal Registral que sustentó el
precedente, no correspondía observar ni tacharlo directamente, sino proceder con la calificación
únicamente sobre la rogatoria misma, esto es, la transferencia de derechos y acciones que tenía
una persona respecto del predio, para luego inscribirlo logrando la efectiva publicidad y
oponibilidad del nuevo adquiriente como copropietario del predio.
A efectos de inmatricular un predio rural en mérito del artículo 2018 del Código Civil e
indicar en el asiento su naturaleza de acuerdo con el artículo 19 inciso a) del Reglamento
de Inscripciones del Registro de Predios, se requiere que la naturaleza del predio sea
acreditada por la autoridad competente, descartando que es eriazo, toda vez que la
verificación de este aspecto debe ser materia de calificación para determinar quién es el
legitimado para solicitar la inscripción y que documentos deberán presentarse para tal
efecto.
En el ámbito inmobiliario mucho se habla de predios urbanos, rústicos, eriazos y rurales, lo cual
para muchos es complicado de entender, puesto que cada uno tiene una regulación distinta,
generándose que en cada caso cambien los presupuestos y requisitos para realizar la
inmatriculación, independización, habilitación urbana, entre otros actos.
Toda esta gama de normas que regulan a los distintos predios hace que los usuarios se enreden
y traben sus acuerdos comerciales. Por ello, para muchos la naturaleza de un predio no es
relevante; sin embargo, esto resulta ser muy por el contrario, en la medida que durante toda la
existencia del predio se regulara conforme a su propia naturaleza. Cabe indicar que incluso esto
ha generado que el propio Registro sea quien determine la naturaleza del bien, cuando ello no
es de su competencia.
Se debe considerar que la clasificación general de predios es que existen urbanos y rústicos, y
en este último caso se clasifican en rurales o eriazos.
En el caso de los predios urbanos estos se encuentran en zonas perfectamente habilitadas con
los servicios públicos básicos y demás. En cambio, el predio rústico puede definirse como el
terreno superficial que no cuenta con habilitación urbana, es decir, que no es habitable al no
contar con los servicios públicos básicos (abastecimiento de agua y desagüe, luz, pistas y
veredas y demás). Dentro de este tipo de predio se encuentran los predios rurales y eriazos.
Por el primero, entendemos a aquel que es utilizado para uso agrario, para la actividad
agropecuaria, e incluso los predios ubicados en zona de expansión urbana que tienen dicho uso
y que no cuentan con habilitación urbana. En el segundo caso, son aquellas superficies de
terreno improductivo, que no es utilizado o cultivado por falta o exceso de agua.
Nótese que el Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios establece una serie de
requisitos que se deben cumplir para la inscripción de los actos referidos a predios, los cuales
dependen de su naturaleza.
Debe tenerse en cuenta de que antes de este precedente, los registradores y algunas Salas del
Tribunal Registral tenían el criterio que la naturaleza del predio podía determinarse de una
valoración conjunta de todos los documentos que obrasen en el título. Sin embargo, este criterio
resultaba ser muy confuso, en la medida que para algunos registradores podía considerarse un
mismo predio como urbano y para otros como rural.
Es por ello que consideramos que el criterio adoptado como precedente de observancia
obligatoria zanja este tema y evita confusiones y/o inadecuadas interpretaciones que resultaban
ser en algunos casos arbitrarios o ambiguos. Bien es cierto que esto puede generar malestar
en los usuarios, pero en la realidad quien debe determinar la naturaleza del bien no es el
Registro Público, sino los entes generadores de catastro, al ser estos los que tienen contacto
con los predios y pueden determinar la naturaleza de cada uno.
Es exclusiva responsabilidad del juez de paz determinar si los testigos que intervienen en
el otorgamiento de una escritura imperfecta son vecinos del lugar y si cumplen con los
demás requisitos previstos en el artículo 58 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Este precedente establece que los jueces de paz son los responsables de establecer si los
testigos cumplen lo indicado por el artículo 58 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, la cual
requiere que en caso de escrituras públicas imperfectas el acta deba ser firmada por el juez, los
otorgantes y dos testigos mayores de edad y vecinos del lugar.
Debe considerarse que los registradores, conforme al artículo 2011 del Código Civil, al calificar
un título evalúan los documentos presentados, verificando la capacidad de los otorgantes. Si
bien esta calificación puede resultar muy amplia y discutible, el Tribunal Registral ha
determinado que, en este caso, así como en el otorgamiento del testamento, corresponde al
juez de paz establecer la capacidad de los testigos, recayendo en él toda la responsabilidad en
caso incumplimiento de las normas que lo regulan.
En este sentido, consideramos oportuno que el Tribunal Registral deje establecido este tema y
quede en la obligación de los jueces de paz el establecer si los testigos cumplen los requisitos
exigidos por la Ley Orgánica del Poder Judicial, pues son ellos los que califican la intervención
de los testigos en la escritura.
7. A modo de conclusión
Escuchar
El Tribunal Registral culminó el año pasado emitiendo precedentes que permiten agilizar la
calificación registral y que eviten dilaciones en observaciones que no guardan coherencia lógica,
lo cual consideramos oportuno y beneficioso para el tráfico comercial y para la propia seguridad
jurídica. No obstante, en el caso del precedente referido al bloqueo consideramos que hubiera
sido conveniente que el Tribunal Registral analice de una manera más exhaustiva si su emisión
no afectaba el principio de tracto sucesivo.
8. Referencia bibliográfica
Escuchar
Meneses Gomez, Alberto, “Convocatoria a junta de propietarios: cubriendo vacíos”, en Gaceta
Civil yProcesal Civil, n.° 34, Lima: abril del 2016.
Recibido: 07-08-17
Aprobado: 22-08-17
ABSTRACT
The author develops the principles and rules that are applicable to the qualification and
inscription of titles in the land register and how they have been setting precedents to grant legal
security in cases in which the inscribable act is formalized in a public deed.
1. Introducción
Escuchar
El maestro don Manuel Lorenzo de Vidaurre, allá en el año 1835, nos hacía referencia a tres
elementos que considero necesarios mencionar con relación a la actividad de la calificación
registral:
Esta función pública es ejercida mediante un procedimiento2 —a decir del profesor Ángel
Menéndez Rexach3, al hablar del régimen jurídico de las administraciones públicas—, pues en
la medida que sus actuaciones estén formalizadas, cada una de ellas se encontrará sometidas
a un procedimiento.
3. Véase: Menéndez Rexach, Ángel, “Las garantías básicas del procedimiento administrativo y
su aplicación al procedimiento registral”, en x Curso Iberoamericano de Derecho Registral,
Madrid: 2010.
Entonces van surgiendo algunas premisas que nos interesa dar respuesta: en el procedimiento
registral peruano, a) ¿cómo se ha regulado la calificación registral?, b) ¿cuáles son los alcances
de esta calificación registral? y c) ¿cuáles son los criterios aplicados desde la jurisprudencia
registral?
[…]
1.13. Principio de simplicidad. Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán
ser sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir”.
[…]
1.15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima. La autoridad administrativa brinda a
los administrados o sus representantes información veraz, completa y confiable sobre cada
procedimiento a su cargo, de modo tal que, en todo momento, el administrado pueda tener una
comprensión cierta sobre los requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que
se podrían obtener.
Las actuaciones de la autoridad administrativa son congruentes con las expectativas legítimas
de los administrados razonablemente generadas por la práctica y los antecedentes
administrativos, salvo que por las razones que se expliciten, por escrito, decida apartarse de
ellos.
Teniendo en cuenta estos tres elementos, que consideramos deben encontrarse de forma
transversal en las decisiones de un procedimiento reglado en sede registral, veamos primero
de qué se trata la calificación de la legalidad, cómo es su relación con la validez o invalidez de
los títulos, para luego ingresar a analizar en específico la calificación registral.
IMPORTANTE
Habíamos advertido que el Estado Peruano establece un ordenamiento legal para otorgar
seguridad jurídica, y ello significa que para encontrarnos bajo dicha esfera de protección
debemos cumplir con las reglas del ordenamiento jurídico.
Esas reglas del ordenamiento jurídico se establecen con relación al origen de los actos o
contratos cuya inscripción se desea.
Así tenemos aquellos que provienen de la voluntad privada mediante actos consensuales o
unilaterales, los que tienen origen judicial, los formalizados en vía notarial mediante instrumento
público o declaración de procedimiento no contencioso, y los generados en sede administrativa.
El Código Civil (en adelante, CC) establece en el artículo 140 que para la validez del acto jurídico
se requiere lo siguiente: “agente capaz, objeto física y jurídicamente posible, fin lícito,
observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad”.
En lo referente a la forma en los artículos 143 y 144 del CC, se establece que cuando la ley no
designe una forma, los interesados pueden usar la que juzguen conveniente; y, cuando se
impone una forma y no se sanciona con nulidad su inobservancia, solo será un medio de prueba.
En este sentido, a modo referencial, anotamos los siguientes actos o contratos que pueden ser
materia de solicitud de inscripción6.
• Inmatriculación
• Independización
• Acumulación
• Compraventa
• Renuncia de herencia
• Transferencia fiduciaria
• Anticresis
• Hipoteca
• Contrato de opción
• Bloqueo
• Arrendamiento financiero
• Uso y usufructo
• Servidumbre
• Superficie
Como vemos el listado es extenso y quedan varios actos por detallar7. Sin embargo, la pregunta
que nos hemos de formular es la siguiente: ¿cuáles son los requisitos legales para formalizar
cada uno de estos actos?; y para conocer ello, se debe observar la regulación normativa
específica de cada uno de estos actos o contratos.
En sede registral, el artículo 7 del TUO del Reglamento General de los Registros Públicos
establece que a efectos de la inscripción se presentará el título que contenga el documento (o
documentos) en que se fundamenta inmediata y directamente el derecho o acto inscribible y
que, por sí solos, acrediten fehaciente e indubitablemente su existencia.
Al ser ello así vemos que el ordenamiento legal establece la existencia de un “título formal”, que
es generado fuera del Sistema Registral.
En forma mayoritaria, los actos o contratos del Registro de Predios se inscriben en mérito a la
escritura pública, conforme lo establece el artículo 6 del Reglamento de Inscripciones de
Predios.
Así tenemos tres momentos en el sistema de calificación de la legalidad para este tipo de actos,
los cuales son:
Son estos tres elementos los que permiten otorgar seguridad jurídica a los actos o contratos
provenientes de la voluntad privada, salvo algunos actos en que por mandato legal no es
exigible la minuta, como lo es el poder.
En este supuesto se debe presentar copia certificada de la resolución que declara o constituye
el derecho y los demás actuados pertinentes, acompañado del respectivo oficio del juez
competente. Estas inscripciones se efectuarán si la resolución judicial que contiene el acto o
derecho ha adquirido la autoridad de cosa juzgada, salvo que se trate de resoluciones
inmediatamente ejecutables.
IMPORTANTE
Si el mandato judicial declara derechos inscribibles a favor de una persona casada, deberá
señalarse en el título la calidad de propio o conyugal del bien8.
• Prescripción adquisitiva
• Adjudicación judicial
• Anotación de demanda
• Embargo
• Incautación, expropiación
• Habilitaciones urbanas
• Declaratoria de fábrica
• Subdivisiones
• Prescripción adquisitiva
• Embargo administrativo
• Prescripción adquisitiva
• Patrimonio familiar
• Títulos supletorios
3. Calificación registral
Escuchar
Como se ha evidenciado, los actos, contratos, resoluciones judiciales, administrativas y
declaraciones de procedimientos no contenciosos notariales han pasado por un proceso de
elaboración previa y formalización conforme con las normas sustantivas que corresponden a
cada acto.
Desde los inicios del Sistema Registral Peruano sucedieron sendos debates10 sobre el tipo de
sistema que debería regir, lo que se encuentra íntimamente enlazado con las características de
la calificación registral. De una parte, se propugnaba el Sistema Torrens, que establecía el
requisito de la inscripción obligatoria para transferir la propiedad y constituir derechos reales
inmobiliarios en cuanto a los bienes inscritos; y cuando se trate de los bienes no inscritos, la
transmisión y constitución de los derechos reales sobre aquellos debe regirse por las
disposiciones del CC (Dres. Pedro Oliveira y Alfredo Solf y Muro). De otro lado, se propugnó
el Sistema Franco-Español —que es el de la Ley de 1888— según el cual la transferencia y
constitución de los derechos sobre inmuebles se efectúa por el simple consentimiento, y
respecto a terceros es necesaria la inscripción en el Registro de la Propiedad (Dres. Juan José
Calle y Manuel Augusto Olaechea).
Una de las más resaltantes exposiciones dentro del seno de la Comisión fue la de Pedro
Oliveira11, para quien:
11. Comisión Reformadora del Código Civil de 1852, Actas de las Sesiones de la Comisión
Reformadora del Código Civil Peruano, fascículo quinto, Lima: 1928, pp. 30-35.
12. Aquí se verifica la preocupación de los legisladores por dotar de eficacia plena a las
inscripciones.
[N]o concibo la vida de un sistema que presupone como base necesaria la inscripción,
sin el registro, sin títulos escritos que no existen en todo el país, sin notarios, sin
abogados, sin ambiente propicio, en suma, para establecer la inscripción con carácter de
obligatoriedad general e imprescindible13.
13. Comisión Reformadora del Código Civil de 1852, Actas de las Sesiones de la Comisión
Reformadora del Código Civil Peruano, ob. cit., p. 8.
Desde sus inicios, vemos que nuestro CC tiene una clara influencia del derecho hipotecario
español y por ello se van introduciendo aspectos de carácter germano.
Este es el entorno sobre el cual se gestan las características de nuestro sistema registral, y es
así como se establece la función de calificación, cuya competencia, en primera instancia,
corresponde a un funcionario llamado registrador público, y en segunda y definitiva instancia, al
Tribunal Registral. Contra la decisión del Tribunal Registral no existe recurso alguno, salvo la
vía judicial mediante el proceso contencioso administrativo.
Debe recordarse en este punto que son estos elementos los que configuran la naturaleza y
características de la función de calificación registral, ya que la importancia y el efecto del
derecho —entiéndase como actos inscritos y publicitados en los Registros Públicos— en la
economía, constituyen un factor relevante al momento de determinarse los costos de
transacción, ya que afectan considerablemente la ejecución de las actividades económicas.
Estos costos de transacción no solo incluyen los costos de identificar a los agentes económicos
relacionados con determinada actividad, sino la negociación, la información y el tiempo invertido
en llevar adelante dicha actividad.
Por ello, el sistema registral establece como garantías del sistema registral a: a) la autonomía
de sus funcionarios en el ejercicio de sus funciones; b) la intangibilidad del contenido de los
asientos registrales, salvo título modificatorio posterior o sentencia judicial firme15; c) la
seguridad jurídica de los derechos de quienes se amparan en la información del Registro; y d)
la indemnización de los errores registrales.
Dicho todo esto, veamos los alcances de la calificación registral con relación a la validez de los
títulos.
El artículo 32 del TUO del Reglamento General de los Registros Públicos establece, entre los
alcances de la calificación registral, lo siguiente:
b) Verificar la capacidad de los otorgantes por lo que resulte del título, de la partida
registral vinculada al acto materia de inscripción y complementariamente de sus
respectivos antecedentes; así como de las partidas del Registro Personal, Registro de
Testamentos y Registro de Sucesiones Intestadas, debiendo limitarse a la verificación de
los actos que son objeto de inscripción en ellos.
c) Verificar la validez y la naturaleza inscribible del acto o contrato, así como la formalidad
del título en el que este consta y la de los demás documentos presentados.
d) Verificar la representación invocada por los otorgantes por lo que resulte del título, de
la partida registral vinculada al acto materia de inscripción, y de las partidas del Registro
de Personas Jurídicas y del Registro de Mandatos y Poderes, si estuviera inscrita la
representación, solo en relación a los actos que son objeto de inscripción en dichos
registros.
En esta oportunidad solo abordaremos los alcances de la calificación de los actos formalizados
mediante escritura pública.
Como ya hemos establecido, la escritura pública es una de las formas por la cual se generan
títulos que serán materia de calificación en sede registral, y sobre ella y de algunos de sus
aspectos nos centraremos en las siguientes líneas.
Como vemos, los tres elementos de competencia del registrador en la calificación a que hace
referencia el precedente, están directamente vinculados a la publicidad registral, ya que
conforme lo ha señalado en el xii Pleno el Tribunal Registral en las motivaciones que dieron
origen al precedente17, el centro de la reflexión fue la obligación garantizada, a tal punto que la
sumilla a tener en cuenta fue: “calificación de la obligación garantizada con hipoteca. Límites”.
17. Conforme la información que constan en las actas que se obtuvieron mediante acceso a la
información.
IMPORTANTE
[E]l sistema registral establece como garantías del sistema registral a: a) la autonomía de
sus funcionarios en el ejercicio de sus funciones; b) la intangibilidad del contenido de los
asientos registrales, salvo título modificatorio posterior o sentencia judicial firme; c) la
seguridad jurídica de los derechos de quienes se amparan en la información del Registro;
y d) la indemnización de los errores registrales.
En el acta no constan mayores fundamentos, por lo que consideramos que la palabra esencial
en este precedente fueron los alcances de la calificación (en sentido positivo) y los límites (en
sentido restrictivo). Pues coincidimos con la posición del Tribunal en el sentido que, de cumplirse
con los supuestos de verificación a que se refiere la matriz de calificación del Reglamento
General de los Registros Públicos, la validez no debe ser tomada en sentido amplio, ya que
existiendo el cumplimiento de los elementos esenciales de la hipoteca, no puede ser objeto de
observación lo que se trató en la Resolución N.º 279-97-ORLC/TR del 7 de julio de 1997, sobre
la comparecencia del deudor de la obligación, cuando la hipoteca es otorgada por tercero
garante.
Así se indicó en los fundamentos de la mencionada resolución que conforme el artículo 1222
del CC se pueden garantizar obligaciones incluso sin el asentimiento del deudor, por lo que lo
determinante en el análisis de legalidad, es la intervención y el consentimiento del propietario
del bien registrado, no siendo competencia del registrador la verificación de la existencia, ni
validez de la obligación.
La obligación de calificación radica en el acto causal que dará origen a la inscripción, y para el
caso propuesto es la constitución de la hipoteca.
Pleno xlvi, precedente 2: “Cuando se solicite la inscripción del acto definitivo cautelado por el
bloqueo no corresponde calificar la validez y eficacia del acto material, siempre que el contenido
de la minuta sea el mismo”18.
Pleno clv, precedente 1: Anotación de Bloqueo: “No corresponde a las instancias registrales
calificar la representación en la solicitud de anotación de bloqueo”19.
Los precedentes están relacionados con el acto causal, ya que hacen referencia a la calificación
de la representación contenida en la minuta. En similar posición se encuentra el artículo 136 del
Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios, que establece que “[l]a calificación del
bloqueo se limita a las formalidades extrínsecas, acreditación de tracto sucesivo e inexistencia
de obstáculos insalvables que aparezcan en la partida registral. No obstante la calificación del
acto definitivo cautelado por el bloqueo se realizará con los alcances del artículo 32 del
Reglamento General de los Registros Públicos”. [El resaltado es nuestro].
Inicialmente el Tribunal Registral estableció en el Pleno x, precedente 23 que “la calificación del
bloqueo registral comprende la del acto material contenido en la minuta”. Este Precedente de
Observancia Obligatoria fue dejado sin efecto por el artículo 103 del Reglamento de
Inscripciones de Registro de Predios (aprobado por Res. N.º 248-2008-SUNARP/SN),
modificado por la Resolución N.º 309-2009-SUNARP-SA, publicada el 7 de octubre del 2009.
En los considerandos de esta última resolución, se estableció que la finalidad esencial del
bloqueo es la reserva de prioridad a favor del acto o negocio jurídico referente a derechos reales
realizados por persona natural o jurídica, permitiendo su formalización durante su vigencia, y
que se ha detectado que los registradores realizan una calificación integral del acto contenido
en la minuta que se adjunta, generando como consecuencia de ello que el acceso de dicho acto
al registro se prolongue innecesariamente con observaciones y tachas, enervando la ratio
legis de dicha figura jurídica que busca otorgar la reserva de prioridad en forma perentoria, más
aún cuando dicho acto o contrato será materia de calificación integral cuando se presente el
acto jurídico formalizado.
Pleno ii, precedente 3: “Con la finalidad de enervar la presunción de bien social contenida en el
inciso 1) del artículo 311 del Código Civil e inscribir un bien inmueble con la calidad de bien
propio, no es suficiente la declaración efectuada por el otro cónyuge, contenida en la escritura
pública de compraventa”20.
20. Criterio adoptado en la Resolución N.º 003-2002-ORLC/TR, del 4 de enero del 2002 y
publicada el 30 de enero del 2002. Sesión ordinaria realizada los días 29 y 30 de noviembre del
2002. Publicado en el diario oficial El Peruano el 22 de enero del 2003.
Este precedente fue aprobado con 8 votos a favor y 7 en contra. En los fundamentos expuestos
en la Resolución N.º 003-2002-ORLC/TR, se establece que la manifestación de voluntad no
basta por cuanto el régimen adoptado es obligatorio de utilizar, conforme lo dispuesto por el CC.
Por lo que coincido con lo dispuesto por el Tribunal Registral, por ser una norma imperativa.
5. Conclusiones
Escuchar
• Consideramos que la existencia de la calificación registral en el Perú es un elemento
esencial en el otorgamiento de la seguridad jurídica y que es oportuno apreciarla como
una oportunidad y no como un obstáculo en la circulación de bienes.
6. Referencias bibliográficas
Escuchar
Comisión Reformadora del Código Civil de 1852, Actas de las Sesiones de la Comisión
Reformadora del Código Civil Peruano, fascículo quinto, Lima: 1928.
Recibido: 07-09-17
Aprobado: 07-09-17
ABSTRACT
The author develops how, through the criteria issued by the Registry Court and the legal rules,
the qualifying function of registrars has been limited, noting that in many cases are harmful to
the legal security emanating from the records.
Title: The limits to the registration qualification function in the real property registry.
El registrador público tachó la solicitud indicando que no contenía acto inscribible, pues la
renuncia al derecho de propiedad no se encuentra regulada en nuestro ordenamiento jurídico;
asimismo, indicó que no procede cerrar la partida registral debido a que dicha facultad le
compete al Poder Judicial, en virtud de lo señalado en el artículo 2013 del Código Civil (en
adelante, CC) y del numeral vii del Título Preliminar del TUO del Reglamento General de los
Registros Públicos.
Asimismo, el registrador público señaló que la partida registral que se solicita cerrar ha sido
independizada, motivo por el cual se afectarían los derechos de terceros ya que se eliminarían
los antecedentes registrales de la partida.
El solicitante apeló la tacha ante el Tribunal Registral de Arequipa argumentando que el Tribunal
admite la renuncia al derecho de propiedad y, como consecuencia de ello, la posterior
cancelación de la partida registral del predio debido a que se habría extinguido el derecho
inscrito.
IMPORTANTE
En ese sentido, el Tribunal concluye que al no existir un titular registral y habiéndose extinguido
el derecho inscrito, corresponde el cierre de la partida conforme a lo estipulado en los artículos
91 y 94 del Reglamento General de Registros Públicos.
Finalmente, establece que no hay una afectación a terceros, pues la transferencia a estos se
realizó antes de que la sucesión intestada fuera propietaria, por lo que el área afectada con la
renuncia al derecho de propiedad no comprende las transferencias a los terceros.
2. Problema jurídico
Escuchar
En el presente artículo se va a analizar los alcances y límites de la calificación registral que
realiza el Tribunal Registral de Arequipa en torno a la solicitud de cierre de partida registral por
renuncia al derecho de propiedad.
El problema jurídico que se presenta exige definir los alcances que tiene el registrador en su
labor de calificación para decidir si algún hecho que se presenta en la realidad y que quiere
ingresar al Registro debe ser admitido; es decir, si además de analizar el acto para ser
configurado como uno inscribible, es posible admitirlo en nuestro ordenamiento jurídico por más
que no se encuentre regulado en la actualidad, creando derechos sustanciales que incluso
conlleven a modificaciones de normas con rango de ley. Tal es el caso de la resolución materia
de análisis, pues se solicitaba cerrar la partida registral debido a que los titulares del predio
inscrito en ella, habían renunciado a su derecho de propiedad. Por su parte, el Tribunal Registral
admite la renuncia como una causal de extinción del derecho de propiedad, procediendo a cerrar
la partida; y no solo analiza a nivel registral para llegar a la conclusión de que se trata de un
acto inscribible, sino que incluye o adiciona una causal más al artículo 968 del CC, de modo tal
que la renuncia al derecho se configuraría como una forma de extinguir la propiedad.
De lo antes mencionado, se desprende que el análisis del registrador tiene como horizonte el
objeto y la finalidad que cumple el Registro Público y, por lo tanto, se debe cuestionar que la
calificación registral tenga como consecuencia un pronunciamiento de derecho, es decir, que
tenga la potestad de crear un derecho sustancial, como es la renuncia al derecho de propiedad,
causal no prevista en el CC de manera expresa.
Para que el registrador pueda cumplir con inscribir los actos que se solicitan y darles publicidad,
debe asegurarse de que dichos actos sean válidos y cumplan con lo exigido por la ley, para lo
cual aplicará principios registrales que lo coadyuvarán en su análisis. El registrador deberá
realizar esta práctica cada vez que se encuentre frente a un título que se solicita inscribir.
Gilberto Mendoza del Maestro señala:
2. Mendoza del Maestro, Gilberto, “La calificación light y el debilitamiento del sistema registral”,
en Actualidad Jurídica, t. 153, Lima: 2006, p. 56.
[E]n líneas generales entendemos que la calificación registral es el control que realiza el
registrador a efectos de determinar si el titulo presentado al registro es inscribible sobre la base
de los diversos principios que, como requisitos y presupuestos técnicos para la inscripción, cada
sistema contempla3.
A través del principio de legalidad, el registrador analizará si el acto o contrato que se busca
inscribir cumple con la forma documental requerida, si las partes tienen capacidad y si el acto
es válido. Una vez concluido este análisis, se pasará a confrontar si el acto es compatible con
lo ya inscrito en Registros Públicos. El artículo 2011 del CC, en su primer párrafo, lo regula de
esta forma:
Artículo 2011. Los registradores califican la legalidad de los documentos en cuya virtud
se solicita la inscripción, la capacidad de los otorgantes y la validez del acto, por lo que
resulta de ellos, de sus antecedentes y de los asientos de los registros públicos. […].
Del mismo modo, Jorge Luis Gonzales Loli citando a Pau Pedrón manifiesta que:
4. Gonzales Loli, Jorge Luis, Comentarios: nuevo reglamento general de los Registros Públicos,
Lima: Gaceta Jurídica, 2002, p. 49.
No basta con realizar un análisis en función a la legalidad del acto, es necesario mirar dentro
del registro y verificar que no existan actos inscritos incompatibles con el acto que se solicita
inscribir. Esto es así, debido a que una de las finalidades de la inscripción es que la realidad
extrarregistral coincida con la realidad registral; es decir, que los actos que vayan a ingresar a
los registros públicos reflejen la realidad fuera de estos, de modo tal que cualquier persona que
acceda a la información contenida en los asientos registrales pueda estar segura de que lo allí
inscrito es válido y eficaz.
Asimismo, podemos encontrar que la calificación registral se encuentra regulada en el artículo
v del Título Preliminar y los artículos 31 al 45 del TUO del Reglamento General de los Registros
Públicos. Para los casos de bienes inmuebles, se ha determinado cuáles son los actos y
contratos inscribibles en el registro de predios en el artículo 2019 del CC.
IMPORTANTE
Desde el momento en el que el juez puede ordenar una inscripción sin considerar lo ya
inscrito o los requisitos exigidos por las normas registrales, contravendría su objetivo, vale
decir, no publicitaría actos válidos, generando inseguridad jurídica en los usuarios.
Francisco Gómez Galligo, quien cita a Manuel Villares Picó, señala lo siguiente:
La función calificadora no solo sirve para evitar que se inscriban títulos nulos, sino para
impedir que se otorguen sin reunir los requisitos legales; es decir, que la calificación
conduce a que los mismos funcionarios que autorizan los títulos procuren, con el mayor
escrúpulo, que no adolezcan de defecto alguno, para que pasen sin la menor tacha por
el tamiz de la calificación, y todo ello responde naturalmente a que los autenticadores del
título y los registradores del mismo colaboren eficazmente en el principio de la legalidad.
Por eso mismo, decía don Jerónimo González, refiriéndose a la importancia del tracto
sucesivo y al valor del principio de legalidad: Es de poner de según vayan o no al Registro
los documentos por ellos autorizados, y que la legalidad se impone por la necesidad de
contener la fantasía de las partes contratantes dentro de los límites razonables, y para
evitar la confusión que se provocaría en los folios hipotecarios, si se abandonaran las
exigencias de la especialidad por favorecer el ingreso5.
5. Gómez Galligo, Francisco Javier (coord.), La calificación registral: estudio de las principales
aportaciones doctrinales sobre la calificación registral, Madrid: Colegio de Registradores de la
Propiedad y Mercantiles de España, 1996, p. 412.
Asimismo, al citar a José Luis Pérez Lasala, Jorge Ortiz Pasco señala lo siguiente:
6. Ortiz Pasco, Jorge, “Resoluciones judiciales versus realidad registral ¿Un verdadero
infiernillo?”, en Apuntes de Derecho Registral, Lima: Dante Antonioli Delucchi, 2005, p. 37.
De lo antes expuesto podemos señalar que la función de calificación es la columna vertebral del
sistema registral, pues de realizarse una mala o deficiente calificación, nos podríamos encontrar
frente a títulos nulos e ineficaces que harían que el registro no cumpla con su objetivo de
publicidad, generando perjuicio a los usuarios. La rigurosidad en la calificación del registrador
se debe a que nuestro registro publicita actos válidos, es decir, Registros Públicos no es un
almacén de información en el que el registrador recibe el título y lo archiva. Los actos inscritos
nos dan la seguridad de contratar válida y legalmente.
Para algunos autores este principio se asemeja al acto de calificación en sí, señalando inclusive
que al hablar de calificación y de legalidad se está aludiendo a lo mismo; sin embargo, para
nuestro sistema no es así ya que se trata de un principio que coadyuva en la calificación (forma
parte de esta); es decir, se trata de un principio a través del cual el registrador va a analizar el
título que se le entrega para luego continuar su análisis mediante otros principios registrales (de
tracto sucesivo y prioridad). Gonzales Loli, quien cita a Delgado Scheelje, señala:
En este sentido, no estoy de acuerdo con los autores que identifican plenamente ambos
conceptos –calificación registral y principio de legalidad– considerando que se refieren a
lo mismo. Más bien, lo que ocurre es que el principio de legalidad supone tan solo un
aspecto de la calificación registral, que es un concepto mucho más amplio, donde quedan
comprendidos, además de dicho control de legalidad, la determinación de los obstáculos
que puedan emanar de la partida (tracto sucesivo, impenetrabilidad y prioridad
excluyente) así como de la relevancia registral de la situación jurídica que pretende
inscribirse […] Cuando hablamos del principio de legalidad, entonces, nos referimos a la
calificación que hace el Registrador del título inscribible y no a la relación de éste con el
contenido del Registro ni a su relevancia o trascendencia respecto a terceros7.
7. Gonzales Loli, Comentarios: nuevo reglamento general de los Registros Públicos, ob. cit.,
p. 48.
Tal como se puede apreciar, a través del principio de legalidad, se harán efectivos y se aplicarán
los demás principios registrales que coadyuvan al registrador al momento de calificar; ello quiere
decir que legalidad y calificación no significan lo mismo, sino que aquel representa la parte de
un todo. Gonzales Loli señala lo siguiente:
[N]o podemos dejar de reconocer que este tema es sumamente discutible en el ámbito
doctrinal, puesto que diversos autores, con mayor o menor énfasis, aluden a que la
calificación implica la aplicación de otros principios registrales distinto al de la Legalidad.
No obstante ello, reiteramos nuestra opinión, en el sentido que el Principio de Legalidad,
haciéndose efectivo a través de la calificación registral, constituye el soporte conceptual
para la aplicación de los demás Principios Registrales, aplicación que no puede
efectuarse fuera de su evaluación en relación con el título y los antecedentes registrales8.
8. Ibid., p. 49.
El ámbito de calificación del registrador está delimitado por los alcances detallados en los
artículos 31 al 45 del TUO del Reglamento General de los Registros Públicos, entre otros
dispositivos legales tales como directivas y precedentes de Sunarp. Se puede apreciar que el
registrador cuenta con distintos lineamientos dependiendo del documento del que se trate, ya
sean administrativos, notariales o emanados del fuero judicial. Si bien es cierto, su labor de
calificación para cada uno de los casos no va ser de manera integral o regular, pues puede
verse limitada o atenuada.
9. Código Civil. “Artículo 2019. Son inscribibles en el registro del departamento o provincia
donde esté ubicada cada inmueble:
1. Los actos y contratos que constituyen, declaren transmitan, extingan, modifiquen o limiten los
derechos reales sobre inmueble” […].
el primer párrafo del artículo 2009 del cc establece lo siguiente: “los registros públicos se sujetan
a lo dispuesto en este código, a sus leyes y reglamentos especiales”. si la renuncia al derecho
de propiedad no se encuentra contemplada expresamente en el artículo 968 del cc como
supuesto para extinguir el derecho, ¿por qué el registrador la incluyó como tal? claramente
podemos apreciar que el mencionado artículo 2009 establece que los registros están sujetos a
lo dispuesto en el cc y en este no se encuentra prevista la renuncia.
IMPORTANTE
El Tribunal Registral no advirtió las consecuencias que se podrían generar al permitir que los
propietarios de inmuebles puedan solicitar el cierre de sus respectivas partidas registrales a
través de la renuncia a su derecho de propiedad, pues ello podría generar perjuicios a terceros
fuera del registro. Tal como se aprecia de la resolución en cuestión, la partida que se solicita
cerrar corresponde a una matriz, por lo que de acogerse el pedido se dejaría sin antecedentes
a los propietarios de los inmuebles independizados de aquella. Asimismo, otra afectación a
terceros se podría dar en el supuesto de que el propietario tuviese deudas y al renunciar a su
derecho, sus respectivos acreedores ya no podrían anotar un embargo o solicitar inscribir una
hipoteca que respalde dicha deuda, pues la partida se encontraría cerrada, perjudicando así
sus acreencias.
[…] El registrador cumplirá la orden por su propio texto, siempre que la medida resulte
compatible con el derecho ya inscrito. […]
Se evidencia que el legislador le exige al registrador verificar la compatibilidad del acto que se
busca inscribir con los que ya se encuentran inscritos. Del mismo modo, en la Exposición de
Motivos del CC se señala:
10. García García, Luis, “Principio de rogación y legalidad”, en AA. VV., Código Civil comentado,
t. x. Lima: Gaceta Jurídica, 2005, p. 392.
Podemos ver que el citado precedente señala que no se puede calificar el contenido o
fundamentos de una sentencia, y en esos casos el registrador podrá pedir aclaración o más
información cuando se advierta el carácter no inscribible del acto, su incompatibilidad con lo
inscrito y los antecedentes registrales. Si a pesar de no cumplir con estos requisitos, el juez
reitera el mandato y ordena la inscripción de la resolución judicial, asumirá las consecuencias,
y el registrador dejará constancia de ello en el asiento que se genere. Luis García García, al
respecto, comenta lo siguiente:
A nuestro entender, la norma contenida en el segundo párrafo del artículo 2011 mediatiza
y restringe la facultad calificadora del registrador, reduciéndola o, en todo caso,
diluyéndola, con las graves consecuencias que ello acarrea. La doctora Martha Silva Diaz
señala con acierto que la reiteración del mandato judicial (se entiende que sin haber
subsanado las observaciones formuladas por el Registrador) ha traído como
consecuencia la admisión a Registros de títulos que incumplen normas y principios
registrales, generándose inscripciones erróneas, lo que afecta la seguridad jurídica que
el Registro debe proteger11.
Si bien por un lado manifestamos que el objetivo de Registros Públicos es publicitar los actos
allí inscritos para brindar seguridad jurídica a terceros y favorecer el correcto tráfico de bienes
(puesto que las inscripciones han pasado por un riguroso sistema de calificación registral para
obtener asientos registrales válidos y eficaces); por otro lado, tenemos al artículo 2011 del CC
en el que se señala que el juez puede ordenar al registrador la inscripción de una resolución
judicial por más que esta no cumpla con los requisitos exigidos para su inscripción, es decir,
que puede ser incompatible con algún acto ya inscrito. Desde el momento en el que el juez
puede ordenar una inscripción sin considerar lo ya inscrito o los requisitos exigidos por las
normas registrales, contravendría su objetivo, vale decir, no publicitaría actos válidos,
generando inseguridad jurídica en los usuarios.
Nos encontramos frente a un sistema contradictorio, sobre todo cuando se presentan estos
casos. Estamos de acuerdo con que el registrador no cuestione los temas de fondo de la
resolución judicial tal como lo establecen las normas previamente citadas que regulan la función
de calificación para este tipo de documentos; sin embargo, el propósito de estas normas se
desvirtúan cuando se ordena la inscripción sin cumplir con las ellas.
Tal como se puede apreciar en el citado artículo, no se regula cuáles son los alcances de la
calificación que tendrá que realizar el registrador, solo se limita a mencionar cuál es la
información que deberá contener el asiento de inscripción de dichos actos provenientes de una
entidad administrativa.
En vista de que no hay regulación sobre los alcances de la calificación para este tipo de
documentos, en el Pleno xciii se estipularon los alcances y límites que el registrador deberá
tener en consideración al momento de calificar documentos administrativos. En dicho pleno se
señaló lo siguiente:
a) Alcances de la calificación
b) Límites en la calificación
12. Ortiz Pasco, Jorge, “Calificación registral de documentos administrativos: ¿quién ve por ella?
¿dónde estamos? ¿hacia dónde vamos?”, en Revista de Derecho Administrativo, n.° 14, Lima:
2015, p. 91.
Para concluir el tema de este artículo, consideramos pertinente indicar que si bien no se
han previsto en el NRGRP normas especiales sobre la calificación de instrumentos
expedidos por autoridades administrativas, por su propia naturaleza, la calificación
registral de las resoluciones administrativas no podrán orientarse a cuestionar los
aspectos o decisiones que, de acuerdo a la normatividad vigente, resultan de
competencia de la autoridad administrativa que expidió el acto objeto de inscripción13.
13. Gonzales Loli, Comentarios: nuevo reglamento general de los Registros Públicos, ob. cit.,
p. 296.
Sumilla:
Discrepancia de nombre
Las discrepancias derivadas de la omisión de uno de los prenombres por el error material
en el apellido del constituyente de la hipoteca, sea en el título o en la partida registral, no
desvirtúa la exigencia de identidad entre el titular registral y el interviniente en el acto cuya
inscripción se solicita.
En esta resolución se puede apreciar que en primera instancia el registrador observa el título
que se solicita inscribir, señalando que existe discrepancia en el nombre de la titular del predio
y porque el apoderado no cuenta con facultades para gravar inmuebles. El Tribunal Registral
revoca la observación del registrador debido a que la discrepancia en el nombre se puede
subsanar después de revisar la ficha del Reniec de la propietaria del inmueble, el título de
compraventa y el poder, ya que de estos documentos se desprendería que se trata de la misma
persona. Asimismo, respecto a la observación del poder, el tribunal señala que las facultades
del apoderado para gravar inmuebles; si bien no se encuentra en el asiento registral de la partida
del poder, se encuentran en su títulocorrespondiente y, con tan solo la revisión de este, se puede
confirmar que el apoderado sí cuenta con dichas facultades.
El registrador no cumplió con su función de calificación de forma correcta, pues, a pesar de que
el artículo 32 del Reglamento General de los Registros Públicos dicta lineamientos para que el
registrador proceda con la calificación. En este caso en particular no se cumplió con lo
establecido en dicha norma, generando un perjuicio al usuario (pérdida de tiempo y dinero),
pues la solicitud de inscripción del acto es un derecho, cuyo acceso se ha visto dificultado.
Tal como se puede apreciar, esta directiva limita el derecho de disposición del propietario, pues
impide que inscriba un acto de disposición en la partida registral del inmueble, contraviniendo
lo establecido en el artículo 882 del CC, pues dicha directiva no cuenta con jerarquía de ley. Se
ve que es un esfuerzo por parte de la Sunarp para tratar de impedir que ingresen títulos
falsificados, pero tal media resulta un tanto desproporcional ya que el notario puede verificar a
través del biométrico que los intervinientes en el acto de disposición son los verdaderos y que
no se trata de un documento falsificado.
Según esta resolución del Tribunal Registral, el acto que se busca anotar es una medida
cautelar de embargo sobre la partida del predio de propiedad de Kittyhawk Corporation, pedido
que el registrador público observó, solicitando que se aclare si el nuevo propietario del predio
estaba siendo demandado también, pues el embargo no se adecuaba a los antecedentes
registrales. En vista de la observación formulada, se presentaron partes judiciales ante
Registros Públicos reiterando la solicitud de anotación de medida cautelar de embargo, a pesar
de que el Poder Judicial ya tenía conocimiento de que el inmueble había sido transferido a
terceros. Se elevó a segunda instancia la solicitud para que el Tribunal Registral pueda resolver
y ordenar la anotación, teniendo en cuenta que ya existía mandato reiterado por parte del Poder
Judicial.
A nuestro criterio, el registrador hace bien en formular la observación, pues estaban solicitando
anotar una medida cautelar sobre un predio cuyo propietario ya había dejado de serlo toda vez
que se había transferido a un tercero; por lo tanto, era incompatible con los antecedentes
registrales y, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo ٢٠١١ del CC, el registrador tiene la
potestad de solicitar al juez la aclaración respectiva. Se cae en el error de obligar al registrador
de anotar o inscribir un acto que no cumple con los principios registrales impidiendo la
calificación registral.
Títulos pendientes son los títulos presentados con anterioridad al que es objeto de
calificación. Estos títulos pendientes, precisamente por haber sido presentados con
anterioridad, tienen prioridad respecto al título objeto de calificación y por ello pueden
constituir un obstáculo para la inscripción de éste. En cambio, los títulos presentados con
posterioridad, no tienen prioridad con respecto a éste, y por ello no pueden ser
considerados como un obstáculo para su inscripción.
Se trataba del título N.º 543548, de fecha 15 de junio del 2012, el cual estaba apelado; y el título
N.º 631691, de fecha 13 de julio del 2012, referente a una medida cautelar de no innovar que
se encontraba observado.
El Tribunal Registral revocó la observación del registrador señalando que los títulos que
ingresan con posterioridad no cierran el registro. Citó el artículo x del Título Preliminar del
Reglamento General de Registros Públicos en el que se expresa que no puede inscribirse un
título incompatible con otro ya inscrito o pendiente de inscripción, aunque sea de igual o anterior
fecha. Por lo tanto, ordenó inscribir el título de compraventa en vista de que los otros dos títulos
pendientes de inscripción eran de fecha anterior.
En esta norma podemos apreciar errores que comete el legislador con la finalidad de resguardar
la seguridad jurídica en vista de las frecuentes falsificaciones de documentos y suplantación de
personas que se viene dando a través del registro. Sin embargo, es necesario hacer notar que
así como se busca proteger al usuario registral en este aspecto, lo que al final se logra es crear
más burocracia e incongruencias al interior de Registros Públicos.
En el tercer párrafo del artículo 2 de la ley se señala lo siguiente: “La persona que presenta una
solicitud de oposición sin arreglo a lo previsto en la presente Ley no forma parte del
procedimiento, debiendo el registrador rechazar de plano dicha oposición, en decisión
irrecurrible en sede administrativa”. Tal como se pudo apreciar al analizar la Resolución N.º 141-
2011-SUNARP/SN, la imposibilidad de recurrir a una segunda instancia transgrede derechos
constitucionales de los usuarios, aspecto que no es advertido.
El Tribunal Registral resuelve indicando que el oficio emitido por la Sunat, y solicitado por la
registradora de primera instancia, se encuentra en el título archivado, por lo que, de conformidad
con el artículo 40.1.1 de la Ley N.° 27444, la Administración Pública no puede exigirse al
administrado documentación que conforma el titulo archivado de otro título; por lo tanto, se
revocó la observación formulada.
Estos errores en la calificación se dan muchas veces porque el sistema registral trata de
publicitar los actos celebrados por los particulares tal cual han sido celebrados en la realidad,
de modo tal que los terceros puedan obtener de un asiento registral información legitima y
verdadera, lo cual es correcto y cumple con la finalidad del registro; sin embargo, con el fin de
que dichos asientos registrales contengan tal información, Registros Públicos va más allá de su
función, generando errores de concepto al momento de generar y aplicar sus normas.
Si bien es cierto que los Registros Públicos son importantes en tanto participa del correcto tráfico
de bienes, generando seguridad jurídica al otorgar publicidad a los actos; en muchos otros
casos, genera perjuicios a los usuarios de este servicio, pues, como ya lo mencionamos
anteriormente, crea barreras de acceso —al solicitar mayor documentación de la requerida, o
supervisando y analizando actos que no les corresponde—, no porque un determinado
registrador se equivoque, sino porque la exigencia de que los actos que ingresan al registro
sean válidos y legales hace que se confunda al registro con una entidad supervisora de los
actos emitidos por otras entidades (judiciales o administrativas) o funcionarios (notarios,
funcionarios públicos, árbitros, etc.), cuando cada uno de estos funcionarios o entidades cumple
su determinada función, sin tener el registro que supervisar o verificar si dichos actos son
válidos, pues al ser emitidos por el Poder Judicial o por una entidad administrativa, se presume
su licitud. De igual forma, en el caso de los notarios, estos se encargan de validar la identidad
de las personas y de revestir a los actos de la formalidad correspondiente para que puedan
ingresar al registro.
A fin de poder delimitar de manera correcta el ámbito de actuación del registrador, es necesario
que se brinde una correcta capacitación a los funcionarios con relación a que no forman parte
de una entidad encargada de validar o supervisar los fundamentos de los actos emitidos por
otras entidades administrativas o judiciales, o que con la finalidad de inscribir los actos se
puedan crear supuestos de hecho en las normas que no se encuentran regulados en la
actualidad, a través de interpretaciones que le corresponderían realizar al Poder Judicial.
Asimismo, con el fin de no caer en el error de vulnerar el derecho de los usuarios a cambio de
mantener la seguridad jurídica, se deben crear mecanismos de protección que van más allá de
lo jurídico, es decir, apoyar la seguridad mediante soportes tecnológicos e informáticos, tal como
se viene dando con el sistema de alerta registral o con el uso de biométrico en notarías. Se
debe reforzar este sistema para así evitar normas que si bien por un lado buscan blindar la
seguridad jurídica, por otro lado transgre
6. Conclusiones
Escuchar
• La calificación es el soporte del sistema registral y, como tal, se debe cumplir con su
finalidad empleando todos los elementos necesarios, generados en nuestro
ordenamiento jurídico para que el registrador publicite actos válidos y legítimos.
• Como se ha podido apreciar, es correcto que la calificación del registrador sea atenuada,
pues no va a proceder a calificar los pronunciamientos de fondo ni los procedimientos
internos para la emisión de estos en vista de la presunción de legalidad que los reviste.
Lo que no es correcto es limitar o anular la función de calificación del registrador, pues
de esa forma no se cumpliría con la finalidad del sistema registral, llegándose inclusive a
publicitar actos que no cumplan con los antecedentes del registro y generándose un
engaño y perjuicio al usuario.
García García, Luis, “Principio de rogación y legalidad”, en Aa. Vv., Código Civil comentado, t.
x, Lima: Gaceta Jurídica, 2005.
Gómez Galligo, Francisco Javier (coord.), La calificación registral: estudio de las principales
aportaciones doctrinales sobre la calificación registral, Madrid: Colegio de Registradores de la
Propiedad y Mercantiles de España, 1996.
Gonzales Loli, Jorge Luis, Comentarios: nuevo reglamento general de los Registros Públicos,
Lima: Gaceta Jurídica, 2002.
Mendoza del Maestro, Gilberto, “La calificación light y el debilitamiento del sistema registral”,
en Actualidad Jurídica, t. 153, Lima: 2006.
Ortiz Pasco, Jorge, “Calificación registral de documentos administrativos: ¿quién ve por ella?
¿dónde estamos? ¿hacia dónde vamos?”, en Revista de Derecho Administrativo, n.° 14. Lima:
2015.
Ortiz Pasco, Jorge, “Resoluciones judiciales versus realidad registral ¿Un verdadero
infiernillo?”, en Apuntes de Derecho Registral, Lima: Dante Antonioli Delucchi, 2005.
TEXTO DE LA RESOLUCIÓN
Escuchar
TRIBUNAL REGISTRAL
RESOLUCIÓN N.° 329-2013-SUNARP-TR-A
REGISTRO : PREDIOS-TACNA
SUMILLA
Para tal efecto, se adjunta parte notarial de la escritura pública de renuncia de derecho de
propiedad, desinscripción de predio y cierre de partida registral de fecha 29 de mayo del 2013
otorgada ante notaría pública de Tacna, Aurora Anguis de Adawi.
Se interpone recurso de apelación contra de la tacha formulada por el Registrador Público Jesús
Macedo Salas, la misma que se reproduce a continuación:
“[…]
2. ANÁLISIS
2.1. Conforme al artículo tercero de la Ley N.° 26366, Ley de Creación del Sistema
Nacional de los Registros Públicos y de la Superintendencia Nacional de los Registros
Públicos “son garantías del sistema nacional de los Registros Públicos: a) la autonomía
de sus funcionarios en el ejercicio de sus funciones, b) la intangibilidad del contenido de
los asientos regístrales, salvo título modificatorio posterior o sentencia judicial firme”.
Por ello, y en aplicación del artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que
establece:
Toda persona y autoridad está obligada a acatar y dar cumplimiento a las decisiones
judiciales o de índole administrativa, emanadas de autoridad judicial competente, en sus
propios términos, sin poder calificar su contenido o sus fundamentos, restringir sus
efectos o interpretar sus alcances, bajo responsabilidad civil, penal o administrativa que
la ley señala.
2.4. Sin perjuicio de lo anterior, revisada la indicada partida registral, es de advertirse que
la misma fue objeto de desmembración de área, por lo cual, al pro cederse con el cierre
de la matriz (conforme se ruega) se vulnerará el derecho de los predios independizados,
ya que registralmente, estos carecerían del respectivo antecedente de inscripción, el cual
dio mérito a su consecuente independización.
[…]”.
• Es criterio reiterado por parte del Tribunal Registral la posibilidad de extinguir un derecho
real por medio de la renuncia que formule su propietario pese a no constituir una de las
causales previstas en el artículo 968 del Código Civil.
• El artículo 94 acápite a) del Reglamento General de los Registros Públicos ha
considerado que es jurídicamente válido cancelar el asiento en que aparece inscrito un
derecho cuando su titular formula renuncia expresa al mismo. Así, dispone los supuestos
de cancelación total de las inscripciones, estableciendo que una causal para que se
extinga el asiento de cancelación es cuando se extingue totalmente el bien, la persona
jurídica o el derecho inscrito.
• En la ficha N.° 3631 que continua en la Partida Registral N.° 05116272 del Registro de
Predios de la Oficina Registral de Tacna consta inscrito el fundo rústico denominado “Las
Palmeras” ubicado en el distrito, provincia y departamento de Tacna, con un área de 23
Has y 2,200 m2.
• En el asiento C.1 obra inscrita la titularidad del predio a favor de Ana Cutipa Cáceres.
• En el asiento B.3 obra inscrita la independización del área de 384.00 m2 en la ficha N.°
18756.
Interviene como Vocal ponente Raúl Jimmy Delgado Nieto. De lo expuesto y del análisis del
caso, a criterio de esta Sala, la cuestión a determinar es la siguiente:
VI. ANÁLISIS
3. El artículo 923 del Código Civil prescribe que la propiedad es el poder jurídico que
permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien.
Avendaño señala que la propiedad es un poder jurídico porque emana del Derecho sobre
un bien o conjunto de bienes, sean corporales o incorporales1. Este poder concede entre
otras atribuciones, la de disponer. La disposición supone la enajenación, gravamen e
incluso el abandono o destrucción del bien objeto del derecho de propiedad2.
1. Avendaño Valdez, Jorge. Código Civil Comentado. Tomo V: Derechos Reales. Gaceta
Jurídica Editores, 2003. Pg.187.
La disposición del bien implica para el titular la extinción del derecho de propiedad si
decide transferirlo a otra persona. Pero también cabe la posibilidad que esta extinción se
produzca por renuncia o abandono del bien, causal no prevista expresamente en el
artículo 680 del Código Civil, pero que tampoco nuestro sistema jurídico proscribe3.
4. Gonzales Barron, Gunther, Curso de Derechos Reales. Jurista Editores, 2003. Pg. 656.
La doctrina admite la renuncia como mecanismo extintivo de los derechos reales. Diez
Picazo señala al respecto: “Se denomina renuncia, abandono o también técnicamente
dirección a aquel acto de libre voluntad del propietario por medio del cual, desamparando
o desposeyéndose de una cosa, da por extinguido su derecho de dominio sobre ella”5.
Albaladejo señala que los derechos reales se extinguen por renuncia de su titular, negocio
unilateral irrevocable que contiene una declaración de voluntad no recepticia, ni solemne,
en principio, que puede realzarse expresa o tácitamente6.
5. Diez Picazo y Ponce De Leon, Luis. Citado por Gonzales Barron, Gunther. Op. Cit. Pg. 657-
658.
6. Albadejo, Manuel. Derecho Civil. Tomo II, Volumen Primero, José María Bosch Editor S.A,
1994. Pa. 225.
De otro lado el artículo 2019 del Código Civil señala que actos son inscribibles en el
Registro de departamento o provincia donde esté ubicado cada inmueble. Así
encontramos: “Los actos y contratos que constituyen, declaren, transmitan, extingan,
modifiquen o limiten los derechos reales sobre inmuebles”.
4. Ahora bien, revisada la partida donde corre inscrito el predio cuya propiedad es objeto
de renuncia se aprecia que son propietarios del mismo (según asientos C.1 y C001)
Daniel Timoteo Cáceres Hurtado, Gloria Teodora, Daniel Jesús y Juan Ruperto Cáceres
Cutipa; todos ellos intervienen en la escritura pública de renuncia de fecha 29 de mayo
del 2013, por lo que de acuerdo a lo expuesto precedentemente pueden renunciar a su
derecho de propiedad siendo este un acto plenamente inscribible en el Registro.
Como se aprecia del literal a), se ha regulado como causal para cancelación de una
inscripción, la extinción del bien, la personas jurídica o el derecho inscrito. Para el caso
que nos ocupa, es relevante este último supuesto, esto es la extinción del derecho
inscrito.
Habiendo esta instancia establecido que los derechos en general pueden extinguirse por
la renuncia hecha por su titular y como consecuencia de ello, pronunciado de manera
favorable respecto de la inscripción de la extinción del derecho de propiedad con el título
impugnado, corresponde se cancele la inscripción que instituye la titularidad del mismo a
los renunciantes del derecho (asiento C0001) pues con la dejación del derecho de
propiedad efectuada por quien en el Registro figura como titular se extingue tal derecho
y el asiento deja de producir sus efectos de oponibilidad, fe pública y legitimación.
6. Ahora bien, cancelado este último asiento, el predio inscrito en la partida N.° 05116272
carecería de titular registral. Ello por cuanto el dominio que ejerce una persona sobre un
bien determinado es la base para la apertura de una partida, vale decir para la
inmatriculación de un predio.
Así, el artículo 16 del Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios (RIRP) señala
que la inmatriculación es el acto por el cual se incorpora un predio al Registro y se realiza
con “la primera inscripción de dominio”, salvo disposición distinta.
7. Cabe añadir, que no existen terceros cuyos derechos puedan verse perjudicados, pues
si bien se ha inscrito en el asiento B.3 la independización de parte del área inscrita (384.00
m2) a la ficha N.° 18756 a favor de terceras personas, esta circunstancia no impediría la
inscripción de la renuncia y el posterior cierre de la partida, dado que transferencia de
dicha área se efectuó antes que los renunciantes adquirieran la propiedad del predio por
sucesión intestada (asiento C0001), por lo que la renuncia únicamente comprende el área
resultante luego de la transferencia.
Interviene el Vocal Pedro Álamo Hidalgo designado mediante Resolución N.° 170-2013-
SUNARP/PT del 18 de junio del 2013.
VII. RESOLUCIÓN
Regístrese y comuníquese.
Recibido: 10-09-17
Aprobado: 15-09-17
It reflects on the following points: does the limits to the land determine the object in which the
exercise of the property right falls or not ?, the registration description included in the title of the
property can be constituted in test ?, who establishes if a title presented complies with the
requirements of the first paragraph of art. 2021 CC, among others
Title: Rectification of the area and / or perimetric measures of an urban property: what are the
rectification mechanisms established in Law N.º 27333?
1. Consideraciones generales
Escuchar
El derecho de propiedad se ejerce sobre cosas u objetos del mundo exterior que sean
apropiables económicamente; estas cosas u objetos tienen necesariamente límites físicos que
permiten establecer con exactitud hasta dónde se extienden las facultades del propietario. En
la propiedad sobre predios, esos confines se determinan a través de los límites verticales y
horizontales1.
1. Gonzales Barrón, Gunther, Derecho registral y notarial, 3.a ed., t. i, Lima: Jurista Editores,
2012, p. 234.
IMPORTANTE
Los dos elementos descriptivos fundamentales de un predio son los linderos y el área,
los linderos son los límites colindantes de un inmueble con otro, cuya descripción en el
título hace, precisamente, que se delimite la línea poligonal que encierra la superficie del
terreno, esta superficie encerrada constituye el área o cabida.
Ahora bien, respecto a los límites del derecho de propiedad estos se extienden al sobresuelo y
al subsuelo, hasta donde sea útil para el propietario2; únicamente es el hombre quién pone
límites al terreno, con la finalidad de establecer el objeto sobre el cual se ejerce su derecho de
propiedad. La delimitación horizontal de los inmuebles se establecen mediante los llamados
“planos de localización o de ubicación”, en donde constan los elementos delimitadores del
inmueble, como son el área, linderos y medidas perimétricas.
2. Código Civil. Artículo 954. La propiedad del predio se extiende al subsuelo y al sobresuelo,
comprendidos dentro de los planos verticales del perímetro superficial y hasta donde sea útil al
propietario el ejercicio de su derecho. La propiedad del subsuelo no comprende los recursos
naturales, los yacimientos y restos arqueológicos, ni otros bienes regidos por leyes especiales.
Los linderos son las líneas que delimitan una finca de otra; generalmente se sostiene en doctrina
que el elemento preferente son los linderos, pues la finca se encuentra encerrada dentro de
ellos y, por tanto, todo lo que esté dentro de los lindes corresponde a la finca, al margen de que
exista error en la medición del área o cabida. En tal sentido, la experiencia enseña que la
extensión superficial de una finca es el elemento sobre el cual más fácilmente se vierten
inexactitudes. Sin embargo, esta preeminencia de los lindes no puede ser tomada como un
dogma, ya que la merma del área puede ser interpretada como indicio de una descripción
indebida de los linderos3.
3. Alvarez Caperochipi, José Antonio, Derechos reales, t. i, Madrid: Editorial Civitas, 1986, p.
64.
4. Alvarez Caperochipi, José Antonio, Derecho inmobiliario registral, t. i, Madrid: Editorial Civitas,
1986, p. 64.
Esta norma ha establecido que cuando sea necesario determinar el área, linderos y medidas
perimétricas del terreno, o cuando existan discrepancias entre el área real del terreno, sus
medidas perimétricas y/o linderos, con los que figuren en la partida registral, estas podrán
determinarse o rectificarse de acuerdo con los siguientes procedimientos:
• El mutuo acuerdo entre el propietario del predio y los propietarios de los predios
colindantes mediante escritura pública suscrita por el propietario del predio y los
propietarios de todos los predios colindantes, en la que estos últimos manifiesten su
conformidad con el área, medidas perimétricas y/o linderos, según corresponda.
• El proceso judicial se tramita por el procedimiento judicial previsto en los artículos 504
y siguientes del Código Procesal Civil, toda rectificación que suponga superposición de
áreas o linderos, o cuando surja oposición de terceros.
Con relación a la rectificación de área, Gunther Gonzales Barrón5 sostiene que la rectificación
de área no tiene por finalidad aumentar o disminuir la extensión de un inmueble, sino adecuar
las verdaderas dimensiones físicas de la finca a su correlato en el registro. Es así que cuando
se rectifica la medida superficial contenida en el asiento registral, no se amplía la finca, solo se
busca eliminar una inexactitud.
5. Gonzales Barrón, Gunther, Tratado de derecho registral inmobiliario, 2.a ed., Lima: Jurista,
2004, p.460.
IMPORTANTE
6. Rectificación de área por error en el cálculo: “Es inscribible la rectificación del área de un
predio urbano en mérito al plano y memoria descriptiva visados por la autoridad municipal
correspondiente, prescindiendo de los mecanismos rectificatorios previstos por el artículo 13 de
la Ley N.° 27333, si el error surgió del equivocado o inexacto cálculo de su área, siempre que
el Área de Catastro determine que los linderos, medidas perimétricas y ubicación espacial del
predio no han sufrido variación alguna”.
Criterio adoptado en las Resoluciones N.° 182-2005-SUNARP-TR-T del 28 de octubre del 2005,
N.° 290-99-ORLC-TR del 05 de noviembre de 1999 y N.° 062-2006-SUNARP-TR-L del 31 de
enero del 2006.
En ese orden de ideas, podemos concluir que para proceder a la rectificación de área por error
de cálculo, es necesario que se cumplan los siguientes requisitos:
Como podemos apreciar, resulta de suma importancia el informe favorable del área de catastro
en donde se exprese que la ubicación espacial del inmueble no ha sufrido variación.
IMPORTANTE
Los errores registrales son los cometidos por el registrador al extender el asiento de
inscripción, ya sea equivocando datos numéricos, de nombres, etc. (errores materiales);
o interpretando deficientemente el contenido y alcances del título y/o de los actos
inscribibles contenidos en él (errores de concepto). El desacuerdo se establece entre el
asiento registral y el título, y su constatación puede efectuarse de la simple confrontación
entre ambos elementos.
Este sistema registral, que ha existido en el Perú desde sus inicios, trata siempre de
compatibilizar la seguridad del tráfico con la seguridad del derecho; pero en caso de
contradicción, el sistema enfilará sus escudos a favor de la primera, al establecerse claramente
que para oponer derechos reales sobre inmuebles a quienes también tienen derechos reales
sobre estos, es preciso que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquel
a quien se opone.
La función del registrador consiste en la calificación registral del título cuya solicitud de
inscripción es rogada por el usuario. El profesor Luis Diez-Picazo8 explica lo siguiente:
8. Diez-Picazo, Luis, Fundamentos de derecho civil, 4.a ed., t. iii, Madrid: Civitas, 1995, p. 386.
“Dos son, pues, los medios que el registrador puede utilizar en su calificación: los mismos
documentos presentados y los asientos del Registro. Se aprecia, en estos términos, una
cierta escasez en los medios con que el registrador cuenta para realizar la calificación.
Esta escasez contrasta con la amplitud de la materia a calificar, pero la exigencia legal
es ineludible. Lo que no está en los documentos presentados o en los asientos del
Registro no puede ser tenido en cuenta a efectos de calificación”.
Dentro de esa perspectiva, en el artículo 32 del TUO del Reglamento General de los registros
públicos se desarrollan los alcances de la calificación registral, y, para el presente tema, resulta
importante conocer que en su inciso d) consta el deber de “comprobar que el acto o derecho
inscribible, así como los documentos que conforman el título, se ajustan a las disposiciones
legales sobre la materia y cumplen los requisitos establecidos en dichas normas; […]”.
En ese sentido, en lo referente al procedimiento de rectificación de áreas, medidas perimétricas
y linderos, el registrador deberá verificar que se hayan cumplido con los requisitos de validez
establecidos en la Ley N.° 27333, o, en su caso, verificar previo informe de catastro que el
inmueble materia de rectificación se encuentra dentro de los supuestos de “error de cálculo”.
Ahora bien, además de la rectificación de área por error de cálculo conforme al precedente en
mención, el Tribunal Registral ha admitido la rectificación prescindiendo de los mecanismos
rectificatorios establecidos en el artículo 13 de la Ley N.° 27333 o en el Reglamento de la Ley
N.° 28294, aun cuando se modifiquen las medidas perimétricas. Pero solo si el área resultante
es menor a la inscrita, conforme se aprecia en la Resolución N.° 505-2012-SUNARP-TR-T del
13 de julio del 20129, el criterio de dicha resolución se sustenta en que no se requiere la
intervención en la escritura pública o su notificación a los propietarios de los predios colindantes,
cuando se acredite objetivamente que la rectificación de área y linderos no los afecta, pues su
intervención o notificación en los procedimientos previstos en el artículo 13 de la Ley N.° 27333
y en el reglamento de la Ley N.° 28294 se sustenta en que la rectificación podría afectar
eventualmente sus derechos.
Sin embargo, ¿será exigible también la intervención de los propietarios de los predios
colindantes en una escritura pública o su notificación en los casos en que se acredite
objetivamente que la rectificación no afecta sus derechos?, la respuesta que fluye del análisis
de las normas citadas es negativa, es decir, que no se requiere su intervención o notificación
cuando la rectificación o determinación de área y linderos no afecta a los propietarios de los
predios colindantes.
Si bien el literal a) del artículo 13 de la Ley N.° 27333 exige la intervención en la escritura pública
de todos los propietarios de los predios colindantes, esta disposición debe entenderse que se
refiere a todos los propietarios de los predios colindantes que pudieran verse afectados con la
rectificación del área, linderos y medidas perimétricas. Por lo tanto, si se descarta
indubitablemente la posible afectación, no se requerirá la intervención de los colindantes.
IMPORTANTE
10. Tribunal Registral, cxv Pleno del Tribunal Registral llevado a cabo, los días 12 y 13 de
diciembre del 2013.
11. El acuerdo descrito recoge los criterios reiterados adoptados en la segunda instancia
registral como la Resolución N.° 1188-2010-SUNARP-TR-L, emitida el 17 de agosto
del 2010 y en la Resolución N.° 106-2009-SUNARP-TR-L, emitida el 23 de enero del 2009. En
esta última resolución se señala que no se requiere la intervención o notificación a los
propietarios de los predios colindantes, cuando la rectificación de área y linderos no los afecta,
pues su intervención o notificación en los procedimientos previstos en el artículo 13 de la Ley
N.° 27333 se sustenta en que la rectificación podría afectar eventualmente sus derechos.
Es así que el acuerdo plenario señalado anteriormente, no restringió a aquellos casos en los
que se rectificaba el área a una menor, siendo que lo que se estableció como requisito es que
el área de catastro determine indubitablemente que el ámbito gráfico resultante se encuentre
dentro del predio inscrito, con lo cual se abarcó ambos supuestos: tanto rectificación de área a
mayor o a menor. Esto por cuanto al encontrarse el área rectificada dentro del ámbito gráfico
del predio inscrito, no se perjudican derechos de terceros, es decir, de los colindantes, por lo
que no es necesaria su intervención ni notificación.
12. Precedente aprobado en sesión ordinaria del Centésimo Quincuagésimo Pleno del Tribunal
Registral de la Sunarp, realizado el día 26 de agosto del 2016.
Como podemos apreciar, la jurisprudencia registral nos presenta una alternativa más viable para
acceder a la rectificación de área y medidas perimétricas, y así eliminar las inexactitudes
registrales adecuando la información del registro a la realidad física.
6. Referencias bibliográficas
Escuchar
Alvarez Caperochipi, José Antonio, Derechos reales, t. i, Madrid: Editorial Civitas, 1986.
Gonzales Barrón, Gunther, Tratado de derecho registral inmobiliario, 2.a ed., Lima: Jurista,
2004.
Gonzales Barrón, Gunther, Derecho registral y notarial, 3.a ed., t. i, Lima: Jurista Editores,
2012.
Diez-Picazo, Luis, Fundamentos de derecho civil, 4.a ed., t. iii, Madrid: Civitas, 1995.
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Libro de Reclamaciones
Jr. Castrovirreyna 224 Breña. Lima. Perú
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Resaltados y Notas
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Resaltados (1)
Nótese que este examen implica que se contraste que el titular registral realice el acto de
disposición objeto...
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