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La justicia incaica

El impero incaico se caracterizó por su distribución geográfica,


división política y económica. Pero, muy poco se sabe sobre
cómo era llevado el tema de las leyes y castigos en ese tiempo.
Aunque no hay evidencia escrita, muchos historiadores afirman
que dicho imperio tenía una sociedad bien organizada donde las
leyes se cumplían a cabalidad. Se dice que la creación de este
Derecho Civil se dio gracias a la unión de componentes
importantes en dicha época: la religión y el parentesco. Un
ejemplo claro, son los dibujos de Felipe Guamán Poma de Ayala:
“Nueva crónica y buen gobierno” en donde, en uno de ellos se
observa a un grupo de personas aplicando el “Vinpillai” o el
castigo de adulterio, que consistía en apedrear a culpable hasta
la muerte. Este es un claro ejemplo de la justicia incaica, ya que
aparte de ser drástica y violenta, a veces era inhumana. Pero,
también, no podemos dejar de mencionar castigos que eran
pagados simplemente con la cárcel, esto se aplicaba a faltas
menores. Es decir, mientras la falta atentara más contra la
religión o Ayni (familia), el castigo era más severo. También, algo
resaltante que pensaban en el imperio incaico, era que si por
primera vez cometían una falta grave, la podrían cometer por
segunda vez y así sucesivamente y, nunca arrepentirse, por ello
optaban por el castigo de la muerte. Por otro lado, existieron
Incas que implantaron sus propias reglas, como es el caso de
Inca Pachacutec, “implantó nuevas reglas contra los blasfemos,
parricidas, homicidas, contra los traidores al Inca, contra los
adúlteros, contra los que sacaban las hijas de casa de sus
padres. Lo singular de estas y sus demás reglas, es que las
vinculaba con el robo y la ley del espejo (es decir, si hace daño
a otra persona, te haces daño a ti mismo); lo que no cambió fue
que la mayoría de los castigos se pagaran con la muerte. En
conclusión, se podría manifestar que la justicia en el Imperio
Incaico era relativamente violenta, debido a los diversos
castigos que iba desde el encierro, pasando por la tortura, hasta
llegar a la muerte. Pero lo que sí se puede afirmar es que este
gran imperio tenía una sociedad ordenada debido a las diversas
leyes y normas que en ese tiempo se establecieron, y que
fueron importantes para poder tener orden y disciplina en ese
gran espacio geográfico el cual denominaban Tahuantinsuyo. En
el imperio Inca, pocas cosas resultaron tan importantes para el
Estado como el respeto a las leyes, y a sus efectos, se organizó
un aceitado sistema de leyes y durísimos castigos para los que
las violaran. En las ciudades y pueblos del interior del imperio
había organismos similares a tribunales que entendían en
delitos leves, y los gobernadores de los distritos se erigían en
jueces superiores cuando se trataba de delitos graves. Los
jueces tenían un plazo de cinco días para concluir con los
litigios. No existían las apelaciones, pero el sistema promovía la
mejor administración de justicia posible. Los delitos y faltas se
castigaban con azotes y con la muerte. Esta se aplicaba de
diferente manera según la magnitud del delito, y dependiendo
del grado de autoridad o nobleza del acusado.
 DELITOS CONTRA LA INFRAESTRUCTURA PÚBLICA, LA
AUTORIDAD E IMPUESTOS :
Azotes y hasta la muerte en casos de reincidencia
esperaban a aquel que destruyera la propiedad pública o
hablara mal del inca o sus autoridades. Era utilizado para
castigar a quienes incumplían con la entrega de sus aportes
al Dios Sol o al Inca en su figura de representante del
Estado. De igual modo eran castigados quienes no
trabajaban en las actividades que les eran encomendadas
por el Inca o sus representantes locales.
 EL HOMICIDIO:
Se aplicaba la pena de muerte al homicida, ya sea que lo
hubiera hecho por robar, a traición o mediante hechizos. El
hombre que mataba a su mujer adúltera, no era penado.
Sólo se desterraba al que mataba a otro que había causado
la riña. Cuando era un curaca el homicida y la victima un
simple súbdito, la pena sólo era golpes de piedra.
 VIOLACION :
El que violaba a una escogida, también se le condenaba a
muerte y si la Virgen era cómplice, corría igual suerte.
 ADULTERIO:
El adulterio entre el pueblo se castigaba con azotes, pero
cuando se practicaba entre un hombre del pueblo con la
mujer de un principal, la pena era de muerte. Cuando se
estopaba a la hija de un curaca o de un noble, la pena era
de muerte, pero si la víctima era de la clase popular, el
delincuente sólo sufría pena de azotes.
 OTROS DELITOS:
Con golpes de piedra en las espaldas o azotes eran
condenados los que por primera y segunda vez cometían
delitos menores.
Los reincidentes en delitos de estupro, de corrupción de
menores, de alterar los linderos de las tierras, en
desobedecer los mandatos de los curacas, en mentir y ser
perjuros, también eran condenados a muerte. Lo mismo le
pasaba a los mitimaes que se fugaba por tres veces del
lugar a donde habían sido confinados. El hombre
deshonesto con mujeres solteras era severísimamente
castigado y si reincidía, se le condenaba a muerte.
 PRISION:
Aun cuando había centros de detención, se usaban sólo
antes de la condena, pues no existía la prisión como
sanción.

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