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CAUSA: "Incidente de Caducidad

del Partido Demócrata


Cristiano -art. 50, inc. “c”
ley 23.298" (Expte. Nº 3540/02
CNE) - CORDOBA.-

FALLO Nº 3028/2002

///nos Aires, 16 de mayo de 2002.-


Y VISTOS: los autos caratulados "Incidente de
Caducidad del Partido Demócrata Cristiano -art. 50, inc. “c”
ley 23.298" (Expte. Nº 3540/02 CNE), venidos del juzgado
federal electoral de la Provincia de Córdoba en virtud del
recurso de apelación interpuesto a fs. 30 contra la
resolución de fs. 23, obrando la expresión de agravios a fs.
31/46 vta., el dictamen del señor Fiscal actuante en esta
instancia a fs. 51/53 vta., y
CONSIDERANDO:
1º) Que en atención al informe de fs. 2,
el Ministerio Público Fiscal solicita la caducidad del
partido “Demócrata Cristiano” en los términos del art. 50
inc. "c" de la ley 23.298 (cfr. fs. 3).-
A fs. 10/17 vta. el apoderado del partido
contesta el traslado de la petición fiscal. Solicita su
rechazo y plantea la inconstitucionalidad de la norma en que
se funda.-
A fs. 20/22 el representante del partido
deduce recurso de reposición contra la resolución agregada a
fs. 18, mediante la cual se rechaza la pretensión de producir
las pruebas ofrecidas por el partido.-
A fs. 23 y vta. el a quo desestima ese
recurso, y a fs. 24/26 dicta sentencia sobre el fondo de la
cuestión planteada. Explica que la agrupación política cuya
caducidad se debate participó -en alianza con el partido
“Acción Popular”- en las elecciones del 24 de octubre de 1999
y de modo independiente en las celebradas el 14 de octubre de
2001, habiendo obtenido en esas oportunidades el 0,3114% y el
1,4207% de los votos correspondientes al padrón del distrito,
respectivamente. Con base en jurisprudencia de este Tribunal
rechaza la inconstitucionalidad planteada y examina los demás
argumentos introducidos por el demandado.-
Desestima, con invocación de abundante
jurisprudencia de este Tribunal y de la Corte Suprema, el
razonamiento según el cual el cómputo del 2% al que alude el
art. 50, inc. “c” de la ley 23.298 debe hacerse sobre el
padrón de todo el país.-
En relación a que en el cálculo de los
sufragios obtenidos por el partido de autos, deben incluírse
los logrados por todas las agrupaciones con las que éste
convino sumar sus votos (cf. fs. 13 vta./14), destaca que si
bien la Junta Electoral, mediante acta N° 8 -del 26 de
setiembre de 2001- hizo lugar al reconocimiento del convenio
de sumatoria de votos, “de modo expreso en el punto 2°) de la
mencionada acta, rechaza la homologación del punto tercero
del convenio referido, por el que se pretendía extender el
resultado de la sumatoria a todos los efectos de los comicios
incluyendo el mínimo requerido por ley” (cf. fs. 26 vta./27).
Explica que en esa resolución la Junta “analizó el planteo
que ahora se pretende reabrir y ... se encuentra firme, en
tanto fue consentida por los once partidos que suscribieron
el convenio de sumatoria referido, entre los que se encontró
la Democracia Cristiana” (cf. cit.). Añade, por último, que
la solución pretendida por el demandado es contraria a los
criterios que la propia ley establece.-
Declara, entonces, la caducidad de la
personalidad política del partido “Demócrata Cristiano", por
aplicación de los artículos 49 y 50 inc. "c" de la ley
23.298.-
A fs. 31/46 vta., el recurrente expresa
agravios.-
Solicita que se declare la nulidad de los
pronunciamientos apelados por no haberse seguido el
procedimiento establecido en el artículo 65 de la ley 23.298,
o alguno de los reglados por el Código Procesal; y porque se
le rechazó la producción de las pruebas ofrecidas en su
presentación de fs. 10/17 vta..-
Se agravia, por otra parte, en atención
a la interpretación conferida al inc. “c” del art. 50 de la
ley 23.298.-
En este sentido, afirma que a los fines
de determinar el porcentual de votos correspondiente al
partido que representa, deben computarse los sufragios
obtenidos por todas las agrupaciones que en los últimos
comicios llevaron sus mismos candidatos, toda vez que no cabe
diferenciar las figuras de “alianza” y “sumatoria” (cf. fs.
38). Considera que esos modos de participación en el acto
electoral son análogos, y que “la única diferencia es de
carácter estratégico [...] para que, si algún elector tiene
un prurito de cualquier tipo en votar a un partido
determinado, pueda hacerlo, por los mismos candidatos y el
mismo programa, introduciendo la boleta de otro. La finalidad
es contener a estos votantes, disgustados con alguno de los
partidos políticos integrantes de la sumatoria, bajo el mismo
paraguas de una común filosofía política”. (cf. fs. 40
vta./41).-
En segundo lugar, manifiesta que,
teniendo en cuenta que en toda elección vota aproximadamente
un setenta por ciento (70%) del padrón electoral, y que de
ese porcentaje el quince por ciento (15%) lo hace en blanco
o anula su voto, “la representatividad requerida debe
calcularse sobre aquellos ciudadanos que efectivamente
delegaron su representatividad” (cf. fs. 42 vta./43).-
Alega, en sustento de sus dichos, que
todo padrón registra ciudadanos fallecidos, o que han mudado
de domicilio, que no han podido ir a votar o que superan la
edad hasta la cual es obligatorio hacerlo; y explica que ello
“hubiera sido fácilmente corroborado si el tribunal [...]
hubiese proveído [favorablemente] las pruebas ofrecidas” (cf.
fs. 43).-
Sostiene que la causal de caducidad
invocada no es de aplicación a los partidos de distrito, sino
que está destinada únicamente a los de carácter nacional, y
expresa que si se entendiera lo contrario su interpretación
debería desembocar en que los partidos distritales solo
pueden incurrir en la causal cuando no alcancen “el dos por
ciento en ninguno de los distritos o circunscripciones o
circuitos en que [...][cada distrito] se divide” (cf. fs. 44
vta.).-
Reitera la petición de que se declare
inconstitucional el art. 50, inc. “c”, deducida al contestar
el traslado a fs. 10/17 vta., remitiéndose a los conceptos
allí expuestos; y solicita la producción de las pruebas
ofrecidas en esa oportunidad.-
A fs. 51/53 vta., el señor fiscal
actuante ante esta instancia se pronuncia en favor de la
confirmación de la sentencia apelada.-
2°) Que previo a toda consideración cabe
señalar que, sin perjuicio de advertir que el recurso se ha
interpuesto únicamente contra la sentencia de fs. 23 (cfr.
fs. 30), este Tribunal habrá de examinar también -en atención
a la materia debatida- los agravios expuestos contra la
decisión pronunciada a fs. 24/27 atento a que el memorial que
los contiene fue presentado en el plazo hábil para interponer
el recurso contra esa resolución (cf. fs. 31/46 vta.).-
3º) Que, toda vez que el apelante nada
dice respecto de la aplicación al caso de la invariable
jurisprudencia de este Tribunal tenida en cuenta por el
magistrado para desestimar la inconstitucionalidad planteada,
por las razones que han sido objeto de examen -con relación
al inciso “c” del art. 50 de la ley N° 23.298- sino que, por
el contrario, se limita a remitirse a su anterior
presentación, el recurso debe considerarse desierto en lo
atinente a este punto, por imperio de los artículos 265 y 266
del Código Procesal, lo que así se declara.-
Por lo demás, las consideraciones
vertidas en aquella presentación no importan nuevos
argumentos que puedan llevar a una modificación del criterio
sentado en los precedentes a los cuales se ajusta el fallo
recurrido.-
4°) Que idéntico tratamiento ha de
merecer el argumento según el cual el art. 50 inc. “c” no se
aplicaría al caso sub examine por tratarse de un partido de
distrito integrante de un partido nacional, toda vez que las
manifestaciones en que se funda aparecen claramente
desvirtuadas en la sentencia recurrida -la cual no es objeto
de una crítica concreta y razonada- y sólo exhiben, en rigor,
la mera discrepancia con lo decidido por esta Cámara y su
alzada en los precedentes que le sirven de antecedente.-
Por otra parte, la inteligencia conferida
por este Tribunal a la norma de mención -en este punto- fue
invariablemente mantenida por la Corte Suprema de Justicia de
la Nación a través de distintos pronunciamientos (cf. Fallos:
315:380; 315:428; 315:1399, entre muchos otros).-
Sin perjuicio de ello, y sólo entonces a
mayor abundamiento, es de interés señalar que no asiste razón
al recurrente en cuanto afirma que “si todos los distritos de
un partido nacional perdieran su personería” se caería en el
absurdo de que “un partido es nacional pero no puede actuar
en ningún distrito” (cf. 44). En efecto, ese partido nacional
no subsistiría como tal, toda vez que -como resulta de lo
establecido por este Tribunal- al caducar todos los partidos
de distrito que le dan sustento desaparecería una condición
sustancial para la subsistencia de la inscripción del partido
nacional, pues éste quedó sin la necesaria representatividad
para poder actuar (cf. arg. fallos Nº 1819/95 y sus citas).-
5°) Que, con relación al agravio referido
a la supuesta violación al derecho de defensa en juicio
formulado por el apelante, cabe recordar que no es el recurso
de apelación la vía idónea para plantear las presuntas
anomalías en que aquél se funda. Ello así, toda vez que el
art. 253 del Código Procesal Civil excluye de su ámbito a las
irregularidades que afecten a los actos procesales que
precedieron el dictado de la resolución (conf. Colombo,
"Manual de Derecho Procesal Civil", Abeledo-Perrot, 3a. Ed.,
p. 594, y CNCiv. Sala C, 11-7-69, LL 138-919 (23.523 S.);
CNCiv. Sala D, 18-6-74, ED 57-293; CNCiv. Sala D, 9-8-68, LL
135-171; CNCiv. Sala B, 10-7-74, LL 156-492, 2049/95 CNE,
entre muchos otros) los cuales deben ser atacados por vía del
incidente de nulidad en la instancia en que se produjeron,
aun cuando el interesado no hubiera estado en condiciones de
conocer el acto irregular con anterioridad al pronunciamiento
de la decisión (Fallo NE 2570/99 CNE).-
De todos modos, como con acierto señala
el señor fiscal actuante ante la instancia, no se advierte
que haya sido vulnerado el derecho de defensa del apelante,
desde que ha sido oído, y se le ha reconocido su facultad de
ofrecer prueba conducente para la solución de la litis, en
todas las instancias. Cabe destacar que no ha indicado en su
memorial de modo concreto -según era menester- cómo la suerte
del litigio habría de variar, de hacerse lugar a la nulidad
pretendida.-
En cuanto a la prueba cuya recepción como
medida para mejor proveer se solicita en esta instancia, en
los términos del art. 68 de la ley 23.298, no corresponde
hacer lugar a tal solicitud toda vez que aquélla no resulta
relevante para resolver el asunto sub examine, y solo podría
dilatar la solución del caso.-
6°) Que el agravio sustentado en la
analogía que presentarían la figura de las alianzas
transitorias previstas por el art. 10° de la ley 23.298 y la
modalidad que desemboca en la suma de los votos obtenidos por
idénticas listas de candidatos presentadas por diversas
agrupaciones políticas, no puede tampoco ser atendido. Ello
así, en tanto el magistrado dejó sentado que el planteo
mereció oportuno pronunciamiento -contrario a la pretensión
del apelante- “que se encuentra firme” (cfr. fs. 27), lo cual
no fue objeto de crítica alguna en el memorial obrante a fs.
31/46 vta.; de lo que se sigue que también en lo atinente a
este punto el recurso debe considerarse desierto, por imperio
de los artículos 265 y 266 del Código Procesal, lo que así se
declara.-
7°) Que sin perjuicio de lo expuesto en
el considerando anterior, los argumentos vertidos por el
recurrente respecto de esta materia -ajenos al sustento de la
decisión que cuestiona- tampoco son acertados. En efecto, tal
como se ha establecido, solo cabe reputar “alianzas
electorales” a aquellas reconocidas por el juez federal con
competencia electoral, a petición de parte -“por lo menos dos
meses antes de la elección” (art. 10, ley 23.298)- (cf. Fallo
N° 2984/2001 CNE). Esta cuestión ya ha sido objeto de un
pormenorizado examen en el pronunciamiento citado, al que
cabe remitirse por razones de brevedad.-
En particular, se estableció allí que no
puede “receptarse lo argumentado en el sentido de que carece
de importancia la forma que las fuerzas políticas eligieron
para constituir la alianza y que sostener lo contrario
cercenaría el derecho a la libre asociación política
contenido en la cláusula XXII de la Declaración Americana de
los Derechos del Hombre”.-
“En primer lugar, porque lo establecido
en dicho instrumento internacional son “derechos y deberes”
correspondientes al “hombre”, y no es esa la cuestión
planteada, que radica en las condiciones bajo las cuales
puede tenerse por constituida una alianza electoral de
“partidos políticos” (cf. arg. Fallos 315:1399, disidencia
parcial del juez Petracchi)” y “en segundo lugar, porque es
sabido que no hay derechos absolutos, toda vez que la
Constitución Nacional garantiza su goce conforme a las leyes
que reglamentan su ejercicio (Fallos 310:1045; 311:1132;
314:1202; 314:1376; 314:1531; 315:2804; 321:3542 y 322:2817,
entre muchos otros)”. A lo cual cabe agregar que se ha
considerado razonable, en particular, la reglamentación del
derecho de asociarse con fines políticos (Fallos, 253:133 y
317:1195, voto del juez Fayt, entre otros). Finalmente, se
añadió que el art. XXVIII del aludido tratado, por su parte,
también reconoce la facultad de reglamentar el derecho de
mención al establecer que “los derechos de cada hombre están
limitados por [...] las justas exigencias del bienestar
general y el desenvolvimiento democrático”.-
8°) Que en el precedente de esta Cámara
citado, se aclaró que “no escapa al entendimiento del
tribunal que el sistema constitucional vigente posibilita la
suma de votos obtenidos por listas de candidatos idénticas en
el supuesto de los propuestos para ser diputados nacionales
[...] y no lo permite en el caso de los senadores. Lo que
distingue el disímil tratamiento de esos dos supuestos no
exige mayor esfuerzo interpretativo. Para el caso de
diputados nacionales la ley estableció un sistema en el que
las listas de candidatos prevalecen sobre las agrupaciones
políticas [...] Ello es así, toda vez que el Código Electoral
Nacional adoptó el sistema denominado D'Hont, "dando
exclusiva prevalencia a las listas de candidatos
oficializadas, sin mencionar para nada a los partidos [...][y
por ello] el escrutinio se practica por lista" [...] Para los
senadores nacionales, en cambio -y como ya se dijo- el
artículo 54 de la Constitución Nacional y su reglamentario
(art. 157 Código Electoral Nacional) establecen que
resultarán electos los dos titulares correspondientes a la
lista del partido o alianza electoral que obtuviere la
mayoría de los votos emitidos y el primero de la lista
siguiente en cantidad de votos, se trata pues, de un sistema
de lista incompleta por partido”.-
Todo lo expuesto pone de relieve que el
método de “sumatoria” al que hace referencia el recurrente no
puede ser subsumido -en ningún supuesto- en el concepto de
“alianza electoral”.-
Por lo demás, y solo a título
ilustrativo, cabe señalar que atender a lo expuesto a fs. 40
vta./41, en el sentido de que lo único que distingue a ambos
modos de participación es el “carácter estratégico [...] para
que, si algún elector tiene un prurito de cualquier tipo en
votar a un partido determinado, pueda hacerlo, por los mismos
candidatos y el mismo programa, introduciendo la boleta de
otro” contrariaría, evidentemente, el objetivo tenido en
miras por el legislador al dictar el art. 50 de la ley
23.298, pues “el sistema [por ella establecido] está fundado
en la representatividad de los partidos políticos como
condición de su existencia legal" (conf. Fallos CNE 548/88,
615/88, 649/88, 807/89, 1400/92, 1403/92 y 1448/92 y 2189/96,
entre muchos otros).-
9°) Que tampoco pueden ser pacíficamente
aceptados los dichos del recurrente según los cuales el
porcentaje debería ser calculado únicamente sobre los votos
positivos válidamente emitidos, pues la ley es clara al
establecer que a ese fin se utilizará “el padrón electoral”,
lo que basta para desecharlo.-
10°) Que, por otra parte, corresponde
destacar que el cuestionamiento a la exactitud de los
padrones definitivos utilizados en las elecciones del 24 de
octubre de 1999 y del 14 de octubre de 2001 en el distrito de
Córdoba es manifiestamente improcedente, por extemporáneo.
Ello así por cuanto el Código Electoral Nacional establece
determinados plazos para formular cuestionamientos al padrón
(arts. 27, 28, 33, 37 y 38) por parte de los particulares y
de los partidos políticos, fuera de los cuales no pueden ser
admitidos (cf. Fallo CNE Nº 244/85, 2699/99 y 2972/2001).-
De otro modo se podría poner en duda
indefinidamente la base misma de la elección -el padrón-, lo
cual ha sido voluntad del legislador evitar al establecer un
régimen cronológico y preclusivo en materia electoral.-
11°) Que, en otro orden de ideas, este
Tribunal tiene dicho que, toda vez que a los fines
electorales la Capital Federal y cada una de las provincias
que forman la Nación constituyen un "distrito" (conf. art. 39
inc. 1º del Código Electoral Nacional), el empleo de ese
vocablo en el art. 50 inc. "c", en concordancia con el mínimo
de votos que deben ser obtenidos por los partidos para
mantener su personalidad jurídico política, “descarta
absolutamente que dicho porcentaje pueda computarse por
separado en las subdivisiones de los distritos, como lo son
las secciones electorales (conf. art. cit., inc. 2º)” (cf.
CNE Fallos Nº 918/90, entre otros). Por lo tanto, la
interpretación que ensaya el recurrente, según la cual sólo
incurriría en causal de caducidad un partido con personalidad
distrital cuando “no alcance el dos por ciento [de votos] en
ninguno de los distritos o circunscripciones o circuitos en
que el mismo (el distrito) se divide” carece de fundamento de
orden normativo alguno.-
12°) Que, a la luz de las consideraciones
efectuadas, el partido de autos se encuentra incurso en las
previsiones del art. 50, inc."c" de la ley 23.298 toda vez
que no obtuvo sucesivamente en el distrito de Córdoba el 2%
de votos calculados sobre el padrón correspondiente, en las
elecciones del 24 de octubre de 1999 y del 14 de octubre de
2001.-
En mérito de lo expuesto, oído el señor
Fiscal actuante en la instancia, la Cámara Nacional Electoral
RESUELVE: confirmar la resolución apelada.-
Regístrese, notifíquese y, oportunamente,
vuelvan los autos al juzgado de origen. RODOLFO E. MUNNE -
ALBERTO R. DALLA VIA - SANTIAGO H. CORCUERA - FELIPE GONZALEZ
ROURA (Secretario).-

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