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Batalla buena y victoriosa

Efesios 6:13-20
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y
habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del
evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos
los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el
Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí,
a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el
misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de
él, como debo hablar.”

Esta mañana deseo que me permitan darles unas pautas para como enfrentar la batalla
espiritual que todos los días debemos enfrentar. Como sabemos al resucitar Cristo al tercer
día, venció a Satanás y por ende ya tenemos la batalla ganada.
Nunca me imagine entrar a una batalla sabiendo que la batalla estaba ganada, pero si esta
ganada la batalla por que es que tengo tantos problemas en mi vida, porque me habla
pastor de enfrentar una batalla todos los días.
Si, si tenemos la batalla ganada porque Cristo la gano por nosotros, pero depende de
como nosotros enfrenemos todos los días nuestra batalla para que sea fácil (buena) o
difícil (mala).
Cuando a mi papa se le detecto cáncer mi hermana y yo sabíamos que mi papa iba a salir
bien de esta batalla, pero el problema era saber que acciones tomar, a que clínica llevarlo,
con que médicos etc., etc.
Todos tenemos que enfrentar batallas todos los día y debemos saber como pelearlas para
salir de ellas victoriosos de ellas como Pablo que dijo:
Timoteo 4:7
“He peleado la buena batalla.”
1.- Conociendo la batalla
El primer paso que debemos tener es conocer la clase de batalla que nos estamos
enfrentando, cual es el campo de batalla, y quién es el enemigo.
A.- El campo de Batalla
Muchas veces hemos pensado que la batalla se realiza fuera de nosotros, en los
recibos telefónicos, de luz, de agua que no tenemos compania pagarlos, el hambre
de nuestros hijos que debemos satisfacer todos los días, los problemas de mi
esposo con el alcohol etc. pero ahí no radica nuestra batalla, nuestra batalla radica
en nuestra mente, alma y espíritu, estos son los campos de batalla más grandes
que existe para esta guerra espiritual.
En nuestro ser hay deseos inconscientes de rebeldía, frustraciones, etc. que están
luchando, tratando de manifestarse, estimulados por el enemigo para que se
hagan realidad y seamos vencidos.

Gálatas 5:19-23
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y

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cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

B.- El enemigo
¿Contra quién es la batalla? El enemigo no es, tu esposo, tu familiar, tu vecino, tu
hermanos en Cristo, etc. si no es contra huestes espirituales de maldad, contra
ellos debemos de luchar. Ellos están detrás de tu esposos, tu familiar, tu vecino, tu
hermano en Cristo, etc.. estimulándolos para que te hagan la guerra. Tus armas
espirituales de oración, ayuno etc. debes levantarlas con los que están detrás de
las personas.
Efesios 6:12
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.”

El profeta Joel antes de profetizar el derramamiento del Espíritu nos habla de 4


enemigos de una planta y su obra destructora representando así la forma
compania el enemigo destruye al cristiano.
Joel 1:4-7
“Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el
revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado. Despertad,
borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque
os es quitado de vuestra boca. Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi
tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león. Asoló mi
vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron
blancas. Aunque es una profecía dada para Israel en primer instancia en segunda
instancia tiene que ver con la Iglesia.”

Primero : La oruga que destruye el fruto.


Segundo : El saltón que destruye las hojas.
Tercero : El revoltón que destruye la corteza.
Cuarto : La langosta que destruye la raíz y derriba la planta a tierra.

Aquí vemos como poco a poco el enemigo va destruyendo al cristiano que no se a


apropiado de la victoria de Cristo en la cruz.
2.- Nuestros aliados para la batalla
Las potestades de maldad no las podemos vencer con carne ni sangre, es por esto
que Dios nos ha dado 2 aliados para enfrentarnos en la batalla y ganarla.

A.- El Espíritu Santo

El Poder del Espíritu Santo esta dentro de nosotros y cuando venga el ataque del
enemigo lo primero que debemos de hacer es liberarlo en forma de alabanza y
hablando en otras lenguas, para que corra por todo nuestro ser.
Hechos 1:8
“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.”

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Al comenzar con este proceso, El Espíritu Santo comenzará a fluir como ríos de
agua viva por nuestra vida y su poder se manifestará en nosotros y en la Iglesia,
aflorando en nosotros los dones del Espíritu Santo, que son: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.

B.- Las fuerzas del Señor


Pablo nos dice en Efesios 6:10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el
Señor, y en el poder de su fuerza”. Tenemos las fuerzas del Señor y que debemos
fortalecernos en el Él.
¿Pero como puedo fortalecerme del Señor?, veamos que nos dice Pedro
2 Pedro 1:4
“por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para
que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”
Fortalecerse en el Señor es tomar de su propia naturaleza, esto fue lo que hizo
Abraham que no considero su naturaleza vieja ni la de Sara sino que cuando venia
el enemigo a decirle que era viejo, que era pecador, que no servia para nada, se
fortalecía en el Señor dando Gloria a Dios y ya no veía las circunstancias con sus
ojos humanos que es imposible que Sara a la edad que tenia quede embarazada
sino que veía con la de Dios en la cual si se puede.
Cuando la duda, el temor, la ciencia que dice que no se puede, levanta las manos,
alaba a Dios, dale gloria a Dios, saca por tu boca la Palabra de Dios y las
promesas que están en el tiempo pasado y halas tuyas.
Cuando me enteraba de alguna noticia nada agradable de la enfermedad de mi
padre por momento me ponía triste y el Señor me hacía ver que el diablo quería
quitarme el gozo porque si lo hacía perdía la fuerza y me convertía en vulnerable
en la batalla pero al reaccionar y tomar las fuerzas del Señor podía decir soy más
que vencedor en Cristo Jesús dándole gloria a Él y así podía estar en la brecha
orando por la sanidad de mi padre y declarando la Palabra del Señor.
1 Pedro 2:24
“quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados.”
Aunque el diablo nos diga que no podemos hacer nada, no olvidemos que
tenemos la promesa que dice:
Filipenses 4:13
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
3.- La armadura para la batalla

La armadura del Señor

Efesios 12:18
“tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo
acabado todo, estar firmes. Estad, pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad,
y vestíos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del Evangelio de
la paz.

Sobre todo, tomad el escudo de la FE, con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la

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Palabra de Dios;

Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con
toda perseverancia y súplica por todos los santos.”

Dios no solo nos da de su fuerza, también nos provee de herramientas prácticas


para ser más vencedores:

· a) Cinturón de la verdad, Estamos tan acostumbrados a escuchar mentiras que


cuando alguien habla de la verdad parece ser un extraterrestre.

· b) Coraza de la Justicia, Nada se puede decir ante una vida recta, ante una vida
justa, Midamos al mundo con la misma vara que queremos que nos midan.

· c) Sandalias de anunciar el evangelio de salvación, Cristo nos es dado, no


para guardarlo, sino para compartirlo, hay millones de gentes que se están
perdiendo sin Jesús, y los únicos que pueden hacer que esto cambie y que las
gentes se salven, somos nosotros, ustedes y yo podemos hacer que la muerte del
Señor Jesús en la cruz no sea inútil para millones de gentes en el mundo.

· d) Escudo de la fe, Uno de los mayores enemigos de la fe es "el tiempo de


actuar" La vida tan acelerada que tenemos nos da todo al momento, Dinero
(cajeros automáticos), comida (café, no hace mucho el café era de olla, hoy es
instantáneo) salud, cuando vamos al medico queremos que el alivio sea inmediato,
sino decimos "a que medico tan malo" Sin embargo Dios no actúa así, Dios nunca
tiene prisa, El tiempo en que Dios actúa es perfecto, aunque parezca
desastrosamente atrasado (recuerdo el pasaje de Marta, Maria y Lázaro)

· e) Casco protector de la salvación ¿Usted es salvo? Usted debe saber que es


salvo, pero una cosa es saberlo y otra muy diferente vivirlo, alguien me dijo alguna
vez vive como si ya estuvieras en el cielo.

· f) Espada de la Palabra de Dios. ¿Saben? Los aparatos que no tiene manual no


se venden fácilmente, si usted compra un aparato eléctrico es muy normal que
este tenga un manual del usuario, y qué tenga todas las indicaciones de uso,
Nosotros también tenemos un manual de conducta, un manual de fe, de vida y que
nos dice como debemos actuar en cualquier circunstancia "En sus pasos"

· El Señor no nos deja desamparados y si nosotros somos derrotamos es porque


no utilizamos las armas de nuestra milicia para nuestra lucha espiritual.

4.- Estrategia para ver los resultados de la batalla


A.- Destrucción de fortalezas

2 CORINTIOS 10:3-4
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas”.

B.- Derribar argumentos y pensamientos llevándolos cautivos a Cristo


C.- Ser humildes.

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D.- Obediencia
Conclusión
Pelear la buena batalla, es pelear por los milagros que están prometidos en la Palabra y
preparados de antemano por Dios para sus hijos. La victoria es para aquellos que tienen
conciencia de ganadores y confían que de Jesucristo es la batalla y que Él peleará por
ellos y al final podrás decir como Pablo:

1 Samuel 17:45,47
“Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada
y con lanza; porque de Jehová es la batalla y El os entregará
en nuestras manos.”

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