Vous êtes sur la page 1sur 6

Magister de Alta Dirección y Gestión de Instituciones Educacionales

Sede: Osorno

Escuela Rural, educando en la Diversidad

Módulo Gestión del clima organizacional y convivencia escolar 2

Estudiante: Armin Ortiz Herrera

Profesora: Andrea Zincker Kramm

Osorno, Chile 2019


Escuela Rural, educando en la Diversidad

En el presente ensayo se plantean ideas con respecto a dos de los conceptos del nuevo paradigma
educativo y un contexto: la diversidad, la convivencia en el ámbito escolar y la ruralidad,
entendiendo La diversidad desde la diferencia, la existencia de la variedad o la abundancia de
cosas de distintas características o su relación a la globalización de la cultura, la convivencia como
la coexistencia pacífica de los miembros de la comunidad educativa, que supone una interrelación
positiva entre ellos y permite el adecuado cumplimiento de los objetivos educativos en un clima
que propicia el desarrollo integral de los estudiantes y Ruralidad como un contexto educativo que
está alejado de las ciudades. Sus estudiantes son niños y niñas que suelen vivir en pequeños
parajes o pueblos donde se desarrollan actividades agropecuarias.

La escuela Rural como institución educativa forma parte de un sector específico del sistema
educacional, teniendo en cuenta de que se limita por su localización y el carácter cultural de la
población que atiende, con necesidades pedagógicas propias de cada contexto. Se organizan a
través de las “aulas multigrado”, que responden a la diversidad de los y las estudiantes que asisten,
dada por su edad, disposiciones al aprendizaje y puntos de partida que presentan. En una escuela
multigrado, al menos una de sus aulas se encuentra combinada, es decir, está compuesta por
estudiantes de diferentes cursos. (Mineduc, s.f.)

Según el Ministerio de Educación, Los niños y niñas de localidades pequeñas y distantes amplían
sus oportunidades de inclusión social y proyectos de vida futuros a través de una educación
adecuada y pertinente a su contexto que les permite alcanzar aprendizajes de calidad. En este
sentido, el contexto rural multigrado nos ofrece la posibilidad de enseñar en una diversidad que la
entenderemos como “las distintas diferencias que existen entre los/as estudiantes a nivel de
género, etnia, nacionalidad, cultura, religión, niveles de aprendizaje, necesidades de aprendizaje,
entre otras características, que influyen en la manera como los/as estudiantes enfrentan su
proceso de aprendizaje y que requieren ser abordadas para asegurar un aprendizaje integral y
exitoso.” (Mineduc, s.f.)

La diversidad dentro de la diversidad del aula multigrado ha sido siempre una de sus características
más destacables, y concretamente la diversidad de edades que simultáneamente es atendida por
un maestro, ya sea tutor, ya sea especialista, en el marco de lo que podemos llamar prácticas
pedagógicas inclusivas, y, aunque no sea una práctica exclusiva del aula multigrado, bien es cierto
que se orienta a dar una respuesta educativa comprensiva, diversificada, capaz de atender
eficientemente a las necesidades educativas de sus alumnados, considerando la individualidad de
cada uno de sus miembros, generando, en consecuencia, confianza en ellos como protagonistas
del proceso de enseñanza-aprendizaje y activando mecanismos de respeto en la toma de
decisiones a partir de la pluralidad de ideas y percepciones que surgen en el seno del aula. (Boix,
2011)

Por otra parte las disposiciones para la inclusión educativa en el sistema educacional chileno, se
inspiran en la Constitución Política y en el ordenamiento jurídico de la Nación que le procede; en la
Ley General de Educación y en los objetivos generales de aprendizaje para el nivel de educación
parvulario y nivel de educación básica que ésta señala, así como en las Bases Curriculares que
permiten su concreción y logro; en las Normas sobre la Igualdad de Oportunidades e Inclusión
Social de Personas con Discapacidad, así como en la concepción antropológica y ética que orientan
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados internacionales vigentes y
ratificados por Chile, como son la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad. Además, la Ley de Inclusión Escolar, ley 20.845 del
2015 incorpora en el sistema educativo chileno los principios de integración e inclusión, de
acuerdo con los cuales se establece que “el sistema propenderá a eliminar todas las formas de
discriminación arbitraria que impidan el aprendizaje y la participación de los estudiantes.
Asimismo, el sistema propiciará que los establecimientos educativos sean un lugar de encuentro
entre estudiantes de distintas condiciones socioeconómicas, culturales, étnicas, de género, de
nacionalidad o de religión” (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2015). Por todo lo anterior,
se entiende que la inclusión educativa, implica que todos los alumnos de una determinada
comunidad aprendan juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o
culturales. Se trata de lograr una escuela en la que no existan “requisitos de entrada”, ni
mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, una escuela que modifique
substancialmente su estructura, su funcionamiento y su propuesta pedagógica para dar respuesta
a las necesidades educativas de todos y cada uno de los estudiantes que asisten a ella, incluidos
aquellos que presentan necesidades educativas especiales ya que en algunos casos, requieren
apoyo o ayudas adicionales a las que requieren sus compañeros. “La inclusión educativa tiene tres
pilares fundamentales: la presencia o acceso que implica que todos los estudiantes accedan a
espacios educativos inclusivos, la participación, que implica que todos los estudiantes tengan
espacios de relaciones sociales satisfactorias con todos los compañeros, y el aprendizaje el que
garantice que todos los estudiantes logren niveles crecientes de aprendizaje integral que les
permitan progresar dentro del sistema educativo.- Desde esta perspectiva, es la escuela la que
debe adaptarse a los niños y no éstos a ella. Por todo ello, la inclusión tiene que ver con un proceso
de búsqueda que cada comunidad escolar debe llevar a cabo para encontrar mejores formas y más
eficaces de responder a la diversidad del alumnado” (Arriagada, 2015). Se trata de un proceso de
mejora o de desarrollo institucional en el que se compromete toda la comunidad escolar.

“No es posible someter a los alumnos a estimulaciones indiferenciadas, ni considerarlos como si


todos tuvieran las mismas posibilidades de aprender lo mismo y del mismo modo o, como si,
solamente, las diferencias estuvieran marcadas por las estructuras del conocimiento. El contexto
social en general y las interacciones cognitivas y sociales en particular transforman y modulan las
situaciones por un juego complejo entre diversos principios de organización. El contexto social
produce marcas (institucionales, políticas, culturales y sociales) que otorgan sentido a los
conocimientos de los alumnos y los diferencia uno a uno. Por ello encontramos alumnos con
conocimientos e intereses diferentes. Alumnos con diferentes posibilidades de aprender y que
procuran resolver la tarea empleando” (Boggino, 2008). Pues bien, si consideramos todos estos
antecedentes, el contexto rural multigrado presenta un variopinto espectro de instancias de
atención a la diversidad, que para el docente de aula por ejemplo tener a un niño de 6 años
compartiendo con otro de 10 años en una actividad de producción de texto, donde ambos deben
aportar al contendido, creación y edición, favorece el aprendizaje colaborativo teniendo en cuenta
los distintos niveles de habilidades y conocimientos.

La falta de convivencia en contextos rurales, entendiendo esta última como, la carencia de


reconocimiento de la diversidad puede desestabilizar tanto a los estudiantes como a los
profesores, generando en ellos situaciones de irrespeto e intolerancia que conducen al deterioro
de la sana convivencia y ésta a su vez al fracaso escolar, ya que “la ausencia de éxito o el fracaso
escolar es substancialmente el resultado de la interacción entre un sujeto alumno y una institución
escuela”. (Funes, 2002), por tanto la convivencia se ve fuertemente relacionada a la reafirmación
de la diversidad y del respeto por lo diferente, aprendiendo de lo diverso y centrando los esfuerzos
en formar a todos los miembros de la comunidad educativa para que logremos comprender que
estamos llamados a ser responsables y beneficiarios de una buena convivencia.

Así las escuelas rurales multigrados tiene una ventaja sostenible, al tener menos estudiantes en el
aula se diversifican las inquietudes y necesidades de aprendizaje, teniendo que intensionar la
enseñanza de habilidades y los modos de convivir, no solo a nivel curricular, sino también en los
distintos espacios y oportunidades que la comunidad educativa nos presenta. (División Educación
General , 2019). Sin duda estas instituciones son un nicho de investigación y buenas prácticas que
han sido poco visualizadas desde los niveles centrales del sistena educacional chileno, con respecto
a convivencia, diversidad e inclusión, quizás por sesgos como cantidad de estudiantes, la
pertinencia de la enseñanza, perfeccionamiento de los docentes e irregulares resultados
educativos según las últimas mediciones simce o por simple desconocimiento de la accion
formativa alejada de los centros urbanos, pero estas escuelas son ricas en comunicación
horizontal, resolución de conflictos a traves de actividades formativas y promoción de una
convivencia cordial y buen trato entre todos los actores de la unidad educativa.
Bibliografía
Arriagada, R. (2015). Propuesta de plan de Inclusión en el contexto multigrado. Río Bueno.

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (08 de junio de 2015). Obtenido de


https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1078172&idVersion=2017-01-28

Boggino, N. (2008). DIVERSIDAD Y CONVIVENCIA ESCOLAR. APORTES PARA TRABAJAR EN EL AULA Y


LA. Revista de Estudios y Experiencias en Educación , 53-64.

Boix, R. (2011). ¿Qué queda de la escuela rural? Algunas reflexiones sobre la realidad pedagógica
del aula multigrado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 13-23.

Funes, J. (2002). Éxitos y fracasos en la actualidad. Breve aproximación a algunos de sus


componentes. gibraltar: Fundación Pere Tarrés y Fundación Enciclopedia Catalana.

General, D. E. (2019). Política Nacional de Convivencia Escolar. Santiago: Ministerio de Educación


de Chile.

Mineduc. (s.f.). Educación Rural . Obtenido de http://escolar.mineduc.cl/educacion-rural/

Vous aimerez peut-être aussi