Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Gianfranco Pasquino
Centro de Bolonia.Universidad Johns Hopkins
RESUMEN ABSTRACT
En el sistema político italiano han existido Two types of terrorism have existed and
dos tipos de terrorismo. El terrorismo operated in the Italian political system.
negro fue organizado por los anteriores Black terrorism was organized by former
neofascistas, fue tolerado y utilizado por neo-fascists, was tolerated and utilized by
algunos sectores del Estado, fue apoyado y some sectors of the State, and was sup-
recibió asilo por los servicios secretos y ported and given asylum by the secret
policía de algunos países del Sur de Europa services and police of some Southern Eu-
y Latinoamericanos. Sus acciones de diri- ropean and Latin American countries. Its
gían a crear el pánico en la población por actions were directed toward creating panic
medio de la violencia indiscriminada y a among the population through in-
provocar un Estado fuerte y autoritario. discriminate slaughters and provoking a
Los terroristas rojos pensaron que era posi- request for a strong, authoritarian State.
ble provocar una revolución en Italia al Red terrorists thought it was possible to
estilo de algunos ejemplos Latinoamerica- produce a revolution in Italy drawing from
nos, o supuestamente imitando algunos as- some Latin American examples, or sup-
pectos de la Revolución Cultural de China. posedly imitating some aspects of the
Sus filas se ampliaron cuando los movi- Chinese Cultural Revolution. Their ranks
mientos sociales perdieron las luchas estu- were inflated when social movements lost
diantiles y obreras y las energías de los their students' and workers' battles and the
militantes se pusieron a disposición de un energies of some militants were put to the
cambio más radical. El terrorismo negro ha disposal of a more radical goal. Black
sido parcialmente descubierto; el terroris- terrorism has been partially exposed; red
mo rojo ha sido fundamentalmente venci- terrorism has been fundamentally defeated.
do. Pero el proceso democrático italiano ha But the trajectory of Italian democracy has
sido significativa y negativamente alterado. been signicantly and negatively derailed.
tos y grupos terroristas parecen haber sido derrotados, tanto desde el punto de
vista militar como del político, algunos siguen siendo activos y también peli-
grosos. Esta ausencia de una visión de conjunto se debe sin duda a la imposi-
bilidad de que un investigador aislado ─a pesar de que ha habido esfuerzos
meritorios─ e incluso de que grupos de estudiosos proporcionen una visión
general de un período de tiempo tan amplio, y sobre todo denso en aconteci-
mientos de todo tipo, con multitud de actores, entre los que hay que contar no
solo a los terroristas, a lo que además hay que añadir las no pocas dificultades
para obtener documentación. Ello ha hecho que casi todos los investigadores
hayan preferido dedicarse a un tema específico, sea el partido armado de
izquierda (Giorgio Galli), las desviaciones de los servicios secretos (Giusep-
pe de Lutiis), su implicación en los episodios de terrorismo (Gianni Flamini),
el nacimiento de las organizaciones clandestinas de izquierda (Donatella
della Porta), la vida de los terroristas de izquierda (Diego Novelli y Nicola
Tranfaglia), o las biografías políticas de los terroristas (la amplia investi-
gación del Instituto Cattaneo bajo la dirección de Raimondo Catanzaro). En
cambio se ha descuidado mucho todo el filón del terrorismo y de los terroris-
tas de derechas, neofascistas, por ser menos interesante, ya que es menos
valioso culturalmente, y más difícil de estudiar.
Sin embargo, en el momento actual el resultado de tales estudios es el de
que las explicaciones que se han dado sobre el origen, la dinámica y los efec-
tos que los terrorismos, en plural, han producido sobre el sistema político
italiano, no parecen del todo convincentes justamente debido a que no logran
abarcar en una visión de conjunto a todos los componentes del fenómeno
(resulta insuficiente, en efecto, el análisis de Hess). Efectivamente, ningún
comportamiento de los actores relevantes (movimientos terroristas de dere-
chas o de izquierdas, servicios secretos, gobierno, partidos y sindicatos, ser-
vicios secretos y movimientos terroristas extranjeros) puede ser analizado,
explicado y comprendido aisladamente; solo el conjunto de las relaciones
recíprocas, de las interacciones entre estos actores y de la evolución de cada
uno de ellos prometen explicar con suficiente aproximación cuanto sucedió y
por qué sucedió (véase a este respecto mi investigación tentativa inicial: Pas-
quino 1983). En la vertiente de los movimientos de izquierdas, este intento ha
sido llevado a cabo con eficacia por David Moss, quien incluye, probable-
mente con razón, a los Mass Media en la lista de los "participantes" en los
acontecimientos terroristas.
La Política de los Terrorismos en Italia ... 9
te está constituido por un famoso congreso de 1965, del que salió el libro Las
manos rojas sobre las Fuerzas Armadas en el que, en efecto, quedaba perfi-
lada, y en algunos aspectos rebatida, la estrategia de infiltración de los apara-
tos estatales, particularmente de las Fuerzas Armadas, de la magistratura, de
sectores de los servicios secretos y, probablemente, del Ministerio del Inter-
ior. El factor impulsor de dicho congreso y de la estrategia de intervención
activa fue sin duda la llegada del centro-izquierda ─hacen su aparición los
actores políticos─, la consiguiente sensación de que el marco político italiano
se ha desplazado hacia la izquierda, de que el partido comunista ha adquirido
un papel de mayor peso y, naturalmente, la convicción de que la alarma pro-
ducida en algunos sectores de la sociedad italiana por estas circunstancias,
podría aportar apoyo a las actividades de los neofascistas, incluidas las vio-
lentas y armadas. Existe, pues, en los orígenes de terrorismo negro una com-
binación de estrategia defensiva y ofensiva no muy diferente de la que sirve
de base a la formación de las primeras organizaciones semiclandestinas de
los (cuasi)terroristas de izquierdas. Por fin, es ésta lógicamente la fecha de
comienzo del fenómeno terrorista visto en su globalidad, la decisión de poner
una bomba en un banco de Milán y de hacerla detonar al mismo tiempo que
otra, colocada en el Altare della Pace en Roma (véase al respecto la magnífi-
ca investigación de Franco Ferraresi, 1990). El objetivo era doble: atribuir la
responsabilidad a los militantes de la izquierda, obrera y estudiantil, movili-
zados en el otoño caliente, y crear una atmósfera de desorden y caos que
legitimara un volantazo autoritario del gobierno.
Entre los efectos deseados y conseguidos inmediatamente podemos citar
la creación de un clima que, al despertar serias preocupaciones en los capas
medias, ciertamente perjudicó a la izquierda; el robustecimiento de la predis-
posición de los aparatos estatales a buscar al enemigo en las filas de la iz-
quierda y una visión de Italia como una democracia desestabilizable y deses-
tabilizada, que animó a numerosos servicios secretos a intervenir dentro del
propio territorio nacional (sobre lo cual hablaremos más tarde). Resumida-
mente, entre los efectos no deseados basta señalar la creación de una "psico-
sis del golpe" en algunos ambientes de izquierda, muchos de los cuales no
eran en absoluto proclives a la lucha armada; la reaparición de actitudes y
comportamientos del tipo de "nuova resistenza" contra el neofascismo emer-
gente; la afirmación, no muy lenta y ni siquiera gradual, en las filas de la
variopinta nueva izquierda, de una cultura política antiinstitucional, violenta,
a la sudamericana. Si bien los orígenes del terrorismo de izquierdas no pue-
La Política de los Terrorismos en Italia ... 11
ciones. No es, por tanto, de ningún modo reducible a una unidad y, en conse-
cuencia, la búsqueda de una única mente, de un único cerebro que haya guia-
do los muchos brazos armados de las organizaciones terroristas rojas en Italia
es vana, aunque quizás intencionadamente intente impedir que se comprenda
de forma adecuada el fenómeno. En una palabra, el Gran Viejo no existe. No
se puede postular la existencia de un centro único y dominante del terrorismo
italiano, ni como individuo particular ni como organización nacional o inter-
nacional.
En segundo lugar, al contrario de lo que sucede con el terrorismo negro,
es difícil establecer una fecha de inicio del terrorismo rojo en Italia. Ahora
bien si ─tal como suele hacerse habitualmente y que en el fondo no es inco-
rrecto─ se considera como crucial el paso al uso de las armas por parte de la
organización, en aquel momento minúscula y aproximativa, los Colectivos
Políticos Metropolitanos, y que habría dado origen a las Brigadas Rojas,
entonces la fecha sería la de finales de 1971 (Caselli-Della Porta). Una vez
traspasado el límite entre violencia física que se expresa en enfrentamientos
públicos, brutales pero sin el recurso a las armas, y la violencia armada que
se expresa por la potencia de fuego de los revólveres y de las metralletas, el
terrorismo rojo habrá dado ya su primer salto cualitativo. Los otros irán lle-
gando cuando de las "lecciones" que se traducen en pateos, se pase a disparar
para matar, al margen de que los objetivos alegados fueran los de la financia-
ción, de afirmación de la organización, protección de los militantes, o de
autodefensa generalizada.
En tercer lugar, nunca parece tan importante y revelador como en el caso
de las organizaciones terroristas rojas, analizar los complejos vínculos entre
culturas políticas, prácticas organizativas y objetivos estratégicos, para acla-
rar trayectorias individuales y colectivas, que de otra manera serían incom-
prensibles. Y en cuarto lugar, parece útil, aunque de ninguna manera absolu-
tamente decisivo, analizar los vínculos entre organizaciones, sea dentro del
país con los aparatos del Estado italiano, sea en el extranjero con otras orga-
nizaciones terroristas y, eventualmente, con otros aparatos de otros Estados.
Por lo que respecta a la proliferación de siglas y sus correspondientes
organizaciones terroristas, el punto más controvertido e intrincado se refiere a
lo que llamaremos el álbum de familia, aunque ha de mantenerse una clara
─aunque no absoluta─ superioridad de las Brigadas Rojas. Es decir ¿cuáles
16 Psicología Política, Nº 4, Mayo 1992
esto, hay que añadir que está comprobado que de forma totalmente esporádi-
ca hubo contactos entre flecos de las organizaciones terroristas italianas,
sobre todo las Brigadas Rojas, con la Rote Armee Fraktion alemana, con la
francesa Action Directe, con la Irish Republican Army, con fracciones de la
Palestinian Liberation Organization. Son igualmente plausibles las afirma-
ciones relativas a contactos con sectores de los servicios secretos de Checos-
lovaquia y de Bulgaria. En cambio, y hasta que no se conozcan los archivos,
las afirmaciones sobre la implicación de la KGB soviética son inconsistentes
(aunque dicha implicación habría podido realizarse precisamente a través de
los checoslovacos y los búlgaros). Todavía menos consistentes resultan los
indicios de la manipulación e infiltración de los terroristas rojos atribuidas al
Mossad israelí y a la CIA (y los archivos de esta última no parecen contener
nada especialmente comprometedor o revelador).
En todo caso, la cuestión es la siguiente: ¿qué es lo que de verdad se
quiere probar al subrayar las relaciones realmente habidas o supuestas? Se
trata, en efecto, de relaciones muy diferentes entre sí, de naturaleza y conse-
cuencias asimismo diversificadas. Por un lado, asistimos al inevitable y, des-
pués de todo, en absoluto logrado intento de conexión y de ayuda recíproca
entre organizaciones terroristas. El intento no logra siquiera desembocar en
una coordinación de las acciones, y hasta en los aspectos de la continuidad de
las ayudas deja mucho que desear. Por otro lado, en cambio, asistimos al no
menos inevitable intento de implicación de los servicios secretos en eventua-
les actividades de teledirección y manipulación de los terroristas rojos. Sin
embargo, en ninguno de los casos aparecen pruebas que permitan sostener
fundadamente que sin tales ayudas y manipulaciones no hubiera surgido el
terrorismo rojo, ni que sin ellas hubiera sido incapaz de desarrollar determi-
nadas acciones (como por ejemplo, una vez más, el caso Moro), ni que su
capacidad para mantenerse a lo largo del tiempo hubiese sido inferior, o que
su declive no se haya debido a contradicciones internas y, en definitiva, al
fracaso del proyecto político, sino al abandono por parte de sus apoyos inter-
nacionales (del origen que fueran). Frente a estas consideraciones, lo mínimo
que se puede pedir es que se abandone cualquier explicación internacional,
exógena del terrorismo rojo.
Las consecuencias
(Versión revisada del informe presentado en el seminario sobre terrorismo organizado por
la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y el Instituto Carlo Cattaneo de
Bolonia los días 21 y 22 de mayo de 1990).
Referencias
Bocca, Giorgio, 1978, Il terrorismo italiano, 1970-1978, Milán, Garzanti.
Bonanate, Luigi, 1982, Terrorismo e governabilità, Rivista italiana di scienza politica,
XIII, abril, 37-64
Caselli, Gian Carlo e Della porta, Donatella, 1984, La storia delle Brigatte Rosse: strutture
organizative e strategie d'azione, en Della Porta, Donatella (ed.), Terrorismi in Italia,
Bolonia, Il Mulino, 153-221
Catanzaro, Raimondo, 1990, (ed.), La politica della violenza, Bolonia, Il Mulino
Della Porta, Donatella, 1989, Left-wing Clandestine Organizations, tesis doctoral, Institu-
to Universitario Europeo, Florencia
Della Porta, Donatella y Pasquino, Gianfranco (eds.), 1983, Terrorismo e violenza politi-
ca. Tre casi di confronto: Stati Uniti, Germania e Giappone, Bolonia, Il Mulino
Della Porta, Donatella, y Rossi, Maurizio, 1985, I terrorismi in Italia tra il 1969 e il 1982,
en Pasquino, Giancarlo (ed.), Il sistema politico italiano, Roma-Bari, Laterza,
418-456.
De Lutiis, Giuseppe, 1989, Storia dei servizi segreti in Italia, Roma, Editori Riuniti.
Drake, Richard, 1989, The revolutionary mystique and terrorism in contemporary Italy,
Bloomington and Indianapolis, Indiana University Press.
Ferraresi, Franco, 1984 (ed.), La destra radicale, Milán, Feltrinelli
26 Psicología Política, Nº 4, Mayo 1992
Ferraresi, Franco, 1990, La strage di Piazza Fontana, manuscrito, Roma, Comisión Te-
rrorismo y masacres.
Flamini, Gianni, 1981, 1982, y 1983, Il partito del golpe, Ferrara, Italo Boloventa ed., 3
vol.
Galli, Giorgio, 1986, Storia del partito armato, Milán, Rizzoli.
Gallieni, Mauro (ed.), 1981, Rapporto sul terrorismo. Le stragi, gli agguati, i sequestri, le
sigle 1969-1980, Milán, Garzanti.
Hess, Henner, 1991 La rivolta ambigua. Storia sociale del terrorismo italiano, Florencia,
Sansoni.
Katz, Robert, 1980, Days of wrath, Londres, Granada.
Moss, David, 1989, The politics of left-wing violence in Italy, 1969-1985, Londres,
Mcmillan.
Novelli, Diego e Tranfaglia, Nicola, 1988, Vite sospese. Le generazioni del terrorismo,
Milán, Garzanti.
Pasquino, Gianfranco, 1983, Differenze e somiglianze: per una ricerca del terrorismo
italiano, en Donatella della porta e Gianfranco Pasquino (eds.), 1983, pp. 237-263.
Pasquino, Gianfranco, 1984, Sistema politico bloccato e insorgenza del terrorismo: ipotesi
e prime verifiche, en Gianfranco Pasquino (ed.), La prova delle armi, Bolonia, Il Mu-
lino, 175-220.
Scarano, Mimmo y De Luca, Maurizio, 1985, Il mandarino è marcio. Terrorismo e cospi-
razione nel caso Moro, Roma, Editori Riuniti.
Stajano, Corrado, 1982, L'Italia nichilista. Il caso di Marco Donat-Cattin, la rivolta, il
potere, Milán, Mondadori.
Tarrow, Sidney, 1990, Democrazia e disordine. Movimenti di protesta e politica in Italia,
1965-1975, Roma-Bari, Laterza.
Wagner-Pacifici, Roberta E., 1986, The Moro Morality Play: terrorism as social drama,
Chicago, University of Chicago Press.
Weinberg, Leonard y Eubank, William Lee, 1987, The Rise and fall of italian terrorism,
Boulder-Londres, Westview Press.