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Un estudiante no pierde el año en el último día. Sin discusión, esto siempre sucede
como consecuencia del bajo rendimiento que observó durante los diez meses del año
escolar. Para analizar las causas de esta situación, la sicóloga Rosalba Urrutia expone a
continuación las más importantes:
2. Falta de reconocimiento a los esfuerzos del estudiante. Muchas veces, los niños y
adolescentes hacen grandes esfuerzos por superarse, que no son tenidos en cuenta. Es
importante darle valor a su autoestima, y motivarlos. Es clave evitar el desarrollo de
ideas de que no vale la pena esforzarse en la vida.
Especialistas aseguran que el 80% de los problemas que tienen los niños son por
inconvenientes que hay en su casa, y aunque no todos los pequeños son iguales, la familia
es uno de los aspectos más influyente en el desarrollo y crecimiento de cualquier niño.
Si en esta hay problemas o los padres no se ponen de acuerdo en cómo será su educación,
es allí cuando el infante comienza a tener problemas.
Hay muchos motivos por los que un niño puede tener bajo rendimiento escolar, pero entre
los que suelen ser más frecuentes está cuando entre los padres existen desacuerdos en
cuanto a la educación del niño, que influye en las emociones del infante y eso afecta
su concentración, por lo que sacar buenas notas no será de su interés o no podrá
centralizarse en los estudios.
Otra de las causas es cuando existen fallas en los hábitos de estudio y la falta de atención
de los padres, ya que cuando un niño ve que no le prestan mucha atención, puede sacar
malas notas a propósito para hacerse notar. Las fallas en el rendimiento de un niño en
sus estudios, también pueden ser porque está sufriendo de bullying o de rechazo social,
que provoca que este no se sienta bien emocionalmente, por lo que suele estar depresivo
y con ansiedad.
Lo ideal es que los padres ayuden a sus hijos en el aspecto académico para poder mejorar,
que hagan un diagnóstico cuando detectan algún problema en su rendimiento escolar y
que sepan cómo tratarlo, ya que según expertos el castigo en estos casos no suele ser la
mejor opción y lo recomendable es que sea tratado de manera científica.
Sin embargo es algo que es tratado de una forma individual con el niño, pero que incluye
tanto a este como a la familia para poder ver mejoras, sobre todo en lo primordial que
es la comunicación entre el infante y sus padres. Desde casa es necesario que también
vaya en conjunto con la creación de rutinas de estudio para consolidar este como un
hábito, activar y desarrollar la capacidad del esfuerzo, hacer ver la importancia de los
estudios, despertar el interés y hacer repasos para reforzar las buenas calificaciones.