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18. 6.

2019

Figuras simbólicas en El Fedón


Olivera Román André
Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (Perú)

Resumen: Este artículo se propone la difusión del dialogo platónico El Fedón; el autor
además intenta poner en relieve algunos elementos simbólicos a lo largo de la obra como
son: lo múltiple y lo uno, y el vínculo órfico con la noción de anámnesis expuesta en el
argumento segundo a favor de la inmortalidad del alma.

Palabras clave: Fedón, Lo múltiple y lo uno, Orfismo y anámnesis.

Abstract: This article proposes the diffusion of the Platonic dialogue The Phaedo; The author
also tries to highlight some symbolic elements throughout the work such as: the multiple and
the one, and the Orphic link with the notion of anamnesis exposed in the second argument in
favor of the immortality of the soul.

Key words: Phaedo, The multiple and the one, Orphism and anámnesis.
18. 6. 2019

Introducción

Fedón es la correspondencia de los diálogos de madurez. Su distintivo atributo es


importante por obedecer a un reencuentro con Sócrates en sus instantes finales, es decir,
como encara el sabio la muerte; y la suscitación de la oposición de entidades que subyacen a
todo cuerpo, la garantía de ellas en que la humanidad persista en existir al final corpóreo.
Esta exposición que es dialógica como la gran mayoría de los diálogos, compone facultades
de originalidad propias como no ser en un tiempo de acción real. Dar el escenario del
recuerdo, o de forma distinta, recontar el pasado; y un uso narrativo del desarrollo de la
tensión dramática del final trágico de Sócrates (que invariable de su resolución, obtiene un
matiz distinto en este dialogo).

Contexto del Fedón

El escenario del dialogo compone muchos personajes, ya conocidos con anterioridad en


otros diálogos, como lo son: Jantipa, esposa de Sócrates y sus hijos, Critón y Apolodoro. Sin
embargo, son importantes: Fedón en quien es el narrador principal; conversando con
Equécrates (posiblemente en Fliunte, vieja polis en la región de Argólida), que mantiene
mucha curiosidad en saber los últimos instantes de Sócrates. Pero en especial, Simmias y
Cebes. Ambos discípulos del pitagórico 1 Filolao 2 . Es importante separar los diferentes
círculos de personajes interactuando: uno inicial de Fedón y Equécrates; el segundo donde
resaltan Sócrates, Cebes, Simmias y Critón. Estos últimos los que conversan y preguntan a
Sócrates las dificultades que está a punto de experimentar. Sin embargo, las interrogantes
que en un inicio son fraternas del círculo socrático se van haciendo cada más abstractas,
teóricas y psicológicas. Sócrates, quiere confortar a sus acompañantes de no sentir pena de
su partida y que de igual manera alejar temor alguno sobre el hecho de morir. A su
explicación hace fuerza de su retórica para atestiguar que la vida humana está capacitada a

1
Guthrie., W.K.C. Historia de la filosofía Griega. IV. Platón. Gredos Madrid España. 1990. Pág. 316.
2
En cuanto a la discusión del dialogo se hace extraño el desconocimiento de elementos comunes del saber
pitagórico como la esencia inmaterial e invisible inmortal del alma o la transmigración de la misma. Guthrie.,
W.K.C. Historia de la filosofía Griega. IV. Platón. Gredos Madrid España. 1990. Pág. 316
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sobrevivir en un contenido inmortal de alma. A favor de su teoría pone 4 distintos


argumentos3 que defienden e informan que su confianza y serenidad para la hora trágica
próxima.

Componen el alegato a la alternancia de las virtudes deben haber estado de forma pretérita
en forma distinta, así lo frio estuvo cálido en algún momento o lo grande definió ser pequeño.
Todo electo es relacionado en su contrario con un estado que anteco al siguiente. En tal, la
vida es opuesta a la muerte pero no concluyente en la muerte, es seguida de otro estado que
no puede ser uno distinto que ser vida. El segundo argumento es en relación al primero, pues
Cebas aporta la relación de recuerdo en el proceso de aprender. Como en las diferencias de
los objetos sus imperfecciones y sus semejanzas dan lugar a una imagen verdadera de las
cosas anterior. Cuando observamos un retrato sea el de Simmias vemos en el semejanzas con
el Simmias correcto, pero aun en no serlo conserva la relación que anterior al retrato se debió
configurar en los recuerdos de un Simmias verdadero, de donde deviene el conocimiento que
se posa al recordar la imagen del recuadro. Este conocimiento previo es entonces de un lugar
anterior a los sentidos, implicando la existencia de un estado anterior a la muerte. Pero la
repuesta aun deja en duda si el alma sobrevivirá a la muerte del cuerpo, para tal lo compuesto,
explica Sócrates es diferente a sus partes y aun destruidas lo simple correspondencia con la
naturaleza definitoria de cuerpo el de lo físico, perceptible, destructible; con el del alma
imperen, eterno, invisible y eterno. Posteriormente, luego de un interrupción de entusiasmo
en donde Equécrates pone a Fedón la contar que por no alcanzar la verdad no se debe caer
en un desprecio de todo razonamiento aquello que llama ‘’ Misología’’. Se vuelve a Sócrates
que continua la discusión argumentando las inquietudes de Simmias y Cebes. Al primero
advierte que las armonía de un lira con atributos de armonía y corporalidad, tienden a
desaparecer al ‘’morir’’ la lira. El cuerpo como ente físico del cuerpo estaría se destruiría
pero el alma desaparecería como la armonía de la lira desaparece antes de destrucción como

3
Sus argumentos no son tomados con siega certeza, y es la riqueza de Platón que opone los mismos
argumentos con la duda evidente. (El desencanto de Platón con diferentes sectas. Propone que tanto simias
y cebes refieren a sectas de Italia y Sicilia respectivamente). Begoña. Ramón. Las cadenas, el sepulcro y el
fango del Hades. Platón y el Meditatio Mortis en el Fedón. Universidad de Valencia (España) 2010.
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lira. La repuesta es por la confirmación del sentido de destrucción es innegable; sin embargo
se confunde la naturaleza de origen del cuerpo con la del alma; el alma es anterior al cuerpo
(es el estado pretérito a la muerte ya comprobado anteriormente), y la característica del alma
es mandar al cuerpo; mientras que la lira no es mandada por la armonía. La segunda objeción
de Cebes, es la dificultad de una potencia constante del alma, en habitar el cuerpo y volver a
otro componente corpóreo sin un desgaste o destrucción que haría posible que las almas de
los presentes estén en su último cuerpo; al final del mismo, la muerte seria el límite de tal
ciclo. Frente a esta se ofrece la respuesta de la existencia de patrones de absoluto que son las
formas perfectas de toda virtud hay el reflejo en este mundo; puesto que si algo fuera tan solo
pequeño a otro, seria índole a que exista grados de grande y pequeño, y aún más grandes que
los mencionados. En tal caso, estos serían la confusión de las cosas. Por tal es necesaria la
existencia de absolutos. Estos actuarían en la participación de contrarios, y la verdadera
búsqueda seria la coherencia de opuestos, mas que superposición que genera el tener más
imperfectos (lo no tan pequeño, lo más pequeño que grande, lo que es igualmente pequeño y
grande, lo que se asemeja a lo grande y es poco pequeño, y así hasta el infinito). Por tal, los
absolutos no son solo los más deseables y de mejor empleo; de ellos se debe tomar siempre
el mejor, en razón que de un par de contrarios la razón siempre se inclina por aquel que se
asemeja al mejor (de lo grande y pequeño se toma lo grande, de lo frio y caliente se toma lo
caliente, etc.). Y de estos contrarios hay un principio que subyace, del calor lo origina el
fuego, y del frio lo origina la nieve. En virtud a estos, se dirá que la vida no la origina el
cuerpo; sino el alma. Es entonces que cuando adviene la muerte, lo que muere es el cuerpo,
y lo que se separa es el alma, puesto que al ser principio de vida es ya un absoluto: en tal no
admite su contrario que es la muerte. Así Sócrates disipa toda duda de sus dialogantes y
termina apelando al camino de la virtud y, a través de usos míticos relata el mundo de
reposición posterior a la muerte.

Pero aun a pesar de toda la belleza de estas, el interés cae en el tiempo que es corto, y
llega la ejecución de Sócrates. La espera es angustiosa y el narrador admite cierto disfrute de
la tensión generada. El Sócrates retratado en este dialogo es ya uno distinto al de los diálogos
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de juventud; que de alguna manera cabria asemejar al Sócrates histórico4. Lo que se observa
es un Sócrates fuera de los arraigos reales, es también participe de la muerte en la que el
verdadero debió confrontar. Cabe el lugar a preguntar, qué obtendría Platón con este relato.
Si buscaba el desenvolvimiento de sus argumentos, seria de mejor optativa el que dicta
abiertamente a un oyente anónimo como en la Republica o el Parménides. Qué resolución de
memoria cabria con un moribundo a quien no parece haber rescate, ¿sería esta una resolución,
un tributo distinto, que replanteando de un juicio triunfal?

Elementos simbólicos

Me encamino más por esta, las razones son la que recrean una nueva apertura de la
apología del tribunal ateniense. La defensa de esta nueva apología es la recompensa de la
inmortalidad. Aquella nueva resolución es la respuesta que Platón examina. De los elementos
que se dan a detalle, es Fedón, al ser quien relata, da responder en un inicio y de manera
anecdótica (o es quizá íntima), a la curiosidad de Equécrates sobre la muerte de Sócrates.
Aquella curiosidad que pueda ser de manera tentativa al morbo de saber la muerte, cambia a
la propedéutica de la experiencia. Fedón es un narrador comprometido, y atiende a ser puesto
a prueba, de cómo se le ofrece el deber de haber conocido a Sócrates en la perspectiva de la
incursión en la búsqueda de la sabiduría. Aquí quiero mencionar la manera particular de como
el dialogo inicia. La primera palabra que menciona Fedón es sobre el mismo en uso autentico
del término:

Equécrates. Dime Fedón, ¿estuviste tú mismo con Sócrates en la presión cuando bebió la
cicuta, o lo que sabes de sus últimas horas te lo refirió alguien?

Fedón. Estuve yo mismo5.

4
Al ser Sócrates un personaje ya propio de los diálogos, es común creer que la compañía de Sócrates con
Platón fuera larga y profunda. O como menciona Diógenes Lacerío (III 5-6) Platón lo conoció de muy niño.
Según otras fuentes como la carta VII es probable que tuviera verdadero contacto con Sócrates a los veinte
años, acompañándolo por 8 años más, partiendo a Mégara después de la muerte de Sócrates. Lledó Iñigo
Emilio. Diálogos I. Platón. Gredos. Madrid España 1985 2 °. Págs. 122-123.
5
Diálogos Platón. Edimat Libros. Madrid España. 2018 Pág. 139
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La doble certeza podría caber en la cotidianidad del lenguaje, pero una puesta distinta ya
habla del roce de existencia suficiencia de Fedón, el manejo propio de los diálogos suele
combinar el difícil razonamiento lógico y los elementos más comunes del lenguaje como es
referente del símbolo y el significado. Aquí se puede intuir la necesidad que recurre en Platón
sobre aquello que existe en sí y para sí; la formas necesarias que participan del mundo.

Una de las críticas más conocidas hacia la teoría de las formas, proviene del más insigne
discípulo de Platón, Aristóteles6. Que entre las observaciones que hace refiere que las ideas:
multiplican los problemas ya existentes en este mundo; y no explican como las cosas llegan
a ser lo que son. Solo expresan ser auténticos, mas no la copia se origina o de qué manera la
copia llega a tener el grado de perfectibilidad (y por el mismo el como hubiera podido ser).
La observación es sagas para defender la posición platónica, me gustaría hacer mención de
las hipótesis de Giovanni Reale7 sostiene que la ambigüedad de la causalidad y multiplicidad
de la ideas no darían cabida a una respuesta definitiva. La posición seria que esta no es hallada
en los diálogos, sino perteneciente a la doctrina no escrita de Platón, o la alevosía de su
oralidad que es la materia de discusión primera en la academia. La propuesta a desconfiar, o
no mantener una fiabilidad extrema en la doctrina escrita son los indicios de la Carta VII8.
Es en caso a nuevos hallazgos e interpretación, de Reale, antepone la idea de uno y la diada
(lo múltiple en potencia indeterminada) como primeros principios y sustentos de toda idea.
Lo uno, no acontece como número; es principio de origen y posición de un algo anterior a
todo que como elemento único expresa lo que debía ser un origen aislado. La diada o lo
múltiple es la manera de como expresa la razón de multiplicidad de los seres. Siendo lo mayor

6
Como observa Gracia Morente las cuales enumero: Confunde el existir con el consistir, entre cada idea no
está fuera de lugar creer que puede haber una idea del mal, duplica los problemas ya existentes en el
mundo de las ideas al necesitarse entre cada idea un intermediario y esta a su vez necesitara de otra,
llegando a haber infinidad de ideas ente dos absolutos; y finalmente el no explicar las causas generativas de
las cosas comunes en el mundo sensorial. García. Morente. Manuel. Lecciones preliminares de Filosofía.
Ediciones Encuentro. 1° edición 1938 .Págs.98-101
7
Reale. Giovanni. Por una Nueva Interpretación de Platón. Editorial Herder. Madrid. España. 2003
8
Revela en contraposición a la belleza de los diálogos una predilección por la palabra como verdadero,
puesto del conocimiento y su verdadera doctrina, además de un desdén por lo escrito (y por tal sus escritos)
como algo sin seriedad y de poco valor fuera de ser entretenimiento. Como sugiere la información de la
carta Séptima: Guthrie., W.K.C. La metafísica no escrita de Platón. Historia de la filosofía Griega. V. Editorial
Gredos. Madrid España. 1999.
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y en ves lo menor: interpolación indefinida. Que en la observación de Reale en grados altos


es: materia inteligible y en su grado más bajo es materia sensible, la relación de estos se
expresa como lo haría lo que está completamente lleno: sustrayendo componentes. Y su
proximidad en jerarquía con el elemento aritmético de multiplicidad indeterminada. La visión
de Reale, alienta a que las formas no están tan alejadas de una causalidad generativa de las
cosas9. La clave de este planteamiento es el malentendido de confundir la causa formal con
causa lógica. Y como menciona la causa formal está ausente, en un planteamiento simple de
ideas que no justifican su multiplicidad u origen. Mas no la causa lógica generativa de las
ideas; que reside en procesos transversos de multiplicidad y sustracción.

‘’Ellos [Platón y los Platónicos] consideraban que el Uno es superior al Ser y que es aquello
de lo que se deriva el Ser, y lo liberaron del modo común de entender el principio. En efecto
estos, al considerar que si se hubiese supuesto el Uno en si entendido como separado y solo y
sin otras cosas, esto es, sin añadir ningún otro elemento, no habría podido nacer ninguna otra
cosa, introdujeron como principio de los seres la Diada indefinida [además del Uno]’’ 10

Al observar el cuadro de Sócrates en el Fedón. Se comprende que la importancia que se


observa en el Fedón fuera del dilema ontológico, es la tensión interna del desenlace que no
ayuda a aliviar el peso de la muerte. Pero el extraño optimismo de Sócrates, aquel a diferencia
de la fuerza conspicua de otros diálogos encuentra una extraña actitud en su nueva
solemnidad. La misma que se sujeta en razones más complejas que la pura resignación.

9
Como por ejemplo en el Fedón se trata:‘’No hablo solamente de lo justo, de lo bueno y de lo bello, sino
también de lo grande, de la salud, de la fuerza, en una palabra, de la esencia de las cosas, es decir, de lo que
son ellas por sí mismas.’’Edimat Libros. Madrid España. 2018 Pág. 133
10
El testimonio de Proclo recogido de Reale que cita a su vez a: KLIBANSKY-LABOWSKY: Proclo, Int Plat.
Parmeniden (Traducción de G. de Moerbeka), pp. 38 ss., edit. KLIBANSKY-LABOWSKY (GAISER, Test. Plat., 50)
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Quiero mencionar que los elementos Metafísicos sustentan otros más antiguos y orientados
a lo mítico11.

Por supuesto el enfrentar límite de toda vida no es fácil. Sócrates como adversario a un
nuevo fin. Trae consigo una extraña paciencia y calma; incluso tiene momentos para resaltar
algo de cinismo12. Pero su reclusión le ha traído más profundidad simbólica de la que cabría:
el inicio de sentir, el simple estar de sus cuerpo libre de las cadenas, parece celebrar los
pequeños placeres que el dolor intensifica; a la presencia de uno no muy lejos le sigue el otro.
Y el mencionar, que los opuestos no son tan distintos en su proximidad, tienen el eco que
mira la formas que tanto defiende usos generativos de elementos trascendentes. Eventos tan
curiosos como la demora de la ejecución componen símbolos: como la procesión que se
enviaba a Delos en honor a la victoria de Teseo sobre el Minotauro, que salvo a Atenas de
pagar el tributo humano de 14 jóvenes. No es casual, que la lucha de Teseo, parezca como
un esfuerzo semejante en el planteamiento del dialogo con las salida del laberinto argumental
que propone el enigma platónico. Teseo siendo en la figura de Sócrates en su búsqueda de
resolver el enigma (por el uso de la razón o la necesidad de ser racional), y en Fedón se
observa la instancia de cualidades de una nueva Ariadna que camina por la memoria de este
evento, guiándonos hacia la salida de esta intrincada retórica. Lo que propone al minotauro,
figura con resonancias dionisíacas13, tendría una doble interpretación: el miedo a la muerte14,

11
(…) El lenguaje del mito es metafórico. Metáfora quiere, en principio, decir que las relaciones
sintagmáticas de los términos que en ella funcionan están organizados desde paradigmas imprevistos (…)
Platón Diálogos I. Llego Iñigo Emilio. (Introducción general) Gredos. Madrid España.2° (1985)
12
Comentando la preocupación de Critón por la ejecución de Sócrates, le pide no hablar tanto, un cuerpo
cálido disminuye el efecto del veneno y se necesitara que le preparen una dosis mayor. A lo que responde ‘’
(…) y que prepare la cicuta como si tuviera que tomarla dos veces, y hasta tres, si es necesario. ’’ Diálogos
Platón. Pág.146.
13
La hipótesis que comparte Colli Giogio es que el minotauro es la referencia a la animalidad, y fuerza de la
naturaleza. Atributos Dionisiacos, cuyo que poder era tanto liberador, como salvaje; y de la inmediatez del
cuerpo se entendía como transmitía su revelación en el estado de posesión pura del éxtasis. En las
representaciones del Dios Dionisos se le daba homenaje con elementos taurinos o de un hombre con la
máscara de toro. Colli, Giorgio. El nacimiento de la filosofía. Tusket editores Barcelona 2000.
14
Como observa Platón. Sin importar cuantas veces, el alma siempre se vuelve a cambiar de cuerpos, como
mantos distintos y al mismo tiempo la muerte destruye todos los cuerpos. El minotauro siempre volverá a la
vida cuando es vencido. Ambos comparaciones remiten un ciclo de penuria que asemeja al laberinto de la
vida. Granm. Eva. Kalkavage. Peter. Salem. Eric Plato’s Phaedo. Focus publishing/R Pillins Company.
Newburyport. Massachusetts. 1950. Pág.21
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como la advertencia contra la misología 15 . También está la tierra nueva, limpia de las
corrupciones hombre que lo lleva a adorar el cuerpo. Pero me gusta poner en relieve el
homenaje que Sócrates hace de las aves. En especial del cisne, animal que Sócrates pone
como aquel que es vendito con la adivinación, vinculada a los atributos de apolo, el saber
cuándo va a morir; canta como opúsculo para sí. Aquello que nos enseña Platón es que la
alegría embriaga a los cisnes de ir a un mejor lugar donde las almas puras y buenas van:
dioses buenos y almas nobles, tienden la mano. Es aquella bella admiración a los devenires
que dan la adivinación. Pero la razón humana encuentra peligrosa e incluso indeseable el
llegar a morir. La imagen del augurio tiene una razón de desconcierto, desde las
interpretaciones del oráculo de Delfos a los destinos inexorables de Héctor o Agamenón. Lo
profético fuera del proceso del trascurso de la profecía, tienden a indicar más que ofrecer
comprensibilidad; mostrando en maneras de Apolo lo incognoscible aquel limite que no se
revela solo hasta cumplida la profecía. Y no hay mayor confirmaron que el fin mayor que es
la muerte. Algo que los dioses saben pero no cuentan 16 . O de atributos distintos. Apolo
comieres el don de la adivinación. Como la palabra que hiere de lejos (no es casual que
palabra y arco sean sus símbolos). En Platón se observa cierta proximidad a la figura de
Apolo y el distanciamiento de Dionisos. Este fenómeno puede entenderse si se observa el
vínculo que Platón mantuvo con los pitagóricos y que fue haciéndose más fuerte a medida
que envejecía. Prueba de ello es la reducción de la realidad a superficies planas observadas
en el Timeo17, o las comparaciones tempranas de cálculos medio en el Cármides:

15
Granm. Eva. Kalkavage. Peter. Salem. Eric Plato’s Phaedo. Focus publishing/R Pillins Company.
Newburyport. Massachusetts. 1950. Pág 3.
16
El temor al presagio es constante en diferentes culturas. Y aunque hay presagios que no son cargados de
intrínseco mal augurio. Se ha tenido la observación negativa del destino del hombre sobre la muerte. Siendo
la temporalidad de la vida exclusiva de las divinidades. Como se observa en la Epopeya de Gilgamesh:
‘’Desde los días antiguos no hay nada permanente.
Los que duermen y los muertos, ¡cúanto se parecen!
Cuando llega la muerte,
¿quién va a poder distinguir al esclavo del señor?...
Los dioses deciden sobre nuestra muerte y nuestra vida,
pero no revelan el día de nuestra muerte. ’’ Tablilla X, columna 6
17
Según hace referencia Wilamowitz en relación a la vejez de Platón (Pt. I. pág. 728) Extraído de: Guthrie.,
W.K.C. La metafísica no Escrita de Platón. Gredos Madrid España. 1999
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Si nosotros, por tanto, encontramos algo mayor, y que es mayor que cualquier cosa mayor y
que si mismo, pero que no es mayor que aquello comparado con lo cual, lo mayor es mayor,
¿no le pasaría a eso, de alguna manera, que, aun siendo mayor que si mismo, seria a la par
menor? ¿O no? (…) Por tanto, si algo doble lo es en relación con los otros dobles y en relación
consigo mismo, ¿no sería algo doble fuera, por cierto, la mitad de sí mismo? ¿Por qué, no es
quizá lo doble, doble de una mitad? 18

El aprendizaje pitagórico también influye con el parecido de la referencia a buscar en un


recuerdo primigenio que parece haberse perdido en la razón actual del hombre. Elemento de
deuda órfica con la posición de Anámnesis. La palabra no es expresada por Sócrates o Cebes,
es puesta en cuestión general a modo de prueba:

‘’nuestra ciencia no es más que una reminiscencia. Si este principio es exacto, es


absolutamente indispensable que hayamos aprendido en otro tiempo las cosas de que nos
acordamos en este, lo que es imposible si nuestra alma no existe antes de venir bajo esta forma
humana. Es una nueva prueba de la inmortalidad de nuestra alma. ’’ 19

El objetivo de un proceso de anamnesis es regresar a un estado anterior a toda vida. En


composición de ese momento todo elemento es múltiple y su capacidad es ilimitada de saber.
Aquellos encajamientos, concuerdan con la veneración que tenía la secta órfica de la diosa
Mnemosine, celebrada con una mira al pasado, a la vez que se entiende como una presencia
que inicia. Las celebraciones de los misterios órficos consagradas a Dionisos concluían con
un estado de éxtasis, donde se perdía masivamente la noción de conciencia. Aquella posesión
dionisiaca, comenta Colli20, era el objetivo del conocimiento sagrado que buscaba anular el
mundo de las apariencias (en relaciona los objetos que no son inmediatos, fruto del cual un
rito es el único vínculo de acceso), al de los dioses o el mundo verdadero. La transfiguración
mistérica tenía en mente, la regresión al estado de nula posibilidad de lo individual, la ración
de olvido que no hace más que cavar en un momento apartado de toda apariencia donde se
siembra el tiempo. Aquel estado sin tiempo, era insostenible en hechos actuales, o a través
de la razón o del uso mundano del cuerpo. Para tal, se debía desconfiar en gran medida de la

18
Platón. Diálogos I Gredos 2° Madrid España.1985. Cármides. Págs. 354-355.
19
Edimat Libros. Madrid España. 2018. Pág. 158
20
Colli. Giorgio. el nacimiento de la filosofía.
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razón común y el apartado espacio anterior a esta vida (que se recordaba) debía de carecer
en gran medida de facultades inteligibles. Pues al ser el dominio de lo divino, lo humano
obtendría tan solo confusión, y arrebatamiento. La distinción opuesta en cuanto al saber del
orden de Apolo exigía dividir la posición de la palabra, y aunque esta no fuera clara cumplía
su prometido en un sentido mayor; es decir, era la inauguración del futuro. No es difícil,
atribuir la semejanza de conocimiento por medio del recuerdo a la noción de alma platónica;
pero al dar elementos incorpóreos, esta hacia inmune a las tracciones del exceso mistérico de
Dionisos. Haciendo de una cualidad ética el sentido de figuración de conocimiento atemporal
de Dionisos y la proyección futura apolínea guiada por el conocimiento, en el acento de
purificación y exegesis de la corrupción propia del cuerpo. Llevando a un acto propio de
purificación del propio Sócrates al decidir darse un baño prolongado limpiando su cuerpo
para que sea de menor molestia de quienes dispongan del cadáver. Como se observa el acto
ético de un filósofo es el preparamiento para la muerte. Se hace evidente un deliberado
desprecio del cuerpo. Como vinculo terrenal pero señal de una innecesario desvió de un
camino trazado en función al bien, dando la justificación y confianza en que el elementos
sobrante siempre será la idea del Bien (si bien esta idea se analiza en el cuarto argumento
donde se hace preferible el atributo más próximo al bien de entre en dos elementos contrarios)
desechando el sobrante opuesto, sea el cuerpo. Pero como lugar de extrañezas quiero resaltar
finalmente, que cuando Fedón ha de terminar el dialogo y no hay una pausa o elemento que
advierta que vuelve al momento presente. Ni tampoco aparece efusividad de Equécrates
interviniendo; solo aparece la extraña incongruencia de mundanidad que da un extraño y
desconcertante final. En el mito de Teseo, el héroe al final abandona a Ariadna, y es llevada
por Dionisos al olimpo asiendo de ella una constelación. La derrota al final parece ser el de
la posición del dominio de la naturaleza incontenible de Dionisos. Como la ordena de un dios
que invita a dormir un sueño profundo, el sueño de Sócrates es también eterno; y aun en la
posibilidad de grandes despedidas, se vuelve a lo desconcertante en sus últimas palabras
exclaman que debe un gallo a Asclepio. Lo siguiente es solo silencio.
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Conclusión

La razón de Fedón es división de sentidos, división que transfiere no solo la imagen mítica
que construye; sino su posición de alivio de la muerte; que es en principio el elemento que
enfrenta. El peso de sus símbolos evocación de un estado anterior a toda vida que juega a
encontrar su cauce en un futuro devenir. Pero que a pesar del gusto por el mito y lo obscuro
no es lejano creer que el mayor motivo del Fedón es un reconciliar a vivos y muertos en el
camuflaje delo divino; y ostentar un paraíso donde ningún acto grande o pequeño, bueno o
malo caiga en lo vano.
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Bibliografía

1. Anónimo. La Epopeya de Gilgamesh. Tablilla X. columna 6.


2. Begoña. Ramón. Las cadenas, el sepulcro y el fango del Hades. Platón y el
Meditatio Mortis en el Fedón. Universidad de Valencia (España) 2010.

3. Burger. Ronna. The Phaedo: Aplatonic Labyrinth.Yale University Press. Michigan


United States of America. 1984. Introducción. Pág.1-14.

4. Colli, Giorgio. El nacimiento de la filosofía. Tusket editores Barcelona 2000.


 En el mismo se hace referencia a Wilamowitz en relación a la vejez de
Platón (Pt. I. pág. 728.
5. Diálogos Platón. Edimat Libros. Madrid España. 2018 Pág. 139- Pág.146, 158.

6. García. Morente. Manuel. Lecciones preliminares de Filosofía. Ediciones


Encuentro. 1° edición 1938 .Págs.98-101.

7. Granm. Eva. Kalkavage. Peter. Salem. Eric Plato’s Phaedo. Focus publishing/R
Pillins Company. Newburyport. Massachusetts. 1950. Pág 3., Pág. 21.
8. Guthrie., W.K.C. La metafísica no escrita de Platón. Historia de la filosofía Griega.
V. Editorial Gredos. Madrid España. 1999.
9. Guthrie., W.K.C. Historia de la filosofía Griega. IV. Platón. Gredos Madrid España.
1990. Pág. 316.
10. Platón. Diálogos I. Lledó Iñigo Emilio. (Introducción General). Gredos. Madrid
España 1985 2 °. Págs. 122-123. Cármides. Págs. 354-355.
11. Reale. Giovanni. Por una Nueva Interpretación de Platón. Editorial Herder. Madrid.
España. 2003.
 En el mismo se hace referencia a: KLIBANSKY-LABOWSKY: Proclo, Int Plat.
Parmeniden (Traducción de G. de Moerbeka), pp. 38 ss., edit. KLIBANSKY-
LABOWSKY (GAISER, Test. Plat., 50).

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