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Aspectos psicológicos de las

enfermedades crónicas, factores


psicosociales de desencadenamiento
Dra. Mirta Laham

En las enfermedades crónicas la relación que se establece entre los profesionales de la salud y la persona
afectada tiene una gran importancia.

Todas las personas cuando enfermamos experimentamos una serie de reacciones emocionales ante la
enfermedad que debemos tener en cuenta, en la evaluación diagnóstica (incluso en la información del
mismo a la persona afectada) y a lo largo del tratamiento. Sin perder de vista la consideración permanente a
la calidad de vida del paciente crónico.

En la medida en que una gran mayoría de las enfermedades crónicas son consecuencia de un estilo de vida
insalubre habrá que tener en cuenta los factores psicológicos desde un primer encuentro con la persona
enferma.

El estrés, la ansiedad y la depresión son estados psicológicos que predisponen al desarrollo de


diferentes enfermedades.

Al igual que la respuesta adaptativa de estrés, se considera a las emociones como procesos adaptativos
que activan el organismo ante los cambios del medio ambiente, movilizando una serie de recursos
psicológicos.
Una respuesta adaptativa puede repercutir en la salud:

- de modo directo generando episodios agudos, (como es el caso de la enfermedad coronaria)


- de modo indirecto favoreciendo la adopción de conductas de riesgo para la salud (como es el caso de la
asociación entre estrés y tabaquismo y/o alcoholismo).

Las emociones negativas y los procesos adaptativos a las situaciones de nuestro entorno no influyen en la
salud a través de un único mecanismo, sino que ejercen su influencia en diferentes modos y momentos del
proceso de la enfermedad.

Actualmente, se acepta ampliamente que la interacción entre los procesos cognitivos y los procesos
emocionales o afectivos en general operan en la base de diversos trastornos orgánicos.

La función primordial de la emoción sería la de organizar dicha activación psicológica y orgánica, para lo
cual genera, no sólo cambios fisiológicos, sino alteraciones en otros procesos psicológicos como, por
ejemplo, la atención, la percepción y la memoria, con el fin de dar una respuesta eficaz y rápida a la
situación en la que estamos inmersos.

Del mismo modo que una respuesta de estrés, la respuesta emocional puede ser perjudicial a largo plazo
constituyéndose en un factor que, en convivencia con otros más específicos, desencadena enfermedades.
En este sentido, son altamente significativos los trabajos que prueban la relación entre las emociones y las
disfunciones inmunológicas, en particular centradas en cáncer, y la relación entre las emociones y la
enfermedad coronaria.

Así, y tomando en cuenta las evidencias epidemiológicas, clínicas y experimentales puede afirmarse que
tanto el estrés como la ansiedad y la depresión:

1. constituyen un riesgo para la salud


2. afectan los hábitos de salud y, por lo tanto, la calidad de vida
3. bajo episodios agudos, pueden agravar ciertas enfermedades
4. pueden distorsionar la conducta de los enfermos complicando la rehabilitación de la enfermedad.

En términos generales, tanto la respuesta nerviosa, como la respuesta hormonal, definen las grandes líneas
de adaptación a los estímulos ambientales. Sin embargo, muchas veces la respuesta adaptativa es causada
por enfermedad, en especial en casos de estrés no prolongado o interno.

El estrés influye en el organismo volviéndolo más vulnerable a la enfermedad

La respuesta adaptativa puede desviarse bajo estrés. La más común de las enfermedades causadas por
estrés —la enfermedad de adaptación— es la úlcera péptica en el estómago y en la parte alta del intestino.
También encontramos significativos efectos del estrés en la hipertensión, infartos de miocardio, ACV y
enfermedades de la piel.

Por su parte, también, la personalidad puede ser un factor psicológico importante en el desarrollo y
evolución de algunas enfermedades. En este sentido, los modos de interpretar las situaciones estresantes y
las consiguientes respuestas adaptativas nos permite distinguir diferentes perfiles de personalidad, también
llamados patrones de conducta. Tradicionalmente, se han definido tres tipos de personalidad, a su vez,
relacionados con diferentes trastornos de salud: los tipos A, B, y C.

El patrón de conducta tipo C se encuentra en individuos obsesivos, introvertidos, que interiorizan su


respuesta al estrés. Según las estadísticas, presentan una mayor predisposición a contraer infecciones,
alergias, dermatitis varias, reumas y hasta cáncer. Su respuesta de estrés afecta su sistema inmunológico.

Bajo el tipo B encontramos sujetos relajados y abiertos a las emociones, tanto positivas como negativas.
Hay una mayor participación en los mecanismos de adaptación o respuesta al estrés. Pero, estos pueden
ser desencadenantes, en algunos casos, de procesos neuróticos y depresivos.

Por su parte, las personas con un patrón de conducta tipo A presentan una respuesta autonómica al estrés
(por la activación del sistema simpático adrenal) y están más propensos a padecer enfermedades
cardiovasculares.

El siguiente cuadro presenta las características principales de estos tipos de personalidad en


relación con los trastornos de salud:

TIPO A TIPO B TIPO C

 Hiperactivo  Relajado  Cooperador en


 Rápido  Tranquilo extremo
Rasgos  Impaciente  Confiado  Pasivo
Psicológicos  Hostil  Atento a la  No asertivo
 Competitivo satisfacción y el  Apacible
bienestar  Conformista
personal

Relaciones  Problemáticas:  Relajadas:  Sumisas:


Interpersonales  Dominancia  Deseo de agradar
 Tensión Con abierta expresión de  Control de la ira
 Agresividad sus emociones, incluyendo
la ira

SN  Sistema lucha-  Sistema de  Sistema inhibidor


huida
Conceptual  Sistema inhibidor recompensas de la acción
de la acción

Riesgo Patógeno  Coronopatía  No detectado  Cáncer


 Enfermedades
infecciosas varias

Según Henry (1986) un alto porcentaje de personas que acuden a la consulta médica —entre el 50% y el
90%— lo hacen en referencia a síntomas físicos causados por las emociones. Los procesos emocionales
intensos aumentan la probabilidad de desfasajes en el equilibrio de los sistemas fisiológicos y en general de
la homeostasis en nuestro organismo. Así, están directamente relacionados con el aumento de disfunciones
que conducen a una enfermedad.

En cada persona la probabilidad de riesgo de diferentes disfunciones variará según sea su tipo de respuesta
adaptativa —que dependerá, a su vez, de la evaluación subjetiva de las situaciones en las que se encuentre
inmerso— y de la fortaleza/debilidad de cada uno de los sistemas implicados en la respuesta. Todas las
personas tenemos un sistema estructural o funcionalmente más débil que los otros, y éste será el candidato
a padecer con mayor seriedad las consecuencias negativas de una respuesta adaptativa. En algunas, el
sistema más débil puede ser el inmunológico, en otras el cardiovascular, mientras que otras pueden acusar
debilidad en el sistema gastrointestinal o a nivel cutáneo. En el caso específico de la respuesta adaptativa
emocional, los sistemas más proclives a la disfunción son el inmunológico y el cardiovascular.

A modo de ejemplo, presentamos en el siguiente cuadro una clasificación sobre las influencias de las
emociones sobre los distintos sistemas del organismo y las posibles enfermedades que ayudarían a
desarrollar (Hafen, Frandsen y Smith, 1996):

Ira/hostilidad Depresión Estrés


Ansiedad

Disfunciones sexuales Angina de pecho Cáncer Alergias


Trastornos de sueño Hipertensión Asma Problemas dentales
Trastornos de Úlceras gástricas Problemas capilares Lumbalgias
alimentación Artritis Cardiopatías
Coronariopatía

BIBLIOGRAFIA:

Wiebe, D.J., y Smith, T.W. (1997). Personality and Health. Progress and Problems in Psychosomatics. En R.
Hogan, J. Johnson, S. Briggs, (Eds) Handbook of Personality Psychology (pp. 891- 918). New York:
Academic Press.

BAYES, R., “Psiconeuroinmunologia, salud y enfermedad”, en Cuadernos de Medicina Psicosomática, 1994,


30, 28-34.
PALMERO, F. Y FERNÁNDEZ ABASCAL, E. G., “Procesos emocionales”. En Palmero y Fernández Abascal
(coord.) Emociones y adaptación. Ed. Ariel. Barcelona. 1998.
LAZARUS, R. S., Emotion andAdaptation. New York, Oxford University Press. 1991
HENRY, J. P., “Neuroendocrine patterns of emotional responses”. En Plutchik y Kellerman (eds.) Emotion,
Theory, Research, and Experience, Biological Foundations of Emotion. 1986. Vol 3 37-60.

LAHAM, M., Psicocardiología. Abordaje psicológico al paciente cardíaco. Ediciones Lumiere. Buenos Aires.
2001.

LAHAM, M., “Conferencia JANSEN”. Bs. As. Marzo, 2002.

HAFEN, B. Q., KARREN, K. J., FRANDSEN, K. J. Y SMITH, N. L..., Mind/body health. The effects of
attitudes, emotions, and relationships. Allin and Bacon. Massachusetts. 1996.

El factor psicológico de las


enfermedades
La Homeopatía ha reconocido que las condiciones emocional y mental
guardan estrecha relación con numerosos padecimientos; por ello, el
especialista en esta terapia médica no sólo examina el estado físico del
paciente, sino también sus características psicológicas.

 ¿Por qué nos enfermamos?

Muchas veces, la Medicina convencional es incapaz de resolver


padecimientos agudos y crónicos debido a que sólo toma en cuenta el
aspecto orgánico de los mismos, restándole importancia al estado
emocional del paciente y las situaciones que está experimentando. “Las
enfermedades son un lenguaje del cuerpo, y es precisamente este
parámetro el que nos permite unir la Medicina homeopática con la
Psicología”, afirma el Dr. Manuel Gómez García, especialista egresado
de la Escuela Libre de Homeopatía de México.

El experto resalta que “todas las disciplinas científicas se relacionan; en


este caso, tanto la Psicología como la Homeopatía reconocen al hombre
como unidad física, psíquica, social y espiritual, que cuando se enferma
está expresando conflicto profundo que se manifiesta por medio de
síntomas”.

Así, en la historia médica homeopática, los especialistas tratan de


conocer lo más posible las características del paciente como individuo,
es decir, quién es ese enfermo que los consulta, cómo y por qué sufre, y
qué provoca su desequilibrio energético. Ello surgirá del estudio de la
totalidad (psicobiológica) de esa persona y de sus antecedentes clínicos
(biopatografía).

Lo que está en la mente


En muchas ocasiones los padecimientos físicos son resultado de
algún desequilibrio emocional que persiste a través del tiempo, lo cual
es producido por somatizaciones del individuo, es decir, cuando la
relación mente-cuerpo se ve alterada debido a emociones
displacenteras, sentimientos negativos, modificaciones del ciclo vital o
situaciones de alto impacto emocional. Lo anterior genera estrés, que
puede representarse en forma de síntomas o trastornos.

“Muchas veces los pacientes con problemas emocionales recurren al


médico clínico, porque presentan síntomas orgánicos. Y si acuden a un
especialista que no se interesa por su vida personal ni le pregunta qué
sucede a su alrededor, resulta inútil que le prescriba medicamentos, pues
cuando los deje de tomar, volverán las molestias”, refiere el Dr. Gómez
García.

En este sentido, es importante tener presente que cada persona percibe


las circunstancias de la vida de manera muy distinta. Hay quienes
procuran ser responsables de sus actos, ayudar a los demás y realizar lo
que está en sus posibilidades, en tanto que hay otros que hacen mucho
más de lo que pueden, provocando un desequilibrio en sus sistemas
debido a mayor autoexigencia.

Labor homeopática
La Homeopatía, explica el especialista, responde a una concepción
psicosomática de los enfermos y realiza lectura del padecimiento, lo que
permite que:

 El médico homeópata escuche y cuide.


 El síntoma “hable” y sea entendido.
 Dicho método médico trate a individuos que sufren una
enfermedad con síntomas objetivos y los asocie con la psique.
 La historia clínica habitual de la consulta homeopática sea muy
diversa y mucho más sistematizada.
 Se reconozca que la cicatriz psicosomática demuestre la existencia
de una herida a nivel primordial del ser humano que delate lo que
no puede ser dicho, ni borrado.

Por tanto, la Homeopatía no se limita a los síntomas de origen emotivo;


estudia sueños y relaciones patológicas, y llega hasta las raíces de la
personalidad mediante análisis muy detallado de los mínimos signos
caracterológicos.

“Homeopatía y Psicología son dos disciplinas estrictamente relacionadas,


en especial, por considerar al humano como una totalidad indivisible.
Ambos conocimientos consideran a las emociones como la causa básica
de las enfermedades que se manifiestan, en primer término, como
desequilibrios afectivos; luego afectan a la mente, posteriormente a la
conducta y, por último, al cuerpo”, detalla el Dr. Gómez García.

Por su parte, los especialistas en salud mental que se enfrentan a los


síntomas emocionales o de comportamiento de un paciente tratan de
descubrir los problemas que están encubriendo. La Homeopatía utiliza
medicamentos de la naturaleza para lograr, a través de lo similar, un
cambio de actitud y curación profunda. “Además, es importante no
considerar aisladamente la enfermedad en estudio, sino saber quién es y
cómo es esa persona con su padecimiento”, agrega el entrevistado.

“En la historia médica homeopática (y esto es lo fundamental) tratamos


de conocer lo más posible las características del paciente como
individuo, es decir, quién es ese enfermo que nos consulta por tal o cual
alteración; cómo y por qué sufre y qué provoca su desequilibrio
energético, es decir, por qué se enferma”, señala el especialista.

Tanto los psicólogos como los médicos homeopáticos escuchan a sus


pacientes, se interiorizan en sus problemas, conocen su vida personal,
necesidades y la forma que tienen de vivir las experiencias. Ambas
disciplinas toman muy en cuenta cada palabra de su paciente para poder
descubrir la emoción que se refleja en él con cada circunstancia que
refiere.
Tratamientos
Basada en el principio “aquello que produce ciertos síntomas en el
hombre sano, cura los mismos síntomas en el enfermo”,
la Homeopatía usa diversas sustancias provenientes de los reinos
mineral, vegetal y animal, disueltas en proporciones ínfimas. Éstas
actúan, más que a nivel físico, a nivel energético, logrando restablecer el
equilibrio perdido.

“Los pacientes demuestran que la Medicina homeopática ayuda a hacer


conscientes las represiones y dejan de actuar inconscientemente contra
ellos mismos, liberándose de sus síntomas. Una vez que han logrado
este avance podrán continuar con breve psicoterapia para afianzar los
resultados”, puntualiza el Dr. Gómez García.

De esta forma, los médicos homeópatas no sólo se interesan por el


resultado de los medicamentos, sino también por la vida cotidiana de sus
pacientes e interpretan un síntoma como la forma que tiene el cuerpo de
combatir el mal.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente el


punto de vista de la Asociación Nacional de la Industria Farmacéutica
Homeopática, A.C. (Anifhom).
¿Tienes alguna pregunta sobre este tema?
Pregunta al Médico
https://www.saludymedicinas.com.mx/vida-sana/homeopatia/el-factor-psicologico-de-las-
enfermedades

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