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RIOBÓO
RAMÓN
DIRECCIÓN
DANI DAORTIZ

EDICIÓN
ANTONIO MARTINEZ A-G

TRADUCCIÓN
JAVIER NATERA

COLABORADORES
&COLUMNISTAS
SALVADOR SUFRATE
LUIS PIEDRAHITA
JUAN DIEGO CASTILLO
KIKO PASTUR
RAMÓN RIOBÓO
AMILKAR
RAÚL JIMENEZ
MIGUEL GÓMEZ
ROBERTO MANSILLA
RAFAEL BENATAR

PATROCINADORES
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ARTIMAGIA
MAGICUS Queda prohibida la reproducción total o parcial del
contenido de esta revista, sin precio consentimiento, por
LAVARITA escrito del editor. Si deseas ponerte en contacto, escríbenos

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EDICIONES EL ESPECTADOR

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ELMANUSCRITO | 1053
 RAMÓN
RIOBÓO
ESPECIAL
PÁG 1075
CONTENIDO

CORTANDO
CARTAS A PESO
LUIS PIEDRAHITA
PÁG. 1062

pág. pág.
SANDWICH ESTUDIO SOBRE
ARGENTINO 1058 LA TÉCNICA 1082
pág. pág.
CONTANDO PINCELADAS
CARTAS AL PESO 1062 DE HISTORIA 1085
pág. pág.
PERCEPCIÓN NUNCA
Y MAGIA 1066 SEIS 1086
pág. pág.
EN PIES DEL ASES AL
ESPECTADOR 1072 STOP 1089
pág. pág.
ESPECIAL SORPRESA Y
RAMÓN RIOBÓO 1075 EXPECTACIÓN 1091

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1056 | ELMANUSCRITO
 ESTUDIO DE
LA TÉCNICA
AMILKAR
PÁG. 1082

PERCEPCIÓN

EDITORIAL
Y MAGIA
JUAN DIEGO
PÁG 1066
Tras un año de ausencia editorial, ElManuscrito
vuelve con más fuerza que nunca. El cúmulo de
trabajo de nuevos y viejos proyectos, hicieron que
el dos mil quince, fuese un año donde nuestra
revista quedase aparcada. Desde Grupokaps,
estudiamos la posibilidad de aparcarla para
siempre, dejando así cerrado el ciclo de más de
cinco años de trabajo. Pero a decir verdad, la
añoranza y las ganas de seguir aprendiendo, me
impedían tomar tal decisión. Por ello, nos tomamos
el año pasado para pensar y tomar nota, para
recopilar nuevo material, y concluimos el mismo,
con un nuevo email a todos los suscriptores en el
que sólo decíamos: ¡Nos alegramos de volver a
saludarte! Y aquí seguimos.

Si algo aprendí en la anterior etapa, fue a delegar,

y por ello, la publicación vuelve con nuevas
caras. Aunque seguiré en la parte directiva y de
contenido, Grupokaps ha fichado al genial Antonio
Martínez A-G (antnO) en la parte de producción,
diseño y maquetación de contenido, así como
área social.

Me complace también dar la bienvenida a

Juan David Lozano, en la pare artística, quien
se encargará de llenar de color las páginas de
ElManuscrito, con sus fantásticos dibujos.

De la misma forma, desear un feliz regreso a Paco

Rodas (Fotografía), Fran Moreno (producción
audio-visual) y Javier Natera (Investigación y
Traducciones).

COMO SIEMPRE, Y YA TENÍA

GANAS DE VOLVER A DECIRLO,
PASEN Y LEAN...
 SANDWICH ARGENTINO
SalvAdor SUfRate EFECTO
El mago retira los comodines de la baraja, deja
los mismos a un costado sobre la mesa y da a
AHORA DESLIZA LA CARTA DOBLE UNOS DOS elegir una carta. La misma se pierde en la baraja
CENTÍMETROS HACIA LA IZQUIERDA nuevamente.
Coloca cara arriba los comodines, uno sobre y el
otro debajo de la baraja, tira de los mismos hacia el
costado y entre ellos aparece una carta cara abajo,
la cual resulta ser la del espectador. Al momento,
el mago dice que va a repetir la experiencia, pero
ahora de una manera diferente. Coloca entonces
la carta del espectador entre los comodines, pero
resulta ser que ahora lo que el mago tiene en sus
manos son los cuatro ases.
FIG.1 Luego se extiende la baraja caras abajo sobre la
mesa y se puede ver claramente que en el centro
de la misma se encuentran los comodines caras
arriba, que han atrapado una carta, la cual resulta
ser la del espectador.

PREPARACIÓN
Desde el comienzo, deben tenerse los cuatro
ases sobre la baraja, eso es todo.

PRESENTACIÓN
Para comenzar, se extraen de la baraja los
FIG.2 comodines y se dejan a un costado sobre la mesa..
Se da a elegir una carta libremente, la misma
se devuelve a la baraja y se controla en la parte

1058 | ELMANUSCRITO
superior (esto por el método que prefieran).

A continuación, realiza un break bajo la carta

elegida, coloca luego los comodines, caras arriba,
uno abajo y el otro arriba de la baraja, el que
queda en la parte superior de la misma quedará
por supuesto sobre la carta elegida (formando
una carta doble). Ahora desliza la carta doble unos
dos centímetros hacia la izquierda (Fig. 1).
Ahora en esa posición, la mano izquierda tira de
los mismos hacia la izquierda, haciendo mayor
presión con el pulgar, hasta que las cartas se
separen de la baraja, (Fig. 2). Verán que entre los
comodines queda una carta, que es la que estaba
sobre la baraja (la del espectador), esto se debe a FIG.3
que hicimos mayor presión con el pulgar, lo cual
hace que la segunda carta se adhiera al comodín.
Para continuar, se dejan las tres cartas sobre la
mesa. Se aprovecha este momento para obtener
un break bajo la tercera carta superior, con el
meñique izquierdo, el cual luego se traslada al
pulgar derecho (Fig. 3).

Ahora la mano izquierda toma los comodines

que están sobre la mesa, y deja la carta que está
cara abajo, sobre la mesa. Mientras se le pide al
espectador que mire la carta (la cual será la suya).
Nosotros aprovechamos ese momento, para
hacer el cambio que describiré a continuación.

EFECTO FIG.4
Todo empieza en la posición de la Fig. 4, en la cual
puede verse la mano izquierda con los comodines
caras abajo y el dedo índice de la misma señalando
la carta de la mesa, (en este momento se le pide al
espectador que mire la carta), en la mano derecha
tenemos la baraja, con un break bajo la tercer
carta.

Justo en el momento que el espectador ve que es

su carta, se hace lo siguiente: La mano izquierda se
gira y se retrae, hasta que la misma hace contacto
con la parte inferior de la baraja (Fig.5), (claro que
en ese giro los comodines quedan caras arriba
bajo la misma). Ni bien los comodines hacen
contacto con la baraja, la mano derecha deja caer
sobre los mismos toda la baraja, menos las tres
cartas superiores (que son tres ases), los cuales se FIG.5
dejan sobre la mesa (Fig. 6).
Lo que hemos hecho entonces es cambiar los dos
comodines por tres ases, recordemos que este
cambio debe hacerse mientras el espectador ve
la carta, por lo cual dura solo segundos.

Bien, una vez que ve la carta el espectador, se

la retiramos, para mostrarla nosotros al resto
del público. Luego de eso realizamos un enfile,
cambiando esta carta, por la superior de la baraja,
que será el último as. La cual luego de cambiarla,
la depositamos sobre la mesa, al costado de las
otras.
Para continuar obtenemos un break con el
meñique izquierdo, entre los dos comodines que
se encuentran caras arriba bajo la baraja. Luego FIG.6
ELMANUSCRITO | 1059
el pulgar izquierdo ejerce presión sobre la carta
superior, mientras que la mano derecha tira del
resto de la baraja hacia la derecha, hasta que
la carta superior (la del espectador) y la inferior
(uno de los comodines) queden juntas en la mano
izquierda. Ahora la baraja se coloca sobre estas
dos cartas, luego la misma se corta y se completa
el corte. Lo que hemos hecho, es colocar la carta
del espectador entre los comodines y luego al
cortar, el sándwich fue a parar al centro de la
baraja.
Ahora decimos que vamos a repetir el efecto,
pero en realidad hacemos lo siguiente: Tomamos
las cartas que están sobre la mesa (o sea las que
son supuestamente los comodines, en realidad
los tres ases). Las abrimos en un abanico de dos
cartas, para lo cual hacemos así: tomamos las tres
cartas bien cuadradas con la mano izquierda en
posición de dar y las sujetamos a su vez con el
dedo mayor de la mano derecha por la esquina
exterior derecha mientras que el pulgar lo hace
por la parte interior derecha, el dedo índice se
coloca sobre el dorso de la cartas.
Bien, en esa posición los dedos de la mano
izquierda, tiran de la carta inferior del paquete,
logrando de esta manera formar un abanico de
dos cartas, el cual está compuesto por, una carta
doble (la superior) y una simple (la inferior). Luego
tomamos la carta que nos queda sobre la mesa y
la colocamos cara abajo en el medio (Fig. 7). Todas
esas acciones las hacemos mientras decimos,
“Tomo los comodines, colocamos tu carta entre
ellos”, nosotros sabemos que esa carta es en
realidad el cuarto as.
Ahora se cierra el abanico, se hace un gesto
mágico, e inmediatamente se gira la carta inferior
del paquete sobre las demás, viendo que no se
trata de un comodín sino de un as. Luego se gira
la nueva carta inferior, se muestra pero se deja
bajo el paquete, esta carta también será un as.
A continuación, se hace un abanico de tres cartas,
conservando una carta doble arriba, por lo tanto
se verá que queda una carta invertida (la del
centro), la cual se muestra y es otro as. Luego de
mostrar la carta, se retira y se coloca en la mesa.
Se cierra nuevamente el abanico de dos cartas
que tenemos en la mano y se gira boca abajo.
Ahora se sujeta el paquete, por la parte posterior
en la punta de los dedos izquierdos, con el pulgar
encima y el resto de los dedos por debajo. Mientras
con el dedo mayor derecho se curvan las cartas
hacia arriba (Fig. 8). A continuación el dedo mayor
derecho suelta las cartas, mientras que la mano
izquierda hace un abanico con las tres cartas (Fig.
9), con lo cual se verá que aparece otro as en
medio de las cartas.
Para terminar, se dejan los cuatro ases caras arriba
sobre la mesa. Se toma la baraja, se extiende caras
abajo sobre la mesa y todos podrán ver que en el
medio de la baraja, se encuentran los comodines
caras arriba, y que entre ellos hay una carta cara
abajo. Se le pide al espectador que la de vuelta,
con lo cual verá que se trata de su carta.

FIG.7

CARTA DOBLE

FIG.8

EL DEDO MAYOR DERECHO

SUELTA LAS CARTAS,
MIENTRAS QUE LA MANO
IZQUIERDA HACE UN ABANICO
CON LAS TRES CARTAS FIG.9

1060 | ELMANUSCRITO
 CORTANDO
CARTAS
AL PESO
Luis PIedRaHita
Llevaba ya varios meses dándole vueltas a un
juego. Quería una versión de “cartas al peso” en
la que el espectador dijera un número, él mismo
cortara y contara tantas cartas como acababa de
decir. El milagro en manos del espectador.
Trabajé técnicas imposibles, versiones con cartas
trucadas, marcadas, paquetes pegados... Estaba
bloqueado. Entonces me dije a mí mismo: “¿Cómo
lo haría Dani?” En ese momento Daortiz iluminó
la oscuridad como un relámpago que atraviesa
la noche. Enseguida llegué a una versión
completamente distinta, la presenté ante algunos
amigos y todos estaban entusiasmados.

EFECTO
Sobre la mesa una baraja mezclada. El mago
pide a un espectador que corte un paquetito y lo
deposite sobre su mano. El mago pondera el peso
del paquete y, sabiendo que cada carta pesa
exactamente 1´75g, deduce el número de cartas
que hay en el montón. (Si tienes una báscula de
precisión puedes predecir el peso del montón y
comprobar que lo que dices es cierto.)
Las cartas están sobre la mesa. Ahora el mago
intentará algo más difícil. Un espectador dice un
número y el mago, al instante, corta un paquete
con tantas cartas como el numero nombrado.
(Con una báscula de precisión y haciendo los
cálculos pertinentes puedes aventurar el peso del
paquete y comprobarlo.)
Ahora el mago intentará lo imposible, que el
milagro suceda en manos del espectador. Alguien
dice un número, otro espectador es el que corta y
cuenta las cartas. ¡Hay exactamente tantas cartas
como el número nombrado!
(Con una báscula de precisión, puedes pedirle al
espectador que corte un paquete que pese un
número determinado de gramos y demostrar que
el paquete cortado pesa exactamente eso.)
PRESENTACIÓN*
Cada carta tiene un peso de 1,75 g pero si se pesan
todas las rojas juntas resultan 45,51 g mientras
que las negras pesan 45,57 g: 0,06 gramos de
diferencia. También resulta que los cuatro dieces
juntos (7,03 g) pesan más que los cuatro ases
(7,00 g), seguramente porque tengan más tinta.
Las mismas cartas, en ocasiones, presentan
variaciones de peso de una baraja a otra. Esto
puede ser porque cada naipe está compuesto de
varias capas, pegamentos, resinas, etcétera. La
tinta no es la única variante.
*Datos obtenidos por Mark Frauenfelder, utilizando baraja Bycicle y
una balanza de alta precisión (0,01 g) .
PREPARACIÓN
• La baraja estará en mnemónica (no es
necesario una mnemónica concreta. Puede ser
la de Juan Tamariz, la de Daortiz, la de Woody
Aragón o la tuya personal. Lo importante es que
tú conozcas la posición de cada carta. Para la
explicación utilizaré la de Juan Tamariz).
• Coge la última carta, en este caso el 9 de
Diamantes, aféitale los lados largos con un cutter
y hazle una burbuja.
• Coloca ahora dicha carta en la posición 36 para
que, al cortar, se corte por el Rey de corazones. (El
9 de diamantes con los lados largos afeitados irá
entre la Jota de tréboles y el Rey de corazones)
• A ese 9 de diamantes conviene hacerle una
marquita en el dorso. Durante el juego habrás
de cortar por esa carta en varias ocasiones y la
marquita te ayudará a saber si has acertado o no.
Es solamente por seguridad.

1062 | ELMANUSCRITO
Esa es toda la preparación y, según avances en la
explicación, verás cuánto se parece este juego a
la carta al número de Dani. En algunos momentos
tendrás que forzar zonas de la baraja, números
altos o números bajos, nunca números concretos,
pero sí comprendidos en cierto intervalo.
Te recomiendo releer los capítulos de Libertad de
expresión sobre ese tema.

REALIZACIÓN
La baraja está sobre la mesa. Realiza una mezcla
falsa, si te apetece, mientras introduces el efecto.
No centres la atención en la acción y deja la baraja
sobre la mesa sin darle importancia. Pide a un
espectador que corte un paquetito de cartas y
que lo deje sobre la palma de tu mano. (Fig. 1)

Finge ponderar las cartas y mira secretamente

la carta por la que ha cortado el espectador. Hay FIG.1
muchos vistazos posibles, todos son buenos,
elige el que más se adecue a tu estilo. Una vez
que sabes la carta, ya sabes cuántas hay en el
montón. Dilo con decisión: “En este montón hay
trece cartas.” Ahora extiéndelas sobre la mesa y
con el dedo índice cuéntalas claramente, una a
una. (Fig. 2)

¡Efectivamente! En el montón hay exactamente
ese número de cartas. Si prefieres puedes darle
el paquete al espectador para que las cuente él. A
mi me gusta más en extensión.
Para mantener el crescendo, venderemos el
segundo efecto como algo todavía más difícil.
Pide a un espectador que diga un numero del
uno al cuarenta, muy alto para que sea muy difícil.
Pidiendo uno “muy alto para que sea muy difícil”
te garantizas que el espectador te diga un número
entre treinta y cuarenta.*
*Ver capítulo de Forzajes verbales, numéricos, de cartas o de
posición del libro Libertad de Expresión de Dani Daortiz..
Todavía tienes las cartas extendidas sobre la mesa
tras el primer efecto. En cuanto el espectador
diga su número, sabiendo que tenemos el 9 de
diamantes en la posición 36, recompón el paquete
subiendo o bajando tantas cartas como necesites
para que la burbuja quede en la posición dicha
por el espectador.
Lo que estamos haciendo es utilizar el método del
ACAN de Dani para lograr otro efecto. Si el número
dicho por el espectador es mayor que 36 tendrás
que subir cartas de abajo y si el número es menor
tendrás que bajarlas de arriba.

FIG.2

ELMANUSCRITO | 1063
La acción de subir o bajar queda disimulada al
recoger las cartas extendidas, añadirlas al paquete
y pelar algunas cartas como si mezclaras. Además,
mientras haces todo eso, di que intentarás algo
dificilísimo: cortar con las yemas de tus dedos
tantas cartas como pidan, estimando el peso justo
del paquete. Ya está todo colocado. La baraja
sobre la mesa.
¿Qué número habías dicho, perdona, que no
te escuché? En cuanto el espectador repita su
número, rápidamente corta con dos dedos por
la burbuja, extiende el paquete sobre la mesa y
vuelve a contar muy claramente las cartas con la
punta del índice*. ¡Increíble!,
¡Hay tantas cartas como ha dicho el espectador!
(Fig3)
*Es importante extender y contar para no invertir el orden de las
cartas.
Sobre la mesa tienes un paquete pequeño con el
9 de diamantes en top y una extensión de unas
35 cartas aproximadamente. Recompón el mazo
poniendo el paquete grande sobre el pequeño,
muestra las cartas cara arriba y cuenta que la gran
dificultas estriba en que no todas las cartas pesan
igual ya que dependiendo de la cantidad de tinta
que haya en el dibujo pueden pesar más o menos.
Al extender las cartas en las manos, localiza el 9
de diamantes y cooléalo (Debex) hasta la posición
25 (entre el Rey de diamantes y el 5 de diamantes).
Deja las cartas cara abajo extendidas sobre la
FIG.3
1064 | ELMANUSCRITO
mesa. Ahora el mago va a hacer lo imposible: toda
su sabiduría y destreza serán transmitidas a uno
de los presentes. Un espectador dirá un numero
y otro cortará un montón con tantas cartas como
haya dicho el primero.
-Tú mismo, ¿no te importa decir un número?
Espera, para que sea más difícil, vamos a decir
uno alejado de los extremos. Ni muy alto que
son las cartas de abajo y son fáciles de localizar,
ni muy bajo que son las de arriba. Lo más difícil
es entre veinte y treinta que son los números del
medio. Eso es solo para expertos. Dime uno difícil…
el que tú quieras.*
*Ver capítulo de Forzajes verbales, numéricos, de cartas o de
posición del libro Libertad de Expresión de Dani Daortiz..
Cuando el espectador lo diga, recoge la extensión
y sube o baja las cartas necesarias para que el 9
de diamantes (que ahora está en la posición 25)
acabe en la posición pedida por el espectador. Ya
está todo listo. Deja la baraja cuadrada sobre la
mesa y disponte a hacer el ritual de traspaso de
poderes. Toca las yemas de una espectadora con
actitud mística y pregúntale si ha sentido la magia.
(Fig. 4)
Da igual lo que responda. Pídele que extienda
sus dedos corazón y pulgar y que, con suavidad,
intente cortar por el medio de la baraja. La baraja
ha de estar frente al espectador y con el lado
largo paralelo a su pecho. De esta manera le fuerzas a cortar tomando las cartas por sus lados largos.
Eso es importante para que corte por el 9 de diamantes.

De todos modos, cuando le expliques lo que tiene que hacer, tú ejemplificarás cortando con el dedo
corazón y pulgar sujetando la baraja por los lados largos.
De esta manera, pidiéndole que corte con suavidad, por la mitad de la baraja con el dedo corazón y
pulgar, y asegurándote de que lo hace sujetando la baraja por sus lados largos, cortará por la carta
elegida el 95% de las veces. En caso de que falle, lo sabrás gracias a la marca en el dorso de la carta.
Lo que has de hacer entonces es confirmar que sí, que lo ha entendido, que vamos a mezclar las cartas
y que lo vamos a hacer.

Haz una mezcla falsa y déjale las cartas delante para que lo repita.Si vuelve a fallar, caso rarísimo,
comenta que alguien podría pensar que estáis compinchados. Cambia de persona. Tienes una nueva
oportunidad. Si vuelve a fallar, suicídate. Yo nunca me he suicidado y nunca he tenido que ir más allá
de la mezcla falsa.

Una vez que el espectador corta por el nueve de diamantes, pídele que él mismo cuente las cartas.
¡Hay tantas como el número que había dicho el espectador! Milagro

FIG.4

*Dibujos por Juan David Lozano

ELMANUSCRITO | 1065
 PERCEPCIÓN Y MAGIA
JUAn DIEGO
Hace muchos años, leyendo un libro de magia,
que no recuerdo cuál era, encontré un pasaje
que me llamó mucho la atención, tanta que
no lo he olvidado. Creo que fue la primera vez
que reflexioné en serio sobre lo que percibe el
mago cuando presenta un efecto y lo que, a su
vez, percibe el espectador. Se trataba del falso
depósito de una moneda de una mano a otra. Si no
me equivoco explicaba la forma de hacer el pase
que conocemos como el “torniquete”. Exponía que
existe la tendencia a bajar la mano que conserva
oculta la moneda, al costado del cuerpo, de
forma tal que está engarrotada, rígida. El autor
explicaba que la mano debe bajarse como lo
hacemos naturalmente cuando está vacía: con un
ligerísimo bamboleo final de atrás para adelante
y de adelante para atrás. Se trata de evitar lo que
explica el Gran Mago Ludovico, en la novela La
novia de Houdini: “Todos los hombres utilizan un
movimiento que los delata cuando mienten, pero
no lo saben” (Rodríguez, 2014, pág. 82). Por eso
el Mago-Mago, el artista que ha estudiado con
empeño lo que el público percibe, nunca miente,
expresa con su arte una verdad que tiene lugar en
otro plano.
Dani Daortiz relata en “La Percepción y su
importancia” (DaOrtiz), que: “Podemos decir
que el primer aliciente que tuve para ponerme
en marcha a trabajar sobre la percepción, fue
hablando con mi compañero y gran amigo Gabi
(Pareras) de Barcelona, el cual me comentaba
que un espectador puede mantener una baraja en
sus manos durante gran tiempo, bien mezclando,
repartiendo cartas... que si transcurrido un tiempo
1066 | ELMANUSCRITO
(parte1)
se le pregunta de qué color era el dorso de la
baraja, posiblemente no tendría respuesta para la
pregunta. Esta idea me hizo pensar mucho, hasta
tal punto que la incluí la noche posterior, en una
rutina de cambio de color que el mismo Gabi me
mostraba. (…) El éxito fue tremendo. Y es que lo
que Gabi me comentaba tenía toda la razón: No
le des importancia a algo y el cerebro tampoco
se la dará”. Ahora bien, la pregunta es por el
mecanismo que determina que esto sucede.
Como lo menciona Dani, un elemento presente
es el famoso paréntesis de olvido. Pero atención,
siempre que ponemos un paréntesis en un escrito,
hay algo entre la apertura y el cierre. Eso que
ponemos ahí no puede ser cualquier cosa. En un
extremo, no sirve para nada y lo que se buscaba
ocultar sigue presente. En el otro polo, lo que se
“logra” es que lo que se puso en el paréntesis
resulte tan importante o significativo que, lo que
era el centro, el juego que se está realizando,
pierde toda relevancia.
Un aspecto muy importante descubierto por
Freud es el carácter transitorio, en muchos casos
instantáneo, de la percepción y la conservación
de las representaciones en la memoria. Toda
percepción es un estímulo que determina la
activación de las huellas mnémicas vinculadas
a ese proceso excitatorio. Todo proceso de
pensamiento busca establecer una identidad
entre lo contenido en la memoria y lo percibido.
En palabras de Dani sería: “El cerebro contiene
patrones de imágenes que se almacenaron de
forma permanente. Patrones que adaptamos
cotidianamente: información, imágenes, melodías,
sonidos, etc. (Loc. cit.)” Cuando la experiencia
del sujeto no le ofrece las representaciones
mnémicas adecuadas, el psiquismo buscará las
que le parezcan más atinadas y generará una
convicción: ¿creencia? En el extremo, recordará lo
percibido como un cuerpo extraño que no puede
incluir en sus procesos de pensamiento. De nuevo
Dani, relata lo que le platicó Rafael Benatar: “si en
mitad de una conversación tosemos, el llevar la
mano a la boca es un signo evidente y natural. Si
mientras lo hacemos, miramos al vaso de agua
que hay sobre la mesa, todos darán por hecho
que beberás un trago de agua (…). El cerebro –del
observador– ha interpretado la señal de la mirada
y se ha adelantado al suceso”.
Soy psicoanalista y, como actividad artística,
practico la magia. Si lo que acabo de enunciar
es cierto, me encuentro con el asunto de la
verdad en las dos actividades. Temporalmente fui
primero mago que psicoanalista: a los 10 años de
edad (en 1957) hice mi primera función de magia;
toda ella estuvo centrada en juegos con la varita
mágica que aprendí en dos de los libros de Robert
Veno que constituyeron la Biblioteca de juegos,
prestidigitación, ilusionismo... por Who? (1950 [?]) y
de La prestidigitación al alcance de todos de Aldo
Musarra (1950).
Las varitas mágicas las fabriqué yo mismo con
palos de escoba. Cuando empecé a estudiar
la licenciatura en psicología, ciertos sectores
en el mundo psi acusaban a los psicoanalistas
de “sacarse cosas de la manga”. Qué paradoja,
también ahí había quién veía las cosas más
como mentira que como un compromiso con
el otro. Ya, entonces, la articulación de ambos
campos era una realidad en mí aunque lo fuera
de manera impensada. Antes de 2008, nunca hice
una reflexión sobre los probables puntos de tal
articulación entre ambos campos.
¿Qué es el psicoanálisis? La respuesta más
rápida es síntesis de una de las que dio Freud a
tal cuestión: “procedimiento para tratar enfermos
nerviosos (…), método de investigación psicológica
(…), medio auxiliar del trabajo científico en los más
diversos campos de la vida espiritual” (1925e [1924],
pág. 228). Es también, desde luego, “un conjunto
de teorías psicológicas y psicopatológicas”
(Laplanche & Pontalis, 1968, pág. 329). Como se
ve, la presencia de la magia no resulta clara.
¿Qué es la magia? Umberto Eco dice que es “la
presunción de que se [puede] pasar de golpe
de una causa a un efecto por cortocircuito, sin
completar los pasos intermedios” (Eco, 2002). Y
en otro lugar puntualiza: “La magia ignora la larga
cadena de las causas y los efectos” (Eco, 2002).
Desde luego, lo que dice Eco le viene bien a la magia
de carácter religioso, creencial; pero también,
mutatis mutandis, a lo que hace el artista mago:
sustrae a la percepción del espectador ciertas
partes de un proceso con objeto de acercarlo a
la ilusión, a una interpretación de lo que ve que
lo acerca a lo misterioso. Pero también puede ser
que se le proporcionen elementos que alteran la
representación que tiene de algo en su memoria,
es decir, se le propone algo que amplía el abanico
de posibilidades para representarse lo que “ve”, lo
ELMANUSCRITO | 1067
que percibe. Desde otro ángulo y, probablemente,
de forma más próxima al arte, Jorge Luis Borges
afirma que, “la magia es una causalidad distinta. Es
suponer que, además de las relaciones causales
que conocemos, hay otra relación causal. Esa
relación puede deberse a accidentes, a un anillo,
una lámpara” (Borges, 1980, pág. 67). En el juego
¡Mézclalas! De Paul Curry (Kaufman, 2010, pág. 24),
se puede introducir una causalidad que no hace al
truco sino a lo que el espectador percibe, lo que le
asombra, por ejemplo, convocando al amor entre
dos personas que colaboran en la ejecución.
Ramón Andrés González-Cobo retoma ambas
perspectivas cuando afirma, primero, que la Magia,
“pretende conseguir un fin, una transformación
de orden espiritual o material, contemplando
una alteración de las leyes naturales” (González-
Cobo, 2012, pág. 998); y después, alude al
procedimiento o método: “La propagación de
determinados ritos que recurrían a la palabra,
los cantos, las plantas, animales y una específica
gestualidad para modificar la realidad resultó
extraordinaria” (González-Cobo, 2012, pág. 1000).
El mismo autor cita a Nietzsche quien en Origen
de la tragedia, habla de “«ficciones lógicas» e
«ilusiones conscientes», [como] necesarias en
algún lugar del discurso. Éstas también forman
parte de una voluntad de conocimiento, porque
no son en ningún modo más frágiles que eso que
llamamos verdad, un concepto tan volátil como
arbitrario, caro a la religión, pero asimismo a la
ciencia y la filosofía” (González-Cobo, 2012, pág. 6).
Es decir, los artistas magos ponen en contacto a
los espectadores con algo de lo más inefable de
sí mismos y del mundo; los acerca a la frontera de
lo conocido, al misterio. Para retomar el ejemplo
del juego recién mencionado, ¿qué hay más
misterioso que el amor?
Jesús Etcheverry, en uno de los libros en que
recoge el trabajo de Arturo de Ascanio señala que,
“la magia es un arte de hacer cosas asombrosas”
(Etcheverry, 2000, pág. 31). Pero hay de magias
a magias. De nuevo Umberto Eco reflexiona en
algo que encontramos en muchos espacios de
la vida actual, por ejemplo en la publicidad: “La
tecnología [aparece como magia], hace de todo
para que se pierda de vista la cadena de las
causas y los efectos. (…) Podría parecer extraño
que esta mentalidad mágica sobreviva en nuestra
era, pero si miramos a nuestro alrededor, ésta
reaparece triunfante en todas partes.” (Eco, 2002).
La ignorancia de las relaciones entre la ciencia
y la tecnología, la buena y la mala tecnología,
fomentada por una visión desnaturalizada de
la ciencia, abundante en los medios masivos de
información, abona un pensamiento mágico muy
distinto a la recreación de la fantasía en una obra
con pretensiones de arte. Lo que en un lado es
“magia” para el control, en el otro es magia para la
creación. En el juego de la tuerca que sale sola del
tornillo, hay tecnología oculta pero no para someter
1068 | ELMANUSCRITO
a los otros sino para divertirlos, ilusionarlos.
Para pensar la magia como arte, se retoma a
Freud:
“El arte logra por un camino peculiar una reconciliación de los dos
principios –[los de placer-displacer y de realidad]–. El artista es
originariamente un hombre que se extraña de la realidad porque
no puede avenirse a esa renuncia a la satisfacción pulsional que
aquella primero le exige, y da libre curso en la vida de la fantasía a
sus deseos (…). Pero él encuentra el camino de regreso desde ese
mundo de fantasía a la realidad; lo hace, merced a particulares
dotes, plasmando sus fantasías en un nuevo tipo de realidades
efectivas que los hombres reconocen como unas copias valiosas de
la realidad objetiva misma. Por esa vía se convierte, en cierto modo,
realmente en el héroe, el rey, el creador, el mimado de la fortuna
que querría ser, sin emprender para ello el enorme desvío que pasa
por la alteración real del mundo exterior. Ahora bien, sólo puede
alcanzarlo porque los otros hombres sienten la misma insatisfacción
que él con esa renuncia real exigida, porque esa insatisfacción que
resulta de la sustitución del principio de placer por el principio de
realidad constituye a su vez un fragmento de la realidad objetiva
misma (1911b, pág. 229).”
Otra dimensión articulada con todo esto es la de lo
sagrado que es “las más de las veces, (…) el sordo
deseo de explicación” (González-Cobo, 2012, pág.
7) a como dé lugar. Se recurre a lo inexplicable
por definición, lo sagrado, como referente último
o criterio de realidad. Freud en La Interpretación
de los sueños sostiene que, la sacralidad de que
investimos ciertos temas sagrados (principios
religiosos, posturas políticas, etc.), embotan
nuestra percepción de la realidad. Aprovechar
ciertos temas relevantes del contexto histórico
y social puede servir a la magia “forzando” la
percepción de los espectadores. La magia como
espectáculo es una ocasión que nos recuerda que
“somos genética y fabulación, voluntad y nudo de
historias «fingidas y verdaderas», por decirlo con
Cervantes” (González-Cobo, 2012, pág. 7).
¿Y el artista? El artista José Daniel Rosero Navarrete,
en un proyecto titulado El prestidigitador, que
aborda “el tema de la ilustración como forma
de creación que pone en comunión a las artes
visuales con la literatura” (2008, pág. 11), escribe
que, “el término «prestidigitador» se atribuye
a ilusionistas y magos. Este prestidigitador
(…) es un personaje que ejecuta la función de
hacer ilusiones con sus manos. Como figura del
equilibro, el prestidigitador puede atribuírsele
también a artistas y literatos, ya que no sólo
recurren a sus manos para realizar obras, sino que
también hacen de las imágenes y las palabras
algo mágico, convirtiendo sus obras en ilusiones”
(Rosero Navarrete, 2008, pág. 23). En nota al pie
de página expone las dos dimensiones de lo
que entiende por ilusión: “es una representación
activa e imaginaria que se acopla a la definición
de fantasía, y también es el encantamiento y
la producción de satisfacción dada gracias a la
contemplación de un objeto, persona o situación.
Para que se dé la ilusión es necesario que exista
una dialéctica entre el creador y el receptor de
la misma” (Loc. cit.). Pronto se comprende que el
prestidigitador lo es más cuando el espectador
percibe que el artista presta a la interpretación,
sus manos, sus objetos bellos, su decir.
Freud abordó el tema de la ilusión en varios
momentos de su obra: en la clínica y en sus obras
más antropológicas. La experiencia universal del
sueño hace que todos vivamos la experiencia de
algo ilusorio pero anclado en nuestra vida. En La
interpretación de los sueños Freud compara la
percepción normal, por llamarle de alguna forma,
con la ilusoria.
“Una impresión sensorial es reconocida e interpretada rectamente
por nosotros, es decir, es clasificada en aquel grupo mnémico al
cual pertenece de acuerdo con todas las experiencias precedentes,
cuando la impresión es suficientemente fuerte, clara y duradera y
cuando disponemos del tiempo requerido para reflexionar en ello.
Si estas condiciones no se cumplen, erramos el objeto del que
proviene la impresión; sobre la base de esta, formamos una ilusión.
«Si alguien se pasea a campo abierto y percibe confusamente un
objeto distante, puede tomarlo primero por un caballo». Ante una
mirada más atenta, puede imponerse la interpretación de que se
trata de una vaca echada, y finalmente esa representación quizá
se resuelva en otra, bien determinada: era un grupo de hombres
sentados (1900a, pág. 54).”
La descripción de la ilusión que hace el vienés
incorpora elementos que el artista mago emplea
para producir la ilusión, el misterio, el asombro, el
goce estético: proponer al espectador algo que,
cuando menos en algún grado, no forma parte,
o lo es en un grado menor, de su experiencia o
no se encuentra en el contexto de la misma;
manejar el tiempo para regular la medida en
que es pertinente que el espectador esté en
contacto con el estímulo que se le presenta; dirigir
la reflexión por las vías que interesan al efecto;
emplear artilugios que disimulan algunas de sus
características para que el espectador vea lo que
interesa a la ilusión que se procura.
Hay un elemento fundamental para que tenga
lugar la experiencia estética de la ilusión mágica.
El mago, como todos los creadores en las artes,
ha de convocar al otro con lo que ofrece para que
experimente la emoción estética. Es que, “sólo
en un ámbito, el del arte, se ha conservado la
«omnipotencia de los pensamientos» también en
nuestra cultura. Únicamente en él sucede todavía
que un hombre devorado por sus deseos proceda
a crear algo semejante a la satisfacción de esos
deseos, y que ese jugar provoque –merced a
la ilusión artística– unos afectos como si fuera
algo real y objetivo. Con derecho se habla del
ensalmo del arte y se compara al artista con un
ensalmador” (Freud, 1912-1913, pág. 93). Presente
en las formas de pensamiento de los primitivos
y en la de ese primitivo que somos todos en la
infancia, y que extiende su presencia a lo largo de
la vida, la omnipotencia de los pensamientos es
el procedimiento mediante el cual los sujetos se
representan las cosas de la vida no como son sino
como quieren que sean para tener, de esa manera,
control sobre ellas. Fuente para la búsqueda
de las respuestas que persigue el científico y el
inventor, estímulo para la creación artística [Cfr.
(Freud, 1912-1913, pág. 79 y sig.)]. Para precisar lo
expuesto por Rosero Navarrete en relación con la
ilusión y la fantasía conviene apuntar que Freud
concibe el crear y el gozar artísticos,
“...como una realidad objetiva convencionalmente admitida, en
la cual, merced a la ilusión artística, unos símbolos y formaciones
sustitutivas son capaces de provocar afectos reales y efectivos, el
arte constituye el reino intermedio entre la realidad que deniega los
deseos y el mundo de fantasía que los cumple, un ámbito en el cual,
por así decir, han permanecido en vigor los afanes de omnipotencia
de la humanidad primitiva (1913j, pág. 190).”
Freud puntualiza, en una obra centrada
principalmente en el asunto de la ilusión religiosa:
“Una ilusión no es lo mismo que un error; tampoco es necesariamente
un error. La opinión de Aristóteles de que la sabandija se criaba en la
suciedad (…), era un error (…). Sería desatinado llamar ilusiones a estos
errores. En cambio, fue una ilusión de Colón la de haber descubierto
una nueva vía marítima hacia las Indias. Es por demás evidente la
participación de su deseo en ese error (…). Lo característico de la
ilusión es que siempre deriva de deseos humanos (…). La ilusión no
necesariamente es falsa, vale decir, irrealizable o contradictoria con
la realidad. (…). No es fácil hallar ejemplos de ilusiones cumplidas;
pero la de los alquimistas, de trasformar todos los metales en
oro, podría ser una de ellas (…). Por lo tanto, llamamos ilusión a
una creencia cuando en su motivación esfuerza sobre todo el
cumplimiento de deseo; y en esto prescindimos de su nexo con la
realidad efectiva (1927c, pág. 30).”
ELMANUSCRITO | 1069
 EN PIES DEL
ESPECTADOR
Kiko PastUR

HISTORIA
Le das una patada a una carta indiferente y esta se clava en la baraja, justo por la carta elegida...
La idea original de llevar el clásico juego de lanzar una carta entre la baraja para encontrar la carta
elegida, a hacerlo en el suelo dándole una patada a la carta para clavarla entre la baraja, es de unos de
los magos más creativos del mundo: el mago Antón.
En su versión utiliza el primer sistema escrito en esta rutina. Como el efecto se repite dos veces, el
segundo sistema es completamente diferente al primero, con el riesgo y atractivo de que es el propio
espectador quien da la patada a la carta para que esta se introduzca entre la baraja y encuentre a la
carta elegida.

Pienso que esta rutina tiene la virtud de poder realizarse con una baraja normal, sin necesidad de mesa
(ya que se hace en el suelo) y tiene un impacto memorable por lo extraño de la situación.

EFECTO
Una carta elegida se pierde por la baraja que es mezclada por el espectador. La baraja se pone en el
suelo y se utiliza otra carta (indiferente) que se coloca en el suelo a una cuarta de distancia de la baraja.
El mago le da una patada a dicha carta la cual se clava en medio de la baraja, justo donde está la carta
elegida. Se repite el efecto, pero esta vez es el espectador quien da la patada a la carta.

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1072 | ELMANUSCRITO
EXPLICACIÓN 1
Para el primer efecto se pierde aparentemente una carta elegida en la baraja, pero se controla en top. Se
hace un volteo doble (double lift) para mostrar una carta indiferente que es a la que se le dará la patada
según se dice. Manteniendo esa carta doble en tu poder, el espectador puede mezclar el resto de la
baraja, y cuando la devuelve volteas el doble sobre la baraja y depositas la carta en el suelo (que estará
cara abajo y será realmente la elegida). La baraja se coloca a una cuarta de distancia con respecto a la
supuesta carta indiferente (realmente es la carta elegida). La carta se comba longitudinalmente para
facilitar que se clave por el medio de la baraja.
Propina una patada en seco a la carta en dirección a la baraja. Una vez se clave en ella hay que hacer
una especie de enfile mexicano de la carta top por la elegida, la cual que se introduce completamente
por el punto de corte y a la vez que se voltea la mitad superior. La situación final será la carta elegida a
la vista como carta inferior de la mitad superior que está volteada (cara arriba) y la carta indiferente en
la mano que se puede dar la vuelta para mostrar su identidad.

EFECTO 2
En el segundo efecto se cambia la técnica. La carta elegida se controla a bottom (posición inferior de la
baraja) y la carta indiferente se coloca en el suelo cara arriba. El propio espectador da la patada hasta
que consiga clavar la carta indiferente en medio de la baraja. Para ello es más fácil apuntar en dirección
al canto de la baraja.
Una vez logrado, el mago hace una pequeña extensión (derecha a izquierda) en el suelo mostrando
la carta indiferente en medio de la baraja, y haciendo una leve separación de la extensión por dicha
carta. La mano derecha recoge la extensión por la parte de abajo (poniendo el pulgar encima de la
cara indiferente). La mano izquierda al mismo tiempo recoge la extensión por la parte de arriba, y toma
el montón que está por encima de la carta indiferente. Al hacerlo se lleva con los dedos corazón y
anular la carta bottom, que transfiere por debajo de la extensión para colocarla como carta inferior del
montón superior. El montón inferior con la carta indiferente cara arriba se deja nuevamente en el suelo
y cuadrado. El montón superior se cuadra en la mano derecha y finalmente se enseña su carta inferior
que coincide con la carta elegida.

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*Dibujos por Juan David Lozano

ELMANUSCRITO | 1073
 RAMÓN
RIOBÓO
Ramón Riobóo se inició en la magia a una edad
bien madura, en la SEI de Madrid, donde se
apuntó a un seminario de Juan Tamariz sobre la
Mnemónica. A partir de ahí comenzó a dedicarse a
fondo a su nueva afición y empezó a hacer juegos
matemáticos y automáticos muy impactantes
y sin apenas técnicas. Luego, poco a poco, fue
ensayando técnicas digitales y psicológicas y
empezó a meter en sus juegos unos heterodoxos
empalmes y descargas al regazo que no se
ven porque usa misdirection y una naturalidad
absoluta.
Pese a no dedicarse profesionalmente a la magia
(estudió Dirección de Cine en la misma escuela
que Juan Tamariz y ha trabajado toda su vida
como realizador en Televisión Española), este
mnemónico-adicto, con mente matemática, ha
sido Premio Ascanio en 1991 y Primer Premio
de Cartomagia en el XIX Congreso Nacional
celebrado en Barcelona en 1993. Es el autor de los
exitosos libros “La magia pensada” (2002), “Más
magia pensada” (2010) y recientemente “Thinking
the impossible” (2012).
En el año 2005, dentro de las actividades del
festival Hocus-Pocus en Granada, Ramón y
Woody Aragón, dos de los principales expertos
en juegos basados en principios matemáticos
y argucias psicológicas, presentaron un taller a
dúo analizando los principales y más potentes
métodos para un tipo de magia super-engañosa.
Juegos basados más en procedimientos
inteligentes que en técnicas dificultosas. Siete
años más tarde, ya en 2012, se han vuelto a reunir
en una serie de actuaciones para presentarnos
sus personales manejos y versiones del principio
de Gilbreath, principio del corte libre, paquetes
iguales y complementarios, y varios de los juegos
más engañosos (hasta para magos) que hayas
presenciado.
Desde hace tiempo profesor en la Gran Escuela
de Magia de “Ana Tamariz” y en el portal web
Magic Ágora, actualmente ha sido el encargado
de presentar y comentar cada película del Ciclo
de Magia y Cine dentro del festival Magialdia que
tuvo lugar la semana pasada en Vitoria-Gasteiz,
desde donde viene a darnos una conferencia
donde nos brindará todo lo que su reputación
promete: trucos y rutinas repletas de astucia
e ingenio mezclada con grandes dosis de
persuasión psicológica para dar como resultado
una cartomagia verdaderamente impactante.
ELMANUSCRITO | 1075
 ENTREVISTA
¿QUIÉN ES
RAMÓN
RIOBÓO?
Hola Ramón. ¿Son las
“maldades” de Emsley las que
circulan libremente por tu
cabeza, además de tus propias
aportaciones, ó hay algún otro
mago que te haya influenciado
en mayor manera?
Me gusta la magia de Elmsley, hay
un par de efectos suyos que tengo
en mi repertorio, aunque no ha sido
influencia en mi formación mágica,
realmente lo que me ha formado ha
sido la lectura de libros y en cuanto
a influencias personales , Juan
Tamariz.
Por otra parte entre los magos de
cartas que más admiro por su
ingenio y las ideas que me han
aportado están Paul Curry, Charles
Jordan, Hofzinser… y muchos otros.
Se habla de argucia psicológica
frente al virtuosismo técnico.
Tú representas al primer
grupo, pero puedes aunar
ambos conceptos. ¿Qué juego
crees que representaría esa
unión?
Lo de virtuosismo técnico está
incluido en los juegos psicológicos,
la técnica en cartomagia no es solo
de manipulación digital, las argucias
psicológicas son también una
técnica.
Hay muchos efectos en que junto
ambas cosas, en general en casi
todos y no podría mencionarte
ninguno en particular.
1076 | ELMANUSCRITO
Acudes con asiduidad a los
encuentros en La Barranca.
Tengo entendido que éste
año ha sido especial por
las propuestas ofrecidas.
Cuéntanos que tal ha sido.
En La Barranca, este año como
todos los años lo hemos pasado
muy bien, y han circulado mucho
las ideas en las llamadas Brain
Storming. Y yo particularmente
me he divertido mucho dando una
conferencia.
Eres profesor de la Gran
Escuela de Ana Tamariz
y también colaboras con
Magic Agora. ¿Son los nuevos
aficionados más creativos?
¿Qué tipo de juegos crees que
son sus preferidos?
Respecto a los alumnos de la
Escuela de Magia hay de todo, pero
en general creo que abundan los
que desean mas aprender juegos
que aprender magia, aunque
hay que darles tiempo, cuando
uno comienza lo que le gusta es
hacer juegos, aunque yo como
comencé ya muy mayor estaba
mas interesado en aprender magia.
Y también hay que tener en cuenta
que la costumbre hoy día es
aprender viendo DVD y no libros,
por tanto se piensa menos y se
copia más.
 ¿Seguimos siendo en España
más partidarios de la magia de
cerca frente a la de escenario ó
se va recortando distancia?
Creo que en España seguimos
siendo mas los que hacemos magia
de cerca.
Algunos de tus juegos precisan
una buena dosis de “geta”
para llevarlos a cabo (estoy
pensando sobre todo en el
juego “Adivinación en 3
cortes”). ¿Eso es un problema o
una ventaja?
Sobre la “geta” creo que es una
expresión que se usa mucha,
esa o “morro”, pero creo que es
equivocada, lo que yo hago en mi
magia es construir presentaciones
que justifiquen ciertas acciones o
lleven aparejado el engaño, ya sea
con una frase o con una mirada, lo
que trato es de hacer que piensen
lo que quiero y que no piensen lo
que no quiero, es definitivamente
una ventaja si aprendes la técnica.
¿Qué nombres de magos
españoles en la actualidad
destacarías especialmente?
Sobre magos españoles prefiero no
pronunciarme, hay muchos y muy
buenos y me dejaría alguno en el
tintero.
Foto izq: Junto a Paco Rodas y Toni Cachadiña
Foto Dcha: Míticas cenas de El Escorial,
junto a Cachadiña, Magic Christian, Aurelio Paviato, Madhi, Paco Rodas.
Dinos un efecto que todavía
no se haya realizado y que te
gustaría que se hiciese, dentro
de lo posible.
Pensando en efectos con cartas
que es sobre lo que mas cavilo,
hay tantos que es difícil pensar en
alguno nuevo, lo que si se puede
pensar es en inventar un método
que haga el efecto mas imposible.
Hay un efecto antiguo y fortísimo
que es dejar una carta boca
abajo sobre la mesa, pedir a un
espectador que mencione la carta
que quiera, y que al voltear la carta
sea precisamente la que han dicho.
Ya se hace, y hay métodos
estupendos, pero lo que hay que
tratar de conseguir es que el
espectador no sea compinche, que
el mago no se acerque a la carta (o
que lo parezca) y que el espectador
que la voltee no sea tampoco un
compinche.
¿Qué ventaja has tenido por
comenzar tu afición a la magia
a una edad adulta?
La ventaja de comenzar tarde es
que ya tienes experiencia y por
tanto aplicas esa experiencia a lo
que aprendes, y que te das cuenta
enseguida de que es una afición no
pasajera sino que comprendes que
es algo que va con tu manera de
ser.
ELMANUSCRITO | 1077
 TRASPASANDO LO
IMPOSIBLE
La idea para este efecto me vino tras leer Diabolical Transposition de Charles T. Jordan.
En el original se utilizaban dos mazos de cartas del mismo color de dorso.
EFECTO
Se enseñan dos barajas, una de dorso rojo y
otra de dorso azul. Cada baraja se divide en dos
paquetes mas o menos iguales que se dejan boca
abajo uno al lado del otro. De la baraja de dorso
azul, un espectador elige uno de los paquetes.
Se extiende ese paquete boca arriba para que el
espectador piense en una carta pero no diga cual.
Se le pide que no piense en el comodín, se mira y
si hay un comodín se retira y se deja sobre la mesa
para evitar confusiones.
El otro montón de esa misma baraja se coloca
cerca del espectador.
Un segundo espectador hace lo mismo que el
primero pero con la baraja de dorso rojo.
Cada espectador tiene cerca de si una parte de su
baraja, uno de la baraja de dorso rojo y otro de la
de dorso azul.
Los paquetes de los que pensaron una carta se
cuadran y entregan a otros dos espectadores uno
a cada espectador para que los mezclen.
Cuando lo han hecho, el mago dice que tratará de
adivinar al tacto que carta pensó cada espectador,
y sin mirar saca del centro del paquete de dorsos
azules una carta que no enseña pero que coloca
sobre el otro paquete de dorso azul, el que quedó
junto al espectador que lo eligió, corta varias veces
y lo deja boca abajo sobre la mesa.
Del paquete de dorso rojo saca otra carta y la
1078 | ELMANUSCRITO
coloca sin que se vea en el otro paquete de dorso
rojo que había elegido el otro espectador.
Ahora por primera vez se pide a cada espectador
que diga en voz alta que carta pensó, cuando lo
hacen, los otros dos espectadores que aún tienen
en sus manos los paquetes de los que se pensaron
las cartas buscan en ellos y las cartas ya no están.
El mago explica que eso significa que ha acertado,
y pide a los espectadores que pensaron las cartas
que lo comprueben con los paquetes que tienen
ante sí, y para facilitarles la labor les dice que en el
de dorsos azules colocó la carta tras el corte en la
posiciónn16 y en el de dorso rojo en la posición 12.
Y efectivamente las cartas están donde dice el
mago.
EXPLICACIÓN
Dos barajas normales, pero antes de comenzar
las has separado en dos grupos de 26 cartas, las
mismas en cada baraja.
Luego haces dos mazos de los cuales uno esta
formado por 26 cartas de dorso azul y bajo ellas
esas mismas 26 cartas de dorso rojo y en el otro
mazo las otras 26 cartas de dorso rojo y bajo ellas
las mismas cartas de dorso azul.
Y colocas un comodín de dorso azul en la posición
27 del mazo que aparentemente es todo de
dorsos azules, y un comodín de dorso rojo en la
posición 27 del otro mazo(El que aparentemente
es de dorsos rojos).
La carta que en ambos mazos está sobre el
comodín es una carta con esquina doblada,
esquina corta, burbuja, o cualquier otra cosa que
te permita cortar bajo ella.
Al comienzo enseñas los mazos extendiéndolos
entre tus manos boja abajo dejando ver los dorsos
pero sin llegar al punto en donde hay dorsos de
distinto color.
Y si quieres puedes extender cada mazo boca
arriba de manera rápida sin que se vea que hay
dos series de cartas que se repiten.
Cortas el mazo azul bajo la carta 26 con lo cual
te quedan en uno de los paquetes 26 cartas de
dorso azul y en el otro el comodín de dorso azul
y bajo ese comodin 26 cartas iguales a las azules
pero de dorso rojo.
Si no te es fácil o temes que se vea algo al cortar
por la carta preparada extiendes las cartas boca
arriba sobre la mesa y al recogerlas lo haces por
debajo del comodín y volteas ambos paquetes.
Con el otro mazo haces lo mismo.
Al comienzo, cuando das a elegir al primer
espectador uno de los paquetes haces un forzaje,
si elige el paquete en que las 26 cartas son azules
lo aproximas a él y le dices que lo vigile, luego
extiendes el otro para que piense una carta.
Si elige el paquete que solo tiene una carta azul
en el dorso lo volteas, lo extiendes y le dices que
piense una carta. Luego dejas el otro paquete
junto a él.
Por tanto el espectador que se fija y piensa en una
de las cartas que cree de dorso azul está mirando
una carta de dorso rojo y la igual a esa carta está
ya entre las 26 que tiene en el otro paquete de
dorso azul que está cuadrado y boca abajo ante si.
Le pides que no piense en el comodín, y para
evitar problemas lo retiras claramente y lo dejas
caer boca abajo algo apartado, o boca arriba pero
tras enseñar el dorso al descuido para reforzar
la idea de que es un paquete de cartas de dorso
azul.
Con el otro espectador haces lo mismo y pensará
en una carta que cree de dorso rojo pero en
realidad es de dorso azul.
Y sin saberlo en el paquete que cada uno tiene
boca abajo cerca de ellos ya hay una carta igual a
la que han pensado libremente.
Ahora ya está hecho casi todo, aunque en los
paquetes que están boca arriba el supuestamente
de dorsos rojos está formado por cartas de dorso
azul y viceversa.
Para evitar que sigan la pista de cual es cual coges
boca arriba y bien cuadrados ambos paquetes, uno
con cada mano te acercas a otros espectadores
apartados, diciendo que necesitas a dos de ellos,
y les das a elegir, pero antes volteas ambos para
que se vean los dorsos, y al hacerlo puedes cruzar
las manos entregando uno con cada mano, es
la parte que mas me divierte porque nadie ha
seguido la pista y no notan nunca el cambio.
Solamente te queda terminar como se ha
explicado, la carta que has sacado de cada
paquete la colocas sobre el dorso del otro
paquete y por doble corte la pasas abajo es una
mas del mismo color que las otras 26. Pero para
poder decir que posición ocupa una vez que la
sabes, porque la han dicho en voz alta, tienes que
haber ordenado las cartas antes de comenzar en
un orden conocido, yo utilizo la mnemónica.
Si te resulta difícil memorizar una ordenación
prescindes de decir la posición que ocupan las
cartas, el efecto es suficientemente fuerte, una
carta pensada la has adivinado y colocado en el
otro montón.
ELMANUSCRITO | 1079
 SORPRESA,
SORPRESA
Me gusta este efecto porque aunque requiere cierta preparación se prepara rápidamente, al final
quedas limpio, la ejecución es fácil y sin manipulación alguna y el efecto es bastante fuerte.
PREPARACIÓN
Necesitas dos mazos de dorso diferente.
Saca una carta cualquiera de uno de los mazos y
la misma del otro. Supongamos que es el SIETE
DE CORAZONES.
En uno de los mazos, por ejemplo de dorso rojo,
colocas boca arriba el siete de corazones de
dorso azul en la posición 33 desde el lomo del
mazo y dejas el mazo boca abajo sobre la mesa.
En el otro mazo, de dorso azul ordenas 13 cartas
de distintos palos del REY al AS, el rey en el lomo
del paquete y el As en la boca, y bajo esas 13
cartas, debajo del As colocas boca arriba el siete
de corazones que retiraste del mazo de dorso rojo.
Del resto de ese mazo colocas 20 cartas sobre
esa serie de 14 cartas, y las que te quedan, debajo.
Por tanto el Rey de esa serie ordenada ocupa la
posición 21 desde el lomo, y el siete de corazones
de dorso azul la 34.Puedes barajar en falso
mientras no desordenes esa serie y no varíe el
número de cartas que hay sobre y bajo ella.
EJECUCIÓN
Apartas el mazo de dorso rojo que dejas lejos de
ti boca abajo.
Con el mazo de dorso azul entre tus manos,
dices a un espectador que va a elegir una carta
libremente, y que luego usaremos el valor de
dicha carta para contando desde el lomo del mazo
llegar a otra carta, y así sucesivamente hasta que
tengamos una sorpresa.
Y le explicas que el Rey vale 13, la dama 12 y la
Jota 11. Extiendes entre tus manos las cartas para
que coja libremente la que quiera, o mejor aún, le
das un paquete del lomo (menos de 22 cartas para
que no se vea la de dorso distinto y no se varie
la posición de la serie ordenada), y le pides que
elija la que quiera, mezcle el resto y te lo devuelva,
cuando lo devuelve lo dejas sobre el mazo.
A PARTIR DE AQUÍ TODO VA A SALIR
AUTOMÁTICAMENTE CON UN FINAL
FUERTE E INESPERADO.
Supongamos que la primera carta que ha cogido es
un 9, desde el lomo del mazo cuentas claramente
y vas retirado cartas que echas sobre la mesa, al
1080 | ELMANUSCRITO
llegar a 9 echas la carta boca arriba, supongamos
que es un 6, preguntas si le gusta, porque si no es
así puede cambiarla por cualquiera de las que has
retirado y están boca abajo.
Supongamos que no la cambia, como ha salido un
6 retiras seis cartas, la sexta la echas boca arriba
y supongamos que es una dama, si no quiere
cambiarla se cuentan ahora 12 (el valor de la dama)
y se levanta la carta que salga, supongamos otro
6. Se cuentan cartas retirándolas una a una y tras
contar 5, se ve que la carta numero 6 desde el
lomo está boca arriba.
Es el siete de corazones que colocaste allí antes
de comenzar. Le dices que es estupendo que a
pesar de haber escogido cartas libremente haya
llegado a esa carta sorpresa. Pero añades que se
va a llevar otra sorpresa, le pides que cuente las
cartas que ha ido eligiendo con total libertad y
que te diga cuanto suman. Se suman todas y se
ve que el resultado de la suma es 33.
Le pides que cuente en el otro mazo desde
el lomo, y cuando lo hace la carta 33 aparece
también boca arriba y es el siete de corazones.
Lo bueno del asunto es que realmente escoge
libremente las cartas, y siempre cuando cuente la
ultima de las que se retiran llegara a la carta que
estaba en posición 34 y la suma de las que están
boca arriba y ha ido sumando será 33.
Y eso ocurre porque siempre llegaras a una de las
cartas de la serie ordenada y dado que están en
orden inverso contando el valor de la carta llegas
a la carta que estás forzando. Pero luego y tras
esas dos sorpresas dices que vas a darle otra, y
volteas boca abajo primero el siete del mazo azul
para que se vea que es de dorso rojo y luego el
del mazo rojo para que se vea que es de dorso
azul.
Y si quieres dar una sorpresa mas, y dado que
antes de comenzar el efecto ya sabes que carta
va a salir, puedes haber hecho una predicción con
esa carta escrita en un papel, o en una foto o carta
miniatura , o en lo que se te ocurra y te parezca
que pueda tener impacto visual.
Y la carta del mazo que apartas no ha de estar en
la posición 33, elige la que mas te guste, la única
regla es que en el otro mazo la que vas a forzar
quede una posición mas debajo de la que elijas.
Si eliges la 40 en el mazo que apartas, en el mazo
en que la fuerzas estaría la 41.

NOTA
Este efecto puedes hacerlo con baraja prestada,
en tu baraja tienes preparadas en la boca la serie
de 13 cartas y bajo esa serie y boca arriba una
carta fácil de recordar y de ver cuando extiendas
la baraja prestada boca arriba, extiendes esa
baraja prestada, localizas la carta que es igual a la
que has preparado en tu baraja, suponte que está
en posición 30 desde el lomo. Cuadras ese mazo,
mezclas en falso y la colocas en la posición que
desees desde el lomo, o no mezclas y la dejas en
esa posición.Luego en tu baraja y como la carta
está en la boca mezclas por arrastre hasta que te
quede en una posición desde el lomo un numero
mas alta que la que ocupa esa misma carta en la
baraja que te han prestado.

OTRA NOTA
Puedes comenzar colocando la serie ordenada y
bajo ella la carta a forzar en la boca del mazo y
con un par de cartas bajo ella para disimular.
De este modo puedes extender las cartas boca
arriba para que se vea que están bien mezcladas,
luego puedes mezclar claramente la mayoría del
mazo, y siguiendo con dicha mezcla pelar las
cartas necesarias para llegar a la posición que
deseas.Y en el otro mazo puedes mezclar todo
lo que quieras mientras no dejes ver la carta de
distinto dorso y no cambie su posición.

ELMANUSCRITO | 1081
 ESTUDIO SOBRE
LA TÉCNICA
aMilkaR
En ésta mi sección de TRIVIALIDADES, esta vez no
voy a enseñar una técnica puesto que considero
que después de pasarme varios años con la baraja
en las manos, cualquier cosa puede ocurrir en
ellas. De la misma manera, también supongo que
a vosotros os sucederá lo mismo. Ir en búsqueda
de la TÉCNICA POR LA TÉCNICA no tiene ningún
sentido, a no ser que, lo que se busque sea depurar
el momento del movimiento tramposo o en este
caso, técnica interna.
Las preguntas que más a menudo me planteo son
las siguientes:
¿Cuál es la percepción real y visual que tiene el
público en el momento tramposo?
¿Analizamos adecuadamente el origen de una
técnica para después utilizarla en el mismo
contexto en el que fue creada?
¿Cuándo aprendemos por primera vez una
técnica, nos planteamos analizar en qué contexto
fue creada esta?
1082 | ELMANUSCRITO
Y por último y no por ello menos importante,
¿Utilizamos la técnica para que pueda resistir
la mirada más atenta por parte del espectador
cuando se realiza el movimiento crucial para que
resulte indetectable?
Voy a intentar responder a estas cuatro preguntas
según mi propia opinión y la experiencia de los
años, tanto actuando para público, para magos o,
simplemente, ensayando delante del espejo o del
video en mi propia casa.
La técnica adecuada debe ser aquella que
incluso viéndote en video a ti mismo, no puedas
detectarla, aunque puesto que la conoces de
antemano puedas intuirla.
La percepción real por parte del público debe ser
de tal magnitud que ni incluso el más avezado
espectador parpadee en este momento. Parpadear
significa desde un punto de vista científico, pensar
en una idea sobre lo que percibes. Literalmente
debe ser así. No solo no se debe ver, sino que tan
siquiera pueda intuirse. Ya que esto es muy fácil
de decir y algunos pensaran que esta reflexión es
muy propia de la corriente filosófica de Edward
Marlo. Sencillamente tengo que decir que nada
más lejos de la realidad. La técnica adecuada para
que no afecte a la percepción del espectador,
debe estar interiorizada de tal manera que en ese
momento puedas, simultáneamente, dirigirte a tu
público con una mirada o un comentario jocoso a
modo de CONTROL DE LA ATENCIÓN.

Es ideal a la hora de ensayar una técnica que vas

a utilizar en público, hacerlo con la luz apagada
o con los ojos vendados. Solo así la realizarás lo
mejor que puedas y, lo que es más importante, de
manera inconsciente.

Con respecto al contexto en el que supuestamente

se crea una técnica, hay varios ámbitos en los que
puede haber sido creada. Aquí solo daré como
referencia las que fueron creadas para un acto
mágico y las que provienen de la mesa de juego.

Pongamos un ejemplo: EL SALTO CLASICO.

Supuestamente el mago en un teatro delante de

mil personas, baja al patio de butacas, pide la
ayuda de un espectador y le dice que se levante,
le estrecha la mano para saludarle y se dirige a
él por su nombre. A continuación, extiende entre
sus manos las cartas para que elija una. Una vez
hecho esto, le pide que la mire, la recuerde y,
posteriormente, que la enseñe a todo el público
presente. Una vez hecho esto, se le pide que
devuelva la carta en medio de la baraja y se pide
al público un aplauso por su colaboración. ES
EN ESTE MOMENTO Y NO OTRO CUANDO SE
REALIZA LA ACCIÓN TRAMPOSA, a la vez que
cuando ya se ha finalizado esta, la mano derecha le
saluda estrechándole la mano y bajando el tronco
del cuerpo, a modo de saludo al espectador que
ha colaborado, lo que ayuda a cubrir el ángulo
inferior.

Hasta aquí hemos visto un posible contexto en

el cual podría perfectamente haberse realizado
el salto durante el siglo XVIII, y por tanto,
entendemos que en el momento de la acción
tramposa, la cobertura física debe ser esa leve
inclinación del tronco del cuerpo del mago
inclinándose hacia delante agradeciendo al
espectador su colaboración. Esto facilita, como he
dicho anteriormente, la cobertura y los posibles
ángulos que pueda tener el salto clásico hecho
en un teatro grande.

Espero que con esta sencilla explicación de una

situación tal como esta, se pueda entender el
origen de dicha técnica en sus inicios y que si
la probamos adecuadamente en este tipo de
situaciones, nos encontremos más cómodos.
Ahora vamos a describir la misma técnica, o sea,
EL SALTO, pero utilizado en una mesa de juego.

ELMANUSCRITO | 1083
En una situación real de una partida, hay varios
elementos y factores que intervienen en las
factibles coberturas a la hora de efectuar lo que
se denomina DESHACER EL CORTE.
Primero se mezcla, reteniendo las cartas que te
convienen en la parte inferior de la baraja, en el
supuesto que vayas a realizar dadas de abajo,
y a continuación, se da a cortar al jugador de tu
derecha. Por supuesto este contexto es si se juega
al Póker en Europa, sino, en U.S.A. se reparte de
derecha a izquierda como bien sabéis.
En el momento de deshacer el corte, es el
momento propicio para recriminar al primer
espectador al que vas a repartir las cartas que
haga su apuesta o, si ya la ha hecho, hacerle algún
comentario como el de que su apuesta es muy
baja. Esta es suficiente distracción como para que
el momento del SALTO en la mesa de juego pase
más desapercibido y, como siempre ocurre en
estas situaciones, la ACCIÓN DE CONTINUIDAD
APARENTE, es la que realmente resulte engañosa
en su cadencia. Esta bien puede ser el hecho de
hacer algún comentario a los demás jugadores
sobre la cantidad apostada por el jugador que será
el primero en hablar a la hora de subir apuestas.
Como veis, los dos contextos son diferentes
y así es como deber elegirse o entenderse la
técnica original. No importa que no haya sido así
históricamente hablando. Lo importante es que
hay una UNIFORMIDAD DE MOVIMIENTOS en la
manera de proceder en el transcurso de la partida
o, en su caso, del acto mágico en sí mismo.
1084 | ELMANUSCRITO
Esta última reflexión puede que os resulte
satisfactoria para la segunda y tercera pregunta
que formulo anteriormente, al principio del artículo.
Como respuesta a la cuarta pregunta formulada
previamente, lo que se debe analizar, a parte
del contexto en el que pueda ser creada una
técnica supuestamente, es esencialmente el
medio en el que vas a trabajar, ya sea en directo,
en teatro, de cerca, para un anuncio publicitario
o, para una breve intervención de tus manos en
la gran pantalla del séptimo arte. La percepción
por parte de los espectadores varia puesto que
el medio en sí mismo está condicionado por unas
característica inherentes al propio medio, que
en función de cómo está grabada la imagen, se
percibe de una manera diferente en cada uno de
los casos, dada la tecnología actual.
Espero que este ensayo, haga replantearse a
muchos de vosotros las inquietudes que yo tengo.
De igual manera espero que os sirva para mejorar
vuestra comunicación visual o, en el supuesto
de que solo aparezcan las manos, tengáis en
cuenta que el espectador puede, por medio de
la tecnología, detener la imagen en cualquier
momento crítico y pasarla fotograma a fotograma
a voluntad propia.
No pretendo por mi parte crear ningún dogma ni
regla establecida, sino sencillamente brindaros la
oportunidad de considerar diferentes aspectos
de concepción. Si lo he conseguido ya habré
alcanzado el objetivo principal que también es el
objetivo de este artículo. Provocar el auto-análisis
y autocrítica por parte de cada uno de nosotros.
Muchas veces me he encontrado con dificultades
para entender la concepción técnica de un
determinado movimiento y, en la mayoría de
los casos, he tenido que recurrir al hecho de
inventarme el consiguiente contexto aún a pesar
de no ser el original. Esto último me ha ayudado
a mejorar LA UNIFORMIDAD DE MOVIMIENTOS O
ACCIONES tal como explica ERDNASE en su libro
EL EXPERTO EN LA MESA DE JUEGO.
Este concepto de LA UNIFORMIDAD DE
MOVIMIENTOS O ACCIONES, considero que
es fundamental, para que haya una armonía y
el TIMING sea el adecuado en cada momento
del juego. A mí, personalmente, me ha ayudado
mucho.
Os espero en el próximo ejemplar de EL
MANUSCRITO con un nuevo año por delante que
promete.
 PINCELADAS
HISTÓRICAS
DE MAGIA
RaUl JIMeneZ

Supongo que se pueden pensar varias razones por las que es interesante saber sobre la
Historia de la magia. En principio yo la he estudiado durante años movido por la sencilla
satisfacción de conocer. Durante veinticinco años desde que empecé a aprender nuestro
Arte siempre he creído que saber “cómo era la magia que se hacía hace siglos” y saber
“qué se consideraba entonces que es la Magia” en épocas pasadas, es información que me
enriquece como mago y como artista.

Aunque en realidad se trata de algo más. Saber sobre Historia de la magia me ha sugerido
múltiples ideas de presentación con mucho encanto que he aplicado a varias rutinas. Por
ejemplo, las “anillas telequinésicas” que giran una junto a la otra, es un juego que hago
profesionalmente porque me gusta contar que en realidad San Agustín lo menciona, tal cual,
en “De civitate Dei” y además él cuenta el secreto.

Incluso aunque no lo mencione en la presentación se trata de mucho más porque el hacer

desaparecer el billete o el anillo con el pañuelo (el típico de la esquina) es otra cosa después
de averiguar que Reginald Scott ya describe su uso en el “Discoverie of the Witchcraft”. Se
hacía con una moneda para hacerla pasar marcada a través de la mesa. Al hacerlo después
de conocer ese dato esa magia que ya hacía desde hace mucho tomó una nueva fuerza de
presentación que me impresionó.

También es algo especial cuando hago la “Carta en el techo” sabiendo que Charles Sorel
la describió en 1603 y que lo hacían con una resina de pino. Son saberes que tienen magia.
Pero sobre todo me resulta interesante porque para conocer mejor la magia que yo hago y
poder saber lo que realmente sucede al hacer yo mis espectáculos a mi público, considero
necesario y aún imprescindible aprender “cómo se empezó a hacer magia teatral o magia
como espectáculo” (que yo sepa, al menos desde Alcifrón). Y si puedo, entonces deseo
saber ¿qué es distinto y qué sigue siendo lo mismo? Por esto me interesa el estudio de las
religiones y me fascinan no solo los datos de lo que es magia-ilusionismo sino todo hecho
asombroso que se produjo en la Historia Universal.

Cuando estuve a escasos metros de las “Estatuas de Memnon” para mí fue la visita más
emocionante de todo mi viaje por Egipto. La primera vez que presencié el acto de un
“regurgitador” o “come-piedras” (que fue Stivie Star en Pekín) o cuando no hace mucho vi el
autómata del “naranjo que florece y da frutos” que hace Jorge Blass, fueron momentos que
me impresionaron muchísimo y que recordaré siempre como verdaderos acontecimientos
en mi vida.

En definitiva, lo que cuento es que esta es una puerta que debemos tener abierta. No se
trata de saberlo todo, ni de tener un saber cierto, sino que sencillamente se trata de adquirir
conocimiento de la Historia de Nuestra Magia.

ELMANUSCRITO | 1085
 NUNCA
SEIS
MIGUel GomeZ
“CUANDO LAS CARTAS SE
REBELAN CONTRA EL MAGO, PERO
FINALMENTE EL MAGO TRIUNFA”
EFECTO
El mago dice que, aunque no es su costumbre,
va a adivinar la carta a través de otras que
definan sus características. Concretamente son
6 las características que definen unívocamente
una carta “alta o baja” , “par o impar” “numero o
figura” “rojo o negra” “palo” y “valor”. Si hay menos
puede faltar algo por definir y si hay más puede
ser redundante. Voy a coger exactamente 6 y con
ellas adivinaré tu carta. Es importante que sean 6,
y que además entre ellas no esté tu carta, Así que
contamos y comprobamos que no está. “1,2,3…. y
7”. Vaya sobra 1. Perdón la retiro.

Volvemos a contar “1,2,3…. y 7”. Quito 1…. Así varias

veces siempre hay 7, incluso cuenta el espectador.
Al final el mago dice ya que no soy capaz de tener
solo 6 cartas, voy a adivinar la carta directamente,
y de repente en vez de 6 cartas, solo hay una y es
precisamente la elegida.

CONSIDERACIONES PREVIAS
Este es un efecto recogido de los libros de Ciuró.
Se trata de un efecto en el que las cartas se
revelan contra el mago. Curiosamente es un juego
que siendo fácil rara vez se ve realizar. Creo que
por dos razones.

La primera es que requiere una pequeña

preparación previa. Para solucionarlo he aplicado
aspectos de cartomagia semitecnica para poder
hacer la preparación, delante del público y en el
mismo momento en el que se quiera realizar el
efecto.

La segunda razón es la dificultad en la

presentación Generalmente en este tipo de
efectos (como pasa en el juego de los 11 billetes
de Kaps) es difícil de interpretar el final. A veces
incluso se convierte en un anticlímax. En esta
versión, creo que se soluciona perfectamente.

FOTO 1

1086 | ELMANUSCRITO
DESARROLLO
Para comenzar, sienta un espectador a tu izquierda
y le das a elegir una carta a cualquier espectador
y contrólala cuarta desde arriba.
Di: Personalmente me gusta adivinar las cartas de
una forma directa, pero claro enseguida acabo los
juegos. Voy a intentar hacerlo de otra manera más
larga.¿sabéis cuantas características definen a una
carta de forma univoca? Esta frase plantea una
duda al espectador, que tú de forma inmediata
le vas a aclarar y aprovechando esta aclaración
preparamos el montaje necesario para el juego.
(acción explicativa de Acciones de Magia Real):
“me refiero a color, palo, número…..” mientras lo
dices, giras abiertamente las dos primeras cartas
y las pasas, un instante a tu mano derecha. En
seguida, empujando con el pulgar, haz un break
bajo las dos siguientes cartas del mazo. Ahora las
dos cartas cara arriba que tienes en tu derecha
las pones sobre las cartas del mazo. Y ahora en
posición de biddle coge con la derecha las 4 cartas
sobre la separación, y usándolas como pala voltea
la siguiente carta del mazo, y vuelta la añades
bajo las que tienes en la derecha. Ahora voltea
todo el paquete sobre la baraja manteniendo la
separación. Por tanto ahora tienes encima del
mazo, sobre la separación 5 cartas de las que la
2ª (elegida) y 3ª están cara arriba.
Esto apenas dura 3, 4 segundos. Se debe hacer
de forma abierta tranquila y sin darle ninguna
importancia. Te estás limitando a aclarar al
espectador lo que habías planteado.
“Son 6 las características: “alta o baja” , “par o impar”
“numero o figura” “rojo o negra” “palo” y “valor”,
mientras lo decimos contamos 6 cartas, al contar
la uno cogemos de golpe las 5 sobre el break.
Para facilitar la maniobra primero arrastramos con
la mano derecha en la posición biddle el bloque
de 5 cartas hasta un poco más de la mitad de la
baraja, y luego en posición de contar invirtiendo
orden, contamos 1(5), y luego encima 2, 3, 4, 5, y 6.
(FOTO1)
Ahora deja el resto del mazo, que tienes en la
izquierda, boca abajo sobre la mesa pero de forma
quede a la altura de tu brazo derecho. Lo mejor es
girar el cuerpo hacia tu derecha mientras charlas
y así no tendrás que cruzar la manos.
Con el paquete en la derecha en la posición de
biddle, vuelve a comprobar que son 6 cartas
contando una a una arrastrando con el pulgar izdo
e inviertiendo el orden. Ojo al dejar la “sexta” carta
realmente es un bloque de 5. Para disimularlo,
cuando cojas en la posición de biddle, el dedo
mayor debe estar cerca de la esquina izda (FOTO2)
“Además es muy importante que entre las 6 cartas
no esté la elegida, voy a volver a contar y además
de paso comprueba que no está.” Para ello voltea
el paquete que tienes en la izda cara arriba. Y ahora
empuja la primera, la coges con la mano derecha
con pulgar por debajo y dedos por encima, gira la
muñeca con lo cual la carta queda de dorso y la
pasas así boca abajo al fondo del paquete de la
mano izquierda, y cuentas “una”. Así repites, con
cada carta “dos”, “tres”, “cuatro”, “cinco” y ….”seis”, y
de repente te das cuenta que hay otra más cara
arriba y haces lo mismo la volteas y pasas abajo
del mazo y dices “siete”.
FOTO 2
ELMANUSCRITO | 1087
 “perdón había una más, la quito, pero
lo importante es que no está tu carta
¿cierto?”

Mientras dices lo anterior, voltea el

paquete otra vez cara arriba, y con
la mano derecha sacas la carta que
ahora queda como inferior y la retiras,
sin mostrarla, boca abajo sobre el
mazo de la mesa (en una acción
parecida al volteo angular de Kaps).

Di: “Vamos a comprobar de nuevo, que

es muy importante que haya sólo 6 y
FOTO 3 que no esté tu carta”. Repetimos las
acciones de antes: empuja la primera,
la coges con la mano derecha con

pulgar por debajo y dedos por encima, gira la muñeca con lo cual la carta queda de dorso y la pasas así
boca abajo al fondo del paquete de la mano izquierda, y cuentas “una”. Así repites, con cada carta “dos”,
“tres”, “cuatro”, “cinco” y ….”seis”, y de repente te das cuenta que hay otra más cara arriba y haces lo mismo
la volteas y pasas abajo del mazo y dices “siete”.

Ahora, es cuando te das cuenta (el público también) de que algo raro está pasando. Mira al público
como pensando ¿estáis viendo lo mismo que yo?
Di. “Qué raro. Bueno lo importante es que no está tu carta ¿no? Vale, pues quito una carta y repasamos
de nuevo” , como antes voltea el paquete otra vez cara arriba, y con la mano derecha sacas la carta que
ahora queda como inferior y la retiras, sin mostrarla, boca abajo sobre el mazo de la mesa.

Vuelve a contar de la misma manera y repites de nuevo todas las acciones de contar volteando pasando
cada carta al fondo del paquete, pero en esta ocasión, la carta que hace “siete” en lugar de pasarla abajo
la dejas volteada arriba. De momento no retires ninguna y ..
Di:” A ver si es algo mío, ten el paquete de 7 cartas, dame la primera… 7 menos 1 igual a 6 ¿correcto?. Bien
ahora sí, por favor, cuenta cara abajo una a una sobre la mesa. 1,2,3,4,5,6 y 7” (gran sorpresa)

Con lo anterior el espectador te da la primera carta la retiras sobre el mazo y cuenta sobre la mesa
invirtiendo el orden. Ojo aquí, es muy importante indicarle que cuente cara abajo, para que no se vea la
elegida (que no se ha visto durante todo el proceso).
Dile de nuevo: “No puede ser!!, no está la elegida, pero deben ser sólo 6”,

Coge de nuevo el paquete (ahora realmente hay 7), quita la primera cogiéndola en posición de biddle y
ponla encima del mazo. Ahora con el paquete en la mano derecha una cuenta falsa biddle para contar
6 como 7 así: Pasa la primera, pasa la segunda y mantienes break con el meñique, pasa la tercera y roba
la del break, y ahora termina el resto pasando deuna en una hasta contar 7.

“¡¿Pero qué pasa?! A ver último intento quito una (hazlo como siempre) y cuento”

Ahora tienes 5 cartas haz la cuenta falsa biddle asi: Pasa la primera, pasa la segunda y manten break,
pasa la tercera y no robes porlo que tienes ahora 2 sobre el break, pasa la cuarta y roba las dos sobre el
break, pero además manten con el meñique izquierdo un break sobre la carta que acabas de contar, y
ahora finaliza el resto de la cuenta hasta 7. Por tanto ahora tendrás en la mano izquierda de abajo arriba:
la elegida y un break con 4 cartas encima.

Di: “Quitamos una” y para ello coge con la derecha en posición de biddle las 4 como una y ponlas sobre
el mazo. “Bueno, me rindo, da igual que haya siempre 7, y lo importante es que no está tu carta”.

Ahora lo que tienes en la es una única carta y precisamente es la elegida. Puedes acabar como quieras,
por ejemplo di: “La adivinaré con magia…, no estaba en el paquete, pero doy un pase y ahora solo hay
una carta, ¿Qué carta cogiste?, (La nombra el espectador)” giras y es la elegida.”

1088 | ELMANUSCRITO
ASES AL
STOP
RoBerTO MansIllA

Siempre sentí una gran atracción por el viejo
principio de las cartas “besadas” o “cheek to
cheek”. Me refiero a ese sencillo ardid de tener
algunas cartas invertidas bajo el mazo, de modo
que, al voltearlo, quede la ilusión de que la baraja
sigue estando cara abajo.
A continuación, mediante un slip cut o mediante
una mezcla, quita la carta que funciona como
tapa. Yo realizo la siguiente maniobra sencilla:
Toma la baraja en posición de dar en la mano
izquierda, con las caras apuntando a la derecha.

Las aplicaciones que tiene esto y las maneras Con la mano derecha, lleva el paquete superior
de cubrir el giro de la baraja son muchísimas. De hacia arriba pero, al mismo tiempo, haz presión
hecho, yo mismo lo he trabajado antes para mi con los dedos izquierdos para que la carta inferior
versión del mítico “Carta y Número” (“Eureka”) (*). quede retenida (Fig. 1).
Lo que les presento a continuación es una manera
más de girar la baraja “besada”, con el objetivo
de encontrar los cuatro ases. La forma –aunque
sencilla- es muy apta para las condiciones de
salón.

Pienso que esta rutina tiene la virtud de poder

realizarse con una baraja normal, sin necesidad
de mesa (ya que se hace en el suelo) y tiene un
impacto memorable por lo extraño de la situación.

EFECTO
El mago mezcla una baraja y comienza a pasar
cartas sobre la mesa hasta que un espectador
le dice “alto”. Cuando lo hace, el mago deja una Inmediatamente, pela algunas cartas del
copa encima del paquete para marcar el punto, y paquete de la derecha sobre la izquierda (Fig. 2)
sobre ella coloca las siguientes cuatro cartas de la y, finalmente, vuelve a colocar el paquete de la
baraja. Esas cartas, resultan ser los cuatro ases. . mano derecha, bajo el de la izquierda.

PREPARACIÓN
Con la baraja cara arriba, coloca sobre ella:
• Una carta indiferente cara abajo, de modo que
queden “caras con caras”.
• Los cuatro ases caras abajo.
• A ese 9 de diamantes conviene hacerle una
marquita en el dorso. Durante el juego habrás
de cortar por esa carta en varias ocasiones y la
marquita te ayudará a saber si has acertado o no.

Procura tener una copa o un vaso, sobre la mesa

en la que trabajes.

EJECUCIÓN A continuación, comienza a pasar cartas sobre la

Retira la baraja del estuche y juega con ella mesa, cerca de la copa que estará a tu izquierda
dejando ver las cartas por las caras, procurando
no mostrar las invertidas.

ELMANUSCRITO | 1089
Cuando te digan “alto”, detente y ve a buscar la copa con tu mano derecha. En ese momento, aprovecha
el instante en que el brazo derecho se cruza por el izquierdo (Fig.3), para girar la baraja en la mano
izquierda (el pulgar se pone por debajo de la baraja y se estira para arriba, mientras el resto de los dedos
ayudan a girar la baraja. (Fig. 4).

Una vez que tengas la copa en tu mano, gírala y Comenta: “por estas cuatro cartas me has
colócala sobre el paquete de cartas que quedó en detenido”, mientras dejas los cuatro ases sobre la
la mesa (Fig. 5). copa, uno a uno (Fig. 6).

Deja el resto de la baraja sobre la mesa y toma la copa como muestra la (Fig. 7), colocándote delante de
la mesa. Toma las cartas y di: “yo necesitaba los cuatro ases, y las cuatro cartas por las que me detuviste
son, justamente, los cuatro ases”. Muéstralos en abanico y, finalmente, déjalos dentro de la copa.

Vuelve a la mesa, deja la copa y toma la baraja en tu

mano izquierda, manteniendo una separación bajo
la primera carta (la única invertida). Con la mano
derecha toma el resto de las cartas de la mesa
y colócalas encima de la baraja, manteniendo la
separación.

Finalmente, realiza el gesto de cuadrar la baraja

contra la mesa y, en ese momento, realiza un medio
salto para que toda la baraja quede en una misma
posición. Para ello, se toma el paquete que quedó
en la mesa con la mano izquierda, manteniendo
una separación. A continuación, la derecha toma
el resto de las cartas desparramadas (las que
estaban bajo la copa) y las lleva encima de la
separación. Inmediatamente, la derecha toma
todas las cartas por encima de la separación y, la
izquierda, comienza a realizar el medio salto.

Todo esto, como dije, en la acción de cuadrar las

cartas sobre la mesa.

1090 | ELMANUSCRITO
SORPRESA Y
EXPECTACIÓN
Rafael BeNAtaR
Creo que las sorpresas realmente no gustan
tanto. O gustan más cuando van precedidas de
expectación, con lo cual dejarían de ser sorpresas.
Depende de lo que se entienda por sorpresa.
Veamos las varias acepciones del Diccionario de
la Real Academia Española para luego ver a cuál
o cuáles nos referimos.
SORPRESA
1. Acción y efecto de sorprenderse.
2. Cosa que da motivo para que alguien se
sorprenda.
La definición nos obliga a buscar “sorprender”:
SORPRENDER
1. Coger desprevenido.
2. Conmover, suspender o maravillar con algo
imprevisto.
3. Descubrir lo que otro ocultaba o disimulaba.  minutos de suspense.
La segunda de estas tres últimas acepciones
es la que más se acerca a la magia. En algunos
desafortunados casos también la tercera, cuando
el espectador “sorprende” al mago. Pero al leer
la segunda definición empiezo a pensar que si es
así, las sorpresas sí pueden gustar. Depende de la
acepción y de sus matices.
En cuanto a la segunda acepción, no esperaba
que la definición tuviera necesariamente una
connotación positiva, ya que existen sorpresas
desagradables. Estas últimas podrían entrar en
otra acepción. Tampoco hemos de asumir que el
diccionario tenga la última palabra pues su misión
es reflejar lo que ya está en la calle.
Recordemos unos célebres comentarios de
Hitchcock, respondiendo a una pregunta de
Truffaut:
Hay una clara diferencia entre “sorpresa” y “suspense”, pero en
muchas películas se confunden ambos. Me explico:
Estamos charlando plácidamente tú y yo. Supongamos que hay una
bomba debajo de la mesa. De repente: ¡Bum! Hay una explosión. El
público se sorprende, pero antes de la sorpresa no ha ocurrido nada
extraordinario.  presentó Copperfield. Es un monumento conocido
Veamos ahora una situación de suspense. La bomba está debajo
de la mesa y el público lo sabe, quizás porque vieron cuando la
colocaron allí. El público sabe que la bomba explotará a la una y
hay un reloj en el decorado que señala la una menos cuarto. En
esas condiciones, la misma conversación inocua resulta fascinante
porque el espectador participa y siente la necesidad de advertir a
los personajes: “No deberían hablar de tales asuntos triviales. ¡Hay
una bomba debajo de la mesa a punto de explotar!” 
En el primer caso hemos ofrecido al público
quince segundos de sorpresa en el momento de
la explosión. En el segundo le hemos dado quince
La conclusión es que, siempre que sea posible, el
público ha de estar informado. Cuando digo que
las sorpresas no gustan, me refiero a su acepción
más brusca, violenta o, mejor dicho, repentina.
Y creo que la segunda acepción de sorprender
(conmover, suspender o maravillar con algo
imprevisto) excluye de por sí lo repentino. Para
conmovernos primero es necesario hacer que nos
importe.
También señaló Hitchcock que en el mundo
ocurren miles de tragedias diariamente que
no nos conmueven. Hasta que le pasa algo a
nuestro hermano. Entonces él intenta que el
protagonista sea como nuestro hermano. Y lo hace
familiarizándonos con el personaje y su conflicto.
Así nos sentimos involucrados. Es por eso que
preferimos comprar el periódico en el quiosco de
nuestra calle, aunque no tengamos amistad con el
vendedor. Es por eso que preferimos que gane el
equipo de casa.
La familiarización puede ser previa, perteneciente
a nuestra experiencia pasada. Tal es el caso de
la desaparición de la Estatua de la Libertad que
y querido por el público.
Otro tipo de familiarización es la que ocurre durante
la misma presentación, como puede ser el que el
elefante haga un par de gracias para ganarse el
afecto del público antes de la desaparición. Es
el mismo motivo por el que muchas canciones
incluyen repeticiones y estribillos.
ELMANUSCRITO | 1091
Seguro que tendría más efecto cortar por la mitad a una actriz famosa que a una guapa desconocida.

En el caso de la magia no es siempre necesario que el espectador sepa lo que va a ocurrir, ni mucho
menos, pero sí que se resire en el ambiente que algo va a ocurrir, o puede ocurrir, de modo que pueda
reservar su máxima atención y concentración para ese momento.

No concebimos un número en el que estén pasando monedas de una mano a otra y de pronto, al pasar
la tercera moneda, el mago se convierta en cocodrilo. “¡Ja, ja!, no está mal”, podría pensarse, pero a
pesar de muchas cosas. Seguro que hay otro contexto en el que tal transformación resultaría mucho
más efectiva.

Para concluir, veamos algunos  ejemplos de la vida cotidiana que en cierto modo muestran que
instintivamente preferimos crear expectación que dar una sorpresa en su sentido repentino.

Por algo es que las piezas de música tienen un ralentando al final, o un giro armónico que anuncia el
final.

• Por algo es que en las películas, cuando va a pasar algo importante, hay una música que lo anuncia.
• Por algo es que no nos gustan las fiestas sorpresa.
• Por algo es que no nos gustan las fiestas sorpresa.
• Por algo es que siempre nos enteramos antes.
• Por algo es que los regalos vienen envueltos.
• Por algo es que nos dicen, antes de darnos una sorpresa: “Te tengo una sorpresa.”

¿QUE SI ME GUSTAN LAS SORPRESAS? BUENO, SÍ. SI ME LAS ANUNCIAN SÍ.

1094 | ELMANUSCRITO