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21.

Los Pactos

La Biblia revela que a Dios le ha placido establecer pactos con los hombres. Ocho de
estos pactos se hallan mencionados en las sagradas páginas y ellos incorporan los
hechos más vitales en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través de toda la
historia de la raza humana. Cada pacto representa un propósito divino y la mayoría
de ellos constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa inalterable del
cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Si llevamos nuestra consideración
del tema hasta el tiempo cuando los pactos fueron hechos, descubrimos que ellos
siempre anticiparon el futuro y tenían el propósito de ser un mensaje de certidumbre
para aquellos con quienes el pacto era establecido. Además de los pactos bíblicos, los
teólogos han sugerido tres pactos teológicos que tienen que ver con la salvación del
hombre.

A. Los pactos teológicos.

Para definir el eterno propósito de Dios, los teólogos han sostenido la teoría de que es
el propósito central de Dios el salvar a los elegidos, aquellos escogidos para salvación
desde la eternidad pasada. De acuerdo a ello, consideran la historia primeramente
como la obra exterior para el plan de Dios en cuanto a la salvación. Desarrollando esta
doctrina, ellos han expuesto tres pactos teológicos básicos.

1. Se dice que con Adán se estableció un pacto de obras. La provisión del pacto era tal
que si Adán obedecía a Dios, él sería guardado seguro en su estado espiritual y
recibiría la vida eterna. Se afirma que este pacto es sostenido por la advertencia
concerniente al árbol del conocimiento del bien y del mal, «porque el día que de él
comieres, morirás» (Gn. 2:17). Se deduce que si él no hubiera comido del árbol, no
hubiese muerto y, como los santos ángeles, hubiese sido confirmado en su estado
santo. Este pacto está basado casi totalmente en la deducción y no es llamado un pacto
en la Biblia , y por esta razón es rechazado por muchos estudiosos de la Escritura por
tener poca base.

2. Otro pacto sugerido es el pacto de la redención, en el cual se insinúa la enseñanza de


que fue establecido un pacto entre Dios el Padre y Dios el Hijo en relación a la
salvación del hombre en la eternidad pasada. En este pacto el Hijo de Dios se
comprometió en proveer la redención para la salvación de aquellos que creyeran, y
Dios prometió aceptar su sacrificio.

Este pacto tiene más sostenimiento en las Escrituras que el pacto de obras en que la
Biblia declara claramente que el plan de Dios para la salvación es eterno, y que en
aquel plan Cristo tenía que morir como un sacrificio por el pecado y Dios tenía que
aceptar aquel sacrificio como una base suficiente para salvar a aquellos que creyeran
en Cristo. De acuerdo a Efesios 1:4: «Según nos escogió en él antes de la fundación del
mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.» También en referencia a
nuestra posición en Cristo, se declara en Efesios 1:11: «En él asimismo tuvimos
herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad.»

De estas y de otras Escrituras está claro que el propósito de DIOS para la salvación es
eterno. Se sugiere que un pacto formal fue acordado entre Dios el Padre y Dios el Hijo
del hecho de que el propósito de Dios es también una promesa.

3. Aun otra tentativa es el contemplar el eterno propósito de Dios en la salvación como


un pacto de gracia. En este punto de vista Cristo es contemplado como el Mediador
del pacto y el representante de aquellos quienes ponen su confianza en Él. Los
individuos encuentran las condiciones de este pacto cuando colocan su fe en Jesucristo
como Salvador. Aunque este pacto es también una deducción del plan eterno de
salvación, tiende a enfatizar el carácter de gracia de la salvación de Dios. El pacto de
la redención y el pacto de gracia, en consecuencia, tienen algunas bases escriturales y
son más aceptables para la mayoría de los estudiosos de la Biblia que el concepto del
pacto de obras, el cual no tiene base escritural.

Sin embargo, se ha levantado el problema de que aquellos que son adeptos a estos
pactos teológicos siempre hacen del plan de Dios para la salvación su propósito
primordial en la historia humana. Así ellos tienden a ignorar los particulares sobre el
plan de Dios para Israel, el plan de Dios para la Iglesia y el plan de Dios para la
nación. Mientras que es verdad que el plan de Dios para la salvación es un aspecto
importante de su propósito eterno, no es la totalidad del plan de Dios. Un punto de
vista mejor es que el plan de Dios para la historia es revelar su gloria, y Él no hace
esto solamente salvando a los hombres, sino que también por medio del cumplimiento
de sus propósitos y revelándose a sí mismo a través de sus tratos con Israel, con la
iglesia y con las naciones. De acuerdo a ello, es preferible contemplar la historia a
través de ocho pactos bíblicos, los cuales revelan los propósitos esenciales de Dios a lo
largo de la historia de la Humanidad y que incluye el plan de Dios para la salvación.
Aquellos que enfatizan los pactos teológicos son llamados a menudo «teólogos de los
pactos», mientras que, por el contrario, aquellos que enfatizan los pactos bíblicos son
llamados «dispensacionalistas», porque los pactos bíblicos revelan las distinciones en
las varias etapas en la historia humana, las cuales están manifiestas en las
dispensaciones.

B. Los pactos bíblicos.


Los pactos de Dios contenidos en la Biblia se clasifican en dos clases, aquellos que son
condicionales y los que son incondicionales. Un pacto condicional es uno en el cual la
acción de Dios es en respuesta a alguna acción de parte de aquellos a quienes va
dirigido el pacto. Un pacto condicional garantiza que Dios hará su parte con absoluta
certeza cuando se satisfacen los requisitos humanos, pero si el hombre fracasa, Dios
no está obligado a cumplir su pacto.

Un pacto incondicional, mientras que puede incluir ciertas contingencias humanas, es


una declaración de cierto propósito de Dios, y las promesas de un pacto incondicional
serán ciertamente cumplidas en el tiempo y a la manera de Dios. De los ocho pactos
bíblicos sólo el edénico y el mosaico eran condicionales. Sin embargo, aun bajo los
pactos incondicionales hay un elemento condicional como si se aplicara a ciertos
individuos. Un pacto incondicional se distingue de uno condicional por el hecho de que
su cumplimiento esencial es prometido por Dios y depende del poder y la soberanía de
Dios.

1. El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el hombre y fue un pacto
condicional con Adán en el cual la vida y bendición o la muerte y la maldición
dependían de la fidelidad de Adán.

Gn. 1:26-31 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 2 7Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo
Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre
toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a
toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la
tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo
lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana
el día sexto

Gn. 2:16-17 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás.

El pacto edénico incluía el dar a Adán la responsabilidad de ser el padre de la raza


humana, sojuzgar la tierra, tener dominio sobre los animales, cuidar del huerto y no
comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por haber fracasado Adán y Eva
al comer de la fruta prohibida, fue impuesta la pena de muerte para la desobediencia.
Adán y Eva murieron espiritualmente de inmediato y necesitaron nacer de nuevo para
poder ser salvos. Más tarde también murieron físicamente. Su pecado hundió a toda
la raza humana en un molde de pecado y muerte.

2. El pacto adámico fue hecho con el hombre después de la caída.

Este es un pacto incondicional en el que Dios declara al hombre lo que será su porción
en la vida por causa de su pecado. Aquí no hay lugar para ninguna apelación, ni se
implica responsabilidad alguna de parte del hombre.

Gn. 3:16-19 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;
con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de
ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de
que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor
comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás
plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la
tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Como un todo, el pacto provee importantes rasgos, los cuales condicionan la vida
humana desde este punto en adelante. Incluido en este pacto está el hecho de que la
serpiente usada por Satanás es maldita.

Gn. 3:14 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida.

Ro. 16:20 20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia
de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

2Co. 11:3, 14 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros
sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 14 Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

Ap. 12:9 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron
arrojados con él.

Se da la promesa del Redentor, la cual es luego cumplida en Cristo.

Gn. 3:15 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Se detalla el lugar de la mujer en cuanto a estar sujeta a una concepción múltiple, al


dolor y la pena en la maternidad, y en cuanto a la posición del hombre como cabeza.
Gn. 1:26-27 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

1Co. 11:7-9 7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de
Dios; pero la mujer es gloria del varón. 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la
mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por
causa del varón.

Ef. 5:22-25 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque
el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las
casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

1Ti. 2:11-14 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 Porque no permito a la
mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán
fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo
engañada, incurrió en transgresión.

El hombre debería, en lo sucesivo, de ganar el pan con el sudor de su frente.

Gn. 2:15 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que
lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque
el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Gn. 3:17-19 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del
árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y
comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas
a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

La vida del hombre sería dolorosa y con la muerte por final.

Gn. 3:19 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque
de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Ef. 2:5 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos),

Por un período bastante extenso, el hombre continúa desde ese punto en adelante
viviendo bajo el pacto adámico.
3. El pacto de Noé fue hecho con Noé y sus hijos. Este pacto, mientras que repite
algunos de los rasgos del pacto adámico, introdujo un nuevo principio de gobierno
humano como un medio de frenar el pecado.

Gn. 9:1-18 1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y
llenad la tierra. 2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y
sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces
del mar; en vuestra mano son entregados. 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para
mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne
con su vida, que es su sangre, no comeréis. 5 Porque ciertamente demandaré la sangre de
vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano
del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que derramare sangre de
hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el
hombre. 7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra,
y multiplicaos en ella. 8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9 He aquí que
yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de
vosotros; 10 y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de
la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de
la tierra. 11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con
aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es la
señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con
vosotros, por siglos perpetuos: 13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal
del pacto entre mí y la tierra. 14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra,
se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15 Y me acordaré del pacto mío, que hay
entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas
para destruir toda carne. 16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto
perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17 Dijo,
pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que
está sobre la tierra. 18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y
Cam es el padre de Canaán.

Como el pacto adámico, era incondicional y revelaba el propósito de Dios para la


generación subsiguiente a Noé. Las provisiones del pacto incluían el establecimiento
del principio del gobierno humano, en el que se instituyó la pena capital para aquellos
que tomaran la vida de otro hombre. Fue reafirmado el orden normal de la
Naturaleza.

Gn. 8:22 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y


el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Gn. 9:2 2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre
toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del
mar; en vuestra mano son entregados.

Y al hombre le fue permitido comer carne fresca de animales en lugar de vivir


solamente de vegetales, como parece haberlo hecho antes del diluvio.

Gn. 9:3-4 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las
legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su
sangre, no comeréis.

El pacto con Noé incluía la profecía concerniente a los descendientes de sus tres hijos y
designaba a Sem como el único de quien vendría la línea divina que seguiría hasta que
el Mesías viniera.

Gn. 9:25-27 5 y dijo:

Maldito sea Canaán;

Siervo de siervos será a sus hermanos.


26 Dijo más:

Bendito por Jehová mi Dios sea Sem,

Y sea Canaán su siervo.


27 Engrandezca Dios a Jafet,

Y habite en las tiendas de Sem,

Y sea Canaán su siervo.

El dominio de las naciones gentiles en la historia del mundo está implicado en la


profecía concerniente a Jafet. Así como el pacto adámico introdujo la dispensación de
la conciencia, así el pacto con Noé introdujo la dispensación del gobierno humano.

4. El pacto abrahámico es una de las grandes revelaciones de Dios concernientes a la


historia futura, y en él fueron dadas profundas promesas a lo largo de tres líneas.

Gn. 12:1-4 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la
casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias
de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad
de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Gn. 13:14-17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus
ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al
occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para
siempre. 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar
el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17 Levántate, ve por la tierra a
lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.

Gn. 15:1-7 1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión,
diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2 Y
respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el
mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no
me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego
vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que
te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las
puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado
por justicia. 7 Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a
heredar esta tierra.

Gn. 17:1-8 1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le
dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. 2 Y pondré mi pacto
entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. 3 Entonces Abram se postró sobre su
rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de
muchedumbre de gentes. 5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu
nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6 Y te
multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré
mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8 Y te daré a ti, y a tu
descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad
perpetua; y seré el Dios de ellos.

Primero de todo, fueron dadas promesas a Abraham de que él tendría gran


descendencia.

Gn. 17:16 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser
madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.

Que tendría mucha bendición personal, que su nombre sería grande y que él
personalmente sería una bendición.

Gn. 13:14-15, 17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora
tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al
occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para
siempre. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Gn. 15:6,18 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. 18 En aquel día hizo Jehová
un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el río grande, el río Eufrates;

Gn. 24:34-35 34 Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham. 35 Y Jehová ha bendecido


mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro,
siervos y siervas, camellos y asnos.

Jn. 8:56 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Gn. 12:2 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y


serás bendición.

Segundo, a través de Abraham fue hecha la promesa de que emergería una gran
nación (Gn. 12:2). En el propósito de Dios esto tiene referencia primeramente a Israel
y a los descendientes de Jacob, quienes formaron las doce tribus de Israel. A esta
nación le fue dada la promesa de la tierra.

Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y
edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.

Gn. 15:18-21 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu
descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río
Eufrates; 19 a tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos,
los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Gn. 17:7-8 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus


generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de
ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra
de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Una tercera área principal del pacto fue la promesa de que por medio de Abraham
vendría bendición al mundo entero.

Gn. 12:3 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra.

Esto tendría su cumplimiento en que Israel sería el canal especial de la revelación


divina de Dios, la fuente de los profetas quienes revelarían a Dios y proveerían de la
Escritura a los escritores humanos. En forma suprema, la bendición a las naciones
sería provista a través de Jesucristo, quien sería un descendiente de Abraham. Dada
la relación especial de Israel con Dios, Dios pronunció una solemne maldición sobre
aquellos que maldijeran a Israel y una bendición sobre aquellos quienes bendijeran a
Israel (Gn. 12:3).

El pacto con Abraham, como el adámico y el de Noé, es incondicional. Mientras que


cualquier generación particular de Israel podría disfrutar de sus provisiones con sólo
ser obedientes, y podrían, por ejemplo, ser guiados hacia la cautividad si ellos eran
desobedientes, el propósito esencial de Dios para bendecir a Israel, para revelarse a sí
mismo a través de Israel, para proveer redención a través de Israel y para traerle
dentro de la Tierra Prometida es absolutamente cierto, porque depende del soberano
poder y voluntad de Dios, más que del hombre. A pesar de los muchos fracasos de
Israel en el Antiguo Testamento, Dios se reveló a sí mismo y encauzó la escritura de
los textos sagrados, y finalmente nació Cristo, vivió y murió y se levantó resucitando
exactamente como la Palabra de Dios lo había anticipado. A pesar del fracaso
humano, los propósitos de Dios son ciertos en su cumplimiento.

5. El pacto mosaico fue dado a través de Moisés para los hijos de Israel mientras que
estaban viajando desde Egipto hacia la Tierra Prometida.

Ex. 20:1 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos
tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

En Éxodo, y ampliado en muchas otras porciones de las Escrituras, Dios le dio a


Moisés la ley que era para gobernar su relación con el pueblo de Israel. Los
aproximadamente seiscientos mandamientos específicos están clasificados en tres
divisiones principales:

a) Los mandamientos, conteniendo la voluntad expresada de Dios.

Ex. 20:1-26 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en
la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia
a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová
al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna,
tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está
dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo,
ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el
monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron
a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros,
para que no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros
vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. 21 Entonces
el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22 Y
Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he
hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro
os haréis. 24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus
ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la
memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no
las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26 No
subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.

b) Los juicios, relacionados a la vida social y cívica de Israel.

Ex. 21: 1 1 Estas son las leyes que les propondrás.

Ex. 24:11 11 Más no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron
a Dios, y comieron y bebieron.

c) Las ordenanzas.
Ex. 24:12 12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré
tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.

Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos
tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

La ley mosaica era un pacto condicional e incorporaba el principio de que si Israel era
obediente, Dios les bendeciría, pero si Israel era desobediente, Dios les maldeciría y les
disciplinaría. Esto es destacado especialmente en Deuteronomio 28. Aunque ya se
había anticipado que Israel fracasaría, Dios prometió que Él no abandonaría a su
pueblo.

Jer. 30:11 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las
naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con
justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

El pacto mosaico también fue temporal y terminaría en la cruz de Cristo. Aunque


contenía elementos de gracia, era básicamente un pacto de obras.

6. El pacto palestino era un pacto incondicional en conexión con la posesión final de la


tierra por parte de Israel.

Dt. 30:1-10 1Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la
bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas
las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2y te convirtieres a Jehová tu
Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con
todo tu corazón y con toda tu alma, 3entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá
misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere
esparcido Jehová tu Dios. 4Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más
lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; 5y
te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará
bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y
el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, a fin de que vivas. 7Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre
tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y tú volverás, y oirás la voz
de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. 9Y te hará
Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto
de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti
para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres,10cuando obedecieres a la voz de
Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de
la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
Este pacto se ilustra como un pacto básicamente incondicional y seguro en su
cumplimiento; sin embargo, tiene elementos condicionales para cualquier generación
en particular. La promesa dada a Abraham en Gn. 12:7, y reafirmada luego a través
del Antiguo Testamento, sería que la simiente de Abraham poseería la tierra.

Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y
edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

No obstante, a causa de la desobediencia y el fracaso, Jacob y sus descendientes


vivieron en Egipto cientos de años antes del Éxodo. Así, manteniendo el propósito de
Dios, ellos volvieron y poseyeron, por lo menos, una porción de la tierra. Más tarde, a
causa de la desobediencia y la negligencia a la ley de Dios, ellos fueron sometidos a los
cautiverios asirio y babilónico. Otra vez en la gracia de Dios, les fue permitido volver
después de setenta años del cautiverio babilónico y reposeer la tierra hasta que
Jerusalén fue destruida en el 70 d.C. Sin embargo, a pesar de todos los fracasos, a
Israel se le promete que volverá a la tierra, vivirá allí en seguridad y con bendición y
nunca será dispersada nuevamente.

Ez. 39: 25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de
Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo
nombre. 26 Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra
mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; 2 7cuando los
saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en
ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando
después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin
dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré
derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.

Am. 9:14-15 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades
asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y
comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán
arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

El retorno presente de Israel a la tierra es, por lo tanto, altamente significativo porque
cumple la primera etapa del regreso de Israel, necesario para establecer el escenario
para el fin de los tiempos. La vuelta de Israel será completada hasta el último hombre
después de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez. 39:25-29). Mientras que
cualquier generación pudiera haber sido sacada fuera de la tierra por su
desobediencia, el propósito final de Dios de traer a su pueblo dentro de su Tierra
Prometida es incondicional y cierto en su cumplimiento.

El pacto palestino, de acuerdo a ello, incluye la dispersión de Israel por la


incredulidad y la desobediencia.
Gn. 15:13 13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará
en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.

Dt. 28:63-68 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se
gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la
cual entráis para tomar posesión de ella. 64Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos,
desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no
conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. 65Y ni aun entre estas naciones
descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón
temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma; 66y tendrás tu vida como algo que
pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu
vida. 67Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién
diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y
por lo que verán tus ojos. 68Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del
cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por
esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

Tiempos de arrepentimiento y restauración.

Dt. 30:2 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo


que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,

La recolección de Israel.

Dt. 30:3 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y
volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu
Dios.

Jer. 23:8 8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel
de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su
tierra.

Jer. 30:3 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos
de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y
la disfrutarán.

Jer. 31:8 8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la
tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz
juntamente; en gran compañía volverán acá.

Ez. 39:25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de
Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo
nombre.26 Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra
mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; 27 cuando los
saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en
ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando
después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin
dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré
derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.

Am. 9:9-15 9 Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada
entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en
la tierra.10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se
acercará, ni nos alcanzará el mal. 11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de
David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo
pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de
Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He aquí vienen días, dice
Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la
simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y traeré del
cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán;
plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de
ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que
yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

Hch. 15:14-17 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para
tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los
profetas, como está escrito:
16 Después de esto volveré

Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;

Y repararé sus ruinas,

Y lo volveré a levantar,
17 Para que el resto de los hombres busque al Señor,

Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,

La restauración de Israel a su tierra.

Is. 11:11-12 11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su
mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros,
Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 12 Y levantará pendón a las
naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los
cuatro confines de la tierra.
Jer. 23:3-8 3 Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde
las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré sobre
ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán
menoscabadas, dice Jehová. 5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a
David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en
la tierra. 6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre
con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. 7 Por tanto, he aquí que vienen días,
dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la
tierra de Egipto, 8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de
Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán
en su tierra.

Am. 9:9-15 (citado arriba)

Su conversión espiritual y restauración nacional.

Os. 2:14-16 14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su


corazón. 15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí
cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de
Egipto. 16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás
Baali.

Ro. 11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.


27 Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.

Su seguridad y prosperidad final como nación y el juicio divino para sus opresores.

Am. 9:11-15 11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus
portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que
aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las
naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que
ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes
destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo
Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y
beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré
sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová
Dios tuyo.
Is. 14:1-2 1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará
reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de
Jacob. 2 Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los
poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los
cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.

Jl. 3:1-8 1 Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la
cautividad de Judá y de Jerusalén, 2 reuniré a todas las naciones, y las haré descender al
valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi
heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; 3 y echaron
suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por
vino para beber. 4 Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio
de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer
la paga sobre vuestra cabeza. 5 Porque habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas
preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos; 6 y vendisteis los hijos de Judá y los
hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos, para alejarlos de su tierra. 7 He aquí yo los
levantaré del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza; 8 y
venderé vuestros hijos y vuestras hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los
sabeos, nación lejana; porque Jehová ha hablado.

Mt.25:31-46 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles
con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas
las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y
me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los
justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o
sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo,
y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos
mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.41 Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de
beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán diciendo:
Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la
cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en
cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán
éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
7. El pacto davídico era un pacto incondicional en el cual Dios prometió a David un
linaje real sin fin, un trono y un reino, todos ellos para siempre.

2S. 7:4-16 4 Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo: 5 Ve
y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo
more? 6Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de
Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo. 7 Y en todo
cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las
tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por
qué no me habéis edificado casa de cedro? 8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que
fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9 y he estado contigo en todo cuanto has
andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande,
como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10 Además, yo fijaré lugar a mi
pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los
inicuos le aflijan más, como al principio, 11 desde el día en que puse jueces sobre mi
pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace
saber que él te hará casa. 12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres,
yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y
afirmaré su reino. 13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono
de su reino. 14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le
castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero mi misericordia
no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. 16 Y será
afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente.

1Cr. 17:3-15 3 En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4Ve y di
a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. 5 Porque
no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy;
antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6 Por dondequiera que
anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales
mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de
cedro? 7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo
Israel; 8y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos
de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la
tierra. 9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que
habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como
antes, 10y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a
todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11Y cuando tus
días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno
de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12El me edificará casa, y yo confirmaré su trono
eternamente. 13Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi
misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; 14sino que lo confirmaré en mi
casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.15Conforme a todas
estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

En la declaración de este pacto Jehová se reserva el derecho de interrumpir el actual


reinado de los hijos de David si era necesario el castigo, pero la perpetuidad del pacto
no podía ser quebrantada.

2S. 7:14-15 14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le


castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero mi misericordia
no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

Sal. 89:20-37 20 Hallé a David mi siervo;

Lo ungí con mi santa unción.


21 Mi mano estará siempre con él,

Mi brazo también lo fortalecerá.


22 No lo sorprenderá el enemigo,

Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;


23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,

Y heriré a los que le aborrecen.


24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,

Y en mi nombre será exaltado su poder.


25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,

Y sobre los ríos su diestra.


26 El me clamará: Mi padre eres tú,

Mi Dios, y la roca de mi salvación.


27 Yo también le pondré por primogénito,

El más excelso de los reyes de la tierra.


28 Para siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto será firme con él.
29 Pondré su descendencia para siempre,

Y su trono como los días de los cielos.


30 Si dejaren sus hijos mi ley,

Y no anduvieren en mis juicios,


31 Si profanaren mis estatutos,

Y no guardaren mis mandamientos,


32 Entonces castigaré con vara su rebelión,

Y con azotes sus iniquidades.


33 Más no quitaré de él mi misericordia,

Ni falsearé mi verdad.
34 No olvidaré mi pacto,

Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.


35 Una vez he jurado por mi santidad,

Y no mentiré a David.
36 Su descendencia será para siempre,

Y su trono como el sol delante de mí.


37 Como la luna será firme para siempre,

Y como un testigo fiel en el cielo.

Como el pacto abrahámico garantizaba a Israel una identidad eterna como nación.

Jer. 31:36 36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia
de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

Y la posesión eterna de la tierra.

Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.

1Cr. 16:15-18 15 El hace memoria de su pacto perpetuamente,


Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;
16 Del pacto que concertó con Abraham,

Y de su juramento a Isaac;
17 El cual confirmó a Jacob por estatuto,

Y a Israel por pacto sempiterno,


18 Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán,

Porción de tu heredad.

Sal. 105:9-11 9 La cual concertó con Abraham,

Y de su juramento a Isaac.
10 La estableció a Jacob por decreto,

A Israel por pacto sempiterno,


11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán

Como porción de vuestra heredad.

Así el pacto davídico les garantizaba un trono eterno y un reino eterno.

Dn. 7:14 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y
lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno
que no será destruido.

Desde el día en que el pacto fue establecido y confirmado por el juramento de Jehová.

Hch. 2:30 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que
de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su
trono,

Hasta el nacimiento de Cristo, a David no le faltó un hijo que se sentase en el trono.

Jer. 33:21 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de
tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.

Y Cristo el eterno Hijo de Dios e Hijo de David, siendo el justo heredero de aquel
trono y el Único que se sentaría en aquel trono, completa el cumplimiento de esta
promesa hecha a David de que un hijo se sentaría en este trono para siempre.
Lc. 1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.

El pacto davídico es el más importante en asegurar el reino milenial, en el cual Cristo


reinará sobre la tierra. David, resucitado, reinará por debajo de Cristo como un
príncipe sobre la casa de Israel.

Jer. 23:5-6 5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo
justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6 En
sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le
llamarán: Jehová, justicia nuestra.

Ez. 34:23-24 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David,
él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo
David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

Ez. 37:24 24 Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y
andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.

El pacto davídico no es cumplido por Cristo reinando en su trono en los cielos, puesto
que David nunca se ha sentado ni se sentará en el trono del Padre. Es más bien un
reino terrenal y un trono terrenal. El pacto davídico es, por consiguiente, la clave del
programa profético de Dios que aún está por cumplirse.

Mt. 25: 31 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles
con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

8. El nuevo pacto, profetizado en el Antiguo Testamento y que tendrá su cumplimiento


primario en el reino milenial, es también un pacto incondicional.

Jer. 31:31-33 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con
la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día
que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi
pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la
escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Como lo describe Jeremías, es un pacto hecho «con la casa de Israel y con la casa de
Judá» (v. 31). Es un nuevo pacto en contraste con el pacto mosaico, el cual fue roto por
Israel (v. 32). En el pacto Dios promete: «Después de aquellos días, dice Jehová: Daré
mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré; y seré yo a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo» (v. 33). A causa de esta íntima y personal revelación de Dios, y su
voluntad para con su gente, continúa en Jeremías 31:34 para declarar: «y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová:
porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice
Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.»

Este pasaje anticipa las circunstancias ideales del reino milenial donde Cristo reinará,
y todos conocerán los hechos acerca de Jesucristo. De acuerdo a ello, no será necesario
para una persona evangelizar a su vecino, porque los hechos acerca del Señor serán
universalmente conocidos. También será un período en el cual Dios perdonará el
pecado de Israel y les bendecirá abundantemente. Debería estar claro, dada esta
descripción de la promesa del pacto como se da en Jeremías, que esto no se está
cumpliendo hoy día, puesto que la iglesia ha sido instruida para ir por todo el mundo
y predicar el evangelio a causa de que hay una casi universal ignorancia de la verdad.

Sin embargo, dado que el Nuevo Testamento también relaciona a la Iglesia con un
nuevo pacto, algunos han enseñado que la iglesia cumple el pacto dado a Israel.
Aquellos quienes no creen en un futuro reino milenial y en una restauración de Israel,
por tanto encuentran el completo cumplimiento ahora en la iglesia, espiritualizando
las provisiones del pacto y haciendo de Israel y de la Iglesia una misma cosa. Otros
que reconocen la restauración futura de Israel y el reino milenial consideran que el
Nuevo Testamento se refiere al nuevo pacto tanto como para ser una aplicación de las
verdades generales del pacto futuro con Israel a la iglesia, o para distinguir dos
nuevos pactos (uno para Israel como está dado en Jeremías, y el segundo, un nuevo
pacto dado a través de Jesucristo en la era presente de gracia proveyendo salvación
para la iglesia). Actualmente el nuevo pacto, ya sea para Israel o para la iglesia, se
desprende de la muerte de Cristo y de su derramamiento de sangre.

El nuevo pacto garantiza todo lo que Dios se propone hacer para los hombres en el
terreno de la sangre de su Hijo. Esto puede verse en dos aspectos:

a) Que Él salvará, preservará y presentará en la gloria, conformados a la imagen del


Hijo Unigénito, a todos los que creen en el Señor Jesús. El hecho de que sea necesario
creer en Cristo para ser salvo, no es una condición en este pacto. El acto de creer no es
una parte del pacto, sino más bien la base sobre la cual el creyente es admitido para
disfrutar de las bendiciones eternas que el pacto ofrece. El pacto no es hecho con los
no redimidos, sino con los que creen, y promete que en favor de ellos estará la
fidelidad de Dios. «El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el
día de Jesucristo» (Fil. 1:6), y toda otra promesa semejante a ésta, relacionada con el
poder que Dios manifiesta en la salvación y preservación de los suyos, es parte de este
pacto de gracia.
En la presente edad no se tiene en vista para el hombre una salvación que no
garantice una perfecta preservación aquí en el mundo, y una presentación final allá en
la gloria, de todos los que son salvos por la sangre de Cristo Jesús. Es posible que haya
en la vida diaria del hijo de Dios algún impedimento para su comunión con el Padre; y
como aconteció en el caso de David, el pecado del cristiano puede hacer que Dios
levante su mano para castigo del hijo desobediente; pero estos asuntos que son propios
de la experiencia cotidiana del creyente, no llegan nunca a ser determinantes para el
cumplimiento de la promesa de Dios en lo que se refiere a la eterna salvación de los
que Él ha recibido en su gracia.

Hay quienes recalcan la importancia y el poder de la voluntad humana, y declaran


enfáticamente que la salvación y preservación deben tener como condición la libre
cooperación de la voluntad humana. Esto puede ser razonable para la mente del
hombre, pero no está de acuerdo con la revelación que Dios nos ha dado en las
Escrituras.

En cada caso Dios ha declarado incondicionalmente lo que Él hará en favor de todos


aquellos que confían en Él.

Jn. 5:24 24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Jn. 6:37 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera.

Jn. 10:28 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano.

Esta es en verdad una empresa enorme que necesariamente tiene que incluir el
dominio absoluto aun de los pensamientos e intentos del corazón humano; pero, por
así decirlo, esto no es más irrazonable que el hecho de declarar a Noé que su
descendencia seguiría los caminos que Dios había decretado, o que el de prometer a
Abraham que él sería el progenitor de una nación grande y que de su simiente nacería
el Cristo.

En cada uno de estos casos tenemos la manifestación de la autoridad y del poder


soberano del Creador. Es vidente que Dios ha dejado lugar para el libre ejercicio de la
voluntad humana. Él ayuda a la voluntad de los hombres, y los ya salvos son
conscientes de que tanto su salvación como su servicio están en completa armonía con
la elección que ellos mismos han hecho en lo más profundo de su ser. Se nos dice que
Dios gobierna la voluntad del hombre.

Jn. 6:44 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le
resucitaré en el día postrero.
Fil. 2:13 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad.

Pero al mismo tiempo vemos que Él apela a la voluntad humana y hace que en cierto
sentido dependa de ella el disfrute de su divina bendición.

Jn. 5:40 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Jn. 7:17 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o
si yo hablo por mi propia cuenta.

Ro. 12:1 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional.

1Jn. 1:9 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Las Escrituras hablan en forma incuestionable y enfática de la soberanía de Dios. Él


ha predestinado perfectamente lo que vendrá, y su determinado propósito tendrá que
realizarse; porque es imposible que Él sea sorprendido o sufra alguna desilusión. De
igual manera, las Escrituras enfatizan que entre estos dos grandes aspectos de la
soberanía divina -el propósito eterno y la perfecta realización del mismo- Él ha
permitido suficiente lugar para cierto ejercicio de la voluntad humana. Y al actuar de
esta forma no está poniendo en peligro, de ninguna manera, los fines que Él se ha
propuesto alcanzar. El tener sólo uno de los dos aspectos de esta verdad puede
guiarnos o bien al fatalismo, en el cual no hay lugar para pedir en oración ni motivo
alguno para buscar el amor de Dios, ni base para la condenación de los pecadores, ni
fundamento para la invitación del Evangelio, ni significado para gran parte de las
Escrituras, o bien a la pretensión de querer desalojar a Dios de su trono. Es razonable
creer que la voluntad humana está bajo el dominio de Dios; pero sería lo más
irrazonable creer que la soberanía de Dios está bajo el dominio de la voluntad
humana. Los que creen son salvos y seguros para siempre, porque así está
determinado en el pacto incondicional de Dios.

b) La salvación futura de Israel es prometida en el nuevo pacto incondicional.

Is. 27:9 9 De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el
fruto, la remoción de su pecado; cuando haga todas las piedras del altar como piedras de
cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol.

Ez. 37:23 23 Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con
todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los
limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.
Ro. 11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.


27 Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.

Esta salvación se efectuará sobre la base única de la sangre que Cristo derramó en la
cruz. Por medio del sacrificio de su Hijo, Dios es tan libre para salvar a una nación
como lo es para salvar a un individuo. Israel es representado por Cristo como un
tesoro escondido en el campo. El campo es el mundo. Y creemos fielmente que fue
Cristo quien vendió todo lo que Él tenía, a fin de poder comprar el campo y poseer así
el tesoro que allí estaba oculto.

Mt. 13:44 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un


campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo
lo que tiene, y compra aquel campo.

En la consideración de estos ocho grandes pactos nunca podrá decirse que se está
dando demasiado énfasis a la soberanía de Dios en relación con los pactos
incondicionales, o al absoluto fracaso humano en lo que toca a los pactos
condicionales. Y podemos estar seguros de que todo lo que Dios se ha comprometido a
hacer incondicionalmente Él lo hará con toda la perfección de su infinito Ser.

PREGUNTAS.

1. De acuerdo a los pactos teológicos, ¿cuál es el propósito central de Dios y cómo


afecta a la historia?

2. ¿Cuál es el pacto de las obras y cuál es su base escritural?

3. ¿Cuál es el pacto de la redención y cuál es su base escritural?

4. ¿Cuál es el pacto de la gracia y cuál es su base escritural?

5. ¿Cuál es el problema originado por los pactos teológicos en relación al plan de Dios
para Israel, para la Iglesia y para las naciones?

6. ¿Por qué es preferible tener una visión de la historia a través de los ocho pactos,
más bien que desde el punto de vista de los pactos teológicos?

7. Distinguir los pactos condicionales, de los incondicionales.

8. ¿Qué era el pacto edénico, y cuál fue el resultado del fracaso bajo el mismo?
9. ¿Qué era el pacto adánico, y hasta qué grado condiciona la vida hoy día?

10. ¿Cuáles eran las provisiones importantes del pacto de Noé, y hasta qué grado
continúa hoy?

11. ¿Qué promesas se dieron al mundo entero en el pacto abrahámico?

12. ¿Qué promesas se dieron concernientes a la nación de Israel en el pacto


abrahámico?

13. ¿Qué promesas se dieron al mundo entero en el pacto abrahámico?

14. ¿En qué sentido el pacto con Abraham era incondicional?

15. ¿Hasta qué punto el pacto mosaico era condicional y temporal?

16. ¿Hasta qué punto el pacto palestino era incondicional?

17. ¿Cómo explica las cautividades asiria y babilónica y la dispersión mundial de


Israel a la vista del carácter incondicional del pacto palestino?

18. ¿Cómo podría resumir todas las provisiones del pacto palestino en relación a la
desobediencia de Israel, su recolección, restauración y seguridad final en prosperidad
como una nación?

19. ¿Qué fue prometido incondicionalmente en el pacto davídico?

20. ¿Cómo se relaciona el pacto davídico con el futuro reino milenial?

21. De acuerdo al Antiguo Testamento, ¿qué se proveyó en el nuevo pacto para Israel?

22. ¿Cuándo será cumplido el nuevo pacto para Israel?

23. ¿Por qué algunos han enseñado que el nuevo pacto tiene una aplicación
presente, y cómo puede ser explicado esto?

24. ¿Cómo se relaciona el nuevo pacto con la seguridad de la salvación de los


creyentes?

25. ¿Cómo se relaciona el nuevo pacto con la soberanía de Dios?

26. ¿Cómo se relaciona el nuevo pacto con la futura salvación de Israel?

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