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Objetivos
Tiene como objetivo principal estudiar los problemas de las empresas y sus causas
prestando especial atención a los aspectos de autoridad y comunicación. Considera
que hay cuatro elementos comunes a todas las empresas: autoridad, comunicación,
estructura de comportamiento, estructura de formalización.
Esta corriente aparece a finales de los años cincuenta como consecuencia de la baja
productividad, ya que las corrientes científicas y del humano habían tomado en cuenta
a la productividad o al personal pero en forma aislada y está integrada por un grupo
de psicólogos y sociólogos que se dedican a estudiar el comportamiento humano.
Investigaciones
Los investigadores de esta escuela le dieron mucha importancia a las obras de Max
Weber, que había fallecido en 1920, en lo que se refiere a burocracia, los tipos de
autoridad y todo lo relacionado al poder y autoridad en el sistema formal de una
empresa, pero con la diferencia que se le agrega el componente humano, prestando
atención a las relaciones formal e informal. Esta escuela hace hincapíe en las tensiones
existentes entre lo formal y lo informal, entre lo que necesita la empresa y lo que
necesitan los individuos, y que a veces no es correspondido, y en consecuencia genera
conflicto. Principales exponentes: Ralph Dahrendorf como así también lo fueron
Mayntz, Barnard, Amitai Etzioni para toma de decisiones. Con esta corriente de
investigación se desborda el primer marco de estudio que en principio era una
empresa o la fábrica, para extenderse a otros espacios donde existan organizaciones:
cuarteles, cárceles, escuelas, hospitales, etc.
Escuela estructuralista en Latinoamérica
Se les llama estructuralistas a la corriente económica que piensan que los problemas
de los países de América Latina son consecuencias del funcionamiento del sistema
económico capitalista, y para resolverlos se requieren cambios estructurales.
Orígenes
Antecedentes
Dado que la CEPAL forma parte del sistema mundial de las Naciones Unidas, tiene
características institucionales que le permiten aceptar como miembros a países tanto
del área como fuera de ella. Las funciones de la Comisión, por tanto, tienen el objetivo
central de promover el desarrollo. Son de dos tipos: analíticas y operativas y su meta
es influir en los procesos de toma de decisiones y de formulación de políticas de
desarrollo de los gobiernos de la región.
Dado el estado del avance tecnológico de esta época, que requería determinada escala
mínima de operación para que un proceso industrial fuese eficiente y rentable, pronto
se hizo evidente que en la mayoría de los países de la región no había demanda
suficiente, lo que asociaba a dos factores estructurales; el tamaño de los países, pues
en la región predominaban entonces las economías pequeñas y medianas, aunque con
los años se fueron incorporando nuevos estados independientes de tamaño pequeño.
El otro factor, no menos importante y más crítico en términos sociales, era la
distribución del ingreso, que impedía que la demanda efectiva se materializara en el
mercado. 1980 – 1990: Estrategia para superar la crisis: Endeudamiento e inserción
externa. Ante la insuficiencia de inversión, tanto privada nacional como externa,
debido a la crisis internacional detonada en 1975 por la crisis del petróleo y el
agravamiento de la caída de los ingresos por exportaciones que experimento la región,
los estados asumieron una enorme deuda externa. Se negociaron esos recursos,
algunos de tipo oficial y multilateral y otros de tipo comercial y bilateral, que
resultaban “baratos” en un momento de gran abundancia de “petrodólares”.
La CEPAL en la actualidad
Van cobrando importancia nuevos temas que rebasan los ámbitos exclusivos de la
economía y que perfilan el grado de vulnerabilidad regional. Vulnerabilidad frente a
choques externos comerciales o financieros, de cara a las cambiantes condiciones de
gobernabilidad interna e incluso al cambio climático y los efectos de eventos
naturales. Todas estas vulnerabilidades apuntan a que se requiere la acción
concertada de todos los actores y sectores de la sociedad: garantía de transparencia y
competitividad en las relaciones comerciales; regulación de los flujos financieros para
garantizar su acceso y controlar su fuga catastrófica, y gestión ambiental y del riesgo
frente a los procesos de la naturaleza.