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EL ESTRUCTURALISMO ECONÓMICO

La Corriente Estructuralista de la economía aparece a fines de los años 1950 y está


integrada por un grupo de psicólogos y sociólogos que se dedican a estudiar el
comportamiento humano.

Objetivos

Tiene como objetivo principal estudiar los problemas de las empresas y sus causas
prestando especial atención a los aspectos de autoridad y comunicación. Considera
que hay cuatro elementos comunes a todas las empresas: autoridad, comunicación,
estructura de comportamiento, estructura de formalización.

Esta corriente aparece a finales de los años cincuenta como consecuencia de la baja
productividad, ya que las corrientes científicas y del humano habían tomado en cuenta
a la productividad o al personal pero en forma aislada y está integrada por un grupo
de psicólogos y sociólogos que se dedican a estudiar el comportamiento humano.

La corriente estructuralista, pretende equilibrar los recursos de la empresa, prestando


atención tanto a su estructura como al recurso humano.

Investigaciones

Los investigadores de esta escuela le dieron mucha importancia a las obras de Max
Weber, que había fallecido en 1920, en lo que se refiere a burocracia, los tipos de
autoridad y todo lo relacionado al poder y autoridad en el sistema formal de una
empresa, pero con la diferencia que se le agrega el componente humano, prestando
atención a las relaciones formal e informal. Esta escuela hace hincapíe en las tensiones
existentes entre lo formal y lo informal, entre lo que necesita la empresa y lo que
necesitan los individuos, y que a veces no es correspondido, y en consecuencia genera
conflicto. Principales exponentes: Ralph Dahrendorf como así también lo fueron
Mayntz, Barnard, Amitai Etzioni para toma de decisiones. Con esta corriente de
investigación se desborda el primer marco de estudio que en principio era una
empresa o la fábrica, para extenderse a otros espacios donde existan organizaciones:
cuarteles, cárceles, escuelas, hospitales, etc.
Escuela estructuralista en Latinoamérica

Se les llama estructuralistas a la corriente económica que piensan que los problemas
de los países de América Latina son consecuencias del funcionamiento del sistema
económico capitalista, y para resolverlos se requieren cambios estructurales.

Los estructuralistas se interesan por el sistema económico en su conjunto, explicando


la falta de desarrollo de la región por problemas estructurales (de toda la economía) y
proponiendo ciertas reformas para cambiar la situación de los países de América
Latina.

Orígenes

Esta corriente se desarrolló sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial,


cuando los problemas de América Latina se agudizaban por el propio funcionamiento
del sistema capitalista.

Antecedentes

Tras el final de la segunda guerra mundial y en el proceso de crear instituciones


mundiales que evitaran la repetición de los flagelos bélicos, la ONU asumió tres
funciones principales:

1. La preservación de la paz universal para lo cual firmo la Carta de San Francisco


el 24 de octubre de 1945 responsabilidad que se repartió entre la Asamblea
General y el Consejo de Seguridad.
2. La reconstrucción de los países devastados por el conflicto, tarea que
inicialmente se encargó al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
(BIRF), mejor conocido como Banco Mundial.
3. El apoyo a la descolonización y la independencia de innumerables regiones,
territorios y países en todo el mundo, particularmente en Asia, África, el
Pacifico y el Caribe.
Constitución de la CEPAL

En el caso del hemisferio americano, la CEPAL, se constituyó en 1948, durante el sexto


período de sesiones del Consejo Económico y Social. La Comisión pronto se constituyó
en un importante centro de debate y análisis. Su tarea inicial que se mantiene hasta
ahora es brindar un panorama actualizado de la evolución del desarrollo de los países
y del subcontinente, con una perspectiva global que si bien destaca las diferencias y
disparidades entre las naciones, también apunta a las coincidencias y a las tendencias
de la región en su conjunto.

Dado que la CEPAL forma parte del sistema mundial de las Naciones Unidas, tiene
características institucionales que le permiten aceptar como miembros a países tanto
del área como fuera de ella. Las funciones de la Comisión, por tanto, tienen el objetivo
central de promover el desarrollo. Son de dos tipos: analíticas y operativas y su meta
es influir en los procesos de toma de decisiones y de formulación de políticas de
desarrollo de los gobiernos de la región.

1949-1960: teoría de la dependencia y deterioro de los términos del intercambio La


trayectoria intelectual de la CEPAL se inicia con la redacción por Prebisch, en 1949 y
1950, de tres documentos que contenían los elementos básicos que figurarían como la
gran referencia ideológica y analítica para los desarrollistas latinoamericanos y
caribeños (CEPAL, 1951, 1962, 1973). 1960 - 1980: estrategia de integración regional.

Dado el estado del avance tecnológico de esta época, que requería determinada escala
mínima de operación para que un proceso industrial fuese eficiente y rentable, pronto
se hizo evidente que en la mayoría de los países de la región no había demanda
suficiente, lo que asociaba a dos factores estructurales; el tamaño de los países, pues
en la región predominaban entonces las economías pequeñas y medianas, aunque con
los años se fueron incorporando nuevos estados independientes de tamaño pequeño.
El otro factor, no menos importante y más crítico en términos sociales, era la
distribución del ingreso, que impedía que la demanda efectiva se materializara en el
mercado. 1980 – 1990: Estrategia para superar la crisis: Endeudamiento e inserción
externa. Ante la insuficiencia de inversión, tanto privada nacional como externa,
debido a la crisis internacional detonada en 1975 por la crisis del petróleo y el
agravamiento de la caída de los ingresos por exportaciones que experimento la región,
los estados asumieron una enorme deuda externa. Se negociaron esos recursos,
algunos de tipo oficial y multilateral y otros de tipo comercial y bilateral, que
resultaban “baratos” en un momento de gran abundancia de “petrodólares”.

1990 – 1995: retomar la senda del crecimiento y el desarrollo. Transformación


productiva con equidad social y regionalismo abierto. Se señalaba que mantener el
modelo de las ventajas comparativas basadas en la dotación de recursos naturales o
en la mano de obra barata y sin calificación ofrecía escasas posibilidades de
sostenibilidad en el mediano y el largo plazos.
La implantación de las reformas suscitó un acalorado debate ideológico con frecuencia
polarizado. La CEPAL de los años 1990 logró tomar posición con gran habilidad entre
los extremos. No se opuso a la marea de las reformas, pero subordinó su apreciación
al criterio de la existencia de una "estrategia reformista" que pudiera maximizar sus
beneficios y minimizar sus deficiencias a mediano y largo plazo. 1995 – 2000.
Articulación de las políticas macro y microeconómicas: el pacto social. Un elemento
importante al que la CEPAL da importancia es el tratamiento de las diferencias entre
los países de la región asociadas a su tamaño y desarrollo. Ello lleva a plantear la
necesidad de articular los avances en los procesos de reforma y ajuste, en el plano
macroeconómico, con adecuaciones de las estructuras e instituciones en los ámbitos
micro y meso económico. Plantea en ese momento la CEPAL que las políticas que se
sigan habrán de caracterizarse por una efectiva interacción de los diversos actores
institucionales participantes y deben basarse de manera creciente en recursos
provenientes tanto del ahorro público como de inversiones privadas.

La CEPAL en la actualidad

Van cobrando importancia nuevos temas que rebasan los ámbitos exclusivos de la
economía y que perfilan el grado de vulnerabilidad regional. Vulnerabilidad frente a
choques externos comerciales o financieros, de cara a las cambiantes condiciones de
gobernabilidad interna e incluso al cambio climático y los efectos de eventos
naturales. Todas estas vulnerabilidades apuntan a que se requiere la acción
concertada de todos los actores y sectores de la sociedad: garantía de transparencia y
competitividad en las relaciones comerciales; regulación de los flujos financieros para
garantizar su acceso y controlar su fuga catastrófica, y gestión ambiental y del riesgo
frente a los procesos de la naturaleza.

Estos nuevos planteamientos de la CEPAL se articulan en torno a tres ejes: desarrollo,


equidad y ciudadanía.1

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