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Gerscovich, Carlos – Gebhardt, Marcelo - Elementos de Derecho Comercial
1. Garantías en el CCyC, clasificaciones y variedades
En términos muy amplios, a los que luego agregaremos otras precisiones, podemos definir a
las garantías como seguridades adicionales que el mismo deudor, o un tercero por él,
confieren al acreedor de una obligación para el supuesto de que la misma no se cumpla total o
parcialmente a su vencimiento(1).
El CCyC las trata del siguiente modo:
Art. 743. Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y
futuros del deudor constituyen la garantía común de sus acreedores. El
acreedor puede exigir la venta judicial de los bienes del deudor, pero
sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los
acreedores pueden ejecutar estos bienes en posición igualitaria,
excepto que exista una causa legal de preferencia.
Art. 744. Bienes excluidos de la garantía común. Quedan excluidos
de la garantía prevista en el artículo anterior:
a) las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su
cónyuge o conviviente, y de sus hijos;
b) los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la
profesión, arte u oficio del deudor;
c) los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su
precio de venta, construcción o reparación;
d) los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado;
e) los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las
servidumbres prediales;
f) las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y
por daño material derivado de lesiones a su integridad psicofísica;
g) la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al
conviviente y a los hijos con derecho alimentario, en caso de homicidio;
h) los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras
leyes.
Como puede advertirse, al analizarse las exclusiones que aparecen en el elenco del art.
744, el codificador ha aludido al concepto del "patrimonio del deudor como garantía general"
de los acreedores, con las salvedades o exclusiones indicadas. O dicho de otro modo: todo el
patrimonio es garantía de los acreedores, salvo las excepciones hechas por la propia ley.
Hay distintos términos y acepciones diversas en el derecho comparado relativas a las garantías (v.gr., fianza, garantía, indemnidad y caución; garantías rotativas), que se contraponen con los
aparentemente inconmovibles principios de especialidad objetiva y subjetiva, comunes a la hipoteca y a la prenda con registro, como lo veremos hacia los finales de este capítulo. También se utiliza
en el ámbito del derecho angloamericano el vocablo "seguridades", al que nos referiremos luego.
1.7.1. Esta palabra es usada, especialmente en el derecho bancario de los EE.UU., en más de un sentido(8).
(a) Así son denominadas las acciones o los debentures que un deudor entrega frecuentemente al mutuante o prestador (borrower).
(b) La misma palabra es usada aún para describir los mismos instrumentos
(negociables) emitidos en cumplimiento de facilidades crediticias.
(c) En sentido estricto, pensamos, es un "interés" con el cual el deudor confiere al
acreedor sobre un "item" de su propiedad, obtenido por él, o la propiedad de una
tercera parte como un seguro.
(d) Para ser efectivo, el interés adquirido por el acreedor debe conferirle a él el
derecho de satisfacer la deuda fuera (independientemente) de los
procedimientos de la propiedad en cuestión.
(e) Las garantías e indemnidades, las cuales son también descriptas como
seguridades, son distintos acuerdos con los cuales una tercera parte —el
"asegurador" (surety)— acuerda en asumir la responsabilidad si el deudor falla
(defaults), incumple, o causa pérdidas al acreedor. El primer acuerdo es una
garantía, el último involucra una indemnidad.
(f) El objeto de la seguridad es, por tanto, proveer un recurso para la satisfacción
de la deuda cubierta por ella. Usualmente los términos del acuerdo prevén que la
seguridad podrá ser realizada cuando el deudor cae en incumplimiento (default).
Primariamente ella es utilizada cuando cae en insolvencia. Su principal objeto es
el de proteger al acreedor contra la bancarrota (banckruptcy) del deudor, o
cuando este es una sociedad, en la eventualidad de su liquidación, pero se
vuelve particularmente atractiva cuando ulteriormente protege al acreedor ante el
fraude del deudor.
2.7.6. Fiscalización
Las SGR deben contar con un órgano de fiscalización interno, o sindicatura, integrado por
tres síndicos titulares designados por la asamblea general ordinaria; la ley nada dice respecto
de la elección de suplentes, cuestión que queda librada a la sociedad y, en su caso, a
previsiones estatutarias.
Las clases de socios deben estar representadas en la sindicatura; representación que debe
ser inversa a la que se haya establecido para el Consejo de Administración(20).
3.3. Hipoteca
La constitución de una hipoteca en el derecho argentino requiere la debida identificación del
crédito garantizado, no siendo posible crear una garantía hipotecaria a fin de garantizar
operaciones globales o un conjunto de deudas a ser asumidas por el deudor (sin que cada
una de ellas haya sido determinada). Ello en virtud del recién explicado "principio de
especialidad"(24).
Así pues, la hipoteca es una garantía real que debe constituirse sobre inmuebles
determinados y respecto de créditos también determinados. Y la transgresión del mencionado
"principio de especialidad" será causal de nulidad de la garantía constituida. La importancia de
este principio en nuestro ordenamiento jurídico puede ser apreciada mediante el análisis de
los principales artículos que transcribiremos a continuación, incluyendo en ellos las
bastardillas pertinentes, tal y como lo hemos hecho en los otros casos.
Hipoteca
Art. 2205. Concepto. La hipoteca es el derecho real de garantía que
recae sobre uno o más inmuebles individualizados que continúan en
poder del constituyente y que otorga al acreedor, ante el
incumplimiento del deudor, las facultades de persecución y preferencia
para cobrar sobre su producido el crédito garantizado.
Art. 2206. Legitimación. Pueden constituir hipoteca los titulares de los
derechos reales de dominio, condominio, propiedad horizontal y
superficie.
Art. 2207. Hipoteca de parte indivisa [...]
Art. 2208. Forma del contrato constitutivo. La hipoteca se constituye
por escritura pública excepto expresa disposición legal en contrario. La
aceptación del acreedor puede ser ulterior, siempre que se otorgue con
la misma formalidad y previamente a la registración.
Art. 2209. Determinación del objeto. El inmueble que grava la
hipoteca debe estar determinado por su ubicación, [...] para su debida
individualización.
Art. 2210. Duración de la inscripción. Los efectos del registro de la
hipoteca se conservan por el término de veinte (20) años, si antes no
se renueva.
Art. 2211. Convenciones para la ejecución. Lo previsto en este
Capítulo no obsta a la validez de las convenciones sobre ejecución de
la hipoteca reconocida por leyes especiales.
4. El warrant
A pesar de que algunas de sus características (ejecución extrajudicial, no suspensión en
caso de concurso del deudor, etc.) lo convierten en una atractiva garantía, el warrant no es de
frecuente uso en nuestro medio.
Regulado por las leyes 928 y 9643, constituye a veces una atractiva garantía, para
determinadas operaciones (en especial, en el comercio agrario, en materia de granos). No es
una garantía comúnmente empleada, siendo su mayor ventaja la posibilidad de ejecutar los
bienes a través de un proceso extrajudicial, y sin que pueda ser suspendido por el concurso o
quiebra del deudor.
La segunda ley citada lo establece así:
Art. 6º. Contra la entrega de los frutos o productos depositados, la
administración del respectivo almacén expedirá a la orden del
depositante un "certificado de depósito" y "warrant" referente a
aquellos, con expresión de la fecha de expedición, el nombre y
domicilio del depositante, la designación del almacén y la firma del
administrador, la clase de producto, su cantidad, peso, clase y número
de envases, calidad y estado del mismo, su valor aproximado y toda
otra indicación que sirva para individualizarlo con arreglo a las
prácticas establecidas en el comercio de los productos respectivos, el
monto del seguro, nombre y domicilio del asegurador, el tiempo por el
cual se efectúa el depósito y el monto del almacenaje; todo ello en
formularios de tipo uniforme que el Poder Ejecutivo reglamentará,
dejando consignadas las mismas circunstancias en los talonarios y en
los libros rubricados especiales que deberá llevar, a fin de registrar
diariamente y por orden todas las operaciones en que intervenga.
El warrant ha encontrado una mayor aplicación en otros ámbitos, involucrando más bien la
comercialización de commodities, esto es, en el comercio exterior.
Por otra parte, este instituto no se encuentra exento de desventajas, debiendo señalarse, en
primer lugar, que su constitución implicará afrontar el costo que implica la entidad depositaria
de los bienes comprendidos en la garantía. Asimismo, tal y como lo indicáramos respecto de
otras garantías reales, es poco probable que los bienes que puedan incluirse en esta garantía
sean suficientes para satisfacer el crédito de los acreedores.
Con relación a las ventajas que ofrece el warrant ante un eventual estado falencial del
deudor, se ha establecido que el art. 23 de la ley 24.522 —en cuanto faculta a los titulares de
créditos con garantía real que tengan derecho a ejecutar bienes de la concursada mediante
remate no judicial a realizar esa venta bajo el procedimiento que establece— comprende
al warrant, pues el art. 16 de la ley 9643 autoriza al acreedor , en caso de falta de pago
del warrant, a pedir al administrador del depósito la venta de la mercadería afectada(34).
No obstante ello, consideramos que tienen —como otros acreedores— la carga de verificar
sus créditos: el art. 126 de la ley 24.522 establece que los acreedores garantizados con
hipoteca, prenda o warrant pueden reclamar en cualquier tiempo el pago mediante la
realización de la cosa sobre la que recae el privilegio, pero la expresión "en cualquier tiempo"
se refiere al concurso especial y no los exime del cumplimiento oportuno de la obligación
común de verificar en tiempo propio(35).