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MOVIMIENTOS LITERARIOS

EDAD MEDIA
Literatura Medieval
CONTEXTO HISTORICO
Como época histórica, la Edad Media abarca el período comprendido entre el año 476, fecha
de la caída del Imperio romano de Occidente, y 1453, año de la caída de Constantinopla en
manos de los turcos. El nombre de Edad Media se lo dieron, en el siglo XV, los humanistas
del Renacimiento, que la consideraban como una época intermedia -ignorante y oscura-
entre la Antigüedad y el movimiento renacentista, que comienza ya en ese mismo siglo XV.
Los hechos histórico-culturales de mayor trascendencia son el triunfo del cristianismo (con
la consiguiente influencia de la iglesia en la esfera cultural), las invasiones de los pueblos
bárbaros y el surgimiento del feudalismo como sistema económico y social.

La base del sistema feudal eran las relaciones de dependencia entre señores y vasallos: los
señores feudales, ricos y poderosos, estaban obligados a proteger a sus vasallos, y estos, a
cambio, debían obedecer en todo y estar sometidos a su voluntad. En el occidente europeo,
la sociedad medieval se hallaba dividida en tres estamentos:

a. La Iglesia (clérigos y monjes), que desarrolló una importante labor en la conservación


de la cultura. Su influencia en todos los ámbitos de la vida, así como el uso del latín,
explican la uniformidad de las manifestaciones artísticas de la Edad Media: la visión
geocéntrica del Universo (Dios es el centro de todo), el sentido trascendente de la
existencia humana y la tendencia didáctica y moralizante del pensamiento.

b. La nobleza, que era esencialmente guerrera, vivía en los castillos y se dedicaba a las
armas o estaba al servicio del rey. Sus hazañas y valores (por ejemplo, el sentido del
honor) aparecen reflejados en la literatura épica y caballeresca de la época.

c. El pueblo llano, formado por los campesinos y artesanos, es decir, por los que
trabajaban con sus manos para poder vivir. Los campesinos habitaban en núcleos
rurales, en torno a un castillo o un monasterio.

La pertenencia a un estamento u otro la determinaba el nacimiento: se nacía noble o se nacía


plebeyo, esto es, del pueblo llano. Por otra parte, la mayoría de la gente era iletrada, lo cual
explica, entre otras cosas, que buena parte de la literatura medieval sea de tradición oral.

Esta situación empezó a cambiar a partir del siglo XII. A ello contribuyeron,
entre otros factores, las Cruzadas, expediciones militares de los cristianos para recuperar
los territorios de Tierra Santa (Palestina) en poder de los musulmanes.
Las cruzadas, al abrir las rutas que llevaban a Oriente, favorecieron los intercambios
comerciales y la difusión de nuevas ideas. Con el desarrollo del comercio y de una primitiva
industria aparecen los burgos o ciudades y una nueva clase social, la burguesía (habitantes
de los burgos). Esta burguesía, de mentalidad y costumbre más mundanas, está más
preocupada por el bienestar material y la prosperidad económica que por las cuestiones
espirituales.

En los siglos XII y XIII surgen también las primeras universidades, con lo que la cultura deja
de ser patrimonio exclusivo de la iglesia y de los monasterios. En el campo del arte, destacan
dos estilos: el románico y el gótico. En
esta época nacen, como ya hemos dicho, las lenguas románicas o romances, derivadas del
latín. Esta lengua, el latín, continúa siendo la lengua cultural y de prestigio en Europa, pero
poco a poco las lenguas vulgares van desplazándolo en el uso escrito y literario en un
proceso que culminará en el Renacimiento. Nacen también, en la Edad Media, las lenguas
germánicas: inglés, alemán, danés, noruego y sueco.

¿En qué consiste el movimiento?

La existencia de una poesía épica de exaltación heroica y nacional ha sido una constante
desde la Antigüedad en todas las civilizaciones. Sin embargo, la Edad Media fue la época
dorada de la epopeya.
En las recién nacidas culturas europeas proliferaron los cantares consagrados a las hazañas
de nobles caballeros, reflejando el afán de los pueblos europeos por crearse una identidad
nacional, simbolizada por lo héroes antiguos.

Las biografías fabulosas y conflictos de honor de los héroes son los temas de los cantares
de gesta, que también servían para reforzar la estructura social feudal, al ensalzar a la
nobleza dominante. Los cantares épicos, anónimos, son difundidos de forma oral por los
juglares, por lo que no tenían una forma fija, y cada juglar los alteraba a su manera.
Estas recitaciones gustaban tanto a los nobles, que veían reflejados en los héroes épicos
sus propias virtudes, como al pueblo, pues suponían sus únicos ratos de diversión. Además,
era un medio de difusión popular de la Historia ya que, aunque con muchos elementos
fantásticos, solían tener el punto de partida en algún hecho o personaje histórico, incluso sus
datos se incorporaban a las crónicas históricas en prosa.

Muchos poemas se han perdido y las versiones que conocemos son las que se pusieron por
escrito, generalmente mucho después de su aparición. Como veremos, tanto en la lírica
como en la épica los valores del héroe será el honor, la caballerosidad con las mujeres, la
capacidad para el amor, la religiosidad y la lealtad al señor y a la tierra. El personaje femenino
en la literatura medieval será idealizado en el amor cortés, aunque históricamente vivan una
discriminación constante, fruto de la creencia de que eran inferiores al hombre. En cuanto al
sentimiento religioso, impregna todas las letras del Medievo, como se aprecia en la aparición
constante del tema del Más Allá y, consecuentemente, de la justicia divina, que preocupa
bastante al hombre medieval.

Vínculo con otras artes


El arte medieval se expresó en muy distintos medios a través de diferentes disciplinas
artísticas, técnicas y géneros: arquitectura, escultura, orfebrería, manuscritos ilustrados (la
miniatura y la caligrafía), frescos, pintura en tabla, mosaicos, en el que se incluyen artes y
oficios no incluidos habitualmente en las bellas artes, como la confección de indumentaria
medieval.

Principales características:

Etapas
Desde el punto de vista literario, la literatura del medioevo puede dividirse en dos etapas:
Etapa medieval. Abarca los primeros textos de esta etapa, en los que predomina el romance
y las coplas juglarescas, con influencia marcada de lo popular y lo rural, y su contrapartida
religiosa, como los actos sacramentales y tratados teológicos.
Etapa prerrenacentista. Como su nombre indica, es la etapa tardía del medioevo, justo
antes del renacimiento, caracterizada por el afianzamiento de la burguesía y sus nuevas
formas de concebir la sociedad y el mundo.

Anonimidad
Muchas de las obras literarias del medioevo carecían de autor definido, sobre todo las de
corte popular, transmitidas oralmente de un juglar o un bardo a otro. Esto atiende también a
las bajísimas tasas de alfabetización que caracterizaron a la sociedad de esta época, en que
la letra estaba reservada para el clero.
De igual forma, muchas obras de carácter más atrevido o trasgresor, escritas por los propios
monjes y sacerdotes, permanecían anónimas para evitar la persecución de la Inquisición
católica.

Didactismo y moral
Debido a la fuerte influencia en el control social de la religión en las sociedades de la época,
a la literatura se le exigía que fuera un vehículo de los contenidos morales, éticos y didácticos
del cristianismo, por lo que a menudo era una literatura ejemplarizante, controlada. Tal es el
caso de los bestiarios cristianos, en los que se atribuía a los animales propiedades
imaginarias conforme al juicio moral que de ellos hiciera el imaginario religioso.
Sin embargo, muchas otras obras escapaban de este sesgo, retomando tradiciones latinas
o paganas y recreándolas más libremente. El problema es que muchas de estas obras no
eran escritas y no hubo buena forma de conservarlas.

Los caballeros andantes


La literatura caballeresca hace su entrada en el medioevo, como una forma de ficción en que
convergían los valores y símbolos cristianos con el imaginario fantástico pagano, a menudo
representado bajo formas monstruosas y villanas. La épica del caballero cristiano que vencía
a los monstruos paganos e imponía la verdad religiosa mediante su espada fue un relato
muy común a lo largo de este período.

Lengua
Inicialmente, la literatura se escribió en latín, lengua en que se dictaba la misa y se
transmitían los textos religiosos. Sin embargo, hacia la baja edad media tienen predominio
los textos escritos en lenguas nacionales, que sirven para empezar a unificar
lingüísticamente a las diversas poblaciones europeas de la época. Esto será el preludio al
nacionalismo venidero con la Edad Moderna.

Religiosidad
Los textos religiosos forman parte de la literatura más importante del medioevo, por lo general
escrita por sacerdotes. Ejemplos de ello son la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino,
las Confesiones de San Agustín, y una extensa obra hagiográfica, es decir, de relatos de
vida de los miembros del santoral católico.

Versificación
La poesía del medioevo, tanto lírica como épica, tanto religiosa como popular, se afianzó en
el uso del verso. Esto se debe fundamentalmente al origen oral de muchas de ellas,
provenientes de cancioneros o romances tradicionales que estaban en verso para poder
memorizarlos. Esta tendencia se mantendrá en la literatura escrita hasta siglos posteriores.

Tradiciones
Como se ha dicho, la literatura medieval emprende a menudo la construcción de un
imaginario cristiano, pero no ignora las tradiciones paganas que lo acompañan. Así, los
imaginarios nórdicos, célticos, latinos e incluso islámicos tienen cabida en estas obras,
aunque a menudo ocupando un lugar de otredad, sospecha, cuando no de antagonismo.

Orden feudal
La mayoría de las obras medievales evidencian el orden feudal de la sociedad en que
nacieron, por ejemplo, exaltando la fidelidad de los caballeros andantes a un rey o un señor;
a pesar de lo cual muchas obras como Tristán e Isolda, por ejemplo, demostraron tímidas
trasgresiones de ese orden a través de historias de amor. Muchas de ellas fueron proscritas
por inmorales y censuradas por la iglesia.

Obras literarias de la Edad Media


Obras anónimas

El romancero.
Cantar de Mio Cid.
Beowulf.
Cantar de Roldán.
Cantar de los nibelungos.
La leyenda dorada.
Digenis Acritas.
Amadís de Gaula.

Obras y autores

El decamerón, de Giovanni Bocaccio.


El Decamerón, escrito entre 1249 y 1353, es una recopilación de cuentos, quizá la colección
por excelencia de la literatura mundial, y punto de referencia del que han surgido desde
entonces un sin fin de otras muchas creaciones narrativas. La obra es una gran miscelánea
de cien cuentos que los diez personajes relatan cada noche de su reclusión en una villa
donde se protegen de la peste que devasta Florencia.
La importancia del Decamerón descansa en gran parte en su muy defendida y elegante
prosa, que implantó un modelo a remedar para los futuros escritores del Renacimiento.

La divina comedia, de Dante Aligheri.


La Divina Comedia es un poema escrito por Dante Alighieri, obra fundamental de la
transición del pensamiento medieval al renacentista. Esta composición cumbre de la
literatura universal fue publicada en el año 1307 y está compuesta por más de 14.000 versos
distribuidos en 100 cantos.
Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell.
En 1460 empezó a escribir su gran novela Tirant lo Blanch, (Tirante el Blanco), que dedicó
al infante Fernando de Portugal, al que conoció en ese país. Fue una de las obras más
representativas del Siglo de Oro valenciano. En ella se narran las gestas bélicas del caballero
Tirant y la historia de amor que vive con Carmesina, en un contexto de alta temperatura
erótica.

Suma teológica, de Santo Tomás de Aquino.


La Suma teológica (escrita entre 1265 y 1274), cuyo título en latín es Summa Theologiae, a
veces llamada simplemente la Summa, es un tratado de teología del siglo XIII, escrito
por santo Tomás de Aquino durante los últimos años de su vida —la tercera parte quedó
inconclusa.

Confesiones, de San Agustín.


Confesiones es un libro en el que San Agustín escribió acerca de su juventud pecadora y de
cómo se convirtió al cristianismo. Es ampliamente aceptada como la
primera autobiografía occidental jamás escrita, y se convirtió en un modelo para otros
autores cristianos de los siguientes siglos.

Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio.


El manuscrito de las Cantigas de Santa María, escritas en galaico-portugués y en notación
musical, mensurada en la corte del Rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo
XIII (entre 1270 y 1282, según Walter Mettmann), constituye una de las colecciones de
canción monofónica más importante de la literatura medieval occidental. De corte
trovadoresco y paralitúrgico, se diferencia de la temática abiertamente profana de los
trovadores del resto de Europa y de la música sacra de la época.
Se trata de un conjunto de 427 composiciones en honor a la Virgen María. La mayoría
son cantigas que cuentan milagros sucedidos con la intervención de María.

Conde de Lucanor, de don Juan Manuel.


La obra se dirige casi en exclusiva a los miembros de su propio estamento: la nobleza, a los
que pretende mostrar un orden de enseñanzas sobre la condición humana, contribuyendo
así a su educación intelectual y moral.

Libro del buen amor, de Juan Ruiz.


Es una composición extensa, compuesta por más de 1700 estrofas de carácter variado, cuyo
hilo conductor lo constituye el relato de la autobiografía ficticia del autor (Juan Ruiz,
Arcipreste de Hita). Está considerada una de las cumbres literarias españolas de cualquier
tiempo, y no solo de la Edad Media.
Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.
"Coplas por la muerte de su padre" es una elegía funeral escrita por Jorge Manrique a finales
del siglo XV y dedicada a su padre, don Rodrigo Manrique, después de su muerte el 11 de
noviembre de 1476.

La celestina, de Fernando de Rojas.


El libro La Celestina está considerado como una de las mejores obras de toda la literatura
española, y generalmente se considera que marca el final de la época medieval y el comienzo
del renacimiento en la literatura española. Aunque generalmente se considera como una
novela, se escribe como una serie continua de diálogos y se puede tomar como una obra
teatral, habiéndose escenificado como tal.
La historia habla sobre un soltero llamado Calisto, que usa a una vieja proxeneta llamada
Celestina para entablar una aventura amorosa con Melibea, una chica soltera mantenida en
reclusión por sus padres. Aunque los dos usan la retórica del amor cortesano, su objetivo
principal es el sexo, no el matrimonio.

Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer.


Los cuentos de Canterbury es una colección de veinticuatro cuentos escritos en inglés
medio por el escritor inglés Geoffrey Chaucer entre 1387 y 1400. Fueron escritos en su
mayoría en verso, aunque hay dos en prosa y son presentados como parte de una
competencia de narración de historias de un grupo de peregrinos durante un viaje
de Londres a Canterbury para visitar el santuario de Tomás Becket en la catedral de dicha
ciudad.

Cancionero, de Petrarca.
Cancionero (Canzoniere en italiano) es el nombre con que popularmente se conoce la obra
lírica en "vulgar" toscano de Francesco Petrarca, entendido vulgar como la concepción
moderna de romance, compuesta en el siglo XIV y publicada por primera vez en Venecia en
1470 por el editor Vindelino da Spira.
Bella Vista (Ctes), de mayo de 2019.-

MATIAS FERNANDEZ MIGUEL MORENO NESTOR FABIAN GONZALEZ

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