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Hasta Septiembre del 2002 existía una demora de alrededor de 3 meses en que el paciente
ingresara a psicoterapia desde que era derivado de psiquiatría. El promedio de sesiones de
psicoterapia que se realizaban efectivamente era de 6 a 8 independientemente de la indicación
original del terapeuta. Esto es similar a los resultados encontrados en los estudios aportados por
el Consultorio de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica que atiende a la misma
población (Ramos & Varas, 1995) y a otros trabajos nacionales (por ejemplo, de la Parra, Isla,
Araos, 1989; de la Parra, Isla, 2000) e internacionales (véase por ejemplo la revisión que aparece
en el capítulo introductorio del Handbook of Psychotherapy and Behavior Change, 2004)
Esta intervención tiene tres "fases" según Jacobson (1979), primero una fase de
evaluación donde se determina el potencial suicida y homicida, los eventos desencadenantes y la
crisis misma. Se evalúan también el equilibrio previo y los recursos disponibles del paciente
antes de la crisis. Luego, en la fase de tratamiento, se estimula una exploración cognitiva y
comprensión secuencial de los acontecimientos. A veces, como dice Jacobson, hay que hacer una
verdadera labor “detectivesca” para establecer el momento exacto en que se desencadena la crisis
producto de la situación desencadenante, ya que muchas veces los pacientes olvidan cómo
comenzó ésta producto de su estado emocional. Luego se analiza la reacción emocional, se
denominan los afectos y se permite su expresión en sesiones francamente catárticas en una
atmósfera de aceptación, sin olvidar la comprensión cognitiva y, en la medida de lo posible, la
interpretación de estos sentimientos. De a poco se van trazando límites alrededor de la crisis, se
acotan “bordes en un paciente desbordado”, tal como en una inundación (crisis), producto de una
avalancha (situación desencadenante) se van recuperando progresivamente sectores libres de
ésta. Esto consiste en ir mostrando al paciente cómo se restablecen y aparecen nuevos recursos
mentales ya no afectados por la crisis. Finalmente, en la fase de terminación se refuerzan los
logros y se evalúa la necesidad o no de una derivación a un tratamiento más prolongado o
especializado.
La terapia de crisis intenta siempre buscarle sentido a ésta, cómo se inserta en la historia
vital del paciente, cómo se entiende desde la historia de las relaciones interpersonales y de las
situaciones traumáticas vividas en el pasado. Es justamente este tipo de perspectiva la que
permite que el consultante termine el tratamiento no solo con más herramientas para enfrentar
nuevas crisis, sino con la posibilidad de integrarla y aprovechar la experiencia terapéutica como
una oportunidad de crecimiento personal.
Las herramientas con que cuenta el terapeuta para realizar una Intervención en Crisis se
derivan del modelo expresivo y de apoyo (de la Parra, 2000). En el polo expresivo utilizando la
interpretación, es decir, buscando el sentido de la crisis, y de su reacción emocional y en el polo
Tratamiento de la Crisis 5
de apoyo utilizando una empatía explícita, reforzando logros, denominando afectos, apoyando
funciones yoicas (cognitivas “altas”) juicio de realidad, etc.
Es así como llegamos a instaurar este tipo de psicoterapia ya que fue el que más se
adecuaba a las características del consultorio y sus pacientes. Nos servía en la medida que
deseábamos disminuir los tiempos de espera de atención junto con entregar un tratamiento
apropiado a las expectativas de los pacientes aprovechando los distintos enfoques teóricos de los
terapeutas, en un ambiente de contención grupal y supervisión cercana y expedita.
Los casos que relataremos a continuación son pacientes derivados a la UPA que fueron
tratados a través de la psicoterapia de Intervención en Crisis. Estos pacientes transitaron por los
distintos pasos dispuestos por el equipo de trabajo. Primero fueron presentados en la reunión de
ingreso, donde se les indicó una Psicoterapia de Intervención en Crisis. Acorde con privilegiar
una interacción paciente – terapeuta adecuado (“matching”) (Balint, 1961), el paciente fue
asignado considerando la motivación espontánea de algún terapeuta por atenderlo y el enfoque
teórico que mejor pudiera resolver el motivo de consulta del paciente. Por último éstos casos
fueron llevados a supervisión durante el proceso terapéutico. Para el ordenamiento y
presentación de los casos utilizamos un esquema de primeras entrevista adaptado del esquema
interaccional (Balint, 1961; Thomä & Kächele, 1985; de la Parra, 2000) que incluye los
siguientes ítemes: identificación, proceso de derivación, motivo de consulta inicial, situación
desencadenante, situación de vida actual, examen mental, equilibrio previo, conducta de manejo
(coping) desarrolladas hasta el momento, antecedentes biográficos importantes (para entender la
crisis), conclusión: diagnóstico DSM, diagnóstico psicológico y finalmente, sesiones acordadas
con el paciente. En la evaluación al término del tratamiento se anota evolución del paciente,
relaciones interpersonales, y si cabe, evolución de la relación terapéutica.
Hemos decidido no atenernos rígidamente a este esquema para facilitar así la lectura de
las viñetas.
Tratamiento de la Crisis 6
Marcela es una adolescente de 17 años que cursa 4º medio y que es enviada al consultorio
de psiquiatría después de una hospitalización por la ingesta de medicamentos con intención
suicida.
Actualmente Marcela vive con su padre y su hermana menor. Su madre vive en provincia
junto a su pareja e hijo de 5 años. La paciente mantiene contacto con la madre, el que ha sido
más cercano en el último tiempo.
volver a sufrir, por lo que decide retirarse de sus actividades extraprogramáticas además de faltar
al colegio. También se aísla de sus amigas. Finalmente realiza el intento suicida.
Entre los antecedentes biográficos relevantes está la separación de los padres cuando ella
tenía 4 años, trasladándose el papá y sus dos hijas a vivir a Santiago, desde una ciudad donde
vivían el sur. Su madre se queda en provincia con una nueva pareja, interrumpiendo el contacto
con ambas hijas por varios años. A la edad de 12, la madre intenta retomar la relación,
encontrando ella una Marcela muy ambivalente.
Se acuerdan con ella 6-8 sesiones de Intervención en Crisis, realizándose finalmente seis.
confirmación de su idea respecto de sí misma (no ser querible), a pesar de tener una historia de
relaciones con sus pares que no daba cuenta de ello.
En cuanto a la relación distante con sus amigas, la paciente logró identificar que ha
preferido alejarse porque: “tengo miedo a las amigas, que me digan que no, que estoy mal, estoy
asustada del rechazo, de no ser suficientemente buena”.
En la sesión N° 6, la paciente pide continuar la terapia porque aún está mal. A la sesión
siguiente no asiste. La terapeuta establece contacto telefónico con la paciente y ella explica que
no pudo asistir por encontrarse participando en la preparación de su graduación y le manifiesta
que quiere asistir a la semana próxima, para mostrar sus fotos de graduación. Sin embargo no lo
hace. Nuevamente se establece contacto telefónico con ella. Explica que su falla se debe a
problemas económicos por lo “que cuando consiga la plata va a ir a despedirse”.
La terapeuta comenta: “la paciente establece una separación por su propia iniciativa.
Desde un punto de vista puede ser entendido como una solución en términos de la adolescencia,
pero también una manera de separarse, sin que esto signifique un nuevo abandono que la
retraumatizaría. Ella es quien deja a la terapeuta y logra establecer una distinción entre
separación y abandono, dejando una sesión abierta, que puede ayudar en la mente a sentir que no
se ha terminado la relación a pesar de la separación.
Comentario:
Incluimos a esta paciente para mostrar cómo una actitud flexible de parte de la terapeuta
tanto en lo formal (término) como en el nivel de profundidad de la intervención, mantiene la
Tratamiento de la Crisis 9
Victoria tiene 42 años, es casada, 2 hijos de 21 años (mujer) y 19 años (hombre) Es dueña
de casa desde hace 5 años en que dejó su trabajo de secretaria.
Presenta ánimo bajo, insomnio, crisis de angustia, miedo y dificultad para dormir. Luego
de ser vista por un psiquiatra se le indica psicoterapia.
En esa entrevista impresiona por estar muy desanimada haciendo esfuerzos por no
demostrar lo lábil y sensible que se encuentra, sobre todo frente a su marido que la acompaña a
las sesiones.
Tratamiento de la Crisis 10
Respecto a su equilibrio previo, no hay que olvidar que la paciente viene saliendo de un
tratamiento por un cáncer uterino lo que probablemente hacía que estuviera al borde de la
descompensación 1.
Victoria tiene una buena relación con su familia, se siente más ligada a su hijo, siendo
éste considerado como muy exitoso, lo que la enorgullece. Entre los antecedentes relata crisis de
pánico en el año 1996, lo que la hace renunciar a su puesto de secretaria.
Otro punto que se abordó, desde una perspectiva cognitivo-educativo, fue establecer las
distinciones de su rol como madre y por lo tanto como agente educativo que pone límites cuando
es necesario, independiente de la orientación sexual del hijo. También se aclaró que dada la edad
de él (19 años), ya adquieren cierta independencia y privacidad, que los padres debieran respetar.
Comentario:
El caso de esta paciente se expone para mostrar que estratégicamente se elude el acceso a
conflictos intolerables. De este modo se trabaja sólo con aquellas dificultades que sirvan para
lograr su reestablecimiento.
La terapeuta entiende que ahora ella ya no se siente una “madre perfecta”. Desde una
perspectiva psicoanalítica, se podría plantear la hipótesis que su cercana y narcisista relación con
su hijo pudo haber provocado una sobreidentificación de éste con ella inhibiendo el acercamiento
al padre y posibilitando, eventualmente, la ruta hacia la identidad homosexual. Sin embargo la
terapia elude este tipo de conflictiva y se orienta en dar apoyo y herramientas concretas para
entender lo que le ha pasado a su hijo.
En psiquiatría plantea como motivo de consulta, conflictos con el jefe directo: "Quiero
ser más autosuficiente y manejar las situaciones que me angustian. Mi problema es que trabajo
sólo con hombres y uno de mis compañeros (que en realidad es su jefe) me devalúa”. Esto
provocó, la sintomatología somática y angustiosa arriba mencionada.
Actualmente Rocío vive con el marido, los dos hijos y una empleada. En la casa tiene un
estilo de funcionamiento como proveedora, más "masculina", también en el sentido de la poca
expresividad emocional y afectiva. El marido ha tomado estos roles siendo él el que está más
cercano a los niños dándole mayor expresión a los sentimientos. En su trabajo mantiene un estilo
de relación competitivo y muy eficiente con sus compañeros (varones), donde se siente
devaluada y demandada y con una necesidad de demostrar “que se la puede” y que lo hace a la
perfección
La paciente se manejó primero consultando al médico del trabajo, el que le da unos días
de licencia. Antes de tomar los días de licencia deja todo preparado para que su ausencia no
afecte el trabajo. Otras conductas previas de manejo, que intentaron ser adaptativas consistieron
en intentar aceptar la actitud de su jefe “poniendo todo de su parte para lograr un entendimiento”,
solicitar cambio de puesto de trabajo, lo que no consigue debido a que no hay uno adecuado para
ella.
Tuvo una pareja de la que nació su hijo mayor; refiere que esa relación se produjo por la
necesidad de sentirse querida. Esta pareja la abandona cuando se entera que está embarazada. Su
esposo actual se casa con ella en estas condiciones aceptando ser padre adoptivo de este niño.
Comentario:
La terapeuta que toma esta paciente, y así se advierte del relato de las sesiones, es una
terapeuta cognitiva, que cuenta con los recursos necesarios no solo para reforzar los aspectos
adaptativos que iban apareciendo en el curso de las sesiones, sino que para darle un sentido
Tratamiento de la Crisis 15
Perla es casada, tiene 30 años, 1 hijo, magíster, trabaja como profesora y ayudante en
distintas universidades.
Dada una fuerte cistitis intersticial el endocrinólogo sugiere a la paciente que consulte a
un profesional de salud mental. De psiquiatría es derivada a psicoterapia por su cuadro
psicosomático de larga data al que se agrega un estado de mucha angustia dado que a mediados
del próximo año, partirá por cuatro años a Asia con su marido quien realizará una beca.
En la consulta inicial plantea: “quiero controlar un poco mis emociones, hace tres años
atrás consulté a un psicólogo, pero me asustó, me ahuyentó, me costó mucho acceder de nuevo.
Me vivo enfermando, tengo alergia en las manos, ataques de colon y cistitis intersticial crónica.
Soy aprensiva, miedosa, ordenada y nerviosa, me enfermo por todo. Algo ocurre en mi
organismo, estoy triste, mal, tensa, no logro tranquilidad. Tengo miedo, me siento expuesta a lo
malo. Soy muy apegada a mis padres y hermanas, siempre estoy preocupándome por ellos, me
van a hacer falta cuando me vaya, tengo miedo que les pase algo cuando yo esté lejos o que mis
papás se vuelvan a separar. Quiero irme tranquila, saber que mi familia va a estar bien.”
La terapeuta anota: “se presenta como una mujer frágil, temerosa y angustiada. Tras su
tez blanca y cuerpo delgado deja entrever una niña asustada, un tanto deslavada y sin sacar
partido de su atractivo. Perla titubea al hablar, muestra clara necesidad de ayuda y aspectos
dependientes y masoquistas”.
¿Cuál es el evento desencadenante? ¿Qué lleva a esta joven a consultar justo ahora?
Tratamiento de la Crisis 16
Sobre sus antecedentes biográficos relevantes Perla relata haber sido desde pequeña muy
apegada a su madre con dificultades para separarse y diferenciarse de ella. La describe como
fuerte y descalificadora, presentándose como víctima en la relación con su padre.
Perla pololeó nueve años con Sergio, con el que vivió cuatro meses en el extranjero
mientras éste se encontraba realizando un magíster. Se casaron hace dos años. La pareja tenía
planificado irse fuera del país, ella postuló a una beca que no se ganó, posteriormente Sergio
obtuvo una beca por la universidad, entonces decidieron irse.
Dada la situación actual de Perla y el poco tiempo que le quedaba en el país, se decidió
realizar una intervención en crisis para ayudarla a potenciar sus recursos, desarrollar un proyecto
propio y elaborar la separación con su madre. Respecto a los aspectos psicosomáticos se
conversó con la paciente la necesidad de una terapia mas larga para trabajar sobre aquellos
aspectos.
Durante su proceso, en estas siete sesiones, Perla se fue haciendo cargo del vínculo
simbiótico que tenía con su madre, tomó conciencia de la necesidad de separarse de ésta y
reconocer que no necesitaba consultar cada paso a realizar con ella quien la descalificaba,
dejándola como “pollo asustado”. Pudo elaborar un proyecto para sí misma: estudiaría inglés,
Tratamiento de la Crisis 17
trabajaría, tomaría una terapia de largo plazo e inició trámites para una postulación para una
nueva beca.
Por otra parte la paciente, pudo pensar sobre sí misma y reconocer sus logros y
capacidades. Perla no sólo recuperó el equilibrio anterior a la crisis, si no que salió con mayores
recursos después de ésta. Durante el proceso terapéutico se le mostró cómo ella sólo se atrevía a
comerse las alitas del pollo: “mi mamá es tan dominante que es como que se comiera todo” poco
a poco fuimos elaborando la posibilidad de sentirse más autónoma e independiente.
“ Sí pienso que en Asia me podré comer una buena cazuela como hemos visto aquí, qué
pena tener que empezar de nuevo allá, adquirir de nuevo confianza en alguien, no quiero perder
esto que hemos hecho acá, ojalá hubiera consultado antes, se vislumbran cosas para cambiar mi
vida.”
Comentario:
Este caso ilustra cómo se incorpora la realidad al tratamiento, es decir, la premura del
tiempo en este caso, condiciona en cierto modo el tipo de psicoterapia y los objetivos a abordar.
Se optó por dejar fuera los aspectos psicosomáticos. Estos nos indican, probablemente, un
nivel de conflictos muy profundos, de los cuales la paciente, por medio de la escisión, se
deshace, evitando el dolor psíquico, no pudiendo simbolizar y trasladándolo a un dolor físico.
Ella tiene conciencia de esta relación psique-soma y de la necesidad de un tratamiento más largo
y que apunte a esos núcleos. Esto se aprecia en la petición de un contacto afuera para retomar la
psicoterapia.
Paulina es una joven de 19 años, soltera, que estudia cocina internacional. La paciente es
derivada a la UPA dos meses y medio después de haber estado hospitalizada cuatro días por
intoxicación medicamentosa, a raíz del fracaso en ganarse una beca de estudios.
después, muere otra persona. La muerte de su abuelo paterno, (pocos meses antes de la primera
consulta) le afectó mucho. A principios de ese año, Paulina estuvo realizando una práctica
profesional, en espera de una beca que le otorgarían en la empresa en la que trabaja su padre la
que, por motivos administrativos, no se la concedieron. Desde entonces había estado sin
actividad. Este situación, sumada a la muerte de su abuelo, desató la crisis llevándola, como
conducta de manejo maladaptativa a tomar altas dosis de medicamento”, porque “estaba aburrida
de que todo saliera mal, no quería seguir viviendo”.
Comentario:
Se incluye este caso para ejemplificar una intervención adaptativa de una sola sesión.
La crisis como situación vital es auto limitada en el tiempo y no debiera durar más allá de
6 - 8 semanas. Es el caso de esta paciente, donde medió mucho tiempo entre la derivación y la
fecha de la primera atención, sus propios recursos yoicos permitieron que, al momento de ser
Tratamiento de la Crisis 20
atendida, hubiera ya resuelto la crisis. La terapeuta entonces, decide apoyar el modo en que
últimamente había enfrentado la realidad. Percibe que en su funcionamiento ha primado el uso
de conductas más adaptativas, a pesar de que observa la fragilidad yoica de la paciente y como
ésta ha extremado la negación y la escisión para lograr ese objetivo. Opta en sólo una sesión
concluir la intervención terapéutica. Decide no debilitar la sensación interna de logro sobre las
dificultades de la realidad que percibe la paciente de sí misma y le sugiere sutilmente, a ella y a
su madre, que aún existe vulnerabilidad y que en el caso de presentarse una situación como la
ocurrida puede volver a consultar. De este modo afianza un vínculo que podría ser importante en
el futuro y posiblemente evite una nueva situación de riesgo vital. La falta de motivación por la
terapia en que se encontraba la paciente en ese momento, fue un elemento importante que influyó
en la decisión de la terapeuta, enfrentando, entonces la indicación desde una perspectiva
adaptativa. Es posible que el intento de suicidio de Paulina haya movilizado la dinámica familiar
de un modo tal (cariño, atención, preocupación por ella) que haya ayudado también a avanzar en
la elaboración del duelo por su abuelo.
Para terminar, y con el fin de obtener una mirada alternativa del proceso terapéutico en
este tipo de intervenciones breves, en la descripción del sexto caso se agregará además la
información aportada por la aplicación del instrumento OQ – 45 (Outcome Questionnaire) que
permite monitorizar terapias y evaluar sus resultados.
Consulta porque se cambió de casa lo que le significó separarse de su madre con la que
vivía: “Me siento abrumada, hago tantas cosas y nada lo hago por mí, yo trataría de no producirle
problemas a nadie y se los solucionaría a todos”.
En María el evento desencadenante va precedido por otros eventos que llevan a que
finalmente se rompa el dique y caiga en crisis (tal como lo ilustramos en otros casos). Lo más
frecuente es que los eventos previos al evento “gota que rebalsa el vaso” guarden entre sí una
relación de sentido. La primera situación que refiere la paciente es el cambio de casa lo que
implica independizarse de su madre, con la que mantiene una relación muy dependiente. Sin
embargo, al explorar la situación desencadenante que debilitaron la capacidad de manejo de la
paciente surgen los otros eventos previos:
Como conductas de manejo desarrolladas previamente por la paciente, ella intenta cuidar
a la madre y a otros como le gustaría que la cuidaran a ella. En lo concreto se expresa en ir todos
los días a la casa de su madre, llamarla por teléfono ante cualquier anticipación ansiosa de la
paciente; quedarse sola en su casa haciéndose cargo de trabajos y trámites que le da su esposo;
destinarle el tiempo a sus hijas de un modo restringido y exigir a sus hijas que se comporten de
un modo adulto.
María tiene el antecedente de haber sido una niña muy retraída, insegura, que evitaba
generar problemas a otros, lo que la ha llevado a hacerse cargo de responsabilidades que no le
corresponde. En su familia actual es la que asume el cuidado de otros, realiza los trámites que le
Tratamiento de la Crisis 22
corresponden a otros, postergando sus intereses personales. Todo esto lo realiza con escasa
expresividad emocional y afectiva.
En resumen, se trata de una paciente que al enfrentar la separación con su madre cae en
una crisis con sintomatología angustioso – depresiva. Esto lo vive como causado por el hecho de
no poder cuidar a sus madre quien es percibida como indefensa y débil (producto probablemente
de la proyección de los propios aspectos frágiles de la paciente en su madre.) Así, la crisis se
desencadena cuando fracasa en proteger a otros lo que la llena de rabia y culpa y esto a su vez la
mantiene en la función de querer seguir protegiendo. El separarse de la madre la confrontó con
sus propios aspectos frágiles proyectados y la conectó con su temor al abandono.
El tratamiento duró 8 sesiones y se trabajó en darle sentido a la crisis como crisis vital,
integrando sus aspectos frágiles y dependientes entendiendo así el sentirse sobrepasada y
postergada. Consecuentemente, se rescatan y refuerzan sus aspectos pragmáticos y exigentes
para volcarlos de manera positiva para ella, tal como aprender por si sola a cuidarse, protegerse
y regalonearse. Se le “da permiso” para dejar de cuidar a los demás y empezar a cuidarse ella.
Comentario:
María fue tomada en tratamiento por una terapeuta de orientación cognitivo conductual.
Este caso se presenta por su evolución que va mucho más allá de la recuperación del equilibrio
previo, percepción que se ve apoyada por la evaluación cuantitativa de los resultados
terapéuticos mediante el OQ.
María y el OQ:
Como decíamos, el OQ-45 es un instrumento de autoevaluación que fue creado tanto para
medir resultados psicoterapéuticos, en mediciones “antes-después” y seguimiento, como para
monitorear evolución en aplicaciones repetidas durante el tratamiento. El OQ está siendo
ampliamente utilizado en Estados Unidos, y países europeos y se encuentra validado en Santiago
(von Bergen & de la Parra, 2002). Este instrumento consta de 45 ítems graduados en 5 categorías
(escala Lickert, 0 = nunca a 5 = casi siempre). Los ítems abarcan tres dominios de problemáticas:
sintomatología, básicamente ansiosa y depresiva, 25 ítems; relaciones interpersonales, 11 ítems y
rol social, que evalúa relación con trabajo, estudio y tiempo libre, 9 ítems. El proceso de
validación en nuestro medio permitió establecer un puntaje de corte (PC), criterio estadístico que
separa a la población funcional de una disfuncional. Así, el PC para el OQ total es de 73, esto
significa que aquel paciente que esté por encima de este puntaje caerá dentro de una población
disfuncional, “necesitada de psicoterapia”. Nosotros esperaríamos que producto de la terapia el
puntaje del paciente se trasladara por debajo del PC. Los puntajes de corte para las subescalas de
Sintomatología, Relaciones Interpersonales y Rol Social son de 43, 16 y 14, respectivamente. En
el proceso de validación se determinó también un Índice de Cambio Confiable (ICC), que
permite establecer si la diferencia entre dos mediciones es significativa. Para el OQ total el ICC
es de 17; 12 para la escala de síntomas, 9 para relaciones interpersonales y 8 para rol social.
Cuando un paciente se traslada en su puntaje por debajo del puntaje de corte y la diferencia de
mediciones antes-después está por encima del ICC, decimos que ese paciente se “ha recuperado”
con cambios “clínicamente significativos” (Jacobson & Truax, 1991).
Tratamiento de la Crisis 24
En las figuras que se muestran a continuación se pueden apreciar los cambios ocurridos
en María recogidos por el OQ 2.
Como se ve, María comenzó su terapia ubicada muy por encima del puntaje de corte, es
decir, en un estado “disfuncional” respecto a la población, y “necesitada de psicoterapia”. Luego
del tratamiento cae por debajo del puntaje de corte; registrando además diferencias de puntaje
(70 entre inicio y final de la terapia, 19 entre el final y seguimiento), por encima del ICC (17).
Esto significa que, según el OQ, María presentó una recuperación clínicamente significativa.
En relación al Rol Social también se observa una recuperación ya que se traslada desde
una población disfuncional a una funcional presentando un cambio por encima del ICC (8).
estudiadas no han tenido la duración suficiente para observar cambios a este nivel. Es en este
contexto que los cambios de María nos parecen fuera de lo común. Tal como ocurrió con la
“profesional masculina” (caso 3), nuevamente se apoya aquí la noción de la crisis como un
estado especialmente sensible a las intervenciones terapéuticas y como una oportunidad.
Pensamos que los resultados del OQ reafirman lo planteado por la paciente en sus últimas
sesiones, así como lo planteado por la terapeuta le da validez a la medición cuantitativa.
Comentarios Finales
Los diferentes casos presentados muestran los distintos componentes centrales de una
psicoterapia de intervención en crisis. Estos tienen de marco un modelo de indicación adaptativa
donde el tratamiento se determina como resultado de un acuerdo entre el paciente y el terapeuta.
La asignación de este último dependerá de su propia motivación intentando que coincida con el
modelo teórico que se considere mejor para cada caso.
mismo y el mundo que lo rodea resultaría un tratamiento con mayores proyecciones para
superar el nivel de funcionamiento pre – crisis.
Los factores familiares y de pareja son aspectos que en algunos casos se presentan de una
importancia ineludibles, por lo que será prioritaria una intervención desde esa perspectiva.
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Tratamiento de la Crisis 30
1
Según diferentes autores y nuestras propias observaciones, es frecuente que los pacientes hayan sido
capaces de manejar bien diferentes situaciones desencadenantes, pudiendo salir de las crisis, hasta que
finalmente un último evento es “la paja que le rompe la espalda al camello”.
2
Para evitar lo más posible el sesgo de pacientes que se sometan a las expectativas de terapeutas, el OQ
es administrado por alguien independiente al proceso terapéutico.
Tratamiento de la Crisis 31
Figura 1: Evolución del puntaje total del OQ al inicio de la terapia, final y a los 2 meses
de seguimiento (PC= puntaje de corte).
Figura 4: Evolución del puntaje de la escala rol social del OQ al inicio de la terapia, final
y a los 2 meses de seguimiento (PC= puntaje de corte).
PC 73
Figura 1
PC 43
Figura 2
Tratamiento de la Crisis 33
Relaciones Interpersonales
30
27
25
20
17
Puntaje OQ
PC 16
15
12
10
0
Inicio Final Seguimiento
Aplicación
Figura 3
PC 14
Figura 4
Tratamiento de la Crisis 34
N DE DIAS
90 84.5
80
70 73.5
60
50 44.8
40
27.3
30
26.25
20
10
0
Figura 5
Tratamiento de la 35
Crisis