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Primer Congreso Indigenal de

Bolivia de 1945
sábado, 30 de mayo de 2009

RESUMEN HISTÓRICO DEL CONGRESO.

RESUMEN HISTÓRICO A 64 AÑOS DEL “PRIMER


CONGRESO INDIGENAL BOLIVIANO” (1945 –
2009) - ROBERTO CHOQUE CANQUI.

La historia de los pueblos indígenas abarca diferentes


etapas. Entre éstas, podemos referir el período desde la
invasión hispana hasta las rebeliones de los Katari de
1781 y durante la república, desde la rebelión de Pablo
Zárate Willka hasta el “Primer Congreso Indigenal
Boliviano” en 1945. No cabe duda que las rebeliones
indígenas se tradujeron en expresiones violentas contra
la tiranía de sus explotadores. Ejemplo de ello, se
constituyen las sublevaciones que se desarrollaron
luego de la promulgación de la ley de exvinculación de
1874. Igualmente, los cambios sociales y políticos como
consecuencia de la guerra del Chaco, crearon
situaciones coyunturales para la lucha contra el sistema
de explotación del indígena boliviano. Es así que luego
de retornar de esa contienda, los excombatientes
indígenas, comunarios y colonos de haciendas,
continuaron su lucha para la eliminación del pongueaje
y mit´anaje.

Dentro de un contexto de resistencia ante los abusos y


exacciones que sufría la población indígena, el 17 de
noviembre de 1944 se iniciaban los preparativos del
Primer Congreso Indigenal. Encabezado por el dirigente
indígena cochabambino, Luis Ramos Quevedo, el primer
Comité Organizador, planteaba como objetivo de ese
congreso “resolver cuestiones propias sobre la
situación, vida, trabajo y educación del indio”. Según
Ramos, a ese encuentro debían “concurrir los
representantes de los campesinos labradores y
comunarios” de las distintas partes de la República.
Aunque inicialmente, se había fijado el 25 de diciembre
de 1944 como fecha de realización de dicho congreso,
luego se modificó para el 2 de febrero de 1945
quedando finalmente concretado el 10 de mayo de ese
año.

Ramos Quevedo que en esa época se desempeñaba


como Secretario del Comité Indigenal Boliviano
consideraba que ese Comité, de acuerdo a la
Constitución Política del Estado, podía resolver “que
ningún compañero indio haga de pongo y ninguna
compañera india de mitani”. Nadie fuera de sus
obligaciones conocidas debía trabajar “sino le pagan
bien”. Todo trabajo debía ser voluntario, no se podía
“mandar hacer nada por la fuerza”; por eso, se debía
consultar primero y convenir el precio del salario o
jornal, sin ese trato, no se podía “hacer ningún trabajo”.
Lamentablemente Ramos Quevedo, a pesar de los
esfuerzos que había realizado en la planificación de ese
evento fue separado y desterrado por el gobierno a
Riberalta.

Posteriormente, el 1 de marzo de 1945, el Segundo


Comité Organizador se hacía cargo de preparar ese
evento en la localidad de Machaqamarka, provincia
Aroma. Transcurridos algo más de dos meses, el
Congreso Indigenal daba inicio el 10 de mayo de 1945
en la ciudad de La Paz. Su directiva había quedado
conformada por el aymara, Francisco Chipana como
Presidente; el quechua Dionisio Medina como Vice
Presidente y, Desiderio Cholina perteneciente a uno de
los pueblos del oriente boliviano como Secretario
General. Este equipo constituido por representantes de
diferentes culturas tuvo en sus manos la
responsabilidad de dirigir el trabajo sobre: la supresión
de los servicios gratuitos, el trabajo agrario, la
educación y la reglamentación de la policía rural.

Después de varios días de deliberaciones, el 15 de


mayo de 1945 concluía el Congreso arribando a una
serie de resoluciones, las cuales fueron inmediatamente
promulgadas como decretos por parte del Ex Presidente
de la República Gualberto Villarroel. El contenido de
esos decretos establecía que, cualquier transacción
hecha por el indígena tenía que tener como base una
remuneración justa, se abolían los servicios de
pongueaje y mit´anaje, la educación indigenal debía
ampliar su cobertura a la mayor cantidad de población y
se debían tomar un conjunto de disposiciones
transitorias con el fin de mejorar la producción en el
país. Sin duda, ese hecho histórico que tuvo como
antecedente congresos regionales previos, dos comités
de organización y dos intentos fallidos de realización
había logrado plasmar en normas varios objetivos
planteados. Esto, por una parte, iría a dar lugar a una
serie de reacciones por parte del sector de los
hacendados, representada por la Sociedad Rural
Boliviana, pero por otra parte, también generaría una
respuesta de los sectores indígenas.

Ahora, al conmemorarse el sexagésimo cuarto


aniversario del Primer Congreso Indigenal Boliviano,
rendimos homenaje a todos los representantes y
actores que se congregaron en este encuentro. Merece
especial mención Luis Ramos Quevedo y Antonio
Alvarez Mamani, por su trabajo y empeño en los pasos
iniciales hacia la realización de ese importante
Congreso. ¡Jallalla!
Las conquistas del primer congreso indigenal de 1945

Por: Redacción central / Cambio

Fue un proceso largo de preparación, pero logró los propósitos que se trazó. Así fue el Primer
Congreso Indigenal de Bolivia realizado durante la presidencia de Gualberto Villarroel, en
mayo de 1945.

Dos congresos regionales antecedieron al encuentro, en 1941 y 1943, ambos celebrados en la


ciudad de Sucre del departamento de Chuquisaca, la cita contó con la presencia del cacique
Santos Marca Tola, de Pacajes, quien fue uno de los impulsores para aplicar las principales
resoluciones, que eran realizar huelgas de brazos caídos en el medio rural y pactar con los
obreros de las ciudades para formar una alianza insurreccional.

Fueron éstos, sin duda, los ejes articuladores que


marcaron la organización del Congreso y que fueron esbozados en el documento constitutivo
elaborado y redactado por Luis Ramos Quevedo (secretario general) y Victoriano Condori
Mamani (secretario de Relaciones), del Comité Indigenal Boliviano, el 18 de diciembre de
1944.

Luis Oporto Ordóñez, director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea


Legislativa Plurinacional, accedió a una copia de ese escrito en ocho páginas tamaño
tabloide.
En el documento, el Comité expresó su deseo íntimo de “ver orgullosos a todos los
compañeros indios de haciendas y comunidades, a los que trabajen en agricultura o en
cualquier actividad o industria, sean mujeres u hombres”, en síntesis, “que todos sean
libres”.

“El hombre no puede servir nunca de pongo y las mujeres jamás de mittani, aunque el patrón
quiera pagar en plata o en oro, es una gran vergüenza hacer esos servicios. Los patrones que
se sirvan ellos mismos”, demandaban en el escrito.

Instaba al indio a resolver sus cuestiones a “aprender a defenderse por sí solo” a “perder el
miedo y entrar a las oficinas”. “Debe aprender a pensar en sus necesidades, debe luchar hasta
poner remedio a ellas. No debe dejarse explotar con nadie ni en su dinero ni en su voluntad.
No debe servir de instrumento a los malos”.

Sobre la base legal del Art. 5° de la Constitución Política del Estado, el Comité resolvió que
“ningún compañero indio haga de pongo y ninguna compañera india de mittani. Que nadie
fuera de sus obligaciones conocidas trabaje si no le pagan bien. Y todo trabajo debe ser
voluntario. Por eso se debe consultar primero al compañero indio y convenir el precio del
salario o jornal”.

Por tanto, afirmó que la hora del despertar del indio señala a Bolivia su porvenir, por el cual
“el indio ha de ir a la escuela, ya no ha de ser más la bestia de carga. Ha de ser el ciudadano
que haga respetar Bolivia. Ahora el Comité Indigenal os ha unido y se respetarán vuestros
derechos”.

El presidente Gualberto Villarroel dio su pleno respaldo al Congreso Indeginal. El 28 de


septiembre de 1944, Villarroel les solicitó a los integrantes del Comité no abandonar “la
lucha, trabajen con entusiasmo la tierra, cumplan con su deber, pero no se humillen. Todos
somos iguales, no debe haber pongos ni mittanis en Bolivia. El Art. 5° de la Constitución dice
que en Bolivia no hay esclavos. No hay ninguna servidumbre y nadie puede ser obligado a
prestar servicios personales sin antes convenir y sin que se le pague un justo salario”.
Prometió sancionar los abusos de patrones de
haciendas y de algunas autoridades, explicó su plan de trabajo agrícola (“50 mil pozos
artesianos, máquinas agrícolas, hartas escuelas”) y otorgó su apoyo a la realización del
Congreso, que fue programado para el 25 de diciembre de 1944 y pospuesto para el 2 de
febrero de 1945.

Sin embargo, los latifundistas denunciaron una rebelión indígena para alejar a Ramos
Quevedo, forzando la conformación de un Segundo Comité, el 1 de marzo de 1945 en
Machaqamarka (Prov. Aroma), que convocó al Congreso el 10 de mayo en La Paz.

Así como comprometió su respaldo, Villarroel emitió una serie de decretos que establecían
que cualquier transacción hecha por el indígena tenía que tener como base una
remuneración justa, se abolieron los servicios de pongueaje y mit’anaje, la educación
indigenal debía ampliar su cobertura a la mayor cantidad de población y se debía tomar un
conjunto de disposiciones transitorias con el fin de mejorar la producción en el país.

Resoluciones se aplicaron a través de decretos

El historiador aymara Roberto Choque Canqui, en su obra Historia de una lucha desigual.
Los contenidos ideológicos y políticos de las rebeliones indígenas de la Pre revolución
Nacional, señala que las principales resoluciones del Primer Congreso Indígena se
tradujeron en cuatro decretos presidenciales.

1. Decreto Nº 00318, en contra de la prestación de servicios personales gratuitos y de


especies y productos sin justa remuneración.

2. Decreto Nº 00319, abolición de los servicios de pongueaje y mit’anaje.

3. Decreto Nº 00320, aplicación de la educación indigenal en base al Decreto Supremo del


19 de agosto de 1936 sobre el establecimiento de escuelas rurales.

4. Decreto Nº 00321, medidas transitorias tendientes a obtener un máximo de producción


en el país y facilitar las relaciones entre patrones y colonos evitando abusos de ambos.

Datos

El Congreso fue financiado con ‘Rhamas’ (contribuciones comunitarias de origen colonial) y


con la venta del periódico oficial.
Su programa constó de 27 puntos, consecuencia de los logros alcanzados por el Comité
Indigenal entre 1939 y 1944.

Cada comunidad o tenta debía enviar dos delegados, un hombre y una mujer, y se declaró
como idiomas oficiales del Congreso el aymara, quechua y castellano.

Publicado en el periódico Cambio

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