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Andragogía

Hoy en día se entiende la Andragogía como la disciplina que se ocupa de la


educación y el aprendizaje del adulto. El vocablo clásico “pedagogía”, en cambio, se
aplicó a la educación del niño, como lo establece su etimología. De acuerdo a Ort iz
(s/f), el concepto de Andragogía es un neologismo propuesto por la UNESCO en
sustitución a la palabra Pedagogía, para designar la ciencias de la formación de los
adultos, de manera que no se haga referencia a la formación del niño, sino a la
educación permanente.

El término Andragogía fue utilizado por primera vez por el maestro alemán
Alexander Kapp, en 1833 para describir la teoría educativa de Platón, aunque su uso
no se generaliza y con el tiempo se olvida. Años más tarde a principios del siglo XX
se vuelve a mencionar este término por Eugen Rosentök, para referirse al conjunto de
elementos curriculares propios de la educación de adultos, como son: profesores,
métodos y filosofía. Sin embargo, es en la década de los sesenta que se utiliza este
concepto con cierta frecuencia tanto en Europa coma en América del Norte, para
referirse a los métodos, técnicas fines y en general, a todo el currículo diseñado para
llevar a cabo la educación integral en la población adulto. Es de hacer saber que en
América Latina, el Dr. Félix Adam, en esa misma década, comenzó a hacer
investigaciones al respecto e introdujo el término Andragogía en la praxis educativa
Venezolana y otros países de Centroamérica.

Algunas definiciones

Bernard (1985), reflexiona acerca de la Andragogía como modelo educativo en


el aprendizaje del adulto, así concluye que La Andragogía se convierte en una
disciplina definida al mismo tiempo como ciencia y como un arte: una ciencia que
trata los aspectos históricos, filosóficos sociológicos, psicológicos y organizacionales
de la Educación de Adultos; un arte ejercido en una práctica social que se evidencia
gracias a todas las actividades educativas organizadas especialmente para el adulto.
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Por su parte Knowles (1972), afirma que la Andragogía es el arte y ciencia de


ayudar a aprender a los adultos, basándose en suposiciones acerca de las diferencias
entre niños y adultos.

Mientras que Pereira (1990), acota que la Andragogía es una de las ciencias de
la educación que tiene por finalidad facilitar los procesos de aprendizaje en el adulto a
lo largo de la vida

Adam (1987), define la Andragogía como la ciencia y el arte de la educación de


los adultos”. Así mismo, este autor considera que en el proceso de aprendizaje se
establece una relación de orientación – aprendizaje, donde sus principales actores-
facilitadores y participantes- tienen unas características bien definidas. Así mismo
señala que en la vida adulta nadie enseña a nadie; en cambio todos aprendemos unos
de los otros. Es una relación independiente, recíproca y comunicativa. El adulto
aprende sólo lo que desea aprender, el aprendizaje no se puede imponer. Cuando se
impone una idea, se adiestra; solamente se educa cuando el adulto se siente libre de
explorar ideas a través del diálogo en interacción con otros. El adulto sabe lo que
quiere, lo que le interesa, lo motiva y necesita. Este adulto requiere mantener,
consolidar y enriquecer todos esos intereses para avanzar en su vida profesional,
cultural, social, etc.

Adulto aprendiz

Convencionalmente, se considera adulto a toda aquella persona mayor de


dieciocho de edad. Las características del aprendizaje en el adulto dependen de la
psicología propia de la edad evolutiva. Se toma como referencia la postura de algunos
autores que señalan varias características de la condición adulta
Alcalá (1999), comienza analizando la significación etimológica de la palabra
adulto, ésta proviene de la voz latina adultus, que significa crecer. El crecimiento de
la especie humana a diferencia de las demás, se manifiesta de manera ininterrumpida
y permanente desde el punto de vista psico-social y no biológico, que finaliza en un

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momento dado al alcanzar el máximo desarrollo de su fisiología y morfología


orgánica. Se le podría definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en
un momento dado de su existencia, siendo variable según las especies biológicas. En
muchas este estado aparece temprano y en otras más tarde. El período de crecimiento
y desarrollo se prolonga considerablemente en la especie humana y a diferencia de las
demás, se desenvuelven en etapas sucesivas, en forma relativa hasta alcanzar
progresivamente la adultez.

Adam (1987), toma como premisa que el ser adulto es un individuo con
características biológicas bien definidas, pues ha alcanzado su madurez sexual, ha
culminado su adolescencia y está en condiciones de procrear. En el campo psicológico
se considera emocionalmente maduro, responsable, ha alcanzado un nivel de
desarrollo del pensamiento crítico, capaz de autodirigirse, de actuar con autonomía y
de extrapolar sus aprendizajes. En el aspecto social tiene responsabilidad jurídica,
capacidad de trabajar cooperativamente, posibilidad de elegir un oficio o profesión;
posibilidad de organizar socialmente su vida. En lo educativo persigue objetivos
inmediatos y funcionales; centra el proceso educativo en la reflexión y en un alto
nivel de criticidad; es capaz de autoevaluarse, aprovechar su experiencia vital en
sentido educativo y adecuar su aprendizaje a la realidad. En conclu sión, es un ser
capaz de conducirse a sí mismo.

Por su parte, Kidd (1979), sostiene que el adulto se orienta hacia el aumento de
la independencia y la responsabilidad personal, que tiende a acentuar el autogobierno,
la autodeterminación y la autoestima y evita la acción externa de control originados
en fuerzas externas.

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En lo Biológico En lo Psicológico
 Maduro
Sexualmente  Emocionalmente Maduro
 Culminó su  Independiente y Autónomo en
adolescencia la toma de decisiones
 Actúa con  Responsable
autonomía  “Auto concepto” definido
 Capacidad creativa más aguda
 Capacidad de trabajar
cooperativamente
 Organiza su aprendizaje
En lo educativo Características  Selectivo para el aprendizaje
del  Asume sus deberes y derechos
Es capaz de:
Adulto como ciudadano.
 diseñar su proyecto
 Exigente en materia de
vital por vía de la
comprensión y conocimiento
autodisciplina
 autogestionar,autoco
nocer,
autoprogramar
autoevaluar el En lo Sociológico
aprendizaje  Responsable jurídicamente
 desarrollar y utilizar  Organiza su vida en función de
el pensamiento un fin
crítico  Responsable de sus actos,
 adecuar su decisiones, sus impulsos.
aprendizaje a la  Actúa en forma autónoma y
realidad realista
 identificarse en y
con la comunidad.
Hace de su proyecto
personal un
proyecto colectivo

Fuente: Deibis, M. y otros (1985) Algunas reflexiones acerca de los supuestos básicos de la
Pedagogía y Andragogía. Adaptado por Rojas, K (2004)

Por lo general los autores que se dedican a estudiar la Andragogía aceptan como
características del adulto, entre otras, las siguientes: es una persona capaz de:
procrear, de asumir con entereza responsabilidades en torno a ciertos asuntos
inherentes a la vida social y de tomar decisiones con plena libertad.

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Proceso de aprendizaje.

El ser adulto está dispuesto a realizar nuevos aprendizajes cuando su interés es


incitado por necesidades reales, provenientes de sí mismo, o de problemas que afectan su
medio social y deben ser resueltos a través de una acción comunitaria de la cual es
partícipe.

El aprendizaje deja de ser en la vida adulta una transmisión-recepción de


conocimientos, ya que se convierte en una relación entre iguales donde uno puede orientar
a quien aprende. Se trata de una relación orientación-aprendizaje. Pine, et al (1969)
sostiene que el aprendizaje se facilita en un clima que promueva y presente alternativas
para descubrir el significado personal de las ideas. Esto significa que el orientador en vez
de manipular a la gente, la ayuda a descubrir el significado personal de las ideas y eventos.
Por lo tanto, la función del educador andragogo (facilitador) es orientar, ayudar; en fin
facilitar los procesos que tienen lugar en quien realiza un aprendizaje. La Educación de
Adultos se lleva a cabo con estrategias metodológicas diferentes a la educación de los
niños; pues mientras el proceso pedagógico se caracteriza por la verticalidad en la relación
de un adulto con un ser en crecimiento (profesor-alumno), el proceso andragógico está
orientado por la horizontalidad, determinado por una relación entre adultos (participantes-
facilitador; participantes-participantes). La verticalidad obliga a una relación dependiente.
La horizontalidad impone una relación participativa.

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Factores Modelo Pedagógico Modelo Andragógico


Relación entre los Adulto-Niño Adulto – Adulto
componentes Vertical- Dependiente Horizontal – Participativa
La memoria juega el papel El pensamiento lógico, los procesos
central en este proceso mentales superiores se hacen presentes. La
Procesos imaginación juega un papel importante
mentales hacia la creatividad
Clima Tenso, de poca confianza. Relajado, confiable
Formal frío, distante. Mutuamente respetuoso. Informal, cálido.
Orientado por laa autoridad. Colaborativo
Competitivo, juzgativo
Dirección del Enseñanza - Aprendizaje Orientación - Aprendizaje
Proceso
Planificación Dirigido por el profesor Centrada en los participantes y
compartida con el facilitador.
Énfasis del En el contenido En los procesos de aprender y fuentes de
Aprendizaje programático información. Contratos de aprendizaje
esencial.
Actividades de Técnicas de transmisión Proyectos de Investigación
Aprendizaje Lecturas asignadas Estudios Independientes
Técnicas de Experiencias
Evaluación Por el Profesor Por evidencia reunida por el participante,
Referidas a normas validada por sus compañeros, facilitadores
y expertos (Autoevaluación- Coevaluación)
Referida a criterios
Cuadro Comparativo de los modelos pedagógico y andragógico.
Fuente: Knowles, M (1980). “la Práctica Moderna de la Educación de Adultos”. Adaptado
por Rojas, K (2004)

Pine (1969), señala que el aprendizaje se facilita en un clima donde se estimule a la


persona a estar activa, ya que el individuo no es receptáculo pasivo en el cual podemos
verter respuestas, valores o ideas. El ser humano es creador, activo y necesita la
oportunidad de determinar sus propias metas.
El aprendizaje ocurre cuando la persona está preparada para aprender, pues el
conocimiento se construye a partir de lo que la persona ya sabe y depende tanto del
propósito y del interés del individuo, como del grado de desarrollo de las capacidades
intelectuales inherentes a la persona. Así, el aprendizaje comienza cuando en lsa mente del
individuo surge un problema, una respuesta inconclusa o un estado de confusión e
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incertidumbre; comienza dice Diaz (1996), cuando la persona acepta el reto de lo


desconocido, de lo controvertible y se lanza a buscar soluciones. En este contexto,
continúa esta misma autora, se ubica el aprendizaje del adulto basado en:

 Aprender a conocer: desarrollar habilidades, destrezas, habitos, actitudes y


valores que le permitan al adulto adquirir las herramientas de la comprensión
como medio para entender el mundo que le rodea, vivir con dignidad,
comunicarse con los demás y valorar las bondades del conocimiento y la
investigación.
 Aprender a Aprender: desarrollar habilidades, destrezas, hábitos, actitudes y
valores, que le permitan al adulto adquirir o crear métodos, procedimientos y
técnicas de estudio y de aprendizaje para que pueda seleccionar y procesar
información eficiente, comprender la escritura y el significado del
conocimiento a fin de que lo pueda discutir, negociar y aplicar. El aprender
a aprender constituye una herramienta que le permite al adulto seguir
aprendiendo toda la vida.
 Aprender a hacer: Desarrollar su capacidad de innovar, crear estrategias,
medios y herramientas que le permitan combinar los conocimientos teóricos
y prácticos con el comportamiento socio-cultural, desarrollar la aptitud para
trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y de asumir riesgos.
 Aprender a Ser: Desarrollar la integridad física, intelectual, social, afectiva y
ética de la persona en su calidad de adulto, de trabajador, de miembro de
familia, de estudiante, de ciudadano.

La Horizontalidad y la Participación en la situación del aprendizaje

La Educación de Adultos se fundamenta en los principios andragógicos de la


horizontalidad y la participación. En este sentido, Adam (1987),entiende el principio de
horizontalidad como una relación entre iguales, como una relación compartida de actitudes,
de responsabilidades y de compromisos hacia logros y resultados exitosos. Es una relación
entre iguales que se entienden mutuamente, con una comprensión y entendimiento que

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generan compromisos por metas comunes y objetivos individuales que no son vistos como
del “otro” o ajenos” sino como propios o “nuestros”. Por esta horizontalidad los
participantes están en capacidad de interpretar y respetar el autoconcepto que cada uno
tiene de si mismo.

Adam (1987), considera que las características básicas de la horizontalidad


andragógica están referidas fundamentalmente al hecho de ser tanto el facilitador como el
participante iguales en condiciones (cualidad) al poseer ambos la adultez y la experiencia;
no así los niveles cuantificables (cantidad) de desarrollo o conducta observable.

Estas dos características: adultez y experiencia determinan que los procesos


educativos, en cualquier etapa de la vida adulta, se organicen tomando en cuenta la
madurez, necesidades e intereses que le son propios.

En cuanto al principio de la Participación, Adam (1987), lo plantea como el acto de


compartir algo; es un dar y recibir, involucrarse en un proyecto común. Es buscar
explicaciones a indicios de temor, desconfianza, incomunicación, competencia. Revisar con
frecuencia las metas, adaptarlas o cambiarlas. Es oír sugerencias, compartir liderazgo,
tomar en cuenta motivaciones y capacidades personales; es aportar.

Es importante que el hecho educativo se desarrolle en un clima donde se estimule la


confianza propia y respeto al ser humano, porque es importante que el ser humano sienta
que tiene algo que aportar y que se sienta seguro de que sus ideas van a ser consideradas y
respetadas.

Torres y otros (1991) argumentan que la participación debe ser principio ductor en
el proceso de orientación – aprendizaje, el adulto tiene que ser un ente crítico para poder
analizar cuando una acción o situación favorece o entorpece la marcha del proceso y en este
sentido aportar alternativas que conduzcan a su solución. Acotan estos mismos autores,
que la participación encierra características tales como:

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 actividad crítica,
 intervención activa
 interacción
 flujo y reflujo de la información
 confrontación de experiencias
 diálogo

El adulto debe analizar, reflexionar, pensar antes de tomar una decisión, proponer
alternativas tendentes a producir cambios para el progreso, mejoramiento o reciclaje de la
sociedad que lo rodea; siendo una persona creativa, decidida, activa y que aporte ideas .

Desde el punto de vista general, la interacción está presente en todo acto


cooperativo, competitivo o agonal; es decir la interacción puede llevarse a cabo cuando el
proceso comunicacional se realiza entre participantes, mediante el uso de signos, señales o
símbolos. En el caso de la interacción desde la perspectiva andragógica, Torres y otros
(1991), explican que no puede ser ni competitiva ni agonal, porque lo que se busca es que
los integrantes del grupo participen con plena libertad al expresar sus ideas, no importan
que éstas discrepen de la opinión que tenga la persona que sirve de moderadora en la
conversación o exposición (el facilitador). Cuando el participante actúa sin miedo puede
aportar al grupo.

En cuanto al flujo y reflujo de la información, estos autores consideran , que tiene


que estar supeditado a las experiencias que cada uno de los adultos aprendices posea en
relación al tema que se esté tratando. El intercambio de información se convierte en
diálogo, este diálogo es gratificante para los adultos que saben manejarlo en provecho y
para mejorar el campo experiencial del grupo.

Los adultos reunidos como grupo de aprendizaje, constituyen un recurso más en el


proceso, debido a su bagaje experiencial y a su voluntad para aprender. Cada individuo
posee un cúmulo de experiencias, ideas, sentimientos y actitudes que son rica fuente de
material para la solución de problemas y para el aprendizaje. Así, cada uno de los

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integrantes del grupo se convierte en un agente de aprendizaje tanto en el plano de


contenido como en el de proceso. Todo adulto aprendiz tiene su parte de responsabilidad en
el proceso educativo.

Acerca del diálogo Freire(1978), dice que cuando intentamos un adentramiento en


el diálogo, como fenómeno humano, se nos revela algo que podríamos decir que ya es el
mismo: la palabra. Pero, al encontrar la palabra, en el análisis fenomenológico del diálogo,
como algo más que un medio para que él se realice, se nos impone buscar también los
elementos constitutivos de la palabra.

Torres y otros (1991) refieren que Freire(1987), reconoce que el diálogo es amor y
el proceso de orientación aprendizaje tiene que ser un acto de amor entre los participantes,
cualquiera que sea el nivel o modalidad educativa donde se cumpla y como verdadero acto
de amor, debe propiciar actos de libertad.

Aplicar estos principios en un proceso de aprendizaje, convierte al hecho educativo


en un proceso democrático, desarrollado en un ambiente agradable, pues estimula la
interrelación grupal, el respeto de las opiniones ajenas, ya sean convergentes o divergentes,
permite fomentar el desarrollo del análisis crítico, dando oportunidad para evaluar su
actuación (autoevaluación) y valorar la opinión y aporte de sus compañeros (coevaluación).

Relación facilitador – participante

Rojas, K (1997), sostiene que la función del facilitador del aprendizaje se rige por el
principio de la horizontalidad por cuanto la relación entre los que participan en el proceso
está dada por las características que igualan a las partes, es decir una relación entre iguales,
entre adultos, ambos (facilitador-participante) con experiencia y posesión del desarrollo
cognoscitivo tanto personal como dialéctico. El facilitador cultiva la estima y el respeto
mutuo ya que esto favorece el acercamiento entre el docente y el aprendiz. Fomentar una
relación no directiva que permita visualizar al educando como sujeto y no como objeto del
proceso de aprendizaje es tarea del docente. El papel de un andragogo universitario es

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propiciar las fuentes de información y su propia experiencia como facilitador, para que el
participante estructure su comportamiento independiente fundamentado en la capacidad
lógica o autodeterminación para fijar o procesar los contenidos significativos que le
permitan alcanzar los objetivos inherentes a las áreas cognoscitivas que aprende.

El proceso de orientación-aprendizaje se concibe como una actividad abierta al cambio, en


constante búsqueda de la verdad, creando un clima de empatía e identificación entre el
facilitador y los participantes; viviendo cada experiencia compartida como un aprendizaje
más para la vida. Partiendo de esta premisa y atendiendo a los planteamiento de Rojas, K
(1997) y Aker (1985), se caracterizan las condiciones que deben cumplir el facilitador y el
participante involucrados en este proceso de aprendizaje.

1. Características del facilitador

a. Concibe el proceso de orientación-aprendizaje como una continua


interacción con los participantes.
b. Es estudioso, investigador, creativo e innovador permanente.
c. Poseedor de alto sentido de la responsabilidad.
d. Practica los principios democráticos, estimula el diálogo que conduzca a la
reflexión, para que el participante asuma una posición frente a la vida.
Respeta los diferentes juicios, criterios e ideologías.
e. Cumple con su función de asesor, tutor o guía tanto de manera grupal como
individual.
f. Concibe el proceso educativo como un arte y una ciencia.
g. Propicia que el ambiente donde se desarrolla la actividad de aprendizaje sea
cordial y ameno. Más que un instructor o guía, el facilitador asume el rol de
amigo y establece un puente comunicacional con sus participantes.
h. Posee la capacidad para aplicar una amplia variedad de estrategias de
aprendizaje (conferencias, charlas, aplicación de dinámicas grupales,
evaluación compartida) para actualizar el aprendizaje de acuerdo a las
motivaciones, e intereses y necesidades de los estudiantes en particular.

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i. Es auténtico, permite la crítica y la autocrítica constructiva. Reconoce sus


limitaciones y su incompetencia en determinadas áreas del conocimiento.
j. Es honesto. Rechaza en todas sus formas las manifestaciones de toda acción
que estimule una conducta hacia la corrupción.
k. Es solidario, estimula la confianza y crea un clima de integración afectiva.
l. Posee un sentido agudo de justicia y objetividad en relación a otros.
Además de la caracterización que se ha realizado del facilitador, se señalan
ahora, algunas condiciones básicas que deberá poseer el participante.

2. Características del participante, Según Aker (1985):

a. Altos niveles de responsabilidad durante el proceso de aprendizaje


b. Énfasis en la creatividad y criticidad objetiva, como vías para propiciar
la manifestación del pensamiento convergente y divergente frente a
hechos y opiniones
c. Apertura sostenida hacia los procesos de innovación y cambios
d. Utilización de la auto-evaluación para estimular el crecimiento personal
e. Reconocimiento al crecimiento individual como vía para afianzar logros
personales
f. Aceptar la coevaluación como proceso de retroalimentación permanente
y altamente participativo
g. Énfasis en la producción contínua de trabajos de investigación
significativa

Estrategias metodológicas

La palabra método viene del latín "methodus ", que a su vez tiene su origen en el
griego, en las palabras "meta" (meta) y "odos" (camino). Método significa, por lo tanto,
camino para llegar a un lugar determinado. Didácticamente, método quiere decir camino
para alcanzar los objetivos estipulados en un plan de enseñanza, o camino para llegar a un
fin.

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La palabra técnica es la sustantivación del adjetivo técnico, cuyo origen está en la


palabra griega "technikos " y en la latina "technicus ", que quiere decir relativo al arte o
conjunto de procesos de un arte o de una fabricación. Simplificando, técnica significa
"cómo hacer algo".

Nérici (1990), afirma que el método y la técnica representan la manera de conducir


el pensamiento y las acciones para alcanzar una meta preestablecida. Representan la
organización del pensamiento y de las acciones para obtener mayor eficiencia en lo que se
desee realizar.

Se entiende, entonces, la metodología de la enseñanza como un conjunto de


procedimientos didácticos, implicados en los métodos y técnicas utilizados en el proceso
educativo cuya meta es alcanzar los objetivos propuestos.

La técnica ayuda a realizar el aprendizaje que se persigue alcanzar con el método.


Es un procedimiento lógicamente estructurado del que se vale el docente para llevar a
efecto los propósitos del método. Las técnicas de aprendizaje orientan al estudiante hacia la
observación, la crítica, la investigación, el análisis, la síntesis y la reflexión.

Una vez determinado el objetivo que se pretende lograr, se ha de buscar la mejor


forma de lograrlo, esto es, trazar estrategias para la realización de las tareas educativas. La
selección de estrategias comprende la elección de métodos y técnicas.

Existen variados métodos, algunos de ellos centrados en el educador; a éstos,


Not (1994), los llama heteroestructurados. Otros, donde el estudiante es gestor de su propio
proceso, llamados autoestructurados. Entre los métodos heteroestructurados tenemos
asesorías, conferencias, clase magistral, entrevista, cuestionario.

Los métodos autoestructurados, denominados también activos, son en realidad


métodos de descubrimiento o de invención. Su filosofía es "aprender haciendo", al

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estudiante no se le presentan soluciones, ni resultados; sino problemas y procedimientos. La


participación del estudiante, orientada por el docente, es una forma de activar el
aprendizaje. Tyler (1969), considera que el aprendizaje se realiza a través de la conducta
activa del alumno, que aprende mediante lo que él hace y no de lo que hace el profesor

Se fomenta el desarrollo individual y el trabajo grupal, el desempeño social del


estudiante. Según Lafourcade (1974), la experiencia recogida permite advertir que estas
técnicas pueden ser empleadas en la mayoría de las cátedras universitarias, siempre que los
objetivos que se hayan propuesto y las temáticas sujetas a tratamiento, se adecuen a las
mismas .

Es realmente importante que el docente defina claramente cuál es el objetivo a


lograr pues cada método es útil para determinado objetivo. He aquí algunos métodos
aplicables en educación y definidos por Beal y otros (s/f): Phillips 66, proyecto, talleres y
asesorías, discusión en pequeños grupos de trabajo, simposio, seminario, panel, estudio de
casos, dramatización.

1. Phillips 66 ó método de reunión en corrillos. Se divide el grupo en pequeños subgrupos


de seis personas, que discuten informalmente un tema durante seis minutos.

2. Proyecto. Técnica de aprendizaje que consiste en la elaboración de un trabajo con las


fases de diseño, posible ejecución de una investigación, plan o programa orientado al
análisis y solución de problemas específicos, relacionados con los intereses ocupacionales
y/o profesionales del participante.

3. Talleres. Técnica de aprendizaje empleada para el diseño y preparación de materiales


escritos, manuales, evaluaciones y/o normas inherentes al ejercicio académico o
administrativo. Se recomienda la elaboración de una guía de trabajo.

4. Asesorías. Una reunión entre los estudiantes y el docente en la cual se posibilita la


conversación individual y discusión para intercambiar ideas, donde el papel del estudiante

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es fundamental. El grupo de estudiantes es reducido y se le confiere mayor importancia a la


responsabilidad de cada uno de ellos.

5. Discusión en pequeños grupos. Grupo formado por cinco a veinte personas. Se


desarrollan en un ambiente informal, sin jerarquización de los participantes. Estos actúan
cara a cara, hay libre intercambio de ideas y opiniones.

Simposio. Varios especialistas presentan al grupo diversos aspectos del mismo problema.
El trabajo es controlado por un coordinador, que administra el tiempo y no permite que el
orador se aparte de su tema específico.

7. Seminario. El grupo de trabajo se subdivide en grupos menores para estudiar un


problema. Se exige sesiones previas de planeamiento e investigación, las cuales son
seguidas de sesiones de evaluación del trabajo efectuado. La reunión de seminario se
realiza bajo la orientación de un experto.

8. Dramatización. Es la representación más o menos improvisada de una situación o


problema. Cada participante en la escena desempeña su papel en una situación hipotética,
tratando de copiar la realidad que se está dramatizando. Los demás miembros del grupo
asisten, analizan y comentan la situación.

Consideraciones sobre la evaluación andragógica del aprendizaje

Siendo la educación un proceso sistemático, permanente y progresivo, la evaluación


forma parte de este proceso. Sus resultados permiten detectar en qué medida se han logrado
los objetivos propuestos, cómo alcanzó el aprendizaje y cómo fue la actuación del
facilitador. Estos resultados deben utilizarse en la toma de decisiones para introducir
modificaciones en todos los niveles que conforman el proceso educativo para su continuo
mejoramiento.

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La evaluación es un proceso continuo, gradual y permanente realizado con el fin de


valorar de manera integral los logros observados en el participante. Villarroel (1979),
afirma que evaluar en términos corrientes, es sinónimo de valores, entendiéndose por tal, el
acto mediante el cual comparamos un hecho, una persona, cosas, fenómeno, etc., con un
patrón previamente determinado. Toda evaluación lleva implícita una actividad judicativa,
por lo tanto debemos poseer ítems o claves fijas en función de las cuales elaborar nuestros
juicios.

Con relación a lo anterior, Adam (1977), plantea que a la Educación Superior se


transfiere la evaluación tradicional, en donde el profesor es quien evalúa y no existe la
posibilidad de participación del estudiante en el proceso. Al respecto mantiene que la
transferencia de la evaluación pedagógica a la Educación de Adultos, y por ende a la
educación universitaria, ha acarreado perjuicios irreparables en la personalidad del
estudiante adulto, en quien se ha debilitado la autor responsabilidad, para limitar el proceso
educativo al logro de una calificación del proceso, conveniente para aprobar la materia. El
estudiante universitario, al igual que el niño y el adolescente, se evalúa por el profesor; no
se evalúa en función de sí mismo y fundamentalmente en función del reto que debe de
afrontar en una futura presentación ante la vida social y de trabajo.
Adiciona Adam, que la evaluación en Educación de Adultos, no se verifica con el
objeto de comprobar el alcance de objetivos predeterminados por la sociedad adulta sino de
evaluar los objetivos que cada adulto alcanza en su proceso educativo.

La evaluación andragógica de los aprendizajes es multidireccional, es decir se


enfoca en tres modalidades: auto evaluación, coevaluación y evaluación unidireccional que
Valbuena (1990), las define así:

Auto evaluación. Consiste en la valoración que cada estudiante hace de su


actuación, utilizando criterios establecidos a partir de los objetivos. Con esos criterios,

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conocidos previamente y un pequeño entrenamiento, el estudiante recobra esa capacidad


natural que el ser humano tiene de valorar su actuación y que había perdido por la práctica
inconveniente de una evaluación hecha solamente por el docente. Aquí el estudiante
comienza él mismo el análisis de sus potencialidades y limitaciones, de sus intereses y
necesidades, y se afirma como estudiante y como persona, convirtiéndose en sujeto activo
de su propia orientación.

Coevaluación. Consiste en la valoración mutua que los integrantes del grupo,


también con criterios definidos, realizan. Tanto la autoevaluación como la coevaluación son
coordinados u orientados por el profesor, quien cuida que se apliquen los criterios y que el
proceso se desarrolle como un evento constructivo del cual el estudiante y los demás
miembros del grupo deriven elementos de orientación.

Evaluación externa o unidireccional, Es aquella realizada por el profesor, el


orientador, el padre u otras personas (gerentes responsables de pasantías, coordinador de
actividades especiales, etc), con responsabilidades en el proceso del aprendizaje del
estudiante. Este tipo de evaluación afina, reorienta, complementa los resultados de las otras
dos, obteniéndose así una percepción más completa de la actuación del estudiante y
disponiéndose entonces de mayor información de diferentes fuentes, con mayor validez y
confiabilidad, para orientar la toma de decisiones en varios aspectos, entre los cuales está el
que nos ocupa: la orientación personal y profesional.

La evaluación multidireccional, Está más cerca del tipo de evaluación que el


estudiante recibirá cuando egrese y trabaje como profesional. Nuestros egresados actuales,
en su mayoría, carecen de actitudes positivas para valorar su trabajo y también carecen de
entrenamiento para hacerlo. Pretenden que el resultado de su trabajo y los procesos
empleados sean valorados fundamentalmente por su superior, como el profesor lo hacia en
la escuela o en la universidad.

Llanos de la Hoz (1985), señala que al aplicar estas modalidades se pueden presentar
algunas dificultades tales como:

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Auto evaluación. Generalmente el participante tiende a sobrestimar su aprendizaje,


o logros alcanzados, o el esfuerzo realizado, lo cual lo lleva a considerarse con
derecho a recibir la mejor evaluación y la más alta calificación. Esto se da también
al nivel del grupo, cuando se trata de una auto evaluación grupal.
Coevaluación. Los participantes parecen negociar la evaluación y específicamente la
medición que la nota representa. Se da el caso, inclusive, que se juega a la
reciprocidad, es decir, si yo te otorgo una nota alta, tú debes corresponderme con
igual medida. Para una adecuada coevaluación es preferible el grupo pequeño (no
más de 7 participantes).
Evaluación unidireccionaL El principal problema que se plantea a este nivel es la
tendencia que se presenta en el facilitador de apelar a la evaluación como juicio de
expertos, olvidando que los objetivos de aprendizaje fueron aprobados en un
proceso de interacción con el participante y que éste planteó en su contrato la
mayoría, si no todos, los objetivos y logros que aspiraba alcanzar en el proceso.
También deben tenerse en cuenta las fallas y deficiencias que son consecuencia de
restricciones y carencias no imputables al participante.

Para tratar de solventar estos posibles problemas, es necesario diseñar un plan de


evaluación; éste debe formar parte del contrato de aprendizaje. Este contrato contiene los
acuerdos compartidos elaborados entre docentes y participantes, referidos a la evaluación.
Se incluirán allí objetivos que se evaluarán, técnicas e instrumentos a utilizar, cronograma
de evaluación, características, ponderación, criterios y modalidades con los cuales se
realizará la evaluación. Se indica el porcentaje o peso que se le asignará a la auto
evaluación, Coevaluación y evaluación unidireccional.

Una vez discutido y aprobado entre las partes el plan de evaluación, se asume el
compromiso para darle cumplimiento; así se logra que la evaluación se convierta en una
actividad responsable, honesta, que servirá para evidenciar aprendizajes obtenidos y logros
alcanzados.

Koraida Rojas Bollano Marzo, 2004

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