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Universidad Nacional del Altiplano de Puno

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

EVALUACIÓN Y ANÁLISIS DEL ESTADO NUTRICIONAL PERSONAL

DOCENTE: Dra. León Tacca Alicia Magaly

CURSO: Alimentación y Nutrición

PRESENTADO POR: Luis Enrique Sandoval Tisnado

SEMESTRE: VIII

TURNO: Mañana

PUNO- PERÚ

2019

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RESUMEN

Durante los últimos años, se ha observado un incremento de las enfermedades crónicas no


transmisibles, convirtiéndose en un problema importante de salud pública; estas
enfermedades se encuentran fuertemente asociadas con los inadecuados hábitos alimentarios,
como son el consumo excesivo de comidas rápidas y el bajo consumo de frutas y verduras
también por la vida de sedentarismo que se lleva para eso es bueno realizar una evaluación
nutricional para ver el peso del individuo la talla en este caso el individuo evaluado
present6aba un sobrepeso grado1 ya que El individuo no presenta adecuados hábitos
alimenticios, destacando en su dieta alimentos altos en almidones y grasas, ocurriendo lo
contrario para vitaminas, minerales y agua; esto se refleja en las medidas antropométricas de
la persona, ya que este es un joven adulto de 23 años Universitario el cual no se alimenta en
las horas adecuadas y no hace tanto ejercicio el cual tendría en el futro problemas cardiacos.

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I. Introducción
Es bien sabido que la malnutrición considerada por déficit o por exceso, afecta a una gran
parte de la población, durante los últimos años, se ha observado un incremento de las
enfermedades crónicas no transmisibles, convirtiéndose en un problema importante de salud
pública; estas enfermedades se encuentran fuertemente asociadas con los inadecuados
hábitos alimentarios, como son el consumo excesivo de comidas rápidas y el bajo consumo
de frutas y verduras.

La población universitaria está sujeta a una serie de cambios en sus estilos de vida, los cuales
están influenciados por factores psicológicos, sociales, culturales y económicos, haciéndolos
vulnerables e influyendo directamente en sus hábitos alimentarios lo cual puede afectar su
estado nutricional y de salud. Con el fin de establecer acciones que propendan por el
mantenimiento de un buen estado nutricional y/o el mejoramiento del mismo y a la vez
fomentar estilos de vida saludable, es necesario partir del diagnóstico de la situación
nutricional, en este caso de la población estudiantil en las Universidades (Salazar &
Guamialamá, 2018; Vargas, Becerra, & Prieto, 2008).

La evaluación del estado nutricional de un individuo permite conocer el grado en que la


alimentación cubre las necesidades del organismo o, lo que es lo mismo, detectar situaciones
de deficiencia o de exceso. Es necesaria para proponer las actuaciones dietético-nutricionales
adecuadas en la prevención de trastornos en personas sanas y su corrección en las personas
enfermas. La finalidad principal de la evaluación del estado nutricional de una comunidad,
grupo de individuos o individual, es, por lo tanto, precisar la magnitud de la malnutrición o
exceso de peso, descubrir y analizar los factores de riesgo y proponer medidas apropiadas
que puedan contribuir a mejorar la salud (Palacios, 2014).

El presente trabajo aborda aspectos como la determinación de la ingestión de nutrientes y de


la estructura y composición corporal de un estudiante universitario de sexo femenino, 20 años
de edad, para luego realizar un diagnóstico de su situación nutricional.

1.1. Objetivo general


Evaluar y analizar el estado nutricional personal, planteando alternativas de vida saludable.

1.2. Objetivos específicos


 Analizar la composición corporal en peso, talla, índice de masa corporal, perímetro
abdominal.
 Medir el impacto de la nutrición sobre la salud y el rendimiento.
 Identificar si el individuo está en riesgo.

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II. Marco teórico

2.1. Estado nutricional


Consiste en la determinación del nivel de salud y bienestar de un individuo o población,
desde el punto de vista de su nutrición. Supone examinar el grado en que las demandas
fisiológicas, bioquímicas y metabólicas, están cubiertas por la ingestión de nutrientes,
debiendo permitir la utilización de nutrientes, mantener las reservas y compensar las
pérdidas. Este equilibrio entre demandas y requerimientos está afectado por diversos factores
como pueden ser la edad, el sexo, la situación fisiológica, la situación patológica de cada
individuo, educación cultural y la situación psicosocial (Frias, 2011; Gimeno, 2003).

La valoración del estado nutricional como un indicador del estado de salud, es un aspecto
importante en la localización de grupos de riesgo con deficiencias y excesos dietéticos que
pueden ser factores de riesgo en muchas de las enfermedades crónicas más prevalentes en
desarrollo, tanto así que se utilizan frecuentemente indicadores del estado de nutrición para
llevar a cabo la evaluación inicial del estado nutricional y el seguimiento del mismo y sus
posibles modificaciones, considerando estas variaciones tanto por déficit como por exceso
(Hidalgo, 2011).

Cuando ingerimos menor cantidad de calorías y/o nutrientes de los requeridos, se reducen las
existencias de los distintos compartimentos corporales y nuestro organismo se vuelve más
sensible a descompensaciones provocadas por un traumatismo, una infección o una situación
de estrés. Por otra parte, cuando ingerimos más de lo que necesitamos para nuestras
actividades habituales, se incrementan las reservas de energía de nuestro organismo,
fundamentalmente ubicadas en el tejido adiposo. Una ingestión calórica excesiva, un estilo
de vida sedentario o ambas cosas a la vez determinan un aumento del tamaño de nuestros
depósitos de grasa que cuando alcanzan un valor crítico comportan la aparición de un cuadro
clínico y social conocido como obesidad (Gimeno, 2003).

2.2. Indicadores del estado de nutrición

La valoración del estado de nutrición de una persona o de un grupo de población debe hacerse desde
una múltiple perspectiva: dietética, antropométrica, bioquímica, inmunológica y clínica. Cuantas más
técnicas se utilicen, más precisa será nuestra evaluación final. (Castillo & Zenteno, 2004; Gimeno,
2003).

2.2.1. Indicadores Antropométricos

La antropometría es la medición científica del cuerpo humano, sus diversos componentes y


del esqueleto. Es una palabra compuesta formada por antropo, que se refiere al ser humano
(hombre), y metrología, la ciencia que trata las unidades de medida.

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La antropometría es una de las mediciones cuantitativas más simples del estado nutricional;
su utilidad radica en que las medidas antropométricas son un indicador del estado de las
reservas proteicas y de tejido graso del organismo. Se emplea tanto en niños como en adultos.
Los indicadores antropométricos nos permiten evaluar a los individuos directamente y
comparar sus mediciones con un patrón de referencia generalmente aceptado a nivel
internacional y así identificar el estado de nutrición, diferenciando a los individuos
nutricionalmente sanos de los desnutridos, con sobre peso y obesidad.

Los valores obtenidos dependen mucho de quién, cómo y dónde se miden; la hidratación, el
tono muscular y la edad también influyen (Rovira, 2005).

Los indicadores antropométricos más comunes según Castillo & Zenteno (2004), son:

A) Peso / talla
Dentro de los indicadores antropométricos, los más utilizados han sido las mediciones de
peso y talla. Evalúa la desnutrición aguda o de corta duración. La mayor parte de los
individuos definen la presencia de obesidad de acuerdo con el peso corporal; el problema
básico que implican estas medidas es que el peso guarda una relación estrecha con la talla,
motivo por el cual no pondera adecuadamente la grasa corporal. Existen numerosas tablas
que nos indican el peso deseable en función de nuestra talla y sexo (Ver Anexo 1 y 2), Cabe
destacar que, a pesar de lo que mucha gente cree, para una misma talla y teniendo en cuenta
la complexión existe un margen bastante amplio de pesos aceptables y no un único valor de
«peso ideal» (Gimeno, 2003).

B) Talla para la edad


Es adecuado para niños, es el resultado de la medición de la talla relacionado con la edad,
donde se compara con un patrón o tablas de referencia (Ver Anexo 1) y se obtiene el
diagnóstico; este indicador evalúa la desnutrición crónica, de larga duración, y nos da en su
caso el retardo en el crecimiento (desmedro o pequeñez). Es útil en los programas de
investigación social (Castillo & Zenteno, 2004)

C) Medición de circunferencia abdominal


Es útil para conocer la distribución de la grasa corporal y determinar el tipo de obesidad
(abdominal o central). El valor de la circunferencia abdominal se incluye en la definición del
síndrome metabólico como “conjunto de alteraciones metabólicas constituido por la obesidad
de distribución central, la disminución de las concentraciones del colesterol unido a las
lipoproteínas de alta densidad (HDL), la elevación de las concentraciones de triglicéridos, el
aumento de la PA y la hiperglucemia” (Rovira, 2005).

La Tabla 1 muestra la clasificación de riesgo a enfermar según sexo y perímetro abdominal.

Tabla 1. Clasificación de riesgo de enfermar según sexo y perímetro abdominal

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Sexo Riesgo
Bajo Alto Muy Alto
Hombre < 92 cm >= 94 cm >= 102 cm
Mujer < 80 cm >= 80 cm >= 88 cm
Fuente: (World Health Organization, 2000)

D) Índice de masa corporal


Llamado en inglés (Body mass index, BMI) o índice de Quetelet. Se obtiene a partir del peso
(kg) y de la talla (m) mediante la siguiente fórmula: 𝐼𝑀𝐶 = 𝑃𝑒𝑠𝑜 (𝐾𝑔)⁄(𝑇𝑎𝑙𝑙𝑎 (𝑚))2

Es una determinación sencilla, pero de interés en epidemiología. Se acepta que un IMC < 16
va acompañado de un aumento de la morbilidad (Rovira, 2005).

La OMS propone la clasificación de valor nutricional según el IMC en la Tabla 2.

Tabla 2. Clasificación de la valoración nutricional de las personas adultas según índice de


masa corporal (IMC)
Clasificación IMC
Delgadez grado III < 16
Delgadez grado II 16 a < 17
Delgadez grado I 17 a < 18,5
Normal 18,5 a < 25
Sobrepeso (Preobeso) 25 a < 30
Obesidad grado I 30 a < 35
Obesidad grado II 35 a < 40
Obesidad grado III ≥ a 40
Fuentes: adaptado de OMS (1995); WHO (2000); FAO (2003).

También con estas medidas podemos hacer una estimación del metabolismo basal (MB) o
gasto energético basal que es el gasto energético que tendríamos en reposo, es decir, el
destinado al mantenimiento de las funciones vitales. Por ejemplo, una fórmula que nos da
una estimación muy rápida en varones es: MB (kcal/h)=1×P(kg), mientras que en mujeres
es: MB (kcal/h)= 0,9×P(kg).

2.2.2. Indicadores bioquímicos


Las pruebas bioquímicas permiten medir el nivel hemático (sanguíneo) de vitaminas,
minerales y proteínas e identificar la carencia específica de éstos. Su importancia radica en
detectar estados de deficiencias subclínicas por mediciones de las consecuencias de un
nutrimento o sus metabolitos, que reflejen el contenido total corporal o el tejido específico
más sensible a la deficiencia y en el apoyo que representan para otros métodos de evaluación
nutricional. La gran ventaja de los datos bioquímicos respecto al resto es su objetividad
debido al control de calidad riguroso que debe tener cada laboratorio y dentro de las
desventajas está: costosos; requieren de alta precisión en la obtención de la muestra,

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almacenamiento y análisis; en muestras de orina, los métodos de recolección son incómodos
(Castillo & Zenteno, 2004; Gimeno, 2003).

Tabla 3. Ejemplos de métodos bioquímicos de valoración del estado nutricional

Nutriente Indica ingestión reducida Indica función alterada o depleción


celular
Proteína Urea urinaria Creatinina en orina
Ácido fólico Folato plasmático Folato eritrocitario
Vitamina E Tocoferol plasmático Hemólisis de eritrocitos con H2O2
Hierro Sideremia, ferritina Citograma de sangre periférica
Calcio Calcio iónico Calcio plasmático
Selenio En sangre total o eritrocitos En cabello y uñas
Fuente: (Gimeno, 2003)

Según Gimeno (2003), hay dos tipos de análisis: los estáticos, que miden el valor real de
nutriente en una muestra concreta (hierro en suero, cinc en pelo) y los funcionales, que
cuantifican la actividad de una enzima que depende del nutriente de interés (ferritina en suero,
homocisteína plasmática). Existen tres métodos posibles: aquellos que nos indican si hay un
buen aporte o no a través de la dieta, los que nos indican si hay alguna función alterada que
depende de la cantidad de nutriente en estudio, y por último, existen métodos
complementarios.

Con estos últimos no podemos asegurar una posible deficiencia, pero ayudan a corroborar el
diagnóstico.

2.2.3. Los Indicadores Clínicos


Demuestran los cambios físicos que responden a una mala nutrición, y permiten identificar
signos y síntomas de las deficiencias o exceso de nutrimentos y aquellos relacionados con
una enfermedad.

En caso de malnutrición específica de algún nutriente o generalizada, cuando llega a un grado


importante de gravedad da lugar a la aparición de signos clínicos evidentes en ciertas zonas
u órganos corporales tales como la cara, cabello, cuello, ojos, labios, dientes, encías, lengua,
piel, uñas, tejido subcutáneo, abdomen, aparato genital, sistema esquelético y extremidades
inferiores. Por ello es necesario personal capacitado y con experiencia para realizar el análisis
(Gimeno, 2003)

Aunque no es posible tener una idea exacta del estado de nutrición a partir de datos dietéticos
exclusivamente, los resultados de las encuestas alimentarias sí permiten tener información
sobre la posibilidad de que una persona o un grupo de personas tengan ingesta inadecuada de
energía y nutrientes y constituyan un grupo de riesgo (Castillo & Zenteno, 2004).

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2.2.4. Estudio del consumo de alimentos
Es uno de los aspectos más importantes de la ciencia de la nutrición, pues hoy tenemos
suficiente evidencia de la relación que existe entre el modelo de consumo alimentario y
algunas enfermedades crónico-degenerativas, es por eso que uno de los aspectos más
interesantes a conocer respecto de la población, desde el punto de vista de la alimentación y
nutrición, es la manera en que se alimenta. La cantidad y el tipo de alimentos consumidos
proporcionan importantes antecedentes que pueden relacionarse con el desarrollo,
prevención y tratamiento de diversas enfermedades.

Una vez evaluado el consumo de alimentos, éste se transforma en ingesta de energía y


nutrientes mediante la bases de datos de composición de alimentos y, posteriormente, se
compara con las ingesta diaria recomendada para juzgar la adecuación de la dieta. Además,
el cálculo de diferentes índices de calidad permite tener una idea global del estado de
nutrición, evaluado a través de la dieta (Castillo & Zenteno, 2004).

III. Metodología
Se evaluó a una estudiante de género femenino de 20 años de edad, analizando indicadores
nutricionales antropométricos y nutricionales.

3.1 Indicadores Antropométricos

3.1.1. Peso
Para la determinación de peso se usó una balanza o báscula con unidad de medida en
kilógramos y calibrada en cero, debe ser ubicada en una superficie lisa, horizontal y sin
desniveles para evitar errores en las medidas.

Los individuos a pesar deben de estar despojados del exceso de ropa, además de quitarse los
zapatos, para recién subir a la balanza. El pesado se realiza con el cuerpo recto, los pies en
forma de V, los talones ligeramente separados y las manos en los muslos, procediendo a la
lectura en la pantalla de la balanza en kilógramos y la fracción restante en gramos.

3.1.2.Talla
La medida de la talla se realizó con el uso de un tallímetro pegado a una pared recta, con
medida en centímetros y con la ayuda de una superficie plana para hacer coincidir la altura
con el tallímetro.

Las personas a tallar deben estar descalzas, de pie con el cuerpo erguido en su máxima
extensión y cabeza recta mirando al frente, con las palmasdescansando sobre los muslos y
los pies en forma de V. Para hacer la medida debemos asegurar que los hombros, pantorrilas,
talones y la parte posterior de la cabeza se encuentren en contacto con la pared, procedemos
luego a la medida con una superficie plana, poniendola en contacto con la superficie superior

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de la cabeza (vertex craneal), comprimiendo ligeramente el cabello, tomando el valor de la
medición, en metros y centímetros.

3.1.2. Perímetro de la cintura


Se usa una cinta métrica flexible de longitud en centímetros (cm) y resolución en milímetros
(mm). La persona debe ubicarse en posición erguida, con el torso ligeramente descubierto,
de ser necesario debe desabrocharse la correa o el pantalón que puede comprimir el abdomen,
la persona debe estar relajada no comprimiendo el abdomen. Se realiza la medida debajo del
ombligo, en centímetros.

3.1.3. Índice de Masa Corporal (IMC)


El cálculo de IMC se realiza a través de la fórmula:

𝑷𝒆𝒔𝒐 (𝑲𝒈)
𝑰𝑴𝑪 =
(𝑻𝒂𝒍𝒍𝒂 (𝒎))𝟐

3.1.4. Metabolismo basal (MB)


El cálculo de MB se realiza a través de la fórmula:

𝑴𝑩(𝒌𝒄𝒂𝒍/𝒉) = 𝟎, 𝟗 × 𝑷(𝒌𝒈).

3.2. Hábitos nutricionales e Historial dietético


Los datos se obtuvieron directamente de la persona evaluada, se realizó una historial dietético
con los consumos aproximados en el transcurso de una semana con información propia del
individuo y sus consumos habituales.

IV. Resultados y discusiones


4.1. Composición corporal: Medidas Antropométricas
La persona evaluada es de sexo Masculino con una edad de 23 años, para la evaluación
nutricional se realizaron medidas antropométricas directas como: peso, talla y perímetro
abdominal e indirectas IMC (índice de masa corporal) y porcentaje de adecuación, los
resultados se muestran en la tabla 4.

Tabla 4. Resultado del análisis antropométrico


Medida Resultado
Peso 76.30 Kg.
Talla 1.70 m
IMC 26.40
Perímetro abdominal 93 cm
% Adecuación 120.2%
La talla de 1.70 m para varones adultos jóvenes de 23 años, según ENAHO – CENAN (Ver
Anexo 1) (Alvarez, 2011) puede considerarse alto con respecto a la talla promedio en el Perú

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(1.637m), pero en cuanto al peso de 76.30 kg. Para el mismo autor es más elevado respecto
al peso promedio (62.7 Kg). Considerando la contextura mediana de la persona, por su talla
según la OMS (Ver Anexo 2) debería pesar entre 62.0 – 68.0 Kg, lo que comprueba que la
persona debe bajar de peso para un equilibrio con su altura.

Un perímetro abdominal de 93 cm. De acuerdo a la WHO (2000) en (Ver Tabla 1), es


considerado factor Normal (Esenarro, Rojas, Del Canto, & Vílchez, 2012).

Se realizó un estudio de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 1995 para el IMC


adecuado a un determinado peso y talla (Ver Anexo 3); en este caso para un peso y talla de
76.30 kg y 1.70 m, corresponde un IMC adecuado de 26,4 pero sigue siendo adecuado para
una persona con valor nutricional normal según la OMS (Ver Tabla 2 y Anexo 4), dentro del
rango 23,1 <27,9 de IMC.

En base de los análisis efectuados el diagnóstico para la persona es: IMC esta en un sobre
peso grado 1, si no se realiza un cambio en los hábitos alimenticios y en las actividades
sedentarias podría desarrollar enfermedades cardiovasculares a largo plazo y obesidad.

Se recomienda mantener este valor de IMC, que significa sostener el peso de manera
constante. Desarrollar acciones de promoción de la salud como: orientación básica,
consejería nutricional, sesiones educativas o demostrativas de salud, alimentación e higiene,
fomento de estilo de vida saludable y la evaluación nutricional, por lo menos una vez al año.

4.2. Análisis de hábitos alimenticios y actividad física


La persona evaluada es una estudiante universitario y por consiguiente posee hábitos
alimentarios inadecuados, consumiendo alimentos sin un horario fijo contribuyendo a la
formación de enfermedades como la gastritis; su dieta consiste mayormente en productos de
la zona de Puno y productos que se encuentran en los mercados, entre ellos papa, camote,
chuño, habas, queso (frito), huevos (fritos o cocidos), carne (jurel, alpaca, chancho y pollo),
jugos de frutas (plátano, papaya y cereales mayormente), cereales y granos (arroz, quinua,
cañihua y quaker), chocolate, sopas con verduras, etc. Resultado una dieta alta en
macronutrientes: azúcares, proteínas y grasas pero baja en micronutrientes: vitaminas,
minerales y agua. Además de una concentración mayor de alimentos en la cena y poco en el
desayuno.

Posee hábitos la vida sedentaria y escasa actividad física a la semana o nula; la poca actividad
física se resume en caminatas, subir escaleras o traslados cotidianos y trabajos
eventualmente.

Los sedentarios tienen el doble de posibilidades de desarrollar males cardiacos en


comparación con las personas activas. Según la OMS (1995), la inactividad física constituye
el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad en el mundo. Solo es superada por la
hipertensión y el consumo de tabaco, e igualada por el exceso de glucosa en la sangre.

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Caminar con regularidad reduce los eventos cardiovasculares, asimismo, ir en bicicleta al
trabajo o cuatro horas de actividad recreativa por semana aminoran el riesgo de padecer estas
enfermedades. Los especialistas aconsejan realizar, al menos, dos horas y media de actividad
aeróbica moderada intensa cada semana (Wannamathee et al., 2000).

Infante (2009), recomienda para un adulto joven de entre 19 a 35 años, 30 minutos de


actividad aeróbica. 20 de tonificación muscular y 10 de flexibilidad (elongación), realizado
3 a 4 veces por semana; también recomienda actividades recreativas o deporte que trabaje
fuerza, resistencia, flexibilidad y velocidad, 4 a 5 veces (75-90 minutos) por semana.

Al igual que la pirámide de alimentación, existe la pirámide de la actividad física, que mide
la intensidad (y la salud) de nuestros hábitos, se muestra en la fig. 1

Fig 1. Pirámide de actividad física. Fuente: (CONADE & SEP, 2016)

Cumplir con lo establecido en la pirámide de actividad física también asegura un


mejoramiento en la calidad de vida, pero siempre acompañada con una nutrición balanceada
en un horario adecuado que cumpla con todos los gastos metabólicos y no olvidar el agua
que debe consumirse 1500 lt/día para vida sedentaria y 3000 lt/día para personas muy activas.

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Según el peso la cantidad de agua que debe tomar la persona evaluada es de 1.7lt.

V. Conclusiones
 Las medidas antropométricas realizadas mostraron riesgo de obesidad en el
individuo, encontrándose sobre el límite de peso e IMC de una persona normal.
 El individuo no presenta adecuados hábitos alimenticios, destacando en su dieta
alimentos altos en almidones y grasas, ocurriendo lo contrario para vitaminas,
minerales y agua; esto se refleja en las medidas antropométricas de la persona.
 Una dieta baja en carbohidratos, grasas saturadas, y proteínas animales
reemplazándolas por proteínas vegetales y alto en vitaminas, minerales en las
porciones adecuadas además la cantidad mínima de 1.5 lt de agua diarios
acompañadas de 2 horas y media de actividad física a la semana, disminuirán el riesgo
de obesidad y enfermedades cardiovasculares, contribuyendo a la formación de masa
muscular y disminución de peso

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VI. Bibliografía
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Esenarro, L. A., Rojas, M. C., Del Canto, J., & Vílchez, W. (2012). Guía Técnica Para La
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WHO/FAO Expert Consultation, Technical Report Series 916, Geneva, Switzerland

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VII. Anexos

Anexo 1. Medidas de peso y talla en mayores de 12 meses de edad, ENAHO - CENAN


Julio 2009 a Junio 2010– Perú.

Fuente: Estado Nutricional en el Perú Julio 2009-Junio 2010 (Alvarez, 2011)

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Anexo 2. Pesos en Kilogramos, recomendados o pesos ideales para personas adultas,
basada en unos cálculos medios de personas equilibradas en masa magra y en masa de
grasa.

Fuente: Metropolitan life height and weight insurance company. Tratado de Nutrición,
(2010)

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Anexo 3. Índice de masa corporal para algunas tallas y pesos

Fuente: OMS, 1995

13
Anexo 4. Pesos y tallas de los adultos correspondientes a los valores límites
recomendados para el índice de masa corporal

CLASIFICACION
PESOS Kg
DELGADEZ NORMAL SOBREPESO OBESIDAD
III II I I II II
Talla(m) <16 >=16 >=17 >=18.5 >=25 >=30 >=35 >=40
1.5 36 38.2 41.6 56.2 67.5 78.7 90
1.51 36.4 38.7 42.1 57 68.4 79.8 91.2
1.52 36.9 39.2 42.7 57.7 69.3 80.8 92.4
1.53 37.4 39.7 43.3 58.5 70.2 81.8 93.6 P1; P2
1.54 37.9 40.3 43.8 59.2 71.1 83 94.8
1.55 38.4 40.8 44.4 60 72 84 96.1
1.56 38.9 41.3 45 60.8 73 85.1 97.3
1.57 39.4 41.9 45.6 61.6 73.9 86.2 98.5
1.58 39.9 42.4 46.1 62.4 74.8 87.3 99.8
1.59 40.4 42.9 46.7 63.2 75.8 88.4 101.1
1.6 40.9 43.5 47.3 64 76.8 89.6 102.4
1.61 41.4 44 47.9 64.8 77.7 90.7 103.6
1.62 41.9 44.6 48.5 65.6 78.7 91.8 104.9
1.63 42.5 45.1 49.1 66.4 79.7 92.9 106.2
1.64 43 45.7 49.7 67.2 80.6 94.1 107.5
1.65 43.5 46.2 50.3 68 81.6 95.2 108.9
1.66 44 46.8 50.9 68.8 82.6 96.4 110.2
1.67 44.6 47.4 52.5 69.7 83.6 97.6 111.5
1.68 45.1 47.9 52.2 70.5 84.6 98.7 112.8
1.69 45.6 48.5 52.8 71.4 85.6 99.9 114.2
1.7 46.2 49.1 53.4 72.2 86.7 101.1 115.6
Fuente: OMS, 1995; Esenarro et al., 2012

: (Toro, 2014)

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