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Universidad Rafael Landívar

Campus Quetzaltenango
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Licenciatura en Relaciones Internacionales
Historia de las Ideas Políticas II
Lic. Jesús Hernández
El liberalismo ¿Es la oportunidad de desarrollo para nuestros pueblos?

La emancipación de las colonias latinoamericanas fue un proceso que tuvo la influencia

directa del liberalismo europeo, cuyo contenido ideológico formó parte primordial de la base que

sirvió para organizar los Estados, los regímenes políticos y la construcción civil de estas jóvenes

naciones. Sin embargo, este pensamiento se desarrolló de manera diferente y tuvo adaptaciones

diversas en cada una de ellas, debido a que poseían necesidades y realidades diferentes.

Actualmente, incluso se describe que el liberalismo fue secuestrado por los economistas o, tal vez

debería decirse, por algunas escuelas de economistas. Oponiéndose al tribalismo, la perspectiva

liberal se olvidó igualmente de la cuestión nacional, es decir, de la imprescindible necesidad de lo

común. Ese elemental deseo de pertenecer a una comunidad, de compartir origen y destino, se ha

despreciado como un atavismo irracional. Especialmente en Guatemala, en donde diversos grupos

sociales han sido minorizados, y nunca han sido tomado en cuenta. Consecuentemente, al formar

parte de un tejido social diverso, como en Guatemala, los rasgos identitarios de cada persona le

ubican como sujetos que, debido a sus condiciones políticas, económicas, sociales y de género,

revelan su alto grado de exposición a diversos niveles de exclusión y vulnerabilidad. Una primera

aproximación a la realidad de este segmento poblacional se da con todos los pueblos categorizados

como clase media baja, o clase baja que enfrentan desafíos en la legislación y políticas públicas,

acceso a la justicia, y cualquier tipo de servicio básico. Así pues, se llega a la interrogante ¿Es el

liberalismo la oportunidad de desarrollo para nuestros pueblos?

En este marco de fuerzas centrifugas que excluyen a las grandes mayorías del acceso a las

oportunidades para la construcción de una agencia en conjunto, es necesario estudiar, partiendo

Evelyn Karina Alvarado Caal


15042-17
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Historia de las Ideas Políticas II
Lic. Jesús Hernández
del liberalismo, las relaciones que permiten el desarrollo para solamente unos pocos. Esta dinámica

puede ser explicada desde la teoría liberal que nos explican (Burchill y Linklater, 2005):

“El liberalismo ha tenido un profundo impacto en la forma de todas las sociedades


industriales modernas. Ha favorecido a la limitación de gobierno y a la racionalidad
científica, creyendo que los individuos deberían ser libres del poder estatal arbitrario, la
persecución y la superstición.”
El liberalismo en este ensayo, por lo tanto, aboca por la libertad política, democrática y

garantía constitucional de los derechos. Ello privilegia, de acuerdo con esta teoría, la libertad y

equidad del individuo, por lo tanto, equidad de la ley. Por lo que el sistema de justicia debe de ser

abordado desde ese enfoque. Partiendo de ello, el liberalismo propone distintas pautas para el

desarrollo de una sociedad moderna que facilite el respeto a la libertad y a la individualidad, y

sobre todo a los derechos básicos de cada persona. Sin embargo, en Guatemala, según la CEPAL

en su publicación Panorama social de América Latina, citado por (Lara, 2018) “ubicó a Guatemala

como el segundo país más pobre del continente, con una incidencia de pobreza de 70.5 por ciento,

solo por encima de Nicaragua (74.1 por ciento), empatado con Honduras (70.5 por ciento) y por

debajo de todos los demás, incluyendo Haití.” Lo que demuestra que, aunque existan ciertas ideas

de liberalismo en Guatemala, estas no se han aplicado completa o correctamente en el país debido

al contexto guatemalteco.

La ley natural establece que los hombres nacen libres e iguales entre sí, tal es el estado

natural de los seres humanos, aun antes de que existieran sociedades y gobiernos. La libertad

natural del hombre debe estar a salvo de todo poder terrenal y no supeditarse a la voluntad o

autoridad legislativa del hombre, sino solo tener a la ley de naturaleza por norma. El hombre libre

transforma la naturaleza con su trabajo y constituye así la propiedad; el recolector que recoge unas

manzanas de los árboles del bosque las retira de la común propiedad original y las convierte en su

Evelyn Karina Alvarado Caal


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propiedad; para hacer esto no necesita del consentimiento de nadie porque, si tal consentimiento

fuera necesario, perecería de inanición. La propiedad es un principio de la ley natural, tan sagrada

como el principio de la propia conservación (Locke 1998, pp. 17-19).

Así como el recolector es propietario de los frutos y raíces que recoge para alimentarse, el

agricultor es poseedor de los frutos de la tierra que cultiva, con el único límite de producir lo que

podrá consumir antes de que los productos se pudran. Gracias, sin embargo, a la invención de la

moneda, el agricultor puede vender la parte de su producción que no consumirá y guardar el dinero,

que también será suyo; lo mismo pueden hacer el herrero, el zapatero o el fabricante de telas. El

dinero es, entonces, un legítimo almacén de la propiedad debida al trabajo. Vida, libertad y

hacienda son tres derechos naturales de los hombres, esto es, anteriores a la existencia de toda

sociedad y gobierno y son, por tanto, inalienables e imprescriptibles. Los gobiernos todos están

obligados a respetarlos y protegerlos en todo tiempo y lugar.

Sin embargo, el estado de naturaleza, aun cuando es un estado de hombres libres, iguales y con

propiedad, tiene algunos inconvenientes. Locke se pregunta: Si el hombre en su estado de

naturaleza es tan libre, si es señor absoluto de su persona y posesiones, igual a los mayores y por

nadie subyugado, ¿por qué habría de abandonar su libertad y someterse al dominio y dirección de

cualquier otro poder? Pero –agrega Locke– eso tiene obvia respuesta, pues, aunque en el estado de

naturaleza le valiera ese derecho, su goce resultaba precario y también expuesto a que lo invadieran

los demás, porque al ser todos tan reyes como él y cada hombre su igual, y siendo la mayor parte

de los hombres no estrictos observadores de la justicia, el disfrute de sus bienes en ese estado es

muy inestable y en zozobra. "Ello le hace desear el abandono de una condición que, aunque libre,

llena está de temores y continuados peligros; y no sin razón busca y se une en sociedad con otros

Evelyn Karina Alvarado Caal


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ya reunidos, o afanosos de hacerlo para esa mutua preservación de sus vidas, libertades y

haciendas, a que doy el nombre general de propiedad". (Locke, 1998, p. 73).

Así pues, el fin mayor y principal de los hombres que se unen en comunidades políticas y se

ponen bajo el gobierno de ellas es la preservación de su propiedad, para cuyo objeto faltan en el

estado de naturaleza diversos requisitos: en primer lugar, falta una ley conocida, fija, promulgada,

recibida y autorizada por común consentimiento como patrón de bien y mal, y medida común para

resolver cualesquiera controversias que entre los hombres se produjeren; en segundo lugar, falta

un juez conocido e imparcial, con autoridad para determinar todas las diferencias según la ley

establecida; en tercer lugar, falta el poder que sostenga y asista la sentencia, si ella fuere recta, y

le dé oportuna ejecución. (Locke, 1998, pp. 73-74).

Por lo demás, la razón humana no solo nos permite discernir los postulados de la ley natural,

como la libertad, la igualdad y la propiedad, sino también es un poderoso instrumento al servicio

de los fines del hombre: “Y un ser racional, naturalmente, nunca buscará o consentirá en empeorar

su situación; antes bien, siempre buscará mejorarla, por ejemplo, cuando decide abandonar el

estado natural para fundar el estado social.” (Locke, 1998, p. 75).

Como consecuencia de lo expuesto en el presente ensayo, es lógico pensar que Guatemala

podría considerar en algún momento implementar completamente las bases del liberalismo

enfocándose primordialmente en el ámbito social y haciendo diversos cambios al liberalismo

económico propuesto por los europeos, para que correspondan a las necesidades de la población.

Es decir que, aún se deben establecer esfuerzos en conjunto e individuales para que exista un

verdadero desarrollo para cada una de las personas que viven en el país.

Evelyn Karina Alvarado Caal


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Historia de las Ideas Políticas II
Lic. Jesús Hernández
El liberalismo predominante se ha desentendido de los poderes privados. Ha cerrado los ojos

a las formaciones oligárquicas que concentran poder y dinero. Desde las visiones más extremas

del individualismo liberal se ha llegado a la conclusión de que la desigualdad no es, en realidad,

problema. Al poder público le correspondería, por lo tanto, no hacer nada. El olvido de la tradición

igualitaria del liberalismo, esa que va de John Stuart Mill a John Rawls, ha sido terriblemente

costoso. La desigualdad no es irrelevante. Si la democracia importa, la igualdad importa. Por lo

que, es necesario entonces, que los países consideren a todas las personas de los pueblos

originarios, de todas las clases sociales, en especial de la clase media baja, y baja como un sujeto

prioritario y protagonista del desarrollo y la transformación social, y eso solamente se hará a través

de la aplicación de las bases de una ideología que se base en las necesidades de todos y todas. Por

el contrario, si no se busca el desarrollo de todos y todas, entonces el liberalismo no es la solución

para los problemas que aquejan a Guatemala puesto que solamente se enfocaría en fomentar la

pobreza, la explotación y el desarrollo de las clases altas.

Referencias Bibliográficas
Burchill, S. (2005). Teoría de las Relaciones Internacionales (Tercera ed.). Estados Unidos de
América: Palgrave Macmillan. Obtenido de
http://lib.jnu.ac.in/sites/default/files/RefrenceFile/Theories-of-IR.pdf.
Goldwin, R. (2004). "John Locke". En Strauss, L. y J. Cropsey (Comps.). Historia de la filosofía
política. México: Fondo de Cultura Económica.
Lara, M. A. (2018, Febrero 26). El Periodico. Retrieved from La pobreza en las estadísticas:
https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/26/la-pobreza-en-las-estadisticas/
Locke, J. (1998). Ensayo sobre el gobierno Civil. México: Porrúa.

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