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ZAPATEANDO 2

La ginopia
29 julio, 2010 a 18:33 pm (Babel)

Hotel Abismo

Javier Hernández Alpízar

La ginopia puede y debe ser


definida así: “Ginopia es miopía o ceguera a lo femenino, el no ver a las mujeres,
el no percibir su existencia ni sus obras; se entiende como una omisión,
generalmente no consciente, naturalizada y casi automática por lo anterior, a la
realidad de las mujeres. Se habla de ginope para calificar a los sujetos o grupos u
organizaciones que mantienen una práctica o patrón inveterado de omisión y
exclusión en el discurso y en la práctica, a la realidad de lo femenino o de las
propias mujeres.”

No introducimos este concepto por mero afán de enriquecer nuestro vocabulario,


a la manera de esa divertida e instructiva sección del Selecciones del Reader´s
Digest. Es necesario entender el asunto.

La definición de la ginopia la tomamos de Evangelina García Prince, quien en un


artículo de 2004 la necesitó definir y usar para hacer una crítica en Venezuela, en
el artículo: “La inaceptable ginopia de la Coordinadora Democrática es crónica y
grave”. Un diagnóstico de ojo clínico, además en un país cuyo gobierno algunos
consideran progresista.

La articulista no solamente define la palabra, también explica su importancia para


analizar a la sociedad: “Ginopia es un término que expresa, no un defecto físico
sino una condición socio cultural de grupos, sectores y personas, muy extendida
en nuestra cultura general, que es un rasgo fundamental de nuestra cultura
política, desgraciadamente, y que subsiste pese a las permanentes declaratorias
del liderazgo venezolano de turno, respecto a lo mucho que se aprecia y valora la
justicia, la equidad, la participación ciudadana y demás preciosismos principistas
y conceptuales de la democracia.”

Nos resuelve la tarea, sin duda. Porque tenemos que admitir que en México,
incluso en aquellos pedazos del territorio nacional que algunos consideran casi
casi “zonas liberadas”, porque son gobernados por los “progresistas”, la ginopia
existe y prevalece, y los individuos y grupos ginopes gobiernan, legislan, y hasta
“comunican” e “informan”.

Hay dos fenómenos concomitantes: el no ver, el no nombrar y el no escuchar,


bueno ya resultaron tres. No ver a las mujeres, es ginopia. No son las únicas que
no se ven. Pero son la mitad o poco más de la humanidad, así que es una ceguera
muy grande e importante.

El no nombrar (“lo que no es nombrado no existe”) porque el lenguaje es


administrado por una autoridad patriarcal, por ejemplo el absurdo que obliga a no
decir en femenino profesiones, cargos y títulos de mujeres, argumentando que el
diccionario no los incluye.

Y el no escuchar. Que cierra el círculo. Porque si ellas levantan la voz gritando:


¡Ginopes, ginopes!, parece como si lloviera. Al fin es una palabra que quizá
tampoco encontremos en el diccionario. Bueno, tampoco encontraremos en
cualquier diccionario la palabra “sororidad” (hermandad y solidaridad, apoyo
mutuo entre mujeres, en inglés sisterhood). Ni es fácil que encontremos la
palabra “escotomizar”, tomada del mundo médico: no ver, tener un punto o una
zona ciega en la visión. Puede ser llevada al terreno psicológico, moral, social,
político y filosófico: No ver, invisibilizar: a los indios, los negros, los menores de
edad, las niñas y los niños, las personas con preferencia sexual distinta.
Pero para mencionar a los obispos, militares, gobernantes, políticos, locutores,
periodistas (y en muchos casos incluso si son mujeres) que no ven a las mujeres,
está la palabra “ginopia”. Un mal chiste para cerrar: “la ginopia es el opio del
patriarcado”. Y un ejercicio sugerido: leer algunas notas o artículos periodísticos
al azar y comprobar que el mundo es de los hombres. ¿Y las mujeres? ¿Las abdujo
un ovni o nunca salen de la cocina?

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