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Las lecciones de la vida de Sansón

- Texto: Heb. 11:32-34


- Serie: Sansón, un hombre que no valoró los privilegios
- Meta: Que los jóvenes aprendan lecciones prácticas en la vida de Sansón para no
repetirlas en sus vidas
- Fecha: 24-02-17/
- Lugar: Campa Andahuaylas/

Introducción: Hemos estudiado toda la historia de Sansón y hemos visto como el pecado
termina arruinando por completo al hombre. El pecado es como una gangrena que
destruye poco a poco al ser humano.

Sin embargo, gracias a Dios que la historia de Sansón es un ejemplo para todos
nosotros. Pablo escribiendo a los romanos dice: Ro. 15:4 “Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y
la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”

Y a los Corintios les dice: 1 Co. 10:6-12 “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos
para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 7 Ni seáis
idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a
beber, y se levantó a jugar. 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y
cayeron en un día veintitrés mil. 9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le
tentaron, y perecieron por las serpientes 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos
murmuraron, y perecieron por el destructor.11 Y estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los
fines de los siglos. 12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”

En conclusión, todas las historias del Antiguo Testamento son para nosotros una
ilustración de aquello que Dios quiere que hagamos y aquello que Dios no desea que
hagamos.

En el estudio de hoy veremos algunos aspectos que no hemos tocado aún sobre la
historia de Sansón pero si pudiéramos resumir en breves palabras cuál fue la trágica
caída de este hombre de Dios, fue básicamente su desinterés por las cosas de Dios. No
valoró cuando debió, el nazareato, los privilegios de Dios y la gran bendición que Dios le
había dado para ser un siervo de él. El principio de una caída está siempre en alejarse de
Dios.

1. Nunca vemos a Sansón adorando a Dios por sus triunfos:


“15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató
con ella a mil hombres. 16 Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un
montón, dos montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres.”
Jue. 15:15-16

- Sansón era capaz de brindar a cualquier cosa en el mundo el triunfo de sus


victorias pero no reconocía que era Dios quien lo guiaba. Pro 21:31 “El caballo se
alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria.”

- Es triste cuando el cristiano al igual que Sansón atribuye la gloria de sus triunfos a
cualquier personaje o cosa en el mundo y no a Dios. Pablo reconoció que toda
victoria siempre depende de Dios. 2 Co 2:14 “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva
siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar
el olor de su conocimiento.”

- Joven ¿tienes estudios? ¿eres profesional? ¿conoces más que otros? ¿tiene más
capacidad que otros? ¿estás en una mejor condición económica que otros? ¿tienes
más oportunidades que otros? No es por ti, es por Dios. Recuerda, todos los
triunfos que tengas en tu vida no son tuyos son de Dios en ti.

2. Sansón sólo clama a Dios cuando está en aprietos:


“18 Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande
salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los
incircuncisos? 19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí
agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de
aquel lugar, En-hacore, el cual está en Lehi, hasta hoy.”
Jue. 15:18-19

- Esta es la primera vez en toda la historia de Sansón en la que él menciona a Dios, y


lo hace para pedir algo. Vemos que aquí él se encuentra bajo una gran presión, la
sed que tenía lo embargaba y Dios en su misericordia, le envía agua.

“28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí,
y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome
venganza de los filisteos por mis dos ojos.” Jue. 16:28

- Esta es la segunda vez que Sansón clama a Dios para pedirle fuerzas con las
cuales pueda vengarse de sus enemigos. No vemos que Sansón sea un hombre de
altares, de oración o de búsqueda de Dios. Sólo vemos acercándose a Dios cuando
tiene algo que pedirle.

- Es triste que muchos cristianos también seamos igual que Sansón, nos acercamos
a Dios sólo cuando estamos en problemas, aprietos o dificultades. Nos olvidamos
de Dios en todo momento de nuestra vida, pero queremos acercarnos a él cuando
necesitamos algo de él. Tenemos que aprender a “depender de Dios” y no a
“desprenderle a Dios”. Simplemente queremos de manera egoísta que él cumpla
nuestros deseos pero no queremos entregarnos ni consagrarnos a él.

3. Sansón nunca habló a nadie de Dios:


“17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja;
porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi
fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.” Jue.
16:17

- La única vez que Sansón habla a alguien del Dios al que sirve es a Dalila pero ni
siquiera lo hace de manera completo. Describe a su deidad como “Dios” y no como
Jehová que era su nombre personal. Dalila pudo haber pensado que se refería a
cualquier dios pagano. Sin embargo, Sansón nunca tuvo el interés de que ella
conozca al verdadero Dios.

- De la misma manera hoy en día hay muchos cristianos que no hablan a otros de
Cristo, no hablan a otros de la salvación de Dios y cuando deben dar testimonio de
su fe públicamente, lo evaden y hasta hacen mofa para no ser criticados. Un
creyente verdadero buscará siempre compartir a otros de Cristo, de su salvación y
de su gracia.

4. Sansón era autosuficiente en sus propias fuerzas:


En la historia de Sansón debemos notar algo importante, cada vez que Sansón
realiza una gran hazaña se dice que el Espíritu de Dios entró en él:

- Jue. 14:6 “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león
como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su
padre ni a su madre lo que había hecho.”

- Jue. 14:19 “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a
treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los
que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su
padre.”

- Jue. 15:14 “Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro;
pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos
se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus
manos.”

Sin embargo, el capítulo 15 termina diciendo: Y juzgó a Israel en los días de los
filisteos veinte años.

Pasados veinte años vemos a Sansón realizando otra gran hazaña pero sin el
poder del Espíritu Santo:

“3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y


tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al
hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.”
Jue. 16:3
Vemos ahora en Sansón un hombre que en veinte años no aprendió a confiar en
Dios. Confiaba en su propia fuerza, en su propia capacidad y no en Dios. Buscaba
su propia gloria y no glorificar a Dios.
- De la misma manera hoy en día hay muchos cristianos que se basan en sus propias
fuerzas para hacer sus trabajos o alcanzar sus metas, y no han aprendido que
deben siempre confiar en Dios y en el poder que él da para realizar todo lo que
debemos hacer.

- Aquel hombre que entrega a Dios sus fuerzas, será fortalecido por Dios para hacer
lo que debe. Recuerde: las fuerzas son de Dios no de usted.

5. Sansón pudo haber hecho más para Dios:


“32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac,
de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe
conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de
leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas
de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.”
Heb. 11:32-34

- Si bien es cierto Sansón es reconocido en el Nuevo Testamento como un héroe de


la fe, pues creyó que Dios le daría fuerzas en la debilidad, Sansón pudo haber
hecho más para Dios. Muchos de los planes que Dios tenía para Sansón
lamentablemente se frustraron por la misma carnalidad de él.

- Sansón ilustra a la gente que tiene poder para conquistar a otros, pero no pueden
dominarse a sí mismos. Quemó los campos filisteos, pero no pudo controlar el
fuego de su lujuria. Mató un león, pero no pudo matar las pasiones de la carne.
Podía fácilmente hacer pedazos las cadenas que los hombres le ponían encima,
pero las cadenas del pecado poco a poco crecieron con fuerza en su alma. En lugar
de guiar a la nación, prefirió trabajar por su cuenta y como resultado no dejó
ninguna victoria permanente detrás de sí. Se le recuerda por lo que destruyó, no por
lo que edificó. Le faltaba disciplina y dirección; sin esto, su fuerza no podía alcanzar
gran cosa. No logró dominar los impulsos carnales que surgieron a inicios de su
vida y que veinte años después lo mataron.

6. Hasta el último de sus días demostró su egoísmo:


“28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí,
y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome
venganza de los filisteos por mis dos ojos.” Jue. 16:28

- Sansón siempre fue un hombre egoísta y caprichoso, deseaba que se hagan las
cosas para su propio bien personal y no para el bienestar del pueblo. Cada vez que
él hace daño a los filisteos no lo hace por tomar venganza del pueblo de Israel, sino
lo hace por razones personales. Aunque Dios usó eso para castigar a los filisteos
hubiera sido mejor que Sansón sea un instrumento útil en las manos del Señor
completamente. Sansón pide a Dios fuerzas por última vez no para vengarse de los
filisteos por la opresión que causaban a Israel, sino por haberle quitado sus dos
ojos.

- De la misma manera hoy en día encontramos cristianos egoístas que tienen


peticiones incorrectas delante de Dios, tan sólo para beneficiarse ellos, sin
considerar a los demás. Stg. 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar
en vuestros deleites.”

7. Sansón fue un hombre fuerte, con capacidades de ser líder pero su debilidad
le llevó al fracaso:

Sansón no es el único caso de un hombre que es atraído y seducido al pecado por


su debilidad a las mujeres. David es también un claro ejemplo de ello:

“1 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que
David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los
amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. 2 Y sucedió un día,
al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de
la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era
muy hermosa. 3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es
Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. 4 Y envió David mensajeros, y la
tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se
volvió a su casa.”
2 Sam. 11:1-4

Salomón es otro de los casos:

“1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres


extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las
heteas; 2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os
llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar
vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. 3 Y
tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron
su corazón. 4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón
tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el
corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los
sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo malo
ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.
7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en
el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos
de Amón. 8 Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban
incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.” 1 Re. 11:1-8
- Que todo esto sea una enseñanza para nosotros, para dejar nuestras debilidades a
Dios y alejarnos lo más lejos posible del pecado. Todos tenemos debilidades, pero
tenemos que aprender a morir nosotros y confiar plenamente en Dios.

Conclusión: Amados jóvenes, que la vida de Sansón sea para nosotros un ejemplo de
que toda decisión en nuestras vidas traerá una consecuencia. De que no debemos jugar
con el pecado en ningún sentido, sino que debemos alejarnos de él y que Dios siempre
es un Dios de segundas oportunidades, Dios no desecha para siempre porque su
misericordia es nueva cada mañana.

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