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Introducción: Hemos estudiado toda la historia de Sansón y hemos visto como el pecado
termina arruinando por completo al hombre. El pecado es como una gangrena que
destruye poco a poco al ser humano.
Sin embargo, gracias a Dios que la historia de Sansón es un ejemplo para todos
nosotros. Pablo escribiendo a los romanos dice: Ro. 15:4 “Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y
la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”
Y a los Corintios les dice: 1 Co. 10:6-12 “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos
para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 7 Ni seáis
idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a
beber, y se levantó a jugar. 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y
cayeron en un día veintitrés mil. 9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le
tentaron, y perecieron por las serpientes 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos
murmuraron, y perecieron por el destructor.11 Y estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los
fines de los siglos. 12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”
En conclusión, todas las historias del Antiguo Testamento son para nosotros una
ilustración de aquello que Dios quiere que hagamos y aquello que Dios no desea que
hagamos.
En el estudio de hoy veremos algunos aspectos que no hemos tocado aún sobre la
historia de Sansón pero si pudiéramos resumir en breves palabras cuál fue la trágica
caída de este hombre de Dios, fue básicamente su desinterés por las cosas de Dios. No
valoró cuando debió, el nazareato, los privilegios de Dios y la gran bendición que Dios le
había dado para ser un siervo de él. El principio de una caída está siempre en alejarse de
Dios.
- Es triste cuando el cristiano al igual que Sansón atribuye la gloria de sus triunfos a
cualquier personaje o cosa en el mundo y no a Dios. Pablo reconoció que toda
victoria siempre depende de Dios. 2 Co 2:14 “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva
siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar
el olor de su conocimiento.”
- Joven ¿tienes estudios? ¿eres profesional? ¿conoces más que otros? ¿tiene más
capacidad que otros? ¿estás en una mejor condición económica que otros? ¿tienes
más oportunidades que otros? No es por ti, es por Dios. Recuerda, todos los
triunfos que tengas en tu vida no son tuyos son de Dios en ti.
“28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí,
y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome
venganza de los filisteos por mis dos ojos.” Jue. 16:28
- Esta es la segunda vez que Sansón clama a Dios para pedirle fuerzas con las
cuales pueda vengarse de sus enemigos. No vemos que Sansón sea un hombre de
altares, de oración o de búsqueda de Dios. Sólo vemos acercándose a Dios cuando
tiene algo que pedirle.
- Es triste que muchos cristianos también seamos igual que Sansón, nos acercamos
a Dios sólo cuando estamos en problemas, aprietos o dificultades. Nos olvidamos
de Dios en todo momento de nuestra vida, pero queremos acercarnos a él cuando
necesitamos algo de él. Tenemos que aprender a “depender de Dios” y no a
“desprenderle a Dios”. Simplemente queremos de manera egoísta que él cumpla
nuestros deseos pero no queremos entregarnos ni consagrarnos a él.
- La única vez que Sansón habla a alguien del Dios al que sirve es a Dalila pero ni
siquiera lo hace de manera completo. Describe a su deidad como “Dios” y no como
Jehová que era su nombre personal. Dalila pudo haber pensado que se refería a
cualquier dios pagano. Sin embargo, Sansón nunca tuvo el interés de que ella
conozca al verdadero Dios.
- De la misma manera hoy en día hay muchos cristianos que no hablan a otros de
Cristo, no hablan a otros de la salvación de Dios y cuando deben dar testimonio de
su fe públicamente, lo evaden y hasta hacen mofa para no ser criticados. Un
creyente verdadero buscará siempre compartir a otros de Cristo, de su salvación y
de su gracia.
- Jue. 14:6 “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león
como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su
padre ni a su madre lo que había hecho.”
- Jue. 14:19 “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a
treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los
que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su
padre.”
- Jue. 15:14 “Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro;
pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos
se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus
manos.”
Sin embargo, el capítulo 15 termina diciendo: Y juzgó a Israel en los días de los
filisteos veinte años.
Pasados veinte años vemos a Sansón realizando otra gran hazaña pero sin el
poder del Espíritu Santo:
- Aquel hombre que entrega a Dios sus fuerzas, será fortalecido por Dios para hacer
lo que debe. Recuerde: las fuerzas son de Dios no de usted.
- Sansón ilustra a la gente que tiene poder para conquistar a otros, pero no pueden
dominarse a sí mismos. Quemó los campos filisteos, pero no pudo controlar el
fuego de su lujuria. Mató un león, pero no pudo matar las pasiones de la carne.
Podía fácilmente hacer pedazos las cadenas que los hombres le ponían encima,
pero las cadenas del pecado poco a poco crecieron con fuerza en su alma. En lugar
de guiar a la nación, prefirió trabajar por su cuenta y como resultado no dejó
ninguna victoria permanente detrás de sí. Se le recuerda por lo que destruyó, no por
lo que edificó. Le faltaba disciplina y dirección; sin esto, su fuerza no podía alcanzar
gran cosa. No logró dominar los impulsos carnales que surgieron a inicios de su
vida y que veinte años después lo mataron.
- Sansón siempre fue un hombre egoísta y caprichoso, deseaba que se hagan las
cosas para su propio bien personal y no para el bienestar del pueblo. Cada vez que
él hace daño a los filisteos no lo hace por tomar venganza del pueblo de Israel, sino
lo hace por razones personales. Aunque Dios usó eso para castigar a los filisteos
hubiera sido mejor que Sansón sea un instrumento útil en las manos del Señor
completamente. Sansón pide a Dios fuerzas por última vez no para vengarse de los
filisteos por la opresión que causaban a Israel, sino por haberle quitado sus dos
ojos.
7. Sansón fue un hombre fuerte, con capacidades de ser líder pero su debilidad
le llevó al fracaso:
“1 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que
David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los
amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. 2 Y sucedió un día,
al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de
la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era
muy hermosa. 3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es
Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. 4 Y envió David mensajeros, y la
tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se
volvió a su casa.”
2 Sam. 11:1-4
Conclusión: Amados jóvenes, que la vida de Sansón sea para nosotros un ejemplo de
que toda decisión en nuestras vidas traerá una consecuencia. De que no debemos jugar
con el pecado en ningún sentido, sino que debemos alejarnos de él y que Dios siempre
es un Dios de segundas oportunidades, Dios no desecha para siempre porque su
misericordia es nueva cada mañana.