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Hepatitis alcohólica
Síntomas
Pérdida de apetito
Náuseas y vómitos
Sensibilidad abdominal.
Fatiga y debilidad.
análisis de sangre;
Estos químicos activan la inflamación que destruye las células del hígado.
Algunos de los factores que pueden contribuir a la hepatitis alcohólica son los
siguientes:
Sin embargo, la hepatitis alcohólica puede ocurrir entre quienes beben menos y
tienen otros factores de riesgo.
Tratamiento
Dejar de beber
Medicamentos
Asesoramiento psicológico
Tu médico puede recomendarte una dieta especial para corregir los problemas
nutricionales. Probablemente se te derivará a un nutricionista que pueda
sugerirte maneras de aumentar el consumo de las vitaminas y los nutrientes
que te faltan.
ENFERMEDAD DE WILSON
La enfermedad de Wilson, también denominada degeneración hepatolenticular, es
una alteración en el metabolismo del cobre que se encuentra en el organismo,
lo que ocasiona una acumulación del mismo en diferentes tejidos, sobre todo en
hígado, núcleos basales y cornea.
Bajo condiciones fisiológicas normales, el hígado se encarga de filtrar el exceso de
cobre y lo incorpora en el líquido de la bilis que se secreta. Las personas con
enfermedad de Wilson no pueden filtrar todo el cobre y por ello se acumula.
Estas pequeñas cantidades de cobre que contiene el cuerpo humano son
esenciales para las funciones orgánicas normales, pero su alta concentración puede
resultar mortal para los pacientes que padecen esta enfermedad.
Por norma general, el cobre es un potente toxico celular cuando está libre, por lo
que las células se defienden neutralizándolo mediante su unión a proteínas y otros
componentes intracelulares. En el momento en el que el cobre es excesivo, los
mecanismos de defensa fallan y se produce daño a los tejidos.
Según la Asociación Española de Pediatría, se transmite por herencia y tiene una
prevalencia de entre 10 y 30 millones de habitantes.
La enfermedad de Wilson está categorizada como rara. Según la Unión Europea
enfermedad rara es aquella que afecta a menos de cinco personas de cada diez
mil.
Causas
La causa principal que caracteriza a este trastorno es el factor hereditario, pero es
poco común ya que, incluso en el caso de que ambos padres porten el gen anormal
que lo ocasiona, sólo existe un 25 por ciento de probabilidades de que el hijo
tenga la afección.
Está determinada como enfermedad hereditaria por mecanismo autosómico
recesivo, sólo la padece la población homocigota y, clínicamente, se manifiesta
como una enfermedad hepática, neurológica o neuropsiquiátrica, o como una
combinación de ambas.
Esta afección incide, fundamentalmente, en niños, adolescentes y adultos jóvenes,
aunque en la actualidad están comenzando a darse casos de pacientes a los que
se diagnostica la patología después de los 40 años. Algunos, porque los síntomas
se han presentado a esta edad y otros, porque no habían sido diagnosticados
adecuadamente con anterioridad.
Síntomas
Las manifestaciones que presenta la enfermedad de Wilson son muy diversas y
dependen de cómo evolucionan los depósitos de cobre pero, en términos
generales, los síntomas suelen ser hepáticos en las primeras fases de la
enfermedad y neurológicos y neuropsiquiátricos en las fases más avanzadas.
En general, los síntomas principales de esta patología engloban los siguientes:
Dificultad o rigidez al mover los brazos y las piernas y dificultad para caminar.
Distensión abdominal.
Otros datos
Para esta afección se requiere tratamiento de por vida. Es una patología que puede
ser mortal, además puede incluir la pérdida de la función hepática.
Del mismo modo, pueden desarrollarse múltiples enfermedades como la anemia,
complicaciones en el sistema nervioso, muerte de los tejidos hepáticos, hepatitis,
aumento de las probabilidades de fractura de los huesos o complicaciones
psicológicas
La hepatitis vírica aguda es una inflamación del hígado debida a la infección por
alguno de los cinco virus de la hepatitis. En la mayoría de las personas, la
inflamación comienza de forma súbita y solo dura unas semanas. Puede ser desde
asintomática a presentar síntomas graves.
Los médicos realizan una exploración física y extraen muestras de sangre para
analizarla.
La hepatitis vírica aguda puede ser causada por uno de los cinco virus de la hepatitis
(A, B, C, D y E, ver Virus de la hepatitis) y, probablemente, por otros virus aún no
identificados. El virus de la hepatitis A es la causa más frecuente, seguido del de la
hepatitis B. El riesgo de contraer hepatitis aumenta al realizar ciertas actividades,
como hacerse un tatuaje o una perforación estética, compartir agujas para inyectarse
drogas o tener varias parejas sexuales.
Sintomas
La hepatitis vírica aguda puede dar lugar a cualquier cuadro clínico, desde un trastorno
menor, similar a una gripe, hasta una insuficiencia hepática mortal. A veces cursa de
forma asintomática. La gravedad de los síntomas y la velocidad de recuperación
varían considerablemente en función del tipo de virus y de la respuesta de la persona a
la infección. La hepatitis A y la hepatitis C suelen cursar con síntomas muy leves o ser
asintomáticas y pueden pasar inadvertidas, mientras que las hepatitis B y E producen
síntomas graves con mayor probabilidad. La infección simultánea por los virus de la
hepatitis B y D (llamada coinfección) hace que los síntomas sean aún más graves.
Los síntomas suelen aparecer repentinamente y son, entre otros, falta de apetito,
náuseas, vómitos y a menudo fiebre y dolor en la parte superior derecha del abdomen
(donde está localizado el hígado). En las personas fumadoras, la aversión al tabaco es
un síntoma típico. Algunas veces, en especial en la hepatitis B, las personas infectadas
presentan dolores articulares y urticaria con prurito (habones).
Por lo general, entre 3 y 10 días después, la orina suele volverse oscura y aparece
ictericia (coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de los ojos, la
bilirrubina es el principal pigmento de la bilis, el líquido digestivo amarillo-verdoso
producido por el hígado. La mayoría de los síntomas desaparecen habitualmente en
este punto y la persona se siente mejor, aun cuando la ictericia puede empeorar. La
ictericia suele alcanzar su nivel máximo en el periodo de 1 a 2 semanas y luego, de la
semana 2 a la 4, va desapareciendo. Pueden presentarse síntomas de colestasis (una
reducción o interrupción del flujo de la bilis), tales como deposiciones blanquecinas y
prurito generalizado, en especial en personas con hepatitis A.
En raras ocasiones, los síntomas llegan a ser extremadamente graves y aparece
insuficiencia hepática (llamada hepatitis fulminante). Las personas que padecen
hepatitis B, y sobre todo aquellas con una coinfección por hepatitis D, son más
propensas a tener una hepatitis fulminante cuya progresión puede ser muy rápida. Las
sustancias tóxicas, eliminadas normalmente por el hígado, se acumulan en la sangre y
llegan al cerebro, lo que provoca encefalopatía hepática (portosistémica) L.a hepatitis
fulminante puede resultar mortal, sobre todo en adultos.
Las personas con hepatitis vírica aguda generalmente se recuperan en 4 u 8 semanas,
incluso sin tratamiento. Sin embargo, las personas infectadas por el virus de la
hepatitis C pueden convertirse en portadoras del virus. Las personas infectadas con
hepatitis B tienen menos probabilidades de convertirse en portadores. Los portadores
no tienen síntomas, pero siguen estando infectados y transmiten el virus a otras
personas. Los portadores pueden llegar a padecer hepatitis crónica, pese a que la
enfermedad no sea aparente.
Diagnóstico
El médico sospecha la existencia de una hepatitis vírica aguda basándose en los
síntomas que presenta la persona. Durante la exploración física, el médico palpa la
parte del abdomen situada sobre el hígado, el cual está dolorido y algo aumentado de
tamaño en aproximadamente la mitad de las personas con hepatitis vírica aguda.
Se realizan análisis de sangre para evaluar cómo está funcionando el hígado y si está
dañado (pruebas de función hepática). Estos análisis pueden indicar si el hígado está
inflamado y con frecuencia, ayudan al médico a distinguir una hepatitis derivada del
abuso de alcohol de otra causada por un virus. Se realizan análisis de sangre para
ayudar a los médicos a identificar cuál es el virus de la hepatitis causante de la
infección. Estos análisis pueden detectar partes del virus o anticuerpos específicos
producidos por el organismo para combatir el virus.
En algunos casos, si el diagnóstico no está claro, se realiza una biopsia: se extrae una
muestra de tejido hepático con una aguja y se examina.
Las personas con hepatitis no deben consumir alcohol hasta estar totalmente
recuperadas. A veces es necesario que el médico interrumpa la administración de un
fármaco o reduzca su dosis, cuando este, debido a la incapacidad del hígado infectado
para procesarlo (metabolizarlo), se acumula en el organismo con riesgo de alcanzar
concentraciones tóxicas (como ocurre con la warfarina o la teofilina). Por lo tanto, la
persona debe informar al médico de todos los fármacos que está tomando (tanto los
que necesitan prescripción médica como los que se adquieren libremente, incluidas las
plantas medicinales), para que este realice los ajustes de dosis que sean necesarios.
Prevención
Si una persona que nunca ha sido vacunada está expuesta al virus de la hepatitis A
puede protegerse mediante la inyección de un preparado de anticuerpos denominado
concentrado de inmunoglobulinas estándar, el cual evita la infección o disminuye su
gravedad. Sin embargo, el grado de protección que aporta es variable y es solo
temporal.
Se pueden adoptar otras medidas preventivas contra la infección por los virus de la
hepatitis:
Síndrome de Gilbert
Síntomas
Deshidratación
Menstruación
Estrés
Ejercicio intenso.
Falta de sueño.
Causas
Factores de riesgo
Eres varón.
Diagnóstico
Tratamiento
Cuando las vías biliares están dañadas, la bilis puede acumularse en el hígado y, a
veces, causar una cicatrización irreversible del tejido hepático (cirrosis).
Síntomas
Fatiga
Picazón de la piel
Depósitos de grasa (xantomas) en la piel que rodea los ojos, los párpados o
en los pliegues de las palmas, las plantas de los pies, los codos o las rodillas
Adelgazamiento
Causas
Sexo. La mayoría de las personas con colangitis biliar primaria son mujeres.
Los investigadores creen que los factores genéticos combinados con determinados
factores ambientales desencadenan la colangitis biliar primaria. Estos factores
ambientales pueden comprender los siguientes:
Tabaquismo
Diagnóstico
Análisis de sangre:
Tratamiento
No existe una cura para la colangitis biliar primaria, pero hay medicamentos
disponibles para disminuir el avance de la enfermedad y evitar complicaciones.
Estas son algunas de las opciones:
La colangitis biliar primaria causa fatiga. Sin embargo, los hábitos diarios y otras
enfermedades pueden afectar el nivel de cansancio. Los investigadores están
evaluando si un medicamento llamado «modafinilo» (Provigil) puede ayudar a
reducir la fatiga en personas con colangitis biliar primaria. Se necesita más
investigación.