LA MARAVILLA DE LA IGLESIA confirma y se evidencia en la Iglesia.
Eso hace
TEXTO Efesios 2:14-16
Introducción
El pecado es la más clara realidad en este
mundo. Los noticieros hacen su negocio de ello.
Lo triste es que casi nadie se pone a analizar esa
condición humana.
La Biblia hace lo que ningún noticiero o
documental hace. Analiza y explica el problema
del pecado. Lo hace desde el capítulo 3 de
Génesis. El pecado hizo dos cosas, que es muy
fácil comprobar:
- Hizo una separación entre Dios y los seres
humanos (Adán y Eva se escondieron de
Dios).
- Hizo una separación entre los seres
humanos mismos (Adán echó la culpa a
Eva).
Desde ese momento, la historia del mundo tiene
dos componentes:
i. La historia de la enemistad entre Dios
y los hombres.
ii. La historia de la enemistad entre los
seres humanos.
Cristo es el que resuelve la tragedia de la historia
humana. Él vino al mundo para reconciliar al ser
humano con Dios (v.13), y también para efectuar
la reconciliación entre los seres humanos.
ILUSTRACIÓN: Iglesias en Israel, compuesta de
judíos y palestinos.
En los v.14-16, Pablo trata el tema de la
reconciliación que Dios efectúa entre dos
grandes, implacables enemigos: los judíos y los
gentiles. Ellos representan la enemistad que
ocurre entre los seres humanos, a diferentes
niveles. Pablo declara que esos grandes
enemigos son reconciliados por medio del
evangelio de Cristo; y esa reconciliación se
que la Iglesia sea una gran maravilla.
¿Cómo es que Cristo reconcilia los seres
humanos en la Iglesia?
1. DERRIBA LA PARED DE SEPARACIÓN
(v.14)
Hace 2,000 años, en el templo en Jerusalén,
había una pared que separaba a los judíos de los
gentiles. Era parte de la ley ceremonial (“la ley
de los mandamientos”, v.15). Esa pared
representaba la división de la raza humana en
dos grupos (“pueblos”). La gravedad de esa
división se ilustra en Hch 10:28.
En el v. 14, Pablo hace una tremenda afirmación.
La muerte de Cristo derribó esa “pared
intermedia de separación” (al igual que rasgó el
velo que separaba Dios de los hombres). Es
interesante notar el paralelo entre lo que pasó
con el velo y lo que pasó con esta pared. ¡Ambos
estaban en el templo!
En el templo, el velo separaba al hombre de Su
Creador. Ese velo fue roto cuando Cristo murió,
indicado que se había efectuado la reconciliación
entre Dios y el hombre.
Pablo afirma que en el templo, la pared que
separaba a los judíos de los gentiles también fue
derribada. Claro, eso no ocurrió físicamente. El
muro quedó parado; pero ya era obsoleto. No
tenía sentido. Unos 40 años después, los
soldados romanos lo derribaron físicamente.
Pero ya en la Iglesia primitiva había judíos y
gentiles adorando al Señor juntos, en unidad;
reconciliados por la muerte de Cristo.
Hoy no tenemos el problema de judíos y gentiles;
pero tenemos otros problemas. Cuantas barreras
hay entre personas, que no les permite estar
tranquilos juntos.
EJEMPLO: Una señora de la clase media alta,
convertida; incómoda de sentarse al
lado de una persona de un pueblo
joven. Fue lindo ver cómo esa
hermana cambió, y al final tenía esa
clase de persona en una célula en su
casa.
En la Iglesia no debe haber nada que separe a
las personas. Toda barrera humana ha sido
derribada en Cristo. ¿Cómo? Porque somos
salvos ‘en Cristo’. No hay distinción alguna entre
nosotros. Para la salvación no hay clase social,
nivel educativo, etc. Todos estamos en
exactamente la misma condición, y somos salvos
en la misma manera. No hay ‘clases’ en la
salvación.
¡La Iglesia es una maravilla!
REFLEXIÓN: ¿Estamos viviendo esa realidad? ¿O
habrá barreras aun entre nosotros?
2. ABOLIÓ LAS ENEMISTADES (v.15a, 16b)
La “ley de los mandamientos” y las “ordenanzas”
(v.15), que Dios dio a Moisés, produjo una
enemistad entre judío y gentil. Claro, ese no fue
el propósito de Dios; fue lo que el pecado hizo –
“tomando ocasión por el mandamiento” (Rom
7:8), produjo enemistades.
Los judíos se enorgullecieron, y pensaron que
Dios no amaba a los gentiles.
Los gentiles reaccionaron con indignación ante la
superioridad de los judíos.
Esto generó una tremenda y mutua enemistad
entre ellos.
¿Qué hizo Dios? Simplemente abolió las
enemistades (v.15a). ¿Cómo lo hizo?
Sorprendentemente, Pablo responde: “en su
carne” (v.15a). De los dos antiguos pueblos
enemigos, Cristo hizo la paz; lo hizo, formando
“de los dos un solo y nuevo hombre” (v.15b).
Esta es la maravilla de la Iglesia. Es el cuerpo de
Cristo; un cuerpo compuesto de personas de
diversos contextos y clase social. Dios ordena las
cosas en ese ‘cuerpo’ en tal manera que mata las
enemistades.
EJEMPLO: 1 Cor 12:21-27).
¡Que increíble es la Iglesia!
REFLEXIÓN: ¿Tenemos alguna enemistad en la
Iglesia? Es incongruente.
3. HIZO LA PAZ CON DIOS (v.15b-16)
Habiendo formado ese nuevo cuerpo, lo que
Cristo hizo fue “reconciliar con Dios a ambos en
un solo cuerpo, matando en ellas las
enemistades” (v.16). Si las enemistades han
sido ‘matadas’, entonces lo que hay es paz. Paz
con Dios, pero también paz entre los miembros
del cuerpo (v.15b).
En la Iglesia, las antiguas enemistades son
eliminadas, porque ante la cruz no hay
diferencia. Todos somos pecadores. La cruz nos
nivela a todos. Por eso puede haber iglesias de
judíos y palestinos. Porque la unidad en el cuerpo
de Cristo toma precedencia sobre las
enemistades que hay al nivel humano/carnal.
LECCION: La parábola de los dos deudores.
Si hay tensiones entre dos ‘creyentes’, eso indica
que uno o ambos, no entienden aun el evangelio;
no han sido perdonados, o no entienden lo que
es el perdón.
Cuando hay un verdadero entendimiento del
evangelio, el resultado será paz entre los
hermanos, y una Iglesia unida.
¡Qué maravilla es la Iglesia!
REFLEXIÓN: ¿Tenemos paz entre hermanos?
¿Entre esposos?
¿Entre hermanos?
¿Entre jóvenes?
¿Entre adultos?
¿Entre ministerios?
Conclusión
Es un privilegio ser parte de la Iglesia; pero
debemos poner de nuestra parte. No habrá
unidad si no entendemos lo que Cristo ha hecho
por nosotros. No habrá paz y unidad a no ser
que nos hemos reconciliado con Dios, en Cristo.