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FACULDAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO : Derecho Comercial I

TEMA : Actividad N° 10

DOCENTE : Abog. Mgt. Raúl Rosario Roldán

ALUMNA : Campomanes Tarazona Ayda María

CICLO : VII

HUARAZ - ANCASH
2018
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo queremos dar a conocer lo que son las sociedades


irregulares y poder resolver la duda que se tiene si estas subsisten entre las
actividades comerciales, entre otros conocimientos adicionales más.

A esta clase de sociedades se les llama también de hecho y son las que se forman
sin escritura pública o si existiendo esta se omite inscribirlas en el registro. Los
socios son responsables solidariamente ante las personas extrañas a la empresa.

Hay Ejecutorias de la corte suprema en el sentido de que no habiendo escritura de


constitución no existe sociedad constituida, pero debe tenerse en cuenta que basta
el ánimo de formar sociedad para que exista y que es validad entre los socios si se
prueba el hecho.

La administración de la sociedad Irregular corresponde a sus administradores y


representantes designados en el pacto social o en los acuerdos entre socios. Se
presume que los socios y administradores de la sociedad irregular actúan
individualmente, por lo que están facultados para realizar actos urgentes y solicitar
medidas judiciales cautelares.
SOCIEDAD IRREGULAR

Sociedad irregular, en el Derecho societario, es la denominación de las sociedades


que no se encuentran constituidas de una manera regular y/o legal. También se
denominan genéricamente sociedad de hecho.

El problema reside en que el contrato de sociedad es formal, esto es, requiere de


una serie de formalidades, como el registro o la escritura pública, para su
consecución. Cuando una sociedad se encuentra en proceso de constitución, pero
todavía no está completada, en ocasiones contrae obligaciones con terceros, y es
necesario regular qué ocurre en esos casos.

Por ello, las sociedades irregulares son aquellas que exteriorizándose como
entidades societarias de carácter mercantil ante terceros, se encuentran sujetas a
una situación jurídica especial por la falta de uno o más de los requisitos legales
para su constitución.

Las sociedades irregulares pueden serlo por su origen , o sea, aquellas cuya
existencia consta de prueba escrita pero que no se han constituido por escritura
pública; o por irregularidad sobrevenida, o sea, las que continúan en actividad
después de vencido el plazo de duración, o no obstante la pérdida de su capital en
la proporción señalada en la Ley; o las que modifican su organización sin las
formalidades legales, o las que, en general, debían haberse disuelto en virtud de la
causal prevista en la ley o en el pacto social.

En primer término, es sociedad irregular la que no se ha constituido e inscrito


conforme a los preceptos legales. Pero, no obstante, este hecho, las relaciones
internas se rigen por el pacto social o por ley, según la clase de sociedad de
miembros de su organismo de gobierno, responden en forma personal, solidaria e
ilimitada frente a terceros; de donde se desprende que los socios solo podrían hacer
valer entre ellos la responsabilidad respecto a quienes gozaran de este beneficio,
pero la limitación no tendrá valor en relación con terceros. De esta manera, entre
los socios, la sociedad será del tipo convenido por ellos.

No puede aceptarse, desde una vista práctica, que la existencia de la sociedad por
inobservancia de la forma determine la nulidad de todos los contratos celebrados
por ella, originando perjuicios a terceros, que no tienen responsabilidad por las
omisiones formales en que se hubiera ocurrido.

La ley procura por diversos medios la regularización de las sociedades irregulares,


privándolas en michos casos de las garantías que se conceden a las sociedades
regularmente constituidas. Cualquier socio puede pedir la formalización de la
constitución del pacto social o, en su caso, la inscripción. Hay otras medidas
indirectas que conducen a la regularización.

El nacimiento, actividad y disolución de la sociedad producen una serie de


relaciones jurídicas que el derecho regula en forma sistemática para dar eficacia y
asegurar tanto a la institución como a quienes se pongan en relación con ella. Es
por estas razones que se ha creído conveniente rodear a la constitución de la
sociedad de todas las garantías que su importancia aconseja, estableciendo
condiciones y requisititos que deben de cumplirse para que adquiera todos los
atributos que a ley le otorga para el normal desenvolvimiento de su actividad.

Según el artículo 423º de la Ley, es irregular la sociedad que no se ha constituido


ni inscrito conforme a la ley o la situación de hecho que resulta que dos o más
personas actúan de manera manifiesta en sociedad sin haberla constituido e
inscrito. En cualquier caso, una sociedad adquiere la condición de irregular:

a) Transcurrido setenta días desde que los socios fundadores han formado el
pacto social sin haber solicitado el otorgamiento de la escritura pública de
constitución;
b) Transcurrido treinta días desde que la asamblea designó al o los firmantes
para otorgar la escritura pública sin que estos hayan solicitado su
otorgamiento;
c) Transcurrido más de treinta días desde que se otorgó la escritura pública de
constitución, sin que haya solicitado su inscripción en el Registro;
d) Transcurrido treinta días desde que quedo forme la denegatoria a la
inscripción formulada por el Registro;
e) Cuando se ha transformado sin observarse las disposiciones de esta ley; o,
f) Cuando continúa en actividad no obstante haber incurrido en causal de
disolución prevista en la Ley, el pacto social o el estatuto.
Se tiene, de esta manera, que hacer la distinción de lo que se entiende por una
sociedad irregular; y aquel otro concepto relacionado con una sociedad en
formación; en esta última puede suceder que no se haya cumplido con constituir la
sociedad e inscribirla en el Registro, sin embargo, se ha cumplido con realizar los
actos necesarios dentro de los plazos establecidos en la Ley; por lo que no
podemos calificarla como una sociedad irregular, sino como sociedad en
formación. Así, por ejemplo, calificaremos una sociedad como irregular, cuando
han transcurridos treinta días de suscrita la escritura pública de constitución de la
sociedad, y no ha cumplido con solicitar su inscripción en el Registro. Caso
distinto al que supone haber suscrito la escritura pública, haber solicitado la
inscripción en el Registro y haber transcurrido los treinta días. En este caso
estamos ante una sociedad en formación, pues se ha cumplido con solicitar la
inscripción de la sociedad en el Registro y ya no depende de la voluntad de los
socios la inscripción de dicho acto.

Los socios, los acreedores de éstos o de la sociedad o los administradores de una


sociedad irregular están en su derecho de pedir la regularización o la disolución de
la sociedad (Art. 426º de la LGS), recurriendo al juez del domicilio social, por el
proceso no contencioso m so lo que se busca es la regularización y de tratarse de la
petición de disolución se recurre al Juez para que se convoque a junta, por el
proceso sumarísimo. La inscripción de la regularización de una sociedad inscrita
que ha incurrido en causal de irregularidad, se realizará en mérito del acuerdo del
órgano social competente adoptado con las formalidades y requisitos de Ley y de
este Reglamento.

De acuerdo al art. 163º del RRS, cuando se trata de inscribir a sociedades


irregulares que no se encuentren inscritas, se requiere la presentación del parte de
la resolución judicial consentida o ejecutoriada que ordene la regularización de
sociedades irregulares no inscritas, así como el instrumento público notarial que
cumpla con los que corresponda a la norma societaria que se pretenda inscribir. Por
excepción son inscribibles la disolución, liquidación y extinción de la sociedad
irregular no inscrita, siempre que su denominación o razón social no sea igual a la
de una inscrita o a una que cuente con reserva e preferencia registral. Para estos
efectos, serán de aplicación las disposiciones de la Ley sobre dichas materias, y se
abrirá partida especial para inscribir estos actos.

1.-ADMINISTRACION DE LA SOCIEDAD IRREGULAR


Respecto a la administración de las sociedades irregulares, debe considerarse sus
aspectos internos y externos, o sea, de gestión y de representación; el hecho de si la
representación es atribuida a alguno o algunos de los socios y si ella debe
ejercitarse conjuntamente o separadamente.

Desde el punto de vista externo, es decir en relación a los terceros con quienes los
administradores contratan a nombre de la sociedad, estos terceros pueden
considerar válidamente como representante a cualquiera de los administradores sin
que pueda oponérseles las limitaciones de la representación, salvo, desde luego,
que se acredite que los terceros tenían conocimiento, de los pactos limitativos. La
norma protege, pues, la buena fe, es decir, la ignorancia de tales convenios. Si el
tercero conoce la verdadera situación de la administración, no hay nada que
proteger.

En ausencia de pacto particular, se reputa que la administración corresponde a los


socios en forma separada. Esta es la regla general y en tal hipótesis se reconoce a
cada socio administrador el derecho de oponerse a la operación que otro pretenda
llevar a cabo antes de que se haya realizado. La oposición se resolverá por el voto
mayoritario de los socios, computándose la mayoría según la parte atribuida a cada
socio en las utilidades.

Si se trata de administración conjunta, se requiere la unanimidad de los socios


administradores para llevar adelante las operaciones sociales; y si se hubiese
convenido que para la administración o para determinar actos es necesario el
consentimiento de la mayoría, éste debe computarse de acuerdo a lo establecido en
el pacto social. En este caso de administración conjunta, ningún administrador
puede realizar aisladamente acto alguno, salvo que se pretenda evitar un daño
inminente a la sociedad. En este sentido se presume que los socios y
administradores de la sociedad irregular, actúan individualmente, están facultados
para realizar actos de carácter urgente y a solicitar medidas judiciales cautelares.

En cuanto a la revocación de los administradores, debe considerarse dos


situaciones:

a) La del administrador nombrado en el pacto social; y


b) La del administrador nombrado por acto posterior,
Y decidir si en el primer caso se requiere justa causa y si la revocación puede ser
solicitada judicialmente por cualquiera de los socios; y en el segundo si se puede
revocarse ad libitum al administrador y si para cada revocatoria debe requerirse
acuerdo mayoritario. Así debe ser, puesto que, en una sociedad, como en cualquier
agrupación societaria, debe imperar la voluntad de la mayoría.

2.- FACULTADES Y OBLIGACIONES DE LA ADMINISTRACION EN


UNA SOCIEDAD IRREGULAR

De acuerdo con el artículo 429 de la LGS, la administración de una sociedad


irregular corresponde a sus administradores y representantes designados en el
pacto social, en el estatuto o en los acuerdos entre los socios. Individualmente,
están facultados para realizar actos de carácter urgente, es decir, pueden ejercer
facultades limitadas en caso de necesidad.

Por otro lado, la irregularidad no implica la pérdida de las facultades de


administradores y socios, antes bien, como ya señalamos, el artículo 429 de la LGS
dispone que se mantendrán en el cargo. Sin embargo, una consecuencia inmediata
de la irregularidad, y quizás lamas importantes, es que de acuerdo al artículo 424
de la LGS, los administradores y representantes que contratan a nombre de la
sociedad son solidaria, personal e ilimitadamente responsables a partir de que se
produjo la irregularidad. Si la irregularidad es desde la constitución, los socios
tendrán igual responsabilidad. Asimismo, los socios y administradores responderán
solidaria, personal e ilimitadamente si no ejecutan los actos necesarios para
cumplir con el acuerdo de la adecuación, de conformidad con la segunda
disposición transitoria de la LGS.

Finalmente, toda sociedad irregular puede inscribir acuerdos de sus órganos


sociales según el artículo 429 de la LGS. Este articulo se extiende no solo a los
posibles casos de irregularidad por no adecuación, si no que es aplicable a todas las
causales de irregularidad, con excepción de la irregularidad de hecho.

La inscripción de acuerdo es, en este caso, inherente a sus derechos como persona
jurídica y actuaria conforme prescribe la ley societaria.

3.- EFECTOS DE LA IRREGULARIDAD


En las relaciones entre socios, el pacto social mantiene su eficacia vinculante,
originando un primer derecho de los socios a pedir la regularización del contrato,
que no es sino una consecuencia del derecho más general de pedir la formalización
de los actos informales. En segundo lugar, los socios pueden pedir su separación de
la sociedad y liquidación de la cuota que le corresponde.

Asimismo, del pacto resultan obligaciones que los socios deben satisfacer. La
principal es efectuar los aportes a que se hubiesen obligado, los cuales se deberán
hacer en partes iguales si no se hubiese hecho determinación en otro sentido. Los
socios están obligados a efectuar los aportes a que se hubieran comprometido en el
pacto social o en el acto posterior, en todo lo que sea necesario para cumplir el
objeto social o, en caso de liquidación de la sociedad irregular, para cumplir con
las obligaciones contraídas con terceros (art. 425º). Si no hubiera estipulación al
respecto se considera que todos los socios deben aportar en partes iguales.

Además, los socios pueden pedir la disolución de la sociedad (Art. 426º), o los
administradores pueden solicitar alternativamente la regularización o la disolución
de la sociedad. El derecho de pedir la disolución alcanza igualmente a los
acreedores.

Los socios podrán separarse de la sociedad si la junta general no accediera a la


solicitud de regularización o de disolución.

Frente a terceros la situación es diversa. Los administradores, representantes y, en


general, quienes se presenten antes terceros actuando a nombre de la sociedad
irregular son personal, solidaria e ilimitadamente responsables por los contratos y,
en general, por los actos jurídicos realizados desde que se produjo la irregularidad.
Si la irregularidad existe desde la constitución, los socios tienen igual de
responsabilidad.

En la relación de la sociedad con terceros, el art. 428º señala el pacto social, el


estatuto, los convenios entre socios y sus modificaciones, así como las
consecuencias que de ellos se deriven, son válidos entre los socios. Ellos no
perjudican a terceros quienes pueden utilizarlos en todo lo que los favorezca, sin
que se les pueda ser opuesto el acuerdo o contrato o sus modificaciones que tienda
a limitar o excluir la responsabilidad de los socios o de los administradores por la
situación irregular. Sin embargo, la ley considera válidos los contratos que la
sociedad celebre con terceros; no puede invocarse la irregularidad de la sociedad
para eludir los compromisos y obligaciones asumidos por la sociedad irregular.

4.- CLASES DE SOCIEDADES IRREGULARES.

Sociedad irregular en formación:

Son aquellas que realizan actividades antes de cumplir con las formalidades
propias de su inscripción, es decir, antes de adquirir la personería jurídica.
Algunos autores señalan que los únicos actos que puede realizar este tipo de
sociedades son los relacionados estrictamente a formalizar y tramitar lo necesario
para constituir la empresa, sin embargo somos de la opinión, concordante con Elías
La Rosa (4) de que la empresa no sólo puede hacer esos trámites, sino que mientras
se encuentren dentro de los plazos previstos por la norma pueden paralelamente
realizar actividades propias del objeto social. Esto se ve concordado con las
normas tributarias, donde la SUNAT exige para el otorgamiento del RUC la
escritura pública de constitución y no excluyentemente la Partida Registral donde
conste inscrita la sociedad y desde ese momento se entiende que se ejercen
actividades propias del giro del negocio.

Entonces surge la pregunta ¿qué tiene que pasar para que esta sociedad en
formación se convierta en irregular? En un principio se quiso dar una respuesta un
tanto subjetiva señalando que dependerá de los actos que realicen y verificar si
efectivamente quienes la conforman tienen la intención de llevar a cabo la
formación de la persona jurídica. En nuestra legislación se ha optado por señalar
un criterio objetivo que es el vencimiento de ciertos plazos.
Así, conforme al artículo 423º LGS la sociedad en formación será irregular cuando
continúe operando una vez transcurrido el plazo legal para el otorgamiento de la
escritura pública de constitución y/o para su inscripción en el registro.
Los socios deben:

a) Solicitar el otorgamiento de la escritura pública de constitución en un plazo


no mayor a los sesenta días constados desde que los socios fundadores han
firmado el pacto social, tratándose de constitución simultánea.
b) Solicitar el otorgamiento de la escritura pública de constitución en un plazo
no mayor de treinta días desde que la asamblea designó al o los firmantes de
dicha escritura, tratándoos e de constitución por oferta a terceros; y.
c) Solicitar la inscripción de la sociedad en el Registro en un plazo no mayor a
los treinta días desde que se otorga la escritura pública de constitución, ya
sea que estemos en una constitución simultánea o por oferta a terceros.

Sociedad de hecho.

Es la agrupación de personas que realizan actividades negóciales sin contar con


una base instrumental de constitución (pacto social o estatuto) o, contando con
algún documento escrito similar, sea este muy precario o no se adecue a algún tipo
societario admitido por ley. No obstante, ello, este grupo humano se desenvuelve
en el comercio – con espíritu y comportamiento societario.

El artículo 423º LGS señala que “es aquella situación de hecho que resulta de que
dos o más personas actúan de manera manifiesta en sociedad sin haberla
constituido e inscrito”.
Se daría cuando dos o más personas acuerdan vender un producto, usan un nombre
comercial y aparentan una sociedad pero sin formalizarse legalmente. Estaríamos
frente a una empresa y no frente a una sociedad.

Sociedad irregular, propiamente dicha.

Son aquellas que cumplen todos los requisitos para ser considerados como
sociedad salvo alguno o algunos requisitos formales para su constitución u
operación. Debe ser formal ya que, si fuera de fondo como la ausencia de
consentimiento válido, objeto contrario al orden público, omisión de forma
prescrita entre otros estaríamos en el campo de la nulidad del pacto social regulada
en el artículo 33º LGS.

También caerá en causal de irregularidad si ha caído en alguna causal de disolución


prevista en el artículo 407º LGS. En consecuencia, si la sociedad continúa
operando una vez transcurrido el plazo previsto en la Ley caerá en irregularidad.
Así por ejemplo si transcurridos seis meses desde que perdió su pluralidad de
socios no lo regulariza, entre otros supuestos.
El tema de la pluralidad de socios trae un problema consigo ya que en la misma
LGS se señala que en caso se pierda la pluralidad se extinguirá la sociedad de
pleno derecho, no permitiendo –por tanto- la subsanación dentro del plazo de seis
meses. Somos de la opinión – en concordancia con algunos autores- de que se debe
modificar el texto vigente, ya que en la actualidad se tendría que extinguir la
sociedad no admitiendo al parecer ninguna otra interpretación. Se debe modificar
en el sentido que sí debe ser posible la subsanación y para ello establecer un plazo
prudencial porque seguramente resultará difícil encontrar un socio que reúna las
características y exigencias del negocio. Además, porque las normas de derecho
mercantil no pueden sancionar los actos, sino solo establecer consecuencias. El
hecho de perder la protección patrimonial y tener que responder personalmente de
manera ilimitada y solidaria parece ser ya un buen mecanismo que desincentiva
dichas prácticas.
También la sociedad caerá en irregular si se transforma contraviniendo las
disposiciones de la Ley societaria. Por ejemplo, una SA desea adoptar la forma
societaria de una EIRL, que resultaría imposible por la existencia de pluralidad de
socios.

Otro supuesto donde no operaría en principio la subsanación es cuando se produce


el vencimiento del plazo de duración de la sociedad y éste no se ha prorrogado o
no se ha inscrito el acuerdo de prórroga en el registro.

Otro supuesto de irregularidad ha sido el regulado en la primera disposición


transitoria de la LGS donde se obligaba a que todas las sociedades deberían
adecuarse al nuevo texto legal, estableciendo el plazo del 31.12.2001 como
máximo. Sin embargo, se han dado más prórrogas, tanto así que, en la actualidad,
en virtud a la Ley 27673 dicho plazo se ha extinguido, quedando al albedrío de
quienes no lo realizaron en su oportunidad.

5.- DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES


IRREGULARES (1era fuente)

La disolución de estas sociedades debe de considerar la situación de los socios, de


manera especial de la de los terceros; pues en muchos casos éstos quedarían
perjudicados si se aceptan todos los casos de rescisión parcial o total que se
consideran para la disolución de la sociedad regularmente constituida. Debe
tenerse en cuenta que los pactos celebrados por los terceros con la sociedad
irregular importan un vínculo para todos los socios singulares, de modo que si
éstos se separan de la sociedad no quedan liberados de responsabilidad frente a
aquellos. Puede ocurrir, así, que sociedades irregulares disueltas internamente
sigan existiendo para terceros hasta que sus créditos sean satisfechos.

Como consecuencia del reconocimiento de la existencia de las sociedades


irregulares es obligatoria la inscripción de su disolución en el Registro Mercantil, a
fin de prevenir a los terceros que una sociedad que ha estado funcionando como tal
ha dejado de existir.

Tratándose de los socios, que se supone están debidamente informados del


contenido del pacto y de las vicisitudes de la sociedad, la disolución surte sus
efectos cualquiera sea la forma en que tomen conocimiento de ella, sin que sea
necesario observar formalidades de ningún género.

La liquidación de las sociedades irregulares debe sujetarse a lo previsto en el pacto


social y, en su defecto, a las reglas generales contenidas en la Ley.

En el aspecto externo deben observarse las disposiciones legales cautela de los


derechos de terceros, pues la falta de publicidad de la escritura de sociedad y sus
estatutos coloca a aquellos en situación desventajosa, lo que no ocurre respecto a
las disposiciones legales cuyo conocimiento se presume.

Empero, si las disposiciones del pacto social establecen un régimen más favorable
a terceros, como sería una liquidación más rápida y viable que la establecida en la
Ley, deben adoptarse tales disposiciones.

Aun cuando no se acepte que las sociedades irregulares tengan personalidad


jurídica, su existencia de hecho y su actividad justificada que se entienda a
proteger a quienes contrataron de buena fe con la sociedad, reputándola
normalmente constituida.

En cuanto a la insolvencia y sus efectos, éstos deben alcanzar a todos los socios.
Pero, tratándose de los socios que de buena fe limitaron su responsabilidad, se
plantea el problema de si puede admitirse esa limitación. Al respecto, debe tomarse
en cuenta no sólo si el pacto social establece esa forma de responsabilidad sino
también la existencia de datos reales, objetivos, que de manera suficiente puedan
llevar a los terceros al convencimiento que la responsabilidad del socio era
limitada.
6.- DISOLUCION O REGULARIZACION DE LAS SOCIEDADES
IRREGULARES (2da fuente)

La existencia de sociedades irregulares si bien es reconocida por la ley y la


doctrina}, es un hecho no deseado por sus perniciosos efectos frente a terceros
contratantes y por la inestabilidad que generan en el mercado. Por ello, la LGS ha
incluido herramientas a fin de que inicien o completen su proceso fundacional,
terminen con la causal de disolución que les genera la irregularidad o, en último
caso, salgan del tráfico mercantil.

Así, frente a una situación de irregularidad, los socios o los acreedores de estos
pueden elegir alternativamente entre la regularización y la disolución de la
sociedad, de acuerdo con el artículo 426 de la LGS. Si la junta general de
accionistas no opta por ninguna de estas alternativas los socios podrán solicitar su
separación de la sociedad, sin liberarse de la responsabilidad incurrida hasta el
momento.

En el caso de la Regulación, es aplicable el artículo 119 de la LGS, el cual


establece que, si la junta obligatoria anual o cualquier otra ordenada por el estatuto
no se convoca dentro del plazo y para sus fine, o en ella no se tratan los asuntos
que corresponde, será convocada, a pedido del titular de una sola acción suscrita
con derecho a voto, por el juez del domicilio social, por el proceso no contencioso.

En este sentido, para los casos de irregularidad cualquier socio, administrador o


acreedor puede solicitar la convocatoria a junta de socios. De no efectuarse esta
cualquiera de los anteriormente señalados estará en la facultad de solicitar
judicialmente la regulación de la sociedad, por la vía no contenciosa, cumpliendo
con los requisitos del artículo 116 de la LGS.

Por otro lado, si se solicita la disolución, cualquier socio, administrador o acreedor


podrá solicitar al directorio que se convoque a la junta de socios en un plazo de 30
días, a fin de que se adopten las medidas de disolución.

De no haber directorio, cualquier socio, administrador o acreedor podrá hacerlo


directamente.

De no efectuar el directorio la convocatoria, ella se hará por el juez del domicilio


social. Asimismo, una vez convocada la junta, si esta no se reúne, o reunida no
adopta el acuerdo de disolución, cualquier socio o administrador podrá solicitarlo
directamente al juez.

Cabe resaltar que la disolución de una sociedad irregular se desarrolla sin la


observancia de formalidades y puede acreditarse, mediante cualquier medio de
prueba, con lo cual no serán necesarios los acuerdos de junta de socios ni asentar
dichos acuerdos en actas. La única salvedad la constituye la sociedad irregular
inscrita, cuya disolución debe necesariamente inscribirse.

¿Qué pasa con las sociedades irregulares de hecho? Estas sociedades nunca
estuvieron inscritas, por lo cual la LGS no opto por indicar la inscripción de su
disolución ni ninguna otra salida obligatoria ante su extinción. Sin embargo, pese a
que no existe obligación al respecto, el Reglamento del Registro de Sociedades
establece en su artículo 164, que por excepción podrá ser inscrita la disolución de
una sociedad irregular no inscrita, teniendo que abrirse una partida especial para
inscribir dicho acto. Ello siempre y cuando no haya una sociedad inscrita con la
misma denominación social o con reserva de preferencia registral.

7.- LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LA SOCIEDAD IRREGULAR

Para nuestro sistema legal la inscripción registrar es constitutiva para el nacimiento


de la personalidad jurídica. “La sociedad adquiere personalidad jurídica desde su
inscripción” (art. 6 de la Ley General de Sociedades, en adelante LGS). En el caso
de las sociedades anónimas, la inscripción del pacto social determina además otras
consecuencias muy importantes: la limitación de responsabilidad de los socios,
quienes no responderán con su patrimonio personal por las obligaciones sociales y
la posibilidad de emitir y enajenar las acciones representativas del capital.

Es pertinente referirse a cuáles son los alcances de los efectos del nacimiento de la
personalidad jurídica con la inscripción del pacto social. En primer lugar, hay que
destacar que la existencia del sujeto, del ente social. No depende de la inscripción
en los casos en que dicha existencia es revelada a los terceros por los
representantes que actúan “en nombre de la sociedad y por su cuenta. De esa
manera, se produce una publicidad de hecho que impedirá que los terceros que
contratan con esa sociedad no inscrita puedan desconocer el hecho de haber
realizado actos con los representantes de la sociedad y, por ende, en caso de ser
requeridos por dicha sociedad al cumplimiento de las obligaciones contraídas con
ella no podrán negarse a cumplirlas.

Precisado que la existencia del sujeto social no depende de la inscripción para su


reconocimiento por los terceros que contratan con ella, el contenido del acto
constitutivo, por el contrario, sí dependerá del hecho de la inscripción del pacto
social para poder ser opuesto a los terceros. Una vez inscrito el pacto social, las
limitaciones de responsabilidad de los socios, el objeto de la sociedad, su capital, el
ámbito de actuación de sus representantes, pasan a ser conocidos por todos sin
excepción como expresión del principio registral de la publicidad legal. La
sociedad inscrita podrá oponer a los terceros de buena fe los pactos que se aparten
de las normas legales dispositivas.

La inscripción cumple, además, una función de control de la legalidad del acto


constitutivo. El registrador debe comprobar la validez intrínseca y extrínseca del
contenido de los documentos presentados al Registro. Adicionalmente, el control
está dirigido a asegurar el cumplimiento de los requisitos estructurales del tipo
social elegido, lo que adquiere una especial importancia en el caso de sociedades
capitalistas o corporativas que limitan su responsabilidad al patrimonio social.

En el caso de las sociedades irregulares de origen se advierte una doble voluntad


de actuar realmente en sociedad y de no inscribir el pacto social. Ante dicha
realidad, el derecho no puede cerrar los ojos y dejar de desconocer a esa voluntad
firme de actuar en sociedad efectos jurídicos. Razones de respeto a la autonomía
privada justifican ampliamente dicho reconocimiento; también la seguridad del
tráfico y la protección de los terceros de buena fe aconsejan reconocerle eficacia a
dicha voluntad de actuar en sociedad.

Si se reconoce aptitud legal a la sociedad irregular para realizar externamente actos


con terceros, respondiendo con el patrimonio social de las consecuencias de su
actuación en el tráfico, es porque la sociedad irregular tiene una personalidad
jurídica imperfecta, limitada o básica en contraposición de la personalidad jurídica
plena y completa que surge de la inscripción.

Como sostiene correctamente Paz Ares “las sociedades irregulares poseen una
personalidad jurídica limitada, restringida en el sentido que pueda realizar actos
con terceros. Empero, dicha personalidad limitada puede ampliarse con la
inscripción, hecho que producirá la plenitud de la personalidad jurídica del tipo
social”,

Sin embargo, aliado de la voluntad de exteriorizarse como sociedad, y de ser parte


activa o pasiva de una relación jurídica, existe una voluntad de no inscribir el acto
constitutivo. Esta falta de voluntad de inscribir determina únicamente la
imposibilidad de oponer las cláusulas y pactos del contrato social a los terceros,
conforme al principio de la publicidad negativa: lo no inscrito no perjudica al
tercero de buena fe.

En virtud del reconocimiento legal de la voluntad de exteriorizar la organización


creada por el contrato social, las sociedades irregulares poseen un grao do de
personalidad jurídica con entidad suficiente para anudar relaciones jurídicas
válidas y eficaces con los terceros. Expresión de esa relativa personificación
externa de la sociedad irregular es que puede ser titular de derechos y bienes
adquiridos por cualquier título por quienes ejerzan su representación. Lo aportado
a la sociedad por los socios pasa a ser de su propiedad, aunque ello en cierta
manera colisione con los intereses de los acreedores particulares del socio, que ya
no podrán trabar embargo sobre los bienes aportados en propiedad pero sí sobre el
valor de sus participaciones. Estando la sociedad irregular fuera del Registro,
cualquier adquisición de bienes registrables que realice no podrá inscribirse a su
nombre en el Registro si no cumple ella con inscribirse previamente en el Registro
de Sociedades. De otro lado, debe señalarse que por efecto de la personalidad
jurídica limitada que caracteriza a la sociedad irregular, existirá siempre una
sociedad irregular general sometida al régimen común de irregularidad, con
independencia de cuál haya sido la forma social elegida nominalmente en el
contrato social. Una sociedad irregular que actúa en el tráfico es, lisa y llanamente,
sociedad irregular y no. sociedad anónima irregular” o “sociedad civil irregular”.
Poco importa para los terceros el tipo social designado por los socios en el
contrato, si éste no puede desplegar efectos externos por estar fuera del Registro
siendo, por ende, inoponible. El tipo social elegido por las partes en el contrato y
las consecuencias jurídicas derivadas del mismo, surtirán efectos solo entre las
partes intervinientes como manifestación de la relatividad de los contratos. El
régimen legal típico asignado a la forma social elegida por las partes, es decir, la
personalidad jurídica dependerá exclusivamente de la inscripción. Antes de la
inscripción solo puede haber sociedad irregular con total abstracción del tipo social
asignado por los socios. En el caso de sociedades de capital o de responsabilidad
limitada, la adquisición de la personalidad jurídica, vía inscripción, produce el
efecto de la limitación de responsabilidad. Con su inscripción se cancelará el
estado de irregularidad y nacerá la sociedad anónima con toda la aptitud y eficacia
legal reconocida plenamente en la ley; de ahí pues que resulte impropio denominar
“sociedad anónima irregular” a la sociedad irregular. En síntesis, se puede afirmar
que la sociedad irregular posee un grado de subjetivización jurídica con entidad
suficiente para ser parte activa y pasiva de relaciones con terceros, respondiendo de
su actuación en el tráfico.

8.- PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA IRREGULARIDAD

Existen cuatro situaciones por las cuales una sociedad deviene en irregular:

 Sociedades en proceso de formalización que no concluyen con la inscripción


registral o el otorgamiento de la escritura pública de constitución en el plazo
establecido por el artículo 423; se les considera como sociedades irregulares
de derecho.
 Seudosociedades que funcionan como tal, pero sin haber iniciado una
formalización de acuerdo con la LGS o cuyos tipos societarios no se
adecuan a ninguno de los establecidos por la ley; son consideradas como
sociedades irregulares de hecho.
 Sociedades inscritas y formales que devienen en irregulares por algunos de
los supuestos considerados en el artículo 423de la LGS y/o las causales
establecidas en el artículo 407 de la LGS.
 Sociedades que no hayan adecuado su estatuto a la LGS, según la segunda
disposición transitoria de la misma ley. Esta forma de irregularidad fue
suspendida por la ley 27673, como veremos más adelante.

Los efectos de la irregularidad están previstos en los artículos 424 y siguientes de


la LGS. Los más importantes son:

 La responsabilidad solidaria, personal e ilimitada de los administradores y


representantes y de los socios si la irregularidad se produjo desde la
constitución como en los casos de demora en el otorgamiento de la escritura
pública que el pacto social origine o cuando una vez otorgado dicho
instrumento público no se han remitido los partes notariales al registro para
su inscripción.
 La obligación de los socios de cumplir con sus aportes comprometidos
(artículo 425 de la LGS).
 El derecho de los socios, administradores y acreedores de solicitar la
regulación o disolución de la sociedad (artículo 426 de la LGS).
 El derecho de separación que pueden ejercitar los socios.

De otro lado, de acuerdo con el artículo 429 de la LGS, la administración de una


sociedad irregular corresponde a sus administradores y representantes designados
en el pacto social, en el estatuto o en los acuerdos entre los socios. Individualmente
están facultados para realizar actos de carácter urgente, es decir, pueden ejercer
facultades limitadas en caso de necesidad.

La LGS frente a las sociedades irregulares privilegia la seguridad jurídica,


tendiendo a proteger a los terceros que contratan con sociedades bajo estas
condicione, atribuyéndoles responsabilidad personal e ilimitada a los funcionarios
que en nombre de la sociedad irregular contratan con terceros.

Sin perjuicio de ello, se reconoce validez a los actos realizados en nombre de la


sociedad antes de su inscripción, siendo posible incluso que se convaliden estos
de una vez inscrita la sociedad. Paz – Ares señala: “Las sociedades irregulares
poseen una personalidad jurídica limitada, restringida en el sentido que pueda
realizar actos con terceros. Empero, dicha personalidad limitada puede ampliarse
con la inscripción, hecho que producirá la plenitud de la personalidad jurídica del
tipo social”.

En las sociedades irregulares hay una voluntad evidente de realizar las actividades
que determinaron la conjunción de los fundadores y constituyen su objeto social. Si
no existiese esa real voluntad de actuar en común, el contrato social estaría
desprovisto de causa y vacío de contenido. Como expresión de ese animus
societatis, la sociedad irregular actuara como sociedad, revelándose como tal ante
terceros.

LAS SOCIEDADES IRREGULARES SON PERSONAS JURIDICAS QUE


SUBSISTEN ENTRE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES
Para nosotros, creemos que las Sociedades Irregulares, si son personas jurídicas
que subsisten en las actividades comerciales, ya que en una economía de mercado
como la nuestra, el tráfico jurídico resulta de vital importancia, ya que de ello
dependerá la generación de riqueza influyendo en la economía de cada uno de los
actores y del país mismo.

Saber con quién se contrata se convierte en una necesidad a veces no muy tomada
en cuenta, ya que los actores se guían por la buena fe de los contratantes; de lo
contrario, el costo de las transacciones se elevaría demasiado haciendo ineficiente
el mercado.

Sin embargo, se dan algunas situaciones donde la buena fe al contratar se ve


perturbada; por ejemplo, cuando se inicia una transacción con una empresa
aparentemente formal y en orden pero que -incluso a veces con desconocimiento
de sus propios representantes se encuentra inmersa en una situación de
irregularidad.

CONCLUSIONES
 Es también necesario, conocer las diferencias entre la disolución y
liquidación, la irregularidad, y la nulidad de las sociedades mercantiles, y los
efectos que producen y los casos en que se presentan:
 La irregularidad de las sociedades mercantiles deriva del incumplimiento del
mandato legal que exige que la constitución de las mismas se haga constar
en escritura pública o del hecho de que, aun constando en esa forma, la
escritura no haya sido debidamente inscrita en el Registro de Comercio.
 Al declarar, en su segundo párrafo, el artículo 2º de la Ley General de
Sociedades Mercantiles que, "no podrán ser declaradas nulas las sociedades
inscritas en el Registro Público del Comercio", se debe comprender que la
omisión de la inscripción tiene un efecto sanatorio absoluto. La única
excepción que establece la Ley General de Sociedades Mercantiles al efecto
sanatorio de la inscripción en el Registro es la relativa a la sociedad de fin
ilícito, la nulidad de la cual puede ser declarada, en cualquier tiempo, a
petición del Ministerio Público o de cualquier otra persona. Una vez
declarada la nulidad, la sociedad será puesta en liquidación, y una vez
pagadas las deudas sociales, incluso la responsabilidad civil, el remanente
será entregado a la Beneficencia Pública.

BIBLIOGRAFIA

 Ley General de Sociedades


 Derecho Comercial Tomo 1: Parte General, Empresas, Comerciantes y
Sociedades de Ulises Montoya Manfredi (Octava Edición)
 Derecho Comercial: Parte General, Derecho de Sociedades, Derecho
Concursal, Derecho del Consumidor y Derecho de la Competencia de Ulises
Montoya Manfredi y Hernando Montoya Manfredi.
 Derecho Comercial: Temas Societarios – Oswaldo Hundskopf E.
 Algunas otras fuentes provenientes de Internet:

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