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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C.

UNIVERSIDAD DEL CAUCA


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TUMACO PREHISPÁNICO
ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E
INTERCAMBIO,
COSTA PACÍFICA DE COLOMBIA

DIÓGENES PATIÑO CASTAÑO

UNIVERSIDAD DEL CAUCA


Serie estudios sociales

POPAYÁN 2003
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

A Teófanes, Lola, Martha, Victoria y Juan


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CONTENIDO

Agradecimientos ........................................................................................................... v
Lista de Tablas .......................................................................................................... vi
Lista de Figuras ........................................................................................................... vii
Lista de Láminas ........................................................................................................... ix

Capítulo 1
Introducción: Enfoque General a la Investigación en Tumaco ..................................... 1
1.1 Problemas e Interrogantes en el Tumaco Prehispánico .......................................... 2
1.2 Hipótesis de los Cacicazgos Costeros .................................................................... 6
1.3 Trabajo de Campo y Evidencias Arqueológicas ...................................................... 9
1.4 Análisis y Métodos ................................................................................................. 10

Capítulo 2
Medioambiente Regional de la Costa Pacífica de Colombia y Ecuador ........................ 15
2.1 La Región y sus Pobladores ................................................................................... 15
2.2 Geología, Fisiografía y Ecosistemas Costeros del Pacífico .................................... 16
2.3 Tierras Altas Costeras ............................................................................................. 19
2.4 Tierras Bajas Costeras ............................................................................................ 20

Capítulo 3
Desarrollo de la Arqueología en el Área del Pacífico Colombo-Ecuatoriano .................. 26
3.1 Difusionismo y Poblamiento Costero ...................................................................... 26
3.2 Particularismo y Cronología Regional .................................................................... 30
3.3 Ecología, Adaptación y Cambio Cultural ................................................................ 33
3.4 Estudios Arqueológicos en Tumaco y La Tolita ...................................................... 37

Capítulo 4
Arqueología de Tumaco: Evidencia de Sociedades Complejas, Tumaco-La Tolita ....... 40
4.1 La región de Tumaco .............................................................................................. 40
4.2 Metodologías en el Reconocimiento Sistemático y Excavaciones .......................... 44
4.3 Sitios Arqueológicos en la Costa: Zona de Manglares, Zonas Fluvial e Interfluvial.. 49
4.4 Arqueología en el Río Mira ..................................................................................... 66
4.5 Excavaciones, Estratigrafía y Dataciones ............................................................. 67
4.6 Agricultura Prehispánica en Tumaco: fotos aéreas, prospección, excavación y
restos botánicos ..................................................................................................... 79

Capítulo 5
Secuencia Cultural en Tumaco: Períodos, Fases, Sitios y Evidencias Materiales
de Sociedades Prehispánicas ....................................................................................... 93
5.1 Metodología ............................................................................................................ 86
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5.2 Seriación y Secuencia Cultural en Tumaco ......................................................... 90


5.3 Fase Inguapí I ................................................................................................... 101
5.4 Fase Inguapí II ................................................................................................... 104
5.5 El Balsal y Nerete Variaciones Locales? ............................................................. 118
5.6 Fase El Morro .................................................................................................. 120
5.7 Fase Bucheli-Caunapí .......................................................................................... 122
5.8 Período Histórico ................................................................................................. 124
5.9 Sistemas de Información Geográfica y Distribución de Sitios por Fases .............. 126

Capítulo 6
Las Sociedades Tumaco-La Tolita ¿El Clímax de los Cacicazgos Costeros?
Asentamiento,Subsistencia e Intercambio Regional ........................................... 146
6.1 Modelos de Complejidad Social y Cambio Cultural ............................................. 146
6.2 Surgimiento de los Cacicazgos Costeros: Tumaco-La Tolita ............................ 147
6.3 Tumaco-La Tolita: Patrón de Asentamiento y Centros Poblados ......................... 150
6.4 Agricultura Intensiva, Pesca y Recolección: Subsistencia Costera ..................... 157
6.5 Interacción Regional e Intercambio: La Obsidiana en el Contexto del
Intercambio Prehispánico .................................................................................... 166
6.6 Tumaco-La Tolita: Jerarquía y Bienes de Prestigio ............................................ 173

Capítulo 7
Sociedades Tardías de la Planicie Aluvial y su Relación Etnohistórica Regional ..... 174
7.1 Evidencias Arqueológicas Tardías .................................................................... 177
7.2 Grupos Tardíos Costeros: Arqueología y Etnohistoria ....................................... 181
7.3 Asentamientos Históricos ................................................................................ 189

Capítulo 8
Consideraciones Finales .......................................................................................... 191

Bibliografía Citada .................................................................................................... 198

APENDICES
A. Geomorfología de Sitios Arqueológicos ................................................................ 222
B. Descripción Petrográfica de Secciones Delgadas en Cerámica ............................ 227
C. Análisis de Obsidianas Provenientes de Tumaco .................................................. 229
D. Análisis de Muestra Orfebre Prehispánica ............................................................ 233
E. Polen y Macrorestos de los sitios Las Tres Marías, La Tirsa y La Magnolia ......... 234
F. Muestras de C-14 Para Sitios Arqueológicos Costeros de Colombia y
Norte de Ecuador ................................................................................................. 241
G. Lista de Figuras (descripción de materiales) ......................................................... 243
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Agradecimientos
Esta investigación en la región arqueológica de Tumaco, es el resultado
laborioso de varias personas. Mi reconocimiento a las directivas de la Fundación FIAN
(Santa Fé de Bogotá; Contrato No. 03099400), a la National Geographic Society
(Washington D.C. Grant Number 5356-94) y a la Escuela de Graduados (Graduate
School) de Temple University por los fondos aportados para el desarrollo del proyecto.
En el trabajo de campo agradezco a Hugo Casas (Corpoica); Patricia Gaviria
(Odontóloga) y familia; Felipe Rankin y Familia; y demás personas de la región de
Tumaco que colaboraron de forma eficaz con el proyecto. Igualmente, resalto la
importancia del trabajo de campo y análisis de materiales de los estudiantes de la
Universidad del Cauca a Angélica Nuñez, Rocio Ortíz, María Eugenia Orejuela, María
Fernanda Alegría, Xiomara López, Ernesto León Rodríguez, Julián Ortíz, Carlos
Acosta, Fabio Polo, Astrid Perafán y Ferney Caldón. Agradezco a Laura Hoyos de la
Universidad Nacional y a la arqueóloga Martha Lahitte por sus trabajos de análisis; a
Orlando Otero por su trabajo de topografía en sitios arqueológicos y especialmente por
su gran conocimiento de la zona; a los arqueólogos que nos visitaron en el terreno:
Leonor Herrera (ICAN) y Marianne Cardale (FIAN). Al geólogo Juan Luis González
(INGEOMINAS - Cali) por su caracterización de suelos en sitios arqueológicos y
análisis de secciones delgadas en cerámicas. A Juan Carlos Berrío, Luísa Fernanda
Herrera y Gaspar Morcote (Fundación Erigaie) por sus análisis de polen y macrorestos
de sitios arqueológicos Tumaco. A Cristóbal Gnecco (Universidad del Cauca) por sus
valiosas críticas y comentarios al manuscrito. A Patricia Hansell (Temple University) por
su amistad y horas de discusión especialmente en sistemas de Información Geográfico
y su uso en arqueología. En Temple University, Departamento de Antropología, un
especial reconocimiento a Anthony Ranere quien ha sido mi consejero y amigo de
invaluable respaldo tanto científico como práctico en el resultado final de esta
investigación, a él debo los momentos de discusión, crítica y evaluación en todas las
etapas de su desarrollo. Finalmente, agradezco el trabajo realizado durante toda la
investigación por Martha Cecilia, mi esposa; su voluntad, ánimo y mucho amor fueron
fuentes para alcanzar la meta aquí propuesta.
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LISTA DE TABLAS

Tabla 4.1. Distribución de sitios arqueológicos en la zona de manglares.


Tabla 4.2. Distribución de sitios arqueológicos en la zona interfluvial.

Tabla 4.3. Distribución de sitios arqueológicos en la zona fluvial.


Tabla 4.4. Distribución de sitios excavados y sus fechas C-14.

Tabla 5.1. La Magnolia, Tr-1. Distribución de materiales cerámicos.


Tabla 5.2. La Magnolia, Tr-2. Distribución de materiales cerámicos.

Tabla 5.3. Tangareal, Tr-1. Distribución de materiales cerámicos.


Tabla 5.4. El Coco, Tr-1. Distribución de materiales cerámicos.

Tabla 5.5. La Miranda, Tr-1. Distribución de materiales cerámicos.


Tabla 5.6. Tumaco, Prospección General. Distribución de materiales cerámicos.

Tabla 5.7. Distribución de sitios arqueológicos por fases para usar en el Sistema de
Información Geográfico Idrisi.

Tabla 5.8. Distribución de atributos diagnósticos por fases en el área de Tumaco.

Tabla 5.9. Distribución de materiales líticos.

Tabla 5.10. Algunos elementos diagnósticos de la fase Inguapí II (Tumaco-La Tolita) y


otros sitios. (a) área estimada, (b). Montículos artificiales, (c). Obsidiana, (d).
Metalurgia, (e). Pesas de red, (f). Ralladores y (g) Figurillas en Arcilla.

Tabla 5.11. Distribución de sitios por fases y zonas fisiográficas.

Tabla 5.12. Distribución de montículos artificiales en Tumaco, medidas aproximadas.


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LISTA DE FIGURAS

Figura 1.1. Distribución de sitios arqueológicos en la costa Pacífica de Colombia y


Ecuador.

Figura 1.2. Sitios arqueológicos prospectados en la región de Tumaco.

Figura 3.1. Secuencia arqueológica del norte del Ecuador y sur de Colombia

Figura 4.1. Sitio La catedral (S19). Montículo central y satélites en las orillas del río
Chilví, Tumaco.

Figura 4.2. Sitio La Magnolia (S14). Ubicación de montículos artificiales y basureros


prehispánicos.

Figura 4.3.
a. Sitio La Magnolia (14). Montículo 1. Estratigrafía.
b. Sitio La Magnolia (14). Basurero Tr-1. Estratigrafía.

Figura 4.4. Sitio La Remigia (S53). Montículo 1, Tr-1. Zona de colinas en la margen
izquierda del río Caunapí.

Figura 4.5. Sitio La Remigia (S53). Montículo 1, Tr-1. Estratigrafía.

Figura 4.6. Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1, Tr-1. Zona de colinas, río Caunapí.

Figura 4.7. Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1, Tr-1, Estratigrafía.

Figura 4.8.
a. Sitio Tangareal (88). Río Rosario. Tr-1. Estratigrafía del perfil norte.
b. Sitio La Miranda (97). Río Mira. Tr-1. Estratigrafía del perfil oeste.

Figura 4.9. Sitio Piñal Salado (S06). Campos de cultivo prehispánicos.

Figura 4.10. Sitio Las Tres Marías (S12). Campos de cultivo prehispánicos.

Figura 4.11. Sitio La Tirsa (S59). Campos de cultivo prehispánicos.

Figura 4.12
a. Sitio La Tirsa (59), Tr-1. Estratigrafía. Campo de cultivo prehispánico.
b. Sitios Las Tres Marías (12), Tr-1. Estratigrafía. Campo de cultivo
prehispánico.

Figura 5.1. Secuencia seriada de cerámicas de las fases Inguapí I, Inguapí II, El Morro
y Bucheli-Caunapí. Región de Tumaco.
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Figura 5.2. Formas de vasijas y diseños decorativos del período Chorrera en la fase
Inguapí I.

Figura 5.3. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.

Figura 5.4. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.

Figura 5.5. Fragmentos de figurinas de la fase Inguapí II, Tumaco-La Tolita.

Figura 5.6. Fragmentos de figurinas, sellos, cuentas de collar, volantes huso, fragmento
de bahareque, fichas y pesas de red en piedra de la fase Inguapí II, Tumaco-
La Tolita.

Figura 5.7. Implementos de subsistencia: ralladores, pesa de red, hachas, metate.


Vasija fitimorfa, maqueta de casa y embarcación en cerámica. Fase Inguapí
II, Tumaco-La Tolita.

Figura 5.8. Herramientas y lascas en obsidiana. Comercio Prehispánico Tumaco.

Figura 5.9. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase El Morro.

Figura 5.10. Fragmentos de figurinas fase El Morro (a-c). Formas y estilos decorativos
en cerámicas de la fase Bucheli-Caunapí (d-p). Formas y estilos
decorativos en cerámicas de época histórica (q-s) pipas en cerámica
(t-u).

Nota: La Descripción completa de los materiales arqueológicos dibujados en las


Figuras 5.2 a 5.10, se hallan consignados en el Apéndice G.
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LISTA DE FOTOS

Foto 4.1. Zona de Manglares. Sitio Tambillo (S04). "Firmes" y estuarios.

Foto 4.2. Zona de Manglares. Sitio San Luis (S02). "Firme" perturbado por piscinas
camaroneras.

Foto 4.3. Zona Interfluvial. Área de Nerete.

Foto 4.4. Zona Fluvial. Área de los ríos Caunapí y Rosario.

Foto 4.5. Zona Fluvial. Río Caunapí. Área de Pueblo Nuevo.

Foto 4.6. Zona Fluvial. Sitio La Miranda (S97). Río Mira, Candelilla.

Foto 4.7. Firme en el sitio San Luis (S02). Montículo artificial en forma de "T".

Foto 4.8. Isla El Morro, Tumaco. Sitio Exporcol (S01) y montículos.

Foto 4.9. Sitio La magnolia (S14). Montículo 1, perfil SW.

Foto 4.10. Sitio La Magnolia (S14). Montículo 1, Corte EW. Estratigrafía de


rellenos.

Foto 4.11. Zona Interfluvial. Sitio La Catedral (S19). Conjunto de montículos. Área
de Chilví.

Foto 4.12. Zona Fluvial. Sitio Pueblo Nuevo (S48). Montículos Paralelos. Río
Caunapí.

Foto 4.13. Metalurgia de Tumaco. 1 hilos, 3 y 4 láminas martilladas de oro. Sitio


La Magnolia site (S14). Numero 2, "munición" o pequeña bola de oro.
Sitio Exporcol (S01), Isla El Morro.

Foto 4.14. Zona Fluvial. Sitio La Remigia (S53). Montículo 1, Tr-1 excavación.

Foto 4.15. Zona Fluvial. Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1, Tr-1 excavación.

Foto 4.16. Campos de cultivo prehispánicos. Sitio Las Tres Marías (S12).

Foto. 4.17. Campos de cultivo prehispánicos. Sitio Las Tres Marías (S12).

Foto 4.18. Campos de cultivo prehispánicos. Sitio Piñal Salado (S06).

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Foto 4.19. Sitio Piñal Salado (S06). Distribución de campos de cultivo.

Foto. 4.20. Sitio La Tirsa (S59). Campos de cultivo erosionados. Área de Chilví.

Foto 5.1. Distribución de sitios para la Fase Inguapí I.

Foto 5.2. Distribución de sitios para la Fase Inguapí II. Tumaco-Tolita.

Foto 5.3. Distribución de sitios con montículos artificiales en Tumaco.

Foto 5.4. Distribución de sitios para la Fase El Morro.

Foto 5.5. Distribución de sitios para la Fase Bucheli-Caunapí.

Foto. 5.6. Distribución de sitios para la época histórica.

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CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN: PROBLEMAS DE INVESTIGACIÓN, DISEÑO E
IMPLEMENTACIÓN

Tumaco y La Tolita, en la región de frontera entre Colombia y Ecuador, fueron


dos centros prehispánicos de alta influencia cultural a lo largo de la costa Pacífica del
norte de Sur América (Figura 1.1). Tumaco, a pesar de ser un centro cultural
importante que refleja características de sociedades complejas de "cacicazgos" en el
pasado, ha sido objeto de pocos estudios arqueológicos en las últimas décadas
(Bouchard 1982-83; Patiño 1993b). En gran parte se debe a que unos cuantos
arqueólogos han transgredido las limitaciones y dificultades que caracterizan las áreas
tropicales de selva húmeda (Stahl 1995). A pesar de esto, la costa Pacífica de
Colombia y norte del Ecuador ha sido destacada por evidencias arqueológicas que han
llamado la atención por la manifiesta destreza artística indígena en materiales de
arcilla, metal, concha y piedra. La distribución de restos arqueológicos en la zona ha
sido tan alta, que el saqueo desmesurado de este patrimonio aún continua siendo uno
de los mayores problemas para la región y para los estudiosos de las culturas
prehispánicas costeras.
La investigación en Tumaco pretende conocer mediante nuevas directrices
teóricas y con base en las evidencias aportadas por la arqueología, la dinámica de
desarrollo de las sociedades complejas en Tumaco y sus vecindades. Para este
estudio se realizaron prospecciones sistemáticas, sondeos y excavaciones. En estos
trabajos de campo se recuperó abundante información sobre la distribución de los
asentamientos, centros poblados con montículos, campos agrícolas prehispánicos y
evidencias de cultura material normalmente asociadas con niveles de complejidad
social tales como los cacicazgos desarrollados en tierras costeras bajas tropicales. A
lo largo del estudio intentaré demostrar que sociedades prehispánicas de la costa
Pacífica alcanzaron formaciones complejas equiparables a los cacicazgos. Esta
complejidad socio-política es raramente encontrada en áreas tropicales húmedas de las
Américas.

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Figura 1.1 Distribución de sitios arqueológicos en la costa Pacífica de Colombia y Ecuador

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1.1 Problemas e Interrogantes en el Tumaco Prehispánico.


El proyecto arqueológico Tumaco es un estudio regional costero orientado hacia
la problemática de la arqueología de esta zona. Geográficamente se tienen en cuenta
las áreas costeras, litorales y tierras bajas interconectadas donde se desarrollaron
varias culturas; también se tienen en cuenta las zonas andinas, las cuales jugaron un
papel importante en las relaciones culturales de ambas regiones. El estudio tiene como
propósito general la caracterización del cambio cultural en los diferentes asentamientos
de las sociedades costeras de la región de Tumaco, a partir del 500 a.C. hasta la época
del contacto europeo. Aquí vale la pena mencionar que en la región de estudio no se
han observado evidencias de grupos precerámicos, ni tampoco ha existido un claro
proceso formativo de culturas conocedoras de la agricultura o de la industria alfarera;
estos fenómenos culturales ocurren con mayor significación al sur de la provincia de
Esmeraldas, Ecuador. Entre Colombia y Ecuador, por el contrario, las evidencias de
restos arqueológicos apuntan a sociedades complejas cuyo mayor grado cultural fue
alcanzado por los cacicazgos del área Tumaco (Fase Inguapí II) y La Tolita (etapa
Clásica) (Valdez 1987:17), culturas que se basaron en actividades agrícolas y de
pesca, intercambio de productos y bienes suntuarios, además de alcanzar un depurado
conocimiento de la industria cerámica y orfebre, donde indirectamente dejaron
plasmadas sus diferencias sociales y culturales.
La investigación en Tumaco a largo plazo (5 años), busca evaluar varios
interrogantes con respecto al surgimiento, interacción y relación con el medio ambiente
de las sociedades prehispánicas en la región de Tumaco-La Tolita. Estos interrogantes
giran alrededor de los siguientes puntos: (a) ¿Cuáles fueron los patrones de
asentamiento de los grupos costeros en los diferentes períodos de ocupación? Es
sabido de la existencia de adaptaciones humanas en ecosistemas de manglares, áreas
fluviales bajas y en las márgenes de los ríos durante diferentes períodos de ocupación
de la región; (b) ¿Cuál fue el patrón(es) de subsistencia entre los grupos prehispánicos
costeros? La agricultura sin duda jugó un rol importante, aunque debemos
preguntarnos cuál fue la importancia del maíz y otros cultígenos en la dieta alimenticia.
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En la actualidad se acepta ampliamente la correlación entre la intensificación de la
agricultura del maíz (Zea mays) como principal producto y la emergencia de
sociedades complejas en las zonas tropicales del Nuevo Mundo (Drennan 1995:306;
Raymond et. al. 1993; Reichel-Dolmatoff 1973). Sin embargo, la agricultura de la yuca
(Manihoc esculenta) al parecer fue determinante como producto básico entre grupos
humanos de zonas tropicales muy húmedas (DeBoer 1975; Lathrap 1970:47-57;
Sanoja 1981). En esta medida también cabe preguntarnos cuál fue la importancia de
los recursos estuarinos y de manglares, como también de la explotación de peces en
mar abierto; (c) A un nivel más amplio es preciso cuestionar la importancia del
intercambio regional marítimo y terrestre en el origen y mantenimiento de los centros
Tumaco-La Tolita. Existen evidencias en el registro arqueológico que sugieren que
grupos Tumaco-La Tolita tenían rutas marinas que conectaban puertos prehispánicos
desde el sur de Esmeraldas a la bahía de Tumaco y de allí hasta Buenaventura. En
estas rutas también fue incluida la costa caucana y la Isla Gorgona, distante 50 km. de
Guapi, Cauca (Bouchard 1992; Casas 1991; Patiño 1988a, 1988b; Salgado y Stemper
1991; Stemper y Salgado 1993); (d) ¿Cuál fue la naturaleza de la interacción entre las
zonas costeras y Andinas en el suroccidente de Colombia? Algunos productos marinos
aparecen en el interior y ocasionalmente en tierras altas andinas (e.g., Spondylus,
conchas, caracoles, etc.); la similitud simbólica, iconográfica, plástica cerámica y
materiales de obsidiana también sugieren interacción dentro de una amplia zona del
suroccidente de Colombia y norte del Ecuador (Cardale y Herrera 1995; DeBoer 1995,
1996; Duncan 1994; Lathrap et.al. 1975; Salazar 1992); (e) ¿Cuál fue la importancia de
la producción precoz de la metalurgia del oro y el platino en la región? Materiales
orfebres tempranos encontrados en sitios Tumaco-La Tolita en forma de adornos en
oro y platino asociados a múltiples figurillas de barro se remontan a los siglos IV y V
A.C. (Patiño 1988b, 1993; Scott y Bouchard 1988) y (f) ¿Que factores conllevaron al
declive o "colapso" de las sociedades complejas Tumaco-La Tolita? Después del 600
d.C. al parecer, el área costera fue abandonada y las zonas de estuarios y manglares
lentamente dejan de ser explotadas. Las pautas en asentamientos tardíos tienden a
orientarse hacia los sistemas ribereños y terrazas en la selva tropical lluviosa más que
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hacia zonas costeras litorales. Los registros arqueológicos muestran patrones más o
menos similares a aquellos observados entre grupos del Chocó y amazónicos
contemporáneos con bienes de subsistecia basados en la agricultura y suplementadas
con pesca y caza en zonas interiores ribereñas (Lathrap 1970; Meggers 1971; Vargas
1993).
Para evaluar los interrogantes arriba expuestos se ha hecho necesario: (a) la
revisión de postulados teóricos y metodológicos sobre la emergencia de sociedades
complejas y el tema del cambio cultural. Este marco teórico generalmente ha sido
equiparado con el desarrollo de los cacicazgos (Chiefdoms), ampliamente discutidos en
la literatura arqueológica, etnográfica y etnohistórica de América (Drennan y Uribe
1987; Drennan 1995; 1996; Early 1989; 1991); (b) una revisión sustancial de los
estudios arqueológicos de la región costera del Pacífico, que incluye investigaciones
llevadas a cabo tanto en Colombia como en el Ecuador; sobre estoss trabajos nos
referiremos más adelante en el Capítulo 3; y (c) mediante nuevos datos empíricos
obtenidos en la región de Tumaco nos encaminamos a emprender respuestas a los
puntos arriba expuestos.

1.2 Hipótesis de los Cacicazgos Costeros. En los últimos años la teoría del
surgimiento y establecimiento de los cacicazgos (chiefdoms) en América ha sido
alimentada paulatinamente tanto por nuevos enfoques como por nuevas evidencias
arqueológicas y etnográficas. Una larga trayectoria de discusión y crítica sobre la
conceptualización de los cacicazgos se ha matizado desde que fueron inicialmente
definidos por Sahlins (1958) y Service (1962; 1975) (véase también Fried 1967) hasta
el presente, con análisis más profundos sobre la caracterización y dinámica de los
procesos políticos, sociales y económicos que rodean estos sistemas culturales
(Brumfield y Earle 1987; Carneiro 1991; Drennan y Uribe 1987; Drennan 1991, 1995;
Earle 1987, 1989, 1991; Feinman 1991; Feldman 1987; Helms 1992; Langebaek y
Cárdenas 1996). La problemática de los cacicazgos continúa siendo de amplia
discusión teórica y metodológica. Los nuevos enfoques basados en registros
arqueológicos y en algunos casos respaldados por la etnohistoria examinan los
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procesos e instancias del control socio-político y económico desarrollado por aquellas
sociedades que se definen como cacicales. De igual manera, es entendido que las
sociedades complejas pueden ser conocidas a través de procesos a largo plazo, ya
que éstas forman parte de sistemas amplios de relaciones sociales y económicas
(Drennan y Quattrin 1995; Early 1991; Gilman 1991; Steponaitis 1991).
En las zonas tropicales de América -norte de los Andes y tierras bajas de Centro
y Sur América- se han analizado modelos de cacicazgos como expresiones de
complejidad cultural en estos territorios (Drennan y Uribe 1987; Drennan 1995;
Langebaek y Cárdenas 1996; Reichel-Dolmatoff 1973, 1977). Dentro de los modelos se
tienen encuenta diferentes formas de control por parte de las élites, donde las
relaciones de poder permean diferentes actividades como la producción de alimentos,
intercambios a corta y larga distancia, distribución de asentamientos, uso de la tierra,
movilidad, manufactura de bienes, mercados y guerras. Con estos elementos se da una
mayor profundidad a la interpretación y dinámica de estas sociedades que, como se
conoce en la literatura arqueológica, no son ni igualitarias con relativas estructuras
sociales y políticas simples, ni tampoco su complejidad alcanzó la magnitud
organizativa y coercitiva de los estados (Drennan 1992; Earle 1991; Johnson y Earle
1987; Langebaek y Cárdenas 1996; Patterson y Gaiyle 1987).
En la costa Pacífica colombo-ecuatoriana, ubicada en el Área Intermedia1,
estudios recientes (Stemper 1993; Zeidler y Pearsall 1995) han subrayado la existencia
de sociedades cacicales que comparten una tradición regional, entidades culturales con
niveles de complejidad variada. Evidencias de estas sociedades aparecen desde
períodos tardíos del Formativo (antes del 500 a.C.), especialmente durante los
Desarrollos Regionales (500 a.C.- 500 d.C.), en el período Tardío (700 - 1500 d.C.) y
entrada la conquista europea. En varias regiones, como en Tumaco y La Tolita, el
desarrollo de cacicazgos perduró por largos períodos pero nunca llegaron a constituirse
en sociedades estatales (Tabla 3.1) (Marcos 1986; Meggers 1966; Stemper 1993:4-16;

1 El Área Intermedia se refiere a un área geográfica localizada entre los grandes centros nativos
de México-Guatemala (América Central) y Perú (Sur América) (Willey 1971:254).
8
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Zeidler y Pearsall 1994:2)2.
En la costa uno de los mayores tópicos que ha llamado la atención de los
investigadores ha sido aquel de los sistemas de intercambio debido al hallazgo y
persistencia de objetos suntuarios o "bienes de élite" -tales como cuentas, conchas
Spondylus sp., obsidianas y objetos de metal- en diferentes sitios arqueológicos, lo que
ha indicado la variabilidad de acceso a los recursos y materias primas; estos items
pudieron haber sido usados como bienes de prestigio por las élites de los grupos
sociales observados, lo cual se constituye en una característica importante de las
sociedades de rango (Currie 1995; Drennan 1995; Fried 1967; Gnecco 1996; Marcos
1986; Mester 1985; Zeidler 1994). Feldman (1987:13) ha sugerido que los miembros
de la élite tienen los medios para adquirir bienes especiales que sirven a la vez como
símbolos de su status. La demanda por aquellos bienes de uso suntuario estimula la
producción artesanal de especialistas y su intercambio.
La investigación en la costa también revela la existencia de poblados y centros
ceremoniales que, en la mayoría de los casos, ocuparon aquellas tierras de mejor
productividad. Varias zonas de las tierras bajas costeras, periódicamente inundables,
fueron adaptadas e incorporadas a la agricultura intensiva mediante grandes obras de
infraestructura -e.g., zanjas, canales, camellones y diques- que regularon la distribución
de agua para la agricultura. Es el caso de las áreas bajas costeras de las regiones del
Guayas, La Tolita y Tumaco (Buys y Muse 1987; Denevan y Mathewson 1983; Parsons
y Schlemon 1982; Patiño 1993b; Stemper 1993; Tihay 1995). Por otro lado, los ríos,
bocanas y mar abierto, además de proveer recursos de subsistencia, interconectaron
diferentes zonas fisiográficas haciendo posible la movilidad e intercambio de productos
entre estas sociedades.

1.3 Tumaco: Diseño de Investigación e Implementación


Desde los años 50´s exploraciones arqueológicas limitadas han sido realizadas
en la región de Tumaco. Estudios más recientes en la costa Pacífica se han enfocado

2 En general los periodos costeros aquí usados solamente tienen un sentido cronológico.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
en pocos sitios, Tumaco-La Tolita con montículos tales como Monte Alto, Mataje y
Tumaco (Bouchard 1982-83; Cubillos; Reichel-Dolmatoff 1965, 1986). La mayor parte
de las excavaciones han tenido alcances limitados, siendo el máximo enfasis de estos
estudios las tipologías cerámicas, cronologías y relaciones culturales.
En contraste, los estudios arqueológicos en la costa norte del Ecuador han sido
más extensos, especialmente en la provincia de Esmeraldas. La Misión Española
orientada por J. Alcina Franch y otros (Alcina Franch 1975, 1979), el proyecto La Tolita
por F. Valdéz (Valdéz 1987) y el proyecto Santiago-Cayapas por P. Tolstoy y W.
DeBoer (1989) y luego sólo por W. DeBoer (1996) han enfatizado el refinamiento de
secuencias culturales y cronológicas, además de proveer una mejor comprensión de
los desarrollos formativos y posteriores en la región.
En Colombia dos estudios arqueológicos relacionados con Tumaco-La Tolita se
han llevado a cabo cerca de la frontera ecuatoriana. J. C. Cubillos (1955) excavó en el
sitio de Monte Alto y G. Reichel-Dolmatoff (1965) en el sitio de Mataje. Ambos son
estudios pioneros que trabajan con pocas referencias cronológicas, tipología cerámica
y en general interrelaciones entre Colombia, Ecuador y Mesoamerica.
En el área de Tumaco, donde este estudio fue realizado, J. F. Bouchard (1982-
83) es el único arqueólogo que ha realizado excavaciones (pero no reconocimientos
sistemáticos) en sitios caracterizados por montículos con abundante cerámica, figurillas
de arcilla y metalurgia. Su trabajo en los sitios de Inguapí, El Morro y El Balsal
establece una secuencia regional basada en análisis cerámicos y algunas fechas de
radiocarbono. Sus conclusiones están principalmente orientadas hacia comparaciones
cerámicas e iconográficas entre Tumaco, Esmeraldas y Mesoamérica. El estudio de
Bouchard no provee evidencia sobre patrones de subsistencia, distribución de sitios o
una secuencia refinada para la región entera. Hacia el norte de Tumaco, mis propios
estudios sobre Tumaco-la Tolita y asentamientos tardíos se han enfocado hacia
reconocimientos sistemáticos y excavaciones a través de los proyectos Guapi-Timbiquí
y Bajo río Patía (Patiño 1988a; 1993b). Finalmente, un proyecto reciente en el área de
Buenaventura, dirigido por D. Stemper y H. Salgado (1993b), ha documentado uno de
los ejemplos más septentrionales de estas sociedades a lo largo de la costa.
10
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La presente investigación arqueológica en el bajo río Rosario y Caunapí
complementa y expande el conocimiento alcanzado en los estudios tempranos
realizados en Colombia y la costa norte de Ecuador. Esta investigación es la primera

Figura 1.2 Localizción de sitios arqueológicos en la Región de Tumaco


11
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
en proveer información sistemáticamente recolectada sobre patrones de asentamiento,
caracterización de sitios (por sitios y diferencia en tamaño) y sobre prácticas de
subsistencia. A través del uso de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) se
elabora un análisis de las relaciones entre sitios ocupados y las variables
medioambientales.
A nivel general, el estudio en Tumaco ofrece información valiosa sobre el uso
humano de los ambientes selváticos tropicales. También incursiona en aquellos
factores que permitieron una duración prolongada y el éxito de la llamada Tradición
Tumaco-La Tolita3 para luego caer en un colapso y desvanecimiento cultural. Esta
información puede ser útil a los grupos indígenas actuales que viven en el norte
(emberá) y sur (cayapas) del área de Tumaco y aquellos al occidente en las montañas
andinas (kwaiker).
Los trabajos de campo en la zona de estudio (25 km²) fueron adelantados
durante los primeros cinco meses de 1995. El área de estudio está localizada entre los
ríos Rosario y Caunapí y la carretera troncal a Tumaco-Pasto (Figura 1.2). Con el
propósito de acceder a todo el sistema de asentamiento para la Tradición Tumaco-La
Tolita se llevó a cabo un reconocimiento sistemático en las siguientes zonas
fisiográficas: (a) manglares/estuarios costera (influenciada por las mareas) en una
franja de 300 m. de ancha paralela a la línea de costa hasta 15 km. entre Tumaco y la
desembocadura del río Rosario; (b) zona ribereña (fluvial, pero con áreas planas y
onduladas), franjas de 300 m. a lado y lado de los ríos Rosario y Caunapí para una
distancia lineal de 25 km, y (c) zona
interfluvial (principalmente plana y relativamente bien drenada pero con pequeñas
corrientes de agua (quebradas) y pantanos, allí se prospectó un transecto de 300 m. de
ancho a lo largo de la trocal de Tumaco (desde Espriella a la ciudad de Tumaco) en
una distancia de 40 km.
Los transectos arriba señalados fueron seleccionados no solamente porque

3 El concepto de tradición arqueológica es usado en este estudio para indicar complejidad en los
patrones de asentamiento, sitios y materiales culturales más o menos homogéneos que persisten en el
tiempo.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
incluyen una variedad topográfica y zonas ecológicas en la región de estudio, sino
porque estas zonas también fueron de fácil accesibilidad y en buena parte sin cubierta
forestal, excepto para la zona costera. Cada transecto fue examinado por un grupo de
auxiliares espaciados 75 m., lo que cubrió cerca de 0.5-0.75 km2 por trabajo día con un
grupo de ocho personas. También se utilizó un reconocimiento de oportunidad en
aquellas áreas con tupida foresta cerca de los ríos y en el interior de manglares. Los
sitios fueron localizados con marcas y registrados en fotografías aéreas y mapas
impresos para su futura evaluación. Las características de los sitios se anotaron en
fichas estandarizadas. Los artefactos y restos culturales fueron mapeados y
recolectados por cada sitio examinado; pruebas de pala fueron usadas cuando se
necesitaron para ayudar a determinar la estratigrafía y la dimensión de los sitios.
Rasgos arqueológicos, tales como grupos de montículos, también fueron mapeados.
Sitios de importancia reconocida por los moradores del área dentro y fuera de los
transectos, fueron igualmente objeto de evaluación. Varios estudiantes de arqueología
con experiencia en campo del Departamento de Antropología de la Universidad del
Cauca, Popayán, participaron en esta investigación.
En el terreno el trabajo de investigación tuvo dos propósitos generales: (a)
generar un registro sistemático de las pautas de asentamientos costeros y sus
relaciones con los diferentes ecosistemas y (b) realizar excavaciones en aquellos sitios
arqueológicos donde se posibilitara obtener datos relevantes sobre la vivienda, pautas
fúnebres, subsistencia, intercambio y otras manifestaciones culturales de sociedades
prehispánicas. Las prospecciones sistemáticas en estas zonas arrojaron un total de 97
sitios arqueológicos, que van de menos de ½ ha. a 8 ha. ocupados bien sea por una o
dos viviendas o por un conjunto de viviendas o poblado con montículos artificiales
(tolas) (Figura 1.2). De los sitios habitados se analizaron construcciones de montículos
artificiales -ocupados y usados para viviendas, enterramientos funerarios y
posiblemente talleres-; áreas de ocupación con altas concentraciones de desperdicios
o basuras prehispánicas -e.g., cerámica, lítica, además de algunas piezas orfebres-;
por último, áreas extensas con evidentes rasgos de antiguos campos de cultivo -e.g.,
canales artificiales, drenajes y camellones-. Para una completa y detallada discusión
13
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
sobre el diseño de investigación y su implementación véase el Capítulo 4.

1.4 Métodos y Análisis


Para organizar la información recolectada durante el trabajo de campo y los
análisis de laboratorio, fueron creadas varias bases de datos a través del software
FOXPRO©. Una base de datos incorporó información general de sitios incluyendo zona
fisiográfica, área estimada, edad, presencia/ausencia de montículos artificiales,
metalurgia, tipos cerámicos y líticos. Una segunda base de datos fue creada para la
clasificación cerámica, el más abundante material cultural; ésta contiene información
dividida por sitios y tipos cerámicos clasificados de acuerdo a atributos de la pasta,
tratamiento de la superficie, técnicas de manufactura, forma y decoración. Otra base
de datos fue creada para las características de los montículos artificiales, que contiene
datos sobre sitios, zonas fisiográficas y dimensiones (largo, ancho, alto y volumen).
La posición cronológica de los sitios fue establecida usando varios métodos,
generalmente en combinación: determinaciones de radiocarbón, estratigrafía, seriación
y rasgos diagnósticos del material cultural. También se utilizaron secuencias de otros
investigadores a lo largo de la costa Pacífica para establecer la cronología de los sitios.
Para el análisis regional de Tumaco se usaron técnicas SIG para establecer
relaciones entre los sitios arqueológicos y las variables medioambientales. Los mapas
más detallados del área de Tumaco fueron el hidrográfico y el de vegetación (Escala
1:50000) elaborados por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Planchas digitales de
vectores fueron hechas con el uso de una tableta digitalizadora (CalComp©) y los
programas TOSCA© y CARTALINX© (dos programas digitales que tienen interfase con
IDRISI©4). Posteriormente los datos de vectores fueron convertidos en archivos de
celdas (raster) para manipulación y análisis en los módulos de IDRISI©. IDRISI©, un
programa de celdas que corre en plataformas PC, fue utilizado en la mayoría de los
aspectos del análisis espacial. Los archivos IDRISI© fueron importados a

4 Idrisi para Windows (Versión 2) es un software concebido y diseñado por J. Ronald Eastman,
1997, en los laboratorios para Tecnología Cartográfica y Análisis Geográficos. ClarK University,
Worcester, MA.
14
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CORELDRAW © para su presentación final (Cf. Figura 1.2). Un proceso similar fue
seguido en la incorporación de los datos sobre asentamientos arqueológicos en la base
de datos SIG. Las técnicas SIG ayudan a evaluar las relaciones cambiantes entre los
asentamientos y las zonas fisiográficas regionales de Tumaco a través del tiempo.
En el laboratorio el análisis y clasificación de materiales cerámicos se basó en
casi su totalidad en la tipología establecida por J. F. Bouchard (1982-83) a partir de sus
investigaciones previas en Tumaco. La tarea más importante fue asignar, a cuantos
mas tiestos fuera posible (muestra de 19483 cerámicas) los tipos cerámicos a que
pertenecían, estos principalmente fueron definidos por el tratamiento de la superficie y
las características de la decoración. Clasificar colecciones cerámicas halladas en
superficie presenta algunas dificultades siempre que éstas están afectadas por la
erosión. Afortunadamente, una gran parte de la muestra cerámica obtenida en
excavaciones estratigráficas y pruebas de pala está mejor preservada. Una vez
finalizada la clasificación de todos los materiales alfareros se procedió a realizar una
seriación cuantitativa para las colecciones basada en los tipos cerámicos. Este método
permitió crear una cronología relativa y una secuencia regional de fases arqueológicas.
La mayoría de las recolecciones de superficie no fueron incorporadas a la seriación
para evitar interpretaciones erradas en la secuencia que puede ser causada por
dificultades en asignar a cerámicas erosionadas tipos cerámicos. Solamente muestras
cerámicas excavadas en depósitos estratigráficos con superficies bien preservadas
fueron usadas en la seriación.
Dataciones C-14 de varios sitios arqueológicos ayudaron a anclar la secuencia
en años calendario como también los registros de materiales del período Colonial en
algunos pocos sitios. Algunos tipos cerámicos se observan en toda la secuencia
seriada; otros aparecen con una mayor limitación distribucional. Más detalles sobre el
procedimiento de clasificación y uso de la seriación son discutidos en el Capítulo 5.
Análisis geomorfológicos fueron útiles para una mejor descripción de
formaciones geológicas e identificación de suelos en los sitios arqueológicos más
importantes de las tres zonas fisiográficas estudiadas (Apéndice A). También un
análisis de atemperantes de cerámicas locales fue realizado usando secciones
15
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
delgadas, sus resultados complementan los estudios llevados a cabo por Galván y
otros (1989) en la región de La Tolita. Análisis de objetos orfebres proveen información
sobre la naturaleza de una metalurgia antigua practicada en la región de Tumaco.
Datos importantes para el estudio de la subsistencia son obtenidos a partir de análisis
de polen y fitolitos (Apéndices B, D y E).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 2
COSTA PACÍFICA Y MEDIOAMBIENTE EN EL SUR DE COLOMBIA Y
NORTE DEL ECUADOR

2.1 La Región y sus Pobladores


La región tropical de Colombia es reconocida por su gran biodiversidad tanto de
especies animales como vegetales (Casas 1993). La costa Pacífica es una de esas
regiones que más se destaca en el país por su gran variedad de recursos naturales,
típicos de una región de selva tropical húmeda (Leyva 1993). En sus 1300 km. de
longitud sólo exiten dos centros portuarios de importancia: Tumaco y Buenaventura, en
los departamentos de Nariño y Valle del Cauca respectivamente. Son igualmente los
únicos centros costeros que se encuentran conectados con el interior del país mediante
vías troncales; lo que las convierte en las áreas de mayor desarrollo urbano y rural en
la costa Pacífica colombiana. La comunicación actual entre estos poblados
secundarios se alcanza mediante prolongados recorridos por vía marítima, esteros y
ríos. Los habitantes, en su mayoría de grupos afro-americanos, se encuentran
dispersos en pueblos grandes y medianos con escaso desarrollo urbano. Estos grupos
se ubican desde las regiones del Chocó hasta la zona norte de la costa del Ecuador.
Sus economías se basan en la pesca artesanal, minería, ganadería y agricultura de
subsistencia en pequeñas parcelas o fincas ubicadas a lo largo de los principales ríos y
tributarios de la planicie aluvial (Friedemann 1974; IDOC 1976).
Además de proporcionar sustento a comunidades negras desde tiempos
coloniales, los manglares y la selva húmeda del Pacífico, también ha albergado
poblados de comunidades indígenas por milenios. Los territorios de estas
comunidades en el Pacífico se encuentran actualmente modificados sustancialmente
debido a causas de desplazamiento y conflicto entre sociedades indias y comunidades
negras. Estos problemas fueron palpables desde las épocas de conquista y colonia del
territorio costero y actualmente por la tenencia de tierras y colonización moderna
(Vargas 1993:294).
En el norte varios grupos pertenecientes a la familia linguística Chibcha (catío,

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emberá, waunana) ocupan los ríos San Juan, Baudó y Atrato (Carmona 1993; Vargas
1993). Más al sur, en el Valle del Cauca y Cauca, grupos epera tienen asentamientos,
principalmente en los cursos medios de los ríos Yurumanguí, Naya y Saija (Carmona
1993; Vargas 1993). Por el contrario, en la región de Tumaco y río Mira no existen
comunidades indígenas actuales, debido a la fuerte colonización española centrada en
la explotación minera del territorio lo que condujo, al igual que en otras regiones del
Pacífico, a la introducción de esclavos negros a partir del siglo XVI (Friedemann 1974;
West 1957).
En los contrafuertes de la cordillera Occidental entre Colombia y Ecuador hay
asentamientos de comunidades awa-kwaiker, en el alto río Mira y tributarios,
posiblemente desplazados de zonas bajas de la llanura aluvial (Patiño 1988a:147;
Romoli 1963:264). Hoy, algunas familias integrantes de esta comunidad se dirigen
ocasionalmente a las tierras bajas y calientes para enrolarse en los trabajos de
extensas plantaciones de palma africana en las cercanías de Tumaco, río Mira y
Caunapí. En la provincia de Esmeraldas, Ecuador, después de varios procesos
migratorios, grupos chachí (para algunos autores cayapas) se encuentran distribuidos
actualmente en la cuenca del río Cayapas y la desembocadura del Santiago (Barrett
1994:10; DeBoer 1996:173-174). Más al sur, donde la planicie costera se presenta
menos húmeda, numerosos grupos de indios colorados (chono) se hallan establecidos
desde épocas prehispánicas en zonas aluviales fértiles de la amplia cuenca de los ríos
Guayas, Daule y Babahoyo (Newson 1995:75). Este tema de los grupos indígenas al
momento del contacto europeo será de nuevo retomado en el Capítulo 7.

2.2 Geología, Fisiografía y Ecosistemas Costeros del Pacífico


El litoral Pacífico de Colombia y Ecuador forma una extensa franja de tierras
bajas cálidas localizada entre la línea de costa y las serranías cordilleranas del
occidente de los Andes. La línea costera del Ecuador alcanza cerca de 2500 km. de
longitud, incluyendo las islas Galápagos, Puná y Jambelí. La costa del Ecuador es
dividida en dos regiones geológicas definidas al noroeste y sureste de la serranía de
Chongon-Colonche. Al norte, la costa se caracteriza por serranías del terciario
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
truncadas por la línea costera formando acantilados y promontorios de rocas. Al sur,
existe una profunda cuenca cubierta por sedimentos del terciario y cuaternario
enmarcada por el golfo de Guayaquil (Ayón y Jara 1985:49-50). La parte norte de
Esmeraldas tiene características similares a aquellas del departamento de Nariño en el
sur de Colombia.
En Colombia, la costa Pacífica con una longitud de más de 1300 km., presenta
una topografía accidentada debido en gran parte a su ubicación geográfica en la zona
de fricción de dos placas litosféricas: la Placa de Nazca y la Placa de Sur América
(Cantera 1993:15). Este hecho ha sido cada vez más preocupante para los
asentamientos humanos cercanos a una costa expuesta a maremotos (tsunami) 5 y
temblores de tierra, especialmente para las áreas al norte de Esmeraldas y sur de
Buenaventura (Herd et. al. 1981; Martínez et. al. 1993).
La costa Pacífica del norte de Sur América es una de las regiones más pluviosas
del continente (Selva Tropical Húmeda), con precipitaciones normalmente alrededor de
los 3000 mm. y 6000 mm. por año (Cantera 1993; von Prahl 1989; West 1956, 1957).
En la parte norte la estación lluviosa se extiende de abril a septiembre con
precipitaciones que alcanzan los 8000 mm/año; la estación menos lluviosa corresponde
a los meses de octubre a marzo. En contraste, el período de lluvias al sur, en las
regiones costeras del Cauca, Nariño y el norte de Esmeraldas, es menos severo, con
precipitaciones entre 2000 y 2500 mm/año en la costa y 2500 y 4000 mm/año en los
flancos occidentales de la cordillera Occidental, sin embargo, la precipitación ocurre en
casi todos los meses del año. Se presentan estaciones menos lluviosas durante los
meses de agosto-septiembre, y enero-febrero.

5 Tsunami es un término adquirido del japonés para referirse a las grandes olas generadas por movimiento

sísmico que golpean de forma destructiva el litoral costero. En la región de Tumaco y costa de Nariño los
moradores conocen el devastador fenómeno como la "ola" (Herd et. al. 1981; Martínez et. al. 1995).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Los cambios en precipitaciones y temperaturas que afectan áreas mayores en la
costa Pacífica están relacionadas con el fenómeno de El Niño. Este fenómeno está
asociado con el desarrollo de fases cálidas y frías de las aguas del océano Pacífico y
son conocidas como El Niño Southern Oscillation (ENSO6) (Díaz y Markgraf 1992). El
fenómeno de aguas cálidas está acompañado por grandes cambios en los patrones de
lluvias, vientos y presiones atmosféricas tropicales que afectan el océano Pacífico. En
1997-1998 el sistema climático global fue perturbado por uno de los más largos
eventos de El Niño observado en el siglo XX. El cambio climático aumentó la
precipitación por encima de los rangos normales en el centro y este del Pacífico
tropical, afectando el Perú, Ecuador y Colombia. En contraste algunas áreas como
aquellas de Centro América, noreste del Brasil y Colombia experimentaron sequías
durante los eventos cálidos de ENSO. La anomalía de 1997-1998 fue comparable o
aún más fuerte que aquella de El Niño de 1982-83. El Niño no es un sistema
estacionario en la costa, aunque algunos autores han advertido que eventos Mega-
Niño pueden presentarse cada 500 años de acuerdo con registros de anomalías
climáticas en regiones tropicales de América (Meggers 1994a:333; 1996:156;
Sandweiss 1986:25).
En el noroeste del Perú, Ecuador y suroeste de Colombia (área de Tumaco),
precipitaciones por encima de los rangos normales típicamente ocurren durante los
eventos de El Niño desde febrero a mayo y con fuertes lluvias desde diciembre hasta
marzo y mayo (NOAA 1997). El Niño tiene impactos adversos sobre los asentamientos
humanos debido a las inundaciones y sequías, entre otros cambios que pueden
severamente afectar la agricultura, la pesca y el medio ambiente.
Cuando uno de los mayores eventos de El Niño afectó la costa Pacífica de
Colombia en 1982-83 y 1997-1998, resultaron una serie de impactos negativos tales
como: (a) aumento del nivel del mar en 20 cm. por encima de los valores normales
causando inundaciones en las áreas bajas costeras; (b) caída en un 52% en la
producción pesquera; (c) en el interior las altas precipitaciones y humedad afectaron la

6 ENSO es un fenómeno del Pacífico, pero el término ha sido usado recientemente con amplitud
para incluir un número de eventos metereológicos relacionados.
20
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
agricultura causando daños en las cosechas por incontroladas inundaciones; y (d)
varios ríos como el Sanquianga, inundaron sus riberas a tal punto que las familias que
vivían allí tuvieron que ser relocalizadas (IDEAM 1999). La súbita declinación en la
producción agrícola y pesquera causada por cambios climatológicos de El Niño puede
traer serias consecuencias a grandes poblaciones sedentarias que dependen de estos
recursos.
En Tumaco El Centro Para el Control de Polución en el Pacífico Colombiano
(CCCP) fue creado en 1993, para monitorear la temperatura superficial del océano, el
promedio del nivel del mar, la precipitación y la temperatura ambiente en las estaciones
oceanográficas. Alteraciones reportadas desde 1972 hasta 1992 documentan
diferentes eventos de El Niño en el área de Tumaco. Las más fuertes oscilaciones con
altas temperaturas están justamente relacionadas con los eventos de 1972-73 y 1982-
83 (Cf. Susunaga and Gómez 1995, Tablas 2 y 3). Los mayores cambios en el nivel
del mar fueron observados en 1972 con un máximo valor de 3.97 m., en 1987 de 3.80
m. y en 1991 de 3.81 m., el índice normal de las oscilaciones es 2.90 m. a 3.40 m. La
precipitación se incrementó considerablemente para 1974 con 3880 mm., en 1988 con
2582 mm., y en 1992 de 3871 mm. (Ibid:59). El promedio de la precipitación en años
sin eventos El Niño es alrededor de 2000 mm.
En Ecuador y Colombia, información reciente sobre El Niño en 1998 reportó
inundaciones en ríos seguidas de fuertes lluvias dejando muerte y desolación a lo largo
de la costa Pacífica y deslizamientos de lodo en los Andes quedando como
consecuencia muchas familias sin vivienda. Varios pueblos en la Provincia de Guayas
fueron inundados, las aguas cubrieron cientos de hectáreas en fincas agrícolas y
ganaderas. Las familias tuvieron que ser evacuadas y la malaria y el cólera causaron
muchas muertes (IDEAM 1999).
El clima para la zona norte de la costa Pacífica puede ser descrito como cálido y
húmedo. En las regiones de Buenaventura y Tumaco las temperaturas promedio
mensual oscilan entre los 25°C y 27°C al nivel del mar, y en algunos valles medios
éstas alcanzan un leve aumento que llega a los 28°C. Así mismo, la diferencia entre
temperaturas del día y la noche es alta, alrededor de 12°C (16-27°C). La humedad
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
relativa del aire alcanza valores superiores al 80% . Los vientos Alisios que llegan del
nor-oeste y sur-oeste juegan un papel regulador en las diferencias de precipitaciones y
temperaturas a lo largo de la costa (Cantera 1993:16).
La vegetación de la región del Pacífico es clasificada como Selva Tropical
Húmeda (Tropical Rain Forest)7. Sin embargo, cabe agregar que el mundo
industrializado de hoy en su afan de expansión ha puesto en peligro la frágil estructura
de las selvas húmedas tropicales (Whitmore 1990:10).
Existen en el Pacífico dos zonas costeras fisiográficas reconocidas desde las
primeras exploraciones de R. West a mediados de los 50´s (West 1956; 1957). Estas
dos regiones son: (a) tierras altas costeras y (b) tierras bajas costeras. En este estudio
la mayor atención se centrará en la segunda zona.

2.3 Tierras Altas Costeras


La costa alta, notable al norte del Cabo Corrientes hasta la frontera con Panamá,
es escarpada y acantilada por la proximidad de las serranías de Los Saltos y del Baudó
que se levantan entre los 600 y 1200 metros por encima del nivel del mar. Los
acantilados están conformados por rocas volcánicas que alternan con rocas
sedimentarias (e.g., areniscas y calizas). En general, esta costa combina acantilados,
playas nuevas y antiguas, y parches de manglares. Además de observarse hacia el
interior del continente un área montañosa húmeda existen pequeños valles aluviales
compuestos de material volcánico, sedimentos variados y limos (Martínez 1993:112-
113).

2.4 Tierras Bajas Costeras


Al sur, la costa baja de origen cuaternario comprende una larga franja de
manglares a partir del Cabo Corrientes hasta la región norte de Esmeraldas. Esta
costa está dominada en un 80% de zonas innundables en las tierras bajas. Una

7 Este término fue usado inicialmente por el botánico alemán F. W. Schimper para referirse a las
selvas de permanente humedad tropical (tropische Regenwald) (Whitmore 1990:9).

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zonificación de la costa baja comprende las siguientes áreas: (a) Islas barrera, (b)
playas, estuarios y fangales dentro del ecosistema de manglares, (c) planicies aluviales
y (d) colinas y piedemonte al oeste de los Andes Occidentales.
En el frente costero se presenta un cinturón de islas-barrera formadas por
estructuras de arena generalmente en cercanías de bocanas o estuarios. Estas islas
se hallan cubiertas de selva tropical húmeda rodeadas de manglares o playas de arena
gris, extensas en marea baja y, casi nulas en marea alta (Martínez 1993:115; Martínez
et. al., 1995). La ocupación humana actual en ellas es baja, con pequeños caserios,
aunque existen vestigios prehispánicos de por lo menos 2000 años de antigüedad,
como por ejemplo en la isla donde se asienta Tumaco y en la Isla Soldado, sitio
Bodega-Cocolito, región de Buenaventura (Bouchard 1982-83:317; Salgado y Stemper
1995:34). De acuerdo con Martínez y otros (1995:447) la ciudad de Tumaco, uno de
los mayores centros comerciales de la costa Pacífica de Colombia, está en alto riesgo
debido a la erosión de sus costas, tsunamis, subsidencia y baja elavación. También el
grupo de islas alrededor de Tumaco puede ser más impactado por eventos El Niño que
las islas de más al norte (Ibid:449).
En la parte continental se destaca la zona de manglares que funciona como un
complejo ecosistema en el litoral Pacífico. Esta franja es irregular, con amplitudes
desde escasos metros hasta los 11 km. La zona de manglares se halla fuertemente
influenciada por las mareas, lo que ha dado origen a un intrincado sistema natural de
canales y estuarios que conectan la costa con el continente (West 1956). El rango de
mareas en la costa Pacífica alcanza poco más de 4 m., presentándose en el día dos
mareas altas y dos bajas de aproximadamente 12:30 horas cada período. Alternando
cada 15 días, de acuerdo con los períodos lunares, se presentan dos tipos de mareas
llamadas por los moradores de la región quiebras y pujas. Las quiebras se refieren a
mareas menos altas y menos bajas y las pujas a mareas de rangos más altos y bajos
(Cantera 1993:20; West 1956, 1957).
Dentro de estos ciclos de mareas los manglares se caracterizan por tener una
marcada tolerancia al agua salada con diferentes adaptaciones dentro del mismo
ecosistema. Los manglares tienden a colonizar el frente costero de áreas estuarinas,
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debido a que el sistema de raíces, acumulan limos y arcillas ricos en materiales
orgánicos (Martínez 1993; West 1956, 1957). Los bosques de manglares estan
principalmente poblados de las especies Rhizophora (mangle rojo), Avicennia (mangle
negro), Laguncularia (mangle blanco) y Pelliciera rhizophorae (piñuelo). Sus raíces se
sostienen en un lodo oscuro característico de las zonas pantanosas donde hay déficit
de oxígeno. Allí, los lodos son una mezcla de depósitos minerales (arenas, limos y
arcillas), con materiales orgánicos en diferentes grados de descomposición (Cortés
1981; Martínez 1993:118; Ortíz 1987; Pladeicop-CVC 1983).
La fauna en el ecosistema de manglares es abundante y variada. En los
canales de marea y lagunas se observa un número alto de peces bentónicos y
crustáceos gracias a los ciclos reproductivos que se originan en el ecosistema. Los
peces observados comúnmente son lisas (familia Mugilidae), róbalos (Cetropomidae),
tamboreros (Tetradontidae), agujas (Hemirramphidae) y crustáceos como las jaibas
(Portunidae), camarones de agua salada (Penaeidae) y de agua dulce (Palaemonidae),
cangrejos (género Uca), además de abundantes bivalvos como la piangua y sangaras
(Veneridae y Arcidae, genero Anadara) (Cantera 1995:199; Cantera y Contreras
1993:75; Cooke 1992:8-15).
La zona de manglares, a pesar de ser una zona inundable, conserva en su
interior pequeñas áreas secas conocidas por los moradores de la costa baja como
firmes8. Estas áreas son, al parecer, formadas por aluviones, playones o barras
litorales antiguas (Martínez 1993:118; West 1956; 1957). Los firmes dentro de los
manglares son zonas aptas para el asentamiento humano. Actualmente, algunos
firmes son ocupados por pobladores negros en pequeños asentamientos donde sus
habitantes practican actividades de pesca, caza y agricultura (e.g., coco -Cocos
nucifera-, plátano -Musa sapientum-, ñame -Dioscorea sp.-). Igualmente, en tiempos
prehispánicos la ocupación de zonas firmes se remonta a varios siglos antes de la era
Cristiana. Grupos prehispánicos, bajo regímenes diferentes de organización socio-
política, practicaron las mismas actividades de hoy, con cultivos importantes como el

8 Los firmes fueron inicialmente descritos por R. West, como pequeñas áreas de tierra más altas,
más secas y firmes que el resto de las áreas fangosas de los manglares (West 1956:110, 1957:71).
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maíz (Zea mays) y la yuca (Manihot esculenta) (Bouchard 1992; Patiño 1995:169).
Al este de los manglares existe otra zona ecológica un poco más alta llamada
planicie aluvial y corresponden al cuaternario más reciente. Los materiales de arrastre
han sido depositados en terrenos planos por los ríos que recorren el área. Las
terrazas, casi siempre escasas y poco extensas, se componen de sedimentos más
antiguos (Pleistoceno) que descansan sobre un basamento de edad terciaria. Los
suelos de la planicie aluvial presentan una geomorfología diversa y son generalmente
mal drenados, a excepción de los niveles altos de las terrazas (Cortés 1993:150-151).
Estos suelos difieren en su morfología por el grado de su evolución; las características
que los identifican son producto combinado de factores como el efecto y aporte de la
vegetación, de los materiales originarios del relieve y, por último, del tiempo de
actividad sedimentaria de los ríos. Es así como los continuos arrastres sedimentarios
causados por las inundaciones de los ríos y su evolución, generan suelos orgánicos
poco alterados que tienden a sedimentarse sobre materiales orgánicos
descompuestos. Este proceso de desarrollo generalmente se presenta en suelos de
terrazas bajas de la planicie aluvial, aptos para el desarrollo de la agricultura (Ortíz
1987; Pladeicop-CVC 1983). En la actualidad en la planicie costera no existen grandes
extensiones de cultivos a excepción de la palma africana (Elaeis guineensis), el resto
del litoral es ocupado por bosque tropical húmedo con parches de cultivos minifundistas
localizados en pequeñas terrazas a la orilla de los ríos.
Los suelos de las regiones tropicales muy húmedas son generalmente poco
aptos para desarrollos agrícolas extensivos debido a la escasez de nutrientes y elevada
acidez del suelo. Sin embargo, para la región sur en la región de Tumaco, existen
evidencias de cultivos prehispánicos en forma de camellones. En la planicie aluvial
extensas áreas para cultivo de más de 100 hectáreas fueron trabajadas con técnicas
indígenas a lo largo del bajo río Mira y cerca a los límites de los manglares en los
alrededores de Tumaco (Patiño 1993b:22-23).
El piedemonte bajo está formado por colinas de relieve ondulado o fuertemente
ondulado que corresponden al Terciario y limitan al este con el flanco occidental de la
cordillera andina. Algunas colinas alcanzan la costa formando áreas acantiladas con
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alturas de 50 y 70 m.s.n.m. Ejemplos de estas formaciones incluyen aquellas
localizadas al sur del río Patía en la Isla del Gallo y la Isla de El Morro cerca al puerto
de Tumaco. Estas zonas se componen de arcillas y areniscas con suelos
generalmente ácidos y pobremente desarrollados en nutrientes. En los relieves donde
predominan pendientes fuertes la disección es intensa debido a la inestabilidad de los
materiales geológicos y a la erosión, lo que genera condiciones desfavorables para el
regular desarrollo de suelos (Cortés 1993:151). A pesar de esto, el piedemonte bajo
presenta una la fragil vegetación de selva tropical húmeda con especies de árboles
como el Yarumo (Cecropia sp.), Cedro (Cedrela sp.) y Balso (Ochoroma sp.) (Urpa
1982:17).
La agricultura en esta zona está también pobremente desarrolla debido a la
acidez de los suelos; sin embargo, se cultivan productos de pan-coger como el caimito
(Chrysophyllum caimiti), ñame (Dioscorea sp.), maíz (Zea mays), plátano (Musa
sapientum), yuca (Manihot sculenta), guanabana (Anona muricata), papaya (Carica
papaya), piña (Ananas comosus) y cacao (Theobroma sp.) (Cortés 1981; Hubach
1945). El Piedemonte alto se caracteriza por tener una topografía combinada
entre colinas escarpadas y onduladas de origen Terciario Superior y por colinas altas
de relieve quebrado que corresponden al Terciario Inferior (Cortés 1981:10). Los
suelos se componen de magras y arcillas margosas, muy pobres para el desarrollo de
la agricultura. De otro lado, el piedemonte alto es una zona rica en variedad de
maderas típicas del bosque tropical. Además, presenta diversidad de yacimientos
auro-platiníferos, explotados en forma de aluvión en los ríos y quebradas y en filones
de oro.
La región de las tierras bajas costeras se encuentra cruzada por innumerables
ríos cortos y caudalosos que descienden de las estribaciones occidentales de los
Andes. Son pocas las cuencas de ríos grandes. En la región de Cauca y Nariño, por
ejemplo, se destacan las de los ríos San Juan del Micay, Patía y Mira-Chota. Como
cuencas menores se observan en el Valle del Cauca las compuestas por los caudales
del Calima, Dagua, Yurumanguí, Cajambre, Raposo y Naya; en el Cauca las cuencas
de los ríos Aguaclara, Saija, Timbiquí, Napi y Guapi; en Nariño la de los ríos Iscuandé,
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Tapaje, Satinga, Rosario entre otros (Pladeicop-CVC 1983). Estos ríos arrastran pocos
sedimentos debido a la espesa cubierta forestal que los protege. Sin embargo, en
centros poblados se observan fenómenos erosivos y de inundaciones por causa de una
irracional explotación minera y forestal en la costa Pacífica (Hernández 1996:9; IDOC
1976).
En resumen, la región costera baja se conoce como una zona de llanura aluvial
plana de origen cuaternario, disectada por grandes ríos y quebradas que descienden
de las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes (3000 m.s.n.m). La parte
costera litoral está formada por una extensa franja de manglares, donde la zona halófila
se encuentra cruzada por numerosos esteros y bocanas de ríos que facilitan la
comunicación (desde tiempos precolombinos) entre zonas pesqueras, poblados y
caceríos de las áreas inundadas (Romoli 1963; West 1957).

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CAPÍTULO 3
DESARROLLO DE LA ARQUEOLOGÍA EN LA COSTA PACIFÍCA
DE COLOMBIA Y ECUADOR

La investigación sobre las sociedades prehispánicas en la costa Pacífica de


Colombia y Ecuador han sido desarrollados en tres diferentes perspectivas: (a)
difusionismo; (b) particularismo y la construcción de cronologías regionales y, (3)
ecología, adaptación y cambio cultural.

3.1 Difusionismo
Durante la primera mitad del siglo XX se dieron los primeros pasos para la
creación de centros de investigación en antropología y arqueología en Latinoamérica.
Ambas disciplinas fueron enormemente influenciadas por postulados difusionistas de la
escuela histórico-cultural y la etnología francesa (Dunnell 1986; Trigger 1989).
Podemos decir que los inicios de la antropología en Colombia fueron establecidos
sobre diseños teóricos importados. Sin embargo, la disciplina no se centró en la
discusión teórica ni en construir modelos locales, más bien se hicieron esfuerzos por un
intenso trabajo empírico tanto en la arqueología como en la etnografía hasta los años
60´s (Jimeno 1990-91:56-57). En Colombia y Ecuador la antropología tuvo su
desarrollo inicial en varios campos de acción, incluida la arqueología, los cuales fueron
impulsados por el francés P. Rivet, quien impactó con sus ideas en medios académicos
del momento (Gnecco 1995:12). La posición difusionista de Rivet en su obra Los
Origenes del Hombre Americano (1943) fue influyente en los estudios de antropología y
arqueología en Colombia. Esto dió como resultado una serie de "paradigma de
invasiones", donde se sostenían versiones de varias invasiones karib desde el Caribe
hacia el interior de Colombia, Venezuela y Guayana (Véase Duque Gómez 1965;
Priscilla 1984).
Los pioneros de la arqueología de la costa Pacífica acogieron el difusionismo
como explicación de los fenómenos culturales, basándose especialmente en la difusión
de rasgos culturales. Sin embargo, el desarrollo de la teoría y las técnicas de campo

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fueron mínimas. Teniendo en cuenta estos elementos se tejieron parentescos y
relaciones culturales con base en las migraciones-invasiones que llegaron a encerrar
espacios geográficos disímiles y lejanos. Algunas de estas siguen latentes a la espera
de reevaluaciones y más evidencias, como el caso de los contactos transpacíficos y
mesoamericanos en la costa Pacífica del norte de Sur América (Gartelmann 1985;
Meggers 1960; Marcos y Norton 1982; Reichel-Dolmatoff 1987; Zevallos 1987).
En el Ecuador, los trabajos pioneros de M. Saville 9 (1907), M. Uhle (1927), J.
Jijón y Caamaño (1930), E. Ferdon (1940) y R. d'Hardcourt (1942) dieron a luz pública
el conocimiento de vestigios arqueológicos en las regiones de Esmeraldas. Estudios
tempranos sobre la metalurgia de esa misma región fueron realizados por P. Bergsøe
entre 1937 y 1938. Más al sur, en la región de Santa Elena, área del Guayas, se
destacaron las excavaciones de G. Bushnell (1951), entre otros investigadores.
En el Pacífico colombiano este tipo de exploraciones fueron iniciadas por S.
Linné (1929) y los geógrafos Recasens y Oppenheim (1944) en la región del Chocó al
norte del Pacífico. En Tumaco la investigación arqueológica fue iniciada con los
trabajos de J. Rowe (1949) y J. C. Cubillos (1955) quien llevó a cabo las primeras
excavaciones sistemáticas en esta importante zona arqueológica. La mayoría de estos
autores coincidían en que los origenes de las culturas de la costa Pacífica de Ecuador y
Colombia correspondían a oleadas migratorias norte-sur a partir de Centro América, ya
que existian estrechas relaciones culturales entre estas zonas.

3.2 El Particularismo y la Construcción de Cronologías Regionales


La investigación arqueológica en la costa después de los 50's continuó con las
perspectivas del particularismo histórico, esta vez la meta principal fue el registro
arqueológico y los problemas de organización espacial y temporal (cronologías) usando
evidencias arqueológicas a partir de sitios individuales. Inicialmente, la evidencia
estratigráfica proveyó las bases para el establecimiento de secuencias arqueológicas.

9 Desafortunadamente el trabajo de M. Saville en La Tolita (1907) , Tumaco, El Morro y río


Mataje (1921) no fue publicado; sin embargo, notas generales se dieron a conocer por el Heye Museum
de Nueva York (Duque Gómez 1955)
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Sin embargo, más tarde el nuevo método de datación por radiocarbono refinó y asignó
dataciones absolutas a las cronologías histórico-culturales de épocas pasadas.
Durante este período los arqueólogos trabajaron con conceptos de fases arqueológicas
y estilos cerámicos para definir secuencias locales y regionales. Sin embargo, Nuevas
técnicas de excavación fueron implementadas tales como el uso de niveles métricos,
pruebas de pala y la malla cartesiana. Estas metodologías fueron usadas para
sustentar generalizaciones empíricas dispuestas en un plano espacial y temporal
(Dunnell 1986). En el ámbito ecuatoriano, la figura de E. Estrada se destacó lo
suficiente como para impulsar el renacimiento de la arqueología costera en ese país.
Para la época de los 50's, Estrada y sus asociados C. Evans y B. Meggers del
Smithsonian Institution (Washington), realizaron una importante y extensa obra de
sistematización de la arqueología del Pacífico ecuatoriano. En su obra B. Meggers
(1966) realiza el primer intento de sistematizar la arqueología ecuatoriana, basandose
en un modelo de cuatro períodos de desarrollo: (a) Precerámico; (b) Formativo; (c)
Desarrollo Regional y (d) Integración. Esta secuencia por años permitió organizar la
prehistoria del país, aunque en cierta forma se ha utilizado de manera ambigua, por un
lado, como secuencia de desarrollo y, por otro, como secuencia temporal (Gnecco
1995:300). Buena parte de la literatura arqueológica del Ecuador se basa en el
esquema de periodización propuesto por Meggers (Cf. Marcos 1986; Porras 1980). Sin
embargo, en la última década han primado los análisis de procesos socio-culturales: el
origen de la agricultura, los primeros poblados, formaciones tribales y señoríos étnicos,
encaminados hacia una problemática de la complejidad social (Echeverría 1988;
Salazar 1988).
A nivel regional en la costa del Ecuador se sientan las bases para el estudio del
Formativo costero, un período en el cual la vida de cazadores-recolectores-horticultores
termina en el sedentarismo gracias al aprovechamiento de nuevos recursos y
tecnologías. Con ello se llega a la consolidación a largo plazo de una de las secuencias
más importante del norte de Suramérica: Valdivia-Machalilla-Chorrera. Esta secuencia
a lo largo de sus 2000 años de duración (3000-1000 a.C.) dio lugar a la observación de
culturas tempranas cuya complejidad llegó a abarcar zonas tan amplias como el
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
suroccidente de Colombia, Ecuador y norte del Perú (Burger 1995; Bouchard 1982-83;
Cardale et. al. 1992; Estrada 1958; Evans and Meggers 1957; Gartelmann 1985;
Marcos 1986; Meggers 1966; Reichel- Dolmatoff 1975).
El famoso trabajo arqueológico de Meggers, Evans y Estrada (1965), Valdivia-
Machalilla, inspiró mucho la arqueología ecuatoriana en años posteriores y, además, se
teorizaron las conexiones transpacíficas entre Jomón (Japón) y la costa ecuatoriana
para respaldar los estudios sobre el orígen de la cerámica en Sur América.
En Colombia los estudios pioneros en el área de investigación fueron llevados a
cabo por J. C. Cubillos quien exploró la franja costera desde la región de Tumaco hasta
la frontera con el Ecuador. Las excavaciones en el sitio Monte Alto estableciendo dos
ocupaciones prehispánicas no datadas y a su vez denominadas Tumaco Temprano y
Tardío (Cubillos 1955). Posteriormente las secuencias costeras siguieron siendo
esquemáticas con los trabajos de Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff, primero en la
región de la costa Atlántica y luego en el Chocó y Mataje (área de Tumaco) (Reichel-
Dolmatoff 1961, 1962, 1965). Las bases teóricas de estos antropólogos se fundaron en
un enfoque ecológico-cultural con lo cual se buscaba estudiar grupos humanos del
pasado en relación con sus entornos ambientales y desarrollos tecnológicos. Esta
posición hizo cambiar rápidamente las ideas de invasiones y difusiones culturales
matizadas en estudios pasados. En Colombia, las investigaciones sistemáticas se
enfocaron hacia la busqueda de procesos culturales para construir a partir de ellos las
primeras secuencias de desarrollo cultural por regiones que aún perduran (Cf. Botiva et
al. 1989; Reichel-Dolmatoff 1965). Por otro lado, se dieron las bases para el estudio
del período Formativo en Colombia y se inició la investigación sobre el origen y la
naturaleza de los cacicazgos subandinos en Colombia.
La influencia de G. Reichel-Dolmatoff permeó muchos espacios de la
antropología en Colombia, especialmente la etnografía, la etnología y la arqueología. A
partir de ese entonces se adelantaron estudios que exaltaron la diversidad de las
comunidades indígenas de acuerdo con áreas geográficas, incluyendo las tierras
húmedas tropicales del Pacífico (Reichel-Dolmatoff 1965, 1978, 1987). Igualmente,
muchos arqueólogos colombianos basaron sus investigaciones sobre las ideas teóricas
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
de este gran investigador. Su secuencia de desarrollo cultural (Paleoindio, Arcaico,
Formativo, Desarrollos Regionales y Estados Incipientes) fue adoptada en la
arqueología colombiana. Sin embargo, de la misma manera que en el Ecuador, estas
categorias fueron invariablemente usadas como unidades culturales o espacio-
temporales (Cf. Gnecco 1995:330).
Durante este periodo un creciente comercio de piezas arqueológicas de Tumaco
y La Tolita alimentaron el incremento de excavaciones ilícitas (guaquería). Cientos de
figurillas de arcilla y orfebrería sin contextos arqueológicos reposan en colecciones
privadas y en museos nacionales y extranjeros (Patiño 1988b, 1997). Varias
publicaciones sobre arte Tumaco-La Tolita están basadas en materiales de guaquería
(Cf. Errazuris 1980; Sabolo 1986), mientras que las investigaciones arqueológicas
sistemáticas realizadas son escasas en estas regiones.

3.3 Ecología, Adaptación y Cambio Cultural


A partir de los años 70's la arqueología costera ecuatoriana atrajo numerosos
estudiosos nacionales y extranjeros, particularmente de Norte América, quienes
abrieron nuevas perspectivas en el campo teórico y metodológico gracias a la enorme
influencia de la "Nueva Arqueología" (procesualismo). Desde ésta época en adelante
los intereses investigativos cambiaron hacia el estudio de las relaciones existentes
entre la cultura, la tecnología y los entornos medioambientales; busca estudiar
sistemas culturales con especial énfasis en el comportamiento humano (Trigger
1989:302). Con la puesta en práctica de estas ideas se dieron cambios importantes en
el desarrollo de la disciplina, los estudios se encaminaron a la búsqueda de los
procesos sistémicos y a una rigurosa reconstrucción socio-cultural con el fin de
alcanzar leyes (Dunnell 1986).
En el Ecuador proyectos multidisciplinarios se establecieron a lo largo de la
costa y la Sierra Andina con el objeto de investigar patrones de asentamiento,
subsistencia, organización social e intercambios, entre otros temas. Al respecto vale la
pena mencionar los proyectos costeros de Las Vegas en la península de Santa Elena
(Universidad de Texas); Real Alto en el Valle de Chanduy (Universidad de Illinois);
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Valdivia en el Valle del mismo nombre (Universidad de Calgary); San Isidro, en Manabí
(ESPOL) y aquellos realizados en la región de Esmeraldas por la Misión Española a
partir de 1971; el proyecto de la cuenca Cayapas-Santiago, Provincia de Esmeraldas
(Universidad de Montreal y Queens College, Nueva York); y, finalmente, el proyecto a
largo término en el Valle del Río Jama (University of Illinois y University of Missouri).
En Colombia, después de un largo período de ausencia investigativa en la costa
Pacífica, las labores arqueológicas se reiniciaron con los trabajos de J. F. Bouchard
(1984) en la región de Tumaco, D. Patiño (1988; 1993) a lo largo de la costa caucana y
el bajo río Patía, y D. Stemper y H. Salgado (1995) en la bahía de Buenaventura y el
bajo río San Juan. Durante esta época se trató de ampliar y refinar las secuencias y
cronologías existentes. Se conocieron nuevos sitios arqueológicos y se estudió la
distribución territorial de los grupos Tumaco-La Tolita a lo largo de la costa. Nuevos
técnicas y métodos, como los fitolitos y análisis de polen fueron implementadas. Como
en el Ecuador la preocupación estribó sobre la observación de patrones de
asentamiento, pautas de subsistencia, redes de comercio y un mayor refinamiento de
cronologías. En la mayoría de los casos se pensó en un tipo de investigación con
dimensiones más amplias que las que aportaría un sitio único y particular. Así, se
realizaron proyectos con metodologías que englobaron toda una región de estudio o
una cuenca hidrográfica específica, como por ejemplo, la costa caucana, el bajo Patía
(Patiño 1988; 1993), la región de Tumaco (Bouchard 1984), la bahía de Buenaventura y
el bajo San Juan (Stemper y H. Salgado 1995).
En la región de Esmeraldas, costa norte del Ecuador, son importantes los
trabajos de la Misión Española (1979) dirigidos por A. Franch; más tarde los estudios
de F. Valdez (1987) en la isla de La Tolita y, por último, los trabajos regionales de P.
Tolstoy y W. DeBoer (1989, 1996) en la cuenca del Santiago-Cayapas. Al sur de
Esmeraldas y Manabí cabe mencionar los estudios de M. Guinea en la desembocadura
del río Verde y los trabajos de J. Zeidler y D. Pearsall (1994) en el Valle del río Jama en
la contigua provincia de Manabí.
En la mayoría de las investigaciones recientes, el refinamiento cronológico y el
uso de secuencias confiables ha sido una de las grandes preocupaciones para el
33
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
entendimiento de los procesos socio-culturales prehispánicos. En la costa Pacífica
existen varias secuencias culturales en diferentes regiones, las cuales en muchos
casos se superponen con secuencias de regiones vecinas, lo que ha dado pie para
pensar en la continuidad cultural entre ellas.
En nuestra área de interés sur de Colombia y norte del Ecuador, el estudio de
secuencias cronológicas han sido desarrolladas en La Tolita y Tumaco, a través de
excavaciones en varios sitios como Cancha, Selva Alegre, Monte Alto, Mataje, La
Miranda (río Mira), Inguapí, La Magnolia, entre otros sitios que se distribuyen a lo largo
de la costa Pacífica. Al norte de Tumaco, se han estudiado secuencias en el bajo río
Patía, en zonas que comprenden el delta y áreas de colinas y planicie aluvial. En las
costas caucanas estos estudios se realizaron en Guapí, Timbiquí y Saija, donde se
evidenció la presencia de sociedades Tumaco-Tolita. En la región de Buenaventura y
zonas circundantes se destaca un área limítrofe entre los ocupantes de la costa baja
caracterizada por áreas de manglares inundadas y la costa alta con paisajes de
montañas y acantilados (Patiño 1988a; Salgado y Stemper 1991).

3.4 Secuencias Arqueológicas en Estudios Previos


En nuestra área de interés, trabajos pioneros fueron realizados por J.C. Cubillos
en el año de 1950, explorando la franja costera desde Tumaco hasta la frontera con el
Ecuador. Las excavaciones en el sitio Monte Alto establecieron de forma relativa dos
ocupaciones prehispánicas (Cubillos 1955). En 1962, los Reichel-Dolmatoff, realizaron
investigaciones en el área del río Mataje definiendo por primera vez una secuencia
cultural y cronológica para el área, mediante la excavación de un montículo artificial.
Tres períodos de ocupación fueron establecidos, iniciándose desde el 400 a.C. hasta el
1000 d.C., basados en análisis estratigráficos del material cultural y dataciones (Tabla
3.1) (Reichel-Dolmatoff 1965; 1987).
Las últimas investigaciones arqueológicas en el área de Tumaco fueron
realizadas hace casi veinte años por J.F. Bouchard (1976-1977) (Institut Francais
d'Etudes Andines e Instituto Colombiano de Antropología), quien excavó varios sitios
(Inguapí, El Morro, Nerete, El Balsal, Caunapí y Bucheli) establece una larga secuencia
34
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
cultural para la región (Bouchard 1982-83). La Fase Inguapí, la más antigua en el área,
fue fechada en el 325 al 50 a.C.; algunos de sus materiales alfareros asociados
claramente se relacionan con aquellos de la Tradición Formativa Tardía Chorrera (1500
– 500 a.C.) en la región costera del Ecuador. Estos rasgos relacionados son la
decoración con líneas incisas horizontales y paralelas sobre el interior o exterior de los
bordes; elaborada decoración pintada roja brillante y dura, pintura iridiscente y
pulimento total o parcial en la superficie de los recipientes. Estos elementos sugieren
que los comienzos de la Fase Inguapí (Tumaco-Tolita) se relacionan con la
manifestación más septentrional de grupos Chorrera en el norte de Ecuador y sur de
Colombia. Por otro lado, se advierte que los orígenes chorreroides de Tumaco-Tolita
son ahora vistos como una probable alternativa a las viejas interpretaciones que
observaban las migraciones Mesoamericanas como sus orígenes. Al menos se podría
contemplar una combinación de ambas hipótesis; sin embargo, el tema de las
relaciones interculturales a larga distancia es aún muy preliminar y en parte olvidado
por los arqueólogos interesados en el tema (Evans y Meggers 1966; Patiño 1992;
Reichel-Dolmatoff 1987).
El resto de materiales Inguapí estan relacionados con el período de los
Desarrollos Regionales de la costa Pacífica, presentando una estrecha relación con
materiales culturales de la costa de Esmeraldas, Ecuador. Elementos similares se
encuentran en los siguientes sitios: Inguapí, Mataje, Monte Alto, La Cocotera (Costa
Caucana) y La Bocana (Costa del Valle del Cauca) en Colombia; La Tolita (Cancha);
Tiaone (La Propicia) en el Ecuador. No hay duda de que esta área perteneció a una
sola tradición cultural llamada Tumaco-Tolita, entre ca. 350 a.C. y 350 d.C.
Una fase arqueológica más tardía, El Morro (430 d.C), también fue definida por
Bouchard (1982-83:317)10.
Recientes investigaciones arqueológicas en el bajo río Patía, al norte de
Tumaco, se ha establecido la fase Buena Vista datada en 70 a 490 d.C. Esta fase está

10 En el trabajo de Bouchard también se definen otras dos fases arqueológicas, El Balsal y


Nerete, basadas en algunos conjuntos cerámicos (Bouchard 1982-83:316). Sin embargo, en este estudio
estas no son consideradas como ¨fases¨ ya que en nuestra secuencia arqueológica éstas no son claras.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
relacionada con los materiales de El Balsal y El Morro de Tumaco (Patiño 1992;
1993a). A su vez éstas fases se relacionan con la Fase Guadual (ca. 200-600 d.C.) de
la cuenca de los ríos Cayapas y Santiago, en el norte de la costa ecuatoriana (Tolstoy
and DeBoer 1989). En algún momento antes del 500 d.C. parece hacerse evidente una
discontinuidad cultural en el área, la cual está marcada por la desaparición de rasgos
característicos de la Tradición Tumaco-Tolita (Cf. Figura 1.1 y Tabla 3.1) (Apéndice F
para fechas de radiocarbono calibradas).
En la costa Pacífica la secuencia arqueológica, después de la discontinuidad, se
perciben nuevos grupos que introdujeron en la región una alfarería diferente hacia el
1000 d.C., hacia el 880 d.C. en el río Patía y en el 665 d.C. en el área del Guapi-
Timbiquí. En Tumaco, el sitio Bucheli (1000 d.C.) aporta elementos que caracterizan
estos grupos especialmente por tener una alfarería simple con patrones decorativos
incisos repetidos en vasijas aquilladas. La presencia de elementos Bucheli en el
interior de la llanura aluvial indican que estos grupos ocuparon un medio de selva
tropical húmedo hacia el piedemonte de la cordillera Occidental, e incluso, materiales
culturales relacionados (cerámica y conchas marinas) aparecen en la zona Andina en
el Valle del Patía, en el sitio El Llanito datado en 1080 d.C. (Bouchard 1982-83; Patiño
y Gnecco 1992).
Después del 500 d.C. diferentes materiales culturales (sobre todo de industria
alfarera) aparecen en toda la región costera que había sido ocupada por la Tradición
Tumaco-Tolita. Estos nuevos materiales que han sido datados en 665 d.C. para la
Fase San Miguel en el área de Guapi-Timbiquí y en 880 d.C. para la Fase Maina en el
bajo río Patía, están caracterizados por una cerámica sencilla con poca decoración,
particularmente observada en cerámicas de grupos tardíos que incursionaron en el
área hasta el contacto europeo. Algunos de estos sitios corresponden a los
asentamientos históricos de los Sindagua, grupos que ocuparon el territorio hasta el
Siglo XVII.
En la parte media del bajo río Saija varios sitios arqueológicos prospectados por

Una discusión más profunda al respecto se dará en el Capítulo 5.


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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
M. Hernández (1998) corresponden a asentamientos tardíos en la región; sin embargo,
algunos de ellos, como el sitio Los Guengueles, son cuevas usadas para actividades
funerarias. En la costa Pacífica del Valle del Cauca trabajos arqueológicos recientes
llevados a cabo por H. Salgado y D. Stemper (1995) han recuperado evidencias de
asentamientos Tumaco-Tolita en el sitio La Bocana (ca. 100 a.C.) (Buenaventura), y
para ocupaciones tardías en los sitios Ordóñez (ca. 900-1500 d.C.) y Palestina (ca.
600-1300 d.C.) sobre el río San Juan (Chocó) y río Calima respectivamente. En este
estudio se plantean similitudes en materiales culturales entre los sitios de Ordóñez y
San Luis (bajo río Calima) excavado por C. A. Rodríguez (1988).
En el área de Tumaco Bouchard también definió la Fase Bucheli datada
alrededor de 1000 d.C. (Bouchard 1982-83:318). Esta fase se caracteriza por su
cerámica ordinaria con recurrencia de líneas incisas que forman patrones decorativos
sobre vasijas carenadas. La presencia de elementos Bucheli en zonas del interior de la
llanura aluvial indica que estos grupos habían comenzado a ocupar el piedemonte
occidental de la cordillera Occidental de los Andes. De hecho materiales tales como
cerámicas y conchas marinas relacionados con la Fase Bucheli aparecen en el sitio El
llanito, datado en 1080 d.C., en el alto valle del Patía, en la zona andina (Bouchard
1982-83; Patiño y Gnecco 1992).
A lo largo de la costa norte del Ecuador los estudios arqueológicos han sido más
intensos especialmente en la Provincia de Esmeraldas. Varios estudios llevados a
cabo durante las últimas décadas han revelado la presencia de la Tradición Tumaco-
Tolita, cuyos miembros vivieron en grandes y pequeños centros ceremoniales con
montículos artificiales, campos de cultivo y largos períodos de ocupación. Las
investigaciones han enfatizado sobre refinamiento de secuencias culturales y
cronológicas y también, sobre un mejor entendimiento del período Formativo y Tardío
en la región.
En la isla de La Tolita varios trabajos han alimentado aspectos de la secuencia
arqueológica de la isla. El proyecto La Tolita dirigido por F. Valdez (1987) establece la
principal secuencia por etapas: La Tolita Temprano (700-600 a.C.), La Tolita Clasico
(200 a.C.) y La Tolita Tardío (75-90 a.C.) basada en información recolectada en
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
montículos artificiales y áreas de basureros. En las áreas interiores de Esmeraldas el
proyecto Santiago-Cayapas orientado por P. Tosltoy y W. DeBoer (1989) y luego
continuado por W. DeBoer en la misma región (1996), es de especial importancia ya
que los autores establecen una secuencia arqueológica más completa para el área
basada en reconocimientos sistemáticos y programas de excavación.
La Misión Española dirigida por J. Alcina Franch (1975; 1979) en el suroeste de
la provincia de Esmeraldas ha establecido una secuencia arqueológica de tres fases:
Tachina, Tiaone (La Propicia) y Balao (Alcina Franch 1985). Los materiales culturales
de las dos primeras fases guardan estrechas relaciones con las fases Tumaco-Tolita.
Estas relaciones se pueden observar en las pautas de asentamiento, alfarería (e.g.,
figurillas humanas y zoomorfas, estilos cerámicos e iconografía), metalurgia y sistemas
de entierros. También Esmeraldas, Tumaco y regiones costeras del norte y sur
participaron en redes de intercambio que cubrían tanto rutas marinas como terrestres.
Estas redes se extendieron hacia las regiones andinas intercambiando productos
costeros como pescado, sal, oro y obsidiana (Adoum y Valdez 1987; Alcina Franch
1975; 1979; 1985; Bouchard 1992; 1989; Estrada 1958; Estrada 1988; Guinea 1986;
Idrovo 1992; Norton 1986; Patiño 1992; 1988a; Patterson 1987; Rivera et.al. 1984;
Salazar 1992; Usera 1979).
Como conclusión se puede establecer que para el área costera de Colombia y
norte del Ecuador solamente unos pocos estudios arqueológicos se han llevado a cabo
en el pasado. Las evidencias prehispánicas se relacionan con aquellas de la costa
norte ecuatoriana, particularmente con el Periodo de Desarrollo Regional. Ambas
zonas costeras tienen claras asociaciones con tempranos complejos sistemas sociales
reflejados en sitios costeros de más al sur en el Ecuador.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En la costa Pacífica el período tardío de esta tradición, ca. 350 d.C., documenta
un declive y eventual colapso cultural. Poblaciones subsecuentes en la llanura costera
parecen representar diferentes grupos prehispánicos con diferentes patrones de
asentamiento y actividades de subsistencia. Estos grupos prehispánicos tardíos
estuvieron orientados hacia la explotación de recursos riberinos y de selva tropical en la
llanura aluvial costera más que hacia una explotación del sistema de estuarios y
manglares. Este panorama cultural termina al menos después de ocho siglos antes de
los primeros encuentros con europeos en 1536.
En este estudio arqueológico se analiza el desarrollo de estas comunidades
desde su conexión con grupos Chorrera durante el primer milenio antes de Cristo, su
desarrollo floreciente hasta sus últimas manifestaciones durante su colapso. Así mismo
reconstruir la subsistencia Tumaco-Tolita que estuvo basada en los recursos
marinos/estuarinos y la agricultura. Sin embrago, no es posible especificar con fuentes
de primera mano, el grado de importancia de la pesca en estuarios y aguas profundas
en la dieta de estas poblaciones, como tampoco el grado de importancia de la
agricultura. También en esta investigación se estudiarán tópicos específicos
relacionados con el patrón de subsistencia incluyendo la identificación de recursos
faunísticos y botánicos. Además, se buscará determinar si los materiales suntuosos
Tumaco-Tolita fueron obtenidos localmente o importados. Existen algunas evidencias
en el registro arqueológico que sugieren que los grupos Tumaco-Tolita estuvieron
conectados por rutas marítimas de intercambio entre Esmeraldas y Buenaventura y de
la costa caucana a la Isla de Gorgona.
Preguntas que aún permanecen sin respuesta incluyen: la importancia del
intercambio a lo largo de la costa, que tanto los grupos ecuatorianos influenciaron el
área suroeste costera de Colombia y la identificación de los productos intercambiados y
sus mecanismos de intercambio. Otras preguntas están relacionadas con las
sociedades tardías que ocuparon las tierras bajas costeras. Después del 600 d.C. la
línea costera fue gradualmente abandonada y las áreas de mangles y estuarios se
dejaron de explotar. Los asentamientos tardíos se orientaron hacia sistemas riberinos
en zonas de selva tropical húmeda. Los registros arqueológicos muestran patrones
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
similares a aquellos observados entre grupos amazónicos con economías basadas en
la agricultura y complementadas con actividades de pesca y caza. El intercambio
interregional fue también importante y algunos productos marinos aparecen al interior,
ocasionalmente en las montañas de los Andes Occidentales (i.e., ostras, piangua y
conchas). Particularidades de los patrones de subsistencia e intercambio se
documentan en este estudio. Finalmente, el período de contacto europeo trajo cambios
en el estilo de vida de los grupos indígenas. Sin embargo, varios de ellos continuaron
habitando las tierras bajas del Pacífico, lejos de los centros coloniales, mineros y
haciendas.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Tabla 3.1 Resumen de las secuencias arqueológicas de la costa Pacífica del norte del
Ecuador y sur de Colombia. Basado en Alcina Franch (1985:14); DeBoer (1996:28-29); Valdez
(1987:51-55); Bouchard (1984:139-143); Reichel-Dolmatoff (1987:92); Patiño (1992:58;
1993:181); Salgado y Stemper (1995); Hernández (1998).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 4
ARQUEOLOGÍA DE TUMACO: EVIDENCIA DE SOCIEDADES COMPLEJAS
TUMACO-TOLITA

4.1 La Región Tumaco


La región costera de Tumaco es caracterizada por una llanura aluvial plana
cubierta con vegetación de Bosque Tropical Muy Húmedo (bmh-T) que ha sido sujeto a
una extensiva deforestación durante el último siglo. Las principales cuencas
hidrográficas que drenan el área corresponden a los ríos Mira, Mataje, Caunapí,
Rosario y Patía, además de múltiples afluentes que recorren la planicie de este a oeste
(Figura 1.1). La parte baja del litoral Pacífico está formada por una extensa franja de
manglares, la cual es cruzada por numerosos estuarios. Una densa selva de
aproximadamente 80 km. de ancha se extiende al oeste de la región, alcanzando
elevaciones por encima de los 1000 metros sobre el nivel del mar. Más allá de este
ecosistema continúan las zonas de colinas y los contrafuertes de la cordillera
Occidental Andina que alcanza alturas hasta de 3000 m.s.n.m. (IGAC 1960, 1985).
Los trabajos arqueológicos se llevaron a cabo en el municipio de Tumaco,
departamento de Nariño, costa Pacífica de Colombia. El área de estudios se encuentra
ubicada entre los 1° 30' y 1° 50' Latitud Norte y los 78° 40' y 78° 50' Longitud Oeste. La
temperatura diaria promedio es de 26°C, con un mínimo de 22°C y un máximo de 30°C.
La pluviosidad anual varía entre 4000 mm. cerca a la costa11 y 5000 mm. en el interior
de la llanura aluvial y los contrafuertes de los Andes Occidentales. En el año el
"verano" se presenta durante los meses de Enero, Febrero, Julio y Agosto y el invierno
en los meses restantes. La humedad relativa alcanza valores altos que llegan al 90%
en la costa (Cortés 1981; IGAC 1960, 1985; Lobo-Guerrero 1993).

11 Los datos de precipitación mensual y anual en mm. son recolectados en tres estaciones metereológicas:
Tumaco, Cajapí y El Diviso. Comparando promedios entre 1960 y 1991 en la estación de Tumaco se observa
una disminución de lluvias que va desde 2796mm a 2265mm. (IGAC 1960:8; Lobo-Guerrero 1993:127).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
4.2 Métodos de Investigación
4.2.a Reconocimiento Arqueológico
El estudio arqueológico realizado en la región de Tumaco cubrió un área
aproximada de 25 km². Para nuestro propósito analítico y de interpretación, la región
fué dividida en tres zonas diferentes desde el punto de vista fiosiográfico: (a)
manglares; (b) Interfluvial y (c) fluvial (1 y 2) (Figura 1.2). En la zona fluvial, los sitios a
lo largo de los ríos tuvieron más altas probabilidades de localización que en aquellas
áreas internas donde probablemente se perdieron algunos a excepción de aquellos con
montículos artificiales.
La metodología de la prospección del terreno se basó en: (a) recorridos
sistemáticos en el transecto interfluvial y en las bancas de los ríos y (b) en
reconocimientos al azar (oportunístico) en zonas densamente forestadas cerca a los
ríos y en los firmes de la zona de manglares, localmente llamados firmes. En los
diferentes recorridos se utilizaron medios de transporte terrestre (auto) y acuático
(canoa o lancha con motor fuera de borda). Las zonas mencionadas se prospectaron
utilizando fotografías aéreas del Instituto Geográfico "Agustín Codazzi" realizadas en
1992 (Escala 1:12.600). La fotografía fue de buena resolución y contraste permitiendo
observar cambios de vegetación, esteros, ríos, vías de penetración y la línea costera,
entre otras características de la región. Igualmente, se usaron mapas cartográficos
(escala 1:50.000) donde se localizaron límites de las zonas fisiográficas, transectos y
sitios arqueológicos encontrados en el reconocimiento. En el campo también se usó un
sistema de posición global (GPS Sony) para la localización de sitios en el área.
Se prospectaron zonas abiertas para pastoreo o cultivos -e.g., palma africana
(Elaeis guineensis) y plátano (Musa sapientum)-, encontrándonos con la dificultad de
operar en zonas de espesa vegetación o semi-selvática en las orillas de los ríos donde
la población y penetración moderna es escasa. Las bancas de los ríos Caunapí y
Rosario fueron prospectadas y en áreas de espeso bosque se visitaron aquellos
lugares de fácil penetración usando caminos entre la selva o bajo la dirección de un
guía conocedor de sitios arqueológicos como basureros y conjuntos de montículos
artificiales.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Para el propósito de esta investigación cualquier área con restos culturales, que
van desde pequeñas concentraciones de fragmentos cerámicos o líticos hasta amplios
asentamientos ocupacionales con montículos12 es considerado como un sitio
arqueológico. De acuerdo con la dispersión de materiales culturales y rasgos
arqueológicos se estimó de manera preliminar la dimensión de cada sitio en hectáreas.
La mayoría de los sitios corresponden a dispersiones de menos de una hectárea; sin
embargo, unos pocos sitios tuvieron áreas con varias hectáreas (5 a 8 ha.) reconocidos
luego como centros y montículos agrupados, algunos de ellos de considerable tamaño.
Otro tipo de sitios arqueológicos reconocidos son los extensos campos de cultivo
prehispánicos los cuales alcanzan más de 100 hectáreas en tamaño.
En el transecto interfluvial la localización y registro de sitios arqueológicos se
realizó a pie con grupos de 4 personas (estudiantes y obreros) en franjas aproximadas
de 300 metros a lado y lado del transecto. Los participantes caminaron en líneas
paralelas espaciados cada 75 m., el eje de estos recorridos fue la vía troncal que
conduce de Tumaco a Pasto. La visibilidad de la superficie en esta zona fue aceptable
debido a que la mayoría de los propietarios adyacentes usan el suelo para el pastoreo
y cultivos. Muy poco terreno está cubierto por bosque natural. Se trató de realizar el
mismo reconocimiento arqueológico a 300 metros dentro de las margenes de los ríos,
pero este propósito en la mayoría de los casos no se cumplió debido a las limitaciones
de la foresta. En su defecto se recorrieron de manera sistemática las bancas de los
ríos Caunapí y Rosario y sus respectivas áreas abiertas ribereñas. Aquellas áreas de
densa foresta se examinaron usando caminos conocidos por guías locales.
En el transecto Interfluvial además de hacer recolecciones superficiales
intensivas se ejecutaron pozos de prueba a ambos lados de la vía troncal, con la
finalidad de hacer observaciones estratigráficas y culturales. La misma estrategia se
llevó a cabo en la zona fluvial y en los firmes de la zona de manglares. La mayoría de
los montículos fueron inicialmente sondeados con pozos de prueba para verificar su
artificialidad. Una ficha de registro detallada fué elaborada para cada sitio arqueológico

12 En este estudio el uso de montículo(s) se refiere a una construcción artificial hecha en tierra
por humanos. En Colombia y Ecuador se conocen con el nombre de Tolas o Lomas.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
encontrado. De estos yacimientos se recolectaron cientos de muestras arqueológicas
(e.g., cerámica y lítica). Materiales exóticos como la obsidiana fue hallada en varios
sitios. Todos los materiales fueron debidamente registrados con fichas para cada bolsa
con material.
A cada sitio se le asignó un número de código que va del S01 al S97 suma total
de sitios registrados en el área de estudio. Los sitios se mapearon en copias calcadas
de fotografías aéreas y luego sus localizaciones transferidas a mapas cartográficos y
digitales de la región.

4.2.b Métodos de Excavación


Una vez prospectada el área de estudio, se procedió a seleccionar ocho sitios
para un examen más intensivo a través de excavaciones. Estas excavaciones
consistieron en: (a) conocimiento general del sitio mediante la excavación de pozos de
sondeo de 50 cm. x 50 cm. hasta alcanzar estratos estériles; (b) excavaciones de 1.5 x
1 m. en basureros precolombinos siguiendo niveles artificiales de 10 cm. ó 20 cm.,
dependiendo de la acumulación de materiales culturales en el sitio; y (c) Trincheras de
4 x 2 m., 6 x 2 m. y 8 x 3.5 m. en montículos artificiales fueron excavadas en áreas
centrales de la estructura hasta alcanzar su base donde aparecen estratos estériles.
Para tamizar la tierra de los montículos se preveía usar mallas de ¼ de pulgada
(6mm.), sin embargo, no todos los suelos permitieron esto ya que algunos de ellos
estuvieron muy húmedos o contenían arcillas lo que hizo que las mallas se atascaran,
el proceso entonces fue realizado cuidadosamente a mano. Estas excavaciones
arrojaron importante información sobre las secuencias de relleno, suelos
antropogénicos, materiales culturales y aspectos cronológicos. Además, excavaciones
adicionales fueron llevadas a cabo en campos prehispánicos de cultivo. Allí las
trincheras fueron de 8 m. de largo por 1m. de ancho, cortando transversalmente el
canal de desague y parte de los camellones levantados hasta una profundidad de 60
cm.
Los materiales excavados fueron cuidadosamente registrados y la información
para cada sitio se almacenó en una base de datos (FoxPro © 2.6) en el campo, con la
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
ayuda de un Laptop (Compaq). En el laboratorio, una tableta (CalComp ©) fue usada
para digitalizar información geográfica y características arqueológicas del área de
estudio. Los mapas de vectores para la zona investigada fue inicialmente creada en
TOSCA© o CARTALINX© dos programas de digitalización que interactuan con IDRISI ©,
un programa raster (análisis de celdas) de los Sistemas de Información Geográfica
(SIG). Luego la información de vectores fue convertida en archivos raster (celdas) de
tal manera que puedan ser manipulados y analizados con los módulos de IDRISI ©. El
Mismo proceso fue realizado para incorporar la información arqueológica y de
asentamientos en la base de datos SIG.

4.3 Sitios Arqueológicos en la Costa: Zona de Manglares, Zona Interfluvial


y Zona fluvial

4.3.a Zona de Manglares


La zona de manglares o ecosistema de manglares es una densa franja selvática
y pantanosa que se extiende desde la costa hacia el interior aproximadamente 10 km.
(Cantera 1993, 1995; Martínez 1993). Los manglares siempre han estado asociados a
actividades económicas especialmente por la abundancia de recursos marinos,
estuarinos y lacustres (variedad de peces, crustáceos, moluscos, etc.), que sirven a la
economía diaria de las poblaciones costeras (Cantera 1995; Cantera y contreras 1993).
En el área de Tumaco como en el resto de la costa, las selvas de mangle estan
constituídas por variedad de especies donde se destacan el mangle rojo (Rhizophora
mangle) y mangle negro (Avicennia germinans) con árboles frondosos de hasta 15
metros de alto y grandes raíces halófilas que sustraen el alimento del lodo y agua
salobre de las mareas. Las mareas altas y bajas con sus pujas y quiebras han formado
por años intrincadas redes acuáticas conocidas con el nombre de estuarios o esteros
(Von Prhal 1989). La navegación por los esteros hasta las cabeceras conduce al
interior de los manglares donde generalmente se encuentran terrenos firmes, áreas que
pueden alcanzar hasta unas 10 hectáreas no inundables por las mareas (Martínez
1993; West 1953; 1957). Los firmes fueron sitios estratégicos en los asentamientos

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
prehispánicos de grupos pescadores Tumaco-Tolita, ya que se conectaban con
facilidad al mar y a la llanura aluvial utilizando los canales de marea o esteros.
El área prospectada para la zona de manglares se halla comprendida entre
Tumaco y la bocana del río Rosario al oeste. Allí se prospectaron las cabeceras de los
esteros Tambillo, Trapiche, Las Varas, Piñal Salado, Chilví y Aguaclara (Figura 1.2;
Foto 4.1). J.F. Bouchard (1982-83:259-303) registró algunos sitios en esta zona y
excavó dos de ellos, Nerete y El Morro. Nuestro trabajo de campo se limitó a reseñar
nuevos sitios, visitar los ya conocidos, efectuar sondeos y recolectar materiales
arqueológicos. No se realizaron excavaciones de trincheras ya que se estimó que las
realizadas por J.F. Bouchard son lo suficientemente diagnósticas para caracterizar la
ocupación en la zona de manglares, prefiriendo encaminar nuestros esfuerzos a otras
áreas menos conocidas.
El número de sitios prospectados en la zona de manglares es bajo
considerando la extensión territorial de la misma. Las áreas cercanas al mar son
completamente innundables y sólo los firmes en las cabeceras de estuarios pueden ser
ocupados por grupos humanos. Los sitios registrados en la zona de Manglares
corresponden a los siguientes: Exporcol (Isla del Morro) (S01); San Luis (S02); Nerete
(S03); Robles (S05); Tambillo (S04); Aguaclara (S07) y La Quinta (S95) (Foto 4.2).
Varios sitios se encuentran ocupando una zona intermedia entre el manglar y la
planicie aluvial lo que sugiere una explotación de ambos ecosistemas y la apertura de
campos extensos de cultivo en épocas prehispánicas. Estos sitios son Bucheli (S08);
Piñal Salado (S06); Mascarey (S84) y Pedregal (S93). El único sitio encontrado en la
Isla de El Morro es Exporcol (S01). Actualmente algunos de estos sitios atestiguan
ocupaciones modernas de pescadores afro-americanos. En la Tabla 4.1 se anota para
cada sitio el área estimada, número de montículos y materiales culturales encontrados.
El sitio Tambillo (S04) al parecer fue un poblado Tumaco-Tolita de
aproximadamente 4 a 5 hectáreas de extensión. Su localización se halla en las
cabeceras del estero del mismo nombre, entrando por el estero Trapiche. El área se
encuentra en límites entre el manglar, guandal y la llanura aluvial (Foto 4.1). Hoy el
sitio se halla reocupado por grupos negros de pescadores-cultivadores. En sus
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
jornadas de trabajo generalmente hallan restos arqueológicos Tumaco-Tolita, tales
como vasijas polípodas, figurillas y pedazos de orfebrería; también existen montículos
artificiales y basureros prehispánicos localizados en los ramales del estero. Al suroeste
de Tambillo a 2.5 km. se encuentra el sitio arqueológico de Nerete (S03), donde
también se asienta otro poblado de grupos negros (Foto 4.3). Igual que en Tambillo, el
caserío, que lleva el nombre de Nerete, se localiza sobre un extenso basurero cuyos
desperdicios ocupan una extensión aproximada de 5 hectáreas. Los materiales
recolectados no se asemejan completamente con lo Tumaco-La Tolita. Allí Bouchard
(1982-83:316) estableció la Fase Nerete comparable a los materiales de El Balsal (50
d.C.) diferente de Tumaco-Tolita (Inguapí II) mediante excavaciones en la Pampa de
Nerete, estero Las Varas. En este último sitio también se visitaron 6 montículos
artificiales y restos culturales distribuidos en aproximadamente unas 8 hectáreas, el
sitio se encuentra reseñado por Bouchard (1982-83:287). Una discusión más profunda
a cerca de estas fases se adelantará en el Capítulo 5.
El sitio Piñal Salado (S06) es uno de los más interesantes en una cadena de
sitios arqueológicos que van desde Chilví, Mascarey, Piñal Dulce, Piñal Salado hasta
conectar con el caserío de Robles, distante del río Rosario hora y media de camino. El
sitio Piñal Salado (S06) conserva un extenso sistema de camellones con canales y
drenajes dedicados a la agricultura prehispánica. De acuerdo con las fotos aéreas (No.
000128 IGAC, 1984) del área, el sistema de campos levantados se estima en un área
de 100 hectáreas).
El sitio de San Luis (S02) fue puesto al descubierto por trabajos de remoción de
suelos para piscinas camaroneras en la zona de manglares (Foto 4.2 y 4.7). El
yacimiento se ubica entre los esteros Natal, Aguaclara y Chilví, correspondiendo a un
típico asentamiento en área firme rodeada de esteros y manglares. El sitio al parecer
con varias ocupaciones se caracteriza por tener el montículo artificial más extenso
detectado en toda la región de Tumaco. Su estructura en forma de T tiene 80 metros
de largo por 60 metros de largo transversal, con alturas que varían entre los 1.5 y 2.5
metros y una anchura entre 10 y 15 metros. Actualmente se halla parcialmente
destruido por acción de maquinaria pesada (Foto 4.7). Allí se observaron abundantes
48
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fragmentos cerámicos y algunos implementos líticos incluyendo obsidianas. Según
versiones de los dueños del terreno, también se encontraron objetos en oro al parecer
del tipo de pendientes circulares repujadas.
Estudios geológicos y de suelos en el sitio San Luis confirman la presencia de
un estrato de turba lodosa que sostiene el manglar de 1.5 a 2 metros de espesor por
encima de arenas finas lodosas con alto contenido de material orgánico y depositadas
en un ambiente deltáico de espesor desconocido. A veces entre la arena y la turba se
encuentran restos arqueológicos de posibles viviendas aisladas que sugieren
construcciones sobre ambiente acuático (¿tipo palafito?) dentro del manglar y fuera del
firme (J. L. González, Comunicación Personal 1996) (Foto 4.2) (Apéndice A).
Por último, el sitio Exporcol (S01) está ubicado en la Isla del Morro, cerca a la
Capitanía del Puerto (Foto 4.8). Este sitio hace parte de otros sitios previamente
reseñados y excavados por los arqueologos J.C. Cubillos (1955) y J.F. Bouchard
(1982-83). En el sitio Exporcol se registraron dos montículos artificiales uno de ellos, el
más grande, se halla parcialmente destruido. Los materiales encontrados en la playa
costera y tierra adentro de la isla son principalmente cerámicos (copas altas) y líticos
correspondientes a la Fase El Morro. En estratos inferiores existen materiales clásicos
Tumaco-Tolita. También se hallaron elementos en obsidiana y orfebrería por parte de
los moradores del área.
Los sitios con los códigos S05, S08, S84 y S93 son pequeños y cubren áreas de
menos de una hectárea; la mayoría de ellos son compuestos de fragmentos dispersos
de cerámica. El sitio S93 tiene un montículo artificial grande de 32 m. de largo, 20.6 m.
de ancho y 3 m. de alto.

Tabla 4.1. Sitios Arqueológicos en la Zona de Manglares


_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. **Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Exporcol S01 2 2 C-L-O-Au
San Luis S02 3 1 C-L-O
Aguaclara S07 >1 0 C
Bucheli S08 <1 0 C

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Piñal Salado S06* ***100 0 C
Robles S05 <1 0 C
Mascarey S84* <1 0 C-O-Au
Nerete S03* 8 6 C
Tambillo S04 4 1 C
Pedregal S93 <1 1 C
La Quinta S95 2 0 C
_________________________________________________________________
* Sitios localizados en una área intermedia entre los manglares y la
planicie aluvial. **área en hectáreas es estimada. *** Campos de
Cultivo. C=cerámica; L=lítico; O=obsidiana; Au=orfebrería.

4.3.b Zona Interfluvial


Este transecto cubre aproximadamente 30 km. de longitud tomando como eje
central la vía troncal que comunica el poblado de Espriella y Aguaclara (Figura 1.2). El
transecto interfluvial abarca una franja de aproximadamente 600 metros de ancho en
una zona intermedia entre los ríos Mira y Caunapí en la llanura aluvial Pacífica. Para
los propósitos de la prospección sistemática esta zona fue dividida en tres áreas: (1)
Aguaclara-Inguapí; (2) Chilví-Cajapí y (3) Pueblo Nuevo-Espriella.
Esta región plana está dedicada al pastoreo y a la agricultura (Foto 4.3). Debido
a la poca permeabilidad de los suelos se observan con frecuencia grandes
inundaciones durante la estación invernal, que puede durar de 7 a 8 meses al año
(Cortés 1981; Lobo-Guerrero 1993). Se cree que la introducción de sistemas de
canales y drenajes prehispánicos ayudó a controlar las innundaciones y aprovechar el
suelo para los cultivos. Los suelos relativamente fértiles, con moderados grados de
acidez, generalmente varían de arcillosos a arenosos aluviales, a veces con presencia
de piedra pómez por arrastre fluvial (Apéndice A) (IGAC 1960:65 passim).
Actualmente, los terrenos cultivables poco permeables, mal drenados y con niveles
freáticos altos son manejados mediante la construcción de largas zanjas paralelas que
conducen las aguas a esteros, quebradas y ríos. Las principales áreas que han
necesitado de esta infraestructura son aquellas donde se cultiva palma africana (Elaeis
guineensis), palma "Noli" (Elaeis melanoccoca) cacao (Theobroma sp.), plátano (Musa
sapientum), pastos y frutales. De otro lado, la explotación maderera ha generado una
50
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tala indiscriminada a lo largo de la vía troncal y zonas adyacentes para destinarlas al
casi monocultivo de las palmas y al pastoreo en constante crecimiento en los últimos
años.
La mayor cantidad de sitios registrados en este estudio están en la zona
interfluvial, la prospección arrojó un total de 47 sitios (Figura 1.2). Aquí sólo
describimos aquellos sitios más destacados, no obstante, la referencia general de los
sitios se anota en la Tabla 4.2.

4.3.b.1 Área de Aguaclara-Inguapí: Como se anotó anteriormente la zona de


Inguapí fué estudiada inicialmente por J. F. Bouchard, quien realizó excavaciones
puntuales en montículos artificiales. Los resultados obtenidos fueron importantes para
el establecimiento inicial de la secuencia cultural del área de Tumaco (Bouchard 1982-
83; 1984). El sitio Inguapí (S13), visitado por Bouchard en 1977, se encuentra hoy casi
desaparecido a causa de la desmesurada expansión de piscinas camaroneras en áreas
de manglares y esteros. En la zona no existe ningún control medioambiental ni mucho
menos del patrimonio arqueológico. No existen proyectos de arqueología de
salvamento en zonas donde se remueven grandes extensiones de manglares y suelos
firmes para la construcción de piscinas camaroneras. De hecho, la destrucción de
importantes sitios arqueológicos en Tumaco es cada día más alarmante.
Los sitios arqueológicos más destacados en la zona de Aguaclara-Inguapí
corresponden a El Esfuerzo (S09) y Las Tres Marías (S12). Ambos sitios se
encuentran muy cercanos y en estrecha relación ya que el sitio El Esfuerzo (S09) se
constituyó en un poblado Tumaco-Tolita con varios montículos a orillas del estero
Guayabal; mientras que el sitio Las Tres Marías (S12) contiguo es parte de un extenso
sistema de antiguos canales y camellones agrícolas localizados en un área de
aproximadamente 50 hectáreas, hoy destruidos parcialmente. De otro lado, el sitio El
Esfuerzo (S09), así como La Magnolia (S14), es actualmente un lote destinado a la
fabricación de ladrillos. De acuerdo con los dueños del terreno, en el lugar había por lo
menos cinco grandes tolas que fueron desmontadas para elaborar ladrillo, quedando
una pequeña porción de una de ellas a orillas del estero Guayabal. De los suelos
51
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
arcillo-arenosos se han rescatado cerámicas, figurillas, elementos líticos (incluyendo
obsidianas) y materiales de orfebrería encontrados al azar.

4.3.b.2 Área de Chilví-Cajapí: Los sitios de esta área se destacan por su


ubicación estratégica donde se explotan recursos tanto de los manglares y esteros
como de la planicie aluvial. Esta área es quizás una de las más interesantes dentro de
la arqueológica de Tumaco, ya que allí se encuentra la mayor concentración de
vestigios clásicos Tumaco-Tolita. En el área se prospectaron montículos artificiales,
áreas de habitación, basureros, sistemas prehispánicos de camellones y drenajes, todo
ello asociado indistintamente a objetos de cultura material (e.g., cerámica, implementos
de molienda, moldes, figurillas, rodillos, obsidiana y oro).
La zona de Chilví se compone de tres sitios importantes: La Tirsa (S59); La
Catedral (S19) y La Magnolia (S14). La Tirsa (S59) es un sitio localizado en una
planada amplia caracterizado por un extenso sistema de camellones paralelos y en
forma de H que fueron cortados durante la construcción de la vía troncal Pasto-
Tumaco. En el sector suroeste los campos de cultivo se hallan aún cubiertos por el
bosque actual. El sistema está asociado a montículos artificiales distribuidos en el
mismo sitio y sitios cercanos tales como La Magnolia (S14); La Catedral (S19) y El
Esfuerzo (S12).
El sitio La Magnolia (S14) (Fotos 4.9 y 4.10) se destaca por la presencia de dos
grandes montículos localizados cerca de los campos de cultivo de las Tres Marías
(S12). El yacimiento presenta a su vez ocupaciones diferentes con materiales
culturales característicos de Tumaco-Tolita. Nuestro interés en excavar sitios como La
Magnolia, también estribó en el hecho de que estos sitios desaparecerán muy pronto a
causa de la implantación en el sector de fábricas de ladrillo desde hace varios años.
Las seis ladrilleras de Chilví prácticamente han destruido buena parte de la arqueología
local, ya que los rellenos franco-arenosos de las tolas son utilizados sin mayores
cambios en la fabricación del ladrillo.
El sitio La Catedral (S19) fue un importante centro poblacional donde se
emplaza un montículo central mayor de 58 m. de largo por 38 m. de ancho y 2.4 m. de
52
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
altura, rodeado a su vez por siete montículos menores localizados a orillas del río Chilví
en un área aproximada de 5 hectáreas. El sitio se conserva en buen estado, excepto
algunos daños de guaquería en el montículo mayor (Figura 4.1) (Foto 4.11).
Entre Chilví y Cajapí se registraron sitios pequeños caracterizados por
evidencias cerámicas y montículos artificiales dispersos. Los sitios que tienen un solo
montículo son S16, S17, S22, S23 y S30; sitios con dos o tres montículos son S32 y
S33. Sitios unicamente con materiales culturales en superficie sin asociación a
montículos son S20, S21, S24, S25, S26, S27, S28, S29, S34, S35, S36, S37, S38,
S39 y S40.

4.3.b.3 Pueblo Nuevo-Espriella: La prospección en esta área reporta sitios


menos concentrados, más pequeños y más dispersos en comparación con las áreas
mencionadas arriba. Sin embargo, el sitio Gran Cebú (S50) es un área plana de más
de 50 hectáreas cubierta de campos agrícolas prehispánicos con camellones (Figura
1.2). Estos campos al parecer se relacionan con poblaciones concentradas en las
cuencas de los ríos Mira y Caunapí durante el desarrollo de sociedades Tumaco-Tolita.
Solamente dos sitios con montículos artificiales fueron localizados, S47 y S54, con uno
y dos montículos respectivamente. Los otros sitios, todos de menos de una hectárea
de extensión son S41, S42, S43, S44, S45, S46, S49, S51, S52, S55, S56, y S57.

Tabla 4.2. Sitios Arqueológicos en la Zona Interfluvial


_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Riverita **S85 <1 0 C
El Esfuerzo S09 3 1 C-L-O
Tres Marías S12 **50 0 C
Inguapí Chir. S10 <1 0 C
Inguapí Carm. S11 <1 1 C
Inguapí S13 2 10 C-L-Au
La Magnolia S14 <1 2 C-L-O-Au
Km.19 S15 <1 0 C

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(Continuación Tabla 4.2)
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Chilví S16 <1 1 C
Lomitas S17 2 1 C
Km.17.5 S18 <1 1 C
La Catedral S19 5 8 C
Km.18 S20 <1 0 C
Km.18.5 S21 <1 0 C
La Tirsa S59 **50 0 C
La Granja S22 <1 1 C
La Vicky S23 <1 1 C
Km.20 S24 <1 0 C
Km.21 S25 <1 0 C
Providencia S26 <1 0 C
Catalina S27 <1 0 C-L
Km.23 S28 <1 0 C
Palmar S29 <1 0 C
Km.23.5 S30 <1 1 C
Cajapí S32 <1 2 C
Villarica S33 3 3 C
Franco S34 <1 0 C
Km.28 S35 <1 0 C
Las Lajas S36 <1 0 C
Trinidad S37 <1 0 C
Km.28.5 S38 <1 0 C
Km.29 S39 <1 0 C
JuanDomingo S40 <1 0 C
ICA1 S41 <1 0 C
ICA2 S42 <1 0 C
Km.31 S43 <1 0 C
Km.31.5 S44 <1 0 C
Km.32.5 S45 <1 0 C
Chorrera1 S46 <1 0 C
Km.33.5 S47 <1 1 C
Km.34.5 S49 <1 0 C

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Continuación Tabla 4.2)
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Gran Cebú S50 **50 0 C
Km.35.5 S51 <1 0 C
Km.36 S52 <1 0 C
Km.38.5 S54 <1 2 C
Espriella S55 <1 0 C
Km.39.5 S56 <1 0 C
Km.40 S57 <1 0 C
_________________________________________________________________
* El área en hectáreas es estimada. ** Campos de Cultivo. C=cerámica;
L=lítico; O=obsidiana; Au=orfebrería. El sitio Inguapí (S13) fue inicialmente
Registrado por Bouchard (1982-83:153); igual que el sitio El Balsal en la
misma área con 8 montículos y una hectérea de tamaño (1982-83:222).

4.3.c. Zona Fluvial


La prospección de la zona fluvial cubrió las márgenes de los ríos Caunapí y
Rosario (Figura 1.2), (Tabla 4.3), (Fotos 4.4, 4.5 y 4.6). Teniendo en cuenta la
fisiografía de la zona ésta se dividió en dos áreas: (1) el área del río Caunapí y (2) el
área del bajo río Rosario. La primera se caracteriza por colinas y zonas onduladas a
50 metros sobre el nivel del mar. Los suelos son poco fértiles de texturas arcillosa-
residuales (ferruginosos) formados a partir de rocas sedimentarias de edad terciaria; la
segunda, es plana o ligeramente ondulada con problemas de inundaciones periódicas y
afectada por las mareas. A la altura del poblado Santa María los terrenos estan a 7 y 8
metros sobre el nivel del mar. Los suelos de relativa fertilidad son franco-arenosos de
origen fluvial cuaternario (Arango y Ponce 1982; Cortes 1981; IGAC 1985; 1960)
(Apéndice A).
El transecto en su mayor parte está cubierto de selva primaria y monte; pero
existen parcelas (fincas) en las márgenes de los ríos, dedicadas al cultivo de la palma
africana (Elaeis guineensis), cacao (Theobroma sp.), plátano (Musa sapientum) y
frutales. Otras áreas sostienen ganado vacuno en bajo porcentaje. La partes bajas del
río Rosario cerca a los manglares, son planas anegadizas y se explotan en cultivos de
55
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
coco (Cocos nucifera) y una pobre ganadería.

4.3.c.1 Area del río Caunapí: En las márgenes de este río se localizaron 30
sitios arqueológicos, la mayoría de ellos son emplazamientos con áreas menores de 1
hectárea, en la zona también se observan montículos artificiales dispersos e
individuales (Figura 1.2). Los montículos tienen tamaños que varían entre 15 y 20 m.
de largo, por 10 y 20 m. de ancho y de 1 a 1.8 m. de altura. El arrastre fluvial del río ha
depositado en sus playas materiales de gravas, arenas y restos arqueológicos
desprendidos de los asentamientos ribereños.
Los sitios más destacados en el río Caunapí son: La Esperanza (S58), La
Remigia (S53), Pueblo Nuevo (S48), La Brava1 (S61), La Cortadura (S65), El Zapote
(S77), Dos Quebradas (S79) y Nueva Creación (S86). Estos sitios aparecen
asociados a montículos relacionados con el final de las ocupaciones Tumaco-Tolita y a
vestigios de grupos tardíos adaptados a la selva de llanura aluvial, distante de la costa
y más cerca del piedemonte andino.
De los sitios registrados, el asentamiento en Dos Quebradas (S79) quizas es el
más relevante por su tamaño y el emplazamiento de varios montículos. El sitio se
ubica en la margen izquierda del Caunapí, ocupando un área de aproximadamente 8
hectáreas donde se asentaron pueblos Tumaco-Tolita. El yacimiento se caracteriza por
la construcción de 8 montículos artificiales en la margen oeste del río con medidas que
varían entre los 10 y 60 m. de largo, 8 y 35 m. de ancho y entre 1.5 y 8 m. de altura.
Cabe anotar que los montículos artificiales más altos de toda la zona prospectada
están en el sitio Dos Quebradas (S79), con alturas hasta de 8 metros. Además, una de
las grandes tolas tiene la forma peculiar de media luna (50 m. x 16 m. x 3.8 m.) y se
halla localizada hacia el centro del asentamiento. En la prospección del sitio no se
hallaron sistemas de camellones para agricultura prehispánica; sin embargo, es posible
que ellos estén bajo la espesa vegetación de bosque primario.
El sitio de Pueblo Nuevo (S48) de aproximadamente 2 hectáreas contiene 5
montículos, dos de los cuales se destacan por su forma alargada y paralela (Foto 4.12),
su significado hasta ahora es desconocido, aunque se observan en la cuenca del
56
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Santiago-Cayapas, en Esmeraldas (DeBoer 1996:82). Otos sitios con múltiples
montículos localizados a lo largo del río Caunapí incluyen La Cortadura (S65) con 5
montículos; La Remigia (S53) (Foto 4.14) y La Clarita (S73) con tres montículos, y La
Esperanza (S58) (Foto 4.15) y Zapote (S74) con dos montículos. Los sitios S69, S72 y
S81 tienen cada uno un montículo. Sitios pequeños sin montículos pero con materiales
arqueológicos dispersos son el S60, S62, S64, S66, S67, S68, S70, S74, S75, S76,
S78, S82, S83 y S85, la ocupación en ellos fue de menos de una hectárea y fueron
frecuentes a lo largo del río Caunapí. En el sitio Nueva Creación (S86), cerca a la
desembocadura del Caunapí en el Rosario, se halla un pequeño cementerio compuesto
por grandes vasijas enterradas, utilizadas como urnas funerarias y asociadas a
fragmentos cerámicos.

4.3.c.2 Area del río Rosario: La topografía de esta zona difiere de la anterior
por ser baja, plana e inundable. Los efectos de las mareas se perciben incluso al sur
del poblado Santa María. En marea alta se represa el río inundando periódicamente
las fértiles vegas y terrenos bajos (Foto 4.6). Por la importancia agrícola y pesquera en
el río Rosario varias familias de grupos negros se asientan a lo largo de su cauce en
pequeñas fincas con cultivos de subsistencia y escaso pastoreo. El río y estuarios
aportan peces, moluscos y crustáceos para el sustento diario de sus habitantes
(Arocha 1988).
La zona del río Rosario también fué ocupada por sociedades prehispánicas. La
mayoría de los sitios corresponden a asentamientos pequeños menores de 1 hectárea
con pocos montículos artificiales. Los sitios más destacados corresponden a El Coco
(S96), El Llano (S91); Esperanza (S92); Tangareal (S88), Vuelta Iscuandé (S87) e Isla
Grande (S89). En todos ellos se encontraron restos de cultura material, especialmente
figurillas, cerámicos y algunos instrumentos en piedra de filiación Tumaco-Tolita y
épocas posteriores. De acuerdo con moradores del área, algunos sitios han aportado
pequeñas piezas orfebres (laminillas, hilos y adornos) obtenidos en sitios de ocupación

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
mediante el mazamorreo13. En sectores recientemente abiertos de los sitios Esperanza
(S92) y Tangareal (S88), margen izquierda del río Rosario, se registraron antiguos
campos agrícolas consistentes en camellones paralelos con evidencias de materiales
cerámicos.
En el río Rosario no se observaron montículos artificiales a excepción de uno
hallado en el sitio Pedregal (S93) pero prácticamente en la zona de manglares. En el
Rosario los sitios arqueológicos tienen asentamiento directamente sobre la topografía
natural y sus restos culturales tienden a relacionarse con Tumaco-Tolita.
Los únicos sitios que aportaron materiales catalogados como de la colonia o
república fueron El Coco (S96), Esperanza (S92) y Dos Quebradas (S79) en el río
Caunapí. En los dos últimos sitios sólo se observan objetos aislados. Las ocupaciones
prehispánicas iniciales en el sitio El Coco tienen relaciones con Tumaco-Tolita (Fase
Inguapí II), luego los asentamientos son tardíos caracterizados por tener cerámica
vidriada; metales; concha; vidrio; etc., generalmente este tipo de sitios se los ha
asociado con asentamientos de grupos negros y coloniales (Patiño 1988a:113; Salgado
y Stemper 1995:120; Stemper y Salgado 1995:259-262).

Tabla 4.3. Sitios Arqueológicos en la Zona Fluvial


_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Riverita ** S85 <1 0 C
La Clarita S73 <1 3 C
La Esperanza S58 <1 2 C-L-O
La Remigia S53 <1 3 C-L-O
El Salto S60 <1 0 C
El Aguacate S67 <1 0 C
La Brava S61 3 0 C
Puntilla S62 <1 0 C

13 Práctica artesanal de minería desarrollada desde tiempos prehispánicos y heredada en la colonia


durante la esclavitud. El mazamorreo consiste en el uso de bateas de madera para lavar materiales del
río o en nuestro caso suelos de ocupaciones prehispánicas (Cf., West 1957:97; Patiño 1988b:20;
Friedemann 1974).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Las Marías S63 <1 0 C
Cebú S64 <1 0 C
Cortadura S65 2 4 C-O
Encanto S66 <1 0 C
Palmera S68 <1 0 C
Est. Tangareal S69 <1 1 C
Pueblo Nuevo S48 2 5 C-L
ICA S76 <1 0 C
Ramoncillo S74 <1 0 C
Chorrera2 S72 <1 1 C
Astorga S70 <1 0 C
Zapote S77 3 2 C
Vuelta Larga S75 <1 0 C
Zapotal S78 2 0 C
Vuelta Carmen S80 <1 2 C
Dos QuebradasS79 8 6 C
La Vega S82 <1 0 C
El Retoño S81 <1 1 C
Almejero S83 <1 0 C
Nueva Creación S86 <1 0 C
El Llano S91 2 0 C
Delicias S94 <1 0 C
Santa María S90 <1 0 C
Esperanza S92 ***5 0 C
Isla Grande S89 <1 0 C
Vuelta Iscuandé S87 <1 0 C-L
Tangareal S88 2 0 C-L-Au
El Coco S96 <1 0 C-L-O
La Miranda ****S97 20 4 C-L-O
_________________________________________________________________
* El área en hectáreas es estimada. ** Sitio no incluido en
la Figura 2 por estar antes de Espriella. *** Campos de Cultivo.
****Sitio ubicado en el río Mira. C=cerámica; L=lítico;
O=obsidiana; Au=orfebrería.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
4.4 Arqueología en el Río Mira
Aunque el río Mira está fuera del área de las prospecciones arqueológicas,
fuimos alertados por los moradores de la región sobre el descubrimiento de un
importante sitio arqueológico sobre este río. Los trabajos de apertura de vías para la
extracción del fruto de palma africana en la Hacienda La Miranda pusieron al
descubierto una amplia área con vestigios prehispánicos. Allí se localizó el sitio La
Miranda (S97) sobre la margen izquierda del río Mira, al frente del caserío de
Candelilla; ocupando una terraza antigua con escarpe de unos 15 metros sobre la
terraza aluvial más jóven (Foto 4.6).
El área de ocupación tiene aproximadamente 4 hectáreas donde se resalta la
presencia de montículos artificiales (algunos destruidos parcialmente), cerámicas,
figurillas (macizas y huecas), ralladores, sellos, moldes, lascas e implementos en
obsidiana y en rocas foráneas.
De acuerdo a nuestras excavaciones el sitio tuvo ocupaciones por largo tiempo
según la acumulación de basuras de hasta 1m. de profundidad en suelos orgánicos
depositados por encima de estratos arenosos de origen aluvial. Teniendo en cuenta
los rasgos diagnósticos del material arqueológico el sitio corresponde a un poblado
Tumaco-Tolita con varias momentos de ocupación que se asocian a las fases Inguapí,
El Morro y Buena Vista de la zona costera de Tumaco y a la Fase Guadual de
Esmeraldas, Ecuador (Bouchard 1982-83; DeBoer 1996; Patiño 1993a; Tolstoy and
DeBoer 1989).
Es importante anotar que la proximidad del sitio al río lo convierte al mismo
tiempo en un puerto fluvial por donde transcurrian elementos de intercambio entre los
sitios costeros, tal como se constata con la presencia de 11 piezas de obsidiana, como
uno de los indicadores de intercambio a larga distancia. De otro lado, el río Mira
reviste especial importancia por sus fértiles vegas y gran caudal (527 m 3/s) que
posibilita la comunicación tanto de zonas bajas de llanura aluvial como de zonas
andinas del Ecuador y Colombia. Sabemos que en ambas márgenes del río existen
más asentamientos prehispánicos con montículos y sin ellos (e.g., Salamanca, La
Cortina, Palmas de Tumaco e Imbilí). Sin embargo, aun no se han hecho estudios
60
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
arqueológicos en su recorrido. Los trabajos más cercanos realizados se localizan hacia
la frontera con el Ecuador, Mataje y Monte Alto (Cubillos 1955; Patiño 1988a; Reichel-
Dolmatoff 1965).

4.5 Excavaciones, Estratigrafía y Dataciones


Una vez completada la información cada sitio registrado fue examinado para
escoger varios de ellos y llevar a cabo las excavaciones sistemáticas. La selección de
los sitios no fue fácil ya que la prospección puso al descubierto muchos sitios
interesantes en las diferentes zonas fisiográficas. Sin embargo, de acuerdo con los
criterios de la investigación y las disponibilidad logística conocida se optó por la
excavación de 8 sitios arqueológicos: La Magnolia (S14), La Tirsa (S59) y Las Tres
Marías (S12) en la zona interfluvial; La Remigia (S53), La Esperanza (S58) en la zona
fluvial del río Caunapí; Tangareal (S88) y El Coco (S96) en la zona fluvial del río
Rosario y uno en el río Mira, sitio La Miranda (S97).
En la zona de manglares no se realizaron excavaciones ya que los trabajos de
J.F. Bouchard (1982-83) ayudan a caracterizar la zona e integrarla a la visión regional
de nuestro estudio. Él excavó los sitios de El Morro y El Balsal con dataciones de 50
d.C. y 430 d.C. En la Tabla 4.4 se anotan los sitios excavados, zona fisiográfica, tipo
de sitio y datación C-14.

Tabla 4.4 Sitios Excavados y sus Dataciones C-14


______________________________________________________________________________
Sitio No. Zona Fisiográfica Excavación Nivel Datación Lab. Beta
______________________________________________________________________________
La Magnolia (S14) Interfluvial Basurero 40-60cm. 210±70 a.C. 88801
La Magnolia (S14) Interfluvial Montículo I 90-100cm. 470±70 a.C. 88799
La Magnolia (S14) Interfluvial Montículo I 150-160cm. 350±70 a.C. 91513
La Magnolia (S14) Interfluvial Montículo I 200-210cm. 470±90 a.C. 82931
La Magnolia (S14) Interfluvial Montículo I 310-320cm. 370±60 a.C. 82930
Las 3 Marías (S12) Interfluvial Camellones
La Tirsa (S59) Interfluvial Camellones
La Remigia (S53) Fluvial Montículo I 60-80cm. 60±120 a.C. 85030

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La Esperanza (S58) Fluvial Montículo I 200-215cm. 2010±100 a.C. 83658
Tangareal (S88) Fluvial Basurero 70-90cm. 280±60 a.C. 85031
El Coco (S96) Fluvial Basurero
La Miranda (S97) Fluvial, Mira Basurero 70-80cm. 320±70 a.C. 83659
______________________________________________________________________________
Nota: Para fechas calibradas véase el Apéndice F.

4.5.a Sitio La Magnolia (S14)


Este sitio se localiza a una altura de 50 m.s.n.m. y es una de las áreas de mayor
concentración de vestigios de grupos Tumaco-La Tolita. Su ubicación permite una fácil
conexión con otros sitios localizados tanto en la zona de manglares como en la llanura
aluvial. De otro lado, el asentamiento se encuentra dentro del área de acceso a los
campos de cultivo. La Magnolia esta constituido por dos grandes montículos 14 uno de
27.4 m. de largo por 24 m. de ancho por 2.8 m. de alto (volumen 3856 m3)15 y el otro de
28 m. x 19 m. x 1.3 m. (volumen 1448 m 3), sus ejes longitudinales se encuentran más o
menos de norte a sur y separados el uno del otro 16 m. El sitio es plano y facilmente
inundable, lo que ha llevado a los moradores a construir zanjas de drenaje. Una de
estas zanjas atraviesa un segundo rasgo arqueológico constituido por un basurero,
localizado a 30 metros al oeste del Montículo 1 (Figura 4.2).
En el sector oeste del sitio funciona la ladrillera del señor Domingo Mosquera,
propietario del terreno y quien explota los montículos para la fabricación de ladrillo.
Según él el material de las tolas es de excelente calidad para fabricar ladrillo, éste no
necesita adiciones extras, pues ya viene listo para amasar y moldear; de hecho no es
curioso entonces encontrar pedazos de cerámicas arqueológicas en los ladrillos que se
hornean en la zona de Chilví (Foto 4.9).
En el sitio se llevaron a cabo dos excavaciones: (a) Trinchera 1 en el basurero y
(b) Trinchera 2 en el Montículo 1. La excavación del Basurero Tr-1 de 1 x 1.5 m. y 1.2

14 La Tabla 5.12 presenta un completo detalle de las dimensiones de los montículos (largo,
ancho, alto y volumen) por sitios.
15 El volumen aproximado de los montículos fue calculado usando la fórmula de la elipsoide
(V=4/3p abc), donde a, b y c son las longitudes de los semi-ejes, dividido por 2. La fórmula luego sería
V=2/3p abh, donde a=largo, b=ancho y h=altura del montículo.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
m. de profundidad aportó 1182 fragmentos cerámicos entre vasijas rotas y algunas
figurinas humanas y zoomorfas asociadas a moldes y a una máscara completa en
cerámica. Muy pocos implementos líticos fueron excavados en el sitio, aunque sí hubo
presencia de un fragmento pequeño de obsidiana recolectado en la zanja.
La estratigrafía del basurero está compuesta por 7 estratos con suelos arcillo-
arenosos (Fotos 4.9 y 4.10). Los primeros cinco contienen materiales culturales de
forma contínua hasta alcanzar una profundidad de 1.10 m. La capa húmica (A) es
delgada de 10 a 15 cm., seguida de una capa café clara arcillosa (B) de 20 cm. Las
capas C, D y E son arenosas con diferencias de color entre café pardo y oscuro,
además de la presencia de piedra pómez. La capa C tiene un espesor de más o
menos 40 cm. y fue datada en 210 ± 70 a.C. (Beta 88801) en su nivel 40-60cm. La
capa D promedia 30cm. y se diferencia de todas las demás por tener el suelo arenoso
teñido de carbón, debido a actividades de quema intensa durante el momento de
ocupación de este estrato. En estas capas se observa un aumento considerable de
restos arqueológicos clásicos Tumaco-Tolita que en las demás capas superiores.
Finalmente, se percibe la perturbación de la capa D en el perfil sur, causado por una
intensa actividad cultural durante la ocupación del estrato C superior. Finalmente, las
capas F y G corresponden a estratos estériles grises arenosos con piedra pómez
(Figura 4.3, B) (Apéndice A).
La estratigrafía del Montículo 1 fue revelada por dos fuentes; una a lo largo del
perfil (cerca de 12 m.) expuesto por los trabajos de la ladrillera, éste fue limpiado,
mapeado e ilustrado (Figura 4.3; Fotos 4.9 y 4.10), y otra la excavación de la Trinchera
2 (2 x 2 m.). La estratigrafía de TR-2 es más compleja que aquella del basurero. El
montículo fue construido por etapas y contiene 3120 m 3 de rellenos. Esta estructura no
se realizó de un momento a otro, las excavaciones indican que para lograr levantarla se
necesitaron varias etapas. Los rellenos fueron depositados por encima de la topografía
natural sin modificar, la cual consiste en estratos húmicos con restos arqueológicos
Tumaco-Tolita.
De acuerdo con la estratigrafía del montículo y de la excavación en Tr-2, se
determinó que el montículo pudo haber sido contruido en cuatro fases (Figura 4.3, A).
63
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Estas ocupaciones en términos estratigráficos son descritas de abajo hacia arriba de la
siguiente manera:
(a) Sobre una capa de arena gris amarillenta (A) de espesor no calculado se
desarrolló una capa húmica gruesa antropogénica (HN) de unos 70 cm. de espesor,
teñida de negro por la presencia abundante de carbón. Ésta representa la primera
ocupación del sitio cuando aun no se había iniciado la construcción del montículo.
Materiales cerámicos de diferentes formas y decoraciones fueron fechados en 370 ± 60
a.C. (Beta 82930) (nivel 310-320cm.). Algunos materiales presentan características de
Chorrera (Fase Inguapí I) pero la mayoría de ellos correspondientes a asentamientos
Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II). Una muestra de suelo tomada a 320 cm. de
profundidad fue analizada y sus resultados indican que fitolitos de curcubita son
comunes, aunque la mayoría de los fitolitos corresponden a malezas (weedy grasses)
(Dolores Piperno, Comunicación Personal 1998)
(b) Un segundo momento de ocupación del sitio está caracterizado por un
conjunto de rellenos compactos y más o menos estratificados que dan la idea de haber
sido realizados para construir un pequeño montículo de más o menos 1m. de altura.
Allí los rellenos son homogéneos y corresponden a suelos de colores grises claros
arcillosos (GR), suelos negros antropogénicos con alto contenido de carbón (N) y
lentículas café claro con inclusiones de arcilla (CL). Una muestra de carbón del relleno
negro (N) fue datada en 470 ± 90 a.C. (Beta 82931) (Nivel 200-210cm.). En todos
estos rellenos continúa apareciendo fragmentos de vasijas cerámicas de estilo
Tumaco-Tolita. Por otro lado, ambas fechas están asociadas a hilos y laminillas de oro
martillado. Las actividades culturales asociadas con la primera fase de la construcción
del montículo incluyen la erección de estructuras de madera identificadas por tres
huellas de postes en el perfil. Las huellas de poste (P), con diámetros entre 30 y 40
cm., se observan en la estratigrafía cortando los rellenos del pequeño montículo
descrito arriba (Figura 4.3, A). Otra muestra de suelo tomada a 210 cm. de profundidad
contuvo fitolitos de curcubita, sin embargo los fitolitos de malezas (weedy grasses)
siguieron siendo abundantes, por arriba del 99% (Dolores Pipierno, Comunicación
Personal 1998).
64
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(d) Un segundo conjunto de rellenos menos compactos y con restos culturales
levantaron el montículo cerca de dos metros. Esta segunda capa consiste en rellenos
café oscuro (CA) y rellenos gris claro (GR), estos últimos dieron una datación de 350 ±
70 a.C. (Beta 91513) (nivel 150-160 cm.). En la parte superior del episodio se
encontraron dos huellas mas de postes (P) penetrando rellenos inferiores CA, estas
huellas se asocian a otra construcción en madera localizada en la parte central del
montículo.
(e) Una última etapa de construcción del montículo está representada por
rellenos poco compactos de suelos café arenosos (CS) y bloques de relleno café
oscuro (CA) perturbados en parte por la acción de insectos y roedores. El relleno CS
relacionado con el último episodio le dio al montículo sus dimensiones finales de 28 x
19 x 2.8 m., este fue datado en 470 ± 70 a.C. (Beta 88799) (nivel 90-100 cm.). Aunque
se observa perturbación en los rellenos, es de particular interés en esta última
ocupación del montículo, la evidencia de entierros en urnas funerarias medianas
depositadas en pozos. Los restos arqueológicos hallados en esta última parte de la
construcción difieren de aquellos típicos Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) y se
relacionan, más bien, con desarrollos tardíos (Fase Bucheli-Caunapí). Finalmente, al
final de la ocupación prehispánica una pequeña capa húmica arcillosa (H) de unos 10 a
15cm. se desarrolló cubriendo toda la estructura.
Es importante anotar que las fechas, aunque contemporáneas con las fases
Inguapí I y II, no están en un orden estratigráfico. Por ejemplo, la capa N datada en
470 ± 70 a.C., es más antigua que la fecha de la capa HN que se ubica por debajo
datada en 370 ± 60 a.C. Una similar situación ocurre con las capas CS con fecha de
470 ± 70 a.C. y GR fechada en 350 ± 70 a.C. A partir de esta situación se deduce que
la construcción del montículo en La Magnolia fue relativamente rápida y que los
rellenos traídos fueron probablemente tomados de los alrededores con desperdicios
culturales de ocupaciones más tempranas.

4.5.b Sitios La Remigia (S53) y La Esperanza (S58): La excavación de estos


dos sitios se realizó en montículos medianos aislados en la margen izquierda del río
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Caunapí (Figura 1.2). Estas estructuras se levantaron sobre colinas suaves del área.
Los montículos distan uno del otro aproximadamente 550 metros y se tomaron como
ejemplos de una serie de montículos dispersos sobre las margenes del río Caunapí.
El sitio La Remigia se localiza en la finca del mismo nombre dedicada al cultivo
de palma africana. El montículo escogido donde se llevaron a cabo excavaciones tiene
un volumen aproximado de 1157 m3 y mide 21.8 x 14.9 x 1.7 m. La estructura se halla
en la cima de una colina a 50 m.s.n.m., la cual está bordeada por una laguna con
vegetación de pantano en dirección sur (Figura 4.4). La excavación de una trinchera
de 9m. de largo por 3m. de ancho, dividida en 3 unidades, se dispuso al centro y
costado oeste del montículo (Foto 4.14). La estratigrafía del montículo básicamente
esta constituido por un relleno grueso arcilloso (B y B') con agujeros y tierra suelta por
acción de insectos (C) y lentículas rojizas (D) hasta alcanzar el suelo natural rojizo de la
colina (E) (Figura 4.5). En la unidad B se hallaron secciones de un suelo rojizo
compacto (pisado) en roca meteorizada a 80 cm., el cual debió servir de piso de
vivienda durante la ocupación del sitio. Por debajo de este piso se realizaron entierros
secundarios en urnas funerarias como la hallada entre 80 y 120 cm. de profundidad en
la unidad A (Figura 4.5). Igualmente se encontraron 5 fragmentos de obsidiana y en
general cerámicas y figurillas rotas asociadas a grupos Tumaco-La Tolita.
En el sitio La Esperanza (S58) se excavó otro montículo aislado que se localizó
muy cerca del río Caunapí, en una zona abierta de pastoreo. El montículo mide 18 x
20 2 m y tiene un volumen aproximado de 1508 m 3. Este montículo se localiza en una
colina mediana que está a 49 m.s.n.m. y al costado sur de una pequeña quebrada que
desemboca al Caunapí (Figura 4.4) (Foto 4.15). La Trinchera 1 de 8m x 3.5m. fue
dividida en 6 unidades. La estratigrafía consistió en bloques de rellenos hasta
encontrarse una capa húmica enterrada con pocos restos arqueológicos (Figura 4.7).
La distribución de estos suelos es la siguiente: una capa húmica (A) inicial de unos
20cm. de espesor con pocas cerámicas de épocas tardías; por debajo de esta capa se
halla un relleno grueso de más o menos 80cm. pardo arcilloso homogéneo (E), con
bloques dispersos café arcilloso (B) y además presenta agujeros por bioturbación (C).
En este relleno E se hallaron de nuevo fragmentos de obsidina y cerámicas rotas de
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
grupos Tumaco-Tolita y aun más tardíos con cerámicas simples. El siguiente relleno
está formado por un suelo café irregular con vetas grises (F) y material cultural escaso,
observado a la izquierda del perfil oeste. Un relleno de arcilla rojiza (I) aparece en el
mismo perfil en el lado opuesto a cinco metros hacia el norte (Figura 4.7). Finalmente,
una capa café parda con húmus enterrado (G) cubre una capa natural amarilla arcillosa
(D). Esta capa G con suelo orgánico contiene pocos materiales culturales,
destacándose el hallazgo de 3 fragmentos cerámicos catalogados como intrusos, ya
que parecen relacionarse con cerámicas de la Fase Guangala, península de Santa
Elena, Ecuador. Se trata de fragmentos tipo tricolor La Libertad reconocidos por sus
diseños geométricos en rojo, naranja y negro brillante sobre superficies engobadas de
buen acabado (Meggers 1966:76). Esta capa fue fechada en 2010 ± 100 a.C. (Beta
83658) (Nivel 200-215cm.) que se obtuvo del carbón asociado a estas cerámicas.
Ninguna de las dos referencias parece estar acorde con lo sucedido en la región de
Tumaco; sin embargo, ni la cerámica ni la fecha se correlaciona con la Fase Tumaco-
Tolita. Guangala, Tumaco y La Tolita corresponden al período de Desarrollos
Regionales costeros, un período caracterizado por el auge de varios cacicazgos. Es
probable que estos materiales llegaron a la zona por medio del intercambio como
llegaron otros materiales de regiones alejadas (Meggers 1965; Marcos 1986), pero la
fecha obtenida no encaja con la cronología conocida para la región de Tumaco, por lo
tanto la fecha es anómala.

4.5.c Sitios Tangareal (S88) y El Coco (S96): Estos dos sitios se localizan en
la márgen izquierda del río Rosario, sus excavaciones en áreas de ocupación aportaron
materiales diagnósticos sobre los asentamientos en la zona fluvial. El sitio Tangareal a
7 m.s.n.m. se ubica en un recodo del río Rosario llamado Vuelta Iscuandé, a unos 2
km. al norte del poblado de Santa María. El asentamiento se compone básicamente de
muchos desperdicios cerámicos depositados en suelos naturales y en muchos casos
erosionados por las mareas y corrientes que afectan el área.
La excavación de la Trinchera 1 en un área de basuras fue de 1.5 m. x 1m. de
ancho, ubicada a unos 10m. de la banca del río (Figura 4.8, A). La estratigrafía
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
observada en el sitio consistió en: una capa húmica actual (A) de 10 a 15cm. de
gruesa; una capa de limo café parda (B) de 38cm. de grosor con material cultural; una
capa limo-arenosa café (C) también cultural de 25 a 30cm. de espesor; una capa café
limo-arenosa (D) de 20 a 25cm. de grosor, depositada por encima de una capa estéril
amarilla con vetas grises (E) de 6-7cm. de grosor y otra gris arenosa (F) de grosor
desconocido, sin restos arqueológicos (Figura 4.8, A). Los materiales encontrados en
el sitio básicamente corresponden a Tumaco-Tolita (Fase Inguapi II) y consisten en
figurillas, cerámica decorada, ralladores e implementos de molienda. El estrato C con
estos materiales fue fechado en 280 ± 60 a.C. (Beta 85031).
El sitio El Coco (S96), se localiza en la margen izquierda de río Rosario, unos
3.5 km. antes de la desembocadura del río Caunapí (Figura 1.2). En una zona de
colinas de la finca de Fernando Estacio se observaron acumulaciones de restos
culturales en áreas erosionadas a unos 200m. del río. Allí, únicamente se realizó un
pozo de 1.5 x 0.50m., el cual arrojó abundante material en un área de asentamientos
con materiales culturales similares a aquellos de la Fase El Morro. La estratigrafía del
basurero presentó suelos orgánicos revueltos en el barranco de una colina,
acumulaciones que se presentaron hasta los 1.20m. de profundidad. En el mismo sitio,
pero en la márgen derecha en el predio del Sr. Arturo Arboleda, se registraron
materiales de vidrio, concha, metal, cerámica, etc. correspondientes a ocupaciones
históricas bien de la colonia o la república. Sobre este tipo de sitios no se adelantaron
excavaciones.

4.5.d Sitio La Miranda (S97)


Este sitio como se dijo es uno de los más importantes de la región Tumaco,
especialmente por su localización, tamaño y gran cantidad de restos culturales
diseminados en superficie. El sitio se ubica en la margen izquierda del río Mira y se
caracteriza por tener un área bastante amplia ocupada por asentamientos Tumaco-La
Tolita y El Morro. Este sitio fue descrito en el punto anterior con detalle, aquí
solamente nos detendremos en aspectos de excavación y estratigrafía. En La Miranda
además de realizarse una prospección del sitio se llevó a cabo la excavación de la
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Trinchera 1 (Tr-1) de 1.5m x 1m. localizada en la parte interna del talud de una vía
recientemente abierta en la terraza aluvial más antigua del sitio (Figura 4.8, B). La
excavación se realizó en una sección de un extenso basurero el cual se profundiza
hasta más o menos 1m. La estratigrafía del sitio contiene 5 capas con restos culturales
acumulados sin interrupción y uno inferior estéril, distribuidos de la siguiente manera
(Figura 4.8, B): arriba una capa húmica café parda (A) de unos 20cm. de espesor,
seguida de una capa negra limo-arcillosa (B) de espesor entre 20-30cm., en el perfil
oeste se notó la huella de un poste que traspasó los dos estratos siguientes (C y D). El
estrato C de unos 35cm. de grosor, corresponde a un suelo café claro limo-arenoso
donde disminuye un poco la presencia de restos culturales. A esta le sigue un estrato
negro limo-arcilloso (D) de unos 20cm. de espesor, con alto contenido orgánico y un
aumento considerable de materiales culturales los cuales continuan en la parte superior
del siguiente estrato café oscuro limo-arenoso (E) que tiene un espesor de unos 70cm.
hasta alcanzar el estrato grís arenoso (F) estéril. La única fecha del sitio proviene del
estrato D y registra una edad de 320 ± 70 a.C. (Beta 83659) en el nivel 70-80cm. Esta
fecha es contemporánea con los desarrollos culturales Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II).

4.6. Agricultura Prehispánica en Tumaco: Aerofotografía, Prospección,


Excavaciones y Restos Botánicos.

4.6.a. Campos de Cultivo, Fotos Aéreas y Prospección. Ésta es la primera


vez que extensos campos de cultivo prehispánicos son reportados en la región de
Tumaco y, en general, en la costa Pacífica de Colombia. Su existencia era de
preveerse dada la presencia de campos de cultivo prehispánicos en la Provincia de
Esmeraldas y las regiones de la cuenca del río Guayas, Ecuador (Parsons 1973;
Parsons y Schlemon 1982; Buys and Muse 1987; Denevan and Mathewson 1983;
Stemper 1988; Tihay 1995).
En la prospección del área de estudio en Tumaco, se usaron fotografías aéreas
de buena resolución (escala 1:13.700) para identificar campos de cultivo compuestos
de plataformas y largos canales los cuales fueron subsecuentemente prospectados a

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
pie. El complejo sistema tiene zanjas que oscilan entre los 4 y 9 metros de ancho y
camellones entre los 4 y 20 metros de ancho con plataformas levantadas 50 ó 60 cm.
de la superficie en las partes menos erosionadas. En algunos casos los canales
desaguan directamente en quebradas naturales como en el sistema de cultivos del
área de Piñal Salado (S06), en un área cerca al límite de los manglares. En las
cabeceras del estero Piñal Salado se observan antiguos cursos de la quebrada
(madres viejas) y en uno de ellos el desague de varios canales que llegan a tener 100 a
250 m. de largo (Figura 4.9) (Fotos 4.18 y 4.19). En zonas de pastoreo los canales han
perdido parte de su forma original a causa de la erosión y compactación de los mismos.
Uno de los sitios con evidentes campos de cultivo es Piñal Salado (S06), se
localiza a 4 m. sobre el nivel del mar al noroeste del pueblo Piñal Dulce, en una zona
intermedia entre la llanura aluvial y la selva de manglares. Allí, un área de
aproximadamente 100 hectáreas está cubierta por tres largos canales asociados a
camellones paralelos que drenan sus aguas en las cabeceras del estero Piñal Salado
(Figura 4.9) (Fotos 4.18 y 4.19). En el área de Bucheli, a 5 metros sobre el nivel del
mar, campos de cultivo aparecen en el sitio Las Tres Marías (S12) de propiedad de
Olindo Rosasco. Allí también fueron registrados algunos montículos que han sido
destruídos para la fabricación de ladrillo en el sitio El Esfuerzo (S09), cerca al cacerío
Guayabal. Los campos para cultivos están formados por dos grandes zanjas que
drenan múltiples canales paralelos principales y secundarios en una área aproximada
de 50 hectáreas (Figura 4.10) (Fotos 4.16 y 4.17).
En el área de Chilví otro sistema de campos elevados se halla en el sitio La
Tirsa (S59) localizado a 15 m.s.n.m. Los campos observados son de dos tipos: (1)
campos con zanjas y camellones en áreas pequeñas despejadas (ca. 5 a 10 ha.), y (2)
campos de cultivo con zanjas paralelas largas (25 líneas) y canales, en un área
aproximada de 50 ha. Este extenso sistema fue cortado por la vía troncal Pasto-
Tumaco. Aquí se excavó una trinchera que intersecta dos plataformas y un canal
(Figura 4.11, A). Las plataformas corren en dirección este-oeste conectando pequeños
canales que se orientan de norte a sur (Figura 4.12) (Foto 4.20).
En Inguapí del Carmen (S11), parches depejados de selva dejan observar
70
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
campos de cultivo consistentes en prolongados patrones de líneas paralelas en predios
frente a Maragrícola S.A. a unos 5 a 7km. en la margen izquierda de la vía
pavimentada, en dirección al río Mira. Su extensión puede abarcar unas 50 a 60
hectáreas en las áreas despejadas. En la finca de Teodulinda Carabalí, localizada a 6
km. al oeste de Chilví, se registran plataformas que tienen formas curvas y rectilíneas
en espacios de 6 a 7 hectáreas, se presume que el sistema se extiende dentro de
áreas selváticas.
En el sitio El Gran Cebú (S50) a 50 m.s.n.m. sobre la vía Pasto-Tumaco (km.
35), se observan largas zanjas y canales erosionados por el pastoreo actual, cubren
aproximadamente unas 50 hectáreas. Durante su prospección se encontraron
materiales Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) sobre una zanja moderna que corta viejos
canales prehispánicos. Otros sitios que contienen plataformas y canales se hallan en
pequeñas parcelas que estan siendo desmontadas de su bosque natural.

4.6.b Excavaciones y Restos Botánicos en Campos de Cultivo: Dos sitios


fueron escogidos para llevar a cabo excavaciones en sistemas de antiguos campos
elevados, estos sitios son: (1) Las Tres Marías (S12) y (2) La Tirsa (S59), sitios que
fueron centros Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) en la zona interfluvial.
La excavación en el sitio Las Tres Marías se ubicó a unos 700 metros de la vía
Pasto-Tumaco, en la margen derecha de la vía Acueducto-El Esfuerzo (Figura 4.10).
La Trichera Tr-1 de 8m x 1m. se instaló cortando un canal y dos plataformas (Figura
4.11, B). El nivel freático apareció a los 10cm. El sistema prehispánico de canales aún
funciona y es eficiente al drenar aguas de terrenos recientemente desmontados del
bosque primario y destinado al pastoreo. La excavación aportó datos de interés sobre
la construcción de los camellones y el canal. La estratigrafía indica que los camellones
eran más altos con respecto al nivel actual y el canal más profundo. Esto se deduce a
partir de la acción erosiva y sedimentación causadas desde el momento en que fueron
abandonados como sistema activo. Actualmente, los camellones en el sitio excavado
están de 30 a 40cm. por encima del canal, aunque en otros sitios los camellones
pueden estar mejor conservados.
71
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La estratigrafía de Tr-1, de arriba abajo, contiene las siguientes capas: (1) capa
húmica café oscura (A) con pocos materiales cerámicos y evidencia de erosión en la
parte superior de los camellones. Esta capa contiene pocos fragmentos cerámicos
erodados. (2) una capa gris clara arcillo-arenosa con vetas rojas por oxidación (B);
esta contiene varias cerámicas rotas; semillas de palma Tagua (Phytelephas
seemannii) (muestras del nivel 10-20cm.) y polen de especies arbóreas y esporas de
helechos (muestra de 20 a 30cm.). (3) una capa corresponde al sedimento oscurecido
por descomposición orgánica (C) durante la época en que el canal funcionaba
activamente. Esta capa en forma de lentícula, aparece más o menos en la parte
intermedia entre los dos camellones. En ella se observan igualmente pocas cerámicas
rotas similares a aquellas de grupos Tumaco-La Tolita, además de semillas de palma
Chunga -Astrocaryum standleyanum- (muestra del nivel 30-40cm.) y polen de especies
arbóreas, esporas de algas y helechos indicando un ambiente húmedo. No se
conservó polen de especies cultivadas en esta excavación (Apéndice E).

Muestras de suelo tomadas a 30 y 40 cm. de profundidad contenían abundantes


fitolitos. El maíz (Zea mays) está presente en buena cantidad. La Curcubita estuvo de
nuevo presente y, al menos, dos tipos de palma abarcan más del 50% del conjunto
muestreado; sin embargo, no fue posible la identificación a nivel de género. La Maranta
también está presente, pero no hay seguridad si ésta es Maranta arundinacea
(arroroot) ya que otras especies del género fueron cultivadas en el norte de
Suramérica. Finalmente, más del 90% de los fitolitos corresponden a malezas (weedy
grasses) (Dolores Piperno, Comunicación personal 1998).
El sitio La Tirsa (S59) localizado a 15 m.s.n.m., está cerca del sitio La Magnolia
(S14) y adyacente al sitio La Catedral (S19). Ambos centros contienen montículos
centrales y satélites asociados a una alta densidad de restos arqueológicos (Fotos 4.9;
4.10; 4.11). Los extensos campos de cultivo en líneas de camellones interconectados
que pueden alcanzar 600 metros de largo se localizan en la zona de Chilví, en un área
de más o menos 50 hectáreas en la finca La Tirsa (Figura 4.12). Al este del sistema de
campos de cultivo se localiza un montículo mediano que tiene 14 x 11.3 x 0.6m.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Volumen 199 m3) en el sitio La Granja (S22).
En la Tirsa, la excavación de Tr-1 de 8.30m. x 1m., se llevó a cabo en el sector
oeste de la finca, en un área recientemente despejada para el pastoreo, por lo tanto la
conservación de los camellones está en mejores condiciones (Figura 4.12). La
estratigrafía de esta trinchera, de arriba a abajo, consistió en 4 capas: (1) una húmica
café parda (A) de 20cm. con vetas crema, sin material cultural; (2) una capa de 10 a
20cm. de grosor, gris clara arcillosa (B) oxidada debido a las fluctuaciones del nivel
freático. Ésta contiene restos cerámicos y presencia de polen de maíz (Zea mays) y
otras especies arbóreas de la zona, a las cuales nos referiremos más adelante
(Apéndice E). Una muestra de suelo tomada a 22 cm. de profundidad contiene fitolitos
de palma en altas cantidades; (3) una capa gris oscura arcillosa (C) de 10 a 15cm. que
contiene material orgánico, marca la zona límite entre el canal y los camellones, en ella
se presentan materiales cerámicos Tumaco-Tolita (e.g., soportes mamiformes) (Fase
Inguapí II); y, (4) una capa arcillosa gris veteada (D) con similar material cultural
cerámico sobre la base del canal. El piso del canal es gris arcilloso (E) y estéril
culturalmente.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 4.1 Sitio La Catedral (S19). Montículo Central y Satélites en las orillas del río Chilví,
Tumaco.

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Figura 4.2 Sitio La Magnolia (S14). Localización de Montículos Artificiales y TR-1 en Basurero

Figura 4.3 Sitio La Magnolia (S14). Montículo Artificial (A) y Basurero (B)
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 4.2 Sitio La Remigia (S53). Montículo 1. TR-1. Zona de colinas a orillas del río Caunapí

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Figura 4.5 Sitio La Remigia (S53). Montículo 1. TR-1. Estratigrafía. Río Caunapí
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Figura 4.6 Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1. TR-1. Zona de colinas. Río Caunapí

Figura 4.7 Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1. TR-1. Estratigrafía


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Figura 4.8 Sitios Tangareal (S88), Río Rosario y La Miranda (S97), Río MIra

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Figura 4.9 Sitio Piñal Salado (S06). Campos Prehispánicos de Cultivo

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Figura 4.10 Sitio Las Tres Marías (S12). Campos Prehispánicos de Cultivo

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Figura 4.11 Sitio La Tirsa (S59) y Las Tres Marías (S12). Excavación en Campos
Prehispánicos de Cultivo

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Figura 4.12 Sitio La Tirsa (S59). Campos Prehispánicos de Cultivo

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Foto 4.1 Zona de Manglares, Sitio Tambillo (S04). Firmes y estuarios

Foto 4.2 Zona de Manglares, Sitio San Luis (S02). Firmes perturbados por piscinas
camaroneras

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Foto 4.3 Zona Interfluvial. Area de Nerete (S03)

Foto 4.4 Zona Fluvial. Intersección de los ríos Caunapí y Rosario


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Foto 4.5 Zona Fluvial. Río Caunapí. Area de Pueblo Nuevo

Foto 4.6 Zona Fluvial. Sitio La Miranda (S97), río Mira en Candelilla
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Foto 4.7 Sitio San Luis (S02). Firme. Montículo artificial en forma de T

Foto 4.8 Isla El Morro, Tumaco. Sitio Exporcol (S01) y montículos

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Foto 4.9 Sitio La Magnolia (S14). Montículo 1, perfil SW

Foto 4.10 Sitio La Magnolia (S14). Montículo 1, Corte EW. Estratigrafía de rellenos

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Foto 4.11 Zona Interfluvial. Sitio La Catedral (S19). Grupo de Montículos

Foto 4.12 Zona Fluvial, río Caunapí. Pueblo Nuevo (S48). Montículos Paralelos

Foto 4.13 Metalurgia de Tumaco. 1 hilos, 3 y 4 láminas martilladas de oro, Sitio La

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Magnolia (S14). No.2, botón o pequeña bola de oro, Exporcol (S01), Isla El Morro

Foto 4.14 Zona Fluvial. Sitio La Remigia (S53). Excavación del Montículo 1

Foto 4.15 Zona Fluvial. Sitio La Esperanza (S58). Excavación del Montículo 1
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Foto 4.16 Sitio Piñal Salado (S06). Distribución de campos de cultivo prehispánico

Foto 4.17 Sitio La Tirsa (S59), Chilví. Campos de cultivo prehispánicos erosionados

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CAPÍTULO 5
SECUENCIA CULTURAL EN TUMACO: PERÍODOS, FASES, SITIOS Y EVIDENCIAS
MATERIALES DE SOCIEDADES PREHISPANICAS

5.1 Metodología
El reconocimiento regional llevado a cabo en Tumaco documentó sitios de
diferentes edades, tamaños, funciones y distribuciones en tres zonas fisiográficas
(manglares, interfluvial y fluvial) (Figura 1.2). Estos asentamientos no corresponden a
un mismo período cronológico, ni tampoco constituyen una particular o única cultura.
Para entender las preguntas sobre la naturaleza de las dinámicas de los asentamientos
prehispánicos en la región, dónde y cuándo comenzó la colonización, cómo se
expandió la población en la región y cuál fue la naturaleza de la interacción entre los
pueblos, tuvimos que establecer una cronología cultural.
Para dar respuesta a estos interrogantes hemos tomado en consideración cuatro
fuentes de información, las cuales contribuyen a la reconstrucción relativa de la
secuencia cronológica para Tumaco. Estas fuentes son: (1) secuencias seriadas de
muestras cerámicas estratigráficas y de contextos en superficie; (2) cruce de fechas de
materiales culturales de sitios y estratos datados por radiocarbono con materiales
estratificados pero no fechados; (3) comparación de los materiales y características de
sitios documentados en este proyecto con aquellos de secuencias publicadas en otras
partes de la región (i.e., Bouchard (1982-83; Patiño 1993); y (4) una serie de 98 fechas
absolutas de radiocarbón de los sitios excavados en las regiones de Esmeraldas,
Tumaco, Cauca y Valle del Cauca, proveen una cronología absoluta para la región en
general (Apéndice F).
El método de frecuencias seriadas ha mantenido un constante interés entre los
arqueólogos evolucionistas debido a que éste incorpora conceptos explicativos acerca
del significado de las similitudes formales y relaciones filogenéticas (Teltser 1995:51) y
porque los resultados pueden ser evaluados mediante dataciones radiocarbónicas y
análisis estratigráficos (DeBoer 1996:30). De acuerdo con Teltser (1995:52) el tiempo
es una dimensión contínua en una cronología relativa y el cambio está expresado en el

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
aumento o disminución de las frecuencias relativas de variantes discretas más que en
su transformación. Lo que se discute es la aparición, desaparición o cambio de
entidades históricas que tienen ubicaciones en el espacio y tiempo (Ibid:53). El cambio
evolucionario ocurre dentro de poblaciones históricamente relacionadas y cualquier
método que demuestre tales relaciones en el espacio y tiempo es potencialmente
importante dentro de los estudios evolutivos (Teltser 1995:52).
En una frecuencia seriada se asume que los cambios culturales son graduales
en el espacio y el tiempo; por consiguiente, entre más similaridad exista en las
frecuencias relativas de rasgos o características (en este caso de tipo cerámicos) éstos
estarán más cerca en el tiempo. En otras palabras, conjuntos de objetos de cultura
material similares tienden a distribuirse en secuencias con cambios graduales sobre
determinados períodos de tiempo, mientras que aquellos que no lo son, tienden a
distribuirse de manera errática (Cowgill 1972; Ford 1972; Meggers et al. 1965; Rouse
1967).
Aunque una seriación provee una secuencia relativa de conjuntos a través del
tiempo, ésta no nos informa acerca de la dirección del cambio, la duración de sus
componentes, ni sus edades. La seriación envuelve de manera simultánea legados
desde el pasado, una particular secuencia seriada siempre será una hipótesis que debe
ser evaluada a la luz de otras evidencias (DeBoer 1996:30).
Esta información debe ser obtenida mediante análisis estratigráficos y
dataciones absolutas. De acuerdo con DeBoer (1996:27) una seriación es la posición
de conjuntos de artefactos asociados en series que se basan en la similitud, en donde
el orden de las series es creído como la representación del cambio sobre el tiempo.
Puesta así, la seriación implica que las características culturales sean aprendidas de
manera casi genética y transmitida con considerable fidelidad, pero nunca
defectuosamente, de generación en generación (Traducción del autor).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En la región de Tumaco la clasificación de la industria cerámica es un medio de
reconocimiento de variaciones significativas culturales y cronológicas usando la gran
cantidad de materiales recuperados. En este estudio se usan conjuntos de materiales
culturales de depósitos estratificados de diferentes sitios como base de la secuencia
seriada. Debido a que la seriación requiere de variables sensibles al tiempo sin
importar su significado cultural, los tipos cerámicos que se reconocen en las
clasificaciones no necesariamente reflejan cualquier subdivisión que los ceramistas
hayan podido hacer en sus alfarerias (Ford 1972).
El trabajo de clasificación cerámica para la región de Tumaco se basa
principalmente en las tipologías previamente elaboradas por J. F. Bouchard (1982-83).
En sus excavaciones él definió una secuencia de seis fases arqueológicas de acuerdo
con exploraciones en los sitios Inguapí, Nerete, El Morro y Berlín (río Caunapí) (Figura
1.1), sus nombres en orden cronológico son: (a) Inguapí I; (b) Inguapí II; (c) El Balsal;
(d) Nerete; (e) El Morro, y (f) Bucheli. La descripción de tipos cerámicos y la definición
de fases fue publicada en un artículo titulado Excavaciones arqueológicas en la región
de Tumaco, Nariño, Colombia (Revista Colombiana de Antropología, Volumen 14:125-
134). Artículos posteriores de Bouchard (1986; 1989; 1992) refinaron las
características de estas fases, aunque no hubo cambios sustanciales en la secuencia
original.
Nuestra investigación regional en Tumaco confirmó cuatro de sus fases: (a)
Inguapí I; (b) Inguapí II; (c) El Morro y (d) Bucheli-Caunapí. En cuanto a las fases El
Balsal y Nerete, no se observaron como tales ni en las excavaciones ni en la secuencia
seriada de materiales alfareros. De acuerdo con nuestros datos, estos conjuntos
cerámicos, definidos como fases por Bouchard, no tienen suficiente documentación
para ser tomadas como tales y más bien parecen ser variantes transicionales entre el
final de la Fase Inguapí II y el comienzo de la Fase El Morro, puesto que presentan
materiales culturales que se comparten. Sobre este tema volvemos más adelante en
este capítulo.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
5.2 Seriación y Secuencia Cultural en Tumaco
La muestra analizada proveniente de los trabajos de prospección y
excavaciones de 97 sitios arqueológicos acendió a 19483 fragmentos cerámicos. Esta
muestra usada en la seriación se distribuye de la siguiente manera: (a) niveles de
excavación en La Magnolia (S14) Tr-1 y Tr-2, suman un total de 3547 (18.3%)
fragmentos; Tangareal (S88) Tr-1 tiene 1121 (5.7%) fragmentos; El Coco (S86) 710
(3.8%) fragmentos; La Miranda (S97) Tr-1, 2075 (10.7%) fragmentos, y (b)
recolecciones de superficie en nueve sitios con más de 100 fragmentos cerámicos para
un total de 2421 (12.3%) fragmentos cerámicos. Sitios con muestras de menos de 100
fragmentos cerámicos no fueron seriadas. Las colecciones cerámicas de estos sitios
totalizan 7430 (38.1%) fragmentos. Las pruebas de pala arrojaron 2179 (11.1%)
fragmentos adicionales.
Teniendo en cuenta los estilos decorativos y las cerámicas ordinarias de
Tumaco, éstas se clasificaron en 19 tipos: (a) Ordinario; (b) Rojo; (c) Bandas rojas; (d)
Rojo-naranja; (e) Rojo-marrón; (f) Blanco; (g) Rojo-blanco; (h) Negativo; (i) Rojo-negro;
(j) Negro; (k) Rojo/crema; (l) Corrugado; (m) Rojo-zonal-inciso; (n) Muescas; (o) Inciso;
(p) Impreso; (q) Aplicado; (r) Escobillado y (s) Acanalado. También se incluyeron
moldes, figurinas y ralladores, con el propósito de observar su presencia/ausencia a
través del tiempo (Figura 5.1). La descripción de los tipos cerámicos fue publicada por
Bouchard (1982-83) de tal manera que no se repetirá aquí.
Los análisis petrográficos de muestras cerámicas muestran que el tipo de
atemperante utilizado en cerámicas de la región de Tumaco es básicamente arena.
Las inclusiones contienen altas cantidades de cuarzo y plagioclasa, mezclada en
matrices arcillosas de tonalidad café, parda y rojiza como producto del proceso de
quema por atmósfera oxidante (Apéndice B). Estudios similares en el sitio La Tolita
confirman las características de la pasta de estas cerámicas en ambas regiones
(García et al. 1989:123-125).
Las Tablas 5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y 5.5 muestran el número de fragmentos y
porcentajes de cada tipo encontrado en los sitios excavados. Mientras que en la Tabla
5.6 se observa la tabulación de cerámicas y sus porcentajes correspondientes a
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
recolecciones superficiales. De otro lado, en la Figura 5.1 se presenta el diagrama de
la secuencia seriada para cerámicas de la región Tumaco. Nuestro propósito en esta
sección es documentar y caracterizar las fases arqueológicas de acuerdo con la
secuencia seriada, distribución de estilos alfareros y cronologías absolutas disponibles
para Tumaco.
Los tipos cerámicos y varios objetos especiales están identificados en la base de
la Figura 5.1 con letras a hasta la v. Las barras verticales a la izquierda conectan los
niveles de cada secuencia estratigráfica la cual identifica la dirección del cambio. Las
recolecciones de superficie están interdigitadas donde ellas mejor encajen en las
tendencias de los dos tipos principales: Ordinario y Pintura roja. La presencia o
ausencia de tipos decorados fue una consideración secundaria ya que estos están
afectados por la erosión de las superficies cerámicas y por la rareza de la mayoría de
los tipos haciéndolos susceptibles a errores de muestreo. Una representación
exagerada puede ocurrir si muchos fragmentos cerámicos proceden de la misma
vasija. Discontinuidades cronológicas en las ocupaciones, estar ocultas por la intrusión
de cerámicas tempranas en niveles tardíos y viceversa. Debemos tener en cuenta que
muchas de las características diagnósticas de las fases son detalles de formas
cerámicas, tratamiento de bordes y otros elementos no representados en la secuencia
seriada.
El tipo dominante a través de la secuencia seriada es el Ordinario (a) el cual
puede ser dividido en siete episodios sucesivos, todos excepto el segundo se
caracterizan por un incremento en la frecuencia. El segundo tipo más común es el
Rojo (b), el cual presenta una decreciente tendencia en su frecuencia excepto en los
episodios dos y tres donde ésta aumenta. Los tipo (c) hasta (k) están concentrados en
los tres episodios más bajos y las ocurrencias posteriores (tardías) pueden ser
intrusiones de ocupaciones más tempranas en el sitio.
La prioridad del Episodio 1 está establecido por las tendencias en los tres
niveles más bajos de S97, Tr-1 (50-60, 60-70, 70-90 cm.) y de los dos niveles más
bajos de S14, Tr-2 (280-290, 290-300 cm.). Cada nivel muestra un consistente
incremento en el Ordinario y un correspondiente decrecimiento en el Rojo. Tipos
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
menores estuvieron presentes manteniendo frecuencias similares. Las recolecciones
de superficie de S01, S09 y S87 fueron incluidas debido a que las frecuencias relativas
de (a) y (b) son compatibles con las tendencias. Esta posición temprana también se
correlaciona con la presencia del tipo Rojo-zonal-inciso (m).
El Episodio 2 está caracterizado por una tendencia diferente (reversal) de (a) y
(b) documentada en dos niveles sucesivos en S97, Tr-1 (30-40, 40-50 cm.) y en S14,
Tr-2 (260-270, 270-280 cm.). Esta situación es más claro en (a). La recolección de
superficie en S08 tiene frecuencias compatibles. La presencia y frecuencia de otros
tipos cerámicos es similar a aquella del Episodio 1, sin embargo, asociaciones no
cerámicas (montículos, campos de cultivo) y nuevas formas cerámicas, figurillas y otros
rasgos se vuelven más prominentes.
En el Episodio 3 se restablecen todas las tendencias de (a) y (b), está
representado solamente por S14 con seis niveles consecutivos en Tr-1, (40-50 a 90-
100 cm.) y dos niveles de Tr-2 (240-250, 250-260 cm.). Estos niveles tienen las más
altas frecuencias de tipos (c) hasta (g), lo que hace que se distorsionen los tipos (a) y
(b), especialmente en los niveles más bajos. Rasgos culturales asociados que incluyen
montículos artificiales, campos de cultivo, figurillas, objetos de lujo (piedras y metales)
indican que debió ser el climax de la cultura Tumaco-Tolita.
El Episodio 4 presenta tendencias consistentes en el incremento de las
frecuencias (a) y decrecimiento de (b) en las excavaciones estratigráficas de cuatro
sitios: S14, Tr-1 (10-20 cm. y 20-30 cm.); S88, Tr-1 (60-80 cm. y 80-100 cm.); S96, Tr-1
(90-100 cm. y 100-120 cm.) y S97, Tr-1 (00-10 cm., 10-20 cm. y 20-30 cm.). Las
recolecciones de superficie de S04 y S10 fueron compatibles. Los tipos (c) hasta (m)
estuvieron ausentes o esporádicos y pueden representar la persistencia o mezcla de
materiales culturales desde niveles más tempranos.
Los Episodios 5, 6 y 7 están caracterizados por la dominancia de (a). La
tendencia en el Episodio 5 es establecida por el incremento en las frecuencias de (a)
en los niveles sucesivos de S88, Tr-1 (00-20, 20-40 y 40-60 cm.) y S96, Tr-1 (20-40 y
40-60 cm.), mientras que (b) mantiene un correspondiente decrecimiento. Las
recolecciones de superficie de S65, S81, S88 y S90 tienen tendencias similares. Los
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
tipos (c) hasta (n) se encuentran ausentes. Después del Episodio 5, se establecen
tendencias para los Episodios 6 y 7 las cuales están representadas por muestras de
recolección de superficie. Virtualmente no existen cambios en las frecuencias relativas
de (a) y (b) dentro de estos episodios y la frecuencia de los tipos decorados es incluso
más baja. Examinando las locaciones de los sitios en estos tres episodios surge la
pregunta de si estos representan subfases contemporáneas más que divisiones
cronológicas. Cuatro de los cinco sitios en el Episodio 5 están en la zona Fluvial 1 y 2,
dos de los cinco sitios en el Episodio 6 están en la zona Interfluvial y cuatro de los cinco
sitios en el Episodio 7 están en la zona Fluvial 2. Existen 15 sitios adicionales
asignados a esta fase pero el tamaño de sus muestras fue insuficiente para la seriación
(Tabla 5.7). La mayoría está en la zona Fluvial 2, la cual tiene la mayoría de sus sitios
en el Episodio 7. Si los sitios no seriados también pertenecieran al Episodio 7 la
distribución así implicaría que parte de la población, sino toda, abandonó esta zona
durante el último período de la ocupación prehispánica.
Diferenciaciones claras de discontinuidad en las tendencias y las frecuencias
relativas de los tipos menores identifican cuatro fases culturales, las que a su vez han
sido designadas como Inguapí I, Inguapi II, El Morro y Bucheli-Caunapí. Inguapí I
corresponde al Episodio 1, Inguapí II a los Episodios 2 y 3, El Morro al Episodio 4 y
Bucheli-Caunapí a los Episodios 5, 6 y 7. La evidencia arqueológica indica que Inguapí
II es una continuación de Inguapí I y el Episodio 2 puede ser interpretado como
transicional o la parte temprana de Inguapí II. El Morro exhibe una profunda
disminución en los tipos diagnósticos menores de Inguapí II, consistente con el
decrecimiento general de la complejidad de todos los demás restos culturales. La
presencia de algunos tipos menores en la parte temprana de la secuencia puede
indicar persistencia de la población, sin embargo, teniendo en cuenta que los sitios
fueron ocupados durante Inguapí II, esto también podría representar una mezcla de
restos materiales. La fase final, Bucheli-Caunapí, corresponde a los Episodios 5, 6 y 7.
Desafortunadamente, las pocas fechas de C14 obtenidas de muestras
estratificadas son similares y se concentran en la parte media baja de la secuencia.
Cuatro fechas de S14 encajan en las series de Inguapí I y Inguapí II son casi idénticas,
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
las más tempranas son 470 ± 90 y 470 ± 70 a.C y las más recientes 370 ± 60 y 350 ±
70 a.C. (Apéndice F). Una quinta fecha que procede de S14 es 210 ± 70 a.C, S14 cae
dentro de las series de los Episodios 1, 2 y 3. Las fechas estarían en correspondencia
con el tardío de Inguapí I y la parte temprana de Inguapí II.
Los elementos diagnósticos de la Fase Inguapí I están restringidos en la base de
la secuencia seriada (Episodio 1). Los conjuntos cerámicos exhiben características de
la Fase Chorrera del Formativo Tardío, lo que indica una influencia de la Tradición
Chorrera (Cf. Bouchard 1986:114-118; 19889:33; ver Tabla 12). Los tipos cerámicos
característicos de Inguapí II se presentan en los Episodios 1 a 3 pero adquieren su
máxima frecuencia y gran diversidad durante el Episodio 3. Las cerámicas tienden a
ser finamente elaboradas con abundantes formas y decoraciones. Las formas de
vasijas introducidas en esta época incluyen cuencos abiertos con soportes cónicos o
mamiformes entre varios tipos de cuencos sencillos, ollas y platos. La decoración en
ellas es de pinturas polícromas, aplicaciones, incisiones, impresión y muescas, para
mencionar sólo algunas de las variadas técnicas (Tabla 5.8).
La Fase El Morro está restringida al Episodio 4. Las cerámicas polícromas son
remplazadas por pintura en anchas bandas rojas. Otros elementos diagnósticos son
las copas con altos pedestales pintados con bandas rojas y blancas, además de las
vasijas con bases anulares (Tabla 5.8). La incisión y aplicación están presentes pero en
bajas frecuencias.
La Fase Bucheli-Caunapí está correlacionada con los Episodios 5, 6 y 7. Las
cerámicas ordinarias (a) son dominantes; la pintura roja (b) es rara, siendo las técnicas
decorativas más comunes la incisión, impresión y muescas. Las formas de las vasijas
difieren de aquellas de fases tempranas y consiste principalmente en vasijas
globulares, cuencos carenados, cuencos cerrados y platos (Tabla 5.8).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
5.3 Definición de la Secuencia Regional
El propósito de la siguiente sección es detallar la secuencia cronológica y
cultural para la región de Tumaco. La caracterización de las fases está hecha con base
en las evidencias culturales usando materiales de producción alfarera y fechamientos
obtenidos en Tumaco y regiones vecinas. La interpretación de patrones de
asentamiento, subsistencia e intercambio serán desarrolladas en los dos próximos
capítulos.

5.3.1 Fase Inguapí I: Sitios del Formativo Tardío equivalentes en edad como
aquellos conocidos en el Ecuador, todavía no se han descubierto en la región de
Tumaco. Sin embargo, la presencia de rasgos formativos tardíos en la región se
percibe entre el 600 y 350 a.C. A través de estas evidencias se observa una influencia
cultural proveniente de áreas localizadas en las regiones del Guayas, Bahía, Manabí y
Esmeraldas al sur.
En los niveles más profundos de las excavaciones de La Magnolia e Inguapí
(Cf., Bouchard 1982-83:311) se excavaron cerámicas con rasgos similares a aquellos
de la cerámica Engoroy o Chorrera tardío, observados también en los yacimientos La
Cantera y Chévele, donde se encuentran materiales relacionados con la fase Tachina
de la provincia de Esmeraldas (Alcina Franch 1979; Bouchard 1986; 1992; Bischof
1975; Evans and Meggers 1982; Estrada 1958; Guinea 1986; Lathrap 1975; Meggers
1965; Schwardz and Raymond 1996).
En Tumaco este tipo de cerámicas también se observa ocasionalmente en la
superficie de sitios cercanos a la costa, entre los firmes y llanura aluvial. Hacia el
interior solamente se percibe en algunas cerámicas del sitio La Miranda en el río Mira,
aunque una exploración completa de este río no ha sido realizada todavía.
Las cerámicas de esta fase tienen pasta de grano fino y superficies con
acabados finos. Los elementos que sustentan relaciones con el Formativo Tardío son
picos de botellas (Figura 5.2, d, e, f), escudillas con soportes cónicos estilo Tachina
(Figura 5.2, c), cuencos sencillos y compuestos con secciones de líneas incisas finas
en los bordes (Figura 5.3, t, u), como también vasijas globulares medianas con
100
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
decoración roja-zonal-incisa (e.g., patrones zig-zag, grecas y líneas geométricas)
(Figura 5.2, ll-s). Además de este último estilo decorativo se presenta la cerámica
negativa fina con motivos geométricos vaciados formando circulos y líneas paralelas o
Chorrera Iridiscente (Figura 5.2, g, i-l) (Bouchard 1984:62). Cabe mencionar que esta
última técnica se extiende al norte hasta alcanzar los sitios La Cocotera, en la costa
caucana y La Bocana en la Bahía de Buenaventura (Patiño 1988a:73; Salgado y
Stemper 1995, Tabla 16 y 19). En las cerámicas de La Bocana la muestra reportada
tiene diseños negativos en cuencos y escudillas con reborde sublabial, además de
vasijas efigie -antropomorfa-, muy común durante el Formativo Tardío. Por otro lado,
La influencia de estos elementos alfareros Chorrera alcanzaron desde la costa sur la
región Calima en la cordillera Occidental durante el primer milenio antes de nuestra era
(Herrera et. al. 1982-83).
En Tumaco y La Tolita, además de vasijas efigie -antropomorfas- existen
figurillas humanas sólidas o huecas modeladas con rasgos del formativo tardío. Sus
rasgos son finos algo estilizados y con muy pocos ornamentos (e.g., collar, orejeras,
cabeza con tocado). Algunas llevan fielmente representados los atuendos y pinturas
corporales en rojo y negro o incisiones en diferentes partes del cuerpo de los
personajes de aquella época (Cf., Valdez 1987:13; Lathrap 1975:100). Un fragmento
sólido de mano proviene de los estratos inferiores de La Magnolia Tr-2 (300-310 cm.)
(Figura 5.2, h). En algunos estudios estas figurinas se relacionan con los tipos Mate
Hueco y Tachina Sólido observados al sur de la costa ecuatoriana (Estrada 1975:80;
Alcina Franch 1979:111; Sanchez 1981). Plantas cultivadas como la calabaza o
ahuyama (Curcubita sp.) fueron motivo de representación en formas cerámicas, como
la excavada en La Magnolia Tr-1, nivel 70-80 cm. (Figura 5.4, e). Este fruto también
está asociado a poporos, recipientes usados para guardar la cal en el proceso de
masticación de la hoja de coca (Cardale et al. 1992:90).
En el sitio La Magnolia, estas cerámicas del Formativo Tardío se encuentran
asociadas a las siguientes fechas de radiocarbón: 470 ± 90 a.C. y 370 ± 60 a.C. (Tabla
4.4) (Apéndice F). Las dos primeras corresponden a los niveles 200-210 cm. y 90-100
cm. en el montículo principal, éstas podrían estar fechando el relleno adicional que
101
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
aumento el tamaño del montículo durante la Fase Inguapí II. La tercera fecha procede
del nivel 310-320 cm. un suelo negro antropogénico no perturbado y ubicado en la base
del montículo.
Otra muestra proveniente de estratos sepultados por los rellenos es la obtenida
en el montículo La Esperanza produjo una fecha 2010 ± 100 a.C. Esta fecha no es
aceptada como edad para las cerámicas asociadas (4 fragmentos) ya que los patrones
de decoración geométrica polícroma son similares a aquellos de la cerámica La
Libertad Tricolor (rojo, naranja y negro) de la Fase Guangala en la costa del Ecuador,
datada entre el 500 a.C. y 500 d.C. (Meggers 1966:70). También, la fecha es
excesivamente antigua para la región de Tumaco y la mayoría de los fragmentos
cerámicos (1063) excavados en el montículo son atribuidos a las fases tardías de El
Morro y Bucheli-Caunapí.
Materiales culturales del Formativo Tardío tienden a desaparecer en la
secuencia después del 300 a.C. Sin embargo, no existe en las excavaciones de los
sitios reseñados un cambio brusco o interrupciones estratigráficas que marquen los
comienzos de la Fase Inguapí II en el área. Por el contrario, se observa una
continuidad tanto en materiales culturales como en los niveles estratigráficos que los
contienen. El cambio más notable después del 359 a.C. es un incremento en el
número de asentamientos y su expansión en todas las zonas fisiográficas.

5.3.2 Fase Inguapí II: Esta fase tiene una duración que va desde el 350 a.C.
hasta el 350 d.C. aproximadamente, es decir, corresponde al desarrollo cultural de
Tumaco-Tolita, el climax de la complejidad social prehispánica a lo largo de la costa
Pacífica de Colombia y Ecuador. Los materiales arqueológicos de esta fase han sido
ampliamente difundidos en la literatura arqueológica y el arte prehispánico de América
(Bouchard 1989; Valdez 1987; Patiño 1988a; Errázuris 1980; Sabolo 1986; Duncan
1994). Este conocimiento ha sido transmitido especialmente a través de museos y
coleccionistas, pero en realidad son muy pocos los trabajos de excavaciones
arqueológicas controladas llevadas a cabo en la región de Tumaco, aunque
últimamente este concepto está cambiando por un creciente interés investigativo en la
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
zona. Hasta hace poco contábamos con escasos elementos que nos condujeran al
entendimiento del carácter de las sociedades que se asentaron en la zona. Abundantes
evidencias arqueológicas dejan en claro que las áreas de Tumaco en Colombia y La
Tolita en el Ecuador fueron ocupadas durante un período de 700 años por sociedades
que compartieron las mismas prácticas culturales, económicas y socio-políticas.
La complejidad de estas sociedades está reflejada en su material cultural,
particularmente en la industria alfarera, la cual jugó un rol importante tanto en las
actividades domésticas como rituales. Al respecto, no existe una notable diferenciación
entre estas categorías, ya que los dos tipos de vasijas se observan en áreas funerarias,
montículos y basureros (Cf., Valdez 1987:17-43; Cubillos 1955).

Industria Alfarera Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II): La alfarería de esta fase


alcanzó altos niveles de desarrollo técnico en Colombia y Ecuador. La alfarería se
compone de múltiples formas y decoraciones. Las formas más comunes incluyen las
alcarrazas con picos de diferentes tamaños y asas puente (Figura 5.2, a, b; Figura 5.3,
a-c), vasijas globulares de cuello angosto y ancho (Figura 5.3, e-n), variedad de
cuencos esféricos, semi-esféricos, aquillados con decoración por encima de la quilla,
con bordes en silueta compuesta y adornados con botones, incisiones o aplicaciones
(Figura 5.3, o-y; Figura 18, g); vasos cilíndricos o cuadrados; vasijas con bases
anulares (Figura 5.5, d-f); platos y especialmente una profusión de escudillas o cuencos
con soportes mamiformes y cónicos de diferentes tamaños (Figura 5.5, h-r). La
decoración igualmente es abundante, destacandose un mayor número de vasijas
pintadas en rojo y bandas rojas, en menor proporción vasijas bícromas y polícromas
cuyo tono básico es el rojo combinado con blanco, naranja, crema, marrón o negro. La
pintura negativa con círculos, líneas paralelas y curvas persiste aunque no es muy
común en todos los sitios. Se destacan también las incisiones en motivos geométricos
de líneas paralelas u horizontales en cuerpos de vasijas y bordes. Las vasijas que
llevan reborde sublabial, generalmente éste va acompañado de pequeñas aplicaciones,
muescas e impresiones, que también pueden aparecer como decoración en el cuerpo
de vasijas (Cf., Figura 5.3 y 5.5).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En términos generales la cerámica de la fase Inguapí II combina varias técnicas
decorativas en formas que son cuidadosamente acabadas con superficies pulidas o en
superficies algo burdas o toscas al tacto, donde se perciben imperfecciones en el
acabado de las piezas. El uso de atemperantes es similar en toda la muestra
cerámica, observándose la mezcla de arcillas con arenas básicamente, los minerales -
anfiboles, plagioclasa, cuarzos y micas- y materiales volcánicos pequeños que
aparecen en ellas vienen ya incorporados en el material fluvial (Apéndice B). La
cocción de las cerámicas varía de acuerdo al tiempo de oxidación durante la quema,
una gran parte de la muestra presenta núcleo o manchas de cocción. También existen
cerámicas muy bien cocidas de pastas con tonalidades grises a rojas y en menor
cantidad pasta de baja cocción con tonalidades oscuras.
Figurillas Tumaco-Tolita: Las figurillas en arcilla son uno de los marcadores
diagnósticos más importantes de la Fase Inguapí II (Tumaco-Tolita). Se conocen tres
tipos de representaciones plásticas: (a) antropomorfas; (b) zoomorfas y (c) combinación
de las dos anteriores. Los métodos de manufactura usados son el modelado o
moldeado para la obtención de réplicas en serie (Figura 5.6, g, h). En algunos casos
las figurillas huecas o sólidas, se elaboran por partes: cabeza, tronco y extremidades
por separado antes de la cocción.
Las figurillas antropomorfas fueron producidas en masa y se encuentran en
sitios de vivienda, áreas de basuras y especialmente en montículos artificiales,
estructuras que aparecen y se intensifican durante esta fase. La utilidad de las
figurillas es aun indeterminada, pero según observaciones se cree que muchas de
estas sirvieron a personajes de rango entre los diferentes grupos. A través de ellas se
representan guerreros, shamanes, danzantes y probablemente caciques, todos ellos
con ricos atuendos, pinturas y adornos corporales (Errazuris 1980; Fonseca 1988;
Sabolo 1986). La mayoría de las figurillas tienen el cuerpo pintado y usan atuendos y
ornamentosque incluyen bienes personales como pendientes, brazaletes, orejeras,
narigueras y objetos de mando como bastones (Cf., Figura 5.6. a-k; Figura 5.7, d, h).
Muchas de las figurillas producidas durante esta fase en las costas de Colombia
y Ecuador fueron usadas con un alto significado musical. Las figurillas en sí mismas
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
son instrumentos que representan músicos tocando ocarinas, silbatos, pitos y
tambores, los mismos objetos que debieron tocarse en danzas y festividades en el
pasado (Cf., Hickmann 1987). Una de estas figurillas silbato con adornos fue hallada
en superficie en el sitio Nerete (Figura 5.6, k). Su peculiar figura de monstruo-deidad
se repite con cierta frecuencia en la región costera y se relaciona indistintamente con la
musica, la vivienda y personajes emplumados, probablemente en trance durante la
propiciación de un ritual (Cf., Wurster 1989:66; Bruhns 1994:144-147; Reichel-
Dolmatoff 1975). Las figurillas con frecuencia parecen mostrar individuos reales,
algunos de ellos muestran deformaciones craneales (Figura 5.6, d, e), lesiones físicas y
desordenes congénitos aportando luces sobre las enfermedades entre las sociedades
Tumaco-Tolita (Bernal et al. 1993; Sotomayor 1990; 1992).
El segundo conjunto de figurillas son zoomorfas y cubren una variada gama de
representaciones animales silvestres y probablemente domesticados ya sean de los
manglares, selvas de llanura aluvial o pie de monte andino (Figura 5.7, a, b, c, e). En
los trabajos de Cadena y Bouchard (1980) y Rodríguez (1992), se han identificado
varias de estas especies animales a partir de la plástica cerámica. Este procedimiento,
a pesar de sus inconvenientes, ha logrado observar de manera comparativa especies
de peces, batracios, reptiles, mamíferos y aves. Incluso, existe claramente la
identificación de una llama (Lama spp.), animal foráneo que debió ser conocido en la
costa gracias al intercambio con las regiones andinas (Rodríguez 1992:87).
Estos análisis son útiles en cuanto que no existen referencias sobre la
subsistencia que se basen en materiales óseos de sitios arqueológicos por la alta
descomposición de restos orgánicos debido a las condiciones climáticas del área. Sin
embargo, los resultados observados en muestras cerámicas Tumaco-Tolita pueden ser
comparados con los materiales excavados más al sur, en la costa de Esmeraldas,
donde existen muestras orgánicas mejor conservadas, allí el factor climático no es tan
fuerte como en las regiones del sur de Colombia (Guinea 1982; 1995).
El último grupo de figurillas combinan caracteres antropomorfos y zoomorfos e
interesan a estudios que centran su atención en la filosofía, ideología y cosmovisión de
las sociedades Tumaco-Tolita. Las más conocidas se refieren a costumbres
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
relacionadas con la masticación de la coca (Figura 5.6, a), una práctica frecuente
asociada al totemismo y al shamanismo con representaciones hombre-jaguar, hombre-
babilla, hombre-emplumado y otros pasajes que tienen íntima conexión con la vida, la
muerte, los ritos y en general la cosmovisión de estas sociedades. En estas
actividades la vía de las máscaras también tuvo un rol importante dentro del mundo
supernatural (Bernal et. al. 1993; Cadena y Bouchard 1980; Duncan 1994; Marcos
1986; Reichel-Dolmatoff 1975; 1987; 1988; Sotomayor 1992).
Evidencias de Vestidos y Ornamentos
Durante esta fase se usaron adornos de orfebreria, cuentas de cerámica, piedra
y hueso, como también instrumentos para aplicación de pinturas corporales como
rodillos, sellos y placas incisas en cerámica (Cf., Figura 5.7, f, g, j, k). Evidencia de
labores en tejidos son observadas a través de las figurillas que portan, en algunos
casos, vestidos como faldas y blusas; otras evidencias correponden a volantes de huso
redondos o cónicos pequeños en cerámica (Figura 5.7, l, ll). Impresión de tejidos muy
finos han sido hallados en la superficie exterior de moldes de figurinas, lo que indica
que materiales textiles sirvieron para sujetar estos elementos durante la manufactura
de piezas. Múltiples figurinas con huellas de tejidos se observan en Chorrera, Jama-
Coaque, Guangala, Bahía y La Tolita en la costa ecuatoriana (Stothert et al. 1990).
Vivienda
Estructuras domésticas también están representadas en maquetas de casas con
techos curvos a dos aguas y espacios rectagulares o cuadrados evidenciadas desde
épocas del Formativo Tardío (Chorrera) (Período de Desarrollos regionales) (Wurster
1989). Un ejemplo de maqueta de una casa proveniente del sitio Robles (S05)
presenta paredes rectas, bases de postes y entrada principal en un plano que puede
ser cuadrado o rectangular según el fragmento (Figura 5.4, k). Evidencias de
construcciones también se encuentran en sitios, como el hallazgo de un fragmento de
bahareque -wattle and daub- (Figura 5.7, m) encontrado cerca de los campos de cultivo
en el sitio El Gran Cebú (S50). Pedazos similares con marcas de cañas han sido
reportados para unidades domésticas en la zona baja del río Guayas (Stemper
1993:191-192).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Materiales Líticos
La Fase Inguapí II también se caracteriza por un gran repertorio de instrumentos
relacionados con la subsistencia como son fragmentos de hachas, metates, manos de
moler, morteros y pesas de red en piedra (Cf., Figura 20, p-q; Figura 21, a, f-j). Debido
a la ausencia de piedra en las áreas fluviales bajas de Tumaco, el basalto y la andesita
tuvieron que ser importados desde el piedemonte de la cordillera Occidental. La Tabla
5.9 muestra la distribución de pesas de red, hachas, manos, metates, ralladores con
incrustaciones de piedra, discos, lascas y obsidiana. La totalidad de elementos en
cada categoría es bajo si los comparamos con otros materiales culturales de la región.
La gente del campo frecuentemente encuentra estos materiales arqueológicos en sus
sementeras reutilizándolos en actividades domésticas o para coleccionar.
Hachas en piedra pulida fueron importantes artefactos para los trabajos en
madera y para la tala del bosque. La mayoría de éstas fueron hechas en limolita o
basalto; sus formas usualmente son trapezoidales o rectangulares (Figura 5.4, g),
aunque algunas tienen forma de T. Un hacha en forma de T en limolita hallada en La
Miranda (S97) está finamente pulida y no muestra evidencias de haber sido utilizada lo
que sugiere que debió servir a funciones ceremoniales (Figura 5.4, f).
Fragmentos de metates (Figura 5.4, j), manos de moler (Figura 5.4., i) y
morteros cilídricos son comunes en áreas domésticas. Los metates hechos en
andesita son rectangulares o elípticos, aquellos encontrados en buenas condiciones
son frecuentemente reutilizados hoy.
La pesca artesanal en ríos, estuarios y mar abierto debió ser altamente
productiva durante la Fase Inguapí II, sin embargo, la única evidencia física para esta
actividad son las pesas de red en piedra y los ralladores de cerámica con formas de
peces. En total 17 cantos pequeños fueron identificados como pesas de red de tres
tipos diferentes: (a) con muescas (Figura 5.7, q y r; Figura 5.4, a); (b) perforadas
(Figura 5.7, s); y (c) con talla circular (Figura 5.7, p). Aunque, estos elementos estan
asociados con los firmes en la zona de manglares, también aparecen en las áreas
fluviales (Cf. Tabla 5.9). Dos pequeños discos circulares (Figura 5.7, n, o) pudieron ser
utilizados en juegos; en otras áreas discos similares se elaboraron en cerámica. Dos
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
discos más hechos en andesita y basalto de 10 y 6 cm. respectivamente, fueron
recolectados en superficie en el sitio La Miranda (S97). En ellos huellas de uso no son
observadas. Este tipo de objetos también son encontrados en otros sitios como La
Tolita, aunque allí estos son pulidos (DeBoer 1996:58). Algunas lascas de basalto,
chert y limolita sin evidencias de uso se hallaron en los montículos y áreas de basuras.
Algunos pudieron ser utilizados como navajas y raspadores en el trabajo de la madera.
Un innovativo instrumento característico de la Fase Inguapí II son los ralladores
en cerámica. Se han recolectado de dos tipos: (a) con incrustaciones de piedrillas y (b)
con patrones incisos, acanalados profundos e impresos (Figura 5.4, b-d). Las formas
de los ralladores varían entre placas planas con siluetas de peces y vasijas abiertas
con fondos planos que llevan incrustaciones de piedrillas. En ambos casos se observa
una decoración con incisiones y bandas de pintura roja. Sus posibles maneras de uso
en la preparación de alimentos se discuten en el siguiente capítulo.
Teniendo en cuenta que la obsidiana es exótica en las regiones del Pacífico de
Colombia y Ecuador su ocurrencia provee la oportunidad de examinar lo que parece
ser una pequeña parte de los sistemas de intercambio a larga distancia. Durante el
Período del Formativo Tardío se han reportado sólo algunas lascas y pocas micro-
herramientas. Un incremento en el número de obsidianas ocurre en sitios datados
dentro del Período de Desarrollos Regionales, lo que sugiere una intensificación de los
sistemas de intercambio. Varias muestras de obsidiana de Ecuador y Colombia que
han sido analizadas químicamente identifican como principal fuente de
aprovisionaminto a Mullumica, cerca de Quito (Asaro et al. 1994; Bouchard 1982-83:
figura 20; Burger et. al. 1994:245; Dorighel et al. 1994:141; 1998; Guinea 1986:25;
Meggers 1966:56; Patiño 1988a:78, 1992:13; Salazar 1992:119). Aunque la obsidiana
es el material más fácilmente reconocible obtenido a larga distancia (200 km.), el oro,
cerámicas, conchas y piedras para cuentas de collar también fueron intercambiadas
entre los Andes y las tierras bajas de la costa Pacífica.
En Tumaco varios sitios aportaron obsidianas que se distribuyen tanto en la zona
de manglares (firmes) como en la llanura aluvial. La mayoría de estos materiales se
hallan mezclados con cerámicas de esta fase en superficie, basureros y montículos
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
artificiales. En las excavaciones de La Remigia (S53) y La Esperanza (S58) en la
margen izquierda del río Caunapí, se hallaron obsidianas que fueron datadas en 60 ±
120 a.C. (Beta 85030). Un sólo fragmento de obsidiana fue encontrado en la parte
perturbada de un montículo en el sitio San Luis (S02). Otras muestras se hallaron en
zonas de basureros en el área de La Magnolia (S14) datados en 210 ± 70 a.C. (Beta
88801), La Cortadura (S65) y Mascarey (S84). Doce fragmentos más recolectados en
superficie y en depósitos de basuras en el sitio La Miranda (S97) fueron datados en
320 ± 70 a.C. (Beta 83659). El mayor número de piezas de obsidiana han sido
recolectadas en los sitios Inguapí (S13) (Bouchard 1982-83, Figura 20), La Magonolia
(S14), ambos cerca de los manglares y en La Miranda (S97) sobre el río Mira (tres
sitios que fueron examinados más extensivamente en la región). La mayor parte de
las piezas de Tumaco son fragmentos pequeños y medianos entre 1 y 4 cm. que
corresponden a lascas, núcleos corticales, desechos de núcleo y a posibles navajas y
raspadores con huellas de uso (Cf., Figura 5.8, A y B). La distribución por sitios con
obsidianas en la región de Tumaco se consigna en las Tablas 4.1, 4.2 y 4.3 del capítulo
anterior.
Análisis geoquímicos PIXE (Particular Induced X-Ray Emission) y Huellas de
Fisión, muestran que la obsidiana de Tumaco cae en dos grupos: (1) Tumaco y (2)
Mullumica. La fuente del tipo Tumaco es desconocida y ejemplos de ésta han sido
identificados solamente en La Miranda (S97), La Remigia (S54) y La Esperanza (S58)
(Apéndice C). Muestras de obsidiana de Mullumica tienen resultados hetereogéneos
PIXE dado a la mezcla de dos magmas lo que complica la identificación específica de
la fuente. Solamente una pieza de La Miranda (MIRb) ha sido claramente identificada
como llegada de la fuente principal de Mullumica localizada en las tierras altas al este
de Quito. Obsidiana de Mullumica se ha identificado en La Miranda (S97) y San Luis
(S02) y probablemente en la Cocotera, Cauca (Dorighel et al. 1998).
La identificación de la obsidiana de Mullumica en La Miranda (S97) donde se
asocia con estilos cerámicos Tumaco-Tolita y datados en 320 ± 70 a.C., es de
particular interés debido a su localización en el río Mira. Este río debió probablemente
ser una ruta para el intercambio prehispánico ya que conecta las llanuras costeras del
109
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Pacífico con el río Chota que se origina en las montañas andinas cerca de Quito y de
las fuentes de Mullumica (Apéndice C).

Metalurgia
La mayoría de los objetos de oro, platino y tumbaga (combinación de oro y
cobre) son adornos personales presumiblemente usados como símbolos de riqueza y
poder. Pequeñas piezas de oro fueron recuperadas en el sitio La Magnolia (S14), en el
montículo 1, Tr-2, nivel 200-210 cm. el cual se ha datado en 470 ± 90 a.C. (Beta
82931). Esta orfebrería está asociada con algunas cerámicas del tipo Rojo-zonal-inciso
diagnóstica de la Fase Inguapí I e Inguapí II. Los fragmentos consisten en dos
pequeñas hojas martilladas y delgados hilos de oro del diámetro de un cabello humano.
Hilos similares de oro también fueron recuperados en una capa de humus debajo del
montículo (Tr-2, nivel 310-320 cm.) datada en 370 ± 60 a.C. (Beta 82930). También
éstos se encuentran asociados a cerámicas Rojo-zonal-inciso y bícroma (rojo y blanco),
como a un soporte de escudilla y a un fragmento de molde, característicos de Inguapí I
y parte de Inguapí II.
El oro en la Magnolia está presente al menos desde el 370 ± 60 a.C, la fecha
más antigua (470 ± 90 a.C) asociada a oro es solamente una intrigante posibilidad si
tenemos en cuenta que ella procede de rellenos del montículo.
Aunque las láminas de oro fueron producidas por martillado, dos de ellas
contienen pequeñas cantidades de plata y cobre (Apéndice D). Los hilos de oro
también fueron martillados, produciéndose una sección rectangular, pudieron haber
sido utilizados para decorar prendas de vestir. La manufactura de finos hilos (Foto
4.13) fue un considerable alcance tecnológico entre los orfebres. Después del 350 a.C.
parte del montículo pudo haber sido utilizado como un taller orfebre, aunque no se
hallaron evidencias de crisoles o herramientas de procesamiento.
Las fechas asociadas a oro en La Magnolia son las más antiguas reportadas
para la costa Pacífica de Colombia. Sin embargo, este mismo tipo de materiales ya
habían sido reportados en otras excavaciones tanto de la costa caucana como en
Tumaco y La Tolita (Ecuador). En el sitio La Cocotera, Cauca, varios objetos de oro y
110
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
desperdicios fueron fechados en 110 ± 60 d.C. (Beta 20603) (Patiño 1988b:24). En
Inguapí, Montículo 5, hilos similares de oro fueron datados en 325 ± 85 a.C. (Ny642);
mientras que en La Tolita, sitio Cancha, materiales orfebres estan datados en 90 ± 60
d.C. (GIF 6815) (Scott y Bouchard 1988:5 y 7). Los autores no discuten las
implicaciones de las dataciones tempranas y las relaciones con los materiales
culturales obtenidos en el relleno del montículo 5 en el sitio Inguapí.
Los origenes de la metalurgia pueden trazarse desde los Andes centrales de
Perú y Bolivia donde inicialmente las evidencias han sido datadas en 1900 a.C. (Burger
1992:127 y 201). La metalurgia posterior desarrollada en Ecuador y Colombia parece
derivarse del Perú, aunque existen diferentes significados formales y tecnológicos
(Bruhns 1994:174 y 180).
Finalmente, todas las evidencias apuntan a que la Fase Inguapí II fue un período
de creciente complejidad cultural. Esta complejidad está desplegada en varios
elementos como son: (1) una sofisticada producción alfarera; (2) ampliación del
intercambio de bienes de prestigio; (3) más asentamientos extensivos en las diferentes
zonas fisiográficas; (4) una clara jerarquización de los asentamientos; y (5)
construcción de montículos artificiales y campos elevados de cultivo (Tabla 5.10). El
final de esta fase (ca. 350 d.C.) está marcado por el deterioro de todas estos rasgos
culturales a través de toda la región de Tumaco. En la secuencia seriada, este declive
se hace evidente con la desaparición de la mayoría de los tipos cerámicos Inguapí II
para dar apertura a los comienzos de la Fase El Morro (Bouchard 1982-83:317; Patiño
1993a:185-193).

5.3.3 ¿El Balsal y Nerete Variaciones Locales? Antes de entrar a hablar de


la Fase El Morro, es necesario discutir en este punto la secuencia de Bouchard. En su
trabajo, Bouchard (1982-83:316-317) plantea dos fases más -El Balsal y Nerete- que
estarían cronológicamente ubicadas entre las fases Inguapí II y El Morro hacia los
primeros siglos de nuestra era. Basados en los resultados de nuestro trabajo de
prospección y excavaciones en Tumaco estas fases como tales no fueron identificadas,
ni en seriaciones de sitios, ni tampoco formaron un grupo distintivo durante el análisis
111
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
de los materiales culturales. Este hecho nos lleva a observar con mayor detenimiento
los materiales de El Balsal y Nerete en proximidades de la zona de manglares y área
interfluvial. El Balsal, está definido con muy pocos materiales diagnósticos obtenidos
en un pozo de sondeo entre dos montículos (números 6 y 8) en la misma área de
Inguapí. Sus materiales poco representativos son escudillas trípodes, vasijas cerradas
y vasijas con reborde sublabial y decoración en bandas rojas; cerámicas que en parte
se hallan en Inguapí II. Por otro lado, una sola fecha de C-14 sustenta una posición
cronológica de 50 ± 70 d.C., lo que encaja dentro de la secuencia de fechas para la
fase Inguapí II. A falta de una mejor caracterización de esta cerámica, es prudente
tenerla como una "variación local" del área Inguapí-El Balsal, que eventualmente podría
estar reflejando el fin de la fase Inguapí II (Tumaco-La Tolita) en la región de Tumaco.
De otro lado, es posible pensar que cambios importantes para esta área estarían
sucediendo en los primeros siglos de nuestra era.
Lo mismo podemos decir con respecto a la cerámica de la Pampa de Nerete,
hallada en la finca El Carmen, estero Las Varas. Desafortunadamente Bouchard no
pudo excavar en los montículos, lo cual hubiera contribuido a una completa
caracterización del sitio. La cerámica proviene de recolecciones de superficie y de una
excavación en una zona de mareas frente al manglar, lo que seguramente ha
ocasionado a una fuerte erosión de los materiales arqueológicos. Sin embargo, en su
conjunto se perciben varios rasgos diagnósticos (e.g., vasijas trípodes, vasijas
cerradas, decoración sublabial y bandas rojas) (Bouchard 1982-83:302). Estos
materiales se relacionan por un lado con Inguapí II y por otro con El Morro, pero por sí
solo Nerete no forma un grupo separado de cerámicas distintivas.
Tal como se plantean las cerámicas de estos sitios, es mejor esperar nuevos
resultados para estas localidades, por el momento sólo concluimos que estas alfarerías
no aportan los suficientes materiales arqueológicos como para elevarlas a la categoría
de fases dentro de la región Tumaco; más bien ellas podrían corresponder a
variaciones locales de finales de Inguapí II (Tumaco-Tolita) y comienzos de la fase El
Morro; o también podrían estar caracterizando una fase en transición entre Inguapí II y
El Morro; pero aún estamos lejos de ser más específicos al respecto sin un adecuado
112
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muestreo de los sitios.

5.3.4 Fase El Morro: Esta fase fue inicialmente observada por Bouchard en
sus excavaciones en la Isla de El Morro, en sitios cercanos a la Capitanía del Puerto
(Bouchard 1982-83:275 passim). La Isla también fue visitada por Cubillos (1955) y los
sitios hallados por él se encuentran hoy destruidos por la construcción de la Capitanía y
la expansión urbana de Tumaco. También, en nuestro reconocimiento por la isla se
observaron sitios destruidos por la acción de la guaquería y por la expansión moderna.
Hacia el sureste de la isla se reseñó el sitio Exporcol (S01). En este sitio se recolectó
el mayor número de fragmentos cerámicos en áreas de ocupación cercanas a los
manglares. Además de las acumulaciones de materiales culturales se localizaron 3
montículos artificiales. El celador de la finca sustrajo abundantes fragmentos
cerámicos del sitio y una pepita de oro de 3.8mm. de diámetro (Foto 4.13, 2).
Desde el punto de vista cronológico la fase El Morro tiene fechas que giran
alrededor del 350 y 600 d.C. (Cf., Bouchard 1982-83:330; Patiño 1993a:186 para
fechas calibradas). Esta cronología se apoya también en la posición estratigráfica de
materiales de la fase, especialmente en los sitios de El Morro (Sondeo 1) y La Miranda
(S97) en la margen izquierda del río Mira. En estos sitios materiales de la fase El
Morro aparecen por encima de Inguapí II, lo que sugiere la llegada de nuevos grupos a
la región. Sin embargo, en La Miranda (S97) no se observan capas culturales estériles
separando las dos fases, lo que podría indicar que grupos de la fase El Morro entraron
en contacto con grupos tardíos de la fase Inguapí II, probablemente alrededor del 300
d.C. No existen elementos de juicio que sugieran que Inguapí II de origen a El Morro,
ambas fases tienen materiales culturales muy distintos. Algo similar parece observarse
en la región del bajo Patía, donde la fase Buena Vista se relaciona con El Morro
aunque en los estratos inferiores se observan pocos materiales de Inguapí II (Patiño
1993a:189).
De acuerdo con Bouchard la fase El Morro se define por un conjunto de
cerámicas muy distintas en comparación con los materiales de la fase Inguapí II,
también presente en la isla El Morro. En la prospección regional del área de Tumaco,
113
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esta fase se hizo evidente en varios sitios arqueológicos tanto en los firmes en
manglares como en la llanura aluvial. Los grupos alfareros de esta fase introdujeron en
el área nuevos estilos en la elaboración de vasijas, siendo las más diagnósticas las
copas con pedestal acampanado de variados tamaños (Figura 5.9, a-c, e-h, k), copas
sencillas (Figura 5.9, l, ll), copas con base anular (Figura 5.9, n), vasijas abiertas con
base anular (Figura 5.9, j, m), ollas globulares de cuello compuesto y angosto (Figura
5.9, o-s), cuencos hemisféricos (Figura 5.9, t, u) y vasijas globulares sencillas y algunas
con huellas de hollín (Figura 5.9, w-z). La decoración en estas formas son
principalmente las bandas en pintura roja a veces combinada con pintura blanca,
dispuestas en los pedestales de copas, cuerpos y bordes de vasijas en diseños
geométricos paralelos y oblícuos. Incisiones finas y aplicaciones de tiras se distribuyen
en el cuerpo y labios de los recipientes, aunque estas no son muy comunes. Las
pastas de estas cerámicas con inclusiones de arena fina y media, son generalmente
bien cocidas en atmósferas oxidantes con variación de tonos que van de cafés y grises
muy claros hasta amarillos y rojos fuertes (Bouchard 1982-83:277-282).
Las figurillas asociadas a estos sitios son antropomorfas sólidas elaboradas a
mano, toscas y muy sencillas con escasos adornos corporales; aunque se observa el
uso de la pintura roja en bandas (Figura 5.10, b). Algunas de ellas representan
personajes sentados (Figura 5.10, a) o figuras simples esquemáticas (Figura 5.10, c).
Entre la fase El Morro y la siguiente fase denominada Bucheli-Caunapí, existe un
vacío cronológico que no ha sido llenado por evidencias de grupos prehispánicos. Este
vacío abarca por lo menos desde el final de la fase El Morro 600 d.C. hasta el 800 d.C.
cuando se observan nuevas evidencias arqueológicas en el área de Tumaco, las
cuales corresponden a la denominada fase Bucheli-Caunapí.

5.3.5 Fase Bucheli-Caunapí: Esta fase fue inicialmente llamada Bucheli por
Bouchard (1982-83:318) observada en los sitios Inguapí y El Balsal, en niveles
superiores de antiguos montículos. En nuestro estudio se observó la misma pauta de
asentamiento: grupos tardíos Bucheli aprovechando antiguos montículos para sus
ocupaciones, como en el caso de La Magnolia (S14) cerca a los manglares, La Remigia
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(S53) y La Esperanza (S58) en la margen izquierda del río Caunapí. Igualmente se
observó este tipo de materiales en lugares sin montículos en las bancas de los ríos. A
pesar de algunas inconsistencias en los números de las fechas de Bouchard (Cf.,
Bouchard 1982-83:192 y 330), parece que la fase Bucheli-Caunapí tiene una
cronología que abarca desde el 800 d.C. hasta el 1500 d.C. y algunos sitios sugieren
que grupos indígenas tardíos siguieron ocupando la llanura aluvial durante los
comienzos de la conquista y colonia (Bouchard 1982-83; Patiño 1992).
Igual que las demás fases, Bucheli-Caunapí se define por su industria cerámica
tardía muy particular en la costa Pacífica. Al parecer, nuevos grupos de filiación
diferente a los observados atrás entran en el área. Sin embargo, sus ocupaciones
principales no son frente al mar, ni en los firmes de manglares, sino en asentamientos
dispersos o lineales en las margenes de los ríos y afluentes. Estos grupos se
distinguen por tener una alfarería muy sencilla de vasijas globulares y subglobulares
(Figura 5.10, e, l), cuencos aquillados, hemisféricos y sencillos (Figura 5.10, i, j, k, ll,
m), como de vasijas de cuello compuesto (Figura 5.10, g, h). La decoración distintiva y
diagnóstica de esta cerámica son los patrones de líneas geométricas incisas -
horizontales, oblicuas, paralelas y hachuradas- dispuestas en la parte superior de las
vasijas. Otras decoraciones presentes son la pintura roja en forma de una banda en el
labio de los recipientes; la aplicación de tiras decoradas y la representación
esquemática de figuras antropomorfas (Cf., Figura 5.10, d-p). Las formas en su
totalidad son elaboradas para uso en la cocina, aunque las de gran tamaño se han
observado como urnas funerarias que se encuentran en huecos de hasta de 1.5m. de
profundidad en el suelo natural y en pozos abiertos en los niveles superiores de
montículos artificiales, como por ejemplo la urna hallada en el sitio La Magnolia (S14)
(Figura 4.3, A; Figura 5.10, d). La pasta de la alfarería Bucheli-Caunapí tiene
tonalidades cafés con inclusiones de arena media y gruesa como atemperante. En
muchos casos la cocción en atmósfera oxidante es incompleta con manchas y una
matriz oscura (Cf. Bouchard 1982-83:164-173).

115
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5.3.6 Período Histórico: En la región de Tumaco materiales culturales de este
período se hallan en muy pocos sitios. Hacemos referencia a cerámicas mayólicas,
vidriadas y lozas, así como a implementos de uso personal. Los fechamientos de
cerámicas tardías entrados varios siglos en la época histórica sugieren de acuerdo con
los datos etnohistóricos para la zona, que las incursiones de colonización española a la
llanura aluvial fueron relativamente tardías. Los grupos indígenas de la costa de Nariño
fueron dominados por los españoles mucho después de haberse gestado la
colonización en otras áreas de suroccidente de Colombia.
El sitio El Coco (S97) sobre la margen derecha del río Rosario, aportó materiales
en superficie que se relacionan con asentamientos coloniales o probablemente
republicanos. El sitio, actualmente ocupado por algunas casas de grupos negros,
contiene cerámicas vidriadas, vidrio y pedazos de metales mezclados con grandes
conchas de ostión (Crasiostra columbiensis).
En estos sitios aparece una cerámica doméstica con restos de hollín como
producto de su uso en la cocina. Las formas comunes son cuencos aquillados grandes
y medianos decorados con impresiones de conchas a la altura de la quilla (Figura 5.10,
q, r) y vasijas abiertas aquilladas con cordones aplicados con muescas (Figura 5.10, s).
El uso de pipas en cerámica también se hace presente en los sitios El Coco (S97) y La
Esperanza (S92) (Figura 5.10, t-u). Un número mayor de sitios de este tipo han sido
observados en la costa caucana en los ríos Guapí y Timbiquí, donde la colonización y
esclavitud tuvo una mayor influencia sobre la zona (Patiño 1988a:113). Más al norte
sitios coloniales y de la república son localizados en las margenes del bajo Calima y río
San Juan (Salgado y Stemper 1995:120). Al sur de Tumaco, W. DeBoer (1996) en su
reciente trabajo describe materiales culturales arqueológicos de la region
Santiago-Cayapas. Allí los grupos Chachi continúan haciendo cerámica como aquella
encontrada en el sitio El Coco, río Rosario; en San Miguel, río Timbiquí, Cauca -e.g.,
cuencos carenados con impresiones de concha y aplicación de tiras-. Estos materiales
generalmente están asociados a objetos europeos, lo que sugiere evidencias de
aculturación o migración tardía, ya que en el presente no existen grupos indígenas
viviendo en la llanura aluvial de Tumaco, probablemente debido a la presión de la
116
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colonización española.

5.4 Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Distribución de Sitios por


Fases Arqueológicas

Recientemente las investigaciones arqueológicas se han favorecido con las


técnicas SIG. Este desarrollo tecnológico ha sido utilizado especialmente en la
predicción de modelos espaciales de distribución de sitios, teniendo en cuenta
variables medioambientales de la región de estudio. Las técnicas SIG se destacan por
su capacidad de manejo de grandes bases de datos, análisis, mayor seguridad y
presentación de resultados en mapas (Allen et. al. 1992; Petrie et. al. 1995; Mashner
1996). Dadas las características del estudio regional en Tumaco se ha tratado de
evaluar la relación existente entre los sitios arqueológicos ocupados y el medio
fisiográfico regional. Para tal propósito contamos con mapas impresos de zonas
fisiográficas generales realizados por el Instituto Geográfico "Agustín Codazzi".
Desafortunadamente, trabajos detallados sobre el relieve, geología y suelos no han
sido elaborados en su totalidad para la región de Tumaco. De todas maneras este tipo
de información puede ser adicionada en futuros trabajos arqueológicos.

5.4.1 Digitalización y Mapa Base. En el manejo de la información por zonas


fisiográficas se usó la cartografia existente para Tumaco la cual fue digitalizada a través
de TOSCA (software) para crear mapas de vectores los que a su vez se importaron en
CORELDRAW (software) para fines de presentación (Cf., Figura 1.2). Sin embargo, el
paquete más extensamente usado fueron las técnicas SIG -IDRISI software- para crear
imagenes basadas en celdas (raster), donde cada zona fisiográfica está representada
por celdas del mismo valor (Allen et. al. 1992; Marozas and Zack 1992; Gaffney and
Stancic 1991).
Cruzando la información de diferentes mapas (layers) se generó el mapa base
para la región de estudio. En este mapa se incluyeron las subdivisiones fisiográficas
siguientes: (a) manglares; (b) interfluvial; (c) fluvial 1; (d) fluvial 2; (e) río Mira 1 y (f) río
Mira 2 (Fotos 5.1, 5.2, 5.3, 5.4, 5.5 y 5.6). Algunas de las subdivisiones pueden ser
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consideradas como zonas ecológicas, este sería el caso de la franja de manglares. En
el mapa computarizado también aparecen aquellas áreas cubiertas por agua (mar,
esteros y ríos), el cual forma un conjunto fisiográfico independiente. Igualmente, se
observa el transecto prospectado y la ubicación de sitios arqueológicos representados
por cruces. Como rasgo cartográfico aparece el área urbana de Tumaco en la parte
noroeste extendiéndose hasta la Isla de El Morro.
Para efectos de análisis arqueológicos únicamente se tuvieron en cuenta
aquellas zonas que fueron prospectadas durante el trabajo de campo: manglares,
interfluvial y fluvial 1 y 2. Un sólo sitio, la Miranda (S97), se localiza en la zona fluvial
Mira 1, el cual es tenido en cuenta ya que estudios arqueológicos completos en esta
cuenca no se han realizado. En el análisis del patrón de asentamiento además de
tener cada zona fisiográfica se tuvo en cuenta la variable hidrográfica: mar, canales de
marea (esteros), ríos y afluentes principales, los cuales son importantes en la
distribución de los asentamientos (Fotos 5.1, 5.2, 5.3, 5.4, 5.5 y 5.6).

5.4.2 Sitios Prospectados y Base de Datos. El total de sitios arqueológicos


prospectados para el estudio regional fue de 97 localidades, su distribución se
encuentra en las zonas fisiográficas mencionadas atrás (Figura 1.2). La metodología
de prospección en el terreno ya sea por transectos, recorridos sistemáticos en bancas
de los ríos y las cabeceras de los esteros se describen junto con cada zona fisiográfica
en el Capítulo 3. Para el manejo de los materiales arqueológicos en el laboratorio se
preparó una base de datos general en el programa FOXPRO2 (software). La base de
datos permitió ordenar y relacionar todas aquellas variables necesarias para el análisis
de materiales arqueológicos de cada sitio prospectado en la región de estudio. En esta
base de datos se acumuló la información por sitios, zona fisiográfica, número de
catálogo, tipos cerámicos y sus respectivas caracteríscas de pasta, superficie, técnica
de manufactura y decoración.
Del total de 97 sitios arqueológicos sólo 37 (38%) resultaron sin asignación a
fases arqueológicas, debido a que no presentaron materiales diagnósticos confiables
en sus restos culturales (Tabla 5.10). Trabajando únicamente con evidencias
118
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diagnósticas se contribuyó a un menor error en la muestra analizada. La ubicación
cronológica de materiales diagnósticos fue conocida usando los resultados de
seriación, excavaciones estratigráficas y dataciones absolutas (C-14). Con la ayuda de
las técnicas SIG y la base de datos se cruzaron aquellos elementos culturales
diagnósticos con el mapa fisiográfico base, obteniendo como resultado una serie
de mapas con la distribución de asentamientos por cada una de las fases
arqueológicas (Inguapí I; Inguapí II, El Morro y Bucheli-Caunapí) (Tabla 5.11) (Fotos
5.1, 5.2, 5.3, 5.4, 5.5 y 5.6).
Los mapas generados por técnicas SIG deben tenerse en cuenta como
referencias hipotéticas que pueden ser alimentadas o modificadas en la medida que se
avanza en el registro de nuevos datos arqueológicos y geográficos. Así, es claro que
cada variable fisiográfica y cultural (arqueológica) para la zona estudiada puede ser
mejorada en futuros estudios. A pesar de esto, sabemos que los análisis espaciales
sobre la distribución de sitios contribuyen significativamente al entendimiento de las
arqueologías regionales.
La distribución de sitios para la fase Inguapí I (Foto 5.1), fue hecha con base a
elementos diagnósticos de influencia Chorrera con cerámicas: rojo-zonal-inciso, pintura
negativa en motivos geométricos similares a los hallados en cerámicas iridiscente y
picos de botella (Figura 5.2). De acuerdo con este patrón diagnóstico de cerámicas
tenemos que los primeros grupos que ocuparon el área baja de Tumaco entre el 600 y
el 350 a.C. están representados por 7 sitios localizados en las zonas de manglar e
interfluvial. En esta última zona los sitios ocupan el área de Inguapí y La Magnolia
(Chilví), donde aparece un conjunto de 4 sitios (3 de ellos dentro del transecto). Sitios
aislados también existieron tanto en la Isla del Morro, la cabecera del estero Natal (Sitio
San Luis, S02) y el único sitio estudiado en el río Mira, La Miranda (S97). El panorama
para otras áreas bajas de la zona de estudio se observa vacío en cuanto a ocupaciones
humanas. En términos generales, este primer mapa sugiere una escasa población de
grupos agro-alfareros del formativo tardío ocupando principalmente áreas menos
húmedas en límites con los manglares. Las relaciones con un sitio en el firme del
manglar (San Luis S02) y otro en la Isla del Morro (Exporcol S01), hacen pensar que
119
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
estos asentamientos mantenían una orientación costera, donde grupos de filiación
Chorrera aprovecharon, por un lado, los recursos de los manglares como de mar
abierto y por otro, la posibilidad de continuar las relaciones de intercambio por vía
marina entre Colombia y Ecuador, particularmente características del Formativo Tardío
(Guinea 1986; Idrovo 1992; Lathrap 1975; Valdez 1987).
La fase Inguapí II, corresponde a los grupos Tumaco-Tolita, quienes dominaron
no sólo la zona de Tumaco sino varias regiones costeras a lo largo del litoral Pacífico.
Obviamente su larga permanencia y desarrollo cultural en la zona se ve reflejado en la
compleja distribución de sitios en todas las zonas fisiográficas prospectadas. Esta fase
quizá es la mejor estudiada desde el punto de vista arqueológico, aunque subdivisiones
al interior de la misma aún no se han analizado. Los materiales culturales diagnósticos
son más numerosos si se comparan con aquellos de las otras fases. Entre estos
materiales tenemos la serie de cerámicas pintadas (e.g., rojo, blanco, negro, marrón y
naranja) y en especial las formas de vasijas con patas cónicas y mamiformes (Figure
5.3, 5.5). De otro lado, es importante resaltar que el mapa con la distribución de los
montículos artificiales (Foto 5.3) se corresponde estrechamente con los sitios de la fase
Inguapí II (Tabla 5.10) (Foto 5.2); lo que sugiere que este tipo de construcciones
tuvieron real importancia durante la época de permanencia de los grupos Tumaco-
Tolita. En las fases subsiguientes más bien se observa una reocupación de montículos
antiguos y por consiguiente un aumento en el tamaño de los mismos.
El total de sitios Inguapí II prospectados para el área de estudio ascendiron a 47.
En la zona de manglares se distribuye un total de 9 sitios, con una pauta de
asentamiento principalmente en las cabeceras de los esteros con firmes rodeados de
manglares muy próximos al límite de la zona de llanura aluvial plana. El transecto
prospectado (Foto 5.2, izquierda arriba) que atraviesa la zona de manglares no
presentó ningún sitio, debido probablemente a que esta área es bastante baja,
inundable y sin terrenos firmes aptos para la ocupación humana. Tampoco se
observaron sitios en áreas propiamente costeras, a excepción de Exporcol (S01) y los
sitios de la Capitanía del Puerto en la parte sur de la Isla del Morro.
La zona interfluvial tiene 14 sitios observados en el transecto prospectado. La
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dispersión de los mismos se distribuye en dos grupos ubicados en los alrededores del
área de Chilví y Cajapí, donde se observa la continuidad del asentamiento principal de
la fase Inguapí I. En este transecto tenemos claramente que el área ocupada por los
sitios Inguapí, La Magnolia y La Catedral forman un conjunto muy particular que
representa un importante poblado Tumaco-Tolita. De acuerdo con nuestros resultados,
este poblado parece ser uno de los centros principales con mucha influencia en la
zona. En él se encuentran grandes montículos artificiales, antiguos campos de cultivo
y concentración de materiales culturales (Cf., Tablas 5.12).
El segundo conjunto de sitios está ubicado al sureste de la zona interfluvial
dentro del transecto prospectado. Aunque hay montículos artificiales estos no son tan
grandes como los anteriores y el tamaño de los sitios es menor y más disperso, lo que
sugiere igualmente una dispersión de viviendas en los alrededores del centro principal
de Chilví. Para la misma fase, la zona fluvial 1 y 2 -plana y con colinas- se halla un
poco más poblada con un total de 23 sitios. Los fechamientos de sitios arqueológicos
en todas las zonas fisiográficas sugieren contemporaneidad, aunque los asentamientos
más antiguos conocidos se hallan localizados en el área principal de Chilví. La zona
fluvial 1 tiene 5 sitios prácticamente sin montículos, localizados en las tierras
inundables bajas del río Rosario; mientras que la zona fluvial 2, correspondiente al
tramo prospectado del río Caunapí, tiene 18 sitios ubicados en una zona de colinas
onduladas y muy cerca a las corrientes de agua. Para esta zona fisiográfica también
se incluyen los 4 sitios del sector sur del transecto. Como se mencionó anteriormente
los suelos (residuales) de esta última zona no son los mejores dentro del área Tumaco,
probablemente por esa razón la mayoría de los sitios son pequeños con tamaños
menores a 1 hectárea. Sin embargo, hacia el área de Pueblo Nuevo-La Brava parece
haber existido una concentración de sitios ocupando ambas riberas del río Caunapí.
Otro centro importante para dentro de la fase está localizado en la zona de Dos
Quebradas donde se registra un número elevado de montículos artificiales agrupados
en una zona con mejores suelos dispuestos para la agricultura.
El mapa generado para Inguapí II presenta un aumento en el número de sitios
con respecto a la fase anterior y prácticamente todas las zonas fisiográficas son
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ocupadas y explotadas por grupos Tumaco-La Tolita. Sin embrago, el centro principal
sigue siendo Inguapí, La Magnolia y la Catedral. Este panorama parece durar por
varios siglos desde el 350 a.C. hasta aproximadamente el 350 d.C. Para esta última
fecha cambios culturales fuertes son observados en toda la región y el desarrollo
cultural de Tumaco-la Tolita cesa y decae lentamente. En la secuencia cultural
aparece una nueva fase denominada El Morro.
La fase El Morro que tiene más bien corta duración cronológica entre el 350 y
600 d.C. y está representada por 17 sitios arqueológicos (Foto 5.4). Los materiales
culturales diagnósticos para identificar cada sitio son las vasijas pedestal -compoteras,
copas, vasos con pintura roja predominante- muy características de esta fase (Figura
5.9). La distribución de estos sitios se observa sobre todo cerca a las fuentes de agua,
ya sea en la zona de manglares -incluyendo los 3 sitios que aparecen dentro del
transecto- o en los ríos Rosario y Caunapí. El sitio La Miranda en el río Mira también
fue reocupado por grupos de esta fase, aunque no tenemos registros para otras áreas
de este sistema fluvial. La zona interfluvial aparece desocupada y aparentemente no
hubo mucho interés por los grandes asentamientos de la zona de Chilví, ni por los
extensos sistemas agrícolas abandonados de la zona. Es importante destacar que los
asentamientos no muy grandes de esta fase siempre están reocupando sitios más
antiguos de la zona, especialmente sitios que ya habían sido poblados por grupos
Tumaco-La Tolita en la zonas de manglares (cabeceras de esteros) y fluvial. A partir
del 600 d.C. la región de Tumaco no registra asentamientos arqueológicos importantes
hasta la llegada de nuevos grupos cuyos materiales culturales caracterizan la fase
Bucheli-Caunapí.

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La fase Bucheli-Caunapí tiene una cronología que abarca desde el 800 d.C. hasta el
1500 d.C. e incluso continúa varios siglos durante el período histórico de la región.
Esta fase está representada por 28 sitios localizados principalmente en la zona
fluvial de colinas y plana de las bancas de los ríos Caunapí y Rosario; pocos sitios
se localizan en la zona interfluvial y de manglares (Foto 5.5). En el análisis del
mapa de esta fase se destaca un conjunto importante de sitios entre las localidades
de Espriella y Pueblo Nuevo. En el terreno estos sitios están dispuestos en las
margenes del río Caunapí y forman asentamientos lineales. Durante esta fase se
destaca también la reocupación de antiguos sitios del área, como es el caso de los
montículos artificiales de La Remigia (S53) y La Esperanza (S58) (Fotos 4.14 y
4.15). El contacto con colonizadores europeos en la zona de Tumaco fue tardío y
poco duradero hasta la introducción de esclavos para las labores de minería en los
enclaves de la provincia de Las Barbacoas. Durante el trabajo de prospección sólo
6 sitios reportaron materiales relacionados con el período Histórico (Foto 5.6).
Ninguno de estos fue hallado en el transecto de la zona interfluvial, todos ellos
tienen ocupaciones en las bancas de los ríos Caunapí y Rosario. Es muy probable
que la influencia de la minería de Barbacoas haya llegado hasta la zona de nuestro
estudio, en los siglos XVII y XVIII.

Tabla 5.1. La Magnolia Tr-1. Distribución de Materiales Cerámicos


____________________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
____________________________________________________________________________
Nivel Rojo Rojo& Rojo& Rojo& Rojo/
Cm Ordinario% Rojo% bandas% naranja% café % blanco% blanco% Crema% Negro %
____________________________________________________________________________
00-10 43 53.1 19 23.5 -- ---- 1 1.2 3 3.7 8 9.9 -- --- -- ---- 1 1.2
10-20 123 71.5 41 23.8 2 1.2 -- ---- 1 0.6 -- ---- -- --- -- ---- -- ---
20-30 94 62.3 42 27.8 6 4.0 -- ---- -- --- 1 0.7 -- --- -- ---- -- ---
30-40 48 67.6 17 24.0 1 1.4 -- ---- -- --- -- --- -- --- -- ---- -- ---
40-50 96 53.6 67 37.4 6 3.4 3 1.7 -- --- 4 3.0 -- --- -- ---- -- ---
50-60 61 44.9 40 29.4 9 6.6 8 5.9 5 3.7 -- --- -- --- 3 2.2 -- ---
60-70 118 49.6 68 28.6 10 4.2 12 5.0 5 2.1 2 0.8 -- --- 7 2.9 -- ---
70-80 97 37.7 56 21.8 19 7.4 22 8.6 14 5.5 18 7.0 31.2 5 2.0 -- ---
80-90 132 35.4 76 20.4 58 15.6 28 7.5 11 3.0 17 4.6 1 0.3 -- ---- 1 0.3
90-100 73 41.2 33 18.6 19 10.7 16 9.0 1 0.6 14 7.9 1 0.6 2 1.1 1 0.6
100-11018 39.1 15 32.6 5 10.9 2 4.4 -- --- -- --- -- --- -- ---- -- -- ---
____________________________________________________________________________
123
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Tabla 5.1. (Continúa).


____________________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
____________________________________________________________________________
Nivel Rojo& Rojo-zonal Inci- Aplica- Impre- Corruga- Mues- Inciso-linea
Cm negro% inciso % sión% ción % sión % do % cas % ancha %
____________________________________________________________________________
00-10 -- --- -- ---- 1 1.2 -- ---- -- --- 2 2.5 3 3.7 -- ---
10-20 -- --- 2 1.2 -- --- 2 1.2 1 0.6 -- --- -- --- -- ---
20-30 -- --- -- --- 4 2.7 3 2.0 -- --- -- --- 1 0.7 -- ---
30-40 -- --- -- --- 1 1.4 1 1.4 -- --- 1 1.4 1 1.4 -- ---
40-50 -- --- 1 0.7 3 1.7 1 0.6 -- --- 2 1.1 -- --- -- ---
50-60 -- --- 2 1.5 -- --- 2 1.5 -- --- 1 0.7 1 0.7 -- ---
60-70 -- --- 4 1.7 4 1.7 4 1.7 1 0.4 1 0.4 1 0.4 -- ---
70-80 2 0.8 1 0.4 5 2.0 4 1.7 1 0.4 1 0.4 2 0.8 1 0.4
80-90 -- --- -- --- 1 3.0 1 0.3 1 0.3 15 4.0 14 3.8 -- ---
90-100 -- --- 3 1.7 1 0.6 1 0.6 4 2.3 6 3.4 2 1.1 -- ---
100-110 -- --- -- --- -- --- -- --- -- --- 6 13 -- --- -- ---
____________________________________________________________________________
* Nota. Moldes de figurillas fueron excavados en los niveles: 60-70 cm 1. (0.4%); y en 80-90 cm.
2. (0.5%). Figurillas humanas: 30-40cm 1.(1.4%); nivel 80-90cm 5 (1.3%).

Tabla 5.2. La Magnolia Tr-2. Distribución de Materiales Cerámicos


___________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
___________________________________________________________________
Nivel Rojo& Rojo& Rojo& Rojo-zonal
Cm Ordinario% Rojo% Bandas% naranja% café % Blanco% inciso%
___________________________________________________________________
240-250 35 48.6 26 36.1 5 6.9 -- ---- 3 4.2 2 2.8 -- ---
250-260 65 48.9 45 33.8 10 7.5 1 0.8 6 4.5 4 3.0 1 0.8
260-270 65 53.7 36 29.6 11 9.1 -- ---- 4 3.3 1 0.8 3 2.5
270-280 64 58.2 39 35.5 -- --- -- ---- -- --- 1 0.9 1 0.9
280-290 57 60.6 23 24.5 5 5.3 -- ---- 1 1.1 1 1.1 4 4.3
290-300 70 51.9 48 35.6 10 7.4 -- ---- -- --- - --- 2 1.5
300-310 15 30.0 17 34.0 7 14.0 -- ---- -- --- 2 4.0 3 6.0
___________________________________________________________________

Tabla 5.2. (Continúa).


__________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
_________________________________________________________________
Nivel Negro Inci- Escobi- Mues- Corru- Figu-
Cm sión% llado% cas% gado% rilla% Moldes%
_________________________________________________________________
240-250 --- -- --- -- --- -- --- -- --- -- --- -- 1 1.4
250-260 --- -- --- -- --- -- --- -- --- -- 1 0.7 - ---
260-270 --- -- 1 0.8 -- --- -- --- -- --- -- ---- - ---
270-280 --- -- 1 0.9 1 0.9 2 1.8 1 0.9 -- ---- - ---
280-290 1.1 1 1.1 -- --- -- --- -- --- -- ---- - ---
124
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
290-300 --- -- 3 2.2 1 0.7 1 0.7 -- --- -- ---- - ---
300-310 --- -- 4 8.0 -- --- -- --- -- --- 1 2.0 1 2.0
_________________________________________________________________

Tabla 5.3. Tangareal Tr-1. Distribución de Materiales Cerámicos


___________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
____________________________________________________________________________
Nivel Rojo Rojo-zonal Inci- Aplica- Impre- Mues- Ralla- Figuri-
Cm Ordinario% Rojo% bandas% inciso% sión% ción % sión% cas% dores% llas%
____________________________________________________________________________
00-20 343 90.7 27 7.1 -- ---- 2 0.5 3 0.8 -- --- 2 0.5 -- --- 1 0.3 -- ----
20-40 199 82.9 34 14.2 2 0.8 -- --- 1 0.4 1 0.4 2 0.8 1 0.4 -- --- -- ----
40-60 127 80.9 27 17.2 -- ---- -- --- 1 0.6 2 1.3 -- --- -- --- -- --- -- ----
60-80 202 80.8 39 15.6 -- ---- -- --- 2 0.8 -- --- 2 0.8 4 1.6 -- --- 1 0.4
80-100 74 77.1 19 19.8 -- ---- 2 2.1 -- --- 1 1.1 -- --- -- --- -- --- -- ---
____________________________________________________________________________

Tabla 5.4. El Coco Tr-1. Distribución de Materiales Cerámicos


___________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
_____________________________________________________________________
Nivel Rojo Inci- Apli- Impre- Ralla- Figuri-
Cm Ordinario% Rojo% bandas% sión % cación% sión% dores% llas %
_____________________________________________________________________
00-20 72 72.0 10 10.0 -- ---- 2 2.0 -- ---- 14 14.0 -- ---- -- ----
20-40 75 74.3 20 19.8 1 1.0 2 2.0 2 2.0 1 1.0 -- ---- -- ----
40-60 72 65.5 34 30.9 -- ---- 1 0.9 2 1.8 -- ---- -- ---- 1 0.9
60-80 123 83.7 20 13.6 -- ---- 1 0.7 -- ---- 2 1.4 1 0.7 -- ----
80-100 144 84.7 23 13.5 2 1.2 1 0.6 -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
100-120 93 72.7 33 25.8 -- ---- -- ---- -- ---- 2 1.6 -- ---- -- ----
_____________________________________________________________________
* Nota: En el nivel 00-20 cm se excavó: una pipa (0.2 %) y un volante de huso (0.1%)

Tabla 5.5. La Miranda Tr-1. Distribución de Materiales Cerámicos


________________________________________________________
Tipos Cerámicos
________________________________________________________
Nivel Rojo Rojo& Rojo&
Cm Ordinario% Rojo % bandas% naranja% blanco% Blanco%
________________________________________________________
00-10 272 89.2 27 8.9 -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
10-20 377 77.1 100 20.5 -- ---- -- ---- 1 0.2 -- ----
20-30 241 70.3 90 26.2 2 0.6 1 0.3 4 1.2 1 0.3
30-40 261 65.4 82 20.6 4 1.0 4 1.0 15 3.8 22 5.5
40-50 77 71.3 23 21.3 -- ---- -- ---- 4 3.7 2 1.9
50-60 113 85.0 16 12.0 1 0.8 -- ---- -- ---- 1 0.8
60-70 68 63.0 28 25.9 4 3.7 -- ---- 2 1.9 2 1.9
70-90 71 39.2 93 51.4 6 3.3 -- ---- 1 0.5 -- ----
_________________________________________________________
* Nota: En el nivel 10-20 cm fue hallado un volante de huso (0.2%); y un molde de figurilla en el nivel 70-
80 cm (0.5%); un fragmento con muescas en el nivel 70-90cm (0.5%). El nivel 70-80 y 80-90cm
fueron adicionados para incrementar esta muestra.
125
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.5. (Continúa)
__________________________________________________________________
Tipos Cerámicos
__________________________________________________________________
Nivel Rojo-zonal Inci- Apli- Impre- Ralla- Figuri-
Cm Negro% inciso% sión % cación% sión% dores% llas %
__________________________________________________________________
00-10 -- ---- -- ---- 2 0.7 2 0.7 2 0.7 -- ---- -- ----
10-20 -- ---- -- ---- 3 0.6 5 1.0 2 0.4 -- ---- -- ----
20-30 1 0.3 -- ---- 1 0.3 7 2.0 5 1.5 -- ---- -- ----
30-40 -- ---- -- ---- 2 0.5 5 1.3 3 0.8 -- ---- 1 0.3
40-50 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- 2 1.9
50-60 -- ---- -- ---- 1 0.8 1 0.8 -- ---- -- ---- -- ----
60-70 -- ---- -- ---- 4 3.7 -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
70-90 -- ---- 1 0.5 -- ---- 5 2.8 -- ---- 1 0.5 4 2.2
__________________________________________________________________

Tabla 5.6. Tumaco Superficie General. Distribución de Materiales Cerámicos


(Grupos Seriados)
________________________________________________________________________
Tipos Cerámicos Rojo Rojo& Rojo& Rojo/ Nega-
Sitio Ordinario% Rojo% bandas% naranja% blanco% Blanco% crema% tivo %
________________________________________________________________________
S01 352 70.8 57 11.5 33 6.6 3 0.6 12 2.4 - --- 4 0.8 -- ----
S04 160 90.4 14 7.9 2 1.1 -- ---- -- ---- - --- - --- -- ----
S08 93 65.5 31 21.8 6 4.2 3 2.1 1 0.7 - --- - ---- -- ----
S09 69 54.3 35 27.6 6 4.7 6 4.7 1 0.8 - --- - ---- 1 0.8
S10 148 80.0 24 13.0 4 2.2 -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S14 85 39.4 82 38.0 6 2.8 9 4.2 6 2.8 - --- - ---- -- ----
S34 131 94.9 4 2.9 -- ---- -- ---- -- ---- - --- 1 0.7 -- ----
S48 123 92.5 9 6.8 -- ---- -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S53 226 92.6 11 4.5 1 0.4 -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S58 128 94.8 2 1.5 -- ---- -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S61 92 84.4 1 0.9 4 3.7 -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S65 114 83.2 19 13.9 1 0.7 -- ---- -- ---- - --- - ---- - ----
S75 114 78.6 3 2.1 -- ---- -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S78 386 88.3 7 1.6 -- ---- -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S79 110 81.5 10 7.4 5 3.7 -- ---- 1 0.7 - --- - ---- -- ----
S80 88 88.0 9 9.0 -- ---- -- ---- -- ---- - --- - ---- -- ----
S81 88 84.6 13 12.5 -- ---- -- ---- -- ---- - ---- - ---- -- ----
S85 144 75.8 26 13.7 6 3.2 -- ---- -- ---- - ---- - ---- 1 0.5
S87 86 49.7 49 28.3 8 4.6 -- ---- -- ---- - ---- - ---- 1 0.6
S89 125 96.9 2 1.6 -- ---- -- ---- -- ---- - ---- - ---- -- ----
S90 178 87.3 23 11.3 -- ---- -- ---- -- ---- - ---- - ---- -- ----
S96 72 72.0 10 10.0 -- ---- -- ---- -- ---- - ---- - ---- -- ----
S97 319 38.0 269 32.0 11 1.3 5 0.6 48 5.7 35 4. 2 3 0.4 15 1.8

126
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Tabla 5.6. (Continúa). (Grupo Seriado).


_________________________________________________________________________
Tipos Rojo-zonal Inci- Impre- Escobi- Mues- Corru- Figu-
Cerámicos inciso% sión % sión llado % cas % gado % rillas %
_________________________________________________________________________
S01 4 0.8 1 0.2 -- ---- 1 0.2 2 0.4 -- ---- 13 2.6
S04 -- ---- 3 1.7 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S08 3 2.1 1 0.7 -- ---- 1 0.7 3 2.1 -- ---- -- ----
S09 2 1.6 1 0.8 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S10 -- ---- 1 0.5 -- ---- 2 1.1 1 0.5 1 0.5 -- ----
S14 3 1.4 1 0.5 -- ---- 2 0.9 4 1.9 -- ---- 10 4.6
S34 -- ---- 1 0.7 -- ---- 1 0.7 -- ---- -- ---- -- ----
S48 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S53 -- ---- 2 0.8 1 0.4 1 0.4 1 0.4 -- ---- -- ----
S58 -- ---- 5 3.7 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S61 -- ---- 7 6.4 -- ---- -- ---- 1 0.9 1 0.9 -- ----
S65 -- ---- 2 1.5 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- 1 0.7
S75 -- ---- 18 12.4 3 2.1 -- ---- 1 0.7 2 1.4 1 0.7
S78 -- ---- 17 3.9 8 1.8 -- ---- 1 0.2 -- ---- -- ----
S79 -- ---- 2 1.5 1 0.7 -- ---- 1 0.7 -- ---- 1 0.7
S80 -- ---- 3 3.0 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S81 -- ---- 3 2.9 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- -- ----
S85 1 0.5 2 1.1 3 1.6 -- ---- 2 1.1 -- ---- -- ----
S87 -- ---- 13 7.5 2 1.2 -- ---- 5 2.9 -- ---- 2 1.2
S89 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- 1 0.8 -- ---- -- ----
S90 -- ---- -- ---- -- ---- -- ---- 1 0.5 -- ---- -- ----
S96 -- ---- 2 2.0 14 14.0 -- ---- 1 0.5 -- ---- -- ----
S97 2 0.2 38 4.5 27 3.2 1 0.1 10 1.2 -- ---- 19 2.3
______________________________________________________________________________
* Nota: Moldes de figurillas fueron excavados en los siguientes sitios: S14 (3. 1.4%) y S97.(2. 0.2%);
Ralladores en los sitios: S01 (1. 0.2%); S09 (1. 0.8%); S10 (1. 0.5%); S53 (1. 0.4%); S89 (1. 0.8%); y S97
(3. 0.4%). Sellos en los sitios sites: S10 (1. 0.5%) y S97 (1. 0.1%); un volante de huso y una pipa
solamente en el sitio S96 (1. 1.0%) y (1. 1.0%) respectivamente. Cerámica Colonial en el sitio S79 (1.
0.7%).

Tabla 5.7. Distribución de Sitios Arqueológicos por Fases Para Uso en Sistemas de
Información Geográfica, SIG, IDRISI.
________________________________________________________________________________
SITIO IDRISI Zona Inguapí Inguapí El Morro Bucheli- Histórico
ID Fisiográfica I II Caunapí
_____________________________________________________________________________
Exporcol 1 Manglar X X X _ _
San Luis 2 Manglar X X X X _
Nerete 3 Manglar _ _ X X _
Tambillo 4 Manglar _ X X _ _
Robles 5 Manglar _ X X _ _
Pinal Salado 6 Manglar _ X _ _ _
Aguaclara* 7 Manglar _ _ _ _ _

127
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Bucheli 8 Manglar _ X _ _ _
Mascarei 84 Manglar _ X X _ _
Pedregal 93 Manglar _ X X _ X
La Quinta 95 Manglar _ X _ _ X
Esfuerzo 9 Interfluvial X X _ _ _
Ing. Chiricana 10 Interfluvial _ X X _ _
Ing. Carmen 11 Interfluvial _ X X _ _
Tres Marías 12 Interfluvial _ _ X _ _
Inguapí 13 Interfluvial X X _ X _
Magnolia 14 Interfluvial X X _ X _
Km 19* 15 Interfluvial _ _ _ _ _
Chilví 16 Interfluvial _ X _ X _
Lomitas 17 Interfluvial X X _ _ _
Km 17.5* 18 Interfluvial _ _ _ _ _
Catedral 19 Interfluvial _ X _ _ _
Km 18* 20 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 18.5 21 Interfluvial _ X _ _ _
Granja* 22 Interfluvial _ _ _ _ _
Vicky* 23 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 20* 24 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 21* 25 Interfluvial _ _ _ _ _
Providencia* 26 Interfluvial _ _ _ _ _
Catalina 27 Interfluvial _ _ _ X _
Km 23* 28 Interfluvial _ _ _ _ _
Palmar 29 Interfluvial _ X _ _ _
Km 23.5* 30 Interfluvial _ _ _ _ _
Cajapi 32 Interfluvial _ X _ X _
Villa Rica* 33 Interfluvial _ _ _ _ _
Franco 34 Interfluvial _ X _ _ _
Km 28 35 Interfluvial _ X _ X _
Las lajas* 36 Interfluvial _ _ _ _ _
Trinidad* 37 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 28.5* 38 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 29* 39 Interfluvial _ _ _ _ _
Juan Domingo* 40 Interfluvial _ _ _ _ _
La Tirsa 59 Interfluvial _ X _ _ _
ICA1 41 Fluvial2 _ _ _ X _
ICA2 42 Fluvial2 _ X _ _ _
Km 31* 43 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 31.5* 44 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 32.5* 45 Fluvial2 _ _ _ _ _
Chorrera1* 46 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 33.5 47 Fluvial2 _ _ _ X _
Km 34.5* 49 Fluvial2 _ _ _ _ _
Gran Cebú 50 Fluvial2 _ _ _ X _
Km 35.5 51 Fluvial2 _ X _ X _
Km 36 52 Fluvial2 _ X _ _ _
Km 38.5 54 Fluvial2 _ X _ _ _
Espriella* 55 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 39.5* 56 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 40* 57 Fluvial2 _ _ _ _ _
V-Iscuandé 87 Fluvial1 _ X X X _
Tangareal 88 Fluvial1 _ X _ _ _
I-Grande 89 Fluvial1 _ _ _ X X
S-Maria 90 Fluvial1 _ X _ X _
El Llano 91 Fluvial1 _ X _ _ _
Esperanza 92 Fluvial1 _ X _ _ X
128
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Tabla 5.7. Continúa)
________________________________________________________________________________
SITIO IDRISI Zona Inguapí Inguapí El Morro Bucheli- Histórico
ID Fisiográfica I II Caunapí
_____________________________________________________________________________
Delicias* 94 Fluvial1 _ _ _ _ _
La Miranda 97 Fluvial1 X X X _ _
El Coco 96 Fluvial2 _ X _ X X
La Brava2* 31 Fluvial2 _ _ _ _ _
P-Nuevo 48 Fluvial2 _ X _ X _
Remigia 53 Fluvial2 _ X X X _
Esperanza 58 Fluvial2 _ X X X _
El Salto 60 Fluvial2 _ _ _ X _
La Brava1 61 Fluvial2 _ X X X _
Puntilla 62 Fluvial2 _ X _ X _
Las Marías 63 Fluvial2 _ X _ _ _
Cebu* 64 Fluvial2 _ _ _ _ _
Cortadura 65 Fluvial2 _ X _ X _
Encanto 66 Fluvial2 _ _ _ X _
Aguacate 67 Fluvial2 _ X _ X _
Palmera* 68 Fluvial2 _ _ _ _ _
Est-Tangareal* 69 Fluvial2 _ _ _ _ _
Astorca 70 Fluvial2 _ _ _ X _
M-Rodríguez* 71 Fluvial2 _ _ _ _ _
Chorrera2* 72 Fluvial2 _ _ _ _ _
La Clarita* 73 Fluvial2 _ _ _ _ _
Ramoncillo* 74 Fluvial2 _ _ _ _ _
Vuelta Larga 75 Fluvial2 _ X _ X _
ICA3* 76 Fluvial2 _ _ _ _ _
Zapote* 77 Fluvial2 _ _ _ _ _
Zapotal 78 Fluvial2 _ X X X _
2-Quebrada 79 Fluvial2 _ X X X X
V-Carmen 80 Fluvial2 _ X _ _ _
El Retono 81 Fluvial2 _ X _ X _
La Vega 82 Fluvial2 _ X _ _ _
Almejero* 83 Fluvial2 _ _ _ _ _
Riverita 85 Fluvial2 _ _ _ X _
N-Creación* 86 Fluvial2 _ _ _ _ _
______________________________________________________________________________
* Sitios sin asignación a fases debido a que en ellos no se hallaron
materiales culturales diagnósticos.

129
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.8. Distribución de Atributos Seleccionados por Fases en el Área de Tumaco

Inguapí Inguapí El Morro Bucheli- Histórico


ATRIBUTOS SELECCIONADOS I II Caunapi
Vidrio X
Hierro X
Pipas de cerámica X
Cerámica vidriada X
Cuencos con decoración de concha X
Vasijas carenadas con cordones X X
Cuencos cerrados simples X
Grandes urnas X
Vasijas de uso ordinario X
Cuencos carenados y patrones incisos X
Vasijas con bordes recurvados X
Vasijas with apliques X
Figurillas hechas a mano X
Pedestales y bandas rojas- blancas X
Vasijas con base anular X
Cuencos abiertos y base anular X
Vasijas de cuello estrecho y recurvado X
Vasijas con pintura roja y blanca X X
Vasijas con patas mamiformes X
Vasijas con patas cónicas X
Vasijas con bordes compuestos X
Cuencos esféricos X
Tumaco vasijas polícromas X
Tumaco figurillas humanas clasicas X
Tumaco figurillas zoomorfas X
Vasijas en forma de calabaza X
Ralladores X
Moldes X
¨Canasteros¨ * X X
Silvatos X X
Vasijas efigie X X
Estampaderas X X
Maquetas de casas X X
Cuencos carenados, fina incisión X X
Vasija globula con rojo-zonal-inciso X X
Cuencos con soportes cónicos X X
Vasijas cuadradas X X
Pintura negativa X X
Pintura resistente X X
Pintura iridiscente X X
Vasija doble vertedera y puente X X
Botellas con cuello largo X X
Figurillas Humanas estilizadas X

* Los ¨Canasteros¨ son aquellas vasijas que representan figuras humanas sentadas, llevando a cuestas
cargas atadas con cuerdas (Cardale y Herrera 1995; Lathrap 1975:101).

130
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.9. Distribución de Materiales Líticos.
_____________________________________________________________________________________
Sitios Pesas Red Hachas Manos Metates Machacador Rallador* Discos Lascas Obsidiana
_____________________________________________________________________________
Exporcol (01) 2 1 1 1 1 1 1
San Luis (02) 3 1 1 1
Nerete (03) 1 1
Mascarey (84) 1
Esfuerzo (09) 1 1 1 1 1
Chiricana (10) 1 1
La Magnolia (14) 1 1 1
La Catalina (27) 1
El Coco (96) 1
Remigia (53) 1 2 2 4 5
La Esperanza (58) 1 1 3
Cortadura (65) 1
Tangareal (88) 4
La Miranda (97) 5 4 1 1 1 2 4 2 12
____________________________________________________________________________________
Total 17 9 5 2 5 7 4 8 28

* En la tabla aparecen únicamente ralladores con incrustaciones en piedra.

Tabla 5.10. Algunos Elementos Diagnósticos de la Fase Inguapí II (Tumaco-Tolita) y Otros Sitios.
(a) Área Estimada en Has; (b) Montículos Artificiales; (c) Obsidiana; (d) Metales; (e) Pesas de
Red; (f) Ralladores y (g) Figurillas.
___________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
___________________________________________________________________________________
Exporcol 1* Manglar 2 2 1 1 2 1 13
San Luis 2* Manglar 3 1 2 - 3 1 1
Nerete 3** Manglar 8 6 - - 1 - 3
Tambillo 4* Manglar 4 1 - - 2 - 1
Robles 5* Manglar <1 - - - - - -
Piñal Salado 6* Manglar 100*** - - - - - -
Aguaclara 7** Manglar >1 - - - - - -
Bucheli 8* Manglar <1 - - - - - -
Mascarey 84* Manglar <1 - 1 3 - - -
La Quinta 95* Manglar 2 - - - - - -
Pedregal 93* Manglar <1 1 - - - - -
Esfuerzo 9* Interfluvial 3 1 1 - 1 1 -
Ing.Chiricana 10* Interfluvial <1 - - - - 1 -
Ing.Carmen 11* Interfluvial <1 1 - - - - -
Tres Marías 12* Interfluvial 50*** 1 - - - - -
Inguapí+El Balsal 13* Interfluvial 2 18 - 1 - - -
Magnolia 14* Interfluvial <1 2 1 3 1 - 24
Km 19 15** Interfluvial <1 - - - - - -
Chilví 16* Interfluvial <1 1 - - - - -
Lomitas 17* Interfluvial 2 - - - - - -
Km 17.5 18** Interfluvial <1 1 - - - - -
Catedral 19* Interfluvial 5 8 - - - - -
Km 18 20** Interfluvial <1 - - - - - -

131
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.10 (Continúa)
___________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
___________________________________________________________________________________
Km 18.5 21* Interfluvial <1 - - - - - -
Granja 22** Interfluvial <1 1 - - - - -
Vicky 23** Interfluvial <1 1 - - - - -
Km 20 24** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 21 25** Interfluvial <1 - - - - - -
Providencia 26** Interfluvial <1 - - - - - -
Catalina 27** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 23 28** Interfluvial <1 - - - - - -
Palmar 29* Interfluvial <1 - - - - - -
Km 23.5 30** Interfluvial <1 1 - - - - 1
Cajapí 32* Interfluvial <1 2 - - - - -
Villa Rica 33** Interfluvial 3 3 - - - - -
Franco 34* Interfluvial <1 - - - - - -
Km 28 35* Interfluvial <1 - - - - - -
Las lajas 36** Interfluvial <1 - - - - - -
Trinidad 37** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 28.5 38** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 29 39** Interfluvial <1 - - - - - -
Juan Domingo 40** Interfluvial <1 - - - - - -
La Tirsa 59* Interfluvial 50*** - - - - - 1
ICA1 41** Fluvial2 <1 - - - - - -
ICA2 42* Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 31 43** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 31.5 44** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 32.5 45** Fluvial2 <1 - - - - - -
Chorrera1 46** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 33.5 47** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 34.5 49* Fluvial2 <1 - - - - - -
Gran Cebú 50** Fluvial2 50*** - - - - - -
Km 35.5 51** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 36 52* Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 38.5 54* Fluvial2 <1 2 - - - - -
Espriella 55** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 39.5 56** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 40 57** Fluvial2 <1 - - - - - -
V-Iscuande 87* Fluvial1 <1 - - - 4 - 2
Tangareal 88* Fluvial1 2 - - 2 1 1 1
I-Grande 89** Fluvial1 <1 - - - - 1 -
S-María 90* Fluvial1 <1 - - - - - -
El Llano 91* Fluvial1 2 - - - - - -
Esperanza 92* Fluvial1 5 - - - - - -
Delicias 94** Fluvial1 <1 - - - - - -
La Miranda 97* Fluvial1 20 4 12 6 4 2 9
El Coco 96* Fluvial2 <1 - 1 - - 1 1
La Brava2 31** Fluvial2 5 4 - - - - -
P-Nuevo 48* Fluvial2 2 5 - - - - -
Remigia 53* Fluvial2 <1 3 5 - - 1 1
Esperanza 58* Fluvial2 <1 2 3 - 1 - 1
El Salto 60* Fluvial2 <1 - - - - - -
132
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.10 (Continúa)
_________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
_________________________________________________________________________________
La Brava 61* Fluvial2 3 - - - - - -
Puntilla 62* Fluvial2 <1 - - - - - -
Las Marías 63* Fluvial2 <1 - - - - - -
Cebú 64** Fluvial2 <1 - - - - - -
Cortadura 65* Fluvial2 2 5 1 - - - 1
Encanto 66** Fluvial2 <1 - - - - - -
El Aguacate 67* Fluvial2 <1 - - - - - 1
Palmera 68** Fluvial2 <1 - - - - - -
Est-Tangareal 69** Fluvial2 <1 1 - - - - -
Astorga 70** Fluvial2 <1 - - - - - -
M-Rodríguez 71** Fluvial2 <1 - - - - - -
Chorrera2 72** Fluvial2 <1 1 - - - - -
La Clarita 73** Fluvial2 <1 3 - - - - -
Ramoncillo 74** Fluvial2 <1 - - - - - -
Vuelta Larga 75* Fluvial2 <1 - - - - - 1
ICA3 76** Fluvial2 <1 - - - - - -
Zapote 77** Fluvial2 3 2 - - - - -
Zapotal 78* Fluvial2 2 - - - - - -
2-Quebradas 79* Fluvial2 8 6 - - - - -
V-Carmen 80* Fluvial2 <1 2 - - - - 1
El Retoño 81* Fluvial2 <1 1 - - - - 1
La Vega 82* Fluvial2 <1 - - - - - 1
Almejero 83** Fluvial2 <1 - - - - - -
Riverita 85** Fluvial2 <1 - - - - - -
N-Creación 86** Fluvial2 <1 - - - - - -
________________________________________________________________________________
* Sitios de la Fase Inguapí II. ** Sitios de otras fases. *** Área en has para campos prehispánicos
de cultivo. Los números son cantidades por cada elemento.

Tabla 5.11. Distribución de Sitios por Fases y Zonas Fisiográficas.


__________________________________________________________________
FASES Inguapí I Inguapí II El Morro Bucheli Sitios Total
ZONAS Caunapí Históricos
__________________________________________________________________
Manglares 2 9.1% 9 41.0% 7 31.9% 2 9.1% 2 9.1% 22
Interfluvial 4 14.8% 14 51.9% 3 11.1% 6 22.2% 0 0.0% 27
Fluvial 1 1 7.7% 6 46.2% 2 15.4% 2 15.4% 2 15.4% 13
Fluvial2 0 0.0% 19 42.2% 5 11.1% 19 42.2% 2 4.4% 45
__________________________________________________________________

133
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.12. Distribución de Montículos Artificiales en Tumaco. Medidas Aproximadas
_______________________________________________________________________
SITIO SITIO No. ZONA LARGO m ANCHO m ALTO m VOLUMEN (m3)
_______________________________________________________________________
Exporcol S01 Manglar 35.00 7.00 2.70 3364
Exporcol S01 Manglar 10.00 8.00 1.50 251
San Luis S02 Manglar 140.00 15.00 2.50 10996
Nerete* S03 Manglar 16.00 12.00 4.20 1689
Nerete* S03 Manglar 16.30 10.00 1.25 427
Nerete* S03 Manglar 16.00 11.20 3.70 1389
Nerete* S03 Manglar 16.00 12.00 3.25 1307
Nerete* S03 Manglar 16.80 10.40 3.50 1220
Nerete* S03 Manglar 17.60 10.40 4.10 1572
Tambillo S04 Manglar 14.00 14.00 1.65 677
Esfuerzo S09 Interfluvial 15.00 13.00 2.00 817
Ing. Carmen S11 Interfluvial 21.30 30.50 3.50 4695
Tres Marías S12 Interfluvial 10.00 8.00 0.50 84
Inguapí* S13 Interfluvial 13.60 8.00 0.80 182
Inguapí* S13 Interfluvial 14.50 8.00 0.77 187
Inguapí* S13 Interfluvial 13.00 9.00 0.85 208
Inguapí* S13 Interfluvial 14.00 6.00 6.00 1055
Inguapí* S13 Interfluvial 32.00 21.00 2.32 3265
Inguapí* S13 Interfluvial 12.00 7.50 1.26 238
Inguapí* S13 Interfluvial 12.80 8.00 0.54 116
Inguapí* S13 Interfluvial 11.20 9.60 0.75 169
Inguapí* S13 Interfluvial 12.00 9.60 0.75 181
Inguapí* S13 Interfluvial 13.60 10.40 0.66 196
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 18.50 10.00 0.91 353
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 15.50 12.00 0.39 152
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 19.00 12.00 0.19 91
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 16.50 11.50 0.89 354
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 13.50 12.00 0.88 299
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 16.00 11.50 0.93 358
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 24.50 10.00 1.15 590
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 19.00 18.00 1.06 759
Magnolia S14 Interfluvial 27.40 24.00 2.80 3856
Magnolia S14 Interfluvial 28.00 19.00 1.30 1448
Chilvi S16 Interfluvial 17.70 13.90 0.46 237
Km. 17.5 S18 Interfluvial 21.50 15.00 1.80 1216
Catedral S19 Interfluvial 58.00 37.30 2.40 10874
Catedral S19 Interfluvial 29.00 23.00 1.30 1928
Catedral S19 Interfluvial 27.80 19.50 1.00 1103
Catedral S19 Interfluvial 21.40 16.00 0.80 574
Catedral S19 Interfluvial 21.30 13.00 0.60 348
Catedral S19 Interfluvial 15.40 13.80 0.50 223
Catedral S19 Interfluvial 14.00 11.30 0.60 199
Catedral S19 Interfluvial 18.30 14.00 0.60 322
km. 18.5 S21 Interfluvial 17.50 11.30 0.50 207
Granja S22 Interfluvial 17.00 11.00 0.50 196
Vicky S23 Interfluvial 30.00 1.50 0.40 37
Km. 23.5 S30 Interfluvial 42.00 26.00 1.50 3431
Cajapí S32 Interfluvial 21.00 19.00 0.80 669
Cajapí S32 Interfluvial 16.50 20.00 0.50 346
134
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Tabla 5.12 Continúa)
_______________________________________________________________________
SITIO SITIO No. ZONA LARGO m ANCHO m ALTO m VOLUMEN (m 3)
_______________________________________________________________________
Villarica S33 Interfluvial 8.60 3.80 0.65 44
Villarica S33 Interfluvial 4.70 2.50 0.61 15
Villarica S33 Interfluvial 4.00 0.30 0.75 3
Pedregal S93 Fluvial1 32.00 20.60 3.00 4021
Miranda S97 Fluvial1 30.00 18.00 1.70 1923
Miranda S97 Fluvial1 12.00 10.00 0.80 201
Miranda S97 Fluvial1 20.00 15.00 0.50 314
Miranda S97 Fluvial1 40.00 30.00 2.00 5027
La Brava2 S31 Fluvial2 45.00 18.50 1.50 2615
La Brava2 S31 Fluvial2 27.00 25.90 1.50 2197
La Brava2 S31 Fluvial2 27.00 27.00 0.50 763
La Brava2 S31 Fluvial2 26.80 29.90 1.50 2517
P-Nuevo S48 Fluvial2 30.00 25.00 0.70 1100
P-Nuevo S48 Fluvial2 24.50 20.00 0.75 769
P-Nuevo S48 Fluvial2 22.50 19.00 1.40 1253
P-Nuevo S48 Fluvial2 18.70 17.00 1.30 866
P-Nuevo S48 Fluvial2 30.00 29.00 1.45 5534
km 38.5 S53 Fluvial2 16.00 20.00 0.60 402
Km 38.5 S53 Fluvial2 15.00 10.00 1.00 314
Remigia S54 Fluvial2 40.00 22.00 1.70 3133
Remigia S54 Fluvial2 14.00 13.70 1.10 925
Remigia S54 Fluvial2 21.80 14.90 1.70 1157
Esperanza S58 Fluvial2 20.00 18.70 1.50 1175
Esperanza S58 Fluvial2 18.00 20.00 2.00 1508
Cortadura S65 Fluvial2 25.00 25.00 2.50 3273
Cortadura S65 Fluvial2 45.00 25.00 1.70 4006
Cortadura S65 Fluvial2 17.00 15.00 1.50 801
Cortadura S65 Fluvial2 24.50 20.40 1.50 1570
Cortadura S65 Fluvial2 30.00 20.00 2.00 2513
Est.Tangareal S69 Fluvial2 6.70 4.20 0.40 24
Clarita S73 Fluvial2 20.00 16.00 1.10 737
Clarita S73 Fluvial2 30.00 30.00 1.50 2827
Clarita S73 Fluvial2 50.00 40.00 1.50 6283
Chorrera2 S72 Fluvial2 27.50 19.30 1.40 1556
Zapote S77 Fluvial2 9.00 7.00 0.40 53
Zapote S77 Fluvial2 6.00 4.90 0.40 25
V-Carmen S80 Fluvial2 30.00 20.00 7.00 8797
V-Carmen S80 Fluvial2 10.00 8.00 1.50 251
Dos Quebradas S79 Fluvial2 30.00 20.00 1.50 1885
Dos Quebradas S79 Fluvial2 15.00 15.00 7.00 3299
Dos Quebradas S79 Fluvial2 49.50 16.00 3.76 6237
Dos Quebradas S79 Fluvial2 60.00 35.00 8.00 35186
Dos Quebradas S79 Fluvial2 12.00 8.00 1.50 302
Dos Quebradas S79 Fluvial2 9.50 7.00 1.50 209
El Retoño S81 Fluvial2 20.00 17.00 3.00 2136
______________________________________________________________________________
Total de montículos artificiales en la región de estudio = 94.
* Montículos identificados por J.F. Bouchard en los sitios Inguapí-El Balsal y Nerete (1982-83:155, 222-238 y 287). El volumen
aproximado de los montículos fue calculado usando la fórmula de la elípse (V=4/3 abc), donde a, b y c son los ejes semi-
longitudinales, dividido por 2. La fórmula sería V=2/3 abh, donde a=largo, b=ancho y h=altura del montículo.
135
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.1 Secuencias seriadas de cerámicas de las Fases Inguapí I, Inguapí II, El Morro y
Bucheli-Caunapí. Cerámica: (a) Ordinario; (b) Roja; (c) Bandas rojas; (d) Rojo-naranja; (e)
Rojo-marrón; (f) Blanco; (g) Rojo-blanco; (h) Negativa; (i) Rojo-negro; (j) Negro; (k) Rojo/crema;
(l) Corrugado; (m) Rojo zonal-inciso; (n) Muescas; (o) Inciso; (p) Impreso; (q) Aplicaso; (r)
Escobillado; (s) Moldes; (i) Figurillas; (u) Inciso-linea-ancha y (v) Ralladores.
136
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.2 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos del Período Chorrera asignados
a la Fase Inguapí de Tumaco.

137
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.3 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos de la Fase Inguapí II, Tumaco-
Tolita.
138
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.4 Implementos de subsistencia: Ralladores, pesas de red, hachas y metates. Vasija
en forma de calabaza, fragmentos de maqueta de casa y canoa. Fase inguapí II, Tumaco-
Tolita.
139
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.5 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos de la Fase Inguapí II, Tumaco-
Tolita.

140
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Figura 5.6 Fragmentos de figurillas en cerámica de la Fase Inguapí II, Tumaco-Tolita.

141
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.7 Fragmentos de figurillas, sellos, cuentas de collar, volantes de huso, fragmentos de
adobe (wattle and daub), fichas de cerámica y pesas de red, Fase Inguapí II, Tumaco-Tolita.

142
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.6 Lascas de obsidiana (vidrio volcánico). Intercambio Prehispánico. Tumaco-Tolita.

143
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.9 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos de la Fase El


Morro.
144
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Figura 5.10 Fragmentos de figurillas de la Fase El Morro (a-c). Cerámicas diagnósticas y


estilos decorativos de la Fase Bucheli-Caunapí (d-p). Cerámicas diagnósticas y estilos
decorativos del Período Histórico (q-s) y pipas en cerámica (t-u).

145
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Foto 5.1 Distribución de sitios de la Fase Inguapí I

Foto 5.2 Distribución de sitios de la Fase Inguapí II. Tumaco-Tolita

146
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Foto 5.3 Distribución de sitios con montículos artificiales en Tumaco

Foto 5.4 Distribución de sitios de la Fase El Morro

147
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Foto 5.5 Distribución de sitios de la Fase Bucheli-Caunapí

Foto 5.6 Distribución de sitios con materiales históricos

148
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 6

El Clímax de los Cacicazgos Costeros: Asentamiento, Subsistencia


e Intercambio Regional

6.1 Modelos de Complejidad Cultural


Las sociedades del Área Intermedia han sido objeto de una extensa discusión en
antropología y arqueología, especialmente sobre aspectos de su estructura social,
política y económica. Los primeros argumentos elaborados por el evolucionismo
cultural se basaron en las tesis de L. White (1959), J. Steward (1951, 1955) y E.
Service (1962). Sus postulados teóricos se centraron en la idea de que las sociedades
corresponden a etapas evolutivas determinadas por las tecnologías de subsistencia y
las estrategias adaptativas las cuales pueden ser documentadas a través de la historia
y la arqueología. Con estas herramientas teóricas se llegó a establecer la secuencia
evolutiva de bandas-tribus-cacicazgos-estados.
En el presente capítulo nos centraremos sobre todo en el análisis del concepto
de cacicazgo (chiefdom), el cual nos servirá para explicar el desarrollo prehispánico en
la región de estudio. Los conceptos de tribu y cacicazgo son ampliamente manejados
en la literatura antropológica actual y especialmente en arqueología para el estudio de
evidencias de sociedades prehispánicas. Los conceptos no han sido de fácil definición,
especialmente cuando ambos tienen organizaciones sociales basadas en los lazos de
parentesco. Sin embargo, las diferencias parecen ser más notables cuando
observamos niveles de organización política y económica. Las tribus, por ejemplo, se
correlacionan con "villas autónomas" y grupos de parentesco basados en una
economía de reciprocidad; mientras que los cacicazgos aparecen igualmente como
unidades autónomas pero se enmarcan bajo el control de un jefe supremo (Carneiro
1981).
La discusión sobre los cacicazgos aparece inicialmente con los trabajos de M.
Sahlins (1958) en Polinesia. Sus observaciones sobre la estructura política de los
mismos se relacionan con el poder y las funciones de los jefes para controlar un
número de comunidades. Entre sus funciones más destacadas de acuerdo con su
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
status social y prestigio está la labor económica de redistribución de bienes. Service
(1975), influenciado por Sahlins observa los cacicazgos como sociedades basadas en
una estructura de rangos sociales y líderes quienes coordinan actividades económicas,
sociales y religiosas. Para Service la estratificación social es un importante elemento,
que comienza con el status del cacique rodeado de personajes de rango de acuerdo a
la cercanía en su relación de parentesco. Sus centros poblados usualmente fueron
más grandes que aquellos de sociedades igualitarias tribales, pero menos
estratificados y menos centralizadas que en las sociedades estatales. Service al
retomar el concepto de redistribucion definido por Polanyi (1945), establece que la
habilidad de redistribuir bienes habilita al cacique en el subsidio de guerreros,
intercambio de bienes, artesanos, uso de la tierra, como también la construcción de
grandes obras públicas (Service 1962).
Por su parte, M. Fried (1967) no identifica los cacicazgos en la forma en que los
autores anteriores lo hacen y prefiere discutir el concepto de sociedad estratificada
(ranked society). Para él una sociedad con rangos no es completamente igualitaria
como una banda o una villa autónoma (tribu), y tampoco está estratificada como
aquellas sociedades estatales. Se interesa más por el status social en aquellos grupos
donde predomina una estratificación por rango en vez de su organización política-
económica. Las diferencias en status dan prioridad al acceso de recursos estratégicos
que pueden relacionarse con las demandas tributarias (Carneiro 1981:43).
En sus diferentes estudios sobre los cacicazgos T. Earle (1987, 1989, 1991) ha
sugerido que la conceptualización de los mismos debería ser usada para caracterizar
una formación social estratificada pre-estatal, la cual exhibe niveles circunscritos de
status, villas organizadas que pueden comprender miles de individuos en niveles más
altos que aquel de la unidad doméstica (tribal) y su integración socio-política debe
aparecer al menos como una jerarquía centralizada.
A pesar de los problemas inherentes al uso de categorías de grupos sociales, se
insiste en el empleo del concepto de cacicazgo, para caracterizar sociedades diferentes
a aquellas igualitarias pero menos complejas que los estados centralizados y
estratificados. La aplicación del concepto se extendió en toda América, especialmente
150
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
se destaca su utilidad en el análisis y explicación de las sociedades que produjeron, por
ejemplo, las culturas Dallas de Tennessee, Moundville de Alabama y Cahokia de
Illinois, entre las numerosas manifestaciones regionales del fenómeno más amplio
conocido como la tradición Mississipi. Las evidencias arqueológicas de estas culturas
se caracterizan por los grandes montículos construidos con propósitos ceremoniales y
de enterramiento en núcleos de las comunidades más grandes de la región (Fiedel
1992; Peebles 1987). También el concepto de cacicazgos ha sido extensamente
aplicado en el área Intermedia donde se incluye Centro América y la parte norte de
Suramérica. Allí, las sociedades prehispánicas han tenido desarrollos socio-culturales
de variada complejidad. Sin embargo, ninguna de estas alcanzó altos niveles de
desarrollo social y económico como aquellas de Mesoamérica y de los Andes
Peruanos. Las sociedades Tairona y Muisca en Colombia tal vez fueron las más
destacadas al nivel de sociedades complejas con formaciones cacicales reconocidas
(Langebaek 1996; Reichel-Dolmatoff 1987).
En los últimos años en las zonas tropicales de América se han analizado
modelos de cacicazgos como expresiones de complejidad cultural bajo nuevos
enfoques y evidencias arqueológicas y etnográficas. Dentro de estos modelos se
analizan diferentes formas de control por parte de las élites: relaciones de poder,
producción de alimentos, intercambios a corta y larga distancia, distribución de
asentamientos, uso de la tierra, mobilidad, manufactura de bienes, mercados y guerras
(Drennan 1995; Drennan y Uribe 1987; Langebaek y Cárdenas 1996). Estos estudios
en últimas examinan los procesos e instancias del control socio-político y económico
desarrollado por aquellas sociedades que se definen como cacicales. Las sociedades
complejas sólo pueden ser conocidas a través de procesos a largo plazo, ya que estas
forman parte de sistemas amplios de relaciones sociales y económicas (Drennan y
Quattrin 1995; Early 1991; Gilman 1991; Steponaitis 1991). De otro lado, debemos
reconocer que existen diferencias extremas en el registro de estas sociedades. En
algunas hay muy poca evidencia de acumulación de riquezas personales, pero con
claras muestras de actividades comunales y corporativas (e.g., infraestructuras);
mientras que en el extremo opuesto, existen otras con marcadas diferencias en
151
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
posesiones personales y símbolos de prestigio los cuales pesan como expresiones de
autoridad comunitaria (Renfrew 1974) (Tabla 6.1).

Tabla 6.1. Cacicazgos y Correlaciones Arqueológicas


________________________________________________________________________
Autor Atributos Evidencia en Tumaco (Fase Inguapí II)
________________________________________________________________________
Johnson y Earle (1987) Integración Jerárquica Asentamiento Regional Jerarquizado
Grandes Construcciones Grupos de Montículos Artificiales
Fuerza de Laboreo Montículos y Sistemas de Camellones
Financiación de Productos ?
Financiación de Riqueza ?
Gran Actividad de Subsistencia Agricultura Intensiva y probablemente
Pesca
Intercambio a Larga Distancia Cerámica, Conchas, y Obsidiana (200 km), Costa/Andes
Almacenamiento de Comida ?
Control de la Guerra ?

Earle (1991) Circunscripción ? Asentamiento Regional Jerarquizado


Incremento de Población Fase Inguapí II Muestra Incremento relativo
en densidad de Población
Producción de la Tierra Agricultura Intensiva
Laboreo Humano Montículos y Sistemas de Camellones
Intercambio y Comunicación Costa/Andes Intercambio
Intercambio a Larga Distancia Cerámica, Conchas, y Obsidiana (200 km), Costa/Andes

Drennan (1995) Crecimiento Demográfico Fase Inguapí II Muestra Incremento relativo


en densidad de Población
Jerarquía Social Complejidad Social y diferenciación está Implícita en
Figurillas Humanas.
Organización Política ?
Centralización Asentamiento Regional Jerarquizado, (Sitios Grandes
con montículos vs. Sitios pequeños)
Centros Importantes (Inguapí, La Magnolia, Dos
Quebradas y La Miranda)
Especialización Económica Agricultura Intensiva, Producción con uso de Camellones
(Maiz, curcubita, Maranta y Palmas)
Almacenamiento Centralizado ?
Especialización Artesanal Cerámica, Metales, Conchas
Intercambio a Larga Distancia Cerámica, Conchas y Obsidiana (200 km), Costa/Andes
Intercambio Local Oro, Cerámica, Conchas (?) y pescado (?)

Bienes de Elite Adornos Personales (i.e., cuentas, oro, Platino, tumbaga,


Conchas, Piedra)
Entierros Elaborados ? Sólo Entierros en Montículos y Urnas
Guerra ?

____________________________________________________________________________________

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En el norte de Suramérica G. Reichel-Dolmatoff (1977, 1987) sostenía que a
partir del 500 a.C. varios cacicazgos estuvieron organizados políticamente bajo jefes
territoriales que emergieron en el suroccidente colombiano con tamaños de población
diferentes de una región a otra. Igualmente, entre Colombia y Ecuador parecen
haberse destacado notables cacicazgos, como los del valle del río Cauca, Nariño,
Carchi y Quito (Carneiro 1991; Trimborn 1949; Uribe 1995; Romoli 1962; Salomon
1986). No obstante, algunos de ellos fueron culturalmente integrados por menos de
una centuria como parte del estado Inca hasta el contacto europeo (Salomon 1986;
Uribe 1978; Patterson 1987). Las sociedades del período tardío son mejor conocidas
bajo el concepto de cacicazgos. Los españoles dieron este nombre para referirse a la
organización política en la cual varios pueblos indígenas circunscritos dentro de un
territorio eran dominados por la figura del cacique o jefe (cf. Romoli 1962, Reichel-
Dolmatoff 1987; Carneiro 1991).
En este estudio se presenta la región costera del Pacífico como una zona
habitada por sociedades tribales y cacicales basándonos en evidencias arqueológicas
del área investigada: Tumaco-Tolita. A pesar de las limitaciones del registro
arqueológico queremos enfatizar sobre elementos importantes que caracterizan estas
sociedades como las pautas de asentamiento, economía, redes de intercambio,
diferenciación social, bienes de prestigio, especialización artesanal y fronteras.

6.2 El Surgimiento de los Cacicazgos Costeros


La costa del Ecuador fue una región muy activa culturalmente, sus logros se
extendieron hasta el suroccidente de Colombia. Las primeras villas autónomas de
agricultores y pescadores aparecen en Real Alto y Valdivia, alrededor del 3200 a.C. En
estos sitios residentes permanentes con estrechos lazos de parentesco vivían de una
economía mixta basada en la agricultura de plantas domesticadas como el maíz,
frijoles, achira, etc., combinada con recursos de ambientes marinos y estuarinos.
Especialmente, fueron uno de los primeros pueblos en hacer uso de la cerámica en
América. Los avances culturales y tecnológicos de Valdivia y sus primeras villas de
Real Alto fueron la base para el establecimiento de nuevas aldeas de agricultores y
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
pescadores adaptadas a las tierras bajas tropicales. Estos grupos se los ha estudiado
bajo los nombres de las fases Machalilla hacia el 1800 a.C. y Chorrera hacias el 1500-
500 a.C. Sus asentamientos más complejos que los anteriores continuaron con una
economía basada en los productos del mar y en la agricultura del maíz principalmente
(Lathrap 1977; Marcos 1988; Meggers et al. 1965; Meggers 1966; Raymond et al.
1980).
Finalizando el segundo milenio a.C. la explotación de recursos de estuarios y
marinos además de la intesificación de la agricultura en las tierras bajas del Pacífico
parece haber conducido hacia resultados positivos tanto en lo cultural y tecnológico
como en el incremento demográfico de los pueblos. Múltiples localidades florecieron a
lo largo de la costa Pacífica (e.g., Guayas, Manabí, Esmeraldas y Tumaco). La
mayoría de ellos han sido relacionados con las ocupaciones tardías Chorrera tanto
para la costa como para algunas zonas andinas de Ecuador y Colombia. Los
especialistas se dedicaron a la navegación, a las artes, alfarería, pesca y agricultura,
entre otras actividades. Se construyeron grandes obras de infraestructura como
montículos, plazas y campos de cultivo. En este último caso vale la pena destacar los
antiguos campos de cultivo de las áreas bajas costeras de las regiones del Guayas, La
Tolita y Tumaco (Buys y Muse 1987; Denevan y Mathewson 1983; Parsons y Schlemon
1982; Patiño 1993b; Stemper 1993). Entre las actividades especializadas en el litoral
se perciben relaciones de intercambio de productos marinos y de bienes
manufacturados requeridos en otras regiones. K. Stothert (1983) ha sugerido que el
impresionante desarrollo cultural en las costas de Manabí y Esmeraldas pudo
desarrollarse gracias al crecimiento de un intercambio marítimo junto al potencial
agrícola de estas regiones y a la habilidad de sus gentes en acumular productos como
el Spondylous y otros objetos suntuarios para el intercambio. La red de relaciones
entre pueblos (cacicazgos) pudo haber sido tan fuerte que alcanzaron regiones
distantes como Mesoamérica y el Perú, es obvio, que elementos culturales de ambas
regiones se perciben en las costas de Ecuador y Colombia (Lathrap et al. 1975; Marcos
1988; Zeidler 1977-78).
En la costa Pacífica colombo-ecuatoriana estudios recientes (Stemper 1993;
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Zeidler y Pearsall 1994) destacan la existencia de sociedades cacicales de carácter
regional, como entidades culturales con niveles de complejidad variada. Aunque las
investigaciones sobre estas sociedades apenas inician, se cree que los cacicazgos
tienen sus orígenes en el Formativo, se consolidan en los Desarrollos Regionales y
algunos persisten en el período de Integración no sólo en la costa sino también en los
valles y altiplanos andinos (Athens 1980; Echeverría 1988; Uribe 1986).
En los cacicazgos de Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) se resaltan los poblados y
centros ceremoniales con montículos preferencialmente ocupando las tierras de mayor
productividad. Varias zonas de las tierras bajas costeras, con altos niveles de
humedad, fueron adaptadas para la agricultura extensiva mediante grandes obras de
infraestructura. Los ríos, bocanas y mar abierto, además de proveer recursos de
subsistencia, interconectaron las diferentes zonas fisiográficas haciendo posible la
movilidad e intercambio de productos entre estas sociedades. Relaciones de
intercambio en estas regiones también fueron importantes según la evidencia y
persistencia de objetos suntuarios, tales como cuentas, conchas Spondylus sp.,
obsidianas y objetos de metal, lo que indica un acceso amplio y variado a los recursos
y materias primas. Estos elementos pudieron haber sido usados como bienes de
prestigio por las élites de estas sociedades, lo cual se constituye en una característica
importante de las sociedades de rango (Currie 1995; Deboer 1996; Drennan 1995;
Feldman 1987; Fried 1967; Gnecco 1996; Marcos 1986; Mester 1985; Zeidler 1994).

6.3 Tumaco-La Tolita: Patrones de Asentamiento y Centros Poblados


La Fase Inguapí II caracteriza el mayor desarrollo cultural de la región de
Tumaco y a su vez se correlaciona con lo que hemos denominado los cacicazgos
Tumaco-Tolita (350 a.C.-350 d.C.). De acuerdo con los trabajos de prospección y
excavaciones se establece que durante esta fase existieron tres patrones de
asentamiento teniendo en cuenta zonas fisiográficas costeras de Tumaco (Foto 5.2).
Estos patrones corresponden a: (1) ocupaciones entre 1 y 8 hectáreas en zonas de
manglares con viviendas probablemente levantadas del suelo para evitar la humedad y
también el uso de montículos artificiales de variados tamaños. Según las evidencias
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
arqueológicas sus moradores estuvieron estrechamente relacionados con los recursos
de pesca en estuarios, bocanas y mar abierto; aunque existen evidencias de plantas
cultivadas (e.g., maíz y yuca). Sitios típicos de esta zona son San Luis (S02), Tambillo
(S04) y Nerete (S03). También se observan asentamientos en la isla de El Morro, sitio
Exporcol (S01); sin embargo, el patrón de asentamiento en zonas de playas arenosas
no fue muy común; (2) extensos asentamientos en las tierras planas fértiles de la
llanura aluvial drenada por esteros que conectan esta zona con los manglares. Allí se
construyeron los centros poblados más grandes de la región en espacios entre 5 y 20
hectáreas, caracterizados por concentraciones de montículos, campos de cultivo y
abundantes restos culturales diseminados en superficie. Otros sitios alcanzan más de
100 hectáreas, donde se combinan campos de cultivo y áreas de vivienda con
montículos. Como ejemplo importante de este patrón tenemos la zona de Chilví e
Inguapí sitios Inguapí (S13), La Magnolia (S14), La Catedral (S19) y los campos de
cultivo de Piñal Salado (S06), Las Marías (S12) y La Tirsa (S59) (Tablas 5.11 y 5.12);
(3) ocupaciones en áreas de colinas y zonas aluviales interiores caracterizada por
suelos poco fértiles; allí los sitios en su mayoría ocupan áreas menores de 1 hectárea y
pocos hasta de 3 hectáreas como La Brava1 (S61) y Zapote (S77) en la zona de
influencia del río Caunapí. La excepción es el sitio Dos Quebradas (S79) más complejo
que ocupa 8 hectáreas con múltiples tolas en la parte baja del Caunapí. La mayoría de
los asentamientos en cercanías al río se componen de 1 a 2 montículos pequeños y
dispersos, otros no tienen construcciones de montículos.
Con la aplicación de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) (Idrisi) y la
base de datos de Tumaco podemos observar la distribución espacial de los
asentamientos Inguapí II y su correlación con los montículos artificiales de la región de
Tumaco (Fotos 5.2 y 5.3). En estos mapas los sitios distribuidos para Inguapí II revelan
áreas de concentración o dispersión de acuerdo a las pautas de asentamiento y las
zonas fisiográficas mencionadas arriba. Es evidente que durante el asentamiento más
denso en Tumaco, época de florecimiento de los cacicazgos (Fase Inguapí II), se
ocuparon casi todas las áreas disponibles tanto en el ecosistema de manglares ricos en
pesca y la llanura aluvial plana de suelos fértiles, como ciertos tramos de las áreas
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
fluviales. Este aspecto indica que los grupos Tumaco-Tolita tomaron ventaja del
máximo de recursos medioambientales disponibles en los alrededores de los centros
poblados.
En los análisis de patrones de asentamiento se acepta con amplitud que los
sitios más grandes y centrales, en contraste con sitios más pequeños y dispersos,
indican la existencia de estructuras jerárquicas regionales basadas en organizaciones
complejas (e.g., cacicales) de acuerdo a la diferencia de status, completamente
incompatible con aquellas de sociedades igualitarias (Lightfood 1987). Esto parece
aplicarse a la distribución de los asentamientos de la fase Inguapí II. Poblados de esta
naturaleza se asentaron en Inguapí (S13), la Magnolia (S14), La Catedral (S19), Dos
Quebradas (S79) y La Miranda (S97) en el río Mira. Estos sitios se circunscriben en
áreas fertiles que cubren extensas zonas de campos de cultivo prehispánicos,
montículos centrales y satélites. Sólo en el área estudiada se reconocieron 94 tolas
con diferentes volúmenes de tierra acarreada (Figura 4.1, 4.9 y 4.10). Los sitios
pequeños dispersos de la misma fase, parecen corresponder a espacios habitacionales
de miembros comunes de estas sociedades. Los asentamientos en los manglares
debieron pertenecer a aquellos pueblos que aportaban recursos marinos (e.g., pesca,
conchas, etc.), además de ser especialistas en la navegación y probablemente en el
intercambio regional. Aún no es claro hablar de centros ceremoniales primarios y
secundarios, ya que son muy escasas las evidencias excavadas en el área. Tampoco
los trabajos de reconocimiento fueron sufientemente exhaustivos como para observar
tendencias demográficas a través del tiempo; en otras palabras falta información para
elaborar análisis absolutos o relativos con relación a la población regional.
En todos los poblados importantes las élites fueron capaces de movilizar
individuos para trabajos considerables en la construcción de tolas, las cuales pudieron
ser vistas como templos montículos ocupando los espacios arquitectónicos más
importantes dentro del poblado (Figura 4.1). Sus funciones parecen ser en general dos:
(1) para construcciones de edificaciones importantes, probablemente relacionadas con
festividades, ritos y casi con seguridad la residencia de las élites. En las tolas existen
evidencias de fogones, posibles talleres y huellas de postes de madera que indican
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
este tipo de uso, y (2) para el enterramiento de parientes y seguramente
personalidades de rango. Varios son los tipos de entierros encontrados en los
montículos Tumaco-La Tolita; existen entierros en urnas y fosas con ajuares diversos
(e.g., cerámicas, metales, conchas, etc.) indicando la estratificación de los miembros de
estas sociedades (Cf. Valdez 1987). En el área de Inguapí-Chilví se contabilizaron 30
tolas en los centros poblados importantes; en el sitio Dos Quebradas, río Caunapí, un
total de 11 tolas y en el resto de la región estudiada un total de 53 tolas dispersas (Cf.
Tablas 5.11 y 5.12). Dada la disposión de algunos montículos, como por ejemplo
aquellos de La Catedral (S19) y Dos Quebradas (S79) (Figura 3) no cabe duda de que
estos tenían significados sociales y religiosos.
Evidencias de construcciones de casas miniatura en arcilla muestran una
arquitectura basada en plantas cuadradas, rectangulares y pocas circulares, con
paredes en adobe, sostenidas por soportes y columnas en madera con techos en
caballetes curvos a dos aguas. Algunas de ellas están profusamente decoradas con
diseños iconográficos geométricos, generalmente elaborados en las casas comunales
destinadas a festividades y ritos chamánicos (Reichel-Dolmatoff 1988; Wurster 1989).
En algunos sitios de la costa, Guayas, Cayapas y Tumaco, se han hallado fragmentos
de bahareque -wattle and daub- con impresiones de cañas, parecen ser indicadores del
uso de estos materiales en las unidades domésticas (DeBoer 1996:87; Stemper
1993:191-192). Restos de semillas de palmas Tagua (Phytelephas seemannii) y
Chunga (Astrocaryum standleyanum) se hallaron en las excavaciones de Las Tres
Marías (S12) y La Tirsa (S59), ampliamente usadas en la costa para estructuras y
techos de las viviendas. Análisis de fitolitos para la fase Selva Alegre (contemporánea
a Inguapí II), en la cuenca del Santiago-Cayapas, reportaron la presencia de la Tagua
(Phytelephas aequatorialis) y abundantes Gramineae del tipo bambú y cañas (DeBoer
1996:92 y Apéndice 2).
En algún momento a partir del 350 d.C. en la región de Tumaco y vecindades se
experimentan cambios culturales que conllevan a la crisis y "desplome" de las
estructuras cacicales Tumaco-Tolita. Esta época está caracterizada por la presencia
de una nueva fase en la región denominada El Morro (350 d.C.-500 d.C.). Los grandes
158
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
avances culturales y tecnológicos de la fase anterior paulatinamente desaparecen para
dar paso a grupos (Fase El Morro) que ocupan principalmente la isla de El Morro y
algunas zonas planas aluviales y fluviales interiores (Foto 5.4).
La progradación de la costa Pacífica y los cambios de clima pudieron convertir la
zona en más húmeda o más seca de lo normal, lo que pudo conllevar a un deterioro de
las áreas más bajas. Como hipótesis podríamos pensar que prolongadas innudaciones
habrían hecho inmanejables los sitemas de cultivo y la excesiva humedad intolerable
en los asentamientos. Todo esto conllevaría a cambios profundos de orden
económico, social y político en detrimento del poder de las élites, sus redes de
intercambio y redistribución. No existen evidencias claras que supongan cambios
políticos fuertes a través de la guerra en la estabilidad de los cacicazgos Tumaco-La
Tolita. El panorama al final es aquel donde ya no se construyen montículos, ni se
modelan figurillas de personajes destacados como caciques, shamanes y guerreros.
Hacia el 500 d.C. prácticamente todos los rasgos culturales tanto de Inguapí II
como de El Morro han deaparecido de la región Tumaco. Estos cambios,
probablemente paulatinos, en el desarrollo evolutivo de estas sociedades coinciden con
eventos climatológicos drásticos a gran escala que afectaron no sólo la región costera
sino en general otras zonas tropicales de América. Estos cambios ocurridos debido a
grandes sequías o incontrolables inundaciones a gran escala son ocasionados por el
fenómeno de El Niño (Díaz y Markgraf 1992; Meggers 1994a; 1996). Este y otros
fenómenos como la sedimentación, tectonismo y cambios en el nivel del mar han
ocasionado una transformación geomorfológica de la línea costera (Campbell 1982;
Cortés 1981; Ferdon 1981; Tihay y Usselmann 1995). De otro lado, durante los últimos
cientos de años el evento de El Niño ha alterado el régimen climático y afectado la
distribución y comportamiento de bancos de peces a lo largo de la costa Pacífica
(Cooke 1992). Registros palinológicos en el bajo Magdalena y la región Caribe,
Colombia, indican para esta misma época (500 d.C.) cambios climatológicos
pronunciados debido a episodios secos (Van der Hammen 1982; Dueñas 1992). En el
Bajo San Jorge donde existieron extensos campos de cultivo, plataformas de vivienda y
tolas funerarias fechadas a partir del 300 d.C. sufrieron los rigores de episodios
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
similares, obligando al abandono o reutilización de los sistemas de cultivo con sus
consecuentes trastornos en los sistemas culturales de la región (Plazas y Falchetti
1981, 1993).

6.4 Agricultura Intensiva, Pesca, Recolección y Caza: La Economía


Costera
Para el análisis de la subsistencia de las sociedades Tumaco-La Tolita en la
costa Pacífica hemos tenido en cuenta los aportes hechos por el estudio regional en
Tumaco y aquellos de regiones vecinas tanto del área de Esmeraldas como del norte
en la costa caucana y Bahía de Buenaventura en Colombia. Las evidencias
recolectadas a través de análisis de polen y restos macro-orgánicos destacan la
presencia del maíz (Zea mays), producto que se ratifica como uno de los principales
alimentos en la dieta de las sociedades costeras. Esto no quiere decir que los
complementos proteínicos alimentícios provenientes de la pesca, la recolección y la
caza no hayan sido actividades económicas destacadas.
Las sociedades de la costa ecuatoriana cultivaron maíz desde épocas
tempranas del Formativo (3150 a 1450 a.C.) en sitios como Loma Alta, Real Alto
(OGCh-20), la Península de Santa Elena y San Isidro. También lo hicieron a mediados
y finales del Formativo (1450 y 750 a.C.) en Cotocallao, La Ponga, Nueva Era y otros
sitios de filiación Chorrera (Damp 1984; Lathrap et. al. 1975; 1977; Marcos 1986, 1978;
Marcos y Norton 1982; Pearsall and Piperno 1990; Piperno 1990; Raymond et. al.
1993). El maíz pudo haberse originado y desarrollado en estas zonas a partir de
especies primitivas, como el proto NalTel-Chapalote una variedad derivada del
Teosinte de Mesoamerica encontrada en las costas del Ecuador (Marcos 1988:155).
En la costa Pacífica del sur de Colombia y norte del Ecuador la introducción del maíz
aparece a finales del Fomativo Tardío durante el primer milenio a.C. Su desarrollo e
intensificación como principal producto cultivado parece correlacionarse con la
emergencia de las sociedades complejas en las zonas tropicales del Nuevo Mundo
(Drennan 1995:306; Raymond et. al. 1993).
En las sociedades complejas los miembros de la élite del jefe igualmente han

160
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
sido reconocidos por el manejo y control de las mejores tierras productivas y sus
sistemas agrarios. Un manejo donde aquellas tierras fértiles son ocupadas por los
centros de mayor poder económico y político (Drennan 1996). La agricultura entre los
cacicazgos Tumaco-La Tolita entendida de esa manera fué intensamente desarrollada
y su productividad probablemente obedeció al incremento poblacional durante el auge y
florecimiento de los centros importantes de la región.
Extensos campos de cultivo prehispánicos fueron reseñados por primera vez en
el área de Tumaco. Al sur de Tumaco este tipo de tecnología agraria ha sido
observada en las regiones inundables del Guayas y en algunos sectores de
Esmeraldas, Ecuador, donde se desarrollaron cacicazgos costeros regionales (Buys
and Muse 1987; Denevan and Mathewson 1983; Montaño 1990; Parsons 1973;
Parsons y Schlemon 1982; Stemper 1993; Tihay y Usselmann 1995).
Con este tipo de evidencias podemos saber de plano que el patrón económico
de los cacicazgos en Tumaco estuvo basado primordialmente en la agricultura; aunque
la pesca, la recolección y la caza fueron evidentemente recursos complementarios en
la dieta alimenticia. De acuerdo con el análisis de fotografías aéreas es evidente que
los antiguos campos con camellones paralelos y largas zanjas cubrieron extensas
áreas que pueden alcanzar más de 100 hectáreas, como por ejemplo en Piñal Salado
(S06). Estos campos de cultivo en muchos casos sólo están parcialmente
descubiertos, lo que indica que sus áreas son mayores. Los camellones fueron
construidos en la zona más baja de la llanura aluvial entre los 4 y 5 metros sobre el
nivel del mar, lo que los hace vulnerables a las inundaciones periódicas de la costa16,
especialmente durante episodios del fenómeno de El Niño. En otros sitios como La
Tirsa (S59) y El Gran Cebú (S50) los campos se localizan por encima de los 15 y 50
m.s.n.m. también en zonas planas innudables. En La Tolita, el centro más importante
de los cacicazgos de la región, se localizan 32 sitios arqueológicos, seis de estos
poseen montículos y sólo uno está asociado a campos elevados de cultivo. Estos

16 En el trabajo de campo (abril, 1995) se presentaron dos días consecutivos de lluvias lo que
ocasionó grandes inundaciones en áreas bajas del interior (30 km.), en los días siguientes los drenajes y
canales antiguos funcionaron encargándose de evacuar el agua de esta extensa zona.

161
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
campos, aun no estudiados sistemáticamente, se asocian a un complejo de tolas
ubicado en el estero Garrapata a unos 2 km. de la margen izquierda del río Santiago,
en una zona conocida como la Laguna de la Ciudad (Montaño 1990:17-19; Tihay y
Usselmann 1995:389-396).
Hasta el momento sólo sabemos que productos como el maíz (Zea mays) y la
calabaza o ahuyama (Curcubita sp.), estuvieron presentes en la agricultura de los
campos de camellones y canales. Estos datos provienen del polen obtenido en los
camellones de La Tirsa (S59) y de la representación fitomorfa encontrada en las
excavaciones de La Magnolia (S14). Evidencias del cultivo del maíz se presentan en
muchos otros sitios a lo largo de la costa para la época de los cacicazgos costeros. En
La Tolita, granos de maíz carbonizados fueron encontrados en asociación con
instrumentos agrícolas (e.g., manos, metates y hachas trapezoidales) datados cerca
del 350 a.C. (Valdez 1987). Fitolitos de maíz se observan en casi todas las fases del
Santiago-Cayapas, incluyendo la fase Selva Alegre contemporánea al desarrollo
clásico de La Tolita en la región (DeBoer 1996:92). También se ha sugerido de forma
no certificada la presencia de achira (Canna) y arrowroot (Maranta) en esta misma
región (Idem y Apéndice 2). En la excavación de R3 en el sitio La Bocana, Bahía de
Buenaventura, se halló un ráquiz de maíz de 10 hileras carbonizado, asociado a
fragmentos cerámicos y figurillas Tumaco-La Tolita con dataciones alrededor del 100
a.C. (Salgado y Stemper 1991). Mientras que en el sitio La Cocotera, río Bubuey,
polen de maíz y yuca (Manihoc esculenta) fueron datados hacia el 100 d.C. Esta
evidencia proviene de una columna de suelo con material Tumaco-La Tolita asociado a
cerámicas, pesas para redes, hachas trapezoidales y algunas manos de moler. La
yuca debió ser otro alimento importante en los sitios costeros. Sin embargo, el polen
de este producto es difícil de conservar y las asociaciones de ralladores de cerámica
con este tubérculo aún no son muy claras. Lo interesante es que la yuca sí fue un
producto determinante en la dieta alimenticia entre grupos humanos del trópico
húmedo. La evidencia arqueológica (budares y ralladores) tienden a mostrar la
agricultura de la yuca como importante en la región del Amazonas, ya que se adapta
mejor a los húmedos suelos de las tierras bajas del Caribe, Amazonas y Orinoco
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(DeBoer 1975; Guinea 1995; Lathrap 1970:47-57; Sanoja 1981). El cultivo de la
calabaza en la costa está evidenciado por el hallazgo de piezas cerámicas con forma
de calabaza y por el hallazgo de un recipiente elaborado en ese mismo material
(Lagenaria siceraria) encontrado en la desembocadura del río Esmeraldas (Cf., Guinea
1995:184).
Análisis de fitolitos en La Cocotera también aportaron datos importantes sobre
cambios climáticos locales. En la zona de manglares cambios de esta naturaleza están
representados por formaciones de especies de manglares diferentes. Al parecer en
fechas anteriores al 500 a.C. la región estuvo caracterizada por la presencia de bosque
de mangle rojo (Rizophora) (80%) lo que indica que el área se encontraba inundada y
pantanosa; posterior a esa fecha al parecer las condiciones medioambientales
cambiaron de áreas muy húmedas a más secas, notandose en el registro palinológico
cambios de vegetación especialmente mangle rojo a mangle negro (Avicennia) (casi en
un 50%)17. Estos cambios podrían estar relacionados con alteraciones en el nivel de
costa por efectos de episodios de El Niño, sedimentación o movimientos tectónicos
(Campbell 1982; Díaz y Markgraf 1992). El último cambio produjo áreas más secas y
de mejores condiciones para la ocupación humana. La agricultura del maíz y la yuca
en el segundo período climático fueron las actividades de subsistencia más importantes
junto con el aprovechamiento de los recursos marinos y estuarinos para los grupos de
La Cocotera (Cf. Cavelier 1989; Herrera 1988; Patiño 1988a, 1995).
El ecosistema de manglares y esteros, abundante en recursos terrestres y
marinos, se extiende tierra adentro hasta unos 10 km. formando una compleja red
fluvial de aguas saladas y dulces, compuesta de bocanas, canales, lagunas y

17 Las dataciones y columna de polen de La Cocotera han recibido críticas por parte de algunos autores
que las consideran imprecisas (Cf., Salgado et. al. 1995). Hasta tanto no tengamos nuevas evidencias,
considero de manera hipotética que hacia el 500 a.C. debió suceder un episodio de cambio climático o
progradación en la costa. Para ello debemos tener en cuenta que la fecha de C-14 originalmente obtenida
para La Cocotera fue de 110 ± 60 d.C. datando el estrato superior de la muestra de polen, donde se observó
presencia humana y actividad agrícola ya establecida (Cf. Patiño 1988:65). Posteriormente, se obtuvieron dos
nuevas dataciones una de 540 ± 50 a.C. entre el estrato 1 y 2, justo donde se presenta el cambio de
vegetación de áreas inundadas a vegetación de áreas más secas de acuerdo a la presencia de especies de
mangle; y la otra de 1150 ± 50 a.C. para la base del estrato 2 de la muestra de polen, vegetación de áreas
completamente inundadas (Cf. Patiño 1992:40, 1995).

163
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
quebradas. El sistema de frágil equilibrio ecológico y alto potencial de recursos
alimenticios fue y continúa siendo explotado por pescadores y pequeños agricultures
de la región. El área está supeditada a variaciones de mareas alcanzando rangos por
arriba de los 4 metros. En estas zonas fuentes de subsistencia son identificadas a
partir de los restos arqueológicos cerámicos y líticos. Los típicos ralladores de arcilla
con incrustaciones de microlitos parecen haber sido utilizados para varios fines,
especialmente en la preparación de peces y probablemente en el rallado de algunos
alimentos como la yuca. En mar abierto y los estuarios la pesca y recolección de
mariscos fueron actividades importantes en el complemento de la dieta de estas
sociedades. Innumerables pesas de red líticas son encontradas en sitios de manglares
y al interior de los sistemas fluviales. Pocos restos óseos y de conchas se hallaron en
el sitio La Magnolia (S14) en estratos profundos de un montículo ocupado durante la
fase Inguapí II. Estudios sobre este tipo de restos son incompletos o inexistentes,
especialmente debido a la descomposión de los materiales orgánicos en los sitios.
Para este tipo de análisis las condiciones climáticas del sur de Esmeraldas son más
favorables. Allí estudios de la Misión Española han identificado especies de peces,
reptiles, aves y mamíferos a partir de restos óseos, malacológicos como de
representaciones artísticas de Tiaone (Franch 1979; Guinea 1995; Sanchez 1984).
Para la costa de Colombia y Ecuador, el arte plástico Tumaco-La Tolita ha
proporcionado un medio de identificación de algunas especies importantes para estas
sociedades. Así, variedad de peces, reptiles y anfibios están representadas en arcilla,
como el tiburón tigre (Galeocerdo cuvieri), el pejesapo, (Sphoeroides spp.); el caimán,
(C. Acutus), la iguana (Anolis spp.), y tortugas del orden Testudinata entre otros;
también, se han identificado bivalvos Spondylus spp. y Mytilus spp.; así como caracoles
marinos Oliva peruviana (Cadena y Bouchard 1980; Rodríguez 1992). Otras
representaciones de peces en arcilla están asociados a tipos de ralladores: unos con
profundas incisiones y otros con incrustaciones de microlitos. Su uso parece estar
directamente relacionado para sacar las escamas de los peces, instrumento que debió
ser muy útil si tenemos en cuenta que la pesca era un importante producto de
intercambio (DeBoer 1996:92; Ciudad 1984).
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De acuerdo con R. Cooke (1992), la pesca artesanal prehispánica en estuarios
debió ser relativamente fácil para llevarla a cabo mediante el uso de pequeñas canoas,
redes con pesas de piedra y anzuelos de oro y concha puestos en línea. También
debió ser importante el conocimiento regional del comportamiento y hábito de especies
marinas. De otra manera, pescar en aguas profundas requiriría de equipos más
complejos y de una mayor tecnología que pescar en aguas bajas y áreas influenciadas
por mareas. Aunque ha sido arqueológicamente poco reportado desde las costas del
Pacífico Colombiano, la recolección de abundantes especies de moluscos y crustáceos
que habitan lodazales del mangle y fondos arenosos de estuarios debió ser un
importante complemento dietético entre los grupos Tumaco-La Tolita. Hoy una de las
principales actividades de subsistencia entre grupos locales a lo largo de la costa
Pacífica es la pesca artesanal, mientras que la agricultura es una actividad secundaria.
Así, la pesca y recolección de moluscos es practicada en zonas de estuarios y a lo
largo de playas usando canoas (potrillos a vela), redes y anzuelos. En la dieta de
poblaciones de las áreas de Tumaco, Guapi, Timbiquí, y el golfo de Tortugas especies
importantes como la lisa (Mugil cephalus), róbalo (Centroponus sp.), mojarra
(Gerreidae), y corvinas (Cynoscion squamipinnis y Cyclopsetta querna) son capturadas
por pescadores para la alimentación diaria de sus familias y el comercio regional
(Bouchard 1984; Cooke 1992).
Otras áreas de obtención de recursos (Catchment) fueron aquellas zonas
explotables situadas a distancias razonables de los centros poblados (Flannery
1976:91). Así, la base económica de estas sociedades estuvo complementada además
de la pesca con la cacería de animales silvestres en los bosques tropicales.
Igualmente podemos decir de la fauna selvática con especies de aves, reptiles y
mamíferos sólo se reconocen a través de la plástica cerámica Tumaco-La Tolita. Por lo
menos son abundantes las representaciones en materiales arqueológicos de
mamíferos como el jaguar o tigre mariposa (Panthera onca), zarigueya (Didelphis sp.),
armadillo (Dasypus novemcinctus), el mico (Cebus spp), el perro de monte (Potos
flavus), etc. y aves como el águila arpía (Harpia harpyja), la Guacamaya (Ara spp), el
perico (Aratinga wagleri), etc. (Cadena y Bouchard 1980; Legast 1995; Montaño 1990;
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Rodríguez 1992).
En la costa Pacífica de Colombia y Ecuador la importancia de la agricultura
intensiva y la explotación de recursos marinos y estuarinos fueron esenciales para el
sostenimiento de los cacicazgos en las tierras bajas costeras. Los pueblos pescadores
y agricultores se expandieron a lo largo de la costa ocupando regiones distantes que
van desde Esmeraldas hasta la Bahía de Buenaventura (Alcina Franch 1985; Bouchard
1982-83, DeBoer 1996; Patiño 1988a, Stemper and Salgado 1995; Valdez 1987). No
hay duda de un incremento en la población de las tierras bajas costeras a partir de la
agricultura extensiva de productos como el maíz y el manejo de recursos marinos y de
estuarios. No existen estudios específicos sobre la densidad de las poblaciones, pero
es evidente que el número de individuos se incrementó durante el período de los
Desarrollos Regionales época de mayor organización social, económica y política bajo
el régimen de los cacicazgos.

6.5 Interacción Regional e Intercambio: La obsidiana en el Contexto del


Intercambio Prehispánico

En las últimas décadas, el tema del intercambio ha sido uno de los tópicos más
destacados para explicar las relaciones culturales y observar elementos importantes de
complejidad social (Langebaek y Cardenas 1996). En la costa el estudio del
intercambio se debe principalmente al hallazgo y persistencia de objetos suntuarios, lo
que ha indicado la variabilidad de acceso a los recursos y materias primas por parte de
las sociedades prehispánicas. Estos elementos usados como bienes de prestigio por
las élites de grupos complejos, constituyen una característica importante de las
sociedades de rango (Fried 1967; Marcos 1986; Drennan 1995; Gnecco 1996). Los
miembros de la élite tienen los medios para adquirir bienes especiales que sirven a la
vez como símbolos de su status. La demanda de estos bienes estimula a su vez la
producción artesanal de especialistas y su intercambio (Feldman 1987; Bumfield y
Earle 1987).
En las costas de Ecuador y Colombia, el intercambio parece registrarse con

166
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mayor intensidad hacia el período de los Desarrollos Regionales (500 a.C.- 500 d.C.),
caracterizado por el florecimiento de varias sociedades cacicales ocupando regiones
estratégicas en la costa. Sin embargo, durante el período Tardío, se percibe en
Tumaco y La Tolita un decaimiento sustancial de estas relaciones, actitud que no
parece suceder, para la misma época, en las regiones del sur de Esmeraldas (Salazar
1992; Franch 1985; Marcos 1986; Bouchard 1992; Patiño 1993a; Currie 1995).
En la costa el uso de redes de circulación en sociedades complejas estimularon
el intercambio de bienes de elite, recursos alimenticios y sustancias alucinógenas;
lastimosamente en la mayoría de los casos los productos perecederos no dejaron
rastros en el registro arqueológico, aunque se pueden inferir a partir de otros materiales
como la cerámica. Los elementos no perecederos que se destacan en la evidencia de
las redes de intercambio a larga distancia entre la costa y la sierra son principalmente
las conchas Spondylus princeps, el Strombus y la obsidiana, así como algunas piedras
importadas (Marcos 1977-78, 1988:143-145; Salazar 1988:58, 1992).
La obsidiana es un material volcánico andino que se intercambió con productos
de tierras bajas costeras gracias al estímulo y demanda de las sociedades complejas
de ambas regiones. En el norte del Ecuador podemos esbozar, según evidencias
arqueológicas, posibles rutas de intercambio entre la sierra y las costas de Esmeraldas
y Tumaco. Evidencias de intercambio se observan entre las regiones de Tumaco-La
Tolita y el este de Quito, zona cercana a las fuentes principales de obsidiana. En los
Andes el sitio Jardín del Este, fechado en 130 ± 65 a.C, contiene restos materiales de
clara filiación Tumaco-La Tolita que incluyen figurinas humanas, vasijas trípodes y
ralladores; además de la presencia de obsidiana local (cf. Buys y Domínguez 1989; De
Paepe y Buys 1990). Desde el punto de vista fisiográfico, Alcina Franch (1975:15,
1985:36) ha sugerido como ruta natural de intercambio sierra-costa el propio río
Guayllabamba y sus afluentes principales, los ríos Toachí y Esmeraldas. Esta ruta
comunica directamente la costa con valles y sierras que contienen los flujos de
obsidiana. En la costa el uso de la obsidiana durante la fase Tachina, Esmeraldas, fue
extraordinario, con lo cual se ha sugerido un importante intercambio con los pueblos de
la sierra. Análisis de muestras de obsidiana de San Isidro (Valle de Jama), La Cantera,
167
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tiaone, La Tolita y Tumaco indican que las fuentes de proveniencia de este material
indistintamente se encuentran en las sierras del Guamani, compuesta por los flujos
Mullumica, Callejones y Yanaurco-Quiscatola (Bigazzi et. al. 1992; Burger et.al. 1994;
Dorighel et. al. 1996; Zeidler et. al. 1994:142-143; ). Otra ruta alternativa estaría a unos
100 kilómetros al norte de Quito, donde el alto río Chota desciende por el valle del
mismo nombre hasta alcanzar el río Mira, red fluvial que conectaría en el pasado una
amplia región entre los Andes del norte de Quito y las tierras bajas de Tumaco y La
Tolita. El sitio La Miranda (S97) de filiación Tumaco-La Tolita ubicado a 40 Km. de la
costa sobre el río Mira, fue una importante localidad fluvial, la cual debió formar parte
de la red de circulación de productos como la obsidiana entre las tierras bajas y la
sierra. Lo que aún no sabemos con certeza es si este intercambio con zonas andinas
era directo o fluía de región en región hasta alcanzar zonas alejadas de las fuentes
originales. Es importante anotar que los análisis de obsidianas de Tumaco (23 en total)
señalan que el flujo de procedencia más importante es Mullumica; sin embargo, existen
3 muestras de los sitios La Miranda (S97), La Remigia (S53) y La Esperanza (S58) que
indican una fuente geográficamente desconocida (Apéndice C).
En Tumaco los sitios arqueológicos que reportan obsidianas se distribuyen tanto
en la zona de manglares como en la planicie aluvial. Las zonas de mayor
concentración de fragmentos de obsidiana son los alrededores de Inguapí, el área de
La Magnolia cerca a los manglares y el área de La Miranda en el río Mira, a unos 40
km. de su desembocadura en el mar. La obsidiana también se halla asociada a
fragmentos de figurillas Tumaco-La Tolita en montículos que han sido ocupados para
viviendas y entierros secundarios. La mayoría de las piezas de obsidiana son
fragmentos pequeños y medianos entre 1 y 4 cm. que corresponden a lascas, núcleos
corticales, desechos de núcleo y a posibles navajas y raspadores con huellas de uso.
De acuerdo con Salazar (1992:126), se cree que debido a la restringida diversidad
tipológica de estos implementos en la costa, su función al parecer no fue en tareas
domésticas diarias, sino más bien al uso primordialmente ritual, lo cual generaba una
demanda especial de estos materiales. Por ejemplo, espejos de obsidiana tallada y
pulida recuperados en la región de Esmeraldas se los ha interpretado como objetos de
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
poder ritual entre chamanes (Burger et.al. 1994:246; Salazar 1992:126; Uhle 1927:248;
Valdez 1987:72).
A un nivel más amplio podemos destacar la importancia del intercambio regional
marítimo y terrestre mantenido por los principales centros Tumaco-La Tolita. No cabe
duda que las relaciones culturales y el intercambio en estas costas se ampliaron
gracias a la navegación en balsas a vela que surcaron el mar abierto y canoas de
remeros que hacían circuitos por los esteros (manglares) y ríos de la planicie aluvial
(Estrada 1988). Evidencias en el registro arqueológico sugieren la existencia de rutas
maritimas que conectaban puertos de comercio desde el sur de Esmeraldas a la bahía
de Tumaco y de allí hasta Buenaventura (Bouchard 1992; Casas 1991; Patiño 1988a,
1988b; Salgado y Stemper 1995). Réplicas de canoas en cerámica que indican la
importancia de la navegación son reportadas en La Tolita y Tumaco (Valdez 1987:74;
Bouchard 1992:13). Para el período de los Desarrollos Regionales encontramos
hallazgos de obsidianas a lo largo de la costa distantes 1000 km. al norte de los centros
poblados más importantes, Tiaone, La Tolita y Tumaco. Obsidianas procedentes de
Mullumica llegaron a las regiones de La Cocotera, río Bubuey, y a La Bocana, en la
Bahía de Buenaventura (Dorighel et. al. 1996; Salgado y Stemper 1995:109). De otro
lado, en las cuencas del Santiago-Cayapas 40 fragmentos de obsidiana, al parecer
también de la fuente de Mullumica, son atribuidos a las fases Selva Alegre o Guadual,
la primera contemporánea al desarrollo floreciente Tumaco-La Tolita (DeBoer 1996:58
y 91). Según Valdez (cf. DeBoer 1996:92) las cantidades de obsidiana halladas en el
interior no son nada comparables con los múltiples hallazgos en La Tolita, el sitio más
importante dentro de la red de intercambio en la costa de Esmeraldas y sur de
Colombia. Cubillos (1955:127) también observó, sin mayor análisis, abundantes
fragmentos de obsidiana en el sitio de Monte Alto, un poco al norte de La Tolita.
En los territorios de Esmeraldas y Tumaco (incluyendo áreas del norte), se
desarrolló una importante red de intercambio por vía marítima y terrestre, circulación
que encierra relaciones con zonas andinas como la sierra de Guamani, al oriente de
Quito, donde se obtuvieron productos exóticos como la obsidiana para el intercambio.
En general dentro de la red se intercambiaban tanto productos costeros como del
169
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
interior andino, tales como conchas, pescado, sal, oro, obsidianas, coca, etc., la
mayoría de los cuales eran demandados por las élites de sociedades complejas
localizadas en ambas regiones (Adoum y Valdez 1987; Alcina Franch 1985; Bouchard
1992; Guinea 1986; Norton 1986; Patiño 1997, 1992; Salazar 1992). Aun relaciones
más lejanas parecen haberse desarrollado con las sociedades de la región Calima.
Estudios recientes sobre caminos prehispánicos de la fase Yotoco, reconstruyen la red
de circulación que conectaba varias zonas fisiográficas (pisos ecológicos)
comprendidas entre la costa Pacífica, los Andes y el valle del río Cauca. Durante esta
fase fueron muy comunes los canasteros, representados en figuras humanas de arcilla,
que llevan a sus espaldas mercancías para el intercambio entre la costa y los Andes
del sur de Colombia (Cardale y Herrera 1995; Cardale 1996).
En resumen, los cacicazgos Tumaco-Tolita alcanzaron una alta hegemonía
socio-política y económica entre el 350 a.C. y 350 d.C. Para esa época sociedades de
rango dominaron un vasto territorio costero, desarrollando a su vez un amplio sistema
de intercambio regional, especialmente marcado por las relaciones a corta y larga
distancia con tierras altas andinas donde se obtenían productos exóticos de
intercambio como la obsidiana. En futuras investigaciones debemos concentrarnos en
el surgimiento y cristalización de los sistemas de intercambio, así como su importancia
regional costa-sierra en el origen y desarrollo de los centros Tumaco-Tolita. Se debe
profundizar sobre el mecanismo en el circuito del intercambio, los sitios de
abastecimiento (flujos), obtención de las materias primas, formas de transporte,
mercaderes y puntos de contacto a través de las sierras y valles hasta alcanzar la
costa. Al menos en los sitios Jardín del Este y La Miranda aparentemente se observan
puntos de contacto en ambas direcciones entre gentes de la costa y la sierra. A lo
largo de la costa también debemos profundizar sobre el control y circulación de los
productos de intercambio ya sea por vía marítima o terrestre. Igualmente, debemos ser
más rigurosos en el registro de objetos de intercambio ya sea que estos se relacionen
con la economía de productos alimenticios o de bienes suntuarios.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
6.6 Jerarquía y Bienes de Prestigio
Las sociedades Tumaco-Tolita incluyeron dentro de sus bienes suntuarios los
trabajos en metal. Desafortunadamente muchos de los sitios arqueológicos del área de
Esmeraldas y Tumaco han sido y continuan siendo objeto de la guaquería, aspecto que
ha limitado el desarrollo de estudios completos para el área (Gartelman 1985; Patiño
1988b; Valdez 1987). Por el momento no es posible llevar a cabo un análisis íntegro
de la metalurgia de la zona ya que solamente contamos con unos cuantos hallazgos
sistemáticos, un mayor número de análisis metalográficos y pocas fechas de C-14
confiables; todo esto en comparación con la gran masa de objetos arqueológicos,
generalmente sin contexto alguno, diseminados en colecciones particulares y museos
(Reichel-Dolmatoff 1988:11). Es cierto que podemos estudiar los aspectos tecnológicos
formales de los metales y en algunos casos inferir su uso y simbología dentro del
pensamiento de las sociedades prehispánicas. Sin embargo, para nuestras inferencias
e interpretaciones, el contexto arqueológico en que se presentan los restos
arqueológicos es de vital importancia (Schiffer 1972).
Teniendo en cuenta aspectos teóricos y datos arqueológicos recientes, intento
resaltar la importancia de la labor metalúrgica entre las sociedades cacicales Tumaco-
Tolita. Abundantes elementos suntuarios de oro, platino y cobre en forma de adornos
personales fueron trabajados de manera artesanal por especialistas orfebres quienes
satisfacian las demandas de personalidades o élites costeras.
La costa Pacífica, escenario natural donde se desarrollaron estas sociedades, se
caracteriza por tener importantes yacimientos naturales auríferos y platiníferos, los
cuales fueron explotados por lo menos desde el siglo V a.C. (Patiño 1993c:165). En los
distritos mineros de Ecuador y Colombia, las áreas de yacimientos de metales
explotados en tiempos prehispánicos que más se destacan se localizan en los ríos
Santiago-Cayapas-Onzoleo (Esmeraldas); Telembí y Patía (Barbacoas); Timbiquí
(Cauca) y el San Juan-Atrato (Choco), este último fuera de la influencia de las
sociedades Tumaco-La Tolita durante el período de los Desarrollos Regionales
(DeBoer 1996:91; Díaz 1994:85-87; Friedemann 1974:9; Patiño 1988b:22; West 1972,
1957).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
El único material exótico fácilmente reconocible traído de una región distante
(200 km.) fue la obsidiana; sin embargo, piezas en oro, cerámicas, conchas y rocas
para cuentas de collar son materiales de intercambio que llegaron a la región tanto por
vía marítima como por tierra. Aunque ciertamente no son comunes en todos los sitios,
tales items como adornos personales fueron importantes en la vida ceremonial de las
comunidades. Otros productos como rocas más grandes (e.g., basalto y andesita) para
trabajos domésticos (e.g., molienda) fueron importados de áreas cercanas, debido a la
inexistencia de estos materiales en las zonas bajas costeras.
No cabe duda que las evidencias arqueológicas sobre las sociedades Tumaco-
La Tolita indican una compleja división social al interior de sus pueblos. Este aspecto
se ha observado por un lado en las múltiples figurillas de barro típicas del área y, por
otro, en las excavaciones de montículos funerarios con diferencias en sus formas de
enterramiento y ajuares (Cubillos 1955; Sanchez 1981; Valdez 1987). Esto parece
indicarnos que nos encontramos ante personajes distintivos de la elite como caciques,
chamanes, guerreros, comerciantes, artesanos como también con gentes comunes de
pescadores y agricultores. Parece también existir una estrecha relación entre los
personajes de rango y el uso de objetos suntuarios. En este caso los adornos y piezas
de oro, platino y tumbaga fueron manufacturados por especialistas orfebres quienes
atendían las demandas y necesidades de una sociedad en pleno desarrollo. Brumfiel y
Early (1987:5) han sugerido para este tipo de sociedades la presencia de especialistas
adscritos (attached) bien sea a las élites o a las instituciones de poder, con ello también
se garantizaban, a traves del intercambio, los elementos básicos que se requerian para
las labores artesanales. Igualmente se advierte que las demandas creadas por los
cambios en la estructura social pueden influir en los trabajos especializados y las
formas de intercambio (Feldman 1987:13). También es claro que los objetos orfebres
suntuarios desempeñaron un papel importante entre los individuos como elementos
simbólicos, rituales y de poder (Reichel-Dolmatoff 1988). En Tumaco-La Tolita la
diferenciación social, la demanda de bienes suntuarios, el intercambio y la
especialización en las artes (e.g., orfebrería, concha, hueso, etc.) son el reflejo de
procesos que dieron origen y dinámica a sociedades complejas de la región.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Las excavaciones en Tumaco aportan nuevas evidencias sobre actividades
orfebres para el territorio Tumaco-La Tolita. En el sitio La Magnolia (Chilví), localizado
a 15 km. de la costa, se excavaron en un montículo pequeñas muestras orfebres de
considerable antiguedad. El sitio además se encuentra inscrito dentro de una extensa
área de campos de cultivo prehispánicos de la región de Inguapí y Chilví. Las piezas
consisten en láminas repujadas y diminutos alambres de oro datadas alrededor del 400
a.C. De acuerdo con las excavaciones las muestras orfebres fueron recuperadas en
suelos antropogénicos con alto concentración de material carbonizado (suelos oscuros)
asociado a huellas de postes, figurillas clásicas, fragmentos de vasijas y pocos restos
de conchas y peces. Estos rasgos en su conjunto sugieren áreas de actividad, donde
labores artesanales como la orfebrería pudieron desarrollarse. Las pequeñas piezas
en sí se consideran como desperdicios de talleres ubicados en las mismas tolas, pues
los materiales hallados no tienen asociaciones con enterramientos. Técnicamente, las
dos pequeñas láminas oro de aluvión fueron martilladas, una de ellas contiene
componentes de plata y cobre en pequeñas cantidades. Los alambres de oro,
observados bajo el microscopio tienen secciones rectangulares lo que indica que estos
fueron elaborados intensionalmente. Scott (1991:73-74) anota que existen dificultades
para reconstruir la técnica de elaboración de estos hilos y sugiere que este tipo de
alambres pudieron ser fabricados mediante el corte de tiras de láminas de oro
martilladas; sin embargo, aún es complicado explicar la delicadeza y regularidad de los
mismos.
Desde el punto de vista cronológico las fechas obtenidas para las piezas
orfebres de La Magnolia son una evidencia más de la antiguedad del uso de los
metales en la costa, remontándose al siglo V a.C. Este mismo tipo de materiales, hilos
y laminillas de oro han sido reportados en excavaciones tanto de Tumaco y La Tolita
como en la costa caucana. En Inguapí, Montículo 5, en estratos similares a los de La
Magnolia, se obtuvieron hilos de oro datados en 325 a.C. (Bouchard 1982-83:221; Scott
y Bouchard 1988:7); mientras que en La Tolita una muestra de pequeñas piezas
laminadas del sitio Cancha se ubican en el 90 d.C. (Ibid:5). Más al norte en el sitio La
Cocotera, muestras orfebres de pequeñas láminas colgantes, botones, adornos en
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
filigrana y desperdicios asociados a materiales culturales de filiación Tumaco-La Tolita
fueron fechados en el 110 d.C. (Patiño 1988a:77; 1988b:24). Aún más al norte en el
sitio Bodega-Cocolito (Isla Soldado) también relacionado con Tumaco-La Tolita se
reportan pequeñas piezas orfebres laminadas y granuladas obtenidas por playadores
locales de oro18. Es curioso que los trabajos en La Bocana, un poco al norte de la isla
Soldado, no hayan reportado objetos en metal, aunque aparecen las típicas figurillas
humanas con adornos corporales indicando el uso de estos elementos (Salgado y
Stemper 1993:70). El conocimiento de la orfebrería también se extendió a la Isla
Gorgona (50 km. del continente frente a Guapi); en el sitio Muelle Viejo se excavó una
nariguera semilunar en lámina de oro martillada y un pequeño fragmento de
desperdicio (Casas 1991:102). Es posible que la materia prima orfebre conseguida en
los yacimientos de gravas aluviales de las cabeceras de los ríos mencionados arriba,
era llevada a los centros artesanales en forma de polvo o pequeños tejuelos fundidos
conocidos como municiones listas para ser trabajadas por los especialistas. Esta idea
se desprende del hallazgo de un pequeño botón de oro fundido sin ningún trabajo de
4.5 mm. de diámetro por 2 mm. de grosor encontrado en el sitio Exporcol (fase El
Morro). Los moldes también fueron utilizados para obtener en serie bolitas fundidas con
las cuales pudo haberse intercambiado la materia prima.

18 El sitio de Bodega-Cocolito fue visitado durante una comisión del Observatorio Sismológico del
Suroccidente en 1995. Allí tuve la oportunidad de fotografiar una nariguera en oro de unos 2 cm. donde
se observó la técnica del granulado y laminado.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Lo anterior es diferente a las bolitas de oro aún más pequeñas que fueron
fundidas en moldes de huecos de varios tamaños para luego hacer múltiples adornos
con la técnica del granulado (difusion bonding) (Bergsöe 1937; Bray 1978:31; Saens y
Cardale 1989)19. La fundición de los metales se realizaba en crisoles de cerámica
colocados directamente sobre fogones que alcanzaban las temperaturas deseadas
mediante tubos delgados o toberas de madera o caña con boquilla en cerámica para
poder acercalos al fuego (Fresco 1995:10).
Los orfebres Tumaco-Tolita se destacaron por la habilidad y destreza en el uso
de técnicas tan variadas como el martillado, la fundición, la soldadura, el granulado, el
laminado, el forjado y el repujado. Técnicas más complejas incluyen el uso de la "cera
perdida", la filigrana, el dorado y el conglomerado por fusión (sintering). Esta última
técnica ha sido destacada por ser intencional y tal vez una de las más antiguas
utilizadas por los orfebres Tumaco-Tolita. Ésta consistió en fusionar partículas de
platino en el oro fundido mediante un difícil proceso de calentamiento y martillado
alternos hasta alcanzar objetos bimetálicos de colores contrastantes (Bergsöe 1936;
Bray 1978:37; Emmerich 1984; Estévez 1995; Fresco 1995; Rivet 1943; Scott y Bray
1980:153). Scott en sus trabajos metalográficos (cf. 1980; 1988; Scott y Doehne 1990)
resalta la destreza de estos orfebres, quienes hicieron desarrollos considerables en la
metalurgia hasta llegar a controlar los puntos de fundición de diferentes tipos de
aleaciones de oro.
Entre los objetos manufacturados en oro, platino, cobre o aleaciones de estos
materiales como la tumbaga, se elaboraron adornos personales consistentes en clavos
faciales, narigueras, aretes, pendientes, cuentas de collar, pezoneras, diademas e
incrustaciones dentales. En algunos casos estos objetos forman conjuntos de
ornamentos acompañados de piedras finas (e.g., jadeita, turquesa, ágata, cuarzo, etc.)
(Estévez 1995:32; Valdez 1987:68-69; Zapater 1995). Varios de los objetos
seguramente tuvieron un carácter chamánico ritual y se incluyen entre ellos

19 En la región Calima moldes de cerámica con huecos pequeños se usaban para fundir en serie pepitas
de oro (Saens y Cardale 1989:120-122).

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cascabeles, mascarones con fauces de jaguar, pectorales antropomorfos y zoomorfos,
figuras humanas ensambladas, como también figurillas en arcilla con adornos orfebres.
Otros objetos corresponden a agujas, anzuelos y clavos usados para ensamblar piezas
mayores (Emmerich 1984; Estévez 1995:31-35; Fresco 1995:10; Plazas y Falchetti
1986:204; Zapater 1995:6-9). Vale la pena mencionar que en la metalurgia Tumaco-La
Tolita no existen las grandes piezas de aves con alas desplegadas, pectorales
acorazonados ni diademas en forma de "hache" que emulan un mundo chamánico
complejo, especialmente en las sociedades andinas del suroccidente colombiano
(Plazas y Falchetti 1983, 1986; Reichel-Dolmatoff 1988). Aunque la mayoría de las
técnicas y algunas formas iconográficas de la metalurgia del suroccidente se
comparten, la orfebrería Tumaco-La Tolita forma un conjunto muy particular originado
por sociedades complejas costeras.

Foto 6.1 Máscara Inguapí II. La Magnolia (S14). Basurero TR1. Orlando Guerra (restaurador),
Museo Arqueológico, Universidad de Caldas

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CAPÍTULO 7
Sociedades Tardías de la Planicie Aluvial y su
Etnohistoria Regional

En la arqueología del suroccidente de Colombia y norte del Ecuador se ha


percibido de manera notable el surgimiento de los cacicazgos regionales, tanto
costeros (e.g., la Tradición Tumaco-Tolita) como andinos (Cf. regiones de Calima, San
Agustín, etc.), para un lapso de tiempo comprendido entre el 500 a.C. y el 500 d.C.
Durante este período, los cacicazgos en estas regiones son reconocidos por
asentamientos con espacios arquitectónicos, construcción y uso de caminos,
sofisticados trabajos en metalurgia y alfarería, así como por elementos suntuarios
importantes dentro de la simbología sustentada por las élites. En el espacio
económico-político los cacicazgos lograron su mantenimiento y prosperidad por siglos
basados en importantes redes de intercambio a corta y larga distancia, en el
implemento de una agricultura extensiva y en los centros ceremoniales
estratégicamente localizados (Drennan et al. 1993; Gnecco 1995; Langebaek 1995,
1996; Patiño 1990).
Este panorama arqueológico observado arriba cambia de manera sustancial a
partir del 500 d.C. en la mayoría de las regiones del suroccidente de Colombia. A
pesar de percibirse un crecimiento en la población prehispánica de algunos cacicazgos
andinos al igual que en la costa central del Ecuador; se observa en el registro
arqueológico que los bienes importados se hacen menos comunes, se abandonan las
redes de caminos lo que conlleva a una reducción en el intercambio e interacción a
larga distancia. Por otro lado, la producción alfarera se masifica junto con trabajos de
metalurgia que son menos elaborados y más estandarizados en comparación con los
períodos anteriores (Cardale y Herrera 1995:206; Cardale 1996; Plazas y Falchetti
1983, 1986).
En la costa Pacífica de Ecuador y Colombia varios grupos han sido rastreados a
partir del 500 d.C. hasta los comienzos de la conquista europea. También es cierto que

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
algunos de estos grupos costeros continuaron su desarrollo cultural en zonas
inhóspitas y alejadas de los centros coloniales. Estas sociedades básicamente
agrícolas se las ha enmarcado temporalmente dentro de lo que se conoce como
Período Tardío (Patiño 1992:46). Sin embargo, este período no es uniforme en las
diferentes regiones culturales de los dos países, ni tampoco abundan los estudios
sobre estas sociedades en la costa Pacífica, aunque se percibe una mayor
preocupación por la investigación de las mismas en el vecino país, Ecuador. Allí los
estudiosos han continuado en buena parte apoyados en la periodización tradicional
para destacar las sociedades desarrolladas a partir del 600 d.C. reconociendo varias de
ellas como pertenecientes a un Período de Integración (Cf. Marcos 1986; Meggers
1966; Porras 1980). Otros autores, en la última década, han dejado de lado la
conceptualización cronológica para enfocar los análisis al cambio socio-cultural para
hacer énfasis en la interacción y el intercambio, especialmente observados en las
formaciones de sociedades complejas (Cf. Moreno 1988; Salazar 1988).
En el Ecuador el período de Integración ha puesto de relieve la centralización de
varias sociedades tardías a partir, precisamente, de una fuerte interacción regional de
las áreas costeras. Al parecer su cohesión fue el producto de las relaciones de poder
entre varios cacicazgos tardíos, los cuales integraron vastas regiones bajo un mismo
control económico y político. Éste es el caso de los cacicazgos de las costas de
Manabí y Guayas, quienes poseían una fuerte red de intercambio a larga distancia
dominado por los mercaderes-navegantes de la costa que perduraría hasta las épocas
de conquista europea (Estrada 1988; Norton 1986; Marcos 1986:39; Stemper
1993:172). Los poblados en estas regiones se incrementaron y como consecuencia
aumentaron los centros ceremoniales con montículos, templos, plazas, cementerios y
en algunas regiones como la cuenca del Guayas, se continuó con el uso y construcción
de extensos campos elevados (camellones) como base para la producción de
alimentos en el sostenimiento de densas poblaciones costeras (Buys and Muse 1987;
Stemper 1993). En cuanto a la producción alfarera esta se hace masivamente y los
trabajos orfebres se generalizan tanto en estilos como en los materiales utilizados.
Muchos de estos grupos entraron en contacto directo con los europeos, entonces es
178
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
claro que una abundante documentación puede ser analizada desde las fuentes
etnohistóricas.
En el norte del Ecuador (provincia de Esmeraldas) y sur de Colombia las
sociedades tardías no tuvieron la notoriedad ni el carácter socio-político integrador de
aquellas sociedades cacicales de las regiones de Manabí y Guayas. Por lo tanto, en
nuestra región de estudio no podemos hablar de un período de Integración. Más bien
lo que se observa a través de las evidencias arqueológicas son restos materiales de
grupos agro-alfareros autónomos localizados en las zonas bajas y de piedemonte de
las selvas tropicales del Pacífico. Estos grupos contrastan notoriamente con los
desarrollos culturales de fases anteriores, época destacada por la presencia de los
cacicazgos Tumaco-La Tolita que dominaban una amplia región costera. De acuerdo
con J. F. Bouchard (1995:189) no existe en Colombia ningún movimiento cultural
integrador tal como lo hubo en el vecino país. En Esmeraldas y el sur de Colombia
parece haber un fuerte cambio cultural en todos los sentidos, relacionado con la ruptura
de los esquemas de desarrollos culturales anteriores. Los estudios relacionados con
este período son escasos en toda la región litoral y las fases que se conocen están
parcialmente documentadas en estudios arqueológicos de secuencias regionales
totalizantes.
Las fases que se relacionan con el Tardío costero corresponden en la región de
la provincia de Esmeraldas a la fase Balao de Atacames y a las fases Herradura,
Tumbaviro, Las Cruces y Mina de la cuenca Santiago-Cayapas (Alcina Franch 1979,
1985; DeBoer 1996). En territorio colombiano se han documentado varias fases y sitios
dentro de la línea de los Desarrollos Tardíos. La fase Bucheli-Caunapí y el sitio Imbilí
de la región Tumaco, La fase Maina en el bajo Patía, la fase San Miguel en el río
Timbiquí, el sitio Los Guengüeles en el alto río Saija, San Luis del bajo Calima y los
sitios tardíos de Ordoñez y Palestina en el bajo río San Juan (Figura 1.1) (Bouchard
1982-83, 1995; Hernández 1997; Patiño 1988a, 1993; Rodríguez 1988; Salgado y
Stemper 1995). Sabemos que estas fases tardías algunas tienen características
culturales que se relacionan pero la mayoría de ellas funcionan como entidades
independientes aunque contemporáneas. En otras palabras cada una representa
179
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
grupos tardíos ocupando diferentes espacios geográficos en áreas de selva tropical
húmeda. Además de la información obtenida a través del registro arqueológico, el
aporte de la etnohistoria como de las crónicas y relatos de comienzos de conquista y
colonia, han sido un importante apoyo para el estudio de las comunidades tardías de
las costas de Colombia y Ecuador.

7.1 Sociedades Tardías en la región de Tumaco


Los grupos tardíos en Tumaco están representados por la fase Bucheli-Caunapí
de la cual hemos anotado algunas de sus características formales en el Capítulo 5. En
este punto intentamos destacar varios aspectos de interés que se observan a partir de
los vestigios arqueológicos de esta fase, como son las pautas de asentamiento,
economía y algunas hipótesis sobre el grado de complejidad social de estos grupos.
En primer lugar, tenemos que la fase Bucheli-Caunapí en Tumaco se halla bien
representada por varios sitios de ocupación asentados en las tierras bajas de selva
tropical húmeda. Los primeros vestigios fueron descubiertos por J. F. Bouchard (1982-
83:164-173 y 318), quien encontró materiales de esta fase en los niveles superiores de
los montículos Inguapí y El Balsal, como también en algunos sitios del río Caunapí. La
fase fue llamada por este autor Bucheli, en el sitio epónimo. En nuestro estudio la
hemos llamado Bucheli-Caunapí debido a que la gran mayoría de los restos
arqueológicos prospectados para esta fase se encuentran diseminados particularmente
a lo largo del río Caunapí.
Aunque no contamos con muchas dataciones para la fase podemos decir que su
ubicación cronológica es tardía a partir del 800 hasta el 1500 d.C. y algunos vestigios
en sitios, tanto como datos etnohistóricos, sugieren que grupos indígenas tardíos
siguieron ocupando la llanura aluvial durante los comienzos de la conquista y colonia
(Bouchard 1982-83; Calero 1991, 1997; Patiño 1992). De otro lado, una fecha de 1000
d.C. (M.1481) obtenida por Reichel-Dolmatoff para el sitio Imbilí en el área del río Mira,
está asociada al período tardío; sin embargo, no podemos profundizar sobre el tipo de
relaciones existentes con Bucheli-Caunapí ya que los datos de esta investigación no
fueron publicados (Botiva et al. 1989:1138; Reichel-Dolmatoff 1965).
180
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La alfarería que caracteriza a los grupos Bucheli-Caunapí es completamente
diferente con respecto a los vestigios alfareros de grupos anteriores, en esta industria
no se observa la continuidad de formas ni de estilos decorativos de cerámicas del
pasado. Así, la cerámica Bucheli-Caunapí se caracteriza por ser sencilla y en algunos
casos rústica, donde predominan formas de ollas globulares de cuello sencillo y
compuesto, vasijas subglobulares y variedadad de cuencos simples, hemisféricos y
aquillados. La decoración en estos últimos se destaca por llevar motivos geométricos
incisos en paneles distribuidos en la parte superior de los recipientes (Cf. Bouchard
1982-83, Figura 11). También está presente la pintura roja en el labio de los
recipientes; la aplicación de tiras decoradas, y la representación esquemática de
figuras antropomorfas. La mayoría de las formas fueron elaboradas para su uso en la
cocina, aunque se percibe que algunas vasijas de tamaño mayor fueron utilizadas para
entierros secundarios, una práctica bastante difundida entre los grupos tardíos de la
llanura costera (Patiño 1988a:30; Hernández 1996:66). Para Bucheli-Caunapí, también
se tienen materiales orfebres consistentes en fragmentos martillados y doblados,
además de desperdicios muy pequeños de 2 a 8 mm. Este tipo de objetos han sido
fechados en 875 d.C. en asociación con materiales tardíos de la fase (Bouchard 1982-
83:191-192). En las regiones del alto río Telembí y Güelmambí, Barbacoas, varias
piezas de oro en forma de anzuelos y narigueras planas y redondas han sido
frecuentemente reportadas por mineros del área (Friedemann 1974:67-69). Su
cronología podría ser tardía ya que no se han reportado sitios Tumaco-La Tolita en la
zona de Barbacoas hasta el momento.
Las pautas de asentamiento de los grupos Bucheli-Caunapí pueden resumirse
en dos tipos: (1) distribución de escasas viviendas aprovechando antiguos montículos
de fases anteriores, como en el caso de La Magnolia (S14) en la llanura aluvial, La
Remigia (S53) y La Esperanza (S58) en la margen izquierda del río Caunapí y (2)
ocupaciones más densas sin montículos en las bancas del río Caunapí, siendo esta
pauta la más común durante esta época. Teniendo en cuenta las pautas de
asentamiento y en particular la segunda, se desprende que las ocupaciones principales
no estuvieron orientadas hacia áreas bajas frente al mar, ni en los firmes de manglares,
181
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
sino en zonas interiores delimitadas por ríos y quebradas en áreas de relieve ondulado
cubiertas por vegetación selvática húmeda. Los sitios allí ocupados se distribuyen de
manera dispersa o lineal cerca a las fuentes de agua. Este es el caso en la mayoría de
los sitios tardíos descubiertos en el área del río Caunapí (Foto 5.5.).
Estos sitios rebasan en número a aquellos de la fase anterior, El Morro, la cual
está representada por muy pocos sitios en la región de Tumaco. Entre las fases El
Morro y Bucheli-Caunapí no se ha observado continuidad alguna, lo que hace evidente
un cambio cultural profundo en toda el área a partir del 500 o 600 d.C. hasta la época
de la conquista española.
Los grupos Bucheli-Caunapí que debieron incursionar al territorio Tumaco a
partir de esa fecha, se evidencian a lo largo de la llanura costera especialmente con
hábitos de culturas de selva tropical húmeda. Pequeños centros nucleados de hasta 3
hectáreas y múltiples viviendas dispersas en áreas de menos de una hectárea que se
hallan conectados por el río, es la constante en zonas donde el ecosistema
corresponde a un hábitat de río y selva. Los pocos suelos fértiles en las áreas
ribereñas estan circunscritos a las terrazas aluviales de los ríos, mientras que el resto
del territorio no es muy fértil debido a la presencia de suelos pobres residuales
(Apéndice A).
No existe una explicación clara del por qué de este cambio cultural, a partir del
600 d.C. el área costera litoral no es ocupada y las zonas de estuarios y manglares
dejan de ser básicas en la explotación de sus recursos. En el capítulo anterior se
discutió la posibilidad de transtornos ecológico-climáticos originados por un posible
evento de El Niño; sin embargo, aún faltan evidencias directas geológicas y climáticas
para la zona estudiada. Lo cierto es que en los registros arqueológicos se observan
patrones de asentamiento más o menos similares a aquellos observados en grupos del
Chocó y amazónicos contemporáneos con una economía basada en la agricultura no
extensiva, suplementada con pesca y caza en zonas interiores ribereñas (Lathrap
1970; Meggers 1971; Vargas 1993).
Teniendo en cuenta la distribución de los asentamientos, podemos establecer
que los recursos económicos de estos grupos estarían basados en una agricultura
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
probablemente de roza y quema, donde el maíz (Zea mays) y la yuca (Manihoc
esculenta) serían los principales productos producidos. De hecho las actividades de
recolección, pesca y caza en los ecosistemas llanura selvática jugaron un papel
importante en la economía de estos grupos. Desafortunadamente el registro
arqueológico no es benigno en datos directos de macrorestos o polen de especies
consumidas. En cuanto a los recursos costeros estos debieron ser explotados por
algunas pocas familias quienes vivían cerca a los manglares, estuarios y mar. De
todas maneras no se percibe una explotación masiva de recursos costeros durante
esta fase. Este hecho pondría al descubierto la dinámica general de poblamiento de la
costa Pacífica, en primer lugar, ocupaciones de sociedades netamente costeras
aprovechando los recursos del mar, estuarios y llanura aluvial baja (cacicazgos
costeros); por otro lado, grupos de selva tropical dependientes de una agricultura de
roza y quema y de los recursos disponibles en los ríos y la selva (grupos tribales).
En términos de complejidad social los grupos de la fase Bucheli-Caunapí al
parecer alcanzaron un estado tribal con clanes igualitarios dirigidos por líderes locales
o jefes que pudieron ser los mismos chamanes, los cuales tomaban decisiones de
grupo y dirigían las ceremonias que regulaban la estabilidad social, económica y
política (Johnson y Earle 1987:160). Obviamente esta organización social en nada se
compara con aquellas erigidas en épocas anteriores en el litoral Pacífico del sur de
Colombia y norte del Ecuador. Esta hipótesis se insinúa para la zona estudiada
teniendo en cuenta que en las evidencias culturales de estos grupos no aparecen
centros poblados mayores con campos de cultivo extensos y despliegue de una
arquitectura destinada a templos ceremoniales y a recintos de la élite; ni aparecen
cementerios que indiquen una fuerte diferenciación de status entre los individuos
enterrados, ni tampoco los ajuares funerarios son de gran magnitud ni tienen la calidad
de aquellos bienes importados desde regiones lejanas. Por el contrario, las evidencias
arqueológicas se correlacionan con sociedades igualitarias (tribales) que ocupan
poblados nucleados pequeños con viviendas dispersas en áreas reducidas, así mismo,
los enterramientos son simples y en muchos casos no contienen ajuar funerario; los
objetos de cerámica y orfebrería son elaborados de manera sencilla y, por último, el
183
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
intercambio entre grupos es limitado y su influencia máxima alcanza de forma
transversal contactos con sociedades del occidente andino, como en el caso de los
grupos del altiplano nariñense y aquellos del alto valle del Patía y Guachicono (Patiño y
Gnecco 1990; Uribe 1976, 1986).

7.2 Grupos Tardíos Costeros: Arqueología y Etnohistória


En este punto trataremos de ampliar el desarrollo del período tardío dentro y
fuera de la región de Tumaco cubriendo áreas vecinas tanto del Ecuador como de
Colombia. Los asentamientos tardíos en los territorios vecinos de Tumaco en la llanura
aluvial también se caracterizan por cambios culturales profundos donde los esquemas
socio-políticos establecidos para sociedades anteriores desaparecen al igual que los
Desarrollos Regionales. Este cambio se observa en la llanura costera a partir del 500 o
600 d.C. hasta la época de conquista europea. Las regiones bajas costeras no fueron
territorios de grandes desarrollos culturales ni tampoco de grandes centros
ceremoniales durante la época tardía. Más bien se observa el desarrollo de
sociedades poco complejas, con asentamientos medianos nucleados y dispersos
adaptados a un ambiente de llanura selvática húmeda.
Los registros etnohistóricos del norte del Ecuador y sur de Colombia dejan
entrever la presencia de varios grupos lingüísticos habitando la llanura aluvial. Sin
embargo, ha sido difícil encontrar las fronteras y características de los mismos debido a
la ambiguedad y fragmentación de la información hallada en los documentos de
conquista y colonia española (Newson 1995:62). También sabemos que en las tierras
bajas de la costa Pacífica los españoles dieron a los pueblos de la región el nombre
genérico de Barbacoas, debido a la forma de las viviendas utilizadas en el litoral (las
casas fueron fabricadas sobre pilotes para evitar la humedad)20; mientras que la
identificación de grupos locales fue contradictoria y generalizada (Cabello Balboa 1945

20 En los pueblos actuales de comunidades negras e indígenas de la costa Pacífica de Colombia y


Ecuador, esta tradición de viviendas sobre pilotes aún persiste como una eficiente respuesta adaptativa
a ámbitos tropicales húmedos (Barrett 1925, 1994; Deboer and Blitz 1991; Mosquera 1993; Vasco 1993;
West 1957).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
[1569]:8; DeBoer 1996:172; Franch y Peña 1979:284-285; Newson 1995:62; Palop
1994:150-151). Igualmente, desde épocas coloniales se difundió la leyenda de
asentamientos de tribus guerreras o belicosas, ocupando territorios costeros de
Ecuador y Colombia. Hoy esas leyendas persisten en las tierras bajas de la costa
Pacífica para referirse a los aborígenes del pasado como indios bravos (DeBoer
1996:169; Patiño 1988a:25 y 148).
A pesar de estos problemas de ambigüedad y fragmentación en los datos
etnohistóricos es posible reconstruir de manera parcial el puente entre las sociedades
tardías prehispánicas y aquellas relacionadas por los españoles en el siglo XVI. En la
provincia de Esmeraldas W. DeBoer (1996:65-67) ha caracterizado una secuencia
arqueológica en la cual la época tardía se destaca por la identificación de cuatro fases
para la cuenca del Santiago-Cayapas. Dos de estas fases son denominadas Herradura
y Tumbaviro y tienen dataciones a partir del 650 d.C. para la primera y correlaciones
seriadas tardías para la segunda. Las otras dos fases denominadas Las Cruces y
Mina, no están completamente definidas por falta de evidencias; sin embargo, la
primera es contemporánea con Herradura y la segunda por comparaciones estilísticas
se correlaciona con la fase Bucheli-Caunapí de la región de Tumaco.
En la época de conquista en este mismo territorio se distinguían varios grupos
importantes denominados Campaces, Malabas, Niguas y Cayapas, estos últimos
asociados por DeBoer (1996:172) a la fase arqueológica Tumbaviro y a su vez a los
Chachi o Cayapas contemporáneos. Sus ocupaciones estuvieron limitadas a zonas
interiores selváticas entre los ríos Mira y la cuenca del Santiago-Cayapas. A
comienzos de este siglo S. Barrett (1925, 1994) realiza estudios etnográficos
localizando los Cayapas entre los ríos Santiago y Cayapas y algunos reductos
dispersos hacia la frontera colombo-ecuatoriana. Varias de las referencias encontradas
para estos grupos, como la del padre Gaspar de Torres quien colaboró al final del siglo
XVI para la conversión de sus miembros, versan sobre el carácter de indios de guerra
que peleaban entre sí, los que a su vez estaban equipados con dardos, macanas y
hachas (Newson 1995:64). Estas comunidades vivieron en pequeños asentamientos
llamados rancherías tal como se ha evidenciado a partir de los vestigios arqueológicos
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de grupos tardíos de selva tropical en Esmeraldas y Tumaco (DeBoer 1996; Franch y
Remedios 1979:283). También las crónicas hacen relación a los campos, a manera de
chacras con cultivos de maíz, yuca, plátano, papas, calabazas y frutos tropicales; así
como del testimonio del trabajo del oro, el hilado del algodón para los tejidos y el uso
de faldas en corteza vegetal (Newson 1995:64).
En las crónicas españolas hay testimonios del trabajo metalúrgico prehispánico.
Sin embargo, cuando los cronistas se refieren a la costa Pacífica de Colombia y
Ecuador, sus relatos son muy vagos y superficiales limitándose a descripciones sobre
el uso de adornos corporales en los naturales. Este es el caso de López de Gómara
quien observó en 1555, cómo los indígenas traían esmeraldas y objetos de oro en las
mejillas, naríz y orejas, así como piedras blancas y rojas (Bray 1978:61; Gómara
1858:224). Por su parte Cabello Balboa observó que en las tierras de las Esmeraldas
había muchas minas de oro y que los naturales se adornaban las orejas, naríces,
muñecas y piernas (Cabello Balboa 1945 [1569]).
En las regiones de Esmeraldas se han observado relaciones tardías de
intercambio que al parecer conectaban pueblos de la costa con aquellos del altiplano
de Carchi-Nariño. Al respecto es importante resaltar que relatos de las crónicas
costeras donde se describen episodios en puertos pesqueros y de comercio a lo largo
de la costa ecuatoriana, como los de Ciscala en algún punto de la costa de Esmeraldas
(Carranza 1987 [1569], citado por Alcina Franch y Peña 1979:289), y Manabí, donde
según observaciones de Bartolomé Ruíz, piloto de Pizarro en 1525, encontró al menos
una gran balsa a vela tripulada y cargada de mercancías viajando hacia el Cabo San
Francisco (Currie 1995; Estrada 1988). Al sur de Esmeraldas la red de comercio era
auspiciada por cacicazgos costeros tardíos, los cuales intercambiaban diversos
productos a través de lo que se conoció como la liga de los mercaderes (Huancavilcas-
manteños) que navegaban las costas del centro y norte del Ecuador hasta llegar al
puerto comercial de Císcala donde se hacían transacciones de sal, pescado seco, oro,
ají, chaquira, concha, chaquira y textiles (Cf. Carranza 1965:88; Rivera et. al. 1984:29;
Holm 1985:12-19; Patterson 1987:121).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Para épocas tardías los estudios etnohistóricos han destacado la región del
Chota-Mira como una ruta importante para el intercambio de productos costeros y
serranos entre grupos intermedios de la llanura aluvial costera y los señores étnicos del
altiplano Carchi-Nariño (Cf. Borja 1965:249; Bray 1995:32; Oberem 1978:56; Uribe
1985-86:27-30; 1986, 1995). Uno de los principales productos de intercambio fue la
coca, además de algodón, anís, ají y la extracción de sal de fuentes minerales. En
contraste en el territorio andino los mindaláes fueron comerciantes especializados que
se desplazaban por la sierra entre Urin Chillos y los Pastos para intercambiar productos
suntuarios y manufacturados de gran valor para las élites. En Carchi y Nariño estos
mercaderes fueron grupos sociales con categorías muy especiales (por herencia) los
cuales comerciaban bienes en la frontera norte del estado Inca (Bray 1995; Patterson
1987:121; Salomon 1978, Uribe 1985-86, 1986). La región entera se convirtió en una
zona de interés para la expansión incaica a partir del Siglo XV d.C. Los Incas después
del 1420 d.C. intentaron el dominio de varios cacicazgos localizados en distintas partes
de la frontera norte. No obstante grupos lejanos como los de Carchi y Nariño
solamente tuvieron un contacto indirecto con los Incas. Durante el gobierno de Huayna
Capaq a finales del siglo XV se trató de controlar los pueblos de la frontera,
especialmente del norte del Ecuador (Quito, Imbabura, Carchi y las áreas Pasto)
estableciendo mecanismos regulares para la extracción del tributo y la eliminación de
cacicazgos desleales al estado. Para los Incas el comercio fue muy importante en el
desarrollo de las áreas de frontera, como una actividad integral que servía con la
finalidad de una mayor expansión del estado. En esta expansión son claros los
procesos de desarrollos desiguales donde el etnocidio (sacrifico de vidas) y la
etnogénesis (identidad colectiva) jugaron un papel importante para el Inca (Patterson
1987:122-123). Las costas de Esmeraldas y Tumaco, como las de más al sur,
realmente no tuvieron un gran impacto durante la expansión del estado Inca, su
influencia mayor sólo se percibe en las tierras andinas del Ecuador.
Volviendo a las costas de la región de Tumaco, tenemos que entre los ríos
Mataje y Patía se ha identificado la presencia de dos fases arqueológicas. Estas fases
corresponden a Bucheli-Caunapí, a la cual nos referimos arriba, y la fase Maina del
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
bajo Patía (Bouchard 1982-83; Patiño 1993). Ambas fases son contemporáneas, y
aunque no existen evidencias concretas, es posible que el período final de ellas esté
relacionado con los grupos que ocupaban el área antes de la conquista europea.
Los pobladores de la fase Maina del bajo Patía tuvieron sus asentamientos,
hasta donde sabemos, en colinas costeras acantiladas en un ambiente rodeado por
una tupida vegetación de manglares. La pauta de asentamiento es dispersa en laderas
y cimas de colinas. El modo de subsistencia de los pueblos de la fase aún es difícil de
establecer, debido a la escasa y casi total ausencia de vestigios arqueológicos.
Algunos materiales como fragmentos de manos de moler, sugieren actividades
agrícolas en el área. Es posible que el cultivo del maíz, muy difundido entre los
pueblos tardíos de la costa, y la producción pesquera sin el uso de pesas líticas para
redes, haya sido parte de la base económica de estos pueblos. La industria alfarera
está representada por cerámica ordinaria en su mayoría con formas sencillas utilizadas
para funciones domésticas, tales como vasijas globulares y compuestas, cuencos
sencillos, platos y copas con base anular. Algunos bordes de vasijas cerradas y de
cuencos tienen decoración de muescas impresas como técnica decorativa. Las formas
de copas con pedestal y la decoración pintada en bandas, muy populares en la fase
anterior, Buena Vista, desaparecen totalmente en la fase Maina, siendo dos de las
diferencias más notorias entre estas fases del bajo Patía. Por otro lado, también
desaparecen los montículos artificiales y la fabricación de figurillas modeladas en la
fase Maina. Los materiales culturales de la fase Maina, por el momento, no tienen
relaciones equivalentes con complejos de otras áreas de la costa Pacífica. Por ejemplo
las fases San Miguel fechada en el 665 d.C. del río Timbiquí, Bucheli-Caunapí (1075
d.C.) de Tumaco, y Tumbavido (1339 d.C.) del Santiago-Cayapas, tienen cronologías
más o menos contemporáneas con la fase Maina (880 d.C.); sin embargo, los
materiales arqueológicos de estas fases son diferentes entre sí. En Maina, no existen
los típicos cuencos incisos Bucheli-Caunapí, ni tampoco los cuencos con aplicaciones
de tiras modeladas de San Miguel (Patiño 1993).
Desde el punto de vista etnohistórico los pueblos que ocuparon estos territorios
corresponden a los Sindagua, considerados como grupos guerreros que resistieron la
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
penetración española y dominaron por algún tiempo las tierras bajas del Patía, río
Telembí y parte del alto río Isquandé una zona rica en oro de aluvión (Calero 1991,
1997; Patiño 1988a; Romoli 1963; West 1957). Otros grupos de la región como los
Kwaiker se los conoció desde la colonia y se cree que se derivan de grupos Pastos del
altiplano nariñense, hoy los Kwaiker son ocupantes de la región montañosa de los
Andes occidentales entre Colombia y Ecuador (Calero 1991:58, 1996; Cerón 1987:203-
204).
Los grupos de la Fase Maina se distribuyeron por el río Patía e Isla del Gallo y
aquellos de la Fase Bucheli-Caunapí en áreas interiores de Tumaco, estos territorios
coinciden en términos generales con el área geográfica donde tradicionalmente se
ubicaron los grupos Sindagua históricos. Para los grupos Kwaiker podemos decir que
aún no tenemos una contrapartida para épocas prehispánicas, toda vez que los
estudios arqueológicos del piedemonte y ceja de montaña cordillerano están por
realizarse.
En la llanura aluvial los Sindagua fueron guerreros ampliamente conocidos en
los siglos XVI, XVII y XVIII durante la colonización de la región de Barbacoas. Al
parecer varias tribus encabezadas por caciques conformaban la nación Sindagua con
asentamientos dispersos entre el delta del Patía, Telembí hasta las regiones del Guapi
en el Cauca. También dominaban parte de las estribaciones occidentales de los
Andes; allí evidencias arqueológicas y etnohistóricas apuntan a que algunos grupos
Sindagua alcanzaron a tener asentamientos en la parte occidental del valle interandino
del Patía (Lehmann 1949:70; Patiño l988a:109; Patiño y Gnecco 1992:86; Romoli
1962:278). Durante la colonia los guerreros Sindagua contrastaban con las pacíficas
tribus Kwaiker de la región de los Andes occidentales. En documentos escritos de la
época se registraron varias actividades bélicas de los Sindagua, relacionadas con
ataques, incendios y destrucción de enclaves coloniales españoles en varios puntos de
la provincia de las Barbacoas. De estas ofensivas la más conocida y documentada son

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aquellas sucedidas en la Villa de Madrigal de las Blancas Torres21, hacia los finales del
siglo XVI. También durante esta misma época efectuaron incursiones en haciendas
coloniales cercanas a Pasto y el valle del Patía (Patiño y Gnecco 1983:13; West
1957:95). Sin embargo, para 1610, el gobierno español dispuso de varias expediciones
punitivas enviadas al territorio Sindagua al mando del Capitán Moreno de Zuñiga. A
través de estas incursiones en las regiones del Pacífico, los españoles lograron
descubrir las ricas minas de oro del río Telembí y sus afluentes, llegando a
establecerse, al poco tiempo, la provincia minera de Barbacoas. Finalmente, los
grupos Sindagua fueron reducidos por el capitán Francisco de Godoy hacia el año de
1635, y sus sobrevivientes se dieron en encomiendas para labores de minería en el río
Telembí, para posteriormente ser remplazados por grupos de negros esclavos
(Friedemann 1974; Patiño 1988a; Romoli 1963; West 1957).
Evidencias arqueológicas que sustentan relaciones de intercambio entre grupos
tardíos costeros y aquellos del alto Patía-Guachicono (1000 m.s.n.m.) se basan en
formas y estilos cerámicos incisos, así como la presencia de conchas marinas que
llegaron a la zona andina probablemente por intercambio (Patiño y Gnecco 1992; Groot
y Hooikaas 1991). Los datos etnohistóricos también han aportado información
importante para la identificación de la frontera cultural entre los grupos costeros, Patía-
Guachicono y aquellos del altiplano nariñense. Esta frontera se establece en las
regiones de los ríos Mayo, Juanambú y Guaítara en el sector sur del valle alto del
Patía, donde se percibe un fuerte cambio geográfico y climático. En la frontera cultural
y geográfica mencionada se tiene igualmente una mezcla de elementos culturales por
ser una zona de transición entre grupos Quillacingas, Abades, Patías, Chapanchicas y
Sindaguas, lo que se constituye a su vez en una frontera multiétnica, al menos para los
últimos siglos antes del contacto europeo (Groot y Hooykaas 1991; Romoli 1979).
Cieza de Leon (1947) describió varios asentamientos como el del sitio LLanos de
Cumbitara conocido como el pueblo de la sal, en el área de frontera. Sitio muy

21 Este pueblo de españoles fue construido a mediados del siglo XVI, se localiza en los Andes
occidentales de Nariño en el municipio del Rosario. Sus ruinas hoy son la base de un nuevo pueblo de
campesinos del área llamado Madrigal (Patiño 1993:199).

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
probablemente de comercio para intercambio de sal, tejidos, concha, alfarería y otros
objetos de valor cultural (Groot y Hooykaas 1991:82-83; Patiño y Gnecco 1992:86).
Al norte del bajo Patía sólo unos pocos estudios arqueológicos se han llevado a
cabo en las regiones comprendidas entre el río Guapi y Saija y el área de la bahía de
Buenaventura en límites con el Chocó (Hernández 1997; Patiño 1988a; Rodríguez
1988; Salgado y Stemper 1995). Después del siglo VIII d.C., la ocupación de las tierras
bajas de la llanura aluvial del Cauca y Valle del Cauca se orienta, de la misma manera
que en las regiones del sur, hacia las zonas fluviales ribereñas como característica
importante del patrón de poblamiento tardío. La migración y el comercio por
intercambio aparecen en muchas de estas comunidades; sin embargo, este comercio
no tiene los alcances que tuvieron las sociedades costeras de los Desarrollos
Regionales. Las evidencias de grupos de la fase San Miguel se encuentran en varios
sitios de ocupación a lo largo de la costa caucana, en la llanura aluvial. La alfarería de
estos grupos fechada a partir del 670 d.C. es simple con pocos elementos decorativos
entre los que sobresale la pintura roja, aplicaciones de tiras modeladas, incisiones e
impresión de puntos. Las formas corresponden a vasijas globulares, esféricas y
cuencos simples y carenados. Desde el punto de vista estilístico esta alfarería se
relaciona con aquella del sitio San Luís (600 d.C.) del bajo Calima, la que a su vez tiene
características con cerámicas de la fase Sonso (ca. 700-1500 d.C.), una fase que se
extendió por diversas regiones de la Cordillera Occidental y río Cauca (Rodríguez
1988:53).
Los territorios donde se evidencian las fases San Miguel y San Luís, aparecen al
momento de la conquista europea ocupadas por muchas tribus, que fueron
rápidamente diezmadas por las enfermedades y trabajos forzados en las encomiendas
y minas españolas. Las tribus de la llanura del Pacífico caucano que ocupaban las
cuencas del río San Juan en el siglo XVI fueron conocidas como Ceyna, Bamba,
Espandii, Buenbya y Mestate; mientras que las que ocupaban las regiones de los ríos
Guapi y Timbiquí fueron conocidas con los nombres de Petres, Guapis, Chupas y
Boyas (Cf. Patiño 1988a; Romoli 1963). Tampoco en ellas aparecen grandes redes de
comercio, siendo lo más destacado en los documentos de la época, las contrataciones
191
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
de sal y pescado seco, el cual era intercambiado con algunas tribus de la provincia de
Chisquío, al occidente de Popayán.
Durante la última parte del período colonial, grupos de la familia lingüística
Chokó migraron del alto San Juan-Atrato para ocupar regiones del sur a lo largo de los
ríos Yurumanguí, Naya y Saija. Hoy los descendientes de estos grupos, llamados
Emberá, se hallan localizados particularmente en el río Saija y sus afluentes Pati,
Guangüí e Infuí, estos grupos son nombrados localmente como "Cholos" (Carmona
1993; Pardo 1987; Reichel-Dolmatoff 1960; Romoli 1975; Vargas 1993).

7.3 Asentamientos Históricos en la Región de Tumaco


A partir del siglo XVI hasta el XVII la época de conquista y colonia española trajo
consigo un nuevo cambio cultural, el cual estuvo representado por un rápido
decrecimiento poblacional aborigen (causado por enfermedades y guerras) no sólo
para la costa Pacífica de Colombia y Ecuador, sino para la mayoría de zonas
colonizadas por los españoles (Calero 1996; Romoli 1962, 1963). A pesar de la rápida
incursión de la conquista y colonia española del suroccidente colombiano, las tierras
bajas del Pacífico fueron más bien ocupadas tardíamente. Los grupos indígenas de las
regiones de Tumaco fueron dominados por los españoles mucho después de haberse
gestado la colonización en otras áreas del suroccidente. En Parte esto se debió a dos
factores, uno el díficil acceso por mar a un medio caracterizado por territorios
pantanosos y selváticos tal como lo narró la expedición de Pizarro en camino al Perú, y
segundo, los pocos establecimientos españoles fueron blanco de constante ataque de
las tribus guerreras (Sindagua) que ocuparon por largo tiempo estas tierras, hasta que
fueron aniquilados y sometidos hacia 1635 (Calero 1991, 1996).
Desde el punto de vista arqueológico en el área del presente estudio las zonas
bajas de la costa presente muy pocos vestigios arqueológicos correspondientes a la
época histórica. Estos sitios sólo se hallaron dispersos por el río Caunapí y Rosario
(Foto 5.6). En ellos se observan cerámicas mayólicas, vidriadas y lozas, así como
algunos implementos de uso personal. Los sitios donde aparecen estos materiales son
El Coco (S97) el cual contiene cerámicas vidriadas, vidrio y pedazos de metales
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
mezclados con grandes conchas de ostión (Crasiostra columbiensis). También existe
cerámica doméstica de uso en la cocina, sus formas son cuencos grandes y medianos
aquillados decorados con impresiones de conchas a la altura de la quilla (Figura 5.10,
q, r) y vasijas abiertas aquilladas con cordones aplicados con muescas (Figura 5.10, s).
El uso de pipas en cerámica también se hace presente en los sitios El Coco (S97) y La
Esperanza (S92) (Figura 5.10, t-u).
Un número mayor de sitios históricos se observan en la costa caucana en los
ríos Guapí y Timbiquí, donde la colonización y esclavitud tuvo una mayor influencia
sobre la zona (Patiño 1988a:113). Más al norte sitios coloniales y de la república son
localizados en las márgenes del bajo Calima y río San Juan (Salgado y Stemper
1995:120; Stemper y Salgado 1995:259-262). Al sur de Tumaco, W. DeBoer (1996)
describe materiales culturales de la region Santiago-Cayapas; allí los grupos Chachi
continúan haciendo cerámica como aquella encontrada en el sitio El Coco, río Rosario;
en San Miguel, río Timbiquí, Cauca -e.g., cuencos carenados con impresiones de
concha y aplicación de tiras-. Estos materiales generalmente están asociados a
objetos europeos, lo que implica factores de aculturación o migración tardía.

193
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 8
Consideraciones Finales
En este capítulo retomaré las preguntas que fueron formuladas al comienzo del
estudio en Tumaco para observar el progreso realizado en la respuesta de cada una de
ellas.
(1) ¿Cuáles fueron los patrones de asentamiento en la región costera a través
de los períodos de ocupación conocidos? El trabajo de campo en 1995 localizó y
mapeó 97 sitios arqueológicos en el área de Tumaco. Excavaciones sistemáticas se
realizaron en montículos artificiales, tres áreas domésticas y dos campos con
camellones. El análisis de laboratorio de los materiales fue básico a la hora de revisar
la secuencia arqueológica previamente definida por J. F. Bouchard (1982-83). Cuatro
fases de ocupación, extendidas desde el 500 a.C. al 1500 d.C. fueron identificadas en
el área de estudio. Estas fases son Inguapí I, Inguapí II, El Morro y Bucheli-Caunapí.
Aunque existen ocupaciones en el Período Historico, éstas son pobremente
representadas en la cuenca Caunapi-Rosario.
Los origenes de la Tradición Tumaco-Tolita están relacionados con la Fase
Inguapí I que está a su vez asociada con la Tradición Chorrera de la costa central de
Ecuador. Los fundadores de esta tradición fueron probablemente migrantes desde
zonas más secas de la costa ecuatoriana quienes inicialmente se asentaron en la
región de Tumaco alrededor del 500 a.C. Las dos fechas de C14 de 470 + 70 a.C. y
470 + 90 a.C. del sitio La Magnolia reflejan actividades de las poblaciones fundadores.
Solamente siete sitios de los registrados estuvieron ocupados durante Fase Inguapí I,
500-350 a.C. La restricción de estos sitios a la zona de manglares y a la zona
interfluvial, zona limítrofe del manglar y la llanura aluvial es clara indicación que la
movilización a esta región siguió una ruta costera. Algunos fragmentos cerámicos
similares a aquellos de la Fase Chorrera del Formativo Tardío de la costa ecuatoriana
fueron recuperados en estos sitios tempranos (Bouchard y Guinea 1989; Marcos 1988;
Patiño 1991; Reichel-Dolmatoff 1986; Valdez 1987). La mezcla de esta cerámica con
materiales de la Fase Inguapí II en la base de las excavaciones y la ausencia de sitios
típicamente Chorrera en la región de Tumaco hace probable que la Tradición Tumaco-
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tolita represente un desarrollo local con raíces chorreroides.
La Tradición Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) tiene dataciones entre el 350 a.C. y
el 350 d.C. Existe un dramático incremento en el número de sitios (de 7 a 48) en
comparación con el período previo (Tabla 5.7; Fotos 5.1y 5.2). Además, en el
reconocimiento de los sitios se sugiere que toda el área de Tumaco estuvo ocupada
por sitios Inguapí II, no solamente en los manglares y las áreas fértiles de las zonas
interfluvial y fluvial 1, sino también en la zona fluvial 2. Los asentamientos incluyen
pequeñas caseríos, pueblos y centros ceremoniales con montículos de diferentes
tamaños y funciones (i.e., residencias, entierros funearios y talleres). Estos centros
ocuparon terrenos fértiles con potenciales agrícolas altos. En varios sitios los suelos
fueron modificados mediante un sistema de plataformas levantadas (camellones) y
canales permitiendo el desarrollo intensivo de la agricultura. En Tumaco estas áreas
cubiertas de campos prehispánicos de cultivo pueden cubrir más de 100 hectáreas.
La presencia de centros ceremoniales con grupos de montículos y sus
asociaciones a campos de cultivo en la Fase Inguapí II implica una más compleja
organización regional que aquella encontrada en la fase anterior. El reconocimiento
refleja una clara jerarquización regional en el tamaño de los sitios y la construcción de
montículos artificiales. Ceca de 100 montículos de diversos tamaños, formas y
funciones aparecen separados o en conjuntos asociados a través del área de estudio.
Los sitios más grandes cuentan con importantes construcciones o residencias y
cementerios para individuos de alto estatus. Los más importantes centros con grandes
montículos dispuestos en grupos están en las áreas de Inguapí-Magnolia (Figura 1.1;
Sitios S11, S12, S13 y S14), Chilvi-Catedral (Sitios S16 y S19), Dos Quebradas (S79) y
La Miranda (S97). El complejo sitio de Inguapí-Magnolia cubre cerca de 5 hectáreas e
incluye 22 montículos con un volumen total de 18,845 m3 en rellenos. El complejo de
Chilvi-La Catedral cubre 6 hectareas e incorpora 9 montículos para un volumen total de
15,808 m3 de rellenos. Dos Quebradas tiene 8 hectáreas donde se construyeron 6
montículos con rellenos que totalizan en volumen of 47,115 m 3. La Miranda cubre 20
hectáreas y tiene 4 montículos con un volumen total de 7,465 m 3. Sitios más
pequeños, probablemente ocupados por agricultores y pescadores, están dispersos a
195
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
través de todas las zonas fisiográficas. Durante la Fase Inguapí II, las sociedades
Tumaco-Tolita dominaron la costa Pacífica desde el sur de La Tolita, Ecuador, hasta
Buenaventura en Colombia (Bouchard 1982-83; Patiño 1992; Stemper and Salgado
1995; Valdez 1987).
La Fase El Morro, datada entre 350 y 500 d.C., atestigua el colapso de las
sociedades Tumaco-Tolita en las tierras bajas costeras. Existe un cambio sustancial
en la muestra (de 48 a 17) mostrándo un decrecimiento en el número de sitios durante
la Fase El Morro con relación a la fase anterior, lo que indica un precipitoso declive en
la población (Fotos 5.2 y 5.4). Los sitios de la Fase El Morro están localizados en los
mismos lugares de los sitios de la Fase Inguapí II, lo que sugiere que hubo continuidad
entre ambas fases. De los 7 sitios de la Fase El Morro en la zona de manglares, 6
están localizados sobre sitios Inguapí II. Solamente hay 3 sitiios de la Fase El Morro en
la zona Interfluvial y todos están cerca de los límites de la zona de manglar. Además,
otros 7 sitios de esta fase ocupan la zona fluvial. La más amplia ocupación de sitios El
Morro ocurren dentro o cerca de la zona de manglares. Exporcol (S01) es un sitio de 2
hectáreas con dos montículos, Tambillo (S04) cubre 4 hectáreas y tienen 1 montículo, y
Nerete (S03) se emplaza en 8 hectáreas donde se perciben 6 montículos. Durante la
Fase El Morro, pareciera que el foco de sus ocupaciones regresaran a zonas de
manglares o al menos tenían un permanente contacto con este ecosistema.
Durante el Período Tardío (800-1500 a.C.) la costa Pacífica en el antiguo reino
Tumaco-Tolita, se caracterizó por patrones culturales muy diferentes a aquellos
observados en épocas más tempranas. Las evidencias arqueológicas para las fases
Bucheli-Caunapí en Tumaco; Tumbaviro, Las Cruces, Herradura y Mina de la cuenca
del Santiago-Cayapas; Maina sobre el bajo Patía, San Miguel en Guapi, Timbiquí en la
costa del Cauca y San Luis en el bajo Calima, son similares y típicas de culturas de
selva tropical (DeBoer 1996; Patiño 1988a; Rodríguez 1988). Esta evidencia sugiere
que durante el Período Tardío y después un hiatus de probablemente 200 años,
nuevos grupos representados por la Fase Bucheli-Caunapí llegaron a la región de
Tumaco y continuaron ocupando el territorio hasta que éste fue colonizado por
europeos en el Siglo XVI.
196
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Mientras que los asentamientos Tumaco-Tolita (Fase Inguapi II) estaban
localizados en las tierras bajas fértiles con acceso directo a los recursos acuáticos de
manglares y mar, los caseríos de la grupos tardíos fueron pequeños y su tendencia fue
la de ocupaciones dispersas a lo largo de las margenes de los ríos. Algunas de las
ocupaciones arqueológicas corresponden a asentamientos históricos de los Sindagua,
popularmente conocidos como Indios Bravos que se establecieron en las tierras bajas
costeras hasta el Siglo XVII (Calero 1997; Romoli 1963; West 1957).
(2) Cuáles fueron los patrones de subsistencia de los grupos prehispánicos
costeros y, en particular, cual fue la importancia del maíz en el mantenimiento de estas
sociedades?
Un elemento central en la economía de Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) fue la
incorporación de un elaborado sistema de campos levantados para cultivo sobre una
llanura aluvial con inundaciones estacionales. Los mejores ejemplos de estos campos
se localizan en los sitios Piñal Salado (S06) y Las Marías (S12). La modificación del
paisaje se logró mediante la conexión de canales a estuarios, lo que condujo a que los
constructores de estos sistemas pudieron controlar las inundaciones de la llanura
aluvial. Los sistemas conocidos son suficientemente intensivos como para soportar una
densa población durante al menos 600 años. No hay duda que la economía de estas
sociedades estuvo basada en una agricultura intensiva, pesca e intercambio. Análisis
de polen y fitolitos y algunas formas de vasijas indican que el maíz, la calabaza,
maranta y palmas fueron cultivados en los campos agrícolas de Tumaco. La existencia
de ralladores en cerámica también sugiere que la yuca y otras raíces comestibles
pudieron ser cultivadas. Metates, manos de moler, morteros y hachas están asociadas
con productos y actividades agrícolas.
Los ríos, estuarios y mar abierto proveyeron recursos económicos y también
interconectaron las diferentes zonas fisiográficas de la costa baja de Tumaco,
facilitando la movilidad y el intercambio de bienes entre estas sociedades. La pesca en
los ríos, estuarios y mar abierto debió valorarse altamente, dada la diversidad de los
habitats acuáticos en la región (Leyva 1993). Sin embargo, la pobre preservación de
los restos de peces y otras especies hace que la contribución de está información al
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estudio de la dieta sea difícil de estimar para la región de Tumaco. En general se
asume que el maíz complementado con una dieta marina sirvió de base para el
incremento de la población de sociedades costeras (Guinea 1995; Marcos 1988).
(3) Cuál fue la importancia del intercambio marítimo y terrestre para el
mantenimiento de los centros Tumaco-Tolita? y (4) Cuál fue la naturaleza de la
interacción entre las zonas costeras y los Andes de Colombia y Ecuador?
Las relaciones de intercambio están implícitas en la presencia de objetos
suntuarios, tales como Spondylus, obsidiana y ornamentos en oro (hechos localmente),
producidos a partir de materiales cuyas fuentes son variadas y algunas veces bastante
distantes (200 km) de los centros Tumaco-Tolita. Estas relaciones han sido trazadas
no solamente a lo largo de la costa Pacífica, sino hacia el piedemonte y tierras altas
andinas del este. Las élites locales parecen haber participado en el intercambio
interregional de la obsidiana, concha, piedras y cerámicas de fuentes en el
suroccidente de Colombia y Ecuador. Objetos tanto de la costa como de los Andes
fueron probablemente transportados a lo largo de rutas que seguían los ríos y valles de
Guayllabamba, Chota, y Mira, los cuales proveen una relativa y fácil conexión entre las
tierras altas y la costa (Cf., Alcina Franch 1985; Dorighel et al. 1996, 1998).
Varios autores coinciden en afirmar que las sociedades Tumaco-Tolita
participaron en el intercambio a larga distancia con grupos de la costa Pacífica
Mesoamérica basándose en similitud de formas cerámicas y decoraciones, figurillas
humanas y animales, entre otros elementos encontrados en ambas áreas (Cf., Marcos
1978; 1988; Reichel-Dolmatoff 1986). Otros autores han llamado la atención sobre
elementos de Sur América en la costa Pacífica de Mesoamerica incluyendo figurillas
humanas atípicas (Anawalt 1992) y metalurgia (Hosler 1997). La existencia del
intercambio a larga distancia con Mesoamérica no puede ser descartado y merece un
escrutinio más profundo.

(5) ¿Cuál fue la importancia de una producción metalúrgica temprana en la región?


Ornamentos Tumaco-Tolita hechos en oro, platino y cobre representan uno de
los ejemplos más tempranos de metalurgia en Colombia (Patiño 1993c, 1997; Scott y
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Bouchard 1988). En la mayoría de los cacicazgos, artesanos especialistas como los
orfebres, residen en los centros de mayor importancia para producir los bienes que
consume la élite, ésta a su vez los financia. El descubrimiento de desperdicios en un
taller orfebre en uno de los montículos del sitio La Magnolia (S14) implica que este tipo
de relaciones entre élites y artesanos especialistas también existieron entre las
sociedades Tumaco-Tolita. La mayor parte de los objetos suntuarios recuperados en
los sitiosTumaco-Tolita (principalmente por guaqueros) fueron probablemente usados
como bienes de prestigio; tales bienes constituyen una importante característica de las
sociedades de rango.

(6) ¿Cuales son los factores que provocaron el declive y colapso de las
sociedades complejas de Tumaco-Tolita?
Después del 350 a.C. existió un cambio dramático en la población de la zona
estudiada y a partir del 500 d.C. la zona prácticamente es abandonada. La causa o
causas del colapso de las sociedades Tumaco-Tolita siguen aún sin clarificar. No hay
indicios de guerras y, además, parece existir un hiatus entre el momento de abandono
por parte de los grupos Tumaco-Tolita y los nuevos grupos ocupantes de la Fase
Bucheli-Caunapi. La interrupción del intercambio se correlaciona con la pérdida de
población, cesando la construcción de montículos, aunque aún no es claro cual de las
dos aparece primero.
En esta área de altas y continuas precipitaciones, la economía de subsistencia
basada en la agricultura intensiva, pudo ser vulnerable a los cambios climáticos. La
zona interfluvial parece abandonarse después del 350 d.C. durante la Fase El Morro, lo
mismo que los sistemas de campos elevados. Después del 500 d.C. el área entera,
incluyendo las zonas de manglar y fluviales, parece ser abandonada. Esto se
correlaciona con una época, cerca del 500 d.C., cuando la mayor parte del norte de Sur
América padece prolongadas sequías y las tierras bajas costeras entre Ecuador y Perú
experimentan graves innundaciones (Meggers 1996; Suzunaga 1995). El incremento
de las lluvias está asociado con los eventos de El Niño, lo que causa masivas
innundaciones en el área de Tumaco; repetidos episodios en el pasado pudieron haber
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
obstaculizado la agricultura en la planicie costera. Sin embargo, no existen registros
paleoclimáticos de la región de estudio que puedan confirmar o rechazar esta hipótesis.
Esta investigación fue concebida como una contribución al estudio de la
emergencia, persistencia y eventual declive de las sociedades complejas o cacicazgos
en la región de Tumaco (Drennan 1995, 1996; Earle 1987, 1989, 1997). Los métodos
utilizados han sido productivos para comenzar a desarrollar y orientar tópicos como los
patrones de asentamiento, subsistencia e intercambio prehispánico en Tumaco. Sin
embargo, para llegar más lejos en la respuesta a estas preguntas, parcialmente
desarrolladas en este estudio, se necesitarán más reconocimientos y excavaciones
sistemáticas para acrecentar la información sobre áreas residenciales (organización de
viviendas), construcción y uso de montículos, diferenciación social y densidades de
población. Finalmente, cuando se compare la información obtenida durante el Proyecto
Tumaco con otras similares del Área Intermedia, la contribución al entendimiento de los
procesos implicados en el origen y desarrollo de las sociedades complejas será mayor.

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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE A
Reconocimiento Geológico y Características de Suelos en Sitios
Arqueológicos de Tumaco

Por: Juan Luis González


Geólogo-Ingeominas-Cali

Como parte del trabajo de investigaciones arqueológicas adelantado en el área


de Tumaco, se escogieron los sitios arquelógicos de La Miranda, La Esperanza, La
Remigia, El Gran Cebú, La Magnolia y El Esfuerzo, considerados como representativos
del área de estudio, para caracterizarlos de acuerdo a la morfología y a los atributos de
sus suelos.

1. Localización, Fisiografía y Geología


Los sitios visitados se ubican en el área general de la Llanura Pacífica en
cercanías del municipio de Tumaco, específicamente a lo largo de la carretera que
conduce a Pasto; en un área demarcada por las partes bajas de las cuencas de los ríos
Caunapi y Mira, los pantanos de manglar próximos a la costa, y los alrededores de la
Espriella, aproximadamente a 40 kilómetros de Tumaco sobre la vía a Pasto.
La fisiografía de la llanura es en rasgos generales uniforme, predominando el
relieve plano, el cual es alterado sólo por algunas colinas bajas de escasa altura que no
alcanzan los 50 metros sobre el nivel del mar, pero que ejercen un control importante
en el trazado de los cauces de los ríos. La topografía plana es el resultado de la
sedimentación fluvial y marina durante el Cuaternario, este relieve plano lo conforman
depósitos estratificados o mezclados de gravas, arenas, lodos y turbas orgánicas en
zonas de manglar. Gran parte de la llanura Pacífica se encuentra representada por
estos depósitos. El relieve de colinas en tanto, corresponde a las partes distales de
una formación volcano-sedimentaria que aparece como TQs en los mapas geológicos,
y que cubre la parte centro sureste de la llanura hasta, el piedemonte andino. Está
compuesta esencialmente por capas conglomeráticas con cantos de rocas volcánicas y
niveles tobaceos de arenas, limos y arcillas, los cuales se encuentran completamente
meteorizados y forman suelos rojizos de varios metros de espesor.

2. Geología de Sitios Arqueológicos


2.1 Sitio La Miranda (Río Mira)
Este sitio está localizado en la margen izquierda del Río Mira, aguas abajo,
sobre el segundo nivel de dos terrazas separadas por un escarpe vertical de 15 a 20
metros de altura. Esta ubicación es estratégica desde el punto de vista de la ocupación
porque ofrece dominio visual de un trayecto importante del río, y porque además se
encuentra protegido de inundaciones durante la época de crecientes del río. Un corte
de carretera que atraviesa ambos niveles de terrazas, y el escarpe que las separa,
permite observar en detalle las características litológicas y el desarrollo del suelo. El
primer nivel corresponde a la actual llanura de inundación que tiene aproximadamente
200 metros de amplitud desde el cauce del río hasta la base del escarpe, y está
225
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
conformada por una mezcla de gravas gruesas, arenas y lodos. En el escarpe vertical
aflora una toba arenosa que incluye cantos redondeados y angulosos de pómez, de
color pardo-amarillosos, en avanzado estado de meteorización. El perfil del suelo en el
segundo nivel de terraza, donde se encuentra el sitio, ha sufrido intervenciones
antrópicas antiguas asociadas a la construcción de tolas, lo que contribuyó al
enriquecimiento de la capa húmica, y más recientemente asociadas a la posible
nivelación del terreno para el cultivo de palma y a la construcción de vías de acceso,
por estas razones el perfil es variable en su espesor y en sus características texturales.
En el lugar escogido para la descripción, se midió un perfil de 2.6 metros de espesor
desde la superficie hasta el comienzo de la toba el cual está marcado por un contacto
gradual de unos pocos centímetros. Todo el perfil corresponde a un horizonte A. El
primer metro es de color negro muy oscuro y textura limo-arenosa, incluye cerámica
hasta esa profundidad y pierde lateralmente su continuidad horizontal, por lo que se
estima es de origen antrópica. Continuando a profundidad hasta lo 2.6 metros se
incrementa el contenido de arena y el color se torna gris oscuro a pardo hacia el
contacto. El material parental son pómez y cenizas volcánicas.

2.2. Sitios La Esperanza y La Remigia (Río Caunapí)


Estos sitios se ubican en zonas de colinas sobre la margen izquierda del río
Caunapí. El relieve es predominantemente fuerte, ondulado y quebrado, pero también
se incluyen áreas de menor relieve. Las pendientes más comunes son del 25 %
aunque también las hay del 50 %. La altura máxima no sobrepasa los 50 metros y las
cimas de morfología redondeada se encuentran más o menos al mismo nivel. Las
colinas son restos de una formación volcano-sedimentaria de edad
tericiaria-cuaternaria, que hoy se encuentra altamente meteorizada, pero que es
resistente a la acción fluvial y ejerce un control litológico importante en el cauce del río
Caunapí y sus afluentes. Es común en toda el área la erosión laminar en las partes de
pendientes más altas.
De acuerdo a las observaciones en el recorrido de acceso al sitio La Esperanza
y en el sitio mismo se puede generalizar un perfil de suelos que incluye: capa húmica
pobremente desarrollada (inexistente en muchas partes) de 5 centímetros de espesor,
con cobertura de pastos, seguido por un horizonte arcilloso, muy plástico e
impermeable, de color pardo oscuro que se va tornando rojo con moteado pardo
amarillentas hasta acentuarse a 50 centímetros de profundidad en un rojo encendido.
El aspecto es masivo, y del material parental sólo se preservan esporádicamente
cantos angulosos de cuarzo lechoso.
En el sitio La Remigia se ubican tolas en el tope de las colinas, que alteran el
perfil natural del suelo por la acumulación de sedimentos arcillosos de diferentes
colores y diferentes fuentes. Estos suelos antrópicos asociados a tolas son más
sueltos, e incluyen material cerámico y fragmentos líticos. En el sitio de la excavación
se observa un perfil que desde la superficie hasta 50 centímetros de profundidad está
compuesto por arcillas plásticas e impermeables de color café- pardo. Entre 50 y 100
centímetros el perfil lo componen capas de diferentes colores con espesores entre 5 y
10 centímetros, discontinuas y de textura arcillosa, entre estas sobresale por su
226
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
continuidad una capa gris, que refleja sin duda un evento largo de ocupación de la tola.

2.3 Sitio El Gran Cebú


Este sitio se encuentra ubicado en una zona de topografía plana, sobre la margen
derecha del Río Mira distante del cauce aproximadamente 5 kilómetros. Su principal
característica es la de ser un terreno mal drenado sujeto a continuas inundaciones; lo
anterior se deriva de la conformación geológica, la cual se observó en varios
segmentos de un extenso sistema de canales recientemente construidos para drenar el
terreno, con el objeto de adaptarlo para el pastoreo. Desde la superficie hasta una
profundidad de 2 metros (máxima profundidad del canal), el perfil geológico lo
conforman: un paquete de sedimentos fluviales compuesto por arenas, limos y arcillas,
dispuestos en pequeños estratos o mezclados entre sí, de espesor variable en toda el
área entre 70 centímetros y 2 metros. Subyaciendo este paquete se encuentra un
manto de material volcánico tipo toba de composición pumítica bien soldado, y de
espesor desconocido.
En este sitio se describieron 2 perfiles de suelos en las paredes del canal de
drenaje. El primero en el punto de iniciación del sistema de drenaje en inmediaciones
de la vía a Pasto, el cual tiene: desde la superficie hasta 40 cm, un horizonte A con 15
cm de capa húmica de color café oscuro-pardo, seguido por una capa arcillosa de color
pardo, con un contenido mínimo de arena, el cual tiene una influencia antrópica grande,
ya que incluye material cerámico hasta esa profundidad. Entre 40 y 70 cm se
encuentra un horizonte B compuesto principalmente por arcillas grises con un
contenido bajo de arenas. Entre 70 y 130 cm se presenta un paquete de arenas de
grano medio a grueso, dispuestas masivamente, en el cual sólo se diferencian algunas
capas por los cambios de color todos en tonos de grises, éstas se encuentran sueltas
hacia la parte superior y a profundidad se van consolidando. El segundo perfil está
localizado cerca a un carreteable de acceso al Río Mira a unos 2 kilómetros de la
carretera a Pasto, en la misma red de canales que atraviesa un extenso campo de
cultivos prehispánico. Según se observa en las paredes del canal, el perfil tiene
grandes variaciones laterales pero de manera general se presenta así: Desde la
superficie hasta 60 cm está conformado por un horizonte A de textura arcillosa con un
contenido alto de materia orgánica y abundante cerámica. Entre 60 y 76 cm se
encuentra un horizonte B de color pardo-amarilloso moteado, también de textura
arcillosa, y entre 76 y 100 cm, fondo del canal, está un horizonte C compuesto por una
mezcla de limos y arcillas con un contenido bajo de arenas, de color gris claro.

2.4. Sitio La Magnolia (área de Chilví)


Este sitio se encuentra en una ladrillera ubicada a pocos metros de la carretera
Pasto-Tumaco, sobre la margen derecha en dirección a Tumaco. La topografía del sito
es plana y la conformación geológica del terreno demuestra un origen fluvial. La
arqueología del sitio es de tolas y basureros. Existe en la ladrillera un canal de drenaje
que se aprovechó para describir los suelos del lugar. De 0 a 73 cm se encuentra un
horizonte A de textura arcillosa con un contenido alto de materia orgánica, de color
negro oscuro, que incluye abundante cerámica y carbón hasta esa profundidad. Entre
227
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
73 y 149 cm (fondo del canal) se encuentra un paquete de arenas sueltas de grano
medio a fino, compuesto por estratos delgados y discontinuos, que incluyen alternancia
de laminaciones planas paralelas de minerales oscuros, pesados con laminaciones de
minerales claros. Este paquete es de origen fluvial.
Distante 20 metros del basurero, se encuentra una tola que en la actualidad
constituye el frente de explotación de la ladrillera. Un corte fresco en uno de sus
costados, refleja diferentes fases de ocupación identificados por la variedad de tipos de
rellenos utilizados para su construcción. La estratigrafía de la tola incluye desde la
superficie del terreno: dos niveles de suelos negros arcillosos bien compactados, de
textura similar a la del horizonte A del suelo, separados por una capa arcillosa de color
más claro. Un estrato masivo y compacto de color gris claro, compuesto por arcillas y
algo de arena cubren los niveles anteriores, incluye lentes discontinuos y delgados de 2
a 3 cm de espesor de arcillas muy plásticas. Dispersos en este estrato se encuentran
fragmentos subredondeados de pómez de 2 cm de diámetro. La última capa de relleno
corresponde a la ocupación mas tardía de la tola, texturalmente es similar al material
que compone las otras capas, en los 10 centímetros superficiales de ésta se ha
desarrollado un horizonte húmico.

2.5 Sitio El Esfuerzo (Área de Inguapí)


Este sitio se ubica en una ladrillera en un área de topografía plana, próxima a
algunos esteros, la arqueología corresponde a tolas y a campos de cultivo cercanos.
Los suelos del lugar han sido alterados por la extracción de material para la ladrillera,
que ha consumido casi completamente una tola cercana, y ha producido la nivelación
del terreno, por lo que es posible que el perfil de suelos se encuentre incompleto.
Actualmente en superficie, los suelos del sitio están compuestos principalmente por
arenas sueltas de grano medio lo que corresponde a zonas bien drenadas, se
presentan variaciones laterales rápidas, por lo que también se observan en superficie
zonas anegadas de composición lodosa entre las arenas. En uno de los frentes de
explotación y en canales de drenaje en el sector norte de la ladrillera que ha sido
menos intervenido, se describió un perfil que parece completo y que desde la superficie
consta de un horizonte A de 40 cm de espesor de color café claro compuesto por una
mezcla de limos y arcillas, bajo este se encuentra un horizonte B de textura
arcillo-arenosa, de color café claro a crema, que por su alto contenido de arcillas
permite tener un frente de explotación de taludes verticales estables, además presenta
un drenaje interno pobre, como lo evidencia el agua acumulada en las depresiones del
terreno dejadas por la extracción de material. Las rápidas variaciones laterales en la
textura de los sedimentos que conforman el suelo, y la proximidad a los esteros,
sugieren un origen fluvial para estos sedimentos.

2.6 Sitio San Luis (Manglares de Tumaco)


Este sitio está ubicado sobre la margen izquierda aguas abajo, del estero
Aguaclara, en predios de la camaronera San Luis, distante 3 kilómetros de la vía a
Pasto. El sitio contrasta con los anteriores por encontrarse entre el manglar y en una
zona de firme en medio del bosque de manglar. El principal rasgo arqueológico lo
228
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
constituye una gran tola en forma de T, de 80 metros de largo por 60 metros en el lado
horizontal y 2.5 metros de altura. No obstante a que el área general donde se ubica el
sitio ha sido alterada por la actividad reciente de la camaronera, lo que incluyó la tala
del bosque nativo de manglar y la posterior nivelación del terreno, se sabe que la
estratigrafía general del área incluye desde la superficie y hasta 2 ó 2.5 metros de
profundidad, una turba lodosa con abundantes raíces, que sostiene los manglares.
Bajo la turba se encuentran arenas de grano fino, mezcladas con lodos, que tienen un
alto contenido de materia orgánica. Se estima que estos sedimentos corresponden al
antiguo delta del río Mira, se desconoce su espesor.
Firme es el nombre local para aquellas zonas dentro del manglar, donde la
superficie del terreno sobresale por encima del nivel de las mareas altas y el material
del suelo son arenas, comúnmente un firme no es más que una faja angosta y alargada
de arena entre los manglares. Su origen es marino, y se les asocia con antiguas
playas que de alguna forma quedaron aisladas y se han preservado de la erosión entre
los manglares. El firme de Agua Clara y otros adyacentes sobresalen no sólo por su
textura, arenas de color café claro y tamaño de grano medio, sino porque además son
terrenos bien drenados, que tienen una vegetación típica de caña brava y pastos que
contrasta con los manglares del resto del área.
La tola ubicada sobre el firme contrasta con las tolas descritas en otros sitios no
solo por sus dimensiones y por su forma, sino porque en la construcción de ésta se
utilizaron principalmente arenas y en menor proporción limos y arcillas. Se distinguen
en un corte reciente de la tola para la extracción de material, de 3 a 4 horizontes A de
suelos que representan diferentes épocas de ocupación.

229
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE B
Descripción Petrográfica de Secciones Delgadas en Cerámica
Por Juan Luis González
Geólogo

Muestra No.1
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color café oscuro
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
fino a medio. La composición incluye:
60% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
20% Anfíboles.
20% Fragmentos de rocas, representados principalmente por andesitas y basaltos y
en menor proporción por areniscas cuarzosas. Se observan trazas de minerales
opacos y óxidos como productos de alteración y fragmentos de cerámica.

Muestra No.2
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color pardo rojiza
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
fino a medio. La composición incluye:
50% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
30% Fragmentos de rocas volcánicas, representados por andesitas y basaltos.
15% Anfiboles.
5% Minerales opacos y óxidos como productos de alteración.
Las fuentes más probables de estas arenas son las llanuras de inundación y barras de
los ríos del área.

Muestra No.3

Cerámica Arenosa ordinaria


Matriz: Arcilla de color café claro
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
medio a grueso. La composición incluye:
70% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
20% Fragmentos de rocas volcánicas, representados por andesitas, basaltos y tobas.
5% Anfiboles.
5% Minerales opacos y óxidos como productos de alteración.
Las fuentes más probables de estas arenas son las llanuras de inundación y barras de
los ríos del área.

Muestra No.4
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color pardo a café clara.
230
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
medio a grueso. La composición incluye:
85% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
10% Fragmentos de rocas volcánicas, representados por andesitas y basaltos.
5% Anfiboles.
Se observan trazas de minerales opacos y óxidos como productos de alteración.
Las fuentes más probables de estas arenas son las llanuras de inundación y barras de
los ríos del área.

231
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

APÉNDICE C

Análisis de Obsidianas Provenientes de Tumaco, Colombia

O. Dorighel (1,2); L. Bellot-Gurlet (1,3); G. Poupeau (1,3) y D. Patiño (4,5).


(1) Groupe de Géophysique Núcléaire, Institut Dolomieu, Université Joseph Fourier, Grenoble, Fr.; (2)
Université de Paris-I, Sorbonne, París, Fr.; (3) UPRES-A No. 5025 du CNRS, Musée de L'Homme, Paris,
Fr.; (4) Temple University, Phialdelphia, USA; (5) FIAN, Bogotá, Colombia.

1. Lista de Muestras Analizadas. En total las muestras de obsidianas de la región de


Tumaco analizadas suman 23 piezas provenientes de las excavaciones llevadas a
cabo en la región de Tumaco, costa Pacífica. En el análisis también se coloca una
muestra de obsidiana que proviene del sitio La Cocotera (costa del Cauca) con fines
exclusivamente de referencia. En la Tabla 1 aparecen listadas las piezas de obsidiana
y detalles de donde fueron halladas durante los trabajos arqueológicos.

2. Resultados PIXE. De acuerdo con los análisis de composición geoquímica


realizados por el método PIXE (Particle Induced X-Ray Emission) tenemos que las
muestras de obsidianas de Tumaco se reparten en dos grupos. Uno es llamado
arbitrariamente "Tumaco" y otro corresponde al grupo "Mullumica". El primer grupo,
"Tumaco", hasta el momento no tiene correspondencia con ninguna de las fuentes de
materia prima conocidas, y las piezas de obsidiana que lo componen se encuentran
únicamente en la zona costera de Tumaco. Las muestras de este grupo son tres
(MIRk, RMGa y PRZ2) (Tabla 1) y se encuentran en los sitios La Miranda (S97), río
Mira; La Remigia (S54) y La Esperanza (S58) estos sitios ubicados en el río Caunapí.
Estas muestras se caracterizan por un tenor muy bajo en manganeso, lo que define un
grupo composicional muy alejado del otro (Mullumica) (Figura 1.1).

Es importante anotar que los resultados PIXE obtenidos para el grupo


"Mullumica" son hetereogéneos debido a la mezcla de dos magmas diferentes, lo que
complica bastante las atribuciones de las muestras de obsidianas de Tumaco a esta
fuente.

232
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 1. Distribución de Obsidianas en Tumaco.
_______________________________________________________________________
Sitio No. Procedencia Referencia Análisis Grupo
_______________________________________________________________________
La Miranda (S97) Superficie MIRa TF Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRb TF Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRc PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRd PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRe PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRf PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRg PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRh PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRi PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRj PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRk PIXE* Tumaco
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGa TF Tumaco
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGb PIXE Mullumica
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGc PIXE Mullumica
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGd PIXE Mullumica
San Luis (S02) Superficie SL1 TF Mullumica
San Luis (S02) Superficie SL2 PIXE Mullumica
La Esperanza (S58) Tr-1-B-60-80cm PRZ1 PIXE Mullumica
La Esperanza (S58) Tr-1-B-60-80cm PRZ2 PIXE Tumaco
La Magnolia (S14) Superficie MGN PIXE Mullumica
Exporcol (S01) Superficie EXP PIXE Mullumica
El Esfuerzo (S09) Superficie ESF PIXE Mullumica
La Cortadura (S65) Superficie CTD PIXE Mullumica
La Cocotera Cauca Superfice CO TF Mullumica
_______________________________________________________________________
* No datable por problemas de Uranio. TF= artefactos datados por Trazas de Fisión
del Uranio (Véase Tabla ). PIXE= análisis de elementos geoquímicos por el método
no destructivo PIXE (Particle Induced X-Ray Emission) (Figura 5.8).

3. Resultados de las Dataciones por Trazas de Fisión del Uranio. La datación de


una parte de la muestra de obsidiana nos da información suplementaria sobre las
atribuciones de las piezas estudiadas. En la Tabla 2 se describen los resultados de las
dataciones por trazas de fisión de artefactos de Tumaco y una muestra de La Cocotera,
Cauca.

La primera información que aparece en la Tabla 2 se relaciona con el origen de


la muestra MIRb del sitio La Miranda. La datación por huellas de fisión obtenida para
esta muestra nos confirma la atribución de esta pieza al flujo principal de Mullumica, en
la sierra de Guamaní al Este de Quito. La edad de 0.19 Ma (Millones de años) es
totalmente compatible con la del flujo de Mullumica de 0.18 Ma. (Bigazzi et al. 1992:26).

Otro punto que llama la atención, es la presencia de muestras de obsidiana


pertenecientes al grupo ubicado entre "0.25-0.30" Ma. Una pieza del sitio La Miranda
MIRa, una del sitio SLS1, así como la única del sitio La Cocotera COCO, caen en este
grupo, que es bien conocido y bien representado en el litoral Pacífico. Obsidianas de
este grupo también se han encontrado en el sitio La Tolita, provincia de Esmeraldas,
233
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Ecuador (Dorighel et al. 1994:139-140). Finalmente, se identificó una edad 0.35 Ma. en
la muestra RMGa que podría indicar la existencia de una nueva variedad de obsidiana.

Tabla 2. Datación por Trazas de Fisión de Obsidianas de Tumaco y Costa Caucana.


__________________________________________________________________________________
Sitio Refe- Calen- ρS ρI Φ Edad ± 1σ Obs. DS/DI Obs.
rencia tamiento t/cm² 105 t/cm² 1015 n/cm² Ma
Ns Ni Nm
__________________________________________________________________________________
La Cocotera COCO ninguno 668 2.268 1.0728 0.19 ± 0.02 1 0.85 1
(93) (3010) (16391)
695 2.424 1.0728 0.18 ± 0.02 1
(92) (3215) (16391)
1h/205°C 937 2.306 1.0728 0.26 ± 0.02 1
(133) (3050) (16391)
616 1.461 1.0728 0.27 ± 0.03 2
(119) (2523) (16391)
662 1.460 1.0728 0.29 ± 0.03 2
(70) (2523) (16391)

La Miranda MIRa 1h/205°C 445 1.112 1.188 0.28 ± 0.03 1 1.05 1


(88) (1477) (10709)
MIRb 2h/250°C 308 1.113 1.188 0.20 ± 0.02 1 1.07 1
(100) (1477) (10709)
297 1.147 1.188 0.18 ± 0.02 2
(100) (2435) (10709)

La Remigia RMGa 1h/205°C 651 1.322 1.188 0.35 ± 0.04 1 0.99 1


(99) (1758) (10709)
560 1.316 1.188 0.30 ± 0.03 2
(98) (2272) (10709)
San Luis SLS1 2h/250°C 515 1.025 1.188 0.35 ± 0.04 1 1.1 1
(99) (1363) (10709)
507 1.344 1.188 0.27 ± 0.03 2
(102) (2855) (10709)
__________________________________________________________________________________

Por el momento, podemos decir que estamos frente a la presencia de tres


grupos cronológicos diferentes en el litoral Pacífico, que por supuesto deben
corresponder a tres fuentes de materia prima distintas.

4. Conclusión Analítica. En las muestras analizadas observamos la gran


concordancia en los dos tipos de análisis. El ejemplo más claro es el caso de las
muestras que caen en el grupo composicional de "Mullumica". Sin la atribución
geocronológica no se podrían diferenciar las piezas que tienen como origen real el flujo
de Mullumica, de las que pertenecen al grupo "0.25-0.30" Ma. Esto parece
fundamental cuando se trata de reconstruir la circulación de la materia prima y los
comportamientos culturales que inducen esta circulación.
234
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

5. Conclusión Arqueológica. De los 10 sitios arqueológicos con obsidiana


estudiados hasta ahora, hemos identificado sólo tres fuentes diferentes de materia
prima. Uno de estos sitios es conocido y representado en varioas sitios de los
cacicazgos Tumaco-La Tolita, tal como lo es La Tolita (Chancha H9 y Walberto) y de
sitios del sur de Esmeraldas como La Cantera y La Propicia. En el caso de la muestra
MIRb de La Miranda se identificó esta pieza como proveniente del flujo principal de
Mullumica, en la sierra andina del Ecuador. Esto confirma la existencia de posibles
redes de intercambio entre la costa y la sierra ecuatoriana. Debemos destacar el
hecho de que en el sitio Cancha de La Tolita ya habíamos identificado una muestra que
tenía como origen la misma zona de la sierra de Guamaní. Sin embargo en este último
caso la fuente era Quiscatola-Yanaurco.

Finalmente, se pone en evidencia una nueva fuente de materia prima llamada


grupo "Tumaco", del cual desafortunadamente no conocemos el origen geográfico y
que sería representado por tres muestras de tres sitios diferentes de Tumaco: La
Miranda (S97), La Remigia (S54) y La Esperanza (S58). Futuras dataciones ayudarían
a precisar los interrogantes que se tienen para estos grupos de obsidiana en la zona de
Tumaco.

235
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

APÉNDICE D
Análisis de Muestra Orfebre Prehispánica

Museo del Oro


Bogotá

En la Tabla 1 se determinan los resultados del análisis cualitativo superficial por


fluorescencia de rayos X practicados a piezas orfebres de la región de Tumaco. La
pieza No.1 proviene del sitio Exporcol (Isla del Morro). La No. 2 y 3 del sitio La
Magnolia, Chilví.

Tabla 1. Análisis de Piezas Orfebres de Tumaco


_______________________________________________________
Pieza Elementos Peso Descripción
No. Detectados (Gramos)
_______________________________________________________
1. Botón Pequeño Oro y Plata 0,339 Fundición
2. Lámina Grande Oro, Plata 0,131 Fragmento
y Cobre Repujado
3. Lámina Pequeña Oro, Plata 0,038 Repujado
y Cobre
_______________________________________________________

En esta muestra orfebre se resaltan los siguientes aspectos:

1. El elemento principal de las tres muestras es oro, los otros metales se encuentran
en proporciones menores.

2. Los metales presentes en el botón de oro, (muestra No.1), sugieren que fue
fabricado a partir del oro de aluvión fundido.

3. Las muestras Nos. 2 y 3 son similares. Al parecer fueron elaboradas a partir de oro
de aluvión al cual se le adicionó cobre.

4. Fechamiento de C-14 datan las muestras No. 2 y 3. en 470 +/- 90 a.C. en el


montículo 1 del sitio La Magnolia, Chilví. Tumaco. También diminutos hilos o alambres
de oro de sección rectangular se asocian a esta orfebrería con dataciones de 370 +/-
60 a.C. y 470 +/- 90 a.C. para el mismo sitio.

236
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE E
Polen y Macrorestos de los sitios La Tirsa y La Magnolia
Por Juan Carlos Berrío,
Luisa F. Herrera y Gaspar Morcote
Fundación Erigaie

A. ANÁLISIS DE POLEN

1. Métodos: Preparación y Análisis


Los sitios en los que se realizaron estudios de polen fueron: La Tirsa (S59): 4
muestras, La Magnolia (S14): 2 muestras y Las Tres Marías (S12): 2 muestras, para un
total de ocho muestras. De estas resultaron con polen: 1 de la Tirsa y 2 de Las Tres
Marías.

El método de preparación para la obtención de los microfósiles en el laboratorio


fue el normal. Se pesaron 3 gramos de muestra adicionandoles ácido fluorhídrico en
frío durante 12 horas con el fin de disgregar las arcillas. Luego se calentaron al baño
maría durante 5 minutos con hidróxido de potasio al 10% y acetolizadas de acuerdo a
la técnica de Erdtman (ácido acético anhídrico y ácido sulfúrico en proporción 9:1).
Posteriormente, se mezclaron con Bromoformo de gravedad específica 2 para separar
el polen del material arcilloso. Al residuo se le agregó una gota de glicerina y se colocó
en el horno a una temperatura de 60C durante 12 horas. Las muestras fueron
montadas en placas portaobjetos utilizando como soporte gelatina glicerinada y se
cubrieron con láminas cubre objetos. Finalmente se sellaron con parafina.

Para el conteo de polen se utilizó un microscopio de luz, Leitz 20EB con


aumentos de 40 y 100x y oculares de 10x. para la identificación de los palinomorfos se
utilizó tanto la colección de referencia de la Fundación Erigaie como atlas palinológicos
de la flora tropical.

2. Resultados

2.a. Sitio La Tirsa (5-15cm).


Se contó un total de 956 granos de polen, 786 esporas de helechos y 62
esporas de hongos y algas. En la Tabla 1 se presenta el listado de especies con la
cantidad y porcentaje en este nivel.

237
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Tabla 1. La Tirsa, Trinchera 1, 5-15cm.


__________________________________________________
ESPECIE PORCENTAJE CANTIDAD
__________________________________________________
Gramineae 2% 18
Compositae 3 30
Umbelliferae 0.2 2
Spondias sp. 2 22
Begonia sp. 1 8
Papilionaceae 11 105
Anthurium sp. 2 18
Philodendro sp. 0.3 3
Spathiphyllum sp. 0.3 3
Coccoloba sp. 0.1 1
Polygala sp. 2 22
Desmodium sp. 0.1 1
Acanthaceae 1 9
Cucurbitaceae 0.2 2
Araceae 1 12
Montrichardia sp. 0.2 2
Liliaceae 1 11
Urticaceae 2 22
Solanaceae 4 41
Melastomataceae 2 18
Miconia sp. 1 14
Psychotria sp. 1 5
Scrophulariaceae 2 15
Euphorbiaceae 3 27
Hieronima sp. 1 12
Billia sp. 1 9
Zea mays 1 6
Cyperaceae 1 5
Jussiaea sp. 0.1 1
Polygonaceae 0.1 1
Hygrophila sp. 0.4 4
Cuphea sp. 0.1 1
Palmae 3 31
Dictyocaryum sp. 0.1 1
Maximiliana martiniana 0.3 3
Lepidocaryum tenue 0.1 1
Hedyosmum sp. 0.4 4
Llex sp. 0.2 2
Cecropia sp. 1 10
238
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Visnia sp. 2 18
Dendropanax sp. 1 12
Commelinaceae 1 6
Meliaceae 2 17
Paullinia sp. 0.2 2
Alchornea sp. 2 16
Bignoniaceae 2 16
Gustavia sp. 0.3 3
Malpighiaceae 10 100
Sapindaceae 1 9
Anacardiacea 2 17
Clusia sp. 1 9
Combretaceae 3 25
Myrsinaceae 1 11
Lecythidaceae 1 11
Myrtaceae 1 7
Amarylliceae 0.2 2
Apocynaceae 1 11
Rubiaceae 2 18
Caesalpiniaceae 2 20
Ficus sp. 1 9
Proteaceae 1 7
Annonaceae 0.42 4
__________________________________________________
TOTAL POLEN 956
__________________________________________________
__________________________________________________
ESPORAS PORCENTAJE CANTIDAD
__________________________________________________
Lycopodium foveolado 0.6% 5
Trilete verrugado 0.7 6
Cyatheaceae 10.3 80
Selaginella sp. 0.6 5
Monolete psilado 54.7 430
Monolete psilado <65micras 1.9 15
Monolete verrugado 6.5 50
Monolete verrugado <65micras 0.2 2
Ceratopteris sp. 0.2 2
Polypodium sp. 24.3 191
__________________________________________________
TOTAL ESPORAS 786
__________________________________________________

239
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

__________________________________________________
HONGOS Y ALGAS PORCENTAJE CANTIDAD
(Humedad)
__________________________________________________
Botriococcus sp. 53.2 33
Briofitos 14.5 9
Spyrogyra sp. 12.9 8
Hongos 19.4 12
__________________________________________________
TOTAL HUMEDAD 62
__________________________________________________

La composición de la vegetación señala la presencia de un bosque bajo tropical


maduro en cuyo interior se cultivó maíz. Esto nos da un indicio de que se hubiese
realizado una entresaca dentro del bosque para sembrar este producto. Sin embargo,
al observar el espesor de la muestra que se tomó para el análisis (10cm), parece que
se estan observando varios eventos diferentes en el tiempo. Un instante en el que el
sitio fue cultivado y otro en que el sitio estaba cubierto de bosque.

En conclusión, el resultado obtenido para el sitio La Tirsa tiene dos


interpretaciones: (1) se evidencia un sistema de tumba y pudre, común en la región del
Pacífico. Este consiste en entresacar la vegetación del bosque y cultivar en su interior.
La baja representación del maíz y la ausencia de otros cultivos son elementos que
sustentarían dichos resultados, y (2) cabe también mencionar la posibilidad de que el
sitio excavado se encuentra dentro de extensas eras de cultivo, el maíz que aparece
puede pertenecer a un momento diferente al del bosque maduro que se registra. Esto
quiere decir que se estaría observando el instante anterior o posterior al cultivo donde
el bosque cubría la zona. Desafortunadamente, no es posible comprobar ninguna de
las dos opciones ya que el tamaño de la muestra fue grande y probablemente se estan
juntando varios eventos temporales diferentes.

2.b. Sitio Las Tres Marías (Tr-1, 20-30cm.)

Se encontraron para este sitio tan sólo 5 granos de polen, dos pertenecientes a
especies arbóreas y 3 a esporas de helechos. Su baja proporción no permite llevar a
cabo inferencias sobre cobertura vegetal. Además, no se registra ningún cultivo. En la
Tabla 2 se da el listado de las especies presentes en el sitio Las Tres Marías.

240
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Tabla 2. Trinchera 1, 20-30cm.


_________________________________________________________________
ESPECIE CANTIDAD
_________________________________________________________________
Proteaceae 1
Rubiaceae 1
Monolete div. 1
Polypodium sp. 1
Monolete psilado 1
_________________________________________________________________

Las Tres Marías. Trinchera 1, 33-43cm.


A esta profundidad se encontraron 4 especies arbóreas pobremente representadas (1
grano de polen por especie). Lo que más abunda son esporas de helechos (16).
Además, se hallaron 7 esporas de alga (Rhizopoda), elemento indicador de humedad.
El polen de plantas cultivadas estuvo ausente.

_________________________________________________________________

ESPECIE CANTIDAD
_________________________________________________________________
Podocarpus sp. 1
Palmae 1
Hirtella sp. 1
Trema sp. 1
Trilete psilado 1
Trilete verrugado 1
Trilete div. 1
Polypodiaceae 2
Monolete psilado 8
Monolete psilado <65 micras 1
Monolete verrugado 2
Briofito 1
Rhizopoda 7
Fungi 3
_________________________________________________________________

B. ANÁLISIS DE MACRORESTOS

Gaspar Morcote de la Fundación Erigaie analizó 4 muestras de macro-restos


vegetales obtenidas en la excavación de la trinchera 1, en el sitio Las Tres Marías,
Bucheli, Tumaco.
241
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

Muestra No.1
Muestra tomada en campos de cultivo prehispánicos. Trinchera 1, 10-20cm.
Familia: Arecaceae (Palmae)
Especie: Phytelephas seemannii
Nombres vernáculos: Tagua, entá, yarina (Patiño 1977:166), marfil vegetal (Patiño
1974).

Ecología y distribución: El género está compuesto de cinco especies distribuidas desde


Panamá hasta Bolivia, abarcando elevaciones hasta 200 m.s.n.m. en áreas lluviosas.
En la costa Pacífica colombiana (Chocó) y en las margenes de los Andes se
encuentran (Phytelephas seemannii) (Henderson 1995).

Usos: Las semillas en estado inmaduro son utilizadas para extraer líquido que sirve
como bebida. El mesocarpio maduro es consumido (Henderson 1995). De las semillas
se extrae el "marfil vegetal" para la fabricación de artesanías. Los indígenas Cayapas
del Ecuador (vertiente del Pacífico) usan la hoja para techar (Patiño 1964).

Descripción de los endocarpios arqueológicos: Estado de preservación, carbonizado.


Estado de conservación, fragmentado. Identificación en base a muestras
contemporáneas F.E:0870, F.E:1000.

Muestra No.2
Muestra tomada en campos de cultivo prehispánicos. Trinchera 1, 30-40cm.
Familia: Arecaceae (Palmae)
Especie: Astrocaryum standleyanum
Nombres vernáculos: Chunga, guerre, güéguerre, guérregue.

Distribución y Hábitat: Abunda en terrenos planos de las márgenes de los ríos,


preferiblemente en terrenos bajos y cenagosos. Se encuentra distribuida en la costa
Pacífica de Costa Rica, Panamá y occidente de Colombia (Antioquia, Chocó, Cauca,
Valle del Cauca, Nariño) y Ecuador, en altitudes hasta los 200 m.s.n.m. (Henderson
1995; Galeano y Bernal 1995).

Usos: Los troncos son usados como pilotes los frutos son dulces utilizados algunas
veces como fuente de alimento (Galeano y Bernal 1987).

Registro arqueológico: En la llanura aluvial de los ríos Calima y San Juan se recuperó
un fragmento posiblemente de esta especie, asociado a una fecha de 800 d.C.
(Romero 1994). Identificación basada en muestras contemporáneas F.E:0858;
F.E:0925; F.E:1113.
En el sitio precerámico Vaca del Monte, Panamá, se excavaron fragmentos de
endocarpio de Astrocaryum asociados a una fecha de 3980 a.C. (Cooke y Ranere
242
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
1992: Tabla 2).

Descripción del endocarpio arqueológico: Estado de preservación, carbonizado. Estado


de conservación, entero. Forma: ovoide.
Ornamentación de superficie: Regulada longitudinal (presenta algunas fibras planas
sobre la superficie). Cavidad interna: Presenta una cavidad donde se aloja la almendra.
Otras características: Presenta tres poros germinativos ubicados en zona polar. El
ápice de la semilla es agudo.

243
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE F
Muestras de C-14 Para Sitios Arqueológicos Costeros de Colombia
y Norte del Ecuador
______________________________________________________________________________________
REGION SITIO LABORATORIO A.P. A.C-D.C CALIBRACION 2sig. AUTOR
______________________________________________________________________________________
Tumaco Inguapí Ny637 105 ± 80 1845 ± 80 D.C 1652-1955D.C Bouchard
Esmeraldas Chachi Beta20643 150 ± 70 1800 ± 70 D.C 1666-1790D.C DeBoer
Tumaco Inguapí Ny636 130 ± 80 1820 ± 80 D.C 1644-1955D.C Bouchard
Esmeraldas Herradura Beta20640 560 ± 60 1390 ± 60 D.C 1297-1447D.C DeBoer
Tumaco Bucheli IAN112 875 ± 80 1075 ± 80 D.C 1012-1290D.C Bouchard
Tumaco Imbilí M1481 950 ± 150 1000 ± 150D.C 779-1305D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas Las Peñas Beta ? 970 ± 70 980 ± 70 D.C 966-1226D.C Tihay
Esmeraldas Las Cruces Beta28148 1030 ± 80 920 ± 80 D.C 880-1202D.C DeBoer
Bajo Patía Maina Beta30284 1070 ± 60 880 ± 60 D.C 800-1040D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX10507 1155 ± 145 795 ± 145D.C 631-1212D.C Valdez
Esmeraldas Escamarlan Beta ? 1190 ± 70 760 ± 70 D.C 675-1006D.C Tihay
Cauca San Miguel Pit-212P3 1285 ± 35 665 ± 35 D.C 665- 798D.C Patiño
Esmeraldas Herradura Beta33780 1300 ± 120 650 ± 120D.C 544- 998D.C DeBoer
Esmeraldas Las Cruces Beta28149 1390 ± 60 560 ± 60 D.C 560- 238D.C DeBoer
Esmeraldas Herradura Beta33779 1450 ± 90 500 ± 90 D.C 423- 728D.C DeBoer
Bajo Patía Buenavista Beta30754 1460 ± 60 490 ± 60 D.C 430- 670D.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta25513 1460 ± 90 490 ± 90 D.C 505- 185D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20645 1520 ± 70 430 ± 70 D.C 410- 660D.C DeBoer
Tumaco El Morro Ny743 1520 ± 75 430 ± 75 D.C 403- 663D.C Bouchard
Bajo Patía Buenavista Beta30753 1530 ± 60 420 ± 60 D.C 414- 625D.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta20636 1540 ± 80 410 ± 80 D.C 380- 660D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20635 1570 ± 60 380 ± 60 D.C 388- 630D.C DeBoer
Esmeraldas Herradura Beta20642 1590 ± 140 360 ± 140D.C 135- 686D.C DeBoer
Esmeraldas S. Alegre Beta20647 1640 ± 110 310 ± 110D.C 140- 647D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta33781 1660 ± 120 290 ± 120D.C 119- 647D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta28150 1660 ± 60 290 ± 60 D.C 248- 545D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20646 1670 ± 70 280 ± 70 D.C 234- 548D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita M735 1690 ± 200 270 ± 200D.C 104A.C-721D.C Stirling
Esmeraldas Las Cruces Beta25518 1720 ± 80 230 ± 80 D.C 129- 538D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta25514 1740 ± 80 210 ± 80 D.C 120- 458D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita GX10506 1755 ± 180 195 ± 180D.C 153- 656D.C Valdez
Esmeraldas Guadual Beta20637 1790 ± 300 160 ± 300D.C 405A.C-881D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita CSIC244 1800 ± 200 150 ± 200D.C 334A.C-653D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GIF6983 1800 ± 70 150 ± 70 D.C 83- 398D.C Bouchard
Esmeraldas S. Alegre Beta25521 1805 ± 70 145 ± 70 D.C 73- 411D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita GX11288 1815 ± 90 135 ± 90 D.C 15- 422D.C Valdez
Esmeraldas Guadual Beta25514 1840 ± 140 110 ± 140D.C 157- 538D.C DeBoer
Cauca Cocotera Beta20603 1840 ± 60 110 ± 60 D.C 400- 640D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12376 1850 ± 75 100 ± 75 D.C 11- 383D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita CSIC245 1860 ± 60 90 ± 60 D.C 25- 330D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GIF6815 1860 ± 60 90 ± 60 D.C 25- 330D.C Bouchard
Tumaco Inguapí Ny643 1860 ± 95 10 ± 95 D.C 41- 407D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX10505 1860 ± 175 90 ± 175D.C 348A.C-591D.C VAldez
Esmeraldas La Tolita GX12375 1875 ± 75 75 ± 75 D.C 06- 339 D.C Valdez
Bajo Patía Buenavista Beta30283 1880 ± 60 70 ± 60 D.C 20A.C-250D.C Patiño
Tumaco El Balsal Ny742 1900 ± 70 50 ± 70 D.C 37A.C-258D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX12 372 1910 ± 80 40 ± 80 D.C 50A.C-325D.C Valdez
Tumaco Mataje M1478 1940 ± 130 10 ± 130D.C 338A.C-398D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas La Tolita GX9884 1940 ± 140 10 ± 140D.C 353A.C-412D.C Valdez
244
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA

_____________________________________________________________________________________
REGION SITIO LABORATORIO A.P. A.C-D.C CALIBRACION 2sig. AUTOR
_____________________________________________________________________________________
Esmeraldas La Tolita GX12377 1950 ± 75 00 ± 75 D.C 103A.C-240D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12370 1950 ± 75 00 ± 75 D.C 103A.C-240D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita M735 1960 ± 60 10 ± 60 AC 59A.C-217D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GX9883 1965 ± 170 15 ± 170AC 368A.C-405D.C Valdez
Tumaco Inguapí Ny640 2000 ± 80 50 ± 80 AC 190A.C-216D.C Bouchard
Tumaco Remigia Beta 85030 2010 ± 120 60 ± 120AC 365A.C-250D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12378 2010 ± 70 60 ± 70 AC 182A.C-136D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX11290 2035 ± 135 85 ± 135AC 387A.C-255D.C Valdez
BuenaventuraBocana Beta45781 2050 ± 50 100 ± 50 AC183A.C-73D.CSalgado/Stemper
Tumaco Inguapí Ny638 2050 ± 80 100 ± 80 AC 349A.C-125D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX11289 2050 ± 95 100 ± 95 AC 361A.C-141D.C Valdez
Cauca Tamarindo Beta22666 2090 ± 60 140 ± 60 AC 349A.C- 60D.C Patiño
Cauca Delicias Beta20604 2140 ± 90 190 ± 90 AC 392A.C- 67D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12371 2140 ± 220 190 ± 220AC 793A.C-382D.C Valdez
Tumaco Magnolia Beta 88801 2160 ± 70 210 ± 70 AC 380- 05 A.C Patiño
Tumaco Inguapi Ny641 2190 ± 100 240 ± 100AC 405A.C- 20D.C Bouchard
Tumaco Inguapi Ny639 2220 ± 85 270 ± 85 AC 405- 40 A.C Bouchard
Tumaco Tangareal Beta 85031 2230 ± 60 280 ± 60 AC 395-115 A.C Patiño
Tumaco Mataje M1479 2250 ± 200 300 ± 200AC 808A.C-147D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas La Tolita GX12379 2265 ± 80 315 ± 80 AC 474-106 A.C Valdez
Tumaco Miranda Beta 83659 2270 ± 70 320 ± 70 AC 415-165 A.C Patiño
Tumaco Inguapí Ny642 2275 ± 85 325 ± 85 AC 516-106 A.C Bouchard
Tumaco Magnolia Beta 91513 2300 ± 70 350 ± 70 AC 505-185 A.C Patiño
Tumaco Magnolia Beta 82930 2320 ± 60 370 ± 60 AC 505-330 A.C Patiño
Tumaco Mataje M1480 2350 ± 180 400 ± 180AC 832A.C- 19D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas S. Alegre Beta33782 2390 ± 80 440 ± 80 AC 780-244 A.C DeBoer
Tumaco Magnolia Beta 88799 2420 ± 70 470 ± 70 AC 785-375 A.C Patiño
Tumaco Magnolia Beta 82931 2420 ± 90 470 ± 90 AC 795-360 A.C Patiño
Cauca Cocotera Pitt0210P1 2490 ± 50 540 ± 50 AC 795-404 A.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12380 2450 ± 80 500 ± 80 AC 799-380 A.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12373 2505 ± 70 555 ± 70 AC 807-400 A.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12374 2540 ± 75 590 ± 75 AC 823-405 A.C Valdez
Esmeraldas Bañadero Beta ? 2860 ± 90 910 ± 90 AC 1297-817 A.C Tihay
Cauca Cocotera Pitt0211P1 3100 ± 50 1150 ± 50 AC 1444-1218A.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta25520 3120 ± 160 1170 ± 160 AC 1740-921 A.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta25519 3200 ± 150 1250 ± 150 AC 1869-1044A.C DeBoer
Esmeraldas Islote3 Beta ? 3230 ± 80 1289 ± 80 AC 1681-1315A.C Tihay
Esmeraldas El Vapor Beta ? 3240 ± 70 1290 ± 70 AC 1678-1328A.C Tihay
I. Gorgona M. Viejo Beta36110 3340 ± 280 1390 ± 280 AC 2450-910 A.C Casas
Esmeraldas Molinita Beta ? 3400 ± 100 1450 ± 100 AC 1937-1442A.C Tihay
Esmeraldas S. Alegre Beta33778 3580 ± 210 1630 ± 210 AC 2488-1419A.C DeBoer
Tumaco Esperanza Beta 83658 3960 ± 100 2010 ± 100 AC 2865-2810A.C Patiño
________________________________________________________________________________________
Nota: Fechas de Radicarbono C-14 Para Sitios Arqueológicos del Pacífico de Colombia y Norte del
Ecuador, 1996. Calibración Según Stuiver, M. and Pearson, G.W., 1993, Radiocarbon, 35:1-23. Fuentes:
(Casas 1991; Bouchard 1982-83; DeBoer 1996; Franch 1979; Patiño; 1992; 1993; Reichel-Dolmatoff 1965;
Stirling 1963; Tihay 1995; Valdez 1987). Laboratorios: Beta= Beta Analytic Inc. Miami, FL. USA.
M= Michigan, USA. PITT= University of Pittsburgh, PA. USA. C.S.I.C.= Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Madrid. Ny=Nancy, France. I.A.N.= Instituto de Asuntos Nucleares, Bogotá,
Colombia. GIF= Gif-Sur-Yvette, París, France. GX= Geochron de Krueger Enterprises Inc. Cambridge,
MA. USA.

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APÉNDICE G

LISTA DE FIGURAS
(DESCRIPCIÓN DE MATERIALES DE LAS FIGURAS 5.2 A 5. 10)

Figura 5.2. Formas de vasijas y diseños decorativos del período Chorrera en la fase
Inguapí I.
a. Tangareal Tr-1 60-70cm. b. q. La Magnolia Tr-1 70-80cm; c. La Magnolia Tr-1 80-
90cm; d. Robles superficie; e. f. m. n. La Magnolia Tr-1 90-100cm; f. La Magnolia Tr-2
300-310cm; g. La Riverita superficie; h. La Magnolia Tr-2 300-310cm; i. Tangareal
superficie; l. p. r. El Esfuerzo superficie; ll. La Magnolia superficie; o. La Magnolia Tr-2
200-210cm; s. Inguapí superficie.

Figura 5.3. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
a. La Magnolia superficie; b. c. Exporcol superficie; d. El Esfuerzo superficie; e. f. h. La
Magnolia Tr-1 90-100cm; g. La Magnolia Tr-1 50-60cm; i. El LLano superficie; k. El
Salto superficie; l. ll. o. p. q. La Magnolia Tr-1 80-90cm; m. w. La Magnolia Tr-2 300-
310cm; n. Inguapí-Chilvi superficie; r. x. y. La Magnolia Tr-1 60-70cm; s. La Magnolia
Tr-2 310-320cm; t. Miranda superficie; u. Inguapí del Carmen superficie; v. La Magnolia
Tr-2 290-300cm.

Figura 5.4. Implementos de subsistencia: ralladores, pesa de red, hachas, metate.


Vasija fitomorfa, maqueta de casa y embarcación en cerámica. Fase Inguapí II,
Tumaco-La Tolita.
a. e. La Magnolia Tr-1 70-80cm; b. San Luis superficie; c. Miranda Tr-1 70-80cm; d. f. k.
l. La Miranda superficie; g. Robles superficie; h. Colección Tumaco; i. El Esfuerzo
superficie; j. Miranda Tr-1 20-30cm.

Figura 5.5. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
a.Inguapí de la Chiricana, superficie; b. c. k. La Magnolia Tr-1 80-90cm; d. Robles,
superficie; e. h. n. s. La Magnolia Tr-1 90-100cm; f. Inguapí del Carmen superficie; g.
La Magnolia superficie; i. Gran Cebú superficie; j. q. Miranda superficie; l. La Magnolia
Tr-1 60-70cm; ll. m. Miranda Tr-1 70-80cm; o. La Magnolia Tr-1 70-80cm; p. La
Magnolia Tr-2 210-220cm; r. La Magnolia Tr-1 10-20cm.

Figura 5.6. Fragmentos de figurinas de la fase Inguapí II, Tumaco-La Tolita.


a. La Magnolia superficie; b. c. d. e. i. j. La Miranda superficie; f. El Esfuerzo superficie;
g. La Magnolia Tr-1 80-90cm; h. La Magnolia Tr-2 230-240cm; k. Nerete superficie.

Figura 5.7. Fragmentos de figurinas, sellos, cuentas de collar, volantes huso, fragmento
de bahareque, fichas y pesas líticas de red de la fase Inguapí II, Tumaco-La Tolita.
a. b. c. f. h. n. o. q. r. La Miranda superficie; d. La Miranda Tr-1 60-70cm; e. el Esfuerzo
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superficie; g. Tambillo superficie; i. La Magnolia Tr-2 210-220cm; j. La Magnolia Tr-2
240-250cm; k. La Magnolia Tr-2 270-280cm; l. El Coco superficie; ll. La Miranda Tr-1
10-20cm; m. Gran Cebú superficie; p. s. Exporcol superficie.

Figura 5.8. Herramientas y lascas en obsidiana. Comercio Prehispánico Tumaco.


a. Exporcol (S01). Isla del Morro. Recolección superficial. Navaja; b. San Luis (S02).
Recolección superficial. Fragmento de núcleo; c. San Luis (S02). Recolección
superficial. Lasca; d. La Magnolia (S14). Recolección superficial. Esquirla; e. El
esfuerzo (S09). Recolección superficial. Navaja? f. La Remigia (S53), Montículo 1. Tr-1,
Rellenos. Raspador? navaja? Río Caunapí; g. La Remigia (S53), montículo 1. Tr-1,
Unidad B, nivel 00-20cm. lasca, río Caunapí; h. La Remigia (S53), montículo 1. Tr-1,
Unidad B, nivel 00-20cm. Lasca cortical, río Caunapí; i. La Remigia (S53), montículo 1.
Tr-1, Unidad B, nivel 00-20cm. fragmento de lasca; j. La Cortadura (S65), recolección
superficial, río Caunapí. Raspador? k. La Esperanza (S58), montículo 1, Tr-1, Unidad
B, nivel 60-80cm, navaja, río Caunapí;
l. La Esperanza (S58), montículo 1, Tr-1, Unidad C, nivel 60-80cm, fragmento de
núcleo, río Caunapí; ll. La Miranda (S97), recolección superficial, lasca con huella de
uso, río Mira;
m. La Miranda (S97), recolección superficial, lasca cortical, río Mira; n. La Miranda
(S97), recolección superficial, lasca cortical, río Mira; o. La Miranda (S97),
recolección superficial, fragmento de núcleo, río Mira; p. La Miranda (S97), recolección
superficial, fragmento de lasca, río Mira; q. La Miranda (S97), recolección superficial,
fragmento de lasca con huella de uso, río Mira; r. La Miranda (S97), recolección
superficial, desecho de núcleo cortical, río Mira; s. La Miranda (S97), recolección
superficial, desecho de núcleo cortical, río Mira; t. La Miranda (S97), recolección
superficial, desecho de núcleo cortical, río Mira; v. La Miranda (S97), recolección
superficial, desecho de núcleo. río Mira; w. La Miranda (S97), recolección superficial,
fragmento de lasca, río Mira.

Figura 5.9. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase El Morro.


a. La Miranda Tr-1 50-60cm; b. g. La Miranda superficie; c. d. e. i. j. k. l. ll. m. o. p. s. u.
w. x. y. z. Exporcol superficie; f. v. q. Nerete superficie; h. Dos Quebradas superficie; n.
El Esfuerzo Tr-1 U-A 20-40cm; r. Tambillo superficie; t. San Luis superficie.

Figura 5.10. Fragmentos de figurinas fase El Morro (a-c). Formas y estilos decorativos
en cerámicas de la fase Bucheli-Caunapí (d-p). Formas y estilos decorativos en
cerámicas de época histórica (q-s) y pipas en cerámica (t-u).
a. b. Exporcol superficie; c. La miranda Tr-1 40-50cm; d. La Magnolia Tola 1; e. k. ll. m.
o. q. Zapotal superficie; f. La Puntilla superficie; g. El Aguacate superficie; h. La
Remigia
Tr-1 U-D 00-20cm; i. l. p. Vuelta Larga superficie; j. La Magnolia Tr-2 00-10cm; n. La
Riverita superficie; r. t. El Coco superficie; s. Pedregal superficie; u. La Esperanza
superficie.

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