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TUMACO PREHISPÁNICO
ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E
INTERCAMBIO,
COSTA PACÍFICA DE COLOMBIA
POPAYÁN 2003
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CONTENIDO
Agradecimientos ........................................................................................................... v
Lista de Tablas .......................................................................................................... vi
Lista de Figuras ........................................................................................................... vii
Lista de Láminas ........................................................................................................... ix
Capítulo 1
Introducción: Enfoque General a la Investigación en Tumaco ..................................... 1
1.1 Problemas e Interrogantes en el Tumaco Prehispánico .......................................... 2
1.2 Hipótesis de los Cacicazgos Costeros .................................................................... 6
1.3 Trabajo de Campo y Evidencias Arqueológicas ...................................................... 9
1.4 Análisis y Métodos ................................................................................................. 10
Capítulo 2
Medioambiente Regional de la Costa Pacífica de Colombia y Ecuador ........................ 15
2.1 La Región y sus Pobladores ................................................................................... 15
2.2 Geología, Fisiografía y Ecosistemas Costeros del Pacífico .................................... 16
2.3 Tierras Altas Costeras ............................................................................................. 19
2.4 Tierras Bajas Costeras ............................................................................................ 20
Capítulo 3
Desarrollo de la Arqueología en el Área del Pacífico Colombo-Ecuatoriano .................. 26
3.1 Difusionismo y Poblamiento Costero ...................................................................... 26
3.2 Particularismo y Cronología Regional .................................................................... 30
3.3 Ecología, Adaptación y Cambio Cultural ................................................................ 33
3.4 Estudios Arqueológicos en Tumaco y La Tolita ...................................................... 37
Capítulo 4
Arqueología de Tumaco: Evidencia de Sociedades Complejas, Tumaco-La Tolita ....... 40
4.1 La región de Tumaco .............................................................................................. 40
4.2 Metodologías en el Reconocimiento Sistemático y Excavaciones .......................... 44
4.3 Sitios Arqueológicos en la Costa: Zona de Manglares, Zonas Fluvial e Interfluvial.. 49
4.4 Arqueología en el Río Mira ..................................................................................... 66
4.5 Excavaciones, Estratigrafía y Dataciones ............................................................. 67
4.6 Agricultura Prehispánica en Tumaco: fotos aéreas, prospección, excavación y
restos botánicos ..................................................................................................... 79
Capítulo 5
Secuencia Cultural en Tumaco: Períodos, Fases, Sitios y Evidencias Materiales
de Sociedades Prehispánicas ....................................................................................... 93
5.1 Metodología ............................................................................................................ 86
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Capítulo 6
Las Sociedades Tumaco-La Tolita ¿El Clímax de los Cacicazgos Costeros?
Asentamiento,Subsistencia e Intercambio Regional ........................................... 146
6.1 Modelos de Complejidad Social y Cambio Cultural ............................................. 146
6.2 Surgimiento de los Cacicazgos Costeros: Tumaco-La Tolita ............................ 147
6.3 Tumaco-La Tolita: Patrón de Asentamiento y Centros Poblados ......................... 150
6.4 Agricultura Intensiva, Pesca y Recolección: Subsistencia Costera ..................... 157
6.5 Interacción Regional e Intercambio: La Obsidiana en el Contexto del
Intercambio Prehispánico .................................................................................... 166
6.6 Tumaco-La Tolita: Jerarquía y Bienes de Prestigio ............................................ 173
Capítulo 7
Sociedades Tardías de la Planicie Aluvial y su Relación Etnohistórica Regional ..... 174
7.1 Evidencias Arqueológicas Tardías .................................................................... 177
7.2 Grupos Tardíos Costeros: Arqueología y Etnohistoria ....................................... 181
7.3 Asentamientos Históricos ................................................................................ 189
Capítulo 8
Consideraciones Finales .......................................................................................... 191
APENDICES
A. Geomorfología de Sitios Arqueológicos ................................................................ 222
B. Descripción Petrográfica de Secciones Delgadas en Cerámica ............................ 227
C. Análisis de Obsidianas Provenientes de Tumaco .................................................. 229
D. Análisis de Muestra Orfebre Prehispánica ............................................................ 233
E. Polen y Macrorestos de los sitios Las Tres Marías, La Tirsa y La Magnolia ......... 234
F. Muestras de C-14 Para Sitios Arqueológicos Costeros de Colombia y
Norte de Ecuador ................................................................................................. 241
G. Lista de Figuras (descripción de materiales) ......................................................... 243
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Agradecimientos
Esta investigación en la región arqueológica de Tumaco, es el resultado
laborioso de varias personas. Mi reconocimiento a las directivas de la Fundación FIAN
(Santa Fé de Bogotá; Contrato No. 03099400), a la National Geographic Society
(Washington D.C. Grant Number 5356-94) y a la Escuela de Graduados (Graduate
School) de Temple University por los fondos aportados para el desarrollo del proyecto.
En el trabajo de campo agradezco a Hugo Casas (Corpoica); Patricia Gaviria
(Odontóloga) y familia; Felipe Rankin y Familia; y demás personas de la región de
Tumaco que colaboraron de forma eficaz con el proyecto. Igualmente, resalto la
importancia del trabajo de campo y análisis de materiales de los estudiantes de la
Universidad del Cauca a Angélica Nuñez, Rocio Ortíz, María Eugenia Orejuela, María
Fernanda Alegría, Xiomara López, Ernesto León Rodríguez, Julián Ortíz, Carlos
Acosta, Fabio Polo, Astrid Perafán y Ferney Caldón. Agradezco a Laura Hoyos de la
Universidad Nacional y a la arqueóloga Martha Lahitte por sus trabajos de análisis; a
Orlando Otero por su trabajo de topografía en sitios arqueológicos y especialmente por
su gran conocimiento de la zona; a los arqueólogos que nos visitaron en el terreno:
Leonor Herrera (ICAN) y Marianne Cardale (FIAN). Al geólogo Juan Luis González
(INGEOMINAS - Cali) por su caracterización de suelos en sitios arqueológicos y
análisis de secciones delgadas en cerámicas. A Juan Carlos Berrío, Luísa Fernanda
Herrera y Gaspar Morcote (Fundación Erigaie) por sus análisis de polen y macrorestos
de sitios arqueológicos Tumaco. A Cristóbal Gnecco (Universidad del Cauca) por sus
valiosas críticas y comentarios al manuscrito. A Patricia Hansell (Temple University) por
su amistad y horas de discusión especialmente en sistemas de Información Geográfico
y su uso en arqueología. En Temple University, Departamento de Antropología, un
especial reconocimiento a Anthony Ranere quien ha sido mi consejero y amigo de
invaluable respaldo tanto científico como práctico en el resultado final de esta
investigación, a él debo los momentos de discusión, crítica y evaluación en todas las
etapas de su desarrollo. Finalmente, agradezco el trabajo realizado durante toda la
investigación por Martha Cecilia, mi esposa; su voluntad, ánimo y mucho amor fueron
fuentes para alcanzar la meta aquí propuesta.
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LISTA DE TABLAS
Tabla 5.7. Distribución de sitios arqueológicos por fases para usar en el Sistema de
Información Geográfico Idrisi.
Figura 3.1. Secuencia arqueológica del norte del Ecuador y sur de Colombia
Figura 4.1. Sitio La catedral (S19). Montículo central y satélites en las orillas del río
Chilví, Tumaco.
Figura 4.3.
a. Sitio La Magnolia (14). Montículo 1. Estratigrafía.
b. Sitio La Magnolia (14). Basurero Tr-1. Estratigrafía.
Figura 4.4. Sitio La Remigia (S53). Montículo 1, Tr-1. Zona de colinas en la margen
izquierda del río Caunapí.
Figura 4.6. Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1, Tr-1. Zona de colinas, río Caunapí.
Figura 4.8.
a. Sitio Tangareal (88). Río Rosario. Tr-1. Estratigrafía del perfil norte.
b. Sitio La Miranda (97). Río Mira. Tr-1. Estratigrafía del perfil oeste.
Figura 4.10. Sitio Las Tres Marías (S12). Campos de cultivo prehispánicos.
Figura 4.12
a. Sitio La Tirsa (59), Tr-1. Estratigrafía. Campo de cultivo prehispánico.
b. Sitios Las Tres Marías (12), Tr-1. Estratigrafía. Campo de cultivo
prehispánico.
Figura 5.1. Secuencia seriada de cerámicas de las fases Inguapí I, Inguapí II, El Morro
y Bucheli-Caunapí. Región de Tumaco.
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Figura 5.2. Formas de vasijas y diseños decorativos del período Chorrera en la fase
Inguapí I.
Figura 5.3. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
Figura 5.4. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
Figura 5.6. Fragmentos de figurinas, sellos, cuentas de collar, volantes huso, fragmento
de bahareque, fichas y pesas de red en piedra de la fase Inguapí II, Tumaco-
La Tolita.
Figura 5.10. Fragmentos de figurinas fase El Morro (a-c). Formas y estilos decorativos
en cerámicas de la fase Bucheli-Caunapí (d-p). Formas y estilos
decorativos en cerámicas de época histórica (q-s) pipas en cerámica
(t-u).
Foto 4.2. Zona de Manglares. Sitio San Luis (S02). "Firme" perturbado por piscinas
camaroneras.
Foto 4.6. Zona Fluvial. Sitio La Miranda (S97). Río Mira, Candelilla.
Foto 4.7. Firme en el sitio San Luis (S02). Montículo artificial en forma de "T".
Foto 4.11. Zona Interfluvial. Sitio La Catedral (S19). Conjunto de montículos. Área
de Chilví.
Foto 4.12. Zona Fluvial. Sitio Pueblo Nuevo (S48). Montículos Paralelos. Río
Caunapí.
Foto 4.14. Zona Fluvial. Sitio La Remigia (S53). Montículo 1, Tr-1 excavación.
Foto 4.15. Zona Fluvial. Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1, Tr-1 excavación.
Foto 4.16. Campos de cultivo prehispánicos. Sitio Las Tres Marías (S12).
Foto. 4.17. Campos de cultivo prehispánicos. Sitio Las Tres Marías (S12).
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Foto 4.19. Sitio Piñal Salado (S06). Distribución de campos de cultivo.
Foto. 4.20. Sitio La Tirsa (S59). Campos de cultivo erosionados. Área de Chilví.
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CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN: PROBLEMAS DE INVESTIGACIÓN, DISEÑO E
IMPLEMENTACIÓN
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1.2 Hipótesis de los Cacicazgos Costeros. En los últimos años la teoría del
surgimiento y establecimiento de los cacicazgos (chiefdoms) en América ha sido
alimentada paulatinamente tanto por nuevos enfoques como por nuevas evidencias
arqueológicas y etnográficas. Una larga trayectoria de discusión y crítica sobre la
conceptualización de los cacicazgos se ha matizado desde que fueron inicialmente
definidos por Sahlins (1958) y Service (1962; 1975) (véase también Fried 1967) hasta
el presente, con análisis más profundos sobre la caracterización y dinámica de los
procesos políticos, sociales y económicos que rodean estos sistemas culturales
(Brumfield y Earle 1987; Carneiro 1991; Drennan y Uribe 1987; Drennan 1991, 1995;
Earle 1987, 1989, 1991; Feinman 1991; Feldman 1987; Helms 1992; Langebaek y
Cárdenas 1996). La problemática de los cacicazgos continúa siendo de amplia
discusión teórica y metodológica. Los nuevos enfoques basados en registros
arqueológicos y en algunos casos respaldados por la etnohistoria examinan los
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procesos e instancias del control socio-político y económico desarrollado por aquellas
sociedades que se definen como cacicales. De igual manera, es entendido que las
sociedades complejas pueden ser conocidas a través de procesos a largo plazo, ya
que éstas forman parte de sistemas amplios de relaciones sociales y económicas
(Drennan y Quattrin 1995; Early 1991; Gilman 1991; Steponaitis 1991).
En las zonas tropicales de América -norte de los Andes y tierras bajas de Centro
y Sur América- se han analizado modelos de cacicazgos como expresiones de
complejidad cultural en estos territorios (Drennan y Uribe 1987; Drennan 1995;
Langebaek y Cárdenas 1996; Reichel-Dolmatoff 1973, 1977). Dentro de los modelos se
tienen encuenta diferentes formas de control por parte de las élites, donde las
relaciones de poder permean diferentes actividades como la producción de alimentos,
intercambios a corta y larga distancia, distribución de asentamientos, uso de la tierra,
movilidad, manufactura de bienes, mercados y guerras. Con estos elementos se da una
mayor profundidad a la interpretación y dinámica de estas sociedades que, como se
conoce en la literatura arqueológica, no son ni igualitarias con relativas estructuras
sociales y políticas simples, ni tampoco su complejidad alcanzó la magnitud
organizativa y coercitiva de los estados (Drennan 1992; Earle 1991; Johnson y Earle
1987; Langebaek y Cárdenas 1996; Patterson y Gaiyle 1987).
En la costa Pacífica colombo-ecuatoriana, ubicada en el Área Intermedia1,
estudios recientes (Stemper 1993; Zeidler y Pearsall 1995) han subrayado la existencia
de sociedades cacicales que comparten una tradición regional, entidades culturales con
niveles de complejidad variada. Evidencias de estas sociedades aparecen desde
períodos tardíos del Formativo (antes del 500 a.C.), especialmente durante los
Desarrollos Regionales (500 a.C.- 500 d.C.), en el período Tardío (700 - 1500 d.C.) y
entrada la conquista europea. En varias regiones, como en Tumaco y La Tolita, el
desarrollo de cacicazgos perduró por largos períodos pero nunca llegaron a constituirse
en sociedades estatales (Tabla 3.1) (Marcos 1986; Meggers 1966; Stemper 1993:4-16;
1 El Área Intermedia se refiere a un área geográfica localizada entre los grandes centros nativos
de México-Guatemala (América Central) y Perú (Sur América) (Willey 1971:254).
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Zeidler y Pearsall 1994:2)2.
En la costa uno de los mayores tópicos que ha llamado la atención de los
investigadores ha sido aquel de los sistemas de intercambio debido al hallazgo y
persistencia de objetos suntuarios o "bienes de élite" -tales como cuentas, conchas
Spondylus sp., obsidianas y objetos de metal- en diferentes sitios arqueológicos, lo que
ha indicado la variabilidad de acceso a los recursos y materias primas; estos items
pudieron haber sido usados como bienes de prestigio por las élites de los grupos
sociales observados, lo cual se constituye en una característica importante de las
sociedades de rango (Currie 1995; Drennan 1995; Fried 1967; Gnecco 1996; Marcos
1986; Mester 1985; Zeidler 1994). Feldman (1987:13) ha sugerido que los miembros
de la élite tienen los medios para adquirir bienes especiales que sirven a la vez como
símbolos de su status. La demanda por aquellos bienes de uso suntuario estimula la
producción artesanal de especialistas y su intercambio.
La investigación en la costa también revela la existencia de poblados y centros
ceremoniales que, en la mayoría de los casos, ocuparon aquellas tierras de mejor
productividad. Varias zonas de las tierras bajas costeras, periódicamente inundables,
fueron adaptadas e incorporadas a la agricultura intensiva mediante grandes obras de
infraestructura -e.g., zanjas, canales, camellones y diques- que regularon la distribución
de agua para la agricultura. Es el caso de las áreas bajas costeras de las regiones del
Guayas, La Tolita y Tumaco (Buys y Muse 1987; Denevan y Mathewson 1983; Parsons
y Schlemon 1982; Patiño 1993b; Stemper 1993; Tihay 1995). Por otro lado, los ríos,
bocanas y mar abierto, además de proveer recursos de subsistencia, interconectaron
diferentes zonas fisiográficas haciendo posible la movilidad e intercambio de productos
entre estas sociedades.
2 En general los periodos costeros aquí usados solamente tienen un sentido cronológico.
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en pocos sitios, Tumaco-La Tolita con montículos tales como Monte Alto, Mataje y
Tumaco (Bouchard 1982-83; Cubillos; Reichel-Dolmatoff 1965, 1986). La mayor parte
de las excavaciones han tenido alcances limitados, siendo el máximo enfasis de estos
estudios las tipologías cerámicas, cronologías y relaciones culturales.
En contraste, los estudios arqueológicos en la costa norte del Ecuador han sido
más extensos, especialmente en la provincia de Esmeraldas. La Misión Española
orientada por J. Alcina Franch y otros (Alcina Franch 1975, 1979), el proyecto La Tolita
por F. Valdéz (Valdéz 1987) y el proyecto Santiago-Cayapas por P. Tolstoy y W.
DeBoer (1989) y luego sólo por W. DeBoer (1996) han enfatizado el refinamiento de
secuencias culturales y cronológicas, además de proveer una mejor comprensión de
los desarrollos formativos y posteriores en la región.
En Colombia dos estudios arqueológicos relacionados con Tumaco-La Tolita se
han llevado a cabo cerca de la frontera ecuatoriana. J. C. Cubillos (1955) excavó en el
sitio de Monte Alto y G. Reichel-Dolmatoff (1965) en el sitio de Mataje. Ambos son
estudios pioneros que trabajan con pocas referencias cronológicas, tipología cerámica
y en general interrelaciones entre Colombia, Ecuador y Mesoamerica.
En el área de Tumaco, donde este estudio fue realizado, J. F. Bouchard (1982-
83) es el único arqueólogo que ha realizado excavaciones (pero no reconocimientos
sistemáticos) en sitios caracterizados por montículos con abundante cerámica, figurillas
de arcilla y metalurgia. Su trabajo en los sitios de Inguapí, El Morro y El Balsal
establece una secuencia regional basada en análisis cerámicos y algunas fechas de
radiocarbono. Sus conclusiones están principalmente orientadas hacia comparaciones
cerámicas e iconográficas entre Tumaco, Esmeraldas y Mesoamérica. El estudio de
Bouchard no provee evidencia sobre patrones de subsistencia, distribución de sitios o
una secuencia refinada para la región entera. Hacia el norte de Tumaco, mis propios
estudios sobre Tumaco-la Tolita y asentamientos tardíos se han enfocado hacia
reconocimientos sistemáticos y excavaciones a través de los proyectos Guapi-Timbiquí
y Bajo río Patía (Patiño 1988a; 1993b). Finalmente, un proyecto reciente en el área de
Buenaventura, dirigido por D. Stemper y H. Salgado (1993b), ha documentado uno de
los ejemplos más septentrionales de estas sociedades a lo largo de la costa.
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La presente investigación arqueológica en el bajo río Rosario y Caunapí
complementa y expande el conocimiento alcanzado en los estudios tempranos
realizados en Colombia y la costa norte de Ecuador. Esta investigación es la primera
3 El concepto de tradición arqueológica es usado en este estudio para indicar complejidad en los
patrones de asentamiento, sitios y materiales culturales más o menos homogéneos que persisten en el
tiempo.
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incluyen una variedad topográfica y zonas ecológicas en la región de estudio, sino
porque estas zonas también fueron de fácil accesibilidad y en buena parte sin cubierta
forestal, excepto para la zona costera. Cada transecto fue examinado por un grupo de
auxiliares espaciados 75 m., lo que cubrió cerca de 0.5-0.75 km2 por trabajo día con un
grupo de ocho personas. También se utilizó un reconocimiento de oportunidad en
aquellas áreas con tupida foresta cerca de los ríos y en el interior de manglares. Los
sitios fueron localizados con marcas y registrados en fotografías aéreas y mapas
impresos para su futura evaluación. Las características de los sitios se anotaron en
fichas estandarizadas. Los artefactos y restos culturales fueron mapeados y
recolectados por cada sitio examinado; pruebas de pala fueron usadas cuando se
necesitaron para ayudar a determinar la estratigrafía y la dimensión de los sitios.
Rasgos arqueológicos, tales como grupos de montículos, también fueron mapeados.
Sitios de importancia reconocida por los moradores del área dentro y fuera de los
transectos, fueron igualmente objeto de evaluación. Varios estudiantes de arqueología
con experiencia en campo del Departamento de Antropología de la Universidad del
Cauca, Popayán, participaron en esta investigación.
En el terreno el trabajo de investigación tuvo dos propósitos generales: (a)
generar un registro sistemático de las pautas de asentamientos costeros y sus
relaciones con los diferentes ecosistemas y (b) realizar excavaciones en aquellos sitios
arqueológicos donde se posibilitara obtener datos relevantes sobre la vivienda, pautas
fúnebres, subsistencia, intercambio y otras manifestaciones culturales de sociedades
prehispánicas. Las prospecciones sistemáticas en estas zonas arrojaron un total de 97
sitios arqueológicos, que van de menos de ½ ha. a 8 ha. ocupados bien sea por una o
dos viviendas o por un conjunto de viviendas o poblado con montículos artificiales
(tolas) (Figura 1.2). De los sitios habitados se analizaron construcciones de montículos
artificiales -ocupados y usados para viviendas, enterramientos funerarios y
posiblemente talleres-; áreas de ocupación con altas concentraciones de desperdicios
o basuras prehispánicas -e.g., cerámica, lítica, además de algunas piezas orfebres-;
por último, áreas extensas con evidentes rasgos de antiguos campos de cultivo -e.g.,
canales artificiales, drenajes y camellones-. Para una completa y detallada discusión
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sobre el diseño de investigación y su implementación véase el Capítulo 4.
4 Idrisi para Windows (Versión 2) es un software concebido y diseñado por J. Ronald Eastman,
1997, en los laboratorios para Tecnología Cartográfica y Análisis Geográficos. ClarK University,
Worcester, MA.
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CORELDRAW © para su presentación final (Cf. Figura 1.2). Un proceso similar fue
seguido en la incorporación de los datos sobre asentamientos arqueológicos en la base
de datos SIG. Las técnicas SIG ayudan a evaluar las relaciones cambiantes entre los
asentamientos y las zonas fisiográficas regionales de Tumaco a través del tiempo.
En el laboratorio el análisis y clasificación de materiales cerámicos se basó en
casi su totalidad en la tipología establecida por J. F. Bouchard (1982-83) a partir de sus
investigaciones previas en Tumaco. La tarea más importante fue asignar, a cuantos
mas tiestos fuera posible (muestra de 19483 cerámicas) los tipos cerámicos a que
pertenecían, estos principalmente fueron definidos por el tratamiento de la superficie y
las características de la decoración. Clasificar colecciones cerámicas halladas en
superficie presenta algunas dificultades siempre que éstas están afectadas por la
erosión. Afortunadamente, una gran parte de la muestra cerámica obtenida en
excavaciones estratigráficas y pruebas de pala está mejor preservada. Una vez
finalizada la clasificación de todos los materiales alfareros se procedió a realizar una
seriación cuantitativa para las colecciones basada en los tipos cerámicos. Este método
permitió crear una cronología relativa y una secuencia regional de fases arqueológicas.
La mayoría de las recolecciones de superficie no fueron incorporadas a la seriación
para evitar interpretaciones erradas en la secuencia que puede ser causada por
dificultades en asignar a cerámicas erosionadas tipos cerámicos. Solamente muestras
cerámicas excavadas en depósitos estratigráficos con superficies bien preservadas
fueron usadas en la seriación.
Dataciones C-14 de varios sitios arqueológicos ayudaron a anclar la secuencia
en años calendario como también los registros de materiales del período Colonial en
algunos pocos sitios. Algunos tipos cerámicos se observan en toda la secuencia
seriada; otros aparecen con una mayor limitación distribucional. Más detalles sobre el
procedimiento de clasificación y uso de la seriación son discutidos en el Capítulo 5.
Análisis geomorfológicos fueron útiles para una mejor descripción de
formaciones geológicas e identificación de suelos en los sitios arqueológicos más
importantes de las tres zonas fisiográficas estudiadas (Apéndice A). También un
análisis de atemperantes de cerámicas locales fue realizado usando secciones
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delgadas, sus resultados complementan los estudios llevados a cabo por Galván y
otros (1989) en la región de La Tolita. Análisis de objetos orfebres proveen información
sobre la naturaleza de una metalurgia antigua practicada en la región de Tumaco.
Datos importantes para el estudio de la subsistencia son obtenidos a partir de análisis
de polen y fitolitos (Apéndices B, D y E).
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CAPÍTULO 2
COSTA PACÍFICA Y MEDIOAMBIENTE EN EL SUR DE COLOMBIA Y
NORTE DEL ECUADOR
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emberá, waunana) ocupan los ríos San Juan, Baudó y Atrato (Carmona 1993; Vargas
1993). Más al sur, en el Valle del Cauca y Cauca, grupos epera tienen asentamientos,
principalmente en los cursos medios de los ríos Yurumanguí, Naya y Saija (Carmona
1993; Vargas 1993). Por el contrario, en la región de Tumaco y río Mira no existen
comunidades indígenas actuales, debido a la fuerte colonización española centrada en
la explotación minera del territorio lo que condujo, al igual que en otras regiones del
Pacífico, a la introducción de esclavos negros a partir del siglo XVI (Friedemann 1974;
West 1957).
En los contrafuertes de la cordillera Occidental entre Colombia y Ecuador hay
asentamientos de comunidades awa-kwaiker, en el alto río Mira y tributarios,
posiblemente desplazados de zonas bajas de la llanura aluvial (Patiño 1988a:147;
Romoli 1963:264). Hoy, algunas familias integrantes de esta comunidad se dirigen
ocasionalmente a las tierras bajas y calientes para enrolarse en los trabajos de
extensas plantaciones de palma africana en las cercanías de Tumaco, río Mira y
Caunapí. En la provincia de Esmeraldas, Ecuador, después de varios procesos
migratorios, grupos chachí (para algunos autores cayapas) se encuentran distribuidos
actualmente en la cuenca del río Cayapas y la desembocadura del Santiago (Barrett
1994:10; DeBoer 1996:173-174). Más al sur, donde la planicie costera se presenta
menos húmeda, numerosos grupos de indios colorados (chono) se hallan establecidos
desde épocas prehispánicas en zonas aluviales fértiles de la amplia cuenca de los ríos
Guayas, Daule y Babahoyo (Newson 1995:75). Este tema de los grupos indígenas al
momento del contacto europeo será de nuevo retomado en el Capítulo 7.
5 Tsunami es un término adquirido del japonés para referirse a las grandes olas generadas por movimiento
sísmico que golpean de forma destructiva el litoral costero. En la región de Tumaco y costa de Nariño los
moradores conocen el devastador fenómeno como la "ola" (Herd et. al. 1981; Martínez et. al. 1995).
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Los cambios en precipitaciones y temperaturas que afectan áreas mayores en la
costa Pacífica están relacionadas con el fenómeno de El Niño. Este fenómeno está
asociado con el desarrollo de fases cálidas y frías de las aguas del océano Pacífico y
son conocidas como El Niño Southern Oscillation (ENSO6) (Díaz y Markgraf 1992). El
fenómeno de aguas cálidas está acompañado por grandes cambios en los patrones de
lluvias, vientos y presiones atmosféricas tropicales que afectan el océano Pacífico. En
1997-1998 el sistema climático global fue perturbado por uno de los más largos
eventos de El Niño observado en el siglo XX. El cambio climático aumentó la
precipitación por encima de los rangos normales en el centro y este del Pacífico
tropical, afectando el Perú, Ecuador y Colombia. En contraste algunas áreas como
aquellas de Centro América, noreste del Brasil y Colombia experimentaron sequías
durante los eventos cálidos de ENSO. La anomalía de 1997-1998 fue comparable o
aún más fuerte que aquella de El Niño de 1982-83. El Niño no es un sistema
estacionario en la costa, aunque algunos autores han advertido que eventos Mega-
Niño pueden presentarse cada 500 años de acuerdo con registros de anomalías
climáticas en regiones tropicales de América (Meggers 1994a:333; 1996:156;
Sandweiss 1986:25).
En el noroeste del Perú, Ecuador y suroeste de Colombia (área de Tumaco),
precipitaciones por encima de los rangos normales típicamente ocurren durante los
eventos de El Niño desde febrero a mayo y con fuertes lluvias desde diciembre hasta
marzo y mayo (NOAA 1997). El Niño tiene impactos adversos sobre los asentamientos
humanos debido a las inundaciones y sequías, entre otros cambios que pueden
severamente afectar la agricultura, la pesca y el medio ambiente.
Cuando uno de los mayores eventos de El Niño afectó la costa Pacífica de
Colombia en 1982-83 y 1997-1998, resultaron una serie de impactos negativos tales
como: (a) aumento del nivel del mar en 20 cm. por encima de los valores normales
causando inundaciones en las áreas bajas costeras; (b) caída en un 52% en la
producción pesquera; (c) en el interior las altas precipitaciones y humedad afectaron la
6 ENSO es un fenómeno del Pacífico, pero el término ha sido usado recientemente con amplitud
para incluir un número de eventos metereológicos relacionados.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
agricultura causando daños en las cosechas por incontroladas inundaciones; y (d)
varios ríos como el Sanquianga, inundaron sus riberas a tal punto que las familias que
vivían allí tuvieron que ser relocalizadas (IDEAM 1999). La súbita declinación en la
producción agrícola y pesquera causada por cambios climatológicos de El Niño puede
traer serias consecuencias a grandes poblaciones sedentarias que dependen de estos
recursos.
En Tumaco El Centro Para el Control de Polución en el Pacífico Colombiano
(CCCP) fue creado en 1993, para monitorear la temperatura superficial del océano, el
promedio del nivel del mar, la precipitación y la temperatura ambiente en las estaciones
oceanográficas. Alteraciones reportadas desde 1972 hasta 1992 documentan
diferentes eventos de El Niño en el área de Tumaco. Las más fuertes oscilaciones con
altas temperaturas están justamente relacionadas con los eventos de 1972-73 y 1982-
83 (Cf. Susunaga and Gómez 1995, Tablas 2 y 3). Los mayores cambios en el nivel
del mar fueron observados en 1972 con un máximo valor de 3.97 m., en 1987 de 3.80
m. y en 1991 de 3.81 m., el índice normal de las oscilaciones es 2.90 m. a 3.40 m. La
precipitación se incrementó considerablemente para 1974 con 3880 mm., en 1988 con
2582 mm., y en 1992 de 3871 mm. (Ibid:59). El promedio de la precipitación en años
sin eventos El Niño es alrededor de 2000 mm.
En Ecuador y Colombia, información reciente sobre El Niño en 1998 reportó
inundaciones en ríos seguidas de fuertes lluvias dejando muerte y desolación a lo largo
de la costa Pacífica y deslizamientos de lodo en los Andes quedando como
consecuencia muchas familias sin vivienda. Varios pueblos en la Provincia de Guayas
fueron inundados, las aguas cubrieron cientos de hectáreas en fincas agrícolas y
ganaderas. Las familias tuvieron que ser evacuadas y la malaria y el cólera causaron
muchas muertes (IDEAM 1999).
El clima para la zona norte de la costa Pacífica puede ser descrito como cálido y
húmedo. En las regiones de Buenaventura y Tumaco las temperaturas promedio
mensual oscilan entre los 25°C y 27°C al nivel del mar, y en algunos valles medios
éstas alcanzan un leve aumento que llega a los 28°C. Así mismo, la diferencia entre
temperaturas del día y la noche es alta, alrededor de 12°C (16-27°C). La humedad
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
relativa del aire alcanza valores superiores al 80% . Los vientos Alisios que llegan del
nor-oeste y sur-oeste juegan un papel regulador en las diferencias de precipitaciones y
temperaturas a lo largo de la costa (Cantera 1993:16).
La vegetación de la región del Pacífico es clasificada como Selva Tropical
Húmeda (Tropical Rain Forest)7. Sin embargo, cabe agregar que el mundo
industrializado de hoy en su afan de expansión ha puesto en peligro la frágil estructura
de las selvas húmedas tropicales (Whitmore 1990:10).
Existen en el Pacífico dos zonas costeras fisiográficas reconocidas desde las
primeras exploraciones de R. West a mediados de los 50´s (West 1956; 1957). Estas
dos regiones son: (a) tierras altas costeras y (b) tierras bajas costeras. En este estudio
la mayor atención se centrará en la segunda zona.
7 Este término fue usado inicialmente por el botánico alemán F. W. Schimper para referirse a las
selvas de permanente humedad tropical (tropische Regenwald) (Whitmore 1990:9).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
zonificación de la costa baja comprende las siguientes áreas: (a) Islas barrera, (b)
playas, estuarios y fangales dentro del ecosistema de manglares, (c) planicies aluviales
y (d) colinas y piedemonte al oeste de los Andes Occidentales.
En el frente costero se presenta un cinturón de islas-barrera formadas por
estructuras de arena generalmente en cercanías de bocanas o estuarios. Estas islas
se hallan cubiertas de selva tropical húmeda rodeadas de manglares o playas de arena
gris, extensas en marea baja y, casi nulas en marea alta (Martínez 1993:115; Martínez
et. al., 1995). La ocupación humana actual en ellas es baja, con pequeños caserios,
aunque existen vestigios prehispánicos de por lo menos 2000 años de antigüedad,
como por ejemplo en la isla donde se asienta Tumaco y en la Isla Soldado, sitio
Bodega-Cocolito, región de Buenaventura (Bouchard 1982-83:317; Salgado y Stemper
1995:34). De acuerdo con Martínez y otros (1995:447) la ciudad de Tumaco, uno de
los mayores centros comerciales de la costa Pacífica de Colombia, está en alto riesgo
debido a la erosión de sus costas, tsunamis, subsidencia y baja elavación. También el
grupo de islas alrededor de Tumaco puede ser más impactado por eventos El Niño que
las islas de más al norte (Ibid:449).
En la parte continental se destaca la zona de manglares que funciona como un
complejo ecosistema en el litoral Pacífico. Esta franja es irregular, con amplitudes
desde escasos metros hasta los 11 km. La zona de manglares se halla fuertemente
influenciada por las mareas, lo que ha dado origen a un intrincado sistema natural de
canales y estuarios que conectan la costa con el continente (West 1956). El rango de
mareas en la costa Pacífica alcanza poco más de 4 m., presentándose en el día dos
mareas altas y dos bajas de aproximadamente 12:30 horas cada período. Alternando
cada 15 días, de acuerdo con los períodos lunares, se presentan dos tipos de mareas
llamadas por los moradores de la región quiebras y pujas. Las quiebras se refieren a
mareas menos altas y menos bajas y las pujas a mareas de rangos más altos y bajos
(Cantera 1993:20; West 1956, 1957).
Dentro de estos ciclos de mareas los manglares se caracterizan por tener una
marcada tolerancia al agua salada con diferentes adaptaciones dentro del mismo
ecosistema. Los manglares tienden a colonizar el frente costero de áreas estuarinas,
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
debido a que el sistema de raíces, acumulan limos y arcillas ricos en materiales
orgánicos (Martínez 1993; West 1956, 1957). Los bosques de manglares estan
principalmente poblados de las especies Rhizophora (mangle rojo), Avicennia (mangle
negro), Laguncularia (mangle blanco) y Pelliciera rhizophorae (piñuelo). Sus raíces se
sostienen en un lodo oscuro característico de las zonas pantanosas donde hay déficit
de oxígeno. Allí, los lodos son una mezcla de depósitos minerales (arenas, limos y
arcillas), con materiales orgánicos en diferentes grados de descomposición (Cortés
1981; Martínez 1993:118; Ortíz 1987; Pladeicop-CVC 1983).
La fauna en el ecosistema de manglares es abundante y variada. En los
canales de marea y lagunas se observa un número alto de peces bentónicos y
crustáceos gracias a los ciclos reproductivos que se originan en el ecosistema. Los
peces observados comúnmente son lisas (familia Mugilidae), róbalos (Cetropomidae),
tamboreros (Tetradontidae), agujas (Hemirramphidae) y crustáceos como las jaibas
(Portunidae), camarones de agua salada (Penaeidae) y de agua dulce (Palaemonidae),
cangrejos (género Uca), además de abundantes bivalvos como la piangua y sangaras
(Veneridae y Arcidae, genero Anadara) (Cantera 1995:199; Cantera y Contreras
1993:75; Cooke 1992:8-15).
La zona de manglares, a pesar de ser una zona inundable, conserva en su
interior pequeñas áreas secas conocidas por los moradores de la costa baja como
firmes8. Estas áreas son, al parecer, formadas por aluviones, playones o barras
litorales antiguas (Martínez 1993:118; West 1956; 1957). Los firmes dentro de los
manglares son zonas aptas para el asentamiento humano. Actualmente, algunos
firmes son ocupados por pobladores negros en pequeños asentamientos donde sus
habitantes practican actividades de pesca, caza y agricultura (e.g., coco -Cocos
nucifera-, plátano -Musa sapientum-, ñame -Dioscorea sp.-). Igualmente, en tiempos
prehispánicos la ocupación de zonas firmes se remonta a varios siglos antes de la era
Cristiana. Grupos prehispánicos, bajo regímenes diferentes de organización socio-
política, practicaron las mismas actividades de hoy, con cultivos importantes como el
8 Los firmes fueron inicialmente descritos por R. West, como pequeñas áreas de tierra más altas,
más secas y firmes que el resto de las áreas fangosas de los manglares (West 1956:110, 1957:71).
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maíz (Zea mays) y la yuca (Manihot esculenta) (Bouchard 1992; Patiño 1995:169).
Al este de los manglares existe otra zona ecológica un poco más alta llamada
planicie aluvial y corresponden al cuaternario más reciente. Los materiales de arrastre
han sido depositados en terrenos planos por los ríos que recorren el área. Las
terrazas, casi siempre escasas y poco extensas, se componen de sedimentos más
antiguos (Pleistoceno) que descansan sobre un basamento de edad terciaria. Los
suelos de la planicie aluvial presentan una geomorfología diversa y son generalmente
mal drenados, a excepción de los niveles altos de las terrazas (Cortés 1993:150-151).
Estos suelos difieren en su morfología por el grado de su evolución; las características
que los identifican son producto combinado de factores como el efecto y aporte de la
vegetación, de los materiales originarios del relieve y, por último, del tiempo de
actividad sedimentaria de los ríos. Es así como los continuos arrastres sedimentarios
causados por las inundaciones de los ríos y su evolución, generan suelos orgánicos
poco alterados que tienden a sedimentarse sobre materiales orgánicos
descompuestos. Este proceso de desarrollo generalmente se presenta en suelos de
terrazas bajas de la planicie aluvial, aptos para el desarrollo de la agricultura (Ortíz
1987; Pladeicop-CVC 1983). En la actualidad en la planicie costera no existen grandes
extensiones de cultivos a excepción de la palma africana (Elaeis guineensis), el resto
del litoral es ocupado por bosque tropical húmedo con parches de cultivos minifundistas
localizados en pequeñas terrazas a la orilla de los ríos.
Los suelos de las regiones tropicales muy húmedas son generalmente poco
aptos para desarrollos agrícolas extensivos debido a la escasez de nutrientes y elevada
acidez del suelo. Sin embargo, para la región sur en la región de Tumaco, existen
evidencias de cultivos prehispánicos en forma de camellones. En la planicie aluvial
extensas áreas para cultivo de más de 100 hectáreas fueron trabajadas con técnicas
indígenas a lo largo del bajo río Mira y cerca a los límites de los manglares en los
alrededores de Tumaco (Patiño 1993b:22-23).
El piedemonte bajo está formado por colinas de relieve ondulado o fuertemente
ondulado que corresponden al Terciario y limitan al este con el flanco occidental de la
cordillera andina. Algunas colinas alcanzan la costa formando áreas acantiladas con
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alturas de 50 y 70 m.s.n.m. Ejemplos de estas formaciones incluyen aquellas
localizadas al sur del río Patía en la Isla del Gallo y la Isla de El Morro cerca al puerto
de Tumaco. Estas zonas se componen de arcillas y areniscas con suelos
generalmente ácidos y pobremente desarrollados en nutrientes. En los relieves donde
predominan pendientes fuertes la disección es intensa debido a la inestabilidad de los
materiales geológicos y a la erosión, lo que genera condiciones desfavorables para el
regular desarrollo de suelos (Cortés 1993:151). A pesar de esto, el piedemonte bajo
presenta una la fragil vegetación de selva tropical húmeda con especies de árboles
como el Yarumo (Cecropia sp.), Cedro (Cedrela sp.) y Balso (Ochoroma sp.) (Urpa
1982:17).
La agricultura en esta zona está también pobremente desarrolla debido a la
acidez de los suelos; sin embargo, se cultivan productos de pan-coger como el caimito
(Chrysophyllum caimiti), ñame (Dioscorea sp.), maíz (Zea mays), plátano (Musa
sapientum), yuca (Manihot sculenta), guanabana (Anona muricata), papaya (Carica
papaya), piña (Ananas comosus) y cacao (Theobroma sp.) (Cortés 1981; Hubach
1945). El Piedemonte alto se caracteriza por tener una topografía combinada
entre colinas escarpadas y onduladas de origen Terciario Superior y por colinas altas
de relieve quebrado que corresponden al Terciario Inferior (Cortés 1981:10). Los
suelos se componen de magras y arcillas margosas, muy pobres para el desarrollo de
la agricultura. De otro lado, el piedemonte alto es una zona rica en variedad de
maderas típicas del bosque tropical. Además, presenta diversidad de yacimientos
auro-platiníferos, explotados en forma de aluvión en los ríos y quebradas y en filones
de oro.
La región de las tierras bajas costeras se encuentra cruzada por innumerables
ríos cortos y caudalosos que descienden de las estribaciones occidentales de los
Andes. Son pocas las cuencas de ríos grandes. En la región de Cauca y Nariño, por
ejemplo, se destacan las de los ríos San Juan del Micay, Patía y Mira-Chota. Como
cuencas menores se observan en el Valle del Cauca las compuestas por los caudales
del Calima, Dagua, Yurumanguí, Cajambre, Raposo y Naya; en el Cauca las cuencas
de los ríos Aguaclara, Saija, Timbiquí, Napi y Guapi; en Nariño la de los ríos Iscuandé,
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Tapaje, Satinga, Rosario entre otros (Pladeicop-CVC 1983). Estos ríos arrastran pocos
sedimentos debido a la espesa cubierta forestal que los protege. Sin embargo, en
centros poblados se observan fenómenos erosivos y de inundaciones por causa de una
irracional explotación minera y forestal en la costa Pacífica (Hernández 1996:9; IDOC
1976).
En resumen, la región costera baja se conoce como una zona de llanura aluvial
plana de origen cuaternario, disectada por grandes ríos y quebradas que descienden
de las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes (3000 m.s.n.m). La parte
costera litoral está formada por una extensa franja de manglares, donde la zona halófila
se encuentra cruzada por numerosos esteros y bocanas de ríos que facilitan la
comunicación (desde tiempos precolombinos) entre zonas pesqueras, poblados y
caceríos de las áreas inundadas (Romoli 1963; West 1957).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 3
DESARROLLO DE LA ARQUEOLOGÍA EN LA COSTA PACIFÍCA
DE COLOMBIA Y ECUADOR
3.1 Difusionismo
Durante la primera mitad del siglo XX se dieron los primeros pasos para la
creación de centros de investigación en antropología y arqueología en Latinoamérica.
Ambas disciplinas fueron enormemente influenciadas por postulados difusionistas de la
escuela histórico-cultural y la etnología francesa (Dunnell 1986; Trigger 1989).
Podemos decir que los inicios de la antropología en Colombia fueron establecidos
sobre diseños teóricos importados. Sin embargo, la disciplina no se centró en la
discusión teórica ni en construir modelos locales, más bien se hicieron esfuerzos por un
intenso trabajo empírico tanto en la arqueología como en la etnografía hasta los años
60´s (Jimeno 1990-91:56-57). En Colombia y Ecuador la antropología tuvo su
desarrollo inicial en varios campos de acción, incluida la arqueología, los cuales fueron
impulsados por el francés P. Rivet, quien impactó con sus ideas en medios académicos
del momento (Gnecco 1995:12). La posición difusionista de Rivet en su obra Los
Origenes del Hombre Americano (1943) fue influyente en los estudios de antropología y
arqueología en Colombia. Esto dió como resultado una serie de "paradigma de
invasiones", donde se sostenían versiones de varias invasiones karib desde el Caribe
hacia el interior de Colombia, Venezuela y Guayana (Véase Duque Gómez 1965;
Priscilla 1984).
Los pioneros de la arqueología de la costa Pacífica acogieron el difusionismo
como explicación de los fenómenos culturales, basándose especialmente en la difusión
de rasgos culturales. Sin embargo, el desarrollo de la teoría y las técnicas de campo
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
fueron mínimas. Teniendo en cuenta estos elementos se tejieron parentescos y
relaciones culturales con base en las migraciones-invasiones que llegaron a encerrar
espacios geográficos disímiles y lejanos. Algunas de estas siguen latentes a la espera
de reevaluaciones y más evidencias, como el caso de los contactos transpacíficos y
mesoamericanos en la costa Pacífica del norte de Sur América (Gartelmann 1985;
Meggers 1960; Marcos y Norton 1982; Reichel-Dolmatoff 1987; Zevallos 1987).
En el Ecuador, los trabajos pioneros de M. Saville 9 (1907), M. Uhle (1927), J.
Jijón y Caamaño (1930), E. Ferdon (1940) y R. d'Hardcourt (1942) dieron a luz pública
el conocimiento de vestigios arqueológicos en las regiones de Esmeraldas. Estudios
tempranos sobre la metalurgia de esa misma región fueron realizados por P. Bergsøe
entre 1937 y 1938. Más al sur, en la región de Santa Elena, área del Guayas, se
destacaron las excavaciones de G. Bushnell (1951), entre otros investigadores.
En el Pacífico colombiano este tipo de exploraciones fueron iniciadas por S.
Linné (1929) y los geógrafos Recasens y Oppenheim (1944) en la región del Chocó al
norte del Pacífico. En Tumaco la investigación arqueológica fue iniciada con los
trabajos de J. Rowe (1949) y J. C. Cubillos (1955) quien llevó a cabo las primeras
excavaciones sistemáticas en esta importante zona arqueológica. La mayoría de estos
autores coincidían en que los origenes de las culturas de la costa Pacífica de Ecuador y
Colombia correspondían a oleadas migratorias norte-sur a partir de Centro América, ya
que existian estrechas relaciones culturales entre estas zonas.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En la costa Pacífica el período tardío de esta tradición, ca. 350 d.C., documenta
un declive y eventual colapso cultural. Poblaciones subsecuentes en la llanura costera
parecen representar diferentes grupos prehispánicos con diferentes patrones de
asentamiento y actividades de subsistencia. Estos grupos prehispánicos tardíos
estuvieron orientados hacia la explotación de recursos riberinos y de selva tropical en la
llanura aluvial costera más que hacia una explotación del sistema de estuarios y
manglares. Este panorama cultural termina al menos después de ocho siglos antes de
los primeros encuentros con europeos en 1536.
En este estudio arqueológico se analiza el desarrollo de estas comunidades
desde su conexión con grupos Chorrera durante el primer milenio antes de Cristo, su
desarrollo floreciente hasta sus últimas manifestaciones durante su colapso. Así mismo
reconstruir la subsistencia Tumaco-Tolita que estuvo basada en los recursos
marinos/estuarinos y la agricultura. Sin embrago, no es posible especificar con fuentes
de primera mano, el grado de importancia de la pesca en estuarios y aguas profundas
en la dieta de estas poblaciones, como tampoco el grado de importancia de la
agricultura. También en esta investigación se estudiarán tópicos específicos
relacionados con el patrón de subsistencia incluyendo la identificación de recursos
faunísticos y botánicos. Además, se buscará determinar si los materiales suntuosos
Tumaco-Tolita fueron obtenidos localmente o importados. Existen algunas evidencias
en el registro arqueológico que sugieren que los grupos Tumaco-Tolita estuvieron
conectados por rutas marítimas de intercambio entre Esmeraldas y Buenaventura y de
la costa caucana a la Isla de Gorgona.
Preguntas que aún permanecen sin respuesta incluyen: la importancia del
intercambio a lo largo de la costa, que tanto los grupos ecuatorianos influenciaron el
área suroeste costera de Colombia y la identificación de los productos intercambiados y
sus mecanismos de intercambio. Otras preguntas están relacionadas con las
sociedades tardías que ocuparon las tierras bajas costeras. Después del 600 d.C. la
línea costera fue gradualmente abandonada y las áreas de mangles y estuarios se
dejaron de explotar. Los asentamientos tardíos se orientaron hacia sistemas riberinos
en zonas de selva tropical húmeda. Los registros arqueológicos muestran patrones
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
similares a aquellos observados entre grupos amazónicos con economías basadas en
la agricultura y complementadas con actividades de pesca y caza. El intercambio
interregional fue también importante y algunos productos marinos aparecen al interior,
ocasionalmente en las montañas de los Andes Occidentales (i.e., ostras, piangua y
conchas). Particularidades de los patrones de subsistencia e intercambio se
documentan en este estudio. Finalmente, el período de contacto europeo trajo cambios
en el estilo de vida de los grupos indígenas. Sin embargo, varios de ellos continuaron
habitando las tierras bajas del Pacífico, lejos de los centros coloniales, mineros y
haciendas.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 3.1 Resumen de las secuencias arqueológicas de la costa Pacífica del norte del
Ecuador y sur de Colombia. Basado en Alcina Franch (1985:14); DeBoer (1996:28-29); Valdez
(1987:51-55); Bouchard (1984:139-143); Reichel-Dolmatoff (1987:92); Patiño (1992:58;
1993:181); Salgado y Stemper (1995); Hernández (1998).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 4
ARQUEOLOGÍA DE TUMACO: EVIDENCIA DE SOCIEDADES COMPLEJAS
TUMACO-TOLITA
11 Los datos de precipitación mensual y anual en mm. son recolectados en tres estaciones metereológicas:
Tumaco, Cajapí y El Diviso. Comparando promedios entre 1960 y 1991 en la estación de Tumaco se observa
una disminución de lluvias que va desde 2796mm a 2265mm. (IGAC 1960:8; Lobo-Guerrero 1993:127).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
4.2 Métodos de Investigación
4.2.a Reconocimiento Arqueológico
El estudio arqueológico realizado en la región de Tumaco cubrió un área
aproximada de 25 km². Para nuestro propósito analítico y de interpretación, la región
fué dividida en tres zonas diferentes desde el punto de vista fiosiográfico: (a)
manglares; (b) Interfluvial y (c) fluvial (1 y 2) (Figura 1.2). En la zona fluvial, los sitios a
lo largo de los ríos tuvieron más altas probabilidades de localización que en aquellas
áreas internas donde probablemente se perdieron algunos a excepción de aquellos con
montículos artificiales.
La metodología de la prospección del terreno se basó en: (a) recorridos
sistemáticos en el transecto interfluvial y en las bancas de los ríos y (b) en
reconocimientos al azar (oportunístico) en zonas densamente forestadas cerca a los
ríos y en los firmes de la zona de manglares, localmente llamados firmes. En los
diferentes recorridos se utilizaron medios de transporte terrestre (auto) y acuático
(canoa o lancha con motor fuera de borda). Las zonas mencionadas se prospectaron
utilizando fotografías aéreas del Instituto Geográfico "Agustín Codazzi" realizadas en
1992 (Escala 1:12.600). La fotografía fue de buena resolución y contraste permitiendo
observar cambios de vegetación, esteros, ríos, vías de penetración y la línea costera,
entre otras características de la región. Igualmente, se usaron mapas cartográficos
(escala 1:50.000) donde se localizaron límites de las zonas fisiográficas, transectos y
sitios arqueológicos encontrados en el reconocimiento. En el campo también se usó un
sistema de posición global (GPS Sony) para la localización de sitios en el área.
Se prospectaron zonas abiertas para pastoreo o cultivos -e.g., palma africana
(Elaeis guineensis) y plátano (Musa sapientum)-, encontrándonos con la dificultad de
operar en zonas de espesa vegetación o semi-selvática en las orillas de los ríos donde
la población y penetración moderna es escasa. Las bancas de los ríos Caunapí y
Rosario fueron prospectadas y en áreas de espeso bosque se visitaron aquellos
lugares de fácil penetración usando caminos entre la selva o bajo la dirección de un
guía conocedor de sitios arqueológicos como basureros y conjuntos de montículos
artificiales.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Para el propósito de esta investigación cualquier área con restos culturales, que
van desde pequeñas concentraciones de fragmentos cerámicos o líticos hasta amplios
asentamientos ocupacionales con montículos12 es considerado como un sitio
arqueológico. De acuerdo con la dispersión de materiales culturales y rasgos
arqueológicos se estimó de manera preliminar la dimensión de cada sitio en hectáreas.
La mayoría de los sitios corresponden a dispersiones de menos de una hectárea; sin
embargo, unos pocos sitios tuvieron áreas con varias hectáreas (5 a 8 ha.) reconocidos
luego como centros y montículos agrupados, algunos de ellos de considerable tamaño.
Otro tipo de sitios arqueológicos reconocidos son los extensos campos de cultivo
prehispánicos los cuales alcanzan más de 100 hectáreas en tamaño.
En el transecto interfluvial la localización y registro de sitios arqueológicos se
realizó a pie con grupos de 4 personas (estudiantes y obreros) en franjas aproximadas
de 300 metros a lado y lado del transecto. Los participantes caminaron en líneas
paralelas espaciados cada 75 m., el eje de estos recorridos fue la vía troncal que
conduce de Tumaco a Pasto. La visibilidad de la superficie en esta zona fue aceptable
debido a que la mayoría de los propietarios adyacentes usan el suelo para el pastoreo
y cultivos. Muy poco terreno está cubierto por bosque natural. Se trató de realizar el
mismo reconocimiento arqueológico a 300 metros dentro de las margenes de los ríos,
pero este propósito en la mayoría de los casos no se cumplió debido a las limitaciones
de la foresta. En su defecto se recorrieron de manera sistemática las bancas de los
ríos Caunapí y Rosario y sus respectivas áreas abiertas ribereñas. Aquellas áreas de
densa foresta se examinaron usando caminos conocidos por guías locales.
En el transecto Interfluvial además de hacer recolecciones superficiales
intensivas se ejecutaron pozos de prueba a ambos lados de la vía troncal, con la
finalidad de hacer observaciones estratigráficas y culturales. La misma estrategia se
llevó a cabo en la zona fluvial y en los firmes de la zona de manglares. La mayoría de
los montículos fueron inicialmente sondeados con pozos de prueba para verificar su
artificialidad. Una ficha de registro detallada fué elaborada para cada sitio arqueológico
12 En este estudio el uso de montículo(s) se refiere a una construcción artificial hecha en tierra
por humanos. En Colombia y Ecuador se conocen con el nombre de Tolas o Lomas.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
encontrado. De estos yacimientos se recolectaron cientos de muestras arqueológicas
(e.g., cerámica y lítica). Materiales exóticos como la obsidiana fue hallada en varios
sitios. Todos los materiales fueron debidamente registrados con fichas para cada bolsa
con material.
A cada sitio se le asignó un número de código que va del S01 al S97 suma total
de sitios registrados en el área de estudio. Los sitios se mapearon en copias calcadas
de fotografías aéreas y luego sus localizaciones transferidas a mapas cartográficos y
digitales de la región.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
prehispánicos de grupos pescadores Tumaco-Tolita, ya que se conectaban con
facilidad al mar y a la llanura aluvial utilizando los canales de marea o esteros.
El área prospectada para la zona de manglares se halla comprendida entre
Tumaco y la bocana del río Rosario al oeste. Allí se prospectaron las cabeceras de los
esteros Tambillo, Trapiche, Las Varas, Piñal Salado, Chilví y Aguaclara (Figura 1.2;
Foto 4.1). J.F. Bouchard (1982-83:259-303) registró algunos sitios en esta zona y
excavó dos de ellos, Nerete y El Morro. Nuestro trabajo de campo se limitó a reseñar
nuevos sitios, visitar los ya conocidos, efectuar sondeos y recolectar materiales
arqueológicos. No se realizaron excavaciones de trincheras ya que se estimó que las
realizadas por J.F. Bouchard son lo suficientemente diagnósticas para caracterizar la
ocupación en la zona de manglares, prefiriendo encaminar nuestros esfuerzos a otras
áreas menos conocidas.
El número de sitios prospectados en la zona de manglares es bajo
considerando la extensión territorial de la misma. Las áreas cercanas al mar son
completamente innundables y sólo los firmes en las cabeceras de estuarios pueden ser
ocupados por grupos humanos. Los sitios registrados en la zona de Manglares
corresponden a los siguientes: Exporcol (Isla del Morro) (S01); San Luis (S02); Nerete
(S03); Robles (S05); Tambillo (S04); Aguaclara (S07) y La Quinta (S95) (Foto 4.2).
Varios sitios se encuentran ocupando una zona intermedia entre el manglar y la
planicie aluvial lo que sugiere una explotación de ambos ecosistemas y la apertura de
campos extensos de cultivo en épocas prehispánicas. Estos sitios son Bucheli (S08);
Piñal Salado (S06); Mascarey (S84) y Pedregal (S93). El único sitio encontrado en la
Isla de El Morro es Exporcol (S01). Actualmente algunos de estos sitios atestiguan
ocupaciones modernas de pescadores afro-americanos. En la Tabla 4.1 se anota para
cada sitio el área estimada, número de montículos y materiales culturales encontrados.
El sitio Tambillo (S04) al parecer fue un poblado Tumaco-Tolita de
aproximadamente 4 a 5 hectáreas de extensión. Su localización se halla en las
cabeceras del estero del mismo nombre, entrando por el estero Trapiche. El área se
encuentra en límites entre el manglar, guandal y la llanura aluvial (Foto 4.1). Hoy el
sitio se halla reocupado por grupos negros de pescadores-cultivadores. En sus
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
jornadas de trabajo generalmente hallan restos arqueológicos Tumaco-Tolita, tales
como vasijas polípodas, figurillas y pedazos de orfebrería; también existen montículos
artificiales y basureros prehispánicos localizados en los ramales del estero. Al suroeste
de Tambillo a 2.5 km. se encuentra el sitio arqueológico de Nerete (S03), donde
también se asienta otro poblado de grupos negros (Foto 4.3). Igual que en Tambillo, el
caserío, que lleva el nombre de Nerete, se localiza sobre un extenso basurero cuyos
desperdicios ocupan una extensión aproximada de 5 hectáreas. Los materiales
recolectados no se asemejan completamente con lo Tumaco-La Tolita. Allí Bouchard
(1982-83:316) estableció la Fase Nerete comparable a los materiales de El Balsal (50
d.C.) diferente de Tumaco-Tolita (Inguapí II) mediante excavaciones en la Pampa de
Nerete, estero Las Varas. En este último sitio también se visitaron 6 montículos
artificiales y restos culturales distribuidos en aproximadamente unas 8 hectáreas, el
sitio se encuentra reseñado por Bouchard (1982-83:287). Una discusión más profunda
a cerca de estas fases se adelantará en el Capítulo 5.
El sitio Piñal Salado (S06) es uno de los más interesantes en una cadena de
sitios arqueológicos que van desde Chilví, Mascarey, Piñal Dulce, Piñal Salado hasta
conectar con el caserío de Robles, distante del río Rosario hora y media de camino. El
sitio Piñal Salado (S06) conserva un extenso sistema de camellones con canales y
drenajes dedicados a la agricultura prehispánica. De acuerdo con las fotos aéreas (No.
000128 IGAC, 1984) del área, el sistema de campos levantados se estima en un área
de 100 hectáreas).
El sitio de San Luis (S02) fue puesto al descubierto por trabajos de remoción de
suelos para piscinas camaroneras en la zona de manglares (Foto 4.2 y 4.7). El
yacimiento se ubica entre los esteros Natal, Aguaclara y Chilví, correspondiendo a un
típico asentamiento en área firme rodeada de esteros y manglares. El sitio al parecer
con varias ocupaciones se caracteriza por tener el montículo artificial más extenso
detectado en toda la región de Tumaco. Su estructura en forma de T tiene 80 metros
de largo por 60 metros de largo transversal, con alturas que varían entre los 1.5 y 2.5
metros y una anchura entre 10 y 15 metros. Actualmente se halla parcialmente
destruido por acción de maquinaria pesada (Foto 4.7). Allí se observaron abundantes
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
fragmentos cerámicos y algunos implementos líticos incluyendo obsidianas. Según
versiones de los dueños del terreno, también se encontraron objetos en oro al parecer
del tipo de pendientes circulares repujadas.
Estudios geológicos y de suelos en el sitio San Luis confirman la presencia de
un estrato de turba lodosa que sostiene el manglar de 1.5 a 2 metros de espesor por
encima de arenas finas lodosas con alto contenido de material orgánico y depositadas
en un ambiente deltáico de espesor desconocido. A veces entre la arena y la turba se
encuentran restos arqueológicos de posibles viviendas aisladas que sugieren
construcciones sobre ambiente acuático (¿tipo palafito?) dentro del manglar y fuera del
firme (J. L. González, Comunicación Personal 1996) (Foto 4.2) (Apéndice A).
Por último, el sitio Exporcol (S01) está ubicado en la Isla del Morro, cerca a la
Capitanía del Puerto (Foto 4.8). Este sitio hace parte de otros sitios previamente
reseñados y excavados por los arqueologos J.C. Cubillos (1955) y J.F. Bouchard
(1982-83). En el sitio Exporcol se registraron dos montículos artificiales uno de ellos, el
más grande, se halla parcialmente destruido. Los materiales encontrados en la playa
costera y tierra adentro de la isla son principalmente cerámicos (copas altas) y líticos
correspondientes a la Fase El Morro. En estratos inferiores existen materiales clásicos
Tumaco-Tolita. También se hallaron elementos en obsidiana y orfebrería por parte de
los moradores del área.
Los sitios con los códigos S05, S08, S84 y S93 son pequeños y cubren áreas de
menos de una hectárea; la mayoría de ellos son compuestos de fragmentos dispersos
de cerámica. El sitio S93 tiene un montículo artificial grande de 32 m. de largo, 20.6 m.
de ancho y 3 m. de alto.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Piñal Salado S06* ***100 0 C
Robles S05 <1 0 C
Mascarey S84* <1 0 C-O-Au
Nerete S03* 8 6 C
Tambillo S04 4 1 C
Pedregal S93 <1 1 C
La Quinta S95 2 0 C
_________________________________________________________________
* Sitios localizados en una área intermedia entre los manglares y la
planicie aluvial. **área en hectáreas es estimada. *** Campos de
Cultivo. C=cerámica; L=lítico; O=obsidiana; Au=orfebrería.
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(Continuación Tabla 4.2)
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Chilví S16 <1 1 C
Lomitas S17 2 1 C
Km.17.5 S18 <1 1 C
La Catedral S19 5 8 C
Km.18 S20 <1 0 C
Km.18.5 S21 <1 0 C
La Tirsa S59 **50 0 C
La Granja S22 <1 1 C
La Vicky S23 <1 1 C
Km.20 S24 <1 0 C
Km.21 S25 <1 0 C
Providencia S26 <1 0 C
Catalina S27 <1 0 C-L
Km.23 S28 <1 0 C
Palmar S29 <1 0 C
Km.23.5 S30 <1 1 C
Cajapí S32 <1 2 C
Villarica S33 3 3 C
Franco S34 <1 0 C
Km.28 S35 <1 0 C
Las Lajas S36 <1 0 C
Trinidad S37 <1 0 C
Km.28.5 S38 <1 0 C
Km.29 S39 <1 0 C
JuanDomingo S40 <1 0 C
ICA1 S41 <1 0 C
ICA2 S42 <1 0 C
Km.31 S43 <1 0 C
Km.31.5 S44 <1 0 C
Km.32.5 S45 <1 0 C
Chorrera1 S46 <1 0 C
Km.33.5 S47 <1 1 C
Km.34.5 S49 <1 0 C
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Continuación Tabla 4.2)
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Gran Cebú S50 **50 0 C
Km.35.5 S51 <1 0 C
Km.36 S52 <1 0 C
Km.38.5 S54 <1 2 C
Espriella S55 <1 0 C
Km.39.5 S56 <1 0 C
Km.40 S57 <1 0 C
_________________________________________________________________
* El área en hectáreas es estimada. ** Campos de Cultivo. C=cerámica;
L=lítico; O=obsidiana; Au=orfebrería. El sitio Inguapí (S13) fue inicialmente
Registrado por Bouchard (1982-83:153); igual que el sitio El Balsal en la
misma área con 8 montículos y una hectérea de tamaño (1982-83:222).
4.3.c.1 Area del río Caunapí: En las márgenes de este río se localizaron 30
sitios arqueológicos, la mayoría de ellos son emplazamientos con áreas menores de 1
hectárea, en la zona también se observan montículos artificiales dispersos e
individuales (Figura 1.2). Los montículos tienen tamaños que varían entre 15 y 20 m.
de largo, por 10 y 20 m. de ancho y de 1 a 1.8 m. de altura. El arrastre fluvial del río ha
depositado en sus playas materiales de gravas, arenas y restos arqueológicos
desprendidos de los asentamientos ribereños.
Los sitios más destacados en el río Caunapí son: La Esperanza (S58), La
Remigia (S53), Pueblo Nuevo (S48), La Brava1 (S61), La Cortadura (S65), El Zapote
(S77), Dos Quebradas (S79) y Nueva Creación (S86). Estos sitios aparecen
asociados a montículos relacionados con el final de las ocupaciones Tumaco-Tolita y a
vestigios de grupos tardíos adaptados a la selva de llanura aluvial, distante de la costa
y más cerca del piedemonte andino.
De los sitios registrados, el asentamiento en Dos Quebradas (S79) quizas es el
más relevante por su tamaño y el emplazamiento de varios montículos. El sitio se
ubica en la margen izquierda del Caunapí, ocupando un área de aproximadamente 8
hectáreas donde se asentaron pueblos Tumaco-Tolita. El yacimiento se caracteriza por
la construcción de 8 montículos artificiales en la margen oeste del río con medidas que
varían entre los 10 y 60 m. de largo, 8 y 35 m. de ancho y entre 1.5 y 8 m. de altura.
Cabe anotar que los montículos artificiales más altos de toda la zona prospectada
están en el sitio Dos Quebradas (S79), con alturas hasta de 8 metros. Además, una de
las grandes tolas tiene la forma peculiar de media luna (50 m. x 16 m. x 3.8 m.) y se
halla localizada hacia el centro del asentamiento. En la prospección del sitio no se
hallaron sistemas de camellones para agricultura prehispánica; sin embargo, es posible
que ellos estén bajo la espesa vegetación de bosque primario.
El sitio de Pueblo Nuevo (S48) de aproximadamente 2 hectáreas contiene 5
montículos, dos de los cuales se destacan por su forma alargada y paralela (Foto 4.12),
su significado hasta ahora es desconocido, aunque se observan en la cuenca del
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Santiago-Cayapas, en Esmeraldas (DeBoer 1996:82). Otos sitios con múltiples
montículos localizados a lo largo del río Caunapí incluyen La Cortadura (S65) con 5
montículos; La Remigia (S53) (Foto 4.14) y La Clarita (S73) con tres montículos, y La
Esperanza (S58) (Foto 4.15) y Zapote (S74) con dos montículos. Los sitios S69, S72 y
S81 tienen cada uno un montículo. Sitios pequeños sin montículos pero con materiales
arqueológicos dispersos son el S60, S62, S64, S66, S67, S68, S70, S74, S75, S76,
S78, S82, S83 y S85, la ocupación en ellos fue de menos de una hectárea y fueron
frecuentes a lo largo del río Caunapí. En el sitio Nueva Creación (S86), cerca a la
desembocadura del Caunapí en el Rosario, se halla un pequeño cementerio compuesto
por grandes vasijas enterradas, utilizadas como urnas funerarias y asociadas a
fragmentos cerámicos.
4.3.c.2 Area del río Rosario: La topografía de esta zona difiere de la anterior
por ser baja, plana e inundable. Los efectos de las mareas se perciben incluso al sur
del poblado Santa María. En marea alta se represa el río inundando periódicamente
las fértiles vegas y terrenos bajos (Foto 4.6). Por la importancia agrícola y pesquera en
el río Rosario varias familias de grupos negros se asientan a lo largo de su cauce en
pequeñas fincas con cultivos de subsistencia y escaso pastoreo. El río y estuarios
aportan peces, moluscos y crustáceos para el sustento diario de sus habitantes
(Arocha 1988).
La zona del río Rosario también fué ocupada por sociedades prehispánicas. La
mayoría de los sitios corresponden a asentamientos pequeños menores de 1 hectárea
con pocos montículos artificiales. Los sitios más destacados corresponden a El Coco
(S96), El Llano (S91); Esperanza (S92); Tangareal (S88), Vuelta Iscuandé (S87) e Isla
Grande (S89). En todos ellos se encontraron restos de cultura material, especialmente
figurillas, cerámicos y algunos instrumentos en piedra de filiación Tumaco-Tolita y
épocas posteriores. De acuerdo con moradores del área, algunos sitios han aportado
pequeñas piezas orfebres (laminillas, hilos y adornos) obtenidos en sitios de ocupación
57
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
mediante el mazamorreo13. En sectores recientemente abiertos de los sitios Esperanza
(S92) y Tangareal (S88), margen izquierda del río Rosario, se registraron antiguos
campos agrícolas consistentes en camellones paralelos con evidencias de materiales
cerámicos.
En el río Rosario no se observaron montículos artificiales a excepción de uno
hallado en el sitio Pedregal (S93) pero prácticamente en la zona de manglares. En el
Rosario los sitios arqueológicos tienen asentamiento directamente sobre la topografía
natural y sus restos culturales tienden a relacionarse con Tumaco-Tolita.
Los únicos sitios que aportaron materiales catalogados como de la colonia o
república fueron El Coco (S96), Esperanza (S92) y Dos Quebradas (S79) en el río
Caunapí. En los dos últimos sitios sólo se observan objetos aislados. Las ocupaciones
prehispánicas iniciales en el sitio El Coco tienen relaciones con Tumaco-Tolita (Fase
Inguapí II), luego los asentamientos son tardíos caracterizados por tener cerámica
vidriada; metales; concha; vidrio; etc., generalmente este tipo de sitios se los ha
asociado con asentamientos de grupos negros y coloniales (Patiño 1988a:113; Salgado
y Stemper 1995:120; Stemper y Salgado 1995:259-262).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
_________________________________________________________________
Sitio Sitio No. *Área Hec. Montículos Materiales
_________________________________________________________________
Las Marías S63 <1 0 C
Cebú S64 <1 0 C
Cortadura S65 2 4 C-O
Encanto S66 <1 0 C
Palmera S68 <1 0 C
Est. Tangareal S69 <1 1 C
Pueblo Nuevo S48 2 5 C-L
ICA S76 <1 0 C
Ramoncillo S74 <1 0 C
Chorrera2 S72 <1 1 C
Astorga S70 <1 0 C
Zapote S77 3 2 C
Vuelta Larga S75 <1 0 C
Zapotal S78 2 0 C
Vuelta Carmen S80 <1 2 C
Dos QuebradasS79 8 6 C
La Vega S82 <1 0 C
El Retoño S81 <1 1 C
Almejero S83 <1 0 C
Nueva Creación S86 <1 0 C
El Llano S91 2 0 C
Delicias S94 <1 0 C
Santa María S90 <1 0 C
Esperanza S92 ***5 0 C
Isla Grande S89 <1 0 C
Vuelta Iscuandé S87 <1 0 C-L
Tangareal S88 2 0 C-L-Au
El Coco S96 <1 0 C-L-O
La Miranda ****S97 20 4 C-L-O
_________________________________________________________________
* El área en hectáreas es estimada. ** Sitio no incluido en
la Figura 2 por estar antes de Espriella. *** Campos de Cultivo.
****Sitio ubicado en el río Mira. C=cerámica; L=lítico;
O=obsidiana; Au=orfebrería.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
4.4 Arqueología en el Río Mira
Aunque el río Mira está fuera del área de las prospecciones arqueológicas,
fuimos alertados por los moradores de la región sobre el descubrimiento de un
importante sitio arqueológico sobre este río. Los trabajos de apertura de vías para la
extracción del fruto de palma africana en la Hacienda La Miranda pusieron al
descubierto una amplia área con vestigios prehispánicos. Allí se localizó el sitio La
Miranda (S97) sobre la margen izquierda del río Mira, al frente del caserío de
Candelilla; ocupando una terraza antigua con escarpe de unos 15 metros sobre la
terraza aluvial más jóven (Foto 4.6).
El área de ocupación tiene aproximadamente 4 hectáreas donde se resalta la
presencia de montículos artificiales (algunos destruidos parcialmente), cerámicas,
figurillas (macizas y huecas), ralladores, sellos, moldes, lascas e implementos en
obsidiana y en rocas foráneas.
De acuerdo a nuestras excavaciones el sitio tuvo ocupaciones por largo tiempo
según la acumulación de basuras de hasta 1m. de profundidad en suelos orgánicos
depositados por encima de estratos arenosos de origen aluvial. Teniendo en cuenta
los rasgos diagnósticos del material arqueológico el sitio corresponde a un poblado
Tumaco-Tolita con varias momentos de ocupación que se asocian a las fases Inguapí,
El Morro y Buena Vista de la zona costera de Tumaco y a la Fase Guadual de
Esmeraldas, Ecuador (Bouchard 1982-83; DeBoer 1996; Patiño 1993a; Tolstoy and
DeBoer 1989).
Es importante anotar que la proximidad del sitio al río lo convierte al mismo
tiempo en un puerto fluvial por donde transcurrian elementos de intercambio entre los
sitios costeros, tal como se constata con la presencia de 11 piezas de obsidiana, como
uno de los indicadores de intercambio a larga distancia. De otro lado, el río Mira
reviste especial importancia por sus fértiles vegas y gran caudal (527 m 3/s) que
posibilita la comunicación tanto de zonas bajas de llanura aluvial como de zonas
andinas del Ecuador y Colombia. Sabemos que en ambas márgenes del río existen
más asentamientos prehispánicos con montículos y sin ellos (e.g., Salamanca, La
Cortina, Palmas de Tumaco e Imbilí). Sin embargo, aun no se han hecho estudios
60
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
arqueológicos en su recorrido. Los trabajos más cercanos realizados se localizan hacia
la frontera con el Ecuador, Mataje y Monte Alto (Cubillos 1955; Patiño 1988a; Reichel-
Dolmatoff 1965).
61
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La Esperanza (S58) Fluvial Montículo I 200-215cm. 2010±100 a.C. 83658
Tangareal (S88) Fluvial Basurero 70-90cm. 280±60 a.C. 85031
El Coco (S96) Fluvial Basurero
La Miranda (S97) Fluvial, Mira Basurero 70-80cm. 320±70 a.C. 83659
______________________________________________________________________________
Nota: Para fechas calibradas véase el Apéndice F.
14 La Tabla 5.12 presenta un completo detalle de las dimensiones de los montículos (largo,
ancho, alto y volumen) por sitios.
15 El volumen aproximado de los montículos fue calculado usando la fórmula de la elipsoide
(V=4/3p abc), donde a, b y c son las longitudes de los semi-ejes, dividido por 2. La fórmula luego sería
V=2/3p abh, donde a=largo, b=ancho y h=altura del montículo.
62
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
m. de profundidad aportó 1182 fragmentos cerámicos entre vasijas rotas y algunas
figurinas humanas y zoomorfas asociadas a moldes y a una máscara completa en
cerámica. Muy pocos implementos líticos fueron excavados en el sitio, aunque sí hubo
presencia de un fragmento pequeño de obsidiana recolectado en la zanja.
La estratigrafía del basurero está compuesta por 7 estratos con suelos arcillo-
arenosos (Fotos 4.9 y 4.10). Los primeros cinco contienen materiales culturales de
forma contínua hasta alcanzar una profundidad de 1.10 m. La capa húmica (A) es
delgada de 10 a 15 cm., seguida de una capa café clara arcillosa (B) de 20 cm. Las
capas C, D y E son arenosas con diferencias de color entre café pardo y oscuro,
además de la presencia de piedra pómez. La capa C tiene un espesor de más o
menos 40 cm. y fue datada en 210 ± 70 a.C. (Beta 88801) en su nivel 40-60cm. La
capa D promedia 30cm. y se diferencia de todas las demás por tener el suelo arenoso
teñido de carbón, debido a actividades de quema intensa durante el momento de
ocupación de este estrato. En estas capas se observa un aumento considerable de
restos arqueológicos clásicos Tumaco-Tolita que en las demás capas superiores.
Finalmente, se percibe la perturbación de la capa D en el perfil sur, causado por una
intensa actividad cultural durante la ocupación del estrato C superior. Finalmente, las
capas F y G corresponden a estratos estériles grises arenosos con piedra pómez
(Figura 4.3, B) (Apéndice A).
La estratigrafía del Montículo 1 fue revelada por dos fuentes; una a lo largo del
perfil (cerca de 12 m.) expuesto por los trabajos de la ladrillera, éste fue limpiado,
mapeado e ilustrado (Figura 4.3; Fotos 4.9 y 4.10), y otra la excavación de la Trinchera
2 (2 x 2 m.). La estratigrafía de TR-2 es más compleja que aquella del basurero. El
montículo fue construido por etapas y contiene 3120 m 3 de rellenos. Esta estructura no
se realizó de un momento a otro, las excavaciones indican que para lograr levantarla se
necesitaron varias etapas. Los rellenos fueron depositados por encima de la topografía
natural sin modificar, la cual consiste en estratos húmicos con restos arqueológicos
Tumaco-Tolita.
De acuerdo con la estratigrafía del montículo y de la excavación en Tr-2, se
determinó que el montículo pudo haber sido contruido en cuatro fases (Figura 4.3, A).
63
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Estas ocupaciones en términos estratigráficos son descritas de abajo hacia arriba de la
siguiente manera:
(a) Sobre una capa de arena gris amarillenta (A) de espesor no calculado se
desarrolló una capa húmica gruesa antropogénica (HN) de unos 70 cm. de espesor,
teñida de negro por la presencia abundante de carbón. Ésta representa la primera
ocupación del sitio cuando aun no se había iniciado la construcción del montículo.
Materiales cerámicos de diferentes formas y decoraciones fueron fechados en 370 ± 60
a.C. (Beta 82930) (nivel 310-320cm.). Algunos materiales presentan características de
Chorrera (Fase Inguapí I) pero la mayoría de ellos correspondientes a asentamientos
Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II). Una muestra de suelo tomada a 320 cm. de
profundidad fue analizada y sus resultados indican que fitolitos de curcubita son
comunes, aunque la mayoría de los fitolitos corresponden a malezas (weedy grasses)
(Dolores Piperno, Comunicación Personal 1998)
(b) Un segundo momento de ocupación del sitio está caracterizado por un
conjunto de rellenos compactos y más o menos estratificados que dan la idea de haber
sido realizados para construir un pequeño montículo de más o menos 1m. de altura.
Allí los rellenos son homogéneos y corresponden a suelos de colores grises claros
arcillosos (GR), suelos negros antropogénicos con alto contenido de carbón (N) y
lentículas café claro con inclusiones de arcilla (CL). Una muestra de carbón del relleno
negro (N) fue datada en 470 ± 90 a.C. (Beta 82931) (Nivel 200-210cm.). En todos
estos rellenos continúa apareciendo fragmentos de vasijas cerámicas de estilo
Tumaco-Tolita. Por otro lado, ambas fechas están asociadas a hilos y laminillas de oro
martillado. Las actividades culturales asociadas con la primera fase de la construcción
del montículo incluyen la erección de estructuras de madera identificadas por tres
huellas de postes en el perfil. Las huellas de poste (P), con diámetros entre 30 y 40
cm., se observan en la estratigrafía cortando los rellenos del pequeño montículo
descrito arriba (Figura 4.3, A). Otra muestra de suelo tomada a 210 cm. de profundidad
contuvo fitolitos de curcubita, sin embargo los fitolitos de malezas (weedy grasses)
siguieron siendo abundantes, por arriba del 99% (Dolores Pipierno, Comunicación
Personal 1998).
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(d) Un segundo conjunto de rellenos menos compactos y con restos culturales
levantaron el montículo cerca de dos metros. Esta segunda capa consiste en rellenos
café oscuro (CA) y rellenos gris claro (GR), estos últimos dieron una datación de 350 ±
70 a.C. (Beta 91513) (nivel 150-160 cm.). En la parte superior del episodio se
encontraron dos huellas mas de postes (P) penetrando rellenos inferiores CA, estas
huellas se asocian a otra construcción en madera localizada en la parte central del
montículo.
(e) Una última etapa de construcción del montículo está representada por
rellenos poco compactos de suelos café arenosos (CS) y bloques de relleno café
oscuro (CA) perturbados en parte por la acción de insectos y roedores. El relleno CS
relacionado con el último episodio le dio al montículo sus dimensiones finales de 28 x
19 x 2.8 m., este fue datado en 470 ± 70 a.C. (Beta 88799) (nivel 90-100 cm.). Aunque
se observa perturbación en los rellenos, es de particular interés en esta última
ocupación del montículo, la evidencia de entierros en urnas funerarias medianas
depositadas en pozos. Los restos arqueológicos hallados en esta última parte de la
construcción difieren de aquellos típicos Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) y se
relacionan, más bien, con desarrollos tardíos (Fase Bucheli-Caunapí). Finalmente, al
final de la ocupación prehispánica una pequeña capa húmica arcillosa (H) de unos 10 a
15cm. se desarrolló cubriendo toda la estructura.
Es importante anotar que las fechas, aunque contemporáneas con las fases
Inguapí I y II, no están en un orden estratigráfico. Por ejemplo, la capa N datada en
470 ± 70 a.C., es más antigua que la fecha de la capa HN que se ubica por debajo
datada en 370 ± 60 a.C. Una similar situación ocurre con las capas CS con fecha de
470 ± 70 a.C. y GR fechada en 350 ± 70 a.C. A partir de esta situación se deduce que
la construcción del montículo en La Magnolia fue relativamente rápida y que los
rellenos traídos fueron probablemente tomados de los alrededores con desperdicios
culturales de ocupaciones más tempranas.
4.5.c Sitios Tangareal (S88) y El Coco (S96): Estos dos sitios se localizan en
la márgen izquierda del río Rosario, sus excavaciones en áreas de ocupación aportaron
materiales diagnósticos sobre los asentamientos en la zona fluvial. El sitio Tangareal a
7 m.s.n.m. se ubica en un recodo del río Rosario llamado Vuelta Iscuandé, a unos 2
km. al norte del poblado de Santa María. El asentamiento se compone básicamente de
muchos desperdicios cerámicos depositados en suelos naturales y en muchos casos
erosionados por las mareas y corrientes que afectan el área.
La excavación de la Trinchera 1 en un área de basuras fue de 1.5 m. x 1m. de
ancho, ubicada a unos 10m. de la banca del río (Figura 4.8, A). La estratigrafía
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observada en el sitio consistió en: una capa húmica actual (A) de 10 a 15cm. de
gruesa; una capa de limo café parda (B) de 38cm. de grosor con material cultural; una
capa limo-arenosa café (C) también cultural de 25 a 30cm. de espesor; una capa café
limo-arenosa (D) de 20 a 25cm. de grosor, depositada por encima de una capa estéril
amarilla con vetas grises (E) de 6-7cm. de grosor y otra gris arenosa (F) de grosor
desconocido, sin restos arqueológicos (Figura 4.8, A). Los materiales encontrados en
el sitio básicamente corresponden a Tumaco-Tolita (Fase Inguapi II) y consisten en
figurillas, cerámica decorada, ralladores e implementos de molienda. El estrato C con
estos materiales fue fechado en 280 ± 60 a.C. (Beta 85031).
El sitio El Coco (S96), se localiza en la margen izquierda de río Rosario, unos
3.5 km. antes de la desembocadura del río Caunapí (Figura 1.2). En una zona de
colinas de la finca de Fernando Estacio se observaron acumulaciones de restos
culturales en áreas erosionadas a unos 200m. del río. Allí, únicamente se realizó un
pozo de 1.5 x 0.50m., el cual arrojó abundante material en un área de asentamientos
con materiales culturales similares a aquellos de la Fase El Morro. La estratigrafía del
basurero presentó suelos orgánicos revueltos en el barranco de una colina,
acumulaciones que se presentaron hasta los 1.20m. de profundidad. En el mismo sitio,
pero en la márgen derecha en el predio del Sr. Arturo Arboleda, se registraron
materiales de vidrio, concha, metal, cerámica, etc. correspondientes a ocupaciones
históricas bien de la colonia o la república. Sobre este tipo de sitios no se adelantaron
excavaciones.
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pie. El complejo sistema tiene zanjas que oscilan entre los 4 y 9 metros de ancho y
camellones entre los 4 y 20 metros de ancho con plataformas levantadas 50 ó 60 cm.
de la superficie en las partes menos erosionadas. En algunos casos los canales
desaguan directamente en quebradas naturales como en el sistema de cultivos del
área de Piñal Salado (S06), en un área cerca al límite de los manglares. En las
cabeceras del estero Piñal Salado se observan antiguos cursos de la quebrada
(madres viejas) y en uno de ellos el desague de varios canales que llegan a tener 100 a
250 m. de largo (Figura 4.9) (Fotos 4.18 y 4.19). En zonas de pastoreo los canales han
perdido parte de su forma original a causa de la erosión y compactación de los mismos.
Uno de los sitios con evidentes campos de cultivo es Piñal Salado (S06), se
localiza a 4 m. sobre el nivel del mar al noroeste del pueblo Piñal Dulce, en una zona
intermedia entre la llanura aluvial y la selva de manglares. Allí, un área de
aproximadamente 100 hectáreas está cubierta por tres largos canales asociados a
camellones paralelos que drenan sus aguas en las cabeceras del estero Piñal Salado
(Figura 4.9) (Fotos 4.18 y 4.19). En el área de Bucheli, a 5 metros sobre el nivel del
mar, campos de cultivo aparecen en el sitio Las Tres Marías (S12) de propiedad de
Olindo Rosasco. Allí también fueron registrados algunos montículos que han sido
destruídos para la fabricación de ladrillo en el sitio El Esfuerzo (S09), cerca al cacerío
Guayabal. Los campos para cultivos están formados por dos grandes zanjas que
drenan múltiples canales paralelos principales y secundarios en una área aproximada
de 50 hectáreas (Figura 4.10) (Fotos 4.16 y 4.17).
En el área de Chilví otro sistema de campos elevados se halla en el sitio La
Tirsa (S59) localizado a 15 m.s.n.m. Los campos observados son de dos tipos: (1)
campos con zanjas y camellones en áreas pequeñas despejadas (ca. 5 a 10 ha.), y (2)
campos de cultivo con zanjas paralelas largas (25 líneas) y canales, en un área
aproximada de 50 ha. Este extenso sistema fue cortado por la vía troncal Pasto-
Tumaco. Aquí se excavó una trinchera que intersecta dos plataformas y un canal
(Figura 4.11, A). Las plataformas corren en dirección este-oeste conectando pequeños
canales que se orientan de norte a sur (Figura 4.12) (Foto 4.20).
En Inguapí del Carmen (S11), parches depejados de selva dejan observar
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
campos de cultivo consistentes en prolongados patrones de líneas paralelas en predios
frente a Maragrícola S.A. a unos 5 a 7km. en la margen izquierda de la vía
pavimentada, en dirección al río Mira. Su extensión puede abarcar unas 50 a 60
hectáreas en las áreas despejadas. En la finca de Teodulinda Carabalí, localizada a 6
km. al oeste de Chilví, se registran plataformas que tienen formas curvas y rectilíneas
en espacios de 6 a 7 hectáreas, se presume que el sistema se extiende dentro de
áreas selváticas.
En el sitio El Gran Cebú (S50) a 50 m.s.n.m. sobre la vía Pasto-Tumaco (km.
35), se observan largas zanjas y canales erosionados por el pastoreo actual, cubren
aproximadamente unas 50 hectáreas. Durante su prospección se encontraron
materiales Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) sobre una zanja moderna que corta viejos
canales prehispánicos. Otros sitios que contienen plataformas y canales se hallan en
pequeñas parcelas que estan siendo desmontadas de su bosque natural.
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Figura 4.1 Sitio La Catedral (S19). Montículo Central y Satélites en las orillas del río Chilví,
Tumaco.
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Figura 4.2 Sitio La Magnolia (S14). Localización de Montículos Artificiales y TR-1 en Basurero
Figura 4.3 Sitio La Magnolia (S14). Montículo Artificial (A) y Basurero (B)
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Figura 4.2 Sitio La Remigia (S53). Montículo 1. TR-1. Zona de colinas a orillas del río Caunapí
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Figura 4.5 Sitio La Remigia (S53). Montículo 1. TR-1. Estratigrafía. Río Caunapí
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Figura 4.6 Sitio La Esperanza (S58). Montículo 1. TR-1. Zona de colinas. Río Caunapí
Figura 4.8 Sitios Tangareal (S88), Río Rosario y La Miranda (S97), Río MIra
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Figura 4.10 Sitio Las Tres Marías (S12). Campos Prehispánicos de Cultivo
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Figura 4.11 Sitio La Tirsa (S59) y Las Tres Marías (S12). Excavación en Campos
Prehispánicos de Cultivo
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Foto 4.2 Zona de Manglares, Sitio San Luis (S02). Firmes perturbados por piscinas
camaroneras
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Foto 4.6 Zona Fluvial. Sitio La Miranda (S97), río Mira en Candelilla
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Foto 4.7 Sitio San Luis (S02). Firme. Montículo artificial en forma de T
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Foto 4.10 Sitio La Magnolia (S14). Montículo 1, Corte EW. Estratigrafía de rellenos
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Foto 4.12 Zona Fluvial, río Caunapí. Pueblo Nuevo (S48). Montículos Paralelos
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Magnolia (S14). No.2, botón o pequeña bola de oro, Exporcol (S01), Isla El Morro
Foto 4.14 Zona Fluvial. Sitio La Remigia (S53). Excavación del Montículo 1
Foto 4.15 Zona Fluvial. Sitio La Esperanza (S58). Excavación del Montículo 1
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Foto 4.16 Sitio Piñal Salado (S06). Distribución de campos de cultivo prehispánico
Foto 4.17 Sitio La Tirsa (S59), Chilví. Campos de cultivo prehispánicos erosionados
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CAPÍTULO 5
SECUENCIA CULTURAL EN TUMACO: PERÍODOS, FASES, SITIOS Y EVIDENCIAS
MATERIALES DE SOCIEDADES PREHISPANICAS
5.1 Metodología
El reconocimiento regional llevado a cabo en Tumaco documentó sitios de
diferentes edades, tamaños, funciones y distribuciones en tres zonas fisiográficas
(manglares, interfluvial y fluvial) (Figura 1.2). Estos asentamientos no corresponden a
un mismo período cronológico, ni tampoco constituyen una particular o única cultura.
Para entender las preguntas sobre la naturaleza de las dinámicas de los asentamientos
prehispánicos en la región, dónde y cuándo comenzó la colonización, cómo se
expandió la población en la región y cuál fue la naturaleza de la interacción entre los
pueblos, tuvimos que establecer una cronología cultural.
Para dar respuesta a estos interrogantes hemos tomado en consideración cuatro
fuentes de información, las cuales contribuyen a la reconstrucción relativa de la
secuencia cronológica para Tumaco. Estas fuentes son: (1) secuencias seriadas de
muestras cerámicas estratigráficas y de contextos en superficie; (2) cruce de fechas de
materiales culturales de sitios y estratos datados por radiocarbono con materiales
estratificados pero no fechados; (3) comparación de los materiales y características de
sitios documentados en este proyecto con aquellos de secuencias publicadas en otras
partes de la región (i.e., Bouchard (1982-83; Patiño 1993); y (4) una serie de 98 fechas
absolutas de radiocarbón de los sitios excavados en las regiones de Esmeraldas,
Tumaco, Cauca y Valle del Cauca, proveen una cronología absoluta para la región en
general (Apéndice F).
El método de frecuencias seriadas ha mantenido un constante interés entre los
arqueólogos evolucionistas debido a que éste incorpora conceptos explicativos acerca
del significado de las similitudes formales y relaciones filogenéticas (Teltser 1995:51) y
porque los resultados pueden ser evaluados mediante dataciones radiocarbónicas y
análisis estratigráficos (DeBoer 1996:30). De acuerdo con Teltser (1995:52) el tiempo
es una dimensión contínua en una cronología relativa y el cambio está expresado en el
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
aumento o disminución de las frecuencias relativas de variantes discretas más que en
su transformación. Lo que se discute es la aparición, desaparición o cambio de
entidades históricas que tienen ubicaciones en el espacio y tiempo (Ibid:53). El cambio
evolucionario ocurre dentro de poblaciones históricamente relacionadas y cualquier
método que demuestre tales relaciones en el espacio y tiempo es potencialmente
importante dentro de los estudios evolutivos (Teltser 1995:52).
En una frecuencia seriada se asume que los cambios culturales son graduales
en el espacio y el tiempo; por consiguiente, entre más similaridad exista en las
frecuencias relativas de rasgos o características (en este caso de tipo cerámicos) éstos
estarán más cerca en el tiempo. En otras palabras, conjuntos de objetos de cultura
material similares tienden a distribuirse en secuencias con cambios graduales sobre
determinados períodos de tiempo, mientras que aquellos que no lo son, tienden a
distribuirse de manera errática (Cowgill 1972; Ford 1972; Meggers et al. 1965; Rouse
1967).
Aunque una seriación provee una secuencia relativa de conjuntos a través del
tiempo, ésta no nos informa acerca de la dirección del cambio, la duración de sus
componentes, ni sus edades. La seriación envuelve de manera simultánea legados
desde el pasado, una particular secuencia seriada siempre será una hipótesis que debe
ser evaluada a la luz de otras evidencias (DeBoer 1996:30).
Esta información debe ser obtenida mediante análisis estratigráficos y
dataciones absolutas. De acuerdo con DeBoer (1996:27) una seriación es la posición
de conjuntos de artefactos asociados en series que se basan en la similitud, en donde
el orden de las series es creído como la representación del cambio sobre el tiempo.
Puesta así, la seriación implica que las características culturales sean aprendidas de
manera casi genética y transmitida con considerable fidelidad, pero nunca
defectuosamente, de generación en generación (Traducción del autor).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
En la región de Tumaco la clasificación de la industria cerámica es un medio de
reconocimiento de variaciones significativas culturales y cronológicas usando la gran
cantidad de materiales recuperados. En este estudio se usan conjuntos de materiales
culturales de depósitos estratificados de diferentes sitios como base de la secuencia
seriada. Debido a que la seriación requiere de variables sensibles al tiempo sin
importar su significado cultural, los tipos cerámicos que se reconocen en las
clasificaciones no necesariamente reflejan cualquier subdivisión que los ceramistas
hayan podido hacer en sus alfarerias (Ford 1972).
El trabajo de clasificación cerámica para la región de Tumaco se basa
principalmente en las tipologías previamente elaboradas por J. F. Bouchard (1982-83).
En sus excavaciones él definió una secuencia de seis fases arqueológicas de acuerdo
con exploraciones en los sitios Inguapí, Nerete, El Morro y Berlín (río Caunapí) (Figura
1.1), sus nombres en orden cronológico son: (a) Inguapí I; (b) Inguapí II; (c) El Balsal;
(d) Nerete; (e) El Morro, y (f) Bucheli. La descripción de tipos cerámicos y la definición
de fases fue publicada en un artículo titulado Excavaciones arqueológicas en la región
de Tumaco, Nariño, Colombia (Revista Colombiana de Antropología, Volumen 14:125-
134). Artículos posteriores de Bouchard (1986; 1989; 1992) refinaron las
características de estas fases, aunque no hubo cambios sustanciales en la secuencia
original.
Nuestra investigación regional en Tumaco confirmó cuatro de sus fases: (a)
Inguapí I; (b) Inguapí II; (c) El Morro y (d) Bucheli-Caunapí. En cuanto a las fases El
Balsal y Nerete, no se observaron como tales ni en las excavaciones ni en la secuencia
seriada de materiales alfareros. De acuerdo con nuestros datos, estos conjuntos
cerámicos, definidos como fases por Bouchard, no tienen suficiente documentación
para ser tomadas como tales y más bien parecen ser variantes transicionales entre el
final de la Fase Inguapí II y el comienzo de la Fase El Morro, puesto que presentan
materiales culturales que se comparten. Sobre este tema volvemos más adelante en
este capítulo.
94
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
5.2 Seriación y Secuencia Cultural en Tumaco
La muestra analizada proveniente de los trabajos de prospección y
excavaciones de 97 sitios arqueológicos acendió a 19483 fragmentos cerámicos. Esta
muestra usada en la seriación se distribuye de la siguiente manera: (a) niveles de
excavación en La Magnolia (S14) Tr-1 y Tr-2, suman un total de 3547 (18.3%)
fragmentos; Tangareal (S88) Tr-1 tiene 1121 (5.7%) fragmentos; El Coco (S86) 710
(3.8%) fragmentos; La Miranda (S97) Tr-1, 2075 (10.7%) fragmentos, y (b)
recolecciones de superficie en nueve sitios con más de 100 fragmentos cerámicos para
un total de 2421 (12.3%) fragmentos cerámicos. Sitios con muestras de menos de 100
fragmentos cerámicos no fueron seriadas. Las colecciones cerámicas de estos sitios
totalizan 7430 (38.1%) fragmentos. Las pruebas de pala arrojaron 2179 (11.1%)
fragmentos adicionales.
Teniendo en cuenta los estilos decorativos y las cerámicas ordinarias de
Tumaco, éstas se clasificaron en 19 tipos: (a) Ordinario; (b) Rojo; (c) Bandas rojas; (d)
Rojo-naranja; (e) Rojo-marrón; (f) Blanco; (g) Rojo-blanco; (h) Negativo; (i) Rojo-negro;
(j) Negro; (k) Rojo/crema; (l) Corrugado; (m) Rojo-zonal-inciso; (n) Muescas; (o) Inciso;
(p) Impreso; (q) Aplicado; (r) Escobillado y (s) Acanalado. También se incluyeron
moldes, figurinas y ralladores, con el propósito de observar su presencia/ausencia a
través del tiempo (Figura 5.1). La descripción de los tipos cerámicos fue publicada por
Bouchard (1982-83) de tal manera que no se repetirá aquí.
Los análisis petrográficos de muestras cerámicas muestran que el tipo de
atemperante utilizado en cerámicas de la región de Tumaco es básicamente arena.
Las inclusiones contienen altas cantidades de cuarzo y plagioclasa, mezclada en
matrices arcillosas de tonalidad café, parda y rojiza como producto del proceso de
quema por atmósfera oxidante (Apéndice B). Estudios similares en el sitio La Tolita
confirman las características de la pasta de estas cerámicas en ambas regiones
(García et al. 1989:123-125).
Las Tablas 5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y 5.5 muestran el número de fragmentos y
porcentajes de cada tipo encontrado en los sitios excavados. Mientras que en la Tabla
5.6 se observa la tabulación de cerámicas y sus porcentajes correspondientes a
95
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
recolecciones superficiales. De otro lado, en la Figura 5.1 se presenta el diagrama de
la secuencia seriada para cerámicas de la región Tumaco. Nuestro propósito en esta
sección es documentar y caracterizar las fases arqueológicas de acuerdo con la
secuencia seriada, distribución de estilos alfareros y cronologías absolutas disponibles
para Tumaco.
Los tipos cerámicos y varios objetos especiales están identificados en la base de
la Figura 5.1 con letras a hasta la v. Las barras verticales a la izquierda conectan los
niveles de cada secuencia estratigráfica la cual identifica la dirección del cambio. Las
recolecciones de superficie están interdigitadas donde ellas mejor encajen en las
tendencias de los dos tipos principales: Ordinario y Pintura roja. La presencia o
ausencia de tipos decorados fue una consideración secundaria ya que estos están
afectados por la erosión de las superficies cerámicas y por la rareza de la mayoría de
los tipos haciéndolos susceptibles a errores de muestreo. Una representación
exagerada puede ocurrir si muchos fragmentos cerámicos proceden de la misma
vasija. Discontinuidades cronológicas en las ocupaciones, estar ocultas por la intrusión
de cerámicas tempranas en niveles tardíos y viceversa. Debemos tener en cuenta que
muchas de las características diagnósticas de las fases son detalles de formas
cerámicas, tratamiento de bordes y otros elementos no representados en la secuencia
seriada.
El tipo dominante a través de la secuencia seriada es el Ordinario (a) el cual
puede ser dividido en siete episodios sucesivos, todos excepto el segundo se
caracterizan por un incremento en la frecuencia. El segundo tipo más común es el
Rojo (b), el cual presenta una decreciente tendencia en su frecuencia excepto en los
episodios dos y tres donde ésta aumenta. Los tipo (c) hasta (k) están concentrados en
los tres episodios más bajos y las ocurrencias posteriores (tardías) pueden ser
intrusiones de ocupaciones más tempranas en el sitio.
La prioridad del Episodio 1 está establecido por las tendencias en los tres
niveles más bajos de S97, Tr-1 (50-60, 60-70, 70-90 cm.) y de los dos niveles más
bajos de S14, Tr-2 (280-290, 290-300 cm.). Cada nivel muestra un consistente
incremento en el Ordinario y un correspondiente decrecimiento en el Rojo. Tipos
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
menores estuvieron presentes manteniendo frecuencias similares. Las recolecciones
de superficie de S01, S09 y S87 fueron incluidas debido a que las frecuencias relativas
de (a) y (b) son compatibles con las tendencias. Esta posición temprana también se
correlaciona con la presencia del tipo Rojo-zonal-inciso (m).
El Episodio 2 está caracterizado por una tendencia diferente (reversal) de (a) y
(b) documentada en dos niveles sucesivos en S97, Tr-1 (30-40, 40-50 cm.) y en S14,
Tr-2 (260-270, 270-280 cm.). Esta situación es más claro en (a). La recolección de
superficie en S08 tiene frecuencias compatibles. La presencia y frecuencia de otros
tipos cerámicos es similar a aquella del Episodio 1, sin embargo, asociaciones no
cerámicas (montículos, campos de cultivo) y nuevas formas cerámicas, figurillas y otros
rasgos se vuelven más prominentes.
En el Episodio 3 se restablecen todas las tendencias de (a) y (b), está
representado solamente por S14 con seis niveles consecutivos en Tr-1, (40-50 a 90-
100 cm.) y dos niveles de Tr-2 (240-250, 250-260 cm.). Estos niveles tienen las más
altas frecuencias de tipos (c) hasta (g), lo que hace que se distorsionen los tipos (a) y
(b), especialmente en los niveles más bajos. Rasgos culturales asociados que incluyen
montículos artificiales, campos de cultivo, figurillas, objetos de lujo (piedras y metales)
indican que debió ser el climax de la cultura Tumaco-Tolita.
El Episodio 4 presenta tendencias consistentes en el incremento de las
frecuencias (a) y decrecimiento de (b) en las excavaciones estratigráficas de cuatro
sitios: S14, Tr-1 (10-20 cm. y 20-30 cm.); S88, Tr-1 (60-80 cm. y 80-100 cm.); S96, Tr-1
(90-100 cm. y 100-120 cm.) y S97, Tr-1 (00-10 cm., 10-20 cm. y 20-30 cm.). Las
recolecciones de superficie de S04 y S10 fueron compatibles. Los tipos (c) hasta (m)
estuvieron ausentes o esporádicos y pueden representar la persistencia o mezcla de
materiales culturales desde niveles más tempranos.
Los Episodios 5, 6 y 7 están caracterizados por la dominancia de (a). La
tendencia en el Episodio 5 es establecida por el incremento en las frecuencias de (a)
en los niveles sucesivos de S88, Tr-1 (00-20, 20-40 y 40-60 cm.) y S96, Tr-1 (20-40 y
40-60 cm.), mientras que (b) mantiene un correspondiente decrecimiento. Las
recolecciones de superficie de S65, S81, S88 y S90 tienen tendencias similares. Los
97
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
tipos (c) hasta (n) se encuentran ausentes. Después del Episodio 5, se establecen
tendencias para los Episodios 6 y 7 las cuales están representadas por muestras de
recolección de superficie. Virtualmente no existen cambios en las frecuencias relativas
de (a) y (b) dentro de estos episodios y la frecuencia de los tipos decorados es incluso
más baja. Examinando las locaciones de los sitios en estos tres episodios surge la
pregunta de si estos representan subfases contemporáneas más que divisiones
cronológicas. Cuatro de los cinco sitios en el Episodio 5 están en la zona Fluvial 1 y 2,
dos de los cinco sitios en el Episodio 6 están en la zona Interfluvial y cuatro de los cinco
sitios en el Episodio 7 están en la zona Fluvial 2. Existen 15 sitios adicionales
asignados a esta fase pero el tamaño de sus muestras fue insuficiente para la seriación
(Tabla 5.7). La mayoría está en la zona Fluvial 2, la cual tiene la mayoría de sus sitios
en el Episodio 7. Si los sitios no seriados también pertenecieran al Episodio 7 la
distribución así implicaría que parte de la población, sino toda, abandonó esta zona
durante el último período de la ocupación prehispánica.
Diferenciaciones claras de discontinuidad en las tendencias y las frecuencias
relativas de los tipos menores identifican cuatro fases culturales, las que a su vez han
sido designadas como Inguapí I, Inguapi II, El Morro y Bucheli-Caunapí. Inguapí I
corresponde al Episodio 1, Inguapí II a los Episodios 2 y 3, El Morro al Episodio 4 y
Bucheli-Caunapí a los Episodios 5, 6 y 7. La evidencia arqueológica indica que Inguapí
II es una continuación de Inguapí I y el Episodio 2 puede ser interpretado como
transicional o la parte temprana de Inguapí II. El Morro exhibe una profunda
disminución en los tipos diagnósticos menores de Inguapí II, consistente con el
decrecimiento general de la complejidad de todos los demás restos culturales. La
presencia de algunos tipos menores en la parte temprana de la secuencia puede
indicar persistencia de la población, sin embargo, teniendo en cuenta que los sitios
fueron ocupados durante Inguapí II, esto también podría representar una mezcla de
restos materiales. La fase final, Bucheli-Caunapí, corresponde a los Episodios 5, 6 y 7.
Desafortunadamente, las pocas fechas de C14 obtenidas de muestras
estratificadas son similares y se concentran en la parte media baja de la secuencia.
Cuatro fechas de S14 encajan en las series de Inguapí I y Inguapí II son casi idénticas,
98
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
las más tempranas son 470 ± 90 y 470 ± 70 a.C y las más recientes 370 ± 60 y 350 ±
70 a.C. (Apéndice F). Una quinta fecha que procede de S14 es 210 ± 70 a.C, S14 cae
dentro de las series de los Episodios 1, 2 y 3. Las fechas estarían en correspondencia
con el tardío de Inguapí I y la parte temprana de Inguapí II.
Los elementos diagnósticos de la Fase Inguapí I están restringidos en la base de
la secuencia seriada (Episodio 1). Los conjuntos cerámicos exhiben características de
la Fase Chorrera del Formativo Tardío, lo que indica una influencia de la Tradición
Chorrera (Cf. Bouchard 1986:114-118; 19889:33; ver Tabla 12). Los tipos cerámicos
característicos de Inguapí II se presentan en los Episodios 1 a 3 pero adquieren su
máxima frecuencia y gran diversidad durante el Episodio 3. Las cerámicas tienden a
ser finamente elaboradas con abundantes formas y decoraciones. Las formas de
vasijas introducidas en esta época incluyen cuencos abiertos con soportes cónicos o
mamiformes entre varios tipos de cuencos sencillos, ollas y platos. La decoración en
ellas es de pinturas polícromas, aplicaciones, incisiones, impresión y muescas, para
mencionar sólo algunas de las variadas técnicas (Tabla 5.8).
La Fase El Morro está restringida al Episodio 4. Las cerámicas polícromas son
remplazadas por pintura en anchas bandas rojas. Otros elementos diagnósticos son
las copas con altos pedestales pintados con bandas rojas y blancas, además de las
vasijas con bases anulares (Tabla 5.8). La incisión y aplicación están presentes pero en
bajas frecuencias.
La Fase Bucheli-Caunapí está correlacionada con los Episodios 5, 6 y 7. Las
cerámicas ordinarias (a) son dominantes; la pintura roja (b) es rara, siendo las técnicas
decorativas más comunes la incisión, impresión y muescas. Las formas de las vasijas
difieren de aquellas de fases tempranas y consiste principalmente en vasijas
globulares, cuencos carenados, cuencos cerrados y platos (Tabla 5.8).
99
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
5.3 Definición de la Secuencia Regional
El propósito de la siguiente sección es detallar la secuencia cronológica y
cultural para la región de Tumaco. La caracterización de las fases está hecha con base
en las evidencias culturales usando materiales de producción alfarera y fechamientos
obtenidos en Tumaco y regiones vecinas. La interpretación de patrones de
asentamiento, subsistencia e intercambio serán desarrolladas en los dos próximos
capítulos.
5.3.1 Fase Inguapí I: Sitios del Formativo Tardío equivalentes en edad como
aquellos conocidos en el Ecuador, todavía no se han descubierto en la región de
Tumaco. Sin embargo, la presencia de rasgos formativos tardíos en la región se
percibe entre el 600 y 350 a.C. A través de estas evidencias se observa una influencia
cultural proveniente de áreas localizadas en las regiones del Guayas, Bahía, Manabí y
Esmeraldas al sur.
En los niveles más profundos de las excavaciones de La Magnolia e Inguapí
(Cf., Bouchard 1982-83:311) se excavaron cerámicas con rasgos similares a aquellos
de la cerámica Engoroy o Chorrera tardío, observados también en los yacimientos La
Cantera y Chévele, donde se encuentran materiales relacionados con la fase Tachina
de la provincia de Esmeraldas (Alcina Franch 1979; Bouchard 1986; 1992; Bischof
1975; Evans and Meggers 1982; Estrada 1958; Guinea 1986; Lathrap 1975; Meggers
1965; Schwardz and Raymond 1996).
En Tumaco este tipo de cerámicas también se observa ocasionalmente en la
superficie de sitios cercanos a la costa, entre los firmes y llanura aluvial. Hacia el
interior solamente se percibe en algunas cerámicas del sitio La Miranda en el río Mira,
aunque una exploración completa de este río no ha sido realizada todavía.
Las cerámicas de esta fase tienen pasta de grano fino y superficies con
acabados finos. Los elementos que sustentan relaciones con el Formativo Tardío son
picos de botellas (Figura 5.2, d, e, f), escudillas con soportes cónicos estilo Tachina
(Figura 5.2, c), cuencos sencillos y compuestos con secciones de líneas incisas finas
en los bordes (Figura 5.3, t, u), como también vasijas globulares medianas con
100
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
decoración roja-zonal-incisa (e.g., patrones zig-zag, grecas y líneas geométricas)
(Figura 5.2, ll-s). Además de este último estilo decorativo se presenta la cerámica
negativa fina con motivos geométricos vaciados formando circulos y líneas paralelas o
Chorrera Iridiscente (Figura 5.2, g, i-l) (Bouchard 1984:62). Cabe mencionar que esta
última técnica se extiende al norte hasta alcanzar los sitios La Cocotera, en la costa
caucana y La Bocana en la Bahía de Buenaventura (Patiño 1988a:73; Salgado y
Stemper 1995, Tabla 16 y 19). En las cerámicas de La Bocana la muestra reportada
tiene diseños negativos en cuencos y escudillas con reborde sublabial, además de
vasijas efigie -antropomorfa-, muy común durante el Formativo Tardío. Por otro lado,
La influencia de estos elementos alfareros Chorrera alcanzaron desde la costa sur la
región Calima en la cordillera Occidental durante el primer milenio antes de nuestra era
(Herrera et. al. 1982-83).
En Tumaco y La Tolita, además de vasijas efigie -antropomorfas- existen
figurillas humanas sólidas o huecas modeladas con rasgos del formativo tardío. Sus
rasgos son finos algo estilizados y con muy pocos ornamentos (e.g., collar, orejeras,
cabeza con tocado). Algunas llevan fielmente representados los atuendos y pinturas
corporales en rojo y negro o incisiones en diferentes partes del cuerpo de los
personajes de aquella época (Cf., Valdez 1987:13; Lathrap 1975:100). Un fragmento
sólido de mano proviene de los estratos inferiores de La Magnolia Tr-2 (300-310 cm.)
(Figura 5.2, h). En algunos estudios estas figurinas se relacionan con los tipos Mate
Hueco y Tachina Sólido observados al sur de la costa ecuatoriana (Estrada 1975:80;
Alcina Franch 1979:111; Sanchez 1981). Plantas cultivadas como la calabaza o
ahuyama (Curcubita sp.) fueron motivo de representación en formas cerámicas, como
la excavada en La Magnolia Tr-1, nivel 70-80 cm. (Figura 5.4, e). Este fruto también
está asociado a poporos, recipientes usados para guardar la cal en el proceso de
masticación de la hoja de coca (Cardale et al. 1992:90).
En el sitio La Magnolia, estas cerámicas del Formativo Tardío se encuentran
asociadas a las siguientes fechas de radiocarbón: 470 ± 90 a.C. y 370 ± 60 a.C. (Tabla
4.4) (Apéndice F). Las dos primeras corresponden a los niveles 200-210 cm. y 90-100
cm. en el montículo principal, éstas podrían estar fechando el relleno adicional que
101
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
aumento el tamaño del montículo durante la Fase Inguapí II. La tercera fecha procede
del nivel 310-320 cm. un suelo negro antropogénico no perturbado y ubicado en la base
del montículo.
Otra muestra proveniente de estratos sepultados por los rellenos es la obtenida
en el montículo La Esperanza produjo una fecha 2010 ± 100 a.C. Esta fecha no es
aceptada como edad para las cerámicas asociadas (4 fragmentos) ya que los patrones
de decoración geométrica polícroma son similares a aquellos de la cerámica La
Libertad Tricolor (rojo, naranja y negro) de la Fase Guangala en la costa del Ecuador,
datada entre el 500 a.C. y 500 d.C. (Meggers 1966:70). También, la fecha es
excesivamente antigua para la región de Tumaco y la mayoría de los fragmentos
cerámicos (1063) excavados en el montículo son atribuidos a las fases tardías de El
Morro y Bucheli-Caunapí.
Materiales culturales del Formativo Tardío tienden a desaparecer en la
secuencia después del 300 a.C. Sin embargo, no existe en las excavaciones de los
sitios reseñados un cambio brusco o interrupciones estratigráficas que marquen los
comienzos de la Fase Inguapí II en el área. Por el contrario, se observa una
continuidad tanto en materiales culturales como en los niveles estratigráficos que los
contienen. El cambio más notable después del 359 a.C. es un incremento en el
número de asentamientos y su expansión en todas las zonas fisiográficas.
5.3.2 Fase Inguapí II: Esta fase tiene una duración que va desde el 350 a.C.
hasta el 350 d.C. aproximadamente, es decir, corresponde al desarrollo cultural de
Tumaco-Tolita, el climax de la complejidad social prehispánica a lo largo de la costa
Pacífica de Colombia y Ecuador. Los materiales arqueológicos de esta fase han sido
ampliamente difundidos en la literatura arqueológica y el arte prehispánico de América
(Bouchard 1989; Valdez 1987; Patiño 1988a; Errázuris 1980; Sabolo 1986; Duncan
1994). Este conocimiento ha sido transmitido especialmente a través de museos y
coleccionistas, pero en realidad son muy pocos los trabajos de excavaciones
arqueológicas controladas llevadas a cabo en la región de Tumaco, aunque
últimamente este concepto está cambiando por un creciente interés investigativo en la
102
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
zona. Hasta hace poco contábamos con escasos elementos que nos condujeran al
entendimiento del carácter de las sociedades que se asentaron en la zona. Abundantes
evidencias arqueológicas dejan en claro que las áreas de Tumaco en Colombia y La
Tolita en el Ecuador fueron ocupadas durante un período de 700 años por sociedades
que compartieron las mismas prácticas culturales, económicas y socio-políticas.
La complejidad de estas sociedades está reflejada en su material cultural,
particularmente en la industria alfarera, la cual jugó un rol importante tanto en las
actividades domésticas como rituales. Al respecto, no existe una notable diferenciación
entre estas categorías, ya que los dos tipos de vasijas se observan en áreas funerarias,
montículos y basureros (Cf., Valdez 1987:17-43; Cubillos 1955).
Metalurgia
La mayoría de los objetos de oro, platino y tumbaga (combinación de oro y
cobre) son adornos personales presumiblemente usados como símbolos de riqueza y
poder. Pequeñas piezas de oro fueron recuperadas en el sitio La Magnolia (S14), en el
montículo 1, Tr-2, nivel 200-210 cm. el cual se ha datado en 470 ± 90 a.C. (Beta
82931). Esta orfebrería está asociada con algunas cerámicas del tipo Rojo-zonal-inciso
diagnóstica de la Fase Inguapí I e Inguapí II. Los fragmentos consisten en dos
pequeñas hojas martilladas y delgados hilos de oro del diámetro de un cabello humano.
Hilos similares de oro también fueron recuperados en una capa de humus debajo del
montículo (Tr-2, nivel 310-320 cm.) datada en 370 ± 60 a.C. (Beta 82930). También
éstos se encuentran asociados a cerámicas Rojo-zonal-inciso y bícroma (rojo y blanco),
como a un soporte de escudilla y a un fragmento de molde, característicos de Inguapí I
y parte de Inguapí II.
El oro en la Magnolia está presente al menos desde el 370 ± 60 a.C, la fecha
más antigua (470 ± 90 a.C) asociada a oro es solamente una intrigante posibilidad si
tenemos en cuenta que ella procede de rellenos del montículo.
Aunque las láminas de oro fueron producidas por martillado, dos de ellas
contienen pequeñas cantidades de plata y cobre (Apéndice D). Los hilos de oro
también fueron martillados, produciéndose una sección rectangular, pudieron haber
sido utilizados para decorar prendas de vestir. La manufactura de finos hilos (Foto
4.13) fue un considerable alcance tecnológico entre los orfebres. Después del 350 a.C.
parte del montículo pudo haber sido utilizado como un taller orfebre, aunque no se
hallaron evidencias de crisoles o herramientas de procesamiento.
Las fechas asociadas a oro en La Magnolia son las más antiguas reportadas
para la costa Pacífica de Colombia. Sin embargo, este mismo tipo de materiales ya
habían sido reportados en otras excavaciones tanto de la costa caucana como en
Tumaco y La Tolita (Ecuador). En el sitio La Cocotera, Cauca, varios objetos de oro y
110
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
desperdicios fueron fechados en 110 ± 60 d.C. (Beta 20603) (Patiño 1988b:24). En
Inguapí, Montículo 5, hilos similares de oro fueron datados en 325 ± 85 a.C. (Ny642);
mientras que en La Tolita, sitio Cancha, materiales orfebres estan datados en 90 ± 60
d.C. (GIF 6815) (Scott y Bouchard 1988:5 y 7). Los autores no discuten las
implicaciones de las dataciones tempranas y las relaciones con los materiales
culturales obtenidos en el relleno del montículo 5 en el sitio Inguapí.
Los origenes de la metalurgia pueden trazarse desde los Andes centrales de
Perú y Bolivia donde inicialmente las evidencias han sido datadas en 1900 a.C. (Burger
1992:127 y 201). La metalurgia posterior desarrollada en Ecuador y Colombia parece
derivarse del Perú, aunque existen diferentes significados formales y tecnológicos
(Bruhns 1994:174 y 180).
Finalmente, todas las evidencias apuntan a que la Fase Inguapí II fue un período
de creciente complejidad cultural. Esta complejidad está desplegada en varios
elementos como son: (1) una sofisticada producción alfarera; (2) ampliación del
intercambio de bienes de prestigio; (3) más asentamientos extensivos en las diferentes
zonas fisiográficas; (4) una clara jerarquización de los asentamientos; y (5)
construcción de montículos artificiales y campos elevados de cultivo (Tabla 5.10). El
final de esta fase (ca. 350 d.C.) está marcado por el deterioro de todas estos rasgos
culturales a través de toda la región de Tumaco. En la secuencia seriada, este declive
se hace evidente con la desaparición de la mayoría de los tipos cerámicos Inguapí II
para dar apertura a los comienzos de la Fase El Morro (Bouchard 1982-83:317; Patiño
1993a:185-193).
5.3.4 Fase El Morro: Esta fase fue inicialmente observada por Bouchard en
sus excavaciones en la Isla de El Morro, en sitios cercanos a la Capitanía del Puerto
(Bouchard 1982-83:275 passim). La Isla también fue visitada por Cubillos (1955) y los
sitios hallados por él se encuentran hoy destruidos por la construcción de la Capitanía y
la expansión urbana de Tumaco. También, en nuestro reconocimiento por la isla se
observaron sitios destruidos por la acción de la guaquería y por la expansión moderna.
Hacia el sureste de la isla se reseñó el sitio Exporcol (S01). En este sitio se recolectó
el mayor número de fragmentos cerámicos en áreas de ocupación cercanas a los
manglares. Además de las acumulaciones de materiales culturales se localizaron 3
montículos artificiales. El celador de la finca sustrajo abundantes fragmentos
cerámicos del sitio y una pepita de oro de 3.8mm. de diámetro (Foto 4.13, 2).
Desde el punto de vista cronológico la fase El Morro tiene fechas que giran
alrededor del 350 y 600 d.C. (Cf., Bouchard 1982-83:330; Patiño 1993a:186 para
fechas calibradas). Esta cronología se apoya también en la posición estratigráfica de
materiales de la fase, especialmente en los sitios de El Morro (Sondeo 1) y La Miranda
(S97) en la margen izquierda del río Mira. En estos sitios materiales de la fase El
Morro aparecen por encima de Inguapí II, lo que sugiere la llegada de nuevos grupos a
la región. Sin embargo, en La Miranda (S97) no se observan capas culturales estériles
separando las dos fases, lo que podría indicar que grupos de la fase El Morro entraron
en contacto con grupos tardíos de la fase Inguapí II, probablemente alrededor del 300
d.C. No existen elementos de juicio que sugieran que Inguapí II de origen a El Morro,
ambas fases tienen materiales culturales muy distintos. Algo similar parece observarse
en la región del bajo Patía, donde la fase Buena Vista se relaciona con El Morro
aunque en los estratos inferiores se observan pocos materiales de Inguapí II (Patiño
1993a:189).
De acuerdo con Bouchard la fase El Morro se define por un conjunto de
cerámicas muy distintas en comparación con los materiales de la fase Inguapí II,
también presente en la isla El Morro. En la prospección regional del área de Tumaco,
113
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
esta fase se hizo evidente en varios sitios arqueológicos tanto en los firmes en
manglares como en la llanura aluvial. Los grupos alfareros de esta fase introdujeron en
el área nuevos estilos en la elaboración de vasijas, siendo las más diagnósticas las
copas con pedestal acampanado de variados tamaños (Figura 5.9, a-c, e-h, k), copas
sencillas (Figura 5.9, l, ll), copas con base anular (Figura 5.9, n), vasijas abiertas con
base anular (Figura 5.9, j, m), ollas globulares de cuello compuesto y angosto (Figura
5.9, o-s), cuencos hemisféricos (Figura 5.9, t, u) y vasijas globulares sencillas y algunas
con huellas de hollín (Figura 5.9, w-z). La decoración en estas formas son
principalmente las bandas en pintura roja a veces combinada con pintura blanca,
dispuestas en los pedestales de copas, cuerpos y bordes de vasijas en diseños
geométricos paralelos y oblícuos. Incisiones finas y aplicaciones de tiras se distribuyen
en el cuerpo y labios de los recipientes, aunque estas no son muy comunes. Las
pastas de estas cerámicas con inclusiones de arena fina y media, son generalmente
bien cocidas en atmósferas oxidantes con variación de tonos que van de cafés y grises
muy claros hasta amarillos y rojos fuertes (Bouchard 1982-83:277-282).
Las figurillas asociadas a estos sitios son antropomorfas sólidas elaboradas a
mano, toscas y muy sencillas con escasos adornos corporales; aunque se observa el
uso de la pintura roja en bandas (Figura 5.10, b). Algunas de ellas representan
personajes sentados (Figura 5.10, a) o figuras simples esquemáticas (Figura 5.10, c).
Entre la fase El Morro y la siguiente fase denominada Bucheli-Caunapí, existe un
vacío cronológico que no ha sido llenado por evidencias de grupos prehispánicos. Este
vacío abarca por lo menos desde el final de la fase El Morro 600 d.C. hasta el 800 d.C.
cuando se observan nuevas evidencias arqueológicas en el área de Tumaco, las
cuales corresponden a la denominada fase Bucheli-Caunapí.
5.3.5 Fase Bucheli-Caunapí: Esta fase fue inicialmente llamada Bucheli por
Bouchard (1982-83:318) observada en los sitios Inguapí y El Balsal, en niveles
superiores de antiguos montículos. En nuestro estudio se observó la misma pauta de
asentamiento: grupos tardíos Bucheli aprovechando antiguos montículos para sus
ocupaciones, como en el caso de La Magnolia (S14) cerca a los manglares, La Remigia
114
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(S53) y La Esperanza (S58) en la margen izquierda del río Caunapí. Igualmente se
observó este tipo de materiales en lugares sin montículos en las bancas de los ríos. A
pesar de algunas inconsistencias en los números de las fechas de Bouchard (Cf.,
Bouchard 1982-83:192 y 330), parece que la fase Bucheli-Caunapí tiene una
cronología que abarca desde el 800 d.C. hasta el 1500 d.C. y algunos sitios sugieren
que grupos indígenas tardíos siguieron ocupando la llanura aluvial durante los
comienzos de la conquista y colonia (Bouchard 1982-83; Patiño 1992).
Igual que las demás fases, Bucheli-Caunapí se define por su industria cerámica
tardía muy particular en la costa Pacífica. Al parecer, nuevos grupos de filiación
diferente a los observados atrás entran en el área. Sin embargo, sus ocupaciones
principales no son frente al mar, ni en los firmes de manglares, sino en asentamientos
dispersos o lineales en las margenes de los ríos y afluentes. Estos grupos se
distinguen por tener una alfarería muy sencilla de vasijas globulares y subglobulares
(Figura 5.10, e, l), cuencos aquillados, hemisféricos y sencillos (Figura 5.10, i, j, k, ll,
m), como de vasijas de cuello compuesto (Figura 5.10, g, h). La decoración distintiva y
diagnóstica de esta cerámica son los patrones de líneas geométricas incisas -
horizontales, oblicuas, paralelas y hachuradas- dispuestas en la parte superior de las
vasijas. Otras decoraciones presentes son la pintura roja en forma de una banda en el
labio de los recipientes; la aplicación de tiras decoradas y la representación
esquemática de figuras antropomorfas (Cf., Figura 5.10, d-p). Las formas en su
totalidad son elaboradas para uso en la cocina, aunque las de gran tamaño se han
observado como urnas funerarias que se encuentran en huecos de hasta de 1.5m. de
profundidad en el suelo natural y en pozos abiertos en los niveles superiores de
montículos artificiales, como por ejemplo la urna hallada en el sitio La Magnolia (S14)
(Figura 4.3, A; Figura 5.10, d). La pasta de la alfarería Bucheli-Caunapí tiene
tonalidades cafés con inclusiones de arena media y gruesa como atemperante. En
muchos casos la cocción en atmósfera oxidante es incompleta con manchas y una
matriz oscura (Cf. Bouchard 1982-83:164-173).
115
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
5.3.6 Período Histórico: En la región de Tumaco materiales culturales de este
período se hallan en muy pocos sitios. Hacemos referencia a cerámicas mayólicas,
vidriadas y lozas, así como a implementos de uso personal. Los fechamientos de
cerámicas tardías entrados varios siglos en la época histórica sugieren de acuerdo con
los datos etnohistóricos para la zona, que las incursiones de colonización española a la
llanura aluvial fueron relativamente tardías. Los grupos indígenas de la costa de Nariño
fueron dominados por los españoles mucho después de haberse gestado la
colonización en otras áreas de suroccidente de Colombia.
El sitio El Coco (S97) sobre la margen derecha del río Rosario, aportó materiales
en superficie que se relacionan con asentamientos coloniales o probablemente
republicanos. El sitio, actualmente ocupado por algunas casas de grupos negros,
contiene cerámicas vidriadas, vidrio y pedazos de metales mezclados con grandes
conchas de ostión (Crasiostra columbiensis).
En estos sitios aparece una cerámica doméstica con restos de hollín como
producto de su uso en la cocina. Las formas comunes son cuencos aquillados grandes
y medianos decorados con impresiones de conchas a la altura de la quilla (Figura 5.10,
q, r) y vasijas abiertas aquilladas con cordones aplicados con muescas (Figura 5.10, s).
El uso de pipas en cerámica también se hace presente en los sitios El Coco (S97) y La
Esperanza (S92) (Figura 5.10, t-u). Un número mayor de sitios de este tipo han sido
observados en la costa caucana en los ríos Guapí y Timbiquí, donde la colonización y
esclavitud tuvo una mayor influencia sobre la zona (Patiño 1988a:113). Más al norte
sitios coloniales y de la república son localizados en las margenes del bajo Calima y río
San Juan (Salgado y Stemper 1995:120). Al sur de Tumaco, W. DeBoer (1996) en su
reciente trabajo describe materiales culturales arqueológicos de la region
Santiago-Cayapas. Allí los grupos Chachi continúan haciendo cerámica como aquella
encontrada en el sitio El Coco, río Rosario; en San Miguel, río Timbiquí, Cauca -e.g.,
cuencos carenados con impresiones de concha y aplicación de tiras-. Estos materiales
generalmente están asociados a objetos europeos, lo que sugiere evidencias de
aculturación o migración tardía, ya que en el presente no existen grupos indígenas
viviendo en la llanura aluvial de Tumaco, probablemente debido a la presión de la
116
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
colonización española.
122
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
La fase Bucheli-Caunapí tiene una cronología que abarca desde el 800 d.C. hasta el
1500 d.C. e incluso continúa varios siglos durante el período histórico de la región.
Esta fase está representada por 28 sitios localizados principalmente en la zona
fluvial de colinas y plana de las bancas de los ríos Caunapí y Rosario; pocos sitios
se localizan en la zona interfluvial y de manglares (Foto 5.5). En el análisis del
mapa de esta fase se destaca un conjunto importante de sitios entre las localidades
de Espriella y Pueblo Nuevo. En el terreno estos sitios están dispuestos en las
margenes del río Caunapí y forman asentamientos lineales. Durante esta fase se
destaca también la reocupación de antiguos sitios del área, como es el caso de los
montículos artificiales de La Remigia (S53) y La Esperanza (S58) (Fotos 4.14 y
4.15). El contacto con colonizadores europeos en la zona de Tumaco fue tardío y
poco duradero hasta la introducción de esclavos para las labores de minería en los
enclaves de la provincia de Las Barbacoas. Durante el trabajo de prospección sólo
6 sitios reportaron materiales relacionados con el período Histórico (Foto 5.6).
Ninguno de estos fue hallado en el transecto de la zona interfluvial, todos ellos
tienen ocupaciones en las bancas de los ríos Caunapí y Rosario. Es muy probable
que la influencia de la minería de Barbacoas haya llegado hasta la zona de nuestro
estudio, en los siglos XVII y XVIII.
126
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.7. Distribución de Sitios Arqueológicos por Fases Para Uso en Sistemas de
Información Geográfica, SIG, IDRISI.
________________________________________________________________________________
SITIO IDRISI Zona Inguapí Inguapí El Morro Bucheli- Histórico
ID Fisiográfica I II Caunapí
_____________________________________________________________________________
Exporcol 1 Manglar X X X _ _
San Luis 2 Manglar X X X X _
Nerete 3 Manglar _ _ X X _
Tambillo 4 Manglar _ X X _ _
Robles 5 Manglar _ X X _ _
Pinal Salado 6 Manglar _ X _ _ _
Aguaclara* 7 Manglar _ _ _ _ _
127
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Bucheli 8 Manglar _ X _ _ _
Mascarei 84 Manglar _ X X _ _
Pedregal 93 Manglar _ X X _ X
La Quinta 95 Manglar _ X _ _ X
Esfuerzo 9 Interfluvial X X _ _ _
Ing. Chiricana 10 Interfluvial _ X X _ _
Ing. Carmen 11 Interfluvial _ X X _ _
Tres Marías 12 Interfluvial _ _ X _ _
Inguapí 13 Interfluvial X X _ X _
Magnolia 14 Interfluvial X X _ X _
Km 19* 15 Interfluvial _ _ _ _ _
Chilví 16 Interfluvial _ X _ X _
Lomitas 17 Interfluvial X X _ _ _
Km 17.5* 18 Interfluvial _ _ _ _ _
Catedral 19 Interfluvial _ X _ _ _
Km 18* 20 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 18.5 21 Interfluvial _ X _ _ _
Granja* 22 Interfluvial _ _ _ _ _
Vicky* 23 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 20* 24 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 21* 25 Interfluvial _ _ _ _ _
Providencia* 26 Interfluvial _ _ _ _ _
Catalina 27 Interfluvial _ _ _ X _
Km 23* 28 Interfluvial _ _ _ _ _
Palmar 29 Interfluvial _ X _ _ _
Km 23.5* 30 Interfluvial _ _ _ _ _
Cajapi 32 Interfluvial _ X _ X _
Villa Rica* 33 Interfluvial _ _ _ _ _
Franco 34 Interfluvial _ X _ _ _
Km 28 35 Interfluvial _ X _ X _
Las lajas* 36 Interfluvial _ _ _ _ _
Trinidad* 37 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 28.5* 38 Interfluvial _ _ _ _ _
Km 29* 39 Interfluvial _ _ _ _ _
Juan Domingo* 40 Interfluvial _ _ _ _ _
La Tirsa 59 Interfluvial _ X _ _ _
ICA1 41 Fluvial2 _ _ _ X _
ICA2 42 Fluvial2 _ X _ _ _
Km 31* 43 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 31.5* 44 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 32.5* 45 Fluvial2 _ _ _ _ _
Chorrera1* 46 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 33.5 47 Fluvial2 _ _ _ X _
Km 34.5* 49 Fluvial2 _ _ _ _ _
Gran Cebú 50 Fluvial2 _ _ _ X _
Km 35.5 51 Fluvial2 _ X _ X _
Km 36 52 Fluvial2 _ X _ _ _
Km 38.5 54 Fluvial2 _ X _ _ _
Espriella* 55 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 39.5* 56 Fluvial2 _ _ _ _ _
Km 40* 57 Fluvial2 _ _ _ _ _
V-Iscuandé 87 Fluvial1 _ X X X _
Tangareal 88 Fluvial1 _ X _ _ _
I-Grande 89 Fluvial1 _ _ _ X X
S-Maria 90 Fluvial1 _ X _ X _
El Llano 91 Fluvial1 _ X _ _ _
Esperanza 92 Fluvial1 _ X _ _ X
128
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Tabla 5.7. Continúa)
________________________________________________________________________________
SITIO IDRISI Zona Inguapí Inguapí El Morro Bucheli- Histórico
ID Fisiográfica I II Caunapí
_____________________________________________________________________________
Delicias* 94 Fluvial1 _ _ _ _ _
La Miranda 97 Fluvial1 X X X _ _
El Coco 96 Fluvial2 _ X _ X X
La Brava2* 31 Fluvial2 _ _ _ _ _
P-Nuevo 48 Fluvial2 _ X _ X _
Remigia 53 Fluvial2 _ X X X _
Esperanza 58 Fluvial2 _ X X X _
El Salto 60 Fluvial2 _ _ _ X _
La Brava1 61 Fluvial2 _ X X X _
Puntilla 62 Fluvial2 _ X _ X _
Las Marías 63 Fluvial2 _ X _ _ _
Cebu* 64 Fluvial2 _ _ _ _ _
Cortadura 65 Fluvial2 _ X _ X _
Encanto 66 Fluvial2 _ _ _ X _
Aguacate 67 Fluvial2 _ X _ X _
Palmera* 68 Fluvial2 _ _ _ _ _
Est-Tangareal* 69 Fluvial2 _ _ _ _ _
Astorca 70 Fluvial2 _ _ _ X _
M-Rodríguez* 71 Fluvial2 _ _ _ _ _
Chorrera2* 72 Fluvial2 _ _ _ _ _
La Clarita* 73 Fluvial2 _ _ _ _ _
Ramoncillo* 74 Fluvial2 _ _ _ _ _
Vuelta Larga 75 Fluvial2 _ X _ X _
ICA3* 76 Fluvial2 _ _ _ _ _
Zapote* 77 Fluvial2 _ _ _ _ _
Zapotal 78 Fluvial2 _ X X X _
2-Quebrada 79 Fluvial2 _ X X X X
V-Carmen 80 Fluvial2 _ X _ _ _
El Retono 81 Fluvial2 _ X _ X _
La Vega 82 Fluvial2 _ X _ _ _
Almejero* 83 Fluvial2 _ _ _ _ _
Riverita 85 Fluvial2 _ _ _ X _
N-Creación* 86 Fluvial2 _ _ _ _ _
______________________________________________________________________________
* Sitios sin asignación a fases debido a que en ellos no se hallaron
materiales culturales diagnósticos.
129
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.8. Distribución de Atributos Seleccionados por Fases en el Área de Tumaco
* Los ¨Canasteros¨ son aquellas vasijas que representan figuras humanas sentadas, llevando a cuestas
cargas atadas con cuerdas (Cardale y Herrera 1995; Lathrap 1975:101).
130
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.9. Distribución de Materiales Líticos.
_____________________________________________________________________________________
Sitios Pesas Red Hachas Manos Metates Machacador Rallador* Discos Lascas Obsidiana
_____________________________________________________________________________
Exporcol (01) 2 1 1 1 1 1 1
San Luis (02) 3 1 1 1
Nerete (03) 1 1
Mascarey (84) 1
Esfuerzo (09) 1 1 1 1 1
Chiricana (10) 1 1
La Magnolia (14) 1 1 1
La Catalina (27) 1
El Coco (96) 1
Remigia (53) 1 2 2 4 5
La Esperanza (58) 1 1 3
Cortadura (65) 1
Tangareal (88) 4
La Miranda (97) 5 4 1 1 1 2 4 2 12
____________________________________________________________________________________
Total 17 9 5 2 5 7 4 8 28
Tabla 5.10. Algunos Elementos Diagnósticos de la Fase Inguapí II (Tumaco-Tolita) y Otros Sitios.
(a) Área Estimada en Has; (b) Montículos Artificiales; (c) Obsidiana; (d) Metales; (e) Pesas de
Red; (f) Ralladores y (g) Figurillas.
___________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
___________________________________________________________________________________
Exporcol 1* Manglar 2 2 1 1 2 1 13
San Luis 2* Manglar 3 1 2 - 3 1 1
Nerete 3** Manglar 8 6 - - 1 - 3
Tambillo 4* Manglar 4 1 - - 2 - 1
Robles 5* Manglar <1 - - - - - -
Piñal Salado 6* Manglar 100*** - - - - - -
Aguaclara 7** Manglar >1 - - - - - -
Bucheli 8* Manglar <1 - - - - - -
Mascarey 84* Manglar <1 - 1 3 - - -
La Quinta 95* Manglar 2 - - - - - -
Pedregal 93* Manglar <1 1 - - - - -
Esfuerzo 9* Interfluvial 3 1 1 - 1 1 -
Ing.Chiricana 10* Interfluvial <1 - - - - 1 -
Ing.Carmen 11* Interfluvial <1 1 - - - - -
Tres Marías 12* Interfluvial 50*** 1 - - - - -
Inguapí+El Balsal 13* Interfluvial 2 18 - 1 - - -
Magnolia 14* Interfluvial <1 2 1 3 1 - 24
Km 19 15** Interfluvial <1 - - - - - -
Chilví 16* Interfluvial <1 1 - - - - -
Lomitas 17* Interfluvial 2 - - - - - -
Km 17.5 18** Interfluvial <1 1 - - - - -
Catedral 19* Interfluvial 5 8 - - - - -
Km 18 20** Interfluvial <1 - - - - - -
131
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.10 (Continúa)
___________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
___________________________________________________________________________________
Km 18.5 21* Interfluvial <1 - - - - - -
Granja 22** Interfluvial <1 1 - - - - -
Vicky 23** Interfluvial <1 1 - - - - -
Km 20 24** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 21 25** Interfluvial <1 - - - - - -
Providencia 26** Interfluvial <1 - - - - - -
Catalina 27** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 23 28** Interfluvial <1 - - - - - -
Palmar 29* Interfluvial <1 - - - - - -
Km 23.5 30** Interfluvial <1 1 - - - - 1
Cajapí 32* Interfluvial <1 2 - - - - -
Villa Rica 33** Interfluvial 3 3 - - - - -
Franco 34* Interfluvial <1 - - - - - -
Km 28 35* Interfluvial <1 - - - - - -
Las lajas 36** Interfluvial <1 - - - - - -
Trinidad 37** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 28.5 38** Interfluvial <1 - - - - - -
Km 29 39** Interfluvial <1 - - - - - -
Juan Domingo 40** Interfluvial <1 - - - - - -
La Tirsa 59* Interfluvial 50*** - - - - - 1
ICA1 41** Fluvial2 <1 - - - - - -
ICA2 42* Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 31 43** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 31.5 44** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 32.5 45** Fluvial2 <1 - - - - - -
Chorrera1 46** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 33.5 47** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 34.5 49* Fluvial2 <1 - - - - - -
Gran Cebú 50** Fluvial2 50*** - - - - - -
Km 35.5 51** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 36 52* Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 38.5 54* Fluvial2 <1 2 - - - - -
Espriella 55** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 39.5 56** Fluvial2 <1 - - - - - -
Km 40 57** Fluvial2 <1 - - - - - -
V-Iscuande 87* Fluvial1 <1 - - - 4 - 2
Tangareal 88* Fluvial1 2 - - 2 1 1 1
I-Grande 89** Fluvial1 <1 - - - - 1 -
S-María 90* Fluvial1 <1 - - - - - -
El Llano 91* Fluvial1 2 - - - - - -
Esperanza 92* Fluvial1 5 - - - - - -
Delicias 94** Fluvial1 <1 - - - - - -
La Miranda 97* Fluvial1 20 4 12 6 4 2 9
El Coco 96* Fluvial2 <1 - 1 - - 1 1
La Brava2 31** Fluvial2 5 4 - - - - -
P-Nuevo 48* Fluvial2 2 5 - - - - -
Remigia 53* Fluvial2 <1 3 5 - - 1 1
Esperanza 58* Fluvial2 <1 2 3 - 1 - 1
El Salto 60* Fluvial2 <1 - - - - - -
132
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.10 (Continúa)
_________________________________________________________________________________
SITIOS IDRISI_ID ZONA a b c d e f g
_________________________________________________________________________________
La Brava 61* Fluvial2 3 - - - - - -
Puntilla 62* Fluvial2 <1 - - - - - -
Las Marías 63* Fluvial2 <1 - - - - - -
Cebú 64** Fluvial2 <1 - - - - - -
Cortadura 65* Fluvial2 2 5 1 - - - 1
Encanto 66** Fluvial2 <1 - - - - - -
El Aguacate 67* Fluvial2 <1 - - - - - 1
Palmera 68** Fluvial2 <1 - - - - - -
Est-Tangareal 69** Fluvial2 <1 1 - - - - -
Astorga 70** Fluvial2 <1 - - - - - -
M-Rodríguez 71** Fluvial2 <1 - - - - - -
Chorrera2 72** Fluvial2 <1 1 - - - - -
La Clarita 73** Fluvial2 <1 3 - - - - -
Ramoncillo 74** Fluvial2 <1 - - - - - -
Vuelta Larga 75* Fluvial2 <1 - - - - - 1
ICA3 76** Fluvial2 <1 - - - - - -
Zapote 77** Fluvial2 3 2 - - - - -
Zapotal 78* Fluvial2 2 - - - - - -
2-Quebradas 79* Fluvial2 8 6 - - - - -
V-Carmen 80* Fluvial2 <1 2 - - - - 1
El Retoño 81* Fluvial2 <1 1 - - - - 1
La Vega 82* Fluvial2 <1 - - - - - 1
Almejero 83** Fluvial2 <1 - - - - - -
Riverita 85** Fluvial2 <1 - - - - - -
N-Creación 86** Fluvial2 <1 - - - - - -
________________________________________________________________________________
* Sitios de la Fase Inguapí II. ** Sitios de otras fases. *** Área en has para campos prehispánicos
de cultivo. Los números son cantidades por cada elemento.
133
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 5.12. Distribución de Montículos Artificiales en Tumaco. Medidas Aproximadas
_______________________________________________________________________
SITIO SITIO No. ZONA LARGO m ANCHO m ALTO m VOLUMEN (m3)
_______________________________________________________________________
Exporcol S01 Manglar 35.00 7.00 2.70 3364
Exporcol S01 Manglar 10.00 8.00 1.50 251
San Luis S02 Manglar 140.00 15.00 2.50 10996
Nerete* S03 Manglar 16.00 12.00 4.20 1689
Nerete* S03 Manglar 16.30 10.00 1.25 427
Nerete* S03 Manglar 16.00 11.20 3.70 1389
Nerete* S03 Manglar 16.00 12.00 3.25 1307
Nerete* S03 Manglar 16.80 10.40 3.50 1220
Nerete* S03 Manglar 17.60 10.40 4.10 1572
Tambillo S04 Manglar 14.00 14.00 1.65 677
Esfuerzo S09 Interfluvial 15.00 13.00 2.00 817
Ing. Carmen S11 Interfluvial 21.30 30.50 3.50 4695
Tres Marías S12 Interfluvial 10.00 8.00 0.50 84
Inguapí* S13 Interfluvial 13.60 8.00 0.80 182
Inguapí* S13 Interfluvial 14.50 8.00 0.77 187
Inguapí* S13 Interfluvial 13.00 9.00 0.85 208
Inguapí* S13 Interfluvial 14.00 6.00 6.00 1055
Inguapí* S13 Interfluvial 32.00 21.00 2.32 3265
Inguapí* S13 Interfluvial 12.00 7.50 1.26 238
Inguapí* S13 Interfluvial 12.80 8.00 0.54 116
Inguapí* S13 Interfluvial 11.20 9.60 0.75 169
Inguapí* S13 Interfluvial 12.00 9.60 0.75 181
Inguapí* S13 Interfluvial 13.60 10.40 0.66 196
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 18.50 10.00 0.91 353
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 15.50 12.00 0.39 152
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 19.00 12.00 0.19 91
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 16.50 11.50 0.89 354
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 13.50 12.00 0.88 299
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 16.00 11.50 0.93 358
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 24.50 10.00 1.15 590
Inguapí(El Balsal)*S13 Interfluvial 19.00 18.00 1.06 759
Magnolia S14 Interfluvial 27.40 24.00 2.80 3856
Magnolia S14 Interfluvial 28.00 19.00 1.30 1448
Chilvi S16 Interfluvial 17.70 13.90 0.46 237
Km. 17.5 S18 Interfluvial 21.50 15.00 1.80 1216
Catedral S19 Interfluvial 58.00 37.30 2.40 10874
Catedral S19 Interfluvial 29.00 23.00 1.30 1928
Catedral S19 Interfluvial 27.80 19.50 1.00 1103
Catedral S19 Interfluvial 21.40 16.00 0.80 574
Catedral S19 Interfluvial 21.30 13.00 0.60 348
Catedral S19 Interfluvial 15.40 13.80 0.50 223
Catedral S19 Interfluvial 14.00 11.30 0.60 199
Catedral S19 Interfluvial 18.30 14.00 0.60 322
km. 18.5 S21 Interfluvial 17.50 11.30 0.50 207
Granja S22 Interfluvial 17.00 11.00 0.50 196
Vicky S23 Interfluvial 30.00 1.50 0.40 37
Km. 23.5 S30 Interfluvial 42.00 26.00 1.50 3431
Cajapí S32 Interfluvial 21.00 19.00 0.80 669
Cajapí S32 Interfluvial 16.50 20.00 0.50 346
134
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
(Tabla 5.12 Continúa)
_______________________________________________________________________
SITIO SITIO No. ZONA LARGO m ANCHO m ALTO m VOLUMEN (m 3)
_______________________________________________________________________
Villarica S33 Interfluvial 8.60 3.80 0.65 44
Villarica S33 Interfluvial 4.70 2.50 0.61 15
Villarica S33 Interfluvial 4.00 0.30 0.75 3
Pedregal S93 Fluvial1 32.00 20.60 3.00 4021
Miranda S97 Fluvial1 30.00 18.00 1.70 1923
Miranda S97 Fluvial1 12.00 10.00 0.80 201
Miranda S97 Fluvial1 20.00 15.00 0.50 314
Miranda S97 Fluvial1 40.00 30.00 2.00 5027
La Brava2 S31 Fluvial2 45.00 18.50 1.50 2615
La Brava2 S31 Fluvial2 27.00 25.90 1.50 2197
La Brava2 S31 Fluvial2 27.00 27.00 0.50 763
La Brava2 S31 Fluvial2 26.80 29.90 1.50 2517
P-Nuevo S48 Fluvial2 30.00 25.00 0.70 1100
P-Nuevo S48 Fluvial2 24.50 20.00 0.75 769
P-Nuevo S48 Fluvial2 22.50 19.00 1.40 1253
P-Nuevo S48 Fluvial2 18.70 17.00 1.30 866
P-Nuevo S48 Fluvial2 30.00 29.00 1.45 5534
km 38.5 S53 Fluvial2 16.00 20.00 0.60 402
Km 38.5 S53 Fluvial2 15.00 10.00 1.00 314
Remigia S54 Fluvial2 40.00 22.00 1.70 3133
Remigia S54 Fluvial2 14.00 13.70 1.10 925
Remigia S54 Fluvial2 21.80 14.90 1.70 1157
Esperanza S58 Fluvial2 20.00 18.70 1.50 1175
Esperanza S58 Fluvial2 18.00 20.00 2.00 1508
Cortadura S65 Fluvial2 25.00 25.00 2.50 3273
Cortadura S65 Fluvial2 45.00 25.00 1.70 4006
Cortadura S65 Fluvial2 17.00 15.00 1.50 801
Cortadura S65 Fluvial2 24.50 20.40 1.50 1570
Cortadura S65 Fluvial2 30.00 20.00 2.00 2513
Est.Tangareal S69 Fluvial2 6.70 4.20 0.40 24
Clarita S73 Fluvial2 20.00 16.00 1.10 737
Clarita S73 Fluvial2 30.00 30.00 1.50 2827
Clarita S73 Fluvial2 50.00 40.00 1.50 6283
Chorrera2 S72 Fluvial2 27.50 19.30 1.40 1556
Zapote S77 Fluvial2 9.00 7.00 0.40 53
Zapote S77 Fluvial2 6.00 4.90 0.40 25
V-Carmen S80 Fluvial2 30.00 20.00 7.00 8797
V-Carmen S80 Fluvial2 10.00 8.00 1.50 251
Dos Quebradas S79 Fluvial2 30.00 20.00 1.50 1885
Dos Quebradas S79 Fluvial2 15.00 15.00 7.00 3299
Dos Quebradas S79 Fluvial2 49.50 16.00 3.76 6237
Dos Quebradas S79 Fluvial2 60.00 35.00 8.00 35186
Dos Quebradas S79 Fluvial2 12.00 8.00 1.50 302
Dos Quebradas S79 Fluvial2 9.50 7.00 1.50 209
El Retoño S81 Fluvial2 20.00 17.00 3.00 2136
______________________________________________________________________________
Total de montículos artificiales en la región de estudio = 94.
* Montículos identificados por J.F. Bouchard en los sitios Inguapí-El Balsal y Nerete (1982-83:155, 222-238 y 287). El volumen
aproximado de los montículos fue calculado usando la fórmula de la elípse (V=4/3 abc), donde a, b y c son los ejes semi-
longitudinales, dividido por 2. La fórmula sería V=2/3 abh, donde a=largo, b=ancho y h=altura del montículo.
135
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Figura 5.1 Secuencias seriadas de cerámicas de las Fases Inguapí I, Inguapí II, El Morro y
Bucheli-Caunapí. Cerámica: (a) Ordinario; (b) Roja; (c) Bandas rojas; (d) Rojo-naranja; (e)
Rojo-marrón; (f) Blanco; (g) Rojo-blanco; (h) Negativa; (i) Rojo-negro; (j) Negro; (k) Rojo/crema;
(l) Corrugado; (m) Rojo zonal-inciso; (n) Muescas; (o) Inciso; (p) Impreso; (q) Aplicaso; (r)
Escobillado; (s) Moldes; (i) Figurillas; (u) Inciso-linea-ancha y (v) Ralladores.
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Figura 5.2 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos del Período Chorrera asignados
a la Fase Inguapí de Tumaco.
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Figura 5.3 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos de la Fase Inguapí II, Tumaco-
Tolita.
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Figura 5.4 Implementos de subsistencia: Ralladores, pesas de red, hachas y metates. Vasija
en forma de calabaza, fragmentos de maqueta de casa y canoa. Fase inguapí II, Tumaco-
Tolita.
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Figura 5.5 Cerámica diagnóstica. Formas y estilos decorativos de la Fase Inguapí II, Tumaco-
Tolita.
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Figura 5.7 Fragmentos de figurillas, sellos, cuentas de collar, volantes de huso, fragmentos de
adobe (wattle and daub), fichas de cerámica y pesas de red, Fase Inguapí II, Tumaco-Tolita.
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CAPÍTULO 6
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En el norte de Suramérica G. Reichel-Dolmatoff (1977, 1987) sostenía que a
partir del 500 a.C. varios cacicazgos estuvieron organizados políticamente bajo jefes
territoriales que emergieron en el suroccidente colombiano con tamaños de población
diferentes de una región a otra. Igualmente, entre Colombia y Ecuador parecen
haberse destacado notables cacicazgos, como los del valle del río Cauca, Nariño,
Carchi y Quito (Carneiro 1991; Trimborn 1949; Uribe 1995; Romoli 1962; Salomon
1986). No obstante, algunos de ellos fueron culturalmente integrados por menos de
una centuria como parte del estado Inca hasta el contacto europeo (Salomon 1986;
Uribe 1978; Patterson 1987). Las sociedades del período tardío son mejor conocidas
bajo el concepto de cacicazgos. Los españoles dieron este nombre para referirse a la
organización política en la cual varios pueblos indígenas circunscritos dentro de un
territorio eran dominados por la figura del cacique o jefe (cf. Romoli 1962, Reichel-
Dolmatoff 1987; Carneiro 1991).
En este estudio se presenta la región costera del Pacífico como una zona
habitada por sociedades tribales y cacicales basándonos en evidencias arqueológicas
del área investigada: Tumaco-Tolita. A pesar de las limitaciones del registro
arqueológico queremos enfatizar sobre elementos importantes que caracterizan estas
sociedades como las pautas de asentamiento, economía, redes de intercambio,
diferenciación social, bienes de prestigio, especialización artesanal y fronteras.
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sido reconocidos por el manejo y control de las mejores tierras productivas y sus
sistemas agrarios. Un manejo donde aquellas tierras fértiles son ocupadas por los
centros de mayor poder económico y político (Drennan 1996). La agricultura entre los
cacicazgos Tumaco-La Tolita entendida de esa manera fué intensamente desarrollada
y su productividad probablemente obedeció al incremento poblacional durante el auge y
florecimiento de los centros importantes de la región.
Extensos campos de cultivo prehispánicos fueron reseñados por primera vez en
el área de Tumaco. Al sur de Tumaco este tipo de tecnología agraria ha sido
observada en las regiones inundables del Guayas y en algunos sectores de
Esmeraldas, Ecuador, donde se desarrollaron cacicazgos costeros regionales (Buys
and Muse 1987; Denevan and Mathewson 1983; Montaño 1990; Parsons 1973;
Parsons y Schlemon 1982; Stemper 1993; Tihay y Usselmann 1995).
Con este tipo de evidencias podemos saber de plano que el patrón económico
de los cacicazgos en Tumaco estuvo basado primordialmente en la agricultura; aunque
la pesca, la recolección y la caza fueron evidentemente recursos complementarios en
la dieta alimenticia. De acuerdo con el análisis de fotografías aéreas es evidente que
los antiguos campos con camellones paralelos y largas zanjas cubrieron extensas
áreas que pueden alcanzar más de 100 hectáreas, como por ejemplo en Piñal Salado
(S06). Estos campos de cultivo en muchos casos sólo están parcialmente
descubiertos, lo que indica que sus áreas son mayores. Los camellones fueron
construidos en la zona más baja de la llanura aluvial entre los 4 y 5 metros sobre el
nivel del mar, lo que los hace vulnerables a las inundaciones periódicas de la costa16,
especialmente durante episodios del fenómeno de El Niño. En otros sitios como La
Tirsa (S59) y El Gran Cebú (S50) los campos se localizan por encima de los 15 y 50
m.s.n.m. también en zonas planas innudables. En La Tolita, el centro más importante
de los cacicazgos de la región, se localizan 32 sitios arqueológicos, seis de estos
poseen montículos y sólo uno está asociado a campos elevados de cultivo. Estos
16 En el trabajo de campo (abril, 1995) se presentaron dos días consecutivos de lluvias lo que
ocasionó grandes inundaciones en áreas bajas del interior (30 km.), en los días siguientes los drenajes y
canales antiguos funcionaron encargándose de evacuar el agua de esta extensa zona.
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campos, aun no estudiados sistemáticamente, se asocian a un complejo de tolas
ubicado en el estero Garrapata a unos 2 km. de la margen izquierda del río Santiago,
en una zona conocida como la Laguna de la Ciudad (Montaño 1990:17-19; Tihay y
Usselmann 1995:389-396).
Hasta el momento sólo sabemos que productos como el maíz (Zea mays) y la
calabaza o ahuyama (Curcubita sp.), estuvieron presentes en la agricultura de los
campos de camellones y canales. Estos datos provienen del polen obtenido en los
camellones de La Tirsa (S59) y de la representación fitomorfa encontrada en las
excavaciones de La Magnolia (S14). Evidencias del cultivo del maíz se presentan en
muchos otros sitios a lo largo de la costa para la época de los cacicazgos costeros. En
La Tolita, granos de maíz carbonizados fueron encontrados en asociación con
instrumentos agrícolas (e.g., manos, metates y hachas trapezoidales) datados cerca
del 350 a.C. (Valdez 1987). Fitolitos de maíz se observan en casi todas las fases del
Santiago-Cayapas, incluyendo la fase Selva Alegre contemporánea al desarrollo
clásico de La Tolita en la región (DeBoer 1996:92). También se ha sugerido de forma
no certificada la presencia de achira (Canna) y arrowroot (Maranta) en esta misma
región (Idem y Apéndice 2). En la excavación de R3 en el sitio La Bocana, Bahía de
Buenaventura, se halló un ráquiz de maíz de 10 hileras carbonizado, asociado a
fragmentos cerámicos y figurillas Tumaco-La Tolita con dataciones alrededor del 100
a.C. (Salgado y Stemper 1991). Mientras que en el sitio La Cocotera, río Bubuey,
polen de maíz y yuca (Manihoc esculenta) fueron datados hacia el 100 d.C. Esta
evidencia proviene de una columna de suelo con material Tumaco-La Tolita asociado a
cerámicas, pesas para redes, hachas trapezoidales y algunas manos de moler. La
yuca debió ser otro alimento importante en los sitios costeros. Sin embargo, el polen
de este producto es difícil de conservar y las asociaciones de ralladores de cerámica
con este tubérculo aún no son muy claras. Lo interesante es que la yuca sí fue un
producto determinante en la dieta alimenticia entre grupos humanos del trópico
húmedo. La evidencia arqueológica (budares y ralladores) tienden a mostrar la
agricultura de la yuca como importante en la región del Amazonas, ya que se adapta
mejor a los húmedos suelos de las tierras bajas del Caribe, Amazonas y Orinoco
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(DeBoer 1975; Guinea 1995; Lathrap 1970:47-57; Sanoja 1981). El cultivo de la
calabaza en la costa está evidenciado por el hallazgo de piezas cerámicas con forma
de calabaza y por el hallazgo de un recipiente elaborado en ese mismo material
(Lagenaria siceraria) encontrado en la desembocadura del río Esmeraldas (Cf., Guinea
1995:184).
Análisis de fitolitos en La Cocotera también aportaron datos importantes sobre
cambios climáticos locales. En la zona de manglares cambios de esta naturaleza están
representados por formaciones de especies de manglares diferentes. Al parecer en
fechas anteriores al 500 a.C. la región estuvo caracterizada por la presencia de bosque
de mangle rojo (Rizophora) (80%) lo que indica que el área se encontraba inundada y
pantanosa; posterior a esa fecha al parecer las condiciones medioambientales
cambiaron de áreas muy húmedas a más secas, notandose en el registro palinológico
cambios de vegetación especialmente mangle rojo a mangle negro (Avicennia) (casi en
un 50%)17. Estos cambios podrían estar relacionados con alteraciones en el nivel de
costa por efectos de episodios de El Niño, sedimentación o movimientos tectónicos
(Campbell 1982; Díaz y Markgraf 1992). El último cambio produjo áreas más secas y
de mejores condiciones para la ocupación humana. La agricultura del maíz y la yuca
en el segundo período climático fueron las actividades de subsistencia más importantes
junto con el aprovechamiento de los recursos marinos y estuarinos para los grupos de
La Cocotera (Cf. Cavelier 1989; Herrera 1988; Patiño 1988a, 1995).
El ecosistema de manglares y esteros, abundante en recursos terrestres y
marinos, se extiende tierra adentro hasta unos 10 km. formando una compleja red
fluvial de aguas saladas y dulces, compuesta de bocanas, canales, lagunas y
17 Las dataciones y columna de polen de La Cocotera han recibido críticas por parte de algunos autores
que las consideran imprecisas (Cf., Salgado et. al. 1995). Hasta tanto no tengamos nuevas evidencias,
considero de manera hipotética que hacia el 500 a.C. debió suceder un episodio de cambio climático o
progradación en la costa. Para ello debemos tener en cuenta que la fecha de C-14 originalmente obtenida
para La Cocotera fue de 110 ± 60 d.C. datando el estrato superior de la muestra de polen, donde se observó
presencia humana y actividad agrícola ya establecida (Cf. Patiño 1988:65). Posteriormente, se obtuvieron dos
nuevas dataciones una de 540 ± 50 a.C. entre el estrato 1 y 2, justo donde se presenta el cambio de
vegetación de áreas inundadas a vegetación de áreas más secas de acuerdo a la presencia de especies de
mangle; y la otra de 1150 ± 50 a.C. para la base del estrato 2 de la muestra de polen, vegetación de áreas
completamente inundadas (Cf. Patiño 1992:40, 1995).
163
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quebradas. El sistema de frágil equilibrio ecológico y alto potencial de recursos
alimenticios fue y continúa siendo explotado por pescadores y pequeños agricultures
de la región. El área está supeditada a variaciones de mareas alcanzando rangos por
arriba de los 4 metros. En estas zonas fuentes de subsistencia son identificadas a
partir de los restos arqueológicos cerámicos y líticos. Los típicos ralladores de arcilla
con incrustaciones de microlitos parecen haber sido utilizados para varios fines,
especialmente en la preparación de peces y probablemente en el rallado de algunos
alimentos como la yuca. En mar abierto y los estuarios la pesca y recolección de
mariscos fueron actividades importantes en el complemento de la dieta de estas
sociedades. Innumerables pesas de red líticas son encontradas en sitios de manglares
y al interior de los sistemas fluviales. Pocos restos óseos y de conchas se hallaron en
el sitio La Magnolia (S14) en estratos profundos de un montículo ocupado durante la
fase Inguapí II. Estudios sobre este tipo de restos son incompletos o inexistentes,
especialmente debido a la descomposión de los materiales orgánicos en los sitios.
Para este tipo de análisis las condiciones climáticas del sur de Esmeraldas son más
favorables. Allí estudios de la Misión Española han identificado especies de peces,
reptiles, aves y mamíferos a partir de restos óseos, malacológicos como de
representaciones artísticas de Tiaone (Franch 1979; Guinea 1995; Sanchez 1984).
Para la costa de Colombia y Ecuador, el arte plástico Tumaco-La Tolita ha
proporcionado un medio de identificación de algunas especies importantes para estas
sociedades. Así, variedad de peces, reptiles y anfibios están representadas en arcilla,
como el tiburón tigre (Galeocerdo cuvieri), el pejesapo, (Sphoeroides spp.); el caimán,
(C. Acutus), la iguana (Anolis spp.), y tortugas del orden Testudinata entre otros;
también, se han identificado bivalvos Spondylus spp. y Mytilus spp.; así como caracoles
marinos Oliva peruviana (Cadena y Bouchard 1980; Rodríguez 1992). Otras
representaciones de peces en arcilla están asociados a tipos de ralladores: unos con
profundas incisiones y otros con incrustaciones de microlitos. Su uso parece estar
directamente relacionado para sacar las escamas de los peces, instrumento que debió
ser muy útil si tenemos en cuenta que la pesca era un importante producto de
intercambio (DeBoer 1996:92; Ciudad 1984).
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De acuerdo con R. Cooke (1992), la pesca artesanal prehispánica en estuarios
debió ser relativamente fácil para llevarla a cabo mediante el uso de pequeñas canoas,
redes con pesas de piedra y anzuelos de oro y concha puestos en línea. También
debió ser importante el conocimiento regional del comportamiento y hábito de especies
marinas. De otra manera, pescar en aguas profundas requiriría de equipos más
complejos y de una mayor tecnología que pescar en aguas bajas y áreas influenciadas
por mareas. Aunque ha sido arqueológicamente poco reportado desde las costas del
Pacífico Colombiano, la recolección de abundantes especies de moluscos y crustáceos
que habitan lodazales del mangle y fondos arenosos de estuarios debió ser un
importante complemento dietético entre los grupos Tumaco-La Tolita. Hoy una de las
principales actividades de subsistencia entre grupos locales a lo largo de la costa
Pacífica es la pesca artesanal, mientras que la agricultura es una actividad secundaria.
Así, la pesca y recolección de moluscos es practicada en zonas de estuarios y a lo
largo de playas usando canoas (potrillos a vela), redes y anzuelos. En la dieta de
poblaciones de las áreas de Tumaco, Guapi, Timbiquí, y el golfo de Tortugas especies
importantes como la lisa (Mugil cephalus), róbalo (Centroponus sp.), mojarra
(Gerreidae), y corvinas (Cynoscion squamipinnis y Cyclopsetta querna) son capturadas
por pescadores para la alimentación diaria de sus familias y el comercio regional
(Bouchard 1984; Cooke 1992).
Otras áreas de obtención de recursos (Catchment) fueron aquellas zonas
explotables situadas a distancias razonables de los centros poblados (Flannery
1976:91). Así, la base económica de estas sociedades estuvo complementada además
de la pesca con la cacería de animales silvestres en los bosques tropicales.
Igualmente podemos decir de la fauna selvática con especies de aves, reptiles y
mamíferos sólo se reconocen a través de la plástica cerámica Tumaco-La Tolita. Por lo
menos son abundantes las representaciones en materiales arqueológicos de
mamíferos como el jaguar o tigre mariposa (Panthera onca), zarigueya (Didelphis sp.),
armadillo (Dasypus novemcinctus), el mico (Cebus spp), el perro de monte (Potos
flavus), etc. y aves como el águila arpía (Harpia harpyja), la Guacamaya (Ara spp), el
perico (Aratinga wagleri), etc. (Cadena y Bouchard 1980; Legast 1995; Montaño 1990;
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Rodríguez 1992).
En la costa Pacífica de Colombia y Ecuador la importancia de la agricultura
intensiva y la explotación de recursos marinos y estuarinos fueron esenciales para el
sostenimiento de los cacicazgos en las tierras bajas costeras. Los pueblos pescadores
y agricultores se expandieron a lo largo de la costa ocupando regiones distantes que
van desde Esmeraldas hasta la Bahía de Buenaventura (Alcina Franch 1985; Bouchard
1982-83, DeBoer 1996; Patiño 1988a, Stemper and Salgado 1995; Valdez 1987). No
hay duda de un incremento en la población de las tierras bajas costeras a partir de la
agricultura extensiva de productos como el maíz y el manejo de recursos marinos y de
estuarios. No existen estudios específicos sobre la densidad de las poblaciones, pero
es evidente que el número de individuos se incrementó durante el período de los
Desarrollos Regionales época de mayor organización social, económica y política bajo
el régimen de los cacicazgos.
En las últimas décadas, el tema del intercambio ha sido uno de los tópicos más
destacados para explicar las relaciones culturales y observar elementos importantes de
complejidad social (Langebaek y Cardenas 1996). En la costa el estudio del
intercambio se debe principalmente al hallazgo y persistencia de objetos suntuarios, lo
que ha indicado la variabilidad de acceso a los recursos y materias primas por parte de
las sociedades prehispánicas. Estos elementos usados como bienes de prestigio por
las élites de grupos complejos, constituyen una característica importante de las
sociedades de rango (Fried 1967; Marcos 1986; Drennan 1995; Gnecco 1996). Los
miembros de la élite tienen los medios para adquirir bienes especiales que sirven a la
vez como símbolos de su status. La demanda de estos bienes estimula a su vez la
producción artesanal de especialistas y su intercambio (Feldman 1987; Bumfield y
Earle 1987).
En las costas de Ecuador y Colombia, el intercambio parece registrarse con
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mayor intensidad hacia el período de los Desarrollos Regionales (500 a.C.- 500 d.C.),
caracterizado por el florecimiento de varias sociedades cacicales ocupando regiones
estratégicas en la costa. Sin embargo, durante el período Tardío, se percibe en
Tumaco y La Tolita un decaimiento sustancial de estas relaciones, actitud que no
parece suceder, para la misma época, en las regiones del sur de Esmeraldas (Salazar
1992; Franch 1985; Marcos 1986; Bouchard 1992; Patiño 1993a; Currie 1995).
En la costa el uso de redes de circulación en sociedades complejas estimularon
el intercambio de bienes de elite, recursos alimenticios y sustancias alucinógenas;
lastimosamente en la mayoría de los casos los productos perecederos no dejaron
rastros en el registro arqueológico, aunque se pueden inferir a partir de otros materiales
como la cerámica. Los elementos no perecederos que se destacan en la evidencia de
las redes de intercambio a larga distancia entre la costa y la sierra son principalmente
las conchas Spondylus princeps, el Strombus y la obsidiana, así como algunas piedras
importadas (Marcos 1977-78, 1988:143-145; Salazar 1988:58, 1992).
La obsidiana es un material volcánico andino que se intercambió con productos
de tierras bajas costeras gracias al estímulo y demanda de las sociedades complejas
de ambas regiones. En el norte del Ecuador podemos esbozar, según evidencias
arqueológicas, posibles rutas de intercambio entre la sierra y las costas de Esmeraldas
y Tumaco. Evidencias de intercambio se observan entre las regiones de Tumaco-La
Tolita y el este de Quito, zona cercana a las fuentes principales de obsidiana. En los
Andes el sitio Jardín del Este, fechado en 130 ± 65 a.C, contiene restos materiales de
clara filiación Tumaco-La Tolita que incluyen figurinas humanas, vasijas trípodes y
ralladores; además de la presencia de obsidiana local (cf. Buys y Domínguez 1989; De
Paepe y Buys 1990). Desde el punto de vista fisiográfico, Alcina Franch (1975:15,
1985:36) ha sugerido como ruta natural de intercambio sierra-costa el propio río
Guayllabamba y sus afluentes principales, los ríos Toachí y Esmeraldas. Esta ruta
comunica directamente la costa con valles y sierras que contienen los flujos de
obsidiana. En la costa el uso de la obsidiana durante la fase Tachina, Esmeraldas, fue
extraordinario, con lo cual se ha sugerido un importante intercambio con los pueblos de
la sierra. Análisis de muestras de obsidiana de San Isidro (Valle de Jama), La Cantera,
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tiaone, La Tolita y Tumaco indican que las fuentes de proveniencia de este material
indistintamente se encuentran en las sierras del Guamani, compuesta por los flujos
Mullumica, Callejones y Yanaurco-Quiscatola (Bigazzi et. al. 1992; Burger et.al. 1994;
Dorighel et. al. 1996; Zeidler et. al. 1994:142-143; ). Otra ruta alternativa estaría a unos
100 kilómetros al norte de Quito, donde el alto río Chota desciende por el valle del
mismo nombre hasta alcanzar el río Mira, red fluvial que conectaría en el pasado una
amplia región entre los Andes del norte de Quito y las tierras bajas de Tumaco y La
Tolita. El sitio La Miranda (S97) de filiación Tumaco-La Tolita ubicado a 40 Km. de la
costa sobre el río Mira, fue una importante localidad fluvial, la cual debió formar parte
de la red de circulación de productos como la obsidiana entre las tierras bajas y la
sierra. Lo que aún no sabemos con certeza es si este intercambio con zonas andinas
era directo o fluía de región en región hasta alcanzar zonas alejadas de las fuentes
originales. Es importante anotar que los análisis de obsidianas de Tumaco (23 en total)
señalan que el flujo de procedencia más importante es Mullumica; sin embargo, existen
3 muestras de los sitios La Miranda (S97), La Remigia (S53) y La Esperanza (S58) que
indican una fuente geográficamente desconocida (Apéndice C).
En Tumaco los sitios arqueológicos que reportan obsidianas se distribuyen tanto
en la zona de manglares como en la planicie aluvial. Las zonas de mayor
concentración de fragmentos de obsidiana son los alrededores de Inguapí, el área de
La Magnolia cerca a los manglares y el área de La Miranda en el río Mira, a unos 40
km. de su desembocadura en el mar. La obsidiana también se halla asociada a
fragmentos de figurillas Tumaco-La Tolita en montículos que han sido ocupados para
viviendas y entierros secundarios. La mayoría de las piezas de obsidiana son
fragmentos pequeños y medianos entre 1 y 4 cm. que corresponden a lascas, núcleos
corticales, desechos de núcleo y a posibles navajas y raspadores con huellas de uso.
De acuerdo con Salazar (1992:126), se cree que debido a la restringida diversidad
tipológica de estos implementos en la costa, su función al parecer no fue en tareas
domésticas diarias, sino más bien al uso primordialmente ritual, lo cual generaba una
demanda especial de estos materiales. Por ejemplo, espejos de obsidiana tallada y
pulida recuperados en la región de Esmeraldas se los ha interpretado como objetos de
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
poder ritual entre chamanes (Burger et.al. 1994:246; Salazar 1992:126; Uhle 1927:248;
Valdez 1987:72).
A un nivel más amplio podemos destacar la importancia del intercambio regional
marítimo y terrestre mantenido por los principales centros Tumaco-La Tolita. No cabe
duda que las relaciones culturales y el intercambio en estas costas se ampliaron
gracias a la navegación en balsas a vela que surcaron el mar abierto y canoas de
remeros que hacían circuitos por los esteros (manglares) y ríos de la planicie aluvial
(Estrada 1988). Evidencias en el registro arqueológico sugieren la existencia de rutas
maritimas que conectaban puertos de comercio desde el sur de Esmeraldas a la bahía
de Tumaco y de allí hasta Buenaventura (Bouchard 1992; Casas 1991; Patiño 1988a,
1988b; Salgado y Stemper 1995). Réplicas de canoas en cerámica que indican la
importancia de la navegación son reportadas en La Tolita y Tumaco (Valdez 1987:74;
Bouchard 1992:13). Para el período de los Desarrollos Regionales encontramos
hallazgos de obsidianas a lo largo de la costa distantes 1000 km. al norte de los centros
poblados más importantes, Tiaone, La Tolita y Tumaco. Obsidianas procedentes de
Mullumica llegaron a las regiones de La Cocotera, río Bubuey, y a La Bocana, en la
Bahía de Buenaventura (Dorighel et. al. 1996; Salgado y Stemper 1995:109). De otro
lado, en las cuencas del Santiago-Cayapas 40 fragmentos de obsidiana, al parecer
también de la fuente de Mullumica, son atribuidos a las fases Selva Alegre o Guadual,
la primera contemporánea al desarrollo floreciente Tumaco-La Tolita (DeBoer 1996:58
y 91). Según Valdez (cf. DeBoer 1996:92) las cantidades de obsidiana halladas en el
interior no son nada comparables con los múltiples hallazgos en La Tolita, el sitio más
importante dentro de la red de intercambio en la costa de Esmeraldas y sur de
Colombia. Cubillos (1955:127) también observó, sin mayor análisis, abundantes
fragmentos de obsidiana en el sitio de Monte Alto, un poco al norte de La Tolita.
En los territorios de Esmeraldas y Tumaco (incluyendo áreas del norte), se
desarrolló una importante red de intercambio por vía marítima y terrestre, circulación
que encierra relaciones con zonas andinas como la sierra de Guamani, al oriente de
Quito, donde se obtuvieron productos exóticos como la obsidiana para el intercambio.
En general dentro de la red se intercambiaban tanto productos costeros como del
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
interior andino, tales como conchas, pescado, sal, oro, obsidianas, coca, etc., la
mayoría de los cuales eran demandados por las élites de sociedades complejas
localizadas en ambas regiones (Adoum y Valdez 1987; Alcina Franch 1985; Bouchard
1992; Guinea 1986; Norton 1986; Patiño 1997, 1992; Salazar 1992). Aun relaciones
más lejanas parecen haberse desarrollado con las sociedades de la región Calima.
Estudios recientes sobre caminos prehispánicos de la fase Yotoco, reconstruyen la red
de circulación que conectaba varias zonas fisiográficas (pisos ecológicos)
comprendidas entre la costa Pacífica, los Andes y el valle del río Cauca. Durante esta
fase fueron muy comunes los canasteros, representados en figuras humanas de arcilla,
que llevan a sus espaldas mercancías para el intercambio entre la costa y los Andes
del sur de Colombia (Cardale y Herrera 1995; Cardale 1996).
En resumen, los cacicazgos Tumaco-Tolita alcanzaron una alta hegemonía
socio-política y económica entre el 350 a.C. y 350 d.C. Para esa época sociedades de
rango dominaron un vasto territorio costero, desarrollando a su vez un amplio sistema
de intercambio regional, especialmente marcado por las relaciones a corta y larga
distancia con tierras altas andinas donde se obtenían productos exóticos de
intercambio como la obsidiana. En futuras investigaciones debemos concentrarnos en
el surgimiento y cristalización de los sistemas de intercambio, así como su importancia
regional costa-sierra en el origen y desarrollo de los centros Tumaco-Tolita. Se debe
profundizar sobre el mecanismo en el circuito del intercambio, los sitios de
abastecimiento (flujos), obtención de las materias primas, formas de transporte,
mercaderes y puntos de contacto a través de las sierras y valles hasta alcanzar la
costa. Al menos en los sitios Jardín del Este y La Miranda aparentemente se observan
puntos de contacto en ambas direcciones entre gentes de la costa y la sierra. A lo
largo de la costa también debemos profundizar sobre el control y circulación de los
productos de intercambio ya sea por vía marítima o terrestre. Igualmente, debemos ser
más rigurosos en el registro de objetos de intercambio ya sea que estos se relacionen
con la economía de productos alimenticios o de bienes suntuarios.
170
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
6.6 Jerarquía y Bienes de Prestigio
Las sociedades Tumaco-Tolita incluyeron dentro de sus bienes suntuarios los
trabajos en metal. Desafortunadamente muchos de los sitios arqueológicos del área de
Esmeraldas y Tumaco han sido y continuan siendo objeto de la guaquería, aspecto que
ha limitado el desarrollo de estudios completos para el área (Gartelman 1985; Patiño
1988b; Valdez 1987). Por el momento no es posible llevar a cabo un análisis íntegro
de la metalurgia de la zona ya que solamente contamos con unos cuantos hallazgos
sistemáticos, un mayor número de análisis metalográficos y pocas fechas de C-14
confiables; todo esto en comparación con la gran masa de objetos arqueológicos,
generalmente sin contexto alguno, diseminados en colecciones particulares y museos
(Reichel-Dolmatoff 1988:11). Es cierto que podemos estudiar los aspectos tecnológicos
formales de los metales y en algunos casos inferir su uso y simbología dentro del
pensamiento de las sociedades prehispánicas. Sin embargo, para nuestras inferencias
e interpretaciones, el contexto arqueológico en que se presentan los restos
arqueológicos es de vital importancia (Schiffer 1972).
Teniendo en cuenta aspectos teóricos y datos arqueológicos recientes, intento
resaltar la importancia de la labor metalúrgica entre las sociedades cacicales Tumaco-
Tolita. Abundantes elementos suntuarios de oro, platino y cobre en forma de adornos
personales fueron trabajados de manera artesanal por especialistas orfebres quienes
satisfacian las demandas de personalidades o élites costeras.
La costa Pacífica, escenario natural donde se desarrollaron estas sociedades, se
caracteriza por tener importantes yacimientos naturales auríferos y platiníferos, los
cuales fueron explotados por lo menos desde el siglo V a.C. (Patiño 1993c:165). En los
distritos mineros de Ecuador y Colombia, las áreas de yacimientos de metales
explotados en tiempos prehispánicos que más se destacan se localizan en los ríos
Santiago-Cayapas-Onzoleo (Esmeraldas); Telembí y Patía (Barbacoas); Timbiquí
(Cauca) y el San Juan-Atrato (Choco), este último fuera de la influencia de las
sociedades Tumaco-La Tolita durante el período de los Desarrollos Regionales
(DeBoer 1996:91; Díaz 1994:85-87; Friedemann 1974:9; Patiño 1988b:22; West 1972,
1957).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
El único material exótico fácilmente reconocible traído de una región distante
(200 km.) fue la obsidiana; sin embargo, piezas en oro, cerámicas, conchas y rocas
para cuentas de collar son materiales de intercambio que llegaron a la región tanto por
vía marítima como por tierra. Aunque ciertamente no son comunes en todos los sitios,
tales items como adornos personales fueron importantes en la vida ceremonial de las
comunidades. Otros productos como rocas más grandes (e.g., basalto y andesita) para
trabajos domésticos (e.g., molienda) fueron importados de áreas cercanas, debido a la
inexistencia de estos materiales en las zonas bajas costeras.
No cabe duda que las evidencias arqueológicas sobre las sociedades Tumaco-
La Tolita indican una compleja división social al interior de sus pueblos. Este aspecto
se ha observado por un lado en las múltiples figurillas de barro típicas del área y, por
otro, en las excavaciones de montículos funerarios con diferencias en sus formas de
enterramiento y ajuares (Cubillos 1955; Sanchez 1981; Valdez 1987). Esto parece
indicarnos que nos encontramos ante personajes distintivos de la elite como caciques,
chamanes, guerreros, comerciantes, artesanos como también con gentes comunes de
pescadores y agricultores. Parece también existir una estrecha relación entre los
personajes de rango y el uso de objetos suntuarios. En este caso los adornos y piezas
de oro, platino y tumbaga fueron manufacturados por especialistas orfebres quienes
atendían las demandas y necesidades de una sociedad en pleno desarrollo. Brumfiel y
Early (1987:5) han sugerido para este tipo de sociedades la presencia de especialistas
adscritos (attached) bien sea a las élites o a las instituciones de poder, con ello también
se garantizaban, a traves del intercambio, los elementos básicos que se requerian para
las labores artesanales. Igualmente se advierte que las demandas creadas por los
cambios en la estructura social pueden influir en los trabajos especializados y las
formas de intercambio (Feldman 1987:13). También es claro que los objetos orfebres
suntuarios desempeñaron un papel importante entre los individuos como elementos
simbólicos, rituales y de poder (Reichel-Dolmatoff 1988). En Tumaco-La Tolita la
diferenciación social, la demanda de bienes suntuarios, el intercambio y la
especialización en las artes (e.g., orfebrería, concha, hueso, etc.) son el reflejo de
procesos que dieron origen y dinámica a sociedades complejas de la región.
172
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Las excavaciones en Tumaco aportan nuevas evidencias sobre actividades
orfebres para el territorio Tumaco-La Tolita. En el sitio La Magnolia (Chilví), localizado
a 15 km. de la costa, se excavaron en un montículo pequeñas muestras orfebres de
considerable antiguedad. El sitio además se encuentra inscrito dentro de una extensa
área de campos de cultivo prehispánicos de la región de Inguapí y Chilví. Las piezas
consisten en láminas repujadas y diminutos alambres de oro datadas alrededor del 400
a.C. De acuerdo con las excavaciones las muestras orfebres fueron recuperadas en
suelos antropogénicos con alto concentración de material carbonizado (suelos oscuros)
asociado a huellas de postes, figurillas clásicas, fragmentos de vasijas y pocos restos
de conchas y peces. Estos rasgos en su conjunto sugieren áreas de actividad, donde
labores artesanales como la orfebrería pudieron desarrollarse. Las pequeñas piezas
en sí se consideran como desperdicios de talleres ubicados en las mismas tolas, pues
los materiales hallados no tienen asociaciones con enterramientos. Técnicamente, las
dos pequeñas láminas oro de aluvión fueron martilladas, una de ellas contiene
componentes de plata y cobre en pequeñas cantidades. Los alambres de oro,
observados bajo el microscopio tienen secciones rectangulares lo que indica que estos
fueron elaborados intensionalmente. Scott (1991:73-74) anota que existen dificultades
para reconstruir la técnica de elaboración de estos hilos y sugiere que este tipo de
alambres pudieron ser fabricados mediante el corte de tiras de láminas de oro
martilladas; sin embargo, aún es complicado explicar la delicadeza y regularidad de los
mismos.
Desde el punto de vista cronológico las fechas obtenidas para las piezas
orfebres de La Magnolia son una evidencia más de la antiguedad del uso de los
metales en la costa, remontándose al siglo V a.C. Este mismo tipo de materiales, hilos
y laminillas de oro han sido reportados en excavaciones tanto de Tumaco y La Tolita
como en la costa caucana. En Inguapí, Montículo 5, en estratos similares a los de La
Magnolia, se obtuvieron hilos de oro datados en 325 a.C. (Bouchard 1982-83:221; Scott
y Bouchard 1988:7); mientras que en La Tolita una muestra de pequeñas piezas
laminadas del sitio Cancha se ubican en el 90 d.C. (Ibid:5). Más al norte en el sitio La
Cocotera, muestras orfebres de pequeñas láminas colgantes, botones, adornos en
173
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
filigrana y desperdicios asociados a materiales culturales de filiación Tumaco-La Tolita
fueron fechados en el 110 d.C. (Patiño 1988a:77; 1988b:24). Aún más al norte en el
sitio Bodega-Cocolito (Isla Soldado) también relacionado con Tumaco-La Tolita se
reportan pequeñas piezas orfebres laminadas y granuladas obtenidas por playadores
locales de oro18. Es curioso que los trabajos en La Bocana, un poco al norte de la isla
Soldado, no hayan reportado objetos en metal, aunque aparecen las típicas figurillas
humanas con adornos corporales indicando el uso de estos elementos (Salgado y
Stemper 1993:70). El conocimiento de la orfebrería también se extendió a la Isla
Gorgona (50 km. del continente frente a Guapi); en el sitio Muelle Viejo se excavó una
nariguera semilunar en lámina de oro martillada y un pequeño fragmento de
desperdicio (Casas 1991:102). Es posible que la materia prima orfebre conseguida en
los yacimientos de gravas aluviales de las cabeceras de los ríos mencionados arriba,
era llevada a los centros artesanales en forma de polvo o pequeños tejuelos fundidos
conocidos como municiones listas para ser trabajadas por los especialistas. Esta idea
se desprende del hallazgo de un pequeño botón de oro fundido sin ningún trabajo de
4.5 mm. de diámetro por 2 mm. de grosor encontrado en el sitio Exporcol (fase El
Morro). Los moldes también fueron utilizados para obtener en serie bolitas fundidas con
las cuales pudo haberse intercambiado la materia prima.
18 El sitio de Bodega-Cocolito fue visitado durante una comisión del Observatorio Sismológico del
Suroccidente en 1995. Allí tuve la oportunidad de fotografiar una nariguera en oro de unos 2 cm. donde
se observó la técnica del granulado y laminado.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Lo anterior es diferente a las bolitas de oro aún más pequeñas que fueron
fundidas en moldes de huecos de varios tamaños para luego hacer múltiples adornos
con la técnica del granulado (difusion bonding) (Bergsöe 1937; Bray 1978:31; Saens y
Cardale 1989)19. La fundición de los metales se realizaba en crisoles de cerámica
colocados directamente sobre fogones que alcanzaban las temperaturas deseadas
mediante tubos delgados o toberas de madera o caña con boquilla en cerámica para
poder acercalos al fuego (Fresco 1995:10).
Los orfebres Tumaco-Tolita se destacaron por la habilidad y destreza en el uso
de técnicas tan variadas como el martillado, la fundición, la soldadura, el granulado, el
laminado, el forjado y el repujado. Técnicas más complejas incluyen el uso de la "cera
perdida", la filigrana, el dorado y el conglomerado por fusión (sintering). Esta última
técnica ha sido destacada por ser intencional y tal vez una de las más antiguas
utilizadas por los orfebres Tumaco-Tolita. Ésta consistió en fusionar partículas de
platino en el oro fundido mediante un difícil proceso de calentamiento y martillado
alternos hasta alcanzar objetos bimetálicos de colores contrastantes (Bergsöe 1936;
Bray 1978:37; Emmerich 1984; Estévez 1995; Fresco 1995; Rivet 1943; Scott y Bray
1980:153). Scott en sus trabajos metalográficos (cf. 1980; 1988; Scott y Doehne 1990)
resalta la destreza de estos orfebres, quienes hicieron desarrollos considerables en la
metalurgia hasta llegar a controlar los puntos de fundición de diferentes tipos de
aleaciones de oro.
Entre los objetos manufacturados en oro, platino, cobre o aleaciones de estos
materiales como la tumbaga, se elaboraron adornos personales consistentes en clavos
faciales, narigueras, aretes, pendientes, cuentas de collar, pezoneras, diademas e
incrustaciones dentales. En algunos casos estos objetos forman conjuntos de
ornamentos acompañados de piedras finas (e.g., jadeita, turquesa, ágata, cuarzo, etc.)
(Estévez 1995:32; Valdez 1987:68-69; Zapater 1995). Varios de los objetos
seguramente tuvieron un carácter chamánico ritual y se incluyen entre ellos
19 En la región Calima moldes de cerámica con huecos pequeños se usaban para fundir en serie pepitas
de oro (Saens y Cardale 1989:120-122).
175
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
cascabeles, mascarones con fauces de jaguar, pectorales antropomorfos y zoomorfos,
figuras humanas ensambladas, como también figurillas en arcilla con adornos orfebres.
Otros objetos corresponden a agujas, anzuelos y clavos usados para ensamblar piezas
mayores (Emmerich 1984; Estévez 1995:31-35; Fresco 1995:10; Plazas y Falchetti
1986:204; Zapater 1995:6-9). Vale la pena mencionar que en la metalurgia Tumaco-La
Tolita no existen las grandes piezas de aves con alas desplegadas, pectorales
acorazonados ni diademas en forma de "hache" que emulan un mundo chamánico
complejo, especialmente en las sociedades andinas del suroccidente colombiano
(Plazas y Falchetti 1983, 1986; Reichel-Dolmatoff 1988). Aunque la mayoría de las
técnicas y algunas formas iconográficas de la metalurgia del suroccidente se
comparten, la orfebrería Tumaco-La Tolita forma un conjunto muy particular originado
por sociedades complejas costeras.
Foto 6.1 Máscara Inguapí II. La Magnolia (S14). Basurero TR1. Orlando Guerra (restaurador),
Museo Arqueológico, Universidad de Caldas
176
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
CAPÍTULO 7
Sociedades Tardías de la Planicie Aluvial y su
Etnohistoria Regional
177
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
algunos de estos grupos costeros continuaron su desarrollo cultural en zonas
inhóspitas y alejadas de los centros coloniales. Estas sociedades básicamente
agrícolas se las ha enmarcado temporalmente dentro de lo que se conoce como
Período Tardío (Patiño 1992:46). Sin embargo, este período no es uniforme en las
diferentes regiones culturales de los dos países, ni tampoco abundan los estudios
sobre estas sociedades en la costa Pacífica, aunque se percibe una mayor
preocupación por la investigación de las mismas en el vecino país, Ecuador. Allí los
estudiosos han continuado en buena parte apoyados en la periodización tradicional
para destacar las sociedades desarrolladas a partir del 600 d.C. reconociendo varias de
ellas como pertenecientes a un Período de Integración (Cf. Marcos 1986; Meggers
1966; Porras 1980). Otros autores, en la última década, han dejado de lado la
conceptualización cronológica para enfocar los análisis al cambio socio-cultural para
hacer énfasis en la interacción y el intercambio, especialmente observados en las
formaciones de sociedades complejas (Cf. Moreno 1988; Salazar 1988).
En el Ecuador el período de Integración ha puesto de relieve la centralización de
varias sociedades tardías a partir, precisamente, de una fuerte interacción regional de
las áreas costeras. Al parecer su cohesión fue el producto de las relaciones de poder
entre varios cacicazgos tardíos, los cuales integraron vastas regiones bajo un mismo
control económico y político. Éste es el caso de los cacicazgos de las costas de
Manabí y Guayas, quienes poseían una fuerte red de intercambio a larga distancia
dominado por los mercaderes-navegantes de la costa que perduraría hasta las épocas
de conquista europea (Estrada 1988; Norton 1986; Marcos 1986:39; Stemper
1993:172). Los poblados en estas regiones se incrementaron y como consecuencia
aumentaron los centros ceremoniales con montículos, templos, plazas, cementerios y
en algunas regiones como la cuenca del Guayas, se continuó con el uso y construcción
de extensos campos elevados (camellones) como base para la producción de
alimentos en el sostenimiento de densas poblaciones costeras (Buys and Muse 1987;
Stemper 1993). En cuanto a la producción alfarera esta se hace masivamente y los
trabajos orfebres se generalizan tanto en estilos como en los materiales utilizados.
Muchos de estos grupos entraron en contacto directo con los europeos, entonces es
178
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
claro que una abundante documentación puede ser analizada desde las fuentes
etnohistóricas.
En el norte del Ecuador (provincia de Esmeraldas) y sur de Colombia las
sociedades tardías no tuvieron la notoriedad ni el carácter socio-político integrador de
aquellas sociedades cacicales de las regiones de Manabí y Guayas. Por lo tanto, en
nuestra región de estudio no podemos hablar de un período de Integración. Más bien
lo que se observa a través de las evidencias arqueológicas son restos materiales de
grupos agro-alfareros autónomos localizados en las zonas bajas y de piedemonte de
las selvas tropicales del Pacífico. Estos grupos contrastan notoriamente con los
desarrollos culturales de fases anteriores, época destacada por la presencia de los
cacicazgos Tumaco-La Tolita que dominaban una amplia región costera. De acuerdo
con J. F. Bouchard (1995:189) no existe en Colombia ningún movimiento cultural
integrador tal como lo hubo en el vecino país. En Esmeraldas y el sur de Colombia
parece haber un fuerte cambio cultural en todos los sentidos, relacionado con la ruptura
de los esquemas de desarrollos culturales anteriores. Los estudios relacionados con
este período son escasos en toda la región litoral y las fases que se conocen están
parcialmente documentadas en estudios arqueológicos de secuencias regionales
totalizantes.
Las fases que se relacionan con el Tardío costero corresponden en la región de
la provincia de Esmeraldas a la fase Balao de Atacames y a las fases Herradura,
Tumbaviro, Las Cruces y Mina de la cuenca Santiago-Cayapas (Alcina Franch 1979,
1985; DeBoer 1996). En territorio colombiano se han documentado varias fases y sitios
dentro de la línea de los Desarrollos Tardíos. La fase Bucheli-Caunapí y el sitio Imbilí
de la región Tumaco, La fase Maina en el bajo Patía, la fase San Miguel en el río
Timbiquí, el sitio Los Guengüeles en el alto río Saija, San Luis del bajo Calima y los
sitios tardíos de Ordoñez y Palestina en el bajo río San Juan (Figura 1.1) (Bouchard
1982-83, 1995; Hernández 1997; Patiño 1988a, 1993; Rodríguez 1988; Salgado y
Stemper 1995). Sabemos que estas fases tardías algunas tienen características
culturales que se relacionan pero la mayoría de ellas funcionan como entidades
independientes aunque contemporáneas. En otras palabras cada una representa
179
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
grupos tardíos ocupando diferentes espacios geográficos en áreas de selva tropical
húmeda. Además de la información obtenida a través del registro arqueológico, el
aporte de la etnohistoria como de las crónicas y relatos de comienzos de conquista y
colonia, han sido un importante apoyo para el estudio de las comunidades tardías de
las costas de Colombia y Ecuador.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
[1569]:8; DeBoer 1996:172; Franch y Peña 1979:284-285; Newson 1995:62; Palop
1994:150-151). Igualmente, desde épocas coloniales se difundió la leyenda de
asentamientos de tribus guerreras o belicosas, ocupando territorios costeros de
Ecuador y Colombia. Hoy esas leyendas persisten en las tierras bajas de la costa
Pacífica para referirse a los aborígenes del pasado como indios bravos (DeBoer
1996:169; Patiño 1988a:25 y 148).
A pesar de estos problemas de ambigüedad y fragmentación en los datos
etnohistóricos es posible reconstruir de manera parcial el puente entre las sociedades
tardías prehispánicas y aquellas relacionadas por los españoles en el siglo XVI. En la
provincia de Esmeraldas W. DeBoer (1996:65-67) ha caracterizado una secuencia
arqueológica en la cual la época tardía se destaca por la identificación de cuatro fases
para la cuenca del Santiago-Cayapas. Dos de estas fases son denominadas Herradura
y Tumbaviro y tienen dataciones a partir del 650 d.C. para la primera y correlaciones
seriadas tardías para la segunda. Las otras dos fases denominadas Las Cruces y
Mina, no están completamente definidas por falta de evidencias; sin embargo, la
primera es contemporánea con Herradura y la segunda por comparaciones estilísticas
se correlaciona con la fase Bucheli-Caunapí de la región de Tumaco.
En la época de conquista en este mismo territorio se distinguían varios grupos
importantes denominados Campaces, Malabas, Niguas y Cayapas, estos últimos
asociados por DeBoer (1996:172) a la fase arqueológica Tumbaviro y a su vez a los
Chachi o Cayapas contemporáneos. Sus ocupaciones estuvieron limitadas a zonas
interiores selváticas entre los ríos Mira y la cuenca del Santiago-Cayapas. A
comienzos de este siglo S. Barrett (1925, 1994) realiza estudios etnográficos
localizando los Cayapas entre los ríos Santiago y Cayapas y algunos reductos
dispersos hacia la frontera colombo-ecuatoriana. Varias de las referencias encontradas
para estos grupos, como la del padre Gaspar de Torres quien colaboró al final del siglo
XVI para la conversión de sus miembros, versan sobre el carácter de indios de guerra
que peleaban entre sí, los que a su vez estaban equipados con dardos, macanas y
hachas (Newson 1995:64). Estas comunidades vivieron en pequeños asentamientos
llamados rancherías tal como se ha evidenciado a partir de los vestigios arqueológicos
185
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
de grupos tardíos de selva tropical en Esmeraldas y Tumaco (DeBoer 1996; Franch y
Remedios 1979:283). También las crónicas hacen relación a los campos, a manera de
chacras con cultivos de maíz, yuca, plátano, papas, calabazas y frutos tropicales; así
como del testimonio del trabajo del oro, el hilado del algodón para los tejidos y el uso
de faldas en corteza vegetal (Newson 1995:64).
En las crónicas españolas hay testimonios del trabajo metalúrgico prehispánico.
Sin embargo, cuando los cronistas se refieren a la costa Pacífica de Colombia y
Ecuador, sus relatos son muy vagos y superficiales limitándose a descripciones sobre
el uso de adornos corporales en los naturales. Este es el caso de López de Gómara
quien observó en 1555, cómo los indígenas traían esmeraldas y objetos de oro en las
mejillas, naríz y orejas, así como piedras blancas y rojas (Bray 1978:61; Gómara
1858:224). Por su parte Cabello Balboa observó que en las tierras de las Esmeraldas
había muchas minas de oro y que los naturales se adornaban las orejas, naríces,
muñecas y piernas (Cabello Balboa 1945 [1569]).
En las regiones de Esmeraldas se han observado relaciones tardías de
intercambio que al parecer conectaban pueblos de la costa con aquellos del altiplano
de Carchi-Nariño. Al respecto es importante resaltar que relatos de las crónicas
costeras donde se describen episodios en puertos pesqueros y de comercio a lo largo
de la costa ecuatoriana, como los de Ciscala en algún punto de la costa de Esmeraldas
(Carranza 1987 [1569], citado por Alcina Franch y Peña 1979:289), y Manabí, donde
según observaciones de Bartolomé Ruíz, piloto de Pizarro en 1525, encontró al menos
una gran balsa a vela tripulada y cargada de mercancías viajando hacia el Cabo San
Francisco (Currie 1995; Estrada 1988). Al sur de Esmeraldas la red de comercio era
auspiciada por cacicazgos costeros tardíos, los cuales intercambiaban diversos
productos a través de lo que se conoció como la liga de los mercaderes (Huancavilcas-
manteños) que navegaban las costas del centro y norte del Ecuador hasta llegar al
puerto comercial de Císcala donde se hacían transacciones de sal, pescado seco, oro,
ají, chaquira, concha, chaquira y textiles (Cf. Carranza 1965:88; Rivera et. al. 1984:29;
Holm 1985:12-19; Patterson 1987:121).
186
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Para épocas tardías los estudios etnohistóricos han destacado la región del
Chota-Mira como una ruta importante para el intercambio de productos costeros y
serranos entre grupos intermedios de la llanura aluvial costera y los señores étnicos del
altiplano Carchi-Nariño (Cf. Borja 1965:249; Bray 1995:32; Oberem 1978:56; Uribe
1985-86:27-30; 1986, 1995). Uno de los principales productos de intercambio fue la
coca, además de algodón, anís, ají y la extracción de sal de fuentes minerales. En
contraste en el territorio andino los mindaláes fueron comerciantes especializados que
se desplazaban por la sierra entre Urin Chillos y los Pastos para intercambiar productos
suntuarios y manufacturados de gran valor para las élites. En Carchi y Nariño estos
mercaderes fueron grupos sociales con categorías muy especiales (por herencia) los
cuales comerciaban bienes en la frontera norte del estado Inca (Bray 1995; Patterson
1987:121; Salomon 1978, Uribe 1985-86, 1986). La región entera se convirtió en una
zona de interés para la expansión incaica a partir del Siglo XV d.C. Los Incas después
del 1420 d.C. intentaron el dominio de varios cacicazgos localizados en distintas partes
de la frontera norte. No obstante grupos lejanos como los de Carchi y Nariño
solamente tuvieron un contacto indirecto con los Incas. Durante el gobierno de Huayna
Capaq a finales del siglo XV se trató de controlar los pueblos de la frontera,
especialmente del norte del Ecuador (Quito, Imbabura, Carchi y las áreas Pasto)
estableciendo mecanismos regulares para la extracción del tributo y la eliminación de
cacicazgos desleales al estado. Para los Incas el comercio fue muy importante en el
desarrollo de las áreas de frontera, como una actividad integral que servía con la
finalidad de una mayor expansión del estado. En esta expansión son claros los
procesos de desarrollos desiguales donde el etnocidio (sacrifico de vidas) y la
etnogénesis (identidad colectiva) jugaron un papel importante para el Inca (Patterson
1987:122-123). Las costas de Esmeraldas y Tumaco, como las de más al sur,
realmente no tuvieron un gran impacto durante la expansión del estado Inca, su
influencia mayor sólo se percibe en las tierras andinas del Ecuador.
Volviendo a las costas de la región de Tumaco, tenemos que entre los ríos
Mataje y Patía se ha identificado la presencia de dos fases arqueológicas. Estas fases
corresponden a Bucheli-Caunapí, a la cual nos referimos arriba, y la fase Maina del
187
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
bajo Patía (Bouchard 1982-83; Patiño 1993). Ambas fases son contemporáneas, y
aunque no existen evidencias concretas, es posible que el período final de ellas esté
relacionado con los grupos que ocupaban el área antes de la conquista europea.
Los pobladores de la fase Maina del bajo Patía tuvieron sus asentamientos,
hasta donde sabemos, en colinas costeras acantiladas en un ambiente rodeado por
una tupida vegetación de manglares. La pauta de asentamiento es dispersa en laderas
y cimas de colinas. El modo de subsistencia de los pueblos de la fase aún es difícil de
establecer, debido a la escasa y casi total ausencia de vestigios arqueológicos.
Algunos materiales como fragmentos de manos de moler, sugieren actividades
agrícolas en el área. Es posible que el cultivo del maíz, muy difundido entre los
pueblos tardíos de la costa, y la producción pesquera sin el uso de pesas líticas para
redes, haya sido parte de la base económica de estos pueblos. La industria alfarera
está representada por cerámica ordinaria en su mayoría con formas sencillas utilizadas
para funciones domésticas, tales como vasijas globulares y compuestas, cuencos
sencillos, platos y copas con base anular. Algunos bordes de vasijas cerradas y de
cuencos tienen decoración de muescas impresas como técnica decorativa. Las formas
de copas con pedestal y la decoración pintada en bandas, muy populares en la fase
anterior, Buena Vista, desaparecen totalmente en la fase Maina, siendo dos de las
diferencias más notorias entre estas fases del bajo Patía. Por otro lado, también
desaparecen los montículos artificiales y la fabricación de figurillas modeladas en la
fase Maina. Los materiales culturales de la fase Maina, por el momento, no tienen
relaciones equivalentes con complejos de otras áreas de la costa Pacífica. Por ejemplo
las fases San Miguel fechada en el 665 d.C. del río Timbiquí, Bucheli-Caunapí (1075
d.C.) de Tumaco, y Tumbavido (1339 d.C.) del Santiago-Cayapas, tienen cronologías
más o menos contemporáneas con la fase Maina (880 d.C.); sin embargo, los
materiales arqueológicos de estas fases son diferentes entre sí. En Maina, no existen
los típicos cuencos incisos Bucheli-Caunapí, ni tampoco los cuencos con aplicaciones
de tiras modeladas de San Miguel (Patiño 1993).
Desde el punto de vista etnohistórico los pueblos que ocuparon estos territorios
corresponden a los Sindagua, considerados como grupos guerreros que resistieron la
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
penetración española y dominaron por algún tiempo las tierras bajas del Patía, río
Telembí y parte del alto río Isquandé una zona rica en oro de aluvión (Calero 1991,
1997; Patiño 1988a; Romoli 1963; West 1957). Otros grupos de la región como los
Kwaiker se los conoció desde la colonia y se cree que se derivan de grupos Pastos del
altiplano nariñense, hoy los Kwaiker son ocupantes de la región montañosa de los
Andes occidentales entre Colombia y Ecuador (Calero 1991:58, 1996; Cerón 1987:203-
204).
Los grupos de la Fase Maina se distribuyeron por el río Patía e Isla del Gallo y
aquellos de la Fase Bucheli-Caunapí en áreas interiores de Tumaco, estos territorios
coinciden en términos generales con el área geográfica donde tradicionalmente se
ubicaron los grupos Sindagua históricos. Para los grupos Kwaiker podemos decir que
aún no tenemos una contrapartida para épocas prehispánicas, toda vez que los
estudios arqueológicos del piedemonte y ceja de montaña cordillerano están por
realizarse.
En la llanura aluvial los Sindagua fueron guerreros ampliamente conocidos en
los siglos XVI, XVII y XVIII durante la colonización de la región de Barbacoas. Al
parecer varias tribus encabezadas por caciques conformaban la nación Sindagua con
asentamientos dispersos entre el delta del Patía, Telembí hasta las regiones del Guapi
en el Cauca. También dominaban parte de las estribaciones occidentales de los
Andes; allí evidencias arqueológicas y etnohistóricas apuntan a que algunos grupos
Sindagua alcanzaron a tener asentamientos en la parte occidental del valle interandino
del Patía (Lehmann 1949:70; Patiño l988a:109; Patiño y Gnecco 1992:86; Romoli
1962:278). Durante la colonia los guerreros Sindagua contrastaban con las pacíficas
tribus Kwaiker de la región de los Andes occidentales. En documentos escritos de la
época se registraron varias actividades bélicas de los Sindagua, relacionadas con
ataques, incendios y destrucción de enclaves coloniales españoles en varios puntos de
la provincia de las Barbacoas. De estas ofensivas la más conocida y documentada son
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
aquellas sucedidas en la Villa de Madrigal de las Blancas Torres21, hacia los finales del
siglo XVI. También durante esta misma época efectuaron incursiones en haciendas
coloniales cercanas a Pasto y el valle del Patía (Patiño y Gnecco 1983:13; West
1957:95). Sin embargo, para 1610, el gobierno español dispuso de varias expediciones
punitivas enviadas al territorio Sindagua al mando del Capitán Moreno de Zuñiga. A
través de estas incursiones en las regiones del Pacífico, los españoles lograron
descubrir las ricas minas de oro del río Telembí y sus afluentes, llegando a
establecerse, al poco tiempo, la provincia minera de Barbacoas. Finalmente, los
grupos Sindagua fueron reducidos por el capitán Francisco de Godoy hacia el año de
1635, y sus sobrevivientes se dieron en encomiendas para labores de minería en el río
Telembí, para posteriormente ser remplazados por grupos de negros esclavos
(Friedemann 1974; Patiño 1988a; Romoli 1963; West 1957).
Evidencias arqueológicas que sustentan relaciones de intercambio entre grupos
tardíos costeros y aquellos del alto Patía-Guachicono (1000 m.s.n.m.) se basan en
formas y estilos cerámicos incisos, así como la presencia de conchas marinas que
llegaron a la zona andina probablemente por intercambio (Patiño y Gnecco 1992; Groot
y Hooikaas 1991). Los datos etnohistóricos también han aportado información
importante para la identificación de la frontera cultural entre los grupos costeros, Patía-
Guachicono y aquellos del altiplano nariñense. Esta frontera se establece en las
regiones de los ríos Mayo, Juanambú y Guaítara en el sector sur del valle alto del
Patía, donde se percibe un fuerte cambio geográfico y climático. En la frontera cultural
y geográfica mencionada se tiene igualmente una mezcla de elementos culturales por
ser una zona de transición entre grupos Quillacingas, Abades, Patías, Chapanchicas y
Sindaguas, lo que se constituye a su vez en una frontera multiétnica, al menos para los
últimos siglos antes del contacto europeo (Groot y Hooykaas 1991; Romoli 1979).
Cieza de Leon (1947) describió varios asentamientos como el del sitio LLanos de
Cumbitara conocido como el pueblo de la sal, en el área de frontera. Sitio muy
21 Este pueblo de españoles fue construido a mediados del siglo XVI, se localiza en los Andes
occidentales de Nariño en el municipio del Rosario. Sus ruinas hoy son la base de un nuevo pueblo de
campesinos del área llamado Madrigal (Patiño 1993:199).
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
probablemente de comercio para intercambio de sal, tejidos, concha, alfarería y otros
objetos de valor cultural (Groot y Hooykaas 1991:82-83; Patiño y Gnecco 1992:86).
Al norte del bajo Patía sólo unos pocos estudios arqueológicos se han llevado a
cabo en las regiones comprendidas entre el río Guapi y Saija y el área de la bahía de
Buenaventura en límites con el Chocó (Hernández 1997; Patiño 1988a; Rodríguez
1988; Salgado y Stemper 1995). Después del siglo VIII d.C., la ocupación de las tierras
bajas de la llanura aluvial del Cauca y Valle del Cauca se orienta, de la misma manera
que en las regiones del sur, hacia las zonas fluviales ribereñas como característica
importante del patrón de poblamiento tardío. La migración y el comercio por
intercambio aparecen en muchas de estas comunidades; sin embargo, este comercio
no tiene los alcances que tuvieron las sociedades costeras de los Desarrollos
Regionales. Las evidencias de grupos de la fase San Miguel se encuentran en varios
sitios de ocupación a lo largo de la costa caucana, en la llanura aluvial. La alfarería de
estos grupos fechada a partir del 670 d.C. es simple con pocos elementos decorativos
entre los que sobresale la pintura roja, aplicaciones de tiras modeladas, incisiones e
impresión de puntos. Las formas corresponden a vasijas globulares, esféricas y
cuencos simples y carenados. Desde el punto de vista estilístico esta alfarería se
relaciona con aquella del sitio San Luís (600 d.C.) del bajo Calima, la que a su vez tiene
características con cerámicas de la fase Sonso (ca. 700-1500 d.C.), una fase que se
extendió por diversas regiones de la Cordillera Occidental y río Cauca (Rodríguez
1988:53).
Los territorios donde se evidencian las fases San Miguel y San Luís, aparecen al
momento de la conquista europea ocupadas por muchas tribus, que fueron
rápidamente diezmadas por las enfermedades y trabajos forzados en las encomiendas
y minas españolas. Las tribus de la llanura del Pacífico caucano que ocupaban las
cuencas del río San Juan en el siglo XVI fueron conocidas como Ceyna, Bamba,
Espandii, Buenbya y Mestate; mientras que las que ocupaban las regiones de los ríos
Guapi y Timbiquí fueron conocidas con los nombres de Petres, Guapis, Chupas y
Boyas (Cf. Patiño 1988a; Romoli 1963). Tampoco en ellas aparecen grandes redes de
comercio, siendo lo más destacado en los documentos de la época, las contrataciones
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
de sal y pescado seco, el cual era intercambiado con algunas tribus de la provincia de
Chisquío, al occidente de Popayán.
Durante la última parte del período colonial, grupos de la familia lingüística
Chokó migraron del alto San Juan-Atrato para ocupar regiones del sur a lo largo de los
ríos Yurumanguí, Naya y Saija. Hoy los descendientes de estos grupos, llamados
Emberá, se hallan localizados particularmente en el río Saija y sus afluentes Pati,
Guangüí e Infuí, estos grupos son nombrados localmente como "Cholos" (Carmona
1993; Pardo 1987; Reichel-Dolmatoff 1960; Romoli 1975; Vargas 1993).
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CAPÍTULO 8
Consideraciones Finales
En este capítulo retomaré las preguntas que fueron formuladas al comienzo del
estudio en Tumaco para observar el progreso realizado en la respuesta de cada una de
ellas.
(1) ¿Cuáles fueron los patrones de asentamiento en la región costera a través
de los períodos de ocupación conocidos? El trabajo de campo en 1995 localizó y
mapeó 97 sitios arqueológicos en el área de Tumaco. Excavaciones sistemáticas se
realizaron en montículos artificiales, tres áreas domésticas y dos campos con
camellones. El análisis de laboratorio de los materiales fue básico a la hora de revisar
la secuencia arqueológica previamente definida por J. F. Bouchard (1982-83). Cuatro
fases de ocupación, extendidas desde el 500 a.C. al 1500 d.C. fueron identificadas en
el área de estudio. Estas fases son Inguapí I, Inguapí II, El Morro y Bucheli-Caunapí.
Aunque existen ocupaciones en el Período Historico, éstas son pobremente
representadas en la cuenca Caunapi-Rosario.
Los origenes de la Tradición Tumaco-Tolita están relacionados con la Fase
Inguapí I que está a su vez asociada con la Tradición Chorrera de la costa central de
Ecuador. Los fundadores de esta tradición fueron probablemente migrantes desde
zonas más secas de la costa ecuatoriana quienes inicialmente se asentaron en la
región de Tumaco alrededor del 500 a.C. Las dos fechas de C14 de 470 + 70 a.C. y
470 + 90 a.C. del sitio La Magnolia reflejan actividades de las poblaciones fundadores.
Solamente siete sitios de los registrados estuvieron ocupados durante Fase Inguapí I,
500-350 a.C. La restricción de estos sitios a la zona de manglares y a la zona
interfluvial, zona limítrofe del manglar y la llanura aluvial es clara indicación que la
movilización a esta región siguió una ruta costera. Algunos fragmentos cerámicos
similares a aquellos de la Fase Chorrera del Formativo Tardío de la costa ecuatoriana
fueron recuperados en estos sitios tempranos (Bouchard y Guinea 1989; Marcos 1988;
Patiño 1991; Reichel-Dolmatoff 1986; Valdez 1987). La mezcla de esta cerámica con
materiales de la Fase Inguapí II en la base de las excavaciones y la ausencia de sitios
típicamente Chorrera en la región de Tumaco hace probable que la Tradición Tumaco-
194
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Tolita represente un desarrollo local con raíces chorreroides.
La Tradición Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) tiene dataciones entre el 350 a.C. y
el 350 d.C. Existe un dramático incremento en el número de sitios (de 7 a 48) en
comparación con el período previo (Tabla 5.7; Fotos 5.1y 5.2). Además, en el
reconocimiento de los sitios se sugiere que toda el área de Tumaco estuvo ocupada
por sitios Inguapí II, no solamente en los manglares y las áreas fértiles de las zonas
interfluvial y fluvial 1, sino también en la zona fluvial 2. Los asentamientos incluyen
pequeñas caseríos, pueblos y centros ceremoniales con montículos de diferentes
tamaños y funciones (i.e., residencias, entierros funearios y talleres). Estos centros
ocuparon terrenos fértiles con potenciales agrícolas altos. En varios sitios los suelos
fueron modificados mediante un sistema de plataformas levantadas (camellones) y
canales permitiendo el desarrollo intensivo de la agricultura. En Tumaco estas áreas
cubiertas de campos prehispánicos de cultivo pueden cubrir más de 100 hectáreas.
La presencia de centros ceremoniales con grupos de montículos y sus
asociaciones a campos de cultivo en la Fase Inguapí II implica una más compleja
organización regional que aquella encontrada en la fase anterior. El reconocimiento
refleja una clara jerarquización regional en el tamaño de los sitios y la construcción de
montículos artificiales. Ceca de 100 montículos de diversos tamaños, formas y
funciones aparecen separados o en conjuntos asociados a través del área de estudio.
Los sitios más grandes cuentan con importantes construcciones o residencias y
cementerios para individuos de alto estatus. Los más importantes centros con grandes
montículos dispuestos en grupos están en las áreas de Inguapí-Magnolia (Figura 1.1;
Sitios S11, S12, S13 y S14), Chilvi-Catedral (Sitios S16 y S19), Dos Quebradas (S79) y
La Miranda (S97). El complejo sitio de Inguapí-Magnolia cubre cerca de 5 hectáreas e
incluye 22 montículos con un volumen total de 18,845 m3 en rellenos. El complejo de
Chilvi-La Catedral cubre 6 hectareas e incorpora 9 montículos para un volumen total de
15,808 m3 de rellenos. Dos Quebradas tiene 8 hectáreas donde se construyeron 6
montículos con rellenos que totalizan en volumen of 47,115 m 3. La Miranda cubre 20
hectáreas y tiene 4 montículos con un volumen total de 7,465 m 3. Sitios más
pequeños, probablemente ocupados por agricultores y pescadores, están dispersos a
195
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
través de todas las zonas fisiográficas. Durante la Fase Inguapí II, las sociedades
Tumaco-Tolita dominaron la costa Pacífica desde el sur de La Tolita, Ecuador, hasta
Buenaventura en Colombia (Bouchard 1982-83; Patiño 1992; Stemper and Salgado
1995; Valdez 1987).
La Fase El Morro, datada entre 350 y 500 d.C., atestigua el colapso de las
sociedades Tumaco-Tolita en las tierras bajas costeras. Existe un cambio sustancial
en la muestra (de 48 a 17) mostrándo un decrecimiento en el número de sitios durante
la Fase El Morro con relación a la fase anterior, lo que indica un precipitoso declive en
la población (Fotos 5.2 y 5.4). Los sitios de la Fase El Morro están localizados en los
mismos lugares de los sitios de la Fase Inguapí II, lo que sugiere que hubo continuidad
entre ambas fases. De los 7 sitios de la Fase El Morro en la zona de manglares, 6
están localizados sobre sitios Inguapí II. Solamente hay 3 sitiios de la Fase El Morro en
la zona Interfluvial y todos están cerca de los límites de la zona de manglar. Además,
otros 7 sitios de esta fase ocupan la zona fluvial. La más amplia ocupación de sitios El
Morro ocurren dentro o cerca de la zona de manglares. Exporcol (S01) es un sitio de 2
hectáreas con dos montículos, Tambillo (S04) cubre 4 hectáreas y tienen 1 montículo, y
Nerete (S03) se emplaza en 8 hectáreas donde se perciben 6 montículos. Durante la
Fase El Morro, pareciera que el foco de sus ocupaciones regresaran a zonas de
manglares o al menos tenían un permanente contacto con este ecosistema.
Durante el Período Tardío (800-1500 a.C.) la costa Pacífica en el antiguo reino
Tumaco-Tolita, se caracterizó por patrones culturales muy diferentes a aquellos
observados en épocas más tempranas. Las evidencias arqueológicas para las fases
Bucheli-Caunapí en Tumaco; Tumbaviro, Las Cruces, Herradura y Mina de la cuenca
del Santiago-Cayapas; Maina sobre el bajo Patía, San Miguel en Guapi, Timbiquí en la
costa del Cauca y San Luis en el bajo Calima, son similares y típicas de culturas de
selva tropical (DeBoer 1996; Patiño 1988a; Rodríguez 1988). Esta evidencia sugiere
que durante el Período Tardío y después un hiatus de probablemente 200 años,
nuevos grupos representados por la Fase Bucheli-Caunapí llegaron a la región de
Tumaco y continuaron ocupando el territorio hasta que éste fue colonizado por
europeos en el Siglo XVI.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Mientras que los asentamientos Tumaco-Tolita (Fase Inguapi II) estaban
localizados en las tierras bajas fértiles con acceso directo a los recursos acuáticos de
manglares y mar, los caseríos de la grupos tardíos fueron pequeños y su tendencia fue
la de ocupaciones dispersas a lo largo de las margenes de los ríos. Algunas de las
ocupaciones arqueológicas corresponden a asentamientos históricos de los Sindagua,
popularmente conocidos como Indios Bravos que se establecieron en las tierras bajas
costeras hasta el Siglo XVII (Calero 1997; Romoli 1963; West 1957).
(2) Cuáles fueron los patrones de subsistencia de los grupos prehispánicos
costeros y, en particular, cual fue la importancia del maíz en el mantenimiento de estas
sociedades?
Un elemento central en la economía de Tumaco-Tolita (Fase Inguapí II) fue la
incorporación de un elaborado sistema de campos levantados para cultivo sobre una
llanura aluvial con inundaciones estacionales. Los mejores ejemplos de estos campos
se localizan en los sitios Piñal Salado (S06) y Las Marías (S12). La modificación del
paisaje se logró mediante la conexión de canales a estuarios, lo que condujo a que los
constructores de estos sistemas pudieron controlar las inundaciones de la llanura
aluvial. Los sistemas conocidos son suficientemente intensivos como para soportar una
densa población durante al menos 600 años. No hay duda que la economía de estas
sociedades estuvo basada en una agricultura intensiva, pesca e intercambio. Análisis
de polen y fitolitos y algunas formas de vasijas indican que el maíz, la calabaza,
maranta y palmas fueron cultivados en los campos agrícolas de Tumaco. La existencia
de ralladores en cerámica también sugiere que la yuca y otras raíces comestibles
pudieron ser cultivadas. Metates, manos de moler, morteros y hachas están asociadas
con productos y actividades agrícolas.
Los ríos, estuarios y mar abierto proveyeron recursos económicos y también
interconectaron las diferentes zonas fisiográficas de la costa baja de Tumaco,
facilitando la movilidad y el intercambio de bienes entre estas sociedades. La pesca en
los ríos, estuarios y mar abierto debió valorarse altamente, dada la diversidad de los
habitats acuáticos en la región (Leyva 1993). Sin embargo, la pobre preservación de
los restos de peces y otras especies hace que la contribución de está información al
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
estudio de la dieta sea difícil de estimar para la región de Tumaco. En general se
asume que el maíz complementado con una dieta marina sirvió de base para el
incremento de la población de sociedades costeras (Guinea 1995; Marcos 1988).
(3) Cuál fue la importancia del intercambio marítimo y terrestre para el
mantenimiento de los centros Tumaco-Tolita? y (4) Cuál fue la naturaleza de la
interacción entre las zonas costeras y los Andes de Colombia y Ecuador?
Las relaciones de intercambio están implícitas en la presencia de objetos
suntuarios, tales como Spondylus, obsidiana y ornamentos en oro (hechos localmente),
producidos a partir de materiales cuyas fuentes son variadas y algunas veces bastante
distantes (200 km) de los centros Tumaco-Tolita. Estas relaciones han sido trazadas
no solamente a lo largo de la costa Pacífica, sino hacia el piedemonte y tierras altas
andinas del este. Las élites locales parecen haber participado en el intercambio
interregional de la obsidiana, concha, piedras y cerámicas de fuentes en el
suroccidente de Colombia y Ecuador. Objetos tanto de la costa como de los Andes
fueron probablemente transportados a lo largo de rutas que seguían los ríos y valles de
Guayllabamba, Chota, y Mira, los cuales proveen una relativa y fácil conexión entre las
tierras altas y la costa (Cf., Alcina Franch 1985; Dorighel et al. 1996, 1998).
Varios autores coinciden en afirmar que las sociedades Tumaco-Tolita
participaron en el intercambio a larga distancia con grupos de la costa Pacífica
Mesoamérica basándose en similitud de formas cerámicas y decoraciones, figurillas
humanas y animales, entre otros elementos encontrados en ambas áreas (Cf., Marcos
1978; 1988; Reichel-Dolmatoff 1986). Otros autores han llamado la atención sobre
elementos de Sur América en la costa Pacífica de Mesoamerica incluyendo figurillas
humanas atípicas (Anawalt 1992) y metalurgia (Hosler 1997). La existencia del
intercambio a larga distancia con Mesoamérica no puede ser descartado y merece un
escrutinio más profundo.
(6) ¿Cuales son los factores que provocaron el declive y colapso de las
sociedades complejas de Tumaco-Tolita?
Después del 350 a.C. existió un cambio dramático en la población de la zona
estudiada y a partir del 500 d.C. la zona prácticamente es abandonada. La causa o
causas del colapso de las sociedades Tumaco-Tolita siguen aún sin clarificar. No hay
indicios de guerras y, además, parece existir un hiatus entre el momento de abandono
por parte de los grupos Tumaco-Tolita y los nuevos grupos ocupantes de la Fase
Bucheli-Caunapi. La interrupción del intercambio se correlaciona con la pérdida de
población, cesando la construcción de montículos, aunque aún no es claro cual de las
dos aparece primero.
En esta área de altas y continuas precipitaciones, la economía de subsistencia
basada en la agricultura intensiva, pudo ser vulnerable a los cambios climáticos. La
zona interfluvial parece abandonarse después del 350 d.C. durante la Fase El Morro, lo
mismo que los sistemas de campos elevados. Después del 500 d.C. el área entera,
incluyendo las zonas de manglar y fluviales, parece ser abandonada. Esto se
correlaciona con una época, cerca del 500 d.C., cuando la mayor parte del norte de Sur
América padece prolongadas sequías y las tierras bajas costeras entre Ecuador y Perú
experimentan graves innundaciones (Meggers 1996; Suzunaga 1995). El incremento
de las lluvias está asociado con los eventos de El Niño, lo que causa masivas
innundaciones en el área de Tumaco; repetidos episodios en el pasado pudieron haber
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
obstaculizado la agricultura en la planicie costera. Sin embargo, no existen registros
paleoclimáticos de la región de estudio que puedan confirmar o rechazar esta hipótesis.
Esta investigación fue concebida como una contribución al estudio de la
emergencia, persistencia y eventual declive de las sociedades complejas o cacicazgos
en la región de Tumaco (Drennan 1995, 1996; Earle 1987, 1989, 1997). Los métodos
utilizados han sido productivos para comenzar a desarrollar y orientar tópicos como los
patrones de asentamiento, subsistencia e intercambio prehispánico en Tumaco. Sin
embargo, para llegar más lejos en la respuesta a estas preguntas, parcialmente
desarrolladas en este estudio, se necesitarán más reconocimientos y excavaciones
sistemáticas para acrecentar la información sobre áreas residenciales (organización de
viviendas), construcción y uso de montículos, diferenciación social y densidades de
población. Finalmente, cuando se compare la información obtenida durante el Proyecto
Tumaco con otras similares del Área Intermedia, la contribución al entendimiento de los
procesos implicados en el origen y desarrollo de las sociedades complejas será mayor.
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
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TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE A
Reconocimiento Geológico y Características de Suelos en Sitios
Arqueológicos de Tumaco
229
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE B
Descripción Petrográfica de Secciones Delgadas en Cerámica
Por Juan Luis González
Geólogo
Muestra No.1
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color café oscuro
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
fino a medio. La composición incluye:
60% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
20% Anfíboles.
20% Fragmentos de rocas, representados principalmente por andesitas y basaltos y
en menor proporción por areniscas cuarzosas. Se observan trazas de minerales
opacos y óxidos como productos de alteración y fragmentos de cerámica.
Muestra No.2
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color pardo rojiza
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
fino a medio. La composición incluye:
50% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
30% Fragmentos de rocas volcánicas, representados por andesitas y basaltos.
15% Anfiboles.
5% Minerales opacos y óxidos como productos de alteración.
Las fuentes más probables de estas arenas son las llanuras de inundación y barras de
los ríos del área.
Muestra No.3
Muestra No.4
Cerámica Arenosa ordinaria
Matriz: Arcilla de color pardo a café clara.
230
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Atemperante: Está compuesto por arenas subangulares a subredondeadas de grano
medio a grueso. La composición incluye:
85% Cuarzo y plagioclasa en iguales proporciones.
10% Fragmentos de rocas volcánicas, representados por andesitas y basaltos.
5% Anfiboles.
Se observan trazas de minerales opacos y óxidos como productos de alteración.
Las fuentes más probables de estas arenas son las llanuras de inundación y barras de
los ríos del área.
231
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE C
232
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
Tabla 1. Distribución de Obsidianas en Tumaco.
_______________________________________________________________________
Sitio No. Procedencia Referencia Análisis Grupo
_______________________________________________________________________
La Miranda (S97) Superficie MIRa TF Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRb TF Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRc PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRd PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRe PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRf PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRg PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRh PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRi PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRj PIXE Mullumica
La Miranda (S97) Superficie MIRk PIXE* Tumaco
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGa TF Tumaco
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGb PIXE Mullumica
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGc PIXE Mullumica
La Remigia (S54) Tr-1-B-00-20cm RMGd PIXE Mullumica
San Luis (S02) Superficie SL1 TF Mullumica
San Luis (S02) Superficie SL2 PIXE Mullumica
La Esperanza (S58) Tr-1-B-60-80cm PRZ1 PIXE Mullumica
La Esperanza (S58) Tr-1-B-60-80cm PRZ2 PIXE Tumaco
La Magnolia (S14) Superficie MGN PIXE Mullumica
Exporcol (S01) Superficie EXP PIXE Mullumica
El Esfuerzo (S09) Superficie ESF PIXE Mullumica
La Cortadura (S65) Superficie CTD PIXE Mullumica
La Cocotera Cauca Superfice CO TF Mullumica
_______________________________________________________________________
* No datable por problemas de Uranio. TF= artefactos datados por Trazas de Fisión
del Uranio (Véase Tabla ). PIXE= análisis de elementos geoquímicos por el método
no destructivo PIXE (Particle Induced X-Ray Emission) (Figura 5.8).
235
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE D
Análisis de Muestra Orfebre Prehispánica
1. El elemento principal de las tres muestras es oro, los otros metales se encuentran
en proporciones menores.
2. Los metales presentes en el botón de oro, (muestra No.1), sugieren que fue
fabricado a partir del oro de aluvión fundido.
3. Las muestras Nos. 2 y 3 son similares. Al parecer fueron elaboradas a partir de oro
de aluvión al cual se le adicionó cobre.
236
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE E
Polen y Macrorestos de los sitios La Tirsa y La Magnolia
Por Juan Carlos Berrío,
Luisa F. Herrera y Gaspar Morcote
Fundación Erigaie
A. ANÁLISIS DE POLEN
2. Resultados
237
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
239
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
__________________________________________________
HONGOS Y ALGAS PORCENTAJE CANTIDAD
(Humedad)
__________________________________________________
Botriococcus sp. 53.2 33
Briofitos 14.5 9
Spyrogyra sp. 12.9 8
Hongos 19.4 12
__________________________________________________
TOTAL HUMEDAD 62
__________________________________________________
Se encontraron para este sitio tan sólo 5 granos de polen, dos pertenecientes a
especies arbóreas y 3 a esporas de helechos. Su baja proporción no permite llevar a
cabo inferencias sobre cobertura vegetal. Además, no se registra ningún cultivo. En la
Tabla 2 se da el listado de las especies presentes en el sitio Las Tres Marías.
240
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
_________________________________________________________________
ESPECIE CANTIDAD
_________________________________________________________________
Podocarpus sp. 1
Palmae 1
Hirtella sp. 1
Trema sp. 1
Trilete psilado 1
Trilete verrugado 1
Trilete div. 1
Polypodiaceae 2
Monolete psilado 8
Monolete psilado <65 micras 1
Monolete verrugado 2
Briofito 1
Rhizopoda 7
Fungi 3
_________________________________________________________________
B. ANÁLISIS DE MACRORESTOS
Muestra No.1
Muestra tomada en campos de cultivo prehispánicos. Trinchera 1, 10-20cm.
Familia: Arecaceae (Palmae)
Especie: Phytelephas seemannii
Nombres vernáculos: Tagua, entá, yarina (Patiño 1977:166), marfil vegetal (Patiño
1974).
Usos: Las semillas en estado inmaduro son utilizadas para extraer líquido que sirve
como bebida. El mesocarpio maduro es consumido (Henderson 1995). De las semillas
se extrae el "marfil vegetal" para la fabricación de artesanías. Los indígenas Cayapas
del Ecuador (vertiente del Pacífico) usan la hoja para techar (Patiño 1964).
Muestra No.2
Muestra tomada en campos de cultivo prehispánicos. Trinchera 1, 30-40cm.
Familia: Arecaceae (Palmae)
Especie: Astrocaryum standleyanum
Nombres vernáculos: Chunga, guerre, güéguerre, guérregue.
Usos: Los troncos son usados como pilotes los frutos son dulces utilizados algunas
veces como fuente de alimento (Galeano y Bernal 1987).
Registro arqueológico: En la llanura aluvial de los ríos Calima y San Juan se recuperó
un fragmento posiblemente de esta especie, asociado a una fecha de 800 d.C.
(Romero 1994). Identificación basada en muestras contemporáneas F.E:0858;
F.E:0925; F.E:1113.
En el sitio precerámico Vaca del Monte, Panamá, se excavaron fragmentos de
endocarpio de Astrocaryum asociados a una fecha de 3980 a.C. (Cooke y Ranere
242
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
1992: Tabla 2).
243
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE F
Muestras de C-14 Para Sitios Arqueológicos Costeros de Colombia
y Norte del Ecuador
______________________________________________________________________________________
REGION SITIO LABORATORIO A.P. A.C-D.C CALIBRACION 2sig. AUTOR
______________________________________________________________________________________
Tumaco Inguapí Ny637 105 ± 80 1845 ± 80 D.C 1652-1955D.C Bouchard
Esmeraldas Chachi Beta20643 150 ± 70 1800 ± 70 D.C 1666-1790D.C DeBoer
Tumaco Inguapí Ny636 130 ± 80 1820 ± 80 D.C 1644-1955D.C Bouchard
Esmeraldas Herradura Beta20640 560 ± 60 1390 ± 60 D.C 1297-1447D.C DeBoer
Tumaco Bucheli IAN112 875 ± 80 1075 ± 80 D.C 1012-1290D.C Bouchard
Tumaco Imbilí M1481 950 ± 150 1000 ± 150D.C 779-1305D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas Las Peñas Beta ? 970 ± 70 980 ± 70 D.C 966-1226D.C Tihay
Esmeraldas Las Cruces Beta28148 1030 ± 80 920 ± 80 D.C 880-1202D.C DeBoer
Bajo Patía Maina Beta30284 1070 ± 60 880 ± 60 D.C 800-1040D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX10507 1155 ± 145 795 ± 145D.C 631-1212D.C Valdez
Esmeraldas Escamarlan Beta ? 1190 ± 70 760 ± 70 D.C 675-1006D.C Tihay
Cauca San Miguel Pit-212P3 1285 ± 35 665 ± 35 D.C 665- 798D.C Patiño
Esmeraldas Herradura Beta33780 1300 ± 120 650 ± 120D.C 544- 998D.C DeBoer
Esmeraldas Las Cruces Beta28149 1390 ± 60 560 ± 60 D.C 560- 238D.C DeBoer
Esmeraldas Herradura Beta33779 1450 ± 90 500 ± 90 D.C 423- 728D.C DeBoer
Bajo Patía Buenavista Beta30754 1460 ± 60 490 ± 60 D.C 430- 670D.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta25513 1460 ± 90 490 ± 90 D.C 505- 185D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20645 1520 ± 70 430 ± 70 D.C 410- 660D.C DeBoer
Tumaco El Morro Ny743 1520 ± 75 430 ± 75 D.C 403- 663D.C Bouchard
Bajo Patía Buenavista Beta30753 1530 ± 60 420 ± 60 D.C 414- 625D.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta20636 1540 ± 80 410 ± 80 D.C 380- 660D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20635 1570 ± 60 380 ± 60 D.C 388- 630D.C DeBoer
Esmeraldas Herradura Beta20642 1590 ± 140 360 ± 140D.C 135- 686D.C DeBoer
Esmeraldas S. Alegre Beta20647 1640 ± 110 310 ± 110D.C 140- 647D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta33781 1660 ± 120 290 ± 120D.C 119- 647D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta28150 1660 ± 60 290 ± 60 D.C 248- 545D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta20646 1670 ± 70 280 ± 70 D.C 234- 548D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita M735 1690 ± 200 270 ± 200D.C 104A.C-721D.C Stirling
Esmeraldas Las Cruces Beta25518 1720 ± 80 230 ± 80 D.C 129- 538D.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta25514 1740 ± 80 210 ± 80 D.C 120- 458D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita GX10506 1755 ± 180 195 ± 180D.C 153- 656D.C Valdez
Esmeraldas Guadual Beta20637 1790 ± 300 160 ± 300D.C 405A.C-881D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita CSIC244 1800 ± 200 150 ± 200D.C 334A.C-653D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GIF6983 1800 ± 70 150 ± 70 D.C 83- 398D.C Bouchard
Esmeraldas S. Alegre Beta25521 1805 ± 70 145 ± 70 D.C 73- 411D.C DeBoer
Esmeraldas La Tolita GX11288 1815 ± 90 135 ± 90 D.C 15- 422D.C Valdez
Esmeraldas Guadual Beta25514 1840 ± 140 110 ± 140D.C 157- 538D.C DeBoer
Cauca Cocotera Beta20603 1840 ± 60 110 ± 60 D.C 400- 640D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12376 1850 ± 75 100 ± 75 D.C 11- 383D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita CSIC245 1860 ± 60 90 ± 60 D.C 25- 330D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GIF6815 1860 ± 60 90 ± 60 D.C 25- 330D.C Bouchard
Tumaco Inguapí Ny643 1860 ± 95 10 ± 95 D.C 41- 407D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX10505 1860 ± 175 90 ± 175D.C 348A.C-591D.C VAldez
Esmeraldas La Tolita GX12375 1875 ± 75 75 ± 75 D.C 06- 339 D.C Valdez
Bajo Patía Buenavista Beta30283 1880 ± 60 70 ± 60 D.C 20A.C-250D.C Patiño
Tumaco El Balsal Ny742 1900 ± 70 50 ± 70 D.C 37A.C-258D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX12 372 1910 ± 80 40 ± 80 D.C 50A.C-325D.C Valdez
Tumaco Mataje M1478 1940 ± 130 10 ± 130D.C 338A.C-398D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas La Tolita GX9884 1940 ± 140 10 ± 140D.C 353A.C-412D.C Valdez
244
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
_____________________________________________________________________________________
REGION SITIO LABORATORIO A.P. A.C-D.C CALIBRACION 2sig. AUTOR
_____________________________________________________________________________________
Esmeraldas La Tolita GX12377 1950 ± 75 00 ± 75 D.C 103A.C-240D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12370 1950 ± 75 00 ± 75 D.C 103A.C-240D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita M735 1960 ± 60 10 ± 60 AC 59A.C-217D.C Franch
Esmeraldas La Tolita GX9883 1965 ± 170 15 ± 170AC 368A.C-405D.C Valdez
Tumaco Inguapí Ny640 2000 ± 80 50 ± 80 AC 190A.C-216D.C Bouchard
Tumaco Remigia Beta 85030 2010 ± 120 60 ± 120AC 365A.C-250D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12378 2010 ± 70 60 ± 70 AC 182A.C-136D.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX11290 2035 ± 135 85 ± 135AC 387A.C-255D.C Valdez
BuenaventuraBocana Beta45781 2050 ± 50 100 ± 50 AC183A.C-73D.CSalgado/Stemper
Tumaco Inguapí Ny638 2050 ± 80 100 ± 80 AC 349A.C-125D.C Bouchard
Esmeraldas La Tolita GX11289 2050 ± 95 100 ± 95 AC 361A.C-141D.C Valdez
Cauca Tamarindo Beta22666 2090 ± 60 140 ± 60 AC 349A.C- 60D.C Patiño
Cauca Delicias Beta20604 2140 ± 90 190 ± 90 AC 392A.C- 67D.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12371 2140 ± 220 190 ± 220AC 793A.C-382D.C Valdez
Tumaco Magnolia Beta 88801 2160 ± 70 210 ± 70 AC 380- 05 A.C Patiño
Tumaco Inguapi Ny641 2190 ± 100 240 ± 100AC 405A.C- 20D.C Bouchard
Tumaco Inguapi Ny639 2220 ± 85 270 ± 85 AC 405- 40 A.C Bouchard
Tumaco Tangareal Beta 85031 2230 ± 60 280 ± 60 AC 395-115 A.C Patiño
Tumaco Mataje M1479 2250 ± 200 300 ± 200AC 808A.C-147D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas La Tolita GX12379 2265 ± 80 315 ± 80 AC 474-106 A.C Valdez
Tumaco Miranda Beta 83659 2270 ± 70 320 ± 70 AC 415-165 A.C Patiño
Tumaco Inguapí Ny642 2275 ± 85 325 ± 85 AC 516-106 A.C Bouchard
Tumaco Magnolia Beta 91513 2300 ± 70 350 ± 70 AC 505-185 A.C Patiño
Tumaco Magnolia Beta 82930 2320 ± 60 370 ± 60 AC 505-330 A.C Patiño
Tumaco Mataje M1480 2350 ± 180 400 ± 180AC 832A.C- 19D.C R-Dolmatoff
Esmeraldas S. Alegre Beta33782 2390 ± 80 440 ± 80 AC 780-244 A.C DeBoer
Tumaco Magnolia Beta 88799 2420 ± 70 470 ± 70 AC 785-375 A.C Patiño
Tumaco Magnolia Beta 82931 2420 ± 90 470 ± 90 AC 795-360 A.C Patiño
Cauca Cocotera Pitt0210P1 2490 ± 50 540 ± 50 AC 795-404 A.C Patiño
Esmeraldas La Tolita GX12380 2450 ± 80 500 ± 80 AC 799-380 A.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12373 2505 ± 70 555 ± 70 AC 807-400 A.C Valdez
Esmeraldas La Tolita GX12374 2540 ± 75 590 ± 75 AC 823-405 A.C Valdez
Esmeraldas Bañadero Beta ? 2860 ± 90 910 ± 90 AC 1297-817 A.C Tihay
Cauca Cocotera Pitt0211P1 3100 ± 50 1150 ± 50 AC 1444-1218A.C Patiño
Esmeraldas Guadual Beta25520 3120 ± 160 1170 ± 160 AC 1740-921 A.C DeBoer
Esmeraldas Guadual Beta25519 3200 ± 150 1250 ± 150 AC 1869-1044A.C DeBoer
Esmeraldas Islote3 Beta ? 3230 ± 80 1289 ± 80 AC 1681-1315A.C Tihay
Esmeraldas El Vapor Beta ? 3240 ± 70 1290 ± 70 AC 1678-1328A.C Tihay
I. Gorgona M. Viejo Beta36110 3340 ± 280 1390 ± 280 AC 2450-910 A.C Casas
Esmeraldas Molinita Beta ? 3400 ± 100 1450 ± 100 AC 1937-1442A.C Tihay
Esmeraldas S. Alegre Beta33778 3580 ± 210 1630 ± 210 AC 2488-1419A.C DeBoer
Tumaco Esperanza Beta 83658 3960 ± 100 2010 ± 100 AC 2865-2810A.C Patiño
________________________________________________________________________________________
Nota: Fechas de Radicarbono C-14 Para Sitios Arqueológicos del Pacífico de Colombia y Norte del
Ecuador, 1996. Calibración Según Stuiver, M. and Pearson, G.W., 1993, Radiocarbon, 35:1-23. Fuentes:
(Casas 1991; Bouchard 1982-83; DeBoer 1996; Franch 1979; Patiño; 1992; 1993; Reichel-Dolmatoff 1965;
Stirling 1963; Tihay 1995; Valdez 1987). Laboratorios: Beta= Beta Analytic Inc. Miami, FL. USA.
M= Michigan, USA. PITT= University of Pittsburgh, PA. USA. C.S.I.C.= Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Madrid. Ny=Nancy, France. I.A.N.= Instituto de Asuntos Nucleares, Bogotá,
Colombia. GIF= Gif-Sur-Yvette, París, France. GX= Geochron de Krueger Enterprises Inc. Cambridge,
MA. USA.
245
TUMACO PREHISPÁNICO.ASENTAMIENTO, SUBSISTENCIA E INTERCAMBIO EN LA COSTA PACÍFICA. DIÓGENES PATIÑO C. UNIVERSIDAD DEL CAUCA
APÉNDICE G
LISTA DE FIGURAS
(DESCRIPCIÓN DE MATERIALES DE LAS FIGURAS 5.2 A 5. 10)
Figura 5.2. Formas de vasijas y diseños decorativos del período Chorrera en la fase
Inguapí I.
a. Tangareal Tr-1 60-70cm. b. q. La Magnolia Tr-1 70-80cm; c. La Magnolia Tr-1 80-
90cm; d. Robles superficie; e. f. m. n. La Magnolia Tr-1 90-100cm; f. La Magnolia Tr-2
300-310cm; g. La Riverita superficie; h. La Magnolia Tr-2 300-310cm; i. Tangareal
superficie; l. p. r. El Esfuerzo superficie; ll. La Magnolia superficie; o. La Magnolia Tr-2
200-210cm; s. Inguapí superficie.
Figura 5.3. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
a. La Magnolia superficie; b. c. Exporcol superficie; d. El Esfuerzo superficie; e. f. h. La
Magnolia Tr-1 90-100cm; g. La Magnolia Tr-1 50-60cm; i. El LLano superficie; k. El
Salto superficie; l. ll. o. p. q. La Magnolia Tr-1 80-90cm; m. w. La Magnolia Tr-2 300-
310cm; n. Inguapí-Chilvi superficie; r. x. y. La Magnolia Tr-1 60-70cm; s. La Magnolia
Tr-2 310-320cm; t. Miranda superficie; u. Inguapí del Carmen superficie; v. La Magnolia
Tr-2 290-300cm.
Figura 5.5. Formas y estilos decorativos en cerámicas de la fase Inguapí II, Tumaco-La
Tolita.
a.Inguapí de la Chiricana, superficie; b. c. k. La Magnolia Tr-1 80-90cm; d. Robles,
superficie; e. h. n. s. La Magnolia Tr-1 90-100cm; f. Inguapí del Carmen superficie; g.
La Magnolia superficie; i. Gran Cebú superficie; j. q. Miranda superficie; l. La Magnolia
Tr-1 60-70cm; ll. m. Miranda Tr-1 70-80cm; o. La Magnolia Tr-1 70-80cm; p. La
Magnolia Tr-2 210-220cm; r. La Magnolia Tr-1 10-20cm.
Figura 5.7. Fragmentos de figurinas, sellos, cuentas de collar, volantes huso, fragmento
de bahareque, fichas y pesas líticas de red de la fase Inguapí II, Tumaco-La Tolita.
a. b. c. f. h. n. o. q. r. La Miranda superficie; d. La Miranda Tr-1 60-70cm; e. el Esfuerzo
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superficie; g. Tambillo superficie; i. La Magnolia Tr-2 210-220cm; j. La Magnolia Tr-2
240-250cm; k. La Magnolia Tr-2 270-280cm; l. El Coco superficie; ll. La Miranda Tr-1
10-20cm; m. Gran Cebú superficie; p. s. Exporcol superficie.
Figura 5.10. Fragmentos de figurinas fase El Morro (a-c). Formas y estilos decorativos
en cerámicas de la fase Bucheli-Caunapí (d-p). Formas y estilos decorativos en
cerámicas de época histórica (q-s) y pipas en cerámica (t-u).
a. b. Exporcol superficie; c. La miranda Tr-1 40-50cm; d. La Magnolia Tola 1; e. k. ll. m.
o. q. Zapotal superficie; f. La Puntilla superficie; g. El Aguacate superficie; h. La
Remigia
Tr-1 U-D 00-20cm; i. l. p. Vuelta Larga superficie; j. La Magnolia Tr-2 00-10cm; n. La
Riverita superficie; r. t. El Coco superficie; s. Pedregal superficie; u. La Esperanza
superficie.
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