En materia de medio ambiente se advierte de que el ruido representa un
problema creciente que afecta a la salud y a la calidad de vida de al menos el 25% de la población de Trujillo. Y como objetivo se plantea dar a conocer a las personas dichos niveles de contaminación acústicay los efectos que traen consigo, en dicha ciudad, escogiendo especialmente las zonas más transitadas por las personas y concurridas por el transporte público como lo son: el mercado Mayorista, APIAT, la UPAO, OR, así como en el Ovalo Grao. Para alcanzar esto se plantea realizar una análisis para determinar tales grados de contaminación, luego poder incentivar a los transportistas a recapacitar para que se pueda minimizar los niveles de ruido a nivel local y elaborar medidas para que después no nos lamentemos de los efectos en la salud, las cuales pueda traer este problema a las personas o aquellas que ya influyen en la vida de algunas personas de dichas zonas mencionadas no se agraven. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ruido no modifica el medio ambiente, pero incide en el órgano de percepción fisiológico, el oído; el efecto producido en el órgano de la audición del ser humano por las vibraciones del aire, afecta las actividades del desarrollo social del individuo: en la comunicación, aprendizaje, concentración, descanso y distorsiona la información. Por otro lado, la Organización Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del Ministerio del Ambiente en el Perú, considera que el sonido no deseado es generado por la convivencia humana en los grandes asentamientos o ciudades, cuyas causas son el incremento del parque automotor, la industria, los comercios y mercados, las manifestaciones, los óvalos, etc; lo que se conoce como contaminación acústica urbana. La mejor manera de medir el ruido o presión sonora en un determinado momento, es a través de la unidad llamada “decibeles”, expresada simbólicamente como (dB); los equipos de medida más utilizados son conocidos como sonómetros. El Perú tiene aprobado el Decreto Supremo Nº 085-2003-PCM “Reglamento de Estándares Nacionales de Calidad Ambiental para Ruido”; no obstante existe altos niveles de contaminación sobre todo en las ciudades con un mayor parque automotor. Según el Servicio de Gestión Ambiental (SEGAT) de la Municipalidad de Trujillo, tiene como ordenanza municipal n° 034-2008, según el artículo n° 17, el procedimiento administrativo debe sancionar con el levantamiento de la papeleta y su correspondiente notificación, siendo firmada por el inspector Municipal de transporte o la Policía Nacional del Perú, como forma opcional Seguridad Ciudadana, por lo cual se considera que el tráfico rodado genera la mayor producción de ruido como consecuencia del funcionamiento del motor a lo que se suma los ruidos de las bocinas y tubos de escape . Por otro lado, los conductores de microbuses, combis, colectivos suben el volumen a niveles altos especialmente en las zonas de la OR, la UPAO, el Mayorista, APIAT y el Ovalo Grao, generando desorden e incomodidad en los pasajeros y transeúntes; debido a querer ganar a otra unidad de transporte algún pasajero; tal vez, por querer pasar la luz ámbar antes de que esta cambie a roja o simplemente por el hecho de que andan atrasados para marcar su control. Frente a esta realidad problemática, se puede evidenciar que no existen prácticas adecuadas para reducir la contaminación acústica para adoptar prácticas en común que beneficien a todos los ciudadanos. Así mismo, existe el bajo nivel de educación vial en los transeúntes y conductores. Por ello, existe la necesidad de crear estrategias mediante un plan de comunicación para informar, persuadir y recordar al ciudadano que la contaminación acústica impacta sobre la calidad de vida.
Szajnberg-Sorda-Tello. Las Tierras Del Playón Ferroviario Desactivado de Caballito. La Puja de Distintos Actores y Agentes Por Su Apropiación Espacial.
EL «CORREDOR DE LA PLATA» (GIBRALTAR-GIJÓN). UN CAMINO DE CAMINOS (S.-N./N.-S.) EN EL OCCIDENTE HISPANO. XI Congreso Internacional de Caminería Hispánica. Madrid, del 25 al 29 de junio de 2012. Diego M. Muñoz Hidalgo