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4.

El carácter fetichista de la mercancía y su secreto

Solo el análisis devela lo endemoniado de la mercancía, que a primera vista se muestra como
trivial.

Se descarta que a través del análisis de la mercancía como valor de uso se encuentre aquello
misterioso o endemoniado.

Cuando “entra en escena como mercancía” toma su carácter de cosa <<sensorialmente


suprasensible>>. Parece indicar que para los sentidos la cosa es tan trivial como cualquier otra,
pero su análisis develaría este carácter paradójico de ser sensible y al mismo tiempo
suprasensible.

Distinción entre producto y trabajo -> de la forma misma de mercancía.

Igualdad de trabajo humano -> Igualdad de la objetividad de valor de los productos

Gasto de fuerza de trabajo humano (duración) -> magnitud de valor de los productos

Relaciones entre productores -> relación social de los productos

La forma mercantil refleja el carácter social del trabajo humano como “caracteres objetivos
inherentes a los productos del trabajo humano” y por ende también refleja la relación social
entre los productores y el trabajo global como “una relación social entre los objetos, existente al
margen de los productores” (PRODUCTOS DEL TRABAJO -> MERCANCIAS; PRODUCTO TOMA LA
FORMA FANTASMAGÓRICA O MERCANTIL, FETICHISMO QUE SE ADHIERE A LOS PRODUCTOS).

El trabajo privado y su realización independiente condicionan al objeto para el uso como


mercancía. Como conjunto de trabajos privados conforman el trabajo social global. El trabajo
global solo manifiesta su atributo social por medio del intercambio, y este se realiza entre
productos y solo así entre productores. De ahí que estas relaciones sociales entre trabajos
privados se aparezcan como “relaciones propias de cosas entre las personas y relaciones sociales
entre las cosas”.

Es en el intercambio donde se produce la escisión del producto en cosa útil y cosa de valor. Pero
tal escisión solo se efectiviza, en la práctica, “cuando el intercambio ya ha alcanzado la extensión y
relevancia suficiente como para que se produzcan cosas útiles destinadas al intercambio” donde
“ya en su producción misma se tiene en cuenta el carácter de valor de las cosas”.

Inmersos en el trabajo social global, los trabajos privados adoptan el doble carácter social en
tanto:

1. Como trabajos útiles determinados satisfacen necesidades sociales determinadas


2. Como trabajo privado particular, dotado de utilidad, es pasible de intercambio por otra
clase de trabajo privado útil, y por lo tanto le es equivalente.

La equivalencia o igualdad de los trabajos diversos “solo puede consistir en una abstracción de su
desigualdad real, en la reducción al carácter común que poseen en cuanto gasto de fuerza
humana de trabajo, trabajo abstractamente humano”.
Énfasis de Heinrich en que esta adhesión del fetichismo a la mercancía no solo se trata de una
falsa conciencia sino de un estado de cosas real (cosa sensorial suprasensorial).

Así, el que se relacionen como valores los productos del trabajo humano no se da por una imagen
del producto envolviendo al trabajo sino justamente por la igualación abstracta como valor de
productos heterogéneos como igual trabajo humano, cosa que “No lo saben, pero lo hacen”.

Una cierta alusión a que el develamiento del carácter real del valor (o sea, la igualación del trabajo
humano como productos) no altera la forma de mercancía del producto.

El interés palmario de los productores en el intercambio es “saber cuanto producto ajeno


obtendrán por el producto propio; en qué proporciones, pues, se intercambiarán los productos”.
Tales proporciones toman cierta fijeza en el uso “naturalizándose”. Este carácter de valor se
consolida al hacerse efectivo en la practica como magnitudes de valor. Estas magnitudes toman un
movimiento social propio “bajo cuyo control se encuentran, en lugar de controlarlas”. El análisis
científico devela -solo en la producción de mercancías desarrollada de manera plena- cómo los
trabajos privados son reducidos a su medida de proporción social -tiempo de trabajo socialmente
necesario- imponiéndose “como ley natural reguladora”.

[Su desciframiento borra la apariencia de que la determinación de las magnitudes de valor


alcanzadas por los productos del trabajo es meramente fortuita, pero en modo alguno elimina su
forma de cosa] ¿Qué quiere decir Marx?

 El análisis científico devela que la determinación de las magnitudes de valor sea natural y
fortuita (como si asumiera una cierta contingencia de la naturaleza ¿es la naturaleza
contingente para marx?)
 Pero que el develamiento de la abstracción no elimina su carácter de cosa, o sea, de que a
pesar de lo espectral de su objetividad aun así tiene un carácter real que determina las
relaciones sociales y que el puro análisis no termina con su abstracción real o “forma de
cosa”.

El análisis científico tiene un camino opuesto al del desarrollo real de las formas de vida humana.
Es una reflexión posterior donde de la realidad del precio se determina la magnitud de valor como
también de la expresión colectiva de la mercancía en dinero se procede a determinar el carácter
de valor (de lo concreto a lo abstracto y de nuevo a lo concreto).

Que el dinero vela, de hecho, y no revela las relaciones sociales de los trabajadores individuales. Es
“últimamente” en el equivalente donde en su realización se presentan las relaciones sociales “bajo
esa forma insensata”.

 Las categorías de la economía burguesa son constituidas por este tipo de formas que,
siendo socialmente válidas (objetivas), crean “las relaciones de producción que
caracterizan ese modo de producción social históricamente determinado: la producción de
mercancías”.

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