1-Jelin realiza una conceptualización de familia con perspectiva de género y análisis
crítico de la distinción entre el mundo privado y el ámbito público para cuestionar la
imagen idealizada de la familia nuclear. El concepto clásico de Familia parte de un sustrato biológico ligado a la sexualidad y a la procreación. La familia es la institución social que regula, canaliza y confiere significado social y cultural a estas dos necesidades. Incluye también la convivencia cotidiana, expresada en la idea del hogar y del techo: una economía compartida, una domesticidad colectiva, el sustento cotidiano, unidos a la sexualidad legítima y a la procreación. La autora sostiene que en este modelo de familia, existen expectativas sociales diversas para el trabajo de hombres y de mujeres (H trabaja fuera, la M es la responsable de la domesticidad) y diferencias por edad (niños/as y ancianos/as dependientes). Se define al hombre como el responsable por el mantenimiento económico de la familia, mientras que la mujer es la principal responsable de las tareas reproductivas, tareas que se diferencias en tres niveles: Reproducción biológica: plano familiar gestar y tener hijos, y en el social se refiere a los aspectos sociodemográficos de la fecundidad. Reproducción cotidiana: organización y gran parte de las tareas domésticas que permiten el mantenimiento y la subsistencia de los miembros de su familia. Y Reproducción social: tareas dirigidas especialmente el cuidado y la sociabilización temprana de lxs niñxs, transmitiendo normas y patrones de conductas aceptadas y esperadas. En la situación problemática planteada la Sra. Julia comento que el vínculo con su pareja el Sr Alberto, se vio signado por situaciones de violencia familiar y de género, las cuales mantuvo ocultas por mucho tiempo. El Sr. Alberto, quien además de tener actitudes violentas y de maltrato hacia sus hijxs, le prohibía “salir a trabajar”, motivo por el cual también mantiene oculta su inserción en el mercado de trabajo informal (de planchado en domicilios). En este relato podemos observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en donde el hombre, jefe de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también ejerce poder de control y decisión sobre los otros integrantes de la familia, principalmente sobre la Sra., Julia, a quien se le impone participar solo del trabajo domestico y de las tareas de cuidado de sus hijxs. Es dable destacar que la internalización de este modelo de familia nuclear y patriarcal se corresponde con la problemática de violencia familiar y de género, ya que los vínculos entre varones y mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos, basados en una jerarquía desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs hijxs, como la “esposa-madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al jefe. Jelin sostiene que la idea de familia nuclear, neolocal y patriarcal, se ha visto profundamente cuestionada en las últimas décadas, producto de las transformaciones societarias producidas desde mediados del siglo XX, las que han impactado en la estructura y dinámica de las organizaciones familiares, viéndose el modelo familiar hegemónico impactado por los discursos e instituciones que lo sostienen. Especialmente en la segunda mitad del siglo, la urbanización acelerada, el aumento de la tasa de participación femenina en la fuerza de trabajo y el incremento en los niveles de educación son ejemplo de algunas de estas transformaciones. Contribuye al resquebrajamiento del modelo la creciente penetración de lo social en el ámbito privado de la organización familiar. En este sentido podemos ver una multiplicidad de formas de familia y de convivencia, en donde las responsabilidades y obligaciones familiares pueden estar a cargo de miembros que no comparten el hogar. En el relato de la Sra. Julia, comenta que ha denunciado a su pareja por violencia de género, por lo que en la actualidad el Sr Alberto tiene una restricción de acceso al domicilio familiar. Frente a esta intervención del Estado, la cotidianeidad de la Sra. Julia y de sus 4 hijxs en la actualidad se estructura en torno a un hogar monomarental (grupos familiares con jefatura femenina a cargo de niñxs). La autora plantea que también el amor y el cuidado pueden ser ofrecidos y recibidos sin convivencia cotidiana, en este sentido lxs niñxs comentan que frente a la violencia impartida por su progenitor se van a la casa de “Betty”, una vecina del barrio, podemos llegar a presumir cierto lazo construido de proximidad y confianza, “Betty”, en este caso podría llegar a operar como un sostén simbólico y material de lxs niñxs Asimismo, la autora plantea que para llevar adelante las tareas y las actividades ligadas al mantenimiento de sus miembros, toda unidad doméstica requiere recursos humanos y materiales, cuya obtención resulta problemática, y la unidad doméstica debe desarrollar mecanismos para su adquisición o creación. Los recursos pueden provenir del trabajo remunerado y no remunerado de los miembros, las transferencias de instituciones formales, fundamentalmente el Estado, la ayuda de organizaciones sociales “solidarias” (ong), los ahorros propios y otras fuentes de ingreso (rentas, inversiones, etc) y las transferencias informales basadas en redes de ayuda mutua e intercambio. En el relato la Sra. Julia se evidencia que en la actualidad no se encuentra inserta en el mercado de trabajo, y que en algunas ocasiones obtiene ingresos a partir de realizar tareas de planchados en domicilios. Los ingresos del hogar resultan insuficientes para la satisfacción de sus necesidades, requiriendo de tal modo de la asistencia estatal para afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y de manera fluctuante con la cuota alimentaria por parte del Sr. Alberto, asimismo lxs ninxs en edad escolar comen en el comedor de la escuela y en determinados momentos concurren al comedor comunitario del barrio. Por su parte, Eroles establece que las familias ocupan en el escenario de la vida cotidiana una llamativa centralidad. Es en su seno donde nacen las demandas, o se producen los conflictos y las necesidades insatisfechas que dan origen a modalidades de acción transformadora. La cotidianidad se presenta como el espacio donde se manifiestan e interactúan necesidades, condicionamientos, afectos, valoraciones, y se manifiestan las relaciones en distintos contextos significativos: histórico-cultural, familiar, laboral y productivo, urbano y local (político organizativo), estos contextos nos permiten realizar una lectura adecuada del cotidiano, al generar condicionamiento situacionales (aquí y ahora), que le otorga sentido y direccionalidad, en paralelo a estos contextos que definen la vida cotidiana, en donde se expresan las crisis vitales y los conflictos propios de las familias y los grupos sociales, las situaciones problemáticas, también se expresan a nivel de estructuras políticas, económicas y educativo-culturales. Esta mirada de la vida cotidiana y sus contextos significativos, son el encuadre necesario del trabajo social en su dimensión microsocial de la intervención. En el relato de la Sra. Julia se puede observar como el contexto familiar ha impactado significativamente en la cotidianeidad de Julia y sus hijxs. La violencia de género y familiar impartida por el Sr. Alberto, ha generado en lxs niñxs comportamiento de aislamiento y de enojo principalmente de Nazarano y de Marcos. Asimismo lxs niñxs atraviesan distintas problemáticas de salud, por lo cual requieren de ciertos tratamientos médicos, que no se están realizando, esto incide no solo en la dimensión de salud de lxs niñxs sino que también obstaculiza el poder obtener ingresos económicos de la AUH, ya que no se han presentados certificados de escolaridad y de salud de Marcelo y de Marcos. En cuanto al contexto laboral y productivo se evidencia que el Sr. Alberto trabaja como respositor en el supermercado COTO, y que incumple con sus deberes de asistencia familiar, por lo que la Sra. Julia quien se encuentra por fuera del mercado de trabajo formal, y por ello despliega ciertas estrategias para obtener ingresos (realiza tareas de planchado en domicilio) es el único sostén material de sus cuatro hjxs. Respecto al contexto urbano la vivienda se encuentra en un barrio de ramón carrillo, con edificios bajos y viviendas precarias, hay escasos accesos a servicios básicos, acceso a transportes públicos, con ciertos temores a robos que impactan significativamente en la cotidianeidad del grupo familiar ya que su vivienda se encuentra con la puerta rota y sin cerradura, en cuanto a la situación habitacional de la familia, si bien la vivienda es de tenencia propia (entregada por el IVC), se señala que el sitio en donde se albergan, carece de condiciones de habitabilidad, hay vidrios y objetos rotos producto de las situaciones de violencia familiar, no disponen de las comodidades, ni dimensiones adecuadas para la cantidad de personas que se encuentran en la vivienda, por lo que se hallan en estado hacinamiento crítico. Asimismo se evidencia que el contexto urbano coexisten instituciones públicas de salud, como organizaciones sociales, comedores barriales y un centro de actividades infantiles, al cual asisten lxs niñxs constituyéndose en espacios sociales significativos en la cotidianeidad de lxs niñxs. Es dable destacar que el contexto incide en el ejercicio de las funciones de la familia, su estructura, su dinámica y vínculos internos. Condiciona, pero no determina; además del contexto interviene el factor de la historia de vida de cada uno. Es preciso entender las problemáticas desde una mirada macro social, es decir, que está en correspondencia con otros problemas sociales en tanto todos ellos constituyen manifestaciones de la cuestión social. En este sentido considero son múltiples las situaciones problemáticas que atraviesan a la cotidianeidad de la Sr. Julia y a su grupo familiar, sin embargo cabe destacar la posición en la que se ubica Julia, activa en función de su padecer, se destaca su interés y accionar al participar de las reuniones que el equipo interdisciplinario de la escuela de lxs niñxs realiza, sobre todo para poder intervenir en las problemáticas de salud que atraviesan a lxs niñxs.
2-Robles establece que el matrimonio ha sido la institución por excelencia que ha
reforzado aquella idea tradicional de familia, erguida sobre los pilares del parentesco, la convivencia y la sexualidad (heterosexual). Desde tales parámetros, difícilmente pudiera hablarse libremente de relaciones concubinarias, uniones homosexuales, parejas divorciadas, familias ensambladas, etc. Estas modalidades de relación e interacción vienen imponiéndose en el escenario colectivo, recreando la concepción tradicional y patriarcal que de la familia se tenía. La familia patriarcal convive en la actualidad con otras configuraciones familiares, aunque el imaginario social perpetúe la representación de la familia nuclear como ideal familiar, casualmente llamada “familia tipo”. Plantea la necesidad de “comprender a cada familia en la materialidad de su existencia, como un producto histórico cultural particular y singular en su constitución” y enfatiza que la familia tradicional, como ideario de la modernidad, prácticamente ya no existe. La familia no es un producto ideal sino un producto real que se constituye “como puede”, históricamente y en relación a un tiempo y un espacio determinados (como espacio instituido socialmente e instituyente en la vida de los sujetos). Por esta razón, alerta sobre la necesidad de abandonar criterios de normalidad para referirnos a la familia Plantea que las políticas neoliberales aplicadas desde la última dictadura militar hasta fines del pasado siglo han impactado fuertemente en las organizaciones familiares, alterando sus dinámicas internas y obligando a nuevas modalidades de producción y reproducción material y social de la vida. Este proceso ha impactado negativamente en la economía, su producción cultural, su desarrollo socio-comunitario y, por supuesto y en el lazo social y la dinámica de los grupos familiares. Esto ha convivido junto a otros cambios singulares en la dinámica societaria, entre los cuales podemos mencionar la recuperación del estado de derecho en la vida institucional del país y el advenimiento de medidas de franco progresismo. En la situación problemática planteada la Sra. Julia comento que el vínculo con su pareja el Sr Alberto, se vio signado por situaciones de violencia familiar y de género, las cuales mantuvo ocultas por mucho tiempo. El Sr. Alberto, quien además de tener actitudes violentas y de maltrato hacia sus hijxs, le prohibía “salir a trabajar”, motivo por el cual también mantiene oculta su inserción en el mercado de trabajo informal (de planchado en domicilios). En este relato podemos observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en donde el hombre, jefe de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también ejerce poder de control y decisión sobre los otros integrantes de la familia, principalmente sobre la Sra., Julia, a quien se le impone participar solo del trabajo domestico y de las tareas de cuidado de sus hijxs. Es dable destacar que la internalización de este modelo de familia nuclear y patriarcal se corresponde con la problemática de violencia familiar y de género, ya que los vínculos entre varones y mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos, basados en una jerarquía desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs hijxs, como la “esposa-madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al jefe. En el relato de la Sra. Julia, comenta que ha denunciado a su pareja por violencia de género, por lo que en la actualidad el Sr Alberto tiene una restricción de acceso al domicilio familiar. Frente a esta intervención del Estado, la cotidianeidad de la Sra. Julia y de sus 4 hijxs en la actualidad se estructura en torno a un hogar monomarental (grupos familiares con jefatura femenina a cargo de niñxs). Respecto al análisis que realiza Gonzalez podemos decir que se trata de una familia de clase baja, según la autora, estas se originan como consecuencia de la migración de las familias del campo o de poblaciones rurales a las ciudades, se localizan en los cordones suburbanos, engrosando actualmente el mercado informal de mano de obra, es decir individuos que no encontrando trabajo estable, pasan a formar un sector subocupado en el servicio domestico, changas y otras actividades no calificadas. Han integrado la principal clientela de precarios servicios estatales, los cuales dependen en gran parte para su subsistencia, pero también de las variaciones de las coyunturales económicas, con lo cual sus vidas cotidianas tienen como horizonte permanente la incertidumbre, suplida en el mejor de los casos por relaciones informales de intercambio en las que los parientes juegan un rol importante. Ello explica también, la persistencia de la familia numero ya que los hijos son considerados como posibilidad de soporte afectivo y mano de obra para el sostenimiento del grupo familiar. Dada la precariedad de su capital económico y cultural son también más proclives a procesos de aculturación que refuerzan la pérdida de identidad, aumentando la inestabilidad y los conflictos al interior de la unidad domestica. Según el relato el Sr. Alberto trabaja como respositor en el supermercado COTO, e incumple con sus deberes de asistencia familiar, por lo que la Sra. Julia quien se encuentra por fuera del mercado de trabajo formal, y por ello despliega ciertas estrategias para obtener ingresos (realiza tareas de planchado en domicilio) es el único sostén material de sus cuatro hjxs. Los ingresos del hogar resultan insuficientes para la satisfacción de sus necesidades, requiriendo de tal modo de la asistencia estatal para afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y en la actualidad no recibe la AUH por no haber presentado los certificados de salud y de escolaridad de lxs ninxs, en particular respecto a Marcos precisa del certificado de discapacidad, el cual no se ha podido gestionar ya que su DNI se extravió y no se ha realizado el tramite pertinente. Asimismo se evidencia que poseen vivienda propia entregada por el IVC, en un barrio de ramón carillo, allí hay ciertos temores a robos que impactan significativamente en la cotidianeidad del grupo familiar ya que su vivienda se encuentra con la puerta rota y sin cerradura, en cuanto a la situación habitacional de la familia, se señala que el sitio en donde se albergan, carece de condiciones de habitabilidad, hay vidrios y objetos rotos producto de las situaciones de violencia familiar, no disponen de las comodidades, ni dimensiones adecuadas para la cantidad de personas que se encuentran en la vivienda, por lo que se hallan en estado hacinamiento crítico. En cuanto a lxs ninxs en edad escolar se evidencia que comen en el comedor de la escuela, y que los días sábados concurren al CAI del barrio en donde realizan actividades deportivas, se evidencia también que atraviesan problemáticas de salud requiriendo de ciertos tratamientos específicos. Si bien en el barrio hay un Cesac y un hospital público cercano, la Sra. Julia comenta que no está pudiendo llevar adelante el tratamiento de salud que precisan sus hijxs. En este sentido y siguiendo a Gonzalez podemos decir que el grupo familiar posee una ciudadanía de baja intensidad, es decir una situación de carencia de la ciudadanía, caracterizada por un alto grado de desigualdad respecto de los derechos civiles, sociales y políticos. La superación de ciertos problemas, la resolución de determinadas necesidades a partir del ingreso percibido fundamentalmente vía trabajo informal y/o políticas de transferencia monetarias, convive con ciertas falencias vinculadas con la infraestructura urbana, el acceso a servicios, los requisitos burocráticos, y el atravesamiento de problemáticas sociales complejas. Es decir que la mayor igualación respecto de los modos de percibir y utilizar los ingresos monetarios y la eliminación de algunos mecanismos diferenciadores en el acceso a ciertos bienes y capitales, no ha resuelto completamente la desigualdad respecto de un conjunto de cuestiones que definen las condiciones de vida. El aumento de los ingresos no se relaciona directamente con la posibilidad de solucionar algunas problemáticas, que se vinculan con fuertes padecimientos subjetivos relacionados con múltiples variables que persisten en el tiempo, y que más bien responden a la lógica del deterioro y la fractura de lazos sociales de integración y participación social. Cuestiones relacionadas con la violencia, el maltrato, el descuido; prácticas que señalan la erosión de tejidos de contención familiar, comunitaria y social que configuran las problemáticas sociales complejas y que demandan una intervención particular. Estas situaciones, no son privativas de la condición de pobreza pero sí agravadas por ella. 3- Díaz tenorio establece que la familia como institución social, es el espacio de vínculo entre individuo y sociedad y, además es el espacio privilegiado para la acción de políticas sociales y económicas .Como grupo social, la familia constituye un sistema de relaciones de diferentes características (afectivas, consanguíneas, cohabitacionales, etc.) que garantizan la reproducción social y la satisfacción de necesidades de sus miembros, y regulan su desarrollo. Distingue dos niveles de análisis: el nivel subjetivo y el objetivo. En el primero, es necesario reconocer que la familia abarca una red de relaciones mucho más amplia que las limitadas al espacio del hogar y, también, cumple otras funciones que trascienden sus fronteras. Por lo que, cada persona construye su modelo de familia a partir del lugar que ocupa en el sistema de relaciones grupales, en cada etapa del ciclo de vida familiar. En el plano objetivo, debe incluirse el análisis de las condiciones materiales de vida (conjunto de bienes y recursos que constituyen premisas básicas para el desarrollo de las funciones familiares), así como las características del contexto. De manera que, para valorar a la familia, se debe examinar los cambios sociales que se dieron en los últimos años y que impactaron en la dinámica de diferentes instituciones y grupos de la sociedad. La globalización acentúa cada vez más su carácter neoliberal. Se legitima un modelo de crecimiento económico que no genera empleo y origina una mayor heterogeneidad en el mercado de trabajo. Las modificaciones producidas en las condiciones de vida, resultado del proceso crisis- reajuste, influyen marcadamente en la familia. La diversidad de familias existentes posee determinados recursos materiales, intelectuales y afectivos de partida para enfrentar las contradicciones que genera la crisis; cada familia es una individualidad específica, pero todas sufren cambios en esta década por las condiciones cambiantes del medio social. La familia fue protagonista de un conjunto de tensiones y contradicciones gestadas en el nivel macrosocial. Las condiciones del entorno pueden fortalecer o debilitar a la familia, sus efectos dependen de la integración de múltiples factores económicos, psicológicos y sociales. Por lo que, analizar las funciones de la familia exige tomar en cuenta la interrelación entre sus miembros y su interacción como grupo unitario con el resto de la sociedad. El concepto de función comprende las actividades que cotidianamente realiza la familia, las relaciones sociales que establecen en la realización de estas actividades (relaciones intra y extrafamiliares) y los efectos producidos por ambas. Estas actividades, relaciones y sus efectos (o sea, las funciones familiares) operan simultáneamente en los niveles micro, meso y macrosocial. Entre ellas se destacan, 1-La función biosocial relacionada con las actividades sexual, reproductiva, amorosa y afectiva. Vínculos de cariño y apoyo paterno/materno-filiales y entre los distintos miembros de la familia. Al micro-nivel, satisface las necesidades afectivas, de procreación y sexuales de los miembros; y al macro-nivel, permite la reproducción de la población y brinda modelos sociales de comportamiento sexual masculino y femenino. 2-La función económica asegura la existencia física y el desarrollo de todos los miembros a través de la organización del presupuesto, el abastecimiento y el consumo, del desempeño del trabajo doméstico y de la asistencia a instituciones de educación, salud y servicios .En el nivel social, la función económica permite la reposición de la fuerza de trabajo. Esta función también valora a la familia como unidad productiva. 3-La función cultural permite la satisfacción de necesidades superiores (o espirituales) del grupo a través de las actividades recreativas, educativas, de superación y en el uso del tiempo libre de la familia. En ella se estudian las relaciones y la comunicación entre los distintos miembros de la familia. Aporta el desarrollo de determinados valores del grupo y sus miembros. Mientras que su efecto al macro-nivel representa la transmisión de valores culturales e ideológicos. En este marco y en relación a la situación problemática planteada, las políticas sociales tienen un lugar significativo para poder desarrollar estas funciones, esto se ve por ejemplo en la participación de lxs niñxs en el CAI del barrio, a partir de actividades recreativas y deportivas, como también la inserción de lxs mismxs en la escuela de educación especial, asimismo la presencia de estos dispositivos han posibilitado la intervención del equipo interdisciplinario, en donde se han visibilizado ciertas situaciones problemáticas que atraviesan al grupo familiar, se observan situaciones de violencia de género y familiar, lxs niñxs presentan graves problemáticas de salud, y los ingresos económicos del grupo familiar son insuficientes, al tratarse de un hogar monomarental, en donde la Sra. Julia, quien se encuentra fuera del mercado de trabajo formal, resultar ser el único sostén material y simbólico de lxs niñxs, requiriendo de tal modo de la asistencia estatal para afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y en la actualidad no recibe la AUH por no haber presentado los certificados de salud y de escolaridad de lxs ninxs, en particular respecto a Marcos precisa del certificado de discapacidad, el cual no se ha podido gestionar ya que su DNI se extravió y no se ha realizado el tramite pertinente, en este sentido y tal como estableces Rozas, las formas de protección atravesadas por las concepciones de universalización y de derechos intentan establecer un quiebre con las políticas neoliberales propias de las décadas precedentes. Sin embargo, la lógica de derechos convive con la persistencia de condicionalidades asociadas con el cumplimiento de determinados requerimientos. El Trabajo Social se desarrolla con la aparición de la cuestión social y la ampliación de las políticas sociales. El concepto de cuestión social hace referencia a las desigualdades sociales que estructuran a la sociedad moderna y que afectan a las personas en la producción y reproducción de sus condiciones de vida. En este marco las políticas sociales son funciones estratégicas en tanto acciones de gobierno necesarias para incrementar la protección social, en un sentido amplio. Sin embargo la ampliación y la producción de los derechos sociales no dependen solamente de las argumentaciones teóricas y prácticas de los cientistas sociales –entre ellos, los trabajadores sociales-; sino que son fundamentalmente producto de las luchas sociales y conquistas que se han alcanzado históricamente. La intervención profesional, no sólo pone en acto decisiones que se estructuran en la cadena de poder de las instituciones, sino también descubre los problemas específicos y quizá ocultos en el circuito entre demanda y respuesta. Desde esta mirada, el equipo interdisciplinario de la escuela especial, ha considerado elaborar estrategias de intervención a partir de la construcción de redes que involucra no solo al grupo familiar, sino también con el CAI, y con la defensoría de ninxs y adolescentes, así como también ampliar los referentes adultos o bien fortalecer los lazos existentes. Rozas manifiesta que es necesario articular acciones entre programas, agentes profesionales y destinatarios. Es necesario perfeccionar los mecanismos de articulación y sostenimiento de redes de contención fundamentales para garantizar el acceso a los derechos sociales y culturales. Por ello la lógica de la política social no sólo debe ser pensada en términos de transferencia; existe otra, poco visible que se refiere a la construcción redes. 5- Kaen Sosa, retoma la década de los 90 para explicar las transformaciones sociopolíticas que han impactado significativamente en la sociedad y que se expresan en la experiencia del desempleo prolongado, la sensación de inestabilidad, la ausencia de futuro asegurado. Así, las condiciones de vida de la exclusión hacen estragos en el proceso de construcción de la subjetividad. De allí que para muchos sujetxs se ha roto el lazo entre el presente y el futuro. La exclusión social se manifiesta y al mismo tiempo se refuerza mediante la segregación espacial-territorial. En consecuencia muchos hombres y mujeres, niñas y niños tienen una existencia totalmente al margen, sin ningún significado para el conjunto mayor de la sociedad. Son los que están demás y que en la medida que así lo auto perciban, no tienen razones de encontrarle un sentido a la vida. Estas transformaciones macro estructurales impactan en la vida cotidiana de los sujetos, en términos de Aquín el sentido común en la vida cotidiana se vincula con esquemas de interpretación y los modos en que percibimos nuestra vida. Por otra parte algunas interpretaciones dan cuenta de la forma en que los sujetos naturalizan su mundo cotidiano. Al hablar de construcción social del sentido común, es para referir a la orientación que imprimen ciertos aparatos formales como la escuela, pero también informales –clubes, grupos barriales etc. Tales aparatos constituyen verdades usinas de construcción de pautas de conducta, y asimismo de identidad. Pero el sentido común predominante no significa que haya un solo sentido común: la diferenciación social de nuestras sociedades compone situaciones de vida muy disímiles, y por tanto también supone diferencias en las significaciones. Es en este marco de la cotidianidad que “muchos niños nacen y crecen en espacios sociales y en hogares donde no cumplen ninguna función estratégica para el conjunto (desempleados, subempleados, empleados del sector informal pobre etc.). En este marco la autora utiliza el concepto de unidades domesticas para hacer referencia a las organizaciones que integradas mayoritariamente por familias, cubren las necesidades cotidianas de mantenimiento y reproducción, y que por lo tanto ponen en marcha dispositivos administrativos para tal fin. En este sentido desarrollan estrategias de Subsistencia, es decir, prácticas sociales que nacen alrededor de la pobreza, en donde tanto las organizaciones formales como las informales articulan formas de relacionamiento y organización entre los individuos entre sí, para articular recursos en pos de la satisfacción de diversas necesidades. La construcción y el desarrollo de estas estrategias se encuentran intrínsecamente relacionado con las posibilidades que tienen la población para usar ciertos recursos como el por ejemplo los dispositivos de salud, aquí hablamos de la accesibilidad, términos de Ferrara, el grado de acceso. Según la autora, se tratan 5 formas de accesibilidad, geográfica, cultural, jurídica, económica y administrativa, (cuando no se da al menos una de ellas ya se convierten en barreras): La geográfica: medida por la posibilidad que tiene la población para acceder a los recursos de salud, según sea la distancia que la separa y las dificultades para llegar a ellos; se mide en tiempo o en distancia. En el caso de los servicios de emergencias debe lograrse una gran accesibilidad. Generalmente los que más necesitan de los bienes y servicios sanitarios son aquellos que menos han podido elegir su destino geográfico. Habitan donde pueden y precisamente allí es donde no están o están muy lejos de los recursos de salud.La cultural: pueden circunscribirse al análisis de la relación social paciente-médico. Es indispensable que dicha relación se nutra con un diálogo que sea un encuentro interpersonal. El médico aparece como ejerciendo la autoridad y el paciente en una situación de dependencia, lo que ratifica la condición asimétrica del encuentro. La autora hace hincapié en el poder médico, las relaciones entabladas a través de una vinculación inquietante: uno que sabe, que posee, que conoce, tiene el poder para actuar; el otro que duda, sufre está desconocido para sí mismo, sólo puede pedir ayuda. No puede haber relación paciente-médico seriamente ejercida, con hondo sentido histórico-científico, si no se transforman las condiciones estructurales que determinan esta vinculación inquietante. En el caso de la situación problemática planteada el grupo familiar se afinca en el barrio Ramón Carrillo de CABA, en donde la accesibilidad geográfica posibilita servicios de trasportes públicos, servicios de salud (hay un Cesac y un hospital público cercano), así como también comedores barriales y organizaciones de base donde funcionan algunos programas recreativos como el CAI. El grupo familiar se encuentran en una situación de vulnerabilidad social, Se evidencia aquí como el desempleo estructural impacta en la vulneración de otros derechos y cómo las barreras económicas inciden negativamente en la efectivización de los mismos. Los ingresos del hogar resultan insuficientes para la satisfacción de sus necesidades, por lo cual en su cotidianeidad desarrollan ciertas estrategias de subsistencias que se encuentran asociadas al mercado de trabajo informal (la Sra. Julia realiza tareas de planchado a domicilio), lxs niñxs en edad escolar comen en el comedor de la escuela y en determinadas ocasiones concurren al comedor comunitario del barrio y al CAI. Asimismo, el grupo familiar se encuentra incluido al Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y en la actualidad no recibe la AUH por no haber presentado los certificados de salud y de escolaridad de lxs ninxs, en particular respecto a Marcos precisa del certificado de discapacidad, el cual no se ha podido gestionar ya que su DNI se extravió y no se ha realizado el tramite pertinente, en esta situación El DNI se instituye no sólo como un medio para acreditar la identidad, se trata de la puerta de acceso a derechos fundamentales. En este sentido es dable destacar que lxs niñxs presentan problemáticas de salud, por lo cual requieren ciertos tratamientos que no se están llevando adelante. Esta situación me permite reflexionar en torno a la accesibilidad geográfica de una manera particular ya que a pesar de que el grupo familiar reside cerca del Centro de Salud estando subsanadas las distancias y el tiempo de viaje, los tratamientos que deben realizar lxs niñxs no se están pudiendo llevar a cabo, esto puede estar atravesado por diferentes factores, que pueden ser algunas cuestiones que hacen a la atención de la salud como ser la gestión de turnos, los horarios de atención, las esperas, etc, como también a aspectos subjetivos y entramados emocionales que pueden estar atravesando a la progenitora de lxs niñxs obstaculizando la adquisición de una posición activa en esta situación. En este sentido resulta clave la intervención del equipo interdisciplinario de la escuela, el cual resulta un facilitar para la accesibilidad, Floral establece que el desafío para el trabajo social, es conocer las condiciones de vida y las dificultades de accesibilidad y visibilizarlas, lo ideal es fortalecer la autonomía, pero a veces hace falta el acompañamiento. . En el encuentro entre la Sra. Julia y lxs profesionales se permitieron detectar situaciones problemáticas que requerían de atención y seguimiento integral y en este caso la actuación profesional se orientó hacia ofrecer contención y asesoramiento y pensar estrategias conjuntas de intervención para facilitar el acceso y/o potenciar los recursos sociales, culturales y simbólicos. 6- Rotondi establece que la construcción acerca de quién es ciudadano y cuáles son los espacios del ejercicio de la ciudadanía, aparecen a imagen y semejanza del varón. La distancia entre la igualdad formal y la igualdad real fragiliza la ciudadanía de las mujeres, y deriva de las formas de organización social y política, tanto del capitalismo como del patriarcado. Esta fragilidad impacta en términos políticos, económicos y culturales. Y se expresa en las particulares formas de exclusión, segregación ocupacional y representaciones estereotipadas que devalúan los trabajos de las mujeres, y en la distribución del poder. La relaciones de poder asimétricas y naturalizadas que definen el lugar que ocupan las personas en la sociedad desde el punto de vista de su pertenencia a una clase, pero, además, respecto del género, la situación etaria, la etnia y la opción sexual. Estas diversas subordinaciones se encuentran sostenidas por instituciones sociales de las cuales formamos parte, y en el marco de las que circulamos a lo largo de nuestra vida; instituciones que producimos y reproducimos, incorporamos y hasta desconocemos. El neoliberalismo se ha establecido en términos generales como dominante en el mundo, con efectos en el ámbito social que son plenamente reconocidos en América Latina, lo que permite a Rotondi señalar que la discusión del concepto de ciudadanía está en el centro del debate sobre la cuestión social, es decir, en el medio de la controversia sobre el desempleo de largo plazo, la precarización del trabajo y las nuevas y viejas formas de la desigualdad. Nos enfrentamos, en las sociedades latinoamericanas, a la paradoja de sociedades democráticas con ciudadanos/as nominales o ciudadanos/as incompletos/as, es decir, falsos ciudadanos o que no pueden ejercer plenamente los atributos correspondientes a esa condición, en este sentido retoma el concepto de ciudadanía de baja intensidad como una situación de carencia de la ciudadanía en condiciones de pobreza y alto grado de desigualdad. Aguirre, se refiere a la noción liberal de ciudadanía, el cual instala un concepto de razón y cultura asociada a los hombres, y por lo tanto al mundo de lo público; y a la emoción más propia de las mujeres, naturalizando su pertenencia al ámbito privado y la vida doméstica. Cuando las mujeres (a través de diversas luchas colectivas) fueron consideradas ciudadanas, no se produjo una redefinición de la división del trabajo entre los sexos en la familia. Los beneficios de la ciudadanía social son desiguales en hombres y mujeres debido a que las políticas de bienestar se han centrado en aquellos que participan en el mercado, manteniendo las relaciones de subordinación en la esfera familiar. Por lo que es preciso exigir la incorporación de las mujeres al trabajo con los mismos derechos y beneficios que los hombres y al mismo tiempo reconocer el valor del trabajo de cuidados y su sostenimiento por parte del Estado. En la última década se puede decir que en Latinoamérica las mujeres han obtenido reconocimiento cultural, sin embargo, más difícil resulta el reconocimiento de los derechos sociales. A su vez, la integración de las mujeres al mercado, presenta diferencias marcadas según estrato socio-económico; las mujeres de los hogares pobres tienen las mayores dificultades para incorporarse al trabajo remunerado, deben recurrir a una compleja red de estrategias para poder cumplir con su trabajo y atender sus responsabilidades familiares. En este sentido la autora plantea que para el pleno goce de los derechos ciudadanos de las mujeres se requiere reconsiderar las relaciones entre las distintas esferas (familia/mercado/Estado/comunidad) a fin de determinar los derechos y responsabilidades en relación a las funciones de cuidado. El Estado debe generar alternativas ante los cambios familiares; buscar la desfamiliarización, acompañar a la familia en el cuidado. Respecto a la situación problemática planteada, la Sra. Julia y sus hijx, se han visto atravesados por situaciones de violencia impartidas por el Sr. Alberto, comenta que ha denunciado a su pareja por violencia de género, por lo que en la actualidad el progenitor de lxs niñxs tiene una restricción de acceso al domicilio familiar. Frente a esta intervención del Estado se puede ver un avance respecto a la construcción de ciudadanía y de derechos, en donde se ha producido un quiebre respecto a la concepción de la violencia de género como un asunto en la esfera privada. Se evidencia que, frente a esta situación la Sra. Julia es el único sostén material de sus cuatro hijxs, ya que su progenitor incumple con sus deberes de cuidado y de asistencia alimentaria, en donde parecería no haber una intervención del estado que aborde dicho incumplimiento. La Sra. Julia y su hijo Rodrigo de 18, se encuentran excluidos del mercado de trabajo formal, en relación a lo que plantean las autoras, es preciso entender el desempleo como una problemática estructural, vinculado a las propias desigualdades del mercado laboral, el grupo familiar se encuentra atravesados por la historia y forman parte de un contexto, es decir que no se hallan exentos de los cambios y modificaciones de la estructura social y económica, hay una estrecha relación entre la calidad de la inserción laboral y el estrato social al que se pertenece, así como también al nivel de educación alcanzado. Esta situación impacta significativamente obligando al grupo familiar a buscar estrategias para cubrir sus necesidades básicas, como la participación en el mercado de trabajo informal de la Sra. Julia, quien también debe encargarse de las tareas de cuidado y del trabajo domestico no remunerado, ejerciendo en términos de las autoras una ciudadanía de baja intensidad. Estas situaciones problemáticas, repercuten en la subjetividad del grupo familiar, se evidencia cierto padecimiento subjetivo y el reconocimiento- por parte de la progenitora de lxs niñxs- de no poder para llevar adelante las tareas de cuidado de lxs niñxs, quienes presentan graves problemáticas de salud, y dificultades en la socialización primaria. En esta situación se evidencia la intervención de organizaciones de la sociedad civil y la percepción de programas asistenciales. Resulta interesante analizar como la escuela interdisplinaria interviene, alojando a la Sra. Julia en el espacio, intentando articular con las organizaciones del barrio, instituciones estatales, intentado ampliar referentes adultos o bien fortalecer los existentes, desde una mirada que contempla la complejidad de las problemáticas que atraviesan al grupo familiar, tal como establece Rotondi, pensar la idea de ciudadano/a con relación a la de sujetos/as sociales, apostando a procesos de democratización desde cada posición específica y desde luchas dirimidas en espacios “privados”, puede ser un desafío a compartir. La construcción de redes de articulación que permitan poner vallas a la exclusión es una alternativa y una tarea a emprender en los diversos espacios. La pobreza no es un problema social de los pobres; la desigualdad de género, la desigualdad ciudadana no son aspectos focalizados de la realidad social, y en ese sentido la búsqueda de redes capaces de interponer recursos colectivos. Es necesario recuperar la vinculación entre lo público y lo privado, en el reconocimiento de necesidades que se enuncian como individuales y que deberían colectivizarse para buscar resoluciones que politicen los problemas cotidianos gestando organizaciones. 4- El texto de Mallardi propone un análisis que posibilite una aproximación a las relaciones familiares tomando en consideración a la categoría de vida cotidiana y que permita recuperar el significado histórico y social de la familia y sus múltiples expresiones y estrategias que a su interior se desarrollan, en este sentido, hace referencia a la vida cotidiana como el conjunto de prácticas que los sujetos realizan para su reproducción y que a su vez son la base para que el proceso social e histórico que incluye al cotidiano de todos los sujetxs siga reproduciéndose. Se hace referencia a una relación dialéctica entre lo particular de cada sujeto como su vinculación con lo universal y la articulación entre el plano objetivo y subjetivo. El cotidiano se constituye en el espacio propio de las relaciones familiares en donde sus integrantes convergen, se relacionan y desarrollan prácticas necesarias para garantizar su reproducción cotidiana, en este marco las distintas formas de ser familia se resinifican a partir de las decisiones que toman sus integrantes. En esta organización cotidiana de las familias para garantizar su reproducción , se produce una relación permanente con el contexto donde entran en juego la disponibilidad de recursos y las decisiones que toman lxs sujetxs, las cuales puede estar o no problematizadas por ellxs- En este sentido el autor habla de estrategias familiares de vida, como aquellos comportamientos de los agentes sociales que -estando condicionadas por su posición social- se relacionan con la constitución y mantenimiento de las unidades familiares en el seno de las cuales pueden asegurar su reproducción biológica, preservar la vida y desarrollar todas aquellas prácticas, económicas y no económicas, indispensables para la optimización de las condiciones materiales y no materiales. Señala cinco dimensiones por un lado la inserción de sus miembros en el mundo del trabajo y las estrategias desarrolladas para garantizar los recursos necesarios para la reproducción cotidiana, Mallardi dice que es preciso identificar como la clase trabajadora se encuentra fragmentada y heterogeniezada, aquí no solo las cuestiones de clase y genero adquieren relevancia sino también la diferencia entre trabajdorxs productivos, precarizadxs, asalariados, desempleados, etc, un análisis macro social de la realidad, permite dar cuenta de que nuestro mundo esta instituido por la precariedad de la relación salarial (continuidad, estabilidad asociada a la presencia de derechos laborales)..Resulta interesante analizar la singularidad y las implicancias que tienen esta dimensión en las familias, considerando tanto lo macro estructural como el impacto en lo micro, es decir en la cotidianeidad los grupos familiares. La noción del cuidado es otra dimensión asociada, debe ser vista además en el marco de las prácticas necesarias para los procesos de reproducción social en general y de reproducción de la fuerza de trabajo en particular. Al interior de la unidad familiar, el cuidado es asumido principalmente por las mujeres, esto se encuentra vinculado a la división sexual del trabajo y a la naturalización de la capacidad de las mujeres para cuidar. Frente a la invisibilización de esta situación, el autor sugiere considerar el concepto de economía del cuidado ampliado, e instalar la organización del cuidado como una cuestión de derechos, en donde corresponde al Estado avanzar en la definición de políticas públicas y estrategias organizacionales que tiendan a garantizar el acceso desmercatilizado al cuidado. En este sentido, Gherardi , Pautasi, establece que el cuidado debe ser considerado como un trabajo, aunque socialmente no se lo reconozca como tal, ya que este implica tiempo, desgaste de energía y genera valor, permite la reproducción de la fuerza de trabajo que necesita la sociedad capitalista. Tanto los varones como las mujeres son capaces de hacerlo; ambos sexos tienen idéntica obligación legal de asumir el cuidado. Pero son las mujeres las que mayoritariamente asumen la responsabilidad. No se han producido grandes avances en la incorporación de los varones a las tareas de cuidado. Es en el seno de las familias donde se provee gran parte del cuidado, ya que el Estado se ha desligado de sus responsabilidades de cuidado en muchos aspectos. La legislación refuerza estereotipos en torno a la maternidad y desestima los derechos, funciones y roles de los progenitores varones para con sus hijos/as. En el escenario actual se puede decir que nos encontramos ante una crisis del cuidado: momento histórico en que se reorganiza simultáneamente el trabajo salarial remunerado y el doméstico no remunerado; afecta la continuidad y el equilibrio de los tradicionales arreglos de cuidado. Cuidar es una responsabilidad social y una obligación legal que debe ser compartida por varones y mujeres por igual. Recibir cuidados es un derecho, cuya universalización es responsabilidad de todos (Estado-familias-Tercer sector. A raíz del conflicto que se desata entre cuidar y permanecer en el mercado laboral han surgido políticas y acciones de conciliación familia-trabajo: derecho de los progenitores a armonizar dos ejes centrales de sus vidas, y también se encuentra en juego el derecho de los niños/as a ser criados y educados. Son políticas públicas que tratan de facilitar al personal la conciliación vida laboral-familiar. Tienen sus limitaciones al estar circunscriptas al ámbito de los empleos formales, y a su vez no fomentan una distribución del trabajo de cuidado entre varones y mujeres. Es necesario destacar en la ecuación la responsabilidad del Estado en su ausencia de políticas específicas al cuidado.Su rol es central pero también implica a otros actores (sindicatos, ongs, etc.). Muchas veces la inexistencia de estas políticas explica una de las razones por las cuales se reproducen los círculos viciosos de pobreza. También se ha demostrado que su ausencia conlleva a que las personas sean menos productivas en su trabajo y/o exista una subutilización de la fuerza de trabajo femenina. Una distribución desigual del cuidado limita y condiciona las oportunidades sociales de las mujeres, en especial su autonomía económica. La Segregación urbana se puede definir como el conjunto de procesos objetivos y subjetivos, vinculados a la génesis y desarrollo de la cuestión social en las sociedades capitalistas, que se constituyen en el fundamento de la apropiación desigual del espacio urbano. La precariedad habitacional de ser considerada como una de las expresiones contemporáneas de la “cuestión social”, donde aspectos vinculados a la precariedad de la calidad de los materiales utilizados para su construcción y la ausencia de servicios públicos básicos en el espacio geográfico en el cual se encuentran, articulan con procesos de segregación urbana desarrollados en el marco de la urbanización capitalista. Procesos de salud-enfermedad: Se busca romper con el paradigma dominante de enfermedad, que la conceptualiza como un fenómeno biológico e individual, e indagar sobre los procesos sociales y su vinculación con la salud-enfermedad de las poblaciones. Recuperar el carácter social de este proceso implica pensarlo dentro de un marco cultural, donde convergen valores, representaciones, roles y expectativas de los sujetos involucrados, en tanto cada unidad familiar define cotidianamente como afrontar este proceso, no de manera aislada, sino en relación al contexto que la determina. Hay que diferenciar entre la enfermedad como realidad objetiva, estado reconocido y clasificado, y la enfermedad como padecimiento, donde se enfatiza cómo es vivida la enfermedad, recuperando las trayectorias y percepciones de los sujetos afectados. Y la Socialización y aprendizajes:. El saber cotidiano es el conjunto de conocimientos que es necesario internalizar sobre la realidad para desenvolvernos en la VC, es el resultado de un complejo proceso en el cual convergen las determinaciones sociales e históricas en donde se inserta el sujeto. Cuáles son las implicancias y los alcances del saber cotidiano es diferencial a partir de la ubicación del sujeto en la estructura social, como así también las particularidades de la sociedad en la que se inserte. Las familias constituyen el espacio propicio para la reproducción de valores y estereotipos vinculados a la dominación patriarcal, atravesado por las relaciones cotidianas en general y las de poder en particular. Se torna necesario identificar las particularidades que adquieren en la unidad familiar los procesos de sociabilización y aprendizaje en el ámbito de la educación, formal o informal, como otros espacios comunitarios, políticos, religiosos y/o culturales. En la situación particular, se evidencia como estas dimensiones impactan en la cotidianeidad del grupo familiar, por un lado se evidencia la incorporación desigual al mercado de trabajo de hombres y mujeres, donde las mujeres se encuentran excluida del mercado de trabajo formal, esta determinación debe tener en cuenta cuando se analiza ya que en los sectores subalternos, la inserción laboral se asocia a la extensión de las tareas realizadas en el ámbito familiar: tareas domésticas y de cuidado, en el caso del Sr.Alberto trabaja como repositor en coto, incumpliendo con la cuota alimentaria, por su lado la Sra. Julia acude a tareas de planchado domestico, es dable destacar que la baja calidad de estos empleos en cuanto a ingresos económicos (fluctuantes), vulneración de derechos de seguridad social y la eventualidad con que las desarrollan, se instituyen en la falta de posibilidades estructurales del mercado de trabajo. Este tipo de inserción lejos está de convertirse en sinónimo de seguridad, estabilidad, movilidad y ascenso social, proyección vital y autonomía económica que permita la superación de las condiciones de vida del grupo familiar. Asimismo, las tareas de cuidado de sus hijxs recaen sobre la Sra. Julia, ya que el progenitor de lxs niñxs se ha desentendido de dicha responsabilidad. Es dable destacar que en el relato la entrevistada señala como el Sr. Alberto la ha obligado a mantenerse por fuera del mercado de trabajo, para que cumpla con las tareas del hogar históricamente relegadas a la mujer. La situación habitacional también impacta en el cotidiano de la familia, se evidencia la precariedad y el hacinamiento del mobiliario, también se destaca que se afincan en un territorio que posibilita la articulación con comedores, y centros recreativos en los cuales participan lxs niñxs. Hay centros de salud y accesibilidad a medios de transportes. Respecto a la situación de salud, se evidencian graves problemáticas que atraviesan a dos de los niños, en la actualidad no están recibiendo los tratamientos pertinentes, ya que la Sra. Julia, al encontrarse atravesada por problemáticas complejas, y sin redes de contención, no está pudiendo acompañar estos procesos. En este sentido mallardi expresa que en esta dimensión adquiere relevancia la ubicación de las personas en la estructura social y las mediaciones en su vida cotidiana, como, la inserción o no en el mundo del trabajo, las condiciones de trabajo, la relación hábitat y salud, el acceso de la alimentación, el acceso o no al sistema de salud, entre otros aspectos. Respecto a la socialización, es dable destacar que lxs sujetxs, están impresos por las huellas que dejan los contextos familiares en donde se desenvuelven y los consumos culturales que los caracterizan. En este relato podemos observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en donde el hombre, jefe de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también ejerce poder de control y decisión sobre los otros integrantes de la familia, principalmente sobre la Sra., Julia, a quien se le impone participar solo del trabajo domestico y de las tareas de cuidado de sus hijxs. Es dable destacar que la internalización de este modelo de familia nuclear y patriarcal se corresponde con la problemática de violencia familiar y de género, ya que los vínculos entre varones y mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos, basados en una jerarquía desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs hijxs, como la “esposa- madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al jefe. Se evidencia que la violencia impartida por el progenitor de lxs niñxs ha sido un punto de inflexión en la vida del grupo familiar, conviviendo en medio de configuraciones sociales donde predominan la inseguridad, la angustia, el enojo, la inestabilidad, el miedo. etc. En este sentido, se manifiestan comportamiento de aislamiento y de enojo principalmente de Nazarano y de Marcos. Asimismo se recupera la intervención del equipo interdisciplinario de la escuela, quienes se constituyen en un actor preponderante en la socialización de lxs niñxs y quienes articulan en pos de acompañar las situaciones problemáticas del grupo familiar desde una mirada integral. El impacto de cada dimensión analizada pone en evidencia el carácter multidimensional de las problemáticas sociales. Este análisis teórico es significativo para poder considerar cada una de las situaciones sociales de este grupo familiar, desde una perspectiva que observe su multidimensionalidad y la singularidad de los sujetos. De este modo, se lograría un abordaje que evite responsabilizar a los sujetos sino que contemple el interjuego de cuestiones particulares y estructurales.