Vous êtes sur la page 1sur 14

1-Jelin realiza una conceptualización de familia con perspectiva de género y análisis

crítico de la distinción entre el mundo privado y el ámbito público para cuestionar la


imagen idealizada de la familia nuclear. El concepto clásico de Familia parte de un
sustrato biológico ligado a la sexualidad y a la procreación. La familia es la institución
social que regula, canaliza y confiere significado social y cultural a estas dos
necesidades. Incluye también la convivencia cotidiana, expresada en la idea del hogar y
del techo: una economía compartida, una domesticidad colectiva, el sustento cotidiano,
unidos a la sexualidad legítima y a la procreación. La autora sostiene que en este
modelo de familia, existen expectativas sociales diversas para el trabajo de hombres y
de mujeres (H trabaja fuera, la M es la responsable de la domesticidad) y diferencias por
edad (niños/as y ancianos/as dependientes). Se define al hombre como el responsable
por el mantenimiento económico de la familia, mientras que la mujer es la principal
responsable de las tareas reproductivas, tareas que se diferencias en tres niveles:
Reproducción biológica: plano familiar gestar y tener hijos, y en el social se refiere a los
aspectos sociodemográficos de la fecundidad. Reproducción cotidiana: organización y
gran parte de las tareas domésticas que permiten el mantenimiento y la subsistencia de
los miembros de su familia. Y Reproducción social: tareas dirigidas especialmente el
cuidado y la sociabilización temprana de lxs niñxs, transmitiendo normas y patrones de
conductas aceptadas y esperadas. En la situación problemática planteada la Sra. Julia
comento que el vínculo con su pareja el Sr Alberto, se vio signado por situaciones de
violencia familiar y de género, las cuales mantuvo ocultas por mucho tiempo. El Sr.
Alberto, quien además de tener actitudes violentas y de maltrato hacia sus hijxs, le
prohibía “salir a trabajar”, motivo por el cual también mantiene oculta su inserción en el
mercado de trabajo informal (de planchado en domicilios). En este relato podemos
observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en donde el hombre, jefe
de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también ejerce poder de control
y decisión sobre los otros integrantes de la familia, principalmente sobre la Sra., Julia, a
quien se le impone participar solo del trabajo domestico y de las tareas de cuidado de
sus hijxs. Es dable destacar que la internalización de este modelo de familia nuclear y
patriarcal se corresponde con la problemática de violencia familiar y de género, ya que
los vínculos entre varones y mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos,
basados en una jerarquía desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs
hijxs, como la “esposa-madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al
jefe. Jelin sostiene que la idea de familia nuclear, neolocal y patriarcal, se ha visto
profundamente cuestionada en las últimas décadas, producto de las transformaciones
societarias producidas desde mediados del siglo XX, las que han impactado en la
estructura y dinámica de las organizaciones familiares, viéndose el modelo familiar
hegemónico impactado por los discursos e instituciones que lo sostienen. Especialmente
en la segunda mitad del siglo, la urbanización acelerada, el aumento de la tasa de
participación femenina en la fuerza de trabajo y el incremento en los niveles de
educación son ejemplo de algunas de estas transformaciones. Contribuye al
resquebrajamiento del modelo la creciente penetración de lo social en el ámbito privado
de la organización familiar. En este sentido podemos ver una multiplicidad de formas de
familia y de convivencia, en donde las responsabilidades y obligaciones familiares
pueden estar a cargo de miembros que no comparten el hogar. En el relato de la Sra.
Julia, comenta que ha denunciado a su pareja por violencia de género, por lo que en la
actualidad el Sr Alberto tiene una restricción de acceso al domicilio familiar. Frente a
esta intervención del Estado, la cotidianeidad de la Sra. Julia y de sus 4 hijxs en la
actualidad se estructura en torno a un hogar monomarental (grupos familiares con
jefatura femenina a cargo de niñxs). La autora plantea que también el amor y el cuidado
pueden ser ofrecidos y recibidos sin convivencia cotidiana, en este sentido lxs niñxs
comentan que frente a la violencia impartida por su progenitor se van a la casa de
“Betty”, una vecina del barrio, podemos llegar a presumir cierto lazo construido de
proximidad y confianza, “Betty”, en este caso podría llegar a operar como un sostén
simbólico y material de lxs niñxs Asimismo, la autora plantea que para llevar adelante
las tareas y las actividades ligadas al mantenimiento de sus miembros, toda unidad
doméstica requiere recursos humanos y materiales, cuya obtención resulta problemática,
y la unidad doméstica debe desarrollar mecanismos para su adquisición o creación. Los
recursos pueden provenir del trabajo remunerado y no remunerado de los miembros, las
transferencias de instituciones formales, fundamentalmente el Estado, la ayuda de
organizaciones sociales “solidarias” (ong), los ahorros propios y otras fuentes de
ingreso (rentas, inversiones, etc) y las transferencias informales basadas en redes de
ayuda mutua e intercambio. En el relato la Sra. Julia se evidencia que en la actualidad
no se encuentra inserta en el mercado de trabajo, y que en algunas ocasiones obtiene
ingresos a partir de realizar tareas de planchados en domicilios. Los ingresos del hogar
resultan insuficientes para la satisfacción de sus necesidades, requiriendo de tal modo de
la asistencia estatal para afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al
Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por
discapacidad de su hijo N, y de manera fluctuante con la cuota alimentaria por parte del
Sr. Alberto, asimismo lxs ninxs en edad escolar comen en el comedor de la escuela y en
determinados momentos concurren al comedor comunitario del barrio. Por su parte,
Eroles establece que las familias ocupan en el escenario de la vida cotidiana una
llamativa centralidad. Es en su seno donde nacen las demandas, o se producen los
conflictos y las necesidades insatisfechas que dan origen a modalidades de acción
transformadora. La cotidianidad se presenta como el espacio donde se manifiestan e
interactúan necesidades, condicionamientos, afectos, valoraciones, y se manifiestan las
relaciones en distintos contextos significativos: histórico-cultural, familiar, laboral y
productivo, urbano y local (político organizativo), estos contextos nos permiten realizar
una lectura adecuada del cotidiano, al generar condicionamiento situacionales (aquí y
ahora), que le otorga sentido y direccionalidad, en paralelo a estos contextos que
definen la vida cotidiana, en donde se expresan las crisis vitales y los conflictos propios
de las familias y los grupos sociales, las situaciones problemáticas, también se expresan
a nivel de estructuras políticas, económicas y educativo-culturales. Esta mirada de la
vida cotidiana y sus contextos significativos, son el encuadre necesario del trabajo
social en su dimensión microsocial de la intervención. En el relato de la Sra. Julia se
puede observar como el contexto familiar ha impactado significativamente en la
cotidianeidad de Julia y sus hijxs. La violencia de género y familiar impartida por el Sr.
Alberto, ha generado en lxs niñxs comportamiento de aislamiento y de enojo
principalmente de Nazarano y de Marcos. Asimismo lxs niñxs atraviesan distintas
problemáticas de salud, por lo cual requieren de ciertos tratamientos médicos, que no se
están realizando, esto incide no solo en la dimensión de salud de lxs niñxs sino que
también obstaculiza el poder obtener ingresos económicos de la AUH, ya que no se han
presentados certificados de escolaridad y de salud de Marcelo y de Marcos. En cuanto al
contexto laboral y productivo se evidencia que el Sr. Alberto trabaja como respositor en
el supermercado COTO, y que incumple con sus deberes de asistencia familiar, por lo
que la Sra. Julia quien se encuentra por fuera del mercado de trabajo formal, y por ello
despliega ciertas estrategias para obtener ingresos (realiza tareas de planchado en
domicilio) es el único sostén material de sus cuatro hjxs. Respecto al contexto urbano
la vivienda se encuentra en un barrio de ramón carrillo, con edificios bajos y viviendas
precarias, hay escasos accesos a servicios básicos, acceso a transportes públicos, con
ciertos temores a robos que impactan significativamente en la cotidianeidad del grupo
familiar ya que su vivienda se encuentra con la puerta rota y sin cerradura, en cuanto a
la situación habitacional de la familia, si bien la vivienda es de tenencia propia
(entregada por el IVC), se señala que el sitio en donde se albergan, carece de
condiciones de habitabilidad, hay vidrios y objetos rotos producto de las situaciones de
violencia familiar, no disponen de las comodidades, ni dimensiones adecuadas para la
cantidad de personas que se encuentran en la vivienda, por lo que se hallan en estado
hacinamiento crítico. Asimismo se evidencia que el contexto urbano coexisten
instituciones públicas de salud, como organizaciones sociales, comedores barriales y un
centro de actividades infantiles, al cual asisten lxs niñxs constituyéndose en espacios
sociales significativos en la cotidianeidad de lxs niñxs. Es dable destacar que el
contexto incide en el ejercicio de las funciones de la familia, su estructura, su dinámica
y vínculos internos. Condiciona, pero no determina; además del contexto interviene el
factor de la historia de vida de cada uno. Es preciso entender las problemáticas desde
una mirada macro social, es decir, que está en correspondencia con otros problemas
sociales en tanto todos ellos constituyen manifestaciones de la cuestión social. En este
sentido considero son múltiples las situaciones problemáticas que atraviesan a la
cotidianeidad de la Sr. Julia y a su grupo familiar, sin embargo cabe destacar la posición
en la que se ubica Julia, activa en función de su padecer, se destaca su interés y accionar
al participar de las reuniones que el equipo interdisciplinario de la escuela de lxs niñxs
realiza, sobre todo para poder intervenir en las problemáticas de salud que atraviesan a
lxs niñxs.

2-Robles establece que el matrimonio ha sido la institución por excelencia que ha


reforzado aquella idea tradicional de familia, erguida sobre los pilares del parentesco, la
convivencia y la sexualidad (heterosexual). Desde tales parámetros, difícilmente pudiera
hablarse libremente de relaciones concubinarias, uniones homosexuales, parejas
divorciadas, familias ensambladas, etc. Estas modalidades de relación e interacción
vienen imponiéndose en el escenario colectivo, recreando la concepción tradicional y
patriarcal que de la familia se tenía. La familia patriarcal convive en la actualidad con
otras configuraciones familiares, aunque el imaginario social perpetúe la representación
de la familia nuclear como ideal familiar, casualmente llamada “familia tipo”. Plantea la
necesidad de “comprender a cada familia en la materialidad de su existencia, como un
producto histórico cultural particular y singular en su constitución” y enfatiza que la
familia tradicional, como ideario de la modernidad, prácticamente ya no existe. La
familia no es un producto ideal sino un producto real que se constituye “como puede”,
históricamente y en relación a un tiempo y un espacio determinados (como espacio
instituido socialmente e instituyente en la vida de los sujetos). Por esta razón, alerta
sobre la necesidad de abandonar criterios de normalidad para referirnos a la familia
Plantea que las políticas neoliberales aplicadas desde la última dictadura militar hasta
fines del pasado siglo han impactado fuertemente en las organizaciones familiares,
alterando sus dinámicas internas y obligando a nuevas modalidades de producción y
reproducción material y social de la vida. Este proceso ha impactado negativamente en
la economía, su producción cultural, su desarrollo socio-comunitario y, por supuesto y
en el lazo social y la dinámica de los grupos familiares. Esto ha convivido junto a otros
cambios singulares en la dinámica societaria, entre los cuales podemos mencionar la
recuperación del estado de derecho en la vida institucional del país y el advenimiento de
medidas de franco progresismo. En la situación problemática planteada la Sra. Julia
comento que el vínculo con su pareja el Sr Alberto, se vio signado por situaciones de
violencia familiar y de género, las cuales mantuvo ocultas por mucho tiempo. El Sr.
Alberto, quien además de tener actitudes violentas y de maltrato hacia sus hijxs, le
prohibía “salir a trabajar”, motivo por el cual también mantiene oculta su inserción en el
mercado de trabajo informal (de planchado en domicilios). En este relato podemos
observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en donde el hombre, jefe
de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también ejerce poder de control
y decisión sobre los otros integrantes de la familia, principalmente sobre la Sra., Julia, a
quien se le impone participar solo del trabajo domestico y de las tareas de cuidado de
sus hijxs. Es dable destacar que la internalización de este modelo de familia nuclear y
patriarcal se corresponde con la problemática de violencia familiar y de género, ya que
los vínculos entre varones y mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos,
basados en una jerarquía desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs
hijxs, como la “esposa-madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al
jefe. En el relato de la Sra. Julia, comenta que ha denunciado a su pareja por violencia
de género, por lo que en la actualidad el Sr Alberto tiene una restricción de acceso al
domicilio familiar. Frente a esta intervención del Estado, la cotidianeidad de la Sra.
Julia y de sus 4 hijxs en la actualidad se estructura en torno a un hogar monomarental
(grupos familiares con jefatura femenina a cargo de niñxs). Respecto al análisis que
realiza Gonzalez podemos decir que se trata de una familia de clase baja, según la
autora, estas se originan como consecuencia de la migración de las familias del campo o
de poblaciones rurales a las ciudades, se localizan en los cordones suburbanos,
engrosando actualmente el mercado informal de mano de obra, es decir individuos que
no encontrando trabajo estable, pasan a formar un sector subocupado en el servicio
domestico, changas y otras actividades no calificadas. Han integrado la principal
clientela de precarios servicios estatales, los cuales dependen en gran parte para su
subsistencia, pero también de las variaciones de las coyunturales económicas, con lo
cual sus vidas cotidianas tienen como horizonte permanente la incertidumbre, suplida en
el mejor de los casos por relaciones informales de intercambio en las que los parientes
juegan un rol importante. Ello explica también, la persistencia de la familia numero ya
que los hijos son considerados como posibilidad de soporte afectivo y mano de obra
para el sostenimiento del grupo familiar. Dada la precariedad de su capital económico y
cultural son también más proclives a procesos de aculturación que refuerzan la pérdida
de identidad, aumentando la inestabilidad y los conflictos al interior de la unidad
domestica. Según el relato el Sr. Alberto trabaja como respositor en el supermercado
COTO, e incumple con sus deberes de asistencia familiar, por lo que la Sra. Julia quien
se encuentra por fuera del mercado de trabajo formal, y por ello despliega ciertas
estrategias para obtener ingresos (realiza tareas de planchado en domicilio) es el único
sostén material de sus cuatro hjxs. Los ingresos del hogar resultan insuficientes para la
satisfacción de sus necesidades, requiriendo de tal modo de la asistencia estatal para
afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al Programa de Ciudadanía Porteña,
cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y en la actualidad
no recibe la AUH por no haber presentado los certificados de salud y de escolaridad de
lxs ninxs, en particular respecto a Marcos precisa del certificado de discapacidad, el
cual no se ha podido gestionar ya que su DNI se extravió y no se ha realizado el tramite
pertinente. Asimismo se evidencia que poseen vivienda propia entregada por el IVC, en
un barrio de ramón carillo, allí hay ciertos temores a robos que impactan
significativamente en la cotidianeidad del grupo familiar ya que su vivienda se
encuentra con la puerta rota y sin cerradura, en cuanto a la situación habitacional de la
familia, se señala que el sitio en donde se albergan, carece de condiciones de
habitabilidad, hay vidrios y objetos rotos producto de las situaciones de violencia
familiar, no disponen de las comodidades, ni dimensiones adecuadas para la cantidad
de personas que se encuentran en la vivienda, por lo que se hallan en estado
hacinamiento crítico. En cuanto a lxs ninxs en edad escolar se evidencia que comen en
el comedor de la escuela, y que los días sábados concurren al CAI del barrio en donde
realizan actividades deportivas, se evidencia también que atraviesan problemáticas de
salud requiriendo de ciertos tratamientos específicos. Si bien en el barrio hay un Cesac y
un hospital público cercano, la Sra. Julia comenta que no está pudiendo llevar adelante
el tratamiento de salud que precisan sus hijxs. En este sentido y siguiendo a Gonzalez
podemos decir que el grupo familiar posee una ciudadanía de baja intensidad, es decir
una situación de carencia de la ciudadanía, caracterizada por un alto grado de
desigualdad respecto de los derechos civiles, sociales y políticos. La superación de
ciertos problemas, la resolución de determinadas necesidades a partir del ingreso
percibido fundamentalmente vía trabajo informal y/o políticas de transferencia
monetarias, convive con ciertas falencias vinculadas con la infraestructura urbana, el
acceso a servicios, los requisitos burocráticos, y el atravesamiento de problemáticas
sociales complejas. Es decir que la mayor igualación respecto de los modos de percibir
y utilizar los ingresos monetarios y la eliminación de algunos mecanismos
diferenciadores en el acceso a ciertos bienes y capitales, no ha resuelto completamente
la desigualdad respecto de un conjunto de cuestiones que definen las condiciones de
vida. El aumento de los ingresos no se relaciona directamente con la posibilidad de
solucionar algunas problemáticas, que se vinculan con fuertes padecimientos subjetivos
relacionados con múltiples variables que persisten en el tiempo, y que más bien
responden a la lógica del deterioro y la fractura de lazos sociales de integración y
participación social. Cuestiones relacionadas con la violencia, el maltrato, el descuido;
prácticas que señalan la erosión de tejidos de contención familiar, comunitaria y social
que configuran las problemáticas sociales complejas y que demandan una intervención
particular. Estas situaciones, no son privativas de la condición de pobreza pero sí
agravadas por ella.
3- Díaz tenorio establece que la familia como institución social, es el espacio de
vínculo entre individuo y sociedad y, además es el espacio privilegiado para la acción
de políticas sociales y económicas .Como grupo social, la familia constituye un sistema
de relaciones de diferentes características (afectivas, consanguíneas, cohabitacionales,
etc.) que garantizan la reproducción social y la satisfacción de necesidades de sus
miembros, y regulan su desarrollo. Distingue dos niveles de análisis: el nivel subjetivo y
el objetivo. En el primero, es necesario reconocer que la familia abarca una red de
relaciones mucho más amplia que las limitadas al espacio del hogar y, también, cumple
otras funciones que trascienden sus fronteras. Por lo que, cada persona construye su
modelo de familia a partir del lugar que ocupa en el sistema de relaciones grupales, en
cada etapa del ciclo de vida familiar. En el plano objetivo, debe incluirse el análisis de
las condiciones materiales de vida (conjunto de bienes y recursos que constituyen
premisas básicas para el desarrollo de las funciones familiares), así como las
características del contexto. De manera que, para valorar a la familia, se debe examinar
los cambios sociales que se dieron en los últimos años y que impactaron en la dinámica
de diferentes instituciones y grupos de la sociedad. La globalización acentúa cada vez
más su carácter neoliberal. Se legitima un modelo de crecimiento económico que no
genera empleo y origina una mayor heterogeneidad en el mercado de trabajo. Las
modificaciones producidas en las condiciones de vida, resultado del proceso crisis-
reajuste, influyen marcadamente en la familia. La diversidad de familias existentes
posee determinados recursos materiales, intelectuales y afectivos de partida para
enfrentar las contradicciones que genera la crisis; cada familia es una individualidad
específica, pero todas sufren cambios en esta década por las condiciones cambiantes del
medio social. La familia fue protagonista de un conjunto de tensiones y contradicciones
gestadas en el nivel macrosocial. Las condiciones del entorno pueden fortalecer o
debilitar a la familia, sus efectos dependen de la integración de múltiples factores
económicos, psicológicos y sociales. Por lo que, analizar las funciones de la familia
exige tomar en cuenta la interrelación entre sus miembros y su interacción como grupo
unitario con el resto de la sociedad. El concepto de función comprende las actividades
que cotidianamente realiza la familia, las relaciones sociales que establecen en la
realización de estas actividades (relaciones intra y extrafamiliares) y los efectos
producidos por ambas. Estas actividades, relaciones y sus efectos (o sea, las funciones
familiares) operan simultáneamente en los niveles micro, meso y macrosocial. Entre
ellas se destacan, 1-La función biosocial relacionada con las actividades sexual,
reproductiva, amorosa y afectiva. Vínculos de cariño y apoyo paterno/materno-filiales y
entre los distintos miembros de la familia. Al micro-nivel, satisface las necesidades
afectivas, de procreación y sexuales de los miembros; y al macro-nivel, permite la
reproducción de la población y brinda modelos sociales de comportamiento sexual
masculino y femenino. 2-La función económica asegura la existencia física y el
desarrollo de todos los miembros a través de la organización del presupuesto, el
abastecimiento y el consumo, del desempeño del trabajo doméstico y de la asistencia a
instituciones de educación, salud y servicios .En el nivel social, la función económica
permite la reposición de la fuerza de trabajo. Esta función también valora a la familia
como unidad productiva. 3-La función cultural permite la satisfacción de necesidades
superiores (o espirituales) del grupo a través de las actividades recreativas, educativas,
de superación y en el uso del tiempo libre de la familia. En ella se estudian las
relaciones y la comunicación entre los distintos miembros de la familia. Aporta el
desarrollo de determinados valores del grupo y sus miembros. Mientras que su efecto al
macro-nivel representa la transmisión de valores culturales e ideológicos. En este marco
y en relación a la situación problemática planteada, las políticas sociales tienen un lugar
significativo para poder desarrollar estas funciones, esto se ve por ejemplo en la
participación de lxs niñxs en el CAI del barrio, a partir de actividades recreativas y
deportivas, como también la inserción de lxs mismxs en la escuela de educación
especial, asimismo la presencia de estos dispositivos han posibilitado la intervención del
equipo interdisciplinario, en donde se han visibilizado ciertas situaciones problemáticas
que atraviesan al grupo familiar, se observan situaciones de violencia de género y
familiar, lxs niñxs presentan graves problemáticas de salud, y los ingresos económicos
del grupo familiar son insuficientes, al tratarse de un hogar monomarental, en donde la
Sra. Julia, quien se encuentra fuera del mercado de trabajo formal, resultar ser el único
sostén material y simbólico de lxs niñxs, requiriendo de tal modo de la asistencia estatal
para afrontar los gastos, por lo que se encuentra incluida al Programa de Ciudadanía
Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por discapacidad de su hijo N, y en la
actualidad no recibe la AUH por no haber presentado los certificados de salud y de
escolaridad de lxs ninxs, en particular respecto a Marcos precisa del certificado de
discapacidad, el cual no se ha podido gestionar ya que su DNI se extravió y no se ha
realizado el tramite pertinente, en este sentido y tal como estableces Rozas, las formas
de protección atravesadas por las concepciones de universalización y de derechos
intentan establecer un quiebre con las políticas neoliberales propias de las décadas
precedentes. Sin embargo, la lógica de derechos convive con la persistencia de
condicionalidades asociadas con el cumplimiento de determinados requerimientos. El
Trabajo Social se desarrolla con la aparición de la cuestión social y la ampliación de las
políticas sociales. El concepto de cuestión social hace referencia a las desigualdades
sociales que estructuran a la sociedad moderna y que afectan a las personas en la
producción y reproducción de sus condiciones de vida. En este marco las políticas
sociales son funciones estratégicas en tanto acciones de gobierno necesarias para
incrementar la protección social, en un sentido amplio. Sin embargo la ampliación y la
producción de los derechos sociales no dependen solamente de las argumentaciones
teóricas y prácticas de los cientistas sociales –entre ellos, los trabajadores sociales-; sino
que son fundamentalmente producto de las luchas sociales y conquistas que se han
alcanzado históricamente. La intervención profesional, no sólo pone en acto decisiones
que se estructuran en la cadena de poder de las instituciones, sino también descubre los
problemas específicos y quizá ocultos en el circuito entre demanda y respuesta. Desde
esta mirada, el equipo interdisciplinario de la escuela especial, ha considerado elaborar
estrategias de intervención a partir de la construcción de redes que involucra no solo al
grupo familiar, sino también con el CAI, y con la defensoría de ninxs y adolescentes, así
como también ampliar los referentes adultos o bien fortalecer los lazos existentes.
Rozas manifiesta que es necesario articular acciones entre programas, agentes
profesionales y destinatarios. Es necesario perfeccionar los mecanismos de articulación
y sostenimiento de redes de contención fundamentales para garantizar el acceso a los
derechos sociales y culturales. Por ello la lógica de la política social no sólo debe ser
pensada en términos de transferencia; existe otra, poco visible que se refiere a la
construcción redes.
5- Kaen Sosa, retoma la década de los 90 para explicar las transformaciones
sociopolíticas que han impactado significativamente en la sociedad y que se expresan en
la experiencia del desempleo prolongado, la sensación de inestabilidad, la ausencia de
futuro asegurado. Así, las condiciones de vida de la exclusión hacen estragos en el
proceso de construcción de la subjetividad. De allí que para muchos sujetxs se ha roto el
lazo entre el presente y el futuro. La exclusión social se manifiesta y al mismo tiempo se
refuerza mediante la segregación espacial-territorial. En consecuencia muchos hombres
y mujeres, niñas y niños tienen una existencia totalmente al margen, sin ningún
significado para el conjunto mayor de la sociedad. Son los que están demás y que en la
medida que así lo auto perciban, no tienen razones de encontrarle un sentido a la vida.
Estas transformaciones macro estructurales impactan en la vida cotidiana de los sujetos,
en términos de Aquín el sentido común en la vida cotidiana se vincula con esquemas de
interpretación y los modos en que percibimos nuestra vida. Por otra parte algunas
interpretaciones dan cuenta de la forma en que los sujetos naturalizan su mundo
cotidiano. Al hablar de construcción social del sentido común, es para referir a la
orientación que imprimen ciertos aparatos formales como la escuela, pero también
informales –clubes, grupos barriales etc. Tales aparatos constituyen verdades usinas de
construcción de pautas de conducta, y asimismo de identidad. Pero el sentido común
predominante no significa que haya un solo sentido común: la diferenciación social de
nuestras sociedades compone situaciones de vida muy disímiles, y por tanto también
supone diferencias en las significaciones. Es en este marco de la cotidianidad que
“muchos niños nacen y crecen en espacios sociales y en hogares donde no cumplen
ninguna función estratégica para el conjunto (desempleados, subempleados, empleados
del sector informal pobre etc.). En este marco la autora utiliza el concepto de unidades
domesticas para hacer referencia a las organizaciones que integradas mayoritariamente
por familias, cubren las necesidades cotidianas de mantenimiento y reproducción, y que
por lo tanto ponen en marcha dispositivos administrativos para tal fin. En este sentido
desarrollan estrategias de Subsistencia, es decir, prácticas sociales que nacen alrededor
de la pobreza, en donde tanto las organizaciones formales como las informales articulan
formas de relacionamiento y organización entre los individuos entre sí, para articular
recursos en pos de la satisfacción de diversas necesidades. La construcción y el
desarrollo de estas estrategias se encuentran intrínsecamente relacionado con las
posibilidades que tienen la población para usar ciertos recursos como el por ejemplo los
dispositivos de salud, aquí hablamos de la accesibilidad, términos de Ferrara, el grado
de acceso. Según la autora, se tratan 5 formas de accesibilidad, geográfica, cultural,
jurídica, económica y administrativa, (cuando no se da al menos una de ellas ya se
convierten en barreras): La geográfica: medida por la posibilidad que tiene la población
para acceder a los recursos de salud, según sea la distancia que la separa y las
dificultades para llegar a ellos; se mide en tiempo o en distancia. En el caso de los
servicios de emergencias debe lograrse una gran accesibilidad. Generalmente los que
más necesitan de los bienes y servicios sanitarios son aquellos que menos han podido
elegir su destino geográfico. Habitan donde pueden y precisamente allí es donde no
están o están muy lejos de los recursos de salud.La cultural: pueden circunscribirse al
análisis de la relación social paciente-médico. Es indispensable que dicha relación se
nutra con un diálogo que sea un encuentro interpersonal. El médico aparece como
ejerciendo la autoridad y el paciente en una situación de dependencia, lo que ratifica la
condición asimétrica del encuentro. La autora hace hincapié en el poder médico, las
relaciones entabladas a través de una vinculación inquietante: uno que sabe, que posee,
que conoce, tiene el poder para actuar; el otro que duda, sufre está desconocido para sí
mismo, sólo puede pedir ayuda. No puede haber relación paciente-médico seriamente
ejercida, con hondo sentido histórico-científico, si no se transforman las condiciones
estructurales que determinan esta vinculación inquietante. En el caso de la situación
problemática planteada el grupo familiar se afinca en el barrio Ramón Carrillo de
CABA, en donde la accesibilidad geográfica posibilita servicios de trasportes públicos,
servicios de salud (hay un Cesac y un hospital público cercano), así como también
comedores barriales y organizaciones de base donde funcionan algunos programas
recreativos como el CAI. El grupo familiar se encuentran en una situación de
vulnerabilidad social, Se evidencia aquí como el desempleo estructural impacta en la
vulneración de otros derechos y cómo las barreras económicas inciden negativamente
en la efectivización de los mismos. Los ingresos del hogar resultan insuficientes para la
satisfacción de sus necesidades, por lo cual en su cotidianeidad desarrollan ciertas
estrategias de subsistencias que se encuentran asociadas al mercado de trabajo informal
(la Sra. Julia realiza tareas de planchado a domicilio), lxs niñxs en edad escolar comen
en el comedor de la escuela y en determinadas ocasiones concurren al comedor
comunitario del barrio y al CAI. Asimismo, el grupo familiar se encuentra incluido al
Programa de Ciudadanía Porteña, cuenta con la pensión no contributiva por
discapacidad de su hijo N, y en la actualidad no recibe la AUH por no haber presentado
los certificados de salud y de escolaridad de lxs ninxs, en particular respecto a Marcos
precisa del certificado de discapacidad, el cual no se ha podido gestionar ya que su DNI
se extravió y no se ha realizado el tramite pertinente, en esta situación El DNI se
instituye no sólo como un medio para acreditar la identidad, se trata de la puerta de
acceso a derechos fundamentales. En este sentido es dable destacar que lxs niñxs
presentan problemáticas de salud, por lo cual requieren ciertos tratamientos que no se
están llevando adelante. Esta situación me permite reflexionar en torno a la
accesibilidad geográfica de una manera particular ya que a pesar de que el grupo
familiar reside cerca del Centro de Salud estando subsanadas las distancias y el tiempo
de viaje, los tratamientos que deben realizar lxs niñxs no se están pudiendo llevar a
cabo, esto puede estar atravesado por diferentes factores, que pueden ser algunas
cuestiones que hacen a la atención de la salud como ser la gestión de turnos, los horarios
de atención, las esperas, etc, como también a aspectos subjetivos y entramados
emocionales que pueden estar atravesando a la progenitora de lxs niñxs obstaculizando
la adquisición de una posición activa en esta situación. En este sentido resulta clave la
intervención del equipo interdisciplinario de la escuela, el cual resulta un facilitar para
la accesibilidad, Floral establece que el desafío para el trabajo social, es conocer las
condiciones de vida y las dificultades de accesibilidad y visibilizarlas, lo ideal es
fortalecer la autonomía, pero a veces hace falta el acompañamiento. . En el encuentro
entre la Sra. Julia y lxs profesionales se permitieron detectar situaciones problemáticas
que requerían de atención y seguimiento integral y en este caso la actuación profesional
se orientó hacia ofrecer contención y asesoramiento y pensar estrategias conjuntas de
intervención para facilitar el acceso y/o potenciar los recursos sociales, culturales y
simbólicos.
6- Rotondi establece que la construcción acerca de quién es ciudadano y cuáles son los
espacios del ejercicio de la ciudadanía, aparecen a imagen y semejanza del varón. La
distancia entre la igualdad formal y la igualdad real fragiliza la ciudadanía de las
mujeres, y deriva de las formas de organización social y política, tanto del capitalismo
como del patriarcado. Esta fragilidad impacta en términos políticos, económicos y
culturales. Y se expresa en las particulares formas de exclusión, segregación
ocupacional y representaciones estereotipadas que devalúan los trabajos de las mujeres,
y en la distribución del poder. La relaciones de poder asimétricas y naturalizadas que
definen el lugar que ocupan las personas en la sociedad desde el punto de vista de su
pertenencia a una clase, pero, además, respecto del género, la situación etaria, la etnia y
la opción sexual. Estas diversas subordinaciones se encuentran sostenidas por
instituciones sociales de las cuales formamos parte, y en el marco de las que circulamos
a lo largo de nuestra vida; instituciones que producimos y reproducimos, incorporamos
y hasta desconocemos. El neoliberalismo se ha establecido en términos generales como
dominante en el mundo, con efectos en el ámbito social que son plenamente
reconocidos en América Latina, lo que permite a Rotondi señalar que la discusión del
concepto de ciudadanía está en el centro del debate sobre la cuestión social, es decir, en
el medio de la controversia sobre el desempleo de largo plazo, la precarización del
trabajo y las nuevas y viejas formas de la desigualdad. Nos enfrentamos, en las
sociedades latinoamericanas, a la paradoja de sociedades democráticas con
ciudadanos/as nominales o ciudadanos/as incompletos/as, es decir, falsos ciudadanos o
que no pueden ejercer plenamente los atributos correspondientes a esa condición, en
este sentido retoma el concepto de ciudadanía de baja intensidad como una situación
de carencia de la ciudadanía en condiciones de pobreza y alto grado de desigualdad.
Aguirre, se refiere a la noción liberal de ciudadanía, el cual instala un concepto de
razón y cultura asociada a los hombres, y por lo tanto al mundo de lo público; y a la
emoción más propia de las mujeres, naturalizando su pertenencia al ámbito privado y la
vida doméstica. Cuando las mujeres (a través de diversas luchas colectivas) fueron
consideradas ciudadanas, no se produjo una redefinición de la división del trabajo entre
los sexos en la familia. Los beneficios de la ciudadanía social son desiguales en
hombres y mujeres debido a que las políticas de bienestar se han centrado en aquellos
que participan en el mercado, manteniendo las relaciones de subordinación en la esfera
familiar. Por lo que es preciso exigir la incorporación de las mujeres al trabajo con los
mismos derechos y beneficios que los hombres y al mismo tiempo reconocer el valor
del trabajo de cuidados y su sostenimiento por parte del Estado. En la última década se
puede decir que en Latinoamérica las mujeres han obtenido reconocimiento cultural, sin
embargo, más difícil resulta el reconocimiento de los derechos sociales. A su vez, la
integración de las mujeres al mercado, presenta diferencias marcadas según estrato
socio-económico; las mujeres de los hogares pobres tienen las mayores dificultades para
incorporarse al trabajo remunerado, deben recurrir a una compleja red de estrategias
para poder cumplir con su trabajo y atender sus responsabilidades familiares. En este
sentido la autora plantea que para el pleno goce de los derechos ciudadanos de las
mujeres se requiere reconsiderar las relaciones entre las distintas esferas
(familia/mercado/Estado/comunidad) a fin de determinar los derechos y
responsabilidades en relación a las funciones de cuidado. El Estado debe generar
alternativas ante los cambios familiares; buscar la desfamiliarización, acompañar a la
familia en el cuidado. Respecto a la situación problemática planteada, la Sra. Julia y sus
hijx, se han visto atravesados por situaciones de violencia impartidas por el Sr. Alberto,
comenta que ha denunciado a su pareja por violencia de género, por lo que en la
actualidad el progenitor de lxs niñxs tiene una restricción de acceso al domicilio
familiar. Frente a esta intervención del Estado se puede ver un avance respecto a la
construcción de ciudadanía y de derechos, en donde se ha producido un quiebre respecto
a la concepción de la violencia de género como un asunto en la esfera privada. Se
evidencia que, frente a esta situación la Sra. Julia es el único sostén material de sus
cuatro hijxs, ya que su progenitor incumple con sus deberes de cuidado y de asistencia
alimentaria, en donde parecería no haber una intervención del estado que aborde dicho
incumplimiento. La Sra. Julia y su hijo Rodrigo de 18, se encuentran excluidos del
mercado de trabajo formal, en relación a lo que plantean las autoras, es preciso
entender el desempleo como una problemática estructural, vinculado a las propias
desigualdades del mercado laboral, el grupo familiar se encuentra atravesados por la
historia y forman parte de un contexto, es decir que no se hallan exentos de los cambios
y modificaciones de la estructura social y económica, hay una estrecha relación entre la
calidad de la inserción laboral y el estrato social al que se pertenece, así como también
al nivel de educación alcanzado. Esta situación impacta significativamente obligando al
grupo familiar a buscar estrategias para cubrir sus necesidades básicas, como la
participación en el mercado de trabajo informal de la Sra. Julia, quien también debe
encargarse de las tareas de cuidado y del trabajo domestico no remunerado, ejerciendo
en términos de las autoras una ciudadanía de baja intensidad. Estas situaciones
problemáticas, repercuten en la subjetividad del grupo familiar, se evidencia cierto
padecimiento subjetivo y el reconocimiento- por parte de la progenitora de lxs niñxs- de
no poder para llevar adelante las tareas de cuidado de lxs niñxs, quienes presentan
graves problemáticas de salud, y dificultades en la socialización primaria. En esta
situación se evidencia la intervención de organizaciones de la sociedad civil y la
percepción de programas asistenciales. Resulta interesante analizar como la escuela
interdisplinaria interviene, alojando a la Sra. Julia en el espacio, intentando articular
con las organizaciones del barrio, instituciones estatales, intentado ampliar referentes
adultos o bien fortalecer los existentes, desde una mirada que contempla la complejidad
de las problemáticas que atraviesan al grupo familiar, tal como establece Rotondi,
pensar la idea de ciudadano/a con relación a la de sujetos/as sociales, apostando a
procesos de democratización desde cada posición específica y desde luchas dirimidas en
espacios “privados”, puede ser un desafío a compartir. La construcción de redes de
articulación que permitan poner vallas a la exclusión es una alternativa y una tarea a
emprender en los diversos espacios. La pobreza no es un problema social de los pobres;
la desigualdad de género, la desigualdad ciudadana no son aspectos focalizados de la
realidad social, y en ese sentido la búsqueda de redes capaces de interponer recursos
colectivos. Es necesario recuperar la vinculación entre lo público y lo privado, en el
reconocimiento de necesidades que se enuncian como individuales y que deberían
colectivizarse para buscar resoluciones que politicen los problemas cotidianos gestando
organizaciones.
4- El texto de Mallardi propone un análisis que posibilite una aproximación a las
relaciones familiares tomando en consideración a la categoría de vida cotidiana y que
permita recuperar el significado histórico y social de la familia y sus múltiples
expresiones y estrategias que a su interior se desarrollan, en este sentido, hace referencia
a la vida cotidiana como el conjunto de prácticas que los sujetos realizan para su
reproducción y que a su vez son la base para que el proceso social e histórico que
incluye al cotidiano de todos los sujetxs siga reproduciéndose. Se hace referencia a una
relación dialéctica entre lo particular de cada sujeto como su vinculación con lo
universal y la articulación entre el plano objetivo y subjetivo. El cotidiano se constituye
en el espacio propio de las relaciones familiares en donde sus integrantes convergen, se
relacionan y desarrollan prácticas necesarias para garantizar su reproducción cotidiana,
en este marco las distintas formas de ser familia se resinifican a partir de las decisiones
que toman sus integrantes. En esta organización cotidiana de las familias para garantizar
su reproducción , se produce una relación permanente con el contexto donde entran en
juego la disponibilidad de recursos y las decisiones que toman lxs sujetxs, las cuales
puede estar o no problematizadas por ellxs- En este sentido el autor habla de estrategias
familiares de vida, como aquellos comportamientos de los agentes sociales que -estando
condicionadas por su posición social- se relacionan con la constitución y mantenimiento
de las unidades familiares en el seno de las cuales pueden asegurar su reproducción
biológica, preservar la vida y desarrollar todas aquellas prácticas, económicas y no
económicas, indispensables para la optimización de las condiciones materiales y no
materiales. Señala cinco dimensiones por un lado la inserción de sus miembros en el
mundo del trabajo y las estrategias desarrolladas para garantizar los recursos
necesarios para la reproducción cotidiana, Mallardi dice que es preciso identificar
como la clase trabajadora se encuentra fragmentada y heterogeniezada, aquí no solo las
cuestiones de clase y genero adquieren relevancia sino también la diferencia entre
trabajdorxs productivos, precarizadxs, asalariados, desempleados, etc, un análisis macro
social de la realidad, permite dar cuenta de que nuestro mundo esta instituido por la
precariedad de la relación salarial (continuidad, estabilidad asociada a la presencia de
derechos laborales)..Resulta interesante analizar la singularidad y las implicancias que
tienen esta dimensión en las familias, considerando tanto lo macro estructural como el
impacto en lo micro, es decir en la cotidianeidad los grupos familiares. La noción del
cuidado es otra dimensión asociada, debe ser vista además en el marco de las prácticas
necesarias para los procesos de reproducción social en general y de reproducción de la
fuerza de trabajo en particular. Al interior de la unidad familiar, el cuidado es asumido
principalmente por las mujeres, esto se encuentra vinculado a la división sexual del
trabajo y a la naturalización de la capacidad de las mujeres para cuidar. Frente a la
invisibilización de esta situación, el autor sugiere considerar el concepto de economía
del cuidado ampliado, e instalar la organización del cuidado como una cuestión de
derechos, en donde corresponde al Estado avanzar en la definición de políticas públicas
y estrategias organizacionales que tiendan a garantizar el acceso desmercatilizado al
cuidado. En este sentido, Gherardi , Pautasi, establece que el cuidado debe ser
considerado como un trabajo, aunque socialmente no se lo reconozca como tal, ya que
este implica tiempo, desgaste de energía y genera valor, permite la reproducción de la
fuerza de trabajo que necesita la sociedad capitalista. Tanto los varones como las
mujeres son capaces de hacerlo; ambos sexos tienen idéntica obligación legal de asumir
el cuidado. Pero son las mujeres las que mayoritariamente asumen la responsabilidad.
No se han producido grandes avances en la incorporación de los varones a las tareas de
cuidado. Es en el seno de las familias donde se provee gran parte del cuidado, ya que el
Estado se ha desligado de sus responsabilidades de cuidado en muchos aspectos. La
legislación refuerza estereotipos en torno a la maternidad y desestima los derechos,
funciones y roles de los progenitores varones para con sus hijos/as. En el escenario
actual se puede decir que nos encontramos ante una crisis del cuidado: momento
histórico en que se reorganiza simultáneamente el trabajo salarial remunerado y el
doméstico no remunerado; afecta la continuidad y el equilibrio de los tradicionales
arreglos de cuidado. Cuidar es una responsabilidad social y una obligación legal que
debe ser compartida por varones y mujeres por igual. Recibir cuidados es un derecho,
cuya universalización es responsabilidad de todos (Estado-familias-Tercer sector. A raíz
del conflicto que se desata entre cuidar y permanecer en el mercado laboral han surgido
políticas y acciones de conciliación familia-trabajo: derecho de los progenitores a
armonizar dos ejes centrales de sus vidas, y también se encuentra en juego el derecho de
los niños/as a ser criados y educados. Son políticas públicas que tratan de facilitar al
personal la conciliación vida laboral-familiar. Tienen sus limitaciones al estar
circunscriptas al ámbito de los empleos formales, y a su vez no fomentan una
distribución del trabajo de cuidado entre varones y mujeres. Es necesario destacar en la
ecuación la responsabilidad del Estado en su ausencia de políticas específicas al
cuidado.Su rol es central pero también implica a otros actores (sindicatos, ongs, etc.).
Muchas veces la inexistencia de estas políticas explica una de las razones por las cuales
se reproducen los círculos viciosos de pobreza. También se ha demostrado que su
ausencia conlleva a que las personas sean menos productivas en su trabajo y/o exista
una subutilización de la fuerza de trabajo femenina. Una distribución desigual del
cuidado limita y condiciona las oportunidades sociales de las mujeres, en especial su
autonomía económica. La Segregación urbana se puede definir como el conjunto de
procesos objetivos y subjetivos, vinculados a la génesis y desarrollo de la cuestión
social en las sociedades capitalistas, que se constituyen en el fundamento de la
apropiación desigual del espacio urbano. La precariedad habitacional de ser considerada
como una de las expresiones contemporáneas de la “cuestión social”, donde aspectos
vinculados a la precariedad de la calidad de los materiales utilizados para su
construcción y la ausencia de servicios públicos básicos en el espacio geográfico en el
cual se encuentran, articulan con procesos de segregación urbana desarrollados en el
marco de la urbanización capitalista. Procesos de salud-enfermedad: Se busca romper
con el paradigma dominante de enfermedad, que la conceptualiza como un fenómeno
biológico e individual, e indagar sobre los procesos sociales y su vinculación con la
salud-enfermedad de las poblaciones. Recuperar el carácter social de este proceso
implica pensarlo dentro de un marco cultural, donde convergen valores,
representaciones, roles y expectativas de los sujetos involucrados, en tanto cada unidad
familiar define cotidianamente como afrontar este proceso, no de manera aislada, sino
en relación al contexto que la determina. Hay que diferenciar entre la enfermedad como
realidad objetiva, estado reconocido y clasificado, y la enfermedad como padecimiento,
donde se enfatiza cómo es vivida la enfermedad, recuperando las trayectorias y
percepciones de los sujetos afectados. Y la Socialización y aprendizajes:. El saber
cotidiano es el conjunto de conocimientos que es necesario internalizar sobre la realidad
para desenvolvernos en la VC, es el resultado de un complejo proceso en el cual
convergen las determinaciones sociales e históricas en donde se inserta el sujeto. Cuáles
son las implicancias y los alcances del saber cotidiano es diferencial a partir de la
ubicación del sujeto en la estructura social, como así también las particularidades de la
sociedad en la que se inserte. Las familias constituyen el espacio propicio para la
reproducción de valores y estereotipos vinculados a la dominación patriarcal, atravesado
por las relaciones cotidianas en general y las de poder en particular. Se torna necesario
identificar las particularidades que adquieren en la unidad familiar los procesos de
sociabilización y aprendizaje en el ámbito de la educación, formal o informal, como
otros espacios comunitarios, políticos, religiosos y/o culturales.
En la situación particular, se evidencia como estas dimensiones impactan en la
cotidianeidad del grupo familiar, por un lado se evidencia la incorporación desigual al
mercado de trabajo de hombres y mujeres, donde las mujeres se encuentran excluida del
mercado de trabajo formal, esta determinación debe tener en cuenta cuando se analiza
ya que en los sectores subalternos, la inserción laboral se asocia a la extensión de las
tareas realizadas en el ámbito familiar: tareas domésticas y de cuidado, en el caso del
Sr.Alberto trabaja como repositor en coto, incumpliendo con la cuota alimentaria, por su
lado la Sra. Julia acude a tareas de planchado domestico, es dable destacar que la baja
calidad de estos empleos en cuanto a ingresos económicos (fluctuantes), vulneración de
derechos de seguridad social y la eventualidad con que las desarrollan, se instituyen en
la falta de posibilidades estructurales del mercado de trabajo. Este tipo de inserción lejos
está de convertirse en sinónimo de seguridad, estabilidad, movilidad y ascenso social,
proyección vital y autonomía económica que permita la superación de las condiciones
de vida del grupo familiar. Asimismo, las tareas de cuidado de sus hijxs recaen sobre la
Sra. Julia, ya que el progenitor de lxs niñxs se ha desentendido de dicha
responsabilidad. Es dable destacar que en el relato la entrevistada señala como el Sr.
Alberto la ha obligado a mantenerse por fuera del mercado de trabajo, para que cumpla
con las tareas del hogar históricamente relegadas a la mujer. La situación habitacional
también impacta en el cotidiano de la familia, se evidencia la precariedad y el
hacinamiento del mobiliario, también se destaca que se afincan en un territorio que
posibilita la articulación con comedores, y centros recreativos en los cuales participan
lxs niñxs. Hay centros de salud y accesibilidad a medios de transportes. Respecto a la
situación de salud, se evidencian graves problemáticas que atraviesan a dos de los niños,
en la actualidad no están recibiendo los tratamientos pertinentes, ya que la Sra. Julia, al
encontrarse atravesada por problemáticas complejas, y sin redes de contención, no está
pudiendo acompañar estos procesos. En este sentido mallardi expresa que en esta
dimensión adquiere relevancia la ubicación de las personas en la estructura social y las
mediaciones en su vida cotidiana, como, la inserción o no en el mundo del trabajo, las
condiciones de trabajo, la relación hábitat y salud, el acceso de la alimentación, el
acceso o no al sistema de salud, entre otros aspectos. Respecto a la socialización, es
dable destacar que lxs sujetxs, están impresos por las huellas que dejan los contextos
familiares en donde se desenvuelven y los consumos culturales que los caracterizan. En
este relato podemos observar cómo se reproduce este modelo de familia patriarcal, en
donde el hombre, jefe de familia, no solo es el proveedor económico, sino que también
ejerce poder de control y decisión sobre los otros integrantes de la familia,
principalmente sobre la Sra., Julia, a quien se le impone participar solo del trabajo
domestico y de las tareas de cuidado de sus hijxs. Es dable destacar que la
internalización de este modelo de familia nuclear y patriarcal se corresponde con la
problemática de violencia familiar y de género, ya que los vínculos entre varones y
mujeres –sostenidos desde esta cultura– son asimétricos, basados en una jerarquía
desigual de poder, en estas asimetrías, en donde tanto lxs hijxs, como la “esposa-
madre”, desempeñan papeles anclados en la subordinación al jefe. Se evidencia que la
violencia impartida por el progenitor de lxs niñxs ha sido un punto de inflexión en la
vida del grupo familiar, conviviendo en medio de configuraciones sociales donde
predominan la inseguridad, la angustia, el enojo, la inestabilidad, el miedo. etc. En este
sentido, se manifiestan comportamiento de aislamiento y de enojo principalmente de
Nazarano y de Marcos. Asimismo se recupera la intervención del equipo
interdisciplinario de la escuela, quienes se constituyen en un actor preponderante en la
socialización de lxs niñxs y quienes articulan en pos de acompañar las situaciones
problemáticas del grupo familiar desde una mirada integral. El impacto de cada
dimensión analizada pone en evidencia el carácter multidimensional de las
problemáticas sociales. Este análisis teórico es significativo para poder considerar cada
una de las situaciones sociales de este grupo familiar, desde una perspectiva que observe
su multidimensionalidad y la singularidad de los sujetos. De este modo, se lograría un
abordaje que evite responsabilizar a los sujetos sino que contemple el interjuego de
cuestiones particulares y estructurales.

Vous aimerez peut-être aussi