Los estudios de seguridad vial parten de la necesidad de poder determinar los
problemas de seguridad que se presentan en las vías y por consiguiente el riesgo de accidentalidad vial. Se exige en lo posible que en la fase de prefactibilidad el análisis sea claro y coherente con las condiciones de seguridad vial actualizadas. Aparte del estudio de accidentalidad es recomendable una auditoria de seguridad vial capaz de poder identificar posibles conflictos entre usuarios de la infraestructura con prioridad a ciclistas y peatones; también se debe revisar la señalización, iluminación, estado de las vías y andenes, planimetría y altimetría, peraltes, visibilidad, drenaje, contención vehicular, etc. La importancia de esta auditoría radica en orientar los planteamientos futuros de tal forma que se pueda verificar la coherencia con las alternativas propuestas dentro del estudio.
En el proceso de evaluación de alternativas se debe hacer un análisis de riesgo
teniendo en cuenta las amenazas y vulnerabilidades con el fin de determinar opciones favorables de acuerdo a los resultados de dicho análisis. Durante la factibilidad y el diseño la auditoria podrá detectar los ajustes requeridos y asi contrarrestar la ocurrencia de eventos por accidentes de tránsito.
De acuerdo a la categoría de la vía, se hace importante tener en cuenta los cortes
sean agradables, buenos peraltes y acordes al diseño para que el conductor pueda percibir una vía agradable con condiciones de seguridad. Elementos adicionales como el sistema de transporte, ciclo usuarios, peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida, diversos usos del suelo, conectividad y accesibilidad; todo son condicionantes diferenciadores a los estudios vías rurales.