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Historia de la teoría de genero

Cuando se aborda desde la perspectiva histórica la corriente ideológica de genero debemos


remontarnos a ciertos hitos importantes que fueron configurando lo que hoy conocemos como
teoría de genero a fin de que, conociendo las raíces y las filosofías subyacentes a esta teoría
podamos reconocer aquello que está de acuerdo o no con una visión integral del ser humano tal
como la Revelación y la razón natural reclaman para el hombre de hoy. A continuación, haremos
un recuento sobre los principales pensadores y filósofos que con sus teorías aportaron a lo que
hoy vemos como un movimiento compacto que esta teniendo gran impacto en la configuración
de la sociedad de hoy:

1. En el siglo XIX Marx y Engels desarrollan la dialéctica materialista que propugnaba la


existencia de fuerzas opuestas en constante contradicción que generan en su choque
otras en sucesivos periodos cíclicos. Según esta teoría en la sociedad había siempre dos
clases diametralmente opuestas y enfrentadas entre sí, la clase dominante y la oprimida,
representada por burgueses y proletarios respectivamente de los cuales los últimos
tenían la importante misión de generar la revolución a fin de acabar con las relaciones
de producción existentes, la primera relación dialéctica seria la de hombres y mujeres.

2. Años después Antonio Gramsci (1891 – 1937) ante la realidad de la Rusia post zarista
que Lenin iba a convertir en el pretendido “paraíso comunista” pero que tenia un
reducido proletariado y mucho campesinado, propone el concepto de hegemonía para
describir la alianza de clases entre la mayoría del campesinado y el reducido grupo
proletario para lo cual hecha mano de la dominación cultural a fin de aliar al
campesinado a la lucha proletaria. La importancia de la batalla cultural es evidente en
Gramsci, toda vez que la revolución puede y debe darse a un nivel cultural…Gramsci está
proponiendo, en una palabra, dar una lucha cultural que socave la hegemonía ideológica
de la “clase dominante” pertrechada en el Estado (MARQUEZ Nicolas – LAJE Agustin)

3. Paralelamente al desarrollo de la teoría de la lucha de clases marxista tenemos el


desarrollo del feminismo como corriente ideológica que propugnaba en sus inicios la
justa igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; es lo que comúnmente se
denomina la primera ola del feminismo. Suele tomarse como obra fundacional de la
primera ola feminista al libro “Vindicación de los derechos de la mujer” de la inglesa
Mary Wollstonecraft, centrado en la igualdad de inteligencia entre hombres y mujeres
y en una reivindicación de la educación femenina. Quien recogerá su legado será John
Stuart Mill quien hace hincapié en la desigualdad ante la ley entre hombres y mujeres
haciendo de las ultimas prácticamente una propiedad del hombre. El final de esta
historia es bien conocido. En muchos de los países industrializados las mujeres
accedieron a los derechos políticos antes de la Primera Guerra Mundial. Y al término de
la Segunda Guerra Mundial, en todos los países donde regía un sistema democrático, el
voto se había por fin universalizado en favor del público femenino.

4. Si la primera ola del feminismo puede comprenderse como la preocupación por el lugar
que la mujer ocupa en la sociedad iluminada por el marco conceptual del liberalismo, la
segunda ola feminista se puede entender como dicha preocupación vista a través de los
lentes de la ideología marxista y el socialismo, dado fundamentalmente por Engels
quien en 1884 publica su obra “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado
en donde tiene como finalidad el mostrar como la familia monogámica es apenas un
tipo de familia que nace como reflejo de la aparición y el desarrollo de la institución de
la propiedad privada, esto supondría que en el estado salvaje habrían matrimonio por
grupos en incluso se habría practicado el incesto sin ser visto como moralmente
reprobable. Como veremos más tarde, el feminismo de la tercera ola y el feminismo
“queer” otorgarán al incesto y a la pedofilia el lugar de una de sus reivindicaciones más
despreciables. Este sistema “primigenio” de uniones estaría marcado necesariamente
por un régimen matriarcal. ¿Qué nos dice Engels en una palabra? Pues que es la
aparición de la propiedad privada la que derroca el “paraíso comunista matriarcal” y nos
trae el régimen de dominación masculina. La propiedad privada, causal de la explotación
de las clases, es causal también de la explotación de los sexos. “El derrocamiento del
derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El
hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida
en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de
reproducción” escribía Engels quien mas adelante sentenciara: “El hombre es en la
familia el burgués; la mujer representa en ella al proletariado”. La operación
hegemónica gramsciana no puede ser más clara: lucha de sexos y lucha de clases tienen
origen en lo mismo y deben en consecuencia unirse para acabar con el sistema que
reproduce la dominación de las partes subalternas claramente identificadas: mujeres y
obreros. En una palabra, la realización del feminismo marxista es la destrucción de la
familia y su reemplazo por el Estado totalitario y por el partido.
5. Se considera como libro fundacional de la tercera ola del feminismo “el segundo sexo”
de Simone de Beauvoir publicado en 1949, 4 años después de que se hiciera realidad
en Francia el voto femenino y como hechos originadores de esta tercera ola los del Mayo
Frances de 1968. Cabe considerar que nos referimos a esta tercera ola feminista
también llamado feminismo cultural como la responsable de la germinación de la
llamada Ideología de género. Para Beauvoir, una marxista convencida, las tesis marxistas
ortodoxas no lograron triunfar porque no se dio previamente un cambio cultural de
fondo en las costumbres, en las creencias y en la moral, de hecho, explica este conflicto
echando mano al psicoanálisis y el marxismo que previamente ya habían sido
propuestas teóricas de la Escuela de Frankfurt. La tesis central de la autora es que
“mujer” es un concepto socialmente construido, es decir, carente de esencia, artificial,
siempre definido por su opresor: el hombre. La famosa frase que resume la propuesta
teórica de De Beauvoir es: “No se nace mujer: llega una a serlo”. La tarea de la mujer
como género que pretende liberarse es, en este orden, romper con ese concepto
cultural de mujer y recuperar una presunta “identidad perdida”. Estaríamos ante la base
de la ideología de genero que propugna que el genero es una mera y pura construcción
social, y que ancla esta afirmación en las tesis de la filosofía existencialista de Sartre que
afirma de que en el ser humano la existencia precede a la esencia con consecuencias
funestas como la desaparición de la naturaleza humana como realidad ontológica del
hombre y dejando la construcción de su identidad al devenir de los procesos históricos
en el contexto histórico en el que se desenvuelve. De hecho, tal afirmación no es del
todo errada pero si está fuertemente sesgada pues el hombre es naturaleza, pero
también es cultura: en ese orden.
6. A Simone de Beauvoir le seguirá en los años ’70 toda una corriente de feministas
radicales que llevarán los argumentos y pretensiones un paso más allá. Una de ellas será
la norteamericana Kate Millet, quien hará primordial hincapié en el concepto de
“género” para rechazar los datos de la biología, y defenderá “el carácter cultural del
género, definido como la estructura de la personalidad conforme a la categoría sexual”.
La noción de “patriarcado” encontrará especial significación en este marco, como
régimen político de dominación masculina que va mucho más allá de las dimensiones
públicas. La familia pasa a ser considerada, pues, como la principal institución social que
reproduce la “estructura patriarcal”, y todas las municiones feministas se destinan
fundamentalmente contra ella y el matrimonio: “La institución principal del patriarcado
es la familia”, anota Millet.
7. Otra feminista especialmente controversial es la canadiense Shulamith Firestone, quien
declarará que “Las feministas tienen que cuestionar, no sólo toda la cultura occidental,
sino también la organización de la cultura en sí misma, e incluso la propia organización
de la naturaleza”, su obra La dialéctica del sexo (1970) fue furor en su época y propone
un programa mínimo para la revolución feminista compuesto de 4 puntos:
a) Abolir la función reproductiva de la mujer con arreglo a las tecnologías de la
reproducción artificial y la legalización del aborto.
b) Lograr la absoluta independencia económica de mujeres y niños, lo cual supone
abandonar la economía capitalista y adoptar un sistema socialista.
c) Incluir a las mujeres y los niños en todos los aspectos de la sociedad,
destruyendo todo aquello que resguarde la individualidad, y destruyendo “las
distinciones culturales hombre/mujer y adulto/niño”.
d) Lograr “la libertad de todas las mujeres y niños para hacer lo que sea que deseen
sexualmente”.
8. Una autora que va más allá de Millet y Firestone es Zillah Eisenstein quien afirma que
“la clase sexual no es oprimida biológicamente, es culturalmente oprimida” y añadirá
que “El agente de opresión es la definición cultural y política de la sexualidad humana
como ‘heterosexual’. La institución de la familia y el matrimonio, y los sistemas de
protección legal y cultural que refuerzan la heterosexualidad, son las bases de la
opresión política de la mujer”. En una palabra, la heterosexualidad y con ello la familia
tradicional son definiciones culturales y políticas que oprimen a la mujer de aquí la razón
por la que el lesbianismo abunda en los movimientos feministas, derivado en muchos
casos de un fuerte componente ideológico.
9. De aquí se levanta el puente existente entre esta tercera ola feminista, deconstructiva
y culturalista, y lo que en los años ’90 empezó a conocerse como “teoría queer” de la
cual la filosofa Judith Butler es su referencia intelectual por excelencia sobre todo por
su obra “El genero en disputa” (1990). Butler es feminista, pero de un nuevo tipo de
feminismo que viene a señalar los “límites” que la teoría feminista en general ha
asignado al género, encontrando que éstas han adolecido de un “supuesto heterosexual
dominante” que estableció una cantidad limitada de géneros a definir. Lo que procura
Butler por consiguiente es estirar tanto el concepto de género como para que en él
quepan formas y gustos sexuales de lo más variadas, para ello se dedica en su libro a
intentar demostrar que no hay nada que sea llamado mujer, dejando totalmente de lado
todo dato biológico y apegándose radicalmente a la definición de género como
únicamente construcción social; para Butler, el sexo “siempre fue género, con el
resultado de que la distinción entre sexo y género no existe como tal”. Es decir, el sexo
es verdaderamente inexistente; es éste también una construcción del discurso político
opresor de las minorías y por lo tanto debe de deconstruirse para dar paso a lo queer
aquellos cuyo cuerpo no tiene que ver ni con su género, ni con su deseo; en esta teoría
los tabúes como el incesto o la homosexualidad deben de ser superados para dar paso
a la aparición de relaciones ayudas mutuas entre todos para sumergirse en lo queer.
10. Como se puede apreciar las raíces de lo que hoy llamamos ideología de género, no es
más que la evolución del marxismo en términos culturales y del existencialismo llevado
a sus mas radicales extremos como lo vemos plasmado en la teoría queer.

Bibliografía

 Nicolas MARQUEZ – Agustín LAJE; “El libro negro de la nueva Izquierda”; 2017
 Richard Cohen; “Abriendo las puertas del armario”; 2013
 Dale O’LEARY; “La agenda de género: Redefiniendo la igualdad”; 1997

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