Vous êtes sur la page 1sur 97

Los usos de la noción de ideología:

De Marx a Mariátegui
José Rodolfo Castro

Introducción y antecedentes en Inglaterra y Francia. «Solo con


la disolución de la sociedad esta-
La indagación en textos sobre los mental de la Edad Media y el as-
“usos” de la ideología representa censo de las ciudades burguesas
una síntesis de la evolución his- del Renacimiento se atendió cada
tórica del concepto en el sentido vez más a la función social… de opi-
más cronológico, aunque la con- niones y representaciones…; con el
tinuidad desde su génesis no sea mercado libre, oro e intelecto ad-
uniforme. Además, esta indaga- quieren funciones mediadoras en
ción, por ser teórica, supone un las relaciones entre los hombres...»
acercamiento necesario a un mar- [Lenk, 1974: 9]. La educación sale
co teórico-metodológico desde su de las manos de la iglesia y pasa
inicio. a manos de «humanistas»; así, la
cuestión de la ideología está liga-
Se puede detectar el uso da a la libertad del pensamiento y
práctico de ideologías desde los la tolerancia religiosa.
mundos oriental y antiguo, como
formas de legitimar una forma u En particular, en el cam-
otra de dominación política; pero po de lo natural se libra una lucha
es hasta la modernidad (siglos de ideas entre el nuevo «espíritu
XVI, XVII y XVIII) que estas son científico» empirista y el domi-
objeto de estudio metódico en nante pensamiento especulativo
Europa Occidental, en particular escolástico, de tipo deductivista

La Universidad 91
y silogista que bebía en fuentes de • Idola tribus: ideas inherentes a
la antigüedad clásica griega (pla- la naturaleza humana, comu-
tónica y aristotélica). nes a la tribu humana: la ten-
No por casualidad el in- dencia a pensar las cosas y sus
glés Francis Bacon (1561-1626) relaciones por analogía con el
con su Teoría de los ídolos es uno de hombre (explicación antropo-
los precursores de la filosofía de mórfica de lo natural).
la ilustración, quien registra las • Idola specus: prejuicios propios
insuficiencias de los medios de de la educación, la erudición,
conocimiento que llevan a «ma- la formación psíquica, que nos
los hábitos mentales» e inducen a inclinan o esos “malos hábitos
errores; de ahí la exigencia de «co- mentales”.
nocimientos objetivos» por medio • Idola fori: los que se derivan de
del método inductivo, la obser- las relaciones con otros hom-
vación y la experimentación para bres, a las que se llama tam-
develar los «elementos perturba- bién “de la plaza del mercado”,
dores» del conocimiento. Bacon como el símbolo más cotidiano
vive en la época de las primeras de la vida social y por el “uso
grandes invenciones de la cien- convivencial” de las palabras o
cia: imprenta, brújula, etc. Y en “tiranía” de las palabras.
los principios del afianzamiento • Idola theari: que se originan en
económico-político de Inglaterra los dogmas de las filosofías
como imperio de ultramar. deductivas abstractas que,
La famosa frase que se le “como las fábulas de los tea-
atribuye a Bacon «saber es po- tros, son construcciones fan-
der» es un supuesto de su méto- tásticas” o ficciones poéticas
do dual, el negativo, que remueve [Sciacca, 1958: 312-315].
esos «malos hábitos mentales» del
hombre, y el positivo que «investi-
ga sistemáticamente» en la propia De esa manera Bacon elabora una
naturaleza. El que nos interesa re- «Teoría del error» en la ideas, la
sumir es el «momento negativo» o cual serviría para sacudir de la
pars destruens que «aparta las ideas mente humana las prenociones, y
preconcebidas que llama ídolos», así ponerse en situación de aplicar
fuentes de los errores o falsas imá- el «conocimiento objetivo» de la
genes de la realidad las cuales cla- naturaleza, que es la segunda par-
sifica en cuatro tipos: te de su método: el positivo o pars
construens, el cual no es de nuestro

92 La Universidad
interés en esta reseña histórica so- ración y ordenación de la sociedad
bre el tema. y del Estado. Con ello perseguía
El segundo pensador e in- «lograr la construcción de un sis-
troductor de la palabra ideología tema de educación y enseñanza
es el representante francés de la que hiciera posible la divulgación
Ilustración de la época de la revo- de las ideas verdaderas», sobre las
lución, Antoine Destutt de Tracy cuales edificar —según orienta-
(1754-1836). Esto aconteció en ciones racionales— la sociedad y
el seno de la sección de «ciencias el Estado [K. Riegel, 1980: 319].
morales y políticas» del instituto Enrique Marí interpreta
nacional francés por una polémica que esa concepción era la «cober-
entre los seguidores de Destutt y tura ideológica» del sector de re-
Napoleón Bonaparte [Marí, 1974: publicanos moderados de la revo-
88]. Para los primeros, siguiendo lución francesa, conforme a la cual
a su maestro Destutt, la ideología las libertades civiles y políticas
era una disciplina filosófica que representaban la conquista más
permitía observar y descubrir con importante de la revolución. La
exactitud el origen y desenvolvi- ideología tenía como fin conocer
miento de las ideas; para Napo- las leyes del cosmos, que ayuda-
león, por el contrario, en su requi- rían a la construcción del Estado
sitoria denotaba un matiz semán- y la sociedad como «un armonioso
tico despectivo «contra las ideo- equilibrio de fuerzas sociales» que
logías», que con sutilezas especu- era detectable mediante «el recto
lativas y abstractas embrollan el uso de la razón» [Marí, 1974: 90-
conocimiento de la realidad. 91].
Para Destutt de Tracy, en En contra de esa visión de
su obra Elementos de ideología (1801), los «ideólogos», que había sido
esa disciplina era una «ciencia de compartida en sus años de miem-
las ideas», parte de las ciencias na- bro del instituto, el ahora empe-
turales, que reduce las ideas a las rador Bonaparte se pronunciaba
sensaciones que las constituyen por una concepción tradicional
y a las percepciones de los senti- de la religión cristiana católica
dos, y precisamente por esa base como base de su poder autocráti-
sensualista es que las ideas podían co: lo que sirve de base espiritual
«descubrirse»; el conocimiento del Estado y la sociedad no es la
teórico de las ideas podía transfor- razón universal de los ilustrados,
marse en una actividad política, y sino «una religión» que sanciona-
así ofrecer principios de configu- ba las desigualdades —estableci-
La Universidad 93
das por Dios— en una estructura francesa, destacan dos importan-
social jerárquica; en consecuencia, tes filósofos materialistas, Hol-
la fuente de esos fundamentos in- bach y Helvetius, quienes en su
mutables del Estado Napoleónico Teoría del Engaño o conjura del clero
eran «la revelación divina» y no la plantean una «crítica de las ideo-
razón humana. logías».
Las medidas políticas de Los poderes dominantes
Bonaparte, a partir de la recrimi- (trono, nobleza y clero) justifican
nación «antideológica», son co- el orden social y político como
nocidas: clausura inmediata de de «origen divino», por lo cual la
la sección de «ciencias morales crítica a las instituciones feuda-
y políticas» del Institut, condena les vigentes era signo de rebelión
a la Enciclopedia (esa babel de contra los «mandatos de Dios».
ciencias y de la razón), rehabilita- Todo el orden es racional, pero
ción del «ideólogo» conservador y su racionalidad está sepultada por
«contrarrevolucionario» Vizconde instintos, pasiones, prejuicios reli-
de Bonald, aplausos al poeta tra- giosos e intereses políticos. Preci-
dicionalista Chateubriand que le samente la filosofía, como «teoría
dedica su obra El genio del cristia- del descubrimiento del engaño»
nismo y su condena pública al an- tenía como fin hacer visible y com-
ciano astrónomo Lalande, a quien prensible ese orden racional. En
reprocha de «ateísmo». tal sentido, era cuestión política
La paradoja es que el per- la «lucha a favor de la ilustración»,
seguidor de las ideas de los ideólo- que pasaba por un «desenmasca-
gos en Francia... «las salvó en Ale- ramiento» de tales prejuicios, el
mania con su invasión político- cual debía hacerse contra el Esta-
militar en 1806, contribuyendo al do y la iglesia católica del L’ancien
desenvolvimiento de la voluntad regime que mantenían esa situa-
liberal en lo político y lo intelec- ción para impedir el conocimien-
tual» [Marí, 1974: 95], lo cual por to y la transformación de la vieja
contrapartida era la negación de sociedad opresora. La filosofía
su requisitoria antideología, pues materialista de estos dos autores
Bonaparte fue el introductor más se centra en una investigación del
competente del liberalismo en «condicionamiento social» de las
Europa, aunque lo hiciera en «las ideas.
puntas de las bayonetas» de su Los poderosos se valen de
ejército. instrumentos de dominación, des-
Siempre en la Ilustración de el empleo de la violencia física
94 La Universidad
directa, pasando por la coacción medio ambiente sobre la conducta
social que se interioriza en las per- humana y postula una visión ra-
sonas —como el temor al castigo cionalista de la realidad que creía
futuro—, hasta lograr mediante sin equívocos que cuando la razón
una «casta de sacerdotes» arrai- impera se «marchitan» los impul-
gar en los dominados la creencia sos de las fuerzas irracionales,
en un castigo supraterrenal. Así, como un fiat lux.
los súbditos sometidos cumplen La crítica del materia-
sus deberes por libre voluntad, lismo ilustrado, centrada en los
encontrando al mismo tiempo dogmas y la fe ultraterrena, o sea
un consuelo a padecimientos te- sobre algo que es metafísico, de
rrenales que las condiciones del lo cual no existe evidencia empí-
medio no proporcionan. «Lo que rica o sensualista, como lo exige
el mero empleo de la violencia no el materialismo, no alcanza para
conseguía, lo logran ahora los sa- fundar una teoría de la ideología,
cerdotes: imponer la voluntad de aunque es un avance hacia la cons-
dominación de la autoridad hasta trucción de una teoría de la «falsa
los últimos rincones del alma hu- conciencia», o como lo dice Marí
mana». [Lenk, 1974: 12-15] Las li- «La ideología no es una teoría de
mitaciones de la teoría de la cons- la mentira, del error, ni del engaño
piración son evidentes: el engaño psicológico, aunque componentes
del clero se parece más a una men- del error, engaño y mentira la inte-
tira que a la constitución de una gren…» [Marí, s/f:110].
falsa conciencia; además toda fá- En la concepción de fines
bula, mito o superstición son par- del siglo XIX es que se va a formu-
tes de la complejidad de la vida del lar en sentido clásico el concepto
hombre, son parte de la sustancia de ideología, como un intento de
psíquica del hombre, y juegan un superación de la conciencia ideo-
papel sobresaliente en la conduc- lógica «en una sociedad dividida
ta humana o, como lo dice el autor en clases antagónicas». Para ello
citado, son los resortes principa- Carlos Marx (1818-1883) empren-
les de la acción moral del hombre, de la crítica de la filosofía del Esta-
tales como: el deseo, el egoísmo, la do de Hegel, crítica de la antropo-
imaginación, los intereses, las pa- logía de Luis Feuerbach y la críti-
siones, etc. ca de la economía política clásica,
Y en definitiva, el límite de como parte de los inicios juveniles
esta concepción es que afirma me- de su itinerario intelectual y prác-
cánicamente el determinismo del tico-político.

La Universidad 95
En la obra inédita conjun- la religión; al contrario, esa alie-
ta (Marx-Engels), la Ideología Ale- nación religiosa, para Marx, sería
mana1, nunca publicada y sometida solo una parte de la alienación to-
por sus autores a «la crítica de los tal «que sufre la vida humana real
roedores», se emprende un análisis en la sociedad capitalista». Para
que trata de demostrar dos cosas: Marx la esencia humana no está
el carácter engañoso de una «revo- atrapada por el sujeto divino o de-
lución teórica» satisfecha en la crí- miurgo, sino por relaciones reales
tica de los conceptos, y el por qué dentro de la economía del merca-
se imponía la necesidad de la espe- do capitalista; por tanto la crítica
culación en el contexto histórico principal es a la alienación econó-
en que se formulaba. En la filoso- mica y paralelamente se persegui-
fía hegeliana y en la antropología ría la supresión de todas las demás
feuerbachiana, Marx y Engels no alienaciones.
veían simples apariencias ideoló- «Solo cuando las condicio-
gicas o puros reflejos de relaciones nes sociales objetivas, cuyo corre-
sociales; veían y valoraban mo- lato son los conceptos teóricos,
mentos ocultos o de ocultamiento admitan ser transformados por la
y momentos emancipadores de la actividad humana, se vuelve posi-
realidad, que señalaban direccio- ble disolver el velo teórico que en-
nes en la crítica y señales de cómo cubre las relaciones reales» [Lenk,
modificar las relaciones sociales 1971: 25] o en palabras de Marx,
establecidas y reorganizarlas ra- «no se trata de superar las ilusio-
cionalmente [Riegel, 1980: 320- nes que el hombre se forja sobre
321]. su situación, sino remover la si-
La crítica a Feuerbach se tuación que necesita de ilusiones»
centra en su «humanismo radical»; [Marx, 1965: 72].
o sea que de acuerdo al filósofo la En el marxismo, los «resor-
afirmación de la «esencia huma- tes» de la actividad del hombre,
na» debe pasar por una crítica a enfocados como una especie de es-
tímulos psíquicos postreros, sola-
1 La ideología alemana, es- mente pueden ser pensados en ar-
crita alrededor de 1845-46, no fue
ticulación con la praxis de la vida
publicada sino hasta el siglo XX, en
social, de lo contrario se truecan
1936 por el Instituto Soviético Marx-
Engels en Moscú, que descubrió el
en dimensiones carentes de conte-
manifiesto en la extensa producción nido. Esta articulación dialéctica
inédita que recibieron del partido so- entre ambas magnitudes no sería
cial-demócrata alemán. de tipo determinista social o psi-
96 La Universidad
cologista, sino la constitución de to» y «expresión» de las relaciones
algo nuevo, en donde la dimensión reales de poder en un momento
individual reenvía a magnitudes histórico determinado, función de
con un espesor social específico2. las ideologías según Marx. Como
La crítica de la economía lo dice Kurt Lenk: «Si se compa-
política clásica que Marx empren- ra la diversidad de giros con que
de en El Capital, anticipada en los Marx caracteriza la conciencia
manuscritos económico-filosó- ideológica, se presenta, a primera
ficos y otros escritos menores — vista una aparente contradicción:
aún con sabor a influencia hege- por un lado, entiende la ideología
liana—, es el «ajuste de cuentas» como especulación pura separada
con el pensamiento de los «eco- de la praxis. Por el otro, determi-
nomistas» que difundían teorías na el pensar ideológico como ‘ser
acerca de las leyes que sostenían consciente’… expresión ideal de
el mercado capitalista como «el las condiciones de existencia de la
reflejo correcto de una realidad clase dominante», etc.
falsificada». De acuerdo a la críti- De tal modo Marx des-
ca marxista, la economía política, cubre el momento ideológico del
expresada en sus principales doc- pensar en la ignorancia de este
trinarios, Smith y Ricardo, tiende respecto del contexto de vida en
a presentar como leyes naturales que los hombres producen. Pero
e inmutables a las leyes que rigen también atribuye a la ideología la
el mercado capitalista, soslayan- función de expresar las relaciones
do su dimensión histórica. Esta sociales reales. Solo si con Marx,
sustracción ideal de relaciones consideramos la clase dominante
sociales perecederas, cuya géne- como prevaleciente también en
sis es la división social del traba- el terreno del pensamiento, com-
jo, es objeto del análisis marxista, prenderemos tal contradicción en
que pasa de la crítica teórica a la su necesidad [Lenk, 1971: 26-27].
crítica de la realidad social, que Si la interpretación ante-
dialécticamente consideradas, son rior es adecuada a la complejidad
a un mismo tiempo «encubrimien- del pensamiento de Marx, ella
entraría en contradicción con el
2 «Con su análisis de las re-
esquema «ortodoxo» de «infra-
acciones humanas impuestas por las
condiciones capitalistas, Marx antici-
estructura-superestructura», en
pó el concepto de ‘rol social’» [Lenk, donde la «ideología» se vería res-
1971: 26]. Sobre el tema ver: Urba- tringida a instrumento de una
nek, 1969. superestructura clasista que ga-

La Universidad 97
rantiza la dominación política. En ligaran a intereses de clases, sean
este enfoque reduccionista de la progresistas o regresivos, o sean
historia esta se conceptúa como neutrales valorativamente (lo cual
una secuencia lineal de la lucha no existe), sino que «dependen
de clases; «la historia de las socie- más bien de la medida en que per-
dades es la historia de la lucha de mitan discernir dentro de sus ca-
clases». En la sociedad de clases tegorías, las leyes del movimiento
la ideología tiene carácter de cla- y los nexos internos de los pro-
se y la ideología dominante es la cesos sociales que determinan la
ideología de la clase que ejerce el vida de los hombres, «esta función
poder económico y político; pero no está predefinida en ningún cor-
en ella surge una ideología nueva pus teórico de tipo doctrinario [K.
que refleja «los intereses y las as- Lenk, 1971: 27], que se presentaría
piraciones de las clases sociales a la interpretación como un ‘texto
progresistas». Se entablaría una sacro’».
lucha ideológica entre ideología
progresista e ideología conserva- Bibliografía
dora, la primera abre paso a las
concepciones científicas sobre la
realidad social y la segunda tiene Klinke, Federico y otros [1961].
una función de ocultación de la Historia de la filosofía (3ª edición
misma y de mantenimiento de la revisada y ampliada). Barcelo-
opresión política y la explotación na: Editorial Labor S.A.
económica.3
Sin embargo, para Marx Lenk, Kurt [1971]. El concepto de
la verdad, falsedad o cientificidad ideología. Comentario críti-
de una ideología o teoría no pue- co y selección sistemática de
de deducirse del grado en que se textos (5ª edición aumentada
y corregida, traducción José
3 Así toda producción inte- Luís Etcheverry). Primera
lectual sería instrumento de la lucha parte. Introducción a la histo-
de clases, simple superestructura ria del problema. Buenos Ai-
ideológica, con esa visión unilateral, res: Amorrortu editores.
«se perdían de vista los aspectos his-
tóricos verdaderos inherentes a las
ideologías» [Lenk, 1971: 28] y se Marí, Enrique Eduardo [1974].
reducían a síntomas secundarios que Neopositivismo e ideología. Ar-
acompañaban los grandes cambios gentina: Editorial universita-
económico-sociales. ria de Buenos Aires.
98 La Universidad
Marx, Carlos y Engels, F. [1988]. Stoppino, Mario [1982]. Voz: Ideo-
Ideología Alemana (1ª parte) logía. Diccionario de política (di-
1ª edición 1988. El Salvador: rección: N. Bobbio y N. Mat-
UCA editores. teucci, tomo I). México: Siglo
XXI editores.
Marx, Carlos [1974]. Concepción
Materialista y Concepción Idea- Urbanek, Eduardo [1969]. «Ro-
lista (traducción W.R., 1ª edi- les, Máscaras y personajes:
ción). México D.F.: Editorial un aporte a la Idea de Marx
Roca. sobre el rol social». En: Mar-
xismo y sociología, Berger Peter
Marx, Carlos [1965]. Escritos de (comp.) 1ª edición , revisión J.
Juventud. (traducción e intro- Aricó. Argentina: Amorrortu
ducción Francisco Rubio, Co- editores.
lección Antologías del Pensa-
miento Político, vol. V ) Cara-
cas, Venezuela: U.C.V.

Riegel, Klaus-Georg [1980]. Voz:


Ideología. Diccionario de Cien-
cia Política (dirigido por Axel
Gorlitz. España: Alianza Edi-
torial.

Rusell, Bertrand [1978]. Historia de


la filosofía occidental (3ª edición
revisada, traducción de Julio
Gómez de la Serna); tomo II.
Madrid: Espasa Calpe.

Sciacca, M. Federico [1958]. His-


toria de la Filosofía (3ª edición,
traducción Adolfo Muñoz).
Barcelona, España: L. M. Edi-
tor.

La Universidad 99
Capítulo I mutuas e interconexiones reales
Positivismo y neopositivismo entre ellas.
En este capítulo centrare-
Señalamos en los antecedentes mos nuestra atención en resumir
la raíz de la noción de ideología los usos de la noción de ideología
desde Bacon hasta Marx; de ese entre positivistas y neopositivis-
resumen concluimos que es en tas emblemáticos, para abordar
este último autor que la noción más adelante a marxistas y al neo-
adopta su complejidad a partir de marxismo.
sus reflexiones críticas al hegelia-
nismo en la Ideología Alemana y a 1. Positivistas
la economía política clásica en su
obra central, El Capital. Conforme El punto de partida del positi-
a nuestra interpretación, a partir vismo es Augusto Comte (1798-
del pensamiento de Marx es que 1857), el creador de la sociología,
dicha «noción» adquiere su «esta- para quien «la imaginación debe
tuto teórico» y los «usos» que pos- estar firmemente subordinada a la
teriormente se hacen de la noción observación de los hechos». El pre-
de ideología, de una u otra manera supuesto filosófico de esa afirma-
(crítica o no crítica) parten de esa ción «empirista» reside en Comte,
concepción. en su conocido esquema de evo-
Parodiando a Irving Zeit- lución del pensamiento en 3 fases
lin [1973: 125] intentaremos sin- «históricas»: la teológica, la meta-
tetizar las continuidades y dis- física y la positiva, considerando
continuidades en el pensamiento a grupos especializados como los
europeo postmarxista, tanto en la portadores de la función de con-
línea que pretende enriquecer la trol ideológico de las respectivas
noción de ideología del marxismo, sociedades, y en concreto, a los
como en la vertiente que presenta sacerdotes y guerreros, a los juris-
usos de ideología en un debate con tas y a los científicos, como los es-
Marx. Esas dos líneas, el neomar- tratos «ungidos» para esas tareas.
xismo o teoría crítica-dialéctica De esa manera, las decisiones y las
y el positivismo y neopositivismo reglas del conocimiento estarían
nos permitirán ordenar los distin- en las manos de elites en cada fase;
tos aportes, sin que esa simplifica- estos influyentes o poderosos son
ción esquemática impida recono- los que garantizan el orden en una
cer los intercambios, influencias fase teológica y el progreso en la

100 La Universidad
etapa metafísica, pero hoy de lo autor —a Comte— en la bandera
que se trata es de combinar ambos de la patria con la divisa «orden y
aspectos y alcanzar una era que progreso».
combine orden con progreso. El legado del positivismo
Sin embargo, en la historia comteano fue asumido por Emilio
estos elementos siempre han esta- Durkheim (1858-1917), a través de
do en contradicción, dado que el una recepción crítica a sus funda-
orden es estático, por basarse en mentos, que son tachados como
una idea de «armonía» que debe «construcciones metafísicas, in-
prevalecer en las sociedades, y el verificables mediante la experien-
progreso es un elemento dinámico cia», y se le censura su tendencia
que persigue el perfeccionamiento principal de manejar teorías e
evolutivo del orden social confor- ideas y no hechos sociales [Lenk,
me las leyes sociales necesarias y 1971: 36].
férreas. En consecuencia, en la era Para Durkheim, quien fue
positiva, es función de los cientí- el legitimador de la sociología
ficos la «predicción» o «previsión» (positivista) en Francia, era nece-
basada en la observación de los sario enfocar los fenómenos mora-
hechos, para hacer una lectura les, religiosos y jurídico-políticos
«científica» de las «leyes» que go- como «hechos sociales», que son
biernan ese progreso ordenado definidos básicamente «por la
—«predecir para controlar»— y conciencia colectiva predominan-
no dejarlo librado a la imaginación te» en una sociedad en una época
ideológica de los teólogos o los ju- determinada.
ristas. Para la sobrevivencia del
Es clara la condena al ejer- orden social son vitales los mitos
cicio de la imaginación por el po- políticos, las imágenes religiosas
sitivismo comteano y sus conse- y los ideales, puesto que son ele-
cuencias autoritarias y dogmáti- mentos constitutivos y, al mismo
cas en el ámbito del conocimiento tiempo, espejos reflejantes de la
y en la esfera política; no es coinci- conciencia colectiva prevalente;
dencia que sus ideas se convirtie- el individuo aislado no es nada
ran en filosofía oficial del segundo frente a la sociedad, y para lograr
bonapartismo (1851-1870) e inspi- sus fines estos deben participar de
ración del único ensayo de impe- esa «totalidad omnicomprensiva»,
rio o monarquía en el Brasil entre que es a la vez una fuerza de coer-
1841 y 1889, con el Rey Pedro II, ción social. [Lenk, 1971: 36].
quien rindió homenaje a nuestro

La Universidad 101
De ese modo, el centro de la ticamente liberal, pues gran parte
noción de «ideología» en Durkhe- de su investigación versa sobre el
im radica en la comprensión de esa orden social para evitar los «desór-
conciencia colectiva de los grupos denes sociales» (léase revolución),
sociales, de la cual emanan todos los cuales veía como hechos pato-
los conceptos del individuo; pero lógicos de una sociedad enferma
la matriz natural de ella es la socie- que podían solucionarse mediante
dad que se impone a la conducta la introducción de reformas socia-
individual. Todo proceso social en les [Ritzer, 1993: 17].
la historia es ciego y sin dirección Aunque su contribución a
sino se sustancializa en la «con- la noción de ideologías es bastante
ciencia colectiva»; así, los hechos confusa y de base más psicologista,
sociales son convertidos en nor- abordamos en forma rápida la Teo-
mas de acción humana obligatoria, ría de los Residuos y de las Derivaciones
socialmente coercitivos. De allí que del sociólogo y economista italia-
lo que una época sanciona como no Wilfredo Pareto (1848-1923),
«verdadero», «valioso» y «bueno» la cual es otro intento de entrar en
es también aquello que resulta útil debate con el «fantasma» del mar-
para la conservación y subsisten- xismo desde posiciones que pre-
cia de la vida social [Lenk, ídem.]. tenden ser «científicas», pero de
En definitiva, el pensamiento posi- claras consecuencias ideológicas
tivista de Durkheim «cosifica» los conservadoras.
contenidos de las ideologías impe- El uso de ideología en V.
rantes; es lo que se denomina como Pareto se hace a través de una ter-
«cosismo»: todos los productos de minología peculiar y bastante os-
la mente son «cosas». cura, de resonancias psicológicas.
Las consecuencias de su Los residuos, en términos pare-
postura intelectual sobre la ideo- tianos, son definidos como lo que
logía, denominada por él con- permanece cuando se despoja a la
ciencia colectiva, son claramente conducta humana de sus aspectos
conservadores al concebir a la variables y circunstanciales, y van
sociedad como un ente casi me- a corresponder a «ciertos instintos
tafísico, que está preordenado al de los seres humanos». Las deri-
comportamiento humano, el cual vaciones se refieren a las conside-
debería someterse a las tendencias raciones racionales mediante las
socializadoras y coercitivas de las cuales se convence a los individuos
instituciones sociales imperantes. que sus sentimientos e instintos
No obstante, Durkheim era polí- son residuos que se van a convertir
102 La Universidad
en constantes en su conducta. mental; el científico siempre agrega
Ahondando en su explica- algo: imagina, inventa y se guía por
ción afirma que una idea no lógica preceptos, conjeturas y suposicio-
—por ejemplo una superstición—, nes, y es la experiencia, a posteriori,
que se conserva desde épocas in- quien va a depurar de elementos
memoriales, se ha ido despojando equívocos los resultados. Al con-
de los aspectos circunstanciales trario, en el ámbito de lo no-lógico
que le dieron vida, hasta transfor- experimental —lo no científico—
marse en residuo en la conducta son los sentimientos y los instin-
humana, convirtiéndose en una tos los que cumplen la función
fuerza poderosa derivada de sen- fundamental de aceptar o rechazar
timientos que causaron en su mo- proposiciones por creencia, siendo
mento reacciones de adhesión o de este el terreno de las masas, el do-
rechazo [Pareto, 1916; citado por minio de lo no racional.
Lenk, 1971: 185]. Como consecuencia, el
Así, la derivación es una científico que sostiene un con-
forma racional (no-lógico-experi- tacto íntimo y permanente con el
mental) que oculta o disimula lo saber popular corre el riesgo de
que tiene raíces irracionales o emo- ser contaminado por elementos
cionales y aparece en el acto huma- no lógicos y ser incapaz de supe-
no que la produjo como algo lógico; rar la antinomia entre experiencia
se da una conversión en el tiempo: racional y creencia fundada en la
el efecto es causa y, viceversa, la fe. Para Pareto, son las elites cien-
causa se presenta como efecto. En tíficas, con su dominio de la racio-
verdad ello sería fruto de una ten- nalidad, las únicas capaces de do-
dencia compulsiva de realización minar la caótica naturaleza de los
o de rechazo de ciertos actos. En impulsos humanos. De ahí, la ne-
esa perspectiva, la teoría de los re- cesidad de minorías ilustradas en
siduos y las derivaciones calificaría otros órdenes como el económico,
todo producto mental como «radi- el político y el militar.
calmente ideológico».
El punto de interés en este Para promover sus intereses, la
enfoque reside en la distinción de elite halla conveniente apelar…
Pareto de lo lógico y lo no-lógico, a los sentimientos de las cla-
que incluso cuando derivan de la ses inferiores. Así, la no-elite,
misma condición psíquica existe la masa, es impelida a la ac-
una «barrera insuperable» entre ción por fuerzas ciegas, mien-
ellas. En la ciencia lógico-experi- tras que la elite se conduce de
La Universidad 103
acuerdo con una comprensión interés en «completar» las inves-
racional de su situación [Zeit- tigaciones de Marx, y su polémi-
lin, 1973: 190]. ca la enfiló contra la orientación
«economicista» de los seguidores
Para Pareto, expresando las frus- del marxismo (los “marxólogos”),
traciones de su época que atrave- que interpretaban a la teoría mar-
saba por una crisis de posguerra: xista como una explicación de
todo desarrollo histórico de las
ideas a partir de sus fundamentos
Toda elite que no esté dispues- económicos. Además, en vida de
ta a librar la batalla para de- Weber aún se desconocían gran
fender sus posiciones está en parte de las obras de Carlos Marx,
plena decadencia; no le queda y la intención de Weber era la de
más que dejar su sitio a otra continuar con las investigaciones
elite que posea las cualidades inacabadas de Marx.
viriles que a ella le faltan….
En todo caso, Weber sí
atacó los desarrollos «unilatera-
Este aprecio a la virilidad le pre- les» del marxismo acerca de que
disponía a Pareto para acoger al las ideas eran un mero reflejo de
fascismo (elites fascistas) con los intereses materiales, que pres-
cierto favor…, aun cuando él no cribían y preordenaban el con-
alcanzó a observar el despliegue tenido de las ideologías. En sus
del fenómeno fascista en toda su investigaciones históricas Weber
magnitud [Touchard, 2006: 622; se concentró en el estudio de las
Zeitlin, 1973: 219-220]. ideas y su capacidad de moldear
lo económico. En concreto, en su
2. Neopositivistas obra la Ética protestante y el espíritu
del capitalismo, indaga la influencia
de los valores religiosos sobre la
Quizá sea excesivo afirmar que la conducta de agentes económicos,
obra de Max Weber (1864-1920) pero como un aspecto de una ca-
«se moldeó en su polémica con dena causal. Él se preguntó, en qué
Marx», o que la teoría weberiana medida el protestantismo —como
se desarrolló «dentro de un largo un sistema de ideas religiosas as-
e intenso debate con el fantas- céticas— influyeron en la génesis
ma de Marx» [Zeitlin, 1973: 127; de otra constelación de ideas que
Salomón, citado por Ritzer, 1993: denomina «el espíritu del capita-
25]. El mismo Weber señaló su lismo», y es a través de este con-

104 La Universidad
junto ideológico como opera sobre La conducta racional del
el proceso mismo de constitución trabajador, fundada sobre la idea
del sistema económico capitalista. de vocación, se originó del espíri-
Como lo dice el mismo Weber, se tu del ascetismo protestante y se
trata de determinar la influencia articuló con el proceso de racio-
de ciertos ideales religiosos en la nalización creciente del «espíritu»
formación de: del capitalismo.
[una] mentalidad económica, Sin embargo, la tesis no
de un Ethos económico, fiján- debe interpretarse en el sentido
donos en el caso concreto de del enunciado de una ley social
las conexiones de la ética eco- ineludible, sino de un aspecto de
nómica moderna con la ética una cadena causal. La influencia
racional del protestantismo de la idea pedagógica de «voca-
ascético… [Weber, 1973: 18]. ción», introducida por el protes-
tantismo, contiene los elementos
Su tesis se podría resumir de la éticos favorables a la promoción
siguiente manera: el protestantis- del espíritu capitalista, pero no
mo, su influencia educativa aus- es algo inevitable. Lo que sucedió
tera, legitimó ideológicamente el —de acuerdo a Weber— fue un
expolio del trabajo del obrero, a la fenómeno histórico individual de
par que enervaba la mala concien- confluencia de los dos procesos —
cia o los sentimientos de culpa del ética ascética y capitalismo—, que
empresario, en la fase «salvaje» del se reforzaron mutuamente, dando
capitalismo, y al mismo tiempo, lugar a una metódica devoción
ofrecía al trabajador una justifi- al trabajo y a la actividad empre-
cación ideológica (religiosa) de su sarial que impulsaron un firme y
ocupación como el de una voca- pujante desarrollo económico ca-
ción o, en sentido religioso como pitalista.
un «llamado» 4. Ahora bien, establecido el
sistema capitalista, las ideas as-
4 «Hasta qué punto una profe- céticas del protestantismo ya no
sión es útil o grata a Dios, se determina, fueron condición necesaria para
en primer lugar, según criterios éticos su evolución posterior y sosteni-
y en segundo, con arreglo a la impor-
miento, como sí lo fueron para im-
tancia que tienen para la ‘colectividad’
primir el carácter fuerte que asu-
los bienes que han de producirse; a lo
que se añade como tercer criterio.. el mió en sus primeros tiempos.
‘provecho’ económico que produce al Aunque se ha afirmado
individuo…» [Weber, 1973: 223-224]. que «Weber puso a Marx de cabe-
La Universidad 105
za» como él había dado vuelta a las te en los hechos una diversidad
ideas de Hegel, realmente «Weber de adscripciones socioculturales
las consideraba (a las ideas) como de los individuos y los grupos; la
fuerzas auténticamente autóno- cuestión es indagar y definir cuál
mas, capaces de afectar profun- de ellas es la decisiva en fijar los
damente al mundo económico…» modelos de pensamiento. La pers-
[Ritzer, 1998: 26]. pectiva mental de los grupos varía
Un uso más académico del según si están orgánicamente in-
tema de la ideología se adoptó a tegrados, en cuyo caso su concep-
raíz de las investigaciones de Karl ción del movimiento de la historia
Mannheim (1893-1947), que lleva- es hacia metas predefinidas por
ron a la fundación de la sociología ellos, mientras que los grupos he-
del conocimiento (Wissensozio- terogéneos e inestables exhiben
logie). ¿Qué implicaciones tiene una propensión intuitiva a perci-
este nuevo estatus teórico del es- bir la historia como actos fortui-
tudio de las ideas? En primer tér- tos e imponderables; y la posición
mino, como lo afirma Kurt Lenk, de clase de esos grupos solo será
[1971: 40], «Crítica de la ideología determinante en última instancia
y sociología del conocimiento se [Merton, 1970: 347].
diferencian ante todo porque el De allí que el programa de
concepto de ‘ideología’ emplea- investigación de las bases existen-
do por ambos cobra, en cada uno, ciales de las ideologías se centraría
significaciones radicalmente di- —según Mannheim— en el estu-
versas…». En la crítica tiene una dio a fondo de los grupos: su posi-
función polémica y controversial y ción social, sus bases generaciona-
a ratos un sentido despectivo car- les, sus profesiones, etc, y sus co-
gado de emotividad; en esta nueva rrespondientes modos de pensar.
rama de las ciencias sociales, se le Solamente así se podría discernir,
incorpora un halo de asepsia y de de la gran variedad de perspecti-
neutralidad que raya en el cientifi- vas y conocimientos, cuáles son
cismo. las que predominan efectivamen-
En segundo lugar, Mann- te.
heim inicia su labor tratando de Sin embargo, en esa prime-
indagar las bases existenciales ra indagación aún no se aclara qué
de las producciones mentales, conocimientos o productos men-
planteando la tendencia a ideolo- tales serían objeto de ese análisis
gizar como un rasgo estructural profundo. Mannheim solamente
del pensamiento humano. Exis- le reconoce una determinación so-
106 La Universidad
cial a las ciencias sociales, políti- piensa que para hacer este análisis
cas e históricas y al conocimiento e interpretación se necesita de una
de sentido común, pero no a las psicología social, campo en el que
llamadas ciencias exactas y al co- —según Merton— quedó en deu-
nocimiento formal. Así, el objeto da con las ciencias sociales [Mer-
de estudio sería la posición social ton, 1970: 363].
que determina la perspectiva, es Por el contrario, Zeitlin in-
decir, «la manera como alguien ve terpreta el pensamiento de Mann-
un objeto, qué es lo que percibe heim como un enriquecimiento en
de ello y cómo lo construye en su este campo, en tres perspectivas
pensamiento». La determinación distintas aunque relacionadas en-
del pensamiento según la situa- tre sí: en el análisis de los grupos o
ción social no invalida al mismo, clases sociales que son los «sopor-
pero restringe el alcance de la in- tes» de diferentes ideas o corrien-
vestigación y los límites de su efi- tes de pensamiento, en relación
cacia [Merton, 1970: 353]. con los sentidos total y particular
Un tercer aspecto que, se- de ideología y en su controvertida
gún R. Merton, quedó bastante tesis de la «intelectualidad libre de
oscurecido en la sociología del co- ataduras ideológicas».
nocimiento de Mannheim, es el de La primera perspecti-
las relaciones entre pensamiento va se refiere a que «la clave para
y sociedad. Este problema se de- la comprensión de los cambios
rivaría de su postulado anterior en las ideas debe buscarse en el
sobre las bases existenciales de la cambiante trasfondo social, sobre
ideología, que se indagaría en la todo en el destino de los grupos
posición social de los grupos; o sea o clases sociales que son los “por-
que «una vez analizada la estruc- tadores” de esos estilos de pensa-
tura del pensamiento, se plantea miento» [Mannheim, p. 74, citado
el problema de atribuirla a grupos por Zeitlin, 1973: 330]. El autor
definidos». De allí la necesidad elige el pensamiento conservador
de hacer dos cosas: primero, «una alemán posterior a los aconteci-
investigación empírica acerca de mientos de la revolución francesa
los grupos o clases en los cuales como un estilo de pensamiento (o
prevalece tal modo de pensar», y ideología) que representa una re-
segundo, «una interpretación de acción política e intelectual a ese
las causas por qué estos grupos o hecho histórico que había estre-
clases, y no otros, manifiestan tal mecido hasta sus cimientos ancien
tipo de pensamiento». Mannheim regime, y en particular, como un re-

La Universidad 107
chazo ideológico al iluminismo y peculiares del proletariado indus-
la aufklarung, y una reivindicación trial moderno, en su lucha ideoló-
de la tradición y sus valores con- gica contra la burguesía.
culcados. Basa su alegato en que la
Precisamente, los sopor- posición social del proletariado le
tes sociales de la ideología con- imprime una tendencia al irracio-
servadora en Alemania eran bá- nalismo que lo opone al «espíritu
sicamente «los estratos sociales e de cálculo característico de la bur-
intelectuales que permanecieron guesía exitosa». En el proletaria-
fuera del proceso capitalista de do hay residuos del irracionalismo
racionalización, o al menos des- que aún persiste en los canales
empeñaron un papel pasivo en su informales de un capitalismo aún
desarrollo» [Mannheim, s/f: 87, joven en su primera fase, y que
citado por Zeitlin, 1973: 331]; se hacen del proletario proclive a las
refiere particularmente a la aris- acciones revolucionarias; en defi-
tocracia terrateniente, la pequeña nitiva, el proletariado depende del
burguesía y los campesinos, re- «Elan5 revolucionario» para lograr
presentados por los intelectuales éxito en sus batallas contra su
del movimiento romántico que en enemigo de clase, lo cual es siem-
sus escritos ponen al descubierto pre una fuerza irracional: este im-
que la modernidad trastoca todos pulso revolucionario se asemejaría
los valores tradicionales del viejo a la contrarrevolución conserva-
modo de vida: la comunidad, la dora, que se apoya en motivacio-
familia, la certidumbre intuitiva nes irracionales de ese tipo.
y la experiencia espiritual, con su Todos los «estilos de pen-
grosero industrialismo, contrac- samiento» a los que llamó luego
tualismo, racionalismo y materia- «ideologías», como el liberalismo,
lismo frío. el socialismo y el mismo conser-
Desde el punto de vista his- vadurismo, se desarrollan en cada
tórico la crítica y oposición inicial caso, según perspectivas diferen-
al capitalismo provino de las filas
conservadoras y no del movimien- 5 Élan Vital: “ímpetu original
to socialista. Mannheim propone de la vida, que pasa de una genera-
ción de gérmenes a la siguiente gene-
la hipótesis de que muchas de las
ración… por intermedio de organis-
críticas hechas por la derecha con-
mos desarrollados que actúan a modo
servadora fueron tomadas por los de enlaces”. Concepto de la Filosofía
sectores de izquierda, reelabora- de la vida de Henri Bergson [Ferrater
das y adaptadas a las condiciones Mora, 1973: 55]
108 La Universidad
ciadas de clase y de partido. Todas sociológico, lo cual logra separar
son —para Mannheim— parte de dos momentos: el primer momen-
su «concepción total de ideología» to, que es cuando una clase o gru-
(que se diferencia de una concep- po descubre la «determinación
ción particular); es decir, de la situacional» de las ideas de sus ad-
Weltanschaunng —o concepción del versarios, sin embargo, aun no co-
mundo— de una clase y una época bra conciencia de que las propias
histórica, que se enfrenta a otras ideas están influidas por su po-
ideologías totales adversarias sición social de clase; el segundo
como sucede con las ideologías momento se da cuando se cobra
burguesa-liberal y la proletaria- autoconciencia de la necesidad
socialista o la conservadora-tra- de someter a juicio ideológico, no
dicional. La concepción particular solo las ideas del oponente, sino
de ideología sería más bien de tipo también las suyas propias.
psicológico-individual, median- Pero, ¿quién puede lograr
te la cual se enmascara u oculta semejante desdoblamiento? o sea:
intenciones e intereses propios, enjuiciar objetivamente las posi-
que irían desde la mentira calcu- ciones de su propia y de las otras
lada hasta el autoengaño. Esta clases. Aquí es donde entra la ter-
distinción es necesaria puesto que cera tesis de Mannheim: el de una
cuando una clase o grupo expre- categoría social de «ideólogos» de
sa su concepción de vida no está una u otra clase que se encuen-
enmascarando sus intenciones, ni tran entre las clases, pero no por
ellas serían burdo reflejo de inte- encima de ellas: los intelectuales.
reses materiales estrechos. Para Estos serían una especie de «agre-
este autor, el marxismo fundió gado sin clase» o estratos inters-
ambas concepciones para usarlas ticiales, que necesariamente se
como arma ideológica; sin embar- convierten en «un satélite de una
go, los opositores a la ideología u otra de las clases y partidos exis-
marxista aprendieron el uso de las tentes» [Mannheim, p. 104, citado
técnicas de desenmascaramiento por Zeitlin, 1973: 346].
ideológico contra el marxismo, Para Mannheim, la posi-
y en este proceso la ideología se ción de los intelectuales les per-
convirtió en objeto de análisis de mite este «relativo desapego» de
las ciencias sociales [Mannhein, p. los compromisos ideológicos; su
67, citado por Zeitlin, 1973: 345]. capacidad y formación les dan po-
Esto llevó a que el análisis ideoló- tencialidades de las que carecen
gico se enriqueciera con el análisis otros sectores, y esta se expresa

La Universidad 109
en el manejo de una multiplicidad de la acción humana obligatorios
de perspectivas frente a cualquier y socialmente coercitivos, o, final-
problema. Lo que no significa que mente, culminar con Pareto en la
no compartan o sean afines a las necesidad del control de la con-
diferentes tendencias ideológicas ducta no racional de la masa (los
de unas u otras clases o partidos. residuos y derivaciones) por las
En ese sentido, este estrato no es elites, que con su dominio de la
tan cohesivo, como lo son las cla- racionalidad científica son las úni-
ses, frente a las situaciones que cas capaces de dominar y someter
enfrentan pero también, aunque la caótica naturaleza de los impul-
se emancipen de una clase, no ne- sos humanos.
cesariamente se van a alinear con Más complejo y variado se
otras; y, finalmente, los intelec- presenta el uso de la ideología en
tuales no son garantía de la vali- la perspectiva del neopositivismo
dez de todo lo que interpretan, ni (representado en Weber y Mann-
una especie nueva de profetas o heim), cuyas investigaciones pro-
«instruidos en revelaciones» (aun- ponen una serie de tesis en donde
que algunos lo pretendan) [Man- se mezclan las influencias de di-
nhein, p. 106, citado por Zeitlin, versas perspectivas filosóficas y
1973: 347]. de ciencias sociales, y en las que
nos parece encontrar una serie de
Resumen aportes o líneas nuevas de estudio
del tema de las ideologías.
Lo que podemos denominar como Así, por ejemplo, en We-
el positivismo inicial (Comte, ber podemos encontrar un intento
Durkheim y Pareto) presenta un por indagar la «fuerza material» de
uso de la noción de ideología cuya las ideologías, para entroncar con
pretensión común es, si cabe de- un interés intelectual del joven
cirlo así, la búsqueda de los datos Marx y superar el burdo enfoque
y hechos sobre los cuales se pue- del marxismo dogmático de los
da controlar «científicamente» la seguidores de un pretendido «ma-
imaginación ideológica, que no terialismo científico», que en sus
contribuya al progreso ordenado versiones «populares» derivaron
o al control de los impulsos cie- en un positivismo economicista
gos de la conciencia individual a que Marx tanto criticó.
través de la «conciencia colecti- El caso de Mannheim es
va» que los convierte en normas más bien el de un enfoque más
académico de la noción de ideo-
110 La Universidad
logía (la sociología del conoci- torial.
miento), que partiendo de Marx
busca caminos propios al combi- Gramsci, Antonio [1975]. El mate-
nar ideas del hegelianismo, de la rialismo histórico y la filosofía de
filosofía y sociología culturalista B. Croce. México: Juan Pablos
alemana (Weber, Simmel, etc.), editor.
con las cuales propone una serie
de hipótesis que enriquecen el de-
bate acerca de las bases existen- Kriele, Martín [1980]. Introducción
ciales de las ideas, la función de a la teoría del estado. Fundamen-
las ideologías, su distinción entre tos históricos de la legitimidad del
ideologías totales (concepciones estado constitucional democrático.
del mundo) e ideologías particula- Buenos Aires, Argentina: Edi-
res (el engaño y autoengaño de las torial De Palma.
ideas propias) y el peculiar papel
de los «ideólogos» o intelectuales, Lenk, Kurt [1974]. El concepto de
con cierto desapego de las ideo- ideología. Comentario crítico y se-
logías de clase. Por estas y otras lección de textos. Buenos Aires,
aportaciones, a Mannheim se le Argentina: Amorrortu edito-
ha denominado como «el autor res.
más original y serio en el campo
del repensamiento empírico de la
filosofía de Marx…» llamando a su Mari, Enrique E. [1974]. Neoposi-
enfoque «un materialismo dilui- tivismo e ideología. Argentina:
do» [Sartori, 1984: 115]. Editorial Universitaria de Bue-
nos Aires (Eudeba).

Merton, Robert K. [1970]. «La so-


Bibliografía consultada ciología del conocimiento».
En: Sociología del siglo XX (tomo
I, 2ª ed.) G. Gurvitch y W. E.
Ferrater Mora, José [1973]. La filo- Moore (dirección). Barcelona,
sofía actual (3ª ed.). Madrid, Es- España: Editorial El Ateneo
paña: Alianza Editorial. S.A.

Gorlitz, Axel [1980]. Voz: Ideología. Ritzer, George `[1998]. Teoría So-
Diccionario de Ciencia Política. ciológica. María Teresa Casado
Madrid, España: Alianza Edi- (trad.). México: Mc Graw-
La Universidad 111
Hill. Ediciones Península.

Sartori, Giovanni [1984]. La políti- Weber, Max [1973]. La ética protes-


ca: Lógica y método de las ciencias tante y el espíritu del capitalismo
sociales. Marcos Lara (trad.) (2ª ed.) Luis Legaz Lacambra
México: Fondo de Cultura (trad.). Barcelona, España:
Económica (FCE). Ediciones Península.

Touchard, Jean [2006]. Historia de Zeitlin, Irving [1973]. Ideología y


las ideas políticas (6ª ed.), J. Pra- teoría sociológica (2ª ed.) Nes-
dera (trad.). Madrid, España: tor A. Míguez (trad.). Buenos
Editorial Tecnos. Aires, Argentina: Amorrortu
Editores.
Trías, Eugenio [1970]. Teoría de las
ideologías. Barcelona, España:

112 La Universidad
Capítulo II bas fases o caras se presentarían
Los marxistas en forma inescindible en su com-
plejidad en los procesos históricos
reales, aunque teóricamente pue-
Aún cuando todo pensamiento dan diferenciarse.
que parte de las ideas de Marx y
Engels o de cualquier doctrina ya
presenta en su elaboración una 1. El marxismo-leninismo
revisión y adaptación de ellas a
nuevos contextos y por tanto, Lenin (Vladimir Ilich Ulianov
se pueden rotular con el prefijo 1870-1924), el dirigente de la Re-
«neo», respetamos la autodesig- volución Bolchevique de 1917 en
nación como «marxistas» —«con- Rusia, entendió esa complejidad
tinuación» del Marx original— a y trató de darle una respuesta
la reinterpretación y adaptación práctica que ha sido objeto de mu-
práctica que principalmente hi- chas discusiones desde su formu-
cieron Lenin y Mao, aunque ello lación. El problema enfrentado
sea punto debatible. De allí el ró- por Lenin fue el de la «vocación
tulo de marxismo adjudicada a las revolucionaria» de la clase obrera
versiones o variantes del pensa- [Settembrini, 1982: 899], es decir,
miento de Marx, en este capítulo. cómo superar en las filas obreras
Ya dejamos apuntado en la la ideología burguesa del econo-
introducción que en el Marx clá- micismo o tradeunionismo —el
sico existen dos giros dialectiza- cual limita la lucha al campo de
dos en el uso de «ideología»: uno, las reivindicaciones inmediatas
que la ideología es «encubridora» de clase— y lograr una concien-
de situaciones de dominación y cia revolucionaria de tipo socia-
explotación de clases, y esto es lista. Es evidente que el supuesto
ignorado por los dominados y implícito de lo que se denominó
explotados; y otra, que presenta luego «leninismo» o «marxismo-
a la ideología como expresión de leninismo», es el de la lucha ideo-
relaciones sociales reales, o expre- lógica entablada en el proceso de
sión ideal de las condiciones de la política práctica entre la «falsa
existencia de las clases, que indica conciencia» y la «conciencia re-
a la ideología como dominante en volucionaria» en el seno del mo-
el terreno del pensamiento; o sea vimiento obrero con tendencia
que la «falsa conciencia» sería a la socialista. El debate ideológico se
vez expresión de algo real, y am- había planteado a través de la crí-

La Universidad 113
tica del llamado «revisionismo» de el dato de que la ideología socia-
Eduardo Bernstein6 a la ideología lista no era asunto exclusivo de
marxista ortodoxa, que orientaba los obreros. Como ideología, sos-
en la última década del siglo XIX tenía Bernstein, (el socialismo)
la social democracia alemana. no surgió de la clase obrera, aun
Eduardo Bernstein ponía cuando movimientos e ideologías
en entredicho las «certezas» de la obreras contribuyen a su desarro-
doctrina del marxismo ortodoxo llo. En el origen del movimiento
del Partido Social Demócrata socialista de la época moderna, se
(SPD), en particular la premisa de encuentran luchadores y pensa-
que el propio desarrollo capitalis- dores (provenientes) de la clase
ta y la lucha de clases que brotaba burguesa impulsados por motivos
espontáneamente de las contra- ideológicos, en su mayoría éticos…
dicciones económicas engendra- [Bernstein, citado por H. Heiman,
rían directamente la conciencia 1982: 249].
de la necesidad de la revolución Lenin, en polémica con los
socialista en la clase obrera, lo socialistas de su propio Partido
cual lo convertiría sujeto de la re- Social Demócrata de Rusia —in-
volución. fluidos por el revisionismo—, en
Además, Bernstein adelan- 1901-1902, escribió una serie de
tó una idea retomada por Lenin artículos en el periódico del par-
de otro alemán, Carlos Kautsky7: tido Iskra (la chispa), que poste-
riormente fueron reunidos en el
6 Eduardo Bernstein, íntimo texto básico del leninismo «¿Qué
colaborador de Federico Engels en hacer?» [Settembrini, 1982: ídem.];
la estructura del partido Social De- apoyándose en comentarios del
mócrata Alemán —SPD— escribió marxista alemán ya citado, Carlos
entre 1896-99 una serie de artículos Kautsky, Lenin hizo esta sorpren-
que fueron publicados en 1899 como dente afirmación:
libro: Las premisas del socialismo y
las tareas de la social democracia
que es denominado como la «biblia Hemos dicho que los obreros
del revisionismo». no podían tener conciencia
7 Carlos Kautsky, colaborador social-demócrata (socialista).
de F. Engels y a la muerte de este el Esta solo podía ser introduci-
más importante teórico del “marxis- da desde fuera. La historia de
mo ortodoxo”, conocido por la popu-
larización de las doctrinas económi- de obreros socialistas en estudio del
cas de Marx que sirvió a generaciones “Capital” de Carlos Marx.
114 La Universidad
todos los países atestigua que se presentó a la praxis del Partido
la clase obrera, exclusivamente Social Demócrata Alemán al fallar
con sus propias fuerzas, solo los presupuestos del marxismo
está en condiciones de elabo- ortodoxo del SPD, que esperaban
rar una conciencia tradeunio- que la clase obrera superara en
nista, es decir, la convicción de forma natural sus inclinaciones
que es necesario agruparse en por el economicismo.
sindicatos, luchar contra los La ansiada emancipación
patronos, reclamar del gobier- de la clase trabajadora como re-
no la promulgación de tales o sultado de una praxis revolucio-
cuales leyes necesarias para naria nunca se concretó, sino que
los obreros, etc. En cambio, la el movimiento quedó enmarcado
doctrina del socialismo ha sur- y sujeto a una práctica reformista
gido de teorías filosóficas, his- que contradecía los supuestos de
tóricas y económicas, elabora- la ideología revolucionaria y que
das por representantes instrui- segregó una contraideología inte-
dos de las clases poseedoras, gracionista de la clase obrera: el
por los intelectuales. Los pro- citado revisionismo de Eduardo
pios fundadores del socialismo Bernstein.
científico moderno, Marx y
En ese sentido, la respues-
Engels, pertenecían por su po-
ta leninista a la pregunta de cómo
sición social a los intelectuales
superar la «alienación» de la cla-
burgueses... [Lenin, 1983: 31].
se obrera, encerrada en los estre-
chos límites de la ideología «eco-
Como planteábamos en la prime- nomicista», fue poco ortodoxa
ra parte de este trabajo, para Car- pero adecuada a las condiciones
los Marx la verdad o falsedad de específicas de Rusia: atraso de la
una ideología no se deduce de su ideología burguesa y de su clase
ligamen a determinados intereses portadora, y avance de lo relativo
de clase, sino que brota del movi- al pequeño pero cohesionado pro-
miento o automovimiento hacia letariado, con un enorme campesi-
la liberación de las cadenas que nado abrumado por la crisis.
sujetan a los grandes grupos do- Entonces, si la conciencia
minados. Pero, ¿cómo se produce revolucionaria-socialista es aje-
ese movimiento hacia la eman- na a la práctica economicista de
cipación de la clase obrera? Esta la clase obrera en general, ¿cómo
pregunta, que fue contestada en introducirla en una praxis supe-
forma muy general por Marx, solo radora de su «mala conciencia»?
La Universidad 115
Lenin contesta: el poder ordenó una selección de
[....] la lucha política (de los ideas de Lenin, referenciadas y re-
socialistas) es mucho más am- feridas con la autoridad de Marx
plia y compleja que la lucha y Engels, y cuyo contenido doctri-
económica de los obreros con- nal fue dogmáticamente impues-
tra los patronos y el gobierno. to como «ideología oficial» (única
Del mismo modo la organiza- verdad) del Estado Soviético y de
ción de un partido revolucio- los partidos comunistas afiliados
nario debe ser de un género a la Internacional Comunista Co-
distinto que la organización de mintern [Kernig y Sheibert, 1975:
los obreros para la lucha eco- 62-69]. Esta selección tomó forma
nómica; (esta) debe englobar en la conferencia de Stalin sobre
ante todo y sobre todo a gentes «fundamentos del leninismo» de
cuya profesión sea la actividad 1923, y en su obra Cuestiones del le-
revolucionaria… (una organi- ninismo, publicada en 1926, y que
zación de revolucionarios)… le sirvió en la lucha ideológica-
(En la cual) debe desaparecer política contra sus opositores
en absoluto toda distinción políticos del momento (Trotski,
entre obreros e intelectuales…, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, etc.)
no debe ser muy extensa y… para consolidar su poder; pos-
que sea lo más clandestina po- teriormente se constituyó en la
sible…” [Lenin, 1983: 111] denominada ideología marxista-
leninista, fundamento «ideológico
científico» de la total cosmovisión
Lo anterior no coincide con la soviética sobre el mundo, la na-
«codificación» que se hizo de es- turaleza, la sociedad y el pensa-
tos y otros aspectos de las ideas miento. [Koblernics, 1975: 32-41],
de Lenin, en particular, por José y que por muchos autores fue cali-
Stalin (1879-1953)8, quien ya en ficado como «estalinismo».
8 José Stalin: seudónimo del
revolucionario georgiano, José Visa- 2. Estalinismo
rionovich Zhugasvili, que se convir-
tió en el hombre fuerte del Estado y
del partido comunista de Rusia des- El estalinismo es la versión codi-
pués de eliminada toda la oposición ficada del leninismo, al convertir-
Bolchevique, y que con su teoría del se en la ideología oficial del nue-
socialismo en un solo país emprendió vo Estado Soviético. Funcionó
la industrialización y colectivización
de la Unión Soviética en los años 30 del siglo XX.
116 La Universidad
como ideología encubridora de época las teorías reconocidas por
una praxis, cuya distancia con las él como las que se adecuaban a la
doctrinas marxistas llena de ideas «doctrina científica» del marxis-
humanitarias fue cada vez mayor: mo-leninismo; posterior a la co-
lectivización forzada y a la indus-
Stalin encajó la teoría Marxis-
trialización de los años treinta,
ta en el lecho de procusto de la
Stalin proclamó el bienestar social
realidad soviética convirtien-
en toda la URSS, el rebasamiento
do al marxismo en una ideolo-
de las contradicciones campo-ciu-
gía institucional (…), unas ve-
dad y de las contradicciones entre
ces debía la teoría confirmarse
trabajo manual y trabajo intelec-
en el mundo imaginario; otras,
tual, pintando un cuadro idílico
la realidad había de hallar su
que cuadraba con sus ideas pero
justificación en una teoría ima-
no con la realidad [Marek, 1977:
ginaria. Unas veces la teoría
13-15; Hingley, 1978: 103-107].
podía obrar como si no hubiera El estilo estalinista es muy
ninguna realidad; otras debía trillado, pero calculado en sus
ser presentada como si la rea- efectos ideológicos, en sus discur-
lidad le correspondiese. [Ma- sos y escritos: recoge los análisis
rek, 1977: 12 ]. y las propuestas de tareas para el
ejercicio del poder socialista a la
manera de un catecismo religioso,
Algunos ejemplos de lo anterior: plasmado todo en pautas simples
en la Constitución Soviética de y corrientes:
1936 se incorporó el principio del
derecho a la autodeterminación
de las nacionalidades, pero con la [...] tres rasgos esenciales del
reserva de Stalin de que ello solo materialismo. Cuatro rasgos
era posible para las nacionalida- esenciales de la dialéctica. Tres
des de la periferia, no para las re- particularidades del ejército
públicas autónomas del centro, rojo. Tres raíces sociales del
con lo cual el principio se negaba. oportunismo (…) con un voca-
Stalin defendía apasionadamente bulario reducido, a base de al-
el derecho a la libre investigación gunos ejemplos de la literatura
y discusión, si con ellas no se con- rusa, Stalin fijó la orientación
tradecían sus autoritarias opinio- de los cuadros de su país, y
nes. Stalin impuso a los lingüistas de todo el movimiento comu-
y a los biólogos soviéticos de su nista de su época, los mismos
argumentos, las mismas expre-
La Universidad 117
siones son repetidas siempre, en hermenéutica y paráfrasis, en
una y otra vez para que queden una interpretación escolástica de
bien grabados: muchas fórmu- citas infalibles…» [Marek: 152].
las finales hacen el efecto que
el amén de las oraciones… [Ma-
3. Trotskismo
rek, 1977: 21].
La lógica de Stalin es sen-
cilla y coercitiva, afila todas las Entre las variantes que se identi-
discusiones con la fórmula ma- fican como «continuidad del mar-
niquea: o esto o lo otro, no hay xismo revolucionario» está la ideo-
término medio. O colectiviza- logía trotskista del revolucionario
ción o vuelta al capitalismo. ruso León Davidovich Bronstein
O con la oposición contra la (alias Trotsky, 1877-1940)9; la idea
unión soviética, o con la unión central que lo convierte en expre-
soviética contra la oposición. sión de la ideología marxista es su
No hay matices ni fórmulas in- teoría de la revolución permanen-
termedias. Las cuestiones teó- te, que se ha convertido en sinóni-
ricas solo dejan la posibilidad mo de «trotskismo». Los aspectos
de decir sí o no. La dirección que la componen en síntesis son:
del pensamiento es sugestiva, primero, el capitalismo en Rusia
no ofrece otra salida que el era débil y no había sido protago-
asentimiento o la condena…” nismo de una burguesía nacional,
[Marek, 1977: 22]. sino del Estado y el capitalismo
extranjero; el proletariado era
pequeño y concentrado en tres o
En el estalinismo, la ideología cuatro ciudades grandes, el cam-
marxista-leninista, sancionada pesinado no tenía potencial revo-
como la concepción científica del
mundo del pensamiento, la na- 9 León Trotsky: de los más
turaleza y la sociedad, «no había importantes dirigentes de la revolu-
ción rusa de 1905 y de 1917; fue co-
ninguna duda, ningún problema,
laborador y antagonista de Lenin. En
ningún error. Se construiría un
el gobierno Bolchevique fue comisa-
mundo cuya convincente lógica rio de guerra y de los organizadores
persuadiría a los espíritus revo- del ejército rojo; a la muerte de Le-
lucionarios, solo que ese mundo nin entró en disputa con José Stalin
no era un mundo real». La cano- hasta que vencido por este fue expul-
nización de las tesis del marxis- sado de Rusia en 1929, y asesinado
mo-leninismo no deja espacio a la por agentes estalinistas en 1940, en
duda, la discusión se transforma México.
118 La Universidad
lucionario por su dispersión; por mostrada. En ella se proyectaba
tanto, la lucha del proletariado era su propio temperamento revolu-
en contra del Estado autocrático. cionario radical; es decir, que no
Segundo, y como consecuencia, la aparece el sujeto revolucionario
revolución podía ser proletaria en tal como era, sino como Trotsky
sus métodos, pero a la vez burgue- lo idealizó, lo creó a su imagen y
sa en sus tareas, a la cual caracteri- semejanza cuando descubrió (ya
zaba como «dictadura del proleta- como funcionario del gobierno re-
riado». Tercero, en la conducción volucionario) que los trabajadores
y el mando, el proletariado dueño querían seguir caminos propios,
del gobierno revolucionario podía empleó la violencia contra ellos,
«arrastrar» a sectores no proleta- alejándose dolorosamente de sus
rios al tren de la revolución y, en presupuestos teórico-ideológicos
especial, despertar al campesi- planteados tan nítidamente en su
nado con propaganda y medidas teoría de la revolución permanen-
radicales: confiscación de tierras, te [Braham, 1975: 139-143].
uso de la fuerza contra los oposi- Esta idea que fue conce-
tores y destitución a los indecisos bida por Trotsky muy temprana-
de los sectores no proletarios. Así, mente, a sus 26 años en la cárcel
las tareas burguesas se converti- —posterior a su participación
rían rápidamente en tareas socia- como dirigente de la revolución
listas, que es lo que llamó «Ley del frustrada de 1905—, se le ha criti-
desarrollo desigual y combinado». cado como «la idea de una confla-
De esa manera, la revolución so- gración continua en todo tiempo
cialista en la atrasada Rusia, se y lugar— una suerte de carnaval
convertiría temporalmente en la metafísico de la insurrección…—
cabeza de la revolución mundial; que se prestó después a ser distor-
sin embargo, esta solo sería posi- sionada por sus partidarios y opo-
ble si encendía con la antorcha re- sitores por su ‘carácter romántico
volucionaria el polvorín europeo, idealista’» [Krassó, 1977: 13].
«Así se cierra el ciclo de la revo- Finalmente, otro aspecto
lución permanente; la revolución que en el trotskismo tomó formas
burguesa se convierte en proleta- ideologizadas fue su considera-
ria y la proletaria nacional en in- ción voluntarista de la acción de
ternacional». las masas, a las que llama fuerzas
Tal como se mira es una sociales. Como afirma el autor ci-
construcción teórica coherente, tado, «sus escritos presentan a la
pero cuya hipótesis no está de- fuerza de las masas dominando

La Universidad 119
constantemente a la sociedad, sin marxista en contextos concretos,
organizaciones políticas o institu- a través de una praxis de transfor-
ciones que intervengan en la di- mación revolucionaria, los cuales
rección de ellas hacia su objetivo expresan aparentemente esfuer-
revolucionario, lo cual lo lleva a zos por aplicar creadoramente
presentar la lucha de clases como una «ideología científica» y cuya
una verdad interna e inmediata de pretensión última seria la supera-
todo acontecimiento político, y a ción objetiva de la «falsa concien-
las fuerzas de las masas como los cia, como imagen distorsionada de
únicos agentes históricos». [Kras- los procesos sociales y apertura a
só, 1977: 19-20]. nuevas realidades».
Hay que considerar que la
4. El maoísmo ideología maoísta, además de la
peculiaridad de la cultura oriental
china en que se desarrolló, tuvo un
El carácter autónomo de las ideas largo período de elaboración en un
de Mao-Tse-Tung (1893-1976)10, marco histórico de guerra prolon-
partiendo de su adhesión al mar- gada (1927-1949); y que su aplica-
xismo y al leninismo, ha dado lu- ción creativa se hizo en el contex-
gar a la variante china del maoís- to de una revolución triunfante
mo como praxis revolucionaria [Cohen y Grimm, 1975: 109-115].
aplicada a países atrasados. Aun
cuando los puntos centrales del Es evidente que el maoís-
pensamiento del Mao son muy va- mo es una adaptación a las con-
riados, en este momento nos inte- diciones culturales chinas de una
resan únicamente los concernien- ideología concebida en la Europa
tes a nuestro tema; y en este caso, industrializada, por lo cual esta-
a cómo se hace uso de la ideología mos ante una revisión del marxis-
mo desde enfoques radicales. Sin
embargo, una primera idea que
10 MAO-TSE-TUNG. Líder y acepta sin reservas de los escritos
máximo teórico de la revolución Chi- de Lenin es su concepción orga-
na que llevó al poder a los comunistas nizativa de un partido de revolu-
en 1949, después de 30 años de lucha
cionarios profesionales, discipli-
en una «Guerra popular prolongada»,
nados, que representan la volun-
sobre la cual Mao aportó al movi-
miento guerrillero del tercer mundo
tad de las masas, lo cual lo llevó a
sus experiencias de dirigente de una adoptar los presupuestos ideoló-
revolución en un país atípico para la gicos acerca de las incapacidad de
teoría marxista. las masas para dar el salto hacia
120 La Universidad
la «conciencia revolucionaria»; no la praxis, que se fundamenta en
obstante, en Mao no existía la ne- la milenaria tradición China de
cesidad del debate con la ideología la dialéctica del Yin y el Yang11.
economicista, porque el proleta- Conforme a ella se da la prioridad
riado en China era el 0.52 % o me- al comportamiento, la actitud y el
nos de la población y la burguesía estilo de vida, o sea a la formación
no llegaba al 3.2 % [Cohen y Gri- de la personalidad en el servicio de
mm: 123], por lo que rompió con la la comunidad, que se pone por en-
idea del partido vanguardista eli- cima de la fidelidad a la «doctrina
tista, impulsando el ejercicio del correcta». De ese modo, la praxis
liderazgo en permanente contac- es «piedra de toque» para corregir
to con el pueblo. Esta política se la teoría, convirtiendo a la ideas y
practicó como consecuencia de la pensamientos en ideología prácti-
llamada «actitud Yenán» que es, ca [Cohen y Grimm: 119]. A este
en parte, la extensión a toda Chi- respecto la noción de contradic-
na de una utopía social idealizada. ción, heredada del marxismo y el
Esta se experimentó durante la lu- leninismo, recibe un tratamiento
cha de resistencia contra los japo- peculiar; la contradicción «no solo
neses (1937-1945) en la provincia está en general en todas las cosas,
de Yenán al norte de China. sino que, además, la modificación
Este territorio estaba ocu- del aspecto fundamental de una
pado milenariamente por una contradicción cambia el carácter
sociedad campesina donde el tra- de una cosa. La perenne dialéctica
bajo agrícola y la defensa arma- real»… «crece hasta convertirse en
da se integran, creándose así una una ley dinámica del movimiento,
estrecha unidad entre pueblo co- según la cual las cosas que se en-
mún, y vanguardia, aprendizaje de frentan en contradicción u opo-
las solidaridades e igualitarismo, sición, unas veces se complemen-
comprensión que rompía el ma-
chismo ancestral, autoritarismo, 11 Ying-Yang: proviene de la
dogmatismo y elitismo, poniendo filosofía taoista, según la cual todo
las bases de una cultura popular lo que acontece se consuma en posi-
que integraba tradiciones campe- ción-contraposición, tesis-antitesis;
sinas con la lucha revolucionaria las dos fuerzas actuantes originarias
y el espíritu comunitario [Sán- reposo- movimiento que contienen
en germen a todo; son el YIN-YANG,
chez Mora, 1980: 82]. Otro as-
íntimamente entrelazados y que de
pecto de la ideología maoísta es
su interacción surgen otras fuerzas…,
su peculiar manejo de la idea de etc.
La Universidad 121
tan, otras luchan entre sí, otras (1968-1976), cuya finalidad princi-
se convierten la una a la otra o se pal era la destrucción de patrones
influyen mutuamente»…. [Cohen y de conducta e ideologías buro-
Grimm, ídem.] Aquí se nota, ade- cráticas, clasistas y conservado-
más de la influencia del Yin-Yang, ras, mediante el progresivo cre-
la extensión de la idea de contra- cimiento de hábitos proletarios e
dicción y la lucha de opuestos en igualitarios; como las masas por sí
el seno del pueblo, a una sociedad mismas no son capaces de «prole-
socialista, las cuales realístamen- tarizarse», la fuente de la virtud
te deberán recibir un tratamiento proletaria se encuentra más allá
adecuado y correcto. de las leyes e instituciones, reside
Finalmente, como conse- en el líder máximo de la revolu-
cuencia de esa «terapia» aplicada a ción. Sin embargo, la revolución
las contradicciones inevitables en cultural apela a las masas como
el socialismo, enfrenta el maoísmo educadores del partido, a la vez
el problema de la transformación que el proceso de extirpación ra-
o reforma del pensamiento, que dical de malos hábitos es trabajo
articule las actitudes subjetivas en de corrección de los defectos de la
forma consecuente con las modifi- vieja sociedad que todavía se re-
caciones objetivas introducidas en siste a morir en la nueva sociedad.
el entorno: [Sánchez- Mora, 1980: 83]

el mundo se habrá convertido Síntesis


en comunista cuando casi to-
dos los hombres hayan trans- En síntesis, en relación a los usos
formado conscientemente su del término ideología en las va-
pensar y su comportamien- riantes marxistas que abordamos
to dejando el punto de vista en este sumario como: leninismo,
egoísta por el sentido de la estalinismo, trotskismo, y maoís-
comunidad; cuando no se bus- mo, los bosquejamos así: el leni-
que el beneficio de unos pocos, nismo plantea que, la superación
sino el bienestar de todos, pa- de la «falsa conciencia» en la clase
sando de la maldad a la bon- obrera debía provenir de afuera,
dad… [Cohen y Grimm: 120]. por su fatal propensión a caer en
la «ideología burguesa» del econo-
Mao enfrentó este problema con micismo; además que la concien-
la llamada «revolución cultural» cia revolucionaria tenía que ser

122 La Universidad
llevada a la clase obrera por medio ción del marxismo-leninismo en
del mecanismo de la organización clave «oriental», en donde se mez-
de un partido de nuevo tipo, for- clan ideas de una doctrina creada
mado por «hombres entregados en condiciones de «revolución in-
profesionalmente» a la revolución dustrial» y expansión obrera —en
y en el cual se superaría la división el capitalismo occidental— con
entre trabajadores e intelectuales. ideas provenientes de filosofías
El estalinismo, como ver- morales confucianas y taoístas,
sión oficial de la ideología del Es- que ponen el acento en actitudes
tado Soviético, es un conjunto de y comportamientos propios de co-
ideas cristalizadas como «verda- munidades campesinas del norte
des definitivas», en un conjunto de China.
de manuales o tratados de «mar-
xismo-leninismo», cuyo objeti- Bibliografía
vo era el encubrimiento y defor-
mación de situaciones históricas
variables, tanto del capitalismo Bobbio, N y otros [1982]. Dicciona-
«decadente» como del «socialismo rio de política (1° ed., traducción:
realmente existente», y cuyo uso Raúl Crisapio y otros). Méxi-
práctico se ha reducido a sectores co: Editorial Siglo XXI.
muy conservadores en el movi-
miento comunista, después de la ***Artículo sobre Leninismo, por
caída de los países del bloque del Domenico Settembrini, tomo 2,
este europeo. pp. 897 a 905.
El trotskismo es una in-
terpretación radical del marxismo ***Artículo sobre Maoísmo, por V.
en relación a la idea de revolución Ancarani, tomo 2, pp.960 a 966.
permanente, cuya construcción
lógica es coherente consigo mis-
ma, pero que la praxis revolucio- Carr, Edward H. [1970] Estudios so-
naria la ha negado reiteradamente bre la revolución. (2ª ed., traduc-
por su «carácter romántico idea- ción: Eugenio Gallego) Madrid:
lista»; tiene a su base una visión Alianza Editorial.
«voluntarista» de la actividad de
las masas, que trasciende cual- Fischer, E. y otros [1974]. Lo que
quier encuadre organizacional de verdaderamente dijo Lenin (1ª ed.,
la energía revolucionaria. traducción: Chamorro G.). Mé-
El maoísmo es una traduc- xico: M. Aguilar Editor.
La Universidad 123
García, Ramón y otros (comp.) Marxismo y democracia: enciclo-
[1955]. Introducción a las ciencias pedia de conceptos básicos, (tomo
políticas.. España: Uned. III) Kerning, C.D. (dir.) Edi-
ciones Río Duero, traducción
Heimanm, Horst (comp.) [1982]. por Eloy Rodríguez Navarra y
Textos sobre revisionismo. La actua- otros, pp. 37 -62.
lidad de Eduard Bernstein (1ª ed.,
traducción: Mariano Fernán- Claus de Kerning [1975], “Leninis-
dez y otros). México: Nueva mo”, En: Marxismo y democracia:
Imagen. enciclopedia de conceptos básicos,
(tomo III) Kerning, C.D. (dir.)
Ballenstrem y W. Schieder [1975]. Ediciones Río Duero, traduc-
“F. Engels.” . En: Marxismo y de- ción por Eloy Rodríguez Na-
mocracia: enciclopedia de conceptos varra y otros, pp. 62 a 82.
básicos (tomo II) Kerning, C.D.
(dir.) Ediciones Río Duero, tra- H. Stuke [1975], “R. Luxembur-
ducción por Eloy Rodríguez go”, En: Marxismo y democracia:
Navarra y otros, pp. 59-74. enciclopedia de conceptos básicos,
(tomo III) Kerning, C.D. (dir.)
Schuster [1975]. “K. Kautsky”, En: Ediciones Río Duero, traduc-
Marxismo y democracia: enciclope- ción por Eloy Rodríguez Na-
dia de conceptos básicos, (tomo II) varra y otros pp. 84 a 109.
Kerning, C.D. (dir.). Ediciones
Río Duero, traducción por Eloy Cohem y T. Grimm [1975], “Mao.
Rodríguez Navarra y otros, pp. Maoísmo”, En: Marxismo y de-
138-146. mocracia: enciclopedia de concep-
tos básicos, (tomo III) Kerning,
H. Monsen [1975], “F. Lasalle”, En: C.D. (dir.) Ediciones Río Due-
Marxismo y democracia: enciclope- ro, traducción por Eloy Rodrí-
dia de conceptos básicos, (tomo III) guez Navarra y otros, pp. 109
Kerning, C.D. (dir.) Ediciones - 127.
Río Duero, traducción por Eloy
Rodríguez Navarra y otros, pp. Rubel, M. [1975] “C. Marx”, En:
1 -37. Marxismo y democracia: enciclo-
pedia de conceptos básicos, (tomo
Kenyon, A. [1975]. “V.I. Lenin”, En: III) Kerning, C.D. (dir.) Edi-
ciones Río Duero, traducción
124 La Universidad
por Eloy Rodríguez Navarra y Trotskismo”. En: Marxismo y de-
otros, pp. 128 -153. mocracia: enciclopedia de conceptos
básicos, (tomo V) Kerning, C.D.
Steinberg, H. I. [1975] “Marxis- (dir.) Ediciones Río Duero, tra-
mo”, En: Marxismo y democracia: ducción por Eloy Rodríguez
enciclopedia de conceptos básicos, Navarra y otros, pp. 136 - 149.
(tomo IV) Kerning, C.D. (dir.)
Ediciones Río Duero, traduc- Krassó, Nicolás y otros [1977]. El
ción por Eloy Rodríguez Na- marxismo de Trotsky (3ª edición,
varra y otros, pp. 1 a 32. traducción: O. Castillo). Méxi-
co: Siglo XXI Editores.
Koblernics C. [1975] “Marxismo-
Leninismo”, En: Marxismo y de- Lenin, V. I.[1983] ¿Qué Hacer?.
mocracia: enciclopedia de conceptos México: Editorial Cartago.
básicos, (tomo IV) Kerning, C.D.
(dir.). Ediciones Río Duero, tra- Marek, F. [1977] Lo que verdadera-
ducción por Eloy Rodríguez mente dijo Stalin (traducción Mi-
Navarra y otros, pp.32 a 41. guel Chamorro, 1ª ed. español).
México: Aguilar.
Lidtke, V. [1975] “Revisionismo”.
En: Marxismo y democracia: en- Rey, Juan Carlos [1969]. «Poder espi-
ciclopedia de conceptos básicos, ritual y auctoritas. En el pensamiento
(tomo V) Kerning, C.D. (dir.) Marxista» (Cuadernos del Insti-
Ediciones Río Duero, traducci- tuto de Estudios Políticos No.
ón por Eloy Rodríguez Navar- 20). Caracas, Venezuela: Uni-
ra y otros, pp. 16 - 39; versidad Central de Venezuela.

Hingley R. [1975], “Stalin-Estali- Sánchez Mora Elena [1980]. Utopía y


nismo”. En: Marxismo y demo- praxis. México: Editorial Trillas,
cracia: enciclopedia de conceptos 1ª edición.
básicos, (tomo V) Kerning, C.D.
(dir.) Ediciones Río Duero, tra-
ducción por Eloy Rodríguez Souyri, Pierre [1971]. El marxismo
Navarra y otros, pp. 93 - 115. después de Marx (1ª edición, tra-
ducción de Adrover). Barcelona,
España: Ediciones Península.
Brahm H. [1975] “Trotsky.

La Universidad 125
Capítulo III su impacto en el uso de las ideo-
Los neomarxistas (1) logías marxistas sobre los movi-
mientos contestatarios de la se-
gunda mitad del siglo XX: Max
Incluimos bajo este epígrafe a un Horkheimer, Theodor Adorno y
conjunto de pensadores divididos Herbert Marcuse.
en dos corrientes: los «políticos»
y los «teóricos». Los primeros son
tres grandes dirigentes marxistas 1. Karl Korsch (1886-1961)12
«radicales» que revisan esa ideo-
logía, orientados por una práctica Este filósofo y abogado alemán,
revolucionaria, en un momento militante socialista primero y lue-
histórico en que se experimenta go comunista, fue condenado por
el ingreso a un período de reflujo «desviacionista» junto al filosofo
o de descenso de la marea revo- húngaro G. Lukács y al econo-
lucionaria en la Europa de inicios mista italiano A. Graziadei en el
de 1920. En este grupo figuran: el movimiento comunista interna-
filósofo alemán Karl Korsch, el fi- cional. Korsch plasmó sus contro-
lósofo húngaro Georg Lukács y el vertidas tesis que le acarrearon su
político italiano Antonio Gramsci. purga del movimiento comunista13
Los «teóricos», que se
agrupan en la llamada Escuela de 12 Fue combatiente en la 1ª
Guerra Mundial, comisario de justi-
Frankfurt, muy lejos de los ava-
cia de la república soviética de Tu-
tares de la acción revolucionaria,
ringia (Alemania 1923) y diputado
y no obstante ello, emprendieron socialista; en 1926 fue expulsado
una reinterpretación de la ideolo- del P.C. alemán por su rechazo de la
gía marxista , en los años 30, 40, “práctica oportunista” de la III inter-
50 y 60 para captar las nuevas nacional comunista y por haber pu-
complejidades de las sociedades blicado una ANTICRÍTICA. (Ver A.
del siglo XX. Sánchez V.1971, 10-11, Paul Mattick,
En este trabajo abordamos 1973,5-6 y Perry Anderson, 1979,
a los «políticos», tomando en con- 38,41 y 42.)
sideración los aportes teóricos de 13 Durante el V congreso
fundamental importancia para la de la III internacional comunista de
renovación de los usos de la ideo- Moscú (1924), el secretario ZINO-
logía marxista; en otro capítulo, VIEV condenó “el revisionismo “teó-
incursionaremos en el pensamien- rico de tres dirigentes y doctrinarios
to de la “Escuela de Frankfurt” y de los P.C. de tres países: “si quere-
mos al leninismo no debemos per-
126 La Universidad
en su más conocida obra, Marxismo Korsch parte de un examen críti-
y filosofía [1923]. co de lo que llama «marxismo or-
Los puntos más relevan- todoxo» de la social-democracia,
tes de su concepción de ideología que a nivel de teoría sostenía una
están referidas a la cuestión, muy concepción «científico-positi-
debatida entonces, de la relación vista», mientras en el plano de la
teoría-praxis o el vínculo concien- práctica, una actitud reformista
cia política y práctica política, en [Sánchez V, ídem.]. Por el contra-
el movimiento revolucionario eu- rio, sostenía Korsch, el marxismo-
ropeo, en momentos en que ya hay leninismo autodenominado «mar-
signos de reflujo en su capacidad xismo revolucionario», intentaba
de influir al movimiento obrero dialectizar la relación interna teo-
con objetivos socialistas. ría-praxis; no obstante, su prácti-
La pretensión declarada de ca política guiada orgánicamente
Korsch era «restablecer la relación por la Comintern (Internacional
interna entre teoría revoluciona- comunista), y presentada como
ria, práctica revolucionaria», cuyo «leninista» no se encontraba a la
significado era «salvar a la dialéc- altura de la teoría revolucionaria
tica conciencia-realidad» y restau- original [Sánchez V., ídem]. En
rar el nexo interno-externo teoría- este caso, la teoría «marxista-le-
praxis [Sánchez V., 1971: 9-10]. ninista» aparece con un conteni-
do «dialéctico-materialista», con
Para lograr su objetivo, acentuación deliberada en el as-
pecto «materialista» y sacrifican-
mitir que esta tendencia de extrema
do la faz dialéctica.
izquierda se convierta en revisionis-
mo teórico… El camarada (italiano, El resultado de ese énfa-
Antonio) Graziadei publicó un libro sis en la filosofía materialista es el
atacando al marxismo… tampoco to- de una oposición adialéctica; en
leraremos que nuestro camarada hún- donde la teoría «pura» descubre
garo Lukacs haga lo mismo en el te- las «verdades», y la praxis «pura»
rreno de la filosofía y la sociología… aplica a la realidad esas «verdades
Existe una tendencia semejante en el descubiertas», derivando en un
partido alemán. El camarada Grazia- dualismo teoría-práctica sin co-
dei es un profesor, Korsch es también nexiones internas [Korsch, Anti-
profesor y Lukacs es también un pro- crítica, 41].
fesor. Si permitimos a otros profeso-
res desarrollar sus teorías marxistas, De esa manera, dice
estamos perdidos…” [citado en M. Korsch, aun cuando reformismo
Watnick,1968:221]. y posición revolucionaria se opo-

La Universidad 127
nen en los planos teórico y prác- Korsch, Anticrítica: 68, ver citas 2
tico, coinciden en el sostenimien- y 3].
to del dualismo teoría-praxis: A esta posición crítica de
el reformismo social-demócrata Korsch se le ha denominado como
niega la teoría (el momento de la una filosofía de la praxis, por afir-
conciencia) mientras la posición mar a la práctica como el momen-
revolucionaria la restablece a un to decisivo y la teoría como su dis-
nivel naturalista y predialéctico curso consciente. Sus característi-
[Korsch, Anticrítica, 83]. En otras cas más relevantes serían: ser una
palabras, los ortodoxos niegan visión de conexión indisoluble, y
o destruyen a la teoría, mientras a la vez directa e inmediata entre
los «leninistas» la «resucitan» en teoría y praxis. Esto último la dife-
el momento de una praxis «pura», rencia del marxismo de Lenin, por
que solamente aplica «certezas» cuanto que este ve el nexo entre
de las «leyes generales» del mate- teoría revolucionaria y práctica
rialismo dialéctico, o sea, de una revolucionaria dinamizado por un
teoría «pura», dando lugar al dog- elemento de intermediación: la or-
ma de la teoría y a la castración ganización partidaria.14
y servidumbre de la praxis revo- La concepción organizati-
lucionaria [Sánchez V., 1971: 15]. va de Lenin pretendía educar en
Como ya se apuntó en la nota 13, la teoría revolucionaria al traba-
en 1924, estas tesis le acarrean a jador, para que se conformara su
Korsch y a otros dirigentes la acu- conciencia socialista; o sea que ella
sación de «revisionistas y desvia- procede del «exterior» pero aspira
cionistas idealistas» desde Moscú; que se alimente de la práctica, lo
y el mismo año se le condena, por cual significa «un doble e indiso-
Wels, presidente del Partido So- luble movimiento» de exteriori-
cial Demócrata en el congreso del dad e interioridad. En Korsch, en
mismo como una «herejía comu- cambio, se enfatiza el momento de
nista los conceptos del profesor la interioridad y por tanto la teoría
Korsch». Para comprobar lo certe- es parte integrante de la práctica,
ro de su tesis crítica, el periódico lo cual la hace el momento más dé-
Pravda (verdad) del partido comu- bil y opaco. [Sánchez V., 1971: 16 -
nista ruso, los acusa de ser infieles 17].
a «los postulados filosóficos fun-
damentales del marxismo, la teo-
ría de reflejo y la dialéctica en la 14 Ver la concepción de orga-
naturaleza». [Sánchez V., 1971: 15, nización leninista en el capítulo II de
este trabajo.
128 La Universidad
Sin embargo, en la instru- da con ella». [Sánchez V., 17 - 18].
mentación de la teoría de la orga- No obstante esa debilidad, Korsch
nización leninista (por la Tercera habría acertado en su crítica de
Internacional) se enfatiza en el que la teoría no podía convertirse
momento de la exterioridad y es en un conjunto abstracto de leyes
el que domina despóticamente a la generales y absolutas formuladas
práctica, cuestión que fue llevada como un saber puro; pero también
a lo grotesco por el estalinismo.15 dió en el blanco cuando criticó
En Korsch se explicaría el la idea de que el partido debía de
énfasis en el momento interiorista conformarse como un destaca-
y su carácter dominante y directo mento que se movía en el plano
por ser expresión del auge revolu- del «diktat» de una comisión o
cionario europeo (abierto después concejo burocrático «fiel intérpre-
de 1919 y el cual se cierra en 1923), te de las masas». Esta fue la línea
que se visualizaba como «prolo- que siguió el marxismo codifica-
go de la revolución mundial» en do dominante en el movimiento
donde se presumía la presencia comunista internacional de los
del sujeto revolucionario que lle- años veinte y treinta del siglo XX,
vaba adelante su misión «contra siendo inevitable su deformación
reloj». «Pero la hora pasa; la propia «canónica» en el «marxismo sovié-
práctica, con su reflujo, demostra- tico» [Korsch, Anticrítica, 95-96.
rá que las manecillas del reloj no Mattick, 1973: 12-14].
pueden estar paradas en el mismo
punto; la teoría no puede aferrarse 2. Georgy Lukács (1885-1971)
a su función expresiva (directa)
sino que tiene que destacarse de
la praxis para volver a establecer Este filósofo y esteta húngaro
una relación interna más profun- con formación alemana, ya era un
exitoso y reconocido intelectual
15 Ver el Estalinismo en ídem. cuando se radicalizó hacia las fi-
También hay que decir que la teoría las comunistas en 1918; es de los
leninista de la conciencia y organiza- padres de lo que hoy se denomi-
ción, promovían de inicio esta inter- na «marxismo occidental», junto
pretación que se deriva del dualismo a Korsch y Gramsci.16 Lukács fue
teoría-practica: “bastaba olvidar uno,
olvidando así la propia concepción de 16 Rasgo común es el de di-
Marx, para que el otro (el de la exte- rigentes políticos y organizadores de
rioridad) se elevara al plano de lo ab- alzamientos populares en la 1° pos
soluto” [Sánchez V.: 1971, 17] guerra (1918-1923), y su labor teóri-
La Universidad 129
comisario de educación y cultura deuda intelectual de Marx con
en la efímera República Soviética Hegel y lo que hizo fue rearticular
de Hungría en 1919; en su exilio en y refundir las ideas económicas
Austria terminó la redacción de su marxistas en una filosofía moral
célebre y polémica obra, Historia y y social («socialista»), añadiendo
conciencia de clase (1923) y redactó comprensión a los razonamien-
las llamadas Tesis de Blum siendo tos económicos marxistas en una
Secretario General del Partido Co- perspectiva «humanista» y ya no
munista Húngaro en 1928, conde- positivista o economicista (o sea,
nadas desde Moscú por rechazar de la economía en sí misma). De
la línea del VI congreso de la Co- esa forma, Lukács orienta su análi-
mintern que calificaba de social- sis encaminado a examinar el tema
fascistas a la social-democracia y a del «fetichismo de la mercancía», a
los reformistas, y vaticina la caída partir de la categoría marxista del
inminente del capitalismo [An- «trabajo alienado» [Piana, 1970: 11;
derson, 1985: 41,43.]; desde 1929 Watnick, 1968: 232-233]. Su pre-
se marchó al autoexilio, limitán- ocupación central premarxista era
dose a la crítica estético-literaria. el de un humanismo estético que
Las tesis teóricas de nues- lo llevó tempranamente a un pro-
tro interés, como en Korsch, se fundo disgusto por la condición
encuentran en el tema de las rela- «alienada» del hombre moderno
ciones conciencia de clase-organi- en el capitalismo. Sobre su inten-
zación en el proceso revoluciona- ción Lukács marxista lo dice cla-
rio moderno. La lógica implícita ramente en un pasaje de su obra:
en su libro citado es que el partido «con frecuencia se ha señalado y
expresaba la voluntad institucio- con legitimidad que el famoso ca-
nalizada de la conciencia de cla- pítulo de la lógica hegeliana sobre
se, atribuyéndole una percepción el ser, el no ser y el devenir con-
superior de la «totalidad»; no era, tiene toda la filosofía de Hegel. Se
pues, como en el leninismo, un podría decir, quizás con la misma
mero reflejo de la realidad, sino legitimidad, que el capítulo sobre
que le atribuye un papel activo a el carácter de fetiche de la mer-
la conciencia humana [Watnick, cancía encierra en sí todo el mate-
1968: 222]. rialismo histórico, todo el autoco-
Lukács redescubrió la nocimiento del proletariado como
conocimiento de la sociedad ca-
pitalista» [citado en: Piana, 1970:
ca debe ser enmarcada en ese contex- 135].
to [Anderson, s/f:41]
130 La Universidad
La visión pesimista del visión de la relación sujeto-objeto
hombre alienado es superada en separados y en estado de inactivi-
Lukács, al encontrar en el marxis- dad, que es la naturaleza profunda
mo la certeza de su futura desapa- de este proceso: la reducción a la
rición, a través del desarrollo de condición de cosas de realidades
la conciencia de clase del proleta- que en sí no lo son. [ídem.]
riado que lo convertiría en sujeto Este tema filosófico Lukács
histórico, ya no en objeto de pode- lo asocia al problema político de la
res que él no podía controlar, este relación conciencia de clase del
lo capacitaría para emprender la proletariado y su mediación, que
búsqueda de su definitiva emanci- «liberaría sus posibilidades inma-
pación [Watnick, 1968: 233] nentes», superando sus ataduras a
Su teoría de la alienación, la inmediación de la cosificación.
que él llama de la «reificación»,
constituye el aspecto central del La conciencia de clase (media-
examen de la economía y la socie- da) descodifica la conciencia
dad capitalista y se traduce en la del proletariado y al proleta-
«cosificación» de la conciencia hu- riado mismo. La conciencia
mana. La dimensión económica de de clase se convierte así, en el
la cosificación se expresa a nivel centro de las necesidades del
del trabajo humano en un mundo movimiento obrero. [Ídem.]
de mercancías (cosas) cuyas leyes
dominan al trabajador, enajenán-
dolo de su verdadero «yo» huma- Esa mediación, entendida «como
no, sometiéndolo a ese mundo co- liberación de las posibilidades in-
sificado. [www. liberación. web. manentes», se refiere al momen-
bo/ensayospoliticos/4.doc.] 17 to de la dirección política, que le
La cosificación o reifica- imprime potencia decisiva al mo-
ción de la conciencia se expresaría vimiento de la clase obrera; o sea
en la contemplación pasiva de un que es al partido a quien le corres-
mundo estático alienado; o sea, la ponde la tarea de dirigir política-
mente la lucha. Sin embargo, para
17 Reificación o cosifica- Lukács ello no agota el tema de
ción: «la principal y más preocupante la conciencia de clase. Es necesa-
consecuencia es que condena al in- rio poner de manifiesto «aquellos
dividuo a una relación pasiva con el momentos organizativos que ca-
mundo, el cual es contemplado como pacitan al partido del proletariado
si se tratara de un paisaje inanimado» para ejercer una dirección polí-
[www.katzeditore.com].
La Universidad 131
tica…» [Lukács, citado en Piana, tos de clases no proletarias18; y por
1970: 17, cita 12, 136]; es decir que otro lado, el poder de la ideología
la posibilidad de una dirección po- al interior de la clase proletaria.
lítica certera del movimiento está Los dos aspectos son sub-
íntimamente ligada a la existen- estimados en la izquierda radi-
cia de una estructura organizati- cal de preguerra, lo que lleva a la
va partidaria, lo cual permitiría “subestimación” del papel del par-
responder a la pregunta de ¿cómo tido en el proceso revolucionario
se inserta el partido en el movi- [Piana, 21]
miento? O de ¿cómo se construye En relación a la segunda
el partido de la revolución?. cuestión, el poder de la ideología
Al igual que Korsch, proletaria sobre la clase misma,
Lukács encuentra una respuesta Lukács la hace descansar en la
afín a la pregunta, entre la social- fijación del marxismo como “au-
democracia reformista y la izquier- toconocimiento de la sociedad
da radical (Rosa Luxemburgo) de capitalista” como totalidad, bus-
preguerra; ambas corrientes sos- cando operativizar esta categoría
tendrían una posición dualista, de raíz hegeliana. Al considerar a
no dialéctica, entre los momentos la sociedad capitalista como una
teórico y práctico, soslayando o totalidad concreta una síntesis de
evitando ese momento de la me- múltiples determinaciones, Marx
diación organizativa que «libera- visualizaba a las clases sociales
ría sus posibilidades inmanentes»; fundamentales de dicha totalidad
la distancia entre el momento teó- concreta: burguesía y proletaria-
rico y el momento práctico estaría do, las únicas «clases puras», por-
mediada por el momento organi- que solo a partir de sus condicio-
zativo como cuestión fundamen-
tal en la construcción del partido 18 Tal como en el caso del
y de la conciencia de clase. [Piana, programa agrario aplicado por los
1970: 18] bolcheviques en la revolución de
Pero, ¿qué capacita a la di- 1917, en Rusia que fue tomado del
rección política? Dos cuestiones: movimiento espontáneo de los cam-
pesinos, que forzó a Lenin a no apli-
por un lado, es la elección cons-
car su propio programa, acción cali-
ciente en una situación concreta
ficada por el mismo Lenin como una
del movimiento, de una táctica táctica de la dirección “a no menos-
que incluya elementos o segmen- preciar una decisión de las masas…,
aunque estemos en desacuerdo…»
[citado por G. Piana, cita 2, P.187].
132 La Universidad
nes de existencia es posible pen- su concepto de «conciencia po-
sar, en general, en un plan para la sible» y sus límites, porque en la
organización de toda la sociedad. medida en que la burguesía adop-
Esa posición privilegiada en el ta la economía planificada, por
proceso de producción convierte ejemplo, supera los límites de su
sus intereses particulares de clase propia conciencia fragmentada,
en la totalidad del proceso. [Piana, en relación con el ejemplo de su
1970: 24]19 incapacidad para comprender la
Sin embargo, sus intereses inmanencia de las crisis del capi-
contrapuestos y en lucha impac- talismo. Eso significa que la rup-
tan la «conciencia burguesa», frag- tura del carácter común de las dos
clases, y sus posibilidades, no tie-
mentándola, expresándose en una
nen un límite fijado por la propia
incapacidad para adquirir el cono-
economía o el proceso producti-
cimiento científico de la totalidad
vo, dándose ese caso aparente de
del proceso capitalista, para lo
capitulación de su conciencia de
cual se encuentra en esa posición
clase por su adopción de la plani-
que le corresponde por derecho.
ficación para remontar las crisis.
Esto se expresa, por ejemplo, en su
[Piana, 1970: 27]
incapacidad para entender el me-
canismo de las crisis recurrentes En el caso de la conciencia
del capitalismo. En la clase «bur- del proletariado tampoco existe
guesa» subsiste una oposición en- una determinación causal cons-
tre interés de clase y conciencia tituida históricamente. Siendo el
de clase, que es la base tanto del marxismo el «autoconocimiento»
falseamiento de la realidad y de las de la sociedad capitalista como
relaciones sociales contrapuestas, totalidad, para el proletariado,
como de una oposición insupera- como clase, ello se convierte en
ble entre teoría y praxis. [Lukács, una posibilidad o condición «de
citado por Piana. 1970: 25]. derecho», para lograr el conoci-
miento científico de la realidad y
Lo anterior está ligado a
que ello lo habilite para una praxis
19 «Desde el punto de vista del revolucionaria.20 A este respecto,
individuo no puede obtenerse ningu-
na totalidad, sino aspectos de un cam- 20 «Lukács sugiere…que el so-
po parcial y en la mayoría de casos cialismo y mucho más el comunismo
solo elementos fragmentarios o he- son posibilidades a las que se debe
chos sin conexión o leyes regionales llegar por un trabajo conciente y no
abstractas» [G. Lukács, cit. en: www. precisamente, como una determina-
Liberacion...]. ción histórica, obligatoria e inaltera-
La Universidad 133
la crisis económica es un presu- divergencia entre «conciencia in-
puesto o condición de posibilidad mediata» (situación de clase) y la
para la acción revolucionaria pro- conciencia de clase, que es preci-
letaria, no como «fuerza produc- samente una conciencia atribuida
tiva», sino como sujeto real de la con pleno derecho, en tanto y en
revolución. En una situación de cuanto miembro de la clase obre-
crisis esta realidad de clase debe ra, por el sentido objetivamente
expresarse como una acción po- anticapitalista de su lucha. [Piana,
lítica consciente, que obstaculice 1970: 29-31]
la vuelta a la normalidad; y ello va La conciencia psicológica
a depender de la clase, porque el (inmediata) no capacitaría para
sistema económico siempre esta- percibir la totalidad de la sociedad
rá en condiciones de remontar la capitalista y sus contradicciones
crisis. De esa forma, la subjetivi- internas; en esos límites la clase
dad revolucionaria potencial se solamente podrá desempeñar un
manifiesta con fuerza en la crisis, rol subordinado, sin intervenir en
siempre y cuando la clase la asuma el curso de la historia, ni como ele-
como sujeto de decisión y deje de mento conservador ni como ele-
ser un simple objeto de ella como mento dinamizador.
mera fuerza productiva [Piana,
1970: 18].
En general, de acuerdo a
Aquí es donde Lukács co- Lukács, tales clases están pre-
necta lo teórico con lo político- destinadas a la pasividad, a
práctico. El paso de crisis «eco- una incierta fluctuación entre
nómica» a una ruptura en la es- las clases dominantes y las
fera del poder, avanza pari passu revolucionarias, y sus even-
del quietismo político a la toma tuales explosiones revisten el
de conciencia, cuya expresión es carácter de un vacío elemental
la ecuación: conciencia de clase y de una ausencia de finalidad,
más organización; si no se da la están condenadas a una defi-
mediación del proceso de ascen- nitiva derrota aun en el caso de
so organizativo, este derivará en una victoria casual…” [Lukács,
una conciencia ideologizada que citado en Piana, 31]21.
es manifestación de la infiltración
de la «ideología burguesa» en la
21 La situación de estas cla-
clase obrera. En el plano político-
ses (pequeña burguesía-campesinos)
ideológico aparecerá como una
es tal que no permite ni una iniciativa
ble.» [www.Liberacion...]. política autónoma ni una organiza-
134 La Universidad
Las crisis capitalistas sola- trabajando por luchas económicas
mente se convierten en «crisis re- fraccionarias y de tipo espontá-
volucionarias» si a la simple con- neo, lo que da lugar a la reificación
tradicción se añade la conciencia en la conciencia proletaria, man-
del proletariado, trasformada en teniéndola al nivel de un relativo
acción; únicamente a partir de «aburguesamiento» [Piana, 1970:
aquí la clase obrera va surgir como 42 - 43]22.
sujeto real. Por el contrario, si las Morris Watnick plantea
tendencias no se hacen realidad en sus observaciones críticas a
es porque las estructuras de «co- Lukács, que su pensamiento cae
sificación» (reificación) actúan a en un «relativismo» en que la doc-
un nivel «obrerista», impidiendo trina marxista sirve como referen-
la adquisición de la conciencia cia, y afirma su superioridad sobre
de clase «atribuida de pleno de- todos los sistemas de pensamien-
recho». Esta debería de funcionar to («burgueses o preburgueses»);
como punto de paso para la praxis esto lo basa en dos argumentos:
llevando al movimiento espontá- uno, filosófico; una ideología es
neo a la organización revoluciona- de un orden de verdad inferior si
ria [Piana, 1970: 39 - 41]. se interesa por la verdad aparente
En relación al tema de la del mundo fáctico-empírico, que
reificación este es un fenómeno es un mundo lógico de identida-
ideológico que compartirían las des y medidas fijas y perdurables,
dos clases fundamentales y, en no necesitando falsear la realidad;
la clase obrera, es el punto de in- dos, sociológico; esta ideología
flexión hacia el reformismo (como ciega al entendimiento humano y
posibilidad), que tiende al «abur- a las realidades del mundo social,
guesamiento» (no por «migajas inculca la ilusión («falsa concien-
económicas»); si esos estratos fun- cia») de que el orden social exis-
cionan como estructura de media- tente se rige por leyes inmutables,
ción ideológica, se convierten en
impedimentos para la conversión 22 «…En relación a las dife-
del movimiento dirigido hacia la rencias de conciencia que se pueden
totalidad. El reformismo cumple crear en el plano de lo inmediato den-
una misión de «fijación ideológi- tro de la clase, el oportunismo tenderá
ca» en el plano de la organización, a la nivelación de estas estratificacio-
nes de conciencia al grado más bajo
ción política, su «conciencia de cla- o, en el mejor de los casos, a un gra-
se» será siempre prestada…[Piana, do medio» [Lukács, citado en Piana,
ídem.]. 1970: nota 66, 139].
La Universidad 135
a semejanza del mundo físico, [La teoría lukacsiana] exige
que el hombre no puede cambiar. una especie de conciencia de
[Watnick, 1968: 239] clase que es idéntica a la ver-
Pero, ¿cómo se puede sos- dad de la «más alta realidad»
tener que el marxismo es objeti- encarnada en el marxismo;
vamente más válido que cualquier una verdad que puede tras-
ideología rival? Según Watnick, cender los espejismos de la
Lukács en su respuesta evita toda (cosificación) y contemplar a
referencia de tipo empírico, pues la sociedad racional futura no
para cualquier hegeliano el mun- clasista como única alternati-
do de los datos no es más que una va para la autoalienación del
realización imperfecta del «mun- hombre bajo el capitalismo,
do real o racional»; para ello recu- y por lo mismo es esa verdad
rre al argumento de la imputación la que hace del proletariado
bilateral polarizada de «posicio- como clase, el instrumento de
nes ventajosas» de las perspecti- la razón en la historia. Lleva-
vas de clase objetiva, de la burgue- da pues a su conclusión lógi-
sía y el proletariado. Pero mien- ca, la hazaña escolástica de
tras la «ideología burguesa» tiene Lukács equivale a lo siguiente,
un «valor instrumental» para la marxismo —razón histórica—
clase como un todo, la «ideología conciencia de clase. [Watnick,
del proletariado» (el marxismo) 1968: 244-245]
da la posibilidad de contemplar
el sistema total, sin distorsiones
ideológicas incorporando la ver- 3. Antonio Gramsci (1891-1937)
dad más alta de la dialéctica de la
historia.23 [Watnick, 242 -244].
Como lo afirma Watnick: De origen social de clase media
venida a menos, debido a que su
padre, un funcionario público, fue
encarcelado por acusaciones de
23 Lo cual no equivale a corrupción; sus días de infancia
plantear necesariamente la absoluta fueron de mucha pobreza.
validez del marxismo, por la misma No logró terminar sus es-
concepción de la “dialéctica de la his- tudios de letras en la Universidad
toria”, que no admite tal pretensión
de Turín, a la que había ingresado
para ninguna ideología. En Lukács la
por medio de una beca y egresa-
pretensión es un presupuesto doctri-
nario (M. Watnick.,241, cita 31)
do con notas brillantes. A los 22

136 La Universidad
años ingresa al Partido Socialista después de que Mussolini se hace
Italiano (PSI), donde forma parte responsable públicamente en el
de una nueva generación de jóve- parlamento de las acciones de re-
nes políticos socialistas junto a presión, viene un período de clan-
Palmiro Togliatti, Ángelo Tasca destinidad, durante el cual lleva a
y Humberto Terracini. Su activi- cabo una febril actividad literaria
dad se centra en el periodismo y se y de reuniones de partido. A raíz
radicaliza por su contacto con los de un autoatentado contra Mus-
alzamientos espontáneos, a partir solini, en octubre de 1926, se di-
de 1917, en Turín. suelven los partidos de oposición
En este período de inten- y se suprime la libertad de pren-
sa actividad, sus posiciones son sa; el 8 de noviembre, Gramsci es
«obreristas» y se pronuncia por el arrestado en su casa y confinado
movimiento de los «concejos de a diversos presidios. En mayo de
fábrica» (1919-1920) y contra la 1928 se inicia su proceso público y
democracia parlamentaria, por lo Gramsci es acusado de 5 delitos, y
cual entra en choque con la direc- al ser condenado a 20 años, el fis-
ción de su partido. Durante 1920 y cal declaró en su famosa petición
1921 apoya las huelgas obreras en «por veinte años debemos impe-
contra de la línea del PSI. En 1921 dir a este cerebro funcionar».
se divide el partido y de ella sur- Permaneció en la cárcel
ge el Partido Comunista Italiano hasta abril de 1937, desarrollando
(PCI), formando parte del comi- una intensa actividad intelectual
té central. En 1922 parte a Moscú que se expresó en los Cuadernos de
como representante del PCI en el la cárcel; estos contenían casi tres
ejecutivo de la Internacional Co- mil páginas de notas fragmenta-
munista. En el interior, el fascis- rias y asistemáticas, publicadas
mo llega al poder y no regresa a hasta después de la Segunda Gue-
Italia sino hasta mayo de 1924, rra Mundial, y cuya difusión des-
amparado en la inmunidad parla- de los años sesenta aún despierta
mentaria al ser electo diputado en mucho interés durante la década
las elecciones de abril; la violencia de los noventa y a inicios del siglo
se desata contra los diputados de XXI. [Rey, 1968: 35, cita 82; Ander-
la oposición en junio, provocando son, 1979: 37, cita 1; Britos, 2007]24
la salida de la fracción comunista
24 «Tras la caída del muro de
del parlamento, al cual no se rein-
Berlín los únicos comunistas histó-
tegran sino hasta fines de noviem-
ricos que han quedado vigentes son
bre. A partir del inicio de 1925, el italiano Antonio Gramsci y el pe-
La Universidad 137
El punto de partida en el pensa- piritual que constituye todo régi-
miento de A. Gramsci es el énfasis men social, para lo cual utiliza el
en la importancia de la voluntad y concepto de «bloque histórico».
la iniciativa humana, y su reacción Este lo entiende como el nexo vi-
contra el positivismo y el econo- tal y necesario entre naturaleza
micismo en la ideología marxista. y espíritu, como «unidad de los
Su inquietud se condensa en la contrarios y distintos». [Gramsci,
cuestión de ¿cómo se sostiene el 1975b: 34]25
dominio de clases en la sociedad? La visión de unidad de
Lo exterior y aparente es el man- dos momentos constitutivos de la
tenimiento coactivo por el poder realidad, a través del concepto de
del Estado de un orden constitui- bloque histórico, sirve para supe-
do; sin embargo, «normalmente el rar el error de concebir a las «ideo-
dominio de la clase dominante se logías» como simples elucubracio-
construye sobre esas fuerzas que nes fantásticas y caprichosas de
podemos llamar ‘espirituales’, es los individuos. Para Gramsci, el
decir, sobre una adhesión de los uso peyorativo de la palabra se ha
gobernados al tipo de sociedad en generalizado al punto de desnatu-
que viven, a la manera de vida de ralizar el análisis teórico del con-
ese orden de vida social…, sobre el cepto de ideología; el concepto de
consenso» [Rey, 1969: 36]. bloque histórico visualiza las fuer-
Gramsci que ha sido de- zas materiales como el contenido
nominado «teórico de las su- y las ideologías como la forma,
perestructuras» presta una gran distinción puramente didáctica,
atención a la investigación de las ya que las fuerzas materiales his-
ideologías y a la función de los in-
telectuales en la sociedad; y como 25 Dice Gramsci “El con-
bien se ha sostenido, privilegia el cepto sobre el valor (histórico) de
estudio de la unidad material es- las superestructuras de la filosofía de
la praxis debe ser profundizado vin-
ruano José Carlos Mariategui…» culándolo al concepto soreliano de
E.J.Corbiere. Web del CEME, 2003- “bloque histórico”. Si los hombres
2006, disponible en: http://www.ar- adquieren conciencia de su posición
chivochile.com. «Actualmente asis- social y de sus objetivos en el terreno
timos a un movimiento mundial de de las superestructuras, ello significa
revalorización del pensamiento po- que entre estructura y superestructu-
lítico y filosófico de Gramsci…» J. ra existe un nexo vital y necesario
M. Laso, 2005, disponible en: http: // …” [El materialismo Histórico…., p,
www. nódulo.org/ec/2005 236].
138 La Universidad
tóricamente no son concebibles más notables de Gramsci al es-
sin una forma definida, y las ideo- tudio de las ideologías políticas,
logías serían meras fantasías arbi- lógicamente conectado con lo ex-
trarias sin la fuerza material. [A. presado arriba sobre el concepto
Gramsci, 1975a: 58] de bloque histórico, es la noción
Su interés en la ideología de «hegemonía». Aunque el tér-
es como el de un poder espiritual mino proviene del movimiento
que le da solidez a las creencias socialista ruso, este autor lo trans-
populares, no como apariencia o forma en una noción completa-
medio de enmascaramiento de la mente renovada, precisamente
realidad. Las ideologías (religión, para argumentar que el socialismo
sentido común, ideas, creencias, no era un simple acontecimiento
folklore, etc.) representan normas político, menos económico, sino
de vida en el terreno práctico, que fundamentalmente una profunda
difieren en relación al grado de «reforma moral e intelectual», un
racionalidad y elaboración, pero acontecimiento ético y filosófico
todas son organizadoras de la de la mayor envergadura. [Rey,
vida social al cohesionar y orien- 1969: 38-39; Anderson, 1985: 99].
tar la conducta de los hombres de En los autores rusos se refería a
distintas maneras. De ahí que la la dirección de la clase obrera en
eficacia política de las creaciones una revolución socialista en la
culturales y espirituales se com- atrasada Rusia; Gramsci formula
prueba en la medida que suscitan la noción para describir y expli-
lealtades y sirven de vehículos de car la diferencia notable entre los
socialización de las masas, para sistemas políticos de dominación
organizar efectivamente la con- europeo y el dominio despótico de
ducta humana. tipo oriental del Zarismo en Ru-
Así se identifican teoría sia, lo cual era clave para entender
y praxis, cuando en los momen- el fracaso de la revolución socialis-
tos de rápidos movimientos de ta en occidente.
transformación (transiciones), los Son muy conocidas las no-
programas teóricos que necesitan tas de Gramsci sobre el particular:
justificación realista, muestran ser
de fácil asimilación por los movi- En oriente (Rusia) el Estado
mientos prácticos, los que de esa era todo, la Sociedad Civil era
forma se vuelven más prácticos y primitiva y gelatinosa, en occi-
reales. [Rey, 1969: 37 - 38] dente, entre Estado y Sociedad
Una de las contribuciones Civil existía una justa relación
La Universidad 139
y bajo el temblor del Estado se ideológicas y políticas que deben
evidenciaba una robusta es- preceder a la conquista del po-
tructura de la Sociedad Civil. der es, precisamente, función de
El Estado solo era una trinche- la hegemonía. En consecuencia,
ra avanzada, detrás de la cual son dos momentos: el de la domi-
existía una cadena de forta- nación y el de la dirección o lide-
lezas y casamatas. [Gramsci, razgo. El primero corresponde al
1975b: 95 - 96]26 Estado en sentido estricto, y el
segundo a la Sociedad Civil, que
De aquí que la lucha política por es de alguna manera identificada
el poder en occidente no se redu- con la hegemonía.
ciría a un «asalto contra el Esta- La distinción en dos mo-
do», si no se conquistaba primero mentos, al igual que el de bloque
la hegemonía, o sea, la dirección histórico, es didáctica, pues en la
intelectual y moral de la sociedad. realidad se dan en unidad; de ahí
Para Gramsci la política, en una que a la noción general de «Esta-
noción amplia, era el «complejo do» de Gramsci se incorporan ele-
de actividades prácticas y teóricas mentos de la sociedad civil27 resu-
con las cuales la clase dirigente no midos en la ecuación: estado = socie-
solo justifica y mantiene su domi- dad política + sociedad civil = hegemonía
nio sino también logra obtener el revestida de coerción [Gramsci, 1975:
consenso activo de los goberna- 165].
dos…» [Gramsci, 1975b: 107 - 108]; Los autores son unánimes
todo ese cúmulo de actividades
27 «El espacio abierto de la
26 “En el periodo romántico sociedad civil es el lugar donde la so-
de la lucha todo el interés va dirigi- ciedad discute sobre su futuro, su for-
do hacia las armas más inmediatas, el ma de organización y la búsqueda de
problema de táctica, la política. Pero los caminos más adecuados para con-
desde el momento en que un grupo cretar sus objetivos. En los tiempos
subalterno se torna realmente autó- de la Grecia antigua esos procesos de
nomo y hegemónico, cuando crea un formación de opiniones se desenvol-
nuevo tipo de Estado, nace concre- vía… en las plazas públicas, mucho
tamente la exigencia de construir un después los cafés jugaron (su) pa-
nuevo orden intelectual y moral, esto pel… En el siglo XX estas funciones
es, un nuevo tipo de sociedad. De ahí se desarrollan en las escuelas e igle-
surge la exigencia de elaborar… las sias, en los sindicatos e instituciones
armas ideológicas más refinadas y de- culturales…» [http:// latinoamerika-
cisivas…” [Gramsci, 1975: 85 y 86]. estudios. at/Cont.]
140 La Universidad
respecto a que estamos frente a adquieren una forma universal y
algo nuevo que incorpora un en- ética que afiance la adhesión de las
foque de flexibilidad en el examen clases subordinadas.28
del uso de las ideologías, para pa- Ya se dijo que Gramsci le
sar del momento de la coerción al atribuye un papel fundamental a
uso del consenso en las relaciones los intelectuales en la función de
de dominación político-cultural generación del consenso, a través
en la vida social. Este sistema he- de una variada red de organizacio-
gemónico es muy complejo y ra- nes de carácter cultural, literaria,
mificado en la sociedad: escuelas, social, etc., por lo cual se convier-
iglesias, partidos, asociaciones, ten en «funcionarios de la hege-
clubs, etc., que a través de grupos monía»; y que por su mediación
de intelectuales inculcan valores, se refuerzan las bases éticas de la
tradiciones, usos, creencias, (ideo- sociedad o de la organizaciones
logías) a los grupos subalternos; sociales. Como tal evento no es
y este sistema de mecanismos de arbitrario o caprichoso, solo sub-
difusión de hegemonía le da ma- sisten las ideologías y creaciones
yor consistencia al orden político culturales que correspondan a ne-
frente a las crisis, que el uso de la cesidades vitales de grupos socia-
fuerza y la coacción. les fundamentales; pero su proce-
Ahora bien, según Grams- so de difusión y penetración entre
ci, la función hegemónica tiene su las clases subalternas depende de
base en la actividad económica varios aspectos. Primero, su for-
que el grupo dirigente ejerce en el ma racional de presentación y la
núcleo rector; pero para obtener el
«consenso espontáneo» de las ma- 28 El filósofo R. Mondolfo
yorías, el grupo debe elevarse por interpreta que el «momento catárti-
encima de sus intereses inmedia- co» de reforma económica puede de-
tos, «superar el momento mera- venir en un proceso dialéctico de in-
mente económico». A este proceso versión de la praxis que corresponde
le llama «catarsis», para indicar a una madurez histórica subjetiva de
el paso del momento meramente la clase trabajadora, y no tenga nece-
económico (o egoísta-pasional) al sidad de «un moderno príncipe» (El
momento ético-político, esto es, la Estado) que le imponga su dictadu-
elaboración superior de la estruc- ra, o, que en condiciones inmaduras
la «energía del moderno príncipe» le
tura en superestructura en la con-
imponga el «socialismo» para «for-
ciencia de los hombres [Gramsci,
zar los tiempos»... [Mondolfo, 1971:
1975: 49), en donde esos intereses 236]
La Universidad 141
amplitud de su razonamiento; su ambos elementos separados dan
importancia puede ser secundaria lugar a la «pasión ciega» y al «sec-
si la ideología y su portador están tarismo» porque se «siente» pero
en crisis. Segundo, la aceptación no «sabe o comprende», y a la «pe-
de una autoridad intelectual (por dantería» y el «intelectualismo»
los nexos comunitarios), lo cual que «sabe» pero no comprende o
presupone la existencia de otro «siente». Al unirse se logra una
tipo de autoridad intelectual, que adhesión orgánica en la cual el
no tiene nexos con el pueblo o con sentimiento-pasión deviene com-
«los simples»; lo que lleva al tercer prensión y, por lo tanto, saber (no
rasgo: la filosofía de los «simples» mecánicamente, sino de manera
tiene un carácter no racional, de viviente), solo entonces la rela-
fe en el grupo social al cual per- ción es de representación y se pro-
tenece, en cuanto piensa las co- duce el intercambio de elementos
sas difusamente como todos en individuales entre gobernantes y
el grupo. La autoridad intelectual gobernados, entre dirigentes y di-
con que lo unen vínculos vitales y rigidos; solo entonces se realiza la
de mucha «empatía», los denomi- vida de conjunto, la única que es
na Gramsci como «intelectuales fuerza social. Se crea el «bloque
orgánicos». [Gramsci, 1975a: 24- histórico». [Gramsci, 1975a: 17, 120
27]29 - 121]30
Esta categoría social es-
taría formada por aquellos inte- 4. Síntesis
lectuales orgánicamente pertene-
cientes a las masas, que han sido
capaces de elaborar y dar coheren- Los tres autores resumidos pro-
cia a problemas planteados por 30 «El error del intelectual
ellos en su actividad práctica, y consiste en creer que se puede saber
que a través de su vinculación se sin comprender y, especialmente , sin
logra la unión del elemento po- sentir ni ser apasionado (no solo del
pular y del elemento intelectual; saber en sí, sino del objeto del saber),
esto es, que el intelectual pueda ser
29 Categoría social que la tal (y no un puro pedante) si se ha-
contrapone al intelectual «tradicio- lla separado del pueblo-nación , o sea
nal», que sería un «viejo tipo inte- sin sentir las pasiones elementales del
lectual…elemento organizativo de pueblo, comprendiéndolas y, por lo
una sociedad predominantemente de tanto, explicándolas y justificándolas
base campesina y artesana…» [Porte- por la situación histórica determina-
lli,1978:101] da». [Gramsci, 1975a]
142 La Universidad
venían de las filas de los partidos importantes del socialismo de la
comunistas de Alemania, Hungría primera posguerra: el «marxismo
e Italia. Los tres fueron connota- ortodoxo» de la socialdemocracia
dos dirigentes políticos y los tres y el «marxismo-leninismo» de tipo
recibieron una condena a sus tesis bolchevique. Al primero le señala
«revisionistas» por parte de la diri- una postura científico-positivista
gencia del partido comunista de la en el plano de la teoría (el automa-
recién fundada Unión Soviética, y tismo del desarrollo contradictorio
a consecuencia de ello, por la diri- del capitalismo lleva al socialismo),
gencia de la Comintern (Interna- y una actitud reformista en el te-
cional Comunista); sin embargo, rreno de la práctica. El marxismo-
sus destinos personales siguieron leninismo planteaba la relación
rutas distintas: Karl Korsch fue teoría-praxis en forma dialéctica
expulsado del Partido Comunista pero enfatizando en el materialis-
Alemán al no hacerse su autocrí- mo y sacrificando el momento de la
tica, sino responder con una an- dialéctica, sin conexiones internas;
ticrítica, y murió olvidado de los Lenin había sostenido la necesi-
círculos políticos e intelectuales a dad de que el movimiento obrero
inicios de los años sesenta en los se apropiara de la teoría revolu-
Estados Unidos, donde dedicó sus cionaria, para superar su práctica
últimos días a la labor de enseñan- economicista-inmediatista y ad-
za universitaria. Georg Lukács, se quiriera conciencia revolucionaria,
hizo su autocrítica y se autoexilió pero esta le venía del exterior y era
en la crítica literaria, abjurando de elaboración de intelectuales. Esta
sus «escritos de juventud»; final- tesis dejó un «hueco» para que, en
mente, Antonio Gramsci, aunque su aplicación práctica posterior,
se salvó de la excomunión directa derivara en una dualidad mecánica,
desde las filas comunistas, fue víc- no dialéctica entre teoría y praxis
tima del Duce italiano, muriendo en el movimiento revolucionario: la
en condiciones infrahumanas en teoría se convirtió en una serie de
1937, en las cárceles del fascismo «leyes codificadas» que orientaban
italiano. una práctica predefinida por una
Karl Korsch centró su aná- teoría petrificada y una práctica
lisis en el punto nodal de relación burocrática y oportunista.
teoría-praxis (conciencia política- El planteamiento de Geor-
práctica-política) en el movimien- gy Lukács también se refiere al
to obrero revolucionario. Parte de problema de la relación conciencia
una crítica a las dos corrientes más de clase-organización, en el proce-

La Universidad 143
so revolucionario. Es conocido que finitiva emancipación.
Lukács le dió vida a las tesis eco- En Antonio Gramsci per-
nómicas y sociológicas del marxis- siste el tema de la relación de lo
mo, a través de una filosofía moral real-ideal o teoría-praxis, dando
y social humanista que presentía fundamental importancia a la ini-
los escritos juveniles de Marx, aún ciativa humana sobre las «deter-
desconocidos en esta época31. Para minaciones economicistas». En
este autor, la categoría marxista de este contexto se pregunta sobre el
«trabajo alienado» en el examen sostenimiento de la dominación
del «fetichismo de la mercancía», de clases, la cual se encuentra en la
«encierra en sí todo el materialis- adhesión de las clases subalternas
mo histórico, todo el autocono- al gobierno de las clases dirigen-
cimiento del proletariado como tes, todo lo cual pasa por el filtro
conocimiento de la sociedad capi- de las ideologías (creencias, reli-
talista». De aquí deriva su teoría de gión, ideas, sentido común, etc.).
la cosificación o reificación de la Estas no son simple apariencia o
conciencia humana, que se expre- enmascaramiento de la realidad,
saría en la contemplación pasiva de sino fuerzas espirituales que co-
un mundo de «cosas», sobre el que hesionan y orientan a los «simples»
no se tiene control alguno (mundo como normas de vida. En este plano
alienado) y que reduce al hombre existe todo un «personal de bús-
trabajador a un ser atado a las rela- queda del consenso», que a través
ciones económicas inmediatas del de diversas organizaciones sociales
capitalismo, sin esperanza futura. (iglesias, escuelas, sindicatos, etc.)
Lukács encuentra que la concien- se encargan de crear un sistema
cia de clase de los trabajadores está hegemónico de dirección «moral e
«cosificada» y solamente el poder intelectual» de la sociedad. De aquí
mediador de una organización de la importancia central que Grams-
clase y la ideología proletaria po- ci le atribuye a la función de los
drán desatar el «nudo gordiano» de intelectuales, los cuales se convier-
su conciencia alienada hacia la de- ten en «intelectuales orgánicos»; es
decir que son capaces de elaborar
31 Los manuscritos econó- y dar coherencia a problemas plan-
micos filosóficos de Marx joven solo teados por la clase en el nivel prác-
se conocieron en los años treinta, por tico, es quienes en definitiva «su-
lo cual Lukács no andaba fuera de
turarían» la grieta abierta por los
línea en su pensamiento acerca de la
«intelectuales tradicionales» entre
deuda intelectual de Marx en relación
a Hegel.
lo ideal y lo material, la conciencia

144 La Universidad
y la práctica. pp. 19-66.
Bibliografía Laclau, Ernesto y otros [2004].
Hegemonía y estrategia socialista.
Anderson, Perry [1985]. Conside- Argentina: Fondo de Cultura
raciones sobre el marxismo occi- Económica.
dental (5° edición español, tra-
ducción N. Miguez). México: Lukács, G. Mi camino hacia Marx.
Siglo XXI.
Lukács, G. “Historia y conciencia
Bordiga, Amadeo [Octubre de de clase”. Texto seleccionado
2003] Carta a Karl Korsch. por K. Lenk, El concepto de Ide-
Internet (traducción por Ba- ología (5ª ed., trad., J.L. Etche-
lance). verry). Buenos Aires, Argenti-
na: Amorrortu Editores.
Britos [Julio de 2007]. A Parte Rei.
revista de filosofía, Internet. Maccio, Marco. Las posiciones teóri-
cas y políticas del último Lukács.
Gramsci, Antonio [1967]. La forma-
ción de los intelectuales (traduc- Macciocchi Ma. Antonieta [1977].
ción: A. González V.). Méxi- Gramsci y la Revolución de Occi-
co: Editorial Grijalbo. dente. s/u: Siglo XXI.

Gramsci, Antonio [1975]. Notas de Mattick, Paul [1973]. Karl Korsch


la cárcel: El Materialismo Históri- (Biografía). Introducción a ¿Qué
co y la Filosofía de B. Croce (tra- es la socialización? Buenos Ai-
ducción: I. Flambanm). Méxi- res, Argentina: E. Subirat.
co: Juan Pablos Editor.
Mondolfo, Rodolfo [1975]. Marx
Korsch, Hedda. “Memorias de y marxismo. Estudios Históri-
Karl Korsch”. Apéndice de co-críticos (2ª reimpresión).
¿Qué es la socialización? México: Fondo de Cultura
Económica.
Korsch, K. Anticrítica.
Piana, Geovani [1970]. “Historia
Korsch, Karl. Marxismo y filosofía. y conciencia de clase”. En la

La Universidad 145
recopilación: El joven Lukács, Concepto de Hegemonía en
AA.VV. Córdoba, Argentina. Gramsci», por Luciano Gruppi.

Portelli, Hugues [1978]. Gramsci http://es www. Wikipedia.org/w/


y el Bloque Histórico (5° edic. index.php? Title=Antonio
Español, traducción: M. Bra- Gramsci.
non). s/u: Siglo XXI Editores.
http://www.herramienta.com.ar/
Rey, Juan Carlos [1969]. Poder Es- modulos.php? Georg Lukacs:
piritual y “Auctoritas” en el pen- Biografia.autor Lukacs1. Ta-
samiento marxista (Cuadernos bla cronológica.
del Instituto de Estudios Polí-
ticos No. 20). Caracas, Vene- El Catoblepas. Revista Crítica del Pre-
czuela: Universidad Central sente. «Antonio Gramsci (1891-
de Venezuela, Facultad de 1937)», por Josema Laso Prie-
Derecho. to, N° 46, Dic. 2005. http://
www.modulo.org/ec/2005/
Sánchez Vásquez, Adolfo [1971]. N°46p06.htm.
Prólogo a Escritos Varios de K.
Korsch (1° edición en español, A parte rei. Revista de Filosofía No. 52.
traducción: E. Beniers). Méxi- «Antonio Gramsci: el tema de
co: Ediciones Era. la ideología en Maquiavelo»,
por: P.Britos. http://serbal.pn-
Watnick, Morris [1968]. “Rela- tic.mec.es/A PARTE REI.
tivismo y conciencia de cla-
se: George Lukács”. Ensayo
Publicado en: El revisionismo.
Ensayo sobre la historia de las ide-
as marxistas (1° ed.), Leopold
Lebedz (coord.). Madrid, Es-
paña: Instituto de Estudios
Políticos.

Sitios de Internet

http://www.gramsci.org.ar./.-«El
146 La Universidad
Capítulo IV a un conjunto de autores alemanes
Los neomarxistas (2): que coinciden en el Instituto de
La Escuela de Frankfurt Investigación Social de la Univer-
sidad de Frankfurt, de los cuales
nos interesan cuatro: Max Hor-
Como lo anticipamos en el an- kheimer, Teodoro Adorno, Her-
terior capítulo referido a los bert Marcuse y Jurgen Habermas,
neomarxistas «políticos» (1); esta los dos primeros como la primera
parte se centra en un resumen de generación y fundadores de esta
los usos de la noción de «ideolo- renovada versión del marxismo, el
gía» de la rama de los teóricos del tercero, por ser un puente inter-
neomarxismo, conocidos como la medio hacia la figura más desco-
Escuela de Frankfurt.32 llante de la segunda generación, y
Aún cuando no exista finalmente, J. Habermas.
como tal una «escuela» de pensa- En esta parte de nuestra
miento que unifique una doctrina indagación no abordamos figuras
coherente sobre usos de ideología o autores sino que procedemos
u otros tópicos, se agrupan con la por temas que de una u otra ma-
denominación de «teoría crítica»33, nera son relevantes para nuestro
32 Escuela de Frankfurt: Gru- propósito; pero que además son
po de intelectuales, principalmente comunes o afines en las princi-
alemanes, adscritos al Instituto de In- pales obras de los autores men-
vestigación, fundado en la Universi- cionados, de acuerdo al nivel de
dad de Frankfurt (1923), cuyo interés comprensión nuestra de un pen-
inicial fue la ideología marxista como samiento tan complejo.
eje de estudios interdisciplinarios con
objetivos de utilidad política-práctica
en los cambios del capitalismo pos-
terior a la tragedia de la «gran gue- 1. Los presupuestos
rra de Europa» (1ª Guerra Mundial);
sin embargo, su punto de partida es Se asume desde una postura críti-
crítico al «marxismo ortodoxo» línea
“COMINTERN”, a la cual se suma la trabajo teórico desde la esfera de la
critica al positivismo y al neo-positi- economía hacia el estudio de la to-
vismo como ideología del capitalis- talidad social…» [Habermas, citado
mo moderno. [Anderson, 1985; 31 y por Mayorga, 1985: 128]; por ello, no
32; Muñoz, 2006; Vera , 2005, 101] debe usarse indistintamente los voca-
33 «El concepto de «teoría crí- blos, «Escuela de Frankfurt y Teoría
tica...comporta un viraje radical del Crítica».
La Universidad 147
ca la teoría marxista, no se aceptan En esta corriente late siem-
las interpretaciones deterministas pre un substrato ético que orienta
y economicistas del marxismo; la teoría hacia el cambio social para
aunque no existe un rechazo ab- una «mejor vida», dado que su pro-
soluto al enfoque económico, este yecto arranca no de la observación
habría sido sobreenfatizado en el pasiva y acrítica del «espectáculo
marxismo clásico, dejando de lado del mundo», sino del comprome-
otros aspectos de la vida social, tido examen del «sufrimiento del
cuyo examen es fundamental en mundo». [Muñoz, 2006]
un período de mutaciones estruc- En ese sentido es que se
turales del capitalismo moderno consensó entre sus miembros la
del siglo XX. Dicha imperfección denominación de su pensamiento
habría que corregirla redireccio- como «crítico»; ello significa que
nando el enfoque hacia el «mundo todo conocimiento debe insertarse
de la cultura» [Ritzer, 2002: 172]; o pertenecer a una totalidad que
que se convertiría en el eje central contenga tendencias conducentes
de investigación: las denominadas a una vida mejor: es el rechazo a
superestructuras. También parten una teoría tradicional que justifica
de la perspectiva optimista34 del lo irracional (lo injusto y opresor),
marxismo sobre el hombre (pro- y la opción por una teoría crítica
veniente de la ilustración), resca- que rechace toda justificación o
tando la habilidad del ser humano legitimación de esa realidad socio-
para recrearse permanentemente histórica.35
en el campo de la cultura; sin em- Finalmente, es importante
bargo, la asunción de tal perspec- su aceptación de un presupuesto
tiva pasa por una crítica radical de epistemológico y metodológico en
las insuficiencias y deformaciones la línea del marxismo: la dialécti-
ideológicas de la racionalidad de la ca. Los autores de la teoría crítica
filosofía iluminista en el contexto revalorizan la influencia tempra-
de la formación socio-económica na de la dialéctica hegeliana sobre
y política del capitalismo. [Massé, Marx joven (los manuscritos eco-
2004: 4] nómicos-filosóficos y la ideología
alemana). Su adopción no es sim-
34 «La sociedad optimista es
aquella en que el hombre está libre 35 «Los autores frankfurtianos
para actuar como un SUJETO antes siempre tuvieron presente el gran
que para ser actuado como un predi- problema de toda teoría: su paso y
cado contingente». [Horkheimer, ci- transformación a ideología» [Muñoz,
tado por Jay, 197,26] www.ucm.es...].
148 La Universidad
ple continuidad o mera aplicación partir de la lógica económica y sus
de ella, sino su revisión a fondo: contradicciones sociales. Conse-
aplican su horizonte crítico hacia cuente con su concepción determi-
una múltiple variedad de temas de nista de las relaciones estructura-
la superestructura, y se hace un superestructura, el materialismo
uso metodológico muy creativo de histórico planteaba que el conoci-
la dialéctica, que implica crítica de miento de la totalidad socio-his-
la sociedad y crítica de la ideología; tórica concreta, y de los procesos
y esta última pone de manifiesto la anejos, a nivel de los dos planos,
riqueza analítica de una novedosa solo se posibilitaba por la raciona-
concepción de este método, el cual lidad del proceso histórico produc-
no se encuentra en la tradición de- tivista del capitalismo; la clave era,
terminista del marxismo positivis- pues, el conocimiento de esa lógica
ta [Mayorga, 1985: 125 - 126]. del capital. El sujeto privilegiado
portador de esa lógica era el prole-
2. Concepto de totalidad tariado; por tanto, el punto de vista
de esta clase coincidía con el cono-
cimiento dialéctico objetivo de la
Aunque muchos comentaristas dinámica de la Historia. [Mayorga,
o críticos de la escuela no le dan 1985: 131].
importancia a este concepto en el Como explicamos en el
pensamiento frankfurtiano, cree- anterior artículo, el marxista hege-
mos que siempre está implícito en liano Lukács interpretó esta idea
sus análisis, por lo cual puede ser en forma radical. La totalidad solo
calificado como un presupuesto podía ser comprendida desde la
teórico-metodológico para el exa- «perspectiva del proletariado», ya
men de las ideologías, y una cate- que este era el sujeto-objeto de la
goría analítica central en su discur- historia; así, la espinosa cuestión
so.36 de la Verdad se resolvería por la ad-
Supuesto básico del mar- hesión al punto de vista de la clase
xismo clásico era que la totalidad que encarna el curso ascendente de
social solo podía ser percibida a la historia. Consecuencia lógica: el
rumbo de la historia era idéntico al
36 «A juicio de E. Bloch, solo devenir histórico de la conciencia
por medio de las teorías dialécticas de clase del proletariado, orientada
toda sociedad es confrontada con la
por las férreas leyes económicas del
idea de totalidad de una ‘sociedad
desarrollo capitalista.
perfecta’, es decir, con una ‘utopía
real’» [Von Beyme, 1975: 57]. La teoría crítica revisa esta

La Universidad 149
fundamental tesis del marxismo gración, sin plantearse la necesi-
clásico y del marxismo lukacsia- dad de su superación. La descom-
no, observando que ya no es posi- posición de la práctica en «prácti-
ble la idea de un sujeto central, el cas» orientadas desde la totalidad
proletariado, que permite, por su introduce a una dimensión norma-
posición productivista en la lógica tiva: «el hombre solo se considera
de la producción capitalista, una libre cuando se orienta y conforma
rearticulación interna de la tota- a algo enteramente distinto» que
lidad social y de su conocimiento supere críticamente, lo existente;
conceptual. [Mayorga, 1985: 131]. es decir, hacer posible un proceso
Por ejemplo, para Theodor de liberación del hombre alienado
Adorno, la multiplicidad y abun- por las circunstancias manipula-
dancia de los fenómenos políticos das [Von Beyme, 1975: 57].
específicos habría que examinarlos Ahora bien, esa dimensión
en conexión con la totalidad social, normativa de «lo diferente» que
porque su interpretación conduci- solo puede reflexionarse a partir
ría a su comprensión, sin reducirla de una totalidad social contra-
a los mismos hechos [Von Beyme, dictoria (dialéctica), y no de una
1975: 56]; incluso contribuiría al práctica aislada (formal) y perma-
pensamiento libre, es decir, a eva- nentemente empírica, no es algo
dirse de las «circunstancias exis- que se encuentre fijado como un a
tentes» que la atan [Von Beyme, priori en el ser social, sino que se-
1975: 57]; o sea que el principio de ría un proceso deliberado y auto-
totalidad tiene más valor heurísti- consciente hacia la liberación de
co que ontológico. 37 las cadenas de dominación de esa
Por otro lado, piensan los práctica fragmentaria, que en la
frankfurtianos que el error de los teoría tradicional (positivista) se
neopositivistas, en su desprecio convierte en ideología del sistema
del examen de la totalidad, es que, dominante. [Von Beyme, 1975: 57]38
al quedarse en la práctica fragmen-
tada y particular, participan de lo
existente, del sistema dado que
justifican y contribuyen a su inte-
38 «Ningún aspecto parcial de
37 En la teoría crítica la idea de la vida social, ningún fenómeno aisla-
totalidad es pensada en el sentido de do puede comprenderse a menos que
una pauta metodológica de análisis y se le relacione con la historia, con la
menos en el sentido de una estructu- estructura social concebida como una
ra ontológica [Mayorga, 1985: 131]. entidad global.» [Ritzer, 2002:178]
150 La Universidad
3. Interrelación conciencia cul- ya no es capaz de distinguir entre
tural-economía de consumo necesidades reales y ficticias. Su
producto es el hombre unidimen-
Ese enfoque de incorporación del sional (Marcuse), víctima de su
concepto de totalidad dialéctica- impotencia y de la dominación y
histórica lleva a otro tipo de cues- represión de sus necesidades rea-
tiones, como la preocupación por les» [Muñoz, 2006].
el estudio de la interrelación de Marcuse va más allá al
los diversos planos o niveles de la proponer el examen de la lógica
realidad social. En lo que nos inte- de la dominación del inconsciente
resa acá, la interacción conciencia social, que se articula a través de
individual-superestructura cultu- una «desublimación represiva»39,
ral y estructura económica, cuya donde realidad y sujeto son redu-
dialéctica supone por un lado in- cidos a simples marionetas de la
dagar su interrelación al interior producción y el consumo, forjan-
de una totalidad histórica, y por do así la sociedad unidimensional.
otro el estudio de raíces históri- Esta es una «sociedad administra-
cas de la sociedad contemporánea da» que difumina la personalidad
y sus tendencias futuras [Ritzer, bidimensional del individuo: su
2002: 179]. capacidad para hacer la lectura
En la interrelación con- crítica y autocrítica de su propia
ciencia cultural-economía sobre- existencia y de su entorno, la so-
sale el estudio de la «dominación ciedad histórica donde vive; con
sobre las personas». Como resul- ello se destruyen los vínculos de
tado de la interacción de estruc- interpretación causal conciencia-
tura social y cultural en la socie-
dad moderna, la conciencia del 39 Desublimación represiva:
individuo se ha «fetichizado: sus Concepto tomado del psicoanálisis
de Freud, para referirse a un com-
necesidades son ficticias y orien-
ponente inconsciente que actúa en la
tadas al sostenimiento del modelo
conducta individual y colectiva: la
económico social, la sociedad de sociedad moderna con la ruptura del
consumo de masas. Su conciencia principio del placer y la creatividad
está alienada porque responde no en el individuo es sustituido por la
a las necesidades reales, prove- sociedad tecnológica, que ha someti-
nientes de la naturaleza misma del do a la sociedad y al individuo a una
hombre, sino a las producidas por continua fetichización y alienación
la sociedad de consumo; y dada de la conciencia colectiva e indivi-
la fetichización de su conciencia dual.. [Muñoz, 2006].
La Universidad 151
cultura - estructura material, y se delos fisicalistas y matemáticos
«institucionaliza» un comporta- (falsa sensación de eficacia y obje-
miento colectivo de «conciencia tividad), una teoría científica que
infeliz generalizada», culminación imaginariamente hace manejable
de lo irracional de la sociedad de el conocimiento en forma clara e
consumo de masas que se presen- inteligible; en conjunto, una lógi-
ta como una era de «comodidad ca formal de la investigación que
del bienestar y de la felicidad or- deriva en el dualismo pensar-ser
ganizada» [Muñoz]. naturalista y en el enfoque racio-
nalista ideal de las ciencias de la
4. La relación teoría- práctica naturaleza (nomológicas), cons-
truidas con leyes de regularidad
empírica.[Muñoz y Massé]
Uno de los principales temas de la Conforme al principio
teoría crítica-dialéctica se centra enunciado arriba, la ideología
en debatir en forma permanente crítica-dialéctica opone una lógi-
sobre la relación teoría-practica. ca que siempre va a corresponder
Según este enfoque fijar una línea a ideologías determinadas o de-
de demarcación es falso y arbitra- terminables que hay que asumir
rio, porque supone desconocer el conscientemente, de las cuales
aspecto práctico de la teoría o el ningún pensamiento y acción se
momento teórico de la práctica; la pueden sustraer. De tal mane-
evidencia cotidiana señala que eso ra que, haciendo un esfuerzo de
es una adulteración torpe de la rea- «complementariedad y antagonis-
lidad, cuyo objetivo es referirnos al mo», se pueden identificar nove-
sistema de pensamiento dominan- dosos rasgos en la relación teoría-
te [Von Beyme, 1975: 57-58]. práctica: la teoría (crítica y dialéc-
De allí que la teoría críti- tica) es un momento de una praxis
ca insista en la necesidad de un orientada hacia formas sociales
replanteamiento teórico que pasa nuevas; «su oficio es la lucha, de la
por la crítica de la teoría tradicio- cual es parte su pensamiento, no el
nal (neopositivista) y sus supues- pensar como algo independiente
tos de partida: una realidad plana que debiera ser separado de ella»
y estática, ciencia «neutra» pero [Horkheirmer, citado por Massé,
sujeta a lo establecido (falsamen- 2004]; no obstante, incorporar
te no comprometida), enunciados elementos de la investigación con-
formales que derivan mecánica- vencional, lo hace en forma crítica
mente unos de otros, uso de mo- y no como supuestos a priori, po-

152 La Universidad
niendo en claro su función social y ducida por fuerzas que escapan
sus relaciones (no evidentes) con del control humano; de allí que
la satisfacción o no de las «nece- toda investigación debería estar
sidades de la comunidad»; es de- estrechamente vinculada al proce-
cir, su participación o indiferencia so histórico-social de su tiempo.
del proceso de vida de la totalidad En la sociedad actual, la teoría es
socio-histórica en constante reno- función de elites intelectuales a
vación y hasta la misma posición las que se otorga ese privilegio —o
social del investigador, de los cua- ellas mismas se lo han tomado—;
les la «ciencia» no suele ocuparse. mientras la práctica corresponde-
[Horkheimer citado por Massé, ría a otros que no tienen el dere-
2004] cho a la producción intelectual.
Desde su enfoque, la prue- La función de producción teórico-
ba definitiva de las teorías es el social de la teoría tradicional en su
grado en que son aceptadas y utili- mayoría es irrelevante, puesto que
zadas en la práctica, cuyo proceso no «refleja» lo que ocurre en la rea-
es calificado como autentificación lidad; y la práctica se ha degrada-
[Habermas]; este se origina por la do y esquematizado en un sentido
toma de conciencia en el curso de estrecho como práctica política
una praxis crítica de quienes han o militancia partidaria.41 [Ritzer,
experimentado «una conciencia 2002: 179]
distorsionada», adhiriéndose a la Lo que se pretendería es
teoría crítica para superar el siste- la unificación dialéctica (contra-
ma de pensamiento dominante.40 dictoria, o unidad de lo distinto)
De esa manera, la praxis restaurando su relación histórica.
sería «un tipo de acción que se crea De esa manera, la teoría debe dar
a sí misma» distinta de la conduc- forma a la práctica y la práctica,
ta motivada externamente, pro- contenido a la teoría, en un pro-
ceso de enriquecimiento mutuo.
40 Lo cual pasa por rechazar Sin embargo, todo ese proceso es
la disyuntiva: sistematización metafí-
sica (hegeliana) o empirismo dualista 41 Las experiencias de G.
(positivismo), por una ciencia social Lukács y K. Korsch con los PC de la
dialéctica que evitaría una teoría de Internacional comunista, que los lle-
la identidad o un enfoque dualístico, vó a su autocrítica, al primero y una
y sin embargo, preservaría el dere- anticrítica y su expulsión, al segundo,
cho del observador a ir más allá de los fue alarmante y se tuvo en considera-
datos de su experiencia. Esto da a la ción al reflexionar sobre esta temática
teoría crítica su eficacia. [Jay, 1974] (ver el capítulo III de este trabajo).
La Universidad 153
dinamizado por un interés interno tados y consecuencias ideológi-
que es de compromiso: la supre- cas políticas de esos procesos de
sión de la injusticia social; por eso producción de conocimiento; si el
es que la verdad de la teoría no es positivismo se autoestima como
puramente afirmativa, sino críti- «encarnación del método experi-
ca, así como la acción adecuada no mental» a imagen del modelo físi-
debe ser «productiva o instrumen- co-matemático, lo que hace es en-
tal»; como lo afirmó Horkheimer: fatizar en el carácter instrumental
de la razón técnica: se identifica
Una ciencia que en una in-
con lo «objetivo y medible» que da
dependencia imaginaria, ve
«estabilidad» al conocimiento de
la formación de la praxis, a la
lo social-histórico, lo cual supone
cual sirve y es inherente, como
detrás un proyecto de «orden uni-
algo que está más allá de ella,
versal estable».
y que se satisface con la sepa- Las consecuencias socio-
ración del pensar y el actuar, políticas claras de esa «racionali-
ya ha renunciado a la huma- dad instrumental-técnica» es que
nidad. [Massé, 2004; Ritzer, el conocimiento y su aplicación
2002:180] terminan siendo instrumento de
la dominación colectiva. Como
afirma un intérprete de la Escuela
de Frankfurt:
5. Razón crítica dialéctica y ra-
zón instrumental
Destrucción de la naturaleza
bajo los principios de la ganan-
Lo anterior conduce a un enjuicia- cia y explotación del ser huma-
miento de las corrientes neoposi- no revestida de la retórica de la
tivistas; pero no solo de ellas, sino eficacia y la utilidad, son pro-
también de las corrientes marxis- ducto del instrumentalismo
tas que junto a aquella formarían convertido en proceso cien-
parte del proceso de racionaliza- tífico y tecnológico. [Muñoz,
ción instrumental de la sociedad 2009]
moderna. El positivismo y el neo-
positivismo pretenden situar la
polémica en el campo del proceso En la otra acera las corrientes mar-
lógico de la investigación racio- xistas (positivistas y hegelianas),
nal, mientras que la teoría crítica seguirían un proceso paralelo en
la sitúa en el campo de los resul- el «socialismo real». El marxismo

154 La Universidad
(materialismo histórico) no logró peranzas escatológicas y el espíri-
superar los vínculos que lo ataban tu triunfalista» de creer que se tie-
a la matriz de la dialéctica hegelia- ne la historia a favor; para ello se le
na y del cientifismo iluminista. reubica como una ideología some-
Por un lado, la dialéctica tida a las contingencias y rupturas
del devenir histórico perpetúa as- del devenir histórico, lo cual pasa
pectos centrales de la concepción por negar su carácter dogmático
del desarrollo del espíritu absolu- de verdad indiscutible, y se cons-
to en Hegel, y por el otro, «respon- tata su conversión en ideología de
de a una racionalidad instrumen- enmascaramiento y legitimación
tal y tecnológica que concibe el de relaciones de dominación en
proceso revolucionario como pro- los países del «socialismo real»,
ducto… inevitable de las leyes ob- por tanto, su instrumentalización
jetivas de la sociedad capitalista racional y técnica.
y como construcción técnico-ad- De esa manera se aplica a
ministrativa de la nueva sociedad» la teoría marxista los principios
[Mayorga, 1985:130]. La utopía críticos que ella aplica a otras
del «comunismo científico» que «ideologías de dominación», que-
anticipa un «reino de la armonía dando al desnudo su historicidad
social» sin contradicciones de cla- como teoría y su falsa base de
se, sin relaciones de dominación y «verdad no discutible» [Mayorga,
sin trabas en la propiedad privada, 1985:130].
abría el tránsito hacia una gestión En suma, las notas que
política neutra de «administra- caracterizarían a la teoría de la
ción de las cosas».42 razón crítica dialéctica serían, pri-
La teoría crítica emprende mero: su historicidad; es decir, un
en este campo una reconstrucción intento por aclarar las raíces de
del marxismo liquidando «las es- la existencia humana a partir del
ideal de la humanización del hom-
42 Marcuse retoma la utopía bre a través de un «progreso» que
como revalorización de logros his- pueda ser constatado y valorado
tóricos del proyecto ilustrado, libe- en la historia de los «dominados y
rando ciencia y técnica del dominio humillados». Segundo: su dialécti-
irracional del neo-capitalismo, y po- ca, puesto que la teoría avanza por
niéndoles al servicio de nuevas fuer- contradicciones captables desde
zas humanas y sociales que hagan el punto de vista racional inma-
renacer el principio de placer freudia- nente, que superen la «fetichi-
no, para restablecer el sentido de la zación» de la dialéctica como un
historia. [Muñoz, ídem].
La Universidad 155
método objetivista, que operaría
fuera del control humano. Terce- 6. Ideología e ideologías
ro: el carácter racional, como pro-
ceso de análisis causal, pero desde
la comprensión de las contradic- A partir de la crítica a las bases
ciones. Busca primordialmente las teóricas del marxismo clásico ex-
causas de la dominación, por ello puestos en su economía política,
se distingue, como en Weber, ra- la dialéctica objetiva y determinis-
cionalidad de racionalización. La ta, conforme a la cual la racionali-
primera siempre es crítica, la se- dad (lógica) económica definen el
gunda presupone el uso del esque- rumbo entero de la sociedad, que-
ma medio-fin para consolidar lo da expuesta claramente el interés
existente que degenera en razón investigativo de la teoría crítica:
instrumental.43 Y cuarto: negati- los procesos de transformación y
va, porque frente a los positivis- funciones de lo que se denominó
mos de lo que empíricamente es, las «superestructuras» [Mayorga,
la negatividad dialéctica, implica 1985:129].
comparar con un deber ser que se- Ya la clave de la integra-
ría el gran «motor de la historia»; ción y el control del sistema no era
explorar caminos nuevos para la racionalidad económica, sino
construir un proyecto global que la política, la cultura, los valores
«no baja del cielo a la tierra», sino y prejuicios de la vida cotidiana,
que ensaya subir de la tierra a una las instituciones culturales que
fase histórica «sin dominación in- aseguran su cohesión ideológica.
consciente e irracional» [Muñoz, De esta manera, el giro intelectual
2009]. que se experimenta es de cien-
to ochenta grados, centrando la
43 La cultura de masas y la so-
atención en el examen y la función
ciedad capitalista de consumo, repre-
sentan el reavivamiento de la razón de las ideologías, y los manejos
instrumental que convierte a suje- institucionales de reacción y con-
tos en objetos y a estos como fines trol de contradicciones y conflic-
de vida humana, altera el esquema tos sociales, todos de gran sutileza
medio-fin, haciendo que medios apa- y eficacia [Mayorga, 1985].
rezcan como fines y viceversa. Así, Habermas incursiona, a
amistad, conocimiento y realización este respecto, en los problemas
se trocan en medios para el consumo de crisis de legitimidad del capi-
de productos en serie y homogeniza- talismo; las «legitimaciones» del
dos, donde el individuo encontraría sistema son ideas generadas por
su ser. [Muñoz, ídem]
156 La Universidad
el mismo sistema político en co- ria— crearon las «condiciones de
nexión con el orden socio-cultural invernadero» para la expresión-
y sus agencias para apoyar su pro- difusión de la concepción del Es-
pia subsistencia44. Por ejemplo, tado totalitario entre las elites in-
el nazi-facismo fue un fenómeno telectuales y políticas en Europa y
ideológico-político en los que el más allá. Marcuse analiza la ideo-
poder y la conciencia funcionan logía liberal en función de un con-
en la misma tonalidad o sintonía: texto político-cultural específico,
el sistema de prejuicios articula en donde se «transfigura» para le-
unos tipos de caracteres que son el gitimar el proceso de totalitariza-
sustrato profundo del autoritaris- ción nazi-fascista del Estado ale-
mo del actor familiar y de los mo- mán prusiano, el Estado imperial
vimientos de masas y grupos para- y el Estado pos Weimar. En su
militares del movimiento [Ritzer, estudio señala afinidades entre las
2002:178; Muñoz; Mayorga, 1985]. ideas liberales, ideas existencialis-
Marcuse estudia, en esta tas (de Jasper y Heidegger) e ideas
línea y con ese método, un proceso de la teoría del Estado fascista de
particular de lo que él llama «re- Carl Schmitt y otros autores de
funcionalización ideológica». Es tendencia conservadora. [Mayor-
el tema de la ideología del libera- ga, 1985:127; Marcuse, 1971]
lismo alemán, cuyo abandono de Horkheimer, en su inves-
principios liberales fundamenta- tigación sobre el Estado autori-
les —reorientados por una matriz tario, la cual asume como ideo-
histórica conservador-reacciona- logía de acuerdo a la concepción
crítico-dialéctica de racionalidad
44 Los estudios de crisis de le- política, hace un paralelo del de-
gitimidad del capitalismo en la tradi- sarrollo histórico de las socieda-
ción marxiana se centraban en el exa- des del capitalismo monopólico,
men del perfil de la acumulación y la cuya tendencia dominante es ha-
reproducción del capital o a lo sumo cia el capitalismo de Estado y las
en análisis de la dinámica de las cla- «sociedades estatistas», cuyo nú-
ses; la teoría crítica amplía y redimen- cleo impulsor es la concentración
siona su enfoque a lo simbólico en la monopólica del poder político,
reproducción social, encauzando el que cristaliza en el sistema sovié-
estudio de crisis de aparatos políticos tico. Con el desarrollo político del
hacia las mediaciones tensionales del
estatismo en sus variantes nazi-
campo de fuerza motivacional-cultu-
fascista, en Alemania e Italia, y
ral [Habermas, citado por Mayorga,
ídem.]
estalinista en la Unión Soviética,

La Universidad 157
ambos procesos, ligados por una persuasión y manipulación que se
dialéctica histórico-social, expe- expresa por esos mecanismos de
rimentarían tendencias coactivas transmisión ideológica, en la socie-
de racionalidad tecnológica, a lo dad industrial de masas moderna.
largo y ancho de sus sistemas, que Con la desaparición del nazismo
hacen opacas sus diferencias orga- no languidecen los procesos de
nizativas en el campo económico. «autoritarismo latente»; la cultu-
De allí que la forma más firme y ra de masas y la sociedad de con-
perseverante de un Estado auto- sumo serían expresiones del rea-
ritario socialista («liberado de su vivamiento y supervivencia de la
dependencia del capital privado») ideología de la razón instrumental,
lo constituya el socialismo de Es- con sus principios de dominación
tado, por esa brutal concentración social en los que se populariza una
total del poder en la maquinaria visión del mundo teñida por una
del Estado a costa de la sociedad intensa capa de irracionalismo y
civil, provocada por el dominio de primitivismo.46
la racionalidad tecnológica y bu- En esa nueva formación
rocrática [Horkheimer, citado por (sociedad de masas) deberían se-
Mayorga, 1985:128].45 guir considerándose secuelas de
En Estudios sobre el prejuicio, la ideología del nazismo, los pro-
la investigación sobre «personali- cesos de irracionalidad que repre-
dad autoritaria» y el libro Dialéctica sentan actualmente muchas caras;
del iluminismo, Adorno y Horkhei- algunas de sus consecuencias más
mer consolidan su interés por la evidentes radican en su compe-
ideología. Su existencia y funcio- tencia en enervar la conciencia
nalidad la sitúan en las estructuras crítica, en abolir la capacidad
de la industria cultural y la cultura creativa y desarraigar en las masas
de masas, como un contínuun entre la aspiración solidaria de una so-
la ideología totalitaria del nacio- ciedad mejor. La teoría crítica se
nal-socialismo, y la capacidad de ha comprometido en sus estudios
iniciales y posteriores, en el estu-
45 «El análisis de Horkheimer dio de los orígenes de la sociedad
establece una estrecha correlación
entre la degeneración burocrática del 46 «El nazismo no debe ser
experimento soviético y elementos considerado como excepción históri-
teóricos del marxismo que contribu- ca. Al contrario es solo un momento
yeron o hicieron posible la ideolo- histórico de la irracionalidad deve-
gía de la teoría marxista» [Mayorga, nida en política de poder» [Muñoz,
1985]. ídem.].
158 La Universidad
de masas y su matriz autoritaria «cultura de masas» que adultera y
nazi-fascista; pero también en el corrompe los procesos educativos
funcionamiento de las bases ma- y culturales, a través de la mani-
teriales de su ideología evasiva y pulación y persuasión de la cor-
justificadora. A este respecto cen- teza del nivel psico-social de las
tran su interés en los mensajes co- masas. [Muñoz, ídem].
municativos artificialmente cons- Ahora bien, para la teoría
truidos por medios y sistemas de crítica, su objetivo esencial es des-
comunicación de masas. cifrar las ideologías o los conteni-
Esta se expresaría en la dos ideológicos a partir de las rela-
construcción de una «cultura» o ciones de dominación; o sea, des-
pseudocultura, que sería la pun- cubrir la lógica de la dominación
ta de lanza fundamental de di- como ideología y reproductora de
solución de la conciencia crítica ideologías; pero ella no es única ni
colectiva, y paralelamente el uso exclusivamente «externa» o a base
del mito en la consolidación de un del componente político-estatal-
«orden mitológico» de compren- jurídico. La violencia institucional
sión de la realidad [Adorno].47 Lo y la explotación económica, vistas
que llaman los autores críticos «la como lo exclusivo o lo principal
política mitologizada y mitologi- en el análisis tradicional, en el en-
zante», reencarna y fluye a través foque crítico cambia la perspecti-
de los «canales» de la sociedad de va hacia la dimensión interna de
masas, en donde la ideología se esa dominación; aquí el método
metamorfosea en industria de la del psicoanálisis (Freud) va a ser
conciencia y, penetrando en el ni- asumido junto a Marx, ligando el
vel de psicología social de masas, inconciente en la historia. [Rojas,
construye un mercado de ocio y 1999:18].
consumo. Esta industria ideoló- Freud, con su método, es
gica crea filtros que suprimen los el descubridor de los mecanismos
elementos críticos al sistema exis- como el de la introyección y la
tente y los procesos tecnológicos, internalización, por medio de los
aplicados a esa industria, crean la cuales se sostendría y reproduci-
ría la dominación fundamentada
47 «A partir de su análisis…,
en las necesidades afectivas de
Adorno y Horkheimer observan ya
en el propio mito un grado de aliena-
los individuos. Habermas en su
ción y pérdida de la distancia crítica tesis de la intersubjetividad co-
respecto del poder del espíritu» [So- municativa y su rol ideológico-
lares]. crítico, asume los descubrimien-

La Universidad 159
tos de Freud; el psicoanálisis sería formas conexionadas de domina-
una forma de interpretación de lo ción externa-interna que reprimen
que Habermas llama «contextos e impiden la comunicación libre y
comunicativos distorsionados» abierta o la intersubjetividad libre
como consecuencia de mecanis- de la coacción. Así, en el enfoque
mos represivos institucionaliza- de Habermas, la teoría crítica de-
dos. [Mayorga, 1985:140] viene en una estrategia de análi-
Efectivamente, Habermas sis y destrucción de las barreras
rechaza la centralidad del con- que perturban la comunicación, o
cepto de trabajo del marxismo los sistemas de comunicación en
(o acción racional intencional) los cuales las ideas se exponen y
dándole prioridad al concepto defienden abiertamente frente a
de interacción social (o acción las críticas, y en el curso del cual
comunicativa)48; su punto de re- la argumentación desarrolla un
ferencia es el de la comunicación acuerdo carente de constriccio-
no distorsionada o exenta de nes. [Mayorga, 1985:140; Ritzer,
compulsión, para estudiar las es- 2002:183-184]
tructuras sociales que la distor-
sionan, lo cual lo lleva a introducir 6. Síntesis
el concepto weberiano de «racio-
nalización». Para Habermas, el
mecanismo psicológico de la ra- Es evidente el nivel de compleji-
cionalización, por el cual las ideas dad de las categorías que la teoría
se instrumentan para enmascarar crítica aplica a las bases de «teo-
motivos reales de una acción, en- rías tradicionales» que han pasado
trañan a nivel de acción colectiva de ciencia a ideologías dominan-
una manifestación de ideología; al tes. Para ello operan una rearticu-
establecer interacciones y ajustes lación de conceptos del marxismo
entre los planos social e individual clásico, como el de totalidad que
de la conciencia se reconocen (en de un uso ontológico es operati-
mecanismos de ideologización) vizado con una utilidad metodo-
lógica.
48 «Las acciones de los agen- Su examen del modelo es-
tes implicados en ella se coordinan tructura-superestructura los lleva
no mediante cálculos egocéntricos a desmitificar la relación causal
del éxito, sino mediante actos para determinista de la economía y las
lograr la comprensión (comunicati- clases y centrarse en una búsque-
va)…». [Habermas, citado por Ritzer, da de raíces de la dominación po-
2002:82]
160 La Universidad
lítica ideológica en el plano de la da a las contingencias y rupturas
cultura, y su direccionamiento a la del devenir histórico, poniendo
manipulación del inconsciente en en claro sus raíces dogmáticas y
la perspectiva de la desublimación su papel de enmascaramiento de
represiva cuyo resultado es «la so- relaciones de dominación en los
ciedad unidimensional». países del «socialismo real».
Según la teoría crítica dia- En suma, sus indagacio-
léctica no se puede —como en el nes sobre crisis de legitimidad del
positivismo— demarcar una línea capitalismo, refuncionalización
entre teoría-praxis, sin con ello ideológica del liberalismo alemán,
desconocer el aspecto práctico de sobre el Estado autoritario y las
la teoría o el momento teórico de ideologías de los movimientos
la práctica. El positivismo parte nazi-fascistas y su continuidad
de supuestos falsamente construi- en las formaciones sociales del
dos: realidad plana y estática, neu- neocapitalismo (sociedad de con-
tralidad, cientifismo, conocimien- sumo) representan un conjunto
to claro e indiscutible en ciencias de preocupaciones políticas cuyo
sociales, y en conjunto, una lógica objetivo es descifrar las ideologías
formal de la investigación que des- o los contenidos ideológicos, a
emboca en el dualismo ser-pensar partir de las relaciones de domi-
naturalista y en el enfoque racio- nación política-cultural, haciendo
nal-instrumental de las ciencias acopio de una serie de conceptos
de la naturaleza. de Freud, Max Weber entre otros,
La teoría crítica lleva a quienes han revitalizado el enfo-
cabo la prueba de las teorías, en que neomarxista.
la medida en que son aceptadas y
usadas en la práctica, en un proce-
so de autentificación de ellas, que
supere la conciencia distorsiona-
da del pensamiento positivista
dominante.
Los frankfurtianos llevan
adelante una reconstrucción del
marxismo criticando sus «espe-
ranzas escatológicas» y el espíritu
triunfalista de pensar que se tiene
la historia a favor; se le pone en el
lugar de toda ideología someti-
La Universidad 161
Bibliografía crítico y selección de textos. 5ª
ed. en español, traducción: J.J.
Etcheverry). Buenos Aires, Ar-
gentina: Amorrortu.
Adorno, Theodor [1974]. ¿Marx
Superado? (traducción: Hugo
Acevedo). Buenos Aires: Edito- Horkheimer, Max [1971]. «¿Un
rial Distribución Baires S. R. L. Nuevo Concepto de Ideolo-
gía?». En: El concepto de ideolo-
gía, K. Lenk (Comentario crí-
Adorno, Theodor [1971]. «La con- tico y selección de textos. 5ª
ciencia de la sociología del co- ed. en español, traducción: J.J.
nocimiento». En: El concepto de Etcheverry). Buenos Aires, Ar-
ideología, K. Lenk (Comentario gentina: Amorrortu.
crítico y selección de textos. 5ª
ed. en español, traducción: J.J.
Etcheverry). Buenos Aires, Ar- Mayorga, René Antonio [1985].
gentina: Amorrortu. «Ideología y crítica de la ideo-
logía: Reflexiones en torno a
una alternativa teórica». En:
Anderson, Perry [1985]. Considera- America Latina: Ideología y cultura
ciones sobre el Marxismo Occidental (dirección de Francisco Rojas)
(5ª Edición española). España: Costa Rica: Ediciones Flacso.
Siglo XXI.

Massé, Carlos [2004]. Adorno. Teo-


Boladeras, Margarita [2001]. La ría crítica y dialéctica negativa.
opinión pública en Habermas. Re-
vista de Análisis 26.
Muñoz, Blanca [2006]. «Escuela
de Frankfurt: Primera Gene-
Harto de Vera, Fernando [2005]. ración». En: Diccionario Crítico
Ciencia política y teoría política de Ciencias Sociales (direción de
contemporáneas: Una reflexión pro- Román Reyes). Madrid: Uni-
blemática. Madrid, España: Edi- versidad Carlos III de Madrid.
torial Trotta.

Muñoz, Blanca [2009]. «Escuela


Horkheimer, Max [1971]. «Ideolo- de Frankfurt: Segunda Genera-
gía y acción». En: El concepto de ción» Universidad Carlos III de
ideología, K. Lenk (Comentario Madrid. En: Diccionario Crítico

162 La Universidad
de Ciencias Sociales (dirección de cana de Ciencias Políticas y Socia-
Román Reyes). Madrid: Uni- les. N° 182-83. México.
versidad Carlos III de Madrid.
Von Beyme, Klaus [1975]. «Teoría
Nun, José [1982]. «El Otro Reduc- crítico-dialéctica en ciencias
cionismo». En: América Latina: políticas». En: Marxismo y demo-
Ideología y cultura. Costa Rica: cracia, Enciclopedia de conceptos
Ediciones Flacso. básicos (traducción: Sanz, G.).
España: Edición Río Duero.
Marcuse, Herbert [1970]. Cultura y
sociedad (traducción: E. Bulygin
y E. Garzón). Buenos Aires, Ar- Direcciones electrónicas
gentina: Ediciones Sur.
http://www.boulesis.com
Marcuse, Herbert [1971]. «Del
Pensamiento negativo al posi-
tivo: La racionalidad técnica y http://www. es. Wikipedia.org/
la lógica de la dominación». En: Wiki/Escuela_de_Frankfurt
La nueva imagen del hombre. (Mo-
rin, E. (comp.), traducción Ma. http://www. es. Wi-
Teresa La Valle y otros). Ar- kipedia.org/Wiki/
gentina: Alonso Editor. Teor%C3Ada_%C3%Adtica

Ritzer, George [2002]. Teoría so- http://members. Fortunecity. es./


ciológica moderna (1ª ed., traduc- robertexto/archivo13/stop_y_
ción: Ma. Teresa Casado R.). conoc.htm
México: Mc Graw-Hill.
http://www. es. Wikipedia.org/
Rojas Crotte, Ignacio R. [1999]. Wiki/ Herbert_Marcuse
«Theodor Adorno y la escue-
la de Frankfurt». Convergencia, http://www. es. Wikipedia.org/
Número 19. Wiki/ Max_Horkheimer

Solares, Blanca [2001]. «Mito e http://WWW.socialismo-obar-


ilustración en el pensamiento barie.org/formacion/formaci-
de Frankfurt». En: Revista Mexi-
La Universidad 163
on_cuad_2_00_ presentación http://www.monografias.com/
htm. trabajos14/jurgenhabermas/
jurgenhabermas.shtml
http://www.geocities.com/to-
maustin_cl/soc/Habermas/ha- http://www.infoamerica.org/teo-
ber3.htm ria/habermas1.htm

http://filosofia.idoneos.com/in- http://es.wikipedia.org/wiki/
dex.php/Escuela_de_Fran- J%C3%BCrgen_Habermas
cfort/Teor%C3% ADa_
cr%C3%Adtica.

164 La Universidad
Capítulo V Es claro que nuestra pre-
Noción de ideología en el pensa- tensión es la de hacer un esbozo
miento de José Carlos Mariátegui de ideas en su creativa aplicación
del método marxista a una realidad
muy distante y distinta del contex-
to en que surgió este pensamiento,
Introducción el cual, en su periodo, se enrique-
ció mediante una praxis revolucio-
En este capítulo final presentamos naria en Europa; pero también se
una síntesis del tema en el pensa- cristalizaba en un proceso acelera-
miento de José Carlos Mariáte- do de dogmatización en el naciente
gui49, una figura muy especial en la «socialismo realmente existente».
historia de las ideas en la América Es interesante cómo un
Latina de los últimos cien años. autodidacta, que lo fuera Mariáte-
Su corta vida (35 años gui —y quizás por ello—, se libró
10 meses50) no fue impedimento de las ataduras de una corriente
para una rica producción literaria, ideológica que, como la de la III
en los más diversos campos, aun Internacional Comunista, imponía
cuando muchos de sus plantea- su diktat a los capítulos nacionales
mientos quedaran in nuce y deban vinculados a ese movimiento en los
calificarse como brillantes intui- años veinte y treinta del siglo XX.
ciones que han servido de punto Su estadía de tres años y medio en
de partida para posteriores desa- Europa, principalmente en Italia,
rrollos. le sirvió de mucho para «decan-
tar» las ideas de su formación de la
49 José Carlos Mariátegui «edad de piedra», como él decía de
(1894-1930). Nació en la Ciudad de su juventud; y lo más importante
Moquegua, sur del Perú, capital del es que por los caminos de Europa
departamento del mismo nombre; es encontró al Perú (y a América La-
el principal puerto industrial de esa tina).
zona. El departamento se extiende
por 16,147 km2, extendiéndose so-
Sin duda alguna, asistió a
bre la costa y la sierra; fue fundado una «escuela de la realidad» que,
en 1541 y además del castellano se como la Europa de inicios de los
hablan las lenguas autóctonas de los años veinte, se debatía en medio de
aimaras y los quechuas. una crisis de posguerra que había
50 Una buena síntesis del marco puesto en entredicho los valores
biográfico del autor en: Quijano, Pró- aceptados del viejo liberalismo clá-
logo (en especial pp. XI a XLVIII). sico y de la ideología del positivis-

La Universidad 165
mo y su gemela del progreso inin- 1. Tensión teoría-realidad
terrumpido en occidente. De ahí
que todo el ambiente intelectual se Lo dicho arriba nos lleva al inicial
encontraba saturado de pesimismo problema que ha enfrentado todo
e incredulidad, frente a la crisis de pensador cuya pretensión es en-
los conocimientos aparentemente tender la realidad de su época, de
«sólidos» de la teoría y la filosofía su situación, para actuar en con-
devenida en sentido común, prove- secuencia: la irresoluble tensión
niente de las fuentes del iluminis- dialéctica entre el conjunto de
mo y la ilustración ochocentista. concepciones, conceptos e ideas
Por eso, las fuentes ideo- con las que se pretenden com-
lógicas que le ayudan a depurar el prender la cultura del periodo.
tipo de marxismo positivista, lineal [Aricó, 1980:XII]
y dogmático de la II y III Interna- Al asumir consecuente-
cional Socialista y Comunista van mente Mariátegui el carácter crí-
a ser de carácter heterodoxo y an- tico y problemático de su método
ticientificista: Sorel, Bergson, Cro- de interpretación y acción (mar-
ce, Gobetti, Nietzche, Unamuno, xismo) se vio enfrentado a las in-
Sturzo, D’Anunzio, etc. Con ello suficiencias de las variantes po-
comprueba efectivamente que solo sitivistas del marxismo ortodoxo
se podía ser creador y superador del de la II Internacional Socialista y
aplanado conocimiento positivista, de su «congelamiento» en fórmu-
«a condición de mantener abiertos las de tipo escolástico, en la III In-
los vasos comunicantes» a la cultu- ternacional Comunista.
ra de la época y a lo más avanzado
del pensamiento «idealista de su No es arbitrario que re-
tiempo»51 [Aricó, 1980:XXI -XXII]. curriera a un neomarxismo de
inspiración idealista, crítico del
marxismo doctrinario que excluía
a la voluntad humana como factor
51 «Vale la pena destacar que decisivo en las transformaciones
fue en ese clímax de lucha contra el sociales y políticas que estaban a
positivismo, contra el materialismo la orden del día en la vorágine de
vulgar y contra las limitaciones de los la crisis política de posguerra en
filósofos idealistas de la historia que Italia y la mayor parte de Europa.
se conformó el pensamiento de esta
figura absolutamente inédita en el
Si Mariátegui pudo dar de la
marxismo latinoamericano» [Aricó,
doctrina de Marx una inter-
1980: XXII-XXIII]
166 La Universidad
pretación tendencialmente sea, el movimiento histórico de
antieconomicista y antidog- transformaciones de la realidad
mática…, solo fue posible mer- propia (Perú), concentrado en un
ced al peso decisivo que tuvo aglutinamiento social tendencial-
en su formación la tradición mete revolucionario, «brillaba por
idealista italiana… y el surgi- su ausencia». En palabras de Aricó:
miento de corrientes crocianas
«de izquierda» y «marxistas
En la medida en que el proceso
revolucionarias…» en la Italia
de constitución del movimien-
de los años 1920-1923. [Aricó,
to obrero y campesino peruano
1980:XII]52
estaba aún en cierne, la activi-
dad teórico-práctica de Ma-
De esa interpretación del marxis- riátegui fue en cierto modo
mo es que procede, en el pensa- fundacional antes que dirigen-
miento de Mariátegui, una con- te. [Aricó, 1980:XVII]
flictiva pero creadora tensión teo-
ría-realidad que lo acompañó en
Su conocimiento de la «cuestión
su producción intelectual y en el
meridional» de Italia, a través de
debate con sus contradictores. La
fuentes del neomarxismo italia-
teoría renovada en fuentes ajenas
no, lo llevó a un intento de apli-
al marxismo y en una experiencia
car a la historia peruana la visión
lejana a su realidad de origen hace
de un proceso deformado en la
más tensa esa relación, al interpre-
«construcción de nación», por las
tar con el método crítico-dialécti-
limitaciones estructurales y su-
co y problemático del marxismo
perestructurales de la formación
la realidad peruana (digamos, lati-
italiana traducidas a la realidad
noamericana).
peruana. Esta crítica histórica fue
El «referente práctico» o elaborada en su obra más impor-
52 «El Marx que penetró en su tante: Siete ensayos de interpretación
mente fue…ese Marx subvertido por de la realidad peruana y en los escri-
el idealismo crociano que había sig- tos reunidos bajo el título de Pe-
nificado para el grupo ordinovista (de ruanicemos al Perú; como lo sostiene
A. Gramsci) la liberación definitiva Aricó:
de toda incrustación positivista y me-
canicista…; por tanto la conquista de
Lo realmente significativo es
una gran confianza en el desarrollo de
que la materia prima de sus
la conciencia y voluntad de los hom-
reflexiones es una realidad
bres…». [Aricó, 1980:XVI]
La Universidad 167
distinta de la italiana, una rea- tres últimos años a un debate in-
lidad que él intenta explicar. tenso con desiguales antagonistas
Con tal vitalidad y creatividad y a un necesario reconocimiento
que aún en la actualidad (con crítico de las fuentes de su pen-
sus errores y limitaciones), si- samiento, surgiendo con mucha
gue representando una de las fuerza y vehemencia la tensión
investigaciones más importan- entre sus fuentes marxistas y no
tes del marxismo latinoameri- marxistas: Croce, Sorel, Lenin, La-
cano. [Aricó, 1980:XIX] briola, Unamuno, James, etc. [Ari-
có: XX]54
Intentó una salida práctica a esa Esa «tirantez ideológica»
tensión a través del programa de que sufre el pensamiento creador
peruanización en esas obras, lo de Mariátegui, al recuperar una
cual va a acompañar con todos veta ideológica rica en proposicio-
los esfuerzos paralelos por orga- nes pero extraña al «corpus teó-
nizar a los sectores obrero-cam- rico» tradicional del movimiento
pesinos, artesanales, medios, etc., en que se inserta (el marxista de
y principalmente su denuedo en filiación comunista), es lo que le
la creación del partido socialista da valor excepcional al marxis-
peruano, en medio de un sinfín de mo heterodoxo latinoamericano
controversias político-ideológicas de José Carlos Mariátegui; de esa
sobre el carácter de clase del ins- manera se recupera lo que hay de
trumento político.53 vivo en la matriz ideológica de la
Cuando Mariátegui se cual se origina y que en su “ascen-
planteó como objetivo principal so” va depurando los elementos no
la organización de una fuerza de vigentes de ese cuño, hasta lograr
transformación de la realidad pe- construir las bases sobre las que se
ruana, se enfrentaba en el camino sustenta el marxismo latinoameri-
a la necesidad de definir cuáles cano55.
eran los medios originales para 54 «Es como si estas grandes fi-
interpretar pari passu su entorno; guras que obsesionaron sus vigilias,
esto lo encaminó, en sus sufridos se rehusaran a entrar en el crisol de la
recomposición creadora del marxis-
53 «Para un examen de esa con- mo.» [ídem.]
troversia, ver el prólogo de Aníbal 55 «…lo que hace de Mariáte-
Quijano a siete Ensayos de interpre- gui una figura completamente extra-
tación de la Realidad Peruana», espe- ña al estilo del teórico y del político
cialmente las páginas XLV a XLVIII. de la III Internacional, consistía en
168 La Universidad
Por otra parte, y esto no es siempre fue «multifacético y con-
lo menos, la potencia que exhibe flictivo» y nunca fundado en una
en su lenguaje acotado, transpa- recepción mecánica, pasiva o sim-
rente y fluido choca abiertamente plemente «aplicativa» en los tér-
con el árido y doctrinario del mar- minos literales del discurso orto-
xismo positivista y del materia- doxo o dogmático. Para el caso, en
lismo vulgar de su tiempo. Es el el momento histórico en que Ma-
lenguaje de la situación concreta riátegui se nutrió de tan diversas
y particular del Perú y América corrientes filosóficas y culturales,
Latina frente a uno frío y desfa- también se hizo un «discípulo de
sado del viejo continente; solo la Lenin», el conductor triunfante
igualdad de la realidad (lo cual no de una revolución; y precisamente
existe) es lo que haría necesaria porque era «discípulo de Lenin»,
una identidad en el lenguaje. Esa tenía que entrar en conflicto con
capacidad de enriquecimiento del el leninismo posterior a Lenin. A
análisis histórico marxista surge, su manera, Mariátegui no hizo
no de la coherencia lógica-formal otra cosa en su país que lo que Le-
del discurso, sino de la potenciali- nin había hecho en Rusia… [Fritz
dad de ser expresión propia, «de la Haug, s/f:3].
totalidad de la vida de una socie-
dad determinada». [Aricó, 1980:
XXII, nota 11]56
2. Asimilación, crítica de las
En consecuencia, los «jue- fuentes ideológicas
gos lingüísticos» involucrados en
el «encuentro» del pensamiento de
Mariátegui con las corrientes mar- En el itinerario político-ideológi-
xistas y no marxistas de Europa, co de Mariátegui se hace visible
la premisa fundamental de la que
que por su formación cultural tendía hemos partido: la apropiación
a mantener constante una concep- critico-dialéctica del pensamiento
ción del marxismo que enfatizaba su más sugestivo de la cultura de su
capacidad de recrearse en el proceso época, tanto del Perú y América,
mismo…, de superar los esquemas como de Europa, en especial du-
dogmáticos acumulados en el camino rante su estancia en Italia (1920
…». [Aricó, 1980:XXI] enero-1923 marzo).
56 «La unidad de la historia no
Para un examen más de-
es un presupuesto, sino una continua
tallado de su itinerario ideológico
realización progresiva, un provisional
punto de llegada». [Aricó, 1980:XXI]
de vida, lo visualizamos en fuentes

La Universidad 169
internas y externas, aun cuando literarias fueron una entrada «va-
esa división sea un mero artificio cilante y confusa» al nuevo estado
didáctico, dado que en la forma- mental de una nueva generación
ción intelectual es imposible se- intelectual, sucesora de Manuel
parar un plano del otro. González Prada (1848-1919), que
representaba al movimiento re-
Las fuentes internas novador, en el campo de las letras,
pero también en el del análisis
social; la mirada crítico-literaria
La ruta de formación ideológica de Mariátegui se trocaría en este
siempre es continua-discontinua, proceso en crítica social y política
y a veces a saltos, si se dan hechos en lo cual el ideólogo de la demo-
impactantes que catapultan la cracia radical tendría su peso es-
asimilación de la realidad. Esto se pecífico. [Quijano, 2007:XXXVI;
puede registrar en el pensamiento Melis, 1980:203]
de Mariátegui quien, como se dijo, El González Prada demo-
fue un autodidacta desde muy ni- crático-radical de inicios de carre-
ño.57 ra literaria y política tuvo dos ras-
Su senda vital desde obre- gos fundamentales: fue iniciador
ro, redactor de noticias y cronista de un movimiento modernista en
social y parlamentario de periódi- la poética, que se oponía a la co-
cos limeños (1909-1919), le ofreció pia servil de modelos extranjeros
el medio fundamental de apropia- en literatura, y por otro lado, fue
ción crítica de una realidad so- pionero en la crítica al modelo de
cial y política exacerbada por las dominación oligárquico-terrate-
convulsiones del período; como ha niente, al señalar los límites de las
sido señalado, «(el) hogar espiri- clases dominantes y su incapaci-
tual de Mariátegui no fue la Uni- dad política, a la vez que acusaba
versidad, sino el periodismo» [Ba- al Estado oligárquico y el Ejército
sadre, 2007:339]. Sus inquietudes como focos de corrupción, des-
pués de la derrota militar frente a
57 «No hay que olvidar que a Chile. [Quijano, 2007:XXV, nota
los 14 o 15 años, empezó a trabajar 32]58
en el periodismo y que… a partir de
esa edad tuvo contacto con los acon- 58 Guerra del Pacífico o del
tecimientos y cosas del país, aunque «salitre» (1879-1884): Perú-Bolivia y
para enjuiciarlos carecía de puntos Chile, disputan territorio por riqueza
de vista sistemáticos». [Quijano, mineral, en período de expansión del
2007:XXIII, XXIV, nota 32] capital monopolista británico-estado-
170 La Universidad
Pero la idea que más im- Fragmentariamente, desde
pacta en Mariátegui, para la pos- 1904, González Prada dió a luz es-
terior elaboración de su postura critos, que posteriormente fueron
político-ideológica, fueron sus editados en el ensayo «Nuestros
consideraciones críticas sobre el indios», donde ilumina la orgáni-
«problema del indio»; para Gon- ca articulación existente entre la
zález Prada este era el punto clave condición del indio a la estructura
de un proceso de democratización de la propiedad agraria, las carac-
radical de los sistemas político- terísticas feudal-coloniales de la
oligárquicos peruano y andino, hacienda andina y el caciquismo
que pasaba por la necesaria in- local de los gamonales61 [Quijano,
tegración nacional del indio. De 2007:XXVII]. Con ello evidencia-
ese modo se puso en el centro de ba un aspecto que fue retomado y
la mesa del debate ideológico la ampliado por Mariátegui: las limi-
cuestión indígena y la cuestión taciones estructurales en el desa-
nacional, en un proyecto de de- rrollo de una clase dominante, que
mocracia liberal avanzado, que no se expresaban en su incapacidad
encontró eco ni interlocutor váli- mental y de sus ideólogos, en su
do en las fracciones hegemónicas mayoría positivistas-liberales, que
de la clase dominante.59 se acentúa con su minimización
La literatura indigenista semicolonial por la penetración
del período, influida por Gonzá- del capital monopólico extranjero.
lez Prada, señaló tres mecanismos [Quijano, 2007:XXVII]
ideológico-políticos que soste- Esas bases sociales de
nían la estructura de dominación
del indio: la prédica clerical, la campesinado indio contra la expan-
administración de justicia local y sión del latifundio gamonal» [Quija-
el propietario gamonalista de la no, 2007:XXVIII]
costa.60 61 Gamonalismo: Sistema de
poder económico-político y social
unidense.
sustentado en un entramado de rela-
59 «Aunque falta (en ese pro- ciones de dominación, que parte de la
yecto) aquella vinculación precisa de concentración de la propiedad agra-
la cuestión indígena con el problema ria, el control de la intermediación
de la reforma agraria, que constituyó comercial y relaciones privilegiadas
el gran mérito histórico de Mariate- con el capital monopolista extran-
gui» [Melis, 1980:204] jero, proyectado al control político e
60 «El ciclo de esta narrativa, es ideológico de los procesos electora-
coetáneo del ciclo de las luchas del les. [Castro, elaboración propia.]
La Universidad 171
clase frustraban de partida todo costa, el movimiento campesino
intento por resolver el problema indígena contra el gamonalismo,
social y político del indio; en otras y al final del periodo luchas por
palabras, las ideas del reformismo sindicalización y por jornadas de
democrático liberal no podían ser ocho horas, en confluencia con el
hechas suyas por ninguna de las movimiento de capas medias por
fracciones de los grupos dominan- la democratización de la ense-
tes, y cuando un sector lo inten- ñanza. Todos esos movimientos
tó en forma bastante tímida, con convergieron en un escenario de
leyes que institucionalizaran los fuertes debates ideológicos por el
conflictos sociales urbanos, fue rumbo de los nuevos cambios a
desplazado del poder del gobier- nivel interno y la repercusión de
no.62 la expansión de ideologías socia-
Desde inicios del período listas y comunistas de postguerra
(1912-1919) se dan movimientos en Europa [Quijano, 2007:XXVI-
paralelos sin ninguna relación XXVII; Basadre, s/f:325-326].
orgánica entre sí: el joven movi- La constelación ideológica
miento obrero urbano y un na- que se desplegó en la palestra de
ciente proletariado agrícola en la la escena política peruana era muy
variada: desde el liberalismo posi-
62 Fue el caso de Guiller-
tivista de ideólogos de las clases
mo Billinhurst, exalcalde de Lima
y rico comerciante, educado en el
en el poder, pasando por el radi-
extranjero, quien con su discurso y calismo libertario del movimiento
programa populista y modernizante de estudiantes y el socialismo es-
llegó a la presidencia en 1912, fue piritualista bergsoniano de inte-
desbancado en 1914; guió el primer lectuales opositores, hasta el anar-
movimiento de capas medias y popu- quismo y anarco-sindicalismo del
lares con orientación antioligárqui- nuevo movimiento subproletario
ca [Quijano,2007:XXX]. «En esas o semiproletario de la ciudad y el
condiciones, ningún puente ideoló- campo, además de minoritarias
gico y político podía ser establecido ideas socialistas revolucionarias
entre el naciente movimiento obrero y comunistas. [Quijano, 2007:XX-
y popular en las ciudades (con) los VI-XXVII]
latifundios capitalistas de la costa y
El joven Mariátegui, perio-
la fracción modernizante de la bur-
guesía, para cualquier tentativa…
dista inmerso en ese torbellino de
de democratización de las bases y la movimientos, ideas e ideologías,
estructura institucional del estado…» ya iba perfilando su interés por el
[Quijano, 2007:XXX]. socialismo, corriente a la que ha-
172 La Universidad
bían sido ganados sus compañe- por el gobierno de Augusto Leguía
ros periodistas de esa generación. que se había mostrado al principio
Al experimentar los frenos de la tolerante; y con ello se definen sus
censura y autocensura por parte nuevos rumbos.64
de los dueños de los periódicos, se
deciden a fundar una revista con Las fuentes externas
tendencias socializantes —Nues-
tra Época—, que sería el núcleo
del primer comité organizador del En calidad de «agente de propa-
Partido Socialista y posteriormen- ganda» del gobierno peruano en
te, a fundar el periódico La Razón Europa, en la práctica como pe-
(Mayo 1919). [Quijano, s/f:XXVIII; riodista, Mariátegui se instaló en
Basadre, s/f:325-326] una coyuntura de postguerra, en
Este impreso será el medio donde —frente a la crisis del li-
de entrada a la política nacional beralismo clásico y el socialismo
por parte de Mariátegui, al apoyar positivista de la II Internacio-
sin ribetes al movimiento huel- nal— era una novedad la ideología
guístico obrero, y el movimiento bolchevique leninista, triunfante
por la reforma universitaria de la en un país atípico y enorme como
Universidad de San Marcos de Rusia, desde octubre (noviembre)
Lima, continuidad del movimien- de 1917.
to de 1918 de Córdoba, Argentina. Su «encuentro» con la
Debido a este compromiso ideo-
lógico-político, en particular con [Vid. Diccionario de Política (tomo
los estudiantes reformistas radi- I):96-100]
calizados, que van a constituir el 64 «a través de un emisario (Le-
centro iniciador del movimiento guía)…ofrece a Mariategui…optar
aprista,63 se le cierra el periódico entre la cárcel o un viaje a Europa…
(en ello) influía el hecho de ser… un
63 Aprista, de las siglas A.P.R.A. escritor e intelectual de renombre en
(Alianza Popular Revolucionaria de el país [Quijano, 2007:XXXIX; J.
América), fundada en México, en su Basadre, s/f:326], «sus ideas socia-
exilio, en 1926, por Víctor Raúl Haya listas en ese momento corresponden
de La Torre, quien se había destaca- aun, en rigor, a una orientación de-
do como líder del movimiento refor- mocrática radicalizada con elementos
mista universitario de 1919; después socializantes. Pero está formada la
convertido en partido nacional, a lo base de su posterior afirmación socia-
cual se opuso Mariátegui, aliado de lista revolucionaria». [Quijano, 2007:
él hasta su rompimiento en 1928. XXXIX]
La Universidad 173
ideología marxista también fue ces ideológicas» del fascismo, lo
muy peculiar; el doble fracaso del llevan al «fiumanismo» de Gabriel
liberalismo tradicional y del so- D’Annunzio, que caracterizaba
cialismo reformista, cuyos valores como una ideología «gaseosa» con
ideológicos-políticos y ético-mo- pretensiones de estar por encima
rales habían sido enterrados en las de las contingencias clasistas, so-
trincheras de la «gran guerra euro- ciales y económicas; paternalista
pea», imponían nuevas búsquedas y con un fuerte componente irra-
en ese ámbito. cionalista que va a ser su herencia
En medio de las grietas al fascismo.66
abiertas por las crisis de esas dos En un enérgico pero cáus-
grandes ideologías dominantes, tico párrafo, Mariátegui diseccio-
junto al conservadurismo antes na las dos ideología:
de la «gran guerra», otra ideología
se abría paso en el imaginario de Aislado de la tierra, perdido en
los italianos, catapultada por el el éter, el Fiumanismo estaba
«sentimiento nacional» de impo- condenado a la evaporación y a
tencia, frente a la crisis económica la muerte. El fascismo, en cam-
y política representada prima facie bio, tomó posición en la lucha
en la vocinglera pequeña burgue- de clases. Y, explotando la oje-
sía: el fascismo italiano. [Quijano, riza de la clase media contra
2007:XLI-XLII] el proletariado, la encuadró
El fenómeno ideológico en sus filas contra la revolu-
impactó en la sensibilidad e in- ción y el socialismo… Exterior-
teligencia de Mariátegui quien mente el fascismo conservó
desde el inicio enfocó sus obser- sus aires d`annunzianos; pero
vaciones, «agudas y meditadas», interiormente su nuevo con-
tratando de comprender el fascis- tenido social… desalojaron y
mo «tanto en sus manifestaciones sofocaron la gaseosa ideología
políticas como culturales» [Melis, «d`annunziana». El fascismo
1980:206]65. Su examen de las «raí-
65 «A su regreso al Perú…reela- régimen.» [Melis, 1980:206]
bora y sintetiza estas impresiones en 66 D`Annunzio (1863-1938).
(su escrito) Biología del Fascismo que Poeta, dramaturgo y político italiano
todavía nos sorprende por la precisión nacionalista que declaró el Estado li-
en que son captados la topología y la bre de FIUME, organizando su toma
colocación de todos los componentes militar con «nacionalistas italianos»
que contribuyen al advenimiento del de la «pequeña burguesía».
174 La Universidad
ha crecido y vencido como mo- que aglutinaba a un grupo de in-
vimiento reaccionario, como telectuales y dirigentes del ala iz-
interés de las clases beligeran- quierdista del partido socialista
tes… El fiumanismo era un fe- italiano, también representó un
nómeno literario… el fascismo semillero de ideas críticas, que
es eminentemente político. influyeron sobre la elaboración
«El Condottieri» del fascismo del marxismo latinoamericano de
tenía que ser, por consiguien- Mariátegui. En efecto, desde la re-
te,… un caudillo tumultuario, vista L`ordine Nuovo se organizó un
plebiscitario, demagógico. Y el movimiento de postguerra que re-
fascismo encontró por esto su valorizaba críticamente la ideolo-
«Duce»… en Benito Musolini y gía y la praxis socialista en Italia y
no en Gabriel D`annunzio. El en Europa. Su esfuerzo crítico «del
fascismo necesitaba un líder reduccionismo positivista y socia-
listo a usar, contra el proleta- lista del marxismo» va a inspirar a
riado socialista, el revólver, el Mariátegui, como se dijo al prin-
bastón y el aceite de castor. Y cipio, en su obra creativa. [Melis,
la poesía y el aceite de castor 1980:208]
son dos cosas inconciliables y El pensamiento crítico de
disímiles. [Mariátegui, 1974:11- Gramsci y Mariátegui encontra-
12]67 ron una fuente común de reno-
vación en la filosofía historicista
El llamado «núcleo» ordinovista68; neohegeliana [B. Croce, G. Gén-
tile, etc.]69, que sostenía una po-
67 «La vida es bella y digna
de ser bellamente vivida», reclama- de jóvenes intelectuales turineses que
ba el poeta, y Mariátegui lo recordó animaron la experiencia ordinovista,
años más tarde, señalando que en ese ver el trabajo de Juan Carlos Portan-
proyecto de constitución (de la Re- tiero: «Los usos de Gramsci». En:
pública de fiume) existen elementos Cuadernos del pasado y presente,
de comunismo de filiación utópica. No. 54. México, 1977.
[Quijano, 2007:XLII] 69 «Mariátegui leyó a Marx con
68 «Ordinovista», por el nom- el filtro del historicismo italiano…»
bre de la revista L`ordine Nuovo, [Arico, 1980:XV]. «Por casualida-
fundada por Gramsci, Toglatti, Tas- des de su vida intelectual Mariátegui
ca y Terracini, el 1º de mayo 1919, intimó con el filósofo neohegeliano
que representaban al ala izquierda del Benedetto Croce, a quien Gramsci
Partido Socialista Italiano. Sobre las consideraba como el pensador más
características ideológicas del grupo importante de Europa…» [Paris,
La Universidad 175
lémica antipositivista. Benedetto tre moralmente de la «disciplina y
Croce, que había hecho una in- dignidad del productor». Hipóte-
vestigación seria del marxismo, sis que se liga al estudio de Gobet-
desde su perspectiva, en particu- ti del «Rissorgimiento» de su país
lar valoraba con interés los traba- en la denuncia de la separación
jos creativos del marxista italiano o dualidad del «Estado unitario»
Antonio Labriola, como opuestos italiano que se manifestaba en el
a los de la sociología positivista contraste entre la Italia Moder-
representada en Aquiles Loria, na «de la Fiat y del L’Ordine Nuo-
de quien Gramsci decía que era el vo (como órgano del movimiento
divulgador de una versión vulgar obrero moderno)» y la Italia pro-
de la filosofía de la praxis. [Melis, vincial del sur «güelfa y papista»
1980:208]70 [Melis, 1980:210] y que va a ser
Sin embargo, la influen- traducida en términos propios por
cia de Croce sobre Mariátegui Mariátegui a la realidad peruana y
está presente de forma indirec- latinoamericana en los Siete Ensa-
ta, a través de su discípulo Piero yos... Antonio Melis sugiere que la
Gobetti. Mariátegui lo presenta investigación gobettiana sobre el
como un «crociano de izquierda» «rissogimiento» tiene su eco en el
en filosofía, y como el teórico de enfoque particular de Mariátegui
la revolución liberal y el militante «respecto al análisis del proceso
«ordinovista», que lo llevó a entrar de independencia de las colonias
en contacto con el movimiento latinoamericanas» y habría que
obrero turinés. La tesis que ejer- hacer un estudio minucioso sobre
ció influencia en Mariátegui fue el tema. [Melis, 1980:210]
su comprensión de que una nue- Gobetti también está pre-
va clase dirigente solo se hace en sente cuando Mariátegui reivin-
la «experiencia actual y directa», dica la idea de un «liberalismo
donde el idealismo concreto se nu- consecuente», que va a crear las
condiciones para el camino al
1980:119; Quijano, 2007:XLIII]. socialismo; la legitimidad de op-
70 «Los trabajos de Achille Lo- tar por la ideología liberal es una
ria y, en cierta medida, los de Enrico elección de quienes aceptan que
Ferri son típicos ejemplos de esas de- el socialismo sucede histórica-
formaciones. Gramsci dedicó muchos mente al liberalismo, como «prin-
comentarios impregnados de sarcas-
cipio de civilización y progreso»
mo… a las (teorías) seudocientíficas
como constelación de ideas que
de Loria…» [ver: Gramsci, 1957:32,
nota 17 y 37, nota 3].
surgen del desenvolvimiento del

176 La Universidad
liberalismo; así por oposición, un «obra y autoridad» de Jorge So-
liberal inconsecuente lo sería el rel, en los trabajos del peruano.
neohegeliano y filósofo actualista En nuestra opinión, se hace un
Giovanni Gentile, que opta por uso adecuado al propio discurso y
una interpretación «viciada y abe- contexto de Mariátegui, dado que
rrante», del liberalismo que, desde el discurso y el contexto del mar-
la cátedra, se conjura contra el so- xismo clásico no eran adecuados
cialismo y, en la práctica, elige el a un Perú y a una Latinoamérica
fascismo y la reacción política, a de matriz histórica colonial-se-
quien sirve como ministro de edu- mifeudal. ¿Cómo aplicar ese ins-
cación y destacado miembro del trumental teórico-metodológico a
consejo general del «Fascio». [Pa- una clase terrateniente retrasada e
ris, 1980:124] inmadura, en una formación social
La asimilación de ideas tan atípica al capitalismo euro-
que más sorprende a comentaris- peo?
tas e intérpretes del pensamien- El propio Mariátegui lo
to de Mariátegui, y en lo que son plantea en su obra clave Siete En-
coincidentes —aunque difieren sayos…:
en sus explicaciones— es en la La clase terrateniente no ha
influencia del ideólogo del anarco- logrado transformarse en una
sindicalismo Jorge Sorel [Quijano, burguesía capitalista. Los ele-
2007:XLIV; Paris, 1980:128-132; mentos morales, políticos, y
Melis, 1980:221; Lowy, 2, etc.]; So- psicológicos del capitalismo
rel, quien nunca tuvo una gran au- no parecen haber encontrado
diencia en su país, fue muy admi- aquí su clima. El sentimiento
rado y leído en Italia,71 aun cuando de aventura, el ímpetu de crea-
algunos intérpretes de Mariátegui ción, el poder organizador que
ven un «sorelismo ambiguo» o un caracterizan al capitalismo
«residuo de la formación juvenil» auténtico, son entre nosotros
[Paris, 1980:156; Melis, 1980:220], casi desconocidos… [Mariáte-
en el uso casi permanente de la gui, 2007:24-25].
71 «(Sorel nunca) llegó a co-
nocer Italia, donde se lo estimaba y Las mismas limitaciones estruc-
respetaba más que en su patria, so- turales y funcionales se repiten en
bre todo gracias a amigos epistolares una clase proletaria «muy joven»,
como Croce, uno de los primeros en cuyas tendencias ideológicas se
justipreciar sus sobresalientes cuali- nutren en gran medida del anar-
dades…» [Ciria, Sorel:10].
La Universidad 177
quismo y del anarco-sindicalismo: miento real: al proletariado perua-
no. Es el riesgo asumido y calcu-
La clase proletaria en el Perú
lado por Mariátegui al emprender,
es sumamente joven. Su apa-
por el camino del mito o imagi-
rición data de fines del siglo…
nación liberadora, la consecución
la diferencia entre artesanos
de la hegemonía socialista de las
y obreros no estaba bien deli-
masas, aún «mal desgajadas» de su
neada. La industria era recien-
«cordón umbilical» anarco-sindi-
te y nuestros obreros solo ha-
calista. [Paris, 1980:158]
bían cambiado de «posición» En palabras de Mariátegui,
en la escala de producción. De queda claro su uso de la noción del
artesanos, de campesinos, de mito soreliano:
comuneros, pasaron al trabajo
asalariado…” [Paris, 1980:157- Hace algún tiempo que se
158].72 constata el carácter religioso,
místico, metafísico del socia-
Esos «límites» estructurales que lismo. Jorge Sorel… decía en sus
representan la materia prima de reflexiones..., se ha encontrado
una aplicación «no ortodoxa» del una analogía entre la religión
marxismo, es lo que hace renacer y el socialismo revolucionario,
nociones de un autor tan poco rei- que se propone la prepara-
vindicado en su lugar de origen, ción y aun la reconstrucción
por calificarse de «ambiguo y re- del individuo para una obra
gresivo». El «pretexto» histórico gigantesca. Pero Bergson nos
es razonable, realista y expresivo ha enseñado que no solo la re-
de un esfuerzo mental y práctico ligión puede ocupar la región
por conquistar o ganar al movi- del yo profundo; los mitos re-
volucionarios pueden también
72 Esa descripción del «joven
ocuparla. Renán, como el mis-
proletariado» corresponde a R. Mar-
mo Sorel lo recuerda, advertía
tínez de la Torre, amigo y colabora-
la fe religiosa de los socialistas,
dor de Mariátegui, citado por R. Paris
[1980]. Mariátegui se refiere a ese constatando su inexpugnabili-
problema en su escrito «antecedentes dad a todo desaliento. A cada
y desarrollo de la acción clasista», en experiencia frustrada, reco-
la recopilación denominada Ideolo- mienzan. No han encontrado
gía y política [pp.66 y 72], y en sus la solución, la encontrarán.
Escritos políticos y sindicales. [Cap. Jamás los asalta la idea que la
II, ídem.] solución no exista. He ahí su
178 La Universidad
fuerza… (los filósofos) no en- tras creencias, no importando
contrarán el camino de la fe; tanto lo bien fundadas que estén,
lo encontrarán las multitudes. sino que sean lo suficientemente
A los filósofos les tocará, más imaginativas para presentar alter-
tarde, codificar el pensamien- nativas a las creencias aceptadas.
to que emerja de la gran gesta [Ruiz., s/f:4]
multitudinaria… [Mariátegui, En Mariátegui sucede algo
s/f:14]73 idéntico, cuando define al relati-
vismo como una visión de la rea-
Análogo a ese uso del mito sorelia- lidad como ilusión y figuración,
no es la reivindicación de los apor- pero que termina por reconocer
tes del pragmatismo de William que esa imagen es una realidad. De
James; incluso cuando no com- ahí que toda actividad por cam-
parte el antihegelianismo de este, biar la realidad solamente a partir
sin embargo, lo acompaña en la re- de lo racional conceptual de los
vuelta antipositivista y llega a afir- procesos cognitivos es unilateral,
mar que su discurso «no es ajeno porque «la fuerza de los revolu-
a la teoría de los mitos sociales de cionarios no está en su ciencia;
Sorel» [Ruiz, s/f:4]. Para el prag- está en su fe, en su pasión, en su
matismo la «verdad» de una idea voluntad…». [Mariátegui, s/f:13] Lo
no es una propiedad preexistente, evidente de hoy ya no lo será ma-
lo que la hace cierta es su capa- ñana, por lo cual habría que bus-
cidad para hacernos actuar; nos car la realidad no por los senderos
permite avanzar conduciéndonos del conocimiento científico, sino
de una a otra experiencia, por lo por los caminos de la fantasía, la
que su «certidumbre» se troca en imaginación y la figuración; la te-
una «esperanza». Así, no existiría sis de la objetividad en la historia
ninguna actividad denominada es algo inestable e inconsistente,
conocimiento que pretendamos frágil y perecedera; la más genial
descubrir; lo que se daría es un reconstrucción histórica es puro
proceso de justificación de nues- sentimiento y emoción lírica. Los
datos del historiador positivista y
73 «La filosofía contemporá- objetivista, guardados en «amari-
nea ha barrido a medio edificio po- llos infolios», más tarde servirán al
sitivista. Ha esclarecido y demarcado
genio reconstructor para ser tami-
los modestos confines de la razón. Y
zados en la elaboración de su vi-
ha formulado las actuales teorías del
mito y de la acción». [Mariátegui,
sión épica, que es más verdad que
s/f:14]
la «gélida critica del observador

La Universidad 179
ecuánime», porque esa imagina- den, la política ocupa el primer
ción permite captar más el espíri- plano de la vida. [Mariátegui,
tu del pueblo. [Ruiz, s/f:5]74 Arte, Revolución y Decaden-
Otro gran referente ideo- cia, p, 9]
lógico-filosófico de Mariátegui es
Miguel de Unamuno en la discu- Su fascinación por la «revolución
sión sobre afinidades de la política suprarrealista» de Aragón, Breton
y la religión o lo religioso. Reto- y otros («los mejores espíritus de
ma la interpretación del filósofo la vanguardia francesa» caminan-
español en cuanto su visión de do hacia la utopía), está en esa
la ideología marxista como una misma línea de aceptación de la
«espiritualidad agónica»; para los tesis del «marxismo agonista» de
marxistas, el marxismo es verbo, Unamuno; como lo afirma Lowy:
lucha, agonía, elevando la polí-
tica a una fe, a un compromiso
Creo que lo que atrae a Mariá-
en el combate revolucionario.
tegui, sea en Unamuno, sea en
[Lowy,s/f: 3] Esa dialéctica que
los surrealistas, es el alma en-
Mariátegui examina entre religión
cantada («el reencantamiento
y política se expresa en la eleva-
del mundo»), la mística, la ago-
ción espiritual de la lucha política,
nía: el arriesgado combate por
en oposición al «miserable rebaja-
valores supremos, la búsqueda
miento administrativo» de ella:
heroica de sentido. Es decir,
algo muy distinto de la religión
Es que la política para los que institucional, con sus dogmas
la sentimos elevada a la cate- y su clero. [Lowy, ídem]
goría de una religión es la tra-
ma misma de la historia. En las
El contraste que hace entre reli-
épocas de plenitud de un or-
gión oficial-religión popular en el
den, la política puede ser solo
inkario es interesante, pues sien-
administración y parlamento;
do la primera un medio de domi-
en las épocas… de crisis del or-
nación del Estado burocrático in-
caico que desaparece con la caída
74 «Ahora bien, que Mariátegui de ese régimen, la segunda (de los
viera formas diferentes de compren- antiguos peruanos) sobrevive a
der (la historia), no quiere decir que conquista y colonización como
él echara al canasto la conciencia y
una forma del imaginario religio-
el conocimiento racional...» [Ruiz
so andino; su riqueza de expre-
Z.,ídem].
180 La Universidad
siones lleva a considerarlo «como un error reducir el concepto de
uno de los rasgos esenciales del religión a una iglesia y a un rito;
sentimiento indígena» o en otras la vieja crítica liberal que identifi-
palabras como «el franciscanismo ca religiosidad con oscurantismo,
del quechua», o sea, el sentimiento debe ser superada. Así, el concep-
«cósmico» de la religiosidad popu- to marxista de religión «reconoce
lar del inkario. a las instituciones y sentimientos
Mariátegui señala también religiosos una significación muy
los reduccionismos a que puede diversa de la que ingenuamente
conducir el intento de «interpre- le atribuyen (el) radicalismo (li-
tación científica» del imaginario beral) incandescente», o sea, «el
del cosmos religioso indígena po- iluminismo ochocentista;… la crí-
pular: tica revolucionaria no regatea ni
contesta ya a las religiones, y ni
siquiera a las iglesias, sus servicios
La ciencia mata la leyenda, a la humanidad ni su lugar en la
destruye el símbolo. Y, mien- historia». [Mariátegui, citado por
tras la ciencia, mediante la Lowy:4]
clasificación del mito de los
«hombres de piedra» (tó-
En consecuencia, la con-
tems, R. C.). Como un simple
cepción de religión en Mariátegui
caso de animismo, no nos ayu-
va más allá de lo convencional de
da eficazmente a entender el
ser «opio del pueblo»; es más, se
tawantinsuyu;75 la leyenda o la
puede plantear que su concepción
poesía nos presentan, cuajado
de la revolución implica que todo
en ese símbolo, su sentimiento
acto revolucionario es un «acto
cósmico [Mariátegui, citado
religioso» en la perspectiva socia-
por Lowy, s/f:4].
lista. La experiencia de las revolu-
ciones de postguerra (triunfantes
y fallidas) en Europa:
Para Mariátegui, pues, es
Han comprobado que los ac-
75 El tawantinsuyu: en quechua
significa los cuatro territorios de cua- tuales mitos revolucionarios
tro naciones del imperio Inca, abarca- o sociales, pueden ocupar la
ba los territorios actuales del Perú y conciencia profunda de los
ecuador y gran parte de Chile, Argen- hombres con la misma ple-
tina, Bolivia y Colombia. [www.pu- nitud que los antiguos mitos
sinsuya.com/html/] Castellanizado: religiosos [Mariátegui, citado
tahuantisuyo. por Lowy:5].
La Universidad 181
En suma, su concepción se 3. Síntesis
aleja de la calificación de «teoría
científica» a la ideología socialis- El pensamiento de Mariátegui ex-
ta; es más bien examinada como presa muy nítidamente la tensión
una concepción ético-política y que existe entre teoría y realidad,
espiritual, porque cada acto del la cual en este caso y por las ca-
movimiento socialista tiene una racterísticas del autor, no se en-
connotación «de fe, de voluntad, casilla en fórmulas abstractas y
de convicción heroica y creado- prefijadas. Sin duda, la formación
ra,… mientras obre en la historia autodidacta y el periodismo le die-
como evangelio y método de un ron mayores grados de libertad a
movimiento de masas», su inter- su pensamiento que al de un mi-
pretación cientificista está fuera litante partidario o un académico
de tono [Mariátegui, citado por o intelectual de Universidad. De
Lowy:6-7]. En uno de sus últimos ahí que al asumir una postura de
escritos se encuentra este revela- compromiso con la realidad en
dor párrafo: «la biografía de Marx, que le tocó vivir, esta no deriva en
Sorel, de Lenin, de mil otros ago- esquemas ideologizados o ideolo-
nistas del socialismo, no tiene gistas como los experimentados
nada que envidiar como belleza en la II Internacional Socialista
moral, como plena afirmación del y la III Internacional Comunista,
espíritu, a las biografías de los que eran sus referencias doctrina-
héroes y ascetas que en el pasado rias más importantes.
obraron de acuerdo con una con-
cepción espiritualista o religiosa, Esa actividad abierta a la
en la concepción clásica de estas recepción de ideas heterodoxas
palabras» [Mariátegui, 1964, cita- para construir una interpretación
do por Lowy:5].76 creadora y vital de la realidad pe-
ruana y la latinoamericana, es el
aporte más importante del pensa-
76 «Probablemente no sea una
miento mariateguiano a las nue-
coincidencia si el fundador de la teo-
logía de la liberación, el sacerdote
vas generaciones de pensadores
peruano Gustavo Gutiérrez, enseñó
en la Universidad de Lima un curso los movimientos revolucionarios de
enteramente dedicado a las ideas América Latina…como el sandinis-
de Mariátegui…; (sus) hipótesis son mo (o en) la mística revolucionaria
un aporte para entender a Camilo de movimientos como el M.S.T brasi-
Torres, la teología de la liberación y leño o el E.Z.L.N. de Chiapas Méxi-
la participación de los cristianos en co». [Lowy:6-7]
182 La Universidad
de esta región. El reconocimiento
crítico-dialéctico y problemáti- Aricó, José [1980]. Mariátegui y los
co de sus fuentes ideológicas es orígenes del marxismo latinoameri-
lo que hace que las ideas de Ma- cano (2ª ed. corregida y aumen-
riátegui, pese a los casi ochenta tada). México: Pasado y presen-
años de su desaparición física, lo te.
conviertan en referente actual de
muchos investigadores sobre la
realidad latinoamericana, desmin- Aricó, José [1982]. «El Marxismo
tiendo con ello acusaciones injus- Latinoamericano». En: Dicciona-
tas que le hicieran en su momento rio de Política (Norberto Bobbio
de «europeísta». y N. Matteucci (coords.), 2ª ed.,
tomo 2). México: Editorial Siglo
Como muy bien lo dice XXI.
uno de su múltiples intérpretes, lo
que interesa rescatar de José Car-
los Mariátegui es que, a diferencia Arroyo Posadas, Moisés [1980]. «A
de muchos marxistas de estas la- propósito del artículo ‘El Po-
titudes, se afanó por dilucidar el pulismo en el Perú; de V. Mirós-
marxismo heterodoxo de fuentes hevski’». En: Mariátegui y los orí-
europeas (y de otras fuentes), en genes del marxismo latinoamericano
significados propios y entendibles (2ª ed. corregida y aumentada).
de su propio país y de los nuestros; México: Pasado y presente.
de allí que con todos los errores,
olvidos o equívocos su obra siga Basadre, Jorge [1980]. «Introduc-
viva en las intuiciones que surgen ción a los Siete Ensayos». En:
de sus brillantes hipótesis de tra- «Mariátegui y los orígenes del mar-
bajo.77 xismo latinoamericano» (2ª ed. co-
rregida y aumentada). México:
Pasado y presente.

Bibliografía consultada Belaúnde, Víctor Andrés [1980].


«En torno al último libro de Ma-
77 Aunque algunos van más riátegui», En: Mariátegui y los orí-
allá al sostener que sus ideas «per- genes del marxismo latinoamericano
miten extraer lecciones para elaborar (2ª ed. corregida y aumentada).
y encaminar una nueva política en México: Pasado y presente.
nuestros días» (subrayado del autor)
[Ruiz Cevallos, 2007:3].
La Universidad 183
Cox, Carlos Manuel [1980]. «Re- Korianov, V. «Mariátegui: desta-
flexiones sobre José Carlos Ma- cado Marxista-leninista lati-
riátegui». En: Mariátegui y los orí- noamericano». En: Mariátegui
genes del marxismo latinoamericano y los orígenes del marxismo latino-
(2ª ed. corregida y aumentada). americano (2ª ed. corregida y
México: Pasado y presente: 3-8. aumentada). México: Pasado y
presente,p. 226-235.
Cox, Carlos Manuel [1980]. «Apris-
mo y Marxismo en la obra de Kossok, Manfred. «Mariátegui, el
Mariátegui». En: Mariátegui y los Pensamiento Marxista en el
orígenes del marxismo latinoameri- Perú», En: Mariátegui y los oríge-
cano (2ª ed. corregida y aumen- nes del marxismo latinoamericano
tada). México: Pasado y presen- (2ª ed. corregida y aumentada).
te, pp. 17-22. México: Pasado y presente, pp.
186-200.
Ciria, Alberto [1968]. Sorel: Estudios
preliminares y fragmentos de su obra. Mariátegui, José Carlos [2007].
Argentina: Centro Editor de Siete Ensayos de Interpretación de
América Latina. la Realidad Peruana (3ª edición
corregida y aumentada). Repú-
Chang-Rodríguez, Eugenio [1957]. blica Bolivariana de Venezuela:
La Literatura política de Gonzáles- Fundación Biblioteca Ayacu-
Prada, Mariátegui y Haya de la To- cho, pp. 348.
rre. México, 1957, Andrea Edito-
res. ----[1964] Defensa del Marxismo, Po-
lémica revolucionaria. México:
Del Prado Jorge. «Mariátegui, Mar- Biblioteca Amauta, pp. 1 a 65
xista-Leninista, fundador del (solo fragmentos).
Partido Comunista Peruano»,
Ibíd., pp. 71 a 92. ----[1950] El Alma Matinal y Otras
Estaciones del Hombre de Hoy.
Gramsci, Antonio [1957]. La For- Lima, Perú: Biblioteca Amauta,
mación de los intelectuales (Traduc- pp. 151.
tor: A. González Vega). México
D.F.: Editorial Grijalbo S.A.. ----[1963]La novela y la vida. Lima,
Perú: Editorial Amauta, 79 pp.

184 La Universidad
----[1959] Signos y obras. Lima, Perú: Paris, Robert. «El Marxismo de
Amauta, pp. 1- 102. Mariátegui» En: Mariátegui y los
orígenes del marxismo latinoameri-
----[1974] Ideología y Política. Perú: cano (2ª ed. corregida y aumen-
edición de hijos de Mariátegui, tada). México: Pasado y presen-
154 pp. te, pp. 155-161.

----[1974] La escena contemporánea. Paris, Robert. «El Marxismo de


Perú: edición de hijos de Ma- Mariátegui: un ‘sorelismo am-
riátegui. 164 pp. biguo’». En: IBID-IDEM, Pp.
119-144.

----[1974] Historia de la Crisis Mun-


dial. Perú, edición de Hijos de Paris, Robert. «Para una Lectura
Mariátegui, 154 pp. de los Siete Ensayos». En: Ma-
riátegui y los orígenes del marxismo
latinoamericano (2ª ed. corregida
----[1974] El Artista y la Época. Perú: y aumentada). México: Pasado
ediciones de Hijos de Mariáte- y presente, pp.309-321.
gui, 166 pp.
Quijano, Aníbal. «Reencuentro
Melis, Antonio. «Mariátegui: El y Debate. Una Introducción a
Primer marxista de América». Mariátegui». En: Prólogo a Siete
En: Mariátegui y los orígenes del Ensayos… República Bolivariana
marxismo latinoamericano (2ª ed. de Venezuela: Biblioteca Aya-
corregida y aumentada). Méxi- cucho, pp. IX-CXVIII; y de la
co: Pasado y presente, pp. 201- edición de 2007: «Treinta Años
225. Después», pp. CXIX- CXXIX.

Nuñes Valdivia, Jorge. «José Carlos Semionov y Shulgovski. «El papel


Mariátegui y el materialismo de Mariátegui en la formación
dialéctico», En: Mariátegui y los del Partido Comunista en
orígenes del marxismo latinoameri- Perú», Mariátegui y los orígenes del
cano (2ª ed. corregida y aumen- marxismo latinoamericano (2ª ed.
tada). México: Pasado y presen- corregida y aumentada). Méxi-
te, pp. 293-308. co: Pasado y presente, pp. 165-
185.

La Universidad 185
Villaverde Alcalá, Luis. «El sorelis-
mo de Mariátegui». Ibid., pp. Haug, Wolfgang F. Sobre la impor-
145-154. tancia de Mariátegui para los Marx-
istas Europeos. http://www.ar-
«Contribuciones al Análisis de los chivochile.com/Ideas_Autores/
Siete Ensayos…» Recopilación mariategui_jc/s/mariategui_
de juicios de contemporáneos s0071.pdf
de José Carlos Mariátegui, en J.
Aricó, Op. Cit., pp. 239-272. Lowy, Michael. La Mística Revolu-
cionaria de José Carlos Mariátegui.
Comité Editorial de Diccionario de Comunismo y Religión. http://
Política. Voz: Aprismo. En Op. www.corrientepraxis.org.ar/
Cit., pp. 96-10, tomo I. spip.php?article216

Mariátegui, José Carlos. «Prólogo»


Sitios de Internet a Tempestad en los Andes de
Luis E. Valcárcel. Preparado
para Internet por Juan R Faja-
Aguirre, Carlos. Marxismo e izquierda rdo, mayo 2006. http://social-
en la historia de América latina: In- ismoperuanoamauta.blogspot.
troducción. http://www.ncsu. com/2009/09/jose-carlos-mari-
edu/acontracorriente/win- ategui-prologo.html
ter_08/AguirreIntroduccion.pdf
Rojas Osorio, Carlos. Latinoamérica:
Ardite, Alvarado. Los siete ensayos Cien años de filosofía. Volumen I,
de José Carlos Mariátegui. Impor- Cap. 6 José Carlos Mariátegui.
tancia, comentarios y argumen- Isla Negra editores, 2002, pp.
tos. http://www.scribd.com/ 86-94.
doc/4724374/7-ENSAYOS-
MARIATEGUI-ARGUMEN-
TO. Ruiz Zeballos, Augusto. Historia
y Verdad en Mariátegui. PARTE
REI, Revista de Filosofia, 51,
Dal Maso, Juan. La Odisea de mayo 2007, 9 Pp. http://serbal.
Mariátegui Ensayo de interpretación pntic.mec.es/AParteRei/zeval-
marxista. http://www.ips.org.ar/ los51.pdf
article.php3?id_article=47

186 La Universidad
Villafaña, Luis. Mariátegui: La Revo- Volver a Mariátegui: El Amauta de
lución Bolivariana y el Socialismo la Creación Heroíca. http://laiz-
nuestro Americano.(1), 13/12/06, 10 quierdanoesunmito.blogspot.
Pp. http://www.archivochile. com/2009/02/volver-mariat-
com/Ideas_Autores/mariategui_ egui-el-amauta-de-la.html
jc/s/mariategui_s0057.pdf
El Romanticismo de José Carlos
El Concepto de Verdad en Mariátegui. http://www.loren-
Mariátegui: 1_Presentación abetta.com.ar/el-romanticismo-
Transcripta. http://www.slide- de-jos%EF%BF%BD-carlos-
share.net/alterzaratustra/el- mariategui
concepto-de-verdad-en-mariat-
egui-1-presentation

La Universidad 187

Vous aimerez peut-être aussi