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Lección 1.

EL SUELO: CONCEPTO Y FORMACION


1. Introducción
Como sabemos, el suelo es la fina capa de material fértil que recubre la superficie de
la Tierra.

Desde el punto de vista científico el suelo constituye el objeto de estudio de la


Edafología, la cual lo define como "ente natural organizado e independiente, con
unos constituyentes, propiedades y génesis que son el resultado de la actuación de
una serie de factores activos (clima, organismos, relieve y tiempo) sobre un material
pasivo (la roca madre)".
En este primer tema se va a tratar de la formación del suelo. Hablaremos de qué
material procede, de los factores que intervienen en su formación, de los procesos y
transformaciones que tienen lugar y del resultado final: el perfil del suelo.

2. Formación
El suelo procede de la roca madre, la cual se altera por la acción de los factores
ambientales y en su formación se desarrollan una serie de procesos que transforman
el material original hasta darle una morfología y propiedades propias. La intensidad
de los cambios que se desarrollan en el paso de roca a suelo podemos intuirlos si
comparamos la morfología de una roca granítica y del suelo que a partir de ella se
forma.

Los cambios se producen tanto a nivel de alteración de los granos de los minerales
como en lo referente a su organización (estructura).

La alteración del material original comienza por un cambio en la coloración, aparecen


coloraciones amarillas y pardas, muy tenues al principio y luego se van acentuando.

Además comienzan a desarrollarse pequeñas grietas muy estrechas y de paredes


ajustables, que progresivamente se van ensanchando y haciéndose menos regulares y
de morfología más compleja.

Después aparece el plasma (o masa basal) rellenando parcialmente los huecos, pero al
principio sin que se produzcan reorganizaciones, las movilizaciones o carecen de
importancia o son inexistentes en esta etapa.
A nivel de alteración mineral la transformación comienza afectando a los minerales
mas inestables (piroxenos, anfiboles y plagioclasas).

2. Formación (continuación)
El material se vuelve deleznable, más o menos suelto, de aspecto pulverulento. Se
produce la desagregación de la roca, los cristales se separan unos de otros, pero
conservando en gran medida el volumen inicial y manteniendo en cierta medida, la
organización primitiva de roca. A este estadio de alteración se le llama saprolita.

En la fase final la transformación es tan intensa que el material adquiere una


morfología propia. Se forma el suelo. A nivel de organización los cambios conducen
a la pérdida total de la estructura de roca. Los minerales que en las etapas anteriores
se habían fragmentado pero que permanecían in situ, formando entidades
individuales, ahora se han movilizado y desplazado a distancias variables. Los
minerales se reorganizan,se unen entre sí y a la fracción orgánica y forman nuevos
agregados estructurales. Las movilizaciones de sustancias adquieren en esta fase un
papel predominante.
Como resultado de la intensa alteración el plasma se vuelve muy abundante y llega a
constituir una especie de masa basal que engloba a los demás constituyentes. Por otra
parte, la porosidad aumenta espectacularmente, lo que conlleva un aumento de
volumen considerable.
A nivel de alteración se observa una transformación profunda de los minerales de la
roca madre. Se alteran ya los más resistentes, como los feldespatos potásicos
(ortosa)y permanece sólo el cuarzo que es muy inalterable (sólo se fragmenta). Se
produce en esta etapa final una importante formación de nuevos minerales edáficos
(que no existían en la roca madre) que se acumulan en la fracción arcilla .

En esta etapa los organismos se implantan en este medio, lo transforman e incorporan


sus residuos y sus propios cuerpos al morir. Estos restos orgánicos sufren unos
profundos cambios hacia otros compuestos más estables.

Los cambios que hemos mostrado en todas estas fotografías son muy espectaculares,
al tratarse de la edafización (formación del suelo) de una roca ígnea, como en el caso
del granito, y por tanto, con mineralogía, textura y microestructura muy diferentes de
las que presentan los suelos; sin embargo, si el material original es una roca
sedimentaria, estos cambios desarrollados durante los procesos edáficos serán menos
espectaculares.
En resumen, en la secuencia de transformación de la roca a suelo se producen
progresivos incrementos de: fragmentación, porosidad, alteración mineral, material
fino, materia orgánica y de estructura edáfica.

3. Factores de formación
Bien, cabe ahora preguntarse qué factores serán los que condicionen los cambios en
los materiales originales hasta formar el suelo. Esta claro que la roca, con su aporte
masivo de minerales, será un factor importante en la formación del suelo. ¿Pero qué
otros factores influirán? Bueno, pues, como se ha mostrado en el punto 2, el suelo se
forma además de a partir de una roca también a partir de unos restos vegetales y
animales, por tanto, los organismos también constituyen un factor importante Si se
comparan los suelos de la regiones húmedas y los de las regiones áridas salta a la
vista el importante papel que juega el clima en la formación del suelo. Por otra parte,
si analizamos la distribución de los suelos en una zona montañosa, observaremos
como los suelos se encuentran escalonados en el paisaje (figura 2). Por último, es
evidente que los cambios que se producen en el material para pasar de roca a suelo
necesitan para desarrollarse que transcurra un determinado tiempo y este tiempo
representa el quinto y último factor en la formación del suelo.
El suelo puede ser considerado como una determinada combinación de sus factores
formadores. Esta concepción del suelo fue expresada por primera vez por Jenny en
1940 según la siguiente ecuación:
S = f (cl, o, r, p, t).
representando "S" al suelo, "f" es una función , "cl" al clima, "o" a los organismos,
"r" al relieve, "p" a la roca madre y "t" al tiempo.
Esta ecuación es muy importante pues representa que para una determinada
combinación de los factores formadores sólo puede existir un tipo de suelo (la misma
combinación de factores originará siempre el mismo tipo de suelo
independientemente del lugar geográfico en que se encuentre). Igualmente importante
es que la magnitud de cualquiera de las propiedades del suelo, tales como pH,
contenido en arcillas, porosidad, etc, está determinada por la combinación de estos
factores formadores.
Para evaluar la influencia de cada factor formador en las propiedades del suelo, basta
en teoría con mantener constantes todos los demás, (hecho que frecuentemente es
difícil de encontrar en la práctica). Así para ver la importancia del tiempo, la ecuación
fundamental quedaría así:
S= f(t) cl, o, r, p; siendo cl, o, r, p, = constantes.
lo que quiere decir que la variación de cualquier propiedad del suelo depende
exclusivamente del tiempo. Así, en el tiempo cero, suelo y material original se funden
uno en el otro. Variando el tiempo irán apareciendo una serie de tipos de suelos, cada
vez mas evolucionados, cuyas propiedades serán una consecuencia directa de la edad
y obtendríamos lo que se llama una CRONOSECUENCIA. Por otra parte, si aislamos
el factor roca madre (y mantenemos constantes a todos los demás) tendríamos una
LITOSECUENCIA. Aislando el factor relieve obtendríamos una TOPOSECUENCIA
o CATENA, si es el clima el único factor variable tenemos la CLIMOSECUENCIA y
finalmente la acción de los organismos vendría representada en una
BIOSECUENCIA.

3.1 La roca como factor formador


La roca representa la fuente de los materiales sólidos. Generalmente, los minerales
del suelo proceden directamente o indirectamente de la roca madre. El influjo de las
rocas en los constituyentes y propiedades de los suelos es muy marcado para los
suelos más jóvenes, pero esta relación se va volviendo cada vez menos patente
conforme va transcurriendo el tiempo.
Son muchos los parámetros de la roca que inciden en la formación y evolución de los
suelos, pero de ellos podemos destacar claramente a tres.
Composición mineralógica. Aquellas rocas que contengan abundantes minerales
inestables evolucionarán fácil y rápidamente para formar suelos, mientras que
aquellas otras, como las arenas maduras, que sólo contienen minerales muy estables,
como el cuarzo, apenas si llegan a edafizarse aunque estén expuestas durante largo
tiempo a la meteorización.
Permeabilidad. Regula la penetración y circulación del aire y del agua, lo que va a
condicionar de un modo decisivo la fragmentación, alteración y translocación de los
materiales.
Granulometría. De los dos apartados anteriores se desprende el importante papel
que el tamaño de las partículas de los constituyentes de la roca va a representar para
la edafización de estos materiales.
Los materiales de granulometría grosera, los arenosos, van a presentar una gran
estabilidad frente a la alteración. Cuanto mayor sea el tamaño del grano menos
representará la superficie frente al volumen total del grano y por tanto menos
superficie de ataque presentarán a la agresión del medio.
Por otro lado la granulometría gruesa da lugar a materiales muy porosos, con poros lo
suficientemente grandes como para la rápida circulación del agua (al ser grandes los
granos dejan al empaquetarse huecos de tamaño también grande).
Los materiales arcillosos ofrecen unos comportamientos opuestos, mientras que los
materiales de granulometrías equilibradas dan resultados intermedios.

3.2 El clima como factor formador


La decisiva acción del clima en la formación del suelo se desprende al considerar que
el clima va a regular el aporte de agua al suelo, así como su temperatura. Como se
muestra en la figura, ambos factores (humedad y temperatura) ejercen una influencia
decisiva en los tres procesos básicos de formación de los suelos (figura 3).
Por otra parte el clima también influye directamente en otros factores formadores,
como es el factor biótico y el relieve.
La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de desarrollo de la mayoría
de los procesos edáficos. Es por ello que la intensidad de percolación (infiltración) se
considera un factor decisivo en la formación del suelo (condicionada por factores
climáticos, cantidad y distribución anual de las precipitaciones, y algunos parámetros
edáficos, como la permeabilidad). La intensidad de percolación nos va a indicar si en
un suelo se produce suficiente exceso de agua como para producir el lavado y la
translocación de materiales o si por el contrario el agua queda retenida sin que apenas
se desplace hacia los horizontes profundos. La intensidad de la alteración, la clase de
procesos que se presentan, el tipo de horizontes que se formen y el espesor del suelo
van a ser muy diferentes según que los suelos sean percolantes (abundante
infiltración de agua) o subpercolantes (figura 4).

3.2.1 Acción del clima sobre los constituyentes


La cantidad de arcilla presente en un suelo aumenta con las precipitaciones y con la
temperatura (ambos favorecen la alteración).

Pero también existe una relación entre el tipo de minerales presentes en esta fracción
y las precipitaciones.
Igualmente se encuentra una marcada relación entre los elementos climáticos con el
contenido en materia orgánica y su grado de evolución. En líneas generales, al
aumentar la precipitación aumenta los porcentajes de materia orgánica (aumenta el
desarrollo de la cobertura vegetal y, por tanto, sus aportes), mientras que al aumentar
la temperatura disminuye el contenido de materia orgánica (prevalece la destrucción
frente al aporte).

3.2.2 Influencia del clima en las propiedades del suelo


Las acciones del clima también quedan reflejadas en muchas de las propiedades del
suelo. La capacidad de cambio (cantidad de iones adsorbidos en las superficies de los
materiales del suelo) aumenta proporcionalmente a las precipitaciones, e incluso los
iones fijados en las posiciones de cambio también muestran una dependencia.

Por otra parte al aumentar las precipitaciones se producirá una progresiva


acidificación, la cual irá acompañada de la correspondiente desaturación del complejo
de cambio (los hidrogeniones van sustituyendo al Ca, Mg, Na y K).
3.2.3 Climosecuencias
La dependencia climática del suelo queda espectacularmente registrada en la clásica
climosecuencia de Strakhov para los suelos de Rusia (figura 5).

3.3 El relieve como factor formador


Los procesos edáficos repercuten en el relieve y viceversa.
Desde el punto de vista edáfico los elementos del relieve más importantes son la
inclinación y longitud de las laderas, la posición fisiográfica y la orientación.

3.3.1 Acciones del relieve


El relieve ejerce tres acciones fundamentales para la evolución del suelo.

Transporte
Por la acción de la gravedad, en el relieve se produce el transporte de todo tipo de
materiales que se trasladan pendiente abajo. Dependiendo de su posición en el
paisaje, el suelo se ve sometido a la acción de erosión o por el contrario puede
predominar la acumulación (figura 6).
En las zonas altas, sobre todo en las áreas en que se presentan fuertes inclinaciones, el
suelo está sometido a una intensa erosión, por lo que la posición se considera residual
y estará conformada por suelos esqueléticos.
A media ladera los suelos están sometidos a un continuo transporte de materiales
sólidos y soluciones, por lo que suelen presentar pequeños o moderados espesores y
en ellos son muy abundantes los cantos angulosos, tan representativos de los suelos
coluviales.
En la ruptura de las pendientes se produce la deposición de los materiales arrastrados
(compuestos solubles y partículas sólidas) por lo que en las posiciones de pie de
ladera se forman suelos acumulativos que continuamente se están sobreengrosando,
formándose suelos muy espesos y de texturas (granulometrías) muy finas.
En definiva en un relieve colinado existen básicamente tres posiciones con
comportamiento muy diferente: relieve residual (o erosional), relieve transporsicional
y relieve deposicional (figura 7).

Características hídricas
El relieve también influye en la cantidad de agua que accede y pasa a través del suelo.
En relieves convexos el agua de precipitación circula por la superficie hacia las zonas
más bajas del relieve y se crea un área de aridez local, mientras que lo contrario
ocurre para las formas con relieve cóncavo.

También el drenaje del suelo se verá influenciado por el relieve, ya que este influye
decisivamente en la textura, que a su vez condicionará en gran parte la permeabilidad.
En las áreas altas tendremos un drenaje vertical rápido, que pasará a oblicuo en las
laderas y quedará muy impedido en las depresiones.
Por otra parte la posibilidad de aporte de agua a través de niveles freáticos también
estará condicionada a la posición del suelo en el relieve.

Microclima
El relieve también modifica las características del clima edáfico, al influir en la
temperatura y en la humedad en función de la inclinación (influirá en la intensidad
calorífica de las radiaciones recibidas), orientación (que regulará el tiempo de
incidencia de las radiaciones solares) y altitud (que influirá en los elementos
climáticos generales).
Como consecuencia de todo ello también afectará al desarrollo de la vegetación y de
la actividad microbiana.

3.3.2 Relaciones entre el relieve y las propiedades y constituyentes del suelo


Las importantes acciones descritas en el apartado anterior se materializan en una
clara dependencia de los constituyentes y propiedades del suelo con el relieve. Estas
dependencias se definen como topofunciones y algunas de ellas las representamos de
una manera esquemática en la figura 8.

3.3.3 El relieve y la evolución del suelo: catenas o toposecuencias


Lógicamente también existe una dependencia entre el grado de evolución del suelo y
su posición en el paisaje. Esta relación entre los suelos y el relieve se llama catenas
de suelos o toposecuencias.
La catena (figura 9) representa el escalonamiento regular de suelos dando una
sucesión cuyo grado de desarrollo varía de forma continua con la pendiente y
mostrando niveles de igual desarrollo para suelos situados en la misma posición
topográfica (con iguales inclinaciones y cotas topográficas).

3.4. Los organismos como factor formador


3.4.1. Acciones de los organismos
Básicamente los organismos ejercen tres acciones fundamentales:
Constituyen las fuente de material original para la fracción orgánica del suelo.
Restos vegetales y animales que al morir se incorporan al suelo y sufren profundas
transformaciones.
Ejercen importantes acciones de alteración de los materiales edáficos. Los
organismos transforman los constituyentes del suelo al extraer los nutrientes
imprescindibles para su ciclo vital. El papel de los microorganismos en la
transformación de la materia orgánica es tan importante como para que la
humificación apenas se desarrolle en su ausencia.
Producen una intensa mezcla de los materiales del suelo como resultado de su
actividad biológica.

3.4.2 Efectos sobre los constituyentes y propiedades


El tipo y abundancia de la materia orgánica del suelo está directamente relacionada
con los organismos del mismo.
Favorecen el desarrollo y estabilidad de la estructura (como consecuencia directa
de su circulación a través del suelo y también al excretar residuos de intenso poder
agregante).
Aumentan la porosidad del suelo.
Favorecen el drenaje.
Influyen en el microclima (la vegetación produce sombra y disminuye la
evaporación , aunque también consumen gran parte del agua del suelo).
Protegen al suelo de la erosión. Por efecto mecánico (la cobertura vegetal, así
como los restos acumulados sobre la superficie, protege a éste de los impactos de las
gotas de lluvia) o por el poder de agregación que unen a las distintas partículas del
suelo y así quedan fuertemente retenidas.

3.5. El tiempo como factor formador


Como hemos visto el suelo, se origina por una serie de procesos y cada uno de ellos
se desarrolla con muy diferente velocidad. Como consecuencia las propiedades del
suelo, que son el resultado de la actuación de los procesos, se manifestaran también
de un modo desigual.

3.5.1 Velocidad de formación del suelo


La velocidad de formación de un suelo es extraordinariamente lenta y depende del
tipo de factores formadores de cada suelo. Así los suelos se desarrollaran mas
fácilmente sobre materiales originales sueltos e inestables que a partir de rocas duras
y constituidas por minerales estables. También es lógico esperar una mas rápida
formación en los climas húmedos y cálidos que en climas secos y fríos. Por ello la
velocidad de formación del suelo es muy variable, en la bibliografía se pueden
encontrar valores desde 1mm/año hasta 0,001mm/año. Es de resaltar como la
velocidad de formación del suelo decrece drásticamente con la edad, ya que en un
principio el material edáfico evoluciona hacia la formación de un horizonte A (de
alteración de materia orgánica), que es de rápida formación, y una vez formado este
horizonte el suelo se desarrolla originando horizontes B (de alteración mineral), de
mucha más lenta formación.

3.5.2 Cronosecuencias de suelos


La antigüedad de un suelo puede valorarse de manera indirecta por la edad de la
superficie geomorfológica sobre la que se desarrolla. Las superficies pueden estar
datadas por métodos geológicos pero también se puede evaluar que superficie es más
antigua que otra dada en base a criterios de campo. Así como se indica en la figura10
la superficie que disecta es más antigua que la que es cortada .
En los estudios de suelos es interesante valorar su antigüedad relativa (mejor aún es
calcular la edad absoluta pero esta datación es muy difícil de realizar). Los suelos se
ordenan en una secuencia de edad creciente y se analiza como han ido cambiando con
el tiempo su tipología y sus propiedades.
De todos los tipos de cronosecuencias, son sin duda las desarrolladas en terrazas
fluviales las más universalmente investigadas. Desde el punto de vista edáfico la
propiedad más interesante de las terrazas fluviales es que, en condiciones normales,
presentan una clara correlación entre la cota de la terraza y su edad, de manera que la
terraza más alta es la más antigua y al descender son cada vez más jóvenes, hasta
llegar a la terraza inmediatamente próxima al cauce, que será la de formación más
reciente. La diferente evolución de cada suelo, así como el grado de desarrollo de sus
propiedades está regulado exclusivamente por el factor tiempo (figuras 11 y 12).
La evolución de una propiedad concreta (o de un constituyente del suelo) en función
de la edad se le llama cronofunción. Es decir como va variando la propiedad
considerada al ir aumentando progresivamente la edad del suelo. La forma mejor para
evaluarla es representarla en un diagrama de dispersión (propiedad frente a edad) y
calcular la ecuación de regresión y valorar su grado de ajuste con el correspondiente
coeficiente de correlación (como la grafica mostrada en el apartado anterior 3.5.1).

3.5.3 Suelo climax o estado estacionario


En la siguiente figura 13 idealizamos el comportamiento de como se van
manifestando una serie de propiedades en función del tiempo.

Unas propiedades van aumentando su grado de desarrollo (lineas A, C y D de la


figura) mientras que otras tienen un comportamiento inverso (B), pero todas ellas
llegan a alcanzar un estadío a partir del cual no experimentan variaciones con el
tiempo (las curvas se vuelven paralelas al eje horizontal, lineas A', B', C' y D'),
alcanzando cada una este estado de equilibrio a una edad diferente (edad 1, 2, 3 y 4).
Cuando todas las propiedades se encuentran en esta situación se dice que el suelo está
en estado climax o estado estacionario (punto D´; tiempo 4). El tiempo necesario para
alcanzar esta etapa de madurez varía con cada tipo de suelo, según los procesos que
en su formación hayan tenido lugar .

Algunos autores cuestionan esta teoría del estado estacionario y creen que el suelo
siempre esta evolucionando. De cualquier forma parece claro que en sus etapas
finales el suelo evoluciona tan lentamente que podemos considerar sus cambios como
poco significativos.
Unas propiedades alcanzan rápidamente su equilibrio, en sólo algunos cientos de
años (por ejemplo, contenido en materia orgánica y lavado de los carbonatos),
mientras que otras son de desarrollo mucho más lento, requiriendo del orden de
muchas decenas de miles de años (por ejemplo, la translocación de arcilla). En
consecuencia los distintos horizontes que componen los suelos necesitan de tiempos
muy distintos para su formación (como se muestra en la siguiente figura el horizonte
A es el de más rápida formación, mientras que el horizonte óxico necesita de hasta un
millón de años para manifestarse totalmente).
Para aquellos suelos que se forman en menos de alguna decenas de miles de años se
habla de ciclo corto, mientras que los que requieren de muchas decenas de miles
hasta cientos de miles de años se habla de ciclo largo.

4 Procesos de formación
En los apartados anteriores se describe cómo la roca se transforma en suelo por la
acción del clima, de los organismos, del relieve, y del tiempo, y hemos analizado
también, brevemente, los cambios producidos en la secuencia roca-suelo.
Analizaremos ahora los procesos que se desarrollan durante esta transformación y
muy especialmente nos dedicaremos a poner de manifiesto las pruebas que la
actuación de estos procesos dejan en el perfil del suelo.

4.1 Esquema general


En la formación del suelo intervienen un conjunto de procesos muy heterogéneos y
en ocasiones no totalmente esclarecidos. Esta complejidad se desprende si nos
fijamos en la posición del suelo en la Naturaleza. Efectivamente, como
esquematizamos en la siguiente figura 1, el suelo está sometido a las leyes de la
litosfera, hidrosfera, biosfera y atmósfera.

En síntesis, la formación de un suelo la reproducimos en la figura 2. La formación del


suelo tiene lugar como consecuencia de la actuación de los cinco factores formadores,
ya descritos, y en ella desde el punto de vista didáctico se pueden distinguir dos
etapas: la etapa inicial que representa la diferenciación de los constituyentes del suelo
y una etapa final en la que los constituyentes se reorganizan y evolucionan para
formar el suelo.
La etapa inicial comienza, lógicamente, con la fragmentación de las rocas originales
y también de los restos de los organismos que poco a poco han ido colonizando el
material. La desagregación del material facilitará la circulación del aire y del agua, y
también favorecerá la actividad biótica, todo lo cual conducirá a la subsiguiente
alteración química del material.
Los minerales de las rocas originales, dependiendo de la estabilidad, se alteran en
mayor o menor medida, apareciendo en el suelo más o menos transformados. Los
iones liberados en la alteración mineral pasarán a la solución del suelo formando
geles o se recombinarán para dar lugar a nuevos minerales.
Por otra parte, los vegetales y animales sufren al morir unas intensas
transformaciones químicas, desarrollándose un nuevo material orgánico que
evoluciona para alcanzar un equilibrio en las condiciones edáficas, llamado humus.
Durante estos procesos de transformación del material orgánico se desprenderán
compuestos sencillos que irán a engrosar la solución del suelo y también se pueden
desprender como consecuencia de estas reacciones determinados gases, además de
agua, pero el agua y los gases del suelo proceden fundamentalmente de la atmósfera.
Etapa final. Todos los constituyentes formados o liberados en la etapa inicial
(minerales, humus, geles, gases, agua y soluciones) sufren una serie de procesos de
mezcla y diferenciaciones que si evolucionan in situ conducen a la formación del
suelo, mientras que si son arrastrados a otros lugares, dan lugar a los sedimentos (los
cuales pueden edafizarse posteriormente para dar suelos).
http://www.edafologia.net/introeda/tema01/procbas.htm

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