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ÚNICA RELIGIÓN VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA
IUNDADA
POR JESU CHRISTO:
O
APOLOGÍA DE LA RELIGIÓN CATÓLICA
contra todos sus enemigos;

QUE HACE VER,

COMO ESTA ES LA ÚNICA QUE ENSENA LA VERDAD.

POR
EL R. P. Fr. MANUEL DE Sto. TKOMÁS DE AQUÍNO
Carmelita Descalzo ; Ex-Letor , y Escritor
de su Orden.

TOMO II.

CON LAS LICENCIAS NECESARIAS.

EN VALENCIA:
Por Francisco Burguete , Impresor del S. Oficio.
Año 1795.
ÍNDICE ¡ '. I i

DE LAS LECCIONES
-i-;. contenidas en este Tomo.
LAS FUENTES DE LA VERDAD
son la Escritura y Tradicion , &c. :.. t
L* i » i .¡ «» '(. i - ' - u l « . ' -' -.- . - - . - '.-
ECCKDN I. Ni es imposible, ni tan facil, ni tari
.- . difícil averiguar , qual sea la Religion verdade
ra , como piensa Rouseau con vergonzosa in-
conseqüencia. .. -. -.'..:. . •»•'-' -Pag.t
LECCIÓN II. Quántas especies de demostraciones
puede haber; y si la demostracion moral , á la '.U
qual pertenecen las pruebas de la Religion , es
tan sólida como las otras. 6*
LECCIÓN III. Se examina cómo puede suceder
que la Religion Católica sea demostrable , y rio '
: arrebate á todos en su sequito. .„.. r. ir
LECCIÓN IV. Se comienza á tratar de los Here-
ges , y de la unicn que tienen con nosotros en
mirar la Escritura Santa como regla de nuestra i
íé ; y de los principios en que se apartan de no
sotros. .T . / ' '-' 17
LECCIÓN V. No es posible , que la letra sola de
la Escritura sea la regla de nuestra Fé , como
quieren algunos Hereges. . -1. .. a ti
LECCIÓN VI. Es indispensable tener recurso á la
Tradicion para entender la Escritura. Sentir de < i;
los Padres de lo& primeros siglos. 2 j)
LEC-
LECCIÓN VIL' Todo A* tícíílS de '%' sefdebe prc*
bar como qualqúier hecho 5 -duda ; y 'para esto,
$s indispensable añadir la Tradicion á les dotUr r
tóds Mearos.'- ^ '" -': ° ^ wi a ^ 30
LECCIÓN ^HL.áastá^hUtíítro'iJ^ñbriiígdsí se sir
ven de las Tradiciones para probar sus dogmas.
Cifcuhstancias notables que se hallan en los te£
tigos c*cróJicos>que forman la Tradicicmii.^ .$5
LECCIÓN IX. Sofisma pueril de los Hereges, y ar- -r
guíñente tomado: de Si» Pablo y San Juari para-: .^.»-
impugnar las Tradiciones^ con su respuesta. '' 40
LECCIÓN X. Argumento de los Hereges , funda»- 1
; .*do:en lo que sucedió con los Milenarios. Su res-
puestfti'.Hü-om'iL '/.. --:::-if•;<¡ 'n;:'' .;„'.). .i: : 44
LECCIÓN íXI. Otro argumento: tomado de Jere-ví
mías * que parece favorecer al espíritu privado:
r y su respuesta. ¡ .'- 4^
LECGION: XII. Argumento que resulta de variar -i
Tradiciones y práóticas que y'a nó)erstdn en uso* ;
í rSu respuesta. .o>íh.V i.¿ cr> ;:;;-x -: : '¡ .' .ír-¿V
LECCIÓN XIII. Argumento fundado en la difW rí
cuitad de entender los Padres, discernirsus obras ?
legítimas , y contradicciones aparentes. Sit tés- ¡ ' ' !
puesta.. j ni; n¡. . jó r>í;p rri .: .í:' i;:! -.;. ./>[ :'¡i '; •' : 54
LECCIÓN XIV. Tres argumentos sacados de San
to Thomás , San Agustin , San Pablo , San Ge^"
rónimo t Tertuliano ^ y Circulo vicioso que nos
V imputan. Se responde á los dos primeros,': : ' ' 5P
LECCIÓN XV. Se^responde al argumenta que nos'-- X{ "-*
imputa Circulo vicioso , haciendo ver , que los -
. Hereges son los que lo cometen. . ' &4
r - re.
RELIGIÓN LUTERANA,
Y Protestante vencida.

L.lECCION XVI. Idea de Lutero , su carácter , su


inconexion, y motivo que lo indispuso contra la
Iglesia Católica. . 71
LECCIÓN XVII. Lutero se enfurece contra el Pa
pa , porque condena su doctrina. Se hace Apos- .
tol , y Eclesiaste's de Vitemberga sin obrar mila
gros. Sus profecías se falsifican. Se irrita contra
los que le corrigen , y varía la doctrina sobre la
libertad humana. 75
LECCION XVIII. Casamiento de Lutero. Con
troversia que tubo con Carlostadiory su muerte. 70
LECCION XIX. Seguida de la doctrina de Lutero
en Zuinglio y Calvino ; el que procura reducirla
á sistema metódico, aunque separandose en mu
chas cosas del ptimero. 81
LECCION XX. Por los mismos motivos que los
Protestantes quieren justificar su separacion de
la Iglesia , se prueba con mayor evidencia , que
su division fue injusta. 86
LECCION XXI. En- la Iglesia de los Protestantes
no se hallan los caractéres de verdadera Iglesia,
que son : Ser Una , Santa , Católica, y Apostoli
ca. Esto solo es propio de la nuestra. 01
LECCION XXII. Se prueba ser injusta la separa
cion de Lutero por un argumento de San Fran
cisco de Sales, y porque segun el mismo Luteto,
no se pueden salvar fuera de la Iglesia Católica. 08
LECCIÓN XXIII. Se acaba de convencer con doc
trina de los mismos Luteranos , que nos pode-
# mos
mos salvar en nuestra Religion ; y se descubre
un misterio de iniquidad que forman para sedu
cir a los incautos. 105
LECCIÓN XXIV. Se precabe el vano efugio de
los Protestantes ,- que quieren hacer invisible la
Iglesia Católica , para decir que siempre hubo
fieles que creyeron en el corazon los mismos
dogmas que L utero. 1 09
LECCIÓN XXV. Dios ha cegado los Protestan
tes en castigo de su sobervia, para que no vean
la debilidad de sus principios ; y de aquí ha na
cido h continua variacion de sus dogmas. 112
LECCIÓN XXVI. La Religion Luterana y Pro
testante es la mas loca y disparatada de quantas
se conocen , si atendemos á su inconseqüente
modo de proceder. 11J
LECCIÓN XXVII. Los principales amigos y hom
bres de la Religion Protestante , nos enseñan y
obligan á formar tan baxa idea de sus Autores
y principios. 117
LECCIÓN XXVIII. Esfuerzos que hizo el Señor
Bossuet para la reunion de los Protestantes con
los Católicos. Me'todo formado &c 120
LECCIÓN XXIX. Diferencias principales que hay
entre los Protestantes y Católicos, y que no son
imposibles de concordarse sobre ellas unos con
otros. I2<í
LECCIÓN XXX. Conversion admirable de un
Protestante en el año 1783 , y los medios por
donde llegó á conocer la verdad. 133
APENDIX SOBRE LOS PROTESTANTES. A-
nalísis de una conferencia entre un Católico y
un
un Calvinista , que por un médio sencillo y cla
ro confunde las quejas de los Protestantes. 1 29

TESTAMENTO NUEVO,
Jesu Christo, y su Divinidad.

XjECCION XXXI. LosLibros y Testamento nue


vo arrastran á todo hombre que no está preocu
pado , porque en ellos se ve' claramente el can
dor de sus Autores , su verdad y su inspiracion. 145
LECCIÓN XXXII. La autenticidad de los Evan
gelios se prueba por el consentimiento de los
Hereges , Judios y Gentiles r y el argumento to
mado de los Evangelios apócrifos , se hace ser
vir de confirmacion á la verdad de los nuestros. 153
LECCIÓN XXXIII. La antiguedad é invariabili-
dad en la idea de Dios que sigue constantemen
te desde el principio del mundo hasta nosotros
por medio de Jesu Christo, es otra prueba de la
divinidad de su Autor. . 161
LECCIÓN XXXIV. En la publicacion del Evan
gelio se advierte la ruina de la Idolatría, que no
podia efectuarse sino por obra de Dios. \66
LECCIÓN XXXV. El haber comprehendido toda
la ley en el precepto del Amor, prueba la divini
dad y verdad de nuestra Religion. -171
LECCIÓN XXXVI. La verdad eterna solamente
pudo de$cubrir,.que en el amor se comprendian
todaslas. leyes y. obligaciones ; y el amor del
próximo y de los enemigos. asegura las Monar
quías , haciendose visible de este modo la divi
nidad y verdad de nuestra Religion. ' i-¡6
-'' ¡ . #z LEC-
LECCIÓN XXXVII. No se hallan en el Evange
lio máximas que se opongan á la pública felici
dad. La humildad christiana , el desinterés, po
breza , prohibicion del luxo , consejo y man
dato de Castidad , no son contrarias al órden y
bien de la Sociedad. 181
LECCIÓN XXXVIII. Hasta los Gentiles supieron
respetar la virginidad y celibato virtuoso , que
los Filósofos ilustrados satirizan abominable-
• mente en nuestros dias. 190
LECCIÓN XXXIX. Las máximas mas severas y
fuertes del Evangelio no son contrarias á la ra
zon , ántes por ellas se descubre mas la sabi
duría y divinidad del Evangelio. 195
.LECCIÓN XL. La elevacion de la moral de Jesu
Christo sobre la doctrina de los Gentiles , que
presumían de sábios y justos , es otra prueba de
la divinidad de los Evangelios. loo
LECCIÓN XLI. La doctrina de Jesu Christo es
irías pura y perfecta que la que observan los Ju
dios, &C 2o4
LECCIÓN XL1I. El cuerpo doctrinal de los Pro
testantes comparado con el de los Católicos,&c. alo
LECCIÓN XLIII. La pronta propagacion del E-
vangelio no solo entre el ignorante pueblo , sino
entre Nobles , Sábios , y Príncipes poderosos
desde su principio , es otra prueba de su divi
nidad- 212
APENDIX SOBRE JESU CHRISTO. Jesu Chris
to es Filósofo sublime, amigo de los hombres
y sociedad , errtbiado de Dios , y el único Doc
tor y Maestro de la verdad y virtud. 219
VER-
VERDAD DE LA RELIGIÓN
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES, &C

XiECCION XLIV. La Religion Christiana se ex


tiende por la paciencia de los Mártires que son
inumerables ; su valor , su verdad y justicia de
causa , dan nuevo testimonio de la divinidad
del Evangelio. 23 J
LECCIÓN XLV. Los exemplos de paciencia en
los Mártires , la crueldad en los Tiranos , y las
respuestas que daban los Santos al morir en los
tormentos , aseguran que nuestra Religion es
obra de solo Dios. 241
LECCIÓN XLVI. Actas de San Acacio Obispo y
Martir , donde se deben admirar las respuestas
vivas y fuertes del Santo , probando la vanidad
de los ídolos , y verdad de la Unidad de Dios. 247
LECCIÓN XLV1I. Actas de otros Mártires , An-
dre's , Pablo , y Dionisia , que enttó á sufrir el
martirio por Nicómaco , que negó la Fé en los
tormentos. 254
LECCIÓN XLVIII. Actas de Santa Teodora y San
Dídimo, que contienen una historia singular, y
como el Santo no quiso que pasase por milagro
un caso que lo creían por tal los Gentiles. 258
LECCIÓN XLIX. Actas de San Taraco , Probo y
Andrónico , Mártires , por los años de 3o4 , en
el Imperio de Diocleciano. . 267
LECCIÓN L. Martirio de Santa Afra , que sien
do Ramera fue convertida por San Narciso , y
padeció por los años de Christo de 304 , en el
Imperio de Diocleciano y sus Cólegas. 2 80
LEC-
LECCIÓN LI. Se comienza á descubrir la maldad
de algunos Incrédulos , que han querido obs
curecer esta prueba de nuestra Santa Religion. 385
LECCIÓN L1I. Se continúa en responder á los In
credulos , y se descubre con la mayor evidencia
su mala fe' , y cómo falsifican casi todo lo que
citan. 2 8p
LECCIÓN Lili. Se acaba de convencer á los In
credulos de su mala fé , y se enseña lo indigno
— que son de ser creidos. xpy

TRIUNFO DE LA RELIGIÓN,
por las Apologías , &c.

AFECCIÓN LIV. San Justino sostiene la causa de


la Religion en la primera Apología , defendienr
do á los Christianos de los crímenes que les im
putaban , y demostrando la falsedad del Paga- ' .'
nismo. 7 .- 2pp
LECCIÓN LV. Continúa San Justino su Apolo
gía , presentando el martirio de San Tolome'o,
Lucio , y otro cuyo nombre se ignora , para
convencer de injusta la persecucion. '303
LECCIÓN LVI. Nueva defensa que hace Sanjus-
v.' tino de la causa de los Christianos , y que con
vence de injusta la persecucion contra los Dis
cípulos de Jesu Christo. %o6
LECCIÓN LVII. San Justino sella sus Apologías
con su sangre , y los Mártires son nueva confir
macion de la verdad de una Religion que inspi
ra tal valor y fortaleza. 3o9
LECCIÓN LVI1I. Tertuliano hace una demostra
cion
cion de el Evangelio y de su verdad, presentan
do la monstruosidad de la Idolatría , y la injus
ta persecucion contra los Christianos. 314
LECCIÓN LIX. Acaba Tertuliano su Apología
vindicando los Fieles de todas las calumnias,
con las quales son infamados de los Gentiles. 3 17
LECCIÓN LX. Utilidad que percibe la Religion
y los Fieles de estas Apologías , que son un
nuevo género de pruebas. 320
LECCIÓN LXI. El Venerable Padre Fray Luis de
Granada , prueba la verdad de nuestra Santa
Religion por el cumplimiento de las Profecías. 322
LECCIÓN LXII. Elevacion del hombre por la re
velacion profe'tica. 326
LECCIÓN LXI II. El cumplimiento de las profe
cías es un argumento convincente de la divini
dad de la Religion. ..¡/'. 330
LECCIÓN LXIV. Ninguna cosa sólida se puede
objetar contra este argumento tomado de las
profecías. 333
LECCIÓN LXV. La recopilacion de las profecías
que. vemos en la Obra de Eusebio , intitulada:
Preparacion y Demostracion Evangélica , termina
y aclara la fuerza que se funda en este argu
mento para probar la Religion. 336
LECCIÓN LXVI. Los milagros verdaderos son
una prueba grande de la Religion en cuya con
firmacion se obran .'> y Dios jamás coopera con
ellos al engaño. 33i
LECCIÓN LXVII. Grandeza de los milagros de
Jesu Christo. Ellos se diferencian de todos &c. 340
LECCIÓN LXVIII. Los milagros de Jesu Christo
tie-
tienen en sí las mayores pruebas , en la sinceri
dad con que los refieren los Evangelistas , y en
especial los que obró al morir. 343
LECCIÓN LXIX. El primer milagro de la muer
te del Salvador fue' morir como convenia á un
hombre Dios , sabiendo anticipadamente su
muerte y todas sus circunstancias. 34J
LECCIÓN LXX. Segundo milagro de la muerte
de Jesu Quisto. Morir voluntariamente , quán-
do , dónde , y como quiso. 348
LECCIÓN LXXI. La muerte de Jesu Christo es
tá llena de milagros y prodigios, que ningun
hombre de razon los puede negar. - 3 jo
LECCIÓN LXXII. El mayor milagro de Jesu
Christo al morir fue' la conversion de todd el
mundo. Se responde á las cavilaciones &c. 354
LECCIÓN LXXIII. No hay cosa que pruebe
mejor: la divinidad de Jesu Christo y de nues- -
. tra Religion , que el grande triunfo conseguido
por la Cruz del Salvador. 357
LECCIÓN LXXIV. Aunque no miremos a Jesu
Christo , sino con los ojos de la razon , se con-.
vence que es Dios y Criador. 362
LECCIÓN LXXV. La multitud de milagros se
prueban con las Obras de San Irenéo y Tertu
liano , escritas contra los enemigos de la Reli
gion , y publicadas á su presencia. 364
LECCIÓN LXXVI. Eusebio y San Agustin con
firman esta multitud de milagros ; que añadida
á las otras pruebas de Religion , se infiere con
demostracion moral que solo la .Católica es la
verdadera. :.'...' . 367
' ' UNI-
: ÚNICA RELIGIÓN .'i
VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA
de'jesu christo.
LAS FUENTES DE LA VERDAD

SON LA ESCRITURA Y TRADICIÓN,


Y NO EL ESPIRITU PRIVADO.

Scrutamlni Scriaturas. Joann. 5 . Tenete


traditiones. 2. Thes. 2. 3\(o/ite crecie
re omm sprltui. 1 . Joann. 4. v. i«
lección 1.
Ni es imposible , ni tan facil , ni tan difícil averiguar , qual
sea la Religion verdadera , como piensa Ruuseau
.'_ ... con vergonzosa inconsecuencia.

E: íN vano pretende este Filósofo Naturalista probar,


eme es imposible examinar y elegir con conocimiento de.
causa la Religion verdadera , entre las muchas que hay
falsas. Nosotros hemos conducido al hombre hasta el
fom.If. ¡...., :,i ;. . A ... . -.. tem-
% Escritura y Tradicion,
templo de la verdad , sin emplear muchas sutilezas , ni
analizar tantas menudencias como pretende ser precisas
en su Emilio. Para desechar la revelacion , la historia y
tradicion humana , la hace continuamente depender de
hombres que son falibles y engañosos , y quando de a-
quí debiera , segun buena lógica ,. inferir la necesidad de
que Dios revelase la verdad, saca por conseqüencia, que
nadie está obligado á examinar la Religion, como impo
sible de apurar sus principios y fundamentos , y por lo
mismo , cada uno debe seguir lo que le dicta su razon
particular. Pero aquí entra la mayor contradiccion, pues
quiere que todos formen un discurso , que solo es pro
pio de su refinada lógica , y aun ésta dirigida con disi
mulo por las luces reveladas. En efecto : Causa risa ver
á este filósofo con ayre serio poner en boca de la gente
rústica sin instruccion alguna , un discurso tan fino , tan
analizado , (i) con reflexiones tan precisas y ordenadas,
que le conducen hasta llegar á conocer áDios,sus atribu
tos y sus deberes. Si qualquier hombre es capaz de for
mar la profesion de fe' que hace este filósofo, ¿por que no
nos presenta un hombre que prácticamente lo haya se
guido ? Quie'n es el hombre que supo jamás disponer un
discurso tan estudiado , sacando conseqüencias tan legí
timas de los primeros principios? Si su modo de pensar y
discurrir le parece el mas facil , el mas óbvio , y el mas
proporcionado para todos , ¿cómo es queen los quatro
mil
(i) Para destruir la necesidad de la revelacion , pone en
boca de un hombre sin instruccion un discurso muy metafíisico,
en que por la razon sola forma la idea de Dios yReligion,quan*
do él ha necesitado sin duda de toda su filosofía para formar
lo. ¿Cómo pues lo podrá formar un rústico?
Fuentes de la verda» Scc. j -
mil años que corrieron desde el principio del'mundo hav
ta Jesu Christo , no se halla ninguno de los mas Sábios
Filósofos , que haya formado con este órden la idea de
Dios , de sus atributos , de su cuito y de nuestras obli
gaciones i La causa es , que la razon del hombre se ha*-
lia cubierta de tinieblas ; y como un hombre de vista sa
na , en faltandole la luz, queda tan perdido como un ció
go ; así el entendimiento humano cercado de las tinie*
blas de la culpa , y atolondrado con el desorden de las
pasiones , se halla sin poder discurrir rectamente , si la
luz de la revelacion no le conduce como por la mano , y
le ilumina. Qué dificíl parecia conocer á Dios ántes de
venir Jesu Christo ! Todos los filósofos deliraron , y el
mismo 'Ciceron que escribió sobre la naturaleza de los
Dioses, se confunde, se contradice , y al fin , no supo
formar tan Justa idea de Dios , como ahora lo hace un
hombre de mediano talento. El efe¿to es inegable ; lue
go la facilidad que ahora tenemos de conocer á Dios, na
ce de Jas luces que derramó Jesu Christo sobre el mun
do, no de nuestro talento dexado en su obscuridad.
Luego la Religion Natural no es la que nace con noso
tros , ni la razon -del hombre es capaz de formar por sí
sola el discurso y demostracion , que habiendo bebido
Rouseaude las fuentes de nuestra Religion Católica, nos
lo propone .ahora como invencion propia , y muy facil
para todos.
Así lo conoce por fin él mismo. Y en cfecto, despues
de haber formado una cadena de proposiciones que nos
llevan filosóficamente á conocer á Dios y nuestras obli-
. g?ciones .naturales ; despues de haber inducido al hom
bre á seguir esta Religion. Natural como la- mas obvia y-
v. - A2 mas
. 4 .Escritura y Tradicion,
mas sencilla , advirtiendo que los mas hallarian tropie-
.zos,y dificultades en discurrir de este modo, dice;"Que
«cada uno puede vivir en la Religion de sus padres, por- ,
»»que si fuera obligado á seguir la única verdadera , se
pile mandada un imposible , pues que ni el talento r ni
«los años, ni las ocupaciones á que nos precisan la& nece
sidades de la vida , nos permiten que examinemos una
«.por una todas las Religiones, sus razones, sus argumen
tos , y sus pruebas. Quien podrá hacerse cargo del A-
«teismo y de quanto dicen estos hombres que dudan de
«todo , y todo lo confunden ? Del Deismo , de la Idola- /
«tría , de todas sus diferencias y fábulas , y finalmente
«de la necesidad y pruebas de la revelacion , de la au-
« tenacidad , palabra por palabra de todas las Escrituras?
«•Aun demostrado esto , quedan infinitas dificultades'
«que vencer, para asegurarse de la verdadera Religion
«entre el Judaismo', Mahometismo r Sectas de los Here-
«ges, y el Catolicismo." No es posible descender á un
prolixo y menudo examen de tantas cosas ; pero basta
proceder por los principios generales,. como habemos he
cho hasta aquí.
En efecto : Qué cosa sustancial y necesaria para ave
riguar la verdadera Religion habemos dexado de tratar?
A vista del carácter y fatales cpnseqüencias del- Ateísmo,
reconocemos que no tiene fundamento este disparatado
sistema , y cerramos de un golpe los oídos á gente tafllo-
ca y tan sofistica. De este principio se infiere con mucha
claridad, que el hombre debe vivir con Religion. Divi-\
dida e'sta en varias especies mayores , examinamos ia na
tural , y evidenciamos que tiene una guia casi ciega , y «^
un principio; de corrupcion en el entendimiento y cora?-.
¿i v;: c . zon
Fuentes de la verdao &C. 5
z©n hnmanó , como lo acredita la experiencia. Y qué se
infiere de aquí ? Que Dios no quiere abandonarnos al
capricho de tan débiles principios; que los errores de to
dos los filósofos antiguos , que adoran unos Dioses ver
gonzosos , tubieron su .origen en la mala eleccion de
Maestro ; y el Señor se ha servido de sus necias extra
vagancias para confundirlos , y hacer confesará todo el
mundo los yerros de su razon y la insuficiencia de la Re
ligion Natural, que les precipitó en la Idolatría mas in
fame y vergonzosa. Este sencillo discurso fundado en ex
periencias uniformes de quatro mil años, induce á creer
y admitir la revelacion ;.y sin embargo de inferirse tan
justamente de lo dicho ,. se prueba de nuevo con razonen
evidentes, se señala quándo y cómo se hizo , se conven
ce la divinidad de nuestros libros sagrados , por la tradi
cion y posesion , por Lis profecías y milagros.. Se mani
fiesta ser imposible corromper y adulterar estos libros, y
como Dios. debia conservar puros los instrumentos y Es-
eiituras que con-tenlan- su voluntad, por las mismas cau-.
sas y motivos que le habian inclinado á hablar á los hom
bres y enseñarles la Religion. En fin ;. la cesacion- de la
ley de los Judios , su reprobacion , los delirios de M'aho-
n»a,-y la injusta.separacion de los Hereges de la Religion
Católica , se puede probar en pocas hojas y palabras ,.y
por este camino llega. eE hombre ctmvencido de los er
rores de todos los demás sistemas á las puertas del Ta
bernáculo de Dios ,y entra en la Iglesia Católica a pos¡*
trarse delante de sos misterios y de sus preceptos., di
ciendo con.el Apostol : Sao. cui credidfcyet certUH sum. Yo
sé muy bien á quien creo , y estoy muy cierto y asegu
rado Jelaverdad de miReligÍonCatóJicaryde lafalsedáé
de laserras.. Na-
$ Escritura y Tradicion*
Nada. mas se necesita para que sea racional y pru
dente nuestra creencia. No hay .necesidad 'de cansarnos
en otras investigaciones mas particulares.. Á qué ñn des?
cender ai: mecanismo de la Religion Natural é Idólatra,
siJkgamo^á. conocer que sus fundamentos y principios:
son débiles:, falsos y ruinosos? A qué fin examinar los á-
picesde los libros sagrados, si estamos seguros y con
ducidos de su inspiracion , y de Ja Providencia Divina
quejas debiat conservar incorruptos, y aun persuadidos
por sólidas- razones de laimposibidad de falsificarlos sus-
tanciaimente ? Esto será conveniente para los Sábios y
Teólogos de Escuela ; los demás fieles descansarán en
paz y seguridad. prudente, conociendo quan infalible es
la regla de nuestra fé , y.arruinando éllajnisma los fun
damentos del Areismo.., dela Religion Natural , Idóla
tra , y todas sus especies, La necesidad de revelacion
bien probada., destruye todas las Religiones que la de
sechan , y las pruebas de Catolicismo hacen conocer la
cesacion de la Ley Judaica , los delirios de los Musul
manes , y los errores de los Hereges. Las dudas de los:
incrédulos , los sofismas de los Filósofos , y argumentos
de los Hereges, no son capaces de sostener sus sistémas
fundados en el ayre , ó sobre principios ruinosos y: falsos»

LECCIÓN II.

Quántas especies de demostraciones puede baher ; y si la de¿-


mostracion moral , ala qual pertenecen las pruebas de
la. Religion , es tan sólida como las otras.

Jua Religion Católica justifica la verdad de sus funda-


men-
Fuentes de la verdad &c. 7
«tientos por rigorosa demostracion : esto es ; puede de
mostrar la existencia de la revelacion , la inspiracion da
vina de los libros sagrados , su pura conservacion , y la
obligacion de creer quanto Dios ha revelado, aunque no
penetremos sus misterios inefables. Puede tambien de
mostrar la falsedad del Ateísmo , Religion Natural , Ii-
dólatra , Mahometismo , cesacion de la Ley Judaica , y
errores de los Hereges, deduciendo de todo esto con
seguridad y. que solo el Catolicismo ,. la Iglesia de Jesu
Christo es la verdadera. Mas para no confundirnos, con
viene distinguir varias clases de demostraciones , y fixar
á qual de ellas pertenece la que prueba la verdad de
nuestra Religion.
La primera especie de demostracion se llama meta
física r y consiste en la íntima union y relacion que hay
entre ciertos objetos con nuestra razon. Es decir , que
hay algunas cosas, cuyas ideas están impresas y clara
mente conocidas en nuestro entendimiento , y esto casi
sin discurrir. Así conocemos, que una cosa no puede, ser
y no xfrá un mismo tiempo ; por exemplo : El hombre
no puede existir y dexar de existir juntamente. La se
gunda se llama demostracion física , y esta se funda en
el testimonio y experiencia -uniferme y universal de nues
tros sentidos , ó en el órden constante de la naturaleza;
, tal es la existencia del Sol y de la luz. A esta se reduce
tambien la demostracion que llamamos mathematica } en
la qual procede la razon sobre principios de experiencias
ciertas , ó sobre el órden constanre de la naturaleza ; de
este modo , se hace demostracion de la existencia de
cuerpos en el mundo, sin que Berclai que niega ser com
pleta esta demostracion , sea bastante para que debe
mos
8 Escritura. y Taadícion,
jnos:.He;r4ar el nombre de rigorosa demostracion á.est»
VC-rdacL; i "•..(: i ' '. .: ;;.. ; r. ; f '..o ' ' . .' :l\ '; r.í . .;: - -i
- La tercera demostracion se llama moral, y se funda
sobre.el testimonio uniforme y universal de muchos, con
cebido sobre sólidas razones , porque así como el consen
timiento..dé los sentidos hace demostracion físitía , quan-
dq los sentidos se hallan sanos y robustos ; a$í tambien
el consentimiento de muchos fundado sobre firmes y ner
viosos discursos,.funda la demostracion moral. Cada cosa
pide su correspondiente género de demostracion ; unas,
piden demostraciones metafísicas; otras , físicas; y otras,
morales segun su naturaleza^ y no. segun el antojo y ca
pricho de los hombres. Así, es locura pedir demostra
ciones metafísicas de las cosas que pertenecen al género
físico : Cómo se formará demostracion física sobre esta
proposicion ? El hombre no puede exístir,y dexar de exis
tir á un mismo tiempo. Por el contrario , ¿ cómo demos
trarémos metafísicamente quehay una Ciudad llamada
Roma ? Esto supuesto , qualquier entendimiento cono
cerá la locura ó necedad de aquellos filósofos incrédulos,
qiieno contentos con la demostracion moral de la ver-r
dad de la Religion Católica, quieren que se demuestre
.metafísica mente la necesidad y verdad de la revelacion
y conservacion de la Escritura Santa. Este es un hecho
como todos los demás, que se prueba por el consenti
miento moral ; y así como el hijo vive con seguridad de
su herencia , adquirida por la muerte de sus. ascendien
tes , y goza en pacífica evidencia el beneficio de .la leyes
y justicia de los tribunales ; así el Católico. goza con la
misma seguridad la verdad de la revelacion, probada por
el consentimiento y fortísimas razones, acompañadas de
-, mi-
Fuentes de ia verdad &c. 9
milagros , profecías , y testimonio de Mártires , y hom
bres sabios y justos. Á este hecho de la revelacion , 0o le
corresponde prueba del órden físico ó metafísico , sino
' del órden moral.
Y si los incrédulos procedieran conseqüenres quan-
do nos piden demostraciones metafísicas sobre nuestra
Religion , tambien debian probarnos ellos con ¿tras del
mismo género , todos los principios de su Religion ó Ir
religion , y léxos de hacerlo así , se contentan .con sem
brar dudas y sombras sobre nuestros misterios. y mila
gros en particular ; dexando casi sin impugnar los funda
mentos ó principios de nuestra creencia. Y si e'Hos por u-
na conjetura débil y remota, fundada sobre dudas, pien¿
san tener autoridad y legítimo derecho para cantar el
triunfo de su Irreligion ; ¿ por qué no será mas justo que
nosotros blasonemos de demostraciones ,. quando habla
mos sobre principios ciertos y positivos ? La Religion
pues, no puede ser objeto de la demostracion metafísi
ca , porque ésta se funda en la íntima , clara , y natural
union de las cosas con nuestras idéas ; mas la revelacion
no puede tener este enlace y relacion , á causa de los er
rores y sombras que rodean á nuestro entendimiento ;iy-
tambien , porque' la revelacion no es un medio natural,
preciso , indispensable , y relativo con el hombre , sino
voluntario , que Dios ha dispuesto libremente entre o-
tros muchos remedios, que podia haber aplicado para cu
rar la flaqueza y debilidad de nuestro entendimiento.
Tampoco puede ser objeto dela demostracion física, por
que la revelacion no es objeto de los sentidos , como lo
deben ser todas las cosas, que se contienen baxo este gé
nero de demostraciones. De aquí se infiere , que solo se
fom. II. , B de-
io Escritura y Tradicion,
debe pedir demostracion moral de la revelacion divina,
porque es un hecho como otros muchos , que debe pro
barse por el testimonio uniforme , por la tradicion cons--
tante, y por un sólido peso de razones bien ordenadas.
Ni este género de demostracion moral tiene menos
segundad que el metafísico b el físico. No se queda en
sola probabilidad expuesta á engaños , porque qualquie-
ra verdad bien probada moralmente , no goza de menos
evidencia que todo. lo demás. Y aun quizá podriamos a-
ñadir , que la demostración moral, analiza y prueba me
jor las verdades , que las. demostraciones metafísicas.
Quántas veces sucede , que las cosas que parecían estár
en el mas eminente grado de evidencia metafísica, se ha
Han despues falsas ? Y sin embargo de estos errores par
ticulares, no inferimos que se deba despreciar la demos
tracion metafísica en general , sino que debemos asegu
rarnos bien ántes de asentir a ella. Si alguno cree que-
siendo falible el testimonio de los hombres , no puede
fundar demostracion moral; tambien debia decir con loff*
Pirronicos , que no se puede averiguar cosa alguna en el
género metafísico b físico. Porque en que' se funda la defc
mostracion metafísica ? En la union de las cosas con nues
tra razon. Y esta no es falible , expuesta á errar , y enga
ñarse en sus aprehensiones y juicios? Luego la demostra
cion metafísica descansa en un principio falible. La de
mostracion física tiene su origen y tribunal en los senti
dos y sus experiencias, y sin embargo de ser falibles, sus
demostraciones son seguras ; luego aunque el consenti
miento de los hombres. sea expuesto á errar , no dexará
de ser sólida la demostracion. Y por qué ? Porque aun
que la razon , los sentidos , y los hombres pueden errar,
_ .. .'.! . no
Fuentes de la verdad &c. ii
no errarán quando se toman todas las debidas precaucio
nes , y las experiencias , ideas y razones son uniformes y
constantes. La demostracion moral pues, lo abraza todo,
razones sólidas, experiencias uniformes de muchos siglos,
en que se ha visto , como no supo el hombre gobernarse
sin revelacion , tradicion de todos los tiempos : Luego
así como no tiene menos evidencia esta proposicion: hay
una Ciudad llamada Roma , que estas otras : dos y dos
son quatro: el Sol nos alumbra : así la demostracion mo-
'ral es igualmente evidente que todas las otras. Y por
consiguiente , si probamos con demostracion moral la
verdad de nuestra Religion ,' descansarémos en ella con
la mayor seguridad.

LECCIÓN III.

Se examina cómo puede suceder que la Religion Cató


lica sea demostrable , y no arrebate a todos
en su séquito.

V^ada partidario cree regularmente, que su sistema se


hace evidente por una clara demostracion. Y de este mo
do el incrédulo se persuade, que el Christianismo enseña
dogmas imposibles , y contrarios á la razon ; y el Chris-
tiano defiende , que la verdad de la Religion Católica es
demostrable. Unos y otros tienen por demostracion sus
^discursos , y no solo es indubitable que debe ser falso el
sentir de uno de estos dos sistemas , sino que tambien
parece difícil admitir rigorosa demostracion sobre la ver
dad de nuestra Religion. Porque si ésta fuese rigorosa
mente demostrable , todo el mundo sería christiano , y
12 Escritura y Tradicion,
no podría dexar de serlo.' Y así como ningun entendi
miento puede dexar de convenir á las verdades geome
tricas , porque se ven , ó en su evidencia misma por la'
demostracion , ó en el testimonio universal de todos los
Geometras ; así las verdades del Christianismo precisar
.rian al entendimiento y razon , si se presentasen en una
demostracion clara y sencilla. Pero ai mismo tiempo por
el contrario ; si el incredulo tubiese armas victoriosas
contra los dogmas de nuestra Religion ; si estos dogmas
fuesen tales que se pudiese demostrar su imposibilidad,
nadie sería Christiano , ni lo podria ser. Estas dos pro
posiciones son conseqüencias legítimas del imperio de la
evidencia , que cautiva enteramente nuestra libertad.
Este discurso hace creer á Maupertuis , (i)« que ni el
«incre'dulo puede formar demostracion de la imposibili-
«dad de nuestros dogmas, ni el Católico de la verdad de
«su Religion ; y así decide, que la Religion Católica sin
«llegar á presentarse por demostración , tiene bastante
«claridad , y dexa su determinacion al uso de la volun-
«tad. Si el último grado de evidencia nos falta, tenemos
«bastantes pruebas sólidas para creer ó asentir , pero no
«quedamos ligados y obligados como quando la demos-
«tracion es completa." Hasta aquí el Autor.
Sin embargo de estas razones que parecen sólidas,
creemos que en la Religion Católica hay verdadera de
mostracion de que Dios ha revelado los misterios. Y án
tes de dar solucion á este argumento, tomado.de la fuer
za de la demostracion , debemos advertir lo siguiente.
En primer lugar : El Christianismo se puede mirar con
órden á sus preceptos morales ó á sus misterios. Si en el
. .. Evan-
(i) Maupert. Tom. r. Essai de Pbilosophiee morale.
Fuentes de la verdad &c. \^
Evangelio no hubiera que establecer mas que las reglas
de las costumbres,no se hallariahombre alguno de razon
.que dexase de admitirlas como verdaderas. Para asen
tir por esta parte al Christianismo , no es necesario mas,
que razonar justamente y desear la verdadera felicidad.
Pero esta misma Religion , se presenta de un modo ori
ginal por sus dogmas y misterios , y éstos son de tal nar
turaleza , que si no los supieramos revelados por Dios,
nunca los creeriamos , porque exceden al entendimiento
y son incomprehensibles. Así pues, toda la dificultad con
siste, en averiguar si esta proposicion puede ser demos
trada ó probada con evidencia ; Dios que es infalible , ha
revelado los dogmas del Christianismo. En segundo lugar:
Es indubitable, que los Católicos justifican su revelacion
por pruebas sólidas y positivas , que si no llegan á for
mar evidencia , les falta muy poco , pero los incredulos
no han sabido llegar á tanto en órden á probar la impo
sibilidad de. nuestros misterios ; y de aquí se sigue , que
aunque no haya demostracion completa sobre nuestra
Religion Católica , puede y debe asentir el hombre ra
cional á sus verdades , porque no solo la demostracion
tiene derecho á dominar nuestro convencimiento , sino
tambien las pruebas sólidas ; con la diferencia , que la
demostracion nos arrastra y obliga necesariamente , y las
pruebas aunque sólidas , nos dexan con libertad.
Supuesto pues todo lo dicho, me parece que la Reli
gion Católica puede formar verdadera demostracion de
la verdad de sus fundamentos , esto es, de que Dios ha re
velado los dogmas que ensena. Ni de aquí -se sigue, como
piensa el Maupertuis , que necesariamente serian todos
Christianos , porque nadie puede resistir a las verdades
..'¡ de-
14 Escritura y Tradicion,
demostradas. No se sigue esto por las razones síguíen-.
tes : Primera : porque las demostraciones no convencen,
sirio al que las medita y conoce su fuerza.Poresto vemos,
que fnuchas proposiciones de Geometría , que son evi
dentes y demostrables , parecen enigmáticas y aun falsas
^al- que no las medita de espacio. Y del mismo modo , no
debemos estrañar que todo el mundo no se haga Chris-
ftiano i a.Urtque sea demostrable haber revelado sus mis-
Jterios un Dios infalible en sus palabras , porque no todo
el mundo se aplica á penetrar esta verdad ; y aun entre
los Católicos hay pocos que lleguen á convencerse con
demostracion , por lo poco que se detienen en este estu
dio fundamental. • .-'»_" .--' -'' **
Lo segundo : Debemos distinguir dos géneros de de
mostraciones: Hay algunas que son muy óbvias y send-:
lias , porque su claridad es proporcionada á todos , y pa-:
ia llegar á ellas no se necesita analizar mucho , ni poner
.en tormento el entendimiento humano. Tales son co
munmente las demostraciones físicas^ y experimentales.
í*or exemplo. El hombre es sensible ;dos y dos son qua-
tro. : Pero hay otras , que ni son tan claras , ni tan fáci
les , ni tan senciMas. Tales son las demostraciones meta
físicas y las .frioiales-, porque éstas muchas veces piden
¡estudio , teson y talento, y algunos conocimientos dispo
sitivos: de esta clase y órden es la demostracion de la
Religion y de su verdad ; por esto no se opone la resis-:
tencia de machos á la -legitimidad de pruebas , que ha-:
-ten evidente la revela&on de nuestros misterios, por
que; los unos' no se aplican a esteestudio , y los otros no
tienen bastante talento para penetrar del todo su fuer
za. Para algunos será -cumplida la demostracion , y pa-
»-¡íi ra
Fuentes de la verdad &c. \f
ra otros no será mas que una verdad sólidamente pro
bada. Y si alguno quiere oponer á lo que acabamos de
decir , que los filósofos. incrédulos tienen bastante talen-t
to y aplicacion á este estudio , sin que por éste lleguen
á conocer su verdad con demostracion , deben quedar
satisfechos con la razon siguiente , que es ;
La tercera : Así como para ver con claridad un ob
jeto no. basta que esté iluminado, ó para distinguir elsaT
bor de una cosa , que haya sentido de gusto , sino que
el paladar y lengua no estén cargados de humores , y
que los ojos no se hallen cubiertos con cataratas ó nubes;
así para que un entendimiento vea y guste la fuerza y
suavidad de la demostracion ; no es bastante el talento
y estudio , sino que debe estár sano , y sin cataratas ó
preocupaciones. El incrédulo tiene el corazon corrompi
do con el vicio , y esta enfermedad llega á contagiar la
tazon , casi del mismo modo que los humores malignos
del cuerpo llegan á indisponer la lengua. para que no
pueda distinguir el sabor de las cosas. Y si aun los mis
mos humores hacen perder el uso de la razon , y desbar
ratan las ideas mas claras y sencillas , como se ve en los
que deliran por la calentura ; ¿ qué mucho será pues, lle
guen los vicios á debilitar la razon y preocuparla en los
incrédulos ? La preocupacion es otro embarazo. Si un
hombre iracundo y furioso no está en disposicion de co
nocer la razon que á todos los demás les parece eviden
te ; ¿porqué un incrédulo furioso y preocupado contra
nuestra Religion , por mas talento. y estudio que tenga,
estará dispuesto á conocer esta verdad sublime, y demos
tracion que pide tanta calma , serenidad é imparcialidad?
Por esto dice el libro de la sabiduría , que este don. no
'ií.r pue-
16 Escritora y Tradicion,
puede entrar en cuerpo manchado con la culpa, ni eri
el alma sujeta á las pasiones. El vicioso en los momentos
de quietud podrá conocer estas verdades ; pero al pun
to quoiserebuelvan las aguas de su corazon , y. se ern
turbien >-ya. no podrá conocer con claridad aquellas
mismas verdades que ántes conocía. Esta es la causa
porque los incrédulos hablan sin conseqüencia : unasve-
ces'pirifaniel Evangelio como verdad que lleva consigo
ios caractéres de. la divinidad ; y otras se burlan de la re^
Velacion. Dex-o á un lado los que escribiendo por vani
dad y por mafiia de hacerse originales y críticos indi
gestos , desmienten en el corazon lo que escriben so
bre el papel.' .:-._>'. o -»;' :. ti ' . .'. - . . J>
La quarra razon , por qué la demonstracion de la
verdad de nuestra Religion no arrastra tras de sí á to-.
dos los que tienen talento , y lo aplican al conocimien
to de estas ideas , es por la naturaleza propia de este
genero dedemonstracion.. Todas las demás giran sobre
terminos' naturales., y cosas que se hallan dentro de los
límites de nuestra razon ; pero esta de que hablamos;
excede en sus conseqüencias particulares al entendimien-
toíhumano , y llega al órden sobrenatural y divino. Por
esto se necesita: un auxilio particular de Dios, para creer
como conviene : es necesario un movimiento en la vo
luntad, que Dios da á quien quiere , y como quiere.
Sin erte don de Dios , el hombre no puede conocerle si
no como autor de;ia; naturaleza, y. no como autor de los
misterios ' y 'de la gracia. El hombre, por sus luces podrá
conocer qtre Dios es el autor de la naturaleza , y el que
nos revela todo lo que tiene relacion con ésta : conocerá
tambien , que puede obrar este Dios mucho mas de lo
que
FüHNTES DE LA VERDAD &C. IJ
que nosotros podemos concebir ó idear, pero no pene
trará hasta dentro del Santuario ; podrá llegar hasta sus
umbrales , pero si Dios no le abre la puerta , no pasará
adelante. Concedido este don y esta gracia ; abierta es
ta puerta del Templo , puede ya el hombre hacer de-
monstracion de la verdad de la revelacion ; y si llega á
formarla bien , asentirá á la revelacion en general , pero
quedará libre para el consentimiento ó disenso de lo$
misterios en particular : y así como el hombre se halla
precisado á amar el bien en comun , y huir del mal en
general, pero queda libre y expuesto á errar en la apli
cacion particular , tomando el bien por el mal , y éste
por el bien , así el hombre, que con buen talento y apli
cación , sin preocuparse , y sin ofuscarse con las pasio
nes , ó embriagarse con los vicios , se aplica con teson a
este estudio , conocerá que es verdadera y rigurosa de-
monstracion , aquella por la qual decimos : que Dios ha
revelado los Misterios de nuestra Religion en general ; pero
quedará libre para asentir en particular , para cegarsej
preocuparse , y dudar de este 6 del otro Misterio en sin
gular.
LECCIÓN IV.

Se comienza a tratar delos Hereges , y dela union que tienen


con nosotros en mirar la Escritura Santa como regla
de nuestra Fé; y de los principios en que ..
se apartan de nosotros.

«L^espues de haber concluido de tratar sobre las Relí-;


giones igualmente falsas que monstruosas, debemos bol-
ver la vista contra los Hereges ,.que haciendo profesion
Xom. II. C de
18 .EscritubíA y Tradicion,
de seguir á Jesu Christo, dividen, y despedazan su Igle
sia. Todos admiten con nosotros un mismo principio co
mo punto de reunion , que son las Escrituras.- Las creen
inspiradas por Dios, sin corrupcion alguna sustancial; de
testan el Ateísmo , la Religion Natural , Idolatría , Ju
daismo , y Mahometismo. Reconocen la necesidad de
vivir en Religion ;.jfas¿ocuras y delirios de los Atéos e
Idólatras ; están persuadidos , que nuestra razon natu^
ral enferma no puede guiarnos sin error , y de aquí in
fieren la necesidad de revelacion .;' y examinadas las Es
crituras Sagradas , hallan en ellas los caracteres visibles
dela Divinidad , y por los mismos principios viven se
guros de que la providencia de Dios , que dispuso reve-?
larnos su' voluntad por medio de Moysés y los Profetas,
conservó puras sus palabras hasta nosotros, y las confir
mó en lo dogmatico y moral por medio de su Hijo en
los Evangelios y demás libros del Testamento nuevo,
haciendo ver en e'ste la cesacion de aque'l, y dexando ar
mas suficientes para destruir la Religion Mahometana
por sus principios , y justificar la duracion- eterna del E-
vangelio : En todo esto convenimos con los Hereges. . ¿
Pero queda un principio de division entre ellos y
nosotros , que es la raiz de todas las Heregias , y la zi-
zaña que sembró el demonio para romper 1* unidad de
la Santa Iglesia. Este principio de cisma consiste , en el
modo de entender la Sagrada Escritura , que segun los He-
reges y Católicos, debe ser la fuente y regla de nuestra
Fé y de nuestras costumbres. Sobre esto hay tres modos
de pensar. El primero: de aquellos qué no admiten mas
que la letra pura de los libros revelados* sin glosas ni in-
terpretacienes , creyendo se debe admitir todo segun la
:.i :¡ • .'.i . . .Je-
Fuentes de la verdad &c. 19
letra , y materialmente como se halla escrito. El segun
do es de aquellos, que reconociendo la obscuridad de las
palabras y el peligro de error , si queremos atarnos á la
corteza y sentido material de muchos lugares de la Es
critura, dicen se debe admitir el espíritu privado, esto es,
que el espíritu de cada uno debe ser la regla decisiva sobre
el modo de-entender las Escrituras y palabras de Dios, y
que este nos concedió la facultad de interpretar y resol
ver las dificultades que se ofrecen en la inteligencia de
sus divinas palabras , y que á este fin nos ilumina el Se
ñor con una luz y don particular del Cielo, para que no
erremos. El tercero es de los Católicos , que persuadidos
por la experiencia de las dificultades que se hallan entre
la obscuridad de las palabras, y los muchos peligros y fa
tales conseqüencias de permitir la interpretacion á cada
uno de los fieles segun su espíritu privado; decimos, que
a mas se debe consultar la autoridad de la Iglesia confir
mada por la tradicion universal , uniforme y constante,
cuyos dos principios son los exes inquebrantables , y re
glas sólidas y decisivas para creer las verdades de la Re
ligion.
Examinemos pues separadamente estos tres modos
de pensar sobre el modo de entender las Escrituras reve
ladas , para ver quien procede con mas cordura, pruden
cia y acierro. De esta resolucion depende el conocimien
to de la verdadera Religion , entre las inumerables Sec
tas que dividen la doctrina de Jesu Christo. Ya no tene
mos que lidiar con Ateos , Idólatras, Deistas, Judios ni
Mahometanos. Todos admitimos la. revelacion. Ya tene
mos un punto fixo donde fundar las pruebas, y desde
donde rebatir sus argumentos. Ya no peleamos contra los
.:. ..:.'•. C^ • ' '.'.¡' .-•.'. ' ¡ • In*'
2o Escritura y Tradicion,
Incrédulos, que nada creían. Los Hereges confiesan, que
Dios habló á les hombres ; y todos convenimos , en que
nuestras Escrituras son el archivo de estas verdades.
Tampoco necesitamos entrar á tratar de los errores par
ticulares de cada Secta: Si probamos , que ni la Escritura
sola , ni esta con el espíritu privado , pueden ser la te-
gla infalible dé nuestra, Fé ; deberán todos los Hereges
rendir las armas , y confesar la insuficiencia de sus argu
mentos , porque en este caso , solamente los Católicos
tendremos razon , y los dogmas y costumbres se debe
rán examinar segun la Escritura , explicada por la tradi
cion: uniforme y constante de la misma Iglesia. Destrui-r
do el fundamento de las Heregías , deberán someter el
cuello a la autoridad de nuestra Santa Iglesia. Es verdad,
que hay algunos Hereges que no admiten todos los. li
bros que nosotros , como inspirados ; mas esto nace , de
que gobernados por el espíritu privado y no quieren su«-
jetarse al juicio de la Iglesia : y por tanto , si probamos
que la tradicion y autoridad de la Iglesia Católica es in
dispensable para creer , quedarán éstos igualmente ven
cidos que los otros. De este examen depende pues la de-
monstracion dela verdad de nuestra- Religion Católica
contra los Hereges y Protestantes. (1) :• 1 ' ;. . \- - •.

' ; . y t.

¡¡.

; LEC-
(1) Este nombre se dio a los Hereges modernos.de Alema
nia , que protestaron en la Dieta de Spira por los años 1528.
Bossuet Histor. de las Variac. ¿ib. 2.
Puentes de í a verdad &c. t ir
ir/: ;-...' :' . .' i '. ! '- ¡ ,' !:'.i.:/i',\ ''>
-ib;:.! sr ;¡.: ¿itr;'- -LECCIÓN -Vi' .':-í '--' :'ío\¡ .zi\ííh
*i.'.-.• -ihi:rí b»y .rumi.-i- <' : .^p i¡'.'. .;.«k»'h;: •{ » ^!?c-'i
No es posible , ^«* A* ¿r/ra sola de la Escritura sea la regla
de nuestra Fé , como quieren algunos ii;-; i
- Ui .... . i..'.' /..'.¡ Hereges*:- ,
'*'*—• i..<ík ': '--.-' /ó'f.'i'-i'.íst -;..r/..;.; - í?n^ fiu;¡:j

JYluy al principio de ia Iglesia hubo algunofc Gátqjícos;


que mal: i hallados con la sujecion á la autoridad de. los
Pastores , quisieron sacudir el yugo , diciendo no ne
cesitaban de Maestros , porque teniendo las Escrituras
por guia , y hallando explicada en ellas la voluntad do
-IMiOS , les bastábanlo que allí leian. Para estoyse servían
de algunas autoridades , en que San Pablo dice , que los
libros pueden instruirnos en la Fe , y hacernos perfe&oS;
.y Jesu Christo por otra parte condena las tradiciones de
los Fariseos, y ies.provoca á la Escritura solamente. Tam
bien creían , que con esto podrian evitar las disputas in
terminables que cada dia se originaban. .)::'.:
Pero es muy facil convencer de error este pensa
miento. Lo primero : No puede haber Escritura tan cla-
ia, que no de lugar á muchas dudas , cada dia se experi
menta en las que sirven de resguardo á nuestros bienes
propios. El diverso significado que puede tener una pa
labra ; la diferencia de un artículo ; el modo de colocar
las dicciones ; los adverbios antepuestos ó pospuestos; la
limitacion.de las palabras para explicar la extension y
propiedad de nuestras ideas ; y sobre .todo , los equívo
cos , y las frases ilimitadas de todas las lenguas , y mas
;del.Hebreo , no pueden fixar del todo el propio significa
do de las cosas. JLo segundo.: Es preciso , que los mismos
orí que
ia£ Escritura y Tradícíon, _
que quieren atarse á las palabras solas , se hallen en mil
embarazos. Se ven ail¿o£idade&.qii¿ reprueban las tradi
ciones , y autoridades que las admiten. Que' harán pues
ch. esté caso-.VLasaüto'ridades., qué segun la letra admi
ten tradiciones 1 son contrarias á su sistema , que las de
secha ; y por otra parte , admitiendo ellos la Sagrada Es
critura como palabra de Dios ,no puede haber falsedad.
6 erigañó>. -Luego se deben hallar sin poder ¡resol ver-, en
íDil:dudas! ; porque sL niegan las¡ tradiciones , 'qiieadmi-
ten algunos textos de la Biblia, ya no siguen la letra pu
ra ; si las admiten , ya confiesan que no basta el texto
de las Escrituras por sí-solo. .-i i -¿ .:. 'i¡"i \. , l':i.r ."^
¡.si -Y como-entenderán aquellos textos: El que no abor
rece á su Padre y á su Alma , no puede ser discípulo de
Jesu Christo ? Yo os digo que ameis no solo á los amigos,
.sino tambien á los enemigos ? Cómo puede el hombre a-
borrecer al Padre, y amar al enemigo ? Lo tercero : San
Juan asegura 4 que son muchas mas las cosas que Jesu
Christo hizo y ordenó , que no las que hay escritas en
los Evangelios. Los Santos Padres de los primeros siglos,
hallandose en posesion de admitir las tradiciones , prue
ban por ellas los dogmas contra esta casta de Hereges.
Lo quarro i Si ellos no admiten autoridad alguna sobre
las Escrituras ; ¿ cómo creen que los libros sagrados son
inspirados de Dios , y que se han conservado puros ? Si
no hubieran dado oidos primeramente á la tradicion que
confirma esta revelacion , y larpureza en que se hallan
los libros déla Escritura, no sería razonable 'su fe ¡¡¡Lue
go deben dar lugar á las tradiciones. Jesu Christo repro
bó las de los Fariseos ; pero esto no prueba que todas
sean falsas. Exámínense primero ; vease su fundamento;
. . no
Fuentes de 1a.' verdad && xj.
rtosc crea.' á rodo espíritu, esto es muy. justo> pero elíjaiv-
se las tradiciones buenas, las universales, y lasciertasvEI
Apostoí idicB i j que los litoír-os son folíenos pára'instrulr. Y
quien lo -puede dudar ? Pero dqnde dice , que sonabas»
tantes por sí solos'? Qué ño hay lugares obscuros que ne^
cesiten explicapion ? Algo mas que la letra , se necesita
pue& pata' finca* las dudas, qub se originan de Jai pa^buas;
- '.. E&teefuglo dei&o>qu5rér-másque¡ la lctr^t deula Esi
crieurá-, ha sido' siempuá-el-pretexta de los Hereges para
sus eríores desdé el principio ; y por lo mismo , se baila
ya impugnado por San Irenéo y San Agustin. (i) El E-
vangelio nos a¿v'ieíte-¡.^2)ique:lo& Apestoles no enten-*
lian muchas. .veceselas palabras de jesu 'Ghristo r hasta;
que él mistrib se las explicaba. Así sucedió. con los. discí
pulos que iban al Castillo de Emaús. El Eunuco de Etio
pia dixo áSan Eelipe (3) no podia entender la Escritura*
por no tener- Maestro o¿ue se la explicára.. David decig
muchas veces : Abre 4 Señor^ mis ojetó^ paca que pueda
considerar y entender las maravillas de tu ley. Quando
se originó la disputa-sobre la Circuncision y legales, (4)
no acudieron á la letrasola , sino al consentimiento y exr
plicacion de lp^ 'Apostoles y fieles* El mismo San; Pedro
décia /qtte'rfaHafoa ¡algunas cosas muy difíciles en las E-
pistola¿ de Sán;Pablor y qu£ los menos instruidos tras^
tornaban el sentido. (5) San Agustin confiesa , que son
mas las: cosas y lugares de la Escritura que¡no puede pe-
*jv r:c',.': -oí L Tiufiuv-nw. 0.1 :.. p t ^.::¡:.norail Ji-ne-
23 3;:r. •. »3 , ?i;ilnco?L. ¿¿;;?:; oh ün..'; ' i t'/ijíCLOfe íu;'^. .1
? (a)' Natal Akx. .Hí-rí. Eckf..Dtserr. sobre losValentimanos
§ Maraontstas'.''' (2) Luc/iV.' (3)' ^A&br.cJSí
(4) Actor. c.i y. Statuerunt ut ascenderent ad Apostolo s^ic.
: \$y ^j-I^ei. 'ci-^ah' I» .omnibuíEpistolis^ú iti'^bus iunt, qux-
áam difficiliaintelie6iu,&c. .nor.-ill .i b¿
Z¿í Escritura y Tradicion,
netrar. (i) Todo esto prueba la insuficiencia de la letra
SOla^nr; >'¡ i ¿¿I '•( . «S-ltraisy'' • ¿ti f.:..;;;. ^J , :;•: .i:.v. . . ' ??
V íEs verdad , que ;hay muchos Padres que dicen nos
basdanilasí escrituras pipero tambien hay muchos que
pidem expresamente las tradiciones; con la diferencia,
que para estos no hay respuesta , en los que no quieren
mas.qlue; lade tras; pero para.los que dicen nos bastan las
Escriíurías:^. sá rriuy facil r" diciendo que en las cosas cla
ras csbastaritc', ; ma&jenJas.obscutas se -debe consultar la
tradicion. La misma letra dice, que la letra mata ; Jesu
Quisto, aunque dixo examinasen las Escrituras, añadió,
que oyesen-y 'obedecieran a,la Iglesia.. Embió sus discí
pulos á predicar y enseñar, q« ando no estaba todavía el
Testamento nuevo escrito $ y el mismo Señor no escri
bió: cosa alguna , .sino. que enseñó de viva voz, en lo
quai parece que condenó ya prácticamente estas here-
glas»¡ Y. en efecto:.. ¿Que palabras mas claras para probar
la.presencia ireal de Jesu Ghristo en la Eucaristía, que e's-
tas?: ;este es'miGtterpo ? Sin embargo \ Lutero decía , no.
hay cosa mas clara que su inteligencia literal,porque son
palabras de. un Testamento , en que no se habla por fi
guras ni enigmas. Por el contrario ,Zruinglio decía .: N.q
hay-cosa mas absurda, que entenderlas como suenan. Es
posible , decía Erasmo , que apeleUklaTpfu>bra.de;Dios
sin concordaros en ella ? Galvino llegó á conocer estein-í
conseqüeniCimodo de proceder ,y por esto decía: Es de
grande importancia , que no transcienda á los siglos ve
nideros sospecha alguna de estas discordias , porque es
cosa ridicula ', que después de haber rompido con todos,
;á?v ;.v.:^> 'u . \™'.i-\r ' :. 'nQS
-.-.(.}). S-August. Epist.iiQ.cap.2i.&Epist. ad Algasium, &
ad S. Hieron. ./-.- ./.í^u.-.ü i.ív. :í ' .. . » .t>
Fuentes de la verdad &c. íj
nos concordemos tan poco entre nosotros. (i) Esta refle
xion sola basta para confundir los Hereges.

LECCIÓN VI.

Es indispensable tener recurso a la Tradicion para entender


la Escritura. Sentir de los Padres de los
primeros siglos.

poca reflexion, conocerá qualquiera evidentemente


la fuerza de lo dicho , y que la Escritura es obscura en
varios lugares : que las expresiones de los Padres sola
mente se deben entender con relacion á los asuntos de
que hablan , y circunstancias : y en fin , que los que no
admiten sino la letra, no podrán salvar las aparentes con
tradicciones ; pero los que admitimos por regla de Fe no
solo la Escritura, sino tambien la tradicion e interpreta
cion , hallamos muy facil y óbvia respuesta á todos los
argumentos. La letra mata , decia San Pablo, y el espíritu
es el que da la vida. En efecto , ^podiamos confirmar este
dicho con mil exemplos. Algunos , dice un Santo Padre,
(2) «de tal modo entienden las palabras de la Escritura,
«que dicen nos debemos aborrecer á nosotros mismos en
«este mundo ; que siguiendo la letra sola , se arrojan al
«agua , al precipicio , y á la muerte. Esto se debe mirar
«como tentacion de Satanás , y conrrario á otros lugares
«de la Escritura." Tan ageno y fuera de razon es que
rer seguir la letra sola de nuestros libros , como Ja tradi-
Tom. II. D cion
{1) Bossuet Hist. de las Variac. lib.i. «.43.
(*j S. Aug. Traa. $ \ . in Joann. & Eccles. in fest. S. Ignatü
Episc. &Mart..die 1. Febr.
%6 Escritura y Tradicion,
cion sin la Escritura. Al modo que ni la agua sola , ni el
yeso solo , sirve para edificar una casa firme , si no mez
clamos lo uno con lo otro ; así el edificio de nuestra Re
ligion debe resultar de la Escritura enlazada con la tradi
cion. Estas dos cosas bien juntas y unidas, forman una
defensa y muralla inexpugnable , y un castillo invenci
ble. ¿ Qué diremos de la extravagancia de un Rouseau,
que se ocupa en probar esta paradoxa : que los libros,
las ciencias , y el magisterio , solo han servido para cor
romper las costumbres , y que es quimera buscar la ver
dad en los libros y tradicion humana ? (i) ¿ Puede ser
vir todo esto para otra cosa , que para alucinar á los que
teniendo el exterior ó verniz de sábios, son en la reali
dad é interior unos ignorantes y nécios? Para los pruden
tes e'sta es una máxima irrisible , ó por mejor decir enfa-,
dosa.
Por otra parte : Creer que unos libros tan antiguos,
escritos en lenguas muertas , y tales , que ya no se usan
ni entre los Judios , (2) ni entre los Católicos , en Pue
blos de costumbres tan diferentes y contrarias á las nues*
tras , por Autores que jni blasonaban de elegancia , ni
cuidaban de erudicion ; han de ser tan claros , óbvios y
fáciles, que se dexen entender de todos ? Esta es cosa tan
irregular , que no la podrá admitir hombre alguno de
juicio. ¿ Cómo es posible , que todos los hombres, hasta
los mas ne'cios e ignorantes , puedan entrar en el Santua
rio,
(1) Dis. sol. las Ciencias. Emilio f. 3.
(2) Se debe notar, que el hebreo que hoy hablan los Ju
dios es muy diferente de aquél en que se escribieron los libros
sagrados ; no menos que el idioma español del dia , del que se
hablaba há 200 años. ...'.:
Fuentes de la verdad &c. 27
rio , correr el velo que oculta los Misterios , abrir el li
bro , y quitar los sellos que tenia el mencionados en el
Apocalipsi de San Juan ? No tendria este Apostol que
llorar , viendo que nadie habia sabido , ni podido abrir
aquel misterioso libro de los secretos de Dios. Tal es
pues la Sagrada Escritura. Es indispensable , para abrirla
dignamente , implorar la gracia , consultar con los Doc
tores , y tradicion perene y universal , de aquellos que
desde el principio la estudiaron. Á estas condiciones ali
gó el Señor la inteligencia de sus palabras. Y para dar
pruebas de esta verdad , comenzemos á mirar filosófica
mente la conducta observada por Dios desde el principio
del mundo , y hallaremos establecidas las tradiciones co
mo verdadero medio de aprender la Religion. En primer
lugar : Desde Adán á Moysés no hubo libros, y por esto
los dogmas de la unidad de Dios y del culto solo se po
dian creer por la tradicion de Padres á hijos. En segundo
lugar : En tiempo de Moyse's se dio la Ley por escrito,
pero siempre quedaron algunos dogmas que se creían sin
hallarse en los libros sagrados ; á lo menos es cierto , no
se hallan con claridad , sino por figuras y enigmas. Da
vid y los Profetas los mencionaron de paso, de modo que
este me'todo de hablar solo era propio , á causa de estar
muy confirmada la tradicion en el pueblo , así como no
sotros hablamos de muchas cosas acaecidas en nuestro
tiempo con toda publicidad, suponiendolas sin referirlas
por menor , á causa de que todos las saben. En tercer lu
gar : La ley de Jesu Christo se estableció mas por tradi
cion que por Escritura en el principio., pues pasaron los
fieles algunos años sin tener los Evangelios, ni las Cartas
del Apostol ; y aun en tiempos inmediatos á su publica-;
D2 cion,
a8 Escritura y Tradicion,
clon, no tenían estos Escritos todas las Iglesias. Quando
San Pablo predicó en el Areopago de Atenas, debia bus
car un medio pronto , claro y público ,.para convencer á
aquellos Filósofos de la verdad de muchas cosas que de-
cia ; y entonces no padia ser otro que el de la tradicion.
En fin : Publicados y admitidos los libros del Testamen
to nuevo , se tardó mucho en exttactar el Catecismo , y
sin esta diligencia, no podia instruirse la gente comun
por otro médio que el de la tradicion. Así como ya lle
gó la plenitud de los tiempos , así tambien ha llegado la
plenitud de seguridad en los fundamentos que tenemos
para creer. Teniendo ahora por una parte la Escritura, y
por otra" la tradicion y autoridad de la Iglesia , nos ha
puesto Dios al abrigo de nuestros enemigos ; de modo,
que nada puede hallarse mas seguro que nuestra Fe' ^ha
ciendose invencible á todos los argumentos. Por esto los
Padres de los primeros siglos acudian á esta fuente , re
uniendo la autoridad , tradicion, y Escritura.
Muy al principio del segundo siglo, escribió S. Polí-
earpo una Carta á los Filipenses , que se leía despues pú
blicamente en las Iglesias de Asia. En esta enseña, que el
hombre debe estár firme en la do&rina de aquellos Pa
dres que la aprendieron de la boca del Salvador, y no en
la de los Hereges , que sin este respeto interpretaban la
Escritura á su gusto. San Irenéo , en el mismo siglo r no
combate las Heregias por otro medio , que el de la tra
dicion. Abusaban los Hereges de la letra de la Escritura-
y por esto dice el Santo , es preciso explicarla de modo-
que concuerde con la tradicion. Aunque la Escritura sea
la regla inmutable de nuestra Fe, prosigue, no puede ha
llarse todo en ella con claridad , porque es obscura en,
Fuentes de la verdad &c. 29
muchas partes , y por lo mismo no hay otro medio mas
seguro , que el de consultar la tradicion de Jesu Christo
y de sus Apostoles. En fin : confiesa haberlo aprendido
así de la boca de aquellos que conocieron á los discípu--
los del Señor. Tambien da regla para conocer las verda
deras tradiciones , y distinguirlas de las falsas ; y consis
te , en advertir si la tradicion viene por la canal ó succe-
sion de Obispos hasta los Apostoles , pues convence de
no haber Herege alguno, que no se haya separado de es
te modo de proceder. En efe&o, así lo hacen , introdu
ciendo dogmas desconocidos en la antiguedad, y negan
do los que fueron creídos en el principio umversalmen
te. ¿Negáran los Hereges la verdadera Iglesia en los pri
meros siglos ? No es posible. Luego ellos se desvian de
las máximas primitivas , pues no pueden manifestar la
cadena y union con los primeros Padres. Nuestra con
duela es mas conforme á la razon , porque hacemos des
cender nuestros principios fundamentales de los Aposto
les y de Jesu Christo ; subimos á la misma fuente del
Christianismo ; no bebemos las aguas despues que se
mezclaron y enturbiaron con la tierra ; gozamos en pa
cifica posesion este sistéma , hasta que ellos formen una
cadena igual y seguida de impugnadores de las tradicio
nes Apostolicas. Tertuliano escribió un libro (1) contra
los Hereges, en que echa el sello, y acaba de convencer
nos de la necesidad de las tradiciones , y del sentimiento
uniforme que habia sobre este punto y piedra funda
mental. En el advierte : Lo primero: Que nadie debe es^-
candaíizarse de que nazcan muchas Heregias, porque Je
su Christo- lo anunció así. Lo segundo : Que las personas
mas
(1) De prtsscriptionilus..
go Escritura y Tradicion,
mas ilustres pueden caer en error, pues son hombres co¿
mo todos. Lo tercero : Aquél se llama y es Herege, que
elige opinion nueva , ó doctrina inventada ó desconocida
en los siglos anteriores ; porque en la Religion Católica
no es licito inventar cosa nueva, porque tenemos por au
tor á Jesu Christo. Lo quarto : Siempre que los Hereges
quieran entrar en disputa con nosotros, debemos comen
zar, examinando á quie'n pertenece la posesion de la Es-:
critura j á quie'n confió Jesu Christo este depósito; y ha-:
liaremos que fué á los Apostoles, y éstos á sus Sucesores;
Luego debemos pasar á probar, que nosotros venimos de
aquellos, pues estamos unidos á las Iglesias fundadas por
los discípulos del Señor. Los Hereges son gente nueva,
y nada de esto pueden probar. Todo es humano y rath
derno en su do&rina y en su fé. Ellos son los autores de
sus dogmas , y no Jesu Christo ; y por tanto no vienen
como nosotros del mismo fundador, ni son cortados de¿
la misma piedra.

LECCIÓN VIL

*todo Articulo de Fé se debe probar como qualquier hecho b du


da ; y para esto , es indispensable añadir la tradi
cion d los documentos escritos.

Xilafio 1784 se trabajó un libro por M.Forest(i)enEran-


cia,en método <le instruccion,para atraer los Protestantes
á la Iglesia Romana; y en este libro se hace ver con cvU
dencia , que la tradicion es una prueba umversalmente
recibida en todas partes , y^ la única , cagáz de convencer,

(1) Diálogo 6.
Fuentes de la verdad ¿fcfc. ai
a toda clase de personas. No hay cosa que merezca ser
creída en el mundo , si las pruebas de su verdad no con-
cuerdan con la tradicion. En efe&o : La experiencia que
resulta de nuestros sentidos parece una demonstracionsy
sin embargo , casi siempre es defectuosa y falible , si no
se unen muchos en asegurarla ; de modo , que la regla
mas cierta para distinguir la ilusion que muchas veces se
padece , de la realidad, es el comun consentimiento y u-
niformidad en las experiencias, no del vulgo , sino de los
hombres sábios e instruidos. Por esto está tan admitido
aquel axioma : Quod semper , quod ubique , quoi ab omni
bus admittitur , certum est. Lo que siempre, en todas parr
tes , y por todos los Sábios está admitido, es cosa cierta.
Si á esta tradicion y comun consentimiento se juntan los
monumentos escritos de la antiguedad, y se trata de una
cosa de hecho , llega á ser una de monstracion en el ma
yor grado de verdad. Esto supuesto , veamos ahora que
cosa es nuestra íé , y si e'sta se debe mirar como cosa de
hecho , ó como de derecho. La Fe' es un resultado de to
dos los Artículos de nuestra creencia ; un hecho general,
que contiene tantos hechos como dogmas. Qualquiera
parte de nuestra Fe' , se debe examinar de este modo.
Por exemplo : Ha revelado Dios la venida del Mesías?
Ha revelado que el Mesías era hijo suyo ? Ha revelado
el Misterio de la Eucaristía &c? Todas estas qüestiones
no consisten en otra cosa, sino en averiguar la verdad de
«ste hecho : Dios ha revelado este Misterio , 6 no ? Co
mo si preguntáramos . El Rey ha dado el Título á un
Grande de España , ó una Canongia á tal persona ? Que
me'dios tenemos para averiguar estos hechos ? No hay
ptres , que pedir el Título , examinar si tiene la firma y
.. ¡ .-..-. Se-
'32 Escritura y Tradicion,
Sello Real ; si está legalizado por la autoridad de Perso*
na pública ; si lo recibió legítimamente ; si la tradicion,
Jos testigos , y consentimiento público , confirma , ó no
este hecho. Del mismo modo debemos proceder en ei
examen de qualquier Artículo de nuestra Religion. No
puede, ni debe el hombre introducirse á examinar la sus
tancia del dogma , como ni los motivos que el Rey ha
tenido para dar el Título de Grande de España, ó la Ca-;
nongia. Solo puede entrar á averiguar por el modo co-:
mun , si es cierto que Dios reveló las Escrituras ; si el
sentido de ellas está confirmado por Personas públicas,
por los Ministros que Dios ha dado á su Iglesia; si se con
forma con la tradicion.' Que sucederia en lospleytos y
causas civiles , que se originan de la varia inteligencia
de las Escrituras , ó Instrumentos -de las Partes, si no hu
biera Jueces y Tribunales que sentenciáran difinitiva-í
mente , y declarasen con autoridad el verdadero sentido
de la Escritura ó de la Ley ? Pues lo mismo debemos der
cir de la Religion , la qual estaria llena de dudas y de.
disputas , y todo sería confusion, si no hubiera una au
toridad suprema , que determinase el verdadero sentido
atendiendo á la tradicion legítima ; y esto por muchas
razones.
La primera: Para que'fin estableció Jesu Christo los
Doctores y Pastores en su Iglesia ? San Pablo (i)lo dice
claramente: Para que no seamos como los niños, que va-;
cuan y dudan de todo; Para que no estemos mudando
continuamente de doctrina, ni formemos divisiones con
disputas y opiniones. La segunda : Quando Jesu Christo
em-í
(1) Epbes. 4. Ipse dedtt qúosdam Apostolo} , olios vero Do*
Stores , &c. ut jam non simas parvuli fliSliantes . . .
Fuentes de la verdad &c. 33
Cmbió sus discípulos por el mundo , no les dixo : Id, lle
vad los libros , para que cada uno los lea ; sino : Id, ense
ñad lasgenres. Tampoco dixo el Señor : quien lee, sino,
quien a vosotros oye, d mí me oye. Luego la tradicion es pre
cisa á mas de la Escritura , y es como su espíritu, que da
vida á la letra muerta ; ó como la luz , sin la qual no se
puede leer. Tercera ; La regla de nuestra Fe' debe ser u-
niversal , de modo que sirva para todos, y todos sean ca
paces de entenderla , pues Dios quiere , como dice el A-
postol, que todos se salven , y lleguen al conocimiento de
la verdad. Y cómo llegará la mayor parte de los hombres
á conocer la verdad, si para esto necesita cada uno sin ex
cepcion leer toda la Biblia , examinarlo todo , discurrir,
y deducir todos los Artículos de nuestra Fe ? Hace pocos
siglos que se descubrió el Arte de la Imprenta .'i y hasta
entonces aun fue' mas imposible que cada uno se instru
yera leyendo, porque eran muchos masque ahora los que
no sabian leer, y menos los libros. No pueden responder
á esta dificultad , los que solo admiten la letra ó el espí
ritu privado. Pero por el camino de la tradicion es igual
mente facil á todos instruirse ; porque así como todos
pueden tener seguridad de que nuestro Rey es legítimo
Superior y Monarca , así pueden saber , que la Escritura
es dictada por Dios á la Iglesia, que es su Interprete. Lue
go es necesaria la tradicion. La quarta: Si la letra es bas
tante con el espíritu privado de cada uno , vánamente se
cansaron Lutero y Calvino en formar Sectas , y querer
les respetáran como á Maestros,pues cada uno debia que
dar con libertad absoluta y sin dependencia. Los mismos
Protestantes , que tanto hablan del espíritu privado con
tra los Católicos , no dicen una palabra á los de su Secta
Tom.JI. E so-
%f Escritura y Tradicion,
sobre este Artículo fundamental ; ántes por el contrario,
enseñan por autoridad y tradicion á los que siguen su sis
tema, (i) Y de aquí resulta la razon mas fuerte contra
ellos. Porque cómo negarán que creen muchos dogmas,
como nosotros , fundados casi únicamente en la tradt?
cion i El Bautismo de los Niños recien nacidos, es mira
do entre los Protestantes como válido y legítimo. Y por
qué texto de Escritura probarán, que se puede bautizar
al que no ha llegado al uso de la razon ? Es preciso que
acudan á la tradicion y práctica de la Iglesia. Solo reprue-
ban este Bautismo los Anabaptistas ; todos los demás lo
admiten como legítimo. Esta palabra bautizo ó bautizar,
significa imersion , ó sumergir en el agua ; y en efecto,
así se hizo por los Apostoles y Sucesores algun tiempo.
Sin embargo , ya no se bautiza de este modo y si sola
mente echando un poco de agua sobre la cabeza , convi
niendo en esto los Protestantes. Para recibir esta prácti
ca del dia , era preciso deciry que la sustancia del Bautis
mo no consistia en la imersion , sino en las palabras, y.
en el agua que bañaba al bautizado. Y por dónde pro
barán esta proposicion, sino por el comun consentimien
to de la Iglesia, pues nada se halla escrito sobre este pun
to con toda claridad en los libros de la Sagrada Escritu
ra ? Tambien convienen los Protestantes y en que los
Christianos están libres de la obligacion de practicar las
ceremonias judaicas, y que ya no nos obliga la abstinen
cia de ciertas carnes y sangre , que los Apostoles prohi
bieron á los primeros Fieles. Para esto es preciso supo
ner, que los Apostoles mandaron aquella abstinencia,
por condescendencia y deferencia á los Judios nuevamen-.
te
(í) M. Forest Dial. 6.
Fuentes de la verdad &c. ,35
te convertidos , que se escandalizaban , y no querian
quebrantar esta ley que habian observado siempre. De
dónde les consta á los Hereges la verdad de esta propo
sicion ? Cómo sabrán , hasta quándo obligó aquella ley?
Nada de esto se halla expresamente en la Escritura San
ta , sino en la tradicion : Luego e'sta es indispensable, y
debe admitirse. Mas : Los Protestantes distinguen entre
Artículos fundamentales de Fe y Artículos no funda
mentales ; esto es , entre dogmas principales , y menos
principales , para lo qual no hay regla alguna en la Es
critura. La Cena es mirada de todos como Artículo fun
damental ; y sin embargo , se ven sentados á una misma
Mesa Eucáristica muchos que tienen diversos sentimien-
tos , creyendo unos comer el Cuerpo de Christo, y otros
un poco de pan. Calvino establece muchos Artículos fun
damentales. Zanquio , discípulo de Zuinglio , solo admi- -
te los contenidos en el Símbolo. El Ministro Claudio re
duce todos los fundamentales , á la Justificacion, culto
de los Santos, Eucaristía, y autoridad del Papa. Para qué
sirve pues á estos Hereges su espíritu privado, si de nin
gun modo pueden convenirse ni aun en los dogmas prin
cipales? Ni qué sirve á los otros que miran la Santa Es
critura literalmente tomada , como única regla para dis
tinguir los Artículos fundamentales de los que no lo son,
pues aun en éstos discordan notablemente ? Si en algun
Artículo convienen todos, es en destruir la autoridad del
Papa. Pero en que' lugar de la Escritura la hallan clara
mente reprobada ? Pues si ellos mirando la letra de la Es
critura, no saben convenir en los dogmas fundamenta
les' ; cómo podrán reunirse y concordar en los demás sin
la tradicion ? En fin : Por qué texto podrán discernir los
' £2 U- .
36 Escritura y Tradicion,.
libros canónicos de los que no lo son ? En una ocasion
que disputaban sobre algunos libros sagrados,fueron pre
guntados sobre qué principio se apoyaban, para creer y
discernir los unos de los otros ; y respondieron ; (1) que
no tanto sobre la autoridad y comun consentimiento de
la tradicion , quanto sobre el espíritu privado de cada
uno. Sin embargo de esta respuesta^ como el espíritu prk
vado debe hallar algo en la Escritura sobre que pueda
formar su interpretacion , se les podia replicar diciendo:
Cómo puede resolver el espíritu privado, y elegir los li
bros canónicos , siendo cierto , que en ninguno se halla
el catálogo de los que son divinos? Son meros efugios to
das las respuestas ; y de aquí resulta , que ellos quieren
vivir con entera libertad , sin otra regla que el antojo y.
espíritu de cada uno.

LECCIÓN VIH.

Hasta nuestros enemigos se sirven de las tradiciones parapro-


bar sus dogmas. Circunstancias notables que se hallan
en los testigos católicos que forman
la tradicion.

X odemos confundir á estos Hereges , que no quieren


tradiciones ni autoridad de la Iglesia , sino la letra ó es
píritu privado , haciendoles ver 7 como ellos mismos re
claman por la autoridad muchas veces ; y despues de ca
lumniarla como tiránica en nuestra Iglesia Católica , se
han visto precisados á establecerla para sus dogmas. En
efec-.
(1) M. Foresí Dialoga 6.
FuEN3Wfi/DE LA VERDAD &C. 37 '
efetto : En un Síncao, (i) censuraron la doctrina que en
señaba , poderse gobernar cada Iglesia sin dependencia
de otras en asuntos Eclesiasticos , y sin obligacion de re
conocer la autoridad de sus coloquios. Esta do&rina, di-;
een ellos mismos , abre la puerta á toda estravagancia,
quita el médio de aplicar remedios , y enseña á formar
tantas Religiones como Parroquias ; y por fin , determi
nan que sea separado de su Iglesia , el que reúse some
terse á lo dicho. No hablan con mas expresion nuestros
Concilios.
No debiamos cansarnos pues en probar unas cosas
tan claras y evidentes. Admitir la letra sola de la Escri
tura y arrojar toda tradicion , es un pensamiento loco y
tan estravagante , que ni los mismos que lo fomentan lo
siguen en realidad. Y en prueba podiamos preguntarles,
que fundamentos han tenido para admitir la Escritura
por regla de Fe l Sin duda nos responderán , lo mismo
que nosotros diriamos si fueramos preguntados. Pasemos
mas adelante. Y por que' grados han llegado á conseguir
certidumbre ,^de que las Escrituras que admiten como
divinas , se conservan sin alteracion alguna sustancial ?
Precisamente nos han de responder , que gozan grande
seguridad de estas verdades, porque las tienen probadas
por los mismos principios , que constaria la legitimidad
de un privilegio Real. Si las Copias concuerdan entre sí;
si se sabe que el original ha estado guardado en Archi
vos autenticos ; si se prueba la legitimidad por el testk
monio de Autores fidedignos ; y si la tradicion y fama
pú-
(1) Carenton , año 1644. Vide Bossuet Explic. de la DoSf.
fap. 20, ,
38 Escritura y Tradicion,
pública lo asegura. (i) Y esto qué otra cosa es, sino ad
mitir la tradicion ?En efecto: Que Jesu Christo haya en
señado tal doctrina , es un hecho como todos los demás,
público, sensible, capáz de sufrir las mismas pruebas que
los otros. Así como en los Tribunales hacen fe igualmen
te los testigos de vista y los de oídas, así tambien en las
materias ó hechos tocantes á la Religion. Si son personas
muy públicas , como son los Testimonios de Notario y¡
su Sello , hacen mas fe'. Por que' pues la cadena de tra
dicion sobre el sentido de la Escritura., formada por el
testimonio de unas personas tan públicas y venerables
como los Pastores de las Iglesias , no harán una prueba
tan autentica como la que se recibe en un Tribunal por
una causa civil ? A mas : Que' circunstancias tan singu-.
lares concurren en los testigos que forman la tradicion
de la Iglesia ? En primer lugar son Pastores y Obispos*
que hacen profesion , y miran como carácter propio de
su oficio , no mudar ni un dplce de la doctrina de Jesu
Christo. En segundo lugar : Los testigos son muchos, yt
de diversas Iglesias que no se conocen, no se han confa-r
bulado , no pueden tener interés alguno en mudar la Fe
de sus Iglesias; y aun quando alguno lo rubiera,.jera po
sible que todos los demás calláran ? En tercer lugar : Es
tos testigos no deponen su modo de pensar, sino el de
sus Pueblos y Diocesis , y sobre unas cosas públicas y sa-;
indas hasta de los niños. ¿Cómo pues se atreverla algu
no á decir, que en su Iglesia no se creía estar Jesu Chris-:
to en la Eucaristía verdadera y realmente ? Ellos no ha
cen
( r) Conviene mucho radicar esta verdad : Que cada dogma
es ut^hecbo, y que se debe probar como los que se examinan en
los Tribunales; y por esto se insiste tanto sobre este punto.
Fuentes de la verdad &c. 39
oen mas, que dar testimonio de lo que han creido en sus
Iglesias los antecesores Obispos y Fieles, En quarto lu
gar : Estos testigos deben traer, para confirmacion de lo
que dicen r los Rituales antiguos , las Profesiones de Fé,
Decretos de Concilios r Liturgias , Libros Eclesiasticos,
y prácticas de las Iglesias. De este modo se forma la tra
dicion legítima, Y este método no llega a colocar los he
chos en el mayor grado de seguridad? Puede pedirse otra
prueba mas conveniente, para no errar en la inteligencia
de la letra de la Escritura i Aquí se hallan tres reglas,
que unidas como se unen en la tradicion , hacen imposi
ble el error r La Sagrada. Escritura ', el culto y rito exterior;
y la enseñanza pública y universal de los Pastores. Que' ha
podido hacer mas la Divina Providencia,. para dar el ma
yor grado de verdad á toda la do&rina revelada , y ha
cernos descansar seguros en el seno de la verdad , y de
nuestra Religion Católica ? En el principio del mundo la
Religion se comunicaba por sola la tradicion domestica,
que pasaba de Padres á. hijos. En la Ley escrita se añadió
la Escritura á la tradicion de todo el Pueblo , que habia
sido testigo de infinitosmilagros. Pero ahora quiere Dios
que no tengamos escusa para no creer , haciendo eviden
temente creíbles los fundamentos de la Religion Católi
ca por tales médios y pruebas , que no puede resistir si
no un corazon corrompido y relaxado.
Vengan todos los Filósofos incrédulos y y digannos,
que' se podia discurrir para hacer mas inalterable nues
tra Fe' r y dar mas evidencia moral a nuestros dogmas ?
Cómo se podrian evitar mejor los peligros que habria de
error en la letra de una Escritura tan antigua ? Lo subli
me de este siste'ma de tradicion mencionada, y compues
ta
qo Escritura y Tradicion,
ta de la Sagrada Escritura , del culto y rito exterior , yj
de la enseñanza pública de los Pastores , manifiesta por
sí que no es invencion humana , sino divina. Los hom
bres no han sabido dar jamás reglas tan seguras para ha
llar la verdad. Dispútese enhorabuena , si una do&rina
se halla bastantemente recibida en toda la Iglesia , pero
no se pierda la union. Así lo hizo San Cipriano , en la
qüestion del Bautismo con el Pontífice San Estevan; mas
no pensó jamás en pedir la letra sola , ni regirse por su
razon , ni establecer otros principios de dogma , ni rae-;
nos romper la unidad con las Iglesias. Los que siguen
otro espíritu , no tienen el de Jesu Christo , quieren te
division , y no buscan la verdad , sino sus intereses.

LECCIÓN IX.

Sofisma pueril de los JJereges , y argumento tomado de San


Pablo y SanJuan para impugnar las tradicionesy
con su respuesta.

V eamos los argumentos de los Hereges , que no quie


ren admitir por regla de nuestra Fe sino la letra de la Es
critura. En primer lugar, usan de un sofisma muy comun
y vulgar : La tradicion , dicen , consiste en el consenti
miento de muchos , reunidos en un mismo modo de en-;
tender la Escritura ; y esto no puede dar mayor certi-<
dumbre y seguridad, que si uno solo la entendiera segun
su espíritu privado: porque si el juicio de uno no da cer
tidumbre, tampoco la dará el sentir de dos, ni el de tres,
ni el de mil , pues todos son falibles en su modo de con
cebir. Luego si los Católicos reprueban como vana la se
ga-
Fuentes de la verdad &c. 41
guridad que tienen los Hereges por su espíritu privado,
igualmente se debe reprobar el sentimiento de la multi
tud , que es muy facil de engañar. En este argumento,
se vé claramente el sofisma de los principiantes , que di
cen , la falta de un cabello no hace calbo ; luego ni la de
dos , ni la de tres ; luego ni la total falta. No es ra-zon
detenernos en impugnar tales vagatelas, si solo hacer es
ta instancia. El testimonio de un Autor , que afirma ha-.
ber una ciudad llamada Roma , no prueba que sea ver
dad ; luego ni el testimonio de dos, ni el de tres, ni el de
otros muchos. El argumento es igual; y admitir esta con-
seqüencia ., una estraVagancia indigna de impugnarse.
Lo segundo , arguyen de este modo : El espíritu de
Dios no falta á ninguno que lo pide con humildad; y por
esto el Apostol nos aconseja pedir á Dios la sabiduría,que
la'da á todos con abundancia. (1) El Apostol San Pablo
(i) dice expresamente , que el hombre espiritual juzga
todas las cosas , y todo lo entiende ; á diferencia del car
nal, que no entiende, ni penetra el espíritu de Dios. San
Juan (3) añade aun mas: No teneis necesidad de que na
die os enseñe ; el -mismo Dios seri vuestro Maestro. De
estas autoridades infieren , que cada Christiano es capáz
de interpretar por sí solo la Escritura , si es hombre espi
ritual , y quiere tener á Dios por Maestro , sin necesidad
de consultar á otro alguno. Antes de responder , convie
ne hacer. dos preguntas á los que confian en este argu-
tom.II. *¡ F men-
(1) Si quis indiget sapientia } postulet a Deo qui dat omni«
bus , &c.
(2) Animalis homo non percipit, ...spiritualis antevi , judi-
catomnia. 1. Cor. cap. 2.
(3) Joann. c.%. Non habetis necesse, ut aliquis doceat vos.
4.2 Escritura y Tradicion,
.mento. La primera es ; Qué regla segura tendrán éstos-,
^para conocer quándo habla el espíritu de Dios , ó el de
tinieblas , supuesto que San Pablo dice, que el demonio
-sabe transfigurarse en Ángel de luz para engañar a los
'hombres ? Qué segundad y principio sólido tienen para
distinguir el verdadero espiritual , del que solo lo es en
apariencia ? La segunda : Si el Espíritu Santo enseña á
cada uno el verdadero sentido de la Escritura ; cómo es
que entre los mismos Hereges hay tan diferentes y con
trarias explicaciones ? La verdad no es mas que una , y
'no puede hallarse en dos extremos contrarios. Cómo es
pues que el Luterano se juzga iluminado del espíritu del
Señor no menos que el Calvinista , y el Sociniano como
el Católico? Si etfla Republica no es licito interpretar las
Leyes á ningun particular , porque serían eternas e infi
nitas las disputas , y por esto solo tienen la autoridad
ciertas personas que componen el Tribunal ; por qué en
las leyes de Dios ha de presumir el hombre tanto de su
talento, que se quiera hacer juez por solo su juicio? Bay-
1¿ (i) dice: que el espíritu de Dios no aumenta á nadie la
memoria , las ciencias , y la razon contra los sofismas.
Supuesta esta do&rina , de un hombre que en lo demás
favorece tanto el Calvinismo ; se sigue , que no todo
hombre , por ser espiritual , ó estar revestido del espíri
tu de Dios , podrá asegurarse del verdadero sentido de
la Escritura. No es posible que satisfagan á lo dicho; pe
ro con todo , respondamos mas en particular á los testi
monios alegados de la Escritura. San Pablo dice , que^el
hombre espiritual juzga todas las cosas: y qué quiere de^
cir con esto ? Sin entrar en varias interpretaciones de los
.1. •;. .j).:' ..:..-. PíH\i
(i) Bayle Comp. VMlos. í.p. cap. i o. y Sitplem. .'.. { '-. )
Fuentes de la verdad &c. 4J
Padres de la Iglesia , la letra sola de este lugar nos mani
festará su verdadero sentido. Acababa de decir el Apos
tol , que las cosas de Dios nadie las podia conocer sino el
espíritu de. Dios , (1) pues el hombre animal no conoce
las cosas de Dios, porque está su entendimiento lleno de
ignorancias , y todo lo entiende grosera y carnalmente;
pero el espiritual , es á saber , el que está lleno del Espí
ritu Santo, juzga todas las cosas. Esto es lo que dice el
Apostol ; mas de aquí no se sigue , que qualquiera poE
ser Christiano , pueda entender toda la Escritura, ni me
nos dice el Apostol , que lo pueda hacer por sí solo , ni
la palabra espiritual se contrae á todo Christiano, ni dice
solus ; ni eljudicat omnia alude á la Escritura , sino á los
dictámenes sanos y re&os. En fin : aunque aquí se habla
se con órden á la Escritura, siempre quedaba en pie la: di
ficultad y duda de quien era este hombre espiritual ; y
como es constante que San Pablo no lo une con la razon
' de Christiano , se sigue , que no todo Christiano , solo
por serlo , tiene este don de Dios , sino San Pablo y los
demás Doctores, que por sus empleos tienen la autori
dad. No es masdificil entender el verdadero sentido de
las palabras de San Juan , quando dice á los Fides , que
no necesitan Maestro para saber e instruirse de todo'. In
mediatamente ántes de estas palabras habia dicho el mis
mo Apostol , que todos los que negaban que Jesus era
Christo, el ungido, el Mesías , y el hijo de Dios, eran
mentirosos , Hereges y Ante-Christos ; que habia ya
muchos en el mundo , que estos habian salido de la mis-
F: . ma
-"'" (0 Qa¿e siiftt Vei ¡nemo cognbvítnisi' spiritus Dei. Anima-
lis homo non percipit ea. Stultitia estilli ,<& non potest intellige-
re. Spiritualis autem judieat omnia. . ''. .
4.4 Escritura y Tradiciow,
ma congregacion de los Fieles , pero que no eran ya de
la misma Iglesia. Les escribe para que no se dexen sedu
cir ni sorprender ; y luego añade : no necesitais Maestro,
sino permanecer en la doctrina que os han enseñado por la un
cion. Y qué quieren decir estas palabras ? Supuesto lo an-.
tecedente , se conoce que el sentido obvio es decir á los
Fieles , no necesitan Maestros de fuera de la Iglesia, sino
continuar y perseverar en la doctrina que aprendieron,
quando se bautizaron y confirmaron.

LECCIÓN X.

rÁrgumento de los Hereges , fundado en lo que sucedió con los


Milenarios. Su respuesta.^ .

V^ontinúan los Hereges sus argumentos diciendo , que


las tradiciones no aseguran mas el sentido de la Escritura,
que la letra ó el espíritu privado de cada uno ; ántes sir
ve para cubrir mejor los errores puestos al abrigo de la
tradicion , cuya legitimidad no es facil poderse probar ni
pronto, ni bien. Los Hereges se han servido en efe&o de
este efugio , para hacer mas creibles sus errores. Basíli-
des blasonaba tener por Maestro , al que habia sido In
térprete de San Pedro. Valentiniano decia lo mismo de
un Amigo del Apostol. Marcion se gloriaba de haber sí-
do instruido por los Discípulos de San Mathias. Arte-
mon publicaba , que los Apostoles tubieron á su Maes-;
tro por hombre puro , y que hasta el Papa Ví&or lo ha
bía así creído. (i)
Permitamos por un momento, que todos estos exenv
pios,
(i) Ckm.Alex. Strom. /.6. Euseb. Hist.Ec¡es. l.$. c.27. . .
Fuentes dé la verdad &c. 45
píos sean verdaderos. Que se puede inferir de aquí con-*.
tra la verdad de nuestras tradiciones? Nada. Lo primero,
porque no hay cosa en este mundo, de la que no puedan
abusar los hombres; mas por esto no es razon destruir y
aniquilar , sino corregir y procurar el remedio. Lo se-.
gundo , porque no estamos ya en tiempo de creer á na
die sobre su palabra. Que importa que blasonen los He-
xeges de que los Apostoles ó sus discípulos fueron sus
Maestros , y que no se desviaron de su doctrina y tradi
ciones? Es preciso , que'á mas de sus palabras nos'dc'n las
pruebas convincentes. Los Fariseos tambien tenian sus
tradiciones , y se gloriaban de tener á Abrahan por Pa
dre. Y por ventura era lo mismo decirlo ellos , que ser
ciertas sus tradiciones ? Todo lo contrario. Pues lo mis
mo decimos de los Hereges que así blasonan. No deben
cansarse en traer exemplos y dichos , sino pruebas y de-i
mostraciones.
La única prueba que tienen para confirmar el peli
gro de las tradiciones , es el exemplo de los Milenarios, .
ó de los que decían , no gozaban los Justos la felicidad
del Cielo luego despues de la muerte , porque debian es
tar primero en el Paraíso mil años con Jesu Christo des
pues del fin del mundo. Esta do&rina fundada en el A-
pocalipsis , estaba confirmada , dicen , por la tradicion
de los primeros Padres ; Pdpias , Justino , Irene'o , Lac-
tancio y Tertuliano , con otros. Sin embargo ; la Iglesia
Católica la condena como error : Luego no deben regir
las tradiciones. A este argumento se responde: que el es
tilo de los Hereges es algo conforme con el de los Incré
dulos , porqué desfiguran las cosas , ó las toman á bulto.
Demos las pruebas de esta verdad , examinando en qué;
con-.
a.6 . Escritura y Tradicion,'
consiste la Heregia de los Milenarios , y se verá corrio
confunden cosas muy diversas. Esta Heregia' la fohnó
Cerin.ro ¡, .que deda ,,. haber de estar los Justos milanos
en el RajaisQ^gazando toda. especie de deleites. carnales ; casi
en los misinos términos que Mahoma describe. su Paráín
so¡. Su origen. fué la mala inteligencia de un texto del A-
pocalipsis (i) tomado muy literalmente , y haber creido
Pápias ligeramente las relaciones de algunos, que decían
haberlas explicado a$L los. Apostoles , como dice Eusebio
en su Historia. (i) Cerinto añadió el sistema carnal, con
otras muchas cosas. San Agustin y San Gerónimo (3) ad
vierten la notable diferencia que habla entre la doctrina
de Cerinto y la de otros Padres ; porque muchos de es-»
tos, aunque admitían el R'eyno delos milanos, no creían
estos deleites sensuales , sino otros mas decentes y espi-:
rituales , y de esta sentencia., añaden , que la Iglesia no
la condenó formalmente, si sola- la de Cerinto; porque ad-r
mitia el Reyno carnal ; y la de Trjfon r porque resucitaba
el judaismo en aquel estado. El mismo San Justino , en el
Diálogo que tubo con e'ste, dice dos cosas. La primera es,
reprobar eL sistema y filosofía Áe Trifon; la segundaron*
fesar que otros muchos Padres reprobaban absolutamen
te el Reyno de los mil años, aunque algunos lo admitian
en uri sentido espiritual ; por lo quai se ve , no era oh
mun sentir de los Padres , y por consiguiente , ni tradi
cion legítima. Es verdad , que la opinion de los Milena
rios reynó .bastante en los tres primeros siglos de la Igle-
.;!.-.-. :j; '»' " . .. --' : • .. í- :•- 'i * '''' -'- ' -áia,

( i) Ap<ic. c. 20. Regnaverunt ¡cumChristomilíe annis.


(2) Lib. 3. cap. ult.
'3) -S. August. deCivit. Dei, lifao; capí 7;&Hieron. Trefi
(!
inXsai, 1 8.
F.ÜBNTES DE LA. VERDAD &C 47
¡sia,.peio no tanto como quieren suponer. Joscph. Mede,
^1) xjue'nos opope ia autoridad de San Justina , cometa
'dos yerros. El primero es \ seguir una version infiel : el
fcegundo, añadir una falsificacion mayor. San Justino di*
ce , en el Diálogo con Trifon , que creía este .Reyno de
mil años;- pero que habia otros de pura y sana doóírina,
que eran de contrario sentir. Joseph Mede añadió una
negativa diciendo y y muchos otros-, que «o.son de pura
y sana dottrina' : Sigue tambien una version falsificada,
en que. se da á entender , que San Justino creía ser éste
punto de Fe; pero es claró la contrario,. como puede ver
se en Bosuet. (2} Lo cierto es, que en el quarto siglo ha
bia desaparecido casi del todo esté modo de pensar; y en
los tres primeros jamás se vió en pacífica posesion , pues
lo impugnaron Cayo. y San Dionisio^ como consta de Eu-r
sebio y San Gerónimo. Se vé pues sobre esta tradicion
-de los Milenarios r . la primero : Que no fué .opinion co
mun de todas, ni casi to4osJos Padres de Ja Iglesia. Lo
segundo : Que jamás estubo en pacífica posesion. Lo ter»
eéro: Que Eusebio , bien inmediato á estas disputas,
descubrió el origen ,. y explicó en qué consistia esta
Heregia. condenada; Lo quarto: -Que todas estas dis
putas consistieron i en entender miiy á la letra el tex
to del Apocalipsis , devlo qual pasó Cerinto á esta-*
bkcer deleites carnales, y excluir y privar á los Jus
tos , todo aquel tiempo de los mil años , de la vista
áe D/o/';/p^a'lo quáf no tenia' fundamento alguno en
la Escritura , ni éh'íá tradicion. Tambien se debe no-.

'(i) Joseph. Mede 'Brotest. Com. in Apoc. ... .


(2)- Bossuet tom. 2 . sobre el Apoc. pag. 61 $.
48 Escritura y Tradicíom,
.tar contra los Hereges , que la regla para conocer y
distinguir la tradicion legítima de la que no lo es, no
consiste en averiguar qual es la mas antigua;porque aun
que Tertuliano diga, (i)que aquello es verdadero y del
Señor , que se ensenó primero ; y aquello es estraño y
falso , que se enseñó despues ; esta regla no es única y
decisiva , sino unida con¡ la del Lirinense : Quod semper,
quod ubique , qttodab omnibus traditum est. Quiere deciri
Que para distinguirse fias verdaderas de.- las 'falsas tradU.
ciones , es preciso. examinar de dónde vienen ; y hasta
que se vea , que siempre , en todas partes , despues del exa.-
m.en.f'y.par todos , b.casi todos losCatólicos se ha enseñado
aquella do&tina , no llega á ser dogma decidido en 1»
Iglesias '¡Í2'J£';.7 •.'/'::...' :v ;i', :¡.' •'. .(¡'.,...:;. -' r .
.r.„ -... L,.:.;: j :..>. LECCIÓN. XL .. • » .

c-.í. . -¡ v. '» i. i '¡.'íi. '. / » '. .'i-. v .;/ '. .i " . . ,. '•..;

Otro argumento. tomado dejeremías, que parecefavorecer al


espíritu .privado, : y su respuesta. .. >../ .; -¡
T.H':,- : ' .-'": -;¡,'!.: c:Ji;'-'. -:: .? . '.' : -.,.
ambien se sirven los Hereges , para destruir la necesi
dad de las tradiciones y establecer el espíritu privado,
de una autoridad de. jeremías ,. (2) que dice : "El tiempo
«se acerca , dice el Señor ; yo hare un nuevo paito cort
»»la Casa de Istael y do Judá^lrmiy diferente del que hi-¡
' - - .'- , l .....i;i. .ji.:ii' .'t 1 'CC'-
. .' .•',.. -'.•'..'
( 1 ) Jer.c.3 1 .V. 3 1 . J§cce dies venient,dlcitDom'wus¿$feriam.
£2) Jer. c. 3 1 . v. 3 11 . Éffe á/« ventepi, dicit T)ominus\i& fe*
riam domui'lsrael & dórnui Judá fcedus Wvtim. Hoc erit p'adtumz
Dabo legem meam in visceribus eorum,& non docebit ultra vir pro-
ximumsuum ; & vir fratrem suutn dicensiCognosce Dominumjom-'
nes enim cognoscent me , a minino eorum usaue ad maximum. .
Fuentes de la verdad &c. 4^
»»cé con sus Padres .... Ved la alianza ó pacto, que yo
»»haré entonces con la Casa de Istael : Imprimire mi ley
«en su Alma , yo la escribiré en su -corazon : Ya no en-
n señará el varon á su próximo , ni á su hermano, dicien-
»»do: Conoced al Señor, porque rodos me conocerán,des-
«de el mas pequeño al mas grande." Ahora dicen : Este
pacto se ha verificado en el establecimiento del Christia-
nisme : Luego en e'ste no se necesita la instruccion de
Maestros ni tradiciones, sino el espíritu privado de cada
uno , pues el cará&er y distintivo de este pa&o es , que
ya no enseñará el varon al próximo,ni á su hermano, por
que todos conocerán á t)ios, desde el mas pequeño al
mas grande ; esto es : Dios mismo será el Maestro por la
inspiracion interna. - ' '
Respuesta; Ya tenemos probada la necesidad de ins
truccion , magisterio y tradiciones; y esto debia ser bas
tante , para que no diesen tan fataLinteligencia alas pa
labras de la Escritura. Sin embargo diremos algo, no por
que lo juzgamos necesario , pues facilmente se conoce la
poca fuerza de este argumento ; sino porque los Letores
adviertan el poco fundamento y menos fuerza de los ar
gumentos contrarios.
Estas palabras , no quieren decir que los que sean
miembros de nuestra alianza , no serán conducidos por
la instruccion externa. Si este fuera el sentido, se segui
ría el gravísimo inconveniente de que toda instruccion
sería. contra el verdadero espíritu del Evangelio. Se de
berían cerrar todas las Escuelas , y los Pastores nada ten
drian que hacer con sus Pieles , ni con los ignorantes;
pues en la autoridad propuesta se dice expresamente,
que todos desde el mas pequeño al mayor conocerán áDios.
Tom.íí. G Sin.
5<> Escritura y Tradicion,
Sin duda pues estas palabras tienen otro sentido mas ob
vio y natural. Para hallarlo , debemos reflexionar lospo-
' eos que conocian á Dios ántes de la venida de JesuChri*;
to; todo estaba lleno de errores e idolatría ; pero al pun
to que se publicó nuestra Santa Religion,comenzaron &
caer los ídolos. Nadie puede negar , que el verdadero y,
limpio conocimiento de Dios ha sido el triunfo de esta
nuestra alianza hecha por JesuChristo. Ni de esto du
dan los que forman el argumento. Supuesta y admitida
esta verdad , es muy clara y sencilla la inteligencia de
Jeremías : Ya nadie enseñará diciendo , conoced al Se
ñor, porque todos lo conocerán. Como quien dice:Los
filósofos se cansaron inútilmente en formar ide'as de la
divinidad , y rodas llenas de sombras, y errores ; des
pues de la nueva alianza será tanta la claridad que ha
brá sobre el verdadero Dios , y caerá de tal manera la i*
dolatría , que bastará la fe, que es don divino, para que
todos estén bien instruidos en este conocimiento. En e-
fecto : La autoridad bien mirada , no dice que no se ne
cesita instruccion externa para nada , sino para conocer
á Dios , para formar ide'a de su grandeza , y á la verdad,
para esto basta la fe'. No es necesario que los filósofos
se cansen en instrucciones y discursos ; pues todos ellos
sin el don de Dios , no adelantarian mas que los filóso
fos que precedieron á Jesu Christo , y esta es la verda
dera señal de la nueva alianza , que cede en tanta glo
ria de nuestra Religion , y forma su cará&er ; y en este
mismo sentido debe entenderse lo que se dice por San
Juan : (i) Qualquiera que oye á mi Padre , y aprende
> ' de
( i ) Et erunt omnes docibiles Dei ; omnis fui audivit a Ptí"
tre, et didicit , venit ad me. Joann. 6. .!''.;-..'.
Fuentes de la verdad &c. fr
Se el , éste vendrá á mí : Como quien dice ; nadie puede
Ser verdadero miembro de mi Iglesia , si mi Padre no le
trae é introduce. (1) Porque aunque ks razones huma
nas pueden haoer evidentemente creíbles los misterios y
grandezas de Dios , sin embargo , si mi Padre no toca el
corazon, en vano trabajarán todos los Maestros; porque
así como Faraon y muchos Judios , vieron milagros que
no podian negar , y no llegaron á convertirse , así suce
derá con los que solo reciben la instruccion de los hom
bres que no hablan mas que al oído y exterior , si Dios
no les habla y convierte el corazon. Este es el óbvio y
verdadero sentido de las palabras. Todo lo demás , es
quimera. Porque como dice San Pablo, ni el que planta,
tti el que riega , hace nada , si Dios no da el aumento é
infunde la verdadera fe , que solo puede venir del Cielo.

i.-'>* LECCIÓN XII. i

Argumento que resulta de varias tradiciones y


prácticas , que ya no están en uso.
l- - Su respuesta.

Jl amblen forman dtfo argumento contra las tradicio-


neiíy que siempre son el dique mas poderoso, el freno,
y la cadena mas terrible para contener á los Hereges, los
qUales como-Filósofos Ateístas , quieren tener una liber
tad sin límites en el modo de pensar. Mil prá&icas y tra
diciones antiquísimas , dicen , y universales, ha habido
en la Iglesia , de cuyos usos no conservamos ya sino la
. .¡o ..i .... .¡i . „.. q 2 .- . . .'. .• me- v

\ry Nemopotest venire ad me , nisi Pater qui missit me)


traxerit. Joann. 6. ¡l .•'..' i. ''.'». v '-^ • '.'.) -*:;i:
51 Escritura' y Tradicion,
memoria. Tertuliano enseña , (i) que á los bautizados
se les hacia indispensablemente gustar leche, y miel ; que
el Bautismo se practicaba por la trina imersion del bau-r
tizado en el agua ; que los pecadores estaban obligados
a sufrir y practicar la pública penitencia que les impo
nían ; y que Todos usaban de la comunion baxo las dos
especies. Todas estas tradiciones se ven abolidas ente
ramente. Y si para esto tiene autoridad la Iglesia , por
que no la tendrá para abandonar todas las demás ? Por
que no podrá formar otras prácticas contrarias ? Porque
mirará, ó querrá. que los demás miren conrespeto las
tradiciones y prácticas de sus mayores ? Luego el siste
ma de seguirlas en la interpretacion de la Escritura , no
es mas que una fantasma , una nube que se condensa 6
se deshace al arbitrio de los Católicos. Yo digo por el.
contrario, que este argumento es como los gigantes ae
reos de la fábula , ó como la tiniebla que se deshace con
un rayo de la luz del Sol. No se necesita mas para des
truirlo que un poquito de claridad. Nosotros distingui-.
mos muy razonablemente. dos ge'neros de tradiciones E-
clesiasticas. Las unas tienen por objeto el dogma de la
Religion : Las otras el culto exterior , las ceremonias^
disciplina. Las que miran el dogma , son invariab}eá,
las del culto pueden padecer alguna alteracion. La cau
sa de la invariabilidad de las primeras consiste, en que
como el dogma es una verdad eterna y revelada po£:.
Dios , debe ser siempre uniforme como lo es Dios., ó la, :
verdad. El fundamento y razon que hay para variar las-
segundas consiste , en que á Dios se puede dar culto de
muchos modos , porque como este no es otra cosa que
. ,. . „., <. ,.• ,,.. ,.....- 1 una
(i) Tertul. de Corona MU¡tisy cap. 3. j¡ .... . r .. '•.
Fuentes de la verdad &c. ¿i
una protestacion de respeto que tenemos á Dios ; así co
mo los hombres. tienen muy diferentes modos y mane
ras de manifestarse el respeto unos á otros ; así pueden-
ser diferentes las ceremonias del culto divino, atendien
do á los tiempos , á los climas , y á las ideas de los hom
bres. Esta variacion es accidental, siempre que se veri
fique dar la criatura el homenage debido á Dios. La pru?
dencia di&a que la .Iglesia varíe las prácticas y tradicio
nes que solo miran al culto exterior ó disciplina , aten
diendo á las circustancias que lo piden ; pero jamás. k>
ha hecho con las que miran el dogma. En lo qual ha es
tado fixa é invariable en su sentir despues que ha exa
minado el verdadero sentido de la Escritura , compuJU-
sandojo con lo que se halla en la tradicion y. libros de
los Santos Padres. Y este metodo no es injurioso á Dios,
porque le'xos de hacerse superiores á la Escritura, se hu-.
millan, temen ser, engañados por sus ideas, y por esto
acuden á lasi.obras de los Padres , que trataron rags.en
particular sobre- aquel lugar de.la Escritura,que es el ob-.
jeto de la disputa. Temen que el calor de la qüestion
les haga entender con preocupacion la letra , y por esto
dari lugar ; no ¡resuelven precipitadamente , consultan
Qon la antiguedad imparclal , que habla á sangre fria,.
y despues declaran lo que siempre ha sido dogma. ¿ No^
es este mejor método para no errar , que el que usan los
Hereges? No se ve en lo político el mismo órden en los 5
tribunales que¡juzgan autentica y decisivamente del sed- .
4ido.de las leyes , sin que por esto nadie les impute que
se hacen superiores á las leyes , o al Monaroa ? Y si- son
precisos estos tribunales en lo político , por qué no lo
serán tambien en la Iglesia ? Habemos de dexar las du-
í>(I das,
54 Escritura y Tradícíon,
das , sin un recurso para decidirlas , como hacen los He¿
reges,abandonandose cada unoá su razon y á su espíri
tu ? Todos los exemplos propuestos en el argumento
son inútiles , porque tienen por objeto unas tradiciones
accidentales que no pertenecen al dogma , sino á la dis
ciplina exterior , que puede variarse como queda proba-
d.0» ! \ ' -v ' • '''•' '' ' ' -'-.'! - [-'i
-. . .. i m JtECCION XIII. I

Argumento fundado *n la dificultad de entender los Va-


dres , discernir sus obras legítimas , y xontradic- i ' i
-.! ¡ *aones aparentes. Su respuesta*

Jfc^ara deistruiT fcfuetzti q¡ue- resulta dfcila autoridad de


los Padres , cuyo sentimiento! uniforme hace la tradi
cion de. la Iglesia , : dicen lo primero v que- el sentido de
las obras de Jos Padííes' mas antiguos,; es tan difícil de
averiguar comoüel'rdie ]a misma Escritüfa» Muchas obra*
de los primeros siglos perecieron, y k> que queda dé- las'
otras , se halla quizá muy alterado. Lo segundo ; los
mas de los Escritos atribuidos a los primeros Padres son
supuestos y están tan confundld©s,que no es posible dis
tinguirlos de los autenticos. Lo tercero .;. los Padres quíP
forman:la¡ cadena de la tradicion lian Variado de Opinio
nes en los dogmas , segun la edad y estudio de cada u--
no. Ellos se contradicen mutuamente , y es muy difí
cil averiguar quando está la doctrina en tal punto de:
conformidad entre todos que debahacer dogma de SéV
Todo esto , añaden , es obstáculo para conocer la ver-'
dadera tradicion , y de grande inconveniente para deci
dir qual sea rigorosamente un articulé de té*
De
FpENTES DE LA VERDAD &C. 5J
De un solo golpe podiamos derribar esta multitud
de argumentos , diciendo , que así como los Jueces y
Tribunales resuelven todas las dudas con una sentencia
difioitiva, que obliga á los interesados, y aun les inhibe
para disputar mas sobre el juzgado , del mismo modo el
tribunal de la Iglesia puede resolver con igual seguridad
en los puntos de fe. Todos los peligros que se pueden
temer en las materias de Religion , y en la legalidad de
los testigos que deponen de tradicion , se hallan en los
tribunales seculares , en qualquier causa civil y crimi
nal. Sin embargo ; si las decisiones legítimas de un jui
cio se deben respetar y mirar como prudentes, ¿porqué
no se condenará por temerario al que por vanas hipote*-.
sis 6 temores no quiere sujetarse al juicio de la Iglesia,
que declara el dogma en fuerza de la Escritura y Tradi
cion ? Pero respondamos en particular al argumento. SI
el primero tiene fuerza , se sigue de e'l que no hallare
mos cosa cierta en la historia ; pues así como se han per
dido las obras de muchos Padres , así se perdieron las de
muchos Historiadores. Si es difícil averiguar el verdade
ro sentido de algunos Padres , tambien lo es el de mu*
chos Historiadores. Si se contradicen unos Padres á otros;
si hay Obras Eclesiasticas, supuestas y adulteradas, tam
bien sucede lo mismo con las histotias. Y qué modo de
arguir es , decir contra pruebas determinadas ; puede ser
que sea obra supuesta ó falsificada? Qué lógica es la que
se funda ó discurre sobre un temor y un quizá ? Á lo se
gundo decimos , que es falso no poder distinguir las o~
bras legítimas de los Padres , de las que no lo son. De
bemos razonar de los escritos del mismo modo que de
los hijos. Que diriamos de un padre que abandonase si
'''•i. su
\6 Escritora y Tradícíon,
su hijo , solo por el temor de que puede ser ilegítimo o
adulterino ? No lo tendríamos por loco ? Pues lo mismo
debemos decir de quien no quiera admitir la autoridad
de un Santo Padre , solo porque puede ser supuesta. A-
unque se hayan supuesto algunos libros á San Justino y(
á Tertuliano , no se sigue que tambien lo sean sus Apo-
logias. Sábios tenemos que hacen justicia con imparcia-:
lidad y con crítica. Si queremos demostraciones geome'-
tricas en todas las cosas , no podremos comer , ni beber,
porque puede ser que haya veneno en los manjares. Y si
'tales demostraciones se pidieran para todo , \ qué sería
de las casas , de las genealogías , de los derechos , y de
4as leyes ? Si todas las obras son supuestas , ¿ por que' los
Hereges toman de ellas los argumentos y las pruebas?,
Si están corrompidas y adulteradas las obras de los Pa
dres ; por qué se sirven de ellas quando les trae cuenta
y acomoda ? No reusariamos un examen prolixo sobre
'esto ; pero conocemos el depravado fin de los Hereges,
que no es otro, sino enredarnos en defensas proüxas, pa-
-ta embrollar la materia , y entretenernos con disputas?
por ésto lo omitimos, contentandonos con dar las reglas
generales , dexando á los que criticaron las obras de los
-Padres , el cuidado de confundir á estos Hereges. Á lo.
mercero se responde , pidiendo exemplos particulares de
esta variacion que atribuyen á los Padres en materia del
dogma. No basta que ellos lu digan , sino que lo prue-.
-ben. Los Santos Padres jamás han sido infieles á la ver-
-dad , si estaba claramente declarada como dogma en el
.tiempo en que vivieron. Es verdad que han variado de
.sentir sobre otros puntos de hecho ó derecho , porque
¡adquirian mayores conocimientos. Pero en esto que'feal-
i .' dad
Fuentes de la verdad &c. 57
dad se halla? No es' propio del sábio mudar de di&amen,
siempre que un nuevo rayo de luz descubre alguna nue
va verdad ? Quien es el hombre que no haya conocido
sus errores ? Se siguió á San Agustin algun deshonor por
los libros que escribió de Retractaciones ? Pero conce
damos que han variado alguna vez en el dogma : ¿ esto
que llamamos dogma estaba declarado por tal quando
los Padres lo abandonaron ? Si era ya dogma y se apar
taron de aquella creencia , serían Hereges haciendplo con
conocimiento. Si no estaba declarado , ¿ para que' fin se
propone por argumento ? Los Padres se contradicen : Y
en qué se contradicen ? Debian llenarse de vergüenza
los Hereges , quando nos presentan por contradicciones,
ciertas datas de cronología , geometría , historia y disci
plina. No es esto muy accidental para las tradiciones de
que hablamos ? No son tales argumentos dignos del ma
yor desprecio ? No es gana de hacer mal , emplear el
tiempo en disputas pueriles ó inútiles ? Y que se sigue
de las contradicciones de los Padres? Funda la Iglesia su
juicio sobre la discordia , ó sobre el comun sentimiento
de estos Santos y Autores ? No nos cansemos rtodo lo
expuesto por los Hereges es falsedad ó puerilidad mani
fiesta. Sobre lo primero decimos , que el sentir de los
Padres es mucho mas facil de averiguar que el de la Sa
grada Escritura. Ésta precedió dos mil años á los Padres
de la Iglesia, en un pueblo tan diferente de nosotro's, re
cien salido de la idolatría de Egipto. Estas dos cosas por
sí solas hacen muy difícil de averiguar el sentido de mu
chas cosas y frases de los libros de Moyse's. En los Pa-,
dres ; la mayor inmediacion á nosotros ; en pueblos , cu
yos usos podemos conocer mejor por las historias ; en
tom. II. H tiem-
5g Escritura y Tradicion,
tiempo del qual tenemos otros autores que nos enseñan
los archivos, las memorias autenticas, y los Concilios,
nos facilitan su inteligencia , si nos aplicamos á un estu
dio sólido. Solo será difícil, si nuestro estudio es super
ficial. Sobrelo segundo decimos , que hay reglas fixas
para distinguir las Obras legítimas de las falsas. Los Pa
dres de la Congregacion de San Mauro , han hecho á la
Iglesia el gran servicio de formar una crítica finísima, la
qual jamás podrán contradecir los Hereges. Natal Ale<-
xandro en su Historia Eclesiastica, vindica unas, y mues
tra la suposicion de otras. Nuestro Fr. Honorato de San
ta María Carmelita Descalzo , es el verdadero Maestro
para instruirse en la crítica mas justa y prudente. El Mé
todo de leer los Padres de la Iglesia , que se escribió en
Francés y se vertió al latin por J. F. R. es muy á propo
sito para entenderlos. Aquí se hallará mejor instruccion
que en los Ingleses , que admiten la autoridad de los Pa
dres de los quatro primeros siglos , y no la de los que si
guieron despues. Porque cómo pueden éstos hacer razo
nable su modo de pensar, quando los Concilios del quin
to siglo no están menos concordados que los Padres que
precedieron ? No hay motivo para limitar la asistencia
de Dios hasta tal año determinadamente. Por el contra
rio , se debe creer que Dios no abandonará jamás á la
Iglesia , que vé tan cuidadosa de acertar la voluntad Di
vina por medio de la Escritura , siguiendo la tradicion y
autoridad de aquellos Padres , que junraron á su grande
santidad un gran fondo<le sabiduría , prudencia , y rec
titud.

LEC-
Fuentes de la' verdad &c. 59

LECCIÓN XIV.

"tres argumentos sacados de Santo 'Thomás , San Agustín, San


Pablo , San Gerónimo , 'tertuliano , y circulo vicioso
que nos imputan. Se responde a los
dos primeros.

JLios Hereges han hurtado los argumentos precedentes


de los Incrédulos , y ellos vienen bien para todas las co
sas que se prueban por los libros y por las historias. Y se
distinguen poco los siguientes. (1) El primero es toma
do de San Agustin y Santo Thomás ; (2) los quales dan
á entender, que la Sagrada Escritura es la única que me
rece ser creída , y la que puede servir al Teólogo como
argumento de autoridad; pero todos los demás libros y
Autores, aunque sean Santos Padres , no deben ser creí
dos sobre su palabra , sino á proporcion de la tuerza que
tiene la razon que presentan. De lo qual se sigue , que
es vana y superflua la tradicion formada de la auroridad
de los Padres. El segundo consiste , en decir que los Pa
dres de la Iglesia disimulan muchas veces su verdadero
sentir y opinion , escribiendo por condescendencia , res
peto , ú otro motivo , lo que no creen ni aprueban en el
corazon. Si esto es así ; qué fuerza puede hacer su auto
ridad ? El Autor que escribió las qüestiones sobre la En
ciclopedia . j . . (3) nos quiere Confirmar este argumento
con las pruebas siguientes. La primera es de San Pablo,
H 2 el
(1) Estos son argumentos de Dalléo y Riveto.
(2) S. Thomas 1. p. q. 1. artic. 8. ad 2.
(3) Artie. Ante-Eoenomiae. >...¡¡ '.'
6o Escritura y Tradicion,
el qual siendo acusado por Christiano , dixo que era fa
riseo , callando la razon y motivo de la prision. La se
gunda es de San Gerónimo , (i) el qual dice , que hay
ocasiones en que se debe enseñar el pan , y tirar la pie
dra. La tercera es de Tertuliano , que sin embargo de
haber dichos, no ser licito á los Christianos tomar las ar
mas , sin que el uso , costumbre r ó ley pudiera hacerlo
licito , forma despues un panegírico de la Religion Ca
tólica , porque las Armadas del Emperador estaban lle
nas de Christianos. Por estos exemplos quieren probar,
que nuestros Doctores eran hombres de poca verdad y
fidelidad en sus escritos, usando del artificioso disimulo,
ocultando la realidad de las.cosas , por cuyos defeceos
desmerecen ser creidos. El tercer argumento es imputar
nos el circulo vicioso de pruebas. Porque si nos pregun
tan la razon que tenemos para creer Divina la Sagrada
Escritura , decimos que es la autoridad de la Iglesia que
nos lo manda. Y si se nos buelve á preguntar y por que
creemos la autoridad de la Iglesia infalible, diremos que
nos consta por la autoridad de la Escritura. Quando nos
aíguyen contra la Escritura , nos refugiamos baxo la au-
tctwSad de la Iglesias y quando nos hablan contra ésta,
nos cubrimos con los libros sagrados. Este es un circulo
vicioso , que no sirve sino para eludir los argumentos,
sin disolver ninguno. Como sucederia, si preguntando el
Juez á uno , de dónde , ó cómo sabia alguna cosa , res
pondiera : yo lo sé por haberlo oido decir a. Pedro; y lla
mado este pajra. averiguar el origen de aquella noticia,
respondiera , que lo habiavoido al primero. Este mismo
es, dicen, el circulo vicioso que cometen losCatóli-
'.."'.'.'/.:'). cos?
(i) Epist. fo. 6 X4- ad Pamachium,
ÍUENTES DE LA VERDAD &C. ' <6\
eos , corriendo de la Escritura á la Iglesia , y de e'sta á la
primera.
£n todos estos argumentos se descubre la mala fé
que usan los Hereges ; porque conociendo nuestro recto
modo de proceder , disimulan y desfiguran la materia,
con el vano objeto de seducir á los incautos , ó entrete
ner á los doctos en estas vagatelas. En primer lugar : Có
mo se atreven á producir contra nosotros las autoridades
de San Agustin y Santo Thomás, sabiendo que los se
guimos mejor que ellos , y los miramos con mas respeto?
En efecto : No se necesita mas que abrir y leer los luga
res citados de Santo Thomás y San Agustin, y al punto
se conocerá el verdadero sentido de estos Santos , quan-
do dicen,. que la Escritura es la que forma argumento só
lido ; pero la autoridad de los Padres solo tiene fuerza,
á proporcion de las razones que proponen : Allí hablan
de la autoridad infalible , y ésta solamente es propia de
la Sagrada Escritura , porque ninguno de los Padres y
Doctores tienen este don de infalibilidad por sí solo ; y
por esta causa debe pesarse no solo la autoridad de quien
habla , sino la razon que le asiste. Pero jamás han pen
sado estos Santos en despreciar , ó tener en poco el uná
nime ó casi unánime consentimiento de los Doctores de
la Iglesia. Esto es evidente, para qualquiera que no cier
re los ojos en la presencia del Sol , y se obstine en decir
que no hay luz. Si se abren los libros que escribió San
Agustin de Doctrina Christiana , (i) se verá lo primero,
que dice y repire el Santo muchas veces , ser la Sagrada
Escritura muy obscura en varias partes. Lo segundo: Que
en
(i) S. August. lib. %.y 3. de DoSir. Christ. ítem : Iibf 1%.
Conf, cap. 14. .
6% Escritura y Tradicion,
en estos casos debe el Christiafto sujetar su juicio al de la
Iglesia Católica. Lo tercero: Que quando hay alguna du
da sobre la inteligencia de alguna proposicion delos li
bros sagrados , se debe mirar al mayor número de los
Santos Padres y Do&ores. Santo Thomás siente lo mis
mo , pues habla siempre con San Agustin , y con gran
respeto de los Santos Padres. Finalmente : Puede verse
Natal Alexandro, que en su Historia Eclesiastica escribió
una Disertacion contra Valentiniano sobre las tradicio-i
hes de la Iglesia. (i)
Mas insolente es el segundo argumento , y propio
del Autor que escribió las qüestiones sobre la Enciclo
pedia , el qual descubre su Ateismo , ó su Irreligion é
incredulidad, y aun mucho mas su mala fe y atrevimien
to , en mentir y desacreditar sin verguenza , y con mil
imposturas. Tal es lo que dice de San Pablo. (2) No es
menester masque leer con reflexion los Capítulos citados
aquí. Se verá, que aunque San Pablo reprehendió á San
Pedro sobre la Circuncision y luego pra&icó lo contra
rio , fue por no escandalizar á los Judios ; como la repre
hension que hizo á S.Pedro,fue por no indignar á los Gen
tiles que se convertian. En los Capítulos siguientes se
confiesa Fariseo y Judio ; pero yo pregunto , si niega ser
Christiano y discípulo de Jesu Christo. Claramente con
fiesa y refiere su admirable conversion , (3) y dice que
sigue a Jesu Christo. (4) Cómo se atreven pues á desa-
cre-
(1) Nar. Alex. Bisp. contra Valent, de Tradit. T. n.y 19.
(2) Aét. Apost. cap. 2 1 . 2 2. & 2 3'.
(3) Añ. Apost. cap. 22. Circumfulsit me lux copiosa^ &c.
(4) Ibi 24. Confiteor,quod secundum seftam quatn dicunt bce*
resim , deservio Deo.
Fuentes de la verdad &c. 6%
«editar á San Pablo, dando á entender que quiso ocul
tar su Religion, diciendo que era Fariseo ? Tal habia na
cido, y tal era su fe' sobre la resurreccion de los muertos;
y sin duda lo dixo , porque se movió esta qüestion de
lante de Felix , Presidente de Cesarea ; y no niega que
sirve á Dios segun la Secta que tienen por heretica, pero
sin hacer daño á nadie. Habla de la justicia , castidad y
juicio :Los acusadores son admitidos , pero nada pueden
probar contra San Pablo , ni le imputan que ha mentido.
A qué viene pues esta acusacion , que ni aun sus enemi
gos se atrevieron á hacer ? Este es el espíritu de los Incré
dulos ; espíritu de mentira. Ni tiene mas verdad lo que
dicen sobre S. Gerónimo. Usa este Santo Padre los prin
cipios de sus enemigos, para confundirlos mejor; pero es
to no es lo mismo que aprobar ser licita la mentira y el
disimulo. Y aunque el Santo aprobase este principio par
ra algunos casos ; por que' lo han de extender nuestros e-
nemigos á todos ? Pudiera quizá San Gerónimo (i) ha
ber creido ser licito el disimulo , y ocultar la verdad en
alguna ocasion ; pero cómo se ha de creer que extendia
ral doctrina , para una materia tan grave y de tales con-
seqüencias como la Religion? El mismo Dalle'o, que pien
sa triunfar de la buena fé de los Santos , se vió precisa
do á confesar la poca fuerza de este atgumento al Carde
nal Du Perron. (2) En fin : El dicho de Tertuliano np
prueba cosa alguna contra nosotros. Lo primero : Por
que
(1) Esto decimos, por no mezclarnos en la question, sobre
si S. Gerónimo creyó ser lícitas las mentiras en alguna ocasion;
porque no viene ahora al caso , y pedia una mas larga disputa,.
que puede ser se haga en su propio lugar.
(2) Advers. €ult. Reiig. Lat. lib. 3. cap. 1 7,
#4 Escritura y Tradicion,
que variar de opinion , no es un delito , como ya que
da probado , si no es que sea sobre un dogma claramen
te definido. Lo segundo : Porque en la realidad no hace
mas que condenar en un lugar las armas ofensivas , y en
otro permitir las defensivas , y por obedecer al Rey , 6
Emperador.
LECCIÓN XV.

Se responde al argumento que nos imputa circulo vicioso , bar


riendo ver , que los Hereges son los que
lo cometen.

JC<1 tercer argumento pide respuesta mas larga, para des


cubrir la grande impostura con que nos insultan los In
crédulos y Hereges , siendo cierto , que el circulo vicio
so solo se halla en ellos y no en nosotros. Dicen que pro
bamos la grande autoridad que debe tener la Escritura,
por las autoridades de los Padres y Do&ores que lo afir
man ; y para justificar las tradiciones, 6 infalibilidad que
resulta de la autoridad de los. Padres, nos servimos del
testimonio de la Escritura. Tal es el circulo vicioso de
que ' nos acusan. Descubramos el método y órden que
seguimos en nuestras pruebas , y luego se conocerá la
falsedad de nuestros enemigos. El Padre San Agustin di
ce: (i) No creerla al Evangelio , si no fuera por la autoridad
de la Iglesia. De aquí se sigue , que segun San Agustin,
probamosla divinidad é inspiracion de la Escritura por la
autoridad ; estq es , por la tradicion de la Iglesia. Y qué
quiere decir la autoridad y tradicion de la Iglesia? Quie
re decir , que para probar que la Sagrada Escritura fue
¡ re-
(i) S. August. lii. contra Epis.fundam. cap. f. .
Fuentes de la verdad &c. 65
revelada por Dios , con el fin de que nos guiase como re-
-gla y guia en la Fe , nos servimos de la auroridad, tradi
cion , ó testimonio uniforme de los Padres y Doctores,
que todo es uno. Creemos la divinidad de la Escritura,
porque esta creencia ha sido siempre constante y firme;
porque la vemos en todos los siglos , desde el mismo
tiempo de los Judios y de Moysés , por el mucho res
peto que tenian desde entonces á estos libros sagrados;
porque Dios obró infinitas maravillas; porque Moysés
probó su mision con milagros y do&rina pura ; porque
hasta los Autores profanos atestiguan la verdad de aque
llos libros , y por consiguienre , los milagros que allí re
fieren Moyse's y los Evangelistas ' ¡ y en fin , porque los
testigos son muchos , sin la menor tacha , é incapaces de
seduccion. No es este un compendio de las razones que
habemos dado para probar la divinidad de las Escrituras
en su propio lugar \ Luego es evidente, que éstas son las
pruebas de que nos servimos para establecer la inspira
cion de nuestros libros. Ahora , para cometer el circulo
vicioso, era preciso , que la tradicion y autoridad de la
Iglesia ; la uniformidad de tantos testigos ; y la infalibi
lidad vinculada á todas las pruebas indicadas aquí , se
probase por la autoridad de la Escritura Santa. Mas no
lo hacemos así. La verdad é infalibilidad de la tradicion;
la fuerza de la autoridad de la Iglesia, apoyada sobre las
razones dichas , no se prueba por la autoridad de la Es->
critura , sino por el medio y razones por donde se prue
ban todas las verdades y todos los hechos. Pongamos un
exemplo : Cómo probamos la existencia de te Ciudad de
Roma ? Por la tradicion continua y uniforme de rantos
hombres de autoridad que lo afirman. Y por dónde pro- '
tom.II. I , ba-
66 Escritura y Tradicion,
bamos que esta autoridad debe creerse como infalible?
Por estas razones : Porque es imposible haberse reunido
tantos hombres en afirmarlo , sin ser verdad : Porque no
es posible , nos quieran engañar sin tener interes , como
.en efecto no lo tendrian en fingir esta Novela : Porque
vemos , que todos los que han estado en Roma , nos re*
üeren su existencia del mismo modo , y esto sin haberse
Visto los testigos entre sí; Y por otras muchas razones,
que nos obligan á dar credito á esta noticia. Pues lo mis
mo sucede aquí. Creemos los Evangelios , y que son li
bros revelados por Dios , porque la tradicion es unifor
me; y creemos que esta tradicion es. infalible % porque en
ella se hallan los mismos caraíte'res , que en la que afir
ma que hay Roma. La divinidad ó inspiracion de la Es
critura , es un hecho, como lo es el que hubo un Rómu-
Jo, y se debe probar del mismo modo. La legitimidad de
Un hijo de un Título de nobleza; de una posesion ; ó de;
una Escritura , se prueba por los hechos , por el consen
timiento universal , por los testigos, por la posesion &c,
y la Verdad que resulta de todas estas pruebas , se hace
evidente por sí misma. El credito pues de la tradicion é
infalibilidad de la Iglesia , se prueba por razones eviden-:
tes , sin que haya necesidad de servirnos de la Escritura
Sagrada. Como se probará ser legítimo un Título de nq-
bleza? Por los papeles, por la posesion fpor los testigos,
y por la fama pública. Y por dónde probaremos, que los
papeles son legítimos ; que los Notarios no mienten; que;
la Escritura no se falsificó; que el consentimiento y fama:
pública es verdadera í Por la razon , que nos di&a creer
los hechos en tales circunstancias; y porque si éstos no
fueran fundamentos sólidos para creer , jamás ' llegarla-- :
. i ; .Vi . mqs
Fuentes de la Verdad &e. 6j
fhos á saber cosa alguna con certidumbre. Pues lo mismd
decimos al presente en órden á las cosas de nuestra Fe; y
es muy facil de entender y conocer la justicia de nuestra
¡causa ; y toda la dificultad que afeitan los Protestantes¡,
solo es con el designio de enredarnos en mil qüestiones
inútiles , que sirven únicamente para obscurecer la Reli
gion. Ellos fomentan las tinieblas, porque de este mod<S
piensan triunfar de la verdad.^ .'. . ' -'
Ya queda probado , ser impostura muy falsa contra
la Iglesia el circulo vicioso, y quan distante estamos de
cometerlo , como puede verse en las pruebas dadas en
este Discurso. Si alguna vez nos servimos de la Escritu
ra para probar la infalibilidad de la Iglesia ; y al contra-'
rio , probamos la divinidad de la Escritura por el tesav
monio de la Iglesia.; esto no es por necesidad , sino por
que hablamos con quien admite la letra de la Escritura
Sagrada, haciendole ver, que esta misma enseña á seguir
la tradicion y sentir de la Iglesia; mas las pruebas termi
nantes para todo genero de personas , son las que aquí
habemos insinuado. Resta que veamos , como los Here-
ges y Protestantes son los que en realidad cometen el cir
culo vicioso.
En efecto: Si ellos no admiten otra regla de nuestra
Fe', que la letra de la Escritura y el esp'ritu privado de
cada uno ; por' qué principios probarán ser inspirada la '
Escritura ? Segun su siste'ma , no pueden salir de e'sta,
pues seria salir de la letra. Luego deben decir, que prue
ban la divinidad de la Escritura por la misma letra, ó por^
el espíritu privado. Si forman sus pruebas por la letra/
misma , este es el circulo vicioso, probar la divinidad de
la Escritura por su letra : Si dicen ¿ que prueban ladivi-
• ' i 12 ni- .
6i> Escritura. y Tradicion, ;
pidad de los sagrados libros por el espíritu privado, bol^-
vemos á preguntarles , por dónde prueban que este espí
ritu es la regla legítima para entender la Escritura ? Ya
. no pueden responder , sino que sus pruebas salen de la
misma Escritura , y buelven á ella. Pongamos un exem-
plo: Los Protestantes dicen , no deben adorarse las Imá
genes, porque está prohibido en el primer precepto con
estas palabras: (i) Nonfacies tibi sculptile: No harás Imá
genes ni simulacros. Miran estas palabras como divinas, y
por lo mismo, como inviolables y sagradas. Y quáles son
las pruebas de esta divinidad ? Ellas deben ser, ó la auto
ridad y tradicion universal , ó el espíritu privado de ca?
da uno , que así lo juzga. No admitiendo ellos la tradi
cion y autoridad, miran el espíritu privado como prueba
de la inspiracion divina de la Santa Escritura. Y cómo
probarán , que este espíritu debe ser la regla de su fé? A-.
cudiendo á la misma Escritura, que dice: (2) No necesitais¡
que nadie os enseñe : el Espíritu Santo os enseñará &c ; y de;
aquí infieren , ser inútil la autoridad de la Iglesia: Lue-;
go los Protestantes no hacen mas que andar y rodar co
mo atolondrados de la Escritura al espíritu privado, y de
éste á la Escritura, sin salir jamás de este laberinto. Aun
parece que lo reducen todo al espíritu privado , hasta la
misma Escritura. Jesu Christo dixo : este es mi Cuerpo: es
ta es mi Sangre. La Iglesia lo entiende como suena , y
prueba por la tradicion, que siempre se ha entendido del
mismo modo ;pero los Hereges, que tanto defienden el
sentido material de las palabras, que mandan no hacer
Imágenes , ahora discurren aquí de otro modo, y dicen,
. . que
(1) Exod. 20. v.4. (2) Et non necesse habebis ut aliquis do*
teat vos. 1 .Joan. 1 .v.27. Spiritus Santlus docebit vos.Lac. 12.V.1 2.
Fuentes de la verdad &c. 69
que aunque Jesu Christo dixo, este es mi Cuerpo, solo de
be entenderse* esta es la figura de mi Cuerpo. Quien o-
bra pues con mas razon ? Nosotros, que para fixar el sen
tido de las palabras, atendemos á la letra y tradicion; o
ellos,que se gobiernan para todo por solo su espíritu pri
vado ? Quién comete el circulo vicioso ? Nosotros , que
probamos la inspiracion divina por los milagros y cum
plimiento de las profecías , y la legalidad de éstas por el
médio que todos los hechos, esto es, por la tradicion &c;
ó los Hereges, para quienes no hay mas autoridad, ni Es
critura , ni regla de fe , que su espíritu privado , el qual
es la próxima disposicion para el Ateísmo , ó increduli
dad absoluta ? Así ruedan continuamente sobre el fatal
exe de su espíritu privado , ó caen en el circulo vicioso,
probandolo todo por la Escritura Sagrada; esto es, la
inspiracion , el no salir de la letra, y el espíritu privado.
Nosotros no procedemos de este modo , como ya queda
visto. Por tanto , queda justificada nuestra causa y la
necesidad de las tradiciones , sin las quales no se pueden
entender los lugares difíciles de la Biblia. (1)

(1) Podíamos aquí tratar de las condiciones necesarias pa


ra que las tradiciones sean legítimas, y formen argumentos con
vincentes sobre la Fé; pero de esto tratamos en el Tomo últi
mo hablando sobre el método de estudiar la Religion5en la Lec
cion 44, y siguientes. Solo añadiremos aquí , que puede verse
Bossuet tom. 1 y. de sus Obras: Defensa de la Tradicion, lib. 3.
cap. 24. donde pone tres fuentes de tradicion. Primera: Las A-
pologías de la Religion. San Justino en la suya, dice: No cree
mos sin razon, porque no creemos el simple dicho de nadie, si
no quando él mismo ha anunciado muchas cosas antes de suce
der. Tertuliano añade : Que nuestra Fé está fundada sobre lo«
mo-
yo Escritura y TradícíoH.
monumentos Judaicos , y que los que los estudian , se ven coc
ino obligados a creer. Orígenes contra Celso , concluye: No>>
sotros demostramos , que aquél á quien creemos , ha sido preí*
dicho por los Profetas, y nadie ha podido responder á esto. La
segunda Fuente de la tradicion es , las antiguas profesiones. de
Fé , pues San Irenéo ya se sirve de ellas , diciendo, que son la
fé de la Iglesia extendida por toda la tierra. La tercera fuente
es la autenticidad del Testamento viejo , probada desde el prin-
tipio por San Irenéo contra Marcion. En fin: al cap. 29. hace}
ver, comoEuseb'io Preparacion y Demostracion Evangelica , se
ha servido de las profecías. San Atanasio Orat. i.y 2.advers*
Gentil. y de Incarnat. San Juan Chris. adv. Jud. Orat. 3. y San
Agust. cont. Faust: hacen evidencia de la verdad de nuestra Re
ligion por las profecías' y tradicion ; y habla contra Grócio, que
fuera de la Teología de Calvino , no halla otra como la de los
Socinianos. En el libro 8. icap. 2. establece con doftrina de Sari
Agustín quatro principios , para conocer las tradiciones uni
versales. El primero es, que no conviene entrar en disputa so
bre el sentir de cada uno de los Padres , quando la tradicion
és constantemente establecida por actos públicos , autenticos y
universales ; como por exemplo ,1a materia del pecado origi
nal. El segundo principio consiste , en que el testimonio de to
da la Iglesia del Occidente basta para establecer la Verdadera
doctrina ; y con este principio confunde San Agustín a Julia
no. El tercer principio es : Uno , b dos Padres célebres de la
Iglesia Oriental , basta para acreditar la tradicion. Quarto y
último principio : El sentimiento unánime de la Iglesia presen
te , basta para no dudar de la Fé de la Iglesia antigua. Por es
tos quatro principios bien sencillos , se pueden facilmente deci
dir muchos puntos , y evitar disputas interminables.

UNI-
ÚNICA RELIGIÓN
VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA
i ' DE JESU CHRISTO.
- RELIGIÓN LUTERANA,

Y PROTESTANTE VENCIDA.
.
Venit inimicus ejus , et superseminavit %i-
T^nlam. Mat. 13, v. 2 $ .
\'\. . LECCIÓN XVI.

. Idea de Lutero , su cará&er , su inconexion , y motivo


que lo indispuso contra la Iglesia
' -.. . :. ' Católica.

P Ara que nada quede por trarar en esta Obra de lo


que importa saber , y se persuada el hombre , que la
Religion Católica es la verdadera y única que debe se
guir , daremos una breve prueba y general idea de la
Religion de los Protestantes , sin descender en particu
lar á los puntos de doctrina , que les distinguen de no
sotros. Por ahora solo descubriremos sus principios rui
nosos , siendo ellos por sí bastantes para persuadir á
to,m. II. A qual-
y2 Religion Luterana,
qualquier hombre de razon , no puede ser obra de Dios
la Religion de estos He reges , porque claudica en sus
fundamentos. t •
Lutero es el decantado héroe de la nueva Iglesia
reformada , y de quien Bossuet nos da una cabal idea
en los cinco primeros libros de la Historia de las Varia
ciones , sus noticias nos servirán casi únicamente ,.como
las mas justificadas , presentadas á todo el mundo , pa
sando por la mano y censura de los mismos Hereges que
impugna. Martin Lutero nació en Alemania , y fué Re
ligioso de la Orden de San Agustin , Do&or y Profesor
de Teología en la Universidad de Vitemberga , y Cabe
za de Vando , que dividió la Iglesia de Jesu Christo. Su
cará&er vivo , su fuego , su ardor , y su vehemencia , le
precipitaron por grados insensibles en los mayores exce
sos. Los resortes de sus pasiones fueron la ira , vanidad,
e inconstancia. Habia pretendido y deseado , ser Predi
cador de las indulgencias , y ofendido de que el Papa se
hubiera servido de otro para este ministerio , se irritó
de tal modo , que determinó una venganza escandalosa.
Para cubrir su pasion, tomó el pretexto de algunos abu
sos introducidos en el modo de publicarlas y concéder
las , y esta fué la materia de sus primeras declamaciones.
Mas la vehemencia de su fuego y resentimiento , le pre
cipitó de modo , que llegó á negar la sustancia y el po
der de conceder indulgencias , sin embargo de haber es- -
crito poco ántes lo contrario por estas palabras : Si algu
no niega la verdad de las indulgencias concedidas por el Pa
pa , sea excomulgado.
Como en la realidad , no hay pasion que mas cie
gue y ofusque el entendimiento que la ira y furor , nc>;
... ...de-
y Protestante vencida. 72
¡debe parecer estraño , que Lutero escribiese rantas con
tradicciones , y fuera tan inconstante como veremos. En
efeíto : Pasando de los asuntos de indulgencias á la ma
teria de justificacion , la quiso unir estrechamente con
la fé de Jesu Christo. Por una parte , dice al pecador:
Cree firmemente que estás absuelto , y con esto lo es
tás, sea lo que fuese de tu Contricion. Sin, embargo en
otras partes , (1) insinua lo contrario defendiendo , que
nadie puede responder al Confesor : Yo estoy verdade
ramente arrepentido. En todas las materias manifestaba
Lutero esta inconstancia y contradicion. En las primeras
Conclusiones que publicó el año de mil quinientos y
diez y siete , decia '-, ninguno está cierto en la verdad de
su contricion, y mucho menos de la plenitud del perdon;
pero poco despues, en un sermon sobre las indulgencias,
se explica en estos términos. La contricion en que se pe
sa la gravedad de los pecados, su fealdad y multitud, no
produce otra cosa , que bolver mas hipócritas los hom
bres. De modo que Lutero comenzó declamando contra
el relaxamiento de los Cánones antiguos penitenciales,
queriendo destruir las indulgencias como causas de la
mayor libertad en los hombres para pecar , teniendo á
la mano un remedio tan facil , para librarse del rigor de
la penitencia. A vista de esté aparente zelo de Lutero,
qualquiera creeria , ser muy rigido para admitir los pe
cadores al Sacramento de la reconciliacion , pero fue to
do lo contrario. Su falso zelo le precipitó en mayor in
dulgencia que la que impugnaba , porque hizo tan fa-
Ttm.II. . la , -. ;; B ¡ ; ¡ .».; ;;t , ' , ¿U/I
(1) No s¿ ponen todas las citas , porque ya advertimos,
que casi todo se halla en los cineo libros primeros de Bos--
suet. Variaciones &c.
74 Religion Luterana,
cil el perdon , que lo vinculó únicamente á la Fe de Je-
su Christo.
La misma inconexion se le advierte en órden á la
autoridad Pontificia. Unas veces insultaba al Pontífice,
y otras reconocia su autoridad diciendo: Dad la vida 6
la muerte ( escribia al Papa Leon X.) aprobad ó reprobad
como os parezca , que yo escuchare vuestra voz como la
del mismo Jesu Christo. Yo confieso r ( dice en otra par
te, ) que me he dexado llevar indiscretamente de la ira,
y que he faltado al respeto debido al Pontífice. Yo me
arrepiento. Esta humildad y reconocimiento era tam
bien efe&o de sus intrigas , para que el Papa le mirára
con condescendencia , porque quando vió ya mas encen
didas las disputas , rompió los diques de esta aparente
moderacion , diciendo : Yo aborrezco las disputas , pero
en órden á cantar la Palinodia ó desdecirme nadie lo es
pere ; vuestra Santidad podia terminar todas estas dis
putas con una palabra, imponiendo á todos el silencio.«
Con lo dicho se ve con bastante claridad , que Lutero
claudicó desde el principio , de'xandose llevar de su es
píritu fogoso , que le turbaba hasta no conocer la inco
nexion de su doctrina. ¿ Son estas señales de mision y
autoridad divina en Lutero , para predicar una doctrina'
nueva ? Quién creerá espíritu de Dios el que sale por
su boca , sobre materias llenas de contradicciones , y de
las que promete callar con la condicion sola de que el
Papa imponga silencio á todos ? No es esta la conducta
de Jesu Christo , ni de sus discípulos. Un Apostol , un
Profeta , ni puede contradecirse , ni callar , ni es domi
nado de las pasiones de ira , &c. como aquí confiesa Lu
tero. Esto solo basta para desacreditar toda la Religion
Pro--
Y Protestante vencida. 75
Protestante, y hacer evidente, se levantó sobre fun
damentos muy ruinosos.

LECCIÓN XVII.

Lutero se enfureze contra el Papa , porque condena su doc


trina. Se hace Apostol y Eclesiastés de Vitemberga sin obrar
milagros. Sus profecías se falsifican. Se irrita contra
los que le corrigen , y varia la doBrina sobre
la libertad humana.

XSl año 1520 fue condenado Lutero por Leon X. , y


desde este punto olvida la humildad y sumision que ha
bia ofrecido al Pontífice. Se abandona a la ira y furor
diabólico, escribiendo contra la Bula de Leon X. que
condenaba sus errores, llamandola Bula del Ante-Chris-
to, y aconsejando que dexasen la guerra del Turco, has
ta que el nombre de Papa fuera aniquilado y olvidado
de todos. "El Papa es un lobo , dice , poseído del malig-
«no espíritu , y está lleno de demonios , que los escupe
«con la saliva , y los hecha por las narizes. (1) Es necesa
rio juntarse de todas las aldeas y lugares contra él. Ni
«para -esto hay que esperar la sentencia del Juez , ni la
« autoridad del Concilio ; no importa que los Reyes y
«Cesares guerreen á su favor. El que hace la guerra de-
»baxo de un ladron, es complice, y la executa en su da-
«ño propio. Los Reyes y Cesares, no se pueden salvar,
«diciendo que son defensores de ¡a Iglesia. ... Yo espe-
«ro para comparecer allá , ser seguido de veinte mil in-.
B2 «fan- .
(1) Dice Lutero mil bufonadas contra el Papa , y mil puer
rilidades indignas de escribirse. ¡
n6 Religion Luterana,
»\fantes y cinco mil caballos: entonces yo me hare' creer.*'
Desde este punto comenzó Lutero á formar partido , y
fueron sus primeros discípulos Melanton y Bucero , que
habian nacido con él en el seno de la Iglesia Católica,
Tambien le siguieron Zuinglio y Calvino , mas como ro
dos pensaban con indiferencia e independencia , luego
formaron muchas y muy diferentes Sectas contrarias en
tre sí, y sola mente unidas contra la Iglesia Romana. En el
mismo año de 1520, escribió Lutero el libro que inti
tuló de la Cautividad de Babilonia , en el qual pinta á
Roma y al Papa con colores mas feos de lo que nadie
puede pensar , aplicandole muchas cosas de las persecu
ciones que se mencionan en el Apocalipsi. Quién creerá
á vista de esta conducta tan irregular y furiosa, que Lu
tero sea digno de ser atendido y mirado como Ministro
embiado de Dios ? „.
Tal pues se apellidaba desde este punto , y comen
zaba sus cartas con este rasgo de vanidad : Martin Lu
tero , por la gracia de Dios , Eclesiastés de Vitemherga. . . .
¿ Y que milagros hacia para autotizar sus palabras y nú-*
sion ? Todos se reducen á decir : " Yo no procedo coma
« aquellos nuevos Profetas que derribaban estatuas y pin?.
»» turas. Yo no he hecho poner fuego á Monasterio algu-
«no , pero quasi todos se hallan asolados por mi pluma,
«y por mi boca : ya se dice públicamente , que he cau-
«sado mas daño al Papa , que Rey alguno con todas las
»» fuerzas de su Reyno." Este es el gran milagro que pon
deran sus discípulos , sin advertir , que es propiamente
pintar en Lutero la figura del Ángel Exterminados del
Apocalipsi. Tambien quiso acreditarse con el don de pro
fecía , en terminos que solo han servido- para hacer mas
- .. i evi-
y Protestante vencida. 77
evidente su falsedad. El Reyno Papal , dice , ha de caer
repentinamente al soplo de JesuChristo, esto es, por la
predicacion de Lutero. Ya no le daba mas duracion que
dos años , y mientras se miró sin armas , prohibió usar
las contra el Papa , ya porque no las tenia , ya por creer
que Daniel y San Pablo saldrian garantes de lo que pro
fetizaba. Esta profecía le salió tan mal como las otras,
mas no por esto se dió á partido , ó dexó de creerse su
ficientemente autorizado para predicar nueva Religion
como el mismo Jesu Christo , y con iguales señales de
mision verdadera. Para conocer mas claramente la in
justa pretension de Lutero , conviene que recordemos,
lo que sucedió en cierta ocasion. Quando Muncer quiso
hacerse Pastor y Cabeza de los Anabaptistas, Lutero en
cargaba á todos le preguntasen , en virtud de quien o-
braba como Apostol , y que si respondia , que en virtud
de Dios , le pidiesen un milagro para prueba de su ver
dad , baxo la pena de no creer su mision , sino daba esta
señal. Con estas palabras se condena Lutero á sí mismo,
pero como su cará&er es la inconexion de sus obras con
su doctrina , quiso eximirse de esta regla , y ser creido,
no solo sin milagros , sino tambien á vista de la falsedad
de. sus profecías. Nada le intimidaba, ni aun se avergon
zaba de variar en cosas tan esenciales , si le daba la ga
na. Era libre y disoluto en hablar , en pensar y respon
der , y esto para mayor contradiccion negando la liber
tad humana. Quando Erasmo te oponia el sentimiento
de todos los Padres, Iglesias , y Pueblos contra su dic
támen , que consistia en llamar á la libertad , Siervo al
veario , solo respondia con burla e ironía : Si ; fiad de
esos Padres , de sus discípulos y naciones , que han er-¡
ra-,
y8 Religion Luterana,
iado groseramente sobre este punto. Llegó á tal exceso
su insolencia y orgullo , que lo conocían hasta sus mis
mos discípulos. Erasmo -, sin embargo de la amistad que
tubo con Lutero , escribia á Melanton estas palabras.
"Lo que mas me enfada en Lutero es , que todo lo que
»» emprende lleva hasta el exceso. Está avisado de sus
«demasías y exorbitancias , pero lexos de moderarse , se
>» propasa a mayores excesos," Aun estas palabras y cor
reccion le irritaron de modo , que escribió desenfrena-:
damente contra Erasmo , que defendia el libre alvedrio,
pero Melanton mas moderado que su Maestro , decia;
Pluguiese á Dios que Lutero guardase silencio: Yo espe
raba , que la misma edad le facilitaria la mansedumbre,
pero veo que cada dia se hace mas violento. Así hablaba
de Lutero , un discípulo y amigo suyo. Y para que se
vea mas la razon que tenían de quejarse contra este A-
postolde la Iglesia reformada sus discípulos , .se debe
saber., que llegó á tanto su ceguedad , que llamaba al
libre alvedrio , un vano título que Dios nos había dado,
para complacerse de los suplicios de los infelices , sien
do el Señor igualmente autor del bien y del mal 5 que
corona á los indignos , y condena á los inocentes , y esta
lo digo , añade , no examinando sino determinando , y;
sin someterlo á juicio de otro alguno. Pero sin embargo
de esta resolucion tan formal , bolvió despues sobre sí
en esta materia , y se desdixo , poniendo el artículo de
la libertad en la confesion de fe, de Augusta, en estos
términos.' "Que es necesario reconocer el libre alvedrio
«de rodos los hombres que tienen uso de razon , no pa
lera las cosas de Dios qué no se pueden comenzar, ó por
«lo menos terminar sin el favor divino , mas solamente
- . «pa-
•v Protestante vencida. 79
»»para las obras de la vida presente , y para la sociedad
«civil." Y luego en el artículo siguiente explica , coma
la voluntad de los malos , es la causa de el pecado , y no
Dios. f
Todos estos sucesos van formando una imagen e i-
de'a de Lutero, pero muy contraria á la que naturalmen
te se presenta de quien debe tener los cara&éres verda
deros de Apostol. El espíritu de Dios que debe regir á sus
embiados , no descubre un orgullo tan escandaloso, que
llegue á ofender hasta sus mismos discípulos y apasiona
dos. El espíritu de Dios no puede ser tan variable e in
constante , y aun menos puede bomitar -tan horribles
blasfemias como decia Lutero contra la justicia de Dios.

LECCIÓN XVIII.

Casamiento de Lutero. Controversia que tubo fon


Carlostadio , y su muerte.

.sí desmentia Lutero con las palabras , do&rina y pa


siones de la irascible su mision que llamaba divina; vea
mos como acaba de echarse tierra en los ojos , con otras
pasiones vergonzosas. Siendo de edad de 45 años , des
pues de haber abandonado la Religion , y estado de Re
ligioso Agustino , casó con una Monja que sacó de un
Monasterio, y para justificar este hecho que escandalizó-
a muchos , dixo que los votos Religiosos , solo eran una
práctica y supersticion Judaica , y por tanto, ningun vo
to podia obligar menos que el de castidad. Quandoá es
to le oponían la tradicion y el sentimiento de los Santos
Padres , respondia ( como si fuera solucion ) que ellos
t ' . "i . í -r.v hu-
8o Religion Luterana, <
hubieran hecho mejor , si se hubieran casado : Que era
imposible la .continencia. Su exceso llegó á ranto , que
predicando un sermon sobre el matrimonio , dixo : Si 1%
muger se resiste , el marido puede llamar á la criada , yj
otras cosas semejantes. (i) Dominado pues Lutero de es
te vicio de luxuria , quebranta su castidad ofrecida á
Dios , imitando á Carlostadio que fué el primer Presbí
tero de autoridad que se casó. Sin embargo discordaba
de éste en otros puntos y materias dogmáticas. Carlosta
dio negaba ya el misterio de la Eucaristía , y era enemi
go declarado de la presencia real de Jesu Christo , pero
Lutero todavía confesaba este dogma , y lo defendia.
De esta oposicion de sentimientos , nació una guerra y.
disputa terrible entre los dos , pero sus circustancias son
tan abominables , que pueden y deben avergonzar á sus
seguidores. Habiendose hallado Lutero y Carlostadio en
una I\aberha\, y trabandose de palabras sobre la diferen
cia de sentimientos y doctrinas , se desafiaron á escribir
el uno contra el otro , y despidiendose con el vaso en la
mano, brindaron de este modo tan horrible. Carlosta
dio dixo á Lutero ; ojala te vea yo puesto sobre una rue
da de navajas ; y Lutero respondió á este brindis ; ójala
te rompas la cabeza ántes de salir de la Ciudad. Qué su
cesos para acreditar á Lutero su doctrina y mision ? Este
mismo espíritu de ira. y sobervia , se descubre en casi
todas sus acciones. Ni de esto puedeMudar el que sepa
ó quiera instruirse , sobre las muchas veces que sublev.ó
los ánimos para formar. la liga y guerra., no obstante de
haber escrito primero , que jamás era licito tomar las
armas por causa de Religion. Se necesita mas para for-
'.„'' " mar
(t) Bossuet tota. 2. lib.76. num. rr.
Y Protestante vencida. 81
.mar idea del carácter de Lutero ? Baste saber de su mis
ma boca , que tubo una conferencia con el demonio , el
qual le convenció , y obligó á abolir la Misa privada,
aunque otras veces la habia defendido ; y pasó su locura
hasta el extremo de hacer una oracion á Dios muy sacri
lega , en la que decía , que jamás habia ofendido al dia
blo, al Turco, ni al Papa. (i) Cómo ha podido un hom
bre de este carácter alucinar tantas gentes ? Cómo ha si
do seguido por tantos hombres ? Cómo es que en el dia
no se desengañan todos , reconociendo que Lutero no
tubo mision divina , y que su predicacion , lexos de es
tar confirmada con milagros , profecías y virtudes , lle
vaba visiblemente el carácter de la Bestia de Babilonia,
y pasiones propias de un ministro del demonio ? Murió
en fin , despues de haber causado infinitos males, el dia
1 8 de Febrero del año de 1 546, dexando ya la Cisma y
division en la Iglesia Católica.

LECCIÓN XIX.

Seguida de la doSirina de Lutero en Zuinglio y Caluino , el


que procura reducirla a sistema metódico , aunque se
parandose en muchas cosas del
primero.

1N o es posible exponer por menor todas las Sectas y ra


mas que nacieron de la doctrina de Lutero; y menos, en
una Obra que por modo de Apología debe probar la ver
dad de nuestra Religion Católica , y falsedad de las de
más Sectas y Religiones. Ya vimos , como Carlostadio,
. Tpm.H. C dis-
(1) Bossuet Var. tom. 2. lib. 1 7.
8a Religion Luterana,
discípulo primogenito de Lutero, se dividió de su Maes-
.tro en órden á la presencia real de Jesu Christo en la Eu
caristía, que era uno de los puntos y dogmas fundamen*
tales. Zuinglio, (i) hombre de talento y verbosidad, fun^
dado en los mismos principios' del espíritu privado , y
propia autoridad para interpretar la Escritura , hizo rá
pidos progresos en la Suiza y otras partes , pero tampo-r
co se conformaba en todo con la doctrina de Lutero. És
te destruía casi enteramente el libre alvedrio ; Zuinglio
conservaba todos sus derechos. Aquél , admitia la pre
sencia real de Jesu Christo en el Sacramento , como evi
dente por las palabras del Salvador : este es mi Cuerpo)
Zuinglio por el contrario , entendia estas palabras en un '
sentido figurado , haciendo perder la fuerza á todos los
argumentos de Lutero , que gritaba , era forzar las pa
labras y el significado , y no dexar cosa fixa en la Escrir
tura , si unas palabras tan.expresas se torcían y eludian.
Y á la verdad , como Lutero despreciaba las tradiciones
y autoridad de la Iglesia para terminar las disputas, eri
giendo en juez árbitro la razon y espíritu privado ; se
deshacía facilmente Zuinglio de todo ¿ sirviendose de es
te ruinoso principio de su Maestro. Estos debates conti
nuaron ; y queriendo Zuinglio obligar á recibir su doc
trina á los Cantones Católicos con las armas , murió en
el primer combate á los 49 años de su edad.
La pérdida de esta cabeza heretical se reparó con o-
tra mas terrible en la persona de Calvino. (2) Nació en
No-
(1) Nació año 1487. en Suiza.
{1) Se llamó Caubino ; pero habiendo dado a luz un Co
mentario sobre los libros de Clemencia de Séneca, puso su nom
bre mudado en Calvino.
y Protestante vencida. 83
Noyon año 15o9, de padres poco distinguidos; pero
¿escubrió desde sus primeros años una gran viveza, jun-
ra con mucha aplicacion , metodo y facilidad en expli
carse. Dando rienda á su razon , y rompiendo los diques
del respeto debido á la autoridad y tradicion universal,
quiso seguir el partido de los nuevos Reformados , pero
Concibiendo designio de hacerse mas admirable , y aun
mas temible que Lutero,Melanton y otros. Como la pie
dra fundamental del edificio Luterano era la inspira
cion interna que cada uno se atribuía , nadie se miraba
obligado á seguir las huellas de algun Maestro. Era li
bre cada uno en este siste'ma , y como tal , entró á exa
minar por menor la doctrina de la Iglesia Reformada.
Advirtió , que ni Lutero , ni otro alguno habian reduci
do á me'todo sus principios Religiosos, que establecían y
destruían segun les convenia ; y así , formó el proyecto
de reducir á cuerpo metódico todo su sistéma. Con este
designio están trabajadas sus Instituciones Teológicas , que
se dividen en quatro libros. En el primero , trata de la
existencia de Dios, é Idolatría, y de la necesidad de re
velacion que se hizo por la Escritura 3 mas aquí entra a
examirfar cómo se ha de conocer esta revelacion , y des
viandose de los Católicos, que se sirven del testimonio
uniforme dela tradicion, y de la Iglesia, lo impugna di
ciendo , que siendo este un testimonio humano , necesi
ta de otro mas seguro y divino , qual es la inspiracion in
terna del Espíritu Santo ; como si ésta no estubiese al fa
lible y parcial juicio de cada vino de los hombres, y fue
se la llave para el Ateísmo moderno e incredulidad. No
tiene mas fundamento la impugnacion de las Imágenes
y de su culto, como si no confesáramos bien clarólos Ca- .
C2 tó-
84 Religion Lr.tek.ana, .
tálleos, que su adoracion no es un culto,supremo, sino utS
respetó', como el que tienen ellos mismos á las figuras
que representan sus Soberanos ; y mas , no pudiendo ne
gar que la palabra Griega correspondiente á esta adora
cion y culto, se halla en la Escritura y en los Padres. mas
antiguos , con relacion á algunos hombres. (i) . . .,.
En. el segundo libro trata de la redencion por Jesu
Christo ... Vé salir á Adan puro de las manos de Dios,
pero dominado He la concupiscencia desde el pecado : de
donde infiere, que la libertad es una quimera, y el hom
bre impotente para el bien , fundando esta paradoxa en
los lugares de la Escritura, donde se dice que nada pode
mos sin Dios. Tero añade, que Jesu Christo nos redimió,
y nos imputa sus meritos para justificarnos. En el tercer
libro explica mas esta imputacion y justificacion, que se
gun dice , se obra por la Fe. Esta consiste, en una íntima
persuasion de nuestra salud eterna ; y esta persuasion,
que es don de Dios , va junta con los medios , que son
la penitencia. Mas aquí es donde explica , y derrama su
veneno. La penitencia , dice , no es otra cosa , que la
conversion del corazon áJDios y mudanza de vida; y por
tanto , es un error la confesión y satisfaccion, que piden
los Católicos á demás de la contricion , la qual solo sirve
á turbar las conciencias ; y la satisfaccion es injuriosa á
Dios, porque atribuye el hombre á sus obras un merito
capdz de satisfacer la Justicia divina. Lo mismo siente
del Purgatorio , é indulgencias y sufragios por los difun-;
tos.
-(r) No es menester mas que abrir las Concordancias de la
Biblia sobre el verbo adorare, y se verán ¡numerables exemplosj
mas como no impugnamos ahora estos errores , sino que los re
ferimos , no nos detendremos mas.
y Protestante vencida. 85
tos. (1) En el quarto libro habla de la Iglesia y de los Sa
cramentos , y no admite mas que dos : el Bautismo , y
la Cena. Desprecia la Iglesia Romana , como que adop*
iq la Idolatría y la Supersticion. Tal es el plan de la doc
trina de Calvino , que causó tanto daño. Pero aunque
no debemos entrar a impugnar sus errores en particular/
debemos advertir lo siguiente. Primero : Que por la sen
cilla exposicion de estas Heregias , se ve' como el espíritu
privado no es mas que un principio de confusion y des
órden , dando libertad á que cada uno forme nuevo plan
de Pvejigionó y si cada uno se debe regir por la inspira
cion interna , todos los Heréges obran contra su princi
pio , enseñando y escribiendo , pues que no ellos , sino
la inspiracion interna de cada uno, debe dar las reglas.
Segundo : Aun es todavía mas irregular el empeño de
extender sus dogmas , no solo con la pluma , sino con las
armas y rigor.Condenan el Tribunal de la Fe como cruel,
aunque obra con la autoridad Real , y todo el mundo
sabe , que Miguel Serve t fue condenado á las llamas año
'1553 en Ginebra , pero con sentencia dictada por Calvi
no, sin otro delito , que sus errores sobre la Trinidad; y
para su mayor confusion, el mismo Calvino compuso por
su mano un Tratado , justificando, se debia dar la muer
te á los Hereges. Tercero : La Iglesia ha usado la mayor
condescendencia con ellos , pues sin embargo de estar
. . con-
(1) Bien conocen los Hereges , que los Católicos no pedi
mos la satisfaccion personal , como origen y meritoria por sí de
la justificacion. Sabemos , que todo el valor de la justificacion
viene del mérito de Jesu Christ'o ; mas éste mismo quiere , que
él pecador haga loque pueda de su parte con obras penales y
práctica de virtudes , para decir con San Pablo : Adimpleo ea
quce desimt passitmwn Christi^ . . . Castigo corpus meum.
85 , Religion Luterana,
condenados sus errores por León X , y por muchas Uni
versidades y Obispos , los llamó al Concilio de Trento
en la Sesion ' 1 5 , y léxos de venir , el Ele&or de Saxónia
Mauricio , Cabeza' de los Protestantes, levantó tropas,
y amedrentó á los Padres , y se vieron precisados á sus
pender el Concilio por 8 años, donde finalmente se con
denaron todos los errores.
-'• ' . ..'..-., - . •. . - .'•'•. .. •.'
/LECCIÓN XX.

Por los mismos motivos que los Protestantes quieren justificar


su separacion de la Iglesia , se prueba con mayor
evidencia , que su division fué
injusta.

E. á mundo crítico juzgará con diversos pareceres sobre


el método que seguimos para impugnar los Protestantes.
Unos creerán nos alargamos demasiado ; otros , que no
damos cabal idéa de los nuevos Reformadores , de su
doctrina , ni menos, que los impugnamos cumplidamen
te. Pero los primeros deben advertir , que el sistema del
espíritu privado y destruccion de las tradiciones, son el
escudo de Aquües de todos los Hereges antiguos y mo
dernos ; y por tanto , conviene insistir contra este prin
cipio universal del error , aunque algunos ge'nios y Le-
tores delicados.se fastidien. A los segundos debemos re-:
cordar , que una Apología no puede descender á los er
rores particulares , pues en este caso, la multitud de ma
terias confundiria la claridad y sencillez que nos habe
mos propuesto en esta Obra. Entremos pues en el exa
men de sus principios generales únicamente, dexando sus
y Protestante vencida. 87
errores particulares para otra parte. Examinemos las cau
sas y motivos de su separacion. Para justificarse los Lu
teranos , Calvinistas y Protestantes , que se aparraron
de la Iglesia Católica , nos presentan una autoridad Sel
Padre San Bernardo , en que dice : (1) haberse apoderado
de todo el cuerpo de la Iglesia unagrape enfermedad. De es
tas palabras infieren los Protestantes , que la Iglesia ne
cesitaba de una seria reforma. Lutero , dicen pues, cum
plió el deseo que tenia San Bernardo de ver reformada
la Iglesia , y restituida al esplendor y santidad primera.
Por esto se llama la Secta de Lutero y de los Protestan
tes , Nueva Reforma. Tambien citan otro lugar del San
to, (2) para justificar su separacion ; donde le hacen de
cir, que la Iglesia Romana se habia separado de los Pa
pas , y que la Bestia del Apocalipsis ocupaba la Silla Pontifi-i
cal : mas este lugar está peor citado que el primero , co
mo luego veremos. Es muy freqüente en los enemigos
de la verdad , ser infieles y rosarios. Justamente ha per
mitido el Señor , que todos los fundamentos de los Pro
testantes sean ruinosos y falsos en sí mismos , y que los
que quieran desengañarse, no necesiten mas que leer los
. mismos lugares citados por estos hombres infelices. Ha-
ble-
(1) Serm. 3 3. in Cantica, qui incipit : Indica mihi quem dili-
git anima mea , &c. al fin de él : Intestina & insanabilis est pla
ga Ecclesite , & ideo in pace amaritudo ejus amarissima.
(2) Epist. 123. ad Hildeb. Turon. Archiep. qüi nondum re-
ceperat Innocent. II. incipit : Magno Sacerdoti. Cernitur abomi-
natio stare in loco sandio , quem ut obtineret incendit igni santua-
rium. Epist. 1 24. ad Magis. Gaufrid. incipit: Odor ín flore: Be
stia illa de Apocalypsi . . ..Petri Catbedram occupat , tamquam
Leo paratus ad pradam .... Demus operam cito , dirumpere vin*
cula eorum , & projicere ü nobis jugum ipsorum.
88 Relígíon Luterana,
blemos pues de estas dos autoridades de San Bernardo»
No negamos , que San Bernardo hable en el primer
lugar , como se dice ; mas como el sentido no puede co
nocerse bien de una sola proposicion , debemos cotejar
las palabras dichas con otras antecedentes y consiguien
tes. La autoridad propuesta , no es mas que una exposi
cion de las palabras del Salmo oo. (i) Despues de pro
poner quatro generos de tentaciones que padecen los Jus
tos , aplica el Santo estas mismas tentaciones á la Iglesia.
La primera fue' , la tentacion que sufrió de los Tiranos.
(2) La segunda , de la vanidad de los Hereges. (3) La.
tercera , de la hipocresia y corrupcion de las costumbres;
(4.) y de esta habla quando escribe las palabras que nos
objetan. La quarta ( que ya preveía , y sin duda es La
que hoy sufre la Iglesia ) es de los Filósofos orgullosos
y libertinos , que se lisongean de haber agotado todos
k>s rios de la sabiduría 1 y se levantan contra todo lo
• . que
(1) Scuto circumdahit te veritas ejus ,nontimebis 1. a timo-
re tw&urno. 1. a sagitta volante per diem , 3. a negotio perambu-
lante intenebris, 4. ab incursu & damonio meridiano. Salm. 91.
(2) Videte primitivam Ecclesiam , si non primum pervasa est
acriter nimis a timore nofturno. Erat enim nox , quando omnis qui
interficeret SanSios^arbitrabatur obsequium se prtestare Dea. Ser m.
33. in Cantic.
(3) Et dolens inimicus , quod frustratus-esset a timore noftur-
110 , convertit se calidé ad sagittam volantem in die , & vulnera-
vit in ea quosdam de Ecclesia , & surrexerunt homines vani , cu-
pidi glorite , & voluerunt sibi facere nomen , & matrem suam af-
flixerunt in diversis , & perversis dogmatibus. Val.
(4) Sed hete quoque pestis depulsa est in sapientia SanSiorumt
sicut & prima in patientia Martyrum .... Va generationi buic
¿ fermento Pharisaorum , quod est hipocresis. Ibi.
Y Protestante vencida. 89
ique se dice Dios, como el Anre-Christo. (1) Supuesto
pues , que es indubitable hablar San Bernardo en este
lugar de la tercera tentacion de la Iglesia , que consiste
en la hipocresía y en los vicios ; la llaga de que habla el
Santo debe ser á cerca de las costumbres y no de la Fe.
Es llaga interior de la Iglesia , no porque sea á cerca de
sus dogmas , sino porque se halla en el corazon de sus
hijos , como claramente dice. (2) Luego segun San Ber-:
nardo , la Iglesia no necesitaba de reforma en la doctri
na , sino de correccion en las costumbres de sus lujos , y
por consiguiente, este lugar del Santo no puede justificar
la separacion de Lutero , que es á cerca de los dogmas y
de laFe'. Bien distante Lutero de corregir las costumbres,
descubre un corazon corrompido , y quita el freno que
podia contener á los pecadores , aboliendo la confesion
auricular , y la seria y dilatada penitencia de los Cáno
nes : y en fin , el mismo no hace otra cosa , que fomen
tar los vicios , y descubrir en sí las pasiones de ira , ven
ganza , sobervia &c. A demás de esto : Qué autoridad
tenia Lutero para hacerse Reformador ? Qualquier Co
misionado debe presentar los títulos que acreditan su
Comision ,. y por tanto , debiera haber descubierto se
ñales ciertas de su mision , y de la autoridad que Dios
le daba para una obra tan singular , pues no haciendolo
así , podrían decirle lo mismo , que el dixo de Muncér,
Tom.II. D Ca-
(1) Superest , ut jam de medio fiat d<emonium meridianum ad
seducendos , si qui in Christo residui sunt. Siquidem absorbuit fluí
vios sapientium , & torrentes potentium.
(2) En tempora ista libera quidem, . . . ab utraque illa mali-
tia (prima & secunda ,paganorum & b&reticorum) sed plañe fot" .
da , a negotio perambulante in tenebris, (Hipocresía). Ibi.
90 . R'eli6ion Luterana,
Cabeza de los Anabaptistas: Luego fue' injusta y cisma-
tica su separacion.
La segunda autoridad de San Bernardo que nos ob
jetan , para que creamos ser el Papa la Bestia del Apo-
calipsi , ó el Ante Quisto , es todavía mas propia para
conocer la mala fe' de estos hombres, que abusan tan sa
crilegamente de las palabras de este Santo Padre. Para
mayor inteligencia debemos recordar un hecho indubi
table. El año 1 1 3o murió Honorio 11 ; y ántes de pu
blicar su muerte , juntos los Cardenales, eligieron á Ino
cencio ü. Esta eleccion algo precipitada , dió motivo á
que el partido contrario eligiera á Anacleto , y de aquí
resultára un Cisma. Todos convenían , aun los partida
rios del segundo , que el primero tenia de su parte la
mejor y mas sana parte de la Iglesia , y la integridad de
sus costumbres. El Rey de Francia juntó un Concilio en
Etdmpes , para que se examindra qúal era el legítimo
Pastor ; y encargado San Bernardo de este examen , &
vista de todo lo sucedido , y de la santidad de Inocen
cio ¿ se declara por el, y aprueban su juicio todos los Pa
dres. Con este motivo escribió el Santo muchas Cartas,
y entre otras estas dos que nos objetan. Es verdad que
dice , ocupaba. la Silla Pontifical la Bestia del Apocalipsí , y
un Leon terrible ; mas esto recae sobre el Antipapa, y dé
ello no puede dudarse , (1) pues 16 dice con toda clari-
»-i .' dad»

(1) Ep. 123. ad Hildebertutn Magno Sacérdoti: Oui Dei


Junt, libenter junguntur ei (sciHcet Innocentio): qui autem ex ad
verso stat, Anti-Christi est. Cernitur abominatio stare in loco san-
fto. Persequitur Innocentium , & cum eo , omnem innocentiam . . .
Merito Ecciesia concedit Innocentio ipsius vicem. Numquid non 0-
> . mnes
Y Protestante vencida. pi
dad ; y por el contrario , hablando de Inocencio, lo pin
ta revestido de virtud, y como á legítimo Pastor, á quien
únicamente se debe seguir y obedecer. Tal es la fatal con
ducta de los Hereges , su malicia , su poca fidelidad , sus
ruinosos fundamentos , y su falsa Religion.

LECCIÓN XXI.

fin la Iglesia de los Protestantes no se hallan los caraSléres


de verdadera Iglesia , que son : Ser Una , Santay
Católica , y Apostolica. Esto solo es propio
de la nuestra.

.cabamos de ver como la iniquidad ha mentido en


su propio daño , y para su confusion. (i) Resta que des
montemos el aparente y fantastico monte de dificultad
que nos oponen los Protestantes , y destruyamos los ae
reos gigantes de sus mentiras con el sencillo , pero fuer
te soplo de JesuChristo. Los rayos de la luz Evangeli
ca disiparán pronto esta nube espesa, y se correrá el ve
lo que disimulaba los errores de tales Hereges , solo con
referir sencillamente el suceso desde su principio. Con-
D2 vie-
mnes Principes cognoverunt , quia ipse est vere Dei eledlus ? Fran*
corum , Anglorum , Hispanorum et Romanorum Rex , Innocentium
ib Papam suscipiunt. Ep. 1 24. ad Gaufridum incipit: Odor. Be
stia illa de Apocalipsi. . . Petri Cathedram occupat , tamquam Leo
paratus ad prcedam. Nota , que Anacleto se llamaba Leon antes
de ser Antipapa.... Alemania, Frantise , Angl'ue , Scot'ae , His-
paniarum et Hierosolymorum Reges , cum universo Cifro et popu-
lis ,favent et adherent Domino Jnnocentio , tamquam fili , Patri,
tamquam Capiti membra , solliciii servare unitatem. &c. &c.
(\) Mentita est iniquitas sibi. .. . ,
9z Religion Luterana,
vienen con nosotros en decir, que Jesu Chrisro es el
'fundador del Christianismo, que este Señor ofreció su
proteccion hasta el fin de los siglos , dando su infalible
palabra , que jamás prevaleceria el infierno , derribando
6 destruyendo la Santa Iglesia. Este acto de fundacion
está muy claro en el Evangelio , y en él convenimos to
dos. Jesu Christo elige por Cabeza del cuerpo de la I-
glesia extendido por todo el mundo á San Pedro. (i) En
carga á los Apostoles reunidos , el cuidado de su Iglesia.
(2) Los Apostoles de orden del mismo Señor , se divi
den predicando por todas partes , fundando Iglesias , y
dando testimonio de la verdad de su do&rina con mi
lagros , profecías , santidad , y con su propia sangre. (3)
Desde el principio de esta Iglesia , se levantan nubes y
heregias. San Pablo , San Juan , y el mismo Jesu Chris^-
to nos previenen de este daño con anticipacion , ya pa
ra evitarlo , y ya paira no ser vencidos con el escandalo
que nos podia sorprender , creyendo que habia faltado
ia Religion. (4) En cumplimiento de estas profecías , ha
llamos ya en el segundo siglo un largo Catálogo de here
gias y errores recopilado por San Irene'o. El Salvador ha
bia ya- usado de mil comparaciones en el Evangelio para
persuadirnos , que ni los errores , ni los escandalos , ni
los pecadores del cuerpo de la Iglesia , perjudican cosa
alguna á su pureza , verdad y santidad. Estabamos pre
venidos , de que la Iglesia era como un campo en que el
de-
( 1 ) Tu es Petrus , efsuper hanc petram /edificólo Ecclesiam
meam.
(2) Sicut misit me vivens Pater. (¿uodeumaue ligaheris. Va*
ta est mihi omnis potestas.
(3) Ad Titum cap. 3. S. Joan. cap. 10. (4) Ibidem.
y Protestante vencida. .03
'demonio había sembrado la zizaña , y Dios permitia por
una sábia providencia que creciese con el trigo puro; que
la Iglesia es como el trigo en la era , donde está mezcla
do con la paja , hasta que se hace la separacion ; como
la red de un pescador que recoge los. pescados buenos y
malos á un mismo tiempo. Es pues inegable , que ni los
malos , ni las heregias pueden ser argumento contra la
verdad de nuestra Santa Religion , y mas velando como
siempre vela la Iglesia , decidiendo en los Concilios la
doctrina mas sana sobre las costumbres , y poniendo en
claro sus dogmas y los errores de los Hereges. De aquí
se sigue , que aquella es la verdadera Iglesia que se reu
ne en Jesu Christo , en San Pedro , y demás Apostoles, y
aquella es la falsa que se aparta de estos principios. Pa
ra conocer facilmente y sin dar lugar á disputas , que I-
glesia se conforma con lo dicho , debemos ver qual tie
ne los caracteres que distinguen la verdadera de la fal
sa , y se reducen á estos quatro. Primero: Ser Una , por
que la verdad no puede hallarse en extremos opuestos.
Segundo : Ser Santa , porque su fundador lo es , y ense
ña la santidad. Tercero : Ser Católica , esto es , univer
sal , porque Jesu Christo la hizo para todos , y embió á
los discípulos por todo el mundo , (x) y así la Religion
fundada por este Señor , debe ser universal , de todos
los siglos y de todo el mundo. Quarto : Debe ser Apos
tolica , esto es ; debe traer su origen del tiempo de los
Apostoles .-, y no ser nueva y desconocida en los siglos
antecedentes.
Veamos pues , si estos caracteres de verdad convie
nen á la Religion de los Protestantes , ó á la nuestra. La
Igle-
(1) Jte in universum mumdum. Vradícate omni creativa.
94 Religion Luterana,
Iglesia de Jesu Christo debe ser Una. Los Apostoles ex
plicaron ya esta unidad , diciendo en el Símbolo : La
Santa Iglesia. El Concilio Gonstantinopolitano primero
explica mas esta unidad , porque á vista de los muchos
Hereges que la despedazaban , era preciso exponer la
unidad mas claramente , diciendo : Creo , una Santa I-
glesia Católica y Apostolica. (i) Nosotros que cada dia
decimos estas palabras > vivimos en esta Santa Iglesia,
que es una en sus dogmas y cabeza, y unos los Sacramen
tos sin variar jamás. Pero los Protestantes , ni siguen, ni
admiten esta unidad , ni en el dogma , ni en la cabeza,
ni en los Sacramentos. Cada qual es , dice un autor mo
derno , (2) el Juez de las Controversias por su espíritu
privado : Ellos no tienen principios generales y sólidos,
para la administracion , son legos sin union -, sin gerar-
quía y sin órden. No tienen número fixo de Sacramen
tos , porque unos admiten solo el Bautismo y Eucaristía,
otros mayor número. Tampoco tienen una fe' , porque
no siguen regla fixa , sino el espíritu privado , que varia
á proporcion del número de Protestantes. Beza , confie
sa este defecto de unidad en los que están separados de
la Iglesia Católica. Y debe notarse esta diferencia entre
ellos y nosotros. Nosotros arrojamos de nuestro seno á
todos los que contumazmente persisten en el error con
tra qualquier verdad ó dogma definido , ó admitido um
versalmente en todas las Iglesias , porque no pudiendo
estár la verdad en dos extremos opuestos á un mismo
tiem-
( 1 ) XJnam , Santtam , Catholicam^ el Apostolicam Ecclesiam.
(2) M. Forest , que imprimió una obra en Francés año
1784. sobre el método é instruccion para atraer los Protestan
tes á la Iglesia Romana. \
y Protestante vencida. pj
tiempo , tampoco deben ampararse en el seno de una
misma madre , los que discordan sustancialmente , y
por esto es cierto que en nuestra Iglesia se halla la uni
dad devida en el dogma , aunque permitimos diversi
dad en lo que el comun consentimiento todavía no ha
hecho regla de fe'. Los Protestantes, por el contrario se
ven reunidos , aunque varien notablemente en la profe
sion de artículos de creencia , y por tanto , no se vé en
tre ellos la unidad , que es el primer carácter de la Re
ligion verdadera.
La Iglesia verdadera debe ser Católica ó Universal. Y
este carácter ¿ á quien compete sino á los Católicos que
llevan este nombre , sin que jamás á el se hayan opues
to los Protestantes l Por el contrario , éstos jamás se han
atrevido á apropiarse semejante nombre. Nuestra Reli
gion es la Católica y Universal , porque en todos los si
glos hubo hombres de nuestra Religion. En los tres pri
meros se extendió por toda la tierra conocida , contra el
gusto y voluntad de los Emperadores , y esto sin armas,
sin fuerzas , y sin máximas lisongeras. Pasados los tres
primeros siglos , embiaron los Papas de Roma Obispos á
casi todas las Provincias del mundo. Constantino se con
virtió con todo su Imperio , y cesó el furor de las perse
cuciones. En el siglo quinto, San Patricio convirtió la
Irlanda ; en el sexto , San Gregorio la Inglaterra por me
dio del Monge Agustin ; en el septimo, se hicieron Chris-
tianos los Flamencos y muchos Chinos ; en el octavo , los
Alemanes ; en el nono , los Bulgaros , los Pelonos , Hún
garos , &c. En el siglo trece , Inocencio III. embió Mi
sioneros á la Moréa : Luego vinieron Santo Domingo,
San Francisco de Asis , y Xavier. Esta es la seguida de
nues-
g6 Religion Luterana,
nuestra Religion. ¿ Quándo podrán los Protestantes mofr1
trar esta universalidad de todos los siglos , y seguida de
Obispos y Naciones convertidas ? Su origen es muy rrio-.
derno. Hace quatrocientos años que no existia su Reli
gion. i Cómo pues quieren dar la regla á la que debian.
mirar como Madre , y respetar por mas antigua , mas vi
sible y universal ?
La tercera señal de la verdadera Iglesia, es la Santi
dad. Pero reconociendo los Protestantes que era imposi
ble negar este cará&er á los Católicos , mirando sus má
ximas , reglas generales y leyes , han querido obscurecer
esta santidad , exagerando los males y vicios del siglo
undecimo , el cisma fatal que dividió la Iglesia , y la
conducta escandalosa de algunos Papas. Pero qué hom-.
bre medianamente instruido , dexará de conocer la de-:
vilidad de este género de pruebas ? Si la bondad ó mali
cia de los cuerpos morales se debiera conocer por las o-;
peraciones de los individuos , ¿ qué sociedad humana se
podria llamar buena , ó mirar como útil? La santidad de
estos cuerpos no consiste pues , en que todos ó la mayor
parte sean buenos. Jesu Christo previno este sofisma di
ciendo , que en su Iglesia estaria mezclada la paja con el
grano , el trigo con la zizaña , y las vírgenes prudentes
con las fatuas. Consiste pues la santidad, en que la doc
trina , máximas y leyes , con las reglas aprobadas por to
do el cuerpo sean santas , y no falten individuos que ha
gan profesion de seguir esta re&itud visiblemente. Aho
ra pues , ¿ quién se atreverá á negar que las leyes y doc
trina aprobada en el siglo once era santa ? Quien negará
que {brillaron muchos Santos en aquel siglo ? Tales fue
ron San Henrique , San Eduardo y Santa Margarita , to--
das
y Protestante vencida. 97
das Personas Reales. San Pedro Damiano, San Bernardo,
San Bruno , San Norberto , San Malaquías , Santa Isa
bel, y Santa Ildegardis , fueron inmediatos a estos tiem
pos que los Prorestantes nos recuerdan , como los peo
res de la Iglesia. Santo Thomás, San Buenaventura, San
Vicente Ferrer , San Francisco , y otros , siguieron des
pues eon igual santidad obrando milagros y prodigios,
para que nadie pudiera dudar , de que todavía se con
servaba el espíritu de Jesu Chtisto. Pero que se halla de
esta santidad en los Protestantes y Luteranos? Dexemos
á un lado las pasiones que descubrieron Luteroy Calvi
no en las acciones de su vida ; aunque éstas pudieran in
fluir mas sobre el juicio de la santidad de sus Sectas, por.
ser cabezas , que no la corrupcion de los miembros cató-.
lieos sobre su Religion. Veamos sus máximas y princi-:
pios , que son los que deben formar idea y cará&er de
una Religion. Lutero miraba el dogma de la inmortali
dad del Alma como uno de los muchos que habian in-¡
ventado los Papistas. (1) Calvino decia, no era posible
cumplir los mandamientos , y quitaba las obras de peni
tencia , abstinencia , ayunos , confesion , órden de mí-:
nistros , casi todos los Sacramentos , y el culto exterior,/
De aquí , la mudanza de costumbres que lamenta Lute
ro , diciendo : (2) Vemos.que por. la malicia del demo
nio , los hombres son mas avaros , viciosos , insolentes y
peores , que baxo elPapato. El mismo Calvino asegura
ba , (3) que entre los pocos que se habian separado del
Papato, los mas eran Idólatras, llenos de artificio, y peor
Tora. II. E res
( 0 Lutberi Assert'tO) tom.n.art.i. pag. 1 o 1 . [
\i\ LutheriDom. í.'Advi'foKf.-Edic. delañox-5'4?.'
(3) Calvino in Daniel. cap. 1 1. v. 34.
98 Reeígion Luterana,
res con aparente zelo. Si tal ha sido el efe&o de estas
Religiones que se llaman Reformadas, cómo podrán ad
judicarse el título de santidad ? Por una parte , las má
ximas mencionadas nada tienen de santas ; y por otra,
sus Autores confiesan, que son mas avaros , viciosos, in
solentes y peores los que viven en su partido , que los
Católicos. Luego no puede ser Religion verdadera la de
los Protestantes , por no tener los caracteres de Una, Ca
tólica , ni Santa, pues varían en sus dogmas, no tienen
antiguedad ni sucesion legítima , ni santidad en sus pre
ceptos , ni en sus hijos. De lo dicho se infiere , que la I-
glesia de los Protestantes no puede llamarse Apostolica,
porque jamás podrán traer su origen desde los Aposto^
ks , ni menos justificar que sus dogmas se han creído y
seguido en todos los siglos , para lo qual era preciso,
que no reconocieran por Iglesia verdadera la que no ha-
bia seguido sus máximas y dogmas , lo qual no se com
pone con varias confesiones de Lutero , que reconoce el
principio de salud y santidad en la Iglesia Católica hasta
cierto tiempo ; no pudiendo negar , que la Iglesia de los
Católicos ha creido siempre e invariablemente cosas muy
contrarias á sus dogmas.

LECCIÓN XXII.

S* prueba ser injusta la separacion de Lutero por un argu


mento de San Francisco de Sales , y porque segun el
mismo Lutero , no se pueden salvarfuera
i• de la Iglesia Católica.

Aua se condena mas justamente la separación que Lu


y Protestante vencida. 99
tero hizo de la Iglesia Católica, por este último princi
pio que acabamos de insinuar. El mismo Lutero reco
noce por Santos á San Bernardo , á San Francisco , y San
Buenayenrura: Por consiguiente, los supone miembros
de la verdadera Iglesia , que es la única que puede criar
en santidad y justicia a sus hijos. Mas claro : El mismo
Ferri en su Catecismo Luterano, examina en propios ter
minos hasta qué año se pudo llamar verdadera y santa
la Iglesia Romana; y despues de varias indagaciones, (1)
dice, que hasta el año de 1543, Y aun hasta el de 1545,
la Iglesia de Roma fue verdadera Iglesia , capáz de pro
ducir y criar Sanros hasta la quarta Sesion del Concilio
Tridentino. En esta Sesion se declara el canon de los li
bros sagrados , autoridad de las tradiciones universales
conservadas en la Iglesia poruña succesion continua des
de Jesu Christo , la aprobacion de la Vulgata , y prohi
bicion de interpretar los particulares las palabras de la
Escritura segun el espíritu privado &c ; en lo qual se de-
xa conocer, la causa porque los Protestantes quieren dar
por aniquilada la Iglesia desde este dia , en que se con
dena el fundamento principal de su ruinosa do&rina. Pe
ro es digno de reflexion , advertir que Lutero habia si
do condenado y separado de la Iglesia de Roma por Bu
la de León X el año de 1 5 20 ; y segun esta data, se ha
llaba separado aun quando , segun el sentir de sus discí
pulos, todavía era la verdadera; estaba furioso contra el
que aun era legítimo Vicario de Jesu Christo ; faltó al
respeto y sumision que le debia , escribiendo contra el
mil abominaciones , llamandole Ante-Christo ; y en fin,
q"ue Lutero no tubo autoridad para vengarse de la exco-
Ez mu-
(1) Bossuet fom. 6. Respuesta al Catecismo de Ferri.
loo Religion Luterana,
munion fulminada contra su doctrina ," decretando otra
de su parte (i) contra el Papa , que todavía era la ver-.
;.dadera Cabeza visible y Vicario de jesu Christo.
San Francisco de Sales tuvo una conferencia con Be-
xa , y le hizo esta pregunta : Quando Lutero y CalVI-
no se separaron de la Iglesia de Roma , se podian salvar
en la que dexaban? A esto respondió Beza que sí: Lue
go no debian , replicó el Santo , separarse, sabiendo que
unidos en la Comunion Católica se podian salvar , pues
no podia ser prudente este modo de proceder. Bolvió
Beza sobre sí , y reconociendo la fuerza del argumentó,
retractó su primera proposicion , y dixo , que no se po-
-dian salvar en la Iglesia Romana quando dexaron su Co
munion Lutero y Calvino: Luego no habia Religion en
tonces , replicó el Santo , pues los Luteranos no se unie
ron á cuerpo alguno formado, sino que hicieron un nue
vo cuerpo desconocido en la antiguedad. Si quando se
separó Lutero ya habia cesado de ser verdadera Religion
la Católica ; se sigue, que la promesa de Jesu Christo se
falsificó , (2) y que siendo la Religion Protestante nue
va, debe ser distinta de la que fundó el Salvador. No es
facil conocer la fuerza de este argumento ? Por la incons-:
rancia de Beza se descubre , no sabia que' partido tomar
para evadir tan vigoroso dilema. Lo cierto es , que Lu
tero no dudaba , quando se separó de la Iglesia de JRo-í
ma , se podian salvar en ella. Para prueba de esto, se de
be saber , que el año de.i 5 34 , esto es , catorce despues
de condenado por Leon X , quando ya habia vomitado
su ;
(1) "Bossuet'Variác. lib. 1; «. 24. Decia Lutero : Del modo
que me excomulgan, yo les excomulgo tambien.
(1) Porta inferí non fravakbtmt. ' ..¡.rv' !-..-;.•. Z.
y Protestante vencida. 101
su furioso veneno por la boca , llamando á la Iglesia de
Roma Silla del Ante-Christo , escribió ( quando alguna
vez la calma de sus pasiones le dexaban conocer larazon)
diciendo: (i)"que la Iglesia de Roma era la verdadera,
«el fundamento , el centro , y la columna de la verdad;
«que en la Iglesia Católica todavía conservaba Dios mi-;
«lagrosamente el Bautismo , el texto de los Evangelios,
nía remision de los pecados , la absolucion , el consuelo
«en la agonía , la imagen del Crucificado, la ordenacion,
«verdaderas reliquias de los Santos , y otras cosas , por
«lo qual es cierto, añade , que Jesu Christo ha estado
-*» allí presente , y que su espíritu santo conserva todavía
«su verdadero conocimiento y su verdadera fé en los e-
«legidos." Así hablaba Lutero catorce años despues de
-separado de nuestra Iglesia. Y para que. mas se confirme
lo dicho , quatro años ántes , esto es, el de 1 5 3o , y de
cimo de su Cisma , tambien dixo lo siguiente : (2) «En
«nuestra fe ( son palabras de Lutero ) nada se ve contra
«la Escritura , ni contra la Iglesia Católica y Romana,
«pues solo se trata de algunos abusos introducidos sin
«autoridad. Nosotros rfo menospreciamos el consenti-
« miento de la Iglesia Católica." Ahora quisiera yo me
dixesen los Luteranos , cómo pueden cohonestar la se
paracion y division que hizo su Maestro de la Iglesia Ro
mana. Él se apartó y separó el año de 152o. Fue conde
nado por Leon X , á quien poco dntes protestaba con el
mayor rendimiento , que oiria su voz y le obedeceria.
Luego que se vió condenado , olvidó la moderacion , .ys
se precipitó en desverguenzas contra el Papa. Diez años
des-<
(1) Bossuet Variac. lib. 3. «. 60.
(2) Bossuet Variac. lib. 3. nn. i.y J9.
102 Religion Luterana,
despues , decía que no menospreciaba el consentimiento
de los Católicos, y que solo se apartaba en cosas muy
accidentales y de poca importancia. Quátro años des
pues , y el 14 de su condenacion, aun reconocía el es
píritu de Jesu Quisto en la Iglesia Romana. Cómo pues
se pueden componer todas estas contradicciones? No hay
otro medio , que confesar y decir , que Lutero no tuvo
motivo para separarse de la Iglesia Católica ; que se de-
xó arrebatar de sus pasiones ; y por consiguiente , que
los Luteranos y Prorestantes, que lo tienen por Cabeza,
están fuera de la verdadera Iglesia , y en estado de con-.
denacion ; porque si no puede haber dos Iglesias verda
deras y contrarias al mismo tiempo, tampoco pueden esn
tar en buen estado los miembros de las dos que siguen
principios diferentes , y no se unen por la caridad en Je
su Christo. Confesando pues Lutero , aun despues de
«ondenado , que en la Iglesia Católica se halla el espíri*
tu de Dios .¡, reprueba su espíritu propio.
Así pues , la Religion Protestante se vé condenada
por la conducta de su Maestro, por su espíritu, y por sus
principios. Ellos no pueden negar , que la Iglesia verdar.
dera debe ser una sola , pues la verdad no puede hallar
se en dos extremos opuestos. De esta proposicion resul
ta un argumento demonstrativo contra los Luteranos*
por dos conseqüencias muy sencillas y naturales. La pri
mera es: Que si no hay mas que una Iglesia verdadera,
la de los Luteranos y Protestantes debe ser Cismatica,.
porque se dividió y separó de la que ellos mismos reco
nocían ser la verdadera. La. segunda es : Que no pueden
salvarse en una Secta que se aparta de la verdad y santi-.
dad que cara&eriza nuestra Religion Católica. El si-:
. . ' guien-

/
y Protestante vencida. 1o3
guien tosilogismo hace evidencia contra los Protestantes.
La Iglesia es una Junta ó Congregacion de Santos, don
de se enseña el Evangelio , y se administran los Sacra-i
mentos con el órden debido ; pero esta Iglesia es una so
la , y debe permanecer eternamente desde Jesu Christo
basta el fin del mundo. Ni esta proposicion puede ser ne
gada por los Luteranos, á causa de que ella es el septimo
artículo de la Confesion de Fé que presentaron en la die
ta de Augusta el año 153o, congregada por Carlos V.
Sed sic est , que en este mismo año , y aun quatro des
pues , Lutero respetaba y miraba nuestra Iglesia Cató
lica como la verdadera , Columna de la Fé , y centro donde
st conservaba el Evangelio , los Sacramentos y Reliquias, co
mo ya vimos con sus palabras mismas: Luego siendo una
sola la Iglesia verdadera y Congregacion de los Justos,
y siendo ésta la de los Católicos ; se sigue lo primero,
que estando Lutero separado de nuestra Comunion des
de la Bula de Leon X , su separacion fue' cismatica é in
justa, porque se apartó de la verdad y santidad. Y lo se
gundo : que ni Lutero , ni los Protestantes , que 16 mi
ran como Cabeza y principio, se pueden salvar fuera de
la verdad y santidad de la Iglesia Romana. Conforme á
esto, se dice en el Catecismo de los Protestantes de Fran
cia , que ninguno consigue el perdon de sus pecados , si
antes no está incorporado con el pueblo de Dios , y per
severa en la unidad y comunion con el cuerpo de Jesu
Ghristo ; que fuera de la Iglesia no hay mas que conde
nacion y muerte ; que todos los que se separan para ha
cer Secta aparte , no deben esperar salvacion , mientras
están separados. Todas e'stas son palabras del Catecismo
-. de
104 Religion Luterana,' .
de los Hereges. (ij Podia por ventura condenar la Igle
sia. de Roma mas expresamente los Protestantes , que
ellos se condenan á sí mismos. ? No es posible que nadie;
dexe de conocer la continua contradiccion que reina en-s
tr¿ estos hombres, imitando perfectamente ásu maestro
Lutero , el qual tan pronto reconocía la autoridad del
Papa , como la despreciaba ; tan pronto la llamaba Si-/
Ha del Ante-Christo , como Silla de la Verdad, diciendo
que seguiria sus decisiones , sin apartarse de su parecer
ano en cosas de poca entidad. Ahora miraba la Comu-i
nion baxo las dos especies , como cosa indispensable ; y'
luego anadia: Nosotros disculpamos y escusamos la Igle
sia , que no pudiendo recibir las dos especies , ha toleran
do esta injuria. (2) Unas veces declamaba contra la Igle
sia , porque habia corrompido el espíritu de Jesu Quis
to en las cosas mas esenciales ; y otras , reprendia á Car-:
lostadio , por haber creido que el Christianismo consis-:
tia en estas cosas de no nada , como son ; comulgar ba-;-
xo las dos especies; tomar el Sacramento en la mano; qui
tar la Confesion auricular ; y quemar las Imágenes. (3)
Ved aquí los principales puntos que tanto gritó el mis-í
111o Lutero , mirados ya como vagatelas de muy pocai
importancia. Y para que no quede lá menor duda de sti
espíritu vacilante comunicado á toda su Secta , oyg'amos.
dos proposiciones suyas bien contrarias entre sí ; y aun
mas agenas de un nuevo Reformador. La primera es del
año 1 5 2 3 , en que Lutero , resentido de la Iglesia que lo-
condenaba, dixo : «Si un Concilio ordenase , 6 permitie-
»»se las dos especies; nosotros , á pesar del Concilio, soIq
MtO-í.:.
(1} Bossuet Var. Iib.if.n.22. (a) Bossuetf<jr.//&.3.«.6r.
(3) Bossuet Var. lib. 2. n. 10.
Y Protestante vencida. 105
«tomaríamos una , ó no tomariamos la una ni la otra , y
«maldeciriamos á los que tomasen las dos especies." La
segunda , es la. que dixo en un Sermon contra Carlosta-
dio en estos terminos : "En lo demás , dice , si preten
deis continuar en hacer las cosas con estas comunes de
liberaciones, yo me desdire' sin titubear de todo lo que
>?he escrito ó enseñado , hare mi retractacion de ello , y
r>os dexare' en este estado, y despues de todo esto, ¿qué
»t mal no os hará la Misa Papal ? " Estas proposiciones tan
contrarias y sin razon , acaban de convencer y descubrir
el mal espíritu de Lurero , y que solo era gobernado por
una pasion infame y loca , bien distante de la verdad.

' , ... ;• LECCIÓN XXIIL : . -.'tu *• .;i :'„


'. •' : >'• ' .' v.- '.. . ' - .' -! . ";' . .'.:!./.
Se acaba de convencer con decirina de los mismos Luteranos,
que nos podernos salvar en nuestra Religion, y se. des-. ,
--. - . cubre un misterio de iniquidad que forman para . - . •.¡
: r> . ru '.. i -.sedutír a los incautos. .. .•',. .
E" !" ."..]-. :':. ' .:. ' •: .:/ ' ; rj r v : ;. r.\. I
I año 1770 se imprimió en Ginebra un Catecismo
Luterano por el Ministro Burbald , corregido y aumen-
tado,en el que se hacen varias pxeguntas,que deben leer-.
secon reflexion para cotejarlas entre sí.Se pregunta lo pri-
mero:(i) Hay mas que una sola Iglesia Universal? Se res
ponde que no : pues todos los fieles no componen sino u-.
na sola Iglesia , de la qual Jesu Quisto es la Cabeza. Se
pregunta lo segundo : (2) ¿Hay muchas Iglesias particu
lares ? Se responde : Hay muchas. que. no tienen la mis
ma creencia i ni prácticas ; pero si ellas reconocen á Jesu..
Torn. II í Chrisrj
(1) Pag. 74. (a) Num. 163. .y..;..-.'
jo6 Religion Luterana,.'
Christo por única Cabeza , son partes de la Universal. La
tercera es : (i) ¿ Las Iglesias particulares son igualmente
puras? Se responde : No : Hay algunas cuyas prácticas
están mezcladas de error y supersticion. De estas pre
guntas y respuestas se colige ,¡ lo primero, que aunque
nuestra Religion este llena de errores y supersticiones,
nos puede salvar, porque tiene el verdadero carácter de
verdadera Religion ,: qué seguh la segunda respuesta
consiste 'en reconocer á Jesu Christo por única Cabeza*
Lo segundo se infiere tambien , que segun los Lutera
nos , ni el. error , ni la supersticion destruyen la razon de
Iglesia verdadera , como se colige de la tercera respues*
ta , lo qual no dexa de ser una paradoxa bien estraña ; y
aun lo es mas , y más injuriosa a Jesu Christo , si adver
timos , que en dicho Catecismo se habla absolutamente
de el error y supersticion , en lo. qual se da á entender,
que todo error y supersticion es accidental. para.la Reli
gion , que- debe tener por' carácter la verdad-. iíiquere-:
mos detenernos á impugnar. esta- loca proposicion , que
hace mirar á Dios con igual gusto la verdad que la menr
tira, y quiere aligar dos proposiciones contradictorias^
como lo deben ser , el culta de. los Santos y dt las Imágenes
et -agradable -a Dios ^ y no es agradable -a Dior* Si los.quea-'
•firman-estas cosas tan contrarias:están;en la Iglesia ver-.
dadera , las dos enseñan la verdad .'> luego los dogmas
que afirman los Católicos , y niegan losHereges, son á
un tiempo verdaderos y falsos.¡ Lo mas admirable esi, a-.
veriguar en esta doctrina , qué es lo que destruye el ica-7
rácter de la verdadera Religion ? ¡Porquesin embargo de
las preguntas y respuestas del Catecismo Luterano , dii*
,-;' - •' V . csú
(1) Num. 164. .¡:i.-.'4 (r)- .h. .;Va '}.
y Protestante vencida. 107
cen que no somos miembros.de la verdadera Iglesia. Y
cómo pueden sostener esta doctrina 'sin destruir la de
su Catecismo h . t \¡;'. > ¡¡ ;^ -.;., .-. ..... .. -
Corramos el velo de sus artificios, y descubriremos
este misterio. Es verdad que dicen , no perjudican al tí
tulo de Iglesia de Jesu Christo los errores y supersticio
nes de las Iglesias particulares , ni la diversidad de fe y
de misterios, mas es preciso que reconozcan á Jesu Chris:
to por única Cabeza. En estas palabras se oculta todo el
veneno y engaño. Suponen que nosotros reconocemos al
Papa de Roma por Cabeza de la Iglesia, y por consiguien
te que renunciamos la de Jesu Christo ; y este solo error
segun ellos , es el único capáz de extraernos de la Iglesia
legírima y verdadera. De aquí pretenden sacar una gran
ventaja contra los Católicos. Se miran todos los Hereges
como hermanos , cuya diversidad de Sectas nada les per
judica para salvarse , .pues no mirando al Papa de Roma
como Cabeza, sino á Jesu Christo, los errores y supersti
ciones que los dividen entre sí son muy accidentales i y
meras opiniones : Pero se reunen contra los Católicos,
que reconocen la autoridad del Papa. Este es el único
'erifor que no pueden perdonar. Es decir : que. admitir ó
negar la presencia real de Jesu Christo en la Eucaristia,
la invocacion de los Santos , el Purgatorio , la Justifica
cion por sola la fé , &c. todo escosa leve para la Reli
gion , con tal que se desprecie la autoridad del Papa , y
ftó se le obed82rea.'E>ré es el verdadera sentir,y el miste-
rk).de los Xuieranes f'qúe procuran encubrir ,. imputan
donos que renunciamos de Jesu Christo, y adoramos los
Pontífices. Pero quién se dexará seducir de esta fantas
ma engañosa ?--La verdadera Doctrina Católica sobre es-
t t—.- í z te'
.loS ./..Religion Luterana,
te punto , consiste en admitir á Jesu Christo como la ver-
dadepa y única Cabeza de nuestta Iglesia ; mirar á los Pon
tífices como Vicarios de Jesu Christo , el qual expresa
mente dió la primacía y superioridad entre los Ministros
de su Iglesia á San Pedro. Jesu Christo, que habia de au
sentarse visiblemente , queria dexar quien supliera su
presencia , pues no habia de quedar su Iglesia como un
cuerpo sin- cabeza : El cuerpo de esta Iglesia era visible,
y por tanto pedia tambien Cabeza visible , que substitu
yese por la invisible de Jesu Christo. En este sentido lla
mamos pues al Papa Cdfoxa de la Iglesia. Y si por el nom
bre de Cabeza debia ser toda la disputa y oposicion , no
sotros que no buscamos mas que el interes de Jesu Chris
to, y la caridad que no sabe reñir por qüestiones de nom
bre , dexariamos de llamar al Papa , Cabeza , y le diria
mos solamente , Vice-Cabeza , Vicario , y Substituto de Je
su Christo. Porque al modo que un Rey ó un Sefior,que
'saliendo de sus estados., dexa á un Virrey todas oquasi
todas sus facultades ; así Jesu Christo las dexó á San Pe
dro , y á sus sucesores , porque sin esta prevencion no
podian- gobernarse bien las ovejas visibles , que son los
fieles. Sin embargo , para que no se; adjudicasen un po
der despótico , se reservó el poder que tenia como ver
dadera Cabeza y fundador ,.pues el Papal, no puede , ni
formar nuevos Sacramentos , ni. nuevos dogmas , sino
declarar los que se hallan ocultos en la Escritura ; quan-
do hay alguna .disputa , debe el Papa consultar con los
Prelados , no es dueño de losCánpnes,. no tiene su po'-r
der y autoridad por virtud propia > Sino por la de Jes(i
Christo que se la concede. Esta es nuestra fe' ; y si algu
nos Católicos varían algo en su explicacion , no lo ha-.
:J r i cen
y Protestante vencida. 109
cen explicando el dogma , sino formando opinion. Aho
ra pues , descubierto este misterio de iniquidad , y bol-
. Riendo al asunto principal , deben confesar los Hereges,
que segun la doctrina de sus Catecismos , los Católicos:
nos hallamos en el seno de la verdadera Iglesia , y en
estado de salvacion. ¿ Cómo pues podrán jamás justifi
car el haberse separado de una Religion , que segun sus
principios es capáz de producir Santos , y llevar al Cie
lo los lujos que viven en su seno?

LECCIÓN 2QÜV.

Se precabe el vano efugio de los Protestantes7que quieren ha


cer invisible la Iglesia Católica , para decir que siem
pre hubo fieles que creyeran en el corazon los
mismos dogmas que Lutero.

Oolo resta precaber un efugio de los Protestantes. De


éstos , unos dicen que la Iglesia consiste en los fieles di
vididos por el mundo en qualquiera comunion en que
se hallen con tal que no adopten los errores ; y baxo es
te principio , dicen , que en la Iglesia Romana se podian
salvar los que vivian y comunicaban con ella , pero sia
adrrutjr sus errores. Otros dicen , que la verdadera Igler
sia es invisible , y que así se ha conservado en todos los
siglos , aunque en unos mas oculta que en otros. Mas
esto , q.uie'n no vé que son vanos efugios para eludir la
fuerza de nuestras razones ? Porque en qualquier siste
ma que discurran , es preciso nos respondan. sin rodeos
á e.sta pregunta. Lá Iglesia fundada por Jesu Christo es
invisible ó visible , y de una duracion perpetua y visir
ble»
1 10 Religión Luterana,
ble ? En efecto : Esta pregunta consternó á los Protestan
tes en otro tiempo , y les hizo vacilar de modo , que va
ciaron sus confesiones ó profesiones de fe con mil artifi
cios. El que quiera verlo mas de espacio , puede leer la
Obra que escribió el Señor Bossuct intitulada : Variacio
nes de las Iglesias Protestantes , (i) donde hace eviden
cia de que son como aquellas nubes vacias é hinchadas
que sirven de juguete á los vientos. Aunque han vaci
lado tanto sobre la respuesta á esta pregunta, ya por fin,
se han determinado y venido á confesar , que la Iglesia
de Jesu Christo debe ser visible. El Ministro Jurieu Pro-*
testante famoso , confiesa y dice lo siguiente. " Lo que
>» impelió á algunos Doctores Reformados a precipitarse
j» y caer en la embarazosa dificultad en que se -empeña-.
«ron, negando, que la visibilidad de la Iglesia d.ebia ser
«perpetua , es haber creido, que confesandola visible,
«se hallarian en mucha dificultad para responder ar la
-«qüestion y pregunta que la Iglesia Romana nos hace
«tan freqüentemente , diciendo : Dónde estaba nuestra
« Iglesia ciento y cinquenta años ántes ? Si la Iglesia de-
«be ser siempre visible , vuestra Iglesia Calvinista y Lu-
V>terana rio es la verdadera, porque no fue siempre vi-
^sible." En la confesion de fe de los Calvinistas , (2) se
dice : "La verdadara Iglesia no puede subsistir sin-haber
*>en ella Pastores y Prelados que tengan cargo de ense-
«ñar , y nadie puede mezclarse por su propia autoridad
iien el gobierno de la Iglesia...." Tan expresamente ad
mitieron en esta confesion la visibilidad de la Iglesia ver
dadera. Sin embargo, quarenta y cinco años despues ¡eh
. .:. -.*i

n Bossuet Ibi. lib. 1 f.


Bossuet Variac. lib. \$. n. 24. 17. 18.
y Protestante vencida. iii
el Sínodo Nacional de Gap año 16o3 , se juntaron de
nuevo para corregir 6 mudar este artículo , por quanto
en él no se hallaba ni una palabra que se pudiese enten
der sino de la Iglesia visible y Militante ; pero en el año
16o7 , en el Sínodo de la Rochela , se determinó.dexar
las palabras del artículo como estaban. Esto supuesto, no
queda ya la menor duda, que la Iglesia debe ser visible,
no solo por ser visibles los fieles que la componen , sino
porque Jesu Christo la instituyó con gobierno visible,
Ministros visibles ,. Predicacion visible , Congregacion-
visible , Sacramentos visibles , el mismo Salvador se hi-.
lo visible para ser su Cabeza , y lo quiso todo visible,
para que visiblemente fuese honrado de sus criaturas.
Pónde estaba pues esta Iglesia visible ántes de Lutero ?
Dónde se hallaban admitidos y seguidos visiblemente
sus dogmas ? Y si se atreven á decir , que en efe&o se
hallaba esta Junta ó Congregacion visible desde Jesu
Christo , por que' no nos presentan. la sucesion de sus
Iglesias ? 1 Por que' miran como legítima y verdadera la
Iglesia Romana hasta Lutero , y aun despues de su con
denacion ? Si la marca ó señal de la verdadera Iglesia con
siste en la pura predicacion del Evangelio , y en la re&a
administracion de Sacramentos ; ¿ digannos los Lutera
nos y Protestantes , dónde se hallaba esta señal fuera de
la Iglesia Romana , ántes que Lutero abandonase .a su
Madre Católica? Y si en la nuestra se veían efectiva men
te estas señales en aquel tiempo , en vano se empeñó
Lutero ¡en reformarla., mas si estas señales faltaban ya
entonces de la Iglesia Católica , la palabra de Jesu Chris
to que la prometió su eterna duración , se habia falsifica
do. No hay respuesta ni efugio á la fuerza de esta verdad.
un LEC-
112 Religion Luterana,

LECCIÓN XXV.

Dios ha cegado los Protestantes en tastigo ds su sobervia^


para que no vean la debilidad de sus principios , y ;
de aquí ha nacido la continua variacion
,''.. de sus dogmas.

V/omo las aves que perdieron sus compañeras andan y1


buelan errantes acia todas partes , sin saber queeamino
deben tomar , O como una nave perdida la aguja y el ti-;
mon en una obscura noche , ^s el juguete de los vientos
y de la tempestad; así los Protestantes que perdieron a
su compañera la Iglesia , y se hallan sin norte y sin guiar
se buelven á todas partes, y como ciegos que perdieron
el tino , dan mil bueltas sin acertar eon la verdad que
buscan. En eíecto : ¿Qué otra cosa se veía en sus profe
siones de fe , sino una mostruosa y continua variacion,'
que enseñaba muy bien qual era el cará&er de su espíri
tu ? Como no tenían , ni tienen otra guia que el espíritu
privado , variaba éste segun 6 á proporcion del número
de individuos que componían sus Sectas.- Es una- cosa
muy lastimosa ver las 'perplejidades '-en que se hallaban
por atenerse á la Escritura sola , y su espíritu privado co-'
mo reglas de su fé. Quedan suspensos y sin saber lo que*
deben responder , quando les dicen los Católicos : Si ca
da uno debe formar la fé segun lo que le di&a su espn
ritu privado quando lee la Escritura, ¿ qué fe -tendráft
los que todavía no la han leído ? Y si no es necesario e
indispensable leerla toda , ¿ qué libros serán los privile-:
gíados que podrán formar esta fé ? Cómo harán los que
no
Y Protestante vencida. i i j\
no han aprendido á leer? Forzados con estas preguntas,
pensaron responder , que para creer no era preciso leer
la Escritura , sino tomar noticia de la fé comun del pue
blo. Mas si esto es así ; por que' se apartaron de la Igle
sia Romana , negando aquellos dogmas que hacian la fe
comun del pueblo católico ? Si no es necesario examinar
cada uno la Biblia, sino acomodarse á lo que goza la po*
sesion de ser creido ; por que dexaron esta regla segura,
y buscaron el espíritu privado , que segun su confesion
misma padece tantas excepciones ? Mas no estrañemos
esta debilidad de principios , en quienes obran sin direc
cion segura. La fabrica que no está fundada sobre la fir
me piedra , sino Sobre la débil y movediza arena , pre
cisamente ha de vacilar y caer con los vientos y con los
años. Como un enfermo agitado de una violenta calen
tura , no halla descanso en parte alguna , y continua
mente está variando y dando bueltas , sin gozar de sóli
do descanso ; ó como un hombre inconstante y disgus
tado muda cada momento de ideas , que caen de repen
te por falta de fundamento y direccion : así estos artífi
ces de la Religion reformada , que emprendieron tan
grande obra , sin haber estudiado primero sólidamente
sus principios , ni tomado las verdaderas medidas , ni
asegurado la solidez del terreno y fundamento sobre que
quisieron obrar ; tienen el disgusto de ver caer todos los
dias lo que en el antecedente acababan de levantar , y
se ven en la dura necesidad de mudar y variar continua
mente los fundamentos de Religion. En efe&o: En la Die
ta de Augusta presentaron el artículo de la Eucaristía
baxo quatro formas muy diferentes, como dice y prueba
Tom.JI. G el
114 Religion Luterana,
el Señor Bossuet; (i) y allí mismo establecieron y deter
minaron , que se debia conservar la absolucion particu
lar, siendo e'ste uno delos puntos mas controvertidos y
negados por ellos. Añadieron : que era error de los No-
vacianos desechar la absolucion , y que es y se debe lla
mar verdadero Sacramento. Quien diria que estos prin
cipios los abandonarian tan pronto, sino los que conocie
ran su injusta e imprudente separacion de la Iglesia Ro
mana ? Quando Melan&on trabajaba la Confesion de Fé
ó su Apología , escribió á Lutero diciendole , que sobre
los artículos de fé , se debian hacer mudanzas con fre-
qüencia , y acomodarlos á las circustancias y ocasiones.
Yo mudaba , añade , rodos los dias , y hubiera mudado
mas , si nuestros compañeros me lo hubieran permitido;
mas ellos de nada se fatigan. En otra parte descubre el
mismo Melan&on la verdadera causa del progreso de es
ta Secta, que ciertamente causaría admiracion, si no fue*
ra notoria la conducta que tubieron , semejante á la de
Mahoma , no dexando las armas de las manos ; porque
aunque esto no fuera así , nos bastára la ingenua Confe
sion de Melan&on , para conocer no hubo cosa divina.
El pueblo, dice, (2) acostumbrado á la libertad, despues
de haber sacudido una vez el yugo , no quiere ya reci
birlo. Nada se les dá de la doctrina , y solamente^ cuida
del imperio y de la libertad. ...« La verdadera causa
pues de los muchos partidarios que tubo Lutero , no
es otra que la libertad de conciencia.

LEC-
f 1) Bossuet Variac. lib. 3. num. f. 47. y 63.
(2) Bossuet Variac. lib. f. num. 5.
y Protestante vencida. 115

LECCIÓN XXVI.

La Religion Luterana y Protestante es la mas loca y dispa


ratada de guantas se conocen , si atendemos a su
inconsecuente modo de proceder.

vista de este breve proceso formado contra- la Reli


gion de los Protestantes , sirviendonos de sus propias ar
mas en particular , creemos que los Letores formarán el
mismo di&amen que nosotros , a saber , que esta Reli
gion claudica en sus fundamentos , y que de quantas
Religiones disparatadas ha habido en el mundo , ningu
na merece menos aprecio que esta. No decimos esto,
porque sus dogmas sean los mas absurdos y falsos , pues
convienen en muchos con los Católicos , sino porque su
autor Lutero , y los fundamentos de su Religion , son
los mas ruinosos , fundados en el ayre , y llevan en sí
mismos el carácter de la inconstancia y de la inconexion,
hasta descubir su ruina mas visiblemente que los erro
res de las demás Sectas , que están cubiertos con alguna
apariencia de verdad. Lo dicho hasta aquí , y las prue
bas dadas, son bastante para aborrecer este sistema, y no
hay necesidad de entrar á examinar sus errores particu
lares , porque se ve con evidencia , que todo es ruinoso
en sus principios , y que sobre falsos fundamentos no
puede hallarse obra sólida y segura.
Diez y seis años habian pasado , dice Bossuet , (1)
desde el establecimiento de la Reforma en Saxonia , sin
haber ocurrido á alguno de los Luteranos visitar las I-
Q 2 gle- .
(1) Lib. j. num. 9»
V
lió Religion Luterana,
glesias de su Comunion , y advertir , si los Pastores que
gobernaban á los reformados sabian el Catecismo. Sin
embargo de este descuido , dice Lutero , « se les habia
« enseñado muy bien á comer carne los Viernes y Sába-
«dos , a no confesarse , a creer que se justificaban por la
«fé sola , y que las buenas obras no merecían cosa algu-
«na ; mas no se pensaba en predicar la Penitencia." Tal
es la inconseqüenda original de los Protestantes. Ellos
blasonaban y decian que reformaban la Iglesia de Dios;
Lutero tomaba por pretexto de su separacion , no poder
sufrir la decadencia de la disciplina , miraba la conce
sion de indulgencias como un relaxamiento del rigor an
tiguo : en una palabra , se creía embiado de Dios para
reformar y corregir los abusos introducidos en la Iglesia
de Roma. Pero ya vemos el rumbo tan diferente que se
guia : no predicar la Penitencia , enseñar á comer carne
los Viernes ,-no confesarse jamás , pensar y creer , que
la justificacion era obra de sola la fe , y mirar como inú
tiles las obras buenas. "Es verdad, continúa Lutero, que
«nadie habia predicado la Penitencia , pero consistia en
«que ninguno de nosotros habia sido llamado todavía á
«este ministerio , y el Apostol San Pedro prohibe expre-
« samente hacer cosa alguna en la Iglesia , sin estar cier-
« to de que Dios le llama -y destina para aquel fin , y que
«es obra de Dios y de su gusto la que vá á comenzar.'
Otra inconseqüenda de Lutero es creerse con una mi
sion extraordinaria sin milagros y aun sin santidad para
sublevar los pueblos contra los Obispos , y predicar doc
trinas nuevas contra el gusto de los Pastores , y no ha
llarse con la mision precisa para clamar Penitencia y re
formacion de costumbres , que era lo mas necesario en
la
y Protestante vencida. 117
la Iglesia segun San Bernardo , de cuya autoridad se ar
maba Lutero para autorizar sus errores y excesos. Que
locura l - . <
v lección xxvn.
Los principales amigos y hombres de la Religion Protestante^
nos enseñan y obligan a formar tan baxa idea
de sus Autores y principios.

JL ero no hablemos ya nosotros una palabra contra es


tos hombres. Sus amigos y partidarios , dicen lo bastan
te para desacreditarlos en fuerza de sus conocimientos -y
reflexiones. Erasmo , que aunque no dexó la Comunion
de los Católicos segun Bossuet, nadie duda de la íntima
amistad que tubo con los Protestantes, y lo hizo tan sos
pechoso á los de nuestra Iglesia , decia , que de quantos
habla visto entrar en la pretendida Reforma , no se ha
llaba uno que no se hubiera hecho peor. " Qué raza E-
«vangelica es esta r proseguia ? Jamás se vió Secta mas
«licenciosa, ni mas sediciosa. Nadie menos Evangelicos,
«que estos pretendidos Evangelicos , pues quitan las vi-
«gilias y Oficios divinos. Es verdad,que decian ser estas
«cosas supersticiosas y fanáticas, mas por que' no substi
tuían otras cosas mejores ? Y por qué se hacian Epicu
reos á fuerza de alexarse del Judaismo? Todo se ha re-
"ducido á extravíos y excesos en esta Reforma ; ponen
"fuego á la casa, para consumir las inmundicias que ha-.
"bia en ella. Se desprecian y abandonan las costumbres,
«y se multiplica mas que nunca el luxo y los adulterios,
"por manera que no hay regla ni disciplina. El pueblo
«indocil e indomito, despues de haber sacudido el yugo
"de
n8 Religion Luterana,
»»de los superiores, no quiere ya creer ni obedecer a per-
jisona alguna , y en esta licencia desenfrenada , tendrá
«Lutero bien pronto que llorar y anhelar el partido de
«los Obispos que llama tiránico. . . ."Todo esto le con
cedian á Erasmo los Protestantes. Tambien. les echa en
cara la malicia de Capiton ; las malignas detracciones y
maledicencias de un Farelo , á quien Ecolampadio no po
dia tolerar viviendo con él; la arrogancia y violencias de
Zuinglio y Lutero , que se abandonaban á excesos muy
estraños, y viles bufonadas. No es mejor el testimonio
que dá Bucero: (i) escribió. áCalvino el año 1542 , y;
mas de 20 años despues de establecida la Reforma di
ciendo , que entre ellos los mas Evangelicos no sabian,
ni aun lo que era Penitencia. Dios ha castigado , decia
el mismo á Lutero cinco años despues , la injuria que
habemos hecho al nombre de Carlos V. con nuestra tan
prolongada y perniciosísima hipocresía. "De aquí es ( es-
«cribia el año 1549) que nuestras gentes han estado
«mas solícitas de parecer discípulos de Jesu Quisto , que
«de serlo realmente ; y quando ha sido nocivo á sus in-
« tereses el parecerlo , tambien se han separado y sacu-
«dido de esta apariencia. Lo que les agradaba y com
il placía era salir de la tiranía y de las supersticiones Pa
lpales viviendo á su fantasía y capricho No han
«querido nuestras gentes, prosigue, recibir sínceramen-
«te las leyes de Jesu Quisto, ni tampoco han tenido va-
«lor de oponerse á los demás con una constancia chrisr
«tiana. . . . Nosotros le somos deudores ( á Lutero) dice
«Calvino ; yo lo confieso , y sufriré facilmente que ten-
«ga una gtandísima autoridad, con tal que sepa man-
' «dar-
(i) Bossuet Variac. lib. $. num. \¡.y 14.
y Protestante vencida. 119
«darse á sí mismo. . . . Todo está perdido mientras uno
n puede mas que todos , especialmente quando no teme
«usar de .toda su potestad , y ciertamente dexamos á los
«venideros un exemplo muy extravagante , en querer a-
«bandonar primero nuestra libertad que exasperar á un
«solo hombre. Su espíritu es violento. Tengamos una
«vez el atrevimiento de producir un gemido con liber-
« tad
Tal es la copia .de la Religion Luterana y Protestan
te , fielmente sacada de las entrañas y corazon de sus
autores y cabezas. Nos escusan formar nuevas reflexio
nes , pues sus palabras las pueden entender los niños.
Los mismos Gefes se pintan mútuamente con colores,
que nos obligan á aborrecer lo que siguen , y nos per
suaden , que solamente la Religion Católica es la verda
dera , y fundada sobre la firme piedra Jesu Christo con
tra la qual, niel mundo, demonio, ni carne pueden
prevalecer. Las declamaciones que forman los Protes
tantes contra Iqs vicios que reynan en los individuos de
nuestra Religion, son golpes aereos y sin fuerza, pues ya
nos previno Jesu Christo , que en este mundo estarian
los verdaderos fieles , que son .el trigo , mezclados con
los malos, que son la zizaña. Así lo confesamos tam
bien. Pero los principios de nuestra Religion son puros,
sus dogmas ciertos , sus leyes imaculadas , sus máximas
seguras, y muy evidentes los fundamentos veridicos e
inquebrantables de su fé y credibilidad. Por el contra
rio , claudican en este primer principio todas las demás,
que tienen el nombre de Religiones, pero no lo son en
la realidad , si solo unas fantasmas de ayre , y quando
mucho, les concederemos que sean como la Estatua de
Na-
t20 Religion Luterana,
Nabuco , compuesta de materia firme y sólida , pero
destituida de fundamentos, ó tan ruinosos, que flaquean-
do en sí , dan en tierra con todo lo demás. l; . • ;<
. '. . '' - . . , e-e
LECCIÓN XXVIII.

Esfuerzos que hizo el Señor Bossuet para la reunion de los


Protestantes con los Católicos. Método formado por un
Protestante Sabio , y dogmas eñ que ya . i'
convenia con Bossuet.

J.ua Caridad , que es el carácter de nuestra Religion,


nos debe animar y empeñar á reducir estos Hereges af
camino recto de la verdad. Desde fines del siglo pasado,
se comenzó esta grande obra , que si se llegára á consu
mar , sin duda sería la mayor victoria y trofeo. El Em
perador Leopoldo entabló la comunicacion pacífica en
tre los Ministros Protestantes y Católicos de Alemania,
abriendo el camino por un Decreto el año 169 1 , en
que ofrece su poder al Obispo de Neustadt , para mane
jar este negocio tan delicado con los Protestantes. La
ciencia , virtud, suavidad y mérito de este Prelado, me
recían justamente la confianza del Emperador, y juzgan-:
do el Obispo de Neustadt , que las disputas verbales ra
ra vez tcnian exito feliz , emprendió la negociacion por
escrito. Habia leído el libro de la Exposición de la doc
trina de Bossuet , y por los efeítos veía , que este camiT
no de Exposicion era el único que podia conciliar los áni
mos: Halló buenas disposiciones en los estados de Ha-
nover , y se eligió por parte de los Protestantes á M.
Molano, que era Abad de Lokum , y Director de las I-,
gle-
y Protestante vencida. til
glesíasrde los Hereges. Á la verdad [este Doctor Protes
tante era el mas habil ^ y mas moderado entre los de su
comunion , y por lo mismo el mas digno de emprender
esta grande obra. Hubo varias conferencias y -escritos
por una y otra parte i y el Obispo de Neustadt , no se
atrevió á empeñarse mucho sin contar con Bossuet ,que.
era mirado como un San Agustin. *en Alemania. La Prin
cesa Palatina Luisa , hija de Federico V. Conde Palatino
del Rin y Elector , que dexando. la Secta de Calvino se
hizo Católica y Religiosa en Francia , sabiendo la recon
ciliacion que se proyectaba en Hanover , empeñó á Bos
suet, para que aplicára todo su talento , á la prosecucion
de esta empresa tan admirable.
No es mi ánimo hacer una relacion histórica de to
do lo acaecido sobre esta negociacion , sino descubrir al
mundo lo mucho que adelantó Bossuet en poco tiempo,
para excitar nuevamente los buenos deseos , y empeñar
las almas piadosas á clamar al Cielo , para que remedie
tanto mal, con la reconciliacion y union de tantas almas.
A: la verdad , el asunto no est¿ desesperado , si los Pro
testantes siguen las pisadas de Molano , y aun las de
Leibniz. Es verdad que este último mas Filósofo que
Teologo , no tenia tan bellas disposiciones como el pri
mero , pero tambien convenía con los Católicos en mu
chos dogmas. Formó'su comunicacion con Bossuet , pe-'
ro mas propio y propenso á dificultar , que á componer,
gastó el tiempo en agotar los argumentos contra el Con
cilio. de Trento , é infalibilidad de la Iglesia, embara-\
zando con esto la formacion de un plan sencillo , que e-
ra el fundamento sobre que se habia de discurrir. No
dexó Bossuet que, desear á;'este .argumentador; y; mane-
Tom.il H " ': "jan- .i
122 Religion Luterana,
jandoló ctfftía tmayor 'dulzura y prudencia , meíeclg
siempre !su¡ respeto y sus. elogios , 'y aun hubiera conse.»
guido finalmente su tota £ conversion,. si- la vida de uno
y otro durára mas tiempo. Molano por el contrario ,. se
desembarazaba de los argumentos , conociendo que el
calor de las disputas ebsctíseeei ¡elneateodimiento., y em
baraza la calma in'dispensable-para la reunion. Aplicaba
toda su fuerza á exponer con sencillez su dc£trina , y de-
xar puros los dogmas , prescindiendo de las opiniones.
Con este designio escribió un Tratado que intituló; Co-
gitatíones prívate , ó Método i de reunion de las Iglesias
Protestantes con la Católica Romana ; y á la verdad, se-»
rá útil que digamos alguna cosa de lo que contiene, y
de la respuesta de Bossuet , para excitar en la Iglesia el
deseo de continuar este plan , que consolada losCatólK
eos entre las aflicciones que oy dia les rodean. "SíscsIt
«guen los sentimientos de M. Molano, dice Bossuet, (i)
«la reunion será facil , 6 quedará muy poco que dispu-i
« tar , de suerte , que si los Protestantes se conforman
j>con este Sábio , apenas quedarán dificultades que ven-
,icer.'* ' -¡I; .,];.:'.. '::l r. :::..;> :--.--. .-r¡t
Y para que se vea lo adelantado que estaba este ne«
gocio , insinuaremos los puntos de controversia , y el a-
comoda miento que por una y otra parte se proyectaba.
M. Molano reduce a tres órdenes toda la doctrina que
divide los Protestantes y Católicos. La primera, clase
consiste en equívocos, y así, las disputas no son mas que:
de palabras. El primer exemplo que propone es: Si elSa*
cramento del Altar es Sacrificio. Aquí no hay mas dis-
(...: . ;?•• ••-. \¡. ;r :.:ú; ¡; l'- i' ' r.:!.!> :-'H; :'-... •>;iupu*- . :
( t) ReSex. de M. Bossuet, swV ec-sit dé- Mi P-Abbe-Mola-»
»o Avant-P ropos. Ji '- . ..-.') i
y Protestante vencida. gftg
puta que sobre la palabra Sacrificio , pero unos y otros
convienen en la sustancia. La palabra Sacrificio con todo
rigor , como dice Belarmino , consiste en la occision de
un animal en honor de Dios ,. y sobre esto los Protestan
tes y Católicos convienen , en que Jesu Christo no buel-
ve á morir realmente , y por tanto en este sentido no es
propiamente Sacrificio , pero lo es con toda propiedad, á
causa de que en el se ofrece la misma sangre derramada
en la Cruz, la qual está realmente eri la Eucaristía. Sobré
este primer exemplo dice Bossuet , que si los idemás Pro-
testantes se conforman con Molano , todos quedaremos
concordes. Segundo exemplo : Se disputa si' es necesaria
la intencion del Ministro.para el Sacramento. Por inten
cion entienden los Protestantes la de conferir el fruto*
Responde Bossuet, en esto estamos acordes , pues nó
condenamos la opinion de que basta hacer el íltó exter
no seriamente. Tercer exemplo : Sobre el numeró de Sa
cramentos , que entendidos con el mayor rigor por los
Protestantes solo Cuentan dos, que son el Bautismo y
Eucaristía ; pero Bossuet hace ver por los libros simbó
licos de los Luteranos , (i)que admiten la absolucion 6
H 2 pe-
(i) Se llaman libros simbólicos de los Protestantes,los que
contienen Profesion de Fé , como son la Cotífesion de Ausburg7
con su Apología ,; escrita por Melancton , y subscrita por todo
ei Partido 5 los Artículos' de Smalcalde ; y la pequeña Confe
sion del mismo Lucero. Y de estos libros se sirve Bossuet para
responder, y,poir lo común de la primera impresion, porque en
las; posteriotres s^. jban adulterado.r Decía mas Bossuet : Hágase
la Exposicion dela; Docena C'hristiana por el Concilio , y ex
pliquese lo que esté obscuro o dudoso , y la de los Protestantes
por los Übros mencionados ; y quedarán pocos dogmas de que
disputar. .,-:. . .,.
124 ' ' Religion Luterana, /
penitencia como verdadero Sacramento, y los otros qua-
tro los miran en la misma clase, aunque no con igual pro
piedad. Y aunque el Matrimonio no sea propiamente ins
tituido por Jesu Ghristo , dice Bossuet respondiendo á
Molano, que¡ solo duda de este ; sin embargo, no se píte
le dudar que lo renovó y consagró , y San Agustín lo
¡compara con el Bautismo. De todo lo qual infiere , que
se puede conciliar esta qüestion de nombre con facilidad.
Quarto exemplo: Si los.pecados se quitan verdadera raen--
tepor.Jta.j&stjfifacion?. Pero si los Protestantes convienen
con Molano , en que por la justificacion se quita el reato
de la culpa y pena , ya. queda muy poco que componer.
Quinto exemplo : Si la Fe' sola. justifica ? Confiesa Mola-
nq, q'iie:J)iOsies;a.utór de-la justificacion; y diciendo que
la Fe' soja- justifica r no seexeluye^íu, gracia^; su bondad,
méritos de Jesu Quisto, ni tampoco esta Fé excluye la
caridad , el buen proposito, 6 las buenas obras ,-. porque
no hablan de. la Fe muerta , sino deja yiva , y sojo tesis--
ten al me'ritoipersonal , porno de-roga anacía al.deJesjSi
Christo. Sexto exe mplo : SI alguno ipued§' es¡tar; seguró'
de su justificacion y perseverancia? Y.aunque en este ar
tículo parece no convenir del todo con nosotros , confie
sa, que la certidumbre de lajustificaeionse entiende^ con
condicion de practicar io.s. piedlos que prescribe .I51 Fe par
ra perseverar; y por esto dice Bqssuet ; creq, que ep esta
convendria facilmente Molano con nuestro modo de perK
sar , y disminuiria esta certidumbre de que habla, porqué?
no puede ser útil sino para fomentar la sóbervi^y vani-.
dad. Septimo exemplo 'i Si erhbmbre'pÚédet^'rApItr' la'
ley' y el Decálogo ? Y aunque los'^Ofestani^
na puede , lo explica Molano con respeto' a su |f^\ie;za,r;yT
y. Protestante vencida. íajr-
en orden á un cumplimiento perfecto ; en lo qual se 've,
no hay ya mas diferencia con nosotros , que en las pala
bras» Los otros tres exemplos que menciona , son dema
siado metafísicos , y por esto se omiten aquí.
• La segunda clase de controversias , aunque no con
sisten en palabras y equívocos , sino en cosas , son de tal
especie , que no están del todo uniformes todos los Cató
licos entre sí r ni todos los Protestantes por su parte. Por
exemplo : Todos los Católicos aprueban la oracion pon
los muertos* los Protestantes de la Confesion de Ausburg
la reciben y admiten ; pero otros la desechan, Conviene
pues , que los Protestantes divididos entre sí , se reunan
á los Católicos , que están concordes sobre este: punto.
Por el contrario : Una parte de las Católicos. aprueba lar
Concepcion Inmaculada! de la Virgen > y otra la niega j
ios Protestantes todos la reprueban. Conviene pues, que
los Católicas no la miren como punto de Eé-r en lo- quat
dice Bossuet no hay qikstlon , pues. todos los Católicos¡
la miran como opinion indiferente. Algunos Católicos
quieren , que las obras de los Justos merezcan por sí de
condigno , otros dicen que de congruo i los Protestantes
dicen r quenoson meritorias ;. mas esta qiksrion mejor
se debia colocar entre las que pertenecen a las palabras';
quea las cosas, pues si hablamos de.uha;condignrdad;¡íb-
soluta , ningun Católico las admite como meritorias, y
el Concilio habla con .macha prudencia y precaucion. (i)
Algunos Protestantes convienen en la necesidad de obras
bue-
\ (i) Proponendam esse vitam teternam , & tamquam gratiam
filiis Dei per Jesum Christum misericorditer promissam, & tam
quam merced'em' &x¡ipsws- Dei promissioné'^bonis ewúm operiius.
*c mentís reddendam. Sess. 6. cap. 1 6.
125 Religion Luterana,
buenas para conseguir la salud; otros la niegan; pero los
Católicos están todos por esta necesidad, y por tanto los
Protestantes deben convenir con la Iglesia Romana» To
da la Iglesia Protestante condena la ador-acion de la Hosr
ria ; los Católicos están divididos : Luego la deben con
denar como los Protestantes. Pero es falso , dice Bossuet,
que los Católicos estén divididos sobre este punto, pues
todos confiesan,que la adoracion se termina á Jesu Chris-
xo presente , y no á la Hostia materialmente , que es lo
mismo que desea Molano. Los Protestantes no quierert
se obligue á recibir la Vulgara 5 muchos de los Católicos
son del mismo parecer, y dicen que el Canon del Conci
lio ¡Roía- prefiere al texto original Hebreo, sino sola men-»
te alas demás Versiones latinas s.y en lo demás, solo in*
tcnta el Concilio decir , que no hay en la Vulgata algun
error contra la Pé y buenas costumbres. En efecto: Esto
solo es lo que suponemos definido ; todo lo demás son
opiniones que aio perjudican la union. . • . .¿ j¡
.íITal es una grande parte de Controversias fundadas
en palabras y cosas mal entendidas , que reducidas á una
breve y sencilla exposicion, se podia esperar que fueran
admitidas delos Protestantes Luteranos , y mucho mas,
sl^afcá esto.' nos servíamos de los libros simbólicos que
respetan. Veamos las diferencias principales de la tercer
ra clase* -. . 'i ' ;'. - ; í. ¡ - ' .."*.-..;•;'-v :\o¿
. -'..!:'.;.-;!¡ LECCIÓN. XXIX*
Diferencias -principales que hay entre los Protestantes y Cató'
'lieos, y que no son imposibles de concordarse sobre
'.'¡\> .' .. '.•?. ellas unos con otros. .'. .•' .vi {.

esta clase se reducen todas aquellas , en que se halla


,'*i .? . i .c .íí.í: ..:v;.. -t v a ..' fox- ¡
y Protestante yencida. i 27
fot mal oposicion entre los Católicos y Protestantes» Vea
mos las principales. Primera: "DelaTransubstanciacLon.
« Esta qüestion, dice Molano, es de poca importancia
«para los Protestantes., que admiten la presencia r-eal
judel cuerpo de Jesu Christo , y cuidan poco de averi-
»>guar el modo. Por lo. demás , los Protestantes. convie-
«nen , en que se puede decir 1 El pan es el cuerpo de Jesu
nChristá* Y así conviene suplicar a los Católicos, que sin
«entrar en la qüestion áelrnado cómo se convierte el pan
y».en el cuerpo de Jesu Christo , se contenten con decir
ncomo nosotros , que esta manera. 6 mado de conversion
>»es incomprehensible e inexplicable.." Hasta aquí Mola-
no. Conviene Bossuet en que prescindamos del modo
inefable de conversión, (1) y no escrupuliza en decir, el
pan es el cuerpo deJesu Cjbmío;como en las bodas de Cáná,
aqUam vinumfaftam, el agua hecha vino ; y prueba , que
ni Lutero , ni Zuinglio se pueden apartar de este modo
de hablar, y con esto quedan tambien conformes con no»
sotros.
.. Segundan De la invocación de los Santos. Pero sobre
este dogma ya confiesa Molano , que el Concilio está de
acuerdo xon' ellos. Y aunque Luteco , y otros creyeron,
que muchos Católicos invocaban los Santos como Divi
nidades , por el Concilio pueden desengañarse , quando'
ven- , que solamente dice str útil su invocacion-, y que e's-
tos.no hacen mas qxxz-swplicar por nosotros ; y nada con
siguen sinapoKjejuCbñsto-, que es solamente el Reden-.
tor y Salvador.
- Tercera : Sobre et culto de las Imágenes , del qual
.-'.'•-¡ P°"
. (r) .Se debe mirar. lo que diremos en el Tomo siguiente,
Leccion XXIX. .'...(.-
i «8 Religion Luterana, ,
podemos decir lo mismo , y confesamos' con el Cóncilfoi
en la Sesion z 5 , que no hay en ellas ni virtud, ni divinn
dad , por la quai se deban venerar , y que el obsequio
que las hacemos solo es respectivo por lo que répresen-;
tan. Por tanto , no puede haber en esto qüestion con los
Luteranos , pues el mismo Latero escribió eóntra los
Destruidores de las imágenes , y probó contra los Calvi
nistas , que las palabras del Decálogo que prohiben las
Imágenes , solo se entienden de los ídolos , y no de las
que se conservan por memoria &c. ; y por esta causa no
insiste Molano aquí en otra cosa , sino en que se quiten
los abusos del pueblo rudo. : \ ' -• .i ' .i
Quarra ; Sobre el Purgatorio. En este lugar insinúa;
Molano , que San Agustin dudó , ó habló parabólica-;
mente sobré este dogma , y por esto quiere que se que-.
de sin decidir ; pero Bossuet le hace ver , como San A-:
gustin admite las oraciones y sufragios como útiles; y
añade , que no se debe dudar ; non est ambigendum. (1)
Solamente habla con duda el Santo sobre el género de
penas ; sobre si es fuego material ó no , de lo qual nada
ha determinado la Iglesia. ,;. ..;-:. '. '.-- í
Quinta -.Sobre la primacía del Papa. Aquí parece
que habria qüestiones muy difíciles que resolver para
la union ; mas si los demás Protestantes se acomodasen
al sentir de Molano, que. conviene etn¡ el triodo de pen-:
sar con Bossuet y Clero ¿Galicano,. poco habia que dis
putar , pues todo lo demás solamente queda en opinio-:'
nes , sin establecer dogma.
Sexta : Sobré los votos Monásticos. Seria. facil -aco-i
- , ' 111o-
(-c) Hoc enim aPatribus traditum universa observat Ecclesia.
Serm. 32. de diét. Apost.
y Protestante vencida. 1 29
modar los Protestantes con los Católicos , dice Molano,
pues entre ellos hay Conventos , donde se rezan las Ho
ras Canonicas y el Breviario del Orden del Ciste'r , á exr
cepcion de las Colectas y Oraciones dirigidas á los San
tos ; y se guardan los ayunos , Celibato, y Regla de San
Benito. El voto de Obediencia no se puede reprehender;
el de Pobreza es cosa indiferente ; y no queda mas que
el de Castidad de que se pueda disputar , pues no se
puede votar lo imposible. (1) Sin embargo , añade Mo
lano , se podia componer como se hace en algunos Con
ventos Protestantes , no por voto , sino por. juramento,
mientras se observa la vida Monastica. Pero Bossuet res
ponde á esto , que si es licito abrazar el Monacato ; por
qué no será tambien licito el voto de Castidad ? Y mas;
si San Antonio , Bernardo , Domingo, Francisco, y otros
que lo hicieron , se miran como Santos segun los libros
simbólicos ; por qué se ha de prohibir el imitarlos ?
Septima : Sobrenlas tradiciones. Forzado Molano de
la verdad , no pudo negar la necesidad de ellas , mas
quiere que se limiten á los cinco primeros Concilios Ge
nerales , autoridad de los primeros siglos , y consenti
miento de las principales Sillas Episcopales y Patriarca
les. Pero Bossuet le pregunta : Si el Espíritu Santo asis
tió á los cinco primeros Concilios , por que' no continuó
su asistencia en el sexto y en el septimo , quando de és- •
tos se hace tan honorifica mencion como de los antece-5
dentes?
Restan todavía algunas qüestiones difíciles que re
solver .de comun acuerdo , como son sobre la infalibili
dad de la Iglesia , autoridad de los Concilios, uso del
Tom.ll. I ... Ca- >
(1) Nota , que aquí habla Molano.
I^o Religion Lrterana,
Caliz 6 Comunion baxo las dos especies , Celibato de los
Sacerdotes , permision de las Misas privadas , ó aquellas
en que no comulgan los Fieles , traduccion de los Oficios
y Escritura en lengua vulgar , suspension del Concilio
Tridentino y número de los libros canonicos. Pero aun
¡sobre estas qüestiones no es imposible la composicion
segun el juicio de Bossuet , porque concedidas algunas
cosas por la Católica Iglesia , cederán en las demás los
Protestantes. Por exemplo : Se quejan , dice Bossuet, de
que los Católicos no tienen regla fixa sobre la infalibilU
dad , pues unos la suponen en el Papa , otros en el Con
cilio, y muchos en el cuerpo de la Iglesia ; mas esto con
siste en no entendernos bien. Los que suponen infalible-
al Papa 6 al Concilio , mejor convendrán en la infalibili
dad de la Iglesia , y e'sta es la regla de nuestra Fé. Sobre
el Romano Pontífice quedan algunas dificultades, que
facilmente se vencerian con los documentos del Señor
Bossuet , tomados de los libros Protestantes. El uso del
Caliz puede concederlo la Iglesia sin destruir el decreto
del Concilio ; y aunque ellos defienden , que en suposi
cion de recibir la Comunion debe ser como Jesu Christo
la instituyó , esto es , baxo las dos especies ; Bossuet les
presenta su misma doctrina , por la qual se vé, no se con
forman en todo lo demás con4a institucion ; por exem
plo , en comulgar por la noche, ni sentados á la mesa, ni .
partiendo el pan &c. : de donde se sigue, no es indispen
sable conformarse en todo con la institucion. Tambien
puede la Iglesia permitir el Matrimonio á los Eclesiasti
cos , disponer los Oficios en lengua vulgar , y remediar
algunos abusos de las Misas privadas , que son la piedra
de escandalo á los Hereges. En lo que nunca podrá la
- ¡:i - .."•'' Igle-
v Protestante vencida. 131
Iglesia condescender, es en abolir las Misas privadas
guando no comulga el pueblo ; pero los mismos Protes
tantes las permiten en caso de necesidad. Menos conven
drá nuestra Madre en suspender el Concilio Tridentino,
porque esto sería renunciar la regla de nuestra Fe, que
consiste en el consentimiento universal. Leibniz y aun
Molano r procuraron con todas sus fuerzas insistir sobre
este punto ; mas Bossuet puso en la última evidencia la
imposibilidad de este proye&o , pues le'xos de ser princi
pio de reunión , seríala última ruina. Es evidente, que
el Concilio de Trento está umversalmente recibido en lo
que mira el dogma; luego sus decretos son la fe de nues
tra Religion. De donde se sigue , que si despues de reci
bida se puede suspender, tambien se podrá hacer lo mis
mo con el Concilio Niceno y todos los demás. Y si por
que no convinieron los Protestantes , no se quiere mirar
como umversalmente recibido ; por que no podrán le
vantarse todos los demás Hereges contra sus condena
ciones respectivas ? Y en fin : si el Concilio Tridentino,
despues de 2oo años se puede suspender ; qué firmeza
nos prometemos del nuevo Concilio ? Ni tienen los Pro
testantes porque temer tanto lo establecido en Trento,
pues como dice Bossuet , no hay dificultad que no pue
da concillarse con el Concilio, si se consultan únicamente
los libros simbólicos de los Protestantes. (1)
I2 Á
•.. .; .:.¡:. í; ,.-.-.. .¡i:.: ..i» , .. rv.. .; '-..:::.. ,- ..•.. .
(1) Nultunt fo Synodo Tridentina nodum esse , cujus non in
eodem Synodo solutionem inveniant , si confessio , ejusque Apollo*
gia ( Lutheranorum ) bona fide consulantur. Bossuet deProfes-
soribus , $.part. art. 1. tom. 14. Y al fin del Tomo se halla to
do lo que escribió Leibniz contra el Concilio y Canon de las Es-
...;¡¡ ¡ -U: -¡su--.' ¡cri- .-
13.., . Religion Luterana,
Á vista de lo que acabamos de decir , estrañará el
Letor no se haya ya hecho la reunion que parece tan fa
cil ; pero debe advertir lo primero , que se necesitaba
otro Bossuet y otro Molano , y que todos los Católicos
y Protestantes , renunciando el espíritu de partido , y
las preocupaciones vulgares , no pensáran- en Qtra cosa
que en la paz , caridad , e intereses de Dios. Lo segun
do : Que los Calvinistas, y varias Sectas que nacieron
del mismo tronco , y han extendido sus errores casi casi
hasta el materialismo , debian retroceder hasta el dia de
su separacion. Lo tercero : Que todos pensáran en co
menzar esta grande obra por lo dogmatico , por la con
fesion de las tradiciones , infalibilidad de la Iglesia, per
petuidad del Concilio , renuncia del espíritu privado , y
docilidad á la divina gracia. Que se omitieran las decla
maciones contra los abusos y errores populares, que son
indispensables en una Iglesia comparada á la red, que sa
ca' pescado bueno y malo ; donde se ve la paja mezclada
con el grano; las vírgenes prudentes con las necias ; y
donde ya previno Jesu Quisto , que necesariamente ha
bría escandalos. Esto se debe tratar despues del dogma,
con prudencia , paciencia, y caridad. ..''' ..-v-• .'•-. --1
' Entretanto que liega este dia de consolacion , debe
mos clamar al Cielo continuamente , para que el Señor
se digne de poner fin á estas divisiones , haga entrar en
su redil todas las ovejas , y ser el único Pastor de Istael
que nos gobierne y enseñe los pastos de la do&rina sana;
pues
trituras , y sus respuestas. Todo lo dicho es la sustancia de la
Obra de Bossuet indicada ; y aunque no se da bastante com
pleta la idea por su brevedad , puede servir para excitar el de
seo de estudiar esta Obra.
y Protestante vencida. '1^5
pues así como el Padre de familias recibió á su hijo per
dido con los brazos abiertos, al punto que bolviendo so
bre sí reconoció su culpa ; así tambien nuestra Madre la
Iglesia está muy pronta á recibir los Protestantes , siem
pre que ellos se quieran reunir a nosotros. en una fe con
sinceridad.
LECCIÓN XXX.

^ Conversion Admirable deun Protestante en el año 1783,


y los medios por donde llegó a conocer
la verdad.

A unquc son- muchos los Protestantes que han llegado


a reconocer sus errores, y se: han convertido á la Religion
Católica con la gracia de Dios ; me parece conveniente
hablar mas en particular de una conversion acaecida en
nuestros dias , porque en sí tiene bastante materia,» que
bien' meditada , hará quizá seguir su exemplo á muchos
que perseveran en sus errores por falta de reflexion. La
publicidad del hecho no dexa duda , ñi sospecha de su
verdad ;"y los pocos años que han pasado desde este su
ceso , xkátrrras fuerza á la relación.
.1 'vJuan Tayér , natural de Bostón en la América Sep
tentrional , pasó a Europa , y viajó por Francia e Ingla
terra con ánimo de instruirse en la Policía y Gobierno.
Esto sucedió el año de 17 8-1 ; y poco despues pasó h
Roma bien preocupado contra la Religion Católica > co
mo confiesa el mismo. Sin embargo ; por un espíritu de
curiosidad quiso informarse de los Católicos sobre los
puntos en que discordaban de los Protestantes. Para este
fin buscó Ministros católicos de los mas instruidos ; pero
. M .-«*-.-' ->l } -i con t
154 Religion Luterana,
con tal resolucion , que habló á uno de sus Maestros eri
esta forma , la primera vez que comenzó á tratar con el
de la Religion : Señor mio , puede suceder que yo ter¿-
ga algunas falsas ideas de vuestra Religion , porque he
adquirido las noticias de los que son sus enemigos, Si así
fuere , mi ánimo es desimpresionarme , porque no quie
ro estar preocupado contra persona alguna ; mas no os
lisongeeis con la esperanza de convertirme , (i) pues se
guramente no lo. conseguireis. . . . Oyó pues de su boca
la explicacion de la Doctrina Christiana y Católica por
muchos dias ; y aunque no le interrumpía, por la noche
meditaba las lecciones recibidas , y escribia contra ellas
todos los argumentos de su Se£a. Trató tambien con un
Agustino , que insistió mucho en enseñarle á separar el
dogma de lo que solo era opinion , lo qual le aprovechó
mucho para formar ide'a de la Rellgion.Cotejó estas doc
trinas con el sentimiento de otros Católicos , y las halló
muy uniformes a distincion de los Protéstantes.Habia yo
tenido , dice , (2) conexion y trato con los principales de
nuestra Secta; habia conferenciado , y conocido sus sen
timientos, y no encontre' jamás dos acordes sobre los mas
esenciales Artículos : y lo mas estraño es , que; no hallé
uno, que no hubiera variado en su doctrina y creencia.
M-t acuerdo , que me lo confesó uno delos mas célebres
Predicadores nuestros. Semejante Confesion , que por
entonces no me hizo novedad , me sirvió despues para
muchas reflexiones. .. ... '.
Dispuesto Tayér con estas noticias , comenzó a du
dar de su Religion , y fluctuaba entre dudas como en in-
quie-
( 1 ) Relacion de laConvers. impresa en Valencia año 1788.
-pag. 14. (2) Relacion pag. 18.
v Protestante vencida. ny
quieta mar , y le parecía , que la Católica estaba edifi
cada sobre una firme piedra, siempre fuerte , siempre u-
aiforme ,' y siempre seguida. Con todo : por no acreditar
de veleidad su mudanza , no quiso convertirse , si solo
llevarse á América las mejores Obras de los Católicos.
Pero en el intermedio que disponía su viage , leyó un
Discurso del Ángel de la Guarda del Padre Séñeri, y e's-
te comenzó á golpear en su corazon. Aun contribuyó
mas á su final resolucion , haber visto un librito escrito
en Italiano, cuyo título era : Manifiesto de un Caballero '
Christiano convertido á la Religion Católica , que hace
relacion de su conversion, y examina los puntos contro
vertidos entre Católicos y Protestantes. En fuerza de las
verdades de la Eé que allí vio la primera vez unidas, ex
clamó: Dios mio , os prometo hacerme Católico.
Aun hubo otro principio ó causa , que le hizo rom
per todo respeto é interés, y publicar su conversion. Por
este tiempo , la muerte del Venerable Lábre y sus mi
lagros comenzaron a comover toda la Ciudad de Roma;
pero como la incredulidad fuera una de las mayores
preocupaciones en que habia vivido Taye'r sobre los mi
lagros; sin embargo de tener su corazon movido de Dios,
se burlaba públicamente de la que llamaba pueril credu
lidad de los fieles', insultando de paso la pobreza y vir
tud del Venerable Siervo de Dios : Pero creciendo dia
riamente la fama de los milagros , pensé , dice , (i) que
debia examinar la cosa por mí mismo. Hablé con el Con-»
fesor del difunto-; !busqflé.quatroi&igetps^ de quienes
se decia haber sido curados milagrosamente ; trie asegure-
del estado de su salud , y de la especie de enfermedad
'.-.j '' ;':.--. . ' .s .•''. P.' .' .'' ¡'.' ' ; que
(i) Relacion pag. 13.'"', "i i,v

'- . .-.
1 $6 Religion Luterana,
que habían padecido ; junte' los testimonios. de los que
los habian conocido 5 y quede' tan convencido ¡ de cada
uno de estos milagroSyComo.de los hechos mas bien pro
bados y seguros. Entre estos enfermos , fué curada una
Religiosa de Santa Polonia , invocando al Venerable La
bre i y quedó tan repentina y perfectamente sana , que
siguió el Coro desde este punto. Visité á esta Religiosa,
y hable con el Médico que la visitó, el qual me dixo es
taba pronto á jurar., que su enfermedad era naturalmen-.
te- incurable. Desde este punto comenzó Tayér á defen
der la santidad del Venerable Lábre. Llegó pues feliz
mente Tayér a derribar la grande estatua de su incredu
lidad y abrazan la Religion Católica , haciendo esta re-;
flexion : Es posible , decía , que Dios permita se engañe
un hombre en elegir Religion , quando despues de suma
vigilancia se determina á abrazarla con pérdida de quan-
to el mundo. tiene de mas amable de fortuna y reputa
cion l Si esta Religión fuera falsa , no podria quexarse a
Dios diciendo : Señor , vos sois quien me habéis engañado?
(4) A la.verdad, esta es una reflexion capáz de enmude-:
cer á todos los Protestantes y libertinos ; y con ella áse-s
gurado nuestro Tayér, recibió el don de la verdadera
fé , abjuró sus errores , y entró en el seno de la Iglesia
Católica. á ¿5 de Mayo del año de 1783 en Roma. Es-:
cribió su Conversion , y los motivos que le impelieron á
esta mudanza. La Carta que escribió .á su hermano des
de París á 1 de Mayo.del. año 1787 , es digna de leerse;
aunque por larga , nos contentaremos de dar un breve
Analisis de ella.: . :¿vr.-í i'a. ..-.-. /.. : ' .': l ..-.' . ' ¡ '. '.1 '.'í
. \. . .'. : .' ./ /...--:. v< '- ' : -- ¡ Des^
^t) Ricard. a S. Vift. líb. t. de Trin. cap. 1. Domine, si er
ror est qmd credimus , a te decepti sumus. . . .. 1 í t '.
Y Protestante vencida. 137
: Despues de congraciarse con su hermano , y decirle.
¡que no debe creer mas de lo que le dice , entra á expli
carle los motivos de su Conversion, y desembarazarse de
algunos argumentos, que sin duda le habia propuesto su
hermano. £1 principal es contra la infalibilidad del Papa;
y á esto le dice : "Lo que mas te ofende en nuestra doc-
v trina , es la infalibilidad que reconocemos en nuestra I-
»»glesia ; pero como preceda una breve declaracion , no
«te parecerá ya tan espantosa. Observa , te suplico , que
«nosotros no confesamos esta infalibilidad en el Papa so-
«lo , sino en la Iglesia universal; es decir: en confort
« marse, y convenir en una misma creencia, el mayor nú-
«mero de Obispos con el Papa. Si algunos Doctores 6
»» Teólogos particulares creen al Papa infalible , su opi-
«nion no es -la de toda la Iglesia , que nada ha definido
«en este punto."
Explica mas esta infalibilidad , que debe ser propia*
de un cuerpo compuesto de tantos Obispos de diferen-.
tes naciones , que no hacen mas que deponer de un hen .3.
cho , qual es la comun creencia de todas las Iglesias.,
esto sin sospecha de intriga ó falsedad ; porque en pf
mer lugar , los Obispos son desconocidos unos de otros»
y de naciones que quizá están en guerra : Lo segundo,
que rodos tienen por dogma fundamental precaber y des
terrar toda novedad de doctrina : Lo tercero , el dogma
es un hecho tan público que no puede corromperse. Por
exemplo: Siempre se han visto fieles que comulgaban
todos los dias. ¿ Cómo es posible pues , que si desde el
principio no creían que Jesu Christo estaba verdadera y
.realmente } ahora lo publiquen los Obispos y Curas por .
todas partes , sin la menor resistencia del Pueblo Chris-.
Tom. II. K tia-
138 Religion Luterana,
tiano ? Si dices que el pueblo resistió , pero que su re
sistencia no llegó á nuestros oídos , nada masestraño
quando los Historiadores coetaneos , que nos refieren
por menor todas las disputas , nada dicen de esto. Es
pues increible la resistencia. Ni qué bien se le seguia á
la Iglesia de esta mudanza de doctrina ? Si una nacion
la intentaba, hubieran dexado de risistir las otras? Lue
go la deposicion de la Iglesia debe mirarse como infali
ble , y mas si atendemos á la promesa de Jesu Christo,
que dice : Con vosotros estaré hasta el fin del mundo,
y quien oye á la Iglesia á mí me oye; y por el contrario,
manda mirar como Gentil al que no la quiere oír y obe
decer. Es posible que Jesu Christo nos mandara tan
fuertemente oír una Iglesia capáz de engañarnos ? Si es
ta regla falta , ¿que' norte fixo podremos llevar? La mu
chedumbre de vuestras Sectas , que cada dia se aumen
tan , y vienen á parar en Socinianismo , Deismo , &c.
prueba el peligro de no admitir la infalibilidad. '-
De aquí pasa á impugnar , que la letra de la Escri
tura siendo un libro mudo , pueda por sí solo ser la re
gla infalible , pues á lo menos nos dexa las dudas siguien
tes. Primera. ¿ La Biblia es libro Canónico ? Segunda.
Es libro completo y sin alteracion ? Tercera. Está fiel
mente traducida ? Quarta. Se ha penetrado bien su sen
tido ? Luego debe haber otro juez visible que es la
Iglesia. De esta infalibilidad se sigue como conseqüen-
cia legítima la seguridad , y que la Iglesia jamás ha
enseñado error , y que todos los Protestantes que se a-
partaron de esta regla se hallan expuestos ál error y en
gaño. • :
- A esto se reduce laTradicion, que se hizo tan odio-
. . sa,
v Protestante vencida. 139
sa, aun en el nombre, á los Prorestantes. Despues respon
de á varios argumentos mil veces rebatidos. Se propone
despues diversos exemplos de virtud que ha visto entre
los Católicos , sobre todo el de Madama Luisa , Tia del
Rey de Francia , hija de Luis XV. , que en su florida Q-
dad se retiró y entró Carmelita Descalza, y se confundió
con las mas humildes, fregando, barriendo , &c. y que
ella misma le dixo , que jamás habla gustado en el siglo
las suaves dulzuras que gozaba entre la pobreza, peniten
cia , obediencia y humillaciones del Claustro. Concluye
finalmente su Carta , hablando de la Catolicidad , que
es una de las mas claras señales de la verdadera Iglesia.
Esta Carta se imprimió en Valencia traducida del Fran
ces año 1788., y todavía se hallan en este año de 1793.
exemplares en casa de Cabero , calle de Campaneros.

APENDIX
SOBRE LOS PROTESTANTES.

ANÁLISIS DE UNA CONFERENCIA ENTRE UN


Católico y un Calvinista , que por un medio sencillo y
claro confunde las quejas de los Protestantes»

JL atece temeridad , pretender que un hombre que se


cree sábio é instruido , se confiese engañado largo tiem
po. Pero como en la realidad , no es tan glorioso soste
ner con tenacidad y firmeza el partido del error , como
dexarse vencer de la verdad quando se hace clara y evi-
dante , podemos esperar algun provecho y utilidad de lo
que vamos á decir. No dudamos que cada partido juz-
K: ga-
140 Religion Luterana,
gará defender la buena causa , y buscará su apoyo y au»
toridad en la venerable autoridad de sus padres ; tam
bien prescindimos de la culpa que puede haber en su ig
norancia , dexando á la Providencia de Dios el cuidado
de su suerte , sin entrar á juzgar nosotros á nadie : Pero
todo hombre que es capaz de discernimiento , debe es
tudiar y leer sin preocupacion para poder hallar la ver
dad que buscamos. Y entrando desde luego en los prin
cipios que separan los Protestantes de los Católicos, dis
currimos de este modo , tanto mas sencillo y natural,
quanto mas distante de las dificultades inútiles y emba
razosas que confunden esta materia.
La Iglesia Romana era sin duda la única verdadera,
al principio del siglo diez y seis , fuera de la qual no ha-
bia salud. Para quitarla esta posesion se necesitaban tí
tulos muy grandes y sólidos , en lo qual convienen los
Protestantes. Y en efe&o ; los presentan diciendo , que
la Iglesia Romana habia degenerado notablemente de
la pureza de sus dogmas y de su doctrina , por lo qual
cesaba de ser Esposa de Jesu Quisto , cayendo paso á
paso en inumerables errores , y en el mayor crimen de
todos que es la Idolatría. A la verdad ; si fuera así, de-
xára de ser la Religion de la verdad ; pero todos los Ca
tólicos protestan , que ellos no adoran sino un solo Dios,
y que las Imágenes de los Santos y su culto , no es mas
que excitativo de su devocion , y medio por donde diri
gen sus súplicas al Eterno Padre , y á su Redentor Jesu
Christo. Esta respuesta es una cabal justificacion , pues
nadie puede ser idólatra confesando lo dicho. Insisten
los Protestantes diciendo , que quando menos , el culto
que se dá á los Santos es supersticioso y ofensivo á Jesu
Chris-
c
y Protestante vencida. '141
;Chriáto , que es el único mediador con su Padre y Dios
nuestro. Esta es la queja que aparece mas razonable ; pe
ro dexando mil cosas que dicen los Teólogos Católicos
para justificar este culto exterior , como son decir , que
es relativo , y que no veneran los Santos , ni menos sus
Imágenes como cosas divinas > ni que tengan en sí vir
tud propia , si solo como amigos de Dios» dexando pues
todo esto , reflexionemos sobre la posesion en que se
hallan los Católicos de venerar las Imágenes r y el siste
ma que sostiene de su parte ser este uso muy justo y ra
zonable , contra la opinion contraria de los Protestan-.
tes. Para sentenciar esta diferencia, debemos estable
cer algun juez legítimo que decida.
. Con este fin , recurrieron los Católicos al remedio
ordinario en las grandes controversias , convocando un
Concilio general , en que asistiesen todos los Obispos co
mo jueces. Parece que hasta aquí no pueden quejarse los
Protestantes. Pero este Concilio dicen fue' convocado por
el Papa nuestro mayor contrario , y cuya autoridad que
remos destruir como excesiva y tiránica. Mas sin en
trar en la controversia de quien tiene el verdadero de
recho de convocar un Concilio , ¿ que' otro poder podia
hacerlo entonces ? No se hallaba Príncipe alguno, que
como los Emperadores antiguos dominara todo el mun
do Christiano. Solo el Papa , á quien están subordinados
todos los Obispos , podia obrar sobre esta materia. Ni
se justifican los Protestantes , por mas que quieran gri
tar las intrigas y cabalas del Concilio , el espíritu de par
tido , y deferencia por el Papa : Concedamos que es rao-
ralmente imposible reunirse muchos , animados todos
del espíritu puro de buscar la verdad $ ¿ pero podrian e-
llos
iq¿i . Religion Lute-raka,
lios acaso formar otra junta de hombres sín pasiones'¡?
Baxo. este principio no se podian .desacreditar los Conci
lios de los primeros siglas?: No se reunían baxo eí per
der de los Emperadores, queterílan .sos pasiones como
todos los demás'? Las mismas juntas de los Protestan
tes no tienen el mismo peligro ? La Historia nos enseña
la gran libertad <jue hubo en el Concilio de Tremo, so
bre ios puntos de dogma quandoanenos. Es verdad , que
algunos Protestantes reconocen- la debilidad de este gé
nero de argumentos, peto se quejan, de que aunque
-fueron llamados con salvos conducios á su satisfaccion,
nó se les daba¡ voto resolutivo. Pero acaso eran Obis
pos como los Catolicosque lo tenian ? Estaba acaso ea
uso tener voto todos los asistentes , . ó solamente los
Pastores de la Iglesia ? Esto sería hacer jueces á los sim
ples -fieles, y aun á los legos, contra la práctica de todos
los siglos. Que' pudo hacer mas el Concilio ? Examina de
espacio los sentimientos de los Protestantes , como si esí-
tubieran presentes ; disputa de ellos con exa&itud ; oye
*us argumentas ; y en finios condena como errores. Ño
halla mision alguna en los Autores de la Reforma , ni
prodigios, ni milagros? y viendolos obstinados, los con
dena .como Hereges. Y en fin , para quitar el pretexto de
la Reforma , que consistía en declamar contra los abu
sos y relaxamiento de los Católicos , formaba reglas y¡
Cánones santísimos sobre las costumbres.
Que medios mas prudentes podia tomar la Iglesia?
Habtade dexar á cida uno la libertad de juzgar por su
espíritu privado , como quieren los Protestantes ? Y-que
errores y confusion resultaría ? Cada 'uno haria decir á
la Escritura lo que le diera la gana. Se debia dexar con
es-
y Protestante vencida. 14.3
este principio á los Arrianos en su error, que pretenden
hallatelo .en la Escritura , el ¡Padre 'es .mayor- -que ye , y.del
mismo' medo á los demás» ¿ Dexaron. por ventura ésta
libertad los Concilios de Nice'a y Calcedonia ?-j¥¡qué su^
cede én los Protestantes con esta libertad de seguir el
espíritu privado i Hay mas .uniformidad que entre los
- Católicosii No se hallan partidos y divisiones? ;No se di
viden en inumerablesSe&asi Lo seguro es, que apenas
convienen sino en. el único punto.de destruir y despeda
zar el seno de la Iglesia Católica. Y por último : Si en
los Concilios todo es cabala , intriga , partido y division}
cómo han recurrido , ose ;han vistoprecisados á formar'
Sínodos y Dietas -o Concilios los Protestante* I El S*nodo>
de.'Dqrdrecht decidió muchos puntoside controversiasy
y las Provincias unidas , y los Calvinistas de Francia re¿
cibieron y admitieron sus decisiones como reglas y prin-*
ripios ,.qtie debían seguir sus individuoj;,' aunque- lasí
mas¡inQÍ tubierxm en el Sínodo susiíDíputados^G'•.;;.' "*
rñ Ni son mas razonables los Protestantes , si miramos'
los efectos íde su Reformacion. La Iglesia Católica no'
imprimía carácter alguno de reprobacion segun confiesa'
Lutexo h ¡los' dogmas de la Trinidad y Encarnacion esta
ban puros , y las regias de costumbres para' seguir la vir
tud é imitar á Jesú Ghristo: Gozaba de paz la Iglesia;
pero qué sucedió con la Reforma de Lutero ? Que' ma
les y sublevaciones.no causó ? Era preciso destruir la
Religion ¡dominante que. era la Católica /y-esto no po
día hacerle sin derramarse mucha sangre , y sin produ-
các inumerablésdesórdenesfy: gueTrasi.i.Gonvengamos hu
biera en la Iglesia Romana abusos y corrupcion ; pero si
se comparan con el fuego e incendio , con las divisiones
-I." i y
144 Religion Luterana, '
y alborotos , con los males y guerras que talaron y des-*
truyeron la Francia , Alemania , Inglaterra , &c. por in
troducir la nueva Reforma , quien podrá dexar de con
fesar, que excedieron estos males infinitamente á los
ponderados de los Católicos ? Ni se pueden atribuir á
los Papistas estos desórdenes , sin la mas evidente in-,
justicia , pues la fe de Roma dominaba en pacífica pose'
sion , y por lo mismo tenia derecho á defenderse ; y sí
replican diciendo , que la fé no debe sostenerse como
los bienes del mundo , non est defendeuda more tastrorttmy
tampoco debe introducirse con las armas , y los acome-;
tidos gozan el derecho natural de resistir y defender sus
casas , sus bienes y sus vidas. Y quienes debian llamar
se invasores sino los que introducían novedades , y pre
tendian arrojar de la posesion á los Católicos ? "En e'stos
pudo haber algun exceso de imprudente zelo , pero con
la diferencia , que Jesu Christo su Cabeza no lo enseñó
ni aprobó, y en la nueva Reforma sus Autores Lutero,
Calvino, Melan&on, &c. tomaron las armas , enseña-;
ron á ser furiosos , y promovieron la doctrina sanguina
ria. Así debemos confesar , que el vicio de los Católi-:
eos es propio de los individuos , pero no de la Cabeza
ni Ley ; mas el de los Protestantes nació con su Autor,
y es como cará&er de su Reforma. Quiera pues el Señor
abrir los ojos de estos infelices , para que bueivan al
seno de su Madre , y reconozcan la poca razon con que
declaman y desacreditan la verdadera Religion , por u-*
nos defeceos, que aunque fueran verdaderos , no son
imputables al Cuerpo y Cabeza, sino á los miembros
y miseria humana.

ÜNI--
ÚNICA RELIGIÓN
VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA
DE JESU CHRISTO.
TESTAMENTO NUEVO,

JESU CHRISTO Y SU DIVINIDAD.

^(ovissime ¡ocutus est nobis in filio. Heb.


cap. i.
LECCIÓN XXXI.

Los Libros y 'testamento nuevo arrastran a todo hombre


que no está preocupado , porque en ellos se vé clara
mente el candor de sus Autores , su verdad
y su inspiracion.

L( fOs Evangelios son el libro principal de la Religion


Católica , y no se necesita mas que pasar rápidamente
los ojos por la Historia de su formacion , para mirarlos
como la obra mas verídica y acreditada del mundo ; y
como estos libros santos están llenos de milagros y co
sas sobrenaturales , facilmente obligatán á creer su divi
nidad , si ántes discurrimos sobre su merito. Todos los
tom. II. A ene-
1^6 Testamento Nuevo,
enemigos de nuestra Religion convienen, en que el Au
tor del Christianismo fue perseguido de los Judios, muer
to y crucificado con ignominia, y que sus discípulos pro
baron la misma suerte que su Maestro. A pocos dias des
pues de muerto Jesu Christo , comenzaron los Aposto
les á predicar públicamente su Resurreccion y doctrina
con valor e intrepidez. Las persecuciones que se susci
taban contra los primeros fieles, ocasionaron su separa
cion y dispersion por todo el mundo. San Matheo y San
Mathias predicaron en Etiopia , San Simon en la Persia
y Mesopotamia, San Bartolome' en la India, San Andres
y Bernabe en la Asia menor , y en la Grecia. San Pedro
fundó en Antioquía una floreciente Iglesia , y de allí pa
só á establecer la fe en Roma. San Marco su discípujo.
.abre en Alexandría una de las Iglesias mas florecientes.
San Pablo corre muchos Pueblos y Provincias enteras , y
llega basta España , ó á lo menos dispone su viage. Lo
mismo se cree de San Tiago el mayor. Todo esto suce
de en el primer siglo , y la Fé y Doctrina de Jesu Chris-
. to se extiende por casi todo el mundo conocido. Este es
un hecho constante, que jamás se ha podido obscure
cer. En este tiempo , se ven inumerables Iglesias gober
nadas por discípulos del Salvador 6 de los Apostoles. San
Juan numera siete Iglesias célebres en Asia. San Pedro
escribe á las de Ponto , Galacia , Bitinia , Capadocia , y
San Pablo á las de Efeso , Corinto , y otras muchas.
Tal era el estado y extension de la Iglesia , quando
al fin del primer siglo y principios del segundo , parecie
ron los quatro Evangeúos , baxo los nombres de los A-
postoks y discípulos del Señor ; las Actas de los Aposto
les , atribuidas á San Lucas , y muchas Epístolas de San
Pa-
Jesu Christo y su Divinidad. 147
Pablo , de San Pedro , de San Juan , San Tiago , San Ju
das , y el Apoca lipsi. Todos estos instru memos que for
man el Testamento nuevo y Religion Católica , se divi
dieron rápidamente por rodas las Iglesias donde se habia
predicado la Religion, milagros y máximas de Jesu Chris
to. A excepcion del Apocalipsi , y algunas cartas de las
mas breves , todo lo demás fué recibido con aplauso y
veneracion de lasTglesias. ¿ Y hubiera sucedido así , si
no compendiáran estos libros la misma fé , Religion,
máximas , historias y milagros verdaderos de Jesu Chris
to ? No era una sola la Iglesia que los recibia , no un so
lo pueblo capaz de seduccion , no una gente idióta que
nada habia oído del Christianismo , no se contaban co
sas antiguas y sepultadas en el olvido : Todo era fresco
y reciente. Si los Evangelios no se conformaran con la
doctrina que cada Apostol habia predicado en sus Igle
sias , ciertamente se hubieran resistido á admitir nove
dades en materia de Religion. Cada uno de los fieles hu
biera sido fiscal contra estas Escrituras. Y cómo se pudie
ran haber cohechado tantos individuos , divididos y dis
persos por todo el mundo, para que admitieran estos
libros con el nombre de los Apostoles y discípulos del
Señor , si la fuerza de la verdad no les hubiera obliga
do á confesarlo ? La Iglesia de Jerusalen instruida pot
hombres que habian visto y oído á Jesu Christo , pudie
ra mirar como divino el Evangelio que San Matheo ha
bia publicado poco tiempo despues de la Resurreccion
de su Maestro , si no se conformaran los hechos referi
dos , con la verdad de que ellos fueron testigos ? La I-
glesia de Alexandría podia dudar 6 ignorar si San Mar
cos era el verdadero Autor de su Evangelio , quando
A z^ aca-
1^8 Testamento Nuevo,
acababa de ser fundada por el mismo ? San Clemente
Obispo de Roma , discípulo, de San Mateos , podia ser
engañado sobre la verdad de l©s hechos que referian los
Evangelios? San Lucas habia acompañado á San Pablo
en sus vbges , y fundado varias Iglesias ; no hubieran
pues recibido éstas las Epístolas de aquel Apostol , sin
estár seguras de su verdad. (i)
Qué mano podia formar la intriga y conspiracion
. para seducir tantos hombres , sin que ni uno reclamase
contra el engaño, y descubriese el artificio? Y esto al
mismo tiempo que las Iglesias confesaban tan general
mente la fé , y brillaban por sus virtudes ; quando es
tos hombres lo renunciaban rodo por seguir el Evange
lio ; quando lo anunciaban con valor delante de los Re-
;yes , y no sabian disimular , fingir , ni temer ; quando
hacían profesion de no admitir novedades , y derrama
ban su sangre por no decir una mentira ; esto es, por
no negar la Religion que profesaban. Quién puede resis
tirse á esta especie de demostracion moral ? No depen
de la verdad de esta Religion , como piensa el Autor
del examen crítico de los Apologistas de la Religion Ca
tólica , (2) de la prueba invencible de que los Evange
lios fueron escritos por los Autores que llevan á su fren
te , sino de la verdad de lo que contienen estos libros;
pero Uno y otro queda demostrado con lo dicho.
Mas para que no quede que desear , consideremos
un momento los caracteres de las personas que escribie
ron
(1) Vid. M. Gauchat. Acord du Christian. ayec la raison
tora. 3. que lo trata largamente?
. (x) Freret. Vid. Bergier. Certidura. des preuves del Chris-
tianismo. Dos tomos.
JesuChristo y su Divinidad. 149
-ron los Evangelios , y demás libros del Testamento nue
vo. De estos Autores hubo cinco que vieron con sus o-
: jos las obras de Christo que refieren ¡Estos son San Ma-
theo , Sari Juan , San Pedro , San Tiago y San Judas ; y
los otros tres San Marco, Pablo y Lucas, formaron y
publicaron sus obras , á presencia de los discípulos que
habian seguido á Jesu Christo. Examínense estos Auto
res por donde quieran los enemigos de la Religion,. y
por todas partes se confirmará la autoridad que deben
tener sus escritos , aun mirados solamente con ojos filo
sóficos. En primer lugar : Estos hombres eran de obs
cura condicion , pobres y plebeyos , sin ciencia , sin cré
dito , sin interes , y sin autoridad. No hubiera sido la
mayor locura empeñarse en destruir los Dioses que ado
raba el mundo , trastornar. la Religion , y proponer á¿:n
hombre crucificado por el Dios verdadero í No era in
falible descubrirse luego su fanatismo y su ignorancia?
En segundo lugar : Si miramos su do&rina , sin duda
la hallaremos superior á sus luces , pues lo era á la ' de
los mayores Eilósofos. Ellos mismos se presentaban por
modelos de las máximas que predicaban. En tercer lu
gar : Su candor y simplicidad se dexa ver en la misma
confianza y seguridad con que hablan. No dicen mas,
que los hechos públicos y notorios , historias recientes y
escritas con tanta sencillez , como si fueran cosas en que
no tubieran intere's. No vemos'en sus escritos aquel to
no patetico con que los Filósofos Incre'dulos del dia en
cienden y alarman las pasiones , ni las reflexiones que
interesan y encantan al Leítor , ni las precauciones que
previenen las dificultades. Es cosa bien admirable , ver
3 un mismo tiempo como exponen su vida por las ver-
da-
156 Testamento Nuevo,
dades que enseñan , y la simplicidad con que las refie--
ren.
No es esta la conducta de los Impostores. Si este
espíritu animára a los Evangelistas , quando los Fariseos
pedian milagros , fingieran inumerables. No dirian la
repulsa que recibieron del Salvador. Si los Evangelistas
se hubieran sacrificado vilmente á la mentira , no pre
sentarian su Maestro como un Cordero delante de los
Jueces , sino con el mismo imperio con que lanzaba los
demonios , y si esto no fingían por no ser desmentidos
cowi la fama pública , por la misma causa hubieran ca
llado la curacion de tantos enfermos , la resurreccion de
los muertos , la libertad de los endemoniados , y demás
prodigios que refieren en el Evangelio. Jesu Christo vi-
' vio treinta años una vida obscura y privada ; si los Es
critores Sagrados hubieran querido imponernos , llená
ran este vacío de prodigios y maravillas , no se conten
táran con referir los hechos públicos y notorios ; y si és^
tos se inventaron para que el mundo admirase su poder;
por qué no callaban sus humillaciones ? No era mas pro-
prio de un Impostór astuso , callar estas cosas , que pu
blicar prodigios imaginarios ? A que fin , contar y re
presentarnos el Autor del Christianismo cansado , fati
gado , derramando lágrimas, sufriendola hambre, la
sed , tristeza , lleno de ignominias , azotado y espiran
do en una Cruz ? En qué consiste , que entre todas las
acciones de su vida , ninguna refieren los Evangelistas
con mas individualidad que la de su Pasion ? Si le pre
sentan glorioso en su nacimiento , aplaudido de los Án
geles , por qué nos advierten que nacieren una cueva ?
Si cuentan el prodigio de los Magos conducidos por una
es-
Jesu Christo v su Divinidad. 151
estrella , luego añaden la persecucion de Herodes y hui
da á Egipto. Si nos lo representan favorecido visiblemen
te del Cielo en el Jordán , tambien descubren que fué
tentado en el desierto por el demonio. Esta mezcla de
grandeza y humillacion era. la mas conforme á nuestra
Religion , que enseña á conseguir lo grande con la hu
mildad .'> pero no puede ser inventada por hombres fa
náticos /impostores y necios. Este lenguage solo es pro
pio de un corazon sencillo y amante de la verdad.
Si ellos hubieran pretendido el aplauso y la fama de
ser Maestros y Cabezas de Religion , no fixáran la aus
teridad como cará&er del Evangelio , ni publicáran a-
quellas máximas, que atierran y acobardan á tantos para,
no admitir esta Religion. Si el orgullo y vanidad dirigía
sus plumas , cómo humillan su altanería , proponiendo
misterios todos sublimes é incomprehensibles? Porqué
no disimulan siquiera sus propias imperfecciones ? Su
debilidad y su ignorancia , son igualmente objetos de
su pluma que los milagros de su Maestro. Ellos confie
san como los discípulos mas amados se entregan al sue
ño , qnando mas los necesitaba su Maestro para consue
lo ; como uno lo niega y reniega ,' otro lo vende , to
dos lo abandonan. Thomás duda y no quiere creer la,
Resurreccion ,.si no la vé con sus ojos. Ni aun San Mar
co discípulo de San Pedro oculta la caída de su Maestro.
Es por ventura este el lenguage de la mentira y seduc
cion ? Quién podia pensar , fundar por la mentira una
Religion que hace profesion ele verdad , y abomina del
disimulo como del mayor delito ? Si fueran Impostores
los que escribian el Evangelio , ¿ no consultarian su in
terés y la prudencia humana -para no inventar milagros,
te
15a - Testamento Nuevo,
de modo que todo el mundo los pudiese desmentir? Los
Mahometanos atribuyen muchos milagros á Mahoma,
pero . todos son con la precaucion de. ofrecer pocos testi
gos , y éstos parciales. Que interés podian tener en in
ventar fábulas y milagros ? El amor de los placeres ?
Pues el Evangelio se los prohibe, y ellos los renuncian e-
fe&ivamente. Sería acaso el de los honores ? Pues todas
sus máximas son de humillacion. Y en fin , cómo pu
dieran inventar profecías tan bien cumplidas despues de
su' muerte , como son , la vocacion de los Gentiles , la
persecucion y propagacion de la Iglesia, la destruccion
dejerusalen , la dispersion del Pueblo , las alabanzas e-
ternas de María Santísima y de la Magdalena , y otras
semejantes ? Hasta la misma contradiccion que parece se
halla entre los Evangelistas en algunos lugares , prueba
su candor y verdad. No hay alguna oposicion sustancial;
todos refieren lo mismo, aunque con diverso órden y
circunstancias ; en lo qual se ve , no haberse convenido
para decir una misma cosa. No pudo , pues , dirigir sus
plumas otro espíritu , que el de la verdad , y el Espíri
tu Santo.. En estos libros , brilla visiblemente el carác-^
ter de la divinidad , y solamente los ciegos y los impíos '
pueden negar con la boca, loque su mismo corazon
se vé precisado á confesar.

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LEC-
Jesu Christo y su Divinidad» 153

LECCIÓN XXXII.

La autenticidad de los Evangelios se prueba por el consenti


miento de los Hereges , Judíos y Gentiles 5 y el argumento to
mado de los Evangelios apócrifos , se hace servir de
confirmacion a la verdad dr los
nuestros.

JL udiera bastar lo dicho para acreditar la verdad de,


nuestros libros religiosos $ pero como de esta verdad de
pende toda la demostracion que debemos hacer á favet
del Christianismo , conviene asegurarla y justificarla,
hasta cerrar la boca de nuestros ribales. Éstos son los
Hereges que tubieron su origen en el primer siglo de la
Iglesia , y desde entonces han procurado alterar nuestra
Fé por todos los médios posibles ; pero el Señor, que de
las piedras duras supo sacar aguas en abundancia para sa
tisfacer la sed de su pueblo , ha sabido asegurar mas yt
mas la verdad de nuestra Religion por medio de las He-
regias. Y del mismo modo que los Judios perseveran en
el mundo para hacer mas evidente é inegable la verdad,
y conservacion inalterable y pura de las Escrituras ; así
ha querido el Señor , que los Hereges nos rodeasen por
todas partes , para que jamás se pudiera falsificar el E-
vangelio, sin comover contra nosotros estos fiscales, que
siendo enemigos , nada nos disimularian. En efecto : los
Hereges , á su pesar , son la prueba decisiva de la justi-:
cia de nuestra causa. Porque como dice San Irene'o , (1)
«Ia autoridad de nuestros libros es tan constante , que
Tom. II. B «los
(1) Adv. Her. lib. 3. cap. 11. ¡
154 Testamento Nuevo,
«los Hereges se ven precisados á confesarla. Los Ebioní-
«tas , que se sirven del Evangelio de San Matheo , ha-
«llan en el la condenacion de sus errores en órden á Jesu
«Christo. Marcion , que corra y mutila el Evangelio de
«San Lucas, es convencido de blasfemo por la parte mis*
juna que recibe. Los que se desvian de Jesu Christo,
«pueden conocer su error por el Evangelio de San Mar-
«eo , que aprueban , y los Valentinianos , que leen el de
«San Juan, en el mismo hallarán do&rina para destruir
«la falsedad de sus dogmas."
Y si estos Hereges no estubieran bien persuadidos
de la imposibilidad de negar la autoridad de los Evan
gelios , no hubieran declamado contra la creencia comun
de aquellos tiempos ? Todos estos Hereges vivian inme
diatos al tiempo de Jesu Christo ; y por tanto , con mu
cha facilidad podian mostrar la impostura de los Católi
cos ; la infidelidad de las copias ; hubieran citado las I-
glesias que reclamaban , en fuerza de conservar los ori
ginales de los Evangelios ; nos hubieran opuesto los lu
gares y textos falsificados : su causa era ciertamente ga
nada , y el error de los Católicos no podia quedar encu
bierto. Sin embargo : quien de los primeros Hereges
intentó probar , que nuestros libros sagrados se ha
bían trabajado con artificio ? Los Padres que respon
den á rodas sus objeciones , no nos presentan ni una
sobre este particular ; ántes por el contrario , se sirven
de su confesion para impugnarlos. Yo , dice Tertuliano,
(i) aseguro , que mi Evangelio (éste era el de S. Lucas )
es verdadero : Marcion pretende , que lo es el suyo.
Quién debe decidir ?La antiguedad de la data, y la mas
an-
(i) Adv. Marc¡onem,Iib. 4; cap. 4. ' - - í .." '. ; .
Jesu Christo y su Divinidad. I f%
antigua posesion. Todas las Leyes sentencian por el mas
antiguo, y se desprecia el moderno como falso. Los He-
reges , dice San Irenéo , (i) aseguran, que la verdad no
puede hallarse por los libros solamente, sin el beneficio
de la tradicion; y quando los desafiamos y retamos á es
ta tradicion venida desde los Apostoles, y conservada en
sus succesores , dicen , que ellos han hallado la verdad
que no conocieron los Apostoles, y que e'stos confundie
ron la doctrina del Salvador con las ceremonias legales
de la ley. Unas veces responden , añade Tertuliano , (2)
que los Apostoles no lo supieron todo: otras, que no en
señaron todo lo que debiamos saber, en lo qual injurian
igualmente á Jesu Christo , por no haber instruido sufi
cientemente á sus Discípulos , que á e'stos, por no haber
nos enseñado completamente la Religion. Y que' se infie
re de estas autoridades ? Lo primero : Que los Hereges
confesaban ser nuestros Evangelios mas antiguos que los
suyos. Lo segundo : Que la tradicion estaba á nuestro fa
vor. Y lo tercero : Que nada podian oponer contra sus
autores , ni contra su verdad.
Entre los enemigos de la Religion Católica , Juliano
el Apóstata fue uno de los mayores; y sin embargo con
fiesa , que San Pablo , Pedro , Matheo , Marco y Lucas,
son autores de los libros que llevan sus nombres. (3) Lo
mismo confiesan Celso y Porfirio ; pero los Judios y Pa
ganos confirman- muchas cosas del Evangelio , que re
dundan en gloria de Jesu Christo. Josefo habla con mu
cho elogio de San Juan Bautista y de San Tiago el me-
B2 ñor,
(1 V Adv. Heret. lib. 3. cap. 2.
(2) Tertull. de Prascript. cap. 1 2.
(3) Apud Cyrillum contra Julian. lib. 6. cap. 10.
155 Testamento Nuevo,
ñor, (i) y mas particularmente de JesuChristo. (2) Enia
misma historia de Josefo se refiere el incesto de Herodes
con Herodías muger de su hermano Filipo , y el empa
dronamiento que se hizo de todos los Judios , por Qui-
rino Prefe&o de Siria. (3) En las Actas de Pilatos , se vé
como era Gobernador de Judea , y los nombres de Anás
y Caifás Sacerdotes. Y aunque Josefo no habla de la
muerte de los niños inocentes , dice tales cosas de la bar
baridad de Herodes , que la hacen muy creible. (4) Y
Macrobio la refiere con mucha claridad. (5) San Justino
probaba á los Romanos , que Jesu Christo habia nacido
en Belén , por el empadronamiento que hizo Quirino, 6
Orino. (6) Calcidio habla de la estrella que conduxo los
Magos á adorar al Salvador. (7) El eclipse del Sel en la
muerte de Jesus , se veía confirmado por los Anales pú
blicos. Y Tertuliano y San Justino en sus Apologías,em-
bian los Gentiles á sus Archivos , donde hallarán noticia
de esto , y de la Resurreccion del Salvador. Porfirio, co
mo si se hubiera olvidado , dice San Agustin , (8) de las
blas-
(1) Josefo Antiq. lib. 7. cap. 18.
(2) Josefo Antiq. lib. 16. cap.$. Pey trae todas las palabras,
y responde a todas las dudas con que los enemigos quieren obs
curecer este testimonio ; y trata largamente de esta prueba. La
verite de la Relig. Chrest. tom. 1 . cap. 4. art. y.
(3) Josefo Antiq. lib. 1 8. cap. 1. Tertul. adv. Marcion. lib,4.
cap. 7. 19. cí? 36. . ' ,/ -; . '
- (4) Josefo Antiq. lib. 19. cap. 4. y lib. ao. cap. 6. y 7.
W) Mácrob. Saiurn. lib. 1. cap. 4.
(6) Justino Apolíog. ad Anton.
(7) Comm. in Tún. Plat. lib. 1 8. Este Filósofo era del Si
glo 4-
(8) S. August. de Civit. Dei\ ¡ib. 1 9. cap. 23.
Jesu Christo y su Divinidad. 157
blasfemias que habia vomitado contra el Salvador de los
hombres, cede á su pesar á la fuerza de la verdad. Los
Dioses han declarado, dice este Filósofo, que Quisto
era un hombre muy religioso , y que se hizo inmortal.
Ustos Dioses hablan de el con elogio , pero acusan los
Christianos de ser hombres corrompidos y entregados al
error. Preguntado Hecate , ( siempre habla el Filósofo
Porfirio ) si Jesus era Dios ? respondió, que era un hom
bre muy religioso , que su alma habia logrado la inmor
talidad. Preguntado mas : por qué habia sido condena
do á muerte ? responde , que su cuerpo fué atormenta
do , pero que su alma habia subido al Cielo , que es la
Patria de los Justos. Hasta aquí San Agustin.
DespUCS de todas estas pruebas, y testimonios toma-
idos de nuestros mayores enemigos; quien puede dudar
de la verdad del Testamento nuevo , sin despojarse de la
racionalidad ? Que' autores mas dignos de fe, que los tes
tigos oculares y uniformes.en la sustancia de todo Jo. que
refieren , y mas publicando,sus relaciones en medio de
¡Jerusalen y de los mismos lugares donde acababan de
suceder , convirtiendo inumerables que no podian resis
tirJa verdad ? Testigos, que ofrecen por garantes de
iquanto dicen los Pueblos enteros, que retan á sus mayo
res enemigos , para ver si se atreven a desmentirlos; tes
tigos , que juntan á la publicacion de sus historias, la de
la doctrina mas luminosa , y mas incompatible con el di
simulo y la mentira. Que' tradicion mas constante , que
la de un mundo entero de Christianos instruidos por el
Salvador , por sus Apostoles y Discípulos , derramados
•y divididos sin comunicacion por tantas Provincias, per
seguidos , no por vicios y delitos , sino por el nombre de
Chris-
T5 8 Testamento Nuevo,
Christianos ? ¿ Quándo , cómo se ha podido falsificar él
Testamento nuevo , haciendo sus Profesores juramento
de no variar la do&rina , y no admitir novedades en sus
máximas y dogmas , hallandose rodeados de Herege9,
que hubieran sido sus mayores fiscales , de Pastores ze-
losos , que acudian á la piedra de toque ; á las Iglesias
fundadas por los Apostoles , para distinguir la mentira
de la verdad ? Qué pruebas mas terminantes, que la coá-
-fesion de los Hereges , Gentiles , y Apóstatas de la Re
ligion? Y que' sería de todas las historias del mundo , SÍ
tales y tantas pruebas como e'stas no nos aseguráran de
su verdad?
No hay argumento sólido contra lo dicho. PuedeÁ
¡oponernos los falsos Evangelios , que aparecieron en el
mundo casi al mismo tiempo que los verdaderos; perd
estos despojos de la mentira, sirven á completar el trluñt.
fo de la verdad. Se abusaba del nombre de los Apostol
les y de la credulidad de algunos , publicando Obras ba
yo nombres respetables. Cómo se podian pues distinguir
los Evangelios verdaderos de los falsos ? En la respuesta
á esta pregunta , se hace la mayor demostracion de la
verdad de nuestros libros divinos. En primer lugar deci
mos ; que es verdad se abusaba del nombre de los Apos*-
toles publicando Evangelios apócrifos 6 alrerados ; pero
por ventura se podian engañar pueblos enteros instrui
dos por la viva voz de los Apostoles , 6 de sus Discípu
los inmediatos ? Estos hombres , que tanto vocean los E-
vangelios apócrifos, muestrennos una Iglesia fundada
por los Apostoles , que los hayan recibido. Era muy fa
cil distinguir entonces la mentira de la verdad: vivían to
davía los discípulos de los que habian compuesto los E-
van-
Jesu Christo y su Divinidad. 159
vangelios , y se hallaban dispersos por todo el mundoj
sus obras eran como vínculos de las familias ¡, y se guar
daban como tesoros , donde hallaban su consuelo y su
fuerza. Los Obispos , que hacian profesion de no admi
tir novedades , en qualquier duda acudian á los origina
les : apenas salia un Evangelio nuevo , lo careaban con
cl.de su Iglesia , que todos los dias se leíapúblicamente;
se subia hasta el origen y la fuente de los hechos; se con
sultaban los testigos que vivían; la voz de las Iglesias en
teras decidia la qüestion ; la impostura quedaba en des
cubierto ; y el grito de la multitud é Iglesias primitivas^
con ios originales sofocaba el error , y daba nuevo testi
monio de la verdad. -L 'i.: . ,.' .'.-.,i
;. En segundo lugar : La Iglesia Católica reprobó mu
chos escritos atribuidos á los Apostoles , llenos de marar
villas nuevas : Luego ni lo maravilloso , ni el nombre de
los Apostoles , preocupaba á los Fieles para admitir las
historias, sino solo el amorde la verdad. Entre las Obras
apócrifas que no admite la Iglesia , hay muchas que no
contienen cosa alguna menos decente , como son las Car
tas de San Bernabé , de San Clemente , de Jesu Quisto
al Rey Agbard, de. San Ignacio á la Virgen, y de-la Vir
gen á San Ignacio. No se reprueban por mala do&rina,
sino por ser falsamente atribuidas á tan grandes Heroes.
La historia de los viages de Santa Tecla se tubo por fa
bulosa , por contener hechos nuevos : su Autor fue con
vencido , y sin;embárgo de no contener mala doctrina, y
confesar lo hizo por honrar 1 San Pablo , no dexó de ser
castigado su compositor. Tal era el amor ala verdad.
'En tercer lugar : Los Ebionitas corrompieron el E-
yangelio de San Mathcos y los Marcionistas el de San
..... Lu-
\6o Testamento Nuevo/ - ,
Lucas. Las cosas falsificadas no son de la mayor consi-;
deracion ; pero la Iglesia , inflexible contra la mentira*
los reprueba. Por otra parte , los Autores de los Evange-;
lios apócrifos creían en Jesu Christo , y por consiguien-;
te debian convenir con los nuestros en todo lo historial,
por lo qual sirven de confirmacion á todos los milagros.;
Y si juzgamos de los que han perecido por los que aun
quedan , aun será esto mas evidente. El primer Evange-.
lio apócrifo que queda es del Nacimiento de la Virgen,
donde se lee , que parió á su hijo como dicen los Evange
listas ; señal que ya estaban publicados. El Proto-Evan-:
gelio de San Tiago es tan conforme con los nuestros, que
nada niega; si solo añade algunas fábulas ó historias, que
por no éstar mas probadas , no se reciben. El Evangelio;
de la Infancia del Salvador habla con bastante exactitud
lo que dicen nuestros Evangelios. Lo mismo sucede en el
de Nicodemus y en el de los Nazareos , cdyo analisis
trae Mr. Pey. (i) De todo lo qual se infiere la poca fuer
za que hace este argumento , tomado de los Evangelios
apócrifos, contra la verdad de los nuestros, porque ape-t
ñas hay contradiccion positiva de unos á otros. Todos
confirman la do&rina , los Misterios , y los milagros de
Jesu Christo $ y los Apócrifos solo añaden ciertas histo-í
rias , que por nuevas, y no oídas de los Apostoles ni de
sus Discípulos, no las quiso admitir la Iglesia, en lo qual
se vé el gran zeio.de la verdad , y como no se preocupa
ban los Fieles jai aun á título de piedad , por lionrar mas
la memoria. de. su Maestro. En fin: la verdad, y la tradi^
cion universal decidian únicamente las controversias.
'-.-.'. ... LEC-
(i) La verite de la Relig. Chretiane prouve a un Deiste.
T. i. Notas 70. 71. &c.
Jesu Christo y sú Divinidad. i£i

LECCIÓN XXXIII.

La antigüedad e invariabilidad en la idea de Dios que sigu


constantemente desde el -principio del mundo hasta nosotro
por medio deJesu Cbrhto , es otra prueba de la,
divinidad de su Autor.

Oi la antiguedad es un cará&er tan respetable para los


hombres , veamos quanta veneracion se merece la Reli
gion Católica , por ser la primera del mundo. La creen
cia consagrada por la simplicidad de los primeros pobla
dores del mundo , ofrece con aire venerable el Christia-
nismo. Los primeros hombres , ántes de corromperse en
las costumbres y en las ideas , adoraron al mismo Dios
que les acababa de criar , ofreciendole sacrificios con a-
mor y sencillez ; y éste es el mismo que adoramos los.
Católicos. No se necesita mas que pasar los ojos por los
libros de Moysés , por los ritos y ceremonias de los Ju
dios, para confesar esta verdad > que por demasiadamen
te clara, no necesita examinarse con prolixidad. Desde
el principio del libro del Génesis se habla de un Dios
Criador del Cielo y de la tierra , cuya sabiduría , poder
y actividad es infinita : Luego se describen los sencillos
sacrificios hechos por Abéi de las primicias de sus bie
nes , como un homenage justamente debido al que se los
habia dado. La invocacion del nombre de Dios por Enós;
la santidad de vida en Noé ; la obediencia de Abrán . . .
son testimonios invencibles del amor y respeto que pro -..
fesaban á la grandeza de Dios. No habia otro Dios co
nocido en el principio , y Moysés , que no nos oculta ni
Tom.II. C la
l6a Testamento' Nuevo,
la caída de Adán y Eva , ni el pecado de Caín, ni la cor
rupcion moral de todo el mundo , nos hubiera negado y
escondido la Idolatria. La tradicion fresca que entonces
•se conservaba de lo acaecido en el mundo desde su prin
cipio , no le permitiria á Moyse's suponer en los Patriar
cas mas antiguos otra Religion que la que verdadera
mente habian profesado. Y quién puede dudar, que mi
rada sustancialmente, es la misma que la nuestra i El ob
jeto adorado y el espíritu con que se adora , no es dife
rente en la antigua Ley, y en la del Evangelio. Los ri
tos y ceremonias varían segun los tiempos , del mismo
modo que el Código legislativo , político y gobernativo
de las Monarquías respe&o de sus Soberanos ; pero así
como en toda especie de gobierno se miran las Personas
Reales como privilegiadas y consagradas , demostrando
este respeto con actos de homenage , obediencia y servi
dumbre ; así los primeros hombres del mundo , y noso
tros admiramos á un mismo Dios con espíritu de verdad,
y sumision justa y virtuosa.
Y si esta antiguedad es tan apreciable para los hom
bres , aun lo será mucho mas por su perpetua duracion
no interrumpida. Qué Religion hay en el mundo que
pueda mostrar firma posesoria , siempre continuada por
mas de cinco mil años, como la Católica , que sube has
ta el primer dia en que se. formó el Cielo y la tierra?
Dónde están los Dioses de aquellos Imperios florecientes
de Egipto y Grecia ? Ni aun ruinas han quedado de los
Dioses de Faraon , á quien sacrificaban sus Magos quan-
do dominaban sobre los hijos de Istael. Cada dia muda
ban de Dioses en la antiguedad ; y al subir y baxar los
Monarcas y fteyes de sus tronos, se veían caer unos Dio-
. . . ses
Jesu Christo y su Divinidad. 163
scs en el olvido , y otros subian á la mayor elevacion»
Qué diferente el Dios de los Christianos ! Siempre se
vió sentado sobre todos los Cielos , y toda la tierra
sujeta al imperio de su voz. Que' consuelo para nuestra
Religion Católica , pasar de siglo en siglo , de edad en
edad, pisando uno por uno aquellos ídolos sobemos que
iban cayendo todos los años en el olvido , como las ge
neraciones de los hombres ! Qué seguridad inspira la vis
ta del trono glorioso de nuestro Dios , que se mantiene
sobreviviendo á todas las Sectas y Religiones mas estra-
ñas y ridiculas ? A pesar de las vanas idéas de los hom
bres ; de las locas pretensiones de los mortales , que se
querian hacer adorar por Dioses , jamás pudo borrarse
del todo en el corazon humano la idea de un Dios subli^
me. Es verdad , que á tiempos ha estado la Religion co
mo un Sol entre densísimas tinieblas ; se ha obscurecido;
se ha ocultado entre negras nubes; la densidad de los va
pores nos ha hecho creer que era de noche , pero luego
salia este Sol Divino con mas brillantez de la obscuridad,
rompia las nubes , quanto mas impenetrables parecían.
Este Sol de la verdad y de nuestra Religion , daba buel-
ta á todo el mundo , mudaba de clima , pero siempre te
nia muchas criaturas que gozaban de sus luces. Quando
el Pueblo de Dios iba cautivo y esclavizado á Caldea,
Asiria y Babilonia , llevaba su Dios consigo , el qual , á
fuerza de prodigios y milagros , descubria el admirable
designio de su Providencia en permitirles las aflicciones,
y los libraba , segun su promesa , quando dexando los
vicios , le sacrificaban los corazones llenos de piedad y
de virtud.
La invariabilidad de íé en tales y tan diversas cir-
- .; . .'. '- ¡ '.- Gj . cuns*
; 164 - . Testamento Nuevo,
cunstancias y estados , es una prueba demonstratíva de
la verdad de aquella Religion primitiva de los hombres.
s La mentira no puede subsistir sin ocultarse ó disminuir
se , variando cada dia de forma , porque no tiene sólido
fnndamento : Sola la palabra de Dios es la que permane
ce fixa para siempie. Todas las cosas de los hombres son
variables: los Reynos mas opulentos,apenas pueden exis
tir pocos siglos sin grandes y sustanciales mutaciones ; y
del mismo modo , las Religiones inventadas por los que
-tienen por carácter la mudanza , deben experimentar.
igual fortuna : pero la idea de Dios , que no es obra del
hombre , sino sello fixo en todas las criaturas por su Au
tor, siempre ha sido la misma desde el principio del mun
do. Siempre se ha creído que Dios era grande y podero
so , y digno de ser adorado. Los mortales , corrompidos
y ciegos , han podido ertar y erraron efectivamente en
lo que añadieron á esta ide'a originalmente gravada en
todos los corazones , y de aquí se originó la idolatría, el
fanatismo y supersticion. Solamente los primeros Patriar
cas ; los descendientes de Abrán , los hijos de Istael ; y
los Christianos , han tenido un Código bien arreglado y
justo sobre el Dios verdadero , y sus obligaciones.
Esta invariabilidad constante es el mayor blason de
los Católicos. Jesu Christo , dice San Agustin , (1) enti
bia el Espíritu Santo para inflamar á los Appstoles que
estaban juntos en una-Casa. Desde el instante en que re
ciben este nuevo espíritu, y se llenan de su ardor y fuer
za* aquellos mismos hombres débiles y tímidos hasta en
tonces , salen en público, hablan toda suerte de lenguas,
atacan y embisten valerosamente todos los errores, pre-
di-
(1) Epis. á Marcel. 1 37. Habla S.Agustin en esta sustancia.
Jesu Christo y su Divinidad. 165
dican las verdades que nos salvan , exórtan los hombres
á la penitencia , prometen el perdon de los pecados; y nó
solo predican la verdadera Religion , sino que confirman
su verdad con milagros capaces de establecerla para siem
pre. Los Apostoles , aunque tan pocos en número , cor
ren toda la tierra , convierten Pueblos y Naciones con
admirable facilidad ; crecen los Fieles en medio de sus e-
nemigos, como los hijos de Istael en la opresion de E-
gipto , se multiplican á fuerza de persecuciones ; los ma
les y tormentos que les hacen sufrir , no sirven sino para
repartirlos y estendeilos hasta los extremos de la tierra.
No siendo mas que un puñado de gentes rústicas , igno
rantes y despreciadas, se hallan de un golpe instruidos,
fuertes, sábios, y celebrados por todo el mundo: se mul
tiplican con prontitud increible , haciendo doblar baxo
el yugo de Jesu Christo á los Espíritus mas grandes, á los
hombres mas eloqüentes , sutiles y sábios del mundo ci
vilizado , pues no puede dudarse , que tales seguidores
tubo nuestra Religion desde su principio , como prueba
Bergier contra un impío. (1) Por mas que las Naciones
infieles se enfurezcan contra la Iglesia , siempre queda
victoriosa , por su paciencia e inmobilidad de fe. Ni Jos
trabajos de la persecucion , ni la dulzura y descanso de
la paz , ni el tiempo consumidor , ha hecho impresion en
la Iglesia de Jesu Christo , porque la firmeza es carácter
único de la verdadera Religicn. Y en efs&o ; sin estar a-
sída á la tierra , verá sucederse los Imperios unos á otros,
destruirse las Naciones , arruinarse las Ciudades , y se--
t y.-:-.. ; .....'.--..;'\• pul-
(1) La certítude des preuves du Cnrfttíanísme, b refutacion
de P examen critique des Apologistes de la Religion Cretienne.
Oljra digna de verse y leerse.
1 66 Testamento Nuevo, -
pultarsc todo en el olvido , mientras que el Catolicismo
descansa en el seno de la eternidad , y brilla en el mun
do como el Sol en un perpetuo movimiento, pero sin dis
minuir sus luces. '.:...

LECGION XXXIV.

- En la publicacion del Evangelio se advierte la ruina de la


' - ;r¡ Idolatría , que no podía efeSluarse sino por
i, •-;: . obra de Dios.

\¿\x¿ aspecto tan diferente tiene el mundo despues de


la venida de Jesu Christo ! A poco que se hayan leído
las historias., se confesará sencillamente, que solo el bra
zo poderoso de Dios podia trastornar de un golpe todos
los sistémas filosóficos , que caían como casas viejas á im
pulso de un rerremoto violento. Que' espectaculo , ver
ahora, coma el hombre mas rustico de Europa se halla
adornado con mas nobles y verdaderas nociones de la Di
vinidad , que todos los Filósofos Griegos mas instruidos
ántes de la venida de nuestro Salvador! Iban entonces los
Sábios tropezando , como un caminante, que en la obs
cura noche descubre desde léxos una débil luz en medio
de una escabrosa y empinada sierra. Cada momento 1»
pierde de vista ; y quando se cree cerca de ella, halla un
precipicio y escollo, que le impide el paso. Así pues; en
tre los errores y sombras de la razon , descubrian aquev
líos Filósofos á Dios como una pequeña luz ; pero la dis«¿
tanda , los obstáculos , las pasiones , la falta de guia, no
los dexaba acercarse y conocer con alguna claridad sus
atributos. Parece que Dios se divertia en verlos trope-
Jesu Ckristo rstr Divinidad. 167
ear , dar bueltas , y disparatar como locos , ó como ni
ños , que vendados los ojos , quieren atinar, y apoderar
se de los objetos que huyen.de sus manos. No así los Ca
tólicos, que caminamos como á medio dia, baxo un Cie
lo sereno , despejado , benigno , y á presencia de un Sol
claro , por cuyo influxo un niño entre nosotros sabe dar
mas razon de Dios , que todos los Sábios de la antigue
dad Gentílica. Aquella sabiduría no era mas que igno
rancia muy grosera , respe&o de la ciencia que adquiri
mos en nuestra Religion con la venida de Jesu Christo.
Hasta entonces estaba la Idolatría en tan pacífica po
sesion , que si uno entre mil llegaba á divisar la vanidad
y mentira de sus ídolos , debia cerrar sus conocimientos
en el corazon , por no exponerse á la burla , al ódio , y
furia de los hombres. Este delito no era disimulable; por
que como el demonio estaba en el mundo como en pro
pio imperio, cegaba los entendimientos hasta el extremo
en que los pinta y describe San Pablo, en el principio de
k Carta que dirigió á los Romanos , por estas palabras:
" Me atrevo á decir , que los mas sábios entre los Idóla-
«tras de los siglos pasados , conocieron á Dios , pero no
«le dieron el honor que le debían. Quedaron halucina-
ndos de su sobervia , creyendo llegar al perfe&o cono-
acimiento por sus luces propias. Pero al fin de seguir mu-
»»cho tiempo á esta mala guia de su razon enferma, se ha-
v> liaron con el corazón obscurecido,y rodeado de espesas
«tinieblas. Las demás criarurasles enseñaban cómo de-
«bian glorificara! Criador del Cielo ;. pero ellos insensi
bles pasaron al mayor grado de impiedad , rindiendo á
«los ídolos fabricados por manos de los hombres, y á las
w figuras de aves y animales, el honor debido á solo Dios.
«Un
1 68 .' Testamento Nuevo,
„Un nuevo pecado fue la pena de su infidelidad. Los a-
«bandonó el Señor á los deseos de su perverso corazon, .
« permitiendo que su razon , aunque señora , fuese es-
« clava de sus pasiones. En efe&o ; llegaron á ral exceso,
«que deshonraron su propio cuerpo brutalmente. Hom->;
>»bres y mugeres fueron castigados de estas pasiones ig-
«nominiosas ; dexaron el camino ordinario de la natura^
«leza , por seguir otro que la destruía : los hombres, dis-.
«gustados de sus compañeras, y encendidos en amor
«sensual los unos de los otros, se corrompieron de un
«modo execrable y tan maldito , que este delito contra
«naturaleza se puede mirar como recompensa ó castigo
«del error cometido en no querer conocer al Autor de
«la natureleza. " .•- - . ' '
Esta suma ceguedad que describe San Pablo , fue'
destruida por la ley de Jesu Christo : Todas estas som
bras y tinieblas huyeron mas apresuradamente , que la;
noche al salir el Sol.' Y esto podia ser obra de los hom
bres, teniendo por contrarios á los Sábios , á los ignoran
te^ á los Emperadores , á los nobles , y a todo el Pueblo?
Quien pudo así trastocar el mundo , y hacerle dar un-
vay ven espantoso , sino la Omnipotencia de Dios ? Des
pues que vino Jesu Christo , ya no se halla Idolatría si--
no retirada entre montes y escarpados riscos, que no son
habitados sino de fieras, y hombres que se distinguen
muy poco de los brutos. Todo lo contrario sucedia ántes
de la venida del Salvador. Quanto mas policía ; quanto
mas brillantez y sabiduría en las Cortes y Pueblos , tan
to mas abominables y sucios eran los ídolos y los Tem
plos. ¡
Los Judios , que eran los únicos que por sus libros
Jesu Cmusf-o y su Divinidad. 169
gozaban mas justa y ciara idea de Dios , se corrompían
freqüentemente con el exemplo de las naciones vecinas,
y con los estrangeros que admitian en su compañía. Sus
Sacrificios ya eran enfadosos á Dios , como les habian
anunciado sus Profetas ; y éstos mismos cansados de gri
tar y fulminar el terrible castigo y reprobacion de sus
hermanos , habian ya enmudecido , y solo restaba la
execucion terrible. La reservaba el Señor para giorifif
car á Jesu Christo , y suspendia la destruccion de aquel
Pueblo hasta formar otro en quien depositara nueva
mente sus misericordias. En efe&o : Apenas se publicó
la Fé y Ley de los Christianos , el Pueblo Judio , dice
San Agustin , (1) reprobado por su incredulidad , dure
za y abominaciones , es arrojado de su propio país , dis
persado á todas partes , para que llevando consigo los
libros santos , nadie pueda decir que las profecías que
anuncian el íyiesías son fabricadas por los Christianos.
Los ídolos y Templos de los Dioses se destruyen poco
á poco , y su culto abominable es abolido segun se ha
bia profetizado. Ya no pueden ios Judios ofrecer Sacri
ficios en el Templo de Jerusalen , porque se halla des
truido , pero en su lugar se establece la ví&ima pro
fetizada por Malaquías. El mismo San Agustin aplica a
los Judios aquellas palabras de David : No tos extermineis
del todo Señor , ni permitais que olviden vuestra Ley ; divi
didlos y dispersadlos : No ha querido el Señor arruinar los
Judios , ni permitirles caer como antes en la Idolatría,
para que conserven los libros que dan el mayor testi
monio á nuestra Religion Católica.
En efecto : esta es una de las mayores pruebas de
Tom.H. D la
(1) Epist. i 37. ad Maree!.

•\• -
170 Testamento Nuevo,
la divinidad de nuestra ley. Tantos Dioses de la genti
lidad abandonados , tantos ídolos destruidos, su culto
abominable aniquilado , las vanas supersticiones arran
cadas , el verdadero Dios adorado en todas partes , el
poder de los Judios debilitado , su Ciudad arruinada , y
su Templo reducido á polvo , y sin embargo , ellos fir
mes en la observancia de la ley que ya no pueden cum
plir ; puede todo esto ser un acaso ó efecto de un poder
humano ? Un trastorno tan grande y tan general al im
perio de un hombre despreciado , preso , atado , abofe
teado , crucificado ignominiosamente , sin mas discí
pulos que Unos hombres pobres , perseguidos , sin
amparo , y sin poder ! Esto es evidentemente obra
de Dios , y la Religion que así ha triunfado , la úni
ca verdadera. Cómo se rie el Señor desde los Cielos
de los ingenios orgullosos que lo quieren someter to
do á su juicio ! Y cómo confunde y reprueba su falsa
sabiduría ! " Yo haré , dice el Señor, muchas maravillas
«sobre la tierra, y qué será entonces de la arrogancia
«de los Filósofos de la gentilidad ? Quál será la confu
sion de los Do&ores de mi Ley , y quál el asombro de
«los curiosos del siglo ? " Todo esto se ve' ya cumplido.
Los Judios piden milagros , y los Griegos las palabras
mas brillantes de eloqüencia ; sin embargo , unos y o-
tros enmudecen ahora á vista de la Cruz de Jesu Quis
to, que en otro tiempo miraron como locura y necedad.
Con los instrumentos toscos y débiles de los Apostoles,
y con las sencillas palabras del Evangelio, quiso confun
dir á todo el mundo , y triunfar del mayor poder que
se conoció en la tierra. Toda esta transformacion es e-
fefto del Evangelio : y no será obra divina ¡ obra dic-
Jesu Christo y su Divinidad. 171
tada por el Espíritu Santo , y la única donde se halla
la verdad , el camino , y la vida verdadera ?

LECCIÓN XXXV.

El haber comprehendido toda la Ley en el precepto del


Amor , prueba la divinidad y verdad de
nuestra ¡Religion.

Nco están ya cerradas en lo dicho todas. las excelencias


de la Religion Católica. Otros caractéres tiene , que a-
creditan mas visiblemente su divinidad. Jesu Christo ^e
extendió mas sobre la moral , que sobre la explicacion
de los dogmas s porque queria el Señor quedáran estos
ocultos y escondidos para humillar al hombre , que los
debia creer baxo la palabra de Dios ; pero la moral ha-
bia de ser gravada en el corazon , y para este fin , el E-
vangelio se hizo una leccion de moral y de virtud. Si
nuestra Religion no consistiera mas que en creer , facil
mente pasaria la sumision política é hipócrita por ver
dadero culto : y entonces este sacrificio tan esteril , no
sería digno de un Dios tan grande. Es posible creer los
misterios , y violar los preceptos ; pero éstos no se pue
den cumplir, si al mismo tiempo no se creen los dogmas
de Religion. Entremos á examinar , pues , estos precep
tos morales del Evangelio , y descubriremos en la pie
dad , sabiduría y equidad de sus máximas , un rayo vi
sible de la divinidad que los dispuso en medio de las.
tinieblas y errores en que vivian los hombres. . 7 . ¡v
La piedad de la moral del Evangelio es el primer tí
tulo que acredita ser divina y verdadera nuestra' ley.
D 2 .:' -*;:. • La
\n% . Testamento Nuevo,
La primera máxima , y el primer mandato es , Arnxr a.
Dios con todo el corazon : Que orden y qué justicia ! En
tre todos los Filósofos no hubo ninguno , que comen
zase por aquí á exponernos nuestras obligaciones , sien
do cierto , que estas sencillas palabras lo abrazan todo
de un modo admirable y lleno de piedad , y de justicia.
El amor , desde luego nos presenta un sentimiento pia
doso , y una ternura para con el objeto amado , que nos
cautiva , y nos une mas estrechamente que á la alma con
el cuerpo. Todos nuestros bienes son del amado, y tor
dos los de e'ste son para nosotros ; deseamos su felici
dad como la nuestra , y la mayor desgracia es vernos
separados de quien amamos. Este sentimiento se au
menta á proporcion de las prendas que descubrimos en
el objeto; y como Dios sea inmenso en sus perfecciones,
de aquí rerulta , que el amor con relaciona Dios, no
puede encerrar otros deseos que los de admirar su gran
deza , unirnos á^ él , conocer nuestra dependencia , y
procurar ser copias de su infinita perfeccion. Ved en es
ta primera máxima de moral toda la piedad , toda la
virtud y Religion mas sublime. (i)
Amar á Dios , en primer lugar es amar su grandeza
y magestad ; adorarle, humillandonos en su presencia,
reconociendo , que él es todas las cosas r.y que nosotros
nada somos. Entrar en el fondo de nuestra baxeza para
exaltar su gloria. Este es el primer acto del amor de
Dios : Adoracion con el corazon , y con el cuerpo y al-?
má con señales expresivas y religiosas , con sentimientos
vivos y enérgicos , sacrificando todo nuestro sér delante
de
(i) Vid. M. Gauchat. Acord. du Christian avec la ray-r
son, que traía largamente.
Jesu Christo y su Divinidad. ' 173
de quien es la fuente y origen de todas las cosas. Amar
á Dios , es amar en segundo lugar su verdad , y desde
este punto buscarla , desearla , y tomarla por regla úni
ca de nuestro espíritu. El hombre por este amor debe
unirse á todos los objetos donde vé gravada la Imagen
de Dios. Las verdades naturales impresas en la razon,
verdades sobrenaturales propuestas por la revelacion,
verdades dogmáticas y morales que vienen de. este gran
Dios , que debe ser amado : Hasta. la fé tiene su origen
en este amor. Amar á Dios , en tercer lugar es amar su
santidad , esto es , el órden y la ley sagrada , que Dios
impone á nuestras obligaciones , con relacion á la santir
dad de su se'r. Pqr este amor debe el hombre conformar
sus sentimientos y obras con la santidad de Dios , evi
tar lo que e'ste prohibe , practicar lo que manda , y con
vencerse , que pues la esencia de Dios es orden y recti
tud , la prueba de nuestro amor debe ser fidelidad á
este órden y regla, que, al fin nos. hari, dichosos y
felices por su cumplimiento. .- -., .- ... v
Amar a Dios, es amar s,u equidad y justicia , y ser
fieles á la sociedad en que vivimos : Probidad , humani
dad, bondad, todo lo que nos une, lo que mantiene
nuestros intereses comunes , y dice relacion á. la candad
fraternal , noes mas que una rama ,de :ía caridad divi
na , los dos son inseparables de nuestra obligacion. A-
mar á Dios, es amar su sabiduría, y seguir fielmente sus
caminos, sin ten^r la .osadia de censurarlos.. Si amamos
su sabiduria , no dudaremos de que. todo ^o dispone con
peso , medida „ y relacion á.su fin r segun el plan de sil
Providencia. En los rebeses que llamamos de fortuna,
adoraremos sus juicios ^espetare'mos el suceso con con-
. . ¡ üan^
1 74 Tfe'ÉVÁMEíiTÓ Nuevo,
fianza y con amor , y responderemos con fidelidad á to
dos sus designios admirables, sin queja ni resentimien
to. Amar á Dios , es amar su justicia , y temer sus cas
tigos. Éste amor de la justicia de Dios , produce la jus*
ta idea del horror del vicio , temor de cometerle , y de
seo de borrarle. Amar á Dios , es amar su bondad , y
descubrir en el fondo un tesoro inagotable de amor y
liberalidad. Quedar íconvencido , que aquel que nos ha
dado el sér , nos ama y nos quiere hacer felices en su se-
no. Pedirle con confianza , y sacrificar el temor de su
justicia rigorosa , á la idéa consoladora de una bondad
y misericordia infinita. Amar á Dios , es amar su felici
dad , y dirigir lo's pasos a unirse con el que es verdade
ramente feliz , mirando desde luego como vacío este
mundo , y como triste y sombría toda , toda la que a-
quí se nos presenta como gloria y descanso. No esperar
ía felicidad sino en el seño de un Dios eterno. Amar á
Dios, es amar iu hermosura , y amarla por sí misma.
Esta hermosura se compone ó integra de todas las per
fecciones sublimes , eternidad sin límites , Inmortalidad
sin revolucion , grandeza sin medida , santidad sin som
bra j poder sin limitacion , sabiduría , bondad , &c Y sí
el hombre no puede mirar desde le'xos esta hermosura
sin amarla , '¿ cómo dexará de ser arrebatado del deseo
de poseerla y gozarla?
De este modo , el amor de Dios que es el primer
precepto de ntiestra ley , abraza toda la piedad , virtud
.y Religion'. Este amóír nos hace adorar á Dios como a
nuestro Criador , y nos anonada en su presencia.. Es
te amor agradece todos los dones que recibimos , y
confiesa que vienen de Dios gratuitamente. El a»
!. : mor
Jesu Christo y su Divinidad. J-75
mor nos hace conformar con el órden , regla , y santi
dad de Dios, recibietido con sumision todas las verda
des naturales > y sobrenaturales. El amor nos enseña el
culto sencillo , puro y debido á este grande Dios , y nos
hace doblar e¿ cuerpo y alma en su presencia- Quién
pudiera pues cerrar en un solo mandamiento todas las
obligaciones que tenemos para con Dios , sino este mis
mo Dios infinito en su grandeza , y sapientísimo en su
providencia ?. Esta fecundidad de ide'as y obligaciones,
que nacen tan sencilla y óbviamente de las palabras del»
precepto de amar á Dios r debe tener por Autor al que
con una palabra crió el mundo. Qué son rodas las Di
sertaciones filosóficas sobre los vicios y virtudes , sobre
las obligaciones de los hombres , comparadas con estas
sencillas palabras : Amar a Dios ? Quién ha dicho una
verdad tan sublime , y sencilla al mismo tiempo , como
Jesu Christo , quando preguntado por los Judios sobre;
¡el primer mandato de la ley , respondió : Amar a Dios
es el primero y mas grande precepto , y el segundo se
mejante al primero : Amar al próximo , y en estos dos
mandatos se comprehende la Ley y los Profetas? La ver
dadera Religion, como dice M. Pascal, (i) debe tener por
primer carácter de su verdad obligar á amar á Dips;, iy
sin embargo., ninguna . ley lo manda sino la nuestra..
Ninguna ley sino la nuestra , está fundada sobre el a-
*jnor ; ninguna se reduce sino la^nuestra, al cumplimien
to de esta obligacion. Este admirable precepto es .una
de las pruebas mas grandes de la divinidad del Evan
gelio , que comper?dió. todos los preceptos de la anti
gua ley en el amor.
...... LEC-
(i) Pensees de M. Pascal. Tom. 1 1. . ' - .
175 Testamento Nuevo,

LECCIÓN XXXVI.
i ....'. . , - i

La verdad eterna solamente pudo descubrir , que en el amor


se comprehendian todas las leyes y obligaciones ; y el amor del
próximo y de los enemigos asegura las Monarquías^
haciendose visible de este modo la divinidad y
verdad de nuestra Religion.
-T
Jesu Christo penetró muy bien todo el precepto deí
amor de Dios , su fuerza y energía ; por esto dixo , que
el segundo era muy semejante al primero : Amarás al
próximo como á tí mismo. Si el primer mandato nos u-
ne á Dios , el segundo nos liga con el próximo , y por
consiguiente con todas las obligaciones de la sociedad.
Amar al próximo como á nosotros mismos , no es de
cir que le amemos como nos amamos nosotros ; pues
muchas veces nos aborrecemos , y quando nos amamos
justamente , podemos preferirnos á los demás; y así pro-*
píamente quiere decir, que amemos al próximo como
-queremos ser amados de él. De aquí se sigue en primer
lugar , que no podemos querer para el próximo , lo que
0o querriamos de él ; en segundo lugar, ser injusticia
«lañarle! en lo que pertenece á su cuerpo ,'(1) porque a-
sí como nosotros nos irritamos con las violencias que su
frimos , así no debemos hacerlas con aquellos que de
bemos amar, pues deseamos que ellos nos amen á no
sotros. Igualmente es injusticia tocar los bienes agenos;
porque una vez establecida la ley de legítima separa-
; clon,
-ff) ' M. Gauchat. Acord. du Christian. avec la rayson.
Tom 3. c. 6. Seca 2.-: ; '" ;. \ -
Jeso Christo y su Divinidad. i 77
cion , posesion y propiedad , cada uno tiene derecho ex
clusivo á lo suyo. Y como el honor es una de las cosas
mas propias, y cuya pe'rdida sentimos mas; así quitar es
te honor al próximo por calumnias , mentiras pernicio
sas , burlas amargas , y menosprecios , se opone al pre
cepto de amar al próximo , y violamos en esto todas las
leyes de justicia y equidad.
En una palabra : Así como nosotros amamos á nues
tro próximo , porque le debemos amar como á nosotros
mismos ; así por este mismo precepto le debemos procu
rar todo el bien , que nosotros quisieramos recibir de el.
Qualquiera accion que alte'ra la felicidad de nuestro her
mano , los derechos de las familias , la conservacion de
la paz, y el buen órden de la Republica ó Monarquía, es
contra este mandato. Jesu Christo reduxo este precepto
á su propio Trono , y disipó las nubes é interpretaciones
con que los Judios lo habian alterado, abreviandolo á so
lo el amor de los amigos. Este lazo de amor debe subsis
tir respeto de los enemigos ; porque el odio que se apo
dera contra ellos , no es efecto sino de un resentimiento
rápido de la naturaleza enferma , calenturienta y desór
denada : pero el perdonarlos , hacerles bien , y amarlos,
es propio de la naturaleza en calma. La naturaleza ofen
dida corre á la venganza ; pero el hombre, ni tiene auto
ridad para hacerse justicia, ni en el furor goza de calma,
ni de luz para usar moderacion , conocer el grado de la.
ofensa recibida , y castigar con proporcion. Si el hombre
tubiera derecho de vengarse , cada dia se verian horro
res que destruirian la sociedad. El carácter de enemigo
es una cosa accidental , y no destruye la razon de hom- i
bre, que es la causa radical que nos obliga á amarlo. No .
tom. II. E su-
.Ij8 ,".' Testamento Nuevoí
supieron digootrit con esta verdad y ¡sencilléz los hom
bres , hasta que Jesu Quisto nos habló por su Evange
lio -cdnj: anta sublimidad. :.¡•i.: r < : -•'- > , '.'". ¡'¡'; ''* '''.
Aun no se ha descubierto toda la fuerza y energía
de este amor del próximo ; todavía nace de este precep
to un órden de sabiduría y equidad, que une los Ciuda
danos á su Príncipe y á su Pátria. Es tina preocupacion
muy comun eh este siglo, mirar la Religion como inútil,
y aun como dañosa al bien temporal.de las Monarquías.
Se pensará acaso, que formando la Religion la piedad
.solitaria ó particular del hombre, degradará áéste de las
qualidades de -verdadero Ciudadano;? No por cierno. Te-
niendola Religion y sociedad por autor á un mismo Dios,
deben abrazarse en perfecta armonía con paz y con amor.
La sociedad protege y apoya el culto y el órden de los
Ministros sagrados ; y la Religion Consagra -y santifica la
sociedad , imprimiendo sobre sus obligaciones^l sello de
la voluntad Divina , la grandeza , autoridad y firmeza
de los Estados y Monarquías. Porque si consideramos la
magestad que brilla en las personas de los Reyes, descu
briremos dos grandezas admirables. La primera es toda
exterior y física, fundada en las riquezas, palacios, mag
nificencia , trono , corona , y acompañamiento. Todos
estos títulos son humanos , y fundados por el hombre.
La segunda , es una magestad interior , que Dios ha gra
vado sobre ;la alma de los Príncipes,¡ y que reverberan
do en -sus ojos y en su frente , pasa hasta el corazon de
sus vasallos. La primera grandeza es muy útil y aun Te
rnaria , para formar- aira idea de su Rey. La segunda,
causa mas perfectamente la verdadera magestad y gran
deza dé los Monarcas , porque así aparecen como visibles -
imá-
Jesu Christo y su Divinidad. i 79
imágenes de Dios sobre la tierra , en el poder, justicia y
bondad. Todos los títulos hereditarios ó de eleccion; to
da la magnificencia y aparato exterior, no iguala al es
plendor y fuerza real , que imprime sobre la frente del
Rey la eleccion que Dios hace sobre su persona.
De estos dos títulos nace toda la.autoridad Real. La
potencia exterior; la espada que lleva el Rey en sus ma
nos ; Leyes , Tribunales , Tropas , y lo demás que con
curre á la execucion de sus órdenes, viene de los hom
bres , y varía segun la externa constitucion de los Impe
rios. Pero si e.n esto consistiera toda la autoridad del;
Rey , en tanto merecerian este nombre , en quanto go-¡
bernasen. con mayor despotismo. Desde el punto que ru
biera el.pueblo mas poder y fuerza , sujetaria los Reyes
á su capricho, y los vasallos y descontentos solo podrian
sej. opptenidos , mientras la fuerza del Príncipe les hi
ciera ¡temer. Y en efeéto : Si los Reyes, no dependieran
mas que de los títulos humanos y precarios , se verian'
eri.riesgo . continuo ,1 -y iexpuestos a.ser destronados. Por'
esto debemos confesar !¿ que el mayor apoyo de la' sobe
ranía nace de Dios , que reúne ó confirma esta eleccion
humana. La autoridad Real es una^imagen de la autori-.
dad. Divina, , y ,«áce de ella , como. el efe&o de su causa,
parque Dios, i q¡ue nos gobierna invisiblemente , qukre
que los Reyes tengan sia lugar sobre la tierra. Todas. lasv-
convenciones humanas; toda Ia.potencia y brillo exte
rior, jamás podrian fotmar una! obligacion' de concien-!
cia para ¡obedecer-.al Rey , si Dios no confirmára la au
toridad Real y y quisiera que los vasallos Ib miraran co*;.
mo su Lugarteniente sobre la tierra. La Religion , con
este segundo mandato de amar al próximo., somete. los .
-ui E2 Pue- .
180 Testamento Nuevo, .'•
Pueblos por amor , y obligacion de conciencia a sus res
pectivos Superiores. Supone quanto los hombres han es
tablecido en particular ; la eleccion libre sobre cierta per
sona ó familia ; sobre estas á las otras leyes ; y sin variar
cosa alguna de la legislacion humana , obliga los hom
bres á observarlas fielmente , no solo por temor de las
penas temporales , sino por amor , fidelidad y concien.-:
cia. ' i
' .". Este precepto del amor enseña á los hombres , que
así como la injusticia ó enemistad no es título legítimo
para aborrecer á nuestro próximo , así tampoco lo es pa
ra revelarnos contra el Príncipe que abusa del poder. La
Religion contiene al vasallo , para que no rompa la ar
monía general del pueblo , ni la fidelidad al Monarca,
mientras no mande cosa contraría á la Ley Divina: y así
como el miembro particular sufre su daño por la conser
vacion del todo , sin el qual no puede subsistir ; así el
vasallo debe sufrir la vejacion del Príncipe , por amor de
la paz y subsistencia de el pueblo. Así sucedia en el tienv ;
po de las persecuciones. Los vasallos oprimidos eran fie
les; guardaban al Monarca ( aunque tirano ) la fidelidad;
porque este desórden accidental no destruía el primero
de la autoridad recibida de Dios, en todo lo. que no era
malo. Pero quando mandaba no predicar la Fe' de Jesu
Christo , renunciar la Religion , ó cometer otras injusti-'
cias , reúsaban la obediencia , y se dexabart degollar. No
tiene pues el imperio y legislacion humana otro apoyo
mas noble que el de la Religion , y el de amar al próxi--
mo. La Republica de Platon no fué mas que un sueño,
sin existencia ni aun posibilidad , pero la Religion de Je
su Christo asegura los Reyes en su Trono y los Imperios.
--ni ' j iJ Es-
JesuChristo y so Divinidad. i8i
Este precepto pues del amor , y compendio de todas las
obligaciones , prueba ser Dios el que lo intima; y verda
dera la Religion que lo manda.

LECCIÓN XXXVII.

No se bailan en el Evangelio máximas que se opongan a la


pública felicidad. La humildad cbristiana , el desinterés , po
breza , prohibicion del luxó , consejo y mandato de
Castidad, no son contrarias al orden y bien
de la Sociedad.

i^uando nuestros Rabales no pueden sufrir la elevacion


visible de la. moral del Evangelio , que acredita su ver
dad y divinidad , nos echan en cara algunas máximas de
Religion , qae á primera vista parecen inútiles , imposi
bles , ó perjudiciales. Tales son la humildad christiana,
la pobreza , la renuncia de los placeres , y del Iuxo y el
celibato. Pero ántes de hablar en particular sobre estas
quexas , conviene observar , que la verdadéra felicidad
de la Pátria que nosotros debemos procurar, debe ser de
orden y sabiduría , no arbitral y de capricho ; porque si
cada individuo; pudiera correr tras de los placeres sin or
den ni regla , se veria el mundo' en -ta' mayor 'confusion
y anarquía ? no' habria paz -, sosiego ni tranquilidad en
tre los hombres ; y por consiguiente ni felicidad. Pues si
el hombre no debe salir de la esfera de lo lícito y de lo
útil en sus gustos , la sociedad debe tener por basa fun
damental de su bien la misma regla de equidad. Y para
saber si el Evangelio se opone áiás ventajas de la Pátria
6 de la Republica , se debe juzgar como de las leyes qu«
v ü -¡ £ .'} .;.....;%¡: :.-. t¡: .»¡i .-i i- ;..•'. com-
l82 -rr - TESTAMENTO NuEtVp,
combaten las pasiones. Y así cpmo éstas , ál mismo paso
que nos atan y ligarla libertad , forman nuestra felici7
dad verdadera ; así las reglas puras y exa&as formarán ej.
bien sólido de la Patria, aunque prohiban algunas cosas,
que siendo uñiesen particular, son dañosas en el comun.
Examinemos pues estas máximas relativas á la perfeccion
del hombre y á su último fin , que aparecen opuestas «ri
heroísmo y emulacion patriótica,comp dice Gaucha^ Qi)
v Lj humildad fueVpna virtud desconocida en ía. anti
guedad ;.^u^sés^a.enseña á.huir la.gloria ¿ y se cierra en
la obscuridad y en el retiro. Esto parece muy opuesto al
servicio de la Pátria , en el qual se necesita de zelo y ac
tividad^ yaior.-^iní^pi^ííi'y deseo de. merecer la e%ti¿
rnac/qn d.eliiPú^ücq, y, ocupar los grandes pqestos, Cqt
^p.se-pod^án;unÍE:es,t9S-sen,timientos^:qn los; de la. abne-.
gacion i Facilmente, si pensamos con justa lógica. La hu
mildad christiana es un sentimiento real , que nos hace
qqnocer nuegtra na^j; miseria;; nqs.hace temes.tpdo lo,
que úi R#)u^q ¡al orgullo ;, y¡ rujiara JDjos. coppp ^utpr de
wdq bj.ejiflue,se halla. e^rjosptrof^.i'jIrO fyay cps,a mas, jus-i
ta y razonable que este^modo de. pensar y ni sentíJí}ienW;
que pueda .procurarí mejpr . el progreso. y esplendor de Ü
spcje4a4..La!híHm}|dadj¡i©;spio permite _, sino que. mandfti
h^MB9 nffVm Muí íKtm *w mntemw\w)$Mto i¡V
desempeñe cumplidamente los empleps.m.as. brillantes «A;
que laiPrpyidery;i?,.,lQha colocado*. La.humildad ¿sDa-.
\jd spbre el T^pnq, np le impedia ocuparse en; la felipi-..
da^ yrgloxu ^e^j^í^ijímij.fprm?? prpye&os nobles ;;yV
destruir asus^emiigos: , ..para postrarse dejante de Dios,-
y ofrecerle rendido la glocia, de. los laureles y trofeosv La
£;»p - • -;.1¿,:¡ .;: o;. y¿ :t :ul Z'.il- :-. x !¡'::!o.r: . M frc- ó
(j^Ácord. du Chríst. avec la raison. T. 3. c.6. t. 2.
Jesw Chris?o: y str Divinidad. 'i 8^
-hÜmllda^^IdVpropiamenteen el corazon ,!yrto muda
.delWxterior brillante ío que* aprueba el órderí , sino ío
que apacienta el'fausto -y' ei orgullo. Es verdad que el
patriotismo pide emulacion y actividad : si esta la inspí-
%a'e-l orgullo y altanería , es contraria la humildad ; pero
.en este caso , tampoco mira directamente el orgulloso lá
utilidad de la Pátria^ sino la suya. Quando un Ciudada*-
41o quiere brillar r trabaja por enriquecerse ¿ y én esto
ínira muy poco la utilidad agena; y si alguna vez se pro
cura ,- no es mas que efedro de su interes propio. Desde
que éste falta, cesa todo; y-lás experiencias repetidas' nos
convencen, deque los grandes talentos sin humildad, ar
ruinan los Imperios.
Qué diferente es la emulacion que nace de fa razon
del juicio y humildad ! Los efectos! de e'sta son- mucho
mas brillantes -,' y. no se exporten a precipicios. La¡ ley* dé
Dios manda y que el Príncipe r General y Magistrado1,
consagren sus talentos al servicio de laPátria. Si dcaquí
resulta algun interes particular , no es la'causa motiva, y
así aunque falte , no cesa el humilde1 de obraí'ló justo:
Luego la humildad¡ hada tiene-dohtrario aIhéroismo,pues
obedece con rendimiento ala ley,' que le marida. preferir
el; bien comun al particular , y rió' fixa su felicidad en la.
satisfaccion de sus pasiones, sino en lo útil á la Republica
y sociedad^ Dé este modo , se concilla con la- hürmldadi
todó)'/omasadrmráble en la doblez* del zelo patriótico.'.
£.cí mismo sucédecon erdésiritére's.: Este sentimiento^
Cs una elevacion de corazon sobre todos los bienes tem
porales ,. en que se furidá*la paz, paciencia y felicidad del
pobre, y moderacion del ritíói Este desinteres puede exís-
ptár entre la mayor: opulencia,:. ynó excluye d!é su compa-
ñia.
184 Testamento Nuevo,
nía sinoaía injusticia y codicia» fuentes de todos los man .
les de la Pátria. Es verdad ,.que la codicia y aficion á las
riquezas y honores, produce indirectamente algunos bie
nes en la sociedad*, pues destruye la pereza y anima ál
.trabajo ; pero calculados lps bienes y males que produce
,este vicio , exceden infinitamente los daños á las utilida
des ; mas por el contrario , cortando por la raiz esta co
dicia con el desinterés , se evitan mil excesos pernicioso^
que resultan de este deseo sin límite ni regla , siempre
dispuesto á romper toda barrera y muralla , violando las
leyes por engrosar su insaciable codicia. -.; . m r , .
La renuncia de;los placeres tampoco se opone á la
verdadera felicidad de la Pátria; porque esta debe ser
una felicidad de juicio y de razon , que debe mirar el
bien comun , y no el interés particular. Es verdad , que
el Evangelio condena la pompa libre, obscena é indecen
te de las fiestas Griegas y Romanas ; pero como la expe
riencia y las historias confirman, que nunca caminaron
los Imperios de Pérsia , Roma , y los demás tan precipi
tadamente á su ruina , como quando la molicie afemina
da y voluptuosa los dominaba , y por el contrario, quan-¡
to menos se entregaban a las delicias , tanto mas florecía
e.1 nervio y verdadera felicidad ; de aquí resulta , que la
renuncia de los placeres excesivos que manda el Evange
lio , en nada se opone á la gloria de los pueblos , así co-r
mo la.s leyes aun mismo tiempo protegen la verdadera
felicidad r y prohiben los placeres ilegítimos. Ni por esr
ta prohibicion se condena el luxo , que aumenta el co-?
mercio , la abundancia , riqueza y delicias del estado,.
Hasta ahora no se han podido concordar los Políticos,
sobre si es útil ó funesto el luxo á los Pueblos. Todavía
--.. es
Jesu Christo y su Divinidad. 185
es problematica la qüestion mirada únicamente con ojo
filosófico. Y sin entrar en el fondo de esta disputa , que
quizá no se resuelve bien , por no concordarse primero
en el verdadero significado de esta palabra; decimos, que
la Religion nada condena , que contribuya á una verda
dera y sólida felicidad. La Religion no está reñida , ni
con la magnificencia del trono , ni con el esplendor del
gasto público , quando así conviene segun justicia y ra
zon , ni con la decencia y distinciones exteriores de los
estados , ni con el primor y finura de las artes útiles, ni
con los adelantamientos del comercio y agricultura. So
lo condena los excesos inútiles en general , ó los que son
tales atendida la condicion y fondos de los particulares,
6 el luxo escandaloso y provocativo. Y por ventura esto
no es digno de condenarse segun todas las leyes y respe
tos ? Si un pequeño bien que puede resultar de un gran
de mal , basta para' autorizarlo ; convendrá aprobar el
hurto , la guerra injusta , y aun la peste , porque de to
dos estos males resultan bienes relativos de interes pro
pio , y de herencias pingues por las muertes de los otros.
Si por la prohibicion de este luxo inmoderado se cortan
algunos adelantamientos en las artes no precisas; se pue
den convertir y mudar en otros mas sólidos y útiles. Si
se dá por tierra á ciertos gastos superfluos , habrá menos
brillantez superficial, pero mas bienes reales : habrá me
nos aparato frivolo , pero será mas sólida la riqueza de
la Pátria : habrá menos siervos , criados , domesticos,
pompa y ruido , pero se verán mas trabajadores y artis
tas : habrá menos placer afeminado, pero será mas sólida
la felicidad , y el verdadero placer que de aquí nace.
La moral christiana exórta , no manda el celibato;
Tom. II. F So-
i86 Testamento Nuevo,
Solamente es precepto rigoroso para los que abrazan
cierto estado. Los enemigos de nuestra Religion , pien
san que este consejo y precepto daña al aumento de la
poblacion. Aunque esto fuera así , no se debiera conde
nar el celibato , por este perjuicio , si primeramente no
se justificaba que era mayor que todos los bienes que
producia : en efedro ; en la ciencia del cálculo no se de
be considerar una parte separada del todo, como ni tam
poco para decidir de la bondad de un código legislativo,
se ha de mirar una sola ley , sino todo el plan de la le
gislacion. Y así como la perfeccion de un relox , no se
advierte mirando una pequeña parte aislada y separada,
sino considerandolas todas reunidas , así es un mal mo
do de arguir condenar el cuerpo de la Religion ó del £-
vangelio , mirando el daño que resulra de una de sus
leyes en la poblacion , sin advertir que sus utilidades
compensan con exceso aquel pequeño mal , y mucho
mas si en un golpe de vista miramos el total de bienes
y males que resultan del Evangelio de Jesu Christo.
Quien puede negar , que quanto un estado sea mas
observante de la moral y regularidad de costumbres,
tanto mas poblado estará , y será mas fecundo en sus
marrimonios ? Luego siendo la moral del Evangelio en
general la mas sublime y perfecta , no daña á la pobla
cion , sino que contribuye : Por otra parte : la eleccion
del celibato no es precepto para nadie. Si la Iglesia lo
manda á los Ministros Sagrados , no precisa á enrrar en
este estado , ni aun lo permite , sin muchas pruebas y
condiciones. Cada uno es libre en esta eleccion , como
lo es tambien en tomar las armas, donde difícilmente se
permite el estado del matrimonio , sin que la multitud
de
Jesu Christo y su Divinidad. 187
de celibes soldados , sin embargo de ser impedimento
para el aumento de poblacion , se deba considerar como
mal-, á causa de otros muchos y mayores bienes que
exceden al pequeño cálculo de males.
Otras causas mas reales de la despoblacion se hallan.
Hay un celibato que es efe&o del luxo , otro que nace
de la pobreza y fortuna , y otro en fin , que se origina
de la libertad y pasiones desenfrenadas. Celibato de lu
xo : Si bolvemos la vista á la multitud de criados y do
mesticos celibes que resultan del luxo , en hacerse ser
vir de muchos hombres , y tenerlos ocupados por vani
dad y grandeza en oficios y ministerios incompatibles
con el matrimonio , hallaremos que el luxo daña nota
blemente á la poblacion , y que sin faltar á la decencia
necesidad , y aun á la grandeza y distincion de clases se
podia rebajar la tercera parte de estos celibes sacrifica
dos á la vanidad mundana , los quales pudieran servir
en el matrimonio al aumento y á la agricultura. Celiba
to de pobreza y de fortuna : Tambien contribuye indi
rectamente el luxo á este estado. Quántos Grandes y
Nobles á vista de las leyes y luxo tiemblan y no se atre-
ben á casarse ? En todas las familias que hay muchos
hijos , apenas son dos ó tres los que pueden entrar en
el matrimonio. A los demás no les quedan bienes con
que sostener las cargas de este estado. Aun quando no
hubiera Claustros ni Sacerdotes , quedarian muchos ce-
libes por fuerza. Y qué diremos de los pobres que ca
sandose ántes de tiempo y sin tener de que vivir , pere
cen al duro golpe de necesidad , quando , si ántes de
casarse tubieran algun caudal , hubieran sido mas fe
cundos y felices ? Hay en fin otro celibato de libertad,
f2 y
1 88 Testamento Nuevo,
y quizá el mas estendido y dañoso. ¿ Quántos por gozar
de independencia no se casan ? Quántos casados por sus
excesos , se hacen infecundos y arruinan á inumerables
mugeres ? Quántos en fin , por motivos profanos y de
interés viven separados de sus mugeres ? Sin embargo:
el siglo solo declama contra el celibato de Religion , y a
e'ste atribuye la ruina de los pueblos. No es conforme
á el espíritu del Evangelio , sino el- celibato que nace de
la fé , y reprueba el que viene del luxo y de las pasio
nes.
Algunos calculadores cuentan el número de celibes
de Religion , y cotejandolos con igual número de casa
dos , quieren persuadir que es igual el número de indi
viduos que roban á la Monarquía , á los que nacen de
otros tantos matrimonios. Pero para reconocer la falibi
lidad de este cálculo , no se necesita mas que reflexionar
lo siguiente. En primer lugar : Si este cálculo fuera cier
to , lo sería tambien graduar la multiplicacion de este
'modo : Si en una isla desierta fueran arrojados tres hom
bres jóvenes con tres mugeres de igual edad , en 6o a-
ños habian de dar á luz un número casi increíble ; y si
á esta proporcion se hubieran de aumentar , al fin de
40o años no caberian de pies en todo aquel terreno. Es
te cálculo de poblacion no sigue la proporcion del nú-.
mero , como acredita la experiencia en todas las espe
cies de animales , sino las del terreno , influxo del cli
ma , cuidado, conveniencias, y otras inumerables cir
cunstancias , y por esta causa , aunque las Ciudades se
pueblan facilmente en el principio , despues quedan ca
si en equilibro los muertos con los nacidos. En segundo
lugar : Es verdad , que si 200 celibes se casáran podian
au-
Jesu Christo y su Divinidad. i 89
aumentar la poblacion , pero en caso de verificarse es
tos matrimonios , ¿ quántos de los que se efe&uan no
llegarían á este estado? Ello es cierto ; porque si no obs
tante este alibio y descargo de las familias , se quedan
en ellas tantos sin casarse por falta de dote , quántos
mas quedarian, si los Religiosos y Sacerdotes no de-
xáran los patrimonios ?
Tan injustas son las vanas inve&ivas de los impíos
contra la Religion. Cotejese toda la moral christiana,
con todos los vicios. De la moral y de la virtud , se ve
rán brotar sencillamente las utilidades en abundancia,y
del vicio , los daños y los perjuicios , con la diferencia,
que si de la virtud nace algun desórden ó defe&o , és
te se compensa cumplidamente con ¿numerables bienes,
y si del vicio percibe la Pátria algun adelantamiento, se
borra y pierde con un diluvio de males. Quien amará
la guerra injusta , porque ella sirva de escata y adelan
tamiento á los Oficiales ? Quien deseará justamente la
carestia , porque sirva de medio para enriquecer á al
gunos Comerciantes ? Estos son intereses particulares y
sacrificios muy amargos para el comun. Por el contra
rio , la moral del Evangelio forma la equidad patrióti
ca , el nérvio y felicidad verdadera de los Reynos y de
los Pueblos. Asegura los Reyes en su Trono , mantiene
en órden y justicia las sociedades , destruye los vicios
que arruinan los estados , y hace felices á los hombres,
con juicio , estabilidad y prudencia. No tiene pues nues
tra Religion porque avergonzarse , y en la equidad y
utilidad de sus máximas , descubre que no es un hom
bre su Autor , sino un Dios verdadero que sabe dispo
ner todas las cosas , en peso , número y medida , y go-
ber-
19o Testamento Nuevo,
bernar al hombre baxo una sola Ley , á la felicidad
temporal , y eterna.

LECCIÓN XXXVIII.

Hasta los Gentiles supieron respetar la virginidad y celibato


virtuoso , que los Filósofos ilustrados satirizan abo
minablemente en nuestros dias.

E, ú rostro de los Filósofos Libertinos de nuestros dias


debia cubrirse de rubor , al ver que hasta los Gentiles
veneran y aplauden el celibato virtuoso ; en el misino
tiempo que se daba un culto público y obsceno á la Dio
sa Venus , quando el mundo entero estaba sepultado
en las sombras del gentilismo , y los hombres como ca
ballos sin freno corrian impúnemente y sin Religion á
los vicios mas abominables, quando Roma y Grecia au
torizaban con leyes cosas bien agenas del pudor ; la na
tural hermosura de la virginidad y de la continencia se
paseaba como el Sol brillante entre el cieno abominable
en que nadaba el mundo , haciendose respetar y admi
rar. La Diosa Cybeles que se fingía Madre de todos los
Dioses , se veneraba como virgen. La Diosa Diana por
que habia votado perpetua virginidad era muy respeta
da entre los Gentiles. A Minerva la hacian admirable
tres cosas : virginidad , fortaleza y sabiduría , y por es
ta causa los Poetas la daban su origen en el celebro de
Júpiter , del qual nada manchado podia salir , y reu
nían por esta causa de tal modo la sabiduría con la vir
ginidad , que hacian las Musas ( dadoras de la ciencia )
todas vírgines. La misma idea se formaba de Pytiasque
da-
Jesu Christo y so Divinidad. 191
daba las respuestas de lo venidero á los que iban á con
sultar á Apolo en la isla de Delpho. Todas las Sibilas,
que según Marco Varron fueron diez , habian sido vír-
gines , segun San Agustin. (1)
Los Romanos levantaron un famoso Templo y ele
varon una estatua , llamada : Bucea Veritatis. Esta esta
tua decidia de la virginidad , ó corrupcion de las Don
cellas , pues en caso de duda ó acusacion , entraba la
muger el dedo en la boca del ídolo , y éste lo cortaba
con los dientes , sino estaba virgen. El Emperador Ti
berio hizo publicar una ley famosa en honor de las Vír
genes Vestales. Quando e'stas salían en público , (2) los
Lictores ó Mazeros Reales tendian sus Haces ó Insignias
del Magistrado Romano á los pies de estas Mugeres sa
gradas , y si una de estas Vírgenes Romanas se hallaba
en las calles , quando algun reo se conducía al suplicio,
quedaba libre como ella jurase que habia sido casual el
encuentro. Quando Áppio Claudio emprehendió pasear
las calles de Roma en triunfo , y los Magistrados le
querian por fuerza hacer baxar de su Carroza , Appia
su hija que era del número de las Vestales , subió con
su Padre , y al punto desistió toda Roma del empeño
contra el Triunfador, respetando la virginidad. (3) ¡Que'
mas ! El mismo Cesar Augusto , que diez y ocho años
dntes de Jesu Christo publicó la ley que obligaba al ma
trimonio , para reparar los daños de las guerras civiles,
ja-?
(1) Nuestro D. Luis Vives , Institucion de la Muger Chris-
ti'ana , traducido por Juan Justiniano. Lib. 1. cap. 6.
(2) Tibi Magistratus faces suos submittunt , Ubi Cónsules,
Pretores via cedunt. Senec. contr. cap. 6.
(3) Val. Máximo , lib. $. cap. 4. Orose. lib. í.
Ip2 Testamento Nuevo,
jamás se atrevió á reprobar el Celibato virtuoso. Y en la
misma Carta , (i) de que se han servido los Filósofos in
solentes , descubre con bastante claridad , que no abo
mina sino de aquellos que se sirven del pretexto especioso
del celibato para entregarse mas libremente a sus pasiones; de
aquellos a. quienes no disgustan los placeres , sino la legiti
midad del matrimonio , y prefieren las caricias de las corte
sanas a los lazos dulces de una muger virtuosa y modesta.
Estos son , el manantial del deliólo y mortandad universal',
estos son , mas criminales que los ladrones y homicidas - , es
tos finalmente , los que deben ser castigados. del mismo mo
do que las Vírgenes Vestales traidoras a su profesion.
I Que direis despues de esto , vosotros Filósofos in
dignos de este nombre ; críticos superficiales , abomina
bles ecos de la Irreligion, que aun en el seno de un Pue
blo Católico os atreveis á insultar el celibato canoniza
do en el Evangelio ? Y tú , inconseqüente Volraire, Pen
don de la Impiedad , y Cabeza de la Sedicion , ¿ cómo
te atreves á imputar la despoblacion del mundo á la vir
ginidad de las almas consagradas á Dios , baxo el pre
texto de que el hombre ha nacido para multiplicar su¡
especie , y que el no trabajar en esto , es violar la ley
Natural y Divina de crecer , multiplicar , y llenar la tier
ra ? Acaso el hombre no ha nacido tambien para exer-
cer la santidad y servir á Dios ? La sociedad tiene sus
derechos , es verdad , mas esta misma divide los desti
nos de los hombres , unos al Matrimonio , otros á las
Armas , estos á la Toga , y aquellos ( que libremente
quieren ) al celibato y virginidad del Evangelio. Esta
cla-
(i) Esta se hallará en los Diarios de Valencia: Año 1793
día 14. y iy.de Abril.
Jbsu Christo y so Divinidad. ip^
clise es el ornamento de las costumbres , la sanridacf
del sexo , el lazo del pudor , la paz de las familias , el
fuerte de la sólida amistad , y una prueba de la virtud
y gracia del Espíritu Santo. La castidad es una bella
flor , que nace donde no llega ni el Pastor , ni el arado,
ni el hierro. Se cria al ayre puro del Cielo ; se riega úni
camente con el rocío de lo alto ; ctece á influxo de los ra
yos del Sol , no conoce la mano del hombre i las bestias
la desconocen ; todos la desean , pero no se atreven á es
calar la muralla que rodea el jardin donde se conserva
pura. Una doncella pura arrastra insensiblemente todo eí
mundo ; y desde el punto que pierde su virginidad , es
despreciada hasta de los hombres que se alimentan de su
corrupcion. . if,
¿Y esta prenda encantadora ha de sufrir emulos en
nuestro siglo ? Esta hermosura se ha de mirar como man
cha del Catolicismo? Rompamos de una vez el velo de
estos fingidos amigos de la humanidad. "Nuestras Ciu-
«dades,(decia una Religiosa Tía de Voltaire á su sobri-
«no en una carta (i)) nuestras Ciudades están llenas de
«doncellas viejas, y tú te quexas del daño que causamo1-
«las Religiosas con nuestro celibato ? Comienza á sacrifv
«car una parte de tu renta en dotará esas celibatas for-
«zadas del siglo, (2) y despues tratarás de hacer útiles á
Tom. II. G «los
(1) Esta Carta se halla en elDiccionar.antifilosófico,tom.II.
(2) Es de advertir , que esta Religiosa habia cedido en su
entrada muchos bienes a Voltaire ; y ahora quiere decirle, que
con ese caudal podía haber dotado muchas pupilas , si hubiera
sabido el modo de pensar de su sobrino. Quántos menos se ca
sarían en el siglo, si no fuera por lo que dexan al entrar en Re
ligion los celibatos! f)e donde se infiere, que un celibato es cau
sa de muchos Matrimonios , con los bienes que dexa.
1 94 Testamento Nuevo,
»ilos celibatos de la Religion. Pero yo te conozco bien,
«amado sobrino. Estás muy le'xos de fomentar con tu
« caudal esa populacion que tanto voceas. No te intere-
«sas por la poblacion quando así escribes , sino por la
«ganancia que sacas de tus impresiones. Buscas agradar
«al inundo , y para esto ridiculizas el Monacato. No te
«mas la extincion de la especie humana; ella abunda so
mbrado , en especial de Poetas obscenos y Filósofos te
jí merarios. ¿Se ha visto á caso en algun siglo ( gracias á
«tus sermones sobre el luxo ) tantos Comediantes , Pe-
«luqueros ... y Cortesanas como en este ? Ni el Egipto
«abundaba tanto . . . Cómo hubieras compuesto tu His-
fitoria general , sin el socorro de aquellos cuyas riquezas
«envidias tanto , y tan poco sus vittudes ? . . . ¿No has
«de cesar de gritar , que la Iglesia despuebla el estado?
«Sesenta años hace que cada Monasterio tenia al ménos
«doble número de Religiosos que ahora , y con todo , el
«Reyno tenia un millon mas de individuos. Confiesa que
«no es el Clero quien despuebla el mundo; y tú que
« quieres se toleren los errores de los Idólatras , Turcos,
«y Quakaros , tolera tambien las virtudes de los Ciuda-
« danos." Así averguenza una pobre Religiosa al Orácu
lo de los Filósofos , y á todos los que atados á su carro,
le llevan en triunfo. <f
El celibato vicioso es el qué despuebla el mundo. Su
Iibettinage y su Egoísmo , les hace infecundos por su a-
bominable prostitucion. Ellos impiden los Marrimonios,
esterilizan las doncellas , quitan la salud y vida á las jó
venes incautas , entretienen á unas , deshonran á otras,
malgastan sus patrimonios, arruinan sus familias, y quie
ren mas vivir en la infame obscenidad , que ser útiles en
el
Jeso Christo y su Divinidad. ip?
el Matrimonio santo. ¿ Que mucho pues , que estos per
seguidores de la honestidad , corruptores de las costum
bres , fomentadores de escandalos, y libros impíos y obs
cenos , y enemigos de una Religion pura , no pudiendo
sufrir la virginidad que les dá en rostro, quieran destruir
esta hermosa flor del Christianismo ? Reconoced pues,
Católicos , este artificio de los impíos , y confesad que
no está á vuestro cargo únicamente el poblar el mundo;
si tambien al cargo de Dios , que resarce cumplidamen
te la infecundidad de los hijos de Leví, con la multipli
cada descendencia de los de Jacob , y que en premio de
la virtud de los unos , fecunda los Matrimonios de los
otros , y perpetúa la felicidad de las Monarquías.

LECCIÓN XXXDL

Las máximas mas severas y fuertes del Evangelio no son con


trarias a la razon , antes por ellas se descubre mas .
la sabiduría y divinidad del Evath-. . . '
^ gelio.

-Lía Religion Christiana no incluye solamente las obli


gaciones relativas á Dios , á nuestros próximos , á la Re-
publica y sociedad , sino tambien las que miran á noso
tros mismos ; y todo esto con una sabiduría tan profun
da , que acredita la fuente divina de donde nace toda la
moral del Evangelio. Todas las inteligencias criadas te-
únidas, no podian imaginar un plan ran sublime , con-
seqüente y análogo á.nuestra naturaleza y á nuestro fin.
Sabiduría en el órden admirable de sentimientos y má- .
ximas respeto de Dios , de nuestros próximos , de nues-
G 2 tri
\$6 Testamento Nuevo,
tra Pátria , y de todas nuestras obligaciones personales.
Sabiduría en los motivos. A Dios debemos amar y ser
vir en fuerza de la idea de grandeza , santidad , bondad
y perfeccion infinita que nos presenta. Al próximo y á
la Patria es debida fidelidad , en fuerza de las mútuas
necesidades , igualdad de origen , semejanza y herman
dad , por ser todos hijos de un mismo Padre. A nosotros
nos debemos santificacion, por el deseo natural de serfe-
' Kces , por ra inmortalidad gravada en nuestra alma , por
las impresiones alternativas de temor y de gozo que na-.
cen de la eternidad futura , y del deseo de paz y seguri
dad con que- queremos vivir. Sabiduría en los socorros,
y médios con que tíos facilita el cumplimiento de la mo
ral evange'lica. Todo se halla ordenado con la mayor
proporcion y exá&iiud, y nada se nos manda que no sea
posible con el favor del Cielo , que no se niega sino á los
indignos. Nunca puede el hombre acusar justamente la
severidad del Evangelio como imposible en la execucion.
La experiencia y los hechos desmienten. estas quexas y
murmuraciones de los ímpios. -
Esta verdad necesita meditarse. Todo lo que hay de
mas exacto en la moral, mas severo y mas perfecto , h*
sido cumplido fielmente , y todavía loes. No ha habido
tiempo ni siglo , en que el Christianismo no haya pre
sentado muchos individuos fieles observadores de los pre
ceptos y consejos de perfeccion. Este solo hecho reprue
ba la injusticia de los que miran como imprudente é im
posible la santidad del Evangelio ? pues acreditando la
experiencia su posibilidad /solamente el vicio de los par
ticulares puede ser la causa de su inobservancia,y la mo
ral evangélica dirige eon prudencia y sabiduría divina to
das
Jesu Christo y su Divinidad. 197
das nuestras obligaciones. Gobierna los sentidos con e-
quidad , prohibiendoles , no todos los placeres, como di
cen los enemigos de la Religion , sino los que dañan á su
verdadera felicidad. Gobierna mas principalmente el co
razon , y le enseña , que la verdadera libertad no con
siste en la independencia para seguir sus caprichos y er
rores ,. sino en saber. y poder conformarse con la regla
justa , inmutable y sábia de la voluntad de Dios. Enseña,
a distinguir en el corazon dos inclinaciones : La primera,
de órden y justicia pata combatir el mal que se presenta
con apariencias de bien : La segunda , de ilusion y des
orden , con las que piensa hallar su felicidad en mil ob
jetos seductivos y engañosos. Enseña, en fin , que estas
malas y erradas inclinaciones , no son el verdadero grito
del corazon , sino de su error ; que estas son efecto de la.
fiebre y calentura de las pasiones, no de la quietud y paz-
de su alma. Y. al modo que los movimientos fogosos de-
un calenturiento delirante , no son ni fuerza , ni salud
verdadera i así los vivos sentimientos. del corazon deste-í
glado , que corre tras de una felicidad funesta y aparen^
te , le'xos de formar y asegurar.su paz, son una fuente^
real de miserias y turbaciones.
Esto se hará mas evidente, discurriendopor algunas?
de .aquellas máximas mas severas del Evangelio, que son?
censuradas como ridiculas , necias , imprudentes e impo*
sibles. Hagamos pues ver-en -ellas la sabiduría admirable.
del Señor: El que aborrece su alma en este mundo , la ama-
pira la eternidad. Los Filósofos miran á los Christianos
poresta máxima:, comouna gente sombría , -enemiga de.
la humanidad y Y gobernada por un Legislador contra-
lio de! reposo- y felicidad de los. hombres. Pero veamos
SUr
I98 Testamento Nuevo,
su inteligencia. Es preciso hablar al mundo segun su Ien-
guage , y e'ste cree, que es aborrecimiento todo lo que.
no permite correr al daño. El hijo cree que el Padre le a-
borrece , quando le niega lo que le pide : El enfermo se
queja del Médico y Cirujano , porque no condescienden
con sus deseos ; pero este modo de aborrecer es el verda
dero amor , que procura la felicidad del hijo , y la salud
del enfermo : y del mismo modo, esta entereza, esta jus
ticia y prudencia, que el mundo llama aborrecimiento , es
la prueba de amar el hombre su alma eternamente. Esta
inteligencia es muy sencilla , y sirve para suavizar todas
tes máximas que parecen duras en el Evangelio. No se
entiende de diverso modo la renuncia que Jesu Christo
nos manda hacer de nosotros mismos. Y este nosotros mis
mos , es á caso nuestro corazon y felicidad ? No por cier
to : Es nuestra sensualidad y nuestras injustas inclinacio
nes. Esto es lo que el hombre debe renunciar en sí mis
mo ; y esta renuncia , tan conforme á la razon y a toda
ley , produce la paz, la calma y felicidad. Arrancad vues
tro ojo , cortad vuestro pie : Éstas son otras máximas , que
aparecen crueles en el Evangelio. Pero si se miran sin»
preocupacion , no quieren decir mas que el sacrificio de
todo bien criado , lo que amamos ; esto es , nuestra co
modidad y gusto , nuestros ojos ó pies ; y debe hacerse,
siempre que sea obstáculo á la salud eterna , porque de
be ser preferible á todas las cosas del mundo. Y en este
sentido tan sencillo, el aborrecimiento que manda el Evan-,
gelio es la cosa mas justa y razonable* La penitencia y
mortificacion parece muy opuesta á la naturaleza sensi
tiva , pero nada es mas conforme á la razon. En efecto:
El hombre que se hizo culpable y objeto del castigo de
Dios,
Jesu Christo y su Divinidad. 199
Dios , no tiene otro medio para satisfacer, que entrar en
el órden de la divina justicia , y para borrar el rastro y
vestigio del pecado , es indispensable la violencia y mu
danza de vida. Quando el Evangelio pues anuncia la pe
nitencia , no forma un sistéma triste , severo y duro, sU
íio un phn de justicia y equidad , y. al mismo tiempo de
misericordia. Llevar la cruz.. Este es otro precepto muy
amargo al parecer, pero no es mas que doctrina de amor
y misericordia. La naturaleza aborrece la cruz ó el tra
bajo , pero la razon lo aprueba ; y no tendria necesidad
de sufrir el hombre , si no hubiera pecado. Pero esta
cruz , que es la herencia de todos , se suaviza en. los
Christianos con la paciencia , que la hace meritoria y
consolante.
Miradas pues todas estas máximas por la corteza,
parecen muy amargas é insufribles ; pero si se meditan
con reflexion , ellas son mas dulces que la miel , y efec
tos de una sabiduría increada. Quién hubiera descubier
to unas verdades tan sublimes y consoladoras, baxo la
exterior apariencia de dureza e inhumanidad ? Todos los
pretendidos Sábios de la Gentilidad , se hubieran reído
oyendo decir : Feliz , dichoso , y bienaventurado el po
bre de espíritu : Felices los que lloran , los perseguidos
y calumniados. Todo el mundo dice lo contrario : Bien
aventurados los ricos , los alegres , los que son honrados
y servidos. Pero quien tiene razon? Considerese el hom
bre a la luz del Evangelio , y se hallará, que Jesu Chris
to ha descubierto estas verdades nuevas y originales -', y
que el pobre , el que llora , el que es perseguido, goza
rá de Una gloria eterna > será feliz y dichoso en el otro
mundo, si aquí recibe estos golpes como venidos de la
ma-
• -
20o Testamento Nuevo,
mano sábia y próvida de Dios, que así lo dispone , para
completar el orden establecido en el Universo, y dispo
nerle los me'dios mas seguros para su eterna y verdade
ra felicidad. Estas luces no las pudo derramar la sabi
duría de los hombres en los 4ooo años que vivió en ti
nieblas , sino Jesu Quisto verdadero Dios y hombro.

LECCIÓN XL.

La elevacion de la moral de Jesu Cbristo sobre la doSlrina de


los Gentiles , que presumían de sabios y gustos , es otra
prueba de la divinidad de los Evan
gelios^

que' diremos , si sobre lo que acabamos de decir, erf*


tramos á reflexionar la rectitud y santidad de las leyes
christianas cotejadas con las que gobernaban loscorazo-:
ríes de todos los hombres quando vino Jesu Christo ?
Aun aparece mas admirable esta mudanza , que la del
culto que renian los demonios quando se cambió en el
debido á solo el verdadero Dios.: "En castigo , dice San
«Pabló , (1) de no habex honrado á Dios como debian
»»los antiguos., no solo se corrompieron por los vicios
« mas hediondos contra la naturaleza , sino que el Señor
«les dexó caer en un espíritu de reprobacion , de donde
«provino violar todas las leyes de justicia, honestidad y;
«conveniencia. Su iniquidad llegó á lo sumo ; manchar!
«ban todas sus obras con la mayor malicia , fueron for-
«nicarios, infames, avarientos, insaciables; losenga-
«ños., las violencias , y toda suerte de excesos, fueron
.... /....» • . . «muy
(ij Rom. t.
Jesu Christo y su Divinidad. 201
ti muy comunes , y todavía -mas seguidos y aprobados.
»» Además de esto ; la embidia les roía las entrañas ; te-
«nian gusto particular en derramar sangre humana, sus-
« citar pleytos , y mormurar contra sus hermanos. Ene-
« migos de Dios , sobervios , ciegos , apasionados de su
»» propia estimacion y gloria ; inventores de nuevos deli-
«tos, desobedientes, insensibles alas miserias agenas,
«sin amor y sin fidelidad." Así pinta San Pablo las cos
tumbres que dominaban al mundo quando vino el Sal
vador. Lo peor de todo era , que estos excesos estaban
aprobados por las leyes ; la costumbre habia quitado la
verguenza ; ya no se conocía su malicia.
¡.'. Pero qué diferente la ley de Jesu Christo i El mis
mo Apostol San Pablo condena con expresion en sus Car
etas todos estos vicios. El Evangelio manda amar á Dios
sobre todas las cosas , y al próximo como á nosotros mis
mos ; prohibe todos los hurtos , vengar los agravios , to
da mentira, engaño /falsedad , deshonestidad, y todo
pecado. Ata las manos para no hacer mal á nadie; enfre
na el corazon , para no desear lo que no es licito hacer;
rige la lengua , para no hablar palabra en perjuicio de
otro s cierra los ojos á los escandalos y bienes agenos, pa*'
ra no codiciarlos. Aunque no rubiera otra excelencia el
Evangelio, que los documentos que Jesu Giiristo nos ofre
ce en el Sermon que hizo en el monte á las Turbas,sería
la moral mas admirable que jamás se conoció en el mun
do: Allí se halla la doctrina nueva y original, escondida á
larpenetracion de los Filósofos Gentiles , reputados por
los mas perfectos en sus máximas morales. San Agustin '
escribió dos libros exponiendo el Sermon de Jesu Chús-i
toyiegun lo refiere S. Matheo en los Capítulos quinto,
Hom.lL -. ') Vi'/ 4 'l;-'Jfci ' h("- i'"-n ^íT séx>
íos Testamento N^evo,- r}_
.sexto y septimo, que hace ¿'brillar su admirable do&rí-
r& , y forman. un cabaltQíiipeh4Jo de toda la perfeccioa
de nuestra leyíM¡- ..-í,-im ' v t .; —.'. »->í.r'-; '¡\ -v( .«
Sobre esta sublimidad quiero hacer dos reflexiones,
para evidenciar , que su pureza solo puede ser cbra de
Dios ,v y -.no; de hombre alguno. La primera es.: Que tor
idos los Eilósofos morales no supieron formar sino un-a
fantasma dé virtud.;.La ambicion , la utilidad', y amor
alas cosas de la tierra , eran el objeto, principio y fin
de aquellas virtudes aparentes. El mismo Tullo , dice
San Agustin , (i). es testigo de estalverdad , en los Ut
bros que escribió para la instruccion: del Príncipe y'c.uy*
virtud, dice',- se debe alimentar del amor dela. gloria
humana. San Gregorio Nacianzeno (2) descubre esvta fiar
queza tambien, en los mayores Heroes de la antiguedad.
Sus. virtudes pues , como frutos de la tierra maldita, lis?»
vaban en sí la .reprobacion. De aquí nacía:, que suspre«
ceptos solo miraban la corteza del bien obrar , limitan-?
dose á las acciones exteriores. Jamás cuidaron de orde
nar el corazon- y los deseos ; y como quedaba este prin*
cipioítan fecundo ?de 'maldad /tno podianrpracticarÉ una
obra^dei' todoperfe&a*', El Evangelio ha puesto la segus
á laraiz del vicio , enseñando á obrar bien por la justi*
cia , por la obligacion ( porque Dios está presente nd
menos ajas obras que al mas escondido pensamiento) por
la esperanza del premio futuro, y por. el.temorá un;Jttezy
quenada dejfa decastigarni deipremiar en-ía otraVvidal;
La segunda reflexion nace.de esta mismas y ics¿¡cqnr;.
sVderar la se'rie y el imperio de las preocupaciones comu
nes;. Los mas sábios , que iban recogiendo y aprovechar*..
,f:?',¡ují-üoíí- i. .:.[j i.-..- .•.-'.-::'!:,.>. ,¿ .. :'¡v.'*i v. ní^do^c;
|;i)í De Ci'vit. Dei, lit» ijcap.23. (2) Orat. 1. iuiJuíiwiiL'
Jesu Chrísto y sú Divinidad. ao$
dosc de las luces de los otros , no pudieron elevarse so
bre los vicios que reinaban sino por un poco de aparien
cia , fundando una sombra de virtud sobre el respeto hu
mano i pero JesUvChrisro , hombre de pocos anos , sin
cursar la sabiduría de Grecia ni la de Roma , de repercu
te y de golpe forma un siste'ma completo , elevado, no
ble , puro , y perfecto. Solo Dios puede ser el autor de
esta do&rina. "Confieso, dice un Incredulo , (i) que la
«santidad del Evangelio me habla al .corazon. 'v^ed los 4i-
«bros de los Filósofos con toda su pompa. 0 ! quépe-
«queños son comparados con él! . . . Sócrates, me dirán,
«inventó la Etica , ó la moral ; y yo digo , que otros la
«habían practicado primero ; solo hizo poner en forma
«de- lecciones sus exemplos. Aristídes habia sido justo
«ántes que Sócrates dixese , qué cosa era justicia ? Án-
« tes que él hubiera definido qué cosa era virtud, ya te
jí nia Grecia abundancia de hombres virtuosos. Pero dón-
«de , ó en qué parte de Judea habia aprendido Jesus la
«doctrina tan pura y tan alta , de que el solo nos ha da
ndolas lecciones y los exemplos? Del seno del fanatismo
«mas furioso , salió la voz de la sabiduria mas alta ; y
«la simplicidad de las virtudes mas heroicas, honró al
«Pueblo mas vil de todos" ( ó por decir mas verdad-, a;
todo el mundo). De este modo dan testimonio de nues
tra Religion sus mayores enemigos. ¡. ' '.•-

' / '. - .;. ¿' .vj:¡ 'o.-: Jíin . ..-i L nv-kl : \.l-' oír" ,' . i :".r. n-\
¡ i . •- - : <J ¿ ¡ l».1i ' il - , M .|. :. ..i

(t-)"7 Rouseau in Emilio.


404 Testamento Nuevo,

LECCIÓN XLI.

La doctrina dejes» Cbristoes mas pura y perfe&a que la que.


observaban los Judíos. Esta excelencia sobre el antigua Ttfr
tamento , es otra prueba de la inspiracion divi
na del Evangelio.

N< o habemos dado completa la idéa de la doctrina de


Jesu Christo , sino con respeto á los Gentiles menos sa
bios que sobervios. Descubramos ahora la perfeccion del
Evangelio sobre las nociones e ideas , que tenian los Ju
dios por la doctrina de su ley. En la antigua , como no
habia tanta abundancia de gracia , se permitían algunas
cosas menos justas , atendida la dureza que formaba el
carácter de aquellos hombres. Aquella permitía tener
muchas mugeres , y dar libelo de repudio en algunas o-
casiones , quando se disgustaba de ellas el Marido , por
evitar la muerte ó los malas tratamientos. Tambien les
permitía la ley dar su dinero á lógro 6 á usuras , quan-r
do trataban con los estrangeros. Nada de esto consiente
la Religion Católica. El precepto que manda amar al
próximo estaba entre los Judios tan alterado y que lo re
ducían a sus amigos , y creían ks era licito aborrecer a
los que por falta de trato y comunicacion r no miraban
como hermanos. Jesu Christo reduce este precepto á su
sér natural de amar á todos los hombres capaces de ver a
Dios ; y así manda en el Evangelio , no solo amar á los
enemigos ,. sino hacer bien á los que nos persiguen y ca
lumnian y rogando á Dios por ellos.
Por otra parte , los consejos del Evangelio son subli
mes.
JesuChkísto y sú Divinidad. l*tit$
mes.' La castidad perpetua , que Hbraai.hronnlMre-deinfi-
.nitas molestias y hace semejantes á los Angeles. -La por
breza voluntaria , con que quedamos mas desembaraza
dos delmundo para servir á Dios, Ceder la capa, por evi
tar pleytos y desazones con el próximo. En finólas. Bien*
-averituranzas son unas verdades originales r que uo ha*
bian sido conocidas hasta entonces , todas contrarias á lo
que el mundo creía. El mundo dice : Felices y dichosos
los ricos , que abundan de los bienes temporales y de los
^placeres , Jesu Christo. dice: Bienaventurados los pobres
de espíritu, porque de ellos es el Reytio.de los Cielos- El
mundo dice : Dichosos y felices tos fuertes y poderosos,,
que en todo salen con sus ideas ; Jesu Christo dice: Bien
aventurados los mansos' de corazon , los humildes que lo
sufren todo con. paciencia , porque ellos poseerán la tier
ra de los vivientes que es el Cielo. El mundo dice: Bien>
aventurados los alegres i los que rien y se divierten á sa>-
tisfaccion ; Jesu Christo dice : Bienaventurados los que
lloran , porque ellos serán consolados. El mundo dice:
Dichosos los que empuñan el cetro y lavara de justkiai
los que tienen en su mano la vida y muerte del hombre,.
porque ellos serán honrados y servidos 5 Jesu Christo dir
ce: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de jus
ticia, estd es ,. los que no soló la desean ,. sino que bus
can con ardor todo. lo que puede hacer al hombre justo-
delante de Dios , porque ellos serán hartos , y Dios cum
plirá. sus deseos , especialmente en lo relativo á su justi
cia propia. El mundo dice : Bienaventurados los que se
hacen. temblar por el rigor. yi nada perdonan r los que
guardan-. el.dinero para su magnificencia y luxo ; Jesu
Christo dice ; Bienaventurados los misericordiosos que
... v ' ' «e
(ZOO .n/.^TE8rrÁMENT6J1-NlíBV.b,.".'í
sbderraman poMa limosna, y cubren losdefeüoslde'sws
-hermanos , porque ellos gozarán la misericordia de Dios.
-El mundo dice : Felices los que tienen el corazon de un
-Alex*Bdro ,' y valor para emprender cosas gWmldes ,i.y
-vcnüer.áusié'mtllos. y; enemigos, porque se llevarán la¡ pai-
má f¡y gozarán ¡de sus trofeos ¡, Jesu Christo dice : ;Bien<-
iaventurados los limpios de corazon , los sencillos, por
que ellos verán á Dios. El mundo dice i Felices los arro
ga n*es/y;Soberyiosi,. que -pisan y atropellan ios hombres}
.Jesu.;Ghristo dice:- Bienaventurados los pacíficos ó pa>
cíentesí'pporqúe estos^ísCTán llamados hijos de¡DioSi :E4
mundo dice : Bienaventurados los que arrastran tras de
sí á todo el mundo , y son obsequiados y adorados del
pueblo ; Jesiu Ghristo dice ¡Bienaventurados los que pa
decen persecucion por la Justicia , esto es:, tos que son
perseguidos por seguir 6 defender lo justo , porque de
ellos es el Reyno de los Cielos. La presencia de Dios y
su inmensidad ,no se halla en todo el Testamento viejo
establecida con palabras tan.sencillas y! claras, como estáfc
de San Pabloi: (t) En el Señor vivimos , nos movemos, y
' en éiestatóos^íodas las cosas están claras y manifiestas
en su presencia. .: ..:- ; :'. .. ¡' ...í
El cuidado y providencia de Dios respecto á los hom
bres y cosas masminimas de laí tierra, ta'mbien nos lo ex
plica con admirable claridad y sencillez el Señor al capí->
tulo sexto de San Matheo. "No andeis afanados, dice el
« Salyador , para vuestra ánima ó vida , -buscando lo que
«comereis ó bebereis , ni para vuestro cuerpo cómo lo
«vestireis. ¿'Nb es; másel ánima queuja comida yy^ef
«cuerpo mas que el vestido ? Mirad las aves del Giclo,

(i) Actor. cap. 17.


Jesu CttJU8to-Y:ssr:Di!V3.NÍDAD. S07
♦iquchrii siembran. , niisác^a^j'rjlíaitegbníeniArcHNSy'}! lea
>*dá;de comer vézsttb Padbe Celestial;: iPucsj i^q» sois vos!
.»»so aco$ mucho ma¡s que ellos ?!¥: quién doxQaotEos^cnb
usando , puede añadir un codoá su estatura i Y por qué
«andais acongaxados por¡ el vestido? Considerad como
«creceró los lirios. del cauí\poi} owirabajápl^fú hilan; ¡Dh
»goo§ pues; ; qué! ntSalááaon/éh toc^-su gloria füécuhier)
uto conao und de e&tos. Y 'si fDioshviste.'de cstar&ue-rte el;
nheno.del campo ,. que hay es $ y mañana .es metido en
«el horno; ¿quánto mas á^vosotros, hombres de poca fe?)
wíáo os¡aflong<íxeis.pues.,Kidh:i'e!iadb.quéi comeremos , a
«que beberemos^3b¡<»n?qnjüe' nos cubriremos ? Posqueilast
«gentes ¡tfe afanan pot. estas cosas^sy. vuestro Padre sabe
«que teneisinecesidad.de iodas.eHas¿.Buscad pues prime
ramente el Rey no de Dios y. su jusíiciá , y todas las coi
«sa$ os se rdn añadidas:;.y así ;, no.aridleis: cuidadosos so-*
»tbte¡eidia de¡i^ñánai,'poi£qiié;eldia;de mañana cuida-
«rá de sí' i mismo ; bástalsfál dia, su afan." líasta aquí eb
ifec^tq. : ! .'! f- <' ' ... / . i¡ -';.-. ib. • 7 , :w¡.....'. , *'''. ,
.t; ;Qifé instruccion tan paternal l Nos. hace confiar de
Sttpfovidenciacómo un hijo déla solicitud de su madre;
Bios nos- condenó-íál..'trabajiifcoraora pena d¿! Lai culpa;
pfixo no quiere Jesu Ghristó que no&afanemos de aiodo¡
que el remedio se haga venenos y por. esto nos. cnseña¡
i confiar en Dios , y na . trabajar sino sanrificando eb
mismo ¿rabajo con áal juaíiciá. ' TJambifiní habla .el Señor
eaieJiiElídngeiiio del ]'Í6ifirB;mD/,'¿¿asti@6s:-y; premios de la o-
tt& afola gncxm :niuchiirjaia«(ílaifi(fad^;que,enuad<íffll:lí'es^i
tamento viejo.'. ¿i.í»;o zoiG -»b on.\:.ii 1i ;wp , y ..' . .-
-¡. Lá misma yentajayíSÚpejáoridad.dqlJE.vangelioha-
Uttce'mos , si entramos á cotejar las ceremonias de nues
20% .c/ Testamento Noevo; í^
tta ley con' Jas de la antigua , y nuestros sacrificios y o*
biaciones^i con las de los Judios* Las de éstos eran. to
das mas groseras , sensibles y menos perfectas. Qué tie
nen que ver las carnes de los toros , con el Cuerpo de
Jesu-.Christo Sacramentado que se ofrece todos los dias
en nuestra Religion sobre los Altares ? La multltud.de
Ceremonias Judaicas ,' ia diversidad de Sacrificio?, y la
sangre que se derramaba en el Templo de Jerusalen, ma
nifestaban por sí mismo que todo era un peso que se
cargaba., mas sobre unos esclavos rebeldes, que no so
bre obedientes hijos. Nuestras, ceremonias son menores
en número,' y «xas suaves > que ¡muestran por sí mjs*
mas , no quiere el Señor que hagamos nada. sino á tim*-
pulsos del amor; la antigua.ley solo prohibia el Jura
mento falso ; la del Evangelio prohibe aun el verdade
ro , á no ser que obligue la necesidad , para que así res
petemos mas el nombre del Seqor. Aquella condenaba
el -homicidio',. pero^ésta prohibe toda contumelia , toda-
palabra ofensiva , y. toda riña : En fin ; San Pablo , :(i)
acaba de convencernos sobre este particular de la. ma
yor perfeccion del Evangelio diciendo : "No solo os pro-
irhibo la fornicacion y deleites deshonestos , y el que
« seais avarientos , sino tambien que se hable ni aun de
«estas cosas entre vosotros. Sean puros vuestros labios
«y vuestro corazon , y en lugar de proferir palabras
«deshonestas , inútiles , ó bufonadas .contrarias a vues-
ntra vocacion, no'saigande vuestra boca sino alabanzas.
»» y acciones de gracias á la Divinidad.; porque debeis)
«saber, que el Reyno de Dios no está destinado para
dlos fornicarios, ni para los inmundos, ñipara los a-.
-»'.vi '. . : iit¡:.' ' i... :u i.¡.:^. _ 'c.ul .;.i3í; < ¿'jMQfcJf
(i) Ad Eíés. cap. f.
Jesu Christo y su Divinidad. - aop
«varientos , que si bien se-miran , se pueden llamar i-
vdólatras del dinero. En otro tiempo erais tinieblas,
;aporque estabais sepultados en el error y en la culpa,
>?mas ahora sois la luz del Señor, que os ha iluminado
«con su divina gracia." Hasta aquí el Apostol.
Ahora pues : Si una de las pruebas que habia para
probar la divinidad é inspiracion del viejo Testamento^
era la elevacion de sus máximas respeto de la moral de
todos los Rlósofos , quando vemos la sublimidad del E-
vangelio con relacion á la Ley de los Judios, y á toda la
moral de Sócrates , cómo dexarémos de confesar su ins
piracion divina ? La perfeccion de estos documentos no
puede ser obra de los hombres , sino de Dios , y mas
considerando los errores y preocupaciones que se habian
apoderado de la tierra. Es verdad que la Ley Judaica y
la nuestra son obras del Cielo ; pero hay esta diferencia
muy notable , que las palabras de la antigua ley fueron
comunicadas de Dios á los hombres, por otros hombres,
esto es por medio de Moyse's , David y los Profetas ; pe
ro las del Evangelio y demás libros de los Católicos , se
hablaron por el verdadero hijo de Dios , 6 se comunica
ron por éste á los Apostoles , y solo por esta causa de
bian ser mucho mas admirables que todas las demás;
pues siendo Jesu Christo la palabra de Dios , y habien
dose unido con nuestra naturaleza , nos habia de hablar
un lenguage mas claro , mas sencillo , mas perfe&o , y
mas sublime , y así como la divinidad estaba en Jesu
Christo hombre , así sus rayos se debian divisar me
jor que en la antigua ley. "

Tom.II. i LEC-
S to Testamento Nuevo,

. - . .¡ LECCIÓN XLII.

. . £/ cuerpo doctrinal de los Protestantes comparado con el


de los Católicos , convence que éste es divino , mas
justo.y mas razonable que aquel.

Jl ara que nada falte á esta materia , será razon que


insinuemos tambien la superioridad y pureza de do&ri-
na de la ley de gracia comparada con el sistéma de los
Protestantes. Éstos enseñan que los mandamientos son
imposibles de observar por los hombres. Los Católicos
por el contrario 'dicen con San Agustin , que Dios no
manda imposible alguno , y que el hombre quando pe
ca lo hace libremente y porque quiere. Los Protestan
tes se quieren persuadir que son predestinados , y que
esta íntima persuasion les justifica : Los Católicos con
fiesan , que cada pecado mortal merece el infierno , y
que Dios no dexa de imputar las culpas á los hombres,
y castigarlos aunque conserven la fe'. Los Protestantes
solo condenan la infidelidad , pero los Católicos , dicen
que de todos los pecados y obras buenas , se dará cuen
ta rigorosa á Dios. Los Protestantes creen que las obras
buenas no son meritorias de vida eterna , si solamente
la fé. Los Católicos enseñan que el pecado no se perdo
na sin restituir á Dios el honor que se le quitó por la o-
fensa. Los Protestantes dicen , no ser necesaria la peni
tencia , porque Jesu Christo ya satisfizo por todos: Los
Católicos aseguran , que despues del pecado , no queda
sino ej infierno ó la penitencia. Los Protestantes dese
chan la confesion auricular , como cosa inútil. Los Ca-
-''... ¿ tó*
Jesu Christo y su Divinidad. 211
tólicos la suponen necesaria , y la miran como un gran
freno que contiene al pecador.
Examínese ahora imparcialmente la doctrina de u-
nos y otros , y se verá que los principios que gobiernan
á los Católicos son capaces de moderar las pasiones y ex
citar á la virtud ; mas por el contrario , la do&rina de
los Hereges Protestantes , que se han separado del seno
de la Iglesia , es capaz de inspirar una vanísima confian
za dando á las pasiones la mas funesta libertad. Para ma
yor convencimiento , oigamos á un Protestante llamado
Antonio Ultric , Duque de Brunswic y Luneburg que
se hizo Católico : Amigos , dice sustancialmente en urta
Carta que les escribe. No creais me separaré inconside
radamente de vosotros , sino á fuerza de varias razones.
La primera : Vosotros no profesais do&rina de perfec
cion , y ningun Católico se separa á vivir entre voso
tros para ser mas santo. La segunda : Vosotros hablais
con respeto de los meritos de Jesu Christo y de su satis
faccion , y sin embargo predicais contra las buenas o-
bras , de manera , que parece os dispenseis de imitar á
Jesu Christo , que tanto alabais. La tercera : Vosotros
conveniis en que los Católicos buenos se salvan , y San
Pablo dice : Que sin la fé es imposible agradar á Dios:
de aquí se infiere , que ellos tienen una verdadera fe',
la qual siendo contraria á la que vosotros profesais la
condena como falsa. La quarta : Quando dos partidos '
opuestos afirman una cosa , concordando en un princi
pio , aquello es sin duda mas cierto que lo que afirma
el uno y niega el otr¿> Es así que los Protestantes están
de acuerdo con los Católicos , e'n que e'stos se salvan,
pero discordan en que los Protestantes no tienen de par-
I2 te
112 Testamento Nuevo,
te de su salvacion sino su voto , y no el de los Católi
cos : Luego el partido que debe preferirse es aquel en
que todos convienen sobre su salvacion. Tal es el sisté
ma católico : luego éste debe seguirse. La quinta : Los
Protestantes sois nuevos en la Iglesia , pues ántes del a-
ño 15 17 no habia quien enseñase vuestra doctrina , y
en materia de Religion debemos estár á la de Jesu Quis
to como á la mas antigua. La sexta en fin : Yo notó es
ta diferencia , que vosotros atacais la Iglesia Romana
por las malas costumbres de algunos individuos , y ape
nas os atrebeis á impugnar su do&rina óxsus principios;
los Católicos por el contrario , pelean contra los funda
mentos de vuestra Religion , de modo que ellos se diri
gen al punto principal , pero vosotros dexais el tronco
de la Religion Católica , os vais por las raimas , y ha
ciendo alto en las costumbres , que no son efecto de la
Religion, sino de la naturaleza viciada, quereis aluci
nar ó ofuscar át los tímidos , y á los simples. Estos y o-
tros eran los motivos que obligaron á este Protestante a
mudar de Religion , y abrazar el Catolicismo , y quien
los considerare con atención , conocerá que la Católica
es superior á la de los Protestantes , por su doctrina , y4
por todas las demás circunstancias que la acompañan..
LECCIÓN XLIII.
1

ha pronta propagacion del Evangelio nq solo entre el igno


rante pueblo , sino entre Nobles , Sabios , y Príncipes
poderosos desde su principio , es otra prueba
de su divinidad.

Oi la conversion del mundo que estaba perdido , es


una
Jesu Cmrísto y su Divinidad. 213
una prueba de la eficacia y divinidad del Evangelio,
quánto mas se confirmará esta verdad , reflexionando
las circunstancias que hicieron mas admirable la publi
cacion de la nueva ley ? Reflexionamos pues lo prime
ro , que todas las Religiones fomentaban los deseos é
inclinaciones de los hombres, al tiempo que Jesu Quis
to comenzó á publicar su Ley Evangelica. Ésta por el
contrario , tenia que combatir infinitos enemigos que
la resistian , y el principal de todos el corazon humano,
la carne y la concupiscencia. Sin embargo de todo triun
fa : pero cómo ? Con una prontitud desconocida en el
mundo. Esta es la segunda reflexion que acaba de con^
vencer la divinidad del Christianismo. Imperando Au
gusto , todo el mundo era idólatra excepto la Judéa , y
reinando Neron , ya se veían los Christianos extendidos
por todo el imperio a pesar de sus crueldades y persecu
ciones. Los mismos Gentiles son los primeros testigos
que confirman estas noticias. Tácito en sus Anales (1.)
nos asegura , que habia una grande multitud de Chris
tianos , no solo en Judéa , sino en todas partes , y aun
que su Autor habia sido crucificado , y sus Discípulos
eran perseguidos hasta la muerte , cada dia se aumen
taba notablemente su número. Por Dion sabemos tam
bien , que Flavio y Domitila parientes muy cercanos de
Domiciano eran ya Christianos , sin que el temor de la
muerte les pudiera separar de la ley que abrazaron. Y
porque el Autor del examen crítico de los Apologistas
de la Religion , (2) quiere suponer que en el principio
del

n Anal. Lib. $. cap. 44.


M. Freret. Contra el qual escribió Bergier. La certi-
tude des preuves de la. Religion Católica. 2. T.
214 Testamento Nuevo,
del Christianismo apenas lo seguian personas de alguna
consideracion , será preciso que digamos algo sobre esto.
En primer lugar , siendo el comun del pueblo terco
y supersticiosamente adheridos sus costumbres mucho
mas que los hombres sábios que se dan á la razon , no
dexaria de ser admirable su conversion , y mas , pasan
do , ó del Judaismo , que por sus ceremonias era pro
pio para gentes idiótas y carnales, ó bien del Gentilis
mo que dando rienda á las pasiones , no las querria , ni
podria corregir con facilidad un pueblo idióta , que sa
lía de la ignorancia mas grosera al Christianismo , Reli
gion tan espiritual , y tan poco condescendiente con los
vicios. Pero la verdad nos obliga á decir en segundo
lugar, que hubo desde el principio de la Ley Evangelica
muchos sábios y poderosos que la abrazaron. Durante
la vida del Salvador se distinguió en seguirlo Nicode-
mus que era Príncipe de ¡os Judíos (i) Josefo Arimatéa,
que fue tambien uno de los mas nobles. Nobilis Decurio.
San Juan Bautista , Lázaro y sus amigos , Zaqueo Prín
cipe de los Publícanos , otro Príncipe de Cafarnan , 4
quien Jesu Christo curó un hijo , (2) y Jayro , de ios
principales de la Sinagoga : (3) Todos estos siguieron al
Salvador. San Juan añade , que muchos de los Prínci
pes creyeron viendo la resurreccion de Lázaro , pero
que no se declaraban en público por temor. (4) Des
pues de la muerte de Jesu Christo se vió lo mismo. San
Pablo era uno de los Fariseos mas zelosos ,- mas nobles,
y sábios de su tiempo. Y aunque los Apostoles fueron
pobres , para que no se creyera que el poder , riqueza
ó
(1) S. Joann. cap. 13. (2) Marc. cap. 1 j.
(3) S. Joann. cap. 4. (4) ídem cap. 12. 42.
Jesú Christo y sú Divinidad. 215
ó sabiduría del mundo tenia parte en la destruccion de
la idolatría , se agregaron luego discípulos nobles , po
derosos y sábios , para que de toda especie de gentes
pagase tributo á su Autor, y le adorase en la verdade
ra Religion. Las Actas de los Apostoles nos dicen , co
mo entre la multitud del pueblo , obedecía tambien al
Evangelio una turba de los Judios Sacerdotes. (1) Quan-
do San Tiago el menor se hallaba de Obispo en Jerusa-
len , muchos de los Judios principales creyeron en Je
sús : (2) El Centurion , Cornelio de Cesarea bautiza
do con sus amigos , eran hombres respetables ; el Pro
consul de Chipre , y Sergio Paulo fueron de los princi
pales proselitos de San Pablo. (3) Los mas nobles Judio?
de Bere'a y de su Sinagoga fueron convertidos por el mis
mo Apostol , y esto en fuerza de examinar por sí las
Escrituras. (4) En Aténas Dionisio , uno de los Jueces
mas sábios del Areopágo , y otros muchos abrazaron el
Christianismo. (5) En Corinto fué bautizado Crispo Ca
beza de la Sinagoga con toda su familia. (6) Un hombre
llamado Apolo y sábio y eloqüente en las. Escrituras,. fué
dis-
(1) Aét. 6. Multa turba Sacerdotum dbedielat fideL
(2) Tune 'Proconsul credidit admirans. Aét. 1 £. w 1 2.
(3) Hi autem erant nobiliores eorum qui sunt Thessalonice^qui
susceperunt verhum cum omni aviditate, quotidie serufantes Serip~
turas , si bise ita se haberent* Aét. 17. v. 12.
'(4) Quídam "Cero viri adheerentes , ei in qulbus. Dionysius^
Aét. cap. 17» v. 34.
(í) Chrispus autem Archisinagogus credidit Domino , &
multi Corinthiorum. Aét. 1 8. v. 8.
(6) Judieus autem quídam Apollo. nomine, vir eloquens , po~
tens in Scripturis &c. Aét. 18. v. 14.
2i6 Testamento Nuevo,
discípulo del Apostol , y Apostol muy fervoroso. (i) Erf
Efeso , no solamente los ignorantes y sencillos , sino
aun los que hacian profesion de sábios se convirtieron,
y quemaron los libros que tenían de mucho precio. (2)
Los enemigos de San Pablo confesaban , que el Evange
lio habia hecho progresos admirables en Asia entre los
principales. (3) Llegando San Pablo á Roma , convirtió
muchos Judios de los mas nobles , y tubo proselitos y
discípulos en los Palacios de las familias de los Cesares:
Todo esto consta de los Libros Sagrados , y aunque
no se creyese su divinidad , no se podia dudar de su
verdad , porque se habla de hechos públicos y notorios,
que hubieran muy facilmente desmentido los enemigos
de la Religion , por haberse publicado las Actas de los
Apostoles casi en el mismo tiempo que sucedian , y á
presencia de todo el mundo que servia de testigo ocu
lar. Y quie'n , que haya leído las Cartas de San Pablo,
creerá que las escribia á hombres rústicos é ignorantes?
Plínio el jóven (4) Gobernador de Bitinia , se queja
á Trajano de la multitud de Christianos que halla en to
das partes , y de todas clases y condiciones , y le advier*
te , que los templos de los ídolos están desolados y de«i
siertos , abandonados los Sacrificios , y no sabe que ha
cerse , porque de una parte teme la ruina de la Idola
tria si dexa sin castigar los Christianos , y de otra , sí
les
( 1 ) Multi autem qui fuerant curiosa settati , contulerunt li
bros , et combuserunt coram omnibus , et computatis pretiis .....
irruenerant pecuniam denariorum quinquaginta millium.h&.. 1 Q.v. 1 9
(2) Et videtis , et auditis , qaia non solum Epbesi , sed pene
totius Assiee &c. Aét. 19. v. 25. y 31.
(3) Qu' & Ctesaris domo sunt. Philip. cap. 4. V.22*
(4) Plin. lib. yo. Ep. 97. ad Traj.
Jesu Christo y su Divinidad. '2 17
Ies dá la muerte se despoblará el infierno y la provincia.
El Presidente de Palestina confiesa tambien que está can
sado de matar Christianos , y confuso al ver que se a-
tropellan unos á otros , por presentarse los primeros) en
su tribunal para sufrir la muerte. Tettuliano habla con
mas fuerza todavía ensu Apología , y dice á los Genti
les en su cara , que los Christianos llenan sus armadas,
sus exercitos , sus empleos , sus tribunales , y sus Pala
cios. San Justino se sirve de esta rápida extension de la
Religion Católica , para convencer á Trifon Judio de la
divinidad de Jesu Christo. No hay , le dice especie al
guna de hombres , ni Griegos , ni bárbaros , ni Senas er-
íantes, ni pastores que viven en los montes, ni otro
pueblo alguno entre quienes no se ofrezcan oraciones
al Criador en nombre de Jesu Christo crucificado ; San
Ignacio , San Clemente , y San Policarpo fueron conver
tidos á fuerza de razon y sabiduría como se dexa ver en
sus obras. Así pues , quandoSan Pablo dice que no son
muchos los sábios , los poderosos , . los nobles que si
guen á Christo , nada mas quiere decir , sino que la
multitud de fieles , como la multitud de todo pueblo,
no era sábia , noble , 6 poderosa , ó lo mas cierto , co
mo el mismo Apostol explica , Dios no elegió por Apos
toles á hombres sábios , poderosos , ni nobles , sino sen
cillos , idiótas y humildes , y si esto convenia para des
cubrir que la conversion del mundo no era obra sino
de solo Dios , tambien se acreditaba mas este mismo
poder y fuerza de la verdad , venciendo a los sábios,
nobles y poderosos , con la humildad de la Cruz y del
Evangelio.
No hay pues cosa que muestre tanto la fuerza de
tom. II. K la
2.1 8 Testamento Nuevo,
la divinidad del Evangelio y Catolicismo , como ver su.
rápido progreso por la especial Providencia de Dios en
tcdo el mundo. Qué tenia el nombre de Christo para
cautivar los hombres en su Ley ? Ni la pobreza , niel
poder , ni la autoridad , ni los empleos , ni las ciencias,
ni la eloqüencia pomposa de los Griegos , ni los artifi
cios humanos, se conocian en este hombre nacido en un
rincon de Judéa , criado en una humilde casa de Naza-
ret , fugitivo en un Reyno estraño , ocupado en em
pleo de los mas humildes , retirado y desconocido del
mundo hasta los treinta años en que de repente se hace
admirar de todos, perseguido y muerto por embidia.
No empleó pues el Señor otras armas que las virtudes,
beneficios , milagros , y la sencilléz para deriibar los
ídolos , aniquilar la Idolatría , y obligar á seguir unas
máximas auste'ras que enfrenan las pasiones, mandan la
paciencia , la humildad , y no ofrecen mas que penas y
tribulaciones en este mundo. Esta Religion corre con la
velocidad de un rayo , no se cierra en aquellos paises,
ni toda la Asia es bastante capaz para contenerla en sus
límites. San Irene'o forma ya un Catálogo muy grande
de las muchas Iglesias que á mitad del siglo segundo se
hallaban fundadas en Italia , Francia , Alemania , Espa
ña , Egipto , Libia y otras Naciones. Y el Señor que de
todo sabe sacar útilidad para completar sus designios,
dispuso que las persecuciones terribles que padeció su
Iglesia , sirvieran á extender mas y mas la Fe Católica,
y que los Christianos desterrados entre las gentes mas
bárbaras , y entre los montes y riscos mas empinados y
horribles , fueran otros tantos misioneros que sembrá
ran la divina palabra por todo el mundo. 0 Religion au-
gus-
Jesu Christo y su Divinidad. 219
gusta , quán visible es tu divinidad ! Los ciegos , los
sordos , los mudos , y los irracionales é insensibles
se ven obligados confesarla. . . - '. i

- APENDIX
'. SOBRE JESU CHRISTO.
'. JESU. CHRISTO ES FILÓSOFO SUBLIME, AMIGO
de los hombres y sociedad , embiado de Dios , y el único
Dofíor y Maestro de la verdad
l .- '.'.i.:.. y "virtud.

Xjos enemigos de nuestra Sagrada Religion han procu


rado formar varios retratos de Jesu Christo nada confor
mes á la verdad. Unos le han pintado con veneno y co
loridos tan horribles , que por su misma deformidad se
hacen menos peligrosos, descubriendo desde luego su
ódio implacable al Autor de nuestra Sagrada Religion
Católica. Otros han disimulado su preocupacion. y ódio
.con varios artificios , dando algunas alabanzas á Jesu
Christo , entre muchas blasfemias y sátiras , para hacer
se menos sospechosos á los incautos. Tal fué Rouseau,
que en su Emilio , despues de alabar á Jesu Christo , y
admirar la divinidad del Evangelio ; como quien quie
re aprobar su do&rina , derrama su veneno é increduli
dad con tanto mayor peligro , quanto baxo un sutil ver?
níz de oro , apura y refina la quinta esencia de la sofiste
ría , poniendo en movimiento todos los resortes del arti
ficio y eloqüencia. Este mal que obra imperceptiblemen
te , es mas temible , que los golpes abiertos de los ene-
.; .. .;. ' ..'..¡•- : Kí.:- : . '. mi-
^io Testamento Nuevo,
migos declarados de toda Religion. Por tanto , yo quie
ro formar un quadro de la Perdona de Jesu Christo,aum-
dome á lo que nos presenta la simplicidad del Evange
lio , que tanto admiraba el mismo Rouseau, y me servi
re' de las palabras de un paisano , y quizá amigo suyo.
(i) Ved pues los cara&éres de nuestro Legislador segun
resultan de la historia de su vida, que son los que deben
decidií en nuestras idéas, y los que debemos meditar con
freqüencia , para resistir á los sofismas y engaños xie los
Incrédulos libertinos.
Todos nuestros Evangelistas , e Historiadores de la
venida del Salvador, nos la presentan con un aire de sen
cillez y candor , que sellan en quantos la leen, la mayor
seguridad de su verdad. Dónde están aquí las entradas
pomposas de los Asiáticos ? Dónde los exordios brillan
tes que sorprenden y preocupan á los oyentes? Las ver
dades grandes no necesitan estos auxilios de la Retórica
mundana. Son propios únicamente de las cosas dudosas,
6 de las mentiras que se revisten para preocupar. El Ver
bo se .ha hecho carne : María Santísima parió a su primogéni
to, y lo reclinó en un pesebre. Con esta sencillez se prop'on€
la venida de Jesu Christo. Aun quando se habla de sus
glorias ; de la adoracion de los Magos ; ó de la disputa
con los Doctores siendo niño, se refiere como si nada im
portára , y aun se mezcla con sus humiliaciones , pobre
za , persecucion de Herodes, y obediencia á sus Padrea
(2) Nada brillante nos proponen en su vida hasta los 30
años, sino su obediencia y retiro. Dexan este gran vacio
en su vida , para que sea mas evidente su candor y bue
na fe; pues si hubieran llevado la idea de halucinar y en-
ga-
(1) Lettres sur le Christian.de RousXer. f. (2) Luc.2,
Jesu Christo y su Divinidad. 221
ganar , no cubrieran con este silencio la mayor parte de
sus acciones. . .
Entremos pues á recopilar lo que resulta de los tres
años últimos de su vida , que es casi lo único de que nos
hablan los Evangelios. Qué elevacion, qué grandeza, qué
nobleza en los sentimientos de Jesu Christo ! Mi alimen
to es hacer la voluntad del que me ha embiado. (1) Que zelo
por la gloria de Dios ! Padre , glorifica tu nombre , (2) di
xo á vista del suplicio que debia sufrir. Qué sumision
tan profunda á las órdenes de su Padre ! ¿ No beberé yo la
copa que mi Padre me ofrece para beber ? (5) Qué confianza
en Dios ! To sé bien que me oyes siempre. (4.) Su oracion era
igual con su piedad. La noche empleaba en oracion ; (5) el
dia , en caminar derramando beneficios. (6) Caridad >pero
llena de compasion: Me compadezco de esta multitud . . . si
los despido ayunos, desfallecerán en el camino. (7) Caridad
pronta y efectiva : Mi hija acaba de morir , le dixo un Pa
dre afligido: se levanta el Salvador y le sigue. (8) Caridad
oficiosa y preveniente : Quieres ser curado ? dixo al Para
lítico ; y al punto quedó sano. (9) Caridad tierna , que se
deleita en hacer bien : Hijo mio. , dice á un enfermo , t&-
ned ánimo; y le dá la salud. (10) Caridad', que le hace mi
rar las miserias agenas como propias : Lo que hiciéredes a
uno de estos pequeñitos , me lo haceis á mí.{\ 1) Caridad uni
versal : Los Samaritdnos le piden se detenga con ellos , y se
detiene dos dios. (12) Qué amor de su nacion! Los Judios
le dicen , que el Centurion ama á su nacion , y al punto le
con-
(1) Joann. 4. v. 34. (1) Joatra.4. v. 28. (3) Matth. 26»
v. 29. (4) Joann.11. v.42. (j) Luc.6. v. 12. (6) A&. 10.
▼.38. (7) Mare.8.v.2. (8) Matth.9. (9) Ju.f. (10) Ma.9.
(11) Matth. 2Í.V.4. (12) Joann.4.
222 Testamento Nuevo,
concede lo que pide. (i) Ai mirar la' ingrata Jerusalen , llo
ra tiernamente. (2) Que lágrimas sobre el túmulo de La
zaro ! (3)
Y quien así se portaba con los estrafios , qué haria
por sus Discípulos \ Con qué solicitud los encomienda á
Dios , quando está para dexarlos ! Padre Santo , guardad
los en tu nombre .... Santifícalos por tu verdad. (4) Que
mansedumbre ! Judas, con un osculo de paz. entregas al hijo
del hombre] (5) Á Pedro , que le niega , se contenta con
mirarlo, y este llora amargamente su infidelidad. (6) Que
ternura en estas palabras repetidas por tres veces : Simon
hijo dejonás me amas ? (7) Que humildad tan profunda!
El hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir.
(8) Que bondad ! Dexad d estos pequeños niños , no los im
pidais que lleguen a mi , y los bendice , imponiendoles su
mano sobre la cabeza. (9) Qué paciencia con los malos!
Venid a mí los que trabajais, yo os aliviaré. (1o) Qué amor
de la verdad ! Á un Escriba que le quiere seguir, le dice:
El hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. (1 1) Á
los Soldados que le vienen á prender: To soy. (1 2) A Pila-
tos que le pregunta : Si , le dice , To soy Rey . . . pero mi
reynono es de este mundo. (1 3) Que' respeto á la autoridad
civil ! Quién me ha hecho Juez entre vosotros] (14) Qué sa
biduría en las respuestas 1 De quién es la figura y sello de
esta moneda7. . . . Dad pues al Cesar lo que es del Cesar , y lo
de Dios , a Dios. (15) Que' humanidad, qué entrañas! No
sa-
(1) Luc.7. '(2) Joanti.19. (3) Joann.ri. (4) Joann. 17.
(?) Luc. 22. (6) Matth.26. (7) Joann.21. (8) Matth. 20.
v.28. (9) Matth. 1 9. v. 14. (10) Matth.i i.v.28. (n)Matrb.
8.V.20. (12) Matth.i8.v.j. (13) Joann.18. (14) Joann.8.
v.36. (i?) Luc. 1 a. v. 1.4.
Jesu Chrísto y su Divinidad. 423
sabeis de qué espíritu sois hijos : El hijo del hombre no vino
para perder las Almas , sino para salvarlas. (1) Qué interes
para los que abrazan el Evangelio! No ruego solamente por
ellos, sino tambien por los que creen en mí por su predicacion.
(2)'Quie'n puede oir sin comocion lo que dixo al Solda
do que le dió la bofetada ? Si hablé mal , hazmelo conocen
y si bien ,-por qué me hieres ? (3) Padre , perdonalos ( á los
yerdugos ) porque no saben lo que hacen. (4) Jesu Christo
olvida sus dolores y angustias , por cuidar de su Madre
y Discípulo. (5) Que' vida ! Que muerte ! En tus manos.
Padre , encomiendo mi espíritu. (6)
No r no os podeis imaginar ni una sola virtud , que
no entre en su carácter; como ni una pasion que lo des
figure. Y acaso se descubre en su Persona el menor indi
cio de impostór ? El plan de un impostór es un plan de
amor propio , ó de vanidad , ó de autoridad , 6 de sen
sualidad, ó de ambicion, 6 de opulencia. Leed los Evan
gelios. Mirad , mirad si hallais en Jesus las máximas y
sutilezas de la sabiduría y política humana. Le veis aca
so servirse de artificios para conseguir el favor de los
grandes y poderosos ? Busca su seguridad adulando los
Doctores de la ley , Escribas ó Fariseos ? Abraza alguna
de las Sectas Religiosas que estaban acreditadas entre los
Judios ? Seduce con promesas engañosas al pueblo idió
ta y carnal ? Accepta los honores que le quieren dar, ó
el reyno y corona que le ofrecen ? Maneja las pasiones.
delos Judios con política, ó las declara una guerra abier
ta ¿Inspira proyectos ambiciosos á sus Discípulos , ó se
los prohibe expresamente? No les previene con claridad,.
que
(1) Matth.2 2.v.20. (2) Joanr». 17.V.20. (3) Joann. 18.
(4) Luc.23. (y) Joann. 1 9. (6) Luc.23.
224 Testamento Nuevo, -
que si le quieren seguir , no deben esperar sino injurias,
pobreza , menosprecios , y persecuciones las mas violen
tas? Si d mí me persiguen , les dice , tambien a vosotros os
perseguirán. Los detiene con amenazas 6 engaños depen
dientes de su voluntad ? No les dice : Vosotros os queréis
ir tambien ? Y esta conducta es propia de un Impostór?
Mirad si acaso hallais en Jesu Christo el carácter de
un fanatico entusiasta. Se ven acaso las contradicciones,
inconseqüencias , juegos ininteligibles de palabras , ex
presiones exóticas , hipérboles ridiculas , relámpagos , y
sueños de una imaginacion que delira ? Miradle bien , y
vereis , que su piedad está sin supersticion , su devocion
sin hipocresía , su zelo sin amatgura , su sabiduría sin
orgullo ni singularidad , su templanza sin austeridad, su
caridad sin afectación , su humildad sin baxeza , su can
dor sin licencia ó libertad , su severidad sin grosería , su
firmeza sin ostentacion. Todo es agradable , /todo facil,
todo dulce , todo sociable en su carácter , todo decente,
grave , sábio , é interesante en sus discursos. La virtud
mas pura es el sello de sus obras : el mas esqüisito gusto
y sentido se halla en sus palabras.
Y qué doctrina es la de Jesu Christo? Todas las ver
dades naturales se ven establecidas y destolladas. Todas
las que el hombre ignoraba , ó sobre las quales no podia
formar sino conjeturas, aunque le importaba conocer con
certidumbre ; se ven anunciadas y apoyadas por Jesu
Christo con claridad, y pruebas dadas de parte de Dios
mismo. No hay una de estas verdades , que no concuer-
de con las ideas que tenemos de la sabiduría del Sér su
premo , de su bondad y justicia. El culto que prescribe
es digno de un Dios , que es su objeto. Éste no es otro,
: . que
Jesu Christo y su Divinidad. 225
que el culto del espíritu y corazon. El hombre conoce
aquí su origen , su destino y su fin. El hombre afligido
halla los consuelos mas poderosos. El pecador arrepenti
do, su esperanza. El deseoso de felicidad, el objeto que
le sacia completamente. El hombre , en fin , criado para
la virtud , los motivos mas grandes y fuertes para consa
grarse á ella ; los exemplos mas heroicos que le animan;
y los socorros mas vigorosos que le fortifican y aseguran.
Y lo que yo os suplico que reflexioneis bien sobre
el Christianismo, es, que haciendonos mirará la vida fu
tura, nada nos ordena, que no se encamine á la verdade
ra felicidad aun en esta. La moral de Jesu Christo,es,por
decirlo así , la expresion mas natural de las virtudes mas
puras y sublimes de la Alma. Todos los preceptos dicta
dos por la sabiduría y justicia, han salido del tesoro de su
buen corazon ; y fundados sobre la misma naturaleza del
hombre , Son faciles de concebir y pra&icar. Su primer
mandato es el Amor de Dios ; el segundo , semejante al pri
mero, que es la Caridad. En órden á nosotros mismos , el
Evangelio nos enseña , á tener una opinion modesta , re
glar nuestras pasiones , ser moderados en los placeres,
humildes en la prosperidad , y pacientes en los reveses.
¿No es esto procurar queseamos felices aun en este mun
do , independientemente de las recompensas eternas re
servadas á la virtud , y que son la grande Sancion del E-"
vangelio de Jesu Christo? Tal es su do&rina y su moral. '
La una y la otra encierran todo lo que los Filósofos de.
todos los tiempos han escrito mas dotta y útilmente , y
todo lo que falta á sus inumerables siste'mas para dar una
basa sólida á la virtud , y fundamentar la felicidad del-'
hombre y de las sociedades. Una y otra son anunciadas
tom. II. .\ .... L -; con

'j
t%6 Testamento Nuevo,
con la sublime simplicidad de un Sabio , y magestuosa
autoridad de un embiado de Dios. Esta pintura de socie
dad , siguiendo las bellas lecciones de Jesu Christo , y
no apartandose jamás de sus palabras y exemplos, es ad
mirable. Union de corazones ; mútuas prevenciones; re
cíprocos servicios y favores ; exactitud en llenar su vo
cacion i humanidad , re&itud /justicia en los Magistra
dos y Reyes ; respeto , fidelidad , obediencia en el pue
blo y en los vasallos. Que tranquilidad ! Que paz ! Qué
dulzura! Nosotros seriamos muy felices, si estudiásemos
en asemejarnos^ nuestro Maestro. Hasta Montesquiu en
su libro del Espíritu de las Leyes , (i) lo confiesa por es
tas palabras :-" La Religion entre los Christianos , hace
»»á los Príncipes menos tímidos , y por consiguiente me-
«nos crueles: El Príncipe cuenta sobre la fidelidad de sus
«vasallos, y éstos sobre la de su Príncipe. Cosa bien ad-
«mirable! La Religion Christiana , que parece. no tener
«mas objeto que la felicidad de la otra vida,forma nues-
n tía felicidad aun.en ésta." En efecto : Si hay algun ex
ceso en los Reyes ó en los vasallos , no debe imputarse á
la Religion , sino al vicio de la naturaleza.
Hasta aquí se ha visto á Jesu Christo como amigo
de Iqs hombres, como Filósofo por excelencia , cuyas lec
ciones y exemplos no se pueden admirar bastante. Pero
no nos contentemos con esto ; y pues él se dice Embiado
de Dios , y lo ha procurado probar por milagros, asegure-
monos de este punto capital , quanto sea posible en ma
terias de este género. Porque ( pesemos bien esto) quan-
do quitásemos de la vida de jesu Christo los milagros
que ha pretendido hacer , solo jpor este hecho borraria- .
•;l % ,¡:' . ii ... >. .:¡¿l '.b «OS ¡

( i ) Esp. des Loix. lib. 24. cap. 3. .V . .


JESU ChrISTO Y SU DTVlfJI-DAD. *2Í7
mos la brillante perspectiva de su caráétér; ó quando
menos , obscureceriamos y robaríamos los rasgos mas
hermosos de nuestra Religion y Maestro. Que sería de
la piedad de Jesus , si usurpa un título que no tiene , al
Dios que sirve é invoca? Que vendria á ser su zelo por la
Casa de Dios, quando arroja los profanadores del Tem
plo ? No sería mas 'que un transporte de cabeza furioso,
6 un frenesí violento. En qué pararia su piedad con los
pecadores , si no lo hiciera con la autoridad de un Emba-
xador de Dios, quando les dice: Vuestros pecados os son per
donados : id en paz.7. Qué temeridad ! Que' audaeia! Qué
sería su veracidadl Quién osaria hablar de Jesus , si se le
pudiera imputar la mentira mas odiosa , sobre el punto
mas capital de su ley ? En qué pararia su caridad ? Qui
tandole las curaciones milagrosas , la tierna compasion,
la bondad sublime con que las obraba ; qué golpe tan
terrible se daria á su virtud ! Aun se diria de su sabidu
ría , que no era mas que desvelaciones y delirios del en
tusiasmo y fanatismo. Su caridad y amor por sus Discípulos
apareceria cruel y bárbaro , porque les hacia dexar todas
las cosas por seguirle, sabiendo y queriendo, que no ha
cia mas que exponerlos al menosprecio, injurias , perse
cuciones y afrentosos suplicios , sin utilidad alguna. Je-
su Christo les engaña con promesas , que sabe no se han
de cumplir , si no es Embiado del Todo poderoso , y distri
buidor de sus gracias. Qué vendria á ser sufirmeza, cons
tancia y heroísmo en órden á su muerte , que previó anti
cipadamente, sino una obstinacion incomprensible, ó por
mejor decir , una locura extravagante ? Sócrates hubiera
sido mas admirable en su muerte , porque sufría lo que
no era posible evitar, y estopor sostener una verdad, y'
La '. no
txt . . Testamento Nuevo,•- . t
no por el entusiasmo de inventar una nueva y falsa Reli
gion. En una palabra ; sobre todas las virtudes de Jesu
Christo se derramarla una nube muy obscura. Yo abre
vio este punto, porque me cuesta una violencia suma ha
cer esta suposicion tan injuriosa al que reconozco por
Hijo de Dios y Legislador y Juez. , /.'
De aquí se infiere , quanto convenga ponerse en es
tado de poder decir á Jesu Christo: (i) Conocemos que ertt
un DoSior emblado de Dios , porque ningun hombre puede ha
cer las obras que tú haces, si Dios no está con él. Y cómo po
demos dexar de llamar á Jesus , Doóior embiado de Dior,
viendo en él los cara&e'res infalibles del Mesías que los
Judios esperaban , siendo inegables sus milagros por su
naturaleza , publicidad , variedad , número, objeto , du
racion y conseqüencias , y aun mucho mas , por la since
ridad de los Autores que los refieren , por su providad,
prudencia, simplicidad de su relacion , buen sentido de
sus discursos , uniformidad , desinteres , valor, constan
cia y martirio de sus Historiadores. ¿Que' hecho en par
ticular se halla tan fuerte y uniformemente atestado co-»
mo el de la Resurreccion de Jesu Christo , que es el fun
damento y sello de todos los otros ? (2) Y qué testigos?
Esto es lo mas admirable. Por una parte , son hombres
sin nacimiento , sin credito , sin autoridad , sin eloqüen-
cia , sin riquezas 5 y le'xos de adular las pasiones huma
nas , las atacan y las cortan de raiz. Por otra ; sin embar
go de todo esto , hablan y se hacen oir. Se vé la mudan
za
(i) Joann. 3. v cap. 9. v. 30.
(0 Vease la ÓbraiTemoins de la Resurreccion de Jesu Chris
to, examines & jugés selon les reglei du Barrea». Obra á la que
jamás han sabido responder.
Jesu Christo y su Divinidad. 2 29
za mas espantosa en el mundo, sin otro principio que la
voz debil de estos hombres. La ignorancia se disipa , la
supersticion se destruye, la filosofía se confunde, la ido
latría cae , la moral santa se recibe y se pra&íca, el culto
del verdadero Dios se establece , el nombre de Jesus se
reverencia en Jerusalen , en Atenas y en Roma. Aun
mas : Los Judios , Paganos , Sacerdotes , Magistrados,
Reyes y Emperadores , se reúnen para sofocar el Chris-
tianismo en su cuna; y este , resiste á todos los golpes de
manos tan poderosas : los esfuerzos mismos que se hacen
para destruirlo , no sirven sino para afirmarlo y exten
derlo. Los genios mas sublimes abrazan la Religion de
Jesus , y se hacen sus mas nobles defensores. Leed las
bellas Apologías del Christianismo presentadas á sus per
seguidores. Éstas perseveran ; mas ni aun ha quedado
memoria ni vestigio , de que alguno respondiera. Mirad
el gran número de Mártires de toda edad , sexo y condi
cion , de los que no puede jamás explicarse dignamente
el zelo y constancia que la conviccion de los milagros pre
senciados por ellos mismos, y atestados por testigos irre
cusables les infundian. ¿Y el estado presente del pueblo ju
dio , no es de algun modo un milagro a&ual que sucede á
nuestros ojos ? No vemos cumplida esta ptofecía de Je
sús ? Ellos serán dispersos entre las naciones ; y Jerusalen se
ra atropellada de las gentes , hasta que el tiempo de las nacio
nes se cumpla. (1) Comparemos esta profecía con el estado
a&ual de este pueblo , que despues de la espantosa Ca
tástrofe de la destruccion de Jerusalen por los Romanos,
ha subsistido y subsiste todavía desterrado de su pais,
disperso por toda la tierra, ultrajado, menospreciado por
1. . los
(1) Luc. 21.&24.
2^o Testamento Nuevo,
los pueblos , en cuyo centro se perpetúa sin confundirse
con ellos; siempre gimiendo sobre las ruinas de su pátria,
sin haber podido jamás recobrarla ni restablecerla. Ved
una especie de enigma , que la obstinacion de este pue
blo en no querer admitir al Mesías , puede únicamente
resolver. Solo el espíritu de Dios en Jesu Quisto podia
anunciar y preveer una suerte tan estraíía , única, y ori
ginal de los Judios. No hay necesidad de extender mas
estas reflexiones, faciles de entender. Que' argumentos en
favor del Chas nanismo ! Quando los reúno baxo un gol
pe de vista , ellos me convencen de tal modo, que aun
que quiera , no puedo Imaginar haya Dios permitido,
que la mentira se haya revestido de tal modo de los ca
racteres de la verdad , que sea imposible preservarse del
error. Despues de esto ; bien pueden entablarse dificul
tades sobre dificultades , darles todo el aire de novedad
que se quiera con el estilo pomposo y agradable , e im
ponerles toda la perspectiva y apariencia de fuerza que
se quiera , aparezcan victoriosos e indisolubles los argu
mentos ; siempre será verdad el decir , que Jesus ha sido
embiado de Dios , y que nos ha traído :de su parte el Evange
lio. La única conseqüencia que podremos sacar de estas
objeciones, no. será mas que decir : la vista del hombre
no puede abrazar y comprenderlo todo , ni decir que no
es verdad una cosa , por solo el hecho de no poder dar una
completa razon y solucion álosargumentos.Hasta el mis
mo Rouseau reconoce esta verdad. " Yo me decia , (i)
v( son palabras suyas ) las objeciones indisolubles son co-
n muñes á todos los sistemas, porque el espíritu del hom-
»bre es muy limirado para resolverlas. . . . Que diferen-
« tes
(i) Rouseau in Emilio, totn. 3. p. 30.
Jesu Christo y su Divinidad. 231
«tes las pruebas directa?!" En efecto: Qué dificultades no
se hallan en el mundo físico como en el mundo Religio
so ! Convendria pues ser Ateísta , porque nadie sabe ex
plicar cómo las obras de la Creacion han sido producidas
y sacadas de la nada, cómo se conservan; y quál es la ra
zon del mal moral y físico , &c. Mientras que el hombre
con una intemperancia de espíritu, lo quiere conocer to
do y explicarlo todo , no puede ser feliz , porque apete
ce un imposible , y nada en un mar de turbulencias, du
das e inquietud; nadie puede gozar la calma de espíritu,
sino tomando el partido que indicamos. Lo buelvo á re
petir: Meditar profundamente las pruebas que establecen
la divinidad del Christtanisma ; alimentar de esto la alma;
penetrar , por decirlo así , su fuerza y energía > hacerlas
familiares , y convertirlas en propia sustancia : y en este
estado , aunque se presenten todas. las dificultades det
mundo , se borran , desaparecen,. y se aniquilan con el
peso de estas pruebas, y reservan la decision de lo que na
alcanzamos, á los tiempos felices donde la verdad se des
cubre sin nubes , y quando nos hallamos rodeados de la
paz y serenidad del Alma* ¡: .
Ni tampoco deben asustarnos las invectivas de los e-
nemigos delChristianismo contra los desórdenes que ven
reinar en sus individuos. En quésiste'ma de gobierno ó
de Religion no se hallan delitos ó escandalos? Si hay Re
yes malos que abusan del poder , no faltan Gefes de Re-
publica tiranos y ambiciosos. No fueron mayores los vi
cios de las Monarquías Griega y Romana , que los de las
Republicas Ateniense y de Lacedemonia ; y a las virtu
des que tanto brillaron en Ja parsimonia y moderacion
de estos Republicanos , se pueden oponer virtudes subli
mes
232 v.'" Testamento Nuevo,

mes de Reyes , Emperadores, y vasallos. Todos los go*


biernos son buenos , si el corazon de sus individuos está
sano ; y así como entre los hombres , la locura y estrava-
gancia de algunos , no prueba que la cabeza y naturale
za en sisea loca ; del mismo modo , la tiranía y corrup
cion que se ve baxo un sistema nada prueba contra el,
si sus máximas, leyes y principios no son malos en sí mis
mos. Lo mismo debemos decir de los defeceos que se ven
en el Christianismo : e'stas son ñaquezas de la debil natu
raleza en que reside; y al modo que la Estatua de Nabu-
co se redujo á polvo por la debilidad de los pies de barro,
sin que por esto dexára de ser la cabeza de oro digna de
todo aprecio ; así puede suceder lo mismo en la Religion
mas sagrada , y en el gobierno mas brillante. Un Pontífi
ce , un Sacerdote , un Católico , un Rey , un Dux , un
Triunvirato , un Senador .... revestido de oro , plata y
bronce , puede caer , arruinarse y destruirse , no por de
fecto del oro de Religion, ni de la plata ó bronce de Go
bierno en que se halla, sino porque sus pies son de barro;
en una palabra , porque es hombre.
Aun se añade á esto , despues de abultar los males
de las Monarquías y Religion, quererlos imputar al cuer
po y al sistema , porque se ven , se toleran , y no se re-'
median los abusos como en las Republicas : Pero hable
mos de buena fe, y no por tema y preocupacion. Es aca
so posible al brazo de'bil del hombre remediar todos los
males? Hay por ventura Republica alguna , donde.no se
vean parcialidades, varMos, injusticias, y desigualdad en s
el premio y castigo ? Son acaso los hombres que las com
ponen de distinta naturaleza que en las Monarquías, pa
ra no apasionarse , 6 vencerse con dones, regalos, &c l%¿
aun-
Jesu Christo y stf Divinidad. 233
aunque convengamos en que no hay tantos excesos en
las Republicas como en las Monarquía» , nada puede In
ferirse de esto, porque hay un principio muy natural pa
ra ello. La diferencia de un gobierno á otro consiste , en
que las Republicas son menos extendidas que las Monar-
quíasry esta mayor ó menor extension, parece que seña
la por sí el gobierno propio que pide el estado. Aun den
tro de la Iglesia Católica se ve' lo mismo. Aunque la San
ta Iglesia en sí sea una Monarquía cuya cabeza única es
Jesu Christo, las Iglesias particulares parece que son Re-
publicas. Los Cabildos, las Religiones, y los Cuerpos de
Ciudad, forman un Senado, en el que se disponen las e-
lecciones,se resuelven las dudas, y aun se forman leyes y
estatutos. Todas estas Republicas son un puñado de are
na comparado con el Cüetpo universal. Que' mucho será
pues , que estas pequeñas ramas no tengan tantos vicios
como todo el árbol juntamente? Pero aun no discurrimos
bien. Basta dar una vista sencilla sobre estas pequeñas
Republicas, para asustarnos á vista de los vandos, parcia
lidades y desórdenes, que las agitan y combaten en sus
elecciones y estatutos. Pues que' sería, si todas estas par
tes mínimas se mezclasen y formasen una sola Republica
extendida por todo el mundo, como lo es la Iglesia,© por
países dilatados y de costumbres muy diferentes? No nos
cansemos: Si una sola cabeza , un solo hombre , un solo
Rey, es causa de tanto mal; que' sería, si muchas cabezas,
muchos hombres, muchos Reyes (pues cada Senador lo
es) gobernasen un vasto pais ? Si en un puñado de gentes
no se pueden cortar los vandos y contener los discolos;
que sería en una multitud inumerable ?
Desafiemosles pues, á que nos presenten leyes mas
puras de moral y aun de policía , que las del Evangelio.
Tom.JI. M No

*-
234 Testamento Nuevo.
Yo no hallo en este cosa que la razon no apruebey y no
parezca propia de un Dios, que se ha dignado revelarla a
los hombres. Aquí se enseña á dar al Criador un culto
digno de el en espíritu y verdad ; un amor grande á los
Ciudadanos con quienes vivimos ; hacerles todo el bien
posible;perdonarles sus defectos,é injurias que recibimos
de su malicia; no vengarnos de ellos sino con beneficios; y
sellar todas nuestras obras con la mas pura y amable ca
ridad, que S.Pablo llama, cumplimiento de toda la ley,y cu
yo espíritu es ser paciente, benigna, no insolente, no hincha
da ni orgullosa; en una palabra: Caridad no de apariencia,
sino de 'verdad y realidad. Y la que enseña estas virtudes
sociables, será enemiga de la humanidad? La que enseña
a dar al Cesar lo que es del Cesar, y lo que es de Dios a Dios,
no será justa y razonable? Se deberá proscribir de la tier
ra como causa de todos los males? No, no pretendamos
sujetar á nadie con la fuerza ó ilusion á nuestro modo de
pensar ; no pretendamos hacer esclavos predicando una
falsa libertad; no insultemos á nadie,pues que nuestro di
vino Maestro nos enseña á ser dulces y humildes de co
razon; pero demos gracias á Dios de. vivir en una Reli
gion , que nos consuela con leyes justas y con una espe
ranza de inmortalidad,que aun en el caso de ser dudosa,
sería esta duda mas ¿preciable , que las demás opiniones
aun en el caso de ser verdaderas; y no habria en el mun
do verdad tan preciosa como e'sta, aunque fuese falsa.Pro-
curemos remediar los abusos que en nosotros produce la
débil naturaleza,y llorar los excesos que vemos en los in
dividuos de una Religion roda santa y justa;sin imputar
la los vicios del hombre, pues todos los condena en su có
digo y principios de san tidad,. humanidad y sociedad.
ÚNICA RELIGIÓN
' i - .' ... 'i.
VERDADERA
LA IGLESIA CATÓLICA
DE JESU CHRISTCX /
VERDAD DE LA RELIGIÓN
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES,
Y EXTENSIÓN DE LA FE.

Tradent enim vos. Mar. i 3 . fy omnem ter-


ram exivit &-c. Rom. 10.
LECCIÓN XLIV.

La Religion Cbristiana se extiende por la paciencia de los


Mártires que son ¿numerables , su valor , su verdad y
justicia de causa , dan nuevo testimonio de la
divinidad del Evangelio.

JrTLUn hay mas que admirar en la Religion Católica,


y en el modo singular con que se extiende desde su
principio ; porque aquí todo es contrario al metodo y
pasos por donde crecen las Monarquías: Como tiene
tan diversos principios debe caminar por muy encon
tradas sendas. Los Imperios y Monarquías se extienden
tom. II. A \
2 3¿ Verdad de la Religion,
á fuerza de armas , de genies y de dinero , pero nues
tra Religion no tubo mas arbitrio ni favor, que la pa
ciencia de los Mártires. Éstos fueron inumerables , y
aunque el Ingles Henrique Dodwel , con otros Ateistas
de nuestro siglo , quisieron obscurecer esta verdad , y
reducir á número muy corto el de los Mártires de la I-
glesia Católica , no han conseguido mas que su confu
sion , y que se llegase á evidenciar cumplidamente que
son inumerables nuestros Mártires. Y el que dude toda
vía sobre esto , puede leer las Acias de los Mártires es
critas por D. Theodoro Ruinard , Monge de la Congre
gacion de San Mauro , el quaí en el Prólogo de su Obra
responde á todas las objeciones. Por ahora debe satisfa
cernos cumplidamente la autoridad de Tertuliano , ques
habla de este modo á los Magistrados de Roma en suA-
pología dirigida á ellos mismos , publicada á la faz de
toda la tierra en tiempo de persecucion. "Atormentad,
«dice , golpead , talad , aniquiladnos , pero sabed , que
«conforme nos vais segando, renacemos en mayor nú-
r,mero entre la misma hoz del segador. Si el Tiber rom-
«pia su cauce e inundaba los campos , si el Nilo no de-
«xaba su lecho para fecundar la tierra , si el Cielo reu-
«saba sus llubias, si la peste ó hambre afligía á ios hom-
« bres , al punto se gritaba ; Que se expongan los Cbristia-
nos a las bestias." Que' hubieran respondido los Gentiles
á Tertuliano si fueran tan pocos los Mártires como pien
san los Incrédulos del dia ? Pero no nos cansemos en co
sa tan clara , pues que Fausto Maraquéo , no se atrebió
á desmentir á San Agustin quando le escribia diciendo,
que millones de Mártires se presentaron delante de sus
enemigos.
V-. Es-
»OR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 237
Esta multitud de hombres que daban la vida por
una Religion nueva y tan auste'ra , que nada tenia de
comodidad de carne 6 de aliciente para las pasiones,
qué objeto les podia empeñar á sufrir los tormentos si
no la evidencia y fuerza de la verdad de su Religion?
Qjué interés les conducida á derramar la sangre con^o-
lor y con ignominia , quando hacian ptofesion de hu
mildad y de huir la gloria aun despues de su muerte ?
Si estos Mártires hubieran sido tales por vanidad y glo
ria , si este número hubiera sido mas corto , si en la
causa de su condenacion se hubiera mezclado la pro
banza de otros delitos , si entregandose á la muerte se
hubiera descubierto el fanatismo , como causa motiva,
6 se viera que la bárbara Idolatría les obligaba despues
de ciegos á sacrificarse como hacian los Gentiles > nada
brillante resultada á nuestra Religion en este caso. No
se diferenciarian nuestros Mártires de los que nos pro
ponen casi todas las Sectas. Cada una de estas relata la
muerte de algunos seguidores sufrida por vanidad , y
mezclada de delitos , y con relacion á un Dios extrava
gante , pero nuestros Mártires que son inumerables,
humildes, justos , y que adoran á el Dios verdadero
del Cielo y de la tierra , que' comparacion pueden te
ner con los del diablo ó de las.pasiones?
Así San Irenéo quiere , que esta multitud de Már
tires justos , humildes , y que dieron la vida por la de
fensa de un Dios Omnipotente , sea la señal mas eviden
te de la verdadera Religion , y que por ella se discier
na y distinga de todas las Sectas particulares. " Por to
«das partes , dice en el libro que escribió contra las he-
g> regías , por todas partes , pues donde se ha extendido
; »la
2? 8 Verdad de la Religion,
»»la Iglesia Católica , se advierte como esta Madre San-
uta embia al Cielo mediante el martirio, una multitud
agrande de hijos. Las otras asambleas no tienen Mam
ares verdaderos ; solamente la Iglesia de el Señor es la
«que quiete sufrir los oprobios y persecucion por la pa-
m ciencia y martirio. Muchas veces se ha visto nuestra
y> Iglesia afligida por la pe'rdida de sus hijos , persecu
cion de Gentiles , que llenaba de sangre sus Ciudades
ny Templos , y por la horrible carniceria que sufria en
«sus miembros ; pero luego de repente se ha restableci
do, cobró fuerzas, y reparando sus perdidas volvió
«á ser Madre de un número mucho mayor de hijos."
San Juan Crisóstomo, descubre un nuevo prodigio a los
fieles sobre los Mártires. " Vosotros y dice , en la homi-
»i,lia de los Mártires , vosotros sois testigos de la efica-
«cia con que predican estos hombres aun despues de
«muertos; quántas veces os ha sucedido continuar vues-
n tro sueño y vuestra pereza , sin embargo de ser ame-
«nazados ó acaricionados por los Ministros deí Evange
lio ; mas al punto que habeis entrado en la Iglesia de
nun Martir, y doblado las rodillas sobre su sepulcro,
»»un movimiento interior, un impulso suavemente ir
resistible , os ha hecho derramar muchas 'lágrimas, o-
«rar con fervor , y arrepentiros con una gran mudanza
«de vida ? ; .
Y de dónde puede nacer esta eficacia que nos hace
advertir San Juan Crisóstomo á presencia de los Márti
res ya muertos , sino de un interior convencimiento de
que la fortaleza con que sufrieron la muerte era un don
singular. del Cielo? El corazon mas duro se ablanda y
derrite quando lee algunas de las Actas de los Mártires*
'.\<t y
POR 1A PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. £39
y admira ía inhumanidad del tirano , igualmente que la
paciencia de los Christianos. Sin embargo de este efe£to
sensible que todos los dias experimentamos , despues
de haber pasado tantos siglos ; los Mártires solamente
aunque hombres , y los mismos que padecian , no se a-
fligian en los tormentos , en los potros y eculeos : ellos
solos eran los infatigables ; todos los demás , hasta los
tiranos se cansaban y se rendian¿ El entendimiento y
los discursos se agotaban y alambicaban inventando
nuevos géneros de suplicios , hasta hallar los medios
mas violentos y terribles. Discurrian como alargar la
vida para aumentar el dolor: Unos eran entregados k
la muerte en fuego lento , otros arrojados entre uñas de.
las fieras mas hambrientas , á estos se les quita uno por
uno todos los dientes , y miembro por miembro sufre
su dolor y pena. Aquellos se van sumergiendo poco á
poco en aceyte hirviendo , unos en estanques helados
mueren de frio , otros á manos de niños acaban su vida'
tanto mas cruelmente , quanto era mas de'bil la mana
que los heria y acababa. Qué halagos y caricias i muchos
para obligarles á negar la fe' de un Dios Omnipotente y
Santo , y de su Hijo Jesu Christo , por la vana adora
cion de las estatuas que representaban al demonio , ó i
hombres viciosos y carnales ! Los casados se ven obliga
dos á sufrir la vista de sus mugeres y de sus lágrimas,
los hijos las persecuciones de sus madres infieles e idó—
tras. A las Madres Christianas les presentan sus hijos re-
ciennacidos , amenazando degollarlos en su presencia si/
no blasfeman el nombre del Salvador. Las doncellas son
violadas y conducidas á lugares de obscenidad , entrega
das á jóvenes disolutos , son en fin paseadas en vivas
car-
240 Verdad de la Religion,
carnes por las calles. Este horrible espectáculo, y esta
infame conduela solo podia salir del demonio , que su
geria tan abominables medios para pervertir á los ama
dores de la castidad. ¡
Los Nobles y Plebeyos oyen mil promesas con la
condicion de abandonar la Religion Católica. Pero des
pues de esto , de tantos y tales tormentos , quán pocos
son los Christianos que flaquean y ceden á las violen
cias , respe&o de los muchos que confiesan" á Jesu Quis
to hasta la muerte. Los pocos que se rinden á los tor
mentos y á las promesas , son por lo comun aquellos
Christianos , que en tiempo de paz vivieron entre los
vicios , ó con mucha negligencia en la práctica de las
virtudes. Los demás todos triunfan valerosamente en la
fe , los niños , las niñas , doncellas delicadas , y jóve
nes mancebos , grandes y pequeños , todos ofrecen el
cuello y su cuerpo á la voluntad de unos hombres crue
les que deponiendo la humanidad , se desviven por a-
tormentarlos de todos modos y maneras imaginables.
Un metodo nuevo de justicia es el que con éstos se e-
xecuta ; el mismo reo es el acusador , y el acusado es
creído sobre su palabra : Aunque muchos le acusen que
da libre con solo negar el hecho , y aunque todos le de
fiendan por su virtud, es condenado desde el punto que
se nombra Christiano. No hay mas delito que el nom
bre. El haberlo sido , dexa de merecer la pena desde
luego que lo renuncia. En los demás reos se castiga con
órden muy diferente. El acusado es distinto del acusa
dor , los testigos prueban contra el acusado , aunque
éste niegue la verdad. Justificado el delito , no se dexa
de castigar por las leyes aunque se aparte de la ocasion.
En
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 24I
En el órden judicial , ó por mejor decir arbitral contra
los Mártires , todo se suple , con un si ó un no. Se creen
incapaces los Christianos de mentir , y por esto en di
ciendo ellos que no lo son , quedan libres. Jamás se ha .
visto esta forma de tribunal sino con los Mártires ; m^s
ella acredita el alto concepto de la veracidad de estos
hombres. Están persuadidos , hasta sus mayores enemi
gos , que no pueden negar con la boca la profesion de
su corazon. Los enemigos de la Religion , dan con este
modo de proceder un testimonio de la verdad , que es
el carácter de nuestra Religion, y los. Mártires con su
constancia acreditan , que son favorecidos visiblemente
del Cielo , y que la justicia de su causa es protegida de
Dios , el qual permite la execucion de la muerte para
completar su victoria. La multitud de Mártires , su
valor , su verdad , y justicia de su causa dan testi
monio de la divinidad del Evangelio.

LECCIÓN XLV.

Los txemplos de paciencia en los Mártires , la crueldad en


los Tiranos , y las respuestas que daban los Santos al
morir en los tormentos , aseguran que nuestra
Religion es obra de solo Dios.

«Alabado sea Dios (escribia San Juan Crisósromo enu-


nha Homilía sobre el martirio de Santa Pelagia , niña
«de pocos años, que murió en tiempo de Diocleciano,)
«que la muerte nada tiene ya de terrible , y ha llega
ndo á ser el juguete y diversion del sexo mas fragil y
«tímido. Unas mugeres ? Qué digo , unas niñas la des-
B «pre-
242 Verdad de la Religion,
^precian y la insultan." Á la verdad , los hechos y di
chos de los Mártires son la mayor prueba de la verdad
de la Religion Católica , pues solo Dios puede ser el au
tor de tal constancia y respuestas semejantes. Qué uno
ú otro padeciese la muerte por terquedad , no sería o-
bra divina; pero que los Christianos sufrieran tantas y
tan crueles persecuciones por sostener una Fe' y Reli
gion nada grata á los sentidos , esto no puede ser obra
de los hombres : que uno ü otro respondiese con igual
libertad que viveza y energía á los tiranos , se podria
mirar como desesperacion; pero las respuestas uniformes
de todos los Mártires , su valor y su paciencia , ¿ cómo
puede atribuirse á principio alguno de la naturaleza ? Y
qué diremos si reflexionamos en el número tan grande
de Mártires de toda edad , sexo y condicion ?
Yo no haré mas que insinuar ligeramente estas co
sas , y exponer por fin algunas Actas de Mártires de las
mas originales que se hallan traducidas por D. Theodo-
ro Ruinat de la Congregacion de San Mauro. Uno de los
primeros que se nos presentan es San Simeon Obispo de
Jerusalen , hijo de Cleofás , que habia vivido con Quis
to , pues á la edad de 12o años confesó al Mesías , y
sufrió ser clavado en una Cruz como su Maestro. Los
.Verdugos se confiesan vencidos de una niña llamada Blan-
dina , á quien atormentandola todo el dia, no la podian
acabar, ni sabian cómo podia vivir , y admiraban su
valor , su serenidad , no quejarse jamás , y no oiría mas
palabras que estas : Soy Christiana ; no , no : entre noso
tros no se comete ningun delito. íSJi los tormentos, ni las
bestias pudieron acabar cort. su vida , pero cedió á la
espada para que no quedase sin corona.
No -
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 243
No es esto solo : Los hombres viciosos y malos , los
mas abandonados á sus pasiones, sirven al triunfo de la
Iglesia. Potamiena esclava y muy hermosa , servia á- un
Amo desenfrenado ; pero que valor \ Ni- la fuerza , ni
los halagos de su pasion fogosa la pueden vencer : Ja
más condescendió , porque era Christiana. Su Amo la
acusa al Gobernador , la ofrece una gran suma de dine
ro si la obliga á condescender , mas ella quiere primero
morir Virgen y Martir , que pecar. Aun hay mas triun
fos gloriosos. Luciano y Marciano , que eran Magos y
encantadores , nada pueden obrar contra una Doncella
Christiana muy hermosa-. La solicitan por sus malas ar
tes , pero el demonio responde no tiene poder sobre los
Christianos. Esta confesion les hace conocer la debili
dad de sus principios , queman sus libros públicamente,
sufren mil tormentos , y mueren por la fé en medio de
las llamas. :. . .
No quiero servirme de los exemplos de aquellos
Mártires mas conocidos como San Vicente , San Loren
zo , San Justo y Pastor , Santa Eulalia , Santa Incs , sino
de otros menos públicos , para que se reconozca mejor
el tesoro oculto de la Iglesia. Santa Felicitas y Santa Sin-
forosa cada una con sus hijos , forman una Apología de
la Religion, mas eficáz que todas las palabras. Ellas re
sisten las caricias del Tirano , sus amenazas y tormen
tos ; bien le'xos de sentir la muerte de sus hijos , ellas
mismas los exórtan á morir por Chrisro. Santa julita era
de Sangre Real ; la quieren sacrificar , usan de todo ar
tificio y violencia hasta quitarla un hijo que tenia entre
sus brazos. La Madre estendida en el potro , solo de-
cia estas palabras: To soy Christiana. , yo soy Christiana 5 y
Bi el
S44 Verdad de la^eUgion,
el hijo que se hallaba violento en los brazos del Juez,
sin quererle dar el rostro , bueltos los ojos siempre a su
Madre , respendia : To soy Cbristia.no. Este espectáculo
que debia enternecer á las peñas , indignó al Juez de
modo, que tomando al Niño de un pie , montado en
cólera , le arrojó á tierra rociando las gradas vdel Tribu
nal que eran de piedra , de su sangre y de su celebro.
La Legion Tebana ó Tebea, es una prueba bien sen
sible del poder de la gracia. Seis mil hombres, que ser
vían á Maxímiano declaran que son Christianos, le re
presentan el deseo de servirle en cosa justa , y lo im
posible que les era cooperar a su persecucion ; irritado
el Emperador de esta súplica , embia sus tropas ; y to
da la Legion Tebea apenas sabe la sentencia de su muer
te , rinden las armas , y presentan su garganta , se de
guella á la decima parte de aquellos hombres: Persis
ten todos en su fé , se buelven a diezmar , y en fin to
dos mueren por Christo , y sin resistir , aunque pudie
ran haber vendido bien caras sus vidas.
San Romano , desafia al Gobernador , que le insta
sacrificar á los Dioses , diciendo : Traed un niño de sie
te años , y que sea el Juez sobre la verdadera Divini
dad. Se accepta el partido , y puesto á presencia de to
dos el niño, le pregunta San Romano : Dinos , qué te
parece mas justo , adorar á un solo Dios , ó á muchos ?
Respondió sin detenerse ; que -no podia haber mas que
un solo Dios. El Juez se irrita , hace suspender en el ai
re al niño , y que le azoten estando desnudo , con va
ras ; todo el cuerpecito se pone como un lirio morado,
se hincha , rebienta la sangre , es desollado , todos llo
ran hasta los Verdugos ; solo el Juez , San Romano , y
su
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 245
su Madre están serenos. La misma Madre lleva su hijo
en brazos para ser degollado. Santa Crispina instada á
ofrecer incienso á los Idolos dixo : Como vuestros Dio
ses rrie digan una sola palabra , estoy pronta á sacrifi
car , pero jamás la respondieron y sufrió el Martirio;
San Gine's Pagano , Cómico , y que aborrecia á los
Christianos quiso divertir á Diocleciano con una Pieza
Cómica , en que se hiciese burla de la Religion. Apa
reció pues en una cama , diciendo con burla que quie
re morir Christiano , le bautizan como burlando la Re
ligion , le llevan á Diocleciano , que deteniendo la risa
para tomar un aire serio , y fingiendose encolerizado le
pregunta si era Christiano , á que respondió Ginés en
estos terminos : Señor , y todos vosotros , Grandes del
Imperio , Oficiales de la Casa del Príncipe , Cortesanos
y Ciudadanos estad atentos á mis palabras. Habia yo
concebido un horror tan grande á los Chrisrianos , que
su encuentro era siempre para mí un funesto presagio:
su nombre solo , se me habia llegado á hacer tan odio
so , que no podia contenerme de furor al oir solamente
pronunciarle ; y sentia un extremo placer en ir á insul
tar hasta enmedio de los tormentos , á los que daban la
vida por la defensa de él. Llegaba á tanto esta injusta
aversion , y me inspiraba sentimientos tan poco razo
nables , que no solo no podia sufrir á los que me unia
la sangre y naturaleza ; pero ni aun á aquellos á quienes
debia el nacimiento. Bastaba para mí que fuesen Chris
rianos , para que llegasen á ser el objeto de todo mi ó-
dio : sus mas santos misterios no me parecían menos
dignos de risa , que lo eran sus personas de menospre
cio. Esto es lo que me habia hecho estudiar con cuida
do
246 Verdad de la Religion,
do sus ceremonias , y las diferentes prácticas de su Re
ligion , para ridiculizarlas y componer de ellas piezas de
teatro que pudiesen divertiros. Pero ¡ ó maravilla so
brenatural ! Desde el momento en que el agua del Bau
tismo tocó a nii cuerpo , y que sobre la pregunta que
se me hizo si creía , he respondido creo : en el mismo.
momento , digo , alcance á ver una tropa de Angeles
todos resplandecientes de luz , que baxdndo del Cielo,
se detubieron al rededor de mi : leían en un libro todos
los pecados que he cometido desde mi infancia : y des
pues sumergieron este libro en el agua de las fuentes,
en que me hallaba todavía ; de donde habiendolo huel
lo á sacar , me hicieron ver las ojas tan blancas como la
nieve , sin que se conociese que en ellas se habia escri
to jamás cosa alguna. Y así tú , ó Emperador , y voso
tros Romanos que me escuchais : vosotros que tantas
veces habeis aplaudido los sacrilegos insultos, que yo
he hecho contra estos sagrados misterios , comenzad á
venerarlos desde oy dia conmigo : creed que Jesu Quis
te es el verdadero Dios , que él es la luz , la verdad , y
la bondad misma ; y que por él podeis esperar el per-
don de vuestros pecados.
Se admira Diocleciano , y llen,o de cólera y despe
cho , le entrega á Plauciano , Prefe&o del Pretorio , desr
pues de haberle hecho romper muchas varas sobre el
cuerpo. Plauciano , habiendole querido obligar en va
no á que abjuras.e , lo hizo desgarrar y quemar los cos
tados. Mientras que se- le atormenraba no cesaba de re-
pitir : No hay otro Soberano Señor del mundo , que a-
quel que he tenido la dicha de ver. Yo le adoro , yo
le reconozco por mi Dios : y aun quando se me hiciese
mo-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. - 247
morir mil veces por el , mil veces moriría con alegria.
Los tormenros jamás me podrán quitar á Jesus del cora
zon : jamás podrán quitarme á su Santo Nombre de mi
boca. ¡ Que pesar tengo de haberle conocido tan tarde!
j Que' dolores no me causan mis horrores pasados! ; Es
posible que haya yo blasfemado por tanto tiempo este
adorable Nombre ! ¡ Cómo he podido yo tener tanto
horror á los Christianos , quando tengo mi dicha en mo
rir en esta Santa Ley ! En fin, Plauciano le hizo cortar
la Cabeza el dia veinte y cinco de Agosto.
Este Martirio de San Gine's Cómico , está sacado de
cinco M.S. el primero de M. Colbert , segundo de San
German de los Prados , tercero de los Carmelitas Des
calzos , quarto del Ciste'r , y el quinto de M. el Presi
dente Boubier. (1)

LECCIÓN XLVI.

ABas de San Acacio Obispo y Martir , donde se deben ad


mirar las respuestas vivas y fuertes del Santo, proban
do la vanidad de los ídolos , y verdad de la
Unidad de Dios. (2)

ilallandose Marciano ( por los años de doscientos y


cinquenta en el Imperio de Decio ) Varon Consular , y
enemigo declarado de los Christianos en Antioquía , pe
queña Ciudad de su Gobierno , mandó comparecer an
te sí al Obispo : llamabase e'ste Acacio ; y su zelo epis-
co-
(1) Theod. Ruinart. Aftas Tom. 1. p. 33J?.
(2) Theod. Ruinart. Aftas Tom^i. Sacadas de los MS.
del Sr. Obispo y Conde de Chalons , y de diversas ediciones.
248 Verdad de la Religion,
copal junto con una ardiente caridad para con todos le
habian hecho dar el sobrenombre de Escudo y refugio
del pais. Luego que este Santo Hombre fué introducido
en la presencia de Marciano le dixo este Gobernador:
Puesto que tienes la dicha de vivir baxo la proteccion
de las Leyes Romanas , estás obligado á amar y honrar
á nuestros Príncipes que son los prote&ores. Acacio res
pondió : Sabed que de todos los Vasallos del Imperio,
ningunos hay que amen y honren mas al Emperador,
que los Christianos. Nosotros pedimos sin cesar por su
persona; y suplicamos á Dios en nuestras oraciones, que
le conceda una vida dilatada , llena de prósperos suce
sos , y colmada de todas suertes de bendiciones , y que
le dé el espíritu de justicia y sabiduría para gobernar sus
pueblos ; que todo su reinado se pase en una paz flore
ciente ; y mantenga ia alegria y abundancia en todas las
Provincias que le obedecen. Marciano. Todo eso es muy
loable ; pero para que el Emperador pueda estár aun to
davía mas fuertemente persuadido de vuestra fidelidad
y zelo que decís tener por su persona , venid á ofrecer
le con nosotros un sacrificio. Acacio. Acabo de deciros
que yo ofrezco mis votos por la salud del Príncipe á mí
Dios , que es el único y verdadero Dios , mas por lo
que toca al Príncipe , no puede exigir de nosotros sacri
ficio alguno , ni nosotros se lo debemos ofrecer ; por
que en fin , lo que se llama sacrificio , no lo es debido
á hombre alguno por Soberano que sea. M. Pues dime,
l qué Dios adorais vosotros , para que de nuestra parte
podamos tambien presentarle nuestros votos , y nues
tros inciensos ? A. Yo deseo de todo mi corazon que le
conozcais. M. Enseñadme su nombre. A. Llámase el
Dios
POR t-A PACIENCÍA DE LOS MÁRTIRES. 249
Dios de Abracan , de Isac , y de Jacob. M. ¿ Son tam
bien esos Dioses ? A. No por cierto : son unos hombres
á quienes Dios ha hablado verdaderamente. No hay or
tro mas que e'i solo que sea Dios , y el solo debe ser ar
dorado , temido y amado. M. ¿ Quien es en fin ese Dios'?
A. Adonai el Altísimo, que está sentado sobre los Que
rubines , y sobre los Serafines. M. ¿ Que' es Serafín ¡ A.
Es uno de los Ministros del Dios Altísimo , y de los
principales Señores de la Corte Celestial que se acerca
mas al Trono. ,
M. 1 Que' quimeras nos vendeis aquí ? Dexad todas
esas cosas invisibles , y adorad ántes á unos Dioses que
podeis ver y «conocer. ^Í.Pues decidme ahora igualmenr
te: ¿\qué Dioses son esos á quienes quereis que sacrifi-?-
que ? M. Apolo , el Salvador y libertador de los -hom
bres , que nos puede preservar de la hambre , de la pes
te , y de las otras miserias ; que ilustra , rige., y gobier
na el Universo. A. Apolo decís ? ¿ Que es joven loco; que
perdido de amor por una Doncella, (i) andaba tras ella,
sin preveer que en el momento mismo la iba á perder pa
ra siempre ? Ello es constante que no era Profeta , (2)
puesto que ignoraba lo que habia de suceden y aun mu
cho menos era Dios,puesto que se dexó engañar por una
muger. Pero no fué la única desgracia que le sucedió, ni
sola la necedad que cometió. Porque amando los hermo
sos mancebos , concibió una pasion detestable por el be
llo Jacinto, como todo el mundo sabe; y fue' bastante vil
en quebrarle la cabeza á este hermoso galan con el mis-i
mo texo conque jugaba con él. ¿ No es tambien ese Dios,
Tom. II. C quien .
(1) Dafne , que fué convertida en laurel.
(2) Consultábasele por toda la tierra sobre lo futuro.
150 Verdad de la Religion,
quien con Neptuno, otro Dios como el > se hizo albañil,
y se ajustó con un Rey (i) para construir las murallas de
una Ciudad ? Él fué tambien , quien arrojado del Cielo,
no teniendo dinero, se puso a guardar los Rebaños del
Rey Admet'o : y quereis obligarme á ofrecer sacrificios
á semejante divinidad \ No quisierais tambien, que ofre
ciera yo á Esculapio , aunque lanzado y fulminado por
Júpiter; á Venus , á pesar de su libertina vida , y de sus
infames amores ; y á otros cien monstruos semejantes , á
quienes sacrificais vosotros ? No creais, que el temor de
perder la vida en medio de los mas terribles suplicios,me
pueda jamás resolver á adorar , los que me avergonzada
de imitar , y de los quales no hago sino menosprecio, te
niendoles horror. Decidme: Si alguno en vuestro gobier
no , despues de haber cometido semejantes atentados,
quisiese justificarse con el exemplo de vuestros Dioses»
les tendrias tanto respeto y complacencia, que los dexa-
rias libres l Y con todo eso , adorais en vuestros Dioses
lo que castigariais severamente en los hombres. M. Yo
bien sé , que es muy freqüente en vosotros los Christia-
nos vomitar fuertes injurias contra la magestad de nues
tros Dioses : por eso quiero que ahora al punto vengais
conmigo al templo de Júpiter y de Juno , para darles en
un banquete Religioso, que allí haremos en honor suyo,
lo que les es debido á estas grandes divinidades. A. Bue
no : Con que habia yo de ir á sacrificar á un hombre, cu
yo sepulcro se ve' aun el dia de hoy en la Isla de Creta!
(2) Pues que ha resucitado ? M. Todo eso no vale nada:
es necesario sacrificar , ó morir. A. Ve' ahí justamente lo
que usan los salteadores de Dalmacia en los desfiladeros
de
(1) Laomedon Rey de Troya. (2) Candía.
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2J I
de sus montañas con los pobres pasageros , á quienes su
desgraciada fortuna los lleva por allí : la bolsa , ó la vida
les piden r y es necesario dexar la una, ó la otra. Lo mis
mo es necesario hacer aquí ; ó perder la vida, ó cometer
un delito. Pero yo os digo claramente , que nada temo,
que nada me dá cuidado : las leyes castigan á los adúlte
ros y á los homicidas. Si yo fuese reo de alguno de estos
delitos , yo sería el primero á condenarme y á castigar
me , sin aguardar vuestro juicio : pero si todo mi delito
es adorar al verdadero Dios , y por esto solo soy condu
cido al suplicio , ya no será la ley la que me condene, si
no la injusticia del Juez. Uno de nuestros Profetas que
era Rey, exclama en muchos lugares : (1) Ellos se han
apartado todos del camino real : todos han llegado á ha-*
cerse inútiles: no hay uno que obre bien: no hay uno so
lo. Y en uno de nuestros libros sagrados (2) está escrito:
Sereis juzgados del mismo modo que juzgáreis ; y se ha
rá con vosotros, como hubiereis hecho con los demás. M.
Yo, yo no tenga órden de juzgar , sino de precisar. Y así
si no obedeceis voluntariamente , yo sabre' haceros obe
decer por fuerza. A. Y yo , yo tambien he recibido un
mandato , al qual deseo obedecer ; y es el no negar á mi
Dios. Si creeis estar obligado á executar las órdenes de
un hombre mortal , que mañana será el pasto de los gu
sanos; ¿quál debe ser mi fidelidad y miexa&itud en obe
decer á un Dios , cuya duracion es eterna y el poder es
infinito , y que ha pronunciado esta terrible sentencia
contra los que le abandonaren : (3) Qualquiera que no
confesáre mi nombre delante de los hombres, yo tampo
co lo reconoceré delante de mi Padre , quando venga á
C2 juz-
(1) Saina. 13. y 72. (2) Luc. 6. (3) .Matth. 10.
a^2 Verdad de la Religion,
juzgar , todo cercado de gloria y magestad , a los vivos
y muertos ? M. Acabais justamente de declarar este er
ror de vuestra Secta, que largo tiempo tenia yo gana de
saber. ¿Con que decís que Dios tiene un Hijo? A. Sí; tie
ne uno. M. ¿Y quién es ese hijo de Dios ? A. El Verbo
de gracia y de verdad. M. ¿ Es ese su nombre ? A. No
me habeis pues preguntado su nombre , sino qual era su
poder. M. Y bien; su nombre qual es ? A. Jesu Christo.
M. i De que' muger ha tenido Dios ese hijo? A. Dios no
engendra á su hijo al modo de los hombres ; ántes bien
quando Dios crió al primer hombre , le formó un cuer
po con un poco de tierra , y despues le inspiró el alma
y la vida: Conque no penseis que esta Divina Mages
tad , que es un espíritu puro , mancha su infinita pure
za con el comercio de alguna muger mortal. Y así el hi
jo de Dios , el Verbo de la verdad , ha salido del enten
dimiento de Dios. Esto es lo que está declarado en los li
bros divinos en estos términos : (i) Mi corazon baprodu.
(ido una Palabra santa. M. ¿ Luego Dios tiene cuerpo? A.
Aunque. solo Dios verdaderamente se conoce, nuestra
Fé nos le propone incorporeo ; y así, veneramos en esta
Esencia Divina un espíritu de virtud y poder. M.Si Dios
no tiene cuerpo; cómo le dais corazon ? Todo lo que tie
ne principio de sensacion , precisamentedebe tener cuer
po. A. No se ha de entender por la voz corazon , sino el
mismo entendimiento y la misma sabiduría: Dios es prin
cipio de ella ; y e'sta es superior e independiente de todo
se'r corporeo : con que tiene de cuerpo, el mismo enten
dimiento y la misma sabiduría. M. Bolvamos al asunro.
Considerad los Catafriges : (2) Estas son gentes que pro-
fe-.
(i).Salrh. 44. (2) Antiguos Hereges.v .^
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 25i
fesan una antigua Religion: ahora bien, ellos han renun
ciado sus antiguos errores , y se han juntado á nosotros
para ofrecer sacrificios á nuestros Dioses. Creedme,y ha
ced otro tanto. Juntad todos los Christianos que están
baxo vuestra conduela , y persuadidles que abrazen la
Religion del Emperador. Haced que todo el pueblo os si
ga al Templo. A. A mí no esa quien este pueblo obede
ce : es á Dios. Y así , me oirá voluntariamente quando
le quisiere enseñar cosas justas y puestas en razon, y que
no sean opuestas á la ley de Dios ; pero todos me aban-.
donarán , y no harán sino despreciar mis palabras, como
conozcan que son contrarias á esta divina ley , y que so
licito pervertirlos. v
M. Dame sus nombres. A. Sus nombres están escritos
en el Cielo , y en los sagrados registros de Dios. ¿Creeis
que los ojos de un mortal puedan leer los cara&éres for
mados por la mano del mismo Dios ? M. ¿ Dónde están
los otros Magos tus compañeros ; aquellos diestros im
postóres , que hacen como tú , profesion de ese arte en
demoniado ? A. Ninguno hay en el mundo , que tenga
'mas horror á la Mágia, que los Christianos. M. Esa nue
va Religion que introducís, que' otra cosa es que Mágias
y encantamientos ? A. Llamais encantamientos á lo que
nosotros hacemos con vuestros Dioses , que derribamos
muchas veces con una sola palabra , y hacemos baxar de
aquel alto grado en que vosotros les habiais colocado,
quitandoles la divinidad que tenían de vosotros. Porque
en fin , esos pobres.Dioses quedarian imperfectos , si la
madera , ó la piedra faltase al oficial que los hace. Pero
nosorros ; nosotros no tenemos por Dios á quien hemos
forjado con nuestras manos , sino á aquel que nos ha for
ma-
2 54 Verdad de la Religion,
mado con las suyas ; nos ha criado, como Dueño y Se
ñor de la naturaleza; nos ha amado como un buen padre;
y que nos ha librado de la muerte y del infierno , como
un pastor cuidadoso y apasionado. M. Dame , te digo,
los nombres que te he pedido , y tema mi severidad tu
resistencia. ^.Comparezco delante de vos, y me pregun
tais mi nombre: quereis tambien saber el de los otros Mi
nistros del Señor : Creeis poder desarmar á muchos, no
pudiendo resistir á uno solo.Mas ya que tanto gustais de
saber los nombres, yo me llamo Acacio; y si quereis aun
saber mas , me llaman Agatange; y mis dos compañeros,
Pison Obispo de Troyes, y Menandro Presbítero de esta
Iglesia. Haced ahora lo que gustareis. M. Tú estarás en
prision , hasta que haya informado ai Emperador de la
ley que tan tenazmente sigues ; y aguardaré sobre esto
sus órdenes.
Decio , habiendo leído esta relacion , no pudo dexar
de admirar las respuestas vivas, y llenas de caridad y jus-;
ticia , de que usó el Santo Obispo Acacio ; y disimulan
do toda esta disputa , premió á Marciano con el Gobier
no de Panfilia , y permitió á Acacio que siguiese con li
bertad su Religion.

LECCIÓN XLVII.

ABas de otros Mártires , Andrés , Pablo , y Dionisia , que


entró a sufrir el martirio por Nicómaco , que negó
la Fé en los tormentos.

X ara que se reconozca quándo la gracia de sufrir el


martirio es un don de Dios que nadie puede merecer, re-
fe-
POR LA PACfENCÍA DE LOS MÁRTIRES. 2 55
feriremos la Historia siguiente, advirtiendo primero, que
la experiencia acreditaba en aquellos tiempos, como esta
-gracia de fortaleza y perseverancia , no la concedia co
munmente el Señor á los Christianos que hablan vivido
licenciosamente en el Christianismo , sino á los que lle
nos de virtud y humildad , se disponian para entrar en
estas batallas del Señor. En esta relacion debemos apren
der á no confiar en nuestras fuerzas , implorar el favor
divino , y prepararnos con las virtudes para merecer una
santa muerte. La Historia pues es como se sigue.
Por los años de doscientos cinqüenta y uno, en el
Imperio de Decio , fueron llevados á presencia del Pro
consul en Troades, (i) tres Christianos, Andrés, Pa
blo , y Nicómaco. (z) Preguntóles de dónde eran, y de
que' Religion. Anticipandose á los demás Nicómaco, di
xo en voz alta que era Christiano. Hablando despues el
Proconsul á los otros dos, les dixo: Y vosotros? Ellos res
pondieron modestamente : Nosotros somos Christianos.
Buelto éste á Nicómaco , le dixo : Sacrifica álos Dioses.
como lo manda el Edictodel Príncipe. Nicómaco respon
dió •: No ignorais que no le es permitido á un Christiano
sacrificar i los demonios. Vista esta respuesta , el Juez le
tuzo poner á tormento. Pero él , nopudiendo ya casi a-
guantar mas, y viendosereducido al último extremo, gri
tó; Que paren; yo jamás fui Christiano: pronto estoy á.
sa-
(1) Ciudad edificada por Alexandra sobre las ruinas de
Troya.
(2) D. Theod. Ruinart Jdias sacadas de muchos MS. a sa-
her ; uno de la Iglesia Metropolitana de Reims ; tres de la de San
German ; tres de la Blibi. de M. Colhert- uno de ¿a M. el Abad de
Noailes ; otro de San Remigio; otro de los Celestinos de Varts\otro-
de Citeauj otro de Long-Vont\otro de Qrcam,y de Bolanda.Totn.I.
256 Verdad de la Religion,
sacrificar á los Dioses. Al punto hizo aflojar el Procon
sul ; pero apenas hubo sacrificado , quando apoderando
se el demonio de el y agitandole con crueles golpes , lo
tiró contra el suelo: allí espiró este infeliz , despues de
haberse cortado la lengua con los dientes y habersela co
mido. ^,
Asistia entre los que estaban presentes á este horri
ble espectáculo , una jóven doncella llamada Dionisia,
de edad de quince á diez y seis años , que no pudo con
tenerse en exclamar : ¡ Ah , miserable que por no har
ber podido sufrir un momento , te has preparado una
eternidad de penas. Fue esto oído del Proconsul , quien
la hizo acercar ; y habiendola preguntado si era Chris-
tiana , respondió que sí ; y este es el motivo porque
lloro á este infelize , que por evitar algunos momentos
de dolor , se ha privado el mismo de un descanso , que
no se acabará jamás. Replicóla el Proconsul : Tú te en
gañas, hija mia ; porque sacrificando á los Dioses , y a
los Emperadores , ha cumplido con su obligacion , y ha
hallado el descanso que decís. Pero para que no que
dase expuesto á las reprehensiones que vuestros Chris-'
tianos hubieran podido hacerle por su dichosa mudan
za ; Venus y la gran Diana se han dignado retirarle proh;
ta mente del mundo. Y tú disponte á sacrificar , ó ser
quemada viva. Dionisia respondió : Yo no os temo ; el
Dios á quien sirvo , es mas poderoso que vos : él me
dará la fuerza para sufrir.
Entonces el Proconsul la entregó a dos jóvenes per
didos para que hiciesen de ella lo que gustasen: y á
Andrés y á Pablo los bolvió á embiar á la carcel. Los
jóvenes disolutos llevaron á Dionisia á su casa. Hicie
ron
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. -'*57
ron todos sus esfuerzos para obligarla á satisfacer su bru
talidad , pero ella se defendió tambien , y por tan largo
tiempo , que los cansó ; y con esta larga y generosa re
sistencia apagó el fuego impuro de sus infames pasiones.
A la media noche se apareció de repente un mancebo
todo bañado de luz , en la sala donde estaban todos
tres. Entonces estos jóvenes viciosos, temblando y me
dio muertos de temor , se echaron á los pies de la casta
doncella Dionisia , y la suplicaron los librase de la cóle
ra de aquel hombre tan admirable. No temais les dixo
¿Ha con mucha dulzura : verdad es que este que veis
es el Ángel de guarda de mi pureza ; pero por mi aten
cion no os hará mal alguno.
Luego que amaneció r se juntó el pueblo al rede* .
dor de la casa del Proconsul, pidiendole las vidas de An
drés y Pablo con tumultuaria algazara. Habianse mez
clado entré el pueblo Onesicrato. y Macedon, ambos dos
Sacerdotes de Diana , y le acaloraban mas y mas. Au
mentandose la sedicion , embió el Proconsul a buscar á
Andre's y Pablo , y les dixo : No hay mas que un me
dio para apaciguar este túmulto , y es ofrecer víctimas
al instante á la gran Diana : Respondieron los dos Már
tires : Nosotros no conocemos á Diana por Diosa, ni
por Dioses á los otros demonios que adorais : no adora
mos mas que un solo Dios. Oyendo esto el pueblo , ins
tó al Proconsul se los entregase para darles la muerte; lo
que le concedió, despues de haber hecho destrozar á los
Mártires sus carnes con azotes. Apoderado de ellos el
pueblo , los sacó fuera de la Ciudad , en donde comen
zó á tirar sobre ellos una nube de piedras.
Llegó bien presto la noticia á los oídos de Dionisia.
Tom.II. D En-
25 8 Verdad de l/v Religion,
Entonces esta Virgen , escapandose de sus guardias , en
tre gemidos y abundantes lágrimas , llega presurosa al
lugar en donde se execuraba el suplicio. Luego que es-
tubo en él se arrojó sobre los cuerpos de los Santos Már
tires , que todavía respiraban > y hablando con ellos les
decia así. ¿ Por qué os quereis ir al Cielo sin mí ? Yo
quiero morir con vosotros, para vivir eternamente en
vuestra compañía'. Informaronle al instante al Procon
sul , que esta jóven doncella habia triunfado de las vio
lencias de los dos jóvenes desalmados milagrosamente
preservada de ellos ; y que habiendose escapado de la
prision , estaba resuelta á morir con los dos CLiristianos
que estaban apedreando : Entonces mandó que la reti
rasen de allí, .'y que la conduxesen á otro lugar , para
cortarla la Cabeza. Lo qual al punto fue' executado,
en Lampsac , el dia quince de Mayo , siendo Empe
rador Decio , y Proconsul Óptimo.

LECCIÓN XLVIIL

ASlas de Santa Teodora y San Dídimo , que contienen una


historia singular , y como el Santo no quiso que pasase
por milagro un caso que lo creían por tal
los Gentiles. (i)

dentado en su Tribunal Eustratio , Prefecto Augusta!


de Alexandría , mandó que llevasen allí á la Virgen
Teo-
(i) D. Theod. Ruinart. Act. Tom. a. p. %fx. Sacada deBo-
lando , sobre el Texto Griego , y cotejado con las mismas refe
ridas por Surio. San Amb. en el lib. a. de las Virg. cap. 4.. ha
ce elogio de esta Santa Martir.
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2 5P
Teodora. Y un Escribano respondió : Aquí está., Se
ñor. Dixola el Prefe&o : ¿ De qué condicion eres ? 'Teo
dora. Christiana. Proconsul. ¿ Eselava ó libre ? 7. Ya os
he dicho que soy Christiana. En quanro á lo demás, vi
niendo Jesu Quisto al- mundo , me rescató ; y por otra
parte , he nacido de padres libres. P. Llamen al Procu
rador de la Ciudad. Luego que llegó este , le preguntó
él si la conocía , y le mandó decir lo qué sobre esto
supiese. Por vuestro ilustre nacimiento os digo , que
la conozco por una de las mejores familias de Alexan-
dría. ¿ Pues de qué nace , replicó el Prefeéto , dirigien
dose á Teodora , que habiendo nacido de padres nobles,
no se haya casado ? T. Por agradar á Jesu Quisto que
haciendose hombre , santificó nuestros cuerpos , y en
quien espero , que con tal que yo le sea siempre fiel,
me preservará de toda corrupcion. P. ¿Sabes que hay
un Decreto de los Emperadores , que contiene , que las
vírgenes que reusan sacrificar á los Dioses , sean expues-
tas en un lugar de prostitucion 'í T. Creo que tampoco
ignorais , que Dios en cada accion mira á la voluntad:
Él sabe muy bien , que la mía es de conservar entera
mente mi pureza ; y así , si con todo eso me hiciereis
violencia , no por eso dexaré de ser á sus ojos mas pura.
P. i Es posible que tanta hermosura ha de llegar á ser
presa de algun perdido ? Yo os protesto que siento in
finito la deplorable suerte que te preparas; pero tampo
co puedo dexar de advertirte , que esta compasion te
será inútil, si desprecias los consejos que te doy. Si; yo
te juro por los Dioses , que es preciso, ó sacrificarles , 6
resolverte á ser el oprobio de tu familia , y la deshonra
de los buenos. Ya te declaré ántes la intencion de los
Dí Em-
2 6o - Verdad de la Religion, v
Emperadores. T. Y yo os he dicho ya , que Dios no a-
tiende sino a la voluntad , penetra en lo secreto de los
corazones ; y no ignora ninguno de nuestros pensamien
tos. No me tendré yo por deshonrada , si se me emplea
la fuerza para deshonrarme. Porque si , por exemplo,
me quisieses hacer cortar una mano , un brazo , ó la ca
beza , ¿ sería yo culpable de homicidio ? Sin duda que
no ; solo si lo sería el que cometiese esta violencia. Pues
del mismo modo , en qualquiera estado que me halle,
siempre sere' de Dios , siempre seré virgen. Él ha pues
to en mí este precioso tesoro de la virginidad , sabrá
muy bien conservarle. P. A lo menos libra á tu casa de
una afrenta tan grande. Acuerdate de quien has nacido;
porque segun lo que me ha dicho el Procurador de la
Ciudad, tu padre tiene en ella uno de los primeros pues
tos : ¿ es posible que has de manchar en un dia el honor
de tu familia ? T. El origen del verdadero honor es Je-
su Christo , y éste quien ennobleció las almas , y de
quien la mia ha recibido el poco esplendor que tiene.
Él estorbará , que su paloma caiga en las garras del al
cotán. P. ¡ A y de mi ! Hija mia querida , ¿ en qué po
nes tu esperanza? ¿En un hombre muerto en una Cruz?
¿.Piensas que quando yo te haga llevar á un lugar infa
me , te vendrá á sacar de él? Tú misma harás que se
burlen de tí , por una confianza tan mal fundada. T.
No juzgo tan mal como piensas , y digo , que creo fir
memente que este Jesus , que padeció debaxo del poder
de Poncio Pilato, me librará de las manos de los que han
jurado mi pérdida , y me conservará pura y sin mancha.
Juzgad ahora si puedo yo renunciarle. - -
....- P. ¿Has dicho todo lo que tienes que decir? Es pre-
•.:. - . ; CÍ-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. i6l
ciso confesar que he tenido una grande paciencia en de-
xarte proferir todas tus visiones ; lo que yo debia hacer
era. . . . pero en fin , si continuas en esa obstinacion, no
te distinguiré á tí mas que á la mas infeliz esclava ; y
hare executar en tí el edicto con todo rigor como'sobre
qualquiera muger comun. T. Aquí estoy > yo os entre
go mi cuerpo : vos sois tambien dueño de él ; peTo so
bre mi alma sabed que solo Dios tiene poder. P. Dadle
dos bofetadas ; y decidla : toma , esto es para curarte
de tu locura ; acercate al Altar y sacrifica á los Dioses»
T. No permita el Señor que yo sacrifique jamás á los de
monios , ni que yo los adore. P. ¿Es posible que me ha
yas obligado a\ tratarte de esta suerte , y á hacer' una
afrenta sensible á una doncella de honor ? ¿ Hay locura
como esta ? T. Esta santa locura que nos hace confesar
d Dios vivo , es la mas alta sabiduría ; y lo que llamáis
afrenta , será en el Cielo ^mi mayor gloria. P. Al fin tú
me harás perder la paciencia , y yo haré executar el e-
di&o. Pensé poderte apartar de tu desvarío, y he teni
do paciencia ; pero puesto que tu error puede mas para
contigo , que tu propio honor , y que te complaces en
ese espíritu de rebelion, yo mismo me haria reo de des
obediencia si dilatase por mas tiempo el castigar la tu
ya. T. Vos temeis desagradar á un hombre ,. y os re
prendeis vuestra poca solicitud en executar sus órdenes?
pues yo tambien temo desagradar a Dios , y mi anhelo
es por obedecer lo que me manda: yo temo que el Rey
del Cielo y de .1a tierra no esté contento conmigo, y que
me acuse de desprecio. P. Pero parece que tú no temes
mostrar desprecio por los decretos de los Emperadores»
e interiormente parece que me tratas á mí de ins.ensato.
Mas
z6z Verdad de la Religion,
Mas no obstante , yo te doy tres dias de termino para
pensar sériamente en lo que te conviene. Pero acabado
este plazo , si no te hallo sumisa , y pronta á hacer to
do lo que te se pidiere , por los Dioses que te he de ha
cer llevar á un lugar en donde sirvas de exemplo ; pero
de un exemplo terrible , y que contenga á todas las de
más mugeres que procedan como tú. T. No es necesa
rio aguardar para eso tres dias ; porque ni toda esa di
lacion me hará mudar de dictamen. Pronta estoy á ir
donde quiera me hiciereis llevar .'> porque no hay sino
un Dios en el mundo , y ese no me ha de abandonar.
Bien podeis hacer desde oy todo quanto gustateis. Pe
ro si no obstante habeis resuelto dexar pasar tres dias,
la tínica gracia que os pido es , que conserveis mi ho
nestidad hasta que hayais dado vuestra sentencia. P. Es
to es muy justo. Que la guarden con cuidado por tres
dias , pero que no se le haga ninguna violencia : Está
muy bien , que se le respete la nobleza de su sangre,
y la grandeza de su nacimiento.
Pasados los tres dias mandó el Prefe&o que le lle
vasen á Teodora. Luego que llegó la dixo : Y bien, ¿has '
tomado otra mejor resolucion ? Si es así , sacrifica , y
vuelvete á casa de tu Padre ; pero si continuas en ser a-
quella hija encaprichada á quien nada la puede persua
dir , te prometo que ántes de una hora habrás perdido
esa virginidad que tanto procuras conservar. T. Ya os
he dicho mas de una vez , y aun os lo vuelvo á repetir,
que el voto de castidad que tengo hechp , lo hice por
inspiracion del mismo Jesu Christo. Sabe muy bien el
médio de estorvar que su Esposa pierda la única cosa
que le puede agradar en ella i sabrá tambien sacar á su
ove-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2Ói
oveja de enmedio de los lobos. P. Por los Dioses te ju
ro que no me expondré yo por tí á la indignacion de
los Emperadores. Voy á pronunciar la sentencia. Allá
te las hayas , si no sacrificas á los Dioses. Ya .veremos si
tu Jesu Quisto tiene tan gran cuidado de su oveja , y
de su paloma; él lo debe hacer por poco agradecido que
sea.' T. Eso no os dé cuidado. Este Dios que ha sido
hasta aquí guarda de mi pureza , se hará el protector
contra la violencia de algunos hombres perdidos que
quisieren corromperla.
Eué pues conducida la Sierva de Dios á un lugar de
prostitucion. Al entrar en él levantó los ojos al Cielo , y
dixo: Omnipotente Dios y Padre de miSeñor Jesu Quis
to , socorredme , y sacadme de este infame lugar. Vos,
que libertasteis á San Pedro , y le sacasteis de la prision
antes que hubiese sufrido ninguna afrenta, haced que yo
pueda salir de aquí sin mancha alguna, para que todo el
mundo reconozca , tengo el honor de ser vuestra sierva
c hija. A este tiempo rodeaba ya todo aquel lugar un
tropel de Jóvenes perdidos , atrahidos de la esperanza
de lo que ellos llaman fortuna : miraban ya á esta ino
cente belleza como á una presa que no se les podia huir>
y ya no se trataba mas , que de saber quien sería el pri
mero que entrarla. Pero Jesu Quisto cuidaba de la con
servacion de su Esposa ; y así envióla inmediatamente
uno de sus siervos para que quedase libre. Habia pues
entre los Christianos de Alexandría un Joven que temia
áDios , y andaba con mucho ardor en el camino de la
virtud. El santo zelo que concibió por la pureza de la
Esposa de Jesu Quisto , le hizo recurrir á una inocente
estratagema , para sacarla de aquel horrible peligro. To

264 Verdad de la Religion,
mó pues un vestido de Soldado , y afeitando todo el ai
re y modales de un Joven estragado , entra con desenfa
do en el aposento. Viendole acercar la Santa ^sintió que
toda su sangre se helaba en las venas. Huye de el ; corre
á todos los rincones de la Sala , falta ya el aliento : peco
este genetoso y desconocido Jóven se esfuerza á persua
dirla, que él no ha venido allí con ánimo de hacerla nin
gun ultrage. En fin , habiendo llegado á ella , al punto
que comenzaba ya á rendirse y no poder huir mas : No
temas hermana mia , la dixo ; no soy yo el que tú pien
sas : yo soy uno de los hermanos , que me he disfraza
do así para sacarte de este lugar. Vengo á librar la Espo
sa de mi Señor, su oveja , y su paloma. Toma mis vesti
dos y dame los tuyos , y á favor de este disfraz sal de a-
quí : haz que esta vestidura , que tanto horror te causó
al principio , sirva de ponerte en seguridad , y el Señor
vaya contigo. Reconoció entonces Teodora , que Dios
habia embiado su Ángel para cerrar la boca á los Leo
nes. Mudóse prontamente los vestidos , y no sin inquie
tud por' su libertador , le dexó los suyos. Hácela que se
cale su sombrero hasta los ojos ; y particularmente la en
carga , que al salir los baxe sin detenerse ni hablar á na
die , sino afe&ando una continencia vergonzosa , y el a-
presurado embarazo de un hombre que sale de semejan
tes sitios. Luego que Teodora se vió libre de los ojos de
los que la hubieran podido conocer , se paró un poco» y
desplegando , digamoslo así, sus alas, toma su buelo ácia
el Cielo , que acababa de librarla de la garra del halcon.
Quedóse entretanto el generoso incognito sentado en la
Sala, acompañado de ja Caridad : tenia cubietta la cabe
za con el velo de Teodora, y estaba vestido con su ropa;
pe-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. %6 %
pero á demás de eso, tenia una corona que la Caridad le
habia dado. x Creyendo pues uno de los que estaban á la
puerta haber visto salir al Soldado , que era el primero
que habia entrado , abrió con desenfado la Sala , y se
quedó sumamente soiprendido.de hallar á un hombre en
lugar de una persona tan hermosa como la que buscaba
allí. Sale pues aturdido, y vá á decirles á sus compañeros:
Sabeis quien hay allí dentro , y la buena moza que he
hallado? Yo habia oido decir, que ese Jesus delos Chris-
tianos convirtió un dia la agua en vino , y lo tenia esto
por una fábula ; pero ahora ya no tengo dificultad en
creerlo , despues de lo que acabo de ver; y aun esta últi
ma mudanza es mucho mas dificultosa que la primera.
Porque mudar una muger en hombre , es muy diferente
de la agua en vino. Yo me marcho, no sea cosa que le dé
la gana de bolverme en muger. O decidme : Estoy ya mu
dado? Pero oyendo lo que decia este hombre, el que ha
bia librado á la Virgen , le'xos de quererse ocultar baxo
de un falso milagro , exclamó : No , no ; aquí no hay co
sa extraordinaria y sobrenatural, ni el Señor ha mudado
nada en mí; yo soy el mismo que era : la única novedad
que ha sucedido es , que yo tengo una corona, que ántes
no tenia. Consolaos , que aunque es verdad que no te-
neis á la-que ántes estaba aquí , podeis vengaros del que
ha quedado en su lugar. A mí se me deben dos palmas.
Yo he entrado aquí virgen , y saldré de aquí virgen y
mártir , y siempre soldado de Jesu Christo.
Apoderaronse inmediatamente de este generoso Jó
ven y.y lo llevaron al Prefecto. Cómo te llamas ?le dixo
este Magistrado. Me llamo Dídimo , respondió el jótfen
Christiano. P. Quien te ha obligado á hacer lo que has
Tom. II. E he-
a 66 Verdad de la Religion,
hecho ? D. El mismo Dios me lo ha mandado. P. Antes
que te haga poner en el tormento declara dónde está
Teodora. D. Os juro que no lo sé. Lo mas que os pue
do decir de cierto es , que es una verdadera Sierva de
Dios ; y que éste la ha conservado pura y casta , por ha
ber confesado á Jesu Christo su hijo. Por eso no preten
do yo atribuirme el mérito de esta.accion , pues toda la
gloria se debe solo á Dios. Este gran Señor ha atendido
á la grandeza de la fé de esta admirable Doncella, como
vos mismo lo podriais testificar , si quisieseis hablar in
genuamente. P. De qué condicion eres ? D. Soy Chris-
tiano, y liberto de Jesu Christo. P. Dadle tormento dos
veces mas fuerte que lo ordinario , por esa accion. D.
,Yo os suplico , seais puntuales en obedecer las órdenes
de vuestro amo , y no diferirlo un momento. P. Por los
Dioses te juro , que puedes esperar ser atormentado de
buena manera , á menos que no ofrezcas sacrificio á los
Dioses : este es el único medio de enviarte absuelto de
la accion temeraria que te has atrevido á executar. D.
Esta misma accion que tanto condenais , es la que os
debo hacer conocer , que yo soy un verdadero Soldado
de Dios vivo , que combate por sus intereses y por sa
gloria. Y si por eso redoblais mis tormentos , recompen
sais duplicadamente las dos buenas acciones executadas
por mí : la una , de haber libertado á una virgen de la
infamia ; y la otra , confesado públicamente al Dios que
adoro. Por lo demás , no espereis que yo de incienso a
los demonios : aunque me hicieseis quemar vivo, no lo
hare. P. Una audácia tan grande no se debe quedar sirv
castigo : ella te costará la cabeza. Y por quanto no has
obedecido á los Edictos de los Emperadores , tu cuerpo
.-•' i -¡ '. des-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. ¡ 2 6f
despues de tu muerte será arrojado al fuego. D. 0 Dios
infinitamente bueno, y Padre de nuestro Señor Jesu
Christo ! Seais bendito para siempre. Vos no habeis des
preciado mis votos , ni mis deseos : libertasteis á vuestra
Sierva , y coronais á vuestro esclavo con dos coronas.
Cortáronle pues la cabeza, y echaron su cuerpo al fuego.

LECCIÓN XLIX. fc

Aftas de San 'taraco , Probo y Andrónico , Mártires , por


los años de 3o4 , en el Imperio de Dio-
/. i' cleciano. -\ .\

X ánfilo , Mariano , Lisias , Agatocles , Felix , Geme-


loy Atenion, Taraco, y Orosio : A nuestros amados her
manos Baso , Berulo , Timoteo , y Aquilo , y á todos
los Fieles de leona , que están santificados por la Ee' , y
unidos por la caridad de nuestro Señor Jesu Christo.
Hemos tenido cuidado con toda la exa&itud posible,
de recoger lo mas notable que ha pasado en Sicilia en la
muerte de algunos Mártires , cuyas cadenas desearemos
poder llevar nosotros , y cuyas Actas os enviamos ; ase
gurandoos al mismo tiempo, que no nos podreis dar maT
yor gusto que publicarlas. Sabed , que las hemos sacado
de los Regisrros de la Audiencia criminal de Tarso , por
medio de uno de los Alguaciles de esta Ciudad que nos
las ha conseguido mediante la suma de doscientos dine
ros. En ellas vereis el principio y la série del martirio de
estos admirables hombres , su glorioso fin ; y los prodi-r
gios que se ha dignado Dios obrar por ellos , para glo*
ria suya, ypara nuestra edificación» Os suplieamos^.queir
'¡i E 2 deis
i 68 Verdad de la Religion,
deis parte de ellas á los Fieles de la Pisídia y de la Panfí.»
lia , á fin de que nuestro Señor Jesu Quisto sea glorifi
cado , y cada uno de vosotros halle en esta fiel relacion
un nuevo motivo de animarse á combatir , con el auxi
lio del Espíritu Santo , á los enemigos de la verdad.
Nota. Estos Mártires sufrieron tres Interrogatorios,
y en ellos ¡numerables tormentos hasta morir ; mas por
no alargarnos demasiadamente (aunque los tres son muy
dignos de leerse) copiaremos únicamente el seg/ndo,
que es como se sigue.

INTERROGATORIO SEGUNDO,
en Metopueste en Cilicia.

Xiavio Cayo Numeriano Máximo Gobernador de Cili


cia , estando en su Audiencia , dixo al Centurion De
metrio : Entren los Chrrstianos , esos hoínbres impíos.
Este respondió : Aquí están Señor. Y Máximo habló de
esta suerte : Bien se' que la vejez se ha de respetar , pero
es quando la acompañan la cordura y prudencia ; y así
Taraco , si como creo que habiendo tenido lugar de ha
cer tus reflexiones , has mudado de parecer , y estás dis
puesto a obedecer á nuestros Príncipes , y sacrificar a los
Dioses , quiero tambien asegurarte , que estoy pronro á
dar á tu edad y mérito todo el honor que le es debido.
T. Plugiese á Dios , á este Dios que es el único y verda
dero Dios , que vuestros Príncipes , y todos los que por
complacencia ó por preocupacion siguen los mismos erro
res , pudiesen salir de la estraña ceguedad en que están,
y que ilustrados por la Fé , pudiesen andar á. favor de sus
luces por el único camino que lleva á la vida. M. Que-
. . ¡. .'. brad-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2 6<f
bradle Tas quijadas con una piedra , y decidle ? Dexa de
ser loco. T. Esta locura que me reprendeis , no es sino
una verdadera prudencia ; y la vuestra no es. sino una
verdadera locura. M. Ya no tienes ningun diente , infe
liz , y acaban de hacertelos polvos ; salva á lo menos lo
restante del cuerpo. 7". Aunque me hicieses mil pedazos,
siempre sería mas fuerte, porque toda mi fuerza viene de
Dios. M. No importa : creeme , que aun será para tí me
jor partido el sacrificar. T. Si yo creyese que esto me ha
bla de ser tan ventajoso como dices , no padeceria tan
grandes tormentos. M. Abofeteadle otra vez, y decidle:
Responde bien. T'. Me has hecho quebrar todos los dien
tes, y quieres que responda ? M. Ah insensato 1 despues
de todo esto aun no te rindes ! Acercate al altar , y sa
crifica. T. Si me has quitado el medio de hablar á lo me
nos con alguna facilidad , no me has podido quitar la ha-
-bla interior $* y mi alma cada vez está mas fuerte y mas
inalterable. M. Ah hombre maldito de los Dioses ! yo
hallare' el secreto de quitarte la locura : traigan un bra
sero con carbon bien encendido , y metedle las maros á
dentro , hasta que se quemen. 7". Si no- es mas que eso,
vuestro fuego poco vale : solo hay uno, que es el que yo
mas temo , y éste es el fuego eterno. M. Ya tienes tus
manos del todo tostadas ; ¿ no es tiempo de que llegues á
ser cuerdo i Ven pues a sacrificar. T. Parece que me ha
blais, como si ya me hubieseis hecho consentir en lo. que
pretendeis de mí , y como si vuestra crueldad me hu
biese quitado la fuerza de.poder resistiros mas : aun no
estoy en ese estado , gracias á Dios ; y así, no teneis mas
que continuar, que aun os he de hacer trabajar. M. Col.-
gadle parios pies con la cabeza abaxo , y encended fote-

2yo ' Verdad de la Religion,

go que haga mucho humo. T. ¿No me ha podido hacer


temer tu fuego , y pretendes intimidarme por tu humo?
M. Y sacrificarás ahora ? T. Bien podeia vos sacrificar,
que yo no lo hare. M. Traed vinagre y sal , y echadse
lo por las narices. T. Tu vinagre nada tiene de fuerte; y
no hay cosa mas sosa que tu sal. M. Mezcladle mosta
za , y frotadle las narices. T. Sábete que tus verdugos
te engañan , y que me han dado miel por mostaza. M.
Basta por ahora : entretanto yo imaginaré algun otro
nuevo tormento , y no se ha de decir que yo he salido
vencido en este negocio ; preciso será que dexes tu locu
ra. T. Está muy bien ; siempre me hallarás pronto á res
ponderte. M. Quitadle de ahí , y bolvedle. a la carcel.
Que entre otro. .;
Aquí está Probo , dixo el Centurion Demetrio. ¡¥j
bien ; ¿lo has pensado bien \ ¿Has sanado ya de tu loca
ra , y vienes con ánimo de sacrificar á los Dioses? Nues
tros Príncipes ya sabes tú que todos los dias les ofrecen
sacrificios por la salud de sus vasallos. P. Otra vez se re
nueva en mi corazon una nueva audácia ; los tormentos
que he sufrido no han servido de otra cosa , que de ha
cerme mas fuerte y mas vigoroso, endureciendo micuei?-
po ; y me siento con una firmeza capáz de sufrir todos
quantos me podeis hácet padecer. Ni vosotros , ni vues
tros Príncipes alcanzarán de mí, que sacrifique yo á unos
Dioses que no conozco. Yo tengo á mi Dios en el Cielo:
.yo le sirvo , yo le adoro ; pero ni sirvo , ni adoro á otro
que áe'l. M. ¿Pues qué, infeliz, los Dioses que nosotros
adoramos , no son Dioses vivos como el tuyo ? P. ¿Có*
mo unas piedras , y unos leños que son obra de un Es
cultor , han. de ser Dioses vivos ? Gobernador, no sabeis
,' l0
POR LA PACÍENCÍA DE LOS MÁRTIRES. %J%
ib que os haceis quando sacrificais á esta suerte de divi
nidades. M. Hombre malvado ; cómo tienes la insolen
cia de decir que no se lo que me hago , quando adoro á
los Dioses inmortales ? P. Perezcan para siempre esos
Dioses inmortales , que no han hecho ni el Cielo , ni la
tierra. M. Escucha , dexa todas esas astucias, que no te
han de servir ; si quieres que te salve la vida , dales in
cienso. P. Yo no puedo darselo a muchos Dioses; un so»
lo Dios es el verdadero Dios, y le adoro y le adorare'. M.
Pues bien : ven , y sacrifica a Júpiter el gran Dios , y de
los demás te dispenso. P. Yo tengo un Dios en el Cielo, no
temo nada , y á el solo adoro. Ya os lo he dicho tantas ve
ces , que esos á quien vosotros llamais Dioses , nada son
menos que Dioses. M. Yo te digo otra vez , que des cul
to y adoraciones a Júpiter , Dios poderosísimo. P. ¿ No
teneis verguenza de llamar Dios, á aquel a quien los a-
dulterios, los incestos , y otros delitos aun mas enormes,.
les parecen nada i M. Dadle en la boca ¡con¿ una piedra,.
por haber blasfemado. P. ¿ Porque me han de dar por
eso ? Adelanto; yo alguna cosa nueva ó falsa ? ¿ Los que
sacrifican á Júpiter hablan de otro modo ? ¿ Vos mismo
no lo habeis dicho siempre ? M. Es preciso contener estas
sátiras : Que pongan al fuego una plancha de hierro , y -
en estando caldeada , que se la pongan baxo las plantas
de los pies. P. Este. fuego. no tiene ningun calor; á lo me
nos yo no lo. siento.. M. Dexad la plancha por-mas tiemr
po al fuego , y nos la Saqueis. ¡de él hasta que; este hecha
toda asqua. P. Ahora. comienza á sentirse un poco- el ca
lor. M. Átenle pues ; tiendanlo sobre. el potro; y azoten
le con correas de cuero crudo, hasta que sus espaldas es
tén todas bañadas en sangre. P. Todo eso no. me hace:
fuer-
2J2 Verdad de la Religion,
fuerza , sí no inventais alguna cosa nueva , y haceis la
prueba; que entonces reconocereis el poder de Dios que
está en mí y me fortifica. M. Raedle la cabeza, y echad
le encima carbones encendidos. P. Ya me habeis hecho
quemar la cabeza y los pies , y esto no ha servido sino
de ostentar el poder y bondad del Dios que adoro,y con
venceros de vuestra impotencia. Yo sirvo á mi Dios, que
me salvará ; y no á vuestros Dioses , que no pueden ha^
cer mas que perder á los que le sirven. M. ¿ Con que to-
dos los que están aquí y sirven á los Dioses , están per
didos ? Al contrario son felices , honrados de los Empe
radores, y amados de los Dioses mismos ; quando tú por
tu desobediencia eres el horror de todo el mundo. P. Toa
dos quantos decís perecerán infaliblemente , si no hacen
penitencia , puesto que contra el testimonio de su con
ciencia han abandonado al Dios vivo por adorar á los I-
dolos. M. Acabadle de quebrantar todas las quijadas,
para que no diga mas un Dios , sino los Dioses. P. Mal
Juez ! Juez iniquo ! Tú me haces quebrantar los dientes
y desfigurar rodo el rostro, porque te digo la verdad. M.
No solo te mandare quitar toda la dentadura, sino tam
bien cortar esa lengua , que profiere tantas blasfemias.
P. Tú me harás cortar la lengua ; pero me podrás. tú por
ventura quitar esta hábla interior é inmortal , que oirá
Dios siempre á pesar tuyo ? M. Bolvedlc á la carcel , y
traed el tercero. 'í. .
Dixo el Centurion Demetrio : Señor , aquí está. M.
Los que han sido examinados ántes que tú , ó Andróni-
co , parece que al principio han querido subsistir en su
primera terquedad , pero que' han ganado con eso ? gol
pes, y confusion : y despues de haber padecido bastantes
tor-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 273
tormentos , les ha sido preciso rendirse , y les hemos he
cho, aunque con trabajo , resolver á convertirse. No obs
tante , no dexarán de recibir bastantes recompensas, que
se procurará darles por ello. Y así , ahora estás á.tiempo
de mirarlo bien y eligir el mejor partido, puesto que tar
de , ó temprano has de hacer lo mismo , y no has de po
der dexar de obedecer á los Emperadores, y de sacrificar
á los Dioses : hazlo voluntariamente , que con eso gana
rás mas ; pues á poco que te resistas , te juro porios mis
mos Dioses y por los invencibles Emperadores , que no
saldrás de mis manos por esta vez sin dexar la vida. A.
Impostór , para que pretendes engañarme ? Crees tú po
derme persuadir facilmente que has recibido de,l Cielo la
facultad de bolver las voluntades á tu antojo ? Mientes
descaradamente, quando me aseguras, que estos de quie
nes acabas de hablar, renunciaron al verdadero Dios: Yo
se muy bien, que ni siquiera pensaron en. consentir en tu
impiedad. Mas aun quando esto fuese así ; piensas tú ha
llar en mí tal facilidad ? No lo esperes : el Dios que ado
ro me ha revestido de las armas de la Fe ; y Jesu Christo
mi Salvador me ha hecho participante de su poder : esto
es lo que hace que yo comparezca aquí , sin temer ni tu
poder , ni el de tus amos y señores , ni el de tus Dioses.
Fuera de eso , expon á mis ojos , y prueba, si quieres, en
mi cuerpo todos los tormentos que has podido. inventar.
M. Atadle á dos estacas j y azotadle con toda vuestra
fuerza con nervios de bueyes. A. Eso nada tiene de nue
vo , ni de extraordinario : ese suplicio es comun. Díxote/
entonces el Carcelero Atanasio: ¿Tienes ya todo encuer
po lleno de sangre, y dices que esto no vale nada ? A. Al
que cree en Dios, y al qué le ama, poco se le dá de esto.
Tom.JI. F M.
174 Verdad de la Religion,
M. Sembradle de sal menuda todas sus llagas. A. Manda
que no la escaseen : esto te lo suplico , para que estando
como confitado y curado , con la sal pueda, sin corrom
perme , resistit por mas tiempo á tu crueldad. M. Bol-
vedle vientre arriba , y renovadle sus primeras llagas,
que todavía no están cerradas : bolved á descargar sobre
el. A. Sí , sí ; dad con fuerza , que el que me ha curado
otra vez , me curará ahora. Bolviendose Máximo á los
Carceleros , les dixo : Picaros , no os dixe que no le de-
xaseis ver de ninguno absolutamente, y que no permitie
seis que se tocase á sus llagas ? Y que con todo eso , ya
veis que . . . Interrumpióle entonces Pegaso , uno de los
Porteros , y le dixo : Protesto á V. que ninguno- le ha
puesto las manos , ni siquiera le ha hablado : para esto
se le encerró en el calabozo mas hondo y mas retirado»
y quiero perder la cabeza, si no digo la verdad. M. Pues
cómo le han curado las llagas? P. Os juro por vuestro al
to nacimiento que no lo se'. AJtX Medico que me ha pues
to la mano , no es menos habil que caritativo. ¡ Pobres
ciegos, que aun no le conoceis! No es con yerbas ni pol
vos con lo que e'l cura, sino con sola una palabra. Él es-»
tá en el Cielo, y se halla presente á todo. M. Todas esas
vanas imaginaciones que nos vendes , no te servirán de
mucho. Sacrifica quanto ántes á los Dioses , ó eres perdi
do. A. Yo no soy hombre de dos palabras : lo que una
vez he dicho , lo dire siempre. ¿ Soy yo á caso algun ni
ño á quien se halaga, ó á quien se intimida como se quie
re? ilf.No creas que yo quiera cederte la victoria. A. Ni
pienses tú que yo te permita la menor ventaja. M. No se
quedará sin castigo el desprecio que haces de mi poder.
J.No triunfarás tú de mí tan facilmente como imaginas.
M.
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. i'J J
M. No se ha de decir que mi tribunal depende de tí. A.
Ni tampoco se dirá que Jesu Quisto depende de tu tri
bunal. M. Que me tengan prontos para la primera sesion
nuevos tormentos.
Concluido el Interrogatorio los bolvieron á todos á
la carcel ; y á pocos dias los presentaron otra vez. En el
tercer Interrogatorio sufrieron mayores tormentos. Ta
raco fue estendido en el potro , le rasgaron los labios , y
despedazaron el rostro. Le metieron unas piedras hechas
asquas baxo los sobacos ; le cortaron las orejas , arrancá
ronle el cutis de la cabeza , lo bolvieron ala carcel hasta
el dia de los Espectáculos. Probo, en el tercer Interroga
torio fué colgado de los pies ; con piedras agudas y en*
cendidas le abrieron los costados, y sajaron las espaldas.
Le abrieron con violencia la boca , para echarle vino de
libaciones ; le cauterizaron las piernas , le picaron los o-
jos con agujas. Lo bolvieron á la carcel. Andrónico entró
tercera vez , y le abrasaron el vientre con fuego ; le pu
sieron punzones encendidos por entre los dedos; le abrie
ron con violencia la boca , para echarle vino de libacio
nes de los ídolos; le arrancaron los dientes y la lengua de
raiz , y lo bolvieron á la carcel.
Llegado el dia de los Espectáculos , embió a llamar
Máximo á Terenciano Soberano Sacerdote (i) de la Ci-
licia , y le mandó hiciese disponerlos Juegos para el dia
siguiente. Obedeció este ; y habiendo hecho saber la iñ»
tencion del Gobernador al Intendente de los Espectácu
los , estubo todo pronto para el dia señalado. Acudió
F 2 des-
(i) O el Ciliciarca. Este era el Gefe de los Sacerdotes de los
ídolos de toda la Cilicia, así como el Asiarca era la Cabeza , b
Gefe de los Sacerdotes del Asia.
176 Verdad de la Religion,
desde por la mañana una infinidad de pueblo , hombres
y mugeres, al Anfiteatro , que distaba de la Ciudad cer
ca de una milla. Llegó á e'i el Gobernador á eso del me
dio dia. Echáronse luego á las bestias los cuerpos de mu
chos Gladiadores que se habian muerto unos á otros.No
sotros estábamos retirados en un rincon , desde donde 16
observábamos todo , aguardando con temor el fin de la
funcion ; quando mandó el Gobernador á alguno de sus
Guardas, que fuesen á buscar á los Christianos que esta
ban condenados á las bestias. Corrieron á la carcel ; de
donde habiendo sacado á los Santos Mártires , los carga
ron sobre los hombros de algunos que los llevaron hasta
el pie del tablado del Gobernador. Los tormentos que
les habian hecho sufrir , los tenian en un estado , no so
lamente de no poder caminar , pero ni aun moverse.
Luego que los alcanzamos á ver y nos adelantamos hacia
una pequeña eminencia , en donde nos sentamos , cu
briendonos hasta la mitad con algunas piedras que habia
allí. El lastimoso estado en que vimos á nuestros herma
nos , nos hizo derramar muchas lágrimas : y aun muchos
de los que miraban , no podian contener las suyas ; por
que luego que los hombres que llevaban á los Mártires
los descargaran en la Plaza, se dexó sentir un silencio ca- .
si general á vista de un objeto tan lastimoso ; y no pu-
diendo el pueblo contener mas su indignacion , comen
zó á murmurar del Gobernador. Esta es , decian , una
injusticia muy grande : esto no se puede sufrir : solo un-
mal Juez puede haber dado semejante sentencia. Y so
bre la marcha hubo muchos que se apartaron de los Es
pectáculos , volviendose á la Ciudad. Conociólo eLGo^
bernador , y puso Soldados á las entradas de el Anñtéa-.
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. X]7
tro , para impedir que nadie se retirase , y para. notar los
que salían, y delatarlos tambien. Mandó.al mismo tiem
po que soltasen un gran número de fieras ; pero los ani
males al salir de sus jaulas se detuvieron inmediatamen
te, y no hicieron ningun daño á los Santos Mártires. Ei>
furecido mas con esto Máximo , hizo llamar a los Guar
das de las bestias , y los hizo dar cien palos , queriendo
los hacer responsables , de que los Leones y Tigres fue
sen menos crueles que efc Amenazólos, que los haria po
ner á todos en cruz, si no le sacaban al punto la mas bra
va y mas cruel de todas las fieras que hubiese. Entonces
soltaron un Oso grandísimo , que en aquel mismo dia
habia muerto á tres hombres. Acercóse poco á poco al lu
gar donde estaban los Mártires, y se puso á lamer las lla
gas de San Andrónico. Este Joven , que deseaba esti
madamente morir quanto antes , reclinó su cabeza sobre
el Oso , haciendo lo posible por irritarle , pero él no se
movió. No pudiendose contener Máximo , mandó que
le matasen r y se dexó matar sin resistencia á los pies de
San Andrónico. Advertido Terenciano de la terrible có
lera en que estaba el Gobernador , y remiendose para sí
la suerte del Oso , le embió al instante una Leona de las
mas furiosas ,. que habia venido de los Desiertos de la
Libia , y cuyo regalo le habia hecho el Soberano Sacri-
fkador de Antioquía. Luego que se dexó ver , se inmu
taron todos los espectadores. Daba grandes rugidos* de
suerte que infundia terror en las almas menos temero
sas. Pero habiendose acercado á los Santos , que estaban
tendidos sobre la arena ,. se echó á los pies de San Tara
co en una postura de Suplicante , y como si le hubiese
adorado. Al contrario San Taraco , hacia todo quanto
po-.
2jZ Verdad de la Religion,
podia por irritarla contra él, y para excitarla su feroci
dad natural , que parecia haber perdido ; pero la Leona,
como una inocente y apacible oveja, se estaba á sus pies,
los quales besa va y lamía. Espumando Máximo de ra
bia , mandó que picasen á la Leona con un aguijon ; pe
ro tomando entonces esta bestia su furor, que parecia
haber olvidado para los Santos Mártires, y dando unos
rugidos espantosos , despedazó á el Guarda de la puerta
del Anfiteatro, é infundió un gran terror al pueblo, que
gritaba : Perdidos somos todos ; que abran la puerta á
la Leona.
Entonces mandó Máximo entrar á los Gladiadores
para que degollasen á los tres Mártires ; que executada,
consumaron su martirio. Y retirandose el Gobernador
del Anfiteatro , dexó en él una escolta de Soldados , pa
ra impedir que no levantasen los Cuerpos s y al propio
tiempo, para que no se les pudiese conocer, mandó que
los mezclasen con los de los Gladiadores, que habian pe
recido durante los espectáculos. Mientras que los Solda
dos estaban ocupados en esto , nos adelantamos nosotros
un poco , é hincandonos de rodillas , suplicamos á Dios
nos mostrase las Reliquias. Acabada nuestra oracion,aun
nos acercamos otro poco mas. Tenían encendido fuego
los Soldados, porque ya era de noche , y se habian puesr
to á cenar. Pusímonos segunda vez de rodillas , implo
rando con gran fervor el socorro -del Cielo , y pidiendo &
Dios quisiese favorecer nuestra empresa, y hacernos dis«
tinguir los Cuerpos de los Mártires de los de los Gladia
dores. Fue'oida nuestra oracion, porque al momento se
levantó una furiosa tempestad, mezclada de relampagos,
truenos y lluvia, y acompañada de un temblor de tierra,
que
POR. LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. ^79
que hizo retirar á los Soldados de allí. Apaciguada ésta,
nos pusimos á orar ; y habiendonos acercado á los Cuer
pos , hallamos el fuego apagado , y los Soldados disper
sos. Pero ¿cómo habiamos de poder discernir en un mon
ton tan grande de cuerpos , á los que nosotros buscáva-
jnos ? Acudimos á Dios: levantamos las manos al Cielo,
y al mismo tiempo cayó un pequeño globo luminoso ea
forma de estrella , que se puso sobre cada uno de los
cuerpos de los Santos Mártires. Levantámoslos con una
alegria , que no podiamos explicar muy bien. Yá favor
de esta estrella milagrosa salimos del Anfiteatro 5 pero
tan fatigados , que nos vimos obligados á descansar un
poco , y entonces se paró la estrella tambien. Pusímo-
nos á pensar dónde podriamos ocultar nuestro piadoso
hurto : acudimos , como soliamos , á Dios , suplicandole
acabase lo que tan felizmente habia comenzado. Reco
bradas nuestras fuerzas con esta pausa, volvimos á echar
sobre nuestros hombros esta preciosa carga , y tomamos
el camino de la montaña inmediata. Allí desapareció la
estrella , y alcanzamos á ver una abertura en el peñasco,
abierta en forma de sepulcro. Ocultamos al instante en
ella los Cuerpos de nuestros Mártires , y nos retiramos
al punto, no dudando que el Gobernador hatia una exac
ta pesquisa : y á la verdad , volviendo á la Ciudad supre
mos, que los Soldados que desampararon el puesto, fue- .
ton cruelmente castigados de su órden. Dimos gracias á
Dios de que se hubiese querido servir de nuestro minis
terio, para dar á sus Siervos estas últimas y piadosas exe
quias. Marcion , Felix, y Vero , se retiraron al peñasco,
que es el depositario de estas santas Reliquias , con el
ánimo de pasar en él lo restante de sus dias, á fin de que
el
280 Verdad de la Religion,
el mismo sepulcro que encierra aquellas sagrados hue
sos , cubra tambien algun dia los suyos.
Sea nuestro Dios bendito para siempre ! Os suplica
mos , amados hermanos nuestros, que recibais con vues
tra acostumbrada caridad á los que os entregaren esta
Carta ¡merecen vuestra asistencia y vuestra estimacion,
porque tienen el honor de ser del número- de los Opera
rios que sirven á Jesu Quisto, á quien pertenece la glo
ria y poder , con el Padre y el Espíritu Santo , ántes y
despues, ahora y siempre , y por todos los siglos. Amen.

LECCIÓN L.

\. Martirio de Santa, Afra , que siendo Ramera fué convertida


por San Narciso , y padeció por los años de Christo de.
3o4 , en el Imperio de Diocleciano y sus
Cólegas. (1)

E.«ncendida la persecucion contra los Fieles en Ausbó-


urg, cada dia le robava muchos de los Ciudadanos: lle
vábanlos ante los ídolos , para obligarlos á ofrecerles in
cienso : atormentábase^ de mil modos , para arrancar
de su boca alguna blasfemia contra Jesu Christo , y su
sangre corría por todas partes , mezclada con la sangre
. impura de los Toros que los Gentiles sacrificaban a sus
1; Dio-» .
(t ) D. Theod. Ruinart Aét. de los Mart. T.3. p.16. sacado
de ii.MS. El primero, de la BibliOt. Real; a. de la de Colbert;
3. de la Sorbona; 4. de S. Germ. s- de S. Mauro; 6. de S. Geno-
vefa; 7. del Monast. de Fecatnp; 8. de S.Pedro de Conches; 9.
de San Pedro el Vivo de Sens. 10. del Presid. Boub. 1 1. de los
Carmelitas Descalzos de París; i a. de las antiguedades de Aus-
bourg, por Marco Velser.

v
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. iSl
Dioses. Entre éstos fue' presa con algunos otros , una fa
mosa cortesana llamada Afra. Luego que se halló ante
el Juez y confesó que era Christiana , la dixo e'ste : Sa
crifica á los Dioses , porque creo sabes muy bien que
mejor es vivir , que no exponerse imprudentemente a
espirar en los suplicios. Respondióle Afra t Ay de mí !
Bastantes son mis pecados pasados , sin que les añada
otros nuevos : y así no espereis que jamás los venere.
Juez.. Ve' al templo , creeme , y dales incienso. Afra. Je-
su Christo es mi Dios: yo lo veo y siempre le tengo pre
sente : yo le confieso mis pecados con toda la amargu
ra de mi corazon : soy indigna , es verdad , de ofrecer
le un sacrificio , pero me abraso del deseo que tengo de
ofrecerme á mí misma por la gloria de su nombre , para
que este cuerpo, que tantas veces he manchado con mis
impurezas, sea purificado en su propia sangre. J. A lo
que entiendo tú haces el oficio de cortesana ; y pues es
así, de ningun modo puedes pretender volver á la amis
tad del Dios de los Christianos ; y por esto te aconsejo
sacrifiques á los nuestros , que son mucho mas indul
gentes. A. Jesu Christo mi Señor dixo que habia baxa-
do del Cielo solo por los pecadores ; y su Evangelio nos
enseña , que permitió á una cortesana como yo , regar
le los pies con sus lágrimas , y la perdonó todas sus cul
pas : jamás mostró desprecio alguno con los pecadores:
conversaba familiarmente con ellos , y comia ordina
riamente á. su mesa. ; .
Dixola Gayo ( así se llamaba el Juez) : A lo menos
pide á los Dioses te concedan mas amantes , y especial
mente que sean liberales. A. Antes moriria mil veces,
que recibir regalo alguno de ningun hombre. Jamás he
. Totn. 11. G guar-
s?2 . Verdad de la Religion,
guardado alguno de todos quantos me han hecho : siem
pre los; he despreciado. Muchas veceS los queria dará
nüs hermanos los pobres ; pero por mas instancias que
les hice para que lo acceptasen , jamás quisieron tomar
los , (i) aunque les dixese que se los daba con el fin de
que orasen á Dios por mí r y así me he visto obligada á
arrojarlos : ¿cómo quereis ahora tome yo lo que miro
con horror , y como á cosa inmunda? Gayo. Pero tu
Quisto no te quiere ya : ya te desprecia : en vano le
llamas tu Dios : ¿ cómo te atreves á llamarte Christiana
siendo una Ramera ? A. Confieso que no soy digna, ni
merezco ser aniada de Dios ; pero tambien sé que este
mismo Dios para amarme no consulta mas que á su mi
sericordia , y no al merito de los que honra con su a-
mor , y así creo que me ama. G. ¿ Y cómo lo sabes tú ?
A. Yo conozco muy bien que mi Dios no me ha dese
chado , puesto que me permite confesar su santo nom
bre ante tu tribunal ; y tengo una firme esperanza que
la confesion libre y sincera que hago ahora , me ha de
obtener el perdon de mis excesos. G. Todas esas son pu
ras fábulas ; lo que yo re aconsejo es , que des culto á
los Dioses , que son los únicos que te pueden hacer fe
liz. A. Os engañais ; porque solo Jesu Christo es quien
puede hacerme dichosa , así como e'l solo puede darme
el Cielo. ¿ No salvó al Buen Ladron , y no le prometió
el Paraíso, solo porque confesó su divinidad un momen
to ántes de espirar ? G. Sacrifica , 6 sino re hare' azotar
a presencia de tus amantes. A. Haced lo que gustaseis;
porque sola la memoria de mis pecados es la que me
... pue-.
(i) Admirable desinterés de los primeros Christianos^ que-
hasta Jos pobres no querían tomar las limosnas de una Prostituta.
POR LA PACIENCIA Dfe l,OS MÁRTIRES. 283
puede causar confusion. G. Vaya resuelvete ; porque
me dá vergüenza de disputar tanto tiempo con una Ra
mera. Si no obedeces te hare dar la muerte. A. Eso es
lo que yo deseo con todo mi corazon , si es que soy
digna de morir por mi Dios y mi Señor. G. Sacrifica te
digo , por la última vez ; porque sino voy á mandar
que te atormenten primero , y despues te quemen. A.
Que este cuerpo miserable que se ha manchado con tan
tos delitos, sufra mil tormentos , que sea abrasado le
está muy bien , bien merecido lo tiene; pero por lo que
toca á mi alma yo la conservare' pura; y jamás se verá
que la cortesana Afra ofrezca á vuestros ídolos incienso;
Á vista de esto aquel iniquo Juez pronunció su sen
tencia. "Mandamos que la prostituta Afra , bien cono-
ivcida en toda la Ciudad de Ausbourg por una infame
1» Ramera , y que por otra parte dice ser Christiana, sea
«quemada viva , por haberse resistido á sacrificar á los
«Dioses inmortales." Inmediatamente fue' entregada á
losVerdugos, que la hicieron pasar á una Isla que el
Rio Lico (1) forma mas arriba de la Ciudad , donde des
pojada de sus vestidos , la ataron á un poste. Entretan?
to , levantando al Cielo la Santa sus ojos todos bañados
en lágrimas , hizo esta Oracion : ¡ O Jesus , Dios Todo
poderoso , que venistes á este mundo no para llamar' á
los justos, sino á los pecadores por la penitencia! Señor,
que prometisteis al Contravertor de vuestros preceptos
que olvidaríais sus .culpas en el mismo momento que se
convirtiese á vos. (Y se yo que vos sois fiel en vuestras
promesas): Recibid el since'ró arrepentimiento que os
ofrece un corazon contrito y humillado : recibidle, Se-
-' c . G 1 ñor
(1) El Lico , b el Lik.
284 VerdAd de la Religion,
ñor con los tormentos que se me preparan. Dichosa yo,
si este fuego que vá á reducir mi cuerpo á cenizas, pue
de espiar los vergonzosos desórdenes de mi vida. Al
mismo tiempo levantaban al rededor de ella una hogue
ra. Ya la llama comenzaba á pegarse en los parages mas
cercanos de la Santa , quando se la oyeron clara y dis
tintamente las palabras siguientes : Gracias os doy , 6
Jesus mio , de que os digneis recibirme como una hos
tia inmolada á la gloria de vuestro nombre. Vos que
sois la verdadera y única hostia ofrecida por la salvacion
de todo el mundo : Vos que siendo la misma inocencia,
la bondad esencial , el Dios de la bendicion , el Santo
de los Santos, quisisteis morir por los delinqüentes , por
los malos , por los hijos de maldicion , y por los peca
dores. Yo os ofrezco Señor , mi vida en sacrificio : Vos
que vivis con el Padre y el Espíritu Santo , por los si
glos de los siglos.
En tanto que la bienaventurada Afra se abriapor en
tremedio de las llamas de su hoguera un camino ácia el
Cielo , Eunomia , Eutropia , y Digna , se estaban á la
orilla del rio. Eran estas tres jóvenes las que servían á
Afra , y que despues de haberla imitado en su modo
de vivir , la seguian en su conversion , y recibieron con
ella el Bautismo de mano del Santo Obispo Narciso. Pe
ro como llegase una barca al mismo sitio , suplicaron al
Barquero las pasase á la Isla. Hallaron el cuerpo de su
ama todo entero 5 y una esclava que las acompañaba se
arrojó prontamente al rio. Pasandole á nado , corrió á
casa de Hilaria madre de la Santa , á dar la noticia de
esta maravilla. Tomó consigo esta virtuosa muger dos
Sacerdotes , y fué la noche siguiente a la Isla de Lie , de
don-
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 285
donde levantando secretamente el sagrado cuerpo de su
hija , lo puso en un sepulcro que hizo ántes construir
para sí , y para sus descendientes á dos millas de Aus-
bourg. Esto no se pudo hacer tan de secreto que no lle
gase á noticia del Juez : y sobre la marcha embió al se
pulcro á algunos de sus Archeros, con órden de traer
le á Hilaria y las tres sirvientas , mandandoles que al
principio no las hiciesen violencia , sino despues que se
asegurasen de ellas , las propusieron cortesmente que
dieran culto á los Dioses ; en lo que si consentian las
traxeran con todos los honores que se hacen á las per
sonas distinguidas. Pero si por el contrario vieran re
sistencia á rendir á los Dioses homenages , llenáran el
sepulcro de espinos secos , y de otras materias combus
tibles ; y encerrando en él á estas mugeres , tapada con
diligencia la entrada , lo encendieran , encargandoles
mucho que ninguna se les fuese. Executaron los Arche
ros sus órdenes á la letra. Hilaria reusó constantemen
te sacrificar á los Dioses : hicieron lo mismo las tres
criadas. Encierranlas en el sepulcro ; llenaronle de leña
seca ; pegaronle fuego , y dexando estas santas muge-
res sus cuerpos medio consumidos , fueron á juntarse en
el Cielo con la bienaventurada Afra , el mismo dia
que ésta habia entrado en e'l.
LECCIÓN LI.
Se comienza a descubrir la maldad de algunos Incrédulos,
que han querido obscurecer esta prueba de
nuestra Santa Religion.

v/on poco gusto entro á proponer la materia siguien


te,
1%6 Verdad -DB la RsacrGtpN,: -'-
te , ya por el escándalo que puede causas enalguh paV
ivuio , ya porque habemos probado mil veces en esta
-Gbta , la cautela y poca fé , que se merecen los Incré
dulos tan insolentes en escribir , como faltos de verdad
'y de candor , pero así como un Médico en tiempo de u-
na fatal epidemia , no cesa jamás de prevenir y'precau-
Icionar los sanos de los enfermos , aunque sea separan
do el hijo del padre , exponiendo donde se halla el pe-
Jigro y sus fatales conseqüencias , así nos es preciso car
da punto , dar nuevas pruebas del veneno , que se det
rama en muchos libros, para precaucionar los sencillos
fieles. Éstos , sin duda , con lo dicho hasta aquí , quer
darán convencidos de que la noble constancia de los
Mártires , y las Apologías , son una de las mayores
pruebas de la divinidad de nuestra Religion , mas por
la misma causa los enemigos no han dexado piedra por
mover , para cubrir con un obscuro velo la luz ardienr
te que derrama por todo el mundo, el mucho fuego en
cendido contra los Christianos , sin otro delito , que el
nombre, como se dice en las 'Apologías. Y como estos
libros tan infames se hallan escritos en lenguas vulga-»
res , pueden con facilidad llegar á manos de los incau^
tos fieles. ''
Muchos son los que han querido chocar contra esta
evidente prueba de .la divinidad de nuestra Religion;
pero todos se han estrellado en la dura piedra de Jesu
Qhristo, y en la constancia de sus Mártires. Y porque
nosotros no somos como e'stos, que sin probar lo que
dicen quieren ser creídos sobre sus palabras , daremos
las pruebas eligiendo combatir con el mas atrevido y a-
creditado de los Incredulos. Sin duda lo es , el que es-.
cri-
POR LA PACIENCIA. DE LOS, MÁRTIRES. 287
cribió las Qüestiones Sobre la JEneLdopedLaivel:qual sé
burla sacrilegamente de todo lo que decimos sobre los
Mártires de nuestra Iglesia. Usa el arbitrio comun en*
tre los Filósofos Incrédulos^ de cortar y destruir quan-
to incomoda en nuestras historias , talando con su plu
ma á roso y velloso , sin otra prueba que. decir lo con
trario, y burlarse. de la simplicidadde los rieles. Pero
quanto dice se orde'na á tres cosas. La primera ; á hacer-
irrisible y odioso el nombre. de Martir. La segunda ; á
inspirar la incredulidad y desprecio de quanto se halla
en las Actas since'ras de Ruinan , y en las demás histo
rias de nuestros Santos. La tercera ; á cargar sobre los-
Christianos mas crueldad y barbaridad , que la que u-
saron los Gentiles con nosotros , y dar el nombre de
Mártires^ los castigados..por la Iglesia ó por la Inquisi
cion. Alguno pensará, que para justificar estas abomi
naciones. , . ¡emplea el Autor mtícho papel, pero se enga
ña. Dice muchas cosas sin dar las prueban, falsifica mu
chos ¡Jugare s¡y autoridades f y dexa el trabajo de im
pugnar cada una de estas cosas , para que el Letoi fas-r
tid^adO' tome el partido mas breve de no creer ni leer a;
nadie sino á estos hombres que hablan con laconismo y
sin verdad-
Para hacer aborrecible el nombre de Martir , dice
fo primero* que este nombre se daba a todos los que
confesaban la fé, como se dá el nombre decanto a to
dos los Sacerdotes , y aun á las mugeres devotas. Lo se
gundo ,: que. los. Romanos perseguian los' Christianos,.
porque nq solo predicaban su Religion contraria á la del
Imperio , sino porque abrasaban los templos de los ído
los,. y destruian sus. estatuas- Lo tercero , que muchos
- Sá-
2 88 Verdad de la Religion,
Sábios han reducido á corto número los verdaderos Már
tires de la Iglesia , y algunos dudan de la verdad de ft>
das las Acias de Ruinart , desde la primera hasta la úl
tima , pero de ninguna de estas cosas dá mas pruebas
que su palabra. La primera , es evidentemente falsa.
Jamás ha prodigado la Iglesia estos nombres. Solo ha
llamado Mártires á aquellos que padecieron con valor
algunos tormentos por la fe , aunque no murieron en
manos del Verdugo , pero en el oficio y rezo , distingue
la Iglesia los unos de los otros. San Agustin añade mas,
y es , que no todos los que mueren en los tormentos
son Mártires , sino los que mueren por la confesion de
la fé verdadera : Así responde á los Donatistas , que ya
nos arguían del mismo modo que los Incre'dulos: (i) Y
San Cipriano aña'de : Puede alguno morir por la defen
sa de alguna verdad , y no ser Martir si es Cismático.
(2) Es preciso admitir estos principios , 6 confundir la
Religion con el Fanatismo.
Lo segundo , es un dicho libre lleno de malioia. Aj
unque concedemos que algunos Christianos quemaron'
algun Templo de ídolos , ¿ no son inumerables los que.
se ofrecieron a la muerte como unos corderillos inocen-,
tes ? Los de la Legion Tebea , que mal hicieron sin em-
bar-
(1) Martyrem non facit poena sed cansa. Ja&ant fallaciter
(dice de los Donatistas ) innocentiam suam , et quam non possunt
a Deo accipere , ab hominibus queerunt Murtyrum glorian. Veri
Martyres sunt de quibus Dominas dicit : Beati qui persecutionem
patiuntur propter justitiam. Ideo dicit Psalmus: judiea me Domi*
ne , et discerne causam meam de gente non sanSia , non dicit pe-
nam meam. S. August. Ep. 1.
(2) Hablando de un Cismático dice : Talis occidi potest,
coronari non potest. S.Cip. 1. de unit. Eccles.
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2%p
bargo de ser muchos , y tener las armas en las manos?
Los ¡numerables de Zaragoza que ídolos echaron por
tierra ? En vano nos cansariamos , para probar una cosa
tan evidente , como la malicia y doblez con que hablan
estos hombres. ' ;
Lo tercero tiene algo de verdad , y mucho de men
tira. Los Católicos instruidos examinan quáles hayan si
do los verdaderos Mártires , y la Iglesia se alegra de ello,'
pues la Esposa de la verdad no necesita , ni puede tener
gusto en vestirse con adornos falsos y engañosos. Esto
supuesto , á qué fin viene citarnos los Autores Católicos
juntos con los que no lo son, para confirmar ser muy
corto el número de verdaderos Mártires, y sospechar de
todas las Actas de Don Teodoro Ruinart ? Este sábio
hombre no necesita defensor : en el Prólogo de su Obra
descubre la malicia y falsedad de todo lo que escribe
Dodvell contra los inumerables Mártires de nuestra Re
ligion ; y en efecto solo puede negarlo , el que como un
ciego se obstine en decir á las doce deldia, que es de
noche. .
LECCIÓN LII.

Se continúa en responder d los incrédulos ', y se descubre con


la mayor evidencia su mala fi , y cómo falsifican
casi todo lo que citan. ' /
P' °¡
Jl rosiguq este Autor en su depravado fin de hacer in
creíbles las historias de los Mártires, formando algunas
notas sobre ciertas Actas tomadas del Señor Ruinart': Y
paraífue mas claramente se conozca el espíritu tenebro
so y de mentira que rige su pluma ,- haremos las refle-
Tom. II. H xio-
- í9° Verdad de la Religion^
xiones siguientes. "Los escrúpulos ( dice ) comienzan por
«Santa Siofbrosa , y sus hijos martirizados con ¿Ha , cu-
«ya historia parece imitada de los siete. Macabeos. Nó
«se sabe de dónde salió esta leyenda. El Emperador A-
«driano , quiso , dicen las Aótas , hacerla por sí el In
terrogatorio ; pero esto es mas increible ó extraordina
rio, que si Luis catorce lo hiciese por sí mismo á uñ
« Hugonote i á mas que Adriano fué el mayor protectot
«de los Christianos'. . . . Mandó el Emperador , que la
»» enterrasen con sus hijos cerca del templo de Hércules»
«lo que no es creíble por ser contra el uso , y se miraba
«como profanacion enterrar á nadie cerca de los templos.
«E1 Pontífice del Templo, añade la leyenda, hizo la ins-
,»cripcion ó epitafio para su sepulcro. Quién creerá, que¡
«se levantó en Roma un monumento á siete ajusticiados?
»vNo hay fábula mas neciamente fingida que ésta." Has
ta aquí el Autor. Respondamos con igual brevedad , y
mayor solidéz y verdad. Esta historia parece a la de los
siete Macabeos. Si de aquí infiere que es fingida , se acre
dita el Autor de lógico ignorante. No se sabe de donde sa
lió estaleyenda : claramente dice Ruinart que de dos ma
nuscritos , y añade donde se hallaron. Es increible que el
Emperador la hiciese el interrogatorio. Falta probar esta im
posibilidad , y lo contrario se vé en todas las historias.
Adriano fué el mayor proteBor delos Christianos. Otra fal
sedad. Adriano fue muy supersticioso , é inclinado á las
artes mágicas. Es inegable la gran persecucion que pade-*
cieron los Christianos en su tiempo. Quadrato Obispo;
de Atenas; Aristídes Filósofo Christianos y algunos Go
bernadores, presentaron al Emperador Apologías á nues
tro. favor. Adriano , movido de las representaciones de
-.." . ! V» . Se-r
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. 2^1
Setenio Proconsul de Asia , escribió á Minucio una Car
ta , en que decia : "Yo quiero se examinen las cosas : si
«algunos quieren acusar á los Christianos , no permitais
«lo hagan con vagas acusaciones. Si los acusadores prue-
nban , que los Christianos hacen cosas contra las leyes,
«castigueseles conforme al delito ; pero si alguno los ca-
«lumnia, haced justicia." (i) ¿Y esto es ser el mayor
protector de los Christianos? Así abusan de la fe' del vul
go estos hombres enemigos de la verdad y virtud. No
es esta tan sola la falsedad : Mandó (dice ) que enterrasen
a Sinforosa y sus hijos junto al Templo , y el Pontífice les bi-
' zo el epitafio y levantó el monumento. Mas mentiras que pa
labras. El Emperador ( dice la leyenda ) mandó que hicie-
stn una granfosa , y los enterrasen. Este es el gran mau
seolo ; y no se dice que fuera junto al Templo. Igual fal
sedad es decir , que el Pontífice hizo el epitafio. Las pa-
dabras de la leyenda son estas : El Pontífice , y los Sacrifi-
cadores del Templo de Hércules llamaron a este lugar las siete
viotanatas ; que quiere decir , los siete suplicios. Donde
suena aquí epitafio , monumento , y mauséolo. Pasemos
adelante.
-¡A-. La segunda historia que el mismo Autor toma por
.materia para infamar todas las Actas de Ruinart , es la
de Santa Felicitas con sus siete hijos ; y dice que está
sacada de Sudo , el qual es Autor sospechoso , pero ca
lla la conformidad que dice esta historia de Surio , con
diez y. sei$ manuscritos que igualmente menciona' Rui
nart;: ¡Y para que ala mala fé con que omite esta cir
cunstancia , se junte la mentita , añade el Autor , que
la leyenda no dice una palabra, sobre la muerte de Santa
H2 Fe-
(i) Racine , y Fleuri Hist. Ecles. r •.!'i v { •. . -»A (¡}
2$>i Verdad de la Religion,
felicitas, siendo inegable se hallan estas palabras despues
de referir la muerte de los siete hijos : Otro enfin (de los
Tiranos) hizo padecer la misma pena a la Madre de estos
admirables Confesores.
La tercera historia es la de San Policarpo ; pero co
mo el Autor no halle que decir contra la leyenda , se
burla de aquellas palabras que dicen : Al morir el Santoy
se vió salir una paloma , que boló derecha acia el Cielo. No
se sabe , dice con mofa , en que planeta hizo su man
sion. La quarra es la de San Toloméo Martir, en la qual
no censura cosa que merezca la pena de responder.Aquí
hallará copiado su martirio el Le&or , y podrá juzgar de
su verdad.
La quinta es la historia de San Sinforiano de Au-
tum , que padeció martirio baxo el Imperio de Marco
Aurelio : En esta vida y muerte solo se empeña el Au
tor en hacer la Apología de Marco Aurelio-, diciendo
que fué gran Filósofo , protegió todos los Sábios , y ja
más persiguió ningun Christiano , ántes por lo contra
rio tubo muchos en su servicio. Pero ésta es una false-.
dad llena de desverguenza ; porque estaba tan sabedor
y persuadido el Autor de la gran persecucion que se mo
vió contra los Christianos en su reinado , como nosotros
mismos. Sabia muy bien , que San Justino dirigió sus
dos Apologías al mismo Emperador Marco Aurelio , en
las que para ganar su benevolencia , le dice , que el tí
tulo de Filósofo , piadoso , y protector de la Justicia , le
debia empeñar en defenderlos Christianos, que eran in
justamente perseguidos por todas partes. Marco Aure
lio , dice un Autor , (i) tenia prendas singulares , hacia
, PW-
(i) Racine, y Fleurien sus Historias. ; f -¡ „ '.
POR. LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. t9^
profesion de Filósofo , y era muy dulce con todos, aun
con aquellos que le hablan ofendido. Sin embargo, se ex
citó una terrible persecucion contra los Christianos en su
tiempe. Ésta pudo nacer de los Filósofos, que tenian mu
cha mano con el dicho Emperador. Crescendo Filósofo,
insultaba, y perseguia públicamente los Christianos, im
putandoles falsamente muchos crímenes. Éstos respon-
dian algunas veces con valor, haciendoles ver su calum
nia. El Emperador formaba su gloria en verse rodeado
de estos Filósofos que no creían los milagros ,ni admi-
tian mas guia que su razon. Esta breve pintura hará co
nocer la causa que defienden los Incrédulos del dia, apo-
logizando la memoria de Marco Aurelio , mas para que
de un golpe quitemos la máscara á' este Autor tan infa
me é insolente , hagamosle víctima de su misma espada.
Por sorprender al mas cauto Lector, habla de este modo:
« Para rechazar la calumnia contra la sagrada memoria
«de Marco Aurelio., presentemos el Discurso de.Melii-
«ton Obispo ;de Sardis, á' este Emperador el mejor de to
ados, segun lo escribe Eusebio palabra por ¡palabra. Vues
tros piadosos antecesores ( dice el Obispo ) han corre
gido la audácia de los pueblos por sus Edi&os. Adriano
«vuestro Abuelo escribió en nuestro favor á Pundano
«Gobernador de Asia , y á muchos otros. El Emperador
«vuestro Padre , en tiempo que con vos dividia el go-
«bierno , escribió . . . . á todos los pueblos de Grecia pa-
>vt¡a reprimir las sediciones y tumultos que se excitaban
«contra nosotros. ::" Esta autoridad > añade el Autor,
basta para confundir eternamente las mentiras de las. Ac
ias y leyendas , que se pueden mirar como la Biblioteca
«ñas engañosa del Christianismo.
Quien
f
tP4 Verdad de la Religion, .¡.'i
Quien diria , á vista de esta petulancia y orgullo de
cisivo , que la autoridad de este Obispo no impugnaba
.directamente quanto se escribe en las Actas de los Már
tires ? Quién dudada de que este Obispo no era un acer
rimo, defensor de Marco Aurelio ? Mas el aparato de es
tos Filósofos es todavía menos temible , que los fantas
mas y gigantes fabulosos. Pudieramos preguntar á este
-Autor , qué conscqüencia infiere. de esta autoridad? Di-
¡ce ella , que Marco Aurelio protegió a los Christianos?
Dice que no los persiguió ? Pues qué coco es e'ste con
que nos quiere asustar ? Enmudezca para siempre ; cú
brase de confusion ; caiga su autoridad en el mayor -des
precio ;' bórrese su nombre dd Catálogo de los Filósofos
amadores de la verdad ; desengañese todo el mundo , y
.nadie fie ya jamás su conducta á este hombre , cuyo ca-
rácter es la mentira ,1a seduccion , la ¡mala fé , y el de-
'seo de pervertir a todosJos hombres. Para que nadie juz
gue que? roe acaloró contra este Autor v oiga loque dice
este 'mismo Obispo, que. cita para destruir la autoridad
de las Actas y leyendas. Este mismo Obispo inmediata
mente a las palabras que el Autor de lasQüestiones sobre
la Enciclopedia cita contra nosotros , dice con todavía?
ridad , que nunca hubo mayor persecucion cóntra;losCbmti*r
¡fio.s , qm la que. se padecía en tiempo de' Marco . Aurelio.'.¡, 4
quien escribe para que detenga la crueldad de las. Gobernado
res de Asia. (i) ¿Podrá ya presentarse en público este Au-
/... . '.) . -j u. >;. i a-- . i .i»! v '¡. ' Aú- -y. -':Á yitii't.'ytQtotí*
' .(i ) Euseb.' 'tfíst'.Ecl, 2. 4. c. i6. ^Quodnumquam (inquityjfop
"Bum est , nuñt pers?cutíonatn patimur genus piorumi Eifugantur
undique novis decreti-s per omnem Assiam promulgatis. Impuden*
tes namque homines & calumniosi, qui rapere aliena désiderant, oc
POR LA PACIENCIA DE LOS MÁRTIRES. ÍOJ
tor, , ni pedir¡ la fe á los que leyeren sus abominables O-»
bras , despues que se ha hecho pública é inegable su^ma-
licia , pues lo que. yo digo , se halla en el mismo lugar
que Cira , y es del mismo Autor ? Quien será ya tan sim
ple , que crea á este Autor cosa alguna de quantas tiene
escritas ? Me basta esto , para que yo no prosiga en.imr.
pugnar lo demás que escribe. . u;.i . „ c ' : .::. ,.;i

._,-..- LECCIÓN LIII.7 : .'¡ .»iñ .. ,:^,t'

Se acaba de convencer a los Incrédulas de su malafé, y se


.,: .: . enseña lo indigno que son de ser creídos. b üi i . *¡
Cu''.. ./ '::.., .' , '}'. 'i ó f'i :¡ i ' -'í' -\ , ':;.;¡.:¡ ii i . : .o

ada dia triunfa la verdad de estos monstruos del er- >


ror , y. saca ala verguenza los hombres convencidos de
mentira , y que sin respeto alo sagrado: se atreven a fal
sificar los monumentos mas taurenticos y veridicos de>f
nuestra Religion. Pero así ¿omo una vasija penetrada del
yinagre , corrompe el vino mas generoso ; iasí estos que
...:. ...'.''"'.".'. es-

casiom. ficcepta , imperialium prxceptorum , more pY<edonum , die


nMuque grassantur , & diripiunt innocentes . . ... Et si quidem te
jubente bcec fachmt bonum credamus , qui justo Imp'eraiore jubente
committitur. Sed & nos libénier ferimus mortem , quam a te cog-
nóicimus irrogan. Sed hoc est solum, quod te obsecratnus , ut ipse
prior ministros protervitatis hujus requiras ; & si a te mandatee '
sint ist<e quas irrogant martes ", ipse discutías. .Si vera tuam quo-
que conscientiam praceptum istud tam immane ¡& barbárum latety
obsecramus ne nos despidas, , «5? patiaris religiosos cives tam pu
blico latrocinio jugulari . . . . ín quibus Avus tuus, &c. Y se pue
de sufrir eñ el' mundo al que dexándo estas palabras , cita las
demás , para hacer creer que no hubo persecucion en tiempo
de Marco Aurelio?
ig6 r Verdad de la Religion,
están poseídos de el espíritu de maldad , de mentira , y
de todos los vicios , corrompen todo testimonio , toda
autoridad ; comoá enfermos de un paladar 'perdido , la
miel les parece amarga ; como aves nocturnas , solo se
hallan bien en las tinieblas ; y como hombres gangrena-
dos , todo se corrompe en su corazon. No es lo peor
que sean convencidos de mentiras , éstas pudieran nacer
de ignorancia, ó de descuido. Pero quién sufrirá esta cas
ta de hombres apestados voluntariamente , y que de in
tento procuran contagiar á los demás ? Tales son los In-.
crédulos. No solo mienten , sino que lo hacen de propo
sito por el infame gusto de seducir. Y porque nadie crea
que es calumnia , reflexione lo dicho , y verá quantas
cosas se hallan falsificadas en los mismos monumentos
que ellos nos citan palabra por palabra , como acabamos
de ver. Y si no fuera por evitar la proligidad , sería i-
gualmentc facil hacer ver la falsedad é injusticia , con
qbe quiere hacernos mas crueles que los mismos Genti
les. Todo esto se dirige á favorecer é inspirar el toleran
tismo ; mas como de esto hablaremos en otra parte , y^
ya habernos hablado en esta Obra , omitiremos el res
ponded á tal calumnia diciendo solamente dos cosas. La
primera es', que el espíritu' de la Iglesia inspira siempre
la dulzura y suavidad ; y aun concediendo que haya ha
bido exceso en algunos individuos , no debe resultar
en descredito de una Religion que enseña lo contrario,
y no puede remediar la flaqueza ó ignorancia de rodos
los individuos que la profesan. La segunda es , que las
crueldades. que imputan á'Ios Inquisidores , no son otra
cosa , que un justo castigo que la autoridad Real exe-
cuta , ó hace executar contra los que quebrantan sus Ie-
¡. .- yes» .
por l'a paciencia de los Már-tíres. 297
yes , por las quales prohibe baxo pen.a de la vida profe
sar en sus dominios otra Religion que la Católica. En
fin: la verdad, 6 falsedad de las Religiones, no deben
examinarse por los hechos particulares , sino por las le
yes generales , y por el verdadero espíritu de todo el
cuerpo en general : Nosotros habemos probado la ver
dad dela nuestra por muchas razones convincentes , y
por el valor de los Mártires. Estos son exemplos que con
firman la verdad de aquella proposicion absoluta : La
constancia que generalmente se ha visto en tiempo de per
secuciones , en todo género de personas , niños , niñas,
y jóvenes doncellas , y en todos los tormentos mas terri
bles , es una prueba de la divinidad de nuestra Religion,
si la juntamos con la santidad de vida , con la justicia de
la causa , con el triunfo de la Fé contra todo el poder de
los Emperadores, de los Filósofos , y de los Idólatras*
Qué tienen que oponer á esto los Incredulos ? Nada. El
mas famoso de todos ellos, el mas atrevido y sofista , no
ha sabido criticar mas de algunas historias; y en e'stas ha
bemos visto brevemente las muchas falsedades que vo
mita. Le'xos pues de que estos argumentos puedan ha
cer titubear á ningun hombre prudente , por ellos mis
mos se descubre mas la verdad , y aparece como nuevo
rayo de luz esta prueba del ChristianismO. La verdad es
como un Sol brillante,que sale tanto mas hermoso, quan-
to fué mas obscura la nube que lo cubrió algun tiempo*
La mentira. es como una mancha , que se confunde con
la hermosa flor , quando todo está en tinieblas ; .pero al
punto que el Sol de la verdad se presenta , qualquiera
puede distinguir los colores , y evitar los tropiezos. L$
mentira, á la vista de la verdad huye , como todo animal
Tom. II. I pon-

,--
i $8 iVehdad de la Religion, ¿Ve
ponzoñoso quando sale el Sol. Ama rodos los equívocos*
y serpenteando en la obscuridad , se adelanra , se atrasa,
se transforma , se retira, y varía segun su carácter te'tri-
co y ofensivo. Tales son sus ardides para corromper la
verdad. Ni se averguenza la mentira de abatirse en la a-
dulacion y baxeza mas infame , quando lo necesita ; ni
repara de mudar repentinamente su semblante con el ai
re mas se'rio y temerario , sin respeto á la verdad , justi
cia , ó virtud. Todo cabe baxo las vanderas del error , y
aun se precisa á muchos , porque su fuerza consiste en
la multitud. Las heces del pueblo; la gente mas vil; y los
hombres sin verguenza , hacen -igual papel en esta Mo
narquía, que los Filósofos seductores. Solamente los Jus
tos son excluidos, porque aman la verdadera Religion,
y su naturaleza humilde y quieta es directamente contra
ria á la mentira y seduccion. La verdad camina con sin
ceridad por la senda de la persuasion. Aborrece el ruido
de las dispuras y actos clamorosos de los sofistas. No se
afana por tener muchos compañeros , ni se sirve de otros
atractivos que los mas sencillos y naturales. No emplea
las pasiones de los hombres para formar proselitos , ni se
espanta de la multitud de enemigos que la combaten.Ha.-
bla siempre con voz firme y serena. Se reconoce invenci
ble sin orgullo , y sabe que tarde 6 temprano quedará
con victoria. De aquí es , que siempre es la misma, aho
ra triunfe, ahora sea perseguida y crucificada; y por me
dio de contrastes y trabajos llegará al Cielo , donde su
reino será eternamente feliz , vindicada de los errores y
calumnias por una eternidad. Yed ahora fieles qual de
be ser vuestra guia.

. ÜNI-
ÚNICA RELIGIÓN
VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA
DE JESU CHRISTO. ',
TRIUNFO DE LA RELIGIÓN,
POR LAS
APOLOGÍAS, PROFECÍAS, Y MILAGROS.

Testimonia tua credibilia fa&a sunt nimis.


Salín. 92.
LECCIÓN LIV.

San Justino sostiene la causa de la Religion en la primera


Apología , defendiendo d los Cbristianos de ¡os crímenes
que les imputaban , y demostrando la falsedad
del Paganismo.

A< .Unque los Mártires no necesitaban Abogados ó


Defensores , las Apologías que hicieron algunos Padres (
de la Iglesia justificaban plenamente la causa de los
Christianos , y todavía quedan algunas que sirven de
prueba á la divinidad de nuestra Religion. Estas Apo
logías se dirigían á los Emperadores 6 al Senado , sin
A ocul-
300 Triunfo de la Religion, ^
ocultar algunas veces elnombfce del Autor, como hizo
San Justino en el principio de ella. Que' Christiano se
hubiera atrevido* á defender la Religion , sino por unos
principios inegables a vista de quien los podria contra
decir ? Na siempre conseguian por este medio la calma
de. las persecuciones, pero quando menos enmudecían
á los Gentiles Filósofos ,. y no sabemos se atreviera al
gun Gentil á'responder y. formar otra'.Apoló^ía contra
ria á favor de su Idolatría.
San Justino -compuso su 'primera Apología dirigida
al Emperador Antonino , y á sus dos hijos , en el año
ciento y cinqüenta de Jesu Christol El primer crimen,
dice , que se nos imputa , es el nombre de Christiano,
como si este diera órden á las cosas. Yo confieso que
baxo de este nombre puede haber buenos y malos , y
por esto os suplico que juzgeis por las obras , castigan
do al que se halle criminal , y absolvais al inocente a-
unque sea Christiano. Si éstos no fueran buenos , evi
tarán la muerte negando .su profesion , que es lo que
quereis., pero el amor de la verdad les hace preferir la
muerte por gozar de otros bienes mejores , á la infamia
de una vida rescatada con la mentira. De aquí pasa á
probar que los Christianos son la mejor gente para con
servar la paz y tranquilidad del estado, pues uno de sus
dogmas es , que Dios lo vé todo hasta los mas secretos
pensamientos , y que hay un dia destinado para casti
gar ó premiar el mérito de las obras. Las persecuciones
ya predichas por Jesu Christo , no hacen mas que con
firmar la verdad. ....-- "i
.- i 1 El segundo crimen que imputaban á los Christianos
cía ser Ateístas , ¿ pero cómo se nos puede tratar así,
i .'¡ pro-
por las Apologías , &c. ¡ 301.
prosigue el Santo , reconociendo por verdadero Dios al <
criador de todo, ya su hijo Jesu Ghristo crucificado b'a-
xo Poncio pilato , y al Espíritu Santo que habló. á los
Profetas? Ni mireis como locura adorar a un hombre
crucificado ; su divinidad es visible en la mudanza del
mundo ; los que seguian primero la maldad , siguen a-
hora la virtud ; los que entregados á la Mágia adoraban
al demonio , adoran ya únicamente al Dios eterno. No
buscamos las. riquezas, todos los bienes son comunes
entre nosotros , el espíritu. de venganza se ha converti-
do en un ardiente amor. de todos, aunque sean enemi
gos rogamos por ellos. y ¡los hospedamos. Esta mudanza
solamente puede obrarla. un Dios. verdadero. Prosigue
despues explicando otros preceptos. de la moral, de la
castidad, limosna ,. desinteres , y obediencia. Los pre-'¡
ceptos dice , de Jesu Chsisto . eran ¡cortos , y como no
era sofista , eran muy breves sus lecciones. Aunque nos
insulteis , peráigais , . rhareisY siempre rogaremos por
.vuestra salud , y la de los Emperadores. ¡ ..
De aquí pasa á probar la injusticia de la persecu
cion. Los Christianos solos son los perseguidos , en un
Imperio que. sufre todas las otras Religiones. Vemos
que- se adoran losi árboles-, los rios, las ratas , los ga
tos^ los cocodrillos, y casi todas las bestias. Los cul
tos son diferentes segun los lugares , y sin embargo que
los unos se miran á los otros como impíos , se sufren , y
á nosotros soló se nos increpa , que no adoramos vues
tros Dioses. -De dónde nace este ódio que teneis sola
mente á los Christianos ? Mas : Despues de Jesu Chris-
to se han levantado impostores que se vendian por Quis
tos y Dioses como Simon Samaritano , el Mago , y en
-v : . ' i vues-
3©* Triunfo oe la Reiigíon,
vuestra Ciudad Imperial de Roma se le adoró como a
Dios en una estatua con esta inscripcion. "A Siman Dios
nSanto." Menandro discípulo de Simon ha engañado a
muchos en Antioquía. Marcion al presente enseña que
se debe adorar á otro Dios mayor que el Criador , se les
imputan varios crímenes cuya verdad ignoramos, pero
es cierto que á c'stos no perseguís. Vosotros abandonais
á vuestros hijos quando no los podeis alimentar , y los
exponeis á la mas fea prostitucion. Esto se ve' aprobado
por vuestros Sábios , y por vuestras leyes , que exigen
tributo de estas tropas de jóvenes que se alimentan ce*
mo un rebaño , y se exponen al antojo del pueblo , que
muchas veces abusando de ellos contra el órden de la
naturaleza , tropieza el padre con su hijo abandonado
o desconocido. Pero nosotros aborrecemos estos excesos,
no nos casamos sino para cuidar de los hijos , ó guarda
mos continencia.
Por fin, justifica i los Christianos de los excesos que
les imputaban cometer en las juntas. Explica lo que ha*
cian en ellas , las ceremonias del Bautismo , la Comu-i
nion ó Eucaristía , la oracion , la limosna que cada uno
daba los Domingos , y con la qual se socorria i los en
fermos y necesitados , y concluye diciendo s si estas co
sas os parecen razonables , si las teneis por impertinen
tes despreciadlas , pero no condeneis á muerte por esto,
a unas gentes que no hacen mal á nadie. Pudieramos ha
bernos servido de el decreto de vuestro Padre y Cesar
Adriano , pero mas hemos querido servirnos de la jus
ticia que nos asiste. . _„

LEC-
ron las Apologías , &c. 30 J

LECCIÓN LY¿ ......

Continúa San Justino su Apología , presentando el martirio


de San Toloméo , Lucio , y otro cuyo nombre se ignorar
para convencer de injusta la persecucion. (1)

Jtlabía en Roma una muger Pagana cuyo marido era


sumamente estragado. Tubo siempre por él un afe&o
enteramente perdido. Pero habiendo recibido las luces
de la fé , renunció al punto sus desvarios : Llegó á ser
modesta ; y guardando una gran circunspeccion en el u-
so de los placeres legítimos, emprendió persuadir á su
marido á vivir de un modo mas casto que hasta enton
ces. La mudanza que apareció en esta muger , fué un
efe&o de la doctrina santísima del Christianismo, quien
á demás de las máximas de una vida pura , como la qué
propone , aun está todo lleno de amenazas contra los
que deshonran sus cuerpos por impurezas que condena
el Evangelio , como la razon misma. Pero sordo este
hombre á los sábios consejos de su muger , no daba oí
dos mas que á la voz , y á los movimientos impetuosos
del infame deleite, deque se habia hecho esclavo. Con
tinuaba siempre en exigir de la que el matrimonio le
habia sujetado , cosas que la naturaleza misma no po
día permitirla que condescendiese. Un desórden tan ver
gonzoso , la hizo perder enteramente todo quanto amor
habia podido engendrar la union conyugal en el corazon
.:'..'...-; .:... de .
(1) Sacado de la Apología de San Justino Mártir , en el
cap. 17. del lib. 4. de la Historia Eclesiastica de Eusebio , de
la ediccion de M. de Valois."
304 . Triunfo de la Religion^
de esta esposa , que habia llegado á ser casta : pensaba
tambien en separarse.de un marido tan indigno de su
estimacion , y de su afecto. Sus parientes desde luego
se opusieron á esta resolucion: aconsejaronla defiriese.
la cxecucion por algun tiempo , esperando que por su
dulzura y exemplo podria atraherle á una vida mas ar
reglada. Consintió en ello , aunque con una suma re
pugnancia. Pero habiendo sabido en fin , que en uri via-
ge que hizo á Alexandría se habia arrojado. ¿desórde
nes todavía mas vergonzosos y enormes , la pareció que
si habitaba mas largo tiempo con el , se haria cómplice
de sus delitos : resolvióse , pues á retirarse 5 y rompien-*
do toda comunicacion con el , le hizo saber su divorcio.
Esta delacion jurídica y autorizada por las leyes ir
ritó al marido hasta lo sumo ; y en lugar de darse el pa
rabien de tener una muger , que no solamente renun
ciaba por principio de Religion , una vida llena de ex
cesos y brutalidad ; sino que tambien se esforzaba á re
tirarle á él mismo de ella : en lugar , digo , de tener re
conocimiento y admiracion por una muger tan virtuosa,
se hizo su delator , y la acusó de ser Christiana. Acudió
e'lia desde luego á la justicia del Príncipe : presentóle un
memorial en qué le exponía el estado de sus negocios
domésticosf le pedia la fuese permitido ponerlos en óf*
den , y prometia responder despues á la acusacion que:
se habia intentado contra ella , lo que la fue' concedido.
Esta órden del Emperador detubo las instancias del;
marido , 'y suspendió los sangrientos efe&os. del ódio,
que tan iniustamente habia concebido contra su muger;
pero le convirtió todo contra un Christiano llamado To-
lomeo , que habia dado á esta muger la primera tintura.
.v 1 ;de :

4
por las Apologías , &c. 305
. de nuestra Religion. Resolvió , pues , perderle ; y con
este ánimo se vá á casa de un Centurion amigo suyo, lo
--delata , persuadele que lo prenda , y que no le pregun
te mas que sobre un solo capítulo , á saber , si era Chris.
tiano. Tolome'o , á quien la misma sombra de la men
tira le daba en rostro , y cuya alma llena de candor,
no podia sufrir el menor disfraz, respondió sin detener
se que era Christiano. Esta confesion hizo que el Cen
turion le tratase con una extrema dureza , y lo tubiei-
se largo tiempo en una obscura prision. En fin , llevan
do delante del Prefecto Urbicio , este Juez no le pregun
tó mas que si era Christiano. Él , que- estaba persuadi
do á que la doctrina de Jesu Christo es una fuente fe
cunda de toda suerte de bienes ; y que el único medio
de ser feliz era atenerse á sus máximas, no dudó ni un
momento , y respondió valerosamente segunda vez que
era Christiano. Porque lo demás , qualquiera que nie
ga la Religion Christiana , no lo puede hacer sino por
dos motivos : ó porque la cree indigna de sí , ó porque
sus costumbres lo hacen indigno de ella. Pero ai uno,
ni otro motivo pueden obrar sobre un verdadero Chris
tiano. .¡1 .' 1 .
Habiendo dado Tolomeo de este modo testimonio
de la verdad y Religion que profesaba , recibió inme
diatamente la recompensa de su generosa sinceridad.
Fué , pues , condenado á muerte. Y como se llegase al
suplicio , Lucio , que era Christiano como e'l , y no te
nia el alma menos grande , fue' tocado y compadecido
de. un juicio tan iniquo; y fue á verse con Urbicio. ¿Qué
justicia es esta , le dixo , acercándose á él , que os hace-'
condenar un hombre á perder la yida , por llevar un
. ' i. : ''. '» B nom-

's
<io6 Triunfo de la Religion,
nombre que os es odioso ? ¿ Pues qué , sin ser adúltero,
ni homicida , ni usurpador de los bienes agenos , ni cul
pable de ningun otro delito, basta para merecer la muer
te en el tribunal del Prefecto Urbicio , confesar que uno
es Christiano ? Creed me , que esta horrible injusticia
no conviene á los tiempos en que vivimos. Por este me
dio deshonrais la piedad de nuestros Emperadores , y
haceis injuria á la equidad del Señado. ¿No eres tú tam
bien Christiano? interrumpió el Prefe&o : ¿ Tú que te
atteves á hablarme á mí de esta manera? ó lo menos me
parece que tú tienes el lenguage y los modales de ello.
Habiendolo confesado Lucio , el Prefe&o le embió al
suplicio inmediatamente despues de Tolome'o.Yo te doy
las gracias , Urbicio, le dixo este Soldado de Jesu Crhis-
to yendo á la muerte , de que me quiteis al mas malo
de todos los amos , por darme al mejor de todos los
Padres. Habiendo llegado otro tercer Christiano , y he
cho al Juez las mismas reflexiones , participó con los
dos primeros , así de la ignominia de su muerte , co-t
mo de la gloria de su- triunfo.. -

. 4 , - LECCIÓN LVL •:

Nueva defensa que hace San Justino de la causa de los Cbris*


. tianos y y qm convence de injusta la persecucion contra
los Discípulos de Jesu Cbristo. »• f * .

U n juicio tan cruel y tan precipitado como el que aca


bamos de referir, dió motivo á San Justino para mostrar
el injusto modo de proceder contra los Christianos, en su
segunda Apología , presentandola al Emperador por los
:!. años
por las Apologías , &c. 307
años de ciento sesenta y siete de Jesu Christo , y poco
antes de su martirio. El valor de San Toloméo , y de los
otros Mártires , podia persuadir á los Tiranos , que los
Christianos buscaban la muerte. Mataos ( se nos dirá, di
ce San Justino ) id á buscar vuestro Dios ; no nos emba
raceis mas en nuestros Tribunales. A esto pues responde,
que la fé de la Providencia no les permite ser homicidas;
pero preguntados sobre su Religion, se creen obligados a
confesarla por amor de la verdad. :
Los Tiranos insultaban algunas veces á los Christia
nos , de qué en vano se alababan de tener en su Dios
un protector , pues les dexaba morir en los tormentos;
y aunque San Justino podia responderles con mil efec
tos milagrosos , y con la insensibilidad que experimen
taban muchos Mártires en los mas crueles tormentos, se
sirve de otro principio. Todas estas persecuciones (dice)
son excitadas por los malos Angeles , que siempre persi
guen á los que se gobiernan por la recta razon. A éstosi
attibuye la Idolatría , y los males que suceden en el
mundo. Tambien hace ver en esta Apología , que solo
deben temerse los males de la otra vida ; cuya verdad
prueba diciendo , que si no hubiera efe&ivamente pe
nas destinadas para los malos , se podria negar que hu-*
biera Dios , 6 que en caso de existir este Dios , no cui
daba de los hombres , pues se veían muchas veces los;
Justos atropellados , y los impíos en la mayor felicidad. .
Por el mismo principio se convenceria , no haber vicio
ni virtud , y por consiguiente , que las leyes que esta
blecen penas contra los malos , serian injustas. Acaba de
convencer á los Gentiles , que la persecucion contra los
Christianos , no es prueba que sean injustos , ni falsa su
;\ .. Bj Re-
3o8 Triunfo de la Religion,
Religion , pues muchos Filósofos como Sócrates habían
sido perseguidos , por no querer reconocer á ciertos Dio
ses de la Gentilidad , 6 por querer adorar al Criador del
Universo : Sin embargo , hace advertir esta diferencia,
que entre los muchos discípulos de Sócrates , no hubo
alguno que muriese en defensa de su do&rina ; quando
se experimenta continuamente , no solo Filósofos , sino
toda clase de gentes , sufrir con valor la muerte por Je-
su Christo , y por defender sus máximas.
Aquí hace reconocer la inconseqüencia de todas las
acusaciones contra los Christianos ; dá los motivos de su
conversion; y convence, de que no es posible hallar gen
tes , que corran con alegria á la muerte , y sean capaces
de los crímenes que les imputan , esto es , incestos, y co
mer carne humana. Descubre la maldad de algunos Ma
gistrados , que se sirven de caricias , promesas y tor
mentos , para obligar á los esclavos , á los niños, y debi
les mugeres, á que nos impongan los crimenes que abor
recemos. Lo mas estraño es , que nos acusen de los de
litos que ellos cometen en público, y de los quales hacen
participantes á sus Dioses, como cuentan sus Poetas;
quando nosotros nos separamos de sus asambleas por es
ta causa , creemos á Dios presente , y morimos por no
mentir. Publicad esta Apología , para que todo el mun
do de' testimonio de la verdad con que hablamos..
: ''•i:
i.-r .. : . ...'.: -¡: : . '. .'.. ¡_¡ r.r. . ¡ -i .' :. T: i
1
':<.. \

LEC-
por las Apologías , &c. 309

LECCIÓN LVII. . . .

San Justino sella sus Apologías con su sangre , y los MártH


res son nueva confirmacion de la verdad de una Re*
ligion que inspira tal valor y fortA*
;''•' '--n . .. leza. (1).

mperando Marco Aurelio, algunas personas apasiona-?


das por el culto de los ídolos , alcanzaron de él , que se
publicasen en todas las Ciudades del Imperio Edi¿\os
contra los que hacian profesion de la verdadera Religion..
Contenian estos. Edi&os, que en qualquiera lugar que se
hallase un Chiistiano, se le prendiese, y obligase al pun-¡
to sacrificar á los Dioses. Entonces fue quando Justino,y
los que estaban con el , fueron arrestados , y conducidos.
á Roma, en donde se les hizo comparecer en el Tribunal
de Rústico, Prefecto de la Ciudad. Dirigiendose este Ma
gistrado á Justino , le dixo: ¿No quieres tú obedecer a.
los Dioses y al Emperador ? Justino le respondió: Qualr
quiera que obedeciere á Jesu Christo nuestro Salvador,
no podrá ser jamás condenado. ¿Que ciencia ó arte pro
fesas ? continuó el Prefecto. Hasta aquí ,. respondió Jus
tino , he trabajado en adquirir todos los conocimientos
naturales y humanos ; y no hay género de erudicion al
guna , en que mi curiosidad no me haya hecho hacer al
gun progreso ; pero en fin ya me he; fijada en la ciencia.
de los Christianos , aunque no se* del gusto de los que
no le tienen sino por error. ¿Pues que'', miserable , vol-
> vio
'-(i) El que quiera ver mas pruebas cíe este género , vea a
Fr. Luis de Gran. Sim. Tom. j .
310 Triunfo de la Religion,
vió á preguntar Rústico , esa ciencia te puede agradar?
Sí ; sin duda , dixó Justino , porque me hace andar con
los Christianos en el camino de la verdad, y porque con
tiene una doctrina recta y pura. ¿ Qué doctrina es esa ?
La que siguen los Christianos , que consiste en creer
que no hay mas que un Dios , que ha criado todas las
cosas que se ven , y todas aquellas que no están sujetas
á los sentidos : reconocer á un Señor solo , que es Jesu
Christo , hijo único de Dios , predicho en otro tiempo,
y anunciado á los hombres por los Profetas , que ha de
venir á juzgar á todo el Género Humano. Él es autor de
la salvacion , el que ha venido á publicarla en el mundo.
Gusta de ser el Maestro de los que quieren aprender de
él las verdades que enseña. Pero yo , que soy un hom
bre sin inteligencia , confieso que tengo muy pocas lu
ces para poder hablar de su divinidad de un modo que
sea digno de ella : no toca sino á los Profetas penetrar
en este abismo de grandeza , y ellos son quienes por ins
piracion de Dios , han predicho la venida de aquél que
yo acabo de llamar su hijo , y la anunciaron muchos si
glos ántes que apareciese sobre la tierra. Preguntóle el
Prefecto , dónde se juntaban los Christianos ? Justino le.
respondió > Que era libre á cada uno hallarse en qual-
qukra parte que quisiese. ¿Pensais acaso , continuó e'l,.
que tenemos algun lugar determinado , en donde ordi
nariamente celebramos nuestras asambleas ? No por cier
to. Sabed', que el Dios de los Christianos no está limita
do á un lugar : es. inmenso , como tambien invisible ^ y
llena el Cielo y la tierra : de este modo es adorado en
todo- lugar , y cada Fiel le puede rendir homenage , en
donde quiera que se halle: Yo quiero sabe*, instó el Pre*
.<.'... i .'n¡8 .p:. :-„. »»• . ÍCCr.
por las Apologías , &c. 3n
fectó, en dónde os juntais todos , y particularmente, ¡el
lugar donde tus discípulos te vana oir. Yo os diré¡ de
jnuy buena, gana donde vivo , respondió Justino. Hasta
-ahora he Vivido inmediato á un hombre llamado Martin,
y frente al Baño Timotino. Esta es la segunda vez que
vengo á Roma: yo no. conozco ninguna otra posada; por
que si alguno ha querido venirme á ver , no le he oculta
do la doctrina de la verdad , .y con mucho gusto le he
comunicado lo que sabia. ¿ Luego tú eres Christiano l le
dixo el Prefecto. Sí que lo soy , respondió Justino.
Entonces , volviendose el Prefecto hácia Cariton , le
dixo : ¿Y tú eres tambien Christiano ? Respondióle éste:
Sí lo soy por la gracia de Dios. Hizo el Prefecto acercar á
una muger llamada Caritaina, y la preguntó si eraChriá-
tiana ? Respondió , que era Christiana por la misericor
dia del Señor. Preguntó el Prefecto á Evelpisto sobre su
Religion , y de que condicion era ? Evelpisto respondió:
Yo soy Esclavo del Emperador, pero soy Christiano , y
liberto de Jesu Christo ; y por un efecto de su bondad,
tengo la misma esperanza que tienen éstos que veis , y
vivo como ellos en la misma espectacion. Dirigióse des
pues á Hierax , y le preguntó si era Christiano ? Cierta
mente , respondió Hierax, soy Christiano , y adoro al
mismo Dios que los otros adoran': ¿ Es ese Justino , dixo
el Prefecto , quien te ha hecho Christiano ? Por lo que k
mí toca , respondió Hierax , yo he sido. Christiano , y
lo sere'. Uno llamado Peon , que ¡estaba presente , dixo
en alta voz:.Yo tambien soy Christiano.. g Y quién te ha
instruido? replico el Prefecto.-. Mis Padres, respondió
Peon. Evelpisto añadió :¡ Yo oía ¡-con placer las instruc-r
ciones de Justino , pero tambien he aprendido de mis Pa-
.: -í '- ' ..' dres
^12 Triunfo de la Religion,
dres á ser Christiano. Dixo el Prefecto : Dónde están tus
Padres ? Están enCapadocia , respondió Evelpisto. Hizo
iel Prefecto la misma pregunta á Hierax, que le respondió
de esta manera: Nuestro verdadero Padre es Jesu Chris-
to , y la Fe' es nuestra. verdadera madre : por ella es por
quien nosotros creemos en e'i. Eor lo que toca álos pa
dres que he tenido sobre la tierra , digo que ya se han
muerto. En quanto á lo demás , yo he sido sacado de la
Frigia , (i) y desde allí me han traido aquí. Preguntó el
Prefedo á Liberiano:qué decia e'l,y si era tambien Chris
tiano , e impío para con los Dioses ? Liberiano respondió
que era ¡Ghri§tiano , y que adoraba al verdadero Dios. .
'.- ' Volviendo otra vez el Prefecto á Justino , le dixo:
Escucha tú , que haces de Orador , y te precias de elo-
qüencia y doctrina: Tú que crees poseer la verdadera sa
biduría; quando yo te hubiere hecho desgarrar á azotes
desde la cabeza \asta los pies , piensas subir al Cielo en
este estado ? Yo espero , respondió Justino , que si sufro
por Jesu Christo el suplicio con que me amenazais, reci
bire' de el lo que ya han recibido otros que han guarda-i
do sus preceptos ; porque sé , que la gracia de Dios está
reservada hasta el fin del mundo , para , todos aquellos
que hubieren vivido de este modo. ¿ Luego tú te imagi
nas ^ le dixo el Prefecto , que te aguarda una gran re
compensa en el Cielo ? No lo imagino, lo sé; y estoy tan.
convencido de ello , que no tengo la menor duda. I>íxo.¡
le el Prefecto : Dexemos todo eso , y vamtís al punto y á.
lo que es mas urgente : juntaos todos, y animados de un.
mismo espíritu , preparaos para sacrificar á los Dioses.
Tomando Justino la palabra por todos¿ dixo: Todo hom-
'-:-.. 1i /.. ;''i. 1«'<ii ..-.'. 'Ha. '.'.: . :•-.,.' . iojota
(i) -Delconum.
por las Apologías , &C. '''I1!
bre cordato jamás abandonará la verdadera piedad , por
seguir la impiedad y el error. Él- Prefecto le dixo : Si no
obedeceis á nuestra órden, podeis esperar ser tratados sin
alguna misericordia. Respondió Justino: Nada deseamos
con mayor ardor, que padecer por nuestro Señor- Jesu
Christo , y llegar á verlo por medio de los tormentos. És
te es quien nos dará la recompensa en su recto tribunal,
donde todos los hombres han de comparecer para ser juz
gados. Dixeron todos lo mismo ; y añadieron : Haced lo
que quisiereis : nosotros somos Christianos ; y no sacri--
ficamos á vuestros ídolos.
Oido esto por el Prefecto ^pronunció esta sentencia:
« Mando , que los que no han querido sacrificar á los
« Dioses , ni obedecer á las órdenes del Emperador, sean
«azotados con varas, -y conducidos al lugar del supli-
«cio para perder allí la vida degollados , como lo man-
«dan las leyes." Fueron pues llevados estos Santos Már
tires al lugar donde se ajusticiaban los delinqüentes '; y
allí , entre las alabanzas , acciones de gracias , y bendi
ciones que daban á Dios , fueron primero azotados , y
despues se les cortó la cabeza , confesando á su Salvador
hasta el último suspiro. Despues de su muerte , levanta
ron algunos Fieles secretamente sus Cuerpos , y los en
terraron en lugar decente.

V '..O . . '. • - " I .

. . -

tom. II. C LEC*


2i 4 Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LVIII.
' ' ; ..-.: .''-,:- í .''-'

Tertuliana hace una demostracion de el Evangelio y de su ver


dad , presentando la monstruosidad de la Idolatría^
y la injusta. persecucion contra los
Cbristianos.

Xertuliano escribió su Apología por los años doscien


tos , en tiempo de Severo. Toda se puede reducir á tres
puntos. Descubrir la injusticia de la persecucion ; probar
la verdad del Christianismo ; y responder á las acusa
ciones.
Prueba en primer lugar la injusticia de perseguir los
Christianos con este Discurso : (i) Si es cierta que noso
tros somos criminales ; por que no nos tratais como á los
otros ? Ellos se defienden , y nadie es condenado siaser
oido. Solo nosotros estamos privados de esta libertad.
I Por que no verificais los crímenes que se dicen hemos
cometido? Está prohibido por vuestras leyes hacer infor
macion contra nosotros. Trajano lo estableció así escri
biendo á Plinio , que se quejaba de lo mucho que crecía
el número de los Christianos ; pero que' ley tan injusta1.
No busqueis a los Christianos , pero castigadlos si los hallais;
como si el ser descubiertos fuera todo el crimen. A los
demás reos poneis en tormento para que confiesen la ver
dad , pero á los Christianos para que la nieguen. Quan-
do un hombre grita ryo soy Christiano , ya dice lo que es:
Si este es el delito , no resta sino la sentencia , y sin em
bargo lo atormentais para forzarlo á mentir. Dexad los
tor-
{i) Cap. a. - .'.. . ,'i
por las Apologías , &c. 215;
tormentos , pues los previenen con la confesion : dadles
la muerte , si el nombre de Christiano ya la merece? no
les forzeis á negar su delito para absolverlos. El aborre
cimiento os ciega.' Tal persona , decís , es muy hombre
de bien; es lástima que sea Christiano. (1) Él es muy sá
bio ; pero el infeliz se hizo Christiano. Que' estraño mo
do de hablar ! Si solo el nombre de Christiano es todo
el delito ; cómo puede ser bueno y sábio el que lo lleva?
Y si es compatible la sabiduría y bondad con el Chris-
tianismo ; por que' no pasais á examinar su vida ?
En seguida de este Discurso combate las leyes que
ordenan la persecucion , mostrando , que cada dia están
aboliendo , y haciendo nuevas leyes. Hay un antiguo
decreto, dice , que prohibe consagrar culto á un Dios
nuevo sin la aprobacion del Senado. Sin embargo Tibe
rio , habiendo recibido noticias de Palestina sobre la di
vinidad de Jesu Christo , quiso que el Senado y Pueblo
lo recibieran en el número de los Dioses ; .pero los Se
nadores desecharon la proposicion , porque no habia sa
lido de ellos. Tiberio permaneció en su opinion, y ame
nazó con grandes penas á los acusadores de ios Christia--
nos. Consultad vuestros Archivos , y vereis , que Ne
rón fue el primero que nos persiguió, y esto nos hace
mucho honor. Los Príncipes bien instruidos del Derecho
divino y humano , jamás nos persiguieron. Ni Vespasia-
no , ni Pio , ni Vero , nos hicieron oposicion.
De aquí pasa á declarar la verdad de el Christianis-
mo. Nosotros adoramos un solo Dios , que por su pala
bra , su razon y poder , ha sacado de la nada todo es
te mundo, todos los elementos de que se compone, cuer-y
Ca pos,
(1) Cap. 3. .. t .''.\. .
%i6 Triunfo de la Religion,
pos , espíritus , y hermosura de su grandeza^Conoced-
le por sus obras , por el testimonio de una Alma natu
ralmente christiana , qvie á pesar de su mala educacion,
Cn sus trabajos solo llama á un Dios : (i) Gran Dios:
buen Dios , y no mira al Capitolio , sino al Cielo. Para
darnos un mas perfecto conocimiento de sí , se sirvió de
el testimonio de las Escrituras. Despues de esta explica
cion , pasa á descubrir el origen de las falsas Religiones:
(2) Es preciso que admitais á un Dios superior de todos
los otros , porque vemos , que los que adorais fueron
hombres r/uros en algun tiempo, ellos no se pudieron ha
cer Dioses á sí mismos ; solo pudo elevarlos á la divini
dad el que la poseía. Esta divinidad no les fué dada por
recompensa de sus méritos , pues vemos que adorais por
Dioses á los hombres mas malos del mundo ; hijos desna
turalizados , incestuosos , adúlteros , crueles , mentiro
sos. Estas son las ideas que de vuestros Dioses nos dan
vuestros Poetas, dexando al mismo tiempo á otros que
vivieron virtuosamente , como Aristídes ,'Temístocles,
&c. ¿Quál de vuestros Dioses es mas sabio que Caton,
mas justo y fuerte que Scipion , y mas eloqüente que
Ciceron ? Así discurre Tertuliano en su Escrito público:
así descubre las indignas ceremonias y abominaciones de
los Gentiles en una Apología , en que solo se podia de-:
cir , lo que no se pudiera negar.

.il;.
¡ . . /. . ..' x '' 0
' '' (íuv ; '•.''. v
^

. -- »
LEC-
(1) Cap. 17. (a) Cap. ir. .¿.',.:; (0
por las Apologías , &c. 317

LECCIÓN LIX. '-."


^ . .- ... ' \ 1 +

Acaba "tertuliano su Apología vindicando los Fieles de todas


las calumnias , con las quales son infamadas
de los Gentiles.

D£'eshace finalmente Tertuliano todas las acusaciones y


delitos que se imputaban á los Christianos. La primera
calumnia era decir , que en las juntas mataban á un ni
ño , bebian su sangre , comían su carne , y tirando un
pedazo de pan ensangrentado á un perro que estaba ata
do á un Candelero , lo derribava , y quedando sin luz,
cometian mil abominaciones. (1) Estas acusaciones están
fundadas, dice , en las prácticas de los Gentiles , pues en
África se sacrificaban los hijos á Saturno. En. Roma hay
un Júpiter , que se baña en sangre humana quando se
honra con los Juegos que se le consagran. Nosotros por
el contrario estamos tan distantes de beber la sangre a
los niños , que ni la de los animales gustamos. En nues
tras juntas todo es santo : con oracion comienzan , y con-
oracion acaban. ili. .,| '. ;¡ './•>'. . '
Tambien eran acusados los Christianos. de sacrilegio, r
y crimen de lesa Magestad, ó traidores á la, Pátria, El cri
men de sacrilegio es una impostura: nadie mejor que no-'
sotros adora á Dios. Es verdad que no adoramos á los
vuestros 5 pero vuestra conciencia cpnfesará , sin que
podais negarlo ¡, que ellos eran hombres como vosotros.
Nosotros no adoramos la Cruz, ni el Sol es nuestro Dios,
como creeis: El Criaqor de Cielo y tierra es el único a
quien
(0 Cap.». 0¡;:) ' D i; .f",;r-¡ )
318 Triunfo de la Religion,
quien adoramos , y á su hijo Jesu Christo.
Ni tiene mas fundamento el crimen de lesa Mages-
tad. (1) Es verdad , que nosotros no rogamos á los Dio
ses por el Emperador , mas es porque no tienen poder:
levantamos los ojos y las manos al verdadero Dios ; al e-
terno, y al que vive siempre : le pedimos la paz de el Im
perio, la salud del Emperador , y la re&itud del Pueblo.
(2) No podemos pedir esto sino al que tiene poder ; pe
ro tenemos obligacion de hacerlo , porque se nos manda
así en nuestros libros. No llamamos al Emperador Dios,
porque no podemos mentir ; pero sí le decimos Señor,
porque le debemos respeto. (3) No obstante , somos mi
rados como enemigos públicos , porque no damos estos
honores vanos, falsos , y que nada sirven ; porque no ce*
lebramos las fiestas con disoluciones profanas , con exce
sos en la comida y bebida , y con otras insolencias mas
vergonzosas. Nosotros por el contrario ofrecemos en las
fiestas nuestros votos por el Emperador con la castidad,
con la sobriedad , y con la modestia. Aun justifica mas
á los Christianos de esta acusacion , probando que son
los mas fieles de el Imperio. ¡Quántas crueldades se han
execurado contra los Christianos ! El Pueblo , sin espe-'
ra'r vuestras órdenes , nos apedrea , y en las fiestas no
perdona ni á los cuerpos muertos , que saca de los se
pulcros y los despedaza. ¿ Pero habeis visto por ventura
que jamás hayamos pensado en vengar tantos agravios?
Una noche sola era- bastante para resarcirnos , si nues
tra ley nos permitiera bolver mal por mal. Si nos decla
rásemos por enemigos'^ acaso nos faltarian fuerzas y tro
pas? Nosotros llenamos vuestros Exe'rcitos, vuestros Cas-
ti-
tO Cap. so. (*r.Caf>. 3*. (3) Cap. 3£
POR LAS APOLOGÍAS , &C. , 3I9
tillos , vuestras Ciudades , y vuestros Palacios ; solo de-
xamos desiertos vuestros Templos; ¿Nos faltaria valor,
:á los que estamos criados en los trabajos, y á los que vo
luntariamente nos ofrecemos á la muerte ? Solo con se
pararnos de vosotros a un rincon de el mundo , os ha
riamos la guerra , pues se despoblarian vuestras Ciu
dades. . , .¡ ..
Pasa mas adelante , declarando que no hay motivo
para temer la union con los Christianos , que ni son am
biciosos ,. ni se mezclan en los negocios públicos, ni bus
can los placeres. (i) Es verdad que tenemos juntas, pero
todas son para orar , y vivir con piedad. Es verdad que
tenemos tesoros ; cada uno dá lo que quiere ;. es una
contribucion voluntaria ; y este caudal no se emplea en
gastos inútiles , sino en alimentar a los pobres , á los hi
jos hue'rfanos, a los viejos , y a los prisioneros. Nuestros
agapes, 6 comidas de caridad, son sobrias , parcas y mar
4estas , y luego se cantan las alabanzas á Dios¿ . ; .„ A.
Tambien decís que somos inútiles al comercio de
la vida. (2) ¿Pero cómo se puede decir esto , pues vivi
mos con vosotros, usamos los mismos alimentos, los mis
mos vestidos , los, mismos muebles s vamos ácomprar a
la plaza t á vuestras ferias , a vuestros baños y boticas*
navegamos con vosotros , traficamos en el comercio, lle
vamos las Armas en la Tropa del Imperio, labramos y
trabajamos como vosotros en todos los oficios?. Direis que
se disminuyen las ofrendas de vuestros Templos adon
de no acudimos : Júpiter na nos necesita 5 y en fin ,. que
extienda su mano v y' le¡daremos. Esta falta 9s bien com
pensada , por la fidelidad con que pagamos los tribu-
. .. ;.;-'...-. tos.
(1) Cap. 39. (2) Cap. 42»
5 20 Triunfo de la. Religion,
-tos , que se disminuyen con los fraudes que haceis.
»'¡ Nostrataíá' de desesperados , por la intrepidez que
tenemos en los tormentos y'éri la muerte , y cubrís de
-gloria á'SeévoIa , Regulo , y otros que la sufrieron con
valor. Solo el morir por defender la causa de Dios , y
confesarlo , os parece una locura. Atormentadnos quan-
to querais; vuestra injusticia es la prueba de nuestra ino
cencia. Condenando á una Muger Christiana á ser ex
puesta en lugar infame , reconoceis que nosotros teme~
mos masía impureza que todos los tormentos, y que la
muerte misma. Así aca.ba Tertuliano su Apología.

- '- ';; .. LECCIÓN LX.

Utilidad que percibe la Religion y los Fieles de estas Apolo-.


' .' gias , que son un nuevo género de pruebas.
T/ ^ - - . .i/ .. ... -'. j'.í ¡ . « .- -•'.•.../.
res cosas resultan de estas Apologías trabajadas en de
fensa de los Christianos. La primera , es una prueba evi
dente de la divinidad y verdad de la Religion. Unos
hombres tan perseguidos , cómo se atreverian á poner
por escrito las abominaciones de los Paganos , si no fue-
*an todas inegables ?iSi;es verdad todo lo que dice Ter
tuliano de los ídolos y de sus festividades , se conoce
con evidencia su abominacion : Si es falso , dónde están
las respuestas de los Gentiles i No es posible tal atrevi
miento en medio de la peWecucion. Era preciso un valor
sobrenatural para escribir estas Apologías : la verdad so*
lamente podia inspirar estos pensamientos , y poner en
movimiento la pluma, - ¡... ■> ;
La segunda , es otra prueba de la injusticia de las
,!;.i;.' '(.:; .-- .c , J per-
por las Apologías , &c. 321
persecuciones , y del furor impío contra los Cbristianos.
En efecto ; por estas Apologías se hace evidente la mu
cha sangre que derramaron los Christianos en confirma
cion de su do&rina y Religion , su constancia que lleva
ba el carácter visible de la asistencia divina., la furia de
los tiranos , la ino'cencia de los Christianos , la sin razon
y ninguna causa para perseguirlos! En fin se vé que se
atraían el aborrecimiento solamente porque eran justos
los Christianos , y la maldad de los Gentiles no podia su*
frir la inocencia, verificandose aquel dicho de la Escri
tura , en boca de los impíos. Oprimamos al justo que
es contrario á nuestras obras. s
La tercera reflexion y utilidad que debemos sacar
de estas Apologías , es aprender la conduela que obser
vaban los primeros Christianos. La paciencia en los tra
bajos es la primera leccion : La caridad que enseña á a-
mar y servir á los enemigos, rogando por los Emperado
res que les perseguían , sirviendoles con fidelidad , es
la segunda : La inocencia de costumbres , la prá&ica de
virtud , la constancia en servir á Dios , y no ceder al te
mor , ni respeto del mundo , es la tercera. La rectitud
de ideas , la nobleza en el pensar , la perfeccion de vi*-
da , la dulzura y la modestia que vemos en aquellos fier
les , debe arrebatar nuestra atencion , y hacer de nues
tras almas Aína viva imagen de Jesu Christo nuestro
Maestro. . ' ..''' " .; - . .; - ¡

fotn.IL P- .». LEO


^2t Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LXI.

El Venerable Paire Fray Luis de Granada , pruebala,


verdad de nuestra Santa Religion por ti
cumplimento de las Profecías.

llil que todavía no quede convencido de la divinidad


del Christianismo por tantas Profecías como vemos cum
plidas así de la antigua ley , como del Evangelio , pue
de acudir al tratado en que probaremos la venida del
Mesías contra los Judios , ó al Padre Fray Luis de Gra
nada , (i) que fuerza todo entendimiento humano para
creer. En efecto : El Salvador tubo muchísima razon pa
ra decir á los Discípulos que iban á Emaus , viendolos
vacilantes en la fe : .(2) O locos y tardos de corazon pa
ra creer lo que dixeron los Profetas. No estaba claro que
de esta manera convenia que Christo padeciese , y que
así entrase en su gloria ? Y comenzando desde Moyse's,
y discurriendo por todos los Profetas , les declaraba las
Escrituras que de él hablaban , y de este modo descu
bria con claridad el cumplimiento de las Profecías. Fi
nalmente, éllas son tan manifiestas que pudieran los e-
nemigos de nuestra Religion decir , habian sido inven
cion de los Christianos para confirmar la fe que profesa
ban. Mas porque esto no se pudiese decir , ordenó la
Divina Providencia , que los mismos enemigos de nues
tra fé confesasen la verdad de las Escrituras , que son
las mismas que los Christianos tenemos. Y así ellos traen
el
(1) Introduccion al Símbolo de la Pé, en la 4. y $. parte
en muchos lugares. (a) Luc. 24. O stulti , & tardi^ (Src;
por las Apologías , &c. 323
el testimonio de su condenacion , y el de nuestra ver
dad y justificacion. Y en este sentido declara San Agus-
tin (1) las palabras de David , el qual pide á Dios en un
Salmo , que no mate á los enemigos de esta verdad (que
son los Hebreos,) porque -río perezca juntamente con e-
llos el testimonio de las Santas Escrituras.
Y para que se vea como este espíritu profe'tico no
se acabó con la antigua ley ,. notaremos con brevedad
algunas de las Profecías del Evangelio que vemos tan vU
siblemente cumplidas, que no es posible dudar de ellas,
y de las quales hace mencion Fray Luis de Granada , en
la introduccion al Símbolo con mayor extencion. En pri
mer lugar se vé claramente profetizada la conversion del
mundo en el Evangelio, en tiempo y ocasion que huma
namente no se podia discurrir sino todo lo contrario, y
quando el mundo gritaba ser locura el Evangelio. Por
que estando el Salvador vecino á su Pasion dixo estas.
palabras en presencia del pueblo : Llegada es ya la ho
ra del juicio del mundo , ahora el Príncipe de este mun
do ha de ser echado fuera de el , y si yo fuere levanta
do todas las cosas traere' á mí. Y añade el Evangelista,
esto decia para declarar el genero de muerte que habia
de padecer. Y qué queria decir esto , sino que el demo
nio , que en todas partes fuera de Judea , era adorado
de los Reyes y Pueblos , habia de ser abandonado ? Y:
que la Idolatría se habia de acabar en la. mayor parte del
mundo, ó en los pueblos civilizados? Y el decir que
muriendo en la Cruz traeria á sí todas las cosas , signifi
caba que sería: adorado y obedecido en todas partes. De
modo que si fué un milagro la conversion del mundo,
. * .> . -Da fu¿
(1) S. August. sup. Psalm. $8. ser. 1. in fin. tom. 8.
324 Triunfo de la Religion,
fue otro mayor profetizarla. Esto pondera mucho San
Juan Crisóstomo. (1) ¿ Quien habia de decir que la Cruz
que era la cosa mas ignominiosa del mundo , habia de
hacerse la de mas honor , y esta habia de presentarse en
los Cetros , Coronas , en las armas , y en todas partes?
Solo se podia profetizar esta mudanza por el espíritu de
Dios.
En segundo lugar es ptra Profecía admirable la que
se vé en el Evangelio sobre la Magdalena y Madre de
Jesu Christo. Quando aquella derramaba un preciosa
unguento sobre la Cabeza del Salvador , y se indigna-
ion sus Discípulos por lo que allí se desperdiciaba , a-
probó el Señor aquella accion , y dixo : (2) En verdad
os digo que donde quiera que este Evangelio fuere pre
dicado en todo el mundo -y se dirá lo que esta muger hi
zo en memoria de mí. San Juan Crisóstomo engrandece
el cumplimiento de esta Profecía, por estas palabras: En
todas las Iglesias , los Reyes , los Consules y los Duques,
los hombres , y las mugeres oyen con sumo silencio el
oficio de esta muger. Quántos Reyes ha habido en el
mundo que hicieron grandes beneficios, triunfaron, go
bernaron , é ilustraron sus Republicas , y con todo así
ellos como sus beneficios se han quedado en olvido? Lo
mismo ha sucedido con algunas Reynas y mugeres cla-
xísimas. Mas esta pobre muger sin embargo de la baxe-
za de la persona , y del poco número de testigos , que
no hizo mas que derramar un poco de unguento , es ce
lebrada en todo el mundo. Pues quien fue' poderoso pa
ra profetizar tan de antemano lo que ahora vemos cum-
plir-
( 1 ) S. Juan Crisóst. Hora. Quod Christus est Deus. Joan. c. 1 2.
(a) Matth. 6.¡ .'.:..
por i as Apologías , &c 325
plirse todos los años , sino Dios ? Y si esto era ya tan
admirable en tiempo de San Juan Crisóstomo , quánto
debe crecer la admiracion despues de tantos siglos ?
Con esta Profecía se puede juntar otra semejante de
la Madre de Dios, que en su célebre canto dixo estas
palabras. Porque el Señor tubo por bien poner los ojos en la
humildad y baxeza de su Sierva , por tanto me llamaron bien'
aventurada todas las generaciones. Esta Profecía aun se ha
cumplido mas admirablemente que la de la Magdalena,
pues no solo es alabada en todo el seno de la Iglesia, si
no tambien lo es en todas las naciones de los Moros y
Turcos , y así leemos en el Alcorán grandes alabanzas
de María.
No se ha cumplido menos la que el Salvador dixo
estableciendo su Santa Iglesia , porque sin embargo de
las persecuciones, y fuera de toda la esperanza^ de los
hombres , dixo a San Pedro. (1) Ta te diga que tú eres Pe
dro , y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia , y las puer
tas del infierno no prevalecerán contra ella«. Y para que no
quedase duda de que hablaba y entendia por las puertas
del infierno las persecuciones que se levantariaa contra
su Religion , aun lo declaró mas por San Lucas , (2) di
ciendo : Que habían de levantarse los Incrédulos , y po
ner las manos en sus discípulos , perseguirlos , encarce
larlos , y presentarlos ante los Reyes y Presidentes en.
testimonio de la vejrdad ; sereis entregados ks añade en
juicio por mano de vuestros padres , parientes , y ami
gos; y matarán á muchos de vosotros ; y sereis aborre
cidos de todo el mundo > por mi amor ; y con todo, no.
se-.
(i) Matth. i6w *
(a) Fr. Luis de Grao. Introd. al Símb. £ f.
yzó Triunfo. de la Religion,
se perderá un cabello de vuestra cabeza. Es ran paterí-*
ce el cumplimiento de esta Profecía , que nos escusa el
trabajo de hacer sobre ella la menor reflexion. De este
modo podiamos referir otras muchas, como la destruc
cion de Jetusalen , pero quizá se tocará mas largamente
quando tratemos de la verdad del Christianismo. Solo
resta advertir una cosa muy notable , y es , que aunque
- el testimonio de los Milagros sea tan grande , lo es ma-.
yor para nosotros el de las Profecías como dice Fray Luis
de Granada , porque los Milagros comunmente los cree-'
mos por relacion de otros , y no los vemos , pues son
de cosas pasadas ; pero las Profecías y su cumplimiento,
son unos Milagros continuos que los vemos por. nuestros,
ojos , y cada dia experimentamos de nuevo el cumpli
miento como acabamos-de ver. Por todo lo qual queda¡
evidentemente probado que los libros sagrados del vie
jo Testamento , y aun los del nuevo son inspirados
por Dios , porque de otro modo los que los escribie
ron no podian profetizar tales cosas.

LECCIÓN LXII.

Elevacion del hombre por la revelacion . »


pro/'ética. i
O l
V^uanto las raices del error eran mas profundas yar<
raigadas , tanto la revelacion de la celestial verdad de
bia ser mas brillante y poderosa. La naturaleza^ dormía
en un sueño aletargada , no podia bolver en sí , y dis--
penarse sin el golpe de un trueno ruidoso. Para este fin
el Señor , que todo lo dispone suave y fuertemente , dió
al
por las Apologías , &c. 327
al mundo algunos hombres poderosos en obras y pala
bras. Un Profera parecía el árbitro de los tiempos., el
Ángel de la fortaleza y consejo. Su presencia imprimía
en los corazones el espíritu de la paz , ó los terrores de
la muerte. Su frente parecia de invencible bronce á pre-'
sencia de los tiranos , y si alguna vez recibia una inju
ria de los hombres , el Cielo la vengaba con fuego. Uno
de los Milagros mas grandes que acreditan la verdad de
la revelacion , es ver á estos hombres rústicos como se
elevan á la region mas alta , rompiendo el velo que cu
bre los misterios , describiendo con pluma magestuosa
los atributos de la divinidad , arrollando insensiblemen
te los argumentos de los Incrédulos , los sistemas del
Griego supersticioso , y del bárbaro Egipcio , dando
leyes para el trono , y confundiendo con su simpli
cidad y elevacion toda la sabiduría profana. Un solo O-
ráculo de los Profetas , tiene mas profundidad , que to
das las obras morales y políticas de los genios mas subli
mes de los filósofos antiguos y modernos. En éstos no se
ven mas que algunas chispas que saltan del duro peder
nal para acreditar el sello que gravó la divinidad , y la
dureza del corazon de piedra que los sofoca. En aque
llos no saltan estas luces fatuas , ni dispersas , sino se
guidas y encadenadas. No juzgan de las cosas por con-
geturas , sino por la convinacion y enlace que las une al
primer principio que es Dios : se conduce al hombre por
caminos seguros á su fin sobrenatural , se le prescriben
leyes admirables para el espíritu , para el corazon , para
las acciones civiles y morales , caminando los Profetas
delante como Angeles de Dios que abren el camino , y
fuerzan al Universo para que reconozca en sus escri
tos.
328 Triunfo de la Religion,
tos , virtudes , y portentos , la obra de la verdad , y
de Dios.
Las ciencias humanas no hablan tenido bastante e-
levacion , ni fuerza para restituir el hombre á su justa
gtandeza natural. La revelacion lo ha sentado sobre el
trono que le correspondia. El Pastor de Horeb Moyse's,
toma el hombre por la mano , y lo conduce más allá del
Universo : le descubre un mundo nuevo , del que e'ste
no es mas que una sombra ; mundo celestial donde rei
na la suprema divinidad con todo el aparato de su mag
nificencia. A la luz de su resplandor de la encendida
Zarza sube el hombre hasta el Dios sublime , se'r adora
ble , grande , bueno , infinito , solo existente , subsis
tente en tres Personas que son Dios como e'l mismo , y
no forman mas que un solo Dios. Descubre el instante
en que tomando Dios la balanza buelve sus miradas so
bre la nada , y á un golpe de vista cria por sí mismo un
trono visible de su poder , un firmamento para los as-.
tros , una tierra para el genero humano , abismos para
los demonios , y morada eterna ; un palacio admirable
para sus amigos. Despues advierte el mismo Moyse's co
mo el Señor se levanta de su reposo y descanso , y cor
re con pasos de gigante para visitar una criatura que a-r
ma , esto es , al hombre perdido que quiere hacerlo fe
liz. Desciende en persona sobre el globo de la tierra,
donde gemía esta esperanza , y la instruye boca a boca
con sus consejos de misericordia.
El Pastor de Belen David , descubre desde su caba
na las verdades que ignoran la tropa de Filósofos , en
Grecia , Egipto , y Roma. Nos presenta á Dios como
Criador del Cielo , principio de todo bien , y de todo
amor:
por las Apologías , &c. 3 zy
«mor : Nos pinta el respeto y obediencia que se le debe
como los hijos al Padre , los siervos al Señor , y los va
sallos á su Rey. Reúne al espíritu de culto , el espíritu
de virtud como único y capaz de honrar al Dios de to
da santidad. Nos anuncia de parte del Cielo una nueva
hostia de propiciacion ó reconciliacion , que adoran los
pueblos y los Reyes de la tierra. La virtud de su san
gre iguala la gloria de la divinidad á quien se ofrece.
Jamás se habia visto víctima de tal especie : Los hom
bres postrados en el Templo de Dios , ofrecen su mis
mo Dios en sacrificio.
El Pastor de Tecue Amós , despierta la naturaleza
del estado de 'miseria en que se halla: Excita en el hom
bre su valor natural por retratos admirables de la divina
grandeza que presenta á sus ojos : La enseña á pensar,
que las. inclinaciones groseras infaman una criatura que
lleva en su frente la imagen de un Dios: Disipa de su al
ma el encanto de la vanidad , con la memoria de los crí
menes que acibaran el placer de sus sentidos: Lo presen
ta ni testimonio de su conciencia , para que su corazon
le haga conocer el precio de la virtud sobre la aparente
felicidad del vicio. " Tu honor y felicidad , le dice , es-
«tán en el amor de la sabiduría ; la infamia y el dolor,
«son la legítima y parte de los insensatos. Esta verdad,
«desconocida en los siglos de tus padres, pasará en pro^
«verbio á laá generaciones futuras: Será una ley general
»para el Pastor y para el Monarca , para el espíritu sen-
arillo, y para el grande genio. La naturaleza misma cau
cará rubor al hombre , si rio es hombre de bien. La tierra
»y el Cielo bendicirán la memoria del Justo."

Tota. II. E LEC-


33° Triunfo de la Religión,

LECCIÓN LXIÍI.
• i „
El cumplimiento cíe las profecías es un argumento convin
cente de la divinidad de la Religion.

Jül Padre San Agustin escribió un libro , para demos


trar que puede creerse lo que no se ve. Prueba esta pro
posicion lo primero , por lo que sucede todos los dias en
el mundo , donde se creen muchas cosas sin verse , co
mo es la amistad y el amor. Lo segundo , pasa á probar
que los Christianos creen á fuerza de unas señales bien
sensibles de la verdad de su fé. San Agustin reduce es
tas pruebas a dos, que son : el cumplimiento de las pro
fecías ; y el modo de establecerse la Religion en todo el
mundo. Dios ha querido , dice , que la Nacion Judia no
fuera del todo destruida , sino derramada por todas par
tes , á fin que aunque enemiga de los Christianos , con
servase el libro de las profecías , y con esto nadie pudie
ra dudar que eran legítimas , sin que los Christianos pu
dieran haberlas inventado. De suerte , que los Judios
aunque son nuestros enemigos en el corazon , nos favo
recen por los escritos , y nos sirven de testigos irresis
tibles que convencen de error á los Infieles. Basta que
veamos el culto de los falsos Dioses destruido , y nues
tra Religion levantada por un hombre que fue' mirado
como el oprobio , para que creamos con roda seguridad,
& aquel cuyas palabras vemos perfectamente cumplidas.
San Justino en su Apología , se sirve de este argu
mento para confirmar la Religion. Habla solo de aque
llas profecías que los Judios leen como los Christianos,
•':; .; .:_ x
por las Apologías , &c. 32 1
y explica las que principalmente miran á Jesu Christo; y
para conocer su cumplimiento : Id , dice , á ver las Ac
tas que se hicieron en tiempo de Poncio Pilato. Pero la
principal profecía de que se sirve , es la de la destruc
cion de Jerusalen y vocacion de los Gentiles. Jesu Chris
to , al ver aquella Ciudad tan hermosa , comenzó á llo
rar , y decir : Ay de tí Jerusalen , que no quisiste cono
cer al que te visitava ! Serás destruida , sin <jue quede
una piedra de tus cimientos. En verdad esta profecía se
cumplió poco despues de Jesu Christo , en tiempo de
Tito y Vespasiano. Quatro años ántes de la guerra que
acabó con Jerusalen , vieron los Judios un prodigio sin
gular , y un anuncio de lo que sucedió. Un hombre co
mun llamado Jesus de Anano , vino á la fiesta de los
Tabernáculos , y de repente comenzó á correr por las ca
lles , plazas , y muros , diciendo : Voz de Oriente , voz
de Occidente , voz de los quatro vientos, voz contra Je
rusalen , voz contra el Templo , voz contra todo el Pue
blo. Así gritaba dia y noche sin cesar. Algunos le insul
taron y le maltrataron , pero jamás se quejó. Lo lleva
ron al Prefecto Albino , á quien jamás le respondió sino
con su lamentacion. Le azotaron , le desgarraron lascat-
nes, y á cada golpe decia : Ay Jerusalen ! Sitiada la Ciu
dad , clamaba con mas fortaleza ; y corriendo sobre los
muros , dixo : Ay de Jerusalen , de el Templo , y de el
Pueblo ! y ay de mí , en cuyo momento cayó muerto de
una piedra ! La destruccion de Jerusalen y de el Tem- .
pio, se consumó de el modo mas lamentable que hay
mencion en las historias. El Templo fue' quemado. y xe- ¡
ducido a cenizas , cumpliendose así la profecía de Jesu
Christo. ¡ .v ..... .. ..-.........*„. .'-.i, .., : : 1
El x ;.¡'-:. ¡ --'' -:. .No «a
332 Triunfo de la Religion,
No es menos admirable la de la vocacion de los Gen
tiles. Estaba profetizado, que estos se antepondrían á los
Judios , castigando así la resistencia del Pueblo elegido.
(i) Sin embargo , todas las circunstancias eran , para su
poner que los Judios habian de entrar en el gremio de la
Iglesia , porque los Judios convenían con los Christianos
en los principales dogmas. Los Gentiles en todo se dis
tinguian de nosotros , porque ni á Dios conocían. No
pudo nadie profetizar este suceso sino con luz superior?
y el efe&o es tan visible , que ya n?adie duda de su cum
plimiento.
Otra profecía que nace de e'sta, es la perpetuidad de
la Iglesia en medio de las persecuciones. Jesu Christo
previno á sus Discípulos , que serian perseguidos y en
tregados á la muerte ; mas por otra parte les dixo , que
estaria con ellos hasta el fin de] mundo, y que nadie pre
valeceria contra la Iglesia. Esta profecía , segun las luces
<de la razon parece disparatada , pues si se prevee una
gran persecucion , no puede asegurarse la perpetuidad y
consistencia. Luego el profetizar las dos cosas juntas, dá
una nueva fuerza á este modo de discurrir. Ello es segu
ro , que la profecía se ha cumplido segun todas sus par
tes. Ha habido muchas persecuciones ; los Mártires han
sido muchos; los que han combatido contra la Iglesia son
infinitos ; Gentiles , Judios , Hereges , Mahometanos, y
Filósofos-. pero tambien es cierro,que há 1763 años que
permanece Jesu Christo en el Sacramento , y la Iglesia
persevera. Todos los Imperios en menos años han pere
cido , ó mudado de sistema. Sola la Religion , como un
• - . Sol
( 1 ) Vide Valsequio de futid. Relig. 2. 2. cap. 1 7. n. 3. los lu
gares de la Escritura. :: i
por las Apologías , &c. 333
Sol en medio de la inmundicia y en el fuego , permane
ce sin lesion alguna ; sus dogmas siempre son puros y
permanentes.
LECCIÓN LXIV.

Ninguna cosa sólida se puede objetar contra este argumento


tomado de las profecías.

Oon las profecías argumentos ínegables de la verdad de


la Religion , por mas que G rocio , y algunos otros quie
ran eludir su fuerza , diciendo , que en sentido literal se
deben referir á hechos próximos del tiempo en que se
profetizaron , ya Jesu Christo solo alegóricamente. Pe
ro descúbranos Groeio , dice un Autor Católico , (1) al-
gun Rey de Judá que haya unido en sí estas circunstan
cias '.Justo , Salvador , Pobre , .que hable de la pax. , y que
extienda su imperio por todas partes. A nadie puede conve
nir lo dicho sino á Jesu Christo.
Es verdad , que Wés ha concedido el don de profe
cía á Balán y Caifás Gentiles, y Sibilas , sin que por es
to se haya confirmado la Religion que estos seguian. No
pretendemos que la profecía sea confirmacion de la san
tidad , o Religion de quien las anuncia , sino de lo que
predica. Esto se entenderá mejor , oyendo á San Agus
tín y á Santo Thomás. Fausto Maniqueo, despreciaba
las profecías por lo que acabamos de decir ,* y San Agus
tin (2) responde , que las profecías de las Sibilas ó Gen
tiles sobre el hijo de Dios , sirven para-convencerles de
vanidad , pues nosotros damos culto á aquel Dios , de
quien ni ellos pudieron callar. Santo Thomás ense-

(i) Huecio. (2) lib. 13. contra Faust. cap. 15.


224. Triunfo de la Religion,
ña, (1) que los Profetas del demonio , no siempre hablatf;
por revelacion de aquel espíritu á quien sirven , sino por
el influjo del Espíritu Santo , como se vió en Balán. , (2)
que llamado para maldecir al Pueblo de Dios , no le de-
xó el Señor blasfemar, sino llenarlo de bendiciones, pa-,
ra confundir mas heroicamente al Rey y al demonio.Pro-
fetizan pues algunas veces los Profetas de el demonio co
sas verdaderas , ya para que así la verdad se haga mas
creible , y tambien para que la Religion reciba testimo-:
nio de sus enemigos.
No hay quien se atreva á negar el espíritu de profe
cía en la antigua Ley, sin embargo de que habia Profe
tas falsos ; y así , la falsedad de algunas profecías en la
Iglesia no destruye el espíritu profetico de el Evangelio.
Mas para esto debemos distinguir de profecías hechas á
la Iglesia , ó que pertenecen á la comun creencia de los
Fieles , y de las que se hicieron á algun particular sobre
un suceso futuro. Nuestra fé no se funda sobre estas úl
timas y particulares profecías , sj;jo sobre las que se hi
cieron á los Apostoles y Profetas , como dice Santo Tho-
más. Éstas no pueden ser miradas con indiferencia , de
manera que aunque concedamos Profetas falsos , y Pro
fetas de el demonio que adivinen lo futuro , 6 bien sea
porque Dios se lo revela , ó porque es cosa a que puede
llegar el conocimiento sublime de Satanás 6 de la cien
cia ; las que nosotros miramos como argumento invenci
ble , son aquellas que se dicen en confirmacion de la doc
trina, y cuyo conocimiento no se puede adquirir por me
dios naturales. Ciceron , (3) Gentil como era , hablando
..de
Ti) a. a. q. 172. a ó.ad i. (2) Num. aa.
(3) Lib. 2. de Divin. .t.\ .¡.-.i
por las Apologías, &c. 335
üe uno que compuso el libro de los Oráculos de Apolo,
(1) dice : parte de ellos son falsos ; otros sucedieron por
casualidad, como sucede en los que hablan mucho; y los
mas son tan obscuros y equívocos , que tienen dos sen
tidos bien contrarios. Eusebio , en los libros de la prepa
racion de el Evangelio , (a) hace ver , que todo lo que
presentaban de admirable los Oráculos de los Gentiles
era una ilusion, y efectos naturales que sorprendian por
no conocer las causas. Supone , que en el lugar de losí-
dolos que parecian dar las respuestas , habia hombres es
condidos en los mismos ídolos , que estaban huecos: És
tos, que tenian un' conocimiento particular sobre mu
chas de las virtudes de las yerbas , de sus efectos , y de
la medicina , instruidos ántes por las espías y ministros,
que averiguaban los motivos y causas porque se presen
taban los Gentiles y suplicaban á los Oráculos de los I-
dolos ; daban unas respuestas conformes al gusto de ca
da uno, prescribiendoles unas veces remedios convenien
tes á sus males , y anunciandoles otras con versos mag
níficos lo que habia de suceder ; pero trabajados con tal
arte , que siempre quedaban á cubierto con los equívo
cos que contenían. Prueba Eusebio estos engaños con la
confesion que hicieron algunos de los tramposos y enga
ñadores , que eran Magistrados y Filósofos de Antio-
quía presentados al Tribunal de los Romanos , cuyas
deposiciones se hallaban en los Registros públicos. Euse
bio habla como de cosas sucedidas en su tiempo ; y se
sirve tambien de el testimonio de muchos Filósofos Pe
ripateticos , Epicureos y Cínicos , que no solo descon
vienen en la verdad de los Oráculos , sino que pretenden
y.
(1) Crisipo. (2) Prep. Evang. 2. 4. c.i.
336 Triunfo de la Religion,
y dicen eran inútiles, y muchas veces dañosas al estado.
Tambien añade, que aunque fuesen verdaderos los Orá
culos de los ídolos , nada se convencía , á causa de que
los daban los demonios ; pues Porfirio , que menciona
uno de Apolo sobre ciertos sacrificios , asegura que sola
mente los demonios pedian un culto semejante y tan sa
crilego. Con lo dicho , se ve' la notable diferencia delas
Profecías á, los Oráculos Gentiles. -, . .

LECCIÓN LXV.

La recopilacion de las profecías que vemos en la Obra de Eu


sebio , intitulada : Preparacion y Demostracion Evangeli
ca , termina y aclara lafuerza que se funda en ¡
este argumento para probar la
Religion.

x\-cabemos esta materia extrañando algunas cosas nota


bles de Eusebio sobre las profecías. Jesu Christo habia
profetizado , que su do&rina se difundida por todo el
mundo ; y que su Iglesia , aunque débil en el principio,
se haria inquebrantable á los asaltos violentos de todos
sus enemigos. ¿ Quien se atreverá á negar , dice Eusebio,
la verdad de estas predicciones ? El Evangelio se ha ©x-.
tendido por toda la tierra ; el número de los que lo reci
ben se aumenta todos losdias. Los Profetas Hebreos han
predicha la venida de el Mesías , y que habia de apare
cer una do&rina nueva y desconocida hasta entonces, que
se extenderia por todo el mundo. Han previsto la incre
dulidad de los Judios , su tenacidad , y su dureza inven
cible en el error. Todo lo que han hecho contra Jesu
. . .- . . Chris-
POR LAS APOLOGÍAS , &C. 3 37
Christo ; las infelicidades que debian sucederles ; la rui
na de Jerusalen , su dispersion y servidumbre , todo el
mundo ha visto su cumplimiento. Estas son pruebas ca
paces de convencer á todos , de que nuestra Religion no
es invencion humana, pues ha sido predicha mucho tiem
po antes de establecerse. Examina todas las profecías que
miran á Jesu Quisto; las halla todas perfectamente cum
plidas. Las Semanas de Daniel ; la paz general en todo el
mundo ; la abolicion de la Sinagoga .'¡ la cesacion de ios
Sacrificios en medio de la última Semana ; el nuevo Sa
crificio y alianza, y la vocacion de los Gentiles. Confron
ta los Profetas con los Evangelistas , y halla que éstos di
cen , lo que los otros profetizaron. Una Estrella saldrá. de
Jacob : El nacimiento de el Mesías. El Señor subirá sobre
una nube ligera , y entrará en Egipto : Su huida. Dios le re
tirará de Egipto : To llamé á mi hijo de Egipto. Así prosi
gue recorriendo toda la vida , pasion , muerte , resurrec
cion , ascension , venida del Espíritu Santo , y publica
cion del Evangelio. No nos detenemos mas en esto, por
que guardamos las profecías en particular de la venida
del Mesías para su propio lugar , y las otras para sus res
pectivas matetias. Pero esto basta al presente para for
mar idea de las profecías en general, y que sería mas que
temeridad negar que las hubo , y se cumplieron, tenien
do los testimonios en las manos nuestros contrarios , los
Evangelios publicados á presencia de los Judios , que fa
cilmente pudieran haber demostrado las falsedades, y es
ta Obra de Eusebio que se escribió en tiempo que toda
vía se hallaban los Christianos rodeados de formidables
enemigos. El silencio de todo's , y la debilidad de sus ob
jeciones, son el triunfo mas completo del Chtistianismo.
tota. II. ' E . LEO
338 Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LXVI.

Los milagros verdaderos son una prueba grande de la Reli


gion en cuya confirmacion se obran ; y Dios jamás
coopera con ellos al engaño.

Es<s necesario advertir qué cosa es milagro, para no con


fundir los verdaderos con los falsos. No todo lo maravi
lloso y que admira, por Ignorar las causas, es milagro, si
no aquello que excede las fuerzas de toda la naturaleza.
En este sentido , son una confirmacion de el Evangelio
y Religion. Siempre y quando se hacen los milagros en
confirmacion de una doctrina , son como un sello, con el
qual Dios mismo la autoriza. Bien pueden obrarse por
un hombre malo , (i) pues que no nacen de la virtud de
la criatura , sino de la de Dios ; pero jamás se obrarán en
confirmacion de una doctrina falsa , porque sería coope
rar Dios al engaño. A Moyses (2) se le dió esta virtud,
para que Faraon le creyese. Jesu Christo no dió otra res
puesta á los Discípulos de San Juan , que le preguntaban
si era el Mesías , sino ésta : Id á Juan , y decidle lo que
habeis visto ; los ciegos ven , los mudos hablan , los co
jos corren , y los muertos resucitan. (3) El mismo Jesu
Christo se quejaba de los Judios : Si yo no hubiera he
cho enellos obras maravillosas que ningun otro habia he-'
cho , no tendrian pecado por no haber creido en mí. San
Pablo dá por señales de su Apostolado los prodigios y
las virtudes. El Evangelio en fin , afirma , que Dios coo-
pe-
(1) S.Thom. 1. p. q. 1 10. a. 4. y 2. 2. <j. 178. a. 2.
(a) Exod. 4. v. f. (3) Joann. t y.
por las Apologías , &c. 229
peraba á la predicacion de los Apostoles con milagros y
maravillas.
Sin embargo; así como los falsos Profetas no han po
dido desacreditar á los verdaderos , así los milagros apa
rentes no pueden debilitar la fuerza que hacen los verda
deros para creer con seguridad. Es cierto que Jesü Quis
to dixo , (1) que los falsos Christos y falsos Profetas ha
bian de hacer milagros; pero hablaba segun la inteligen
cia vulgar , que admira muchas cosas por milagrosas sin
serlo en la realidad. Hubo Mágos que hicieron cosas pro
digiosas á vista de Moyse's ; pero al fin , ellos, el Rey , y
todos , conocieron que Moysés les vencía á todos. Hubo
un Simon Mago que alucinaba el pueblo ; pero Dios
preparó un Apostol , que con sola su oracion lo derribó
de el ayre , cayó en tierra , se quebró las piernas, y que
dó vencido! Habrá un Ante-Christo,pero tendrá un Elias
y un Enoc por contrarios , que luego despues de muer
tos resucitarán , y el Ante-Christo quedará confuso. Ha
brá quien el dia del Juicio diga al verse condenado : (2)
Señor , nosotros profetizamos en vuestro nombre , hici
mos milagros , y sin embargo serán reprobados , porque
los milagros no prueban la santidad del que los hace , si
no que son señales de la verdadera dodtrina , quando se
obran en confirmacion de ella. Muchos creen , que a las
Vírgenes vestales , acusadas injustamente de impureza,
se les concedió el poder traer una nave con su ángulo, y
llevar agua con una criba ; pero esto , dice Santo Tilo
más, (3) no es hacer milagros en confirmacion de la idor
latría , sino de la inocencia perseguida.
F2 LEC-
(1) Matth. 24. (2) Matth. 7.
(3) De Pot. q. 6. a. y.ad 5. y 1. 2. q. 178. a. 2.
540 Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LXVIL

Grandeza de los milagros de Jesu Christo. Ellos se diferen


cian de todos los demás obrados en el mundo , y lle
van consigo la señal y aire de la
Divinidad.

qué milagros presentaremos los primeros sino los


de Jesu Christo , cuya verdad , ni los Gentiles , ni los
Judios, ni los Mahometanos, se atrevieron á negar? Los
Gentiles solo intentaron obscurecef la gloria del Salva
dor , poniendo sus prodigios en paralelo con los de su
Apolonio Tiane'o. Pero aquí se verificó, que la iniqui
dad que quiso mentir para su provecho , mintió para su
daño. Ellos confiesan que Jesu Christo obró milagros,
y en su confesion se ve' un grande apoyo de la Religion;
pero dicen que tambien los obró Apolonio Tianeo. Por
desgracia no han sabido traer testigos mas abonados,
que á un Damis compañero de aquel Mago , y un Filos-
trato y Herocles, que añadieron algo de sus cabezas. No
hay mas publicidad , ni mas testimonios ; ni estos que se
llaman milagros , son unos hechos freqüentes , y atesta
dos por un grito universal. (i) Mas qué diferentes las
circunstancias de los milagros de Jesu Christo ! Ellos fue
ron muchos y públicos;ellos están admitidos por los Gen
tiles , por los Judios , y por los Mahometanos , nuestros
tres mayores enemigos de Religion; y son tales, que evi
dentemente exceden las fuerzas de la naturaleza.
En
(i) Jacob. Bucher. Hist. Crit. filosoí tom.a. periodo 1. 1. i.
p. 140.
por las Apologías , &c. • 341
En este seguro , y evidencia que forma el consenti
miento de los enemigos del Christianismo sobre los mi-
lagros del Salvador , elegire para reflexionar las tres re
surrecciones que obró Jesu Quisto en este mundo, don
de mas que en otra parte resplandece visiblemente la
omnipotencia y divinidad de nuestro Redentor r como
dice un Autor Christiano. (i) Resucitó este Señor á un»
hija de Jairo , á un hijo de la viuda de Naim , y á Laza
ro hermano de Marta y María. (2) En primer Jugar y es
tos milagros exceden, todos los que se ven obrados en el
Testamento viejo. Porque si Elias y Eliseo resucitaron k
los hijos de aquellas buenas mugeres que los hospedaban;
en sus casas , fue siempre dando á entender , que obra*
ban en virtud de Dios y como ministros , haciendo ora-»
cion , esfuerzos extraordinarios de juntar sus bocas con
la de los muertos , manos con manos , pies con pies, bos-t
rezar , y sentir la dificultad., bolsera- la oracion, y todo
lo demás que se refiere en los libros de ilo?Reyes. fin Jesu
Ghristo se vé conducta tan diferente r'que'hacei sensible''
la divinidad , la autoridad , y el poder con que 'obra , y
tiene á su arbitrio la vida y la muerte. Porque ¿qué otra
cosa significaba el Señor, quando doria a s'us Discípulos,
y gente que habla concurrido al entierro' de lanhija de
Jairo, que no estaba muerta sino- dormida ? Esto era decir¿
que le era tan facil resucitarla muerta , como dispertarla
dormida. Nuestro amigo Lazaro duerme , vamos á dis
pertarlo , decia á sus Discípulos. Es verdad,. 'que al resumí
citar á éste hizo oracion el Salvador , pero protestando,
110 la hacia porque la necesitase para obrar , sino para
.- ' . ; . . '-•.. . . i" .' /.' . .... ..' ma-
(i) D. Nicolás Gallo Censura ala Histerrde I4 vida de Jesn
Cbristo. (2) Luc. 8. Joann. 1 1.
3^.2 Triunfo de la Religion,
manifestar su divinidad al Pueblo. Todo es magestad,
grandeza , omnipotencia , sencilléz , y divinidad en el
modo de obrar estos milagros. Entra en la casa de Jairo;
hace salir fuera al pueblo que habia entrado por el ca
dáver de la hija ; se acerca al cuerpo difunto y frio, ata
do y.sin. movimiento, y le dice : Niña, levantate. Obe
dece al punto ; se encuentra en la calle con los que lle
van á enterrar el hijo de la viuda de Naim ; hace parar
los que lo llevaban ; se acerca al difunto , y con mucha
serenidad le dice : Jóven , a tí te digo , resucita ; lo toma
de la mano , y lo entrega á su Madre. Lazaro ha muer
to : Salen sus hermanas á recibir á Jesu Christo , y con
solarse con el Señor : Ah ! si hubieras estado Señor , le
dicen , mi hermano Lazaro no hubiera muerto. No im
porta , las responde : Yo soy la resurreccion y la vida.
Dónde lo habeis puesto ? Quitad la losa. Ay Señor ! di
ce la hermana del difunto; ya hiede , pues hace quatro
dias que está sepultado. Sin embargo dice Jesu Christo:
Lazaro.y dexa.la huesa ,y ven a la vida. Al punto se mue
ve ; desatadlo , añade el Salvador , dexadlo ir. Qué pala
bras tan sencillas y eficaces! Qué semejanza á las que usó
el Señor para criar el mundo .! Dixo. el Señor , y se hizo.
Voz de magnificencia y de virtud, que imprimiendo su
fuerza sobre la muerte., restituyó sus muertos á la vida;
Voz omnipotente, que sin gritar. se oyó como el Clarin
d¿ la Resurreccion , hasta de los muertos. Voz irresisti
ble , que rompe y arranca los Cedros mas sobervios , e.-?
chando por tierra , á Jos que como Faraon , quieren dis
putar con Dios. Voz dt* imperio, que lleva tras sí los Vi-.
vos , como se vió en los apostoles , que no pudieron ne- .
garse á esta palabra sola Vsnid ; ni los enemigos , como
; i ,\ quan-
por las Apologías , &c. 343
quando dlxo á los que le salieron á prender : To soy, y ca
yeron en tierra. Vence los pecadores , los muertos , los
humildes, y los sobervios como Saulo , en una palabra.
.Voz que atrae á sí todas las cosas : y voz en fin, que en
mudece á los Filósofos vanos y bachilleros . . . (1)

LECCIÓN LXVIII.

Los milagros deJesuCbristo tienen en sí las mayores pruebas,


en la sinceridad con que los refieren los Evangelistas^
y en especial los que obró al morir.

si estos tres milagros acreditaban la omnipotencia del


que los obrava , no es prueba menor la que resulta de
aquella accion , que ha sido el mayor escándalo para los
Gentiles ; de la muerte, digo, vergonzosa de Jesu Quis
to. Esta muerte fué en realidad, dice el Apostol, (2) uno
de los mayores milagros del Salvador , pero milagro que
no llegó á conocer la orgullosa sabiduría del mundo. Por
esto quiero yo reflexionar en este punto, siquiera lo pre
ciso para confundir á los que solo descubren en este ge
nero ignominioso de muerte , la baxeza , y la cosa mas
indigna de la divinidad. Ciertamente la sobervia de los
Filósofos se estrella contra esta piedra , y no hallan có
mo pueda ser , que un Dios se sujete á la muerte , y á la
muerte mas ignominiosa del mundo. Pero yo les suplico
á estos espíritus superficiales , que solo miran la corteza
y exterior , á que dexando preocupaciones , sigan estas
reflexiones christianas. El hecho de la muerte de Jesu
Quisto segun lo refieren los Evangelistas , es tan públi
co
(1) O'mnia traham ad me ipsum. (2) 1. Cor. cap. i.
344 Triunfo de la Religion,
co con todas sus circunstancias , que nadie puede negar
lo. Porque en primer lugar, sucedió en la Ciudad de Je-
rusalen en el dia mas solemne, a vista de inumera.bles es-
rrangeros que concurrían i Partos , Medos , Elamítas,
Persas , Judios , los que habitan la Mesopotamia ,.la Li
bia , el Ponto , Egipto , y las Provincias Romanas. En
segundo lugar , bastada el candor (dice un Autor gra
ve ) (i) y sinceridad con que escribieron los Evangelis
tas, para no dudar de lo que dicen. Porque léxos de ma
nifestar en su narrativa la menor sombra de pasion , ni
afeelo particular á su Maestro, se les ve por el contrarío
hablar así de sus ignominias y humillaciones, como de
sus prodigios y glorias, con la misma indiferencia y frial
dad ( así me puedo explicar ) que pudieran haber habla
do del hombre mas estraño del mundo. Y aun , á decir
verdad , quando refieren los demás sucesos gloriosos de
la vida del Salvador , y las maravillas que acaecieron en
su muerte , se van con una celeridad bien reparable; pe
ro quando llegan á tratar de sus oprobrios, de sus tor
mentos, de su Pasion, y de su Cruz , parece que descan
san allí , y que han reservado para contarlos todo el bue-
lo de sus plumas , pues los refieren tan de espacio, y con
una menudencia que admira ; y lo que es mas , sin des
cubrirse en ellos- la mas remota señal de compasion ázia
Christo , ni de indignacion y amargura contra los auto
res de crueldad tan enorme. ¿ Y no es este el propio ca
rácter de la verdad? Sentada pues por tales medios la cer
tidumbre de los hechos que intervinieron en la muerte
del Salvador ¡, solo resta hacer sobre ellos las reflexiones
que convencen su divinidad , contra los que solo hallan
en
(i) D. Nicolás Gallo Proem. a la Hist. de Jesu Christo. .
por las Apologías , &c. 345
en la muerte de Jesu Christo mil reparos é imposibilida
des para creer en el que la sufrió. Estos milagros están
libres de la objecion que gritan los Incre'dulos , dicien-^
do , que ignorando hasta donde puede llegar la fuerza
de la naturaleza , no podemos mirar como milagrosa co
sa alguna por admirable que parezca. Que pudiendo sa
nar un coxo ó ciego repentinamente , no sabremos ja
más qual sea la causa de estas curaciones extraordi
narias. Nada de esto pueden objetar con los mila
gros que vamos á ver en Jesu Christo.

LECCIÓN LXIX

El primer milagro de la muerte del Salvador fué morir como


convenia a un hombre Dios , sabiendo anticipadamente
....'. su muerte y todas sus circunstancias.

.i.vlurió Jesu Christo , pero cómo murió ? Murió , di


ce el Padre Burdalve (1) como convenia que murie
se un Dios hombre ; y nadie sino un hombre Dios podia'
morir como murió el Redentor. Pensamiento sólido que
yo copiára á la letra , si no temiera dilatarme demasia
do ; pero sirviendome de su do&rina, hare' solamente al
gunas reflexiones que corren el velo , y hacen aparecer
el mayor milagro y divinidad de nuestra Religion , ba-
xo el tosco é ignominioso madero de la Cruz. Murió el
Redentor , pero despues de haber pronosticado todas las
circunstancias de su muerte. Primera reflexion: Para pre
venir todas las cabilaciones de los Deistas sobre este pun
to. .. . (2) declaró expresa y formalmente con palabras
Tom. II. G in-
(1) Sertn. del Viern. Sant. (2) Joan.c. 10. yD.Nicol.Gal.
34^ Trjunfo de la Religion,
incapaces de Tergiversacion , su voluntaria eleccion de
morir : Yo , dice , tengo potestad para entregar mi vida
á la muerte , y tambien para Solverla á recobrar cómo
y quándo quiera. Quando yo fuere. levantado de la tier
ra , dixo delante de un numeroso concurso r (i) enton
ces traeré todas las cosas á mL Y entendiendo bien las
Turbas que hablaba de su muerte de Cruz, le replica
ron : Si el Mesías ha de vivir eternamente , cómo e'ste
que dice lo es , afirma que ha de morir , y morir levan
tado en una Cruz ? Que mas clara , ni mas públicamen
te pudo hacer notorio á todos la ciencia cierta que tenia
del suceso , y de la calidad del suplicio que aun no há-
bia llegado , ni se sabia entccces si habia de llegar ? Pe
ro aun se explicó mas claramente á sus discípulos poco
despues , y tan exactamente les declara toda su Pasion,
que facilmente se creeria que hablaba de cosa pasada, si
no tubieramos tanta seguridad de que anunciaba lo-fu-
turo. Nosotros vamos á Jerusalen , decía a sus discípu
los ,, y allí será el hijo del hombre entregado á los Gen
tiles ; será ultrajado» ... (2) escarnecido , azotado y cru
cificado ; le afearán el rostro con salivas r y morirá lle
no de oprobios. Ya los Profetas habian hablado con la
misma claridad, para desarmar, dice San Juan Crisósto-
mo , el escándalo de la Cruz en que habían de tropezar
los hombres , y hacer por este medio dignas de venera
cion aquellas ignominias de la Cruz. Igualmente se cum
plió todo lo demás que se halla en los sagrados libros,
y el mismo Salvador habia declarado que convenia a
su persona. El precio en que habia de ser vendido , el
empleo de este dinero , el repartimiento de sus vesti
dos,
(1) Joann. ia. v. 31. 34. (2) Mat. c. 20.
por las Apologías , &c. 347
dos , la suerte que habian de echar sobre la túnica , la
hiel que le habiande dar; Sus enemigos parece que es
tudiaron en cumplir estos Oráculos. (1) Una solaProfe*-
cía del Profeta Isaías , que vió cumplida el Eunuco y
Tesorero de la Reyna de Etiopia, fue bastante para con
vertirlo. Y tantas Profecías y tan cumplidas , no han de
ser bastantes para dar por tierra con los Incrédulos de
nuestro siglo ? Pues aun 'hay mas; no solo tubo Jesu
Christo noticia tan individual de los futuros , sino de
ios secretos mas ocultos de los corazones. Predixo á sus
Apostoles , que uno de ellos le habia de .entregar , y
actualmente tenia Judas este pensamiento. Predixo á
San Pedro, le habia de negar, y le negó con efe&o.
Le predixo, que despues de su conversion habia de con
firmar en la fé á sus hermanos, y sucedió efectivamen
te. Predixo á la Magdalena , que la uncion que acababa
de hacer derramando un licor precioso sobre su Cabeza,
habia de ser aplaudida y publicada en todo el mundo,
y en todo el mundo se habla de ella el dia de hoy. Estos
conocimientos , que llegan á sondear el corazon , ¿ de
quien son propios sino de solo Dios ? (2) Un hombre
que muere de esta suerte , que todo lo sabe , y todo lo
puede , quién ha de ser sino un Dios ? Quién lo puede ne
gar?

G2 LEC-
fi) Mat. a 6. Joann. x$.Ut adimplerentur Scripturce.
^2) Salm. 7. Scrutans corda et renes Deus.
348 Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LXX.

Segundo milagro de la muerte de Jesu Cbristo.


Morir voluntariamente , quándo , dónde,
y como quiso.

Muri.
Lurió Christo , pero murió porque quiso , murió
quando quiso , murió donde quiso , y murió del mo
do que quiso. Segunda reflexion , que encierra muchos
milagros que prueban su divinidad , pues no está en
manos del hombre ninguna de esws cosas , como dice
el Eclesiastico. (1) Démos las pruebas de esta verdad.
Murió Jesu Christo, porque quiso morir voluntariamen
te. Ya lo habia profetizado Isaías. (2) Se ofreció á la
muerte porque quiso , y así lo confirmó el Salvador,
quando cercano á su Pasion , dixo : Nadie es capáz de
quitarme la vida. Yo solo soy el que puedo disponer de
ella. . . . (5) Y que' cosa mas facil de comprobar que es*-
ta libertad de Jesu Christo ? Sabia , como hemos visto,
quienes eran los que le trazaban la muerte , los medios
de que se valían para ello , el linage de tormento que
le preparaban , qual era el discípulo traidor , sus pasos
y negociaciones. Todo esto sabia , y lo sabia en tiem
po que se podia librar. Sabia el lugar destinado para
prenderle : le'xos de huir , se adelanta , y se dá á cono
cer quando ellos no lo conocen , y les dice que lo pren
dan quando nadie se atrevía. Quántas veces lo quisie
ron prender , y no lo permitió porque no habia llega
do su hora ! Le quisieron precipitar por un monte aba-
xo,
(1) Eccles. 8. v. 8. (2) Isai. c. f¡. (3) Joann. ie.
por las Apologías , &c. 340
xo , y se salió tranquilamente por medio de todos sin
que nadie se atreviera. (1)
Murió quando quiso , en el tiempo y hora que qui
so .Nada hay mas repetido en el Evangelio,sino decir que
sus enemigos querian matarle , pero que no lo hacian
por no haber llegado su hora. ... (2) Y quando le pren
dieron en el huerto manifestó perfectamente, que ni las
armas , ni la traicion de su discípulo le obligaba á en
tregarse ; que así como los habia derribado en tierra
con su voz , podia haberles quitado la vida , pero que
se dexaba prender porque habia llegado su hora. Para
que' salisteis á mí, les dixo, con armas? todos los dias es
taba con vosotros en el Templo , pero no habia llegado
mi hora. Ahora yo soy el que me entrego. Pedro, buel-
,ve la espada á la baina, que yo podia pedir á mi Padre,
y me embiaria doce legiones de Angeles ; cura la oreja
de aquel Ministro que hirió San Pedro , y se dexa atar.
Qué dirán á esto los que se burlan de la ignominia de
la Pasion ?
Murió tambien donde quiso morir , que fué en Je-
rusalen. Con este fin subió á esta Ciudad , anunciando
por el camino lo que habia de padecer , para que no se
creyera que lo ignoraba. Pudiera Pilatos debolver su
causa y su Persona al Cesar , y hacer así que muriese en
Roma. Pudiera Herodes haberle remitido á Galiléa , y
morir allí , pero habian de cumplirse los Oráculos , y la
prediccion del Salvador , que habia destinado á Jerusa-
len para teatro de aquella tragedia. Este verdadero Isác
habia de consumar el Sacrificio cerca del Monte Moria.
_ Es-
(t) Luc.' 4. (2) Joann.7. y 8. Quxrehant eum aprehen
dere. Nemo apprehendit.
350 Trjunfo de la Religion.
Este David habia de cumplir sus votos en los atrios dé
la Casa del Señor , y en medio de Jerusalen. Murió fi
nalmente como quiso , y del modo que quiso ; esto
es , en una Cruz, especie de suplicio que había pronos
ticado el mismo Salvador. . . . (1) Todas estas circuns
tancias , y la libertad y poder que tenia para no morir,
lo manifestó en aquella voz y clamor grande que dió al
tiempo de espirar. (2) Clamor que prueba con la mayor
evidencia , que si moña no era por desfallecimiento de
la naturaleza , y á la violencia de los dolores , sino por
su eleccion y voluntad : Clamor que dió á entender cla
ramente, que si quisiera podia todavía en aquel extre
mo recobrar las fuerzas y la vida: Clamor al fin tan ex
traordinario , que el Centurion , (3) que lo estaba ob
servando , y lo vio espirar con este clamor , protestó
públicamente que era Dios, e hijo de Dios verdadero.
No es discípulo de Jesu Christo, sino un Gentil y Pa
gano., el que discurre de este -modo .; y sin embargo de
la muerte de Cruz, al considerar que todos son milagros
en su muerte , reconoce que es hijo de Dios. ¿ Y los In
credulos de nuestro siglo se atreven á negarlo ?.

LECCIÓN LXXI.

La muerte de Jesu Christo está llena de milagros y


prodigios , que ningun hombre de razon
los puede negar.

IM-uere Jesu Christo , y muere en una Cruz , pero


mue-
(t) Essai. c. 5-3. (2) Marc.-c. \$. Emissa voce magna
sfiravit. (3) Marc. ibi.
por las Apologías , &c. 351
muere haciendo milagros. Tercera reflexion , y prueba
de la divinidad del Autor de nuestra Religion.. Y qu»
milagros. i Quales jamás se vieron , ni sé verán mas i-
lustres , ni mas notorios. Comovióse toda la naturale
za al espirar en la Cruz , con demostraciones. inaudi
tas", que protestaban su divinidad,. y distinguian por
este medio su muerte de la de todos los justos del anti
guo Testamento , que acabaron su vida violentamente..
Habían ya perecido á manos de los Judios , los mas ze-
losos Profetas r y los hombres. mas Santos , porque ¿ a
qué justo, les deciaSan Estevan, (1). perdonó el ódio
de vuestros Padres % la perfidia de vuestra ingrata na
cion ? Todavia estaba caliente la sangre del Precursor
San Juan Bautista , muerto á manos de Herodes ,. y á
sangre fria , por víctima de un incesto. Y Dios que: mi
raba desde lo alto estas. muertes. tan Injustas y crueles,
padecidas por su amor,. insensible al parecer para ven
garlas r jamás permitió á las criaturas dar por eso la me- '
ñor señal de dolor , ni de ira.. Muere: Jesu. Chrlsta r y
todo el Universo se interesa en su muerte ,, y conspira
para llorarla. El Cielo » fa tierra ¿ los abismos,. todos se
cubren de un funesto luto >, y sí la licencia que alcan
zaron de Dios para manifestar su sentimiento , se les
hubiera concedido para. desahogar su indignacion,. bien
presto hubieran acabado con los autores de crueldad tara
enorme , armando su-zelo a todas las criaturas para ven
gar a su Criador : Pero los deféndia (dice San Agustín )
(2) la misma sangre inocente que desramaban ; y con
tentos con manifestar su dolor por medio de estrano*
movimientos y agitaciones y el abismo entregó. los- cuer
pos
(1) A&. 7. (»} San Agust. Ser.
35* Triunfo de la Religion,
pos de muchos justos que resucitaron á la vida , y se a-
parecieron en Jcrusalen á varias Almas Santas , que llo
raban la pérdida del Redentor. La tierra se estremeció
con un terremoto universal, que abriendo profundas bo
cas en la superficie ,. se sorbió altísimos edificios y Ciu
dades enteras. ... (i) Los peñascos se despedazaron Con
un .estruendo horrible. El velo que cubria inmediata
mente el Sanfia Santforum del Templo , se rasgó de alto
á baxo. Pero sobre todo , el Cielo embuelto en las tinie
blas de una obscura noche , hizo que el Sol retirase sus
luces por medio de un Eclipse universal , y que las Es
trellas se dexasen ver en lo mas ferviente del dia como
hachas melancólicas , que habian de arder y consumirse
en el funeral del Salvador. De este prodigioso Eclipse,
dieron testimonio autentico y uniforme , no solo los E-
vangelistas, que lo refieren como inegable poco despues,
á presencia de los que si no fuera verdad los podian des
mentir , sino los. mismos Historiadores Gentiles : y Phe-
gon liberto del Emperador Adriano , hace mencion ex
presa de e'l en su Obra de las Olimpiadas. Este Eclipse ;
fue' tan memorable en todo el mundo , que dos siglos
despues habla de el .Tertuliano á los Magistrados de Ro
ma en su Apología , como de un caso cuya noticia se
-conservaba en sus Archivos. ... (2) Este Eclipse , ó por
mejor decir este milagroso deliquio del Cielo y de la
tierra , en que iba á desfallecer todo el Universo, hizo
tanta impresion á un Filósofo Pagano , que vivia muy
distante de Judea , y mas distante de la luí de la fe,
que no dudó decir : 0 el Dios Autor de la naturaleza
•1. pa-
(1) Alapide in Mar. c. ij.v. $\. Cita aOrosio, Orígenes,
Eusebio, Plinio-, y Suetonto. (1) Tertul. in Apol.
por las Apologías , &c. '353
padece , ó la máquina de este mundo se destruye y ani
quila. Aquellas tinieblas pues , fueron para el gran Dio
nisio, todavía idólatra , un manantial de luces, y le sir
vieron de disposicion para recibir el Evangelio. Ahora
pues no hay medio ; ó negar estos hechos , ó confesar la
divinidad de nuestra Religion. Lo primero sería la ma
yor locura ; ya porque lo refieren los Evangelistas , ba-
xo cuya palabra se cree la muerte ignominiosa de Jesu
Christo y todo lo demás , ya porque se descubre en ellos
un candor y sencillez no vista en otro alguno de los His
toriadores ; ya tambien , porque publicaron estas noti
cias pocos años despues, quando todavía se hallaban mu
chos testigos de vista , y lo dixeron en alta voz ,;á .pre
sencia de los Judios y Gentiles sus enemigos , que les
hubieran desmentido y desacreditado por todo el mun
do ; ya tambien , porque lo confirman las historias pro
fanas ; y finalmente , porque no dudó Tertuliano en de
cir á los Magistrados Gentiles de Roma dos siglos desJ-
pues,que ellos mismos conservaban la noticia en sus Ar
chivos; y esto , en ocasion que perseguidos los Christia-
nos , formó una Apología en su defensa , y la presentó
al Senado. ¿Cómo se hubiera atrevido pues á escribir, y
darles en cara con la noticia de sus Archivos , si no es-
tubiera muy seguro de su verdad ? Y si no lo fuera ; qué
fundamento, que grito universal no se hubiera levanta
do contra los Católicos , convencidos por solo este hecho
de falsarios y embusteros ? Negar pues estos prodigios y,
milagros sería locura: luego no queda arbitrio á hombre
de razon , sino creer la divinidad de nuestra Religion. ¿

ii, : ii;'i ti ; .....•:. , ;i» -luri. i ... ti,'. ". . .¿ ' . '¡i¡ .. ,''?f¡

7W./Í. H LEC-
554 Triunfo de la Religion,

LECCIÓN LXXII.

El mayor milagro de Jesu Christo al morir fué la conversion


de todo el mundo. Se responde a las cavilaciones de
Porfirio y juliano Apostatas.

Xero el milagro de los milagros , y el que debe causar


nos mas admiracion , dice San Juan Cri'sóstomo , y con
fundir á los Incredulos en esta materia, es el imperio que
exerció Christo en los ánimos y corazones de los homr
bres , sin embargo de su pobreza, y de su muerte aften>-
tosa. Para este fin convenían todos los improperios y hu
millaciones del Salvador. Los mundanos , que tanto se
escandalizan de la pobreza y muerte miserable de nues
tro Maestro , deben confesar , que no habia cosa en el
exterior de Jesu Christo conducente para dominar sobre
los hombres ; y que si en efecto dominó como quiso , y
mucho mas que los Príncipes mas poderosos del mundo,
este imperio no podia nacer sino de alguna virtud ocul
ta , pero tanto mas evidente , quanto mas humildad, po
breza , humillacion , y flaqueza se descubria en el exte
rior. Quando no hubiese pues executado Jesu Christo
otro milagro en toda su vida , ni en su muerte 5 quando
no hubiese lanzado los demonios de los cuerpos con so
la su palabra , ni hubiera sanado enfermos , y resucita
do muertos ; quando no hubiera mandado los Elemen
tos , como consta del Evangelio ; solo el dominio que e-
xerció sobre los corazones humanos bastaria para probar
su divinidad y la de nuestra Religion. No puede negar
se , que el penetrar los secretos del Alma por medio de
-'.)'-. 1 íi \ /. 'Ja
por las Apologías , &c. 35 j
la profecía , es un milagro de primer órden reservado so
lo á Dios, Pero mover el corazon, y conducirlo hasta lo
grar los fines intentados por su Providencia , es todavía
milagro mayor ; porque al fin , la ciencia de los secretos
humanos no es causa, esto es, no produce aquellas obras.
Pero mover el corazon ; moverle eficazmente sin derogar
los derechos de la libertad, es mayor milagro, es un mis-
terio inapeable. Mover el corazon del hombre a renun--
ciar sus mas vivas pasiones con suavidad y deleite -, mor
verle en un momento, y siempre de acuerdo con el libre
alvedrio , sin que le sea necesario gastar tiempo, ni per
suasion ; en una palabra : Hacer Dios del hombre , y en
el hombre todo quanto quiere y del modo que quiere,
esto es , sin quitarle la libertad, es el milagro mayor, pe
ro quizá el menos conocido. Pues reconozcamos nosotros
e!ste milagro en las maravillosas conversiones de San Pe-
dro,San Felipe y San Tiago,San Juan, la Magdalena, San
Matheo, y buen Ladron. Porfirio y Juliano discurren de
otro modo : Todos estos , dicen , eran una gente pobre,
sin instruccion , y sin cosa alguna que les recomendase^
La mayor parte eran idiotas contemtibles , capaces de a-
lucinarse con facilidad, por algunas obras prodigiosas que
veían en Jesu Christo. En fin: Se ve' en ellos su veleidad,
en seguir un hombre a la primera palabra que le oyen,
sin detencion y sin examen. Este es el argumento que vá
ádar sobre los mismos que le formaron. Esta objecion
solo sirve , para dar el último realce e hiperbole ( si lo
puede haber) á este milagro de Jesu Christo. Estos hom
bres tan ciegos no vieron el resplandor de la divinidad
oculta que aparecía con magestad en el semblante de Je
su Christo y para mover los ánimos , y atraerlos á su co-
•.., . H'i " -a ' ¡. ¡ . no-
3^6 . Triunfo de la Religion,
nocimiento y á su amor , como dice San Gerónimo .
(i) Estos hombres Apostatas de la Religion Christiana,
no pueden dexar de confesar , que el efe¿to causado por
Jesu Christo con su palabra, fué la conversion de todo el
mundo , y que muchos millares y millones de hombres,
Reynos y Provincias , dexaron los ídolos y la Religion
que lisonjeaba sus sentidos , abrazando la del Salvador,
que manda degollar todas las pasiones. Y todo esto por
quién se obró ? Por los Apostoles y primeros Discípulos,
de quienes dicen Porfirio y Juliano, que fueron impru
dentes y necios , viles , sin estimacion , y sin poder. Su
framos toda esta pintura. Permitamos que los Apostoles
fueran imprudentes , flacos , tímidos , que se encierran
en el Cenaculo despues de la muerte ignominiosa de. su
Maestro. Ya se abren las puertas eldia de Pentecostes.
Vea moslos salir del Cenáculo de Jerusalen , arrojarse en
las Plazas en medio de una inmensa multitud. Por ven
tura son los mismos. ? Se parecen en algo ? Son tímidos?
Son flacos ? Se esconden ? Huyen ? Temen ? Son necios?
Son idiotas ? No saben hablar? Pues quién hizo una tras-
formacion ran prodigiosa ? Quién trocó su ignorancia en
sabiduría tan alta ;. su cobardía en valor heroico ; su ti
midez en generosidad ran grande ? Quién , sino la pala
bra de Dios , la muerte de su Maestro, su Resurreccion,
su Ascension , el fuego del Espíritu Santo ? Y de que' sir
ven aquellas pinturas malévolas de Porfirio , aquel des
precio con que los miran , aquellos defeceos de ignoran
cia , de temor y de baxeza , con que desprecian su con
ver
gí) Cette fulgor ipse et majenas dhinitatis occultarquee etiam
*n humana facie relucebaty ex primo ad se videntes trahere poterat
asj>e£lu. D. Hieron. ljb. coot. Mat. cap. 9.
\

por las Apologías , &c* -357


version ? De qué ha de servir , sino de aumentar la gran
deza de este milagro, y el poder propio de solo Dios,con
que Jesu Christo autor de nuestra Religion , acreditó su
divinidad y su omnipotencia ? •. » . i. . . - ¡

LECCIÓN LXXIII.

Nobay cosa que pruebe mejor. la divinidad de Jesu Christo y


de nuestra Religion , que el grande triunfo conseguido
por la Cruz del Salvado/1.

►cabemos de levantar el estandarte de Jesu Christo, y


aclamar el .triunfo y la victoria de la Religion Católica, •
humillando con la yerdad á los que se averguenzan de la
ignominia de la Cruz , y justificando la proposicion de la '
Iglesia , que dice haber reinado el Salvador del mundo
por un madcro¿'(i) Jesu Christo habia asegurado., que
sus Discípulos , y los que creyeran en el , harian los mi
lagros que él habia hecho , y aun otros mayores . . . (2) ¡
Y efectivamente fue' así, porque si el Salvador con su
palabra y virtud oculta hizo que le siguieran tantos ;en
la Palestina , sin embargo de la.- ignominia de su pasion;. .
sus Discípulos extendieron por medio de su palabra este
culto por todas las Naciones deloUfliverso ; y si el Salva
dor santificó un cierto número de Discípulos , e'stos atra
jeron y conquistaron á inumerables gentes para siervos
de este Señor , que murió en una Cruz. Y todo esto no
fué un efecto de la virtud oculta de aquellas breves pa-
la-
(1) Dominus regnavit a ligno. Eccl. Hymn. Pass.
(2) Amen dico vobif. Qui credif in me , opera que ego facio
tt ipse faciet , et majora borum faciet. Joann. 1 4.
íf 58'- TKiwifiJ vé e a Religión,'
labras que Jesu Christo les dixo á los Apostóles -" td'ü-
universó mundo , y predicad el Evangelio a toda cr>iaUira\\-^'¿
(i) Sole-un- hombre Dios podia hablar de esta suerte , e?
imponerles con suceso y prudencia tal obligacion. De
tengamonos un poco sobre estas palabras admirables: Id.
Á quien se manda- esto? A doce ^pobres pescadores , de
las calidades que hemos dicho. Y á dónde han de ir? A
una sola Provincia ? Á un solo Reyno , como antigua**
mente enviaba Dios sus Profetas ? No, responde S. Juan
Crisóstomo. (2) A todo el universo mundo , y e'ste cu
bierto y oprimido de idolatría , de impiedad y corru^-
cióif. Y á quién han-de intimar la comision ¡ que Hevafií-
Por ventura á. los idiotas , © á los sabios ? Á los poder©*"
sos , ó S los debiles? Á los nobles , 6 á los plebeyos ? Á-
los pobres , 6 á los ricos ? A todos ; omnl creatura. Em
peradores , Reyes , Magistrados , pueblo 7 vulgo, libres,
esclavos , Judios , Bárbaros , ó Griegos. No hay distin
cion , dice San Pablo. . . . (3) Todos lo han de ©ir , y a
todos se ha de hablar igualmente y sin distincion. Yque'-
se les ordena que anuncien ó prediquen ? El EvangeliOí.
Es decir: \ma do&rina que daba por el pie todas las ide'as [
que sé hallabañ'uhlversálmente recibidas, y autorizadas ;-
como leyes érí¡ los espíritus , en las costumbres , y eñ la'
práctica de todos los hombres. Una doctrina , que vá i
destronat los ídolos de áus templos , y colocar en su lu
gar un hombre condenado por toda la Nacion, que aca
ba de morir eri público y afrentoso suplicio con -3a nota
:'¡U¡: .- '.... .;. ; -^ j .. -'i'i '' de -;

(1) Ite in universummundum^ et predícate Evangelium Otnm


creatura. Marc. cap. 16.
. (aV Chris. Hom. iy.3nMatth.in raed.
(3) S. Pab. Rom. io, :.-".'.<.... ;-. . .- -' . v .1
porgas Apologías , &c. 359
de infame , sedicioso y blasfemo. Una doctrina > que les
obliga á renunciar las luces de su entendimiento ,. para
dar asenso con riesgo de sus bienes y de. sus vidas,á unos
misterios inaccesibles a la razon humana , y superiores a
todo conocimiento natural. Una doctrina , que los ha de
estrechar á negarse a sí mismos , y los impulsos mas fu
riosos y violentos de la naturaleza corrompida. Una doc
trina, que muda enteramente el sistema de la Religion j
y de las costumbres establecidas de muchos. siglos antes
en iodos los pueblos , en todas las gentes , y en todas las
Naciones de la tierra , y que trastorna de alto á baxo el
objeto del culto , los medios de adorarle, k>s sacrificios,
y las víctimas. Una doctrina en fin ,, derechamente con-?
traria a la carne y sangre, toda.de pobreza ,. toda de ha*
mudad, y toda de-c.ruz> . .. . .:y. ': ;...
Pues una empresa de este.car.áct.et r que mirada á las
escasas luces de la prudencia y razon , se tendria por sue
ño ó por locura , podía ser obra de un puro hombre? No
se debia tener esto por un milagro ; compuesto de infi
nitos milagros, de un orden superior y todo divino ? En
fin : todo- esto se puso en práctica , por los mismos me
dios que la política del siglo pudiera haber ideado para
frustrarla ó. destruirla.. Porque esa misma pobreza ;. esa
misma humildad i esa misma cruz. ,. que ocultaba. y obs~
curecia la dignidad del iSalvadot v y podia desacreditar
su doctrina , esto mismo la estableció por todo el mun
do ,. y le hizo ser íeqonocidópor Dios. En efecto :: los
Soberanos de la tierra doblan la rodilla delante del Cru
cificado ; y en esto- no sucede otra cosa ,( que. lo que ha
bia pronosticado. Sart.Pabío , y entonces se miraba como
delirio» £sta nueva ley r que creyeron iba a. espirar en la
. 'Grua, \
^6o Triunfo de la Rel|gíon,
Cruz con la misma ignominia quesu autor, esta es la
que hoy se ve' recibida en todo el mundo. Un hombre
pues , que muriendo afrentosamente ha sabido dominar
hasta en los Corazones , y sobrevivir á todos los que le
persiguieron v. Un hombre, que ha hecho tantos milagros
en el suplicio mas afrentoso ; que' podrá hacer en el tro
no de sil gloria l Justamente pues el Apostol dice , que
por mas que los Gentiles miren como necedad el misten
rio de la Cruz , 'fes para nosotros la prueba mas cabal de
la virtud omnipotente de nuestro Maestro, (i) que de in
tento , como dice el Evengelio , busca los instrumentos
mas débiles para los mayores triunfos . » . (2) Una Cruz¿
el instrumento mas de'bil é ignominioso,1 echa por tierra
toda la sabiduría y prudencia humana. Dónde están sus
Sábios y sus Doctores para responder ? Dónde la arro
gancia de los Filósofos? . . . {3) San Pablo pasa mas ade
lante , diciendo á los Colosenses , que deben dar gracias
al Señor , que por la Cruz les libró de la esclavitud del
demonio. Quedó Satanás fuera de su trono ; reinó el Se-^
ñor desde el madero. Como el Sol corre con4gual vele**
cidad entre obscuras nubes , que por el Cielo sereno, así
triunfa la Cruz igualmente , quando es la ignominia del
mundo , como quando se ve' sobre los altares. La Cruz'
ha pasado , 4ice San Agustin'; desde el lugar infame de
los suplicios , á estar sobre la frente de los Monarcas y
Emperadores. La Cruz ha sabido enseñar las sólidas vir».
tudes , que ignoró la sabiduría- de los Griegos y de los
..:.;.. .' . :•! ¡ ' iiJiiíi.ii. y 0:3 K O; .;>;.'.Ro-;- .'

(1) Nohshutem Det virtus. -, . ...


(2) Infirma mundi eligit , at confunden fortia. "
( 3 ) Ubi Sapiens ? Ubi Scriba ? Ptrdam sapientiam , et pruñen-*
tiam , &c.
por las Apologías , &c.' 36 1
Romanos. La Cruz puso en órden las pasiones que jamás
pudieron dominar las fuerzas de todos los Príncipes y
Reyes. La Cruz es nuestra arma y blason. Sobre nues
tras frentes reprime los malos pensamientos; sobre la bo
ca , aprisiona las malas palabras ; sobre el pecho , suje
ta los deseos y pasiones. Con la Cruz, se santifica lo que-
comemos. Con la Cruz , adquiere el agua virtud contra
el demonio. Con la Cruz , en el Bautismo nos hacemos
hijos de Días ; en la Confirmacion, Soldados invencibles;
en la Penitencia ,- borra los pecados ; en la Eucaristía, au
menta la gracia ; en la Extrema-uncion , nos dá un pasa
porte feliz para el viage de la Eternidad ; en el Orden,
imprime un cará&er y privilegio real; y en el Matrimo
nio , une felizmente en caridad á los casados. La Cruz
reina en todas partes : ella se ve' en las Plazas , en las Ca
lles, en las Casas , en los Caminos , en las Torres, en las
Iglesias , en los Altares , en los Vasos Sagrados , en los
vestidos Sacerdotales , en las piedras , en los mármoles,
en las monedas , en los Libros , en las Escrituras públi
cas , en las Armas , en los Cetros , en las Coronas , y en
los Tronos'. Los Fieles la usan de continuo ; al levantar
se, al acostarse , al comer, al jurar , al entrar en el Tem
plo. ¿Y hay triunfo que á e'ste se pueda comparar ?' La
cosa que fué mas ignominiosa en el mundo , se ha hecho
la de mayor honor. La .osa mas aborrecida , la cosa mas
amada. Y quién ha hecho esta maravilla ? Un hombre
crucificado. Y esto es una opinion , ó una verdad incon
trastable ? Diganlo nuestros mayores enemigos : diganlo
los Filósofos de nuestro siglo , que todo lo niegan. Pero
este milagro no puede negarse. Ellos mismos lo confie-
-Totn.H.. ....... . I .. ..'... san.
2 ¿2 Triunfo de la Religion,
san. Calle pues toda la tierra ¿ y adore este triunfo , y
milagro asombroso de Jesu Christo.

LECCIÓN LXXIV.

Aunque no miremos a Jesu Christo , sino con los


ojos de la razon , se convence que es
Dios y Criador.

.unque no considerasemos mas que como hombre á


Jesu Christo merecerla ser oido con preferencia á todos
los del mundo. Jamás vieron los siglos un hombre mor
tal , tan singular y estraordinario , un Ciudadano tan
perfecto y útil , un amigo tan leal y generoso , un doc
tor tan sublime y profundo , un Legislador tan sábio y
justo , un Profeta tan verídico, y que penetre de este
modo todos los siglos venideros. Que' son los Héroes
mas ilustres del mundo en comparacion del hijo de Ma
ría? Éste es el Sol que eclipsa todas las Estrellas. ¿Quién
como éste ha preferido la humildad sin baxeza á la glo
ria de los tronos? Quién ha respetado mejor la magestad
del Criador , y los derechos del Cesar ? Quién supo ca
minar con paso tan firme sobre las inquietas olas de la
mar , e inconstancia de la fortuna ? Quien ha sabido a-
liviar tan sólidamente la miseria , la alma y cuerpo de
los infelices ? Si para ceder á la fuerza de la verdad ne
cesita el Incrédulo ver cosas maravillosas , ya está ven
cido su error. La razon nos dice que debemos creer en
Jesu Christo , pues á los ojos de la naturaleza es el hom
bre mas maravilloso de todos los siglos.
No basta decir no creo : Ser Incredulo solo porque
se
POR LAS APOLOGÍAS , &C. 3^3
se quiere ser , es sacrificar su honor á la infamia , el sen
tido á la estupidez , y su destino al furor de la desespe
racion. Jesu Christo ha existido , el mas impío lo cree,
pues combate sus misterios. Este hombre dixo que era
Dios ; esta proposicion le costó la vida. Y sin duda era
Dios , pues la publicidad de su respeto por la. divini
dad , era icompatible con tan horrible blasfemia. Jesu
Christo probó la verdad de su origen divino , por su
lenguage , por la doctrina , por la virtud , y por los mi
lagros de un Dios. Así nos lo han enseñado por sus es
critos hasta sus mas grandes enemigos. Las pruebas de
su divinidad , de su naturaleza en el género demonstra-
tivo, presentan al espíritu razones de conseqüencia, que
se sostienen por su propio peso. Jesu Christo es Dios: to
do lo que ha enseñado es sublime : luego es la inteligen
cia infinita? Todo lo que manda es justo : luego es la su
prema Justicia ? Todo lo que establece es santo : luego
es la virtud soberana ? Todo lo que ha dicho es indubi
table : luego es la verdad misma ? Es indispensable ha
cer traicion á lo que mas interesa la humanidad, si se nie
gan estas verdades : Luego el incrédulo es impío ó ines-
cusable en el tribunal de su propia conciencia. Ningun
Oráculo ha derramado tanta luz como el de Jesu Chris
to. El soplo de la Divinidad parecía sensible en la ameni
dad de su lenguage , en la fecunda sublimidad de sus i-
déas. Todos los que le oían, decian -.Jatnás habló así hom
bre alguno. Sus leyes han llegado hasta nosotros , y per*
feccionado la naturaleza. Los Filósofos, los Senadores,
los Monarcas , han admirado su sabiduría ; y los Pueblos
la han adoptado por ley .constitutiva cíe sus Estados. Los
siste'mas legislativos se han multiplicado como las estre-
h.; ,... ....-.'.' lias;
364 Triunfo de la Religion,
Has ; pero Jesu Christo, en una sola máxima ha compen
diado quanto escribieron los Legisladores : Dar a Dios lo
que es de Dios , y al Cesar lo que es del Cesar.

¡ . . LECCIÓN LXXV.

La multitud de milagros se prueban con las Obras de San Ire


neo y Tertuliano , escritas contra los enemigos de la
Religion, y publicadas a su presencia.

iM o acabaron los milagros con Jesu Christo : todos los


dias se obran. Hasta Calvino (1) reconoce la fuerza de
estos para probar la Religion , diciendo , que los que 0-
bró Moyse's fueron otros tantos autenticos testimonios
de la ley que promulgaba , y de la doctrina que enseña
ba. Esto es cierto; y los que se obran en la Iglesia de Je
su Christo tan evidentes y superiores á los de la Mágia,
que San Irenéo , á mitad de el Siglo segundo , en el se
gundo libro que escribió conrra los Hereges , opone los
verdaderos milagros, que entonces eran muy freqüentes,
a los prestigios , ó engaños de los Hereges. " Ellos ( dice )
«no pueden dar la vista á los ciegos, el oído á los sordos?
«que resuciten á un muerto , como ha hecho el Señor, y
«sus Apostoles. Están tan distantes de hacer estas mara-
« villas , que ni las creen posibles. Sus pretendidos mila-
«gros no tienen utilidad alguna , y se reducen á seducir
«algunos Jóvenes, engañando sus ojos con fantasmas,
«que al punto desaparecen, y no duran un momento; por
«lo qual se ve, que ellos no se asemejan á nuestro Señor
«Jesu Christo , sino á Simón Mago. Los que son discí-

(1 ) L. lnstit. cap. 8. 8 $.
POR LA.S ApOLOGi'aS , &C. 7j6^
«pulos de nuestro Salvador , obran los milagros en su
»* nombre , y para utilidad de muchos. Unos arrojan los
«demonios de los cuerpos de los hombres segura y ver-
«daramente , de manera , que los que quedan libres a-
«brazan la Fe' , y se hacen hijos de la Iglesia. Otros , re-
criben ciencia de las cosas futuras , y profetizan. Mu-
«chos curan las enfermedades , solo con imponer las ma
gnos sobre la cabeza de los enfermos , y causan una sa-
»»lud permanente. Nosotros habemos visto muertos re
sucitados , que han vivido muchos años con nosotros.
«En fin: No se puede decir el número de maravillas que
«la Iglesia obra cada dh por todo el mundo para utili-
«dad comun , y en nombre de Jesu Christo crucificado.
«Estas maravillas se hacen sin artificio y sin interes ; se
»» obran graciosamente como se reciben , sin invocacion
«de los malos Ángeles , sin usar de encantamientos , ni
«otra vana curiosidad. Se practícan' en público , solo con
«invocar á Dios , ya nuestro Señor Jesu Christo. Su
«nombre atrae su favor , noel de Simon , Menandro,
«Carpócrates, ni de otro alguno de los Hereges. Se ven
«Christianos , que hablan todas las lenguas sin haberlas
«estudiado , y descubren á los hombres las cosas mas o-
«cultas de su corazon." ¿ Quien no quedará convencido
con este Discurso de San Irenéo , que habla de este mo
do , na en lugar oculto , no a sus discípulos, sino á los
Hereges , que como testigos oculares , no podian negar
lo que confirmaba la publicidad de los milagros ?
Tertuliano no habla con menos fuerza en su Apolo
gía. (i) Despues de haber establecido la verdad de nues-.
tra Religion : despues de demostrar la falsedad de los í-
do-
(i) Cap. 21. y 23.
-i66 Triunfo de la Religion,
dolos , sus Oráculos engañosos , sus milagros aparentes,
hace este solemne desafio : « Hasta aquí no hay mas que
«palabras ; vamos á la prueba. Que se traiga aquí delan-
« te de vuestros Tribunales alguno que este poseido de
«el demonio , y que se presente al mismo tiempo qual-
«quiera Christiano que mande hablar al enemigo; al
«punto confesará que él es un demonio, y que falsamen-
«te se llama Dios. Que se presente a vuestro Tribunal
«uno de los que decís , y creeis ser agitados por algun
«Dios, y de aquellos que abriendo la boca sobre los Al-
« tares , reciben la divinidad con el humo ; que hablen
«con aquella especie de furor que parece les dexa sin a-
« liento ; si aquellos que les agitan no confiesan que son
«demonios , sin atreverse á mentir delante de un Chris-
«tiano ; derramad la sangre de el hermano nuestro que
«se presenta.
«Puede haber otra prueba mayor ? Si ellos son ver-
«dadeíamente Dioses, por qué dicen falsamente que son
«demonios ? Es acaso por complacernos? Si en un lugar
«son demonios , por que en otro se venden por Dioses?
«Sclo esta confesion prueba cabalmente , que nuestro
« Dios es el verdadero , y que vosotros adorais ía men-
ntira." Qué seguridad tan grande sería la de Tertuliano,
quando así retaba á los Magistrados y Senadores en una
obra tan pública ? Y quál sería el temor de los Gentiles,
que no quisieron hacer esta prueba?

LEC-
por las Apologías , &e. 367

LECCIÓN LXXVL

Ensebio y San Agustín confirman esta multitud de milagros-,


que añadida a las otras pruebas de Religion, se infiere
con demostracion moral que solo la Cató'
¡tea es la verdadera. .'.."-.

Xiusebío , que vivió en el siglo tercero , nos hace reco


nocer un milagro obrado por Jesu Christo , y que toda
vía se está continuando. Hasta la venida de el Salvador,
vemos por todasJas historias , que habia un gran núme
ro de hombres endemoniados. Este era el pago que da
ban los malos espíritus á los que los servían y adoraban. >
Pero Jesu Christo , que vino á destruir su culto y su do
minacion tiránica , se ocupó en desposeer estos espíritus
infernales de los cuerpos que tiranizaban. Su triunfo fué
tan completo , como se ha visto por la experiencia ; por- ;
que despues de publicada su do&rina, apenas se halla un
hombre endemoniado ,- y los pocos que se ven , sirven de
mayor triunfo á la Religion.
Tambien responde Eusebio á los que atribuían á Má
gia los milagros de Jesu Christo. Hace ver la injusticia de
esta preocupacion , con la desproporcion que hay entre
las costumbres y doctrina de Jesu Christo , cotejada con
los Magos , que eran unos hombres llenos de orgullo y
vanidad , apasionados por la gloria, ambiciosos del dine
ro, abandonados á los vicios mas infames. En lo que mas
principalmente carga su fuerza , es , en que jamás Chris-
tiano alguno ha podido ser convencido de Magia , ni de
haberse dedicado á tales artes ; ántes por el contrario , si
- al-
368 Triunfo de la Religion;
alguno la usó ántes de convertirse , hace luego, dice, pro
fesion de abandonar aquel estudio quando se bautiza.
(1) Jamás los tormentos han hecho confesar á Christiano
alguno , que se servia de malas artes para los milagros.;.
Los Apostoles , que predicaron contra la Mágia , que-'
maron en la plaza pública muchos libros de esta Facul
tad , que les presentaban los nuevos convertidos. Nin
gun Mago ha sabido extender su Secta tan rápida y um
versalmente como Jesu Quisto, ni obrado maravillas tan
continuas y admirables como este Señor ; cuya santidad
es tan evidente , que Porfirio , el mayor enemigo de la
Religion , se ve' precisado á confesarla.
San Juan Crisóstomo (.2) hace este argumento á los
que niegan la resurreccion de Jesu Christo. Si no resuci-.
tó; cómo sus Discípulos que predicaban la resurreccion,;.
hicieron tantos milagros ? Y si todos son falsos ; no sería 1
el mayor milagro convertir al mundo, perseguidos, mar
tirizados , sin apoyo en la tierra ni en el Cielo , sin ali
ciente para atraer los hombres ? Este triunfo aun sería
mas milagroso que todos los milagros , si lo hubieran
conseguido sin convencer á los hombres con algun pro-.
digio. :
San Agustin (3) refiere muchos milagros obrados eri
los Sepulcros de los Mártires en su mismo tiempo: y San
Gregorio Magno en sus Diálogos , hace lo mismo ; pero
yo no quiero alargarme en estas que deben ser breves
lecciones , y es bastante la nocion general que con lo di
cho se puede formar. Las maravillas que cuenta S. Gre
gorio están ya vindicadas por hombres sábios r y las de
San
(i) Dem.Evang.L3.c6. (2) Serm. 63. cum in Penr.
(3) De Civit. Dei, lib.22. cap. 8. y 9.
por las Apologías, &c. 369
San Agustin no pueden desmentirse con facilidad.Es ver
dad, que el Santo dice en el libro de la verdadera Reli
gion, (1) que los milagros no han durado hasta nuestros
tiempos , para que el ánimo no buscase siempre cosas vi
sibles. De este argumento se vale un Herege , para im
pugnar los milagros que se refieren despues de Jesu
Christo ; pero sobre no eludir con esto su fuerza , pues
en dichas palabras San Agustin confiesa la realidad de
los milagros ; este argumento solo sirve , para precaucio
narnos de la malicia que los Hereges ocultan en sus pa
labras quando nos citan á San Agustin , (2) como si re
dondamente negára la existencia de milagros en su tiema
po. Pero que' fe' se merecerán estos hombres , quando en
esta autoridad prosigue el Santo de este modo ? Quando
dixe que los milagros no han durado hasta nuestros tiem
pos , no fué mi intencion afirmar , que al presente no se
hace ningun milagro en nombre de Jesu Christo; porque
quando escribí este libro , ya sabia que un ciego recupe
ró la vista en Milán á presencia de los Cuerpos de los
Mártires Milaneses , y otros , los quales se hacen en tan
gran número en estos tiempos , que ni podemos conocer
los todos , ni contar los que conocemos. (3)
Ya no necesitamos pues responder, ni confirmar con
otras pruebas esta multitud de maravillas obradas por
Dios , para confirmar la Religion verdadera , ni será ra
zon que ningun fiel dé oidos á los enemigos de Jesu
Christo , en quienes se ve' por todas sus obras , que el
espíritu de mentira dirige sus palabras , pensamientos y
Tom. II. K obras.
Cap. i¿; (1) Lib. i.Retraét. cap. 13. ...
ti El que quiera ver mas milagros bien auténticos j vea á
Fr. Luis de Granada Símb. de la Fé, tom. í.
370 Triunfo de la Religion,
obras. La Religion esta* probada con tantas pruebas y
con tan evidentes señales , que ningun hombre que con
serve el juicio podrá tener la menor duda. La verdad de
los fundamentos en que estriva este cuerpo de Religion
son evidentes , acreditados por los milagros , profecías,
vigorosas defensas que hicieron en los primeros siglos los
^Varones mas sábios , no con armas , sino con la razon ; el
sello de tanta. sangre derramada en su defensa ; el au
mento de la Religion , á medida de las furiosas persecu
ciones ; su rapidez en extenderse por todas partes , á pe
sar de los mayores obstáculos , la pureza de doctrina so
bre toda la de los Filósofos , Gentiles , Judios , y He-
reges i la destruccion de la Idolatría y Judaismo. por la
Religion de los Christianos ; la antiguedad , perpetui
dad , é invariabiltdad en los dogmas ; la autentica , y
cierta inspiracion de Dios , y el triunfo completo que el
Catolicismo ha conseguido de los hombres y sus pasio
nes. Todo esto junto coloca nuestra Religion en el mas
alto , en el mas noble , y en el mas cierto grado de cre
dibilidad.
Desde este punto debemos abandonar á. los Ateís
tas , á los Idólatras , á los Judios , á los Mahometanos,
y á los Hereges. Ya no debemos leer sus libros , oír sus
consejos, ni atender á sus sofismas. Debemos advertir su
fatal designio : Ya que nada sólido pueden objetar con
tra los fundamentos de la Religion , nos quieren sorpren
der con sofismas, con tranquillas , con argumentos pue
riles , sobre una letra , sobre una palabra de la Escritu
ra , sobre un inconveniente , sobre un escándalo que allí
advierten en los que profesan la Religion , y sobre otras
mil puerilidades , que bien consideradas, acaban de cbn-
.-.. .-... . ¡ r.í: de---'
poa las Apologías , &c. 371 _.
<lenar su mala, condu&a , y peor causa. Qué puede ape>-
tecer un Católico? Saber , y tener segundad de que
Dios es el autor de su Religion; , y que todas las otras
están reprobadas. En estas breves lecciones , hallará , si
bien las estudia , una demostracion de lo dicho. Aun
que oiga un argumento particular á que no sepa respon
der „ no debe vacilar en su fe. Le basta saber que Dios
ha revelado las Escrituras , aunque a/el no le haya dado
inteligencia de todas las cosas que hay en ellas. El que
tiene ciencia de una verdad , puede hallar dificultades á
que no sepa responder , pero jamás debe vacila*. ..Mu
cho menos el Christiano deSuEe'ii ...;; .:.; ,:. 7 ;.; ..-.. -
-:>i- Esta. Apología de la Religión ¿.reduce. á. eterno sJU
lencio la altivez filosófica , y de un golpe caen á tierra:
todas las cabezas de esta ídra monstruosa. Bien puede
quedar algun rastro y movimiento de esta culebra infa
me, que^se enrosca en el árbol de la. libertad ; pero la sier;--
pe y el árbol serán, cortados aun tiempo ,. corno él; queT
vió Nabuco , si el Christiano se aprovecha de las armas
que aquí se ofrecen. Este triunfo es completo, y nunca.
puede ser vencida la Religion Católica,, por mas que
lasobervia humana , como caballo caliente!, rompa las
riendas que lo contenían. Rebiente la abominable cien-*
tía como un torrente impetuoso : salga de su lecho y de
sytesfera esta asquerosa y turbulenta agua , este rio de
la. ciencia del mal : suba á lo alto convertida en vapores
su sofistería ; y.agíte¡se. ensu'mayof;ejeyacion como las
nubes hueca«\: hinchadas y vaciase y llegue finalmente
esta maligna tempestada descargar piedra y rayos, con
fundiendo los Christíanos con truenos y relámpagos fu
riosos ; que en medio de .esta densidad saldrá el Sol de la
ver-
372 Triunfo de la Religion',
verdad mas brillante-, elevandose con magestad y¡ gloría,
y burlandose de los Filósofps presumidos , que como lu
ceros errantes quisieron obscurecer la verdadera luz.
Tú , Religion Santa , Religion divina y verdadera, y
cvidenre en tus principios : Tú eres la única que puedes
cantar los triunfos y vi&orias.; El mundo entero debe
oirte en el silencio mas profundo. Tú sola enseñas , ilu
minas , arrastras , y postras á tus pies todos ios mortales
y criaturas. De nadie necesitas i todos dependen de Tí.
No hay grande , ni pequeño ; no hay sábio , ni ignoran
te; no hay mudo, ni eloqüente; no hay escritor, ni hom
bre en tu presencia. El Cielo, la tierra , los hombres, los
Filósofos'; /.riada son . . . son menos que nada. Yo de
bia haber temblado ántes de acercarme á detener el carro
triunfal donde camina esta Arca del Santuario. Que' im
porta que recalcitren los Bueyes, que á su pesar llevan
yugo y la Religion en triunfo ? Para qué necesita este
Triunfador de mi; pluma, ni de mi mano? ¿Podia yo sos
pechar que cayera la Religion de su carro triunfal , por
mas que bramen las Naciones Atéas, y el infierno entero
reunido á los Filósofos y monstruos mas horribles quieb
ran sacudir la carga ? Solo hablar de esto es injuriar la
omnipotencia de mi Dios : Yo lo confieso y reconozco,-y
por lo mismo me postro á lo le'xos del Santuario, adoran
do esta Zarza que arde y no se consume ; y vosotros,
Pueblos y Naciones, venid á celebrar el triunfo de la Re-.
ligion : mitad este Dios poderoso que recibe los homena-
ges sentado en su trono , triunfa de los impíos, y sedes-
cubre admirable en la verdad de su Religion. ,';:

•"• F -I N'. ' -J-ti^.v;!! ... ;;.^; ; .ufüii

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