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EDITORIAL
E
stamos atravesando una situación política de transición, favorece a nuestros intereses. En este momento la independencia
entre una expresión de un neoliberalismo crudo y de clase, la acción directa y la democracia directa se tornan aún
conservador representado por el gobierno de Macri, y un más estratégicas como método para desbordar y trascender la
nuevo gobierno de signo peronista, que de a poco va mostrando salida por arriba que imponen los sectores dominantes.
algunas de sus cartas.
En nuestros sindicatos debemos impulsar el enfrentamiento y
El tremendo daño social y económico que deja el guadañazo la resistencia al avance de la reforma laboral que bajo la fachada
neoliberal de Macri es incalculable. Un contexto con niveles de de una “modernización” nos retrotrae a condiciones de trabajo
pobreza y exclusión como hacía años no se veía, sumado a del siglo XIX, perdiendo conquistas que a lo largo de los años
una profundización preocupante de la precarización laboral, hemos ido arrancando a fuerza de lucha y organización.
suspenciones y despidos, van dando cuenta del panorama de 4
años de la gestión político-empresarial de Cambiemos. En lo estudiantil tendremos que aportar a la construcción de un
movimiento estudiantil anclado en el clasismo y la combatividad,
Como si esto fuera poco en la vereda de enfrente, mucho alejado de las roscas electoralistas y el posibilismo para resistir un
antes de asumir la presidencia, ya con la espalda que brindaron modelo de ajuste, como este, que está especialmente ensañado
los auspiciantes números de las paso, Alberto Fernández comenzó con la educación pública.
a buscar intervenir en el escenario social-político diluyendo o
dilatando las expresiones de resistencia y confrontación de En los barrios periféricos, las vecinas y vecinos tendremos
sectores en lucha frente a las políticas de hambre, auspiciadas por que generar propuestas de organización y lucha que ponga en
el Fondo Monetario Internacional, enmarcadas en este período primer plano nuestras reivindicaciones, siendo que somos uno de
de brutalidad neoliberal. los sectores que cargamos con mayor exclusión y desigualdad.
EL RECOMENDADO DE LA FAR
TEORIA DE LA ORGANIZACIÓN
POLITICA ANARQUISTA
Durante 2019 desde la Federación Anarquista de Rosario lanzamos la colección “Teoría de la
organización política anarquista” con el objetivo de hacer accesible e incentivar la lectura de libros
y textos del anarquismo especifista. Como militantes promovemos la formación y autoformación
constante, siempre orientado a potenciar la práctica política que llevamos adelante, aumentando
así su efectividad y su adecuación a las circunstancias particulares de la nuestra formación social
en un contexto dado.
La colección estará compuesta por diferentes materiales de elaboración propia del anarquismo
especifista, así como de textos clásicos del anarquismo organizado políticamente.
El primer número editado es “La estrategia del especifismo” entrevista realizada a Juan Carlos
Mechoso, histórico militante de la federación Anarquista ururuguaya. En el mismo se va realizando
un recorrido teórico e histórico de nuestra corriente del anarquismo. Los próximos volúmenes que
editaremos serán “Ideología Anarquista” de Malatesta y “Compilación de Textos sobre Anarquismo
Organizado”.
OCTUBRE / NOVIEMBRE - NÚMERO 9 VOLUNTAD 03
SINDICAL
FEMINISMO
H
oy en día el avance de la lucha feminista, tanto a nivel
mundial como regional y nacional, nos exige como
organización política anarquista aportar a los procesos de
emancipación con miras a derribar este sistema de dominación. Sin
embargo, como sucede con las variadas problemáticas sociales que
nos afectan como clase oprimida, no son procesos que se presentan
de forma clara. Muestran avances y retrocesos, contradicciones y
deformaciones propias de la dinámica de este sistema.
Así, nos encontramos con victorias en términos de acceso a
derechos fundamentales y en la visibilización de las múltiples formas de
opresión que vivimos los géneros disidentes, especialmente la violencia
machista. Al mismo tiempo, los datos estadísticos muestran una
persistencia por ejemplo de los casos de femicidios como así también
un nivel mayor de saña y odio hacia las mujeres. Asimismo, sectores
conservadores y reaccionarios –como la iglesia católica y evangélica-
han redoblado sus esfuerzos y aumentado su grado de influencia que
muestran ya sus efectos.
De la misma manera, el propio movimiento feminista y las organizaciones sociales que participan de las luchas evidencian
contradicciones y deformaciones que afectan de forma muy negativa el horizonte de ruptura con el patriarcado. Vemos cómo esta
lucha se va tiñendo muchas veces con discursos policlasistas, con estrategias más vinculadas al institucionalismo, con reivindicaciones
muchas veces confusas, reformistas –o burguesas- en términos de una igualdad en el acceso a mecanismos propios del estado o
el mercado. Por otro lado, vemos la ocupación masiva de las calles por parte de las mujeres como ejemplo de medidas de acción
directa, la multiplicación de organizaciones de base que han abrazado esta lucha, miles de mujeres que en los barrios, comunidades
de pueblos originarios, en las escuelas, en los clubes, en centros comunitarios se juntan y forman en torno al feminismo.
Lejos estamos de poder entender en su total complejidad cómo es que se desarrolla esta lucha y de manera más general en
el marco de la lucha de clases. Sin embargo, tenemos el deber de poder establecer elementos de análisis y de estrategia, dentro de
nuestro marco teórico y de acción especifista.
En primer lugar, creemos fundamental explicitar el compromiso de combatir la opresión de género en todas sus formas,
retomando la vasta tradición anarquista y de militantes como Virginia Bolten, María Collazo o Teresa Claramunt. Esto implica enunciarlo
y abordarlo sin que quede desdibujada en consignas amplias contra el sistema de dominación capitalista, sino en su particularidad e
importancia.
En segundo lugar, es imprescindible entender este tipo de opresión en conexión con el resto de los mecanismos de dominación
que se despliegan en nuestra sociedad. Entender que la opresión patriarcal tiene un carácter sistémico, es decir que se expresa en
las distintas esferas de la realidad social (económica, política- jurídica- militar y cultural-ideológica) y que ha generado a través de los
siglos elementos estructurantes de este sistema; hace que podamos establecer mejor el alcance de nuestras acciones y el lugar del
feminismo en nuestra estrategia general. Nos permite no sólo comprender mejor de manera cómo opera en las distintas esferas pero
también cómo recíprocamente sostiene y condiciona otros tipos de opresión.
En este sentido, no podemos dejar de tener en cuenta que la matriz del sistema
económico capitalista se sostiene también gracias al trabajo doméstico y de cuidado
no remunerado que realizan mayoritariamente las mujeres, el cual no responde
evidentemente a la lógica de mercado sino que se fundamenta en valores ideológicos
patriarcales. Una división sexual del trabajo que se expande al remunerado siendo los
sectores con mayoría de trabajadoras mujeres (educación, textiles, trabajo en casas
particulares) los que muestran los menores salarios y peores condiciones laborales.
De la misma manera, sería al menos incompleto cuanto no errado no reparar en el
hecho que los hogares más pobres son aquellos a cargo de mujeres, ni que la política
de control social por parte del Estado nos tiene a nosotras como principal destinatario.
La otra cara de la moneda es que aquellas reivindicaciones por las que luchamos
las mujeres no nos afectan a todas por igual, sino que la realidad social y económica
de quienes pertenecen a los sectores más excluidos (de las barriadas, de pueblos
originarios, trabajadoras precarizadas) hace que sean las que más sufren las consecuencias.
En resumen, creemos que es vital entender la opresión patriarcal a la luz del resto de las formas de dominación que existen y
viceversa para poder tener una estrategia eficaz tanto para el feminismo como la lucha de manera integral. Pero cabe rescatar que
visualizar y abarcar estas conexiones sirven como herramienta y garantía para poder sortear aquellas contradicciones de las que
hacíamos referencia más arriba. Es decir, tener en perspectiva siempre que la lucha feminista debe ser profundamente clasista para
que pueda tener un horizonte de ruptura con el sistema de dominación.
En el día a día esto se traduce en fomentar la participación de las compañeras en las organizaciones populares (sindicatos,
organizaciones sociales, centros de estudiantes y demás), promoviendo la formación de género en las mismas. También promocionando
que estas últimas aborden las problemáticas urgentes como la violencia machista y el acceso a derechos sexuales y reproductivos a
través de la lucha colectiva sostenida y en las calles, evitando atajos institucionalistas y con independencia de clase.
BARRIAL
INTERNACIONAL
¡Todo nuestro apoyo a la resistencia kurda! ¡No al ataque turco y a cualquier intervención extranjera!
¡No retroceder! ¡Rodear a los pueblos en lucha con la solidaridad!
06 VOLUNTAD OCTUBRE / NOVIEMBRE - NÚMERO 9
ESTUDIANTIL
INTERNACIONAL
¡Viva la resistencia del pueblo ecuatoriano! Abajo el paquetazo de Moreno! Arriba los/as que luchan!
OCTUBRE / NOVIEMBRE - NÚMERO 9 VOLUNTAD 07
NUESTRA ORGANIZACIÓN
L
os tiempos que atraviesa actualmente la clase trabajadora en todo el mundo exigen que los
anarquistas revolucionarios esfuercen sus imaginaciones y energías al máximo para responder
a las cuestiones más importantes para las masas. Cada compañero debe ser consciente de
este planteo, meditar y llegar a la conclusión de que estas cuestiones que preocupan a las masas,
los anarquistas únicamente las podrán captar y explicar a través de una organización general de las
fuerzas de su movimiento.
Aquellos de nuestros compañeros que jugaron un papel activo en la revolución rusa y que
mantuvieron la fe en los postulados anarquistas, saben cómo paralizó de modo nefasto al movimiento
anarquista la ausencia de una organización sólida. Estos compañeros pueden jugar un rol sumamente
útil en la unificación. No ha pasado desapercibido para ellos, imagino, que el anarquismo fue un gran
factor de insurrección entre las masas trabajadoras creadoras de la Revolución en Rusia y Ucrania.
Por todas partes las incitó a ir a la lucha, pero la ausencia de una organización capaz de encauzar
estos esfuerzos contra los enemigos de la revolución, lo volvió incapaz de asumir un rol organizador.
Por eso la causa del anarquismo sufrió tanto durante la Revolución.
Siendo conscientes de todo ello, los anarquistas rusos y ucranianos no deben permitir que vuelva a suceder en el futuro. La lección
del pasado es muy dolorosa y, teniendo en cuenta esto, deben ser los primeros en enseñar con el ejemplo mediante la cohesión de sus
fuerzas, estableciendo una organización anarquista que puede llevar a cabo las tareas del anarquismo, no sólo durante la preparación
de la Revolución Social, sino también en sus primeros días. Tal organización debe aunar a todas las fuerzas revolucionarias del anarquismo
y ponerse sin vacilaciones a preparar a las masas para la revolución social y la lucha por una sociedad anarquista.
Desgraciadamente, lejos están todos nuestros medios de esforzarse por una organización real de nuestras fuerzas sin la cual un
trabajo fructífero entre las masas es impensable. Muchos entre nosotros sienten claramente la necesidad de tal organización, mas
pocos luchan con seriedad e insistencia por ella. Y mientras tanto los acontecimientos están madurando en todos los países de Europa
sin exceptuar Rusia empantanada en el pan bolchevismo.
No es remoto el momento en que de nuevo vamos a ser participantes activos en dichos eventos. Pero si lo hacemos, sin haber
organizado de modo preciso nuestras fuerzas, volveremos a ser incapaces de anticipar la caída de eso eventos en el torbellino del
sistema estatal. La cohesión de todos los anarquistas activos dentro de un colectivo eficaz y serio es una evidencia para cada uno de
nosotros. Sería entonces bastante sorprendente que los oponentes de tal unión en nuestros rangos se declararan abiertamente como
tales.
La cuestión está únicamente en qué forma organizativa es la más aceptable para la unión de los anarquistas.
Personalmente, propongo como forma organizativa más aceptable y necesaria por el anarquismo, esa Unión construida sobre el
principio de la disciplina general y de la orientación general de todas las fuerzas anarquistas. Todas las organizaciones, que integren
esta unión general, están vinculadas entre sí no sólo por el conjunto de objetivos sociales y revolucionarios sino por todos los medios para
alcanzar esos fines.
La acción de las organizaciones locales puede adaptarse a las necesarias etapas y condiciones del lugar, pero ésta debe seguir
firmemente la orientación concreta de todas las organizaciones del país, o sea de la Unión de los anarquistas. Que se llame esta Unión
de los anarquistas Partido Anarquista o de otro modo, no es importante. Lo importante es que lleve a cabo la concentración de todas
las fuerzas anarquistas y la unidad de acción contra el enemigo, por los derechos de los trabajadores, por la revolución social y por la
sociedad anarquista.
Nestor Makhno, Dielo Truda [Acción laboral], No.6, Noviembre de 1925, pp.6
TEORIA DEL ESPECIFISMO
Así en Mayo de 1969 la dictadura intenta eliminar derechos laborales como el sábado inglés, e imponer el congelamiento
de salarios y recortes en educación y otros servicios públicos, lo que genera que en distintos puntos del país se organicen
grandes movilizaciones y protestas.
Ese será el puntapié inicial para el 1º Rosariazo
que se desatará el 17 de mayo, cuando los estudiantes
rosarinos se movilizaron en solidaridad con el asesinato
del estudiante correntino Juan José Cabral y contra la
represión constante del estado.
Días más tarde, en Córdoba donde existía una
estrecha relación entre estudiantes y obreros, sucede
el Cordobazo.
Al descontento general que se vivía por los ajustes
y las represiones en distintos puntos del país (como en
Corrientes y en Rosario) se sumó la decisión del gobierno
provincial de Córdoba de suprimir el “sábado inglés”,
es decir, la media jornada laboral. En consecuencia,
SMATA (Sindicato de los Obreros de la Industria
Automotriz) y el sindicato de Luz y Fuerza junto con
las asambleas de base convocaron a un paro activo
con movilización para el 29 de mayo. Los estudiantes
adhirieron a la medida de fuerza y pronto la ciudad fue
controlada por los manifestantes, quienes lograron su
ocupación durante un día entero.
El segundo rosariazo tendrá lugar el 16 de septiembre, cuando una
nueva ola de manifestaciones sacude diferentes puntos del país. En
Rosario la movilización de la CGT es reprimida. Hay enfrentamientos en
todos los barrios, se levantan barricadas, se queman colectivos.
Tras estos levantamientos populares, Ongania que pensaba
quedarse 20 años en el poder tenía los días contados.
Estos sucesos históricos hicieron efectiva, en los hechos, la unidad
de todos los sectores en lucha, algo que hoy es necesario para poner
freno a los avances de las políticas neoliberales auspiciadas por el FMI
y llevadas adelante por los gobiernos de turno. La reforma laboral, así
como la defensa de la educación pública tendrán que ser ejes de
lucha de una nueva expresión de la unidad obrero-estudiantil, como lo
fueron hace 50 años los Rosariazos y el Cordobazo.