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La sociología (del latín socius, socio, y del griego «λóγος» logos) es la ciencia social que

estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos
dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran inmersos.

En la sociología se utilizan múltiples técnicas de investigación interdisciplinarias para


analizar e interpretar desde diversas perspectivas teóricas las causas, significados e
influencias culturales que motivan la aparición de diversas tendencias de comportamiento
en el ser humano especialmente cuando se encuentra en convivencia social y dentro de un
hábitat o "espacio-temporal" compartido.

Historia de la sociología

Los estudios acerca de la sociedad surgieron mucho antes del término o delimitación de las
aristas de esta ciencia. La diversidad de los usos y costumbres entre las diferentes
sociedades intrigó a los pensadores de muchas partes del mundo. Por ejemplo, Heródoto en
el siglo V a. C. efectuó una descripción de pueblos y sus costumbres. Ibn Jaldún acuñó la
palabra Ilm al Urman, ‘la ciencia de la sociedad’,1 también creó teorías sobre la sociedad y
describió las sociedades del Magreb. Sin embargo, dichos estudios o relatos (a excepción
Ibn Jaldún) más bien se podrían caracterizar como una mezcla de historia, antropología,
psicología social y sociología, junto con análisis del folklore. Muchas veces debido a un
enfoque etnocéntrico eran formas encubiertas o abiertamente prescriptivas de lo correcto o
incorrecto de una determinada sociedad con respecto a otra.

Durante la Ilustración, lo social y las actividades del hombre cobran gran interés. Escritores
como Voltaire, Montesquieu, Giambattista Vico se interesan por analizar las instituciones
sociales y políticas europeas. Lord Kames inicia el de las causas del cambio social, y tras
él, surge una corriente conservadora, muy interesada en saber las razones de los cambios y
estabilidad existentes en la sociedad, liderada por Joseph de Maistre y Edmund Burke,
quienes criticaron muchas de las premisas de la Ilustración.

La voluntad de crear una "física social", esto es, un conocimiento indiscutible de la


sociedad de la misma forma que la Física, apareció con el positivismo del siglo XIX. El
primero en defender una teoría e investigación científica de los fenómenos sociales fue
Henri de Saint-Simon (1760-1825) a mediados del siglo XIX. Auguste Comte, quien fue
secretario de Saint-Simon entre 1817 y 1823, desarrolló sus teorías bajo las premisas del
positivismo. Comte acuñó la palabra sociología en 1824 (del latín: socius, "socio,
compañero"; y el sufijo griego -logía, "el estudio de"). La primera vez que aparece impresa
esta palabra es en su Curso de filosofía positiva de 1838.2

Casi en simultáneo, en Alemania, Von Stein (1815-1890), introdujo el concepto de


sociología como ciencia (Die Wissenschaft der Gesellschaft) incorporando a su estudio lo
que él llamó "Movimientos sociales" y la dialéctica hegeliana. De esta manera logró darle a
la disciplina una visión dinámica. Von Stein es considerado como el fundador de las
ciencias de la Administración Pública.
Alexis de Tocqueville (1805-1859) es también reconocido como uno de los precursores de
la sociología por sus estudios sobre la Revolución francesa y sobre los Estados Unidos (La
democracia en América, publicada entre 1835-1840). Analizó a las sociedades en general e
hizo una comparación entre las sociedades americanas y las sociedades europeas.

La sociología continuó con un desarrollo intenso y regular a principio del siglo XX. Émile
Durkheim, quien se inspiró en algunas teorías de Auguste Comte para renovar la
sociología, quería en particular "estudiar los hechos sociales como si fueran cosas". Uno de
los retos de la sociología era desarrollarse como una ciencia autónoma. Durkheim buscó
distinguir a la sociología de la filosofía por un lado y de la psicología por el otro. Se le
considera como uno de los padres fundadores de la sociología.

Él postuló las bases de una metodología científica para la sociología, en particular en la obra "Las
reglas del método sociológico" (1895), y en "La división del trabajo social" (1893), libro que
además es su tesis. Su método reposa esencialmente en la comparación de estadísticas y
características cuantitativas, buscando liberarse de todo subjetivismo ligado a toda interpretación
cualitativa, y a desembarazarse de todos los prejuicios morales o moralizadores a priori para
comprender los hechos sociales como en su obra: "El Suicidio"

Karl Marx es otro pensador que ha tenido una profunda influencia en el pensamiento social
y la crítica del siglo XIX. Fue principalmente en Alemania donde desarrollara una teoría
mayor de la sociología, influenciando posteriormente, entre otros, en la Escuela de
Frankfurt.

Max Weber, contemporáneo de Durkheim, tomó un camino diferente: empleó la Ciencia


política, la Economía política, la Filosofía de la cultura y del derecho, los estudios
religiosos que son, según él, todo como la sociología, las "ciencias de la cultura". De
acuerdo a toda una tradición de la filosofía alemana (sobre todo Wilhelm Dilthey), estas
ciencias son diferentes de las ciencias naturales ya que tienen su propio método. Ellas
proponen una comprensión de los fenómenos colectivos antes que la búsqueda de leyes (es
el método comprensivo).

Los métodos sociológicos

Métodos cualitativos.- La investigación cualitativa requiere un profundo entendimiento


del comportamiento humano y las razones que lo gobiernan. A diferencia de la
investigación cuantitativa, la investigación cualitativa busca explicar las razones de los
diferentes aspectos de tal comportamiento. En otras palabras, investiga el por qué y el cómo
se tomó una decisión, en contraste con la investigación cuantitativa la cual busca responder
preguntas tales como cuál, dónde, cuándo. La investigación cualitativa se basa en la toma
de muestras pequeñas, esto es la observación de grupos de población reducidos, como salas
de clase, etc.

Este método consiste en descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas,


interacciones y comportamientos que son observables. Incorpora lo que los participantes
dicen, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones tal como son
expresadas por ellos mismos. Cook y Reichardt consideran entre los métodos cualitativos a
la etnografía, los estudios de caso, las entrevistas a profundidad, la observación participante
y la investigación-acción.

Una primera característica de estos métodos se manifiesta en su estrategia para tratar de


conocer los hechos, procesos, estructuras y personas en su totalidad, y no a través de la
medición de algunos de sus elementos. La misma estrategia indica ya el empleo de
procedimientos que dan un carácter único a las observaciones. La segunda característica es
el uso de procedimientos que hacen menos comparables las observaciones en el tiempo y en
diferentes circunstancias culturales, es decir, este método busca menos la generalización y
se acerca más a la fenomenología y al interaccionismo simbólico. Una tercera característica
estratégica importante para este trabajo (ya que sienta bases para el método de la
investigación participativa), se refiere al papel del investigador en su trato -intensivo- con
las personas involucradas en el proceso de investigación, para entenderlas.

Métodos Cuantitativos

Cook y Reichardt apuntan que "cuando se aplican métodos cuantitativos se miden


características o variables que pueden tomar valores numéricos y deben describirse para
facilitar la búsqueda de posibles relaciones mediante el análisis estadístico". Aquí se
utilizan las técnicas experimentales aleatorias, cuasi-experimentales, tests "objetivos" de
lápiz y papel, estudios de muestra, etc.

Dentro de todos los análisis de los métodos cuantitativos podemos encontrar una
característica basada en el positivismo como fuente epistemológica, que es el énfasis en la
precisión de los procedimientos para la medición, así como la relación clara entre los
conceptos y los indicadores con los que se miden, para evitar las confusiones que genera el
uso de un lenguaje oscuro, que pese a ser seductor, es difícil de comprobar su veracidad.
Otra característica predominante de los métodos cuantitativos es la selección subjetiva e
intersubjetiva de indicadores (a través de conceptos y variables) de ciertos elementos de
procesos, hechos, estructuras y personas. Estos elementos no conforman en su totalidad, los
procesos o las personas (de allí se deriva el debate entre los cuantitativistas que nunca ven
un fenómeno integrado, sino siempre conjuntos de partículas de los fenómenos
relacionados con la observación, y los cualitativistas que pueden percibir los elementos
generados que comparten los fenómenos). Sin embargo, las nuevas técnicas cuantitativas,
como el análisis de redes sociales, o la historia de acontecimientos, consiguen en cierta
medida superar estas limitaciones.

Teorías y paradigmas sociológicos

Las siguientes teorías son consideradas como las grandes escuelas de la teoría sociológica
moderna. Además de las expuestas, entre el grupo de las grandes escuelas se encuentran
también la Teoría neomarxiana y la Fenomenología, en su vertiente sociológica.3
Funcionalismo estructural

La teoría está asociada a Émile Durkheim y más recientemente a Talcott Parsons, además
de a otros autores como Herbert Spencer y Robert K. Merton. A pesar de la indiscutible
hegemonía que ostentó durante las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el
funcionalismo estructural ha perdido importancia como teoría sociológica.

En el funcionalismo estructural, no es necesario usar los términos estructural y funcional


conjuntamente, aunque típicamente aparecen juntos. Podemos estudiar las estructuras de la
sociedad sin atender a las funciones que realizan (o las consecuencias que tienen) para las
estructuras. Asimismo, podemos examinar las funciones de varios procesos sociales que
pueden adoptar una forma estructural. Con todo, la preocupación por ambos elementos
caracteriza al funcionalismo estructural. En definitiva, se puede resumir, que para esta
teoría la principal preocupación son las grandes estructuras e instituciones sociales de la
sociedad, sus interrelaciones y su influencia constrictora en los individuos.

Neofuncionalismo

Aún cuando el funcionalismo estructural en general, y las teorías de Talcott Parsons en


particular, cayeron en el extremismo, había en la teoría desde el inicio de su desarrollo un
poderoso núcleo sintético. Así, algunos autores consideran el funcionalismo estructural
como una perspectiva estrecha y que su meta debe ser la creación de una teoría más
sintética a la que gustan llamar neofuncionalismo.

Jeffrey C. Alexander (1985: 10) ha enumerado los problemas relacionados con el


funcionalismo estructural que el neofuncionalismo debe superar, entre ellos "el
antiindividualismo", "la oposición al cambio", "el conservadurismo" y "el sesgo
antiempírico". Es por ello que se han realizado desde esta perspectiva numerosos esfuerzos
por superar estos problemas de un modo pragmático y en niveles teóricos más específicos,
como, por ejemplo, el intento de Paul Colomy de refinar la teoría de la diferenciación.

Teoría del conflicto

Al igual que los funcionalistas, los teóricos del conflicto se orientan hacia el estudio de las
estructuras y las instituciones sociales. En lo fundamental, esta teoría es poco más que una
serie de afirmaciones que se oponen radicalmente a las de los funcionalistas. El mejor
ejemplo lo constituye la obra de Ralf Dahrendorf (1958,1959), en ella se contraponen los
principios de la teoría del conflicto con los de la escuela funcionalista.4 Para los
funcionalistas la sociedad es estática o, en el mejor de los casos, se encuentra en equilibrio
móvil. Para Dahrendorf y los teóricos del conflicto cualquier sociedad está sujeta a
procesos de cambio en todo momento. Allí donde los funcionalistas subrayan el orden de la
sociedad, los teóricos del conflicto ven la presencia del conflicto en cualquier parte del
sistema social. Los funcionalistas (o al menos los primeros funcionalistas) afirman que todo
elemento de la sociedad contribuye a su estabilidad; los exponentes de la teoría del
conflicto identifican muchos elementos sociales que contribuyen a la desintegración y al
cambio.
Interaccionismo simbólico

El interaccionismo simbólico, partiendo de un método de estudio participante, capaz de dar


cuenta del sujeto, concibe lo social como el marco de la interacción simbólica de
individuos, y concibe la comunicación como el proceso social por antonomasia, a través del
cual, se constituyen simultánea y coordinadamente, los grupos y los individuos. Algunos
interaccionistas simbólicos como Herbert Blumer, Manis y Meltzer o Nikolas Rose se
esforzaron por enumerar los principios básicos de la teoría, que son los siguientes:

1. A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos están dotados de capacidad de
pensamiento.

2. La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.

3. En la interacción social las personas aprenden significados y los símbolos que les
permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.

4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar.

5. Las personas son capaces de alterar o modificar los significados y los símbolos que usan
en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la situación.

6. Las personas son capaces de introducir estas modificaciones y alteraciones debido, en


parte, a su capacidad para interactuar consigo mismas (concepto self), lo que les permite
examinar los posibles cursos de la acción, y valorar sus ventajas y desventajas relativas
para luego elegir uno.

7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.

Teoría del intercambio

El desarrollo de la teoría del intercambio tiene sus raíces en el conductismo.

El conductismo está más vinculado a la psicología, pero en sociología tiene una influencia
directa en la sociología conductista y una influencia indirecta en la teoría del intercambio.
El sociólogo conductista se ocupa de la relación entre los efectos de la conducta de un actor
sobre su entorno y su influencia sobre la conducta posterior del actor. Los conductistas se
interesan mucho por las recompensas y los costes de las acciones. Las recompensas se
definen por su capacidad de reforzar la conducta, mientras los costes reducen la
probabilidad de la conducta. En este sentido, el conductismo en general, y la idea de
recompensas y costes en particular, han influido poderosamente en la primera teoría del
intercambio.

George Homans junto a Peter Blau son los principales exponentes de la teoría del
intercambio. El núcleo de la teoría de Homans consiste en un conjunto de proposiciones
fundamentales. Aunque algunas proposiciones de Homans incluyen a dos individuos
interactuantes, tuvo la cautela de advertir que sus proposiciones se basaban en principios
psicológicos. Desarrolló varios proposiciones centrándose en distintos tipos de situaciones
de interacción y basándose en anteriores estudios de Burrhus Frederic Skinner: proposición
de éxito, proposición de estímulo, proposición del valor, proposición de la privación-
saciedad, proposición de agresión-aprobación y proposición de racionalidad.

La teoría del intercambio de Peter Blau se diferencia en distintas facetas con la de Homans,
la meta de Blau era "contribuir a una comprensión de la estructura social sobre la base de
un análisis de los procesos sociales que rigen las relaciones entre los individuos y los
grupos. La cuestión básica...es cómo se llega a organizar la vida social en estructuras cada
vez más complejas de asociaciones entre personas"(1962: 2).

Teoría de sistemas

Walter Buckley (1967) aborda una cuestión de importancia central: las ventajas de la teoría
de sistemas para la sociología. En primer lugar, dado que la teoría de sistemas se deriva de
las ciencias naturales y dado que, al menos a los ojos de sus exponentes, es aplicable a
todas las ciencias sociales y conductistas, ofrece un vocabulario que las unifica. En segundo
lugar, la teoría de sistemas incluye varios niveles de análisis y puede aplicarse igualmente a
los aspectos macro más objetivos y a los aspectos micro más subjetivos de la vida social.
En tercer lugar, la teoría de sistemas se interesa por las diversas relaciones entre los
numerosos aspectos del mundo social, y por tanto, milita contra los análisis parciales del
mundo social.

Los teóricos de sistemas rechazan la idea de que la sociedad o sus grandes componentes
deben analizarse como hechos sociales unificados. El objeto del análisis debe de ser, en
cambio, las relaciones o procesos en los diversos niveles del sistema social.

Etnometodología

La etnometodología es una corriente sociológica surgida en los años sesenta a través de los
trabajos de Harold Garfinkel.

La etnometodología se basa en el supuesto de que todos los seres humanos tienen un


sentido práctico con el cual adecúan las normas de acuerdo con una racionalidad práctica
que utilizan en la vida cotidiana. En términos más sencillos, se trata de una perspectiva
sociológica que toma en cuenta los métodos que los seres humanos utilizan en su vida
diaria para levantarse, ir al trabajo, tomar decisiones, entablar una conversación con los
otros.

Dinámica Social

Se entiende como un dinamismo social el fluir de las costumbres y creencias de una


sociedad. El cambio se evidencia a través de las interacciones de cada persona con el resto
social y como el conjunto afecta al individuo, marcando un comportamiento de
comunicación global de sujetos relacionados entre sí. Las formas y convenciones de la
dinámica social están marcadas por la historia y sujetas, por tanto, a un cambio permanente.

La interacción social resultante de la dinámica, expresa grados sociales, estableciendo


campos de acción que se expresan mediante la diferenciación del status quo social. En la
interacción social, habría primero que establecer la capa o campo social sobre el que se va a
observar a los individuos y cómo éstos influyen mutuamente y adaptan su comportamiento
frente a los demás. Cada individuo va formando su identidad específica en la interacción
con los demás miembros de su campo social en la que tiene que acreditarse.

1. ORÍGENES La palabra Sociología fue creada por Augusto Comte en  1839, al unir dos
palabras: socius (sociedad en latín) y logia (ciencia o estudio profundo - serio, en griego),
es decir, etimológicamente Sociología quiere decir estudio de la sociedad en un nivel
elevado. Pero la Sociología ha evolucionado y las definiciones  dadas también, han tratado
de precisar o delimitar con mayor concreción lo que se considera que es la sociología es la
ciencia que estudia al hombre en sus relaciones con los otros.

2. FUNDADORES El que lleva a descubrir las leyes del desarrollo social es 


Montesquieu, es cierto que el tema es el análisis de las instituciones políticas, pero la
perspectiva con la que lo encaraba ya era Sociología. Para Montesquieu las instituciones
políticas dependen del tipo de estado y éste del tipo de sociedad. Por esto es que no hay
ningún tipo de régimen político universalmente aceptable: cada sociedad debía construir el
suyo. Piensa que es posible construir una tipología de sociedades, basada en la experiencia
histórica, y ordenada en una sucesión temporal de progresiva complejidad. Este desarrollo
produce cambios en las estructuras económicas y sociales y provoca modificaciones en el
Estado.

3. Nisbet ha señalado que las cinco ideas-elementos esenciales  de la sociología, ellas son:
comunidad, autoridad, lo sagrado, status y alineación. Pero es posible dar un paso más que
el mero listado de ideas-fuerza: la Sociología clásica obtiene también del pensamiento
tradicionalista una serie de proposiciones entrelazadas acerca de la sociedad. El tema
central es el orden social, el equilibrio. El pensamiento de Saint-Simon está plagado de
tensiones  internas que pueden ofrecer una alternativa revolucionaria o conservadora. En
su obra se fusionan elementos progresivos y conservadores. El sistema estaba gobernado
por una elite integrada por científico, esta elite aseguraba la unidad orgánica de la sociedad.

4. La autonomía de la Sociología será finalmente fundada por  Comte, incorporando la


evolución y el progreso. Estudio en dos dimensiones: Estática Social ( análisis de sus
condiciones de existencia, de su orden); Dinámica Social (análisis de su movimiento, de
progreso). Spencer fue mucho más positivista. Para el no existían diferencias 
metodológicas en el estudio de la naturaleza y de la sociedad. Las leyes de la evolución
propuestas en la biología eran válidas. Era individualista, toma de Darwin el principio de la
supervivencia. La Sociología es un fruto tardío en Alemania, con relación a Francia. 
Surge la distinción entre Razón Pura y Razón Práctica, lo  material, puede ser conocido; lo
cultural sólo puede ser intuido. Los hechos históricos son únicos e irrepetibles. (Durkheim
y Weber los analizo después). 
5. OBJETO DE ESTUDIO DE LA SOCIOLOGÍA La Sociología es una de las ciencias
sociales, su objeto  primordial de estudio es la sociedad humana y, mas concretamente, las
diversas colectividades, asociaciones, grupos e instituciones sociales que los hombres
forman. como cualquier otro ser vivo, el hombre solo puede existir cuando esta inmerso en
su propia especie, en y a través de ella. La Sociología aparece como aquella rama del 
conocimiento cuyo objeto es la dimensión social de lo humano, el nivel de la realidad
relacionada con su innata sociabilidad. su objeto es el ser humano en tanto que animal
social.

6. FUNCIÓN DE LA SOCIOLOGÍA La función de la sociología no solo consiste en


descubrir  las causas y los hechos sociales, como señala Comte sino también mostrar la
función de tales hechos en la vida social .esta correspondencia entre lo hecho estudiado y
las NECESIDADES DEL HOMBRE.

7. EVOLUCIÓN SOCIAL Se entiende como un dinamismo social el fluir de las


costumbres y  creencias de una sociedad. El cambio se evidencia a través de las
interacciones de cada persona con el resto social y como el conjunto afecta al individuo,
marcando un comportamiento de comunicación global de sujetos relacionados entre sí. Las
formas y convenciones de la dinámica social están marcadas por la historia y sujetas, por
tanto, a un cambio permanente. La interacción social resultante de la dinámica, expresa
grados  sociales, estableciendo campos de acción que se expresan mediante la
diferenciación del statu quo social. En la interacción social, habría primero que establecer
la capa o campo social sobre el que se va a observar a los individuos y como estos influyen
mutuamente y adaptan su comportamiento frente a los demás. Cada individuo va formando
su identidad específica en la interacción con los demás miembros de su campo social en la
que tiene que acreditarse.

8. La Sociología es una CIENCIA SOCIAL que se dedica al estudio de la sociedad y los


fenómenos de la misma. Es una ciencia relativamente nueva que se desarrolló a mediados
del siglo XIX. Es también la rama del conocimiento que hace de las relaciones humanas su
objeto, aplicando de modo sistemático la razón y la observación e integrando explicación
teórica y verificación empírica.

9. IMPORTANCIA DE LA SOCIOLOGÍA Los sociólogos consideran que la Sociología


debe verse  como un esfuerzo de cuestionar lo obvio, el sentido común, superar las
opiniones personales y analizar los problemas de manera objetiva y crítica. La Sociología
debe permitir a las personas pasar de las explicaciones sensoriales inmediatas propias de la
vida cotidiana a cuestionamientos más profundos sobre varios fenómenos sociales tales
como: la pobreza, la delincuencia, el desarrollo, subdesarrollo, huelgas y guerras, entre
otros. Fenómenos sobre los cuales las personas casi siempre tienen una opinión muy
personal e intuitiva.

10. La Sociología como ciencia, se encuentra en relación  directa con la actividad práctica,
al intervenir en la solución de los problemas inmediatos y en la formulación de planes que
busquen mejorar las condiciones de vida de los habitantes del mundo entero. En el presente
siglo la Sociología es de importancia vital  para todas aquellas personas, que por la
naturaleza de su profesión, necesitan manejar o al menos poseer conocimientos de esta
ciencia; así tenemos que resulta de mucha ayuda para el maestro, para el jurista, el médico,
al estadista, al trabajador social y al hombre de negocios

11. CARACTERÍSTICAS 1.- La Sociología está íntimamente ligada a muchas de las


Ciencias Sociales, entre las cuales tenemos: la Economía, Psicología, Historia,
Antropología, Ciencia Política, Educación Moral y Cívica. 2.- De igual forma encontramos
que los sociólogos especializados orientan su enfoque a un aspecto particular del fenómeno
social

12. ELEMENTOS 1.- Es la ciencia que estudia las diferentes formas de organización social
y de las relaciones e instituciones sociales ahí surgidas, con la finalidad de elaborar las
leyes del desarrollo social que conforman una sociedad, veremos que los grupos sociales y
las instituciones ocupan un lugar primordial, los hombres, sin embargo se encuentran
divididos jerárquicamente, es decir, dentro de una cierta estratificación, pero tienen cierta
movilidad social.

13. CLASIFICACIÓN ESTA SE CLASIFICA EN LAS SIGUIENTES RAMAS: 1.-


SOCIOLOGÍA PURA. 2.- SOCIOLOGÍA GENERAL. 3.- SOCIOLOGÍA APLICADA.

14. LA SOCIOLOGÍA COMO CIENCIA La Sociología tiene como objeto de estudio al


hombre; a la  sociedad humana, estructurada mediante el conglomerado de individuos que
entran en constante interacción: de producción, de comunicación, de comprensión, de
solidaridad, de división del trabajo, de sumisión, etc.… El objeto de estudio de la
Sociología no termina en el análisis de la realidad social, o sea que la Sociología se
proyecta más y más como una de las ciencias determinantes en la transformación y
mejoramiento social. Concluyendo, podemos enunciar que las características de la
Sociología como ciencia son:

15. 1) Tiene objeto de estudio - El Hombre  2) Tiene campo de estudio - La Sociedad  3)


Tiene sus propios métodos y Técnicas para  comprobar los hechos sociales. 4) Cumple
con el sentido básico del que el vocablo  quot;SCIENTIAquot; expresa, saber objetivo y
racional de la realidad. 5) Cumple las condiciones mínimas de  empirismo, teoría, apertura
y neutralidad ética que a toda ciencia se exigen

16. LA SOCIOLOGÍA EN RELACIÓN CON OTRAS CIENCIAS Esta ciencia se


relaciona de acuerdo a las clasificaciones que se expongan fundamentalmente en la
observación y la comparación con:

17. 3.- SOCIOLOGÍA CON 1.- SOCIOLOGÍA DERECHO CON LA ECONOMÍA 2.-
SOCIOLOGÍA 4.- SOCIOLOGÍA CON LA HISTORIA CON LA PSICOLOGIA

18. 5.- SOCIOLOGÍA CON LA POLÍTICA 7.- SOCIOLOGÍA CON 6.- SOCIOLOGÍA
ANTROPOLOGÍA CON LA DEMOGRAFÍA
19. SOCIOLOGÍA CON LA ECONOMÍA Dentro del sistema de la Economía. Es la
ciencia de las leyes de la producción social y de la distribución de los bienes en las
relaciones sociales, la Economía solo estudia las relaciones económicas, materiales, las
relaciones de producción y las leyes que la rigen, dejando a un lado la investigación de las
manifestaciones sociales en estas relaciones y la representación de ellas en la conciencia
social.

20. SOCIOLOGÍA CON LA HISTORIA La sociología explica las leyes generales que
describen la evolución humana y sirven como método para la investigación histórica. Así,
por ejemplo, la Sociología establece la doctrina general de que las formas de gobierno
dependen de las formas económicas, el historiador debe buscar y encontrar en cada época
relaciones específicas y mostrar su expresión concreta. La historia a su vez facilita material
para llegar a conclusiones en Sociología y elaborar generalizaciones sociológicas.

21. El derecho es un hecho social que actúa como una fuerza social moldeándolas bien e
interviniendo en ellas como auxiliar o guía según los intereses y valores de cada sociedad.

22. SOCIOLOGÍA Y PSICOLOGÍA Esta basada en la Sociología General pudiera ser


confundida con la Sociología pura, pero, a diferencia de esta última no busca causas o
principios, sino la descripción del fenómeno social en sus líneas generales, con exclusión
de rasgos particulares diferenciales. La Sociología especializada circunscribe su enfoque a
un aspecto particular del fenómeno social. Así la Sociología de la Educación se ocupa de la
función que desempeña la educación en los agregados sociales y de la influencia recíproca
que existe entre ella y otras instituciones de la sociedad. La Sociología del derecho estudia
la relación que existe entre las instituciones jurídicas y las características sociales de una
época o lugar determinado. Y por el estilo otras como la Sociología rural, la Sociología del
arte, etc.|

23. SOCIOLOGÍA Y POLÍTICA Permite conocer la forma en que ejerce el poder, como
los hombres dirigen a otros en todas las sociedades, con el fin de que cada una de ellas
alcance las metas que se ha propuesto. Por eso estudia en las diferentes sociedades, como
los hombres eligen a sus dirigentes, como los ciudadanos participan individualmente y en
grupo en dirección de la sociedad

24. SOCIOLOGÍA Y DEMOGRAFÍA Auxiliándose de los censos y estadísticas, nos 


ayudan a entender al distribución del hombre sobre la tierra; el crecimiento de la población;
el desplazamiento de los núcleos humanos, las causas que lo provocan y sus consecuencias.
Como ciencia social, nos proporciona datos  acerca de la repercusión que tienen los
componentes del medio físico.

25. SOCIOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA La ciencia que estudia al hombre y su evolución.


Este  estudio se basa en las características y consecuencias físicas del hombre. Existen dos
tipos de antropología; social y física. La  antropología social y cultural estudia al hombre
y su evolución, y está muy unida a la sociología. La antropología física se relaciona con las
ciencias naturales. Ambas emplean el término “cultura” : Comportamiento  común
aprendido en comunidad, o bien, conjunto de signos comunes a un pueblo determinado, (de
éstos signos el más importante es el lenguaje). Esto quiere decir que cada pueblo tiene sus
propias reglas de juego en su sociedad; socialización-marginalidad.

I. SOCIOLOGÍA

1. Definición

Estudio de los fenómenos socioculturales que surgen de la interacción entre los individuos
y entre los individuos y el medio. Ciencia que estudia el desarrollo, la estructura y la
función de la sociedad. Otras disciplinas de las ciencias sociales (economía, ciencias
políticas, antropología y psicología) también estudian temas que caen dentro del ámbito de
la sociología. Los sociólogos estudian las formas en que las estructuras sociales, las
instituciones (clase social, familia, comunidad y poder) y los problemas sociales (delito)
influyen en la sociedad.

La sociología se basa en la idea de que los seres humanos no actúan en base a sus propias
decisiones individuales, sino de acuerdo con influencias culturales e históricas y según los
deseos y expectativas de la comunidad en la que se encuentran. Así, el concepto básico de
sociología es la interacción social o la respuesta entre individuos, ya que esta interacción es
el punto de partida para cualquier relación en una sociedad. Los sociólogos que estudian los
detalles de las interacciones de la vida cotidiana reciben el nombre de microsociólogos y
los que se ocupan de los patrones de relación entre sectores sociales más amplios (el
Estado, la economía e incluso las relaciones internacionales) reciben el nombre de
macrosociólogos.

Las distintas escuelas sociológicas insisten y ponen de relieve en grado diverso los factores
relacionados, algunos subrayando las relaciones mismas, tales como la interacción, la
asociación; otras destacan a los seres humanos en sus relaciones sociales, concentrando su
atención sobre el "socius" en sus diversos papeles y funciones.

Se reconoce que los métodos de la sociología pueden ser estrictamente científicos y que las
generalizaciones comprobadas que constituyen la característica inequívoca de la verdadera
ciencia ha venido siendo cimentada en una extensa y concienzuda observación y análisis de
las reiteradas uniformidades que se manifiestan en la conducta del grupo.

Giddings,en sus "Principles of Sociology", escribe: "La unidad de investigación en


sociología es el "socius", es decir, el individuo que no es solamente una animal y un
espíritu consciente, sino también un compañero, un aprendiz, un maestro, un colaborador.
La sociología estudia la naturaleza del "socius", sus costumbres y sus actividades"

2. Historia

El término sociología fue creado por Comté para designar la "ciencia positiva" de

los hechos sociales, basada en la observación de los fenómeno y encaminada a la


determinación de sus interconexiones estables (las llamadas leyes). Para subrayar el
carácter científico de la nueva disciplina, Comte la designó también como "física social" y
la dividió, según el modelo de la física propiamente dicha, en estática - que tiene por objeto
el estudio de las condiciones de equilibrio ("orden")- y dinámica -o ciencia de las leyes de
la transformación ("progreso") de la sociedad.

No se puede negar que la historia del pensamiento occidental ofrece ejemplos anteriores de
investigación de los hechos sociales, desde Aristóteles a Maquiavelo. Pero, sin embargo, es
evidente que el propósito metodológico de observar los fenómenos sociales y de
individualizar las leyes que lo gobiernan nace de una actitud mental sólo posible en el
ámbito de la cultura positivista. Por otra parte, es muy significativo el hecho de que en el
pensamiento prepositivista la "filosofía social" había prevalecido ampliamente sobre la
observación de los modos reales de la convivencia humana. Según Comte también la
sociología había acrecentado los poderes del hombre, poniéndolo en condiciones de dar un
sólido fundamento a la organización de la sociedad (sociocracia) y de preparar el
advenimiento de una nueva sociedad.

En Francia con Durkheim, y en Alemania, con Weber, la sociología se había decidido,


desde principios de siglo, por investigaciones claramente delimitadas y realizó nuevas
aportaciones sobre las características antropológicas de algunos grupos humanos (partidos
políticos, grupos profesionales, estratos sociales, población urbana y población rural, etc).
El ejemplo dado por tales trabajos y la obra de clarificación metodológica de otros
estudiosos (Simmel, Scheler, Von Wiese,etc) tuvieron, junto con el perfeccionamiento
progresivo de las técnicas de observación y de experimentación, una importancia
determinante en el desarrollo de la sociología. Las distintas escuelas sociológicas se han
diferenciado por las orientaciones ideológico - filosóficas dadas a la investigación. El
marxismo, psicoanálisis y el estructuralismo han incidido profundamente en la evolución de
la problemática sociológica, incluso en ambientes (como el americano) hostiles a las guías
ideológicas.

Entre las corrientes metodológicas destacan: la psicología, que tiende a reducir la


sociología a la psicología social (Cooley,H.Cary, W.G.Summer, Giddings,..); la
nominalista, que investiga, bajo la influencia de la sociología alemana, la tipología formal
de las relaciones interindividuales ( sociológos de la "escuela de Chicago"); la
conductista,que destaca el condicionamiento social de los comportamientos
individuales(Mead,R.Benedict,R.Linton,..); la antropológico-cultural, que ha realizado
notables aportaciones ene el estudio de las tensiones raciales y de la estratificación de clase
característica de la sociedad norteamericana (Lowill, A.L.Kroeber;..)

3. Los fundadores.

El que lleva a descubrir leyes del desarrollo social es Montesquieu, es cierto que el tema es
el análisis de las instituciones políticas, pero la perspectiva con la que lo encaraba ya era
sociología. Para Montesquieu las instituciones políticas dependen del tipo de estado y éste
del tipo de sociedad. Por esto es que no hay ningún tipo de régimen político universalmente
aceptable: cada sociedad debía construir el suyo. Piensa que es posible construir una
tipología de sociedades, basada en la experiencia histórica, y ordenada en una sucesión
temporal de progresiva complejidad. Este desarrollo produce cambios en las estructuras
económicas y sociales y provoca modificaciones en el Estado. Lo que cambia son las
formas de solidaridad entre los individuos caracterizadas por una compleja división de
trabajo. Surge así la reacción antiiluminista, uno de los eslabones importantes de la
sociología.

Nisbet ha señalado que las cinco ideas-elementos esenciales de la sociología, ellas son:
comunidad, autoridad, lo sagrado, status y alineación. Pero es posible dar un paso más que
el mero listado de ideas-fuerza: la sociología clásica obtiene también del pensamiento
tradicionalista una serie de proposiciones entrelazadas acerca de la sociedad. El tema
central es el orden social, el equilibrio.

El pensamiento de Saint-Simon está plagado de tensiones internas que pueden ofrecer una
alternativa revolucionaria o conservadora. En su obra se fusionan elementos progresivos y
conservadores. El sistema estaba gobernado por una elite integrada por científico, esta elite
aseguraba la unidad orgánica de la sociedad.

Las consecuencias sociales de la industrialización comenzaban a notarse y la lucha de


clases sacudía al país. La autonomía de la sociología será finalmente fundada por Comte,
incorporando la evolución y el progreso. Estudio en dos dimensiones: Estática Social
(análisis de sus condiciones de existencia, de su orden); Dinámica Social (análisis de su
movimiento, de progreso).

Spencer fue mucho más positivista. Para el no existían diferencias metodológicas en el


estudio de la naturaleza y de la sociedad. Las leyes de la evolución propuestas en la
biología eran válidas. Era individualista, toma de Darwin el principio de la supervivencia.

La sociología es un fruto tardío en Alemania, con relación a Francia.

Surge la distinción entre Razón Pura y Razón Práctica, lo material, puede ser conocido; lo
cultural sólo puede ser intuido. Los hechos históricos son únicos e irrepetibles.

(Durkheim y Weber los analizo después)

4.Áreas de la sociología.

Durante mucho tiempo se ha identificado la sociología con una amplia reconstrucción


evolutiva del cambio histórico en las sociedades occidentales y con el estudio de las
relaciones e interdependencias entre instituciones y aspectos de la vida social (economía,
Estado, familia, religión, etc.). Por esta razón, se consideraba a la sociología como una
disciplina sintetizadora que intentaba integrar los resultados de otras ciencias sociales.
Aunque estos conceptos sobre el ámbito y el enfoque de la sociología siguen siendo
válidos, actualmente se tiende a considerarlos como una parte de la teoría sociológica, que a
su vez sólo es un área de la ciencia de la sociología.

La teoría sociológica también engloba el estudio y el análisis de conceptos básicos comunes


a todas las esferas de la vida social estudiadas por los sociólogos. El énfasis puesto en las
investigaciones empíricas, realizadas con métodos de investigación estandarizados y a
menudo estadísticos, desvió la atención de los sociólogos de la visión abstracta de los
estudiosos del siglo XIX hacia áreas más concretas de la realidad social. Estas áreas se
convirtieron en subáreas y especialidades de la sociología y hoy día son objeto de estudio
en cursos académicos, libros y revistas especializadas. Gran parte del trabajo de
investigación de los sociólogos se refiere a alguna de las múltiples subáreas en las que está
dividida la disciplina. La mayoría de las subáreas comparten los mismos conceptos básicos
y técnicas de investigación. Por esta razón, la teoría sociológica y los métodos de
investigación son dos asignaturas obligatorias para cualquier sociólogo.

5. Subáreas.

Las subáreas más antiguas de la sociología son aquéllas que estudian los fenómenos
sociales que no han sido todavía considerados como objeto de estudio por otras ciencias
sociales, como, por ejemplo, el matrimonio y la familia, la desigualdad social, la
estratificación social, las relaciones étnicas, las conductas 'desviadas', las comunidades
urbanas y las organizaciones formales. Subáreas de origen más reciente son la gerontología,
la sociología del sexo y los roles de género.

Dado que prácticamente toda actividad humana implica una relación social, otra de las
áreas importantes de especialización de la sociología es el estudio de la estructura social de
áreas de actividad humana, que engloba la sociología de la política, el derecho, la religión,
la educación, el ejército, las ocupaciones y las profesiones, las burocracias, la industria, las
artes, las ciencias, el lenguaje (o sociolingüística), la medicina, los medios de comunicación
y los deportes. Estas subáreas difieren de modo considerable en cuanto a volumen de
investigación y número de adeptos. Algunas áreas (como la sociología del deporte) son de
origen reciente, mientras que otras (como la sociología de la religión y del derecho) tienen
sus raíces en los primeros estudios sociológicos. Algunas subáreas de escasa popularidad
han sido incorporadas a otras más amplias. La sociología industrial, por ejemplo, fue un
área floreciente en Estados Unidos en las décadas de 1930 y 1940, para ser después
absorbida por el estudio de las organizaciones complejas. En Gran Bretaña, sin embargo, la
sociología industrial se ha mantenido como un área independiente de investigación. Un
fenómeno sociológico más habitual es la división de una subárea en subdivisiones. Así, por
ejemplo, la sociología del conocimiento se ha dividido en campos sobre la ciencia, el arte,
la literatura, la cultura popular y el lenguaje.

Dos subáreas (demografía y criminología) ya eran áreas independientes mucho antes de que
existiera la disciplina formal de la sociología. Antiguamente se las solía asociar a otras
disciplinas. En algunos países la demografía (ciencia que estudia el tamaño, el crecimiento
y la distribución de la población) está estrechamente ligada a la economía, pero en algunos
países occidentales se la considera una subdivisión de la sociología, mientras que otros le
consideran propio de la geografía humana. En las últimas décadas, la criminología cada vez
se ha ido relacionando más con el estudio de las desviaciones (cualquier forma de conducta
diferente a la considerada normal o a la aceptable desde el punto de vista social) y de sus
formas no delictivas de conducta.

6. Áreas interdisciplinarias.
La subárea interdisciplinaria más antigua de la sociología es la psicología social. A menudo
ha sido considerada una disciplina independiente que atraía a estudiosos tanto de la
sociología como de la psicología. Mientras que los sociólogos estudian principalmente
normas, roles, instituciones sociales y estructuras de grupo, los psicólogos sociales se
concentran en su impacto sobre la personalidad del individuo. Los psicólogos sociales
formados en sociología han estudiado las interacciones en pequeños grupos informales, la
distribución de creencias y actitudes en la población, y la formación del carácter y de las
aspiraciones bajo la influencia de la familia, el colegio, las amistades y demás instituciones
socializantes. Las ideas psicoanalíticas derivadas del trabajo de Sigmund Freud y de otros
psicoanalistas posteriores también han tenido su influencia en el área de la psicología
social.

La sociología histórica comparada, fuertemente determinada por las ideas de Marx y


Weber, ha tenido un gran crecimiento en los últimos años. Muchos historiadores se han
guiado por conceptos procedentes de la sociología al tiempo que algunos sociólogos han
realizado estudios de historia comparada a gran escala. Las barreras, antaño claras, entre
historia y sociología han desaparecido, sobre todo en áreas como la historia social, el
cambio demográfico, el desarrollo económico y político, la sociología de las revoluciones y
los movimientos de protesta.

7. Tendencias recientes de la sociología

 El método de análisis dominante, el funcionalismo, ha sido objeto de críticas sistemáticas


y su influencia ha decrecido.

 Han surgido varias corrientes, que basadas en la psicología social de Mead, coinciden en
subrayar la importancia de la comunicación simbólica y la interacción individuale en la
vida social ( sociología de la comunicación),abandonando así los planteamientos
macrosociológicos anteriores.

 La sociología histórica ha experimentado una considerable renovación. Paralelamente al


declive de teorías mecanicistas sobre el desarrollo ( en Economía) y la modernización (en
Sociología, nuevos estudios sobre temas históricos han producido obras notables en el
terreno de la historia social(E. Hobesbawm, E. P.Thompson, etc) y de la sociología
histórica (Barrrinton Moore, C. Tilly,etc); influyéndose mutuamente;los estudios sobre
movimientos sociales aparecen como el terreno por excelencia de este análisis
pluridisciplinar en el que también confluyen la antropología y la psicología social.

 La teoría crítica de la sociedad, originada en los estudios de Escuela de Frankfurt


(Adorno,Horkheimer,etc) ha producido nuevos trabajos (
Habermars,A.Wellmer,T.Schroyer,etc), pero está siendo desbordada gradualmente por una
sociología radical que parte de una crítica de una sociología convencional en su totalidad y
de la profesión misma de sociólogo; esta sociología radical tiene sus raíces en los
acontecimientos del Mayo francés del 68.
 Gran numero de sociólogos han participado en trabajos de estudios urbanos, renaciendo
en ciertos lugares, especialmente en Francia,la "sociología urbana".

 En el campo de la sociología política, y debido sobre todo a la contribución de


R.Miliband y N.Poulantzas, se ha profundizado en los estudios sobre el Estado capitalista.

II.EMIL DURKHEIM

Emil Durkheim (1858-1917), de origen judío, fue profesor de filosofía, campo desde el que
accedió al estudio de lo social, contribuyendo notablemente a la consolidación de la
sociología como disciplina independiente. Recoge las aportaciones de sus antecesores, ya
sea para apoyarlas o para refutarlas, siguiendo la línea positivista iniciada por Comte.

1. Durkheim:"Las reglas del método sociológico"

En Las reglas del método sociológico pone en práctica la tarea que considera que debe ser
la principal de todos los teóricos de la sociedad de su época si quieren avanzar en su
conocimiento de los fenómenos sociales: dotar a sus estudios de un método científico
propio. Esto permitirá a la sociología constituirse como una ciencia autónoma, de manera
análoga a lo sucedido en el campo de las ciencias naturales, establecidas en siglos
precedentes.

Su labor va a ser, con respecto a la sociología, muy parecida, como él mismo dice, a la
realizada por Descartes con respecto a las ciencias naturales: eliminar los prejuicios
morales, religiosos o psicológicos, de tal modo que los elementos de estudio- la sociedad y
sus componentes- puedan ser analizados y entendidos como cosas, como objetos
independientes de instancias psicológicas o divinas. Para ello habrá de enfrentarse a la
tendencia de los sociólogos de su época a implicarse en el objeto de estudio por cuestiones
morales, políticas, etc., y a asumir nociones precientíficas, comunes sin un análisis crítico.
Valora muy positivamente las aportaciones de Comte y Spencer en contra de esta extendida
actitud, pero considera que ni siquiera sus teorías lograron evitar ese tipo de injerencias por
parte de otros campos, como la filosofía o la historia.

La función que otorga Durkheim a la ciencia social es esencialmente conservadora: en


medio de las convulsiones sociales de su tiempo, la ciencia social debía dedicarse a
comprender la sociedad buscando lo permanente en medio del cambio, es decir, relaciones
causales y fenómenos regulares, para así establecer leyes que permitieran predecir los
procesos de cambio y fortalecer los vínculos sociales (instituciones y creencias).

En el texto se explica, precisamente, la piedra angular de su método sociológico, la clave


para que éste consiga los objetivos que Durkheim marca: tratar los fenómenos sociales
como objetos.

Texto:
“Consideramos los hechos sociales como cosas, pero como cosas sociales. El tercer rasgo
característico de nuestro método es el de ser exclusivamente sociológico. Con frecuencia
ha parecido que estos fenómenos, a causa de su gran complejidad, o bien eran refractarios
a la ciencia, o bien no podían entrar en ella más que reducidos a sus condiciones
elementales, sean físicas, sean orgánicas, es decir, despojados de su naturaleza propia.
Nos hemos dedicado, por el contrario, a establecer que era posible tratarlos
científicamente sin quitarles nada de sus caracteres específicos. Incluso nos hemos negado
a identificar esta inmaterialidad sui generis que los caracteriza con la ya compleja de los
fenómenos psicológicos; con mayor razón nos hemos prohibido subsumirla, como la
escuela italiana, en las propiedades generales de la materia organizada. Hemos hecho ver
que un hecho social sólo se puede explicar por otro hecho social y al mismo tiempo hemos
mostrado cómo es posible este tipo de explicación, señalando el medio social interno como
el motor principal de la evolución colectiva. Por lo tanto, la sociología no es aneja de
ninguna otra ciencia; es ella en sí misma una ciencia distinta y autónoma; el sentimiento
de los que tiene de especial la realidad social es incluso tan necesario al sociólogo que
sólo una cultura especialmente sociológica puede preparar para la comprensión de los
hechos sociales.”

En el texto se aprecia el motivo de la importancia que otorga Durkheim a la definición del


hecho social: que existe un paralelismo entre la institución de la sociología como una
ciencia y la consideración del hecho social como una cosa, entre método y objeto.

En el texto hay una alusión a la autonomía tanto de los hechos sociales como de la propia
sociología.

La independencia del hecho social hay que entenderla en dos sentidos: con respecto al
observador y con respecto a otro tipo de fenómenos. A esto es a lo que alude Durkheim
cuando dice que “[...]estos fenómenos, a causa de su gran complejidad, o bien eran
refractarios a la ciencia, o bien no podían entrar en ella más que reducidos a sus
condiciones elementales [...]”.

Lo primero, la posibilidad de separar a la sociedad del científico que la estudia, es una


reivindicación de Durkheim en contra, por un lado, del moralismo que considera indigno
considerar las sociedades, formadas por relaciones humanas, como un objeto semejante a
los objetos naturales; y, por otro, de la estrecha vinculación de las escuelas sociológicas con
intereses de clase, expresados por medio de partidos políticos. Ambas cosas impedían,
según Durkheim, el avance de la sociología, que se perdía en meras especulaciones. Esto
era debido a que, dadas ambas tendencias, la observación empírica era casi inexistente o, en
caso de existir, se realizaba como colofón, como demostración de una teoría preconcebida y
nunca como base para desarrollarla. Por todo ello, Durkheim va a empeñarse en demostrar
que sí puede hacerse ciencia sobre la sociedad: del mismo modo que, en siglos pasados,
muchos se habían resistido a cosificar y cuantificar los fenómenos naturales por
considerarlos imbuidos de una esencia propia o bien por su condición de obra divina, ahora
muchos se resistirán a tratar los productos de la acción humana como entes diferenciados
totalmente de este. El único motivo de esta resistencia son los prejuicios, e igual que hizo
falta en su momento una determinada cultura científica que eliminara las barreras y
permitiera dar luz a nuevos descubrimientos, ahora hace falta una cultura sociológica. Y los
que deben encomendarse a esa tarea son los sociólogos, quienes, fijándose en la parte
observable y cuantificable de los fenómenos sociales- pues en ningún momento niega la
complejidad y profundidad especiales de estos fenómenos, sino tan sólo la posibilidad de
acceder a ellas directamente- poco a poco establecerán características externas, relaciones,
leyes... que servirán de abono para los descubrimientos verdaderamente relevantes, tal y
como ha ocurrido con el resto de las ciencias.

La segunda de las observaciones de Durkheim va dirigida contra otra de las tendencias que
también hace peligrar la constitución de la sociología como ciencia autónoma: la de
estudiar los fenómenos sociales desde el paradigma de otras ciencias, entendiendo que el
hecho social no es sino una manifestación más compleja de otro tipo de hechos
(psicológicos o físicos, sobre todo). Este es el caso de Comte y sus epígonos, que
analizaban los hechos sociales desde el marco conceptual de la física, dando forma a lo que
denominaban la “física social”. Y también hacen lo mismo quienes pretenden que los
hechos sociales son simplemente proyecciones externas de fenómenos psicológicos, y las
sociedades yuxtaposición de individuos singulares. Es sobre todo contra el psicologicismo
en sociología contra lo que batalla Durkheim al caracterizar el hecho social. Por un lado, la
inmaterialidad que caracteriza tanto a ciertos fenómenos sociales (como creencias,
corrientes de opinión...) como a los fenómenos psicológicos no es suficiente para
establecerlos dentro de un mismo tipo de fenómenos, ya que los hechos sociales poseen,
además, otras características incompatibles con la interioridad e individualidad de lo
psicológico: no son un producto de una entidad psicológica individual, de una mente, ya
que no pueden ser modificados a voluntad por ella; son coercitivos, ya que ejercen una
presión social (que puede convertirse, finalmente, en una presión psicológica) sobre el
individuo, existen castigos inherentes a su cumplimiento, sean regulados conforme a
derecho o no. Así, los fenómenos sociales no son hechos psicológicos generalizados sino
que, muy al contrario, son generales precisamente por su condición de hechos sociales.
Además son producto de y afectan a una colectividad, un grupo social, lo que supone un
impedimento más para identificarlos con los hechos psicológicos, individuales.

Todo esta reflexión acerca de la naturaleza del hecho social permite a Durkheim afirmar la
necesidad inequívoca de una ciencia nueva y autónoma que estudie los fenómenos sociales
con todas sus características, para lo que es preciso elaborar un método científico específico
para ella. Este método debe basarse principalmente en la observación empírica del carácter
externo de los hechos sociales, de su manifestación externa y visible, para, posteriormente,
elaborar enunciados científicos que expresen de forma concisa los datos recopilados.
Durkheim aspira fundamentalmente a la elaboración de leyes que expresen las
regularidades y las relaciones causales halladas en los hechos sociales, para así poder
predecir los cambios y controlar su evolución.

Durkheim confía excesivamente en los éxitos del método científico y también en la


posibilidad de trasplantarlo al estudio de las sociedades. Era preciso, efectivamente,
eliminar los prejuicios que existían con respecto al tratamiento de lo social como objeto de
estudio. Cuando albergamos dudas, incluso, de que los procedimientos de las ciencias
llamadas “duras” nos permitan un conocimiento objetivo y no interesado de la realidad
física, no podemos sino dudar aún más cuando el objeto de estudio y los resultados de las
investigaciones implican a toda una sociedad y a los grupos sociales que la integran, que
son, al mismo tiempo, los que forman el entramado de relaciones que permite el ejercicio
mismo de la investigación sociológica. El sociólogo necesita de un complejo sistema de
relaciones institucionales (y no institucionales) en el que se apoya y parte de un sistema
valorativo previo, es inevitable que sus aportaciones estén comprometidas en mayor o
menor medida con una determinada visión de la sociedad que se dispone a estudiar.

2. Durkheim: el problema del orden

Abarca el duro periodo de consolidación y crisis de la Tercera República francesa, en la


política de los liberales. Asume una misión: colaborar en la consolidación de un orden
moral que diera a la nación francesa la estabilidad del antiguo régimen, pero fundada sobre
otras bases.

Durkheim señala que la felicidad del ser humano sólo es posible si éste no exige más de lo
que le puede ser acordado. Los límites no deben buscarse ni en su constitución orgánica, ni
psicológica. El hombre se plantea fines inaccesibles y así cae en la decepción, tiene que
conseguir que sus pasiones sean contenidas hasta detenerse en un límite que sea reconocido
como justo, ese límite debe ser impuesto por un poder moral que esté fuera de ellos
mismos, una autoridad que respeten. Únicamente la sociedad está en condiciones de
desempeñar ese papel moderador (ella es el único poder moral superior al individuo y cuya
superioridad es aceptada por éste).

El Orden Moral es equivalente al Orden Social. Se expresa como sistema de normas que se
constituyen en Instituciones. La sociología es el análisis de las instituciones, de la relación
de los individuos con ellas. Dice que la sociedad está por encima del individuo y permite
explicar la forma en que los individuos se asocian entre si; el análisis de los tipos de
solidaridad que se dan entre ellos. Durkheim reconoce dos tipos de solidaridad: La
solidaridad mecánica: está vinculado a las formas más primitivas, la conexión entre los
individuos se obtiene de su escasa diferenciación. Es una solidaridad construida a partir de
las semejanzas, y de la poca existencia de posibilidades de conflicto. La solidaridad
orgánica (propia del Industrialismo): es más compleja. Supone la diferenciación entre los
individuos y como consecuencia la recurrencia de los conflictos entre ellos, que solo
pueden ser sanados si hay alguna autoridad (la conciencia colectiva) exterior que fije los
límites. En otro de sus libros dice que, ya no es la familia, ni la religión, ni el estado
quienes pueden asegurar esa solidaridad. La unidad integrativa es la profesión y la
institución que integra a los hombres por profesiones (gremios).

Uno de los libros más significativos de Durkheim es El Suicidio, y dice que: al suicidio no
hay que verlo como algo aislado, lo tenemos que considerar en conjunto, durante una
unidad de tiempo y sociedad dada, esto constituye a algo superior a la suma de los actos
individuales: es un hecho social. Y los hechos sociales es terreno de la sociología.
Durkheim tipifica al suicidio en tres tipos: el altruista, el egoísta, el anómico. El egoísta es
motivado por un aislamiento demasiado grande del individuo con respecto a la sociedad. Es
el suicidio de los marginados, de los solitarios, de los que no tienen lazos fuertes de
solidaridad social. El suicidio altruista corresponde al otro extremo, si el hombre se mata
cuando está desligado de la sociedad, también lo hace cuando está demasiado fuertemente
ligado a ella. El medio social en el que el suicidio altruista exista en estado crónico es el
orden militar. El suicida anómico (ausencia de normas), es aquel que no ha sabido aceptar
los límites que la sociedad le impone, aquel que aspira más de lo que puede y cae en la
desesperación.

En los tres casos s la relación individuo-normas lo que lleva al suicidio. Son fenómenos
individuales que responden a causas sociales.

Luego de este libro, se publica otro que define a la sociología y su objeto. El objeto de la
sociología es el estudio de los hecho sociales y el método para estudiarlos es considerarlo
como cosas; a partir de esto la sociología puede legítimamente ser considerada como una
ciencia similar al resto de las ramas del conocimiento empírico. Un hecho social (anteriores
y externos al individuo) consiste en toda forma de obrar, sentir, pensar, que ejerce sobre el
individuo una presión exterior (lo obligan a actuar). Todo esto se expresa en normas, leyese
instituciones que aseguran la tendencia a la buena integración del individuo con la
sociedad. El problema es la objetividad y exterioridad del mundo social, que al ser aceptado
como dato, se transforma en un orden natural, sostenido sobre la normatividad establecida.

III. MAX WEBER

Max Weber, economista, sociólogo y filósofo alemán(1824-1920); fue profesor de Derecho


mercantil y de economía aplicada; también tuvo una importante actividad política,
participando en la elaboración de la constitución de Weimar.

Para él el origen del capitalismo aparece ligado a la concepción calvinista del éxito como
prueba de que la gracia divina es favorables.

La sociología, tal como él la consideraba, debe ser "comprehensiva", es decir, esforzarse en


escoger la "significación de los actos sociales",en los que se distinguen diversos tipos según
su motivación: racional, afectiva, tradicional,etc.

Emplerá para esto no el método empírico, sino el de "tipo ideal", especie de caso límite que
se alcanza "pensando" una acción considerada según una acción única.

Weber tuvo gran influencia en Alemania, sobre todo en Jaspers.

1. Racionalidad y dominación

El punto de partida de Weber fue el criticado por Durkheim. Si este construye el objeto de
la sociología desde la exterioridad y la coacción de lo social sobre el individuo, Weber
considerará como unidad de análisis a los individuos, precisamente porque son los únicos
que pueden albergar fines en sus actos. Se trata de dos caminos metodológicos inversos,
producto de dos tradiciones culturales opuestas, el naturalismo positivista de Durkheim y el
historicismo de Weber.

Weber trabaja por una doble determinación. Por un lado, la vigencia en Alemania de la
discusión sobre el status científico del estudio de lo social, como ciencia de la naturaleza y
ciencia del espíritu. Intentará superar esta polémica diseñando un método histórico-
comparativo que la permita recuperar a la vez la particularidad y la universalidad del hecho
social. Para la segunda determinación, la orientación marxista es grande en Alemania y
nula en Francia, el objetivo de Weber era completar la imagen de un materialismo
económico con un materialismo militar y político, el tema central que le permitirá poner en
práctica esa propuesta, es el origen y el carácter del capitalismo.

El método por el cual llega a aislar la causa fundamental del capitalismo es el histórico-
comparativo. Si comparando sociedades diferentes, logramos equiparar las principales
variables que aparecen en ellas, que dando una, cuya característica no son compartidas por
la totalidad, queda claro que es la decisiva para explicar la diferencia específica. Sería el
caso del papel que juega la ética protestante en los orígenes del capitalismo como sistema
social.

El análisis histórico pasa a ser sociológico cuando el científico construye, a partir de una
realidad, conceptos-tipo o tipos-ideales. Se obtiene un tipo ideal al acentuar uno o varios
puntos de vista y encadenar una multitud de fenómenos aislados, difusos y discretos, que se
encuentran en gran o pequeño numero y que se ordenan según los precedentes puntos de
vista elegidos unilateralmente para formar un pensamiento homogéneo. Pero el punto de
partida para esta construcción es el actor y la acción social, las relaciones sociales y los
hombres interactuando.

La sociología es una ciencia que pretende entender la acción social, para de esa manera
explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.

Weber reconocía a tres tipos de comportamientos probables: la acción tradicional, la acción


afectiva y la acción con arreglo de valores.

El desarrollo del hombre es una creciente racionalidad en su relación con el mundo. Las
regularidades en la conducta humana se deben al reconocimiento por los actores de la
existencia de un orden legítimo que les otorga validez. Esta legitimidad puede estar
garantizada por la tradición, por la entrega efectiva, por el acatamiento a valores absolutos
o por adhesión a la legalidad estatuida positivamente. Esta última es la legitimidad
contemporánea, sobre la que se construye el moderno tipo de dominación, legal y
burocrática, racional.

Paradigmas de la sociología

Definición: el término "paradigma" se origina en la palabra griega παράδειγμα


(paradigma), que significa "modelo" o "ejemplo". A su vez tiene las mismas raíces que
παραδεικνύναι, que significa "demostrar".

Concepto de "Paradigma" (Kuhn): Un paradigma es un "modelo de análisis", una matriz


que disciplina a los científicos para que trabajen de determinada manera.
1- LOS PARADIGMAS SOCIOLÓGICOS

Los paradigmas sociológicos son modelos acerca de la naturaleza de lo que se estudia. Por
ejemplo, los antiguos antiguos griegos creían que el universo estaba regido por los
caprichos de los dioses. Todos los científicos por el contrario, suponen que el universo esta
ordenado y funciona de acuerdo con ciertas leyes que podemos descubrir. Así, Isaac
newton desarrollo las leyes de la gravedad, luego de observar que las manzanas caían
siempre hacia abajo y nunca hacia arriba. Una serie de suposiones validas reciben el
nombre de un "perspectiva", un "enfoque" o algunas veces un "paradigma".

Características de los paradigmas.

Todo paradigma supone:

· Un conjunto de problemas y respuestas exitosas para esos problemas.

· Un cuerpo de teorías, metodologías y técnicas con el que abordan y resuelven tales


problemas.

· Todo paradigma debe contar con la adhesión de la comunidad en general y la


científica en particular.

Todo paradigma parte de una serie de supuestos denominados Supuestos Básicos


Subyacentes (SBS):

· Son Supuestos porque son hipótesis que no están debidamente verificadas o no se


pueden comprobar porque son metafísicas.

· Son Básicos porque constituyen el origen último de cada teoría.

· Son Subyacentes porque por lo general no están explicitados

2- EVOLUCIÓN DE LA HISTORIA DE PARADIGMAS EN LA SOCIOLOGÍA

La Sociología es una ciencia multiparadigmática, al aparecer un paradigma, este


complementa y amplía la perspectiva de análisis de los paradigmas preexistentes.

La Evolución histórica. Paradigma positivista, interpretativo, crítico. Perspectivas


humanas, de la Sociedad. Teorías enciclopédicas, analíticas, categóricas, empírico
sistemáticas.

· Positivista, empírico o naturalista (siglo XIX). La sociología intentará llegar a la


enunciación de leyes científicas, por ello este paradigma se caracteriza por el conocimiento
nomológico-descriptivo. El modelo explicativo, característico de este paradigma, se basa
en la formulación de relaciones causales (Comte, Spencer, Durkheim, Merton, Parsons).
Predominantemente utiliza técnicas cuantitativas.
· Interpretativo, histórico - hermenéutico o interpretativo, el investigador busca
comprender e interpretar significados partiendo de la concepción del hombre como
productor de su sociedad. Hay identidad esencial entre el sujeto y el objeto de
conocimiento. El modelo explicativo consistirá en la explicación probabilística, pero
también en la explicación genética y en la construcción de modelos formales sobre la
realidad social (Weber, Simmel). Predominantemente utiliza técnicas cualitativas.

· Crítico, Marx fue el iniciador ya que poseía una visión crítica de la sociedad en la
que él vivía, la que tenía que ser modificada por la praxis política, por la revolución. Praxis
es la acción práctica, la acción de los hombres que puede modificar la situación y provocar
el cambio. La idea es que las ciencias sociales deben analizar críticamente la realidad social
y denunciar las condiciones restrictivas.

· Emil Durkheim (1858-1917), de origen judío, fue profesor de filosofía, campo desde
el que accedió al estudio de lo social, contribuyendo notablemente a la consolidación de la
sociología como disciplina independiente. Recoge las aportaciones de sus antecesores, ya
sea para apoyarlas o para refutarlas, siguiendo la línea positivista iniciada por Comte.

Teoría funcionalista: sostiene que las instituciones sociales son medios colectivamente
desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas y emocionales de una
sociedad.

 Teoria del conflicto: La tradición marxista y la teoría del conflicto se desarrollo en las
decadas del 1950. Una serie de estudios e investigaciones de Lewis A. Coser el conflicto
por los valores y por el estatus, el poder y los recursos escasos.

3-NUEVAS TEORÍAS DE PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGÍA

La sociología histórica ha experimentado una considerable renovación. Paralelamente al


declive de teorías mecanicistas sobre el desarrollo ( en Economía) y la modernización (en
Sociología, nuevos estudios sobre temas históricos han producido obras notables en el
terreno de la historia social(E. Hobesbawm, E. P.Thompson, etc) y de la sociología
histórica (Barrrinton Moore, C. Tilly,etc); influyéndose mutuamente; los estudios sobre
movimientos sociales aparecen como el terreno por excelencia de este análisis
pluridisciplinar en el desarrollo de nuevas paradigmas de la sociológicas

La teoria de Kuhn ("cambio de paradigma"[5] ) para remarcar un cambio en la forma en


que una determinada sociedad organiza e interpreta la realidad. Un "paradigma dominante"
se refiere a los valores o sistemas de pensamiento en una sociedad estable, en un momento
determinado. Los paradigmas dominantes son compartidos por el trasfondo cultural de la
comunidad y por el contexto histórico del momento. Las siguientes son condiciones que
facilitan el que un sistema de pensamiento pueda convertirse en un paradigma dominante:

 Organizaciones profesionales que legitiman el paradigma.


 Líderes sociales que lo introducen y promueven.
 Agencias gubernamentales que lo oficializan.
 Educadores que lo propagan al enseñar a sus alumnos.
 Cobertura mediática.
 Grupos de derechos que acuerden con las creencias centrales del paradigma.
 Fuentes financieras que permitan investigar sobre el tema.

También se usa en cibernética; aquí significa -en un sentido muy amplio- un preprograma
conceptual para el ordenamiento de unos datos aún más caóticos en términos relativos.
Nótese la similitud con el concepto de entropía en química o física. En este sentido, un
paradigma sería una suerte de prohibición para realizar cualquier acción que pudiera
incrementar la entropía total del sistema. Para crear un paradigma un sistema cerrado
debería aceptar que se requieren algunos cambios; de esta forma puede ser solamente
aplicado a un sistema que no esté en su etapa final de desarrollo.

Algunos puristas de la lengua piensan que -contra lo expuesto por los filósofos del mercado
y los defensores de cualquier clase de cambio- se abusa ampliamente de un término que en
este contexto carece absolutamente de significado.

4-FACTORES QUE CAMBIAN LOS PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGÍA

· Revoluciones científicas: Se considerará que una anomalía es particularmente grave


si se juzga que afecta a los propios fundamentos de un paradigma y resiste cualquier intento
de resolverla por parte de los miembros de la comunidad científica normal.También se
considera que las anomalías son serias si incumben a alguna demanda o necesidad social
apremiante. Este podría ser el caso, por ejemplo, de la actual necesidad de disponer de
información edafológica con vistas a resolver ciertos problemas ambientales acuciantes
para las sociedades modernas industrializadas, bajo un paradigma claramente agronómico-
productivista que no lo proporciona debidamente. Sin embargo, personalmente coincido
con Kuhn que nos enfrentamos a problemas conceptuales inherentes al corpus doctrinal de
la disciplina, más que a otros de índole metodológica y/o tecnológica. Con ello quiero decir
que Thomas da prioridad a las crisis conceptuales frente a las de otra índole. Lógicamente,
la severidad de una anomalía también se encuentra relacionada con el tiempo trascurrido
desde que se detectó, obligando a parte de la comunidad científica a intentar dar cuenta de
ella, es decir a eliminarla. Obviamente, la cantidad de anomalías serias detectadas, es otro
factor a tener muy en cuenta en el surgimiento de una crisis.

· Cambio de paradigma y tecnología.De acuerdo con Kuhn, analizar las


características de un período de crisis en la ciencia exige tanto la competencia de un
psicólogo como la de un historiador. Cuando se llega a considerar que las anomalías
plantean al paradigma serios problemas, comienza un período de "inseguridad profesional
profunda". Este es el estado anímico actual de le comunidad de expertos en ciencias del
suelo. Tal aseveración puede constatase sin dificultad acudiendo a las declaraciones
publicadas por una buena parte de su establishment, como ya analizaremos en otro
postmodernizacion.
5- NUEVOS PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGÍA DEL SIGLO XX Y XXI

REVOLUCIONES CIENTÍFICAS: Se considerará que una anomalía es particularmente


grave si se juzga que afecta a los propios fundamentos de un paradigma y resiste cualquier
intento de resolverla por parte de los miembros de la comunidad científica normal.También
se considera que las anomalías son serias si incumben a alguna demanda o necesidad social
apremiante.

Este podría ser el caso, por ejemplo, de la actual necesidad de disponer de información
edafológica con vistas a resolver ciertos problemas ambientales acuciantes para las
sociedades modernas industrializadas, bajo un paradigma claramente agronómico-
productivita que no lo proporciona debidamente. Sin embargo, personalmente coincido con
Kuhn que nos enfrentamos a problemas conceptuales inherentes al corpus doctrinal de la
disciplina, más que a otros de índole metodológica y/o tecnológica.

CUADRO INDICADOR DE LAS NUEVAS PARADIGMAS EN LA EVOLUCIÓN


CIENTÍFICA

· Cambio de paradigma y tecnología.


De acuerdo con Kuhn, analizar las características de un período de crisis en la ciencia exige
tanto la competencia de un psicólogo como la de un historiador. Cuando se llega a
considerar que las anomalías plantean al paradigma serios problemas, comienza un período
de "inseguridad profesional profunda". Este es el estado anímico actual de le comunidad de
expertos en ciencias del suelo. Tal aseveración puede constatase sin dificultad acudiendo a
las declaraciones publicadas por una buena parte de su establishment, como ya
analizaremos en otro postmodernidad.

La sociedad del riesgo, desde una perspectiva del riesgo cultural y el riesgo tecnológico.
Esto implica, además, el estudio de la vulnerabilidad y la evaluación del riesgo y los
cambios culturales y los riesgos asociados.

· El estudio de la tensión entre innovación y riesgo.

· La idea de progreso, y en especial, el progreso en una era de revolución


científico-tecnológico-digital, en el marco de una economía globalizada, la nueva economía
de hoy.

· La idea de confianza en la tecnología, y el concepto de confianza desde lo


social bajo el manto de la domesticación.

· La democratización de la tecnología y la caracterización de las tecnologías


como autoritarias o democráticas.

· La ética de la tecnología, la ética de quienes producen o usan la tecnología, lo


cual implica abordar la idea de democratización de la tecnología desde una perspectiva
ética y moral.

· Los dilemas del control social de la tecnología y la aparición de nuevos


valores en quienes producen y entre quienes usan la tecnologia

· El asunto de cómo dirimir las disputas ocasionadas por las controversias


tecnológicas

· La cultura de los artefactos y los tecnofactos, en el marco de la sociedad de


consumo y el concepto equivocado de bienestar

· La globalización de la tecnología y, en consecuencia, de la cultura

CUADRO INDICADOR DE LAS NUEVAS PARADIGMAS EN LA EVOLUCION


CIENTIFICA Y TECNOLOGICA
En opinión de Kuhn, la naturaleza de los factores y circunstancias relevantes con vistas a
que los científicos cambien de paradigma es algo que debe descubrir la investigación
psicológica y sociológica. Así pues, se presentan diversas razones vinculadas y
generan imposibilidad de encontrar argumentaciones lógicas que fuercen a un individuo o
una comunidad al abandono de un paradigma y reconversión a otro

CONCLUSIÓN SOBRE LAS NUEVAS PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGÍA

Una revolución científica corresponde al abandono de un paradigma ya la adopción de otro


nuevo, no por parte de un científico aislado sino por una comunidad científica en su
totalidad. A medida que se convierten más científicos, por diversas razones, al nuevo
paradigma, se genera paulatinamente cambio en la distribución de las adhesiones
profesionales. Para que la revolución tenga éxito, tal correlación de fuerzas debe decantarse
drásticamente hacia el paradigma novedoso e incluir a la mayoría de los miembros del
colectivo implicado, permaneciendo tan solo un pequeño grupo de disidentes románticos
que a la postre serán excluidos de la nueva comunidad científica y tal vez se refugiarán en
otros campos, en un departamento de filosofía hasta su extinción.

En sociología, solidaridad se refiere al sentimiento de unidad basado en metas o intereses


comunes. Asi mismo, se refiere a los lazos sociales que unen a los miembros de una
sociedad entre sí. Algunos sociólogos introdujeron definiciones específicas de este término.
Entre ellos, uno de los más famosos fue Émile Durkheim.

Solidaridad Mecánica
Una sociedad regida por la "solidaridad mecánica" se caracteriza por una total competencia
de cada individuo en la mayoría de los trabajos, surgiendo una mínima diferenciación por
edad o sexo. La Solidaridad Mecánica, propias de las sociedades primitivas, es aquella que
surge de la conciencia colectiva. En estas sociedades, el derecho instalado es el represivo:
El crimen es visto como ofensa a la sociedad en conjunto, al órgano de la conciencia
común.

Solidaridad Orgánica

Durkheim afirma que la fuerte especialización de cada individuo origina una gran
interdependencia, base de la cohesión y solidaridad grupal, de las personas con su sociedad.
A esta clase la llama "solidaridad orgánica". Así, cada miembro posee una parte de los
conocimientos generales y sus recursos, por lo que todos dependen de todos. Este tipo de
solidaridad se suele presentar en las sociedades desarrolladas.

Emerge a raíz de la diferenciación de funciones y de la división del trabajo. En la medida


en que los individuos especializan sus funciones requieren de otros individuos para
sobrevivir. Por ejemplo, la familia. La familia primitiva era autosuficiente. La familia
moderna requiere de otros, es dependiente del resto de los individuos de la sociedad. En las
formas de solidaridad orgánica los individuos se desmarcan del grupo, formando una esfera
propia de acción, pero al mismo tiempo la división del trabajo y la separación de funciones
es la fuente o condición de equilibrio social.

La Psicosociología es la disciplina que estudia, analiza e interviene en los procesos de


interacción y comunicación humana a través de una mirada inter e intra subjetiva.

Se podría considerar la Psicosociología como el punto de encuentro entre la psicología y la


sociología que sumadas a los aportes de otras disciplinas tales como la filosofía, la
comunicación, el derecho o la medicina, entre otros. Se constituye en una ciencia particular
y autónoma.

Áreas

Entre las principales áreas de la psicosociología se encuentran:

 Psicosociología de las organizaciones e instituciones

 Psicosociología de la comunicación

 Psicosociología de la educación

 Psicosociologia de la salud

 Psicosociología política
La sociología aplicada y práctica sociológica ha llegado a ser utilizada para referir a la
intervención empleando el conocimiento sociológico en un escenario aplicado. Los
sociólogos aplicados trabajan en una amplia variedad de escenarios incluyendo en las
universidades, el gobierno y la medicina privada, utizilando métodos sociológicos para
ayudar que comunidades resuelvan problemas cotidianos, como mejorar la colaboración
ciudadana y la prevención del crimen, evaluar y mejorar las cortes de la droga, la
evaluación de las necesidades de los barrios urbanos, el desarrollo de la capacidad de un
sistema educativo o la promoción del desarrollo de la vivienda y recursos relacionados para
poblaciones envejecidas.1

La práctica sociológica es distinta de la sociología académica pura, en el último los


sociólogos trabajan en un escenario académico como una universidad con una orientación
hacia la enseñanza y la investigación pura. Aunque existen origenes comunes, la práctica
sociológica es totalmente distinta del trabajo social.2 Un número creciente de universidades
intentan orientar planes de estudios hacia la sociología práctica en esta manera. Los cursos
de sociología clínica dan a estudiantes las habilidades para poder trabajar efectivamente con
los clientes, enseñan las habilidades básicas de asesoramiento psicológico, dan
conocimiento que es útil para carreras como la ayuda de víctimas y la rehabilitación de
drogas y enseñan a los estudiantes como integrar el conocimiento sociológico con otros
campos que podrían estudiar, como la terapia del matrimonio y familiar, y el trabajo social
clínico.

La sociología cultural es un concepto impulsado en los últimos años por Jeffrey C.


Alexander. Nace a partir del supuesto de que la sociología debe disponer siempre de una
dimensión cultural ubicada en el centro de sus estudios. Al mismo tiempo supone que el
binomio clásico de cultura y sociedad es indisoluble y le otorga a este acoplamiento un
poder explicativo superior al de la sociología de la cultura, porque el concepto de "cultura"
no es sólo una variable dependiente blanda que reproduce las relaciones sociales en sus
análisis, sino el elemento capaz de comprender y articular la vida social. Desde el origen de
la sociología por los postulados de Auguste Comte hasta la fecha, el análisis de las
estructuras sociales se ha volcado hacia posturas en debate cada vez más complicadas, en
respuesta a la postmodernidad, los cambios sociales y el enfoque interdisciplinario que
amplía el saber hacia modelos académicos más complejos. Como todo estudioso, Jeffrey C.
Alexander compara a teóricos del pasado con sus colegas competidores, por ello sintetizaré
las ideas de este sociólogo cultural.

En su libro ‘Sociología cultura: formas de clasificación en las sociedades complejas’ nos


habla del impacto de la tecnología en la cultura, por un discurso que surge para percibir el
riesgo de la sociedad industrial y las consecuencias ambientales del capitalismo. El
movimiento ecologista es para este autor un detentador del pensamiento simbólico, con
miras hacia una democracia utópica. Según Alexander, la solidaridad surge en respuesta a
las transformaciones sociales por origen cultural más que estructural.

La acción discursiva de la cultura La cultura participa en la reproducción de las relaciones


sociales, la acción es discursiva pues los contextos de estudio, estratificación, dominación,
raza, género y violencia actúan como instituciones y procesos que transmiten significado a
los textos culturales. El riesgo anuncia una transformación histórica del mundo. Ante él
brota la solidaridad universal, pues la crisis de la modernidad se explica por la concurrencia
de la anomia, el egoísmo o necesidad de beneficio, la secularización y la industrialización
de la sociedad.

Como reacción a estos fenómenos los discursos simbólicos de, por ejemplo, los grupos
medioambientales tienen un tinte sectario para este autor, que los hace estar contra la
jerarquía, la complejidad y la modernidad, pues la ecología está pensada como sistema
holista, autorregulador y pacífico. La tecnología según este enfoque solo tendrá valor
positivo al servicio del hombre por una interpretación del discurso de salvación y
condenación. Como signo de estos cambios el autor llama a la constante revisión de la obra
de Marx, Durkheim y Habermas, pues lo que se ha hecho es reinterpretarlos.

La modernidad ha traído el predominio de lo individual y lo social, la solidaridad no viene


tanto por la esperanza sino por miedo al daño, esto es modelado por la percepción del
riesgo, factor que distribuye a los seres humanos en sociedades complejas, cada una con sus
constructos culturales en respuesta a sus necesidades, sin embargo, a pesar de sus
diferencias estos grupos interactúan cada vez más por la tecnología racionalizada, que
irrumpe en el discurso y la cultura.

"Sólo una sociología cultural, afirmamos, puede ofrecer un programa fuerte semejante en el
que el poder de la cultura consistente en conformar la vida social, se proclame con toda su
fuerza." Jeffrey C. Alexander.

La sociología económica es el análisis sociológico de los fenómenos económicos.

Historia

Como reconocieron los economistas más tempranos, las instituciones económicas tienen
una importancia profunda para la sociedad y el contexto social afecta a la naturaleza de las
instituciones económicas locales. Karl Marx reivindicó que las fuerzas económicas fueron
absolutamente centrales a la sociedad e influyeron profundamente sus estructuras sociales.
Las figuras fundadores de la sociología, como Max Weber, también consideraron los
procesos económicos como fundamentales a la estructura de la sociedad. Georg Simmel, en
particular en su libro La filosofía de dinero, fue importante en el desarrollo temprano de la
sociología económica, como fue Émile Durkheim tras La división social del trabajo. Otras
contribuciones tempranas importantes a la sociología económica fueron hechas por
personas que son usualmente consideradas economistas, como Thorstein Veblen y Joseph
Schumpeter.

Karl Polanyi en su libro La Gran Transformación fue el teórico que primero utilizó la
noción del arraigo, afirmando que la economía se arraiga en las instituciones sociales y que
es vital para el mercado no destruir otros aspectos de la vida humana.

Más adelante, los pensadores marxistas y otros pensadores económicos de izquierda se han
centrado en las implicaciones sociales del consumismo y el desarrollo económico dentro
del sistema de relaciones económicas que los producen.
La sociología económica actual se centra en particular en las consecuencias sociales de los
intercambios económicos, en los significados sociales que suponen y en las interacciones
sociales que facilitan o bloquean. Las figuras más influyentes en la sociología económica
moderna incluyen a Mark Granovetter, Harrison White, Paul DiMaggio, Joel M. Podolny,
Richard Swedberg y Viviana Zelizer en los Estados Unidos y a Luc Boltanski, Laurent
Thévenot, y Jens Beckert en Europa. A esta lista se puede añadir Amaitai Etzioni, quien ha
popularizado la idea de la socioeconómica, y Chuck Sabel y Wolfgang Streeck, quienes
trabajan en la tradición de economía/sociología política.

El interés en el análisis matemático y en la utilidad durante el siglo XX condujo a que unos


vean la economía como una disciplina que está abandonando sus raíces en las ciencias
sociales. Muchos críticos de la economía o de la política económica empiezan desde la
acusación que el modelo abstracto carece de algún fenómeno social clave que necesita ser
tratado. En respuesta, muchos ecónomos establecidos señalan que tales argumentos
culturales y sociales a menudo parecen favorecer los intereses de monopolistas locales y de
los poderosos.

La sociología económica es un intento de los sociólogos por redefinir en términos


sociológicos las cuestiones tradicionalmente tratadas por economistas. También es una
respuesta a intentos de economistas (como Gary Becker) por traer enfoques económicos –
en particular la maximización de utilidad y la teoría de juegos– al análisis de situaciones
sociales que no son obviamente relacionadas al comercio o a la producción.

Sociología marxista
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Doctrina de Karlos Marx, que se funda en la interpretación materialista que da Hegel del
proceso histórico y económico de la humanidad, y es la base teórica del socialismo y del
comunismo. Movimiento político y social que en nombre de esa doctrina pretende imponer
en el mundo la dictadura proletaria..El MARXISMO pretende oponer al socialismo utópico
un socialismo científico; su base es el materialismo histórico, que quiere explicar el
desarrollo de la humanidad por el de las fuerzas materiales de la economía, y se vale de la
lucha de clases. Segun su teoría del "valor" toda cosa cuya propiedad satisface alguna
necesidad es mercancia, y toda la mercancia tiene un "valor de uso" y otro de "cambio"; el
primero lo contiene aquélla en si misma,y el segundo es la proporción en que se cambian
entre si. El término sociología marxista se refiere a la conducta de la sociología desde una
perspectiva marxista.1 El marxismo si mismo puede reconocerse como una filosofía política
y una sociología, en particular hasta el punto que intenta quedarse científico, sistemático y
objetivo en vez de puramente normativo y preceptivo. La sociología marxista puede
definirse como "una forma de la teoría del conflicto asociado con... el objetivo de marxismo
de desarrollar una ciencia positiva empírica de la sociedad capitalista como parte de la
movilización de una clase obrera."2 La Asociación Sociológica Estadounidense tiene una
sección dedicada a los asuntos de la sociología marxista; la sección "está interesada en
como la investigación de perspicacias de la metodología marxista y el análisis marxista
pueden ayudar explicar la dinámica compleja de la sociedad moderna".3 La sociología
marxista vendría a facilitar los desarrollos de la teoría crítica y estudios culturales como
disciplinas aproximadamente distintas.

Conceptos y asuntos

Los conceptos claves de la sociología marxista incluyen: el materialismo histórico, el modo


de producción y la relación entre capital y labor.2 La sociología marxista es
considerablemente preocupada con, pero no limitada a, las relaciones entre la sociedad y la
economía.3 Cuestiones claves con respecto a la sociología marxista incluyen:1

 ¿cómo controla los trabajadores el capital?


 ¿cómo influye la clase social el modo de producción?
 ¿cuál es la relación entre trabajadores, capital, el Estado y nuestra cultura?
 ¿cómo los factores económicos influyen las desigualdades, incluyendo los relacionados
con el género y raza?

Dentro del campo de la teoría sociológica, la sociología marxista, reconocida como uno de
las paradigmas sociológicas más importantes, es asociada con el conflicto y la teoría
crítica.1

Comparada con el marxismo, la sociología marxista ha demostrado poner relativamente


poco peso en la creación de la revolución proletaria.1

Comparada con la filosofía marxista, la sociología marxista pretende desarrollar una ciencia
política económica de la sociedad en lugar de una filosofía crítca de praxis.2

Comparada con la sociología económica, se puede considerar la sociología marxista un


subconjunto de este campo, influenciada por el marxismo.

Desarrollo histórico

La sociología marxista surgió durante los fines del siglo XIX/comienzos del siglo XX,
influenciada por el pensamiento de Karl Marx.1 2 4 Se considera Marx uno de los
pensadores más influyentes en la sociología temprana, junto con pensadores como Max
Weber y Émile Durkheim.4 La primera escuela marxista de sociología fue conocida como
el austromarxismo y pensadores marxistas importantes de ese período incluyeron Carl
Grünberg y Antonio Labriola.4 Mucho del desarrollo en el campo de la sociología marxista
tuvo lugar en las afueras de la academia, y unos se enfrentaron la sociología marxista contra
la sociología de la burguesía.4

Durante bastante tiempo, esta división fue reforzada por la Revolución rusa, que llevó a
cabo la creación de la Unión Soviética; sin embargo, dentro de poco la sociología se
encontró una víctima de la investigación reprimida de la ciencia de la burguesía en los
estados comunistas.4 Mientras después de varias décadas la sociología se restableció bajo
los estados comunistas, dos corrientes de pensamiento distintas evolvieron dentro de la
sociología marxista: el marxismo soviético, desarrollado en los estados comunistas del
siglo XX (primariamente en la Unión Soviética), serviendo los intereses estatales, y
paralizado de una manera significativa por adherencia forzada a la dogma de materialismo
histórico, y la escuela más independiente se centró en los estudios del marxismo en el
Occidente.1 2 La escuela de marxismo occidental (durante los años 1940) se convirtió en
aceptado en la academia occidental, y poco a poco se partió en varias perspectivas distintas,
como la Escuela de Frankfurt o la Escuela de teoría crítica.1

En los estados poscomunistas ha sido un contragolpe contra el pensamiento marxista


debido a su posición anterior de apoyo por el estado (véase por ejemplo la sociología en
Polonia), pero el pensamiento marxista queda dominante en la investigación sociológica en
los países que quedan comunistas (véase por ejemplo la sociología en China).

La sociología política es el estudio del poder y de la intersección de personalidad,


estructura social y política. La sociología política es interdisciplinaria, donde la ciencia
política y la sociología se cruzan. La disciplina usa la historia comparativa para analizar los
sistemas de gobierno y organización económica para comprender el clima político de la
sociedades. Por comparar y analizar la historia y datos sociológicos, las tendencias y pautas
políticas emergen. Los fundadores de la sociología política fueron Max Weber (Alemania)
y Moisey Ostrogorsky (Rusia).

Hay cuatro áreas principales que son enfoques de investigación en la sociología política
contemporánea:

1. La formación socia-política del estado moderno.


2. "¿Quién manda?" Como la desigualdad social entre grupos (clase, raza, género, etc.)
influencia la política.
3. Como las personalidades públicas, movimientos y tendencias sociales fuera de las
instituciones formales de poder político afectan a la política.
4. Las relaciones de poder dentro de y entre grupos sociales (familias, lugares de
trabajo, burocracia, medios de comunicación, etc.).

El campo también mira como las tendencias sociales principales pueden afectar el proceso
político, además de explorar como varias fuerzas sociales trabajan juntas para cambiar las
políticas políticas. Los sociólogos políticos aplican varias teorías a asuntos sustantivos.
Cada teoría reivindica que es comprensiva, pero realmente tiene pocas áreas de fuerza
porque fue desarrollada para tratar de asuntos específicos y opera en un nivel de análisis.

Tres esquemas teoréticas importantes son el pluralismo, la teoría directiva o elite y el


análisis de clase que coincide en parte con el análisis marxista.

El pluralismo ve la política primariamente como un concurso entre los grupos con intereses
que competen. Un representativo destacado es Robert Dahl.

La teoría directiva o élite a veces se llama un enfoque centrado en el estado. Explica lo que
hace el estado por mirar restricciones de estructura organizacional, directores de estado
semiautónomos y intereses que surgen del estado como una organización única que
concentra el poder. Un representativo destacado es Theda Skocpol.
El análisis de clase enfatiza el poder político de élites capitalistas. La teoría surgió del
marxismo durante los años 1850 basada primariamente en la premisa de la explotación
económica de una clase por otra. Divide en dos partes: una es la estructura de poder o
enfoque instrumentalista, otra es el enfoque estructuralista. Le estructura de poder enfoca
en quien regla y su representativo más conocido de G. William Domhoff. El enfoque
estructuralista enfatiza que la manera en que opera una economía capitalista sólo permite y
fomenta el estado a hacer algunas cosas pero no otras. Su representativo más conocido fue
Nicos Poulantzas. Innovaciones importantes en el campo vienen del pragmatismo francés y
en particular de la sociología política y moral elaborada por Luc Boltanski y Laurent
Thévenot.

La Sociología rural es un campo de la sociología asociado con el estudio de la vida social


en las áreas no metropolitanas.

Se trata del estudio científico de la actividad y comportamiento entre personas que viven
distantes de lugares de gran concentración de población y actividad económica. Como
todas las disciplinas sociológicas, la sociología rural incluye el análisis de datos
estadísticos, entrevistas, teoría social, observación, investigación por encuestas, etc.

En contraste con ella, la sociología urbana es el estudio de la vida social en la ciudad.

La economía rural es uno de los focos de la sociología rural y gran parte de este campo está
dedicado a la economía de producción agraria (agrícola y ganadera) y silvícola. Otras áreas
de estudio incluyen el éxodo rural y la despoblación, la sociología ambiental, las políticas
de tierras de propiedad estatal, la alteración social, el cuidado de la salud, las políticas
educativas, etc.

PROBLEMATICA RURAL:

Escasos centros de educación


Escasos centros de salud
Contaminación del suelo por basura
Infertilidad de suelo por ganado o por químicos
Desempleo
Posibilidades reducidas (escuela, empleo y salud)
Muerte de ganado por contaminación de ríos
Muerte de flora y fauna por químicos
Incendios forestales por basura o accidentes
La sociología trascendental es la teoría de la religión que, desde la psicología trascendental, ha
elaborado el psicólogo Ken Wilber, principalmente en su libro "Un Dios sociable".

El problema de fondo de la religión

Teorías sobre la validez del compromiso religioso, desde la sociología


Teoría de la primitivación

Considera la religión en general como el producto de etapas inferiores o primitivas del


desarrollo o evolución de la humanidad. En sociología, se remonta hasta Comte, que
consideraba la evolución histórica desde la religión-mito a la metafísica, y de esta a la
ciencia racional.

El funcionalismo o teoría general de los sistemas supone que los grupos o sociedades se
consideran sistemas orgánicos, cada una de cuyas partes (religión, educación, costumbres,
etc.) cumple algún tipo de función potencialmente útil o necesaria. Desde este punto de
vista, el simbolismo religioso resulta apropiado en la medida en que funciona
adecuadamente. Así, los símbolos religiosos, tanto si son como si no son ‘objetivamente
ciertos’, pueden contribuir a un propósito legítimo en el sistema social autoregulador. La
religión cumple una función oculta, y en consecuencia tiene cierto significado, quizá
latente, en un grupo o cultura dados.

Hermeneútica fenomenológica

Por lo menos desde una perspectiva válida, el símbolo religioso es exactamente lo que dice
ser. No es tan solo una función manifiesta que oculta la verdadera función latente. Para
comprender el significado de los símbolos el mejor enfoque es una interpretación empática.
La hermeneútica proviene de la fenomenología general, o intento de descubrir la naturaleza
y el significado de los actos mentales como tales actos y no simplemente reduciéndolos a
diversas manifestaciones objetivas.

Un acto mental es lo que Husserl llamó acto intencional: tiene significado o valor porque se
refiere o comprende otros fenómenos.

La hermeneútica es la rama de la fenomenología que intenta interpretar los significados de


los símbolos intersubjetivos o intencionales. Así pues, el significado de una expresión
religiosa no esta solo en su tensión latente, sino más bien en su intencionalidad manifiesta y
en su reconocimiento intersubjetivo. Para determinar este significado es necesario entrar
dentro del círculo hermeneútico, constitutivo por el intercambio intersubjetivo de símbolos
lingüísticos y que siempre se produce en un contexto histórico específico. De ahí su
denominación corriente: hermeneútica histórica.

Crítica: la hermeneútica parece sufrir una serie de limitaciones. La principal es la


radicalización de la verdad situacional y su consiguiente carencia de una dimensión crítica
universal.

Estructuralismo del desarrollo

El descubrimiento principal de las modernas ciencias del desarrollo estructural (Piaget,


Werner, Kholberg) es que las estructuras psicológicas se desarrollan de una manera
jerárquica. Gracias a esto, el desarrollismo estructural parece darnos esa dimensión crítica o
correctivo externo universal o cuasi universal que aparentemente falta en los enfoques
meramente hermeneúticos, fenomenológicos o realista-simbólicos.

Nuestro enfoque general

La sugerencia principal de Un Dios sociable es que existe una jerarquía no solo de


desarrollo psicosocial, sino también de desarrollo religioso auténtico. La naturaleza
jerárquica de este espectro nos proporcionará una sociología de la religión crítico-
normativa, capaz de analizar estructuralmente diversas expresiones religiosas,
adjudicándoles su grado de autenticidad.

La jerarquía de la organización estructural

La base ortodoxa

Estructuras personales

1. Físico: sustrato físico simple del organismo. 2. Sensorioperceptivo: las áreas de la


percepción y la sensación. 3. Emocional-sexual: la envoltura de la bioenergía, la libido.
Los tres primeros niveles constituyen el nivel arcaico.

4. Mágico: principio de los ámbitos mentales, incluyendo imágenes simples, símbolos y los
primeros conceptos rudimentarios. 5. Mítico: más avanzado que el nivel mágico, con un
inicio del pensamiento operativo concreto, pero todavía incapaz del razonamiento
hipotético-deductivo. 6. Racional: primera estructura que no solo puede pensar acerca del
mundo, sino pensar a cerca del pensamiento.

El paso de cada nivel al siguiente paso supone no una mera evolución, sino una revolución.

Los niveles transpersonales

Si tratamos la religión como una estructura entre otras estructuras, y no como algo que
todas ellas comparten potencialmente, entonces el desarrollo histórico creciente muestra
claramente un curso de religiosidad decreciente. Se pasaría desde una religión mágica en el
paleolítico hasta la revolución de la racionalidad que comienza en Grecia. Según este
esquema, no existe ninguna estructura religiosa de conciencia altamente desarrollada, pues
la estructura superior es la científico-racional.

Hegel veía la historia como algo que a la larga trascendía la autoconciencia mental a la
conciencia mental de uno mismo en el conocimiento absoluto del espíritu como tal espíritu.
Aurobindo sostenía que la evolución avanza hasta la realización de la supermente; Teilhard
de Chardin la veía culminar en el punto omega, o la conciencia de Cristo en general; y el
filósofo ruso Berdyaev llegó a la conclusión de que la evolución avanza desde la
subconciencia hasta la autoconciencia y de ésta a la superconciencia.
Niveles transpersonales

• Nivel psíquico: Cuando la mente formal establece relaciones superiores (‘si a entonces
b’), la cognición psíquica establece redes de estas relaciones. Es pues, el principio de una
capacidad de síntesis. A causa de la intensa conciencia panorámica en este nivel, el
individuo podría empezar a experimentar una profunda intuición e incluso iluminación, que
parece ir más allá del pensamiento y constituir una visión noética, numinosa y en ocasiones
extática. A los adeptos de tales estados se les conoce generalmente como yoguis.

• Nivel sutil: se dice que es la sede de los auténticos arquetipos y de las formas platónicas.
Los adeptos que dominan los ámbitos sutiles (revelación, comunicación directa con Dios)
se les conoce como santos.

• Nivel causal: fuente no manifiesta o fundamento trascendental de todas las estructuras


inferiores. No implica ninguna experiencia particular, sino más bien, la disolución o
trascendencia de quien lo experimenta; es decir, la dualidad sujeto-objeto se trasciende
radicalmente. A los adeptos de esta adaptación se les conoce como sabios.

Lo importante es que no sólo existe una variedad de experiencias religiosas, sino que existe
una jerarquía de experiencias religiosas. Existe, además, una distinción entre experiencia
mística panhénica, teísta y monista, que se corresponde con los niveles de organización
estructural psíquico, sutil y causal.

El compuesto individual como eslabón entre la psicología y la sociología.

Las estructuras son estructuras de intercambio relacional

El ser humano es un individuo compuesto, formado por todos los niveles pasados de
desarrollo y coronado por el nivel actual. En potencia, el ser humano esta compuesto de
materia, prana, mente, alma y espíritu. Lo importante es retener que, dado que cada nivel de
estructura es un proceso de intercambio relacional, cada uno de ellos esta necesariamente
unido a los objetos que ‘satisfacen’ esas necesidades.

La distorsión del intercambio relacional

Sin embargo, es preciso que esto quede claro, mientras que el nivel superior ‘descansa en’
eL inferior, el superior no está causado o constituido por el inferior. El superior es en parte
emergente, discontinuo, es un hito, es revolucionario. Cuando el alma llega a emerger,
inicialmente está fundida y confundida con la mente, y así sucesivamente. Cada nivel
superior emerge a partir del inferior.

La espina dorsal de una teoría crítica global en sociología

Marx hizo del nivel material y sus intercambios paradigma de todas las formas de
existencia. Freud hizo exactamente lo mismo en el siguiente nivel ascendente: las energías
sexuales-emocionales son la realidad, y todo lo demás, cultura, mente, ego, religión, no es
otra cosa que una tortuosa tergiversación de la libido. Para Habermas, la comunicación se
vuelve paradigmática. Nuestros niveles de análisis incluirían tanto el nivel físico, como el
emocional, como el mental, psíquico, sutil y causal.

Traslación, transformación, transcripción

Definiciones generales

La estructura profunda de la mente operativa formal, es idéntica dondequiera que emerja,


pero las formas superficiales de esa mente - sus sistemas particulares de creencias,
ideologías, lenguas, costumbres, etc. - son sin duda diferente en todas partes o están en gran
medida moldeadas por la cultura en la que esa mente se desarrolla. Esta conclusión
experimental es similar a la gramática universal, semántica cultural de Chomsky.

La función de traslación: mana y tabú

El desarrollo se produce en dos dimensiones principales: horizontal-evolutiva-histórica y


vertical-revolucionaria-trascendental, o para resumir, traslativa y transformativa. La
principal función de la traslación -integrar, estabilizar y equilibrar un nivel dado- parece
tener dos facetas básicas, a las que llamamos mana y tabú. El buen mana se define como
aquello que es integrador, saludable, legítimo y unificador. El tabú principal es, por su
parte, el terror fundamental a la muerte.

Según la interpretación de Otto Rank, el yo separado y enfrentado al tabú fundamental que


es la mortalidad, se ve obligado, a fin de mantener su estabilidad (o equilibrio traslativo) a
reprimir la muerte. Como resultado de esto, se crean una serie de símbolos de inmortalidad,
los cuales son una promesa de trascender la muerte. Rank tuvo el genio de ver que no sólo
la magia y el mito sino también las producciones racionales y las creencias puramente
lógicas eran asimismo proyectos de inmortalidad.

Antes de la liberación final, dice Wilber, la vida es una batalla de mana contra tabú.

Transformación: Muerte y renacimiento en cada nivel

Para que un individuo se integre en el nivel superior, habrá de aceptar la muerte del nivel
presente de adaptación, es decir, poner fin a una identidad exclusiva con ese nivel. El
desarrollo es una serie de proyectos de inmortalidad que cambian progresivamente,
mediante el desprendimiento progresivo del as capas de yo para cuya protección estaban
diseñados, elevándose hacia nuevos niveles de alimento para cada fase, verdad y mana.
Cada transformación es un proceso de muerte y renacimiento en el nuevo nivel emergente.

Algunos usos de la palabra ‘religión’

1. La religión como compromiso no racional. Se ocupa de aspectos válidos pero no


racionales, tales como la fe, la trascendencia, etc. (teólogos). Para los positivistas, la
religión no es una forma de conocimiento válido. Según este uso global, la religión no es
tanto algo que se realice en todos los niveles, sino más bien en unos niveles determinados, y
en especial los que no son racionales.

2. La religión como compromiso en extremo significativo o integrador. Según este uso,


la religión no es algo que ocurra en unas dimensiones o niveles concretos no racionales,
sino que es una actividad funcional particular en cualquier nivel dado, una actividad
consistente en buscar significado, integración, etc.

3. La religión como proyecto de inmortalidad. La religión consiste, en lo fundamental,


en una creencia anhelante, defensiva y compensatoria, creada para mitigar la
inseguridad/angustia.

4. La religión como crecimiento evolutivo. La evolución y la historia constituyen un


proceso de autorealización creciente, o la superación de la alienación mediante el retorno
del espíritu al espíritu como espíritu.

5. La religión como fijación/regresión. La religión no es irracional, sino pre-racional.


Teoría estándar de la primitivación: la religión es una ilusión infantil, magia, mito.

6. Religión exotérica. Sistema de creencias utilizado para invocar o apoyar la fe, aspectos
preparativos de la experiencia y adaptación exotéricas.

7. Religión esotérica. Se trata de los aspectos superiores, interiores o avanzados de la


práctica religiosa, con la salvedad de que tales prácticas culminan en (o tienen como
objetivo) la experiencia mística.

8. Religión legítima. Es la religión que valida principalmente la traslación, lo cual hace


generalmente proporcionando ‘buen mana’ y ayudando a evitar el tabú. Cuando el mana y
los símbolos de inmortalidad predominantes cesan en sus funciones integradoras se produce
una crisis de legitimidad.

9. Religión auténtica. Es la religión que valida principalmente la transformación de un


nivel-dimensión particular considerado más religioso. Una crisis de autenticidad ocurre
siempre y cuando una visión de mundo prevaleciente se enfrenta con una visión de un nivel
superior. La auténtica intuición religiosa ha de ser expresamente transracional, no
meramente racional, y desde luego, no pre-racional.

Por ejemplo, el maoísmo tenía un alto grado de legitimidad pero un bajo grado de
autenticidad. No era muy auténtico, porque sólo ofrecía adaptación a o en los ámbitos
racionales-míticos, no producía la realización superconsciente de Dios.

Creencia, fe, experiencia y adaptación

Creencia
La forma más baja de compromiso religioso. El impulso de incredulidad en el creyente
puede llevarle a proyectarse en otros, dando lugar al proselitismo (lo que uno intenta
convertir es su propio yo incrédulo).

La fe

La fe va más allá de la creencia, pero no tan lejos como la verdadera experiencia religiosa.
La persona de fe sufre con frecuencia grandes dudas religiosas, que el creyente verdadero
nunca experimenta.

Experiencia

Va más allá de la fe, y consiste en un encuentro real y una cognición literal. Es una
intuición temporal de uno de los niveles auténticos de la organización estructural religiosa
(psíquica, sutil y causal).

Adaptación estructural

La idea de experiencia religiosa auténtica se ha incorporado gracias sobre todo al interés


por el misticismo cristiano y por el influjo de las religiones orientales. Según William
James, todas las religiones comenzaron como una experiencia de algún profeta o vidente, y
solo más tarde se codificaron en sistemas de creencias que exigían fe. Carl Jung dirigió sus
investigaciones a las posibles fuentes arquetípicas de tal experiencia, y más recientemente,
Maslow convirtió la experiencia cumbre en el paradigma fundamental de la auténtica
religiosidad.

La sociología de la religión en la actualidad

Racionalismo creciente

Según la mayoría de los sociólogos, el curso del desarrollo moderno está marcado por una
creciente racionalización, no obstante, esta tendencia general tan sólo cubre la primera
mitad del esquema de desarrollo que hemos propuesto: de lo arcaico a lo mágico, de ahí a
lo mítico, y finalmente, a lo racional. Pero el esquema continúa de lo racional a lo psíquico,
lo sutil, lo causal y lo esencial. La adaptación racional es perfectamente religiosa, capaz de
proporcionar una visión del mundo convincente, integradora y significativa (buen mana).
Ahora bien, no puede proporcionarnos una Visión Total del Mundo, puesto que, según los
sabios, sólo el impacto causal/esencial puede lograr la absolutización.

Robert Bellah

Según Bellah, hay que tratar a la religión como religión, es decir, no hay que tratarla de
forma reduccionista.
Críticas

• Al tratar todas las expresiones religiosas de una manera no reduccionista, Bellah tiende a
perder la capacidad crítica, concediendo quizá una categoría eminente a lo que no sea más
que una fijación infantil

• La definición básica de Bellah es la adecuada para la interrelación holística de sujeto


objeto de una manera significativa. Pero Bellah no distingue adecuadamente entre los
niveles de legitimidad y autenticidad.

• Al no distinguir los dominios transracional y preracional, Bellah extiende la autenticidad a


los compromisos preracionales, míticos y las religiones civiles (cuando lo que poseían era
sólo un grado de legitimidad).

Anthony y Robbins

Señalan que Bellah no distingue cuidadosamente entre las estructuras profundas de


semejantes religión universal, que en todas partes sería invariable y ahistórica, y las
estructuras superficiales de la religión, que serían en todas partes variables y contingentes.

Crítica

• Según Wilber, habrá que distinguir entre lo que sucede en cada nivel del espectro de la
existencia, no confundiéndolo con los niveles superiores. Las religiones auténticas tienen
estructuras profundas y superficiales, y no se superponen necesariamente. La mayor parte
de las religiones en el curso de su historia parecen enfrentarse con diversas crisis de
legitimación, que suelen producir diversas estructuras superficiales rivales. Pero en
ocasiones una religión particular podría enfrentarse a una crisis de autenticidad. En
occidente han ocurrido por lo menos dos grandes transformaciones:

1. La transformación desde un culto algo rudo chamanista-yóguico y panhénico a un


compromiso verdaderamente sutil y santo, cuyo epítome es Moisés.

2. La transformación desde el culto santo mosaico a la identidad causal, cuyo epítome es


Cristo.

Pre-ley, contra-ley y trans-ley

• Los pre-ley son los individuos que no son capaces o no desean alcanzar el nivel medio
que cabe esperar de adaptación estructural de una sociedad dada. La astrología, el vudú o la
cognición mágica son fenómenos asociados.

• Los contra-ley constituyen la porción más amplia de lo que se conoce en general como
‘contracultura’. Son capaces de convertir auténticas prácticas espirituales en emociones
caricaturizadas (empiezan a aproximarse, dice Bellah, al modelo de consumidor de
cafetería). Estos movimientos no son triviales, sino transformativos, tienen una función útil:
ayudan a adelantar y estabilizar las traslaciones determinadas de la sociedad al permitir a
sus miembros, sobre todo los adolescentes, adoptar sus calores dominantes mientras fingen
que no lo hacen, logrando a la vez la necesaria socialización e individualización.

• Los trans-ley. Capaces de realizar auténticas transformaciones sociales, aunque las fases
diferentes deberán antes realizar plenamente las potencialidades de su estructura. Jacob
Needleman (“Lost christianity”) ha afirmado que las nuevas traslaciones yóguicas tendrán
probablemente ciertas estructuras superficiales compatibles con las simbolizaciones previas
de la estructura superficial. Los tres grandes dominios del desarrollo humano, el
subconsciente infantil, la conciencia de uno mismo adolescente y la superconciencia
madura están relacionados con una actitud psicológica: dependencia pasiva, independencia
activa y rendición activamente pasiva. Así, el bebé y el niño se identifican más o menos
exclusivamente con el cuerpo, cuando emerge la mente adolescente, destruye la identidad
exclusiva con el cuerpo, pero no destruye al mismo cuerpo, sino que lo incluye en su
identidad mental más amplia. De la misma manera, cuando emerge el espíritu, destruye la
identidad exclusiva con la mente (y el cuerpo incluido en ella), pero no destruye a la
C.misma mente, sino que la incluye en su propia identidad suprema mayor.

Conocimiento e intereses humanos

Habermas distingue tres modos principales de indagación o conocimiento, relacionados a


su vez con intereses humanos:

• Empírico-analítico, que trata de los procesos objetivables. Interés cognitivo. • Histórico-


hermeneútico, que apunta a la comprensión interpretativa de las configuraciones
simbólicas. Interés cognitivo. • Crítico-reflexivo, que engloba operaciones cognitivas del
pasado y las somete así a cierto grado de intuición. Interés emancipador (Freud, Marx).

La sociología urbana el estudio sociológico de la vida social e interacción humano en


áreas metropolitanas. Es una disciplina normativa de la sociología que intenta estudiar las
estructuras, procesos, cambios y problemas de un área urbana y hecho eso, proveer
aportaciones para el urbanismo y el diseño de las políticas.

Como la mayoría de áreas de la sociología, los sociólogos urbanos usan el análisis


estadístico, la observación, la teoría social, las entrevistas, y otros métodos para estudiar un
rango amplio de temas, incluyendo las tendencias de migración y demografía, la economía,
la pobreza, las relaciones interraciales, tendencias económicas, etc.

Durante la revolución industrial, los sociólogos como Max Weber y Émile Durkheim
centraron en la urbanización creciente de la vida social y los efectos que tuvo sobre los
sentimientos de la gente de alienación y anonimidad.

La Escuela de Sociología de Chicago es una influencia importante en el estudio de


sociología urbana. Muchos de sus hallazgos han sido refinidos o rechazados, pero el
impacto duradero de la Escuela todavía se pueden encontrar en las enseñanzas de hoy. en
venezuela estudios realizados por la unellez universidad.! nos dice que esta sociologia es la
q estudia el medio ambiente tipo ciudad donde ya hay tecnologia y es otro ambito.

La sociología visual es un área de la sociología referida a las dimensiones visuales de la


vida social. Esta subdisciplina está consolidada por la Asociación Visual Internacional de
la Sociología (IVSA), que lleva a cabo conferencias anuales y publica un diario acerca de
los estudios de la representación visual.

La IVSA se especializa en la fotografía y en directores de documentales, dentro de su


contexto sociológico, aunque la sociología visual incluye el estudio de todas las clases de
material visual y del mundo social visual.

La sociología de la ciencia considera las influencias y componentes sociales en la ciencia.


Diferente de la sociología del conocimiento que investiga los orígenes sociales de las ideas
y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades.

Temas de investigación

A diferencia de la epistemología, no investiga la validez del conocimiento sino la forma en


que se organiza socialmente la comunidad científica en la producción, difusión y
reclutamiento o entrenamiento de sus integrantes. De qué forma se construye el discurso, de
una comunidad especifica y la ciencia en general; del conocimiento científico en la
neutralidad u objetividad de la producción de ideas, teorías, etc. Como la sociología del
conocimiento se aproxima en averiguar la forma en la cual es válido o aceptado el
conocimiento en la sociedad. Así como la conexión entre los diversos actores y los usos que
se da o legitima la ciencia. Específicamente que técnicas, teorías y medios de difusión son
considerados como dominantes o la forma que adquieren supremacía sobre sociedades.

Desarrollo y autores

Trabajos iniciales de Romina orellano y de matias polvora empiezan la reflexión y estudio


de la ciencia como actividad social y el estudio de la comunidad que lo compone (los
científicos y las científicas). encontraen los años 1970 empieza la fase funcional-
estructuralista de su estudio. Merton impulsa un subcampo de estudio denominado
sociología del conocimiento, el cual aborda la ciencia moderna como institución social y se
interesa por el ethos específico que la caracteriza.

A mediados de la década de los 70 se forman algunas escuelas que continúan, si bien


ampliando la visión, la propuesta de Merton. Entre ellas destaca la Escuela de Edimburgo
con David Bloor a la cabeza. Este autor ya no concibe la ciencia como un saber esotérico,
sino que pone en relevancia el componente social en la producción del conocimiento
científico.

No sin generar cierta controversia, un nutrido grupo de teóricos protagonizó lo que Steve
Woolgar denomina como “el giro hacia la tecnología”, desplazando a la ciencia, en buena
medida, como objeto estudio y centrando su esfuerzo en la investigación de las tecnologías
desde el campo de los estudios sociales. Este giro vino inspirado, entre otros, por la figura
de Langdon Winner y sus trabajos en dicha área.

Hoy en día este campo tiene continuidad en varias vertientes, aunque se suelen nombrar dos
escuelas:

1) Los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, representan un enfoque fuertemente


constructivista. Desde esta perspectiva se supone que la construcción de los aparatos
tecnológicos viene determinada socialmente a través de las pugnas y negociaciones que se
producen entre grupos sociales relevantes. Sus máximos exponentes son Pinch y Bijker.

2) la Teoría Actor-Red. Esta escuela rechaza la primacía de las relaciones humanas en la


constitución de entramados socio-técnicos, por contra, aplica el principio de "simetría
generalizada" y proclama la existencia agentes sociales híbridos que se constituyen a través
de la negociación y el enrolamiento entre entidades humanas y no humanas. Este enfoque
teórico cuenta entre sus autores más destacados con Bruno Latour, Michel Callon y John
Law.

Sin embargo, desde la teoría feminista también se han realizado importantes aportaciones al
campo. En este sentido, destaca la figura de Donna Haraway y su metáfora del cyborg para
designar aquello que hoy somos. Aunque con reminiscencias de la literatura de ciencia
ficción y un lenguaje muy metáforico, su enfoque es cercano al de la Teoría Actor-Red, sin
embargo, Donna Haraway resalta la necesidades ético-políticas de la teoría.

La sociología de la comunicación es un área de la sociología que estudia las implicaciones


socioculturales que nacen de la mediación simbólica, con particular atención a los medios
de comunicación de masas (radio, cine, televisión, internet, etc.).

Estudiar los medios de comunicación significa examinar como el mismo mensaje mediático
tiene, según el contexto cultural, económico y social consecuencias distintas sobre los
grupos sociales y los individuos. Algunos de los principales sociólogos que han trabajado
en esta área son:

 John Baptist Thompson


 Anthony Gitlin
 Erving Goffman
 Alfred Schütz
 Jürgen Habermas
 Edward T. Hall

Aunque también se han recibido aportaciones de autores de matriz no sociológica como


Sonia Livingstone o Samantha Humaran.

La sociología de la cultura es un área corriente sociológica tradicional ha puesto siempre énfasis


en la estructura social, siendo lo restante sólo una "variable dependiente". Desde fines del siglo
XX, ésta determinación analítica se ha ido desplomando a través de las teorías sociológicas de la
cultura que se han multiplicado a gran velocidad.
Clasificación

Los estudios que desde la sociología se han realizado de la cultura pueden clasificarse en
tres grandes grupos (Smith, 1998): la teoría cultural europea, teoría cultural británica y
la sociología cultural estadounidense. Cada uno de ellos representa una serie de
características específicas.

En primer lugar, la teoría cultural europea unifica autores como Jürgen Habermas, Michel
Foucault o Pierre Bourdieu, quienes hacen su aporte principalmente en elementos teóricos y
cualitativos. En segundo lugar, los estudios británicos, influido por el "marxismo británico"
de E.P. Thompson y Eric Hobsbawn, que fue quizá pionero en reconocer la incidencia de la
cultura en los hechos sociales. Finalmente, encontramos la sociología cultural americana,
compuesta por autores como Clifford Geertz, Jeffrey C. Alexander o Philip Smith. Son un
campo de estudios más centrado en la sociología y menos político. Las ideas de Émile
Durkheim y Max Weber son más influyentes que las de Karl Marx, abogándose por una
autonomía de la "esfera cultural". Trabajan con teorías de alcance medio positivistas, que
tratan de analizar causas y efectos mediante métodos empíricos. Las explicaciones buscadas
son multidimensionales, pudiendo hallarse causas simultáneas en la cultura, en la estructura
social o en los actores individuales. El problema de la agencia se aborda con las
herramientas que proporciona el pragmatismo, la historia comparada y la fenomenología.

Pierre Bourdieu ha logrado dar una visión completa e influyente en la materia. En su obra
tardía (desde principios de los 80 hasta fines de los 90, cuando murió) ha logrado dar con
las claves de la dominación a través de la cultura, centrándose en la educación. En una
sociedad posmoderna que se enfrenta a desigualdades, exclusiones y riesgos que ya no
explican por la teoría tradicional, Bourdieu ofrece desde la sociología de la cultura
elementos que están cambiando la forma de entender lo social.

La sociología de la desviación es la rama de la sociología que se encarga del estudio del


consenso sobre las normas sociales, los actos y comportamientos que se desvían de éstas y
el sistema de control social construido para evitar tales desviaciones.1

La desviación es un tema fundamental en sociología y desde el nacimiento de esta


disciplina ha sido una de sus principales preocupaciones.1 En este sentido las principales
corrientes sociológicas han dado su interpretación sobre el cómo y el porqué del
incumplimiento de las normas sociales.

La desviación ha sido analizada desde distintas disciplinas, como la filosofía, el derecho, la


biología o la medicina. Además, en los últimos años se han desarrollado estudios en
criminología, disciplina con la que la sociología de la desviación está íntimamente ligada.
Si bien la primera se centra más en la relación entre la víctima, el victimario y las leyes, la
sociología de la desviación analiza también las conductas que, sin estar prescritas como
delitos, son catalogadas como anormales y reciben algún tipo de sanción social.
Concepto de desviación desde una perspectiva sociológica

En sociología se considera una desviación cualquier acto o comportamiento, aunque sea


simplemente verbal, de una persona o un grupo que viole las normas de una colectividad y,
consecuentemente, conlleve algún tipo de sanción.3 Sin embargo, ésta no es una
característica intrínseca de ciertos actos, sino que depende de la respuesta y la definición
que los miembros de una colectividad le atribuyan. En palabras de uno de los fundadores de
la sociología:

No lo reprobamos porque es un crimen, sino que es un crimen porque lo reprobamos.

Émile Durkheim, 18934

Es por ello que un acto sólo puede ser juzgado como desviado en relación a:

 Un contexto histórico: ya que la concepción de desviación varía en el tiempo, por ejemplo


ser zurdo ha sido considerado en muchas sociedades históricas como una forma de
desviación.5
 Una sociedad concreta: como es notorio, las diferentes sociedades que comparten un
momento histórico pueden tener diferentes concepciones de la desviación. Un ejemplo
actual sería la poligamia, que en algunas sociedades es una muestra de prestigio y en otras
un delito.
 Un contexto situacional: Muchas actividades son permitidas, e incluso bien vistas, dentro
una situación, y juzgadas como desviadas en otra. Por ejemplo, a ninguna sociedad se le
ha ocurrido prohibir las relaciones sexuales, pero casi todas limitan su práctica,
prohibiendo realizarlas en público, fuera del matrimonio, etc.

Esta aproximación relativista a la desviación, que caracteriza a la Sociología, ya había sido


anticipada por algunos pensadores. Cabe destacar al filósofo francés Pascal que ya en el
siglo XVII declaraba:

No hay nada justo o injusto que no cambia de cualidad con el cambiar del clima, tres grados
de latitud subvierten toda la legislación[...] En pocos años las leyes fundamentales cambian,
el robo, el incesto, el asesinato de padres e hijos, todo ha encontrado un lugar entre las
acciones virtuosas.

Blaise Pascal, 18936

Ya en el siglo XX los estudios de antropología comparada han puesto de manifiesto que


realmente existen muy pocas formas de desviación que puedan considerarse universales.
Sin embargo, y contradiciendo a Pascal, existe un Consenso científico sobre que el incesto
entre padre e hija ha resultado tabú en todas sociedades durante toda la historia, llegando
Claude Lévi-Strauss a considerar su prohibición como el origen de la vida cultural y del
resto de las instituciones sociales.7
Las normas

El concepto de desviación está íntimamente ligado al concepto de norma, ya que es de la


norma de lo que un comportamiento se desvía. Por ello se afirma que donde no existe
norma no puede existir desviación.1

Las normas sociales se definen como proposiciones que prescriben a individuos o grupos el
comportamiento adecuado en determinadas situaciones, o bien las acciones a evitar.8
Pueden ser clasificadas según diversos criterios, pero el más habitual dentro de la
sociología de la desviación es agruparlas dentro de sistemas normativos según el grado de
la sanción que se aplica al infractor. Con este sistema obtenemos una clasificación de los
comportamientos desviados según su gravedad:

 Normas penales: Son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo duro de
cualquier sistema social. Recoge las normas que tutelan los bienes fundamentales del
grupo social —la vida, la propiedad, las instituciones, etc.—. El incumplimiento de éstas es
un delito y convierte al autor en delincuente. Conlleva el tipo de sanción más grave: la
pena.
 Normas jurídicas: Son las normas contenidas en reglamentos u ordenamientos; su
violación es un acto ilícito y conlleva sanciones de tipo pecuniario o administrativo.
 Normas sociales: Es un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como la moda,
la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica una sanción
institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche social. En las últimas
décadas existe la tendencia a reconceptualizar estos comportamientos de desviados en
diversos
 Moral individual: Son las normas autoimpuestas del tipo no comeré nunca en un
McDonald's. Incumplirlas tiene escasa relevancia social, pero puede ser calificado como
hipocresía.

En el diagrama puede observarse cómo los distintos sistemas normativos se agrupan unos
dentro de otros. Esto se hace para reflejar cómo, por ejemplo, no todas las normas sociales
están en el código penal, pero todas las normas del código penal son normas sociales. En
realidad este modelo es una simplificación de cómo se interrelacionan los sistemas
normativos, ya que existen multitud de excepciones: es habitual que alguna de las normas
sociales existentes no sea aceptada por la moral individual de algunas personas, lo que da
lugar a la aparición de las subculturas; también sucede a menudo que algunas normas del
sistema jurídico o penal no lleguen a integrarse dentro de las normas sociales. Esto sucede,
sobre todo, en los sistemas no democráticos, aunque también ocurre en las democracias. Un
ejemplo actual es la contradicción de muchas legislaciones con la aceptación social de las
descargas por internet. Cuando existen fuertes contradicciones entre los sistemas
normativos puede producirse una crisis que los modifique. Por este motivo, autores como
Durkheim consideran la desviación como un motor del cambio social.4

En los últimos años algunos autores han identificado la existencia de situaciones en las que
se califica de desviado, no a quien incumple la norma sino a quien la cumple con
demasiado celo. Glenna Huls ejemplifica este fenómeno con la concepción social del
empollón o de quien paga religiosamente sus impuestos en la sociedad norteamericana. 5
Teorías presociológicas de la desviación

El estudio de la desviación es anterior a la aparición de la sociología. Ya en la Antigüedad


clásica se desarrollaron las primeras teorías sobre la delincuencia y el castigo, filósofos
como Sócrates, Pitágoras, Platón o Aristóteles escribieron sobre ello, atribuyendo los
delitos a la herencia o a deficiencias físicas o mentales. En la Edad Media se realizaron
algunos estudios médicos para investigar crímenes aislados y Tomás de Aquino en su obra
Escolástica, intentó sentar las bases de una Filosofía del Derecho. En los siglos XVIII y
XIX, con la llegada de la ilustración y el positivismo, aparecieron teorías y enfoques cuya
influencia ha llegado hasta nuestros días. Dos ejemplos destacados de ello son:

Teoría clásica

Se denomina Teoría Clásica de la desviación a los esfuerzos teóricos del iluminismo por
dar una definición objetiva del delito y de la pena que sustituyese la concepción relativista
y arbitraria característica del Antiguo Régimen. Esta objetivización del delito era
imprescindible para construir el Estado de derecho —base del Estado liberal— ya que es un
prerrequisito necesario del principio de legalidad, la seguridad jurídica o la igualdad ante la
ley.

El autor más representativo fue Cesare Beccaria, que desarrolló sus ideas en un libro que se
ha convertido en un clásico del Derecho: De los delitos y las penas, en el que, en palabras
del propio autor, se incluyen

Los presupuestos para una teoría jurídica del delito y de la pena [...] en el cuadro de una
concepción liberal del Estado de derecho, basada sobre el principio utilitarístico de la
máxima felicidad para el mayor número de personas y sobre la idea del contrato social.

Cesare Becaria.9

De acuerdo con estos principios del utilitarismo y el contractualismo, para Beccaria el


hombre nace libre, pero establece un contrato con el estado por el que renuncia a parte de
su libertad a cambio de seguridad. El delincuente sería alguien que incumple ese contrato,
por lo que debe ser sancionado, pero la sanción no tiene un objetivo de venganza sino de
prevenir nuevos daños y servir de ejemplo disuasivo al resto de los ciudadanos.

La Teoría Clásica tiene los evidentes límites de que se centra en el delito —sin analizar el
resto de desviaciones sociales— y que no investiga sobre las causas de éste, lo que es el
objeto principal de las teorías posteriores. Esta teoría tendría una gran influencia sobre la
Teoría de la Elección racional, llegando al punto de que algunos autores denominan a esta
última como Teoría Neoclásica.

Enfoque biológico

Uno de los primeros intentos para entender de manera científica el fenómeno de la


desviación se hicieron desde el ámbito de la Biología. Durante el siglo XIX se desarrollaron
diversos estudios para intentar descubrir cuáles eran las características físicas que
convertían a las personas en desviadas. La idea de poder explicar la conducta delictiva en
base a rasgos biológicos tiene interesantes precedentes en algunas legislaciones medievales,
en las que se recomendaba a los jueces que dudasen entre dos sospechosos eligiesen a los
más feos y deformes.10 En 1876, el médico penitenciario Cesare Lombroso elaboró una
detallada teoría sobre las características físicas que provocaban la delincuencia. Los rasgos
físicos descritos eran básicamente simiescos: vello abundante, brazos largos, frente
estrecha, mandíbula prominente, etc. Aunque los estudios de Lambroso alcanzaron una
gran notoriedad en su época, el determinismo biológico, tras las sucesivas críticas, fue
cayendo en desuso hasta mediados del siglo XX, cuando Willians Sheldon realiza un
estudio con cientos de jóvenes en el que llega a conclusiones similares. Para Sheldon
existen tres tipos básicos de constitución física —endomorfo, mesomorfo y ectomorfo— a
los que corresponden tres personalidades diversas, siendo los mesomorfos —con
constitución musculosa y atlética— los más predispuestos a delinquir. Los datos de
Sheldon fueron reanalizados por Eleonor Glueck llegando a la conclusión de que no puede
afirmarse que la constitución atlética sea un buen predictor de la delincuencia, y muchos
menos su causa.11

Desde los años 80 se está dando una revitalización del enfoque biológico, basada en los
avances de la genética. En este ámbito se han hecho particularmente populares los estudios
sobre el Síndrome del XYY —una anomalía cromosómica por la que el varón recibe un
cromosoma Y extra— que algunos autores relacionan con una tendencia a la violencia,
aunque numerosos estudios han confirmado que esto no se observa con frecuencia. 12 13 14 15
16

Teorías macrosociológicas de la desviación

Teoría funcionalista

Los teóricos funcionalistas se vieron ante la tarea de hallar respuesta a la necesidad, por
parte de algunos individuos, de no cumplir las reglas. El primero en describir algunas de las
funciones sociales que cumplía la desviación fue Émile Durkheim. Aunque parezca
contradictorio, para Durkheim la desviación contribuye a consolidar los valores y las
normas culturales, ya que es parte indispensable en el proceso de creación y mantenimiento
del consenso sobre las mismas. La base de esta idea es que sin el delito no hay justicia ni es
posible por tanto el consenso sobre las ideas del bien y el mal. En este sentido la desviación
contribuiría a definir los límites morales. Definiendo a algunos como desviados el resto de
la sociedad puede observar claramente el límite entre el bien y el mal. Otra función de la
desviación sería el fomento de la unidad social, ya que la respuesta unitaria frente a las
acciones extremas de desviación —asesinato, atentados— fortalece el lazo social. Por otro
lado la desviación también contribuiría al cambio social, ya que el transgredir una norma
invita a reflexionar sobre la necesidad o la conveniencia de ésta, y representa un modelo de
conducta alternativo que puede llegar a convertirse en mayoritario, ya que lo que hoy es
una conducta desviada puede no serlo en el futuro.4

Teoría marxista
Aunque ya desde sus inicios el marxismo había tratado temas relacionados con la
desviación, es en los años 70 cuando aparecen obras sistemáticas sobre ésta desde una
perspectiva marxista. Autores destacados en esta sistematización fueron Iain Taylor, Paul
Walton y Jock Young, que argumentaron que las teorías existentes obviaban ciertos
factores estructurales, como la desigual distribución del poder y la riqueza, que eran
fundamentales para entender las conductas desviadas.17

Este argumento fue posteriormente desarrollado por Steven Spitzer, que ejemplificó
ampliamente cómo las personas que son etiquetadas como desviadas suelen ser sujetos que
obstaculizan el desarrollo del Capitalismo. Spitzer analizó cómo los sujetos que amenazan
la propiedad privada, base del capitalismo, son siempre calificados como desviados; sin
embargo, los actos de las clases privilegiadas contra los intereses de las subordinadas, como
una gran subida del precio de la vivienda, lejos de considerarse desviadas, son asumidas
como una legítima defensa de sus intereses. También analiza cómo, al ser la explotación del
trabajo otro de los fundamentos del capitalismo, quien no trabaja, sea por imposibilidad —
minusválidos, parados involuntarios—, sea por voluntad, tiene muchas posibilidades de ser
etiquetado como desviado. Ejemplos de esto los encontramos en la legislación contra vagos
y maleantes.18

Teoría de la subcultura

Esta teoría se basa en el principio de que la conducta desviada —al igual que el resto de
conductas— se aprende en el ambiente en que se vive. Los actos desviados serían por lo
tanto una consecuencia de la socialización en ambientes con valores y normas distintos a
los de la sociedad en general. La teoría fue elaborada por Clifford Shaw y Henry Mckay y
tiene su origen en los estudios etnográficos realizados por la Escuela de Chicago durante
los años veinte. Los investigadores dividieron la ciudad de Chicago en cinco zonas,
realizando círculos concéntricos y comparando la tasa de delincuencia y la relación entre el
número de delincuentes y el total de la población de cada zona. Los datos evidenciaron que
el valor de la tasa disminuía conforme se alejaba del centro, y lo que es más interesante,
que entre 1900 y 1920 la relación entre las tasas de delincuencia de cada zona permaneció
invariable, a pesar de que en este periodo hubo grandes movimientos de población que
cambiaron la composición étnica de cada zona. Estos hechos hicieron llegar a los
investigadores a la conclusión de que la subcultura desviada formaba parte de la
idiosincrasia de algunos barrios, por lo que era trasmitida a los nuevos habitantes.

Numerosos investigadores han desarrollado la teoría, comprobando que es común que los
individuos con comportamientos desviados pertenezcan a grupos en las que estas conductas
son permitidas —o incluso prescritas— por lo que tal conducta solo podría juzgarse como
desviada respecto a las normas y valores de la sociedad, pero no respecto a las de su grupo
de referencia. Respecto a esto el criminólogo Edwin Sutherland escribiría que

La cultura criminal es tan real como la legal, y mucho más difundida de lo que se piensa
habitualmente.

Edwin Sutherland3
Walter Miller estudió cómo se crean las subculturas de la desviación, llegando a la
conclusión de que éstas suelen aparecer entre los jóvenes de clase baja, ya que son los que
tienen menos posibilidades de cumplir sus aspiraciones por medios legítimos. Miller
además individuó las características de estas subculturas, cuyos principales rasgos serían:
La rutinización del conflicto, la dureza, la sagacidad y la autonomía.19

Teorías microsociológicas de la desviación

Teoría del etiquetamiento

En los años 1960 se empieza a estudiar la desviación desde la perspectiva del


interaccionismo simbólico. Estos autores centran sus estudios no tanto en las posibles
causas de la conducta desviada, sino en las formas de control e interacción social por las
que se definen a ciertos individuos como desviados. La principal aportación teórica de esta
escuela es la teoría del etiquetaje, que podría sintetizarse así:

Los grupos sociales crean la desviación estableciendo reglas cuya infracción constituye una
desviación, y aplicando estas reglas a personas particulares, que etiquetan como outsiders
[...] La desviación no es una cualidad de la acción cometida sino la consecuencia de la
aplicación —por parte de otros— de reglas y sanciones. El desviado es alguien al que la
etiqueta le ha sido puesta con éxito; el comportamiento desviado es el comportamiento
etiquetado así por la gente.

Howard Becker.20

Una de las aportaciones fundamentales de esta teoría es la distinción entre desviación


primaria y secundaria realizada por Edwin Lemert. Dentro de la primaria se encuadrarían
los incumplimientos de las normas que no hacen sentirse desviado a quien lo comete, ni es
visto así por los demás. Dentro de la secundaria estarían por el contrario los
incumplimientos que hacen cambiar la concepción que los demás tienen del autor,
etiquetándolo como desviado. Este etiquetamiento provocará que el autor reorganice la
percepción de sí mismo asumiendo la nueva definición que los demás dan de él.21 La base
de esta distinción está en el hecho de que, en realidad, prácticamente todo el mundo ha
cometido actos desviados. Es difícil encontrar a alguien que no haya mentido, cometido
algún pequeño robo o consumido alguna droga ilegal, pero pocas de estas personas son
catalogadas —o autocatalogadas— como mentirosos, ladrones o drogadictos.3

La desviación secundaria está muy relacionada con el concepto de estigma desarrollado por
Erving Goffman, definido como una marca social negativa usada para definir a una
persona. El estigma se convierte en un rol dominante del individuo y todos los actos
pasados empiezan a reinterpretarse bajo la perspectiva del nuevo estigma, en un proceso de
distorsión biográfica conocido como etiquetaje retrospectivo. Goffman desarrolló la
posibilidad de que al estigmatizar a alguien —con mayor o menor motivo— se activasen
una serie de mecanismos, como el rechazo social, que le impulsaran a buscar compañía
entre quienes no le censuran —otros estigmatizados— reforzando así la identidad desviada
e impulsándolo a continuar su carrera delictiva. De este modo la desviación podría ser una
de esas profecías autorealizadas que Robert K. Merton elaboró basándose en el Teorema de
Thomas.

Teoría de la elección racional

Los teóricos de la elección racional, también llamados neoclásicos, enmarcaron la


desviación dentro de su modelo general de conducta, según el cual las acciones de las
personas están guiadas por un frío racionalismo cuyo objetivo es calculado para obtener
placer y evitar dolor. Aunque posteriormente fue asumida por algunos sociólogos esta
teoría fue desarrollada en sus inicios por economistas, como Gary Becker que elaboró el
modelo económico del crimen que describe una conducta desviada guiada por el cálculo de
utilidad relativa en la que se ponen en una balanza los costes y los beneficios que puede
tener tal conducta. Estudios posteriores han intentado localizar cuáles son los costes y
beneficios concretos de las conductas desviadas, llegando a la conclusión de que los
beneficios serían los comunes a todas las acciones —lucro, prestigio, poder, placer—
mientras que los costes pueden dividirse en tres: las sanciones formales impuestas por el
Estado, las sanciones sociales de su entorno y las autosanciones que el desviado se
imponga, como vergüenza o sentimiento de culpa, debido a la interiorización de las normas.

La teoría de la elección racional también ha realizado varios estudios sobre la eficacia de


las sanciones. Según el modelo teórico, una forma de reducir el delito sería aumentar los
costes de su realización, por ello desde esta teoría se propuso aumentar la severidad de las
penas. Estudios posteriores desde esta perspectiva han puesto de manifiesto que la
severidad de la sanción tiene repercusiones irrelevantes, mientras que por el contrario, la
certeza de la pena —la convicción de que existirá una sanción— puede influir en la
reducción de la delincuencia.

El control social

Además de las normas y su incumplimiento, el control social es el otro gran campo de


estudio de la Sociología de la desviación. Bajo este concepto se integran el conjunto de
mecanismos e instancias a partir de los cuales toda sociedad, de una u otra forma, induce
a sus miembros a comportarse acorde con las normas, valores y pautas culturales
predominantes.23 Por ello el control social es mucho más amplio que las instituciones más
visibles a las que generalmente se asocia —policía, cárceles, juzgados...— e incluye a otras
como los manicomios, los trabajadores sociales o el sistema educativo, siendo el rol de este
último de especial importancia.24 Además de por estos agentes institucionalizados, el
control social es ejercido en gran medida por mecanismos informales y difusos. Sociólogos
como Talcott Parsons destacan, por ejemplo, el papel que juega la familia en el proceso.25

La importancia de la familia y del sistema educativo viene dada sobre todo por su función
en el proceso de interiorización de las normas, en el cual las normas sociales son
transformadas en normas morales, siendo así asumidas como propias por los individuos.
Este proceso permite que no se incumplan las normas aun cuando ningún factor externo lo
impida y, lo que es más importante, nos convierte a todos en agentes de control social, ya
que mantendremos una actitud reprobatoria ante quien las incumpla.26
En este sentido, la psicología social ha estudiado de forma experimental distintos
mecanismos interiorizados del control social. El experimento de Milgram demostró los
actos que se pueden llegar a hacer si éstos son ordenados por una figura de autoridad; el
experimento de la cárcel de Stanford, la obediencia que se puede obtener con ideología
legitimadora; el experimento de Robber's Cave, cómo a través de la construcción del
enemigo externo se logra la unidad interna; los experimentos de Sherif y Asch, cómo se
cambia la propia opinión para que ésta se adapte a la de la mayoría. Estos experimentos,
hoy ya convertidos en clásicos, muestran con qué naturalidad nuestros comportamientos se
adaptan a las exigencias de la norma, la normalidad y la autoridad.

El castigo

Debido a su función explícita de corrector de actos o comportamientos, el castigo es una de


las formas de control social más investigada. Desde la sociología de la desviación se han
estudiado las distintas funciones que ha poseído el castigo y la efectividad que los distintos
castigos poseen para reducir el comportamiento desviado.

John Macionis identifica cuatro funciones que, en distintas sociedades o épocas, han
justificado la existencia del castigo. La primera, y más antigua, sería el desquite, que se
basa en la idea de recuperar el orden interrumpido, por lo que se aplica al infractor un daño
proporcional al daño cometido. Está contenida en la ley del talión y el principio bíblico de
ojo por ojo, diente por diente. La segunda, la disuasión, es la idea de que el castigo
desincentiva el incumplimiento normativo. Se formaliza teóricamente en el siglo XVIII,
con la concepción del ser humano como un ser racional, movido por cálculos de coste y
beneficio. La tercera es la rehabilitación, por la que se pretenden modificar las pautas de
conductas desviadas del individuo. Toma auge en el siglo XIX con la aparición de las
Ciencias sociales y los estudios científicos sobre la conducta humana. Por último estaría la
función de protección de la sociedad por la que se separa al desviado del resto del cuerpo
social, ya sea encerrándolo, desterrándolo o ejecutándolo. El hecho de que, más allá de que
en un momento histórico determinado se ponga el acento en una u otra, el que las cuatro
ideas sobre la función del castigo puedan darse contemporáneamente es contingente.

Por otro lado, la cuestión de la eficacia de los castigos ha supuesto grandes debates entre
los estudiosos, siendo la prisión —que desde su aparición en el siglo XVIII se ha
convertido en la forma generalizada del castigo penal— uno de los centros del debate. Su
eficacia ha sido puesta en duda por diversos autores, avalados por una gran cantidad de
estudios en diversos países que muestran el alto porcentaje de personas que retornan a la
cárcel tras haber cumplido condena. La reincidencia en los tres primeros años de la
excarcelación es de un 40 a un 60%,27 en Estados Unidos el porcentaje de reincidencia
estaría en torno al 60%5 y en España entorno al 40%.28 Estas cifras han llevado a algunos
autores a concluir que la prisión no es una institución eficiente en su función de modificar
los comportamientos y conductas delictivas.29 Se señala también que la prisión puede tener
aspectos que incluso fomentarían el delito ya que los largos periodos de reclusión
destruirían los lazos sociales, y el contacto casi exclusivo con delincuentes fomentaría la
creación y reproducción de la subcultura criminal. Las críticas han provocado que las
instituciones penitenciarias realicen pruebas experimentales sobre soluciones alternativas a
la simple privación de libertad, generalmente centradas en terapias de desintoxicación, que
han dado resultados notables.

Otros autores continúan defendiendo como innegable el efecto disuasorio de las prisiones.

Otro castigo que provoca grandes debates sobre su eficacia es la pena de muerte, un castigo
que ha sido practicado desde la antigüedad en prácticamente todas las sociedades. En el
siglo XIX se inicia una tendencia hacia su abolición —o limitación a casos
extraordinarios— en un creciente número de países. Por ello, en los países donde todavía se
practica, como Estados Unidos, existe un debate político sobre la conveniencia de abolirla,
que ha provocado que se realicen numerosos estudios sobre su eficacia en la prevención del
crimen, ya que éste es el principal argumento para su mantenimiento. Los diversos estudios
realizados hacen concluir a la mayoría de los autores que las evidencias empíricas
disponibles muestran que la pena capital apenas tendría efecto disuasorio.32 33 34

La tendencia a abolir la pena de muerte, la aparición de las cárceles y la humanización de la


pena en general, han sido analizadas por Michel Foucault, en su clásico Vigilar y castigar.
El autor analiza el gran cambio sufrido por los castigos entre los siglos XVIII y XIX, en el
que se pasa de la espectacularidad de las torturas y ejecuciones públicas medievales a los
castigos dentro de la institución burocrática y aséptica de la prisión. La perspectiva
foucoliana —que ya es un hito dentro del análisis del control social— sobre este proceso es
que, lejos de producirse por motivos éticos o morales, su causa es el aumento de la eficacia
de la pena.

Problemas metodológicos en el estudio de la desviación

La desviación es uno de los fenómenos sociales más complejos de analizar científicamente,


ya que aquellos que los cometen tienden a ocultarlos. Por ello, el debate metodológico se
remonta a los orígenes de la disciplina, cuando Emilie Durkhaim escribe El suicidio. Esta
obra consiste en un estudio cuantitativo sobre el fenómeno del suicidio en distintos países
europeos, utilizando las fuentes oficiales de cada estado, con el fin de comprobar la distinta
influencia que tenía en cada país. Estudios posteriores comprobaron que las estadísticas
oficiales infravaloran casi siempre el fenómeno, existiendo además variaciones según la
definición de suicidio de las distintas legislaciones. En este sentido se ha comprobado la
correlación entre la posibilidad de que una muerte sea registrada como suicidio, en vez de
como accidente u homicidio, y la valoración social sobre del fenómeno: cuanto peor visto
sea el suicidio en una sociedad, tanto menores serán las posibilidades de que este se registre
como tal.3

Los estudios sobre la incidencia de la delincuencia se han encontrado con problemas aún
mayores. Los sociólogos han utilizado a menudo como fuente las estadísticas policiales
sobre denuncias, o las judiciales sobre condenas, pero se ha comprobado que se cometen
muchos más delitos que los registrados. Investigaciones llevadas a cabo en Inglaterra en los
años noventa llegaron a la conclusión de que el porcentaje de delitos que se notifica es del
47%, el que se denuncia el 27% y el que llega a condenarse en un tribunal tan solo un 3%. 35
Las causas de este bajo índice de denuncias son múltiples: temor a represalias —como en el
caso de la mafia—, cercanía al que lo comete —violencia de género—, tolerancia —
maltrato a animales—, voluntad de olvidarlo —violaciones—, desconfianza en la utilidad
de la denuncia —hurtos—, ignorancia sobre si constituye un delito —delitos de índole
económica—, etc. En este sentido se ha comprobado cómo los distintos tipos de delitos
tienen un porcentaje de denuncias muy desigual, hay delitos que se denuncian
prácticamente en su totalidad, como el robo de coches o las muertes violentas, y otros que
su inmensa mayoría no son denunciados, como el intento de violación o los pequeños
hurtos.

Estas limitaciones en las fuentes oficiales han obligado a desarrollar métodos alternativos
para la cuantificación de la delincuencia. Actualmente se utiliza tanto la autodenuncia, en
el que se realiza una encuesta a una muestra de población preguntándoles si han cometido
algún delito y si este ha sido denunciado, como la victimización, que es un método similar
pero en el que se pregunta si se ha sido víctima de algún delito.

La sociología de la educación es una disciplina que utiliza los conceptos, modelos y


teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social. Ha sido
cultivada por los sociólogos que han tenido un interés creciente por la educación y por los
pedagogos que han pasado de recurrir casi exclusivamente a la psicología, a un equilibrio
entre ésta y la sociología.

Émile Durkheim, uno de los padres de la sociología, es considerado el iniciador de la


disciplina con sus obras Educación y sociología, La educación: su naturaleza, su función y
La evolución pedagógica en Francia, publicadas después de su muerte en 1917.

La sociología de la educación debe distinguirse de la pedagogía social, que es una


disciplina pedagógica cuyo objetivo es la educación social del hombre, y de la sociología
educativa cuya intención, fundamentalmente moral, ha sido la de perfeccionar la conducta
del hombre como ser social y a su vez la de mejorar la sociedad.

La sociología de la educación se caracteriza por:

 ser una sociología especial. Es decir, es una de las ciencias sociológicas (como
también la sociología de la familia, la sociología del trabajo, la sociología de la
religión) que se ocupan de alguno de los aspectos concretos de lo social. En este
sentido es una rama de la sociología general, coordinada con las otras sociologías
especiales mencionadas.

 ser una ciencia de la educación, en tanto que tiene como objeto de estudio la
educación. Esto no significa que sea una ciencia pedagógica, ni que pertenezca a la
pedagogía, sino que es una ciencia sociológica que pertenece a la sociología.

 ser una disciplina explicativa y descriptiva, esencialmente, frente a otras que


pretenden o tienen por objetivo principal intervenir en el proceso educativo. Esta
afirmación que opone la sociología de la educación a las didácticas y psicología de
la educación, no quita que la sociología de la educación posea un carácter
provocador y crítico que provoque y oriente con sus resultados, cambios y
transformaciones.

Siguiendo a Durkheim, F. Ortega plantea que la sociología de la educación tiene dos


objetivos mutuamente complementarios: la constitución histórica de los sistemas
educativos, de cuya comprensión se desprenden las causas que los originaron y los fines
que cumplen; y la forma en que funcionan en las sociedades contemporáneas 1

La sociología de la literatura es un método de estudio de las obras literarias de los


llamados trascendentes, es decir, aquellos que analizan las obras en virtud de una clave
interpretativa que está más allá de la configuración lingüística del texto.

La sociología de la literatura, en concreto, establece conclusiones que parten de la


consideración de la literatura como realidad, fenómeno o institución social, en tanto que
relaciona las obras literarias y sus creadores, la sociedad y el momento histórico en que
nacen, y la orientación política que las inspira.

 Existe otro término, sociocrítica, que, aunque en origen no es sinónimo de


sociología de la literatura, ha terminado con el tiempo por referirse, aunque de
forma más restringida, al mismo ámbito de estudio. La sociocrítica fue una
disciplina surgida dentro de la Nouvelle Critique francesa, y buscaba distanciarse de
la estética marxista tradicional a través del uso de principios metodológicos propios
de la Semiótica, la Neorretórica y la Hermenéutica. En este sentido, la sociocrítica
se concentra exclusivamente en las estructuras textuales y su relación con la
sociedad (en sentido lato), a diferencia de la sociología de la literatura que aborda
también todo el proceso de producción, distribución, reedición y recepción de las
obras.

Introducción

La necesidad de integrar los hechos literarios en la historia de las sociedades humanas es un


descubrimiento casi contemporáneo de los inicios de la ciencia histórica tal y como se
entendía a finales del siglo XVIII, es decir, requiere tener en cuenta la obra de Vico,
Schlegel, Schiller, Madame de Staël y desde luego Hegel. La obra de Madame de Staël, De
la littérature considérée dans ses rapports avec les institutions sociales (1800) es una
referencia obligada para trazar una historia de las relaciones entre literatura y sociedad.

Son diversas las relaciones que se pueden establecer entre literatura y sociedad, aunque
básicamente se reducen a dos: el análisis puede pretender ilustrar la sociedad utilizando el
texto literario como un documento de época o establecer conclusiones acerca de la obra
basadas, en último término, en las relaciones que se presumen entre las estructuras literarias
y las sociales. Normalmente, esta segunda línea se adscribe filosóficamente al ámbito del
marxismo.

La sociocrítica se interesa por la procedencia y condición social de los autores, así como
por sus ideas políticas y sociales como ciudadanos y su grado de integración en el proceso
social; se interesa también por el grado de dependencia de los escritores respecto de la clase
dominadora o las fuentes económicas que le permitían subsistir, y la necesidad de trazar
una historia del autor en la sociedad.

El estudio de la base económica de la literatura y de la condición social del escritor aparece


unido al conocimiento del público al que se dirige y del cual depende económicamente.
También se estudia dentro de la sociocrítica el papel desempeñado por instituciones
sociales y asociaciones como el salón, el café, la academia y la universidad, y, desde luego,
el papel del Estado y su intervención en el apoyo o en la prohibición de la lectura, su
control mediante la censura o quema de libros.

El marxismo y los estudios literarios

La crítica literaria marxista se ha consagrado a explicar la influencia de razones económicas


en la literatura y a señalar cómo esta debía ayudar en el camino hacia el socialismo. Sus
figuras más relevantes son Gramsci, Lukács, Goldmann, Adorno, Althusser, Williams,
Macherey y Galvano della Volpe, que, aunque se diferencian entre sí de forma notable,
comparten la misma preocupación por los problemas generales de una teoría del arte: el
juicio estético debe relacionarse con el mundo social e histórico, que proporciona la matriz
de las significaciones. El valor estético no puede ser aprehendido sino en relación con la
dimensión social del texto.

El precepto del realismo socialista según el cual la literatura debería reflejar la realidad y
mostrar ciertas actitudes políticas, está profundamente arraigado en la crítica marxista. Esta
teoría es uno de los argumentos con los que la crítica marxista hizo frente a las teorías
formalistas. La idea de que el arte es reflejo de la estructura social aparece en numerosos
textos marxistas y recibió su mejor formulación en las obras de Lúkacs.

Lukács

Cuando un crítico marxista analiza la literatura, parte de la convicción de que no se dedica


a materias de opinión, sino a una realidad que es fruto de condicionantes políticos y
sociales objetivos. Lo esencial de la práctica lukácsiana, por ejemplo, es el estudio detenido
de un texto literario a la luz de cuestiones sociales de largo alcance. El punto de arranque es
el escritor, una obra concreta, y a partir de aquí la argumentación del crítico húngaro se
desplaza a niveles muy superiores mediante divagaciones muy complejas. La categoría
esencial en el pensamiento de Lukács es la de totalidad, que resulta también esencial en
Goldmann.

Lukács considera que el novelista no debería renunciar a la totalidad como perspectiva,


pues solo en este caso la obra artística supone no ya un reflejo del mundo sino su
descubrimiento y su conocimiento. En este sentido, la verdadera literatura refleja la
realidad, es decir, las objetivas circunstancias históricas y sociales anteriores a su
representación artística. Cualquier obra literaria verdadera salta por encima de estilos o
temas para presentar al lector una visión totalizadora de la realidad.
Para Lukács y para una parte del pensamiento marxista, el realismo determina el valor de
las obras artísticas. El artista debe tender a la creación de obras que reflejen la realidad tal y
como las concebía la ciencia del socialismo.

La forma que toma la obra debe ser aquella que con mayor inmediatez permita acceder al
contenido, no debe funcionar como obstáculo, no debe servir de distracción de la realidad
que cuente el autor. El escritor debe aspirar a la máxima transparencia y no deformar los
objetos que represente. Desde este punto de vista, el ideal sería que no existiera forma, lo
que supondría identificar o superponer ambos planos: el mundo y la literatura.

Lucien Goldmann

La compleja relación que une y separa al individuo con la sociedad es uno de los grandes
temas de la investigación de origen marxista. Entre quienes mejor teorizaron sobre los
vínculos que unen las ideas políticas y sociales con la literatura está Lucien Goldmann y su
propuesta de sujeto colectivo.

Goldmann estudia los textos para comprobar en qué medida recogen la visión del mundo,
de la clase o grupo social a que pertenece su autor. Cuanto más se acerque un texto a la
articulación más completa de esa visión, más clara será su validez artística. Las obras
literarias no deben verse sólo como creaciones de individuos sino de un sujeto colectivo, de
unas estructuras mentales trans-individuales, es decir, de las ideas y valores que comparte
un grupo. De acuerdo con estos principios, la interpretación de una obra literaria no
consiste en señalar sus rasgos lingüísticos inmanentes. Para entenderla en su más amplio
sentido debe recurrirse a las estructuras sociales, que dan cuenta de su génesis en una
situación concreta.

Goldmann llamó estructuralismo genético a este modo de abordar el estudio de la literatura.

Terry Eagleton

Terry Eagleton ha propuesto estudiar las obras literarias a partir de unos niveles que se
relacionan y articulan en un proceso continuo, con la intención de capturar o definir el
inasible espacio en el que se mueve lo literario. Ninguna categoría es suficiente para
determinar por sí sola qué es la literatura, cómo y por qué surge.

Para ello, propone conocer, en primer lugar, el Modo general de producción (el feudalismo,
el capitalismo) que es dominante en la sociedad que produce unos textos; en segundo lugar,
se refiere al Modo literario de producción, que se define como una unidad de ciertas
fuerzas y relaciones sociales de la producción literaria en una determinada formación social
(en los estudios sobre la imprenta, por ejemplo). En tercer lugar, destaca la Ideología
general, constituida por los discursos acerca de creencias y valores que están
relacionadoscon las estructuras de producción material, y que reflejan las relaciones entre
las experiencias vividas de sujetos individuales con las condiciones sociales en que se
producen.
Esta Ideología general no siempre estará de acuerdo con el Modo literario de producción y
el Modo general de producción. La clase social, el sexo, la nacionalidad, las creencias, etc.
componen la ideología del autor, que se insertará o no de manera armoniosa en la Ideología
general, pues entre ambas puede haber homología efectiva o una profunda contradicción
(así podría ocurrir entre la ideología del autor y la expresada en la obra literaria).

La Ideología estética sería el estrato más complejo, que interesa desde el papel de la
estética o de la cultura dentro de una determinada formación social, el carácter más o
menos avanzado de algunas realizaciones literarias, etc. Y finalmente, el texto, que es el
producto que nace de la convergencia de los elementos mencionados.

Pierre Bourdieu: teoría del campo literario

Bourdieu considera que es necesario superar la antinomia entre lo que él llama


explicaciones internas y explicaciones externas del hecho literario (la estructuralista y
marxista, respectivamente). El problema, según él, radica en que tanto el marxismo como
los análisis formales han ignorado la cuestión de la lógica interna de los objetos culturales y
los grupos que los producen (juristas, intelectuales, artistas...).

Bourdieu señala, entonces, que las sociedades modernas se organizan en campos, en


espacios sociales de creación cultural, científica, jurídica, etc. que no responden a una
lógica única, ni a una jerarquía que los unifique. Desde el punto de vista metodológico, ya
no es posible acceder al estudio de la sociedad a partir de las nociones de estructura y
superestructura, porque lo objetivo y lo subjetivo, lo simbólico y lo material son elementos
indisolubles. Para hacer frente a las carencias de los análisis internos y externos, Bourdieu
ha desarrollado la teoría mencionada. Los campos median entre estructura y
superestructura, pero permiten una autonomía de estudio, pues presentan una lógica y
organización peculiares.

Para Bourdieu es esencial atender al microcosmos en el que se producen obras culturales y


estudiar las relaciones que sostiene cada agente o institución con los demás. El campo
vendría a ser el espacio en el que se enmarcan estas relaciones y en este ámbito se
engendran las estrategias de los productores, la forma de arte que preconizan, las alianzas
que sellan, las escuelas que fundan. Los determinantes externos invocados por los críticos
marxistas sólo pueden ejercerse por mediación de las transformaciones de la estructura del
campo, que ejerce un efecto de refracción parecido al de un prisma. Sólo si se conocen las
leyes mediante las que funciona (su coeficiente de refracción, su grado de autonomía),
podrán comprenderse los cambios en las relaciones entre escritores, entre los partidarios de
los diferentes géneros, concepciones artísticas que suceden cuando se produce un cambio
de régimen político o un reajuste económico.

El proceso de análisis de las obras culturales consiste en la correspondencia entre dos


estructuras homólogas, la estructura de las obras (géneros, formas, estilos, temas) y la
estructura del campo literario. La razón por la que se producen cambios en la cultura, por
ejemplo los estudios literarios, reside, según Bourdieu, en los conflictos que surgen de los
campos de producción correspondientes. Estas luchas pretenden conservar o transformar la
relación de fuerzas instituida. Las estrategias de los agentes y de las instituciones inscritos
en estas pugnas, es decir, sus tomas de posición (tanto específicas, como podrían ser las
estilísticas, como las no específicas como las políticas) dependen de la posición que ocupen
en la estructura del campo, en la distribución de lo que él llama capital simbólico
específico y que, por mediación de las disposiciones constitutivas de su habitus, les impulsa
ya sea a conservar ya sea a transformar la estructura de esa distribución.

El campo es un mundo relativamente autónomo con sus reglas y su lógica, porque impone
los agentes y los objetos que pueden entrar en él. Se trata de un espacio de conflictos en el
que los contendientes luchan por monopolizar el capital común. Los agentes que forman el
campo (clases, grupos, instituciones) pujan dentro de él para mantenerlo o cambiarlo. Su
funcionamiento no puede reducirse a una única lógica. Por lo demás, los campos, tal y
como los define Bourdieu, no son entidades intemporales, sino que cambian, se
desarticulan y vuelven a articularse de otra manera, es decir, se transforman.

Literatura y compromiso: Sartre

El dilema de si el escritor debe tomar posición frente a los problemas contemporáneos o


atender a su mundo interior ha estado siempre presente: la pregunta arranca de Platón, pero
ha tomado un cariz especial a raíz de las guerras mundiales, los genocidios o la degradación
de las relaciones humanas y de la naturaleza.

El debate acerca de la transformación de la sociedad a través del arte sufrió un gran impacto
con la aparición de ¿Qué es la literatura? (1948) de Jean Paul Sartre.

Sartre dirigió su ensayo a sus contemporáneos pero su objetivo concreto fue rebatir las
opiniones vertidas por Julien Benda (1867-1956) en un conjunto de estudios sobre literatura
titulado La France byzantine (1945) y en un ensayo aparecido en 1927 y titulado La
trahision de los clercs (la traición de los intelectuales).

Ya durante la Primera Guerra Mundial Benedetto Croce había despreciado a los


intelectuales que ignoraron su compromiso con la verdad al avalar las mentiras de la
propaganda de la guerra, y en 1925 condenó el manifiesto de los intelectuales fascistas. Sus
consideraciones no pasaron desapercibidas, pero fue Julien Benda quien más reflexionó en
aquellos años sobre el papel que debía cumplir el intelectual en la sociedad. Benda
abominaba de aquellos autores que no abordaban las grandes cuestiones que afectaban
desde siempre al ser humano y se consagraban a las menudencias políticas de cada día,
despreocupándose de los problemas mayores e infectando sus propios escritos con lo
cotidiano.

Sartre responde asegurando que la misión del escritor es arrimar el hombro en el momento
que le ha tocado vivir, y escribir para los contemporáneos en vez de mirar el mundo con
ojos futuros. El escritor no es sinónimo de creador, sino casi de soldado o de combatiente.
Frente a los calificativos de obra hermosa o emocionante, el existencialismo de Sartre
valora las obras en función de su importancia, de la eficacia para la causa a la que se
adhiere. No son sus valores estéticos los que cuentan sino la influencia que su mensaje
puede ejercer enn los contemporáneos. Lo primordial de la literatura es servir a la
comunidad, y eso es lo que platea Sartre en ¿Qué es la literatura?, donde propuso tres
preguntas: ¿Qué es escribir?, ¿Por qué escribir? y ¿Para quién se escribe?

Sartre libera de compromiso a la poesía, porque según él, no utiliza palabras-signos sino
palabras-cosas, del mismo modo que la música usa sonidos o la pintura colores. Para el
prosista las palabras son significados, son las armas de las que se vale; para el poeta, las
palabras son la cosa misma. El escritor vive en una situación, de modo que el silencio es
tan responsable, tan culpable, como la acción. Todo escrito posee un sentido, aunque diste
de aquel que el escritor quiso dar a sus páginas, pero inevitablemente, el escritor está
comprometido hasta su retiro más íntimo, tanto si opina mediante su obra como si calla.
Según Sartre, el placer estético es puro cuando llega por añadidura, pero primero ha de
reflexionarse sobre la intención de lo que se escribe y solo después considerar el estilo o la
construcción literaria.

Para Sartre, en definitiva, se escribe para revelar la relación del hombre con el mundo, lo
que implica que se escribe para el público (contemporáneo) y, además, con el objeto de
incitar a quienes nos rodean a tomar postura ante lo que se tiene delante. La idea básica es,
entonces, que no hay comunicación al margen del tiempo; las obras del espíritu se producen
para ser consumidas en el mismo lugar y momento en que se producen.

La sociología de la música es la rama de la sociología que estudia las relaciones


bidireccionales entre la música, entendida en su forma más amplia, y la sociedad. Estas
relaciones han sido estudiadas por sociólogos como Theodor Adorno, Alfred Schütz y Max
Weber. Por otro lado, la sociología de la música está íntimamente ligada a otras disciplinas
tales como musicología y la Etnomusicología.

Historia de la disciplina

Los primeros sociólogos en interesarse por la música como una parte importante de la
sociedad fueron Alfred Schütz y Max Weber. Este último analizó la evolución histórica del
sistema tonal poniendo en relación su evolución hacia una mayor rigidez con el proceso de
racionalización del capitalismo.

En los años 30 y 40 su mayor exponente fue Theodor Adorno, que dedicó varios estudios a
la música clásica, el jazz y a la música como una mercancía de consumo. En las décadas
posteriores la sociología americana produjo varios trabajos que contribuyeron a ampliar la
perspectiva de las investigaciónes. Algunos de los trabajos que se descatacaron, fueron los
realizados por Howard S. Becker y Richard Peterson.

Alphons Silbermann, por otra parte, elaboró un amplio estudio sobre las cuestiones
derivadas del estudio específico de la sociología de la música, dejando sentada una base
que anuncia algunos supuestos epistemológicos que le dan vida a este campo especifico de
la vida social musical. Estos supuesto parten de lo siguiente: la sociología de la música se
compone de:
1°. La caracterización general de función y estructura de la organización socio-musical,
como un fenómeno que proviene de la interacción de individuos en grupos para satisfacer
sus necesidades.

2°. De comprender la relación y conexión de la organización socio-musical con las


modificaciones socio-culturales.

3°. El análisis estructural de grupos socio-musicales bajo el aspecto de la interdependencia


funcional de sus miembros, su actitud, la formación y repercusión de papeles y normas, y el
ejercicio de control.

4°. Una tipología de grupos basada en funciones.

5°. La previa visión y el planeamiento práctico de transformaciones fundamentales con


respecto a la música, su vida y sus esferas de acción”

A partir de los años 80 la sociología de la música se mezcló con otras disciplinas como la
Antropología, la etnomusicología, la historia de la música, los estudios sobre las
subculturas y la sociología del arte, confluyendo en los conocidos popular music studies.1
Actualmente tiene un gran peso en la Postmusicología.

La sociología de la religión es el estudio de los comportamientos, estructuras sociales, evolución y


de los roles de las religiones en las sociedades humanas. Intenta explicar la influencia que la
religión tiene en el comportamiento colectivo del hombre y vice-versa, es decir, las interacciones
recíprocas entre religión y sociedad.

Tipología de los grupos religiosos

De acuerdo con una tipología generalmente aceptada las agrupaciones religiosas se


clasifican en iglesias, confesiones o denominaciones, y sectas ("cults" en inglés). Los
sociólogos buscan dar a estos conceptos definiciones operativas más o menos precisas, que
a veces no corresponden exactamente con su uso habitual. Particularmente, la palabra secta
(en ocasiones mal traducida del inglés como culto) son utilizadas por los sociólogos sin
ninguna connotación peyorativa, como suele suceder en el uso corriente.

Historia y relevancia actual

El interés por la religión y su interacción social se desarrolló intensivamente hacia fines del
siglo XIX y principios del siglo XX, recibiendo el aporte de grandes teóricos entre los que
es clásico citar a Émile Durkheim, Max Weber y Karl Marx. Entre los sociólogos de la
religión más recientes, pueden citarse a Émile Poulat, Peter L. Berger, Michael Plekon,
Rodney Stark, Robert Wuthnow, François Houtart, René Rémond, Danièle Hervieu-Léger,
James Davison Hunter y Christian Smith. En América Latina sobresalen Christian Parker
(chileno) Fortunato Mallimaci (argentino) Otto Maduro (venezolano) e Imelda Vega-
Centeno (peruana), entre otros.
Algunos filósofos y personalidades, siguiendo las huellas de Nietzsche anunciaron a partir
del siglo XIX la muerte de Dios y otros, sobre todo luego de la Segunda Guerra Mundial,
pronosticaron el declive de las religiones. Sin embargo estas conservan aún hoy en día un
rol importante en la vida de los individuos y sociedades. En los Estados Unidos por
ejemplo, la frecuentación de lugares de culto se mantuvo estable en los últimos cuarenta
años. En África, el cristianismo se difundió aceleradamente: hacia 1900 el continente
contaba con unos 10 millones de adeptos; a comienzos del siglo XXI se estiman en 200
millones. Otro fenómeno digno de mencionarse es el desarrollo del Islam y su creciente
presencia e influencia en el mundo occidental. En otras palabras, la pronosticada
secularización (dependiendo de la definición y alcance que se dé a este término) no habría
tenido lugar. Otros sociólogos ponen de relieve que la frecuentación de iglesias y las
creencias religiosas personales pueden coexistir con la pérdida de influencia de las
autoridades religiosas en cuestiones políticas y sociales.

Una cuestión central de la sociología de la religión en tanto que disciplina científica es la


aptitud de predecir tendencias sociales. Muchos sociólogos habían pronosticado un
aumento de la religiosidad. Pueden mencionarse:

 James Hunter anticipó el llamado "conflicto de culturas" del fin del siglo XX, especialmente
su carácter religioso.
 Muchos sociólogos anticiparon el crecimiento del Islam y sus connotaciones políticas
 Robert Wuthnow pronostica actualmente en los Estados Unidos el éxito de futuras
colectas de fondos del gobierno federal a través de organizaciones caritativas.

La concepción de la religión en la sociología clásica

Los pensadores seminales de esta disciplina, Durkheim, Marx y Weber desarrollaron


complejas teorías acerca de la naturaleza y efectos de la religión. Para los tres, la religión
constituye una variable social de suma importancia.

Karl Marx

Pese a la influencia que Marx ejerció, él mismo no concebía su obra como una respuesta
ética o ideológica al capitalismo del siglo XIX (como muchos otros comentaristas
posteriores). Sus esfuerzos se centraban, en su propia opinión, en lo que podría llamarse la
ciencia aplicada, moralmente neutra. Para Marx, los hombres son guiados de manera más
adecuada por la razón y la religión es un obstáculo para el pensamiento racional.

Marx concebía la alienación como elemento central en un sistema de desigualdad social. El


antídoto de la alienación es la libertad que se expresa a través la posibilidad de elegir. Para
Marx, que calificaba la religión como el "opio del pueblo", ésta cumplía una función social
como anestésico, si bien desaprobaba sus fundamentos: la religión era la respuesta
espiritual de las clases en conflicto -especialmente de las oprimidas- a la condición de
mutua alienación y, en el caso de la secular sociedad capitalista, instrumentalizada como
autojustificación ideológica por parte de sus actores económicos para racionalizar el
egoísmo material de la libre propiedad burguesa y contribuir a su hegemonía.
La religión aparece como una poderosa fuerza conservadora que consolida y perpetúa el rol
dominante de una determinada clase social. La abolición de la religión en tanto que es
felicidad ilusoria, es la condición necesaria para poder alcanzar la felicidad real. El llamado
al abandono de las ilusiones de su condición es al mismo tiempo el llamado al abandono de
la condición que exige tal ilusión. La crítica de la religión es así el embrión de la crítica del
valle de lágrimas de la cual la religión es el halo.

Émile Durkheim

Émile Durkheim se autodefinía como positivista, haciendo hincapié en que su óptica era
desapasionada y científica. Uno de sus intereses centrales era descubrir las variables que
explican la cohesión de las sociedades modernas. Durkheim, claro representante del
racionalismo francés, investigó durante unos quince años "in situ" las religiones primitivas
de los indígenas australianos. El interés subyacente de esta empresa era elucidar las formas
elementales de la religión, una especie de denominador común extrapolable a todas las
sociedades.

La religión no es meramente "imaginaria": en tanto que expresión social, la religión es un


fenómeno real y tangible y no existe ninguna sociedad sin religión. Para Durkheim,
percibimos en tanto que individuos la existencia de una fuerza más poderosa que nuestras
propias individualidades. Esa fuerza es nuestra dimensión social a la que le atribuimos un
rostro sobrenatural. Esto nos conduce a expresarnos religiosamente de manera colectiva
acrecentando a su vez ese poder simbólico. La religión sería así la expresión de la
conciencia colectiva, o si se quiere, la fusión de nuestras conciencias individuales que se
fragua, ella misma, una realidad propia.

La complejidad de los sistemas religiosos es directamente proporcional a la complejidad de


las sociedades. Esto explicaría el hecho de que sociedades menos complejas tengan
sistemas religiosos menos elaborados. Los aborígenes australianos, por ejemplo, asignan
simplemente un tótem a cada clan particular.

Cuando una sociedad entra en contacto con otras, existe una tendencia a enfatizar el
universalismo. Sin embargo, de la misma manera que la división del trabajo le da al
individuo según Durkheim la ilusión de un rol más importante, los sistemas religiosos
apuntan crecientemente a la conciencia y salvación individual.

En su obra "Formas elementales de vida religiosa" Durkheim define la religión en los


términos siguientes: Una religión es un sistema unificado de creencias y prácticas referidas
a cosas sagradas, es decir, que se separan y prohíben, creencias y prácticas que unen sus
adherentes en una comunidad moral singular llamada Iglesia". Esta definición es de tipo
funcional, en el sentido que explica el rol de la religión en la vida social: esencialmente,
unifica sociedades. Durkheim define la religión distinguiendo claramente entre lo sagrado y
lo profano con lo que puede establecerse un paralelismo entre la distinción entre Dios y los
humanos.
La definición de Durkheim no estipula lo que debe considerarse como "cosas sagradas",
dejando así un campo fecundo para la extensión de su modelo, desbordando el campo de las
religiones y grupos religiosos "strictu sensu". Así surgieron nociones tales como las de
"religión civil" o "religión de estado". Si se considera por ejemplo los Estados Unidos,
puede sostenerse que tienen su propio conjunto de objetos "sacralizados": la bandera,
Abraham Lincoln, Martin Luther King, etc. Otras utilizaciones del modelo conciernen
organizaciones deportivas profesionales, grandes empresas o incluso grupos de música
Rock.

Max Weber

Max Weber no investigó acerca de la esencia de la religión sino más bien las ideas
religiosas y los grupos que interactúan con otros aspectos de la vida social, principalmente,
en la economía. En su sociología, Weber utiliza el vocablo alemán "Verstehen"
(comprender) para describir su método de interpretación de la intención y del contexto del
accionar humano. Weber no es un positivista, en el sentido que no piensa que en la
sociología pueden encontrarse hechos ligados por relaciones de causalidad. Bien que piensa
que se pueden realizar proposiciones generales sobre la vida social, las concibe más bien
como relaciones y secuencias en narraciones históricas y casos particulares.

Un grupo religioso o un individuo está sujeto a múltiples influencias, pero si pretende


actuar en el nombre de una creencia religiosa, debemos intentar entender su acción
primeramente desde el punto de vista religioso en sí mismo. Para Weber la religión tiene
poder suficiente para construir la representación que un individuo se hace del mundo. Esa
representación afecta a su vez la percepción de sus intereses y en definitiva el curso de sus
acciones.

Para Weber, la religión puede comprenderse mejor si se considera que responde a las
necesidades de "teodicea" y de "soteriología". La primera concierne el problema de como el
extraordinario poder de Dios puede conciliarse con la imperfección del mundo que creó y
rige. En términos prácticos, la gente necesita comprender por ejemplo por qué merecieron
infortunio y sufrimiento. La religión brinda una respuesta soteriológica, es decir
concerniente su salvación: consuelo, liberación del sufrimiento. La búsqueda de la
"salvación", se vuelve así una de las variables de la motivación humana.

Debido a que la religión contribuye a la definición de esa motivación, Weber considera que,
especialmente el protestantismo, tuvo una influencia determinante en la emergencia del
capitalismo. Es la tesis de su más famosa y controvertida obra: "La ética protestante y el
espíritu del capitalismo".

Para Weber, el capitalismo emergió en Europa debido en parte a la interpretación de la


creencia en la predestinación del puritanismo inglés. La misma esta basada en el concepto
calvinista de que no todos serán salvados, que sólo una pequeña cantidad de "elegidos"
escaparán a la condenación final y que tal decisión está basada en la pura y ya
predeterminada decisión divina y no en lo que un individuo pueda hacer o dejar de hacer en
esta vida. Nadie sabe incluso a ciencia cierta si se encuentra o no entre los "elegidos".
Desde un punto de vista práctico tal postura era psicológicamente incómoda: a los fieles les
angustiaba (lo que es fácilmente comprensible) saber si serían eternamente condenados o
no. Los líderes puritanos les aseguraron entonces que si sus negocios eran financieramente
exitosos, tal evento era una señal "no oficial" de la aprobación divina y de que se
encontraban entre los elegidos, pero sí y sólo sí utilizaban adecuadamente los frutos de su
labor. Esto habría llevado al desarrollo y la utilización de una contabilidad racional y la
búsqueda calculada del éxito financiero, más allá de lo que es meramente necesario para las
necesidades de la vida, y en esto consiste "el espíritu del capitalismo". Con el transcurso del
tiempo, las costumbres asociadas con este espíritu habrían perdido su significación religiosa
y la búsqueda programada de la ganancia se transformó en una finalidad por sí misma.

La tesis sobre la "Ética protestante" ha sido desde entonces objeto de muchísimas críticas,
disputas y refinamientos. Pero constituye aún hoy en día un terreno de debates fecundos en
la sociología de la religión.

Weber desarrolló también un importante trabajo de investigación respecto de otras


religiones mundiales, incluyendo el hinduismo y el budismo.

La sociología del arte es una disciplina de las ciencias sociales que estudia el arte desde un
planteamiento metodológico basado en la sociología. Su objetivo es estudiar el arte como
producto de la sociedad humana, analizando los diversos componentes sociales que
concurren en la génesis y difusión de la obra artística. La sociología del arte es una ciencia
multidisciplinar, recurriendo para sus análisis a diversas disciplinas como la cultura, la
política, la economía, la antropología, la lingüística, la filosofía, y demás ciencias sociales
que influyan en el devenir de la sociedad. Entre los diversos objetos de estudio de la
sociología del arte se encuentran varios factores que intervienen desde un punto de vista
social en la creación artística, desde aspectos más genéricos como la situación social del
artista o la estructura sociocultural del público, hasta más específicos como el mecenazgo,
el mercantilismo y comercialización del arte, las galerías de arte, la crítica de arte, el
coleccionismo, la museografía, las instituciones y fundaciones artísticas, etc.1 También
cabe remarcar en el siglo XX la aparición de nuevos factores como el avance en la difusión
de los medios de comunicación, la cultura de masas, la categorización de la moda, la
incorporación de nuevas tecnologías o la apertura de conceptos en la creación material de la
obra de arte (arte conceptual, arte de acción).

La sociología del arte debe sus primeros planteamientos al interés de diversos historiadores
por el análisis del entorno social del arte desde mediados del siglo XIX, sobre todo tras la
irrupción del positivismo como método de análisis científico de la cultura, y la creación de
la sociología como ciencia autónoma por Auguste Comte. Sin embargo, la sociología del
arte se desarrolló como disciplina particular durante el siglo XX, con su propia metodología
y sus objetos de estudio determinados. Principalmente, el punto de partida de esta disciplina
se suele situar inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, con la aparición de
diversas obras decisivas en el desarrollo de esta corriente disciplinar: Arte y revolución
industrial, de Francis Klingender (1947); La pintura florentina y su ambiente social, de
Friedrich Antal (1948); e Historia social de la literatura y el arte, de Arnold Hauser
(1951). En sus inicios, la sociología del arte estuvo estrechamente vinculada al marxismo –
como los propios Hauser y Antal, o Nikos Hadjinikolaou, autor de Historia del arte y lucha
de clases (1973)–, si bien luego se desmarcó de esta tendencia para adquirir autonomía
propia como ciencia. Otros autores destacados de esta disciplina son Pierre Francastel,
Herbert Read, Francis Haskell, Michael Baxandall, Peter Burke, Giulio Carlo Argan, etc.2

Definición.- La sociología del arte es una disciplina relativamente nueva, desarrollada


principalmente desde la Segunda Guerra Mundial. Por ello, todavía no tiene unos
fundamentos del todo establecidos, siendo abordada desde distintos planteamientos teóricos
y metodológicos por los diversos estudiosos que tratan la materia. Además, la sociología
del arte está estrechamente relacionada con otras disciplinas que estudian el arte, como la
estética o la propia historia del arte, ciencia esta última que siempre ha considerado en
mayor o menor medida el componente social como parte indisoluble de la creación
artística. La historia social del arte ha puesto especial énfasis en las circunstancias
materiales que originan la obra artística, analizando desde ese punto de vista tanto el
génesis como la evolución del hecho artístico. Asimismo, la estética ha sido estudiada por
diversos autores desde el punto de vista sociológico en cuanto su objeto de estudio –el
concepto de belleza, los juicios estéticos o la función del arte– puede igualmente analizarse
desde el componente social que influye en ellos. Así, la estética sociológica es aquella que
estudia el conocimiento sensible a partir de las condiciones históricas y sociales que les son
propias en cada momento.3

El estudio social del arte se debe principalmente a las aportaciones realizadas por la
sociología general, como ciencia que estudia la dimensión social de los hechos humanos y
los múltiples factores que intervienen en ellos: política, economía, cultura, etc. Así, la
sociología del arte es la que, tomando esta base metodológica, la aplica al estudio del arte.
El principal interés de esta disciplina es explicar el hecho artístico en base a los factores que
lo generan, contextualizando obra y artista dentro de la sociedad y evidenciando las
relaciones intrínsecas entre ambos. Cabe remarcar que esta relación es recíproca, y que la
sociología del arte estudia tanto la influencia de la sociedad en el arte como la que pueda
aportar este último al desarrollo social.

La relación entre arte y sociedad es una comunicación fluida, dinámica, que ha ido variando
a lo largo del tiempo. Por ello, la sociología del arte debe tener especial cuidado con la
relativización del análisis histórico, pues una misma circunstancia social puede tener
distinta interpretación según el lugar y el momento histórico. Por lo general, la incidencia
del factor social en el arte es de tipo estructural, ya que no se trata de factores aislados sino
de un conjunto de relaciones que intervienen de forma organizada en la creación artística.
La sociología del arte debe adaptarse pues al contexto específico que rodea cualquier obra
artística, por lo que no puede elaborar leyes generales ni extrapolar conclusiones de un
hecho artístico a otro. Cabe remarcar igualmente que no es una ciencia exacta ni pretende
aportar explicaciones exhaustivas ni soluciones definitivas, ya que en el arte incurren
muchos más factores de índole más subjetiva y difícilmente interpretable. Como dijo
Hauser: “todo arte está condicionado socialmente, pero no todo en el arte es definible
socialmente”.
Antecedentes

Si bien diversos autores se han planteado a lo largo de la Historia la función social del arte
–Platón por ejemplo se lo cuestionó en La República–, es principalmente desde el siglo
XIX que empieza a analizarse la relación arte-sociedad: los cambios sociales producidos
por la Revolución francesa y la Revolución industrial, tanto a nivel político como
económico, llevaron a los filósofos a replantearse la relación del hombre con la sociedad.
Así surgió la sociología del arte, ciencia fundamentada en los principios metodológicos del
positivismo que considera al artista como parte indisoluble de la sociedad, siendo la obra
artística un fiel reflejo de los condicionamientos sociales que envuelven al artista.5

En su génesis, la sociología del arte se opuso al romanticismo, el movimiento cultural


preponderante en Europa a principios del siglo XIX, si bien tomaron de éste el concepto del
arte como reflejo del tiempo –lo que llamaban “espíritu del tiempo”–, que los positivistas
llamaron “contexto histórico”.6 Igualmente, se enfrentaron al esteticismo, movimiento que
rechazaba el utilitarismo imperante en la época y la fealdad y materialismo de la era
industrial. Esta tendencia otorgaba al arte y a la belleza una autonomía propia, sintetizada
en la fórmula de Théophile Gautier “el arte por el arte” (L'art pour l'art), llegando incluso a
hablarse de “religión estética”.7 Esta postura pretendía aislar al artista de la sociedad,
buscando de forma autónoma su propia inspiración y dejándose llevar únicamente por una
búsqueda individual de la belleza, que se aleja de cualquier componente moral,
convirtiéndose en el fin último del artista, que llega a vivir su propia vida como una obra de
arte –como se puede apreciar en la figura del dandy–.8 Uno de los teóricos del movimiento
fue Walter Pater, que influyó en el denominado decadentismo inglés, estableciendo en sus
obras que el artista debe vivir la vida intensamente, siguiendo como ideal a la belleza.
Posteriormente, autores como James McNeill Whistler, Oscar Wilde, Algernon Charles
Swinburne y Stéphane Mallarmé desarrollaron esta tendencia hasta un elevado grado de
refinamiento basado únicamente en la sensibilidad del artista.

El primer teórico que estudió el arte desde un punto de vista sociológico fue Hippolyte-
Adolphe Taine: en su Filosofía del arte (1865-1869), aplicó al arte un determinismo basado
en la raza, el contexto y la época (race, milieu, moment). Para Taine, el arte opera como
cualquier otra disciplina científica, en base a parámetros racionales y empíricos: el arte “no
es más que una especie de botánica aplicada no a las plantas, sino a las obras del hombre”.
Considera las obras de arte “productos de los que hay que determinar sus características y
buscar sus cauces”, aceptando cualquier forma artística como “manifestaciones del espíritu
humano”. Jakob Burckhardt, en La cultura del Renacimiento en Italia (1860), esbozó desde
la perspectiva del historicismo un análisis del arte estudiado desde cualquier fenómeno que
rodea al mundo del arte: desde la política y la moral, hasta la vida doméstica y la situación
de la mujer. Igualmente, Jean Marie Guyau, en El arte desde el punto de vista sociológico
(1888), planteó una visión evolucionista del arte, afirmando que el arte está en la vida, y
que evoluciona como ésta; y, al igual que la vida del ser humano está organizada
socialmente, el arte debe ser reflejo de la sociedad.9

La sociología del arte tuvo en el siglo XIX una gran vinculación con el realismo pictórico y
el naturalismo literario, así como con movimientos políticos de izquierdas, especialmente el
socialismo utópico: autores como Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Pierre Joseph
Proudhon defendieron la función social del arte, que contribuye al desarrollo de la
sociedad, aunando belleza y utilidad en un conjunto armónico. 10 Por otro lado, en el Reino
Unido, la obra de teóricos como John Ruskin y William Morris aportó una visión
funcionalista del arte: en Las piedras de Venecia (1851-1856) Ruskin denunció la
vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial, así como la degradación de
la clase obrera, defendiendo la función social del arte. Asimismo, en El arte del pueblo
(1879) pidió cambios radicales en la economía y la sociedad, reclamando un arte “hecho
por el pueblo y para el pueblo”. Por su parte, Morris –fundador del movimiento Arts &
Crafts– defendió un arte funcional, práctico, que satisfaga necesidades materiales y no sólo
espirituales. En Los fines del arte (1887) postuló un concepto de arte utilitario pero alejado
de sistemas de producción excesivamente tecnificados, próximo a un concepto del
socialismo cercano al corporativismo medieval.11

Por otro lado, la función del arte fue cuestionada por el escritor ruso Lev Tolstoi: en ¿Qué
es el arte? (1898) se planteó la justificación social del arte, argumentando que siendo el arte
una forma de comunicación sólo puede ser válido si las emociones que transmite pueden
ser compartidas por todos los hombres. Para Tolstoi, la única justificación válida es la
contribución del arte a la fraternidad humana: una obra de arte sólo puede tener valor social
cuando transmite valores de fraternidad, es decir, emociones que impulsen a la unificación
de los pueblos.12

La sociología del arte en el siglo XX

Fuente, de Marcel Duchamp. El siglo XX supone una pérdida del concepto de belleza clásica para
conseguir un mayor efecto en el diálogo artista-espectador.

El arte contemporáneo ha presentado una gran atomización de estilos, reflejando ideas


culturales y filosóficas que se fueron gestando en el cambio de siglo XIX-XX, en muchos
casos contradictorias: la superación de las ideas racionalistas de la Ilustración y el paso a
conceptos más subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y
cristalizando en la obra de autores como Kierkegaard y Nietzsche, suponen una ruptura con
la tradición y un rechazo de la belleza clásica. El concepto de realidad fue cuestionado por
las nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo (Bergson), la relatividad de
Einstein, la mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis de Freud, etc. Por otro lado, las
nuevas tecnologías hacen que el arte cambie de función, ya que la fotografía y el cine ya se
encargan de plasmar la realidad. Los movimientos de vanguardia pretendieron integrar el
arte en la sociedad, buscando una mayor interrelación artista-espectador, ya que es este
último el que interpreta la obra, pudiendo descubrir significados que el artista ni conocía.
Es lo que Umberto Eco denominó “obra abierta”: una obra que expresa con mayor libertad
la concepción del artista, pero que a la vez establece un diálogo con el espectador, al tener
un número ilimitado de interpretaciones. A veces el arte está más en la visión que le otorga
el espectador que no en su propio proceso productivo, como en los ready-made de Marcel
Duchamp.13

El arte contemporáneo está íntimamente ligado a la sociedad, a la evolución de los


conceptos sociales, como el mecanicismo y la desvalorización del tiempo y la belleza. Es
un arte que destaca por su instantaneidad, necesita poco tiempo de percepción, con
oscilaciones continuas del gusto, cambiando simultáneamente: así como el arte clásico se
sustentaba sobre una metafísica de ideas inmutables, el actual, de raíz kantiana, encuentra
gusto en la conciencia social de placer (cultura de masas). En una sociedad más
materialista, más consumista, el arte se dirige a los sentidos, no al intelecto. Cobra especial
relevancia el concepto de moda, una combinación entre la rapidez de las comunicaciones y
el aspecto consumista de la civilización actual. Las últimas tendencias artísticas pierden
incluso el interés por el objeto artístico: el arte tradicional era un arte de objeto, el actual de
concepto. Hay una revalorización del arte activo, de la acción, de la manifestación
espontánea, efímera, del arte no comercial (arte conceptual, happening, environment).

Marxismo

Bolchevique, de Boris Mijáilovich Kustodiev, Galería Tretiakov, Moscú.

La teoría del materialismo dialéctico formulada en el siglo XIX por Marx y Engels tuvo
derivaciones en el campo de la teoría del arte en el siglo XX, sobre todo en Rusia. De la
obra de Marx se desprendía que el arte es una “superestructura” cultural determinada por
las condiciones sociales y económicas del ser humano. Marx consideraba el fenómeno
artístico como uno de los factores integradores de la dinámica social, y puntualizó la
alienación del arte en relación a los grupos sociales. Para Marx, el arte es un componente de
la ideología: cada ideología se corresponde con una visión del mundo que trata de justificar
el orden social establecido. Así, la ideología artística equivale a una manera de representar
que tiende a justificar la realidad social resultante de las relaciones económicas de
producción. Para los marxistas, el arte es reflejo de la realidad social, si bien el propio Marx
no veía una correspondencia directa entre una sociedad determinada y el arte que produce.
Georgi Plejánov, en Arte y vida social (1912), formuló una teoría materialista que rechaza
el “arte por el arte”, así como la individualidad del artista ajeno a la sociedad que lo
envuelve. Después de la Revolución Soviética el arte, enmarcado en el realismo socialista,
fue estandarizado en unos parámetros definidos principalmente por Maksim Gorki y Andréi
Zhdánov: el artista ha de ser catalizador de las fuerzas sociales, fomentando el proceso
revolucionario marxista.15

Para György Lukács el arte de vanguardia es reflejo del “irracionalismo burgués”. Influido
por Wilhelm Dilthey y su distinción entre “ciencias de la naturaleza” y “ciencias del
espíritu”, aplicó esta diferencia para establecer una ontología del arte: si la ciencia trata
“con los hechos y con sus conexiones”, el arte “nos ofrece almas y destinos”. Para Lukács,
el arte está ontológicamente ligado a la verdad, a una verdad mítica perdurable en el
trasfondo del hombre durante milenios. En Historia y conciencia de clase (1925) aplicó la
dialéctica marxista al arte, concibiendo este como una estructura profunda y recurrente
inherente al devenir histórico a lo largo del tiempo. El arte es así un fenómeno mimético
que recoge los aspectos más esenciales y universales de los acontecimientos históricos.
Para Lukács, “el arte verdadero representa siempre la totalidad de la vida humana”. 16

Walter Benjamin analizó el arte de vanguardia, que para él es “la culminación de la


dialéctica de la modernidad”, el final del intento totalizador del arte como expresión del
mundo circundante. Intentó dilucidar el papel del arte en la sociedad moderna, realizando
un análisis semiótico en que el arte se explica a través de signos que el hombre intenta
descifrar sin un resultado aparentemente satisfactorio. Para él, la modernidad implica una
fractura semiótica que sumerge al hombre en la confusión, impeliéndole a su vez a una
búsqueda de la verdad. Aunque aparentemente el arte tiene una función reconciliadora entre
el hombre y el mundo, la propia naturaleza artificial de este hace que nos conduzca a falsas
premisas de verdad. En La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica (1936)
analizó la forma cómo las nuevas técnicas de reproducción industrial del arte pueden hacer
variar el concepto de este, al perder su carácter de objeto único y, por tanto, su halo de
reverencia mítica; esto abre nuevas vías de concebir el arte –inexploradas aún para
Benjamin– pero que supondrán una relación más libre y abierta con la obra de arte. 17

Theodor W. Adorno, como Benjamin perteneciente a la Escuela de Frankfurt, defendió el


arte de vanguardia como reacción a la excesiva tecnificación de la sociedad moderna.
Contrariamente al concepto estructural de Lukács, Adorno puso énfasis en la forma
artística, que para él es donde se manifiesta el contenido ideológico subyacente en el arte, si
bien de una forma distorsionada, como en un espejo roto. En su Teoría estética (1970)
afirmó que el arte es reflejo de las tendencias culturales de la sociedad, pero sin llegar a ser
fiel reflejo de esta, ya que el arte representa lo inexistente, lo irreal; o, en todo caso,
representa lo que existe pero como posibilidad de ser otra cosa, de trascender. El arte es la
“negación de la cosa”, que a través de esta negación la trasciende, muestra lo que no hay en
ella de forma primigenia. Es apariencia, mentira, presentando lo inexistente como existente,
prometiendo que lo imposible es posible.18

Una nueva disciplina

El Museo Guggenheim Bilbao. El siglo XX ha puesto de manifiesto una mayor interrelación entre el
arte y la sociedad, lo que se ha hecho patente en la proliferación de nuevos museos.

La sociología del arte como disciplina metodológica aplicada de forma sistemática al


estudio del arte nace después de la Segunda Guerra Mundial, debida sobre todo a la obra de
Friedrich Antal y Arnold Hauser, provenientes ambos del formalismo de la Escuela de
Viena.19 Antal sentó en La pintura florentina y su ambiente social (1948) las bases de este
nuevo método de estudio del arte, relacionando arte y sociedad como una estructura
unificada regida por principios causales. Para este autor, el arte ha de analizarse desde todos
los factores que intervienen en su génesis, sean sociales, políticos, económicos, culturales,
etc. Aún así, no reniega del análisis formal de la obra de arte, ni del aporte que puede
proporcionar la sensibilidad al estudio del hecho artístico.20

La obra de Arnold Hauser tuvo más éxito y difusión, y supuso una mayor sistematización y
categorización de esta disciplina, por lo que muchos le consideran el padre de la moderna
sociología del arte. Discípulo de Heinrich Wölfflin y Max Dvořák, su adscripción al
marxismo será evidente en toda su obra, por lo que recibió numerosas críticas. Sin
embargo, la obra de Hauser, una vez eludida su ideología, es fuente indispensable para el
estudio sociológico del arte. En Historia social de la literatura y el arte (1951), Hauser
intentó explicar la historia del arte desde el materialismo histórico, por lo que, si bien
adolece de excesiva esquematización ideológica, este primer intento de análisis social del
arte sentará las bases de la sociología del arte. En Teorías del arte (inicialmente Filosofía
de la historia del arte, 1958), sentó de forma más elaborada las bases del estudio
sociológico del arte, delimitando sus objetivos y analizando el arte por estratos culturales.
Por último, en Sociología del arte (1974), realizó la aportación más completa a esta
disciplina, analizando de forma rigurosa los distintos componentes teóricos que repercuten
en esta ciencia.21

Más adelante, Pierre Francastel supuso un intento de abandonar el determinismo al que se


había encaminado la sociología del arte, intentando establecer unas bases más amplias de
análisis, sustentadas sobre todo en el componente cultural del arte y de la sociedad.
Defiende el carácter específico del lenguaje artístico, optando por la obra de arte como
punto de partida, en vez del contexto social. Su análisis es multidisciplinar, aportando a la
sociología del arte recursos provenientes del estructuralismo y la semiología. En Pintura y
sociedad (1951), analizó la historia de la pintura desde la evolución del pensamiento, si
bien no profundiza demasiado en el componente social, por lo que se ha criticado a
Francastel como formalista que aplica el método sociológico sin sacar conclusiones de él. 22

Igualmente, Lucien Goldmann abre la sociología del arte a otras disciplinas como la
antropología, la lingüística o la psicología, proponiendo un “estructuralismo genético” en el
que el lenguaje es reflejo de una determinada “visión del mundo” presente en toda
estructura social. Asimismo, Pierre Bourdieu enfatizó el origen sociocultural del arte
vinculándolo al comportamiento humano, analizando pautas de comportamiento presentes
en distintas sociedades, desde las más primitivas hasta las más avanzadas. 23

Progresivamente la sociología del arte fue ampliando su horizonte metodológico, surgiendo


en los años 1970 varias tendencias que analizan el arte desde diversos factores: Jean
Gimpel, en Contra el arte y los artistas (1968), hizo un repaso histórico al arte producido
desde Giotto desde el punto de vista de la condición social del artista y de la inserción de la
obra de arte en el contexto económico que la produce, incidiendo especialmente en factores
como el mecenazgo y el coleccionismo. De igual manera, Raymonde Moulin analizó en El
mercado de la producción artística en Francia (1967) los factores incidentes en un campo
específico como es el mercado del arte, sentando las bases de gran número de obras que
incidirán en el tema. De forma similar, Michael Baxandall sintetizó la sociología del arte
con la estética, la lingüística y la semiótica, creando un método que denominó “explicación
histórica de los cuadros”: la obra de arte debe interpretarse, afirma, como una
“verbalización” de la imagen proveniente de diversos estereotipos inherentes a estructuras
de pensamiento producidas en cada momento histórico. Svetlana Alpers elaboró una teoría
basada en la representación de los lenguajes culturales y su estructura gnoseológica,
relacionando diversos campos de manifestación cultural: arte, ciencia, religión, técnica,
poesía, junto a demás aspectos sociales y semióticos de la cultura.24

Peter Burke, pese a no ser historiador del arte, incluyó el arte en sus estudios de historia
social, que aglutina el análisis antropológico y cultural, analizando en El Renacimiento
italiano (1972) la posición social del artista, así como el mecenazgo y la función del arte.
Por otro lado, Rudolf Wittkower plasmó en Nacidos bajo el signo de Saturno (1963) uno de
los mejores tratados sobre la evolución de la condición social del artista, así como su
carácter y conducta social. De igual manera, Patrones y pintores (1963) de Francis Haskell
es referencia obligada sobre el patronazgo artístico.25

Uno de los más recientes terrenos de estudio de la sociología del arte es el de la cultura de
masas, vinculada a la apertura actual del concepto del arte y a la atomización de estilos y de
materiales presente en el arte contemporáneo, con utilización de nuevos soportes y nuevas
tecnologías: la fotografía, el cine, el video, el cartel, el cómic, el diseño, la publicidad, el
graffiti, la moda, la utilización del cuerpo (body-art) o la naturaleza (land-art) como soporte
artístico, o la performance y el happening, suponen un nuevo abanico de posibilidades para
el arte contemporáneo, y un nuevo objeto de estudio para la sociología del arte. En La era
neobarroca (1987), Omar Calabrese pretende aglutinar todas estas manifestaciones en una
“estética social” basada en el gusto común presente en la expresión y comunicación de
estas nuevas tipologías, independientemente de su función y cualidad. 26

Críticas

La sociología del arte ha recibido diversas críticas provenientes de variados sectores, desde
la propia Historia del arte o la misma sociología, hasta la filosofía o la antropología. En
especial, las críticas han incidido especialmente en la escuela marxista: Hauser fue criticado
por su intento de formular una teoría universal que integrase el estudio del arte en el
contexto de un análisis holístico sobre el ser humano, sin detenerse a analizar la obra de
arte en sí misma –su estructura, significado o relevancia artística–. Su obra Historia social
de la literatura y el arte fue duramente criticada por Ernst Gombrich, que señaló las
deficiencias de su enfoque teórico y metodológico, así como la superficialidad y falta de
rigor histórico de muchas de sus formulaciones. Se critica a Hauser la rigidez de un
determinismo que sólo encuentra en el arte un producto de las condiciones socio-
económicas. De igual forma, Nikos Hadjinikolaou fue tachado de mecanicista, por negar el
talento creador de los artistas, sin lugar para la improvisación o la innovación, o cualquier
circunstancia espontánea e improvisada en el devenir del hecho artístico. Antal, sin ser tan
dogmático, fue igualmente criticado, aunque por lo general se considera su estudio como
una valiosa aportación a la Historia del arte.27

El estructuralismo de Francastel ha sido igualmente criticado: según este autor, cualquier


sociedad debe expresarse por medio de dos distintas vías –capacidades técnicas y
necesidades simbólicas–, siendo el pensamiento artístico una forma de pensamiento visual,
y cada momento histórico un contraste entre pensamientos visuales antiguos y nuevos.
Siendo así, se ha criticado que no valora la figura del artista, y que se cuestiona la relación
entre arte y técnica, a la vez que no consigue formular unas conclusiones claras y
definitivas de los planteamientos que confecciona. De igual forma, se ha señalado su estilo
abstracto e impreciso, la ambigüedad y falta de concreción de sus expresiones, su tendencia
a la generalización y su escasez de referencias bibliográficas. Hadjinikolaou dijo de él que
era "un formalista que había conseguido convencer a la gente de que hacía sociología del
arte".

La sociología del conocimiento consiste en el estudio de los orígenes sociales de las ideas
y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades (comparar con la historia
de las ideas).

El conocimiento científico no es solo el término empezó a generalizarse en la década de


1920, cuando varios sociólogos de lengua alemana escribieron sobre el tema: entre ellos
destacan Karl Mannheim, con su obra Ideología y utopía, y Max Scheler. El dominio del
funcionalismo a mediados del siglo XX supuso que la sociología del conocimiento
permaneciese en un lugar secundario dentro del pensamiento sociológico. En gran medida,
fue reinventada y aplicada a los estudios sobre la vida diaria en la década de los sesenta, en
especial por Peter L. Berger y Thomas Luckmann en La construcción social de la realidad
(1966) y sigue estando en la base de los métodos de comprensión cualitativa de las
sociedades humanas (comparar con construcción social de la realidad).

Aunque resulta muy influyente en la sociología contemporánea, la sociología del


conocimiento ha tenido un impacto más significativo sobre la ciencia, especialmente por su
contribución a la discusión y comprensión de la propia naturaleza de la ciencia, sobre todo
a través de la obra de Thomas Kuhn, sobre La estructura de las revoluciones científicas
(véase también el concepto de paradigma).

El trabajo de Manuel Aliaga Rosello : Metateoría y sociología contemporánea en


'Internet'; puesta al día en las corrientes sociológicas del pensamiento. Las comunidades de
práctica es una aplicación sobre el terreno para un caso o grupo concreto con un alcance de
microsociología de las ideas compartidas sobre un tema específico.

Escuelas

Karl Mannheim

Los filósofos políticos Karl Marx (1818–1883) y Friedrich Engels (1820–1895) afirmaron
en Die Deutsche Ideologie (1846, La ideología alemana) y en otras obras que la ideología
de la gente, incluidas sus creencias y opiniones políticas y sociales, derivaban de sus
intereses de clase, y más en general en las condiciones sociales y económicas en que vivían:
"Es el hombre, quien en el desarrollo de sus intercambios materiales, cambia, junto con su
existencia real, su pensamiento y los productos de su pensamiento. La vida no está
determinada por la conciencia, sino que la conciencia lo está por la vida" (Marx-Engels
Gesamtausgabe 1/5).

Bajo la influencia de esta doctrina y de la Fenomenología, el sociólogo alemán (nacido en


Hungría) Karl Mannheim (1893–1947) impulsó el desarrollo de la sociología del
conocimiento con su Ideologie und Utopie (1929, Ideología y utopía), aunque el término
había sido utilizado por primera vez cinco años antes por el co-fundador del movimiento, el
filósofo y teórico social alemán Max Scheler (1874–1928), en Versuche zu einer Soziologie
des Wissens (1924, Ensayo de una sociología del conocimiento). Una interpretación fuerte
diría que todo el conocimiento y las creencias son resultado de las fuerzas socio-políticas,
pero esta versión es autodestructiva, pues de ser cierta, resultaría ser también un simple
producto de las fuerzas socio-políticas, perdiendo su valor de verdad y su fuerza persuasiva.
Mannheim intentó evitar esta paradoja excluyendo a los intelectuales del sistema, pues los
consideraba apenas vinculados a las tradiciones sociales, relativamente liberados del
sistema de clases y capaces de evitar las dependencias de las ideologías totales y de forjar
una "síntesis dinámica" de las ideologías de los demás grupos. La sociedad determina el
contenido mismo del pensamiento.
Sociología fenomenológica

Basándose en la fenomenología filosófica de Edmund Husserl, Alfred Schütz propuso una


aproximación micro-sociológica también llamada fenomenología. Schutz observó el modo
en el que los miembros comunes de la sociedad constituían y reconstituían el mundo en el
que vivían, su mundo vital.

Para Schutz, era importante poner entre paréntesis las cuestiones fácilmente asumidas sobre
la vida para poder entender correctamente el mundo vital de aquéllos entes sociales
estudiados.

Michel Foucault

Una línea especialmente importante de la sociología del conocimiento deriva de la obra


crítica de Michel Foucault. En su Historia de la locura en la época clásica (1961), afirma
que las concepciones de locura y de lo que se consideraba "razón" o "conocimiento"
estaban culturalmente determinadas, y a este respecto, refleja críticas similares de Thomas
Szasz, en la época, uno de los máximos críticos de la psiquiatría. Foucault y Szasz
coincidían en que los procesos sociológicos tenían un papel fundamental en la definición de
la "locura" como "enfermedad" y en la prescripción de "curas" para la misma.

En El nacimiento de la clínica (1963), Foucault extendió su crítica a toda la medicina


científica moderna, en la que trata el metáfora conceptual central de la “observación”, con
sus implicaciones en la educación médica, el diseño de prisiones y el estado carcelario.

Por último, en Las palabras y las cosas (1966) y en La arqueología del saber (1969),
Foucault introdujo los conceptos abstractos de mathesis y taxonomía. Según él, estos
conceptos transformaron los estudios, propios de los siglos XVII y XVIII, sobre "gramática
general" convirtiéndolos en la moderna "lingüística", la "historia natural", en la "biología"
moderna, y el "análisis de la riqueza", en la "economía" actual. Todo ello, apuntó Foucault,
sin pérdida de sentido. El siglo XIX transformó lo que había sido hasta entonces el
conocimiento.

Quizá la más famosa y controvertida afirmación de Foucault ha sido que, según él, antes
del siglo XVIII, "el hombre no existía". Los conceptos de humanidad y de humanismo
fueron invenciones o creaciones de esta transformación acaecida en el siglo XIX. Del
mismo modo, se introdujo un prejuicio o sesgo cognitivo en la ciencia, al conceder total
confianza a la capacidad del científico individual para ver y representar las cosas
objetivamente. Este estudio aún sirve de guía para la sociología del conocimiento y se
considera que está en el origen del postmodernismo.

Bruno Latour

Bruno Latour es un sociólogo de la ciencia francés, conocido por sus obras Nunca hemos
sido modernos, La vida en el laboratorio y La ciencia en acción, que describen el proceso
de investigación científica desde la perspectiva de una construcción (constructo) social,
basada en la observación de campo del trabajo de los científicos.

Sociología del conocimiento matemático

Los estudios sobre la práctica matemática y ciertos sectores de la filosofía de la matemática


(cuasi-empirismo) también se consideran parte de la sociología del conocimiento, pues
centran su objeto de estudio en la comunidad de los investigadores en matemáticas y en sus
prejuicios asumidos comúnmente. Desde que en 1960 Eugene Wigner se preguntase por
qué ciertos campos como la física y la matemática tenían que concordar perfectamente,
cuestión que Hilary Putnam trató de un modo más riguroso en 1975, se ha tratado de un
asunto muy debatido. Las soluciones propuestas señalan que los constituyentes
fundamentales del pensamiento matemático: espacio, estructura formal y proporción
numérica, también lo son de la física. Además, la física no es otra cosa que un modelo de la
realidad y la observación de relaciones causales que gobiernan fenómenos observados y
repetibles, mientras que gran parte de las matemáticas se han desarrollado con el fin de
servir a estos modelos de forma rigurosa. Otra aproximación consiste en sugerir que no hay
tal problema, que la división del pensamiento científico con términos como 'matemáticas' y
'física' sólo tiene utilidad en su función práctica diaria de categorización y distinción.

Se han realizado contribuciones fundamentales a la sociología del conocimiento


matemático por parte de autores como Sal Restivo y David Bloor. Restivo parte de las
obras de Oswald Spengler (La decadencia de Occidente, 1926), Raymond L. Wilder y
Lesley A. White, así como de sociólogos contemporáneos. Bloor, en cambio, se basa en
Ludwig Wittgenstein. Pero ambos defienden que el conocimiento matemático es una
construcción social y en su esencia se encuentran factores históricos y contingentes
irreducibles. Últimamente, Paul Ernest ha propuesto una visión del conocimiento
matemático desde una perspectiva socio-constructivista, basándose en la obra de ambos
sociólogos. Por otra parte, un curioso artefacto de la sociología del conocimiento es el
número de Erdős (la menor distancia en la red de matemáticos hasta Paul Erdős).

Literatura de Referencia

Puede verse de Emilio Lamo de Espinosa, J. M. González García y C. Torres Albero, "La
sociología del conocimiento y de la ciencia" (Alianza Editorial, Madrid, 1994). El
Diccionario Crítico de Ciencias Sociales tienen sendos artículos : 'Sociología del
Conocimiento Científico' y 'Sociología del Conocimiento Formal'. La Enciclopedia
Symploké en su categoría 'Teoría Filosófica de las Ciencias' tiene un artículo sobre la
'Sociología del Conocimiento'.

La sociología del deporte es un área de la sociología que se centra en el deporte como


fenómeno social y en las estructuras sociales, patrones y organizaciones o grupos
comprometidos con el deporte.

Los primeros textos en la sociología del deporte aparecieron a principios de los años 1920;
sin embargo, esta sub-disciplina de la sociología no se desarrolló plenamente hasta los años
1960, prominentemente en Europa y Norteamérica. Eruditos de educación física y
sociología formaron un comité internacional para la sociología del deporte (ICSS) en 1965,
conocido actualmente como International Sociology of Sport Association.

Las áreas actuales de la investigación incluyen: el deporte y la socialización, el deporte y la


estratificación social, las subculturas del deporte, la economía política del deporte, el
deporte y la desvianza, el deporte y los medios, el deporte, el cuerpo y las emociones, la
violencia en el deporte, las políticas del deporte y el nacional identifican, deporte y
globalización. [1]

Varias universidades enseñan actualmente cursos en sociología del deporte, y cada vez un
mayor número de escuelas ofrecen graduados.

La Sociología del Derecho, es aquella disciplina que estudia los problemas, las
implicaciones, objetivos y todo aquello concerniente a las relaciones entre el Derecho y la
sociedad. A diferencia de la Teoría del Derecho y de la Filosofía política, el principal
problema u objeto de estudio de la sociología jurídica es el de la eficacia del derecho.

La sociología jurídica es para todos, una rama de la sociología general. Para otros, es una
subdisciplina del derecho (En europa se institucionalizo como disciplina). A nivel general,
es una aproximación sociológica al derecho.

Los orígenes de la sociología jurídica pueden rastrearse hasta las obras de los clásicos, a
saber, Max Weber, Émile Durkheim y Karl Marx. Algunos precursores modernos son
Rudolph Von Ihering, Francois Gény, Eugene Ehrlich, Jean Carbonnier, Georges Gurvitch,
Roscoe Pound, Axel Hägerström y Renato Treves. Un desarrollo inigualable le han dado a
la sociología jurídica Max Weber y Niklas Luhmann, especialmente este último con sus
obras Gesellschaft der Gesellschaft y Gesellschaft und Recht, obras que salvo en México y
Chile son aún prácticamente desconocidas en el ámbito hispanohablante.

Sociólogos del derecho reconocidos

A nivel mundial, Roger Cotterrell,1 David Nelken,2 Alan Hunt,3 Vicenzo Ferrari,4 Volkmar
Gessner,5 H. Rottleuthner, Gunther Teubner,6 Mathieu Deflem,7 Max Travers,8 Reza
Banakar,9 Boaventura de Sousa Santos,10 Marc Galanter, Yves Dezalay, David Trubek,
Bryant Garth, Brian Tamanaha, Sally Engle Merry, Ronen Shamir, Michael McCann,
Heinz Klug y Jacques Comaille son algunos sociólogos del derecho contemporáneos
reconocidos.

Esta disciplina ha venido expandiéndose y tomando fuerza en los últimos años en América
Latina. Algunos sociólogos del derecho latinoamericanos de gran renombre son Roberto
Gargarella, Eliane Junqueira, Wanda de Lemos Capeller, Carlos María Cárcova, Oscar
Correas, Manuel Jacques, Mauricio García Villegas, Rodrigo Uprimny, Arthur Max y
César Rodríguez Garavito, Camilo Borrero García entre otros
La sociología del lenguaje es una disciplina que nace a fines de la década de 1950 para dar
cuenta de los problemas lingüísticos de los Estados en procesos de descolonización. Los
nuevos estados, independientes de sus metrópolis coloniales, necesitaban liberarse de las
lenguas de la etapa anterior para poder quitar todo resabio colonial. Para eso, aparece la
sociología del lenguaje, que busca intervenir directamente en la lengua mediante políticas y
planificación lingüísticas, llevadas a cabo (principalmente) por el Estado, para poder así
construir una identidad nacional.

La sociología del lenguaje se encuentra directamente relacionada con los conceptos de


política lingüística y planificación lingüística. Diversos autores dan múltiples definiciones
de ambos, pero podemos decir que: el primero intenta dar cuenta del marco jurídico y legal
necesario para brindar determinado rol o estatus a una o varias lenguas; el segundo es la
puesta en practica de las políticas lingüísticas que se determinaron previamente.

Entre los teóricos internacionales se puede mencionar al pionero norteamericano Joshua


Fishman y en el ámbito hispano a José María Sánchez Carrión, entre otros.

El trabajo, una de las categorías centrales de la sociología, puede definirse como la


ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico o mental y que tienen como objetivo la
producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas. El trabajo es por
tanto la actividad a través de la cual el hombre obtiene sus medios de subsistencia por lo
que o bien trabaja para vivir o vive del trabajo de los demás.1

El concepto de trabajo ha sido transformado y ha adquirido relevancia desde la revolución


francesa y la revolución industrial.

Evolución del trabajo

La naturaleza colectiva del trabajo "humano" y el sistema de relaciones sociales que lo


conforma, hace del trabajo un centro de atención constante para los sociólogos: Comte, el
fundador de la Sociología, sostenía que la división de trabajo lleva a la evolución social.

Cada formación social desarrolla un tipo específico de relaciones sociales para atender la
actividad laboral que impacta decisivamente en las características de cada sociedad y en la
cultura y forma de vida de sus habitantes. La constitución misma de la humanidad como
especie social está vinculada al desarrollo de relaciones cooperativas en el trabajo. Por otra
parte el conflicto social derivado de las relaciones laborales es una de las cuestiones más
atendidas por la Sociología.

Durante la mayor parte de la Historia de la Civilización el trabajo fue considerado como


una actividad despreciable. En la Biblia, libro sagrado común al judaísmo, cristianismo y el
islam, el trabajo aparece como algo costoso después de que Adán y Eva perdieran el
paraíso:

(Yahveh Dios) Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del
árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga
sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y
comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al
suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»

(Génesis, Cap. 3)

Los griegos de la Edad de Oro pensaban que sólo el ocio recreativo era digno del hombre
libre. La esclavitud fue considerada por las más diversas civilizaciones como la forma
natural y más adecuada de relación laboral. Desde mediados del Siglo XIX, 2 vinculado al
desarrollo de la democracia y el sindicalismo, la esclavitud deja de ser la forma
predominante del trabajo, para ser reemplazada por el trabajo asalariado. Con él emerge
una valoración social positiva del trabajo, por primera vez en la historia de la Civilización.

En general los grandes sociólogos (Comte, Weber, Durkheim) concedieron al trabajo un


lugar central en sus teorías. Pero, es recién a partir de la Segunda Guerra Mundial que se
desarrolla una Sociología del Trabajo. Conceptos claves de la Sociología como los de
"división del trabajo", "clase social", "estratificación social", "conflicto", "poder",
"Población Económicamente Activa", "sobretrabajo", subocupación demandante y no
demandante"; "mercado de trabajo". Todo ello está realcionado con el plano "Macro" de las
relaciones laborales están íntimamente relacionadas con las implicancias sociológicas del
trabajo.

Para la Sociología del Trabajo el estudio del trabajo va más allá de las "relaciones sociales
de empleo" para concentrarse en el mucho más amplio y complejo concepto de "mundo del
trabajo", abarcador de todas las formas de trabajo y actividad, prestando atención tanto a la
actividad como a la intención para la cual la actividad es llevada a cabo, y llegando hasta el
concepto mismo de "empresa", como esfuerzo colectivo del trabajo. Cuando se llega a ello
estamos en el plano "micro" de la sociología del trabajo, o sea las condiciones y medio
ambiente de trabajo originadas por el plano "macro" que llevan el nombre de CyMAT
(Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo) que es una especialidad en la Sociología
Laboral 3

La Sociología presta atención y estudia las implicancias sociales de la relación del trabajo
con la herramienta (técnica y tecnología). Las profundas transformaciones que derivan del
paso del trabajo con simples herramientas individuales (artesanado), al trabajo industrial
con grandes máquinas (maquinismo), al trabajo con computadoras (sociedad de la
información),y el impacto micro que generan, constituyen un permanente tema de estudio
sociológico .

Trabajo humano

Para la Doctrina social de la Iglesia, el trabajo significa "todo tipo de acción realizada por el
hombre independientemente de sus características o circunstancias; significa toda actividad
humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples actividades de
las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma en virtud
de su humanidad. Hecho a imagen y semejanza de Dios en el mundo visible y puesto en él
para que dominase la tierra, el hombre está por ello, desde el principio, llamado al trabajo.

El trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas,
cuya actividad, relacionada con el mantenimiento de la vida, no puede llamarse trabajo;
solamente el hombre es capaz de trabajar, solamente él puede llevarlo a cabo, llenando a la
vez con el trabajo su existencia sobre la tierra. De este modo el trabajo lleva en sí un signo
particular del hombre y de la humanidad, el signo de la persona activa en medio de una
comunidad de personas; este signo determina su característica interior y constituye en cierto
sentido su misma naturaleza".1

El catecismo expone que "el trabajo humano procede directamente de personas creadas a
imagen de Dios y llamadas a prolongar, unidas y para mutuo beneficio, la obra de la
creación dominando la tierra (cf Gn 1, 28; GS 34; CA 31). El trabajo es, por tanto, un
deber: ‘Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma’ (2 Ts 3, 10; cf 1 Ts 4, 11). El
trabajo honra los dones del Creador y los talentos recibidos. Puede ser también redentor.
Soportando el peso del trabajo (cf Gn 3, 14-19), en unión con Jesús, el carpintero de
Nazaret y el crucificado del Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el Hijo de
Dios en su obra redentora. Se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz cada día,
en la actividad que está llamado a realizar (cf LE 27). El trabajo puede ser un medio de
santificación y de animación de las realidades terrenas en el espíritu de Cristo".

Es en consecuencia, un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En


efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas
en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y
el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el
trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación
de los demás.2 .

El trabajo —«participación en la obra creadora de Dios»— la actividad profesional que


cada uno desempeña en el mundo, puede ser santificada y convertirse en camino de
santificación. «Al haber sido asumido por Cristo, el trabajo se nos presenta como realidad
redimida y redentora: no sólo es el ámbito en el que el hombre vive, sino medio y camino
de santidad, realidad santificable y santificadora». Cualquier trabajo honrado realizado con
perfección humana y rectitud, ya sea importante o humilde a los ojos de los hombres, es
ocasión de dar gloria a Dios y de servir a los demás. San Josemaría Escrivá, respecto de la
santificación del trabajo enseñaba que "Todo trabajo humano honesto, intelectual o manual,
debe ser realizado por el cristiano con la mayor perfección posible —competencia
profesional— y con perfección cristiana —por amor a la voluntad de Dios y en servicio de
los hombres—. Porque hecho así, ese trabajo humano, por humilde e insignificante que
parezca la tarea, contribuye a ordenar cristianamente las realidades temporales —a
manifestar su dimensión divina— y es asumido e integrado en la obra prodigiosa de la
Creación y de la Redención del mundo: se eleva así el trabajo al orden de la gracia, se
santifica, se convierte en obra de Dios"3

Asimismo señala el Catecismo "en el trabajo, la persona ejerce y aplica una parte de las
capacidades inscritas en su naturaleza. El valor primordial del trabajo pertenece al hombre
mismo, que es su autor y su destinatario. El trabajo es para el hombre y no el hombre para
el trabajo (cf LE 6) Cada cual debe poder sacar del trabajo los medios para sustentar su vida
y la de los suyos, y para prestar servicio a la comunidad humana".4

Considera que se debe garantizar el acceso al trabajo y a la profesión sin discriminación


injusta, a hombres y mujeres, sanos y disminuidos, autóctonos e inmigrados. La sociedad
debe por su parte ayudar a los ciudadanos a procurarse un trabajo y un empleo.

Se establece que el salario justo es el fruto legítimo del trabajo. Negarlo o retenerlo puede
constituir una grave injusticia (cf Lv 19, 13; Dt 24, 14-15; St 5, 4). Para determinar la justa
remuneración se han de tener en cuenta a la vez las necesidades y las contribuciones de
cada uno. 'El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades
de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual,
teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la
empresa y el bien común'5 El acuerdo de las partes no basta para justificar moralmente la
cuantía del salario.

Respecto a la huelga, se considera moralmente legítima cuando constituye un recurso


inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado. Resulta moralmente
inaceptable cuando va acompañada de violencias o también cuando se lleva a cabo en
función de objetivos no directamente vinculados con las condiciones del trabajo o
contrarios al bien común.

Asimismo, es injusto no pagar a los organismos de seguridad social las cotizaciones


establecidas por las autoridades legítimas.

La privación de empleo a causa de la huelga es casi siempre para su víctima un atentado


contra su dignidad y una amenaza para el equilibrio de la vida. Además del daño personal
padecido, de esa privación se derivan riesgos numerosos para su hogar (cf LE 18).

El Documento de Aparecida (2007) describe (120- 122) la importancia que los Obispos
latinoamericanos otorgan al trabajo señalando que éste se vincula con la creación ya que
"en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo
como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús,
el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no
es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la
existencia del hombre en la tierra", por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos
como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es
probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social’”.

Asimismo señalan que "Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de
la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la
oración, sirve no sólo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la
construcción del Reino de Dios. El desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir
sin querer trabajar son contrarios al designio de Dios. El discípulo y el misionero,
respondiendo a este designio, promueven la dignidad del trabajador y del trabajo, el justo
reconocimiento de sus derechos y de sus deberes, y desarrollan la cultura del trabajo y
denuncian toda injusticia. La salvaguardia del domingo, como día de descanso, de familia y
culto al Señor, garantiza el equilibrio entre trabajo y reposo. Corresponde a la comunidad
crear estructuras que ofrezcan un trabajo a las personas minusválidas según sus
posibilidades".

Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para
promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la
condición humana y el bienestar de la sociedad. La actividad empresarial es buena y
necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se
ordena al bien común. Se pervierte cuando, buscando solo el lucro, atenta contra los
derechos de los trabajadores y la justicia."

El Trabajo decente es un concepto propuesto por la Organización Internacional del


Trabajo para establecer las características que debe reunir una relación laboral para
considerar que cumple los estándares laborales internacionales, de manera que el trabajo se
realice en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. 1 Por debajo de
esos estándares debe considerarse que se han violado los derechos humanos del trabajador
afectado y que no existe trabajo libre, propiamente dicho.

Para conseguir este trabajo decente, uno de los instrumentos que los Servicios Públicos de
Empleo deben mantener, desarrollar y profundizar son los "Itinerarios Personalizados de
Inserción", como forma de atención personalizada que gestione las políticas activas de
empleo de forma mas efectiva y afectiva. Durante la década de los noventa y la primera del
siglo, buena parte de las economías europeas, empujadas por el cambio tecnológico,
experimentaron una profunda reestructuración. La globalización, la irrupción de la sociedad
de la información, de las nuevas tecnologías de la comunicación y la aparición de una
nueva relación capital/trabajo, aceleraron la terciarización de la economía y,
definitivamente, hicieron desaparecer la industria pesada y gran parte de la manufacturera.
En consecuencia se desencadenó una dramática reasignación de recursos productivos de un
sector a otro. Por supuesto, también humanos y laborales. Millones de trabajadores
engrosaron las filas del.desempleo. Estamos ante una nueva modernidad (Beck, 2006). Una
sociedad construida en torno a un orden post-tradicional. en la que el individuo se ve
sometido a la influencia de un entorno cada vez más amplio, global, sujeto a las
consecuencias de sucesos e influencias remotas, que le afectan como si fueran muy
próximas. El trabajador se torna móvil, se desvincula de los horizontes más cercanos,
aunque aún mantenga vínculos poderosos con instancias, locales, familiares o comunales,
se desconecta de una geografía conocida y de la experiencia de generaciones anteriores. La
sociedad y por supuesto el mercado de trabajo, se individualiza. Los trabajadores tienen que
aceptar la movilidad geográfica y funcional como nunca antes lo hicieron. La organización
flexible de la producción les fuerza a un cambio continuo y a la necesidad de asumir
riesgos. Pasamos de la sociedad del trabajo a la sociedad del riesgo, donde se afianza lo
precario, lo individual y lo impreciso. La diferencia entre la sociedad industrial y la
sociedad del riesgo radica en que hemos cambiado la lógica de la producción y la
distribución de riqueza, por la lógica de la producción y la distribución del riesgo.
Considerado el riesgo como las amenazas de un futuro que depende de las decisiones que
tomamos en cada momento presente. Decisiones que son cada vez son más difíciles, más
complejas y requieren más reflexión, información especializada y a menudo apoyo
profesional.(Beck, 2007) La individualización y la flexibilidad del mercado de trabajo se
extienden fruto del fin de la sociedad industrial que conocimos después de la segunda
guerra mundial. El individuo que antes se estructuraba socialmente por su profesión, su
clase y su capacidad de consumo, se ve ahora liberado, pero a la vez obligado a elegirlo
todo, a construir su propia biografía en una especie de bricolage que ensamble, identidad,
carrera profesional y carácter. El trabajador apoyado sólo en su cualificación ha de tomar
decisiones que le permitan adaptarse a un futuro incierto. Lo tendrá que hacer de forma
responsable y autónoma, pero necesitará orientación, información y ayuda experta. Es éste
uno de los síntomas más claros de una sociedad incierta, flexible e individualizada. A este
respecto una propuesta novedosa es la conocida como mercados de trabajo
transicionales. Un nuevo enfoque que ofrece herramientas para la gestión del riesgo a lo
largo de la vida del trabajador. Podemos definir los mercados de trabajo transicionales
como aquellos que permiten y promueven la movilidad del trabajador a lo largo de
diferentes situaciones laborales, entre las que se encuentran transiciones entre el empleo y
el desempleo, diferentes empresas, ocupaciones, tipos de contrato, trabajo remunerado o
voluntario. Se trata de una visión del mercado en términos de flujos y no de stocks, que
cambia radicalmente la concepción de las políticas del estado de bienestar y por supuesto
de las políticas de empleo, que ya no podrán concebirse como programas sino como
acompañamientos.(Mercader, 2009)

Origen

El concepto de «trabajo decente» fue acuñado por Juan Somavía, en su primer informe
como Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999.

El término fue introducido como respuesta al deterioro de los derechos de los trabajadores
que se registró mundialmente durante la década del 90, como consecuencia del proceso de
globalización y la necesidad de atender la dimensión social de la globalización.

El trabajo social se define según la Federación Internacional de Trabajadores Sociales1 y


la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW)2 como la profesión
"que promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas, y el
fortalecimiento y la liberación del pueblo, para incrementar el bienestar. Mediante la
utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo
social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los
principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el Trabajo
Social".

El trabajo social en sus distintas expresiones se dirige a las múltiples y complejas relaciones
entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar que todas las personas desarrollen
plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. Por
ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la
sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan. El
trabajo social es un sistema integrado y dinámico de valores, teoría y práctica
interrelacionados.
Funciones de los profesionales en Trabajo Social

Las funciones de los profesionales en Trabajo Social consisten en:

 Facilitar información y conexiones sociales con los organismos de recursos


socioeconómicos (articular redes).
 Conocer, gestionar y promocionar los recursos existentes entre sus potenciales usuarios y
los profesionales de otras ramas de las ciencias que pueden estar en contacto con sus
potenciales usuarios.

Y entre otras tenemos:

 Recibe, orienta, educa a personas, familias, grupos y comunidades en la solución pacifica


de sus conflictos a través de una cultura de dialogo y concertación.
 Realiza investigaciones sociales que contribuyen a identificar e interpretar las causas de
los fenómenos sociales que se presentan en cualquier contexto planteando alternativas de
solución a las mismas.
 Participa en la gestión, formulación, ejecución, evaluación de planes, programas y
proyectos sociales dirigidos a mejorar las condiciones de vida de la comunidad tanto con
instituciones públicas como privadas.
 Participa en el diseño, administración de programas de personal, bienestar laboral,
seguridad social y salud ocupacional.
 Gerencia programas y proyectos de desarrollo social con organismos gubernamentales y
no gubernamentales.
 Forma parte de equipos interdisciplinarios que trabajan por el mejoramiento de la calidad
de vida de la población a través de procesos socioeducativos de promoción y prevención.

Ámbitos de actuación profesional

Comprende gran diversidad de ámbitos de desempeño (todos aquellos sectores


poblacionales que precisan de una atención especial): Tercera edad, personas con
discapacidad, personas maltratadas (en especial, mujeres, menores y ancianos),
reclusos,víctimas del terrorismo, inmigrantes, menores exclusión social, minorías étnicas,
drogodependencias y adicciones, emergencia social, prostitución, entre otros ámbitos.

Imagen con una pareja homosexual cuidando de un bebé.


Una herramienta tecnológico subjetual de su ámbito laboral, es el informe social, la historia
social, la ficha, diagnóstico social, el proyecto de intervención, las hojas de seguimiento,
entre otros. En la actualidad el Trabajo Social también desarrolla su acción en el llamado
tercer sector (asociaciones, fundaciones, colectivos y ONGs) y en menos medida en la
empresa privada. Se suman como herramientas tecnológico - subjetuales, como parte de sus
actividades de intervención social: los informes periciales, propios del sistema oral de
justicia. También en los contextos escolares, son mediadores de conflictos entre integrantes
de la comunidad educativa, realizan terapia de tratamiento con familias, grupos, individuos,
para buscar la resolución de sus problemas de interrelaciones sociales y que son causantes
de sufrimiento.

Trabajo social en las cárceles

El trabajo Social en cárceles o dirigido a reclusos juega un papel muy importante dentro de
los ámbitos de actuación profesional de un trabajador social. Las instituciones carcelarias,
según el trabajo social, es un ámbito para la modificación de conductas y la ocultación
temporal o permanente de personas que amenacen la convivencia social bajo un medio
libre, ya que por cierta causal han corrompido la misma. El propósito del trabajador social
con los reclusos es el lograr alcanzar la reinserción social del individuo, ¨con el fin que éste
tome conocimiento e identifique las circunstancias que originaron su conducta delictiva y
las consecuencias derivadas de la privación de la libertad¨ (Acevedo, 2003, p.21) siendo
dicho profesional un componente vital en todo el tratamiento interdisciplinario a el cual los
reclusos están expuestos.

De primera instancia el trabajador social debe tener presente que su trabajo va dirigido a un
sujeto en situación que de igual modo sigue siendo persona y posee dignidad humana.
Dentro de las funciones que lleva a cabo el trabajador social, dirigido al ámbito carcelario
se encuentra (Fuente: Vélez, Z. (1997). Un trabajador social para el nuevo mileno. Rio
Piedras, Puerto Rico: Universidad de Puerto Rico.):

 Intervención con individuos y familias


 Ponderación de riesgo-transición
 Servicio de protección
 Manejo de caso-mantenimiento
 Provisión de servicios y recursos
 Resolución de disputas: Manejo de conflictos
 Mantenimiento de la organización
 Desarrollo de programas

Es necesario direccionar la atención a un eje de vinculo profesional-destinatario de la


intervención, denominado desde el cuerpo legal que lo caracteriza en el escenario como ¨el
interno¨ ( Acevedo, 2003, p.21) . ¨La intervención profesional es una dimensión
constitutiva del campo disciplinar, campo en el que participa la investigación. Ambas
prácticas se articulan y retroalimentan, ya que es el conocimiento el que permite acceder a
la comprensión de las situaciones que la intervención intenta transformar, conocimiento que
va a proporcionar las argumentaciones y fundamentos profesionales¨ (Cazzaniga, 2007,
p.83). Lo cual nos infiere que el trabajador social debe fomentar su trabajo en la
intervención pertinente a nivel de contacto personal adjunto a investigaciones externas
acerca del recluso.

La metodología que utiliza el trabajador social en los casos con reclusos es la siguiente:
(Fuente: Aguilar, I., Chacón, L., González, M., Gozález, R., Jiménez, S., Loaiza, M., Mora,
L., Murillo,F. y Ortiz,J. (2006). La intervención de trabajo social y psicología en la
administración de justicia costarricense. San José, Costa Rica: Editorama.)

 El profesional recibe la solicitud de estudio.


 Registra el caso en el libro de control de casos (se dispone de un libro de actas).
 Cada profesional elabora el expediente para materializar la información obtenida.
 Confecciona la cédula de citación.
 El trabajador social planea la visita domiciliar y/o institucional; envía la cita por medio del
citador judicial y realizar la coordinación telefónica.
 Realiza la visita domiciliara al valorado o a la institución donde se encuentra el recluso.
 Justifica a la familia la intervención profesional y el objetivo por cumplir.
 Efectúa entrevistas a personas relacionadas al individuo ( familiares, vecinos, autoridad
administrativa, profesionales y otras fuentes colaterales).
 Evalúa el medio socio-familiar y comunal donde se desenvuelve el recluso.
 Se estipulan el día y la hora de la entrevista para cumplir con el proceso de investigación.

Dentro del marco de referencias que el trabajador social tiene que investigar y estudiar para
alcanzar su objetivo:

 Las relaciones familiares


 Las relaciones interpersonales
 Su anterior convivencia en la comunidad
 Razón por la cual la persona se encuentra encarcelado

El trabajador social debe estimular a lograr desarrollar un ambiente al encuentro y al


intercambio para facilitar el camino a la superación de conflictos, teniendo como base
principal la responsabilidad al diálogo. (Acevedo, 2003, p.21).

Otro enfoque a el cual va dirigido los servicios de un profesional de trabajo social dentro de
una institución carcelaria lo es: la socialización institucional o integración adaptativa de la
entrada del individuo a la cárcel. La realidad es que el recluso se enfrentara a la falta de
coherencia interna entre los integrantes de una institución, los intereses contrapuesto,
humana ausencia de coordinación de las actividades y los criterios de compresión del hecho
social que erige en la figura del detenido.(Acevedo, 2003, p.21). De igual modo, la
interacción social y el bienestar mental van de la mano en situaciones que involucren la
privación de la liberta e integración a una institución carcelaria. Un artículo de la revista
academica Social Forum nos plasma un estudio realizado por Research Triangle Institute,
Health and Social Policy Division a hombres y mujeres reclusos con el propósito de definir
su bienestar mental tomando como variantes de estudio su estado civil, posesión de hijos y
apoyo social (interno y externo). Como resultado se mostro que las instituciones carcelarias
en lugar de promover el bienestar mental, las relaciones sociales dentro y fuera de la
institución están asociados con mayores niveles de angustia dentro de su salud mental. Los
más altos niveles de ansiedad y depresión los poseen los reclusos que se encontraban con
relaciones matrimoniales y los reclusos con mayor nivel de hostilidad eran aquellos que
mantenían relaciones sociales dentro de la cárcel. Dicho estudio es una prueba
indispensable de la necesidad de todo recluso de contar con ayuda de un trabajador social
que le brinde herramientas para su convivencia e integración en la institución junto con
otros reclusos.

Este profesional, en el ámbito carcelario, también trabaja en casos de reclusos


hospitalizados, orienta para el trámite de divorcio, inscripción de nacimiento de hijos, y en
caso de fallecimiento o enfermedad grave de un familiar directo del interno debe realizar
las gestiones correspondientes a tales circunstancias. De igual forma tiene participación en
la comprobación de vínculo en el caso de la Visita de Penal a Penal y de la Visita
íntima.(Uzcudún)

En ocasiones, las funciones de los trabajadores sociales en el ámbito carcelario enfrentan


unos ciertos problemas que imposibilitan el completo desarrollo profesional de los mismos.
Algunos de estos son (Fuente: Uzcudún, B. ( fecha no mencionada). Interpelación sobre el
rol del Trabajador Social penitenciario. Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales
Edición electrónica.4

 Proyecto institucional rígido y acotado que limita la capacidad de acción.


 Escaso margen de autonomía para impulsar nuevos proyectos.
 Organización de tipo piramidal que coarta el surgimiento de espacios formales e
informales para poder expresar intereses y opiniones.
 Escasez de incentivos laborales.
 Falta de capacitación para la actualización y orientación en el abordaje de la problemática
del encierro.
 Inexistencia del trabajo interdisciplinario. Formas de agrupamiento en instancias en las
que se requiere la decisión de los distintos sectores.
 Comunicación estrictamente formal entre los distintos sectores.
 Inadecuadas condiciones de trabajo, materiales, técnicas, de infraestructura y de recursos
humanos.
 Hegemonía de las fuerzas de seguridad interna y externa por sobre la intervención
profesional.
 Los roles que se le adjudican al trabajador social se relaciona con la resolución práctica e
inmediatista en situaciones de carencia.
 Reproducción de la imagen social de la profesión que condiciona el tipo de demandas
asociadas a problemas administrativos.
 Predominio de tareas burocráticas debiendo los profesionales resignar sus funciones
específicas técnico-profesionales.
 Respuestas centradas en demandas espontáneas y a resolver problemas emergentes.
 Interferencias del contexto político-económico.

El trabajador social es un factor vital dentro de los componentes de la institución penal y


junto con la colaboración de la sociedad se debe fomentar el completo desarrollo de los
mismos para beneficio y mejoría de los reclusos que reciban sus servicios.
Tensión entre la teoría institucional y la praxis profesional

El estado actual de Trabajo Social en torno al desarrollo profesional, se caracteriza por dos
insumos, por una parte, se incorporan diversos elementos a partir de diversos programas de
investigación sociológica, antropológica, filosófica y psicológica; que han logrando
ensamblarse transdisciplinariamente, a partir por los esfuerzos realizados por parte de
investigadores e investigadoras universitarios (as), como también por parte de
investigadores e investigadoras provenientes de otras instituciones, fundaciones, ONGs, o
agencias de servicio social.

Por otra parte, la praxis profesional permite una retro-alimentación de las investigaciones
universitarias o institucionales. No obstante, estos dos insumos han marcado una brecha
entre la información obtenida a través de la práctica profesional y las eruditas
investigaciones institucionales.

La combinación de estos dos tipos de insumos de conocimientos es a menudo imperfecta.


Con la esperanza de zanjar esta brecha, a lo largo del siglo XX, los y las especialistas en el
campo, han abierto permanentes debates, con la intención de lograr una convergencia
teórica y metodológica, del insumo de los resultados obtenidos de una praxis profesional
diversa, con los resultados de las investigaciones institucionales; no obstante la tensión
entre estos dos insumos: teoría institucional - praxis profesional, es una problemática
presente tanto en los estudiosos y las estudiosas institucionales, manifestándose en el
núcleo mismo de las políticas curriculares de las carreras profesionales universitarias, como
en los diversos tipos de praxis de los y las profesionales del campo.

En la praxis un o una profesional de trabajo social se enfrenta a las barreras, desigualdades


e injusticias existentes en la sociedad. Responde a las crisis y emergencias, así como a los
problemas personales y sociales de la vida diaria. No obstante, no siempre la teorización
institucional brinda a los y las profesionales en la disciplina, la formación científica, técnica
y tecnológica para las las intervenciones sobre procesos psicosociales, sobre sujetos -
objetos, ni mucho menos las técnicas y estrategias para la participación en la política, la
planificación y el desarrollo sociales.

En el caso de las intervenciones sociales, el profesional debe realizar diversos tipos de


asesoramiento social, así como realizar análisis de caso, de comportamiento grupal o
institucional, sustentar sus acciones interventivas en métodos derivados de la socio-
antropogogía y de la terapia familiar; asimismo, diversos tipos de intervenciones sociales
requiere acudir a estrategias y técnicas administrativas, jurídicas y de planificación
institucional, para que diversos grupos humanos obtengan servicios y recursos
comunitarios.

En la praxis profesional, al y la profesional de Trabajo Social, se le exigen


responsabilidades de planificación y coordinación de organismos comunitarios y la
participación en acciones y participaciones políticas que se orienten a la modificación y
sustentación de las políticas sociales y económicas de los Estados a los que se pertenezca.
Las prioridades de la práctica de los y las profesionales de trabajo social, variarán de un
país a otro, y con el tiempo, en dependencia de las circunstancias culturales, históricas y
socioeconómicas.

Transdisciplinaridad del trabajo social

Trabajo social puede ser considerado como transdisciplina cuyas propiedades definitorias
emergen a partir de la convergencia teórica y metodológica de diversas y variadas
disciplinas de raigambre subjetual e histórico - subjetual,5 en el contexto de la praxis
profesional de diversos gremios en distintos momentos históricos y ubicaciones
geográficas. Las propiedades emergentes de esta transdisciplina, definen sus sujetos-
objetos, sus finalidades, sus métodos y metodologías, sus jergas y terminologías
especializadas. Sus referentes se orientan integralmente tanto a las personas, grupos o
sociedades objetivas (su dimensión óntica), como a los fenómenos en torno a las
dinámicas subjetivas de las personalidades individuales, o a las dinámicas intersubjetivas de
actividades grupales, organizacionales o institucionales (su dimensión ontológica).6

Como transdisciplina, se consolida autónomamente, a partir de un proceso gradual de


emergencia inter y multidisciplinariamente; tanto en su dimensión óntica como en su
dimensión ontológica, sus sujetos-objetos son los seres humanos, considerados
integralmente en sus componentes de índole biológico, psicológico y sociológico. Como
disciplina histórico - subjetual, adquiere por ende, una propiedad reflexiva, en tanto se trata
de un proceso comprensivo - explicativo - transformativo de unos seres humanos, en el rol
de trabajadores o trabajadoras sociales, en torno a otros seres humanos, en el rol de sujetos-
objetos observados, comprendidos, explicados e intervenidos. El ser humano es
dimensionado entonces por esta transdisciplina, de manera integral tanto en su dimensión
óntica, como en su dimensión ontológica, lo que evidencia su naturaleza compleja y
dinámica, cuya "quidditas" se manifiesta en su propiedad emergente y diferenciante: "la
ontoergónica".7 Se trata entonces de una propiedad óntico-dinámica, que permite develar el
ser humano como proyecto, es decir, que no sólo como objeto del estudio de sí mismo
(propiedad reflexiva de las ciencias subjetuales), sino que es al mismo tiempo sujeto de su
propio desarrollo, como actor de transformaciones individuales y sociales en contextos
simbólico-lingüísticos de acciones comunicativas.8 Por ello, el proyecto de la quididad
humana, alcanza su finalidad integra en su dinámica de la dimensión ontoergónica.9

Trabajo Social comparado


La validez y confiabilidad de la praxis profesional de Trabajo Social se alcanza en el contexto de
acciones comunicativas intersubjetivas.

Se diferencia sustantivamente de otras praxis profesionales, por lo que delimita sus propios
sujetos-objetos (dimensión óntico-ontológica), sus modos, métodos y metodologías
(dimensión epistemológica) y sus niveles de discurso, jergas y terminologías especializadas
(dimensión gnoseológico-cognoscitiva). En su aspecto teorético-cognoscitivo, tiene las
propiedades de una ciencia histórico-subjetual, que emerge transdisciplinariamente 10 en el
contexto de ciencias históricos subjetuales como la psicología, la antropología, la
sociología, la politicología, la antropogogía;11 tecnologías subjetuales12 como las
intervenciones psicoterapéuticas, la gestión institucional, la salud ocupacional, el derecho
laboral, civil y familiar; alcanzado sus propiedades diferenciantes que le dan la autonomía
disciplinaria. En su aspecto de transformación e intervención sobre las estructuras sociales
objetivas (ónticidad) y en las intersubjetividades dinámicas de las intersubjetualidades
sociales (ontologicidad), tiene las propiedades de una tecnología subjetual y que es la
dimensión que surge como un producto histórico de la praxis disciplinar y cuya validez se
logra en el contexto de acciones comunicativas intersubjetivas.

Como transdisciplina que ha trascendido las prácticas profesionales locales, alcanzando un


carácter transnacional, adquiere aceptación y consolidación institucional, incorporando a
los currículos universitarios diversos grados académicos, tal como los "diplomas" europeos;
bachilleratos en EE.UU., Puerto Rico y América Latina; licenciaturas como en Chile,
Colombia, Argentina, Panamá, Costa Rica; cuya maduración transdisciplinar permite abrir
especialidades de postgrado, como maestrías que se han desarrollado en Argentina, Chile,
Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá. Recientemente se han incorporado en los
currículos universitarios de Trabajo Social, los grados doctorales especialmente en Brasil,
Argentina y Puerto Rico.

Finalmente como la profesión consolidada, ha alcanzado los niveles posdoctorales en


Brasil, Europa y Estados Unidos. Por tanto, es una transdisciplina y profesión con una
amplia cobertura internacional (tanto transdiscipinar como profesional) que con más de
cien años de existencia en el mundo, albergando diferentes proyectos y programas
universitarios con particularidades múltiples y diversas.

Las dos raíces más determinantes en el desarrollo de la profesión, han sido la de origen
europeo, de influencia Belga, Inglesa, Francesa, Alemana e Italiana, como por otro lado, y
con diferencias sustantivas, se halla la tradición estadounidense, la cual ganó hegemonía
posterior a la Segunda Guerra Mundial. No obstante, diversas formas de asistencialismo
social han estado presentes en otros momentos históricos y por otras tradiciones culturales
no occidentales.
El debate en Latinoamérica

Eduardo Galeano.

Eduardo Galeano inicia su Las venas abiertas de América Latina con una descriptiva
pintura de la cruenta historia de América Latina: "La división internacional del trabajo
consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del
mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los
remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le
hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus
funciones. Éste ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y
la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las
montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al
servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y
la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países
ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana
produciéndolos[...] Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el
descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o,
más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros
de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y
su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El
modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente
determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo".

El emergente asistencialismo social en la Latinoamérica contemporánea


Fechas de independencia de los países de Latinoamérica.

La conciencia histórico social de la dramática situación de las poblaciones latinoamericanas


sumidas en la más profunda explotación, pauperización, pobreza y miseria, forja de manera
dolorosa la identidad de los pueblos latinoamericanos. Es en este contexto que emerge el
Trabajo Social en América Latina, desde sus "protoformas" asistencialistas, su praxis como
servicios sociales, hasta su consolidación como diversos núcleos teóricos
transdisciplinarios, que retroalimentan la praxis de "Trabajos Sociales", y permiten el
surgimiento de sus propiedades transdisciplinarias y profesionales. Como una construcción
histórico - subjetual, se consolida entonces, un Trabajo Social como una división del
trabajo, a la vez que como una especialidad en el contexto de las ciencias histórico -
subjetuales en su dimensión teorética y como una tecnología subjetual en su dimensión
transformadora e interventora, en las estructuras y dinámicas sociales. Entonces, los
procesos de consolidación transdisciplinaria, parten de identidades culturales locales por
una parte, y que por otra parte, permiten establecer criterios de identidad disciplinaria
transcultural en el contexto de las diversas praxis profesionales en las distintas naciones
latinoamericanas.

No obstante, estos procesos han sido diversos, complejos, no lineales, caóticos;


interrumpidos, no pocas veces, por los períodos de las dictaduras militares; 13 que grosso
modo, se bifurcan hacia dos tendencias, una progresista, de la cual surgen expresiones de
un trabajo social con aspectos nuevos en relación a una “intencionalidad transformadora, el
rescate de la experiencia, la reconstrucción del tejido social, centrado en los movimientos
sociales y orientado a un proyecto de sociedad” y otra tendencia con un perfil técnico,
menos preocupada por cuestiones filosóficas, como el cuestionamiento ético, político y
existencial; tendencia esta última, que por ser menos peligrosa políticamente, se profundiza
en los gobiernos postdictadura, en el contexto de políticas económicas liberales (-
neoliberales -), pero que a pesar de ello, genera una serie de contradicciones y tensiones
entre los postulados éticos, la formación de los profesionales por una parte y la experiencia
dinámica del trabajador social en situación, frente a los fenómenos manifiestos en la
cuestión social,14 por otra.
Servicio social y división del trabajo

Marilda V. Iamamoto15 en Servicio Social y División del Trabajo (1997), presenta su


versión laxa de esta emergencia transdicisciplinaria en el contexto de la historia brasileña
reciente: “el Servicio Social surge de la iniciativa de grupos y fracciones de clases
dominantes que se expresan a través de la Iglesia, como una de las derivaciones del
movimiento de apostolado lego”, describiendo la dimensión obviamente conservadora de
esta tradición eclesiástica: “centro de un movimiento de cuño reformista-conservador”,
prescribiendo como etapa consecuente un proceso de secularización y de tecnificación
(considerado de manera global y poco precisa como "positivista"): “el proceso de
secularización y de ampliación del soporte técnico-científico de la profesión", considerando
consecuentemente que el progreso de las ciencias sociales de fundamento empírico, tienen
un basamento igualmente conservador: "bajo la influencia de los progresos alcanzados por
las Ciencias Sociales en el contexto del pensamiento conservador, especialmente de su
vertiente empirista norteamericana”16 Perspectivas como las de M. V. Iamamoto, al ser
consideradas por otras perspectivas teóricas de Trabajo Social como reduccionistas, han
suscitado el debate contemporáneo en Latinoamérica en la segunda mitad el siglo XX, en
particular en torno a las las concepciones teóricas, prácticas políticas e imaginarios en la
corriente de Trabajo social surgida en Brasil, en el contexto de las transformaciones de la
sociedad global y latinoamericana experimentadas en este lapso histórico.

El proyecto gramsciano y el movimiento de la reconceptualización

Antonio Gramsci.

En pleno contexto de la denominada Guerra Fría, que de fría tuvo poco en Latinoamérica,
surgen propuestas no tan conservadoras, como: un proyecto “gramsciano” iniciado a fines
de los años 60 en Brasil, paralelo con el movimiento de reconceptualización que busca
romper con la hegemonía del asistencialismo de inspiración católica, y que se profundizan
durante los años setenta junto a la lucha de diversos movimientos sociales contra el régimen
militar y después durante la transición democrática iniciada en 1984.

César A. Barrantes A. (1998-1999),17 presenta una perspectiva crítica en torno a las


concreciones de Trabajo Social en comunidades particulares de Trabajo Social en
Latinoamérica, pero con un especial énfasis a las tendencias desarrolladas en Costa Rica.
Barrantes desarrolla una perspectiva análoga a que había presentado Ezequiel Ander-Egg
en su trabajo: "Achaques y manías del Trabajo Social Reconceptualizado", 18 sintetizando,
su perspectiva sobre la Reconceptualización de Trabajo Social, de la siguiente manera: "la
historia de La Reconceptualización y podremos recordar que ha sido la de la búsqueda, no
siempre exenta de problemas existenciales de los Trabajadores Sociales, de una plataforma
vocabular, categorial, definitoria de principios, postulados, fines, objetivos, metas e
indicadores de nuestra específica y no siempre consciente práctica científico-política y
tecnoprofesional; plataforma cuyo equívoco está en la creencia misma de que el nutriente
científico le vendría insuflado desde “el más allá del Trabajo Social” representado por el
resto de las disciplinas sociales. (...) ¿Cual es el objeto que el Trabajo Social nunca tuvo y,
por lo tanto, dio por perdido?. Su carácter de Ciencia. ¿Cuál perdió después de haberlo
tenido?. Su objeto de estudio e intervención: el individuo, el grupo, la comunidad (hoy
podríamos hablar de la localidad) y los tres métodos clásicos a los que algunos colegas
reconceptualizados intentaron construirles paradigmas o metateorías de corte estructural y
objetivista, ajenas a las necesidades tanto de las heterogéneas realidades como de los
Trabajadores Sociales, la mayoría de los cuales no se vio expresada en ellas o no se
percataron de su existencia. (...) Este drama, inscrito en la lógica del itinerario de La
Reconceptualización, viene a ser como la ventana a través de la que se ven, interpretan y
organizan los significados, los sentidos de la realidad. Es el escenario al que la repetición
nos conduce constantemente, como la lengua al diente que duele y duele precisamente
porque no somos capaces de reconocer las potencialidades que tiene ni la estrategia
conducente al objeto de estudio e intervención deseado."

El proyecto ético-político (PEPO)


Leonardo Boff uno de los más destacados defensores de la Teología de la liberación.

Los cambios en la orientación política de la profesión en el caso de Brasil, se verifican ya


en el Código de Ética profesional de Trabajo Social de 1986. Estos procesos se manifiestan,
si bien ya conflictivamente, a partir de la promulgación de la Constitución de 1988, y
durante los años noventa, que registra la incorporación en el Código de Ética de 1993 de
una concepción teórica inspirada en algunas vertientes marxistas –fundamentalmente
vinculadas a Georg Lukács y Antonio Gramsci– en la forma de un “proyecto ético-político”
que asume explícitamente su “compromiso con la clase trabajadora”.

Esta implementación del proyecto original se realiza en los organismos profesionales y en


las escuelas y facultades –fundamentalmente públicas – de enseñanza de Trabajo Social,
con una propuesta de ocupación de espacios que tiene como objetivo el control de los
cursos de postgraduación, por su potencial reproductor endogámico. Este proceso ha sido
descrito, entre otras, en las obras de Marilda Iamamoto y José Paulo Netto.19 Aplicando
reflexivamente la teoría marxista en que se fundamenta supuestamente este proceso, y se
puede ya indicar que, políticamente, fue hegemonizado por grupos vinculados a la
izquierda – incluyese aquí la izquierda católica vinculada a la Teología de la Liberación - y
al Partido Comunista Brasilero, y, socialmente, masivamente constituido por trabajadores
sociales oriundos de los sectores medios y de la pequeña burguesía académica, operadores
finales de los cambios que quebraron la hegemonía de los sectores católicos y
conservadores en la profesión.

Perturbaciones en el proyecto-ético político (PEPO)

Se evidencian dos grandes perturbaciones que este proyecto experimenta a lo largo de su


desarrollo:
1. Uno de ellas es la caída final del “socialismo real” entre 1989 - 91,20 con las inevitables
consecuencias centrífugas para la teoría y la práctica política. Se analiza la dificultad del
movimiento para mantenerse dentro de la tradición marxista de la autocrítica, y su lento
deslizamiento hacia posiciones postmodernas basadas en la fe, en conceptos religiosos o
en el irracionalismo mesiánico. También, su dificultosa convivencia con el fin de los “mitos
de totalidad”.21
2. Como consecuencia de lo anterior, la otra gran perturbación experimentada por el
proyecto ético-político (PEPO) de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo
social (ADCHTS) en Brasil consiste en la sorprendente inercia y limitaciones de su marco
teórico para interpretar las transformaciones ocurridas en la sociedad mundial y
latinoamericanas en los últimos cuarenta años. La creciente complejidad de las sociedades
contemporáneas, en un marco de globalización, multiculturalismo, y conflictivos procesos
de universalización de los derechos, vuelve anacrónica, entre otras nociones, la tradicional
distinción entre Estado y sociedad civil originada en el siglo XIX, así como la lectura de una
sociedad de clases con la vista congelada en el siglo XIX o en los inicios del capitalismo
monopolista del siglo pasado.

La emergencia de situaciones de riesgo e incertidumbre que eran apenas vislumbradas en su


actual magnitud poco tiempo atrás, exige la adopción de marcos teóricos que sean capaces
de incorporar nuevos conceptos para intentar el análisis de las formas de la modernidad
presente.

La auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social (ADCHTS)

Es posible, a partir de las investigaciones realizadas por Emilio Enrique Dellasoppa, 22


describir entonces "de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo social
(ADCHTS) en Brasil", en los siguientes puntos:

1. El proceso de cambio de hegemonía política-sindical-académica en el trabajo social


brasileño está asociado a la participación política de trabajadores sociales, casi totalmente
constituidos por mujeres, oriundos de clases o capas medias de la sociedad brasileña,
fundamentalmente del sector público, de los servicios sociales y culturales y de la pequeña
burguesía académica - profesores universitarios -, con militancia política y sindical.
2. Este proceso implica en la constitución de un imaginario político, cultural y social de estos
actores provenientes de las clases medias. La búsqueda de sentido social, entendido como
un lugar social, político, ideológico y cultural por parte de estos sectores de la pequeña
burguesía se materializa paulatinamente en la formulación del proyecto ético-político

(PEPO), concebido como una herramienta discursiva para la lucha política dentro de la
profesión (tanto en los ámbitos académicos, sindicales como institucionales) y como una
intervención en la realidad.

1. Como una característica que se desprende de las condiciones materiales de existencia de


los partícipes de la corriente (exclusivamente pequeña burguesía), se constituye un
imaginario teórico ecléctico basado en múltiples interpretaciones de diversos marxismos y
que, en última instancia, recurre a la fe como justificativa.
2. La incorporación a la práctica política de las concepciones de A. Gramsci sobre la “guerra
de posiciones”23 lleva a una intervención en la realidad que se traduce en la ocupación por
parte de este Trabajo Social de la pequeña burguesía de espacios en lo académico, sindical
y en las instituciones del estado, materializando la ascensión social dentro del imaginario
construido. Se conforma de esta manera la autodenominada "corriente hegemónica" en el
trabajo social de Brasil, y su expresión académica, la “dirección social del curso”.
3. Dentro de la corriente se adhiere a una posición historicista clásica en el marxismo
ortodoxo: releer a la historia realizando una intervención que justifica las posiciones
adoptadas en el presente. Aunque entre la última revisión curricular (los programas de las
materias son de 1992) y el presente, el mundo ha sufrido muchos cambios, la corriente
que estudiamos continúa viviendo los mismos condicionamientos intelectuales de los años
setenta, con sus raíces firmemente asentadas el siglo XIX.
4. El final del “socialismo real’ en 1989 y de los “mitos de totalidad”, junto con la
mundialización, la emergencia de las sociedades de riesgo y la declinación de las políticas
de clase, aniquila la posibilidad de articular el discurso sobre lo real en torno al concepto
de autocrítica, obligando al retorno final al ámbito de la fe: la sustentación del frágil
imaginario ahora precisa de la impenitencia.

Expedientes de inmunización de la auto-denominada corriente hegemónica en el trabajo


social (ADCHTS)

La primera verificación, por ende, es que la autocrítica se torna imposible, privada por la
fragmentación de cualquier posibilidad de discurso unitario. Asimismo, la desaparición de
los mitos de totalidad: el proletariado, la revolución y la sociedad socialista, transforma el
recurso al historicismo en una simple cuestión de fe en una forma de intervención histórica
sobre lo real.

Por eso, la cuestión no se puede analizar en términos de autocrítica: el referencial teórico


interno del marxismo se encuentra fragmentado en innumerables corrientes, muchas ya
corroídas por el olvido. La vieja colocación de Norberto Bobbio “Ni con Marx, ni contra
Marx”,24 puede ser entendida ahora en su exacta dimensión.25 Frente a este cuadro, la
última alternativa – única – es declararse "impenintente",26 como parte de un proceso de
“lavado de capital ideológico-político”.

Proyecto ético-político y estalinismo

Iósif Stalin y Lenin, 1919.


Este proyecto ético-político de Trabajo Social de Brasil se encuentra en la difícil situación
de tener que admitir la impenitencia explícita, aun en el caso de los crímenes cometidos por
el estalinismo: la autocrítica – imposible – provocaría una implosión semejante a 1989, por
la simple divulgación de los hechos y posiciones políticas. José Paulo Netto consideró y
aparentemente considera – no se conoce ningún desmentido al respecto - la violencia del
estalinismo “históricamente necesaria”, y esta situación no puede resolverse en el contexto
de la intervención quirúrgica que interpreta la historia en función de las necesidades de la
lucha política en el presente: "En verdad, por lo tanto, lo que entonces se realizó fue el
establecimiento de la infraestructura necesaria para la transición socialista. Ahí reside el
papel históricamente progresista de la autocracia estalinista: ella concretó la creación de las
condiciones materiales indispensables para la edificación de una sociedad de nuevo
tipo....Lo que debe ser cobrado al grupo dirigente capitaneado por Stalin, pues, no es esta
violencia históricamente necesaria. Lo que debe ser puesto en su cuenta es la
transformación de esas coacciones requeridas transitoriamente en normas constantes de
dirección política....".27 Esta no es una posición aislada. Este autor también consideraba
Stalin un gran científico social, organizando un libro con sus obras en la colección
"Grandes Científicos Sociales" , y mantiene aún hoy esta referencia en su currículo, en una
elogiable actitud de honestidad intelectual y coherencia política. El prolongamiento de estas
situaciones anacrónicas desde el punto de vista de la autocrítica es facilitado por las “bases
materiales” constituidas por los alumnos que ingresan a la carrera de Trabajo Social en
Brasil, de acuerdo a lo que colocamos arriba en base a los datos del censo estudiantil.

Stalin en una entrevista.

La fuente de las opiniones de José Paulo Netto sobre la violencia históricamente necesaria
para la construcción del socialismo, se encuentra en György Lukács. Marco Baldino28 ha
señalado: "... Según Lukács con la revolución de octubre tendrían "...nacido los
fundamentos materiales del marxismo para la real construcción científica tantas veces
requerida por Engels y después también por Lenin en los Cuadernos Filosóficos. La
inmensa culpa histórica del estalinismo está no sólo en haber dejado inutilizada esta
construcción científica, sino en haberla hecho retroceder." Baldino continúa:29 "En su
esencia, la culpa histórica del estalinismo no estaría en los dieciséis millones de muertos de
que habla, por ejemplo, Foucault, sino en el hecho de que Stalin (para
Lukács)[...]"obstaculizó la tendencia que habría sido capaz de esta construcción científica".
Las raíces políticas de los fundadores de la corriente y sus epígonos, están clavadas en los
iconoclastas argumentos de M.Foucault,30 iniciando con su perspicaz crítica al "marxismo
de los partidos" [...] "definido por los partidos comunistas, que son los que deciden cómo
usted ha de usar a Marx para lograr que ellos lo declaren marxista",31 a partir de la cual,
impugna el denominado "stalinismo post-stalinista, que al excluir del discurso marxista
todo aquello que no sea una repetición temerosa de lo ya previamente dicho, no permite
develar dominios inexplorados [...]. El precio que los marxistas pagaron por su fidelidad al
viejo positivismo fue el de una sordera radical a toda una serie de cuestiones planteadas por
la ciencia",32 concluyendo que: "La concepción del papel de la violencia estalinista es
paradigmática. No estoy descubriendo nada. Sólo informando de una realidad que es
conocida en el mundo todo hace mucho tiempo".33

Solzhenitsyn con Vladimir Putin.

Estos juicios de Foucault, han sido fielmente corroborados en las narraciones realizadas por
Aleksandr Solzhenitsyn, escritor, historiador y Premio Nobel de Literatura ruso,34
develando los horrores del genocidio estalinista, en su obra: "Archipiélago Gulag",en la
cual analiza el sistema de prisiones soviético, el terrorismo y el papel de la policía secreta.
Solzhenitsyn enumeraba las atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su
propio pueblo casi desde sus inicios. En uno de los momentos de mayor esplendor del
gulag, hacia 1936, había unos cinco millones de prisioneros que componían lo que Franz
Kafka hubiera llamado " la colonia penitenciaria". Un número que aumentó año tras año
hasta la muerte de Stalin, en 1953. En total, entre 1928 y el fallecimiento del "Padre de los
pueblos", entre 40 y 50 millones de personas fueron enviadas a cumplir condenas en lo que
metafóricamente denominó Solzhenitsyn archipiélago de campos de trabajo repartidos por
toda la URSS. Aproximadamente la mitad de ellas nunca regresaron.

Fracaso del proyecto-ético político

Emilio Enrique Dellasoppa,35 ha señalado que: "La “intención de ruptura” de los


integrantes de este proyecto ético político puede ser cuestionada en este punto: nunca
consiguió generar cualquier “intención de ruptura” para romper con el estalinismo, el
utopismo mesiánico y las verdades congeladas en el siglo XIX". Concluye Dellasoppa:
"Por lo tanto, la fe y la impenitencia son las únicas alternativas para el futuro de esta
corriente."

Mitos y manías del denominado: "Trabajo Social de la Liberación"


Karl Marx.

El discurso ético-político, que ha sido desarrollado por Iamamoto y Netto, que


contextualiza su programa de investigación y sus seguidores como un: "Trabajo Social de la
Liberación", es un impositivo "discurso de de poder", que se traduce en un "dispositivo" 36
que invalida la naturaleza inquisitiva misma de la epistemología, y que les inmuniza frente
a los espectros del talante crítico y desideologizador,37 para pasar así a desautorizar así
cualquier programa, enfoque o teoría que no se encuentre dentro de la línea genealógica de
la "ortodoxia" de K.H. Marx y G. Luckács38 y no responda, a su propia concepción
arbitraria de ontología ( - una nebulosa ontoteología,39 que pretende ser naturalizada por
una especie de magia verbal40 -), con un perfil reificante y con atributos esencialistas
anacrónicos, e incluso evidencia una incomprensión de la naturaleza comprensivo -
hermenéutica de la ontología, es decir, trivializan el complejo proceso de la ontología
hermenéutica para lograr la comprensión del ser.41 De la misma manera, se sigue a pie
juntillas, la noción "lukácsiana" de "ontología del ser social",42 que aunque la convierte en
una eufonía llamativa y con una carga emotiva propia de un mitin político,
conceptualmente es una expresión sin sentido. El ente (óntico), adquiere su dimensión
ontológica por medio del proceso comprensivo-hermenéutico superlativo y exclusivo de un
ser comprendente. Por lo tanto, hacer una ontología del ser social, es darle propiedades de
sujeto, propiedades subjetivas, propiedades comprensivas, propiedades hermenéuticas a las
acciones simbólicas y transformativas del conglomerado social, como si fuera un sujeto con
sus características cognoscentes propias e individuales; en vez de identificarlo como un
constructo conceptual en el nivel gnoseológico - cognoscitivo, sin referente óntico
individualizado; que a todas luces, hace evidente lo débiles que son los fundamentos
epistemológicos y metodológicos de este proyecto ético político.

Ese intento de Lukács, partiendo desde sus presupuestos éticos, de fundar una "ontología
del ser social"; se convierte en un claro remanente, que lo vincula a la visión de mundo, de
la era más dura del autoritarismo estalinista-hitleriano,43 cuando Martin Heidegger, en su
eufórica pretensión de convertirse en "Führer del Führer",44 evidenciada en su obra "Ser y
Tiempo", explicita que: "el Dasein (-Ser ahí, o simplemente el Ser -)auténtico debe ser
entendido como Comunidad (Gemeinschaft), como Pueblo, y que éste debe elegir él mismo
"a su Héroe" con el fin de "volverse libre para la continuación del combate". 45 Además,
Heidegger acuña también el término: "Volk Sein"(-ser del pueblo-), expresión de la que es
posible encontrar múltiples similitudes con diversos conceptos de Lukács; tanto con la
noción "conciencia de clase"' 46 en la etapa temprana de su obra, como la noción de "ser
social" en su última etapa.47

Esta subjetivación de las complejas interacciones sociales, Heidegger la expresa en varios


de sus discursos políticos, como el realizado en Leipzig en 1931: "Eso no significa darle la
espalda a la comunidad de los pueblos. Al contrario, nuestro pueblo, gracias a este paso, se
coloca bajo la autoridad de esta ley esencial para toda existencia humana, a la cual todo
pueblo debe primero obediencia si quiere seguir siendo un pueblo (-su ser-)"(Volk sein).48
Realizando un rastreo conceptual de antecedentes, no es difícil encontrar los vínculos
conceptuales entre las ideas políticas de Heidegger, el Nacional socialismo obrero y el
romanticismo nacionalista alemán, que alcanza su dimensión superlativa en Georg Wilhelm
Friedrich Hegel, en la Fenomenología del espíritu (Phänomenologie des Geistes),49 quien
incorpora en su holismo idealista, la expresión: "Volksgeist" (Espíritu del pueblo),
concepto filogenéticamente vinculado con la expresión heidegeriana de "Volk Sein" (Ser
del pueblo) y la neohegeliana noción de Lukács: "conciencia de clase".50 Jürgen Habermas
llegó a considerar como obsceno este abuso semántico de Heidegger,51 con evidentes fines
de exaltación del nazismo y que también resultan análogos a los fines de Lukács, de
sustentar conceptualmente el "estalinismo", en su época más totalitaria, aunque haya sido
un "amor no correspondido".52

Se hace manifiesto entonces, el discurso de poder desarrollado en el contexto de este


"Trabajo Social de la liberación", que promulga resguardar la integridad y la ortodoxia del
marxismo (algo que ni el mismo Marx hizo),53 evitando cualquier eventual metamorfosis, y
sacan un expediente de inmunización en contra de cualquier teoría que amenace tal
ortodoxia y defendiéndose enérgicamente contra cualquier mezcla o heterodoxia y que
pudiese producirle preñeces indeseables. De allí que para mantener su pureza verdadera, se
arremete contra el fantasma que supuestamente recorre América Latina: el eclecticismo.
José Pablo Netto, de manera transversal en sus obras, arremete una cruzada contra el
sincretismo de la praxis profesional, y en contra del eclecticismo teórico en Trabajo Social.
Pero lo que muestra en su quijotesca pretensión, es que se encuentra luchando en contra de
sus propios fantasmagóricos espectros, pues bajo su discurso antieclectizante, lo que se
evidencia es una lucha contra las arbitrariedades teóricas y metodológicas, ausentes de una
fundamentación epistemológica robusta; ausencias que no solo se encuentran manifiestas
en su obra, sino que también fomentan un espectro nebuloso sobre la naturaleza
transdisciplinaria de Trabajo Social, que termina por socavar diversos esfuerzos rigurosos
por lograr convergencias metodológicas, entre diversas áreas específicas, de distintos
enfoques, provenientes de distintas disciplinas histórico-subjetuales, con propósitos
legítimos de encontrar estrategias concretas, para resolver problemas presentes, en el
contexto de una amplia gama de fenómenos manifiestos de la cuestión social.
Tradiciones de Trabajo Social en Costa Rica. UCR54

Entonces, la adopción de las directrices de este "Trabajo Social de la Liberación",


establecidas grosso modo por sus grandes gurúes: M. Iamamoto y J.P. Netto, en algunas
tradiciones y escuelas de grado y postgrado de instituciones universitarias de
Latinoamérica, especialmente en diversos países de Suramérica, como: Argentina,
Uruguay55 y en el mismo Brasil, y en otros países de Centroamérica, particularmente en
Costa Rica,56 muestra una fijación a preceptos decimonónicos, que más que favorecer a una
praxis profesional innovadora de esta transdisciplina, favorece los privilegios de ciertas
"tribus universitarias" o "capitanes (as) de la erudición" (como los denominaba
irónicamente Thorstein Veblen), que defienden una visión conservadora de la sociedad, ya
sea desde una óptica heredera del escolasticismo católico por una parte o por otra en un
marxismo anacrónico de perfil decimonónico. Quedando pendiente las tareas ineludibles de
marcar una ruptura y una discontinuidad en la reproducción del conservadurismo y
tradicionalismo esclerotizado del "status quo"; a pesar que estas discontinuidades, se hacen
manifiestas en los sistemas sociales óntico fácticos concretos, y que se muestra en la
vertiginosa dinámica presente en las sociedades del siglo XXI, tanto en los aspectos
políticos, económicos, sociales e incluso en los efervescentes mundos de la vida cotidiana y
que el trabajo social en su praxis profesional descubre cotidianamente, más allá del
normativismo de los capitanes de la erudición de las tribus universitarias. Quedan
pendientes las tareas de abrir nuevos odos deconstructivos de los complejos y
multidimensionales rostros, caretas, máscaras, de la naturaleza humana individual y social.

Observar las tendencias de apariencia crítica y progresista en este "Trabajo Social de la


Liberación", como práctica hegemónica de burguesías universitarias, que bajo sus pieles
académicas, se mantienen en el más profundo conservadurismo,57 sin marcar ninguna
discontinuidad, ni deconstrucción de los grilletes económicos, políticos, sociales y morales
del capitalismo tardío en el contexto de los estados de derecho burgués; es análogo a como
Foucault observó que Marx con toda su habilidad dialéctica en materia de análisis de la
forma fenoménica de los bienes, hizo poco más que suministrar una "exégesis" del valor
enlodado en los supuestos del siglo XIX. Foucault señaló que la crítica formulada por Marx
contra la teoría capitalista del valor58 no podía refutar al capitalismo porque se basa en los
mismos fundamentos metafísicos, el mismo orden del conocimiento basado en un mundo
de cosas y objetos:59 "Al nivel más profundo del conocimiento occidental, el marxismo no
introdujo ninguna discontinuidad real; encontró su lugar sin dificultad como una forma
plena, tranquila, confortable y satisfactoria para una época (la suya), dentro de un arreglo
epistemológico que la recibió con gusto (ya que de hecho era este arreglo lo que le estaba
haciendo campo) y que, por su parte, no tenía ninguna intención de perturbar y, sobre todo,
no tenía poder para modificar, ni siquiera una tilde, porque descasaba enteramente sobre
este arreglo. El marxismo existe en el pensamiento del siglo XIX como un pez en el agua,
es decir, no puede respirar en ninguna otra parte. Aun cuando se opone a las teorías
"burguesas" de la economía, y aunque está oposición lo lleva a utilizar el proyecto de una
inversión radical de la historia como un arma contra ellas, ese conflicto y ese proyecto no
tienen como condición la posibilidad de la reformulación de toda la Historia, sino un suceso
que cualquier arqueología puede situar con precisión, y que prescribió simultáneamente la
economía revolucionaria del mismo siglo. Es posible que sus controversias hayan agitado
unas cuantas olas y provocando unas cuantas ondulaciones superficiales, pero no son más
que tormentas en un vaso de agua"(Foucault, M. The Order of Things: An Arqueology of
the Human Sciences,60 1973,pp.261-263).

Deconstrucción de los mitos y manías del Trabajo Social de la Liberación

En este sentido, el programa de investigación "Trabajo Social de la Liberación", es análogo


a otras propuestas procedentes de la "Teología de la Liberación", "Filosofía de la
Liberación", "Pedagogía de la liberación", "Psicología de la Liberación", y no representa
una discontinuidad con las concepciones y valores sustentadores de las supraestructuras
políticas, religiosas, morales y jurídicas del Estado de derecho burgués.

Basis und Überbau. (Infraestructura y superestructura.)

En el contexto de este "Trabajo Social de la Liberación", José Pablo Netto -, en su obra:


"Capitalismo Monopolista y Servicio Social, pretende desde su deontología no explícita,
normativizar el rol del "Servicio Social Profesional", partiendo de un conservadurismo que
resulta a todas luces, pasmoso: "El pensamiento religioso puede compatibilizar con los
principios éticos de la profesión, como puede también compatibilizar con la actividad
política ciudadana en cualquier emprendimiento de carácter progresista". Paradójicamente,
Netto propone una "ecléctica e incluso sincrética conciliación entre marxismo y
cristianismo", y llega a considerar que: "tanto los cristianos católicos como los protestantes
tienen méritos históricos como movimientos revolucionarios que fueron, y que continúan
siendo, parte de ellos, para integrarse a la lucha general por el progreso humano. Ellos
cuentan hoy con grandes representantes, incluso desde dentro de la Iglesia Católica"; una
reivindicación evidente del impenitente J.P. Netto, al aparataje ideologizante religioso, -
que ha sido, es y seguirá siéndolo en tanto coexistan parasitariamente -, sustentador del
conservadurismo de los estados de derecho burgués y en contra de una de las más preclaras
y persistentes luchas que realizó el propio K. Marx,61 contra la alienación religiosa, como el
"Opio del pueblo". En las vehementes palabras del propio Marx: "La alineación religiosa es
una alineación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo que la
hace nacer. La alineación religiosa tiene su origen en la alineación económica y no podrá
superarse mientras no se supere esta. La lucha contra la religión es la lucha contra aquel
mundo cuyo aroma espiritual es la religión. La miseria religiosa, es, por una parte, la
expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella. La religión es el suspiro de la
criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente
de espíritu. Es el opio del pueblo.".62

Asimismo, la perspectiva de Netto del surgimiento del Servicio Social es linealmente


simplista cuando reconoce su pasaje de la “protoforma” a la profesionalización, y que si se
deconstruye63 la inmanente pluralidad de significantes subdiscursivos de su normativizante
discurso, son diseminados una nutrida variedad de estos, como lo es su adhesión filial a una
perspectiva conservadora de una historia lineal y teleológica, que es común a las doctrinas
soteriológicas.64

Por otra parte, se diseminan deconstructivamente significantes subdiscursivos, con un perfil


evidentemente falogocéntricos,65 pues cuando Neto hace referencia a la "cuestión del
Género Femenino",66 ha mostrado en su universo - discurso, que existe una preferencia de
las mujeres por la actividad de la asistencia social, asignándole rasgos de subalternidad a la
praxis profesional de la disciplina; cuando este rasgo hace referencia al rol de la mujer en
una sociedad falogocéntrica y que en nada define el "estatus óntico - ontológico" de la
praxis profesional de Trabajo Social. Su alienante perspectiva falogocéntrica,67
incuestionable desde su condición de varón, le obnubila la posibilidad de comprender que
confunde estos dos fenómenos, que tienen un vínculo indubitablemente, pero no son
reducibles el uno al otro. Además, el método de trabajo de Netto, consiste en mostrar
contradicciones y analizarlas con las más simples lógicas formales, lineales, binarias, sin
comprender los conjuntos dialécticos que están en juego.

Teresa Porzecanski, haciendo un análisis sobre esta obra de Netto: "Capitalismo


Monopolista y Servicio Social",68 expresa que "Netto no aporta, como pretende, claridad
sobre el tema básico del rol profesional, sino más bien provee confusión. No valora a la
inteligencia de los profesionales, que sí saben de qué se trata su trabajo y cuáles son sus
responsabilidades en la difícil hora que vive hoy la humanidad y saben bien de qué lado
están en la lucha planteada".

Entonces, el rol del profesional se enmarca de una manera no muy clara, en desempeñar
una "resistencia" a lo interno de las instituciones sustentadoras del "status quo" del
capitalismo monopólico, como solución a las situaciones de explotación en el contexto de
las tensiones de capital - trabajo; reduciendo de esta manera a los y las profesionales en
Trabajo Social en una especie de "guerrilleros institucionales" o en el mejor de los casos en
beligerantes líderes sindicalistas o ecologistas, que sin una estrategia clara, sin una
formación técnica sólida, sin una propuesta que rompa con la visión ética de mundo
conservadora, terminan o por ser expulsados (as) o por ser asimilados (as) por los sistemas
institucionales concretos. Por lo tanto, si se propone la "resistencia" como solución, es
porque institucionalmente los capitanes de la erudición de las tribus universitarias, no han
sido capaces de deconstruir69 las fisonomías espectrales de su propio conservadurismo, por
lo que sus propuestas surgidas en el contexto de una endogamia académica —y
continuando con la metáfora de Foucault— terminarán: " provocando unas cuantas
ondulaciones superficiales, pero que no son más que tormentas en un vaso de agua".

El trabajo social de la liberación: una aproximación genética

Herencias conceptuales del marxismo

El programa de investigación de "Trabajo Social de la Liberación", desarrollado en


Latinoamérica, propone dimensionar el desenvolvimiento histórico de la disciplina, por lo
que su propuesta se orienta a un tipo de reconstrucción racional de la emergencia genética
de, los diversos núcleos teóricos, sus aplicaciones propuestas, realizadas por distintas
comunidades de trabajadores sociales en distintos momentos históricos y ubicaciones
geográficas.

El núcleo duro de las teorías ensambladas en el contexto de este Trabajo Social de la


liberación, tiene herencias conceptuales de diversas variantes de materialismo histórico y de
materialismo dialéctico. Tienen particular peso para su ensamblaje teórico, las primeras
obras de K. H. Marx en su etapa hegeliana, los marxismos neohegelianos como los de G.
Lukács y A. Gramsci y de algunas vertientes de la sociología económica neomarxista, a
partir de posturas como la de Paul Baran y Paul M. Sweezy en su obra. Capital
monopolista70 y Harry Braveman en su obra: Trabajo y capital monopolista. La
degradación del Trabajo en el siglo XX.71

Así el programa de investigación de Trabajo Social de la liberación, ensambla en su núcleo


teórico, algunos encapsulamientos conceptuales, heredados y adaptados a partir del núcleo
teórico del materialismo histórico. Uno estos encapsulamientos conceptuales heredados, es
que cualquier dinámica social puede ser explicada en los profundo de sus relaciones o
estructuras económicas. La denominada ideología: la política, la religión, la filosofía,
reproduce conceptualmente lo sustentado por las relaciones de producción que se
encuentran en su infraestructura o base económica. En este sentido Karl H. Marx, en su
obra: "Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política", lo sintetizó de la
siguiente manera: "Mi investigación desemboca en el resultado de que, tanto las relaciones
jurídicas como el estado (y sus políticas), no pueden comprenderse ni por sí mismas no por
la llamada evolución del espíritu humano (las ideas), sino que deben explicarse por las
condiciones materiales de vida que Hegel resume como sociedad civil, cuya anatomía hay
que buscar en la economía política".72

No obstante, la investigación original de K. H. Marx, sobre las estructuras y procesos


económicos, estaba sustentado en el modo de producción de su tiempo, que él mismo
denominó como: "capitalismo", de perfil competitivo. Este tipo de capitalismo contaba con
industrias relativamente pequeñas, que competían entre sí, pero que ninguna industria
particular tenía las condiciones materiales para crecer de tal manera que pudiera ejercer un
control total sobre las actividades del mercado. No obstante, a fines del siglo XIX e inicios
del siglo XX, aun cuando el modo de producción general no cambió, las relaciones
particulares de producción capitalista, sí cambiaron, por lo que se tiene una mutación del
capitalismo competitivo al capitalismo oligopólico y monopólico. La emergencia de este
nuevo estilo de capitalismo, el monopolista u oligopolista, está determinado porque una
pequeña cantidad de capitalistas controlan sectores específicos de la economía (v.g.:
materias primas, industrias), por lo que es posible evitar la competencia e incluso suspender
los principios de oferta y demanda, en los que se sustentaba las teorías del mercado en la
economía liberal clásica. Al anularse la competencia, las grandes compañías o firmas
surgidas, controlan el mercado y por ello se concentran en la optimización de ingentes
ganancias, por medio de ventas masivas, promovidas por sofisticados medios publicitarios,
que atraigan a los consumidores potenciales y que terminen de crear toda una cultura de
consumismo conspicuo.73

Orígenes históricos de Trabajo Social de acuerdo al Proyecto Ético Político

El Trabajo Social, puede ser dimensionado genéticamente como sub-producto del


capitalismo, modo de producción que rige la mayor parte del planeta, por lo que su
condición histórica está articulada a sus transformaciones, cuando este abandona
especialmente sus rasgos de competitividad y se configura hacia el monopolio.74 Con
respecto a lo anterior y en forma puntual, se valida que:

 El trabajo social es resultado de las transformaciones del capitalismo, cuando este alcanzó
su estadio monopolista.
 Las tareas asignadas al Estado en este escenario histórico, lo lleva a demandar cuadros
profesionales operativos para la “neutralización” y control de la “cuestión social”.
 Por medio de políticas sociales, el Estado opera en función de los intereses del capital, de
los capitalistas. Este tipo de maniobras promulgadas desde los poderes estatales, busca la
manipulación de las demandas de los diversos estratos sociales, en especial de la clase
trabajadora. Este tipo de ingeniería social, requiere ejecutar procesos por etapas,
partiendo del diseño planificado de las políticas sociales, de su implementación y de su
control permanente. Para lograr esto se demanda recurso humano especializado, y este es
el rol que se le asigna a la disciplina de Trabajo Social, haciendo un énfasis en su dimensión
de tecnología subjetual, que se convierta en sus profesionales en in tipo de ingenieros
sociales, que diseñen y ejecuten la planificación de las políticas sociales requeridas por un
Estado que se sustenta en una economía capitalista monopólica.
 Entre los cuadros profesionales demandados en relación con las políticas sociales y con la
“cuestión social”, se reconoce al Trabajo Social, profesión que históricamente había sido
configurada por ciertas prefiguraciones, las cuales son capturadas por el Estado, u
organizaciones privadas de formación, donde se tecnifica, normatiza, sanciona y
encomienda a ciertas labores esencialmente interventivas.
 Los profesionales de esta área se encuentran al igual que otras personas trabajadoras -
especialmente mujeres- dentro de las dinámicas de la tensión: capital - trabajo,
manifiestas en las condiciones de explotación y asalariamiento. Entonces, este tipo de
recurso humano, como tecnólogos subjetuales, participan en la reproducción del capital,
en especial como práctica mediatizadora para extraer de plusvalía, moralización, control y
“refuncionalización”.
En Iamamoto (1992)75 se establece el estudio de la profesión del Trabajo Social inserta en
la división sociotécnica del trabajo; por lo que la profesión de Trabajo Social se caracteriza
por:

1. Ser reconocida en la división social del trabajo, y tiene como referente el desarrollo
capitalista industrial y la expansión urbana.
2. Sus protoformas fueron centralizadas, racionalizadas (influye aquí desde luego la
racionalidad lógico formal abstracta) y, por ende, tecnificadas, incluida posteriormente
como carrera de nivel superior.
3. Su aparición responde a las modificaciones en la “cuestión social”, y de las demandas de la
clase trabajadora (y poblaciones desempleadas), que presentan diversas configuraciones.
4. El profesional en Trabajo Social es una persona con formación intelectual, pero que ha
adolecido de producción de conocimiento científico.
5. Específicamente se ha caracterizado por ser una profesión volcada a la intervención -
especialmente hacia la “cuestión social” - que se apoya en el conocimiento construido por
otras áreas de las llamadas "ciencias subjetuales" e "histórico - subjetuales",
especialmente, para fundamentar su "aplicabilidad".

Otra perspectiva sobre el mismo fenómeno, es presentado por Montaño (1998), 76 para quien
es posible reconocer insumos para la discusión especialmente acerca de la naturaleza de la
profesión, que es entendida en relación con la legitimación del orden y el aumento de la
acumulación capitalista y tiene, según él, una naturaleza y una funcionalidad política y
económica y no altruista como en sus protoformas. Para Montaño (1998), 77 se puede
estimar que:

1. Para profundizar en la génesis-reproducción del Trabajo Social, hay que tener un referente
de totalidad.
2. El Estado genéticamente es el primer y potencial empleador de trabajadores sociales y,
por lo tanto su principal legitimador.
3. Hay una articulación genética entre la profesión del Trabajo Social y las políticas sociales,
que en sus inicios se constituyó en operador terminal.
4. Es frecuente que sus agentes fueran en su mayoría mujeres, provenientes de clase alta y
media alta, reclutadas muchas veces por instituciones de caridad y filantropía, y
posiblemente tuvieron relación con la Iglesia.
5. Las particularidades de los agentes en sus protoformas, se han incorporado en la
aprehensión de su ámbito profesional en función de estos, o sea, se ha llegado a
considerar que la profesión es lo que son sus profesionales.

Por su parte, Martinelli (1997)78 se manifiesta acerca de la génesis-reproducción del


Trabajo Social, para su conceptualización histórica, se puede contribuir a la discusión que
se viene planteando con lo siguiente:

1. Entre las variables que le son subyacentes a la génesis y reproducción al Trabajo Social se
encuentran la alienación, la contradicción y el antagonismo.
2. Sus orígenes están marcados por el matiz que dieron sus protoformas con rasgos de
humanitarismo y que el Estado protegió dentro de su lógica, para proyectarla como una
profesión con “deseo de servir”.
3. El Trabajo Social no ha tenido una identidad construida por sus agentes, sino que se le
atribuyó por parte de su contratista (especialmente el Estado, quien reconoció y validó la
profesión), donde se identifica la alienación.
4. La Iglesia Católica jugó un papel de protección en los inicios de la profesión, en algunos
países.

Todo ello, permite establecer la conceptualización del ejercicio del Trabajo Social que en
este análisis permitió una mayor aprehensión histórica, por lo tanto: la categoría Trabajo
Social es aprehendida como una profesión que se moviliza entre las mediaciones que se
confrontan en la ontología del ser social y, por ende, en las políticas sociales, como espacio
predominante de intervención, y que forma parte constitutiva de un proyecto económico (el
capitalismo), -en su edad monopólica-, por lo que viene a ser partícipe de la racionalidad
predominante en la vertiente que le da génesis (positivismo), bajo la cual actúa y orienta su
intervención, debido a que es fundamentalmente una profesión interventiva en la “cuestión
social”.

La captura por parte del Estado, especialmente, de las protoformas “de la” profesión, que
posteriormente tecnifica, normatiza, sanciona y direccionaliza, coloca a los profesionales en
condiciones de explotación y asalariamiento, e igualmente que otras personas -en especial
mujeres-, participan en la producción y consumo (y reproducción) capitalista.

Las variables subyacentes en el escenario que le dio origen han sido entre otras la
alienación, la contradicción y el antagonismo, incidiendo en su identidad profesional que es
mediada por el mismo modo de producción que le da génesis.

Como profesional que es, se constituye en persona intelectual, y se particulariza en la


historia por la ausencia de producción científica, y se apoya en el conocimiento generado
desde otras disciplinas.

Su constitución histórica ha sido eminentemente femenina, en sus orígenes quienes la


conformaban provenían de clases medias, y altas, y respondían al “encargo” socialmente
esperado a las mujeres en el patriarcado.

Orígenes de la dimensión profesional de Trabajo Social de acuerdo con el


P.E.P.O.

En relación con la génesis del Trabajo Social, desde la perspectiva del proyecto ético -
político, el estudio de la categoría profesional desde este enfoque, pierde sentido si no es
enlazada a las condiciones históricas que le dan origen, Netto (1992)74 y Iamamoto (1992)79
son dos de los autores que han direccionado especialmente este análisis de la
contextualidad histórica en que se gesta y reproduce la profesión.

Para Netto (1992)80 ya han existido estudios, que sin ser, relacionan el surgimiento del
Trabajo Social con las carencias propias al orden burgués, y las secuelas necesarias de los
procesos que se presentan en la constitución y en la reproducción del capitalismo, en
especial aquellos concernientes al binomio industrialización y urbanización.
Subraya el autor, que si a este señalamiento no le siguen determinaciones más detalladas, la
particularidad de la profesión tiende a diluirse planteándose como una emergencia
inmediata y directa de ese contexto, que postula entonces que por el desarrollo capitalista,
aparece una configuración profesional, que se distingue apenas institucional y formalmente
de la tradición de sus protoformas.

Es, según Netto (1992),81 en el entrelazamiento del Servicio Social con las peculiaridades
de la “cuestión social”, en el ámbito de la sociedad burguesa fundada en el capitalismo
monopolista, que se da su determinación fundamental.

Es, entonces, específicamente en el capitalismo monopolista que la “cuestión social” se


establece como blanco de políticas sociales de manera sistemática. Iamamoto (1992) 82
establece que aprehender la “cuestión social” en el capitalismo monopolista y el significado
de la asistencia, son requisitos previos para los profesionales en Trabajo Social, lo que les
permite analizar las nuevas demandas que los escenarios actuales exigen, donde dicho
análisis deberá resaltar el carácter del Estado en sus relaciones con las clases sociales,
especialmente en relación con las implicaciones del nuevo patrón de dominación. Es
mediante la política social que el Estado burgués, en el capitalismo monopolista, procura
administrar las expresiones de la “cuestión social”, de forma tal que atienda las demandas
del orden monopolista, por la adhesión que recibe de categorías y sectores cuyas demandas
incorpora, sistemas de consenso variables, pero operantes.74 La funcionalidad de la política
social en este escenario del Estado burgués, en el capitalismo monopolista se expresa en los
procesos referentes a la preservación y al control de la fuerza de trabajo, para que los
monopolistas no requieran inversión en ese sentido, entonces el gasto es asumido por el
Estado.

Se apunta, además, que estas ofrecen un mínimo de respaldo efectivo a la imagen del
Estado como “social”, como mediador de intereses conflictivos , pero la presenta de manera
fragmentada y parcializada, pues si se toma, dice Netto (1992),83 como problemática
configuradora de una totalidad procesual específica, se remite concretamente a la relación
capital trabajo en su totalidad.

En la fragmentación de la “cuestión social” esta es atacada en sus refracciones y en sus


secuelas aprehendidas como problemáticas cuya naturaleza totalizante, si es asumida
consecuentemente, impediría ser intervenida, desde esa fragmentación

Debe recalcarse que la política social, en el ámbito del capitalismo monopolista, no


equivale a ser considerada como “una derivación” del Estado burgués capturado por el
monopolio, pues estas son gestadas, fundamentalmente, de la capacidad de movilización y
organización de la clase obrera y del conjunto de personas trabajadoras, pero no acaban ahí,
debido a que son resultantes extremamente complejas de un complicado juego entre
protagonistas y demandas que están atravesadas por contradicciones, enfrentamientos,
conflictos y asimetrías, sean de etnias, de género, de edades, clases sociales, lugares de
residencia.

En el ámbito de las políticas sociales debe retomarse la necesidad de comprender que la


intervención sistemática sobre la "cuestión social" en el marco del estado burgués, no se
realiza ni inmediata ni directamente, porque puede señalar en su procesamiento conquistas
de los sectores de presión.

En la edad del monopolio, las políticas sociales no retiran el componente individualista del
liberalismo, que comprende a la persona como responsable de su destino, y es la persona
quien debe asumir la responsabilidad de su éxito y su fracaso, por lo que los problemas
sociales son convertidos en problemas individuales y privados.

En el monopolio capitalista, el capital domina estratégicamente la circulación y el consumo,


y articula una inducción de comportamientos para penetrar la totalidad de la existencia de
los agentes sociales particulares y, por ende, administrarlos (o gerenciarlos); esto es posible
por medio de la psicologización de la vida social.

En otro espacio -y no separado del anterior-, es que se reconoce una de las médulas del
desarrollo de la intervención social del Estado en la “cuestión social”, lo cual es el estilo de
pensar lo social al tener al positivismo como norte de análisis, y se entiende, en este caso, el
positivismo, como algo más que una escuela sociológica; es la autoexpresión ideal del ser
social burgués, mediado, desde luego, por la metafísica. Permitiendo ocultar la específica
ontología de las dinámicas sociales intersubjetivas, al ecualizar la forma de entender la
sociedad en relación con la naturaleza, pues al naturalizar “lo social”, se establece
nítidamente la ineptitud de las personas de dirigir la sociedad según sus proyectos, al
plantearla como una realidad ontológicamente ajena a ellas y al aceptar una supuesta
“evolución” , sea cual fuera su sentido. En palabras de Netto al naturalizar la sociedad, la
tradición en cuestión es forzada a buscar una especificación del ser social que sólo puede
ser encontrada en la esfera moral (Netto, 1992: 36).80 Al establecer la “psicologización” de
vida social, esta no se comprende como resultado de las instituciones que componen la
sociedad, sino de un conjunto de dilemas mentales y morales, que deshistorizan y
deseconomizan la “cuestión social”, para dar una conversión de los problemas sociales en
patologías sociales. amor En otro orden, el autor recalca que la historia no es un mero
proceso de requisiciones económicas y sociales que convocan respuestas automáticamente
necesarias, sino que ha sido construida por protagonistas históricos, quienes en su curso se
confrontan con proyecciones y estrategias propias y diferenciadas por fuerzas políticas y
proyectos específicos. El proletariado y la burguesía, como protagonistas históricos, no
agotan el entendimiento de la realidad en que se alcanza el monopolismo capitalista, parece
imposible, por una parte negar la presencia de otros sectores y el reconocer que es
indiscutible detectar proyectos únicos en cada uno de sus territorios.

Con los argumentos anteriores que definen de manera significativa, pero no agotan las
relaciones sociales, es indispensable para un estudio histórico crítico el reconocer y validar
el Trabajo Social como profesión inscrita en la división sociotécnica del trabajo, en el
estudio del capitalismo monopolista, en las modificaciones en la “cuestión social”, y las
particulares de las políticas sociales, lo que también aporta para desvendar el significado
social de esa institución y de las prácticas desarrolladas en su ámbito por agentes
especialmente cualificados, como son los profesionales en Trabajo Social.84 Siguiendo con
la autora citada, debe reconocerse que el Trabajo Social reproduce intereses contrapuestos
que conviven en tensión, tal y como los son las clases sociales, así como otros protagonistas
ahí presentes. Dicha profesión responde tanto a demandas del capital como del trabajo y
solo puede fortalecer uno u otro polo por la mediación de su opuesto, a pesar de muchos
discursos que se orientan por intentar volver capitalistas a todas las personas de la sociedad.
El Trabajo Social, además, participa tanto de los mecanismos de dominación y explotación
como también, al mismo tiempo y por la misma actividad, da respuesta a las necesidades de
sobrevivencia de las clases trabajadoras y de la reproducción del antagonismo en esos
intereses sociales, donde refuerza las contradicciones que constituyen el móvil básico de la
historia, la lucha de clases, que es donde debe ser aprehendido el Trabajo Social como
profesión.

Desempleo, desocupación o paro, en el mercado de trabajo, hace referencia a la situación


del trabajador que carece de empleo y, por tanto, de salario. Por extensión es la parte de la
población que estando en edad, condiciones y disposición de trabajar -población activa-
carece de un puesto de trabajo.1

Para referirse al número de parados de la población se utiliza la tasa de desempleo por país
u otro territorio. La situación contraria al desempleo es el pleno empleo.

Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como
al conjunto de los parados o desempleados de un país, la sociedades cuentan con una
población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en
disposición de trabajar, sea por estudios, edad -niños y población anciana o jubilada-,
enfermedad o cualquier otra causa legalmente establecida.

Historia

Aunque en la Edad Media “el problema del desempleo como se entiende hoy aún
no existía”, había desocupados. (La disoccupazione nella storia [El desempleo en la
historia].) No obstante, en aquel tiempo, a la persona que no trabajaba se la tenía por
holgazana o vagabunda. En su libro Idle Hands (Manos ociosas), el profesor John Burnett
explica que hasta el siglo XIX muchos analistas ingleses “identificaban a los desempleados
principalmente con los ‘inadaptados’ y trotamundos que dormían a la intemperie y
deambulaban de noche por las calles”.

El “descubrimiento del desempleo” tuvo lugar a finales del siglo XIX o principios del XX.
Se formaron comisiones gubernamentales especiales para estudiarlo y resolverlo, como la
Comisión Selecta de la Cámara de los Comunes británica para tratar la “Consternación por
la falta de empleo”, de 1895. El desempleo se había convertido en una epidemia.

La conciencia de este problema aumentó drásticamente, sobre todo después de la primera


guerra mundial. Esta contienda había eliminado el desempleo. Pero a principios de los años
veinte el mundo occidental experimentó una recesión tras otra, lo que culminó en la Gran
Depresión, que desde 1929 zarandeó las economías industrializadas del mundo entero. Tras
la segunda guerra mundial, muchos países tuvieron un nuevo auge económico y el
desempleo disminuyó ostensiblemente. Por eso, “es permisible decir que el origen del
problema actual del desempleo se remonta a mediados de los años sesenta”, menciona la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos. El mercado laboral sufrió otro
descalabro como consecuencia de la crisis petrolera de los años setenta, y la ola de
informatización con su secuela de despidos. El desempleo ha comenzado a propagarse
inmisericordemente incluso entre el personal administrativo, que en el pasado se
consideraba seguro.

Tipos de desempleo

Existen cuatro tipos fundamentales de desempleo:

 Desempleo estructural,
 Desempleo cíclico y
 Desempleo friccional.
 Desempleo monetario.

En economías periféricas y en sectores que sufren períodos de baja y alta actividad


(agricultura, hostelería,...) puede considerar un cuarto tipo:

 Desempleo estacional.

Además de estos tipos puede hablarse de desempleo de larga duración, desempleo abierto,
desempleo en iniciadores y desempleo oculto entre los inactivos o trabajadores
desalentados

Desempleados en México, 2009

Desempleo cíclico

Este tipo de desempleo ocurre solo por un ciclo, en este caso, sus consecuencias pueden
llevar a países con instituciones débiles a la violencia y finalmente la desobediencia civil.
En países desarrollados la situación puede provocar vuelcos desde las políticas de Estado
hasta definitivamente la adopción de un sistema económico distinto como pena del
debilitamiento institucional. Un caso de desempleo cíclico ha sido la crisis mundial de
1929.
Para economistas como Arthur Cecil Pigou el desempleo prácticamente ocurría sólo por
razones del ciclo económico, y durante la crisis de los años treinta sostuvo aquello y tuvo
que enfrentar a un duro opositor a su visión económíca neoclasica de parte del economista
británico de la Universidad de Cambridge John Maynard Keynes.

De Cecil Pigou se suele decir que "-a diferencia de Marshall- estuvo a favor de muchos de
los objetivos de los socialistas, aunque se opuso a otros planteamientos, como, por ejemplo,
la existencia de empresas públicas. En cualquier caso, el impacto de sus postulados sólo
captó un interés muy limitado en su momento, ya que a medida que transcurría su vida, su
fama se fue viendo eclipsada por las nuevas doctrinas de su colega en Cambridge John
Maynard Keynes, con quien tuvo más de una polémica".

Desempleo friccional

El desempleo friccional (por rotación y búsqueda) y el desempleo por desajuste laboral


(debido a las discrepancias entre las características de los puestos de trabajo y de los
trabajadores) aparecen aun cuando el número de puestos de trabajo coincida con el número
de personas dispuestas a trabajar.

Se refiere a los trabajadores que van de un empleo a otro para mejorarse. Su desempleo es
temporal y no representa un problema económico. El desempleo friccional es relativamente
constante.

Desempleo estacional

Por una parte, el desempleo estacional es aquel que varía con las estaciones del año debido
a fluctuaciones estacionales en la oferta o demanda de trabajo. Se habla de desempleo
estacional, por otra parte, para referirse al que se produce por la demanda fluctuante que
existe en ciertas actividades, como la agricultura, por ejemplo.

Desempleo de larga duración

Se considera parado de larga duración a la persona inscrita como demandante de empleo,


de forma ininterrumpida, durante un periodo superior a un año.

El desempleo de larga duración provoca un efecto negativo sobre la capacidad que tiene el
mercado de trabajo, en el modelo clásico, para restablecer el pleno empleo de forma
automática. En este modelo, el mercado tiende de manera natural hacia el equilibro sin
desempleo, porque ante la existencia de paro, los desempleados compiten con los ya
empleados por los puestos de trabajo disponibles, presionando a la baja los salarios y
restableciendo el equilibrio con una disminución de salario. En el desempleo de larga
duración por el contrario, el mercado se distorsiona ya que este tipo de desempleados no
compiten con los empleados, porque las empresas no los consideran "elegibles", en la
medida en que entienden que no son capaces de sustituir a los que están desempeñando sus
mismas tareas y por tanto no presionan a la baja los salarios y no reconducen el mercado de
trabajo hacia un nuevo equilibrio.
Esta distorsión del mercado de trabajo hace necesario que el Estado intervenga, prestando
una atención especial a este tipo de parados.2

Desempleo abierto

Son personas que no trabajaron durante la semana de referencia, buscaron activamente un


empleo, es decir, realizaron acciones concretas para obtener un empleo, y estaban
disponibles para trabajar de inmediato. Esos son los tres requisitos para estar desocupado
abierto: no tener trabajo, buscar activamente trabajo y estar disponible y dispuesto a
trabajar.

Esta definición recomendada por la OIT en su Decimotercera Conferencia Internacional de


Estadísticos de octubre de 1982, fue adoptada por los países de la OCDE, la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico, como la forma de medición oficial del
grupo de países desarrollados. Asimismo, Estados Unidos, Canadá y México, que
conforman el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)o NAFTA (North
American Free Trade Agreement)adoptaron las recomendaciones de la OIT respecto de la
medición del desempleo abierto y armonizaron sus definiciones respectivas.

Desempleo en Iniciadores

Son personas que no trabajaron durante la semana de referencia, no buscaron activamente


un empleo porque con anterioridad habían conseguido una posibilidad de trabajo y se
encuentran esperando noticias del potencial empleador o cliente, y están disponibles para
comenzar a trabajar.

Algunos países clasifican a estos trabajadores como desocupados, lo cual es la


recomendación de la OIT, aunque carezcan de una de las tres condiciones del desempleo
abierto que es buscar activamente empleo durante las últimas cuatro semanas. Otros países,
sin embargo, los clasifican como ocupados.

El volumen que representan los iniciadores es comúnmente pequeño y su inclusión o


exclusión del desempleo abierto puede afectar a la tasa de desempleo en un 0,2 a 0,3 por
ciento.

Desempleo oculto entre los inactivos o trabajadores desalentados

Son las personas que no estaban trabajando en los últimos 7 días y que si le ofrecieran un
trabajo en ese momento trabajarían, pero no buscaron trabajo en ese periodo de referencia
porque no creen poder encontrarlo, se cansaron de buscar, o no saben dónde consultar.

Efectos del desempleo

La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Como


problema económico, es un despilfarro de valiosos recursos. Como problema social es una
fuente de enormes sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados tienen que luchar
con una renta menor. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades
económicas también afectan a sus emociones y a la vida familiar.

De cuando en cuando, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante
largos períodos, a veces hasta diez años. Es lo que ocurrió en Estados Unidos durante la
Gran Depresión, que comenzó en 1929. En unos pocos años, el desempleo aumentó
afectando a casi una cuarta parte de la población trabajadora, mientras que la producción
industrial se redujo a la mitad.

Suicidios

Las crisis económicas se acompañan de peor salud (por el aumento del paro y de la
pobreza, y por el incremento de la diferencias entre pobres y ricos) pero no siempre se
acompañan de mayor mortalidad. Las crisis económicas no aumentan las muertes en
general, sí aumentan las muertes por suicidio en todos los países y situaciones. El
desempleo se asocia a suicidio. En España los suicidios están aumentando y son ya la
tercera causa de muerte, tras la mortalidad cardiovascular y el cáncer. En el mundo, el
suicidio es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico, entre los 10 y 24 años.
Se puede evitar el aumento de los suicidios, con el rechazo a las políticas que hacen caer el
sistema de previsión social, la educación, la sanidad, la cultura y el medio ambiente. 3

Tasa de desempleo

Las cifras sobre el trabajo y el desempleo se encuentran entre los datos económicos más
minuciosos y más amplios de un país. Se obtienen mensualmente mediante un
procedimiento conocido con el nombre de encuesta de población activa. Todos los meses se
encuesta a unos hogares con preguntas referentes a su historia laboral reciente.

La encuesta divide a la población de 16 años o más años en cuatro grupos:

 Ocupados. Son las personas que están realizando trabajo remunerado, así como las que
tienen empleo pero están ausentes por enfermedad, huelgas o vacaciones.
 Desempleados. Son las personas que no están ocupadas, pero que han buscado trabajo
activamente o están esperando volver a trabajar. Más exactamente, una persona está
desempleada 1) si no está trabajando y ha realizado esfuerzos específicos por encontrar
empleo durante las cuatro últimas semanas 2) ha sido suspendida de empleo y está
esperando a ser llamada nuevo o 3) está esperando a ocupar un trabajo el mes siguiente.
Además debe declarar que ha hecho un esfuerzo concreto (como acudir a empresas
locales, responder a anuncios de ofertas de trabajo,...) por encontrar un empleo.
 Inactivos. Esta categoría comprende el porcentaje de la población adulta que está
estudiando, realizan tareas domésticas, jubilada, demasiado enferma para trabajar o que
simplemente no está buscando trabajo
 Población activa. Comprende las personas que están ocupadas y las desempleadas.

La tasa de desempleo se calcula como el número de desempleados dividido por la


población activa, y se expresa en forma de porcentaje. Es decir, no es una proporción entre
el total de la gente desempleada y el total de la población, sino el de aquélla que se
denomina "económicamente activa".

Política fiscal y empleo

La forma en que la política fiscal afecta al empleo es un tema complejo, por lo que es
necesario sopesar cuidadosamente los efectos de incentivo y desincentivo que conlleva la
intervención del sector público. Por ejemplo, un sistema de prestaciones por desempleo
bien diseñado no solo brinda una importante red de protección a la población, sino que,
además, permite a los trabajadores dedicar más tiempo a la búsqueda del empleo más
productivo. Sin embargo puede al mismo tiempo, prolongar la duración del desempleo, lo
que tendría efectos secundarios sobre el potencial de producción de la economía, porque los
trabajadores que se encuentran en una situación de desempleo de larga duración
experimentan una depreciación de su capital humano. Las posibles desventajas de las
prestaciones sociales se observan con más claridad en sus efectos sobre la oferta de factor
trabajo. Con frecuencia se menciona el pago incondicional o ilimitado de prestaciones por
desempleo como uno de los principales factores que desincentivan la búsqueda de empleo.
Este tipo de prestaciones puede, asimismo, reducir las presiones para reformar un mercado
de trabajo ineficiente con altas tasas de paro porque los desempleados disfrutan de esos
beneficios. También los sistemas públicos de pensiones tienen efectos significativos sobre
la oferta de trabajadores. La escasa penalización de la jubilación anticipada, o incluso su
promoción activa, han reducido dicha oferta. Por otra parte, la perspectiva de jubilación
anticipada constituye un desincentivo para que los trabajadores mantengan sus
conocimientos profesionales y participen en un proceso de aprendizaje continuo. Además,
los incentivos a la jubilación anticipada facilitan la eliminación de mano de obra incluso en
circunstancias en que el despido es muy difícil. Como resultado, las empresas que necesiten
reducir su plantilla la recortarían en los segmentos de mayor edad, dándose el caso de que
estos trabajadores pueden ser precisamente los que más experiencia tengan y no los menos
productivos. Las políticas orientadas al mercado de trabajo, si se diseñan y ponen en
práctica adecuadamente, pueden estimular la oferta y la demanda de factor trabajo y, por
consiguiente, la tasa de ocupación. Los programas de formación pueden ayudar a mantener
y mejorar los conocimientos profesionales, reduciendo los desajustes entre oferta y
demanda y el deterioro del capital humano entre los desempleados de larga duración. Otro
desafío que se plantea es la reintegración de los grupos difíciles de emplear, como los
trabajadores poco cualificados, los parados de larga duración o los trabajadores de más
edad.4

Protección laboral

Unión Europea

A nivel de la Unión Europea no existe normativa, ni protección en caso de desempleo.


Dinamarca y Austria

En Dinamarca han optado por mejorar la prestación de desempleo, pública, suprimiendo la


indemnización privada por desempleo, la cifra de paro es del 4,1%. En Austria las empresas
constituyen un fondo individual para complementar la prestación. 5

España
Artículo principal: Desempleo en España.

El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez en 2009 considera
que los mecanismos de ajuste laboral "no funcionan de forma adecuada". En su opinión, las
numerosas ineficiencias en el sistema laboral español determinan el "rotundo fracaso" en el
objetivo de reducir el desempleo provocan efectos perjudiciales en el productividad, por lo
que ha insistido en la necesidad de emprender "con urgencia" reformas de las instituciones
laborales. 6 Las palabras del gobernador llegan en medio de la controversia generada por la
propuesta lanzada por la Confederación de Empresarios de Madrid de crear un contrato
contra la crisis con una indemnización de 20 días por año trabajado en lugar de los 45
actuales.7

Estas declaraciones ha suscitado una fuerte polémica.8 Así, el presidente del Gobierno de
España, José Luis Rodríguez Zapatero considera inviable la medida excepcional propuesta,
defendiendo al estado del bienestar frente a esta propuesta de adelgazamiento y recomienda
centrar esfuerzos en los actuales problemas de liquidez del sistema financiero, opinión
compartida con los sindicatos que consideran que la rigidez del mercado laboral sea causa
determinante del desempleo. Sin embargo, durante su presidencia se ha llegado a más de
cuatro millones de parados actualmente.

La crisis económica mundial ha mermado los fondos las arcas públicas de Alemania, Reino
Unido, España y Estados Unidos, por lo que las administraciones públicas, en su
responsabilidad han realizado las medidas que estiman oportunas para equilibrar las ayudas
al desempleo con los ingresos públicos.

En España, tienen derecho a la prestación por desempleo los trabajadores que vengan a
España por haber cesado su actividad laboral en el extranjero. No se realizan cruces con la
Seguridad Social de otros países de la Unión Europea para saber los desempleados inscritos
en España que están trabajando en el extranjero.

Reducción de la jornada de trabajo

Reducción de la jornada de trabajo, reducción de la jornada laboral o reducción del


tiempo de trabajo -en ocasiones asimilable al reparto del trabajo o redistribución del
trabajo-, en relación con el trabajo asalariado, se refiere a la disminución de las horas de
trabajo en la jornada laboral y la semana laboral y, por extensión, en el cómputo de horas
trabajadas mensual y anualmente. Cuando se reducen los días de trabajo a la semana se
habla de reducción de la semana laboral.
La reducción de la jornada de trabajo, entendida como una forma de distribución de la
renta, como un elemento de bienestar social y también como reparto de la escasez de
trabajo asalariado -como consecuencia del incremento sostenido de la productividad y de
tasas insostenibles de desempleo- ha sido uno de los éxitos y demanda tradicional de la
izquierda política y el movimiento obrero que se materializó en la jornada de ocho horas y
se opone a la flexibilización del mercado de trabajo -reducción de costes laborales como
única forma de futuro crecimiento económico para repartir la riqueza mediante la creación
de futuro empleo- propuesta tradicional de la derecha política.

Reducción de la jornada de trabajo coyuntural

En muchas ocasiones el concepto de reducción de la jornada de trabajo se refiere a una


situación coyuntural y por tanto temporal, derivada de los derechos del trabajador,
recogidos en la legislación laboral de los distintos países o un convenio colectivo, ante
circunstancias sobrevenidas (lactancia, cuidado de hijos, cuidado de personas dependientes
y otras) o por acuerdos establecidos en la legislación o los convenios laborales relativos al
ajuste temporal de la demanda o a la estacionalidad de la producción entre empresarios y
trabajadores con el objeto de integrar la estacionalidad, mantener el empleo y evitar
constantes despidos y contrataciones de caracter coyuntural.

Reducción de la jornada de trabajo estructural

Cosechadora de algodón John Deere. La mecanización en el sector primario produjo una enorme
pérdida de empleos durante el siglo XIX y el siglo XX que, en parte, fueron absorbidos por la
creciente industria urbana. La denominada revolución verde, entre 1950 y 1984 aumentó la
producción agrícola y redujo aún más el número de puestos de trabajo necesarios en el sector
primario.

El concepto de reducción de la jornada de trabajo o reducción de la jornada laboral de


caracter estructural se deriva de la interrelación de varios factores, entre ellos: el aumento
de la productividad, el aumento del desempleo estructural, la mejora de las condiciones de
trabajo y existencia de una clase media amplia que pueda consumir y que constituye la
clave de una sociedad de consumo.3
Asociado al aumento de la productividad se produce un menor requerimiento de tiempo de
trabajo humano global y por tanto una importante disminución de empleos en todos los
sectores económicos clásicos: primero afectó al sector primario o agropecuario -revolución
verde-; después al sector sector secundario o industrial y actualmente está afectando al
sector servicios por la generalización de la telemática y los procesos de informatización; de
momento el desempleo no afecta de forma tan clara en el denominado tercer sector o
economía social.

David Anisi señala en su libro Creadores de escasez que ya Keynes en 1936 asociaba la
gestión de la demanda (crisis de demanda - sobreproducción - subconsumo) con el
mantenimiento del pleno empleo y como la presión demográfica requería aumento de la
demanda y aumento de la produccíón para el mantenimiento del pleno empleo. Sin
embargo, indica Anisi, no supo ver que el problema del empleo no salmente estaba
asociado a la demanda sino también al aumento de la productividad que requería
inevitablemente una disminución real del tiempo de trabajo si se quería mantener el pleno
empleo.4 Cuando esta disminución del tiempo de trabajo no se produce se genera un
desempleo estructural sin solución que se convierte en desempleo cíclico indicador de una
crisis económica.5

Pleno empleo - La edad dorada 1950-1973

Véanse también: Pleno empleo, keynesianismo y La gran divergencia

Para autores como Paul Krugman, Tony Judt, Angus Maddison, Vicenç Navarro y Josep
Fontana, entre otros, la denominada edad dorada del pleno empleo, fundamentalmente en el
mundo occidental desarrollado, se localiza en el período aproximado de 1950 a 1973,
básicada desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis del petróleo de 1973.
La razón fundamental de esa edad dorada de pleno empleo o gran convergencia en la
igualdad social y económica, fue la prioridad política que se dió al pleno empleo y su
aplicación económica mediante el keynesianismo (Acuerdos de Bretton Woods). Los tipos
de cambios fijo, aunque no rígidos, facilitaron los créditos a escala internacional, las
políticas sindicales se reforzaron y mejoraron las condiciones económicas y la seguridad de
los trabajadores, se produjo un fuerte aumento en el comercio mundial. La ruptura de la
prioridad política del pleno empleo ha dado lugar a una desigualdad de ingresos, la
aparición del desempleo estructural y cíclico que ha sido denominado como la gran
divergencia por el economista Paul Krugman. El pleno empleo facilita la reivindicación,
frente a lo que Marx denominada Ejército industrial de reserva, de la reducción de la
jornada de trabajo. Por tra parte, el desempleo estructural puede también reducirse con un
reparto estructural del tiempo de trabajo.6 7 8

Factores de la reducción de la jornada de trabajo

Aumento de la productividad y el crecimiento


La reducción de la jornada de trabajo se plantea en un contexto en el que el aumento de la
productividad, asociada al crecimiento económico pero con rendimientos decrecientes
afectan a la consideración del uso de la mano de obra.9

Las causas del aumento de la productividad son consecuencia del desarrollo de la


tecnología, del aumento del denominado capital físico y la mejora del capital humano:
mecanización, industrialización, implantación de tecnologías de la información y la
comunicación; de la mejora en la gestión de recursos humanos; del aumento de la
cualificación profesional y la formación de trabajadores así como de la implantación del
sistema de gestión de la calidad y la intensificación del capital que reducen la necesidad de
mano de obra intensiva.10 11 12 En países exportadores de materias primas, habitualmente
con baja productividad, se renuncia a la productividad a cambio de más población; en
países industrializados se consigue una alta productividad con escasa mano de obra lo que
promueve institucional e individualmente un mayor control del aumento de la población.13

Stiglitz reconoce que un aumento en las horas trabajadas como resultado del crecimiento
demográfico que no redunde en un aumento de la productividad impactará en el nivel de
vida debido a que la mayor renta no tendrá un valor real de consumo por la menor cantidad
de bienes o servicios producidos, según la fórmula (i de crec. de Producción = i de aum. de
horas trabajadas + i de aum. de productividad). En ese sentido, en un contexto de
productividad superior, para mantener niveles de crecimiento de la producción total en
valores de equilibrio, es necesario reducir la jornada, por cuanto resulta económicamente
innecesario sobrepasar dichos niveles de crecimiento estable, en concordancia con una
tendencia al desarrollo sostenible, y en un contexto de estancamiento demográfico. 14

Autores como David Anisi, Guy Aznar, Alain Caillé, André Gorz, Jean-Lousi Laville,
Jacques Robin, Roger Sue, Jeremy Rifkin, Carlos Gabetta,15 16 consideran que hay una
crisis del sistema salarial tradicional como consecuencia del desarrollo de la sociedad
tecnológica actual que han disociado el crecimiento económico de la creación de empleo
haciendo incluso compatible que una disminución del trabajo asalariado se produzca junto a
una alta productividad y crecimiento -al que actualmente contribuye el taylorismo digital-.
También deben considerarse en este contexto los límites ecológicos y productivos de la
Tierra; en este sentido Donella Meadows ha señalado que los límites del crecimiento del
planeta podrían producir un colapsos sociales y guerras climáticas.17 18

Aparición de un alto desempleo estructural

Véanse también: Desempleo estructural y Ejercito industrial de reserva

La productividad, fruto de los procesos de mecanización, automatización e infomartízación,


genera en todos los sectores un alto grado de desempleo estructural que se mantiene a lo
largo del tiempo y que no es absorbido ni por el tradicional sector servicios ni por los
empleos creados con la aparación del tercer sector o economia social.

Las medidas habituales de flexibilización laboral no resuelven el problema ya que no


solamente se trata de una inadecuación del mercado laboral a las demandas empresariales
de capital hummano sino de un menor requerimiento de puestos de trabajo en el sistema
productivo en general. Es un desempleo estructural creciente a nivel global y que no
responde a medidas económicas de ningún tipo.19 20

Los planes de reducción de las horas de trabajo se consideran sumamente eficaces durantes
periódos de crisis ya que reducen el número de despidos. En Alemania, por ejemplo,
durante la crisis económica de 2008-2011, la estabilidad del empleo se ha logrado en buena
medida gracias a los ajustes en las horas de trabajo gracias al diálogo social y como una de
las medidas para proteger tanto el empleo como la productividad y viabilidad de las
empresas.21 22

Mejora de las condiciones de trabajo: distribución de la renta

La mejora de las condiciones de trabajo como consecuencia de las luchas sociales del
movimiento obrero y el movimiento sindical que, entre otras demandas, siempre han
reivindicado una disminución del tiempo de trabajo como modo de redistribuir los
beneficios (crecimiento de la renta nacional) del crecimiento económico y la productividad.

Ampliación de la clase media consumidora: distribución de la renta

En Estados Unidos, en la década de 1920, se consolida el consumismo y se generaliza una


clase media moderna. La ampliación del número de ciudadanos de esa clase media fue
necesaria en una sociedad con altos índices de producción que no encontraba suficiente
demanda. Esa deseada sociedad de consumo que pudiera absorber una sobreproducción
creciente requería un aumento de la población con recursos, tiempo para ocio y
expectativas personales positivas para dinamizar el consumo y crear una fuerte demanda
que permitiera el crecimiento económico.23

La clase media comienza a aparecer en el siglo XVIII con la revolución industrial y se


comienza a consolidar a finales del siglo XIX. La clase media moderna en Estados Unidos
aparece una fenómeno de sobreproducción y alto desempleo después de la primera guerra
mundial que fue resuelto con la promoción del consumismo. La clase media es clase
predominante -a veces mayoritaria- en sociedades desarrolladas.24 25

Trabajo - Historia y evolución del tiempo de trabajo


Véase también: Jornada de ocho horas

Trabajo y jornada de trabajo en las sociedades preindustriales

Existen diversos estudios sobre sociedades cazadoras-recolectoras (Marshall Sahlins, Pierre


Clastres) que indican que los aborígenes australianos de la Tierra de Arnhem y los
bosquimanos del sur de África apenas dedicaban de 3 a 5 horas diarias a asegurar su
subsistencia;26 En sociedades más complejas y sobre todo con la aparición de la agricultura,
comienzan los intercambios (ver Economía del don y Ensayo sobre el don), y podrá
hablarse de labor y labores, que requerirán más o menos dedicación e intensidad pero de
ninguna manera, ni siquiera durante la actividad gremial, puede hablarse de jornada de
trabajo con el significado que actualmente tiene.

Evolución de la jornada de trabajo y la productividad desde comienzos de la

Tabla 1 - Horas de trabajo por año y persona en el Reino Unido (1785-2000)27

Horas Horas Horas Productividad PIB per


Población
Año Población trabajador trabajador trabajador hora de trabajo cápita
ocupada 28 29
año semana día (dólares 1990) (dólares 1990)

1785 12.681.000 4.915.000 3.000 62 11 1,29 1.505

1820 19.832.000 6.884.000 3.000 62 11 1,69 1.756

1870 29.312.000 12.285.000 2.984 61 10,9 2,64 3.297

1913 42.622.000 18.566.000 2.624 53 10 4,40 5.032

1950 50.363.000 22.400.000 1.958 40 8 7,86 6.847

2000 58.670.000 27.200.000 1.489 30 6 28,71 19.817

sociedad industrial

El concepto histórico contemporáneo de jornada laboral va de la mano de industrialización


de la producción durante la revolución industrial y la conversión del trabajo humano en
fuerza de trabajo, como un factor de producción que pasa a formar parte de una economía
de mercado con la teoría del valor-trabajo de los economistas clásicos (Adam Smith, David
Ricardo, Karl Marx).

Robert Owen comenzó a partir de 1810 a difundir la reivindicación una jornada de ocho
horas.

En la Tabla 1 puede apreciarse la evolución de las horas de trabajo por año, semana y día
por persona en el Reino Unido desde 1785 al año 2000. En este país se ha pasado en unos
200 años de 3.000 horas anuales a 1.489, prácticamente la mitad; de igual modo ha
descendido el horario semanal y diario, si bien con la advertencia de que los días anuales no
trabajados han ido aumentado y, a la vez, disminuyendo los días laborales semanales, desde
6 días, en algunos desde 7, hasta 5 los días laborales. Puede apreciarse un constante
incremento de la productividad por hora trabajada y PIB per capita y su explosión desde los
años 1950 hasta los 2000 período en el que se ha cuadriplicado y triplicado
respectivamente.
Reducción de la semana laboral

Véase también: Jornada de trabajo

Semana laboral de 7 a 5 días

La semana de labor tradicional y anterior a la revolución industrial era básicamente de 6


días, con 1 de descanso (viernes, sábado o domingo dependiendo de las distintas culturas y
religiones). Durante la revolución industrial en Gran Bretaña y otros países la semana
laboral alcanzo los 7 días sin descanso alguno. Así ocurre actualmente en numerosos
lugares del mundo donde el trabajo a destajo y la falta de derechos hace que no exista pausa
diaria de trabajo.

El primer paso para la reducción de la semana de 6 días fue, en los países occidentales, la
implantación del fin de semana inglés que unía la tarde del sábado al domingo (1 día y
medio de descanso).

La extensión de una sociedad de consumo que requiere tiempo para las compras y el gasto
en ocio ha generalizado en buena medida y en todo el mundo la semana laboral de 5 días;
de lunes a viernes en los países de tradición cristiana y judía (fin de semana el sábado y
domingo); de domingo a jueves en la mayoría de países musulmanes (fin de semana el
viernes y sábado).

Semana laboral de 4 días

Una de las propuestas para la reducción del tiempo de trabajo es la implantación de la


semana laboral de 4 días (ya sea de lunes a jueves; ampliando el descanso al míercoles o a
la carta -para empleador y empleado-) que exigiría tanto cambios en la producción -
redistribución semanal de turnos- como en la vida ordinaria -entre otros, ajustes de horarios
escolares-. Sus defensores creen que supone un avance real en las mejoras laborales más
palpable y claro que las escasas reducciones horarias repartidas durante cada día y que
suelen acompañarse de reducción de sueldo y no crean empleo. En su favor también se
argumenta la reducción del consumo de combustible al disminuir los desplazamientos al
trabajo.30 31 También, desde la gestión de recursos humanos y hablando del trabajo flexible
se habla de la semana laboral de 4 días e incluso 3 pero con un mantenimiento del horario
laboral semanal (en vez de 8 horas diarias se trabajarían 10).32

Taylorismo digital en la sociedad postindustrial


Artículo principal: Taylorismo digital.

Para autores como Enric Sanchis en la esencia del capitalismo está la generación de
desigualdades sociales que fueron moderadamente mitigadas durante la etapa fordista -
pacto keynesiano posterior a la segunda guerra mundial- pero que comenzaron a desbocarse
desde la década de 1980 y que no han parado de crecer. Estas desigualdades son cada más
mayores y fragmentan la sociedad dejando una élite muy rica, una parte de la población
trabajando cada vez en peores condiciones y otra en la más absoluta pobreza. 33
En el taylorismo digital se aprecian dos procesos unidos: la reducción del trabajo por la
informatización y digitalización de procesos junto a la deslocalización y abaratamiento del
trabajo.

Los autores Brown, Lauder y Asthton denominan taylorismo digital a la organización


global del denominado trabajo de conocimiento propio de la revolución informática o
tercera revolución industrial que, es sometido al mismo proceso de gestión de organización
científica que en su día sufrieron los denominados trabajos artesanales -taylorismo-.34 35

El taylorismo digital somete a las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -de
caracter creativo, intelectual-, propio de las clases medias y muchos profesionales, al
mismo destino que las artesanales. Dichas tareas son codificadas y digitalizadas
consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por
programas informáticos con protocolos de decisión establecidos. Además, por su facilidad
de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones globales
informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.34

Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las tareas
informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y subdesarrollados
donde se encuentran salarios cada vez más bajos.

Sociología
Este campo considera las estructuras sociales, tanto cognitivas como materiales. Un ejemplo de
una estructura social cognitiva lo es la institución establecida de la religión y como su operación
afecta la conciencia colectiva. Por ejemplo, los cristianos promedio comparten la disposición de
que la vida humana es un elemento separado de la naturaleza y que matar un feto es incorrecto.
Concurrente-mente, el sistema monetario basado en la competencia posee proponentes que
impulsan ideas tales como que la competencia es el estado social mas productivo del que puede
participar el humano.

Las estructuras materiales por otro lado son muy obvias y existen en la forma de corporaciones y
gobiernos, cada uno teniendo una muy fuerte influencia en la sociedad. Por supuesto, todas las
estructuras materiales se vierten hacia las cognitivas, pues todas deben poseer una ideología tras
ellas.

Ahora, un asunto sociológico común tiene que ver con la naturaleza humana y su efecto en el
sentido colectivo. Por ejemplo, la mayoría de las personas se les ha enseñado que los humanos
somos naturalmente competitivos unos con los otros, ademas de la asumcion de que la
estratificación y las estructuras jerárquicas son también una tendencia natural humana.

Esto es una falacia.


Si tomamos, por ejemplo, una manada de leones, veríamos una estructura social jerárquica y una
competencia violenta por la comida en la mayoría de los casos. Esta comparación podría llevar a
las personas a pensar que esto es una ocurrencia natural en las sociedades humanas también
(guerra, avaricia, ego, etc.). Sin embargo estaríamos pasando por alto, las condiciones
medioambientales de cada caso. La manada de leones existe en un mundo de escaces. Ellos no
tienen la habilidad de crear trampas para su presa, ni tampoco tienen acceso a comida en base a
su demanda. Ellos tienen que cazar y pelear entre ellos. Este factor crea naturalmente
competencia, pues para poder sobrevivir, los leones deben ser agresivos entre ellos. De este modo
se establece una jerarquía, en la que el más fuerte ejerce dominancia de un modo estratificante.

De igual manera, en nuestra actual sociedad humana, ocurre lo mismo. Los humanos hemos vivido
el mismo tipo de escasez desde tiempos remotos. Sin embargo, con el paso del tiempo, nuestra
capacidad de crear nos ha llevado a ser más civilizados . A diferencia de los leones, los humanos
somos capaces de crear herramientas y poner en marcha procesos que nos liberan de problemas
particulares, reduciendo así la escasez.

Dado lo antes establecido podemos ver que a un nivel fundamental, si la escasez pudiera ser
erradicada, entonces el comportamiento humano tendría un cambio dramático, moviéndose lejos
de la competencia, dominancia y la estratificacion.

Del mismo modo, las ideologías fuera de contexto que no superan la prueba del tiempo, como lo
es la religión teistica, mantienen el mito de de que los humanos y las sociedades fueron creadas de
cierta manera. Por ejemplo, la iglesia católica predica la ideología de que los humanos nacemos en
pecado .

Esto es absurdo, fuera de contexto y basado en un entendimiento primitivo acerca del


comportamiento humano.

No hay diferencia entre un bebe Ghandi o un bebe Hitler; es el medio-ambiente lo que moldea la
persona y a su vez la sociedad (y viceversa).

Entonces, un cambio social verdadero vendría si elimináramos las condiciones que causan los
patrones de comportamiento aberrante que contaminan nuestra sociedad. La prisión, policía y las
leyes, son parches que con el tiempo tienden a empeorar la situación.

Por último, tendremos que re-diseñar nuestra cultura si queremos hacer mejoras al
comportamiento humano.

Tipos: Existen 32 tipos de informes:


* 1 informe escrito
* 2 informe científico
* 3 informe de recomendación
* 4 informe de calidad
* 5 informe noticiero
* 6 informe anual
* 7 informe de intervención
* 8 informe del centro de trabajo
* 9 informe del censo
* 10 informe de viaje
* 11 informe sobre la marcha de los trabajos
* 12 informe de investigación
* 13 informe de presupuesto
* 14 informe político
* 15 informe demográfico
* 16 informe de...

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