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Glosario para Examen Psicología Social I

A) Cognición social:

Estudia el modo en que atendemos, interpretamos, analizamos y empleamos la información para


elaborar juicios y realizar acciones. La idea de esta definición es armonizar las dos representaciones
que existen de cognición social. Por un lado, tenemos una, que considera un conjunto de hipótesis y
observaciones respecto al razonamiento humano, centrada en constructos de representación, las
estrategias de cómputo y decisión, las subtareas que relacionan el estímulo con el juicio del perceptor
y los sistemas de almacenamiento. Y, por otro lado, tenemos la segunda, que la entiende como una
aproximación teórica y empírica para comprender todos los fenómenos de la conducta social,
investigando las estructuras y procesos que tienen lugar ellos (Cognición social abordaría desde las
diferencias personales hasta los movimientos colectivos).

Desde esta aproximación tenemos cuatro hipótesis, en la que se basa la cognición social:

1. Las conductas humanas no son respuestas al medio, sin el resultado de una interacción entre la
información nueva y el conocimiento previo.
Para esta hipótesis la cognición social se apoya en una dinámica sólida y armónica entre el
procesamiento abajo-arriba (análisis de información desde el nivel más bajo de estímulo sensorial
hacia el nivel más alto de análisis perceptivo) y procesamiento arriba-abajo (desde el nivel más alto al
más bajo, en sentido contrario).

2. La racionalidad humana no es producto de la lógica, sino del uso de heurísticos que potencian su
capacidad adaptativa.

Para apoyar esta hipótesis, nos basaremos en tres estrategias:

a) Reducción de información: Selección selectiva de la atención que atiende al contexto del


perceptor, para evaluar la realidad, a partir de su interacción con la situación y sus motivaciones
idiosincrásicas. Esto ocurre en tres situaciones: Primera, cuando los estímulos destacan sobre
otros por reflejar propiedades que sobresalientes; Segunda, cuando los estímulos contrastan con
el conocimiento previo y las expectativas que la persona tiene de la situación; Por último, el
estímulo se hace relevante si es necesario para llegar a alguna meta personal.

b) Heurísticos: Reducción de los recursos de procesamiento mediante el empleo de reglas


simples de tratamiento de información. Esto los hace ser una estrategia altamente adaptativa en
términos de tiempo-precisión.

I. Heurístico de disponibilidad: Respuestas rápidas basadas en la


información disponible.

II. Heurístico de representatividad: Categorización de un objeto a partir


de la similitud que tiene con la categoría.

III. Heurístico de ajuste y anclaje: Juicios cuantitativos en ámbitos


relativamente inciertos, empleando un punto de referencia implícito o
explícito (el anclaje), y realizando ajustes subsiguientes ajustes hasta
llegar a una estimación final.

c) Uso de estructuras de conocimiento ya almacenadas: Reducción de las demandas de


procesamiento mediante el uso de los conocimientos previos.
I) Esquemas: La información se organiza de forma lógica o espacial según el
conjunto de reglas de este mismo. Los esquemas son rígidos y no están sujetos a
modificaciones.

II) Teoría implícita de la personalidad: Consiste en una teoría dependiente de la


subjetividad del sujeto acerca de cómo la personalidad funciona en el mundo, a
través de asociaciones, correlaciones, entre otras, relacionando ciertas
características, situaciones y rasgos de la persona observada.

III) Modelos: La información se organiza a partir de una serie de reglas flexibles y


adaptables en la medida que el sujeto recolecte información para la explicación de
la realidad según su interacción ensayo-error.

3. Los motivos, afectos y emociones no sólo no interfieren en la racionalidad humana, sino que son
indispensables para lograrla.

4. Los aspectos no conscientes y automáticos, lejos de representar un mundo instintivo y paralelo al


consciente, son una parte importante de escenario responsable de la conducta.

B) Categorización:

Proceso cuya finalidad es hacer más sencillo el procesamiento de información, mediante la atribución
de sentido a la estimulación sensorial, identificando los objetos y sucesos, de alguna manera,
simplificando la realidad.

1) Categorización del yo: Concepción de uno mismo; agrupación cognitiva de uno mismo como
idéntico a alguna clase de estímulos en comparación con otra clase de estímulos. Esta
categorización del yo puede dividirse en distintos niveles de abstracción: Nivel interpersonal
(Definición de uno mismo en función de lo que hace único al individuo en comparación de otros),
Nivel intergrupal (Definición de uno mismo como miembros de un grupo en comparación con
miembros de otros grupos) y Nivel Interespecies (Definición de uno mismo como ser humano en
comparación a otras especies).

2) Saliencia de las categorías: Condiciones que conducen a las personas a categorizarse en


un nivel social, con referencia a uno individual en una situación concreta. Esta es función de su
accesibilidad (disposición de las personas a utilizar categorías que son centrales, relevantes o
útiles, en función de la experiencia pasada, las expectativas presentes, y los motivos, valores,
metas y necesidades actuales) y su ajuste (relación entre categorías y la realidad externa). Este
último se divide en dos aspectos complementarios: uno es el ajuste comparativo, consiste en hacer
que las diferencias entre los grupos sean máximas y que las diferencias dentro del grupo sean
mínimas; el otro es el ajuste normativo, que refiere a que esas diferencias intergrupo y semejanzas
intragrupo deben coincidir con las expectativas normativas o estereotipos de dichas categorías
para que estas sean salientes.

3) Construcción de las categorías sociales: La construcción de una categoría social depende


de la situación contextual, en donde, se definen los grupos según su “consensualización” que se
produce en el momento, para dar luego una categorización y formar un grupo.
*Es preciso destacar que a partir de los trabajos realizados:

1. La identidad no está rígidamente relacionada con la existencia social, sino que se construye
de forma activa para crear relaciones.

2. La categorización social constituye la base psicológica de la acción social.

4) Categorización social como influencia: Sólo se actuará bajo la categoría social en la medida
que los miembros se identifiquen con esta, conduciendo a un proceso de autoesterotipia, que
consiste en conformar normas, creencias y valores que caractericen a la categoría relevante.

Implicaciones:

1. Sólo las personas que se identifiquen con la categoría social serán blancos de
influencia.

2. Sólo influirán aquellos mensajes que sean consonantes con la definición de las
categorías.

3. Sólo quienes estén en una posición de definir la naturaleza de las categorías podrán
influir sobre los demás. Por lo tanto, el miembro más típico dentro del grupo (el
prototipo) tendrá el mayor potencial para lograr influencia.

C) Percepción Social:

Proceso a través del cual buscamos conocer y comprender a otras personas.

1) Comunicación no verbal: Comunicación entre individuos que no implica el contenido del


lenguaje hablado. Se basa, en cambio, en el lenguaje no hablado de las expresiones faciales, el
contacto visual y el lenguaje corporal. Dependiendo del contexto, entre muchos otros factores
distintos, las señales no verbales emitidas por otras personas pueden afectar nuestros propios
sentimientos incluso si no prestamos atención consciente a estas señales o intentamos
imaginarnos cómo se sienten estas personas. Los canales básicos son: la cara, sus expresiones
faciales; los ojos, lugar en donde está puesta la atención, y otros significados; el lenguaje corporal,
gestos postura y movimientos; por último, el contacto físico.

2) Atribución: Proceso a través del cual buscamos identificar las causas del comportamiento de
los otros y así obtener conocimiento sobre sus rasgos estables y disposiciones. En otras palabras,
cómo y por qué la gente actúa como actúa, y en ocasiones también nos podemos preguntar lo
mismo respecto a nuestro propio comportamiento. Existen distintas teorías que explican cómo
podría funcionar este proceso:

I) Teoría de la inferencia correspondiente: Describe cómo usamos el


comportamiento de los otros como base para inferir sus disposiciones
estables. Tendemos a concluir que el comportamiento de los otros refleja
sus rasgos estables cuando dicho comportamiento (1) es escogido
libremente, (2) se basa en efectos distintivos, no comunes y (3) es bajo en
deseabilidad social.

II) Teoría de las atribuciones causales de Kelley: Según esta teoría nos
centramos en tres fuentes principales para saber la causa del
comportamiento del otro: (1) consenso, la medida en que otras personas
reaccionan ante algunos estímulos de la misma manera en que reacciona
la persona que estamos considerando; (2) consistencia, la medida en que
un individuo responde, de la misma manera, ante un estímulo o situación
dada en diferentes ocasiones, a lo largo del tiempo; (3) distintividad, la
medida en que esta persona responde de la misma manera ante
diferentes estímulos o eventos.

Según esta teoría, tendemos a atribuir causas internas al comportamiento de los


otros bajo condiciones en las que el consenso y la distintividad son bajas pero la
consistencia es alta. En contraste, tendemos a atribuir causas externas cuando el
consenso, la consistencia y la distintividad son altas. Por último, tendemos a atribuir
una combinación de factores internos y externos cuando el consenso es bajo,
pero la consistencia y la distintividad son altas.

III) Manejo de múltiples causas potenciales: Dos posibles causas detrás


del comportamiento de las personas: (1) El principio de disminución, la
tendencia a atribuir menos importancia a una causa potencial de algún
comportamiento cuando otras causas potenciales están presente, por
ejemplo, un gerente felicita a algún trabajador en particular en público,
pero esto suele ser bastante común, por lo que la felicitación en sí no es
tan importante, ya que puede tener segundas intenciones. (2) El principio
de aumento, la tendencia a otorgar gran importancia a las causas
potenciales del comportamiento si el comportamiento tiene lugar a pesar
de la presencia de otras causas de carácter inhibitorio, por ejemplo, dicho
gerente felicita a un trabajador en particular pasando a llevar una norma
que prohíba dicho comportamiento, haciendo que las felicitaciones tengan
una importancia mayor, ya que las condiciones dan por entendido que
debe haber una motivación genuina detrás.

IV) Teoría del foco de autorregulación: Sugiere que, al regular la propia


conducta para obtener las metas deseadas, los individuos adoptan una o
más perspectivas diferentes: una perspectiva centrada en la promoción,
en la que se enfatiza la presencia y ausencia de resultados positivos; o
una perspectiva centrada en la prevención, en la cual se enfatizan los
resultados negativos.

3) Errores de atribución: Nuestros esfuerzos por comprender a otras personas, y a nosotros


mismos, están sujetos a varios tipos de error que pueden llevarnos a conclusiones falsas acerca
de por qué otros han actuado de la manera en que lo han hecho y cómo ellos se comportarán en
el futuro.

I) Sesgo de correspondencia o error fundamental de atribución:


Tendencia a explicar las acciones de otros como provenientes de sus
disposiciones incluso ante la presencia de causas situacionales claras
(sobrevaloración del impacto de las señales disposicionales en el
comportamiento de otros). En otras palabras, se tiende a percibir a otros
actuando de la manera en que lo hacen debido al “tipo de persona” que
es, más que como resultado de muchos factores externos que pueden
influir en su comportamiento.

II) Sesgo del efecto actor-observador: Tendencia a atribuir nuestro propio


comportamiento principalmente a causas situacionales, mientras que el
comportamiento de otros se tiende a atribuir a causas internas.

III) Sesgo de autobeneficio: Tendencia a atribuir resultados positivos a


causas internas y resultados o eventos negativos a causas externas.

D) Actitudes:

Evaluaciones globales y relativamente estables que las personas hacen sobre otras personas, ideas o
cosas que, técnicamente reciben la denominación de objetos de actitud. En otras palabras, se hace
referencia al grado positivo o negativo con que las personas tienden a juzgar cualquier aspecto de la
realidad convencionalmente denominado objeto de actitud.

Las actitudes se organizan en tres componentes:

1) Componente cognitivo: Incluye pensamiento y creencias de la persona acerca del objeto de


actitud.

2) Componente afectivo: Agrupa los sentimientos y emociones asociados al objeto de actitud.

3) Componente conductual: Recoge las intenciones o disposiciones a la acción, así como los
comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud.

D.1) Funciones de las actitudes:


Se destacarán tres: organización del conocimiento, utilitaria y de expresión de valores.
a) Organización del conocimiento: Debido a la sobrecarga informativa proveniente del entorno
al que estamos expuestos, nuestra mente necesita estar preparada para estructurar, organizar y
dar coherencia a todo ese mundo estimular que se presenta ante nosotros, consiguiendo una mejor
adaptación al ambiente con el que interactuamos. Las actitudes satisfacen esta necesidad básica
de conocimiento y control, guiando la búsqueda y la exposición a información relevante, haciendo
congruente la realidad para la persona y evitando elementos contradictorios.

b) Utilitaria: Teniendo su base en las teorías del aprendizaje, esta función alude a que las
actitudes ayudan a la persona a alcanzar los objetivos deseados, y que les proporcionarían
recompensas, así como a evitar los no deseados, y cuya consecuencia sea el castigo. Es decir, a
través de las actitudes se consigue lo que se quiere y evita lo que no, contribuyendo a la sensación
de libertad y competencia.

c) Identidad y expresión de valores: Las actitudes servirían para acercarse a otras personas
con actitudes similares, contribuyendo de esa forma a satisfacer la necesidad básica de aceptación
y pertenencia grupal. La expresión de actitudes permite a las personas mostrar sus principios y
valores, haciendo visible su identidad para luego identificarse con los grupos que compartan
actitudes similares.

D.2) Formación de actitudes:


Muchas actitudes se adquieren: por condicionamiento instrumental, es decir, por medio de los premios
y castigos que recibimos por nuestra conducta; por modelado o imitación de otros; y por refuerzo vicario
u observación de las consecuencias de la conducta de otros.
Por otro lado, según la organización de las actitudes podemos observar cómo se formas y desarrollan
las actitudes:

1) Basadas en información cognitiva: Los juicios se basan sobre lo que le gusta o no a la


persona, o con lo que está de acuerdo, en función de lo que piense acerca de las cualidades
positivas o negativas que posea el objeto de actitud o bien, de cómo puede ayudarnos a conseguir
nuestras metas. Podemos conseguir una actitud a partir de experiencias indirectas a partir de
grupos de referencias, amigos, familia, entre otros, que proporcionan criterios para evaluar el objeto
de actitud.

a) Teoría de la acción razonada: Se exponen dos modelos, que plantean que las personas
poseen una variedad de creencias asociadas con la actitud, creencias que van desde
estimaciones de la probabilidad y deseabilidad de las conductas asociadas con el objeto de
actitud hasta las expectativas en relación con lo que sería deseable para los demás. Sin
embargo, estos modelos no especifican los procesos psicológicos que median la relación entre
actitud y conducta. Es pertinente destacar que según el Modelo MODE (Fazio), una actitud
puede guiar la conducta sin necesidad de que medie ningún pensamiento. Y, por último,
aunque las personas tengan creencias sobre el objeto de actitud, ello no implica, ni garantiza
necesariamente, que las usen a la hora de formar una actitud.

2) Basadas en la información afectiva: Para explicar los mecanismos en la formación de


actitudes, se destacarán tres: el condicionamiento clásico, el priming afectivo y la mera exposición.

a) Condicionamiento clásico: Forma de aprendizaje en la que un estímulo que


inicialmente no evoca ninguna respuesta emocional (estímulo condicionado) termina
por inducir dicha respuesta como consecuencia de su emparejamiento sucesivo con
otro estímulo (estímulo incondicionado), que sí provoca naturalmente la mencionada
afectiva. No requiere esfuerzo mental y pareciera que se es más fácil aprender
respuestas afectivas a estímulos con los que no hemos tenido ninguna experiencia
previa que a aquellos que nos son conocidos. Por ejemplo, en la asociación de
palabras a estímulos desagradables.

b) Priming afectivo: Consiste en el mismo proceso descrito anteriormente, pero


exponiendo el estímulo incondicionado antes que el condicionado. Por ejemplo, se
presenta material positivo o negativo (estímulo incondicionado) para que luego se
evalúe una persona. Ahora, si la persona cree que el estímulo incondicionado puede
influir en sus actitudes hacia el estímulo que le sigue e intenta corregir dicha influencia
(si se analiza la compensación para que no influya el estímulo se podría saber
indirectamente el valor del estímulo incondicionado para la persona).

c) Mera Exposición: Aumento de la preferencia por un estímulo tras la exposición


repetida de dicho estímulo. La simple repetición de un estímulo puede llevar a
evaluaciones más positivas de dicho estímulo incluso cuando las personas no
reconocen haberlo visto con anterioridad. Esto, por un lado, podría ser causa de la
fluidez perceptiva, en donde, la repetida exposición hace que el estímulo se haga más
familiar, más fácil de procesar y por ello, llevaría tener una respuesta más positiva de
este. Por otro lado, podría este podría ser causado por la idea de familiaridad, que
reduciría la incertidumbre como la competición de respuestas que la nueva información
genera, llevando directamente a una mayor preferencia. Las maneras en que este
efecto disminuye es cuando las personas están dispuestas a pensar sobre el estímulo
y cuando se tiene experiencia previa con el estímulo, e incluso, esta última puede
acentuar la respuesta original de la persona, ya sea, negativa o positiva.

3) Basadas en información conductual: Las conductas que realizamos en relación con dichos
objetos pueden proporcionar información relevante para la constitución de actitudes.

a) Condicionamiento clásico.

b) Disonancia cognitiva: Cuando las personas se comportan de forma inconsciente con


su forma de pensar se produce un estado aversivo de malestar que lleva a las
personas a buscar estrategias para reducir o eliminar ese estado de ánimo negativo.
Las formas de lidiar con el malestar producido por una conducta discrepante con
nuestros pensamientos (al menos las más estudiadas) son el cambio y formación de
actitudes para mantener la consistencia con las conductas inicialmente incongruentes.

Bajo las siguientes condiciones la disonancia aumenta: (1) Cuando el comportamiento


realizado produce consecuencias negativas, (2) cuando dicho comportamiento se elige
libremente, (3) cuando implica un cierto esfuerzo y (4) cuando viola la imagen que las
personas tienen de sí mismas.

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