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Halloween en España[editar]

Artículo principal: Samaín

La Santa Compaña es una procesión nocturna de espíritus.

Decorar calabazas esta noche es también una tradición practicada en España e


Iberoamérica (en España al menos desde la Edad Media).2324
La expansión de la cultura estadounidense por todo el mundo, principalmente a
través del cine, propició la llegada a España del Halloween en su forma
anglosajona,25 aunque las tradiciones propias de ese día, derivadas del Samhain,
ya se celebraban antes incluso de que existiera Estados Unidos como nación.2627
Debido a su origen celta, en España hay un número considerable de tradiciones
relacionadas con espíritus, siendo probablemente las más famosas las meigas y
la Santa Compaña de Galicia. En Asturias, en el siglo XVIII, los niños llevaban
lámparas y pedían comida a las puertas de las casas durante esa noche.2724 Por
ejemplo, dentro de Castilla, en la actual comunidad de Madrid, se tiene registro de
numerosos municipios como Ambite, Canencia, El Vellón, Estremera, Manzanares
el Real, Loeches, Fuentidueña de Tajo, en los que se decoraban las casas con
calabazas, a las que le hacían agujeros en su interior para simular una cara con ojos,
nariz y boca y se introducía una vela o luz dentro de la calabaza, con el objetivo de
invocar espíritus protectores y asustar a la gente generando una atmósfera de
terror.23 En muchos pueblos esa noche solo estaban iluminadas las calabazas y las
hogueras. Para hacer estas decoraciones se solían utilizar calabazas, aunque
también se hacían con calabacines, botijos, ollas.23 En Ajalvir en vez de una
calabaza se emplea una calavera de asno; y en Tielmes, un botijo.
Era una costumbre muy habitual de muchos pueblos madrileños tocar la campanilla
durante esa noche hasta la madrugada y en muchas ocasiones la gente iba vestida
de negro. Se llevaban a los cementerios luces para «guiar» a los muertos y se
limpiaban las tumbas. En las afueras de Soria (Castilla y León), se celebra una
procesión muy famosa llamada «Ritual de las Ánimas», en el que las personas
cantan por la noche mientras llevan en las manos velas protegidas por botes,
calabazas o cacharros de barro agujereados para finalmente hacer una gran
hoguera.28 Esta tradición fue inmortalizada por Gustavo Adolfo Bécquer en su
cuento de terror «El monte de las ánimas» (1862).29

Huesos de santo en su apilamiento típico.


Muchas de estas tradiciones paganas convivían con otras religiosas, principalmente
cristianas como el Día de Todos los Santos (1º de noviembre). Sin embargo, en
épocas en las que hubo gobiernos fuertemente religiosos, como durante
la Dictadura de Franco, se buscó que la Iglesia tuviera el monopolio de las
celebraciones festivas.
En el plano gastronómico es bastante común el consumo de alimentos propios de
estas fechas como: los buñuelos de viento, los huesos de santo, panellets, puches
(en Getafe), natillas, sopas canas, chocolate con churros, tostones (en Ciudad
Real), roscos (en la provincia de Cuenca), nuégados (en Albacete), etc.

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