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‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.

Manuel Herranz Montero Página 1


EL PROCESO DE SECESIÓN. NO ES DEMOCRÁTICO

En una democracia se trata de ser solidario con todos tus conciudadanos.


Aceptas a todos sin atender a sus orígenes, su idioma o su religión. Y el
secesionismo es lo contrario. Con el secesionismo eliges a quiénes quieres
mantener como conciudadanos y a quiénes quieres convertir en
extranjeros… Stéphane Dion impulsor de la Ley de Claridad en Canadá.

La democracia está desapareciendo de los alrededores del independentismo. No


es democrático pretender derechos para unos pocos dejando tirados al resto, y de
eso se trata cuando se intenta la secesión. Una separación de Cataluña del resto
de España comportaría inmediatamente la salida de la Unión Europea, lo cual
supondría privar de los derechos europeos a más de la mitad de la población
catalana. Por descontado una autodeterminación de Cataluña y su inmediata
puesta en marcha de fronteras, no solo físicas, implicaría despojar de los derechos
en cuanto españoles de la mitad de los catalanes. Les aseguro, por todo lo que
llevamos visto, que los derechos en cuanto españoles, son muy superiores a los
que tendrían en cuanto solo catalanes.
Supongamos que la lucha por lograr el divorcio, como derecho democrático,
hubiera supuesto la obligación de divorciarse para toda la población, y además
obligarlo a fecha determinada, de tal manera que el derecho a divorciarse para
algunos, supondría para otros quitarles derechos a no hacerlo, al menos en ese
momento. Imaginen lo absurdo de una parte que obligue al conjunto a aceptar
como derechos exclusivamente sus preferencias identitarias, a fecha precisa y
concreta. Así es como funciona el independentismo, pretender lograr un derecho
para algunos, arrebatándoles otros derechos a la mitad de la población, derechos
hoy recogidos en la Constitución y en la legislación europea.
Hasta tiempos recientes la lucha por incorporar nuevos derechos democráticos
no ponía en cuestión derechos anteriores de las personas que los tuvieren y no
pretendieran ejercer los nuevos derechos. En democracia era compatible un
derecho nuevo para algunos, con el mantenimiento del derecho a no obligar para
otros conjuntos. El ejemplo del divorcio es claro, como lo es la despenalización
del aborto en determinadas condiciones, lo cual no obliga a toda la población a
abortar. Así ocurre también con el derecho a casarse entre personas del mismo
sexo o en general los derechos de colectivos LGTB. En ningún caso los nuevos
derechos suponen obligación de practicarlos por los ciudadanos que tuvieran
otras identidades.
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En el caso de las actuaciones nacionalistas, independentistas, nos encontramos
en una situación anormalmente antidemocrática aunque es abrazada por apoyos
muy diversos, algunos entre los cuales hay sectores de izquierdas que olvidaron
la universalidad de los derechos en unidad de libertad, igualdad y fraternidad o
solidaridad. Los derechos universales que puso en marcha la Revolución
Francesa apartaron, dejaron a un lado los derechos de antigüedad y linajes, por
nacer de una familia con determinados apellidos no tendría por qué tener
mayores derechos, lo cual se olvidó hace tiempo en Cataluña. La secesión obliga
a todos, quieran o no a tener la misma historia asumida, las mismas preferencias,
mismo idioma, o de lo contrario ser considerados traidores, y por tanto relegados
y/o apartados del conjunto social.
Los derechos universales, iguales para todos, hace tiempo que están aumentando
solo para los indepes a costa de disminuir para los catalanes no indepes. Los
nacidos en Cataluña, ellos los consideran catalanes de primera o de segunda, en
razón a su lucha por la independencia, por su linaje, dependiendo de sus
apellidos, en función del uso del idioma catalán, mejor si es exclusivo. Igual les
dará que todos hayan nacido en Cataluña y que todos paguen impuestos, igual
dará que todos estén amparados y sometidos a iguales leyes generales y derechos
constitucionales y europeos, los mejores puestos de mando, de decisión y
representación social encontrarán una primera criba en linaje, apellidos e idioma.
Por ejemplo, si miramos en el Parlament comprobaremos que los representantes
son cerca de un 80% catalanohablantes, mientras que en la sociedad son
solamente un 37%. Aunque la mayoría de los apellidos en Cataluña sean similares
a los clásicos de toda España, ‘’hemos constatado que un grupo de familias con
apellidos que sólo están presentes en el 13% de la población catalana copan el
40% de todos los cargos políticos catalanes’’ además hay un 71% hombres y 29%
mujeres, en ‘Radiografía de la clase política catalana’, estudio realizado por
Convivencia Cívica Catalana sobre 13.456 cargos políticos catalanes. Existe una
clara sobrerrepresentación que muestra la otra cara de la misma moneda,
represión a los castellanohablantes que son el 48%. Esto es parecido a lo que
ocurría con los derechos del antiguo régimen, aquí asumidos por el
independentismo.
Aunque el uso del idioma se defendió en el pasado con el argumento del derecho
internacional a usar la lengua materna, desde hace años, el idioma común
mayoritario entre la población catalana, procedente de lengua materna es el
castellano, que ahora se persigue y reprime. El doble rasero se aplica, antes valía
el argumento, pero ahora para aplicarlo en general ya no vale porque perjudica la
dominación. Al repasar cifras de las élites catalanas en cualquier lugar de poder
político, encontramos una enorme desproporción entre las categorías
mayoritarias en la sociedad y sus representantes.

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Cuáles cree q son los principales problemas de Catalunya. 2a onada 2013

El proceso de secesión continúa tras el 9-N de 2014

En un ambiente festivo, sin incidentes notables, y sin grandes impedimentos por


parte del Estado, según datos de los organizadores de la consulta, un millón
setecientos mil catalanes votaron a favor de la independencia. Un millón
ochocientos mil, según otras fuentes. Algunas primeras impresiones del día
después.

1) Cataluña tiene un censo electoral de unos cinco millones y medio de personas,


considerando los mayores de 16 años que han sido integrados en esta consulta,
de los cuales algo menos de un tercio ha votado independencia.

2) La votación ha transcurrido sin represión manifiesta del Estado, se podría decir


que ha existido una gran tolerancia del Gobierno Central –quizás pactada- para
que fuera celebrada sin incidentes que hubieran podido provocar otra escalada
en el conflicto. Contrasta demasiado lo festivo y las facilidades, con las marchas
de las mareas ciudadanas que hemos visto por Madrid rodeadas de policías
intimidatorios, o las celebradas en Barcelona por movimientos de indignados
apaleados por la policía, -antes de que todo movimiento quedara subsumido en
el proceso independentista-, o las movilizaciones anti-desahucios siempre
hostigadas policialmente, etc.

3) Un pequeño incidente protagonizado por fachas, claramente anecdótico no


ayuda a los defensores de la continuidad unionista. Quizás haya que ir sacando a
la luz la represión contraria que empieza a extenderse, sería ridículo ocultar o no
querer verlas represiones de independentistas a unionistas, ataques a locales de
partidos, socialistas y Ciudadanos, escraches a personas por pensar distinto,
marginación profesional y social de los no independentistas, señalamiento que
empieza a existir por listas y encuestas…

4) La oposición del Estado se ha movido en el terreno legal, dejando puertas


abiertas a los otros poderes catalanes maniobrar y seguir adelante con la consulta,
entendida como acto sin consecuencias jurídicas, pero permitiendo que tuviera
consecuencias políticas. La movilización del entramado independentista ha
continuado funcionando con total normalidad, y en ese entorno ha encontrado
una salida digna el presidente Mas y CiU.

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5) La consecuencia política más clara ha sido visualizar que una gran cantidad de
catalanes, en torno a un tercio, han votado a favor de la independencia,
mostrando el proceso secesionista que una gran parte de ellos, ya se consideran
fuera de España, imposible de reconducir su camino.

6) Otra consecuencia del proceso es visualizar que la sociedad catalana está


partida; no es verdad que una gran mayoría quiera la independencia y solo una
minoría la rechace. Contraponer las cifras de movilizaciones masivas en las
Diadas, o consulta, a las movilizaciones visualizadas contrarias al proceso no
determina las proporciones de cada campo. La consulta, que era uno de los
grandes objetivos por los que se ha trabajo a pleno rendimiento, ha movilizado
menos síes de los esperados, un tercio de la población. Lo cual es mucho, pero no
amplia mayoría.

7) Causa enorme asombro el silencio del Estado español, fundamentalmente


Gobierno Rajoy e instituciones, no hayan realizado una campaña de pedagogía
política favorable a la continuidad de la relación Cataluña-España, y se hayan
limitado desde hace dos años a referirse casi exclusivamente al impedimento legal
de la secesión dejando un vacío emocional y argumental que fue rellenado por el
movimiento soberanista.

8) Desde el año 2012 la cifra de personas que apoyan la independencia de Cataluña


se ha doblado, en un entorno español inmerso en las crisis económica, política,
ética… en el que apenas se escuchaban o leían manifestaciones que discutieran
los argumentos esgrimidos por el movimiento independentista en gran parte
soportados en mentiras, en razones neoliberales, muchos de ellos xenófobos, y
arropados por la creencia mágica de que la independencia resolvería todos los
problemas, de todos los catalanes.

9) Mucho menos visible ha sido escuchar o leer argumentos que intentaran


seducir a los catalanes y españoles para convencerlos de convivir como mejor
solución de futuro y ello al margen de encajes legales, fueran federales o
confederales. Realmente el problema de fondo, es la construcción del deseo, de
una querencia de común de convivencia que fuera aceptado por amplias mayorías
de ciudadanos que en muchas ocasiones se sienten excluidos socialmente.

La vida sigue y el proceso continúa, y sin duda en algún momento del mismo
tendrá que haber una consulta, referéndum, legal. Las salidas hoy son difíciles de
visualizar, entre otras razones porque se ha esperado demasiado tiempo y las
posiciones se han consolidado en estos dos años entre cientos de miles de
personas, lo cual provoca rupturas por todas partes. La cocina mental de cada
individuo ha tomado postura durante el proceso y cuando esto ocurre, casi todo
lo que un individuo lee, ve, entiende, escucha… se moverá solo en el entorno de
su decisión y tomará y aceptará solamente aquello que sirva para defenderla y
reafirmarla, tenderá a rechazar todo aquello que esté en otra dirección y le
suponga cuestionar su postura. Modificar una decisión política-ideológica
requiere un enorme esfuerzo prácticamente imposible de realizar a corto plazo.

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El 27/S de 2015 pierden el plebiscito, y ganan las elecciones

Más votos a los no independentistas le dan menos representantes políticos en el


Parlament. En Cataluña y en España, el número de escaños atribuido a las
circunscripciones provinciales priman las menos pobladas y rurales, sobre las
zonas urbanas. Los votos en la provincia de Barcelona pesan menos que los votos
de Lleida y Girona. Por eso, aunque en votos ganan las listas que NO quieren
independencia, en escaños ganan las listas secesionistas.
La participación en estas elecciones autonómicas del 27/S de 2015 subió respecto
a otras ocasiones, quedó en el 77%, lo cual indica una abstención del 23% nada
despreciable, que cabe atribuir principalmente a voto anti-independencia, dado
que los activistas pro independencia se movilizaron a tope, como siempre.
Abstención difícil de interpretar solo en términos de ancianos, enfermos,
ocupados imposibilitados, viajeros… parece que podría haber todavía un buen
porcentaje de pasotas, de hastiados, de anarcos, etc. falta saber, por ahora, si en
el caso de un referéndum pactado acudirían a votar.
Los pro autodeterminación están movilizados desde hace tiempo, el acoso
personal es un hecho que te cuenta cualquier catalán que no abrace la secesión,
el acoso vecinal, individual y más de grupo, se siente en escaleras vecinales,
ventanas, parques, colegios, comercios… del tremendo acoso institucional,
gobierno, parlamento, policía, políticos, prensa, radio, tv, empresas públicas,
centros deportivos, culturales, universidades, institutos, cámaras de comercio,
asociaciones sociales, empresariales, sindicales,… el acoso es enorme, forma
parte importante del poder catalanista, el que apoya y monta la secesión, no es
un acoso que surge del pueblo, en su inicio está lejos del mismo como indican los
estudios de una altísima sobrerrepresentación de clase, política, cultural,
económica… de apellidos/individuos catalanistas sobre el resto.
Muchos compañeros de viaje del nacionalismo, estos años pasados se olvidaron
de las personas que, viviendo en Cataluña, conformaban mayorías de
castellanohablantes o simplemente individuos con sentimientos compartidos tan
catalanes como españoles, oprimidas por la minoría catalanista, sojuzgadas, y
apartadas, todo ello ocultado por la fantasía nacionalista pero muy presente como
indican variados estudios sociológicos. Recuerden que, en los mejores momentos
ideales de la Cataluña inserta en la Corona de Aragón, su escasísima población
necesitó de las gentes españolas para combatir en Italia, navegar por el
Mediterráneo o producir en su tierra. Cuando oigan hablar de los vascos y
catalanes no olviden que ya en los años setenta País Vasco y Cataluña, tienen muy
alta proporción de residentes procedentes de otras regiones, 47% y 40%
respectivamente. Las migraciones de la postguerra franquista para facilitar mano
de obra barata y vencida a sus aliados oligarquía vasca y burguesía catalana,
hicieron crecer allí la población hasta ¡un 70%! La población catalana creció
desde 3.240.313 habitantes en 1950, hasta 5.534.770 personas en 1974.
Tras esta nueva votación (unas 40 votaciones celebradas en democracia) nace hoy
una nueva etapa de confusión y tensión, de equilibrio de fuerzas, el secesionismo
está pletórico, pero es absurdo despreciar la fortaleza del contrario y los
inconvenientes y costes del camino. Despreciar al contrario no facilitará salidas,
absurda la insistencia pepera y algunos medios de prensa en minimizar la fuerza

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secesionista, cuando hablamos de mitades. Nada se ha resuelto, pero estas
elecciones cuasi-plebiscitarias pueden haber despertado a los contrarios a la
secesión, mucha de esa gente habitualmente pasaba de elecciones autonómicas,
porque no dieron la importancia, que sí tenían para los constructores políticos de
la nación catalana. De hecho, quizás sea la primera vez que se ha entablado un
cierto debate entre amplias capas de la ciudadanía suministrando respuestas a las
tesis secesionistas y saliendo a votar en defensa de sus posturas.
El debate aumentará y poco a poco irán calando los argumentos de costes de la
secesión, ocultados hasta hace poco, los argumentos del miedo lo llaman
astutamente los secesionistas pretendiendo descalificar lo que simplemente son
argumentos a rebatir, acostumbrados durante años a no tener que hacerlo. Y ello
al margen de los errores pperos y la abulia que nunca puede tener un presidente
de gobierno. Pero no saber responder sobre la nacionalidad, no evita devolver la
pregunta, cuya respuesta debe ser en principio política: los secesionistas dicen
querer la nacionalidad catalana, española y europea, pues si eso quieren, no se
independicen. Un buen principio negociador.
En ambos bloques electorales los votos han tenido que decidir entre opciones
parecidas, partidos derechistas, Convergencia y PP, partidos de izquierda como
ERC y PSC, y los de más allá, CUP y Podemos+ICV, que se han dado un buen
batacazo. Unió queda arrinconado por su pasado, con un gran trabajo pendiente
de reconstrucción, o desaparición por inclusión, penalizado por tomar su decisión
de separación del independentismo demasiado tarde. El tiempo apremia, así que
veremos muy pronto depurar fuerzas y nuevas alianzas, con prisas y mayor
desgaste entre los secesionistas a los que solo une la independencia como meta
imposible para resolver los problemas de libertad, solidaridad, desigualdad, …o
los de corrupción, deuda creciente, competitividad perdida, … o los asuntos
diarios de sanidad, educación, pensiones, dependencia, urbanismo, producción,
distribución…
Y luego está el asunto Ciudadanos. Los grandes triunfadores, salen con
posibilidades de ser el nuevo gran aglutinador de centro derecha
regeneracionista. De ninguna manera son un partido fascista, nada más que
recuerden a Falange u otros y sus métodos para ver las diferencias, como tampoco
Podemos trae la revolución bolivariana. Ciudadanos sale de estas elecciones con
la perspectiva de iniciar en el conjunto de España un proceso de concentración
de la derecha, algo similar al estilo de UCD por unión de pequeños grupos,
intentar arrebatar la dirección política a la carcunda del PP planteando un
itinerario renovado. La cuestión planteada es, si les dará tiempo a hacerlo para
estas generales sin casi estructura de partido, o si el miedo a la secesión volcará
nuevamente los votos derechistas al PP, a pesar de su confesada y notoria
incapacidad para resolver los grandes problemas de España.

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La independencia catalana aflora el problema de España

La independencia en Cataluña tomará en cada momento una forma concreta, a la


que deberá darse respuesta a corto plazo, por supuesto habrá que considerar
soluciones estables, de largo plazo, pero cada momento requerirá un tratamiento
adecuado, plantearse ahora como salida inmediata cambiar la Constitución o
similar, no resulta útil, el órdago de la independencia está proclamado, los
secesionistas no quieren oír hablar de federalismo ni otras zarandajas. Quizás
más adelante pudiera resultar de utilidad, hoy es muy improbable. La
independencia, es un grave problema, pero resulta más preocupante el problema
de España, que realmente es el fondo de la cuestión. La cuestión trata para los
partidos y fuerzas sociales de cómo se construye un estado, y de cómo se destruye
otro, y eso entraña muchas dificultades, aparecen contradicciones entre las
utopías y realidades, entre los sueños particulares en los que cabe todo por muy
contradictorio que sea, y las realidades diferentes de millones de personas que no
coinciden en esos sueños particulares y por tanto pierden su valor.

Aparece la debilidad de muchas argumentaciones actuales –particularmente me


interesan las de izquierdas- que olvidaron durante años enfrentarse a los
postulados nacionalistas, altamente reaccionarios y xenófobos, neoliberales y
populistas, lo cual hace muy difícil ahora encajar el galimatías sin enfrentarse al
nacionalismo periférico, con el que mostraron simpatías, apoyándolo con su
inacción o abiertamente. En realidad, muchos izquierdistas se han dejado seducir
hasta por su lenguaje del que se apropiaron sin esfuerzo, una cesión más, todo
ello porque muchos militantes necesitan demostrar que fundamentalmente están
en contra de la derechona española, que ellos adjudican a todo lo español que es
todo lo distinto a sí mismos. Una gran diferencia con la implicación de los
comunistas del PCE en la construcción del estado tras la muerte de Franco,
participando en la redacción y configuración de las leyes vigentes hoy día.

La primera cuestión a resaltar es que no es el pueblo catalán quien pide la


independencia, al contrario, hay una mayoría que no la pide Una cuestión surge

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al identificar el pueblo catalán con los independentistas, ya que se extiende a
reconocerlos como sujeto político, pero entonces ¿quiénes son el otro 65% de la
población, no son catalanes, no tienen derechos ni opinión en esta decisión? Es
como si alguien gritara ¡que se jodan! Enfrentada esta realidad concreta al
armazón teórico de clichés inhabilita su validez, porque muchos giran en torno a
la idea del pueblo catalán como unidad opuesta al pueblo español. No hay tal
sujeto, no existe un pueblo catalán unido como una piña enfrentado a España, ni
en el pasado ni ahora. Tampoco Catalunya es un país colonizado, explotado,
oprimido y sojuzgado, que se quiere separar de España, más bien al contrario,
son ricos y tienen poderes, pretenden alejarse para disfrutar de su riqueza,
privilegios y poder en exclusividad.

Veamos otro argumento cliché, ‘en un divorcio si uno de los dos se quiere
separar, no debes impedirlo’, se entiende en el ejemplo, que de la pareja
España/Cataluña, quien se quiere separar es Cataluña, pero hete aquí que en el
ejemplo lo que eran dos personas, se convierte en realidad en dos conjuntos de
millones de individuos y pretenden decir que todos, los millones de catalanes se
quieren separar de ese matrimonio, lo cual es mentira. La realidad actual es que
una minoría pretende romper y obligar a una mayoría sometiéndola a sus
intereses y leyes particulares, rompiendo para ello leyes aprobadas antes por
amplias mayorías, incluidos muchos de los actuales secesionistas, ruptura de
leyes generales y territoriales, tanto nacionales como internacionales.

‘Si las leyes lo impiden hay que incumplirlas’ ‘solo hay que obedecer las leyes
justas’. La cuestión aquí es ¿quién determina en cada momento las leyes que sean
justas e injustas? Mientras un individuo puede mantener los argumentos
anteriores, un partido de izquierdas no debe hacerlo, no puede mantener una
incoherencia tan grande, máxime si quiere ganar elecciones y participar en la
construcción del Estado. Alguien cercano a gobernar no puede aceptar que quien
quiera rompa las leyes cuando le plazca, porque lo harán fundamentalmente los
poderosos, estaría aceptando que los ricos no pagaran impuestos; incluso
justificaría el golpismo, Tejero o Franco, quienes en su día decidieron qué leyes
vigentes les resultaban inadecuadas.

Vivimos una secesión, hoy cercana a un golpe de estado, y todo partido o cuadro
militante que pretenda realizar actividad política en Europa, debería tener
altísimo interés en lo que sucede, lo cual supone dotarse de elementos teóricos
básicos necesarios en la construcción de un estado, porque ese es el problema que
enfrentamos. Desde luego nunca será admisible por la ciudadanía la idea de ‘me
importa tres cojones’. Probablemente las elecciones marcarán negativamente a
los partidos que se desentiendan de esta cuestión, porque los problemas para
quien quiera ganar o formar parcelas de gobierno, no solo son el paro y la
corrupción, el sistema productivo y las pensiones, sino también la organización
del Estado, que por supuesto itera sobre todos ellos. Entre otras razones resulta
incoherente hablar de Ucrania, Siria, emigración mediterránea etc. etc. y no
plantear salidas concretas a cada situación provocada en Cataluña, al margen de
los mantras de solución política, federalismo, etc.

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Nunca existió mandato popular para la secesión. Ahora tampoco

Resultados electorales del cuadro publicado al inicio de este apartado


procedente de la Generalitat 27S 2015:
Votos a JxSI: por simplificar (CiU+ ERC) = 1.628.714
Votos a C.U.P. = 337.794
Total, voto independentista = 1.966.508
Total, censo electoral = 5.510.853
Total, votantes = 4.130.196

El independentismo no tiene un mandato popular para luchar por la


independencia, el Gobierno de la Generalitat nunca lo ha tenido. Es otra mentira.
Pueden comprobar mirando los cuadros estadísticos aquí publicados procedentes
del CEO de la Generalitat, sobre datos de problemas sentidos y opinión pública.
En datos de 2013, un 23.5% de los catalanes consideran principal problema la
relación de Catalunya con España, no parece que esa cifra suponga mandato para
luchar por la secesión, máxime cuando en el mismo estudio una amplia mayoría
del 66.3% considera el paro y la precariedad laboral como el principal problema.
Los nacionalistas siempre hablan en nombre del pueblo catalán, despreciando al
menos a la mitad del mismo pueblo que piensa diferente a ellos.

La declaración de independencia en 2015 está apoyada por los diputados del


Parlament representantes de 1.628.714 de votantes a JuntxSí, más los
representantes de 337.794 votantes de la CUP, en total sumarían 1.966.508 votos
de ciudadanos sobre un censo electoral de 5.510.853 de catalanes con derecho a
votar. Ocurrió en las últimas elecciones de 2015, planteadas como plebiscito por
JxS y CUP, que perdieron.

Los votos de las elecciones celebradas en 2015 que arroparían esa declaración de
independencia, representan un 35,68% del cuerpo electoral catalán, sería
profundamente antidemocrático pretender proclamarla. Una minoría quiere
imponer a la mayoría la secesión, el proceso está siendo posible sometiendo a más
de la mitad de la población en todos los ámbitos de poder, sea político, social,
cultural, deportivo, mediático, institucional, educativo… Esa minoría
independentista trata de privar de sus derechos al resto catalanes, y ejercer un
derecho en exclusividad para privar del mismo derecho a miles de ciudadanos, lo
cual es profundamente antidemocrático. No es democrático, ni razonable que un
estado, ni partido político alguno, acepte como criterio de decisión para una
secesión esa proporción. El Estatut de Sau lo aprobó el 54% del censo electoral
que fueron un 88% de los que votaron, significando participación cercana al 60%.
La Ley de Claridad Canadiense acepta como criterio inicial negociador, una
sucesión de muy amplias mayorías en el tiempo.

Votar por sí solo, puede ser democrático, o no. Una democracia necesita que la
gente se exprese libremente sin miedos a ser señalados y apartados por sus ideas,
también necesita del voto, y además de requisitos como el debate en las
instituciones, sin ocultaciones que impidan ejercer derechos al resto de
parlamentarios, sin trampas que tratan de impedir la expresión al resto de
representantes del pueblo, una democracia necesita del respeto a las minorías,

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máxime en el caso de una secesión, la cual debería requerir de muy amplias
mayorías estables en el tiempo. Una democracia requiere respetar las leyes en las
que se amparan las instituciones catalanas, Govern y Parlament, muchas de
dichas leyes fueron votadas y elegidas exclusivamente, por los catalanes no hace
demasiado tiempo.

Cuando hablan los independentistas parecería como si el pueblo catalán no


hubiera decidido nada hasta ahora, aunque las pruebas del derecho a decidir en
múltiples votaciones existen. Son adanistas, quieren hacer creer que todo lo
bueno nacerá con ellos en el paraíso, inmaculados sin pecado original, sin
corrupción, sin fascismo en sus entrañas, sin imperialismo catalanista, sin
explotación ni pistoleros, sin franquismo, sin carlismo, sin racismo...

Elaboración Manuhermon para 'Arian seis'

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La ley que viola todas las leyes. Xavier Vidal-Folch. 6-sep 2017

La norma del 6-09-2017 que regula el referéndum es ilegal de principio a fin

Desde su título hasta su último artículo, la proposición de “ley del referéndum


de autodeterminación” es ilegal, según el derecho internacional.
No hay por dónde agarrarla. Incumple las resoluciones de la ONU que
proclaman el derecho de autodeterminación y amparan la secesión de los
países bajo dominación colonial o yugo extranjero. Pretende apelar a un
dictamen del Tribunal de la Haya que validó la independencia de Kosovo
porque eso era lo que permitía su Marco Constitucional —lo contrario de lo
que sucede en este caso— y lo que proponía Naciones Unidas. Y viola todas las
estipulaciones y recomendaciones sustantivas de la Comisión de Venecia del
Consejo de Europa, el organismo continental de referencia, que asesora y
enjuicia sobre reformas constitucionales y referendos.

Se trata de una violación reiterada y sistemática. De la alfa a la omega.


La violación Alfa es ya el artículo 1, que dice que la ley “regula la celebración
del referéndum de autodeterminación”. Desde el estándar internacional, no
puede hacerlo una ley ordinaria contraria al marco constitucional y
estatutario. Porque “el uso de los referendos debe cumplir con el sistema legal
en su totalidad”, y “en particular los referendos no pueden celebrarse si la
Constitución o una ley conforme a esta no los estipula” (Código de Buenas
Prácticas de Venecia, art. III.1). Y los de secesión no están estipulados sino
excluidos del ordenamiento interno, como sucede en la mayoría de países
desarrollados.

La violación Omega es la supuesta entrada en vigor (disposición última e


inminente decreto de convocatoria), a menos de un mes del 1-O. Contraviene la
norma de que “los aspectos fundamentales de la ley del referéndum no deben
poder ser reformados durante el año anterior al referéndum” (Código, punto
II, 2).

En medio, todo es antijurídico: la anticonstitucional atribución de la soberanía


al pueblo catalán (art. 3); el atentado a la jerarquía normativa, pues la ley
autoproclama que “prevalece jerárquicamente” sobre el Estatut y la
Constitución (art. 3.2); el carácter “vinculante” del resultado (art. 1), pues si el
recuento arroja más votos afirmativos que negativos “implica la
independencia” (art. 4.4), cuando los referendos sobre asuntos trascendentes
son consultivos (art. 92 de la Constitución). Maltrata y retuerce el Código de
Buenas Prácticas de Venecia, que reclama que “debe estar claramente
estipulado en la Constitución o por la ley si los referendos son jurídicamente
vinculantes o consultivos” (Código, 53).

La autoridad administrativa, o Sindicatura Electoral de Catalunya, que


controlaría el referéndum también es ilegal porque sus miembros se elegirían
“por mayoría absoluta” parlamentaria (art. 19 de la ley), que son 69 escaños,
en vez de por mayoría cualificada de dos tercios (90 escaños). Este último es el

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baremo mínimo para reformar el Estatut (art. 222) y para aprobar una ley
electoral (art. 56), de la que Cataluña carece por no haber logrado en cuatro
décadas ese consenso.
Además, Venecia advierte contra esa práctica torticera de cambiar las
mayorías por la puerta de atrás: prescribe “evitar que los referendos se usen
para minar la legitimidad de las instituciones representativas”, como el propio
Parlament (Compilación de opiniones e informes, 10/3/2017, punto 15). Para
lo que es imprescindible entablar “serias negociaciones entre todos los actores”
(Compilación, punto 25). Y arremete contra el abuso de la mayoría simple:
“Partidarios y opositores de la propuesta sujeta a votación deben ser
representados de manera igualitaria en las comisiones electorales” que
controlen a la autoridad organizadora de la consulta (Código, punto II, 3.1.e).

Para otros detalles habría que verificar el desarrollo de la ley. En todo caso,
Venecia advierte contra los censos electorales improvisados: “Deben ser
permanentes” (Código, punto 1,2); establece que el Gobierno debe
comportarse, si no neutralmente, al menos evitando la “excesiva campaña
unilateral” (Compilación, 12); y ordena que “debe prohibirse el uso de fondos
públicos por parte de las autoridades con fines de campaña” (Código 3,1).

Queda el asunto de los quórums (de participación y de resultado mínimo). El


Código de Venecia los rechaza para las consultas normales. Pero no para las
de secesión (si son permitidas por la Constitución), como la de Montenegro:
amparó un quórum del 50% del censo y una mayoría cualificada de votos
afirmativos, de entre el 55% y el 65%, que al final se fijó en el 55%.

Así que no suena extraño que el presidente de la Comisión de Venecia, Gianni


Buquicchio, recordase al de la Generalitat, en carta del 2 de junio, que su
institución “enfatiza” la “necesidad de que cualquier referéndum se lleve a cabo
en pleno cumplimiento de la Constitución y de la ley aplicable”, como el
Estatut.

Resolución 2625/XXV. ONU. Autodeterminación y descolonización

La resolución 2625/XXV de la Asamblea General de las Naciones Unidas de


1970 reconoce el derecho a la autodeterminación en casos de dominación
colonial, dominación racial y dominación extranjera. Cataluña encaja dentro
del tercer supuesto, pues aún perviven las prohibiciones de extranjería que
impedían a los catalanes ejercer libremente la ciudadanía española dentro de
las instituciones del Estado. CCN. Circle Catalá de Negocis.

Su encaje como país independiente en la ONU tampoco se ve factible en base a la


legislación vigente, la 2625/XXV, ley anticolonial de imposible aplicación a
Cataluña, muy a pesar de sectores independentistas que abogan por ello. Esta ley
tenía como objetivo la autodeterminación de colonias gobernadas por metrópolis,
por ejemplo los países africanos en cuyos puestos de acumulación de riqueza, de
gobierno y representación, política, económica, cultural, religiosa, deportiva, etc.
están situados los colonizadores, en este caso para hacerlo creíble los
detentadores de la riqueza y poderes políticos, económicos, culturales etc.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 13
deberían ser los españoles, los representantes de las élites en Cataluña, tendrían
que ser unionistas por lo menos, pero sucede justo lo opuesto, allí solo tienen
poder los catalanistas. Ítem más, se produce represión interna, puesto que una
mitad de población catalana, castellano hablante, o española cultural, no cuenta
con representación en la sociedad catalana.

El CCN y defensores de la 2625 supongo sabrán que quieren decir con asimilarse
a la dominación racial, deberían justificar su espíritu racista que muestran al
considerar una raza distinta la española a la catalana, tal como sustenta una de
las más importantes bases teóricas catalanistas, el supremacismo. Les queda
apoyarse en el tercer punto, la dominación extranjera, que implica apropiación
económica y dominación política, lo que justifica verter en su agitación y
propaganda la línea de extranjería hacia lo español y la explotación a que sometió
a Cataluña.

El problema es que los resultados que muestra una de las regiones más ricas de
Europa, con mayores estándares democráticos y de calidad vida del mundo, no se
ajustan a las fotos que se pretenden mostrar, la supuesta colonia tiene mejores
datos estadísticos que la metrópoli española, ya no solo respecto a acumulación
de riqueza sino respecto a parámetros que miden la calidad de vida diaria, como
son la renta disponible, médicos, enfermeras, camas hospitalarias, esperanza de
vida, escolarización infantil, graduados medios, universitarios, licenciados,
teléfonos, coches, electrodomésticos, viviendas, atención a dependientes, etc. etc.
en la supuesta colonia los mejores barrios y casas, los ocupan catalanistas, los
propietarios directores y ejecutivos del aparato productivo y comercial son
catalanistas, las élites culturales y deportivas son catalanistas, las élites políticas
y religiosas son catalanistas, etc. A pesar de lo cual el gobierno español haría muy
mal si no trabajara internacionalmente la situación, difundiendo datos de
contraste, no fuera a suceder que por no hablar calara la idea que llenara el vacío
y luego hubiera que lamentar la falta de política internacional adecuada como
ocurrió con el tema terrorista. No pierdan de vista contrastar este aspecto colonial
con el cuadro del inicio del apartado, que muestra el ascenso de Cataluña durante
1980-2001, etapa democrática, que difícilmente podrá justificar una colonia.

Tampoco será fácil ingresar en la ONU considerando que múltiples estados no


aceptarían una segregación de otro legalmente constituido, aunque solo fuera por
evitar problemas en los suyos propios, ese derecho no es reconocido
internacionalmente, ni por constituciones nacionales. La nueva Cataluña debería
solicitar su ingreso en la ONU, y este ser aceptado y propuesto por el Consejo de
Seguridad, en donde los cinco integrantes permanentes con derecho de veto, son
defensores a ultranza de la integridad territorial y no de la segregación. Supuesto
aceptado su petición de ingreso la Asamblea General de 195 países la refrendaría
por 2/3 de los votos, muchos de los cuales consideran que la declaración
unilateral de independencia entra en contradicción con la Carta de Naciones
Unidas. Un nivel de estado observador, similar a Palestina, es más sencillo,
requiere aprobación por mayoría simple, sin derecho a voto ni participar en
muchos órganos y comisiones. –Kosovo reconocido bilateralmente por más de
100 países, no está admitido en la ONU, fundamentalmente por su separación
unilateral de Serbia-

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 14
El problema que plantea la propaganda secesionista es que está bien diseñada
emocionalmente para movilizar, pero no está pensada para llevar adelante dichos
planes en base a acuerdos, -no los buscan, ni pretenden-, se centra en las
movilizaciones y se olvida del entramado legal de obligado tránsito, salvo que se
pretenda conducir a salidas imposibles. Los estudios independentistas catalanes
–dejo al margen las trampas, ocultaciones y mentiras- contienen una cierta
estructura de respuestas satisfactorias ante supuestos problemas, lo cual deja en
las mismas manos de quien los elabora, la pregunta, la respuesta y la decisión,
que está tomada previamente. Es un solitario con trampa, porque la decisión es
previa al resto de contenidos que se ajusta para dar un resultado definido con
antelación. Sin la decisión tomada a priori, quizás las preguntas serían diferentes
y las respuestas tampoco servirían para tomar las decisiones que fueron
adoptadas.

La independencia no es un absoluto, y menos en la actualidad que la soberanía


nacional no existe sino compartida, Catalunya ha llegado tarde a un mundo en el
que ya no es posible realizar su sueño de vivir independiente y con influencia
global. Tendrá que decidir si compartir con España la aventura europea cediendo
parte de su soberanía o vivir sola e independiente.

Si no se integrase en una unidad superior no se produciría cesión de soberanía,


aparentemente, en realidad como estado soberano no tendría independencia en
un mundo globalizado, entendida como capacidad suficiente para actuar en su
desarrollo sin injerencias externas, como tampoco podría influir en el entorno
global dominado por fuerzas muy superiores que condicionan demasiadas
cuestiones internas, la financiación del país, los flujos de inversión que
determinan modelos productivos nacionales, y éstos los empleos y la capacidad
comercial y la competitividad global, y la capacidad de incidir en la evasión fiscal,
todo lo cual condiciona la libertad, equidad y solidaridad interna, la posibilidad
de estado de bienestar, sanidad, educación, pensiones, asistencia social; grandes
alianzas políticas condicionan las relaciones exteriores, culturales, políticas, la
posibilidad de influir en otros países y organismos internacionales…

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 15
Desinflando cifras en torno a los alcaldes independentistas

En las escaleras de la Generalitat el 10 de octubre de 2017, día que proclamaron


la República Catalana, aparecen unos 200 alcaldes blandiendo sus bastones de
mando en señal de apoyo a parlamentarios independentistas; a Bruselas para
apoyar a Puigdemont, acudieron unos 200 alcaldes a manifestarse. En Cataluña
puede que sean unos 750 alcaldes/ayuntamientos quienes apoyan la
independencia, a tenor de los municipios inscritos en la AMI, Asociación de
Municipios por la Independencia.

Las movilizaciones protagonizadas por alcaldes independentistas parecerían el


reflejo de un pueblo, mayoritariamente en marcha en apoyo a la
autodeterminación, aunque rascando un poco aparece una diferente realidad.
Como ocurre en otras ocasiones, las cifras secesionistas esconden la mitad de
Cataluña. La utilización del concepto ‘pueblo’ para designar a una totalidad de
siete millones y medio de personas con diferentes identidades e intereses, es un
recurso típicamente nacionalista, fascista y populista, el todo catalán, expulsa o
esconde a los catalanes no independentistas. No existe, ni existió nunca, un
pueblo catalán homogéneo, como no existe pueblo español unilateral, no todo el
pueblo catalán está representado por los secesionistas, ni existió un mandato de
independencia en las urnas ya que los votos nunca fueron mayoría ni en las
elecciones de 2015, ni en las anteriores.

En general basándonos en los datos que facilita la Generalitat podemos afirmar


que los votantes independentistas viven en mayor proporción en el interior de
Cataluña que en la costa, y más en pueblos pequeños que en ciudades grandes. A
ello se puede añadir por coincidencia histórica que los territorios en los que el
carlismo era fuerte, coinciden con los pueblos en los que actualmente el
independentismo tiene fuerza. También dicen los datos de la Generalitat que son
independentistas quienes tienen rentas más altas, siendo los votantes de la CUP
quienes tienen las rentas más altas de las altas.

De las últimas elecciones municipales de 2015 podemos extraer informaciones


interesantes: Cataluña tiene unos 950 pueblos, de los cuales 540 son pequeños,
tienen cada uno menos de 1.000 habitantes en el censo electoral, los hay que en
vez de pueblos parecen pequeños barrios de segundas viviendas vacacionales. En
general las cifras aquí facilitadas lo son de censo electoral y no de población total,
el censo electoral de 5.376.553 de personas representa aproximadamente un
71.5% de la población total catalana, 7.518.903 habitantes.

En las elecciones municipales de 2015 -con una abstención del 41.5%- eligieron
9.077 concejales y 947 alcaldes para todos sus pueblos, en diferente número por
municipio según población, reservando un mínimo de 3 concejales para los
pueblos más pequeños, aquellos que tienen menos de 100 habitantes; los que
tienen entre 101 a 250 habitantes eligen 5 regidores y 7 los comprendidos entre
251 y 1.000 habitantes.

Las normas anteriores suponen adjudicar un regidor cada 35 votantes en aldeas


de menos de 100 habitantes, o cada 142 papeletas en un pueblo pequeño de entre
251 y 1.000 habitantes, o adjudicar un regidor cada 3.000 o 4.000 electores en

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 16
las poblaciones grandes, lo cual supone primar sobremanera lo pequeño,
perjudicando a los partidos y ciudadanos en las ciudades grandes.

La particular despoblación de media Cataluña interior y el efecto de la ley


electoral que prima lo rural y poco poblado, sobre lo urbano costero e industrial
con mayor población, provocó en las elecciones municipales desigualdades tales
como que, por ejemplo, el PSC en general sacara 20.000 votos más que ERC, pero
obtuviera poco más de la mitad de regidores, de 1.278 el PSC a 2.381 ERC. En la
comparación de Ciudadanos con la CUP ocurrió algo similar, C’s obtuvo en
general 10.000 votos más que la CUP y solo 176 concejales, para más del doble la
CUP hasta 372, insistimos, con 10.000 votos menos.

Que sea legal no oculta la realidad de que obtuvieron más votos, ganaron el
apoyo del pueblo, pero lograron bastantes menos concejales y por ende menos
alcaldes. La explicación es que los unos obtienen los votos en pueblos pequeños
en muchos casos medio abandonados y los otros en ciudades, el resultado
asignará a esos partidos independentistas un número mayor de alcaldes,
chillones que se pavonean con el bastón creyendo representar a mayorías de
catalanes, mientras las mayorías parecen ser las perdedoras.

Los independentistas y sus apoyos siempre han ocultado enfrentar la realidad que
representan esos 750 alcaldes, con por ejemplo los de 7 de las ciudades
gobernadas por los socialistas del PSC, cuyos censos electorales soportan los
siguientes números redondeados: Hospitalet de Llobregat, 175.000; Terrassa,
153.000; Lleida, 93.000; Tarragona, 90.000; Mataró, 86.000; Santa Coloma,
79.000; Cornellá, 62.000.

Naturalmente los socialistas no han obtenido la totalidad de votos de esos censos


electorales, como tampoco lo hicieron los alcaldes independentistas de la
totalidad de sus pueblos, solo lograron la mayoría que les permite representar al
conjunto de sus poblaciones, la apabullante puesta en escena de los alcaldes
independentistas parecería representar a la mayoría de población, cuando una
sola ciudad, como Hospitalet, puede sumar la población de 540 pueblos.

Retengan la cifra global de las 7 ciudades citadas anteriormente, que representan


un censo electoral de unos 750.000 habitantes y comparen con 195.253 que es la
suma del censo electoral de 540 pueblos de Cataluña cuyo censo está por debajo
de 1.000 habitantes cada uno, en los cuales obtuvieron amplias mayorías, tanto
en las elecciones autonómicas JuntsSI, o partidos equivalentes en las
municipales, y la CUP. -De la totalidad de 947 alcaldes, CiU sumó 437 alcaldías,
ERC 259 y la CUP 19-.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 17
Declaración de independencia 9-10-2017; fuente: ‘La Vanguardia’

DECLARACIÓN DE LOS REPRESENTANTES DE CATALUNYA

Al pueblo de Catalunya y a todos los pueblos del mundo.


La justicia y los derechos humanos individuales y colectivos intrínsecos,
fundamentos irrenunciables que dan sentido a la legitimidad histórica y la
tradición jurídica e institucional de Catalunya, son la base de la constitución
de la República catalana.

La nación catalana, su lengua y su cultura tienen mil años de historia.


Durante siglos, Catalunya se ha dotado y ha disfrutado de instituciones
propias que han ejercido el autogobierno con plenitud, con la Generalitat como
máxima expresión de los derechos históricos de Catalunya. El
parlamentarismo ha sido, durante los períodos de libertad, la columna sobre
la que se han sustentado estas instituciones, se ha canalizado a través de las
Cortes Catalanas y y ha cristalizado en las Constituciones de Catalunya.

Catalunya restaura hoy su plena soberanía, perdida y largamente anhelada,


tras décadas de intentar, honestamente y lealmente, la convivencia
institucional con los pueblos de la península ibérica.

Desde la aprobación de la Constitución española de 1978, la política catalana


ha tenido un papel clave con una actitud ejemplar, leal y democrática para con
España, y con un profundo sentido de Estado.

El estado español ha respondido a esta lealtad con la denegación del


reconocimiento de Catalunya como nación; y ha concedido una autonomía
limitada, más administrativa que política y en proceso de recentralización; un
tratamiento económico profundamente injusto y una discriminación
lingüística y cultural.

El Estatuto de Autonomía, aprobado por el Parlamento y el Congreso, y


refrendado por la ciudadanía catalana, debía ser el nuevo marco estable y
duradero de relación bilateral entre Catalunya y España. Pero fue un acuerdo
político roto por la sentencia del Tribunal Constitucional y que hace emerger
nuevas reclamaciones ciudadanas.

Recogiendo las demandas de una gran mayoría de ciudadanos de Catalunya,


el Parlamento, el Gobierno y la sociedad civil han pedido repetidamente
acordar la celebración de un referéndum de autodeterminación.

Ante la constatación de que las instituciones del Estado han rechazado toda
negociación, han violentado el principio de democracia y autonomía, y han
ignorado los mecanismos legales disponibles en la Constitución, la Generalitat
de Catalunya ha convocado un referéndum para el ejercicio del derecho a la
autodeterminación reconocido en el derecho internacional.

La organización y celebración del referéndum ha comportado la suspensión


del autogobierno de Catalunya y la aplicación de facto del estado de excepción.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 18
La brutal operación policial de carácter y estilo militar orquestada por España
contra ciudadanos catalanes ha vulnerado, en muchas y repetidas ocasiones,
sus libertades civiles y políticas y los principios de los Derechos Humanos, y ha
contravenido los acuerdos internacionales firmados y ratificados por el Estado
español.

Miles de personas, entre las que hay cientos de cargos electos e institucionales
y profesionales vinculados al sector de la comunicación, la administración y la
sociedad civil, han sido investigadas, detenidas, querelladas, interrogadas y
amenazadas con duras penas de prisión.
Las instituciones españolas, que deberían permanecer neutrales, proteger los
derechos fundamentales y arbitrar ante del conflicto político, se han
convertido en parte e instrumento de estos ataques y han dejado indefensa a la
ciudadanía de Catalunya.

A pesar de la violencia y la represión para intentar impedir la celebración de


un proceso democrático y pacífico, los ciudadanos de Catalunya han votado
mayoritariamente a favor de la constitución de la República catalana.

La constitución de la República catalana se fundamenta en la necesidad de


proteger la libertad, la seguridad y la convivencia de todos los ciudadanos de
Catalunya y de avanzar hacia un Estado de derecho y una democracia de más
calidad, y responde al impedimento por parte del estado español de hacer
efectivo el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

El pueblo de Catalunya es amante del derecho, y el respeto a la ley es y será


una de las piedras angulares de la República. El estado catalán acatará y hará
cumplir legalmente todas las disposiciones que conforman esta declaración y
garantiza que la seguridad jurídica y el mantenimiento de los acuerdos
suscritos formará parte del espíritu fundacional de la República catalana.

La constitución de la República es una mano tendida al diálogo. Haciendo


honor a la tradición catalana del pacto, mantenemos nuestro compromiso con
el acuerdo como forma de resolver los conflictos políticos. Asimismo,
reafirmamos nuestra fraternidad y solidaridad con el resto de pueblos del
mundo y, en especial, con aquellos con los que compartimos lengua y cultura y
la región euro mediterránea en defensa de las libertades individuales y
colectivas.

La República catalana es una oportunidad para corregir los actuales déficits


democráticos y sociales y construir una sociedad más próspera, más justa,
más segura, más sostenible y más solidaria.

En virtud de todo lo que se acaba de exponer, nosotros, representantes


democráticos del pueblo de Catalunya, en el libre ejercicio del derecho de
autodeterminación, y de acuerdo con el mandato recibido de la ciudadanía de
Catalunya,

CONSTITUIMOS la República catalana, como Estado independiente y


soberano, de derecho, democrático y social.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 19
DISPONEMOS la entrada en vigor de la Ley de transitoriedad jurídica y
fundacional de la República.

INICIAMOS el proceso constituyente, democrático, de base ciudadana,


transversal, participativo y vinculante.

AFIRMAMOS la voluntad de abrir negociaciones con el estado español, sin


condicionantes previos, dirigidas a establecer un régimen de colaboración en
beneficio de ambas partes. Las negociaciones deberán ser, necesariamente, en
pie de igualdad.

PONEMOS EN CONOCIMIENTO de la comunidad internacional y las


autoridades de la Unión Europea la constitución de la República catalana y la
propuesta de negociaciones con el estado español.
INSTAMOS a la comunidad internacional y las autoridades de la Unión
Europea a intervenir para detener la violación de derechos civiles y políticos
en curso, y hacer el seguimiento del proceso negociador con el Estado español
y ser testigos.

MANIFESTAMOS la voluntad de construcción de un proyecto europeo que


refuerce los derechos sociales y democráticos de la ciudadanía, así como el
compromiso de seguir aplicando, sin solución de continuidad y de manera
unilateral, las normas del ordenamiento jurídico de la Unión Europea y las del
ordenamiento de España y del autonómico catalán que transponen esta
normativa.

AFIRMAMOS que Catalunya tiene la voluntad inequívoca de integrarse lo más


rápidamente posible a la comunidad internacional. El nuevo Estado se
compromete a respetar las obligaciones internacionales que se aplican
actualmente en su territorio y continuar siendo parte de los tratados
internacionales de los que es parte el Reino de España.

APELAMOS a los Estados y las organizaciones internacionales a reconocer la


República catalana como Estado independiente y soberano.

INSTAMOS al Govern de la Generalitat a adoptar las medidas necesarias para


hacer posible la plena efectividad de esta Declaración de independencia y de
las previsiones de la Ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la
República.

HACEMOS un llamamiento a todos y cada uno de los ciudadanos de la


República catalana a hacernos dignos de la libertad que nos hemos dado y
construir un Estado que traduzca en acción y conducta las inspiraciones
colectivas.

Los legítimos representantes del pueblo de Catalunya:


Barcelona, 10 de octubre de 2017

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 20
No habrá solución en las próximas elecciones de diciembre 2017

No veo solución en las elecciones, sus resultados serán de empate técnico, con
algún partido de pocos votos en plan bisagra, la sociedad catalana está partida
por la mitad. Aunque los indepes obtuvieran menos votos, el sistema electoral les
favorece –prima pueblos pequeños del interior sobre grandes ciudades- y
obtendrían proporcionalmente mayor número de escaños. En todo caso mayorías
insuficientes para hacer lo que unos u otros quisieran, resultado, ingobernable.

No es verdad que exista un pueblo catalán en marcha hacia la independencia,


nunca lo hubo. La idea de pueblo unido y único para designar a los suyos
solamente, es una entelequia nacionalista, usada por el fascismo y populismo.
Nunca existió un único pueblo catalán homogéneo, todos somos mestizos,
sucedió que a unos se les veía en las calles y medios de comunicación, en el
gobierno y en la policía, en la cultura y el deporte… y a los otros catalanes se les
apartaba, ninguneaba, represaliaba, se les tapaba y despedía.

Sucede que a mucha gente se le hace el culo agua cuando ve movilizaciones


masivas, da igual de lo que sean, y confunden las churras con merinas, pero nunca
hubo mandato popular para la independencia con un 37% de votos del censo
electoral en las elecciones del 2015. Hay gente que añora el franquismo, -para
luchar contra enemigos inexistentes- unos hubieran disfrutado con aquellas
movilizaciones franquistas, muy parecidas a las independentistas, con sus
banderas y colores patrios por todos lados, su orden, autobuses pagados,
movilizaciones promovidas desde y por el poder y protegidas por su policía. Los
poderes políticos catalanes solo representan al 37% pero promovían, cuidaban,
tutelaban, y financiaban las movilizaciones independentistas. ¿Algún día
sabremos quien más financia todo eso?

Sucede que a nadie de quienes les apoyan le importa el carácter religioso y


supremacista de la ideología secesionista, ni su catalano-fascismo, ni ven ni
quieren oír nada sobre sus apoyos ultras y xenófobos europeos, sobre apoyos
rusos, o sobre el carácter neoliberal de la idea de que los ricos no paguen
impuestos para redistribuir, esa es la esencia del España nos roba. Les da lo
mismo que sean una colonia, o lo contrario, no se pararán a pensar que
internacionalismo es lo opuesto de nacionalismo catalán, incluso lo juntan en las
consignas, como hizo Lluís Llach, ‘’soy nacionalista porque soy
internacionalista’’. Bravo por la racionalidad.

Mentiras tras mentiras, son invisibles para sus votantes. La independencia tiene
bula y no es fácil penetrar en las mentes de quienes han tomado ya posición, no
leen otra cosa, no escuchan otra historia. El problema es cómo aumenta el
desprecio hacia los otros que van deshumanizando, era típicamente fascista, los
individuos, las personas, desaparecen y el grupo la tribu entra en la dinámica de
aceptar moralmente el todo vale contra esos demonios que pueden matarnos.
Ojo, es una vicerrectora quien lo dice:

‘’Si gana el tripartito del 155, no sé qué políticas podremos hacer con los niños
que tienen pesadillas y miedo de la policía, y que preguntan a sus padres,
mamá ¿me dispararán?’’. Gemma Geis, candidata de Junts per Catalunya.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 21
La sociedad catalana está partida por la mitad, aumentan los odios xenófobos
hacia lo español y hacia catalanes no independentistas, con niveles cercanos a
conflictos violentos, soterrados hasta ahora, cuando la mitad de la población no
indepe, callaba amedrantada. Ahora que hablan, veremos.

Me temo que no hay arreglo, repetir una y otra vez elecciones hasta que sea
irrespirable, apoyados en una ley electoral que favorece descaradamente los
territorios del interior sobre la costa, y los pobladores de las zonas rurales sobre
las urbanas. No creo en indultos, se dieran o no, no creo en reformas que los
calmen, lo acaba de repetir Puigdemont, solo les vale la independencia. Y ellos
ven la garantía en futuros próximos de hornadas de jóvenes adoctrinados durante
años que se incorporarán al voto año tras año. ¿Una puerta posible? la experiencia
de Canadá, la Ley de Claridad Canadiense, pero hasta ahora en los hechos ha sido
muy despreciada por los independentistas.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 22
Después de las elecciones. Vaya cisco que tenemos organizado

El Carlismo ha llevado al Parlament una mayoría de independentistas, a pesar de


haber sido derrotados en las urnas por los constitucionalistas. Las elecciones las
ha ganado C’s en la mayoría de lugares ampliamente poblados. Y no, no se
confunda nadie, no son un partido fascista, lo cual debería estar definido por su
ideología y su práctica, está bastante lejos de las definiciones teóricas sobre
fascismo. Algo que no puede demostrar el independentismo catalán ni en su
ideología ni en su organización ni en su práctica.

Si alguien llegó a pensar que por convocar rápidamente elecciones en Cataluña


todo quedaría resuelto, se equivocó. Había que convocarlas, sin duda, el
momento parece que ha demostrado no ser el más adecuado a tenor de los
resultados, que nos han vuelto a meter en un nuevo lio.

Durante años por parte de los indepes se han dicho tantas barbaridades, tantas
mentiras, se han cometido tantas tropelías, se ha oprimido tanto a más de la
mitad de catalanes, que volver a la normalidad requiere mucho tiempo y esfuerzo,
para ir convenciendo a la mitad de los indepes de que una ilusoria independencia
nunca resolvería los problemas del paro ni las desigualdades. Mucha firmeza y
paciencia serán necesarias porque cuando un ser humano toma una decisión, se
apunta a un bando o a una tribu, ni siquiera lee ni escucha argumentos de fuera
de su círculo de fanáticos, la realidad, para esa persona, solo existe dentro de ese
círculo, de ahí la necesidad tiempo para desarrollar argumentos. Convencer es la
única salida.

Participación récord, estas sí tenían tipo más plebiscitario que las del 2015. Si
hablamos en términos plebiscitarios, consideración del número de votos, han
perdido los independentistas, igual que en 2015. La mayoría de votos ha sido para
los partidos constitucionalistas, pero no así los escaños parlamentarios.

Generalitat de Catalunya.21D2017. Eleccions al Parlament de Catalunya. Informe resultats definitius.

Seguirán con el raca-raca de la independencia, aunque nuevamente si a estas


elecciones las miramos como plebiscito, volvieron a perderlas, de los 4.357.368
de votos válidos emitidos a candidaturas, los indepes obtuvieron 2.079.340 de
votos, un 47%. Si el porcentaje se establece sobre la totalidad del censo electoral
que son 5.553.983 de posibles votantes, los poco más de dos millones de votos
indepes representan un 37,4%. La trampa de la ley electoral hace perder el
Parlament a quienes sacaron mayoría de votos, un 10% más de votos han logrado
los constitucionalistas, pero les corresponden menos parlamentarios que los que

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 23
a los indepes, que perdieron las elecciones en votos, pero las han ganado en
escaños. Mal que le pese a Puigdemont que en su discurso declara haber ganado
al Estado español en votos y escaños. La mentira, aun sabiéndolo, tiene
efectividad, cala en su público y es creída, luego pasará mucho tiempo hasta que
se acepta la realidad, si es que se acepta, pero se producirá en otro contexto
cuando ya no tenga tanto valor. No, no es casualidad, ni equivocación, es algo
estudiado y practicado en la campaña de Trump y en la del Brexit. También
utilizado en las campañas europeas por los ultras y xenófobos, exagerando cifras
y mintiendo en los datos cuando relacionan migrantes y extranjeros con paro,
destrucción calidad de vida, inseguridad, etc.

Efectivamente, ha existido un pucherazo que favorece los territorios carlistas hoy


ocupados por el voto independentista, a los nacionalismos. La ley electoral prima
las zonas rurales sobre las urbanas, lo tribal frente a lo industrial y urbano, prima
la concentración del voto y da mayor peso a unos votos que a otros. En Lleida
tocan a 19.858 votantes por escaño, mientras que en Barcelona tienen un escaño
por 46.775 votantes, más del doble de votos por escaño, en Girona 29.396. Por
tanto, los votantes en Gerona y Lérida están sobrerrepresentados respecto a los
de Barcelona.

Como se puede ver en el cuadro de arriba procedente de la Generalitat ‘’Gráfic 2


Evolució de preferencies constitucionals de Catalunya, Barómetros de Opinión
2005-2012’’. Es a partir de la crisis económica de 2008, con la crisis política,
cuando cristaliza el trabajo nacionalista anterior y empiezan a aumentar los

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 24
partidarios de un estado independiente hasta situarse en el 35%, que suma
independentistas y quienes quieren resolver todos sus problemas.

En Cataluña no ha existido una lucha por la autodeterminación desde tiempo


inmemorial como pretenden imponer en el relato de construcción nacional los
independentistas. Ni en la Edad Media hubo un pueblo homogéneo, ni en el XVIII
ni el XIX, siempre hubo catalanes en los distintos bandos enfrentados de todos
los conflictos defendiendo alianzas e intereses diferentes. Como tampoco hubo
un único pueblo catalán en la Guerra Civil, ni en el franquismo posterior, en todos
los períodos hubo catalanes en ambos bandos.

Tras la muerte de Franco iniciado el proceso democrático el peso de los catalanes


favorables a la independencia oscilaba entre el 15% y 20%, la democracia no se
enfrentó nunca, ni luchó contra los independentistas, no tenían fuerza suficiente,
tampoco la democracia enfrentó el nacionalismo como problema dejando el
campo libre a la difusión de esa ideología. Y lo que es más grave, la democracia ni
se armó lo suficiente, no trabajó para crear un patriotismo democrático o
constitucional que fuera útil para una ciudadanía y un Estado salidos de una
dictadura en la transición.

La ley electoral española desde hace 40 años ha primado a los nacionalistas


periféricos, a CiU y PNV, … sobre los partidos estatales; por ejemplo, IU siempre
sacaba muchos más votos que los nacionalistas y obtenía muchísimos menos
parlamentarios. Este aspecto que siempre criticó la izquierda respecto a las
elecciones generales, ahora en las autonómicas catalanas vuelve a primar a los
más nacionalistas, a los independentistas.

El nacionalismo disfruta desde la Transición de un sesgo electoral a su favor, la


ley electoral les subvenciona escaños. Con bastantes menos votos que otros
partidos obtienen más diputados, una forma de incorporar los nacionalismos a la
democracia, reconocerlos como diferentes, integrarlos en un conjunto confiando
en la lealtad institucional de unos y otros en un Estado en construcción. Como
puede verse en el cuadro anterior, CiU obtenía escaños con la mitad de votos que
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
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IU, en ocasiones le costaba tres veces menos. El PNV todavía necesitaba menos
votos para lograr un escaño.

El poder político se repartió en la democracia y destinó una parte del poder


político general a los nacionalismos vasco y catalán, -del poder económico
siempre tuvieron gran parte-, ambos pesaron bastante en todas las legislaturas y
pudieron influir y hasta condicionar las políticas de los gobiernos españoles de
cualquier signo. Además de esa prima política en el Parlamento y Gobierno de
España, durante años en sus respectivos territorios gozaron de abundante poder
para hacer y deshacer, a veces con el apoyo de los partidos generalistas o con su
inhibición. La cuestión es, que solo sirvió para cebar más y más el problema del
nacionalismo, la prima de sobre representación en el Parlamento nunca hizo que
reconocieran a las otras fuerzas políticas del Congreso asentadas en sus mismos
territorios, que en muchos casos obtenían mayor cantidad de votos que ellos, pero
según el esquema teórico nacionalista esos partidos no representaban al pueblo
catalán, ellos eran los únicos que estaban en disposición de dar y negar títulos de
ciudadanía, y mucha gente terminó creyéndoselo.

‘’Los catalanes queremos’’, ‘’Los vascos decimos’’ se ha metido tan dentro, que
muchas personas creen que no existen otros catalanes y otros vascos. Realmente
había muchos más congresistas catalanes y vascos de otros partidos a los que no
se escuchaba ya que estaban integrados en sus grupos generalistas
correspondientes, de hecho, el PSOE fue ganador en esos territorios bastantes
años. Uno de los fallos de la democracia, dorar la píldora a los nacionalismos
dándoles más voz y visibilidad con menos votos que otros. Lamentable la
situación indeterminada del Senado, pensada como Cámara Territorial, así debió
haber ejercido desde el primer momento en un país que se constituyó como
federal, al que daba vergüenza reconocerlo, pero sin el Senado haciendo su
función federalizante se producen fuertes distorsiones en el resto de
instituciones.

Ahora la gobernabilidad hoy parece extremadamente difícil en una sociedad


partida por la mitad, encrespada y agresiva, porque los indepes llevaban tiempo
actuando como si Cataluña fuera solo suya, y de repente comprueban que hay
otra gente que opina, más de la mitad, y que les exige compartirla. La cuestión es
¿cómo resolver los problemas? Lo de negociar situaciones concretas, de diario, se
da por hecho, pero el asunto es cómo resolver la problemática de la ilusión
independentista. Una opción es aceptar el statu quo, Comunidad Autónoma,
España, Europa; otra salida es aceptar la independencia de Lleida y Gerona, dado
su voto indepe y dejar Barcelona y Tarragona constitucionalistas, esto sería
aplicar su criterio sobre el derecho a decidir dentro de Cataluña. Otra posible vía
es aprender de la Ley de Claridad Canadiense, lo cual requiere esfuerzo y tiempo,
pausa y estudio. Dentro de la legalidad democrática.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
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EL PROCESO DE SECESIÓN. NO ES PROGRESISTA

La secesión unilateral de parte del territorio en un Estado democrático


que respeta los derechos fundamentales de su población (incluyendo los
derechos culturales o lingüísticos de las minorías en su seno) es contraria
al ideal democrático pues priva de los derechos políticos a gran parte de
la ciudadanía a la que se impide participar en dicho proceso.

En este sentido, el conjunto de decisiones que se han ido adoptando por


parte de las instituciones de Cataluña — señaladamente las leyes de
referéndum y de transitoriedad aprobadas los días 6 y 7 de septiembre
por el Parlamento de Cataluña vulnerando la normativa parlamentaria
que garantiza una deliberación y tramitación pulcra— son
profundamente antidemocráticas además de groseramente
inconstitucionales. Su aplicación en la forma de una declaración
unilateral de independencia (DUI) constituye un golpe de Estado.
Manifiesto Profesores Filosofía del Derecho-El País

No es progresista un comportamiento que pretende conducir a miles de


seguidores al futuro haciéndoles creer en la magia, engañar con que un conjuro
de brujería, o como se llama ahora, la independencia, puedan resolver los
problemas de paro, desigualdades, precarización, migraciones… de esta sociedad
catalana del siglo XXI, inserta en España y Europa, es lo más parecido a la
difusión de emociones religiosas anteriores a la Ilustración como cura para todas
las miserias humanas en el lejano paraíso. Antiguamente, hasta el XVI toda la
población, y posteriormente una gran parte de ella, se apoyaban en la existencia
de dioses, magia y brujería, como elementos con los que explicar, enfermedades
y muertes, los desastres de las guerras, el hambre y todas las miserias humanas,
… con esos elementos miraban al futuro elaborando predicciones y conjuros.

Los movimientos obreros del XIX y XX, anarquismo, comunismo, marxismo,


utilizarán los avances de la Ilustración e incorporarán sus criterios laicos,
científicos y humanistas, valores ilustrados, a sus fundamentos teóricos y
prácticas políticas, aplicarán la nueva ciencia del hombre y el cosmopolitismo
adaptándolo a situaciones y objetivos concretos. A esa amalgama de movimientos
sociales, de luchas, objetivos y prácticas distintas, se la denominará como las
izquierdas, en plural, por distintas. - ‘Un mito: la unidad de las izquierdas-.
Izquierdas y progresismo fueron conceptos que pudieron ir hermanados en
muchos momentos en diferentes lugares, pero hoy se han separado en Cataluña.
Gentes de izquierdas dan soporte a la reacción nacionalista, aceptan

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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tranquilamente sus postulados teóricos racistas y xenófobos, abrazan ideas que
pretenden diferenciar y separar a ciudadanos iguales, defienden el nacionalismo
que premia linajes, apellidos, tradiciones y símbolos basados en viejos pasados
inventados, mientras castiga a otros ciudadanos que quieren igualdad de
derechos, o simplemente no siguen la corriente soberanista, están sosteniendo
comportamientos supremacistas. Esas gentes dan soporte a estrategias y
comportamientos que han dado a luz el concepto de izquierda reaccionaria al
abandonar la razón y el ‘’humanismo que privilegia el bienestar de hombres,
mujeres y niños, individuales por encima de la gloria de la tribu, la raza, la
nación o la religión. Son los individuos, no los grupos, los que son ‘sintientes’.
Steven Pinker, ‘En defensa de la Ilustración.’ Paidós, 2018.

Imaginen qué podría haber mejorado en caso de que las fuerzas de izquierdas
hubieran combatido el paro y la precariedad laboral en Cataluña y enfrentado la
corrupción de los gobernantes catalanistas, que éstos han resuelto ante la gente
con un simple cambio de nombre y una desviación de miradas hacia otras
cuestiones, ayudados eso sí por quienes algún día tendrán que rendir cuentas.
Durante muchos años los principales problemas de los catalanes, han sido el paro
y la precariedad, según las encuestas del CEO, excelente servicio de estadísticas
de la Generalitat, las respuestas eran abrumadoramente mayoritarias tanto si se
referían a sí mismos en lo personal, como si eran referidas a problemas generales
del territorio -Aquí datos de una serie 2008-2012 y otro formato para 2016, años
de proceso secesionista-. Entenderán que viendo esos datos no se pueda
considerar que el pueblo diera un mandato a sus representantes para luchar por
la independencia, durante muchos años estos resultados han sido obviados por la
representación política catalana, cuyo poder en manos soberanistas solo se
ocupaba de preparar y alimentar la independencia, pero sobre todo han sido
tapados por los izquierdistas, se han cegado por arropar al nacionalismo, y
abrazar sus postulados xenófobos dejando al margen la lucha por resolver los
problemas que reclamaba la mayoría de los catalanes. La izquierda reaccionaria.

No puedo considerar progresistas a viejos colegas, antiguos activistas


antifranquistas, que abandonan el racionalismo para identificar problemas
sociales y buscar soluciones concretas. Viejos antifranquistas creyeron al
nacionalismo, tuvieron fe en sus leyendas de pasados idealmente prefabricados,
olvidando que cientos de años atrás, hasta donde se quieran remontar, todo era
miseria, represión y muerte, única forma de vida para la amplia mayoría de
pobladores que carentes de techo y sin poder llevarse un mendrugo de pan a la
boca, morían presa de innumerables enfermedades, por asaltantes y bandoleros,

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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por las guerras y represión de amos y señores, obligados y callados por curas y
guerreros que los mantenían en la ignorancia y el sufrimiento, que decían,
resolverían en el Paraíso. Pueden encontrar cientos de datos y fuentes
documentales sobre mejoras de la humanidad en el libro de Pinker. Aquel tiempo
al que se abrazan los independentistas, nunca permitió decidir a los pobladores
de Cataluña sobre sus vidas, ni sobre los detentadores de poder, ni sobre nada…
La capacidad de votar de toda la población, sin cortapisas tales como censos de
propiedad, sexo, edad u otras, la facultad de decidir de hombres y mujeres
catalanes, es muy reciente, plenamente con la democracia de 1978, como lo es su
posibilidad de vivir bajo techo, disfrutando de enseñanza para todos desde la
niñez y ser asistidos en enfermedades y vejez. Comparar aquellas instituciones de
hace siglos con las actuales es un insulto a la inteligencia. Vean una imagen de lo
que ocurría en aquellos tiempos.

‘’En época de Francisco de Borja, tres factores enquistaban


peligrosamente el problema de los bandos. Por una parte, la
trascendencia alcanzada por los dominios señoriales en las primeras
décadas del siglo xvi, que iba limitando los márgenes de actuación de la
monarquía y de la Diputación en el Principado y los Condados. La mayor
parte del territorio quedaba al margen del realengo, con lo que fue
necesario ganarse a las facciones señoriales para pacificar mínimamente
Cataluña. Aunque sellar alianzas entre grandes familias era a menudo
crearse nuevos enemigos. Los pactos eran una puerta abierta a
fidelidades, lealtades, patronazgos e influencias... y a todo lo contrario
por parte de los clanes enemistados. Los desafíos y las guerras privadas
estaban a la orden del día y provocaban numerosos problemas entre
crueles carnicerías prolongadas en el tiempo de una manera atroz, como
subrayaba Borja en una carta a Francisco de los Cobos en 1539: «la
consiensia no me suffre callar [...] ha habido más de 300 muertos en
Castellbò» y solicitaba inmediatamente medios para que las víctimas «no
vengan a ser 300.000».
…/…

El bandido distaba de ser, de este modo, un personaje marginal. Hasta el


extremo que quien pudiera ser el paradigma de señor bandolero del
momento era una personalidad de la relevancia de Lluís Oliver de
Boteller (c. 1487-1556). Infeudado como vizconde de Castellbò en 1528,
fue el genearca de un linaje que a lo largo del siglo xvi dio tres presidentes
de la Diputación: Francesc Oliver de Boteller, prior de la Seu y hermano
del vizconde, y los hijos del vizconde el canónigo Pere Oliver de Boteller y
el abat de Poblet Francesc Oliver de Boteller, ya en época más avanzada.
Como en otros casos, lo importante no fue tanto el individuo como su
linaje. De ahí que el matrimonio arrostrara alianzas y enemistades.
Oliver se implicó por sus nupcias con Jerónima de Riquer en las luchas
faccionales en Lleida entre los Riquer y los Rius-Olzinelles’’
Bernat Hernández, Universitat Autónoma de Barcelona, ‘Bandos y
piratería en la Cataluña del Siglo XVI. Las actuaciones del Virrey
Francisco de Borja (1539-1541)’

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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El proceso de secesión bucea en el nacionalismo, formando grupo con Le Pen,
Trump, Salvini, Farage, Jaroslaw Kaczynski, Viktor Orban… una ideología
excluyente y xenófoba que considera enemigos a los otros, a los que no son como
ellos los tratan como extranjeros que identifican con los que piensan diferente. El
procés camina hacia atrás, es la guerra anti-ilustrada, un régimen social,
cultural y político basado en la credulidad voluntaria…Hay que entablar un
combate del pensamiento contra los saberes establecidos y sus autoridades, un
combate del pensamiento en el que se confía una convicción: que pensando
podemos hacernos mejores y que solo merece ser pensado aquello que, de una u
otra forma, contribuye a ello. -Marina Garcés, ‘Nueva Ilustración radical’-. La
izquierda siempre combatió contra los poderes establecidos, ¿por qué no en
Cataluña, donde los poderes establecidos son independentistas?

El proceso a la independencia es la negación de la racionalidad como elemento


de vida y conciencia para interpretar la realidad, como forma de crítica y
deliberación de búsqueda de alternativas a problemas sociales. El proceso de
autodeterminación hunde sus raíces en viejas teorías supremacistas enredadas
en diferenciar ‘la raza catalana’ del resto de lo español, considerándose a sí
mismos superiores y elegidos para guiar al resto, se alimenta de esencias de un
pasado idealizado, que nunca existió, construido en negativo, como
contraposición a lo español, considerado extranjero y por tanto enemigo. –
Abundante documentación en ‘La Raza Catalana’ I y II, de Francisco Caja,
Ediciones Encuentro-.

No es progresista abrazar ideologías que consideran a unos individuos superiores


a otros, que buscan y rebuscan para utilizar factores genéticos, étnicos y
lingüísticos, como fuente de derechos y reconocimiento de superioridad, lo
progresista es luchar contra ello, para empezar, denunciándolo. Una persona que
se quiera progresista no puede dejar de criticar los objetivos y los medios
independentistas, no puede callar ante las mentiras vertidas en sus campañas de
propaganda, porque el ideal de la razón y la ciencia no deben esconderse ante la
realidad. La búsqueda de datos debe estar presente ante las ideas de: ‘España nos
roba’, ‘Cataluña es una colonia’, ‘Los catalanes carecemos de derechos civiles’…
defender la mentira para identificar problemas y la magia como solución de los
mismos, formó siempre parte de la carcunda. Durante años hemos escuchado a
simpatizantes del independentismo que pretendían salvar su conciencia
proclamando ‘yo no soy nacionalista, pero’… exactamente igual que cuando
oímos aquello de ‘yo no soy racista, pero esos negros…’ Apoyar, por acción u
omisión, que andaluces y extremeños, murcianos y castellanos, gallegos y
cántabros… explotaran durante años a los catalanes es pura basura, carcunda.

El proceso de independencia funciona ofreciendo ilusiones futuras, a elegir por


cada cual la que convenga, está siendo impulsado cosiendo en una ristra toda
reivindicación que se manifieste por cualquier parte, por cualquier grupo, con la
promesa de soluciones inmediatas en la nueva nación independiente. Eso sí, sin
ofrecer soluciones concretas a nada. En un tiempo de realidad líquida,
inconsistente, de inmediatez en las pretensiones y querencias de amplios deseos,
de necesidad de encontrar respuestas para satisfacerse instantáneamente, en este
tiempo, cualquiera que ofrezca tocar fácil y rápidamente el botón o la pantalla
para actuar, tendrá mucho ganado para movilizar voluntades. El procéss,

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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además, metió en la coctelera una enorme crisis económica y política. Fijó
objetivos edulcorados, emocionalmente funcionan como inhibidores para
trabajar, investigar, criticar y buscar salidas concretas a los problemas actuales,
además, asegura poder lograr todos los objetivos, rápidamente, sin esfuerzo y sin
costes para nadie... como si cuando en la acción de apagar la luz un día,
salváramos el Planeta, todos los que lo hacen pueden sentirse contentos, pueden
contar a sus amigos que ellos han participado en la salvación del mundo. Por el
contrario, cualquiera que se oponga a lo anterior será considerado un gafe, un
extranjero, extraño a la comunidad, por tanto, susceptible de ser apartado y
castigado.

No es progresista un golpe de estado que pretende la secesión de una parte del


conjunto, en un país democrático, como España en el Siglo XXI, insertada en la
Unión Europea conjunto de países democráticos con un alto estándar mundial de
libertades y derechos. Lo progresista es impedirlo. España participa en el
entramado político e institucional de los países de la UE con quien comparte un
elevadísimo porcentaje de leyes, procedimientos y normas, comparte gran parte
de la política de seguridad y de la política exterior, amplias relaciones
comerciales, tecnológicas, culturales, y una gran parte de la política económica
que incluye hasta la moneda común… todo lo cual presupone una gran cesión de
soberanía del nacionalismo español a los entes comunes europeos, a lo que habría
que añadir la cesión de soberanía nacional a las llamadas autonomías en el estado
federal español.

Al socaire de esta subversión social se plantea el problema de la


organización de los pueblos peninsulares. Entre unos y otros se anudaron
entonces tantas relaciones que era imposible su subsistencia en la forma
política consagrada en el siglo XII. Magnates castellanos y aragoneses
cruzan la frontera y se instalan en el corazón de los problemas políticos
de los vecinos; buques vizcaínos y andaluces constituyen el equipo ligero
de la navegación catalana y mallorquina en este período; y ante las
arremetidas de Luis XI en el Rosellón en 1473 son los barceloneses los
primeros que se ilusionan con las lanzas castellanas que su príncipe
heredero podrá traer de Segovia. La monarquía del Renacimiento se está
gestando en la Península, gestándose con signo castellano…por el simple
empirismo de su demografía en auge, y la libertad de acción que
reivindica su realeza, y de los recursos que, a pesar de la contracción,
continúan proporcionándole los rebaños de la Mesta’.

Jaime Vicens Vives en ‘Aproximación a la Historia de España’: ‘

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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La confusión. Independencia, izquierdas, progresismo

Doscientos años después de la Ilustración, que alimentó sueños de derribar


fronteras y sumar cada vez más gente en Europa que compartiera una idea común
de libertad, igualdad y fraternidad, estamos chocando con nuevos anti-ilustrados,
que pretenden levantar muros, restar, partir en trozos pequeños cualquier
unidad territorial, -autodeterminación, secesión, independencia- lo cual
presuponen que tenga las dimensiones que fuere, siempre será susceptible de
partirse en una unidad más pequeña, -Asturias de España, y Gijón de Asturias-,
lo que supone retroceder como poco hasta los inicios de la Edad Media, en donde
los anti-ilustrados dicen encontrar las esencias de libertad e identidad que hoy no
son capaces de apreciar en el lugar donde viven, en España, Europa. Darán para
ello la muestra de existencia de problemas, como si en cualquier sociedad, de
cualquier sistema de cualquier época no los hubiera, no mencionarán cifras ni
datos que presupongan mejoras, ni argumentos de por qué lo pequeño y aislado
será mejor para la vida de la gente, lo único que harán será teñir esas ideas con
un viejo aroma de izquierdas, para intentar justificarlas como solventes, les dará
vergüenza utilizar su verdadera identificación nacionalista. La izquierda
reaccionaria se une al combate contra la razón, el humanismo, la ciencia y el
progreso.
Confieso que estoy confundido con la favorable acogida que merece la
independencia de Catalunya entre algunos viejos activistas antifranquistas, los
cuales defienden el proceso, dicen que, desde la izquierda, aunque mejor deberían
defenderlo directamente como nacionalistas para evitar confusiones. El
nacionalismo desde los primeros pasos, procede a la creación imaginaria de un
único sujeto político, que sería el pueblo catalán, - el pueblo catalán serán solo
quienes quieren la independencia- cuando nunca existió como tal identidad en
lucha contra otro sujeto, el pueblo español, que tampoco nunca existió como tal.
Ni en 1714 ni en 1936 luchó Catalunya contra España, porque en cada bando había
mezcladas gentes de ambos lados, además, las alianzas fueron cambiantes en
cada conflicto. Tampoco hoy existe un pueblo homogéneo, salvo para el
nacionalismo, la mitad de catalanes a un lado por la independencia, a la otra
mitad que pretenden continuar caminando juntos con el resto de españoles y
europeos, la consideran anti-catalanes, traidores, la marginan y niegan sus
derechos, Marsé, Borrell, Serrat, Mendoza, Sardá, Lluis Pasqual…
Los catalanes, como cualquier otro pueblo peninsular, nunca fueron un grupo
uniforme en defensa de sus diferentes intereses, campesinos, payeses de
remensa, ruralistas, agrarios, urbanos, burgueses, industriales, comerciantes,
obreros, empleados públicos, señores, aristócratas, afrancesados, esclavistas,
austracístas, borbonístas, primo-riveristas, anarquistas, franquistas, socialistas,
y un largo etc. de grupos con distintos intereses en cada etapa. Las revueltas y
luchas internas en Cataluña, han sido parecidas a las del resto de España, con
objetivos similares, por el pan, el trabajo y libertad de los de abajo contra los de
arriba. Los momentos gloriosos del pasado nunca llegaban al pueblo llano, quien
carente de alimentación, vestido, vivienda, atención sanitaria, cultural,
educativa… muy poco le permitían decidir sobre sus vidas y haciendas, no eran
demasiado diferentes a las castellanas, como tampoco sus estructuras feudales o
el nacimiento de las emergentes burguesías y poblaciones urbanas.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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Quien viaje por España y Cataluña, podrá comprobar la similitud de culturas que
trascienden de edificios, calles, iglesias, fábricas, gastronomía, cultivos, aperos de
labranza, fiestas, herramientas, organización social, religión, mitología… incluso
si el viaje se ampliara a Europa occidental, seguiríamos viendo sueños y
aspiraciones parecidas, pudiendo destacar tantas diferencias como semejanzas,
como transmite la pintura, arquitectura, o escultura. El arte pone al descubierto
historias, personajes y formas de expresión bastante parecidas, con técnicas que
parecen realizadas por las mismas culturas, porque transitamos por lugares cuyos
habitantes han compartido cientos de años de experiencias comunes.
Lógicamente encontraremos particularidades locales, la cuestión diferencial,
existe, como en cualquier parte de cualquier región siempre susceptible de
diferenciarse, -Boludos de arriba y de abajo- pero lo catalán y lo hispánico
conviven en el mismo territorio desde hace cientos de años, políticamente
dependerá de donde pongamos el acento para acercar o enfrentar, para destruir
fronteras o construirlas, en este sentido el nacionalismo exagera las diferencias
para separar la ‘pureza de su pueblo’ y demonizar a los otros, los nacionalistas
crearán enemigos culpables de todos los males, los extranjeros, los distintos.
Escribe Félix Ovejero: ‘La retórica de la identidad traza una línea de
demarcación con los diferentes y envilece el debate político al restar grado de
ciudadanía al discrepante, al que no participa de la identidad.’

Me dicen que la izquierda siempre está a favor de la libertad de la gente. Y


¡córcholis!, recuerdo que es lo mismo que decía Thacher y Reagan, ‘dejen que
todos seamos libres, para decidir qué hacemos con nuestro dinero’. Lo dice
Esperanza Aguirre y es un principio básico del batallón neoliberal, reclaman la
libertad para actuar, exigen a los gobiernos que dejen hacer lo que quieran, donde
y cuando quieran. ¿Entonces qué sucede? pues que bajo la bandera de la libertad
se combate la libertad de amplias mayorías no propietarias de medios de
producción ni riquezas. Defender que los ricos tengan libertad para irse,
abandonando al resto, no presupone que los menos pudientes, de allí y aquí,
tengan mayor libertad, de hecho, las desigualdades aumentan porque los
acaudalados, llevan años reclamando mayor libertad para que los gobiernos no
los controlen, para que no les obliguen a pagar impuestos, para exigir exenciones,
subvenciones y ayudas fiscales y en último término, quieren que los impuestos
que pagan les reviertan a ellos mismos. Ese es el fondo del derecho a decidir en el
caso de la secesión catalana.
Pero entonces, ¿Cómo seguir considerando que la independencia sea progresista?
porque lo citado anteriormente es uno de los objetivos esenciales, declarado no
una, ni dos, ni tres veces, sino cientos, en panfletos, revistas, estudios, libros,
páginas web, periódicos, teles, radios, etc. etc. del movimiento por la
independencia en Catalunya, desde hace unos años. Por supuesto todo al margen
de la corrupción allí y aquí. ¿Luchan por la libertad de los catalanes? Eso grita
Carme Forcadell, presidenta del Parlament, y anteriormente de la ANC,
representando una mitad. En serio intenta que nos creamos que son como los
pueblos colonizados, es un grave insulto para aquellos Vietnam o Angola, para
Argelia, para los chilenos post Allende… ¿quiere hacernos creer que los catalanes
carecen de derechos civiles como los negros en EEUU? A uno le dan ganas de
esconderse ante tanta locura, siempre a favor de la autodeterminación de las

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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colonias y ahora esto. La verdad, muchos aún dudan porque las palabras son
cortinas de humo ¿Catalunya una colonia?, claramente no, pero ante la
insistencia de la propaganda secesionista, no una, ni dos, ni tres, en cientos de
páginas, panfletos, estudios, radios y teles, etc. etc. dicen que los españoles
explotamos a los catalanes, de hecho, sostienen que vivimos de la explotación
colonial durante cientos de años.
Las élites de una de las regiones más ricas de España, de Europa y del mundo,
dicen que son una colonia. Una de las regiones del planeta con mejores
estándares de vida y libertades y con mayores riquezas en su territorio y éstas
propiedad de los apellidos de allí, los líderes políticos también son en su mayoría
los apellidos de allí, los ejecutivos, los dirigentes, los mandos intermedios del
aparato productivo, los gestores del aparato mediático, cultural, deportivo,
social… son catalanes de pura cepa, no hay gente de la metrópoli dirigiendo
aquella sociedad, por cierto, bastante más cerrada, racista y elitista que otras
muchas sociedades españolas.
Las casas en Cataluña, de acuerdo con los estudios de la etapa franquista, al igual
que los posteriores realizados en democracia, disfrutan de mayor calidad de vida
que en el conjunto de España, medida por teléfono, televisión, calefacción, agua,
tamaño, comodidades, lujos…, sus barrios asfaltados, luces, parques, espacios
comunes… la sanidad, medida en camas por habitante, médicos, enfermeros por
habitante, hospitales… la educación medida en cantidad y calidad de estudiantes
infantiles, estudiantes medios y enseñanza superior, en titulación media y
universitaria, en calidad científica, … resulta que la disponibilidad de bienes de
consumo, coches, lavadoras, televisores, teléfonos, conexión a internet, y un
larguísimo etc. de comparaciones los sitúan por encima de casi todos los
españoles, menos vascos, navarros y madrileños. Y entonces mi confusión
aumenta.
‘Pero, en Catalunya hay pobres’. Es cierto, y en Extremadura y Andalucía… y en
Alemania, y en China, India, EEUU, ellos no piden independencia, sino dejar la
pobreza. Efectivamente hay pobres en todas partes, pero el movimiento por la
independencia en Catalunya dice, escribe, sostiene, no una, ni dos, ni tres veces…
que los españoles les roban. Es terrible que los niños catalanes tengan esa visión,
terrorífico que lo digan desde el sistema educativo –desde los colegios llevan años
enseñándolo- les ha hecho sentir que los españoles del barrio de Pescadería en
Almería les roban, que los parados malagueños, o gaditanos se aprovechan de
ellos, que los murcianos se llevan su dinero, que los niños de Vallecas viven a
costa de los niños catalanes… Y el peligro a futuro aumenta, porque suponiendo
que ahora pudiera resolverse el enorme problemón, los niños catalanes, las
nuevas generaciones bien adoctrinadas en el odio cada vez abrazan más la
independencia contra los monstruos españoles. En esa responsabilidad habrá
mucha gente que apoyó al nacionalismo.
Ellos son ricos por la gracia de dios, por sus méritos, así lo escriben en su
propaganda, dicen que el resto les tenemos envidia, cuando llenan de adjetivos
ridículos sobre el resto de españoles minorando nuestra capacidad de trabajo y
cultura, ... Miro un poco la historia y no dudo que sean un pueblo trabajador,
culto, etc. pero no más que el resto de españoles, puedo aceptar que sean algo, un
poquito diferentes, pero no superiores, ni siquiera más abiertos. Si uno se da

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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vueltas por el Museo de las Ferias, de Medina del Campo, o por el Monasterio del
Escorial, por citar solo dos lugares del centro de España, encontrará múltiples
rastros del poder cosmopolita de aquella España del XV, la Nueva York de
entonces, intelectuales, filósofos, escritores, comerciantes, pintores, banqueros,
arquitectos y un larguísimo etc. de toda Europa trabajaron y por suerte dejaron
allí miles de pruebas de ello. El Camino de Santiago fue una avenida de
europeización gigantesca… catedrales, iglesias dejan ver culturas muy similares
en enormes extensiones de Europa. No, los catalanes no fueron especialmente
abiertos, ni especialmente modernizadores por sus contactos europeos o
marítimos, ni fueron los líderes impulsores, en mayor medida que otros, de
aquella España que utilizaba en sus conexiones marítimas los puertos del
Atlántico, del Cantábrico, de Andalucía y del Mediterráneo.
Un aspecto interesante a considerar es la demografía, ello nos permite apreciar el
desarrollo en cada momento histórico, una alta población relativa solo sería
posible estimando gran capacidad para alimentarla y mantenerla, lo que
implicaría buen desarrollo productivo, sanitario y organizativo, poca población
supondría menguada capacidad de desarrollo. A finales del S-XV, comienzos del
S-XVI, época Reyes Católicos, la población aproximada de Castilla es de
4.500.000 de personas, Portugal 1.000.000, Navarra 120.000 y la Corona de
Aragón con baja densidad de población se estiman en 850.000, dentro de la cual,
Cataluña tendría 250.000, Aragón 250.000, Valencia 250.000, el resto Mallorca-
Baleares. Hasta 1590 la población aumentará, todavía con mayor velocidad en
Castilla, que terminará el siglo con más de 6.600.000 de habitantes, La Corona
de Aragón, Navarra y Vizcaya sumarán 1.400.000.
La baja población catalana será una constante histórica necesitada siempre de
migrantes para generar riqueza, la cual fue lograda con las manos de millones de
emigrantes explotados y considerados siempre de menor calidad que sus dueños
y señores desde hace quinientos años. La preocupación por la emigración su
dominio y su control, será habitual en el pasado, tanto como en la actualidad y
queda reflejada en múltiples estudios y trabajos de los intelectuales y políticos
catalanes. Hace quinientos años sus colonias en el Mediterráneo solo pudieron
mantenerse por los barcos construidos por vascos y andaluces, y por los
navegantes y mano de obra en ellos, que dada su escasez de nativos catalanes tuvo
que ser aragonesa y castellana. Los ejércitos que pelearon contra corsarios y por
el Mediterráneo para defender su expansión, estaban formados principalmente
por aragoneses y castellanos.
La mejora de Cataluña tras los decretos de ‘Nueva Planta’ se constata entre otras
cuestiones, por aumentos de población y numerosas fuentes documentales, fue
posible por las ventajas fiscales concedidas por el Estado a su industria, lo cual,
al cerrar el mercado nacional para ellos, representaba mayores precios a pagar
por el resto de españoles. Obtuvieron grandes ventajas de la explotación de
plantaciones en Cuba, soportada en esclavos negros y en las ventajas concedidas
por la Corona para su comercio marítimo. Alrededor del año 1720 la población
catalana eran 402.000 individuos, que representaban un 5% sobre la totalidad de
los 9.100.000 españoles. A finales del siglo XVIII la población catalana había
doblado hasta 900.000 habitantes pasando a representar un 8% de la española
cifrada en 11.000.000.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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El dictador Primo de Rivera, era Capitán General de Cataluña cuando tomó el
poder con su golpe, sin duda apoyado por la burguesía catalana, las primeras
felicitaciones fueron de las Cámaras de Comercio e Industria de Cataluña, La Liga
y Fomento del Trabajo Nacional. “El golpe es lo único dulce que hemos podido
saborear en un año amargo”, pronunció Cambó. Primo de Rivera realizó un
programa de obras públicas en Cataluña, para facilitarlo envió miles de
emigrantes de otros puntos a trabajar barato y sin quejas para que se dejaran la
piel y la plusvalía en Cataluña. Lo preocupante del proceso, es que la historia se
reescribe y es tragada sin digerir por gente que se le hace el culo gaseosa al ver las
movilizaciones actuales en pos de la autodeterminación. Antes de seguir deberían
visionar las fotos de Barcelona, en aquella época, masas enfervorecidas
vitoreando, saludando a Primo de Rivera. Más tarde pasaría lo mismo con
Franco. Lo importante de una movilización son sus objetivos y maneras, sus
medios, y los marcan quienes dirigen, quienes organizan y definen táctica y
estrategia. Volviendo atrás veamos parte de aquellos dirigentes, en el Consejo de
Economía Nacional que asesoraba al dictador Primo de Rivera, estaban entre
otros, grandes de la industria catalana y vasca como Federico Echevarría o
Domingo Sert (presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional;
igual ocurrió durante el franquismo.
En Cataluña siempre hubo poca población, muy escasa para construir una nación
boyante e independiente en el pasado, y habitualmente enfrentaron el tema de la
migración como problema, o bien aumentaba, o ellos no avanzaban, pero al
mismo tiempo había que explotarlos y dominarlos, integrarlos sí, pero solo
quienes asumieran su liderazgo, dominados eran necesarios para producir y ser
más fuertes. Chris Ealham, en ‘La lucha por Barcelona’ Alianza 2005, describe las
políticas de ERC en los inicios de la República:
“Otro rasgo constante de los pronunciamientos de ERC sobre el paro fue
su énfasis en las nefastas consecuencias de la inmigración. Esquerra
atribuía el desempleo a una oferta excesiva de mano de obra (obreros
que habían ido a trabajar a Barcelona antes de la Exposición Universal
de 1929), y abogaba por la repatriación de los inmigrantes no
catalanes. En otras palabras, ERC interpretaba el desempleo en
términos nacionalistas.
Resulta irónico que, con la izquierda liberal por primera vez en el poder
en 1930, el partido gobernante definiese la inmigración como «una
ofensiva contra Cataluña» y explotase el tema políticamente, pese a que
Barcelona llevase recibiendo a trabajadores no catalanes desde la
década de 1880.
El discurso de ERC formaba parte de una estrategia deliberada para
dividir a la clase obrera en términos étnicos y entre los que trabajaban
y los que no.
Por más que pueda sonar a teoría de la conspiración, la política llevada
a cabo por ERC en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona se
basó en esta estrategia divisoria. En un principio, Esquerra planeó
recurrir el paro a través de la repatriación voluntaria de inmigrantes.
Poco después de proclamarse la República, la Generalitat y el
Ayuntamiento de Barcelona alquilaron un tren para llevar a los
inmigrantes de vuelta al sur de España. Por toda la ciudad aparecieron

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 37
carteles anunciando el viaje y prometiendo comida y bebida gratis para
el trayecto completo de más de un día de duración. El gran interés que
despertó la operación complació enormemente a las autoridades y un
tren repleto de pasajeros dejó Barcelona rumbo al sur.
…/…
Una ola anti inmigratoria repentina y violenta estigmatizó a los obreros
de fuera de Cataluña, evocando imágenes de una «inundación»
«sistemática» de «forasteros» en «nuestra casa» (casa nostra): «La
llegada de trenes llenos de gente que vienen [a Barcelona] a estar
parados», formando «enjambres» y «plagas virulentas» de pobres
«indignos» y un «ejército» de mendigos. La prensa de Esquerra solía
describir a los parados en castellano («los sin empleo» o «los parados»),
en vez de en catalán, («els sense feina» o «els parats»), un contraste que
reflejaba la visión nacionalista de una sociedad catalana unida y
armoniosa a cuya capital los inmigrantes «acudían» a «estar
desempleados».
Chris Ealham, en ‘La lucha por Barcelona’ Alianza 2005

Al terminar la Guerra Civil la población de Cataluña era de 2.800.000 habitantes,


compuesta en parte de los emigrantes de las primeras décadas del siglo XX, la
población española aquel año fue de poco más de 26 millones de personas, así los
catalanes suponían un 10% de la población española, -actualmente su peso en el
conjunto ha aumentado hasta un 16%-. La diáspora continúo, los ‘trenes
borregueros’ de la postguerra cargados de emigrantes hacia Barcelona, tardaban
en llegar dos días, llevaban mano de obra derrotada procedente del sur, para
ponerla al servicio de la burguesía catalana, franquistas, of course, formaban
parte importante del núcleo de ganadores de la Guerra Civil. En 1955, en pleno
franquismo, la población catalana ya era de 3.534.000 personas que pasaron a
ser 5.660.000 en 1975, el crecimiento superior a un 60% se debía a los migrantes
españoles.

Las cifras de población catalanas indican, sólo mirando el siglo XX, que hay tres
o cuatro generaciones, -abuelos, hijos, nietos, bisnietos- de catalanes venidos de
fuera nacidos allí, lo que explica una población cuya lengua materna mayoritaria
sea el castellano, a ellos podemos sumar catalanes que usen castellano por razón
de negociar y comerciar con el resto de España y América latina. La realidad desde
hace años es que el castellano está perseguido en Cataluña por la minoría
catalano-hablante que impone como uso único el catalán, en administración,
calles, colegios y negocios. El derecho de los niños a crecer aprendiendo en la
lengua materna invocado para defender el catalán, al que se sumó la izquierda, se
olvidó como principio universal cuando se trata de aplicar al castellano, ahora
todas las escuelas de primaria y secundaria enseñan en catalán, con una hora
semanal de español, o nada. Cataluña y el catalán no están perseguidos. En esta
situación algunas personas defienden su uso exclusivo, sin considerar la realidad
que conformó Cataluña, hacerlo así supone machacar derechos de más de la
mitad de la población. Por supuesto la inmersión lingüística y sus resultados son
utilizados como forma de marginar población procedente de la emigración
reservando los mejores puestos laborales y sociales al linaje catalán.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 38
El 56 % de catalanes tuvieron el castellano como lengua inicial,
El 31 % en catalán.
Como lengua habitual, sube el catalán por encima del 36%
Y baja el castellano por debajo del 51%.
Enquesta d’usos lingüístics de la población. 2013. Idescat.cat

“Estos niños y niñas sacrificados bajo el durísimo yugo de la inmersión


lingüística en catalán sacan las mismas notas de castellano que los niños y
niñas de Salamanca, de Valladolid, de Burgos y de Soria”.
Artur Mas, en el Parlamento autonómico (28 de septiembre de 2011)
“[El sistema de inmersión] permite alcanzar niveles satisfactorios en el
conocimiento tanto del catalán como del castellano”.
Fundació Escola Cristiana de Catalunya (2 de septiembre de 2011).

No es cierto que los datos PISA ofrezcan buenos resultados de comprensión del
castellano en Catalunya, sus conclusiones se han demostrado manipulables,
según la intervención del responsable de los informes PISA 2003, 2006 y 2009,
Joaquim Prats, ex presidente del Consejo Superior de Evaluación del Sistema
Educativo de la Generalidad, declara que se hacían en catalán y no en castellano.
En la población escolar ya es notoria una falta de comprensión de la lengua
mayoritaria y el fracaso escolar es más del doble entre los castellano-hablantes.
La pregunta es, en caso de secesión, ¿habría bilingüismo? ahora ya falta en
muchas partes el castellano, ¿o sería perseguida abiertamente y sin tapujos la de
uso mayoritario?

Ese enorme crecimiento de población no fue debida a una explosión de natalidad,


fueron españoles arrancados de sus casas y pueblos, el franquismo desplazó
varios millones de personas a País Vasco, Cataluña y Madrid, para ponerlos a
trabajar miserablemente en condiciones de semi-esclavitud y así permitir la
rápida acumulación de capital de postguerra a las burguesías triunfantes de la
Guerra Civil, dentro del bloque franquista las principales fueron, la oligarquía
financiera e industrial vasca y la burguesía catalana. El bloque de poder del
franquismo dictatorial, no puede entenderse sin contemplar la plena y enorme

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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participación del poder catalán y vasco y ahora van y dicen ‘No se puede pedir a
los emigrantes que se sientan de aquí, sino que se los tiene que obligar. Aquellos
que no quieran sentirse de aquí, no tendrán cabida’. Vila d’Abadal, candidato en
la lista d’Artur Mas. Presidente de AMI, (Asociación Municipios
Independentistas).

Tras las elecciones de 2010, nació un problemón (29-11-2010)

Todo el mundo está pendiente de las elecciones y del partido del siglo, y de la
crisis, seguimos moviéndonos lentamente y seguimos cayendo, ¿hasta dónde,
hasta cuándo? Y ni siquiera en la campaña catalana los electores se han enterado
de que estábamos a punto caramelo de quebrar, porque los ¿líderes? políticos y
mediáticos estaban en otra fiesta. Claro que también están en otra fiesta, la
patronal y sindicatos. Nosotros cada uno a lo nuestro que ya vendrán los
salvadores de lo de todos. Los resultados de las catalanas, no parecen
espectaculares, se esperaba una deriva soberanista o independentista tras la
sentencia del Estatuto, que ahora encauzará CIU, porque si quiere salir adelante
y repetir, deberá poner todo, todo su acento en la crisis económica. Elecciones,
todos los resultados. Generalitat de Catalunya.

La alegría del PP por su papel, resulta un poco casposa, suben los


independentistas, pero ha sido el triunfo del cambio, comienza el cambio dicen,
pero ¿en qué dirección? ¿Hacia el cupo navarro y euskaldún? Y en España ¿quién
quedará para contribuir fiscalmente de forma solidaria al conjunto?, ¿o
empezamos todos a hacer también balanzas comerciales y poner pegas a las
relaciones comerciales intra CCAA? Viva el proteccionismo autonómico, mejor
aún, el proteccionismo tribal. Viva Cartagena libre e independiente, decían en la
Transición y tantos izquierdistas con banderas nacionalistas en todas partes
creían que aquello era progresista. La siembra de la semilla de la independencia
está hecha, como en otros campos dejamos sembrar y hasta la cosecha nadie dice
nada. Durante muchos años en este país, España, muchos han pensado, han
creído, han soñado, que el independentismo era una opción progresista porque
estaba en contra del Estado, y los partidos de izquierda han dejado la crítica al
nacionalismo en manos de la derecha, lamentable.

Como en otras cuestiones, desde la izquierda española se ha abandonado una


política de aclaración del pasado del nacionalismo, ni ERC estaba haciendo una
política de izquierdas –cuando metía emigrantes en trenes para echarlos de
Cataluña, antes de la Guerra Civil-, ni las cosas que uno escucha a sus líderes
pueden considerarse como tal, ni que decir tiene, que los sonidos de los Laporta-
people tienen poco de izquierdismo. Tampoco tiene mucho la deriva nacionalista
del PSUC con su ‘a ver si quedamos por encima de ellos’, intentan ser más
papistas que el papa, pero si alguien quiere nacionalismo, pues va a lo clarito, a
la matriz, mejor que al sucedáneo. Menudo trabajo tiene pendiente la relación
PSOE-PSC, parecido al trabajo aplazado en las izquierdas de toda España, no
olvidemos a la filial de IU en Euskadi en el gobierno Ibarreche. Mientras tanto
en España, como escribe Luis Villarroya ‘17 normas diferentes de etiquetado, o
17 de producción, o de impacto ambiental, o fiscalidad, o…que hayamos pasado

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 40
de un mercado de 45 millones potenciales de clientes a 17 mercados de menos de
3 millones’. Añado, que tendrá algo que ver con nuestra crisis y posibles salidas.
(29-11-2010)

El 12 de septiembre de 2012 se produjo un cambio de rumbo sustancial en


todos los niveles de nuestra sociedad, iniciándose de facto esta nueva fase que
finalizará con la proclamación formal del nuevo Estado catalán
independiente. Asamblea Nacional Catalana.

Nace un nuevo problema, mejor, si quieren ustedes, cobra una dimensión


imprevisible la cuestión nacional, por urgencia, un viejo conflicto que se planta
con fuerza ante nuestras vidas reclamando soluciones. Hay momentos en los que
la historia se acelera, y este es uno de ellos, y de poco sirve esconderse tras la
sábana, -bastante tiempo llevamos paralizados con esta crisis- reclamará rapidez
en los movimientos, esfuerzos para depurar posturas, buscar alianzas y sobre
todo proyección al futuro. Ninguna salida es fácil, de lo contrario ya estaría
resuelto y muchos aspectos de la cuestión son susceptibles de ofrecer brillos
distintos de similar intensidad dependiendo del lugar en que se observe. Utilizar
por cualquier parte el tópico, ‘estos no se enteran’, no puede ser la salida para
dejar de argumentar. El problema lo es por su historia y principalmente por la
fuerza que ha cobrado rápidamente en apoyos populares. El independentismo
que apoyaba un 13% de los catalanes en 1988, dobló apoyos en 10 años y volvió a
doblar al siguiente decenio, hasta llegar hoy a ser preferencia del 50% de los
catalanes.

Al margen de las dificultades legales que actualmente soporta el pacto de


convivencia vigente, las cuales no contemplan soluciones que proponen algunos
grupos, como el pacto fiscal –tipo cupo vasco- o la independencia, la salida debe
buscar caminos políticos. La relación actual está engarzada en leyes españolas y
europeas, normas que puede cambiar la política, por descontado, pero no es
inmediato, requerirá de batallas políticas largas y duras. Una realidad muy
diferente a la almibarada primavera que oigo estos días y que supongo
aumentará. Por ejemplo, ante una secesión, pretender que Cataluña se integrara
sin problemas en la UE es como poco ‘raro’, ya que necesitaría para ingresar de
la unanimidad de estados miembros y resultaría extraño que España votara a
favor de su integración, aceptando la secesión.

¡Paren el mundo que me bajo!, esta expresión define a las claras el sentimiento
de muchas personas. Vemos los telediarios plagados de noticias negativas, -no
solo de la crisis, robos, asesinatos, batallas, algaradas, palizas… en cualquier
ciudad del mundo, pasan por la tele llenando de miedo a los televidentes que en
gran parte lo identifica como si pasara en su pueblo- si vemos la gente que nos
rodea, lo mal que lo pasan, y las expectativas que empeorarán, no es extraño que
la gente grite ‘me quiero ir’. Si de repente, alguien ofrece la posibilidad de un
mundo mejor, sin esfuerzos, sin costes, habrá miles de personas que se apuntarán
a esa nube independentista.

La situación podría ser entendida por los agravios y sentimientos nacionales,


reales o ficticios, también influye poderosamente la crisis en el crecimiento del
sentimiento independentista multiplicando su fuerza hasta llegar a ser la mitad

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 41
de la población catalana. Los nacionalistas de CiU han regado este huerto
soberanista ya que, entre otras cosas, les deja completamente a salvo de
responsabilidades en su historial, recortes a los débiles, deuda, corrupción…de
todo son culpables los ‘extranjeros’. Realmente han hecho un excelente trabajo
de comunicación al lograr hacer creíble la imagen de que los responsables de la
crisis en Cataluña, sean los españoles. Para conseguir resultados de hartazgo en
los vínculos con los españoles, han contado con el apoyo inestimable de la
estrategia de crispación del PP, que tan buenos resultados electorales les reportó
en el resto de España desde los gobiernos de Aznar.

Hay similitudes entre CiU y PP, y entre las izquierdas catalanas y españolas. Los
culpables de la crisis son los otros, los recortes a los débiles y la protección a los
ricos, muestran igual filosofía de sociedad que el PP, la burbuja inmobiliaria y
de crédito catalana tuvo dimensiones similares al resto, las Cajas quebradas, la
responsabilidad de los poderes financieros y sus agentes políticos fueron
similares, como también las dificultades de financiación… El discurso de las
izquierdas no ha calado en ningún punto de España, sigue sin haber una
explicación coherente de lo ocurrido en estos años, ¿qué pasó, por qué, quienes
son los responsables, como se puede salir, que sacrificios exige, que otras
alternativas pueden ponerse en marcha?… En vez de elaborar un discurso propio,
con proyectos ilusionantes, en Cataluña, las izquierdas se ponen tras la pancarta
independentista que les arrastrará cediendo la ilusión de un mundo progresista a
lo identitario, lo xenófobo.

La política pasa a ocupar el espacio. Un hecho fundamental para explicar el rápido


ascenso del independentismo es que el vacío de proyectos de vida se llena con
rapidez, y nuevamente la política intenta desplazar a la economía formulando un
proyecto de ilusión social que encauce la indignación. A pesar de ser
imprescindible para dar el salto adelante nadie ha sido capaz de generarlo para
salir de la crisis en España, ni izquierdas ni derechas. Mientras un cúmulo de
circunstancias ha favorecido que sea el nacionalismo, independentismo, quien ha
logrado mostrar un proyecto contra todos los males, relegando las perspectivas
negativas hacia un proyecto mágico de futuro ideal que puede aglutinar
voluntades bajo el paraguas de la solución a todos los problemas, lo cual por
mentira que sea, consolidará la unidad en el carácter xenófobo, ante la arremetida
contra los otros, los culpables.

Las palabras del Rey, no fueron de ayuda, se convierten en metedura de pata,


puesto que toma partido por una postura y se enfrenta a otras y un Jefe de Estado,
cuanto menos se posicione, mejor, de lo contrario cabe la posibilidad de que en
Cataluña se derrumbe su ‘prestigio’. Parece que el PP usa más al rey que el PSOE,
lo cual acelerará su desgaste, en este sentido se puede decir que los populares
están poniendo al Rey al pie de los caballos. El problema planteado con el encaje
catalán/español que representaba el Estatut, lo es por las dificultades para
encontrar satisfacción con amplios consensos en los distintos núcleos de
población que eviten atropellar a alguno de ellos. Desde luego la solución no
consiste en esconder la cabeza bajo el ala y negarlo, -hoy no me viene bien, no es
buen momento, tenemos otros problemas más graves…- es evidente que hay
cientos de miles de personas que quieren tratarlo ahora comandado por un

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 42
potente sector de las élites catalanas que empuja, en los momentos de crisis,
cuando el otro está debilitado.

Existen grupos de población e intereses diferentes: allí, los que verían favorable
la independencia y los que no, además habrá otros grupos interrelacionados que
tomarán posturas transversales. En el resto de España, -algunos muy pocos
sustentan utilizar tanques- hay los que están en contra de cualquier opción y solo
querrían quedarse quietos, y los partidarios de que se independicen, o los que
defienden la opción federal que es la más cercana a la Constitución y que estaba
contenida en ella. De lo contrario, ¿qué pintaba el Senado, si no era cámara
territorial? En cualquier caso, toda opción debería contemplar a los otros
catalanes en el mismo plano de igualdad ética, legal, política…, allí hay cientos de
miles soberanistas, pero también hay cientos de miles que quisieran mantener un
estatus de españolidad y catalanidad compatibles. Para resolver el problema de
la cuestión nacional, muchos, incluidos padres constitucionales, pensaron en la
opción federal, -habrá que ver si no llegamos tarde a ella- tiene defensores que se
ven las experiencias favorables del funcionamiento de estados federales como el
alemán, norteamericano, australiano, canadiense, belga… situaría en igualdad a
los territorios para discutir entre ellos sus problemas, sin el desgaste actual de
discusión de cada uno con el Estado central, más propio de las confederaciones.

Entre la variedad de los que apoyan diálogo y democracia, los hay cerca de aceptar
el derecho a la autodeterminación, o la capacidad de decidir del pueblo catalán y
no condicionarlo al conjunto del pueblo español, a pesar de que ello sea lo que
recojan las leyes. Hacer un referéndum entre 46 millones de españoles, como
recoge la Constitución al situar al sujeto político en el pueblo español, es un poco
inservible para resolver la situación porque su resultado no minora un gramo el
problema planteado en la población catalana. Pero que un referéndum estatal no
sea útil para avanzar en la búsqueda de soluciones no valida el argumento
contrario, o su injusticia. La Giralda no es de los actuales sevillanos, ni la Costa
Brava de los actuales lugareños de allí, el mero hecho de nacer en un lugar no
debería aceptarse como derecho de propiedad sobre territorios y riquezas
históricas, catedrales, museos, etc.

En todos los casos será necesaria una gran labor de comunicación y debates que
ya han comenzado en los que habrá que intentar que no le encierren a uno en la
pelea dicotómica, típicamente española/catalana. Hay argumentos exagerados
por ambas partes, sin duda, que será imposible evitar por los distintos niveles a
los que se plantean las discusiones, ya que no podemos olvidar que estamos
fundamentalmente ante una batalla política que involucra a millones de personas
que interiorizan sus emociones y su identidad, -sin olvidar sus intereses
concretos- lo cual definirá sus acciones. El debate en la calle, en su mayoría no se
apoya en argumentos académicos, por otra parte, algunos de ellos tramposos,
sesgados, … y sí en tópicos, sentimientos, ideas torcidas, intereses, sueños,
comentarios vecinales, experiencias personales no generalizables…

Los intelectuales orgánicos soberanistas ridiculizan argumentos de los no


independentistas, dando por supuesto la utilización de razonamientos ‘pasados
de rosca’ con la intención de sembrar miedo, y salen a la palestra con pretensiones
académicas que descalificarían los anteriores. Obviando que en muchas

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 43
ocasiones son respuestas a los utilizados por cientos de miles de soberanistas, y
sus órganos de expresión oficialistas que inundan el mercado con ideas tales
como: lo fácilmente que se puede conseguir la secesión, Cataluña estaría en la
eurozona desde el primer momento, los españoles son perversos y
aprovechados, el expolio ejecutado por España hacia Cataluña se cifra en
300.000 millones, los catalanes pagan más impuestos que los españoles, el
déficit catalán es consecuencia de la deuda de España hacia Cataluña según las
balanzas fiscales, no habría deuda catalana en el nuevo estado, la
independencia resolvería todos los problemas catalanes…

(El nacionalismo) invoca la identidad (lo que es es) como justificación de


un proyecto político (lo que se quiere ser y, por tanto, no se es) sin otro
argumento que recuperar lo que se fue (y por tanto no se es) …
Una vez levantado el artificio fundante, el mito original, que es también
estación de destino, los nacionalistas (un conjunto de personas)
sostendrán que otro conjunto más numeroso participa de los atributos
del artificio y que, por tanto, por disponer de una identidad colectiva
que va de la mano de una concepción del mundo, ese otro conjunto
constituye una nación cultural que fundamenta una nación política, una
legítima unidad de soberanía. Unos dicen que otros, muchos más, son
diferentes y que, por ello, pueden estos últimos decidir aparte…
Félix Ovejero, ‘El nacionalismo catalán: de las mentiras de la política a la
política de las mentiras’.

El 11 de septiembre. No todo es igual. El nacionalismo es reaccionario

Chile fue una de las experiencias que formó parte de la formación política de
muchos jóvenes de mi generación. Las imágenes de aquel 11 de septiembre de
1973 sintetizadas en el asalto al Palacio de la Moneda atacado por el fascismo de
Pinochet y la muerte de Salvador Allende, quedaron grabadas en la memoria de
mucha gente. Allende murió defendiendo la Constitución. El 1 de abril de 1939
finalizó la Guerra Civil española que comenzó el 18 de julio de 1936 con un Golpe
de Estado ejecutado por militares nacionalistas arropado por la iglesia y los
fascistas, y por la oligarquía vasca y burguesía catalana. La República fue
derrotada, murió defendiendo la Constitución.

En Cataluña, una parte de la población, dirigida por la ANC, Ómnium, la


Generalitat y parte del Parlament, están poniendo en marcha un golpe contra la
Constitución y el conjunto de derechos españoles y europeos vigentes. Se
sostienen en movilizaciones populares que han organizado élites nacionalistas,
movilizaciones que orientan y dirigen grupos de activistas cuyo objetivo es lograr
la independencia atacando frontalmente la Constitución y el Estatuto, por tanto
suprimiendo los derechos allí soportados a la mitad de los catalanes. Atacar la
Constitución chilena, la republicana, o la española actual, supone oponerse, como
poco, a la mitad de conciudadanos. Lo están haciendo unos catalanes
secesionistas que en votos en 2015 llegaron al 36% del censo electoral, por el que
lograron el apoyo parlamentario ligeramente superior al 50%, gracias al sistema

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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electoral catalán que privilegia las zonas rurales del interior sobre las urbanas y
costeras de Barcelona y Tarragona.

En realidad, existe gran coincidencia entre los territorios más secesionistas, con
los antiguos asentamientos carlistas, tradicionalistas que fueron en aquellos
momentos la expresión contrarrevolucionaria de los intentos liberales
democratizadores de la segunda mitad del siglo XIX, luchadores de la carcunda
nacional-católica, expresada sintéticamente en su gran consigna Dios, Patria y
Fueros. Nuevamente los catalanes no formaron un pueblo homogéneo como
canta el independentismo, se encontraban en los dos bandos. Estudiar el carlismo
facilita muchos elementos para comprender el nacionalismo e independentismo
catalán y vasco, como así mismo las alianzas preparatorias del golpe del 18 de
julio contra la II República y posterior Guerra Civil. - ‘Revolución liberal y guerra
civil en Cataluña (1833-1840) de Manuel Santirso Rodríguez, 1994, Universidad
Autónoma de Barcelona, se puede encontrar en la red-.

Romper una Constitución democrática, insertada en un entorno democrático y


aliado europeo, es imposible sin la fuerza, millones de ciudadanos se sienten
protegidos bajo su manto de derechos iguales para todos, sin apoyarse en los
privilegios del pasado, de algunas familias, sin apoyarse en tradiciones
medievales o del antiguo régimen. Las movilizaciones catalanas no aparentan
violencia al ser promovidas desde el poder catalán, faltaría más. Cualquier
manifestación promovida, organizada, dirigida, vigilada y financiada, desde el
aparato estatal con la colaboración de otros poderes civiles y religiosos no tendrá
dificultades para expresarse sin violencia, estaría bueno. Ello salvo que se le
oponga una fuerza similar con objetivos diferentes que quiera hacerse oír, pero
en Cataluña, hasta ahora, han sido pocos quienes se han opuesto a esas ideas
soberanistas ya que confiaban en las leyes y en el Estado que presumiblemente
ampara a todos los españoles.

Realmente los grados de violencia se intensificaron cuando el proceso lo requería,


los secesionistas, desde las instituciones o desde los grupos de acción, agobian,
agreden, marginan, señalan, a sus convecinos que no sostienen la independencia,
las agresiones irán en aumento, porque la oposición a una secesión unilateral que
se ve cerca, crecerá. No obstante, durante años la violencia en distintos grados la
sufrieron en primera persona quienes simplemente no comulgaban con el
secesionismo, acoso y marginación, amenazas e intimidación, linchamientos y
despidos, marcaje y señalamiento, … Puestos a apoyar personas, los progresistas
podrían apoyar a los débiles y sojuzgados, a los perseguidos ¿por qué no éstas?,
las víctimas.

Los Peter Pan españoles, abrazan las movilizaciones de masas catalanas, los ojos
les hacen chiribitas al ver decenas de miles de individuos moviéndose, olvidan
que en sí mismas, las movilizaciones no dan carácter democrático o progresista a
los objetivos que pretenden. El fascismo, el nazismo, los comunistas, movilizaron
cientos de miles de personas; madres, abuelos, niños, trabajadores, campesinos,
comerciantes, guardias, funcionarios… bien organizados y vestidos y
ornamentados con iguales colores, fueron sacados a las calles y mostrados al
mundo en defensa de sus objetivos nada democráticos y nada progresistas.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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Aquellos individuos no eran monstruos identificables desde lejos, solo en las
películas lo identifican los espectadores, en la realidad eran niños y niñas
disfrutando de la fiesta y el disfraz, jugando con su familia sintiendo protección
de sus padres y madres, rodeados de miles de individuos vestidos igual, cantando
lo mismo, abuelos que soñaban el mejor de los futuros para hijos y nietos, eran
padres y madres que tenían fe en un mundo nuevo en el que resolverían todos los
problemas de la humanidad. La maldad se manifestó después amparada en ese
clima tan emocional e irracional en el que se descalificaba a los no asistentes.
Ahora llamados anti catalanes, como Franco utilizaba lo de antiespañoles, ahora
fascistas, cuando Franco llamaba comunistas. Entonces el fascismo expulsaba a
la mitad de la ciudadanía a los infiernos, igual que ahora hace el nacionalismo,
los considera extranjeros, igual que hacía Franco, recuerden, los fascistas
ganadores se llamaban a sí mismos los nacionales.

Entonces, igual que ahora, quienes participaban creían ser los buenos y el resto
los malos, entonces como ahora los promotores de las movilizaciones eran una
parte del poder, ponían a disposición de los movilizados autobuses y
organización, lugares colocación, juegos… ellos, las élites políticas y económicas,
marcaban consignas principales y decidían por sí mismos los objetivos finales.
No creerán que les dejarán ejercer el derecho a decidir sobre la Diada, ¿cómo, por
donde, consignas, objetivos... Y por supuesto los promotores financiaban la
movilización.

Algún día conoceremos las cifras de dinero del proceso de independencia, la


financiación proveniente de entidades públicas supuestamente de todos, que
desviaban dinero de forma corrupta y antidemocrática, sustrayéndola de las
necesidades del conjunto de los catalanes que satisfacían a solo una parte
ideológicamente diferenciada. Será interesante conocer aquellos que financiaron
la secesión, personas y empresas privadas, las pymes sobrevenidas secesionistas,
por miedo a bloqueos, boicot o de motu propio, no solo habrá independentistas
tradicionales, encontrarán aquellos que sobornaron porque pensaban que una
ruptura aumentaría sus fortunas, o su cuota de poder simbólico para hacer
negocios en la nueva sociedad, o simplemente que les mantendría con salarios
públicos de 100.000 € anuales en buenos cargos de poder institucional. Será
interesante también desentrañar las redes de apoyos que buscan beneficios
geoestratégicos, aunque muchos serán testaferros, está claro que una ruptura en
España y Europa, debilita a ambas, ello es de alto interés para algunos estados y
corporaciones globales ya que les haría ganar poder relativo.

Salvando las distancias del clima de violencia, tanto en Chile como en la España
republicana, también hubo cientos de miles de personas en las calles antes del
golpe definitivo. No, no eran los mismos en un sitio que en otro, de ninguna
manera, siempre hay diferencias concretas en cada lugar y momento, tampoco
son los mismos que en Cataluña, pero sí tienen algo parecido en su justificación,
en ambos casos los golpistas adujeron una nueva legitimidad que les confería las
masas, la gente, el pueblo en la calle, sin duda miles de personas, y adujeron la
necesidad de una nueva legalidad que oponer a la existente. En eso son parecidos.

No es progresista aceptar que un grupo sin tener amplísima mayoría pueda


soliviantar los derechos de todos, y derogar leyes anteriormente votadas por

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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mayorías más amplias, e imponer nuevas leyes sin mayorías similares que
rompan las relaciones anteriores, implica justificar otros golpes pasados o
futuros, como el de Franco. Entonces reprimieron apartaron y fusilaron a los
funcionarios republicanos que respetaban la legalidad constitucional y no la suya.
Una pregunta quedará siempre en la mente de millones de personas ¿Si
éticamente lo pueden hacer unos, por qué no otros?

En Alemania, tras las barbaridades cometidas, mucha gente para defenderse de


colaborar con la represión, se justificaron en la obediencia debida y en el
desconocimiento de asesinatos, ellos quisieron creer que se limitaban a cumplir
órdenes, no sabían, no pegaron un tiro a nadie, no fusilaron. Trataban de
preservar su conciencia para seguir viviendo. Colaborar con la represión no solo
es reprimir, es mirar para otro lado cuando prohíben inscribir una asociación, es
señalar a personas para apartarlas, los lazos amarillos y la parafernalia indepe,
pretenden intimidar y marcar a quienes no los portan, colaborar es facilitar listas
de votantes, o de gente que no va a votar, como explican en la propaganda oficiosa
en las votaciones, es delatar comportamientos privados en el colegio y en la
oficina… En Alemania e Italia, justificaron con la obediencia debida mucha
represión fascista, por eso la Constitución española protege a militares, policías…
dándoles el derecho a desobedecer órdenes que atenten contra derechos
constitucionales de otras personas o que implicaran violencia excesiva para hacer
cumplir la ley.
Ahora vienen los nacionalistas y acólitos y defienden desobedecer, para atacar
derechos constitucionales de todos, desobedecer al Estado, sus leyes y normas, lo
hacen protegidos por su poder catalanista. Pero, a ustedes ni se los ocurra
desobedecer leyes, instrucciones o advertencias del poder soberanista, del poder
político, del administrativo, o de los delegados en colegios, universidades,
empresas, clubs, asociaciones, … siempre que ese poder esté en sus manos, la
desobediencia a ellos, tendrá un alto coste, simplemente no opinar igual
supondrá, como poco, marginación, bloqueos, boicots. Cuenta Ovejero, que hace
poco intentaron presentar un libro en librerías de Barcelona, éstas se opusieron
a ceder un espacio durante unos momentos. En los últimos treinta años conseguir
un local para reunirse o presentar una asociación, … si no estaba en la óptica
soberanista, fue imposible lograrlo, los espacios privados o públicos, en Cataluña,
solo son para el independentismo.

‘’Llamo mundos mentales cerrados a los propios de las sectas, círculos de


elegidos, creyentes en la salvación colectiva, alimentados por ideologías
globales, con respuestas para todo; comunidades que solo reciben su
propia e interesada información y desconfían de cualquier aporte
proveniente del exterior, al que creen hostil, y que castigan o excluyen a
quien se obstina en plantear dudas o mantener opiniones propias… Lo
primero que se necesita para liberarse de esas grutas es, desde luego, una
cierta actitud rebelde, un individualismo, una propensión a la
independencia personal más que a la lealtad incondicional hacia el
grupo…

Ocurre con las sectas, por antonomasia religiosas. Pero también con los
grupos políticos, en general radicales, de derechas o de izquierdas, como

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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nacionalismos o populismos: hablan únicamente entre ellos, leen su
propia prensa, oyen su canal de televisión, no permiten que voces ajenas
les cuestionen su visión del mundo. Lo tranquilizador es que exista una
verdad, garantizada por una autoridad. Lo contrario, lo propio del
espíritu libre, es afrontar la realidad sin armadura, a pecho descubierto,
aceptando que la verdad es múltiple, que sus fragmentos viven dispersos,
que hay que oír a todos y estar dispuesto, hasta el final, a aprender, a
cambiar de opinión. Hace falta mucha fuerza para eso’’.
Salir de la gruta. José Álvarez Junco. 16-07-2018. El País.

Ventajas nacionalistas. Vuelta y revuelta. Lo fundamental es convencer

‘’Podemos aventurar como regla general que cuando un uso o una


creencia no tienen mejor argumento a su favor que sus raíces
tradicionales, su antigüedad real o supuesta, pertenece al orden del
capricho o del fanatismo, pero nunca de la cordura. Las buenas leyes y
los sentimientos de utilidad pública siempre pueden justificarse
racionalmente, sea nuestro interlocutor blanco, amarillo o negro’’.
Fernando Savater. ‘El jardín de las dudas’, Editorial Planeta 1993.

Alguna vez deberían pensar ¿qué hubiera ocurrido si la Seat se hubiera instalado
en Valencia, o Almería? ¿Y si la petroquímica tarraconense, se hubiera instalado
en el Sur en 1966? No hubiera habido necesidad de tantas migraciones masivas
y otro país menos desigual hubiera sido España. Los grandes dictadores del siglo
XX fueron apoyados principalmente por catalanes y vascos, sin los cuales no
hubieran triunfado, ellos pagaron sus servicios. Dirigían el crédito hacía Cataluña
y sus recomendaciones de inversión, además de apoyos directos por aranceles y
desgravaciones, por suministro de mano de obra barata, y creación de carreteras
y redes ferroviarias, marítimas y aéreas, creación de infraestructuras de
comunicaciones, agua, electricidad… si era preciso creadas en las fronteras
aragonesas para servicio catalán. –Y ahora me cuentan élites soberanistas –
alimentadas por sueldos públicos- que Franco mandó andaluces a colonizar
Cataluña, ¡¡¡qué vergüenza!!! Y más, que muchos individuos progresistas
permanecieran callados-.
Puedo entender lo nacionalista, pero mi confusión aumenta si me dicen que
apoyar el proceso es de izquierdas, nunca creí que lo fuera la idea de lo de cada
uno para sí y ¡a los demás que los den por saco! Siempre consideré la solidaridad
como un principio progresista, redistribuir era una de las formas de reducir
desigualdades, en los estados federales suele realizarse a través de los impuestos
y transferencias interregionales, como aquí. Además, las desigualdades se
reducen favoreciendo inversiones y créditos para desarrollar infraestructuras en
las zonas más desfavorecidas y realizando políticas económicas de interconexión
territorial. El movimiento por la independencia quiere dejar de compartir y poner
fronteras. Lo suyo para ellos. Me confunden, y ¿Qué es lo suyo?, sus impuestos. Y
sus riquezas y las tierras y caminos, ¿de quienes serán en particular?, ¿en una
república catalana sus propietarios las repartirán entre todos?, ¿Contribuirán con

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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sus impuestos para reducir desigualdades? Creerlo es una broma que hundirá
más a quienes hoy lo creen.
Lo triste, desde la óptica de izquierdas, es ver los apoyos que recibe el procés por
parte de antiguos colegas de la izquierda radical antifranquista seducidos por el
independentismo, que abrazan su propaganda sin pestañear, mudos ante la
corrupción del partido gobernante durante años en Cataluña, ante las injusticias
que cometen los independentistas a diario sobre la mitad de la población,
separación y señalamientos a quien no sigue los dictados, silencio ante las bases
teóricas supremacistas que conforman el movimiento independentista, mudos
ante la colaboración de las élites catalanas nacionalistas con el franquismo,
muchos de cuyos hijos y nietos conforman los cuadros del secesionismo, mudos
ante la tradición carlista hoy incorporada en el independentismo, el ‘España nos
roba’, ‘Cataluña una colonia’, o ‘los impuestos para quien los genera’. Resulta
patético comprobar cómo el nacionalismo ha logrado abducir a tantos emigrantes
y viejos activistas por la libertad, la igualdad y fraternidad, hasta incorporarlos a
su narración y propaganda. Con muy poquito derrumbaron su endeble andamiaje
ideológico, sustentado en letanías y clichés de antiguas lecturas que los
impidieron hacer análisis concreto de la realidad concreta, lograron su apoyo
simplemente porque luchaban contra el PP y un imaginario franquismo.
Las políticas proteccionistas a la industria catalana fueron habituales desde
Carlos III, generaron riqueza para sus burgueses, por caros contratos exclusivos
para vestir a los ejércitos y haciendo pagar altos precios al resto de españoles,
castellanos y andaluces, extremeños y murcianos, pagaban mayor importe por los
paños catalanes porque los gobiernos de entonces dejaban, con altos aranceles,
fuera de España la competencia extranjera que tenía precios más baratos. Se
beneficiaba a unos en perjuicio de otros, dicho de otra forma, parte de los recursos
de aquellos españoles se desviaban para que los acumulara la burguesía catalana.
–Según Jesús Laínez, Gabriel Tortella en su libro ‘Cataluña en España. Historia
y mito’ cifra en el equivalente a 500.000 millones de euros actuales, lo pagado de
más por los españoles, solo en el siglo XIX a la industria catalana, suponiendo
que las compras se hubieran realizado a los ingleses.
Los impuestos en España, en Madrid y Cataluña, gravan a las personas, no a los
territorios, su recaudación señala que la concentración de ricos que viven en
Madrid y Barcelona es muy grande, accionistas y empresarios residentes allí,
cobran rentas de empresas que en gran parte obtienen sus beneficios en el resto
de territorios, desde bancos a fábricas de coches. La pregunta debe ser ¿está bien
o mal que paguen impuestos? porque ya dudo de casi todo. Y si está bien que
paguen impuestos, no me hagan creer que lo correcto es que los invierta el estado
en su barrio. Eso es lo que piden los teóricos del independentismo, no una, ni dos,
sino miles de veces...
Desde luego cualquier solución pasa por mantener una acción constante por los
valores ilustrados, la libertad, igualdad y solidaridad, sin emprender esta lucha
cualquier solución no será tal, sino remiendo por un día. Se trata de convencer
sobre la superioridad de unos valores laicos, ilustrados sobre otros basados en la
magia y los privilegios de unos, sobre falsos pasados idealizados o presentes en
los que Cataluña es más libre, igualitaria que nunca en la historia. El estado
federal no les place, prefieren la independencia. No atienden órganos comunes,

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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típico del federalismo, para resolver problemas, todos unidos voluntariamente en
un común. Ellos practican ya la confederación, tratar de tú a tú al estado, se
olvidan del resto de autonomías o estados federales españoles. Los
independentistas ya se han ido de España, solo aceptan negociar entre estados
iguales, Cataluña y España.

Los independentistas no quieren compartir, pretenden la soberanía absoluta, con


la que sueñan como si estuviéramos en el siglo XVII, cuando la soberanía
compartida es la única posible en el siglo XXI, en un mundo globalizado,
intercomunicado, interdependiente, y máxime en Europa. Un altísimo porcentaje
de leyes y normas españolas son acuerdos compartidos con la UE, no son
imposiciones de Europa, puesto que formamos parte de su elaboración, nadie en
su sano juicio acepta hoy otra forma de soberanía que no sea compartida, salvo
ellos.
No se contentarán con ventajas porque se consideran el pueblo elegido, al modo
de Israel, y creen que este es su momento. La mayoría independentista creyó que
había llegado la hora de la independencia, creyeron que por fin tendrían el poder
absoluto, lo cual supone no compartir nada de soberanía. Los podemitas se
equivocan cuando hablan de proponer la soberanía compartida con la que
pretenden aplacar la fiera nacionalista. La soberanía compartida es lo que existe
ahora en el estado federal que es España, mejorable sin duda, pero no desdeñable.
La soberanía compartida está reconocida constitucionalmente, y en las leyes
europeas, con la UE y la eurozona compartimos soberanía nacional. La soberanía
compartida también es la ejercitada por la Generalitat y Parlament, a diario desde
hace muchos años, en la enseñanza, sanidad, orden público, etc. etc., por eso en
los atentados de agosto 2017 aparecieron ante el mundo como un estado,
mientras el Estado quedaba tras el telón.
El franquismo creó anticuerpos españolistas, necesarios en la lucha contra la
dictadura, pero que mantenidos hoy muestran una carencia de racionalidad muy
poco progresista, dichos anticuerpos son alimentados permanente por la
excluyente derecha, pero no solo es su responsabilidad, las izquierdas han
regalado la Constitución a la derecha, las izquierdas han regalado España y su
historia a la derecha españolista. Y se han echado en los brazos de nacionalistas
periféricos, católicos, racistas y supremacistas, sin poner en cuestión los
argumentos ideológicos que fundamentan la independencia, y eso es parte de la
batalla política y forma parte de las soluciones políticas.
No es justificable, no puede ser progresista, el diferente comportamiento hacia
los nacionalismos periféricos, mayor simpatía cuando se trata del catalán y vasco
que el mostrado ante los mismos hechos reaccionarios protagonizados por otros
sectores, no tiene justificación la tolerancia hacia opiniones xenófobas y acciones
opresoras y represivas realizadas por nacionalismos periféricos en sus
territorios. Si reprimir por mostrar banderas cuatribarradas era condenable,
también lo es cuando se persigue y queman otras banderas, si denunciable era la
opresión hacia la lengua catalana, del mismo modo será cuando se trate de
represión a la lengua española. Y no lo duden existe en la sociedad y enseñanza
en Cataluña.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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Últimamente parece que todo se mueve, el Estado se defiende, pero solo es la
superficie. Lo fundamental es convencer a decenas de miles de jóvenes de que la
secesión no es revolucionaria, ni más democrática, ni más progresista, que una
España constitucional a la que hay mucho que mejorar, pero no destruir.
Convencer implica razonar, escuchar y leer viejos teóricos de uno y otro lado, no
dar por buenas las consignas y clichés a favor de la independencia, no se puede
apoyar el nacionalismo y la xenofobia del independentismo basado
profundamente en una búsqueda constante de diferencias raciales, por múltiples
intelectuales y políticos, del pasado y actuales. Nunca debió considerarse
progresista el apoyo a políticas basadas en la xenofobia, ni antes, ni mucho menos
ahora, precisamente hoy que los científicos se cuestionan hasta la existencia de
las mismas razas como concepto.

Cualquier política a desarrollar debe contener como básico convencer de que


España no solo son los individuos y tópicos que los indepes manejan, también
somos usted y yo, y centenares de miles de ciudadanos progresistas actuales, y la
clase obrera catalana, que no se ve por ninguna movilización indepe; la huelga
general catalana de noviembre 2017, como de costumbre, las movilizaciones en
las calles y carreteras son mayoritariamente de jovencitos y funcionarios, pocos
obreros industriales en uno de los territorios más industrializados de España. Lo
principal será convencer de que los españoles no solo fueron Franco y Mola,
también Azaña y Giner de los Ríos, Tuñón de Lara, y los ilustrados y los
republicanos del XIX y del XX, y la Institución Libre de Enseñanza, y el enorme
movimiento anarquista y los socialistas y comunistas y los luchadores
antifranquistas y los demócratas de antaño y los actuales; jóvenes no solo hay en
las calles de Cataluña, también están en las universidades y en el paro y
trabajando y otros muchos están por el mundo, o por Badajoz o Zamora…

El grado de gasto público de un estado y su distribución territorial, puede


considerarse una medida de descentralización que en cierto sentido mide la
cualidad federal de ese estado, entendida como la atribución de soberanía que
comparten diferentes territorios con distintas administraciones públicas
gobernando en ellos. A pesar de los cabreos que se originan diariamente, que
para algunos justifican la conveniencia de una desmembración del estado para
dirigirlo hacia una federación, la realidad concreta que ofrecen los estudios es que
España es un estado federal, comparable con otros estados federales en cuanto
atribuciones cedidas a los territorios, las CCAA, tiene una estructura particular
con algunas deficiencias, como la financiación, etc. y el Senado que habrá que
reconvertir ya, en Cámara Territorial donde diriman sus diferencias los
territorios y no siempre en peleas bilaterales con el Gobierno Central, más propio
de una confederación que de federación. Pero España es un estado federal.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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Los dos cuadros proceden de: ‘El gasto público en España en perspectiva
comparada: ¿Gastamos lo suficiente? ¿Gastamos bien? publicado por Santiago
Lago peñas y Jorge Martínez-Vázquez en la revista Papeles de Economía
Española núm. 147 del año 2016. En el primer cuadro, (Gráfico 10) la
comparación se realiza para el período 1995-2012, entre España y los países
europeos de la OCDE, que prácticamente son la UE, entre ellos hay algunos
federales como Alemania, Bélgica, Austria. El gasto público total como porcentaje
del PIB imputable a gobiernos subcentrales –territoriales- españoles se
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
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encuentra sobre el 25%, mientras en el caso de gobiernos subcentrales europeos
representa un 15%. El segundo cuadro (Gráfico11) compara gastos de los
gobiernos subnacionales, territoriales, por funcionalidad y como porcentaje del
PIB. Para hacerlo sencillo pueden mirar solo la cifra expresada para 2011, barra
azul completa, pero merece detenerse en los componentes de gasto, testimonian
un catálogo de atribuciones que tienen los territorios tales como: educación,
sanidad, orden público, cultura, protección social, medio ambiente, vivienda, lo
cual es una muestra de soberanía cedida/compartida.

En España a comienzos del siglo XXI por encima del 40% del gasto público total
lo gestionaban los territorios, que pasaría a ser un porcentaje superior al 50%, si
excluyéramos la Seguridad Social del cómputo Central, supone un 27% del total,
la Administración Central gasta un 23%, sin S.S. El componente mayor del gasto
público son las pensiones que paga el Estado central. Las CCAA concentraban en
2001 la mitad del empleo público, el 70% si se excluye la Seguridad Social.
‘Mediterráneo Económico, núm. 10, Cajamar. ‘Un análisis comparado del gasto
público autonómico’. J.M. Domínguez, R. López del Paso y N. Rueda. Y ante esto,
¿qué hacemos, destruimos todo lo realizado, autodeterminamos todos los
territorios y comenzamos como si estuviéramos en la Edad Media a crear una
república federal? ¿No parece un poco estúpida la idea?

Lo progresista es luchar contra la reacción que representa el nacionalismo, contra


políticas y objetivos que hunden sus raíces en la xenofobia, en el tribalismo; lo
progresista es no apoyar poner fronteras, contra políticas lingüísticas que
condenan a los catalanes de segunda fila, antes emigrantes constructores de
Cataluña, a ser marginados de los puestos de representación y responsabilidad.
Lo progresista es luchar contra las injusticias cometidas a diario, contra gente que
ocultan, por el mero hecho de no apoyar la independencia y son desterrados
socialmente. Progresista es luchar contra la credibilidad generada por los
independentistas, contra los dogmas que difunden los poderes soberanistas y
defender la igualdad de derechos para toda la ciudadanía. Progresista es luchar
antes de que sea tarde contra el tradicionalismo, el nacionalismo y el fascismo
que se está instalando tras la cortina de la independencia.

Canta Raimon, ‘D’un temps, d’un país’:

Lejos de recuerdos inútiles


Y de viejas pasiones
No iremos a la zaga
De antiguos tambores.

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LA SECESIÓN NO ES UNA REVOLUCIÓN

‘’Una revolución es la toma del poder político de forma violenta y rápida,


sin respetar las leyes vigentes que produce transformaciones profundas y
duraderas en el orden jerárquico, la distribución de las riquezas y las
instituciones de una sociedad… ‘’
José Álvarez Junco, ‘’Las revoluciones entenderlas o adorarlas’’. Claves 254.

Entre la mitad del siglo XVI y el siglo XVIII, una revolución hizo su aparición en
Europa, grupos de ilustrados, recogiendo tradiciones filosóficas y avances
anteriores eclosionaron en doscientos años y rompieron con la historia anterior
abriendo múltiples campos a un pensamiento laico, enfrentado a los poderes
religiosos y políticos, gentes con conocimientos científicos, humanistas y
filósofos, comenzaron a explicar el mundo, la naturaleza y el ser humano dentro
de ella, sin necesidad de utilizar dioses ni recurrir a poderes mágicos. La
búsqueda y explicación de la naturaleza y del ser humano fuera del corsé que
imponían las religiones, permitieron avances enormes en las fuentes de
producción de alimentos y de elementos materiales, el pensamiento científico
permitió reducir enfermedades y atemperar el dolor, se produjo un gran salto
adelante que remedió grandes miserias humanas, una revolución cambió la vida
de la humanidad, la Ilustración.

Un elemento fundamental guiaba la filosofía y los estudios, el pensamiento laico


y humanista, buscaba explicaciones y soluciones a los problemas entronizando al
ser humano como soberano. La Revolución americana –declaración de
independencia en 1776- y posteriormente la Revolución francesa –declaración de
derechos del hombre y ciudadano en 1789- convirtieron el pensamiento ilustrado
en pensamiento político y social situando desde entonces en el frontispicio del
pensamiento de los progresistas ideales de libertad, igualdad y fraternidad, -o
solidaridad- como patrones que guiaran la actuación de los individuos en su
camino hacia una revolución.

Muchos individuos que vivieron los estertores del franquismo, algunos desde el
activismo de la extrema izquierda, otros que simplemente lo soñaron, apoyan la
autodeterminación de Cataluña en la creencia de que están ante una revolución,
imaginan aquellas sobre las que leían o les contaban sus amigos en los años
sesenta y setenta; aunque, extrañamente ésta no tiene costes, ni aparente
violencia, es festiva y cercana a una romería familiar en su representación
externa, no en su organización represiva, y dirigida desde los poderes fácticos

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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catalanes, que incluye la burguesía catalana, aquella que formó parte del bloque
de poder golpista, guerra-civilista y franquista hasta hace poco.
Bajo el síndrome de Peter Pan, ensoñación de la eterna juventud, aquellos viejos
activistas de izquierda radical creen que el mundo actual continúa siendo el
mismo que aquel en que vivieron y soñaron, y ahora imaginan que ellos vuelven
a ser protagonistas de la historia. Otros actúan como si en España viviéramos en
el franquismo permanente después de 40 años, lo cual es sencillamente de locos,
de dementes seniles, políticamente hablando.
Soñadores revolucionarios hay variados, al menos de cuatro tipos: los hay viejos
antifranquistas con cierto grado de frustración, los hay maduritos de vida
acomodada que nunca lucharon de forma que comprometiera su futuro, pero que
se quejan de todo resultado, hay jóvenes que solo conocen esta sociedad
democrática en la que vivimos pero han escuchado o leído sobre utopías y sueñan
con aventuras triunfantes, los grupos anteriores tendrían como referencias
libertarias y revoluciones comunistas, socialistas/marxistas algunas de corte
anticolonial. También existen creyentes en revoluciones que traerían el hombre
nuevo, fascista, son un cuarto grupo. Creen que las movilizaciones en Cataluña le
acercan a un soñado objetivo revolucionario que entonces no vivieron, -sí
vivieron el anti franquismo, no la revolución-. Desde entonces, la ilusión
revolucionaria fue destruida por la realidad en aquellos lugares del mundo donde
se creyeron triunfantes, Rusia, China, Este de Europa, Sudeste asiático, Cuba,
Venezuela… Hoy ese sentimiento difuso de utopías se envuelve en el concepto
democracia, bastante alejado de aquellas teorías de la revolución, y lo adhieren a
las movilizaciones catalanas que están siendo utilizadas por mucha gente, dentro
y fuera de Cataluña como bálsamo rejuvenecedor.
Lo que sucede en Cataluña, cambiar una parte en la estructura de poder, se
asemeja más a un golpe de Estado, que no siempre son ejecutados de forma
violenta, sobre todo cuando nadie opone resistencia como ha ocurrido hasta
ahora. –Sucedía en el pasado, por ejemplo: Primo de Rivera, no necesitó prácticas
violentas ya que no encontró resistencia en septiembre de 1923-. Lo que está
ocurriendo no es una revolución, no producirá transformaciones profundas y
duraderas en el sistema productivo, ni en las relaciones de desigualdad, la
autodeterminación no pretendió ni por un momento modificar la propiedad de
los medios de producción, tampoco provocará nueva distribución de las
riquezas; los propietarios de activos, tierras, inmuebles, fábricas, medios de
transporte… seguirán siendo los mismos.
En cuanto a producir transformaciones profundas y duraderas en el orden
jerárquico, tampoco serán visibles para los trabajadores, estudiantes, jubilados,
pequeñas empresas, autónomos, o los poderes económicos… Sin embargo, es en
este apartado en el que se pueden producir mayores cambios, incluso algunos no
deseados por quienes iniciaron el proceso, aquellos individuos y grupos
independentistas que no recibían apoyo superior a un 20% durante muchos años
podrían ser desplazados. Hasta que llegó la crisis y un conjunto de factores
empezó a sumar adeptos a la lucha por una posible autodeterminación pintada
como solución a todos los problemas de todos los catalanes.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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La élite política que se está constituyendo durante el proceso de secesión de los
últimos años, no coincide con la del pasado histórico, no solo hay nombres
nuevos, también hay intereses nuevos, y no aparece ligada tanto como antaño a
las élites económicas catalanas. Es verdad que sin financiación adecuada este
proceso no hubiera podido mantenerse en el tiempo, ni crecido hasta representar
casi la mitad de la población, el baño de dinero inicial ha sido determinante para
darle impulso, aunque puede estar abriéndose una etapa en la que los dirigentes
políticos cobren autonomía momentánea respecto al poder económico. Entre las
más altas élites económicas hay diferencias por mitad, respecto al proceso
secesionista, -la UE es fundamental- que encuentra su mayor apoyo en las clases
medias altas, y de apellidos catalanes, disminuyendo a medida que bajan las
rentas y aumentan los apellidos castellanos, lo cual es coincidente, élites,
triunfadores, representantes sociales… son apellidos catalanes. Aunque más de la
mitad de los catalanes, nacidos allí, tiene apellidos castellanos, las élites políticas
se concentran en lo catalanista, con una extrema sobrerrepresentación social,
Alejandro Macarrón ofrece un dato: “Como anécdota (o categoría) a destacar,
los cinco apellidos más comunes en Cataluña son García, Martínez, López,
Sánchez y Rodríguez. Entre el 8% y el 9% de la población catalana desde 1980
tiene uno de estos cinco primeros apellidos. Pero ninguno de los 102 diferentes
consellers del gobierno catalán desde 1980 ha tenido ninguno de ellos como
primer apellido, y sólo dos tienen un segundo apellido de esta lista de cinco
apellidos principales”

Algunos hijos de familias burguesas, tradicionalmente participan en puestos


dirigentes, pero en general los nuevos militantes, modernos pijos protegidos por
el dinero público, son abogados y economistas, arquitectos, ingenieros, nuevas
profesiones tecnológicas, curas y cargos eclesiásticos y de colegios religiosos,
añadan, cargos de la administración y empresas públicas, periodistas en
radiotelevisión y prensa, industriales y comerciantes medianos, propietarios de
tierras en mayor número que grandes industriales, comerciantes y financieros…
En las experiencias fascistas europeas, tanto en Italia, como en Alemania y
España, la capacidad de ejercer el poder político y represivo apoyado por
movilizaciones masivas, incorporó nuevos protagonistas en las relaciones de
poder, y entonces como ahora, piden su parte de poder económico
constituyéndose como nuevo grupo de élite entre las clases medias altas. El
ascenso de cuadros medios en la estructura de mando independentista es visible
en ANC, Ómnium Cultural, en la multiplicidad de organismos y asociaciones
vinculadas al proceso, o en instituciones como Generalitat, Parlament,
Ayuntamientos, Congreso de los Diputados…
Las grandes corporaciones financieras, industriales y comerciales son más
europeístas en sus intereses, por tanto, más dependientes de los mercados
internacionales, y estos hoy empujan hacia el apoyo a la UE, aunque es visible el
interés de una parte de los poderes geopolíticos por debilitar Europa, -Rusia,
Trump, ultranacionalistas europeos-, lo cual lograría la secesión. Aunque en
grandes empresas haya ejecutivos independentistas, tradicionales o modernos,
pueden mostrar simpatía a la causa para mantener el equilibrio, o bien se
someten a las presiones políticas para apoyar en cuanto ven peligrar su posición
por campañas mediáticas contra ellos. Pero, cuando la cosa se pone seria, son los
grandes fondos de inversión, los gestores de las bolsas mundiales como Wall

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Strett, o los fondos europeos, quienes influyen en las decisiones de las grandes
corporaciones, -Caixa Bank, Sabadell, Seat, etc.-
No existe una clara postura en torno a la independencia del conjunto de la
patronal catalana. No parecen apostar por una secesión real, por un país
independiente al margen de la Unión Europea, aunque sí contemplan obtener
ventajas fiscales y de posicionamiento en nuevas situaciones negociadoras que
facilita el proceso, por lo que el juego de apoyos puede estar abierto. El proceso
no nació como revolución, no se construyó con tal objetivo, el principal interés
explicitado de la autodeterminación, desde el inicio y con mayor intensidad que
cualquier otro, en mayor número de documentos y por el mayor número de
colectivos, fue el que puede sintetizar la idea de ‘el dinero de Cataluña que se
quede en Cataluña’. Esta idea se difundió con consignas como ‘España nos roba’,
‘Somos una colonia’ ‘Cataluña paga demasiados impuestos’, etc.

Los trabajos de Kiko Llaneras en los tres cuadros aquí presentados son expresivos
de que los mayores independentistas tienen rentas más altas, que coincide que
son obtenidas, en mayor proporción, por nativos catalanes con abuelos catalanes,
-menos de la mitad de la población catalana-. Dicho de otra forma, el catalanismo
que defiende la independencia, tiene gran parte de sus élites entre los viejos
apellidos catalanes que al mismo tiempo son los ricos del territorio. Otros
estudios dan resultados similares, con la salvedad de que, subiendo hasta arriba
de la escala económica, entre los más ricos, no existe apoyo mayoritario.
Un aspecto que va apareciendo durante el proceso, es que los poderes catalanistas
que lo iniciaron no está claro sean los finalmente vencedores entre los de su
propio bando, las parcelas de autonomía del poder político sobre el económico se
han hecho patentes en la dirección del proceso. Aquellos que crearon las bases,
objetivos y tácticas para defender el derecho a la individualidad de los ricos, su
dinero para ellos, su poder para sí solos, su territorio para los elegidos, que eran
ellos, probablemente no serán quienes dirijan la parte final del proceso. Por el
camino, como ocurre siempre, se han sumado otros protagonistas, líderes
políticos que dirigen y mandan, aunque ninguno ni antes ni ahora haya citado
nunca como objetivo de la secesión realizar grandes modificaciones sociales,
ninguno de los protagonistas políticos que ejercen su autonomía respecto al
apoyo del dinero se ha atrevido a marcar objetivos revolucionarios que
produjeran movimientos en la propiedad, en la organización del trabajo en
fábricas comercios y empresas, nadie plantea salirse o modificar la sociedad de

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mercado, o apartar a la iglesia de los principales lugares sociales, que tiene hoy
asignados en el proceso…
Lo que ocurre en Cataluña va en dirección contraria a una revolución, ha barrido
los movimientos sociales, y sometido a sus líderes, sus objetivos y formas de lucha
al sueño exclusivo de independencia, objetivo que en la práctica se entiende, al
igual que fe religiosa, como la Asunción católica, en que la secesión dará paso a
una nueva sociedad, sin élites, sin paro, sin explotación, sin desahucios, sin
precariedad, sin globalización, sin mercados, igualitaria, sin discriminaciones...
Ha expulsado las clases en el sentido tradicional de lucha obrero-patrón, trabajo-
capital, siendo Cataluña una de los mayores enclaves industriales de España no
se producen huelgas fabriles, ni paros en el aparato productivo catalán, han
desaparecido reivindicaciones sindicales sobre salarios, precarización, paro,
derechos laborales, desaparecido las luchas de barrios tan grandes en la
Barcelona de los setenta… el movimiento independentista parece ocupar el
terreno por las clases medias, los empleados públicos y sus familias, por
empleados de la sanidad, educación, medios de comunicación, empresas
públicas, comerciantes, etc. Ni derechas ni izquierdas, típico del fascismo.
La dirección ideológica bebe en la larga tradición de autores catalanes que fueron
escribiendo dando forma a la base nacionalista, racista y supremacista, -
Francisco Caja, ‘La raza catalana. I y II. El núcleo doctrinal del catalanismo’
Ediciones Encuentro, 2009- la economía siempre estuvo cercana a defender el
catalanismo, aunque presta a asociarse con el estado español para obtener
subvenciones, aranceles, o la intervención armada para aplastar catalanes que
atentaran contra su propiedad. La dirección política fue ejecutada por los
nacionalistas durante los últimos 30 años desde los poderes catalanes
instaurados tras la Transición. En 1990 se conoce un documento elaborado por
Pujol y su equipo para ocupar puestos clave de la sociedad, se aprueba por
Convergencia como ‘Programa 2000’, del que se hace eco ‘El País’ en artículo de
José Antich, 28/10/1990 y ‘El Periódico de Catalunya, el 28/10/1990’.

Páginas 26 y 27 de ‘El Periódico’ del 28/10/1990

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 59
La actual dirección política soberanista incorpora nuevos elementos, continúa
dirigiendo el enfrentamiento contra el Estado con movilizaciones teatralizadas,
controladas y uniformadas, típicas del fascismo que vimos en la niñez y como
antaño apoyadas por los poderes, ahora catalanes, políticos, ideológicos y
económicos, con derroche de medios logísticos. Naturalmente sus integrantes
creen ser buena gente, respetables padres de familia, que nunca creerán estar
realizando nada malo, ya que solo construyen su patria. Igual que en el pasado
ninguno de aquellos lejanos manifestantes creía estar haciendo otra cosa que
engrandecer su nación y abrir el camino a una nueva sociedad.

Las movilizaciones independentistas han sido principalmente de funcionarios


públicos, de oficinas institucionales, empleados de enseñanza y sanidad,
periodistas y empleados de medios de comunicación, de servicios culturales y
sociales… todos vinculados a los poderes fácticos en manos independentistas que
totalitariamente dirigen Cataluña. Muchos jóvenes mostrados en miles de fotos
pueden apreciarse como de clase media alta, pijos, que diría Marsé, proceden de
universidades y colegios religiosos que aportan bastantes de estos activistas, -la
iglesia fue en el pasado factor decisivo en la creación ideológica del
tradicionalismo, carlismo, nacionalismo, siendo hoy uno de los principales focos
independentistas, agitando y movilizando, como lo hizo en Euskadi, utilizando
los niños de escuelas infantiles como unidades de agitación y adoctrinados con
prácticas similares al fascismo. A estos grupos se suman los importantes haces
independentistas procedentes del interior rural, territorios coincidentes
históricamente con los de implantación de tradicionalistas-carlistas. ¿Y los
obreros dónde están?
‘’…pero las revoluciones, sobre todo para sus creyentes o entusiastas, son
también mucho más que eso: son explosiones colectivas de protesta, con
aspectos trágicos, pero también festivos, que sustituyen el orden social y
político existente por otro basado en principios como libertad, igualdad y
justicia’’. José Álvarez Junco, ’Las revoluciones entenderlas o adorarlas’.
El independentismo no pretende cambiar el orden social y político existente por
otro, el process nunca fue diseñado para sustituir la jerarquización social
catalana, ni la propiedad de los activos, el gran cambio pretendido es hacer
absoluta su soberanía, manteniendo el sistema, pero gobernado en su totalidad
por ellos, sin injerencia exterior, creando fronteras, y expulsando lo español del
que consideran su territorio, su finca particular. Nadie dijo nada sobre sustituir a
élites dominantes en las instituciones catalanas fueran deportivas, culturales,
empresariales, mediáticas, productivas, comerciales… para dar paso a los
manifestantes de las Diadas a dirigir esas instituciones. Nadie propone repartir
riquezas, modificar la estructura productiva, colectivizar los medios de
producción públicos y/o privados, ni se pretende nacionalizar los servicios
públicos, ni siquiera se habla de tomar el control de las autopistas cuya concesión
ya caducó hace años, no es este el objetivo.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 60
El tsunami secesionista barre los demás movimientos sociales

Las gentes se han apuntado a políticas populistas, la indignación contra los ricos
y poderosos, contra banqueros y especuladores, contra corruptos y vividores, han
logrado darle vuelta para eliminar los sentimientos progresistas de millones de
personas, que abandonan los partidos de izquierdas y pretende barrer apoyos a
la Constitución, hoy el único bastión de solidaridad existente para trabajadores y
categorías populares, ese bastión lo quiere romper el soberanismo, no para crear
una sociedad más progresista, con mayores derechos, libertades y solidaridad
para con los trabajadores y necesitados, sino para ahorrarse pagar impuestos
destinados a financiar el estado de bienestar, la esencia de su propaganda, el
expolio fiscal, proclama romperlo para mejorar ellos. Acabar con la solidaridad,
para instaurar el individualismo, cada uno con lo suyo, los impuestos para cada
cual. La libertad individual del liberalismo entronizada, el yo por encima del
nosotros, el individuo sin sociedad.

Miguel-Felipe escribió lo siguiente: ‘’Y dicho esto, parece claro que el


repunte independentista tiene poco que ver con la pasión histórica y
bastante más con la actitud de cientos de miles de españolic@s jóvenes de
cualquier sitio que se "independizan" en Inglaterra, Alemania o donde
pueden... O con el desapego de la España existente que hace dos años
lanzó el 15 M’’.

En el sentido global del párrafo podríamos estar de acuerdo si éste pretende


expresar que bastante del movimiento secesionista de los dos últimos años está
alimentado por la desafección causada por la crisis económica, en cuanto a la
incorporación de número de personas y movilizaciones, influye en ese y otros
procesos, sin duda. Pero discreparíamos si pretende decir que el proceso de
secesión de Catalunya está dirigido u orientado por los indignados, 15-M o
similares a los que podemos ver en otros países. Nos encontramos ante uno de
esos momentos históricos en los que, a una grave crisis económica, política y
social, le salen otras crisis que estaban larvadas, contenidas sin fuerza
suficiente, que dirigen la rabia en otra dirección diferente a la de resolver los
problemas que la despertaron. Por otra parte, no conviene olvidar que, en los

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 61
países con fascismo triunfante, Italia, Alemania, España, los movimientos
sociales desaparecieron; salvo los controlados por el poder fascista.

No existe en los movimientos cercanos al 15-M, una fuerza tan grande, un nivel
de centralización, organización coordinada y objetivos tan concretos y precisos
de secesión y construcción de otro país fuera del Estado español. En principio,
una cosa es la sensación de desprecio por todo lo que está pasando, basada en la
precariedad laboral, la pérdida de derechos sociales, la corrupción imperante, etc.
etc. y otra distinta es el proceso de independencia de Catalunya, dirigido por las
élites catalanistas que no pretende responder a las desigualdades económicas y
políticas, pérdida salarial, precariedad, paro, desahucios y pérdida de derechos
conquistados durante 35 años, esa ruptura de la equidad provocada por la crisis,
está en gran parte generada por las mismas élites independentistas, que no
pretenden aumentar impuestos, ni siquiera nombrar el fraude y evasión fiscal,
una de las consecuencia de los zarpazos de la crisis en todas partes, los menores
ingresos impositivos los compensan con menores gastos sociales, reducen el
estado de bienestar.
A las élites económicas del movimiento independentista no se les pasó por la
cabeza ninguna revolución, a los líderes políticos tampoco, ni tan siquiera
regenerar la democracia, de hecho, el movimiento ha ido alejándose cada vez más
de aquel 15-M que al menos decían pretenderlo; CiU aquel partido inundado de
corrupción se transmuta en otro y punto, los procesos se alargan y sus gentes
siguen por las calles y el dinero sin aparecer. Muchos de aquellos individuos son
protagonistas secundarios en el proceso actual. Comparen ustedes, varios
presidentes autonómicos madrileños están encarcelados, casi todos los ministros
de Aznar procesados o han pisado la cárcel, montones de políticos valencianos y
madrileños pasan desde hace año por juzgados… ninguna movilización, ningún
recuerdo exculpatorio, y algunos se atreven a hablar de que el proceso es una
revolución. El independentismo mueve las calles y colegios para expulsar lo
español, al Estado, para romper la Constitución, hoy a años luz de progresismo
de los proyectos de leyes catalanas conocidas, con ello pretenden lograr la
quimera del poder absoluto para la élite soberanista, en el mundo globalizado del
siglo XXI.

Al proceso secesionista se han sumado los descontentos sociales del momento,


eso parecen indicar los estudios de opinión recogidos por la Generalitat que
situaban los aspectos vinculados a la crisis como principales problemas y no la
cuestión del encaje Cataluña-España, hasta hace unos meses, en los que el
movimiento soberanista se apoya y recoge todo lo que se mueve para dirigirlo
hacia la independencia y no para dotar a Cataluña de unas políticas diferentes al
austericidio, comenzado por la Generalitat antes que en el resto de España. El
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
Manuel Herranz Montero Página 62
movimiento no se dirige a conseguir mayor contribución fiscal de los pudientes,
para consolidar y evitar recortes, sino precisamente el objetivo es lo contrario,
pretende lograr menores contribuciones netas, bien porque paguen menos
impuestos, o porque obtengan retornos garantizados de los mismos.

El objetivo independentista pretende ahorrar costes fiscales a los pudientes


catalanes, lo cual es un ataque directo contra parados y pensionistas catalanes,
extremeños o andaluces, que en estos momentos parte de sus apoyos sociales
están pagados con los excedentes contributivos de los ricos de otros lugares de
España, como en cualquier otro estado moderno. Cataluña, es junto con Madrid,
Valencia y Baleares, únicos contribuyentes netos a la caja común, ya que el resto
de CCAA, son receptoras. Apoyar que los pudientes que contribuyen no aporten
impuestos a la caja común es una postura reaccionaria, anti progresista,
profundamente anti izquierdista, o más claramente, es una política neoliberal,
que los ricos no paguen impuestos para los trabajadores es aquello de ¡que se
jodan!, su dinero para ellos que le sacarán mayor tajada. Esa es la esencia de la
ruptura que están apoyando cientos de miles de personas.
El debate se soporta en las emociones, porque se pretende más difícil de combatir
argumentalmente, extender la división social basada en la identidad nacional es
un artificio que pretende agrupar más personas en torno a un componente de
odio irracional para enfrentar al enemigo, a los otros, a los que culpa de las
miserias reales o inventadas, el artificio al mismo tiempo debe crear una
identidad superior digna del poder despreciar al otro, por tanto, con mayor status
sobre el resto. Llevado al extremo se degradará tanto a los otros para aceptar su
infra humanidad, su miseria, marginación y hasta... La identidad nacional se
nutre de elementos xenófobos, como la superioridad étnica, lingüística y
económica, lo cual supone minusvalorar a los otros, la supuesta mayor
legitimidad nacionalista lograda por historia, cultura y sufrimientos, implica
despreciar la legitimidad democrática igualitaria por inferior, la
legitimidad constitucional lograda por la ciudadanía es inferior por ser de los
otros, que serán los enemigos.

En el debate ningún aspecto debería hurtarse, en su prensa y Parlament se debate


poco, menos con argumentos racionales, -a veces lo cierran y punto, no hay
debate alguno- de cualquier informe de la Generalitat difunden unos datos y
ocultan otros, silencian las posibilidades de mejora actuales, se esconden los
costes de permanecer o romper con el Estado. Difunden la creencia de que vivirán
en un mundo feliz y todos los problemas se resolverán en el paraíso de la
independencia, lo cual es un insulto al sentido común. Es la religión, si haces
sacrificios ahora, el futuro será bueno, entonces tendrás, allí será, pero ¿y ahora,
¿cómo resolvemos los problemas actuales? Si hay fuerza para llevar decenas de
miles de personas a cogerse de la mano y formar una cadena, ¿por qué no usar la
fuerza para acabar con el austericido y mejorar la sanidad? ¿Por qué no resolver
el fraude y evasión fiscal que acabaría con la deuda, por qué…?

Jordi Soler escribe en El País, ‘Los argumentos independentistas no resisten el


razonamiento: se basan en la ilusión’. Es cierto, la cuestión es que van ganando,
precisamente por la ilusión. Sin duda afecta al segmento de población que apoya
el soberanismo, pero es insuficiente mirar solo ese segmento de gente que se

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 63
suma al proceso con alegría visible, resulta preocupante la ilusión de muchos
trabajadores y sectores desfavorecidos españoles que piensan que aquello de la
separación no va con ellos, incluso lo ven con simpatía, porque luchan contra el
Estado español, que ya es sabido su carácter derechoso, todavía más
preocupante es que piensen que no les influirá el proceso de ruptura. Los hay que
más allá, en la desconfianza, interpretan el proceso soberanista como una cortina
de humo para tapar las miserias de la crisis, ¡inventada por Rajoy!

Millones de españoles no son conscientes de que los costes económicos de una


separación perjudicarían a trabajadores y jubilados. La secesión está
íntimamente ligada con derechos laborales, pensiones, condiciones de vida,
posibilidad de crecimiento económico común… además de con aspectos
emocionales de ruptura fraternal y nadie sabe si con otros episodios hoy no
vislumbrados. La contribución neta a la caja común la realizan fiscalmente los
individuos que viven en las comunidades ricas, contribuyentes netos son las
CCAA de Madrid, Catalunya, Baleares y Valencia, el resto son receptoras, salvo
los casos de las ricas Euskadi y Navarra que no contribuyen por el concierto-
cupo particular del que disfrutan. Si algunos españoles en territorios
históricamente atrasados han podido mejorar sus condiciones de vida en estos
últimos 35 años, en parte ha sido posible por la redistribución fiscal del Estado,
la esencia socialdemócrata, piedra angular del estado de bienestar, que se dotaba
entre otras, de las contribuciones fiscales de individuos pudientes y
corporaciones con altos beneficios, en mayor parte asentados en los territorios
contribuyentes netos citados arriba.

Si los ricos se van, si los más pudientes no contribuyen al Estado y éste deja su
labor redistributiva, millones de ciudadanos empeorarán sus condiciones de vida.
Si los ricos dejan de pagar impuestos o consiguen que solo se gasten en su
territorio, -ese es el primer objetivo de la secesión-, las dificultades las notarán,
parados, dependientes, trabajadores y jubilados, será una de las mayores
agresiones que hayan vivido nunca estos grupos de personas. Este es uno de los
aspectos del problema, sin duda hay otros, culturales, sentimentales, ... A
mediados de 2013, los principales problemas que perciben los catalanes, son
precariedad laboral, con tres veces más peso que las relaciones Catalunya-
España, y funcionamiento de la economía, lo cual muestra al nacionalismo
barriendo todas las emociones vinculadas a la crisis económica hacia sus
intereses, sin duda un éxito de propaganda populista, pero que podría arrojar
resultados desastrosos para las clases trabajadoras y medias.
Mientras transcurre el proceso otras cuestiones se ocultan, desaparecen de
escena ¿qué está pasando con lo público en Cataluña?, lo que era de todos se
vende a manos privadas a buenos precios. No es serio defender que hoy se esté
haciendo una revolución en Cataluña, salvo la neoliberal, dirigida/respaldada por
los dirigentes catalanistas. Un ejemplo lo tenemos en la sanidad catalana, Marta
Carreras y Roger Bernat en ‘Mapa de la privatización sanitaria en
Cataluña’, Nueva Tribuna. Repasan la situación y escriben: ‘’Desde 1990 la Ley
de Ordenación Sanitaria de Cataluña (LOSC) definió el modelo sanitario
catalán como un modelo mixto… Así, a partir de 1995, se crearon las entidades
de base asociativa (EBA) modelo de autogestión en la sanidad pública, por el
que algunos profesionales se hacen cargo de centros de atención primaria

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 64
mediante sociedades limitadas profesionales privadas con ánimo de lucro… Las
EBAs han acabado por ser un gran negocio para un reducido grupo de
médicos... Estos beneficios crecieron incluso durante los recortes, calculados en
casi 11 millones en los últimos años. ... Los Consorcios son otro tipo de
organización entre varias empresas de los que no existe un registro público... La
mayor fragmentación se da en la atención hospitalaria. 57 hospitales integran
el Sistema Integral de Salut (SISCAT) de los que los 8 pertenecientes al
INSALUD durante la transición pasaron a ser gestionados por el Instituto
Catalán de la Salud (ICS). Dependen de entidades locales públicas y privadas,
consorcios y corporaciones religiosas que gestionan también en muchos casos
la atención primaria de su zona. ... El presupuesto del Departamento de
Salud pasó de 9.700 millones en 2010 a tocar fondo en 2014 con 8.200, después
de sucesivas rebajas. En cambio, el grupo privado IDC pasó de recibir 71
millones en 2010 a recibir 127 en 2012. En 2013 la reducción del presupuesto de
Atención Primaria respecto a 2010 fue del 22%’’.

La Secesión, reacción populista en tiempos de crisis

El nacionalismo, una variante —o un pariente próximo— del populismo,


es, acaso, la expresión más consumada del uso político de la mentira.

El nacionalismo, entiéndase, de base étnico-identitaria, que surge por


oposición —y, por eso mismo, es pensamiento reaccionario en sentido
estricto— al ideal de nación política que cuajó en las revoluciones
democráticas de inspiración ilustrada, señaladamente, en la Revolución
francesa: la nación como un conjunto de ciudadanos libres e iguales
comprometidos en la defensa de sus derechos y libertades. Frente a esa
idea de nación, republicana, el nacionalismo étnico defiende
comunidades políticas sostenidas en esencias/espíritus del
pueblo (Volksgeist) impermeables a las mudanzas del tiempo.

Félix Ovejero, ‘El nacionalismo catalán: de las mentiras de la política a


la política de las mentiras’.

Una gran ola de populismo inunda Cataluña con el proceso a la independencia.


Nos encontramos ante la primera reacción populista de grandes dimensiones que
se produce en España en esta crisis. El secesionismo ha llenado un vacío político.
Una parte importante del ascenso nacionalista es una reacción a la
marginalización de grupos sociales, procedentes de la emigración y
descendientes, de extracción obrera, y de servicios. Los problemas catalanes
antes se deben al capitalismo, a la globalización, a los mercados y los emergentes,
problemas similares a los del resto de España y Europa, pero ahora todos los
problemas sociales en Catalunya se deben a los españoles explotadores, los
problemas los generan los de fuera, los de dentro son santos, la independencia
lo resolverá. Se ha demonizado a los españoles durante muchos años y ha calado.

La gente ha concluido que las izquierdas, los verdes, anarquistas, socialistas,


comunistas, ya no son sus partidos porque no resuelven sus problemas y se lanzan

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 65
en brazos de los populistas, del nacionalismo, al encanto de la solución imaginada
a sus miserias, la crisis de la izquierda puede potenciar estas cosas, la gente se
apunta a quienes le prometen soluciones. -En otro plano ya vemos grupos
fascistas que reparten comida en Grecia y España, acercando a los desvalidos a
sus encuadramientos-. Aquí el secesionismo no ha llegado a fascismo,
globalmente, si en sectores, aunque la magia populista de solucionar las
tremendas dificultades de la gente opera en la afiliación por la independencia,
todos deberían saberlo los que afilian y los afiliados, la responsabilidad individual
también existe y cada cual que se arrima al nacionalismo, debería tener claro
quiénes son los suyos, los que pueden comprenderle más adelante porque
compartan similares condiciones de vida y trabajo, porque después nos
encontraremos con un ejército de alumnos de colegios privados en los escaños
del Parlamento, que en este caso serán las élites soberanistas.
Las cuestiones que rodean una vida, salarios, vivienda, trabajo o paro, las
pensiones, sanidad, las condiciones de los barrios, los colegios con instalaciones
desconchadas sin materiales, con pocos profesores y muchos alumnos mezclados
por aulas, sin libros, desahucios, salario social, o ganarse la vida como mejor se
pueda, todo eso y mucho más, no cabe en la óptica del independentismo, salvo en
la solución por secesión. Se han abandonado otras miradas necesarias, otras
identidades, de clase, de sexo, de otros territorios, la común creación de un
cuerpo cívico político con una identidad nueva. La derecha españolista y
catalanista haría bien en percatarse de la necesidad del movimiento sindical y los
partidos de izquierda, imprescindibles para mantener un espacio común de vida
colectiva distinto a la selva. Cuando no quede nada que perder, porque todo esté
perdido, la selva aparecerá repentinamente.
¿Cuántos nacionalistas estuvieron con Franco o fueron cargos entonces y lo son
ahora? ¿Cuántos individuos de las élites catalanistas han estudiado en colegios
públicos junto con trabajadores y migrantes, o por el contrario estudian en
colegios de élite, privados, sin sometimiento a leyes catalanas de educación?
¿Cuántos de entre ellos no tienen estudios, cuantos trabajaron en fábricas, en el
tajo o en el campo con sus manos? Los grupos de poder catalán estudiaron en
colegios privados, viven en las mejores casas, tienen los mejores coches, los
mejores empleos, las mejores vacaciones, las mejores rentas, prestigio poder…
¿Qué une a esa casta con miles de individuos que hoy apoyan la independencia y
que están en el paro, que no tienen sanidad, ni posibilidad de comprar libros para
sus hijos, que trabajan de camareros o vendedores, obreros en fábricas o
trabajadores en oficinas, que los une? ¿Acaso querrán lo mismo quienes
ordenaban y pegaban con las porras a los indignados que sufrían los golpes? No
viven en los mismos barrios, no fueron a los mismos colegios, no trabajan en los
mismos entornos laborales, no saben lo que es la precariedad, …
‘’En cuanto al remedo de “República Catalana pura y sin mácula” en
que ya está convertida la semidictatorial Generalitat, 240 cargos del
Govern (240, no 24) cobran más que el propio Sánchez . Frente a los
81.000 euros anuales de éste, Torra el Tenebrós percibe 147.000, y
encima tiene a su servicio 413 “personas de confianza” —413— con sus
abultados salarios. Los consellers reciben 110.760 euros, un 55% más
—un 55%— que los ministros del Gobi erno estatal. Los directores de
TV3 y de Catalunya Ràdio, Vicent Sanchis y Saül Gordillo, no les van

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 66
a la zaga, con 109.080 cada uno. No es extraño que actúen como
felpudos. También son cuantiosos los sueldos para los famosos
fugados: 82.210 euros para Meritxell Serret, 85.000 para Lluís Puig,
etc, etc.’’ Javier Marías, ‘Que raro virus’.

Las élites catalanas y sus seguidores practican el populismo con desparpajo,


aparentan respeto y defensa del trabajador y emigrante, han pasado a ocupar el
liderazgo de opinión entre una población que desprecian por cultura, por dinero,
por etnia, pero que pretenden utilizar como su particular ejército de liberación
nacional. Las políticas que promueven los ricos, sintetizadas en los impuestos
para los que los pagan, o lo que es lo mismo, no pagar impuestos, reducirá el
estado de bienestar de los trabajadores, se presentan como necesarias para el
bienestar social de los catalanes todos, -de repente ya no hay negros ni blancos,
todos grises, solo que unos son claros y otros oscuros-, y los medios de
comunicación nacionalistas hacen el resto, financiados y partícipes de los mismos
intereses.

El gran hallazgo: el derecho a decidir, pero solo la autodeterminación

Quien imaginara la consigna, encontró un filón, está claro que nadie estará en
contra de la facultad de decidir sobre su futuro. Sin embargo, como toda realidad
la apariencia no es igual a la esencia. A la mayoría de gente bien-pensante le
parece que esto es lo más democrático y algunos un poco obnubilados, creen que
el nacionalismo está dando una lección de democracia a los españoles, ya que
interpretan esta reivindicación en clave ciudadana, se pretende ejercitar ‘para
saber qué quieren los catalanes’, cuando se trata de una maniobra dentro del
proceso de independencia. Para saber lo que quieren hay suficientes técnicas
estadísticas y sociológicas, incluidas las elecciones que se celebran cada poco
tiempo. Por supuesto sería declarada la independencia si saliera el voto favorable,
con mayoría simple afirmativa, sobre mayoría simple presentada, lo cual daría
como válido un resultado favorable para declararla del 27%. Aunque si saliera
mayoría contraria, como está ocurriendo en las cuatro ocasiones votadas hasta
2018, volveríamos nuevamente a la casilla de salida.

El referéndum debe ser oficial, por lo tanto, primero hay que romper el
marco constitucional español con la proclamación parlamentaria. En
referéndum posterior a la comunidad internacional recomienda un
mínimo del 50% de participación con un 55 % mínimo de votos
afirmativos.
Asamblea Nacional Catalana. Razón 16

Interpretación: Con solo un 27,5 % de apoyos del cuerpo electoral


declararían la independencia. Ninguna comunidad internacional
recomienda eso, todas las referencias internacionales de los que aceptan
este tipo de situaciones, que son relativamente muy pocos, siempre citan
amplias mayorías, y nunca admiten que una minoría de población pueda

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 67
obtener la independencia. El 55% de voto afirmativo sobre participación
del 50%, representa un 27,5% de población. ¡Enorme locura!.

El resultado sería una regresión, un referéndum sobre la autodeterminación de


una parte del Estado, que pudiera decidir una minoría es una revolución fascista.
La consulta es muy poco comprometida para el secesionismo, saldría gratis, sin
costes añadidos en caso de perder, volvería a empezar al año siguiente desde el
mismo punto, y todo resuelto. La utilización de la consigna sobre el derecho a
decidir sobre la secesión de Catalunya, ha demostrado ser un arma política de
primera magnitud dificilísima de combatir y su instalación entre la gente sigue
imparable. A pesar de las dudas que suscita entre el pensamiento progresista, que
no acepta que fuera ejercido ese derecho en el pasado por los catalanes en la
misma medida que lo hizo el conjunto del pueblo español. Los independentistas
lo plantean como una recuperación de algo inexistente, que existió en el
imaginario pasado y ahora no existe en su territorio, para lo cual quieren
modificar unilateralmente todo el marco jurídico legal que lo hizo posible en el
conjunto de España desde la Transición.

La autodeterminación no se contempla en ninguna constitución, solo está


reconocida por la ONU para territorios coloniales, mediante la resolución 1514,
de la XV sesión de 1960 aplicada al Sáhara; y la resolución 2625 de 1970, del XXV
período de sesiones que reconoce la libre determinación para territorios
colonizados y oprimidos, -libre determinación que separa de secesión de estados
ya constituidos- es decir reconoce el derecho a la descolonización en territorios
dominados, gobernados y explotados por extranjeros, sobre poblaciones sin
derechos a decidir organización social, ni económica, ni gobernantes, ni leyes,
algo extremadamente alejado de Catalunya, resolución que se redactó en
referencia a las colonias del tercer mundo.

Quienes deciden hoy en Cataluña sobre la mayoría de cuestiones que afectan a la


ciudadanía, son los políticos soberanistas y la burguesía catalana, tan carcunda
como la españolista que ponen de ejemplo como enemiga, los soberanistas copan
todos los poderes, controlan los medios de producción, fábricas, negocios,
comercios… pasando por las tribunas mediáticas, prensa, radio, televisión… la
cultura, el deporte, comercio, la banca, la política… y las direcciones de todos los
partidos como indica la deriva que ha tomado el asunto, de tal forma que la
igualdad de oportunidades entre diversas posturas no existe, ni en la calle, ni en
las instituciones, ni en los medios, ni en la ley electoral que prima el interior rural,
sobre las grandes concentraciones urbanas.

Los conflictos de clase han desaparecido de la faz de Cataluña sustituidos por el


identitario nacional, como los franquistas en mi niñez, dicen: ‘todos juntos
empujando el carro con los mismos intereses’, aunque esos intereses lógicamente
serán los del grupo dominante, suena antiguo. La vida no es solo un conflicto en
torno a la producción, los problemas que nos invaden son transversales en gran
parte, de sexo, ecológicos, de raza, de religión… de identidad, pero una cosa es
que existan conflictos cruzados y otra que hayan desaparecido como por ensalmo
todos los conflictos anteriores quedando todo reducido a la autodeterminación.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 68
Esto es una revolución, dicen quienes lo apoyan y surgen preguntas ¿Los
trabajadores tendrían ese derecho a decidir, sobre objetivos de producción, nivel
de salarios, condiciones de trabajo, horarios, ritmos… en fábricas y tajos,
comercios y bancos? ¿Una vez conseguido, los vecinos decidirían sobre qué
construir en los suelos del territorio, dónde poner parques y escuelas, cuantos
metros edificar en cada bloque, a cuanta distancia del mar…? ¿Por qué no el
derecho a decidir sobre la política de austeridad?, por ejemplo, en relación a la
urgente reforma fiscal que debería hacerse, sobre los impuestos, tipos y cuantías
que las empresas y los más pudientes deberían pagar. La revolución que se
anuncia concederá Derecho a decidir, en qué partidas recortar, a quienes subir y
bajar sueldos, en qué sectores y empresas invertir y cuánto. No conocemos que
los documentos sobre la secesión contemplen conceder un Derecho a decidir
sobre las condiciones de trabajo y pensiones, sobre implementar urgentemente
planes masivos de empleo en nichos y sectores productivos, decidiendo sobre
inversiones a utilizar, los recursos que ya existen por muchos rincones –
Catalunya Caixa recibe 12.000 millones de € ayuda pública del Estado -

Las gentes que se movilizan por la independencia no tendrán Derecho a decidir


sobre la justicia a los Pujol, y a los corruptos del 3%, no podrán decidir sobre cómo
deben reprimir las fuerzas de seguridad las manifestaciones de los indignados
cuando se celebran en espacios públicos, incluso no decidirán si deben ser
reprimidas las corrupciones, o mejor todavía, no podrán decidir a quienes
deberían detener y violentar, a los corruptos catalanes, a los recortadores de
derechos sociales que venden a bajo precio la propiedad colectiva como la sanidad
y la educación…Derecho a decidir sobre la ley electoral… con cuanta
proporcionalidad, eligiendo la circunscripción electoral y número mínimo de
diputados elegidos. Derecho a decidir a las mujeres sobre el uso de su cuerpo y
sobre cuestiones de brecha salarial y de igualdad de representación y al conjunto
de personas sobre las libertades civiles, laicas. Sería necesario poder decidir sobre
el tipo de energía a desarrollar y sobre los precios de producción que no utilicen
el coste más alto que deja inmensos beneficios a los que producen barato, como
actualmente. Esta secesión habla de conceder mayor derecho a decidir sobre la
protección de bosques, espacios naturales y costas… ¿Por qué no decidir sobre
ayudas bancarias a las Cajas catalanas y sus condiciones de retorno?, y mientras
se producen, decidir sobre su gestión ¿Acaso estas cuestiones son más difíciles de
lograr que la secesión? O simplemente no están en la agenda.

El liberalismo, los neoconservadores, Reagan, Thacher, Aguirre, Aznar, Pujol,


Mas… se llenan la boca diariamente de la palabra libertad, reclaman a los
gobiernos y a la sociedad su derecho a decidir. Quieren gastar lo que ellos decidan,
en lo que quieran, decidir cuánto pagar de salarios y con qué derechos contratar,
reclaman poder decidir en donde invertir y cuanto cobrar por el uso de sus
carreteras, sus escuelas, sus hospitales, que dicen es su derecho construir…
porque según su patrón de libertades, todo el mundo debería decidir libremente
qué hacer con su vida, pero sin el Estado de por medio, sin leyes, lo cual deja el
terreno expedito para los poderosos. Las libertades que el neoliberalismo predica,
el derecho a decidir que ellos reclaman, es la libertad de los poderosos de llevar
el dinero que consigan explotando a millones de personas a un paraíso fiscal…
Esa es la revolución propuesta por la autodeterminación.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 69
Dirán que esto no tiene que ver con el derecho a decidir que reclaman los
catalanes, pero en cuanto derecho a decidir es similar, unos pueden reclamarlo
desde posiciones nacionalistas y otros desde posiciones rojiverdes, o malva-
negras; desde posiciones religiosas o laicistas, se puede reclamar desde
posiciones burguesas o proletarias, lo pueden reclamar los ricos y los pobres…
Todos quieren tener derecho decidir. ¿O no? ¿Es ilimitado en el tiempo? ¿Todos
los territorios, aldeas, ciudades, regiones… tienen el mismo derecho? ¿Todos los
individuos lo tienen, quien los designa? ¿En las fábricas los obreros tendrían
derecho a decidir?

Despotricar y maldecir a menudo olvida que el pueblo español -y catalán- actuó


como sujeto político y ejercitó repetidamente el derecho a decidir en numerosas
elecciones, y decidió viviendo en las antípodas de los negros estadounidenses, a
pesar de las proclamas de los dirigentes indepes que pretenden asimilar dichas
luchas y las condiciones de vida y represión de libertades de los afro-americanos
con los que se quieren comparar, lo cual es un insulto brutal a la inteligencia
humana. Nuestra realidad social y política fue construida por muchas
sensibilidades distintas en la Transición, con mayor peso de unas que de otras,
sin duda, pero esa nueva legitimidad creada en ningún caso formó
un apartheid con grupo poblacional alguno.

El derecho a un referéndum, para saber, reclamado en Catalunya, se transmuta


realmente con un referéndum sobre la independencia, revisable anualmente si no
sale el resultado apetecido –juro que lo he leído y escuchado a los
independentistas, como cualquier otra elección, decían- pero no piensan el
derecho a decidir para los supuestos anteriores, porque los partidos tradicionales
y los nuevos están dirigidos por individuos de procedencia burguesa, propietarios
o herederos de activos, o instalados en la casta que buscan su lugar en el poder
político y no pretenden decidir sobre la organización social, solo sobre la
autodeterminación.

Los independentistas sobrevenidos y una parte de los antiguos han interiorizado


que todos los males que padecen son culpa de los españoles, de los otros, y
además los otros, son todos iguales en su identidad maligna, represora y
explotadora, mientras ellos ungidos por un espíritu santo, recién nacidos sin
mácula, limpios de cualquier pecado. Así me apunto hasta yo, al bando de los
buenos, por supuesto, si puedo elegir sin costes, no me voy a apuntar con los
malos. El sentimiento independentista ya existía desde mucho tiempo atrás, lo
nuevo ha sido la cantidad de gente que se ha sumado, con ilusionantes
perspectivas mágicas que orientarán su nueva vida formando parte del grupo de
los buenos, algo que no encuentran por otras partes, al tiempo que les brinda la
tranquilidad de haber localizado a los culpables de todos sus males.

Todo el esquema propagandístico planteado por el secesionismo, se ha apropiado


del principio democrático del derecho a ser independiente, repartiendo carnets
de demócratas al viejo estilo franquista, los que tuvieran otras ideas no son
demócratas, y encima omite una realidad actual que pesa sobre todo estado o
nación. No existe la autonomía absoluta en el contexto político global europeo de
hoy, la soberanía es compartida, así que el derecho a referéndum sobre
autodeterminación, pretendiendo estado propio inserto en la UE –al margen de

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 70
su extrema dificultad- es bastante ilusorio, por cuanto la pertenencia obligaría a
compartir el derecho a decidir sobre múltiples cuestiones económicas,
legislaciones sociales, política exterior, procesos fiscales, monetarios, políticos, ...

Tenemos soberanía compartida, que implica no tener derecho a decidir devaluar


la moneda, que es común, no podemos decidir emitir moneda para inyectar
liquidez, que disolviera la deuda y proyectara crecimiento, no tenemos
independencia para implantar una tasa Tobin, sería inútil si no se instala en el
resto del espacio europeo, no tenemos derecho a mantener una guerra frontal
contra los paraísos fiscales, porque sin la cooperación de la eurozona será
imposible, etc. etc. Nadie en el mundo tiene soberanía absoluta, todo está
interrelacionado en un mundo global. Así que, si quieren jugar, pues derecho a
decidir para los de Barcelona y Tarragona y Sabadell, Galapagar y Gandía y… cada
año un referéndum para ver si Tortosa se va, o ¿una vez logrado se eliminará para
el resto? Por descontado los lugareños de Vic, podrán declarar la guerra a Francia,
en el ejercicio de su derecho a decidir. Todo territorio naciente genera nuevas
minorías dentro del mismo, según su postulado, deberían tener el derecho a
independizarse y decidir sobre su futuro en cada momento. Una insensatez la
dichosa consigna.

Independentismo catalán, una forma de neoliberalismo

¿El retorno de impuestos a los mismos territorios? pero, ¿por qué tiene que haber
retorno a los que pagaron? devolver el dinero de los impuestos a los ricos se
pretende revolucionario, romper el criterio de solidaridad interterritorial
español, y europeo, se presenta como revolucionario. A un neoliberal se le ocurre
la feliz idea de denunciar que los impuestos son una carga, dinero de nuestros
bolsillos que nos obliga a pagar el Estado, pagamos sin obtener nada a cambio,
gritan los pagadores y pretenden que les ayuden a lograrlo. Quieren olvidar las
luchas históricas del movimiento obrero por recuperar una parte de la plusvalía
que le arrebataron, pretenden tapar tras la cortina secesionista la historia de
conquistas posteriores a la II guerra Mundial. Acabada la Guerra había millones
de obreros armados, derrotados los fascismos y con un sistema comunista que
hacía competencia al capitalismo, aconsejaban repartir parte de la plusvalía,
reducir desigualdades, y una de las vías que se utilizó fueron redistribuir los
impuestos recaudados por el Estado hacia los más necesitados pagando un salario
social como forma de asegurar la paz a cambio de unas condiciones de vida que
garantizaran educación, sanidad y mantenimiento en los días de imposibilidad de
trabajar, por paro, enfermedad o vejez.

En Europa se formalizó un contrato social que tomó el nombre de Estado de


bienestar, que dura hasta hoy. Tras la derrota de los sistemas comunistas a finales
de siglo, la globalización y la interconexión de mercados productivos y
financieros, los ricos del planeta, entre ellos los catalanes, creen llegado el
momento de eliminar los impuestos, consideran superflua esa contribución que
hacían para garantizar la seguridad y el equilibrio de una sociedad. Lo empezaron
formulando en la época de Reagan y Thacher, entonces lo formularon bajo la
teoría de dejar los impuestos en manos de los ricos, porque decían que ellos
generaban actividad económica y así caerían unas migajas al resto,

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 71
posteriormente trasladaron la producción industrial a los países emergentes con
ínfimas condiciones laborales y mínimos derechos evitaban los costes de salarios
occidentales mientras su dinero volaba de un país a otro. Se extendieron por
todos los rincones paraísos fiscales y leyes con subvenciones, exenciones, y
puertas abiertas a toda treta fiscal… y ahora, nos quieren convencer los
independentistas de que los impuestos deben quedarse en casa de quien los paga,
que suena realmente a que los impuestos son para quien los paga, exigiendo su
devolución, un eje de la autodeterminación.

Según su argumento, ¿tendremos que devolver los españoles, miles de millones


de ayuda comunitaria que hemos recibido de la UE? Durante años pasados hemos
sido uno de los países del mundo que mayor volumen de ayuda haya recibido
nunca, en cifra superior a lo que representó en la posguerra mundial el Plan
Marshall estadounidense en Europa. También recibió ayudas de la UE Cataluña.
Un principio de política europea es el de los que más tienen deben contribuir en
mayor medida, con el que manifiestan disconformidad los independentistas
catalanes. Mala tarjeta de presentación para solicitar la entrada en un club que
tiene establecida como una de sus reglas obligadas la contribución solidaria de
las regiones ricas hacia las regiones pobres, porque ¿alguien duda de que una
supuesta Cataluña europea tendría que contribuir a la UE? La contradicción de
postulados secesionistas es permanente, presumen de sus buenos datos
económicos para convencer a la audiencia de que si los utilizaran para sí mismos
serían todos más ricos. Pero, precisamente dichos argumentos de potencialidad
económica justifican su contribución solidaria, en España y en Europa, que es
contra lo que protestan.

Porque efectivamente los impuestos los pagan personas y empresas,


pero, el retorno vía inversiones y gastos presupuestarios se refiere a los
territorios, a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas.
Argumentario independentista, razón número 33.

En el imaginario secesionista no existe la redistribución, uno de los aspectos más


importantes del estado moderno se hace desaparecer, precisamente lo cercano a
las izquierdas, aquello que fue considerado revolucionario, igualdad, libertad,
solidaridad o fraternidad. La filosofía contenida en el párrafo anterior, -razón
33- es abiertamente neoliberal, dice, los impuestos para quien los paga, que los
devuelvan. La teoría sustentada por los soberanistas dice los impuestos pagados
por quienes viven en La Moraleja o en el barrio Salamanca de Madrid, en
Pedralbes o las Tres Torres en Barcelona, tienen que retornar a esas personas que
pagaron, o a invertir en sus barrios, pero entonces ¿por qué pagarlos, para qué
hacer la pantomima y el gasto de recaudar para devolvérselo a los mismos? Si
aceptamos que lo normal es retornarlos a su origen, apoyamos el criterio de que
se queden en sus empresas y bolsillos, que es realmente lo que dicen los ricos del
mundo y los defensores del neoliberalismo.

Supuesto que el cuadro inicial fuera cierto, -lo cual hay que poner en duda por la
experiencia repetida de manipulación- la idea que transmite la propaganda es lo
esencial, la solución que proponen parte de la filosofía neoliberal y aplica
modernas técnicas xenófobas, la culpa de todos los males la tienen los
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
Manuel Herranz Montero Página 72
extranjeros, los españoles nos roban nuestras riquezas, nos quitan nuestro
trabajo, ellos se llevan las ayudas sociales que te daríamos, los otros culpables…
Están diciendo ‘dejemos de pagar sus vicios con nuestro dinero, porque ya se
sabe, son vagos, que no quieren trabajar’… los recortes en Cataluña son culpa
de ellos, porque se llevan nuestro dinero los vagos andaluces. Lo increíble, lo
peligroso, es que esta argumentación se haya extendido como la espuma entre
individuos que se decían de izquierdas.

O no es tan raro, porque situaciones similares confirman las encuestas sobre las
bases sociales de apoyo de los partidos ultraderechistas y xenófobos en Europa
en territorios de antiguos votantes a partidos obreros. Llevan al simplismo de
meter en un saco a los españoles y en otro a los catalanes. Dos grupos en el que
todos sus integrantes se hacen aparecer como iguales, para fabricarse un enemigo
fácil de identificar, simplifican y retuercen la realidad para auto posicionarse
cómodamente en el bando de los buenos, lo cual es el criterio utilizado por los
xenófobos, extienden el miedo a los diferentes, los de fuera y generan hostilidad
y rechazo hacia los otros por peligrosos, por lo que hay que identificarlos y
marcarlos para separarlos.

Limitar el problema de la secesión catalana al reconocimiento de un sentimiento


indentitario oprimido, es estar ciegos ante la importancia de los aspectos
económicos en el impulso que han dado ERC/CiU y en la toma de decisión por
parte de las élites catalanas a favor de la independencia. Ambos aspectos –
identidad y economía- influyen fuertemente en la cuestión de captación de
voluntades. Ambos aspectos requieren explicaciones si pretenden convencer de
su injusticia y regresión a miles de personas que ya los han asumido como
propios, y encima bañados con un halo revolucionario para justificar
cómodamente la postura individual de independentista sobrevenido. Imposible
vencer sin convencer, dejar como único camino el aceptar el enfrentamiento que
está en la base de la idea nacionalista de exclusión es un error, por insuficiente.
Aunque para convencer se han perdido muchos años, ahora será más difícil,
porque una vez tomada postura, las personas buscan reafirmarla buscando ideas
en su grupo rechazando leer/escuchar a otro distinto al suyo.

Esta es una secesión liderada por argumentos de ricos que se quieren largar,
llevándose sus pertenencias, su territorio con todo lo en él contenido, con gran
aparato populista, y por supuesto apoyados en sentimientos catalanistas reales,
ya que toda coartada necesita partes de verdad para ser realmente creíble. Una
parte de los privilegiados, una parte de las élites económicas y políticas catalanas,
se dicen ‘hasta aquí me sirvieron los españoles, a partir de ahora, en un mundo
globalizado de poco me valen los mercados nacionales y menos en una Europa
comunitaria’, en la que creen poder estar por sí solos, además quieren pagar
menos impuestos en un estado nacional hecho a su medida, lo cual significará
menor redistribución, menor estado de bienestar catalán.

Anuncian la reducción del salario social, reducir el estado de bienestar, como


forma de abaratar costes, ya me dirán cómo es posible con una deuda superior a
40.000 millones de euros –en 2012-. Piensan en tener menos regulaciones y
mayor facilidad para saltárselas, consideran que es mejor que los capitales sean
globales, hoy más sencillo que antes, y las cortapisas para ellos, dicen que siguen

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 73
siendo españolas. El modelo de sociedad que se vislumbra no es precisamente
revolucionario, en el sentido que manejan las izquierdas, al revés, parece un
modelo social similar al americano, menores impuestos, menor gasto social y
mayores diferencias, alejándose de la sociedad europea que conocemos.

El independentismo es una forma de neoliberalismo apoyado en la libertad del


dejar hacer, dicen los poderosos, los ricos y corporaciones: dejarnos ser libres,
aquello que me impida hacer lo que quiero no es bueno, que nadie me obligue a
pagar impuestos, lo democrático es hacer lo que quiero. Están convencidos de
que su importancia económica en medio de mercados financieros globalizados,
les posicionará con el norte junto a los privilegiados de Europa, -interesante
opinión norte sur de Gil Calvo- y encontrará mejor financiación e integración
separada de los pobrecitos españoles. Lo cual es una contradicción entre lo que
piensan las élites, y lo que escriben y difunden para sumar independentistas, el
mensaje hacia fuera, habla de una Cataluña rica y próspera, mientras que el
difundido al pueblo es el de una Cataluña empobrecida por la explotación
española. Por supuesto nunca aparecen culpables catalanes de corrupción y
prebendas, nada sabemos de culpables catalanes por la enorme deuda de
Cataluña, ni su responsabilidad en las políticas de recortes...

El nacionalismo está destruyendo la izquierda

‘’El universo de seres comunicados que Kant creía necesario para sentar
las bases de un futuro mundo cosmopolita puede estar lejos, pero está
mucho más cerca hoy, que por ejemplo en 1945.
Estas u otras cosas ni se logran ni se lograrán en el futuro
manteniéndonos encerrados en nuestras comunidades y midiendo
nuestra vida en relación con los horizontes que nuestros padres y
nuestros abuelos fijaron por nosotros, o gobernando los actos y los deseos
por las normas de aquellos que se han nombrado a sí mismos
representantes en la tierra de una divinidad cuya existencia parece muy
improbable. La mayor parte de la civilización moderna se debe a
múltiples factores. La evolución de la medicina o las tecnologías de la
información y el progreso de los medios de transporte, si bien son una
herencia indirecta de la Ilustración, así como las revoluciones científica
y técnica que la precedieron y la siguieron, no tienen una relación
inmediata o directa con sus ideales, pero sí la tiene nuestra capacidad
para enmarcar el conocimiento del mundo en algo mayor que el terruño,
la propia cultura, la familia o la religión personal. Y en esto somos
irremediablemente herederos de los constructores de la ‘ciencia del
hombre’ ilustrada’’.
Anthony Pagden, ‘La Ilustración’. Alianza Editorial, 2013.

Hasta el año 2012, cuando se empieza a extender la proclama del derecho a


decidir la autodeterminación, los catalanes decidieron elegir mediante votación a
sus mandatarios para que les representaran y dirigieran parte de sus destinos:
votaron en 11 ocasiones Diputados al Congreso y Senadores, 7 veces para decidir
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
Manuel Herranz Montero Página 74
parlamentarios en el Parlament, votaron 9 veces para decidir sus concejales en
los municipios, en otras 6 ocasiones eligieron parlamentarios europeos y en otras
6 más decidieron en referéndums, tipo Reforma, Constitución o Estatutos de
Autonomía. Sí, ellos han podido decidir y lo hicieron –y no los negros en los
sesenta en EEUU-. En sus decisiones se constata que triunfaron electoralmente
mayorías nacionalistas, no siempre, pero nunca eligieron mayorías secesionistas.
Los partidos representados, los que decidieron elegir los catalanes, no llevaban
en sus programas el objetivo de independencia, no se presentaban defendiendo
el derecho a la autodeterminación.

El problema de la independencia no existía hasta hace pocos años, el ejercicio del


derecho de autodeterminación tal como lo vivimos hoy, es novedoso en la vida
española fraguado en los años de crisis, tras la sentencia del Estatut. Siempre
hubo independentistas, pero, solo desde hace muy poco se manifiesta la
preocupación creciente por las relaciones Catalunya-España en los estados de
opinión, que publica el CEO (Centre d’Estudis d’Opinió) de la Generalitat. En los
cuadros desde enero 2009 a junio 2013 presentan las preocupaciones sociales, las
personales y aquellas consideradas grandes problemas de Catalunya. Ambas
coinciden en el orden, las preocupaciones personales, en 2009, eran mayoritarias
por la precariedad laboral un 44%, a continuación, con un 17% el funcionamiento
de la economía, ambas, consecuencias de la crisis, a mucha distancia, preocupa
la insatisfacción con los políticos, cerca de un 5.5%, queda relegada la
preocupación de relaciones Catalunya-España a un 3,5%. Escasa importancia se
le daba entonces.

En junio de 2013, lo que consideran problemas importantes pasan a ser cerca del
50% la precariedad laboral, el 16,2% el funcionamiento de la economía,
doblándose el peso de la insatisfacción con los políticos hasta el 12.4%, -que no
entiendo insatisfacción con la política, aunque podría estar contenida, en el
mismo estudio por las diferentes preguntas aparecen grados de interés,
preocupación, seguimiento etc., respuestas comprometidas con la política-. Sigue
en el grado de preocupación, las relaciones Catalunya-España con cerca de un
11%, más que triplicando su importancia respecto al 2009. Desde luego en los
propios centros oficiales de Catalunya, el CEO, donde cocinan los datos de
opinión, éstos no reflejan que sea el problema tan insoportable como lo
denuncian al mundo sus políticos y los medios de comunicación catalanes.

Un cierto grado de radicalización popular se incuba durante el segundo gobierno


de Aznar entre pequeños grupos españolistas y políticos catalanes, amplificado
por algunos medios de prensa, radio y televisión. El malestar se hace palpable
durante el primer gobierno de Zapatero, a partir de 2004, en la negociación del
Estatut, y cuando éste llega al Congreso, siendo aprobado en junio de 2006. Pero
todavía durante el 2008 la tendencia separatista se mantiene por debajo del 20%
en datos de la Generalitat –ver cuadro anexos-.

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 75
En 2009 las encuestas detectan un malestar creciente con el funcionamiento de
la democracia en Catalunya, -y en España- probablemente sean reflejos
producidos por la crisis económica y el Estatut. A partir de entonces comienza a
expandirse el malestar por el recurso de inconstitucionalidad presentado por el
PP, y la demora en la Sentencia, lo cual provoca sentimientos separatistas, que
unido a la grave crisis económica, produce otro salto al alza en 2011, entrando en
la dinámica actual en 2012 con otro acelerón, que lleva aparejadas reacciones
masivas de culpar a España –España nos roba- por la mala situación política,
laboral y económica de Catalunya, de la que muchos esperan salir con la
independencia. Los datos importan porque esta no es una larga lucha.

El PSOE recibió latigazos de ruptura antes, y no solo en el PSC que sufrió un


terremoto, y no han acabado de sufrir las consecuencias. La búsqueda de salidas
con el asunto de federalismo asimétrico, naciones, plurinacionalidad… no ha

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 76
terminado, se liará y enconará más la situación. Podemos está sufriendo los
desgarros ahora, en Cataluña y en el resto de España, sus mareas, Galicia, País
Vasco, Valencia, Aragón, Andalucía… todo parece remansado pero la corriente
revuelta de fondo se desbordará, de hecho, ya hay proclamas desde sectores de
izquierdas defendiendo el derecho a decidir la autodeterminación por muchos
rincones de España, una regresión camuflada como mercancía progresista.

En Europa, en el siglo XXI, ningún partido que pretenda progresismo podrá


aceptar la secesión de una parte del territorio. Ningún partido serio, aunque no
tenga esperanzas para gobernar, podrá ocultar que los apoyos parlamentarios de
los independentistas están basados en un 36% del cuerpo de votantes catalanes,
algo que resultará imposible de defender ante la ciudadanía, porque entonces se
entendería abierta la puerta a golpistas de cualquier signo en cualquier momento.
La defensa de la Constitución y las libertades democráticas, será percibida por la
ciudadanía como realizada fundamentalmente por la derecha y el centro, dejando
las izquierdas al margen de cualquier proceso global de construcción española y
europea. Así la destrucción de las izquierdas iniciada en el siglo XXI, agravada
con la crisis, ahora, si apoya al nacionalismo dará un gran paso adelante por
apoyar lo reaccionario, las gentes abandonarán valores clásicos de unidad,
libertad, igualdad, fraternidad y abrazarán el fascismo que hay tras el
nacionalismo.

La declaración de independencia es apoyada por diputados del


Parlament representantes de 1.628.714 votantes a JuntxSí, más los
representantes de 337.794 votantes a la CUP, en total sumarían
1.966.508 votos sobre un censo electoral de 5.510.853. Ocurrió en las
elecciones de 2015 planteado plebiscito por JxS y CUP. Perdieron.

Se imaginan el potencial movilizador del process y las Diadas dirigido contra la


precarización, por el empleo y salario digno. Esfuerzos enormes durante días, y
meses… imaginen si fueran aplicados a transformar sectores productivos, a
reducir desigualdades… imaginen dirigidos a mejorar una Europa más libre,
igualitaria y solidaria. Pero, esos no son objetivos nacionalistas.

Toda ruptura conlleva costes, sean las personales por amor, amistad, o religiosas,
partidistas, societarias… sería imposible que ésta no los tuviera. En Catalunya los
promotores de la secesión no hablan de costes, tratan de pintar una ilusión,
mostrar el paraíso e impedir que algo pueda diluir la imagen edulcorada que
transmiten para sumar voluntades. La marcha por la independencia está tan
rellena de sentimientos como vacía de racionalidad y concreción. La presentación
de la opción independentista como solución a todos los problemas, sean
personales o colectivos de los catalanes, debería oler mal a cualquiera que tenga
un pie puesto en la Ilustración y use un poco de racionalidad, -máxime a
militantes, partidos y sindicatos de izquierdas, e intelectuales y teóricos sociales-
que deberían conocer las bases ideológicas.

El nacionalismo, una forma de populismo, tiene como único objetivo lograr la


independencia nacional y convertir Cataluña en estado asumiendo los
independentistas la totalidad del poder político que ahora detentan parcialmente,
otra parte lo tiene el Estado, otra parte la UE, otra la globalización... Para ello

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


Manuel Herranz Montero Página 77
utilizó y fabricó una ideología excluyente, necesita diferenciar entre ellos,
catalanes puros y los demás impuros y enemigos para enfrentarlos, aunque hayan
nacido en Cataluña, y sus padres, y abuelos y bisabuelos... Ellos, los buenos, son
los que se suman al proceso aceptando las reglas y objetivos impuestos por el
independentismo, garantizando puestos de representación social, cargos,
empleos, prestigio…los demás son el resto, sean catalanes, andaluces, españoles,
gente a vencer y someter. Racismo y xenofobia son piedras angulares del
nacionalismo, fuertemente desarrollados en el nacionalismo catalán desde sus
inicios hasta hoy, pasando por los Pujol.

«El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un


hombre destruido [...], es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace
cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria
cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido
un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera
humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de
España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del
número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría
Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir su falta de
mentalidad.»
Jordi Pujol, "La inmigració, problema i esperança de Catalunya".
Editorial Nova Terra 1976.

La izquierda reaccionaria, es nuevo concepto que define individuos y sectores


autodenominados de izquierdas, en cuanto defienden y apoyan a la reacción que
lleva al antiguo régimen, la contrarrevolución ilustrada. Ponerse al lado del
nacionalismo catalán, de su argumentario, su táctica y estrategia, supone
comulgar con los ultras europeos que ven a los inmigrantes como riesgos en
sintonía con los ultranacionalistas xenófobos austriacos, húngaros, italianos,
polacos, holandeses, alemanes… izquierda reaccionaria al aceptar la idea antigua
de nación vinculada a lenguas y/o etnias lo cual es una regresión a la oscuridad
de la Edad Media. En el planeta Tierra existen más de 6.500 lenguas y 5.000
etnias y solo 200 estados. Reaccionaria si identifica y apoya la existencia de un
supuesto pueblo, homogéneo y superior al resto, -el supremacismo catalán está
ampliamente documentado; los dos tomos de ‘La Raza catalana’ de Francisco
Caja son buena referencia-. Izquierda que se define así, solo por ser anti PP,
reaccionaria en cuanto abandona los principios de igualdad, libertad y
solidaridad para todos. Reaccionaria, porque se tapa ojos y oídos ante la represión
ejercida por el independentismo hacia individuos y amplios sectores sociales que
no secundan sus creencias, modos y planes.

La democracia nacionalista, hoy secesionista, aplica derechos solo para


independentistas y aliados, mientras arrincona socialmente a todo individuo que
no apoye su objetivo tachándolo de traidor, de no ser catalán, procediendo a
relegarlo en su lugar de trabajo y entorno, barrio, escuela, empresa. La
democracia solo para catalanistas, supuso marginar a la mitad de los catalanes
para puestos de responsabilidad en medios públicos de radiodifusión, en
empresas públicas catalanas, en puestos de responsabilidad de la Administración
Pública, en cargos Institucionales, fueran deportivos o culturales. Remiren la

‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.


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inmersión lingüística y véanla utilizada como elemento para cribar/reducir
emigrantes castellano-hablantes que pasen a bachillerato. Las redes sociales
están llenas de casos concretos relatados por padres y madres de represión
lingüística en los colegios a niños pequeños, regañados y apartados, como así
mismo hay cientos de casos de adoctrinamiento sectario, hoy es imposible no
querer verlo. Supuso, desde hace muchos años, expulsar a miles de trabajadores
de enseñanza y realizar cribas para posterior contratación, supone zancadillear a
profesores universitarios si no se identifican nítidamente como indepes, o
marginar a los tibios, supone arrinconar y denunciar a trabajadores enseñantes y
sanitarios que no se presten a ser activistas por la independencia.
La manifestación pública de tropelías que pisotean derechos ciudadanos de los
no indepes va surgiendo poco a poco, hasta ir conformando listas enormes de
agresiones, vejaciones, marginaciones…, el miedo que las retenía pareció
romperse en octubre 2017. Ocultadas por los nacionalistas durante lustros,
ayudados por gentes de izquierdas, para no provocar, decían, taponaban difusión
en los medios, dificultaban permisos de reunión y locales, mientras
descalificaban brutalmente a quienes las elaboraban, porque eran de tal o cual
tendencia, de tal o cual partido, se descalificaba sin contraargumentar se ocultaba
la información, mejor no criticar lo que se documentaba, ello extendió injusticias
y privación de derechos democráticos. Hoy quien quiera puede ver en los medios
y redes una enorme lista de amenazas exabruptos y gritos de expulsión a los
catalanes no integrados en la independencia. Luchar por la autodeterminación es
luchar por derechos individuales o colectivos no universales, supone tener como
ideal aumentar los derechos solo para una parte de catalanes, eliminando los de
otros catalanes. Por supuesto todo comportamiento se agrava, si en vez de
considerar solamente a los catalanes incluimos la ciudadanía española.
Las revoluciones cambiaban el orden social, la escalera de poder y
representación, la organización de la sociedad revolucionaria se zarandeaba en
todos sus tramos, profesores, catedráticos, periodistas o voceros, gurús
mediáticos, económicos, políticos, sacerdotes e iglesias, notarios, registradores,
abogados, y poderosos de cualquier sector eran derribados por otros apoyados en
movilizaciones, los nuevos, jóvenes mayoritariamente, los de abajo, se ponían
arriba, las clases populares ocupaban parcelas de poder y se producía una
redistribución de riquezas, las tierras se repartían, se requisaban medios de
transporte, los medios de producción cambiaban de propietarios, algunos se
colectivizaban o se apropiaban por las instituciones del estado naciente en manos
de nuevos poderes políticos, las iglesias y religiones, desaparecían y sus muchos
edificios, colegios, catedrales, monasterios eran requisados y puestos al servicio
común. No parece estar ocurriendo en Cataluña.

En todas las revoluciones aparecían episodios violentos, de enfrentamientos


entre los representantes de lo viejo y lo nuevo, la lucha por el poder. El problema
aquí, en el proceso de autodeterminación de Cataluña, es determinar ¿qué es lo
viejo y cual lo nuevo?, el nacionalismo que pretende aparecer como lo nuevo ante
oleadas de jóvenes inexpertos, basa su legitimidad en ideales imaginarios de hace
muchos cientos de años, cuando las gentes no tenían vida propia, no podían
decidir nada, dependían de sus señores, los nacionalistas pretenden legitimidad,
dicen, lograda cientos de años atrás, cuando la gente moría de hambre, de frio y
enfermedades, la esperanza de vida era de 30 años, por supuesto todos eran
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
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analfabetos y sometidos a una docena de soberanos y señores feudales. Durante
algún tiempo, muchos años después del nacimiento de la Generalitat, que se
aduce como inicio de su legitimidad, en los pocos momentos que hubo derecho
de voto, lo fue solo para los poderosos, restricciones de propiedad, de sexo y/o
educación lo impedían para el grueso de los catalanes. Una pequeña muestra de
cómo funcionaban las cosas se lee en este estudio de Bernat Hernández.

‘’Francisco de Borja, con su nombramiento de virrey, recibió unas


instrucciones bastante concretas sobre el desempeño de su cargo. Como
prioridades se situaban el control del bandolerismo, que era presentado
como una lacra que afectaba al conjunto de la sociedad catalana y del
que preocupaba especialmente las implicaciones de eclesiásticos en las
luchas de facciones…
Más que el bandolerismo en un sentido actual y jurídico del término, el
problema fundamental al que debió enfrentarse el virrey Borja fue el de
una sociedad dividida, enfrentada en luchas de facción. Las referencias
documentales sobre el tema son muy numerosas y bien trabajadas por
una bibliografía abundante. Justamente, nada más jurar el cargo, el
virrey hubo de intervenir en la ciudad de Tortosa, población que describe,
en términos tremebundos, como un nido de bandidos o una «cueva de
ladrones» y «amparo de deservidores» de la monarquía.’’ La situación de
la ciudad del Ebro era un reflejo del fenómeno del clientelaje nobiliario,
eclesiástico u oligárquico municipal que resolvía sus conflictos mediante
partidarios armados. Un problema que afectaba por igual a instituciones
catalanas, municipios y oficiales monárquicos.
En gran medida, este estado de cosas era una pesada herencia de los
graves problemas arrostrados por el Principado desde la crisis
bajomedieval, que había sido particularmente severa en las guerras
civiles y sociales del siglo xv. Por su parte, la dinámica de urbanización
(planteada en términos de la fijación de jurisdicciones) de la población
catalana había provocado tensiones entre las nuevas élites urbanas y los
poderes feudales tradicionales del entorno rural. A nivel de señores laicos
–fueran familias o colectivos municipales, nuevos poderosos locales o
linajudos feudales– y señores eclesiásticos, estos enfrentamientos se
habían recrudecido en tiempos de Borja. La configuración de estructuras
de poder por parte de la Diputación del General y de la monarquía
comenzaba a afectar al mundo de las parcialidades, al proceder a
alineaciones y tomas de posición en los nuevos ámbitos de decisión por
parte de los linajes tradicionales.’’

Bernat Hernández, Universitat Autònoma de Barcelona, ‘Bandos y


piratería en la Cataluña del Siglo XVI. Las actuaciones del Virrey
Francisco de Borja (1539-1541)’

La historia no concede derechos, cuando los nacionalistas se apoyan en ello,


realmente arguyen un derecho a la desigualdad actual -Aurelio Arteta-. La
revolución francesa lo dejó claro, lo revolucionario es instaurar derechos para los
vivos en condiciones de igualdad, sin considerar viejos privilegios del antiguo
régimen, lo muerto no debe prevalecer sobre los vivos. Los supuestos derechos
‘El proceso de secesión. No es democrático, ni progresista, ni revolucionario’.
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históricos suponen minorar derechos a los actuales ciudadanos, ¿de qué año
tomamos las prerrogativas, ¿cuáles consideran válidos, aquellos del siglo XV, del
XVI, o los del XVIII? ¿Aquella Generalitat que no elegía el pueblo se pretende
imponer a ésta? ¿Las confabulaciones de familias que ostentaban los poderes es
lo que defienden reinstaurar? ¿O los casamientos obligados entre nobles como
forma de reparto de poder? ¿Quizás quieran reinstaurar el derecho de pernada, o
la capacidad de ajusticiar que tenían los nobles? Esas son las tradiciones que
contraponen a la revolución que supone la igualdad de derechos para todo
individuo.

En palabras de Steve Pinker ‘’La vida anterior a la Ilustración estaba


ensombrecida por el hambre, las plagas, las supersticiones, la mortalidad
materna e infantil, los caballeros merodeadores, y los señores de la guerra, las
sádicas torturas y ejecuciones, la esclavitud, las cazas de brujas, las cruzadas
genocidas, las conquistas y las guerras de religión’’. Este es el tiempo anterior,
estas son las cosas que sucedían en aquel pasado irreal y en el que quieren basar
su legitimidad. El derecho al voto universal para toda persona, hombre o mujer,
mayor de edad, sin restricciones de ningún tipo, se instauró en Cataluña en 1978
con la Constitución Española, que contiene el mayor caudal de derechos que
nunca tuvo la población, a la educación universal, a la sanidad universal, a
pensiones o paro, salario social para los momentos de dificultades, a la libertad
de expresión y circulación, a la igualdad de derechos entre todos sin distinción de
sexo, raza, etnia, lengua, cultura, religión,…

Manuel Herranz Montero. Verano 2018

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