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Entremundos

Crónicas del mundo invisible


© Entremundos: crónicas del mundo invisible.
ISBN: 978­987­86­1134­1

Autores
Pablo Alvarez ­ Ana Lorenzo ­ María Ester Nostro ­ María Cristina Oliva ­
Diego Vartabedian

Editor
Diego Vartabedian

Diseño sitio web, http://www.todossomosuno.com.ar/entremundos, Pablo


Alvarez

Fotografía de tapa, 'Descascarando estructuras' 2009. Ana Lorenzo

Diagramación, Ana Lorenzo

Todas las fotografías del libro pertenecen a los autores, excepto la fotografía
de la página 374 de autor desconocido y las fotografías de las páginas 375 y
376 de Roxana María Tornese

Publicado por Grupo Entremundos, Argentina. 2019.


Nuestro agradecimiento a
Lucas Martínez Sarasola.

Dedicamos el libro a la memoria de


Carlos Martínez Sarasola.
Índice

Introducción: Cartografía del Entremundos


Carlos Martínez Sarasola ............. 9

Presentación del grupo Entremundos


Grupo Entremundos ............. 31

Capítulo 1. Amanecer en Tiahuanaco


María Ester Nostro ............. 42

Capítulo 2. La acidez de la aurora


Diego Vartabedian ............. 69

Capítulo 3. De luces y fe
Pablo Alvarez ............. 113

Capítulo 4. Aparecidas
María Cristina Oliva ............. 148

Capítulo 5. Pachakuti
Ana Lorenzo y María Cristina Oliva ............. 235

Capítulo 6. La sanación
Ana Lorenzo ............. 313

Anexo: fuentes ............. 362

Fotografías ............. 372


Introducción:
Cartografía del Entremundos
Viajes a través de la Realidad Ordinaria
y El Mundo Invisible

por Carlos Martínez Sarasola


(último borrador 23­03­2016)

9
Introducción:
Cartografía del Entremundos
Viajes a través de la Realidad Ordinaria
y El Mundo Invisible

por Carlos Martínez Sarasola


(último borrador 23­03­2016)

"¿Dónde se fueron? ¿Al espacio?"


"Se fueron al espacio que hay entre los espacios".
(George Lucas, David Koepp, Indiana Jones IV)

Los Grupos de Reflexión Entremundos como punto de partida y


marco conceptual

Uno de los fundamentos de los Grupos de Reflexión


Entremundos que inicié en 2009, fue el partir de la intuición de que la
realidad es algo distinto a lo que nuestros modelos convencionales nos
tienen acostumbrados a creer.

Partíamos por entonces de formularnos una serie de


preguntas tales como “¿Existen otros planos y dimensiones más allá
de la realidad ordinaria? ¿Hay un mundo invisible? ¿Qué significa
viajar “entremundos”?” Planteábamos también que “la cosmovisión
de los pueblos indígenas nos enfrenta a los occidentales con el dilema
de cuestionar nuestras propias creencias. El análisis de bibliografía

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especializada nos ayudará en el estudio comparativo que se
complementará con el intercambio de las propias experiencias. El
propósito: acercarnos un poco más a la comprensión de una realidad
mucho más compleja y de cómo transitar en ella”.

El estudio permanente como antropólogo de estas temáticas,


relacionadas con la cosmovisión indígena y el chamanismo; la
investigación paralela de fenómenos anómalos asociados a la luz y lo
aéreo­celeste, la incorporación progresiva de la perspectiva de los
nuevos paradigmas científicos y finalmente mi propia experiencia
personal, fueron fuentes imprescindibles para ir acercándome cada
vez más a una mirada más omnicomprensiva del Entremundos.

Simultáneamente, a lo largo de todo este camino, iba


constatando el hecho de que son incontables las personas que han
tenido algún tipo de experiencia con esa otra realidad, también
conocida como “el mundo invisible”. En muchas ocasiones, sabía
también que estas personas pasaban por procesos postraumáticos
producto del contacto con el fenómeno extraordinario y
posteriormente podían sufrir una profunda transformación en sus
vidas y sus conciencias, lo que los llevaba a un cambio existencial que
los acompañaría por el resto de sus días.

Muchas de estas personas ­cuyas experiencias podían haber


incluso sucedido en la infancia o la adolescencia­ no habían podido
encontrar ámbitos de intercambio y contención para relatar,
compartir, elaborar e integrar a sus vidas estos sucesos perturbadores.

En este sentido, los Grupos de Reflexión no sólo tenían por


objetivo indagar en las últimas propuestas de especialistas que han
puesto atención a estos fenómenos y la noción de una realidad más
compleja, sino atender al valor de la experiencia como fuente de

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conocimiento así como los procesos de transformación personal que
conllevan. Aspirábamos también a que los Grupos posibilitaran
también la reunión de personas que hubieran tenido encuentros con
fenómenos inexplicados o extraordinarios, a fin de que tuvieran un
ámbito de contención sistemático en el cual pudieran libremente y en
interrelación con otros que hubieran pasado por situaciones
semejantes, relatar, compartir, reflexionar, elaborar y si fuera posible
integrar en sus vidas esos eventos.

Sosteníamos también que la propuesta de los Grupos no era


terapéutica, si bien podía tener indudablemente aspectos curativos y
reintegradores; antes bien se apuntaba a un encuentro afectivo y
humano desde lo mas profundo de nosotros mismos, rescatando la
importancia de lo grupal, lo colectivo, como mecanismo participativo,
dialógico, creador y sanador.

La inclusión sistemática de lecturas con eje en lo


antropológico, y su correspondiente discusión, ofrecerían finalmente un
anclaje necesario, que posibilitaría equilibrar las distintas energías que,
en una actividad como la propuesta, se pondrían en juego, permitiendo
un “hacer tierra” tan necesario como el conectar con “el arriba”, en la
imprescindible y misteriosa dinámica dual de las fuerzas cósmicas.

A dos años de transcurrida esta experiencia con los Grupos e


intercambiando en sesiones de evaluación con sus participantes,
puedo decir que buena parte de estos objetivos se han cumplido o se
están cumpliendo. Otros logros personales como el despertar de la
confianza en los otros o el “ablandamiento” de estructuras que
permitió una mayor receptividad y apertura hacia los demás, se
pusieron de manifiesto en las distintas sesiones de evaluación.
Incluso se consignó como logro el hecho de que algunos de sus
integrantes se sintieron estimulados para los propios procesos de

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transformación personal. También surgieron situaciones conflictivas y
deserciones propias de los funcionamientos grupales que hemos ido
tratando de resolver y/o elaborar.

Finalmente puedo adelantar algo novedoso que creo ha


surgido, y que es el hecho de que los miembros de los Grupos en su gran
mayoría, parecerían estar adquiriendo un training, un know how, una
cierta capacitación para afrontar lo extraordinario, algo así como “el
estar preparados para lo nuevo e impactante que pueda suceder”. Nunca
se está del todo preparado para lo extraordinario, pero es seguro que los
miembros de los Grupos han atravesado en este tiempo situaciones,
experiencias e intercambios que los ponen en un lugar de mayor
naturalidad para un eventual contacto y conexión con el mundo
invisible y sus poderosas y misteriosas energías.

Teniendo en cuenta entonces este breve marco de referencia,


el presente documento constituye una aproximación preliminar al
esbozo de algo así como un Mapa, o mejor, una “Cartografía del
Entremundos” para que sirva de guía operativa a los participantes de
los Grupos para entender las experiencias en general y las suyas en
particular, ubicándolas en una Matriz organizadora. Desde esta
perspectiva, el presente documento es una primera versión que se irá
enriqueciendo en la medida que avancemos en la comprensión de los
fenómenos que nos ocupan.

Hacia una nueva noción de realidad: las convergencias entre


la cosmovisión indígena y los nuevos paradigmas científicos
La idea de realidad que proponemos, más compleja, con
distintos planos y dimensiones, y por la cual es posible transitar, nos
aproxima a lo que los nuevos paradigmas científicos plantean desde

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hace años, como por ejemplo la nueva Física, con respecto a la
relación entre materia y energía; lo que desde la nueva Antropología
se reformula respecto al chamanismo, las cosmovisiones de los pueblos
indígenas y los estudios de la consciencia; o lo que desde la nueva
Biología se postula como campos mórficos y contactos interespecies a
partir de campos de energía (Martínez Sarasola 2009: 1).

Extendemos estas posiciones a disciplinas como la Psicología


Transpersonal y sus concepciones acerca de “aquello” que está más
allá de las personas; o ciencias como la nueva Medicina que recupera
los saberes ancestrales, planteando un nuevo escenario de
complementariedad entre las distintas artes de curar.

Todas estas nuevas corrientes de pensamiento –por mencionar


sólo algunas de las principales­ están considerando, al igual que las
culturas tradicionales lo vienen haciendo hace miles de años, la
posibilidad concreta de la existencia de otros planos o dimensiones de
realidad con los cuales, en situaciones especiales, se puede entrar en
contacto y eventualmente transitar por ellos.

Esta idea más compleja de la realidad, o de las realidades


múltiples y la noción de distintos planos y dimensiones que nos
muestran los indígenas y los chamanes, pone de manifiesto la
coexistencia de un mundo invisible con nuestra realidad ordinaria, y
esto constituye una noción que es mucho más próxima a los más
recientes conceptos de la Nueva Física tales como la Hipótesis
Interdimensional (Jacques Vallé), los Mundos Paralelos o Universos
Múltiples (Hugh Everett) el Multiverso (Andy Nimmo 1960) o los
Universos Fecundos (Lee Smolin).

Se manifiesta así y de esta manera el proceso que en la


Fundación desde América hemos dado en llamar de “convergencias”

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a través del cual y desde hace unos años se produce un puente entre
la sabiduría de los pueblos indígenas y los nuevos paradigmas
científicos, proceso que además se complementa con el nacimiento
de una nueva visión del mundo, más integradora, fruto de aquel
acercamiento y una apertura recíproca (Fundación desde América
2003/Martínez Sarasola 2010: 19).

Una vez determinado que el primer paso es una idea distinta


de realidad, podemos pasar al segundo paso, que para mí es el
Estado de Consciencia en el cual contactamos con el Mundo
Invisible. Y permítaseme aquí formular esta pregunta: ¿es el Estado
Ordinario de Consciencia (EOC) el que nos permite atravesar y
transitar el Entremundos? La respuesta es que intuyo que no. Y digo
que “intuyo” porque no tengo la certeza. Creo en cambio que la
posibilidad de acceder a esos otros planos o dimensiones está dada
por un Estado de Conciencia particular, lo que la Psicología
Transpersonal y la nueva Antropología definen como Estados
Modificados de Consciencia (EMC) o más precisamente Estados
Ampliados de Consciencia (EAC).

Estados Ampliados de Consciencia: un camino para atravesar


el Entremundos
El Estado Ordinario de Consciencia o “normal” –como lo
define el psicólogo Charles Tart– es un instrumento, una estructura,
un mecanismo de integración que nos permite actuar en relación con
una cierta realidad social aceptada; un consenso de realidad. Este
estado, definido por Shor, como “la orientación generalizada
respecto de la realidad, no puede mantenerse sino gracias a un
esfuerzo mental activo que intenta perpetuarlo continuamente"
(Winckler, Laura 2010).

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En cambio ­continúa sosteniendo Winckler­, el Estado
Modificado de Consciencia (EMC), llamado también estado de trance,
“se produce cuando el sistema de referencia a la realidad cesa
temporalmente de funcionar y desaparece la atención consciente”
(Shor), de manera que se produce una “reestructuración de la
consciencia” (Tart) sobre otras bases.

Por mi parte, prefiero hablar de Estados No Ordinarios de


Consciencia o mejor aún, Estados Ampliados de Consciencia
(EAC), dada las mayores posibilidades del concepto, que no se
limita a la idea más restringida de “modificación” de la consciencia,
sino a una expansión de la misma, lo que amplía el campo de
percepción y comprensión humana a limites aún desconocidos.
Stanley Krippner en un trabajo ya clásico sobre el tema ha llegado a
identificar no menos de veinte Estados No Ordinarios de
Consciencia (Ver Cuadro Nro. 1).

Me he basado para este planteo en una gran variedad de


autores, así como en diversos programas de investigación y docencia.
Es imposible mencionarlos a todos, a muchos de ellos se podrán
encontrar en la bibliografía del final, aquí solo mencionaré a
continuación alguno de los más importantes y sus respectivos
campos, a modo de ejemplo:

­Desde la Antropología y las corrientes cognitivas retomo a


Josep Fericgla y sus estudios sobre la consciencia.

­Mark Plotkin y Jeremy Narby y sus estudios sobre la


consciencia desde la mirada de la Etnobotánica y la Biología y la
Antropología respectivamente.

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­Carlos Castaneda y su mirada antropológica y personal de
una “Realidad Aparte”; Patrick Harpur y su perspectiva psicológica y
filosófica acerca de la “Realidad Daimónica”, que abreva también en
la Psicología de Carl Jung, con concepciones centrales como las de
“realidad psíquica” o el fenómeno de la sincronicidad.

­Charles Tart y Stanislav Grof, fundadores y miembros


conspicuos de la Psicología Transpersonal que trabajan intensamente
sobre la idea de las otras realidades.

­John E. Mack, psiquiatra especializado en las


transformaciones personales producto de los encuentros con
entidades extrahumanas; junto con él una vastedad de autores que
desde los más diversos campos analizan el fenómeno UFO y su
impacto en la consciencia desde hace no menos de cuarenta años.

­Ana Llamazares, antropóloga y epistemóloga especializada


en los paradigmas emergentes y la evolución de la consciencia, que
dirige el Programa Estudios de la Consciencia de la Fundación desde
América, (FdA).

­Las investigaciones y experiencias de la Fundación desde


América (FdA) sobre Etnomedicina y Chamanismo.

­Mis investigaciones de los últimos años basadas en los


estudios antropológicos sobre el chamanismo, las plantas sagradas, la
cosmovisión y la espiritualidad indígena, incluyendo las propias
experiencias personales.

­Mis investigaciones paralelas sobre los fenómenos aéreos­


celestes anómalos “disparadas” a partir de una experiencia de

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avistamiento durante la adolescencia. Buena parte de ambos campos
de investigación confluyeron en los Grupos de Reflexión Entremundos
sobre “Realidad, Mundo Invisible y Cosmovisión Indígena”.

Entiendo entonces por Estados Ampliados de Consciencia


(EAC) aquellos ya sea de origen espontáneos o inducidos, que llevan
a la persona a trascender el estado de consciencia en el que
habitualmente vive (lo ordinario), entrando en contacto con una
realidad más compleja y/o con otras realidades, planos o dimensiones
(lo no ordinario), y eventualmente transitarlos, interactuando con
entidades o situaciones extraordinarias.

Mi hipótesis es que una persona, estando en un Estado


Ordinario de Consciencia (EOC), puede pasar, ya sea en forma
espontánea o inducida, a un Estado Ampliado de Consciencia (EAC),
y es en esa zona gris del “Entremundos” de pasaje de un estado de
consciencia a otro, en que se produce el contacto con el Mundo
Invisible (las otras realidades, planos o dimensiones). Asimismo, es en
ese “Entremundos” en que se manifiestan los distintos tipos de
fenómenos que a mi entender y haciendo una síntesis de distintos
autores, son los siguientes (Ver Cuadro Nro. 2).

­Fenómenos Paranormales
*Percepción Extrasensorial (PES)
*Psicokinésis (PK)
­Eventos Anómalos (EA)
­Emergencias Espirituales (EE)
­Estados Psicoideos (EP)

En el punto siguiente, describimos someramente cada uno de


estos Fenómenos, Eventos y/o Estados y el tipo de experiencias
personales en que se subdividen cada uno de ellos.

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Retomaremos a partir de aquí la idea de una “∙Cartografía del
Entremundos” y el concepto de Matriz organizadora, que nos permita
aproximarnos a explicar/ubicar, los distintos tipos de experiencias por
los que muchos de nosotros en algún momento hemos atravesado.

Estados Ampliados de Consciencia, fenomenología


asociada y tipo de experiencias
En primer lugar (sugiero a partir de aquí ir siguiendo el
Cuadro Nro. 3), abordaremos la explicación de los Fenómenos
Paranormales y los Eventos Anómalos, basándome para ello en buena
parte de la sistematización de Alejandro Parra (2007).

Se entiende por Fenómenos Paranormales a aquellos que, a


través de distintas manifestaciones psíquicas y físicas, no tienen una
explicación científica en cuanto a sus causas y procesos, requiriéndose
por el contrario de una perspectiva más amplia para acercarnos a su
comprensión.

A su vez, forman parte de los Fenómenos Paranormales:


­la Percepción Extrasensorial (PES)
­la Psicokinésis (PK)

La Percepción Extrasensorial alude a la capacidad/habilidad


de recibir información o contactar a través de otros medios distintos
a los cinco sentidos conocidos, por lo que popularmente se la conoce
también como “sexto sentido”. Una vez más, el término implica la
existencia por un lado, de fuentes de información desconocidas y/o
negadas por la ciencia y por otro lado, la capacidad/habilidad de la
persona para contactar con ellas.

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Integran la PES los siguientes fenómenos/experiencias:

Telepatía
(Del griego τηλε tele, ‘distante’ y πάθεια patheia,
‘sentimiento’) es la comunicación mente a mente, transfiriendo y
recibiendo pensamientos o sentimientos entre individuos sin el uso
de los cinco sentidos.

Clarividencia o Visión Remota


Saber de un acontecimiento a distancia sin que haya
necesariamente un “emisor” telepático.

Precognición
También conocida como "premonición". Es la capacidad de
conocer hechos con anterioridad a su acontecimiento e
independencia de su situación espacial y que no pueden ser
deducidos a partir de información adquirida en el presente mediante
alguno de los cinco sentidos.

Retrocognición
Saber de un evento pasado estando en contacto con un objeto.
También es conocida como Psicometría (Del griego psyche, ‘alma’ y
metrona, ‘medida’), es decir el medio para medir el alma de los objetos
(Buchanan 1840).

Teleradiestesia
Término que deriva de radiestesia o rabdomancia (del latín
radium: ‘radiación’ y del griego aesthesia: ‘percepción por los sentidos’
o ‘capacidad de sentir’ (de aisthesis: ‘percepción’). Es la actividad
basada en la existencia de estímulos eléctricos, electromagnéticos,
magnetismos y radiaciones que emiten, elementos, cuerpos y la Tierra

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y que a su vez pueden ser detectadas por medio de instrumentos
como péndulos, varillas "L" u horquillas que amplifican la capacidad
de recepción del ser humano. La Teleradiestesia es la búsqueda de
esas ondas electromagnéticas remotas o a distancia, tomando
contacto con los mensajes emitidos a través de las mismas. También
se la conoce como la radiestesia vía distancia.

En cuanto a la Psikokinésis (del griego psyche, ‘alma’ y de


kinein, ‘mover’, o sea mover con el alma), alude a la acción de la
mente sobre la materia, interactuando con ella, influenciándola y
modificándola.

Las tres modalidades de actividad PK son:

Macro PK. Es la influencia mental sobre objetos de gran


tamaño, que puede ser involuntaria o inconsciente (los casos
poltergeist) o consciente y voluntaria (los casos de psíquicos que
controlan su habilidad PK a voluntad).
Micro PK. Es la influencia mental sobre eventos aleatorios u
objetos de pequeño tamaño (por ejemplo dados; Generador de
Eventos Aleatorios –Random Number Generator­ RNG;
computadoras).
Bio PK. Es la influencia mental sobre organismos biológicos (por
ejemplo cultivo de plantas, animales, personas).

También integran la PK los siguientes fenómenos/experiencias:

Reencarnación
Creencia milenaria y subyacente en muchos grupos
humanos. Sostiene que una esencia individual ­mente, alma,
consciencia, energía­ vive en un cuerpo material en la Tierra no sólo
una vez, sino varias. De ahí su posible relación como experiencia PK.

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Materialización
Acción de hacer aparecer objetos sin que intervenga ninguna
causa física aparente.

Sanación
Acción de curar a través de medios no ligados a la medicina
académica o científica sino a una concepción de la enfermedad
entendida como desequilibrio espiritual. En esta perspectiva la
recuperación de la salud se entiende como reequilibrio espiritual,
volviendo al paciente a su eje, práctica que no excluye las
intervenciones físicas en aquél. Entrarían en esta categoría las
curaciones chamánicas y probablemente otras como las llamadas
curaciones de la fe (los curas sanadores) o la imposición de manos.

Poder de la Plegaria
Acción de ayudar a otro a distancia, sin el conocimiento
consciente del receptor.

El segundo gran bloque lo constituyen los Eventos


Anómalos, que difieren de los Paranormales, porque hacen hincapié
en su carácter de infrecuentes, inhabituales, inusuales y no
necesariamente revisten la imposibilidad de explicarlos
científicamente o por medios convencionales.

Integran los EA los siguientes fenómenos/experiencias:

Radiestesia. (Ver pág. 20).

Sanación
(Ver pág. 22) y especialmente la sanación directa, porque la
sanación a distancia sería más propio de un fenómeno paranormal.

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Estigmatización

Apariciones

Experiencias fuera del cuerpo

OVNIS

Lesiones físicas provocadas


Prácticas de automutilación que por lo general se realizan en
estado de éxtasis o trance.

En cuanto a las Emergencias Espirituales (EE), son estados


asociados a los místicos, y como términos, fueron acuñados por
Stanislav y Cristina Grof, quienes los definieron como “fases críticas y
difíciles de la experiencia, que conllevan una profunda transformación
psicológica que involucra a todo el ser. Adoptan la forma de estados
no ordinarios de conciencia e implican fuertes emociones, visiones y
otros cambios sensoriales, pensamientos extraños, así como diversas
manifestaciones físicas” (C. y S. Grof 1995:57).

Las variedades de estas Emergencias Espirituales serían las


siguientes:

Episodios de conciencia unitaria (experiencias cumbre)

El despertar de la Kundalini

Experiencias de casi muerte o cercanas a la muerte (ECM)

La emergencia de recuerdos de Vidas Pasadas

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Renovación psicológica mediante el retorno al centro

La crisis chamánica

El despertar de la percepción extrasensorial (Apertura psíquica)

La comunicación con espíritus guías y la canalización

Experiencias de encuentros en tercera fase con OVNIs

Estados de Posesión

Finalmente, los Estados Psicoides (EP) trabajados por Carl


G. Jung, constituyen un espacio­tiempo especial en el cual suceden
fenómenos extraordinarios. Ese espacio­tiempo excepcional es “un
lugar que cabalga entre los sueños y la realidad, el hogar de los
mitos y la fantasía, un lugar que juega con leyes propias…” *

El fenómeno de Sincronicidad definido por Jung, sería la


experiencia típica de los estados psicoideos: “Jung definió a la
Sincronicidad como un principio de conexión acausal. Las
sincronicidades son las coincidencias significativas entre el mundo de
lo psíquico y la realidad materia; el claro ejemplo de estar hablando
de una persona o pensando en ella y que de pronto aparezca. Según
el mismo Jung, las sincronicidades serían, como los arquetipos,
fenómenos de naturaleza psicoide. Siendo así, estas no pertenecen ni
al reino de la psiquis ni al reino de la realidad material; existen en
una zona crepuscular entre la conciencia y la materia" (Acevedo y
Berlanda 2000: 276).

* N. del E.: Sin referencia de cita.

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26
27
Bibliografía

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extraterrestres en la Argentina (Buenos Aires, Emecé).
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realidades no Ordinarias. Barcelona, La Liebre de Marzo.
Grof, Stanislav. 1994. La mente holotrópica. Fundamentos
experimentales de una nueva comprensión de la conciencia
humana. Buenos Aires, Planeta.
Grof, Cristina y Grof, Stanislav. 1995. La tormentosa búsqueda del
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Emergencia Espiritual. Barcelona, Los libros de la Liebre de
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28
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Winckler, Laura. 2010. Hacia nuevas dimensiones de la conciencia.
Disponible en www.nueva­acropolis.es (acceso 19 nov 2010).

29
Para más información de Carlos Martínez Sarasola
invitamos a visitar el sitio:
http://www.cmartinezsarasola.com/

30
Presentación del grupo
Entremundos

31
Presentación del grupo
Entremundos

El mundo de lo invisible solo no es visible, por lo demás, se


accede con humildad para registrar un territorio en donde la
sanación del cuerpo, la extensión del alma y la sabiduría de la
vida, confluyen.

Mas allá de las disciplinas definidas con sus exploraciones


demarcadas y sus métodos repetitivos, es posible dilucidar algo del
misterio de la cosmovisión indígena y el chamanismo sin apagarlo
con laboratorios que asaltan lo divino por descuidar la ceremonia que
hace del espacio un territorio sagrado. Por otro lado, qué se puede
decir de los fenómenos anómalos asociados a la luz y lo aéreo­celeste
cuando quitan el foco del silencio en el espacio para llenar de
suspiros a los testigos durante un tiempo. El grupo Entremundos
dirigido por Carlos Martínez Sarasola, fue un lugar de encuentro, de
comunicación y aprendizaje que no eludió estas preguntas, entre
otras inquietudes.

Según Sarasola podemos ver Entremundos como si fuera una


dirección, textos apuntalados hacia los márgenes, no necesariamente
inmersos en los otros estados de consciencia, pero sí reconociendo las
orillas que sitúan a un actor entre espacios activos, dinámicos y
constituyentes de identidad.

32
Para nosotros, que resultamos enriquecidos con la
experiencia, la propuesta de un libro que registre el espíritu de
Entremundos nos parece oportuno para evocar la belleza del
misterio. Lo haremos de diferentes modos: por medio de relatos de
viajes para asentir a un saber que se expande, cuando también
reconociendo lo que las creencias representan con el fin de ampliar la
percepción en la que hacemos tierra.

¿De qué se trata este proyecto? De persistir en una política


de un todo que no excluya, de asimilar la consciencia ecológica de un
organismo que nos interpela como seres valiosos por ser parte de la
vida, de celebrar la vida que predomina por sobre el tiempo
cuantificable y el espacio determinado. Después de todo, dar
testimonio de vida sirve a la vida que circula entre lo conservado y lo
que se desarrolla. Cada vida que cuenta su historia, está recreando de
vida todo el paisaje; paisaje que por medio del respeto nos regala
descubrir la sensación de lo ilimitado que en todo sitio se fija en
forma temporaria.

Agradecemos a Sarasola por otorgarnos una oportunidad de


descubrirnos, por enseñarnos a actuar con la memoria en situación
de diálogo y a amar con el corazón de manera sagrada y en
celebración.
“Entremundos: crónicas del mundo invisible” cuenta de
nosotros y lo que en nosotros de Sarasola prosigue.
Al lector que llega, le damos la bienvenida.

Grupo Entremundos
4 de junio de 2019

33
Capítulo 1
Amanecer en Tiahuanaco

El primer relato del libro, “Amanecer en Tiahuanaco”, narra


una experiencia de vida que se inicia en la adolescencia de la autora
con una vocación difusa por explorar la realidad a través del
periodismo. La intuición, o mejor dicho, la evidencia de un mundo
distinto más allá de la noticia deriva entonces para ella en una
búsqueda de conocimiento desde la perspectiva antropológica. Que
también rompe sus límites, esta vez académicos, cuando el
conocimiento del otro empieza a resonar como autoconocimiento, y
algunas realidades, primero visualizadas como simplemente poéticas
y objetivamente observables ­fundamentalmente ajenas­ empiezan a
revelarse como propias de ella. Hace ya once años de la ceremonia en
Tiahuanaco, y las experiencias se han seguido produciendo, sin
hechos llamativos ni extraordinarios. Solamente con el propio
permiso de la autora para asomarse por la puerta que, como
descubrió Isa Pérez, se abre algunas noches, a las 12 en punto, en el
puente de acceso a Tilcara, en Jujuy. O de navegar en el barco que La
Tatuana, hechicera presa en la cárcel de La Antigua, Guatemala,
primero dibujó en la pared y luego abordó para huir la noche antes
de su ejecución.

María Ester Nostro


Licenciada en Ciencias Antropológicas en la Universidad de
Buenos Aires. Posgrado en Antropología Social del Instituto Nacional
de Antropología y Pensamiento Latinoamericano ­ Fundación
Fullbright. Posgrado en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo
sustentable de Fundación Ortega y Gasset de Buenos Aires. Periodista

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de las editoriales Abril, Clarín y Atlántida. Trabajó 27 años de
docencia en la UBA (concluido). Profesora emérita de la Universidad
del Salvador. Fue docente en el Posgrado en Medicina del Trabajo,
Fundación Dr. René Favaloro (concluido). Autora de artículos de
investigación sobre temas antropológicos publicados en libros y/o
expuestos en simposios, congresos y cursos. Participación en
elaboración y ejecución de proyectos de desarrollo y fortalecimiento
de agrupaciones de base. Actualmente colaboradora de El Orejiverde.
Diario de los pueblos indígenas, fundado por Carlos Martínez
Sarasola. Miembro del equipo Yupana para el conocimiento y
difusión de la matemática inka.
Mail de contacto: mati.nostro@gmail.com

Capítulo 2
La acidez de la aurora

Este relato presenta algunos viajes que realizó el autor por


distintos sitios de conocimiento. Experiencias con plantas maestras,
participación en la Escuela de Arte NYI de la Amazonía peruana,
conversaciones con los mamos en Sierra Nevada de Santa Marta,
apuntes de trabajo tomados de los encuentros de Entremundos,
registros con personajes notables como por ejemplo el chamán
Aguarapire S. o el dramaturgo Jack M., son parte de los recorridos
que el lector podrá descubrir en "La acidez de la aurora".

Diego Vartabedian
Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad
de Buenos Aires. Se certificó como Facilitador en Configuraciones
Sistémicas en 2015. Ha presentado trabajos de análisis de la
producción cultural, sujeto e identidad de los pueblos originarios en

35
distintas reuniones académicas: I Jornadas Interdisciplinarias de
Estudios Religiosos; "Tiempo sagrado y experiencia religiosa",
UBA, 2012; las XIV Jornadas Nacionales de Investigadores en
Comunicación, "Investigación y participación para el cambio
social", Universidad Nacional de Quilmes, 2010; las XII Jornadas
Nacionales de Investigadores en Comunicación, "Nuevos
escenarios y lenguajes convergentes", Universidad Nacional de
Rosario, 2008. En 2011 publicó “La comprehensión subjetiva" en
Sociedad y Religión, revista que forma parte del programa
Sociedad, Cultura y Religión del CEIL­PIETTE CONICET. En 2014
publicó en la editorial Del Nuevo Extremo: “Conversaciones con el
águila. Encuentro con cuatro chamanes urbanos”. En 2016 publicó
"Huéspedes de la tierra, anfitriones de lo humano" en el diario
virtual de los pueblos indígenas, El Orejiverde. En 2017 publicó la
página web “Contar la vida que es poder” en la que presentó los
audios de su encuentro en Mendoza con un practicante de
chamanismo transcultural:
https://vartadiego.wixsite.com/contarvidadepoder.
Mail de contacto: vartadiego@hotmail.com

Capítulo 3
De luces y fe

“De luces y fe” nos muestra el camino por el cual el autor,


a partir de la observación de unas enigmáticas luces en las
montañas de Córdoba, logra entender el mensaje oculto detrás de
su brillo. Un mensaje que no lo tiene a él como único destinatario,
sino que es un mensaje que toda la humanidad debería escuchar.
Además, establece coincidencias entre este mensaje y la

36
cosmovisión originaria ancestral.

Pablo Alvarez
Licenciado en Comercialización y especialista en Marketing.
De profesión Visitador Médico. Desde temprana edad interesado en la
fenomenología Ovni y hoy un convencido que esas luces que vemos
en el cielo traen consigo un mensaje que debemos escuchar si
queremos subsistir como especie. Ha realizado talleres, conferencias y
seminarios acerca de temas como “ovnis e influencia en la literatura y
el arte del renacimiento”, “ovnis infrarrojos”, “Crop Circles”, “señales
en el cielo”, “biodecodificación”, “física cuántica y cosmovisiones
originarias”, “ángeles ayer… ¿hoy extraterrestres?”, entre otros. En la
actualidad lleva adelante TodosSomosUno.com.ar, un proyecto de
difusión del mensaje de la Bandera de Paz de Nicholas Roerich.
Mail de contacto: pabloeduardoalvarez@gmail.com

Capítulo 4
Aparecidas

En este trabajo la autora establece un vínculo entre las


apariciones Marianas en Latino­américa y los sueños de los videntes.
Sus descripciones de fenómenos donde “se imprime una figura en un
poncho”, “se escribe en el aire”, “se flota sobre el suelo” o “brota agua
de manantiales”, son entendidos como manifestaciones del mundo
invisible tal cual lo hicieran ancestralmente los pueblos originarios.
Siguiendo el cuadro de aquellas apariciones que tienen mayor
incidencia en la vida latinoamericana se propone relacionar la
entrega de símbolos como parte de un Plan divino para la ascensión
de los pueblos. En forma paralela relata experiencias personales
donde esos símbolos y señales se han hecho presentes para indicar la

37
necesidad de ruptura con la lógica racionalista en el camino de
evolución personal.

María Cristina Oliva


Educadora, escritora, coordinadora de grupos junguianos,
coordinadora de Talleres de meditación para jóvenes, estudiosa del
Sincronario maya y el vínculo del mundo invisible con la cosmovisión
americana. Desarrolló su tarea profesional en el campo de la
educación Popular y por el Arte fundando escuelas secundarias en
populosos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente
colabora en la reactivación de la aldea de Paz Magos de Tollán en
Charbonier, provincia de Córdoba.
Mail de contacto: maroliva7@gmail.com

Capítulo 5
Pachakuti

Las autoras relatan y describen la experiencia vivida luego de


aceptar la invitación ­llegada al grupo a través del Coordinador C. M.
Sarasola­ para asistir al "Encuentro internacional ‘Cerrando el ciclo
del no­tiempo y recibiendo el nuevo ciclo; tiempo de equilibrio y
armonía para la Madre Tierra (Pachakuti)’ del 20 al 22 de diciembre
del 2012 ­Lago Titikaka­ Bolivia”. Abarcan la descripción de las mesas
de trabajo, referencias sobre la Expedición Akakor y los secretos del
lago Titicaca. Como corolario de la experiencia citan en forma
completa el Manifiesto de Evo Morales y los Principios del Buen Vivir.
Ambas autoras comparten los sentires y los cambios que al regreso a
sus vidas cotidianas produjo una experiencia de tal magnitud.

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Ana Lorenzo y María Cristina Oliva
Información de Ana Lorenzo en La sanación.

Capítulo 6
La sanación

En “La sanación” la autora refiere a aquellas experiencias


infantiles donde el Tiempo­Espacio se diluye dando lugar a
momentos en los que el vértigo, la emoción y la aventura se
conjugan para cristalizar vivencias invisibles ­relacionadas con las
que, en la cosmovisión de los pueblos originarios, son tan comunes­
Algo así sucedió con su ingreso al grupo de “Entremundos”, de la
mano de un investigador independiente del CONICET, su ámbito
laboral. La propuesta de C. M. Sarasola le permitió retomar
aquellas escenas infantiles y relatar la historia de Mónica y su
relación con el mundo extrasensorial, su recorrido por la Villa del
Lago Epecuén, su acercamiento a Entremundos y su tratamiento de
sanación con Aguarapire Seacandiru, payé perteneciente al linaje
Tupí Guaraní.

Ana Lorenzo
Desde 1988 trabaja como Analista de Sistemas en diferentes
empresas nacionales e internacionales. En el 2008 ingresó a la
Carrera de Personal de Apoyo en Informática, en el Instituto de
Botánica Darwinion IBODA­CONICET, hoy día en CENPAT­CONICET,
Puerto Madryn. En paralelo ha dictado talleres, seminarios, cursos
anuales y coordinado pasantías en el uso de herramientas
administrativas y multimediales, obteniendo sistemas, manuales
electrónicos interactivos, videos de divulgación y maquetas edilicias.
Entre el 2000 y 2003, cursó el Instructorado y Profesorado de Yoga

39
Integral línea Sri Aurobindo en La Plata. Ha dictado clases de Hatha
Yoga en CABA, Bs. As. y USA. A partir del 2004, comenzó a exponer
pinturas, dibujos y fotografías, cuya producción fue el resultado de
explorar en diferentes talleres­clínicas y en IUNA Artes Visuales.
http://analorenzo.com.ar. En 2015 asistió a la formación sobre la
Teoría del Desdoblamiento del Tiempo, dictado por el físico cuántico
Dr. Jean Pierre Garnier Malet, UBA, CABA, y al Seminario de
Respiración Holotrópica dictado por Stanislav Grof, sede de FILO,
UBA, CABA. En 2017 cursó segundo año de Narrativa y Oralidad en
Casa de Letras, CABA. Actualmente se capacita en “Nuevas
Tecnologías de la Conciencia” del científico Grigori Grabovoi.
Mail de contacto: analorenzo2004@yahoo.com.ar

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Amanecer en
Tiahuanaco

por María Ester Nostro

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Amanecer en
Tiahuanaco

por María Ester Nostro

Esta historia probablemente se inició hace muchos años,


cuando era redactora en una revista femenina de gran tirada y fui a
hacer una nota a la provincia de Formosa. El tema: mortalidad
infantil. Hice mi trabajo periodístico. Fui al ministerio de salud
pública, entrevisté a los médicos del hospital provincial y el fotógrafo
registró muchas situaciones elocuentes. Pero sucedió que un ministro,
ya no sé de qué, tenía que ir a la otra punta de la provincia, al límite
con Salta, a comer un asado en el pueblo de Ingeniero Juárez. Fletó
dos avionetas de la gobernación y nos invitó a acompañarlo. La
experiencia de ese día fue un punto de no retorno.

La población del lugar era mayoritariamente wichí y toba,


hombres y mujeres de piel oscura, delgadísimos y con una actitud
reticente, algunos “criollos” del monte igualmente distantes y un activo
grupo de misioneros anglicanos que salió a nuestro encuentro. Azorada,
no dejaba de cuestionar lo que veía: ¿¿¿¿¿Indios en Argentina????

El hospital de ese entonces, a cargo de un joven médico de


nombre Omar, alcanzaba para muy pocos enfermos, por lo que había
alguien, infectado del mal de Chagas, agonizando en una camilla en
el lavadero. Omar me explicó que ese hombre dormía en una cucha
para perros hasta que un día no salió de ella como acostumbraba.
Tampoco lo hizo los dos días siguientes, lo que motivó que, como
médico del hospital se acercara al lugar, y con ayuda de la policía,

44
levantara la cucha hasta dejarlo al descubierto. Inmediatamente un
mar de vinchucas huyó hacia el exterior, aunque algunas quedaron
todavía sobre el cuerpo, ahora a la intemperie.

Sentenciado a una muerte inevitable y a muy corto plazo, el


hombre solo tenía una opción: esperarla. Al médico tampoco le
quedaban muchas, salvo ponerlo a resguardo y atenderlo lo mejor
posible en el único lugar que tenía disponible, el lavadero.

Fue una realidad muy dura que tuve que aceptar: era todo
lo que se podía hacer por él y los recursos de otro tipo de atención,
tan elementales como una cama con colchón, estaban ocupados por
otros, por los que tenían alguna posibilidad de sobrevivencia.

Más tarde, pusieron en mis manos uno de los famosos


“vales”, solo recordadas por mí a causa de lejanas lecturas de
verano en las páginas de esos viejos libros que quedan arrumbados
en el fondo de la biblioteca. Son los recibos con que los
almaceneros, que la literatura folklórica identificaba como
“turcos”, pagaban por los troncos de quebracho o cualquier otro
producto o servicio a indios y criollos, y que solo eran canjeables
en su propio almacén. También supe que el precio de un tronco de
quebracho era desproporcionadamente menor al del azúcar o los
fideos con que se lo pagaba.

Vi gente viviendo en chozas, con ropas harapientas y chicos


desnutridos en los flaquísimos brazos de sus madres o sobre sus
estrechas espaldas. También hablé largamente con los misioneros
protestantes y con un joven cura católico llamado Francisco Nazar.
Por primera vez, sentí que mi mundo porteño era muy, pero muy
estrecho frente a tanta realidad ni siquiera presentida.

45
Acostumbrada a circular entre veleidosas estrellas del
espectáculo, a los desfiles de modas o a reflexionar en abstracto
sobre el problema de chicos que mojan la cama, una vergüenza
enorme me apabulló ya que, ésta, como tantas otras, sería una nota
donde no sólo me atrevería a describir los hechos (o mejor dicho lo
poco que percibía), sino también a opinar…

La nota fue muy dura e impactante y a poco de andar estaba


en Chaco haciendo otra sobre desnutrición infantil. En este caso un
médico de Villa Angela me reveló, en respuesta a una observación
mía, que esas simpáticas pancitas de los chicos no se debían a la
abundancia de alimentos ingeridos, sino a los parásitos acumulados
desde el día de sus nacimientos y a la falta de proteínas.

Por último, hubo una tercera nota en una escuela­albergue


en la precordillera, en una reservación mapuche de Chubut. El
“gancho” era la novedad de que en ese lugar se dictaba clases en
verano. El día de nuestra visita como “los periodistas de Buenos
Aires”, era el cumpleaños de una nena, de grandes ojos negros y
trencitas muy ajustadas. La recuerdo comiendo polenta (sempiterno
alimento al alcance del presupuesto escolar), en un plato de lata y
mirándome con curiosidad mientras se llevaba la cuchara (único
cubierto disponible) a la boca. Como centro de la atención infantil,
me sentí obligada a hacer “algo” y propuse que le cantáramos el
“feliz cumpleaños”.

Entusiasmada, empecé la canción, pero nadie me


siguió…porque ninguno de los chicos la conocía.

Así, la intuición de la existencia de “otro mundo” se convirtió


en evidencia y, al regreso del sur, renuncié a mi trabajo y empecé a
estudiar antropología.

46
De la mano de la antropología conocí profundamente la
jujeña Quebrada de Humahuaca y su gente, que me introdujo en el
pensamiento de los pueblos originarios y su cultura más allá de las
fronteras políticas. En principio participé en una investigación sobre
la vivienda rural en Tilcara, lo que me abrió un mundo de vidas muy
sencillas, pero de significaciones profundas, así como el acceso a un
profuso universo ritual, eje del complejo engranaje de interacciones
que conectan al hombre con el cosmos, con la Totalidad.

Allí escuché cosas como “el indígena vive inserto en la


naturaleza”, “la Pachamama es Todo” y también su inversa en “Todo es
uno”. O “Pachamama es la conjunción de Tiempo y Espacio”, “el
Tiempo es cíclico”, “Todo es de a dos en el mundo”, “si la Pacha no
quiere, no quiere”. También aprendí a dejar caer al piso unas gotitas
del líquido por beber para compartirlo con la Madre Tierra, a pedir
permiso antes de iniciar cualquier tarea o a poner una piedra en la
“apacheta” en el cruce de caminos o en el abra del cerro a “davueltar”.

Aprendí a ofrendar en el challaco (dar de comer a la Tierra y/o


sahumar la casa en el mes de agosto), a entregar el kintu (hojas de
coca) ritual y a cortar las orejas de ovejas y chivos en la señalada que se
realiza en carnaval. También compartí simbeadas (ceremonia de corte
de simbas o trencitas de los niños) y casamientos en lejanas iglesitas
que el cura visita una vez al año aprovechando para unir religiosamente
a las parejas en serviñakuy (unión de hecho o de prueba)

Posteriormente, por invitación de la ONG P.I.R.C.A (Proyecto de


Integración y Rescate de la Cultura Andina) creada por lugareños de
Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca, participé de la ejecución y
evaluación del proyecto de “Construcción de Viviendas con tecnología
regional” y en numerosas “flechadas” con que se inauguraron las casas.

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Fue con motivo de en una de esas flechadas cuando se acercó
a la Quebrada un grupo de arquitectos de la provincia de Buenos
Aires, atraídos por la novedad de las viviendas construidas con
tecnología de piedra y adobes. Sentados en la ladera del Cerro Negro
sobre el que se recuesta Tilcara, en el predio que ahora ocupa Radio
PIRCA, contemplábamos el atardecer cuando, mirando los farallones
al otro lado del río Grande, a espaldas de la ruta 9, uno de ellos
comentó que el paisaje le recordaba a las viviendas trogloditas de
Capadocia, esas cuevas de Anatolia (Turquía) que, desde hace
milenios, la gente utiliza como moradas. No pude dejar de notar la
risita socarrona con que don Fausto Campos, un tilcareño de mediana
edad que en ese momento organizaba el riego del jardín de la casa,
se expresó al oír el comentario, sin levantar la vista del suelo ni
pronunciar palabra.

Conociendo a don Fausto y su habitual parquedad expresiva,


me acerqué más tarde a preguntarle qué le había hecho gracia. Una
confianza asentada a lo largo de algunos años y muchas horas de
escucha de sus conocimientos y experiencias facilitó la confidencia y
don Fausto me reveló un secreto fundamental: “Es que en esas peñas
SÍ vive gente. Son los que entraron en la Salamanca”.

Mi reflejo condicionado periodístico­antropológico se tradujo


inmediatamente en la pregunta “¿y cómo se hace para entrar en la
Salamanca?”, dando por sentado que sabía de lo que me estaba
hablando, es decir, esa fiesta diabólica e interminable de aquellos que
han entregado el alma al “Tres dedos”. “No lo puedo decir”,
respondió don Fausto y no pude sacarle más nada. Días más tarde,
una vez terminado su trabajo diario, volví sobre el tema y, un poco a
los tirones, pronunció para mí la palabra mágica con el compromiso,
claro, de que no la revelaría nunca. Naturalmente, nunca se la dije a
nadie, pero confieso que tampoco la pronuncié delante de las peñas.

48
Fue probablemente en ese momento, y de la mano de don
Fausto, cuando empecé a intuir el grado de materialidad de los
enunciados que hasta el momento había tomado como expresiones
poéticas, traducción en palabras de conceptos abstractos que no iban
más allá de manifestaciones de un misticismo dibujado por los
hábitos ancestrales pero sin verdadera significación en la vida
cotidiana. Una tradición que se repite por costumbre y no por
convicción. Pero por primera vez don Fausto me descubrió el Misterio
como algo concreto, vigente y actuante en el mundo andino.

Más tarde llegó 1992, y estábamos a las puertas del V*


Centenario de la llegada de los europeos a América, lo que había
movilizado las raíces del continente. Cada vez se oía hablar con más
frecuencia de las profecías, así en general, hasta que el discurso
hispanista del momento cedió en su épica de gesta civilizadora, y
términos como Pachakuti o Quinto Sol ocuparon el centro del
imaginario alternativo.

Se inició entonces un gran contacto entre los indígenas de


todo el continente, motivados por una convocatoria concreta: el
Encuentro del Águila del Norte y el Cóndor del Sur, con un preciso
eje en el Quetzal maya de Centroamérica pregonando el
advenimiento del Quinto Sol para diciembre del 2012.

Lo particular tal vez fue que, paralelamente a los reclamos


reivindicatorios luego de 500 años de sometimiento, desde el
comienzo, se trató de una convocatoria alrededor de la
espiritualidad, de esa forma tan propia, común a todos los originarios
americanos, de relacionarse con la Tierra y el Cosmos. Y la
advertencia al mundo occidental sobre la destrucción del planeta.

49
En este contexto se creó el Concejo Continental de Ancianos
Indígenas, Guías Espirituales y Seres Puente de América, activado por
don Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj, maya quiché de Guatemala,
Anciano Mayor del Concejo Maya, Xinca y Garífuna de ese país.

A una querida amiga, la artista jujeña Sebastiana Cristina


García, y a su hijo Sebastián les debo el haberme puesto en contacto
con el Consejo Continental a través del yatiri boliviano Valentín
Mejillones, quien nos incluyó en el encuentro realizado en Nambé,
Nuevo México, en 1999. Durante los días que permanecimos en el
lugar, la dinámica del encuentro giró alrededor de dos ejes: las
ceremonias al amanecer y los encuentros alrededor del fuego
sagrado, siempre encendido, donde los Ancianos narraban los mitos
de sus pueblos, en ese acto regenerativo de los tiempos originarios y
las significaciones profundas de la cultura.

Recuerdo especialmente a una anciana (nunca pude saber su


edad, pero parecía tener muchos años) muy delgada, vestida con una
túnica larga de color indefinido, que, de pie frente al fuego, hablaba
en un idioma para mí inentendible (luego me enteré que era de un
pueblo amazónico y que, en realidad, salvo los miembros de su
grupo, nadie entendió literalmente sus palabras), pero lo hacía en un
tono de voz y una actitud de solemnidad corporal que transmitía el
sentido profundo y significativo de su narración. Reinaba un
respetuoso silencio mientras la mujer hablaba y se escuchaba el
crepitar del fuego. En un costado, un anciano maya contenía
delicadamente en sus manos una pequeña imagen de un sacerdote en
terracota, un nahual con ojos de turquesa, recién devuelto por
“gringo”, muy rubio y de ojos claros, que no pudo sostener su
presencia luego de haberlo adquirido en el mercado negro de
antigüedades. “No podía tolerar su mirada”, argumentó.

50
Este encuentro fue también el inicio de un episodio ingrato
que se prolongó por varios años y concluyó en el Willkakutjta de
2007, en Tiahuanaco.

Don Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj, Wakatel Utiú (Lobo


Errante, en maya quiché), como inspirador del Concejo, había
establecido desde el comienzo la ceremonia de traspaso de un bello
bastón de mando, herencia de siete generaciones de su familia, al
anciano que ameritase encargarse de la próxima reunión, dos años
más tarde, del Concejo. En Nambé, tal responsabilidad recayó en un
“joven” amauta sudamericano quien se vio imposibilitado, por
razones políticas y económicas de su país, sacudido por turbulencias
propias de esos años, de concretar un encuentro a la altura de las
expectativas del Concejo.

Se le concedió entonces un nuevo período de tiempo para


lograrlo, sin que se presentara la posibilidad de hacerlo con la
solemnidad requerida. Desde Argentina intentamos facilitar una
conciliación y reintegro del emblemático bastón a su legítimo
custodio por herencia familiar. A tal fin procuramos dos encuentros
(el Primer Encuentro de Ancianos en Junin de los Andes en 2005 y la
reunión en Buenos Aires que denominamos Segundo Encuentro
Sudamericano de Ancianos en 2006).

Hubo otros encuentros del Concejo Continental, especialmente


el realizado en Yucatán (México) con su ceremonia central en las ruinas
de Mayapán (ciudad de los mayas cocom, vencedores de los itzaes de
Chichen Itzá poco antes de la llegada de los españoles), donde un friso
bajo la pirámide solar muestra a un personaje sin rostro sosteniendo un
águila en una mano y un cóndor en otra. Fue allí donde vi como un
joven amauta del Cuzco, de muchos nombres y ninguno en particular,
era seguido por un rayo del sol sin proponérselo.

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En estos encuentros conocí, en lugares rituales, a “ancianos”
de mucha sabiduría y se me permitió participar respetuosamente de
ceremonias sagradas y tener experiencias profundas, como la ofrenda
a la Pacha en La Muela del Diablo, en La Paz (Bolivia), o el amanecer
en Dzibilchaltun (Yucatán) en el equinoccio de primavera. Pero sin
dudas, ninguna como el Willkakutja en Tiahuanaco.

000

Eran cerca de las 2 de la madrugada en un patio de la


Universidad de Tiahuanaco, la fecha 21 de junio de 2007 y a 3800 m
de altura. El frío cortaba como un cuchillo las mejillas y se
introducía, hiriente, las fosas nasales. Los movimientos se habían
hecho difíciles y las manos me dolían de puro heladas, alrededor de
un fuego que solo alcanzaba para iluminar vagamente un círculo de
rostros indígenas, estáticos y concentrados.

De pronto una intensa vibración sacudió la atmósfera, y una


bola rojiza cruzó rugiente el cielo para terminar estrellándose detrás
del horizonte montañoso. Era un meteorito que cayó como el broche
de un día intenso, más intenso que de costumbre en Tiahuanaco, en
el altiplano boliviano, donde unas 15 mil personas nos habíamos
reunido para festejar el Wilkakutjta, “el retorno del sol” en el solsticio
de invierno que marca el fin de los días cortos, oscuros, y el lento
regreso de la luz y la vida en el mundo andino. Pero fue también un
anticipo de lo que estaba por pasar.

Lo único que yo sabía era que me habían sacado del cuarto que
compartía con dos compañeras de viaje (una francesa, alumna mía de
la universidad y una jamaiquina), cada una arrebujada, agotada, en su

52
bolsa de dormir sobre desnudos colchones rellenos de chala mientras,
en un cuarto vecino, un español amigo superaba estoicamente un
“brote” de asma, tan inoportuno como previsible en esas circunstancias.

Lo único que se me explicó fue: “Debes saberlo porque has


trabajado para esto. Don Alejandro (Pérez Oxlaj) está en Tiahuanaco
y ha venido a buscar el Bastón”. Todos sabíamos que el Bastón estaba
entre nosotros desde que salimos de La Paz, que algo iba a suceder
con él, pero ignorábamos (creo que incluso temíamos) cómo podían
desarrollarse los acontecimientos. Y mucho menos que el Tata Cirilo
vinera a reclamarlo.

000

53
Willkakutjta,
el retorno del Sol
Siempre se ha colocado la concepción del tiempo entre los
pueblos originarios americanos como opuesta a la occidental
europea: una es circular (pensada en ciclos que periódicamente se
cierran y vuelven a abrirse) y la otra es acumulativa (el tiempo se va
sumando indefinidamente).

Los tiempos originarios se desenvuelven en ciclos de distintas


duraciones: desde los “pachakuti” andinos (de aproximadamente 1.000
años cada uno) y los “soles” mayas en Centroamérica (de
aproximadamente 5 mil años), hasta los ciclos anuales definidos por la
trayectoria del sol y su permanencia diaria en el firmamento. Es justamente
la observación de este proceso lo que en cierta forma los iguala con la
tradición europea, ya que tanto el Willkakutjta (21 de junio) como las
celebraciones del Año Nuevo europeo, (31 de diciembre) suceden en el

54
solsticio de invierno marcando el lento retorno de la luz, portadora
de vida y abundancia luego de la noche más larga del año.

Sin embargo, ni el Willkakutjta aymara ni su equivalente, el


Inti Raymi quechua, son asimilables a un Año Nuevo, distinto al que
termina, pues el ciclo que se reinaugura es la reiteración de ciclos
similares que han ocurrido en el pasado. La percepción es que el
presente es como el pasado y el futuro será como el presente y el
pasado. Es decir, que hoy es siempre y el Sol no renace, porque no ha
muerto, sino que vuelve revitalizado.

Hay asimismo una certeza que lo que sucede en el tiempo


sucede también en el espacio, por lo que en muchos pueblos originarios
se ubica el pasado hacia adelante pues ya se lo conoce y el futuro a
espaldas de la persona involucrada, dado que aún no se lo ha vivido. Si
se pregunta a un andino dónde está el futuro, señalará hacia atrás.

Otra relación espacial es la expresada en la idea un cosmos


(Wiñaypacha) tripartito, organizado alrededor de un centro, el
Akapacha (Kaipacha en quechua) o mundo terreno, bajo un mundo
astral superior, el Alaxpacha (Hananpacha en quechua) y ambos por
arriba del Manqapacha (Urinpacha en quechua) o mundo
subterráneo.

Akapacha, a su vez, presenta el Urqusuyu (tierra alta,


asociada a la montaña, los aymara y los guerreros) Taypisuyu (tierra
del medio) y Umasuyu (tierra baja, zona llana, uros y pukinas, lo
femenino y la agricultura).

En este contexto se vuelve especialmente significativa la


agrupación de construcciones en el ángulo NE del complejo
ceremonial de Tiahuanaco, con el Templete Semisubterraneo en

55
representación de Manqapacha, el Kalasasaya como espacio
fundamentalmente humano (Akapacha) y la pirámide de Akapana
como elevación hacia Alaxpacha.

000

Tiahuanaco
Taypi Kala

El sitio arqueológico de TIAHUANACO, llamado también


TAYPI KALA (Piedra del Medio o Centro del Mundo) se encuentran a
70 km al NO de la ciudad de La Paz, Bolivia, y a 15 km al SE del lago
Titicaca, a una altura de 3.800 m sobre el nivel del mar.

Se trata del centro ceremonial de la capital de un vasto


imperio preincaico que abarcó el altiplano boliviano y se expandió
hasta el sur de Perú y norte de Argentina y Chile. Se estima que, en
su momento de esplendor, la ciudad habría tenido una población
cercana a los 100.000 habitantes y su ocupación inicial se remontaría
al 1589 a.C.

56
Esta cultura se desarrolló enérgicamente en los primeros diez
siglos de la era cristiana, pasando de una situación aldeana a un
Estado regional y finalmente a una expansión imperial que terminó
por guerras en el 1172 d.C.

Sus habitantes pertenecían al pueblo Pukina, que, junto con


los Uros, constituyeron la población original de la región. Los
Aymara, actuales pobladores del territorio provenían de la alta puna
y, por su bravura, estaban al servicio guerrero de las élites
gobernantes. En el siglo XIII, al producirse la expansión incaica, este
pueblo, heredero del legado tiwanakota, se dispersa territorialmente
dificultando su dominación por parte de los incas.

A pesar de su declinación, la cultura tiwanakota dejó su


impronta a lo largo de los Andes, en especial en muchos artefactos,
tecnologías y creencias adoptadas luego por los incas y otros pueblos
(el cultivo en “camellones” y andenes, los sistemas de regadío, la
concepción cuatripartita del espacio y el culto al felino, entre otros
rasgos culturales).

Tras su desactivación como capital del imperio, Tiahuanaco


cayó en decadencia y en la actualidad es un sitio arqueológico
centrado especialmente en lo que fue su espléndido y monumental
conjunto ceremonial. Este sitio, que se va recuperando
trabajosamente, no ha dejado, sin embargo, de ejercer una fuerte
influencia simbólica sobre el pueblo aymara y boliviano en general.
Allí se consagró ritualmente a Evo Morales el día anterior a su
primera asunción como presidente de Bolivia, otorgándosele los
atributos ­el bastón de mando en particular­ detentados por
Wirakocha en el friso central de la Puerta del Sol, emblema de
Tiahuanaco. Incluso, en esa ocasión, se recitaron las escasas rogativas
en lengua pukina que perduran en la memoria de los aymara. Desde

57
entonces, cada año el presidente vuelve a ser ungido por los amautas
(hombres de sabiduría) en el mismo lugar, en general con motivo del
solsticio de invierno, en el amanecer del 21 de junio, cuando se
festeja el Willkakutjta.

Grandes observadores del cielo, los tiwanakotas dispusieron


los edificios del centro ceremonial en sentido E – 0, con tal precisión
astronómica que durante los equinoccios (otoño el 21 de marzo y
primavera el 21 de septiembre), desde el interior del Kalasasaya
puede verse el sol saliendo exactamente en el centro de la puerta
monolítica de entrada. En el solsticio de invierno (21 de junio) el
amanecer se observa en el ángulo NE de este acceso, y en el de
verano (21 de diciembre) en su ángulo SE.

Su cosmovisión se refleja también en la disposición de los


tres edificios del sector NE del conjunto, donde el mundo subterráneo
se halla representado por el Templete Semisubterráneo, el mundo
humano por el Kalasasaya y el mundo celestial por la pirámide de
Akapana (en su plataforma superior se halló el trazo de una cruz
andina semisubterránea en cuyo centro presumiblemente se erguía
uno de los monolitos hallados en las cercanías).

En compensación y algo alejado, cumpliendo con el concepto


de dualidad y complementación, en diagonal al conjunto nuclear, se
encuentra el PUMA PUNKU (Puerta del Puma), cuya escalinata de
acceso está orientada hacia el oeste, es decir, a la puesta del sol.

000

58
Tiahuanaco 2007

El día anterior al solsticio de invierno de 2007, habíamos


saludado al sol en su ocaso desde las escalinatas del Puma Punku,
orientadas al poniente. Con ese gesto de brazos abiertos, alzados
hacia el horizonte, un grupo de estudiantes universitarios del lugar y
los que veníamos peregrinando desde La Paz en compañía de algunos
amautas, nos reunimos a acompañar a Willka, el sol, en su último
atardecer antes de su regreso lleno de energía. De allí nos
trasladamos caminando al centro del pueblo de Tiahuanaco, en lo
que ya era una noche poderosa, llena de acontecimientos posibles,
como lo son en la cultura occidental y cristiana las noches de Viernes
Santo e incluso la Nochebuena, en las que se realizan
encantamientos, curaciones o se transmiten fórmulas mágicas. A los
pocos minutos (o los muchos, quién sabe) los amautas volvieron a
alzar los brazos, rememorando el gesto de Wiracocha en la Puerta del
Sol, y, cargados de poder, las impusieron, una por una, a las personas
que esperaban arrodilladas en el centro de la plaza, mientras un
grupo de acólitos los “limpiaba” rodeándolos con el humo de hierbas
sagradas, inmoladas a las brasas dentro de pequeñas vasijas de barro.

Fue un acto de sanación, donde algunos vinieron a curar sus


dolencias, pero principalmente se trató de un rito iniciático, en el que
los iniciados, en su mayoría jóvenes, recibieron el halo del poder que
emanaba de las manos de los amautas. Un poder que ya no se pierde
y coloca a hombres y mujeres en la intersección de un sinnúmero de
relaciones posibles con el mundo espiritual.

Eran las 3 de la madrugada cuando, después de la reunión en


el patio de la universidad me volví a tender sobre los colchones de
paja, sin poder dormir por exceso de cansancio, falta de oxígeno, las

59
experiencias vividas y, principalmente, por el cúmulo de expectativas
con respecto a los acontecimientos que se avecinaban.

Apenas pasadas las 7 y tras circular dificultosamente entre la


multitud que se arremolinaba a la entrada del centro ceremonial, nos
ubicamos en el interior del Kalasasaya, detrás del monolito central de
la explanada, mirando hacia Este, hacia la puerta del templo, donde
se abría un espacio limitado por pequeñas vasijas con fuego que
servían más de bella señalización del lugar destinado a los Amautas
oficiantes que de fuente de luz o calor. En el medio, una plataforma
de adobes donde los Amautas alimentaban permanentemente un
fuego de gran tamaño.

La oscuridad era densa y se tenía la sensación de una


ceguera profunda donde la presencia de los demás se adivinaba por
intuición de movimientos o un murmullo indefinido que emanaba de
la noche. En determinado momento hubo unos destellos alargados,
como serpientes luminosas y verticales del otro lado del espacio
destinado a los Ancianos, justo detrás de una de las vasijas ardientes.
Automáticamente, “tiré” varias fotos que, de manejarme todavía con
las viejas cámaras con rollo, no me hubiera atrevido a arriesgar.

Poco a poco, a través de la puerta del templo y por encima de los


muros, el cielo empezó a clarear. El entorno comenzó a hacerse visible y
recuerdo el perfil
de un hombre
con poncho y
chulo que me
daba la espalda,
de cara a la
salida del sol,
mientras

60
saludaba al sol naciente con los brazos abiertos, las palmas apuntando al
infinito, nuevamente con el gesto del Wiracocha en la Puerta del Sol. Giré
hacia la derecha, hacia la pirámide de Akhapana y saqué una última foto.

Después hubo un silencio estremecedor, vibrante y eterno.


Exactamente lo opuesto, pero idénticamente intenso, al paso del
meteorito de la noche anterior. Sentí que me diluía en el espacio como
una ráfaga de aire, incorpórea, fresca, que abarcaba todo sin límites.

Recuerdo que cuando “volví” al lugar, el sol ya estaba por


arriba del horizonte y todos gritábamos con las manos hacia el cielo,
abrazándonos, reconociéndonos y ensayando pasos de baile al son de
cientos de sikus, quenas y redoblantes. Fue todo muy tumultuoso,
hasta que de pronto me encontré frente a Don Alejandro, el Tata
Cirilo, como acostumbramos llamarlo, con su tocado de plumas de
pavo real y su Bastón en
la mano derecha alzada
hacia el cielo. Después,
bajó la cabeza y lo
apretó contra su pecho,
como se abraza a un ser
querido después de una
larga ausencia.

No hubo drama ni
reproches, sólo ese acto
de recuperación
opacando las tristes
energías de un
entredicho que no debió
existir nunca. En
silencio y conmovido, El

61
Tata se perdió entre la gente para seguir con la tarea de mensajero de
los nuevos tiempos que le fuera asignada por sus ancestros.

Fue una fiesta larga y alegre, probablemente por ese


sentimiento de armonía recuperada, del objetivo cumplido después
de tantos años y la bendición de Willka que nos llenaba de energía.
Sólo al cabo de algunas horas dimos por terminado el festejo y
emprendimos el regreso al mundo urbano de La Paz.

de vuelta en
Buenos Aires
Días más tarde estaba de vuelta en Buenos Aires. En ese
choque seco con la ciudad imperativa de urgencias irrevocables,
impersonal y desacralizada.

Empecé a trabajar mis fotos durante la noche, a las 3 o 4 de


la madrugada, cuando mi mente, descansada después de un breve
sueño, me permitía seleccionar las imágenes, combinarlas, darles
fondos y efectos visuales que me ayudaran a expresar más
profundamente las vivencias que quería mostrar. Estaba “copada” con
mi tarea y por casualidad no apreté la tecla “supr” cuando tropecé
con unas fotos muy oscuras. Creo que fue nuevamente la atracción
de los reflejos apenas perceptibles que había registrado en el
Kalasasaya a la luz de las pequeñas pero hipnóticas tinajas llameantes
las que me lo impidieron.

Empecé a jugar con los comandos para aumentar y


disminuir el brillo y el contraste, hasta que la pantalla me mostró una

62
escena inesperada: una docena de personajes con máscaras plateadas
y largos ponchos con guardas reflectantes que rodeaban, en actitud
ceremonial, incluso algunos postrados, a un personaje que parecía
presidir el momento. Su actitud dramática, solemne, me evocaron el
mundo de la tragedia griega, tal vez por la fuerza de esas máscaras
metálicas, destinadas a oficiar en un rito de tal potencia que no se
puede concretar a cara descubierta.

Inmediatamente reviví las sensaciones que había


experimentado esa noche en Tiahuanaco: una aplastante y helada
pequeñez bajo el cielo profundo y esa oscuridad escondedora de
Misterios ancestrales, tal vez amigables pero tal vez peligrosos, como
todo aquello que desconocemos.

También aquello de lo sagrado como “fascinante y terrible”,


como lo había leído tantas veces en páginas de Rudolph Otto y
Mircea Eliade, y que ahora en mí se traducía en un sentimiento muy
simple: Tenía miedo. ¿Y si lo temible era sólo una creación de mi
miedo? Recordé que me dije “Acá estoy. Esto es único y puede ser
maravilloso. No voy a dejar que el miedo lo estropee”. Vino a mi
mente el pensamiento de C. G. Jung acerca de que el mejor acceso a
la luz es el que llega después de aceptar la oscuridad, y creo que a
partir de allí fue que pude esperar el amanecer con serenidad y
confianza hasta ese momento brevísimo de comunión con el sol
elevándose más allá de la puerta imperial del Kalasasaya.

Tuve la certeza de que las imágenes que ahora me mostraba


la compu eran un premio por haber confiado en el Misterio. ¿Cuántos
más Misterios se habrán manifestado delante de todos, pero fueron
invisibles para la mayoría (yo incluida)?
Por supuesto, también surgieron las preguntas inevitables: ¿Qué es
esto?, ¿quiénes son estos personajes?, ¿qué están haciendo?

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Fotos impresas en mano empecé a preguntar a mis colegas y
conocidos andinos. Nadie supo contestarme, ni siquiera algunos de los
Amautas de Tiahuanaco a quienes entrevisté posteriormente. La
mayoría opinó que se trataba de espíritus, captados por esas
“capacidades” inesperadas de las cámaras digitales. Otros, colegas
universitarios, opinaron que podía tratarse de un ritual mistérico, al
estilo de los realizados en la antigua Grecia, pero finalmente, preferí
pensar en la lógica dual del mundo andino y la presencia de un culto
lunar (la luna representada por las máscaras de plata), femenino,
complementario de una ceremonia solar, masculina, como el
Willkakutjta.

Curiosamente, nunca seguí con la investigación. Es obvio, y


así se desprende de las imágenes, que difícilmente un espíritu
permitiría ser fotografiado en la desprolijidad de una máscara
sostenida con una cinta por detrás de la cabeza, o mostrando los
pantalones y los borcegos por debajo de los ponchos. Tampoco parece
muy viable la hipótesis del ritual mistérico, ya que este tipo de
experiencia, incluido el trance shamánico, no se realizan en lugares
públicos, multitudinarios, aunque lo hagan protegidos por la
oscuridad, sino en una privacidad donde se pueda invocar
eficazmente a los espíritus auxiliares.

Es cierto que la presencia de estas personas fue concreta y su


contexto nos acerca a la espiritualidad concebida en términos andinos.
Pero también es cierto, y en esto confieso haber perdido la intención
antropológica de develar las realidades culturales, que la actitud de
sacralidad de estas personas me impulsa a respetar su secreto.
Sé que hubo otros testigos que se vislumbran en el fondo de
las fotos y tal vez ellos también hayan captado la escena. Las fotos
son bellas e impactantes, pero me siento inhibida de publicarlas, ya
que me espanta la posibilidad de verlas algún día ilustrando un
almanaque o como un “flash” en un “spot” turístico.

64
Aún así, sé que lo importante no está en las imágenes sino en
su sentido, donde yace el secreto del Misterio. En este aspecto, cada
vez que pienso este tema, me viene a la mente Fred Murdock, el
personaje del cuento “El etnógrafo”, de Jorge Luis Borges, quien en
su investigación conoció los secretos rituales que los brujos (sic) le
revelaron como iniciado, pero a su regreso del trabajo de campo, se
negó a descubrirlos para la ciencia.

“En esas lejanías aprendí algo que no puedo decir”, le


comunica Murdock a su jefe. “¿Acaso el idioma inglés es
insuficiente?”, le pregunta el otro. “Nada de eso, señor –explica
Murdock­ Ahora que poseo el secreto podría enunciarlo de cien
modos distintos y aún
contradictorios. No sé
cómo decirle que el
secreto es precioso y que
ahora la ciencia, nuestra
ciencia, me parece una
mera frivolidad”.

Y luego de una
pausa agrega:

“El secreto, por lo demás, no vale lo que valen los caminos que
me condujeron a él. Esos caminos hay que andarlos”. Son los
caminos entre mundos.

65
Bibliografía

Borges, Jorge Luis. El etnógrafo. En: El elogio de la sombra. 1969.


Incluido en Obras completas. MC Editores. 1974. Buenos Aires.

Chevalier, Jean , director, con la colaboración de Alain Gheerbrant.


Diccionario de símbolos. Editorial Herder, 1968, Barcelona.

Jung, C. G. El hombre y sus símbolos. Caralt Buc. Biblioteca


Universal Contemporánea. 1976. España.

Eliade, Mircea. Historia de las creencias e ideas religiosas. Tomos I


y II. Paidós Orientalia. 1999. Barcelona.
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ Nacimiento y renacimiento. El significado de la
iniciación en la cultura humana. Editorial Kairós. 2001. Barcelona.
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ Initiation, rites, sociétés secretes. Naissances
mystiques. Gallimard. Folio­Essais. 1959. Paris.
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ Lo sagrado y lo profano. Guadarrama. Punto
Omega. 1979. Madrid.

González, Federico. El simbolismo precolombino. Editorial Kier.


2003. Buenos Aires.

Lange Lomas, Guillermo. El mensaje secreto de los símbolos de


Tiahuanaco y del lago Titikaka. 1999. La Paz.

Martínez Sarasola, Carlos. De manera sagrada y en celebración.


Identidad, cosmovisión y espiritualidad en los pueblos indígenas.
Editorial Biblos – Desde América. 2010. Buenos Aires.

66
Montes R., Fernando. La máscara de Piedra. Simbolismo y
personalidad. Aymaras en la historia. Editorial Armonía.
Segunda edición revisada. 1999. La Paz.

Otto, Rudolph. Lo Santo. Lo racional y lo irracional en la idea de


Dios. Alianza Editorial. Sección Humanidades. 1980. Madrid.

Ponce Sanginés, Carlos. Tiwanaku y su fascinante desarrollo


cultural. T I. Entorno y sistema político. T III. El sistema
sociocultural prehispánico. T IV Cosmovisión y religión.
Universidad Americana­Producciones CIMA. Sin fecha. La Paz.

67
68
La acidez de la aurora
por Diego Vartabedian

70
La acidez de la aurora
por Diego Vartabedian

Es que en las tinieblas los pájaros habían percibido la acidez de la


aurora, y, mucho antes de que el alba rayara para los hombres,
ellos la respiraron y empezaron a despertar.

La manzana en lo oscuro. C. Lispector.

• PLANEA DESDE LAS CORRIENTES HACIA UN DOMINIO

• HASTA QUE LO INSONDABLE NOS REBOSE

• APARTA UN DIAMANTE QUE FULGURE

• DETÉN EL SUSTO Y BAÑA TUS OJOS DE MARAVILLAS

• BUNACHI CONOCE AL SOL POR SU SOMBRERO

• AMPOLLA QUE CAE EN LA TIERRA Y CRUJE SU MEDICINA

• DESARMA EL TESTIMONIO DE LA LUNA

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Planea desde las corrientes hacia un dominio

La primera vez que pisé una ceremonia, todo aquello que no


tenía nombre adquirió su historia. Fue demasiada la escucha, por eso
durante toda la semana no había consumido ni azúcar, ni sal, ni café,
ni fritura, ni lácteos. Estuve ligero para que en la claridad de la
noche, la luna reflejara sobre las aguas de mi psique su redondez
imborrable. Arroz integral y frutas sirvieron para darme firmeza. De
hecho, si con la manzana había empezado la caída, aquí la predilecta
para el ascenso era la banana. La banana es una fruta rica en
triptófano y proporciona una mayor cantidad de materia prima para
la producción endógena de dimetiltriptamina, que es el compuesto
causante del efecto visionario.

Acostado en una colchoneta dentro del garaje de Don Jorge,


aún tenía los ojos abiertos. Atrás quedaba el libro “Plantas de los
Dioses” de Evans Schultes y Albert Hofmann cuando en su cocina
había ganado mi atención. Ejercitar el desapego por medio del
absurdo fue el último ciclo de la preparatoria que el chamán urbano
diseñaba para que accediera a la ceremonia con la disposición
adecuada. Todo sirvió para llegar a Ciudadela con un puñado de
coraje, el suficiente para mantener un ritmo que al interceptar los
sonidos de las plantas sagradas los pueda devolver como
iluminaciones de un absoluto, para que entre las rendijas de un
espacio agujereado emerjan los frisos brillantes.
“Hoy van a salir a la calle con un zapato en un pie y una
zapatilla en el otro”, así Don Jorge me tuvo hasta la fecha de la
mareación con el fin de precipitar mis lógicas. Fue hasta que el sueño
modificara mi código y la lectura propiciara un salto hacia las
líneas melódicas de lo originario. Pasado el tabaco para el auspicio

72
y a la espera de la mareación, reconocí que la planta no se iba a
dejar tomar si acaso no la trataba con cierta inocencia. Ya me lo
había advertido Don Jorge: “Llegaste hasta aquí, te resta confiar”.

Se hizo un temazcal al año siguiente en Carlos Keen, hubo


fuego para purgar las cuatro puertas de los cuerpos, un poco más de
frutas para una rápida digestión, protecciones y auspicios para la
ceremonia de la ayahuasca donde la infusión amarga servida a
temperatura ambiente invitaba a lo errante a integrarse en un orden,
mientras que los ícaros cantados por el chamán contactaban con la
tierra como generadora de vida y con la muerte como trasvase de la
existencia. De mi savia de ensueño el brote dijo: “El mundo no tiene
unidades simples sino dimensiones dinámicas”. Me dijo: “Las figuras no
representan sus contenidos, sino que se reconocen según sus formas y
en relación con sus funciones”. Me dijo: “La totalidad precede a una
parcialidad cognitiva y enlaza, a su vez, nuevas continuidades para con
las sensaciones próximas”. Me dijo: “Los propósitos tienen nivelaciones.
Según la graduación así será el desarrollo del evento. Cada sitio
encuadra con otras piezas de la existencia. Cada ser es una
coordenada”. Me dijo: “Las realidades físicas están circunscriptas a
conexiones químicas”. Me dijo: “La materia expresa una mente según
los desarrollos físicos que la componen”. Me dijo: “Lo real es la
potencia de las realidades compartidas. El desenvolvimiento de un
cuerpo, no se mide en un tiempo localizado sino en una articulación
lograda sobre diferencias temporales”. Me dijo: “La racionalidad
humana es una de las racionalidades posibles”. Me dijo: “Una dialéctica
de los intentos forma una historia de la consciencia”. Me dijo: “Todo
está relacionado de una forma viva”. Me dijo: “El sistema se
autogestiona según los intentos que lo tejen y las potencias que tolera”.
Me dijo: “Cada elemento se inserta en distintas secuencias. Las

73
secuencias son de modo tal que ninguna se interrumpe por su centro,
sino que es fagocitada desde sus bordes”.

Palermo, 2011. Senen Pani, chamán perteneciente al pueblo


shipibo­conibo del Bajo Ucayali, me habló de la relación que había
entre los sietes pájaros de colores que divisé sobre una nube elevada
con el fenómeno meteorológico conocido como arcoíris. Pedro
Favaron, quien ha realizado varios estudios sobre las plantas
maestras, habló del secreto de la planta A. En la familia mágica, la
ayahuasca se reconoce como la madre de la tierra, mientras que A.
podría presentarse como la hija de la muerte.

Otro viaje al centro de mí, encogerse. Si cada vez que se


desenterraba un alma, las estrellas perdían su velo, la voz del interior
me lo advirtió: “Seguirás andando, no tan alto como para desafiar el
sol, ni tan bajo como para hundir los pies. Una rodilla en el piso,
como si tocaras una alfombra roja ante un rey fastuoso, entonces
significará reverencia. Si la otra rodilla está levantada, se pide estar
alerta. Si la mirada está abajo, ocurre la visión. Con una mano en el
piso, ponerse en guardia”.
Con la mareación crucé las nubes, llegué a donde habitaban
los siete pájaros de colores. Los pájaros eran los dueños del rayo
sagrado. Una jaula azul eléctrica, hizo de coraza frente a los agentes
foráneos. Entre ícaros, la espalda quedó a resguardo, con astucia
marqué la dirección al frente. La risa valió porque era igual de
cómplice, tanto para el mal como para el bien. La risa regula lo
solemne, ya sea impulsándolo o refrenándolo.

Poco a poco las maracas obligaron a persistir en el paso, la


liana trepidante enseñó con su perfume que los hombres y las

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mujeres, no eran más que un humor en la Tierra dispuesto a
empalmarse con otro anillo de vida. La elección de la forma no sería
otra cosa que el extraño impuesto o don de la naturaleza invisible.
Vomitar, fue el modo para despabilarse, para ser humano
como los demás, para no arrogarse la perfección de lo contemplado
cuando el tránsito por la Tierra todavía requería tomar el aire y beber
el agua. Porque hacerse un pronto lugar con los dioses hubiera
significado abandonar los servicios terrenales temprano.

Hasta que lo insondable nos rebose

Enero, 2012. Me hallaba en el pequeño aeropuerto de Iquitos,


descansaban dos fuselajes de avión junto con un helicóptero oxidado y
destartalado. Al lado de los metales había un montón de palmeras
coloreadas bajo el gorjeo de los pájaros. El paisaje me embelesaba.
Tomé un mototaxi para dirigirme al motel. El ruido del motor
estallaba, el olor a nafta se mezclaba con el sabor del río. El conductor
me invitó a conocer por primera vez la corriente amazónica, en
consonancia con su régimen fluvial sentí mi sangre burbujeante.

Mi primera noche en la ciudad la pasé con Carlos, Marta y


sus dos hijos. La pareja trabajaba a la orilla del río. En las tiendas se
vendían maracas y palos santos. Asomaban también sobre la pared
varias máscaras apagadas y algunas pinturas inspiradoras.

El bar en el que compartí con ellos una cerveza carecía de


buena iluminación. Sonaba cumbia, afuera el vacío negro tachaba la
visión. Me contaba Marta que allá lejos, donde el silbido reconoce el

75
aliento que lo ocasiona, caminan los shipibo­conibo, bora, huitoto,
yagua, matsés, urarina, ocaina y cocama; enseñándome así no solo
que había vida más allá de la oscuridad de mi visión, sino que
también, más acá aparecía mi estrechez, al confundir mis límites
personales con finales demarcados.

Marta pertenece al pueblo yagua. Estaba orgullosa de ser


docente. Carlitos, su hijo, corría por todo el bar sujetando doce
globos de colores. Martita niña me asombró diciéndome que tenía
lindos ojos. En la tienda de Carlos seguía disecada la temible araña
pollito junto con la delicada mariposa azul. Bien podía ser la araña
una referencia a los miedos y a la muerte, mientras que la mariposa
podía decir algo de la vida y el nacimiento. Bien podía pensar la
araña en relación con la captura dentro de los tejidos de un pasado, y
la mariposa relacionarla con la libertad consumada a raíz de una
exitosa transformación como susurro de un futuro.

Al día siguiente, Casilda apareció en la puerta del motel


donde estaba parando. Se presentó como la directora de la Escuela de
Arte NYI, lugar donde me iba a instalar todo el mes de enero para
aprender a pintar y experimentar con los colores de la selva. Ella
estaba acompañada por una bella muchacha de quince años que la
ayudaba en sus tareas. Mientras ellas se fueron a hacer las compras
para la escuela, yo me fui a sentar en el malecón en donde conocí a
Andy, el joven que me vendió por adorno una pequeña guitarra hecha
con alambre. Andy me desasnó con respecto al mundo de los
payasos. Mencionó la existencia de payasos rojos (los tradicionales),
negros (los agresivos pero graciosos), amarillos (son como clowns,
actores) y como si de una organización se tratara me habló de otros

76
dos tipos de payasos: los verdes y los azules. De ellos no sabía más
que la distinción por color. Le pregunté: “¿Qué necesita tener un
payaso para llevar a cabo su tarea?”. “Felicidad”, me respondió. Me
habló también de los magos. Dijo que un mago debía tener un truco,
pero también distintos modos de expresarlo. Le pregunté si conocía
un mago que no tuviera trucos. Me contestó que entonces no sería un
mago sino un payaso con carisma.

Andy se iba para Brasil en barco. Andy viajaba de manera


clandestina, quería aprender más de otros artistas itinerantes. Me dijo
que la vida era aprender siempre un poco más. Agregó que eso era lo
que se ganaba con los viajes. Llegó también a revelarme que la
existencia no se termina, sino que se replica cambiando de forma.
Que, si antes fuimos hormigas, solo lo fue para expresar algo que
todavía seguía cursando su forma, “porque luego seremos otra cosa”,
supo componer. Sus maestros fueron varios. Le pedí nombres. “La
naturaleza principalmente”, arriesgó. Agregó algo sobre el tarot, , me
dijo que antes que interpretar las cartas como estereotipos
demandantes, sería más beneficioso destacar la lectura de la
correlación formada entre el consultante con los arquetipos, la
posibilidad de generar un movimiento creativo frente a una
detención estéril. Entendí junto con la propuesta: a una mente en la
vida le alcanza un oleaje de elementos, de relatos, de fuerzas no
tanto para inducirla hacia un destino predeterminado, sino para que
pueda asentir a todas las combinaciones posibles de la tirada.

Con Casilda y su compañera docente salimos de Iquitos,


viajamos a Nauta y tomamos un bote rumbo a la escuela. Me pareció
que mientras salíamos bocanadas de suspenso excitante se
amontonaban bajo el frescor de un extraño silbido. El silbido podía
provenir quizás de un pájaro o tal vez estaba hecho de ramas y de
brisa. Aún así primaba un silbido, de vez en cuando un silbido. Si

77
acaso era un código que todavía no tenía quien lo opere. Si acaso no
fuera un silbido sino el cuerpo mismo de los espíritus de la selva
sintonizándose para aquel que escuchara, o más aún: deshojando a
quien escuchara, levantando la humedad necesaria para establecer
un enlace sensible después de ese erótico contacto. Recibir el
misterio podía darme la clave, el primer paso en el largo recorrido
de las decodificaciones.

Mita, la otra pintora de la escuela, fue primordial para


introducirme en el vasto mundo de César quien había sido un notable
pintor de la ayahuasca. Ella fue su discípula por quince años. Ella me
contó historias de César. Por ejemplo, sobre la existencia de brujos que
entorpecían la suerte, sobre aquellos hechiceros que arrojaban dardos
venenosos a quienes consideraban descorteses con ellos, o al
curandero que era quien liberaba a las personas de los trabajos
maliciosos. Le contó a ella muchas cosas que ella tuvo la gentileza de
compartirlas conmigo. Por ejemplo, supe que existen dos escaleras, la
de oro que formaba brujos y la de plata que formaba a los curanderos.
“Hay que quedarse en el medio para equilibrar”, distinguía César.
Advertía que el que muere sirve de abono a la consciencia.
César había visitado un montón de mundos además de este.
César llegó a conversar con espíritus que le informaron que los
hombres eran vistos por ellos como sucios porque comen y defecan.
Le había pedido el pintor de la ayahuasca que tras su muerte no lo
llore porque regresaría a esta vida o estaría viajando por otros
mundos. César murió en el 2011 aunque en el recuerdo de Mita, la
muerte solo tuvo por custodia una tumba.
César tomó ayahuasca por primera vez a los veintiocho años.
César sabía inglés desde los quince años, más con la planta decía que
perfeccionaba los idiomas. Le contó a Mita que los espíritus hablaban

78
en varios idiomas y que él también lo hacía. Al bajar a la realidad
ordinaria perdía esa capacidad.
César contaba que todo tenía espíritu y que lo celestial era
algo más sutil.
César estuvo relacionado también con los testigos de Jehová.

Mita me contó que una vez un tal Tata (otro chamán de la


selva) lo liberó a César del asedio de veinte chamanes. Entendí que
existen chamanes que son muy celosos de todos los que detentan
poder. Paradójico que los mismos que promueven la curación de las
personas, compiten por el malestar de sus compañeros para no
perder sus reconocimientos. De hecho, para llegar a la casa de Tata,
César se tuvo que atar al bote porque el malestar lo mareaba de tal
forma que estuvo a punto de ser derribado. El Tata le había dicho a
César que tenía que matar a esos chamanes para sostener el poder
que tenía. César se negó, y para evitar más riñas decidió lo más
extremo: dejó de tomar ayahuasca.

Huancahui es un ave que hace dormir a la serpiente, cocama


se llama al pueblo de esa parte del departamento de Loreto.
Estábamos a 10 km del río Amazonas, bastante aislados, en una zona
donde los mosquitos, zancudos, hormigas e isangos acechaban. El
Amazonas estaba brotando dentro de mí en forma salvaje, los isangos
me picaban sin remedio, y digo sin remedio porque no sabían qué
darme para prevenir ello. A Alejandra, una compañera argentina de
la escuela, la voracidad de los isangos le produjo fiebre. Un día alcé
un perezoso. Más adelante de mi estadía, descubrí a otro perezoso en
la cima de un árbol. Me resultó una bonita imagen y una bonita
imagen algunas veces se convierte en una imagen de poder, puesto

79
que una vez que ingresa a la consciencia, es posible que prodigue con
su constancia, un impulso para propiciar un cambio.

Allí no era raro amanecer con una lluvia cerrada y atardecer


con un cielo abierto.
Casilda reconocía una relación estrecha entre la sanación y el
arte. Ella estudiaba las plantas sagradas. Afirmaba que los viajes
espirituales se podían realizar sin ícaros: bastaba con tener la mente
limpia. Era necesario para ingerir planta hacer dieta: no sal, no
azúcar. Notaba que ayudaba también bañarse con las hojas de piñón
rojo. Destacaba que ayahuma era la planta prima de la ayahuasca.

Se me rompió la ojota, le agregué un colchón a la colchoneta


que tenía para dormir.
Para la mañana del nueve de enero no había saquitos de té,
Casilda se metió en la selva y regresó con unas hojas de un
limonero… el té estuvo riquísimo.

Casilda me mostró su botella de ayahuasca, se rió. Esa noche


habló como podía hablar Senen Pani. Si bien el tema era sobre
cocina, al vibrar con ella sintonicé con su propia frecuencia y
compartí la fuerza semántica del relato. La conversación se mantuvo
atada a través del hilo de sus ojos. No se trataba de palabras por
digerir sino de un lenguaje por paladear. Era como si los consejos de
la dieta lo hubieran propalado: “Masticá pero no tragues, lo que se
sostiene te fagocita hacia el otro dominio”.

Se me hinchó el pie derecho de tanto picarme los isangos.


Cuando levanté la bolsa de la ropa sucia salió un gran insecto. Creí
tener una reacción alérgica y de tan solo pensar que el hospital
quedaba a cuatro horas empezó a resultarme la situación algo

80
irrisoria. Defensa tal vez, la risa me servía de resistencia ante lo
aberrante que en lo mundano plantaba bandera.

Me contaron que cruzando el río a un perro lo mordió un


murciélago. En la cabaña de Mita llegó a aparecer una de esas arañas
difíciles; estaba escondida entre su ropa. Se dejó ver tremendo
escuerzo dentro de la maloca de Alejandra. Había un que otro ruido
en la despensa. De entre la ropa salían bichos.

La planta que se mezcla con miel y vino se llama chiric, al


tomar de esa planta te levanta calor y así te limpia. Del libro de
Paulina leí la frase de Octavio Paz: “El arte es un puente entre el más
acá y el más allá y un talismán de realidades”.

Me bañé con alcohol para esterilizar un poco las heridas. Me


acuerdo de la discusión que tuve si por estar a 10 km del río
Amazonas estábamos ya en el Amazonas, sin embargo, el cuerpo ya
entendía lo que el concepto retrasaba. Me prescribieron para atacar a
los ácaros: cuatro cápsulas de quemicetina y dos de ampicilina, todo
eso revuelto en una botella cargada con aguardiente.

Fui a conocer cómo se preparaba la yuca. Paulina me convidó


tabaco amazónico. Estaba lloviendo, el horno igual se mantuvo encendido.

En una cabaña dormían Mita, Paulina y Casilda. En mi


cabaña, insectos, espirales, caja de fósforos, un par de velas, mi
cámara fotográfica, algunos libros, una soga para tender la ropa,
una hamaca paraguaya, un colchón y un mosquitero. Vi dos
películas: “Hermanito”, donde se registran las curaciones de Don

81
Enrique, el hijo de Pachita, una gran curandera de México. “João de
Deus”, es el otro documental donde se enseñan las prácticas de un
sanador brasilero.
En “Hermanito”, el heredero de las artes de sanación de
Pachita poco creía que sobre él caería el prodigio. Cada vez que
quería abandonar la práctica recibía un mensaje que le decía que “no
vaya a permitir por debilidad cobarde, no cumplir con todos sus
deberes o faltar a las leyes que son la base más firme de la salud y de
la vida”. Don Enrique alegaba que cuando curaba se apartaba de su
cuerpo hacia un lugar de paz y para ese entonces el que trabajaba era
el espíritu curador. Luego volvía en sí, pero sin recordar nada. Para
prescribir medicina se sentaba solo y escuchaba una voz que le decía
qué preparados tenía que hacer.

Mita me contó que los ícaros te los enseña el espíritu de la


planta, la planta moldea la capacidad del curandero. Cada ícaro
puede curar hasta siete enfermedades. A medida que más ícaros se
sabe, más prestigio tendría el curandero.

Alejandra trabajaba en la escuela. Hacía máscaras aborígenes,


decía que en los ojos estaba el alma. Afinando la cuerda de la guitarra
creí oír la risa de chicos que salían de la selva, más no había nadie por
esa zona a esas horas de la noche.

Alejandra me contaba que hacía dos años estaba


prácticamente ciega y que la habían llevado con un cura carismático,
conclusión: salió viendo. Su caso fue presentado en el Vaticano. Se
preguntaba por qué había sido curada siendo que ella era escéptica.
“Porque no creías”, le había contestado el cura. A partir de ese
momento agregó que se le abrió un canal de premoniciones y
sensibilidades. Curioso que ella hacía máscaras donde lo penetrante
pasaba por los ojos.

82
La noche que le di un beso a Paulina fue la misma en que los
isangos llegaron a mis genitales.

“Arriba del baño hay murciélagos durmiendo”, dijo Mita. Fui


y lo comprobé.
Mita me contó que en mi cabaña dormía ella antes. Dijo que
antes de que yo llegara, en esa cabaña había sentido una extraña
fuerza que la jalaba. Casilda lo resolvió quemando unas maderas
particulares y así dejó de tener esas sensaciones. Reveló que el aura
del humano vitaliza las casas para que las mismas no se enmohezcan
y para que no aparezcan duendes.
Mita me marcó que para pintar un cielo claro sobre el mar se
utiliza el mismo color, pero para pintar un atardecer hace falta una
gradación del color hacia el centro. Luego de almorzar me contó un
poco más de César. Me dijo que pasó doce años en la selva atado por
las noches en la copa de los árboles, que dormía así para protegerse
de los animales. Que de este modo vio pasar serpientes, tigres y hasta
llegó a ver una piara salvaje arrasando con todo lo que se le cruzaba
por su camino. Pensé sobre la belleza de lo salvaje frente a la belleza
de lo establecido, ¿habría que elegir por la belleza más fértil?,
¿habría una única belleza por alcanzar o sucederían ensambles bellos
como definición de una trayectoria más consciente? Quizás, el deseo
al ser incentivado por lo que es bello, descubre aquello que ama y a
partir de allí reconoce lo que lo ama, eso que atraviesa todo vínculo
que el tiempo dispone.

César comía frutos dulces que crecían dentro de lo salvaje. Le


contó a Mita que había muchas más estrellas para ver desde la selva
que en la ciudad y que siempre pensaba en su madre.
En la selva levantó por correo un palo específico, allí los
hermanos le dejaban noticias de la madre además de comida. César
les pedía libros.

83
César le contó a Mita de la vez que estaba en un caserío
cuando vio acercarse a la policía que lo andaba buscando. Hizo
poner su plato encima de otro y arrastrándose se dio pronto a la
fuga. Llegó al río mientras oía la pesquisa de los oficiales para con
los otros comensales. Con una manguerita iba respirando bajo el
agua y sobre un sombrero grande colocó su ropa para que no se
humedeciera. Con su mochila flotaba y cuando quería descansar se
subía a ella. Pronto hubo carteles por todos lados: “César el
delincuente más buscado”.

Un policía lo agarró por beber en la vía pública y por falta de


documentación fue apresado. Lo torturaron metiéndolo en bidones
llenos de agua sólo para que confiese sus presuntas faltas, a lo que él
respondió con sorna: “¿Me has dado para guardar?”. Leyó libros
sobre derecho por lo que se defendió solo en el juicio. Hizo titubear
al propio juez. Le dieron cuatro meses de pena.

Lo que le dolía a César no era tanto la cárcel, sino que los


parientes cercanos lo ofendían diciéndole que se iba a pudrir en la
cárcel. Incluso la policía para humillarlo lo obligó a caminar desnudo
con un cartel por el centro del pueblo para darle escarnio. Era tal la
saña que poco antes del juicio pensaron en trasladarlo a una unidad
donde las violaciones eran frecuentes. César pidió por una llamada y
habló con su hermano. Le pidió que le deje un bote listo porque esa
noche se iba a escapar. La fuga la consumó con una técnica de
somnolencia tan extraña que la policía recién se percató de su
ausencia tres horas después de ocurrida. César se entregó igual
porque ya había pasado la amenaza de una violenta penitencia.
Entregarse fue también su forma de burlarse de la policía cuando la
policía lo que quería era capturarlo.

84
Durante cuatro meses César hizo amistad con los presos. Por
conocer la jerga de ellos tuvo pronto un padrino y por su astucia a
poco que llega a jefe.
César les decía a los presos que no le roben, que en todo caso le
pidan. Con los cuadros que pintaba, pero no firmaba, fue pagando la fianza.
César en la cárcel logró, haciendo razonar a los otros presos,
evitar que asesinaran a un funcionario importante.

Un día el juez de la región visitó la cárcel porque deseaba


conocer a alguien. Todos se bañaron y fueron a su encuentro excepto
César que se quedó pintando. Lo tuvieron que mandar a llamar porque
a él buscaba el juez. Maravillado quedó el juez al evaluar la inteligencia
de César. César hablaba varios idiomas. El juez le dijo que un hombre
así no podía estar en la cárcel y que en quince días lo sacaba. Le pidió
por favor que no dijera nada. César así lo hizo y pasado los quince días
se marchó. Todos los presos lo saludaron con emoción.

César decía que el conocimiento se adquiría de tres modos:


Experiencia personal, observación de la naturaleza y estudio.

Una vez un alumno de César había falsificado su firma para


vender su cuadro por mil quinientos dólares. César se quejó
diciéndole a Mita: “No está bien que haga eso, si quiere que me lo
pida, pero no así”. A Mita, en cambio, le había ofrecido poner su
firma en un cuadro de ella.

Llegó el día en que hubo una exposición de cuadros donde


no había mucha gente. César llamó a un príncipe y pronto se llenó el
lugar. Le aconsejó a Mita que elija bien a sus amistades, que no tire
perlas a los chanchos, que los de baja estofa no iban a ayudar. Que
en un negocio un amigo está bien, dos regular, tres era para
problemas. Que en lo sexual había que educar los genitales. Que la
lascivia era desorden.

85
En la casa de uno de sus hijos, César pintó como mural una
nave espacial. César le contó a Mita sobre las naves espaciales: había
distintas y con diferentes funciones. Le contaba que unas se
encargaban de regular el agua, otras cuidaban la vegetación. El uso
de las naves dependía de las jerarquías. Le informaba que los incas
tuvieron trato con los extraterrestres. Que los extraterrestres se
vestían como los incas y se contactaban en un templo que solo podía
ser visitado por privilegiados. Le contó que fueron los extraterrestres
los que les enseñaron a los nativos a cultivar.

César conoció dos chicos que se habían perdido cerca de


Machu Picchu. Ellos le informaron que habían entrado a un templo
lleno de oro. Habían ingresado bajo un estricto horario de plazo
ordenado por lo celadores del templo. Pasado el plazo fueron
expulsados. Afuera del templo se dieron vuelta para verlo una vez
más pero ya no había más templo; allí solo existía una montaña. Por
otro lado, las fotos de la expedición habían salido veladas.
Los últimos cuadros de César tuvieron por motivo a los incas
y al Machu Picchu.

Empecé mis clases de pintura con Casilda. Me enseñó que


para aclarar algo hace falta utilizar el blanco y para oscurecerlo, un
poco de azul y rojo. Pintábamos nativos cuando empezó a contar
historias de chamanes. Que chiric y ajosquiro son plantas poderosas
de visión. Que la ley del chamanismo es que si alguien se te cruza
tenés que liquidarlo. Que los ícaros sirven para amarres. Que a la
planta si le exigís puede dar falsedades. Que hay que dejar que la
planta muestre, pero siempre controlando con la mente. Que la zona
está llena de brujos y que ellos miran por el canto de los pájaros. Que

86
la dieta es la mejor defensa. Que el azúcar le resta fuerza a la planta
y un poco menos la sal, aunque también. Que, si estás con dieta, no
podés ver ni mujeres menstruando ni hombres bebiendo, ya que
pueden malograr la dieta. Que en dieta y con chiric la planta puede
predecir un daño. Que los amarres hechos por un chamán grande no
los puede liberar nadie. Que la ayahuasca es un canal que trae
espíritus. Que cada cual tiene sus visiones del otro pero que se
complementan con las personales de cada uno. Que la personal es la
más válida.

Casilda había tomado ayahuasca con chamanes por cuarenta


y cinco días. Contó que esa fue una gran limpia. Que la ayahuasca
hace agotar el cerebro porque lo hace funcionar mucho. Que el mal a
la larga se paga. Que se guarda silencio porque hay competencia
entre chamanes. Que hay chamanes con dominio en la tierra y otros
en el agua. Que los espíritus de animales auxilian a los chamanes.
Que ella no se presenta como una mujer medicina, que ella es pintora
y que ella ve.
Cuando Casilda había llegado a la escuela por primera vez,
me contó que se le aparecieron espíritus y que ellos arrogaban ser los
dueños de ese paraje abandonado. Casilda tuvo que limpiar la
escuela. Casilda sabía limpiar. Me contó que el chamán cura
realizando operaciones espirituales. En el mundo alterno señalaba
que los que limpiaban eran los animales porque operaban lamiendo
las heridas, si es que no lo hacían difuntos médicos prestigiosos. El
chamán formaba parte en ese proceso: él podía cantar, soplar y hasta
sobar las heridas. Lo hacía con una lengua muy larga que llegaba
hasta el ombligo en donde generalmente tomaba algo que luego
escupía. Casilda explicaba que había medicinas tan fuertes que si las
tomabas eran capaces de atacar a quien le guardabas un mal
pensamiento. De modo que aún sin intenciones por parte de uno, esa

87
medicina dañaba igual a los provocadores. Distinguía a los chamanes
que utilizaban un árbol particular para hacer los amarres; árbol en
donde se ataban a los amantes sin poder ya soltarse, a no ser que un
gran chamán lo disponga. Que para que cicatrice una lastimadura o
un hueso roto recomendaba no tener sexo por tres meses. Enseñaba
que los chamanes, en tanto visitantes, se encarnaban en algunos
animales como la serpiente. Que si matabas al animal era muy
probable que ese chamán ya no despierte. Que si César no enseñó a
sus alumnos a curar aun así se podía recurrir a los aliados de César si
se los invocaba. Que estaba bien enseñar a los discípulos. Que lo
religioso liberaba a los espíritus densos. Que si te metés con espíritus
luego va a ser difícil liberarte de ellos. Que cuando entrás en una casa
tenés que pedir permiso y limpiar. Que para visiones no se requiere
más que dieta, aunque para curar sí se necesitan asistentes porque
ahí es donde comienza la envidia. Los asistentes son los encargados
de proteger el área de trabajo. Que si tomás una planta solo, aún
podés protegerte con tu mente. Que en un grupo lo que existe es la
fuerza del vínculo. Que a veces podés confundir la energía de una
persona con la de otra. Me contó de una lechuza que malogró la
mareación que ella había adquirido y me contó de una víbora que
curioseaba a una chilena, para ella eso significaba una sola cosa:
había visitantes merodeando.

Damián fue otro compañero de la escuela. Distinguió varios


tipos de marihuana. Para Damián, algunas te levantaban, otras
servían más de introversión, otras fomentaban la euforia, incluso
estaba la que te permitía escuchar en la música otros tonos y distintos
instrumentos. Damián llegó a sentir que la cabeza se le alargaba
como si tuviera una corona. Decía que la planta le ayudaba a percibir
los problemas desde otro punto de vista.

88
Damián cuando probó peyote se sintió conectado con un
saber, se sintió como una anciana visionaria, dijo que estuvo con los
ojos abiertos durante toda la sesión. Llegó a sostener que había
escuchado los pasos de las hormigas.

Él me contó de Marcos Malavia, un notable director de teatro


que trabajaba en Francia. Fue quien le enseñó los tres cuerpos de
acción: el físico, el cual contiene cada movimiento de una escena; el
dramático que busca sentimientos recurriendo a la memoria emotiva
con el fin de disponer de ellos en cada fragmento; y el último cuerpo
lo reconocía como el sintético, cuerpo que funciona como siendo el
titiritero de los otros dos cuerpos además de ser el cuerpo que vela
por la consciencia y el que ausculta al público.

Marcos Malavia lo acercó a Damián al clown. El clown lo


entendía como la máscara chica porque bastaba una nariz para
disponerse en la escena. Luego reconocía otra intermedia: el antifaz.
Por último, la grande que sería la que usaban los indígenas. Aclaraba
que la máscara chica no se ponía, sino que se entraba en ella. La
máscara como un medio para llegar al centro de cada uno. Distinguía
que el clown también podía ser un personaje triste. Decía que todo
clown cuando se pone la nariz se adentra a un momento sagrado, a
un viaje a la interioridad. Me resultaba curioso pensar una máscara
que descubre, una máscara hecha para desnudarse. Damián
aconsejaba el teatro para transmitir menos con lo gestual y lo dicho
que con el cuerpo y la emoción. Que hay que transitar ello hasta
lograr volverlo herramienta.

Damián estuvo en el Tíbet. Allí me contó que a todo


movimiento lo conciben como un rezo. Bastaba con que una bandera
flamee para saberse en oración. Me relató de la vez que estaba

89
hambriento y que luego de caminar cuatro horas decidió acercarse a
una mujer que cultivaba arroz para pedirle comida. Había más
mujeres, todas ellas detuvieron la faena solo para cocinarle.
Dedicaron una hora de su tiempo para cocinarle sin aceptar pago
alguno. Eso a Damián lo hizo sentir una mierda, porque para un
europeo como él, resultaba más común especular para sacar un
beneficio que ponerse al servicio del viajante sin demanda.

Había notado Damián en la India que la gente trabajaba


quince horas y estaba contenta, para él eso era una pobreza digna y
no una miseria desaborida. Recalcó que en Inglaterra la gente era
sumamente fría, que la puntualidad, la distancia corporal
terminaban siendo motivos que alejaban al hombre de lo humano.
Me contó de una amiga de él que fue a una audición del famoso
director Peter Brook. La consigna que Brook le impartió fue: “Haz un
metro en un minuto”.

Aparta un diamante que fulgure

1
Entremundos era el grupo de estudio coordinado por el
etnógrafo Carlos Sarasola quien, en el otoño de 2012, me informó
que el chamanismo contaba con visiones de extraterrestres. Yo se lo
había negado, por lo que él me había pasado un libro de pinturas
chamánicas para que lo confirme. Al artista de ese libro lo conocí por
boca de sus discípulas un año después en Perú.

Un jueves de 2013, llegué a Entremundos bastante molesto,


me parecía que las lecturas de la iluminación individual, no

90
suplantaban a las caricias que en la oscuridad ofrecía una voluptuosa
mujer. Por no satisfacerme con la presencia de una mujer encarnada,
sentía una rabieta que pretendía apagar con la presencia de un
maestro; uno que de no poder enseñarme a tener lo que deseo, sepa
orientarme para que salga de lo que me encierra. Quería transformar
la falta que me perturbaba en una ocurrencia para enfrentar el vacío.
Estaba atascado cuando oí, como en sincronía, la siguiente
indicación de mi compañera María Ester: “Vinieron dos mujeres a
acompañarme, cuando me quedé en un lugar vacío”. A su vez,
Sarasola contó de cuando en Londres abrió la ventana y encontró que
todos eran colorados como él, por lo que no sintió la diferencia: él
estaba en su hogar.
Auné los relatos con mi propio sentir. Noté que mi
sentimiento de vacío denunciaba mi sensación de extrañeza. Me
preguntaba si lo que anhelaba era la tierna infancia como refugio.
Rápidamente pensé en los críos menospreciados y hasta los cercanos
a matar en el embarazo, por lo que renegué de una infancia
idealizada que además no tomaba por registro las diferentes
relaciones que ese vínculo otorgaba. No era tanto una añoranza lo
que había llegado a inquietarme, sino más bien el deseo de sentirme
perteneciendo a un grupo, junto con la posibilidad de crecer en un
campo próspero. Buscaba renovar un vínculo relacionado con el
aprecio a la vida sin desmerecer sus estaciones. Quería tomar
contacto con ese núcleo valioso que la memoria de la humanidad
había gestado, cuidado y desarrollado a través del tiempo; percibir
ese lazo reconfortante y reconocer su potencia; compartir su mirada
hacia un horizonte de plenitud y asentir a una experiencia que
posibilite una mutación de los cuerpos en el ambiente, junto con una
discontinuidad como alteración del tiempo y el espacio de vida. Por
lo visto, mi sensación de falta exhortaba a trascender lo manifiesto y
a su vez despertaba por reacción, sentir el aliento subterráneo de la

91
evolución; y no solo por cuestiones físicas registradas en el cuerpo de
la historia sino también para la consciencia de la humanidad dentro
del flujo de la existencia.

María Ester, venía de un viaje a Sierra Nevada, Colombia.


Su estadía con los koguis era nuestro plato principal para ese día
de encuentro.
Anoté de su relato lo siguiente: “En el ómnibus nos atascamos,
seguimos en un camión. Fuimos a un lugar para hacer un pagamento.
Se trataba de un pedir permiso. Era una piedra labrada, tallada,
cubierta de musgo. Piedra al lado del camino. Había otras más bajas
que tenían sentadas esculturas de duendes con camisolas blancas y
bonetes blancos. Había piedras más elaboradas. Las primeras
representaban a los mismos koguis con sus propias mochilas”.

Sarasola nos explicó que esas mochilas tenían un diseño


especial según la familia que representaban, que las hacían las
mujeres, pero las usaban los varones. Nos mostró una que quedó
sobre mis piernas en el transcurso del relato de María Ester (por sus
figuras me recordaba a los trabajos de la mujer medicina de la
comunidad shipibo­conibo, Herlinda Agustín).
María Ester contaba que los koguis llevaban bolsas cruzadas
donde guardaban las hojas de coca y el poporo de calabaza, del cual
tomaban la cal extraída de las conchas de mar que utilizaban cuando
masticaban las hojas de coca. Dijo que los koguis se denominan
fundadores de pueblos y sembradores de ríos, que se reconocen como
los hermanos mayores. Los describió como huesudos, con camisolas
blancas, bajitos y no muy morenos. Mamo, para los koguis, es el
hombre de conocimiento. Ester volvió a su relato: “Un mamo había

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dado una señal. Repartieron dos algodoncitos, uno para cada mano. La
idea era poner en uno lo bueno y en otro lo malo. Un santiagueño
retiraba los algodoncitos con la mano que correspondía y se los
entregaba al mamo encargado de brindarlos a los mamos más grandes,
ellos iban a operar sobre los pedidos”.
María Ester rememoró aquella vez en que un mamo visitó
una aldea en donde le llevaban enfermos y él ofendido protestaba:
“Yo no curo enfermedades, yo hablo con Dios”. María Ester
distinguió que los temas que hablaban los koguis con Dios eran
temas específicos, por ejemplo: la preservación de la Tierra y de
los humanos.

­ ¿Qué es esto? ­ preguntó María Ester por una piedra. Un


kogui le contestó:
­ Aquí nació la vida. El momento de la creación cuando todo
era pensamiento; luego fue el sol, la luna…
María Ester aclaraba que antes de esta piedra visitaron otra
piedra, una que representaba a una niña con su primera
menstruación. Aquí habría una iniciación. Finalmente fueron a una
laguna que se llenaba según la marea. Aquí se plantaría la relación
con el útero, con lo femenino.

Contó María Ester que los koguis suplicaban al espíritu sobre


sus necesidades, pero no lo atropellaban con sus requisitos porque
ellos estaban al servicio de la Tierra y no la Tierra dispuesta para el
antojo de ellos. No reconocían la Tierra como una propiedad válida
para explotar porque sus propias historias cruzaban la Tierra de
modo inextricable. Pronto me imaginé que cada uno de sus espacios
formaba un acorde de la canción de sus ancestros.

Los koguis que aspiraban a mamos se criaban en cuevas para


ver en la oscuridad lo esencial. Por nueve años cultivaban la

93
paciencia, el respeto y la soledad. A quien pretendía ser mamo, tan
solo lo visitaba en la cueva un mamo mayor, lo hacía para cubrirle
sus necesidades básicas: instrucción y alimento. Así, a los dieciocho
años salía de la cueva un nuevo mamo.

María Ester había llevado a Colombia una pregunta de


Sarasola sobre el Dios L. Los koguis no lo conocían, sólo transmitían
los que le habían hablado sus abuelos.
Sarasola nos contó que el Dios L era una deidad maya que
figura en la Estela de Tortuguero. El Dios L era una mezcla de
hombre con animal (la fusión que evoca lo creativo sobre los límites)
y aparece fumando (la emergencia de un doble hecho de aliento).

Sarasola recordó la vez que los aborígenes se encontraron


con Cristóbal Colón en una isla selvática. Estos aborígenes tenían el
cebil, el banquito, el tabaco y los cemíes. Los cemíes eran una especie
de ídolos. Según algunos relatos, tras la llegada de los españoles los
cemíes corrían a las lagunas y se tiraban. Sarasola remarcaba que a
juzgar por los relatos esos objetos tenían autotraslado.
Nos contó del caso del investigador que le pregunta a una
anciana de la Isla de Pascua sobre cómo llegaron las piedras ahí, a lo
que la anciana le respondió: “¿Cómo?, caminando”.

Se hizo una ronda, se preparó el auspicio. Sarasola habló de


Ogotemmêli…
Ogotemmêli fue el anciano cazador ciego que le comunicó en
1946 al antropólogo Marcel Griaule los secretos de los dogones. Los
dogones son un pueblo que habita en los abruptos roquedales de
Bandiagara, al noreste de la República de Malí. Al año siguiente de
las conversaciones que tuvo con Griaule, Ogotemmêli entró en el

94
sueño eterno. El viejo ciego le marcó a Griaule no solo de la
existencia de figuras extraterrestres sino también de la relación de
ellos para con los dogones.

Ogotemmêli tardó quince años hasta reconocer a Griaule


como digno de confianza para la transmisión oral de la cosmovisión
que lo salpicó de fuerza a un investigador dispuesto a cambiar el
sondeo por el arrobamiento. La seriedad del antropólogo dio por
fruto el contacto con un anciano que le relató la existencia de los
nommos.

Concebí ese momento como clave: hay un hombre que se


jacta de un conocimiento hasta que no tiene otra opción que
humillarse por su arrogamiento, cumplir un ciclo conforme al camino
e ir más allá, fuera de los sustitutos artificiales o remiendos prestos a
caer. Vuelve así a tomar de otro humano que le exige lo simple de ser
uno en la tribu. De la interacción a la transacción y de ahí a la
generación como aquello que es en una totalidad de lo viviente.

Cuando Griaule reconoció el saber valioso del informante,


cedió su blindaje emotivo y empezó a inscribirse él dentro del
encanto antes que describir a un otro por lo fantástico. Griaule pudo
adquirir desde las tierras de Bandiagara información de los nommos,
genios que le enseñaron, a los hombres y mujeres, las artes. Si ellos
fueron los héroes civilizadores que vinieron de las estrellas, Griaule
era un mortal definido por los objetos que volvía a divisar una luz
para la vida confinada. Si Ogotemmêli le describía a los nommos con
la mitad inferior del cuerpo como serpiente y la otra mitad como
hombre, Griaule estaba yendo de las anotaciones sólidas a las
vivencias extraordinarias.
Ogotemmêli le relataba de los tiempos en que había
problemas con el agua en la tribu, lo cual marcaba el contrapunto

95
válido para reconocer con el nombre de Dios del agua, aquello que
llegó en ese entonces al pueblo asemejándose a un granero. Para
Griaule fue una respuesta viva, porque de este modo, tomando a la
tribu por referencia, podía combinar la evolución de una especie en
la Tierra con la asistencia que tiene todo lo terrenal desde el espacio.
De lejos vuelve a mí la creencia, que en el momento en que la
consciencia deja de ser un cuerpo aquietado para volverse un modelo
de percepción que se expande, no solo estaría distinguiendo algo
enriquecedor, sino que también entraría en contacto con las formas
de vida que sirven y son servidas más allá de un territorio
demarcado. Por consiguiente, si la consciencia encarnada es lo que se
extiende en un espacio concreto, la consciencia en estado móvil
existiría entre dimensiones vivientes.

El Dios del agua cuando llegó se instaló en una laguna.


Apareció en el grupo la pregunta de si el granero celeste podía ser
una nave. María Ester recordaba que los graneros africanos tenían
forma de cohete. Sarasola contaba que los nommos tenían una
posible relación con el sacrificio y la antropofagia. Se apuntalaba que
estos genios eran los que introdujeron en el hombre algo del cielo y
que por eso la naturaleza humana estaría entremezclada con la
naturaleza celeste.
Ogotemmêli fumaba tabaco, el tabaco le propinaba el ánimo
adecuado y luego le componía el universo al antropólogo. Tabaco
como esclarecedor de ideas. “Donde llega el cultivo, la impureza
retrocede”, sopló Sarasola.

La agricultura organizaba el espacio, del caos al orden.


Cultivar como reorganizar el mundo. Ogotemmêli protegía una

96
piedra para hacer llover, piedra como insignia de la transformación.
Estimé que la metamorfosis, frente a lo estático de un mundo
previsible, representaba mejor lo que configuraba al mundo arcaico.
Una piedra como marca, una piedra como cuerpo, una piedra que
estaba sentada frente a una piedra que se levantaba y caminaba
porque ya no era piedra, invitaba a que el observador dejara de tener
una interpretación pasiva de los objetos. Algo iba tocando las cosas
para insuflarles movimiento. Por el giro continuo de estas
apreciaciones, advertí la rueda del devenir definiéndose más por el
movimiento que por las identificaciones.

Recuerdo que días atrás en Entremundos había sido invitado


el investigador Boetto quien estudiaba los casos de ovnis. Él nos
alentaba para ver las naves como seres orgánicos. Expuso su idea de
la generación constante, aquella que dice que las naves eran menos
máquinas que pájaros, eran como organismos vivos que estaban en
constante proceso de generación.

Y Pizarnik escribió alguna vez: “Señor, la jaula se ha vuelto


pájaro ¿Qué haré con el miedo?”.

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Detén el susto y baña tus ojos de maravillas

Aguarapire, chamán de la comunidad yacuy que habita el


Chaco salteño, visitó Entremundos en junio de 2013. Nos contó que
hay una relación entre la luna, el lago, la anaconda y la mujer. Dio
por testimonio sobre la vez que perdió la vista por haber tenido un
encuentro con la figura mítica, la doncella del lago, quien quiso
tomarlo. Porque Aguarapire se negó, ella ordenó que sus sirvientes,
los ingenieros hidráulicos, lo ataquen. Para el caso, Aguarapire perdió
la vista durante seis meses. Solo después recuperó un poco la vista
pudiendo distinguir contornos. Un tiempo más largo y por medio de
más disciplina, recuperó de forma total la visión.

Aguarapire me dedicó un canto para alinear mi corazón, esto


me hizo sentir afortunado.
Aguarapire contó la anécdota de cuando le habían picado un
montón de abejas. Todo picado regresaba a su casa en donde se iba a
celebrar una fiesta. Aguarapire le pidió a su abuela que igual hicieran
esa fiesta. Él sabía que, si no hacían la fiesta y lloraban por su
fortuna, el dolor se le iba a quedar allí. Nos contó al grupo, alrededor
de un fuego pequeño, que la enfermedad siempre está muy alerta al
hombre, y que, si se le da entidad, entonces ella se queda. Por eso
había que evitar nombrarla, para que no ganara fuerza. Lo cierto que
la fiesta ese día se hizo mientras que él en la soledad se sacaba las
agujas una por una. Así sobrevivió.

La madre de Aguarapire murió en el parto y a esa muerte le


adjudica el propósito de darle fuerza a él; a él que le había caído un rayo
cuando ella lo llevaba en la panza. Rayo que después cayó en su hija,
quien estaba pronto a casarse. Como si los rayos embarazaran, como si
los rayos pudieran inocular de cielo a los enraizados en la tierra.

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De las lecciones de Aguarapire, estaba la de no juntar
riquezas. De hecho, las cosas que tenía las vendió por orden del
abuelo que en visiones de ensueño le advirtió: “Deja la política para
curar”. Y así lo hizo, dejó su cargo de funcionario. Contó que el
nacimiento entre las cinco y la siete de la mañana es el más puro y
que las horas del mediodía también lo son.
Una vez un cura lo fue a visitar. El cura receloso subió las
escaleras que lo llevaban a Aguarapire pero no soltaba su Biblia.
Temía que el chamán lo espante. Aguarapire al verlo lo inquirió:
“¿Quién es el paciente?”. El cura lo entendió y dejó el libro sagrado
sobre la mesa. Pronto Aguarapire descubrió que el cura tenía no sólo
un problema de infancia sino un mal adquirido por querer exorcizar
a alguien sin tener el permiso de las entidades para hacerlo. Lo
alentó para que siga predicando, pero le prohibió que cure porque
eso no era para él, porque él no estaba preparado. Lo cierto que
Aguarapire salvó al alma del cura, la cual dijo ver en el ensueño, que
estaba maniatada con sietes cadenas al fondo de una casa, alma que
sólo uno de los genios de ese otro mundo no quiso darle muerte.
Aguarapire vio que bastaba una vuelta de rueda más de la cadena y
hubiera terminado la vida del cura. Aguarapire pudo actuar y a
espadazos se enfrentó a los demonios. Finalmente, los venció en la
última noche de las nueve de plazos en las que se extendió la contienda.

Bunachi conoce al sol por su sombrero

En enero de 2014 visité Colombia para conocer a los mamos.


El problema del idioma nos distanció menos que las intenciones de
cada uno. Creer por mi parte que si me acercaba se acercaban resultó

99
inocente, de parte de ellos que, si se acercaban, los cercaban,
esgrimía una defensiva posiblemente levantada por los muchos
atropellos que recibieron de los bunachi (blancos).

En el departamento de César queda Nabusimake. Los


departamentos que lindan con César son Magdalena y Guajira. Para
los arahuacos las almas de los muertos van a Duichuchu que es un
cerro sagrado. Todo en la naturaleza es sagrado y tiene padre y
madre, por lo que hay que pedir permiso para cada cosa que se tome
a la pareja de la naturaleza que la produjo. Chirimoya, guayaba,
yuca, guanábana, granadilla, lulo, moras, zapote, níspero son
algunos de los frutos de Colombia. Duni significa gracias. A la mujer
mamo la llaman saga. Registros de las aseguranzas: de color negro es
negativo, amarillo es positivo. La creación tiene forma de espiral.

Conocí a seis mamos. El primer mamo apenas si me saludó


porque estaba trabajando con un hombre al que luego nos lo
cruzamos junto con Silvio (mi guía) bajando un cerro. Mi tarea consistió
en respetar los trabajos ajenos, porque el alma del recinto sabe prosperar
en la ronda que sostiene.
El segundo describió su lugar de acción, su zona de trabajo. Me
mostró una fotografía de su padre. Acepté el misterio.
El tercer mamo resultó un hombre ya mayor. Transpiraba,
respiraba lento, por sus ojos me preguntó de dónde venía. A partir de su
mirada, percibí cómo los mamos mayores habitaban tan lejos, que lo mejor
era asentir sin competencia. Respeté la costumbre obsequiándole un
paquete de arroz. Propicié la donación, la forma del servicio que comunica
generaciones a través de lo que aportan las manos. “Que sigas vivo”, dijo
mi deseo. “Es un camino largo y a cada enfermo su posta, a cada viajante
su alimento, a cada esperanza su paciencia, a cada búsqueda su calma, a

100
cada seguridad su arrojo, a cada libertad su orden”, pareció susurrarme a
través de su actitud solemne.
El cuarto mamo hizo énfasis en la importancia de lo sexual.
Que no paramos de reírnos porque él me señalaba que conocía los
modos para seducir a la mujer. El agregado era que parecía estar
borracho, le debía dinero una organización lo cual partía su ego,
además parecía que le temía a su esposa. Pensé cuán arduo resulta
a veces decodificar el sentido de un fenómeno, discernir si el
indicio pasa por una señal impersonal o un síntoma personal.
Entonces, cómo auscultar la especie desde una posición ligera, o
de qué manera sortear una proyección por un enredo encarnado.
Se trataba de dilucidar para cada anhelo, sus amores implicados.
Quien se denominó mamo en las costas de Palomino fue el
quinto para mi encuentro. Lo recuerdo desalineado haciendo su
ritual sin dejar de mascar su poporo, ni perder oportunidad de
pedirme plata. Insistió con el pagamento, leer la naturaleza en clave
con una visión ecológica.
El sexto y último mamo me hizo una aseguranza, propuso
confianza y se marchó en su camino de cinco días hacia su hogar.

Una mujer me contó de la historia de quien durmiendo en


Nabusimake se vio envuelta en una refulgente luz. Me dijo que los mamos
trabajaban en la altura por el bien de la Tierra.

Para la última noche hallé un caballo atado en un poste de la casa


de Silvio. Me informaron que pertenecía a un aspirante al conocimiento,
uno que iba a descansar en lo de Silvio para retomar su viaje al día
siguiente. Con él, solo compartí un fogón que inútilmente tenía por deseo
encandilar a las estrellas.

101
4

En Taganga conocí al director de teatro Jack M. Tocaba el


ukelele. Justo ese día cumplía 63 años. Me contó que había estado en
Bali donde había observado cómo se hacían sacrificios oscuros a la diosa
Kali. Aquel viaje había sido financiado por la embajada de la India. Tuvo
por propósito realizar el camino de San Francisco Javier. No le
importaba tanto las privaciones cuando el premio era percibir un
conocimiento sagrado.

Estábamos sentados sobre un bote teniendo al mar Caribe por


delante. Jack me reveló que, en un sueño, se le apareció un ser oscuro
quien lo conminó para que formara parte de las artes de la psicomagia.
Jack lo desafió levantándose y mostrándose como un hombre espiritual
antes que un mago de trucos eficaces pero incompletos para integrarse
en lo sagrado. Así fue como el brujo de la psique despareció.
Hubo un tiempo en que no quiso dirigir más teatro, finalmente
tuvo una visión donde fue encomiado para llevar a cabo algo mayor: el
teatro sagrado.

Me contaba que en la India la religión se tomaba por la nariz


más que por la mente. Declaraba que había vivido tres crisis pero que le
faltaban cuatro más porque eran siete las grandes crisis de la vida.
Revelaba que cada siete años el hombre y la mujer realizan un cambio.
Me habló del Kamasutra, sobre los ritmos necesarios para concebir el
orgasmo. Dijo que el hombre asciende bruscamente como una montaña y
que la mujer lo hace levemente como una meseta. Citaba a Jung cuando
advertía que hasta los treinta y cinco años el hombre y la mujer piensan
cómo van a vivir pero que luego piensan en cómo van a dejar de existir,
ocupándose más en lo que van a dejar que en lo que van a tener. Me dijo
que el conocimiento es frío y que en estos últimos años se desplazó del
Tíbet a Sierra Nevada, del Himalaya a los Andes.

102
Jack mucho dijo. No obstante, ni esa mirada cálida, ni la sonrisa
pícara, ni la voz profunda, ocultaban ese tierno deseo de ser abrazado
ante una frenética marcha que no le daba respiro. Anhelaba tener un
plato de sopa caliente sobre una mesa familiar al regreso de una jornada
de trabajo. Quizás, estaba dejando atrás el agrandarse de cosas para
sobresalir, como impulso correspondiente a un período de ostentación y
adaptación del medio, período vivido después de una etapa de
experimentación y adaptación al medio. Su anhelo, parecido a un
espejismo, podía deberse a una modesta costumbre infantil, o podía ser
alguna sombra erguida desde lo excluido después de cumplir alguna
meta ambiciosa. También podía ser su anhelo, el insumo que tenía para
realizar un último movimiento, hecho de materia física que se deteriora
y de dulces imágenes internas que se acrecientan. Estaba aprendiendo a
despedirse una y otra vez de una corporalidad prestada para la vida en
la Tierra.

Ampolla que cae en la tierra y cruje su medicina

Miércoles 27 de agosto de 2014, me vi con Carlos Sarasola


en la habitual reunión quincenal de Entremundos. Ese día no fue
ninguno de mis compañeros.
Sarasola colocó en una mesita, dos copas y un Bacardí que el
editor de El Nuevo Extremo, Carlos Sáez, le había regalado. Sarasola
pasó a contarme de tres mujeres que lo buscaron para presentarle
información sobre casos relacionados con extraterrestres.

103
Si el tema a tratar era la relación que existía entre
chamanismo y extraterrestres, le notifiqué a Sarasola sobre mi
posición como más cercana a la profecía Hopi, la cual antes que
mirar al cielo, saluda al budismo cruzando la cordillera, buscando un
empalme de cosmovisiones. La profecía de los Hopi insta a buscar a
sus hermanos que deben venir de Oriente con vestiduras rojas y con
sombreros rojos. La profecía cuenta que a Pahana, un verdadero ser
espiritual cuyo nombre deriva del agua salada, lo esperan venir
desde Oriente en un momento en que el equilibrio del planeta se
encontrara en peligro. Sería el hermano del clan Sol y su regreso
marcará el final de un ritual milenario. Esta profecía debería leerse
en clave con una profecía tibetana del siglo IX que asegura que
cuando vuele el pájaro de hierro y cuando los caballos marchen sobre
ruedas y las carretas sobre líneas, el Dharma (enseñanza budista)
florecería en la tierra de los hombres y mujeres de piel roja.

Le conté a Sarasola mi preferencia por articular la senda del


chamán con la práctica budista para pretender así un reconocimiento
de un mundo a través de una sustracción; no un mundo multiplicado
de realidades, así como el chamanismo tradicional lo hace cuando
señala tantos suelos del ensueño como hombres y mujeres en la
Tierra, o bien, cuando el tema extraterrestre puebla al cielo de este
mundo con máquinas extraordinarias. Si para los convencidos del
tema alienígenas, diferentes razas habían abordado la Tierra, en
cambio para el budismo lo que se propicia no sería tanto una
exploración espacial o una distinción de los presuntos extraterrestres
que habitan la Tierra, sino una asunción vertical de la forma de lo
existente hacia la Gran Luz Primordial, Dharmakāya. No se trataría
entonces, de seguir abriendo un mundo de formas sino de llegar a
una luz informe.
Sarasola recordó la voz ancestral que señalaba que el
hombre venía de las estrellas, más completé su proposición con la

104
idea básica de que todo vendría de las estrellas porque todo partiría
de una gran explosión cósmica.
Sarasola aclaró que el chamán lo que busca es mantener el
eje más que obsesionarse con los viajes. Que cuando el chamán viaja
lo hace de modo alineado, nunca llegando a la alienación. Observé
que el peligro a una adicción por el viaje podría provocar un peligro
de identidad. El frenesí de querer descubrirlo todo de modo
incansable podría malograr una forma de la naturaleza estable
debido a la obsesión de saturarla con indicios. Advertí entonces que
los excesos de lo humano no estarían descubriendo monstruos, sino
que los producirían. Concluí que el humano que dejaba de serlo no
ganaba sino para sustos, perdía profundidad, se volvía extraño para
la gravedad de la Tierra y extraviado para un cielo ligero.
Conciliamos que tomar por asalto la bienaventuranza estaría
eludiendo un paso previo: aceptar los destinos de los hombres y
mujeres que dieron su muerte para renovación de la vida. La
aceptación como un paso decisivo. Aceptación, como la reverencia a
los ancestros como historia de los humanos, a los espíritus como
fuerza de la naturaleza, y a la experiencia que hila la vida de los
cuerpos mortales a través de un tiempo extenso que transcurre
dentro de una naturaleza reanimada.
En un momento tuve deseos de contarle a Carlos sobre mi
primera ponencia en el congreso de Rosario para jóvenes
comunicadores. Lo que había propuesto allí por hipótesis fue lo
siguiente: en tiempos remotos, el estado de consciencia
extraordinaria no se daba tras el consumo de un hongo, sino que
formaba parte de la identidad de la especie. Fue el recorrido de la
evolución el que originó cambios físicos, como por ejemplo la
formación de un dedo oponible. También propició cambios psíquicos
para poder manipular más y contemplar menos. Así la voluntad de la
especie emprendió su recorrido de dominio al medio ambiente.
Cierto que, pese a la pérdida de una relación con esa alteridad donde

105
lo sagrado fascinaba a los cuerpos cuando a la vez los espantaba en
su brutal experimentación, lejos abogué por un regreso a la vida
repitiendo las prácticas del sentido originario, sino más bien quería
actualizar el sentido de lo originario en la vida de los vínculos
actuales. De este modo, afuera quedaría el futuro encorsetado desde
una versión materialista que solo reconoce o intuye la muerte como
el final de lo vivo. Concebí mejor la existencia de un tiempo de
origen, no solo porque figuraría como un tiempo dador de vida, sino
también porque estaría registrando el sentido de lo vivo con una
amplitud renovada al distinguir modelos de vida diferentes en
dimensiones espaciales distintas.

A Sarasola le contó una mujer del sur que ella había divisado
a un extraterrestre. Lo reconocía como la figura espectral de un
hombre perfecto flotando junto con otro, de posible menor rango,
sobre las aguas del Nahuel Huapi. Este hombre de los cielos parece
que al notar la presencia de la mujer le hizo saber en forma telepática
que estaba todo en orden. Irradiaba con su presencia lo que un
cuerpo parlante pretendería transmitir con el sonido. Sarasola me
aclaró que, a estos tipos de hombres, el folk ovni los reconoce como
los nórdicos. Según las jerarquías de los seres celestiales ellos serían
los primeros, luego estarían los conocidos por el caso Roswell y, por
último, unos enanitos que serían los obreros, o bien, los trabajadores.
Critiqué que, así como muchas veces existe un antropomorfismo de
Dios, daba la impresión de estar recreándose un sociomorfismo de los
extraterrestres, ya que por lo visto entablarían relaciones sociales
demasiado similares a las nuestras. Me inquietaba que el fuera de
este mundo se pareciera tanto a lo que existe dentro de este mundo.
También me preguntaba por qué este hombre perfecto le habría dicho

106
a la mujer “todo está en orden”. Si daba un mensaje de calma antes
que uno que proporcione soluciones, ¿lo hacía porque desconocía los
problemas de la Tierra?, ¿o acaso intercedía entre los hombres y las
mujeres con un embrujo blanco útil para volverlos impasibles? El
embrujo blanco lo expliqué como una superstición, una creencia
estéril buena para paliar, pero no tanto para curar. Fue aquí donde
salí a defender un chamanismo que buscara más la sanación de los
estadios de enfermedad de los hombres y las mujeres antes que un
mero lamido en las heridas. Destacaba los servicios del chamán
sencillo que invitaba a vivir con los pies en la tierra, trabajando para
la prosperidad de la tierra, y a su partida dejando caer en la tierra lo
que tomó por propiedades.

Sarasola advirtió del misterio de no inquirir al designio, a lo


que antepuse que en una ceremonia en donde ingerí la planta
sagrada me negué a conformarme con la fascinación que sus visiones
coloridas producían. Si la química que producía el contacto con la
ayahuasca podía erotizar, fue en aquella resistencia, para el caso,
donde mi reclamo no resultó temerario y me adentré a un momento
de mayor lucidez. Lo que parecía ser una proyección en un plano de
la mirada sobre un cuerpo en reposo, pasó a sentirse como la
atracción hacia un espacio donde la vida fluía por sobre la materia.
De allí que inferí que sí podría existir, aún sosteniendo el misterio en
la aceptación por el respeto, un portal. Le dije a Carlos que
convengamos que no era lo mismo el saber de esas mujeres que el de
otros mortales. Compuse la siguiente distinción, basada esta vez en el
ritual mapuche: dentro de la aceptación también existe la súplica, que
es el modo en que el humano entra en relación con Dios. En ese caso,
le pide con ímpetu a lo que origina la acción, mientras que acepta con
humildad para mantenerse en la reverencia. Como recapitulación
alentamos que es el respeto, apuntalado en el misterio, el que podría

107
permitir una mutua aceptación para afluir así hacia un mayor
conocimiento. Acaso si la mujer hubiera dicho “no quiero esto
cuando un mundo se desangra”, ¿el nórdico podría haberle dicho
“muy bien, entonces toma más”? Pronto notamos que eso pudo
haber pasado de todos modos, por lo que una posible inducción no
necesitaría entonces de etiquetas. Otra conclusión interesante a la
que llegamos fue: lo que es, es más que lo que nos llega. Por ello, así
como el chamanismo te podía mostrar una piedra y decir que ahí
estaba la enfermedad, lo que mostraba era solo un contenedor, ya
que ha sido en la liquidez de los conjuros hechos de cantos, dobles y
vórtices donde se habría producido la acción del socorro. Las
curaciones sucederían, en parte, del mismo modo que en la relación
madre ­ hijo. No sería importante solo lo que la madre le canta al
niño, sino que también es el contacto con ella lo que estaría
nutriendo al contenido de la canción. Siguiendo estas observaciones
pudimos pensar que la visión del nórdico no habría sido nada en
comparación con los efectos del contacto a razón de su energía.
Porque parece ser que a partir de ese contacto con los seres alados la
mujer tuvo, entre otras cosas, pesadillas. Pesadillas, como la rugosa
cara de una intensidad sin equilibrio, los fatales ruidos de lo que no
está aún en armonía, lo que ataca como una bacteria y desuella
como un cuchillo de pedernal porque raja cuando todavía no se
integra y porque abusa cuando no se lo reconoce en su operación.
Disertábamos sobre la definición de esos terrores que tampoco
podían aún procesar lo abducidos, si ampliábamos el campo de
registros. Era como si el nórdico hubiera fundado en esa mujer un
canal y nosotros pretendiendo hallar un mensaje. Si el canal la volvió
sensible, las pompas solo fueron distractores especiales. Detenernos
por querer descubrir el mensaje, a Carlos y a mí nos estaba
agobiando, sin por ello ganar necesariamente el derecho al surco que
nos condujera a una experiencia magnificente.

108
3

Sarasola me habló de una segunda mujer que buscaba junto con


los jesuitas unas momias en Mendoza porque parecía que una de ellas
representaba a un ser que había tenido contacto con los extraterrestres.
Ella le confesaba que esa momia se reconocería por sus marcas.

Sarasola contó de una tercera mujer que estaba relacionada


con el tema de las momias de Salta y que también incluía la cuestión
de los extraterrestres.

Fueron tres mujeres al encuentro con Carlos. Más terrenal


que extraterrestre, estas mujeres estaban influenciadas por algo
externo, tomadas por algo externo. Pensé si lo femenino de ellas
podría estar representando una instancia preñada; después
observando más profundo ese proceso, pensé qué podría significar el
compartir con Carlos sus experiencias. La réplica de ese pasaje con la
gestación, en donde una información femenina de origen activa la
condición masculina como desenlace de lo viviente, me resultó
sugerente. Bastaría reconocer esta posible dinámica para evocar a la
fuerza de la vida circulando entre los sexos y esto sea más allá de las
tramas propuestas. Me permití una extrapolación: si a la Tierra se la
relaciona con una madre al ser visto lo femenino como algo
contenedor, ¿por qué no el planeta verlo en su función masculina en
cuanto se erige una estructura para accionar lo que modifica al
ambiente? Pensé luego que, en lo más profundo de la Tierra, o ya por
fuera del planeta, se realizaría una especie de boda sexual, una unión
del vínculo que tendría por sentido antes que dar hijos terrenales
para la manifestación de esa potencia, generar sin distinción sexual
de los cuerpos, una virtualidad hermafrodita para cada existencia. Y

109
si cada existencia estuviera formando parte de una configuración
esencial que es la que provee la vida en la Tierra, también estaría
identificándose con el diseño de la creación. No sería extraño que
inmediato a esta boda, exista la vida sucesiva como andrógina, una
clase de vida sin variaciones materiales, una dispuesta a atravesar el
diseño de la creación una vez consumado el tiempo de lo vincular.

Cerrando la charla apostamos a que importaban menos los


motivos que los efectos. Habría algo que suspendiendo el cómo,
propiciaría con su cauce, lo diáfano como lo disponible para toda
vida. Vida que al respirar podría estar nombrando el lugar que ocupa
en el jardín de las percepciones. Jardín que tendría a lo magnánimo
por destino en un ya sin nido para los brujos.

Desarma el testimonio de la luna

La ceremonia que me llevó por tierras lejanas y mundos


interiores, lazos con maestros y comprensiones teóricas, fue
mermando en su forma. El tambor que había empezado a sonar
gracias a las mujeres medicina de la Amazonía peruana, aceleraba
ahora su ritmo marcando el tiempo de mi regreso. Volví a pisar tierra
con un nuevo peso y una nueva distancia. Se hizo la paz para todo lo
que escuchó el latido de lo vivo, el pasado dejó de enredarse con su
repetición en el futuro. Por fin, la noche detuvo su celo de definirse
con los términos oscuros para asimilarse como parte del oleaje de todo
lo que crece en su brillo, la aurora precipitó con su luz al corazón del
horizonte, reunió las dinámicas de las almas a la orilla de cada vida,
dándoles por sentido tomar del aire todas las bocanadas del cielo.

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Bibliografía

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salud, Barcelona: Edit. Kairós.
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religión, México DF: Fondo de Cultura Económica.
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• HUXLEY, Aldous (1988) [1954], Las puertas de la percepción,
Guayaquil: Ediciones Edixtlan.
• LLAMAZARES, Ana (2004), El lenguaje de los dioses, arte,
chamanismo y cosmovisión indígena /Ana María Llamazares y
Carlos Martínez Sarasola. 1ª ed. Buenos Aires: Biblos.
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• REICHEL­ DOLMATOFF, Gerardo (1980), “Notas sobre el
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los Dioses. Orígenes y usos de los alucinógenos, México DF:
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• VARTABEDIAN, Diego (2014), Conversaciones con el águila. Encuentro
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• VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo (2013), La mirada del jaguar: Introducción al
perspectivismo amerindio. Entrevistas. Mendoza: Edit. Tinta Limón.

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De luces y fe
por Pablo Eduardo Alvarez

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De luces y fe
por Pablo Eduardo Alvarez

Acercarse a los 40 implica casi siempre un análisis y racconto


de la propia vida, de los “por qué sí” y los “por qué no”, de lo perdido
y lo ganado, de las luchas y los abandonos. No sé si es un mandato
cultural arraigado en nuestros genes o está escrito en ellos desde el
momento mismo del inicio de nuestra existencia. Lo cierto es que en
algún momento, cercano a los cuarenta, sentimos esa necesidad de
autoanálisis y, cuando llega, no se va hasta tanto sea satisfecha y
reconocida su existencia y ejecución.
Como en cualquier análisis puede haber dos resultados:
positivo o negativo. El resultado neutro no existe, solo es una
posición de comodidad que tomamos para no ahondar más profundo
y encontrarnos con lo que interiormente sabemos que será un
resultado negativo. Si el resultado es positivo, uno tiende a recorrer
el resto del camino por la misma ruta en la que viajaba sin agregarle
demasiados desvíos. No fue mi caso.
Un saldo negativo resulta de una deuda o inconformidad y
esto implica una revisión más profunda de lo actuado, una especie de
segundo análisis de los por qué de esta sensación, la cual
seguramente fue motivada por situaciones en donde no actué como
hubiese querido. Lo sensato sería luego buscar remediar el desvío con
una proyección hacia delante decidiendo qué hacer para no cometer
los mismos errores.

115
Sin ser tan drástico confieso que me encontré con una
posición intermedia a la que llamaré “positivo menos”. Por ese
“menos” sostuve la sensación de que algo todavía me faltaba,
que podría haber estado mejor. El saldo “positivo menos” arrojó
un despertar de ciertos sentimientos y cuestiones personales que
tenía de alguna manera atrapadas en mi interior, debajo de una
coraza construida, quizá por la propia realidad y cotidianidad.
La cotidianidad cubrió con un manto de superficialidad
aquellas cosas que realmente me importaban y me hacían crecer.
La superficialidad si bien me garantizó un resultado positivo en
el análisis de los 40, apenas la raspaba un poquito y por debajo
de esa coraza aparecía la existencia de algo más. Intuía que allí
estaba la verdadera persona, el verdadero ser y el verdadero
espíritu. Solo debía tener la valentía de descubrirlo. Claro, quizá
para llegar hasta ahí me iba a encontrar en el camino con ciertos
disgustos.
A mi saldo “positivo menos” no lo privé de un “gracias” por
lo obtenido, por lo hecho y por lo dado, pero también fue por tal
juicio que me quedé con una sensación parecida a cuando de chico
armaba barriletes con papel afiche y tiras de caña. Todo estaba bien
pegado y atado, pero el rollo de hilo no era lo suficientemente
grande como para permitir que el barrilete levantara vuelo hasta las
nubes. Se elevaba a una altura decente, pero yo quería siempre que
el mío alcanzara aquellos que se veían más pequeños en el cielo y
abandonara ese lugar seguro. La sensación amarga que dejaba el no
haber intentado alcanzar esa altura, por lo visto, aún permanecía
conmigo. Y esa sensación de que algo faltaba o no encajaba pronto
se tradujo en preguntas: ¿por qué estamos aquí?, ¿a esto vinimos?,
¿basta con nacer, estudiar, casarse, tener hijos, trabajar y morir?,
¿nada más? Fue como estar viendo mi vida en forma de película y
ésta me resultaba muy aburrida y chata. ¿Es que la vida es solo ese
cúmulo de sensaciones entre la nada de un lado y la nada del otro?

116
Por alguna extraña razón, o no, fueron apareciendo señales
que marcaron un camino alternativo al que estaba recorriendo.
Seguramente las señales habían estado siempre, pero recién en ese
entonces empecé a verlas. Eran propuestas diferentes, como esos
pequeños carteles que uno ve en la ruta cuando viaja en plan de
turismo y que nos tientan a desviarnos del camino, aunque sea por un
momento, y adentrarnos en un lugar totalmente nuevo, en esos
pequeños pueblitos que nos invitan a descubrir un mundo diferente y
casi una realidad paralela a metros de nuestro principal camino.
Esos carteles no aparecieron de casualidad, lo sé hoy. Son
fruto de la causalidad, de la apertura de consciencia y el renacer de la
curiosidad, esa que ha movido a la raza humana desde el principio y
que la empuja a superarse y saber más… como aquellos monos frente
al gran rectángulo negro en la película 2001 Odisea del espacio.

Descubriendo el hilo conductor

Siempre tuve cierta afinidad con la geometría y la matemática, me


gustan porque son aplicables a lo cotidiano. Estas ciencias nos permiten
levantar un puente o calcular los metros cúbicos de una pileta llena de
agua. Están presentes siempre, todos los días, en todo lo que hacemos. Pero
no las vemos, están trabajando como en un segundo plano, a la vista de
todos pero al entendimiento de pocos. Por eso cuando encontré en un
librería un libro con el título de “Geometría sagrada” de Stephen Skinner,
no dude en hacerme de él. Su título, la combinación de esas dos palabras y
una contratapa que prometía una amplia descripción de la geometría
presente en la naturaleza ­patrones de creación perfectos y exactos que la
madre naturaleza aplica al momento de crear un árbol, un animal o un
arroyo de agua­ me subyugaron en el orden de la fascinación.

117
Es verdad que el autor simplemente menciona cuestiones
matemáticas y geométricas presentes en la naturaleza sin ahondar
más profundamente en el origen o el por qué de este hilo conductor
en la creación de casi todo, pero para mí ya era suficiente. Lo que el
autor no mencionaba lo iba a buscar yo mismo. Este libro había
actuado de disparador de algo que aún no estaba claro, pero que ya
se asomaba a la luz. Lo que parecía un simple libro, en un simple
presente, se transformó en un disparador fundamental de toda una
seguidilla de eventos fundamentales en el futuro. Locuras del tiempo
y las percepciones.
La lectura del libro trajo preguntas tal cual el análisis de
los 40. ¿Es posible que, por simple azar, existan tan exactos
parámetros de creación en la naturaleza geométricamente y
matemáticamente hablando?

Un italiano y un espiral

Uno podría pensar que una planta, cualquiera de esas que


tenemos en el jardín o en el balcón, nació de una semilla y con un
poco de agua crece hasta llegar a tener una altura respetable y luego
un día se secará y “adiós planta”. El ciclo de la vida y eso es todo.
Pero no. No es tan sencillo.
Existe un patrón de creación que ha sido determinado con
anterioridad y que marca la forma en que esa planta va a crecer,
cómo va a ubicar sus hojas y cuál será su altura. Como decía un señor
que conocí y que ya se fue: “está todo planeado”.
Así descubrí a un tal Leonardo de Pisa, matemático conocido
también como Fibonacci, italiano nacido en 1170, que elaboró lo que
hoy el mundo llama “La sucesión de Fibonacci”. Esta sucesión de
números infinita parte del 0 y el 1 y va sumando siempre los últimos
dos números para generar el próximo: 0,1,1,2,3,5,8,13,21…

118
Hasta aquí, usted lector, se preguntará qué tiene de
maravillosa esta sucesión de números. Pues bien, es una sucesión
numérica que está presente prácticamente en todas las cosas de este
Universo. Tiene toda clase de aplicaciones en matemática,
computación y juegos, y aparece en los más diversos elementos
biológicos. Sin ir más lejos, está presente hasta en su propio cuerpo y
en el mío.
Ejemplos claros son la disposición de las ramas de los
árboles, las semillas de las flores, las hojas de un tallo. Otro más
complejo, y aún mucho más sorprendente, es que también se cumple
en los huracanes e inclusive hasta en las galaxias enteras, que es
desde donde obtenemos la idea del espiral de Fibonacci. La serie o
sucesión de Fibonacci es como la esencia del ADN del Universo
entero. Un espiral de Fibonacci es una serie de cuartos de círculo
conectados que se pueden dibujar dentro de una serie de cuadros
regulados por números de Fibonacci para todas las dimensiones.
Entre sí, los cuadrados encajan a la perfección como consecuencia
de la naturaleza misma de la sucesión, en donde cualquier cifra es
igual a la suma de las dos anteriores. El espiral o rectángulo
resultante es conocido como el espiral dorado y el rectángulo de oro.
Cada uno de los números de Fibonacci se acerca mucho a la llamada
proporción áurea, proporción dorada o número de oro;
aproximadamente la cifra es 1,618034. Esta proporción surge de
dividir cualquier número de la serie por su inmediato anterior.
Cuanto mayor es el par de números de Fibonacci, más cerca de la
proporción dorada estamos. Naturalmente, esta cifra resulta más
bella y más agradable a nuestra percepción y ya sea consciente o
inconscientemente, artistas la han empleado a lo largo de toda la
historia de la humanidad.
Desde arquitectos y escultores de la Antigua Grecia a
pintores como Miguel Ángel y Da Vinci, de compositores como

119
Mozart y Beethoven a Béla Bartók y Olivier Messiaen. La banda de
rock Tool también ha trabajado de forma conceptual con esta
secuencia matemática de acuerdo con la sucesión de notas y
estructuras musicales.

Dónde está presente Fibonacci, aunque no lo veamos:

­ Contando las escamas de una piña observamos que


aparecen en espiral alrededor del vértice en igual número a los
términos citados en la sucesión de Fibonacci.

­ También en las piñas del girasol. En ellas se forma una red


de espirales, unas van en el sentido de las agujas del reloj y otras a la
inversa, pero en cualquiera de los casos siempre las cantidades de unas
y de otras son los términos consecutivos de la sucesión de Fibonacci.

­ En las ramas de los árboles, en la flora de la alcachofa, en el


arreglo de un cono o en la disposición de las hojas en el tallo
(teniendo en cuenta que se distribuyen buscando la luz del sol).

­ El número de espirales en numerosas flores y frutos


también se ajusta a parejas consecutivas de términos de esta
sucesión: los girasoles tienen 55 espirales en un sentido y 89 en el
otro, o bien 89 y 144.

­ También está presente en los huracanes, galaxias y las


conchas tipo trilobites.

­ En partes corporales de seres humanos y animales, como es el caso


de la relación entre la altura de un ser humano y la altura de su ombligo, la
relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a
los dedos o la relación entre las articulaciones de las manos y los pies.

120
­ En el arte: en los violines, la ubicación de las efes, los
“oídos”, u orificios en la tapa, se relaciona con el número
áureo. También aparece en las relaciones entre altura y ancho de los
objetos y personas que aparecen en las obras de Miguel Ángel,
Durero y Da Vinci, entre otros.

­ Otro ejemplo de la espiral Fibonacci lo representa la


ubicación en el espacio de las pirámides de Gizeh.

La espiral y la sucesión numérica descubierta por Fibonacci


está presente en toda la creación del Universo. ¿Cómo puede una
cuestión geométrica y matemática ser el hilo conductor de toda la
creación? Comenzaron a surgir desde ese instante una serie de
sensaciones o sentimientos que en aquel momento no sabía explicar
pero que, de alguna manera, me llevaban a pensar o a intuir que no
hay azar en la creación y que la naturaleza crea de una manera ya
ideada, moldeada y establecida a gusto de “alguien”. Y ese moldeo
incluye a la raza humana también.
Las preguntas que en un principio afloraban en mi cabeza
comenzaron luego a invadirme, casi literalmente. Y con ellas la
necesidad de dar respuesta se hizo urgente.

Una voz
A esta altura de lo escrito sabrá, usted lector, que para mí las
casualidades no existen. Existen causalidades.
Aristóteles, el gran filósofo griego, relacionaba la causalidad
con el destino y decía que si «toda acción conlleva una reacción, dos
acciones iguales tendrán la misma reacción», a menos que se
combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros
ojos el resultado.

121
Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada.
Todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinada a
existir desde el momento en que la causa surgió.
Así, por simple causalidad, pretendiendo matar el tiempo y
distraerme, me encontré escuchando radio, actividad que solo realizo
cuando viajo en auto. Ese día no estaba en el auto sino que estaba
escuchando radio vía Internet, medio que debo haber usado con este
fin en solo una o dos ocasiones. Digo esto para reforzar la mención
del último párrafo. Definitivamente la casualidad no existe.
En esa radio había una voz que conocía. Debido a la cercanía
del lanzamiento de un nuevo trabajo discográfico, como es costumbre
los artistas recorren los medios para difundir el mismo. La voz de
Patricia Sosa sonaba al aire.
El reportaje abandonó lo estrictamente informativo y musical
y se tornó algo más personal hasta encontrarme con una artista
hablando acerca de unas luces en Córdoba, más precisamente en la
Capilla del Monte. Habló de su experiencia e interacción con ellas, de
su significado y su por qué. Este evento, llamémosle reportaje,
acababa de sacudirme la cabeza por completo.
Me lanzaba de lleno otra vez a buscar respuestas a esas
preguntas que rondaban por mi cabeza desde tiempo atrás. No sé por
qué, pero sentía que en Capilla del Monte estaba la punta del ovillo.
Siempre, desde chico había tenido cierta afinidad con aquellos
objetos que la gente dice ver en el cielo (y yo no había tenido esa
suerte hasta ahora). Mi padre era también un lector de esa temática
en tiempos donde no existía Internet para ver videos en Youtube. Esta
temática había renacido en mí hacia unos dos años con el furor de
esta red social de videos y yo aprovechaba para ponerme al día con
este tema; objetos que no podemos identificar surcando los cielos.
En ese momento ya me encontraba convencido de que este
mundo no había sido fruto de la casualidad y la unión al azar de un
par de moléculas sin vida, como explicaba Alexander Oparin en su

122
teoría de la Abiogenesis o como explicaba Louis Pasteur en su teoría
de Biogénesis donde refutando a la Abiogenesis planteaba que toda
vida es fruto de una vida anterior. Si es así, en algún momento
llegaremos a reducir toda la vida humana a una pequeña bacteria u
organismo unicelular, pero éste ¿de dónde provino?
Nada me convencía del todo. Las teorías de la fuente
Hidrotermal, la Glacial, el ARN, los Principios Simples o la teoría de la
Panspermia, tenían muchos puntos interesantes y hasta convincentes,
pero ninguna me explicaba por qué esos hilos que lo unen todo con
precisión matemática y geométrica estaban dirigiendo toda la creación
del Universo, aparentemente, desde el inicio del mismo.
Volviendo brevemente a aquel reportaje, Patricia Sosa
explicaba su experiencia en Córdoba con unas luces que aparecían y
desaparecían y como podía interactuar con ellas. Pero lo más
interesante fue que mencionó que el hecho en sí ya no le llamaba la
atención, sino que lo que realmente importaba era el mensaje detrás
de las luces. Un mensaje tan revelador que le había cambiado la vida,
la forma de ver las cosas y la percepción misma de toda su existencia.
Ese era el mensaje que yo quería escuchar. Tenía la certeza
de que era lo que estaba buscando y necesitaba para cerrar lo que
aún se encontraba abierto en mi mente… ¿o corazón?
Otra vez no había casualidad, había causalidad.

Viajando hacia la Luz


Y así fue como casi sin pensarlo me encontré recorriendo
en un cálido marzo la ruta de Buenos Aires a Córdoba. Debo
reconocer o mencionar, como para que usted lector entienda, que
este viaje aún no estaba claro para mí, ni a qué iba ni qué buscaba.
Sabía que tenía que ir y que algo iba a encontrar, pero desconocía
qué. Sabía que iba por las luces en la montaña, pero también sabía
que había más que eso.

123
La claridad llegó con posterioridad. A decir verdad, si no
fuera por mi esposa difícilmente me hubiera encontrado arriba del
auto recorriendo 800 kilómetros en busca de luces sobre una
montaña. De no ser por ella, quizás las respuestas nunca me habrían
encontrado. “Subí al auto y anda a encontrar lo que buscás”, me dijo.
No sé si porque ya no me aguantaba más y quería un fin de semana
de tranquilidad o por ese sexto sentido que poseen las mujeres.
Ciertas personas son capaces de mirar en el interior de otra e
intuitivamente entender a dónde van, qué necesitan y qué buscan.
Esa es la clase de mujer que tengo en suerte como compañera de este
viaje de vida. Y este hecho que parece menor no lo es, quizá también
sea causalidad, porque de no ser así ni yo hubiera hecho el viaje, ni
hubiera luego escrito esto, ni usted estaría leyéndolo, pero la
interconexión de todo con todo es quizá tema de otro libro.
Es cierto que necesitaba respuestas, también es cierto que mi
mente analítica y critica no era fácil de convencer, menos aún
después de hablar por teléfono con una señora en Capilla del Monte
que decía esperarme con alojamiento, mucha comida vegetariana y
aseguraba mostrarme las mismas luces que le mostró a Patricia, ovnis
y flotillas volantes. Había tanta certeza en su discurso que me
produjo en algún punto rechazo.
Mi mente me decía que no tenía sentido. Mi corazón decía lo
contrario. Recorridos los interminables kilómetros, y habiendo
pensado en cada esquina en pegar la vuelta, me encontré una tarde en
la ciudad prometida, rodeado de naturaleza y aire puro, de belleza
extrema que más tarde respetaría aún más al punto de la admiración.
El 6 de mayo de 1695 el capitán Antonio de Ceballos adquirió
las tierras que hoy conocemos como Capilla del Monte. Allí hizo
construir, además de su casa como vivienda, la capilla de San Antonio.
En ella se basarían para darle el nombre a esta localidad. La misma fue
reconstruida a principios del siglo XX demoliendo sus originales muros
de adobe, quedando así la actual parroquia de San Antonio de Padua.

124
Capilla del Monte se encuentra ubicada al noroeste de la
provincia de Córdoba, a 980 mts. sobre el nivel del mar y pertenece
al departamento de Punilla. Debe su economía al turismo que,
atraído por sus riquezas naturales y mágica energía, año tras año es
visitada por miles de personas. El majestuoso cerro Uritorco, elegido
como una de las maravillas de Córdoba, es una de sus principales
atracciones. En sus ríos de aguas cristalinas los turistas disfrutan de
un entorno rodeado de sierras, árboles y fauna silvestre que otorgan
a Capilla del Monte una cualidad única de paz y armonía.
Otras características particulares de la zona son sin duda su
aire puro, considerado sanador, y la gran cantidad de días con sol,
promedio 300 al año. En invierno la temperatura baja
considerablemente, hasta llega a nevar en algunas oportunidades
dándole a todo el entorno un marco bellísimo.
La guía contactada, así se denomina a la gente que dice tener o
mantener contacto con otras civilizaciones provenientes del espacio
exterior (en la mayoría de los casos en forma mental o telepática), me
estaba esperando con esa amabilidad y calidez que los porteños ya hemos
perdido y que aún en el interior de nuestro país se puede encontrar.
Modesto y sencillo alojamiento, y una comida vegetariana increíblemente
variada y rica, fueron la antesala de lo que vendría después.
En la primera charla con la guía las preguntas invadieron el
silencio del lugar: ¿qué estamos haciendo allí?, ¿a dónde vamos a ir?,
¿qué veremos? Preguntas que en aquel momento necesitaban
respuesta urgente, casi como si fueran las preguntas más
fundamentales de la historia de la humanidad: ¿de dónde venimos?,
¿hacia dónde vamos?
Este primer encuentro para charlar acerca de lo que veríamos
me produjo, otra vez, cierto rechazo. Yo no estaba preparado para
que una persona me dijera con absoluta certeza que iríamos en busca
de seis platillos voladores en forma de luz a la derecha, dos más a la
izquierda, dos al frente y algunos que van y vienen por ahí,

125
mencionando esto con la misma naturalidad que minutos antes
afirmaba que había sido un lindo día con mucho sol. Ese fue el último
instante en que pensé: “¿qué hago yo acá?”. Luego, no hubo más.
Surgieron en la charla infinidad de preguntas. Créame lector,
las respuestas a ellas no son lo importante en este capítulo en
particular, lo importante es lo que sucedió, cómo sucedió y el mensaje
detrás de esas luces.
Al grano pues. Recorriendo unos 40 minutos de ruta
atravesando campos y subiendo montaña, se llega a un lugar
conocido como Cuchi Corral. Lugar de despegue de parapente de día
para los que gozan de ese deporte extremo y lugar de reunión para
los que buscan otras emociones, como nosotros, por la noche. El
lugar tiene una belleza inigualable. Es un gran balcón que asoma a
un extenso valle rodeado de montañas a ambos lados y un cielo que
parece apoyarse en nuestras cabezas. Es ese típico lugar donde todo
parece estar en el lugar perfecto y donde uno pensaría que, si algo va
a ocurrir, va a ocurrir allí.
El sol buscó cobijo detrás del horizonte en un espectáculo
que movilizó al grupo de fotógrafos que estaban en el lugar en busca
de la foto perfecta en el crepúsculo perfecto y marcó el inicio del
reino de la luna. El silencio era casi sofocante y solo se quebraba
cuando soplaba un poco el viento que rozaba las copas de los árboles.
El inicio de lo que ya parecía una ceremonia religiosa comenzó con
un pequeño ritual que incluyó palabras y cánticos en Irdín, un Padre
Nuestro y algún Ave María.
En medio de la naturaleza, a una hora de cualquier lugar
civilizado con un frío que traspasaba camperas y borceguíes, aún no
comprendo por qué no se me cruzó otra vez la idea de regresar.
Quizá porque el lugar, su magia y su misterio habían creado junto a
la bruma de la noche y la luz de luna la idea de preámbulo de algo
importante. Algo grande iba a pasar.

126
Finalizados los primeros cánticos, la guía procedió a pedir
que se manifestaran frente a nosotros y como me gusta decir a veces:
comenzó el show. Y pasó todo. Pasó lo prometido. Pasó el asombro.
Pasó el miedo. Pasó el temblor de las piernas. Pasaron las lágrimas.
Pasaron las miradas desconcertadas entre los presentes en busca de
respuesta a “¿vos ves lo que yo veo?”.
Pasaron miles de preguntas, el recuerdo de mi padre leyendo
a Fabio Zerpa y a Pedro Romaniuk y pasó también la absoluta certeza
que me encontraba perfectamente consciente de que ese momento
era una bisagra en mi vida. De allí en más, aunque desconociendo lo
que vendría, ya nada volvería a ser igual. Nunca más.
Una potente luz apareció delante de nosotros justo arriba del
horizonte, dos a la izquierda y seis más sobre la derecha. Rojas,
azules, verdes y blancas. Prendían y apagaban. Intensificaban su luz y
se reducían volviéndose casi imperceptibles. Se movían. Cambiaban
de color. Conmovían, sorprendían y derrumbaban todas mis creencias
para volverme a conmover casi hasta las lágrimas otra vez. Me sentí
afortunado y agradecido. Me sentí pequeño, diminuto e insignificante
frente a un Universo que se desplegaba inmenso y lleno de vida. De
un segundo a otro, dejamos de ser el ombligo del cosmos y pasamos a
ser parte de algo más grande. No hubo más frío ni miedo. Toda la
concepción mental del mundo y de la realidad, que yo tenía se vino
abajo en un abrir y cerrar de ojos. Cerramos el ritual agradeciendo y
emprendimos la vuelta en silencio.
El evento en si fue analizado por mi virginianamente una y
otra vez a efectos de darle el mayor respaldo científico posible. El
resto sería, para mí, una cuestión de fe.
Lo comprendo lector, tiene mil preguntas en su cabeza y
dudas sobre lo relatado. Créame que no es momento para
ahondar específicamente sobre este evento ahora, porque lo
importante vino después.

127
El mensaje detrás la Luz
Dicen quienes llevan años estudiando el fenómeno Ovni, que
hay una nueva forma de avanzar sobre este tema y es dejando de
lado el evento en sí para tratar de entender el mensaje que yace
oculto detrás de él. No es importante saber cuántos eran o cómo
aparecieron. La verdadera importancia reside en que están allí, son
reales y tienen algo que decir.
La pregunta que surge es, si tienen algo para decir, ¿por qué
no lo dicen y listo? Gordon Cooper, astronauta del proyecto Mercury,
dijo en una carta a la ONU en 1978: “Seguiremos viendo con la boca
abierta esos discos luminosos que ya eran familiares en las noches de
la Biblia, y seguiremos negando su existencia, aunque sus
tripulantes se sienten a almorzar con nosotros, como ocurrió tantas
veces en el pasado, porque somos los habitantes del planeta más
terco, reaccionario y atrasado del Universo".

Este mensaje puede recibirse y comprenderse de tres maneras:


a­ La transmisión del mismo por parte de un contactado
b­ Siendo un contactado
c­ Siendo testigo o protagonista de un encuentro o contacto
donde haya existido una comunicación o mensaje.
d­ Fruto del análisis de este tipo de eventos (UFO­OVNI)
sobre todo, casos en que hubo algún tipo de contacto o comunicación.

Con respecto a la última forma de encontrar el mensaje se


realiza analizando lo sucedido en cada hecho escuchando
directamente a sus protagonistas. Para los investigadores de estos
eventos, los ufólogos, es muy importante acceder a la información
directamente de la persona involucrada en el evento o testigo del
mismo. No se trata solo de ver las características que surgen a simple
vista del fenómeno, como podría mostrarlas un canal de TV, sino por
el contrario, se trata de ver más allá y recopilar datos más finos,

128
como tipografía del lugar, situación social de la región, cantidad de
testigos, entrecruzamiento de relatos, sensaciones que percibieron y
hasta situación familiar, social y personal de los testigos o
protagonistas. De todo este análisis surge un mensaje y éste se ha
mantenido con casi idénticas características en la mayoría de los
eventos reportados a lo largo de todo el mundo.
Personalmente, he recibido este mensaje directamente de la
contactada, de la propia visualización de similares eventos como los
descritos aquí y de algunos casos de testigos que he tenido la suerte de
escuchar en forma directa. El mensaje, una vez entendido y comprendido,
es un mensaje tan sencillo y claro que no deja lugar a dudas respecto de
su necesidad y utilidad en los tiempos que nos toca vivir.
Por un lado, tenía lo recibido por la contactada y por otro
lado cientos de diversas fuentes que de alguna manera reforzaban el
mensaje original o inicial. Muchos de los aspectos del mensaje en sí,
estaban presentes o tenían similitud con aspectos del cristianismo,
del budismo, de la ciencia, de la historia, de la propia actualidad que
vive el mundo y hasta elementos de la cosmovisión de muchos
pueblos originarios. Así pude ordenar lo que había detrás de aquella
experiencia en medio de la montaña.
El mensaje es claro y sencillo. La humanidad ha recorrido un
largo camino y en determinadas ocasiones de la historia ha tenido la
oportunidad de tomar el camino de la paz y el beneficio de todos, el
crecimiento espiritual y el desarrollo consciente. Esta opción finalmente
nunca se ha recorrido. Es el camino que nunca hemos tomado. Siempre
hemos obviado este camino tentados por los beneficios que prometen
otros caminos, aunque sea en beneficio de pocos.
El egoísmo y los intereses económicos han tentado a muchos
y el poder de pocos ha torcido la ruta. Fruto de esta mezquindad y la
falta de consciencia global hemos provocado guerras y hemos
devastado regiones enteras del planeta persiguiendo dinero y poder.
Hoy la humanidad está descarriada. Perdida e inconsciente de lo que

129
está haciendo y haciéndose. Se necesita una vuelta a la consciencia.
A la consciencia de la existencia de otros, de necesidad de ayuda, de
dar y recibir sin intenciones más que esas mismas. Estamos
maltratando a un planeta que nos da la vida, el sustento, el calor y el
cobijo. Lo llenamos de guerra, lo contaminamos, lo destruimos a una
velocidad tal que se hace imposible una regeneración por motus
propio. Contaminamos los ríos del agua que luego bebemos y
rociamos con veneno los alimentos que luego ingerimos. Desechamos
a los mayores y criamos a nuestros hijos para que sean iguales a
nosotros, consumidores, egoístas y superficiales.
La tierra está al borde de un colapso existencial. Ya no es la escasez
de alimentos o agua para muchos, es la posibilidad real de un colapso
mundial y la posibilidad de extinción de una gran parte de la población.
El mensaje dice algo tan sencillo y claro que hasta un chico
de tres años podría entenderlo. “Están destruyendo sus hogares y sus
familias. ¿Dónde van a vivir luego de la destrucción? ¿A quién van a
acudir en busca de ayuda? Vuélvanse conscientes de tal situación y
contrólenla. Ustedes son los únicos capaces de hacerlo, sencillamente
porque ustedes son los responsables de tal situación. Vuelvan a la
tierra, a su respeto, a su cuidado. Vuelvan a vivir en comunidad,
sintiendo al otro como parte de uno solo. Son todos iguales, no hay
diferencias entre unos y otros. Forman parte de un todo y un
desequilibrio es peligroso no solo para ustedes sino para el resto del
cosmos. Somos todos uno y un desbalance en un extremo del
universo afectará sin dudas a otras civilizaciones. Sí. Hay otras
civilizaciones. La humana no es la única raza en el Cosmos. Ustedes
no son el ombligo del universo”.
Así, escrito en palabras simples y narrado en forma fácil de
entender, no deja de ser un análisis de los últimos 100 años de la
historia del hombre y no deja de ser una bola de cristal donde ver lo
que naturalmente va a ocurrir si esto sigue así, o mejor dicho si
seguimos comportándonos así.

130
¿Tan ciegos estamos que necesitamos que nuestro vecino nos
toque timbre para avisarnos que el techo de nuestro hogar está a punto
de caerse sobre nuestras cabezas? El mensaje tiene interesantes puntos
de contacto con otros mensajes que ya hemos escuchado. La filosofía
oriental nos habla del respeto a los mayores. Los hindúes del respeto a
los animales. El cristianismo del respeto y amor hacia el prójimo, y así
podríamos seguir analizando frase por frase. Lo interesante ha sido
encontrar todos estos puntos juntos en una sola cosmovisión o filosofía
de vida, la cosmovisión de los pueblos originarios.
Rescato seis elementos primordiales comunes y coincidentes
en el mensaje detrás de las luces y la cosmovisión aborigen originaria.

• NATURALEZA
• HOMBRE
• COSMOS
• RESPETO
• AMOR
• CONSCIENCIA

El regreso a las raíces


Paralelamente a los eventos lumínicos mencionados con
anterioridad, que sacudieron mi interior, comencé a interiorizarme
por la cultura originaria de nuestro país y del mundo. Solo tenía una
vaga idea, aquella que erróneamente nos habían inculcado en la
escuela secundaria y que durante mi formación terciaria y
universitaria había estado ausente en forma total. El desencadenante
fue haberme informado acerca de que aquellas luces en la cima de
una montaña de Córdoba no eran nuevas para la gente de la región.
Y no me refiero a los ya acostumbrados vecinos de Capilla del Monte,
me refiero a quienes habitaban el lugar miles de años atrás.

131
Esas tierras fueron pobladas en tiempos remotos por los
Comechingones. Pobladores originarios sobre los cuales aún hoy en
día se discute su procedencia y origen pero que se tiene certeza de
que estaban en la zona desde unos 6000 años antes de Cristo.
Poseían una cosmovisión estrechamente ligada a los astros y eran
perfectamente conscientes de los ciclos de la Tierra, los solsticios y
equinoccios, además de ser adoradores de la Luna. Los
Comechingones realizaban ritos y ceremonias en el cerro Uritorco,
al que consideraban mágico y en muchos mitos plantean la
existencia de las luces a las que hoy, miles de años después nos
referimos en estas líneas.
Dediqué un tiempo también al estudio de la fascinante
cultura Maya, la cual había tomado cierta relevancia popular
debido a la cercanía del 12.12.12, famoso y mal interpretado
fin del mundo.
El punto de interés no estuvo puesto en esa fecha ni los
glifos que hasta allí contaban el tiempo, sino más bien en su cultura
general, su cosmovisión del mundo y del cosmos y su forma de
interrelacionarse con la Tierra. Más tarde, fue el turno de la
cosmovisión originaria de nuestro país. Movido e incentivado por
las maravillas aprendidas de los Mayas me acerqué a las culturas
locales, encontrando entonces, un mundo maravilloso, enigmático y
revelador que pedía ser descubierto, quizá porque intuitivamente
sabía que era la pata de la mesa que faltaba para estabilizar todos
los eventos y sus consecuencias que sobre ella se apoyaban y que
parecían inconexas.
El antropólogo Carlos Martínez Sarasola, quien había estado
a cargo de las charlas sobre cultura Maya, me propuso sumarme al
grupo Entremundos. Un grupo que como bien lo define él, navega
entre nuestro occidentalizado mundo y la cosmovisión originaria.
Desde el cielo, la tierra, los ancestros, la naturaleza, los sueños, el
origen de la vida y la vida hoy y después, fui estudiando y

132
entendiendo pueblos originarios como Mapuches, Tehuelches,
Guaraníes, Tobas o Wichis.
Fue un viaje en el tiempo trayendo conceptos del pasado
para descubrir que seguían vigentes en el hoy. Conceptos que
ayudaron a terminar de darle forma a lo que sabía, pero no podía
explicar o conectar. La similitud entre aquellas luces, su mensaje y la
cosmovisión originaria.
Los pueblos originarios son un conjunto de pueblos antiguos,
amazónicos, andinos o costeros profundamente apegados a su tierra.
Este hecho afirma su noción de igualdad. Los unen muchas cosas: la
lengua, la historia, el sacrificio y la forma de ver el mundo y el
cosmos. Los pueblos originarios poseen una particular forma de ver
el mundo y la naturaleza. Más que una visión particular podríamos
decir que es una particular forma de relacionarse en ella. La
naturaleza es la Madre Naturaleza. La Madre Tierra. Esa particular
forma de relacionarse con la naturaleza tiene origen hace miles de
años y hoy está más viva que nunca.
La cosmovisión originaria se establece sobre la base de la
relación solidaria e integral en todos los elementos de la Madre
Tierra a quien el ser humano pertenece, pero no domina. Los pueblos
indígenas sienten el mundo como la suma de muchas partes
integradas que se necesitan unas a otras. Los seres humanos somos
una de esas partes. Nadie en el mundo puede estar aislado, de hecho,
jamás lo está, siempre tiene lazos con los demás. No se puede dejar a
nuestros ancestros en el pasado, al contrario, ellos están aquí con
nosotros, en nuestros territorios, porque no se han muerto ni han
desaparecido, seguimos teniendo fuertes vínculos con ellos.
Hubo un tema tratado en alguna de las clases de Entremundos
que marcó y señaló un indicio donde investigar más. La relación de los
originarios con eventos lumínicos provenientes del cielo. Existen
numerosas culturas que han relatado los eventos que sucedieron en la
creación del mundo señalando a las “luces del cielo” como protagonistas.

133
Los Dogones, tribu africana, relatan en su cosmovisión cómo
una gran luz bajo del cielo y de ella salieron los Dioses que crearon al
hombre. Dicen provenían de la estrella Orión. Así, cientos de culturas
y relatos dan cuenta de una interacción que lleva miles de años entre
los eventos lumínicos y la creación del hombre. Estas leyendas dan
base firme a las ceremonias que muchos pueblos hacían para
venerarlas y mostrarles respeto. Creo que muchos de los aspectos de
la vida de los originarios tienen correlación o similitud con el
mensaje que llega desde estas luces.

Una mesa de seis patas


Naturaleza, Hombre, Cosmos, Respeto, Amor y Conciencia

Estas seis patas que sostienen la mesa, sobre la cual


podría apoyarse tranquilamente sin temor a caerse toda la
humanidad, fueron los pilares sobre los cuales las antiguas
culturas originarias construyeron toda su cultura y la forma de
relacionarse con la tierra.
Hoy, cualquier análisis que el lector se plantee hacer,
acerca de alguno de los temas de actualidad o conflicto que
aparecen en los diarios o en cualquier noticiero del mundo,
encontraría solución apoyando el evento en sí sobre esta mesa.
No existe guerra, ni crisis, ni problema, que no tenga solución
con la aplicación de dos o tres de estos ítems.
Esto es lo que más me ha llamado la atención. ¿Cómo
puede una cosmovisión tan antigua contener la solución a los
problemas y conflictos de nuestro actual mundo? ¿Tanto hemos
retrocedido? ¿Por qué no aprendimos nada en miles de años? Y si
seguimos así, ¿hacia dónde vamos?

134
Naturaleza
La naturaleza ha sido venerada por los pueblos originarios
como la Madre Tierra, la madre que nos da todo y nos cría y
alimenta y a la cual hay que respetar. Las luces nos dicen “detengan
el abuso y la contaminación, están destruyendo vuestra propia casa”.

Hombre
El hombre debe vivir en armonía, en comunidad, cumpliendo
cada uno su rol en pos de un avance a nivel social total. Todos somos
uno. Las luces nos recuerdan que el hombre debe volcarse hacia una
espiritualidad mayor, que todos somos parte de todo y no podemos
permanecer inconexos.

Cosmos
El cosmos es el gran espacio donde la Tierra se mueve, el
cielo donde viven nuestros ancestros. Es parte de la casa que es la
Tierra y debe ser respetada. En esta gran casa­cosmos se encuentran
muchas de las respuestas que el hombre busca. Las luces nos dicen
que somos parte de un balanceado sistema y que no podemos poner
en peligro al resto del cosmos por egoísmo y poder.

Respeto
El respeto ante todas las cosas de la Tierra, animales, plantas,
montañas, personas, ancianos y niños, todo. No somos dueños de nada,
somos parte de todo, decían nuestros paisanos los indios… y lo dicen
aún casi a los gritos para que escuchemos.
Cuando uno recibe el mensaje detrás del evento Ovni encuentra
a esa maravillosa palabra en forma muy clara. Respeto entre los
hombres. Yo no soy más que el otro y viceversa. Todos somos iguales.

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Amor
Los originarios plantean una relación de amor hacia todos
los participantes y elementos de la vida. Hacia los propios hombres, y
la naturaleza toda. Cuando se va a sembrar la tierra, por una relación
de respeto y amor se le pide permiso a ella, la Pachamama. Y cuando
ésta da sus frutos, se le da las gracias.
Con amor se solucionan el cien por ciento de los problemas
en el mundo. Las luces nos plantean un avance hacia lo espiritual y
eso significa estar dispuesto a dar sin esperar recibir, plantea amor.

Consciencia
Los nativos saben y entienden su relación con el todo. Con lo
de arriba, lo de abajo y lo del medio. Son conscientes que son parte
de algo mucho más grande. Las luces nos invitan a ser conscientes de
cada hecho que hacemos, de cada decisión que tomemos y sepamos
que todo acto humano tiene consecuencias. No podemos ir por la
vida pensando que todo pasa y todo pasa por casualidad. Somos los
creadores de nuestro propio destino.
Habiendo usted señor lector leído estas líneas, ¿no piensa
como yo acerca de la imperiosa necesidad de aplicar algo de estos
ítems a la vida cotidiana que nos toca vivir? ¿No cree usted que
muchas cosas mejorarían? ¿No deberíamos empezar a comportarnos
como responsables habitantes de este mundo? ¿Vamos a esperar a
perder todo para tomar consciencia?

La vida y la muerte
La cosmovisión originaria, sin lugar a duda, ha provocado en
mí una “concientización de la vida”. Y esta concientización trajo
también la concientización de la muerte.

136
De aquella primera luz hasta ahora ha pasado un tiempo
considerable. La información, el análisis y la investigación me llevan a
comenzar a elaborar ciertos conceptos y pensamientos de vida que
hasta este momento apenas asomaban un poco desde una oscura y
silenciosa sombra de ausencia, sin prisa y sin forma. Hoy esos
conceptos se hacen, al menos para mí, imprescindibles de entender.
La muerte siempre fue un tema que no me terminaba de
cerrar en cuanto a lo conceptual, en cuanto a que es realmente.
Jamás fui de los que piensan que detrás del ciclo de la vida en esta
Tierra no hay nada, pero tampoco, hasta ahora, había tenido definido
un concepto de ella.
La muerte es hoy en día un tema tabú en la sociedad. Le
escapamos a ella día a día. Si podemos evitar mencionarla o hablar
de algo que nos acerque a ella, lo evitamos, consciente o
inconscientemente. Como dice una canción del grupo musical La
Renga… “es que la muerte esta tan segura de vencer, que nos da toda
una vida de ventaja”. Y si la muerte es parte de nuestro ciclo en la
tierra, ¿por qué negarla?
Lo desconocido nos produce miedo. La muerte nos produce
miedo. Es cierto que la muerte genera miedo en casi todas las
sociedades y culturas, pero si es así, ¿por qué la mayoría de los seres
humanos, cuando están justo del lado contrario, es decir en la vida,
no la respetan, ni la valoran y hasta no la disfrutan? El ser humano
tiene miedo a lo que no conoce y ha “cotidianizado” a la vida de una
manera tal que ha pasado a ser casi un estado imperceptible.
Cuando empecé a investigar el tema muerte, partiendo desde
un mensaje recibido allí en el Uritorco, siguiendo por las culturas de
los pueblos originarios y leyendo algunas teorías de física cuántica,
después de muchas vueltas y de unir los conceptos que tenía
dispersos, llegué a conceptuar el tema de una manera muy sencilla.
La muerte es solo un paso de un estado a otro. Un paso tan
pequeño que es apenas un instante medido en microsegundos. Es el

137
instante en que dejamos esta etapa que llamamos vida. Justo ese
instante que abandonamos nuestra existencia física. De allí en más y
aquí planteo la diferencia más importante, el resto del camino no lo
pienso como muerte, sino como una nueva etapa. La muerte sería
como el ascensor que nos lleva de un piso a otro. Apenas un instante
pequeño de tiempo en todo nuestro viaje.
Todas las culturas tienen ejemplos de personas que han
abandonado esta etapa de vida para ir por unos minutos de visita a la
siguiente etapa y volver. Ninguno de estos casos manifiesta recordar
algo traumático. Ninguno.
Nuestros pueblos originarios siguen interactuando con sus
ancestros a quienes piden consejo y sabiduría. Desde una perspectiva
más “científica”, por llamarlo de alguna manera, no existe en todo el
universo un tipo de energía que se pierda. Toda la energía se
transforma y pasa a otro estado, pero sigue allí presente. Recuerde
usted lector lo que nos ensañaban en la escuela: Toda materia está
conformada por un átomo y alrededor de él un veloz electrón que se
mueve produciendo energía. Pues bien, nosotros también estamos
conformados por esos elementos, aunque hoy la ciencia ha avanzado
más y ha definido que el átomo no es la partícula más pequeña de la
materia, algo no ha cambiado… seguimos siendo energía. La energía
jamás se pierde, se transforma.
Algunos se animan a llamar a esa energía, el alma. La muerte
es un tema tabú y doloroso, por eso lo negamos y preferimos no
hablar de él. Es un tema desconocido y lo desconocido produce
miedo. Es un tema doloroso, porque nos aferramos a los sentimientos
que tenemos con otras personas y cuando ellas abandonan este
estado de vida, sufrimos y sentimos dolor por su ausencia. ¿Y si
estamos sufriendo por una persona que está rebosante de alegría en
ese otro estado? ¿Alguna vez pensó lo que realmente significa ese
dicho que dice “pasó a mejor vida”? ¿Y si fuera así?

138
Personalmente pienso que la nueva forma de conceptuar el
tema muerte, me ha quitado cierto peso de encima. Al igual que
cualquier otra persona yo también tenía miedo a la muerte. No un
miedo que me paralice, ni me tenga todo el día pensando en ella,
pero si un miedo racional fruto del desconocimiento. Fruto del no
saber que hay después.
La física cuántica ha logrado reforzar esa idea de
transformación de la energía y de afirmación que existe otra etapa
luego de ésta. Cierta corriente de la física cuántica llamada
Biocentrismo, plantea que la muerte es solo de nuestro cuerpo, pero la
consciencia (¿alma?) no depende de este cuerpo, ya que es energía y
puede estar como plantean muchos preceptos cuánticos en muchos
lugares a la vez, así, una vez descartado nuestro cuerpo, nuestra alma o
consciencia permanece activa. Estoy seguro de que usted y yo, en algún
momento, desde otro plano, recordaremos estas líneas y sonreiremos
sobre al menos, lo cerca que estuvimos con estas afirmaciones.
Si la muerte nos deja de importar y preocupar como ese
momento triste y doloroso de partida, como un lugar inmensamente
grande lleno de nada y dejamos de conceptuarla como todo lo que
viene después de la vida por los siglos de los siglos y eternamente,
automáticamente se ingresa a un estado mental que nos permite
sacarnos un gran peso de encima y empezar a ver la vida con otros
ojos o más bien, con otro corazón.
Deshacernos del peso de la muerte como sinónimo de dolor y
oscuridad nos permite hacer consciente a la vida. A la verdadera vida
y a lo maravilloso de esta etapa.
Tener consciencia o ser consciente tiene que ver con la
habilidad de darse cuenta de uno mismo. Darse cuenta de lo que
está pasando en todo momento y la interacción con el exterior,
desde tener presente lo que pienso hasta cómo afecta eso mi vida
diaria y al mismo tiempo cómo afecto a los demás, esto es estar
alerta o consciente.

139
Nuestra capacidad de atención va de 7 a 9 elementos
simultáneos. Mientras lee esto puede estar consciente de la
temperatura de la habitación donde está, de tu postura, de los ruidos
que te rodean, de los colores que están cerca de usted, de la hora del
día, de la luz brillante u opaca. Todos al mismo tiempo, pero sólo
puede estar enfocado en una sola cosa. En este momento o estás
enfocado y concentrado en este tema o estás pensando en otra cosa.
No puede enfocarse en las dos.
Cuando piensa en lo que debe hacer más tarde se pierde el
momento presente y el significado de lo que está leyendo aquí y
ahora. Se pierden fracciones de información y por eso luego nos
damos cuenta de que nos faltó algún detalle porque no pusimos
atención al cien por ciento, fue por la falta de concentración.
Nuestro consciente está oscilando entre una cosa y otra todo
el tiempo. Hay muchas distracciones en el mundo hoy en día. Y
hemos adquirido el hábito, en este mundo tan saturado de
actividades, de querer estar en dos o más planos de consciencia para
tener resultados más rápidos. Aprovechar el tiempo y hacer varias
cosas tal vez te haga sentir bien, sin embargo, seguramente alguna
saldrá mal. Si quieres cocinar, hablar por teléfono y ver una película
en televisión, está bien, sin embargo, una de esas actividades saldrá
bien y las otras dos dejarán de tener la atención del cien por ciento.
Ser consciente de quién eres y cómo eres es algo que pocos
hacen. Estamos más orientados a darnos cuenta de quién es y cómo
es el vecino, el primo, mi pareja. Y muchas veces te das cuenta de sus
defectos o tal vez de lo que tienen que tú no tienes. Pasamos juicio
rápidamente y criticamos sin tregua. Pero cuando alguien osa
criticarte o hacer algún comentario te sorprendes. No lo puedes creer,
porque no eres consciente de ti mismo.
La consciencia “activa” te llevará a darte cuenta cómo afectas
al otro con tus pensamientos, tus palabras y tus acciones. Cada cosa
que haces incide en alguien y ese alguien se queda impactado en

140
positivo o en negativo. Ser consciente es estar de tu lado observando
tus acciones y resultados.
Ser consciente de mi habilidad para ser consciente lleva
tiempo y valor. Cada momento puedo observar mi consciente
encendido o apagado, o, funcionando en automático, porque así me
conviene. Si pudiera sentir mis emociones día con día y cómo me
afectan, darme cuenta de mis respuestas ante situaciones
inesperadas, cómo influyo en otros por mis palabras o acciones, me
ayudaría a conocerme y verme desde el exterior.
Auto­observarme de manera consciente y objetiva para
verificar, corregir y moderar mis formas antiguas y convertirlas en
nuevas, eso es ser consciente de uno mismo y te llevará a dejar el ego
a un lado y a ser mejor persona día a día, sin gran esfuerzo, y sin
gastos en terapia.
Ser consciente nos lleva a vivir la vida en forma plena, en
forma consciente de que estamos vivos. A veces parece que estar en
un camino espiritual involucra una constante vigilancia. Aprendemos
que debemos poner atención a nuestros pensamientos, a nuestras
palabras y a nuestras acciones para crear la realidad que queremos.
Debemos tener la voluntad para perdonarnos a nosotros mismos y a
los demás. No debemos juzgar y criticar. Y finalmente, vamos a
aprender a integrar los mundos material y espiritual. Parece mucho
trabajo, no obstante, requiere solamente una cosa, que estemos en un
estado de consciencia, en donde seamos el observador, ver lo que está
sucediendo en el momento presente. Todo lo demás se desarrolla
desde ese punto.
Somos seres espirituales por naturaleza y nuestro reto es
recordar eso. Cuando vivamos conscientemente observaremos nuestra
realidad desarrollarse y nos haremos diferentes preguntas. En lugar
de “¿por qué me está sucediendo esto a mí?”, preguntaremos “¿qué
mensaje necesito escuchar?”. En lugar de “¿por qué está persona me
trata así?”, nos diremos “¿qué estoy haciendo para atraer esto?”.

141
Vivir conscientemente nos recuerda que nosotros elegimos
alegría o tristeza, placer o dolor, abundancia de lo que nuestro
corazón desea o nuestros más oscuros miedos de acuerdo con lo que
creemos sobre nosotros mismos y lo que merecemos. Vivir
conscientemente nos permite confrontar nuestras heridas en lugar de
ser confrontados por ellas.
Cuando cada uno de nosotros puede ser consciente sobre su
propia vida eliminamos la necesidad de la venganza o la validación. Nadie
puede lastimarnos, subestimarnos, abusar de nosotros o asustarnos.
Nuestros miedos se convierten en una oportunidad para crecer y sanar.
Imagine un mundo en el que cada persona pueda hacer esto y
que podamos cumplir la promesa de la luz que transforma la oscuridad,
la paz que da entendimiento y la integración del cielo y la tierra.
Podemos ver ejemplos de vida consciente cuando vemos a nuestros
paisanos los indios, festejando en ceremonia lo obtenido o agradeciendo
a la tierra cada mañana al despertar o aquel pequeño que se sienta a
escuchar con respeto la voz y la sabiduría de su abuelo.
Esta concientización de la vida como tal y la ausencia de
miedo a la muerte, generan y disparan automáticamente una
pregunta casi existencial que se ha mantenido intacta y sin respuesta
desde la existencia misma del ser humano. Y luego de esta etapa que
llamamos vida… ¿a dónde vamos?, ¿qué hay después?

La vida después
Teorizar acerca de esto se hace realmente difícil porque
pienso que existen miles de opiniones y en todo caso todos estamos
hablando sin haber conocido ese lugar. Sí podemos tener un
conocimiento y convencimiento espiritual del tema, pero nunca la
certeza, aún cuando contemos, como mencionaba un par de líneas
atrás, con teorías cuánticas que afirman que hay un después. No lo

142
hemos experimentado por nosotros mismos y el ser humano es muy
particular en estos temas… si no lo veo, no lo creo. Se olvida de que
las ondas de radio o celular que en este momento lo rodean tampoco
pueden verse, pero allí están.
Cierta gente sí ha tenido la oportunidad de “ir y volver”. Esos
casos, en su absoluta totalidad, manifiestan lugares de profunda paz y
luz. Recordará usted a Victor Sueiro quien tuvo una experiencia de “ir
y volver” en el año 1990 y a la cual recordaba como de profundo placer
y paz absoluta… un lugar de donde no hubiera querido irse, decía.
El doctor Eben Alexander, médico neurocirujano de Harvard
dedicó años a defenestrar a quienes decían haber tenido este tipo de
experiencias. Fruto de una meninghitis bacteriana, su cuerpo claudicó
por unos minutos. El doctor Alexander viajó a ese otro lado que tanto
negaba como científico.Y a la vuelta de su viaje, dijo: “El lugar estaba
lleno de nubes y había seres brillantes que surcaban el espacio. Eran
diferentes a todo lo que haya visto en este planeta. Eran más
avanzados. Seres superiores", apuntó. Pero sus relatos no terminaron
ahí: "Todo estaba inundado por una música gloriosa que descendía
desde las alturas. "Además, había alguien conmigo: una mujer. Era
joven, con pómulos altos y ojos azules, y unas trenzas castañas
brillaban sobre su frente. Sin palabras, ella me dio un mensaje: “Te
mostraremos muchas cosas aquí, pero, eventualmente, tendrás que
regresar'", narró el médico.
Aunque reconoció que su historia puede sonar "fantástica", el
Dr. Alexander aseguró que todo fue real: "Se trató de una experiencia
tan profunda que me dio una razón científica para creer en la vida
luego de la muerte".
En una oportunidad charlando estos temas con un conocido
investigador, me contó que cierto personaje de televisión le había
comentado también haber tenido esta experiencia de ir y volver del
otro lado y que le había dicho: “Era tan placentero ese lugar… que no
veo la hora de volver”.

143
Existe una disciplina denominada Sofrología que trata
básicamente de aplicar diferentes técnicas de relajación que permiten
acceder a lugares del inconsciente muy profundos. Es una disciplina
diferente del hipnotismo, ya que permite siempre permanecer en
estado de alerta. Dentro de los muchos usos que se le ha dado a esta
disciplina encontramos aquellos que tienen que ver con la búsqueda,
en el inconsciente profundo de recuerdos de vidas pasadas.
Si, lo sé, es un tema complejo que no abarcaré de lleno en
estas líneas, simplemente lo utilizaré para citar algunos ejemplos.
Cuando los investigadores aplican estas técnicas para, por ejemplo,
establecer el origen de ciertos comportamientos, ansiedades o
temores, encuentran que muchas veces estos provienen de eventos y
acontecimientos sucedidos en otras vidas. Las personas tratadas, en
estado de alerta y vigilia, pero profundamente relajadas y con total
acceso a su inconsciente más profundo, manifiestan haber vivido
otras vidas, dando detalles pormenorizados de estas. Y en ese viaje
hacia atrás, mencionan por supuesto, el paso entre una vida y otra, lo
que podríamos llamar el instante ínfimo de la muerte.
He tenido oportunidad de charlar directamente con algunos
de estos investigadores y también he leído informes acerca de este
tema. En todos los casos las personas tratadas manifiestan tener un
pequeño paso temporal por lo que el cristianismo llama “paraíso”. Un
lugar de increíble paz y serenidad, donde manifiestan haber hecho
contacto con entidades con el rango de Dioses y hasta familiares ya
muertos hace tiempo. Uno de estos investigadores que posee cerca de
15.000 casos de aplicación directa de Sofrología no ha encontrado ni
una situación traumática, dolorosa o perturbadora en ese paso de este
estado al otro que mal llamamos muerte.
Claro, es posible, señor lector, que usted piense que muchos de esos
relatos pueden estar “influenciados” por la educación recibida por el
protagonista, su condición social, sus creencias religiosas. Si, reconozcamos
que podría suceder así. Seria lo más lógico que un paciente muy religioso

144
manifieste ver a Dios y un paraíso en ese paso intermedio entre una vida y
otra…, pero déjeme mencionarle un caso en particular que me toca de cerca.
Durante el proceso de escritura de estas líneas le comenté a
un familiar cercano acerca del tema sobre el que estaba escribiendo.
Con gran sorpresa me preguntó si esto había surgido como
consecuencia de aquel episodio que había vivido mi padre, a lo cual
respondí que no sabía de qué me estaba hablando.
Me contó entonces una experiencia cercana a la muerte, que mi ya
fallecido padre había experimentado allá por los años 70. Entre muchos de
los detalles que me comentó haber recibido de él directamente mencionó
que, luego de escuchar un sonido semejante al que producirían dos
locomotoras chocando de frente a gran velocidad, se encontró con un gran
túnel de luz blanca donde se desplazaba rodeado de una paz y una
serenidad que eran imposibles de describir. Además, le contó que había en el
aire una música celestial, colosal y maravillosa y que la presencia de una
gran entidad creadora se podía sentir en todo el alma. Manifestó también
que todo comenzó a desvanecerse y recorrió el túnel nuevamente hacia atrás
hasta encontrarse nuevamente, en este plano. Como otras personas que
pasaron por estas experiencias, dijo: “no veo la hora de volver a ese lugar”.
Hasta aquí, esta podría ser una más de tantas experiencias que
se pueden leer en libros especializados sobre el tema. El detalle es, que
mi padre era ateo… ateo recalcitrante, como solía rotularlo yo. Tan
poco creyente y tan alejado de la religión, la fe, la iglesia y cualquier
teoría que mencionara a un creador de todo el universo, como nadie.
Creo que ya se habrá dado cuenta señor lector que es necesario dejar
entrar aquí, un concepto que aún no hemos mencionado… la fe. Este concepto
deberíamos librarlo de toda raíz teológica para poder manejarnos libremente
sea usted de la religión que sea, si es que usted tiene alguna, claro.
No hace falta ser un gran practicante religioso para tener fe. Thomas
Edison, hombre de ciencia, dijo que llegó a perfeccionar su invento de la bombilla
eléctrica luego de más de 1000 intentos, manifestó también que nunca se le cruzó
por la cabeza abandonar el proyecto, simplemente dijo: "fue una cuestión de fe".

145
Tener Fe nos permite ver esos hilos invisibles que unen ciertos
eventos, ciertas cosmovisiones y hasta ciertos relatos de gente que ha
tenido algún tipo de experiencia cercana a la muerte con un posterior
regreso a nuestro mundo. Tener Fe nos permite creer en lo que no se
ve, con una certeza tal que casi hace visible esas cuestiones.
No puedo dejar de integrar a este conjunto de situaciones a la
ciencia misma. Esa ciencia que en principio y quizá por
desconocimiento se la plantea contraria a la Fe. Nada más alejado.
Hoy existen ciencias que apoyan la idea de la existencia de una
creación del universo “mentada” por alguien o algo.
La física cuántica, con sus experimentos, plantea la idea de
existencia de mundos paralelos, grandes “matrix holográficas”, más de
11 dimensiones…y un gran hilo que une todo con todo de manera
invisible a los ojos, pero con patrones de creación perfectamente
definidos. Patrones geométricos y matemáticos. Una perfección tal, que
hace imposible entender como fruto de la casualidad de la unión de dos
moléculas al azar, como ya hemos dicho, la creación de todo el universo.
Desde el momento mismo que un chamán comienza a tocar su
tambor o toma ayahuasca en una ceremonia y emprende su viaje a ese
mundo invisible, desde que uno entiende finalmente el sentido
profundo de la ceremonia de la Pachamama y descubre esos hilos
invisibles que lo unen al mensaje de quienes se manifiestan frente a
nosotros en luz en lo alto de una montaña o desde el momento que la
física cuántica plantea que de alguna manera somos la creación de algo
superior y perfecta, no puedo más que hacer consciente esta realidad,
perder el miedo a la muerte y saber que algo nos espera del otro lado.

Quizá sea el paraíso, quizá sea renacer en una nueva


vida, quizá todos los que pensamos así estemos medio locos y
quizá también todo sea una cuestión de fe. En todo caso, siempre
es bueno tener una luz delante que nos guíe… o varias.

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Aparecidas
Un suelo donde lo sagrado
se hace visible

por María Cristina Oliva

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Aparecidas
Un suelo donde lo sagrado
se hace visible

por María Cristina Oliva

¿Podrán ser las apariciones marianas un territorio en el que el


pensamiento occidental se desvanece frente al invisible mundo de
las causas profundas?

Un sueño iniciático
Es un barril. De madera oscura, mohosa y resbaladiza. Sus
voluminosas dimensiones se vislumbran tras una sensacional
neblina. Nada huele, nada se escucha. Solo el barril enorme y
amenazante levitando en la niebla. Ahora se desliza, levemente
inclinado, lento muy lento descorriendo a su paso las translúcidas
ondas de mínimas gotas suspendidas en el aire. Cae, cae. A un lado
brilla diminuto un pequeño haz de luz, desproporcionado en
comparación con la cilíndrica figura que se acerca. Desigualdad de
fuerzas. El rayo deja de iluminar la escena, disminuye su
fluorescencia. Ahora puedo ver el objeto metálico del que proviene.
Es una aguja, una simple aguja de coser. Me ahogo. En la densa
niebla un enorme barril de contenido incierto, de madera muy
oscura caerá sobre la aguja que permanece vertical, estoica,
desafiante. Sí, soy esa aguja que destruirá el barril. Fracciones de un
tiempo estático detienen la escena. El ahogo se convierte en grito y
despierto, agitada y temerosa de que la próxima noche la acción
llegue a su fin. Solo tengo siete años. Pasarán cuarenta hasta
descubrir el mensaje ­¿infantil?­ del sueño recurrente.

150
Años más tarde, exactamente cinco septenios después,
comprendo que aquellas imágenes provenientes del sueño no eran ni
más ni menos que el reflejo de poderosas fuerzas que me acompañan
hasta hoy. Sombra y luz, dinámico y estático, voluptuoso y despojado,
cada dúo, cada diada, solo buscaban poder expresarse en su totalidad
integradora. Hablo de septenios porque es la manera que he
adoptado para el conteo del tiempo vital. Ya no hay aniversarios o
cumpleaños, sólo una escala de siete en siete, con sus más y sus
menos. Adhiero a esta forma de comprender los cambios vitales,
contando el tiempo desde la teoría de los septenios arquetipales, una
práctica sencilla y fascinante que establece que el desarrollo de los
cuerpos constitutivos humanos están intrínsecamente vinculados con
las transformaciones que se producen en el nivel de la psique. Es
decir que en forma paralela a la constitución física del hombre se da
un desarrollo de alma y espíritu que acompañan las necesidades
fisiológicas con los anhelos, angustias, sentimientos propios de la
búsqueda de equilibrio entre materia y esencia. Así me sentía desde
los siete años, tal cual lo describe Rudolf Steiner impulsor de esta
cosmovisión vital del hombre. Básicamente la mirada septénica
establece que el cuerpo físico se compone de cuatro “cuerpos”: el
físico que es el visible y donde acontecen los hechos vitales; el etérico
que es el que impregna de vida al anterior, envolviéndolo; el astral
que nos permite sentir, el de las sensaciones; y el individual, aquel
que nos hace diferentes a todos. Sobre este territorio corporal se
desarrolla la biografía humana determinándose septenios del cuerpo
(los tres primeros) del alma (los tres siguientes) y del espíritu (los
tres siguientes) En estos me encuentro, con la potencialidad de las
crisis y en la búsqueda de las síntesis.

Toda vez que aquel sueño se hizo presente arrastró tras de sí


poderosos cambios que se manifestaban en la proximidad o no de la
conclusión del mismo. Durante el segundo septenio (14 en adelante)

151
irrumpía en forma de terrores nocturnos ­muy comunes en la
adolescencia como pude comprobar durante el trabajo con jóvenes,
como educadora años más tarde. Esas noches terminaban con una
corrida nocturna al cuarto de mis padres, que no entendían de qué
iba la cosa. Sin embargo, no puede decirse que fueron del todo
improductivos. Durante la vigilia buscaba denodadamente respuesta
a lo que me ocurría por las noches. Me convertí en lectora
incansable. Todo podía resultar útil en la búsqueda de respuestas. La
calma llegó de forma impensable. En esa época cumplía
obedientemente el sueño de mi madre de que me convirtiera en
artista, de algún tipo de artista que estaba en sus anhelos y
participaba de un grupo de danzas. Viajábamos a un festival
provincial y la noche anterior no había dormido atacada por los
mencionados “terrores”. Mi madre estaba convencida de que la
ansiedad del viaje había sido la causa. Subidos al micro que nos
transportaría, los adultos nos saludaban dándonos fuerzas y buenas
vibras, cuando el padre de una de mis compañeras se acercó a mi
oído y me preguntó si hacía mucho que no dormía. Frente a mi
sorpresa me dio un consejo: que no apagara la luz y que no faltara
agua al lado de mi cama. Me dio a entender que lo que me pasaba
era de orden sobrenatural y que él, que era médium ­palabra que no
olvidaría­ podía ayudarme. Fue mi primera relación con las
soluciones “mágicas”. Entonces el mundo comenzaba a constituirse
en forma de dos grandes fuerzas, según mi joven parecer: las fuerzas
del bien y las fuerzas del mal. Como tanta simplificación me sometía
a pertenecer a un mundo sin grises, me negué a aceptarlo y con el
tiempo fui desarrollando una manía descriptiva del funcionamiento
de las cosas, pincelándolas de anécdotas, lo que me tornaría una
buena transmisora de explicaciones. En el tercer septenio ya era
educadora. Sin embargo, eso no hizo desaparecer las noches
tormentosas y cada tanto la luz encendida del cuarto era el precio
que pagaría quien lo compartiera.

152
Si como establece Carl Jung1 el sueño en sí mismo es su
propia y mejor interpretación, de modo de que solo lo que
necesitamos es ayuda para ver con mayor claridad su simbólico
mensaje, la búsqueda de aliados para su interpretación me demandó
varios septenios.

Aquello que la imaginería transformó en barril y aguja


representaban aspectos síquicos personales tales como el ego, la
persona, la sombra, el ánima, el animus. Pero también hablaban de
arquetipos, de fuerzas energéticas arquetipales.

En el misterio que aún constituye la sique humana los


arquetipos son potenciales genéticos típicos y universales,
productores de imágenes dentro de nuestra realidad psicológica de
carácter biológico. Más fácil, es como pensarnos radios portátiles con
antenas capaces de individualizar la “emisión” profunda de nuestros
arquetipos, aquellos que permanecen debajo de la conciencia
cotidiana y que son dables a gobernarnos cuando los desconocemos.
Dice Eugene Pascal que “todos los modelos de la conciencia humana
son enormes revelaciones de los arquetipos, o deidades que otorgan
un significado y una definición a nuestras vidas, en conexión con lo
que amamos, con nuestras carreras y con todas las formas en que
somos creativos o re­creativos. Llenan nuestras vidas con afecto y
emoción, tal como las películas nos conmueven y las musas nos
divierten, así los arquetipos crean un sinfín de búsqueda de aliados.
Entretejidos y representaciones de imaginería psíquica y mítica en
nuestra profundidad”.2

En ese campo invisible e irreal en el que se juegan los sueños


se dirimían los escarceos entre “la uno” y la “dos” al decir de C.
Jung3, quien relata cómo a sus doce años sintió por primera vez,
frente al reto merecido por una travesura juvenil, una incontenible

153
rabia interna que le venía de un lugar desconocido de sí mismo. Nos
dice: “Entonces se me ocurrió que era yo dos personas distintas. Una
el escolar que no podía comprender las matemáticas y que ni siquiera
estaba seguro de sí mismo y la otra, la importante y gran autoridad,
un hombre que no se deja embromar, mucho más influyente y
poderoso que el que lo está retando”. Así sentía que era habitada por
dos energías diferentes, que provenían del mismo lugar, pero de
distinta época, así como al joven Jung.

A medida que las iba reconociendo, pude nombrarlas.


Mientras las fuerzas densas, comprometidas y estáticas me llevaban
por el camino de la Historiografía y la comprensión intelectual del
mundo; las otras, sutiles, fluidas y dinámicas me arrastraban al
inframundo, los rituales y los viajes místicos. A la primera, la de los
“contenidos” como los del Barril, la llamé Arturo. Tal vez porque era
un época de grandes lecturas de tinte político y me había fascinado
con un viejo, Jauretche, poeta, abogado libre pensador y prolífico
escritor, que me deslumbró desde mi adolescencia cuando en un
programa televisivo no dudó en invitar a batirse a duelo a su
contrincante frente a las posiciones tibias con que respondía a sus
preguntas y posiciones ideológicas. Sentí tal identificación con esa
furia interna que me lancé a leer toda su obra. Y me enamoré
adolescentemente. Con esa proyección supe que mi “uno­barril” era
capaz de eso y mucho más. En cambio, la dos ­aquella fina y
destellante aguja ­ se llamó Marian. Era la representación de una
tejedora de palabras. Hilvanándolas, zurcidora, reparadora. Marian

1 C. G. Jung médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la


etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de
psicología analítica
2 Pascal, Eugene “Jung para la vida cotidiana” ed. Obelisco 1998

3 C. G. Jung. “Recuerdos, sueños y pensamientos” ed. Seix Barral, 2001.

154
escribía poemas y su nombre apareció para ocultar esa faceta que
equivocadamente creía alejada de los duros contenidos de la
historiografía. Confieso que primero llamé a esa energía “Mariano”
pero inmediatamente supe que era femenina y quité la o. Faltaba
tiempo aún para profundizar sobre las lecturas otrora infantiles del
caballero Arturo. Solo me di cuenta, al recorrer el camino de la
búsqueda interna – o individuación­, que ese arquetipo flotaba entre
esas fuerzas. Lo cierto es que Arturo y Marian convivían fluctuantes
llegando siempre a resolver en el sueño sus trifulcas de la vigilia. La
juventud del tercer y cuarto septenio fue cooptada por esta lucha. No
había forma de integrarlas y la vida cotidiana se diluía en ese mar
turbulento donde era difícil llegar a alguna isla reparadora.

Entonces se cruzó R. Kusch en el camino. Sus diatribas, sus


contrapuestos, la dialéctica entre mundos. Su “situada” mirada sobre
el Mundo Indígena. A través de su lectura una certeza comenzó a
caldearse. Existía en ese mundo, en ese tiempo, descripto por el
filósofo una forma de entender el cosmos, donde el claroscuro, lo
visible y lo invisible, lo real y lo irreal convivían y se sustentaban
unos a otros. El Mundo indígena comprendía holísticamente lo que el
sueño infantil venía a decir. Era una invitación a que Arturo y Marian
hicieran las pases y recorrieran juntos un mismo destino.

Comenzó otra etapa. Una búsqueda del equilibrio de las


fuerzas y su integración ­que aún no termina­ Si el mundo indígena
apenas traslucía para quienes no pertenecemos a él, algunos de los
indicios de que es posible vivir en un mundo integrado por todas las
fuerzas sin caer en la alienación occidental, ¿cuál sería para
nosotros, los “herederos de la cultura occidental”, las puertas de
acceso para la integración de los mundos? Un hecho vital me
condujo hacia un territorio que con el tiempo brindaría algunas
respuestas a la cuestión.

155
Durante mi quinto septenio mi padre cumplió su ciclo en
este plano, de manera repentina abandonó la nave y partió. Mi enojo
con el Absoluto fue tan grande que no encontraba consuelo. Sucedió
que mientras mi madre entraba en estado de coma luego de recibir
una mala anestesia durante una operación frustrada, él, mi padre, se
diluyó en tan solo una semana. Y mientras lo despedíamos y le
dábamos entierro, ella volvía a la conciencia. ¡Qué plan, pensaba en
esos días! Qué plan tan siniestro. Semanas después y mientras
socorríamos a mi madre en estado de recuperación de sus facultades,
me escuché por primera vez decir con la voz del alma: “Sí, acepto
este Plan” y como por arte de magia el enojo dio lugar a la tristeza y
a partir de allí a la búsqueda de respuestas al único recuerdo que mi
madre –aún convaleciente­ tenía del tiempo en el que estuvo en
coma. Según ella recibía la visita de un doctor, vestido de azul, con
chaqueta de botones dorados que se sentaba en su cama y le hablaba
amablemente. Y si ya es inusual pensar que alguien puede hablar
“sentado” sobre la cama de un paciente en estado de coma, en
Terapia Intensiva, la forma en que concluía el relato era por demás
“sobrenatural”: mi madre, con total desparpajo decía que “el doctor”
mientras hablaba movía permanentemente sus enormes alas blancas.

Los años siguientes, más de veinte, entre este episodio y la


actualidad nos llevó a ella y a mí misma a interpretaciones racionales
sobre lo imposible. Ambas sabíamos que el cosmos la protegió de la
dura realidad que debería afrontar. Mi padre sólo había cumplido
con el plan. Para alguien como yo que había elegido el camino duro
del barril oscuro que todo lo contiene, se abrió el portal del regreso a
casa y comencé el proceso desde el que encontrarme nuevamente
con la diminuta luz que destellaba en la neblina.

156
Los aliados: Fecundadores y Parteros de ideas
Alianza, un término que se encuentra en diferentes
lenguas, como el hebreo, el griego y el latín. Implica el sentido de
compromiso o de pacto efectuado entre dos personas o
colectividades. El diccionario simbólico de Jean Chevalier4 precisa
que la alianza se encuentra simbolizada por una víctima
compartida o propiciatoria. De tal símbolo surgiría un signo como
en el caso del Cristo y la eucaristía. Sirva la aclaración como base
para expresar el entramado de ideas desde el cual fue posible
llevar luz a aquellas imágenes de la niñez. En la lectura y
búsqueda de respuestas a los interrogantes vitales a través del
tiempo se conformó una alianza interna entre aquellos
pensadores convertidos en guías en el camino del pensamiento y
myself, al punto de establecer dos planos de intervención que
merecen describirse. En primer plano se encuentran pensadores
como Rodolfo Kusch y Carl G. Jung, en el segundo plano
orientadores, autores y maestros como Carlos M. Meneggazzo y
Carlos M. Sarasola. Mientras los primeros guiaron la búsqueda en
forma interna, íntima y profunda, mediante la internalización de
sus postulados como forma de mirar el mundo, los segundos
siguen acompañando el camino evolutivo y la búsqueda de
respuestas en forma explícita y cotidiana, desde sus prácticas y
pareceres. Como una cuaternidad, estos pares visibles y pares
invisibles constituyen las fuentes basales de las respuestas a la
lectura simbólica del sueño infantil.

4 Chevalier, Jean “Diccionario de los símbolos” ed. Herder, 1986

157
Aliados invisibles. Fecundadores
Llegar a Rodolfo Kusch implicó un recorrido que partió desde
la energía del Barril, de los contenidos ideológicos, de las estructuras
del pensamiento militante. El espíritu de la época en que se
desarrollaban estas lecturas estaba impregnado de acción política,
cultural. Me hallaba en pleno tercer septenio, entrando a cuarto,
donde la historia sería escrita a la par de la juventud. La necesidad de
comprender “lo oscuro” de los orígenes, el motivo por el que una
parte importante de nuestra población era discriminada y aborrecida
por otra parte. Una herida original. Cuando me encontré con
“Seducción de la barbarie” percibí que alguien había interpretado ese
sentir tan interno que me acompañaba desde los relatos domingueros
de mi padre, quien siendo un adolescente correteaba entre los cerros
tucumanos, recogiendo tesoros en forma de punta de flechas,
bebiendo en las vertientes claras de las serranías norteñas. Un ser que
pasó desapercibido a su llegada a la capital por tener tez y ojos
claros. Sin embargo, mi abuelita, su mamá, hacía terribles esfuerzos
por que el sol no acentuara sus colores originales. En los tórridos
veranos norteños y en la ciudad usaba una sombrilla con la que
evitaba los rayos solares. La recuerdo haciendo cola junto a otros
jubilados en el banco, a pleno sol bajo su sombrilla floreada. Es que
ellos eran “cabecitas negras” que trataban de pasar desapercibidos en
la ciudad, lejos de las montañas y los valles. De este sentir me
hablaba Kusch, de cómo América “hedía” para Europa. Los relatos y
luego las experiencias sobre las selvas, los bosques, las llanuras, los
desiertos y los valles, el mar Caribe: un vegetalismo inconmensurable
que irrumpió en el viejo mundo cambiándolo para siempre. Porque
en esa dualidad no fue sólo América la que se parió diferente, sino
que Europa jamás volvería a ser la misma. El cacao, el tabaco, el
jitomate, los chiles, el café, las papas ¿qué sería de Europa sin ellas?
Más, Rodolfo Kusch me mostró un camino, como el Camino Justo de

158
Los Andes, una traza por donde decantar tanta hendidura. Si los
europeos portaban su judeocristianismo, su calvinismo a estas tierras,
también traían su cosmogonía y con ellas su “ser alguien” y aquí en el
reino vegetal y hediondo, con el cosmos dentro de cada ser viviente y
de la piedra misma habitaba la cosmogonía del “estar­siendo”. Y de
pronto me encontré producto, mis dos fuerzas, mis energías allí
presentes: los abuelos italianos que criaron europea a mi madre y los
abuelos tucumanos que “bajaron” a la ciudad a ganarse el pan. Pero la
intensa lectura de Kusch abriría otras puertas. Es que para explicarse a
sí mismo algunas de estas cuestiones el filósofo abrevó en diferentes
fuentes. De una de ellas en particular –alrededor de los años 60 del
siglo pasado­ comienza a utilizar el concepto de “inconsciente
colectivo”. Por lo que a medida que me adentraba a leer sus fuentes
comenzaba un proceso interno en el que me desprendía del camino
duro y académico para adentrarme en la aventura americana. Kusch
leía a Carl Jung. Dicha lectura se hacía imposible sin una guía. Ese fue
el momento en que abandoné la tesis de Licenciatura en Historia para
zambullirme en la autodidacta lectura de Carl Jung.

Allí estaba la alquímica piedra filosofal. Un salto cuántico en


la comprensión humana. Este pensador claro, médico, psiquiatra,
psicoanalista, discípulo exiliado del “padre” Freud. Pero más que
cualquiera de esas acepciones: un pensador original que, como
Rodolfo Kusch, atravesó las barreras del espíritu de la época,
desplegó todo un sistema de ideas cuya particularidad –vinculante
con las ideas Kuscheanas­ radicaba en pensar la alteridad, la
dualidad, los opuestos complementarios. Traspasando las fronteras
europeas, enlazando occidente con oriente. Buscando en definitiva el
camino hacia el Sí ­mismo (Self)­ desde una perspectiva donde la
experiencia vivencial es fuente primordial. Así como Bollingher fue
refugio e inspiración de los recorridos vivenciales para C. Jung,
Maimará y los cerros jujeños serían refugio y centralidad frente a la

159
ofensiva de la incipiente dictadura para R. Kusch. De la misma
manera en que en Ascona, el círculo de Éranos se convirtió en el
banquete vivencial de la experiencia Junguiana; los vínculos con los
pensadores y las fuentes del Altiplano se volvieronn alimento en el
desarrollo Kusheano.

Ahora bien, no sería tan sencillo comprender los principios


de Carl Jung sin un equipaje de lecturas previas. Si bien la
perspectiva de la historia intelectual me servía como marco de
referencia en el abordaje de la obra de Kusch, esto no me bastaba
para Jung. No estaba formada como psicoanalista. Entonces
necesitaba el acompañamiento y la guía de quienes habían
desarrollado estas disciplinas, las difundían y practicaban. Así llegué
a la Fundación Vínculo y al Centro Junguiano de Buenos Aires.

Aliados visibles. Parteros


“Dios es una esfera comprensible cuyo centro está en todas partes y la
circunferencia en ninguna”. Cada uno de nosotros sea quien sea y esté donde
éste­ es pues el centro, y en su interior tanto si lo sabe cómo si no, está esa
Inteligencia Libre cuyas leyes no solo son las de todas las mentes sino también las
del espacio”. Joseph Campbell. Los Mitos (su impacto en el mundo actual). Cada
despertar aportará su propio destello al trabajo de todos para “el triunfo de la
paz”, la “templanza de la justicia”, la “sed de espiritualidad” y la “capacidad de
encuentro solidario entre los hombres”. Recién entonces lograremos ser
auténticamente humanos. Recién entonces sabremos verdaderamente que quiere
decir ser hijos de Dios y estar hechos a su imagen y semejanza. Porque somos
polvo de estrellas y por esto mismo potenciales articuladores de la materia y la
conciencia, mediante todo el poder de nuestra capacidad de conocimiento.
Nuestra tarea entonces es precisamente…¡volver a las estrellas!
Carlos M. Menegazzo, “Umbrales de plenitud”

160
Introducirse en el pensamiento Junguiano desde la
perspectiva propuesta por C. M. y su equipo de colaboradores implica
ponerse dentro de un plan de construcción de conocimiento donde lo
vivencial es la principal herramienta de abordaje. A diferencia de
otros enfoques el Centro Junguiano de Buenos Aires utiliza los
conceptos derivados de la Imaginación Activa, la Meditación y el
Reconocimiento del camino de Individuación como formas de
acceder al Self o Sí mismo. Esto quiere decir que los años de
formación que demande tal proyecto serán un viaje de ida hacia el
interior de uno mismo. El Pensamiento Junguiano y la práctica
psicoterapéutica de la Psicología Analítico Sintética fueron
introducidos en Argentina en 1935.

El Dr. Menegazzo, que había llegado desde Italia a la América


del Sur, muy joven fue subyugado por las fuerzas telúricas del lugar y
en pos de la integración de los saberes ancestrales, había
desarrollado varios recorridos vinculares con gente de sabiduría y
conocimiento de diversos pueblos originarios. Desde ese lugar
aportaba una mirada abierta y sanadora hacia la dimensión simbólica
de los pasos que a la red sensible que compone un pueblo debe dar
para llegar a la integración total de sus componentes. Entendí que no
solo contaba con un interlocutor valiosísimo sino también con un
maestro, modelador del barro con el que estamos hechos y que podía
contar con él para los análisis más lúcidos que se pudieran presentar
en el camino.

Años después, la búsqueda de aliados me llevó a contactar


con el antropólogo C. Martínez Sarasola quien se disponía a formar
un grupo al que llamó “Entremundos”. El antropólogo Martínez
Sarasola acompaña a los descendientes del cacique Vicente Catrunao
Pincén ­ los últimos 15 años participó activamente del Nguillatún,

161
fiesta rogativa por excelencia del pueblo Mapuche­. Este es sólo un
aspecto con que describir su trabajo, al que me acerqué muchos años
atrás desde que su libro ”Nuestros Paisanos los Indios” puso blanco
sobre negro a cuestiones que desde las lecturas de Rodolfo Kusch me
venía sacudiendo. Martínez Sarasola había compartido la cátedra en
Salta con el gran pensador y en la lectura de su obra se derramaba
capilarmente el pensamiento kusheano.

El grupo de “Entremundianos” comenzó a navegar por aguas


inquietas y fascinantes. Pronto entendimos que nuestro coordinador
había saltado la valla y nos invitaba a hacer tangible el lazo del mundo
indígena, su cosmovisión, con aquello que, como energías paralelas,
formaban parte de la realidad, integralmente. El hecho concreto fue
que, por primera vez en muchos años sentía que había un lugar donde
Barril y Aguja, Luz y sombra, Arturo y Marian, se unían en danza co­
creadora y me permitían también saltar la valla. En ese escenario se
caldearon las escenas de las “apariciones de María” por las que había
transitado y sentí por primera vez que “tenía algo que decir”.

Recuerdo que una lectura totalmente reveladora: “El sueño


de los záparas” (una tribu de la selva amazónica ecuatoriana que nos
acercara nuestro coordinador) hizo que mi antiguo y recurrente
sueño cobrara sentido. Era posible, de hecho había culturas que así lo
hacían, vivir en la vigilia lo que el sueño proponía, en forma
armónica y liberadora.

Otra oportunidad con que integrar sentidos fue la invitación


surgida a través de nuestro coordinador, a asistir a la llegada del 21
de diciembre de 2012 en la Isla del Sol, en el Lago Titicaca, en
Bolivia, en el encuentro del No tiempo. Este evento no solo fue
significativo por la experiencia en sí de compartir con miles de
personas, mayormente pertenecientes a las comunidades aymaras de

162
la zona sino porque algo muy interno se amalgamó en mi experiencia
vital dando origen a una mirada nueva sobre viejas premisas. Como
una iniciación chamánica, con una sensación similar a la que había
experimentado años antes al cruzar los Abras del Valle de Lares de
la mano de Antón Ponce de León Paiva5 (autor entre otras obras de
El Anciano habló, de quien recibimos los permisos necesarios para
pertenecer a su Hermandad). En esta oportunidad, a orillas del
Titicaca, en la pequeña y bella Copacabana sentí que los años de
búsqueda habían dado sus frutos y allí estaba la síntesis. Había un
lugar, un suelo, una experiencia vital en este tiempo y en este lugar
donde la vivencia sagrada se hacía visible. Las cosmogonías
indígenas habían producido un fantástico pasaje de sus creencias
más profundas a la mimetización con las que llegaron con la
conquista (con lo europeo más puntualmente) con el propósito de
mantenerlas vivas y resguardadas. Dicha acción fue posible gracias
a un evento extraordinario, propio del mundo mágico, muy alejado
de la variable de imposición que traía la evangelización. La
“aparición” de una Mujer Celestial en el ya conquistado territorio
americano se convertiría en el punto de partida para la construcción
de una probable Nueva Jerusalen6. Entonces aquella pregunta
planteada en un principio acerca de ¿cuál sería para nosotros, los
“herederos de occidentalidad cultural” el espacio ­tiempo donde lo
“sobrenatural” nos trae un mensaje de posibilidad de integración del

5 Refugio en el pueblo de Urubamba, Perú, obra de Antón Ponce de León Paiva.


6 Ciudad celestial relatada en la Biblia también llamada el tabernáculo de Dios,
ciudad sagrada, ciudad de Dios, y Jerusalén madre celestial, así como
Jerusalén de arriba y Zión,. Es una ciudad literal o figurada que es una
reconstrucción física, restauración espiritual. Tal renovación de Jerusalén es un
tema importante en el Judaísmo, la Cristiandad, y la fe Baha'i. Como rasgo
prominente del libro del Apocalipsis, la Nueva Jerusalén mantiene un lugar
importante en la escatología cristiana y la teología cristiana. La Nueva
Jerusalén también ha influido en la filosofía cristiana y el misticismo cristiano.“

163
mundo material con el mundo espiritual?, comenzó a cobrar sentido
y una a una se hilvanaron las experiencias “marianas” por las que
había pasado en los últimos tres septenios y que trataré de describir
con el propósito de sostener que ese ­el que llamaré El Plan de las
Apariciones Marianas­ es, precisamente el suelo en el que podemos
vivenciar, como el mundo indígena, lo “sobrenatural” en este tiempo
y en este lugar.

Suelo y Cuerpo, territorios para el Plan Divino

“Dios es una esfera comprensible cuyo centro está en todas


partes y la circunferencia en ninguna”. Cada uno de nosotros sea quien
sea y esté donde éste­ es pues el centro, y en su interior tanto si lo sabe
cómo si no, está esa Inteligencia Libre cuyas leyes no solo son las de
todas las mentes sino también las del espacio”.
Joseph Campbell. Los Mitos (su impacto en el mundo actual)

Imaginemos un zoom que desde la Inteligencia Libre


atraviesa con su luz las leyes del espacio dirigiéndose a un sector
menor, mucho menor, “un suelo” determinado y luego reduce más su
foco y se detiene en “un cuerpo”. Es en ese cuerpo, y en ese suelo
donde se juegan las leyes del espacio. Si no lo hubiera: suelo y
cuerpo, si no existieran esos territorios ¿cómo se jugarían las leyes
infinitas? ¿Nuestras pequeñas­grandes vidas, nuestra encarnación,
nuestra pura vida? La primera vez que comprendemos que se hace
necesario comenzar a reconocer los “Territorios Sagrados” de la vida
es aquel momento en que el velo comienza a descorrerse lo que
generalmente, para el común de los mortales, ocurre luego de
protagonizar experiencias vitales extremas ­la pérdida de seres

164
amados, catástrofes, dolor físico, enfermedades, entrega en el servicio
al otro, etc­. Del tipo que sean. Es curioso como algunas cuestiones
vitales nos abren a esta posibilidad y con el tiempo las vivencias –en
este caso diría mágicas– las comprendemos como naturales a todas
las personas. En el profundo silencio de nuestro espíritu no lo
compartimos porque creemos que así será para todos. Luego la
experiencia nos demuestra que algunas personas atraviesan esas
mismas coordenadas sin abrir ninguna puerta. Su suelo y su cuerpo
siguen adelante como si nada hubiera sucedido esperando la próxima
vuelta del calendario espacial y con suma tristeza se acercan a la
declinación vital sin luz. La partida de mi padre fue una de las
coordenadas que permitió abrir la puerta, en ese suelo y con ese
cuerpo, vivenciar lo sagrado como regalo mágico.

Durante el quinto septenio (35 a 42 años), aquella neblina


del sueño recurrente se transformó en otro tipo de textura. Ahora era
una especie de tela sutil y liviana, casi transparente como el tul con el
que se protege a los recién nacidos de los insectos. Podemos ver a
través de ellos, el sueño plácido de los niños o las incomprensibles
pesadillas que los desvelan. He allí un modo en que el “espacio” se
comprime en un “suelo”, un pequeño ser está desarrollándose con
placidez o inquietud y nadie conoce su destino. Cinco vueltas de siete
años después se acercarán a su finalidad individual. Si el sutil velo se
fue descorriendo con las diferentes brisas de la vida estará en
condiciones de descubrirla, transitarla y muchas veces padecerla. Ya
que los modos con que las Leyes del Espacio nos invitan a conocerla
–la finalidad individual­ son, como todo parto, dolorosas. El velo
comenzaba a descorrerse.

Transitaba el quinto septenio cuando una experiencia ­que a


la luz de la razón hizo necesario el posterior acompañamiento
terapéutico­ marcó el inicio de un camino de sanación. A la

165
traumática partida de mi padre y recuperación de mi madre le
sucedió un período de sequedad. En el desierto del alma, no podía
llorar. El mundo mágico de niña se había retirado para siempre y la
punzada en el corazón derivó, con el tiempo, en una pericarditis. Sin
embargo, el hecho que abrió la posibilidad de retornar al camino
mágico sucedió mucho antes de la afección cardíaca. Hacía meses
que naufragaba en el mundo. La vida cotidiana, el terreno laboral, los
estudios emprendidos, el crecimiento de los hijos, la vida compartida
todo ocurría detrás de un vidrio que se interponía entre ese desierto
interno y las horas de los días. En ese estado recibí una invitación
bastante particular ya que estaba muy alejada de las actividades a las
que le daba importancia ­sobre todo las de orden
político/comunitarias, vinculadas a la opción de trabajo con la parte
más vulnerable de la juventud­ más precisamente a la educación
popular en las villas de la Ciudad. En esta ocasión no se trataba de
una convivencia para reflexionar sobre qué hacer con los jóvenes
marginales, ni que políticas se debían implementar, no, me invitaban
a “peregrinar”.

¡Qué nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este


mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. Porque la
sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. Cor. 3, 18­19

Como la mítica figura de El Ermitaño del Tarot, un ser que


sale de la oscuridad en busca de la luz llevando su báculo en una
mano y una lámpara de aceite en la otra, paso a paso el solitario deja
su lugar a un nuevo caminante hacia la mismidad. Con el correr del
tiempo comprendí que esa sería la metáfora que mejor representaría
ese “primer paso” hacia el encuentro de la pequeña luz brillante de la
aguja del sueño infantil.

166
Una ermitaña peregrinando hacia San Nicolás de los Arroyos.
El primero de una sucesión de peregrinajes que ablandaría el suelo
donde el cuerpo vibratorio permitiría alcanzar la insensatez, aquella
donde lo visible y lo invisible caldearían la verdadera sabiduría.

San Nicolás de los Arroyos una ciudad del extremo norte de


la Provincia de Buenos Aires, que supo ser pujante y desarrollada
durante los años dorados de la industria nacional pero había caído en
las garras del neoliberalismo perdiendo su fundamental factor de
prosperidad: la acería. En ese contexto y luego de que el país
atravesara la flagrante dictadura cívico­militar, que agonizara
enfrentando una guerra disparatada contra el Imperio Inglés, el 25 de
setiembre del año 1983 una mujer del pueblo ingresó al mundo
sobrenatural mediante una visión celestial. Gladys Figueroa, una
simple ama de casa, madre de dos hijas, con poca instrucción,
manifiesta su familia haber visto y oído a una mujer de origen
sobrenatural a quien no pudo reconocer. Días después, luego de
haber recibido otras “apariciones” le confía lo sucedido al obispo del
lugar y juntos se dirigen a un depósito donde Gladys reconoce la
imagen de la mujer celestial: una representación de la Virgen del
Rosario de Bari, sin su mano y su rosario que, reparada, comienza a
ser venerada en el lugar que ella misma le indica debería
entronizarse: a orillas del río Paraná.

Diez años después de estos hechos me dejé llevar. Sin


consciencia de dónde iba, no tenía ningún deseo, ningún pedido,
menos una intuición acerca de que resultaría de la visita. Revisando
sentires lo único que recuerdo del momento en que decidí participar
fue el de no agraviar a quienes me invitaban ­de hecho, luego de este
episodio la relación con los integrantes que formaban parte del grupo
de comunidad de “La Palabra” que así se denominaba, serían mis
compañeros y maestros de peregrinajes­. Luego de un viaje lleno de

167
momentos de alabanzas llegamos a un lugar al que llamaban “el
campito” lugar de las apariciones. Miles, si, miles de peregrinos se
sumaban desde diferentes lugares del país en columnas silenciosas,
con pañuelos con los que recibían la imagen de la Virgen que otros
portaban con devoción. Mi alma seca no se conmovía con ninguno de
estos gestos que incluso me resultaban ridículos. Pasaron horas en
que las oraciones comunitarias del rosario finalizaban en cánticos
devotos y sentidos silencios. En ese estado de dura resistencia
observaba con incredulidad lo que sucedía a mí alrededor como si se
tratara de una película documental. En un momento que no puedo
precisar, sentada en el césped del campito percibí con claridad como
mi mente juzgaba desde su posición “barril” aquellas imágenes de
entrega devocional del pueblo allí reunido. Desde ese lugar oscuro,
denso y racional de la mente juzgadora, nada tenía sentido. En
determinado momento de la tarde, y en el tiempo que demanda un
parpadeo me atrae una imagen cercana: frente a mí una mujer de
rodillas, dolorida, bañada en un mar de lágrimas se balanceaba con
un movimiento similar a cuando se acuna a los niños por dormirse.
Daba la sensación de que nada dolía más que lo que ella estaba
sintiendo. Podía percibir su alma desgarrada. La imagen me
conmovió tanto que sentí un estremecimiento físico, un fuerte tirón
hacia el centro del estómago. Fueron fracciones de segundos o lo que
se pueda medir como fracciones de segundos, como si la frontera
entre real o irreal se disolviera en cámara lenta. El corazón pareció
dejar de latir, un grito ahogado como el del sueño infantil comenzó a
cerrar la garganta. Esa mujer era yo. Me estaba contemplando a mí
misma. Como aquellos experimentos de la adolescencia surgidos de
las ávidas lecturas de Lobgsang Rampa a quien descubrí en el club de
lectores de la parroquia. Un personaje que a mediados del siglo
pasado decía haber tenido dos vidas en una y quien siendo un monje
tibetano había migrado hacia el cuerpo de un escritor inglés dando
origen a una leyenda y a numerosos libros plagados de técnicas con

168
que alcanzar la iluminación. Así me sentí en ese momento mágico
que como antaño entraba en profundas relajaciones y trataba de
abandonar el cuerpo físico a través del cordón de plata. Pero si esto
ya resultaba confuso e inquietante, lo que sucedió después fue
revelador. Mediante un espasmo que aún recuerdo físicamente
doloroso, ocurrió que se dio vuelta mi estómago y sacudón tras
sacudón todo, todo el dolor del mundo cayó sobre mi barril y a medida
que recuperaba la conciencia una voz sublime me decía que no había
culpa ninguna, que sí había un Plan, que ya lo había aceptado y que
con esa aceptación los errores del pasado estaban lavados. Que de aquí
en más otra época comenzaba y que era bienvenida al mundo de los
conversos. Sí, todo eso pero sin palabras humanas.

Los siguientes catorce años participé, incluso en la


organización­ de los viajes de peregrinación grupales a San Nicolás.
Los pasos siguientes a esta experiencia me llevaron a diferentes
Santuarios desde el de Lourdes en Francia, con su gruta y su
sacralidad intensa hasta los más pequeños como el de la Virgen de
Desatanudos en el barrio de Agronomía de Buenos Aires. Siempre
siguiendo el Plan, totalmente desconocido para mí, pero
absolutamente aceptado a través de la intuición. No dudé en poner
todo de mí para que ciertas acciones devinieran en peregrinajes. Si
tenía que viajar por cuestiones laborales o familiares agregaba un par
de días al itinerario para dedicarlos a ubicar santuarios y visitarlos.
Solo con los sentidos encendidos. No ameritaba en ese momento
ningún tipo de investigación que llenara el barril. Aprendí a orar
comunitariamente, a participar de diversos grupos donde discernir
que era de Dios y que no lo era. Pasaron fantásticos fenómenos, como
cuando en medio de una oración comunitaria uno de los
participantes me dijo que veía a la Madre a mi lado y que ella me
pedía que “entregara a su manto” a mi hijo. En ese entonces dos hijos
adolescentes llenaban mi vida: una jovencita valiente y libertaria y un

169
varón de doce años. Creí que de él me hablaban ya que era un niño
con una gran vida interior por lo que no me llamó la atención el
mensaje. Pero sucedió que estaba embarazada de otro hijo y aún no
lo sabía. Ese embarazo fue muy complicado y cambió rotundamente
mi vida. Abandoné la militancia política y me dediqué abiertamente a
la educación popular. Pero lo realmente significativo fue que este
niño que llegaba estaría muy enfermo durante sus primeros años de
vida y si bien su presencia se convirtió en un consuelo frente a las
pérdidas sufridas, “entregárselo” a la Madre era todo un desafío ¿y si
se lo llevaba ella? ¿Estaba dispuesta a semejante “pérdida”? La idea
me torturaba y a medida que los médicos buscaban la razón de sus
dolencias crecía en mí una inusual confianza y aceptación a lo que
vendría. Sentí una profunda liberación el día que pronuncié de nuevo
el sí al Plan. Y por supuesto, el niño sanó. También aprendí que los
santuarios no eran sólo los que estaban construidos por el hombre.
Había otros totalmente naturales, donde la sanación y el estado
contemplativo formaban parte del entorno. Algunas de las
experiencias más poderosas fueron las vividas en el sur de nuestro
país, en la Patagonia, más precisamente en tierra mapuche. Mi niño
menor estaba muy enfermo. No había cumplido dos años cuando en
un viaje al Lago Huefchulaufquen7, al pie del Volcán Lanín, mientras
acampábamos con otras familias, sufrió una descompensación.
Debimos llevarlo al hospital zonal. Esa noche oré tanto que me
sorprendieron las incontables estrellas del lugar que desconocía.
Entre oración y oración seguía entregándolo a la madre para que ella
hiciera su trabajo en él. Por la mañana, ya en el campamento, se
acercó uno de los integrantes de la comunidad mapuche del lugar, y
ofreció acercarlo a su madre; a la sazón la Machi8 de la comunidad,
doña Argentina Cañicul, quien oficiaba de sanadora y sabia del
pueblo. Por supuesto que acepté sabiendo que era la respuesta que
estaba esperando. Durante una semana, Argentina nos esperaba y
con dulce paciencia frotaba el vientre del niño con hierbas que luego

170
encendía y humeaba. En ese silencio mi oración interna crecía para
unirse a los actos de doña Cañicul. Días más tarde, todos los que
estábamos en el campamento pudimos ver los gusanos que el niño
expulsó. Un año más tarde estaba repuesto como para ser operado de
sus dolencias y seguir su camino vital. El Lago Huefchulafteken9 es
un santuario natural y las madres universales se alojan en sus machis
sin ninguna resistencia, no tengo dudas.

El segundo episodio, entre tantos, ocurrió en otro lago del


sur, dos años más tarde que el anterior. Nos encontrábamos
acampando en Ruca­choroi, un pequeño lago rodeado de centenarias
araucarias. El lugar fue el último refugio al que fueron empujados los
araucanos ­mapuches luego de la nefasta “conquista del desierto” a
fines del siglo XIX­. Allí pegados contra la ladera de los Andes, en la
pobreza absoluta, contra el pedrero, fueran abandonados los
hermanos indígenas.

7 Experiencias realizadas con un grupo de la ciudad de Moreno, coordinada por


el profesor Enrique Brunati que tenía por objeto vivenciar la organización de
campamentos familiares en emplazamientos no turísticos. Eran autogestionados.
8 El o La machi como autoridad religiosa, es la persona encargada de dirigir

los ceremoniales de curación de su pueblo, llamados machitún. En el caso de


que las autoridades tradicionales, como el ngenpin, no se encarguen del
nguillatún, ceremonia mediante la cual la comunidad se comunica con el
mundo espiritual, el machi también puede presidirlo.
9 Huechulafquen es un lago ubicado en el departamento Huiliches de la

provincia del Neuquén, Argentina. Forma parte de un importante sistema


lacustre junto con los lagos Paimún y Epulafquen. Se estima su profundidad
entre los 500 y los 800 metros. En el mismo Parque Nacional Lanín se
encuentra El Lanín ­cuyo nombre original en lengua mapuche es
"Pillañzegüñ"­ se considera desde la interpretación geológica como un
estratovolcán. Considerado sagrado por los mapuches.

171
Por las noches dejaba abierta la carpa para que el reflejo de
la luna sobre el lago nos acunara. En esa quietud una oración se
presentaba espontáneamente dando lugar a una pregunta: “¿Por qué
dejas madre tan desprotegidos a estos hermanos?”. Sentía angustia
todas las mañanas cuando los niños de la comunidad se acercaban
con sus carros con bueyes y sus ataditos de leña, ávidos de buen vivir,
a compartir el desayuno. Una mañana vi que entre las mujeres de la
comunidad que nos traían sus tejidos y dulces para que les
compráramos había una cuya trenza era más blanca que las demás.
Esas no eran canas, y aunque estaba ataviada como las otras, algo en
su porte indicaba su procedencia occidental. Era francesa, cruzamos
miradas y nos encontramos bajo una araucaria a conversar. Era una
“Hermana Universal” seguidora de la congregación de Charles de
Foucauld, el hermano universal, un ser que eligió el desierto, la
aventura y la opción por el silencio y los pobres más pobres10. Desde
su abandono vital y el “vacío” que ellos practicaban –muy similar a
las enseñanzas del Buda­ sentí que la madre celestial me contestaba a
través de esta hermana universal. La francesa, nunca supe su nombre,
me dio una lección acerca de lo que los pueblos originarios tenían
para darnos en el plano de la espiritualidad. Recuerdo que le
pregunté cómo evangelizaban en ese lugar y solo me respondió con
una sonrisa pícara. Devolviéndome la pregunta con otra:
“¿Nosotros?”. Hizo un largo silencio para terminar la respuesta con
un “no, no, ellos nos convierten a nosotras”. Me llevó tiempo
entender el mensaje encontrado a orillas del Ruca Choroy.
“¿Nosotros?, no, ellos, ellos son los dueños de la sabiduría, los

10Carlos de Foucauld, en francés Charles de Foucauld, fue en su madurez un


místico contemplativo, referente contemporáneo de la llamada
«espiritualidad del desierto».

172
dueños de la llama de la trascendencia, en pleno respeto y amor a
la naturaleza, a nuestros hermanos mayores las plantas y los
animales, a la comunidad toda”. Eso era lo que la hermana
francesa me decía. Desde la más profunda amistad donde unos y
otros llenan el vacío del desierto, estos hermanos universales
construían otra historia.

Entonces supe que el punto de partida desde donde


recorrer el sendero estaba en el mundo indígena y que la Madre
Celestial había elegido ese mundo para comenzar a atender a sus
hijos, maternalmente.

¡Padre mío ten compasión de nosotros! ¡Recuerda que somos tus


hijos desde el tiempo en que creaste los Cielos y la Tierra, con un
hombre y una mujer. ¡Nuestro abuelo, el Cuerpo Motor Central, que da
la luz, nos observa en la pintura del cinturón que dirigió nuestro Padre,
tal como está ante nosotros! Ahora habla a tu sirviente que ha de usar
el cinturón. ¡Mírala con buenos presentes y que ella pueda hacerlo en
beneficio del nuevo pueblo, los niños, para que esta tribu tenga fuerza y
poder en el futuro!...
(plegaria Arapaho compilada por G. A. Dorsey y reproducida
por Mircea Eliade)

Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del


sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce
estrellas. Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría
tormento por parir.
(Apocalipsis 12)

173
Tanto en el inicio de los tiempos como en el apocalíptico
final, en la vida terrenal del más pequeño de los habitantes del
planeta como en la vida misma de la tierra, la madre celestial
está dispuesta a prodigar sus cuidadosos dones. Mediadora entre
el sol y la tierra, entre el creador y sus mínimas creaciones. La
certeza de que la divinidad maternal se había presentado en la
angustia del duelo, cobró fuerza con el transcurrir del tiempo y
frente a las diferentes formas en que su plan de conversión y
cuidados se manifestaba en acciones concretas en mi vida.

Semejante experiencia resonaría frente a eventos


plagados de racionalismo. ¿Qué más pruebas necesitaba para
afirmar que hay “una mujer” celestial que tiene el poder de
interceder ante el Padre del universo? Si lo hace en forma mágica
en determinado momento crucial del camino personal y del
camino de los pueblos, entonces ese orden de acciones tiene que
obedecer a un plan determinado. Faltaban varios septenios
­precisamente dos más­ para que las palabras de Rubén Cipusack
trajeran a la memoria estas experiencias: “Todo está
programado”, diría Rubén en aquellas tardes de encuentro con
los “entremundianos” donde nos dejó su huella. Aún recuerdo su
mirada cuando le pregunté: “¿Entonces las pariciones de María
forman parte de este Plan?”.

Por enésima vez abandoné el camino del barril cargado


de contenidos ideológicos ­dejé la Tesis de Historia­ y me aboqué
a discernir el plan. De hecho había aceptado que aquello que
consideré absurdo en su momento ­de que mi padre partiría
mientras mi madre estaba en estado de coma­ formaba parte de
un plan más grande que desconocía. Entonces, había un para qué
invisible que tenía que dilucidar.

174
Entendí que la presencia de la Diosa Celestial se
manifestaba en dos planos o territorios que como hemos dicho
anteriormente se convierten en sagrados al consolidar el
escenario donde la vida se expresa como tal: uno, el cuerpo ­el
físico, el capaz de viabilizar el plan divino en la tierra­ y otro el
suelo ­lugar donde todas las escenas tienen la posibilidad de ser
jugadas­. En ambos la manifestación divina que conocemos como
“Apariciones Marianas” conllevan un plan, con un orden, con un
sentido, con sus para qué. Y que cada paso del peregrinaje de este
cuerpo que se nos ha dado en este suelo en el que transitamos,
abre la senda hacia el más grande de los caminos: el del retorno
al uno en el todo de la mano de la madre universal. Permítasenos
esbozar una pequeña hipótesis de lo que creemos que sucede: de
la misma manera que una madre terrenal atiende a las necesidades
de sus hijos, la Madre Universal se hace presente frente al abismo
individual, a la angustia existencial, al dolor espiritual o a las
pérdidas y transmutaciones que padecemos todos los seres humanos.
El libre albedrío hará que el momento en que percibimos esa energía
sanadora exista para nosotros, o no. Asimismo Madre Universal
reacciona frente a la demanda de la humanidad por ponerse límites
en los grandes enfrentamientos entre iguales. Como los hermanos
terrenales que llegan a la distorsión del amor fraterno o la discordia
por cuestiones materiales, así la madre celestial pisa el suelo
terrenal ­y lo sacraliza­ cuando la disputa pone en riesgo la misma
vida de la tierra. Y para que esto suceda no es necesario pertenecer
a ninguna creencia en particular. Como veremos la madre está
presente en todas y cada una de las culturas, siendo su
manifestación acorde como la visibilicen los destinatarios de sus
cuidados. Diría que de acuerdo al arquetipo de Madre Universal
que cada cultura posea vemos cómo en los últimos 450 años la
Madre tocó suelo con mensajes a sus hijos frente a las contiendas
del momento. Si bien la iglesia católica reconoce 18 apariciones

175
como genuinas, son muchas más. Pero si tomáramos como
referencia estás estudiadas por teólogos e investigadores
pertenecientes a diferentes disciplinas aparecerían entonces un
sinfín de para qué; todos vinculados al recobrar el camino de
humanidad perdido, la paz y la oración como instrumentos para
alcanzar la salvación.

Encuentro una poderosa relación entre las que llamaré


Indianas (que dan origen a las apariciones posteriores a la
conquista) y los avatares de la India, como pude comprobar en
mi reciente viaje. Entonces repasaremos “Indianas” (Guadalupe,
Copacabana, Amma, etc.), las que han sido “Reconocidas por la
iglesia católica (tomaremos las significativas al plan en relación a
América latina: Medalla Milagrosa, Lourdes, Fátima,
Garabanadal, Medjugorje, San Nicolás) y las que aún NO han
sido reconocidas por la Iglesia católica (Ej.: El caso de Elenita de
Jesús, Salta). Asimismo, hay diferentes tipos de videntes o
transmisores de los mensajes, elección que tampoco es casual.

Apariciones y Mundo Indígena: Guadalupe y Copacabana


Los cielos cuentan la gloria de Dios,Y el firmamento anuncia la obra de
sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche
declara su sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras. Ni es oída su voz.
Salmo 19

Si no hay lenguaje, ni es oída su voz, más hay anuncios: “un


día emite palabra a otro día” y los cielos “cuentan” la gloria de Dios,
entonces ¿cómo lo cuentan? Una imagen vale más que mil palabras.

176
¿Imágenes en el cielo? ¿Entre la luna y el sol, entre el día y la noche?
El salmista comienza así su canto y nos impulsa a “mirar palabras” a
través, quizá, de las estrellas.

Tal vez algo de esto le sucediera a Juan Diego (1474­1548),


aquel indio que fue interceptado en el cerro de Tepeyac.11. El que en
1531 (10 años después de que Hernán Cortes aniquilara los
territorios aztecas) hubiera sido evangelizado y cambiado su antiguo
nombre de Cuauhtlatoatzin por el de Juan Diego pasando de víctima
y testigo de la derrota de su pueblo a católico converso. El mismo que
algunos autores señalan como perteneciente a los Caballeros Águila.
Los guerreros Águila eran una clase especial dentro del ejército
azteca, un tipo de guerrero de los siete que conformaban las élites
guerreras. Juan Diego era uno de ellos en su juventud ­tenía 48 años
aproximadamente cuando los hechos­ conocemos estos detalles
porque dieciocho años después, otro indio contemporáneo al
protagonista de las apariciones, llamado Antonio Valeriano se
convertiría en autor de un texto, el famoso Nican Mopohua o “Aquí se
cuenta”. Tratase de un relato escrito en náhuatl ­lengua originaria de
los aztecas­ quien utilizando caracteres del castellano y sobre fibra de
maguey (como la manta de la imagen Guadalupana), describe los
hechos ocurrido en las cuatro apariciones en el camino que unía el
cerro con la ciudad de Tlatellolco. El texto ha sido muy estudiado
acercándonos a través suyo, voces que nos permiten ver el carácter
noble del “indito”. El ahora reducido Juan Diego, en sus propias
palabras en un “pobre indio” que a pesar de su posición en el
contexto del territorio azteca arrasado, con los obispos a cargo de la

11 Tepeyac es un cerro ubicado al norte de la ciudad de México, perteneciente


a la cadena montañosa que conforma la Sierra de Guadalupe, que delimita al
norte al Valle de México. Es una pequeña parte del Cerro del Guerrero

177
evangelización, es sin embargo, el elegido por la divinidad para ser
lazo­puente en la gran mixtura en la que se convertiría el futuro
México, luego de que la imagen de la Guadalupana se imprimiera en
su poncho (tilma).

Considero a este como el gran momento del estrecho vínculo


entre el mundo visible y el mundo invisible, entre lo que la razón
iluminista no podría aceptar sino como cuestiones de fe, aquéllas que
no tendrían ninguna aceptación si no fueran recibidas por una
mentalidad como la que poseía el indio reducido y converso. Una
cosmogonía en la que las divisiones entre lo real y lo irreal poseyeran
una frontera lábil y reducida. Opuesta a la cosmovisión del mundo
que traían a cuesta los conquistadores, plagados de nuevos
paradigmas renacentistas frente a un mundo pagano y vegetal con
que este guerrero del sol leía lo cotidiano. Ambas miradas
confrontaban frente a un hecho inédito: una mujer celestial se le
presenta al indio, le habla, le da instrucciones, lo guía hasta una
especie de jardín paradisíaco, le regala rosas sevillanas ­reales­, y
como si fuera poco: cura a un anciano e imprime su imagen en el
manto del indio, con materiales que aun hoy, en pleno siglo XXI no
conocemos. Es, sin ninguna duda una opción deliberada la de elegir a
ese “pobre indio” que se llama a sí mismo: “Yo soy un hombrecillo,
soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy
gente menuda”. Sin embargo, es a él a quien elige la divinidad para
darle su mensaje, su preciado “mapa estelar” donde inscribe un
anticipo de lo que a partir de la conquista sucedería en el continente.
Ya no blancos, ya no indios, ahora mestizos. La mestiza cara de la
Virgen, allí impresa, cuando aún no han pasado los años suficientes
para que las generaciones se derramaran con los colores de la tierra.
Una virgen que pide ser llamada Guadalupe12: “Ríos de luz”. Que se
presenta como la luz que media entre el sol y los hombres. Tiempo
después serán los mismos indios los que aclamarían a la imagen de la

178
tilma de Juan Diego al grito de “¡Noble indita, noble indita! ¡Madre
de Dios! ¡Noble indita, toda nuestra!”. He aquí un hito que quiebra
otras situaciones que se produjeron durante la conquista donde
imágenes que portaban los sacerdotes que llegaron luego del año
1500 fueron destruidas por poblaciones de otras regiones (como en
la zona guaranítica­chiriguana)13 por considerarlas partícipes de la
tragedia por la que habían pasado los oprimidos pueblos indígenas.
Pasaría tiempo para que las imágenes marianas fueran “fagocitadas”
para ser devueltas en reemplazo de otras devociones femeninas
previas a la conquista. La expresión fagocitar fue acuñada por R.
Kusch para describir el proceso por el que las culturas indígenas
asimilaban antiguas creencias o devociones con las incorporadas por
la conquista. Luego eran devueltos al mundo devocional generando
un producto diferente donde los atributos de una y otra divinidad se
mixturaban. Así es posible asimilar el culto a la Guadalupana con el
de la compañera de Quetzacoaltl, Toanatzin, o el de las Marías
andinas o aymaras con la Pachamama. Lo cierto es que luego de este
hecho la devoción produjo incontables conversiones, como queda
registrado en los anales de las diferentes órdenes de sacerdotes
católicos a cargo de la evangelización.14

12 Guadalupe es un nombre propio ambiguo (de hombre y mujer) de origen


árabe en su variante en español. Proviene de wad­al­hub, «río de amor». Su
origen está en el río Guadalupe (Extremadura), que dio nombre a una
popular advocación mariana, la Virgen de Guadalupe, que posteriormente se
llevó a México, donde es muy venerada. Otro posible origen, en este caso
para la advocación mexicana, sería el náhuatl, como variación de la palabra
coatlallope: «la que aplasta a la serpiente» (de coatl, «serpiente», a,
preposición y llope, «aplastar»), con la que Juan Diego se habría referido a la
aparición que dijo tener. Existe la posibilidad de que sea una coincidencia,
donde ambas etimologías llevaron a la creación de palabras muy similares
que se volvieron la mismas con el paso del tiempo. Sus diminutivos son Lupe,
Lupita y Lupesita.

179
De la misma manera en que la Guadalupe marca un hito en
la presencia de estos fenómenos en América, otra devoción de rostro
amerindio comienza su trabajo en suelo andino. Precisamente en la
zona más sagrada para los vastos pueblos aymara­quechuas.

Un año después de que Juan Diego recibiera la aparición de


la Guadalupe, en 1532 Francisco Pizarro avanzaba sobre el Perú. Era
su tercer viaje luego de conseguir avales para la empresa que junto a
sus socios pretendía desarrollar ­sangrienta por cierto­ para ambas
partes, ya que tanto los indios como los mismos socios terminaron
enfrentados entre sí. Tanta era la riqueza de estas tierras y la inquina
que los mismos pobladores tenían por reyertas anteriores a la llegada
de los europeos, que a esas alturas estaban unos contra otros, por lo
que no le fue difícil a 180 hombres y 39 caballos conseguir su
propósito. Veinte años después, el Perú era dominio español.

13 Los chiriguanos, son grupo de lengua Tupí ­ Guaraní que desde el


Amazonas ocuparon sectores de Paraguay, Bolivia y Argentina. Fue el punto
culminante de su expansión hacia el sur, en la búsqueda mesiánica de la
"Tierra sin mal" o de nuevas tierras para cultivo.

14 Poco después del Descubrimiento de América los Dominicos se aprestaron


a participar en la evangelización de las nuevas tierras y ya en el Capítulo
General de la Orden celebrado en 1501 se señaló: “Que los frailes viajeros al
Nuevo Mundo sean idóneos para la predicación, ejemplares y doctos, a la vez
que temerosos de Dios, capaces de anunciar la palabra de Dios y de
confirmarla con su ejemplo” (Actas IX). Sin embargo no fue sino hasta
septiembre de 1510 cuando los primeros misioneros dominicos arribaron a la
isla de La Española, asumiendo de inmediato una posición enérgica de
defensa de los indígenas ante los abusos que contra ellos cometían muchos
encomenderos. En este sentido es célebre la homilía del cuarto domingo de
Adviento pronunciada en Santo Domingo por fray Antonio de Montesinos.

180
El gran lago Titicaca (Piedra del Puma), a 3.800 metros de
altura, con sus azules aguas, sus totoras y la gran cultura del
Tiahuanaco, se hundiría frente a la debacle conquistadora. Sin
embargo, sus enormes islas, del Sol y de la Luna, resguardarían por
mucho tiempo los ritos y las devociones que sus pobladores
supieron tener. Fue otro indio, Francisco Tito Yupanqui, quien se
convertiría en lazo­puente, en este caso a través de la búsqueda
empecinada por concretar una “obra” recibida a través de un sueño.
Al joven Francisco, también indio converso nacido a orillas del gran
lago, se le presentó en sueños una bella mujer, de rostro moreno
con un candil en una mano y en la otra un niño. Le indicó que ella
era prenda de paz para su pueblo, pueblo que estaba enfrentado
entre quienes seguían el culto al Sol y quienes deseaban imponer el
culto a la Madre. El debería hacer una talla que sería adorada.
Francisco no era escultor, ni artista y allí a orillas del lago, en
Copacabana, que puede traducirse “lugar desde donde se ve la
piedra”, no había quien tuviera esos dones. El indio escultor, como
se lo conoce en la actualidad, intentó reproducir ese rostro sin éxito
creando un producto burdo al que sus contemporáneos
consideraron “un bulto”. Obsesionado con la misión que sintió tenía
que cumplir, se dirigió a Potosí donde tomó clases de talla en
madera, uso del maguey ­como la fibra del poncho de Juan Diego­.
Pasaron muchos años hasta que logró aquel rostro de la imagen que
tuvo en su visión y que luego sería entronizado en el mismo lugar
que lo vio nacer. La imagen reproducía una Virgen de la Candelaria
­Francisco encontró que esta advocación era similar a la de su
sueño­. Esta Candelaria, otrora europea, ahora morena de ojos
rasgados, se convertiría en la madre de Bolivia, bajo la advocación
de Copacabana, y desde allí llegaría (a través de sus milagros) a
diferentes partes de América.

181
Sumo a la Guadalupana esta Copacabana porque a diferencia
de las siguientes apariciones de la divinidad maternal en Nuestra
América, estas dos tuvieron a representantes del mundo indígena
como protagonistas.

El caso de Copacabana es un suelo que aún depara misterios


sin decodificar. Uno en particular me ha llamado mucho la atención.
Solo lo dejaré abierto a la espera de nuevas investigaciones. Resulta
que a la advocación boliviana se le atribuyeron múltiples milagros
que la hicieron famosa en el mundo andino y promovió su réplica en
diversas partes de la América Indiana. La más famosa es sin dudas la
de Brasil, que se recuesta sobre las doradas playas del Atlántico, lugar
donde sin disputas con la madre andina, los cultos a la diosa del
candomblé bañan sus pies. Esta presencia de madre universal permite
a los descendientes de aquellos esclavos entregar sus plegarias en
forma de barca florida, intentando tal vez alcanzar la distante orilla
africana de la que provienen. No caben dudas de que este suelo
americano ha acallado las voces de la negritud a fuerza de cañón y de
sangre. Menos esta voz, la del pueblo esclavo que vistió de blanco a
su madre del mar con la esperanza de que sus cánticos llegaran a
destino. La Copacabana andina ha sido testigo de esta necesidad y ha
dejado que suceda. En Argentina también existe una Copacabana. El
triángulo de grandes montañas ­los andes­ y mar ­Río de Janeiro­ se
completa en el interior de las sierras cordobesas.

Hace unos años atrás, el Dr. Menegazzo visitó el lugar que


fuera descripto por el gran arqueólogo Rex Gonzalez, alrededor de
los años cincuenta del siglo pasado, como un emplazamiento de los
indios Nunsacat; una de las tantas aldeas comechingonas que data de
6.000 A.C. Sobre un territorio arcilloso y rojizo, poblado de palmares,
estas poblaciones hicieron su vida hasta la llegada de los españoles
con quienes tuvieron contacto, como lo demuestran los restos

182
arqueológicos hallados y estudiados por los arqueólogos Laguens y
Bonin de la Universidad de Córdoba.15
Los posteriores dueños de la tierra, descendientes del
fundador Cabrera dieron una parte a las hermanas Teresitas quienes
emplazaron una imagen de la Candelaria. Corría el siglo XVII y ya la
leyenda del lugar resultaba “mágica” ­aún hoy se puede escuchar
entre los pobladores del caserío, cosa que comprobamos en reciente
visita, confirmando la transmisión de esta leyenda de generación en
generación­. Cuentan que a pesar de que la imagen era depositada en
un pedestal en determinado lugar de la lomada, ella misma, sola,
aparecía en otro lugar, cercano al enclave de alero o cementerio
sagrado que los indios supieron tener y muy cerca de la “Piedra del
Encanto”, nombre que dan a una roca de la que emerge una ínfima
cascada de la que dicen son las lágrimas de una joven que quedó
atrapada en ella luego de una reyerta entre diferentes clanes. Todos
estos lugares se hacen visibles al viajero observador.

15 Los arqueólogos Andrés Laguens y Mirta Bonin de la Universidad Nacional


de Córdoba excavaron durante 1989­1993 en este sitio. Éste es un
asentamiento principal y el más grande que forma un sistema al tener
contacto con otros sitios menores. Estos se encuentran a corta distancia uno
de otro y todos alrededor de este último. Era una gran aldea. De acuerdo al
material recolectado en superficie se calcula el tamaño en 250 m de Este a
Oeste y de 200 m de norte a sur. Este sitio fue excavado luego de realizar
recolección de material arqueológico en superficie, como por ejemplo, restos
de cerámica y lítico (roca), además de morteros mueble (son aquellos que se
pueden transportar); como también restos de vidrio, loza y metal. Las
investigaciones indican que los grupos que ocuparon el lugar tuvieron
contacto con los españoles (hispano); y la ocupación indígena tuvo
continuidad hasta el siglo XVII. Se pueden observar los recintos de paredes
de piedra. En las excavaciones se hallaron huesos de vaca, de oveja y un
fragmento de imagen cristiana de cerámica.

183
Los descendientes de Cabrera construyeron la iglesia
­alrededor de 1820­ y siguiendo la lógica de las tradiciones del lugar,
lo hicieron donde la imagen “aparecía”. Esa característica del relato
hace que se la conozca como la virgen “saltarina”.

Las tres Copacabanas se extienden entre los 16° de latitud (S)


y los 60° de longitud, marcando un triángulo cuya proyección, si su
vértice fuera la Copacabana originaria de Bolivia, abarcaría desde el
Lago Titicaca hasta las costas del mar brasileño hacia el Este y hasta
las serranías de Córdoba hacia el Sur, extendiendo así su manto
protector hacia todos los pueblos (¿andinos del sur?) que en ella
habitan.

De los indianos a la India


Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro,
palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo
Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el
hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a
otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero
todas estas cosas las hacen uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada
uno en particular como él quiere.
1.Cor.12

Así como el Plan abarca la dimensión indiana y la presencia


salvífica de la Madre Universal se da en momentos de debacles
históricas, debiera existir una forma de trascender el plano cultural y
envolver en la misma luminosidad a todos y cada uno de los pueblos de
la tierra, más allá de los “herederos de occidentalidad”. Entonces se
cruzó Amma en mi camino y comprendí que había formas de divinidad
que traían con ellas la posibilidad de unir los puntos del Plan que

184
estaban dispersos. Como si se tratara de un hilo invisible, allí estaban las
dos puntas de un ovillo con el que se tejían las redes de este magnífico
plan de salvación. Amma, una hindú de pura cepa “indiana” y los
“indios” de América, juntos, iluminando desde el ayer hasta el hoy el
sendero de los pequeños humanos con ojos universales.

Ya no se trataba de mostrarles solo a unos la posibilidad de


vivir la espiritualidad como remedio del alma, sino a todos. Entonces,
así como la Guadalupana traza una línea entre lo real ­el indio Juan
Diego­ y lo irreal ­una mujer estelar estampada por siempre en su
poncho revelador del cielo y de la tierra­. Quinientos años después,
en la otra orilla del tiempo y del espacio una mujer, otra vez pobre,
de un pueblo pescador en las costas del sur del mar Arábigo, tildada
de loca porque como aquel de Asís habla con nuestros hermanos
mayores, los animales, ella encarna hoy el principio de la Maternidad
Universal. Una joven que desde niña canta angelicales bajahans16 en
estado de trance, que con su abrazo sana y repara a quien lo recibe
como si todo el cielo descendiera a abrazar con ella. Una divinidad
corporizada que recorre oriente derramando santidad y poniendo
orden social, donde el caos de las desigualdades no permite el
desarrollo de “sus hijos”.

Ella, que dice ser consciente del momento en que una


poderosa dama celestial se le presenta y esparce su luz en su ser,
habitándola, otorgándole los dones con los que su cultura reconoce a
los avatares ¿De qué otra manera sino sería aceptada entre los
millones de seguidores que han recibido sus favores? Si no fue
elegida Kumari17 de niña entre su pueblo, ¿cómo demostrarle a sus
hijos terrenales su poderosa arma de sanación del dolor y la
hambruna, de la enfermedad y la pobreza estructural? Mediante la
evidente providencia que sus dones emanan, cotidianamente, frente a
ellos que gozan y se benefician de su presencia divina.

185
En el diario escrito por Swami Purnamritananda Puri, quien
se unió a los hijos de Amma desde los inicios de la mística
organización, nos dice:

“Todos sus movimientos están llenos de significados ¿Qué


puede estar más cerca de nosotros en el universo que el alma?
Experimentamos la conciencia inmutable, imperecedera, saturada de
dicha y omnipotente de modos completamente diferentes, tan
distintos como vemos el día y la noche. Por eso no podemos conocer
la Verdad sin la ayuda de alguien que haya logrado el conocimiento
del Ser. Nuestra cercanía a Amma es totalmente diferente de
cualquier otro vínculo. Ella se relaciona con nosotros como una
persona corriente para llevarnos al Ser”18.

“Los grandes gurús despiertan los grandiosos árboles que


duermen en las pequeñas semillas. Amma transforma duras y toscas
piedras en brillantes diamantes. En lo profundo de cada corazón
reside un niño que grita ¡Madre! ¡Madre!, ella despierta esa inocencia

16Cánticos de alabanza que sirven como oración y predisponen a la


meditación y contemplación.

17 Una Kumari es un niña en la prepubertad que es seleccionada de la casta


shakia, perteneciente a la comunidad nepalesa de Newari. La Kumari es
venerada e idolatrada por algunos de los hinduistas del país, como también
por budistas nepalíes, pero no por los budistas tibetanos. Mientras que
existen muchas Kumaríes a lo largo de todo el territorio nepalí, contando que
algunas ciudades ostentan varias de ellas, la más conocida es la Kumari real
de Katmandú. Ella vive en el Kumari Ghar, un palacio en el centro de la
ciudad. El proceso de selección es especialmente riguroso para las candidatas.
La actual Kumari real, Matina Shakya, fue ungida en el 7 de octubre de 2008
a los tres años de edad.

En Recuerdos Inolvidables, de Swami Purnamritananda Puri, publicado por


18

Mata Amritanandamayi Mission trust, Kerala, India, 2010.

186
infantil. Vivimos en una era que se está mostrando intolerable,
incluso para la Madre Tierra que todo lo soporta. Sus horrores nos
visitan como la ola de un tsunami o la vorágine de un tornado. El
intelectual se resiste, viendo que la pesadilla está al borde de una
catástrofe. Amma llega como el tranquilo beso en la frente, la caricia
que consuela, el diluvio de amor en un corazón febril”.

Transcribo estos párrafos del libro de Puri porque no podría


expresar de mejor manera lo experimentado en los mínimos días
compartidos en presencia de Amma. Como un regalo cósmico
coincidía en la búsqueda de respuestas a los interrogantes antes
expuestos en el Ashram del kalari o santuario principal de la Devi
(diosa encarnada). Dice el discípulo: “Amma no es un fenómeno que
se puede comprender en una sola vida”. Por lo que tres días
resultaban una mísera porción de tiempo. Sin embargo, la divinidad
manejaba, intervenía y nos tocaba de forma ininteligible para
nuestras mentes lineales y egoicas. Los días posteriores a recibir su
Darsan (audiencia con una persona santa o visión de lo divino)
nuestra percepción temporal cambió y un segundo equivalió a un
siglo. Hasta del día en que escribo estas líneas el amor maternal de
Amma se presenta en mi vida cotidiana en forma de sueños,
bálsamos y algunas reprimendas de madre. “Hija, ¿por qué no
escribes?”. Siento su voz, la misma que me susurró en el oído al
recibir su abrazo, algo que no recuerdo con la mente porque escuché
con el corazón, que, indudablemente, tiene otro idioma.

La presencia de Amma en este Plan es solo un ejemplo de los


que seguro existen en el mundo oriental que escapan a las
posibilidades de esta descripción que no intenta ser un tratado
académico sobre las apariciones marianas sino un compartir las
experiencias que ayuden al despertar de muchos, muchos que tal vez
han vivido similares situaciones sin registrar su importancia. Es que

187
es necesario decir que en este Plan los detalles son importantes, ya
que lo divino se escribe con parábolas, señales, signos y todo tipo de
expresiones no verbales, precisamente para estar más cerca del
simple que del complejo habitante de la tierra.

En el camino hacia el abismo de la humanidad, en cada


trastabillar, cabildeo o desesperanza, la divinidad maternal se hizo
presente con mensajes apropiados a la situación. Utilizando videntes
como canales de comunicación que fueron y son testimonio de dichas
apariciones. Dejando señales en el cielo, dando profecías que fueron
cumpliéndose a través de los tiempos, instando a la construcción de
obras humanas imposibles de ser pensadas sino por medio de la
providencia y preparándonos para lo que vendrá.

La peregrinación a Amma tuvo algo tan reparador, como


cuando decidí seguir mi intuición de visitar el santuario de Lourdes
en Francia, en un raid de tren por la noche (escapada de un congreso
que se realizaba en Bruselas, relacionado con mi tarea como
educadora) y regreso en el mismo tren. Intuiciones provenientes de la
pequeña luz de la aguja ­la del sueño iniciático­ que a medida que el
tiempo corrió en la vida cotidiana fue alcanzando su luz para derribar
las barreras del intelecto duro del barril. Lourdes y la sanación del
cuerpo. Amma y el abrazo cósmico se funden en una sola vivencia
que cobra significado frente a la necesidad del “tengo algo que decir”.
En aquella época ­fui a Lourdes en el año 2001­ dejé crecer el vívido
impulso de que tenía que visitar el santuario con la sola y loca idea
de dejar allí una medalla por demás significativa. Había recibido el
regalo de la medalla de parte de una amiga que atravesaba una
situación de salud extrema. La medalla nos llevó ­a ella y a un grupo
de fraternas amigas­ a un viaje a lo más profundo de lo sagrado e
invisible que nos convirtió a todas, nos transformó en otros seres. Un
regalo del mundo invisible de la mano del Padre Pío de Pietrelcina.

188
Amma y Pío. Presencias del mundo invisible
Un año antes de mi visita a Lourdes, una querida amiga
regresaba de un viaje a Roma, la bella con esa mezcla de historia y
ropa colgando del balcón, con sus gritos y sus olores formando
parte de sus recuerdos de viajera frecuente. Además las calles del
muro pontificio, el que separa la vida pagana de la sagrada ­aunque
no se sepa de qué lado queda cada una­ estaba poblada de
imágenes de un santo o Papa o vaya a saber que religioso
desconocido para esta médica alópata y ortodoxa en sus
convicciones. De cualquier manera, pensó en que debería llevar
algún recuerdito a algunos de sus conocidos. Su agnosticismo le
impedía valorar cuales de todas las ofertas sería la apropiada. Si,
pensó, en medallas y alguna estampa. Sintió el dolor, pero no le dio
importancia. De regreso las repartió, con una sonrisa cómplice me
dijo: "Te traje a vos, no conozco a muchos que crean". En esa época
vivía con alegría la consagración al trabajo con los pobres y la
oración espontánea. Me coloqué la medalla cuando uno de los
chicos de la escuela donde trabajaba sorprendido me interpela: "¿A
quién te colgaste?“ Al Papa Juan Pablo”, respondí. “No, ­me corrige­
ese no es. Ese lo tiene mi mamá y se lo lleva a mi hermano, que
está preso, ese es el Pío, el Padre Pío".19

Lo que sucedió después fue un diagnóstico dramático de


cáncer a nuestra médica viajera cuyo tratamiento unió a un grupo
de amigas que acompañaban y respondía de todas las maneras
conocidas a la adversidad. Allí comenzó una historia que nos
acompaña hasta hoy, que amerita una breve referencia.

19 http://www.aciprensa.com/testigosdefe/padrepio/padrepio.htm

189
Comencé a investigar de que se trataba este Padre Pío,
considerado santo pronto a ser beato, con sus estigmas y bilocación,
sanador, cuestionado. Entre los lugares de peregrinación, el más cercano
en América del Sur para el año 2000, quedaba en los campos de la
estancia "La Aurora" ­Paysandú. R. O. Uruguay.20 Entre lectura y lectura,
en el interín me atrapó otro sueño. Esta vez fue práctico. Soñé que
peregrinábamos al santuario del Pío en Uruguay, las cuatro amigas
acompañando a la enferma …

La "vida solo puede comprenderse retrospectivamente, pero se ha de vivir


mirando hacia adelante".
K. Keggard

El primer cruce hacia "el paisito" ­cariñosa forma con que llaman
los uruguayos a su terruño­ resultó sencillo, aunque nada sabíamos de lo
que sucedería. En mi caso lo tomé como parte del Plan de bondades del
mundo invisible. Sin embargo, no teníamos dudas de por qué estábamos
allí. Patricia y su alegría porque al fin terminaría con las quimios era
suficiente motivación. Una tarde, ya hospedadas en una terma uruguaya,
sin mucha noción de qué debíamos hacer, recorrimos los 23 km. hasta la
gruta del Padre Pío. Siguiendo las coordenadas que marcaba el mapa
aprendido, el camino de ripio acababa frente a dos tranqueras. Una
llevaba directo hacia unos mastines que guardaban la entrada de la
famosa "La Aurora", la segunda, una especie de molinete a campo
traviesa, que sobre las cuchillas uruguayas dominaban la planicie.

La noche anterior oré mucho, con la intención de discernir


acerca de que debíamos hacer el día siguiente. Sin embargo, amanecí
más desorientada que antes y con la sensación de que, evidentemente,

20 http://www.aciprensa.com/testigosdefe/padrepio/padrepio.htm

190
tenía que dejarme llevar por la intuición, por los sentimientos, o en
su defecto por el impulso que nos había llevado hasta allí: un extraño
sueño. Ahora, caminando hacia la gruta una imagen aparecía desde
lo más profundo de mi ser. "Antena ­pensé­ solo ser como una
antena”. Esa era la sensación del momento, una pobre antena
dispuesta a ser transmisora de lo que vendría. Caminábamos
deteniéndonos en los carteles que, a modo de señalizaciones
formaban una especie de "estaciones" como las de un vía crucis,
acompañando al peregrino hasta los pies de la gruta.

Al girar hacia atrás la mirada observamos cómo nuestra


compañera era sostenida por otras amigas­aliadas ya que una
descompensación al traspasar el molinete la había postrado de
rodillas, imposibilitada para avanzar.

Esperamos. Tensas, silenciosas y expectantes que el mal


momento pasara, mientras cada una recibía los mensajes a través de la
lectura de los carteles con mensajes del Pío:

• Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es


misericordioso y escuchará tu oración.
• La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de
Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón.
En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...
• Solo quiero ser un fraile que reza...
• Una sola cosa es necesaria: consolar tu espíritu y amar a Dios.
• ¿Qué temes? tu temor es como la del bebe en brazos de su mamá, por
lo tanto tu miedo es inútil.
• Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra.
• Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te
saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte.
• Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden

191
sufrir por Dios. Sólo el sufrimiento nos permite decir con toda
seguridad: “Dios mío, mirad cómo os amo”.
• Salvar las almas orando siempre.
• Con el estudio de los libros se busca a Dios; con la meditación se le
encuentra.
• ¡Piensa siempre que Dios lo ve todo!
• Todo lo podría resumir así: me siento devorado por el amor a Dios y
el amor por el prójimo. Dios está siempre presente en mi mente y lo
llevo impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista: me toca admirar
su belleza, sus sonrisas y sus emociones, su misericordia, su venganza o
más bien el rigor de su justicia.

Tantas y tantas incomprensibles palabras para estas jóvenes ­de


alma­ peregrinas. Reflexiones y palabras que solo adquirirían sentido
pasados los años. Ya se dijo en el inicio del relato que la vida se
comprende retrospectivamente. Si bien nuestras mentes no podían
decodificar las enseñanzas del Pío, los corazones, unos más y otros
menos, fueron tocados. Tal vez no conocíamos el por qué, pero el
tiempo transcurrido nos dejó como enseñanza para qué servirían
semejantes reflexiones. Llegamos a la gruta, una construcción humana,
sencilla como el monje, pobre de ornamentos.

Nos recibía una escultura del Pío sonriente, que con el brazo en
alto bendecía con sus manos estigmatizadas detrás de una reja.
Estampas, ofrendas, agradecimientos y oraciones lo rodeaban
amorosamente. Las flores plásticas y las guirnaldas de papel brindaban
un escenario similar a los cementerios de nuestro norte, allí donde la
vida y la muerte danzan, beben y comen a la salud del difunto. Silencio
y viento. Sentadas en círculo, unas frente a las otras. Patricia secaba sus
lágrimas y las demás nos replegamos hacia el infinito mundo interno.
“¿Qué hacemos acá?”, era la pregunta no dicha que subyacía dentro de
cada una.

192
Entonces me sentí cooptada por la energía del lugar. Ensayé
una breve explicación del ritual que años antes compartiera con aquel
grupo de oración de "La" palabra. Conectarse profundamente con el
libro sagrado y "pedir" una palabra para ese momento. Asintieron.
"Patri, ¿querés pedir la palabra vos?". Patricia tomó el evangelio,
suspiró, se conectó abrió el libro y una catarata de lágrimas le ahogó
toda posibilidad de hablar. Cuando recobró el aliento leyó en voz alta:
"Mujer, tu fe te ha salvado" (Mateo 9). Y cada una supo que el umbral
estaba cruzado. Los siguientes quince años renovamos el ritual,
peregrinando con otras mujeres que se sumaron a la conversión que
todas vivimos. Nos hacemos llamar las “Lobas­Pías”, en alusión a uno de
nuestros libros de cabecera “Mujeres que corren con los lobos” de C. P.
Estés. Damos testimonio de las sanaciones, conversiones y consuelo
frente a las pérdidas que, claro, están dentro del Plan divino.

Al regreso de esa experiencia, en los inicios del siglo XXI


aquella medalla ya había cumplido su cometido por lo que intuí que
debía reposar en un lugar sagrado. Lourdes se presentó como el más
apropiado. Pero, ¿de dónde nos llega ­a nosotros simples mortales
intelectuales­ el poder de las medallas? ¿Cómo se han convertido
determinados símbolos u objetos en reliquias poderosas? El Plan de la
Madre Universal utiliza artilugios fantásticos y muy acordes con las
características especiales de nuestras mentes que necesitan “ver para
creer”. A Lourdes, una aparición cargada de dones vinculados con la
salud, llevé aquella medalla recibida como una excusa para vivenciar el
territorio sagrado de una de las advocaciones marianas aceptadas por la
iglesia católica más veneradas, visitadas e invocadas por los adoloridos
humanos. Pero vamos por partes, siguiendo el cuadro de las apariciones
veremos aquellas que tienen mayor incidencia en la vida
latinoamericana y cómo en cada una, hubo una “entrega” de la parte del
Plan, tal cual lo sucedido con Juan Diego y su poncho­tilma, sus rosas y
sus milagros.

193
La Medalla Milagrosa, escrita en el aire

La autopista que corre a través del Parque Chacabuco en


Buenos Aires nos permite ver de cerca una de las imágenes más
impactantes de la advocación conocida como “Medalla Milagrosa”. Ir
y venir por su traza tiene el particular encanto de que la Madre parece
saludar con sus brazos extendidos al automovilista absorto en el
tránsito. América Latina está poblada de iglesias, capillas y parroquias
donde esta advocación es venerada. Lo que tal vez no se tenga en
cuenta al mirar esta imagen, es que ella también surgió en un sueño.

La pequeña Catalina soñaba desde niña. Luego de perder a su


madre siendo muy pequeña, su consuelo radicaba en abrazar la figura
de madera de su hogar, una representación de la madre virginal que
se encontraba en un comedor donde la alimentaba la cuidadora a
quien su padre se la había encargado. En Francia, en medio de las
innumerables guerras por las que pasaban las coronas europeas, y
trescientos años después de que Juan Diego recibiera su poncho
estampado, Catalina deseaba cumplir su anhelo de entregarse a los
más pobres. Un anciano se le presentó en un sueño que ella misma
relata para decirle: “No huyas de mí, su designio tiene Dios sobre ti,
no lo olvides”. Durante una procesión en su pueblo vio un retrato del
santo San Vicente de Paul, santo de la caridad por los pobres: era el
anciano del sueño. No lo dudó, se convirtió en Sor Catalina, hermana
de la caridad. Pero su ansia de madre no terminaba allí y su corazón
anhelaba el encuentro con María. Una noche, un sueño la despertó,
un pequeño niño le avisaba que debía ir a la capilla ya que la esperaba
la señora celestial. Ella lo relata así en su diario:

Era tanto mi deseo de ver a la Virgen, que me acosté con la


confianza de que San Vicente había de conseguirme lo de la Señora.
Serían no más que las once y media de la noche, cuando oí que me

194
llamaban: "Hermana. Hermana. Hermana". Desperté; miré del lado
por donde la voz venía. Corrí la cortina; y vi a un niño, como de cinco
años que vestía de blanco; y así me dijo: "Ven a la capilla, que allí te
espera la Virgen". Tranquilizada por él, dime prisa en vestirme; y le
seguí… No pequeña fue mi sorpresa, viéndolo todo iluminado; mas
esta mi sorpresa creció de punto ante la claridad de la capilla.
Recordábame ésta la misa de Navidad. Sin embargo, por ningún lado
se echaba de ver la presencia de la Virgen Arrodillada, hacía seme
largo el tiempo de espera. Acrecíalo el temor de verme descubierta.
Llegó la hora. Y el niño me previno con estas palabras: "Mira, ahí
tienes a la Virgen Santísima". Noté como un roce de sedas que se
dirigía al lado del Evangelio, a un sillón que allí había. Era la Virgen,
quien se me ofrecía sentada. Creo imposible describir cuanto veía y
ocurría en mi: algo así como un temor de verme engañada; y de que
aquella a quien yo veía, no fuera la Santísima Virgen. Mas, el ángel de
mi guarda ­que no era otro el niño­ me increpó un tanto severo y sin
más dudar, me arrodillé junta a Ella y puse mis manos en su regazo. Y
allí, mano a mano, como de Madre a hija, "quiero, hija mía ­me dijo­
nombrarte por mi embajadora. Sufrirás no poco; mas vencerás,
pensando ser todo para la gloria de Dios. Con sencillez y confianza di
cuanto entiendas y veas". …Vi a la Virgen Santísima en todo el
esplendor de su belleza. Indecible al labio humano. … Bañada de luz
su figura. Asentaba los pies sobre una media esfera... En sus manos, a
la altura del pecho, otra esfera más pequeña. Alzados los ojos al Cielo,
noté cómo sus dedos tenían anillos, de los cuales brotaban pequeños
haces de luz.... Viendo lo cual, oí una voz que así me dijo: "Figura el
globo al mundo entero y a todos y cada uno de los mortales. Son los
rayos símbolo de cuantas gracias concedo a quienes me las piden"…
hízose en torno de la Virgen Santísima a modo de óvalo con estas
palabras, en caracteres de oro: "¡Oh María sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos!"… momento después, el
cuadro dio media vuelta y vi la letra “M” y encima, apoyada en la

195
letra M, la Cruz. Al pie de la letra M el corazón de Jesús coronado de
espinas y el corazón de María, traspasado por una espada; y todo el
contorno rodeado de doce estrellas. Son figura de los doce apóstoles y
representan a la Iglesia, luz para el mundo. Pensaba en mi interior, si
había que escribir también algo. Se me respondió: “bastante dicen la
letra M y los dos corazones”. Oí una voz que me decía: “Haz acuñar
una medalla según este modelo. Cuantas personas la lleven con
confianza recibirán grandes gracias”.21

La Medalla Milagrosa, como el poncho de Juan Diego, es


obra directa de la madre celestial. Como el relato sobre la llegada
del rosario a manos de los católicos, como una sofisticada
herramienta de choque frente a las amenazas del mundo oscuro.

“Este globo representa al mundo y a cada persona en


particular”. La segunda vez que la joven Catalina recibe la visita de
la Madre Universal, se encontraba en la capilla meditando, en el
silencio le pareció oír nuevamente el roce de un vestido. Miró hacia
el altar y allí estaba parada sobre ese globo. Ella parada sobre el
globo del mundo. Bella, tan bella que Catalina no lo podía
describir, llena de luz, con su vestido blanco resplandeciente de
aurora y con la voz del corazón, Catalina escuchó que la madre
decía que esos rayos que veía eran las gracias que derramaba sobre
los que le pedían con confianza. La hermana de la caridad escribe:
“Oí una voz que me decía: “Haz acuñar una medalla según este
modelo. Cuantas personas la lleven con confianza recibirán
grandes gracias”.

21 http://www.medallamilagrosacrl.com.ar/mm/medallaMilagrosa.php?ver=historia

196
En diciembre de 1830, trescientos años después de que la
Guadalupana entregara el poncho­tilma con las revelaciones hasta
hoy incomprensibles de la venida de la mujer del Apocalipsis, y como
preparando un eterno “mientras tanto”, la Madre Celestial entrega
una medalla y le dice a Catalina: “Ya no me verás más”. La hermana
Catalina entregó a su confesor y guía espiritual todas estas sabidurías
y durante sus 46 años posteriores de vida se dedicó a atender a los
pobres del hospicio, a los heridos de las innumerables revoluciones y
guerras en las que Francia se vio envuelta.

La Medalla Milagrosa es el segundo objeto que la Madre


Universal “entrega” en momentos turbios de la vida humana en la
tierra. Un diseño celestial que se propagó en miles y miles a lo largo de
estos dos siglos. Un objeto que contiene lo que se dio en llamar el
evangelio de María, ya que habla de una concepción Inmaculada, de
una virginidad perpetua simbolizada por el velo blanco con que se
presentaba la imagen a la usanza de las mujeres vírgenes de la primera
iglesia. La inclusión de la cruz hace referencia al símbolo de misterio
pascual, muerte y resurrección del Cristo. Su aparición resplandeciente
figura como signo de la Reina del Universo. Antes de terminar el siglo
XIX se habían distribuido más de mil millones de medallas. La medalla
de la Virgen se ha extendido en todos los continentes.

Ahora me interesa que prestemos atención en este relato en


cuanto a la forma elegida para hacer “visible” el mensaje que se
acuñara en las medallas. Catalina refiere que: “Se formó un cuadro
ovalado y rodeando a la santísima Virgen, vi escritas estas palabras
con letras de oro: “¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA
POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS!...” O sea que las letras
se inscriben en el aire. La Madre celestial usa este elemento como la
base de su mensaje. Escribe en el aire. Lo dejaremos por ahora aquí.
Vayamos por el segundo elemento.

197
Lourdes, el agua que sana
Más allá de la visita a la Lourdes francesa esta advocación
siempre formó parte de los relatos de la niñez. Solía escuchar a mis
padres hablar con melancolía de los tiempos en que el noviazgo de
mediados de siglo XX solo les permitía hacer largas caminatas por la
ciudad. Eran épocas en que las luchas de las mujeres y la prosperidad
de los obreros aún no habían hecho su trabajo de ascenso social y ese
joven provinciano y su novia italiana solo podían caminar en el
febrero caluroso de esta parte del sur, desde el barrio de La Paternal
hasta el santuario de Santos Lugares, réplica de la gruta sagrada de
Lourdes, mientras desfrutaban de un helado compartido.

Bernardita tenía 14 años, corría el año 1858 y febrero se


presentaba gélido, en aquel lugar del norte, la villa francesa de
Lourdes, a orillas del río Gave. La pequeña Bernardette sufría de
asma, por lo que cuando la enviaron a buscar leña junto a dos amigas
no cruzó las aguas heladas del río, sino que quedó en la orilla,
jugando mientras sus amigas recogían los leños más secos. Entonces
sintió un fuerte viento que la obligó a levantar la cabeza hacia la
gruta que tenía frente a ella, ahí tuvo su primera aparición la madre
celestial, nos lo relata Bernardita:

“En ese momento apareció en la gruta una bellísima Señora,


tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse
con tal de lograr volverla a ver". Ella venía toda vestida de blanco,
con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada
en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba
soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo
a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me
acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque
cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí

198
mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el
rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo
tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la
camándula Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero
pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Y
cuando yo decía el Gloria al Padre, Ella lo decía también,
inclinando un poco la cabeza. Terminando el rosario, me sonrió
otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta,
desapareció". Era el 11 de febrero de 1858. Como otros videntes
la pequeña Bernarda también sufriría acosos y desaires, sin
embargo, no perdió nunca su enamoramiento por la señora del
cielo y luego de que esta la visitara 18 veces, desapareció de su
vista, pero no de su vida ya que Bernardita también se consagró
a la vida monástica hasta su muerte.

Visité el santuario un primaveral día de mayo, caminando


el kilómetro y medio desde la estación de Lourdes hasta la gruta, a
orillas del cristalino río de montaña y si en San Nicolás de los
arroyos, también a orillas de un fabuloso río como el Paraná,
había sentido que pisaba un suelo sagrado, en Lourdes la
sensación era de total santidad. Las personas, los enfermos, que a
cientos eran transportados en camastros por serviciales personas o
familiares daban a la escena un toque de surrealismo. Algunos en
sus últimos días de encarnación, otros visiblemente felices a pesar
de sus limitaciones. Hacían cola frente al hilo de agua sanadora en
un sutil silencio, solo poblado el aire de sonidos angelicales. En un
cofre preparado para ello, dejé mi medalla y todos los pedidos que
había llevado en nombre de queridos amigos que deseaban la
intercesión de esta advocación y me dispuse a la meditación bajo
las cantarinas aguas del riacho de la gruta mágica. Allí resuenan
las palabras de la Madre celestial a la pequeña Bernardette:

199
"Vete a tomar agua de la fuente", la niña creyó que le pedía
que vaya a tomar agua del río Gave, pero la Madre le señaló que
escarbara en el suelo. Bernardita empezó a escarbar y la tierra se abrió
y comenzó a brotar agua. Desde entonces aquel manantial ha manado
agua sin cesar, un agua prodigiosa donde se han conseguido milagrosas
curaciones de miles y miles de enfermos. Este manantial produce cien
mil litros de agua al día continuamente desde aquella fecha hasta hoy.

"Rogarás por los pecadores... Besarás la tierra por la


conversión de los pecadores". Como la Visión retrocedía, Bernardita
la seguía de rodillas besando la tierra. El 2 de marzo la Virgen le dice
a Bernardita que les diga a los sacerdotes que Ella desea que
construyan allí un templo y que vayan en procesión.

El 25 de marzo, al verla más amable que nunca, Bernardita


le pregunta varias veces: “Señora, ¿quiere decirme su nombre?”. La
Virgen sonríe y al fin, ante la continua insistencia de la niña, eleva
sus manos y sus ojos hacia el cielo y exclama: "Yo soy la Inmaculada
Concepción". En la aparición del día 5 de abril, la niña permanece en
éxtasis, sin quemarse por la vela que se consume entre sus manos.
Finalmente, el 6 de Julio, fiesta de la Virgen del Carmen,
Nuestra Señora se apareció más hermosa y más sonriente que nunca
e inclinado la cabeza en señal de despedida, desapareció22.

Esta descripción del agua, del manantial, de la sanación a


través del agua resulta significativa a la luz de las palabras bíblicas.
En Isaias 35,6 “… Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los
oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un

22 https://www.ewtn.com/spanish/Maria/lourdes.htm

200
ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en
el desierto y arroyos en el Arabá. La tierra abrasada se convertirá en
laguna, y el secadal en manantiales de aguas; en la guarida de chacales,
su lugar de descanso, la hierba se convertirá en cañas y juncos…”

Y leemos en Juan 7:38: “El que cree en mí, como ha dicho la


Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva…”

El contexto de la aparición de Lourdes, en esa Francia


devastada por las guerras, la madre celestial apela a un conocimiento
que los pueblos ancestrales manejaron desde tiempos remotos, y
como lo expresa una de las sabidurías más antiguas de la tierra, allí
en el valle de Urubamba en Perú, donde los ríos atraviesan los valles
sagrados como el de Lares y el río serpentea entre las montañas, allí
los ancianos dicen a las jóvenes generaciones para que no lo olviden
“El agua es el camino”. La madre universal nos entrega esta sabiduría
a nosotros, herederos de occidentalidad, en Lourdes.

Fátima, el fuego danzante


Toda vez que he intentado llegar a Portugal, vía Galicia,
diversas cuestiones climáticas lo impidieron. Es que como educadora
solo dispuse de los meses del verano sureño para realizar viajes “de
trabajo de campo”. Y resulta que nuestro verano sudamericano
coincide, obvio, con el invierno del norte. Pero bueno, un buen
historiador sabe que las huellas no son solo las que hallamos por
nosotros mismos. Tantos datos materiales, tantas fuentes, nos ayudan
a historizar un hecho. Es dable aclarar que las apariciones marianas
son, no caben dudas, hechos. Como tales son historiables. No es la
meta de este trabajo, pero vale la aclaración, para empezar a darles
un sentido histórico. ¿O de qué otra manera podemos leer la

201
presencia de miles, de millones de personas en los santuarios que se
han construido luego de que las apariciones de la madre universal
sacralizara un determinado suelo?

El hecho de Fátima remite a un contexto histórico


insoslayable. Occidente atraviesa la primera cruenta y desgarradora
“guerra mundial” y saliendo de ella ya se prepara para una de las
más atroces debacles de la humanidad entre lo perverso y
demoníaco: la segunda guerra mundial. Dos modelos en punga
­capitalismo, comunismo­ y la falta total de límites entre la tortura, la
desaparición, la destrucción y el hongo más terrible que los humanos
hayan conocido: el atómico.

Tiempo antes de que todo esto sucediera, en el año 1916 un


ángel celestial ­anterior a la llegada de la madre del cielo que
ocurriría en 1917­, se presenta a tres niños pastores de las tierras de
sus padres, primos ellos, de 6, 8 y 9 años. La mayor, Lucía, se
convertirá con el tiempo en una hermana consagrada, que nos dejó
sus diarios y sus secretos en manos de los papas Juan Pablo II, y el
actual papa Francisco. Veamos los hechos tal cual los relata Lucía
Marto. Ella y sus primos Jacinta y Francisco llevaban pequeños
grupos de ovejas a pastorear a parcelas del altiplano en el que se
encontraba el pueblito de Fátima (cerca de la Iglesia parroquial) y
Aljustrel (donde vivían los niños). Dos miradores favoritos eran las
colinas que miraban a Aljustrel, cerca de un campo llamado Loca do
Cabeco (Lugar de la Cabeza) y la Cova da Iria (Ensenada de Irene) a
poca distancia de Fátima. En estos lugares ocurrieron las apariciones
que cambiarían el curso de la vida de estos niños y de la historia del
siglo XX. Cuenta Lucía, “en la primavera de 1916 fuimos esa vez a la
propiedad de mis padres, que está abajo del Cabeco, mirando hacia
el este. Se llama Chousa Velha. Como a mitad de mañana comenzó a
lloviznar y subimos la colina, seguidos de las ovejas, en busca de una

202
roca que nos protegiera. Así fue como entramos por primera vez en el
lugar santo. Está en la mitad de una arboleda de olivos que pertenece a
mi padrino, Anastasio. Desde allí uno puede ver la aldea donde yo nací,
la casa de mi padre y también Casa Velha y Eira da Pedra. La arboleda
de obispos, que en realidad pertenece a varias personas, se extiende
hasta estos lugares. Pasamos el día allí, a pesar de que la lluvia había
pasado y el sol brillaba en el cielo azul. Comimos nuestros almuerzos y
comenzamos a rezar el rosario. Después de eso comenzamos a jugar un
juego con guijarros. Pasaron tan solo unos segundos cuando un fuerte
viento comenzó a mover los árboles y miramos hacia arriba para ver lo
que estaba pasando, ya que era un día tan calmado. Luego
comenzamos a ver, a distancia, sobre los árboles que se extendían hacia
el este, una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo
transparente, tan brillante como un cristal en los rallos del sol. Al
acercarse pudimos ver sus rasgos. Nos quedamos asombrados y
absorbidos y no nos dijimos nada el uno al otro. Luego él dijo: “No
tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo”.

Él se arrodilló, doblando su rostro hasta el suelo. Con un


impulso sobrenatural hicimos lo mismo, repitiendo las palabras que le
oímos decir: “Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te
amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te esperan
y no te aman”. Después de repetir esta oración tres veces el ángel se
incorporó y nos dijo: “Oren de esta forma. Los corazones de Jesús y
María están listos para escucharlos”. Y desapareció. Nos dejó en una
atmósfera de lo sobrenatural que era tan intensa que estuvimos por
largo rato sin darnos cuenta de nuestra propia existencia. La presencia
de Dios era tan poderosa e íntima que aún entre nosotros mismo no
podíamos hablar. Al día siguiente, también esta atmósfera nos ataba, y
se fue disminuyendo y desapareció gradualmente. Ninguno de nosotros
pensó en hablar de esta aparición o hacer ningún tipo de promesa en
secreto. Estábamos encerrados en el silencio sin siquiera desearlo”.

203
Cuando leo este relato no puedo dejar de pensar en esos
niñitos. Claro, Lucía nos lo cuenta muchos años después ya librada de
las terribles persecuciones por las que pasaron. Ella hizo caso a las
palabras de la virgen, como veremos, que le solicitó que aprendiera a
leer y escribir y la hizo guardiana de tres secretos que se revelarían a
través del tiempo. Veremos que estos pastores tenían diferente
relación con las apariciones y mientras Lucía podía “hablar” con la
madre, los otros niños solo la veían y la escuchaban. El ángel se
presentó en dos oportunidades más y les anunció que serían visitados
por la madre. Además, sucedió por primera vez algo del todo inusual.
Tal como nuestro Juan Diego cuatrocientos años atrás, estos
jovencitos recibieron un objeto material de parte del ángel
(recordemos que Juan Diego recibió rosas de donde no las había).
Los niños recibieron ostias sagradas, pan divino, se los hizo comulgar.

Sigue Lucía: “No sé porqué pero las apariciones de la Virgen


produjeron en nosotros efectos muy diferentes que los de las visitas
del ángel. En las dos ocasiones sentimos la misma felicidad interna,
paz y gozo, pero en vez de la posición física de postrarse hasta el piso
que impuso el ángel, nuestra Señora trajo una sensación de
expansión y libertad, y en vez de este aniquilamiento en la presencia
divina, deseábamos solamente exaltar nuestro gozo. No había
dificultad al hablar cuando nuestra Señora se apareció, había más
bien por mi parte un deseo de comunicarme”.

Lucía no está segura de cuando ocurrió la tercera aparición


del ángel, ella cree recordar que fue a finales de Septiembre u
Octubre de 1916. Habiéndose dirigido a Cabeco con sus rebaños, y
estando más atentos a las palabras del ángel, ellos se arrodillaron
inmediatamente para orar la oración que les enseño el ángel: “Dios
mío, yo creo en ti, yo te adoro…”

204
Dice: “Después de haber repetido esta oración no sé cuántas
veces vimos una luz extraña brillar sobre nosotros. Levantamos
nuestras cabezas para ver qué pasaba. El ángel tenía en su mano
izquierda un cáliz y sobre él, en el aire, estaba una hostia de donde
caían gotas de sangre en el cáliz. El ángel deja el cáliz en el aire, se
arrodilla cerca de nosotros y nos pide que repitamos tres veces:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro
profundamente, y te ofrezco el precioso cuerpo, la sangre, el alma y
la divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del
mundo, en reparación de los sufragios, sacrilegios e indiferencia por
medio de las cuales Él es ofendido. Y por los méritos infinitos de su
Sagrado Corazón y por el Inmaculado Corazón de María, pido
humildemente por la conversión de los pobres pecadores”. Después
se levantó, tomó en sus manos el cáliz y la hostia. La hostia me la dio
a mí y el contenido del cáliz se los dio a Jacinta y a Francisco,
diciendo al mismo tiempo: “Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo terriblemente agraviado por la ingratitud de los hombres.
Ofrezcan reparación por ellos y consuelen a Dios”. Una vez más él se
inclinó al suelo repitiendo con nosotros la misma oración tres veces:
“O Santísima Trinidad…”, y desapareció. Abrumados por la atmósfera
sobrenatural que nos envolvía, imitamos al ángel en todo,
arrodillándonos postrándonos como él lo hizo y repitiendo las
oraciones como él las decía…”

Estos niños fueron “catequizados” antes de recibir la


presencia de la madre del universo. Fátima, que significa “Paz”, es un
hecho sin precedentes que el plan divino pone en juego para detener
el avance de la destrucción que se anunciaba a través de las guerras.

Ocho meses pasaron desde la última aparición del ángel.


Lucía, Francisco y Jacinta continuaron a obrar lo que el ángel les
había enseñado, orando y ofreciendo sacrificios al Señor. Lucía tenía

205
ahora 10 años, Francisco 9 en Junio y Jacinta acababa de cumplir 7
en marzo cuando el 13 de mayo de 1917, decidieron llevar sus ovejas
en unas colinas que pertenecían al padre de Lucía conocidas como
Cova da Iria, o Ensenada de Irene. Fue ahí, solo con una excepción,
donde la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora del
Rosario se les apareció en seis ocasiones en 1917, y una novena vez
en 1920 (sólo a Lucía).

Llevando a su rebaño fuera de Aljustrel en la mañana del 13


de mayo, la fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, los
tres niños pasaron Fátima. Una luz extraña se les presentó en forma
de "rayo en medio de un cielo azul".

Dice Lucía: “Comenzamos a ir cuesta abajo llevando a las


ovejas hacia el camino. Cuando estábamos en la mitad de la cuesta,
cerca de un árbol de roble (el gran árbol que hoy en día está rodeado
de una reja de hierro), vimos otro rayo, y después de dar unos
cuantos pasos más vimos en un árbol de roble (uno más pequeño más
abajo en la colina) a una señora vestida de blanco, que brillaba más
fuerte que el sol, irradiando unos rallos de luz clara e intensa, como
una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa
por ella. Nos detuvimos asombrados por la aparición. Estábamos tan
cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que ella irradiaba,
casi a un metro y medio”. “Por favor no teman, no les voy a hacer
daño”. “¿De dónde eres?”. “Yo vengo del cielo”. La Señora vestía con
un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta sus
pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían
estrellas, con un crucifijo que era la gema más radiante de todas.
Quieta, Lucía no tenía miedo. La presencia de la Señora le producía
solo felicidad y un gozo confiado. "¿Qué quieres de mí?". “Quiero que
regreses aquí los días 13 de cada mes por los próximos 6 meses a la
misma hora. Lugo te diré quién soy, y qué es lo que más deseo…

206
volveré aquí una séptima vez". “¿Y yo iré al cielo?". “Sí, tu irás al
cielo". “¿Y Jacinta?". “Ella también irá". “¿Y Francisco?". “Él también,
amor mío, pero primero debe decir muchos Rosarios”. La Señora miró
a Francisco con compasión por unos minutos, matizado con una
pequeña tristeza. (Lucía después recordó de algunos amigos que
habían fallecido.). “ ¿Y María Nieves está en el cielo?”. “Sí, ella está
en el cielo”. “¿Y Amelia?". “Ella está en el purgatorio. ¿Se ofrecerán a
Dios y tomarán todos los sufrimientos que Él les envíen reparación
por todos los pecados que Le ofenden y por la conversión de los
pecadores?”. "Oh Sí, lo haremos". “Tendrán que sufrir mucho, pero la
gracia de Dios estará con ustedes y los fortalecerá”.

Lucía relata que mientras la Señora pronunciaba estas palabras,


abría sus manos: “Fuimos bañados por una luz celestial que parecía
venir directamente de sus manos. La realidad de esta luz penetró
nuestros corazones y nuestras almas, y sabíamos que de alguna forma
esta luz era Dios, y podíamos vernos abrazada por ella. Por un impulso
interior de gracias caímos de rodillas, repitiendo en nuestros corazones:
"Oh Santísima Trinidad, te adoramos. Mi Dios, mi Dios, te amo en el
Santísimo Sacramento". La Señora habló de nuevo, mencionando la
guerra en Europa, de la que teníamos poca o ninguna noción
­recordemos que los pastorcitos vivían en un pueblito perdido en las
altiplanicies portuguesas­. Después de esto, ella se comenzó a elevar
lentamente hacia el este, hasta que desapareció en la inmensa distancia.
La luz que la rodeaba parecía que se adentraba entre las estrellas, es por
eso que a veces decíamos que vimos a los cielos abrirse”.

Fabuloso diálogo entre una madre y sus inocentes hijos­


pastores. Francisco y Jacinta morirán muy pronto y solo Lucía llegó a
la vejez en su convento de las Carmelas, no sin dejar antes los
secretos revelados por la madre celestial en manos del Papa Juan
Pablo II. Pero esa es otra historia.

207
Lo que aquí cuenta es que el Plan se despliega con muchas
más precisiones que en apariciones anteriores. La Madre revela a los
pastores las veces que vendrá y los motivos que la traen. Les advierte
que “sufrirán” y tan cierto es que podemos comprobarlo en los
materiales con que hoy contamos. Luego de sufrir encarcelamiento
(sí, se encarceló a los niños) y tildarlos de mentirosos y
endemoniados. Reporteros gráficos de la época pudieron atestiguar
los hechos de las siguientes apariciones23. Lucía le pidió por favor, los
siguientes días 13 que la madre enviara una señal con la que los
demás creyeran en lo que ellos veían. Entonces y como para que los
secretos entregados a los niños fueran tomados en cuenta, la madre
celestial mostró todo su poderío moviendo el sol, produciendo una
“danza” que tal vez a nosotros no nos llame la atención tan
acostumbrados que estamos a los efectos visuales producto de la
tecnología pero que contextualizados, en esas mentes pueblerinas,
que apenas conocían de la guerra imaginemos el efecto que provocó
en ellos. Veamos el relato de una de las presentes, quien cuenta que
un disco se posó mientras el sol danzaba y…“(…) El disco se
transformó todo de diferentes colores ­amarillo, azul y blanco,
entonces se sacudió y tembló, parecía una rueda de fuego que caía
sobre la gente­. Empezaron a gritar "¡nos va a matar a todos!", otros
clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto
de contrición. Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta,
diciendo que había hecho esto y aquello… Cuando al fin el sol dejó
de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aun estábamos
vivos, y el milagro predicho por los niños fue visto por todos… Yo
estaba mirando hacia el lugar de las apariciones, esperando serena y
fríamente que algo sucediera, y con una curiosidad en descenso
porque había pasado mucho tiempo sin que sucediera nada que me
llamara la atención, entonces escuché miles de voces gritar y vi que la
multitud de pronto se voltio, hacia el lado contrario, sus espaldas en
contra del sitio donde yo tenía dirigida mi atención y miré al cielo del

208
lado opuesto… La hora legal era cerca de las 2 de la tarde, alrededor
del mediodía solar. El sol unos momentos antes había aparecido entre
unas nubes, las cuales lo ocultaban y brillaba clara e intensamente.
Yo me volví hacia el magneto que parecía atraer todas las miradas y
lo vi como un disco con un aro claramente marcado, luminoso y
resplandeciente, pero que no hacía daño a los ojos. No estoy de
acuerdo con la comparación que he escuchado en Fátima, la de un
pesado disco plateado. Era un color más claro rico y resplandeciente
que tenía algo del brillo de una perla. No se parecía en nada a la luna
en una noche clara porque al uno verlo y sentirlo parecía un cuerpo
vivo. No era una esfera como la luna ni tenía el mismo color o matiz.
Perecía como una rueda de cristal hecha de la madre de todas las
perlas. No se podía confundir con el sol visto a través de la neblina
(porque no había neblina en ese momento), porque no era opaca,
difusa ni cubierta con un velo. En Fátima daba luz y calor y
aparentaba un claro cofre con un arco bien difundido”. María
Capelinha ­una de las primeras creyentes24­ piensa si no es esta la
descripción de una nave celestial. Muchos investigadores recorren ese
camino. Nosotros sigamos el nuestro hasta tener más elementos.

La señal conocida como “Danza del sol” es bien diferente a


esta descripción. Tuve oportunidad de verla más de una vez en los
viajes a San Nicolás de los arroyos. En ocasiones en que el cielo
estaba nublado a la hora en que terminaba la procesión, las nubes se
descorrían dando lugar a una visión en que el sol parece como un
disco que gira dando color al cielo, entre celestes y rosas se
reproducen los colores del manto virginal.

23 Hay muchas películas con las imágenes de Fatima, recomiendo esta:


FATIMA ­ El día 13 https://youtu.be/NaIp8iAccLs
24 www.oratoriodefatima.com/testimonios.html en este sitio y muchos más.

209
En esta parte del Plan, la madre del universo no escatima
esfuerzos para detener el avance de la destrucción humana, la guerra
se transformará exponencialmente. Rusia se aleja y el mundo
occidental quedará partido en dos por los dolores de parto de una
nueva y oscura humanidad. El Muro no podrá detener la sangría y los
mares ensangrentados serán cementerio de jóvenes de todas las
etnias. Luego de escribir en el aire de Francia y lavar con el agua
maravillosa de Lourdes, prueba con el fuego en Fátima, dando la
señal más clara posible de que los tiempos cambiarán la historia. Es
hora de detener tanta iniquidad.

En Fátima los niños refieren una imagen “afligida”, si llena


de luz, pero con un rostro de preocupación. Lucía recibe los tres
secretos con la advertencia de que sean revelados en su momento.
Los dos primeros relacionados con el fin de la guerra de ese entonces,
de la que los pastorcitos eran ocasionales testigos, dado que su aldea
portuguesa estaba fuera del alcance de las cruentas batallas. El
segundo anunciaba la partida de los primos Francisco y Jacinta, muy
pronto aún niños. Lucía a los 14 años entra al convento y se dispone
en los siguientes treinta años a su formación, entrega devocional y
espera a que se de quien sería depositario del tercer secreto. Sin
embargo, la historia se encargará de desdecir los hechos. Aquí es
bueno recordar que el tercer secreto lo describe en 1944 aunque lo
da a conocer Juan Pablo II en el año 2000. Se trata de una visión ­o
sea que los pastores ven, se les hace ver­ a un obispo vestido de
blanco, apesadumbrado, que cruza una ciudad destruida dirigiéndose
hacia una cruz de madero sobre una colina. A los costados de la cruz,
dos ángeles con enormes copas recogen la sangre de los curas y
seglares que lo acompañan en su muerte violenta. La sangre
derramada ayuda a las almas de los muertos a acercarse a Dios. Esta
es la visión que hizo a Lucía decir que el atentado de 1981 a JP II era
el hecho descripto en el secreto. Pero caben muchas dudas, ya que la

210
pastorcita también recibió de parte de la madre del universo, una
explicación de la visión que pidió expresamente que no se le diga a
nadie (solo a su primo Francisco que no podía escucharla). En el
2005 y a los 97 años muere Lucía, y en el 2010, el papa Benedicto
XVI se dirige a Fátima y dice: “Quien crea que los hechos de Fátima
se han resuelto con el atentado de 1981, están equivocados, Fátima
no se ha cerrado”. El fuego sigue quemando en forma de guerras y
terrorismo y economías salvajes. El mundo es testigo hoy de una
iglesia católica con dos Papas. ¿Cuál de ellos será el que suba la
colina, a los pies de la cruz, atravesada por las flechas? Recordemos
que cuando Benedicto se retira no dice adiós, sino “hasta luego”.

Garabandal, la tierra de las primicias

Sabemos que hasta ahora la creación se queja y sufre como una


mujer con dolores de parto. Y no solo sufre la creación, sino también
nosotros que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que hemos de
recibir. Sufrimos intensamente esperando el momento en que Dios nos
adopte como hijos, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. Y en
esa esperanza hemos sido salvados. Ahora bien, si lo que se espera está
ya a la vista, entonces no es esperanza, porque ¿a qué esperar lo que ya
se está viendo? Pero si lo que esperamos es algo que aún no vemos, con
constancia hemos de esperarlo.
Rom. 8.23

Con tal aflicción y a la luz de la historia contemporánea


llegamos a la tierra de Garabandal. Otro pequeño poblado ­vasco­
otros árboles y otros niños. El calendario gregoriano marca 2 de
julio de 1961.

211
Más cercano en el tiempo, pero como correlato de los
anuncios del Plan Divino, la madre nos recuerda acerca de lo que
Juan Diego recibió allá lejos y hace tiempo: un mapa estelar con el
anuncio de la mujer del apocalipsis.

Siempre me pregunté acerca de cómo llevar el ritmo de la


vida donde la locura y la magia formaran parte de la vida cotidiana
sin despertar sospechas de los “correctamente adaptados”. Es decir, a
medida que la integración de las fuerzas internas que nos componen,
los claro­oscuros, nuestras luces y sombras se entraman y
amalgaman, ¿cómo vivir con la aguja y el barril? Garabandal es la
muestra de que también lo trascendente anida en lo cotidiano. La
madre celestial juega con las muñecas de las niñas que ha convocado
para darle sus mensajes, juegan escondidas, saltan y miles de
apariciones van tramando lo divino con lo cotidiano. Como una
madre a sus hijas les advierte sobre las tareas domésticas, el estado
de las vacas, las cosechas. En esta aparición, a diferencia de los
videntes anteriores, la madre del universo no les pide que consagren
su vida a las Carmelas u otra orden monástica, sino que sean buenas
madres, buenas esposas, buenas personas. En el sitio oficial de
Garabandal puede leerse: “Las destinatarias principales de las visiones,
conversaciones, paseos y juegos de las apariciones de Garabandal,
fueron cuatro niñas (Conchita, Mari Cruz, Loli y Jacinta) que vivían en
el pueblo, de 11 y 12 años de edad en 1961. Su instrucción entonces era
elemental, de acuerdo con las pobres condiciones y lo apartado del lugar,
aunque todas sabían leer y escribir. Las cuatro niñas vivieron a la vez la
primera aparición del arcángel S. Miguel, pero no todas terminaron sus
experiencias al mismo tiempo, sino que lo hicieron progresivamente.
Mari Cruz finaliza en septiembre de 1962. Loli y Jacinta en enero de
1963, si bien algunas tuvieron locuciones posteriores, y Conchita es la
última que termina en noviembre de 1965.”

212
No solo las niñas son testigos de estas apariciones, sino que
otras personas han vivido la experiencia. Tal vez la más
impresionante es la de un sacerdote llamado Andrew que entró en
éxtasis como las niñas y al otro día, estando aún conmocionado por
la experiencia, falleció. Y como se construyen las leyendas quienes lo
vieron comentaron el estado de placidez con que lo hizo. En otro
plano, y con las características del caso, el Padre Pío de Pietralcina,
que nunca salió de su convento, también “siguió” estas apariciones
ocurridas pocos años antes de su partida definitiva en 1968.

“Habitualmente la aparición en Garabandal se anunciaba


interiormente con antelación a las niñas, quienes en el momento de
comenzar quedaban en éxtasis. Esta situación no les impedía moverse o
hablar, pero si aislaba sus sentidos de otras percepciones diferentes de la
propia visión, haciéndolas insensibles a focos, pinchazos, golpes
fortuitos, etc. Con frecuencia los movimientos de todas eran congruentes
entre ellas y de gran precisión de modo que era patente que actuaban
respondiendo a lo que percibían de otra realidad, que resultaba invisible
a los demás que las rodeaban”.

Como se ha dicho, a diferencia de lo que ocurrió con los


videntes en Fátima o Lourdes, al terminar las apariciones de
Garabandal las niñas no ingresaron definitivamente en un convento
religioso, aunque durante algún tiempo algunas lo pensaron. Su vida
continuó tras el periodo de apariciones como esposas y madres de
familia en España y Estados Unidos. De hecho, en Garabandal la
Virgen con frecuencia besó anillos de matrimonio entre otros objetos
que dejó con ese recuerdo maternal que, según los testimonios de los
seguidores de estas apariciones, serán utilizados por Jesús que hará
prodigios mediante los objetos besados por la madre. Las personas
que usen con fe tales objetos, pasarán en esta vida el purgatorio.

213
Recientemente, el 20 de abril del 2009, falleció Loli en USA, tras una
larga enfermedad rodeada de su familia.

En esa vida ordinaria cabe lo más grande entrelazado con lo más


pequeño y sencillo de un modo natural. Así las enseñanzas de la Virgen
en Garabandal tienen como motivo central la devoción eucarística que se
afianzó mediante la realización de un milagro eucarístico el 18 de julio
de 1962. Los consejos de la madre tenían por objeto mejorar la propia
vida cristiana a través de la frecuencia de sacramentos, la vida de oración
continua, el rezo del Santo Rosario, la devoción a los ángeles y los
santos, la petición por necesidades espirituales, materiales y por los
difuntos, el uso habitual de sacramentales y objetos piadosos como
medallas, crucifijos y el ofrecimiento de pequeños sacrificios derivados
de los deberes ordinarios.

La Virgen en Garabandal muestra un interés sistemático en


sus conversaciones y acciones por cuestiones aparentemente triviales
del quehacer diario de aquellos habitantes de la aldea. Ella se
interesa por las tareas del campo, por el ganado que es medio de
vida, por los taxis que suben al pueblo a través de una estrecha
carretera de montaña sin asfaltar, por los quehaceres caseros como
tender la ropa lavada o ir a la fuente por agua, por los enfermos.
Tiene gestos maternales como dejar que las niñas se pongan su
corona llena de estrellas o mecer al Niño Jesús en sus brazos, se ríe
de las ocurrencias que tienen propias de su edad, hasta el punto, que
para los que las oían, la conversación parecía de niñas, sin cosas
trascendentales. El día de la Asunción de 1961 las niñas compusieron
de madrugada unas improvisadas e inspiradas mañanitas celestiales a
la Virgen. Ella les enseñó que quiere que todos la tratemos como los
hijos que hablan con su Madre y se lo cuentan todo y se alegran
después de tiempo de no verla.

214
Con respecto a la relación con lo cotidiano de la vida y la
forma de entramar lo sagrado con lo profano que esta aparición
devela, relataré un hecho con el que dí revisando fuentes referidas a
estos temas. Se trata de un evento ocurrido a inicios del siglo XX.
Otra vez en América, Puerto Rico, 1899. El pequeño país ha sido
anexado a Estados Unidos, caos y confusión. En medio de la
hecatombe cultural un fenómeno se manifiesta en forma de
resistencia a la irrupción de la posición evangélica del país opresor.
Entre ellos una mujer cuya leyenda dice que apareció en una balsa,
desde el mar, y que se hizo llamar “Vuestra Madre”. Durante casi
diez años enseñó, curó y favoreció la construcción de un oratorio en
la Santa Montaña. Elenita de Jesús. Testigos oculares de la época la
señalan como una mujercita que se presentaba como la Virgen del
Carmen y, mientras que algunos la consideraban una embaucadora
otros la veneran hasta la actualidad. Lo que llama la atención de
esta experiencia es la forma en que organizó la aldea, las pautas
para la vida cotidiana en conjunción con las prácticas de adoración
del catolicismo. Vuestra Madre se dedicó a las sanaciones y a
profetizar, y aunque no fue reconocida por la iglesia católica como
una presencia de la virgen en esta tierra, si se la consideró una
mujer devota y santa. Nadie conoció su origen, nadie demandó su
muerte. El 29 de septiembre de 1909, luego de dar instrucciones
precisas para su entierro es encontrada muerta en un charco de
sangre, tal vez producto de tuberculosis. Elenita de Jesús25 vivía
ascéticamente como muchos monjes de la edad media y sus
profecías y las enseñanzas sobre la vida cotidiana resuenan como un
anticipo de lo que veremos en la Cantabria europea. ¿Cuáles serán
las profecías de Garabandal?

25 http://hispaniasacra.revistas.csic.es/index.php/hispaniasacra/article/viewArticle/432

215
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela
sobre los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de angustia cual nunca
hubo desde que existen las naciones hasta entonces; y en ese tiempo tu
pueblo será librado, todos los que se encuentren inscritos en el libro.
Dan 12, 1”

Las videntes de la Cantabria recibieron la visita de dos


ángeles que en diferentes ocasiones acompañaban a la madre
universal. Creyeron que se trataba de San Miguel y San Gabriel a los
que los veían tan parecidos que los creía mellizos. Leemos en el sitio
de Garabandal: “Las apariciones del arcángel San Miguel en
Garabandal fueron las más frecuentes, después de las de la Virgen del
Carmen. De hecho, la precedió en solitario desde el 18 de junio hasta el
día 1 de julio de 1961 para preparar a las niñas y después la acompañó
en su primera aparición, junto al arcángel San Gabriel, el día 2 de julio,
fiesta entonces de la Visitación. San Miguel se encargó de dar la
comunión a las niñas de Garabandal, en forma habitualmente invisible
a las demás personas presentes, excepto el día 18 de julio de 1962
(Milagruco). Además, fue el transmisor directo de los dos mensajes
públicos que la Virgen dio en Garabandal. Hoy día, además de su
imagen en la Iglesia del pueblo, que vemos en la foto, existe una capilla
dedicada a San Miguel a medio camino entre Garabandal y los Pinos.”

La madre celestial les da tres mensajes a las niñas donde les


pide que no lo revelen hasta el 18 de julio de ese año: “Ya se está
llenando la copa y si no cambiamos vendrá un gran castigo”. Las
niñas supieron de qué se trataba el castigo en una visión que les dio
la madre El impacto de la visión fue tan grande que los testigos del
éxtasis relatan los gritos de terror de las videntes. Pero también se les
hizo saber que antes de que sucedan los hechos habrá una
oportunidad de modificarlo con algo que, la madre, llamó El Aviso.
Dice Conchita que “estarás en cualquier lugar, haciendo cualquier

216
cosa y lo recibirás sabiendo que es de Dios porque no tiene
explicación racional. Lo veremos con nuestros ojos, pero no nos hará
ningún daño, será como si dos estrellas chocasen”. Luego de este
episodio, que nos hará ver nuestra conciencia, lo bueno y lo que no lo
es ­sobrevendrá El Milagro, otro evento sobrenatural que no dejará
dudas de que hay que vivir como la madre nos pide­. Conchita
admite que el suceso se concretará en su pueblo, en la Cantabria
vasca, y que los pinos quedarán marcados para que todos lo vean, los
enfermos sanarán y los pecadores se convertirán. La señal no será
tangible, como un rayo de sol que sabemos de donde proviene, pero
no podemos asirlo. También conocen las videntes el día y la hora del
Milagro, pero se les ha pedido que lo revelen solo ocho días antes26.
Si el Aviso y el Milagro no dan los resultados esperados ­de
conversión y aceptación de la vida modificada­ sobrevendrá el
castigo, que es el que las niñas vieron en su éxtasis.

Algunos investigadores27 consideran la aparición en Akita


como aquella que establece un nexo con esta, dando particularidades
acerca de cómo será el castigo. Hacen hincapié en que a diferencia
del anterior período en que la tierra fue saneada mediante el agua
del diluvio, en esta oportunidad el elemento será el fuego. No he
avanzado en la investigación de los mensajes dados en Japón, por lo
que solo los menciono. Más bien encuentro una conexión importante
de los pasos de este Plan divino en las apariciones de Medjugorge,
sobre todo porque se suma a Garabandal en el trato dado a los
videntes, marcando una diferencia sustancial con los anteriores.

26 https://youtu.be/Isf5zsCwiV4

27 Antonio Yagüe: https://www.youtube.com/watch?v=9NfQsaI0qk0

217
Medjugorge: treinta años solicitando Paz, paz, paz…

Entonces Jesús les dijo: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le


respondieron: No. Y El les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca
y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran
cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo a
Pedro: ¡Es el Señor! Oyendo, pues, Simón Pedro que era el Señor, se ciñó
la ropa (porque se la había quitado para poder trabajar), y se echó al
mar.…
Juan 21.6

Los pescadores, ávidos de lugares donde surjan colmadas sus


redes, descubren paraísos para el disfrute del resto de los mortales.
Eso sentí la primera vez que llegué a la Bahía de San Blas, una
localidad del extremo sudoeste de la provincia de Buenos Aires,
perteneciente al partido de Patagones. Cuentan que sus bajíos son tan
grandes que los naufragios eran moneda corriente. Las playas de
canto rodado, patagónicas, brillan con el sol del verano en la ribera
del mar argentino del océano Atlántico. Tal vez esas playas, tan
parecidas a las del Adriático hayan sido las que le recordaran al
padre Esteban Gregov la promesa que hizo a la madre universal
cuando huía, junto a otros jóvenes croatas, de su tierra natal. Tres
días de zozobra en medio del mar, ya cercanos a la muerte, Esteban,
que solo tenía 17 años en 1954, le gritó a la Stella Maris: “Allí donde
vaya te haré una iglesia, no sé si chica o grande, pero de seguro en tu
honor”. Y esa costa, esas rías de la Bahía de San Blas fueron las
depositarias de su promesa.

Recuerdo la sensación al caminar por la costa adriática,


cercana al puerto de Ancona en Italia, luego de visitar la iglesia de
Loreto, lugar donde los cruzados “depositaron” la casa de Nazareth28.
Estaba tan cerca de la aldea croata de dónde provenía el relato sobre

218
una aparición mediadora de la paz que creí posible visitarla, solo
había que cruzar ese cristalino mar. No pudo ser, por eso cuando el
verano siguiente retorné a San Blas dispuesta a caminar por la ría y
girando la cabeza mirar hacia atrás desde el mar para descubrir el
pequeño paraíso croata que Gregov construyó, sería suficiente
vivencia como para meditar sobre las apariciones del Probdo de
Mostar. La capilla está abierta a todos los que deseen llegar tras una
caminata costera de 5 km. desde el pueblo. San Blas fue el lugar
elegido por el padre Gregov para terminar sus días terrenales. Allí se
encuentra un refugio espiritual donde las advocaciones marianas son
albergadas amorosamente y en especial Medjugorge: veinte años
después de Garabandal…

28 La Santa Casa de Loreto es la misma casa de Nazaret que visitó el


Arcángel Gabriel en la Anunciación a la Santísima Virgen María. Es allí
donde el Verbo se hizo Carne y habitó entre nosotros. Allí también vivió la
Sagrada Familia a su regreso de Egipto y donde Jesús pasó 30 de sus 33
años junto a La Virgen y San José. Pronto La Santa Casa se convirtió en
lugar de reunión para la celebración de la Santa Misa de los primeros
Cristianos. Podemos imaginarnos con qué amor y veneración cuidaban este
Santo Lugar. Actualmente la Santa Casa está situada dentro de la Basílica
que para ella se construyó en Loreto, Italia. Dentro de la casa de Loreto se
venera la pequeña estatua de La Virgen de Loreto. La Santa Casa en Nazaret
tenía dos partes: una parte era una pequeña gruta y la segunda parte una
pequeña estructura de ladrillos que se extendía desde la entrada de la gruta.
La estructura de ladrillos no tenía sino tres paredes, ya que un lado pegaba
con la pared de la gruta. ¿Cómo llegó la casa de Nazaret a Loreto, Italia?
Hay varias tradiciones. Una de ellas habla de ángeles que transportaron la
casa por los aires. Pero hay documentos que parecen indicar que el
responsable del traslado es un comerciante llamado Nicéforo Angelo del
siglo XIII. Quizás su apellido inspiró la idea del traslado por medio de
ángeles. En todo caso, tan extraordinaria empresa, sin duda, tuvo la
protección y guía del cielo. Ya lo había dicho el ángel a la Virgen en esa
misma casa: "Para Dios nada es imposible".

219
“El 24 de junio de 1981, día de San Juan Bautista, dos
amigas de dieciséis años llamadas Ivanka Ivankovic y Mirjana
Dragicevic, están dando un paseo tras las casas de Bijakovici, a un
kilómetro de la parroquia de Medjugorje. Mientras pasean por la
falda del monte, Ivanka le hace un extraño comentario a su amiga.
“Mirjana, creo que la Gospa (Virgen) está en el monte”.29

Otra vez, jóvenes­niños, otra vez pastores, otra vez en el


monte, blanca, luminosa, joven, con un niño. Otra vez las pruebas a
los videntes, las detenciones, las argumentaciones sobre la realidad o
no de los hechos. Otra vez el éxtasis, otra vez los mensajes… otra vez
la guerra.

La madre universal se presentó durante una semana seguida


a seis jóvenes croatas. Los instó a rezar por la paz. Contestó todas sus
preguntas y cuando le preguntaron cómo iban a llamarla les dijo soy
“La Reina de la Paz”. En forma simultánea la región atraviesa una de
las peores guerras fratricidas del pasado siglo y sin embargo a pesar
de las atrocidades vividas por las gentes de Bosnia y Herzegovina, la
guerra nunca hizo acto de presencia en Medjugorje. Según cuentan
los lugareños de la aldea y los propios videntes, “la Virgen María nos
protegió”. Y es cierto que a solo tres kilómetros de Medjugorje, en la
vecina Citluk, sí que llegaron las hostilidades, pero el pueblo de
Medjugorje, a pesar de haber sido objetivo prioritario de las fuerzas
militares serbias, no sufrió ningún daño ni humano ni material.”30

El grupo de videntes, hoy adultos, fueron estudiados con los


avances tecnológicos de la época: Vicka, Mirjana, Ivanka, Marija, Ivan

29 http://www.centromedjugorje.org/santuario/seccion/10

220
y Jakov sufrieron todo tipo de revisaciones físicas, psiclológicas,
incluso hay horas de material filmado durante los éxtasis. Las
apariciones continuas de esos siete días iniciales cambiaron a otras de
tipo individuales que con más y menos detalles los videntes tienen
hasta el día de hoy. Medjugorge dejó de ser un pueblito tranquilo de
Herzegovina para transformarse en un lugar de peregrinación
multitudinario como nuestra Guadalupe americana o la Fátima
portuguesa. El mensaje central del Monte de Mostar es la búsqueda
de la paz. Paz, paz, más paz. Esta aparición está íntimamente ligada a
la de 1983 a orillas del Río Paraná en San Nicolás. Pareciera que la
madre universal que estaba muy ocupada deteniendo el avance de la
guerra en los Balcanes hubiera hecho un giro mirando hacia el sur
del sur donde descabelladamente unos militares desbocados iniciaran
una guerra sin ton ni son solo para advertir con su presencia los
males por venir y presentándose con su arma del rosario e incita a la
conversión y la paz.

En los Balcanes la cuestión no será sencilla y hasta el día de


hoy sus mensajes son recibidos y transmitidos por sus hijos videntes
alertando al mundo, ya en guerra, sobre el devenir de la humanidad.
“¡Queridos hijos! Hoy los llamo a todos: oren por mis
intenciones. La paz está en peligro, por lo tanto, hijitos, oren y sean
portadores de paz y esperanza en este mundo sin paz donde Satanás
ataca y pone a prueba de todas las formas. Hijitos, sean fuertes en la
oración y valientes en la fe. Yo estoy con ustedes e intercedo ante mi
Hijo Jesús por todos ustedes. Gracias por haber respondido a mi
llamado” (Mensaje recibido por Mirjana el 25/11/15).

30 http://www.centromedjugorje.org/santuario/seccion/10

221
La experiencia de Medjugorge, su vigencia y la relación con
el mundo en guerra entran dentro del Plan Divino de alertar,
acompañar y evitar la sangría por la que estamos atravesando. A un
año de que se cumpla el centenario de la aparición del ángel en
Fátima y a solo dos años del centenario de los secretos a Lucía
pareciera que se redoblaran los esfuerzos del mundo invisible por
sostener la energía vital del mundo visible.

Medjugorge, y la búsqueda de la Paz nos traen nuevamente a


Nuestra América. Más precisamente a un fenómeno que se da en
Salta y que aún no ha recibido la aprobación eclesiástica pero que
como la sabiduría de los pueblos no espera respuestas burocráticas,
reúne a miles de miles de peregrinos. Un lugar donde nuestro grupo
de “Lobas­Pías” ha bebido de su fuente espiritual.

222
Los tres cerritos y el poder de los videntes

Dijo el ángel: ”Para Dios, nada es imposible.»


Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal
como has dicho.»
Lucas 1,37,38

Abril o mayo de 1990, Maria Livia, una mujer instruida,


treintañera madre de tres hijos, devota y perteneciente a la próspera
clase media salteña, recibe en la intimidad de su casa ­y en el interior
de su corazón­ un primer mensaje: “Hay que juntar el rebaño antes
de que oscurezca. No he venido a destruir sino para reconstruir la
iglesia”. Pasaron cinco años de cotidianas visitas, primero oídas,
luego vistas por la vidente. De formación profunda, de
transformación carismática y mística31. La característica que hace
diferente esta aparición es la de que la vidente manifiesta que en la
“oración de intercesión” la madre celestial no está sola. Se trata de
un acto por el cual las personas que concurren al cerro reciben la
mediación del espíritu santo, que convierte, sana y libera a quienes
reciben el toque de la vidente. Los cielos se abren y junto a la madre
se presenta también el Cristo, rodeado de ángeles y santos.

El padre Laurentín, experto en apariciones marianas describe


el hecho que sucede cuando la vidente posa su mano sobre los
hombros de los presentes: “No se trata de un desvanecimiento, salin
in the spirit, como decían antes los estadounidenses, sino de un
descanso consciente. (…) Estudié largo tiempo esta gracia nueva y
sorprendente para todos, ya que el cardenal Suensen se oponía a

31 Laurentín , René ”Génesis de Salta”. ed. Bonum, 2013.

223
causa de su excéntrica y del escándalo en que podía derivar, pero la
evidencia de que, en realidad, era una portadora de frutos se impuso:
una relajación total, física, psíquica y espiritual”.

Vivenciar la presencia de una vidente de tanto poder nos


deja una marca en el alma. Así lo vivimos como grupo, aquellas que
hicimos la experiencia de visitar el Cerrito y aceptar la mediación
divina. Comencé el siguiente relato al regreso de ese primer
encuentro con la intención de compartirlo en el grupo de
Entremundos, sabiendo que eran los que comprenderían. Además,
pude revivir lo vivenciado en una segunda oportunidad en que viajé
sola, luego de la partida de mi madre al mundo invisible, con la
intención de allanarle el camino y seguir conectadas.

La vidente: mediadora
Relato para “entre­mundos” de viaje grupal­ Salta, noviembre
de 2013.

“Nos adentramos en la experiencia sin sospechar lo que nos


esperaba, solo pequeñas ráfagas de datos recibidos desde diferentes
fuentes, que alguien del grupo había ido, que nos había contado en el
último Pío lo que le había sucedido, que una conocida etc. Viviana ­a
quien en nuestro grupo apodamos “la comandante”­ había encontrado
mucha información en internet. La lluvia que nos acompañaba desde
el día anterior parecía más obstáculo que bendición. El viaje de ida
tuvo sus bemoles, antes de subir me caí en la pista en medio de un
charco lleno de gasoil y me alzaron cuatro hombres que, como los
jinetes del apocalipsis, me subieron al avión sin que apoyara los pies
­no sé si por darme pronta ayuda o por protegerse del aguacero­. Los
pasajeros aplaudieron nerviosos el aterrizaje después de que el piloto

224
nos paseara durante cuarto de hora por los cielos salteños impedido
de aterrizar por un gran temporal. Lo cierto es que el arribo a Salta
fue tortuoso pero la ciudad se mostraba plena, luminosa y llena de
“peregrinas” que se identificaban con unos cartelitos abrochados cerca
del corazón. ¿Cuál sería el nuestro? Tendríamos que hacernos unos,
que digan algo sobre las “Pías”. En la caminata de la tardecita,
buscando cartulina o alfileres con los que armarlos encontramos un
lugarcito donde hacían unas estampas con la imagen de la virgencita,
no lo dudamos y encargamos para nosotras y nuestras compañeras
que quedaron en las madrigueras unas autoadhesivas. El señor nos
preguntó que leyenda le pondríamos y sin dudar nos vino un: “Nos
trajo el viejito” (refiriéndonos a Pío). Teníamos nuestra identificación.

A la mañana siguiente despertamos ansiosas y listas para la


experiencia, la noche anterior habíamos comprado a un vendedor
callejero en la puerta de la catedral unos protectores para la lluvia,
celestes, y aunque creímos que lo suyo era solo marketing, ya que
frente a la pregunta que todo el mundo le hacía: “¿Lloverá mañana?”,
el señor enfatizaba “¡Sí!”, lo cierto es que tuvo razón. Diluvió.

El ascenso al Cerro fue difícil para las que lo hicieron, la


torcedura de tobillo producto de la caída del día anterior y mi estado
físico perenne me llevaron a subir con el micro para “personas con
dificultades y niños”. No lo dudé, hice la fila en la categoría niños. Sí,
aún me habita el arquetipo del niño que se asombra, curiosea y
aprende. Esa decisión me dio la oportunidad de llegar temprano al
lugar y recorrerlo antes del arribo de la multitud que estaba subiendo.
Comencé el relevamiento del terreno y vi que no permitían reservar
lugares por lo que empecé a preocuparme por donde quedarían
ubicadas el resto, aunque no sabía muy bien para qué. ¿Qué era lo que
allí sucedería? Fui pasando por todas, todas las gradas y sillas allí
dispuestas hasta llegar a las últimas sin ningún éxito en la reserva, por

225
lo que la desesperación fue mayor. En un momento dado me senté en el
lugar que me asignaron y sentí que no tenía ningún control sobre lo
que sucedería, que los lugares “ya estaban dispuestos” y que solo tenía
que esperarlas para saber dónde quedarían, nada más. En ese momento
las “la Pías peregrinas” llegaron al lugar sagrado, y sí ¡fueron las
últimas en entrar antes de que cerraran el acceso y quedara el resto de
pie esperando la oración de “intercesión”! Desde mi posición podía
verlas con total claridad, ellas también me vieron solo una quedó
exactamente detrás mío. Tengo necesidad de relatar que, durante todo
ese tiempo, a mi lado, un señor estaba sentado junto a otro,
evidentemente juntos, ¿cómo hermanos? Y que a pesar del extremo
silencio con que iban acompañadas nuestras acciones percibió mi
preocupación y sin hablar, pude sentir una energía de acompañamiento
y consolación. Mi niña volvió a sentir el amor fraterno, el que se da
entre hermanos, el que creía perdido. Durante toda la jornada no
hubo necesidad de decir entre este ser y el mío, estuvo atento y pude
percibir que orábamos en el mismo plano, con las mismas
vibraciones. No dejo de dar gracias por este sentimiento porque
desde que los caminos de mi infancia se bifurcaron no recordaba la
vivencia compartida con la fraternidad masculina.

Silencio, silencio y más silencio, miles, si, miles de personas en


silencio. ¿Hay algo tan poderoso como caldearse en el silencio? Recordé
los campitos de San Nicolás, donde la Reina de la Paz nos esperaba año
tras año y fueron catorce hermosas peregrinaciones luego de la
conversión. Vivimos una de ellas en medio de una lluvia que no impedía
que el aroma a rosas nos invadiera con ráfagas conmovedoras. Silencio,
horas en silencio. La lluvia, que se filtraba por todos los huecos, que nos
caía como purificación inesperada y el silencio. Recordé a “nuestros
paisanos los indios”, como nos enseñó a nombrarlos Carlos M. Sarasola,
trayéndonos a la memoria las palabras de ese indio guerrero que fue
don José. Ellos nos interpelan desde el silencio hace cientos de años.

226
Silencio interpelante. El silencio del cerro nos interpelaba
espiritualmente ¿Qué era esa energía que nos entraba por los poros?
¿Que estremecía las espaldas? ¿Que nos brotaba incontrolables
lágrimas? ¿Que nos mecía manos invisibles? ¿Qué nos invadía con un
perfume indescriptible? ¿Que una nube desciendía y nos cubría? Pero
¿Qué era eso? ¿Qué estaba pasando ahí? Encuentros inesperados, entre
tantos miles de peregrinos, allí la madre doliente que necesitaba el
abrazo la palabra y el consuelo, aquí un alma temerosa de excederse en
al amor. Allí la enfermedad abriéndole camino a la fe, aquí la
imposibilidad de mirarse hacia adentro. Allí la incomprensión de los
dones recibidos, aquí la imposibilidad de aceptar el designio infinito.
Así, uno a uno recibiría una parte del todo en forma de energía vital.

La música litúrgica rompía la ausencia de sonido, voces


jóvenes, claras, agudas la convertían en mántrica, no era sublime o
de alabanza, sino que iba adentrándonos en una especie de cambio
del nivel consciente. Se rezaba el rosario guiado por las jóvenes
voces. Habían pasado cinco horas desde que subimos a los Tres
Cerritos y el momento esperado se acercaba. Los servidores, cientos
de ellos, identificados con un pañuelo azul aprestaban a los
peregrinos para el encuentro con María Livia ­la vidente­.
Ella pasará “tocando” a cada uno apelando a su misión de ser
herramienta de canalización del Espíritu divino. Con el “toque” cada
uno recibirá una gracia y aunque nada sientan en el cuerpo físico su
alma ha sido modificada. Más tarde o más temprano la gracia de la
conversión dará sus frutos.

Las “Pías” que habían entrado últimas al espacio sagrado


fueran las primeras en recibir la “oración de intercesión” que así se
llama a la acción que la vidente hace en el uno a uno. A su paso algunos
cayeron hacia atrás. Vimos cómo quien más lo necesitaba cayó en el

227
espíritu mientras las demás lloraban, Alegres las que lo festejábamos
a lo lejos, el sentir que una oración había sido respondida por el
santísimo. Ellas tuvieron que salir del campo sagrado siguiendo las
indicaciones de los servidores, nosotras esperábamos nuestro turno
teniendo el privilegio de ver pasar a la vidente de aquí para allá
repartiendo sus gracias. Un rato después tiradas en el campo
sagrado, preguntándonos para qué fuimos convocadas, levantamos
las cabezas y entre cientos y cientos de personas nos habíamos
encontradonuevamente y juntas bajamos del Cerrito, conmovidas,
confundidas, extenuadas, hambrientas ¡yuniformadas! Los
protectores de agua celestes y las tarjetas de “Nos trajo el viejito” nos
daban un aspecto de coro gospel.

El segundo acto nos encontraría el domingo a las 10 de la


mañana en el club Emadi donde María Livia daría una conferencia.

Domingo de sol. Nada que ver con la lluvia del día anterior.
Nos recibió un estadio pueblerino, muy bien provisto, con feria
incluida lleno de gente. En mi afán de calcular personas con más o
con menos unas 3.600 se acomodaban en las plateas. La señora hizo su
exposición durante una hora y en la siguiente se abrieron preguntas a
diversos temas que en forma ordenada y sencilla eran respondidos por la
vidente. Ahora estábamos relajadas, sin embargo, a medida que las
respuestas avanzaban era difícil superar la conmoción. La respuesta que
nos dio vuelta fue la que dio a la siguiente pregunta:

“Un señor: “Maria Livia es la cuarta vez que vengo al Cerrito y


le escuché decir antes, que en ese espacio, ese día “bajan” santos y
ángeles ¿nos puede decir quienes estuvieron ayer?”.

María Livia respondió: “Ayer fue un día muy especial, el día de


los muertos, y bajaron muchos, muchos ángeles. Los he visto acompañar

228
a las almas de los difuntos de todos los que vinieron a pedir por ellos. He
visto, como otras veces especiales, que los elevaron hacia el Padre. Hoy
se han liberado muchas almas, había monjes y santos de vestidos muy
antiguos, que no reconozco, pero también estaban el Padre Pío y San
Antonio de Padua”. Si, si, si señores y señoras ¡el viejito estuvo ahí! ¿Qué
más necesitábamos escuchar? ¿Qué otra cosa podíamos pedir? El día, el
viaje, la misión estaba cumplida. Salimos llenas de alegría, congoja,
asombro y emoción. Más cargadas de esperanzas y energías. Nutridas
por la compañía que unas y otras nos prodigamos y con la certeza de que
había valido la pena el esfuerzo. Con la claridad que daba saber, que
para el conocedor de todos los corazones, para el Sagrado Corazón, los
secretos y los pedidos por uno y cada uno de nuestros seres queridos
habían llegado a destino.

A diferencia de la experiencia de nuestro Pío, la Comandante en


esta oportunidad sentenció que “volveríamos cada vez que fuera
necesario”. Más de una de nosotras sintió que ojalá volvamos pronto a
agradecer las gracias y milagros que seguro, seguro, ya nos concedió.

Nos peguntábamos al inicio de este compartir experiencias si


son las apariciones marianas el “suelo” donde el mundo visible y el
mundo invisible nos dan ­a nosotros los herederos de la
occidentalidad europea, mestizos de América­ la posibilidad de sentir
algo de lo que la cosmovisión de los pueblos indígenas vive
cotidianamente. Donde es posible que la realidad se componga de
hechos visibles e invisibles. Siento que el suelo­cuerpo­suelo donde se
juega este paradigma son Los Videntes.

Desde Juan Diego, nuestro indito de la Guadalupe, hasta María


Livia. Pasando por los pastorcitos de todas las apariciones hasta la
emblemática Lucía, guardiana de los secretos de Fátima. Y los nuevos
niños­jóvenes de vida común y corriente, abandonados al mundo de lo

229
cotidiano, a congeniar lo celestial invisible con las penurias de las
guerras, mantener el sustento, hacer la vida.

Algunos investigadores confieren especial atención a los


nombres de los videntes especulando que hay en ellos también una
línea establecida de Plan de acción de las apariciones. Así los Juanes
(Dios es misericordioso), Diego (de Jacob: Dios protege y conduce),
Jacintos, Jacintas (flor del Lirio: símbolo del cristo), Franciscos
(pequeño francés), Catalina (de puro linaje: el linaje de la mujer que
lucha contra la serpiente), Bernardita (fuerte y batalladora), Lucía
(la Luz), Conchita (La Concepción), Mari Cruz – Loli (Dolores) y muy
simbólicos son los de Medjugorge: Ivan: Juan, Ivana: Juana, Jacob,
Vicka (Victoria), Mirja, Mirjana: María y Mariana. Los especialistas
hipotetizan en que la utilización de los nombres encierra mensaje
vinculados con el para qué de la aparición. Tomemos solo tres a
modo de ejemplo:
En Guadalupe, Juan Diego, el mensaje sería: Dios es
misericordioso, los conducirá al triunfo y los protegerá. En Fátima: el
pequeño francés portara la luz y el lirio. En Medjugorge: Por María nos
ha protegido Dios, Dios es misericordioso y de María es la Victoria.32
Si estas especulaciones resultan rizomáticas deberíamos
acordar con Leonardo Boff, cuál es la dificultad con que abordamos
los temas marianos: No existe ninguna biografía de la virgen de
Nazaret llamada Miriam en hebreo y María en griego y en latín. En la
mariología tropezamos con el mismo problema que en la cristología:
el acceso al Jesús histórico, como a la María de la historia nos está
vedado en virtud del carácter de las fuentes. Lo que encontramos en
ellas está siempre asociado a la teología; el acontecimiento histórico
está ligado a una interpretación de la fe. Los apócrifos sobre María

32 Antonio Yague ya citado

230
están plagados de leyendas y de fantasías piadosas. No fueron nunca
aceptados oficialmente por la iglesia33”.

Tal vez por esto es que navegamos, en estos temas, entre el


pensamiento mágico y el mito, y entre este y el logos. Debemos intentar
la síntesis dentro de nosotros mismos. Como todo proceso de integración
amerita paciencia, templanza y disposición a hacer posible que se lleven
a cabo los acuerdos entre “barril y aguja”.

Una pregunta, demasiadas respuestas

Las reuniones de Entremundos, con la desprejuiciada y


libertaria escucha de coordinador y compañeros de ruta dieron el
puntapié inicial para abordar esta temática de la forma expuesta. Sin
embargo, la búsqueda incesante de respuestas a interrogantes de los
“mundos paralelos” no cesa. Se fueron caldeando otras preguntas que
desplegaron variadas respuestas. Solo diré que la que surge con más
fuerza es si debemos alinear estos fenómenos con los que los
estudiosos del fenómeno extraterrestre nos proponen. De hecho, lo
son, si consideramos como lo hace el investigador F. Zerpa que
extraterrestre es todo lo que no proviene de la Tierra. Por esa punta
del ovillo sigue este rastreo.

Así como empecé diciendo que hubo en el recorrido del


Barril y de la Aguja diferentes “fecundadores y parteros” de ideas,

33Boff, Leonardo. “El rostro materno de Dios”, nuevas ediciones. Ed. Santa
María. 2015

231
cerraré esta parte del camino releyendo a C. G. Jung cuando dice,
refiriéndose a nuestra humana necesidad de abordar lo inverosímil
(Aclaro que el autor refiere a los UFOS pero me parece un fenómeno
comparable): “Verdad es que los rumores visionarios pueden estar
producidos o acompañados por toda clase de circunstancias
exteriores posibles; pero su existencia descansa esencialmente en una
base emocional, que existe en todas partes y, en este caso sobre una
situación psicológica general. La base de este género de rumor es una
tensión afectiva, que tiene su causa en una situación de apremio
colectivo o de peligro colectivo en una necesidad vital del alma34”.

Mientras los humanos actuales habitemos este mundo, en


estas encarnaciones en las que estamos ­dramáticamente­ jugando la
historia unidos por la tensión afectiva que nos produce el desamor, la
desesperanza y la indiferencia por el otro, más necesidad tendremos
de que Las Madres del Universo nos acunen, nos cobijen y sacralicen
el suelo que pisamos. Así sea.

34Carl. G. Jung. “Sobre cosas que se ven en el cielo”, ensayos. Ed. Sur. 1958.
1era. Ed.

232
Bibliografía

Boff, Leonardo. “El rostro materno de Dios”, nuevas ediciones. ed.


Santa María. 2015.

Chevalier, Jean. “Diccionario de los símbolos”. ed. Herder, 1986.

Jung, Carl Gustav. “Recuerdos, sueños y pensamientos” ed. Seix


Barral, 2001.

Jung, Carl Gustav. “Sobre cosas que se ven en el cielo”, ensayos. ed.
Sur. 1958. 1era. ed.

Kusch Rodolfo, “Geocultura”, Ensayos. Ob. Completas Tomo III, ed.


Fundación Ross, Rosario, 2001.

Laurentín René, “Génesis de Salta” ed. Bonum, Bs. As. 2013.

Martinez Sarasola, Carlos. “De manera sagrada y en celebración” ed.


Biblos. Bs. As. 2010.

Menegazzo Carlos, Umbrales de Plenitud, ed. Fundación Vínculo.


Bs. As. 1989.

Pascal, Eugene “Jung para la vida cotidiana” ed. Obelisco 1998.

Pinkola Estés, ”Mujeres que corren con los lobos”. Ediciones B,


Bs. As., 2001.

Swami Purnamritananda Puri, Mata Amritanandamayi Mission trust,


Kerala, India, 2010.

233
234
235
Pachakuti
por Ana Lorenzo y
María Cristina Oliva

236
Pachakuti
por Ana Lorenzo y
María Cristina Oliva

Llamada. Invitación al Encuentro Internacional Pachakuti


21 de diciembre de 2012.
Sobre el final de los encuentros del Grupo Entremundos del
año 2012, Carlos acercó una invitación que había recibido. Ni bien
Carlos terminó de extender su mano con el papel en el que se leía
“Invitación al encuentro internacional ‘Cerrando el ciclo del no­tiempo y
recibiendo el nuevo ciclo; tiempo de equilibrio y armonía para la Madre
Tierra (Pachakuti)’ del 20 al 22 de diciembre del 2012 ­Lago Titikaka­
Bolivia”, las miradas de Cristina y Ana se encontraron y se dijeron:
¡Vamos!

Búsqueda. Visión.
¿De qué se trataba este encuentro?1 Hay una energía que
canta la Madre Tierra. Esa energía se llama Pacha ajayu. Está guiada
por el Padre Sol, y el Padre Sol emana energía que entra a través de
los polos. La Madre Tierra lo traslada y por un tiempo se focaliza en
un determinado lugar, constituyéndose en un centro espiritual para
la Humanidad.

237
Cada tiempo, cada época tiene un centro espiritual y, ese centro
espiritual está en un lugar determinado por 3.600 años. Así dicen los
mayas y los tibetanos. Cada tiempo, se traslada a un lado y a otro.
Este centro espiritual estaba ubicado en el Tibet, en la
montaña Kailas en el Lago Hakas que es el naciente del río Ganges y
que es sagrado en Asia. Ha estado ubicado por 3.600 años ahí y,
desde el año 1.950 se mueve la energía por el estrecho Bering,
continúa por el norte de América, por centro América hasta llegar al
Lago Titicaca.
De lo que las profecías mayas hablan es que el 21 de
diciembre de 2012, sucederá un fenómeno astrológico que va a
repercutir para nuestro sistema solar y obviamente para la Tierra. Lo
que los mayas han calculado y que se ha demostrado también
astronómicamente, es que el centro del sistema solar se alineará con
el centro de la galaxia. Ahora, este centro tiene una fuerza colosal,
que genera rayos gamas, rayos X y que, al cruzar por este plano, la
Tierra y todo lo que en ella existe, recibirá esta fuerza.
Si observamos y escuchamos con el corazón y con nuestro
cuerpo a la vida, nos daremos cuenta de que algo ha cambiado.
Desde la visión de los pueblos indígenas originarios decimos
Pachakuti, que en aymara y en quechua significa reordenamiento de
la vida. Estamos en un momento muy importante de nuestra vida,
para decidir si vamos a caminar como estamos viviendo o vamos a
reorientar nuestra vida.
Bolivia convocó a todo el mundo: a los líderes espirituales, a
todos los representantes del mundo de las diferentes culturas, a
quienes no han dejado de soñar, a quienes se orientan por su corazón
buscando una esperanza, buscando un horizonte en el Vivir Bien.
Convocó a toda la humanidad que respeta a la vida, que avanza en la
cultura de la vida y que ha guardado en su corazón ese anhelo de
que puede aportar algo, de que la vida no puede estar sin rumbo, si
no que tiene que dirigirse a alguna parte.

238
El Buen Vivir2. Descripción de las 13 mesas a
desarrollarse en el encuentro.

Los principales pilares de este planteamiento son la vida y la


naturaleza. El modelo del ‘Buen vivir’ o ‘Vivir bien’, se puede resumir
como el vivir en armonía con la naturaleza. Este concepto se toma de
culturas ancestrales de la región de Bolivia, quienes consideran al ser
humano en un segundo plano respecto al medio ambiente.

Las 13 mesas de debate programadas en el encuentro fueron:


1. Crisis global del capitalismo
Situación actual, Crisis Financiera mundial, la deuda
impagable. El movimiento de los indignados.
2. Matriz civilizatoria
Modelos de Desarrollo, Comunismo, Capitalismo, Cultura de la vida.
3. Crisis climática
Causas, Plataformas y Propuestas. Alianzas planetarias para
acciones comunes.
4. Energía comunal
Desde y hacia la comunidad entendiendo la fuerza del
círculo y del movimiento colectivo hacia los cambios
planetarios.
5. Conciencia Madre Tierra ­ Pachamama
Derechos cósmicos, conciencia planetaria. Respeto a la vida
y la diversidad.
6. Recuperación de sabidurías, usos y costumbres ancestrales
Calendario cósmico, Cosmovisión, indicadores climáticos,
memorias vivas.
7. Vivir bien como solución a la crisis global
Construcción de una plataforma común, acciones comunes,
soluciones comunes.

239
8. Soberanía alimentaria
Crisis alimentaria mundial, pobreza, sabiduría alimentaria,
agro tecnología de baja entropía.
9. Integración
Economía basada en relaciones de complementariedad, lucha
contra el imperialismo, alianzas y hermanamientos.
10. Derecho a la Comunicación
Un nuevo modelo de comunicación, estrategias
comunicacionales, estructuras, contenido, libertad de expresión.
11. Aprendizaje comunitario para la vida
El Cosmocimiento o conocimiento cósmico integral e integrador,
desde la comunidad y hacia la comunidad.
12. El nuevo ser humano integral Kapac­Qamiri, Pachakamac
La paridad, la complementariedad, la reciprocidad, la alternancia,
la colaboración, la integridad, la interacción.
13. K'umara (Salud)
Los indicadores de salud, la salud comunitaria, la salud
planetaria, la medicina integral holística.

El ministro de Relaciones Exteriores y experto en


cosmovisión andina, David Choquehuanca, explica en la entrevista
al diario La Razón de Bolivia2: “Para los que pertenecemos a la
cultura de la vida lo más importante no es la plata ni el oro, ni el
hombre, porque él está en el último lugar. Lo más importante son los
ríos, el aire, las montañas, las estrellas, las hormigas, las mariposas
(...) El hombre está en último lugar, para nosotros, lo más importante
es la vida”.
En el Artículo 8 de la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia (CPE)3, se reconoce este principio de ‘Vivir
bien’: “El Estado asume y promueve como principios ético­morales de la
sociedad plural: ama ghilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no
seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko

240
(vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi Maradi (tierra sin mal) y
ghapaj ñan (camino o vida noble)."
El “Vivir bien” se distancia del socialismo y más aún del
capitalismo; del primero por buscar satisfacer las necesidades del hombre
y del segundo por considerar al dinero y a la plusvalía por sobre todo.
En la cultura aymara, más antiguamente los pobladores de
las comunidades aymaras en Bolivia aspiraban a ser qamiris
(personas que viven bien); los quechuas, de igual manera, las
personas anhelaban ser un qhapaj (gente que vive bien), un bien
estar que no es económico; los Guaraníes, siempre aspiran a ser
personas en armonía con la naturaleza, es que espera algún día ser
iyambae (Sin dueño)4.

Al terminar de leer las bases del Vivir Bien, Ana comenzó con
la búsqueda de pasajes y hoteles. Los preparativos se concretaban
uno tras otro fluidamente, pudiendo sincronizarse con ellos.. Fue
hasta el día 17 de diciembre, el día de la partida desde Buenos Aires.
La aerolínea Lan decide cancelar el vuelo que salía a las 7:50 am
pasando a hacer despegue a las 20 pm. La llevaron a un hotel en
barrio Belgrano que quedaba en Ciudad de La Paz, casi Av. Congreso.
Para Ana sería un día menos en La Paz, en Bolivia. Así todo dejó
pasar la situación sin protestar, incluso cuando la empresa Lan le hizo
firmar un papel que no abordaba el vuelo de las 7.50 am por su
propia voluntad. Estaba viajando a Bolivia. sea como sea. No le
permitió a Lan que se entrometa en ese estadío de bien estar.
Llegó a Bolivia el día 18 cerca del medio día, ya que hizo
noche en Lima, Perú, otro itinerario no esperado ni contratado. El
Hostal Amalia en La Paz era bonito y cómodo. Caminar por la ciudad
le fue práctico y la comida rápida boliviana le gustó.
Aquel nudo de angustia en su pecho y garganta había crecido
dificultando un poco más que de costumbre la respiración, de todos

241
modos, sus temores a apunarse iban desapareciendo poco a poco. El
entusiasmo y la sincronía permanecían por lo que decidió no distraerse
con dolores y llegar hasta donde las circunstancias se lo permitieran.

Cristina continúa con la aventura de este viaje el día 18 de


diciembre, estando en el aeropuerto de Ezeiza sentía que era lo más
cercano a la felicidad que para ella existía, se encontraba en medio
del destino, respiraba profundamente y se abría a lo que vendrá. Y si
nada iba a llegar, también le hacía feliz. Llegaba a ese estado de puro
servicio, de nada a cambio, de todo porque el llamado interno lo
ameritaba. Pasajera de una intuición que la embarcaba. Sentada en
este aséptico sitio pensó en Kusch, en sus viajes hediondos, en el
vegetalismo de América. Pensó en la primera vez que leyó su relato
de “El maestro en Titicaca”. Ahora hacia allí. ¿Qué iba a encontrar?
Se sintió instrumento de su propio destino ¿qué cuerda tocó la lectura
de la invitación que Carlos leyó en Entremundos? ¿Qué podía ser tan
poderoso como para arrastrarla de tal manera?

Arribo. Copacabana.

Ana salió para Copacabana el día 19 y llegó al atardecer.


Viajando por el altiplano, se encontraba a 4.500 m.s.m., y
pudo ver que abundan las terrazas de cultivos y cría de ovinos.
Después de pasar varias montañas se encontró con el Lago Titicaca,
es el lago navegable más alto del mundo y el más extenso de
Sudamérica, más 170 km. de long. Por 60 km. de anchura y es tan
grande que llevaría alrededor de 7 días para cruzarlo en barco.
El recorrido cambió cuando se encontró con el estrecho de
Tiquina. Como no hay puente, todos los vehículos tenían que cruzar
en barcos especiales. El estrecho de Tiquina es una separación de dos
masas de agua que conforman el Lago Titicaca. Cruzarlo lleva unos

242
10”, tiene un ancho de unos 780 m. y una profundidad de no más de
70 m. El estrecho de Tiquina se encuentra en Bolivia. El 60% le
pertenece a Perú y el 40% restante a Bolivia. Copacabana está
situada a 155 km. de La Paz con 6.000 habitantes. Es la capital de la
provincia de Manco Capac, en el departamento de La Paz. Es un
centro de peregrinación por hallarse la imagen de la Virgen de
Copacabana, la advocación mariana más extendida en Bolivia. Es
famosa en todo el país por sus festejos tradicionales, religiosos y su
patrimonio cultural.
Se quedó un buen rato con el Lago Titicaca. Recorrió la
ciudad: empresas de turismo, cafés, probó un restaurante de un
argentino que le dio la impresión de que la cocinera era su
compañera y que el salón era el gran comedor de su casa.
Cristina llegó a Copacabana el 19 de diciembre exhausta. Si
como dice el Kin del día, el guerrero necesita conocer su fuerza vital
para luego encontrarse con el ser superior, el día de ayer fue uno de
los más extenuantes para Cristina, profundos y probatorios por los
que ha pasado. Tal vez comparable a los locos ascensos al Lanín con
el grupo de Moreno o las largas caminatas por los Abra peruanos de
la mano de Antón
Ponce. Esta vez
estaba sola,
absolutamente sola
atravesando un mal
de altura del que no
tenía registro previo.
Hubo momentos en
que creyó desfallecer.
Encerrada en el
cuarto del Hotel de
Lago Titicaca. Vista desde Copacabana,
La Paz, atendida por
21 de diciembre del 2012.
amables aliados

243
­mozos del hotel­ que le dejaban mate de coca y Sorochepill, en un
rapto de lucidez duplicó la dosis de medicamentos propios y esperó
el amanecer para emprender el viaje hacia Copacabana.
De pronto estaba en un destartalado micro, ¿cómo llegó
hasta allí? Estaba cruzando el Estrecho de Tiquina, unos jóvenes
chilenos que compartían el último asiento la arrastraron con ellos.
Atravesó los sembradíos hasta llegar a la costa del Lago, luego
migraciones y otra vez al micro. Al llegar a Copacabana su alma
lloraba. Mientras bajaba lentamente hacia el Lago, un pequeño
hombrecito le tomó del brazo y la llevó hasta su hospedaje.
“Regístrese después, suba y acomódese, ya pasará”. Le hizo caso y se
desvaneció por horas. En ese ensueño, en ese salirse de la conciencia,
supo que ese era el lugar donde tenía que “estar”. Entre rezos,
meditaciones, vómitos y ensueños, el mensaje era claro: “no
abandones el camino”.

La Virgen de Copacabana5.

Copacabana es el destino de peregrinación más famoso de


Bolivia y uno de los más famosos en toda Sudamérica. La Catedral de
Copacabana es de estilo morisco construida entre 1605 y 1820, da
resguardo a la virgen de La Candelaria, conociéndose este lugar como
el recinto de la virgen de Copacabana.
En el siglo XVI se apareció aquí la virgen de La Candelaria,
convirtiéndose hoy en patrona de Bolivia. A partir de ese momento se
han desencadenado una serie de milagros atribuidos a la virgen. A un
costado de la Catedral se encuentra la estatua de madera y se conoce
como la capilla de las velas, donde cientos de velas mantienen
iluminado el sepulcro.

244
Alrededor de 1580, en el pueblo de Copacabana sus
habitantes vivían divididos y a menudo contrapuestos entre dos
grupos: los anansayas y los urinsayas que, a pesar de haber recibido
la fe cristiana, continuaban apegados a su religión primigenia. Las
malas cosechas y otras desventuras llevaron a los anansayas a erigir
una cofradía y ponerla bajo la advocación de la Virgen de La
Candelaria para ganarse los favores del cielo. El 2 de febrero de
1583, la imagen de María llegó a la población de Copacabana, que la
acogió con júbilo, lo que hace de este santuario uno de los más
antiguos de América, junto con el de Guadalupe. La tradición local
cuenta que Tito Yupanki tuvo una visión nocturna de una mujer con
un bebé en brazos. Luego reprodujo el rostro de la mujer con las
características nativas en la imagen de color oscuro de la Virgen. Por
eso se la conoce también como la Virgen Morena. La imagen, tallada
en madera de maguey, totalmente laminada de oro fino,
reproduciendo en su ropaje las vestiduras de una princesa Inca, mide
un poco más de 132 cm., en ella la Virgen sostiene al niño de una
manera muy peculiar, como si estuviera a punto de caerse. Es típico
del Santuario que los que la visitan salgan de él caminando hacia
atrás, con la intención de no darle la espalda a la querida Madre. Su
fiesta se celebra el 2 de febrero y también el 5 de agosto. El 1 de
agosto de 1925 fue coronada y declarada "Reina de la Nación". En su
fiesta encontraremos música, bebidas y buen humor y; donde los
peruanos y bolivianos hacen sus bailes tradicionales aymaras.

Bahía de Kohan, Isla del Sol, Lago Titicaca, Bolivia.


20 de diciembre de 2012.
Cristina amaneció en su hotel y vió que hacía un buen día:
soleado, fresco, calmo; como su cuerpo y su mente. El embate había
pasado. Estaba en ayunas y a solo coca, mascada o en mate cocido de

245
coca, el señorcito del hospedaje estaba contento. Le dijo que deje
todo allí y que se embarque tranquila, que será un gran encuentro. Se
sintió en condiciones de enfrentar el desafío. Caminó las tres cuadras
hasta la costa. Recién entonces pudo pensar en Ana, sabía que se iban
a encontrar por la mirada que cruzaron el día en que Carlos les leyó
la invitación. Ella iba a estar en la costa.

Por la mañana temprano se encontraron. Cristina acompañó


a Ana a que termine su desayuno. La vista desde la sala del comedor
era magnífica con un primer plano del Lago, calmo hasta su
curvatura en el horizonte.
La gente comenzó a apostarse en los muelles, en busca de
lanchas para llegar a la Isla del Sol. Ahora las dos estaban en el
puerto de Copacabana, lleno de gente hermosa, colorida, alegre. Solo
ellas eran extranjeras. Un “amigo” les ofreció llevarlas por unos
bolivianos más ­sin hacer esas largas colas para embarcar­ y
mostrarles lugares “sagrados”.
Acordaron con el isleño “amigo”. Las acercó a la isla.
Compartieron el viaje con su familia que parloteando en lengua nativa
enmarcaban el paisaje.
Ese lugar era
alucinante, como un
pequeño mar en medio
de nevados gigantes.
Sin tener noción
del lugar dónde las dejó,
les indicó vagamente
que caminaran en
determinada dirección,
que al andar iban a dar Cholitas ofreciendo tejidos. Bahía de
con el lugar del Yumani. Isla del Sol,
Encuentro. 21 de diciembre del 2012.

246
El “amigo” de la barca las dejó exactamente del otro lado de la Isla al
que debían llegar. Sí, les mostró lugares sagrados ya que entraron por
la Bahía de Yumani donde las recibieron las representaciones de
Mama y Papa Oclo y trescientos escalones hasta llegar a la cresta del
camino que debían cruzar para acceder a la Bahía de Kohan, lugar
del encuentro.
Las recibió un salto de agua fresca que aprovecharon para
refrescarse y completar botellitas. Sobre la pendiente rocosa había un grupo
de mujeres ofreciendo sus trabajos en telares, vibrantes en su colorido.
Ese andar que con gesto liviano les indicó el lanchero, se
convirtió en una áspera caminata que duró tres horas, pero que en el
caso de Cristina y Ana les demandó alrededor de 7 horas cuesta
arriba y abajo por escalinatas, caminos bordeando estancias
coronadas por flores, caminos bajo el sol con intermitentes sombras
reparadoras. Isleños, razonablemente, un tanto molestos por pasar
por su patio o jardín, pero siempre manteniendo su actitud de buena
recepción. En fin, caminata que trazaba una línea serpenteante de
orilla a orilla de la Isla.
El ritmo de andar de Cristina era más apacible que el de Ana, por
lo que Ana aprovechaba cada paso para registrar con su mirada observadora
el pintoresco paisaje y sus pobladores, captándolos con su cámara.
Promediando el mediodía se detuvieron a almorzar de una chola
que amablemente les proporcionó sombra, sopita de quinoa y amparo.
El sol, nunca tan cerca, tan bravo y tan inconsciente de parte
de las chicas. Pasarían varias horas hasta que registraran la forma en
que quemó la cara de Cristina y la nariz de Ana. Nada era casual. A las
48 hs de este episodio, y hospital en La Paz mediante, la piel del rostro
de Cristina comenzó a caerse como si de una máscara* se tratara.
La caminata se hacía extensa y pesada, solo las animaba ver
que allí abajo, en la costa una serie de carpas militares, cientos de
ellas, y barcas que llegaban con pasajeros las estaban esperando.
Ahora tenían que caminar un poco más y bajar del cerro hacia la
bahía de Kohan.

247
La isla. El mito de la Creación del Lago Titicaca.
Viracocha, Manco Kapac y Mama Ocllo.
En la lengua aymara “Titi” significa jaguar y “Kjarka”
significa roca, por lo que una posible traducción del nombre del lago
podría ser “La Roca del Puma” aunque otras interpretaciones se
inclinan más por un significado como el de “Piedra Fundamental”.
Esta zona tiene mucha influencia inca, según las crónicas aquí
nacieron los primeros incas Manco Cápac y su hermana esposa Mama
Ocllo. Se encuentran las ruinas de Pilkokaina que parecen un bosque
situado al sur, el complejo laberíntico de Chinkana y más adelante el
yacimiento sagrado Titicaca. En esta isla hay muchas ruinas incas a
las cuales se accede transitando unos caminos maravillosos.
Viracocha es el primer dios que hizo su aparición en el
panteón de los dioses. Se puede decir que su existencia nos remonta
a la cultura de Tiahuanaco y es el padre de la creación. Es el
equivalente a Cronos en la mitología griega.
Antes del reinado de los incas cuentan que, en el principio,
Viracocha creó un mundo oscuro y luego de ordenar el cielo y la

*La “máscara” o “persona” proviene del “personare” que es la forma en que


resuena la voz humana cuando en el teatro griego se utilizaba para dar
amplificación a los personajes. Es el rostro más externo que mostramos.
Jung, el siquiatra suizo, la postulaba como un complejo, como la forma más
certera de llegar a una neurosis, es decir, si vivimos sometidos a ella. A vivir
en aras a lo que piensan los demás, sin flexibilidad y debajo de una coraza.
En su aspecto positivo es nuestra protección, pero la rigidez de la misma se
convierte en nuestra cárcel social. A “nuestros paisanos los indios”, como le
gusta decir a Carlos Martínez Sarasola, si máscaras usaban era para “salir a la
batalla”, mostrando al adversario los poderes ocultos que tenían dentro y
amedrentar así a los que los doblegan.

248
tierra creó una raza de gigantes. A estos les mandó que viniesen en
paz para que lo sirviesen. La historia cuenta que en la antigüedad
existía una ciudad muy desarrollada, llena de recursos y fertilidad, en
la que se vivía en el amor y la paz. Humanos y dioses convivían y los
animales se comunicaban con los humanos.
Se dice que los Apus (dioses de las montañas), satisfechos
por la fortuna y la prosperidad de sus pobladores, sólo les prohibían
subir a la cima de las cordilleras donde ardía el Fuego Sagrado. Pero
la discordia, que no podía soportar el bienestar imperante, se
apareció en el lugar para persuadir a los mortales, que peleaban por
tierra, a que escalaran las laderas de aquellos riscos y finalmente
alcanzaran la cumbre prohibida.
Los Apus, al descubrir que los ciudadanos habían infringido
su voluntad divina, decidieron castigarlos y liberaron a un centenar
de pumas para que los devoraran. Cuando Viracocha vio que toda la
población había muerto, lloró durante 40 días y 40 noches,
enviándoles a la vez un diluvio general al cual llaman Unu Pachakuti,
que quiere decir "el agua que transformó el mundo". La lluvia roja
que cayó destruyó los canales de riego y desbordó los ríos. Las aguas
cubrieron toda la ciudad y así se originó el actual lago Titicaca. En la
nada y oscuridad eterna que quedó sólo existía un puma que vivía en
la cima del mundo y de
su pelaje salía un
resplandor que
iluminaba la llegada de
Viracocha quién tenía
como compañero el
picaflor Inti de oro que
tenía el conocimiento
del tiempo.
Según la Camino a la Bahía de Kohan. Isla del Sol,
leyenda, los únicos 21 de diciembre del 2012.

249
sobrevivientes a la destrucción fueron los Kallawayas, unos
curanderos milenarios de grandes habilidades que trabajan con
plantas medicinales balsámicas.
Se cuenta que existieron otros sobrevivientes: Manco Kapac y
su hermana y esposa, Mama Ocllo. Ellos son los hijos del dios Inti o
Viracocha y surgieron de las espumas del lago tras el gran diluvio.
Son los semidioses precursores de la ciudad de Cuzco y los padres de
la civilización Inca. 

Había que reconstruir un nuevo mundo. Viracocha comienza


la tarea tallando la forma de los humanos en piedras, hombres y
mujeres que serán los cimientos de su trabajo. Dándoles vida, estos
seres viven en plena oscuridad. Satisfecho con la creación del
hombre, prosigue con su tarea ubicando a Inti como el dios Sol, a su
esposa la diosa Luna y a las estrellas y constelaciones que se
encargaran de cuidarlos. La luz de Inti comenzó a iluminar a aquel
mundo en tinieblas y Viracocha se dirigió hacia el norte donde invoca
a las criaturas que les dio vida y les encarga que emprendan las rutas
del este y oeste de los andes y que den vida y nombre a plantas y
animales creados, completando así la creación del dios Viracocha. Al
terminar llegan al mar y se pierden en el horizonte caminando sobre
la espuma del mar.

Análisis del mito según José Portugal Catacora6. Su


relación con la educación.

J. Portugal Catacora, sostiene y justifica la existencia de una


educación propia de la cultura aymara y quechua, que tiene como
base el mensaje recuperado del mito de Manco Capac y Mama Ocllo,
quienes enseñaron los valores de una educación espontánea.

250
Dentro del proceso de formación del imperio de los Incas la
educación tomó dos formas. La educación espontánea y vital
continúo para los hijos de las masas sociales; pero la estirpe de los
fundadores, necesitó de una preparación que, a más de ser vital,
debió ser preparación para mandar, para conducir los destinos del
creciente imperio.
A raíz de esta necesidad, nació la forma institucionalizada de
la educación para los hijos de la aristocracia inca. Estas instituciones
fueron los Yachay huasis con sus maestros, los Amautas.
La historia ha recogido a través de los cronistas de la
conquista y los nuevos tratadistas, entre los cuales se destaca Daniel
Valcárcel13, únicamente la educación institucionalizada para la casta
de los conductores del imperio; no la educación social que a nuestro
juicio fue un sistema heredado de la cultura Tiahuanaco y cuyos
vestigios aun pueden percibirse actualmente.
Ellos poseían en su experiencia humana los estatus de la
cultura Tiahuanaco e idealizaron volver a sembrar la conciencia de
los pueblos behetrizados. Salieron del lago Titicaca diciendo que eran
enviados de su padre el Sol y recorriendo las escabrosidades de los
altiplanos andinos, devolvieron a los hombres la paz y el espíritu de
trabajo y progreso.
Al impulso de su prédica convertida en acción educativa se
crearon las raíces del imperio de los incas. Pues como dice la historia,
Manco enseñó a los nombres a cultivar la tierra, criar animales y
construir casas. Y su consorte, enseñó a las mujeres a cocinar, a criar
hijos y todas las demás habilidades domésticas.
Esto de enseñar conlleva práctica pedagógica, y en esencia
mecanismo educativo. Por tanto, Manco Capac y Mama OcIlo, fueron
los más grandes educadores de la América de aquellos tiempos, los
creadores de un sistema social masivo de educación, en la que la vida
social era una vasta escuela y todos en la medida de su condición
eran educadores.

251
Es el único caso en la historia de los pueblos del mundo, en el
que una pareja de seres, hombre y mujer, realizan la proeza de fundar
un imperio y educar a los pueblos. En todos los pueblos del mundo la
mujer y el hombre se han presentado siempre en distintos planos.

Continuando con ese estar, caminaron cuesta arriba por un


camino y se encontraron con una mamá, sus dos niños y una llama.
Les pareció una escena pintoresca y campestre. Lo primero que Ana
atinó fue a tomar su cámara y disparar una foto. La nena se le acercó
diciéndole:
­ Me debes dos pesos.

A medida que se acercaban a la Bahía de Kohan, no podían


evitar apurar el paso. Al verla por fin desde lo alto de la ladera de un
cerro, poblada de carpas y con gente acampando, el entusiasmo se
hizo sentir y pasaron el cansancio y tensión de piel soleada.

Las aguas mágicas del Lago, expedición de Akakor y


conexiones con seres de luz.
Sus aguas, así como sus 36 islas, esconden un sinfín de
enigmas, historias y leyendas vinculadas con el misticismo
chamánico, la cosmovisión y lo mágico. Una, la más conocida y
comentada se remonta a sus orígenes y destaca la importancia del
dios Viracocha en los pueblos ancestrales que habitan la Isla del
Sol, la tierra naciente de la civilización Inca. En la actualidad, la
vida cotidiana y las costumbres de los aymaras, los quechuas y los
urus son el resultado de un profundo mestizaje entre la fe
cristiana que impusieron los colonizadores españoles y las
creencias incaicas milenarias.

252
La noticia de que la expedición latino­europea (Bolivia, Brasil
e Italia) Akakor7, nos muestra la existencia de una civilización
sumergida en el fondo del Lago Titicaca a más de 100 mts. de
profundidad. Durante 20 días trabajaron en las profundidades para
demostrar la existencia de ruinas y ciudadelas.
Demostraron que alrededor de entre 5000 a 8000 años atrás
las aguas del lago descendieron permitiendo el desarrollo de la
agricultura. Además, se hallaron monumentos, vasijas y sitios de
morada de los Dioses.

El investigador y escritor Antonio Portugal Alvizuri8, cuenta


en una entrevista a la productora 45” que junto a su amigo Juan
Carlos y a un campesino, entre 1981 y 1982, llegaron muy cerca de la
orilla del Lago Titicaca: “… El campesino nos dijo: aquí es el lugar
donde está la Chinkana. Le dije que no hay ninguna Chinkana, a lo
que él me respondió que teníamos que picar hasta encontrar la losa,
o sea la tapa. Chinkana en el idioma quechua y aymara quiere decir
escondite y túnel. Trabajamos duramente y encontramos la tapa. El
problema era cómo levantarla. Era una tapa de aproximadamente de
2mts. por 2.5mts. Afortunadamente tenía cuatro agarraderas, el
campesino hizo palanca mientras colocamos piedras para poder
moverla. Logramos abrirla como para que pueda entrar un cuerpo,
nada más. El problema era quién entraba primero. Al abrirla salió un
olor nauseabundo, tremendamente hediondo dando la idea de haber
abierto una tumba. El campesino me hizo señas que no, que él no iba
a entrar. Decidió entrar Juan Carlos e inmediatamente se volvió,
asustado. Ya que estábamos ahí y que estaba atardeciendo, decidí
entrar. Me puse un trapo mojado en la boca, agarré una pita (un
cordel) y una linterna y; comencé a bajar los escalones de la
Chinkana. En las paredes se podían ver dibujos grabados en las
piedras. A uno de ellos lo reconocí, era el pico del Cóndor. Todo lo

253
demás por el paso del tiempo, estaba untado de barro y malezas.
Seguí entrando, no podía respirar, me quité el trapo que tenía y volví
a vomitar por la pestilencia. Mientras Juan Carlos me gritaba si me
encontraba bien. Seguí bajando, paré en un lugar que tenía
semiplano y después una bajada y ahí la pita ya no daba con su largo.
Por lo que decidí salir del túnel pensando en que tenía que traer
equipos de primera porque este iba a ser el descubrimiento de
descubrimientos en América. Esta parte de la Chinkana era un
respiradero de la gran Chinkana. Tenía estas escalinatas que estaban
muy bien construidas, las paredes estaban perfectamente construidas
y los dibujos más las escrituras que presentaban estaban mostrando a
una cultura muy adelantada. Luego de volver a la ciudad, de haber
comentado el hallazgo e intentar hacer un documental por la
importancia que tenía, llegué a mi casa una de esas noches y entre la
1 y 2 de la madrugada se presentaron dos seres de luz. Lo interesante
es que no pasaron por la puerta, sino traspasaron la pared. Uno de
ellos se colocó frente a mi, yo estaba acostado en mi cama, a oscuras,
y el otro se sentó a mi lado. Agarró mi mano izquierda y esa
luminosidad que tenía traspasó a mi mano. Estos seres vinieron a
darme el siguiente mensaje: de que yo no estaba preparado y la
Humanidad tampoco para dar a conocer la localidad de dónde estaba
la Chinkana. Porque todavía somos seres destructivos. Con el tiempo
poco a poco estamos comenzando a cambiar. Va a haber un momento
que volveremos a reutilizar estas Chinkanas. Lo interesante de todo
esto es que ellos estaban vestidos con una túnica blanca, sus cabellos
eran dorados, tenían unos ojos amarillezcos verduzcos, de donde
salía una luz tenue parecida al láser y se metía por las retinas de mis
ojos. Ahí es donde ellos comenzaban a comunicarse. La comunicación
fue telepática, yo no me podía mover. Me paralizaron. Poco a poco
comenzaron a tranquilizarme, hasta que en un momento sentí un
amor y una paz indescriptibles. Ya no pude volver más a la Chinkana
por orden de ellos. Sin embargo, siempre que voy al Lago, me acerco

254
a la comunidad para ver si está creciendo y pueda afectar a la
entrada. Estoy muy tranquilo porque a salvo está la Chinkana del
Titicaca. Las Chinkanas unen varias ciudades intraterrenas, aún no
estamos preparados. Pronto llegará el momento en que podamos
visitarlas. El mensaje que quiero darles es que tenemos uno de los
Lagos más lindo del mundo, cuna de muchas culturas como la
Chiripa, el gran Tiahuanaco, el imperio Incaico. Y está para
desaparecer, nuestras montañas están dejando de tener los glaciales
que alimentan con sus ríos el nivel de nuestro Lago. De nosotros
depende cuidarlo, que ya no tiren cuestiones malas sobre nuestro
Lago. Cuidémoslo. Muchísimas gracias”.
Antonio Portugal Alvizuri escribió los siguientes libros: La
Chinkana del Titicaca, Los túnes secretos del Lago Sagrado,
Ciudades Secretas en Los Andes. Los Mensajes de los Seres de Luz,
En contacto con los Maestros Mayores y, del Tíbet a los Andes. El
encuentro de dos culturas.

Los secretos del Lago Titicaca.

En el altiplano boliviano yacen los restos pétreos de lo que


continúa siendo uno de los enigmas de la historia universal, la cultura
Tiahuanaco. Para algunos, la más antigua civilización del planeta;
para otros, la Atlántida de Platón; para la historia oficial, la cultura
que dio origen a la civilización Inca y, para otros, la prueba más
contundente de la presencia de los anunnaki de Zecharia Sitchin en
América Latina. Nuevos indicios confirmarían indirectamente varias
de las hipótesis que hemos venido desarrollando sobre la relación
entre los dioses extraterrestres conocidos como los anunnaki y la
cultura Tiahuanaco. El 8 de octubre del 2013, los arqueólogos belgas
del proyecto Huiñaimarka que cuenta con el apoyo del Centro de
Arqueología Subacuática Andina (CASA9), presentaron el resultado de

255
los primeros dos meses de exploración subacuática: alrededor de dos
mil piezas arqueológicas rescatadas de las profundidades del lago
Titicaca: se encuentran huesos, piedras preciosas, cerámicas con
representaciones de felinos, piezas de plata, más de 31 fragmentos de
oro laminado, y un timón y un ancla pertenecientes a una
embarcación prehispánica.
Si bien han existido varias misiones de exploración
subacuática en el lago Titicaca, el proyecto Huiñaimarka es la primera
misión de excavación subacuática. Este proyecto durará hasta el año
2016 y su objetivo principal es investigar una serie de
emplazamientos costeros precolombinos, principalmente de la cultura
Tiahuanaco. Algunas de las piezas han sido datadas hacia el periodo
incaico, otras hacia el periodo preincaico y unas pocas hacia el año
500 de nuestra era. Según el director del proyecto, el arqueólogo
belga Christophe Delaere, estas son las primeras piezas de oro
encontradas en el lago Titicaca: “Encontramos importante material
arqueológico formativo, propio de culturas del Tiahuanaco, Inca y,
además material del siglo XIX y del siglo XX. Es decir que tenemos
aquí 2.000 a 2.500 años de historia. Estas son las primeras piezas de
oro que hemos encontrado. También un timón y un ancla que serían
de un bote prehispánico.” La versión oficial es que varias de las piezas
encontradas son ofrendas que los antiguos pobladores de la cultura
Tiahuanaco lanzaron al lago Titicaca, el cual consideraban sagrado.
Siguiendo con la versión oficial, estas piezas muestran que antes de la
llegada de los españoles, existía un gran intercambio cultural y
comercial entre las civilizaciones de la región. Estas ideas han sido
invocadas por historiadores y arqueólogos, apenas se tuvo noticias del
hallazgo. Lo interesante es que en este descubrimiento existen varios
detalles que apoyan indirectamente las teorías alternativas sobre el
contacto entre los anunnaki y los habitantes de la cultura Tiahuanaco.
Para el arqueólogo boliviano Marcial Medina Huanca, quien
dirige el proyecto Huiñaiwasi en el lado boliviano, los adornos e

256
iconografías que presentan las láminas de oro pertenecen
definitivamente a la cultura Tiahuanaco. No podemos descartar la
posibilidad de que algunas de estas piezas de oro laminado hayan sido
realizadas por otras culturas de la región, pero si este fuera el caso
aún seguirían siendo un indicio importante del conocimiento de las
técnicas necesarias para laminar el oro.
Hugo Boero Rojo, el reconocido académico boliviano
estudioso de las culturas precolombinas, anunció en 1980 que había
encontrado restos arqueológicos de estructuras arquitectónicas
sumergidos a quince metros de profundidad en el lago Titicaca. El
hallazgo fue realizado en el mismo lugar en el que los buzos
argentinos encontraron las construcciones en forma de U, cerca de
Puerto Acosta. Meses después, Boero Rojo declaró sobre el tema en
una conferencia de prensa: “Ahora podemos afirmar que la existencia
de construcciones precolombinas debajo de las aguas del lago
Titicaca no es una mera suposición o ciencia ficción sino un hecho
real … los restos hallados muestran la existencia de antiguas
civilizaciones que anteceden grandemente a la colonización española.
Hemos encontrado templos construidos de inmensos bloques de
piedra con caminos de piedra que llevan a lugares desconocidos y
peldaños de escaleras cuyas bases se pierden en las profundidades
del lago entre una tupida vegetación de algas.” Años después, en el
2004, el grupo italiano de exploración científica Akakor realizó tres
expediciones de exploración subacuática en el lago Titicaca
(Atahuallpa 2000, Titicaca 2002 y Tiwanaku 2004) con el fin de
sustentar su teoría, la cual sostiene que hace miles de años atrás el
lago tenía una altura menor a la actual.

Si bien Posnanky sostenía que la región de Tiahuanaco sufrió


varios cataclismos que, en un principio, elevaron el nivel de las
aguas del lago y que luego produjeron una lenta disminución del
nivel del mismo, esto no termina de encajar puesto que si realmente

257
Tiahuanaco hubiera sido construido a las orillas del lago Titicaca
deberían haber encontrado algunos restos de construcciones entre los
límites de lo que actualmente se conoce como el complejo
arqueológico de Tiahuanaco y las orillas actuales del lago. Hasta el
momento no se ha encontrado nada significativo que apunte en esta
dirección. El mismo director de la expedición “Huiñaimarca”,
Christophe Delaere, declaró que sus investigaciones indican que “hay
casi 600 km2 del territorio de la cultura Tiahuanaco dentro del agua”.
Es más, el ídolo de 30 kg. fotografiado por la sociedad Akakor a
setenta metros de profundidad cerca de la isla de Sol no tendría que
ser necesariamente una ofrenda, sino que podría haber sido parte de
un templo que ahora se encuentra sumergido. Una de las
explicaciones para estos muros, templos, y caminos de piedra
encontrados por las diferentes expediciones subacuáticas realizadas
en el lago, es que estas estructuras fueron construidas antes que el
lago se formara o cuando el lago era más pequeño.
La arqueología oficial sostiene que Tiahuanaco fue
construida alrededor del año 1.500 AC. Este cálculo se basa en
análisis de carbono catorce realizados a la materia orgánica
encontrada cerca a las construcciones de piedra. Lo cierto es que el
carbono catorce no puede datar la antigüedad de la piedra y menos
aún determinar cuando es que esta fue tallada o modificada. Esta
fecha para el desarrollo de la cultura Tiahuanaco falla al tratar de
explicar los continuos descubrimientos de ruinas sumergidas bajo el
agua del lago.
Se propone, como Arthur Posnansky, Graham Hancock y
otros investigadores, que las estructuras de Tiahuanaco fueron
erigidas alrededor del 15.000 AC.
La teoría que sostiene que Tiahuanaco tiene al menos 17.000
años de antigüedad, puede explicar de manera más consistente la
existencia de estructuras sumergidas en las aguas del lago.
Si las estructuras sumergidas pertenecían a la cultura

258
Tiahuanaco y fueron construidas, al igual que los monumentos que
vemos hoy en día en la meseta, antes de lo que conocemos como el
diluvio universal, alrededor del 15.000 AC. entonces la explicación es
muy simple.
Este gran diluvio amplió el lago Titicaca e inundó totalmente la
ciudad de Tiahuanaco. Algunas partes de la ciudad, aquellas más sólidas
como la llamada “Puerta del Sol” sobrevivieron al diluvio y otras más
endebles se desplomaron y quedaron sumergidas bajo el agua. Estas
estructuras que quedaron sumergidas podrían ser las construcciones que
han sido observadas por las expediciones subacuáticas. Hay que recordar
que cuando se descubrió la “Puerta del Sol”, esta yacía quebrada en el
piso de la meseta. Necesariamente, la región tuvo que haber sufrido el
azote de un fenómeno natural con la fuerza necesaria para lograr
quebrar y tumbar al pesado bloque de piedra. El diluvio podría haber
provocado desplazamientos violentos de grandes cantidades de agua con
la fuerza necesaria para arrasar con la ciudad. Cabe destacar que uno de
los detalles más intrigantes que encierran los restos de la cultura
Tiahuanaco es que la mayoría de los objetos y estructuras encontrados en
esta región estaban originalmente cubiertos por casi dos metros de tierra
o lodo. La pregunta es simple, ¿cómo es que los restos de una civilización
que se desarrolló a casi 4.000 m. de altura quedan cubiertos por casi dos
metros de tierra o lodo? La respuesta podría ser la misma: porque una
gran masa de agua inundó el lugar y creó una gran capa de lodo
alrededor de las estructuras que no se desplomaron. Finalmente, dos
metros de elevación no son demasiados para la cantidad de agua que
podría generar un fuerte diluvio de semanas o meses.
Para finalizar hay que aclarar que los objetos presentados en la
primera semana de octubre de 2013 por la expedición belga fueron
encontrados a escasos siete metros de profundidad. Imaginémonos lo que
podría encontrarse a veinte o treinta metros de profundidad bajo las
aguas del lago Titicaca.

259
Estar. 21 de diciembre de 2012.
La mezcla de ideas y sensaciones iban y venían en un
torbellino de esfuerzo por respirar con profundidad llegando para
Ana a ser hasta el umbral de la angustia. Su pecho y garganta
estaban oprimidos, su oído izquierdo seguía molestándole con
cosquilleos y zumbidos. ¡Sus ojos! hicieron una pequeña infección
mezcla con conjuntivitis.
Aguas de lágrimas haciendo dique en su garganta
conteniendo temores, muchos y; contrariamente, Ana tenía la
sensación de estar protegida por la compañía de Cristina y
sosteniendo que esta aventura iba a ser buena. Le llevó largo
tiempo poder transmitir lo que experimentó en aquella mágica
Isla del Sol, rodeada de un espejo de agua. El universo se reflejaba
en él, y él con ella en el universo. Sensación de tremenda y
protectora pequeñez ante lo infinito­finito.
Fue preparada para estar en al menos dos mesas del Vivir
bien, con el código de admisión en mano. Nunca dio con las
mesas, nunca encontró el lugar dónde presentar el código de
admisión recibido por e­mail. “Bien, la mano viene diferente”, se
dijo. No estuvo ajena a este encuentro la energía del desorden
como tampoco la de un orden en lo espontáneo. Eso era lo que
más rescataba, sincronía en lo espontáneo. Todos eran, valían lo
que eran, todos podían andar con su estilo: de Pueblos
Originarios, de América Latina, de Europa, así como también
funcionarios de estado de varios países del continente americano
y de Europa.
Las recibió el sonido de los tambores, las tarkeadas y la
sensación de que estaban en el momento justo y en el lugar
correcto. Cuando se adentraron, dieron con un chaman aymara
dando entrevista para BoliviaTv, chamanes exhibiendo ceremonias
con mesas preparadas como ofrenda a la Pachamama, grupos New

260
Age, un grupo contra­capitalismo de Perú llamado “Ciencia Celeste
Alfa y Omega, Ciencia Solar” que contaban su punto de vista
respecto al origen, causa y destino de todas las cosas. La propuesta
de este grupo consistía en imitar la ley común de la Naturaleza en
todo orden de cosas, porque todas eran leyes comunes y a la vez
unificadoras. Proponían pensar, planificar y ejecutar en un nivel
colectivo y personal describiendo una lista de premisas tales como
considerar un nuevo concepto de patria: la patria planetaria;
denunciar a los culpables del envenenamiento de la Tierra, como
asesinos del planeta (ecocidio); combatir a los gobiernos
entreguistas y vende patria; denunciar a los fabricantes de armas y
constructores de templos como causantes del hambre en el mundo
y; no explotar la tierra, practicar la agricultura ecológica, no a la
recolonización de la tierra, luchar contra la economía verde, alto a
la privatización de las semillas; entre otros.

Bullicio, personas de todas las edades iban y venían


rondando el lugar. Carpas blancas, tipo globos bordeadas por
pancartas gigantes promocionando al gobierno de Evo Morales,
música, grupos cantando, carpas verdes del ejército, policías,
soldados, lugareños.
Pasando este
aturdimiento,
comenzaron a buscar
una carpa donde
descansar. Dieron con
una a orillas del grupo
central de carpas,
cerca de la carpa
instalada para prensa
y difusión. Esta carpa Cholita. Isla del Sol,
para prensa estaba 21 de diciembre del 2012.

261
equipada con una mesa tablón central, con puestos para
computadoras, equipos de audio y filmación, café y “medias
lunas”. No pueden asegurar que hayan sido medias lunas como las
argentinas, el cansancio y el hambre se los hizo parecer al ver
alguna fuente con masas para acompañar un café.
La carpa donde decidieron acampar era del ejército, verde
oliva, espaciosa. Ya había un par de personas descansando cerca
de la entrada, una pareja de brasileros al fondo a la izquierda,
otras tres personas más cercanas al lado izquierdo de la entrada y
al fondo a la derecha, estaba libre. Ahí apoyaron sus bolsos. Bien,
comenzaba el despliegue de la misión hallar un colchón.
Cada una por su lado emprendió la búsqueda sin éxito.
Por lo que tendieron sus ponchos sobre la tierra, mochilas como
almohadas y así pasaron la noche fría. Acurrucadas, exhaustas y
transportadas a otra dimensión, a recobrar energías con el
chocolate que Cristina llevó y que les calmó el hambre y el frío.
En medio de la noche, entre los fogones salieron un par de
veces del refugio y entraban en ese alucinante espectáculo de
discusiones eternas entre los amautas. Durante la noche los
fogones iluminaban los pasillos entre las carpas. Se dividían en
zonas. En cada fogón, una mezcla de edades y de vivencias. Clima
de fiesta en unos, de recogimiento en otros. Uno a uno, daban sus
mensajes los ancianos, los jóvenes atentos. En una lengua para
ellas incomprensible, solo comprendían cuando por los parlantes
discurseaban las autoridades del encuentro anunciando que un
cambio muy grande llegaba a la humanidad. El momento histórico
podía respirarse. Sueños, ensoñaciones, olores, sonidos… todo
llegaba en ráfagas a las carpas ¿Qué era “real”? ¿Qué no lo era?
¿Había en este mundo un solo tipo de “realidad”? La combinación
de fuego y música, oscuridad y tanta energía diversa daba al
momento características de mágico. En ese estado, de pura
inconsciencia, salirse de la carpa y encontrar el camino de regreso

262
se tornaba angustiante. Tal vez sea esa la metáfora de la
sensación que sentían al cruzar un canal como éste, tan alejado
de sus vidas cotidianas y arriesgar el pensamiento que rondaba en
la espesura de la mente ¿habrá retorno al mundo de las certezas y
de las cosas dadas?
A las 4:15 de la madrugada un amauta recorría las carpas.
Gritaba dulcemente “¡Seres de luz”! ¡“seres de luz! ­acompañado
por el sonido de unas campanillas­ a despertarse, al cerro ya se
acerca nuestro padre Sol. ¡Vamos, vamos seres de luz!”. Sintieron
una profunda emoción, era la primera vez que participaban de
una convocatoria tan especial. Entonces ¿éramos seres de luz?
La madrugada­noche, antes del primer rayo de sol,
totalmente estrellada, poblado el cielo de estrellas fugaces, los
amautas iniciaron el camino al cerro. Portando antorchas,
estandartes y su música, cada comunidad seguía a su amauta.
Desde el campamento las pequeñas luces parecían ser devoradas
por las montañas. Algunos extranjeros se mezclaban en los grupos.
Ellas decidieron ver el espectáculo de esas hileras remontando el
camino desde la costa del lago. Con el amanecer llegó el reparto
de un sustancioso brebaje, cacao y quinoa. Ansiosos los
participantes esperan la llegada de la Tunupa. Tal vez las
discusiones de la noche anterior abordaran esa dimensión. En este
nuevo Pachakuti, este darse vuelta del mundo ¿será quien viene
navegando en la enorme totora el nuevo Tunupa? Ellas,
observadoras semi­occidentales no lo pueden saber. ¿Lo sabrán
estos aymaras? ¿Sabrán que éste que llega, don Evo Morales Ayma
es el nuevo Tunupa? Hasta entonces, la duda.

263
Esperando a Evo
Evo no tiene un mandato, tiene una misión10

Se aproximaba la hora. A las 10 am llegaría Evo en la


Tunupa. Se acercaron a la orilla del lago a esperarlo, viendo cómo
personal de seguridad hacía constantes rondas por tierra y agua
revisando que el camino por dónde el presidente Morales pasaría,
estuviera limpio. Se sentaron sobre el pasto, compartiendo
espacio e intercambiando comentarios de lo grato que les era
estar allí en tales circunstancias con un grupo de artesanos
latinos. Con murmullo casi sagrado, comenzó a circular la
novedad de que la Tunupa se acercaba. La vieron aparecer.
Escalofríos, euforia interna, calma externa. Y ¡llegó! Y pasó tan
cerca de ellas que la emoción fue incontenible saludándolo con un
“¡Evo, Argentina de quiere!”.

Evo Morales, mestizo del altiplano, ganó clara y


democráticamente las elecciones de diciembre de 2005 y es el primer
presidente indígena en Bolivia. En el año 2009 se celebraron
comicios, bajo una nueva constitución fuertemente indianista; vale
decir; que el Estado pasó de ser una República a un Estado
Plurinacional con el reconocimiento de 36 naciones y la creación de
nuevas instituciones. En el año 2014, nuevamente gana las elecciones
en una jornada de comicios sin incidentes, con un 61% en Bolivia y
con un 78% en el exterior. Por primera vez pudieron votar los
ciudadanos bolivianos que viven en 33 países.
El proyecto del gobierno de Evo Morales es un proyecto
desarrollista y modernizante. Llevar adelante a este proyecto es la
misión de Evo. Un propósito en el que se está trabajando en la
convivencia intercultural con todo lo que ello implica. Un proyecto
que reflota la cosmovisión aborigen latinoamericana, tomando
valores ancestrales olvidados y/o desconocidos por la actual
sociedad que se desenvuelve en un contexto capitalista­consumista.
264
Evo responde al consejo de Aymaras (sabios) que le rodean
y protegen de todo mal que pueda interferir en esta misión.
La revolución boliviana tiene una oratoria con la
particularidad de ser poética y fértil. El 21 de diciembre de 2012 Evo
Morales proclamaba, con motivo de la celebración del solsticio de
verano en la Isla del Sol (lago Titicaca), la llegada del Pachakuti, el
Nuevo Tiempo, “a favor de la vida y contra el capitalismo salvaje”, en
el que reinará la cultura del “Vivir Bien”, en el “Estado plurinacional
boliviano, en el que el ser humano reconoce el sentido de la
humanidad y la armonía con la (Pachamama) Madre Tierra”.
Al bicentenario de la independencia, 6 de agosto de 2025, el
gobierno de Evo Morales prevé que se haya alcanzado una serie de
metas como: 1) Democracia comunal, sin voto y por consenso, como
una especie de socialismo pre­marxista; 2) Fin de la pobreza
extrema; 3) Derechos humanos como universalización de los
servicios, salud, alimentación, y medio ambiente; 4) Soberanía
tecnológica; 5) Nueva diplomacia; 6) Nuevo orden financiero
internacional, y como remate 6) “Reencuentro con nuestro mar”,
darle fin al litigio con Chile para recuperar la costa del Pacífico que
Bolivia perdió en una lejana guerra.

Al fin llegó la Tunupa. El mito11

Evo Morales llegó en una balsa construida con totora y


madera por los pobladores de la isla Suriqui, denominada Tunupa y
trajo consigo el fuego "sagrado". La embarcación mide 15 metros de
largo, 4,5 metros de ancho y tiene un peso aproximado de 12
toneladas. El 16 de diciembre de 2012, comenzó su recorrido por
islas y puertos del lago Titicaca, entre ellas: Kachkacha, Ukama,
Injta, Pariti, Quewaya, T’iraske, Sukuta, Patapatani, Kuyawani,

265
Tunupa en el muelle de la Bahia de Kohan. Isla del Sol,
21 de diciembre del 2012.

Kumaná, Puerto Pérez, Huarina, Huatajata, Chua, Qumpi,


Janq’uamaya, Estrecho de Tiquina, Isla de la Luna e Isla del Sol.
Tunupa es el nombre de una deidad andina venerada en el
altiplano boliviano y se le considera el dios del volcán y del rayo. La
función de Tunupa es el ordenamiento del mundo.
Se conocen varias versiones del mito recogidas desde
mediados del siglo XVI y principios del XVII y, se tiene en cuenta que
en el año 1600 el volcán Huayna Putina afectó al ambiente con una
erupción volcánica que promovió el recuerdo de antiguos mitos.

266
Juan Santa Cruz Pachacuti Yanqui, cronista indígena, en su
transcripción de la primera oración de Manco Cápac menciona a
Viracocha como creador de todas las cosas, agregando que, en esa
primera edad de las tinieblas, los hombres vivían en lugares baldíos y
por escasez de lugares y tierra peleaban sin cesar. Apareció entonces
una tal Tunupa, "El qual no trayeya enterés ninguno, ni trayeya hatos,
el qual sizen que todas las lenguas hablava mejor que los naturales y le
nombravan Tonapa o Tarapaca".
Geográficamente se desarrolla en el lago Titicaca con
referencias al río Desaguadero y al lago Poopó llegando al norte de
Chile; se considera que temporalmente es anterior a los incas y por lo
tanto al mito de Viracocha, con el cual luego se funde.
Un detalle interesante, según Pizarro dejó sentado que: “La
clase dirigente del Imperio del Perú era de piel clara y de pelo rubio
oscuro, algo así como el color del trigo maduro. Los grandes señores y
las damas eran en su mayoría blancos como los españoles. En aquel
país encontré a una india con su cría que tenía la piel tan blanca que
apenas hubiera podido distinguirla de la gente blanca y rubia. De ellos
se decía que eran hijos de dioses. Estos dirigentes mantienen el orden y
la paz social a cualquier precio. A su católica Majestad le interesará
saber que encontramos una administración tan perfecta, que todavía
no es la hora en que nos encontrado con ladrones y viciosos, ni con
mujeres adúlteras o licenciosas. Todos esos delitos están rigurosamente
prohibidos, todos los súbditos del inca se ocupan de quehaceres
honestos y provechosos”.
Viracocha sería la emanación simbólica de cambios climáticos
y, por otro, Tunupa por su recorrido representa el mito de apertura
del desaguadero, que se realiza a partir de la fase final de la subida
de las aguas, hacia el fin de Pucara y principios de Tiahuanaco.

El mito de Tunupa señala que un hombre llamado


Asanaques, el principal Mallku* de la región, era un viejo, blanco y

267
de ojos claros, vestido con una túnica, que se casó con una mujer
llamada Tunupa y tuvieron varios hijos.
Tunupa era una bella y joven mujer que llevaba doce polleras
de muchos colores y doce enaguas. Tenía un carácter burlón,
peleadora, viajera y civilizadora.
El viejo Asanaques era muy celoso de la bella Tunupa
ocasionándole muchos sufrimientos. Un día, tanto sufrir, la joven
Tunupa decidió irse hacia la costa. En esa ocasión Tunupa y
Asanaques tuvieron una riña en la que Asanaques comenzó a
castigarla. Tunupa pidió auxilio y su hermana Chullasi, que se
encontraba al otro lado del lago cerca a Orinoca, la protegió.
Chullasi, para defender a su hermana Tunupa lanzó una piedra con
una honda, apuntando a la cabeza de Asanaques, hiriendo al
Mallku para siempre. Es por esa razón que el mallku se encuentra
inclinado hacia donde sale el sol y la piedra que le hirió se
encuentra aún en la llanura cerca al camino, que llaman
PacoKahua. Mientras Asanaques estaba herido, Tunupa aprovechó
para marcharse, dejando atrás a sus hijos Wilacollo, Huatascollo,
Huari y Sevaruyo (Cerro Gordo y cerros menores que se encuentran
al sur del lago Poopó).
Su espacio de acción se define en gran parte de América,
pasando por el lago Titicaca, Desaguadero, Carabuco, lago Poopó,
Salar de Uyuni, frontera boliviana­chilena y costa norte de Chile.
En su camino, Tunupa orinó en las llanuras de Aguas
Calientes, donde hoy existen brotes de aguas termales, consideradas
saludables. Luego de transitar por las pampas de Condo, Tunupa
decidió descansar en la localidad de Quillacas, donde se construyó un
fogón para cocinar, formando así los cerros de Santa Bárbara y San
Juan Mallku, donde luego se ubicaría el actual pueblo de Qillacas.
Al día siguiente, se dirigió rumbo al oeste, para cruzar el río
Marqués, Tunupa dejó una de sus zapatillas en el lugar hoy conocido
por una pequeña loma denominada Sato. Al otro lado del río decidió

268
descansar dejando rastros de reposos en los contornos del cerro Pedro
Santos Willka, lugar de fundación del pueblo y ayllu* de Pampa Aullagas.
Rumbo al sur, cerca de Tambillo, Tunupa excavó la tierra
para construir una Tiwaraña de piedra para preparar la quinoa.
Siguiendo hacia el sur, en una localidad llamada Jayu Cota, excavó
nuevamente la tierra para luego verter su leche y dejarle a su hijo
menor que la seguía. Más adelante dejó en su camino a un hijo
enfermo con viruela, llamado Saalviano, nombre de un cerro que
tiene muchos huecos en su superficie.
Siguió camino hasta una gran planicie donde se perdía de
vista Asanaques y donde dicen que Tunupa vertió grandes cantidades
de leche para alimentar a sus hijos. En esta zona, conocida desde
entonces como el Salar de Uyuni, se encontró con dos jóvenes muy
guapos, Cora Cora y Achacollo o cerro Grande, con los que entabló
amistad. Ellos la convencieron de que se quede allí antes de seguir
rumbo a la costa.
Los jóvenes se enamoraron de la bella Tunupa y comenzaron
a pelearse por su amor. Con un hondazo, Cora Cora hirió el corazón
de Achacollo, por lo que desangró mucho. Por su parte, el cerro
Achacollo también le lanzó un hondazo a Cora Cora, hiriéndolo en la
vejiga y abriéndole muchos huecos. Así ambos jóvenes pretendientes
murieron por el amor de Tunupa y desde entonces Tunupa se quedó y
permaneció para siempre en esta región de Uyuni.
La trayectoria de Tunupa, deteniéndose en distintos sitos
fue realizando acciones maravillosas, sugiere un recorrido
civilizador en toda la región, ya que crea nuevos asentamientos
poblacionales que recuerdan la disposición geográfica de la
confederación de varios grupos étnicos conformados
fundamentalmente por urus y aymaras. Este proceso civilizador se
refleja en la domesticación de hechos cotidianos, al mismo tiempo,
su prédica tiene que ver con un cambio de paradigmas culturales
que se aplican tanto a los incas como a los españoles de la zona, por

269
acción de jesuitas y agustinos. La construcción del fogón,
introducción de alimentos preparados; la zapatilla suelta,
manufactura de la vestimenta a partir de economía pastoril;
construcción de la Tiwaraña y, explotación agrícola sedentaria.
Juan Santa Cruz Pachacuti, cronista indígena, presenta una
de las versiones más amplias del mito, lo que cobra importancia si
tenemos en cuenta que este autor es originario de la zona donde
actuó Tunupa, Canas y Canchis (recordemos que Tunupa pasó por
Cacha). Pachacuti mezcla a Tunupa con Taguapaca, aunque enfatiza
en el primero. Considera que la primera función de Tunupa fue echar
a los demonios y predicar entre la gente, y por tanto lo califica de
“parlera” y hábil en todas las lenguas. Sus milagros se parecen a los
de la Biblia, sanando enfermos y dando vista a los ciegos. Sin
embargo, cuando relata los castigos que infringe a quienes la
rechazan, enfatiza en el poder que tiene sobre los elementos de
dominio del Rayo: sobre el agua (inundaciones), el fuego (incendios
y control de un volcán) y la tierra (al convertir en piedra a los de
Quinamares y los de Tiwanaku). En la versión de Pachacuti, Tunupa
nunca muere ni es castigada.
Los cronistas logran rehacer la ruta de Tunupa hasta que se
pierde en la región de Uyuni, al sur del lago Poopó. Este peregrinar no
termina allí, existe una posible relación con la costa de Chile.
Historias indígenas regionales respecto al volcán Tunupa, situado a
orillas del salar de Uyuni nos permite extender el itinerario de sus
viajes desde el altiplano boliviano hacia la frontera con Chile.

* Mallku es el espíritu y la fuerza de las montañas y una


presencia poderosa en las alturas, la cual encuentra su representación
en el cóndor, animal majestuoso y respetado, ya que Mallku también
es el Kuntur mamani (el espacio del hábitat de los cóndores ubicados
en las altas montañas rocosas).

270
* Ayllu es el nombre con que se designa a cada grupo
familiar en una comunidad indígena en la región andina.

Manifiesto de la Isla del Sol. Evo Morales12


Pasada la algarabía por su arribo, el presidente Evo Morales,
acompañado por los amautas, se ubicó en el palco apostado al lado
de la carpa de prensa y difusión. Evo comenzó diciendo:
“Hermanas y hermanos: deseo expresar mi sorpresa por esta
gran concentración que nos reúne hoy, en esta Isla del Sol, a hermanas
y hermanos que vienen del Abya Yala, de América, de Europa, de África
y de Asia.
Saludo a nuestro vicepresidente de Bolivia, Álvaro García
Linera, al vicepresidente de Nicaragua, Moisés Omar Halleslevens
Acevedo, al ministro de Comunicación e Información de Venezuela,
Ernesto Villegas, y a las viceministras de Venezuela para América Latina
y el Caribe, Verónica Guerrero, y para América del Norte, Claudia
Salerno; al ministro de Cultura de Cuba, Rafael Bernal Alemany, a los
ministros y ministras, a los embajadores y embajadoras de Bolivia, de
toda América, de Asia y de Europa.
Saludo, igualmente, a nuestros dirigentes, líderes y liderezas de
los movimientos y organizaciones sociales de los diferentes sectores que
estuvieron debatiendo en torno a este 21 de diciembre y lograron
profundas reflexiones sobre temas políticos, económicos, sociales y sobre
el medio ambiente y la Madre Tierra. Ellos debaten permanentemente
sobre la igualdad y la justicia social.
Hoy estamos todos reunidos acá, en el tiempo de Pachakuti, en
el tiempo del cambio…”.
Y así continuó desarrollando el Manifiesto de su gobierno,
ante un público atento y gustoso de oír las palabras que decía.

271
Conclusión
Pasó tiempo y el andar de cada una de ellas siguió andando,
a veces con impresiones ordinarias otras con efecto de cinemascope.
Pudieron al fin, reencontrarse en un café de Buenos Aires, ahora
envueltas por el movimiento porteño. Bebida espirituosa de por
medio, sentadas frente a frente se dijeron:
­¡Ja!, ¿y ahora? ¿Cómo compartimos con el Grupo en
palabras lo significativo de esta experiencia? ¿Se notará esta
sensación de volar cuando caminamos por nuestros barrios?

Habían pasado meses desde que se despidieron en


Copacabana. Cristina volvió a La Paz y tomó un vuelo a Buenos
Aires; Ana continúo por tierra bajando por el noroeste hasta llegar al
sureste de la provincia de Buenos Aires.

Pudieron rememorar aquella Isla, su fuerza y vibración


particular. Ana recordó que sentía vigor y liviandad en su vuelta a
La Paz, amén de cargar con el peso de su mochila y tan solo
viendo siluetas por el malestar de sus ojos. Agradeció la
compañía de Cristina que resultó ser contenedora en un plano en
el que no mediaban palabras ni gestos, tan sólo ESTAR. Dio
cuenta de que comenzaba a reconocer Portales Temporales, como
más adelante describiría el piloto de las Fuerzas Aéreas de
Argentina Rubén Cipuzak, que Carlos invitó a uno de los
encuentros de Entremundos.

Después del viaje, Ana volvió a vivir situaciones que le


divertían y le ayudaban para volver a sentir aquel encuentro
consigo misma, más aliviada, con despreocupaciones y con
renovados proyectos.

272
Haber tenido la oportunidad de descansar sobre aquellas
rocas, beber el agua del lago, ver de cerca actitudes de
“funcionarios” y “guías espirituales”, compartir con compañeros
ocasionales aquella estancia, ha sido para ella uno de los mejores
regalos que la vida le ha dado.
En conversaciones con amigos y haciendo lecturas varias, en
general concluía que el cambio estaba en aquella “persona” que
deseaba mejorar su estilo de vida social. Entre las culturas del mundo
sí observaba una época de confrontación, más lo entendía como parte
de un proceso de cambio. Le pareció que la tarea para ella asignada
estaba en rever el estilo de vida sin desprenderse de aquello que la
mantenía viva.

Cristina asoció la quemazón del sol sobre su rostro como una


“muerte” de la máscara. La atendieron en el hospital con una especie
de gel ecológico que le convirtió en “cuero” a su piel y luego se le
cayó poco a poco. Utilizó ese proceso para, como le había sido
indicado “no abandonar el camino” de regreso a casa, y sin más
“personajes” que montar frente a otros, dedicarse a lo que tenía que
realizar en esta vida: ser puente. Ser una relatora de cosas vividas y
enlazar mundos, no más ser esto encubierto por ningún tipo de
máscara. En la Isla del Sol quedó su personaje de “la Directora”, que
como el maestro de Tilcara Rodolfo Kusch, hace círculos en el agua
para saber quién es.

Tanto así, como si hubieran reencontrado a sus ángeles


vigías en un instante congelado de aquella noche del 21 de
diciembre de 2012.

273
Citas
1 Entrevista realizada a Fernando Huanacuni, aymara boliviano,
autor de un Estudio para la Coordinadora Andina de
Organizaciones Andinas (CAOI) titulado: “Buen Vivir / Vivir Bien:
filosofía, políticas, estrategias y experiencias de los pueblos
indígenas andinos”; y a Javier Zárate Rivas, Embajador de Bolivia
en Ecuador. http://www.youtube.com/watch?v=2u_NJ0J_TRg.
Acceso: octubre 2014.

2 Portal de economía solidaria. "Vivir bien" ­ Propuesta de modelo de


gobierno en Bolivia
http://www.economiasolidaria.org/noticias/vivir_bien_propuest
a_de_modelo_de_gobierno_en_bolivia. Acceso: 26­11­2014.

3Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.


Consulado General del Estado Plurinacional de Bolivia en
Argentina. http://consuladoboliviano.com.ar/portal/node/119.
Acceso: 26­11­2014. Véase también Anexo I

4 La lucha por la libertad y por el autogobierno en las llanuras de Sud


América no es reciente. Hay una historia de más de 500 años que
un pueblo enfrenta al centralismo colonialista. Desde sus
orígenes, la gente de estos lares gritaba IYAMBAE! (Sin Dueño) al
ser amenazados por imperios vecinos y gobiernos. Los guerreros
iyambae crecieron con la sapiencia de otros guerreros que se le
unieron en la búsqueda de la nueva sociedad, Guerreros
quechuas, aymaras, Guerreros americanos, Guerreros argentinos,
Guerreros colombianos, Guerreros brasileros, Guerreros
europeos, Guerreros de todas las partes del mundo,
compartiendo el mismo sueño.
http://guerreroiyambae.blogspot.com.ar/2008/09/el­guerrero­
iyambae­no­nace­recin­en.html Acceso: 15­01­2015.

274
5 Pontificia Comisión para América Latina. La fiesta de nuestra
Señora de Copacabana, patrona de Bolivia
http://www.americalatina.va/content/americalatina/es/seccione
s/articulos­­­reflexiones/otros/la­virgen­de­la­candelaria­de­
copacabana­­patrona­de­bolivia.html. Acceso: 27­11­2014.

6 Pacarina del Sur. Revista de Pensamiento Crítico Latinoamericano.


La educación de Manco Capac y Mama Ocllo y la educación de
José Portugal Catacora, escritor peruano de origen aymara (1911­
1998). http://www.pacarinadelsur.com/home/amautas­y­
horizontes/324­la­educacion­de­manco­capac­y­mama­ocllo­y­la­
educacion­indigena. Acceso: 21­01­2015.
Portal web de José Portugal Catacora.
http://joseportugalcatacora.blogspot.com.ar/. Acceso: 27­11­2014.
Anexo II

7 Akakor Geographical Exploring. Serata di esplorazioni e ricerche ai


confini del mondo. http://akakor­geo­exp.blogspot.it/ Acceso:
28­11­2014.
AKAKOR: Tiwanaku 2004, Intervista della CNN
http://www.youtube.com/watch?v=FoFY0hGxuXo Video de CNN
en español. Acceso: 28­11­2014.

8 Entrevista por Cuarta Dimensión a Antonio P. Alvizuri. Video en


http://www.youtube.com/watch?v=gDLKrPZLg90 Acceso:28­11­
2014.
http://antonioportugalalvizuri.blogspot.com.ar/search/label/Lag
o%20Titicaca

9 Centro de investigación y estudio sobre el patrimonio subacuático


de la región Andina (Bolivia, Perú, Chile y Argentina).
https://casaph13es.wordpress.com/ Acceso: 19­01­2015.

275
10 Nodal cultura. Noticias de América Latina y el Caribe. De Pedro R.
Brieger http://www.nodal.am/2014/10/elecciones­en­bolivia­
escrutinio­oficial­del­9008­da­triunfo­a­morales­con­5988­de­los­
votos/. Acceso julio 2015.
BBC.
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/10/141012_bolivia_
elecciones_2014_voto_vivo_lav. Acceso julio 2015.
Diario Público. DISPLAY CONNECTORS, SL. Evo Morales: un
indígena modernizador.
http://www.publico.es/internacional/evo­morales­indigena­
modernizador.html. Acceso julio 2015
Evo prevé erradicar la pobreza hasta el 2025. Los tiempos. Diario
de circulación nacional boliviano.
http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/201208
07/evo­preve­erradicar­la­pobreza­hasta­
2025_181219_383412.html. Acceso 21­01­2015.

11 Bertonio y el mito de Tunupa. Ximena Medinacelli G.


http://www.scielo.org.bo/scielo.php?pid=S2077­
33232012000100007&script=sci_arttext. Acceso el 21­01­2015
La ruta de Viracocha, el Imperio del Sol. Jiménez del Oso. Video
https://www.youtube.com/watch?v=Wbd3cQQMlMM Acceso en
21­01­2015
Chacama, Juan y Espinosa, Gustavo. La Ruta de Tarapacá:
Análisis de un mito y una imagen rupestre en el Norte de Chile.
2005 [1999]. En Rupestreweb,
http://rupestreweb.info/tarapaca.html Acceso julio 2015.
Tunupa ya aguarda en Japapi entregar el fuego sagrado a Evo
Morales. Ministerio de comunicación. Estado Plurinacional de Bolivia.
http://www.comunicacion.gob.bo/?q=20121220/“tunupa”­ya­
aguarda­en­japapi­entregar­el­fuego­sagrado­evo­morales Acceso
Julio 2015.

276
12 Comentado por Atilio Boron.
http://www.atilioboron.com.ar/2013/01/evo­morales­y­el­magnifico­
manifiesto.html. Acceso el 21­01­2015. Anexo III.

13 Garcilaceo Inka (ensayo socio­histórico). Compañía de Impresiones


y publicidad, Enrique Bustamante y Ballivián; Lima, Perú, 1939,
pg. 130.

Bibliografía

Menegazzo, Tomasini, Greco. “Diccionario de Psicodrama,


Procedimientos dramáticos y socionomía”. J. L Moreno­C. G Jung.
Ed. Dunken. Bs.As. 2012. 1ra. Ed.

Morales Ayma, Evo. “Mi vida, de Orinoca al Palacio quemado”


Investigación y edición Iván Canelas Alurralde, Bol. ­2012.

Kusch Rodolfo, “Indios, porteños y dioses” Tomo I. Obras Completas,


Fundación Ross. Rosario. 2000.

Portugal Catacora, Jose “El aprendizaje y la realidad nacional”.


Pdf. 1981.

277
Anexo I
Principio de “Vivir bien”
Estas son las características que poco a poco se implementarán
en el nuevo Estado Plurinacional.

Priorizar la vida. Vivir Bien es buscar la vivencia en


comunidad, donde todos los integrantes se preocupan por todos. Lo más
importante no es el humano (como plantea el socialismo) ni el dinero
(como postula el capitalismo), sino la vida. Se pretende buscar una vida
más sencilla. Sea el camino de la armonía con la naturaleza y la vida,
con el objetivo de salvar el planeta da prioridad a la humanidad.
Llegar a acuerdos en consenso. Vivir Bien es buscar el
consenso entre todos, lo que implica que aunque las personas tengan
diferencias, al momento de dialogar se llegue a un punto neutral en
el que todas coincidan y no se provoquen conflictos. “No estamos en
contra de la democracia, pero lo que haremos es profundizarla,
porque en ella existe también la palabra sometimiento y someter al
prójimo no es vivir bien”, aclaró el canciller David Choquehuanca.
Respetar las diferencias. Vivir Bien es respetar al otro,
saber escuchar a todo el que desee hablar, sin discriminación o algún
tipo de sometimiento. No se postula la tolerancia, sino el respeto, ya
que aunque cada cultura o región tiene una forma diferente de
pensar, para vivir bien y en armonía es necesario respetar esas
diferencias. Esta doctrina incluye a todos los seres que habitan el
planeta, como los animales y las plantas.
Vivir en complementariedad. Vivir Bien es priorizar la
complementariedad, que postula que todos los seres que viven en el
planeta se complementan unos con otros. En las comunidades, el niño
se complementa con el abuelo, el hombre con la mujer, etc. Un
ejemplo planteado por el Canciller especifica que el hombre no debe
matar a las plantas, porque ellas complementan su existencia y
ayudan a que aquél sobreviva.

278
Equilibrio con la naturaleza. Vivir Bien es llevar una vida
de equilibrio con todos los seres dentro de una comunidad. Al igual
que a la democracia, a la justicia también se la considera
excluyente, según el canciller David Choquehuanca, porque sólo
toma en cuenta a las personas dentro de una comunidad y no a lo
que es más importante: la vida y la armonía del hombre con la
naturaleza. Es por eso que Vivir Bien aspira a tener una sociedad
con equidad y sin exclusión.
Defender la identidad. Vivir Bien es valorar y recuperar la
identidad. Dentro del nuevo modelo, la identidad de los pueblos es
mucho más importante que la dignidad. La identidad implica
disfrutar plenamente una vida basada en valores que se han resistido
por más de 500 años (desde la conquista española) y que han sido
legados por las familias y comunidades que vivieron en armonía con
la naturaleza y el cosmos.
Retomar la unidad de todos los pueblos. El saber
comer, beber, danzar, comunicarse y trabajar son también algunos
aspectos fundamentales.
Aceptar las diferencias. Vivir Bien es respetar las
semejanzas y diferencias entre los seres que viven en el mismo
planeta. Va más allá del concepto de la diversidad. ”No hay unidad
en la diversidad, sino es semejanza y diferencia, porque cuando se
habla de diversidad sólo habla de las personas”, dice el Canciller. Este
planteamiento se traduce en que los seres semejantes o diferentes
jamás deben lastimarse.
Priorizar derechos cósmicos. Vivir Bien es dar prioridad a
los derechos cósmicos antes que a los Derechos Humanos. Cuando el
Gobierno habla de cambio climático, también se refiere a los
derechos cósmicos, asegura el Ministro de Relaciones Exteriores. “Por
eso el Presidente (Evo Morales) dice que va a ser más importante
hablar sobre los derechos de la madre tierra que hablar sobre los
derechos humanos”.

279
Saber comer. Vivir Bien es saber alimentarse, saber
combinar las comidas adecuadas a partir de las estaciones del año
(alimentos según la época). Esta consigna debe regirse en base a la
práctica de los ancestros que se alimentaban con un determinado
producto durante toda una estación. Comenta que alimentarse bien
garantiza la salud.
Saber beber. Vivir Bien es saber beber alcohol con
moderación. En las comunidades indígenas cada fiesta tiene un
significado y el alcohol está presente en la celebración, pero se lo
consume sin exagerar o lastimar a alguien. “Tenemos que saber
beber, en nuestras comunidades teníamos verdaderas fiestas que
estaban relacionadas con las épocas estacionales. No es ir a una
cantinas y envenenarnos con cerveza y matar las neuronas”.
Saber danzar. Vivir Bien es saber danzar, no simplemente
saber bailar. La danza se relaciona con algunos hechos concretos
como la cosecha o la siembra. Las comunidades continúan honrando
con danza y música a la Pachamama, principalmente en épocas
agrícolas; sin embargo, en las ciudades las danzas originarias son
consideradas como expresiones folclóricas. En la nueva doctrina se
renovará el verdadero significado del danzar.
Saber trabajar. Vivir Bien es considerar el trabajo como
fiesta. “El trabajo para nosotros es felicidad”, dice el canciller David
Choquehuanca, quien recalca que a diferencia del capitalismo donde
se paga para trabajar, en el nuevo modelo del Estado Plurinacional,
se retoma el pensamiento ancestral de considerar al trabajo como
una fiesta. Es una forma de crecimiento, por eso que en las culturas
indígenas se trabaja desde pequeños.
Retomar el abya laya. Vivir Bien es promover que los
pueblos se unan en una gran familia. Esto implica que todas las
regiones del país se reconstituyan en lo que ancestralmente se
consideró como una gran comunidad. “Esto se tiene que extender a
todos los países, es por eso que vemos buenas señales de presidentes

280
que están en la tarea de unir a todos los pueblos y volver ser el Abya
Laya que fuimos”.
Reincorporar la agricultura. Vivir Bien es reincorporar la
agricultura a las comunidades. Parte de esta doctrina del nuevo
Estado Plurinacional es recuperar las formas de vivencia en
comunidad, como el trabajo de la tierra, cultivando productos para
cubrir las necesidades básicas para la subsistencia. En este punto se
hará la devolución de tierras a las comunidades, de manera que se
generen las economías locales.
Saber comunicarse. Vivir Bien es saber comunicarse. En el
nuevo Estado Plurinacional se pretende retomar la comunicación
que existía en las comunidades ancestrales. El diálogo es el
resultado de esta buena comunicación que menciona el Canciller.
“Tenemos que comunicarnos como antes nuestros padres lo hacían,y
resolvían los problemas sin que se presenten conflictos, eso no lo
tenemos que perder”.
El Vivir Bien no es “vivir mejor” como plantea el
capitalismo. Entre los preceptos que establece el nuevo modelo del
Estado Plurinacional, figuran el control social, la reciprocidad y el
respeto a la mujer y al anciano.
Control social. Vivir Bien es realizar un control obligatorio
entre los habitantes de una comunidad. “Este control es diferente al
propuesto por la Participación Popular, que fue rechazado (por
algunas comunidades) porque reduce la verdadera participación de
las personas”, dijo el canciller Choquehuanca. En los tiempos
ancestrales, “todos se encargaban de controlar las funciones que
realizaban sus principales autoridades”.
Trabajar en reciprocidad. Vivir Bien es retomar la
reciprocidad del trabajo en las comunidades. En los pueblos
indígenas esta práctica se denomina ayni, que no es más que devolver
en trabajo la ayuda prestada por una familia en una actividad
agrícola, como la siembra o la cosecha. “Es uno más de los principios

281
o códigos que nos garantizarán el equilibrio frente a las grandes
sequías”, explica el Ministro de Relaciones Exteriores.
No robar y no mentir. Vivir Bien es basarse en el ama sua y
ama qhilla (no robar y no mentir, en quechua ). Es uno de los
preceptos que también están incluidos en la nueva Constitución
Política del Estado y que el Presidente prometió respetar. De igual
manera, para el Canciller es fundamental que dentro de las
comunidades se respeten estos principios para lograr el bienestar y
confianza en sus habitantes. “Todos son códigos que se deben seguir
para que logremos vivir bien en el futuro”.
Proteger las semillas. Vivir Bien es proteger y guardar las
semillas para que en un futuro se evite el uso de productos
transgénicos. El libro “Vivir Bien, como respuesta a la crisis global”,
de la Cancillería de Bolivia, especifica que una de las características
de este nuevo modelo es el de preservar la riqueza ancestral agrícola
con la creación de bancos de semillas que eviten la utilización de
transgénicos para incrementar la productividad, porque se dice que
esta mezcla con químicos daña y acaba con las semillas milenarias.
Respetar a la mujer. Vivir Bien es respetar a la mujer,
porque ella representa a la Pachamama, que es la Madre Tierra
poseedora de dar vida y cuidar a todos sus frutos. Por estas razones,
dentro de las comunidades, la mujer es valorada y está presente en
todas las actividades orientadas a la vida, la crianza, la educación y
la revitalización de la cultura. Los pobladores de las comunidades
indígenas valoran a la mujer como base de la organización social,
porque transmiten a sus hijos los saberes de su cultura.
Vivir Bien y NO mejor. Vivir Bien es diferente al vivir mejor,
que se le relaciona con el capitalismo. Para la nueva doctrina del
Estado Plurinacional, vivir mejor se traduce en egoísmo, desinterés
por los demás, individualismo y solamente pensar en el lucro.
Considera que la doctrina capitalista impulsa la explotación de las
personas para la captación de riqueza en pocas manos, mientras que

282
el Vivir Bien apunta a una vida sencilla que mantenga una
producción equilibrada.
Recuperar recursos. Vivir Bien es recuperar la riqueza
natural del país y permitir que todos se beneficien de ésta de manera
equilibrada y equitativa. La finalidad de la doctrina del Vivir Bien
también es la de nacionalizar y recuperar las empresas estratégicas
del país en el marco del equilibrio y la convivencia entre el hombre y
la naturaleza en contraposición con una explotación irracional de los
recursos naturales. “Ante todo se debe priorizar a la naturaleza”.
Ejercer la soberanía. Vivir Bien es construir, desde las
comunidades, el ejercicio de la soberanía en el país . Esto significa,
según el libro “Vivir Bien, como respuesta a la crisis global”, que se
llegará a una soberanía por medio del consenso comunal que defina y
construya la unidad y la responsabilidad a favor del bien común, sin
que nadie falte. En ese marco se reconstruirán las comunidades y
naciones para construir una sociedad soberana que se administrará
en armonía con el individuo, la naturaleza y el cosmos.
Aprovechar el agua. Vivir Bien es distribuir racionalmente el
agua y aprovecharla de manera correcta. El Ministro de Relaciones
Exteriores comenta que el agua es la leche de los seres que habitan el
planeta. “Tenemos muchas cosas, recursos naturales, agua y por
ejemplo Francia tampoco tiene la cantidad de agua ni la cantidad de
tierra que hay en nuestro país, pero vemos que no hay ningún
Movimiento Sin Tierra, así que debemos valorar lo que tenemos y
preservarlo lo más posible, eso es Vivir Bien”.
Escuchar a los mayores. Vivir Bien es leer las arrugas de los
abuelos para poder retomar el camino. Una de las principales fuentes
de aprendizaje son los ancianos de las comunidades, que guardan
historias y costumbres que con el pasar de los años se van perdiendo.
“Nuestros abuelos son bibliotecas andantes, así que siempre debemos
aprender de ellos”, menciona. Por lo tanto los ancianos son
respetados y consultados en las comunidades indígenas del país.

283
Anexo II
Bases pedagógicas de la educación de Manco Capac y
Mama Ocllo
Consideramos necesario formular algunas ideas, a manera
de premisas ideológicas o si se, quiere filosóficas, que a nuestro
juicio sirven de fondo a la pedagogía social de Manco Capac y
Mama Ocllo.
Las tres leyes morales (principios filosóficos): Las tres
leyes morales: ama suhua, ama llulla, ama qella, a las que algunas
agregan el ama pitapas huanuchinquichu, y que traducidos al
castellano, quiere decir: no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas
perezoso y no mates a nadie, fueron expresiones sintéticas, que
encierran profundas y amplias verdades, y se sistematizaron en la
sociedad gobernada por los incas.
La moral sexual. Asombra constatar como en los pueblos de
cultura occidental, los conceptos sobre el sexo y las necesidades
sexuales recién están llegando a su natural concepción, cuando en
los pueblos nativos americanos fueron comprendidos como
necesidades naturales, hace muchos siglos.
El sentido de autoridad. El sentido de autoridad es una
concepción cívica que en la práctica se produce como un acto de
respeto a la mayoría de edad. Sencillamente es la persona de más
edad la que asume el encargo de jilaqata o autoridad en el ayllu. De
este modo los conceptos religiosos, políticos y pedagógicos se
aglutinan en el personaje que representa la mayor edad en las
generaciones, de modo que el tener más años forma parte del
contexto moral que rige el desarrollo social a través de la educación
espontánea.
El significado del niño. La llegada del niño al hogar no
representa una carga para los padres como ocurre en la sociedad
blanca o mestiza. La niñez no es un proceso prolongado, como

284
ocurre en la sociedad blanca o mestiza. Aunque en los pueblos
desarrollados la infancia tiende a limitarse, en la sociedad indígena el
niño es considerado como un participante activo de los quehaceres de
la vida y se libera del paternalismo y autonomiza progresivamente
desde temprana edad. Después funcionan costumbres instituidas que
facilitan esta liberación.
Cada hogar una escuela viva. La concepción actual de que
no solamente el ambiente escolar educa, sino todo el ambiente en sus
más amplias formas, han generado a su vez el concepto llamado
“educación desescolarizada". La idea actual es que no solo el
ambiente educativo educa, sino toda suerte de ambientes; por tanto,
lo razonable seria pedagogizar todo. Es en el hogar donde a través
del mecanismo del vivir cotidiano, de la satisfacción de necesidades y
la solución de problemas reales, funciona la educación no
escolarizada.
Cada hombre o mujer, un educador. Esta es realmente una
concepción de avanzada realización dentro de la educación social de
Manco Capac y Mama Ocllo. En el desarrollo de los pueblos hacia la
más avanzada cultura actual, este concepto es todavía teoría, no
realización, en cambio en el Tiahuanaco, Pucara, el Incario y las
demás culturas, era un hecho real, tangible. Cada hombre o mujer,
mayor al niño, al adolescente y al joven, es un educador que, con su
conducta natural, debe enseñar a los menores, a través de la
experiencia, cuanto ha aprendido en la vida.
Este procedimiento permite resolver el problema social de las
comunidades en forma gradual, progresiva y sobre todo secuente, sin
provocar rebeliones y conflictos generacionales que en otras
sociedades plantean serios problemas sociales.
Así, pues, el ayllu que es la familia extensa, asume todas las
características de una comunidad social con estatus y valores afines;
es una gran escuela social, cuya interpretación puede servir de base a
una pedagogía.

285
Métodos de trabajo educativo. El trabajo colectivo: un
sistema educacional. En la lengua aymara, que es la que
preferentemente se habla en el Altiplano del Titicaca, no existe hoy
una palabra que traduzca literalmente el acto de trabajar; lo cual es
extraño ya que el pueblo aymara como todos los pueblos andinos del
Perú son grupos humanos de extraordinaria habilidad para trabajar.
Pero existe el vocablo ayni que generalmente se ha
interpretado como sinónimo de cooperativismo; lo cual no es exacto,
pues, ayni en aymara significa trabajo colectivo. Y en esta forma es
que los pueblos del Altiplano han trabajado desde nace miles de
años y siguen trabajando del mismo modo en los ayllus y
comunidades actuales.
La previsión, un sistema de socialización educativa. La
previsión económica es un medio de socialización educativa y un
medio para asegurar el futuro de las nuevas generaciones.
Opera desde la infancia y se desenvuelve en la edad adulta
en múltiples formas de ayuda, intercambio o de cooperación. Las
principales son: La chijma, la cheqa, el rutuchi en la niñez; el lari y el
qepi en la formación inicial del hogar y la apjata, la jaljhata, el aptapi,
pastuyo y el pasañacu en la adultez.
La chijma, que significa cabecera, es el primer obsequio que
los padres dedican al hijo o hija que nace, consistente en semillas y
cabezas de ganado. Las semillas se cultivan y las cabezas de ganado se
hacen procrear independientemente para los niños, los futuros dueños.
La cheqa o ala es el obsequio que ofrecen a los niños los
padrinos de bautizo. Pueden ser también semillas, ganado u objetos,
con los cuales se incrementan la economía del futuro miembro de la
comunidad. La cheqa tiene, además, una significación mágica.
Cuando los padrinos no hacen el obsequio, se cree que la criatura
sufre frecuentes accidentes por falta de ala para volar.
El rutuchi o ñikut muruña, que quiere decir corte de pelo, se
produce a los cinco o seis años, durante cuyo espacio de tiempo no se

286
toca los cabellos de nacimiento del niño y aquellos crecen apelmazados
y sucios de manera que cuando se produce el rutuchi cada qolti o
cabellos apelmazados asume un valor económico. Como al rutuchi
acuden varios miembros de la comunidad, cada uno al cortar un qolti,
hace un obsequio ya sea en dinero, semillas, ganados u objetos, con los
cuales se incrementa más aún la economía del nuevo ser.
El lari que significa consuegro, es el obsequio de los padres a
los que contraen matrimonio, equivale a la dote que las gentes
blancas o mestizas suelen otorgar a sus hijos. Y de modo similar los
padres de cada contrayente se esmeran en hacer el mejor regalo a sus
hijos que se casan.
El qepi que significa atado, en efecto es el atado en que los
miembros de la comunidad entregan su obsequio de bodas a los
contrayentes, consistente generalmente en dinero. Este obsequio y el
lari, agregado a los frutos de la chijma, la cheqa y el rutuchi, sirven
de base para la constitución económica del hogar.
La apjata que significa poner, consiste en poner elementos
alimenticios para preparar las viandas con las que se sostiene a los
bailarines y músicos, durante las festividades patronales, lo hacen los
miembros de la comunidad y de este modo ayudan a las personas que
reciben el cargo de presentar comparsas en las festividades.
La jaljata que significa alcanzar corriendo consiste en
contribuir con bebidas en las mismas oportunidades mencionadas en
los casos en que opera la apjata y de este modo los del cargo realizan
la responsabilidad con Comodidad.
El aptapi que quiere decir reunir, consiste en realidad en
reunir durante las fiestas de la comunidad, cuando no existe la
persona del cargo. En estos casos se reúne, comidas, bebidas o dinero
para comprar y la fiesta se realiza cómodamente.
El pastuyo es equivalente a canchón de pasto donde pastan
los ganados, para fiestas patronales, el catolicismo ha implantado una
serie de obligaciones religiosas, aprovechando la actitud cooperativa

287
del hombre nativo. Estas obligaciones son de altarero el que levanta
altares en la plaza para la procesión, el alferado que paga la misa que
se celebra, e1 albero que hace reventar cohetes y cohetillos durante
los días de fiesta. Estas personas, asumen, la obligación de invitar a
toda la población a desayunar, almorzar y comer, de modo que
ingresan al local en que se instala el pastuyo, indiscriminadamente,
gente de toda condición, edad y sexo, a comer y beber a costa de los
del cargo, durante los días que dura la fiesta.
El huajchaqaracu significa obsequiar al público en masa. Esto
se produce el día de la procesión, después de ella, como
complemento del pastuyo y consiste en que los del cargo unas veces
reparten viandas secas a la gente menesterosa y otra veces lo nacen
arrojando desde la torre del templo.
El pasanacu quiere decir intercambio. Mediante ella, se
agrupan unas diez personas comerciantes y cada persona contribuye
con una suma. El dinero se entrega cada fin de semana a uno de los
contribuyentes; de este modo reciben por turno un capital cada
persona para hacer un negocio cualquiera.
Estas costumbres de previsión y cooperación con las que se
asegura el porvenir de los miembros de la comunidad y se resuelven
los problemas individuales en forma social, constituyen, repetimos,
no solo una forma de previsión social, sino un sistema de educación
social en la que el individuo se socializa practicando mecanismos de
vida socializada, en la comunidad.
Las experiencias científicas. Los nativos del Altiplano
poseen actualmente notables conocimientos acerca de la agricultura,
la ganadería, la minería, la astronomía, la medicina, etc. a los que no
podemos negarle valor científico. Y si más bien podemos otorgarle
una jerarquía de avanzado valor a algunas de estas experiencias,
como el tratamiento de ciertas enfermedades por la vía espiritual, es
decir, siglos antes de que se descubriera la siquiatría, la higiene
mental, la parapsicología, etc.

288
La práctica de estos procedimientos científicos es observada
por el niño y luego realizada; lo cual, en el concepto pedagógico actual,
se conoce por aprendizaje funcional o educación no escolarizada.
La educación artística. La alfarería, el tejido, el trenzado, la
danza y la música, son artes populares en la vida indígena. Las
familias modelan su vajilla de barro; fabrican telas, tejen llicllas,
frazadas, ponchos, disfraces y otras prendas; trenzan de hilos de
colores hondas y sogas de cuero, jáquimas y bozales; son eximios
danzarines de numerosas danzas y ejecutan instrumentos de caña
como pitos, pinquillos, quenas, chaqallos, quena­quenas, toqoros,
alguno de cuerda como el charango y en los últimos tiempos
modernos instrumentos de viento. Los niños, los adolescentes y los
jóvenes participan en la práctica de estas artes, a su turno de acuerdo
con la evolución de la edad; de modo que reciben de esta manera una
espontánea educación artística de manera funcional. Por eso el niño
indígena y el hombre indio en general es un eximio artista de fina y
aguda sensibilidad para la creación estética que hoy se percibe en las
ferias artesanales que los campesinos presentan con frecuencia.
El juego funcional. Alguien ha dicho con verdadero acierto
que el juego es una ley natural en la vida del niño y el niño juega
como todos los niños del mundo, pero a su manera o mejor a la
manera de ser de la cultura de su mundo social y a través del juego
se educa, es decir contribuye a su desarrollo integral por propia
experiencia, que es el medio más propio de educarse.
Valoración de la pedagogía de Manco Capac y Mama
Ocllo. Para demostrar la validez de la experiencia educacional
implícita en la leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo,
compararemos las experiencias de dicha educación con los logros
alcanzados por la educación universal, tanto desde el punto de vista
conceptual como práctico.
Concepción actual de la educación. Hoy sabemos que el
niño llega al mundo como un ser preformado, con todas sus

289
potencialidades en estado latente y que la educación debe lograr que
se desarrollen dichas potencialidades y; que las impresiones
educativas que el niño recibe no se limitan a los contornos de la
escuela, sino a todas las influencias que emanan de los múltiples
ambientes en que se desenvuelve la vida del niño, tales como el
hogar la calle, las instituciones, las personas, la naturaleza, el clima,
etc. Dentro de este concepto es fácil percibir que la mayor cantidad
de acciones que el niño recibe provienen del ambiente fuera de la
escuela; más aún se advierte que la influencia natural de estos
ambientes juegan un papel educativo más decisivo o de mayor
eficacia que las acciones formales, acondicionadas u organizadas que
se le proporciona en la escuela, el colegio o la universidad a las
nuevas generaciones.
Validez de la educación espontánea. Hoy se concibe dos
formas educativas, la educación institucionalizada en escuelas,
colegios y universidades y la educación, espontánea que se refiere a
las acciones que las generaciones reciben de su ambiente social y
ecológico, con todos múltiples y variadas características.
Analizando esta referencia advertimos que la educación nació como
algo espontáneo, luego se institucionalizó por razón de la división del
trabajo en el desarrollo social, lo que dio lugar a dejar de darle la
necesaria importancia a la educación no institucionalizada y al
mismo tiempo a un desarrollo abstracto equívoco y por tanto ineficaz
de la educación institucionalizada. Hoy se intenta coordinar ambas
formas de educación.
La educación institucionalizada es algo artificial, y por tanto
carente de funcionalidad, en cambio la educación espontánea es
eminentemente funcional, porque es natural.
Este es el valor pedagógico y cultural que la educación social
de Manco Capac y Mamá Ocllo que resulta ser eficaz instrumento de
desarrollo, dentro de los contornos típicos de la cultura nativa.

290
Las huellas del pasado. Hay que advertir que las culturas
locales del Perú y América del Sur fueron conquistadas e
incorporadas al imperio Inca el cual impuso sus estatus culturales a
los pueblos conquistados, pero los pueblos del Altiplano
especialmente los aymaras herederos de las culturas Pucara y
Tiahuanaco, no fueron sojuzgados por medios violentos.
Los aymaras pactaron con los incas y exigieron la necesidad
de conservar las manifestaciones de su cultura. En religión tuvieron
la misma religión heliolátrica desde épocas legendarias, conservaron
su lengua hasta hoy y las leyendas, hacen suponer que ciertas
características culturales fueron asimiladas por los incas.
Más tarde, la presencia de los conquistadores españoles
impuso las normas culturales de la Europa feudal en forma violenta y
destructora, truncando el proceso cultural del imperio de los Incas.
Pero algunos grupos humanos conservaron sus características
culturales con extraordinaria energía y vitalidad. Entre estos los que
más destacan, son los pueblos aymaras o lupacas del Altiplano.
Siguen los grupos quechuas del Cuzco, Apurimac y Ayacucho. Los de
región del centro y del norte, se despersonalizaron o se asimilaron a
la cultura de los conquistadores, más fácilmente.
Este hecho indiscutible supone que los procedimientos
educativos del Altiplano son huellas del pasado más profundo.
Hay que integrar nuestra ruta histórica. Si aspiramos a
integrar una única ruta histórica para el desarrollo social y
económico tenemos que partir por recoger la experiencia social desde
sus orígenes, en tanto estos representen valores valiosos para unificar
nuestra cultura.
Por tanto hay que utilizar la gran experiencia de la educación
espontánea, que sobreviven no obstante las presiones destructoras
del tiempo y la imposición de otras culturas.

291
Anexo III
Manifiesto de la Isla del Sol. Evo Morales. La Isla del Sol, el
nacimiento del nuevo tiempo

Desde la Isla del Sol, desde el Lago Sagrado Titikaka, que


compartimos Perú y Bolivia, queremos decirles que estamos
reunidos, hoy, 21 de diciembre de 2012, no esperando a que se
acabe el mundo, como algunos decían. Nunca habrá fin del mundo.
Estamos aquí para dar esperanza en este nuevo amanecer para los
pueblos del mundo.

En esta Isla del Sol, donde hace mil años atrás se inauguró el
tiempo del sol, nacieron Manco Kapac y Mama Ocllo para fundar el
Tahuantinsuyo. Por eso, esta isla es la isla fundadora del tiempo y de
la historia de los hijos del sol. Pero llegó, luego, la oscuridad con los
invasores extranjeros. Alentados por la codicia llegaron hasta
nuestro continente Abya Yala para someter a las naciones indígenas.
Fue el tiempo de la oscuridad, del dolor y de la tristeza, un tiempo
que para los hijos del Willka fue del no tiempo.
Hoy, desde esta misma isla que dio nacimiento al
Tahuantinsuyo, estamos cerrando la época de la oscuridad y del no
tiempo, y estamos abriendo el nuevo tiempo de la luz: el Pachakuti.
Nuevamente, los pueblos del mundo, los movimientos
sociales, la gente marginada, discriminada, humillada se
organizan, se movilizan, se concientizan para levantarnos
nuevamente como en aquellos tiempos del Pacha, tiempos del
Pachakuti.
Por eso, hermanas y hermanos, este gran acto histórico e
inédito es una gran sorpresa, así como, también, para nuestros
hermanos en Guatemala, en México, Ecuador y en otros países del
mundo que hoy se movilizan para recibir al Pacha.

292
Esta mañana, con el hermano Vicepresidente Álvaro García
y, con el hermano Canciller, David Choquehuanca, nos informamos
de que los pueblos de Norte América, tanto en Canadá como en
Estados Unidos, se movilizan para expresar su esperanza en este
solsticio de verano.
Hermanas, hermanos: El mundo está siendo azotado por una
múltiple crisis global que se manifiesta en una crisis climática,
financiera, alimentaria, institucional, cultural, ética y
espiritual. Esta crisis nos señala que estamos viviendo los últimos
días del capitalismo y de un desenfrenado consumismo; es decir, de
un modelo de sociedad donde el ser humano pretende ser superior a
la Madre Tierra, convirtiendo a la naturaleza en un objeto de su
despiadado dominio depredador.

Los ideólogos del capitalismo plantean que ante la crisis


del sistema capitalista las siguientes soluciones:
Por un lado, más capitalismo, más privatización, más
mercantilización, más consumismo, más explotación irracional y
depredadora de los recursos naturales y más protección a las
empresas y a las ganancias privadas.
Por otro lado, menos derechos sociales, menos salud
pública, menos educación pública y gratuita, y menos protección de
los derechos de las personas.
Hoy las sociedades y los pueblos de los países desarrollados
viven dramáticamente la crisis capitalista creada por su propio
mercado. Los gobiernos capitalistas creen que salvar a los bancos es
más importante que salvar a los seres humanos, y salvar a las
empresas es más importante que salvar a las personas. En el sistema
capitalista los bancos tienen derechos económicos privilegiados y
gozan de una ciudadanía de primera, por lo que podemos decir que
los bancos valen más que la vida. En este capitalismo salvaje las

293
personas y los pueblos no son hermanos y hermanas, no son
ciudadanos, no son seres humanos; las personas y los pueblos son
deudores morosos, prestatarios, inquilinos y clientes; en resumen, si
las personas no tienen dinero no son nada.
Vivimos el reino del color verde. Verde como los dólares son
las políticas monetarias, verde como los dólares son las políticas de
desarrollo, verde como los dólares son las políticas de vivienda,
verde como los dólares son las políticas de desarrollo humano y las
políticas ambientales. Por eso, ante la nueva ola de crisis del sistema
capitalista, sus ideólogos se han lanzado a promover la privatización
de la naturaleza, a través de la llamada economía verde o el
capitalismo verde.
Sin embargo, las recetas de mercado, de liberalismo y de
privatización no hacen sino generar pobreza y exclusión, hambre y
marginación.

Las imágenes que deja en el mundo el capitalismo


salvaje son tenebrosas:
a) Más de 850 millones de hambrientos en el mundo, casi
200 millones más que los que existían hace 30 años,
b) La esperanza de vida de los más pobres en el mundo
sigue siendo la misma que en el año 1977, es decir de 44 años
de vida,
c) Aproximadamente 1.300 millones de personas viven en
condiciones de pobreza,
d) Existen cerca de 230 millones de desempleados en el
mundo, 40 millones más de desempleados que los que habían hace
30 años,
e) Finalmente, los países desarrollados desperdician
anualmente 700 millones de toneladas de alimentos, es decir, tres
veces más de lo que produce el África Subsahariana en un año,

294
La crisis global del capitalismo tiene entre sus causas
estructurales las siguientes:
a) La acumulación y concentración de la riqueza en pocos
países y en pequeños grupos sociales privilegiados,
b) La concentración de capital en la producción y comercialización
de recursos y bienes de alta y rápida generación de riqueza,
c) Promoción del consumo social masivo y excesivo de
productos con la creencia de que tener más es vivir mejor,
d) Producción masiva de productos desechables para
enriquecer capitales y acrecentar la huella ecológica,
e) Aprovechamiento productivo extractivo de recursos
naturales renovables y no renovables excesivo e insostenible con
altos costos ambientales,
f) Concentración de capital en procesos de especulación
financiera para generar ganancias rápidas y abundantes,
g) Concentración de conocimientos y tecnologías en los
países ricos y en los grupos sociales más ricos y poderosos,
h) Promoción de prácticas financieras y esquemas productivos
extractivos y comerciales que deterioran la economía y soberanía de
los Estados, en particular de los países en vías de desarrollo,
monopolizando el control de los recursos naturales y de sus ganancias,
i) Reducción del rol de los Estados a débiles reguladores,
convirtiendo a los grandes inversores en patrones de casa ajena y a
los Estados y pueblos en servidores o socios débiles con el mito de
que la inversión extranjera lo puede resolver todo.

Hermanas y hermanos del mundo: El capitalismo ha


creado una civilización despilfarradora, consumista, excluyente,
clientelista, generadora de opulencia y miseria. Este es el patrón
de vida, producción y consumo que tenemos la necesidad
imperiosa de transformar.

295
El planeta y la humanidad están en grave peligro de
extinción. Los bosques están en peligro, la biodiversidad está en
peligro, los ríos y los océanos están en peligro y la tierra está en
peligro. Esta hermosa comunidad humana que habita nuestra Madre
Tierra está en peligro debido a la crisis climática.
Las causas de esta crisis climática están relacionadas
directamente con la acumulación y concentración de la riqueza en
pocos países y en pequeños grupos sociales; con el consumo masivo,
excesivo y dispendioso debido a la creencia de que tener más es
vivir mejor; con la producción contaminante y de bienes
desechables para enriquecer capitales acrecentando la huella
ecológica; así como con el aprovechamiento productivo extractivo
excesivo e insostenible de recursos naturales renovables y no
renovables que tiene altos costos ambientales.
Hermanas y hermanos: El Estado Plurinacional de Bolivia,
haciendo eco de la voz de los pueblos del mundo, asume una
obligación ética con el planeta y propone la necesidad de que el
ser humano recupere el sentido de unidad y pertenencia con la
Madre Tierra.
Estamos en un momento crucial para la definición del futuro
de nuestro planeta. En nuestras manos y en nuestras conciencias
radica la responsabilidad de acordar el camino que vamos a seguir
para garantizar la erradicación de la pobreza, la distribución y
redistribución de la riqueza, así como la creación y fortalecimiento
de nuestras condiciones sociales, materiales y espirituales para vivir
en armonía y equilibrio con la naturaleza.
Los Estados ricos e industrializados deben contribuir a
promover la socialización de la riqueza y el bienestar en armonía
con la naturaleza mientras que los Estados pobres y en desarrollo
deben distribuir la poca riqueza con la que cuentan. No hay futuro
para la humanidad si impera el egoísmo y la codicia, la acumulación
y la ostentación propia de un sistema donde el que tiene más reina

296
sobre los desposeídos. Debemos compartir y complementarnos en
conocimiento, en riqueza, en humanidad y en respeto a la naturaleza.
Este 21 de diciembre es el día del inicio del Pachakuti que se
traduce en el despertar del mundo a la cultura de la vida. Es el inicio
del fin del capitalismo salvaje así como de la transición del tiempo
de la violencia entre los seres humanos y de la violencia con la
naturaleza a un nuevo tiempo donde el ser humano constituye una
unidad con la Madre Tierra y todos convivimos en armonía y
equilibrio con la totalidad del cosmos.
Este día es para las sociedades milenarias el momento en
que se producirán en el planeta importantes cambios telúrico­
cósmicos y es el anuncio de que la cultura de la muerte, del hambre
y de la injusticia habrá llegado a su fin. Significa el fin de un estado
de cosas y el inicio de profundos cambios en el mundo.
Asimismo, este nuevo tiempo tiene que ser el inicio del fin de las
monarquías, de las jerarquías, de las oligarquías y de las anarquías
del mercado y del capital.
El Pachakuti ha llegado, y quienes ahora nos reunimos en la
Isla sagrada del Sol, en el Lago Titikaka, somos los Guerreros del
Arco Iris, somos los guerreros del Vivir Bien, somos los insurgentes
del mundo.
En este marco planteamos diez mandatos para enfrentar al
capitalismo y construir la cultura de la vida:

1. En lo político:
Refundar la democracia y la política, empoderando a los
pobres y sirviendo a los pueblos
El mundo está viviendo una crisis de los sistemas políticos
porque éstos ya no representan a los pueblos, son elitistas,
excluyentes, gobernados por cúpulas oligárquicas con la visión de
servir al bolsillo de pocos y no de servir al pueblo. Las llamadas
democracias son el pretexto para entregar las riquezas naturales a

297
manos del capital transnacional. En estas falsas democracias la
política se ha convertido en un instrumento de lucro y no en una
vocación de servicio. Todavía perviven formas anacrónicas de
gobiernos que ya no responden a las demandas que tienen los pueblos
del mundo. Debemos refundar la democracia. No queremos una
democracia colonial donde los políticos son una clase aristócrata y no
son militantes de la causa de los pobres y del servicio a los pobres.
La democracia no es viable si no empodera a los pobres, a
los marginados, sino responde, primero y ante todo, a las urgencias
de los más necesitados. No es democracia aquella en la que unos
pocos se hacen ricos y las mayorías se hacen pobres.
Refundar la democracia, refundar los Estados, refundar
las Repúblicas y refundar la política requiere entre otras las
siguientes acciones:
1. Refundar los sistemas políticos dando sepultura a todas
las formas de jerarquías, monarquías, oligarquías y a la anarquía del
mercado y del capital. La democracia es el gobierno de los pueblos y
no del mercado.
2. Pasar de la democracia representativa en la que el poder
está al servicio de los intereses de las élites y minorías a la
democracia comunal donde no existen mayorías ni minorías, sino
más bien las decisiones se toman en consenso, y donde se impone la
razón y no el voto.
3. Promover que la acción política se constituya en un
completo y permanente servicio a la vida, que es, a su vez, un
compromiso ético, humano y moral con nuestros pueblos,
recuperando los códigos de nuestros ancestros: no robar, no mentir,
no ser flojo y no ser adulón.
4. El servicio a la patria no puede entenderse con el servirse
de la patria como si ésta fuera una empresa; los políticos no pueden
emplear los instrumentos administrativos, jurídicos y económicos del
Estado para sus intereses privados y personales.

298
5. El pueblo, por intermedio de sus organizaciones sociales y
comunitarias, debe tomar el poder político construyendo nuevas
formas estatales plurinacionales para que nos gobernemos a
nosotros mismos en el marco del mandar obedeciendo.
  
2. En lo social:
Más derechos sociales y humanos contra la
mercantilización de las necesidades humanas
En el mundo todavía sigue existiendo una realidad insultante y
abusiva que es la de las brechas que existen entre los ricos y los pobres.
Esto se debe a una desigual distribución de los ingresos pero también a
un acceso desigual y discriminador a los servicios básicos. El capital y el
mercado no resuelven la inequidad y la pobreza, solo privatizan los
servicios y lucran con las necesidades. Ya hemos vivido dramáticamente
la privatización de los servicios básicos y en especial del agua.
Para resolver las graves inequidades sociales es necesario
emprender entre otras las siguientes acciones:
1. Es un imperativo avanzar en el reconocimiento, en la
legislación internacional y en la normativa nacional de los países del
mundo, de que los servicios básicos: el agua, electricidad,
comunicaciones y el saneamiento básico son un derecho humano
fundamental de las personas en todos los rincones del planeta.
2. En particular el agua debe constituirse en un derecho
humano esencial de las personas porque aporta directamente al
desarrollo de la vida de todos los seres del planeta, y es un insumo
fundamental para la movilización de todos los procesos productivos.
3. Conjuntamente con el reconocimiento de los servicios
básicos como un derecho humano se debe avanzar en la
nacionalización de estos servicios ya que las administraciones privadas
marginan a la mayoría de la población de su acceso a estos servicios
fundamentales para la vida de las personas al darles un valor
económico inalcanzable para muchos.

299
4. Es una necesidad concentrar más recursos económicos en
los Estados y crear mecanismos de distribución de esta riqueza entre
las regiones y la población más necesitada y vulnerable para eliminar
en el mundo, en los próximos años, toda forma de pobreza social,
material y espiritual a través de la democratización de la riqueza
económica.
5. Es necesario desarrollar la formación de un nuevo ser
humano integral que no sea materialista ni consumista y que esté
siempre enfocado en la búsqueda del Vivir Bien con una profunda
ética revolucionaria basada en la armonía y solidaridad,
reconociendo que todos los pueblos del mundo conformamos una
gran familia.
6. Terminar con el monopolio transnacional de la industria
farmacéutica y recuperar y fortalecer nuestros conocimientos y
prácticas medicinales ancestrales y naturales.

3. En lo cultural y espiritual:
Descolonizar nuestros pueblos y nuestras culturas para
construir el socialismo comunitario del vivir bien
Hermanas y hermanos: Estamos viviendo en una sociedad
donde todo se globaliza y homogeneiza y donde las identidades
culturales parecen ser resabios del pasado que todos quieren ignorar.
Las culturas milenarias y ancestrales son marginadas de los procesos
económicos y políticos y por lo mismo su fuerza y energía cultural y
espiritual es despreciada. Esto nos ha llevado a una profunda
deshumanización en el mundo y a la discriminación de una riqueza
espiritual y cultural que puede darnos las fuerzas necesarias para
detener la brutalidad del capitalismo. Para ello es necesario:
1. Descolonizarnos del racismo, fascismo y todo tipo de
discriminación.
2. Descolonizarnos del mercantilismo y consumismo, del
lujo, del egoísmo y de la codicia para promover el Vivir Bien.

300
3. Debemos recuperar los conocimientos y códigos de las
culturas milenarias en el mundo para fortalecer la conciencia de las
personas y de las sociedades sobre la Madre Tierra, entendiendo de
que es un ser vivo y sagrado, de que somos sus hijas e hijos y nos
alimentamos de ella, respetando los ciclos de la naturaleza y
comprendiendo de que todo lo que existe es parte del equilibrio y de
la armonía de la vida. Nacemos del vientre de la Madre Tierra y
volvemos a su vientre.
4. Donde existan múltiples culturas en los países es un
imperativo promover la construcción de Estados Plurinacionales que
respeten el pluralismo social, económico, jurídico y cultural.

4. Con respecto al medio ambiente:


Por los derechos de la Madre Tierra para el vivir bien y
contra el colonialismo ambientalista de la economía verde
En los últimos años los ideólogos del sistema capitalista han
promovido la “economía verde” como la salvación de este modelo
de sociedad. Esto no significa más que la mercantilización de la
naturaleza en el marco de un capitalismo verde. La economía verde
es la economía de la muerte, porque en el marco de un
proteccionismo de la naturaleza condena a muerte a los pueblos del
mundo. Por lo mismo, condenamos la economía verde como el
nuevo colonialismo ambiental y capitalismo verde. Asimismo, nos
preocupa la crisis climática del planeta ya que la comunidad
humana que habita nuestra Madre Tierra está en un inminente
peligro debido a las consecuencias catastróficas de los desastres
naturales en el mundo.
Para transformar este estado de cosas los pueblos del mundo
deben impulsar las siguientes acciones:
1. Exigir a los países que han causado la crisis climática a
que cumplan con su responsabilidad histórica de pagar la deuda

301
climática a los pueblos del sur y también que reduzcan
drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero en el
marco de compromisos internacionales vinculantes.
2. Debemos implementar las políticas y acciones necesarias
que prevengan y eviten el agotamiento de los recursos naturales
asumiendo que la vida depende del sostenimiento de la capacidad de
regeneración de los sistemas de vida de la Madre Tierra y del manejo
integral y sustentable de sus componentes. Tenemos que tener
siempre presente que el planeta puede vivir mejor sin los seres
humanos pero los seres humanos no pueden vivir sin el planeta.
3. Éste es el siglo de la batalla por el reconocimiento
universal de los derechos de la Madre Tierra en toda la legislación,
tratados y acuerdos nacionales e internacionales para que los seres
humanos empecemos a vivir en armonía y equilibrio con el cosmos.
4. Los países del mundo tenemos que impulsar de forma
decidida y agresiva la no comercialización de las funciones
ambientales y procesos naturales de la Madre Tierra así como el
manejo integral y sustentable de sus componentes. No podemos
vender a nuestra sagrada Madre Tierra solamente con las falsas
ilusiones de que los mercados van a promover algún financiamiento
para nuestros pueblos. Nuestros pueblos y la Madre Tierra no
pueden venderse al capitalismo ahora ni nunca.

5. Con respecto a los recursos naturales:


La soberanía sobre los recursos naturales es la condición
para la liberación de la dominación colonial y neoliberal y para
el desarrollo integral de los pueblos
En muchos países del mundo la principal fuente de riqueza
económica se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales.
Sin embargo, en la mayoría de los países esta riqueza ha sido

302
saqueada y apropiada por manos privadas y potencias
transnacionales que se enriquecen a costa de los pueblos.
Convocamos a los países a desarrollar las siguientes acciones con
relación a los recursos naturales:
1. Pasar la propiedad de los recursos naturales al Estado en
beneficio de los pueblos para que ellos estén orientados al goce y
beneficio de todos.
2. Impulsar en todos los países del mundo que tienen
recursos naturales estratégicos la puesta en marcha de procesos de
nacionalización, ya que solamente a través de esta nacionalización
se puede quebrar los procesos de colonialismo económico y
garantizar el fortalecimiento del Estado con recursos económicos
que, a su vez, impulsen mayores servicios básicos para los pueblos.
3. Desarrollar procesos de industrialización de estos recursos
naturales teniendo siempre presente la protección y el respeto a los
derechos de la Madre Tierra.

6. Con relación a la soberanía alimentaria:


Saber alimentarse para el vivir bien impulsando el logro
de la soberanía alimentaria y el derecho humano a la
alimentación
La discusión sobre los temas de la seguridad alimentaria se
ha realizado en el mundo desde diferentes perspectivas y enfoques
como el de la seguridad alimentaria, soberanía alimentaria y el
derecho humano a la alimentación. La alimentación es una parte
central en la vida de las personas y en el logro del Vivir Bien y, por lo
mismo, los Estados y los pueblos deben promover un conjunto de
acciones para:
1. Avanzar en la construcción del “Saber Alimentarse para el
Vivir Bien” recuperando los saberes alimenticios y tecnologías

303
productivas alimenticias comunitarias, donde los alimentos son
medicina y parte de nuestra identidad cultural.
2. Cada país debe buscar garantizar los alimentos básicos
que consume su población a través del fortalecimiento de los
sistemas económicos, productivos, sociales, culturales, políticos y
ecológicos de los productores rurales, con énfasis en la agricultura
familiar comunitaria.
3. Protección de la población de los efectos de la
malnutrición con énfasis en el control de la comercialización de
alimentos que dañan la salud humana.
4. Sanciones a la especulación financiera basada en la
producción y comercialización de alimentos.

7. Con respecto a la integración y relaciones internacionales


La alianza de los pueblos del sur contra el
intervencionismo, el neoliberalismo y el colonialismo
Nuestros pueblos ancestrales siempre vivieron integrados en
culturas, integrados en comercio, integrados en solidaridad y en
redes de colaboración. Hoy tenemos que construir y fortalecer
nuestros acuerdos de integración entre los pueblos y comunidades,
entre los Estados y gobiernos, en un marco de apoyo, colaboración y
solidaridad para fortalecer la vida y la humanidad.
Ante la diplomacia de la muerte y de la guerra, del
mercantilismo, de la privatización, del saqueo de los recursos
naturales, nosotros debemos construir la diplomacia de los pueblos
del Sur para fortalecernos desde el Sur.
El Sur no es ni puede ser un obediente y servil peón de las
potencias del Norte. No somos el depósito de la basura industrial ni
nuclear de las potencias del Norte, ni somos la fuente inagotable de
materias primas para ellas. El Sur está emergiendo con la potencia

304
de los pueblos y los gobiernos patriotas y soberanos, y está
construyendo proyectos de integración comercial, productiva,
cultural, tecnológica, económica financiera y social. Este es un
momento en el que los pueblos del Sur, y también con los pueblos
del Norte, debemos compartir, apoyarnos y fortalecernos social,
económica y culturalmente.
Una condición para lograr la integración es contar con
Estados y pueblos fuertes, gobiernos nacionalistas, patriotas,
socialistas, con voluntad política y control nacional, con
proyecciones y estrategias de alianzas regionales que configuran un
sur que construye proyectos de poder y de integración regional.
La potencia del Sur es su soberanía, el derecho al desarrollo,
el apoyo y la solidaridad de los pueblos y los Estados. El Sur está
fortalecido, el Sur está hermanado. No habrá Sur fuerte si no hay
soberanía, patriotismo, nacionalismo, voluntad de los pueblos y de los
Estados de romper las cadenas de la servidumbre colonial y neoliberal.
Para lograr la integración Sur­Sur debemos promover las
siguientes acciones.
1. Conformar coaliciones y alianzas poderosas para suscribir
Tratados de la Vida compartir conocimientos, tecnología y provisión
de recursos financieros y no Tratados de Libre Comercio que son
tratados de la muerte para los pueblos del Sur y también para los
pueblos del Norte.
2. Construir un mecanismo para el desarrollo integral y la
integración entre los Estados y pueblos del Sur que incluya las áreas
de conocimientos, tecnologías, energía, producción de alimentos,
financiamiento, salud y educación entre otros.
3. Avanzar en el hermanamiento de los pueblos del Sur con
los pueblos del Norte para destruir el imperialismo y construir el
horizonte civilizatorio del Vivir Bien en armonía y equilibrio con la
Madre Tierra. 

305
8. Con respecto al conocimiento y tecnología:
El Conocimiento y la Tecnología son instrumentos
fundamentales para lograr el desarrollo integral, la erradicación
de la pobreza y del hambre
El conocimiento y la tecnología son fundamentales para la
provisión de medios de comunicación, educación, servicios básicos y
para el emprendimiento industrial, los emprendimientos energéticos,
la transformación de las materias primas y la producción de
alimentos; en definitiva para impulsar nuestras economías. Hoy en
día los países desarrollados protegen ciegamente sus tecnologías a
través de patentes y licencias y nos impiden acceder a ellas. Si
queremos tecnología tenemos que entrar a sus mercados de
tecnologías. No hay solidaridad, no hay complementariedad
tecnológica posible con los países desarrollados. El monopolio de la
tecnología es un instrumento de poder para controlar a los países en
desarrollo. Las potencias transnacionales de los países ricos y
desarrollados y el imperialismo no comparten tecnología ya que sólo
quieren venderla para dominarnos y crear dependencia.
Por ello, hoy más que nunca, es fundamental impulsar las
siguientes acciones:
1. Construir la convergencia entre los conocimientos, saberes,
técnicas y tecnologías ancestrales y comunitarias con las prácticas y
tecnologías de la ciencia moderna para contribuir a la creación de
condiciones para Vivir Bien y protección de la Madre Tierra.
2. Desarrollar conocimientos y tecnologías propias
rompiendo la dependencia tecnológica a las potencias
transnacionales del norte.
3. Contra el egoísmo mercantilista de las potencias
transnacionales del Norte construiremos el colaboracionismo, la
solidaridad y la complementariedad de los pueblos y los países del
Sur conjuntamente con los pueblos del Norte.

306
9. Con respecto a la institucionalidad internacional
Debemos construir una institucionalidad mundial de los
pueblos, de los pobres, de la madre tierra. No aceptamos ni
permitimos el intervencionismo ni el neoliberalismo de las
naciones unidas y de la institucionalidad del imperio del capital
La institucionalidad mundial colonial está diseñada para
someter y engañar a los pueblos. A nombre de la libertad y la
democracia organismos como la OTAN e incluso la ONU, a través del
famoso Consejo de Seguridad, invaden países, destruyen pueblos,
legalizan y amparan las masacres. No se debe permitir ni admitir la
construcción de bases militares e industria bélica para dominar a los
pueblos con el pretexto de la seguridad nacional. Primero está la
seguridad de los pueblos, la vida y la Madre Tierra. El
armamentismo es el negocio de la muerte que enriquece al
capitalismo y destruye el planeta.
La maquinaria institucional mundial de las llamadas
Naciones Unidas está diseñada para destruir la voluntad soberana de
los pueblos. Ahí trabaja una burocracia al servicio del capital y del
imperialismo. Los pueblos del mundo no aceptamos que organismos
internacionales se adjudiquen el derecho de la invasión y de la
intervención. La ONU no tiene moral para imponer. Los pueblos del
mundo no aceptamos esa institucionalidad elitista de los burócratas
del imperio.
De las entrañas de la ONU nació la economía verde
privatizadora, que nosotros la entendemos como la economía negra
de la muerte; de esas entrañas nacen las recetas de la privatización y
del intervencionismo. La ONU parece ser la Organización para las
Naciones Ricas y Poderosas, quizás debería llamarse ONI,
Organización de las Naciones Imperialistas. Esa ONU nosotros no
queremos, la desconocemos.
Esa burocracia neoliberal, la burocracia de la economía
verde y de la privatización, la burocracia que promueve los ajustes

307
estructurales, esos funcionarios del capital e ideólogos de la
dominación y la pobreza, actúan con la convicción patriarcal y
colonial de que los pueblos y países en desarrollo somos incapaces y
estúpidos y que para salir de la pobreza debemos seguir fielmente
sus recetas del desarrollo.
Para construir una nueva institucionalidad de los pueblos del
mundo hacia el Vivir Bien debemos desarrollar las siguientes
acciones:
1. Construir las condiciones institucionales y jurídicas para
que nuestros pueblos y países vivan con dignidad y soberanía sin
intervencionismo y sin bases militares extranjeras.
2. Liberarnos de las ataduras ideológicas y políticas de los
organismos mundiales financieros como el BM y el FMI y de sus
satélites e intelectuales de la dominación neoliberal construyendo
nuestras propias instituciones para el diseño y asesoramiento de
políticas hacia el Vivir Bien.
3. Construir una Organización Mundial de los Pobres, una
Organización Mundial de la Justicia, una Organización Mundial de
la Soberanía de los Pueblos, una Organización Mundial de la Madre
Tierra, una Organización de la Asamblea de los Pueblos del Mundo.

10. En lo económico financiero


El desarrollo económico no debe estar orientado al
mercado, al capital y a la ganancia; el desarrollo debe ser
integral y estar orientado a la felicidad de la gente, a la armonía
y al equilibrio con la Madre Tierra
El capitalismo sólo globaliza la pobreza, el hambre, la
injusticia social, destruye los derechos humanos, los derechos
sociales, económicos, culturales, destruye el medio ambiente. El
capitalismo salvaje crea pobreza y hambre. El sistema financiero
capitalista mundial es colonialista e imperialista, es un arma de los
países poderosos para someter a los países en desarrollo y a los

308
pueblos, para privatizar y mercantilizar, para someternos al control
de las oligarquías y a la anarquía mercantilista del capital.
Por eso, debemos desconocer y desmontar el sistema
financiero internacional y sus satélites: el FMI y el BM.
Llamamos a los pueblos y a los gobiernos del mundo a romper las
cadenas de la esclavitud del colonialismo financiero, ya que sólo la
soberanía financiera y económica podrá permitirnos decidir
soberanamente nuestro futuro.
Para lograr la soberanía en lo económico y lo financiero,
debemos encarar las siguientes acciones:
1. Se debe configurar un nuevo orden económico y
financiero internacional basado en los principios de equidad,
soberanía nacional, intereses comunes, armonía con la naturaleza,
cooperación y solidaridad entre los Estados y pueblos. Este nuevo
orden debe estar orientado a cambiar los patrones de producción y
consumo no sustentables, a disminuir sustancialmente la brecha
entre ricos y pobres, y entre los países desarrollados y en vías de
desarrollo.
2. Debemos construir una nueva arquitectura y sistema
financiero mundial, regional y nacional que esté libre de las
ataduras y de los tentáculos de poder del BM y el FMI. La nueva
arquitectura y el nuevo orden financiero de los pueblos y para los
pueblos.
3. Es imprescindible construir nuevos marcos legales e
institucionales en el nivel nacional e internacional y desarrollar un
sistema de regulación y monitoreo del sector financiero. Los Estados
y los pueblos deben controlar las finanzas privadas y no someterse
al servilismo colonial del gobierno financiero de los intereses
privados.
4. Debemos liberarnos de esa atadura colonial llamada
Deuda Externa, que sólo sirve para chantajearnos, obligarnos a
entregar nuestras riquezas, privatizar nuestros recursos naturales y

309
destruir la soberanía de los pueblos y los Estados. La Deuda Externa
colonial es el mecanismo de exacción y empobrecimiento que azota
a los países en vías de desarrollo y limita su acceso al desarrollo.
Nuestro llamado es a cancelar esta Deuda Externa injusta. No más
inequidad. No más pobreza. Es hora de distribuir la riqueza.
5. Los países en desarrollo debemos crear nuestros propios
instrumentos financieros. Debemos crear el Banco Mundial de los
Pobres y de los Pueblos Soberanos del Mundo. No podemos
depender de los donativos y de los préstamos condicionados del
sistema financiero colonial capitalista. Debemos unirnos, integrarnos
y eso implica también la construcción de nuestros propios sistemas
financieros populares, comunitarios, estatales y soberanos.
6. Construir y fortalecer mercados regionales solidarios y
complementarios, sustituyendo las políticas de competitividad
promovidas por el capitalismo por políticas de complementariedad
que nacen del horizonte civilizatorio del Vivir Bien.

Nuestra visión del Socialismo Comunitario del Vivir Bien


está basada en los derechos y no en el mercado, está basada en la
realización plena de la felicidad de la gente, de los pueblos y
poblaciones, a través del cumplimiento integral de los derechos de
los pueblos, las personas, los Estados y la Madre Tierra, de manera
complementaria, incluyente e interdependiente.
La nueva época es la del poder del trabajo, el poder de las
comunidades, el poder de la solidaridad de los pueblos y de la
comunión de todos los seres vivos para que juntos constituyamos la
Madre Tierra y el Socialismo Comunitario del Vivir Bien.
Hermanas y hermanos: Les agradezco su paciencia para
escuchar este Manifiesto de la Isla del Sol que expresa diez
mandamientos por la Vida y por la Humanidad. Es un Manifiesto
basado en la experiencia del pueblo boliviano que puede apoyar la
liberación de todos los pueblos del mundo.

310
Hermanas y hermanos, dirigentes del Abya Yala, de América
y del mundo, como pueblo y como fuerzas sociales tenemos una
enorme responsabilidad: salvar el planeta para salvar la vida y la
humanidad; por eso agradecemos su presencia en este día
histórico del Solsticio de Verano, inicio del tiempo del Pachakuti.
Finalmente, quiero agradecer a las comunidades indígenas
originarias de la Isla del Sol por habernos permitido compartir
nuestras vivencias. Agradezco a las organizaciones sociales, a las
Fuerzas Armadas, a los ministerios, a nuestros dirigentes
departamentales y nacionales por organizar una linda fiesta de
esperanza para los pueblos del mundo.
Ayúdenme a decir:

¡Jallalla pueblos del mundo!

¡Kausachun pueblos del Mundo!

311
312
La sanación
en el mundo chamánico

por Ana Lorenzo

314
La sanación
en el mundo chamánico

por Ana Lorenzo

A Mónica, compañera de la infancia

Lo narrado es parte del recorrido en la búsqueda del desarrollo


espiritual­energético y ha podido redactarse gracias a compañeros y
amigos de ruta. Particularmente del grupo Entremundos, dirigido por
Carlos Martínez Sarasola quien con su personalidad exquisita, abrió un
portal energético que impulsó la valentía de repasar este camino,
nutrirlo y narrar esta síntesis de experiencias­íconos. Gracias a
Entremundos, quien les escribe ha podido decir lo que dijo y tener
certeza en sus creencias con el deseo de que llegue a quien esté
menesteroso de traer para sí aquel cachito de Alma que, así porque sí,
algún día se fue…
enfermar, sanar…
vivir, sentir,
otra vez
enfermar, sanar…
así hasta golpear la
puerta de la muerte
que nos recibirá
lo más sanos
y completos
que hemos podido Ser
en la nave
Planeta Tierra.

315
Epilepsia, arritmia o un cerebro que baila
Se escribe para comprender…

La existencia del mundo invisible ha marcado presencia en la


vida de Mónica en diferentes circunstancias, tal como cuando partió
su abuela materna. Mónica tenía alrededor de 7 años. Fue la primera
y única vez que vio llorar a su mamá. Angustiada la dejó en la cocina
en compañía de su papá cuando camino a su habitación encontró la
imagen de una virgen plasmada a lo largo de la puerta del comedor
que daba a un corredor exterior, que tenía flores ­ahora
desmejoradas­. Quedó inmóvil, ¿era real? Sí, la sintió real. Con el
gesto de la cabeza semi inclinada hacia la izquierda, brazos y palmas
de sus manos levemente extendidos hacia arriba. Blanca. La abuela
estaba en paz y tranquila ayudada a emprender su viaje por las
oraciones de la familia y aun estando entre ellos.
Ese tipo de contactos era estimulado por lecturas del género
fantástico, por series de TV de la época “Viaje en el Tiempo” y “La
dimensión desconocida”. Una profesora de Yoga comenzó a dar
clases una vez por semana en el colegio. Era 1972, si duraron dos
meses fue mucho. De todos modos, instantes de aquellas clases
quedaron en su memoria física, mental y emocional.
Contar a sus padres, por ejemplo que en uno de los recreos
de la escuela jugando a la ronda y haciendo que cobre cada vez más
velocidad el movimiento de la rueda infantil, llegó a verse en forma
nítida y vívida en un vagón de tren color madera, con un paisaje
alrededor de árboles y pastizales verdes y amarillos brillantes en
celeridad. Esto hizo que la llevaran al médico quien como solución
¡le prohibió ver TV! Por lo que acudió a historietas, a dibujar y a
comentar e interpretar los sueños de su dormir con una prima.
Años más tarde, experimentaría aquella vivencia de la ronda
y el tren. Uno de sus primeros viajes desde La Plata a Buenos Aires,
sentada del lado de la ventanilla, la mirada perdida en la maleza, los

316
árboles y el movimiento del tren cruzando los municipios de
Avellaneda y Quilmes la transportaron a un plano sutil y embriagador
donde el vértigo la invitó a transitar dentro de él.
Mónica creció en una casa chorizo ubicada en una pequeña
ciudad bonaerense. La fachada de la casa fue reformada por un
porche en su entrada, con una puerta un poco más ancha que las
demás de la casa y dos ventanillas rectangulares a sus lados. Una L
en espejo enfrentaba al porche y en el frente de la casa estaba el
jardín, orgullo de la madre expuesto al barrio y guardando a la
habitación marital, en la que en las tardes de verano se refugiaba el
perfume de las rosas. La galería fue convertida en living­comedor con
ventanales que daban al corredor que completaba a la ele y
terminaba en el portón del garaje­fogón. La medianera que
delimitaba ese corredor con la casa vecina de sus tías espirituales, era
una ligustrina que todas las primaveras daba unas florcitas blancas,
que después se convertían en bolillas azul moradas. Ese corredor
estaba sembrado de ollas viejas, macetas y tachitos extendiendo el
orgullo maternal hasta la puerta del fogón. Portón que al abrirlo
dejaba al descubierto el orgullo paternal: ¡el Fiat 600! Impecable,
blanco, único en su serie por no calentar el motor en su marcha y
paseó a la familia con todas sus piezas originales. Mónica jugaba a
reflejarse deformada en las piezas cromadas, imaginándose ser un
monstruo o una mujercita espigada según fuera la imagen que el
cromo le daba. Ese auto los llevó a Fortín Mercedes a visitar a San
Ceferino Namuncurá, trayéndose un vasito rojo con la imagen de San
Ceferino en el fondo, que al cargarlo de agua decía que él sonreía.
Aquel Fiat también los llevó hasta Buenos Aires al Hospital Rivadavia
donde oportunamente la trataron por su ‘arritmia cerebral’.

A los 9 años de edad comenzó a desmayarse sin motivos


aparentes, a veces con convulsiones. Comenzaron las visitas a los
médicos, viajes regulares de 500 km. a Buenos Aires, toma de

317
medicación diaria. Hasta que, en su adolescencia, no quiso tomar
más medicamentos, decía que la robotizaban. Por sugerencia de una
tía, sus padres dieron con un chamán llamado Tacora, vivía en Villa
Cacique, Barker. Fue el primero que logró estabilizar su estado de
ánimo con ceremonias de sanación y dándole de tomar unas hierbas.
Por razones de distancias, Mónica ya estaba estudiando y viviendo en
La Plata, no pudo continuar con el tratamiento de Tacora.
Paralelamente continuaba viendo seres desconocidos,
algunos le provocaban pavura, otros la protegían. Una noche
mientras dormía en su departamento de las calles 18 y 60 en La
Plata, despertó con un dolor intenso en las piernas, precisamente en
el hueco poplíteo. Estaba boca abajo y se volteó por el dolor, al
momento que vio a una mujer de cabello largo atado y de color
negro, vestida con una pollera marrón oscura y remera negra. Tenía
es su mano una maraca y estaba agitándolas sobre sus piernas. La
reacción inmediata de Mónica fue decirle: “¡FUERA!”. Desapareció.
Amén de que pudo quitársela de encima, los pasos en el camino de su
vida se iban debilitando cada vez más.
Buscó en varios lugares, fue un camino donde encontró
sanadores en el ámbito del Cristianismo, Umbanda, Judaísmo,
Budismo y “Chantismo”. En todos esos casos, por tener el común
denominador de “religión”, no dio con una respuesta satisfactoria o
no pudo adaptarse a sus modalidades.

Un tipo “raro” de epilepsia, así le diagnosticó un neurólogo


del Hospital Italiano a sus 30 y tantos años. Se manifestaba
eventualmente y en situaciones de stress. A esa edad, Mónica se
enteró del verdadero diagnóstico. Tanto a sus padres como a ella y a
sus maestros, que informaban sobre su comportamiento en la escuela
a los médicos, les dijeron que se trataba de una arritmia cerebral. Fue
ofensivo para Mónica el grado de prejuicio de los médicos
tradicionales de aquellos años respecto a la epilepsia1, a quienes

318
tanto su familia como ella, habían depositado su confianza. Cuando
adulta, hubo más apertura social respecto a esta dolencia. Así y todo,
luego de un episodio muy intenso en el año 2000, en el que por los
veinte días siguientes quedó sin fuerzas, sin poder regularizar su
presión arterial y sin poder asistir a su trabajo; la empresa le
restringió funciones que desarrollaba satisfactoriamente.
Cada episodio para ella, eran ensayos de tocar a la puerta
de la muerte para voltearse a un nuevo nacer. Era una desconexión
involuntaria con la realidad ordinaria. Tanto cuando desconectaba
como cuando volvía en sí, un zumbido intenso atravesaba su cabeza
y cuerpo. La imagen presente era símil a una imagen estelar y luego
un frío gélido envolvía a su cuerpo. Oscuridad. Volver en sí siempre
le pareció un aterrizaje violento, donde comenzaba a escuchar voces
lejanas hasta que empezaban a hacerse reconocibles cuando volvía
al plano visible, pero sin dejar de ser esas voces aturdidoras tanto
como gritos.
Decidió entonces trabajar consigo misma empleando técnicas
de Yoga, de meditación, ejercicios energéticos; mezcla de practicar
juegos de ‘videncia’, tales como decir a un compañero qué imagen
estaba viendo de una revista o cuál carta había elegido del mazo.
También practicó hacer lecturas de las cartas de Tarot con sus
amigos… hasta que un día, un novio que Mónica tenía le presentó a
una compañera de estudio y ésta le pidió que le hiciera una lectura
de cartas. Entre otras situaciones, las cartas le dijeron que pronto la
consultante iba a mudarse de vivienda formando una nueva pareja.
¡Así fue!, se mudó con el que era novio de Mónica. Si bien
esta lectura y otras anteriores, la afianzaron en su percepción a
través de determinada herramienta, dejó de hacer lecturas de Tarot
a allegados.
Decía que, con cada uno de esos episodios epilépticos, creía
que se le hacía un agujerito en su cuerpo energético, por el cual
podían ingresar energías que le provocaban inestabilidad emocional

319
o energías que le sanaban algún aspecto. La depresión, ira, tristeza
con que lidiaba, ya las entendía como aperturas por donde se podía
acceder al ser espiritual de una persona. Los orientales saben de esto
y con las lecturas y experiencias que Mónica hacía con Yoga y
meditación, ella podía ir equilibrando la energía que recorría su
cuerpo a través de meridianos interconectados y que son la base de
la sanación.
Volvió a dibujar, a escribir sus sueños y desordenadamente
fue encontrando ‘Enseñadores’. La vida le regaló la oportunidad de
conocer y trabajar en la galería de un artista plástico haitiano,
practicante de Vudú y activista por Haití. Él le enseñó sobre energías.
Algo curioso le pasó trabajando en su galería. Un día comenzó a
tomar fotos al lugar y a su obra. A un fondo y un tanto apartado de la
muestra en general, se encontraba una obra de su autoría que
representa al Vudú. También le tomó fotos. Al llegar a casa
comprueba que la cámara había captado todas las imágenes a las que
apuntó, menos esa obra. Al día siguiente volvió e insistió en tomarle
fotografías. Pasó lo mismo. Parada en intimidad ante aquella obra le
manifestó sus respetos.

Avanzó, pero no resolvió. Dado que en un momento en el


que estaba transitando dolores emocionales y rehaciendo
nuevamente las bases de su resistencia al cambio de estilo de vida;
estaba desayunando y preparándose para comenzar otra jornada
laboral que le era densa, cuando entendió que estaba comenzando
un episodio epiléptico. Pasó de una silla a sentarse en un sillón para
protegerse de algún posible golpe. Cuando volvió en sí estaba
recostada en el piso con la cabeza apoyada en la base del sillón, por
lo que dedujo que se había deslizado. Se observó, movió la cabeza a
un lado y al otro y comprobó que no tenía golpes. Recalentó el
desayuno a medio terminar y por su manera de andar notó que no
había tenido convulsión. Apuró el desayuno y estarse lista para ir a
trabajar, se le hacía tarde.

320
Ese día fue como los anteriores en su ritmo laboral, pero ella
estaba en otra consonancia. Se sentía aliviada, algo se había
desprendido y otro algo prendido en ella. Tuvo la certeza del último
equívoco cometido y se propuso resolver, modificar formas “de”.

Transmutación, conexiones y cambios


El sonido del cultrum es el jadeo de la Tierra cansada de
dar tanto fruto. Atahualpa Yupanqui.

Dicen que la naturaleza más la desidia de los hombres, hizo que la villa
de Lago Epecuén (Carhué) en la provincia de Buenos Aires, se viera
envuelta en una masa de agua. Dicen que fueron advertidos por
nuestros paisanos los indios de no construir en ese lugar. Aquel 10 de
noviembre de 1985 la villa se inundó en dos días, para estar 25 años
bajo el agua. Y vino la tristeza, luego la angustia mató a algunos
querendones de su tierra.
La sensación del movimiento del
suelo bajo los pies no deja de
cesar en algunos lugareños.
Hoy día el lugar sigue vivo al ser
escenario de filmaciones de
películas tales como
“Encontrarás Dragones” de
Roland Joffé (La Misión, Los
gritos del silencio), videos clips
Aún estoy. Fotografía digital. 2009
como Ceremonia en la Tormenta (El
Perfume de la Tempestad) de Indio Solari. Lago Epecuén regala la belleza de
la muerte.
Muerte entendida como puente para experimentar una transmutación
de plano/experiencia.
Transmutar es morir un poco,
puente que lleva a la oportunidad
para experimentar la vida de otra manera.

321
En la década de los ‘90s, como la mayoría de los argentinos,
Mónica se vio envuelta de variables socio­económicas que, desde su
alcance le eran inmanejables: inestabilidad laboral, de vivienda,
mudanzas a varias ciudades a modo de resolver con lo laboral su
permanencia en el sistema para continuar con su desarrollo personal
espiritual. Debido al intenso stress, sufrió un episodio epiléptico en
que tuvo golpes en su rostro y cabeza, por lo que debió ser internada
para observación. La medicina ortodoxa no le dio respuesta concreta.
Se mantuvo en pie con actitud de “seguir para adelante”.
Entre las mudanzas de ciudad en ciudad, por un tiempo volvió
a su pueblo para trabajar en un matarife frigorífico, desarrollando
funciones en la gerencia de determinación de Costos de Producción. Le
costó adaptarse al olor de la sangre. Litros de sangre, bosta y fluidos
del vacuno corrían ayudados con agua por canaletas para acumularse
en piletones. El olor le era pestilente, le costaba respirar sufrimiento
animal no humano.
Obtuvo alrededor de ocho meses en los que logró estabilidad
económica relacionándose en un entorno laboral de compañerismo
armonioso gracias al buen gesto hacia los empleados por parte del
dueño de la empresa. Hasta que en un momento empresarios del
negocio de la carne en conjunto con el gobierno de turno,
comenzaron a extender sus propiedades de matarifes frigoríficos
monopolizando a la industria, instalando una retención por cada
tropa de vacunos faenados pagadera diez días antes de ser vendida a
las carnicerías. La mayoría de los frigoríficos en producción
comenzaron a decaer hasta presentar quiebra, por no tener respaldo
económico y no lograr armar la cadena financiera para cumplir con
lo requerido impositivamente. El frigorífico donde trabajaba quebró.
Sin posibilidades de trabajo en el interior de la provincia, volvió a
mudarse a La Plata, donde su permanencia en trabajos estaba
signada por las crisis económicas de turno y su desarrollo personal y
espiritual continuaba de manera desordenada e irregular.

322
Estando desempleada se encontró con Alejandro, se asociaron,
se instalaron en un garaje y comenzaron a trabajar en un proyecto de
multimedia; con resultado exitoso, desarrollo creativo y libertad,
fueron sus propios directivos en el micro emprendimiento que poco a
poco iba creciendo. Uno de los proyectos captados fue el desarrollo de
un sistema informático para la administración de la producción de
industrias frigoríficas en la ciudad de Carhué. Viajó, prácticamente,
todos los fines de semana durante un año desde La Plata hacia Carhué.
Se reencontró con el Yoga. Esta disciplina le ayudaba a
alimentar su creatividad, así como también tomar contacto con su
físico y emoción, por ejemplo, registrar bloqueos emocionales que se
instalaban en algún lugar de su físico acumulando energía y
llamando su atención con el dolor, del poder de la mente para
recrearse y desarrollarse las más de las veces bajo el manto de la
ilusión. En esta etapa de su camino, recordaba ser "mental" y percibía
la existencia de la "sincronicidad" de situaciones con la pregunta:
“¿Para qué me pasó esto?”.
Para llegarse hasta el garaje, caminaba todas las mañanas
cuarenta cuadras. En una de esas caminatas, calzaba unos zuecos y el
izquierdo se topó con una baldosa en desnivel. El pie se torció hasta
que el hueso calcáneo tocó a la otra baldosa en un nivel inferior. Se
desestabilizó su columna y el dolor se hizo presente sólo con un
llamado. Como estaba a mitad de camino y sus músculos en caliente
por el movimiento, se calzó el zueco, continuó caminando y trabajó
hasta el fin del día en aquel proyecto para Carhué.
Hacía siete años que la villa de Lago Epecuén estaba bajo el
agua salada. La población de Carhué, de luto, no podía disfrutar ni
ofrecer sus termas. Vio los frentes de los hogares de Carhué marcados
con línea salitrosa, esfumados en sus contornos con manchas de
humedad a 1,50 mt. del suelo que dibujaban imágenes tristes, el
asfalto de las calles lastimado con grietas de tanto soportar el peso y
barrido de las aguas. La ciudad estaba gris, sus habitantes

323
angustiados. En 1994, desde gobernación se impulsó la ejecución de
una obra hidráulica colocando bombas en Las Encadenadas, de
manera tal de equilibrar los niveles de agua en las tres lagunas.
Mientras tanto, una señora que vivía en un departamento, para llegar
a casa tenía que caminar por un pasillo lateral a la casa del vecino. En
ese recorrido no podía evitar sentir la inestabilidad del suelo
pantanoso y en movimiento bajo sus pies.
Una tarde de domingo, Cristina la dueña del frigorífico para
el que estaba trabajando y donde juntas, se esforzaban para sortear
la inminente quiebra de su empresa por las razones antes
explicadas, la llevó a ver la villa. Sólo quedó a la vista la estación de
tren, por estar en un plano más alto. Al observar aquel plato hondo
de sopa salada con fideos de materiales y óxido, en el que se
reflejaba un tímido sol de otoño, teniendo como fondo los relatos
de Cristina, sobrevolado por el silencio de un atardecer que dejaba
escuchar algún susurro de pájaros, la sensación de tristeza le fue
aplastante y su angustia se acentuó. Le costaba respirar. Soledad.
Tal vez como reflejo de autoprotección, empezaron a aparecer en su
mente imágenes de lo que habría sido la villa en su época de
esplendor, risas, gente dando la “vuelta al perro”, personas
dominando un espacio que no les era propio, fiestas, enfermedad,
salud, brillo fugaz.
En esos tiempos, en los que Mónica desarrollaba excesiva
actividad mental, hicieron que aparentemente perdiera de vista
aquella realidad, pero quedó en ella una señal que se reavivó con el
proceso de rehabilitar a su columna vertebral doce años después.

Amén de haber consultado médicos tradicionales y


terapeutas alternativos, por momentos aquel dolor la privaba de un
buen dormir y descanso. Los pasos de Mónica por la vida
continuaban debilitándose.

324
Siempre en la búsqueda de liberarse del dolor, en el 2009
todo a su alrededor e interior era un torbellino de energías
inquietantemente molestas: maltrato laboral, vivienda ruidosa,
desencuentros con amigos, parejas y cada vez más lejos de la familia.
De todos modos, dio con un médico clínico especialista cuya
formación y sensibilidad de ver al paciente como un sistema con
subsistemas integrados, como lo hacen los chamanes, diagnosticó
desplazamiento de vértebras y esto le permitió aplicar sus
conocimientos de yoga usando las técnicas adquiridas. Con tal
diagnóstico organizó una serie de ejercicios que puso en práctica
hasta que en el décimo día reubicó dicha vértebra alineándola con su
columna vertebral. El alivio y necesidad de descanso se hicieron
presentes, para que su cuerpo vuelva a recordar cómo moverse sin
dolor y claro está, algo en su cabeza también había cambiado de
dirección, por lo que en este nuevo rumbo el dolor desaparecía día a
día. Para ayudarse con la rehabilitación, por sugerencia de una
querida tía, decidió ir tres días a las termas de Carhué. Otra vez
Carhué…
Encontró un hotel sencillo y confortable, personas amables y
buena comida. Cuando al fin estuvo en la pileta de agua salada y
densa, sintió volver al útero flotando en los fluidos tibios de la
placenta de mamá.
Las aguas habían bajado.
Caminó por la villa del lago Epecuén, esquivó vidrios,
óxidos, avispas. Ingresó dentro de las construcciones en ruinas. El
frío húmedo era penetrante en huesos. Tomó un camino mezcla
asfalto y tierra, bordeado por hileras de eucaliptos. Las raíces de unos y
otros se entrelazaban, como si eso los ayudara a continuar erguidos. El
crujir de sus ramas parecía decirle aún estamos.
Al final de ese camino, encontró el Matadero, obra
arquitectónica con diseño Art Decó, del Arq. Francisco Salamone,
inaugurada en el año 1938. Su fachada tiene letras grandes de

325
cemento que escriben MATADERO y tiene una torre que
ostentaba en su decoración representando a una cuchilla.
Estético símbolo del poder industrial del animal humano sobre el
poder animal no humano.
Dentro del frigorífico las palomas revoloteaban en cielos de
cemento humedecidos, descascarados y con huecos que dejaban ver
al afuera, golpeándose contra vigas que seguían apuntando al cielo a
pesar de haber estado veinticinco años bajo el agua. Su estructura
arquitectónica presentaba cierto fausto plantado a orillas del lago y
rodeado por un monte muerto en pie de eucaliptos.
Recorrer las ruinas del Matadero le trajo la sensación del olor
a sufrimiento animal y el recuerdo de aquella mañana trabajando en
aquel frigorífico de su pueblo, en la que un novillito escapó de la
línea del “mazazo”, donde eran desnucados o desmayados según la
fuerza del golpe aplicado y a continuación suspendidos en roldanas
quedando boca bajo. Aturdido corría por debajo de sus pares
cortados, ya en media res, hasta
que fue emboscado y muerto. La
sangre estaba en las paredes del
Matadero, mezcla de sal y barro;
sangre custodiada por un sistema
sediento de divisas. Había una
ventanita enmarcada con acero
inoxidable, imaginaba las veces
que se habría asomado el rostro
ensangrentado de un obrero,
cuchilla o vaina en mano,
goteando sangre, caminado con
botas bañadas en bosta y cortando
vientres de animales semimuertos
colgados de roldanas, que iban Quitando cortezas
viajando por el circuito industrial. Fotografía digital. 2009

326
Descascarar estructuras dolía.
Soledad. Símil a la de aquel árbol que permanecía muerto en
pie, queriendo comerse al sol del ocaso para con su luz calientita
sobrellevar el frío de la noche. Algunos árboles estaban en una
postura de haber querido enfrentar la situación, cuando la urgencia
del agua los atrapó, congelando el movimiento de ataque infructuoso
de malón contra el agua dominante quedando la escena reflejada en
el horizonte.
Acompasado este dolor colectivo con el suyo físico, era otoño
y caminó en la villa una y otra vez, visitó cada casa, hotel y jardín al
que sus ruinas le permitían acceder. Caminó por sobre el banco
Provincia de Buenos Aires, única estructura con rejas en las ventanas
imaginando sortearlas estando instaladas y encontrar significativos
billetes de Pesos
Argentinos.
Volvió en
otra oportunidad
antes de que
amanezca. Había
neblina y era
invierno, los pájaros
Malón todavía dormían
Fotografía digital. 2009
sobre los esqueletos
de los árboles. Las avispas estaban en sus nidos. Hacía frío. Se
respiraba muerte dormida. Huéspedes descansando. Sólo algún
cuidadoso ruido por los preparativos para el desayuno de los turistas.
Un olorcito a pan fresco de la panadería coronada por la media luna,
invitaba a saborearlo.
Ya con el sol en alto y sin bruma, se sentó sobre un bloque
arrumbado de ladrillos para dejarse atrapar más por el lugar y tan
solo estar. Se sentía sola frente a una comunidad sufriendo y,
envuelta en el mundo virtual de la programación en informática, se le

327
hacía dificultoso encontrar alguna palabra o acción de consuelo. Sólo
pudo escuchar y mirar. Se sentía aturdida, su corazón latía
arrítmicamente. Buscaba a la tribu, al equipo de compañeros en
quienes apoyarse en este proceso en que se sentía modificar.
Decidió volver al hotel, al útero.

Volvió en los dos años siguientes a Carhué y a la villa del


Lago Epecuén.
Además de devolver la salud a su columna vertebral, cada
visita puso sobre su mesa un par de dualidades de algún aspecto de
su personalidad y le mostró el camino para tomar consciencia y
laborar en equilibrarlos.
Encontró a la tribu. Le contaron que en esa área había un
ciclo de entre 50 y 60 años de sube el agua, baja el agua (tal
como una respiración de la Tierra). También se anotició sobre el
último Señor de las Pampas, el cacique Calfulcurá, quién
consideraba la importancia del punto estratégico que fue para el
indio sostener Carhué durante la resistencia a la Campaña del
Desierto dirigida por Julio A. Roca. Su mandato fue “no entregar
Carhué al Huinca”2.

Carhué le hablaba sobre un espacio de descanso, ideal para


recuperar y/o mejorar la salud y el bienestar. Le contaba cómo estaba
el escenario de ese espacio naturalmente allá por la época de
Calfucurá y el Huinca y, que tan sólo con una intervención medida y
con empatía del hombre sobre este escenario, se podría prestar el
servicio de las termas con un estilo austero y confortable, acompasado
a su respiración que sería provechoso y beneficioso para todos. Carhué
le anoticiaba del enfoque distorsionado del hombre separado y viendo
a la Naturaleza como un objeto, impulsado por el combustible del
dinero. Luego de esa trágica inundación para los pobladores, Lago
Epecuén estaba lastimado y dolido. Era inevitable evadir su grito de

328
dolor. Tareas intensas se deberán hacer para poder sanar sus heridas.
Mónica agradecía a Carhué y deseaba que los hombres se inspiren
para que Lago Epecuén volviera a regalar su virtud de devolver salud
y bienestar, únicas por sus características en Argentina; junto al
placer de disfrutar de sus aguas de manera confortable.

Sanar y transmutar merecen una síntesis:


Entremundos y Aguarapire
”Crear un mundo dónde quepan muchos mundos”.
Slogan de una escuela de Chiapas en México.

Cuando Mónica recibió la invitación para participar en


Entremundos, intuyó que en ese espacio encontraría al chamán que
hacía años buscaba y que le ayudaría a resolver su condición de
epiléptica. Debido a que en un punto la consideraba una bendición, se
resistía a considerarse como tal puesto que los inestables estados
anímicos entre tristezas y alegrías por los que transitaba, sensibles a
cualquier detalle o suceso a su alrededor más una creciente angustia, ya
le eran insoportables.
Luego de mantener una entrevista con Carlos, líder del grupo
y ser aceptada, comenzó a interiorizarse sobre cómo es considerado el
chamanismo desde la antropología.
Así lo explica Ana Llamazares3, en una entrevista: "El
chamanismo se define como una búsqueda ancestral de conexión con
otros planos, con otras dimensiones, con lo divino; donde se logra
una comunicación con seres o fuerzas invisibles del mundo espiritual
de la Naturaleza. A través de esta comunicación, los chamanes traen
respuestas sanadoras o consejos al mundo físico. Ofrece su práctica
generosa a todos los que lo necesitan y a los creyentes.

329
Es una facultad innata en el ser humano, que es la
posibilidad de ampliar la conciencia. Si bien todos tenemos esta
capacidad, el chamán es elegido.
La llave para interpretar al mundo chamánico está por cierto
oculta de la visión o de la percepción de los sentidos fisiológicos. Un
análisis académico del chamanismo que buscara aplicar metodologías
racionales sobre lo irracional, resultaría un sin sentido."
El cacique Aguarapire Seacandiru fue señalado para cumplir
con la misión de sanador y médico espiritual energético. Ya estando
en el vientre de su madre, a los 6 meses de gestación, ésta fue tocada
por un rayo y así le fue concedido a él el poder de chamán.
Para nuestra necesidad de religarnos, el chamanismo es una
alternativa contemporánea que nos ayuda a lograrlo. El hecho de
experimentar un estado de conciencia ampliado y conectar con
entidades de otros planos, no nos convierte en chamanes. Ser
chamán es un camino arduo, que requiere mucho aprendizaje, hasta
se pone en riesgo la vida. Tiene años de experiencia, no sólo en lo
metodológico, sino que también tiene experiencia de palpar a esos
espíritus y es capaz de traer el poder de la fuerza del Universo a esta
realidad, de traer a estos seres que son espirituales para sanar a una
persona que está pidiendo curación o para traer información y poder
resolver problemas cotidianos o conflictos en la comunidad. El
chamán es un ser que entiende el lenguaje literal o metafórico de
esos espíritus.
¿Cómo pueden conectarse con espíritus de animales y de
plantas? A través de estados ampliados de conciencia. Las técnicas son
diversas, pero el resultado es siempre el mismo. Lo logra a través del
ritmo de un tambor, de un sonido monótono, con la ayuda de plantas,
con la respiración, con los sueños. El chamán sale de su cuerpo, viaja
al mundo sobrenatural, se contacta con la esencia de seres, animales,
plantas y piedras, les pide información sobre cómo tratar al paciente o
al problema y vuelve.

330
Aguarapire describe que en su ceremonia de sanación él se
eleva y eleva al paciente, unos 30 m. de altura. Estando en ese plano
recibe información de cuál planta o método es propicio para sanar a
la persona. Considera que los espíritus son tan reales como cualquier
ser vivo a su alrededor.
El chamanismo cree que todos los seres en el Universo tienen
conciencia de su armonía con el resto, pero el hombre es una
excepción. Por eso debemos aprender de la sabiduría de los otros
seres. Una manera de acceder a ese conocimiento es tener contacto
con nuestro animal de poder. Incorporar el espíritu de un animal, le
va a aportar algo más a la sabiduría que el hombre tiene
comúnmente. Los animales de poder le transfieren su fuerza esencial
al enfermo. Para algunos son un reflejo de nuestro yo más profundo,
suelen representar las cualidades que tenemos en este mundo pero
que generalmente están ocultas. Todos los animales son poderosos
por tener una sabiduría innata. Los animales de poder son fuerzas,
aspectos, esencias de la Naturaleza misma. Cada animal representa
un aspecto interno, una fortaleza que uno tiene que desarrollar en sí
mismo. Los animales nos enseñan muchas cosas.
Cuando nace un niño trae consigo un animal de poder. El
chamán puede descubrir cuál es el animal protector de esta persona.
El niño crece sabiendo que es su protector. El animal es un ser que
está separado de uno, pero la persona puede comunicarse y hacerse
uno con él. Su función es mantenernos sanos, de no dejarnos caer, de
no contaminarnos con emociones fuertes. Nos protege y nos
mantiene fuertes.
Las prácticas chamánicas van cambiando acorde a los
cambios de los tiempos. Hay patrones comunes: utilización de
animales, interpretación de fenómenos, utilización de plantas
medicinales. Una de las técnicas (o medios) es el uso de plantas
enteógenas, ya que se considera que el espíritu de la planta guía en
la sanación.

331
Los ícaros son cantos curativos, los pacientes se relajan y el
chamán le transmite su energía para curarlos. También usan las
técnicas de piedra, que contienen sabiduría, son las abuelas de la
Madre Tierra, por tanto, se graba la energía y sapiencia de los
habitantes del Planeta.
En el fenómeno de curación chamánica pasan muchas cosas
donde hay que entrar en la visión de otro mundo como para poder
entenderlo. Es muy rico lo que sucede, incluido una parte de
misterio. Hay una transferencia de confianza entre el chamán y el
enfermo. Se basa en que el mundo es un fluido de energía. Así es la
visión chamánica y esta condición de poder transmutarse en
diferentes energías de animales, plantas y piedras es una concepción
mucho más dinámica, fluida y sinestésica. Se inscribe dentro de una
condición de la salud como equilibrio, el gran objetivo de la sanación
chamánica es equilibrar los distintos planos de la persona.
La transmisión oral de este saber se hace de generación
en generación.
El chamán considera que cualquier enfermedad provoca el
desprendimiento del alma. Por lo cual podemos tener
desprendimientos parciales del alma. Lo que nos enferma es
cualquier evento traumático que nos impacte negativamente: un
susto, un abuso, un accidente (emocionales, psicológicos y
espirituales). No toda enfermedad se refiere a pérdida del alma.
Perder el alma, sería un mecanismo de autoprotección, nuestra
esencia nos abandona para que no sintamos del todo el dolor, pero en
algún momento de nuestra vida esa falta parcial del alma se
manifiesta en una necesidad de recuperarla. El chamán va en busca
de esa alma, la sana y la incorpora al cuerpo de la persona. Si el
cuerpo está unido a nuestra alma, somos más conscientes de nuestra
realidad y sabremos qué cambiar en nuestras vidas para estar mejor.
El chamán cura el aspecto espiritual de la enfermedad. Esto
quiere decir que, si la enfermedad tiene relación con su alma, él

332
puede ayudar invocando a sus espíritus aliados. Ahora, él no
puede curar todo, por lo que tiene en cuenta a la medicina
tradicional occidental.
Él considera que cualquier enfermedad es un intruso, y por
ejemplo con el método de succión quita a la enfermedad. Los intrusos
no son espíritus malignos, sino que están mal ubicados. Entonces el
chamán los quita y los devuelve a la Naturaleza. ¿Cómo llegan estos
seres a nuestros organismos? Al parecer por los malos pensamientos.
El antropólogo e historiador de las religiones, Mircea Eliade
en su obra “El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis” (falta
nota al pie dato del libro), señala que la labor de los chamanes en las
sociedades antiguas no sólo era la de curar, sino la de tratar de
mantener la integridad de todo el grupo, salvaguardar la sociedad, su
orden y el equilibrio en su relación con la naturaleza y con el cosmos.
4Según el investigador en antropología de la salud, Alfonso J.

Aparicio Mena, define etnomedicina como la medicina propia de un


grupo y de una cultura, ya que los sistemas terapéuticos se
construyen de acuerdo con las características culturales de los
grupos. Si varían éstos y las culturas, variarán también las maneras
de entender salud/enfermedad, las formas de abordar los problemas
y las propuestas de soluciones. Cada sociedad, desde la antigüedad,
ha desarrollado sus propios sistemas, procedimientos y modos de
curar. Eso es etnomedicina.

Ninguna medicina es mejor o peor. Un sistema terapéutico es


válido si resuelve o ayuda a resolver problemas de salud. Las
medicinas tradicionales, por lo general miran más allá del cuerpo,
intentando reequilibrar tanto el aspecto observable (afectado) como
los de índole espiritual energético, vivencial y anímico. Es posible
combinar sistemas terapéuticos tradicionales con el occidental­
tecnológico­científico. Cada vez se utilizan más elementos mezclados.
Muchos médicos tradicionales se forman, además de en sus lugares de

333
origen, en escuelas, universidades y asociaciones a través de cursos,
conferencias y otros medios de formación permanente,
principalmente de corte occidental (nociones de biología, de
botánica, preparación de hierbas y plantas). Y cada vez hay más
demanda por parte de la población de sistemas como la
medicina tradicional china, la homeopatía, chamanismo, y los
modos de curar de las tradiciones de cada pueblo, al lado de la
medicina occidental.
La cultura tradicional de salud en Mesoamérica y en
Asia, cada una con sus características propias y regionales, se ha
forjado a partir de un pasado en el que el ser humano se hallaba
absolutamente integrado y unido a la naturaleza y al mundo de
creencias. Bosque, río, montaña, cielo, lluvia, sol, viento y otros
elementos del entorno natural antiguo fueron deteriorándose y
mermando a medida que el progreso tecnológico surgido tras la
revolución industrial se fue imponiendo desde una cultura
urbana dominante, y occidental. El bienestar de las personas
antes de la llegada de los europeos a América, dependía e iba
íntimamente ligado al cielo, al sol, a la brisa del mar, a las
precipitaciones en la montaña, a los cursos del agua, a los
cerros, a los pájaros, al árbol. Una cultura de hermandad con la
naturaleza, de interacción con ella y con sus fuerzas ubicó a
amerindios y asiáticos en tradiciones ecológicas.
Los médicos tradicionales son integradores, relacionan
diferentes medicinas tradicionales universales y están atentos a
los cambios constantes, teniendo presente que la salud no sólo
es el estado del bienestar particular de los individuos sino el
equilibrio de todos (importante valor comunitario) con la
naturaleza, con las creencias y con el cosmos.

334
Cuando Mónica conoció a Aguarapire

Fue en el 2011 en uno de los encuentros de Entremundos.


Quedó sentada a la izquierda de Aguarapire. En aquella reunión él
comenzó su presentación diciendo:

5“Mi nombre es Aguarapire Seacandiru, cuyo significado es, en


Tupí Guaraní, “Gran pájaro mitológico del impenetrable con poder
espiritual de sanación”. Es una reliquia que se recibe a nivel de herencia,
yo soy de linaje, de sangre, soy discípulo de mi abuelo.
Mi abuelo fue un sanador y un guerrero. Al ser una herencia de
linaje, hay un compromiso espiritual energético con Padre Dios
Todopoderoso del Universo, de la Madre Tierra, del Cielo. Por lo tanto,
tengo el compromiso de hacer obras para el bien de nuestra comunidad
y de imanar discípulos de propia sangre y de otra sangre.
Yo ahora estoy en la búsqueda de dar discípulos porque es mi
obligación y es un convenio.
Para nosotros, los Tupí Guaraní, todas las deudas se pagan en
especies humanas. Por lo tanto yo, como discípulo y como maestro,
también debo morir como mi abuelo: traer un nuevo ser, ese ser tiene que
llegar a la edad de 15 años y en ese momento yo muero. Ahí termina
Aguarapire Seacandiru. Entonces, para nosotros no existe el miedo
porque sabemos el punto de partida, el nacimiento y sabemos el fin de
nuestro cuerpo. Lo que se envejece y se gasta es la carne y los huesos, el
espíritu no muere nunca. El espíritu siempre es joven, niño o niña. Como
este es un capítulo muy amplio como para que ustedes entiendan cómo es
partícula por partícula, voy a hacer una síntesis como para que ustedes
sepan cómo es la cosmovisión de mi pueblo.
En la última guerra que hubo entre los tres Chacos: Chaco
paraguayo, Chaco boliviano y Chaco salteño argentino, incluido parte
de Foz de Iguazú en Brasil; en esta zona navegaban los abuelos. Siempre
había guerra y guerrillas, siempre estuvimos derramando sangre.

335
Nuestros ancestros no sabían por qué era la guerra. No sabían de los
intereses económicos del poderío de los colonizadores. Ellos iban a la
guerra como si fuera un deporte, y a matar o morir. ¡Pero no sabíamos
por qué íbamos a morir! Vale decir que, nosotros inocentemente
estuvimos defendiendo la soberanía de nuestro país Argentina, de
nuestros países latinoamericanos. Esto nunca fue reconocido por la
Historia, la Historia está escrita acorde a la conveniencia de los poderes
económicos de los colonialistas.
La última guerra fue desde año 1932 al 1936, y mi abuelo ya
venía peleando desde el Mato Grosso. Nuestra esencia Madre Tierra, el
seno del principio, del origen es el Mato Grosso. Ustedes lo conocen
como Mato Grosso, pero para nuestra cosmovisión es Maty Nguoroso
Mate significa lejanía y Grosso significa Sonoridad del eco del grito
Sapucai entre las montañas o cerros. Esto es, sonoridad del espíritu de
la fuerza de la vida en el río donde están los hermanos yacarés,
bordeado por desfiladeros, se calcula que habrán unos doscientos
yacarés. Cuando uno quiere ser sanador, una de las pruebas que se
deberá pasar es justamente cruzar ese río… si se tiene Poder, pasará. El
maestro está en lo alto sobre el desfiladero y da el grito, si el discípulo
que está cruzando el río no responde con su grito, vale decir que ha sido
carnada de los hermanos yacarés, por lo que no tiene poder. Esa es una
de las pruebas que se hace para ser médico. Hay que tener Poder.
Ustedes conocen al líder de una comunidad con la palabra
Cacique, que tiene connotación política, en guaraní se dice mburuvicha
que significa Gran jefe comunitario mburuvicha Guazú. Sobre el final de
la guerra, todos los mburuvicha guazú que participaban en ella, en un
momento se encuentran enfrentados y dicen: ¡ALTO QUIÉN VIVE!
(Aguarapire continúa el relato en lengua guaraní), y termina diciendo:
¡NOS ESTAMOS MATANDO ENTRE NOSOTROS! Desde los tres Chacos
se estaban contestando en guaraní, éramos todos nosotros que íbamos
en boca de cañón, nos matamos millones entre nosotros. Ahí fue la

336
entrega del armamento. No, esto no va. Muchos se entregaron y muchos
utilizaron su poder.
En el caso de mi abuelo, él tenía doce discípulos y mi papá
tenía 8 años. Él se acuerda de este suceso como en un sueño, pero
ninguna bala le tocó el cuerpo si bien escuchaban que les pasaban por
su lado, ni a él, ni a los doce discípulos, ni al abuelo por que estaban
energizados. Fueron prisioneros en un regimiento de confinamiento que
es un lugar adonde llevan acorralando a la gente para matarlos. Todos
hablaban guaraní, los soldados, los coroneles, los generales, por lo que
ellos entendieron la orden dada: pasado mañana a las 3 de la mañana,
se pasarán a degüello a todos los prisioneros. Por lo que
inmediatamente los prisioneros tomaron la decisión de comer tabaco,
¡HAY QUE COMER TABACO! Nosotros no decimos fumar tabaco,
decimos comer tabaco. Bueno, empiezan a masticar y a armar al
tabaco y empieza a circular el poder, el poder de sanación y de
protección. Entonces, pasaba el guardián y se reía diciendo: “Fumen,
fumen por ser la última noche de su vida”. Pero no sabían que los
prisioneros estaban armonizando esa energía para expandir a todos los
militares que estaban haciendo guardia vigilándolos a ellos y a los que
estaban en la caballeriza. Toda la noche estuvieron comiendo tabaco y
en la segunda y última noche, antes de llegar a las 3 de la mañana se
durmieron los guardianes sobre su fusil y robaron quinientos caballos
con mi abuelo. Cuando empezaron a cruzar el río Pilcomayo para el
lado de Argentina, al frente estaba el centinela, eran veinte hermanos
gendarmes cuidando la frontera.
Mi abuelo con sus discípulos, llegan a la frontera y como son
poderosos imanan el poder y convocaron al hermano grillo, que tiene el
secreto de meterse en la arena y no ahogarse. Le transmitió ese secreto
a los caballos, otros los empujaban suavemente y así salieron con los
quinientos caballos para el otro lado. Al frente de los centinelas. Mi
abuelo les dice:

337
­ Nosotros vamos a pasar.
­ ¿Cómo que vamos a pasar? Nosotros estamos cuidando la
frontera. ¿Ustedes son fugitivos?
­ No, somos guerreros. ¿Quieren guerra?, ¡vamos a la guerra!
Y ahí no más se declaró la guerra, usaron el secreto del
hermano felino y en menos de diez minutos mataron a los veinte
centinelas, a dos se los comieron haciendo danzas en ceremonia y a los
dieciocho restantes se los dieron a los peces. Porque el espíritu del pueblo
Tupí Guaraní también tiene energía de esquimal. Hay un secreto de
esquimal, que hace crecer los colmillos del hombre como jabalí para
comer al enemigo muerto. En ese momento es carne sagrada. Por eso se
practica la antropofagia, comer al enemigo. Por lo que mi espíritu es de
antropofagia y esquimal. El poder está intacto en mi sangre. En aquel
suceso fue la última vez que el pueblo Tupí Guaraní practicó la
antropofagia. Con esta práctica llegábamos a la sangre del enemigo
para investigar su ADN y, comiendo tabaco, se tenía la información de si
va a haber otra guerra o no. Hoy día no se utiliza porque no hace falta,
hay que cuidar mucho a este poder, hay que codificarlo, no salirse a esa
toxicidad de nervios, porque es una toxicidad. Es terrible y horrible.
El pueblo Tupí Guaraní se instaló en la montaña que hoy se
llama Aguaragüe, allí hay pozos petroleros. La única comida que había
era pava del monte, que es una gallina negra grande, y pescado. En ese
lugar había cuatro vertientes que caían en cascada formando una
laguna de 300ha y en el centro estaba la diosa Anaconda, la protectora
del agua. La diosa Anaconda es la que tiene la llave para regular la
distribución equitativa del agua para las plantas, animales y hombres.
Es una diosa poderosa.
En aquel lugar había más de sesenta cavernas, donde
guardaban los caballos y ahí se escondieron para no ser degollados.
Nunca los encontraron.
Durante mi niñez hasta los quince años, viví en el monte con mi
abuelo, quién me formó en la tarea de sanador. Al cumplir los dieciocho

338
años, mi familia me obsequió una casa con quince doncellas dentro,
­contó a Entremundos con gesto tranquilo y sonriente­ que, así como
entraron las doncellas a aquella estancia, así se fueron yendo una a una.
¡No sabía qué hacer con tantas hermosas mujeres!
Continué mis estudios con el hombre blanco, adquiriendo
rápidamente los conocimientos que se impartían en la escuela. Uno de
los tantos trabajos que hice, fue en un aserradero con otros hermanos
de mi comunidad. El aserradero era de un hombre blanco que sugería
medir con herramientas de precisión para hacer los cortes. Nosotros,
los guaraníes, con tan solo mirar y medir a ojo a la madera,
manteniendo un pulso sostenido, la cortábamos sin necesidad de usar
aquellas herramientas.
En nuestra lengua pava del monte se dice yacú. La i gutural en
guaraní es agua, entonces yo vengo de mi pueblo que se llama Yacui,
Laguna de la pava del monte. De ahí vengo yo a expresarme frente a
ustedes, para hacerme conocer y para que nos conozcamos”.

Comunidad Tupí Guaraní2


En la región noreste, en lo que actualmente es el litoral y la
mesopotamia, la presencia de los grandes ríos dio lugar a un modo
de vida diferente basado en la pesca, el cultivo de plantas y la
recolección de frutos silvestres. Los primeros grupos humanos
llegaron hace unos 9000 años desde la Amazonia. Eran cazadores y
recolectores que con el tiempo se especializaron en la explotación de
los recursos fluviales. Son neogrupos de sedentarismo semi
permanente que están ocupando la sierra central de Misiones y
llegan hasta el Atlántico estacionalmente. La etnia más característica
de la región es la Tupí Guaraní que emigró hacia el litoral desde la
selva amazónica hace unos 2000 años. Llegaron a bordo de sus
canoas siguiendo el curso de los ríos Paraná y Uruguay.

339
La economía de esta etnia es de reciprocidad y tiene su
movimiento a través de los ríos y de caminos dentro de la selva. La
economía de reciprocidad no significa te doy y me das, sino que es la
obligación de dar y la obligación de recibir. No es una economía de
mercado, es de intercambio que no tiene tiempos, sino que en el
momento en que alguien necesita el otro miembro de la comunidad
se lo da.
Los Tupí Guaraní son agricultores de floresta subtropical:
primero cortan el monte, se separa la madera que se va a utilizar, el
resto se quema y sobre ese monte quemado se siembra con palo
plantador de manera tal que no se produzca el deterioro o la
desertización del monte. El núcleo central de la comunidad estaba en
un lugar, se trasladaba cada cuatro años cuando se exterminaba la
tierra y, al término de cuarenta años estaban en el lugar inicial con el
monte reconstituido. Los Tupí Guaraní conciben la idea de migrar
acorde a la fatiga cósmica, el cansancio de la Tierra que agotada de
vivir, se regenera a sí misma.
Imaginan que existe la Tierra sin Mal2, un lugar justo y sin
dolor, fuera del tiempo y del espacio aunque alcanzable en esta vida.
Es posible que esta idea, que existe desde tiempos prehispánicos,
impulsara los traslados colectivos de estos grandes viajeros desde la
Amazonia a través de la selva. La Tierra sin Mal es un paraíso al cual
un ser supremo se retiró luego de haber creado el mundo y dado a
los hombres el conocimiento para su supervivencia. Es allí adonde,
luego de superar ciertas pruebas, llegan los muertos privilegiados,
chamanes y guerreros; así como también personas vivas que hayan
tenido la constancia y el valor de los antepasados y guiados por el
poder del chamán hayan dado con el camino hacia él. La Tierra sin
Mal es el único refugio que quedará para el hombre después del fin
del mundo, lo que puede interpretarse como el único refugio ante
cambios de paradigmas universales, Pachakuti. La energía de esta
idea encierra una concepción del mundo que, basada en la victoria, la

340
gloria y la justicia, sin dudas preside la vida guaraní. De ahí el valor
de esta noción en el desarrollo cultural de este pueblo.
6Como el resto de los pueblos originarios de Argentina, el

pueblo Tupí Guaraní está sumido en un proceso de revitalización de


su cosmovisión originaria, así como una puesta en práctica de la
espiritualidad cada vez con mayor fuerza y seguridad;
compartiéndola con el hombre blanco, dejándose llevar por la
finalización de los 100 años de silencio y en consonancia de que “el
nuevo tiempo está volviendo”, también esto puede relacionarse con el
surgimiento de nuevos paradigmas, los cuales se instalan de manera
no cristalizada, cerrada o definitiva, sino que lo hacen reactualizando
principios, adaptando nuevas formas, insertándose desde las
identidades étnicas de manera integradoras, donde se revaloriza el
respeto a la vida y a la naturaleza, a la diversidad y las formas
tradicionales de espiritualidad; en una sociedad que ya es global y
planetaria. Confluyen así las cosmovisiones indígenas, los nuevos
paradigmas científicos y la nueva conciencia de Occidente, así como
también las grandes tradiciones de proyección universal.

Comienza el tratamiento
En la primera visita, conversaron sobre las actividades
cotidianas y profesionales de Mónica. Pronto ella comenzó a
describirle dolores estomacales ascendiendo hasta su garganta que ya
les eran insoportables, le provocaban dificultades para respirar.
Estaba delgada y su respiración cargada de suspiros.
Durante los últimos tiempos había soportado la presión
amenazante de despido y acoso laboral, obstáculos para su desarrollo
profesional, derivándose en privaciones de libertad de movimiento.
Durante cuatro días tuvo un estado tal de pánico que llegó a sentir
contracturas y calambres estomacales que le provocaban dificultades
para alimentarse. Lo poco que ingería lo devolvía. Su fobia social fue
in crecendo. Terminó diciéndole: “Esto me está matando”.
341
Él le pidió que le mirara a sus ojos y le dijo: “Usted tiene
dos pánicos (susto o espanto). Uno originado en su niñez temprana
y el otro en su adolescencia. Fueron dos situaciones muy hirientes
para usted que están plasmadas en su cuerpo áureo energético.
Puedo sanarla”.
Aguarapire le preguntó si podía recordar algo de lo que le
había pasado, sobre todo, en la adolescencia. Mónica sólo pudo
recordar que durante la adolescencia fue al médico clínico porque de
su ombligo comenzó a supurar fluido amarillo brillante con olor
fuerte y ácido. El médico le diagnosticó candidiasis y le indicó el uso
de una crema. Le impresionaba curarse. Al tiempo pasó la dolencia,
no la mala impresión al tocar el ombligo.

El susto, pánico o espanto7


Al susto o pánico, se lo entiende como un padecimiento
producido por la interacción de la persona con el medio (físico­
natural, sobrenatural, atmosférico, social, tecnológico). Es el
resultado de sufrir un temor súbito. Puede ser originado por un
peligro repentino, una pesadilla o un susto severo. La persona puede
perder la sombra o el alma. Se siente muy débil y languidece.
Si la persona se cae en un estanque o en un embalse de agua,
si percibe un rayo cerca, si entra en un tumulto de gente, si aparece
de pronto un animal (por ejemplo víboras), si le dan una noticia
inesperada, puede caer en un estado de desánimo, tristeza, apatía,
desgano, inapetencia, deseo de estar aislada, inflamación al beber
agua, miedos, piel amoratada, inflamación de los ojos, pérdida de la
voz, suspiros, acidez y regurgitaciones ácidas, cambios de humor,
sollozos y llanto, mal dormir. Se dice entonces que la persona está
asustada, es decir, que un constituyente de su persona (alma, luz,
chispa vital) se quedó en el lugar en que se asustó en el momento en
que se produjo el choque, emocional, caída, encuentro, el susto en

342
definitiva. Debido a ello, deambula por la vida sin esa parte
necesaria. No puede concentrarse, no puede relacionarse, no le sienta
bien lo que come y lo que bebe. La intensidad del impacto en el susto
varía de unas personas a otras y de unas circunstancias a otras. Hay
quien se asusta y no se percata, pero al pasar el tiempo va cayendo
en la enfermedad. Hay quien se asusta e inmediatamente lo nota,
poniendo remedio. En todo caso, lo que hay que hacer es proceder a
la recuperación del alma que se ha quedado en el lugar del susto.
Cuando el alma perdida vuelve al asustado se produce la curación.
Mircea Eliade describe que la principal función del chamán
del Asia central y septentrional es la curación energética. El conjunto
de esta área presenta muchas concepciones acerca de la causa de la
enfermedad, pero la del "rapto del alma" es la predominante. Se
atribuye entonces la enfermedad al extravío o al vuelo del alma, y el
tratamiento se reduce, en suma, a buscarla, a capturarla y a
reintegrarla al cuerpo del enfermo. Muchas veces la curación exige
determinados sacrificios, y es siempre el chamán el que decide acerca
de su necesidad y de su forma. La recuperación de la salud física
depende directamente de una restauración del equilibrio de las
fuerzas espirituales; porque acontece con frecuencia que la
enfermedad es debida a un descuido o a una omisión respecto de los
poderes infernales que son también parte de lo sagrado.

En los próximos días, Aguarapire fue a su casa para


continuar con una siguiente ceremonia de sanación. Estuvo
puntualmente, un martes a las 5 de la tarde mientras Mónica llegó
unos minutos más tarde un tanto agitada por las interminables tareas
laborales. Ya tenía las hierbas indicadas y la infusión preparada.
Aguarapire la sorprende: “Hay que conseguir Diente de León”.
Mónica vive en una zona urbana, y en lo que se refiere a diseño
urbano, aún prevalecen árboles y plantas por estar cercana

343
al río Luján. Salieron a buscar a la hierba faltante Taraxacum
officinale, comúnmente conocida como "Diente de León", "Achicoria
salvaje" o "Amargón". Fueron a una plaza cercana, sin éxito por estar
ésta prácticamente cubierta de cemento. Cuando deciden ir al río,
camino a él Aguarapire encontró a la hierba tímidamente asomando
al pie de un árbol con escaso cuadrante de tierra, sobreviviendo
rodeada de cemento.
Volviendo a casa, Aguarapire le pregunta:
­¿Consiguió el alcohol?
­No… ¿alcohol?
­Sí.
­Allá hay una farmacia.
Caminan. Mónica está entrando a la farmacia y Aguarapire agrega:
­ ¿Le dije Bayaspirinas y alcanfor?
­ No.
­ También eso… y cinta hipoalergénica.

Mónica entró por los elementos a la vez que se preguntaba


si esto funcionaría. El prejuicio de la improvisación la invadió por
un momento que alejó sacudiendo su cabeza, y al salir con las cosas
en la mano apostó a que funcionaría por prevalecer un no sé qué,
que qué se yo… explorar lo urbano con un cacique oriundo de la
selva… protagonista de Nuestros Paisanos los Indios… se sentía
afortunada por la compañía de Entremundos ¡estaba viviendo una
realidad imaginada!

Aguarapire se dispuso a preparar un ungüento con miel,


que trabajó con las hojas de Diente de León y luego en la
ceremonia las aplicó sobre el estómago. Hizo un preparado con el
alcohol, alcanfor, aspirinas y soplos energéticos de tabaco
mientras susurraba ícaros. Ese alcohol debía aplicarlo por su

344
vientre y boca del estómago. Dibujar círculos con esencia de menta
para un lado y otro, en derredor al ombligo; y luego oprimir con
cierta fuerza el interior del mismo. Hacer seis respiraciones
profundas oliendo a la esencia de menta por cada una de las fosas
nasales. Durante todo el tratamiento, continuó dándole impresión
presionar el ombligo.

Ella estuvo sentada, mientras Aguarapire cantó ícaros


acompañados con el palo de agua –que, según él dice, es su
tomógrafo computarizado­ y pesuñas de cabra de alta montaña.
Mónica se concentró en la vibración del sonido y así colaboró en la
sanación. Ese sonido, poco a poco pasó a ser olas que daban contra
su campo energético, estimulándolo en algunos puntos,
cicatrizando en otros, removiendo angustia y liberando dolor.
Esa noche, durmió muy bien después de largo tiempo de no
poder hacerlo.
Aguarapire le da a Mónica estas instrucciones:

345
Hierbas para el tratamiento Instrucciones para preparar la hierba
* Pasionaria (Passiflora
Hervir 2 ¼ de litro de agua, cuando
caerulea Familia
llega al punto de hervor;
Passifloraceae), para calmar.
Añadir una cucharada sopera de
* Hierba de San Juan
cada una de las hierbas y revolver tres
(Hypericum perforatum
veces para la izquierda y tres veces
Familia Hypericaceae), para
para la derecha con una cuchara de
santiguar.
madera.
* Esencia u óleo de menta,
Tapar la olla y dejar reposar 15
para liberar a la energía.
minutos.
Otros remedios Luego tamizar.
Tomar una taza de te caliente en
1 planta de Diente de León ayunas y otra antes de dormir.
(Taraxacum officinale
Familia Asteraceae), para Realizar la toma durante 24 días
desintoxicar. consecutivos.
500 cm3 de alcohol fino, Descansar 5 días
4 pastillas de alcanfor, Retomar 12 días
1 tableta de Bayaspirinas, Descansar 5 días
1 pote de Vick vaporub, Por último, retomar 6 días.
50 grs. de miel orgánica, El tratamiento duró 52 días y la toma
Cinta hipoalergénica de la infusión 42 días.

Advertencia: No se automedique, consulte a su médico sanador.

346
Al quinto día de la toma, Mónica debía escribirle y contarle
cómo estaba: “(…) En general estoy bien, prácticamente sin dolores.
Si bien mi estado anímico ha mejorado, todavía con algunos enojos,
que bla, bla, neurosis, bla, bla, histeria, bla, bla... Continúo con la
aplicación del alcohol y las esencias y, retomé actividades físicas
más ejercicios energéticos, bla, bla, miedos, bla, bla…”. Aguarapire
sentía que a veces Mónica era insoportablemente perseverante.

En los días siguientes, continuó con la toma y alrededor del


vigésimo día empezó a sentir “sensaciones extrañas”. Estuvo 48 hs.
andando sin descanso. No era la primera vez que atravesaba largas
jornadas de actividad intensa hasta no dormir al ver terminada la
tarea. Pero en ese caso, al llegar la noche quiso conciliar el sueño
sin poder conseguirlo. Se dispuso a pasar la noche en desvelo como
tantas anteriores, suponiendo que el día siguiente estaría baja de energías.
No fue así, pudo andar como si hubiera dormido profundamente.
Una noche la dibujó como un infierno. Eran constantes
sobresaltos de calor intenso en su organismo, seguido por frío gélido
haciéndola estremecer durante minutos en escalofríos intensos, para
luego volver el calor, acompañado de un sentimiento de enojo
profundo que por instantes pasaba a ser ira. Y vuelta el frío helado
invadiéndola de miedos e imágenes aterradoras. En la oscuridad de la
habitación veía rayos rojos luminosos electrizantes que se golpeaban
contra las paredes y techo.
Pasadas esas 48 hs. pudo dormir en la tercera noche. Al día
siguiente volvió a experimentar un ritmo de 48 hs otra vez igual al
anterior. Con la diferencia de que esa noche le fue insoportable, con
taquicardia, boca del estómago cerrado, dificultad para respirar. De
su ombligo salía un olor fuerte, ácido, enfermo; el mismo olor que
expelía cuando adolescente. No logró conciliar el sueño.
A la mañana siguiente fue a trabajar. Sentía ondular su andar,
liviana, fatigada y despierta. No pudo probar bocado alguno durante

347
todo el día y poco líquido le fue posible tomar. Llamó a Aguarapire con
la esperanza de que estuviera en Buenos Aires e ir a verlo. Estaba. Desde
su lugar de trabajo hasta donde él atiende tenía alrededor de dos horas
y media de viaje, dependiendo del transporte público. Sintió pánico en ir
sola, creía que no llegaría por temor a desmayarse. Pidió compañía a un
amigo, pero a él se le dificultaba acompañarla esa tarde. Decidió ir sola.
Llegó a destino y se hizo una tercera ceremonia de sanación.
Como en la primera, trabajó sobre el centro energético de la zona
umbilical desenredando la madeja de hilos brillantes. Desde su espalda
salían llamas de fuego. Finalizada la ceremonia, se sintió aturdida y a la
vez aliviada. Se hubiese echado a dormir de no ser que tenía otras dos
horas y media de vuelta a casa.
Esa noche pudo descansar, como así también las que
siguieron. Y a partir de esa ceremonia, comenzó a regularizar su
sueño y pasó a ser raro tener insomnio.
Continúo con la toma de las hierbas por 14 días más y su
semblante cobró vitalidad. El color y aspecto de piel mejoró. Su
abdomen se relajó. Sus ciclos menstruales se regularizaron.
Tuvo una tercera visita, diríamos de control. Según Aguarapire,
en su mirada había más brillo, experimenta ahora la sensación de
apetito y ya no le impresiona tocar a su ombligo. Su ser está menos
aturdido por el ruido y agresiones externas. Captó a la energía que le
beneficia sintonizando en ella y está más desligada de la queja o
problema de ella misma y del otro.
Entidades a las que hace tiempo atrás percibía pegada a ella,
comenzaron a desprenderse. Mecanismos de raciocinio fueron
modificados, por un presente con un campo de alternativas más
amplios que reafirmaba la credibilidad en sí misma.
Afianzándose en ese aspecto, pudo resolver situaciones
laborales y profesionales, acercamiento familiar y, por sobre todo,
comenzó la apertura de su corazón hacia un sentimiento amoroso
para con ella misma.

348
Efectos de las ceremonias de sanación más la toma
de plantas
Lo que produjo la planta fue que al entrar su biología y
energía al torrente sanguíneo, provocó calor de fuego en
combinación con el frío de hielo para quitar lo tóxico. Esta energía y
química de la planta, trabajando en dilatar y contraer al organismo,
llegó hasta el ADN vía torrente sanguíneo, limpiando y por tanto
modificando la información que se había grabado en el impacto de
recibir al susto. Ese programa ya no estaba en su ADN, por lo tanto,
había logrado un cambio biológico y energético. El programa se
había grabado en su banda umbilical y lumbar. Siempre se graba en
algún punto energético fundamental para nuestro funcionamiento
biológico y espiritual: en la cabeza, corazón, ombligo o zona
lumbar. En el lugar donde estaba en Mónica, le quitaba fuerzas para
su movilidad de piernas y cerrando la boca del estómago no
permitiéndole alimentarse, por lo tanto, carecía de energía.

Meses después, Mónica identificó en sueños los momentos


exactos en que se produjeron esos dos pánicos, viendo que uno de
ellos fue por motivos ajenos a ella, en una situación en la que no
estaba involucrada pero que le afectó percibirla. Se dio cuenta
también que seis años antes, inconscientemente pintó en un cuadro
aquella mirada de niña aterrada de 2 años, cargado de violetas
intensos esfumados en la negrura del pánico. El segundo,
claramente revivió el momento y personas relacionadas a tal
situación, días después de una ceremonia de Ayahuasca, dándose
cuenta de que se trató de opiniones y estilos de vidas antagónicos al
suyo, por lo que ella tomaba por otro camino.

En el desarrollo de las plantas encontramos afinidad con las


necesidades del animal humano.

349
Ayahuasca
Cuando un niño nace, una Palabra encuentra su lugar8

Para Mónica el conocimiento académico de las plantas es una


definición de métodos válido para afianzar la práctica. También tiene
en cuenta otra mirada que se ajusta a conocimiento basado en la
experiencia y observación/sentimiento de y hacia los hechos.
A esa altura ella creía que la Pasionaria fue quien la llevó
al encuentro con la Ayahuasca.

Encuentro
Luego de sentir a la Pasionaria, comenzó a leer y a
interiorizarse sobre lo que se sabe de ella. Así se enteró que, al igual
que la Passiflora, la Banisteriopsis caapi contiene las b­carbonillas
inhibidoras del MAO (monoamino oxidasas).
Sobre el final de la primavera del 2013, decidió ir por
primera vez a una ceremonia de Ayahuasca.
La bebida se prepara en general con Banisteriopsis caapi y
Psychotria viridis (Chacruna). Ayahuasca es un término quechua que
significa Soga del ahorcado o Enredadera del alma. Usada para la
liberación del alma, la que viaja libremente fuera del confinamiento
del cuerpo y regresa a él a voluntad. La libertad en ese vuelo depende
del dominio de nuestro ego. Es necesario dejarlo de lado, dejar caer
nuestras máscaras. Una vez que se logra entender nuestro origen, que
vemos y entendemos la película de nuestra vida hasta llegar al útero
y más atrás, a nuestros antepasados, aceptando y perdonando,
disolvemos en el transcurso de la ceremonia a nuestro ego. La
importancia de esta disolución es para dejar tranquila a nuestra
mente, ella no es necesaria en la ceremonia. El protagonista es el
corazón, quien también tiene sus neuronas9, por lo que hay
sentimiento profundo y conexión con nuestra realidad más real.

350
Fue a Paraná, Entre Ríos, sin conocer la ciudad ni a los
dueños de casa, Estela y Francisco. Solo con referencias de Carlos y
Aguarapire. En ningún momento sintió desconfianza.
Simpatizó con el modo impreciso de las personas del interior
al dar indicaciones al viajero: “Siga por allá y lo va a encontrar”. El
allá era un camino que iba por ahí. Sacó boleto para un ómnibus y a
último momento se enteró de que viajaba en otro. Así, espontáneo, el
viaje le resultó sincronizado.
Estela y Francisco ­Jaguarete Pora­, la recibieron afectuosamente.
Esta pareja brindaba su corazón y su nido a quién iba a visitarlos
buscando sanar el alma. Compartió mate en una ronda numerosa de
personas, todas con sus conflictos propios, todas con buen trato.
Jaguarete Pora, “el verdadero y bello conocimiento natural”,
como nombre ya hablado en el espíritu de su nacimiento hace 62
años, reconocido y reasumido desde una ceremonia ancestral. Treinta
y cinco años de trabajar con la palabra­alma que es el hombre, treinta
y cinco de transitar despacio el camino del jaguareté, recuperando las
antiguas tradiciones de sus cuatro abuelos de sangre guaraní y 15
años de caminar junto a Estela.
Cuando los ancestros aborígenes de Jaguarete, hablaban de
dieta hacían referencia a cumplir una relación con una planta
maestra, de la cual se quería aprender. La dieta implicaba mucho más
que abstenerse de consumir determinadas sustancias o no hacer
determinadas actividades en el plano físico. Era un estado de
purificación, de retiro, de reflexión, de meditación, de compromiso,
de respeto, de conexión con el todo. No solo se limitaba o estaba
contenida en el plano físico, sino que también se transfería el
conocimiento a través de los sueños, aunque no se estuviera
consciente de ello. En el mundo de la dieta era tan real el “sueño”
como la realidad. Ese enfoque tenía los seis días de dieta y las
ceremonias practicadas en ese plazo.

351
La intención
En las primeras ceremonias, Mónica selló lo sanado
anteriormente. Sobrellevar su dualidad fue parte de un proceso de
profundización de separación de su espíritu con el origen. Por
tanto, aceptó la existencia y práctica de la dualidad
complementándola en sus partes, casi irónicamente, hasta poco a
poco lograr congruencia.
Cuando tuvo el primer contacto con la Ayahuasca, tan solo
sabía que otorgaba conocimiento a quien estuviera preparado a
recibirlo, para la cosmovisión originaria era la Abuelita Sabia. Tuvo
una primera entrevista con Yaguareté Pora, quien le sugirió que no se
informe más sobre la planta. Ella se manifestará en ella. Así lo hizo.
¿Qué pensaba y sentía física y emocionalmente antes de la
ceremonia? ¿Cuál era la intención?, esto activará combinaciones
químicas y es lo que le va a permitir registrar ciertos datos de la
información que ya vio. Esto suponía antes de experimentar la
ceremonia. En parte fue así, el inconsciente se vuelve conciente. Pero
otra información, también le llegó de la red que no le era propia.

La Ayahuasca le produjo percepción aguda en torno a la


intención que quiso laborar. La experiencia de cada ceremonia es
siempre diferente y esta planta sagrada sabía qué información ella
necesitaba recibir. O lo que es lo mismo decir, dependiendo de la
intención, predisposición emocional y nivel de intoxicación física y
mental, ella actuaba por el beneficio de las partes. Cabe destacar que
es sumamente importante la participación del chamán, tanto en la
preparación de la Ayahuasca como en la ceremonia. Sin su magia­
energía, no habría manifestación… o se transita un camino más
largo, de incertidumbre ante lo experimentado con el riesgo de caer
en las tinieblas de la confusión.

352
Limpieza
Experimentar la muerte. Renacer.
El mareo y nauseas se hicieron esperar, para dejar paso a
un estado profundo de relajación. Apareció la culpa. Palpó este
negocio psicópata que no le daba ganancias, lo desgranó y
disolvió hasta evaporarlo. Llegaron las nauseas y vomitó culpas.
Discernir lo que fue su vida y a partir de ahí, en la
experiencia espiritual revivió la situación, con el juego de
picardía que tiene la memoria y las trampas de los recuerdos, en
una versión en la que le es sanadora y transformadora en lo que
está sintiendo en el aquí y ahora. El protagonista de ese juego
fue el perdón.
Profesiones, perfiles, características físicas, mentales y
emocionales.
Cada uno de los personajes (ego), con su recorrido y
formas. Los personajes que se combinaban se colocaron en el rol
de “observador”. Los colores se combinaron. En el camino de una
mujer argentina, aparecieron personajes de diferentes culturas
latinoamericanas, europeas, hindúes y gitanos, quienes le
compartieron algunos de sus conocimientos. En algún momento
se produce una combinación entre los personajes y ella era el
eslabón que unía algunas experiencias desde diferentes caminos;
en otro momento se produjo la combinación sólo entre los
personajes. Esta serie de combinaciones produjo una nueva
combinación: la americana.

Una realidad
Está aquí y ahora proyectándose en su pasado y dándose
cuenta, que lo que Es, es una con su pasado en un estadio diferente
de conciencia, con actitud observadora. Observaba la situación, lo

353
que le daba entendimiento. Cuando entiende, modifica su pasado y su
presente, se modifica imprimiéndose en ella, en su ADN, en su espacio,
en su entorno. Y así se ampliaba el abanico de probabilidades “de”.

Estaba aprehendiendo un lenguaje donde los preconceptos y


prejuicios no intervenían en la fluidez del aprendizaje de la
comunicación y en la interpretación de la experiencia. Luego de una
ceremonia, pasado unos días, estaba en su casa pintando a un niño
urbano, tomando distancia del dibujo suponía que era necesario darle
más luz al pecho… Dispuso el dibujo sobre la mesa, aún no del todo
convencida de lo que iba a hacer, hasta que su gato en un salto
estuvo sobre la mesa y extendió su pata señalando y tocando el pecho
del niño, para seguidamente quitarla y quedarse en posición de
vaquita, echado al lado del dibujo y mirándola con el gesto – ¡dale! ­
Para interpretar esta situación de cómo un compañero de diferente

354
especie compartía la toma de decisión, tuvo que librarse de prejuicios
y conceptos establecidos en un método y/o lenguaje de comunicación
e interpretación del mensaje.

Laboratorio
Energías que no le eran propias, pegadas como parásitos, se
retiraban con caras espantosas, le provocaron risa, las despidió con el
mejor de los afectos.
Vomitó otra vez.
Vacía físicamente, y totalmente relajada, pasaba a estar en un
laboratorio. No estaba sola, una energía blanca la rodeaba y
recomponía su cuerpo energético. Sintió cada intervención tal que
hilos eléctricos desenredándose, tensando otros. Reconoció el fluir de
esa energía en su físico dándole vigor. Movimientos de distensión
involuntarios de músculos, tendones, vísceras y gorgoteos de fluidos,
hacían que se sintiera más viva.
Mujer golpeada.
Revivió aquel hecho de la
adolescencia. Durante la
ceremonia, volvió a
experimentar el movimiento
interno que produjo en su
cabeza el impacto de aquella
mano sobre la mejilla izquierda, Laboratorio. 2013
pero al revés. De fin a inicio.
Color esmeralda. Todo volvió a estar en su lugar barriendo el dolor y
expulsándolo por su oído izquierdo encapsulado en un corchito de cera.
Sobrevoló lugares que no reconoció, quedaron grabadas
fotografías mentales que, meses después, descubrió en documentales
en otro lado del mundo.
Hubo un embotellamiento en aquellas pistas astrales, y

355
accedió por una vía que le presentó tumbas, placas sobre portadas de
nichos con nombres ilegibles. Cuando se preguntó qué hacía ahí, dejó
de andar por ese carril. Luego de esa ceremonia, al compartir con
compañeros, se dio cuenta de que estuvo junto a un joven que estaba
sentado en frente, quien lloraba la reciente partida de su madre.
Creyó que estas
situaciones pasaban, por
eso repitió sobre la
importancia de quiénes
eran los directores de la
ceremonia, quiénes con
su experiencia y
sensibilidad, eran los
Laboratorio. 2013 que orientaban a los
participantes para que se
identifique el trabajo personal y el colectivo.

La nave
Tener literalmente la sensación de ser manipulada por
fuerzas metafísicas como marioneta comenzó a manifestársele a
Mónica en el año 2000 después de un fuerte episodio epiléptico. No
se le borrará el momento de aquella tarde, en el departamento que
era su vivienda, en un piso 14 del barrio Paternal en Buenos Aires.
Si como seres humanos podemos crear máquinas y
programarles acciones para que realicen a nuestra voluntad, ¿será
que somos una creación genética de alguna especie?
Al principio de la ceremonia todo era dolor, rostros de
personas irreconocibles de sufrimiento, violencia, tinieblas. El tránsito
por la tercera guerra mundial. Un tanto molesta, su conciencia le dijo:
“Usá el libre albedrío, podés seguir aquí o cambiar el rumbo”.
Cayendo en cuenta que lo más próximo a su alcance era trabajar su
paz interior, decidió cambiar el rumbo.

356
Se vio en el espacio azul noche, con infinita cantidad de
estrellas, no se alejó demasiado de la Tierra. Sobre ella vio una nave
maestra con forma de elipse, formando redondez con pétalos
triangulares metálicos color gris. Comenzaron a pasar secuencias de
imágenes de los planos de construcción de aquella nave. La
sensación con aquella comprensión inmediata y directa, fue de
hallarse frente a una civilización avanzada energética­
tecnológicamente. Ni buenos ni malos. Como es arriba es abajo.
Otra forma de Ser. Superiores por manejo de tecnología, pero a
nivel Cósmico, en parte sigue siendo como la nuestra en su
densidad por la necesidad de recursos minerales de los planetas
para su desarrollo.

20­20. 2020.
Simplemente aparecieron estos números. Al 20­20, no habrá
excusas para negar la existencia de esa civilización, ni para justificar
“por qué” o “para qué”. Con esta nueva certeza, posiblemente la
Humanidad deje de distraerse con asuntos superfluos tales como las
diferencias raciales, religiosas, culturales, de formas, ansia de
posesión y deficiente administración de recursos terrestres de toda
índole, todos temas demodé. Lo que implicaría remedio para guerras
mentirosas y absurdas, un tanto más de cohesión congruente entre
los seres vivos. Una propuesta de relativa unión.

A la mañana siguiente cuando, con el desayuno, los


participantes compartieron su vivencia, Mónica no pudo hablar. No
terminaba de salir de su sorpresa y dudaba si su ego le había jugado
una broma. Al finalizar el día, cuando el sol estaba rozando los
cañaverales que rodeaban a la quinta y las chicharras estaban calmas,
compartiendo un mate y sentados bajo un níspero, Mónica conversó
con Yaguareté. Él también los había visto.

357
El regalo del rapé
Sobre el final de la ceremonia, llegó el rapé. Le
descongestionó el lado derecho del cerebro. Piedras que se movían
abriéndole paso a una nueva energía. Los rostros sonrientes de
Francisco, Estela y del compañero Nazareno. Ella también riendo.
Casi quemando, el rapé surcó la huella por donde ingresaron
oxígeno y energía desde las fosas nasales pasando por la coronilla
hasta llegar a la nuca. Sus ojos grandes. Más risas. Sensación de
vómito. Vomitó parásitos. Mareo profundo. Tomó consciencia que lo
que le estaba pasando era exactamente igual al inicio de un
episodio epiléptico, sin poder evitar salir a trocar aquella bocanada
de tabaco por una de aire fresco. Como los deportistas, necesitaba
cambiar de aire. En todo momento era consciente de lo que estaba
experimentando. Sabía que no se podía salir del lugar ceremonial
por no corresponder con los códigos ceremoniales. Le pidió a Estela
su compañía y diciéndole:
­No te preocupes, yo te cuido ­y salieron.
Y llegaron los fractales, sobre un fondo negro se dibujaban
color lilas, fucsias, rojos… para pasar a ser verdes, esmeraldas y
azules. De ellas nacían los fractales. Mónica extendió su mano y
dibujando un semicírculo aseguró: “Todo está limpio”. Y no dejaba
de repetir: “Es hermoso”.
Había experimentado una situación parecida con otras
técnicas para llegar a estados de conciencia no ordinarios, pero no
de manera tan nítida y contundente. Y con un trabajo diferente,
más liviano por ser en colectivo, en compañía de personas con las
que estuvo cómoda, agradeció el regalo de esta película tecnicolor.
La experiencia le había permitido sentir y ver el vaivén energético
que emana del corazón humano.

358
Citas

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(otra dimensión) 28/09/2013.

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371
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Encuentro 2015.

373
Encuentro octubre 2015

30­09­2015 en FILO. Autor desconocido.

374
Carlos Martínez Sarasola. Cerro Uritorco 2015.
Fotografía de Roxana María Tornese.

375
Carlos Martínez Sarasola (1949­2018).
Fotografía de Roxana María Tornese. 2015.

Fotografía de Roxana María Tornese. 2015.

376
377
Este libro se publicó digitalmente en julio 2019 en el sitio web
www.todossomosuno.com.ar/entremundos,
por el grupo Entremundos 2011­2016.

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