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SUCESIÓN TESTAMENTARIA

El principio que rige el contenido del testamento es la "plena libertad de testar", que
implica que el testador puede nombrar a los herederos que quiera, siempre y cuando
tengan personalidad y sean "identificables". En

Límites a la libertad de testar: el único expresamente determinado por nuestra ley es el


de las OBLIGACIONES ALIMENTICIAS QUE HAYA QUE PAGAR, esas se separan de
la masa patrimonial para pagarlas.

La adquisición de la herencia requiere la aceptación por parte del heredero. Esto sirve
tanto para la sucesión intestada como para la testamentaria. La sucesión testamentaria
corresponde cuando media testamento válido de acuerdo con las formalidades de ley.

NOTA: la ley exige que la persona que tenga en su poder un testamento TIENE el deber
de presentarlo ante al juez competente (o notario hábil), tan pronto conozca de la muerte
del testador. Si se refiere a un testamento en donde existe acuerdo de todos los
herederos, se podrá entregar al notario que ellos mismos designen para la formación o
el inicio de un proceso sucesorio extrajudicial.

Se le denomina JUNTA DE HEREDEROS, cuando se reúnen y se convocan a los


interesados para dar lectura al testamento, y es el momento en donde se manifiesta la
ACEPTACIÓN (si hay necesidad de nombrar un albacea testamentario = administrador),
es éste el momento en que se hace el nombramiento.
Una consulta muy frecuente, es si el heredero puede presentarse por escrito, exponiendo
su declaración, y la respuesta es SI.

Si el proceso continúa sin ninguna oposición, dentro de los tres días hábiles a la junta, el
juez reconoce como herederos y legatarios, en su caso, a las personas que están
nombradas.
Existe la posibilidad de alguien IMPUGNE la validez del testamento o la "capacidad legal"
de algún heredero o legatario (legatario es la persona que recibe un bien en particular),
en este caso la CONTROVERSIA deberá discutirse en JUICIO ORDINARIO (tomar nota:
conlleva muchísimo tiempo).

LA HERENCIA.

La herencia, representa el conjunto de derechos y deberes que por la muerte de una


persona se transmite a los sucesores. El término herencia se emplea también, en una
acepción más restringida, para designar el resultado económico que adquiere el sucesor
después de que hayan sido pagadas las deudas del causante. A este conjunto
patrimonial se le llama también: haber hereditario.

La acepción amplia, sin duda la más propia, quiere manifestar que el derecho presta al
conjunto de relaciones activas y pasivas que han quedado vacantes por la muerte de su
titular el tratamiento de una cierta unidad patrimonial, a fin de que se pueda hacer efectiva
sobre los bienes que la componen la responsabilidad por las deudas que también en ella
se integran.

En este sentido puede afirmarse que los bienes relictos están, en primer lugar, afectos
al pago de las obligaciones relictas y sólo en segundo lugar destinados a engrosar el
patrimonio de los herederos y legatarios.

Forman parte de la herencia todos los derechos patrimoniales, así como las deudas que
pertenecieron al causante, pero también las acciones de reparación de daños referidos
al honor, libertad e integridad física del causante, el ejercicio de algunos derechos
morales de la propiedad intelectual y ciertos derechos que aún siendo personalísimos
mantienen efectos reflejos que no se extinguen con la muerte de su titular.

La herencia se denomina yacente cuando está ya diferida, pero aún no ha sido aceptada
por el heredero.
Se denomina herencia aceptada cuando el heredero ha expresado su voluntad de
hacerla suya, y vacante, cuando ha sido renunciada por la persona que tuviese derecho
a ella.

HEREDERO

Es el sujeto que va a suceder al fallecido, tanto en los bienes y derechos (activo


patrimonial), como en las deudas (pasivo patrimonial) o cargas de la herencia. Es decir,
quien sucede a título universal en todas las relaciones jurídicas transmisibles que deja
vacantes el difunto.

Una persona puede ser llamada a la herencia en virtud de testamento o contrato


sucesorio, o bien por la ley, a falta de voluntad expresada de una forma válida por el
causante.

El llamado derecho a la herencia adquiere su sentido en el momento mismo de fallecer


el causante, puede aceptarla o repudiarla. Si la acepta, los efectos de tal aceptación se
entienden por la ley producidos desde el momento mismo de la muerte del causante; si
repudia el llamamiento se le considera (al heredero nombrado) como si no hubiese sido
convocado.

DEFINICIÓN LEGAL DE TESTAMENTO

El Artículo 935 del Código Civil establece: "El testamento es un acto puramente personal
y de carácter revocable, por el cual una persona dispone del todo o de parte de sus
bienes, para después de su muerte".

DEFINICIÓN DOCTRINARIA DE TESTAMENTO

El testamento es una declaración unilateral de última voluntad, personalísima, unilateral,


revocable, formal y solemne mediante la cual una persona ordena su sucesión mortis
causa, es decir, dispone de sus bienes después de su muerte.
Asimismo, puede ejercitar derechos no patrimoniales y efectuar el cumplimiento de
determinadas obligaciones, además el testador tiene la facultad de constituir fideicomiso.

El testamento es: ‘’Declaración de última voluntad, en principio por escrito y con


excepcional validez de palabra, de carácter patrimonial y acerca de otras cuestiones:
reconocimientos filiales, nombramientos de tutor, revelaciones o confesiones, y normas
funerarias, algunas de la trascendencia de la concerniente a la cremación del cadáver’’.

El testamento es un acto formal y solemne por el cual una persona declara su última
voluntad disponiendo de todos sus bienes o de parte de ellos y ordenando cuantas
cuestiones familiares y personales deban ser atendidas tras su muerte.

CARACTERÍSTICAS DEL TESTAMENTO

ES UN ACTO JURÍDICO

Esta característica se deduce de la lectura del Artículo 935 del Código Civil, por cuanto
el testamento se otorga en contemplación al hecho de la muerte y para desplegar efectos
después de ella.

UNILATERAL

En el Código Civil la voluntad testamentaria tiene que ser estrictamente individual, siendo
realizado el testamento solamente por el testador, sin que esté permitido que dos o mas
personas testen simultáneamente, es decir en el mismo acto.

A diferencia del contrato, el testamento es un negocio unilateral. No concurren dos


partes, sino meramente el testador, para otorgarlo, cuya única voluntad crea el
testamento. El testamento contiene, pues, únicamente la voluntad de su autor, el
testador, permaneciendo ajeno al mismo toda la idea de acuerdo de voluntades, a
diferencia de lo que ocurre en los pactos o contratos sucesorios.
La voluntad del testador, declarada en testamento, se basa por sí para crearlo, siendo el
testamento un acto perfecto desde el instante en que esa voluntad se emite, con las
formalidades requeridas por la ley.

Y aun cuando en la mayoría de las modalidades testamentarias se requiere la


participación de otras personas (notario, testigos), no actúan como destinatarios de la
declaración de voluntad, ni tampoco son destinatarios cuyo conocimiento sea requerido,
los beneficiados por la sucesión; tales beneficiarios deberán en su caso aceptar la
designación como acto jurídico distinto del testamento. Por ello, el testamento es un acto
unilateral no recepticio, surtiendo efectos con independencia de que sea o no conocido
por esas personas.

FORMAL

El testamento está llamado a regir el destino de la sucesión cuando su autor, ya haya


fallecido, por lo que en el momento de apertura de la sucesión no cabe acudir al autor
para que precise el alcance de sus determinaciones. Siendo, por otro lado, acto
unilateral, se hace necesario establecer unos requisitos formales en el negocio
testamentario, que entre otras, que cumplan la función de dejar constancia, lo menos
dudosa posible del otorgamiento del testamento.

La voluntad testamentaria puede otorgar derechos, imponer obligaciones y cargas, a los


sucesores, quienes quedan sometidos a las reglas establecidas en el testamento; motivo
que aconseja también dotar de fijeza a la voluntad del testador, forzándolo a declarar su
voluntad de forma solemne.

SOLEMNE

Ya que únicamente produce efectos jurídicos cuando se está realizando en la forma y


manera prescrita de modo inexcusable por el legislador. Este criterio de solemnidad tan
general en la doctrina y en los códigos se observa también en nuestro Código Civil al
determinar en su Artículo 977 que será nulo el testamento en cuyo otorgamiento no se
hayan observado las solemnidades respectivas.

PERSONALÍSIMO

Además de ser de una sola persona, el testamento es un acto personalísimo


prohibiéndose la intervención de terceras personas, distintas del testador, para integrar
el negocio testamentario.

No se prohíbe la intervención de terceros con fines de asesoramiento, tampoco se impide


que se encomiende a terceros la ejecución de voluntad expresada en el 38testamento o
la realización de ciertos actos establecidos por el testador (albacea, contador-partidor).

Lo que se prohíbe es que la voluntad de una persona distinta del testador integre la
voluntad, contribuya a determinar las reglas que deben regir la sucesión, esto es, el poder
para testar, mediante la designación de comisario o mandatario.

REVOCABLE

El testamento es el acto de última voluntad del testador, mediante el cual él mismo


ordena su sucesión mortis causa. Pero para que fuera realmente acto que contuviere la
última voluntad, sería indispensable recabar del moribundo su voluntad sucesoria.
Cuando se indica que el testamento es un acto de última voluntad, lo que se quiere
indicar es que en vida del testador, éste puede variar su voluntad a su criterio hasta el
último momento de su vida.

Esta revocabilidad esencial del testamento supone pues que el testador es libre para
revocar su testamento abierto. Libertad que es además irrenunciable e ilimitable, ni por
tercero, ni por el propio testador.
CAPACIDAD PARA TESTAR

El testamento como acto de voluntad requiere que su autor posea la aptitud natural de
inteligencia y voluntad, suficiente como para realizar un acto libre y consciente.

Por eso no todos los seres humanos poseen capacidad para testar, en la medida en que
se hallen naturalmente impedidos para realizar el acto de voluntad que el testamento es.
En este punto el Artículo 934 del Código Civil establece una regla general: ’’Toda persona
capaz civilmente puede disponer de sus bienes por medio de testamento a favor de
cualquiera que no tenga incapacidad o prohibición legal para heredar’’.

El notario autorizante, en los testamentos notariales, tiene deber de cerciorarse del


estado de capacidad natural del testador, como se desprende del Artículo 42 del Código
de Notariado.

El juicio favorable de capacidad emitido por el Notario viene a reforzar la general


presunción de capacidad. Esta apreciación se extiende tanto a la edad necesaria para
testar como al hecho de hallarse el testador en su cabal juicio, en el momento de su
otorgamiento.

LIMITES DE LA LIBERTAD DE TESTAR

En Guatemala la única limitación a testar es la de alimentos según lo establece el Artículo


936 del Código Civil: la libertad de testar sólo tiene por límite el derecho que algunas
personas tienen a ser alimentadas.

INCAPACIDAD PARA TESTAR

La incapacidad es el hecho por el cual una persona no es apta para otorgar testamento,
es decir, no puede testar.

Mientras tanto la capacidad es cuando al testador le asiste el derecho de dejar sus


bienes, por medio de testamento a las personas que él manifiesta aptas para suceder.
Toda persona capaz civilmente puede disponer de sus bienes por medio de testamento
a favor de cualquiera que no tenga incapacidad o prohibición para heredar. El Artículo
945 inciso 3o. del Código Civil Establece: El que sin estar bajo interdicción no gozare de
sus facultades intelectuales y volitivas, por cualquier causa, en el momento de testar.

En este sentido el que no esté en su capacidad volitiva y mental no puede testar, por el
hecho de no comprender lo que pueda firmar y por la razón de no estar consciente de
sus actos. Cuando la persona no se encuentra con el pleno conocimiento de causa o en
su facultad mental lúcida no puede otorgar testamento, al igual que cuando la persona
no se encuentra en su capacidad volitiva, es decir, de plena voluntad, no podrá otorgar
testamento, ya que el mismo es anulable si se prueba que el momento de testar no se
encontraba en plena capacidad para otorgar testamento.

CLASES DE TESTAMENTO

La doctrina y la historia del derecho civil presenta varios puntos de vista respecto a las
clases de testamentos, pero llegan al final, a clasificar los testamentos en: comunes y
especiales

SON TESTAMENTOS COMUNES

El abierto y el cerrado

EL TESTAMENTO COMÚN ABIERTO.

El testamento abierto es un testamento público, porque esta hecha la declaración de


voluntad en un documento público y es un instrumento que por la intervención del notario,
tiene plena autenticidad ipso jure. Se llama abierto porque la voluntad del testador es
conocida del notario y de los testigos que presencian el acto.

El testamento es abierto siempre que el testador manifieste su última voluntad en


presencia de las personas que deben autorizar el acto, las cuales quedan así enteradas
de lo dispuesto en el mismo.
El testador puede dictar su testamento entregar minuta o borrador a quien lo autorice,
sean el notario y testigos instrumentales. El testamento abierto se caracteriza por la
intervención del notario, al cual se le manifiesta la voluntad testamentaria, que es escrita
por el notario.

Concurren a su otorgamiento dos testigos, reforzando la solemnidad del testamento, se


requiere la presencia de testigos para asegurar la validez legal del documento o acto
jurídico, como ocurre en los testamentos.

Respecto al testamento abierto, nuestra ley civil es complementada en cuanto a su


otorgamiento, por el Código de Notariado (Decreto número 314 del Congreso de la
República) que en su Artículo 42 hace los siguientes señalamientos:

a) Indicar la hora y el sitio en que se otorga el testamento.

b) La nacionalidad del testador.

c) La presencia de dos testigos que reúnan las calidades que exige la ley.
(instrumentales).

d) Dar fe de la capacidad mental, a juicio del notario.

e) Que el testador exprese por sí mismo su voluntad.

f) Que el testamento se lea clara y distintamente por el testador o la persona que él elija;
y se averigüe al fin de cada cláusula, viendo y oyendo al testador, si lo contenido en ella
es la expresión fiel de su voluntad.

g) Que si el testador no habla el idioma español intervengan dos intérpretes elegidos por
él mismo para que traduzcan sus disposiciones en el acto de expresarlas.

h) Que el testador, los testigos, los intérpretes en su caso y el notario, firmen el


testamento en el mismo acto, y,

i) Que, si el testador no sabe o no puede firmar, ponga su impresión digital y firme por él
un testigo más que deberá reunir las mismas calidades de los testigos instrumentales.
EL TESTAMENTO COMÚN CERRADO

Puede este testamento definirse como aquel que el testador sin revelar su última
voluntad, manifiesta en presencia del notario y de los testigos que han de autenticar el
acto, que aquella se haya contenida en el pliego cerrado y sellado que al efecto presenta.
El escrito por el testador, o por otra persona en su nombre, y que bajo cubierta cerrada
y sellada, que no puede abrirse sin romperse, es autorizado en el sobre escrito por el
notario y los testigos en forma legal.

En el testamento cerrado el testador, sin revelar su última voluntad, declara que ésta se
haya contenida en el pliego que presenta al notario que ha de autorizar el acto. Es un
testamento de contenido secreto y otorgamiento público.

Nuestro Código Civil en el Artículo 959 contempla que en el testamento cerrado se deben
observar las solemnidades pertinentes prescritas para el testamento abierto y además
las siguientes:

a) El papel que contenga el testamento se pondrá dentro de una cubierta cerrada, de


suerte que no puede extraerse aquél sin romper esta;

b) En presencia del notario y los testigos, y los intérpretes en su caso, manifestará el


testador que el pliego que presenta contiene su testamento y si está escrito y firmado por
él o escrito por mano ajena y si, por no poder firmar, lo ha hecho a su ruego otra persona,
cuyo nombre expresará;

c) Sobre la cubierta del testamento extenderá el notario el acta de su otorgamiento, dará


fe de haberse observado las formalidades legales; y

d) Extendida y leída el acta, la firmarán el testador, los testigos, los intérpretes si los
hubiere y la autorizará el notario con su sello y firma.

e) Si el testador no puede firmar, pondrá su impresión digital, y un testigo más, designado


por él mismo, firmará a su ruego.

En el mismo cuerpo legal se establece que no pueden hacer testamento cerrado el ciego
y el que no sepa leer y escribir, según el Artículo 960.
Por otra parte en el Artículo 961 establece que los que no puedan hablar pero sí escribir,
podrán otorgar testamento cerrado, pero tanto el testamento como el acta de la plica
deberán ser escritor y firmados de puño y letra del testador.

TESTAMENTO DEL CIEGO.

“Por su incapacidad visual, de los testamentos comunes, el ciego tiene reconocido


solamente el testamento abierto. […] Como garantía del texto auténtico, o querido por el
testador sin vista, la ley suele establecer el requisito de doble lectura por personas
distintas, a fin de aminorar las posibilidades de confabulación”

Del análisis del Artículo 957 del Decreto-Ley 106, Código Civil, inferimos que el ciego
puede otorgar testamento abierto, conforme a las solemnidades que se observan para
los testamentos comunes; como formalidades adicionales se encuentran: la intervención
de tres testigos –uno más de los dos estipulados para el testamento abierto– y la doble
lectura, en voz alta, del testamento. Textualmente expresa “En el testamento del ciego
debe intervenir un testigo más de los que se requieren para el testamento abierto, será
leído en alta voz dos veces, la primera por el notario autorizante, y la segunda, por uno
de los testigo elegidos al efecto por el testador. Se hará mención especial de esta
circunstancia”.

TESTAMENTO DEL SORDO.

“Se le permite en algunas legislaciones el testamento abierto. […] Requiere, en todo


caso, un borrador y lectura personal ulterior. Para el testamento cerrado se adoptan
precauciones, como estar todo él escrito por el testador, declarar en la cubierta esa
circunstancia y el acta notarial posterior”170. De una interpretación de nuestra normativa
podemos inferir que la persona sorda puede otorgar su testamento tanto en forma
“Abierta” como “Cerrada”; siempre y cuando sepa leer y escribir. Esto porque según el
contenido del Artículo 958 del Decreto-Ley 106, Código Civil “Si un sordo quiere hacer
testamento abierto, deberá leer él mismo en voz inteligible, el instrumento, a presencia
del notario y testigos, lo que se hará constar”. Es decir, la ley presupone que la persona
sorda puede otorgar testamento cerrado, y si deseare otorgar testamento abierto,
entonces deberá leer por sí mismo, en voz clara e inteligible, sus disposiciones
testamentarias frente al notario y los testigos: siendo ésta y no otra la formalidad adicional
de este tipo de testamento común de carácter excepcional. Esto porque ante el silencio
del Código Civil, respecto a estipular un determinado número de testigos que deban
intervenir en el otorgamiento del testamento de la persona sorda, debemos aplicar los
estipulado en el numeral tercero del Artículo 42 del Código de Notariado, Decreto
Número 314 del Congreso de la Republica, debiendo intervenir solamente dos testigos,
requisito normal en los testamentos comunes.

TESTAMENTOS ESPECIALES

“Son llamados también testamentos excepcionales, ya que se encuentran junto a las


formas ordinarias o comunes de testar, e implican modalidades especiales en orden a
las que generalmente se exigen para la manifestación ordinaria de la última voluntad,
dentro de los cuales se regula el testamento del sordo, del ciego y sordomudo que no
sabe o no puede hablar, testamento en peligro de muerte y el testamento en caso de
epidemia.

“Los testamentos excepcionales enfrentan dos elementos para su validez como lo son: -
Su protocolización, que los eleva a escritura pública. - La caducidad de las
manifestaciones de última voluntad si no ocurren los elementos excepcionales que les
caracterizan por lo que siempre es necesaria la declaración oficial para la autorización
definitiva de un testamento de ese tipo”.

En la legislación guatemalteca, específicamente en el Código Civil, se constituyen figuras


especiales del testamento:

Características esenciales.
1. No interviene notario
2. Se da en circunstancias apremiantes
3. Son Temporales

SEGÚN NUESTRA LEGISLACIÓN GUATEMALTECA

los testamentos especiales son los siguientes; Testamento del sordo y del ciego,
testamento militar, testamento marítimo, testamento en lugar incomunicado, testamento
del preso, testamento del extranjero.

Como su nombre lo indica, los testamentos especiales son aquellos en que para su
otorgamiento no se observan todas las formalidades establecidas para los testamentos
en general; y ello es en razón de que no siempre el testador, por circunstancias del
momento, está en posibilidad de otorgar sus disposiciones de última voluntad
ajustándose a las exigencias legales establecidas para los testamentos comunes o tipos,
porque sería injusto negar el ejercicio del derecho a disponer de sus bienes, por medio
del testamento, a las personas que se hallen bajo tales circunstancias.

EL TESTAMENTO MILITAR

El testamento militar, denominado especial por el Código Civil, es en sí una forma


excepcional de otorgar testamento, en vista de que únicamente puede otorgarse cuando
no sea posible efectuarlo en la forma común. “En el Derecho Romano se consideró al
Testamento Militar como un testamento privilegiado, tanto en su forma como en cuanto
a su contenido”187 “Hay que tener presente que esta clase de testamento, tanto en el
derecho romano como en las legislaciones europeas posteriores, se le tenía como una
forma privilegiada de testar. Ahora bien, llegada la época de los códigos civiles, dejo de
ser este un testamento de los “Militares”, para convertirse en un testamento militar, que
puede otorgarse atendiendo a situaciones bélicas que no permiten la forma común”188.
Testamento Militar es el “que se otorga en tiempo de guerra por los militares que se
hallen en una expedición militar, en una plaza sitiada o en un cuartel o guarnición fuera
del territorio de la República. También pueden otorgar este testamento los voluntarios,
rehenes o prisioneros, los cirujanos militares, el cuerpo de intendencia, los capellanes,
los vivanderos, los hombres de ciencia agregados a la expedición y los individuos que
los acompañen, todos los cuales pueden testar ante un oficial que tenga por lo menos el
grado de capitán, ante un intendente del Ejército o ante el auditor general y dos testigos.

Formalidades. Respecto a las personas que pueden otorgar esta clase de testamento, el
Artículo 965 del Código Civil establece: “Los militares en campaña, rehenes, prisioneros
y demás individuos empleado sea del ejército o que sigan a este, podrán otorgar
testamento abierto ante el oficial bajo cuyo mando se encuentren. Es aplicable esta
disposición a los individuos de un ejército que se halle en país extranjero”. Respecto de
las personas ante quienes puede otorgarse el testamento militar, el Artículo 965,
preceptúa tres posibilidades: 1) En campaña, ante el oficial que esté al mando

2) Si el testador estuviere enfermo o herido ante el facultativo que lo asiste, o ante un


oficial de cualquier categoría y

3) Si estuviere en destacamento se otorgará ante el que manda este aunque sea


subalterno193.

Si bien en la doctrina y en legislaciones extranjeras puede otorgarse el Testamento Militar


en las modalidades de testamento abierto o cerrado, en Guatemala, de conformidad con
el Artículo 965 únicamente se estipula la modalidad de testamento abierto. Debiendo
cumplir con los mismos formalismos que están estipulados para el testamento abierto, a
excepción de aquella que establece que debe de estar contenido en escritura pública,
por lo que se debe otorgar ante dos testigos que sepan leer y escribir, quienes han de
estar presentes en el momento de otorgarse el testamento, percibiendo directamente la
manifestación de voluntad del testador. Luego se redactara, leerá y firmara en unidad de
acto, exactamente igual que en los testamentos ordinarios. La parte final del Artículo 965
estipula que “si el testador no pudiere firmar, lo hará por el cualquiera de los dos testigos”;
siendo ésta otra diferencia respecto de los testamentos comunes, ya que en éste caso
no es necesaria la presencia de un testigo más cuando el testador no puede firmar.
Posteriormente a su otorgamiento, el testamento otorgado deberá ser remitido a
autoridad competente; de conformidad con el Artículo 966 del Decreto-Ley 106, Código
Civil, “deberá ser remitido con la brevedad posible al Cuartel General y por éste al
Ministerio de la Defensa”. El testamento cobrará plena eficacia en el momento del
fallecimiento del testador a consecuencia de algunas de las causas que justifican dicho
testamento; al acontecer esto, prescribe el Artículo 966 “el ministro remitirá el testamento
al juez del ultimo domicilio del difunto y, no siéndole conocido, a cualquier Juzgado de
Primera Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala, para que, de oficio,
cite a los herederos y demás interesados en la sucesión”. Las personas interesadas
deberán solicitar ante el juez a quien se remitió el testamento que dicte la resolución
respectiva mandando protocolizar el testamento, entregándolo al notario que designe la
mayoría de herederos o, en su defecto, al que decida el propio juez a fin de que lo
protocolice, de conformidad con lo que para el efecto preceptúa el Artículo 472 Código
Procesal Civil y Mercantil, Decreto-Ley 107.

EL TESTAMENTO MARÍTIMO

Este puede ser abierto o cerrado y lo otorgan quienes vayan a bordo durante un viaje
marítimo, haciéndose dos distinciones:

a) Si es buque de guerra debe ser otorgado ante el contador, en presencia de dos


testigos que sepan leer y escribir, poniendo su visto bueno el comandante del buque.

b) Si es buque mercante autorizará el testamento el capitán, asistiéndose de dos testigos


que tengan las calidades anteriores.

Formalidades. Respecto de las personas que pueden otorgar esta clase de testamento,
de conformidad con el Artículo 967 del Código Civil, podrá otorgar esta modalidad de
testamento cualquier persona, capaz, que vayan a bordo en una nave durante un viaje
marítimo. Respecto de las personas ante quienes puede otorgarse, el mismo Artículo
preceptúa dos posibilidades:

1) si el buque es de guerra, ante el contador o ante quien ejerza sus funciones,


2) si el buque es mercante ante el capitán o el que haga sus veces. En cualquiera de las
dos situaciones, el otorgamiento deberá hacerse en presencia de dos testigos que sepan
leer y escribir, y que vean y entiendan al testador; los cuales se elegirán entre los
pasajeros si los hubiere, “a pesar de que nada dice el Código Civil, considero que si no
hay pasajeros a bordo o habiéndolos no llenan los requisitos requeridos por la ley, los
pueden suplir los componentes de la tripulación del buque”.

En el caso de que se otorgare el testamento marítimo en un buque de guerra, como


requerimiento adicional, según el párrafo segundo del Artículo 967, “El comandante del
buque o el que haga sus veces, pondrá además su visto bueno”; tratándose del
testamento del contador del buque de guerra y/o del capitán del buque mercante, éstos
deberán otorgar su testamento ante la persona que debe sustituirlos en el cargo, quienes
al autorizarlos deberá observar las formalidades descritas en los párrafos precedentes,
de conformidad con el Artículo 968 del Código Civil.

El Artículo 967 estipula que puede otorgarse el Testamento Marítimo en las modalidades
de testamento abierto o cerrado, en cualquiera de las modalidades es nula toda cláusula
que tienda a favorecer a cualquier persona que ejerza autoridad a bordo del buque, salvo
que se trate de un pariente del testador, según lo expresa el Artículo 970 del Código Civil.

En cuanto a formalidades posteriores a su otorgamiento, en el caso específico del


testamento abierto, el Artículo 969 estipula “los testamentos abiertos, hechos en alta mar
serán custodiados por el comandante o por el capitán, y se hará mención de ellos en el
diario de navegación“

TESTAMENTO EN LUGAR INCOMUNICADO

Se puede otorgar ante el juez local auxiliándose de dos testigos que sepan leer y escribir,
quienes se deben encontrar en el lugar motivo de epidemia.

Formalidades. El Artículo 971 del Código Civil, Decreto-Ley 106, que regula el
Testamento en Lugar Incomunicado, indica: “Los que se hallen en lugar incomunicado
por motivo de epidemia, podrán testar ante el juez local y en presencia de dos testigos
que sepan leer y escribir”. Este único Artículo nada regula respecto de la modalidad de
otorgamiento del testamento en referencia, consideramos que puede hacerse tanto en
forma abierta como cerrada. Respecto de las formalidades a realizarse posteriormente
al otorgamiento, ante el silencio de la ley, consideramos que regirán supletoriamente las
mismas reglas observadas para otros testamentos especiales; tras el fallecimiento del
testador el juez ante el cual se otorgó el testamento lo “remitirá al Juez del último domicilio
del difunto. En caso de que éste no fuere conocido y habiéndose otorgado ante Juez de
Paz, deberá remitir el testamento al Juez de Primera Instancia jurisdiccional, para que,
de oficio, cite a los herederos y demás interesados en la sucesión; luego dispondrá lo
relativo a su formalización y protocolación en la forma correspondiente, según el Artículo
477 del Código Procesal Civil y Mercantil, referido anteriormente.

TESTAMENTO DEL PRESO

Puede otorgarse en caso de necesidad ante el jefe de la prisión y pueden ser testigos
los detenidos o presos, siempre que sepan leer y escribir.

Formalidades. Al otorgarse el testamento del preso, se requiere de la asistencia de dos


testigos, al respecto el Artículo 972 del Decreto-Ley 106, Código Civil, señala que a falta
de otras personas podrán serlo “los detenidos o presos, con tal que no sean inhábiles
por otra causa”, estableciendo como único requisito: “que sepan leer y escribir”.

Este único Artículo nada regula respecto de la modalidad de otorgamiento del testamento
en referencia, consideramos que puede hacerse tanto en forma abierta como cerrada.
Respecto de las formalidades a realizarse posteriormente al otorgamiento, ante el
silencio de la ley, consideramos que regirán supletoriamente las mismas reglas
observadas para otros testamentos especiales; tras el fallecimiento del testador, el jefe
de la prisión en donde se encontraba detenido y ante el cual otorgó el testamento lo
“remitirá al Juez del último domicilio del difunto”.
No siéndole conocido el domicilio del difunto, deberá remitir el testamento a cualquier
Juzgado de Primera Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala, para que,
de oficio, cite a los herederos y demás interesados en la sucesión; luego dispondrá lo
relativo a su formalización y protocolización en la forma correspondiente, según el
Artículo 477 del Código Procesal Civil y Mercantil, referido anteriormente.

La persona o funcionario que tenga en su poder el testamento otorgado en esta forma,


tendrá la obligación de presentarlo ante el juez de primera instancia, del lugar en donde
falleció el testador.

El Artículo 972 del Decreto-Ley 106, Código Civil, señala que “Si el testador se halla
preso podrá en caso de necesidad, otorgar testamento ante el jefe de la prisión”, nuestra
normativa no estipula que se deberá entender por “caso de necesidad” por lo que
tampoco queda claro el momento en que se empiezan a contar los 90 días de vigencia
del testamento especial del preso.

En todo caso, estimamos que no podría aplicarse al caso de amotinamientos, sucesos


que lamentablemente se han vuelto frecuentes, ya que por las particularidades de estas
situaciones lo primero que se rompe es la comunicación entre presidiarios y autoridades
penitenciarias y suceden casi de improvisto para la mayoría de los presidiarios; por tanto
es pertinente que supongamos que ésta necesidad responda más a criterios subjetivos
del testador preso que a circunstancias externas, por lo que los 90 días de vigencia de
la disposición testamentaria, creemos, se contarían a partir de que el testador recupere
su libertad de locomoción.

TESTAMENTO OTORGADO EN EL EXTRANJERO

Esta no se reconoce como una forma de testamento propiamente dicha, sino se le da un


reconocimiento de validez a los testamentos otorgados por guatemaltecos en el
extranjero, y deben sujetarse a las normas establecidas por las leyes en donde se hallen.

Estas figuras especiales de testamento las encontramos reguladas en los Artículos del
965 al 976 del Código Civil.
NULIDAD, ANULABILIDAD, REVOCACIÓN, FALSEDAD Y CADUCIDAD DE LAS
DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

Nulidad y anulabilidad de las disposiciones testamentarias. A nivel doctrinario la nulidad


es entendida como la “Ineficacia en un acto jurídico como consecuencia de carecer de
las condiciones necesarias para su validez, sean ellas de fondo o de forma; o, como
dicen otros autores, vicio de que adolece un acto jurídico si se ha realizado con violación
u omisión de ciertas formas o requisitos indispensables para considerarlo como válido,
por lo cual la nulidad se considera ínsita en el mismo acto, sin necesidad de que se haya
declarado o juzgado.

Se entiende que son nulos: los actos jurídicos otorgados por personas incapaces a causa
de su dependencia de una representación necesaria; los otorgados por personas
relativamente incapaces en cuanto al acto, o que dependiesen de la autorización del juez
o de un representante necesario; los otorgados por personas a quienes la ley prohíbe el
ejercicio del acto de que se tratare, y aquellos en que los agentes hubiesen procedido
con simulación o fraude presumido por la ley, o cuando estuviere prohibido el objeto
principal del acto; cuando no tuviese la forma exclusivamente ordenada por la ley; o
cuando dependiese para su validez de la forma instrumental y fuesen nulos los
respectivos instrumentos. La nulidad se entiende que es siempre de pleno derecho,
porque no necesita ser reclamada por parte interesada; […] Y puede la nulidad ser
completa, cuando afecta a la totalidad del acto; o parcial, si la disposición nula no afecta
a otras disposiciones válidas, cuando son separables.

REVOCACIÓN DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

Como anotáramos en secciones anteriores, el testador puede revocar el testamento


mediante el otorgamiento de disposiciones testamentarias posteriores, ya que la
conceptualización del testamento, le refiere como: “un acto de carácter revocable”. El
Artículo 982 del Código Civil, establece que “El testamento no puede ser revocado en
todo ni en parte sino con las solemnidades necesarias para testar”. Es decir que se
pueden anular las disposiciones testamentarias e impedir los efectos jurídicos de las
mismas, si atendiendo a los formalismos legales, el testador otorga una nueva
declaración de voluntad.

El Código Civil instituye tres tipos de revocación: tácita, expresa y presunta. En su


Artículo 983 estipula la revocación tácita “Todo testamento queda revocado por el
otorgamiento de otro posterior”, el mismo Artículo instituye la revocación expresa al
consignar “el testador puede de manera expresa dejar vigente todo o parte del
testamento anterior”. La revocación presunta está contenida en el Artículo 985 que indica
“Por la enajenación que haga el testador del todo o parte de una cosa dejada en
testamento, se entiende revocada su disposición relativa a la cosa o parte enajenada, a
no ser que vuelva a su dominio”. En su Artículo 986 estipula que “La donación o legado
de un crédito hecho en testamento queda revocado en todo o en parte, si el testador
recibe en pago el todo o parte de la cantidad que se le debía o si por cualquier razón ha
cancelado el crédito”.

FALSEDAD DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

Si bien el Artículo 978 del Código Civil, Decreto Ley 106, hace referencia al fraude, no
existe en la citada normativa la definición de dicha figura o de supuestos de la misma;
sin embargo, ante la falta de una definición legal, aportamos la consignada por Brañas
como “engaño, inexactitud consciente, abuso de confianza, que produce o prepara un
daño, generalmente material”

Hemos anotado el término “falsedad” en el epígrafe, ya que su noción corresponde en


gran manera a la definición de fraude descrita en el párrafo precedente; además su
propia definición contiene elementos aplicables a las presentes consideraciones, en tanto
que en su acepción usual representa “falta de verdad o autenticidad”. En sentido forense,
falsedad es “cualquiera de las mutaciones u ocultaciones de la verdad, sea de las
castigadas como delito, sea de las que causan nulidad o anulabilidad de los actos, según
la ley civil. […] En el orden civil la falsedad de un documento anula el consentimiento e
invalida el negocio a que se refería”. Además, se justifica el epígrafe si consideramos
que el Código Civil reconoce la posibilidad de la falsedad de un testamento, aunque al
respecto simplemente se limita a disponer, en su Artículo 981, que “Si el testamento
posterior fuere declarado nulo o falso subsistirá el anterior”.

CADUCIDAD DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

Caducar, según Ossorio es, “perder su efecto o vigor, por cualquier motivo, alguna
disposición legal, algún instrumento público o privado o algún acto judicial o
extrajudicial”208. “En relación al derecho sucesorio, puede decirse que la caducidad
consiste en que, al ocurrir el o los motivos previstos en la ley, el testamento o una
disposición testamentaria, pierde su eficacia, se vuelve ineficaz”

El Decreto-Ley 106, Código Civil, dispone tanto de circunstancias en las que caduca la
disposición testamentaria como casos en que no; en torno a las primeras, en su Artículo
981, prescribe que “Caduca la disposición testamentaria en que se deja algo bajo
condición, si el heredero o el legatario a que se refiere muere antes de que se verifique”.
El Artículo 992 del Código Civil, por su parte, establece que “En todos los casos en que
caduque o pierda su efecto la institución de heredero, pasará la herencia a los herederos
legales”. En lo que respecta a la “caducidad” de los testamentos especiales el Artículo
973 citado en la sección precedente y que textualmente dice: “los testamentos especiales
a que se refieren los Artículos anteriores, solo son válidos si el testador muere durante
la situación a que dichos Artículos se refieren o dentro de los noventa días posteriores a
la cesación de ella”.

Los casos en que, de conformidad con el Código Civil, no caducan las disposiciones
testamentarias, son las estipuladas en los Artículos 989 y 990: el primero establece que
“No caduca la disposición testamentaria si el testador ha nombrado heredero substituto
para el caso en que el heredero instituido muera antes que él, o no quiera, o no pueda
aceptar la herencia”. El segundo estipula que “No caduca la herencia ni el legado que se
deja desde día cierto o desde tiempo determinado, aun cuando el heredero o el legatario
mueran antes de haber llegado el día o vencido el tiempo que fijó el testador”.

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