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EL HOGAR DEL GANADOR DE PAN Y AMA DE CASA

Lo curioso de este capítulo, es que habla sobre un hogar industrioso el cual tiene una semejanza
bastante inquietante con los hogares actuales.

El hogar, desde su concepción, obedece a los cambios del consumo que experimenta la sociedad, es
así que en el siglo XIX, ocupó notoriedad el Ganador de pan y el ama de casa, es decir: ¡hombres a
trabajar! , ¡Mujeres a limpiar la casa y criar a los niños!¡ Y los niños a estudiar!

El consumo es un medio para satisfacer las necesidades y el apetito por lo material, sin embargo es
también un muestra del “respeto que merecemos” pues se entiende que si hemos trabajado tanto
para poseer lo que mostramos al mundo, entonces eso dice que soy trabajador, que aspiro a más y
que estoy dispuesto a trabajar para conseguirlo.

Los servicios de salud no eran ajenos a las tendencias del consumo, ello, según el autor; tenía una
demanda tal que entiende tuvo relación directa con la cohesión del conocimiento, también fue
alimentada por la aspiración innata del hombre a poseer “más”. Una nueva y mejor forma del
consumo en la salud, trajo con ella nuevo consumo en bienes, comodidades domésticas, horario de
ingesta de alimentos, es decir se empezó a tomar conciencia de “un estilo de vida”.

Y haciendo mención a la economía, el ganador de pan y el ama de casa generan su cimiento


económico en la especialización de las actividades, siendo la eficacia interpretada como un factor,
que supone que mientras más heterogeneidad entre los miembros del hogar, más difícil será
conseguirla, es decir, poder escoger los elementos adecuados para el consumo mientras más
homogéneo sea el grupo familiar.

Henry Higgs en 1893, comentó que la adecuada administración del hogar era una variable
indispensable para mejorar inclusive el estatus económico de la persona más humilde. Sonya Rose
explicó que el comportamiento de los hombres está guiado por la necesidad de definir su identidad
en la sociedad a través del consumo.

Pero, un texto resalta entre las líneas de este capítulo: ¿Cómo determina la familia quien trabajará.
Quién estudiará y quién se quedará en casa? ¿Cómo decidimos cuál es la mejor manera de distribuir
los objetos o bienes de consumo dentro del hogar?1 La respuesta a esta gran incógnita es: La
Negociación, el cual parece ser la base de la dinámica del hogar industrioso.

Sin embargo la negociación tiene un lado oscuro, pues al final se debe tomar una decisión, y es ahí
donde aparece las diferencias que de seguro les parecerán familiares: la cantidad de ingresos que
cada persona/miembro de la familia aporta, pues según el autor, el hogar del ganador de pan y el
ama de casa, negociaban hasta el punto del mayor aportante, es decir, si el hombre aportaba más
dinero pues tenía mayor poder de decisión sobre los bienes de consumo y los demás debían
acatarlo.

También se presenta algo muy curioso con respecto a ciertos aportes que realizan los miembros más
jóvenes de la familia cuando son independientes económicamente, pues esta cuota, era destinada a

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una bolsa familiar y generaba una especie de “vínculos de unión”2. No obstante, era el ganador de
pan quien hacía la repartición de del dinero según las necesidades que presentaban.

Y, aunque a finales del siglo XIX, hubo una especie de cambio, pues era el ama de casa quien
empezaba a controlar el presupuesto y el ganador de pan sólo llevaba el tocino a casa, éste modelo
de hogar fue un poderoso vehículo hacía la modernización y el progreso económico mediante el
consumo; y valgan verdades, si lo comparamos con algunas estructuras dentro de los hogares
modernos, no encontraremos muchas diferencias sobre todo en los sectores populares de cualquier
país que pertenezca ya sea al primer o tercer mundo.

Al parecer no hemos evolucionado tanto como pensamos.

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