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LO MÁS IMPORTANTE EN “AMARNOS UNOS A OTROS”

PORQUE ES DE TESTIMONIO PARA EL MUNDO

INTRODUCCIÓN
1. ¿Cómo es que el mundo sabe que somos verdaderamente discípulos de Cristo, miembros
de Su cuerpo? ¿Es por el nombre que usamos? ¿Es porque tenemos la doctrina, la
organización, la adoración correcta, etc.?
2. Ciertamente es importante tener todas estas cosas, pero si pensamos... Que solo por estas
cosas somos verdaderamente los discípulos de Jesús o que solo por estas cosas el mundo
sabrá que somos discípulos de Cristo, ¡entonces estamos tristemente equivocados!

Juan 13:35
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
“Todo el mundo se va a dar cuenta de que ustedes son mis seguidores si se aman los unos a los otros".

Poco antes de la crucifixión de Jesús, Jesús identificó una característica clave del
discipulado...
a. Dio lo que Él llamó "un nuevo mandamiento" – Jn 13:34
b. Fue un mandamiento "amarse unos a otros" – Jn 13:34
c. Él dijo "en esto conocerían todos" que eran Sus discípulos – Jn 13:35

El amor de los unos hacia los otros es como las personas conocerán que somos
verdaderamente los discípulos de Jesús... Todo el mundo está observando cómo nos amamos
unos a otros.

A. EL AMOR COMO TESTIMONIO A LOS QUE NO CONOCEN AL SEÑOR

I. Jesús dio al mundo el derecho de juzgar la autenticidad de nuestra fe por la manera


como nos amamos. Jn. 13:35a
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos…”
“Todo el mundo se va a dar cuenta de que ustedes son mis seguidores
“…el mundo tendrá la prueba de que verdaderamente sois mis discípulos”

 Probamos nuestra fe en Cristo, no por las normas que cumplimos sino por el amor que
damos. Nota que Jesús no dijo: “Ámenme.” como una prueba de nuestro discipulado. Él
dijo: “Ámense unos a otros”, y esto mostrará al mundo que ustedes me pertenecen.
Nuestro amor “unos por otros” es tangible (es evidente; que percibe [se
comprende] de manera precisa) y es el reflejo del amor de Dios permitiendo al
mundo ser testigo de su poder transformando nuestras vidas. El amarse unos a otros es
ver vidas transformadas por Dios. Es ver una fe genuina, real y viva.
 La implicación es que tal amor será visible y observable. Y visible por TODOS, ¡no
solo por los hermanos!

2. Lo mejor que podemos hacer para alcanzar a nuestra comunidad para Cristo, es
amarnos unos a otros. Juan 13:35b
“…si tuviereis amor los unos con los otros”.
“…ustedes son mis seguidores si se aman los unos a los otros".

 Para ser un amor visible, requiere un amor... Que vaya más allá de las cuatro paredes del
edificio de la iglesia. Que vaya más allá de las pocas horas que nos reunimos juntos.
Que pueda ser observado por aquellos del mundo y que están en el mundo.
En alguna forma, el mundo necesita tener la oportunidad de observar a los discípulos en
acción. (Aun nuestra edificación está mostrando estar ocultos. Miren el ingreso, una
pared donde solo hay una puerta; y que decir del frente de la fachada donde las ventanas
que tienen para ser vista desde afuera el interior, están tapadas. Es decir estamos muy
ocultos. Muy ajenos a que la gente sepa de lo que hacemos aquí)
 Empecemos primero amando a otros creyentes. Hasta que el mundo vea el amor de Dios
en la comunidad cristiana, ellos (el mundo) tendrán dificultades en creer que el amor
puede existir en la tierra. Cuando verdaderamente nos preocupamos por los demás,
mostramos al mundo un amor tan tangible y contagioso que a ellos les atrae.

3. Mostramos al mundo la unidad, la unión que hay entre los hermanos.


 Mientras el mundo observa, ellos verán que tenemos “un mismo parecer, un mismo
amor, unidos en alma y pensamiento” (Filipenses 2:2). No solamente viendo las cosas
desde nuestra perspectiva, sino también desde el punto de vista de los demás; es decir
pensando en los demás (Filipenses 2:3-4)
“3 No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como
superiores a ustedes mismos (como más importantes que sí mismos). 4 Cada uno debe velar no sólo por
sus propios intereses (no solo por su bien) sino también por los intereses de los demás (busque el bien
de los demás)”

 Nuestro amor de unos por otros muestra al mundo nuestra unidad con el Padre, y
también muestra a ellos que la comunidad necesita unidad, unidad acerca del
propósito de vida. Jesús dijo a su Padre: “para que todos sean uno. Padre, así como tú
estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo
crea que tú me has enviado.” (Juan 17:21).
Juan 17:21 Te pido que se mantengan unidos entre ellos, y que así como tú y yo estamos unidos, también
ellos se mantengan unidos a nosotros. Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste. (BLS)

 Esto significa que la influencia de nuestras congregaciones no tiene que ser con
asistencia, edificios, o programas. Nuestra influencia dentro de una más grande
comunidad, está basada en el amor que nos profesamos unos con otros. Hacemos una
declaración acerca de Dios por la manera que nosotros nos amamos unos a otros. Esto
puede ser una declaración positiva o negativa, pero el hecho es que la gente
frecuentemente forma sus opiniones acerca de Dios basados en nuestra reputación
como individuos “Tú puedes ser el retrato de Jesús que la gente alguna vez verá” o la
gente que no conoce al Señor pueden formar sus opiniones acerca de Dios basados en la
reputación de nuestras congregaciones, de cómo nos llevamos, de cómo nos
apoyamos unos a otros, como cristianos, cómo nos amamos.

Hch. 4:32 Todo el grupo de creyentes estaba muy unido, pensaba y era de un mismo sentir. Ninguno de
ellos decía que lo que tenía era sólo suyo, sino que era de todos.
Hch 2:44-47
“44 Todos los creyentes permanecían unidos y compartían sus bienes. 45 Vendían lo que tenían y
repartían el dinero entre los que estaban necesitados. 46 Se reunían diariamente en el área del templo y en
las casas participaban de la Cena del Señor. Comían juntos con sencillez y alegría, 47 alababan a Dios y
todo el pueblo los estimaba mucho. (Esta acción de la gente en que “los estimaba mucho” indica la
influencia divina sobre el corazón de esta gente, y su reflejo en la vida de esta gente es al estimarlos mucho,
aprobarlos en cuanto a sus acciones de los creyentes en amarse unos a otros. Esto llevo un gran testimonio
para esta gente y podemos ver también como dice el v. 47) Cada día el Señor añadía a la iglesia los que
iban siendo salvos.

 No es alarmante, pensar que somos conocidos por las cosas en las que no estamos de
acuerdo sino por lo que somos. Las buenas nuevas de un amor tan “ancho y largo y
alto y profundo” que incluye más de lo que cualquiera de nosotros podríamos imaginar
(Efesios 3:18,NVI). Nuestra comunidad de unidad debería reflejar la fe que tenemos
en el amor de Jesucristo. Nuestros grupos pequeños deben ser puntos de amor y luz
que brillan en la oscuridad de nuestras comunidades. “Hagan brillar su luz delante de
todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que
está en el cielo.” (Mateo 5:16).
El mundo quiere saber que las buenas nuevas de Jesús son verdaderas. El versículo que
hemos leído de Juan 13:35, nos dice que nuestro amor de unos por otros es la prueba
que el mundo está buscando. La gente no se impresiona tanto por nuestras palabras
sino por el amor que podamos mostrar unos por otros, tu amor hacia los demás
habla más alto acerca del amor de Dios. La meditación es: Todo el mundo está
observando cómo nos amamos unos a otros.
“De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.” Juan 13:35

4. Los primeros cristianos fueron enseñados por el mismo Señor a “amar unos a otros”

1. Los tesalonicenses se destacaban en este amor – 1 Tes 4:9-10


9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis
aprendido de Dios que os améis unos a otros; (No hace falta que les escriba acerca del amor que debe
existir entre los miembros de la iglesia) 10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por
toda Macedonia (Berea (i), Tesalónica (i), Anfípolis, Apolonia, Filipos (i), Neápolis, estas son ciudades de
Macedonia). Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;
Sus lectores demostraron el amor fraternal extendiendo la mano a otros cristianos
necesitados que vivían en su provincia. Ellos respondieron a esta expectativa y todavía
extendieron la mano más lejos.
2. Los de Macedonia se destacaron en este amor 2Co 8:1-5
Como parte de la iglesia en Jerusalén, Pablo aceptó la responsabilidad de proveer ayuda
para los judíos empobrecidos allí en Jerusalén y, además, de entregar personalmente la
ofrenda.
“1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2
que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza (viven en la
pobreza) abundaron en riquezas de su generosidad. (Han dado ofrendas como si fueran ricas) 3 Pues doy
testimonio de que con agrado han dado (No lo hicieron por obligación, sino porque quisieron hacerlo)
conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, (que dieron todo lo que podían, y aun más de lo
que podían) 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos. (Y hasta nos rogaron mucho que les dejáramos colaborar en esta ayuda al pueblo
de Dios) 5 Y no como lo esperábamos (hicieron más de lo que esperábamos), sino que a sí mismos se
dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios” (De este modo, hicieron lo
que Dios esperaba de ellos, siguiendo la voluntad de Dios)

Es irónico que las iglesias con menos recursos habían excedido toda expectativa al
ofrendar, mientras que la iglesia con los recursos más grandes (la de Corinto) no había
dado nada. Se ha sugerido como un axioma (Proposición clara y evidente que no
necesita demostración) que los que tienen menos dan más generosamente para suplir las
necesidades de otros, en contraste con los que tienen en abundancia. Esto, por supuesto,
no deniega la gran generosidad de algunos cristianos pudientes, quienes reconocen su
mayordomía a Dios y a veces se exceden en generosidad.

Un lindo testimonio de los macedonios se encuentra en el v. 5: “se dieron primeramente


ellos mismos al Señor”. La mayordomía es, sobre todas las cosas, un asunto espiritual:
algo del corazón. Los macedonios podían dar porque ya se habían dado a sí mismos. Se
cuenta de un misionero que testificaba a un cacique indio se le ofrecieron ofrendas de
caballos, cobijas y alhajas (al misionero); El misionero dijo al cacique: Mi Dios no
quiere los caballos, las cobijas y las alhajas del cacique. Mi Dios quiere al mismo
cacique (Que el cacique se entrega a Dios). El cacique respondió: —Su Dios es muy
sabio, porque cuando me entregue a él, ¡también recibirá mis caballos, cobijas y alhajas!

3. Ciertamente el mismo amor de Dios por nosotros nos enseña a amar – 1 Jn 4:9-11
9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo,
para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. (el amor que Dios
demostró al enviar a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados) 11 Amados, si Dios nos ha
amado así, (si Dios nos demostró su amor de esa manera) debemos también nosotros amarnos unos a
otros.
4. Relacionémonos para estimularnos unos a otros al amor y buenas obras. He 10:24-
25
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos (animarnos, ayudarnos) al amor y a las buenas
obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
 Un medio importante para hacer esto es reuniéndose frecuentemente. Tal vez una
razón por la cual algunos no aman como debieran, ¡es porque no se reúnen como
debieran!
 Y por medio de las reuniones frecuentes en donde nos estimulamos al amor y a las
buenas obras, podemos desarrollar el tipo de amor "por el cual todos conocerán"
que somos discípulos de Jesús.

Lo que puede empañar nuestro testimonio y puede afectar a nuestra comunidad, la iglesia y a
la vez a nuestras comunidades que nos rodea con un mal testimonio. Podemos estar Matando,
destruyendo la Koinonia, la comunión ¿Cómo lo podemos hacer? Procediendo de la siguiente
manera:

B. LOS MATA KOINONIA


Pero surge algo en nuestras vidas donde hay lo que llamamos “Los mata – Koinonía” y
que vamos a ver rápidamente aquello que si afecta esta “comunión unos con otros”

1. Romanos 14:13: “No nos JUZGUEMOS más los unos a los unos”
“dejemos de criticarnos unos a otros” (PDT)
Aquí el Juzgar es con la característica de destruir y que se ve muy a menudo entre
personas que no conocen al Señor. Aquí nos referimos de juzgar creyendo que nosotros
somos mejores, juzgar y recalcar los defectos o fallas de los demás, todo en una acción
de destruir. En juzgar cosas que no tienen mayor importancia
Mat 7:1-6
"1 No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. 2 Si son muy duros para
juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los
demás. 3 "¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que
haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita y no te dieras cuenta de que en tu ojo
hay una rama. 4 ¿Cómo te atreves a decirle a otro: "Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo", si tú
tienes una rama en el tuyo? (de esta manera no podemos ayudar a otros) 5 ¡Hipócrita! Primero saca la
rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro. (Es así
cuando podremos ayudar a otros) 6 "No den a los perros las cosas que pertenecen a Dios. Tampoco echen
lo más valioso a los cerdos. Ninguno de ellos sabe apreciar su valor, y lo que harán será pisotearlas y
morderlos a ustedes.”
Tanto el menosprecio como la crítica revelan una falta de amor.

2. Santiago 4:11: “No MURMURÉIS los unos de los otros”


“Hermanos, no sigan hablando mal los unos de los otros.”
11 Hermanos, no vayáis por ahí murmurando los unos de los otros, porque el que murmura de su
hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley de Dios y juzga a esa ley, que ordena amar al prójimo.
Nuestro deber no es ser los jueces de la ley, sino obedecerla. (Biblia la Castellana)

 En este versículo Santiago enseña respecto a la relación del cristiano con otros
cristianos. ¿Cómo ha de ser nuestra relación con los hermanos en la fe? Pues si esa
relación se destruye, o se debilita por los chismes y el hablar mal los unos de los
otros, la eficacia del poder del evangelio se pierde.
 El verbo katalaleo puede traducirse como calumniar (Atribuir falsa y
maliciosamente a alguien palabras, actos o intenciones deshonrosas), maldecir
(Desearle mal a otra persona), denigrar (Desacreditar: hacer perder la estimación
publica de que goza esa persona; desprestigiar: Quitar el prestigio o insultar a
alguien.)
 Cuando se habla mal de una persona, está saliendo a relucir la falta de integridad y
de amor de aquel que murmura.
3. Santiago 5:9: “No os QUEJÉIS unos contra otro” para que no seáis condenados
(Declarados culpables. Para que Dios no los castigue)
 “No os quejéis…” Aquí en el griego es cesar o detener una acción que se estaba
realizando en los creyentes y que Santiago al decir “no os quejéis” estaba diciendo
“Dejen de hacerlo”.
 Aquí nos habla también la palabra “quejéis” se traduce como “murmuración”.
Hablando de las ofensas contra los hermanos. Se traduce como “quejarse”.
 Al ver a otros que tienen lo que ellos no tienen, los han criticado. También critican a
los demás por lo que ellos hacen, o por lo que no hacen.
 La raíz de las “quejas” son el resentimiento, la envidia y los celos. Estas tres son
plagas cancerosas, contagiosas, que deben ser removidas agresivamente, caso
contrario, el cuerpo de los creyentes será afectado por este Mata Koinonía.
4. Gálatas 5:15: “No se MUERDAN y se COMAN unos a otros”
“Pero si ustedes siguen atacándose y haciéndose daño unos a otros, van a terminar
por destruirse todos”. “Les advierto que, si se pelean y se hacen daño, terminarán por
destruirse unos a otros.”
 Los verbos empleados se refieren a acciones de animales. Las bestias devoran y
tragan a sus víctimas. Pelean para tener más y salirse con la suya, pero terminan
destruyéndose los unos a los otros; esa no es libertad. Los hijos de Dios no debemos
usar nuestra libertad de esa manera, en vivir en pleitos, en discusión o discutiendo.
5. Gálatas 5:26. “No se IRRITEN unos a otros”
Irritarse: llamar a fuera, como para una lucha.
“ni sembremos rivalidades… entre nosotros.”
Rivalidad: Competencia entre dos o más personas por conseguir un mismo fin o
superarlo. “ni causemos peleas entre nosotros mismos.” “sin dejarnos llevar por
ambiciones personales, que siempre terminan en… enemistades.”
Enemistad: odio entre dos o más personas. “ni provoquemos el enojo… de los demás,
creyendo que somos mejores que ellos.”
6. Gálatas 5:26. “No se ENVIDIEN unos a otros”
Envidia: “es estar celoso de” “tener malos deseos de”
Es el sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de otros.
Esta palabra siempre tiene este sentido malo.
No hay persona más carente de agradecimiento que aquella que se obsesiona con lo que
le pertenece a otro y menosprecia abiertamente lo suyo propio. Carece de amor el que
no puede gozarse por los logros que, con esfuerzo y tesón, alcanzan otros. La
envidia destruye al que la padece haciéndose daño a sí mismo (a) y al que le rodea.

CONCLUSIÓN
Juan 13:35
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Santiago 3:13-18
“13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta (demostrando haciendo el bien;
es decir amándose) sus obras en sabia mansedumbre (humildad). 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo
alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación (desorden,
problemas) y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica,
amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18 Y el fruto de
justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”

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