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Gobernanza Ambiental Internacional

1. Economía de la biodiversidad
En el análisis del flujo de materiales vimos el concepto de balanza comercial física que nos
da una primera idea de los flujos entre países; asociados a las importaciones y exportaciones.

“balanza comercial física en términos de equivalente de materias primas”, que considera no


sólo cuánto se importa y se exporta, sino cuántos materiales “arrastra” la obtención de los
bienes importados y exportados y que a veces puede dar resultados muy diferentes;

• La biodiversidad es un recurso muy valioso para la humanidad; basta pensar en los


recursos genéticos agrícolas.
• La Convención sobre Biodiversidad abolió la idea de que los recursos genéticos eran
“patrimonio de la humanidad”. Reconoce el derecho soberano de los Estados sobre
los recursos en sus propios territorios, menciona favorablemente el papel de los
pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad agrícola y silvestre, pero no
les reconoce derechos de propiedad sobre “su” biodiversidad.
• La cuestión de la propiedad se recomienda que los Estados la regulen prontamente,
ya que la Convención sobre la Biodiversidad quiere asegurar un acceso regulado a
tales recursos. En eso se unen los intereses de las compañías farmacéuticas.
• En efecto, la biodiversidad ha sido exportada desde el Sur hacia el Norte, sin recibir
nada a cambio.
o Es más, los productos desarrollados a partir de esa biodiversidad han estado
protegidos por patentes (si son productos farmacéuticos) o
o por sistemas sui generis (el sistema UPOV, que protege a los que obtienen
nuevas variedades comerciales mejoradas, si son plantas cultivadas).
▪ Ejemplo: Acuedo de INBio-Merck con Costa Rica
▪ La remuneración recibida en Costa Rica por el contrato de Merck de
unos pocos dólares por hectárea protegida a cambio de permitir el
acceso a muestras de material genético inventariado por el INBio),
más los ingresos del ecoturismo, ¿realmente permiten competir contra
la industria de extracción de madera?
▪ El acuerdo implica, que se reconocen los derechos sobre los recursos
genéticos (“silvestres”, en este caso) que ya no son “patrimonio de la
humanidad” sino del Estado costarricense. pero por otro lado, el
acuerdo no garantiza que la conservación de la biodiversidad sea capaz
de competir contra otros usos de la tierra que den una rentabilidad
mayor en el mercado.
▪ El acuerdo prevé el pago de un millón de dólares a cambio del acceso
a una gran cantidad de muestras de recursos genéticos de una gran área
protegida de Costa Rica y, además, que se pague un royalty sobre los
productos comerciales que Merck eventualmente desarrolle a partir de
esos materiales. Es un precio barato. A menos que haya otras
costosas medidas de conservación, una reglamentación legal o una
vigilancia policial, pagadas por las autoridades de Costa Rica, el
pequeño incentivo crematístico aportado por Merck sería insuficiente
para impedir la deforestación y la erosión genética.Y Merck no
comprará caro porque, mientras la conservación de la biodiversidad es
una cuestión para miles y millones de años, Merck tiene un horizonte
temporal que, como empresa farmacéutica, no va más allá de 40 o 50
años.
▪ Colocar los recursos naturales en el mercado no ha sido ciertamente
una vía para su conservación, sino todo lo contrario. En el caso de la
biodiversidad se argumenta con razón que lo que se pone en el
mercado no es el recurso en sí sino la información genética. Las
plantas o insectos no se exportan,

2. Economía del cambio climático


Tradicionalmente los gobiernos de los países ricos han visto la absorción de CO2
proporcionada por los océanos, los suelos y la nueva vegetación, básicamente como un
bien de acceso libre, disponible de manera ilimitada para el primero que la usara, según
la simple regla de captura.
Como veremos, y a pesar de declaraciones y convenios, la situación no ha cambiado
mucho ya que lo máximo que han aceptado (algunos) países ricos es establecer algunas
tímidas limitaciones sobre su desproporcionada e injusta emisión de gases de efecto
invernadero.
Frente a la indecisión de la convención sobre cambio climático de Río de Janeiro,
algunas del Sur argumentaron a favor de instituir “derechos de propiedad” bien
definidos, repartidos por igual entre toda la humanidad sobre la función de océanos,
suelos y nueva vegetación como sumideros de gases con efecto invernadero.
El famoso panfleto de Agarwal y Narain, titulado Global Warming:
A Case of Environmental Colonialism (1991), denunciaba la pretensión de exigir que
los países pobres asuman un coste —que podía significar renunciar a emisiones de
“superviviencia”, por ejemplo emisiones de metano ligadas a los cultivos de arroz, y no
emisiones de lujo como las de la mayoría de las de los países ricos

Hoy, los países más pobres consideran que es intolerable que los países ricos —como
suelen hacer los Estados Unidos— les exijan compromisos cuando ellos no han creado
en absoluto el problema. Sin embargo, es claro que incluso compromisos relativamente
ambiciosos por parte de los países ricos difícilmente supondrán una reducción de las
emisiones globales futuras si las emisiones siguen aumentando como lo están haciendo
en otros lugares.
Son tres los argumentos más importantes favorables a la propuesta de derechos iguales
per cápita.
1. existiría una limitación global de las emisiones que podría ser bastante efectiva
siempre que existiesen fuertes sanciones para los incumplidores.
2. existiría un incentivo permanente para que todos los países se preocupasen por
políticas reductoras de las emisiones de carbono, incluyendo los paísespobres.
3. la solución puede considerarse bastante equitativa porque da derechos iguales a
todos de utilizar un bien global común.

El debate internacional sobre el impuesto sobre el carbono Como ya hemos visto, otro
instrumento económico muy potente —y con diversas ventajas— para actuar frente a la
contaminación es el impuesto sobre las emisiones.
La teoría económica argumenta que debe existir una coherencia entre el ámbito de un
problema y el ámbito de aplicación de los instrumentos de política. El cambio climático
es un problema global y, por tanto, idealmente se podría combatir con un impuesto
mundial sea sobre las emisiones sobre el uso de productos muy relacionados con las
emisiones como los combustibles fósiles que generan emisiones de CO2.
este instrumento presentaría dificultades prácticas:
¿lo recaudarían los países individualmente de forma obligatoria y se quedarían los
recursos en cada país?, ¿cómo se controlaría en dicho caso el cumplimiento efectivo?…
o, de tratarse de un auténtico impuesto internacional: ¿cómo se repartirían los fondos
obtenidos
No hay perspectivas reales de implantación de un impuesto mundial.20 Sin embargo, en
los últimos años, incluso en el seno de la OPEP (organización tradicionalmente
enfrentada por razones obvias a cualquier impuesto ecológico sobre las emisiones de
CO2), se han oído voces a favor de la fiscalidad ecológica.
Rafael Correa la retomó y la difundió mundialmente en la Tercera Cumbre de la OPEP en
Riad del 18 de noviembre de 2007. Allí propuso un impuesto de 3% sobre los precios de
exportación de la producción de la OPEP para utilizarse en la lucha contra el cambio
climático y para compensar los crecientes costos de energía de los países en desarrollo. Sin
embargo, incluso si se adoptase el impuesto Daly-Correa por parte de la OPEP, cabría
considerar también la dificultad de extenderlo al carbón, una fuente aún más problemática
desde el punto de vista del cambio climático.

De la convención de Río al protocolo de Kioto


Estableció compromisos cuantitativos considerados obligatorios. En concreto,
estos países deberían en conjunto reducir el promedio de emisiones de gases de efecto
invernadero del 2008-2012 en algo más de 5% respecto a sus niveles de 1990 con
compromisos que oscilan entre la reducción de 8% de la Unión Europea y la estabilización
(como en el caso destacable de Rusia) o incluso se permite un cierto aumento en algunos de
estos países. El compromiso no se refiere sólo al CO2, metano (CH4), óxido nitroso (N2O),
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

La importancia del protocolo de Kioto es que se trata del primer acuerdo que incluye un
compromiso cuantitativo. Pero tiene limitaciones.
• Primero, el compromiso para los países ricos fue extremadamente tímido en
relación con la drástica disminución de emisiones que recomienda la inmensa mayoría de
expertos del tema.
• Segundo, los conflictos distributivos impidieron lograr acuerdos equitativos
auténticamente globales.
En cualquier caso, que a partir de 1997 los países con mayores emisiones per cápita
hubiesen empezado a reducir sus emisiones, habría sido un buen precedente para ir a
posteriores objetivos más ambiciosos.
Pero después de la firma del protocolo de Kioto, el país que tenía mayores emisiones
globales —los Estados Unidos— no lo ratificó, lo que incluso puso en peligro la entrada en
del protocolo ya que para ello se requería una ratificación por parte de un número suficiente
de países que, como una de las condiciones, representasen como mínimo 55% de las
emisiones de los países del Anexo I, cosa que no se produjo hasta la ratificación de Rusia.
Finalmente el protocolo entró en vigor el 16 de febrero de 2005.
Pero tiene mecanismos de flexibilidad
• es la posibilidad de que diversos países cumplan su compromiso de forma colectiva-
---Ej: La Unión Europea se acogió a esta posibilidad deforma que su compromiso
global de disminución en 8% se concretó en diferentes obligaciones para cada país.
Así, a España, con unas emisiones per cápita inferiores a la media de la Unión
Europea, se le permite aumentarlas en 15% mientras que otros países tiene
compromisos de reducción muy superiores a 8%, como son los casos de Alemania y
Dinamarca, que tendrían que reducir en 21% las emisiones.
• Solo anexo B: compraventa de “derechos de emisión” y de la financiación de
proyectos, instrumentos mediante los cuales un país puede aumentar sus derechos
—mientras otro los disminuye— mediante la compra directa de derechos o
mediante la financiación de un proyecto que suponga reducción de emisiones en
otro país.
• “desarrollo limpio” ---Se trata de que países del Anexo B puedan obtener créditos
de emisiones —es decir, puedan exceder sus derechos de emisión— mediante la
inversión, pública o privada, en un país de fuera del Anexo B —es decir, en un país
sin compromisos de emisiones máximas— siempre que se trate de una inversión en
un, proyecto que conlleve menos emisiones o absorción de carbono. Los
certificados de reducción de emisiones que dan derecho a estos créditos se
convierten en una mercancía que puede ser intercambiada y, por tanto, es
indiferente en realidad quien lleva a cabo la inversión: lo importante es que un
organismo de las Naciones Unidas certifique que una determinada actuación se
puede acoger a los requisitos del mecanismo de desarrollo limpio. Aquí no se trata
ni siquiera en teoría de una simple redistribución de un máximo conjunto de
emisiones sino de que los países del,Anexo B puedan relajar sus compromisos a
cambio de inversiones que se supone que no se hubiesen realizado en ausencia del
mecanismo.
Otro aspecto de “calidad”, tiene que ver con posibles efectos ambientales y sociales
de los proyectos. Por ejemplo, un proyecto de reforestación con especies de rápido
crecimiento podría aumentar la absorción de CO2, pero tener efectos ambientales
negativos desde otros puntos de vista. Además, puede cuestionarse el hecho de que
los países y empresas que invierten en países pobres no sean juzgados por el
conjunto de sus proyectos, ni sean penalizados por los proyectos “sucios” y, en
cambio, se puedan beneficiar de sus proyectos más “limpios”.

Ciencia del cambio climático


Adaptación al cambio climático
Medidas de mitigación para reducir las emiciones de co2
4. Comercio y ambiente
Un exportador neto causa un impacto en su territorio del cual se verán beneficiados,
mientras que, los importadores me beneficio del consumo de los materiales obtenidos
de otro país

5. Intercambio ecológico desigual


Biopiratería= se refiere a la apropiación de conocimiento indígena o campesino sobre
plantas medicinales o semillas agrícolas u otras útiles propiedades de la naturaleza, sin
ningún pago ni tampoco reconocimiento alguno.

• Ejemplo: Brasil en 2012 se atreve tímidamente a multar a 35 empresas


transnacionales por esta práctica que tiene siglos de existencia. Una multa de 44
millones de dólares por biopiratería fue impuesta por no compartir los
beneficios de la exploración de la biodiversidad del país. Casi todas estas
empresas son multinacionales de la industria farmacéutica y cosmética

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