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EL ESTUDIO

Estudio es aprender una serie de conocimientos ejercitando la inteligencia, la memoria, la


voluntad, la capacidad de análisis, de síntesis, de relacionar, etc. En el diccionario
encontramos que estudiar es "ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una
cosa".
Para estudiar bien y alcanzar el éxito escolar son necesarias tres cosas: poder, querer y
saber estudiar.
Poder estudiar es tener inteligencia y el resto de facultades humanas. Es indudable que la
inteligencia se relaciona mucho con el éxito escolar. En igualdad de condiciones un
alumno "inteligente" obtiene mejores notas que sus compañeros.
El querer estudiar es tener el deseo y la determinación de adquirir unos conocimientos.
Hay estudiantes que con una inteligencia normal consiguen buenos resultados a base de
esfuerzo personal y dedicar el tiempo necesario. Tan importante o más que la inteligencia
es la motivación o el querer estudiar. Muchos alumnos fracasan no por falta de inteligencia
sino por desinterés, por apatía, por dejar el trabajo para el último momento, es decir, por
falta de motivación.
El saber estudiar es el tercer factor importante para alcanzar buenos rendimientos. Puede
ocurrir que un alumno tenga la inteligencia suficiente y dedique bastante tiempo al estudio,
pero los resultados son bajos e incluso fracasa. Probablemente se debe a que emplea unas
malas técnicas de estudio. De ahí el desfase entre trabajo y rendimiento. Además de estos
factores importantes hay otros como el tener los conocimientos previos bien asimilados,
dedicar el tiempo suficiente al estudio y utilizar los instrumentos adecuados, como libros de
texto, diccionarios, atlas, etc.
Podemos hacer poco para mejorar la inteligencia, pero sí podemos mejorar la motivación y
sobre todo las técnicas de estudio. Las técnicas generales que han sido utilizadas en la
Pedagogía y la Psicología son: la lectura, el subrayado, el cuadro sinóptico, el esquema, la
forma de tomar apuntes, la preparación de exámenes, la elaboración de trabajos y otras
técnicas como confección de murales, teatro leído y debates.

LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA RÁPIDA


La lectura rápida pretende conseguir éstos objetivos:
1. Adquirir hábitos positivos para la lectura y crear las mejores condiciones posibles para su
desarrollo.
2. Descubrir y eliminar los defectos y los impedimentos que entorpecen la velocidad y la
comprensión. En el acto de leer se cree que la mirada se desliza con continuidad de
izquierda a derecha y después de un salto de retroceso, para cambiar de línea, sigue
avanzando desde el extremo izquierdo al derecho de un tirón. Pero esto es falso. Lo que
ocurre realmente es que el ojo lee mientras está parado. La mirada se establece en el punto
de fijación número uno y permanece en él un breve periodo de tiempo para percibir lo que
está escrito. Luego salta al punto de fijación número dos, se vuelve a detener, percibe lo
escrito y sigue adelante. Así que únicamente leemos cuando los ojos están parados.
3. Ampliación del campo visual con el fin de aumentar el número de palabras que se captan
en cada golpe de vista. Mediante los ejercicios de material sin sentido y con sentido se
pueden pasar de captar palabras de 10 letras a frases de 21 letras. Si este objetivo se
consigue plenamente, se dobla la velocidad.
4. Reducir el número de fijaciones por línea. Cada línea suele tener cincuenta caracteres y
si el campo visual abarca 10 letras, se necesitan necesariamente cinco fijaciones para leer
toda la línea. Pero si se ha ampliado el campo visual a 20 caracteres, bastarían tres golpes
de vista para leer la línea entera. Para conseguir este objetivo se realizan lecturas rítmicas
con el texto descompuesto en varios trozos por línea, con el fin de captar cada trozo con un
golpe de vista. Se van reduciendo el número de fijaciones de cinco a dos, para terminar con
una fijación por línea y poder realizar la lectura vertical.
5. Aumentar el ritmo de las fijaciones. La duración de la parada de los ojos en cada punto
de fijación y el tiempo invertido para saltar hasta el siguiente se llama tiempo de fijación. Los
lectores sin práctica tienen un tiempo de fijación de medio segundo que con un
entrenamiento sistemático puede reducirse a un sexto de segundo. Este objetivo se
pretende conseguir con la lectura rítmica.
6. Mejoramiento de la capacidad de concentración y memoria, mediante el adiestramiento
de la exactitud de la visión.

MEMORIZACIÓN
La memoria mecánica consiste en repetir literalmente el material que se ha de memorizar.
Antiguamente se estudiaba mecánicamente en nuestras escuelas la lista de los reyes godos
o los ríos de España con su lugar de nacimiento, sus afluentes y su desembocadura. La
utilización exclusiva de la memoria mecánica , sin comprender el contenido de lo que se
estudia, puede dificultar y perjudicar el desarrollo de las facultades mentales. Hay que evitar,
por tanto, el memorizar de forma mecánica las lecciones.
La memoria se utilizará después de comprender perfectamente los contenidos mediante el
análisis, clasificación, comparación y síntesis. Estas funciones se realizan mediante la
lectura, el subrayado y las distintas formas de esquema. Para mejorar el estudio es
importante fortalecer la memoria visual y la auditiva. Un ejercicio para mejorar la memoria
visual puede ser el observar atentamente un escaparate, fijándose en los artículos, formas,
colores, precios y otros detalles. Después tratar de recordar todos los datos posibles del
escaparate y comprobar para ver cuántos faltan.
Para fortalecer la memoria auditiva se puede hacer este ejercicio: poner en marcha un
aparato de radio y sintonizar una emisora en la que los locutores estén hablando
continuamente. Después de escuchar un poco, apagar la radio y tratar de repetir literalmente
lo que han dicho los locutores. Volver a encender la radio y escuchar atentamente lo que
dicen para repetir en voz alta todo lo escuchado, con la mayor fidelidad posible. Después
repetir estos pasos aumentando el tiempo de escucha.
Para mejorar la memorización es conveniente utilizar el máximo número de sentidos
posibles. Por ello es conveniente leer, escribir, dibujar, subrayar, hacer cuadros sinópticos,
etc.
Otra forma de memorizar es el repaso o repetir para uno mismo las ideas principales y los
datos, sin utilizar necesariamente, las mismas palabras del texto. Este repaso se hace
después de hacer el esquema de cada lección. Es mejor dedicar tiempos cortos al repaso
que periodos largos. Las experiencias de Ebbinghaus demuestran que para aprender un
texto el número de repeticiones se reduce a la mitad si se hace en tres sesiones distintas en
lugar de hacerlo en una sola sesión larga.

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