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El derecho económico en relación con otras ramas del derecho

1. 1. EL DERECHO ECONÓMICO EN RELACIÓN CON OTRAS RAMAS DEL Derecho.


Víctor Hugo Lares A pesar de los desacuerdos en torno a todo lo que concierne al
derecho económico, existen elementos que todos los autores de este nuevo derecho
analizan o, al menos, mencionan. Una de estas cuestiones es la relación existente
entre esta rama de la enciclopedia jurídica y el resto de la misma. Como es sabido, en
México y en otros lados la mayoría de los estudios de este nuevo derecho hablan de
distintas concepciones. Algunas nos hablan de definiciones amplias y parciales, (1)
otras más reconocen perspectivas amplias, restringidas y, entre las dos, intermedias.
(2) Los puntos de vista, en ocasiones bien divergentes, relativos a esta realidad
jurídica son un factor que dificulta su estudio. Incluso algunos autores, reconociendo
este hecho, afirman que en el estado de cosas actual toda reflexión a propósito del
derecho económico tiene, a lo sumo, el aspecto de una tesis. Con ello, lo que están
haciendo es reconocer las dificultades que rodean al tema. (3) Sin embargo, la manera
de abordar su análisis permite desprender alguna de sus características esenciales.
En efecto, del hecho de no haber aparecido como una rama particular del derecho,
como aparecen normalmente las novedades jurídicas de cierta relevancia, sino como
desarrollos relativos a la economía en casi todas las ramas existentes del derecho
clásico, denuncia su carácter general. Así, se habla de derecho constitucional
económico, de derecho administrativo económico, de derecho penal económico, de
derecho comercial económico, etc. Se trataría de una evolución general del derecho.
Esta manera en cómo aparece el derecho económico lleva a C.Champaud a afirmar
que más que tratarse de una nueva rama del derecho se trata de un nuevo orden
jurídico que coexiste con el orden jurídico precedente que no podría desaparecer de
inmediato. (4)
2. 2. Como quiera que sea, los problemas que se presentan en cuanto a las relaciones
entre el derecho económico pueden y deben ser abordados desde dos puntos de vista
ineludibles, el económico y el jurídico. Lo relativo a las relaciones entre el derecho
objeto de estas reflexiones y la economía se plantea desde la posición más amplia
posible, es decir, las relaciones entre el derecho y la economía. La razón para ello es
que el punto de partida para cualquier análisis de la voz derecho económico debe
hacerse a partir de los términos que la conforman, ello para precisar la manera en que
se relacionan. De entre los análisis sobre las relaciones entre la economía y el
derecho destacan los de M. Weber, K. Marx, Edgar Bodenheimer y A.Jacquemin, junto
con G. Schrans. Particularmente interesantes son las tesis desarrolladas por
M.Weber.(5) En síntesis, para este autor puede afirmarse que el derecho es más
amplio que la economía, pues garantiza una amplia gama de intereses de la más
variada índole; en el orden jurídico puede permanecer inmutable en tanto que en la
economía se producen trasformaciones; diferentes normas jurídicas pueden producir
el mismo efecto en el mundo de la economía; el derecho está al servicio de ciertos
intereses económicos; el derecho determina a la economía conforme a su modo de
ser, no podría ser de otro modo; en fin, los fenómenos económicos esenciales son, en
buena medida, independientes del derecho.(6)El punto de vista de K. Marx destaca la
primacía de la economía sobre el derecho, en este sentido es la realidad económica la
que determina las relaciones jurídicas, pero no desde la perspectiva idealista, sino
inmersos en un contexto histórico concreto, es decir, en determinada realidad social;
finalmente, esta interrelación acaece dentro de un contexto evolutivo de influencia
recíproca, cuyo motor van a ser los conflictos entre los diferentes intereses
sociales.(7)De particular importancia son las observaciones hechas por A.Jacquemin y
G. Schrans pues combinan el elemento jurídico con el económico, tratando de imprimir
una lógica jurídica a los fenómenos
3. 3. económicos o, dicho de otra manera, demostrar que el derecho no sólo es un útil de
la economía, sino que, independientemente de que le sea indispensable o no, va más
allá de la economía. Estos autores observan, en primer lugar, que hay una serie de
principios jurídicos indispensables para que un modelo de economía de mercado
pueda ser posible. Ellos son un régimen de propiedad dada; la posibilidad del
intercambio, normas para el caso de fallas de cumplimiento y reglamentación sobre la
moneda, el crédito, la concurrencia, etc. Este conjunto de normas íntimamente unidas
a la economía se ven complementadas por las características propias del derecho,
características que van a determinar la manera en que estatúa sobre la economía. En
este sentido, destacan dos tipos de valores jurídicos, los internos y los externos. Los
primeros son todos aquellos elementos necesarios para que pueda hablarse de
derecho. Ellos son la generalidad, la abstracción, la publicidad, la claridad, la
congruencia, la no retroactividad, el principio conforme al cual nadie puede ser
obligado a lo imposible, etc. Los segundos son aquellos valores que sin ser parte
intrínseca sí son parte de las finalidades y las funciones del derecho. Al respecto
pueden evocarse la justicia, la solidaridad, la seguridad jurídica, la libre concurrencia,
la concurrencia leal, etcétera. (8) Las observaciones hechas son aplicables a
prácticamente todas las ramas del derecho, con mayor razón a aquellas cuyo
contenido económico es evidente. Las diferentes concepciones del derecho
económico derivan en relaciones diferentes entre él mismo y otras ramas del derecho.
Así, se tiene una concepción conforme a la cual una norma es de derecho económico
desde el momento en que rige relaciones económicas, nos vamos a encontrar con que
el derecho económico incluye normas de prácticamente todos los derechos y sus
límites son difícilmente precisables. Si la noción que se acepta es aquella que afirma
que sólo forman parte de él las normas que regulan la intervención y la actividad
económicas del Estado, en este caso el dominio de este derecho se restringe
considerablemente. Pero, incluso aquí su dominio es impreciso, pues hay autores que,
en nombre de una visión amplia, incluyen dentro del derecho público económico todas
aquellas normas que, aun teniendo una naturaleza privada, el ser utilizadas por el
Estado se incluirían dentro del derecho económico. Por el contrario, otros autores
incluirían en este ámbito
4. 4. sólo normas de derecho público. En cualquier hipótesis su campo de aplicación se
restringe considerablemente. Quienes adoptan una posición intermedia excluyen
igualmente un buen número de disposiciones pues sólo las que respondieran a sus
criterios de discriminación serían parte del derecho económico. Así Héctor Cuadra
afirma que la democracia económica es el criterio para discernir cuándo una norma o
una disposición pertenecen o no al derecho económico. (9) Ahora bien,
independientemente de las diversas definiciones, una constatación puede efectuarse
rápidamente, el derecho parece tener una vocación general en todas sus ramas hacia
el desarrollo de normas con contenido económico, cuya función es la organización
cada vez más precisa de la economía. Hacer el inventario íntegro de todos esos
desarrollos es una tarea imposible y probablemente inútil. Probar las afirmaciones
hechas no es ocioso. En ese sentido, se abordarán sucesivamente las ramas del
derecho público, del derecho privado, del derecho social y del derecho penal. Además,
en el orden externo pueden hacerse algunas observaciones elementales. En el ámbito
de las relaciones internacionales pueden observarse en México dos fases
completamente antagónicas. En una primera, el orden jurídico económico es de corte
proteccionista y cerrado ante la competencia externa; una segunda, la apertura
comercial que puede dividirse en dos periodos, uno va desde el ingreso de México al
GATT y el otro a partir de ese ingreso hasta la firma y entrada en vigor del Tratado
trilateral de Libre Comercio entre Canadá, los Estados Unidos de América y México.
En el caso de México, al menos en lo que concierne el periodo sexenal de 1988 a
1994, hubo una voluntad de los responsables dirigentes del país por dar congruencia a
la política económica externa con las medidas internas. En este sentido, hubo
numerables leyes que se modificaron sin que en los países socios Enel tratado
mencionado haya habido las reformas equivalentes. El derecho internacional
mexicano, en lo que se refiere a la economía, ha tenido sus repercusiones, incluso en
cuestiones procedimentales. Una ilustración de lo anterior es la comisión de
concurrencia que depende de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, y
creada
5. 5. en la Ley de Competencia Económica. En todo caso, es notable la existencia de una
tendencia legislativa en favor de la creación de un nuevo derecho, más aún, de un
nuevo orden jurídico-económico. Las ramas del derecho público) El derecho
constitucional y el derecho económico Hasta la promulgación de la Constitución de
1917, en México se seguía la tradición del constitucionalismo clásico, una de cuyas
orientaciones consistía en negar la participación del Estado en la economía. Sin
embargo, la Constitución de 1857 consagraba el derecho de propiedad y el de libertad
de industria, comercio y trabajo. La Carta Magna de 1917 recoge esos principios
constitucionales, renovándolos o transformándolos. Además, sentó las bases para
iniciar una evolución constitucional que tuvo su culminación con los cambios los
artículos 25 y 26 constitucionales en 1983. El conjunto de disposiciones en materia
económica forma un todo que debe de ser sistematizado para ser presentado de
manera unitaria y congruente. Realizada esta operación puede hablarse, sin duda, del
capítulo económico de la Constitución. Sus principales disposiciones serían el artículo
25, referido a la rectoría económica del Estado, así como a los diferentes actores de la
economía; el artículo 26 estableciendo los principios y las modalidades a las que debe
adecuarse la planeación económica; el 27, a través del cual se organiza la propiedad
pública y privada, estableciendo la posibilidad de limitar la propiedad; el 28, por medio
del cual se dan las disposiciones más importantes para salvaguardarla libre
concurrencia; el 31 fracción I conteniendo la obligación de los mexicanos de contribuir
al gasto público de la manera proporcional que establezcan las leyes; los artículos 71,
72, 73, 74, 75 y 76referidos a la competencia del Congreso de la Unión, de la Cámara
de Diputados y la de Senadores, incluida, desde luego, la materia económica; el
artículo 89 fracción I en relación con las facultades reglamentarias en general y en
especial a la economía; el artículo 123que instaura las garantías mínimas de todo
trabajador; el 130 en

6. 6. cuanto a la competencia de la federación en lo que respecta a las facultades para


reglamentar el comercio exterior. Sin ser éstas todas las normas constitucionales con
contenido económico, se observa una referencia a la economía. El conjunto de
disposiciones constitucionales recoge y organizan la intervención del Estado y las
grandes líneas del orden económico y social. Una característica significativa, aun
cuando no la única, es la tendencia a otorgar, de una manera u otra, mayores
atribuciones al Ejecutivo que al Legislativo. Esto sin considerar que la mayor parte de
las normas han tenido su origen en el poder Ejecutivo, es decir, han sido iniciativa de
él mismo) Derecho administrativo El crecimiento cuantitativo y en modalidades ha sido
el fenómeno más aparente del derecho económico administrativo. Para constatarlo
basta observar de cerca el contenido de las obras de un buen número de autores. En
el caso de A. de Laucadura con su «Drouet publicéconomique»,(10) de Bernard Chino,
con su «Drouet publicéconomique»,(11) de J. Witker con su «Derecho
económico»,(12) de Serra Rojas con su «Derecho económico»,(13) etc. Este
desarrollo del derecho económico administrativo, aun en su crecimiento cuantitativo,
ha tenido una traducción cualitativa, prueba de ello son los numerosos particularismos
de que habla André de Laucadura, dentro de ellos el primero es, desde luego, la
intervención del Estado en la economía. (14) Esto contrasta con el principio de los
estados liberales conforme al cual el Estado debe abstenerse de intervenir
económicamente, al menos como una orientación. Pero hay más, la irrupción, aun
dándose en un contexto de economía de mercado, altera el funcionamiento
espontáneo de la economía y la organiza, lo cual está en evidente contradicción con
las funciones clásicas de la organización estatal. La prueba más flagrante de esta
organización es el presupuesto de egresos e ingresos de cualquier Estado, este
instrumento significa un mínimo de previsión; además, está también la planeación del
desarrollo. Independientemente de lo que suceda en otros países, en México la
planeación se ha elevado Arango constitucional en los artículos 25 y 26 de nuestra
actual
7. 7. Constitución; existe para completar estas disposiciones la Ley General de
Planeación del 5 de enero de 1983.Hay que decir que la planeación aparece como una
necesidad; en efecto, en economías con cierto grado de desarrollo se requiere para
preservar su existencia y avance, un mínimo de dirección central; al menos, para
establecer reglas aplicables a todos los sujetos de la economía en sus intercambios
comerciales. Pero, además, las economías de mercado son dinámicas; esto les
imprime un factor de incertidumbre. Ahora bien, la cantidad de riqueza invertida exige
un mínimo de seguridad en bien, incluso, del interés general. Le toca al Estado
garantizar esa seguridad; esta función se realiza en buena medida a través de la
planeación. Así, el Estado evita los efectos de las fluctuaciones más fuertes y en
consecuencia previene la inestabilidad en los precios y promueve la estabilidad en el
empleo, para lograr un crecimiento armónico del producto nacional. Los elementos de
particularismo que pueden señalarse, que derivando las nuevas funciones económicas
de la administración pública son: a) La aplicación del principio de la igualdad de los
administrados ante la administración; éste es sustituido frecuentemente por normas
discriminatorias entre los administrados, lo que interesa es la salvaguarda del interés
general. La teoría del cambio de circunstancias que permite al Estado modificar el
contenido de las obligaciones contraídas con el fin, igualmente, de preservar la
realización del bien común. (15) En nuestro derecho la Ley de Obras Públicas permite
a la administración pública modificar o aun suspender en todo o en parte la obra
contratada, por causa justificada y siempre que con ello se proteja el bien común,
misión principal del Estado. Otros ejemplos relevantes aparecen en el derecho
administrativo, así es en los casos de la expropiación por causa de utilidad pública, de
las concesiones administrativas o de las adquisiciones y arrendamientos en los que es
parte la administración pública. Aquí lo relevante es la multiplicación de hipótesis en
las cuales el Estado interviene económicamente rompiendo así constantemente con su
no intervencionismo económico.
8. 8. b) Otra característica propia del derecho administrativo económico Esla utilización
de las técnicas del derecho privado en las actividades del Estado empresario. Baste
citar algunos ejemplos. El primero, el empleo que hace del derecho de sociedades
para crear empresas públicas. Este caso se ilustra con el Banco de México, aunque
hoy es un organismo descentralizado, fue durante muchos años una sociedad
anónima. A esta ilustración se agregan muchas otras. En otro dominio, las autoridades
emplean los métodos contractuales para múltiples finalidades. Adquisiciones,
enajenaciones, alquileres, préstamos, servicios, etcétera) En fin, en algunos sectores
de su actividad el Estado utiliza indistintamente técnicas de derecho público y de
derecho privado. Esto se ilustra en la planeación, en particular en la concentración de
las autoridades en otras autoridades y con los particulares. (16) Este conjunto de
características llevan a hacer imposible el encuadrarla Estado dentro de la concepción
clásica de la definición y funciones del mismo. Por eso se habla de un nuevo derecho
administrativo y en particular de un derecho administrativo económico. ¿Qué más
relación del derecho económico con el administrativo? Pero, dentro de la
administración centralizada, que puede considerarse la más tradicional, la parte de ella
dedicada a tareas económicas es extensa y su crecimiento parece no tener límite. Ahí
están la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Secretaría de Comercio y
Fomento Industrial, la Secretaría de Turismo, etc., que junto con otras forman lo que
se puede llamar el sector económico del Estado. Las ramas del derecho privado y el
derecho económico) El derecho mercantil Difícilmente se encontrará una rama del
derecho más confundible con el derecho económico; la razón de esto es que en ella la
aportación del último al primero es la más importante. Además, hasta cierto punto, es
la metamorfosis cualitativa del derecho mercantil uno de los
9. 9. factores de surgimiento del derecho económico, hay quien piensa que se trataría de
un mismo derecho. Otro planteamiento consistiría en decir que el derecho comercial y
el del trabajo son parte del derecho económico. Se trataría del derecho de los
empresarios y el de los trabajadores. Dos factores contribuyen a precisar el ámbito de
los derechos, el mercantil y el económico, y la importancia del primero para
elsegundo.1) Importancia del derecho económico en derecho comercial. Ciertamente,
es muy difícil aislar estas dos ramas de la división del derecho. Esta tesis es muy
socorrida por quienes son partidarios de una economía privada con la menor
intervención posible del Estado. Se fortalece este planteamiento cuando se sabe que
en los países socialistas el derecho comercial es parte del derecho económico, así es
todavía en Cuba. (17) Claro, las relaciones en estos países éntrelas empresas y el
Estado, es cuestión del derecho económico. La idea conforme a la cual el derecho
comercial se identifica con el derecho económico es una concepción amplia del mismo
que lo considera como el derecho de los procesos económicos; o, en todo caso, como
nuevo enfoque para un análisis del derecho mercantil aplicando los conocimientos de
la economía política. No obstante, puede afirmarse, siguiendo a Champad, (18) que
hay dos clases de órdenes jurídicos que coexisten, el clásico y el nuevo. Los
desobedecen a principios diferentes y contradictorios. Esto hace indispensable la
distinción de naturaleza que existe éntrelas ramas del derecho referidas. El comercial
sería el derecho de las manos invisibles del mercado, de las relaciones individuales y
espontáneas; y de la libertad e igualdad de los sujetos de la actividadeconómica. El
económico sería el de las manos visibles del mercado, de las relaciones colectivas y
organizadas, y de la desigualdad reconocida de los sujetos de la actividad
económica.2) El ámbito de las dos ramas del derecho. Destacan aquí dos rasgos
particularmente importantes. Una es la reglamentación, cada vez más
10. 10. precisa, de las relaciones comerciales. La otra, más oculta pero no menos real, es
la intervención jurídico-económica del mundo de los negocios, es decir, de los poderes
privados económicos. (19) Por una parte los grupos empresariales diseñan
espontánea o planificadamente su propia ingeniería jurídica. Pero ellos usan
transforman el derecho de sociedades y el derecho contractual. En otros términos,
organizan su estructura jurídica y organizan el mercado. (20) Este factor organizativo
está en franca contradicción con los principios del derecho mercantil. En estas
hipótesis cabe la pregunta: ¿se trata del mismo derecho? Desde luego, si se es
riguroso en las definiciones una parte del derecho mercantil ya no estar, es derecho
económico. (21) Ante esta perspectiva, no es de extrañar el surgimiento de conflictos
en cuanto a los límites de ambos derechos. En ocasiones una misma institución será
de derecho económico o del mercantil dependiendo de los principios a los que
obedezca y que ya se han evocado aquí. (22) El ejemplo puede ser el de las
sociedades mercantiles; en ellas se puede realizar plenamente la igualdad de quienes
participan (el derecho mercantil clásico) o bien hay un pequeño grupo de socios que
imponen su decisión a la mayoría, en ocasiones miles (derecho económico). Esto
deriva en el surgimiento y consolidación de nuevos centros de decisión económica.
(23) Hay que anotar que se ha producido una imbricación y una modificación
permanente y dinámica. En esta misma dirección podría decirse que casi la totalidad
del derecho mercantil presenta un doble aspecto y que es importante el criterio para
distinguir no sólo un derecho del otro, sino inclusive para demostrar la fusión del
derecho mercantil con el derecho económico, entendiendo, como lo hacen los
profesores A. Pirovano y L. Voy, al último como el derecho del poder económico.
(24)b) El derecho civil El derecho civil ha sufrido un par de evoluciones, al menos,
notables. Ellas conciernen una basta escalada de normas y de prácticas de naturaleza
económica, por una parte, y por otros conjuntos enteros sean desprendido de él para
tomar su propia autonomía. Estas
11. 11. trasformaciones generales se enmarcan en la formación paulatina de un orden
público económico que ha sustituido al antiguo orden público que coexiste con él.
Trasformación generala aparición de nuevas modalidades de la propiedad, la
generalización de los contratos de adhesión, la consolidación de los contratos
colectivos, no sólo en materia laboral, son otros tantos síntomas de una refundición
cuasi integral del derecho civil. Esta mutación ha sido descrita magistralmente por el
profesor G. Farjat, quien al referirse a ella nos dice: "Se pueden tener, sobre las
relaciones del derecho económico y del derecho civil, dos concepciones opuestas. En
la medida que se considera, más o menos conscientemente que el derecho civil es el
derecho común de las relaciones jurídicas entre personas privadas, el derecho civil
recoge todas las modificaciones aparecidas en las diferentes ramas del derecho
privado -incluidas en él, ramas del derecho altamente especializadas- el derecho civil
aparece profundamente modificado. Todas las materias del derecho civil patrimonial
están desdobladas. La propiedad colectiva (nacida de la trasformación de las
sociedades) debería ser analizada al lado de la propiedad individual; el contrato
colectivo, al lado del contrato individual, el orden público económico al lado del orden
público clásico. Todas las distinciones clásicas (derechos reales y personales,
sociedades y asociaciones)han sido revolucionadas, más se puede, a la inversa,
descuidando las diferentes ramas del derecho privado y las legislaciones
excepcionales, cuya existencia se ha señalado, considerar que el derecho civil se ha
modificado poco por la acción del derecho económico y que la unidad del derecho civil
tradicional se ha mantenido, salvo si se admite, a pesar de todo, que una visión
económica es pertinente al respecto".(25)Para resolver razonablemente el problema
planteado se impone decidir acerca de la naturaleza del derecho económico; si se opta
por considerar a éste como una rama independiente del derecho, entonces, al lado del
derecho civil clásico puede hablarse del derecho económico. Si se opta por la solución
contraria, entonces el derecho civil tradicional se fusionaría con un derecho
completamente renovado.
12. 12. Cualquiera que sea la solución adoptada, la cuestión se observa en la celebración
de infinidad de contratos. Así, cuando una persona adquiera un bien en un gran centro
comercial o no, en innumerables ocasiones el contrato celebrado habrá sufrido una
metamorfosis con relación al contrato clásico. Muchas de sus cláusulas son
obligatorias, no dependen de la voluntad de las partes, incluso el precio no es materia
del acuerdo de voluntades, éste ha sido ya puesto por el productor (imponiendo o
"sugiriendo" precios máximos al público) o por el comerciante o, en fin, por la
administración y no es admisible la discusión. En otros términos, un mero orden
público se ha ido formando y éste no es sólo "hechura" de los poderes públicos,
también de los poderes privados. Estos fenómenos jurídicos emergen en un doble
atentado contra el derecho civil tradicional. Por un lado, la libertad contractual se
encuentra restringida, pues las relaciones contractuales imponen decisiones tomadas
por un número restringido de centros de decisión. Por otro lado, la consecuencia del
hecho anterior se produce utilizando las técnicas tradicionales del derecho civil, pero
renovadas, pues sólo funcionan, por decirlo así, en provecho de una sola de las
partes, la que se encuentra en posición de ventaja. Eso conduce a la formación de un
orden privado económico, de manera que finalmente el derecho civil se está quedando
vacío. En fin, puede considerarse que las relaciones jurídicas de derecho civil pueden
ser examinadas concurrentemente como relaciones de derecho económico.
Normalmente, el análisis que se hace ignora las trasformaciones que han llevado a la
aparición (¿actualización?) de un nuevo derecho con el ropaje de las antiguas
relaciones jurídicas y mucho trascurre como si el derecho se conservara inmutable y
sin referencia a las nuevas realidades. Pero, en realidad hay una trasformación
constante y ese movimiento produce un cambio de fronteras jurídicas constante entre
el derecho civil y el derecho económico. (26)a) El orden público y el orden público
económico El contenido del primero es, de hecho, bastante restringido; en efecto, él es
negativo y se expresa fundamentalmente en la abstención del Estado para intervenir
en la economía. En cambio, el segundo es positivo, en otras palabras
"intervencionista", puede definírsele como
13. 13. "el conjunto de medidas tomadas por los poderes públicos cuyo objetivo es
organizar las relaciones económicas”. (27) No se trata sólo de una definición doctrinal,
ella encuentra su base Enel artículo 6º del Código Civil para el Distrito Federal en
materia común y para toda la república en materia federal. En él se prescribe: “La
voluntad de los particulares no se puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla
o modificarla. Sólo pueden renunciarse los derechos privados que no afecten
directamente al interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos de
tercero". Esta norma es completada por el artículo 8º del mismo Código que ordena:
"Los actos ejecutados contra el tenor de las leyes prohibitivas o de interés público
serán nulos, excepto en los casos en que la ley ordene lo contrario". Estas
disposiciones conciernen diversas leyes que regulan el contenido de un buen número
de contratos. Ilustran el caso la Ley de Seguros, las disposiciones sobre el
arrendamiento, las disposiciones sobre numerosas operaciones de crédito, etc. Así se
forma el conjunto legislativo que constituye tantas excepciones al derecho civil clásico
que prácticamente se forma otro orden público, el orden público económico, pues la
mayoría de nuevas normas concierne al contenido del contrato. Así, el derecho civil
encuentra su ámbito de aplicación bastante restringido. La principal cuestión es
determinar el contenido de ese derecho civil constantemente renovado. Puede
afirmarse que el nuevo orden público económico se distinguen todos sus aspectos del
orden público clásico. En el orden público clásico del derecho civil la libertad
contractual es la regla, de manera tal que el contenido del primero es puramente
prohibitivo, es decir, prohíbe las convenciones que "atentan contra las reglas de vida
en sociedad consideradas como intangibles por el derecho positivo”. (28) Se trata de la
aplicación hasta sus últimas consecuencias de la libre ley de la oferta y la demanda,
de la entronización de la libertad de industria y comercio. Todo aquello que atente en
contra de estas libertades está prohibido. Por el contrario, el orden público económico
es una noción cada vez más generalizada. La intervención deviene la regla, pero se
hace a través de diferentes técnicas aplicables en dos modalidades, como
14. 14. medidas de organización y de dirección de las relaciones económicas como
medidas en donde se protege a una de las partes en los contratos. Dentro de las
medidas tendientes a dirigir la economía, se observa "el propósito de concurrir a la
organización de la economía nacional eliminando de los contratos privados todo lo que
pudiera contrariar esta dirección".(29) En esta categoría pueden entrar diversas leyes,
como la "Ley monetaria", la Ley orgánica del Banco de México, las leyes regulando el
crédito y las operaciones financieras, las disposiciones sobre urbanismo, servicios
públicos, construcción, uso del suelo, las disposiciones sobre la competencia
económica, la libertad de precios, las tarifas de los servicios públicos, etcétera. En
cuanto a las medidas tutelares, aquí pueden incluirse leyes sóbrela protección de los
consumidores, las que otorgan derechos mínimos los asalariados, las que protegen a
ciertos grupos de usuarios, etc. Se trata en general de normas que otorgan derechos a
grupos que se encuentran en un estado de inferioridad o debilidad económica. Estas
disposiciones tienen naturaleza económica doble. En primer lugar, forman parte de la
política económica del Estado. Así, cuando se fijan los salarios mínimos, lo mismo que
cuando se calcula la redistribución del ingreso, cuando se establecen las bases para
adoptar e instrumentar la política monetaria y crediticia, todo se hace desde un punto
de vista económico. Es la intervención planificadora y de dirección del Estado. Así la
intervención protectora del poder público se subordina al papel de rector de la
economía. Así, cuando se decide mantener los precios del trasporte público por debajo
de su valor real, esta ventaja que favorece, sobre todo, a los asalariados, permite
pagar salarios bajos. Así se "favorece la intervención". Claro que las medidas
protectoras tienen, además, de su finalidad económica, otras metas y otras funciones.
En segundo lugar, las normas tutelares han aparecido ahí donde surgen relaciones
contractuales, casi siempre colectivas, en donde seda el fenómeno de la adhesión. Se
adoptan aquí medidas para proteger a los débiles en los contratos. Pero la debilidad
puede entenderse de muchas maneras. Por ejemplo, en lo relativo al conocimiento.
Hoy en la compra de casi cualquier aparato el
15. 15. profesional está obligado a dar las instrucciones de uso; esto sucede en otros
dominios, la obligación de informar es cada vez más amplia. De hecho, la noción de
orden público económico, lo que hace es dar unidad a un conjunto de medidas cuyas
finalidades pueden ser diversas y cuya justificación no es ya única. La idea que del
hombre subyace en todas ellas es probablemente diferente, pues no es lo mismo
tutelar al trabajador que al ahorrador, ni al consumidor o al productor, etcétera. Como
quiera que sea, se nota una restricción en el campo de la libertad contractual que va
siendo sustituida por un orden diferente de contenido autoritario, en todo caso la
técnica para poner en práctica ese derecho no es la del derecho civil, sino la del
público. Las modalidades técnicas pueden ser las de la reglamentación, la prohibición,
el control, la determinación del contenido del contrato e incluso la obligación de
contratar.(30)Se reglamenta un contrato cuando se establecen formalidades
obligatorias. La prohibición no necesita una explicación; por ejemplo, se puede prohibir
determinado tipo de comercio. Se controla una actividad cuando se exige el
cumplimiento de determinados requisitos para poderla realizar. Se determina el
contenido en los contratos cuando, en ocasión de su celebración, las partes deben
obligatoriamente incluir ciertas cláusulas o bien la ley las considera incluidas. En cierta
hipótesis existe la obligación de contratar. Para ilustrar eso baste recordar un
proveedor o un prestador de bienes y servicios, no puede negar su mercancía o sus
servicios, cuando realiza ofertas públicas. Hay que notar que dependiendo de la
política económica de las autoridades el orden público económico tendrá mayor o
menor rigor.
16. 16. Las ramas del derecho social y el derecho económico Las relaciones del derecho
económico con el derecho social son imprecisas o ambiguas. Pues tanto del uno como
del otro se discuten aún cuestiones acerca de su naturaleza. En nuestro medio el
derecho del trabajo, como parte del derecho social, ha sido reconocido hasta el grado
de haber alcanzado un alto grado de autonomía. Esta se manifiesta no sólo por el tipo
de relaciones reguladas, las personas cuyas conductas se regula, sino incluso por la
existencia de tribunales especiales y leyes exactamente aplicables al tipo de
relaciones objeto de este tipo de actividad. El orden jurídico mexicano incluiría dentro
del derecho social al derecho agrario y al de la seguridad social. Para nuestro objeto,
como se verá, resulta particularmente interesante abordar el derecho del trabajo. A) El
derecho del trabajo o de las relaciones de producción y el derecho económico pesar
de la ambigüedad de relaciones que puede haber entre el derecho económico y el
derecho del trabajo, tres cuestiones clarifican esas ambigüedades. En primer lugar, las
relaciones entre economía y trabajo; en segundo lugar, el hecho de que el derecho del
trabajo procede del derecho económico y, en fin, en tercer lugar, las semejanzas
técnicas entre ambos derechos. Por lo que se refiere al primer punto, es indudable la
relación del trabajo con la economía, uno es parte de la otra. Al trabajo se le puede
analizar desde un punto de vista microeconómico, pero también desde una
perspectiva macroeconómica. En el primer caso el punto de partida para los análisis
es la empresa; en el segundo, se parte de la organización global que considere junto
al trabajo el resto de factores que integran a la economía. Por lo que toca a la
afirmación de que el derecho del trabajo precedió al derecho económico, se trata de
una simple constatación histórica. En efecto, la primera gran rama en separarse del
Código Civil, fue el de las relaciones de trabajo, hasta el punto de formar una nueva
rama con una autonomía propia y fuera de discusión. Esto desde el momento en el
que sus técnicas la separan netamente del derecho civil. Baste evocar su papel tutelar,
sus contratos colectivos y su
17. 17. propio procedimiento con sus propios órganos jurisdiccionales. Finalmente, en
cuanto a las semejanzas técnicas de los dos derechos hay que notar que ambos
superan la división clásica del derecho en público y privado. Particularmente relevante
es el caso de los contratos de adhesión; pero lo mismo sucede en cuanto a las
características generales de las dos ramas jurídicas. Así, las distienden a ganar en
concreción lo que pierden en abstracción, son más cambiantes, más oportunos; sus
aplicaciones, dependiendo de la situación económica, son hasta contradictorias, etc.
De hecho estos elementos son observables cuando se reconoce que se trata de dos
derechos diferentes, ello no quita, como se vio, que tengan elementos comunes, sobre
todo si se toma al derecho del trabajo como una parte del régimen jurídico de la
producción.(31)El derecho penal y el derecho económico La relación entre el derecho
penal y el derecho económico se infiere, en un primer momento, de que algunos
autores hablan de un derecho penal económico. Entienden por tal a las prescripciones
que tienen como objetivo a la persecución y represión de las infracciones a la
legislación económica. (32) Entre esta última se encuentra la relativa aprecios, reglas
sobre facturación, etc. En general, cuando una infracción económica es sometida a
reglas diferentes a las del derecho común, puede decirse que se está ante derecho
penal económico. Pero las relaciones entre este derecho y el económico no se agotan
ahí: en efecto, si se habla del derecho penal económico es porque los especialistas
han constatado que existe una legislación penal económica que no se ajusta a los
principios clásicos del derecho penal. Una vez constatado un derecho penal
económico en ruptura con los principios del derecho penal clásico, es evidente el
surgimiento de un derecho con rasgos distintivos. Al respecto se observa un retroceso
en el subjetivismo penal, a esto se agrega el cuestionamiento al principio de legalidad
de los delitos y las penas; finalmente, la administración pública tiene una mayor
intervención en la aplicación
18. 18. de este derecho en detrimento de los juzgados penales. Con respecto a la
relegación del subjetivismo penal, ésta se manifiesta por que las infracciones
económicas son "normalmente infracciones objetivas". La intención delictiva no es
exigida, sólo se reprime un efecto económico. Ciertas sanciones se aplican apersonas
morales, en cambio en el derecho penal clásico no puede exigírsele responsabilidad a
una persona moral, por lo que no podría castigársele. Otro ejemplo es la expedición de
cheques posdatados, independientemente de la intención de librado y librador de
cometer un delito, el solo hecho de que se expida un cheque en el que ambas partes
saben que no hay fondos para hacerlo efectivo, basta para que ambas partes sean
responsables del delito. En cuanto a los atentados al principio de legalidad, que en
derecho penal algunos autores enuncian diciendo que no hay delito si no hay ley que
lo establezca, es decir, "nulle crime, nulla pena sine lege”, conforme a este principio es
el legislador quien tiene facultades para crear delitos y establecer sanciones. En esta
materia se ve, sin embargo, un desplazamiento de la ley en provecho de la
administración, quien por medio de decretos "contribuye" a la configuración del tipo
legal. "El legislador detenta las grandes líneas, el poder reglamentario fija el detalle de
las incriminaciones”. (33) En cuanto a la manera de aplicar la legislación penal
económica, no es el juez penal quien lleva a la práctica la ley; por el contrario, es la
administración quien, a través de una concertación con los actores de la vida
económica, trata de hacer cumplir la legislación. En última instancia, la concertación e
incluso la transacción económica sustituye al proceso penal. Todas estas
características esbozadas tienen como resultado el quesea el derecho penal una de
las ramas en donde se nota más el particularismo del derecho económico. No puede
evitarse la reflexión de que el derecho penal económico está "marcado" por la finalidad
económica. Esto se repercute y se demuestra en las técnicas de aplicación de este
derecho. Así, se constata que la sanción penal no pasa de ser una amenaza. (34) El
conjunto de rasgos del derecho penal económico tiende a atenuar
19. 19. e incluso a borrar uno de los principales rasgos del derecho penal, el de la
seguridad jurídica. Este rasgo es, por otro lado, uno de los más sobresalientes,
humanistas y, por lo tanto, positivos del derecho penal. Por esto no sería deseable que
el elemento económico fuera el que determinara la naturaleza del derecho penal
económico en detrimento de los principios clásicos del derecho penal que debieran
prevalecer. Conclusiones Las conclusiones que pueden inferirse de los análisis
precedentes van de las observaciones más elementales y generales hasta las más
complejas. En una primera aproximación cabe constatar algunas de las observaciones
del pensamiento de Weber respecto a las relaciones entre economía y derecho, y de
las hechas por Jacquemin y Schrans. La primera que conviene recordar es aquella
conforme a la cual el derecho se relaciona con la economía de acuerdo a la naturaleza
del primero, es decir, de manera normativa, esto está lleno de consecuencias. La
segunda concierne a la "necesidad" e "intensidad" con la cual la regulación jurídica
norma las realidades, conceptos y fenómenos económicos. Es decir, en ocasiones
sería difícil hablar de un concepto económico prescindiendo de la noción jurídica. Así
sucede con la propiedad. Una tercera, fácil de percibir, es que prácticamente en todas
las ramas del derecho se nota la aparición de normas con contenido económico. Esto
se ha producido en tal cantidad que ha llevado a cambios cuantitativos en el derecho.
En efecto, como en el caso del orden público, puede observarse la aparición al lado
del clásico, de un nuevo orden público por su contenido económico. Otra consiste en
observar que los cambios producidos tienen un sentido o varios, cuya principal
consecuencia es la desaparición de una frontera precisa entre las relaciones de
derecho público y aquellas de derecho privado, incluso la división clásica entre la
20. 20. economía por un lado y el derecho por otro. Lo mínimo que puede constatarse es
la formación de una nueva racionalidad económica; en ocasiones esta nueva
racionalidad económica es múltiple, pero en todo caso, se observa que "las manos
invisibles del mercado" son sustituidas por "las manos visibles de la economía". Estos
rasgos insinúan el proyecto o la realidad de una nueva sociedad. Notas1. Gérard
Farga, «Drouet économique», France: PUF, 1982, p. 13 s.;Champaud, Contribution á
la definition du droit économique", en «Recueil Dalloz Sirey», France, 1967, 3e cahier,
chronique XXIV.2. Héctor Cuadra, "Reflexiones sobre derecho económico", en
“Estudios de derecho económico» I, México: UNAM, 1976; Jorge Witker, «Derecho
económico», México: Habla, 1985; Andrés Serra Rojas, «Derecho económico»,
México: Porrúa, 1990.3. Gérard Farjat, op. cit., p. 14; Héctor Cuadra, op. cit., p. 10 s.4.
Champad, op. cit.5. Max Weber, «Economía y sociedad», México: FCE, 1987, p. 253
s.6. Max Weber, op. cit., p. 268 s.7. Karl Marx, "Préface" a «Contribution á la critique
de léconomiepolitique», trad. Molitor, París, p. 29 s.8. A. Jacquemin y G. Schrans, «Le
droit économique», Francia: PUF,1974, p. 27 s. (¿Que sais je? 1383.)9. Héctor
Cuadra, "Vicisitudes del derecho económico en México", en«Estudios de derecho
económico» II, México: UNAM, 1977.10. André de Laucadura, «Drouet public
économique», Dalloz: París,1986.11. Bernard Chino, «Drouet public économique»,
Dalloz: París, 1965.(Cours de Drouet 2e.)12. Jorge Witker, op. cit.13. Andrés Serra
Rojas, op. cit.14. André de Laucadura, op. cit.15. Gabino Fraga, «Derecho
administrativo», México: Porrúa, 1991, p.404.16. Gérard Farjat, op. cit.; André de
Laucadura, op. cit.17. «Compendio de disposiciones legales sobre
contratacióneconómica», Ministerio de Justicia de Cuba por su órgano dedivulgación,
1989.18. Champad, op. cit.
21. 21. 19. Gérard Farjat, op. cit.20. Ibídem.21. Ibídem.22. Supra...23. Gérard Farjat, op.
cit.24. Lorence Boy, y A. Pirovano, "Ambiguités du droit économique",revista «Proces»
nº 7, 1981, citado por Gérard Farjat en «Droitéconomique».25. Gérard Farjat, op. cit.,
p. 47-48.26. Ibídem, p. 48-49.27. Ibídem, p. 49.28. Ibídem, p. 49.29. Ibídem, p. 50.30.
Ibídem, p. 51.31. Ibídem, p. 42-43.32. Ibídem, p. 58-59; ver también J. Pradel, «Drouet
penaléconomique», France: Dalloz, 1982, p. 1 s.33. Gérard Farjat, op. cit., p. 58.34.
Ibídem, p. 58 s.

https://www.academia.edu/31521151/Mu%C3%B1oz_Fraga_-_Derecho_Economico

Fuentes Bibliográficas:

Lares, V. (2012). El derecho económico en relación con otras ramas del derecho. 16 de octubre de
2019, de In slideshare Sitio web: https://www.slideshare.net/jo56mo/el-derecho-econmico-en-
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Witker, J. “Introducción al derecho económico”, 4a. ed. México : UNAM, Instituto de


Investigaciones Jurídicas, 2016, sitio web: https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/1937-
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Muñoz, R. (2011). “El Derecho Económico: su relación y distinción con otras ramas del Derecho”,
En Derecho Económico (20-25). México: Porrúa.

Muñoz, R. (2011). “Conceptos fundamentales del Derecho Económico”. En Derecho Económico


(20-25). México: Porrúa.

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