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Roberto G.

Grau

Editorial La Casa del Ajedrez


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Supervisión Técnica: Daniel Elguezabal Varela


Dirección Editorial: Andrés Tijman Marcus
Transcripción y Maquetación: Gustavo Gonzalez Martín
Diseño de portada: Claudia Tijman

I.S.B.N.: Obra Completa 84-923612-5-5


I.S.B.N.: Tomo II 84-923612-7-1

Depósito Legal: M-44351-2000

Impresión: Lettergraf S.L.


Impreso en España - Printed in Spain

Todos los derechos relativos a las mejoras técnicas incorporadas en ésta obra respecto del
original quedan reservadas para la Editorial La Casa del Ajedrez. Queda prohibida su
reproducción parcial o total.
¿Clásicos o modernos?

Los ilustres ajedrecistas de los años veinte, treinta y cuarenta, como


Tarrasch, Capablanca, Nimzowich, Reti, Botvinnik, o Alekhine, nos han fas­
cinado con sus partidas, con sus enseñanzas, con su forma de entender el
ajedrez, con su inmenso legado. Ellos fueron hijos de un tiempo que hoy juzgamos
incierto, caótico, aunque de una riqueza de ideas prodigiosa.
Una vez más, los genios parecen resistirse a ser encerrados en los
estrechos límites de una definición. Sin embargo, un interrogante surge cuando
pensamos en el papel que les ha correspondido representar en la historia del
ajedrez. ¿Eran clásicos o modernos?
Estos Grandes Maestros completaron la labor iniciada por Philidor en las
postrimerías del siglo XVIII: diseñar la geometría del juego que todavía hoy
continúa vigente. Las novedades que se fueron incorporando durante el siglo XX
no hubieran podido producirse sin sus enseñanzas.
Roberto Grau se nutrió de la luminosidad de los brillantes talentos de
aquellos días. Con ellos compitió con absoluta sensatez y dignidad, y recogió de
esa generación lúcida y atrevida las simientes del ajedrez de hoy.
La intensidad y la forma en que Grau comprendió el ajedrez ha dejado
huella en muchas generaciones de amantes del juego, porque les proporcionó
herramientas claras y concluyentes: las formas de organizar el pensamiento
q¡edrecístico, cómo operar los temas tácticos, cómo valorar las fuerzas propias y
las del rival, cómo prever los finales, en definitiva, un sinnúmero de elementos
que los Maestros repasan de forma automática antes de realizar cada
jugada ... Grau nos los desgrana en palabras, en diagramas, en conceptos.
Así, hoy los amantes del ajedrez, y quienes sienten curiosidad por
conocerlo, pueden contar con las enseñanzas que ayer guiaron a las generaciones
pasadas.

La presente obra está separada en cuatro tomos: l. Rudimentos, 2.


Táctica y Estrategia*, 3. Conformaciones de peones y 4. Estrategia Superior.

* El contenido del libro responde realmente a táctica y estrategia, aunque su


denominación original era Estrategia.
PRÓLOGO

Cuando inicié mi libro Tratado General de Ajedrez anuncié que esa obra era sólo el
primer paso de un esfuerzo completo a favor de la bibliografía ajedrecística de habla hispana.
Ese tomo fue trazado para facilitar el conocimiento del ajedrez e iniciar a los aficionados que
desearan penetrar en el aparente laberinto de la técnica del juego. Pude haber escrito inmedia­
tamente la segunda parte, pero una obra de ajedrez de ese tipo requiere muchos años de esfuer­
zo. Hacer un libro para buscar sólo el éxito editorial puede ser fácil, pero es tarea compleja el
escribir uno que, antes que a nadie, satisfaga al propio autor. Quizá no lo habría escrito nunca,
a no mediar la solicitud del diario a que pertenezco para que creara una sección técnica de
ajedrez. Así nació hace siete años la sección Frente al Tablero del diario "la Nación" y en ella
fui volcando ordenadamente todo cuanto he aprendido y he comprendido del ajedrez a través de
una larga vida deportiva y periodística.
Ese curso, largo y prolijo, con algunas modificaciones y con las necesarias correccio­
nes, es en realidad la médula de los tres tomos sobre Estrategia que se inician con el presente, y
con los cuales pretendo aportar a la bibliografía ajedrecística la obra más completa sobre el
tema que se haya escrito en idioma alguno. Sin duda carece de la magistral autoridad de algu­
nas de las obras consagradas, pero ofrece como novedad la serie de temas prácticos que se han
considerado, el sistema metódico con que se exponen para llevar lentamente al (Jficionado a
través del laberinto de la técnica, y, en especial, la forma extensa con que sé explican los pro­
blemas, con preferente preocupación a favor del razonamiento.
En este estudio de la estrategia se explican los detalles de la partida práctica, no para
encandilar a los aficionados con la habilidad de los maestros, ni con el fúlgor de sus combina­
ciones, cómo se gestan y cuáles son las razones que permiten descubrirlas. Es un libro de aje­
drez y un libro de razonamiento. Y como éste es la base del pensamiento ajedrecista, si he logra­
do mi propósito, habré contribuido, de la más honesta de las maneras, a facilitar el progreso de
la masa anónima de jugadores.
En su primera parte, este libro, que está concatenado al primer tomo que todos cono­
cen, trata problemas de/juego de combinación. Es el segundo volumen, que ahora se ofrece. En
él se estudiarán las razones que provocan las combinaciones y el jugador aprenderá a navegar
en el delicioso mar de la maniobra táctica atrevida, de los sacrificios espectarnlares y de las
combinaciones de mate. Y verá, a lo largo del libro, que éstas no son tan difíciles ni tampoco
inaccesibles. Y, lo que es más importante, observará que por medio del razonamiento se llega a
descubrirlas en casi todas las posicionesfavorables para este tipo de ajedrez.
El tercer tomo será un estudio sobre la parte fimdamental de la estrategia propiamente
dicha: la armazón de peones; en él veremos cómo toda la arquitectura del juego, todos sus pro­
blemas y todas sus dificultades desde el planteo, nacen de la colocación que demos a nuestros
peones. El cuarto y último tomo, tercero de la Estrategia, será un estudio superior sobre los
problemas técnicos más complejos de/juego, la lucha de piezas menores entre sí, los cambios de
piezas, los puntos débiles, la bondad y desventaja de ciertas piezas trabadas en su acción, a más
de una leve incursión en un tipo de finales: el de torres y peones. Es precisamente esta clase de
finales la que se produce en el sesenta por ciento de los casos en que se provoca la simplifica­
ción.
En estos tres tomos he vertido ejemplos de gran interés. Para hacerlo he recurrido a lo
mejor de cada uno de los textos existentes. Pero como tengo especial yjust!ficada simpatía hacia
el ajedrez argentino, he tratado de dar la mayor cantidad de ejemplos locales, algunos de los
cuales son de primera calidad y han merecido los honores de la publicación en libros europeos
de gran jerarquía.

7
Ofrezco con esta obra lo mejor de mi capacidad ajedrecística y vuelco en ella mi expe­
riencia añeja de periodista y profesor, para darle el estilo que necesita toda la obra escrita y
para asignarle el valioso aderezo didáctico que requiere la explicación clara y simple de todo
problema técnico, por complejo que éste parezca. Escrita para quienes no saben y para quienes
suponen saber, posee finalmente el mérito de ser el producto de seis años de labor y el extracto
de treinta años de vida deportiva vinculada al primer plano del ajedrez de mi patria.

Roberto G . Grau

8
CAPÍTULO I
TEMAS BÁSICOS DE COMBINACIÓN
1.- MATERIAL CONTRA TIEMPO Entend iéndolo así, nos dedicaremos al co­
mentario razonado del porqué de las combina­
La creencia de que el aj edrez es un j uego ciones, para tratar de probar que la dificultad
demasiado compl icado no ha logrado ser del aj edrez es un espej ismo que desaparece al
desaloj ada de la mente de los profanos y aun primer impulso serio de la vo luntad de vencer.
de aquel los que, sin serlo, están en los balbu­
ceos de la técnica del mismo. En real idad, el MATERIAL CONTRA TIEMPO
aj edrez no es más ni menos complejo que la
mayoría de las especulaciones mentales que Puede afirmarse que en este subtítu lo está el
hacen las delicias del hombre desde siglos verdadero secreto del arte de combinar.
atrás. De lo ún ico que ha carecido el juego es Las piezas valen en ajedrez por lo que hacen y
de métodos de enseñanza y, el hombre, de no por su simple existencia en el tablero . Esto
tiempo para hacerse un autod idacto . es una verdad que todos comprenden, pero
Lógico es, pues, que ante el cruce de dos difi­ que casi ningún jugador novicio practica. En
cultades tan serias sean pocos los que hayan el afán de capturar algún peón di latan el desa­
logrado comprender de manera cabal el por­ rrollo de sus piezas y resulta que, si aparente­
qué de las combinaciones que el juego ofrece mente tienen ventaj a material, están en des­
y cuáles son los sistemas de razonam iento de ventaj a de tiempo, ya que han perd ido varios
que se valen los maestros para desentrañar, en en procura de una hipotética superioridad .
posiciones aparentemente equilibradas, el Esta es la razón que da vida a todos los gam­
enigma de la victoria. bitos (sacrificio de peón en la apertura para
En consecuenc ia, nuestra primera intenc ión es acelerar el desenvolvim iento de las piezas y
explicar el origen de muchos triunfos aparen­ abrir l íneas a las prop ias fuerzas) y la que
temente incomprens ibles, y cómo, a la sola luz justifica las combinac iones. Veremos, a través
de ese magn ífico compresor que es la lógica, de un simple ej emplo del notable maestro
se puede llegar, si no a la verdad abso luta, a Spielmann, hasta qué grado es fác il compren­
disipar muchas de las brumas con que tropieza der una combinación y una partida a poco que
el afic ionado bisoño en sus incursiones aj e­ se reconozca la verdad irrefutable de que la
drec ísticas. ventaj a de tiempo es superior en los planteos a
la ventaja de material.
LA COMB INACI ÓN

La técnica del aj edrez comprende muchos


aspectos, pero el más agradable de considerar
es el de la combinación, que es la técn ica de la
belleza obj etiva del j uego.
Para el j ugador experto, para aque l que ha
superado esta etapa intermedia de la sensación
ajedrec ística, quizá resulte mucho más hermo­
sa la suti leza de un planteo o la perfección de
un estud io, pero para la enorme masa de afi­

cionados será siempre más emocionante la


"Inmortal " de Anderssen que un final de Ber­
ger.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 9


Se llegó a la posición del diagrama de la pági­ Cuando se tiene desarrollo inferior hay gran
na anterior en la j ugada 1 2ª de las blancas en peligro de ser atacado. En este caso es siem­
una partida disputada entre Schories con las pre prudente la simplificación, que favorece
blancas y Rudolf Spielmann con las negras en al que se debe defender. Por esa razón estraté­
el torneo de Scheveningen de 1 90 5 . La situa­ gica era mej or 1 7 .�dS + , devo lviendo el peón
ción es instructiva. Las blancas amenazan y arribando a un final inferior, pero por lo
ganar un peón con .ixe4 . Éste podría ser menos largo y, por lo tanto, más propicio a las
defendido con 1 2 . . . �fS , pues si 1 3 . tt:l bd2 reacciones.
seguiría 1 3 . . . tt:l xc3 ! , y si 1 3 . tt:l g S tt:lxg5
1 4 .�xfS tt:l e6 , seguido de . . . d4; pero la ver­ 1 7 .. J�!aeS 1 8 .�b 1
dad es que esta variante perm itiría a las blan­
cas alcanzar una buena posición de ataque. Obsérvese a lo que debe llegar el blanco para
mantener la ventaj a material. La lucha entre
CÓMO RAZONÓ SPIELMANN espacio y material está haciendo crisis. Vemos
cómo, a medida que la partida avanza, el ne­
¿Cuál fue la deducción de Spielmann? Pues gro está asegurándose la fiscal ización de ma­
que la carencia de desarrollo de las piezas del yor número de cuadros en el tablero, lo que
flanco dama enemigo y una posible apertura equivale a decir que domina estratégicamente
de la columna " f" val ían mucho más que un la situac ión.
peón y optó por segu ir con:
1 8 . . . tt:ld4!
12 . . .fS ! 1 3 .exf6 �xf6 1 4 ..ixe4 dxe4
1 5.�xe4 .ib3! CÓMO SE COORDINAN DOS PLANES

Magn ífica maniobra. Spielmann le qu ita a la Con habil idad ha logrado Spielmann coordi­
dama adversaria la retirada a "c2" y prepara la nar la ventaja en espac io con la debil idad de la
gananc ia de tiempo que surgirá de . . . !!ae8 . casilla "f2" enemiga.
Obsérvese que tiene e n j uego todas sus piezas Ahora no es posible seguir con la maniobra
menores, que pondrá económicamente en natural 1 9 .tll xd4 �xd4 2 0 . tll xb3 por la
acc ión la torre y que el caballo adversario de conocida y bon ita comb inación 2 0 . . . �xf2 +
"f3" está inmovil izado, porque debe obstruir 2 1 .!!xf2 !!e1 + + , en tanto que si 2 0 . tll f3
la conjugación de las amenazas del alfil rey, la füf3!
dama y la torre sobre el peón " f2 " .
Las blancas tienen superioridad material (un 1 9 .tll e4 tt:lxf3+ 20.gxf3 �g 6+ 2 1 . © h 1
peón de ventaj a) pero prácticamente están en gxf3
neta inferioridad, porque sus fuerzas del ala
dama se hal lan inertes. Maniobra simple y defin itiva que no sólo
recobra el peón para las negras, sino que pone
1 6 .c4 térm ino a una lucha de clásica factura estraté­
gica.
Un error. El que está peor desarrollado debe Si ahora 2 2 . tll xcS sigue 22 . . . �c2 23.�a2
evitar en lo posible avanzar peones, pues !!xf2 ! , con mate inevitable en tres movim ien­
éstos acentúan su pérdida de tiempo. Era sin tos como máximo, pues si 24.!!g 1 !!e1 , et­
duda mejor 1 6 . .ie3, pero lo que desea el cétera.
blanco es obstruir la diagonal del alfil dama
adversario y brindar un punto fuerte para la 22.ge1 gxf2 23 . .ig S �h 5 24.tt:lf6+ gxf6
dama en "d5 " . 25.gxeS+ ©f7

1 6 . . . �d6 1 7. tt:l bd 2 Y las blancas abandonaron.

10 ROBERTO G GRAU
.
I I . - TIEMPO CONTRA MATERIAL brechas sobre el enroque enem igo. Las negras
están amenazando cambiar el caballo dama
Hemos visto de qué manera se logra triunfar por el de "e5" adversario, que es la pieza más
en aj edrez mediante la sabia transformación agresiva, y luego j ugar . . . c5, contraatacando.
de material en tiempo. El misterio del sacri fi­ Además, en un final estaría mejor el negro,
cio está encerrado en ese principio, que es por la más prudente colocación de sus peones.
simplemente la ciencia de entregar piezas para El aj edrec ista norteamericano Mr. Fox ideó
retardar el desarrollo enemigo, y vencerlo, aquí una combinación magnífica, que respon­
antes que éste pueda hacer valer la teórica día al plan de ganar tiempo a costa de mate­
superioridad de material. rial, y para real izarla efectuó la jugada si­
El aj edrecista bisoño debe compenetrarse de guiente:
un princ ipio que ya esbozamos, y es el de que
las piezas de aj edrez tienen un valor relativo. 1 7 . .!Li d c4 !
La simple existencia de el las en el tablero
nada sign ifica, como no significa en una bata­ Apoyando el caballo de "e5", para retomar
lla la posesión de mayor número de efectivos con un caballo en caso que las negras hicieran
si no hay posibilidad de hacerlos actuar. Las la j ugada lógica . . . lll ce5 . Tienden, además,
piezas valen por lo que hacen y por la fac ili­ una magnífica celada.
dad que pueden tener para entrar en el com­
bate, y el sacri ficio de material es uno de los 1 7 . . . dxc4
procedimientos más eficaces para retrasar el
desenvolvim iento del adversario. Error. En el deseo de ganar material, Bauer no
vacila en abrirle l íneas al adversario. Veremos
UN FINAL REALMENTE ahora de qué manera conj uga Fox las amena­
EXTRAORDINARIO zas directas de la torre sobre el enroque, con
la posesión de la diagonal a2-g8.
Para ponerlo en evidencia insertaremos un
final magnífico, pertenec iente a una partida 1 8 .Wxg 6 ! !
Fox-Bauer, en el que para triunfar se hace
necesario aprem iar al adversario mediante una U n nuevo sacrificio, y perfecto, y a que pone
serie de sacrificios de material que le impiden al adversario en el di lema de capturar y per­
poner en acción sus demás piezas : mitir que la combinación siga, o, en su defec­
to, dej arse dar mate mediante Wxh 7 + + o
Wxf7+ y lLi g 6 + + .

1 8 . . . hxg6

Si 1 8 .. .fxg6 1 9 .i.xc4+ Wf8 2 0 . lll xg6+ hxg6


2 1 .l:!h8++. Si en cambio 1 8 . . . i.f6 1 9 .Wxf?+
©ha 2 0 . lll g 6 + + .

1 9 . .!Li xg6 ! !

E l tercer sacrificio, que acaba de abrir brechas


en el j uego enemigo y que tiene la enorme
fuerza de amenazar mate en una j ugada, o sea,
La posición es equil ibrada en apariencia. Las la obligación de ser aceptado. Y, entretanto,
blancas tienen el ataque y presionan el ala del las otras piezas están inactivas, en mérito a la
rey adversario, pero para ganar necesitan abrir habil idad con que el blanco transforma el

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA II


material (las piezas que entrega) en tiempo j uego enem igo, y exigirle de esta suerte una
(imposibilidad de que el adversario ponga en man iobra larga para que ponga en acción las
acción sus efectivos y remedie la s ituación). piezas. Para el logro de esto entrega un peón y
otra vez estamos frente a una lucha de mate­
1 9 .. .fxgG 20 ..ixc4+ rial contra tiempo.

Seguido de �h8 mate.


Si el j ugador que conducía las blancas no
hubiera conocido lo relativo del valor de las
piezas en aj edrez y la importancia que tienen
los tiempos en las posiciones abiertas, no
habría podido idear la notable combinación de
sacrificio que lo condujo a la victoria. Ha
entregado la dama y los dos cabal los para
reducir al rey adversario a una posición de
mate con el material imprescindible para rea­
lizarlo, mientras las negras, con su enorme
ventaj a de material, eran simplemente espec­
tadoras de la agresión adversaria.
4.e6!
UNA PARTIDA IN STRUCTIVA
Entrega típica de peón, recomendada en todos
Veamos ahora una partida del maestro Spiel­ los casos simi lares en que el adversario, para
mann, que muestra cómo desde el planteo capturarlo, debe hacerlo con un peón, lo que
puede jugarse con ese plan y cómo los sacrifi­ anula la acción de los alfiles, debilita el ala de
c ios de peón se j ustifican cuando con el los se rey y da ventaja en espacio al que entrega
ganan tiempos o se obl iga al adversario a material.
perderlos, que es por cierto una forma de
ganarlos . 4 ... fxe6 5.d4 lll f6

En cambio el holandés Landau no está com­


Defensa Alekhine (802)
penetrado de la mayor importancia del tiempo
Amsterdam, 193 3
en el planteo. Debió devolver el peón me­
Blancas : R. Spielmann
diante S . . . es 6 . dxeS e6 . Ahora tendrá graves
Negras: S . Landau
dificu ltades en el desarrollo de sus piezas y el
blanco, en cambio, las pondrá en acción ráp i­
1 .e4 lll f6 2 . tll c3 d 5 damente.

E n lugar d e entrar e n una Apertura Vienesa, e l 6.lll f3 c5 7.dxc5 tll c6 8 . .ib5


negro prefiere seguir las rutas típicas d e l a
Defensa Alekhine. Para liberar su pos ición, las negras devolvie­
ron el peón haciendo un sacrificio de desvia­
3.e5 lll fd 7 ción (sacar el peón central de "d4" adversario
y llevarlo a "c5"), pero es tarde.
Primera pérd ida de tiempo. Lo j usto es 3 . . . d 4 , Ahora Spielmann se concreta a evitar . . eS, .

atacando a la vez al caballo enemigo. Esta que facil itaría la movil idad del alfil dama
retirada y la conciencia exacta de la importan­ adversario.
cia de los tiempos en la apertura permiten a
Spielmann hal lar un método de bloquear el 8 . . . .id7 9 .0-0 �c7 1 0 J3e1 h 6

12 ROBERTO G. GRAU
Para evitar la amenaza de tll g5, que está im­ 23 .�xd7+
pidiendo . . 0-0-0 .
.

Era mejor aún 2 3 . c 6 .


1 1 .ixc6 bxc6 1 2 . tll eS 9 5
23 . . . ixd7 24.\Wxh6 �98 25.c6 ie8
26. tll xbS
Subsiste l a influencia d e l a notable entrega de
peón de las blancas en la cuarta jugada. Para Las negras abandonaron.
poner en acc ión al desventurado alfil rey, y Notable ej emplo. Toda la partida ha girado
además imped ir if4, las negras siguen debi­ alrededor de la j ugada clave del planteo: 4 . e6 ,
litando su pos ición. No pueden enrocarse que definió s u estrategia y entorpec ió la mo­
largo por la amenaza de tll f7 , y el caballo vil idad del negro a costa de un peón, pero
blanco dom ina la casilla vital del combate : permitió ganar tiempo en el desarrol lo, al
"e5 " . reduc irle al enem igo la posibil idad de sacar
las piezas .
1 3 .\Wd 3 � 9 8 1 4.b4 i 9 7 1 5 .\W96+ ©d8
1 6.\Wf7 111.- LOS ATAQUES AL EN ROQUE

Amenaza 1 7 . tll xd? y 1 8 . !!xe6 . El tema que vamos a tocar no es, por cierto,
una novedad . Ha sido encarado por la casi
1 6 . . .i e 8 1 7 .\Wxe6 m 8 1 8 .bS tll e4 totalidad de los técn icos, y esta misma fre­
cuencia con que ha preocupado a quienes
La aparentemente excelente jugada 1 8 . . . tll g4 pretenden aclarar los aparentes misterios de la
sería refutada con 1 9 . tll xd 5 . Ahora veremos estrategia del juego revela hasta qué punto es
cómo otra vez Spie lmann recurre al expe­ valioso para el aficionado. Tiene además otro
diente de la entrega de material para ganar aspecto, que lo hace agradable de leer y de
tiempo. Y ahora es tanto más necesario, por considerar, y es que los problemas que en él
cuanto el negro, también mediante la entrega se debaten son de una trascendencia tal en la
de un peón, está a punto de zafarse de sus vida de la partida (nada menos que dar mate),
dificu ltades y aun quedar mejor. y los proced imientos tan impresionantes (sa­
crificios y jugadas permanentes de inic iativa),
que resu lta bon ito y de fác il comprensión. No
sucede con él como con los problemas de alta
Spielmann quiere abrir la columna "d" para técnica, en los que sólo se lucha por ventajas
dar jaque con la torre, y para hacerlo necesita suti les, por conqu istar simples cas i l las o por
ganar tiempos med iante sacri ficios de mate­ lograr un aparente e innocuo cambio de pie­
rial. zas, que si son notab les para el erudito, no
logran conmover a la masa de jugadores, que
aún no está preparada para gustar de tan suti­
19 . . . dxe4
les proced im ientos.

Si 1 9 . . . ixe5 20 .füe5 fü6 2 1 .füd 5 + , etcé­ EL ATAQUE DI RECTO SOBRE EL REY


tera.
El sacrificio es la nota vibrante del aj edrez;
20.if4! tiene el brillo que embellecía la guerra anti­
gua, donde se luchaba de frente y cara a cara,
El segundo sacrificio, orientado sólo por el lo que sin duda era menos hábil que lo actual,
deseo de ganar tiempos. pero mucho más digno y emocionante . Eran
problemas de vida o muerte, y los ataques
20 ... ixeS 2 1 .ixeS \Wd7 22.�d 1 cxb S sobre el enroque en aj edrez son un símil de

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG IA 13


esto. En el los se lucha abiertamente en pos de 7° Cuando esto no es posible, se debe reem­
una victoria, con planes claros que el adversa­ plazar con la colocación de las torres en la
rio conoce y que en muchos casos no puede tercera línea. Esto para los ataques por medio
evitar. Pero esas combinaciones no son miste­ de piezas, cuando los peones del que ataca
riosas y pueden expl icarse. Para llevar a permanecen inmóviles, que es el tipo de ata­
efecto un ataque sobre el flanco donde el que rápido, del que vamos a ocuparnos.
adversario está enrocado es fácil establecer 8° El dominio de las casillas 'f6", "g6" y
algunos principios estratégicos indispensables "h6" ("j3", "g3 " y "h3'') asegura el éxito de
para que el ataque tenga perspectivas de éxito. cualquier ataque.
Veamos cuáles son esos principios. 9° El dominio de la quinta (cuarta) horizontal,
especialmente la colocación de un caballo en
LOS PUNTOS ATACAB LES 'f5", "g5" ó "h5" ('f4", "g4" o "h4''), y en
ese mismo orden de importancia.
Las características del enroque que se desea 1 0° Finalmente, ventaja de material móvil en
atacar señalan el tipo de ataque que debe lan­ la zona donde se desarrolla el ataque.
zarse. S i se trata de un enroque debil itado ya
por el avance de un peón, la manera de ata­ UN EJ EMPLO DE M I ESES
carlo reside en el avance de los propios peo­
Para dar un poco más de vida a nuestras afir­
nes. Si, en cambio, es un enroque con la con­
maciones comenzaremos por mostrar un bo­
figuración perfecta de peones (todos en su
casilla inic ial), el medio para vulnerarlo es nito ejemplo, en el que le tocó actuar al vete­
rano maestro alemán Mieses, en una sesión de
más pel igroso para quien lo intenta: el sacrifi­
simultáneas.
cio de material.
Nos ocuparemos pri mero y exclusivamente de
este último tipo de ataque y estableceremos Apertura Vienesa (C27)
algunos principios estratégicos indispensables Liverpool, 1 900
para llevarlo a efecto : B lancas: J. Mieses
1 º Lo principal que debe poseer quien ataca Negras: N . N .
es ventaja en espacio en el centro del tablero,
lo que equivale a decir que debe dominar 1 .e4 e s 2.lLic3 lLif6 3 .ic4 lLi xe4
mayor número de casillas que el adversario.
2° Poseer un peón en "e5" contra un peón en Antigua variante de las negras contra la
··e6" (o "e4" contra "'e3" en el caso de las Apertura Vienesa, que tiene el defecto de
negras) adversario es una de las posiciones sacar el caballo de su punto natural de " f6 " .
típicas de ataque sobre el enroque. Veremos cómo este detalle, ahora intrascen­
3° La importancia del principio anterior está dente, es el primer hilo sutil de que se pose­
en que el peón en "e5" ("e4 ") elimina de la siona Mieses para ganar la partida.
casilla 'f6" ("j3 '') al caballo adversario,
pieza que defiende casi definitivamente todo 4.'ªh5
ataque sobre el enroque.
4° Hay que dominar alguna diagonal sobre el Más agresivo que 4 . tli xe4 , por la répl ica
enroque y debe poseerse, en la generalidad de 4 . d5, hac iendo la "fourchette" .
. .

los casos, el propio caballo en "j3" ('f6'').


5° La existencia del alfil rey, que es el alfil 4 . . . lLid6
más agresivo, pues ataca el punto "h7"
("h2'') enemigo. Apoya el punto fl ataca el alfil y remedia la
" ",

6° Esto puede completarse y hasta reempla­ situac ión, pero tiene un defecto fundamental:
zarse con la posesión de las columnas abier­ aleja el caballo de la casilla "f6" y lo com­
tas sobre el enroque adversario. promete para el caso de un eventual enroque.

14 ROBERTO G. GRAU
LAS NEGRAS TRAZAN SU DESTINO eventual avance del peón "d", lo que perm itirá
que el alfil dama actúe.
5.�b3 �e7 6 . d 3 0-0
1 O . ll:\ d S !
Esta j ugada de las negras equivale a un desa­
fio. Es un enroque que viola algunos princi­ Planeando la combinación c lás ica.
pios fundamentales que hemos esbozado. Las
negras no poseen el caballo en "f6" y su enro­ 1 o . . . ll:\ts
que adquiere, por eso, el máximo de vulnera­
bil idad. Están peor desarrol ladas y tienen PERO Y A ES TARDE ...
dificu ltades para l levar las piezas a la defensa
por la obstrucción que el caballo hace del Las negras han logrado llevar el caballo a
peón de "d6" • . "f6", pero ya es tarde. Ahora Mieses apela
también a un recurso clásico en este tipo de
7.ll:\f3 ll:\ c6 8 . ll:\ g S posiciones, que basa su éx ito en el principio
octavo. Entregará la dama en la casilla "g6",
Las blancas se aj ustan en u n todo a l proced i­ para abrir la diagonal larga al alfil y preparar
miento clásico para atacar. Ahora, med iante la un mate magn ífico.
aplicación del principio noveno, del dominio
de la quinta línea, comienza el ataque, que
luego derivará hacia otros típicos temas de
ofensiva sobre el enroque.

LA TRANSFORMACIÓN DE LOS PLANES

8 . . . h6

Las negras se ven obl igadas a acentuar su


debil idad .

9. h4!

Otro método típico. Ahora se apoya el caballo 1 1 .Y*/g6 ! !


sacrificándolo, pero para conseguir abrir la
columna "h" y permitir que, a cambio de un La superioridad en espac io y la racional dis­
caballo perd ido, entre a actuar la torre. Como posición de las piezas en el ataque hacen po­
se ve, una generosidad pel igrosa. sible esta jugada aparentemente sorprendente,
pero que no lo es para quien se compenetre
TRATANDO DE REPARAR LA FALLA
con los princ ipios que hemos esbozado. Ya
9 . . . ll:\eB veremos otras combinaciones simi lares que
demuestran que el tema es característico y
Las negras tratan de reparar la falla estratégi­ sólo requiere la habil idad del maestro para
ca. Procuran situar el caballo en "f6" para saber cuándo puede ej ecutarse.
rechazar la ofensiva y además facil itan el
1 1 . . .fxg6

• 6. ..0 - 0 es un error. En cambio, con 6... �c6 7.�f3 g6 Triste necesidad . Las blancas amenazaban
8.1/:Vh3 �f5, el negro se queda con un sano peón de ll:\xf6+ seguido de Wh 7++. Si 1 1 . . . hxgS
ventaja y sin problemas. Por este motivo se considera más
precisa 6.�f3. 1 2 . hxgS, y la torre reemplaza ventaj osamente

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 15


al caballo, pues resta al rey la posibilidad de de ventaja. Es necesario tomar l a dama por la
huir a " h 8 " . form idable amenaza de . . . Wxh 7 + + .
Como s e ve, l a idea central d e las d o s combi­
Y MATE E N DOS JUGADAS naciones insertadas, y la de la notable partida
de Fox, es la misma, pero llevada a efecto por
1 2 .!Dxe7+
.
distintas vías tácticas.

A la descubierta. IV.- EL SACRIFICIO

12 ... © h S 1 3 .!DxgG++
.
Vimos la simil itud de ideas que hay en mu­
chas partidas magistrales y aprendimos que
EL M I SMO TEMA TRATADO POR los ataques al enroque están regidos por una
MARSHALL serie de principios inalterab les que hacen fác il
la tarea de quien los comprende y ap lica sa­
Veamos ahora un ej emplo excepcionalmente biamente.
notab le. Para no extendemos excesivamente El ataque contra el enroque es, quizá, el pri­
daremos el final de una partida j ugada entre el mer obstáculo que halla el aj edrecista princi­
maestro que durante tantos años fue campeón piante en su marcha a tientas por la estrategia
de los Estados U nidos, Frank James Marshall del juego.
(con negras), y Levitzky, en el torneo de A falta de guía, el aj edrec ista bisoño dej a todo
Breslau de 1 9 1 2 . librado a su intuic ión y, desgrac iadamente, la
experiencia enseña en la vida y en el aj edrez a
desconfiar del sexto sentido .

LAS DIFICU LTADES DEL PRINCIPIANTE

Una vez que el jugador aprende el movi­


miento de las piezas comienza su odisea.
Dispone de elementos para combatir y no sabe
manejarlos, y éstos se convierten, no sólo en
inútiles en sus manos, sino que la mayoría de
las derrotas se deben a que las propias piezas
entorpecen su acción. El jugador se va enre­
dando con sus planes y cuando quiere acordar
se entrega inerme, envuelto en la madej a de
Lo insertamos por cuanto el sacrificio que se sus propios desac iertos, con lo cual nada le
realiza en esta partida tiene gran simil itud con cuesta al adversario vencerlo. Estas partidas
el anterior y también con el diagrama de la term inan generalmente por medio de ataques
partida entre Fox y Bauer (al principio del directos sobre el rey, y sólo cuando la expe­
presente capítulo). En ambas ocasiones las riencia es mucha, y un poco a tientas, el j uga­
blancas sacrificaron la dama en "g6" para dor aprende a defenderse.
rematar la lucha. Lo primero que se le ocurre es avanzar el peón
En el caso actual el ej emplo es más gráfico, "h" para desalojar al alfil adversario de la
pues las negras j ugaron 23 . . . Wg 3 ! ! , entregán­ casilla "g5", o para evitar que esa pieza o un
dola a tres piezas distintas y ganando en todos caballo se sitúen en ese cuadro y colaboren en
los casos. Si 24. hxg3 .!De2 ++; si 24.fxg3 los ataques. Veremos ahora una partida en la
.!De2+ 25. c;t> h 1 �xf1 ++, y finalmente, si que se produce esto y se repiten los detal les
24.Wxg3 lt:Je2+ 25. c;t>h 1 lt:Jxg3+ 26. c;t>g 1 estratégicos que esbozamos en el capítu lo
(26.fxg3 �xf1 ++) 2 6 . . . lt'ie2+ , con una pieza anterior.

16 ROBERTO G. GRAU
UNA OBRA DE ARTE DE JANOV SKY 8.exd4 ie7 9 . lLi c4

El maestro Janovsky, que fue uno de los más Comienza el plan elemental a desarrollarse en
grandes j ugadores de combinación de la época esta apertura y en todas aquel las posiciones en
moderna, se encarga de vulnerar un enroque, y las que haya una columna abierta: colocar un
cuando su adversario apela al recurso de cabal lo en la casilla que está delante del peón
avanzar el peón "h", realiza uno de los típicos adversario.
sacrificios, que basa precisamente su bondad
en la debil idad de ese avance de que tanto 9 ... 0-0 1 0 .�e2 �c7 1 1 .h4!
gustan los principiantes.
COMIENZA EL ATAQUE SOBRE EL ENROQUE
Ataque Torre (A46)
Marienbad, 1 925 Un tipo característico de ataque. Parecerá de
B l ancas: D. Janovsky difícil concepción este movim iento, pero no lo
Negras: F. Saemisch es. Basta observar la cantidad de fuerzas de
que dispone el blanco sobre el rey adversario
para ver la enorme desproporción de material .
1 .d4 lLif6 2 . lLi f3 e6 3 . .ig S es 4.e3
Mientras éste posee los dos alfiles, ambos
caballos y la dama en excelente posición para
El apoyo permanente del punto avanzado
atacar, el negro tiene reducidos sus efectivos
central es el tema estratégico de los planteos,
de defensa a sólo dos piezas : el cabal lo de
que nadie ha podido nunca debi l itar. Podrá en
"f6" y el alfil de "e7 " .
este momento j ugarse 4 . e4 (el ataque Wag­
Este desequil ibrio provoca el plan. Ahora
ner), podrán algunos técnicos audaces soste­
Janovsky amenaza �xf6 , seguido de �xh?+ y
ner que en los planteos deben colocarse, con
ti:J g 5 + , con ataque irresistible.
las blancas, por lo menos dos peones centrales
Podría observarse por qué causa el blanco
en la cuarta línea, pero lo que no se ha podido
ataca antes de enrocarse largo, y la razón
demostrar es que el sostén del peón central
también es muy lógica. Puede enrocarse en
por medio del otro peón central ofrezca debi­
cualquier momento, y prefiere efectuarlo, si
lidades de ninguna índole.
fuera necesario, una vez que su rival acumule
sus piezas sobre la columna "e", para hacer de
4 ... lLi c6 5 . lLi bd2
todo ese plan una pérdida de tiempo. Si se
enrocara primero, fác il le sería al negro em­
El blanco desea plantear una especie de siste­
plazar un contraataque, que ahora es mucho
ma Colle, con el alfil dama fuera de la cadena
más problemático por la posibil idad que tiene
de peones. Sólo eso j ustifica esta jugada, ya
el rey blanco de sustraerse a las amenazas.
que en las posiciones corrientes de la apertura
del peón dama es conveniente desarrol lar este
caballo por "c3 " , luego de haber efectuado c4. 1 1 . . . h6

5 .. b6 6.c3 .ib7 7 . .id3 cxd4


.
Este avance de peón facil ita el ataque blanco:
cada peón avanzado de un enroque es una
Este cambio de peones es un error. Conviene posibilidad más que se le brinda al adversario
dilatar esa definición central, porque la posi­ por la mayor facilidad de atacarlo, pero la
bil idad de este cambio impide el avance del verdad es que ahora resu ltaba difícil evitar la
peón "e", que es en real idad lo que tarde o combinación de las blancas sin incurrir en esta
temprano intentarán hacer las blancas. Al debil idad. Esta es, en real idad, la fuerza que se
cambiarse los peones se consolida la situación desprende de las posic iones ventaj osas : forzar
central del primer jugador y se le asegura al rival a incurrir en debilidades tácticas que
ventaj a de espacio. facil iten la preparación de planes ganadores.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 17


1 2 .�d2 1 5...hS

Las blancas emplazan sus baterías sobre el Evitando el sacrificio, pero dando un nuevo
peón avanzado. Este sacrificio de alfil es típi­ tiempo a las blancas.
co y clásico. Siempre que se posea la torre en
"hl" ("h8 " para las negras) y el alfil en "d3" 1 6.ifü3 !
("d6''), es posible entregar el alfil apoyado
por el peón "h". Nuevos refuerzos.
La razón es simple, porque al retomar el peón
que captura el alfil, se ataca al caballo, y, al 1 6 . . . es
irse éste, la acción conj ugada de ambas piezas
sobre la casilla "h7" ("h2") debe ser decis iva. El negro se defiende de la mej or manera.
El único reparo que se puede formular a este Cuando el enem igo ataca y no se pueden
principio existe cuando las negras pueden transportar tropas a la zona atacada, es princi­
colocar su caballo atacado por el peón (luego pio elemental en aj edrez, como en la guerra,
de . . . hxg5) en "e4 " , obstruyendo al alfi l. contraatacar en otro punto, especialmente en
el centro, pues de esta manera se consigue
12 . . . ll:\g4 1 3 .if4 d 6 1 4 .ll:\e3 distraer la atención y además abrir brechas en
la zona cercana a la atacada para acudir luego
Esta jugada tiene por obj eto eliminar al caba­ en apoyo de la misma. Pero ahora es tarde.
llo de "g4 " , que es la única pieza que impide
el sacrificio del alfil en "h6 " . Es, pues, abso­ 1 7 .dxe5 dxe5 1 8 .ll:\xeS ll:\xe5 1 9 .ixe5
lutamente consecuente, ya que cambia la úni­ id6
ca pieza menor blanca que no atacaba direc­
tamente el enroque por otra que lo apoya. Y Aparentemente la posición de las negras se ha
luego de este camb io el desequ il ibrio de mate­ estabil izado, porque además de haber simpli­
rial en la zona de la futura ofens iva será ab­ ficado la situac ión han abierto brechas sobre
solutamente decisivo. el rey enem igo y amenazan . E:e8. Pero ahora
. .

surge la jugada típica de sacrificio, que me­


1 4 . . . ll:\xe3 diante la amenaza de un mate inevitable crea
otro de más pura factura. Véase la similitud
Si las negras eluden el cambio med iante que también tiene la j ugada que se efectúa con
1 4 . . . lll f6 , las blancas prepararían el plan g4 y la que caracterizó a las partidas que inserta­
g5, explotando rápidamente la debil idad que mos anteriormente.
ha producido el avance del peón "h" negro.

1 5.�xe3

Y ahora el enroque negro carece del apoyo del


caballo de "f6" y ofrece la tentadora posibili­
dad de un sacrificio por la debil idad que ha
significado el avance del peón "h".
Obsérvese q u e e l blanco lo ataca con los dos
alfiles, que el caballo rápidamente puede acu­
dir, y que también puede situar la torre de rey
en la tercera l ínea, que es otro de los impor­
tantes detalles estratégicos de estos ataques,
según lo hentos expl icado en la tabla de prin­
cipios. 20.YMh 6 ! !

18 ROBERTO G. GRAU
Sencilla pero elegante j ugada que remata una enem igas, especialmente las torres, no tienen
partida de impecable calidad. Si ahora sigue acción.
20 . . . gxh6, entonces 2 1 .:B:g3 mate, y en caso Y ¿cómo se logra esto? Es muy fác i l decir lo
de 20 .. .f6 2 1 .�h?+ 'iiif7 22 .Wxh5+ <lle ? que se debe hacer, ha de opinar más de un
23.�xd6+ Wxd 6 (si 23 ... @xd6 24 .:B:d 1 +, lector, pero lo que hay que decir es cómo se
ganando) 24.:B:e3+, seguido de :B:e3, o a la debe hacer. Y en verdad que esto es más difi­
inversa. cil, pues entra en el terreno de la técn ica del
Las negras abandonaron. j ugador; pero, a pesar de el lo, hay algún prin­
cipio fundamental que permitirá al aficionado
V.- EN ROQUE LARGO CONTRA bisoño, y aun al que no siéndolo es un des­
ENROQUE CORTO preocupado por la técnica, facil itar su tarea
mental .
Hemos hablado de una fam ilia de ataques
sobre el enroque corto. Este es un tema de tan A LGUNAS REG LAS FIJAS
alto interés y de tanto poder de atracción para
el aficionado que lo desmenuzaremos más El jugador que defiende un enroque, hemos
adelante en varios de sus aspectos. Ahora nos dicho, no debe avanzar los peones del enro­
ocuparemos del ataque y contraataque. Obser­ que. El jugador que se defiende, agregamos
varemos un doble duelo sobre ambos enro­ ahora, nunca debe provocar con sus peones a
ques: el corto y el largo, y veremos cómo, por un peón enemigo, salvo en posiciones espe­
la mayor debil idad natural de este ú ltimo, ciales; pero esto sólo es bueno cuando hay
triunfa generalmente quien se ha situado con tanto número de piezas que defienden como
el monarca en el ala del rey. las que atacan, y cuando los propios peones
Pero antes es justo que detal lemos por qué encierran a las propias fuerzas. Al abrir el
causas es más débil el enroque largo. La razón j uego el bando defensor puede, a menudo,
es simple : cuando el rey se coloca en el ala de contraatacar en la zona atacada. Pero esto es
la dama, tiene una mayor extensión de puntos muy poco usual . Lo que sucede generalmente
vulnerables: "c2", "b2" y "a2" ("el", "b7" es que quien ataca, mejor dicho quien ataca
y "al"). Además es una invitac ión a que se le bien, lo hace porque posee mayor número de
plantee un ataque, pues no hay jugador, por efectivos que el adversario en ese sector.
mediocre que sea, que no intente llevar a cabo Pero, dirá el aficionado, no es posible evitar
una ofensiva cuando el adversario se coloca que el adversario nos provoque. Mas, agrega­
con su rey en ese sector del tablero. La mayor remos nosotros, en ese caso le queda a uno la
cantidad de líneas por donde el rey puede ser opción de aceptar la provocación cambiando
atacado hace que generalmente se abra alguna peones y abriendo columnas, o rehuirla avan­
columna sobre el mismo por medio de los zando el peón atacado y comenzando a blo­
avances de peones, y de esta suerte los riesgos quear el juego.
son mucho mayores. En síntesis: que el bloqueo se logra siempre
cuando el que es atacado por medio de peones
DOS TÁCTICAS B I EN DEFIN IDAS avanza sus peones agredidos, evitando que
éstos puedan volver a ser cambiados.
Queda, pues, sin desearlo, sentada una estra­ De lo que resulta que el ataque es, simp le­
tegia y es que quien ataca debe buscar el cam­ mente, un problema táctico, fác i l de resolver
bio de los peones de esa zona para abrir co­ favorablemente, siempre para el que sabe
lumnas sobre el rey, y que, por lógica conse­ valorar de la justa manera en qué momento las
cuencia, quien se defiende en todos los ata­ posibilidades de ganar espacio justifican el
ques sobre el enroque, debe tratar de evitar sacrificio, pues las posiciones de bloqueo se
esos cambios y bloquear la situación con sus deshacen únicamente por medio de la entrega
propios peones. De esta manera las piezas de material.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 19


UN B U EN EJEMPLO posiciones desequi l ibradas, como se denom ina
a todas las que se caracterizan por existir una
Sobre este tema ya veremos ej emplos expresi­ línea abierta para cada jugador. De cambiarse
vos en otra oportunidad . Ahora lo reduciremos los peones quedaría sólo abierta la columna
a una lucha entre un enroque largo y un enro­ "e" y cada adversario acumularía en ella fuer­
que corto, y veremos de qué magnífica mane­ zas con un posible resultado de tablas, pues
ra el maestro N i mzowich, aparentemente en por esa vía se suele producir la simplificación.
una posición perdida, contraataca y, mediante Al rehuir el camb io, queda a disposición de
el sacrificio de varias piezas, abre brechas en las blancas parte de la columna "e", y de las
el j uego enemigo. negras parte de la columna " d " . Las piezas no
se cambian y el juego, por esta causa, se hace
Defensa Francesa (C l 2) más difíc i l .
Zurich, 1 906
B l ancas: A . N imzowich 6.�xf6 gxf6
Negras: Fluss
Ya se ha abierto una columna sobre el ala del
1 .e4 e6 2 . d 4 d5 3 .lll c3 lll f6 4.ig 5 ib4 rey, lo que, si bien impide a las negras enro­
carse en este sector, hace temerario el enroque
Esta jugada da lugar a la variante McCutheon corto de las blancas por la fac i l idad que tiene
de la Defensa Francesa. Es una línea de j uego la torre adversaria para atacar el punto "g2 " .
pel igrosa y de contrago lpe. El negro, en vez
de resignarse a defender su posición y neutra­ 7.lll f3 lll c6 8 .�e2 id7
lizar la acción de las fuerzas rivales, opta por
EL DUELO A MUERTE
buscar la solución estratégica del planteo en el
contraataque. El blanco ha defendido el peón
9.0-0 ! ?
"e4" al clavar el cabal lo, y el negro fij a a su
vez el caballo enem igo y lo anula como pieza
Provocando u n duelo a muerte, las blancas
de acc ión central. Una verdadera lucha por el
buscan el ataque, porque saben que el adver­
dominio de los cuatro cuadros centrales ("e4 " ,
sario no podrá llevar a efecto el ataque sin
"e5 " , " d 4 " y "d5") por acciones indirectas.
enrocarse largo y están dispuestas a contraata­
car en ese sector.
5.exd5
9 ixc3 1 O . bxc3 l:'!g8 1 1 . c4 'ªh5 1 2 . d 5 !
...

Más enérgica parece ser la jugada 5.e5, que


tiene la doble virtud de lim itar el campo de L a lucha s e h a complicado y las blancas tratan
réplicas enem igo, ya que ataca el caballo y de abrir la posición central, deseosas de averi­
éste sólo puede ser defendido mediante 5 . . . h6, guar si es verdad aque llo de que no es posible
que amenaza al alfil y no permite que el alfil atacar un ala mientras el centro se halle inse­
dama negro entre a j ugar. Pero la del texto no guro. Principio de estrategia aj edrecístico y
crea, en cambio, una rígida cadena de peones mil itar que ha resistido todas las experiencias.
en el centro ("d4" y "e5"), cuyos eslabones
serían fáci les de vulnerar oportunamente por 1 2 . . . 0-0-0
las negras mediante . . . c5 y .f6 .
. .

Poniendo el rey en seguridad.


5 . . .°ªxd 5
1 3 .lll d 4
Es probablemente mejor 5 . . . exd 5 , pero el
conductor de las piezas negras gustaba de las Si 1 3 .dxc6 �xc6 1 4 .'ª mueve �xf3 , etc.

20 ROBERTO G. GRAU
LA NECESIDAD DE SER DESCONFIADO VI.- IMPORTANCIA DE LA
CONFORMACI ÓN DE PEON ES
1 3 . . . �h3 1 4.g3 gg6
Sabemos cómo se vu lnera un enroque largo y
cómo del duelo de ataques de similar fuerza
entre un sector y otro resume siempre mayor
caudal de pel igrosidad el que se orienta hacia
el ala de la dama. Pero bueno es que desta­
quemos algunos princ ipios generales que
faci l iten la tarea analítica del aficionado.
Podríamos establecer, por ej emplo, que el
enroque largo es generalmente más pel igroso
para las blancas en las posiciones que se deri­
van del gambito de la dama que en las apertu­
ras del peón del rey, por el hecho de que tie­
nen avanzado el peón alfil dama, y este avan­
ce dej a a merced del adversario la diagonal
Esto es un error que tiene su origen en el de­ b l -h7. Igualmente podríamos establecer que
fecto de dej arse arrastrar por jugadas "natura­ en su mayoría los riesgos que se derivan de
les". En aj edrez hay que desconfiar de la pri­ este enroque surgen de la fac i l idad que tiene
mera impresión y esta partida es un índice de el adversario para abrir una columna sobre el
esto. Obsérvese la aparente razón de este rey; de lo que se desprende que no es prudente
movimiento, pues todo parece indicar que las enrocarse largo cuando se ha avanzado el
blancas estarán perd idas después de la j ugada peón alfil dama y tampoco cuando el adversa­
. . . l3h6, pero Nimzowich ha visto más lejos y rio puede cambiar rápidamente sus peones.
mediante una magn ífica combinación destrui­
rá las ilusiones de su adversario. ALGUNAS CONCLUS IONES

1 5.dxc6 ! ! .ixc6 1 6.cllix c6 ! ! De esto surge lo siguiente : para enrocarse


largo sin riesgo hay que disponer o de un buen
E l sacrificio ganador, que a costa d e l a dama contraataque en el ala rey que impida al ad­
quita al rey una columna de posible huida. versario hacer lo que se le ocurra, o estar muy
simpli ficada la situac ión, o tener los peones
16 ... gxd 1 1 7 .gfxd 1 bxc6 del ala del rey vul nerados o desarticu lados.
Esto desde el punto de vista del atacado, que
Y ahora parecería que las blancas están perdi­ del atacante es otra cosa. El que ataca un en­
das, pero la apertura de esta nueva columna roque largo debe tratar de conservar los alfiles
coloca al rey en una posición de mate. La a toda costa, pues de la acción cruzada de los
jugada que sigue es realmente de problema. mismos surge buen número de comb inaciones
de mate. Además debe tratar en lo posible de
1 8 .cS! gga dominar la columna dama para qu itarle retira­
das al rey y forzar el avance de algún peón del
Evitando el mate en dos, pero . . . enroque, espec ial mente el de " c" .

UNA PARTIDA EXTRAORD INARIA

Y l o mismo s e produce. L a amenaza de Veamos ahora un ej emplo completo. Se trata


ia6++ es incomparable. de una partida j ugada por dos maestros rusos
Las negras abandonaron. que tuvieron su auge en época anterior a la

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 21


soviética: Rabinovich y Romanovsky, llevan­ efectúan es muy valiente y hasta, si se quiere,
do las blancas el primero. tentador, por cuanto económ icamente colocan
una torre en "d i " , vu lnerando el peón central
Defensa Nimzo india (E23) enem igo, y se l ibran de las dificultades que el
Moscú, 1 925 enroque en el ala del rey les reportaría, pues
Blancas: A . Rabinovich para realizarlo habría que perder un tiempo.
Negras: P. Romanovsky Pero ¿han colocado en real idad el rey en lugar
seguro? Este es un grave d i lema si se conside­
1 .d4 .!Lif6 2 .c4 e6 3 . c!Li c 3 ib4 ra que la columna "c" está semiab ierta y la
d iagonal b l -h7 está igualmente a merced de
La presente partida fue j ugada en 1 92 5 , y ya la posible acción del alfil dama negro. Es
entonces el sistema N imzowich mantenía su evidente que el blanco tratará de atacar en el
actual prestigio. La jugada negra es el sistema flanco rey, pero también es evidente que hay
moderno más racional para apoderarse con las más debi lidades en el ala de dama blanca y
negras de la casilla "e4". Véase que al vulne­ que las posibles que se produzcan en el enro­
rar el cabal lo blanco que toma ese cuadro, éste que negro hay que principiar por crearlas .
queda a merced del caballo negro de " f6 " . Pero el duelo está planteado y la lucha será de
vida o muerte.
4.Wi'b3 cS 5 . d x c S c!Li c6
9 . . . dxc4 1 0.Wi'xc4 Wi'e7 1 1 .id 3 .!Ll b4
Y llegamos a la conclusión de que en 1 925 se
sabía lo mismo que ahora de la Defensa Ni­ La partida es interesante. Rabinovich ha colo­
mzoindia. cado su alfil en la diagonal vital b l -h7 para
evitar que el adversario haga lo mismo con su
6.id2 alfil dama, y además preparando un ataque
sobre el enroque enemigo. Para llevarlo a
Actualmente se j uega en esta posición 6 . llif3 , efecto debe avanzar su peón a "e5 " , de acuer­
pero dudamos de que sea superior a l a del do con los principios por nosotros enunciados,
texto, pues ahora no es posible . llie4, que
. .
el central de los cuales indicaba que es nece­
tanto molesta en la variante normal. sario, para poder iniciar una ofensiva, desalo­
jar primero el caballo de " f6 " .
6 . . . ixcS 7.e3 0-0 8.c!Lif3 d S
1 2 .ib 1 b6 1 3 .Wi'h4
Después d e l a amenazadora Defensa Ni­
mzoindia se ha l legado a una especie de va­ Y mientras las negras tratan de sacar el alfil
riante Ortodoxa del Gambito de Dama, en la dama para darle además j uego a la torre desde
que están un poco mej or las negras por el la columna "c", el blanco orienta sus baterías
dominio del punto "e4" y por el hecho de que hacia el enroque adversario, que sólo está
tienen ventaj a en el centro, derivada de la defend ido - ¡ y en qué sólida forma ! -, por el
existencia de un peón en "d5 " . caballo de "f6".

E L DUELO A MUERTE LA MANIOBRA ESTRATÉGICA

9.0-0-0 1 3 . . . iaG !

Y aquí se produce el desnive l estratégico. Las Muy hábil. Romanovsky intenta con esta
blancas han real izado una j ugada muy delica­ man iobra eliminar el alfil rey enemigo para
da que gravitará fundamentalmente sobre el atenuar en tal forma el ataque conj ugado de
curso ulterior de la partida. El enroque que esa pieza y la dama sobre el cuadro "h7", y

22 ROBERTO G. GRAU
además para comenzar a reducir el campo de Obsérvese cómo el alfil de "a3 " sigue entre­
retirada del rey enem igo, apoderándose él con gado y no puede ser capturado, porque se
su alfil de la importante diagonal . produciría el mismo mate del ej emplo ante­
rior.
1 4.e4
20 . . . b S ! !
Comienza a manifestarse la contraofensiva
blanca.

14 ... c!/Jd3+ 1 5.ixd 3 ixd3 1 6.ig S

Sin duda las blancas han j ugado muy bien. A


primera vista todo parece indicar que están
mejor por la fuerza incontenible del avance
es, ya que ahora atacan el alfil de "d3 " y el
negro debe perder un tiempo para apoyarlo.
Pero se pondrá en evidencia en esta partida, y
de magnífica manera, la mayor debil idad
natural del enroque largo en las aperturas del
peón de la dama.
El golpe de grac ia. Esto obl iga a capturar el
1 6 . . . füd S ! peón, a lo que seguiría un mate de notable
vistosidad, o a tomar el alfil, lo que también
Comienza a prepararse l a notable combina­ permitiría a las negras ganar, aunque de sobria
ción. ¡ E l negro co loca una torre en la diagonal manera.
ya vulnerada por el alfil blanco !
2 1 .%Yxa3
LA COMBINACIÓN CONOCIDA
Si 2 1 .Wi'xbS l:'!ab8 . Si 2 1 .W/b3 b4 2 2 . bxa3
1 7 .es ia3 ! ! bxc3 2 3.�xc3 l:'!db8, etcétera.

Y nuevamente surgió e l tema d e combinación 21 . . . %Yf5


de los alfi les como medio de ataque sobre el
enroque largo. El doble ataque da a la lucha Y las blancas abandonan, pues si 22 .%Yb3
notable rel ieve y la pérdida de un tiempo l:'!ac8 , seguido de . . . Wi'b 1 mate.
puede ser decisiva. Se observa en el remate de esta partida el
preponderante papel que ejercen los alfi les, la
1 8 .exf6 columna "c" abierta y, lo que es más valioso,
el dominio de la diagonal b l -h7, que resulta
La maniobra j usta habría sido 1 8 .l:'!xd 3 , se­ por cierto el verdadero talón de Aquiles del
guido de 1 8 . . . l:'!xd 3 1 9 . Wc2 ! W/c5 20. cJ;ixd3 enroque largo (h2-b8 en caso de que el enro­
ixb2 2 1 .Wi'd4 W/c7 2 2 . c!/J d S ! , con mej or que largo sea del negro).
partida.
V I I . - LA VENTAJA EN ESPACIO Y SU
1 8 . . . %Yc5 1 9 .id2 DERIVADO EN EL ATAQUE

Para evitar . . . W/xc3 mate. Pondremos punto final al tema. Veremos una
vez más al maestro austríaco Rodolfo Spiel­
1 9 . . . ig 61 20 .%Ya4 mann demostrando con sus ej emplos tan ad-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 23


mirablemente logrados en su l ibro " Richtig en esta apertura tan poco medu lar y quiso
Opfem ! " la fuerza del recurso estratégico que castigar la osadía de Spielmann. Pero se olvi­
en las posiciones abiertas da el sacrificio de dó de lo poco que vale la teoría en la lucha
material, no simplemente orientado por el viva, y de que Rudolf Spielmann es genuina­
primario deseo de dar mate, sino como recur­ mente un ajedrecista de corte antiguo, que se
so para limitar el campo de répl icas del adver­ agiganta y hal la recursos en todas las posicio­
sario, asegurarse ventaj a en espacio y tiempo nes abiertas.
y obligar a que éste, para zafarse del ataque, Casualmente donde la táctica moderna desba­
deba devolver generosamente lo conquistado. rata todos estos alardes combinatorios es en
El aficionado observará que en estas posicio­ las defensas, donde se rehuyen estas líneas de
nes el que ataca tiene superioridad de piezas juego y se llevan las partidas a terrenos donde
móvi les y que, además, dispone de alguna el azar de una j ugada feliz y de un instante de
línea abierta o la pos ibil idad de dominarla. De inspiración no gravita tan poderosamente.
esta manera eleva al máximo la eficiencia de Debe buscarse el ataque cuando a uno le
sus fuerzas y éstas cobran así vital importan­ convenga, y no cuando el adversario quiera;
cia y el máx imo de su poderío. Y justo es que tal es el lema de la moderna estrategia, y es lo
si un jugador posee, por ejemplo, una torre y que en un rapto de van idad pueri l olvida
un alfil en los puntos culminantes de su efi­ Grünfeld, para su desgracia, pues Spielmann
ciencia, tenga posibil idad de llevar a cabo un se encarga de probar que un teórico frío y
ataque mediante la acción conj ugada de estas razonador no puede defenderse nunca en las
dos piezas, y entregar un peón para lograrlo posiciones abiertas frente a un combinador de
no es, por cierto, un acto temerario, sino un su exuberante talento.
acto inteligente. Mucho mej or que aceptar el gambito, que
Mostraremos ahora una partida de Spielmann también es bueno pero obl iga a saber muchas
con Ernesto Grünfeld, d isputada en el torneo variantes, es simplemente segu ir con 2 . . . d5,
de Tepl itz-Schonau, de 1 922, y en la que el llamado el Contragambito Falkbeer, y aun con
viej o zorro del aj edrez austríaco no solamente 2 . . . ic5 , la sólida idea de Tarrasch, el maestro
se an ima a plantearse un gambito del rey al del desarrollo.
gran teórico vienés, sino que lo vence em­
pleando armas del mismo calibre que las que 3 .ic4
usaba Morphy en 1 850. Toda una elocuente
demostración de lo poco que vale la técnica El gambito de alfil rey. Habitualmente los
cuando la inspiración personal no la secunda. aficionados juegan en este momento 3. tll f3 ,
por temor al jaque de la dama negra en "h4 " .
Gambito de Rey (C3 8) Pero l a experiencia h a probado que las blan­
Teplitz-Schonau, 1 922 cas, mediante la aparentemente desagradable
B l ancas : R. Spielmann jugada 4 . 'it>f1 , quedan con grandes recursos
Negras : E. Grünfeld de contraataque, por las pérd idas de tiempo
que se derivarán de la situac ión inocua de la
1 .e4 es 2.f4 exf4 dama en "h4 " .

Las negras aceptan el gamb ito deseosas, sin 3 . . . llic6 4.llif3 g S


duda, de probar que nada significan para un
técn ico moderno estos tipos de ataque de tan S i n duda, l o más lógico. Las negras han gana­
rud imentario cuño, que sólo fundan su efica­ do un peón, mas para hacer esto han debido
cia en la debil idad del punto "f7", único plan cederle al blanco la posibilidad inevitable de
que concibieron en aj edrez sus primitivos jugar d4 y asegurarse el dom inio del centro.
cultores. No hay duda de que Grünfeld debe Justo es que por lo menos traten de compensar
haber sentido un poco de repugnancia al entrar esto con superioridad material .

24 ROBERTO G. GRAU
5.0-0 d6 6.d4 .ig7 7 .c3 h 6 Se amenaza . . . ixh4, elim inando el incómodo,
a pesar de estar copado, cabal lo blanco. Pero
A primera vista parece que Grünfeld h a logra­ Spielmann ha visto esto y ahora abrirá por la
do su propósito, ya que el peón que ganó está fuerza la columna "f', que vale mucho más
sólidamente apoyado, posee una cadena de que la pieza que entrega, ya que se sumará la
peones aparentemente inexpugnable y, ade­ dama a las piezas agresivas que la presionan.
más, las piezas del ala de la dama blanca tie­ Y si se razona un poco, se verá la simplicidad
nen dificultades en el desarrollo, especial­ y lógica del sacrificio. El caballo de "b l " no
mente a causa de la fuerza de contención que servía para otra cosa que para entorpecer su
significa el peón negro de "f4 " . propia torre .
Pero el aficionado n o debe conformarse con Las blancas tienen un plan general que está
esto. Debe tratar de hallar, por sus propios dificu ltado por un bloque de peones que sólo
medios, un plan de acción, y fáci l mente lo puede ser destruido por el sacrificio y el ad­
hal lará si ha seguido atentamente este curso. versario no ha desarrol lado aún sus piezas,
Verá que hay un punto en la posición negra preocupado como estuvo en avanzar sus peo­
que está atacado por el alfi l rey y que, de no nes; y bien sabemos que el principio de Ta­
existir el peón de "f4 " , estaría vulnerado ade­ rrasch, que los movimientos de peones en los
más por la torre. Ese punto es siempre el lugar planteas significan pérdidas de tiempo, es una
de conj unción de dos líneas geométricas : la verdad indestructible. Entonces la superiori­
acción diagonal del alfil se encuentra con la dad en tiempo es la que j ustifica este sacrifi­
vertical de la torre, casualmente en esa casilla; cio, que ha de asegurar, además, ventaja en
es lo que nosotros llamamos el punto de coin­ espac io, pues las blancas dom inarán un am­
cidencia de las piezas : el cuadro " t7 " . Enton­ plio sector del tab lero · .
ces ya tenemos atrapado el plan. Lo que de­
bemos hacer, pues, es tratar de desalojar el 1 1 .lll dxf3 gxf3 1 2 .Wfxf3 g h 7
peón "f', y bueno es hacerlo pronto, ya que a
medida que la partida avance se hará más El primer error serio de Grünfeld. L o justo era
poderosa la fuerza que significa la ventaja 1 2 . . . ih3, segu ido de . . \Wd7 y . . . 0-0-0, para
.

material de un peón que el negro posee y, huir con el rey de la zona atacada. Pero Grün­
además, ya no estará atacado el peón " f7 " . feld no está hecho al ritmo urgente de este tipo
Así debe haber razonado Spielmann cuando de estrategia, y su lentitud para defenderse
jugó : será hábilmente explotada por Spielmann .

8.g3 1 3 .lll g G

Sin temor a debil itar su enroque, pues es Una notable maniobra para salvar el caballo y
consciente que necesariamente del dominio de co locarlo en un cuadro más poderoso.
la columna "f' debe surgir algo mucho más
val ioso. 1 3 ... gg7 1 4.lll f4 ig4 1 5 .Wfg2 ig S

8 ... g4
• Lo recomendado en la actual idad es 1 O . . . li:lf6 1 1 .li:lfS
El negro no quiere ceder al blanco la fiscali­ (es inferior 1 1 .�b3? �e7 1 2 .li:lfS ixf5 1 3 .\Wxb? 0-0
1 4 .�xc6 li:lxe4 1 5 . li:lxe4 ixe4 1 6 .�a4 d5, con gran
zación de la columna "f', y no sólo la cierra, ventaja de las negras, Santasiere-Evans, EEUU 1 950.)
sino que pasa un peón en sexta, que es en 1 1 ... ixfS 1 2 .exfS 0-0 1 3 .�d3 d5! 1 4 . h 3 h5 1 5 . hxg4
apariencia inexpugnable, porque no puede ser hxg4, y ahora no es claro el sacri ficio temático 1 6 . li:lxf3
atacado por otro peón, pero . . . por 1 6 . . . gxf3 1 7 .\Wxf3 li:le4! 1 8 .�xe4 dxe4 1 9 .�xe4
li:lxd4 20 .f6 ixf6 2 1 .\Wg4+ ig? 22.ih6 li:le6 2 3 .l:!ae 1
f5, y el ataque del blanco esta controlado por el segundo
9.lll h4 f3 1 0 . lll d 2 .if6 jugador.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 25


Es interesante observar que las blancas han tan simple, es la causa de muchas derrotas de
entregado una pieza y que los resultados de aficionados que, a menudo, por amenazar un
este sacrificio no se han visto aún. Ha sido mate, atacar la dama, o dar un j aque, obl igan a
simplemente un sacrificio con finalidad estra­ que el rival mej ore la situación de sus piezas.
tégica y hecho para desorganizar la posición Desconfiad de las jugadas lógicas, d ij o una
del adversario. No tiene nada de común, pues, vez Reti, y esto es una verdad definitiva.
con los que hemos visto en anteriores ej em­
plos, que sólo persegu ían el propósito de dar 1 8 .eS!
mate directo.
Dándole a la dama la casul la "e4 " , magn ífica,
1 6. h 3 id7 porque desde ella se podrá atacar la torre de
rey, que es toda la esperanza defensiva negra.
Si 1 6 . . . ixf4 1 7 .ixf4 id ? 1 8 .l:!ae 1 , con Nuevamente, la importancia de la apertura de
buen ataque. líneas.

1 7 . c!Li h S l3 h 7 1 8 . . . dxeS 1 9 .Wle4 f5 20.l3xf5 !

OTRA VEZ EL SACRIFICIO COMO TEMA


ESTRATÉGICO

Spielmann sigue entregando material para


definir la lucha a su favor antes que su rival
logra afirmar su posición defensiva. Obsérve­
se cómo ha aumentado la fuerza agresiva del
alfil rey blanco y cómo la torre será reempla­
zada con ventaj a con la dama. ¿Que se pierde
una torre? Pues, ¿qué importa esto si se logra
eliminar un alfil poderoso, se deshace la con­
figuración de peones que pod ían apoyar al rey
y existe el recurso de traer rápidamente la otra
torre a la acción?
Obsérvese la posición, que es m u y instructiva.
Las negras tienen una pieza más, pero en
realidad las blancas poseen superioridad agre­ 20 . . . ixfS 2 1 .WfxfS l3e7
siva en la zona central del combate . Han lo­
grado librar íntegramente las líneas, para que Si 2 1 . . . W!d ? 22 .ie6 , segu ido de ixg8 .
su torre y su alfil presionen el peón de " f7 " , y
ahora, conocedoras de la importancia de las 22 .ixg S ! hxg5 23.fü1
líneas abiertas, en las partidas de ataque, reali­
zarán una maniobra maestra, que es, sin duda, Las blancas no se han apresurado a capturar el
lo más medular de toda la partida, ya que en caballo, amparadas en el hecho de que éste no
lugar de acumu lar fuerzas sobre el punto ata­ tiene donde ir, ya que está atacado, y es nece­
cado, tratan de abrir nuevas brechas antes que sario, para evitar la formidable amenaza de
su adversario puede hal lar solución a sus ma­ c!Lif6+, y que, por otra parte, de irse a "h6",
les por medio del enroque largo. Por esta podría ser capturado igualmente. Tienen una
razón sería malo 1 8 .Wff3, a causa de que las torre menos, pero todas sus piezas coinciden
negras realizarían la j ugada 1 8 . . . W!e? , que en el ataque sobre el enroque y las negras no
deben intentar ·siempre, para poder enrocarse. pueden coordinar sus fuerzas para defenderse
¿Para qué, pues, obl igar al adversario a que medianamente bien. No hay, pues, en realidad
haga un buen movim iento? Y esto que parece tal desventaj a de material, porque las fuerzas

26 ROBERTO G. GRAU
blancas que atacan son superiores a las que C Ó MO LE GAN Ó SPIELMANN A
defienden y el adversario no puede reunir FLAMBERG
rápidamente sus efectivos para defenderse.
Para dar mayor realidad a lo afirmado comen­
23 . . . °§'d 6 24 . .ixgS exd4 2S.'§'f8+ ©d7 zaremos por estudiar una partida j ugada por
26.'§'xaS Rudolf Spielmann con el maestro ruso Flam­
berg, en el torneo de Mannheim iniciado en
Y las blancas han recobrado el material y j u l io de 1 9 1 4, y que se debió interrumpir por
quedado con pieza de ventaja. El resto ya no la declaración de guerra mundial, el dramático
tiene importancia para el tema que tratamos. 4 de agosto de ese afio.

26 ... '§'cs 27.lDf6+ ©d6 28 .'§'fS '§'es Apertura Vienesa (C29)


29.©g2 d3 30.fü2 °§'e 1 3 1 .°§'h6 Mannheim, 1 9 1 4
B lancas: R . Spielmann
Y las negras abandonan . Negras: A. Flam berg

V I I I . - EL DOMINIO DEL CENTRO, BASE 1 .e4 es 2 . lD c 3 lDf6 3.f4


DE TODA OFENSIVA
La idea de la Apertura Vienesa en esta va­
Hasta el presente hemos estudiado el aj edrez a riante es la que anima casi todos los gambitos.
través de su primaria final idad, que es dar Se entrega un peón para desviar al de "e5"
jaque mate al monarca adversario. Nos hemos adversario del dominio del centro, obl igar a su
ocupado de diversos tipos de ataques sobre el rival, si quiere mantener el material, a efectuar
rey, tema que, por otra parte, no hemos agota­ j ugadas ilógicas por el flanco, y asegurarse de
do ni mucho menos y sobre el cual vo lvere­ esta suerte una posic ión estratégica dominante
mos oportunamente. Ahora veremos cómo la en el centro del tablero. Pero las negras no
combinación es también un instrumento mag­ deben capturar el peón, sino hacer una de­
nífico en la etapa intermedia del planteo, mostración central para asegurarse el equ ili­
cuando se hace necesario abrir líneas para brio en la zona vital del combate.
dom inar el centro del tablero, o para obtener
ventaja en espacio. Es simplemente una varia­ 3 . . . d S 4.fxeS lDxe4 S.lDf3 .ig4
ción del tema que hemos tratado en nuestros
primeros capítulos, o sea la lucha del tiempo
La experiencia aconseja como mej or la j ugada
contra el material. Esta es la base de casi toda
menos agresiva 5 . . . �e7 , preparando el enro­
la estrategia del j uego de combinación y es la
que y el avance liberador .. .f6, que permitirá
idea animadora de casi todos los gambitos,
equil ibrar las acciones en el centro y ala del
especialmente los del alfil de rey.
rey.
Generalmente, para este tipo de estrategia, la
pieza que se sacrifica es el peón, por ser la
6 .°§'e2 lD c S
menos valiosa. Aun en el caso de que el pro­
pósito de ganar tiempo fracase, fácil es hallar,
con ventaja posicional, un procedim iento para E s mej or 6 . . . ti:J x c 3 .
compensar su pérdida. El maestro Pablo Mor­
phy fue el primero que halló en este detalle un 7.d4! .ixf3 8.°§'xf3 °§'h4+
tema para la estrategia, y sus victorias fueron
en real idad producto de su habil idad para Las blancas han inic iado en la j ugada 7ª una
especular con el sacri ficio de material como man iobra audaz que le costará nada menos
medio para asegurarse ventaja en los planteos que los dos peones centrales. Pero, en cambio,
y en el desarrollo. les perm itirá ganar tiempos y abrir l íneas para

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 27


sus alfiles y sus torres, y de esta suerte asegu­ Si 1 3 . . . We4 1 4 . .ib5+ c!Li c6 1 5 . .ixc5! Wxf3
rarse ventaja en el desarrollo, que vale más 1 6 .�e 1 + J.e7 1 7 .�xe?+ @fa 1 a .�e3+ ,
que los dos peones entregados. Es c laro que ganando.
aun Spielmann podría j ugar 9 .Wf2 , defen­ Si 1 3 . . . Wc? 1 4 . .if4 Wb6 1 5 . .ixb a ! �xba
diéndose, pero el maestro austriaco prefiere la 1 6 .Wf4 ! �ca 1 7 .J.b5+ Wxb5 1 a .�e 1 + fa.e?
compl icación. 1 9 .�xe7+ ! i>xe7 20 .Wd 6 + @ea 2 1 .�e5+
c!Lie6 22 .�xb5 , ganando.
LO QUE BUSCABA SPIELMANN Si a 1 3 . . . Wc? 1 4 . .if4 sigue 1 4 . . . Wa5, enton­
ces continuaría 1 5 . .ib5 + ! Wxb5 1 6 . � e 1 +
9 . g 3 ! Wxd4 1 O .J.e3 ! Wxe5 1 1 .0-0-0 .ie7 1 7 .�xe?+ rll x e7 1 a .We3+, ganando.
Si en lugar de 14 . . . Wb6 o 1 4 . . . Wa5, siguiera
Simplemente esto es lo que deseaba Spiel­ el negro con 1 4 . . . Wca, entonces 1 5 .ixba
mann a cambio de los dos peones entregados.
füba 1 6 . .ib5+ i>e7 1 7 .�e 1 + c!Li e6
No fue se plan dar mate ni atacar al rey direc­
1 a .Wa3+ @f6 1 9 . fü1 + i>g6 2 0 .Wd 3+ i>h6
tamente como en anteriores ej emplos. Lo
2 1 .We3+ g5 2 2 . �xg5! lll xg5 2 3 . fü6+ , ga­
único que lo guió fue sacar ventaja de desa­
nando.
rrollo sufic iente, en la conciencia de que esto
Recomendamos al afic ionado que estudie
necesariamente debe gravitar de manera defi­
estas variantes, partiendo de la posición del
nitiva en el transcurso de la partida.
diagrama anterior, para que vea de qué mane­
ra se conjuga la acción de las piezas en las
1 1 ... c6 1 2 . c!Li x d S I
posic iones de líneas abiertas, y observe lo
poco que vale la ventaja material en este caso.

1 4.J.c4

Amenaza �xc5.

1 4 . . . We4 1 5 .J.xcS

Y las negras abandonan .


Si 1 5 . . . Wxf3 1 6 .�e 1 + J.e7 1 7 .�xe? + , y
mate a la siguiente .
Partida corta, pero demostrativa de lo val ioso
de la ventaja en el desarrollo en los planteas y
Y ahora siguen l o s sacri ficios lógicos. Las de lo pel igroso que resulta perder tiempos
blancas tienen prácticamente todas las piezas para ganar peones en las aperturas. Queda,
en j uego y las negras sólo dos, y escasamente pues, en pie el famoso contrasentido del Dr.
apoyadas. Tarrasch, que dice así: Ganar un peón en la
Ahora el problema está en atacar antes que apertura es siempre un error.
logran atenuar esos defectos básicos de su
posición. EL GAMBITO ALLGAIER

12 . . . cxd S 1 3 J!xd5 We6 Ahora aprovecharemos este tema para pasar


revista a otra partida de Spielmann, en la que
La posición es muy interesante y digna de practica el famoso Gamb ito Al lgaier, una de
análisis. Evidel}temente Flamberg no ha j uga­ las más extraord inarias concepciones que nos
do lo mej or, pero en verdad era muy difícil el brindó la técn ica antigua. Este gambito halla
problema. asidero casualmente en el tema que estamos

28 ROBERTO G. GRAU
tratando, ya que las blancas entregan material faci litar la implantación de un ataque. Sin
para sacar al rey de su sitio de origen. Se entra embargo, la técnica moderna ha demostrado
así en el tema que trataremos inmediatamente, que este excesivo liberal ismo es imprudente.
del sacrificio en " f7 " para poner al rey adver­ Pero esto es sólo teoría, pues en la práctica,
sario en pel igro y además para lograr el domi­ aun j ugadores muy experimentados no saben
nio de importantes líneas y columnas por las cómo defenderse.
cuales se fi ltrará la victoria antes que el adver­
sario tenga tiempo para poner sus piezas en 6 . . . ©xf7 7 . .ic4+ d S
acción. No es simplemente la final idad del
sacrificio el dar mate, sino el de obl igar al Lo mejor. Contra todos los gambitos el verda­
adversario, para neutralizar el ataque, a que dero antídoto radica en la real izac ión de este
devuelva el material entregado, en posición sacrificio que da juego al alfi l dama.
desventaj osa.
8 .�xd S+ ©g7 9.d4 W/f6
La partida que damos a continuación fue j u­
gada por Spielmann contra Eljaschov en el
Lo j usto es 9 . . . tt:l f6 , para segu ir, si 1 0 . tt:l c3 ,
torneo de Munich de 1 903 . Fue as í:
c o n 1 0 . . . �b4 . Ahora las blancas atacarán con
gran energía · .
Gambito de Rey (C3 9)
Munich, 1 903
1 O.es Wg 6 1 1 . h S W/fS 1 2 .llic3 �b4 1 3 .0-0
B lancas: R. Spielmann
f3
Negras: Elj aschov
Por la amenaza l::\ xf4 .
1 .e4 es 2.f4
1 4. lli e4 W/xh S 1 S . lli g 3 W/h4
El Gambito de Rey, que sólo se justifica como
tema estratégico de planteo, tendiente a abrir
líneas antes que el adversario se desarrolle.

2 .. exf4 3 . llif3 gS
.

UN MAL NEGOCIO

Y vemos lo que mencionamos al expl icar la


apertura Vienesa. Si el negro quiere conservar
el peón debe hacer j ugadas ilógicas en el flan­
co descuidando el " leitmotiv" de la estrategia
de todas las aperturas en aj edrez: el dominio
del centro. Y esto bien vale un peón. Lo mejor
es en estos casos capturar el peón y luego Ahora parece que son las negras las que tienen
entregarlo nuevamente, jugando . . . d5 y de­ el ataque, ya que amenazan . . . W/xg3 y even­
sahogando rápidamente el juego. tualmente . . g 3 . Pero Spie lmann conoce el
.

princ ipio de las columnas abiertas y ahora


4.h4 g4 S . lli g S h6 6.llixf7

Esta jugada es la que da lugar al famoso • Aunque esta es una l inea que se ha jugado poco en los
Gambito Al lgaier. El blanco ha entregado su últimos a1l os, la teoría actual indica; 9 . . f3 ! 1 0.gxf3 li:lf6
.

1 1 .li:lc3 (si 1 1 .ib3 li:lc6 1 2 .c3 -Keres- 1 2 . . . Wt'd6 !


única pieza en acción para sacar al rey de su
1 3 .e5 li:lxe5 1 4 .dxe5 Wt'xe5+, con ataque) 1 1 . . . ib4
casilla de origen y especu lando con que la 1 2 .ic4 gxf3 1 3J'1g 1 + li:lg4 1 4 .Wt'xf3 Wt'xh4+ 1 5 .E!g3
desmantelada situación del monarca ha de fü8 1 6 .if4 ie7 ! , con excelente partida (Korchnoi).

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 29


seguirá sacrificando material para hacer eficaz ajedrez e n Europa han girado alrededor de
la acción que está desarrollando el alfil de este tema y sólo en los últimos sesenta años se
"d5" sobre " f7 " . observó una reacción contra esa unilateralidad
de la técnica del juego. Vista la imposibilidad
1 6.gxt3 ! gxt3 1 7 .Wxt3 c!Llt6 de llegar a buen fin por medio de ese tipo de
ataques, los maestros fueron comp l icando la
Triste necesidad . Si 1 7 . . . We7 , para evitar técnica del j uego y surgió, llena de vida, la
Wf7 mate, entonces 1 8 . lll h S + , seguido de escuela moderna. Pero esto no acabó con la
We4 o i.e4 , mate . combinación directa, ya que habría sido in­
fantil repudiarla por sistema; lo único que se
1 8 .extG+ ©ta 1 9 . .it4 ! lll a6 hizo fue radiarla de la práctica en la mayoría
de las posiciones que no la j ustificaban, y los
Si 1 9 . . . Wxf6 2 0 .i.d 6+ cll g 7 2 1 . lll h S + , etc. maestros modernos se dieron a buscar nuevas
Si 1 9 . . . i.d 6 20 .i.xd6+ cxd6 2 1 .We3 :B:h7 variaciones a la misma idea, para compl icar su
22 .:B:e 1 i.d7 2 3 . .ixb 7 , etcétera. realización y hacerla menos accesible a los
ojos del inexperto.
20.We4 Wg4 21 . .ixb7 .ixb7 22 . .ixh6+ Una de las maniobras más interesantes de este
gxh6 23 .Wxg4 tipo fue la del sacrificio en "f7'', no para dar
mate inmediatamente, sino para colocar al
Las blancas han ganado la dama a cambio de monarca enem igo delante de su cadena de
una torre y dos alfi les, lo que sería poco en peones. Veremos ahora dos cortas partidas en
situac iones normales. Pero las piezas negras las que bulle idéntica idea.
están inconexas. No pueden apoyarse entre sí
y existe la poderosa amenaza de Wg7 + . Defensa Húngara (C50)
Hamburgo, 1 9 1 O
Blancas : Holzhausen
Negras: S. Tarrasch
Si 23 . . :B:xf6 24. lll fS fü7 25.Wh S , ganando.
.

1 .e4 es 2.c!Llt3 c!Ll c6 3 . .ic4 .ie7 4.d4 exd4


24.WgG gt1 25.c3 .id6 26.c!LltS .ie4 5.lll xd4 c!Llt6 6.c!Llc3 d6 7.0-0 0-0 s .g e 1
g e s 9.b3 c!Ll d 7
Para evitar lll h 6 .

27.WhG+ © g 8

Si 27 . . . @ e B 2 8 . :B:e 1 , etc.

28.WgS+ ©ta 29. lll h 6

Ganando. Las negras abandonaron.

IX.- LOS ATAQU ES A L PUNTO "f7" ("t2")

El ataque sobre el punto "f7" ("t2") es uno de


los temas pri m itivos de la técnica aj edrec ísti­
ca. El mate Pastor es su primera expresión y el Esta es la posición típica d e l o s sacrificios d e
" Legal" la segunda prueba del ingenio, del q u e vamos a ocupamos: el peón "f' se en­
talento aj edrecista, que nos ha brindado nues­ cuentra carente de sólido apoyo, lo que obl iga
tro juego. Los cuatro siglos que ha vivido el al rey a capturar la pieza que se entregue y la

30 ROBERTO G. GRAU
casilla "e6", igualmente sin otra fiscalización 9 . .!Li gf3 b6 1 0.id3 ib7 1 1 .0-0 ges 1 2 .c4
que la del peón que va a ser capturado. Co­ .!Lif6 1 3 .if4 .!Li b d 7 1 4.'!We2 es
mienza la extracción forzada del rey, para
obligarlo a colocarse en una situación desde la
cual puede ser fácilmente atacado.

1 0 .ixf7+ ©xf7

Para no perder peón y cal idad.

1 1 .c!Ll e6 ! !

E l segundo sacrificio típico. L a fuerza del


mismo radica en la situación en que se halla la
dama negra bloqueada. Por esto debe tenerse
en cuenta, al realizar el sacrificio, si el adver­
sario puede replegarse con la dama o si puede Alekhine está preparando desde hace varias
elim inar con otra pieza, que no sea el rey, el j ugadas su combinación. Ahora el punto "f7"
caballo de "e6". está apoyado sólo por el rey, y el peón de "e6"
también está pobremente defendido. Se inicia
1 1 ... ©xe6 1 2 .'!Wd 5+ el asalto final.

Y mate a la siguiente. 1 5 . .!Lif7 !

VARI ACIONES SOBRE EL MISMO TEMA Exactamente igual a l a partida anterior. Se


entrega el caballo y éste debe ser capturado,
Veamos ahora este mismo tema manejado por pues no es posible defender, en una sola juga­
Alekhine contra Feldt en una sesión de parti­ da, la dama y el peón de "e6".
das simu ltáneas :
1 5 ... ©xf7 1 6.'!Wxe6+ ! !
Defensa Francesa (C 1 1 )
Notable y sorprendente sacrificio de dama.
Odessa, 1 9 1 6
B lancas: A . Alekhine
1 6 . . . ©g6
Negras : Feldt
Si 1 6 . . . 'ktixe6 1 7 . .!Li g S + + !
1 .e4 e6 2.d4 dS 3 . c!Ll c3 c!L\f6 4.exd5 .!LixdS
5.c!Lle4 fS 6 . .!Li g S ! 1 7 .g4

Muy bien j ugado. Como el caballo n o puede Y mate a la j ugada siguiente.


ser económicamente desaloj ado por medio de Como se ve, hay extraordinaria simil itud entre
. . . h6 , a causa de '!Wh S+ (consecuencia de la un ej emplo y otro.
debil idad que origina el avance del peón "f"),
las blancas com ienzan a atacar el flanco de LA TERCERA COINCI DENCIA
rey enemigo.
Y ahora veremos otra partida en la que se
6 ... ie7 7 . .!Li 1 f3 c6 8 . .!Li e S ! 0-0 debate la misma idea estratégica. El campeón
del mundo la j ugó también en una exhibición
Si 8 . . ixgS seguiría 9 .WhS+.
. de simultáneas, contra el aficionado News.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 31


Defensa Sem i eslava (D45) E n esta partida l a combinación es mucho más
Boston, 1 923 dificil, por cuanto se ha entregado una pieza y
Blancas : A. A lekhine la maniobra ganadora no es absolutamente
Negras: News clara, pero si se considera que el rey negro
está reducido en su acción por el dominio de
1 .d4 d5 2 . c!LJf3 c!LJf6 3 .c4 e6 4 . c!LJ c3 c6 5.e3 la diagonal a2-g8 que ej erce el alfil, y las
fJ.e7 6 .fJ.d 3 c!ü bd7 7 . 0-0 0-0 S .e4 d xc4 posibil idades que brindan al blanco su ventaja
9 .ixc4 b6 1 O .'!Wc2 fJ.b7 1 U�e1 ges en espacio y la acción de la dama sobre los
1 2 .ig 5 ges 1 J .gad 1 gc7 1 4. c!LJ e S c!LJ h 5 cuadros "f5 " y "h7", se hace claro que el por­
venir de las negras no es muy halagüeño.

1 7 . . . 96 1 S .ih6+ c!üg7 1 9 .geJ c5 2 0 . c!LJ d S !


fJ.xd 5 2 1 .ixd 5 cxd4 22 .fü3+ c!LJf6

Y ahora se produce un bonito desenlace de


partida en el que se conj ugan dos temas. Pri­
mero, el del doble sacrificio de piezas para
extraer al rey, y luego la acción combinada de
los alfiles sobre el monarca, de que nos ocupá­
ramos anteriormente.

23.gxf6+ fJ.xf6 24. exf6 ges

L a posición e s típica. Tiene gran parecido con No era posible 24 . . . füc2 por 25 .ixg 7 + + .
la de la partida de Tarrasch, que vimos en
primer término. El peón "f7" está sólo apoya­ 25 .fxg7+ gxg7 26.fJ.bJ
do por el rey, y el de "e6" también solamente
por el de " f7 " La dama negra está sem ib lo­ Igual que en el enfrentamiento Rabinovich -
queada por la existencia de una torre en "e8", Romanovsky, que insertamos en el subcapí­
el alfil en "e7" y el cabal lo en "d7'', situación tulo VI, se retira el alfil para rematar la lucha
de piezas que da fisonom ía propia a la manio­ mediante la co locac ión de la dama delante de
bra de sacrificio. Y ahora, sin agregar más, esa pieza.
cualquier afic ionado que observe la posición
hallará la maniobra ganadora. 26 . . . d J 27.'\Wc4

1 5 .c!LJxf7 ! @xf7 1 6.fJ.xe6+! @fS ! Las negras abandonaron por no poder evitar la
doble amenaza de \Wf7 mate y \Wg 8 + , ganan­
El alfil no puede ser capturado por la notable do la partida en pocas jugadas .
réplica 1 7 .\Wb3+ @d6 1 8 .e5 mate • Obsér­
vese cómo en cada caso el mate ha s ido dis­ X.- DOS MONUMENTOS DE
tinto, pero siempre especulando con los recur­ COMBINACI ÓN : LA " EVERGREEN "
sos que brinda el rey, delante de sus propias Y LA " INMORTAL"
piezas, pues éstas le cortan la retirada.
A pesar de que la partida entre Anderssen y
1 7 .e5 ! ! Kieseritzky, conoc ida por el nombre de la
" I nmortal", que insertaremos más adelante, es
la que mayor prestigio tiene -sin duda por
' En realidad e l mate s e hace esperar dos jugadas más: A
la jugada 1 8 .e5+ seguiría 1 8 . . . tüxe5 1 9 .dxe5+ l!lc5 influencia de su pomposo nombre-, es en
20.tüa4++ . nuestra opinión mucho más valiosa, por la

32 ROBERTO G. GRAU
factura menos vulgar de su combinación y por derrota, o cuando no se corre ningún riesgo de
la crítica situación que para ambos adversarios contraataque o cuando el material se recobra
se crea, la segunda inmortal de Anderssen, con rapidez. Este es el aj edrez moderno, y no
que en A lemania fue bautizada con el nombre hay duda de que, si carece del poder emocio­
de "Eveergreen" (la " S iempreviva"). nal del antiguo, es mucho más generoso en
Uno de los aspectos más valiosos de la belleza solidez y está mucho más a tono con la inte l i­
en aj edrez es casualmente el grado de riesgo gencia y el razonam iento. La mecánica y las
que corre quien hace la combinación. A ma­ matemáticas dieron mayor solidez a las cien­
yor abundancia de sacrificios, mayor emoción, cias y, de reflejo, esta transformación del
y a mayores probabi lidades de una derrota espíritu humano se h izo sentir - ¡ y, de que
apenas el sacrificio fracase, mayor mérito. O intensa manera ! - en la técnica del aj edrez. Lo
sea, que en el concepto antiguo de la impor­ que antes era un problema de audacia, ahora
tancia de una partida en aj edrez el mayor es un método de análisis y de lógica.
poder emocional radicaba para el j ugador en
la audacia que desplegaba y en la temeridad LA "SIEM PREVIVA"
que lo destacaba de los demás. Claro que
había gran profundidad en los análisis, pues al Pero comenzamos a alejamos del tema y j usto
menor error todo ese monumento de trabajo se es que no defraudemos a los lectores. Entre­
viene abaj o en ese tipo de aj edrez. Pero los mos, pues, a recrearnos con esta magn ífica
maestros antiguos preferían ganar, combinan­ partida que, mal que pese a quienes conciben
do con pel igro, en lugar de hacerlo por las el aj edrez de otra manera, perdurará siempre
vías más naturales y tranqui las. Había en el los como una j oya del aj edrez.
un placer singular en j ugar con el pel igro y
una vanidad, creada por el ambiente, que les Gambito Evans (C52)
impedía "achicarse", renunciar a la comb ina­ Berlin, 1 852
ción y hacer un aj edrez más especulativo. Blancas: A. Anderssen
Negras : J. Dufresne
LA INFLU ENCIA DE STEINITZ
1 .e4 es 2.lDf3 lDc6 3 .i.c4 �es 4.b4
Cuando surgió Steinitz no se despreció la
combinación ni mucho menos, sino que se Esta j ugada se denom ina Gambito Evans. Su
consideró que antes de lanzarse en una aven­ autor, el capitán Evans, la introduj o en la
tura semejante era necesario haberse asegura­ práctica de las partidas rápidas en 1 832, sin
do la propia posición. Es decir que surgió en suponer, sin duda, la trascendencia que algún
primer plano el principio de la propia seguri­ día tendría en la técnica del aj edrez.
dad, que no debe estar en ningún caso supe­ Se trata de un gambito que tiene por objeto
ditado a los recursos heroicos, especialmente ganar tiempo en el desarrollo, a costa del
cuando no hay necesidad. A lo que renunció el sacrificio de un peón lateral. La técnica ha
aj edrez moderno, pues, es a comprometer el probado que no es tan eficaz como se creyó en
futuro tras una lum inosa aventura, y por cierto un principio y ahora su práctica es casi nula.
que si en la vida se pensara de esta manera, se Sin embargo, llegó a merecer que libros como
evitarían muchos errores fundamentales. el " Handbuch des Schachspiels" le dedicaran
60 páginas de amplio formato para anal izar
LA COM B INACI ÓN MODERNA sus compl icaciones.

La combinación de sacrificio debe real izarse, 4 . . .i.xb4 S . c3 .iaS 6.d4 exd4 7.0-0 d3
pues, a pesar de la bel leza que tiene y del
irresistible encanto que la hace tan tentadora, Una de las variantes más lógicas. Las negras
cuando no hay otro recurso para evitar la devue lven el peón sin favorecer el desarrollo

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 33


del adversario, lo que sucedería después de 1 9 .gad 1 ! !
7 . . . dxc3 8 .Wi'b3, seguido de ia3 y li:J xc3.
Finísima jugada que a primera vista parece
8 .Wi'b3 Wf6 9.e5 Wfg 6 1 0 .ge1 li:J g e7 una barbaridad.
1 1 .ia3 A una amenaza tan directa como la de
. . . Wxf3, con su desagradable derivado de un
Las blancas tienen dos peones de menos, pero mate en "g2 " , las blancas replican con una
obsérvese qué magnífica movil idad poseen . maniobra preparatoria, pero que encierra un
La dificultad máxima de las negras es el desa­ propósito muy recóndito.
rrollo del alfil dama y ahora, en procura de
resolver ese problema, entregan un peón para 1 9 ... Wfxf3 20.gxe?+! li:Jxe7
buscar a la vez una contraofens iva.

1 1 . . . bS 1 2 .Wfxb S gbs 1 3 .Wfa4 ibG


1 4.li:Jbd2 ib7 1 5 . li:J e4 Wff5 1 6.ixd 3 Wfh5

Y en este momento se inicia una de las com­


binaciones más extraordinarias que registra la
historia del aj edrez. El valor de la misma
estriba en el hecho de que, para l levarla a
efecto, las blancas deben colocarse en una
posición de mate .

1 7 .li:JfG+ gxf6 1 8 .exfG ggs

La variante más bonita se habría producido si


las negras jugaran 20 . . . ©d8. A esto segu iría
2 1 .füd?+ ©ca (si 2 1 . . . ©xd ? 2 2 .ie2 + gana
la dama, o 22.ifS+ da mate en seis jugadas)
2 2 . l!d 8 + . Si ahora 22 . . . füd8 2 3.gxf3, etc.
Si 22 . . . @xd8 23.ie2+ , etc . , y finalmente s i
22 . . . li:J x d 8 23.Wi'd ?+ @xd 7 24 .ifS+, segui­
do de id? mate.

2 1 .Wfxd?+ ! !

L a segunda sorpresa. Ahora las blancas sacri­


fican la dama para poder dar un mate tan bo­
Las negras parecen tener ahora un ataque más nito como original.
directo por la grave amenaza de . . Wxf3.
.

Un jugador moderno habría hal lado el expe­ 2 1 . . . ©xd? 22.ifS+ ©es


diente de la victoria de más simple manera
que Anderssen. Habría seguido, sin duda, con Si 22 . . . ©c6 23.id ? + + .
la prudente jugada indicada por Lasker:
1 9 .ie4 , defendiendo el caballo previamente, 23.id?+ ©ta
pero esto habría sido una claudicación para el
impetuoso Anderssen, y lo que la partida o 23 . . . ©d8.
perdió en sencil lez lo ganó en emoción y
brillo. 24.ixe? mate

34 ROBERTO G. GRAU
LA " INMORTAL" evidente que la desproporción de material en
acción debe dar sus frutos.
Gambito de Rey (C33)
Londres, 1 85 1
B lancas: A . Anderssen
Negras : L. Kieseritzky

1 .e4 es 2 .f4 exf4 3 .ic4 b 5

Esta jugada s e l lama Contragamb ito Kieserit­


zky, aun cuando la Federación Internacional
de Aj edrez la haya omitido en su definitiva
clasificación de nombres de aperturas y con
una transposición de jugadas se designe como
Gambito Bryan . Se trata de un sacrificio de
desviación, que tiene, además, la finalidad de
ganar tiempo en el desarrollo. Kieseritzky fue 1 7 ... Wfxb2 1 8 .id6 ! ! ixg 1
el primer maestro que lo practicó.
Si 1 a . . .Wxa 1 + 1 9 . i>e2 Wfxg 1 2 0 . � xg7+
4.ixb5 Wfh4+ 5.©f1 �f6 6.�f3 Wfh6 7.d3 @da 2 1 .ic7++. Si 1 a . . .ixd6 1 9 . c!i) xd6+
c!i)hS @da 2 0 . c!l) xf7 + @ea 2 1 . c!l) d 6 + @da
22.Wffa+ + .
Amenaza . . . c!i) g 3 + y además apoya el peón de
"f4 " . 1 9 .eS Wfxa 1 + 20. ©e2 � a 6 2 1 .�xg7+
©d8 22.Wff6+!
8 . c!i) h4 c6 9 . �fS Wfg 5 1 0 .g4
Digno y magn ífico broche final .
Este tipo de jugadas hacía la delicia de los
aj edrec istas de entonces, y, por qué no decirlo, 22 . . . �xf6 2 3 .ie7++
también agrada a la multitud de aficionados de
hoy en día, que buscan más la bel leza que la Las blancas han dado mate con sólo tres pie­
corrección fría de la técnica. zas menores y poseen nada menos que dos
torres, la dama y un alfi l de menos, pero las
10 ... �f6 1 1 J�g 1 ! cxb5 1 2 . h 4 Wfg 6 1 3 . h S p iezas valen por lo que hacen y no por su
Y:lfg S 1 4.Wff3 � g 8 simple existenc ia. La partida es, sin duda,
notable, pero los errores de planteo han s ido
Ú nica para salvar l a dama. muy graves de parte de Kieseritzky. Con sólo
seguir la jugada lógica 5 . . . ib7 en la apertura,
1 5.ixf4 Wff6 1 6. � c 3 icS 1 7 . � d S en lugar de incurrir en el error de encerrarse la
dama con el caballo, nada habría pasado. Pero
Anderssen sigue la magnífica combinación esto no atenúa el mérito de Anderssen, que
que empezó en la jugada 1 1 ª y ahora define la explotó de la manera más espectacular posible
partida de impresionante manera. Pero es los yerros de su rival.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 35


CAPÍTULO 11

TEMAS TÍPICOS DE COMBINACIÓN


1.- MATES DE ALFIL Y TORRE COMBINACIONES DE MATE CON ALFIL
Y TORRE
Un tema que ya hemos considerado en casos
aislados iniciaremos ahora. Se trata de la base Pero antes, haremos una resefia de las posi­
medular de una serie de combinaciones típicas ciones típicas de mate, que son en realidad el
y de la posibil idad de lograr captar, por medio tema que ha originado infinidad de combina­
de algunos detalles, la idea de la combinación c10nes.
decisiva que suele ocultarse tras la hoj arasca
de jugadas intermedias.
El tema resulta agradab le y no entra en los 1ª 2ª
terrenos puros de la alta estrategia. Es más
bien el aj edrez en su aspecto táctico; es la
considerac ión del juego en las posiciones en
que, terminada la labor estratégica central, se
han cosechado los frutos de la m isma y la
ventaja alcanzada obl iga a buscar una defini­
ción táctica. Posición 1ª l'! en columna "a" y � en la dia­
En estos casos tiene especial importancia el gonal h2-b8 contra W en "a7" y !:, en "b7".
orden de las j ugadas, pues el plan estratégico Posición 2ª l'! en columna "h" y � en la dia­
se posee. Lo difícil es llevarlo a la práctica, gonal a2-g8 contra W en "h8 " y !:, en "g7".
pues un leve error basta para destru ir toda la
tarea sefialada. Adqu ieren en estas posiciones En ambos casos se trata de una posición típica
gran importancia las jugadas con que se da de mate muy común, que vista así adquiere
realidad a la victoria, y esto es táctica pura. muy poca importancia, pero que en realidad
Pero se trata, como se verá, de un instante ha dado motivo a centemrres de triunfos a lo
vital de la partida y sin duda el que más emo­ largo de la historia. Es una posición caracte­
ciones ofrece: aquel que permite alcanzar la rística de mate con torre y alfil, piezas que
victoria para coronar toda la labor posicional para dar mate neces itan siempre del auxil io,
anterior. Es el momento en que se acaba el ya de otra propia pieza que quite alguna casi­
período de las maniobras, para entrar en el l la, o de algún peón rival que lim ite el campo
terreno de las batal las decisivas, que no siem­ de huida del rey.
pre son lo más difícil de una lucha. Torre y alfil solos no dan mate si alguna otra
Para concretar esta serie de capítulos nos dará pieza no coopera con el las, pero como casi
abundante tema un libro del aj edrecista ale­ siempre el rey enemigo se encuentra rodeado
mán Richter, que habla de la combinación en por algún peón, basta la presencia de éste para
aj edrez y que posee, como elemento de mérito dar real idad al presente tema de mate. Es éste
apreciable, la hab i l idad con que han sido bus­ uno de los tantos mates típicos de torre y alfil
cados muchos ej emplos que iremos reprodu­ que iremos estud iando a través del curso que
ciendo, comentándolos de acuerdo con el seguiremos.
espíritu de esta parte de nuestra obra y adere­ Y para mostrar cómo esta posición tan clara se
zados con la experiencia en nuestro país y aun encuentra a menudo ocu lta en la partida viva,
en el terreno magistral, pues Richter hace una daremos el primer ej emplo (véase diagrama
selección de posic iones típicas y no un curso en la página siguiente) de comb inaciones con
didáctico verdadero. esta base:

36 ROBERTO G. GRAU
Lo primero que analizará el j ugador avezado
es el movimiento 1 . . J'�xh2+, para seguir a
2 . .bh 2 (no puede ser 2 . <i> xh2, debido a
2 . . . Wih8 y mate) con 2 . . . Wih8, pues amenaza
entonces . . Wfxh2 + y luego . . �h8++, y tam­
. .

bién . . . lli g 3 mate directamente, dado que el


alfi l enemigo está clavado y no puede defen­
der ese mate.
Pero esto obligaría a las negras a real izar una
jugada intermedia, que en este caso sería
2 . . . Wih8, y habitualmente los movimientos
preparatorios después de los sacrificios son
imprudentes, ya que brindan al rival el tiempo
necesario para defenderse. En esta caso la
Esta posición se produj o en una partida dis­ defensa surge de la réplica 3 . lli g 4 , apoyando
putada en los Estados Unidos entre el maestro el alfil y clavando el caballo de "e4" negro,
H. Stoner, con las negras, y un aficionado. que no puede dar ninguno de los mates esbo­
Es interesante que el aficionado la estudie y zados, porque el rey, en "e7", quedaría en
trate de seguir posteriormente el raciocinio jaque.
que haremos. Hay, por tanto, que proceder con más energía
Si se mira con algún criterio el juego, se verá y como maniobra enérgica surge una que es,
que de no existir el peón de "h2", la posición en realidad, la conjugac ión de las dos amena­
de las piezas sería exactamente igual a su base zas.
fundamental que dimos en el esquema de
posición antes mencionado. 1 . . . gxh2+ 2 .ix h2 c!LJg3+

CÓMO DEBE REFLEXIONARSE Esta jugada de sacrificio permite que la dama


vaya a "h8" con jaque y no deja al blanco
Tiene, pues, el jugador atrapada la idea del ningún tiempo para que ensaye una maniobra
mate. Lo difícil es darle realidad, pero no defensiva.
tanto si se anal iza con atención el juego . De
no existir el alfi l "f4 " blanco, habría mate en 3 .J.xg 3 'WhB+ 4.ih2 Wix h2+ 5.<i>xh2
una jugada por medio de . . . llig3+. Además, gha+
de no existir ese alfil, y tampoco el cabal lo
negro de "e4", habría mate mediante Y mate, sólo prorrogable una jugada más
. füh2 + , ya que a <i> xh2 s igue . Wih8+, y
. . . . med iante :
mate, o sea el esquema típico dado al iniciar
este tema. 6.'Wh5 gxh 5++
Es decir que para que se pueda dar jaque mate
es necesario que desaparezca el alfil de "f4" y Observamos que, en realidad, desnudada la
tenemos ya el plan de las negras en toda su posición de sus maniobras intermedias, es la
extensión. Ahora hace falta ver si hay posibi­ misma que dimos al mostrar el esquema de
lidades de ej ecutar la combinación típica, que mate con que iniciamos esta serie de ejem­
no ha de resultar difícil por la serie de piezas plos.
negras que actúan sobre el monarca enemigo. La idea es idéntica y las negras han encontra­
Además, tenemos dos ideas distintas de mate : do la combinación que estaba oculta entre la
la típica del ej emplo y la que nace del movi­ maraña de jugadas y répl icas posibles, sim­
miento . . . lli g 3 , que sólo está anulada por el plemente porque ten ían el plan causante de la
alfil. m isma.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 37


DEL TORNEO DE RIGA DE 1 90 1 primero podría segu ir if4 , defendiendo la
casilla crítica. En cambio, ahora se obliga .a
Veamos una nueva combinación en la que que el rey vaya a "h2" para colocar luego el
bulle la m isma idea, pues desnudada de juga­ alfil en "f2", y l legar a la posición típica que
das intermedias, se l lega a la posición típica. esbozamos, o sea:

25.@xh2 .if2+

Con mate inevitable, ya que no es defensa


26.ih6+ füh6++ (o 26 . . . !'!h4 + + ) .

Si se observa se verá que es exactamente la


misma posición de la combinación anterior en
lo que se refiere a las piezas protagonistas del
desenlace, que son el rey vencido y la torre y
alfil agresores, que en ambos casos han conta­
do con los buenos oficios del peón de "g2 " ,
que ha limitado el campo d e huida del propio
rey.
A esta posición se l legó en una partida entre
Von Ehlert y el profesor Bohl, en el torneo LA CASI LLA DE ESCAPE
mencionado. Las negras tienen parte de la
idea del mate desembozada. Dominan la co­ Ahora veremos otros dos ej emplos de factura
lumna " h " , pero no la diagonal g l -a7 . En parecida, en los que ha gravitado la m isma
cambio, hay coincidencia entre la acción de la idea, con algunas alteraciones en la forma, ya
torre de rey y la dama sobre el punto "h2 ", aun que la casilla de huida del monarca, en lugar
cuando ésta se halle obstruida por las propias de estar quitada por un propio peón, lo ha
piezas negras. Y con tales hi los de la combi­ estado por una pieza rival, que ha cooperado
nación, el negro p lanea la maniobra ganadora, en la consecución del mate.
no por simple menos bonita:

23 . . . ti:)g4

Amenaza . . . Wh2 mate, pero el propósito es


eliminar una de las piezas que obstruyen la
acción de la dama, con una jugada de gran
inic iativa que dism inuye las répl icas del blan­
co, que debe lim itarse a salvar el mate amena­
zado.

24.fxg4 Wi h 2+ ! !

Y ahora l a transposición típica d e movim ien­


tos que sue le escapar al jugador de escasa Esta situación se produj o en un torneo dispu­
experiencia. Todos los aficionados que estu­ tado en Rusia en 1 923 .
dien la posición que damos saben que la casi­ La posición tiene algunas reminiscencias con
lla "h2" es la base de la victoria, porque en las anteriores, ya que hay un alfil que bloquea
ella coinciden dos poderosas piezas negras, al rey en "h I ", pero, en cambio, no hace lo
pero si se pierde un tiempo sacando el alfil mismo la torre desde la columna " h " . Existe,

38 ROBERTO G. GRAU
sin embargo, la amenaza . �xg 3 , seguido de
. . EL AUXILIO DE UN PEÓN
. . . lll g4, que amenaza �h3+ y Wh2 mate.
. . . . . .

Como se ve, una idea parecida, ya que el mate Y finalmente veremos otro ej emplo, también
se produce de la misma manera, con la dife­ compl icado, de la misma fam ilia de mates,
rencia de que la dama, al darlo, quita la casilla que es el que surge de una partida ganada por
de escape "g2 " . Richter, y que es así:
Para evitarlo e iniciando una combinación, las
blancas juegan :

1 . lll fS WxfS 2 . .ixc6

Esto ataca a la dama, pero permite a las negras


realizar una bonita combinación, conjugando
la idea del mate que acabamos de mostrar con
la de los dos alfiles sobre el enroque, y jue­
gan :

2 . . . Wh3+! 3.gxh3 .ixc6+ 4.©h2 llig4+!

Para abrir la columna "h" y darle entrada a la


torre que dará el mate típico en la columna Esta posición tiene ya la base de estructura
abierta. típica para el mate : diagonal dominada por el
alfil, que reduce la acción del rey, y columna
5. hxg4 hxg4 6.Wxe3 abierta sobre el monarca. La dificu ltad estriba,
para dar mate, en el hecho de que el alfil de­
Ú nica para evitar el mate típico, que tiene la fiende al peón y al irse esa pieza el rey negro
sola diferencia de que la cas i l la de escape "g2" contará con la casilla de huida "g7 " . Pero esto
está tomada por el alfil. perm ite a Richter hal lar la maniobra táctica
ganadora:
6 . J�h8+ 7.©g1 dxe3
.

1 .Wd 8+ Wf8 2 J�xh6+


Y ahora ya no es posible evitar el jaque mate
en el escaque "h 1 ", que es otra familia de los Éste es el secreto del plan. Para abrir la co­
mates de torre y alfi l contra rey, que ya estu­ lumna "h", especulando con que hay otra torre
diaremos en su momento, pero que en real idad de reserva en "d 1 ", se hace clara la jugada
ha surgido ún icamente como un detalle de la típica de sacrificio que hemos visto.
idea fundamental, que era la misma de los Ahora queda el cuadro "f6" para dar un jaque
mates típicos que hemos estudiado anterior­ muy fuerte, que no puede ser cubierto con el
mente • . alfil debido a �h 1 mate, lo mismo que en los
ej emplos anteriores y que obl iga, en conse­
cuencia, a:
• Aunque la idea es perfecta, la línea tiene una falla
táctica: 7.í!lg 1 ? es un grave error, ya que las blancas se 2 . . . .ixh 6 3.Wf6+ Wg7
salvan con 7.\Wh6! (la dama se sacrifica e impide así la
jugada . dxe3, con lo que la casilla "f2", vital para la
. .

salvación de su rey, no queda vulnerada) 7 .. .!"lxh6+ Y en este momento el alfil de "h6" sólo cuenta
8.\f;>g 1 � h 1 + 9.í!lf2, etc., y ¡ las blancas ganan ! Sin con el apoyo de la dama clavada y se hace
embargo, las negras resuelven la papeleta con una oportu­ posible ganar mediante:
na transposición de movimientos: en lugar de 6 . . . �h8+?
juegan primero 6 . dxe3 ! 7 .\f;>g 1 �h8, y ahora sí es
4J! h 1 Wxf6 5 .exf6 !
..

inevitable el mate.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 39


Esta jugada quita al rey la huida a "g7" y hace
inevitable el movimiento E:xh6 mate, que es
en realidad la misma idea que la de los ej em­
plos anteriores, ej ecutada con algunas varia­
ciones.
Pero en los cuatro mates vistos ha bull ido el
mismo plan básico, que ha dado lugar a un
sinnúmero de combinaciones preciosas pero
fáciles de captar para quien tenga presentes las
ideas típicas de mate que iremos desarrollando
al correr de estos capítulos.

Seguiremos estudiando posiciones caracterís­


ticas de mate con esos dos elementos básicos,
alfi l y torre, pero de otra fami lia, que también Evidentemente, la desproporción de material
todos conocen. entre ambos bandos es grande, pero la dama y
Los mates que veremos son los que nacen de la torre negras están presionando seriamente a
las siguientes posiciones: las blancas.
Las negras obstruyen con el caballo los mates
en la casilla "g7 " , pero el blanco no se resigna
l" 2ª a que una sola pieza enemiga desmorone toda
la máquina ofensiva de su poderoso alfil en la
diagonal vital y la torre y la dama cooperando
con él, y esto le hace concebir un mate típico
que funda su razón de existir en la posibilidad
de obl igar al caballo a que se vaya del escaque
"g6" y le quite al rey la casilla posible de
Como se observará, son dos mates muy pare­ escape.
cidos que pueden suftir modificaciones, ya Veamos:
que lo mismo se apl ican en el ala dama que en
el ala rey, y, además, el alfil que apoya la torre 1 .WaB+ 'itih7
en todos los casos puede estar en cualquier
casilla de la gran diagonal, pues ej erce igual­ Si en este momento fuese posible j ugar E:g7
mente su acción típica de sostén. sería jaque mate, piensa el jugador que lleva
las blancas, y esto le permite concebir un
UN EJEMPLO DE BERGER sacrificio de dama que obl igue al caballo a
dejar vía libre a la torre y le quite al monarca
Sobre estos dos mates girarán los ej emplos enem igo la única casilla posible de huida ante
que daremos, que podrían sumar centenares, un jaque de la torre en "g7", y surge nítida la
ya que los dos, pero especialmente el primero, jugada:
han sido y son un genéroso venero de combi­
naciones de gran espectáculo, que al final de 2.Wh8+ .!Llxh8 3.�g 7++
cuentas se resumen en ese mate típico.
La primera posición que exam inaremos es Como se puede observar, el mate ha resultado
muy antigua. Se produj o en una partida entre fácil y no es por cierto una obra de arte.
Berger, el famoso autor de finales, y Koss, y Pero únicamente puede concebirlo rápida­
es en real idad una mezcla de las dos ideas de mente quien tenga clara idea de la gama de
mate que hemos señalado. recursos que nacen de estas posiciones típicas
Se originó así: de piezas.

40 ROBERTO G. GRAU
LOS MATES MÁS U SUALES DE ALFIL Y
TORRE

Veremos ahora otro ejemplo interesante que


tiene relación con la tercera fami l ia de mates
de alfil y torre en el medio j uego, que estamos
estudiando. Se trata de mates similares a los
que bosquej amos, pero que tienen una mayor
riqueza de variantes de lo supuesto, ya que no
sólo se producen en las columnas "a" o "h".
Estos mates se originan cuando un rey es
jaqueado por una torre en la casilla al costado
de la que ocupa, y la torre está sostenida por
un alfil que toma, además, la casilla que está
delante del rey. En esos casos sólo le queda al Un jugador de experiencia, al juzgar la posi­
monarca como cas i l la de escape la que lo sitúa ción en este momento, en que le corresponde
a salto de caballo de la torre. Por ej emplo: jugar al primer j ugador, hará la sigu iente
composición de lugar: "Me atacan la dama y
yo ataco a la dama adversaria. El cambio de
-


� -

��F'Í' �., • !&" � estas piezas no me daría ninguna ventaja,
como tampoco el jaque en el punto "c8",
puesto que la torre enemiga se retira a "e8" y
� cubre la amenaza. ¿Pero en real idad hay razo­
nes para que yo pretenda ganar? Sí que las
hay, pues mi adversario no tiene ninguna
pieza en la primera (octava) l ínea que defien­
La casilla d e escape es "g7". da a su monarca y además mi torre domina
una importante columna. Las retiradas del rey
negro en caso de dar un jaque que no pueda
• • • • ser cubierto son pocas, pues sólo puede ir a
• • • • "g7", ya que la cas i l la "h7" está ocupada por
su propio peón " .
• • • • Enseguida le asalta la idea típica de mate que

-
� ��i.

- �
L,;; �
- él conoce, y esta serie de detalles le perm iten
desentrañarlo.
La cas i l la de escape es "c2". Veamos cómo se produce, pero antes invita­
mos a los aficionados a que lo encuentren por
Estas posiciones se pueden trasladar a cual­ sus propios medios:
quier cuadro de la banda del tablero y el mate
que se produce es el mismo. Lo único que es 3 1 .J.h G !
necesario para que se produzca es que la casi­
lla de escape esté tomada por una pieza o, Amenaza fü8 mate. Esa jugada decide la
como sucede habitualmente, tomada por un partida, pues si la torre se retira a "e8", enton­
peón . ces seguiría 32. hxg6.
Las negras abandonaron.
La posición que ahora destacamos en el dia­ Se observa claramente de qué manera ha gra­
grama s iguiente es clásica y se produj o en una vitado la idea de mate que estamos estudiando
partida Marshall-Scheve, en el torneo de en el desenlace de esta lucha, por cierto sim­
Montecarlo de 1 904. ple para cualquier aficionado.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 41


UNA OBRA MAESTRA 1 . . .§'xg S

Más complicada es ya la ej ecución aquí: Hemos l legado a la posición antes menciona­


da, en la que la columna "e" es libre para la
torre y el mate que nace de !l:xd 8 + , seguido,
si . . . @xd 8 , de !l:e8 ++, es más visible. Pero
surge un nuevo inconveniente, que, por otra
parte, estaba previsto por Anderssen: la dama
defiende a la torre, y si 2 .!l:xd8 + seguiría
2 . . . §'xd8 . Pero hay una forma para sacar la
dama de ese sector, que es:

2 .§'fS+! §'xfS

Y ahora, a costa de la dama blanca se ha lo­


grado que la dama negra dej e de apoyar a la
torre de "d8" y el mate típico surge sin obstá­
Esta posición se produj o en una partida An­ culos.
derssen-H illel. La idea del mate es menos
clara, pero no puede pasar inadvertida para un 3 .gxd8+ ©xd8 4.ges++
jugador de calidad. Puede que no encuentre el
procedimiento y desista, pero la verdad es que Y luego de la hojarasca táctica de la partida,
tiene bases sobradas para buscar la victoria que ha tenido un desenlace de gran interés,
por esa vía, por dos causas fundamentales. La ésta ha quedado reducida a un simple mate
falta de desarrollo del caballo rey, que anula a típico de alfil y torre de la fam ilia de los ante­
la torre rey y deja la primera l ínea negra sólo riores y de los que seguiremos estudiando. La
apoyada por una torre que puede ser elimina­ bonita combinación ha sido en real idad una
da, y luego la situación de la dama negra, que simple cuestión táctica, ya que la idea del
permite ganar algún tiempo, pues el alfil pue­ mate es vulgarísima.
de salir agrediéndola. Si a esto se une la ac­
ción posible de ambos alfiles, que pueden UN EJEMPLO SIM PLE
sostener la cas i l la de acceso de las torres en la
octava, se tendrá una idea más clara de la serie La misma idea de mate debió guiar en este
de recursos que la posición brinda. Por lo final que se produj o en una partida entre
pronto, de no estar la dama negra en la co­ Grünfeld y el profesor Becker. Es así:
lumna "e", ni el alfil blanco en "e3 " , habría
tras !l:xd8 + mate con !l:e8 .
Tácticamente e l anál isis se entorpece porque
la dama negra ataca el alfil de "b5 " ; para re­
solver el problema, Anderssen apela a j ugadas
de gran energía. Opta por amenazar otro mate
típico mediante:

1 .�g S !

Amenaza !l:xe5 o !l:xd 8++. E l negro n o tiene


nada mejor que capturar el alfil de "g5 ", per­
mitiendo al blanco conservar el de "b5 " , que
es en real idad el eje de la combinación:

42 ROBERTO G. GRAU
La posición no es fáci l a primera vista, pues si posible de la torre en la columna "d" abierta,
no se logra ganar rápidamente, las negras que podría conj ugar su acción con el alfil de
deben imponer el peón de ventaj a que tienen . "g5 " sobre el punto "d8", permite a Morphy
No es bueno 1 . :B:b8+, por 1 . . . ©a7. Pero hay hallar la combinación decisiva, que es así:
un detalle muy valioso para descubrir la ame­
naza inmediata de mate que surge de la acción 1 O.tlixb5 cxb5 1 1 .ixb5+ tli bd7 1 2 .0-0-0
del alfil de "g3 ", unida a la torre negra de gds
"d7 " , que le quita al rey esa casilla típica de
retirada. Y se ve que la victoria es fácil por Única ante la grave amenaza de ixd 7+.
esto, mediante : En este momento se produce el sacrificio
típico de calidad en estas posic iones, en que
1 .�fü 1 + rlia7 una pieza está clavada por un alfil y atacada a
la vez por una torre, y hay otra torre de reser­
No 1 . . . ©xc8 , por 2 . :B:b8++. va.

2 .ibB+ ©as 3 .ie5+ ©a7 4.ixd 4+ 1 3 .gxd7 gxd7 1 4.gd 1 �e6

Ganando. La victoria se produce en este caso Ú nica para dar elasticidad al caballo y antici­
de otra manera; sin embargo, el ej e de la mis­ parse a la amenaza de :B:xd ? . Pero a medida
ma está constituido por la amenaza de :B:b8++ que estas j ugadas se suceden, el alfil de "g5 "
en la variante inicial. v a cobrando mayor fuerza, pues se elim inan
las piezas que impiden unir su acción con la
LA IDEA TRABAJADA POR MORPHY torre en "d8 " . Y esto permite a Morphy rema­
tar la partida de impres ionante manera:
Más oculta es la idea en la partida que todos
conocen, pero que reproduciremos igualmente 1 5.ixd7+ tlixd7 1 6.�bB + ! !
en su posición típica, y que jugó Pau l Morphy
contra el duque de Brunswich y el conde Entrega la daffia para sacar el caballo de la
Isouard en 1 85 8 en el Palacio de la Ó pera de columna abierta.
Paris, durante un descanso de la representa­
ción de la obra "El Barbero de Sevi l la" . 1 6 . . . tlixbB 1 7 .gds++

Como se observa en esta partida, ha habido


que j ugar con maestría suma para atrapar · 1a
idea del mate, que por cierto existe y no podía
escapar a una vista tan afinada como la de
Morphy.

I I .- LOS PUNTOS DE COINCI DENCIA DE


LAS PIEZAS AGRESORAS

Abundantes ej emplos típicos de mates con


alfil y caballo en el medio j uego hemos visto.
Sabemos que muchas de las partidas famosas
han surgido porque el j ugador avezado capta
En esta posición j uegan las blancas, que tie­ la idea de la combinación por el conocimiento
nen la partida ganada por la mala situación de de estas sugestiones que estamos explicando y
la dama negra en "e7", que obstruye el alfil y que forman gran parte del acervo aj edrecístico
entorpece el enroque. Esto, unido a la acción de cada uno.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 43


El hilo de la idea surge del hecho de que las coincidencia geométrico de la acción de am­
dos piezas -torre y alfil- conj uguen su acción bas piezas. Se observa que gd8 sería mate si
en la octava l ínea, en un punto vital de la no existieran la dama, la torre y el caballo
situación del monarca enemigo. negros. Hay que elim inar, pues, a tres enemi­
Una vez comprobado eso, hay que ver de qué gos para dar el mate, y por cierto Skalicka
medios es posible valerse para desaloj ar o halla el procedim iento hábilmente :
distraer tácticamente a las p iezas adversarias
de apoyo del sector amenazado. A veces ello 1 . . . Y;Yxb5 2.llic7+!
no es factible, y el j ugador desecha la combi­
nación. En otros casos hay que maniobrar La dama se ha apartado de la diagonal y no
sutilmente, y en la capacidad de cada uno de fiscal iza más el punto "d8". Ahora se desaloj a­
el los se encuentra la solución del problema. rá a la torre y para rad iar el caballo hay un
Pero la idea fundamental debe tenerse antes, procedimiento atrevido, pero que todos serán
ya que sabiendo el itinerario del plan es más capaces de captar luego de esta expl icación :
fácil captar las maniobras intermedias para
concretarlo en una victoria. 2 . . . gxc7 3 .Wxc6+ 1

UNA MANIOBRA BONITA Seguido de !!d8 mate.


Como se advierte, no ha sido tan dificil el
Esto se observa con mucha claridad en el camino del triunfo. Sólo era necesario tener
desenlace de la partida que el Dr. Skalicka le presente la idea del mate para llevarla a cabo
ganó a Haida en un match entre Praga y Brno, sin dificu ltad.
disputado en 1 93 3 . La posición era la que
sigue : UNA PARTIDA DE 1 894

Vamos a ver otra posición cuya idea es la


misma que la anterior, y que ha dado lugar a
victorias sonadas aun en partidas de grandes
maestros.
El ejemplo que mostramos es el de un en­
cuentro atribuido al príncipe Dadian de M in­
grel ien, y que se jugó en Odessa en el año
1 894.

En esta posición j uegan las negras. Las blan­


cas se han dej ado dar un j aque en "a5 ", que
aparentemente pierde un alfil, con el solo
objeto de separar la dama adversaria de la
diagonal que ocupa actualmente. ¿Y por qué
quieren alej ar a la dama de esa diagonal?
Quien haya comprendido lo que dij imos al
iniciar estas líneas lo entenderá enseguida: el
tema de la partida está en la acción de la torre
blanca de "d l ", que conj uga el movim iento En esta posición la idea del mate es más
con el alfil de "g5 " en la casilla "d8", punto de oculta. Surge igualmente de la posibil idad de

44 ROBERTO G. GRAU
dar mate en "d8", por medio de la acción LA MISMA I DEA EXPLOTADA POR RETI
combinada de la torre y la dama en esa casil la.
Pero las blancas observan que si sacan el alfil La m isma idea de este mate se origina en la
y el cabal lo para preparar la j ugada lentamen­ partida entre Reti y Tartakower, que term inó
te, las negras dispondrán del tiempo necesario en sólo 1 1 j ugadas y fue así:
para que el punto "d8" esté debidamente apo­
yado. Hay que proceder, pues, con energía, y Defensa Caro Kann (B 1 5)
esto, unido al conocimiento del tipo de com­ Viena, 1 9 1 0
binación característico en estos casos, les Blancas: R. Reti
permite hal lar el camino del triunfo. Negras: X. Tartakower
Como para ganar especulan con una posición
de jaque doble descubriendo el alfil de "d2", 1 .e4 c6 2.d4 dS 3 .lll c3 d xe4 4. lll xe4 lll f6
que será, en real idad, el que reemplazará a la S .Wfd3 eS 6.dxeS WfaS+ 7.id2 WfxeS S.0-
dama en su tarea de colaborar con la torre, 0-0
deben primero quitarle al rey la retirada de
"c7 " , de la que dispondrá apenas se saque el Con esta jugada las blancas entregan una
caballo para dar el mate. El dilema, pues, se pieza en la hipócrita apariencia de querer
agrava. Para dar mate es necesario sacar el seguir, si 8 . . . lll xe4 , con 9 . � e 1 , recobrando la
caballo, y si éste se va el rey podrá huir. En­ pieza, pero con la más artera de dar el mismo
tonces surge la idea de la combinación basada mate que vimos antes, embozado en la situa­
en el sacrificio del cabal lo en ese punto vital, ción que ocupa el alfil de "d2 " .
que a la vez permite ganar un tiempo, y es
bien sabido que en las posiciones de ataque de S . . . lll xe4 9.WfdS+! © x d S 1 0 .ig S+ ©es
este tipo vale mucho más el tiempo que el 1 1 .l':ldS++
material.
Por eso las blancas j uegan primero: Como se ve, el mismo mate anterior, que se
produce con otro tipo de partida. Pero la idea
1 .lll c7+ lll xc7 2 .Wfd S+! es exactamente idéntica, pues en ambos casos
se ha entregado la dama en "d8" para sacar el
Un sacrificio de dama espectacular y bonito, alfil y montar rápidamente la "máquina" que
pero que se ha repetido muchas veces en estas produce el mate. Esta partida tiene el agrega­
posiciones, cuando es posible sacar el alfi l con do interesante de que si 1 0 . . ©c?, también
.

descubierto para crear automáticamente la era mate con 1 1 .�d 8 .


acción focal de la torre y el alfil sobre "d8".
VARIACIONES SOBRE UN ANTIGUO
2 . . . ©xdS 3 .ig S+! ©es
TEMA
Ahora se ve para qué era necesario evitar la
De la misma fam ilia que éste es el mate que se
retirada del rey a "c7".
produjo en la partida Distl-Rossipal, jugada en
1 900 en Praga. Se desarrolló así:
4.l':ldS++

Con pocas variaciones se ha tratado la idea Apertura Escocesa (C45)


anterior. Praga, 1 900
Como en la música, en ajedrez un mismo tema B lancas: Distl
puede trabaj arse de distinta manera, lo que se Negras: Rossipal
observa en forma más acentuada en los finales
compuestos que en los de partida, donde no 1 .e4 es 2 .lll f3 lll c6 3.d4 exd4 4.lll xd4
dejan de menudear. lll xd4

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 45


Mala j ugada, pues centraliza la dama blanca. oculta una idea de mate muy parecida a las
anteriores.
5.�xd4 .!Li e7 6 .ic4 c6 7 . .!Li c3 d6 8 .ig S
�b6 9 .�xd 6 �xb2 1 0 J�d 1 !

Este movimiento revela que las blancas cono­


cen la idea del mate que estamos tratando,
pues entregan el caballo con j aque para cons­
truir la "máqu ina" .

1 0 . . . �xc3+ 1 1 .id 2 ! !

El secreto de la combinación está en la retira­


da. Las blancas se han dado cuenta de que el
alfil no puede dar mate desde "g5 " combinado
con la torre en "d8", por la acción del caballo
de "e7", y ahora intentarán darlo por otra ruta La posición de mate en "d8" está construida.
y precisamente sacando provecho de la situa­ Pero hay muchos obstáculos en el cam ino.
ción del caballo, que le quita al rey esa vía de Hay que elim inar el peón de "d6", la torre de
escape. "a8" y la dama de "c7". No es fácil hacerlo,
pero con el plan que hemos sin querer diseña­
1 1 . . . �xc4 do, un aficionado podría hal lar el camino del
triunfo. Mackenzie lo hace con suma hab i l i­
Las negras siguen engullendo piezas sin repa­ dad.
rar en la ind igestión . . .
1 .id S �'k8 2J�xe5+
1 2 .�dS+!
Comienza el drama. Las blancas queman
Otra vez el sacrificio de dama en la octava. todos sus cartuchos para eliminar las barreras
que se oponen a su triunfo. Conocía Macken­
1 2 . . . ©xdS 1 3 .iaS+ ©es 1 4J�d8++ zie perfectamente este tema de combinación, y
sabiendo cuál es la meta, no es tan dificil
Como se observa, la combinación es idéntica hallar el itinerario. En cambio, los j ugadores
en sus bases a las anteriores, y si hemos bus­ bisoños y muchos que no lo son nunca tienen
cado estas tres partidas disputadas en tan dis­ una meta y navegan a tientas, simplemente a
tintas épocas y por j ugadores de variada cali­ la espera de que el rival incurra en un error
dad, ha sido para destacar cuál es el grado de grueso que desnivele la lucha.
importancia que adquiere en el j ugador aveza­
do el conocer las posiciones típicas de mate y 2 . . . dxe5 3.�xe5+!
la suces ión de maniobras que con esa base
pueden proyectarse si se tiene construido el Ahora también se entrega la dama.
esquema del mismo.
3 . . . �xe5 4.ic6+ gxc6 s.gds++
EL CAPITÁN MACKENZI E
Con una rápida sucesión de j ugadas enérgicas
Finalmente veremos otra posición, en la que el las blancas han eliminado todos los obstáculos
capitán Mackenzie, notable ajedrecista britá­ que se oponían a su triunfo, para dar e l mismo
nico del siglo XIX, venció en 1 89 l a un afi­ mate simple y característico que hemos visto
cionado londinense. En esta posición bulle en un variado conj unto de paradigmas.

46 ROBERTO G. GRAU
Ha sido abundante la serie de ejemplos que samente porque la idea del mate comb inado
hemos insertado para mostrar de qué manera de la torre y el alfil les era fam il iar.
se puede explotar la idea del mate en el medio Jugaron:
juego mediante la acción combinada de la
torre y el alfil, si las piezas coinciden en una 25 . .ifS+ .i h 5 26.'i;Yx h S+ gxh5 27 J3h6++
casilla crítica y la posición tiene determ inadas
características . Observamos que cuando el rey Como se observa, el mate es elemental, pero
está en la banda del tablero las posibil idades sólo para quien esté fam iliarizado con la idea
se acentúan si un peón propio le quita una de que estamos desarrol lando, y es inaccesible
las casillas diagonales de su huida y que mu­ para los aj edrecistas bisoños que navegan a
chas de las combinaciones más famosas hal lan tientas en las dificultades tácticas del juego,
asidero prec isamente en el conocimiento de por no haber ningún texto c laro que expl ique
esta fam i l ia de mates. los problemas estratégicos que estamos consi­
Los maestros inician siempre combinaciones derando.
con el conocimiento pleno de la meta buscada.
Saben dónde van, y así sólo resta hal lar el OTRO EJEMPLO SIMPLE
itinerario más corto y seguro para sus planes.
Esto es, en real idad, la táctica del ajedrez y la En una partida entre Wiefgerber y Re llstab,
mayor o menor belleza de los ejemplos que disputada en el torneo de Pyrmont de 1 93 3 , se
hemos dado. llegó a la siguiente posic ión :
Cuanto más oculta fue la maniobra tendente a
desnudar la posición, despoj arla de la hojaras­
ca, mej or; pero en todos los casos la base de la
victoria fue el mate simple y puro de torre y
alfi l.
Veamos dos nuevos ej emplos para terminar el
tema.

UNA VICTORIA DEL Dr. DURAS

En el torneo de Carlsbad de 1907 se disputó


una partida entre Duras y Ol land que l legó a la
siguiente posición:

Las blancas disfrutan de mej or posición por la


situación del monarca enem igo, pero nada
autoriza a suponer que se debe ganar en pocas
j ugadas.
Sin embargo, la victoria existe, pues hay posi­
bilidades de l levar al rey negro a la casilla
"h6" y dar un j aque con la dama blanca en el
escaque "h8", lo que obligará a las negras a
tapar con la torre y permite el mate caracterís­
tico.
Ya sabemos la idea; ahora sólo resta darle
forma, y ésta es así:

En esta posición j ugaban las blancas y halla­ 1 .Wd8+ ©g7 2.gxgS+ hxg5 3.h6+ �xh6
ron un mate inevitable en tres j ugadas, preci- 4.Wh8+ g h 7 5 .Wxh7++

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 47


EL MATE T Í PICO EN UNA PARTIDA DE e n la octava, siempre que u n peón le quite la
G RAN CATEGORÍA casilla que está delante de su rey, pues el
caballo puede sacarle simultáneamente las dos
Y finalmente vemos bullir la m isma idea en la laterales.
partida que Bogoljubow (con negras) le ganó
a Sultan Kahn.
1ª � • ,

••
�- � .t. � �
;%í""�
� •
g •
A estas dos fami l ias y algunas ramificaciones
de las m ismas pertenecen casi todos los mates
de caballo y torre en el medio j uego, y en su
conocimiento se fundan infinidad de victorias
sonadas entre jugadores de cartel . A lgunos
ej emplos aclararán más el concepto de estas
posiciones típicas. Por lo pronto, podemos
anticipar un detalle que quizá haya escapado a
Esta partida, que también parece larga, se
muchos : que torre y caballo pueden dar mate
definió rápidamente por medio de un mate
sin la colaboración de ninguna otra pieza
típico amparado en la misma idea. Es evidente
propia o extraña, y que alfil y torre no. Para
que el mate se produciría de poder dar j aques
dar mate con alfil y torre, como hemos visto,
las negras con el alfil en "d7" para l levar al
es necesario que la casilla de escape del rey
rey adversario a la banda y seguir con . . . Elh2. (la que está a salto de caballo del punto en que
No es posible eso por el caballo, y entonces da mate la torre) esté ocupada por un peón
las negras sacrifican primero una torre para adversario para quitarle la retirada al monarca
arribar a la meta. Veamos : agredido.
En cambio, torre y caballo dan mate puro y
1 . . ge4+ 2 . lli xe4
.
económico en la segunda de las dos posicio­
nes que señalamos, pues el caballo de "f6"
Si 2. ©h3 seguiría 2 . . ..if1 + , y mate en cuatro. quita la casil la de retirada "g8" o "h2" al rey
adversario, a la par que apoya a la torre, que
2 . . . .id7+ 3 . © h 4 gh2+ 4.gh3 gxh3++ da mate en "h7" o "g8 " .

LOS MATES T Í PICOS DE TORRE Y


CABALLO UN RECUERDO D E L TORNEO
INCONCLUSO DE MANNHEIM
De todos los mates de cabal lo y torre, sin duda
los dos más típicos son los que nacen de las Este mate de torre y caballo es bastante co­
siguientes posiciones : llif6-Elh7 contra @ h 8 . mún, y si bien no siempre perm ite ganar la
Este mate puede producirse e n cualquiera de partida, el conocimiento del mismo suele ser
los ángulos del tablero, y lo mismo se da con muy eficaz, pues la amenaza de l levarlo a
la torre en "h7" que en "g8 " . También es fre­ cabo puede ser un recurso táctico que compli­
cuente el que nace de esta situación: llie7 y que la tarea mental del adversario. Entre los
torre en la columna "h" contra ©h7 y 8g7 . muchos ej emplos simples que podrían mos­
Este mate se puede repetir en todas las casillas trarse está el de una partida que el maestro
de las bandas del tablero en la primera línea o alemán Pons ganó en el torneo de Mannheim

48 ROBERTO G, GRAU
del afio 1 9 1 4, inolvidable para los aj edrecis­
tas, ya que se interrumpió por causa de la gran
guerra, que se declaró cuando faltaban tres o
cuatro ruedas para la total definición del con­
curso. Marchaba primero en ese momento el
Dr. A lekh ine, a quien se le adj udicó la victo­
ria, y, además, se le tomó prisionero, pues era
en ese entonces oficial de la armada imperial
rusa.
La partida que nos ocupa l legó a la siguiente
posición:

Obsérvese que la casilla " g 8 " está s i n sostén y


que hay dos piezas blancas que indirectamente
actúan sobre este punto del tablero. Sobra,
pues, una, y esto, unido al conoc im iento de los
mates conjugados de cabal lo y torre, sugieren
al Dr. Treybal, que jugaba con las blancas, la
simple combinación que nace de:

29.gxf6 1 Wf e2

No 29 . . . gxf6 , a causa de 30. lll xf6+ ©h8


Para que e l aficionado tenga clara idea del 3 1 .Wfg8++.
mate que estamos considerando, la solución
del problema de las blancas en esta posición 30.gxh6+! gxh6
es muy c lara.
El caballo está en la cas i l la típica y el mate Si 30 ... ©g 8 , seguiría entonces 3 1 . lll f6+ ©f7
que la mayoría intentaría dar en base a E:h3 32.Wfg6+ + , y si 30 . . . @xh 6 , simplemente
falla por la répl ica ... Wfxh 3 amparada en que 3 1 .Wfg6++.
el peón de "g2 " no puede moverse por la ac­
ción de la torre de "g7 " . 3 1 . .!LifG+ @ h S 32.WfgS++
Pero a la vez el caballo d e "f6" ataca el punto
"g8 " y esto sugiere a las blancas el simple, Se objetará que este mate es con la dama, pero
pero bonito mate, de : también se reconocerá que lo mismo habría
sucedido si la dama fuera una torre, pues en
1 .Wfxh7+ gxh7 2.gxg8++ este caso obra como esa pieza, cuyos movi­
mientos posee.
DEL TORNEO DE LA HA Y A EN 1 928
TEMA PARA FINALES ART Í STICOS
Entre el Dr. Trybal, de Checoslovaquia, y el
suizo Henneberger se j ugó en el Torneo de las El tema ha dado asimismo lugar a una serie de
Naciones de La Haya, el afio 1 928, una parti­ finales artísticos que no es del caso repetir,
da que l legó a la siguiente posición, que nos pero parar mostrar hasta qué punto puede
ofrece los elementos necesarios para iniciar prepararse desde lejos el mate sin más ele­
una combinación con la base de un caballo en mentos que las dos piezas protagonistas de l a
"f6 ". lucha, veremos una posición d e u n fi n a l d e

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 49


Troitzky, que aconsejamos resolver antes de Otra vez e l mate típico que n o s ocupa, que a
ver la solución para que e l lector practique y tanta cantidad de planes ha dado lugar.
vea si con los datos suministrados puede ha­
l lar por sus propios medios el camino de la La sucesión de combinaciones típicas que
victoria. estamos comentando constituyen elementos
valiosos para el aj edrecista. Le muestran cómo
una serie de detalles coincidentes faci l itan la
labor del jugador y cuáles son los orígenes de
una serie de combinaciones singulares en
aj edrez; pero la gran mayoría de las m ismas
pertenece a famil ias perfectamente definidas y
pondrían en graves riesgos a un jurado encar­
gado de entregar a plena conciencia un premio
de brillantez. ¿Quién no recuerda la fam i l ia de
combinaciones de la "Inmortal", aquella com­
binac ión famosa en base a la entrega de las
dos torres en la octava o primera línea, que ya
hemos comentado para final izar la primera
parte de este tomo? Luego de aque lla partida
Juegan las blancas y ganan, es el enunciado, y se produj eron una sucesión de combinaciones
pronto se observa que el camino del triunfo no basadas en la misma idea con mayores o me­
es claro. Pero la posición tiene ya una de las nores variantes. Pero quedó grabada en la
características para el mate, que es el rey ne­ mente del jugador la posibil idad de esa entre­
gro emparedado en la columna torre y la posi­ ga típica de piezas para distraer la dama rival
bil idad de ir con el cabal lo en dos saltos a y ganar tiempos en el ataque.
" f6 " . Pero se observa que si se juega ensegu i­ Lo mismo pasa en casi todas estas combina­
da 1 . lll g4 seguma 1 . . . �a2 + , y luego ciones que estamos expl icando, de famil ias
2 . . . c;t>g?, zafándose con el rey de la precaria más o menos comunes, pero conocidas en su
situación. Hay que buscar una man iobra in­ base por los aj edrecistas fuertes y, por lo tan­
termedia y se hace ya más claro el cam ino del to, menos val iosas técnicamente de lo que se
triunfo, que nace del avance del peón de "d6", supone. Lo dificil y meritorio no es, pues, en
que tendrá por obj eto simplemente alejar el estos casos el mate en sí, sino la mayor o
caballo de "b4", para que la torre carezca del menor dificultad táctica que haya debido ven­
punto de apoyo para dar el jaque en "a2". cerse para desenmascarar el mate, que casi
La jugada es, pues : siempre está oculto entre la maraña de com­
pl icaciones de una posición.
1 .d7 c!Li c6
UNA COMBINACI ÓN T Í PICA, PERO
Y ahora hay que analizar nuevamente, pues si FALSA
2 . lll g4 seguiría 2 ... �d2 y no bastaría 3 . lll f6 ,
porque 3 . . . lll e7 defendería el mate de la torre Proseguiremos ahora con los mates de torre y
en "g8 " . Por e llo, conviene quitarle al caballo caballo que hemos visto, pero correspondien­
negro esa posibilidad, y como el peón "d7" no tes a otra fami l ia que la que hasta ahora nos ha
hace falta para e l mate que se está proyectan­ ocupado.
do, es necesario hacer otra jugada intermedia Veremos en el diagrama que insertamos en la
antes de iniciar el p lan ganador. Y se juega: página siguiente una posición de mate que
motivó una combinación de Chigorin, tan
2.d8'§'+ c!Lixd8 3 . c!Li g 4 gh7 4.c!Lif6 i;g7 falsa como instructiva. Se produj o en el torneo
s.i;h 1 + g h 7 6 .i;xh7++. de Moscú de 1 900.

50 ROBERTO G. GRAU
simple maniobra táctica, errónea, pero que ha
prosperado en mérito al desconocimiento que
de la misma tenía el jugador que conducía las
negras.

EL M I SMO MATE EN LA ESPAÑOLA

Más típicamente se observa este mate en la


siguiente partida del Dr. Emanuel Lasker, que
es en realidad una maniobra conocida de la
Española.

Apertura Española (C67)


B lancas: E. Lasker
Las blancas tienen el esqueleto de una posi­
Negras: N. N .
ción de mate que detallamos anteriormente,
basándose en la siguiente situación : 4Je7-
1 .e4 e5 2.llif3 llic6 3 .�b5 llif6 4.0-0
g h 1 contra ©h7-g7 de las negras. Para lo­
lli xe4 5.l'!e1 llid6 6 . lli c 3 ll:\xb5 7 .llixe5
grarla, haría falta poder dar jaque en "e7" con
llixe5 8 .l'!xe5+ J.e7 9 . ll:\ d 5 0-0 1 0 . llixe7+
el caballo, y tras . . . © h 8 , seguir con W/xh 7+, y c.!? h S 1 1 .Wh5 d 6 1 2 .W/xh7+ ©xh7
luego gh 1 . Pero hay dos obstáculos serios.
1 3 .l'! h 5++
Primero, la dama negra que evita el jaque del
caballo, y luego, el rey blanco, que obstruye la
acción de la torre. Chigorin sabe esto y obser­ Se observa en esta partida exactamente la
va que si 1 .gxa7 perderá la torre después de m isma idea. Las negras poco han hecho por
1 . . .W/b6+, pero vincula ambas ideas y logra evitarlo, ya que la j ugada 1 1 . . . d6 sólo ha
ganar la partida en notable forma, especulando servido para facil itar la tarea al blanco; pero lo
con la ingenuidad de su rival. S imula incurrir que a nosotros nos interesa es mostrar cómo el
e n un error y tiende una celada en base a la
conocimiento de estas posiciones típicas de
idea que estamos expl icando. Veamos: combinación orienta las maniobras de muchos
jugadores, aun cuando se l lamen Lasker, y que
1 .l'!xa7 ! ? Wfb6+? gran parte de las combinaciones extraordina­
rias que se registran en la historia del aj edrez
Esta es la j ugada que las blancas esperaban y son en realidad ideas simples y añej as, más o
que de un golpe resuelve los dos obstáculos menos confusas en su realización táctica.
que se oponían al mate, pues al dar el jaque la
dama dej a de fiscal izar la casilla "e7" y las LA V I CTORIA DE POLLOCK EN 1 893
blancas sacarán su rey de la primera línea. En
cambio, las negras ganaban fáci lmente por Otro tipo común de mate de torre y caballo es
medio de 1 . . ixf5 primero.
. el que se produj o en una conocida partida
disputada por Pol lock contra Al lies en el tor­
2.©g2 W/xa7 neo de Buffalo, de 1 893 .
En la posición de la página siguiente el es­
Aún la j ugada j usta era 2 . ixf5 .
. . queleto del mate de caballo y torre es el que
sigue: 4J f7-i!d8 contra �c8-L'l,b7-Lk7.
3.llie7+ c.!? h S 4.Wxh7+ c.!? xh7 5 J'� h 1 ++ No es fácil aparentemente l legar a esa posi­
ción, pero la mala situación del rey negro,
Como se observa, se ha l legado al mate típico propenso a una serie de descubiertos, faci lita
que estamos considerando por medio de una la maniobra, en apariencia muy compleja.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 51


Que hay identidad de posiciones y de ideas en
ajedrez nos lo muestra la posición que se
produjo en una partida entre el alemán Pons y
un aficionado en el torneo de Berlín de 1 923 .
Fue exactamente la m isma situación anterior,
con las únicas diferencias de que las negras
tenían el peón en "a7" y no en "a5 " , y que las
blancas no tenían un alfil en "h4" y el peón en
"c3 " y no en "c2 " . Lo demás era exactamente
igual, así como el mate que se produjo. Y lo
más probable es que Pons no recordara esta
partida, sino que encontró el mismo camino
de la victoria por su conocimiento de este tipo
de posiciones.
La forma de llegar a esa posición -que invita­
mos a los lectores a que traten de hal lar antes UNA OBRA MAESTRA BRA S I LEÑA
de segu ir adelante, para fami l iarizarse con este
tipo de anál isis- es como sigue: Parecida combinación se produj o en el final
de la famosa partida entre el maestro brasi leño
1 5 .V;Yd7+ ixd7 1 6 . c!Ll d 6 + Caldas Vianna, una de las legítimas glorias
del ajedrez sudamericano, y Si lvestre.
Como se observa, el primer obstáculo se salva
fácilmente. Ahora el rey debe irse a "d8", y se
puede optar entre recobrar la dama o seguir
investigando para ver si es posible cosechar
un fruto más importante. Y esto se logra si se
tienen presentes las posibilidades de mate a
que da lugar una primera -octava- línea que
carezca de la protección de las torres . En este
caso la torre rey está obstruida por el alfil rey,
y esto faci l ita la tarea de quien desea explotar
esta deficiencia de la primera l ínea. Sigue,
pues, con :

1 6 . . . ©ds 1 7 .lll f 7+ ©es


En este momento las blancas hallaron una
Y se ha l legado a colocar al rey en la posición jugada notable, de problema, que crea innu­
deseada y el cabal lo agresor también. Sólo merables dificultades a las negras.
resta eliminar el alfil de "d7", que impide el Invitamos al lector a estudiar la posición antes
mate de l%d8, y esto ya es más fáci l . Para algo de seguir adelante y ver si capta la idea del
existe el recurso táctico del sacrificio. maestro.
Las blancas deben sacar provecho de la posi­
1 8 .:!'!eS+ ! ixe8 1 9 .:!'!dS++ ción defectuosa del monarca negro que está,
en realidad, "a tiro de mate" . Es decir, que el
Combinación notable, difíci l de hal lar, pero primer jaque podría ser fatal para las negras, y
facilitada para quien tenga siempre presentes esto permite a Caldas Vianna hallar la si­
estas posiciones características de mate, que guiente bonita jugada:
son las que han iluminado la senda de muchos
aj edrecistas. 1 .lll d 6 ! !

52 ROBERTO G. GRAU
Se apoya la dama, que no puede ser capturada, ocupada por un peón propio, para que le reste
pues luego de 1 . . . Wxb? 2 . tt'lxb? las blancas una de las vías de escape. Es decir, que, como
ganan una pieza. No puede ser eliminado el en el caso del mate típico de alfil y torre, no se
caballo con la torre por 2 . E:e8++. Tampoco puede dar con el exclusivo concurso de esas
con el peón por 2 .Wd5 o 2 .Wf? mate. Asi­ solas piezas. A lgunos peones rivales deben
mismo, la dama no puede capturarlo por entorpecer la huida del monarca. No sucede lo
2 .Wb3+, seguido si 2 . . . Wd5 de 3.Wxd 5+ y mismo con el caballo y la torre, que pueden
luego E:e8 + + . Hay, pues, un perfecto engra­ dar mate por sus propios medios sin ningún
naj e de mates que nacen de la nada envidiable otro elemento.
situación del monarca negro; pero, en reali­
dad, todo esto no se j ustificaría si el blanco no POS ICIONES T Í PICAS DE ESTE MATE
tuviera algo más que la subalterna idea de
explotar el error de cálculo del rival. Lo que Las posiciones de mate por medio de alfil y
desea el blanco es poder dar un jaque en "d5 " caballo se producen, como las otras que he­
con la dama, y para eso ha puesto la barrera mos visto, con el rey en la banda, es decir, en
del caballo. la primera línea o en la octava, en la columna
"a" o en la " h " . En su mayoría estas posiciones
1 . . . dxc3+ 2 . © h 1 h6 3 .WdS+ ©h7 4.We4 pueden plantearse en otras casil las de la pri­
mera (octava) línea. Por ej emplo:
Amenaza un descubierto ganador.
%.

z

4 . . . © g 8 5.We6+ © h 7 6.fü6 lª ..
�- - - �

Esta j ugada amenaza E:xh6+ y luego Wf? + + .



:%:,,,,!& D
ii. .tb . m ��� m
6 . . . ghf8 7.WfS+ © g 8 s .gxf8+ gxf8 • • � ��
9 .Wxf8+! ©xf8 1 0 .ges++
• �
�� •
Y una vez más todas las amenazas de mate •
� + �';{
Ji. �,,� t2J
anteriores han sido para finalizar la lucha con
este mate típico de cabal lo y torre, muy simi­
···� • ?;,,,,� •
�,,,�
lar en su idea a los antes estudiados.

·
� · �-
�---� •
� .x ka .�

III.- MATES DONDE GRAVITAN ALFI LES Estas son las cuatro posiciones más usuales en
Y CABALLOS este tipo de mates y las que han dado lugar a
una mayor serie de desenlaces y combinacio­
No son, por cierto, tan frecuentes las posicio­ nes lucidas. Debe tenerse en cuenta que el
nes de mate típicas en las que por únicos ele­ mate no se produce exclus ivamente por la
mentos para consumar la victoria el vencedor acción del alfil en las posiciones del diagrama
dispone de alfil y caballo, luego de una serie precedente. Lo mismo sucede con el alfil en
de maniobras intermedias para alcanzarla. No cualquier otra casilla de la gran diagonal, ya
nos referimos al final de alfil y caballo contra que ej erce idéntica función fiscal izadora. En
rey, final teórico que en cualquier texto está realidad, se trata de aquel las posic iones en que
más o menos bien tratado, sino a las combina­ el alfil le quita al monarca dos de sus casil las
ciones de mate que tienen por tema central la de escape. Y si lo hemos puesto (por ej emplo
acción conjugada de estas dos piezas. Para en la 3ª) en "f6", como podría haber estado en
que el mate de alfil y caballo contra rey se "e6" o "d6 " , es porque era necesario fij arle
produzca es necesario, por lo menos, que una una casi lla dentro de las diagonales típicas que
de las cas i llas del bando del rey agredido esté se combinan con la posición del cabal lo.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 53


SACRIFICIOS FÁC I LES DE HALLAR SACRIFICIO DE DESV IACIÓN

Iniciamos unos ej emplos que permiten ver En una partida disputada en el torneo de París
surgir la idea del mate con el conocimiento de durante el año 1 928 entre los maestros Gudin
estas posiciones características y cómo se y Bogdanovsky, se l legó a la siguiente posi­
hace más fáci l combinar en esos casos. ción:

En esta posición jugaban las blancas, que La posición es crítica. Las negras amenazan la
tenían una torre y un peón de menos. La posi­ torre de "e2", el caballo de "h5" y el alfil de
ción no es muy halagüeña, pero la acción "h6 " .
dominante del alfil en la gran diagonal y el Se debe analizar cuidadosamente, pues existen
conocimiento de los recursos que brotan de detalles característicos de una posición de
esa acción conjugada con la de otras piezas jaque mate con caballo y alfil. Si la dama
permiten a las blancas idear una maniobra que negra no estuviera en la casilla " f5 " , se podría
es en realidad una celada. seguir con .!Lif6++. ¿No habrá alguna manera
Veamos: de alejar la dama de ese sector, puesto que
para dar ese mate sólo son necesarios el alfil y
1 . c!LifS ! el caballo? Esta última parte de la reflexión
perm ite encontrar la combinación vencedora
Con esta jugada se entrega la torre, aparente­ en base a un doble sacrificio de piezas valio­
mente sin compensación. sas.
I nvitamos a que el lector trate de descubrirla
por sus propios medios luego de la expl ica­
1 ... ixe 1 ? 2 . c!Li h6+ 'iti h 8
ción que acabamos de dar, ya que en e l la está
el hilo del problema.
No sería bueno 2 . . . g x h 6 a causa d e 3.\Wf6 ,
con mate inevitable. 1 8 .ges+ gxe8 1 9 .Wfg4+ Wfxg4 20. c!Lif6++

3.Wff6 ! Como se puede observar, la man iobra ganado­


ra no ha resultado dificil , porque las blancas
Esta bonita j ugada de sacrificio es el secreto conocían claramente la meta a que deseaban
de la celada y funda su fuerza en la posición llegar. La tarea se vio faci l itada, no obstante,
típica de mate, que se produciría luego de: por el hecho de que la dama negra estaba sin
3 . . . gxf6 4 .�xf6 + + . apoyo, y, en realidad, la j ugada \Wg4 era un
Como es natural, l a s negras abandonaron, jaque doble al rey y a la dama que forzaba la
pues si 3 . !!g8 seguiría 4 . c!Li xf7++.
. . captura.

54 ROBERTO G. GRAU
LA VENTAJA EN DESARROLLO pero tiene relativo mérito por lo vulgar de la
idea de mate. Vulgar, se sobreentiende, para
Muy ingeniosa es la maniobra que se produj o los jugadores experimentados .
e n la partida Wishniakov-Owen en N ijni­ Simi lar idea, pero magistralmente explotada,
Novgorod de 1 904 : la hemos visto en la partida de Mieses del
subcapítu lo " Los Ataques al Enroque" , y en el
final Fox-Bauer del subcapítulo "Tiempo
contra Material " .

I V . - COMBINACIONES BASADAS EN
DOS CABALLOS Y MATES CON DOS
ALFI LES

De la fam ilia de mates real izados con la base


exclusiva de piezas menores no cabe duda que
son los dos cabal los las piezas menos eficaces
para l legar a ese fin. Pocas son, en realidad,
las posiciones típicas de mate realizadas por
medio de esas piezas; pareciera que la caracte­
En esta posición jugaban las blancas, que rística natural de las mismas, que les impide
tienen superioridad de material ofensivo, ya l legar al mate en los finales del rey y dos
que las fuerzas negras están sin juego, mien­ caballos contra rey, subs istiese en gran parte
tras que su adversario dispone de cuatro pie­ de las posiciones. A pesar de esto, es posible
zas sobre el monarca negro. señalar algunas pos iciones típicas ; pero antes
Esto, unido a la idea de mate conocida, sugie­ es prudente que establezcamos algunas carac­
re a las blancas la siguiente combinación ga­ terísticas de las mismas.
nadora: Para dar mate con dos caballos es necesaria la
cooperación de tres o cuatro piezas adversa­
1 .�g8 + 1 ©xg8 rias, y, precisamente, las maniobras interme­
dias para obligar a que el rival ocupe con
No servía 1 . . !!xg8 por 2 . ll:\f7++, dando el
. fuerzas propias los cuadros de escape son la
conocido mate Greco-Ph il idor. parte valiosa de algunas combinaciones que
mostraremos.
2.ll:\e7+
UN EJEMPLO DEL P RÍ NCIPE DADIAN
La fuerza de este jaque doble descubierto es
muy grande. Obliga a mover el rey, que no
puede regresar a "h8" por 3 . ll:\f7++, y en con­
secuencia lo fuerza a colocarse en "f8", donde
se l lega a una de las posiciones típicas que
señalamos al iniciar este capitulo.

2 ... �f8 3 . ll:\ 5g6+ hxg6 4.ll:\xg6++

El mate se ha producido con el caballo en


"g6" y el alfil en la diagonal a2-g8, pero es
exactamente el mismo que esbozamos con el
caballo en "h6", el alfil en la gran diagonal y
el rey en "g8 " . La combinación final es bonita,

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 55


El prmc1pe Dadian de Mingrelien, que se d í a j ugar e n este momento, y halló una ma­
caracterizó por su estilo agresivo y que ha niobra que le permitió dar mate en dos j uga­
legado a la bibliografía aj edrecística una serie das basado en la acción de ambos caballos.
de partidas bonitas, aunque técnicamente Se observará que el rey negro tiene cuatro
defectuosas, disputó en 1 892 una partida que cas i llas de escape tomadas por sus propias
llegó a la s ituación reproducida en el diagrama piezas, y que otras dos están fiscalizadas por
de la página anterior. el caballo blanco en "d6 " ; bastaría, pues, qui­
Jugaban las blancas, que conducía el príncipe tarle con el otro caballo la casilla "f8" y a la
Dadian, quien halló una bonita posición de vez darle jaque en "e7", lo que se logra fácil­
mate, que invitamos a los lectores a que bus­ mente desde "g6". Pero surge un obstáculo,
quen para aguzar de esta suerte las ideas típi­ que es el peón "h7" de las negras.
cas de combinación que estamos considerando Dicho todo esto, poco ha de costar a la mayo­
a través de nuestros últimos capítulos El mate ría de los aficionados estudiosos encontrar la
se produce de la siguiente manera: ruta de la victoria, que es la simple j ugada de
sacrificio:
1 .lll g6+ c.ftg8 2 .Wfg7+ gxg7 3 .lll h6++
1 .Wfxh7+
Hemos visto con qué hab i lidad las blancas,
mediante el sacrificio de la dama, han obliga­ Seguido de lll g6++.
do a la torre negra a colocarse en "g7", restán­
dole de esta suerte el cuadro de escape al rey. Para completar esta breve reseña de mates en
base a la acción de los dos caballos veremos
EL SACRIFICIO COMO MANIOBRA este final de la partida que se produj o en una
INTERMEDIA sesión de simultáneas realizada en nuestro
país en 1 93 5 .
Veremos ahora otra posición típica de mate
con dos caballos, y no por cierto difícil de UN EJEMPLO NUESTRO
producirse, ya que se trata de una situación a
la que es fáci l arribar en ciertas variantes de la
Defensa Francesa en cuanto las negras no
jueguen con exactitud:

En esta posición jugaban las blancas, condu­


cidas por el autor, quien en base al conoci­
miento de estas posiciones típicas de mate,
halló una combinación decisiva, mediante la
A esta posición se l legó en una partida que se siguiente maniobra:
disputó en un torneo holandés, realizado en
Amsterdam en el año 1 902. Conducía las 1 .lll dxe7+ ©f8 2 .lll xg6+ ©g8 3.Wff8+
blancas el maestro Speyer, a quien correspon- gxf8 4.lll g e7++

56 ROBERTO G. GRAU
Hemos visto una combinación bonita, cuyo zas cuando están solas en e l tablero en su
principal secreto ha residido en la maniobra de acción contra el monarca adversario, estriba
sacrificio Wff8+ , que tenía por idea central la en que deben ahogar al rey antes de darle
de quitarle al rey negro la casilla de escape mate.
"f8". Se trata de uno de los mates típicos de En este caso, de Musset aprovecha una idea
dos caballos, más apl icables en determinado tendente a obligar a que el caballo adversario
tipo de posiciones: cuando el rey adversario quite una casilla vital al rey y tenga la desa­
ve entorpecida su movil idad por la congestión gradable obligación de jugar, para permitir un
de las propias fuerzas en derredor de él. mate típico de dos cabal los, que se produce
con :
EL PROBLEMA DE MUSSET
1 .gd7 c!lixd7 2 . c!li c6 ! c!li m u eve 3 .c!lif6++
Hemos observado cómo infinidad de combi­
naciones se producen porque determinados Pero más usuales que los mates de dos caba­
defectos de desarrollo las faci l itan. Sabemos l los que hemos visto y que no tienen muchos
que la no fiscalización amplia de la primera antecedentes en la bibliografía aj edrecística,
línea es muy grave; que un enroque sin un son los de dos alfiles. La característica de
cabal lo en "f6" (o " t3 " ) es fáci lmente atacable; estas piezas, que pueden agredir desde lejos al
que las propias piezas, entorpeciendo la huida rey adversario y quitarle varias de las casil las
del rey, acaban de faci l itar las combinaciones de huida, ha dado lugar a una serie considera­
y que aun dos cabal los, los vilipendiados dos ble de mates, aunque todos de muy parecida
caballos, suelen dar mate por sus propios factura.
medios si la posición del rival ofrece algunos
defectos serios. Y precisamente hablando de EL MATE DE DOS ALFI LES
mate de dos cabal los no resistimos a la tenta­
ción de reproducir el famoso e instructivo En lugar de dar la posición típica de los mis­
problema atribuido al poeta francés Alfredo mos, mostraremos una posición que se pro­
de Musset, que fue un entusiasta y cal ificado duj o en una exhibición de simultáneas reali­
aj edrecista. zada por el maestro Canal en Budapest en
1 934. Y damos esta posición porque se trata
del esqueleto de una serie de temas de combi­
. ···�· nación más complejos que desarrollaremos
progresivamente .

•ttJ•


• •
Juegan blancas y dan mate en tres j ugadas.
Interesante resultará que el aficionado trate de
resolverlo antes de seguir adelante, para captar
la idea de que es en real idad un ingenioso
mate de dos caballos. Como se sabe, la difi­ En real idad lo que a nosotros nos interesa de
cultad única para dar mate con estas dos pie- esta posición es la situac ión de cinco piezas en

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 57


el tablero, a saber: el rey negro, cuya posible 24.We3 0-0-0
huida está anu lada por el alfil blanco de "f4 " ;
el a l fi l d e "e2", que daría mate en "a6" d e no
existir el peón "b7" negro; la torre y el caballo
negros de "d8" y "d7" respectivamente, que
hacen las veces de una pared que impide al
rey negro alejarse del lugar donde está situa­
do, y, finalmente, la dama blanca, que amena­
za el peón de "c6", que en real idad no está
defendido, ya que el peón de "b7" es impres­
cindible para evitar .ia6++. Dicho lo cual,
simple ha de resu ltar encontrar la maniobra
típica ganadora, que se produce mediante la
senc i l la jugada:

1 3 .Wxc6+ EL PORQUÉ DE UNA COMB INACIÓN

No hemos hecho ningún comentario a todas


Hemos visto, en real idad, más que una posi­
las j ugadas anteriores de la partida, porque en
ción ganadora, el esqueleto de las posiciones
real idad lo que a nosotros nos interesa ahora,
típicas ganadoras basadas en la acción combi­
de acuerdo con el tema que estamos conside­
nada de dos alfiles. Varios son los ej emplos
rando, es el momento de ella en que se inicia
que mostraremos, coinc identes con el tema,
la combinación que tenga por base el mate
pues abundan las partidas bonitas en las que
típico de los dos alfiles. Y el momento es
gravitó de poderosa manera el plan que nos
precisamente éste.
ocupa.
Las blancas observan los sigu ientes detal les
fundamentales que les perm iten realizar la
UNA PARTI DA T Í PICA
combinación, aparentemente atrevida. Los
enumeramos a continuación: 1 º El rey negro
Inic iaremos los ej emplos de partidas con una
no puede huir hac ia el flanco rey, porque la
que se real izó el 1 0 de septiembre de 1 9 1 7, en
barrera característica de las propias piezas se
un torneo interno del Círculo de Aj edrez. La
lo impide. 2º El alfil blanco de "e2 " puede dar
partida, a pesar de algunos defectos técn icos
jaque en "a6" en el momento oportuno, ya que
de apertura, tiene especial valor por la forma
el único obstáculo que se opone, el cabal lo de
en que las blancas crearon una posición de
"c6", puede ser elim inado mediante el sacrifi­
mate de la fami l ia que nos ocupa.
cio de la dama. 3° El dominio de la diagonal
e5-b8 puede ser logrado mediante el sacrificio
Apertura Vienesa (C25) de la torre de "d i " . Queda ahora, que tenemos
B uenos Aires, 1 9 1 7 las ideas dispersas y poseemos los distintos
B l ancas: R. G . Grau eslabones del plan ganador, la tarea más sim­
Negras: L. Palau ple, que es la de hal lar el proced im iento tácti­
co para ordenar las jugadas a real izarse. La
1 .e4 es 2 . lü c 3 icS 3 .lDf3 d6 4.d4 exd4 partida se gana as í :
5.lDxd4 .ixd4 6 .Wxd4 Wf6 7 .We3 lDe7
8 ..id 3 lD g 6 9 . lD d S Wd 8 1 0 .h4 c6 1 1 .lDf4 25.�xd6 Wxd 6 26 ..i e S We6
lDeS 1 2 . lD h S g 6 1 3 .lDg3 .ie6 1 4 . .id2
lDbd7 1 5 . h S . Wf6 1 6 . .ic3 �98 1 7 . hxg6 Es evidente que la torre blanca debió ser cap­
hxg6 1 8 .f3 We7 1 9 .0-0-0 lDcS 20 . .ie2 b6 turada para no perder un peón el negro sin
21 .f4 lDg4 22.Wf3 .id7 23.�he1 lD h2 ninguna compensación, y que ahora 26 . . We?.

58 ROBERTO G. GRAU
habría sido un grave error, pues luego de las novelas de otrora. En aj edrez tampoco hay
27.Wxc5 las blancas amenazarían mate y estocadas secretas. Lo que hay es un mayor o
atacarían la dama. menor conocimiento de detalles para captar
posiciones típicamente ganadoras y realizar,
27.§'xcS §'xa2 en mérito a estos detal les, el p lan ganador.

En real idad, la partida se desvía ahora por otro MATES CON LA DAMA
curso. Las negras evitan el mate por medio de
una maniobra que sólo sirve para dilatar la Estudiaremos ahora el anunciado mate típico
derrota. Pero aun cuando el mate de los dos por medio de la dama en la columna "h"
alfiles no se haya producido, es a todas luces cuando el rey adversario está en "g8 " (o " g l ")
claro que él ha sido el tema estratégico de la y fiscaliza la cas i l la "h7" ("h2"). Por ej emplo:
victoria blanca. �96 contra @g8-�g7-fü8 . Se observa en
este caso que un j aque con la dama en "h7"
28.Wíd 6 Wía 1 + 29.©d2 §'as+ 3 0 . b4 ie6 sería mate, y la idea simple que hemos señala­
do ha originado algunas combinaciones luci­
Ú nica para evitar el mate. das. Por ejemplo, la del final que insertamos:

31 .bxaS gxd6+ 32.ixd6 gda 33.eS b S


34.©c3 lüg4 35.if3 @ b 7 36.©b4 lü h 6
37 .©cs g e s 3 8 .g h 1 lüfS 39.lüxfS ixfS
40 .gh7 ie6 4 1 .g4

Y las negras abandonaron.

V.- EL DOMINIO DE LA COLUMNA "h"


SOBRE EL EN ROQUE

No insistiremos en el mate combinado de los


dos alfiles, si bien podrían citarse infinidad de
partidas donde la idea del mismo fue la ani­
madora de combinaciones famosas, ya que, de En esta posición, vulgar por cierto, las blancas
hacerlo, deberíamos extender demasiado este tienen tres piezas menos, pero una acción de
curso sobre los temas de combinación que nos ataque recta sobre el monarca enem igo. Si la
ocuparon. Ahora mostraremos primero, es­ dama estuviera en "h l ", el mate sería en una
cuetamente, algún mate típico, especulando en j ugada, pero desgraciadamente está la torre en
el dominio de la columna torre sobre el enro­ ese lugar y las negras amenazan . . . fxg6, ha­
que, para considerar enseguida la generosa ciendo desaparecer el peón de "g6", ej e de
familia de los llamados "mate Phi lidor" , que toda pos ible combinación.
han dado origen a infinidad de victorias es­ La única posibil idad de ganar radica en j ugar
pectaculares, pero fáciles para quien tenga con la máxima energía para anticiparse a ese
grabada la posición típica de estos mates. cambio de peones y no es difícil hal lar la
En esta serie de capítulos estamos expl icando man iobra ganadora, especialmente si recor­
cuáles son las armas de que hacen uso los damos las palabras antedichas para esta posi­
jugadores fuertes para triunfar. A menudo se ción: Si la dama estuviera en "h l " habría mate
encuentra algún ajedrecista novato que cree en en una jugada. Pues ¿quién nos impide colo­
la existencia de j ugadas raras que no se expli­ carla, ya que disponemos del milagroso expe­
can y atribuyen a el las la victoria. Son éstas lo diente del sacrificio, que suele facil itar tantas
mismo que las famosas estocadas secretas de man iobras a primera vista impos ibles?

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 59


La forma de ganar es, pues: esta idea de encerrar al rey adversario, para
rematarlo con un j aque de cabal lo.
U '!h8+ @xh8 2 J � h 1 + @gs 3J�h8+ @xh8 Sabemos que la posición desnuda de nuestro
4.Wh 1 + @gs 5.Wh7++ mate es la siguiente: B lancas: We6 (o cual­
quier casilla de la diagonal desde "a2"), y un
Visto el mate, parece muy simple, como en caballo en "g5" (o "e5" o "d6 " , o cualquiera
realidad lo es. Lo único que hace falta para otra desde la que pueda ir a "t7"). Negras :
aplicarlo en todos los casos similares es com­ W h 8 , fü8 , t:,g7, t:, h 7 .
prender que en estas posiciones de mates
típicos las únicas p iezas fundamentales son las EL MATE GRECO
dos que deben dar el mate (en el presente
ej emplo !':, y 'IW) y que el sacrificio de las de­
más debe ser considerado siempre en aquel los
casos en que sólo así sea posible evitar la
jugada niveladora del rival. El sacrificio es, en
este final, un simple plan táctico para ganar
tiempos, pues, como en el caso precedente,
sirve para limitar al extremo las répl icas del
adversario. Es decir, que este mate exige que el rey no
pueda moverse ni a "h7" ni a "g7 " , y que el
EL MAL LLAMADO MATE PHILIDOR caballo que da jaque en " t7 " no pueda ser
capturado, por la posibil idad de que la dama
UNA INJUSTICIA H ISTÓRICA
dé mate en la octava línea, o que al menos se
gane calidad.
Veremos ahora el antiguo mate mal llamado
Conocemos la posición base que permite dar
Ph i l idor, ya que en realidad su origen es muy
el conocido mate que nos ocupa, en este caso
anterior.
un poco más trabajado que en la posición
En los tiempos de Greco ya se conocía, como
anterior, por med io de . . .
lo demuestra la siguiente partida que en 1 6 1 9
jugó e l j ugador italiano entonces campeón del
mundo : 1 .llJf7+ @gs 2 . llJ h6+ W h 8 3 .Wg 8+ gxg8
4.llJf7++
Apertura Italiana (50)
1619 Este es, en realidad, el mate característico, que
Blancas: N . N. tiene la particularidad de la maniobra del
Negras: Greco jaque descubierto con el caballo, para llevarlo
a "h6", desde donde domina la cas i l la "g8 " y
1 .e4 es 2.llJf3 llJ c6 3 .ic4 J.cs 4.0-0 llJf6 obl iga así que al jaque de Wg8 sea la torre la
5J�e1 0-0 6.c3 \We7 7.d4 exd4 8.es llJg4 que se vea en la triste necesidad de ahogar a
9.cxd4 llJ xd4 1 O . llJ xd 4 Wh4 1 1 .llJf3 su propio rey, y favorecer el mate ahogado,
Wxf2+ 1 2 . W h 1 Wg 1 + 1 3 .gxg 1 que es base de nuestro tema.

O 1 3 . tiJ xg 1 . UN EJEMPLO DE ALEKHINE

1 3 . . . llJf2++ En la posic ión que insertamos en la siguiente


página las blancas, conducidas por el Dr.
Esta partida, que se encuentra insertada en el Alekhine (contra Lista, en el torneo de Bra­
libro del propio Greco, muestra cómo ha sido tislava de 1 93 3), planearon el mismo mate que
de injusta la designación de mate Phil idor a hemos visto antes.

60 ROBERTO G. GRAU
La dificultad de que el peón negro esté en la La posición es típica. El caballo blanco está en
casilla "h6" en lugar de en "h7" se halla sub­ "e5 " , el rey negro se encuentra limitado por
sanada por el hecho de que el alfil blanco, los peones de "g7" y "h7" y sólo sería necesa­
situado en "d3 " , quita la casilla "h7" al mo­ rio poder j ugar Wxe6+ para que el mate pu­
narca rival. diera producirse. Hay, pues, que tratar de
Las negras atacan la dama y, por lo tanto, el hallar una maniobra que obligue a retirar la
blanco debe dar mate por medio de una larga torre negra de "e8", y surge con meridiana
maniobra de caballo, que le permita capturar, claridad la j ugada típica !!c8 , que ataca la
con jaque, el peón "h6 " . ¿Cómo hacerlo? Pues torre de "e8" con un aparente sacrificio de
muy fác ilmente, así: torre, pues, en cambio, obl iga a colocar la
torre negra en "c8" y faci l ita la combinación
2 1 . .!!J g6+ @ h 7 22 . .!!J eS+ @h8 23 . .!!J f 7+ de mate, ya que la dama desde "e6" también
@ga 24 . .!!J xh6+ © h a 25.Wg S+ .!!J x g8 ej erce acción sobre ese cuadro, como se pro­
26 . .!!J f7++ duciría después de 1 . . . !!xc8 2 .Wxe6+ @h8
3 .!!J f7 + !!xf7 4 .�xc8 + , y mate a la siguiente.
.

Acabamos de observar, pues, el mismo j aque Si en vez de 3 . . . !!xf7 siguiera 3 . . 'iti g 8 , llega­
.

mate con algunas variantes accesorias, pero en ríamos al mate que nos ocupa con 4 . lll h6+
realidad típicamente el mate de un caballo ©h8 5 .Wg8+ !!xg8 6 . .!!J f7 + + .
después de la entrega de la dama apoyada por Las negras jugaron para evitar e s o así:
el propio caballo, para obligar de ese modo a
que una pieza rival le qu ite la casilla de escape 1 .�c8 �e7 2 .Wd 8 ! �ef7 3 . .!!J d 7
al rey.
En este caso, como en todos los del mal l la­ Forzando a las negras a decidirse y ganando
mado mate de Philidor, la casilla de escape fác ilmente. La maniobra final no pertenece a
única del monarca y que se le quita, es la de la fam ilia que nos ocupa, pero ha sido posible
"g8". merced, precisamente, al conoc imiento de
aquél la, que fue el primer eslabón de la victo­
VARIACIONES SOBRE EL TEMA DE ria.
G RECO
DI STINTA POSICI ÓN, PERO LA MI SMA
Ya más complicada es la idea en la posición IDEA
que ahora insertaremos.
En ella se produce otro mate, pero la idea Finalmente exam inaremos (véase el diagrama
central de toda la maniobra es la del mate de la página sigu iente) otro mate de parecida
típico que nos ocupa: factura, pero en otro ala del tablero. Veamos:

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 61


VI.- LOS MATES EN LA OCTAVA L Í NEA

No serán pocos los aficionados que, al cono­


cer el tema que vamos a considerar, crean que
el mismo es inferior a sus conocimientos.
¿Quién no sabe dar un mate con una torre en
la octava línea cuando el rey adversario está
inmovilizado? Sin duda, todos los que hayan
aprendido a mover las piezas, y probable­
mente no habrá ninguno que no haya ganado o
perdido varias partidas con ese infantil proce­
dimiento.
Pero, en cambio, no serán tantos los que ha­
yan efectuado con tema tan simple una com­
En esta posición j uegan las negras y ganan, binación de gran cal idad. Nuestro objeto no
por la misma maniobra que hemos visto a,nte­ es, por cierto, enseñar que cuando un rey está
riormente. en "g 1 " con tres peones en "h2", "g2" y "f2",
Se objetará que ahora el rey de las blancas no mediante !! e 1 , el adversario da mate. Esto es
está situado en la primera línea, pero se podrá un mate vulgar. Pero casi todas las combina­
ver que, si en real idad se hal la en la tercera, ciones tienen metas vulgares y el valor de las
no puede retroceder a la segunda por la acción mismas radica en las j ugadas intermedias para
de la torre negra desde la casilla "e2", que le producirlas. Con un tema así de vulgar, de
quita esa posibilidad. ingenuo, se puede construir una verdadera
Quiere esto decir que se encuentra reducido a sinfonía aj edrec ística de valor técnico induda­
la tercera l ínea y sólo dispone de las casillas ble y de bril lantes alternativas.
"h3 " y "g3 " , que equivalen a las de "h 1 " y La habil idad del ajedrecista está en descubrir
"g l " del mate Phil idor. El caballo negro de rápidamente las pos ibil idades de mate en esas
"d5 " domina la cas i l la "f4 " , en este caso equi­ posiciones; no precisamente para darlo, sino
valente a "f2" por la posición del rey blanco, y para sacar ventajas de esas posibil idades. De
el mate que se produce es igual a los anterio­ esta manera la amenaza de mate se convierte
res. sencil lamente en un recurso táctico. Lo que
debe explotarse en esas posic iones es la inmo­
1 . . . '!Wd 6+ 2.@h3 l!Jf4+ 3 . © g 3 l!J h S+ vil idad obligada a que están sometidas ciertas
4.©h3 Wg 3+ s.gxg3 l!Jf4++ piezas en la pri mera línea, que se convierten
en piezas sobrecargadas muchas veces. Pieza
Se observa una maniobra idéntica, porque la sobrecargada es, como alguna vez dij i mos,
situac ión de la torre negra crea al blanco los aquel la que desempefla dos funciones simul­
mismos problemas que cuando está en la ban­ táneamente en distintos sectores. Por ej emplo,
da del tablero. Muchos más son los ej emplos en el caso espec ial que vamos a considerar, la
de mate de esta m isma familia y de combina­ torre que debe cuidar horizontalmente la pri­
ciones lucidas que se han originado por med io mera línea para evitar el mate y además de­
de este tipo de j ugadas, que tanto asombran a fiende alguna pieza verticalmente, falla en su
los jugadores principiantes y que en realidad función; pues, apenas capturan la pieza que
técnicamente sólo tienen un mérito muy re la­ está en vertical, no puede retomar, porque le
tivo. Revelan conocimiento pero no ingenio, y dan mate en la horizontal. Por ej emplo: 'tt> g 1 ,
si bien deben ser conocidas y aprovechadas en h 2 , g 2 , f2 , l"! e 1 y e4 contra l"! b 8 y ll:J f6 . El
cada oportunidad que se presenta, no pueden peón de "e4" no está en real idad defendido,
ser aplaudidas como obras superiores de la por cuanto si ll:J xe4 l"! xe4 seguiría l"! b 1 , j aque
técnica aj edrecística. mate.

62 ROBERTO G. GRAU
Este es un esqueleto de posición que puede Si 2 .Wa 1 , eludiendo la agresión y defendien­
calificarse como el primer paso en la comp li­ do la torre, sigue simp lemente primero
cación del tema simple que consideramos 2 . . . E:xc 1 +, eliminando una de las defensas, y
ahora. Seguiremos, pues, con algunos ej em­ luego 3 . . . E:e 1 + , etcétera.
plos que irán aumentando progresivamente en
complej idad, para mostrar hasta qué punto es LA APERTURA DE L Í NEAS
posible hallar combinaciones compl icadas con
bases vulgares. Más compl icado es el ejemplo siguiente de
una partida entre Schne ider y el Dr. Escrich.
SACRI FICIO APARENTE QUE ES UN
DOBLE

En una partida entre el Dr. Rodl y Bogolju­


bow (con las blancas), disputada en el torneo
de Nuremberg de 1 93 1 , se llegó a la siguiente
posición:

En este ej emplo no existe la posición caracte­


rística de los peones, pero, si se analiza con
detención, se observa que ofrece mucha simi­
litud. El rey negro está sin defensa en la pri­
mera l ínea y el peón blanco de " f7 " puede ser
defendido con la torre de "f3". La torre negra
de "e7" evita la huida del rey a esa casilla y,
Les correspondía j ugar en esta posición a las de no existir el peón "c7", la amenaza de
negras, que tienen al rey adversario en posi­ E:c8+ sólo tendría como defensa . . . E:d8 o
ción teórica de mate, pues está encerrado y . . . �d 8 . Esta deducción simple sugiere al
hay columnas abiertas pel igrosas. Pero la blanco la combinación ganadora, que estriba
casilla crítica de "e 1 " , atacada por dos piezas, en el sacrificio de dama por la torre de "d6",
está perfectamente sostenida, pues la defien­ que, al par de abrirle a la torre de "c2" la co­
den la dama de "c3 " y la torre de "e l " . lumna para poder agredir al rey, el imina la
Pero esto obl iga a las blancas a no sacar las única pieza que puede replegarse para conte­
piezas de ese lugar, para no dejar de evitar la ner esa amenaza o para sostener la pieza que
amenaza . . . E:e 1 ++ y sugiere a las negras una la obstruya. Se gana, pues, así:
combinación simple. ¿Por qué no atacar si­
mu ltáneamente a la dama y la torre con la 1 .Wxd 6 ! cxd6 2 . .!De6+!
aparentemente absurda jugada 1 . . . E:c2? es, en
real idad, decisiva, por cuanto ataca precisa­ El detalle intermedio que permite a la torre
mente a las dos piezas defensoras con una rey sostener el peón de " f7 " • .
tercera que nada tiene que ver en la amenaza
fundamental. No puede segu irse con . . . 2 . . �xe6 3 .�c8+ ©e7 4.f81f;V+
.

2 .füc2 , por . . . 2 . . . E:e 1 + , n i con 2 . 1l;Vxc2 por


2 . . . E:e 1 + o 2 . . . 1l;Ve 1 + , con mate a la siguiente. · Con 2 .'Dg6+ hay mate en dos jugadas.
.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRA TEG!A 63


Y gana fácilmente. En este caso la amenaza de EL SACRIFICIO PARA JUGAR DOS
mate ha servido para ganar de otra manera, VECES SEGUIDAS
pero la idea ha sido la misma.
Veamos una nueva posición, en la que la idea
VARIACIONES SOBRE EL M ISMO TEMA del mate que nos ocupa da lugar a otro mate
de la misma fami l ia:

En este lugar el rey negro se encuentra en una


posición distinta en apariencia, pero no en Le correspondía j ugar al blanco, que rápida­
realidad, pues si bien no está encerrado por mente ve que de no estar el caballo en "e4"
sus propios peones, la casilla de escape "g7 " podría dar mate en "e8 " . Pero si saca e l caba­
se halla dominada por un alfil adversario. En llo, el rival tendrá tiempo de evitar la amenaza
cambio, la primera l ínea no tiene torre que la precitada con . . id ? o avanzando uno de los
.

protej a y en consecuencia e l alfil de "e5 " , que peones que está delante del rey encerrado.
hace las veces de una barrera para que la torre Un j ugador novicio se desan imaría, pero un
blanca no pueda ir a "e8", está inmovilizado. aj edrecista avezado no, ya que entendería que
Quiere decir entonces que la diagonal a l -h8 su ventaja en desarrol lo para algo debe servir.
no está defendida por el citado alfil, y es as í Estudia la j ugada más agresiva 1 . liJf6+, pero
una pieza típica sobrecargada, ya que real iza al principio la desecha por la circunstancia de
dos funciones simultáneamente. que luego de 1 . . . gxf6 el rey tiene una cas i l la
Está dada la idea de la combinación y es pro­ de escape en "g7 " . Si pudiera j ugar dos veces
bable que los lectores que analicen la posición seguidas ganaría igual, siguiendo con 2 .ih6 y
y lo que hemos dicho hal len sin dificultad la luego �e8 , y esto le sugiere la combinación
maniobra ganadora. Las negras j ugaban en ganadora, ya que generalmente el sacrificio es
este momento y efectuaron : en aj edrez un sistema para j ugar práctica­
mente dos veces seguidas. Como en este caso
1 . . . Wxb2 2.Y:lff6 las piezas del mate serán la torre en "e8" y el
alfil, las otras están de más y pueden ser los
Amenaza 3.Y:lfg 7 + , pues si 3 . . . ixg 7 sigue elementos intermedios de la combinación que
4 . �e8 + , con mate inevitable, y además permite dar mate en cuatro j ugadas.
3.füe5.
1 .liJf6+ gxf6 2 .Y:lff8+!
2 ... Wxc3 · 3.Y:lfg7+ ixg7 4.ges+ if8
s.gxf8++ El sacrificio que permite ir a "h6" con j aque,
que aquí equivale a jugar dos veces segu idas.
•Las negras tienen una jugada inesperada con la que
salvan el expediente: 2 . \Wc 1 !
.. 2 . . . <Jixf8 3 . .ih6+ <Jiga 4.gea++

64 ROBERTO G. GRAU
UN EJEMPLO EXTRAORDINARIO 1 9 .Wi'c4 1 !

Para finalizar vamos a mostrar un nuevo Nuevo y aún más bonito sacrificio.
ejemplo de esta serie, realmente notable, que La insolente dama blanca no puede ser tomada
se produj o en la partida que Adams le ganó al ni con la torre ni con la dama, pues ambas
gran j ugador mej icano Carlos Torre en el piezas deben sostener la torre que está en el
torneo de Nueva Orleans, el año 1 920, en los escaque "e8 " . Esto permite a las blancas ini­
albores de la carrera aj edrecística de éste últi­ ciar una maniobra para reducir totalmente las
mo. j ugadas de la dama adversaria por medio de
sacrificios aparentes.

1 9 . . . Wi'd7 20.Wi'c7 ! !

Metiéndose e n l a boca del lobo con absoluta


impunidad por la fuerza de la amenaza directa
de !'!xe8+.
La dama blanca se defiende sola y abusa de la
situación, que diría Tartakower en este mo­
mento.

20 . . . Wi'bS 2 1 .a4!

Esta es la j ugada clave. Entrega un peón para


Conducía las blancas Adams, a quien le co7 quitarle todas las casil las de la diagonal a4-e8
rrespondía j ugar en este momento. a la dama negra, y evitar así que siga soste­
La amenaza de la partida es !'!xe8 + , pero eso niendo a la torre de "e8".
no conduciría a nada, porque la torre negra de
"e8" está bien defendida. El blanco no se 2 1 ... Wfxa4 22.�e4 ! !
desanima por este hecho y busca alej ar la
dama de esa s ituac ión, porque, como se halla Obsérvese que todas las piezas blancas están a
esclavizada en la defensa de la torre, no puede merced de las fuerzas enem igas y no pueden
desempeñar n inguna otra función que la alej e ser capturadas por la amenaza de mate en la
de ese sector. L o mismo le pasa a l a torre de primera l ínea.
"c8", que tiene una mis ión muy importante No es posible ahora tampoco 22 . . . l'í:xe4, pues
que cumplir y las blancas comienzan a explo­ las blancas contestarían 2 3 .W/xc8+ , con mate
tar la amenaza de mate y esa situac ión rígida inevitable.
de las piezas negras para realizar una serie de
notables j ugadas. 22 . . . Wi'bS 23 .Wi'xb7 ! !
Veamos:
Y ahora las negras deben abandonar, puesto
1 8 .Wi'g4! que su dama no puede seguir en la diagonal
que apoya la torre, ni capturar la dama enem i­
Comienza la serie de entregas sucesivas de la ga por la amenaza de mate en la octava línea,
dama. ni tampoco j ugar . l'í:xe4 por la réplica de las
. .

blancas W/xc8+, ni . . . !'!b8, porque la dama


1 8 ... Wi'bS negra de "b5" está "suelta" , ya que no la de­
fiende la torre de "b8", que debe permanecer
No es posible 1 8 . . . W/xg4 por 1 9 .füe8+ , y en la primera (octava) línea para evitar el mate
mate a la siguiente. en la casilla "e8".

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 65


V I I . - EL ALFIL EN LA GRAN DIAGONAL peones más. Además atacan a la dama y ésta,
a simple vista, sólo puede moverse a "h5 " , lo
La fami l ia de combinaciones que nos ocupará que permitirá seguir con tll g ? , atacando si­
es menos frecuente. Se trata de los mates multáneamente la dama y la torre, o llevar la
provocados por un alfil en la d iagonal, pareci­ dama negra a "g8", que haría factible la répli­
dos a los que consideramos anteriormente, ca lll e7+, ganando por lo menos la cal idad, ya
pero con el aderezo de una dificultad mayor. que no habría más remedio que segu ir con
Se trata de aquel los mates que se producen . . . "il.xe ? .
mediante el avance de un peón contenido por Pero debemos considerar l a posición desde e l
una pieza que debe desaloj arse. La médula de punto d e vista negro y observar cuáles son los
la idea es la s iguiente posición básica: �e5 y detalles favorables de la misma. El más atra­
f6 contra 'kfi h 8 y h ? . Se trata del avance de yente es el que surge de la acción del alfil de
peón a "f7'', dando mate. "d5 " , que podría llevar al mate antes mencio­
No es por cierto tan frecuente como las ante­ nado si no se hal lase la torre en " t2 " , que
riores, ya que son posiciones menos típicas, obstruye la marcha del peón .
pero quizá por la misma causa mucho más De no estar la dama blanca en "c3" el asunto
interesantes. No son tan abundantes los ej em­ sería simple, ya que se podría continuar con
plos que podrían buscarse de partidas ganadas 1 . . .!!e 1 + , y si 2 .�f1 "il.xf1 + , seguido luego de
con esa maniobra final, pero hay varias y 3. !!xf1 con 3 . . .f2++. Es decir que las blancas
algunas de un extraordinario valor técnico, tienen dos piezas inuti l izadas en la defensa de
como la famosa que Rubinstein le ganó a esa amenaza, que son la torre de " t2 " y la
Salve en el "match" de Lodz de 1 907, que es dama de "c3 " . La dama negra de "g5 " está
realmente una obra de arte. atacada por un alfil que se halla defendido por
la dama blanca. ¿Cómo puede la dama blanca,
LOS G RANDES RECURSOS TÁCTICOS que debe evitar . . . !!e 1 +, defender a la vez el
DE LA DAMA alfil que está en otra zona del tablero? ¿No es
acaso el tema típico de la pieza sobrecargada?
Empezaremos por el ej emplo, también val io­ Quiere esto decir que, en realidad, el alfil de
so, del polaco Kostrovicki, que se produj o en "f6" realiza un simple "bluff", ya que prácti­
el torneo de Riga de 1 899. camente no está defend ido.
La forma de eludir las amenazas se hace,
pues, clara. La jugada clave de la defensa y
aun de la victoria, es:

1 ... \!;lfxf6

Las blancas no pueden capturar la dama por la


amenaza que hemos esbozado y sólo les queda
el recurso de replegarse con la dama defen­
diendo la terrible amenaza de . !!e 1 +. La
. .

única jugada posible es:

2 .\!;lf c 1

Las blancas tienen dos piezas de ventaj a a LOS PELIGROS D E LAS PI EZAS ESCLAVIZADAS
cambio de cuatro peones, o sea que están con
superioridad de material, ya que cada pieza Ahora el negro es quien domina la situación.
menor vale tres peones, lo que sign ifica, si se Las blancas deben jugar con dos piezas escla­
efectúa un balance puramente aritmético, dos vizadas en la defensa de una amenaza graví-

66 ROBERTO G. GRAU
sima, que son la dama y la torre. Estas piezas cuidar de la casilla "e 1 " , porque dej aría de
están esclavizadas por la amenaza de tres contener el peón de " f3 " . La victoria es, pues,
piezas negras de menor valor, como son el muy s imple con :
alfil de "d5 " , la torre de "e8" y el peón de " f3 " .
Las negras disponen, pues, d e s u dama a l i ­ 3 . . . Vffxf2 4 .Vff xf2 g e 1 + 5.Vffx e 1 f2+
bertad para hostigar a las piezas blancas que
menc ionamos antes, y esto les indica una Con mate inevitable, ya que si 5 . .f2 + 6 .ie4 .

maniobra realmente atrevida, de gran efecto, seguiría 6 . . . ixe4+ (o 6 . . .fx e 1 Vff + 7 . i>g2
pero menos difícil de lo que parece para quien ixe4++) 7 .Vffx e4 f1 Vff + +.
recuerde lo que antes dij imos: que la torre no
puede moverse por la amenaza de mate y que UNA CREACI ÓN INOLVIDABLE DE
la dama no puede dejar de cuidar el punto RU BINSTEIN
"e l " por la amenaza . . !!e 1 + . Las negras
.

deben aprovechar esa circunstancia y tratar de Hemos visto desmenuzado un ej emplo valio­
hostigar a las piezas defensoras. Y hay una so. Ahora estudiaremos la partida de Rubins­
jugada magnífica que lo hace extraordinaria­ tein con Salwe, que antes mencionamos, y que
mente: es de gran interés técnico.

2 . . . Vff b 21
Apertura Italiana (C50)
Lodz, 1 907
Aparentemente se pone a la dama negra en la
B lancas: G . Salwe
boca del lobo, como que esa casilla está fisca­
Negras: A. Rub instein
lizada por dos piezas blancas. Pero ¿qué pie­
zas son? Precisamente la dama y la torre, o
sea las dos piezas trabadas por la espada de 1 .e4 e5 2 . lll f3 lll c6 3 .ic4 icS 4.lll c3 lll f6
Damocles que significa la tensa amenaza del 5.d3 d6 6.ie3 ib6 7.0-0 ig4
alfil de "d5 " . El sacrificio es, pues, simple
para quien haya seguido nuestro razonamien­ La Apertura Ital iana o Giuoco P iano es uno de
to. Pero, en realidad, no es sacrificio, pues la los modelos más acabados de buen desarrollo
dama no puede ser capturada y el movim iento de las piezas de aj edrez. Quizá de la facilidad
tiende a eliminar, de sabia manera, una de las que tiene a su vez el negro para moverse naz­
dos piezas defensoras. Las blancas deben ca el olvido en que la tienen los maestros,
defender su dama y torre agredidas por la pues suele dar lugar, especialmente en esta
dama negra, que abusa de la ventaj a estratégi­ variante que la ha transformado en los cuatro
ca que le significa la amenaza típica de mate caballos, a luchas demasiado pacíficas. Pero
que indicamos, y la única respuesta aceptable para los j ugadores princ ipiantes es aconsej a­
es: ble, pues muestra cómo en sólo siete j ugadas
ha sido posible tener todas las piezas menores
3.'!Wf1 accionando y bien apoyadas entre sí.

Que alej a la dama del pel igro y apoya la torre. 8 .lll d 5 lll xd5 9 .ixd 5 0-0 1 0 . h 3 ihS
Parece que después de esta jugada todo se 1 1 .g4
habrá serenado. Un aj edrecista simple no
sabría como seguir la amenaza, pero quien Este avance de peones del enroque suele ser
razone con serenidad no debe tropezar con los pel igroso cuando el centro no está absoluta­
mismos obstáculos. La torre está defendida mente consolidado. En este caso las negras
por la dama, pero esta pieza, después de pueden seguir con . . . Vffe 7, lll d 8 , . . . c 6 ,
. . .

. . '!Wxf2 , debe continuar el triste papel de la


. . . . tt'le6, . . . !!d8 y . d S y lograrán romper e l
. .

torre, y de esta suerte no puede en ese caso frente central, lo que e n seguida trans formará

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 67


en grave la s ituación por ahora cómoda del S i 33 .Wxd2 E:h6 34 .'itt g 1 Wg 3+ 35. 'itt f 1
flanco de rey blanco. Lo j usto era para las Wxg4, con posición ganadora.
blancas seguir 1 1 . c3 y luego con We2 , ixb6
y Wfe3. 33 . . . Wig3 34.§'e7 l3c8! 35.füxd2

1 1 . . . ig6 1 2 .@92 We7 1 3 .§'e2 @ h a 1 4.a4 Ahora que el alfil está atacado, Salwe captura
el peón de "d2" . No se podía j ugar 35.E:df1
Las blancas quieren obligar a las negras a por 35 . . . Wg2 + , ganando, porque luego de la
cambiar Jos alfiles para retomar con el peón y simplificación el peón de "d2" coronaría. Pero
abrir la columna "f', y a Ja vez dom inar con las negras disponen de un recurso magnífico
ese peón el cuadro "f4", donde podría inco­ para decidir Ja partida, que invitamos a descu­
modar el caballo negro. brir al aficionado que no conozca esta posi­
ción. Se trata sólo, en real idad, de dar al avan­
1 4 . . . tli d S 1 5.aS ixe3 1 6 .fxe3 c6 1 7 .ib3 ce del peón una amenaza mayor que la que
tlie6 1 8 .c3 tlicS 1 9 .ic2 d S 20.exdS ahora tiene. La j ugada es:

Necesaria para evitar . . . tlixd3, seguido de 35 . . . §°e 1 + 36.l3xe 1


. . . dxe4 , recobrando la pieza con gran ataque.

20 . . . cxd S 2 1 . tli h 2

L o justo era 2 1 .e4.

2 1 . . . e4 22.d4 tli d 3 23 .ib3 l3ad8 24.§'d 2


fS 25.c4 f4! 26.cxdS

No era bueno ahora 26.exf4 por Ja répl ica


26 . . . e3.

26 . . .f3+ 2 7 . @ h 1 Wih4 28 .ic4 Wixh3


29 .ixd 3 exd3
No bastaba 36 .tlif1 por Ja répl ica 36 . . . E:h6+
Con esto las blancas han desun ido los podero­ 37.E:h2 Wf2 ! , etcétera.
sos peones avanzados negros, pero, en cam­
bio, han cedido la casilla "e4" al alfil de "g6" 36 . . . f2+ 37.Wlxe4 fxe 1 §'+ 3 8 . @g2 §'xd2+
y esto puede ser más grave, pues permite
construir la posición típica de mate que a Las blancas abandonaron. Aquí la combina­
tantos recursos tácticos suele dar Jugar: ción no ha servido para dar mate, pero sí co­
mo recurso táctico para ganar material y Ja
30.fü2 ie4 3 1 .l3c1 fü6 32 .§°b4 partida. Se ve que la idea madre de la combi­
nación, el sacri ficio de dama, es muy simi lar
Es interesante detenerse en este momento para en su concepción al del ej emplo anterior.
analizar con atención los acontecimientos. Las Ambos bastan para establecer el principio
negras inician una sutil maniobra para rematar general de que una pieza mayor que contiene
la partida de magi stral manera por med io de la un jaque descubierto de peón es siempre un
"máquina ie4 -f3 " , emplazada sobre el mo­ tema generoso para realizar combinaciones
narca blanco. decisivas, y que el sacrificio de las piezas
accesorias es, en todos los casos, el método
32 . . . d2! 3 3 . l3d 1 para derrumbar las más sól idas defensas.

68 ROBERTO G. GRAU
VIII.- MATES T Í PICOS EN EL PUNTO Como derivado del mismo, veremos el si­
"h2" ("h7") guiente:

Dos temas típicos de ataque tiene el j uego de


ajedrez. En la posición inicial de las piezas el
punto "f2" ("f7") es ya clásico en ese sentido.
Apenas un j ugador se inicia en el laberinto de
las amenazas de mate, lo hace conociendo el
famoso mate Pastor, que tanto placer causa a
quienes lo aplican y que tanto daña al progre­
so de los j ugadores principiantes por su afán Se trata de dos posiciones de mate conocidas
de repetirlo, como si fuera una golosina, sin que tienen gran vinculación entre sí, como
percatarse de que con esto ganan alguna parti­ veremos muy pronto.
da a ciertos j ugadores sumamente bisoños, Para que se produzca este mate hace falta que
pero en cambio, nada hacen para poner en se den las siguientes características: el rey
actividad esa poderosa máquina que el hom­ atacado debe estar sin el auxilio del caballo en
bre posee y tanto se ej ercita con el aj edrez: el la casilla "f6", pieza que evita siempre estos
razonamiento. ataques. Debe estar bloqueado el centro para
Luego conocen e l " Fegate llo", el mate Legal, evitar que el alfil dama, mediante el movi­
y más tarde, cuando el adversario se enroca,
miento . . . �f5, defienda el punto "h7" cuando
pronto descubren otro punto del tablero donde la dama agresora vaya a "h5 " .
pueden repetir sus asechanzas contra el mo­ N o debe poder el rival j ugar e n ese momento
narca: el cuadro "h2" ("h7"), verdadero talón tampoco . . . lll f6 o . . . lll f8 , para apoyar el cua­
de Aquiles de cada enroque corto y tema de dro "h7 " .
multitud de victorias fáci les que pueden ser El agresor debe tener s u a l fi l e n "d3 " o "e4", e l
evitadas a poco que el j ugador adopte algunas caballo e n " f3 " y l a cas i l la "g5 " apoyada con
precauciones. otra pieza para que el cabal lo pueda situarse
cómodamente, y la dama en "d i " o "e2", l ista
EL MATE T Í PICO SOBRE EL PUNTO "h7" para ir a "h5" rápidamente.
("h2") Quiere esto decir que el mate se va gestando,
en este caso, no con la j ugada inicial lll g5,
Mas antes de mostrar cuáles son las defensas
que permite la répl ica . . h6, sino primero con
.

necesarias para este tipo de ataques, vamos a


el sacrificio para ganar tiempos �xh 7 + , para
comentar algunos ej emplos típicos que permi­
seguir, contra . . . 'it>xh7 , con lll g5+ y luego
tirán que e l lector estudioso por sí solo com­
'1Wh5 .
prenda cómo se planean estos ataques, cómo
Veamos el ej emplo más común :
se ej ecutan y cómo se neutralizan si se ad­
vierten a tiempo las intenc iones del rival. En
1 .e4 e6 2.d4 d5 3 .lll c3 lll f6 4.ig5 ie7
real idad, el mate que vamos a considerar es,
5.e5 lll fd 7 6.ixe7 '1Wxe7 7 .lll b 5 Wfd B 8 . c3
en primer término, el siguiente :
a6 9 . lll a3 es 1 O .f4 lll c6 1 1 .llif3 O-O
1 2 .id3

Se puede llegar a la misma posic ión en infini­


dad de variantes de la Defensa Francesa y en
este momento la mayoría de los j ugadores
confiados, que no conocen el esqueleto de la
combinación que estamos explicando, suelen
ser vertiginosamente derrotados .

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 69


Es necesario anticiparse a la amenaza de las 1 6.\!;Yxf7+ ©h8 1 7.\!;YhS+ @gB 1 8.Wh7+
blancas ixh 7 + , pues estamos, precisamente, ©ta 1 9.WhB+ ©e7 20 .Wxg7++
en la posición típica antes señalada: el rey
negro l ibrado a sus propias fuerzas ; el caballo, Hemos visto el mate típico de este tema. Las
el alfil y la dama blancos l i stos para realizar el negras, para evitar Wh 7 mate, debieron sacar
engranaje de maniobras que antes señalamos, la torre del sostén del peón " f7 " y en este caso
y un peón en el escaque "e5 " , que evita la el mate se produce tomando primero ese peón,
defensa . . . lll f6 y toma al monarca negro las para que cuando el rey vaya a "e7" carezca de
casil las de huida de "f6" o "d6 " . protección. También debe efectuarse la com­
Habría, pues, que j ugar 1 2 . . .f6, y aún mejor binación cuando la dama negra está en "e7 " ,
1 2 .. .fS . pues e n e s e caso el mate es m á s rápido, y a que
Las negras no lo harán y veremos cómo se el rey carece de esa casilla de huida, y cuando
define rápidamente la lucha: la torre se marcha de "f8" hay mate en Wh7+
seguido de Wh8.

VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA

Y ahora que conocemos el mate típico con el


cual se ganan aún infinidad de partidas en
sesiones de simu ltáneas, veremos algunos
ej emplos de combinaciones más o menos
complejas que, en síntesis, sólo han s ido ori­
ginadas por el conocimiento pleno de este tipo
de mate elemental .

1 2 . . . b5

El optimismo en marcha.

1 3 .ixh7+ @xh7 1 4. lU g S + @gs

Nada lograría el segundo j ugador con


1 4 . . . ©h6 por la répl ica 1 5 .Wd 3 con la ame­
naza de Wh7 mate, que no puede ser evitada
con la j ugada 1 5 . . . :gha por 1 6 . lll xf? + , doble,
ni tampoco con 1 5 . . . g 6 por 1 6 .Wh3+ y mate
a la siguiente. En esta posición jugaban las blancas y se
Tampoco sería defensa 1 4 . . . @g6 por 1 5 .Wg4 observan las mismas características anteriores.
fS (hay que anticiparse a la amenaza de lll xe6 El rey negro solo, con la torre en "f8" que le
con j aque descubierto) 1 6 .Wg3 We7 1 7 . h4 impide huir rápidamente, contra la armazón
:gha 1 8 . h S + :gxhS 1 9 .fühS @xhS 20.Wh3+ agresiva del caballo en " f.3 " , el alfil en la dia­
©g6 2 1 .Wh ? + + . gonal que vulnera el punto "h7" y la dama
l ista para cooperar.
1 5.Wh s g e s Se gana así:

Ú nica. 1 .ixh7+ ©xh7 2.lll g S+ ©g6

70 ROBERTO G. GRAU
En este caso tampoco era bueno 2 . . . @g8 por Esta j ugada recobra la pieza entregada y man­
3.Wh5 füd8 4 .Wh7+ @fa 5 .Wh8+ <.!le7 tiene las graves amenazas sobre el monarca
6 .Wxg 7 (amenaza füe6+) 6 . . . ©d7 7.Wxf7 + , negro. El alfil no puede retirarse porque sería
seguido d e 8 .Wxc7+ y 9 . lt:J xe6+, con calidad capturado enseguida o bloquearía al rey negro.
y cuatro peones a cambio de la pieza. Además, la torre de "b3 " amenaza ir a "f3 ",
ganando.
3.Wg4 @f6º 4.gxe6+ fxe6 5 .tvxe6++ Las negras abandonaron.

Se observa una rami ficación interesante del FALSO ANÁLISIS Y COMBINACIÓN


mate típico anterior y de qué manera va au­ ERRÓNEA
mentando el rad io de combinaciones auxil ia­
res del tema, que le dan fuerza e interés. En En cambio, es falsa la combinación que se
esta posición no existía el peón blanco en produjo en la partida Fincke-Horn, del torneo
"e5'', pero lo reemplaza la torre en "e I " por la de Berlín, de 1 93 1 . En dicha partida se pre­
especial amenaza de i::! x e6 . sentó la misma combinación, pero sin el peón
blanco en "e5 " , si bien con la torre blanca en
No menos interesante es el encuentro que "e l ", sin la posibil idad de realizar ningún
Bogolj ubow le ganó al doctor Rodl, excelente sacrificio en "e6", porque ese peón estaba
aj edrec ista alemán. apoyado por el alfil dama negro.

Nuevamente vemos la misma armazón estra­ En este caso la combinación es la misma, pero
tégica, pero con algunas variantes. En este es necesario analizar más minuciosamente por
caso la torre negra no está en " f8 " , pero, en la acción del alfil de "d7" que apoya el centro
cambio, sí se encuentra el peón blanco en "e5" del tablero. Es decir, que si la combinación no
y el peón negro de "fl" carece de sostén, lo
se define en el flanco de rey, se hará dificil
que obl iga a perder un tiempo en apoyarlo. La ganar.
combinación empieza con :
1 .ixh7+ ©xh7 2 . lt:J g 5+ ©g6 3 . h4
1 .ixh7+ ©xh7 2 . lt:J g 5+ ©g8 3.Wh5 tvc7
No sería bueno 3.Wg4 por 3 . . .f5, pues no es
Lo mej or.
posible replegarse con la dama a "g3 " ni tomar
al paso, por no estar el peón blanco en el es­
4.gbJ !
caque "e5 " .

' Aquí existe la posibilidad 3 f5 que detiene el ata�ue


.. . ,

blanco. Este movimiento, seguramente, escapó al anahs1s


. 3 . . . g h s 4.Wf3 gaf8 5.h5+! g x h 5 6 . lü xf7
del autor. Si 4 . füe6+ fü6, etc. ms

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 71


Esto es mejor que 6 . . . �xf7 , porque luego de mente defendido con cuatro piezas (alfil rey,
7 .\Wg4+ y la ganancia de la torre de "h5 ", las caballo rey, torre rey y dama). Hay motivo
blancas tendrían torre y dos peones a cambio para confiar en el éxito de la ofensiva.
de dos piezas menores.
1 . .ixh7+
7 . .lüeS+ .lüxeS 8 .\Wg 3+ ©f7 9 .dxeS .ixeS
1 0.ti'g4 ©9a 1 1 . .ih6 gaf7 Siempre el sacrificio antes que la j ugada pre­
paratoria.
Y las b lancas carecen ya de elementos que
lanzar a la batalla. Se han agotado, atraídas 1 . . . ©xh7 2 . .lügS+ fxg S 3 . h xg S+ ©g8
por una falsa comb inación, olvidándose de la 4.gha+
importancia del peón de "e5" y de la acción
val iosa del alfil negro de "d7" que apoyaba el Las blancas sacrifican tres piezas para entrar
peón de "e6 " . con la dama y dar mate, especulando con la
huida posible del rey, especialmente por la
L A IMPORTANCIA D E L CABALLO EN casilla crítica de "e7", por donde suele esca­
"f6 " par, que está ocupada.

4 . . . ©xh8 5.ti'hS+ ©g8 6.96

Con mate inevitable, pues si la torre se mueve,


sigue ti'h 7+ y \Wh 8++.

SACRIFICIOS T Í PICO DE DAMA

Ahora veremos otras combinaciones que se


rematan por medio de la entrega de dama en
ese sector, que también son muy usuales.
Estos sacrificios se efectúan cuando se desea
abrir la columna para emplazar luego una
torre y las casillas de escape del rey están
Vemos que esta posición tiene similitud con tomadas. Es decir que la dama, al sacrificarse,
las anteriores, aun cuando ofrece variaciones lo que hace es abrir la brecha por donde ha de
apreciables. El enroque negro está vulnerado entrar decisivamente la acción frontal de la
por el alfil de "d3 " y carece del natural apoyo torre.
del caballo negro de " f6 " o " f8 " . Verdad es
que el problema de j ugar 4.'i g 5 en cierto mo­
mento se compl ica, porque el peón de " f6 "
domina ese cuadro. Pero las blancas han j uga­
do h4, prec isamente para poder real izar esa
man iobra. Especulan con el hecho de que no
han enrocado y la torre puede reemplazar al
caballo en su acción sobre el punto "h7 " . Las
negras tienen todas sus piezas trabadas en el
ala dama y la partida ofrece un grave desnivel
en materia de piezas activas blancas contra
piezas inactivas negras. Hay, pues, igualdad
de material, pero sólo aparente. El blanco
puede atacar al rey negro, que está magra-

72 ROBERTO G. GRAU
A esta posición se l legó en 1 9 1 2 en una parti­ Sigue :
da que disputaron, en Alemania, Müller y
Kühne. Aparentemente las b lancas están per­ 2 . . . c!ll h4
didas, pero nos hallamos en presencia de una
posición típica de combinación. El caballo Se entrega el cabal lo, pero el rey se va a "g6 " .
blanco quita la casi lla "g7" al rey enemigo y a Ahora, que luego d e
la vez domina la de "h6". El rey negro no
puede ir a "g8 " porque su propia torre se lo 3.gxh4+ ©g6 4.g hs+ <i>gs
impide, y surge entonces clara la combinación
ganadora típica de . . . La posición es tentadora, pues el rey está bajo
el fuego combinado de las tres piezas "que me
1 .Wxh7+ ©xh7 2.l3h3+ �fü 6 3 .gxh6++ quedan" y aún puede colaborar el peón "h"
para aproximarlo más al abismo. Se puede
Más complej a aún es la s iguiente posición: seguir con :

5 . h4+ ©g4

Ú nica.

6.c!ll e3+ ©g3

Otra vez única.

7.fü3++

Como se puede observar, el anál isis no es


difícil, ya que las negras han ido de única en
única hasta colocarse en la posición de mate.
Esta posición es casi igual en aparienc ia a la La victoria ha sido posible por el sacrificio de
anterior. El caballo está en "f5 " tomando la dama en "h7 " .
casilla de escape de "e7" y el rey negro no
L A EXTRACCI ÓN D E L REY
puede ir a "g8" porque su propia torre se lo
impide. Pero surge un problema táctico que es Una combinación cas i idéntica se produjo en
necesario estudiar minuciosamente si se quie­ la siguiente posic ión, a que se llegó en una
re avanzar. El cabal lo de "g6", que quita una partida del torneo de Berl ín, de 1 93 5 .
casilla de escape al rey, puede cubrir el j aque
de la torre y luego el rey puede eludir el mate.
Un aj edrecista bisoño o timorato abandonaría
inmediatamente el anál isis y buscaría la victo­
ria por medio de 1 J:'!h 3 , a lo que podría segu ir
1 . . . l2Jf8 , con tenaz resistencia. Pero si estudia
con atención verá que el rey negro, para eludir
el mate, debe irse aproximando a la posición
blanca y queda igualmente librado a sus pro­
pios medios.
El raciocinio a realizar es el siguiente : después
de:

1 .'ªxh7+ ©xh7 2.gh3+

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 73


La posición es en su estructura básica simi lar La posición tiene otra característica, pero hay
a la anterior. Un cabal lo blanco en "f5 " y el una que es imprescindible en todos los casos
peón "h7" negro, sin más apoyo que el rey; para idear este plan y es el peón "h" negro con
éste, sin la retirada a "g8 " y con los peones en el único apoyo del monarca negro. A primera
"f7" y "f6" que forman otra barrera que impe­ vista parece que gana la maniobra �xh 7+,
dirá escaparse al monarca negro. Ya conoce­ seguido de É!h3+ y É!h8++. Pero surge un
mos el sistema de extracción del rey a que da obstáculo y es la cubierta con la dama negra
lugar la cubierta del caballo en "h4", también en "h6" al segundo j aque. Hay, pues, que
única en este caso, y el mate nos resulta por lo salvar tácticamente esto y entonces aparece
tanto fam i l iar. Es así : una maniobra intermedia que especula con la
posición en que se encuentra el rey en "h7"
1 .'ªxh7+ @xh7 2J3 h 1 + lü h4+ 3J3xh4+ bajo los fuegos del alfil blanco de "d3 " . Se
©g6 4J''fü 6+ @g5 5 .lüf3+ lü xf3 6.©xf3 gana así:

Ahora es inevitable el mate por medio de �f4 29.'ªxh7+ ©xh7 30 .f6+ ©g8
o �h4 , porque el rey blanco le ha restado al
adversario la casilla "g4 " . Y ahora la man iobra es dar mate con la torre
S e observa que este mate tiene sólo esta últi­ en "h8 " . Si se prepara la j ugada 3 1 .É!h3 sigue
ma variación con respecto al anterior, la que 31 . . . É!xf6 y el rey puede escaparse por " f7 " .
constituye un simple detalle táctico, ya que Pero y a sabemos que el sacrificio e s el s istema
estratégicamente es de la misma factura y la más valioso que existe para ganar tiempos y
decisión se ha logrado de manera similar. como ya el alfil no hace más falta, lo podemos
util izar para ganar el tiempo que precisamos.
AN DERS SEN CONTRA ZUKERTORT
3 1 .ih7+ ©xh7 32J3h3+ ©g8 3 3 . l'! h B++
Como la gama de mates por medio de la en­
trega de la dama en "h7" es muy grande, se­ IX.- EL SACRI FICIO EN "h2" ("h7"), BASE
guiremos enumerando varios, ya que, además, DE LA AGRESI ÓN
tienen la ventaj a de ser bonitos y agradables
para el aficionado estudioso. Los j ugadores que ya saben algo de aj edrez
pero no dominan completamente el j uego o
carecen de fe en sí mismos, suelen preparar
siempre las amenazas. En lugar de realizar
directamente la jugada clave, como en los
sacrificios que hemos visto sobre el punto
"h2" ("h7"), preparan la agresión y dan así
tiempo para que el adversario, ante la claridad
de la maniobra, se aperciba contra el la. Se
olvidan que en las partidas de ataque el se­
creto de la victoria está en las ganancias de
tiempo.

UNA PARTIDA DE 1 900

Esta posición se produj o en una partida famo­ Esto lo hemos visto claramente en los últimos
sa en su época. La j ugaron Anderssen, cam­ ej emplos y volveremos a observarlo en los
peón del mundo durante varios años, y que ahora nos ocuparán, que también tienen
Zukertort, uno de los aj edrecistas más fuertes como idea central la entrada de la dama en el
de aquellos tiempos, en Barmen, 1 869. punto "h7" para ganar tiempo en el ataque.

74 ROBERTO G. GRAU
El primero que vamos a insertar es el de la
partida Salter-Marco, disputada en el año
1 900, que en realidad es un mate típico de
torre y caballo de una fami l ia que hace poco
consideramos.

Vemos en esta posición la m isma organiza­


ción de piezas sobre el enroque, con el agre­
gado en favor de la combinación de que el
alfi l desde "c4" también coopera en la tarea de
bloquear al rey. No es posible el mate anterior
Estúdiese la posición y se observará fácil­ en base a 1 . W/xh 7 +, porque luego de
mente que ofrece las características de los 1 . . . i>xh 7 y 2 . !!h5+ la dama negra cubriría el
ataques sobre el punto "h7". El enroque carece mate en "h6 " .
del sostén del caballo y la primera j ugada que Hay, pues, que buscarlo por medio d e otro
salta a la vista es 1 .!!h 1 , amenazando mate. procedimiento y es fácil hal larlo, por cuanto
Pero las negras podrían resistirse largo rato existe otro factor importante y es que la dama
mediante 1 . . . h6, para seguir, si 2 . g 5 , con negra de "d6" está inmovil izada en la defensa
2 . . . liJd4. de la torre "d8" , lo que quiere decir que si
damos j aque con el cabal lo en "g6" las negras
EL RECURSO deben capturar con el caballo, y entonces
tenemos el m ismo mate anterior, ya que el
Hay, pues, que sutilizar más en busca de la alfil de "c4" reemplaza al caballo en la fiscali­
victoria. S i las blancas pudieran dar j aque con zación de la casilla "g8 " . Que es imprescindi­
el cabal lo en "e7" ganarían, pues luego de ble maniobrar con rapidez nos lo indica la
.. ©h8 seguiría W/xh7+ y !!h 1 ++. Pero la
.
amenaza de . . . W/d 1 ++ que tiene el segundo
dama negra impide esa maniobra y, sin que­ j ugador.
rerlo, hemos hallado la ruta de la victoria. La partida se gana, pues, con :
Obsérvese que para dar el mate antes mencio­
nado no hace falta el alfil y que, en cambio, 1 .lbg6+ lbxg6 2 .W/xh7+ i>xh7 3 J� h 5++
éste puede atacar a la dama desde "b5 " .
La partida s e gana, pues, con : Nuevamente hemos visto cómo la entrega de
dama nos perm ite dar un mate bonito, aun
1 .ibS W/xbS? 2 . lb e7+ c!> h B 3 .W/xh7+ cuando simple para un j ugador experimenta­
©xh7 4J�h 1 ++ do.

Muy parecida en su idea es la combinación LA CLAVADA


que muestra Richter en su libro, que se pro­
dujo en una partida j ugada por él mismo en Un poco más complej o y menos claro para un
una sesión de simultáneas. aj edrecista de relativa experiencia es el ej em­
La posición era como sigue : plo que ahora pasaremos a mostrar, y que

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 75


tiene el atractivo añadido de haberse produci­ LA DAMA, SOBRECARGADA
do durante la disputa del torneo por equipos
de Londres de 1 929 entre dos maestros de Más bonito es el mate que también basado en
gran fuerza. nuestro sacrificio típico de dama en "h7" dio
el maestro Ahues en el torneo de B erlín de
1 932. Muestra el mismo cómo es de generoso
el tema y cómo es posible realizar interesantes
variaciones con esa base táctica.

En esta partida j ugaba Grünfeld, el notable


teórico austríaco, contra Wagner, fuerte
maestro alemán. Vemos también un enroque
sin el sostén normal del caballo en "f6" y un
punto "h7" carente de otro apoyo que el del La base del esqueleto de la posición es muy
rey. Lo tranqui lo sería 1 .!! h 3 , sacando la torre parecida a la anterior. El cabal lo puede ir
amenazada para l levarla hacia el punto débil, después del sacrificio de dama a "g6 " , pero en
pero las negras seguirían con 1 ... lLif6 y su cambio el rey negro puede huir hacia " f7 " .
enroque sería ya muy sólido. Además, amena­ D e n o estar l a dama negra e n "d6" podría
zarían . i.e4 .
. . haber mate mediante el avance del peón "d"
Pero ¿cómo combinar s i faltan piezas e n si­ una vez que el rey se s ituara en "g8 " o " f7 " .
tuación agresiva? Lo primero que debemos Pero la dama, a l a vez, tiene l a m is ión de
observar para planear la combinación es que evitar que en cierto momento la torre dé mate
el peón de " f7 " está inmovilizado y que en en " f8 " , sostenida por el caballo de "g6 " .
cierto momento el caballo b lanco podrá ir a Quiere decir que tenemos el h i lo d e la combi­
"g6" con toda impunidad por esta circunstan­ nación. S i la dama evita d6 no puede defender
cia. Conj ugada esa idea con la del sacrificio a la vez el mate en "f8" y la victoria no es por
de la dama, brota una combinación de mate lo tanto difícil .
inevitable, clara y bonita.
1 .Wxh7+ © x h 7 2 . lLi g 6 + ©g8 3 J � h 8 + ©f7
1 .Wxh7+ 'i:tixh7 2J�h3+ ©g8 3 . lLi g 6 1 4.fü8+ Wxf8 5.d6++

Con la amenaza de !!h8, con j aque mate ine­ Y siguiendo con este ritmo de combinaciones
vitable. que se van haciendo paulatinamente más
La combinación es simple una vez vista, pero complej as, pero siempre basadas en el sacrifi­
escaparía sin duda a una gran cantidad de cio típico de la dama para quitar al monarca
jugadores, porque no le asignarían la impor­ rival toda protección, veremos, en la posición
tancia que tiene al alfil, que desde "c4 " , s ilen­ que mostramos en la página siguiente, el de­
ciosamente, se convierte en el pilar del mate, senlace de una partida disputada por Von
como que apuntala al caballo indefenso de Braunbehrens y Scheebaum, en Berlín, en
"g6". 1 934.

76 ROBERTO G. GRAU
Esta posición también debe dar lugar a una Jugaban las blancas, que atacan el punto "h7",
combinación ganadora. El rey negro carece de pero no tienen tiempo de perderse en simples
protección adecuada y hay cuatro piezas blan­ amenazas, por cuanto las negras podrían de­
cas que pueden combinar su acción sobre el fenderse. Pero el rey puede ser arrancado de
mismo. Si el caballo se retira para dar mate, su plácida situación y atacado por medio de la
seguirá . !!g? y no se ve cómo podría ganarse
. . acción combinada de tres piezas menores. El
ante la sól ida defensa de la torre, que, además, remate de la partida es una notab le demostra­
podría tomarse agresiva. ción de cómo puede extraerse el rey y de los
Hay que apelar, pues, a procedimientos más riesgos que esto significa. Veamos:
enérgicos y el sacrificio en "h7" no es despre­
ciable como idea, por la fuerza del j aque des­ 1 1 .\Wxh7+! ! ©xh7 1 2 .lll xf6+ ©h6
cubierto. Se observa que luego de 1 .\Wxh 7 + 1 3 .lll eg4+ ©gs 1 4. h4+ ©f4 1 5.g3+ ©f3
© x h ? 2 . lll f5+ , el rey negro s ó l o pede ir a 1 6.ie2+· ©g2 1 7 .�h2+ ©g 1 1 8 .0-0-0++
"g6", o sea que se acerca a la hoguera. El
blanco ve que luego puede dar j aque en "e7" No hemos comentado las j ugadas efectuadas
con el cabal lo y el monarca sólo dispone de la porque en realidad el rey fue de única en única
casilla "g7 " , lo que permite seguir con �h6+ en una trágica peregrinación hacia la guil loti­
y ya se tiene el mate esbozado, que se produce na. El mate por medio de enroque es curioso y
así: uno de los pocos que registra la historia del
aj edrez. La partida adquiere más valor prácti­
1 .Y:Yxh7+ ©xh7 2 .lll f 5+ @g6 3. lll e7+ ©g7 co como ej emplo si se recuerda que fue dis­
4.ih6+ © h 7 5.if8++ putada durante el transcurso del torneo de
Londres de 1 9 1 2 . Con esto damos por termi­
UNA PARTIDA INOLVIDABLE nado e l tema de ataque sobre el punto "h7" en
base a la entrega previa de la dama, que en
real idad podría ser mucho más abundante
Y finalmente, como idea de combinación
dada la enorme cantidad de partidas que se
perfecta basada en el sacrificio de la dama en
han definido en esas condiciones, cada vez
"h7", está la partida famosa entre Eduardo
que se ha hallado un enroque carente del natu­
Lasker, con las blancas, y Sir George Thomas,
ral apoyo del caballo de "f6", que hace impo­
que se perpetuó por el raro mate que en ella se
sible todo ataque de este tipo.
produjo y por la espectacular trayectoria del
monarca negro.
La posición inicial de la famosa combinación, ' Resulta evidente que 1 6.lt>f1 y 1 6.0-0 eran dos jugadas
con las que se daba mate antes, pero, afortunadamente
verdadera obra clásica del j uego de combina­ para los aficionados al ajedrez, Eduardo Lasker prefirió
ción, era la que sigue: una continuación algo más larga, pero de gran belleza.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 77


X.- EL SACRIFICIO PARA EXTRAER EL tades y de gran valor técnico, a la siguiente
REY posición, en la que las negras poseen calidad
de ventaja a cambio de un peón. Tienen c ierto
El tema de las combinaciones de sacrificio, ataque sobre el rey enemigo, pero no se ve
siempre atrayente, tiene enorme gravitación fácilmente de qué manera ha de conseguirse el
en aj edrez y además posee una innegable triunfo, ya que pocas son las fuerzas que a
vinculación en todos los casos. El sacrificio de primera vista pueden colaborar en una ofensi­
piezas es en real idad una maniobra estratégica va.
relativamente elemental, con la que un j uga­
dor gana "tiempo" a cambio de "material " .
B ien sabemos que el tiempo es una d e las
fuerzas vitales del aj edrez, como que significa
la mayor rapidez en el desarrollo, y también
sabemos que al sacrificar material se logra el
propósito antes señalado, por la circunstancia
de que al analizar una maniobra de ataque de
este tipo se limita el campo de respuestas
enemigo y se obl iga habitualmente a efectuar
la movida que uno le impone, merced a la
entrega de piezas innecesarias para dar el mate
final.
Pero es tan variada la gama de los sacrificios y
responden a planes tan distintos, que eso ha Si se estudia con atención y se conoce e l espí­
obl igado a dividirlos para señalar fami lias de ritu de las combinaciones que vamos a consi­
combinaciones típicas, que es en realidad la derar, se hace evidente que luego de 1 . . . "We 1 +
base de los capítulos anteriores. Ahora estu­ las blancas deben jugar 2 .�d 1 para evitar la
diaremos una serie de combinaciones basadas pérdida del peón dama sin compensaciones.
en sacrificios de material para arrastrar al rey Contra esto sería ideal 2 . . . �g5 si no existiera
enem igo delante de sus propios peones y co­ la grave amenaza de 3 ."Wxg 7 + + . Pero b ien
locarlo en situaciones donde el mate es inevi­ sabemos que la transposición de maniobras
table. suele ser ideal en estos casos y observamos
La extracción del rey es la base de una serie que las casillas laterales al rey, o sea "c2 " ,
de victorias notables, ya que se logra, a cam­ "c3 " y "d i " están ocupadas por piezas blancas.
bio de la entrega de piezas, llevar la fuerza Además, la torre custodia la columna "e".
vital del enemigo a zonas donde puede ser Demuestra esto que el rey, luego de:
vulnerada. La base de estos ataques radica en
la imposibil idad que tenga el monarca así 1 . . . "We 1 + 2 . .id 1 "Wxd2+ 3 .©xd2 .ig5+
agredido de retomar a su base. Pero más ex­
presivo que cualquier comentario será obser­ Sólo dispone de la casilla "d3 " , donde está
var varios ej emplos típicos. Invitamos al lec­ inmovil izado. El asunto se aclara y ya interesa
tor a retomar al subcapítulo IX, donde inicia­ profundizar, pues la acción combinada de la
mos el tema al considerarlo desde el punto de torre y el alfil contra un rey tan pobremente
vista del ataque al punto "t2" ("t7"). situado debe dar sus frutos. Seguimos y la
victoria es fáci l :
LA EXTRACCI ÓN DEL REY
4.©d3 ge3+ 5.©d2 ge4+ 6 . @ d 3 c4++
En una partida entre Shories y Foulds, dispu­
tada en el Bradforter Schachklub, en 1 9 1 4 , se La maniobra de la torre ha sido necesaria para
l legó, luego de un cotej o generoso en dificul- quitarle al rey blanco la cas illa "d4", que al

78 ROBERTO G. GRAU
avanzar el peón a "c4" queda sin custodia. La partida se gana así:
Hemos visto, pues, con qué facil idad se ha
triunfado por medio de un sacrificio especta­ 1 .Wxf7+ @xf7 2 . .ixd S+ ©g6 3 . .if7+
cular, pero claramente señalado por la falta de @xg 5 4 . .ic1 + ©g4 5 ,gf4+ © g s s .ge4++
movil idad del rey blanco una vez l levado a
"d2" y sin retiradas posibles. Igual que en la partida anterior, la torre ha
efectuado una man iobra para quitarle al rey
EL REY DEFIENDE D É B ILMENTE EN adversario su única casilla libre. La combina­
LAS POSICIONES DE ATAQUE ción es más aparatosa que difícil, pues las
negras han realizado j ugadas ún icas.

UN EJEMPLO LOCAL

Menos conocido, pero de gran similitud con el


anterior es el ej emplo que ahora daremos y
que se produj o en una exhibición de simultá­
neas. Yo conducía las blancas y mi adversario
estaba lej os de ser un j ugador sin conoci­
mientos. La posición era la que sigue :

La posición no es fácil. Las blancas actúan


bajo la amenaza del alfil "c5 " negro, que pre­
siona la diagonal en que se encuentra el rey,
pero, en cambio, dominan la columna "f" y
vulneran el peón de "f7", que carece de sólido
apoyo.
Una jugada preparatoria en el ataque sobre el
peón "f7" daría tiempo a las negras a defen­
derse mediante . . . tüxe5. Es interesante consi­
derar expedientes más enérgicos ante esta
desagradable amenaza y bien sabemos que Las negras no tienen en apariencia debi lidades
nunca debemos dejar de estudiar, aun cuando serias, pero si se observa con atención se hace
someramente, un sacrificio, si al efectuarlo evidente que el peón de " f7 " y el de "e6" pue­
logramos que el monarca adversario salga de den dar tema a una buena combinación de
su refugio natural. sacrificio.
Veamos, pues, el sacrificio de 1 .Wxf7+ . Ob­ Sutil izando un poco, podemos comprobar que
servemos que el rey debe colocarse baj o los el peón de " f7 " sólo está sostenido por el rey
fuegos de un j aque descubierto, ya que la torre negro y, además, que si dicho monarca estu­
de "f2" puede combinar su acción con el alfil viera en la casilla "e6" se hallaría en posición
de "f3", y asim ismo vemos que luego de de mate. Es claro que para extraer al monarca
1 ... ©xf7 2 . .ixd5+, el rey negro no tiene otra se hace necesario no sólo entregar el caballo
jugada que ir a "g6", pues si fuera a "e7" se­ en "f7", sino también la dama en "e6", tema de
guiría gf7+ + . Tenemos, pues, un sistema para combinación un tanto manoseado, como lo
extraer al rey y contamos para atacarlo con observamos cuando lo consideramos en el
casi todas las p iezas blancas, que pueden subcapítulo IX, al tratar los sacrificios típicos
envolver al monarca en una madej a perfecta. en " f7 " .

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 79


Pero es fácil observar que el alfil de "c2" está 3 .. J;gxh8 4J::t g 5+ mfS s .gxh8+ lü g 8
en condiciones de reemplazar a la dama para 6.ghxg8++
seguir la lucha mediante un j aque. El proce­
dimiento ganador que ya ha sido esbozado es, Otra vez hemos visto cómo el sacrificio ha
pues, claro. La primera j ugada es: obligado al rey a salir de su aparentemente
sólida situación y cómo un detalle táctico fe l iz
1 .lüxf7 , y s i 1 ... mxf7 2 .Wxe6+ (la coronación del peón) le ha restado al mo­
narca la posibilidad de guarecerse.
Con la formidable amenaza de s i 2 . . . mxe6
3.�b3++. S i en cambio 2 . . . mea 3.Wxg6+, EL REY DELANTE DE LOS PROPIOS
etc. PEONES

2 . . . mts a . .tba Finalmente veremos otro sacrificio valioso,


basado en la extracción del rey, ya que en
Seguido de �d 7 . realidad se entregan las p iezas mayores para
Una vez más el rey ha pagado cara la manio­ valorizar la acción de los alfi les, s iempre
bra realizada por delante de sus piezas. Plan eficaces en este tipo de maniobras.
de gran riesgo, que j ustifica casi todos los
sacrificios cuando se transporta al rey a una
zona donde las piezas de su propio bando no
están en s ituación de apoyarlo.

LA APERTURA DE COLUMNAS

La posición es muy interesante. Las negras


convergen hacia el punto " f3 ", pero el caballo
de "c6" anula la acción del alfil. El caballo
b lanco está defendido por el alfil y por el rey,
y ya hemos visto que el rey es pobre en defen­
sa cuando hay muchas piezas en j uego, pues
En esta posición j uegan las negras, que tienen se puede ver en la penosa necesidad de salir
una p ieza de ventaj a y ahora capturarán otra. fuera de la cadena de peones que lo resguarda,
Pero, en cambio, el punto vital de agresión al y que en esos casos se transforma en pared
monarca, el de "g7", está sin buen sostén y contra la cual se estrella el monarca en su
hay un peligroso peón en "h7". La partida necesaria retirada. Además, el rey, una vez
siguió así: delante de sus peones, puede ser atacado por
la acción combinada de los poderosos alfiles
1 . . . Wxb3 2 .Wxg7+1 mxg7 3 . h SW+ l l negros y por medio de un descubierto siempre
desagradable. La lucha se remata así:
No sería bueno primero 3.�gS+ por 3 . , . m h 8 ,
guareciendo otra vez a l rey detrás d e l propio 1 . . .gxf3 2 . .lxf3 Wxf3+! 3 . ©xf3 lü xd4+
peón blanco. 4.©g4 .lc8+

80 ROBERTO G. GRAU
Como el caballo le quita al rey la casilla de Hay, pues, un tema de combinación nítido y
escape "f3", el alfil trata de quitarle la de "h3 ", fáci l : ha de ser que el caballo y la torre que
desde donde podría retomar a "g2 " . actúan sobre la zona de influencia del rey
enemigo puedan explotarla. La primera j ugada
5.©h4 tüf3++ que surge es:

Una combinación bonita, pero nada difícil, 1 ... tü h 4


que muestra de i mpecable manera los recursos
que proporcionan los sacrificios cuando se Porque esa p ieza n o puede ser capturada ni
logra por medio de ellos extraer al rey hacia el con el peón ni con e l rey, pues habría mate, ya
centro del tablero y colocarlo delante de sus en "g4" o en "h2" respectivamente. Además,
propios peones. amenaza . . . \Wg2 + seguido de . . . \Wxh 2++. Las
blancas deben defenderse de esa amenaza y
C Ó MO SE BUSCA LA POSICI ÓN DE sólo pueden hacerlo mediante:
MATE
2.tüf3

Que apoya el punto "h2 " . Pero ahora la torre


negra está en la columna "t'' abierta y ataca el
peón "f4", que está apoyado por el peón "g3 ",
que tanto guarece al rey, y esto faci lita la
combinación final. La partida se gana ense­
guida por medio de:

2 . . ."g2+

También es válido 2 . . . "e6 + , con mate en dos


j ugadas como máximo.

No parece en esta situación que el rey blanco 3 . ©xh4 gxf4+ 4.gxf4 "g4++
corriera otro peligro que el que pueda surgir
de la acción aislada de la dama adversaria. Es Y se da el mate en la cas i l la típica que descu­
decir, que a lo sumo en esos casos puede l le­ brimos al iniciar el estudio de la posición.
garse a un empate por j aque perpetuo. Pero el
ajedrez brinda muchos recursos y el sacrificio EL MATE CON UN CABALLO
es el más usual en estos casos, en los que el
rey carece de las propias piezas y se hace
necesario ganar tiempos para evitar que aqué­
llas lo apoyen.
En el caso del diagrama, lo primero que debe
buscar el jugador, mentalmente, es una posi­
ción de mate. Se observará fáci lmente que de
no existir el peón blanco de "g3 " sería mate
por medio de . . . \Wg4 .
Quiere esto decir que el peón e s u n caso típico
de pieza sobrecargada, ya que no puede salir
de su situación actual, precisamente porque
constituye la única defensa del monarca blan­
co.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 81


Bonito por lo que significa como mate típico
basado en la acción de un solo caballo, conj u­
gada con la extracción del rey, es el ejemplo • • • •
que muestra el diagrama de la página anterior,
de una partida entre Jakobs y B luhm, posición
.
. .
. �
�� .
.
en que jugaban las blancas. No se ve fác il­ .
mente tampoco el camino de una rápida victo­
ria.
La posición del negro es, en apariencia, muy
lb .
sólida, pues dispone de un fuerte caballo en
"f5 " , que parece neutralizar casi todas las
amenazas. Pero si se sutil iza un poco, se ob­
• • • •
serva que el peón "g6" no dispone de otro
sostén que el rey y que si éste estuviera en
"h5 " , el caballo " f4" blanco le daría mate. Lo Es así:
primero que se anal iza en estos casos es el
sacrificio de lll xh5+, seguido de �xh5 y más 1 .lll e 3+ ©g3 2.�g4+ ©f2 3.�f4+ ©e2
tarde lll f4 ; pero, ¿por qué no tomar primero el
peón "g" para crear una posibil idad más de Lo mej or. S i 3 . . . ©g8 sería mate en dos.
victoria? Quien conozca esta posición típica
del mate con un caballo: �h4-�g5-©h3 y
lll f4 contra ©h5, posición que se puede re­
producir en cualquier punto de la banda del El cabal lo se defiende solo por la situación de
tablero, tendrá base seria para combinar en la dama negra. Si 4 . . . ©xe3, sigue 5.�e 1 +,
este caso. Veamos el final de la partida. ganando la dama.

1 .lll xg6 ©xg6 2 .�xhS+ ©g7

No se puede tomar la dama por lll f4++. Si 6 . ©d4, sigue 7 . lll f 5+ doble.
. .

3.g6 �g8 4.!3xf5 !

Seguido de �h6 + + . Si 7 . . . ©a5, sigue 8 . lll c4+ , y mate a la si­


guiente.
UN EJEMPLO MAGISTRAL

No se vaya a suponer que el mate que mos­


tramos antes por medio de la acción de un Esta es la bonita clave del final. La dama se
caballo es traído por los cabel los como ej em­ entrega para ganar la dama adversaria, espe­
plo de mate típico, ya que podríamos mostrar culando con que se ha producido una posición
varios desenlaces de partidas que han tenido de mate parecida a la anterior, en la que el rey
esa base. agredido se hal la en la banda y tiene las dos
En la siguiente posición, de Kubbel, juegan casil las de posible huida ocupadas por piezas
las blancas y ganan . No es fácil, ni mucho propias.
menos, y para triunfar advierte el solucionista
que el secreto está en ganar la dama por medio C Ó MO SE CORTA LA RETIRADA
de un j aque doble u obligar al rey a que se
coloque en lma columna o diagonal desde Siguiendo con los mates por medio de la ex­
donde sea posible capturar la dama. tracción del rey, un sistema conocido es que

82 ROBERTO G. GRAU
luego del primer sacrificio se le corte la reti­ 3 .Wd3+º tLJe4 4.Wxe4+ ! ©xe4 5.tLl c3+
rada al rey enemigo por medio de un alfil. @fS 6 .fü1 ++
Veamos dos ej emplos de una idea básica muy
parecida. El procedimiento ganador ha sido bonito, pero
era innecesario apelar a tanto fuego de artifi­
cio, ya que en la posición inicial se gana rápi­
damente, sin necesidad de sacrificio, con
1 . h5+.

EL REY AISLADO

Finalmente veremos otro ej emplo, muy simi­


lar en su idea, que muestra cómo es de carac­
terístico este sistema de copar las retiradas del
rey por medio de una man iobra de alfil.

La posición en el diagrama es producto de un


Gambito de Rey aceptado y, sin duda, de un
ataque A llgaier, maniobra típica basada en la
entrega del caballo rey blanco por el peón " f7 "
negro, q u e tiene s ó l o por obj eto extraer al rey
de su posición inicial para situarlo en posicio­
nes fáci les a la agresión.
Las negras están muy mal, porque el alfil rey,
apoyado sólo por el rey, es un tema de combi­
nación. Un j ugador moderno, de sentido prác­
tico, habría ganado con el mínimo riesgo por
medio de 1 . h 5 + . Pero el capitán Mackenzie, Esta posición de produj o en una partida que
jugador británico de ataque, lo hace por medio j ugaba el príncipe Dadian de M ingrel ien en
de una maniobra típica más complej a, pero 1 902. Las negras tienen superioridad material
útil como ej emplo. Veamos: y si el rey logra huir de la mala situación ac­
tual, la victoria será fáci l . Pero queda el recur­
1 J�xf5 @xf5 2 . .if7 ! so del sacrificio, pues para dar mate basta con
la acción de la torre y los dos caballos. El final
Esta es la j ugada que nos interesa para nuestro se resolvió así:
tema. Ahora el alfil le resta al rey negro las
casil las laterales de escape y repl iegue, como 1 .Wf5+! ©xf5 2 . .if7
serían "g6 " y "e6", y e l monarca negro queda
a merced de un ataque frontal por medio de la Nuevamente la j ugada que corta la retirada al
dama o la torre. rey. É ste, aislado y separado de sus piezas, no
puede sustraerse a la amenaza de ll'ie3++. El
2 e3
...
ej emplo prueba una vez más cuánta es la va­
riedad de recursos que brinda el rey cuando
Como no pueden buscarse huidas prudentes
para el rey por medio del repliegue, las negras • Mackenzie podía haber terminado antes la partida
mediante 3.\Wf1 +, con mate a la siguiente, pero prefirió la
se resignan al medio heroico de mandarlo más jugada del texto, que aunque algo más larga, permite
adelante y meterse en la boca del lobo. finalizar el juego de otra brillante manera.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 83


está fuera del contacto de sus propias piezas, y
cómo se puede maniobrar para alej arlo de las
mismas por medio del sacrificio, y, posterior­
mente, de la maniobra intermedia para cortarle
toda retirada.

XI.- EL REY SITIADO COMO BASE DE


MATES

Hay una serie de posiciones características del


rey que inmediatamente brindan al j ugador
experimentado temas para realizar combina­
ciones. Hemos visto en el correr de este curso
sobre el juego de ataque varios que tienen
aplicación práctica en infinidad de casos, En esta posición j uegan las negras, que tienen
como, por ej emplo, los mates contra un enro­ dos torres y alfil contra dama y torre. La si­
que sin buena defensa, los casos de ataque al tuación no sería muy cómoda si no existiera el
punto "h2" ("h7") y al punto "f2" ("f7") y una rey blanco casi sin sostén y próximo a quedar
variada serie de ejemplos sobre mates que emparedado en la columna " h " . La partida se
surgen de la extracción del rey lejos de las gana, pues, con esa idea, así :
piezas que pueden apoyarlo.
Corresponde que ahora pasemos a estudiar los 1 . . J3g 1 + 2 . © h 4
que nacen, no precisamente de la situación de
piezas propias que atacan, sino de la posición Ahora el rey está e n la banda. No puede mo­
de un rey adversario en una de las bandas del verse más que a dos casil las, pues las de la
tablero con columnas laterales dominadas. El columna "g" están fiscalizadas por la torre de
tema es muy conocido y ha provocado mu­ "g l " y las negras disponen para atacarlo de
chos mates. dos piezas más: el alfil y el peón "g7 " . Con la
La razón también es clara. El rey en la banda acción conj ugada de las mismas y la de la
tiene, en el caso ideal de la absoluta movili­ torre que le corta la huida tejen una simple
dad, sólo cinco casillas para ir. En cambio, pero instructiva posición de mate basada en un
cuando está en cualquier otra zona del tablero, sacrificio que permite ganar tiempos.
dispone de ocho cuadros para trasladarse. La
banda del tablero es, en este caso, no sólo las 2 . . . l3 h 5+ 3.©xhS .ie2+ 4.©h4 g S+ 5 . © h 3
columnas torre de cualquier lado, sino la pri­ .if1 ++
mera y octava l íneas, e igualmente desagrada­
ble es la situación de un rey en su l ínea origi­ Es evidente que el ej emplo no era de gran
nal con una torre rival en séptima, como un dificultad, pero la forma en que Richter deci­
rey en h2 o h3 con una torre rival en g8, que dió la partida (ya que se trata de un final de
lo confina a tan triste situación. j uego del notable teórico alemán) es por cierto
instructiva.
C Ó MO SE GESTA UN MATE
UN MATE DE PROBLEMA
Esta es la idea básica de las posiciones que
ahora veremos y de las combinaciones que El segundo ej emplo que mostraremos es más
animan a las m ismas. complicado, pues se trata de un rey en la pri­
Comenzaremos con algunos ej emplos relati­ mera línea, carente de buen sostén, pero que
vamente simples para mostrar la idea de mate en realidad no está directamente fiscal izado
que nos preocupa. por pieza adversaria alguna. Se trata de una

84 ROBERTO G. GRAU
partida en Ja que se combinan admirablemente 2 . . . @g8 3 .\Wc8+
la acción de una dama y un alfil para producir
un mate de problema, pero también conocido Ahora la dama está en Ja casilla que le permite
en su idea y que ha dado lugar a muchas com- ir a "e6 " .
binaciones.
3 . . . \Wf8 4.if7+

Extrayendo al rey hacia la casilla crítica.

4 . . . @xf7 5 .\We6++

Como se observa, es un mate bonito y típico,


que ha sido posible hallar por el conocimiento
de este tipo de combinaciones, que son muy
abundantes en ajedrez.

UN EJEMPLO DE ALEKHINE

En una partida j ugada entre Alekhine y el


Muchísimos j ugadores se darían por muy profesor Naegeli, de Suiza, se l legó a una
satisfechos en esta posición con j ugar 2. 'it>xf4 , posición interesante de rey en la banda, que el
luego de tener defendido el peón "f5 " por campeón mundial remató con uno de sus bo­
medio de 1 .'!Wd 5+. Pero las blancas tienen nitos mates. Se trata de un ej emplo excelente,
una posición absolutamente ganadora por la pues muestra un caso característico de mate
situación del rey negro en la banda y porque por la precaria defensa del rey agredido en esa
les corresponde j ugar, lo que les acuerda la situac ión.
iniciativa en este caso.
El plan ganador consiste en la posición de
mate típica que hemos visto o mencionado en
alguna oportunidad, en base a �f5 y \We6
contra @f7 , �g7 y '!Wf8 o fü8 . En esta situa­
ción el rey está en posición de mate y la pre­
sente puede l legar fácilmente a eso, ya que
disponemos de un peón en f5 de un alfil
" ",

que podemos sacrificar para extraer al rey, y


el monarca adversario no cuenta con otra
pieza que lo auxi l ie, fuera de la dama.
Conocemos, pues, la idea estratégica; ahora
veremos cómo se realiza tácticamente:

1 .�d 5+ @f8 En esta posición j uegan las negras, que con­


ducía el campeón mundial. Ambos tienen el
Si 1 . . . 'it>h8 sigue 2 .\Wa8+, y mate. rey en la banda y basado en eso el blanco
acaba de entregar la torre para seguir, si
2.�c5+ ! 1 .. .fxe6 , con 2 .Wi'f8++. Pero el rey blanco
está mucho peor, porque tiene todos sus mo­
En real idad, la única j ugada dificil. Obliga a vimientos copados. Alekhine jugó:
volver a g8 al rey, pues si 2 . . \We7 , seguiría
" " .

3.�c8+ y mate a la siguiente. 1 . . .f5

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 85


Que le quita al rey la casilla "g4" y amenaza nencia de un rey eri la primera línea, que, a
. . . VNg3+, seguido de E:h5++. La maniobra es simple vista se observa, está en una s ituación
inevitable, por lo que Naegel i abandonó. crítica. La posición era la s iguiente:

EL REY SIN RETIRADA

En muchas oportunidades esta idea de mates


se puede ensayar en el centro del tablero. Pero
eso sucede cuando una torre puede cortarle la
retirada al rey y colocarlo prácticamente como
si estuviera en la banda. El ej emplo de la
partida Kromadka-Opocensky, j ugada en
Kauchau en 1 93 1 , que expondremos a conti­
nuación, es muy expl ícito en este sentido.

Las blancas están amenazando lli xg6+ y las


negras eluden el pel igro con . . . �f5, a lo que
sigue una bonita maniobra tendente a explotar
rápidamente la mala situación del rey negro en
la banda y aprovechar la situación agresiva,
pero inestable, del peón blanco de "f6".

4 2 . . . .ifS 43.l3xf5 lli xf5 44. lli gG+ @gs


45.l3e7

Y en esta posición curiosa las negras están


En esta posición el rey negro está en el centro perdidas. Se amenaza E:g7++ y VNxh 7 + + , por
del tablero, en la l ínea 5, pero las blancas lo que, a pesar de estar las tres piezas blancas
tienen una torre en la sexta línea que puede comprometidas, la victoria es inevitable por
cortar la retirada al monarca adversario. Si no las múltiples amenazas que se ciernen sobre el
estuviera la torre de "e8" podría haber mate rey en la banda.
mediante E:xd5 + , seguido de E:e6. Pero si
bien así no es posible dar mate, vemos la 45 . . . fü7 46.l3xf7 ©xf7 47. lli eS+ <i>fS
enorme fuerza de la torre de "a6" que resta 48.VNxh7
toda acción al rey negro, que está inmóvil en
"e5 " . La partida se gana mediante: Las negras abandonaron. El mate es inevita­
ble.
25.l3xd5+ cxd 5 26.llidl+ exd3 27.f4++
XII.- EL SACRI FICIO PARA AI SLAR A L
A causa de la acción restrictiva que ej erce la REY
torre, que corta la retirada del rey.
Sobre el tema que nos ocupa ahora vimos
SAEMISCH CONTRA GRÜN FELD anteriormente una serie de ejemplos de posi­
ciones en las que se explota la mala s ituación
Finalmente veremos un ejemplo de Saemisch del rey. Observamos de qué manera brinda
contra Grünfeld, del torneo de Carlsbad de recursos un rey colocado en la banda del ta­
1 929, en el que también se explota la perma- blero cuando no está rodeado de las debidas

86 ROBERTO G. GRAU
seguridades. El rey necesita hallarse a cubierto Por esa razón se juega siempre primero
y no requiere gran movilidad cuando está 1 . . . li:lf6 .
sosten ido por muchas piezas; pero cuando el Ahora, a l avanzar s u peón a "e4 " las blancas,
ataque se realiza y comienza a presionar al la acción del alfil quedará restringida y su
rey, es necesario dar movilidad a éste para que principal razón de ser, que es el dominio de la
pueda eludir las amenazas. Que el rey del casilla "e4", no gravitará en la lucha. Sin em­
aj edrez, aun cuando es de madera, también bargo, obliga al blanco a j ugar con tacto para
apela al recurso de huir cuando las cosas se evitar complicaciones centrales.
ponen desagradables.
Muchas son las combinaciones ganadoras que 2.e4 .tb7 3 . lli c 3
se han podido efectuar, precisamente por
haber un medio para l levar al rey a la banda, Ahora el blanco ha planteado u n a apertura del
inmovil izarlo en una sola columna, ya sea la peón rey perfecta, pues tendrá sus dos peones
de torre o la primera línea, y rematar luego la centrales en la cuarta l ínea y ambos cabal los
lucha con una pieza de refuerzo. Si se medita desarrol lados. Consecuente en su plan, el
un poco sobre lo que afirmamos, se recordará negro tratará de presionar el caballo de dama
con qué insistencia todos los tratadistas hablan para debi l itar el punto "e4"
de la fuerza de una torre en séptima, tanto en
las posiciones de ataque como en las de sos­ 3 ... e6 4.d4 llif6 s . .td3 ib4
tén. Y es porque en todas el las se corta la
acción del monarca rival y se le reduce a la Atacando indirectamente el peón "e4 " . Las
primera línea. blancas disponen de los tiempos necesarios
para sostenerlo sin dificu ltad.
UNA PARTIDA T Í PICA
!M PORTANC!A DE LAS JUGADAS INTERMEDIAS
Para ilustrar más este tema veremos ahora una
partida en la que se efectúa una combinación 6.YMe2 h6*
interesante de sacrificio que está orientada
solamente por la conciencia de la fuerza de Preparando el enroque. A pesar de que no
agresión contra un rey en la banda del tablero. tiene gran vinculación con el tema que nos
La lucha es, en realidad, instructiva, porque ocupa, interesante resulta destacar los riesgos
primero se coloca al rey en esa situación y de enrocarse en estas posiciones. Como se ha
luego se remata la partida especulando con la dicho hasta la sac iedad, nunca debe enrocarse
falta de movilidad que eso significa. un j ugador si hay peligro de que le desalojen
el caballo de "f6" ("f3 "), si tiene el rival un
Defensa Owen (BOO) alfil que ataque el punto "h7" ("h2") y puede
Buenos Aires, 1 932 ir un caballo rápidamente a "g5 " ("g4").
Blancas: R. G. Grau Cuando las negras tienen el alfil en "e7" los
Negras: V. Fernández Coria riesgos de los ataques son menores por el
hecho de que el alfil toma el salto del caballo,
1 .�f3 b6 pero en este caso no es así y por eso Femán­
dez Coria j uega primero . . . h 6 . Si 6 . . . 0-0 ha-
El "fianchetto" dama, comúnmente llamado
Defensa India del Oeste o Defensa India de • La aportación de nuevas ideas hace de esta defensa un
Dama cuando es parte de un plan basado en anna interesante para jugadores que busquen terrenos
. �f6 y . . . e6, no es, en cambio, aconsej able
..
poco explorados. En este momento la jugada correcta es
6 . . . d5 7 . exd5 (si 7.e5 tll e 4 8 .id2 tll x d2 9 .\Wxd2 ie7
directamente como lo hace Femández Coria
1 O .tll e 2 ia6 1 1 .ixa6 tll x a6, con igualdad Janssen-D.
en este momento, porque permite efectuar
Goodman, lnsbruck 1 977.) 7 . . . tll x d5 8 .id2 ( 8 . 0-0!?)
2.e4 , logrando una excelente presión central. 8 ... tll x c3 9.bxc3 ie7 1 O. tll e 5 if6, con equilibrio.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCT!CA Y ESTRATEGIA 87


bría seguido 7 . e 5 tt:l d S 8 .�xh 7 + c;!;lxh7
9 . tt:lg5+ c;!;lg6 (malo sería 9 . . . c;!;lga , por
1 0 .\MfhS) 1 0 . h 4 tt:l xc3 1 1 . bxc3 �xc3+
1 2 . 'it>d 1 , y las b )ancas ganan.

7 .O-O 0-0 8 . .id2 .ixc3

Buscando un desahogo en el ala dama, ya que


la situación del flanco rey es inferior. Pero
para realizar esto se debe apelar al recurso
poco agradable de cambiar un alfil por un
caballo, lo que siempre debe ser muy medita­
do, por la enorme fuerza que cobran automáti­
camente los dos alfiles adversarios que tanto
se complementan, y la deb i lidad que surge en Las negras han logrado eliminar el poderoso
las cas i llas del color del alfil desaparecido. alfil rey blanco y mantienen abierta una co­
lumna en el ala dama. Aparentemente han
9. bxc3 d S 1 O.es tt:l e4 1 1 .lli e 1 salvado todas las dificultades y, a no mediar
conocimiento pleno del tema que estamos
Hay que expulsar a l caballo s i n recurrir al considerando, las blancas no hubieran podido
expediente de cambiarlo por el alfil de "d3 ", ganar esta partida. Pero éstas se dan cuenta de
que debe gravitar poderosamente en la lucha y que el rey negro está sólo protegido por una
que es, además, el alfil bueno de las blancas, débi l cadena de peones, y que difícilmente ha
porque actúa en las cas i l las de distinto color de soportar un ataque. Ahora que la única
que las ocupadas por los peones rígidos del forma de desmoronar el enroque es avanzando
centro. el peón a "f6", lo que no podría hacerse si se
perdiera un tiempo en recobrar la pieza que
1 1 . . . cs 1 2 .f3 lli xd2 1 3 .Wfxd2 cxd4 acaba de perderse. Y como en estos casos el
"tiempo" vale más que el " material " , las blan­
NO DEBE BLOQUEARSE EL CENTRO SI EL RIVAL cas optan por sacrificar la pieza y j uegan:
ATACA EL FLANCO
1 8 .f6 1 llixe1 1 9.gaxe1 Wfc7 !
En este caso conviene hacer una observación
dirigida hacia los aj edrecistas de escasa fuerza Esta j ugada complica el ataque de las blancas
que gustan de efectuar j ugadas que aparente­ y muestra la util idad de abrir l íneas
mente ganen tiempos y les resuelvan proble­ ( 1 3 . . . cxd4) para crear "contrachances" en
mas. lugar de bloquear el centro. Se amenaza
La j ugada 1 3 . . . c4 sería un grave error en este 20 . . . \Mfc3 y 20 . . . Wfxc2 y e l problema debe ser
momento, a pesar de que desaloj aría el alfil de resuelto con rapidez.
"d3 " . Y sería un error estratégico serio, porque De no saber las blancas que pueden colocar el
nunca debe bloquearse el centro cuando se rey enemigo en la banda mediante una rápida
está con desventaj a en espacio en el flanco. maniobra de su torre rey, la combinación
Cerrado el centro, las blancas atacarían a habría sido un error, por cuanto no puede
gusto en el ala rey y, además, el alfil dama evitarse el cambio de damas, salvo que las
negro quedaría totalmente bloqueado por sus blancas se resignen a perder tiempos, lo que es
propios peones. un suicidio en las posiciones en que se tiene
material de menos.
1 4.cxd4 lli c6 1 5.\Mfe3 ges 1 6 .f4 llib4
1 7 .f5 llixd3 20.m3 1

88 ROBERTO G. GRAU
Evita . . . '\Wc3 , que es más desagradable que
. . . '\Wxc2 y da paso a la torre hacia el punto
neurálgico "g7 " .

2 0 . . . '\Wxc2 2 1 .gg 3 g S 22.h4 '%Ye4

EL REY EN LA B ANDA

Esta j ugada, que cambia las damas y reduce el


material blanco a sólo dos torres, aparente­
mente acaba con el ataque, ya que a medida
que e l j uego se simplifica aumenta la impor­
tancia de la ventaj a material. Pero las blancas
confían en los recursos que ha de brindarles el
rey negro, al que aislarán en la columna "h".
28 ... .ia6 29 . h 7 gcc8 30.gdg3 .ie2
23.hxgS '%Yxe3+ 24.gexe3 gc1 + 25.©h2
©h7 El alfil trata de ir a "g6" vía "h5", pero ya es
tarde, pues las blancas especulan con una
Ú nica. El rey ha debido colocarse voluntaria­ maniobra típica de mate en la banda del table­
mente en la banda, pues se amenazaba g6, ro por medio de la torre y un peón en "f6",
ganando. Si 25 . . . fücS 26.g6 (amenaza gxf7 + cuando el rey atacado está en " h8 " .
seguido d e E:g7+) , y si 26 . . . .ia6 27.gxf7+ ,

seguido de E:g7+ y E:eg3. También ganaría 3 1 .gga+ @xh7


2 7 . g 7 , seguido de E: h 3 , doblando las torres
en la columna "h ". S i 3 1 . . . fügS seguiría 32 . hxgS\W+ y luego
E:h3 mate.
2 6 . g x h 6 gc4
32.g8g7+ 'it> h 6 33.gh3+ .ihS 34.g4 gc2+
Si 26 . . . E:gS 2 7 . E:g7+ c.t>h8 28 .E:eg3 füg7 35.©g3
29 . hxg7+, seguido de 30.E:h3, con mate
inevitable. Tampoco salvaría la partida, perdi­ Las negras abandonan, pues si 35. 'it>g3 E:c3+
da por la precaria situación del rey en la ban­ 36. 'it>f4 , y si 36 . . . E:xh3 3 7 . g 5 mate.
da, la j ugada 28 . . . E:cc8 de esta subvariante, La partida es muy conveniente para el tema
pues seguiría 2 9 . E:xf7 E:xg3 (mejor que que hemos considerado, pues muestra lo pe­
29 . . . .ia6 , por la répl ica 30.füg7 , seguido de noso de la situación de un rey en la banda,
f7) 30. c.t>xg3 .ia6 3 1 .E:e7 .ib5 32.f7 fü8 que, aun cuando sólo ha s ido atacado por dos
33.'it>g4 c.t> h 7 34.'it>g5 .ic4 35. 'it>f6 (amena­ piezas y peones, no ha podido eludir las ame­
za E:e8) 35 . . . .ib5 36.g4, y gana. nazas ni apartarse de la desdichada columna
en que fue sumido. La forma de maniobrar de
las blancas es muy instructiva y el remate de
la partida, ingenioso.
Pérdida de tiempo necesaria para evitar
. E:xd4. Este peón sólo se puede entregar
. .
X I I I . - EL DOM INIO DE LAS
cuando el peón blanco esté en "h7", encerran­ DIAGONALES
do totalmente al rey en la banda y amenazan­
do E:g8 , sostenido por la otra torre. Las negras Al tratar temas especiales de este curso que
siguen con la pieza de ventaja, que por ahora estamos desarrol lando hemos considerado la
nada hace. Entrará en j uego, pero cuando el fuerza del alfil en las posiciones de ataque. Lo
desenlace sea irremediable. hemos visto actuar, conj ugada su acción con

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 89


la de la torre en la gran diagonal, con la dama recopilados en el l ibro sobre combinaciones
y con un caballo en posiciones especiales. de Richter, que abunda en posiciones caracte­
Hoy lo consideramos como fuerza aislada, rísticas de este tipo.
pues observaremos cómo, de su acción casi En esta posición correspondía j ugar al negro,
exclusiva, se desprenden infinidad de victorias que tiene un peón de ventaj a y, aparentemen­
en posiciones difíciles. te, todas las perspectivas de triunfo. Jugó:
Sobre la fuerza de los alfi les hemos hablado
en su oportunidad. Afirmamos, amparados en 1 ... b4
opiniones de técnicos reputados, que estas
piezas tienen un valor fundamental en la téc­ Especulando con la situación del rey adversa­
nica del aj edrez. Como que, en nuestra opi­ rio, que está detrás del peón que avanza, pero
nión, la estrategia de los planteos está deter­ no reparó en la circunstancia de que el alfil y
minada por dos factores predominantes : por la torre están en una misma diagonal y que,
un lado, el esqueleto de peones que los cons­ por ella, puede actuar el alfil blanco. Es claro
tituyen, y, por otro, la existencia del alfil que que no sería bueno ahora 2 .:!:!xe8 , para seguir
actúa por las casil las de distinto color a las si 2 . . . �xe8 con 3.�b5+ , por la répl ica
que ocupan los peones centrales y rígidos de 2 . . . :!:!xa6+ , seguido de 3 . . . @xe 8 , y entonces
su bando. el peón negro de "b4" se coronaría fácilmente.
Ahora veremos cómo se extiende la fuerza de Pero, en cambio, se puede realizar la m isma
esas piezas, ági les, punzantes y tenaces en el variante con una j ugada intermedia que alej e
medio j uego y cómo debe meditarse mucho el a l fi l blanco d e "a6" y evite esta defensa de
antes de permitir que un alfil rival domine una las negras.
diagonal vital, aun cuando haya piezas entre
medio que lo obstruyan, pues nunca es fácil 2.ic4+ @fa 3 J�xe8+ ©xe8 4.ibS+
que esa pieza pueda quedar reducida en su
acción. De la manera en que se pone en acti­ Seguido de �xa4.
vidad por medio de maniobras intermedias
típicas, trataremos en este capítulo y el si­ EL SACRI FICIO PARA VALORIZAR EL
guiente, que corresponden al curso sobre ALFI L
combinaciones de ataque ganadoras que esta­
remos desarrol lando. El ej emplo es simple y lo hemos escogido
especialmente para mostrar cuáles son los
LA JUGADA INTERMEDIA tipos de recursos basados en la acción del alfil
que trataremos de expl icar en este capítulo.
Segu iremos con uno de mayor jerarquía.

Comenzaremos con una serie de ej emplos


val iosos, los cuales, en su mayoría, figuran

90 ROBERTO G. GRAU
Ésta es una posición de partida más normal y BUEN ALFIL CONTRA FALSO ALFI L
común . Evidentemente las blancas están me­
jor, por la ventaj a en espacio y en desarrollo y La que sigue es una posición muy instructiva,
la amenaza grave de .if6 , que explota la debi­ pues nos muestra el detalle de que ambos
lidad que, en la configuración del enroque j ugadores disponen de alfiles poderosos
negro, ha creado el avance del peón "g". Para apuntando al sector vital del rey enemigo. A
contrarrestar esta amenaza están atacando las primera vista parece que es mucho más pode­
negras el peón "f y además cuentan con el rosa la acción del alfil negro, ya que nadie se
recurso de j ugar inmediatamente . . . .if8 , ata­ interpone en su diagonal y es precisamente la
cando la dama, y seguir con . .ig7 , prote­
. . confianza en esto la que pierde al segundo
giendo las casillas débiles "f6" y "h6 " . Siem­ j ugador. Trata de sacar provecho de la amena­
pre la posición sería favorable para las blan­ za directa sobre el punto "g2 " y no repara que
cas, por la falta de reacción del alfil dama hay un grave peligro en potencia en el alfil
negro y por la posibilidad de apoderarse de las bloqueado de "b2 " .
casil las negras de "d6" y "c7" apenas el alfil
rey negro se situara en "g7 " .
Mueven l a s blancas y cualquier j ugador ave­
zado lo primero que debe considerar en este
caso es, precisamente, el sacrificio de cal idad
por medio de gxc5, para quitar al negro la
pieza más importante en el sostén futuro del
enroque, que está ya seriamente vulnerado.
Ahora, que se observa que la dama reemplaza
al alfil y puede ir a "f8", surgen ensegu ida las
jugadas intermedias, tendentes a sacar prove­
cho de la falta de movil idad que tendrá la
dama cuando quede esclavizada en su misión
de ir a " f8 " , situac ión imprescindible para
evitar el mate que se prepara. Las negras, que están e n j aque, j ugaron:
Y se gana así:
1 ... <i> h 8
1 .l3xc5 Wxc5 2 . .ibS!
Para seguir con . g g a y . . gg2 , que parece
. . .

Excelente j ugada que ataca la torre y especula no tener répl ica. Pero al hacerlo han colocado
con el hecho de que el alfil no puede ser cap­ el rey baj o los fuegos de un j aque y las blan­
turado por la dama, que se ha transformado en cas siguieron con:
una pieza sobrecargada, pues no puede apar­
tarse de su m isión central, que es ir a la casilla 2 .l3xe6
"f8".
Elim inando el peón que impide el avance de l
2 Wif8 3 . .ixe8 Wxe8 4 . .if6 Wf8 5.Wxf8+
... peón "e" blanco, que da libertad al poderoso
©xf8 6.l3d 1 alfil de la gran diagonal . Las negras, con el
concepto optimista del que habitualmente está
Y gana por la amenaza de gd8++, que espe­ mej or, j ugaron:
cula con la falta de acción del alfil dama ne­
gro. En esta partida la lucha la ha decidido en 2 .. .l3g8
todo momento la poderosa amenaza de .if6,
que muestra una posición típica de alfil gana­ Ataca la dama y amenaza poco menos que
dor. mate en "g2", pero sin prever el chiste táctico:

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 91


3J�e8 pero también debemos considerar que dispo­
nemos de una torre en " d l ", que puede ser
Que entrega la torre para desplazar a la adver­ sacrificada por el peón de manera apremiante,
saria de su columna abierta y, de paso, al peón pues amenaza, luego de !!xd4, la entrada por
para el avance ganador. Evidentemente, la vía "g4" sobre el monarca negro. Tenemos,
j ugada . . . !!g8 fue un grave error, pero en el pues, el plan ganador, que es así:
que habrían i ncurrido el noventa por ciento de
los aficionados y muchos que suponen no 1 .ltlf6+ gxf6 2 .'\Wxf6 d4 3 .�xd4 cxd4
serlo. La partida siguió con: 4.ixd4 ©h7

3 . . .'\Wg7 4.Wxg7+ ©xg7 5.e6+ Ú nica para tratar de huir con el rey de la posi­
ción de mate, pero no podrá irse muy lejos por
Que gana inmediatamente. Ja amenaza de cortarle la retirada por medio
de un movimiento intermedio.
UN EJEMPLO DE ALEXANDER
5.g4
Este ej emplo interesante de maniobra de un
alfil nos lo da la partida de Alexander con el Con mate inevitable. No era, en cambio, tan
Dr. Lachman en e l torneo de Stolp de 1 934. bueno primero 5.Wh8+ ©g 6 6 . g 4 , por la
amenaza 6 . . . Wxh2+ 7 . ©xh2 �d6 + , seguido
de . . . !!xh 8 .
E l alfil, pieza simpática para Ja mayoría d e los
j ugadores, pero menos temida por los que
recién se inician con los caballos, es e lemento
vital de la técnica del aj edrez y su valor au­
menta en las partidas de ataque y en las posi­
ciones abiertas o semiabiertas .

XIV.- LA IN ICIATIVA, BASE DEL


AJEDREZ

El estudio de las partidas que se resuelven por


medio de un ataque violento es siempre grato
Jugaban las blancas, que tienen un plan lógico para el aficionado. Comprende un aspecto
y claro. El enroque negro está vulnerado por elemental de Ja técn ica del j ugador, mas a
tres piezas (caballo, dama y alfil) y sólo soste­ pesar de esto, ni aun el más avezado de los
nido, y por cierto bastante eficientemente en cultores del j uego dej a de sentirse atraído por
apariencia, por el alfil de " f8 " . Pero este alfil, sus encantos y de enorgullecerse de la misma
si sostiene el punto "g7 " , no hace lo mismo si Ja combinación es profunda. Es por cierto
con Ja casilla "h8", donde también puede el j uego del ataque en sí de menos j erarquía
filtrarse la dama, sostenida por el alfi l . Esto que el estrictamente posicional, y es, asimis­
hace que cualquier aj edrecista experimentado mo, más fáci l . Ahora que no debe confundirse
deba considerar la j ugada 1 . ltlf6+, entregando j uego posicional con carencia de iniciativa y
el caballo, pero abriendo Ja gran diagonal j uego sin planes, como lo hacen aún aj edre­
sobre el rey. Combinación fácil y típica, debe cistas de primera categoría, que habitualmente
ser estudiada minuciosamente en primer tér­ mueven sus piezas detrás de la cadena de sus
mino. El obstáculo que surge es que después propios peones.
de 1 . . . gxf6 y 2 .'\Wxf6 , el peón "d5" puede El j uego de posición es, en aj edrez, punzante,
avanzar a "d4" y obstruir la acción del alfil, dinámico, de sutil iniciativa. Por medio del

92 ROBERTO G. GRAU
m ismo se va m inando la posición del rival y ción ofrecen deficiencias estratégicas funda­
se va preparando la combinación final, que es mentales previamente creadas por el rival
simplemente, en este caso, un accidente de la antes de emprender el ataque con seguridad
partida. absoluta de éxito.
Pero no es j uego de posición concretarse a Veremos algunos casos claros en los ej emplos
parar amenazas y hacer j ugadas inocuas que que siguen.
no complementan nada y únicamente están En la posición del diagrama anterior les co­
orientadas por el deseo de evitar que el ene­ rresponde j ugar a las negras, que tienen, no
m igo pueda realizar un p lan de ataque rápido. sólo un peón más, sino mej or disposición de
Eso es negar la belleza del j uego, y es preferi­ sus piezas.
ble, antes que un aj edrecista de este tipo, un Está abierta la columna "h", en cuya base se
combinador puro, que cree que en todas las halla el monarca blanco. Hay un alfil que está
posiciones hay que recurrir al remedio heroico en la diagonal cuya base es igualmente esa
del sacrificio o del j uego de ataque, en la misma casi l la, que se convierte de esta forma
esperanza de que éste no fracase. Esto es pri­ en el caso típico de una cas i l la "conj ugada", o
mitivo, pero por lo menos revela ingenio y sea un punto del tablero donde puede coincidir
una inquietud. la acción de varias piezas. La torre negra está
La verdadera postura del aj edrecista es en en la columna central abierta y en cambio las
verdad la de buscar continuamente la iniciati­ blancas tienen la dama radiada del combate, el
va, m inar la posición del rival por medio de rey en un punto crítico y el alfil sin sostén en
movim ientos que, al crear problemas perma­ "b l " .
nentes, provoquen debilidades que posterior­ El j aque de la dama en "h7" significa el ataque
mente permitan l levar a efecto un ataque ga­ al punto "d3 " con dos piezas distintas, pero
nador. surge el obstáculo de :B: h 3 , clavando la dama,
Atacar sin debil idades en la posición rival es jugada que no serviría de no estar la torre
muy heroico, pero carece de inteligencia. negra de "d5", por la réplica . . Wxh 3 , ya que
.

Puede salir bien, pero puede salir mal, y el el peón "g2" estaría clavado. Profundizando
aj edrez, símil de la guerra en muchos aspec­ un poco el anál isis se ve que aún así es posible
tos, sólo debe aceptar como cuerda toda ten­ tomar la torre, ya que luego de . . . Wxh 3 + ,
tativa de triunfo que l leve una seguridad es­ seguido d e . . :B:d 1 + , habría tablas por j aque
.

tratégica en sus p lanes. perpetuo.


Pero el jugador avezado sabe que siempre
ATAQU E A POSICIONES D É B I LES debe considerar la transposición de jugadas en
los ataques, pues muchas veces está en ella el
secreto del triunfo; así ve, en la presente posi­
ción, que gana con el siguiente plan:

1 . . . Wh7+ 2.�h3 �d 1 + 3.©h2 �h1 +!


4.©g3

En caso de jugar las blancas 4 . ©xh 1 seguma


mate en dos: 4 . . . Wxh 3 + 5 . ©g 1 Wxg2++, por
imperio de la enorme fuerza del alfil de la
gran diagonal.

4 ...'!Wh4+1 5.�xh4+ gxh4++

Todas las posiciones que nosotros mostramos El alfil de "b7" qu ita la casilla de escape de
en este curso sobre temas típicos de combina- " f3 " .

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 93


UN EJEMPLO DEL Dr. EUWE

Veamos a continuación otra posición instruc­


tiva.

Las negras j uegan y Miguel Chigorin, que


había sacrificado la dama precisamente a
cambio de esta magnífica posición de ataque
sobre el monarca enemigo desmantelado,
A la posición del diagrama se l legó en una realizó la siguiente combinación final inolvi­
partida entre el doctor Euwe, con las blancas, dable.
y Loman, en Rotterdam, en 1 92 3 . Las negras
tienen un grave problema por resolver en la 24 . . . gh 1 +
columna "h" abierta, pero el j aque en "h7",
primitiva idea de cualquier aj edrecista bisoño, Entrega la torre para anular al caballo como
no sirve porque e l rey mej ora su situación al pieza defensiva y confiando en la acción de la
irse a " f8 " . Pero Euwe tiene un alfil en "b2" y otra torre, que irá a "h8", con ganancia de
busca la manera de que esa pieza coopere en tiempo.
el ataque y poder ir con su dama, no a "h7",
sino a "h8", con posición de mate. Y esto es 25.ll:ixh 1 ih2+
fácil mediante:
Un nuevo y espectacular sacrificio de Chigo­
1 6 . ll:i xd4 ixd4 1 7 .Wh 8+ ixh8 rin. El segundo jugador quiere ganar tiempos
1 a .gxh8++ en su ofensiva antes de que se produzca un
j aque de la dama en el punto "a8", seguido de
En esta partida la victoria ha sido rápida ape­ Wxd8 , que podría acabar con el famoso ata­
nas el alfil, que está encerrado, pudo entrar a que. Mediante este sacrificio se extrae al mo­
gravitar sobre el debil itado enroque de las narca de su guarida y se da rápida acción a la
negras. De no haber capturado las negras el torre de dama.
caballo con el alfil, lo mismo habrían perdido,
por la fuerte amenaza de Wh7 + seguido de 26.©xh2 gha+ 27.©g3
ll:ie6+ (abriendo el j uego al alfil) y luego
Wxg 7 + + . No 2 7 . 'i!?g 1 , por 27 . füh 1 ++ .
. .

EJ EMPLO FAMOSO 2 7 . . . ll:ifS+ 28. ©f4 gh4++

Un ej emplo famoso de la acción de los alfiles Un mate precioso que se ha logrado con el
sobre el enroque nos lo da la antigua partida m ínimo de fuerzas necesarias, por imperio de
jugada entre Schiffers y Chigorin en San Pe­ la poderosa acción latente del alfil negro de la
tersburgo, que data de 1 897. gran diagonal .

94 ROBERTO G. GRAU
DE LA CAMPAÑA DE CARLOS TORRE No es posible capturar la torre, por la réplica
3 1 . . . i>xg6 32.W/g4+, amparada en la acción
También compl icado es el ejemplo que ahora del alfil de "d3 ", que inmovi l iza al peón de
mostraremos, que se produj o en una partida "f5 " . Seguiría en ese caso 32 . . . 'kt>h?
entre el gran aj edrecista mej icano Carlos To­ 33 . .ixfS+ gxf5 34.W/xfS+ @ga 35.W/g6+
rre y el teórico vienés Grünfeld en Marienbad, i>f8 36 . .id6 ganando la dama. Como además
1 92 5 . La partida fue ganada por el mej icano, las blancas amenazan Wi'h 5 , es necesaria la
considerado por A lekhine y los maestros que jugada que acaban de efectuar las negras.
lo conocieron como el más serio aspirante al
campeonato del mundo apenas enriqueciera su 32.gxgS @xg8 33 . .ixfS ! gxf5 34.W/g4+
experiencia. Fallas físicas impidieron que se ggs 35.hxg5 W/xe5 36.gxh6+
material izase ese anhelo de los aficionados
latinos, pero queda, para quienes lo admira­ Y las negras abandonaron algunas j ugadas
ron, una serie reducida, pero valiosa, de parti­ después. Los ej emplos dados bastan para
das. demostrar de qué manera gravitan los alfi les
en este tipo de posic iones de ataque, y lo gra­
ve que es crear debilidades en el enroque
m ientras existen piezas, tan valiosas, en las
posiciones agresivas.

XV.- LOS PEONES AVANZADOS EN 6ª Ó


7ª COMO TEMAS DE ATAQUE

Uno de los temas de combinación menos


estudiados por los textos, pero más generosos
en recursos, es el que surge de los peones
avanzados que amenazan coronarse, aun
cuando aparentemente no puedan hacerlo. Un
peón así colocado, en sexta o séptima y en
Interesa, antes de ver la combinación, estudiar muchas ocasiones aun en la quinta línea, es el
la situación de las piezas y tratar de averiguar punto de origen de mu ltitud de victorias,
por qué causa las blancas, a las que les corres­ siempre que reúna la valiosa característica de
ponde jugar, tienen derecho a aspirar al triun­ ser libre, es decir que no esté trabado por
fo. ningún peón adversario.
Pronto se observa que existen varias razones Hace mucho tiempo fue planteado el debate
poderosas : primero, el hecho de que poseen del peón l ibre y aislado. La sola enunciación
dos alfiles, lo que es muy valioso; además, de la característica de ese peón constituye la
porque uno de el los, precisamente el que do­ definición de sus virtudes y desventajas: es
mina la gran diagonal, no puede ser contra­ fuerte porque es libre, y es débil porque está
rrestado. A esto se agrega la acción agres iva aislado. Tartakower, que tiene mucho de téc­
de la torre de "g3 ", que ataca un peón, al que nico y mucho de humorista, cada vez que
sólo sostiene el rey; la del alfil, de "d3 ", que comenta una partida en la que se l lega a una
indirectamente coincide en su acción sobre el situac ión de ese tipo hace la reflexión sobre el
punto "g6", y la de la dama, pronta a entrar en distinto concepto que un peón así colocado
juego sobre el mismo sector. La primera mi­ provoca en los jugadores. Los optimistas, que
sión es la de debilitar el bloque de peones que forman legión en aj edrez, lo denomi nan siem­
sostiene el rey, mediante : pre peón l ibre; los pesimistas, que abundan,
especialmente cuando juzgan la posición ad­
30.d 51 exd 5 3 1 J�xg 6 ! gga versaria, lo cal ifican de peón aislado. Muchas

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 95


veces se escucha al final de una partida e l "g6", porque el rey impide su marcha y, ade­
famoso: "Sí, perdí u n a partida ganada. Hice l o más, porque un sólido bloque de piezas evita
que se me dio la gana. L o presioné, luego le que el monarca sea atacado. Pero e l rey negro
aislé un peón y se me escapó" . La misma está muy relativamente seguro. Las cas i llas de
partida, de parte del ganador, suele ser co­ avance del peón ("g7" y "g8") no están fiscali­
mentada así: "Fue muy divertido. Ensayó un zadas por ninguna pieza negra y esto aumenta
ataque absurdo que me dejó un peón libre y, la misión del rey. El peón de "g6" b lanco, en
como es natural, le gané" . cambio, es muy fuerte, porque está_ sostenido
Y l a verdad e s que ambos tienen u n poco de por dos piezas, apoyado en su avance por la
razón, con la única diferencia que exageran un torre de "gl " , y el peón entra en cas i l la blanca,
poco. Un peón l ibre es una fuente de recursos de la que el alfil de "e4" puede desaloj ar al
muy valiosa, pero es también una grave preo­ monarca negro si éste quiere interponerse
cupación. Podríamos mostrar infinidad de desde ese punto al avance del peón. Todo esto
ej emplos, pero como ahora estamos encarando sugiere al blanco una corta y bonita combina­
temas de combinación, es decir, el aj edrez ción, que funda su fuerza en la amenaza de
desde el punto de vista optimista del vence­ coronar el peón . Los aficionados harán bien
dor, consideraremos los recursos que brinda el en tratar de hallarla por sus propios medios
peón l ibre para ganar partidas. Que ya llegará antes de seguir adelante, para tener una idea
la oportunidad en que mostraremos las posi­ cabal de su fuerza aj edrecística y ver s i los
ciones típicas en que los famosos peones li­ datos suministrados les aclaran el horizonte.
bres son la base de las derrotas. La combinación es ésta:

EL REY CONTIENE 1 .\Wh8+! ©xh8 2.g7+ ©g8 3 .ih7+! Wxh7


DEFECTUOSAMENTE LOS PEONES 4.g8\W++

Veamos primero un final que nos permitirá Como se observará, el mate en cuatro era
aclarar cuáles son los tipos de recursos tácti­ inevitable y la combinación muy simple. Pero
cos que consideraremos más adelante, y que ya sabemos cuál es el espíritu del tema, que
entran en el generoso título de "Temas de seguiremos considerando.
combinación " , que estamos desarrol lando.
El siguiente ej emplo terminará por aclararlo:

A esta posición se l legó en una partida que se


jugó en el torneo de Lemberg de 1 926. Las É sta es una posición muy instructiva para la
blancas, conducidas por un aficionado llama­ finalidad que persegu imos.
do Pietrovsky, tienen aparentemente pocos Las blancas tienen dos peones menos y el
recursos para hacer valer su peón libre de peón que poseen en "e7" no tiene aparente-

96 ROBERTO G. GRAU
mente mucha fuerza, porque está atacado por
dos piezas y contenido su avance por la torre.
Un j ugador adocenado seguiría en este mo­
mento con las blancas con !l:e 1 , para apoyar
el peón atacado, y las negras, mediante el
avance ... c3, conseguirían obligar, tarde o
temprano, a capturar ese peón, lo que les per­
mitiría ganar el de "e7" y l legar a un final muy
favorable.
Pero el j ugador experimentado sabe que un
peón en séptima es un venero de combinacio­
nes y, a pesar de la poca abundancia de piezas
que hay en j uego, no es difícil atrapar algunos
detalles estratégicos que permitan la maniobra
táctica ganadora. Juegan l a s blancas, q u e no tienen en aparien­
Lo primero que se puede observar es que el cia una situación fácil, por la superioridad de
rey negro, si bien no puede ser j aqueado, se un peón de las negras y la grave amenaza que
encuentra en una posición un tanto desguarne­ significan los j aques, apenas la dama salga de
cida, y también que si mediante un j aque se " f5 " . Pero hay un peón en sexta, providencial
pudiera enviar al rey a la cas i l la "h8", la ma­ recurso que permite concebir esperanzas. El
niobra fü8+ tendría gran fuerza, pero en cam­ rey negro puede ser j aqueado, pero sólo por la
bio 1 . fü8 + , directamente, fracasa en aparien­ torre. Se marcha a "a7" y todo parece haberse
cia, porque el rey domina la cas i l la " f8 " . Y sin extinguido. En cambio, si el rey negro estuvie­
querer hemos dado en el punto neurálgico de ra en "a8" habría un jaque con la dama en
la partida. ¿Y si entregamos más tarde la da­ "c8", segu ido de Wxb 7 + + , por obra y gracia
ma para alej ar al rey de ese punto y colocarlo del peón de "a6", l leno de posibi l idades, pero
en "h8", precisamente en posición típica de que, como los fuegos artificiales, ha de ser de
mate? poca duración si no se explotan sus recursos
¿Cómo? Pues así: rápidamente.
Y sin querer hemos dado la idea de la primera
1 .ms+ �xfB 2 .\!;Yh B + ! iixhB combinación que se le ocurre al princ ipiante.
¿Por qué causa no podemos l levar al rey a esa
Si 2 . . . 'i!?f? 3 . exf8\!;Y+ , etc. situación, precisamente por med io del sacrifi­
cio de la torre en "a8", luego de 1 .!l:e8+ iia?
3.exfB\!;Y++ 2 . !l:a8+?
Porque el rey no captura la torre, sino que se
El sistema ha sido senc i l lo, ya que se ha gana­ alej a a "b6 " . Nuevo obstáculo que surge para
do en sólo tres j ugadas y de categórica mane­ el optim ismo del blanco. Más de un j ugador
ra. Pero los j ugadores bisoños se habrían visto en estos casos se desan ima y abandona el
en dificultad para valorizar el peón en séptima anál isis, pero el más avezado sabe que debe
por la falta de fami l iaridad con este tipo de persistir en sus anál isis, ya que la posición
posiciones. exige recursos heroicos.
Si no existiera el peón de "a6", luego de
EL SACRIFICIO PARA GANAR TIEMPOS 2 . . . 'i!?b6 se podría seguir con Wa5++. No hay
tiempo de j ugar primero 3 . axb?, por la agre­
En la siguiente posición se ve la fuerza de un siva posición de las piezas negras, que darían
peón en sexta que puede colaborar en una mate apenas se perdiera un tiempo en j ugadas
posición de mate, y cómo se hilvana la victo­ preparatorias. Pero existe el mágico recurso de
ria por medio de é l . la inversión de j ugadas, que tanto hemos visto

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 97


en los anteriores capítulos. Ya que tenemos la que luego de 2 .E!:xe6 , seguido de 3 .\Wh7+ y
torre en "a8" y un peón que amenaza coronar­ 4 . g8\W+, las blancas ganarían siempre en
se al menor descuido de las negras, ¿por qué mérito a la fuerza latente del peón, contenido
no sacrificar la dama primero para entrar a por ahora, de "g7 " . Pero las negras repl icarían
dama con j aque?, y surge íntegro el plan ga­ a 1 .WfS con 1 . . .�b7 , dándole a la torre dama
nador, que es así: acción sobre el punto "g8" y evitando así
todas las combinaciones basadas en la entrada
1 J3e8+ ©a7 2 .13a8+ ©b6 de la dama. Hay que buscar otro proced i­
m iento y como la torre de "e6" negra está
S i 2 . . . ©xa8 3 .\Wc8 + y mate a la s iguiente. prácticamente clavada, ya que si se moviera
seguiría �xf7+ y g8W, las blancas preparan la
3.\Wa5+ ©xa5 4.axb7+ ©b6 5 . b 8\W+ ©es siguiente combinación:
6.13a5+ \Wb5

Ú nica. 1 .13xh 6 ! , con la amenaza de l'! h 8 + . 1 . . . lll xh6


2.Wg 5 !
7.13xb5+ cxb5 8.\Wxf4
Esta simple répl ica amenaza y a Wd8+ o
Ganando. Wxh 6 , en ambos casos con posición fáci l­
mente ganadora.
UNA OBRA DE ARTE DE TEICH MANN
2 . . . lll f7 , ún ica, 3.Wd 8+ ! !
De mucha más j erarquía aún es el magn ífico
ej emplo de Teichmann en una partida j ugada Form idable répl ica. Esto alej a e l caballo de la
en el torneo de Berlín de 1 93 0 . Se produj o la zona de influencia de los peones blancos
siguiente posición: avanzados, y Teichmann logra desaloj ar por
medio del peón "h" al rey negro de su pos i­
ción defensiva delante del peón de "g7 " .

3 . . . lll xd8 4 . h 6

Con la amenaza d e h 7 + , segu ido d e g7\W+ * .


Hemos visto, a través d e una serie d e ej emplos
de distinta dificu ltad, pero igualmente valio­
sos, los recursos abundantes que para combi­
nar nacen de la situac ión agresiva de los peo­
nes avanzados cuando están cerca del rey rival
y se pueden ganar tiempos mediante jaques
intermed ios. Sigamos con el tema.

• Como indica M. Dvoretsky en su excelente libro Secrets


Esta posición es muy instructiva y también of Chess Tactics, el negro se puede salvar con 4 . �d4!!,
. .

muy difici l . Las blancas dominan evidente­ dándole la casilla d6 a su rey y dejando coronar al blanco
mente, pero tienen dos piezas menos, por lo dos veces ! ! 5 . h 7+ 1Íif7 6 . 9 8�+ 1Íie7 7 . h B� 1Íid6,
ahora son las blancas las que tienen que jugar con exacti­
que se hace necesario obrar con energía. La tud, ya que tienen atacado el alfil y la torre 8 J'! g 7 1 , sí
verdadera compensación radica en el peón de 8 .ie6 llidxe6; o 8 .�f8+ 1Íic7 9.�xd8+ 1Íib7, las
"g7", que amenaza coronarse apenas se pueda negras no tienen nada que temer. 8 ... �xd2, otras jugadas
sacar el rey de "g8 " . A primera vista parece no valen: 8 . . . lll b 7? 9.ixe6 lll x e6 1 o .�xe6 + ! ! lt>xe6
ganadora la répl ica 1 .\Wf5 , que amenaza ( 1 0 . . . dxe6 1 1 .�fB++) 1 1 .�h6++; 8 . . . ib7? 9.�xd8!
:!'!xd8 1 0 .�xd B etc.; 8 ... bxc4? 9 .�xd 8 etc. 9.�fB+
\Wxf7 + , seguido de la coronación del peón. No lt>c7 1 0 .�xdB+ lt>b7 con igualdad, ya que si el blanco
es defensa contra esa amenaza 1 . . . \We7 , por- se come la torre hay jaque continuo.

98 ROBERTO G. GRAU
UN EJEMPLO NEGATIVO mate por medio de . . . 1'!h2++. Es claro que
puede evitarse con E!h 1 , pero en ese caso el
El ej emplo que ahora presentamos es de me­ caballo negro saldría de "d8" y el peón no
nor j erarquía, por cierto, que el de Teichmann, podría coronarse • .
pero demuestra cómo no es prudente dejarse
encandilar con las ventaj as aparentes que RECU RSO INGEN IOSO
brinda un peón libre, y enseña los detal les
tácticos que deben tenerse en cuenta. Se trata Instructiva, asim ismo, por tratarse de una
de un ej emplo negativo, ya que pierde quien situac ión singular y una variación táctica
tiene un peón pasado y pretende imponerlo, notable, es la posición que insertamos ense­
porque no repara en la posición de mate que el guida:
adversario tej e sobre su desamparado monar­
ca. Se trata de un final en el que se llegó a la
siguiente posición:

Las blancas maniobraron en esta partida de


enérgica manera para conseguir el peón pasa­
do de "d7", que amenaza coronarse y decidir
En esta posición jugaban las blancas, que se la lucha. Pero un accidente táctico impide
entusiasmaron con los recursos que prometía cristalizar el plan, pues si 1 . d8W sigue
brindar el peón avanzado de "e6" y la facili­ 1 . . . Wxb5+ y luego 2 . . Wxe 8 , con posición
.

dad que aparentemente existía para avanzarlo. ventaj osa para las negras. Hay, pues, un obs­
Pero no tuvieron en cuenta la situación de su táculo para coronar la dama pero, en cambio,
propio monarca, que está en "h5" y carece del no lo hay para entrar pidiendo caballo y dando
apoyo de piezas de su bando. jaque:
Precisamente en esta posición el peón es más
fuerte en "e6" que en "e7", porque donde 1 .d 8 lli +
ahora se encuentra obstruye la acción de las
piezas negras. Las blancas se equivocaron y Esto permite al blanco quedar c o n una pieza
realizaron la j ugada optimista: de ventaj a, ya que después de:

1 ... ©f6 2 .ges+


1 . llif5+
Ganando, ya que si 2 . Wxe6 3 . lli xe6 @xe6
. .

A lo que siguió: sigue 4 .ic4+ , ganando el caballo.

1 ... @f6 2 . e7 ixf5


• Aunque el concepto que Grau nos muestra es perfecta­
mente comprensible, en esta posición existe un chistoso
Y si bien el peón puede coronarse, se ha ence­ accidente táctico, que sin duda escapó al autor: con
rrado al monarca blanco en una posición de 3 . eB!i:l ! , las blancas dan mate.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 99


Ej emplo simple, pero muy típico, ya que ha
dado lugar a infinidad de victorias en este tipo
de posiciones, es el que nos da e l final de la -� • ••
partida que j ugaron en Buenos Aires José
Raúl Capablanca y Benito V i llegas, en una de
· · �,�
las exhibiciones individuales que real izó el
gran maestro cubano en nuestra capital, en •
l 9 1 4. Como se recordará, Capablanca estuvo
en dos oportunidades en Buenos Aires, con­ �,� .¡¡.
tratado por el Club Argentino de Ajedrez, y en
ambas real izó una inobj etable y term inante
demostración de superioridad. El final de la
.
• .
• �/� � �
?;,,,,V,
,, ,,, V,

partida que nos ocupa es así: • • • •


Las negras disponen de un peón libre y pasado
en "a3 " que nadie puede contener. Lo único
que complica el triunfo es la amenaza
'&xg7++. El sistema más simple para evitar
todos los pel igros es j ugar:

36 . . .WfxfS

Seguido de . . . a2, que gana inmediatamente.

UNA CELADA DE LA DEFENSA ESLAVA

Pero bueno es pasar a ej emplos de mayor


La combinación es muy simple y no hay que categoría y más acentuada complej idad . Vea­
ser un maestro de los quilates de Capablanca mos cómo gravita el tema en la apertura, a
para hallarla. Invitamos al lector a que, de través de una variante muy conocida e inge­
acuerdo con lo que hemos indicado, trate de niosa de la Defensa Eslava. Conocida es la
hallar la maniobra ganadora, que no se resisti­ celada que se produce luego de:
rá a quien se proponga encontrarla.
La pieza que impide el avance del peón es la 1 .d4 dS 2.c4 c6 3 .tiJf3 .ifS 4.Wfb3 Wfb6
dama. Esta pieza está sobrecargada, ya que no 5.cxdS Wfxb 3 6.axb3 .ixb 1
puede a la par evitar que el peón se corone y
sostener la torre. Basta, pues, con capturar la Esto es un error. Lo justo sería 6 . . . cxd 5 , pero
torre aun a costa del sacrificio de la dama para luego de 7 . ti:J c3 e6 8 . ti:J b5 las blancas ten­
lograr la victoria. La jugada es, pues: drían una posición favorable.

32 .WfeS+ 7 .dxc6

Seguido de '&xd 6 y e?, ganando. Ahora nos hal lamos ante un caso típico de
peón avanzado pel igroso. Es c laro que las
UN EJ EMPLO DE SCHLECHTER negras pueden tomar el peón, pero en ese caso
las blancas capturarían el alfil y quedarían con
Muy simi lar al anterior es este ej emplo de la un peón de ventaja. Para evitar esto juegan :
partida Breyer-Sch lechter del torneo de Ba­
den-Baden de l 9 1 4 . 7 . . . ie4

1 00 ROBERTO G. GRAU
Lo que permite a las blancas valorizar su peón avanzados de "f6" y "e5 " . Se objetará que el
avanzado mediante: peón de "f6" no es libre, pero se podrá probar
fáci lmente que nada cuesta transformarlo en
8Jlxa71 peón libre mediante el oportuno avance del
peón "e" .
Lo que saca a la torre de la primera línea y La maniobra ganadora es así:
perm ite entrar a dama con :
3 .ig3 gxg3 4.e6! g3g5

No sirve 4 .. .fxe6 por 5 . f7 , que gana porque la


Ataca al caballo y amenaza c8='W. torre de "g8" está sobrecargada en el sostén de
la otra torre y en ese caso no puede evitar el
UN ERROR DE CONCEPTO avance del peón a " f8 " .

En una partidá del campeonato de Dinamarca


de 1 930, que j ugó Alberto Nielsen, se l legó a
lo siguiente : Y gana, pues no es posible evitar la corona­
ción del peón.

Finalmente veremos un ej emplo de la fuerza


de un peón pasado y l ibre, que no tiene apa­
rentemente buen sostén. Pero es tan abundante
la gama de recursos tácticos que esto produce,
que las blancas pueden permitirse el luj o de
realizar un chiste táctico para triunfar.

Las blancas j ugaron :

Pero no hay ninguna razón para que pretendan


ganar. Tienen un peón de ventaj a en el flanco
rey, pero hay alfiles de distinto color y el alfil
blanco de "f4 " poco eficaz puede hacer, ya
que su propio peón lo obstruye. Pero las ne­ Evidentemente la posición blanca es favorable
gras se entusiasman con las posibilidades que por la ventaj a material y la fuerza del peón en
surgen del sacrificio del alfil por el peón "g" a séptima. Pero existe el peligro de . . . id ? ,
raíz de la situación de mate del rey blanco, eliminando el caballo q u e apoya el peón .
confinado en la banda, y j uegan : Es necesario, por lo tanto, hal lar un sistema
rápido para vencer y las blancas, conducidas
1 . . . ixg 4 2 . h xg4 gxg4 por Sultan Khan, lo hacen de la siguiente
manera:
Pero las blancas disponen de un buen recurso
para ganar por obra y gracia de los peones

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 101


Esta j ugada parece que paral iza todos los 8f7-8g6-8h 7-©g8 o también 896 contra
peligros, pero las negras no pueden evitar la 8g7-©g8 o 8h6 contra l!ih?-c;t>ga, y así
pérdida de una pieza después de: sucesivamente en cualquier lugar del tablero
siempre que el peón agresor fiscalice casil las
3.tll e6! de huida del rey enem igo y pueda convertirse
en el "pivot" de posic iones de mate.
Seguido de tll xg7+ o de tll c7+, en ambos
casos ganando un alfil. EL SACRI FICIO
Multitud de ej emplos podrían mostrarse para
poner en evidencia que un peón pasado en Veremos el primer ej emplo, por cierto bonito,
sexta o séptima y aun en quinta es base de aun cuando no muy compl icado, en el que se
gran número de maniobras ganadoras, aun explota una idea típica en estos casos, que es
cuando el peón avanzado esté aislado y ofrez­ la amenaza de mate en la primera -octava­
ca por lo tanto gran número de debilidades. línea, amparado en la acción decisiva del peón
en sexta.
XV I . - EL PE ÓN, "PIVOT" SOBRE EL REY

El aj edrecista experimentado estudia una


posición y atrapa rápidamente los detalles
típicos de la misma. Sabe, por ejemplo, que
ante un enroque sin el sostén natural del caba­
llo puede plantear un ataque con relativa pro­
babil idad de éxito. Entiende que si el adversa­
rio avanzó, por ej emplo, el peón torre rey del
enroque, puede quebrar la unidad de los peo­
nes que sostienen al rey con el avance típico
del peón caballo rey a "g5". Ha visto que, en
aquel las posiciones en que se domina una
diagonal sobre el rey, puede apelar al sacrifi­
cio para evitar que el adversario anule la ac­ En la posición del texto j uegan las blancas,
ción de un alfil en esa diagonal . Observó, que tienen atacada la dama y un peón menos.
asimismo, mu ltitud de recursos tácticos que Un j ugador sin idea de los recursos de este
nacen de la existenc ia de caballos y las posi­ tipo de posiciones apelaría al procedim iento
ciones de j aque doble que se pueden crear. De simple de irse con la dama y, sin duda, perde­
igual manera vio cómo la extracción del rey ría la partida, ya que tarde o temprano sucum­
de sus bases naturales de defensa aumenta la biría el peón de "g6", que es la única base de
posibil idad de darle mate. Y finalmente el todo proyecto de agresión que compensa al
lector ha comprendido, en general, que hay peón de menos.
abundancia de situaciones típicas muy intere­ Pero existe por ahora ese peón y el rey negro
santes y fác iles para realizar combinaciones se halla en posición de mate, que por el mo­
como, por ejemplo, las que se producen en mento sólo tiene como defensa a las dos torres
toda aquella posición en que una pieza está negras. Y, sin quererlo, hemos dado la base de
sobrecargada, o sea que realiza dos funciones la combinación ganadora.
a la vez, lo que casi nunca es posible o por lo Si, por ejemplo, las blancas j uegan 1 .!!e 1 , las
menos tranqu i l izador si se trata de funciones negras no pueden capturar la dama, a raíz de
de gran importancia. En aj edrez como en la 2 .!!xe8+ + , pero, en cambio, pueden ganar
vida. impunemente la torre. Por esto, luego de
El esquema de las posiciones que vamos a 1 . . . füe 1 2 . füe 1 !!xe 1 + 3 . c;t> b 2 , coloca al
considerar ahora es el siguiente: 8f6 contra negro en una situac ión muy delicada, pues se

1 02 ROBERTO G. GRAU
amenaza mate en "d8" . Las negras no pueden estarían perdidas. Pero precisamente entrega­
seguir dando j aque al rey b lanco y sólo logra­ ron material para l legar a esta situación con un
rían evitar el mate por medio de 3 . . . We4 , para fuerte peón en " f6 " , que es el "pivot" sobre el
continuar con We8 .. . . que gira una doble amenaza de mate, ya en
Pero el blanco dispone del recurso de un j aque "g7" o "e7 " .
previo en " f7 " y en ese caso el mate sería Aparentemente el plan ganador sería 29. l::í: h 3 ,
inevitable. Ganan, pues, mediante: pero s e observa que luego d e 29 . . . @f7
30.Wh7+ �e8 no hay mate en "e7", por la
1 .ge1 gxe1 2 .Wf7+• ©h8 3.gxe1 gxe 1 + acción defensiva que desarrolla el alfil de
4.'tt> b 2 "a3 " .
E s necesario hacer, pues, una j ugada interme­
Y las negras abandonaron, pues el mate es dia para l levar a cabo luego la amenaza deci­
inevitable y ni siquiera existe el recurso de dar siva y la j ugada ganadora es aquel la que obs­
jaque perpetuo sacrificando la torre, pues si truya la acción del único alfil eficaz de las
4 . . . l::í: b 1 + 5 . �a3, con mate en tres jugadas negras, ya que el otro, en cambio, no sólo no
, . ..
como max1mo . defiende nada sino que obstruye a la dama de
"c7" en su posible acción defensiva sobre el
LA FUERZA DEL PE ÓN EN SEXTA sector vulnerado.
La fuerza del ataque radica en que el peón de
Veremos ahora un ej emplo un poco más com­ "f6" toma el cuadro "g7" y evita que la dama
plicado en sus maniobras intermedias, pero negra pueda ir a ese punto, desde el cual anu­
que muestra cómo la colocación de un peón laría la fuerza de la torre y la dama blanca
en sexta sobre el rey enem igo logra a menudo dobladas en esa columna.
compensar una enorme desventaja material. La j ugada es, pues :
La posición se produj o en una partida del
torneo de Kecskemet, de 1 927, entre Yates y 29.b4
Takacs.
Que obstruye la acción del alfil y amenaza
l::í: h 3 , segu ido de Wh7+ y We7 mate. La par­
tida siguió con :

29 . . . .ixb4 30J!h3

Que ahora es bueno, pues si 30 . . . @f7 sigue


3 1 .Wxb4 , con la doble amenaza de We7+ y
Wg7 + + , o bien de l::í: h 7 + primero.
Las negras abandonaron, por no ver de qué
manera pueden evitar las múltiples amenazas
que tienen como "pivot" al peón blanco de
"f6 " .

Las blancas, que j uegan en este momento, PEONES AGRES IVOS CONTRA PEONES
tienen los dos alfiles de menos y en un final LIBRES

· Con 2 .�xe 1 ! , el mate es aún mas rápido. En el torneo de Copenhague de 1 929 se pro­
•• El ejemplo es bonito, pero tiene una falla táctica, pues duj o también una instructiva posición (véase
las negras pueden jugar mejor, en lugar de 1 . . . �xe 1 . Lo diagrama en página siguiente) de este tipo
correcto es 1 .. . 'it>f8 ! y si 2.füe7 füe7 . En la posición del
diagrama es preferible, por lo tanto, 1 .Wlxe 7 ! , con mate
entre Brodersen y el Dr. N iessen.
en cinco jugadas como máximo. Veamos:

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 03


. . . Wc8 , entregándola para dilatar la agonía.
Las negras abandonaron por esta causa, como
se ha visto otra vez, en mérito a los recursos
que nacen del peón en sexta.

UN EJEMPLO DEL Dr. HARTLAUB

Finalmente veremos una posición atribuida al


Dr. Hartlaub, notable aj edrecista alemán de
partidas rápidas que dio en su vida de j ugador
producciones de gran jerarquía en este aspecto
del aj edrez. La partida fue jugada en 1 8 80, en
Bremen.

Ambos tienen peones en sexta, pero m ientras


los blancos restringen al rey y lo tienen a
merced de un j aque en la octava línea, los
negros no ej ercen, a la vez, parecida acción
ofensiva. Son muy fuertes, porque son libres y
amenazan coronarse, pero las blancas en­
cuentran un método para anticiparse a todos
los pel igros mediante una combinación de
sacrificio en base a la amenaza de mate en la
primera línea de las negras.

1 .� b 1

Amenaza �d 5+ y luego !:í: b 8 + , c o n mate En esta posición existe un doble tipo de ame­
inevitable. nazas. Primero, el natural de la acción de un
peón en sexta (tercera), que es la amenaza en
1 ... We8 2 .idS+ los puntos que el peón "d" domina, o sea "d2 "
o "fl", y otro el que surge d e la acción d e l alfil
El primer sacrificio. Las blancas tratan de de "g4" en la diagonal que tiene como base al
eliminar las piezas que se opongan a la entra­ desventurado rey blanco. Se observa rápida­
da de la torre en la octava línea y deben apu­ mente que la acción del caballo de "e4 " , sos­
rarse antes que las negras hagan valer sus tenido fuertemente, evita toda man iobra di­
poderosos peones. ¿Cuál es el motivo de este recta sobre los cuadros tomados por el peón,
sacrificio, si las negras están evitando gb8 que, en cambio, puede ej ercer una acción
por medio de la acción de la dama? Pues sim­ preponderante si se efectúa una maniobra
plemente el hecho de que al estar esta pieza sobre el caballo de "e2", que no tiene sólido
sobrecargada sólo pueáe ej ercer acción defen­ apoyo.
siva en base a la entrega de la dama blanca en Además se amenaza un mate en " fl " s i la torre
"e6 " . La partida se gana, pues, así: blanca desaparece de la primera l ínea; el plan
ganador es, pues, ya claro. Como e l peón de
2 ... llixd5 3 .We6+! "h2" está prácticamente indefenso, porque la
torre está sobrecargada, lo natural es seguir
El secreto de la victoria. No es posible con :
3 . . . Wxe6 a causa de 4 . g b 8 + , con mate a la
siguiente, pues no queda más que . . . We8 o 1 . . . Wxh2

1 04 ROBERTO G. GRAU
Que amenaza la torre y el caballo de "e2 " . Las menes y entresacar de los mismos abundancia
blancas j ugaron: de ej emplos de gran cal idad.

2.�e1 EL ÚNICO SECRETO DEL AJEDREZ

A lo que las negras encontraron una maniobra En aj edrez no hay combinaciones fij as ni
notable para ganar basada siempre en la ac­ maniobras apl icables a cualquier posición. Lo
ción conj ugada del peón que toma el cuadro que hay son posiciones típicas que, al ofrecer
"d2 " , en la torre que no puede salir de la pri­ determinada característica, perm iten atrapar la
mera l ínea por la amenaza de . . fü1 , y en el
. idea de maniobras de combinaciones afines a
alfil que clava el caballo de "e2 " . La j ugada todas las posiciones idénticas o similares. Así,
clave es: por ej emplo, sucede en las posiciones en que
el rey está en la banda, o hay piezas sobrecar­
2 . . . '1Wxe2+! gadas, o existen caballos que pueden dar do­
bles, o un peón pasado y agresivo, o dos alfi­
Que gana enseguida, pues s i 3. <i!lxe2 sigue les sobre el enroque; en fin, en toda la amplia
3 . . . fü2 + + , y si 3.füe2 fü1 mate. serie de temas que hemos desarrol lado.
Ahora nos ocuparemos de uno que ya expli­
XVII.- LA "CLAVADA" COMO TEMA DE camos anteriormente, sobre las clavadas en
MATE aj edrez, pero que repetiremos en parte para
Iniciaremos ahora otro capítulo sobre los dar completa unidad a este trabaj o sobre temas
temas de combinación en aj edrez que estamos de combinaciones aj edrecísticas .
desarrol lando. Queremos mostrar al aficiona­ Además se trata de uno de los temas típicos
do la enorme cantidad de posiciones caracte­ fundamentales en materia de combinac iones y
rísticas en que surge clara la idea de la combi­ fáci les de producir, pues sus características
nación y destacar en realidad el único secreto son muy netas.
de la técnica de los buenos j ugadores. ¡ Cuán­
tas veces suele el aj edrecista de calidad verse LAS PIEZAS "CLAVADAS"
sorprendido por la pregunta de algún j ugador
bisofio que le dice: "¿Tiene usted alguna j uga­ La clavada, en aj edrez, es la base de toda una
da oculta?" O que le reclama: "¿Por qué no gran gama de maniobras de planteo, medio
me ensefia usted alguna de esas combinacio­ j uego y final . Clavar una pieza es casi siempre
nes que permiten ganar rápidamente?" . una buena posibi lidad que debe ser analizada
Cree una gran masa d e j ugadores que los con cuidado. Se clavan piezas en las aperturas
buenos aj edrecistas saben cómo ganar en para fiscal izar indirectamente casillas centra­
cualquier posición y que no lo enseñan porque les o para restringir el desarrollo o para inmo­
son secretos que no conviene divulgar. Nada vilizar al adversario. Se clavan en el medio
de eso existe en aj edrez, ya que ni aun las j uego para realizar combinaciones y en el final
celadas en las aperturas tienen util idad, pues para ganar tiempos vitales.
sólo pueden producirse si el adversario juega Por ej emplo, en el Gambito de Dama se j uega:
mal a propósito. 1 .d4 d5 2 . c4 e6 3 . tll c3 tll f6 4 . �g5.
Lo único que hay de cierto en aj edrez es lo En este caso el alfil clava al caballo, no para
que estamos explicando al correr de esta serie capturarlo más tarde ni para desarrol lar me­
de capítulos, que constituye, quizá, el curso ramente un alfil, sino para anular en gran parte
técnico y de divulgac ión aj edrecística más la acción del caballo sobre el peón "d5 " y
complej o que se haya publicado nunca, por la especialmente en su acción de fiscalización de
extensión del m ismo, la vinculación de los la casilla "e4 " .
temas y porque para desarrollarlo ha sido Ahora, que aquí hay una maniobra que entre­
necesario consultar una serie amplia de volú- ga transitoriamente un peón y demuestra que

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 05


hay que desconfiar de los beneficios de las caballo negro de "e7" que se encuentra inmo­
clavadas, ya que si 4 . . . tll bd7, no es bueno vil izado en su misión de guarecer a su monar­
5 . cxd5 a causa de 5 . . . exd 5, y si 6 . lll xd5, ca.
entonces 6 . . . tll xd5 , seguido, si 7 .ixd 8 , de
7 . . . ib4 + , recobrando la dama y ganando una
pieza.
Pero, en cambio, es muy fuerte 5 . e 3 , y enton­
ces ya es amenaza la captura del peón del
centro, lo que obliga a j ugar 5 . . . ie7, o bien
5 . . . c6. S i se hace lo primero, el blanco logrará
cambiar su alfil dama, no muy fuerte en esta
posición central de peones blancos fij ados en
casillas negras, por el alfil rey del segundo
jugador, muy valioso, ya que es el que actúa
por casillas de distinto color de las de sus
peones avanzados. Si, en cambio, el negro
juega 5 . . . c6 , se ha logrado en esta caso evitar
el avance . . . c5 directo de las negras, que suele No escapará al criterio de ninguno de nuestros
compl icar la "tranquilidad central" de las lectores, especialmente si han seguido este
blancas. curso desde su iniciación, el concepto de que
Quiere esto decir que la clavada de 4 .ig5 de las negras están absolutamente perdidas.
las blancas es base de un plan de apertura Hay sólo una aparente igualdad de material,
medular, de recia contextura estratégica. ya que en realidad están j ugando con una torre
menos y un caballo inutilizado. " Las piezas
LA CLAVADA COMO BASE DE valen por lo que hacen y no por su mera ubi­
COMBINACI ÓN cación en el tablero", y en este caso hay una
torre negra en "h8", que es lo m ismo que no
Lo mismo sucede en la Defensa Francesa poseerla, pues durante largo rato no podrá
entrar en j uego.
cuando se j uega 1 . e4 e6 2 . d 4 d5 3 . lll c3 tll f6
¿Qué debe hacerse en estos casos? Pues apu­
4 .ig 5. Clavan el caballo para anular la acción
rar los acontecim ientos y atacar especulando
de esa pieza sobre los peones de "d5" y "e4",
con que, en puridad de verdad, las blancas
y a menudo el negro repl ica con 4 . . . ib4 ,
tienen una pieza de ventaj a. Una pieza más en
entrando en la variante McCutcheon, que a la
acción y por cierto poderosísima, pues domina
vez asigna al negro idéntico propósito, pues
una vital columna central.
clava e l caballo que fiscaliza e l centro.
Se gana así:
Se podrían citar así infinidad de aperturas,
casi todas el las en las que se clavan piezas
19 ... icG 20 .§'xe7+ §'xe7 2 1 .l'!dS+
para ganar tiempos de desarrollo, pero ahora
nos interesan casos más concretos y veremos
La dama negra está clavada y no ejerce nin­
algunos.
guna m isión defensiva.
La posición que ahora sigue, pertenece a una
partida entre Breyer, el malogrado maestro 21 . . . ieS
austríaco, y Englund, en el torneo de Scheve­
ningen del año 1 9 1 3 . Aparentemente protegido, pero en real idad
Las negras tenían el tumo de j uego y debían indefenso por la clavada de la dama.
evitar la desagradable amenaza de las blancas
de !!xd5, especulando con la clavada del 22.l'!xeS++

1 06 ROBERTO G. GRAU
LA NECESIDAD AGUZA EL INGENIO EN La verdadera clave de la combinación. Ahora,
AJEDREZ a cambio de la dama sacrificada por dos fuer­
tes piezas menores, las blancas disponen de
Que la desesperación es madre de infinidad de una amplia red de amenazas sobre el monarca
triunfos en la vida, nadie lo ignora; un soldado negro, que carece de una adecuada protección.
desesperado puede convertirse en un héroe; un
cobarde en un valiente y un vencido en un 22 . . © h S
.

triunfador. En aj edrez sucede lo mismo. A


menudo un error coloca a un j ugador en posi­ L o mej or era entregar cal idad mediante
ción perdida y ante la proxim idad de la catás­ 22 . . . gxd S , pues el caballo blanco será pode­
trofe se esfuerza y encuentra recursos extraor­ roso en f6
" " .

dinarios para triunfar. El ej emplo que inserta­


mos es aleccionador. 23.�f61 gf7
En una partida entre Enge ls y Richter, del
torneo de Bad Nauheim de 1 93 5 , se llegó a la No servía 23 . . . gxd4 a causa de 24 .ge7 ,
posición que sigue : ganando por las fuertes amenazas de mate con
füh7 o .ig 7 .

24. � g S ! ! gxf6 2s. ge1

Que gana, ya que si 25 . . . Wg8 seguiría


26.gdd7 y luego J\g7 + , etcétera.

UNA C LAVADA OCU LTA

Hemos visto aquí cómo a una amenaza se


replicó con otra menos espectacular pero
mucho más efectiva y un remate magistral, en
una partida aparentemente perdida. Y final­
mente veremos otra posición que gana tenien­
Las blancas acaban de ser sorprendidas con do como ej e una clavada. Se produj o en una
una j ugada que no esperaban . Las negras han partida que disputaron I l la y Grau en Buenos
jugado 1 7 . . . d S , atacando el peón agresivo de Aires en el Torneo Mayor de 1 924.
"e4" y, lo que es más grave, amenazando
ganar la dama con . . . J\c5 . El momento es
delicado y vital. Si se recurre al expediente
primitivo de evitar . . .icS o de replegarse con
.

la dama, o sacar al rey de la amenaza, el negro


ganaría un peón con . . .fxe4 .
Pero la necesidad aguza el ingenio y Engels
observa que a su vez él puede especular con
una posición de clavada de su torre sobre la
dama adversaria, y que resulta preferible hasta
entregar la dama por dos piezas menores y e l
ataque, que reducirse a u n a pacífica e inútil
defensa. Juega entonces:

1 8 .exd S I .ic5 1 9 .dxc6 Wc8 20.cxd7 Les tocaba j ugar a las negras, que tienen una
.ixd4+ 2 1 .gxd4 gxd7 22.�dSI posición agresiva muy fuerte. La base de la

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 07


victoria es, aparentemente, la columna "h", Veamos un ejemplo muy ingen ioso, sólo ac­
pero es dific i l eliminar la dama que sostiene al cesible para quienes comprendan perfecta­
peón atacado. Y entregar dos torres por la mente bien el tema que nos ocupa. La posi­
dama es generalmente un mal negocio. ción del diagrama anterior se produj o en una
Pero si se analiza un poco se observará que la partida entre Abrahams y Thynne, en el torneo
verdadera base del triunfo es la amenaza más de L iverpool de 1 930.
embozada de la dama y el alfil en la gran Cualquier j ugador de relativa experiencia
diagonal. Tanto es así, que en este momento tiene la sensación, anal izando la partida, de
ya era bueno el sacri ficio de dama mediante que las blancas disponen de una posición de
24 . . . d4, especulando con la fuerza de los ataque. Poseen un peón de ventaj a y una si­
alfiles sobre el rey. Pero las negras especulan tuación agresiva sobre el monarca negro. La
sobre la situación del alfil de "g2 " de las blan­ fuerte posición de la dama negra en "e5", que
cas, que es prácticamente un alfil clavado por sostiene el peón "g7 ", hace dific i l seguir nor­
la grave amenaza de . . . d4, y j uegan: malmente con Wh8+ y luego Wxg7 . A prime­
ra vista parece ganadora la j ugada 1 .Wg6 ,
24 . . . !!h3 25.fü3 amenazando Wxf7++, y a que si 1 . . . fxg6 sigue
2 . liJ g6++. Pero las negras pueden seguir en
Ú nica. Se amenazaba . . . !1:8h4 y no era posible este caso con 1 . . . i.e6 .
25.i.xh 3 a causa de 2 5 . . . d4+ 2 6 . fü3 !l:xh 3, No obstante, existe el recurso de crear una
clavando la torre de " f3 " y ganando. posición de clavada mediante el sacrificio de
la dama y la valorización inmediata de una
25 ... d4! 26.fü2 Wb6 27 .b4 acción conj ugada del caballo, la torre y el alfil
sobre el monarca negro. La j ugada que gana
Lo mej or. enseguida es:

27 . . . !!8h4 28. bxcS !!xf4 29.!!xf4 WxcS 20 .Wg 8+ ©e7


30.cxd4 Wc3
No se puede capturar la dama: 20 . . . @xg8
Ganando. Una nueva partida ganada por la 2 1 . liJ g 6 , especulando con que el peón está
oportuna explotación de un tema de clavada clavado, y con la amenaza inmediata de
perfectamente del ineado por la disposición de !l:h8++.
las piezas.
2 1 .Wxf7+ @da 22.llJg6 Wxb2 23.!!d 1 +
SACRI FICIO PARA PROVOCAR UNA id7 24.Wxe8+
CLAVADA
Nuevamente especula con la clavada. No
puede capturarse la dama con el alfil, y de
hacerlo con e l rey, existe la amenaza de !l:h8
mate. Las negras abandonaron.

La idea de especular con el peón "f" clavado,


que se observa en multitud de partidas, ha
originado una serie interminable de combina­
ciones.
Por ej emplo, la posición i.c4 , Wf3 y !l:e 1
contra 'itig8, fü8 , 8h7, 8g7 y fü7. E l sacrifi­
cio de Wxf7+, seguido, luego de . . . !l:xf7 , de
!l:e8++, es una base estratégica muy usual en

1 08 ROBERTO G. GRAU
la que se explota la clavada. Esto lo hemos Segundo ej emplo, en el que se trata más di­
visto multitud de veces en ajedrez y sirve, no rectamente la debi l idad del peón " f7 " c lavado:
sólo para ganar partidas inmediatamente, sino
también como recurso táctico para obligar al
rival a defenderse y perder tiempos para ha­
cerlo, que también es un obj eto importante en
el ajedrez.

EL PEÓN "f" CLAVADO

Esta idea de especular con la clavada del peón


"f' en un enroque se observa en estos otros
ej emplos:

Posición muy instructiva, de una partida Bo­


golj ubow-Erdelyi en Praga en 1 93 1 . Existe un
doble tema de clavada. El peón de "f7", fij ado
por el alfil de "b3 " y el alfil de "d7", influido
por la torre de "d i " . Bogolj ubow proyecta una
combinación muy bon ita, que especula con la
posesión de la cas i l la crítica que ambas piezas
negras c lavadas dominan simu ltáneamente.
Obsérvese que el peón " f7 " y el alfil "d7"
toman la casilla "e6", que es en realidad el
punto neurálgico de la partida, aun cuando
En esta posición, a la que se arribó en la parti­ aparentemente muy dificil de ser explotado.
da entre los maestros Mikenas y Schmidt, Veamos cómo lo hace Bogolj ubow:
jugada en el torneo de Bmo del año 1 93 1 ,
j ugaban las blancas y deben mover la dama, 2S.c!lixf7 !
que está atacada. ¿Adónde ir con el la? Pues es
evidente que el ideal es mantenerse en la co­ Con este sacrificio se da más fuerza al alfil de
lumna "g" para especular con la amenaza "b3 " y la torre comienza a actuar directamente
!!xc8 y seguir luego con llif5 , por las posibi­ sobre la columna "d", lo que permite l levar
lidades que brinda el ataque a la dama y al adelante la combinación ganadora.
peón "g7 " .
No puede ir a "g4" por la acción d e l alfil, ni a 2s . . . gxf7 26 .�e61
"g5 " por el peón "h6" y la dama de "e7", pero,
en cambio, existe el alfil de "b3 ", que al clavar Ya está explotado el punto crítico con enorme
el peón "f7" permite a la dama ir a "g6", desde fuerza. La dama actúa sobre las dos piezas
donde ataca al atrevido caballo de "h5". clavadas.
La partida siguió así:
26 . . . .ixe6 27.gxdS+ gfs 28 . .ixe6+ © h 8
1 9 .�g6 c!lif6 20.gxe8 gfxe8 2 1 .c!lifS �f8 29.gd7 g a s 3o.ge7 es 3 1 . .id S
22.c!li x h 6+ <i> h 8 23.c!lixf7+ ©g8 24.c!lieS+
©ha 2s.Wfg s �es 26.�h4+ Y las blancas ganaron por la ventaj a de peo­
nes, lograda merced a la sabia explotación del
Con mate a la siguiente. tema de clavadas que existía en la partida.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 09


LAS FALSAS CLAVADAS nes que pueden ej ercer las piezas sobrecarga­
das. Capablanca contestó con:
No siempre hay que entusiasmarse con este
tipo de posiciones, pues el menor detalle pue­ 28 . . . '<Míxc1
de malograr los planes de quien busca la vic­
toria. Por ej emplo, nadie puede olvidar lo que Y las blancas abandonaron.
le sucedió al veterano Marshal l frente a Capa­
blanca en N ueva York en 1 9 1 5 , por dej arse Con estos ejemplos daremos por terminado
arrastrar por una falsa clavada, sin reparar en este capítulo de temas de combinación, co­
que la pieza que ej ercía la presión estaba so­ rrespondiente a los recursos tácticos que brin­
brecargada, ya que desempeñaba otra misión. dan las piezas clavadas y cuáles son las situa­
ciones típicas en estos casos. Lo que en sínte­
sis hemos querido señalar es que una pieza
clavada es un venero generoso de maniobras
para el adversario y que el solo detalle de la
existencia de la misma debe crear en el aj e­
drecista la necesidad de estudiar atentamente
la posición que se le ha presentado.

XVIII.- LAS P I EZAS SOBRECARGADAS


COMO TEMA DE COMBINACI ÓN

En otra parte nos hemos ocupado de las piezas


sobrecargadas. Denominamos así a las piezas
que tienen la obl igac ión de desempeñar una
Las blancas están amenazando '<Mfxf6, con la doble función y protegen a la vez dos puntos
amenaza '<Mlxg7++. También amenazan atacados. Y l legamos a la conclusión de que
j':gxg7+, para seguir, si . . . �xg7 , con j':gg 1 + y una pieza no puede defender cabalmente una
luego '<Mfxf6++. En cambio, las negras tienen zona doblemente amenazada y que general­
sus peones mej or para el final y la dama en mente la existencia de una posición de ese
"b2" ataca al peón "t2" y asim ismo entorpece tipo debe dar tema para una combinación
la acción de la torre de " g l ", que está esclavi­ ganadora.
zada en el sostén de la torre de "e l " . Especu­ Las piezas deben estar defendidas por el mis­
lando con esto y sin duda con el apremio de mo número de piezas que las agresoras, o con
tiempo, Capablanca realiza una maniobra en piezas de menos valor cuando no pueden
la que se crea una situación de falsa clavada. oponerse los mismos efectivos. Por ej emplo,
Veamos cómo continuó la partida. un caballo atacado por la dama y dos torres
enem igas sostenido por un peón, no corre
26 . . . lli h S 27.'<Mlh6 pel igro, ya que para capturarlo habrá que
entregar una cal idad. Pero si ese peón apoya
Ataca al caballo y al peón "g7 " . simultáneamente a otra pieza el mal es más
grave, ya que efectuados los cambios siempre
27 . . . g6 28.'<Míxhs·
se perderá material.
El caballo ha sucumbido a la clavada, pero Por ejemplo, si hay un caballo blanco en "d4"
ahora se hace notar la ineficacia de las presio- y otro en "f4" sostenidos por un peón de "e3",
y los cabal los están atacados por una torre
negra en "f8" y otra en "d5" bastará capturar
• De acuerdo con nuestras infonnaciones, Marshall no
cayó en la trampa, y la partida continuó así: 28 ./üe4 Wfg7 uno de los cabal los con una de las torres para
29 .Wfg5 h6 3 0 .Wfh4 l3ac8 3 1 .l3cd 1 l3c6, tablas. ganar material, apenas el peón cumpla su

1 10 ROBERTO G. GRAU
mis ión de castigar la pieza atrevida, que hizo idea de la pieza sobrecargada. La j ugada es,
la primera captura. Esos caballos están, pues, pues:
mal sostenidos, de la misma manera que lo
está una pieza atacada por mayor número de 20 .f6
piezas del mismo valor.
Para seguir, si 20 . . . �xf6 , con 2 1 .�xd6 , y si
V A LIOSO EJEMPLO DE GRÜN FELD 20 . . . �hB o 20 . . . �h 6 , con 2 1 .fxe?, atacando
la torre y elim inando el punto de apoyo del
Iniciaremos, pues, el tema que en distintos caballo.
capítulos hemos esbozado, pero sin profundi­
zar el estudio de sus problemas. UNA RED DE PIEZAS SOBRECARGADAS
Ahora estamos agotando los temas de combi­
nación posibles que merecen ser mencionados Más complicado es el ejemplo que nos ofrece
y tienen características típicas, y éste es uno una partida de Frydman con Vidmar, que se
de los más ricos en ej emplos y de mayor produj o en el torneo de Budapest de 1 934.
practicabilidad.
Comenzaremos con el ej emplo de una posi­
ción a que se l legó en una partida entre Grün­
feld y Hel ing, en el torneo de Berlín de 1 928.

La posición parece absolutamente normal. Lo


único que, suti lizando, puede observar el
j ugador que conduce las blancas, a quien le
toca jugar en este momento, es que el caballo
A primera vista, la posición de las negras es de "f6" debe apoyar al peón de "h7" y, ade­
muy sól ida y no es fácil advertir cómo harán más, al alfil de "d7 " . Se dirá que ese alfil está
las blancas para ganar rápidamente, pero si se también apoyado por la dama negra, pero se
analiza un poco se verá que el tema de las podrá agregar que indirectamente lo ataca la
piezas sobrecargadas surge de la situación del dama blanca de "h3 ", ya que luego de lt:lxd5,
caballo de "d6", atacado por el alfil y sosteni­ por ejemplo, y . . . exd 5 , está directamente
do tan sólo por el peón de "e7". agredido. Y sin proponérnoslo hemos dado en
Si se profundiza se observa que el peón de la tecla de la combinación ganadora.
"e7" a la vez está evitando la jugada f6 y se La partida se define así:
llega a la conclusión de que mal puede hacer
ambas cosas a la vez. Pero surge un obstácu lo. 1 5. lt:J xd S g6
Si f6, el negro puede seguir con . . . �xf6 , pero
en ese caso el alfil queda atacado por la torre, No servía 1 5 . . . lt:Jxd5 a causa de 1 6 .\Wxh7++,
y si bien queda sosten ido por el peón de "e7", pues el caballo está inmov i lizado en "f6"
también es cierto que ese peón debe sostener sosteniendo e l punto "h7 " . N i tampoco
el caballo de "d6", y nace entonces la pujante 1 5 . . . exd5 , por 1 6 . lt:J x d 7 Wxd 7 1 7 .�xh7+

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 111


'tt> h 8 (no 1 7 . . . l!J x h ? , porque el caballo ahora sobrecargadas, ni con el peón o el alfil, porque
debe apoyar la dama de "d7") 1 8 .�fS+, j aque se obstruiría la acción defensiva que ejerce la
descubierto, ganando la dama. dama sobre la torre y seguiría W!xd8 + + .

1 6. 4J xe7+ Vffx e7 1 7 .ixc4 gxc4 1 8 .gxc4 También bonito es el ej emplo de la partida


bxc4 1 9 .ig5 Bardeleben y Steinitz, uno de los más clásicos
que se conocen, que damos íntegramente por
Y las blancas tienen, además de un peón de tratarse de una demostración hermosísima que
ventaja, posición ganadora. no debe ser olvidada. La partida es en su final,
especialmente a contar de la j ugada 22, una
NOTABLE JUGADA sinfonía de piezas sobrecargadas. Se observa
en ese momento que la torre se defiende sola
Un caso típico de piezas inmovil izadas por la en la séptima línea, por el hecho de que la
necesidad de sostenerse entre sí y de la fuerza dama blanca ataca también la torre de "c8". A
que en ese caso tiene la obstrucción, lo da el su vez las blancas están en parecida situación,
final de la partida entre Eliskases y Holst, que por cuanto no pueden capturar la dama, que se
fue así: defiende sola por una amenaza de mate. Pero
Steinitz encuentra la manera de construir, en
mérito a la situación especial de las piezas,
una posición de mate, por lo cual el tema de
las piezas sobrecargadas sirve como recurso
táctico ganador. Veamos la partida citada, con
notas debidas al Dr. Raúl López Martínez, que
fue uno de los comentaristas más sagaces de
nuestro aj edrez.

Apertura Italiana (C54)


Hastings, 1 895
Blancas: W. Steinitz
Negras: C. Von B ardeleben
En esta posición no hay aparentemente piezas
1 .e4 es 2.tlif3 tlic6 3.ic4 ic5
sobrecargadas, pero si se estudia un poco se
verá que en realidad sí. La dama negra debe
Es preferible 3 . . . 4Jf6 , que da menos iniciativa
sostener a la torre de "d8" y evitar Vfff6+ + . La
a las blancas.
torre debe evitar el mate en la octava l ínea, lo
que quiere decir que la torre y la dama negras
4.c3
no pueden moverse de su situación actual,
salvo dando j aque, sin descuidar cosas im­
En este momento disponen las blancas de
portantes. Surge entonces una j ugada clave
varias l íneas de juego: 0-0 , d3, l!Jc3, b4, etc.
muy bonita y espectacular, pero muy simple,
La j ugada del texto es muy sólida: prepara d4,
que es:
dominando el centro.
1 .gds!
4 . . . tlif6 5.d4 exd4 6.cxd4 ib4+ 7 . l!J c3 d 5
Atacando la dama y la torre y evitando
. . W!d 1 + . Ahora la torre puede ser capturada
. Mej or e s 7 . . . 4J xe4, y si 8 . 0-0 ixc3 9 . d 5 !
con cuatro piezas, pero ya sabemos que ni con U ugada que constituye el ataque Moller)
la dama ni con la torre, por estar estas piezas 9 . . . 4Je5 1 0 . bxc3 4J xc4 1 1 .Wfd4 f5, etc.

1 12 ROBERTO G. GRAU
8.exdS llixdS 9 . 0-0 .te6 1 0 . .ig S ie7 Habiendo obl igado al negro a transportar sus
1 1 . .ixd S fuerzas al flanco dama, el blanco dirige ahora
su ataque sobre el flanco rey. Este movi­
Este cambio y el s iguiente tienen por objeto m iento forma parte de un magnífico plan de
dominar la l ínea abierta con ge 1 antes de que Steinitz, que se evidencia en su j ugada 22ª.
las negras hayan enrocado, para dej ar clavado
el caballo negro en "e7 " . 20 . . . 96 2 1 . lli g S+

1 1 . . ..i x d S 1 2.llixdS §'xd S 1 3 . .ixe7 lli xe7 Obligando al rey a volver al sitio peligroso.
1 4J�e1
2 1 . . . @es 22.i;xe7+ ! !
Impidiendo momentáneamente el enroque, lo
que crea grandes dificultades al negro para
desarrol lar su j uego. Las blancas tienen aisla­
do el peón "d", pero esta debilidad está más
que compensada por la superioridad de posi­
ción y el dominio de las l íneas abiertas "c" y
"e".

1 4 . . . f6

Tomando los saltos al caballo, con idea de


libertar el j uego mediante . . . @f7 y . . . g h e8 .

1 5.§'e2 §'d7 1 6J��ac1 c6


¡ Espléndidamente j ugado ! E l negro no puede
Esto permite una fuerte rép lica, que hace tomar la torre. Si 22 . . . Wxe? 2 3 . :gxc8 + , y
irresistible el ataque. Era necesario 1 6 . . . @f7 , ganan.
y si 1 7 . §'c4+? lli d 5 , con buena posición. Si 22 . . . �xe ? , entonces sigue 2 3 . :ge 1 + �d8
(23 . . �d6 pierde también en pocas j ugadas)
.

1 7.dS! 24 . lli e6+ �e7 2 5 . lli cS+, y gana fáci lmente.

Entregando un peón para entrar con el cabal lo, 22 . . . @fS


vía "d4 " .
Este es el momento más interesante de la
1 7 . . . cxdS 1 8 . lli d 4 ©f7 1 9 .llie6! combinación. El blanco ha quedado con sus
cuatro piezas atacadas y baj o las amenazas de
Amenazando ge?. . . . :gxc 1 mate, y de . . . Wxg4 . Si 2 3 . :gxc8+, el
negro repl icaría con 2 3 . . . :gxc8 , manteniendo
19 ... i; h cS la misma s ituación. El procedimiento que
sigue Steinitz para rematar la combinación
Esta j ugada dej a desguarnecida el ala del rey. salvando esas dificultades, es sumamente
Sin embargo, no era posible evitarlo. ingenioso.
1 9 . . . llic6 hubiera sido muy malo, por
20.Wg4 g6 2 1 . lli g S + , ganando la dama. La 23 .gf7+ ©g8
misma variante demuestra que tampoco era
posible 1 9 . . . :gac8 . Única. 23 . . . Wxf7 no era posible por lo mismo
que en la j ugada anterior. Si 23 . . . �e8
20.§'g41 24.Wxd7++.

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 13


24J;g1+ © h a dio completo sobre la combinación en ajedrez,
que es, en real idad, lo que ahora desarrol la­
También única. Si 24 . . . @fa 2 5 . lll xh?+ , to­ mos. Veremos, pues, cómo una pieza sue lta,
mando la dama con j aque. aun alejada de la zona del combate, suele ser
el origen de graves disgustos.
25.�xh7+ Por lo pronto, trataremos de inculcar en el
aficionado la idea clara de que cada vez que
Las blancas han conseguido su propósito : observe que el adversario tiene una pieza
abrir la línea "h", lo que permite una entrada indefensa en el tablero debe tratar de buscar
decisiva a la dama blanca por "h4 " . alguna maniobra que le permita combinar. No
Las negras abandonaron, pues n o tienen res- siempre es posible esto, pero existen man io­
puesta. En efecto : 25 . . . @ga 2 6 . !'!g? + ganan- bras típicas para atrapar la idea de la combi­
do, pues si 'i!l h a (26 . . . 'i!lfa? 2 7 . lll h ? + gana la nación, que trataremos de sintetizar a través
dama) las blancas darían mate en nueve juga­ de una serie de ej emplos que juzgamos valio­
das, así: 27 .Wh4+ @xg7 2 a .Wh7+ @ta sos y amenos.
29 .Wha+ 'i!le7 30 .Wg7+ @ea 3 1 .Wfga+
©e7 32.Wf?+ 'i!lda 33.Wffa+ Wea 34 . lLi f?+ LA DIAGONAL V U LNERADA
©d7 35.Wd6++.
Veremos primero un ej emplo más o menos
XIX.- LAS PIEZAS SIN SOST ÉN burdo. Se trata de una dama sin apoyo que
permite rematar una combinación. La posición
Uno de los más viejos principios del aj edrez se produj o en una partida que se disputó en el
es el que se refiere a la necesidad de que todas torneo de Berl ín de 1 929.
las piezas estén sostenidas. No es prudente
tener piezas carentes de sostén, y la verdadera
armonía de una partida, su sol idez y su éxito,
dependen de que todas cooperen entre sí y se
apoyen mutuamente formando un tej ido per­
fecto. Como se observa, hasta en esto es alec­
cionador el j uego milenario, que prueba pal­
pablemente de qué manera la unión de todos
los distintos esfuerzos l leva al triunfo y mues­
tra cómo se castiga la falta de armonía.
Pero este principio de no tener piezas sin
sostén, como es natural, no puede ser cump li­
do con absoluta exactitud. En algunas oportu­
nidades la natural presión de las piezas riva­
les, las inc idencias de la lucha, y aun las nece­ Observémosla para comprobar cuál es el de­
sidades del desarrollo, obligan a dejar piezas fecto fundamental de la misma.
sin sostén transitoriamente. Pero lo que debe Juegan las blancas, que tienen su rey en segu­
hacerse en esos casos es apoyarlas inmedia­ ridad, y encuentran que el adversario mantiene
tamente que se pueda y no dej arse encandilar casi todas sus piezas sin apoyo. Además, el
con la aparente inexpugnabil idad de la pieza rey negro está en una situación comprometida
sin apoyo. A través de la serie de ej emplos y a merced de jaques pel igrosos. Uno de el los
que mostraremos, observaremos de qué mane­ puede ser grave, ya que la dama negra se
ra las piezas sin sostén son temas de combina­ encuentra en una diagonal afectada por la
ción. acción de la dama blanca, hasta el punto que
Tema parecido consideramos ya en otra si en lugar de estar el caballo en f6 estuviera
" "

oportunidad, pero no perteneciente a un estu- el rey negro, éste tendría que moverse y se

1 14 ROBERTO G. GRAU
perdería la dama. Lo que quiere decir que ya Pero bien sabemos que existe en aj edrez un
sabemos cómo se gana la partida y, además, sistema para ganar tiempos. Los tiempos se
se salva el caballo de "f6", que está compro­ ganan con el sacrificio de material, de la mis­
metido. Pues entregándolo, para colocar al rey ma manera en el aj edrez que en la guerra. Si
en la diagonal crítica. se quiere evitar en el aj edrez que el enemigo
La j ugada ganadora es: real ice maniobras intermedias o preparatorias
importantes, debe dificultársele la acción y
1 .§'g4+ @xf6 agredir piezas de gran valor, aun a costa de
sacrificios.
Ú nica. Por ej emplo, para colocar la dama en la posi­
ción ideal que permite explotar la situación de
2.Wh4+ la dama negra sin sostén, debe moverse la
torre. No es posible moverla atacando nada, lo
Ganando la dama. que a menudo es un recurso para ganar tiem­
po.
SIN SOST ÉN, NO HA Y P I EZA SEGURA ¿Por qué, entonces, no considerar la posibili­
dad del sacrificio de l'!xg ? , ya que si el rey
Algo más complicada es la posición del ejem­ captura la torre, la dama va a "g3 " con j aque?
plo que ahora vamos a examinar y que nos Esto no basta para hacerlo, ya que para poder
muestra de qué manera una pieza alej ada de la ganar la dama debe verse si luego el caballo
acción y aparentemente imposible de atacar es de "f4" saldrá con j aque al rey, lo que permiti­
la causa de la derrota por estar sin el debido ría ganar la dama. Pero la duda pronto se
sostén. disipa, ya que el rey de "g7", si se queda,
puede ser j aqueado con el caballo en "h5", y si
se va a " f8 " o "h8", únicas casil las de que
dispone, habrá j aque en "g6". Tenemos enton­
ces la combinación ganadora y el sistema para
l legar a la posición que proyectamos, en mé­
rito a la idea que nos brindó la dama de "d6",
sin apoyo sólido.
Se gana, pues, así:

1 J'!xg7 @xg7 2 .§'g 3+

Seguido ya de 3 . li:J h 5 + , si 2 . . . li:J g 5 , o de


3 . li:J g 6 + si el rey se mueve, ganando la dama
en ambos casos.
M írese la posición un rato antes de seguir
adelante. VARIACIONES SOBRE EL TEMA DEL
Las blancas tienen todas sus piezas sostenidas DESCU BI ERTO
entre sí y las negras no, pues la dama que está
en la casilla "d6" carece de sostén, aunque no Idéntica idea bulle en las dos posiciones que
es fáci l ver cómo se puede explotar ese de­ insertamos, para mostrar cómo son de simi la­
fecto táctico. Si las blancas, a las que les co­ res muchas combinaciones y cómo el conoci­
rresponde j ugar, pudieran mover la torre de m iento de los procedimientos para sacar pro­
"g3 ", seguir con §'g3 y luego con li:Jg6+, vecho de la situación de piezas indefensas es
ganarían la dama; pero son demasiados tiem­ necesario para llevarlas a cabo y decidir parti­
pos, y las negras podrían sacar la dama de das que aparentemente parecen inexpugna­
'
"d6", o sostene rla. bles.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 15


En una partida que j ugó Richter contra Moritz descubierta, que permitió atacar la pieza inde­
en 1 93 1 , se l legó a esta posición: fensa con economía de tiempo.
En la posición del diagrama anterior la única
pieza que está sin apoyo es la dama de "d7 " .
El procedimiento d e poner la otra dama en l a
misma diagonal obstruida, para luego dar un
descubierto, es aparentemente fác i l luego de
1 . !!xh7+ ©xh7 2 .'1Wh3+, pero se tropieza con
la dificultad de que el peón de "f5 " no puede
avanzar con jaque, lo que impide aparente­
mente el descubierto ganador. Pero un j ugador
de ingenio no se desan ima nunca y si se pro­
fund iza en el análisis se ve la siguiente bonita
combinación:

1 .llig6+ fxg6 2.�xh7+ @xh7 3.'1Wh3+


Juegan las blancas. ¿Qué defecto hay en la llih6 4.fxg6+
posición de las negras? Pues que tienen dos
piezas sin sostén. El alfil de "e7" y la dama de Ahora se ve el propósito de la entrega del
"c7 " . El alfil es difíc i l de atacar porque está caballo: dar el descubierto ganador al tomar el
muy guarecido por sus propias piezas, pero, peón de "g6" con j aque.
en cambio, la diagonal que ocupa la dama
puede ser vulnerada de manera muy simi lar. 4 . . . ©xg6 5.\Wxd7
Se gana con:
Ganando la dama, que estaba sin sostén.
1 6 . .ixh 6 gxh6 1 7.'!Wg 3+
LA PIEZA SIN SOSTÉN COMO RECURSO
Para 1 8 . lll g6+ si el rey se mueve, o bien si TÁCTICO
1 7 . . . lll g4 1 8 .'1Wxg4+, en ambos casos ganan­
do material . Y finalmente veremos una partida en la que la
idea de ganar en mérito a la existencia de una
pieza sin sostén sirve, no para definir la parti­
da por esta vía, sino como procedimiento
táctico para mej orar la situación de las p iezas
y ganar un final.

Más compl icado, pero idéntico en la idea, es


el sacrificio ganador que efectuó Rellstab en
el torneo de Berlín de 1 929. También sacó
proveclTo de ia dama sin sostén, por medio de
un sacrificio que fue seguido de un j aque a la

1 16 ROBERTO G. GRAU
En esta pos1c10n las negras quieren ganar victorias. Pero el j ugador vencido atribuye
mediante la combinación . . . li:l xg4+, pero habitualmente el hecho a un detalle circuns­
antes mej oran la situación del caballo de "g5 ", tancial, sin querer profundizar y buscar la
en mérito a la idea de la pieza sin sostén y a causa de la derrota en el defecto central de su
merced de un descubierto. La j ugada ganado­ posición estratégica. Es c laro que en algunas
ra, o mej or dicho, el p lan ganador, nace de: oportunidades se colocan ex profeso piezas
sin sostén y hay excepciones para hacerlo. Por
1 . . . li:l h 3 ej emplo, colocar una pieza sin sostén en una
situación que ataque un punto importante
Y a que el caballo s e defiende sólo por la ame­ enemigo puede ser un buen recurso táctico y
naza de . . . li:l xg4+ y, además, porque esa pieza un medio para transportar dicha pieza a otra
amenaza colocarse más tarde en "f4", con zona más importante. Pero tener una pieza
fuerza notable. suelta sin que desempeñe una func ión agresi­
va o de presión, suele ser la base de serios
2 . .id 1 li:l xg4+ 3 .fxg4 '1Wh6+ 4. ©f3 .ixg4+ disgustos o sorpresas si no se respeta el san­
5.©g2 chopancesco principio técnico de las piezas
sosten idas. B ien sabemos que éste es un prin­
No era bueno 5 . ©xg4 a causa de 5 . . . li:lf2 + , cipio inviolable y, más aún, que en gran nú­
doble. mero de casos debe olvidarse en aras de pla­
nes de gran vuelo, pero también es cierto que
5 ... li:lf4+ 6 . Wf1 \Wxh 1 + 7 . li:l x h 1 .ixd 1 para hacer esto, debe dominarse el ajedrez y
8.li:laS @f7 9 . c!ll f2 .ic2 analizarse cuidadosamente los riesgos de la
pieza carente de apoyo.
Con final ganado.
Como se ve, la idea de la pieza sin sostén ha LA DAMA S IN SOST ÉN
servido en este caso como maniobra interme­
dia táctica que permitió definir airosamente Seguiremos viendo algunos ej emplos que
una partida aparentemente difici l de ganar. aclararán el concepto y mostrarán cómo pie­
zas abandonadas, aparentemente inatacables,
XX.- P I EZA ABANDONADA, PIEZA son la causa directa de rápidas derrotas.
SEMIPERDIDA

Los jugadores de aj edrez que no han llegado a


situaciones destacadas y que por lo tanto igno­
ran muchos de los secretos técnicos del j uego,
incurren con singular frecuencia en el error de
dej ar piezas abandonadas. No ven un peligro
inmediato para las mismas y olvidan que la
multiplicidad de recursos tácticos que hay en
el aj edrez perm ite en un gran promedio de
casos sacar ventaj as indirectas de · una debili­
dad de la posición adversaria, aun cuando no
se la ataque directamente.
Una pieza abandonada es una pieza semiper­
dida en gran número de oportunidades. La Corresponde j ugar a las blancas, que tienen un
posibil idad de dejar j aques que permitan ganar peón menos, pero una posición por lo menos
tiempos, o de atacar piezas de gran valor, o de de j aque perpetuo, por la presión del alfil
crear una doble amenaza que tenga por base la blanco y e l peón de "e5", que impiden al mo­
pieza sin sostén, ha originado multitud de narca negro su fuga por la columna "h ".

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 17


Un j ugador adocenado se conformaría con el El rey negro está prisionero de sus propias
empate, por quien siga el ritmo de nuestra piezas en su casilla de origen, y en esa misma
exposición, no, ya que sabrá que las piezas sin columna las blancas han amontonado gran
sostén son temas de combinación. Juegan las parte de sus fuerzas. El punto neurálgico de la
blancas, que tienen, pues, la inic iativa y ob­ lucha es precisamente el alfil negro de "e7",
servan que las negras tienen la dama en "e3 " que puede convertirse en el punto de coinci­
sin sostén. ¿Cómo atacarla? Ese es el proble­ dencia de casi todas las fuerzas blancas. En
ma. Pero para algo existen los recursos del una oportun idad explicamos de qué manera se
aj edrez y el ingenio humano, que, mezclados, buscaba el punto atacable de la posición ad­
logran producir humildes, pero verdaderos versaria y ahora lo repetiremos someramente.
milagros. El j ugador blanco advierte pronto La dama y la torre blancas, convertidas en una
que luego de: máquina, colaboran de consuno y presionan la
columna abierta. La dama negra está sin sos­
1 .Wi'd B+ ©f7 tén y esto forma parte del tema agresivo.
Además, la torre dama blanca puede tomar el
Puede seguir con: peón de "b7" y atacar por el flanco al humilde
alfil que tiene a su cargo la del icada tarea de
2.e6+ convertirse en la cabeza que cubre el cuerpo
de su soberano.
Ya que si las negras siguen con 2 . . . VNxe6+, Esto sugiere a Bogo ljubow una combinación
puede continuar con 3 .ic4 , clavando la da­ de sacrificio que tiende a acumular, en sólo
ma, y si 2 . . . �xe6, entonces 3.VNe8+ , para dos j ugadas, todas las fuerzas en la columna
ganar la dama abandonada de "e3 ". abierta y en especial sobre el "pivot" de la
lucha, que es el alfil de "e7 " .
EL REY PRISION ERO DE SUS PROPIAS
PIEZAS 1 .gxb7 Wi'xe6 2 .icS
.

Más complicado es el plan ganador que en­ Y ahora las piezas blancas han creado una
contró Bogolj ubow en una partida que j ugó en verdadera sinfonía de amenazas sobre el des­
simultáneas hace varios años, ya que debió venturado alfil, que sólo se ve protegido por la
hilvanar el plan de las piezas sin sostén, o con dama, que es precisamente una pieza sin sos­
sostén insuficiente, con el de las piezas clava­ tén. Como es necesario sacar la dama de esa
das. posición, no hay tiempo de sostener el alfil y
la partida se decide. En este caso se han con­
j ugado dos temas característicos, a lo que se
suma el de la falta de movil idad del propio
rey, situado en la columna abierta. La partida
siguió con :

2 . . . Wi'xe2 3.gxe7+ ! Wi'xe7 4.gxe7++

PIEZA SIN SOST ÉN Y PI EZA


SOBRECARGADA

Veremos un nuevo ej emplo de pieza sin sos­


tén que, aun cuando no puede ser agredida,
inutiliza la pieza que la guarece y permite, en
Esta es una posición mucho más compleja. consecuencia, una combinación claramente
Juegan las blancas y tienen evidente ventaja. ganadora.

1 18 ROBERTO G. GRAU
Simple, pero expresivo, es el ej emplo que nos
brinda la partida Dr. Taube-Von Henn ing.

Las blancas tienen un peón menos en este


momento, pero, en cambio, disponen de ven­
taj a en espacio y fuerte presión en el flanco Las blancas acaban de jugar 1 . h 3 , desaloj an­
rey negro, que carece del auxilio del alfil, tan do el alfi l. Parece que están mej or, ya que si el
valioso en todas las posiciones en que se ha alfil se repliega, sigue 2 . e S , y luego 3 .'1Wxd4
efectuado el "fianchetto" ( . . . 96). o 3 . lll xd4 , y si 1 . . . ixe2 quedan alfi les de
Para atacar más el enroque, necesitan del distinto color y cierto ataque de las blancas en
aux i l io del alfil rey, pues desean colocarlo en el ala rey por la superioridad de peones. Pero
"d3 ", para seguir con h4 y hS. De no estar el la posición de las blancas tiene un grave de­
peón negro de "e7", la j ugada 1 .id3 sería fecto que debe captar todo aquel que haya
cómoda, pues no podría seguirse con seguido este curso. Hay una pieza sin sostén y
1 . . . lll xd3, a causa de 2 . !!xe8++, pues la torre sin finalidad en "a4", y la casilla geométrica­
de "e8" carece de un buen sostén. Por otra mente típica para dar un jaque doble de dama,
parte, de no estar el peón en "e7", también o sea aquella que trazando una diagonal desde
podría j ugarse '1Wf6 , con inminente amenaza donde está el rey se une horizontalmente con
de mate inevitable en "g7 " . la que ocupa el alfil sin sostén, es la de "d4 " .
Entonces el peón que está e n "e7" e s típica­ L a ocupa un peón negro, que puede ser avan­
mente un peón sobrecargado, pues apenas zado atacando el caballo. La j ugada es, pues:
salga el caballo de "e5" se puede segu ir con
\Mff6 , ya que no es posible . . . exf6 , a causa de 1 . d3!
. .

!!xe8 + + , aprovechando que esta pieza está sin


sostén. Si ahora las blancas siguen con 2 . cxd3, s i , en
Tenemos, pues, por simple razonam iento, lugar 2 . . . ixe2 y luego . . . '1Wd4+, ganando el
efectuado un análisis que nos prueba que es alfi l . Si en lugar de 2 . cxd3 sigue 2 . hxg4,
posible j ugar 1 .id 3 , ya que esa pieza se de­ entonces 2 . dxe2 3.'1Wxd8 exf1 \W+, y, por
. .

fiende sola. último, si las blancas j uegan 2 .'1Wxd 3 , sigue


Las blancas jugaron : 2 . . . '1Wxd 3 (o bien 2 . . . �xe2 , que también
gana) 3 . cxd3 �xe2 , con pieza de ventaja.
1 .�d3 Muchos más son los ej emplos que podríamos
dar para reforzar el tema. Pero como ya lo
Las negras replicaron erróneamente: consideramos en otra oportunidad, ponemos
fin al mismo, para comenzar con otro de gran
1 . . . lll xd3 2.'1Wf6 interés: los sacrificios a que dan lugar los
desarrol los insuficientes de las piezas y la
Y las negras abandonaron. falta de acción de las mismas en el planteo.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 19


XXI.- LA FALTA DE DESARROLLO Y SU propias fuerzas del ala dama? Ninguna, y
IMPORTANTE G RAVITACI ÓN EN EL únicamente la conciencia de que el negro no
ATAQUE podrá sacar provecho de los defectos de este
movimiento hasta que se mej ore la s ituación
El curso que estamos desarrol l ando tiende del caballo puede haber impulsado a G ibaud a
precisamente a esto: a dar los puntos de refe­ realizar una j ugada de apertura tan carente de
rencia para que los j ugadores atrapen las ideas sentido, digna de un principiante o de un gran
de combinaciones en c iertas posiciones con maestro. Que también en aj edrez los extremos
vicios en su estructura. Y que esos vicios se suelen tocarse.
observan en m ultitud de partidas, aun en mu­ Para realizar j ugadas antirrutinarias de este
chas que j uegan presuntuosos maestros, lo tipo hay que carecer de todo principio o perci­
demuestra la serie de cotejos que terminan bir que la psicología del rival exige una des­
rápidamente por mates absurdos. Y es que a viación de la rutina.
menudo quienes saben técnica no reparan en
detalles que permiten llevar a cabo combina­ 2 . . . es
ciones donde nada parece amenazarlas. Ade­
más, el hábito excesivo de j ugar partidas posi­ Las negras siguen con el Contragambito Bu­
cionales les hace olvidar el j uego de ataque y dapest.
carecen de la sangre fría necesaria para defen­
derse ante ofensivas violentas. 3.dxe5 tll g4 4.h3
Y no les estaría de más repasar las partidas del
gran Morphy, que hace casi ochenta años Un error absurdo. Las blancas no han respeta­
asombraba con sus victorias, precisamente por do n inguno de los principios e lementales del
su hab i lidad para sacar provecho del mayor desarrollo. Realizan tres movimientos de peón
desarrollo y para traducir el sacrificio de ma­ en sólo cuatro j ugadas y no ponen en j uego ni
terial en la ganancia de tiempos que en reali­ e l cabal lo rey n i avanzan e l otro peón central
dad es la síntesis de todo el j uego de combina­ en busca de desahogo para las fuerzas del
ción. flanco rey. Ahora hay una j ugada que gana en
seguida especulando en la falta absoluta de
UNA MINIATURA FAMOSA acción de las piezas blancas y la debilidad de.
la diagonal e l -h4 provocada por el avance del
Un ej emplo valioso de la verdad de esta afir­ peón "h".
mación nos lo da la partida miniatura que
j ugaron en 1 924 los maestros franceses Gi­ 4 ... tll e3
baud y Lazard, ambos dos veteranos del table­
ro. Las blancas abandonaron, pues se gana la
dama, que está encerrada, ya que si 5.fxe3
Apertura de Peón Dama (A45) sigue 5 Wh4+ , con mate a la s iguiente.
. . .

París, 1 924
Blancas: Gibaud UN ERROR REITERADO
Negras: Lazard
Otro ej emplo muy usual, tanto que Rubinstein
1 .d4 tll f6 2 . tll d 2 perdió dos partidas casi segu idas por esta
causa, frente a Euwe, es el que se produce en
Primer y grave defecto d e la apertura. ¿Qué el Gambito de Dama con la maniobra que
necesidad existe de sacar el cabal lo por la mostraremos y que se originó en una partida
cas i l la "d2" en este momento, encerrándose el entre Meyer y Ke l ly.
alfil dama y restringiendo la acción de las Fue así :

1 20 ROBERTO G. GRAU
Gambito de Dama (066)
Blancas: Meyer
Negras: Kelly

1 .d4 d 5 2.c4 e6 3.llif3 llif6 4.llic3 lli bd7


5 . .ig 5 .te7 6.e3 O-O 1.gc1 c6 8 . .id 3 ges
9.0-0 a6 1 0 .cxd 5 exd5 1 1 .Wc2 h6 1 2 . .if4
lli h 5

En esta posición j ugaban las blancas, condu­


cidas por el maestro su izo Paul Johner, contra
Mieses en el torneo de Berl ín de 1 924. A
primera vista parece que tiene dificultades
para forzar la posición. No es fácil ver la for­
ma de romper la sól ida cadena de peones, que
establece un bloqueo casi absoluto y priva al
blanco de la acción demoledora de ambos
Las j ugadas efectuadas son muy usuales e n e l alfiles en j uego abierto. Pero Johner observa
Gambito d e Dama, pero el último movimiento que las piezas negras están mal emplazadas,
de las negras es un error, ya que existe la que poco de práctico pueden hacer, y conside­
grave amenaza de 1i.c7 de las blancas, que ra el sacrificio de p iezas sobre el punto "c5"
gana la dama. Es claro que no se puede hacer especulando con que, de abrirse la columna
ahora, por el peón de "c6", que entorpece la "b", él podrá en cierto momento dar un j aque
acción de la dama y la torre en la columna "c", muy fuerte en "e5" con la dama. Y con la idea
pero en ese caso el peón de "c6" no defiende ya atrapada, j ugó :
al peón "d4 " , ya que tiene otra función que
realizar. Cabe, pues, el sacrificio de: 33.ixc5! Wa6

1 3 .llixd5 Las negras no siguieron con 33 . . . bxcS a cau­


sa de 34 .!!xcS+ d xc5 35 .1.WeS+ 'itid8
Amparado en que el cabal lo negro se ha ido a 36.!!xb8 , ganando luego la dama.
"h5 " . Si 1 3 . . . cxdS sigue 1 4 .§J.c? , ganando la
dama por el desarrollo defectuoso de las pie­ 34.§J.d4 ghf8 35.c5
zas negras que impide la real ización de ma­
niobras excéntricas, como la de lli h 5 .
. . .
Rompiendo el bastión negro de peones y ga­
nando.
C Ó MO SE EXPLOTAN LAS PIEZAS M ieses abandonó en este momento.
TRABADAS
LA DERROTA DE WINTER
Finalmente veremos algunas posiciones mal
construidas, que permiten, a pesar de su apa­ Muy parecido es lo que pasó en la partida
rente inexpugnabil idad, ser destruidas me­ entre el holandés Noteboom y el campeón
diante sacrificios, a causa de la acción defec­ británico Winter (véase diagrama en la página
tuosa del bando atacado. siguiente).

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 121


LA FUERZA DE LA DOBLE AMENAZA

Veremos ahora algunas combinaciones en las


que se unen varios de los temas que hemos
tratado. Observaremos cómo en casi todos los
casos las dobles amenazas que surgen de la
existencia de piezas sin sostén o mal apoyadas
son el secreto de la victoria y el verdadero ej e
de derrotas sorprendentes. Y para robustecer
esa afirmación mostraremos algunos nuevos
ej emplos típicos. Exam inemos el primero.
En una partida jugada en Berlín en 1 930, se
llegó a la posición que muestra el tablero:

Como se puede observar, es nuevamente una


posición de peones trabados y en aparienc ia
inexpugnable. Sólo hay una forma de violen­
tar las acciones en estos casos y es apelar al
sacrificio, ya que el único peón que puede
provocar una conmoción en todo el sector es
el "b3 " blanco, que está fiscalizado en su
movil idad por el "c5 " , la torre y la dama ne­
gras.
Un j ugador con experiencia observa, sin em­
bargo, que el peón de la casilla "e5 " está de­
fendido por un peón y por el monarca negro, y
bien sabemos que la extracción de esta pieza
suele dar lugar a desenlaces violentos. Por En esta posición jugaban las blancas, que
ej emplo, si ahora se jugara 1 . tll xe5 y las estaban evidentemente mejor por la acción
negras debieran segu ir con 1 . . . c;t¡xe5, enton­ preponderante del caballo situado en la casilla
ces seguiría 2 .Wlc3+, con mate en pocas juga­ "e6", que es en realidad el punto débil típico
das. de la posic ión enemiga, de acuerdo con el
Tenemos, pues, una posición ganadora y ésta siguiente principio: es punto débil de una
es la que sugiere a Noteboom la combinación posición aquella casilla que está entre dos
de sacrificio para desmoronar la situac ión de peones avanzados y separados por sólo una
peones y ganar antes que las piezas negras, columna entre sí, en este caso los peones de
trabadas por la falta de espacio, puedan reac­ "d6" y "f6" han dejado sin fiscal izar el cuadro
cionar. "e6". Dominan además las blancas la columna
Se ganó con : "e" y tienen la dama en un punto central muy
valioso, ya que actúa sobre dos diagonales
1 .gxcS dxcS 2.tll xeS tll bS vitales y ataca a dos peones a la vez.
Pero de esto a ganar inmed iatamente hay un
No sirve 2 . . . c;t¡xe5 por 3 .Wlc3+, con mate en abismo y, para pretender hacerlo, lo que debe
dos jugadas. buscarse son los defectos de la posición ene­
miga. Por ej emplo, para quien sepa la impor­
3.cxbS ©xeS 4.Wlc3+ ©d6 5 .Wlg 3+ eS tancia de las piezas sin apoyo tendrá gravita­
6.fxe6+ ©e7 7.exd7 ción en su análisis el hecho de que la dama
negra carezca de sostén. El caballo blanco no
Y las negras abandonaron. puede sal ir con jaque para ganarla, pero, ¿aca-

1 22 ROBERTO G. GRAU
so no se reemplaza el j aque con la doble ame­ posición negra para intentar hacerlo? Pues
naza? Y para quien tenga esta inquietud en sus dos: la amenaza f7 + , por ahora precariamente
análisis surge la maniobra ganadora: anulada, y la dama suelta· de "a6", son temas
sobrados para buscar un plan. Basta con en­
1 .lü d 8 contrar una j ugada con el caballo que obstruya
la acción de la torre sobre " f7 " y que a la par
Ataca la dama y amenaza un mate típico en l a ataque la dama. Se objetará que la dama blan­
octava l ínea, combinado con el famoso mate ca de "d3 " también está sin apoyo, pero esto
de Philidor, que da el caballo al rey encerrado. carece de importancia si se considera que f7
Si 1 . . . \Wxd 5 2 . �e8+ \Wg8 3 . lüf7++. es una j ugada decisiva, pues amenaza luego la
Hemos visto, pues, cómo la amenaza doble ha torre de "e8" para coronar dama. Lo que debe
reemplazado al j aque doble y ha perm itido tratarse es de entrar en dama con j aque, para
definir rápidamente una partida de lento ma­ dar mate inevitable. La jugada ganadora es:
niobrar para un criterio menos enérgico que el
que inspiraba al j ugador blanco. 40 . lü c7 \Wxd3 4 1 .f7+ ©g7 42.lü e6+

LA OB STRUCCI ÓN Y EL DOB LE La j ugada intermed ia ganadora, pues las ne­


SACRIFICIO gras amenazaban . . . \Wxf1 + .

Muy parecida es la idea madre de la combina­ 42 . . . �xe6 43 .f8\W++


ción ganadora que halló Schories en una par­
tida contra Leonhardt, que se jugó en el torneo UNA DERROTA DE ALEKHINE
de Bad Pyrmont de 1 93 3 . Fue así:
Por cierto muy instructivo es el ejemplo que
brindó la famosa partida que el Dr. Euwe y el
Dr. Alekhine j ugaron en el torneo de Zurich
de 1 934, y que fue la primera advertencia
seria formu lada al entonces campeón mundial
sobre la fuerza de su futuro adversario por el
título máximo. Como se recordará, un año
más tarde Euwe batió al campeón mundial, lo
despojó del título, para tener que cedérselo
nuevamente en el match desquite que tan
bri llantemente se adj udicó Alekhine. La posi­
ción era así:

La posición es bonita y propensa a la combi­


nación, ya que las blancas disponen de un
poderoso peón en "f6" que amenaza un jaque
decisivo. Pero la torre negra de "b7" evita ese
plan y tampoco es fácil saber cómo puede
valorizarse definitivamente la agresiva posi­
ción del peón . Menos será esto posible apenas
las negras puedan jugar . . . fü7 , oponiendo una
barrera definitiva al avance del peón.
Pero les corresponde j ugar a las blancas y
disponen de un tiempo. Qu izá puedan evitar la
j ugada . . . �f7 . ¿Cuáles son los defectos de la

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 23


Es ésta una l inda posición y por cierto muy j ugador obj eto de un ataque de este tipo no
instructiva. Anal icémosla con m inuciosidad puede resolver de buena manera el problema
para sacar una conclusión. Les toca j ugar a las que se le plantea, y la doble amenaza triunfa.
blancas, que tienen, sin duda, ventaj a posicio­ Pero para que la doble amenaza sea eficaz es
nal. Sus piezas son más agresivas, dominan la necesario que el j ugador agredido o sorpren­
columna "c", pero en cambio tienen amenaza­ dido de esta manera tenga piezas con insufi­
do seriamente el caballo de "e5", pues, si se ciente sostén.
retira, las negras capturarán la torre de "e4 " . Es que, en real idad, el eje de todas las combi­
Pero Euwe había previsto esta situación y la naciones en ajedrez nace de la carencia del
provocó precisamente para poder ensayar una buen apoyo o de la desarmonía en la acción de
combinación de gran vuelo y muy instructiva. las piezas. Cuanto más tupido es el número de
Jugó : piezas que se sostienen entre sí, tanto más
difícil es atacar con éxito. Por eso la base de
3 1 . tll f7 una posición sól ida es dotarla de tanto número
de sostenes como posibles piezas agresoras
Que ataca la dama negra y simultáneamente la del rival puedan actuar.
torre de "e6 " . A primera vista la j ugada del Muchas veces los j ugadores se hayan cómo­
texto es mala, porque las negras pueden seguir dos porque, aparentemente, los ataques direc­
con . . . ©xf7 , apoyando la torre de "e6", pero tos del riva·I están evitados, pero se olvidan
si se profundiza un poco se verá que no, por­ que en casi todas las oportunidades las posi­
que existe la posibilidad de seguir, si ciones se desmoronan por medio de la repen­
3 1 . . . c;!txf? , con 32 .Wi'h5+ ©e? 33.füe6+ tina entrada en acción de piezas que a simple
©xe6 34 .:E!e 1 + c;!td6 35.Wi'c5+ ©d7 vista nada hacían a favor de la lucha.
36.Wf5+ ©d6 37 .We6++. Vimos ya con anterioridad varios ej emplos
Alekhine, como es natural, no entró en esta gráficos sobre la fuerza de los ataques dobles.
combinación de mate y j ugó: Observamos entonces el número de contraata­
ques a que suele dar lugar ese tipo de posicio­
31 . . . Wi'eS nes donde quien aparentemente tiene la ini­
ciativa ataca sin sol idez y con piezas débi les y
A lo que siguió: puntos vulnerables descuidados. Ahora segui­
remos mostrando algunos ejemplos de maes­
32J'!xe6 W!xe6 33.tll d S Wi'e4 34. tll xc6 tros o j ugadores de primera fuerza, que reve­
lan hasta qué punto son generosas para el
Con ventaj a material. contraataque las posiciones defectuosamente
Como se observa, tanto en este caso como en construidas.
los dos anteriores, las bases de la victoria han
sido los temas de las piezas indefensas y la LA RAZ ÓN SIMPLE DE UNA
doble amenaza para explotar esa situación . COMBINACI ÓN
Como los ej emplos son muy variados y com­
plej os, seguiremos en el capítulo siguiente Hemos visto el bonito remate de una partida
mostrando varios de ellos, por cierto muy en mérito a la oportuna explotación de algunas
valiosos. deficiencias estratégicas del j uego adversario
y a la fuerza de dobles amenazas que asigna­
XX I I . - LA FALTA DE ARMON Í A ENTRE ron al vencedor enorme número de "chances"
LAS PIEZAS prácticas. Es decir, de posibilidades de victo­
ria por la gran compl icación del j uego sin
El tema de la doble amenaza es muy generoso acentuar las perspectivas de empate o ser
en aj edrez y habitualmente decisivo en las vencido. Tema de por sí rico en ej emplos y
partidas. En gran número de oportunidades un que trataremos en breve.

I 24 ROBERTO G. GRAU
Ahora seguiremos con temas de amenazas Si 2 . .!3xe8 3 . .ixf6+ \Wg 7 4 . .!3xe8++.
. .

dobles, y lo haremos a través de un ej emplo


interesante que nos brinda una partida entre 3 .W/xf8+ W/xf8 4.gea ! !
Rellstab y Ahues.
Ganando, pues se ataca l a dama, y a l hacerlo
se la clava y se le quita el sostén del alfil de
"f6".

LA DOBLE AMENAZA T Í PICA

Un ej emplo simple de doble amenaza, y por


cierto fáci l de escapar al j ugador que no tenga
pleno conocimiento de este tipo de combina­
ciones, es el de la partida Von Popiel-Marco,
del torneo de Montecarlo de 1 902 .

Según la posición del diagrama, las blancas


están mej or y tienen además situación agresi­
va, pues poseen dos alfiles contra un enroque
desmantelado. Y bien sabemos que los alfi les
son de gran valor en las posiciones abiertas.
Pero las negras están atacando la dama, y si
ésta se repliega, el alfil de "e3 " quedará clava­
do. Ahora lo que resulta evidente es que la
torre agresora de "e8" está sostenida por la
dama, explotando la transitoria situación del
alfil de "e3 " , que quita fuerza a la torre blanca Juegan las negras, que tienen un alfil clavado
de "e l " . Y esto, unido a la existencia de un y aparentemente perdido. Pero la dama blanca
alfil sin sostén y la acción de bloqueo del otro está en una columna abierta que vulnera la
alfil de "d5", hace surgir la idea de la doble indefensa torre negra de "d7 " . Si el alfil de
amenaza por medio de un sacrificio aparente, "d4" saliera con j aque, se ganaría la dama,
que no lo es por la gravedad de una de las pero, ¿acaso no da los mismos resultados
amenazas. Las blancas jugaron: habitualmente que los j aques la doble amena­
za? Pues ya sabemos que sí y vemos que el
1 . .id4 ! ! alfil puede ir a " g l " amenazando . . .!3xd 3 y, lo
.

que es más grave, ... \Wxh2 + + . Las negras así


Amenaza .ixf6 + y también \Wxe8+. lo hicieron: 36 . . . .ig 1 , y las blancas abandona­
ron al comprender la amenaza.
1 . . ma 2 .\Wea ! I
.
Como se ve en todos los casos, posiciones
delicadas han sido salvadas por el aparente­
Nuevamente la doble amenaza da motivo a un mente mi lagroso procedimiento de la doble
sacrificio sorprendente. Se ataca la torre, el amenaza, que es uno de los recursos tácticos
alfil de " f6 " , al que se le quiere quitar el sos­ que dan mayor brillo e interés al aj edrez y que
tén, y la dama de "d7". Ahora la partida girará no nacen, ciertamente, por azar, sino que se
sobre la amenaza de mate que entraña .ixf6 . aj ustan a detalles técnicos que ya conocemos
en parte y que sintetizaremos en breve, des­
2 . . . \Wg 7 pués de una nueva serie de ej emplos.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 25


XXI I I . - LOS FALSOS DESARROLLOS DE CÓMO SE CASTIGAN LOS PLANTEOS
PIEZAS DEFECTUOSOS

Como es natural, la doble amenaza en ajedrez Vemos, pues, que los ataques, dobles amena­
tiene una fuerza extraordinaria, pues no siem­ zas y demás combinaciones típicas, casi siem­
pre es fáci l hal lar el expediente para neutrali­ pre son el producto de violaciones a las leyes
zarla en todos sus efectos. Pero también es más firmes de la técn ica del aj edrez, aquel las
posible afirmar que n inguna posición bien que podrán haber sido sutilizadas, pero que no
desarrol lada puede ser obj eto de ataques de pueden olvidarse sin riesgo de quebrar la idea
este tipo, pues sobran los elementos defensi­ medular del juego y violentar los lógicos y
vos. Ahora es necesario aclarar lo que enten­ permanentes principios de razonam iento que
demos por posiciones bien desarrol ladas, ya lo animan.
que no lo son siempre aquel las en que están
todas las piezas del j uego. Buen desarro llo es
desarrollo úti l. Si, por ej emplo, en un planteo
ambos cabal los se sitúan en "h3" y "a3 ", las
piezas innegablemente han sido puestas en
actividad, pero mal puestas en actividad, lo
que a menudo es mucho peor aún que dej arlas
inactivas. Si las piezas se ponen en acción sin
respetar el principio básico de no dej ar piezas
sin sostén o con sostén insuficiente, se habrán
desarrollado de criticable manera, y si se or­
denan mal los peones en el planteo, por ej em­
plo: a2, b3, c2, d 3 , e 2 , f3 , g 2 , h3, para
citar un ej emplo absurdo, se podrán desarro­
llar más tarde bien las piezas, pero no será En la posición dada, producida en la partida
fácil remediar la situación de los peones sin la Hasek-Treba, Praga, 1 928, juegan las negras,
pérdida de numerosos tiempos y real izar nue­ pero antes de segu ir adelante es prudente
vos avances, que harán más difícil el sostén de estudiar someramente la misma. Pronto se
los peones. En cambio, en los planteos, por observa que las blancas tienen una amp lia
citar aquella parte del ajedrez más fácil de ventaja de desarrollo. Se han enrocado y sus
legis lar, será muy problemático cualquier piezas coinciden agresivamente sobre e l mo­
ataque contra una posición bien desarrol lada, narca negro. Se amenaza, además, �xf7 +,
como, por ej emplo, si se colocan las piezas de ganando la dama. Sólo falta por poner en
esta suerte : e4, tt:Jf3, �c4 , tt:Jc3, d 3 , �e3, 0- actividad el caballo dama, y en cambio las
0, W/e2 , l:!ad 1 . O así: d4, c4, tt:Jc3, tt:Jf3, negras no han jugado aún el caballo rey, ni el
�g5, e3, l:!c 1 , �d 3, 0-0, W/c2 , füe 1 , etc . alfil dama, y sus fuerzas se hal lan realizando
En ambos casos las piezas están perfecta­ mis iones fuera del rad io medular de la lucha.
mente distribuidas y sostenidas, lo que hace Juegan las negras, que atacan la dama y el
difícil cualquier agresión contra las mismas. alfil de "g5 " de las blancas. Es evidente que si
M i les de posiciones podríamos mostrar donde 1 2 . . . tt:Jxb3 sigue 1 3 . tt:J xg 6 , pero también es
el desarrollo es perfecto, ya que las piezas cierto que ésta era la maniobra más prudente,
están en las cas i l las donde con menos riesgos ya que al fin y a la postre significaría un cam­
desarrol lan el máximo de actividad, pero co­ bio de piezas, con el agregado que luego de
mo no es éste el tema central de este capítu lo, 1 3 . . . hxg6 1 4 .axb3 se habría cambiado un
nos concretaremos a mostrar las antes enun­ caballo blanco activísimo (el de "e5") por otro
ciadas, al solo obj eto de la relación de las alejado de la zona medular del combate (el de
mismas con el tema que estamos tratando. "a5").

1 26 ROBERTO G. GRAU
La partida siguió, en cambio, con : roso auxilio de un caballo en " f6 " o "f8", lo
que pone en dificultades el enroque.
1 2 . . . Wfxg S Las blancas jugaban en este momento y lo
hicieron mediante:
Las blancas, para ganar, no deben jugar
1 3 .ixf7 + , ya que luego de 1 3 . . . Wf8 , y si 1 .llJegS
1 4 .Wfa3 + Wfe7 , las negras quedan con mate­
rial de ventaj a, sino tratar que sea la dama la Que amenaza tres veces el peón "h7" y, lo que
que entre en el punto " f7 " . Para eso, nada es más grave, �e4 , ganando la torre . Sin
mej or que la doble amenaza que perm ite eli­ embargo, esta amenaza, de por sí importante,
minar la pieza obstructora, en este caso el es sólo la pantalla de otra más grave que rápi­
propio alfil de "d5 " . La jugada es, pues, sim­ damente veremos y que, como en el caso
ple: anterior, tiene por norte cederle a la dama
agazapada en "c2" vía l ibre hacia el monarca
1 3 .icG+ enemigo. Las negras se defendieron con:

Ganando, ya que si 1 3 . . . bxc6 sigue 1 . . lü d 6


.

1 4 .Wfxf?+ Wd8 1 5 .Wff8++. Si en cambio, a


1 3 .�c6+ , las negras j uegan, 1 3 . ©e 7 enton­
. . A lo que las blancas siguieron con una j ugada
ces también se gana con 1 4 . Wfxf7 + y luego que acaba con la partida, ya que amenaza la
É!d 1 +, con mate inevitable. dama y mate. Dos gravísimas cosas, difíci les
de neutralizar en la mayoría de los casos. La
DESOB STRUCCI ÓN Y DOBLE j ugada ganadora es:
AMENAZA
2.ic4
Más compl icado es sin duda el ejemplo si­
guiente, que se produj o en una partida que en Que no tiene rép lica satisfactoria.
el torneo de Berlín, de 1 928, jugaron Richter y
Schm idt. VARIACION E S SOBRE UN TEMA
CLÁSICO

Parecido es el ej emplo que damos a continua­


ción, pues su fuerza se cobij a en la amenaza
de un mate y en el sacrificio de la pieza que
obstruye a las encargadas de definir la lucha.

En la posición del diagrama las blancas po­


seen un peón de menos, pero en cambio tienen
un desarrollo muy superior. Sus piezas están
orientadas enérgicamente hacia el flanco rey y
en cambio las negras aún no han logrado po­
ner en acción el alfil dama y carecen del pode-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 27


La posición es valiosa como ej emplo de mal carecen de trabazón y de armonía en e l es­
desarrollo contra buen desarrollo. Las negras fuerzo. De Ja situación de todas las piezas del
tienen sus piezas inactivas en el ala dama y, segundo j ugador, la más absurda es la de Ja
en cambio, las blancas atacan vigorosamente dama en "a6", que nada de eficaz hace y debe
el enroque negro. La j ugada sería 1 .ixf8 , perder un tiempo para ponerse en j uego. Esto,
pero a esto las negras, mediante 1 . . . ixg 5 , unido a Ja posibilidad de atacar al rey negro
neutralizarían todas l a s amenazas. Es necesa­ por medio de un típico sacrificio, inspira a
rio proceder con mayor energía: hay una j uga­ Lovenfisch la combinación ganadora.
da que no es dificil de hallar para quien co­
nozca el secreto de las dobles amenazas. 26 . .ixh 6 gxh6 27 .laxh6+ ©g7
Esta j ugada es:
Y ahora se ha logrado colocar al rey en Ja
1 . .ig 7 segunda l ínea, lo que faci l ita Ja combinación
que para ganar la dama han planeado las blan­
Que amenaza '<Mlh8++ y '<Mlh7 + + , j ugada apa­ cas. La j ugada clave es:
rentemente de problema, pero que no es tal,
porque está animada por el tema de la doble 28 .ib7 ! !
amenaza, e l que dominan en su abundante
mayoría los buenos aficionados. Ataca la dama y amenaza Wg6 + + . Otra vez,
pues, Ja entrega de Ja pieza obstructora como
UN EJEMPLO SUTIL tema típico de combinación.

Finalmente, veremos el mismo tema, sutil iza­ XXIV.- LA DOBLE AMENAZA COMO
do un tanto, pero que igualmente gira sobre la RECURSO INDIRECTO
idea de atacar una pieza de gran valor y a la
par descubrir íntegramente Ja acción de la La doble amenaza tiene en aj edrez una fuerza
dama sobre el rey adversario. En el campeo­ extraordinaria. Podría afirmarse que es el
nato de Ja Unión Soviética de 1 925, que se único sistema de combinación realmente efi­
jugó en Leningrado, se l legó a la siguiente caz, ya que las jugadas que sólo tienen un
posición, en Ja partida Lovenfisch-Frydman : propósito habitualmente fracasan. Aun las
m ismas combinaciones de sacrificio, aquellas
de ataques directos perfectamente definidos,
están amparadas habitualmente en alguna
doble amenaza para evitar que el rey logre
zafarse de la posición de mate.
Por estas causas la doble amenaza es uno de
los secretos más valiosos de ajedrez. Amena­
zar directamente un punto, para mej orar la
situac ión de la pieza agresora y crearle al
adversario una dificu ltad mayor que la salva­
da, es ya un tipo de doble amenaza de gran
valor. Se presenta así Ja doble amenaza como
un recurso táctico valioso y muy fácil de em­
plear en un s innúmero de posición.
Esta es una posición típica de buen desarrollo En este sentido, la doble amenaza, aunque de
contra planteo defectuoso. Las piezas blancas manera más sutil, tiene Jos m ismos efectos de
actúan armónicamente, complementándose en los j aques dobles, que tanto preocupan a los
la acción sobre el ala rey. Las negras, en cam­ aj edrecistas bisoños y que en realidad sólo
bio, despliegan una acción inconexa, ya que merecen ser considerados en gran número de

1 28 ROBERTO G. GRAU
pos1c10nes como amenaza intermedia para En una partida entre los maestros Saemisch y
llegar a mej orar la situación estratégica. No es Colle, j ugada en el torneo de Frankfurt du­
posible suponer que el adversario vaya a per­ rante el afio 1 930, se l legó a la siguiente posi­
mitir que le den un j aque doble cuando éste se ción:
amenaza de manera directa y puede ser evita­
do. Por lo común hay que desterrar este tipo
de j ugadas, pero en muchas posiciones son
necesarias para ganar tiempos en el desarrollo,
o para preparar maniobras.

LA DOB LE AMENAZA COMO RECURSO


TÁCTICO

Ej emplo claro de este tipo de doble intención


en las j ugadas nos lo da una de las más cono­
cidas variantes de la Defensa Francesa, donde
se emplea el procedimiento de una amenaza
baladí al solo objeto de empeorar en realidad
La posición es muy interesante y aparente­
la situación de un caballo, para mej orar a
mente inexpugnable, ya que no se ve la mane­
cambio la disposición de la cadena central de
ra de que la dama y el alfil negros puedan
peones.
cooperar en la acción inconexa del caballo de
La variante es la que sigue :
"f5 " y la torre de "d2", que se mantiene como
un islote en peligro al lado del rey blanco.
1 .e4 e6 2.d4 d 5 3 . � c3 �f6 4 . .ig 5 .ie7 Pero hay una jugada que permite resolver el
5.e5 �fd7 6 . .ixe7 Y!fxe7 7 . � b 5 problema de la dama negra y que ésta coopere
en la agresión. Esa j ugada es perfecta y de
¿Para q u é se efectúa esta jugada? L o s aj edre­ amenaza real, vale decir de doble amenaza.
cistas sin experiencia supondrán que para dar Es:
un j aque doble y ganar una torre si el adversa­
rio j uega mal. Pero no puede suponerse que la 20 . . . �d4
teoría del j uego esté basada en procedimientos
tan deleznables. El propósito es más suti l, ya Que ataca la dama y la alej a del punto "c3 ",
que es necesario prepararse contra la agresión que es la clave de la situación.
lateral de las negras por medio de ... c5. Las Las blancas no pueden seguir con 2 1 .Y!fb S ,
negras j ugarán 7 . . . Y!fd 8 o 7 . . . � b6 y las blan­ por 2 1 . . . � c2+ doble, ni con 2 1 .Y!fb 1 , por
cas seguirán con c3, para replegarse, luego de 2 1 . . . Y!fxc3. No les queda nada mejor que
. . . a6, a "a3 " con el caballo. j ugar:
Se trata de una maniobra típica de explotación
de una amenaza con doble intención, un golpe 2 1 .cxd4
táctico vinculado a la idea estratégica del
planteo. Aceptando la envenenada oferta de las negras,
a lo que se gana con :
C Ó MO SE ABRE UNA POSICI ÓN
21 . . J3a2+
Ahora seguiremos analizando combinaciones
en las que se observa la doble intención de Y no con 21 . . . E:b2 + , que aparentemente es
que hablamos. Maniobras sutiles que se es­ mej or, por 22 . .ib4 , que salvaría la dama al
conden detrás de golpes de gran efecto. atacar la adversaria.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 29


Igualmente ingenioso es e l recurso que ofrece EL SACRI FICIO PARA GANAR TIEMPOS
el desenlace de la partida Schories-Rock.
En una partida j ugada por el maestro alemán
Saemisch sin ver el tablero, se l legó a la si­
guiente posición:

La situación de las blancas no es en apariencia


muy cómoda. Tienen un caballo clavado y
agredido por un peón. Si éste se mueve, se
pierde la dama. El recurso de lLif6+ no parece Jugaban las blancas, que estaban amenazas de
eficaz, ya que a primera vista s ignifica cam­ mate en una. Es claro que éste puede salvarse
biar caballo y dama por dos torres, lo que no mediante 1 . @d 1 , pero las blancas aspiran a
es, en realidad, un negocio bri llante. Pero algo más que a una maniobra precaria de
sutilizando un poco el análisis -en real idad la defensa. Su dama y el alfil convergen en la
gravedad de la situación obliga a buscar gran­ agresión al punto "h7", y de poder j ugar f6 la
des remedios- se observa que, luego de: posición sería crítica para las negras. ¿Cómo
ganar un tiempo? Pues ya conocemos el pro­
1 .lLifG+ gxf6 cedimiento. El sacrificio suele ser el mejor
vehículo para ganar tiempos, y en este caso el
Las negras quedan con la columna "g" abierta sacrificio es claro. Basta con jugar 1 . l'!xg7 +
y se puede realizar una jugada intermedia muy para ganar el tiempo necesario para dar j aque.
importante, que pondría en acción la torre Ahora falta ver si después de la maniobra
blanca de "fl ", que nada hace en la lucha por Wxh 7 se da mate, y rápidamente observamos
ahora. Y pronto se observa que esta j ugada no que sí.
sólo es buena, sino que gana inmediatamente: Veamos :

2.gg 1 + © h 8 1 .gxg7+ @xg7 2.f6+ gxf6 3 .Y:lfxh7+ cj/fa


4.Y:lfh8+ @f7 5.lLigS++
A 2 . . . cj/ f7 3 .'WhS++.
Más claro y típico es el siguiente ej emplo
3.Wxe8 (página siguiente), mostrando cómo se com­
bina el j aque doble con el descubierto.
Y no puede capturarse la dama por Las negras tienen una evidente ventaj a en
4 . l'!xe8 + + . Lo mej or sería: desarrol lo, y en este tipo de posiciones debe
partirse de la base de que la ventaj a en movi­
3 . . .Wf3+ 4_gg2 Wxg2+ s.@xg2 gxe8 lidad de las piezas necesariamente debe dar
s.gxe8+ sus frutos. Si el rey blanco estuviera en " fl " ,
seguiría . . �g 3+, ganando la dama por l a
.

Y las blancas quedan con cal idad de más. fuerza d e l descubierto a rey y re ina.

1 30 ROBERTO G. GRAU
LA DOBLE AMENAZA Y EL
DESCU BI ERTO

Con esto ha quedado enunciado el plan gana­


dor de las negras, que es, simplemente, jugar:
Esta posición corresponde a una partida entre
1 . lLi xf2
. . Fackler y Meek, que reproduce Richter en su
libro sobre combinaciones.
Dando doble a la dama y la torre blancas. Evidentemente, las negras tienen una posición
¿Que quién defiende el cabal lo? Pues simple­ preferible por la falta de acción de tres piezas
mente la amenaza de ganar la dama antes blancas y la mala situac ión del monarca.
enunciada. La posibil idad de colocar a la dama blanca
No puede seguirse con 2. 'it>xf2 por la res­ baj o los pel igrosos fuegos de un j aque descu­
puesta 2 . . . ig3+, por lo que las blancas aban­ bierto sugiere a las negras la siguiente combi­
donaron. nación ganadora:

XXV.- DOBLE AMENAZA Y JAQUE 1 . . . §'xg S 2 .§'xg S ixe3+ 3 . © b 1 gxf1 +


DOBLE
Y luego 4 . . . ixg 5 , con una pieza de ventaja.
La doble amenaza es indudablemente la base S i el rey se hubiera movido a la segunda línea,
del mayor número de victorias. En realidad, la
entonces las negras habrían j ugado 3 . . . fü2 + ,
doble amenaza existe en cada una de las juga­
etc.
das de los aj edrecistas experimentados, aun­
que habitualmente son amenazas sin trascen­
dencia y fáci les de contener. Cuando un j uga­
dor amenaza, por ej emplo, a una pieza y al par
retira la pieza atacante a lugares más propi­
cios, realiza en verdad una doble amenaza.
Asim ismo, cuando proyecta colocarse en dos
puntos fuertes del tablero, aun cuando no
ataque nada directamente, pone al rival baj o
una doble amenaza. B ien sabemos que a me­
nudo es más importante apoderarse de una
casilla del tablero que ganar material, de la
misma manera que en una guerra suele ser
más provechoso dominar alturas o lugares
estratégicos que ganar una batalla sin finali­
dad estratégica.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 131


En el torneo de Hastings de 1 93 3 , los maes­ fuerza de la posible entrada de la dama negra
tros ingleses Taylor y Winter l legaron a la en acción es necesario sacar provecho de la
posición del diagrama anterior. "máquina" �d5 y �e6, que está montada
La partida está en su momento crítico. Si sobre el rey negro. Pero la base de la m isma, o
22.�xc 1 �xd4 y la s ituación no sería muy sea el alfil de "d5 ", está agredida, y no es
clara. A primera vista fracasa la agresión posible 1 .�xg6+ (descubierto), especulando
directa al rey, ya que tras Wh7+ y Wh8+ la con el detalle de que el peón "c6" está c lava-
dama queda atacada. Pero un observador más do, por 1 . . . cxd5, ya que si luego 2 .�xb6
sutil considera que la torre rey actúa en la sigue 2 . . . fü1 ++. Tampoco es suficiente
columna "e", o sea donde el monarca negro 1 .�xc6+ por 1 . . . © h 8 , manteniendo la ame­
tendrá que guarecerse, y que éste deberá colo­ naza . . . fü1 ++, y ahora de . . . bxc6 . Hay que
carse así en cas i l la negra baj o los fuegos de un apelar, pues, a recursos más definitivos y sólo
eventual j aque con e l alfil. Dificulta el análisis la doble amenaza directa puede salvar a las
la amenaza directa de . . �xe 1 + de las negras,
. blancas y darles la victoria.
que impide perder tiempos en j ugadas di lato­ Hay que buscar una j ugada que permita sacar
rias, pero la posición no admite dudas y las la torre de "e6" con la amenaza de mate y
blancas buscan la victoria por medio del sis­ dando, al par, j aque descubierto. Surge, pues,
tema más grosero: mediante una sucesión de c laro el primer movimiento, que es:
j aques que l levan al rey negro al mate de "úni­
ca en única" , como expresan los ajedrecistas 1 .llJf6+
cuando sólo se dispone de una j ugada.
Ya que no es posible 1 . . . �xf6 a causa de
22.Wh7+ @ta 23.WhS+ ©e7 24. llJfS+ ! 2 .�e8+ + , por doble agresión de dos piezas
exfS 25 . .icS++ indefensas que dan jaque simultáneamente, ni
tampoco 1 . . . i>h8 por 2 .Wxh7 + + . Sólo resta:
LA G ANANCIA DE TIEMPO
1 . . . gxf6 2 .ge7+
Una interesante posición se produj o en la
partida Blass-Hochstrasser del torneo de Zu­ Con j aque descubierto y la amenaza de
rich de 1 93 3 . La posición a la que se llegó fue Wxh 7 + + . Es necesario seguir con:
la que reproduce el tablero que sigue :
2 ... fü7 J .gxf7 llJf8 4.gg7+ i>xg7 5 .Wf7+
© h 8 6 .Wg8++

MATAR O MORIR

Es evidente que las blancas disponen en este


momento de mayor número de piezas agresi­
vas, pero las negras tienen la amenaza directa
de . fü1 + + . Para contrarrestar la misma y la
. .

1 32 ROBERTO G. GRAU
Ingenioso es el recurso también de jaque do­ uno de los alardes mayores del ingenio ajedre­
ble para ganar tiempo que se encuentra en la cista.
posición que antecede. El b lanco tiene cons­
truida una posición agresiva por medio de su
torre rey, el peón de "g6" y el alfil de "b3 " . La
amenaza es un sacrificio en "h6" con jaque
para seguir con g 7+, pero Ja dama es un mate­
rial demasiado precioso para sacrificarlo sin
tener la absoluta seguridad del éxito.
Pero la idea no debe abandonarse y girando
sobre la misma las blancas ganaron un tiempo
para eliminar el caballo que defiende el punto
de acceso de "g8 " . Jugaron:

1 .l3ad 1

A lo que las negras siguieron con : Juegan las blancas y en realidad tienen un
tema a explotar: la falta de acción del rey
1 . . . Wi'c6 negro, al que la torre de "b4" tiene empareda­
do. Las piezas blancas están más sueltas en su
Buscando una combinación de descubierto acción y hay un alfil en "c6" que fiscaliza
que especule con la desamparada situación del importantes cas i llas próximas al monarca
rey blanco, a quien sólo guarece el endeble negro. Para sacar provecho de esa situación
peón de "e4 " . La partida siguió así: las blancas apelan al generoso recurso del
sacrificio y juegan :
2 .Wi'xe7 l3ae8 3 .Wi'h4 l3xe4
40 .l3xg5 hxg5 4 1 .Wi'h7+ lüd7
Y ahora, a primera vista, pareciera que las
blancas están perdidas por la fuerza del des­ Es evidente que si 41 . . © d 8 sigue 42 .Wi'h8+
.

cubierto que se amenaza, pero no es así, ya @e? 4 3.Wg ? + �d8 44 .Wi'xf6 + , etcétera.
que al no actuar la torre dama en la primera
(octava) l ínea es posible la combinación que 42.J.xd7 Wi'g S
astutamente el primer jugador proyectó. Aho­
ra ganan con : Jugada que parece acabar con el ataque, pero
hay una sutil explotación del tema de la doble
4.Wxh6+ g x h 6 5.g7+ ©h7 6.gxfS<!LJ + amenaza unido al de la obstrucción. Como la
torre es una pieza sobrecargada, proyecta
El secreto d e l triunfo está e n l a entrada pi­ Mason la siguiente notable man iobra:
diendo caballo, pues a la par que gana un
tiempo valiosísimo, quita al rey la cas i l la de 43 .l3b7+ ! 1 ©xb7
huida "h7 " .
No 4 3 . . . füb ? , a causa de 44 . Wi'xg8 .
6 . . . @ h S 7.l3g8++
44.J.cS+ ! !
UN FINAL FAMOSO DE 1 882
Y las negras abandonaron, porque hay que
Finalmente veremos el famoso ej emplo de la capturar el alfil, a lo que sigue Wxg8+ . Como
partida de Mason con Winawer en el torneo se ve, la doble amenaza ha sido la base de una
de Viena de 1 882 y que sigue constituyendo combinación famosa en la historia del ajedrez.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 33


XXVI.- LAS SUTILEZAS DEL "TIEMPO" "zugzwang", o sea la pérdida de tiempo, y
COMO ELEMENTO DE COMBINACI ÓN luego la ganancia de tiempo directa como
tema de combinación, como recurso táctico de
Que la rapidez en la acción es la base del éxito la victoria, que es, en realidad, la base del
en la mayoría de las actividades humanas es tema actual.
una añej a verdad. Y que la rapidez en llevar a En el torneo de San Remo de 1 930, quizá
cabo un plan es necesaria en el aj edrez en los donde el talento del Dr. Alekh ine destacó más
momentos de ataque resulta, asimismo, verdad su vigorosa personal idad y donde logró una
indestructible. Es claro que podría probarse victoria más espectacular, se l legó a la posi­
que a menudo en aj edrez para ganar un tiempo ción del diagrama entre el campeón del mun­
es necesario perder un tiempo. La endiablada do y Aaron N imzowich.
característica del "zugzwang" da un argu­
mento terminante a quienes quisieran probar
esto, ya que a menudo es preciso dej ar que el
rival mueva una pieza, pues de esta suerte
deberá necesariamente real izar un mala juga­
da. Pero el tema que ahora consideramos está
vinculado simplemente a las posiciones de
ataque. Es decir, se trata del "tiempo" en rela­
ción con las combinaciones decisivas.
En estas posiciones, en las que se debe desmo­
ronar una situación o es necesario anticiparse
a una agresión del rival, en las posiciones de
juego abierto con el enroque vulnerado o el
rey en peligro, gana quien primero toma la
iniciativa. En estos casos las piezas valen por La presión de las blancas en esta partida es
su acción inmediata y no por su mera existen­ grande. Se trata de un típico "zugzwang", ya
cia en el tablero. La lucha se toma aguda y que no hay, a primera vista, j ugada buena.
vale más el tiempo que el material, y ésta es la Está clavado el caballo de "c6", y todas las
razón de la serie de sacrificios que se efectúan demás piezas negras esclavizadas en su sos­
con el solo obj eto de ganar tiempo. tén. Los peones negros están fij ados y sólo
No nos referiremos al tiempo en los finales de tienen cierta elasticidad los del ala rey. Ter­
partidas, ya que en esas posiciones tiene un minadas las j ugadas posibles de peones, sólo
carácter distinto al que ahora nos ocupa. En resta a las negras la jugada . . 1Mi'e8 o . . . \t>e 8 ,
.

los finales, para ganar un tiempo en muchas manteniendo la situación; pero e n e s e caso l a
posiciones debe perderse un tiempo, como en torre d e " c 7 " s ó l o quedaría sostenida p o r dos
el "zugzwang". En cambio, en las posiciones piezas, y como indirectamente la atacan las
de ataque los tiempos se ganan con jugadas tres piezas blancas dobladas en la columna
directas, agresivas, que limiten la réplica "c'', se podría seguir con b5, ganando una
enem iga y la fuercen a efectuar las jugadas pieza. Alekhine j ugó, pues, en este momento :
que uno necesita para lograr la victoria. Para
esto se cuenta con el j ugoso y heroico recurso 30.h4
del sacrificio, generalmente más espectacular
que artísticamente valioso. Y las negras abandonaron por no tener j ugada
buena posible.
LA P É RDIDA DE TIEMPO GANADORA Si, por ej emplo, 30 . . . g6, seguiría 3 1 . \t>f2 , o
cualquier jugada de espera, y cuando las ne­
Veamos dos casos distintos. Primero la ga­ gras sigan con el movim iento de la dama o e l
nancia de tiempo mediante el sistema de rey, entonces b 5 , que gana.

1 34 ROBERTO G. GRAU
LA GANANCIA DE TIEMPOS técnicamente más valiosa es que el rey negro
está resguardado por dos peones, pero agredi­
É ste es un caso de pérdida de tiempo para do por cuatro piezas. Hay una interesante
ganar precisamente el tiempo que se necesita. amenaza de 1 .füxg6+, que permite l levar Ja
Es uno de los tantos contrasentidos del aj e­ dama, luego de 1 . . .fxg6 , a "e7" con j aque.
drez, en el que se debe jugar precisamente Pero surge el obstáculo: luego de 2 .'We7+ las
para hacer una mala j ugada. En cambio, como negras efectúan 2 . . . 'Wf7 , cubriendo el j aque;
nos interesa el ajedrez en esta oportunidad pero entonces hay otro tema que ya hemos
desde el ángulo puro de Jos temas de combi­ considerado, que es el del j aque doble como
nación, veremos algunas posiciones típicas, en formidable recurso táctico.
las que se debe necesariamente ganar tiempos El peón de "g6" sólo está, en real idad, defen­
para triunfar. En muchas oportunidades estas dido por el rey, pues la dama se hal la clavada,
combinaciones de sacrificio se realizan bajo el y de estar el rey en "g6" y la dama en " f7 " ,
apremio de graves amenazas, y, Jo que tam­ hay u n j aque doble e n "e5 " . Se gana entonces
bién es grave, con material de menos, lo que con 3 . !!xg6+ iixg6 4 . lll e5+, etc.
obl iga a seguir esgrimiendo el arma heroica de
la entrega de piezas, ya que en un final pláci­ UNA PARTIDA MAGN Í FICA
do se estaría perdido. En la vida a menudo se
es héroe por casual idad o por obligación, y en Veremos ahora una partida bastante conocida,
aj edrez también. en la que Ja lucha entre el tiempo y el material
Por ej emplo: en la posición que ahora vere­ tiene especialísima importancia, pues es el
mos las blancas realizan una combinación tema que la anima desde la apertura.
ganadora mediante una serie de sacrificios,
pues saben que la simple pérdida de un tiempo Gambito Danés (C2 1 )
puede ser fatal. La posición a la que se arribó Bremen, 1 9 1 2
fue la siguiente: B l ancas: Hartlaub
Negras : Testa

1 .e4 e5 2.d4 exd4 3.c3

Esta jugada da origen al Gambito Danés o del


Norte, una de las líneas de j uego típicas de los
j ugadores de combinación y especial para las
partidas rápidas. A cambio de los peones que
se sacrifican, se logra colocar ambos alfiles en
diagonales libres, apuntando al flanco de rey
enemigo.

3 . . . dxc3 4.ic4 cxb2


Esta posición no es clara ni cómoda. Les co­
rresponde jugar a las blancas, que conducía el Las negras aceptan toda Ja oferta enemiga.
británico Saunders, contra el campeón de su Vamos a ver ahora cómo los factores "espa­
país, Winter. Tiene atacada la dama, y ésta cio" y "tiempo" , que arroj an un saldo muy
debe moverse sosteniendo la torre de " f6" . favorable para el blanco, bastan para compen­
Aparentemente está perdido, pero existe el sar la ventaj a en "fuerza", que está de parte del
recurso de la combinación. ¿Qué razones hay negro.
para pensar en una combinación? La primera
es que se está perdido si no se realiza, y la 5.ixb2 ib4+

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 135


Lo usual es 5 . . . d 5 , j ugada que recibe el nom­ 1 4 . . . tlixf3 1 5.Wd 3 tli xeS 1 6J�!g 1 !
bre de defensa Schlechter, a lo que podría
seguir, según un análisis de Xavier Tarta­ Magnífico. Las blancas han sacrificado otros
kower: 6 . exd5 tli f6 7 . tlic3 .id6 8 .V*'c2 dos peones, demostrando un extraordinario
We7+ 9 . tlige2 0-0 1 0 . 0-0 .ia3 , y las negras concepto de lo que es combinación en ajedrez.
quedan mej or. Han logrado que las negras, al marchar en pos
También puede ensayarse 5 . . . We7 , 5 . . . d6 o de los peones, dejen sin desarrol lar el caballo
5 . . . tlif6 , todas l íneas de j uego de interés para dama y accionen sólo con el caballo del rey.
el aficionado, que debe ensayarse y empaparse Esto demuestra una vez más que el "tiempo"
de lo que a j uego de combinación se refiere es superior a la "fuerza" en las posiciones de
antes de intentar profundizar los grandes se­ ataque. Es decir, que el buen desarrollo es
cretos de la alta estrategia. preferible a la ventaj a material (esto sola­
El fracaso de muchos aficionados se debe mente en las posiciones de ataque).
principalmente al tan común defecto, hij o de
un desconocimiento total de lo que es el aj e­ 1 6 . . . V*'d7
drez, de tratar de imitar lo que hacen los juga­
dores experimentados, sin haber tratado de Si 1 6 . . . tlixd3 1 7 .füg ?+ 'tti h 8 1 8 .E:g8+ ! !
l legar gradualmente a dicho estado. Despre­ �xg8 1 9 .E:g 1 + , etcétera.
cian así, sin saberlo, las combinaciones que
les permiten ej ercitar su imaginación para más 1 7 .Wd2 tli g 6
tarde adaptarla a fines más adecuados. Es
como intentar ingresar en una universidad sin Necesario. Las blancas amenazaban
haber previamente cursado los grados inferio­ 1 8 .füg?+ �xg7 1 9 .Wg S+ 'tt> h 8 20.Wf6+
res. 'tti g 8 2 1 . E:g 1 + tlig6 22 .Wg7+ + .

6.tlic3 d 6 7 . tli f3 tlif6 8 . 0-0 J.xc3 9 .J.xc3 1 8 .V*'d4 tt:Jes


0-0 1 0.eS!
Otra vez forzado, para evitar el mate.
Bien. En las posiciones de ataque el éxito
depende de la energía para conducir la ofensi­ 1 9 .gxg7+ 1 1
va. La pérdida de un tiempo es más trascen­
dental que en las partidas genuinas de oposi­
ción. Hay que hacer, en consecuencia, siempre
jugadas de iniciativa.

1 0 . . . tlie4 1 1 .J.b2 J.g4 1 2 .Wd4

Nuevamente lo mej or. Este movim iento im­


plica la ganancia de un tiempo, pues se hace
necesario j ugar . . . �xf3 , y después de gxf3 el
caballo debe retirarse y las blancas vuelven a
jugar.

1 2 . . . J.xf3 1 3. gxf3 tli g S 1 4. © h 1 1


Otro nuevo y n o menos espectacular sacrifi­
Elegante j ugada que anula la importante ame­ cio, que marca el principio del fin. Es real­
naza del negro y brinda a las torres una vital mente sorprendente el talento del Dr. Hartlaub
columna. Marca el comienzo de una notable para producir partidas brillantes como la del
combinación. texto.

1 36 ROBERTO G. GRAU
Cuenta en su haber con sonadas victorias en el mayor número posible de piezas rivales.
encuentros amistosos contra e l Dr. Lasker, Nada le interesa el desarrollo; no vacila en
Famhi, Leonhardt y otros. ambular con una sola pieza a través del table­
ro si con esa maniobra logra enriquecer su
1 9 ... @xg7 20J�g 1 + ©h8 2 1 .§'xeS+ ! ! bagaje de conquistas y luego cuenta las piezas
que están fuera del tablero para cerciorarse de
La tercera j ugada espectacular y sorprendente, si tiene o no ventaja material.
que acaba de imprimir a la partida un encanto Nadie le ha enseñado que e l ajedrez es una
extraordinario. unión de ventaj a material y ventaja posicional,
Se hace evidente ahora la eficaz acción que y que de nada sirve tener alguna pieza de
desempeñan los alfiles en las diagonales ventaj a si ésta no puede actuar en la zona
abiertas. El valor de estas piezas radica en que crítica del combate, de la misma manera que
cooperan al ataque desde distancia. De ahí que de poco sirve tener una gran fortuna si no se
conviene conservar generalmente los dos está dispuesto a hacer uso de el la.
alfiles contra los dos caballos en las posicio­ El concepto que debe dominar el aj edrecista
nes abiertas. Los alfiles adversarios son las es que el ajedrez es una armónica conjugación
únicas piezas que pueden contrarrestar efi­ de factores exactamente iguales en importan­
cazmente los efectos propios de esta clase de cia: p iezas y tablero, y que aquél las valen de
posiciones. acuerdo con la situación que ocupan y con la
acción que desarrollen. El j uego tiene una
2 1 ... dxeS 22 . .ixeS+ f6 23 . .ixfG+ �xf6 finalidad distinta a la de ganar material. Se
24.�gS++ juega para dar jaque mate al rey, es decir, para
eliminar la pieza fundamental del rival. No
Partida realmente magnífica. gana, pues, quien posee más material, sino
que se impone quien encierra al monarca
XXV I I .- EL VALOR RELATIVO DE LAS enemigo. Es una final idad estratégica y no una
PIEZAS finalidad material.
Ahora que para lograr encerrar al rey enemigo
Cuando una persona aprende a j ugar al aje­ debe primero el jugador l ibrar una batalla para
drez, lo primero de que se entera es del valor dominar en efectivos al adversario o para
de las piezas. Sabe que un peón vale poco y anular la acción de los mismos, pues por me­
no cuida mayormente esos valiosos factores dio de amenazas directas nada se consigue, si
estratégicos de la partida. Cuida más los ca­ no se tiene la necesaria superioridad posicio­
bal los que los alfiles, porque teme los jaques nal.
dobles y goza enormemente cuando apl ica Esta es, en real idad, la médula del tema que
uno al rival. Las torres son motivo de mayor ahora tratamos, que es, asim ismo, el arte ínte­
preocupación, porque le queda grabado en el gro de la combinación de mate en casi todas
oído aquello de que valen mucho más que las las posiciones.
piezas menores, y cuida la dama con admira­ La entrega de material para ganar tiempos es
ble celo, quizá por una razón atávica, que el sacrificio heroico en procura de una victoria
impulsa al hombre a conservarla dentro y absoluta, que en el campo más peligroso y
fuera del aj edrez, y, además, porque no ignora complej o de la guerra a tantas páginas glorio­
que también en el humi lde ambular de los sas ha dado origen.
trebejos, en e l inanimado tablero, ésta tiene Veremos una serie de nuevos ej emplos del
una importancia capital. tema. Y comenzaremos con el final de la par­
El aj edrecista bisoño sabe del ajedrez casi tida que en el torneo de Nueva York de 1 924
exclusivamente el valor de las piezas. Tiene le ganó José Raú l Capablanca a Efim Bogol­
del j uego un concepto materialista, y en las j ubow.
partidas que disputa sólo le preocupa capturar Fue así:

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 37


En esta posición les correspondía j ugar a las E n esta situación las blancas tienen una típica
negras, que tienen ventaj a material, pero de­ posición de ataque por medio de sacrificio.
ben luchar contra un desagradable caballo Debe observarse que dos piezas negras nada
blanco en "c5" y ciertas amenazas sobre el hacen por cooperar en la lucha (caballo y torre
peón de "e6 " . La situación del rey blanco en de dama), y que es necesario anticiparse a la
una diagonal abierta y vulnerable por la dama répl ica . . . :Bh8. ¿Qué hacer? Pues especular
negra de "a7" da a Capablanca tema para una con la acción conjugada del alfil y la torre en
combinación. el punto "h7" y tratar de hal lar el sistema de
Interesa que el lector estudioso trate de ha­ darle juego al alfil por medio de un sacrificio
llarla por sus propios medios para ejercitar el en el punto "e6 " . La primera jugada es relati­
sentido de la combinación. vamente simple y trata de especular con la
La idea es la siguiente : especular con Ja situa­ fuerza del alfil de "c2". Se juega:
ción de Ja torre blanca de "e l " , sostenida por
una sola pieza, y en Ja ganancia de tiempo que 1 .gh7+! ©g8
significa colocar la dama negra con j aque en
"c4 " . No servía 1 . . . ©xh7 a causa de 2 .Wh5+ espe­
E s así: culando con que el peón de "g6" está clavado.
La jugada Wh5+ pone, además, una pieza
3 1 ... l!Jxd4! 32.cxd4 gsxc5 33.dxcS valiosa sobre el punto "g6", para realizar el
Wxc5+ sacrificio ganador, ya que después de 2 . . . 'itig8
3 . l!J xg6, con la amenaza de Wh 8 + + , y si
Seguido por . . . :Bxc 1 , etcétera. 3 . . .fxg6 4 .Wxg6+ ©h8 5.Wh 7 + + .
Como se observará, una combinación fácil,
pero que necesita, para concebirla en el mo­ 2.Wg4!
mento inicial de la misma, un sentido más o
menos profundo de los recursos que brindan Jugada hipócrita que amenaza \Wh4 , con mate
las ganancias de tiempo en las posiciones en pocas, y entrega " inocentemente" el peón
abiertas. de "d4", pero que oculta una combinación
ganadora en base a una definitiva ganancia de
Una interesante maniobra de ganancia de tiempo.
tiempo para dar mate nos la da la posición que
insertamos, y que se produj o en una partida 2 . . .Wxd4 3.l!Jxg61
que jugó e l ajedrecista alemán Ahues en una
sesión de simultáneas, y que mostramos en el Entrega Ja dama, pero ataca la dama rival y
diagrama siguiente : gana, ya que si 3 . . . Wxg4 4 . l!J e7 + + .

138 ROBERTO G. GRAU


En ambos casos la doble amenaza se ha trans­ 7 . . J�ea
formado en ganancia de tiempo fundamental
para lograr la victoria, y en ambos se ha de­ Esta j ugada responde al propósito de romper
mostrado que en las posiciones de ataque la las hostilidades en el centro, mediante . . . e5,
ganancia de tiempo es más valiosa que el pero la gravedad de las amenazas en el flanco
material y que las piezas valen por lo que rey impide la real ización del plan.
hacen y no por su mera existencia en el table­
ro. De lo que se demuestra que la superioridad 8 . h 5 ! c!Li x h 5 9.gxh5!
de material es falsa cuando no se ha tenido
tiempo de poner en acción los efectivos. Es instructivo el estilo con que Marshall abre
brechas sobre el enroque adversario antes que
Finalmente veamos una antigua y famosa las piezas negras puedan disponerse en la
partida de Marshall , en la que se produce una defensa convenientemente. El éxito del ataque
combinación elemental y típica de ganancia finca en la inmovil idad de la dama negra y del
de tiempos mediante sacrificios en la zona del alfil dama; en cambio, las blancas pueden
enroque, que comprometen al rey y di latan el acudir con todas sus fuerzas sobre el flanco
desarrollo del bando atacado. rey. Una típica lucha por el "tiempo" .

Apertura de Peón Dama (A46) 9 . . .g x h 5


Ostende, 1 907
Blancas: F. J. Marshall La posición era dificil, pero creemos que,
Negras: A. B um mediante 9 . e5, las negras hubieran obtenido
. .

mej ores perspectivas que con la jugada del


texto. Nunca deben aceptarse sacrificios de
1 .d4 c!Lif6 2.c!Lif3 d 6 3 . .if4
piezas del adversario cuando para e l lo sea
preciso debil itar el enroque y no se puede
Es ésta una de las formas lógicas de tratar con
transportar igual número de piezas a la defen­
las blancas la defensa Chigorin. Después del
sa que las de ataque enemigas.
éxito obtenido por Capablanca contra Reti en
Londres, se la consideró suficiente como para
1 0 . .ixh7+ ! 1
neutral izar los efectos de la defensa escogida
por Bum. Tiende a dificultar la jugada . . . e5.

3 ... c!Li bd7 4.e3 g6 5 . .id3 .ig7 6.c!Li bd2

Las blancas han desarrollado con lógica suma


el planteo. Las piezas están dispuestas armó­
nicamente en el dominio del centro.

6 . 0-0 7 . h 4
..

Iniciando u n a valiente demostración sobre el


enroque adversario, que marca el punto inicial
de una magnífica combinación. Quizá el negro
no se haya defendido de la mej or forma, pero Este segundo sacrificio destruye los últimos
no puede negarse que el plan iniciado por e l baluartes que protegen al rey negro y prueba
campeón norteamericano es d e l o s más racio­ las extraordinarias dotes de Marshall como
nales para intentar destruir el método de de­ jugador de combinación. Lo que sigue es de
fensa adoptado por el negro. gran importancia.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 39


1 0 . . . ©xh7 XXVI I I .- C Ó MO SE PROYECTAN LAS
COMBINACIONES
Esto favorece e l plan de las blancas. La jugada
1 O . . . Wf8 hubiera dado mayor resistencia, pero Es probable que muchos lectores observen la
era dificil prever la excelente maniobra que identidad de algunos de los temas que estamos
sigue. tratando y l leguen a la conclusión de que, en
realidad, son distintas denominaciones de un
1 1 . � g S+ ©g6 mismo aspecto del aj edrez.
De esta suerte los temas como el valor de las
Si 1 1 . . . ©g8 las blancas ganan mediante piezas, de la doble amenaza, de los ataques
1 2 .Wxh 5 �f6 1 3.Wxf7+ © h 8 1 4 .0-0-0 ! , dobles al enroque y de la ganancia de tiempo
etcétera. en el medio juego parecen efectivamente
distintas denominaciones del m ismo, ya que
1 2 .�df3 ! hasta idénticos ej emplos sirven en algunos
casos para ilustrar lo que se pretende demos­
Esta simple y elegante maniobra basta para trar.
evitar que el caballo negro contribuya desde e l Pero si se suti liza un poco, observará el lector
escaque f6 a la defensa de su monarca y
" "
que no es así, puesto que, si todos entran en el
obliga a éste a continuar con su penosa pere­ terreno de los temas de combinación, ofrecen
grinación. diferencias apreciables. Además, para cincelar
Es simple observar que las blancas, con una bien en la mente del aj edrecista estudioso los
torre menos, poseen superioridad en la zona detalles más típicos del j uego de combinación,
atacada. se hace necesario separar perfectamente las
distintas fami lias de combinaciones en el
1 2 . . . es medio juego.
Sabemos que la base de toda combinación es
Ú nica. Las blancas amenazaban 1 3 . � h4 + , el mej or desarrol lo, pero no siempre el rápido
con mate en tres como máximo. desenvolvimiento de las piezas permite l levar
a cabo combinaciones ganadoras, y, en cam­
1 3. � h4+ ©f6 1 4. � h7+ ©e7 bio, hay muchas posiciones en las que se hace
posible ganar por ataque, mediante sacrificios,
Otra vez única. S i 1 4 . . . ©e6 1 5 .d5+ ©e7 y otras en las que gana quien está peor desa­
1 6 .�f5+ + . rrollado pero en lugar de ello tiene mej or
ordenadas las pocas piezas que se hallan en
1 5.�fS+ ©e6 1 6 . � xg7+ j uego.
El tema actual abarca algo de todas estas co­
Una captura que resulta imprescindible para la sas. Se trata de poner en evidencia cómo se
normal realización del ingenioso p lan trazado, hace técnicamente para ganar tiempos en las
pues tiende a evitar que el alfil domine en posiciones abiertas y la fuerza del sacrificio
cierto momento la casilla "d4" y evite un para eliminar, mediante este heroico remedio,
mate. obstáculos que se oponen a la victoria. Es
claro que estas combinaciones se rematan
1 6 . . . ©e7 1 7 .�fS+ We6 1 8.dS+I @xfS muchas veces con dobles o con líneas abier­
1 9 .WxhS+ ©e4 20.0-0-0 tas, es decir, se aj ustan a otras fami lias de
temas de combinación que ya hemos tratado ,
_
Las negras abandonaron, pues las últimas pero no poseen necesariamente esas caracte­
jugadas han sido forzadas y el mate en una, rísticas, y sí, en cambio, se distinguen por la
por medio de f3, es inevitable. Si 20 . . . exf4 imprescindible ganancia de tiempos para l le­
2 1 .E:d4 mate. var a cabo el ataque.

1 40 ROBERTO G. GRAU
PEOR POSICI ÓN, PERO RECURSO cía directa de tiempo para j ustificar la victoria
TÁCTICO SALVADOR blanca? Ninguna. Pero, en cambio, existe un
detalle interesante de ser atrapado, y típico en
Veamos e l primer ej emplo, muy i lustrativo. estas posiciones. El detalle es que si se logra ir
Se trata de una ganancia de tiempo por medio con la dama a "h5" sin el pel igro de un mate,
de un sacrificio que aparentemente no mej ora existe la fuerte amenaza de \Wf7 +. Esta ame­
el desarrollo ni empeora la situación del rey. naza sería mucho más fuerte aún si el peón
Lo que busca el sacrificio que ahora veremos "f5 " careciera del sostén del alfil de "e4", por
es simplemente evitar una combinación rival y cuanto se amenazaría a la vez \Wxf5 + .
quitar un alfil contrario del sostén de un im­ L o q u e perj udica para el análisis es el detalle
portante peón. La posición es como sigue: de que el rey blanco, cuando reciba j aque en
"h 1 ", debe ir a "g3 " y ponerse baj o los fuegos
del j aque de dama en "c3 " . El ideal sería poder
ir a "g2", pero está el fuerte alfil negro de
"e4", que anula ese cuadro. Si pudiéramos
jugar 2 .!!g2 , se habría contrarrestado la ame­
naza por la fuerza de la continuación !!g7+ ,
pero el alfil anula esa casilla d e la torre.
Pero conocemos el tema de las piezas sobre­
cargadas, y sin querer hemos planteado el
problema en sus verdaderos términos y esbo­
zado el principio de solución: si el alfil debe
sostener el peón de "f5 " , mal puede tomar la
casilla "g2 " . Por otra parte, el jugar contra
2 .l:'!g2 �xg2 permite que luego de 3.\Wh5 si
En esta posición jugaban las negras, que tie­ 3 ... !!h 1 + se siga con 4 . ©xg2 , desde donde
nen aparentemente mej or colocación. Pero se ataca la atrevida torre negra, con lo que esta­
trata de una situación abierta, en la que siem­ mos en presencia de un recurso táctico salva­
pre hay contraj uego, por lo que es necesario dor. Y como la dama sólo puede dar j aque
proceder con suma prudencia en todos los sosten iendo al par una torre agredida por el
casos. Estos tipos de posición se prestan poco rey, si logra colocarse en una diagonal que
a raciocinios estratégicos y, en cambio, exal­ tenga por base la torre atacada (en este caso el
tan a primer plano la fuerza táctica del j uga­ j aque debía ser en "e4"), se observa que sólo
dor. Juega mejor quien anal iza mej or, ya que puede recurrir al desagradable recurso del
todo está supeditado al arte de hallar jugadas y j aque si sacrifica la torre, con lo que quedará
detalles imposibles de tener en cuenta en un con una pieza menos. La partida se gana,
plan estratégico general. pues, con :
Las negras, que dominan una l ínea abierta y
observan un punto neurálgico para atacar al 1 . . g b 1 2.gg2 ixg2 3.\Wh 5 g h 1 + 4.©xg2
.

rey enemigo en " h l ", juegan 1 . . .!!b 1 con esa \Wb2+


fuerte amenaza. Aparentemente las blancas
tienen pocas j ugadas capaces de evitar esta No 4 . . . \Wf8 por 5.\Wxf5+ 'itig8 6 .\Wg6 + , y
desagradable situación, ya que si juegan 2 . fü1 mate a la siguiente.
seguiría 2 . . . !!b2, ganando la dama, y si
2.\Wh 5 , entonces 2 . . . !!h 1 + , seguido de 5.'itixh 1 \Wc1 + 6.©g2 \Wd 2+ 7 . ©f1 \Wxf4+
. . . \Wxc3+ y mate a la siguiente. 8 .@e2
¿Hay en esta posición alguna razón de mejor
desarrollo o de sacrificio para sacar el rey Y e l rey se colocará en "b3 " para salir de los
negro de su guarnecida situación, o de ganan- j aques, y luego la victoria blanca será senci lla.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 141


C Ó MO SE GANA UN TIEMPO con el sufrimiento de ver tan cerca el triunfo y
sentirse derrotado, abandonando inmediata­
Veremos ahora otra posición, en la que se mente.
lucha por ganar un tiempo necesario para Si no quiere hacerlo y prefiere morir, pero en
vencer, ya que el que triunfa debe actuar baj o seguida, le queda el recurso de ir a " fl " para
la desagradable amenaza d e u n mate. L a posi­ que le den mate con . . . Wh 1 + + .
ción es la siguiente :
EL SACRIFICIO T Í PICO

Muy parecido es el recurso de ganancia de


tiempo que se produj o en la partida que j ugó
Rellstab en una sesión de simu ltáneas de Ber­
lín.
Se l legó a lo siguiente :

En esta posición j uegan las negras. Están


amenazadas de W!f8 + , seguido si . . . @g6 de
Wlg2+ y luego W!xh 7 + + . ¿Cómo hacer para
evitar la amenaza y ganar con los peones? De
ninguna manera, pues esto no es posible. Hay,
pues, que ver si es factible ganar entonces por
medio de un contraataque. Lo primero que se
observa es que de no existir el peón negro de En esta posición jugaban las blancas, que,
"c2" se ganaría por la fuerza de la torre negra llenas de optimismo, trataron de dar mate
al atacar al peón "f' blanco. Esta sola obser­ mediante la fuerte agresión que nace de:
vación basta para hallar la man iobra para
eliminar al peón negro que se opone a la ac­ 1 .ge1
ción de la torre. Se produce mediante el gene­
roso recurso de la ganancia de tiempo. Se No existe, en apariencia, manera de evitar el
gana con : mate 2 .Wxg7++, pero existe el recurso del
sacrificio y la ganancia de tiempo. Si no estu­
1 . . .Wh 1 + 2 . @x h 1 c 1 W+ 3.©g2 Wc6+ viera el alfil en "d l " habría mate mediante
. . . l:'!d 1 .
Para ganar, las negras han necesitado trans­ Surge entonces la idea de ganar un tiempo
formar el peón de séptima (segunda) en dama merced a la entrega de la dama, para ocupar la
mediante una serie de j aques. gran diagonal con el alfil con un j aque y poder
Ahora e l monarca de las blancas está con el colocar la torre en "d l " .
terrible di lema de ir a la casilla "h2" para que S e gana con :
le den mate mediante el movimiento . . . l:'!xf2 ,
o acudir al punto "g l ", lo que permitiría el 1 . . . Wh 1 + 2.©x h 1 if3+ 3 . © g 1 gd 1 +
mate un poco más oculto de . . l:'!b 1 + , seguido
.

de l:'!h 1 o bien de . Wh 1 mate, o, lo que


. . . . . Con mate a la siguiente.
posiblemente sea mej or, acabar de una vez Una maniobra típica de ganancia de tiempo.

1 42 ROBERTO G. GRAU
LA VICTORIA DE TORRE SOB RE XXIX.- LOS PELIGROS DEL E RROR EN
LASKER LA COMBINACI ÓN

Finalmente podemos citar el desenlace de la La combinación es un recurso heroico del


famosa partida entre Carlos Torre y el Dr. aj edrez que suele dar lugar a partidas notables
Emmanuel Lasker en el torneo de Moscú de y a comentarios colmados de adj etivos, pero
1 92 5 . también a una serie de amargas desilusiones.
E n ella, el extraordinario maestro mej icano, a l Cuando un aj edrecista se equivoca en el curso
que una precaria salud le impidió llegar a las de una partida, el error suele tener una impor­
más altas s ituaciones de nuestro juego, logró tancia relativa si se trata de alguna movida
la victoria por medio de una serie de ganan­ realizada detrás de la propia cadena de peo­
cias de tiempo típicas, simples, pero muy nes. Pero si el error se produce luego de efec­
ingeniosas. tuar un sacrificio, o la entrega de pieza efec­
La posición era la siguiente : tuada es falsa, nada resta para hacer y la de­
rrota por falta de material es inevitable.
Esto indica que debe meditarse pro l ij amente
cada vez que un jugador intenta una combina­
ción que supone ganadora y que nunca se
debe dej ar l ibrado el éxito a la primera impre­
sión. Cuando se ha entregado material debe
suponerse que el rival puede devolver parte de
lo conquistado para evitar la derrota y deben
sumarse los efectivos restantes, para ver si del
sacrificio y del contra-sacrificio no queda
algún saldo desfavorable.
Numerosas son las partidas maestras que
podrían comentarse para explicar la verdad de
esta afirmación, pero más prudente resulta
La s ituación de la dama negra sin sostén y la mostrar primero algunos ej emplos típicos
amenaza de .if6 para realizar una serie de sobre victorias malogradas por exceso de
j aques que especulen con el único movim iento optimismo.
del rey negro, que suele producirse en este
tipo de agresiones de torre y alfil, dan a Torre DOS BUENOS EJEMPLOS
la victoria.
Ganó con la maniobra que sigue, más gran­ Veamos el primer caso :
diosa y espectacular que profunda:

25 ..if6 'i;Yxh 5 26 .gxg7+ © h 8 27.gxf7+

La idea de la combinación es jugar :B:g5+,


recobrando la dama, pero antes las blancas
hacen una "barrida" de efectivos negros, espe­
culando con la pobreza de recursos del rey
negro.

21 . . . @ga 2s.gg1+ © h a 29 .gxb7+ ©gs


3o.g91+ ©ha 3 1 _ggs+

Y se gana la dama con amp lia ventaj a.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 43


En esta posición j ugaban las blancas, que Este cambio imprevisto de la situación y esta
conducía el maestro Ahues, después de reali­ inesperada derrota son sólo hij os del optimis­
zar una combinación basada en el sacrificio de mo de las negras, que j ugaron guiadas por el
dos piezas. Cree que ahora debe ganar, pues deseo de simplificar y no profundizar mayor­
no se ve répl ica satisfactoria contra la j ugada mente la posición. Tanto más grave es el he­
1 .Wxf6 , y que si 1 . . .gxf6 sigue 2.E:g3+ y cho si se considera que el final se produj o
luego �xf6 + + . La única j ugada que parece entre jugadores d e primera categoría d e A le­
posible es 1 . . . We 1 + , para seguir, si 2 . W h 2 , mania.
con 2 . . . Wxc3 y quedar con torre y a l fi l a
cambio de la dama. EXCESO DE CONFIANZA
Pero Ahues no reparó en que su adversario
dispone de una maniobra ingeniosa para sal­ También exceso de confianza revela la com­
var la partida, precisamente en mérito a la binación que se produj o en la partida de
ventaja de material que posee, y contra Schlage con Helling, en el torneo de maestros
1 .Wxf6 siguió con 1 . . . Wg4 ! , que evita el mate de Berlín de 1 932. Se l legó a la posición que
en "g7", amenaza a la vez mate en "g2 " , y si sigue:
2 . hxg4 sigue 2 ... gxf6 , con amp l ia ventaja
para ganar la partida.

El optimismo cegó también a las negras en la


posición que se muestra inmediatamente :

A primera vista parece que las negras consi­


guen un final muy favorable luego de la j uga-
da 1 . . . lbxc3, pues si 2 . axb4 sigue 2 . . . 4J xe2 ,
y después de 3 . 'it>xe2 , entonces 3 . . . ixe5 ,
seguido d e . . . E:d4 .
Las negras tienen la partida ganada por la Pero hay un recurso de j aque intermedio que
calidad de ventaj a y la situación del caballo en asigna a las blancas la mej or partida luego de
"f6", que no tiene retirada alguna. En el deseo 1 . . . 4J xc3 2 .ixf7+! ©xf7 (si 2 . . . ©h8 enton­
de l iquidar la posición lo más rápido posible ces 3.�xg7+ ©xg7 4 .We5 + , y luego axb4)
optan por eludir e l j aque actual proponiendo el 3.Wf3+ y luego axb4.
cambio de damas y j uegan 1 . . . Wg5+ que
parece decisivo. Pero hay una répl ica que No pretendemos manifestar que éstas sean
permite a las blancas ganar de ingeniosa ma­ combinaciones notables ni mucho menos,
nera y es mediante el imprevisto j aque de pero, por el contrario, resultan tan simples y
2 . 4J g4+ que especula con la necesidad que aleccionadoras, que se hace necesario tenerlas
tiene el rey negro de sostener la dama de "g5 " . siempre presentes, pues suelen dar al traste
Si el rey s e mueve, s e pierde la dama, y si con los mej ores proyectos. Que también en
2 ... hxg4 entonces 3 . E:h 1 + ganando la dama y ajedrez el optimismo ciego tiene sus desagra­
la partida. dables derivados.

1 44 ROBERTO G. GRAU
UNA OBRA MAESTRA 4 . . . d 5 5.d4

Finalmente veamos una partida completa, Esto es un error de concepción. Lo j usto sería
corta y bonita, en la que se destaca algún 5.e3. Es interesante observar ahora cómo
detalle valioso de sacrificio intermedio para Schlechter desmorona la posición artificial de
crear una posición de mate, mediante j aques y las blancas.
sacrificios de desviación de las piezas activas
del adversario. 5 . . .'ªa5+ 6 . lü c 3 lüe4 7 .'ªd 3 cxd4 8 .'ªxd4
.tes
Apertura Sokolsky (AOO)
Viena, 1 895 Se inicia ahora una bri llante combinación que
B lancas: M. Fleissig recuerda, por sus características, a la " I nmor­
Negras: K. Schlechter tal " de Anderssen. Aconsej amos al aficionado
que, abandonando el tan común deseo de
sorber de un golpe toda la belleza de una
1 . b4
combinación como la que se in icia, observe
con detenimiento las j ugadas que siguen.
Apertura original en extremo, que, si puede
aceptarse como " snobismo" , no puede acon­ 9 .'ªxg7 .ixf2+ 1 0 . @ d 1 d41 1
sej arse al aficionado estudioso. Se trata de una
de las tantas formas de sorprender al rival, que
a veces dan sus frutos, por cuanto el negro,
aluci nado por las deficiencias técnicas de la
misma, trata de obtener una victoria demasia­
do rápida sin observar que el hecho de que el
adversario cometa una falta de lógica en el
planteo no j ustifica un ataque prematuro. Sólo
debe tratarse de obtener pacientes ventaj as
estratégicas, que hagan de esta j ugada el ori­
gen de una maniobra tendente a asegurarse las
mej ores posibi lidades en el final .
En la actualidad se ha l legado a considerar
esta maniobra, eficaz en algunas posiciones,
como un medio de cooperar en un plan deter­ Schlechter comienza una sucesión de sacrifi­
minado, y no como un fin estratégico de una cios, con e l solo obj eto de alej ar la dama de la
apertura. En las aperturas debe jugarse siem­ zona de la ofensiva y ganar tiempos. Repeti­
pre con un plan determinado: ya el dominio mos: e l "tiempo" es superior a la "fuerza" en
del centro, como pregonan los hipermodernos, las posiciones de ataque. Cuando se conduce
o la posesión del mismo, como sostienen los la ofensiva y se cuenta con superioridad de
clásicos; pero nunca dan frutos reales los fuerzas atacantes, no debe titubearse en entre­
planes extemporáneos. gar piezas alej adas del radio de acción del
ataque. A medida que el adversario las captu­
1 . . . e6 2 . .ib2 lüf6 3.a3 c5 4.b5 re, irá aumentando, por lógica, la eficiencia de
las piezas que cooperan en la acción final. En
Si 4 . bxc5 .ixc5 , seguido de · · ·'ªb6. Si 4.c3 el presente caso, e l blanco, a medida que
seguiría 4 . . . c4 , y e l alfil quedaría b loqueado, captura p iezas, no hace nada por su pobre rey,
amén de las otras deficiencias. Nos referimos y las negras sólo prosiguen orientadas hacia el
sólo al alfil; por él es toda la j ustificación de ataque. Cada pieza perdida en esas condicio­
la apertura blanca. nes es un tiempo decisivo ganado.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 45


1 1 .WxhB+ ©e7 1 2 .WxcB

Triste necesidad. Ante la evidencia de que es


imposible oponer una resistencia feliz al ata­
que negro, el blanco se contenta con obtener
material de ventaja, esperando lo imprevisto.

1 2 . . . dxc3 1 3 . .ic1 lLi d 7 !

Del iciosa j ugada, cuya agudeza y objeto estri­


ba en alej ar aún más la dama de la zona acti­
va. Esto confirma un elemental principio, que
no es inoficioso repetir: la superioridad estra­
tégica en el juego abierto es preferible a la
superioridad material. Un fin táctico, espe­ 1 7 .ixe3 lLif2 ! !
cialmente en las posiciones de ataque, justifica
cualquier sacrificio. ¡ Estupendo ! Las blancas abandonaron.
Si 1 8 .�xf2 seguiría 1 8 . . . %Vd2+ 1 9 . ©b 1
1 4.WxaB Wd 1 + 20. 'kt>a2 Wxc2 + + . S i 1 8 . © b 1 Wb5 + ,
y mate a l a próxima.
Tan mala como cualquier otra j ugada. Vea­ Partida que subyuga por la energía de que
mos: Si 1 4 .Wfc4 :!'!d8 1 5 .Wlb4+ lL! d cS+ hace gala el malogrado maestro vienés y por
1 6 .�d2 :!'!xd 2+ 1 7 . 'tt> c 1 :!'!d 1 + 1 8 . 'kt>xd 1 la bri llantez con que la remata. A no mediar
Wd8+ 1 9 . © c 1 Wd2 + 2 0 . © b 1 Wd 1 + los graves defectos de la apertura del blanco,
2 1 . 'tt> a 2 Wxc2 + y mate a la siguiente. Si: merecería ser considerada como una singular
1 4 .Wlxb? :!'!d8 y luego . . . lL! ecS y . . . lL!eS+, j oya del aj edrez.
con la victoria de las negras. En cambio, la
jugada del texto tiene la virtud de permitimos XXX.- C Ó MO SE RAZONA EN AJEDREZ
presenciar una combinación encantadora e
impresionante. Que el aj edrecista debe ser desconfiado es una
añej a verdad. "Nada hay que engañe más que
1 4 . . . WxbS 1 5.i.f4 las jugadas naturales", dij o una vez lumino­
samente Reti, y esto es una verdad incuestio­
Tampoco salvaba la partida 1 5. lL!f3 , a causa nable. Los j ugadores sucumben por su abso­
de 1 5 . . . Wd S + ! 1 6 .�d2 cxd2 1 7 . c4 lL! c3+ luta confianza en ciertos detalles rutinarios, y
1 8 . 'tt> c 2 d 1 W+ 1 9 . füd 1 Wxd 1 + 20. 'kt>xc3 a menudo no observan m inúsculas jugadas
Wc 1 + 2 1 . 'kt> b 3 lL!c5+, y mate en dos jugadas. que dan al traste con la lógica y el raciocinio.
Apoderarse de una línea abierta con una pieza
1 5 . . . Wd S+ 1 6.'kt>c1 i.e3+! es un consej o técnico sanchopancesco, una
verdad de a puño. Pero a menudo las partidas
Un final de primera agua. Obsérvese cómo se se pierden en real idad por apoderarse de una
opera en las posiciones de ataque. El verdade­ línea abierta y ganar aparentemente un tiem­
ro punto por donde el negro puede rematar es po.
la casilla "d2 " , que, de no existir el alfil, per­ Es prudente apoderarse de una columna
mitiría dar mate en tres j ugadas. Lo que debe abierta dando jaque o atacando a la dama,
hacerse en esos casos es eliminar por cual­ pero siempre que el rival no mej ore la situa­
quier medio la pieza que impide la real ización ción de su rey o no gane a su vez un tiempo
del plan. Schlechter encuentra un procedi­ valioso con la dama. A menudo es más im­
miento admirable y matemático. portante mantener la amenaza de apoderarse

1 46 ROBERTO G. GRAU
de una columna abierta que hacerlo, igual que menos disponen de un ataque poderoso. Ame­
dar j aque por el placer de agredir al rey es un nazan Wfxf7+ y el noventa por ciento de los
concepto elemental y erróneo que causa mu­ j ugadores efectuarían esta j ugada a la espera
chos sinsabores a los aficionados bisoños. Los de hallar luego una forma de ganar la partida.
jaques tienen un poder de atracción enorme, Este recurso se posee siempre. ¿Por qué en­
son el canto de la sirena del ajedrez y debe tonces no buscar otra posibilidad de victoria?
desconfiarse de ellos, pues sólo son buenos El rey negro puede huir a "d6" y la j ugada c5
cuando tienen una finalidad más elevada que de las blancas podría impedir esta retirada.
el darlos. A menudo un j aque de reservas es Se objetará que nadie sostiene este peón, que
una posibilidad magnífica para salvar la parti­ puede ser capturado por la dama de "b6", pero
da, o para ganar un tiempo en la defensa. enseguida se observa que cuando el rey esté
Todo esto quiere decir que debe jugarse siem­ en "d6" puede haber un j aque de caballo en
pre con un plan y con raciocinio, y que reali­ "e4" amparado en el hecho de que el peón de
zar una jugada por la atracción propia de la "d5 " queda clavado por la torre de "d 1 " Y el
m isma, o porque se ataca una pieza, o porque caballo desde "e4" dará doble, porque atacará
se amenaza un doble, o porque es posible que simultáneamente al rey en "d6" y a la dama en
el rival se equivoque, no es jugar al aj edrez. "c5 " . Quiere esto decir que por medio de ju­
Jugar al aj edrez no es mover las piezas, de la gadas lógicas hemos hallado el camino más
misma manera que pintar no es tomar los fácil de la victoria. ¿Qué razones nos impulsa­
pinceles y manchar una tela. Jugar al aj edrez ron a esa maniobra? Pues una muy lógica que
es poner en marcha el cerebro en una activi­ es un principio irrebatible en ajedrez. Debe
dad que recrea, pero que obl iga a un proceso tratarse de efectuar jugadas que limiten las
mental armónico y lógico. Que más que un réplicas del adversario. En este caso sólo
j uego, el aj edrez es un monumento de lógica y había dos que tenían esa virtud : o 1 .Wfxf7+,
de raciocinio. que perm itía la huida del rey sin castigarla
rápidamente, o 1 .c5, que atacaba la dama y
EL PORQU É DE LA COMBINACI ÓN amenazaba mate y obl igaba a colocar la dama
bajo los fuegos de un doble. Quiere esto decir
Veamos una combinación simple y observe­ que cualquier j ugador con un adarme de senti­
mos lo fácil que resulta concebirla si el j uga­ do común, con sólo proponérselo, habría ha­
dor posee un elemental concepto de la forma l lado la simple combinación.
de raciociniar en ajedrez. Examinemos la
situación que se ha planteado en esta partida. UN MODELO DE BOGOLJUBOW

Ahora veremos una partida donde la notable


combinación que la anima es sólo un mo­
mento de lógica.

Defensa Francesa (C l 3)
Estocolmo, 1 9 1 9
Blancas: E . Bogoljubow
Negras: R. Sp ie lmann

1 .e4 e6 2.d4 d5 3 . lli c3 llif6 4 . .ig5 .ie7


5.e5 llifd7 6 . h 4

En esta posición j uegan las blancas, que tie­ El Ataque C hatard. Esta continuación se ca­
nen la partida ganada. A cambio de una pieza racteriza por la audacia y la original idad.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 47


El objeto es abrir, a costa de un peón, l íneas con la dama a " f8 " , obligándola a desempeñar
de ataque sobre el flanco débi l de las negras una misión no muy apropiada para una pieza
en la Defensa Francesa. de su valor.
Una línea abierta sobre el flanco débil del Esto contribuye a que se vigorice automáti­
enemigo compensa sobradamente el sacrificio camente el ataque de las blancas, cuyas p iezas
de un peón en todas las posiciones. han de ganar en efectividad a medida que las
adversarias se vean obligadas, para neutralizar
6 . . . ixg 5 en parte la ofensiva enemiga, a restringirse en
sus movimientos. En esta forma se va convir­
Aceptando la oferta del adversario. S i bien tiendo una posición de ataque en una posición
esta jugada representa la ganancia de un peón, netamente ganadora.
faci lita notablemente e l desarrollo de las pie­
zas enem igas, que comienzan a actuar eficaz­ 1 4 . . . WffS
mente sobre el flanco rey de las negras, ver­
dadero punto vulnerable que ofrece la Defensa La mej or defensa. Si 1 4 . . . lll c4 , Bogolj ubow
Francesa, multipl icado en la presente variante sugiere 1 5 . .ixc4 , y si 1 5 . . . Wfxc4 1 6 . lll fxdS
por la situación de la torre blanca, que domina exd5 1 7 . lll xdS .if5 1 8 . lll f6+ i>f8 ( 1 8 . . . 'it>e?
el punto "h7", al extremo de restar a las negras 1 9 .Wfa3+ y mate en dos) 1 9 .!!d8+ 'it>e7
la posibilidad de enrocar por ese flanco. ( 1 9 . . . 'it>g? 20.!!g8+ füg8 2 1 .!!xh?+ 'it>f8
Permitir que el adversario obtenga una línea 22 .Wfa3+ y mate a la siguiente) 2 0 . lll dS+ ! !
abierta en el ala donde posee mayor espacio 'it>xd8 2 1 .WfgS+, etcétera.
para accionar equivale a un suicidio.
1 5.ie41
7.hxg5 Wfxg 5 8 . c!li h 3 Wfe7 9 .Wfg4 g6
1 0 . .!lif4 a6

Hubiéramos preferido 1 O . . . lll c6, atacando los


peones centrales. La j ugada del texto permite
que las blancas prosigan desarrollando sin
dificultad alguna su p lan de ataque.
No nos cansaremos de repetir que la única
forma de neutralizar un ataque cuando no es
posible defenderse con igual número de fuer­
zas de las atacantes, radica en contraatacar
vigorosamente sobre algún punto importante
del frente enemigo.
En esta forma se logrará hacer abortar la ofen­
siva adversaria. Ingenioso sacrifico de alfi l que imprime a esta
partida especial atractivo y pone en evidencia
1 1 .0-0-0 c5 1 2.Wg3 c!li b6 las bril lantes dotes del gran ajedrecista ucra­
niano, sin duda uno de los maestros de más
Se amenazaba 1 3 . lll fxd S exd5 1 4 . .!lixdS lucido estilo de juego.
Wfd8 1 5 . e 6 , etcétera. El peón "d5" está dominando no sólo la casilla
"e4", impidiendo así que e l caballo entre a
1 3.dxcS Wfxc 5 1 4.id3 dominar los puntos débiles vitales "d6" y "f6",
sino que obstruye la acción de la torre en el
La posición del negro se toma desesperante. dominio de la columna central.
Es necesario ahora contrarrestar la amenaza Ahora, por defender el ala izquierda, las ne­
lll xg6 , y para ello las negras deben retirarse gras han debilitado considerablemente e l cen-

148 ROBERTO G. GRAU


tro y, una vez localizado el rey negro en su ahora resta es por demás simple y no necesita
casilla inicial, por e l dominio de la columna comentario.
"h" que hace imposible un enroque salvador,
las blancas orientan sus esfuerzos sobre la 25.gdxdSI 26.gxdS ixd S
zona débil, amenazando sacrificar el alfil por 27 .'\Wc8++
el peón "d" y definir la lucha.
El sacrificio es el medio que debe emplearse Una partida movida en extremo, en la que el
para desmoronar la posición cuando se ha fuerte maestro ucranio hace derroche de inge­
reducido la acción de las piezas enemigas. La nio.
columna "d" no ofrece más resistencia que el
peón. Debe eliminarse a cualquier precio. XXXI.- DIFERENCIA ENTRE EL
MAESTRO Y EL AFICIONADO
1 5 ... dxe4 1 6. c!Li xe4 c!LJ8d7 1 7 .'!Wc3
En cierta oportunidad le preguntaron al Dr.
Según Reti, el más fino movimiento de toda la Lasker cuál era la diferencia entre un maestro
partida. Las negras no tienen réplica satisfac­ y un buen aficionado. El entonces campeón
toria. del mundo replicó: " La diferencia entre un
maestro y un buen aficionado no radica preci­
1 7 . . . We7 1 8 .c!lif6+ c!Li xf6 samente en lo más fundamental. El buen afi­
cionado tiene a menudo un gran concepto del
Si 1 8 . . . c;f;¡fB 1 9 . lll xh7+ ©g7 20.c!li h5+ gxh5 ajedrez, posee e l sentido cabal de la estratégia
2 1 . Wg3+ © h 6 22 .füh5+, etcétera. y en l íneas generales ve igual que un maestro.
Sabe dónde está un punto débil y cómo debe
1 9 .exf6 '\Wf8 20 .'!Wc7 c!Lid7 2 1 . c!li d S ! exdS planearse la maniobra ganadora. Pero se equi­
voca en la concatenación de las j ugadas. Las
Si 21 . . . Wc5 22 .Wxc5 c!Li xc5 2 3 . c!li c7+ ©ta traspone y malogra oportunidades valiosísi-
24.l:!d 8 + + . mas " .
D e lo que s e deduce que l a diferencia está más
22.g h e 1 + c!LieS 23 .gxeS+ i e 6 24. © b 1 en la táctica que en la estrategia. Un aficiona­
do de primera fuerza o un maestro débil tienen
Si 2 4 . l:!dxd5 Wh6+, seguido d e . . . 0-0 , y las el sentido de la posición, pero "ven mal y se
negras tendrían buenas l íneas de defensa. equivocan " . De ahí el permanente debatirse en
Resulta ésta una jugada simple una vez expli­ lamentos que sigue a toda partida de aj edrez.
cada su finalidad. Empero, la omisión de esta El "tuve la partida ganada" es casi siempre
clase de j ugadas intermedias, como las deno­ una verdad, pero también es cierto que quien
mina gráficamente Tartakower, es causa de con frecuencia repite lo mismo, alimenta una
numerosos resultados imprevistos. En todo sospechosa costumbre de equivocarse, de la
momento, aun en posiciones netamente gana­ que no debe culparse al aj edrez ni al azar. Es
doras como ésta, deben estudiarse las réplicas prueba de que sufre una falla ajedrecística,
adversarias. Un j aque oportuno puede salvar que es la que en realidad le impide jugar me­
una situación angustiosa; en consecuencia, a j or, por lo cual bien haría en tratar se subsa­
ellos debe dedicarse la mayor atención. narla en lugar de protestar contra el adversario
que tuvo la fortuna de medirse con un rival
que se equivoca tanto . . .
El profesor Ricardo Reti opinaba, e n cambio,
Este movi miento tiende a proteger el peón que el secreto de la diferencia está en el mej or
"d5 " . 24 . . . '!Wb4 hubiera sido malo, a causa de concepto de la estrategia del juego y en su
la répl ica blanca 25.a3, que habría obligado a mayor dominio del planteo de todas las posi­
la dama adversaria a retomar a " f8 " . Lo que ciones. Y nosotros agregaríamos que la supe-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 49


rioridad está en cada uno de los detalles técni­ s .gxd4 %lixf2++
cos del ajedrez, pero que en gran parte radica
en la precisión matemática para descubrir las El secreto de la victoria ha estado en convertir
jugadas intermedias de toda combinación, que el sistema de jaques en una maniobra para
son en real idad la llave maestra del éxito. eliminar el poderoso alfil de "d4 " .

UNA VICTORIA DE COLLE EL JAQUE INTERMEDIO

En el torneo de San Remo de 1 929, el cam­ Un nuevo ejemplo interesante sobre e l m ismo
peón belga Edgard Coite, con negras, le ganó tema lo ofrece la siguiente posición:
una magnífica partida a Bogoljubow. Se l legó
a la siguiente posición:

Las blancas tienen calidad de ventaj a y si les


correspondiera jugar ganarían mediante %lic8+
Juegan las negras, que tienen amenazada una y luego gd7+. Pero juegan las negras, que
torre y no pueden capturar la torre de "b2" por saben que su único recurso rad ica en la posi­
la amenaza de %lie8 + , seguido de %lih8++. ble fuerza del peón de "e3 " , ahora inocuo por
Hay que explotar, pues, la situac ión precaria la posibil idad de contenerlo por medio de
del rey blanco antes que el blanco reaccione. @f2 . Hay, pues, que valorizar ese peón, única
Existe una situación típica de mate por medio esperanza de victoria, y la posibil idad de lo­
de la maniobra combinada del alfil y la dama grarlo radica en realizar una j ugada intermedia
sobre el rey blanco, que no puede huir a " fl " que perm ite luego cambiar las damas para
porque la dama domina esa vía. Pero hay un seguir con . . . e2. Surge entonces con meridia­
obstáculo para dar el mate típico de 1 . . . .ih2+ na claridad el movimiento 1 . . . .ih2+, ya que si
2 . © h 1 .ig3+ 3 . @ g 1 %lih2 + , y es que luego 2 . @f1 , seguiría 2 . . . %lif6+ y luego . . . %lif2 + + , y
de 4 . @f1 no puede seguirse con 4 . . . gxf2 + , si en cambio 2 . ©xh2, entonces 2 . . . %lixd 7 ,
porque el peón está sostenido por el a l fi l de seguido, si 3.gxd 7 , d e 3 . . . e2, coronando e l
"d4" y la torre de "b2 " . Hay, pues, que buscar peón.
una maniobra que permita capturar el fuerte
alfil de "d4" y ésta se produce por medio de la LA OPINI ÓN DE RETI
siguiente j ugada intermedia:
Pero bueno es que mostremos de qué manera
1 . . . J.h2+ 2 . c;ti h 1 J.eS+I 3.c;tig 1 %lih2+ el profesor Reti considera el aj edrez que prac­
4.©f1 J.xd4 tican los aficionados en comparación al de los
maestros. Y para hacerlo, nada mejor que
Amenaza . . %lixf2 + + , y s i 5 . gxe2 s igue
. reproducir los comentarios que le sugirió la
5 . . . %lih 1 ++ . partida que en 1 925 disputó en Río de Janeiro

1 50 ROBERTO G. GRAU
junto con Luis Vianna contra el Dr. Barbosa compañero era aquí 7 . . . e5, para impedir
D'Ol iveira y Marcelo Kiss, aj edrecista húnga­ 8 . d 4 . Sin embargo, ella hubiera sido mala
ro radicado hace muchos años en Brasil. La desde el punto de vista de la posición, espe­
partida, por otra parte muy instructiva, prueba cialmente por ser contraria a los principios de
lo pel igroso que es dejarse arrastrar por com­ la escuela ultramodema, de no llevar al centro
binaciones ganadoras, aun cuando parezca que ningún peón que pueda servir en primer tér­
perm iten ganar tiempos. Y como detalles mino de objeto de ataque adversario. Además,
ocultos: la acción aparentemente inocua de un no se debe impedir d4, pues representa sola­
alfil en una diagonal y la apertura de una co­ mente el punto débil en el j uego blanco. Con
lumna con un sacrificio hipócrita son más la j ugada del texto las negras hasta provocan
valiosos que las aparentes ventajas de mate­ la j ugada d4, mediante la doble amenaza
rial. . . . id 3 y . . . ltJ b4".

Defensa Alekhine (B02) 8.d4 e6 9 . .ie2


Río de Janeiro, 1 925
B l ancas: B. D'Ol iveira y M . Kiss "Más natural parecería 9 . tll f3 , y as í las negras
Negras: R. Reti y L. V ianna con 9 . . . ixb 1 1 0 .füb 1 ib4 + , obl igarían a
las blancas a j ugar 1 1 . i>e 2 . Sin embargo, esta
1 .e4 liJf6 2.es liJ d S 3 . c4 liJ b6 4.b3 variante no es absolutamente favorable para el
negro, pues no podría continuar el ataque, y el
" Las blancas se desvían del cam ino conocido, blanco, a pesar de la posición desfavorable de
pero la j ugada no ha de ser recomendada por­ su rey, se quedaría a la larga con ventaja,
que d4 al fin y al cabo tendrá que jugarse, y debido a tener sus dos alfiles. El punto débil
además las blancas se retardan en el desarrol lo de la posición blanca no es precisamente el
de su flanco de rey " . rey, sino el peón "d". La continuación j usta a
9 . ltJ f3 sería, por lo tanto, 9 . . . �d 7 , seguido de
4 . . . d6 5 . .ib2 . . . 0-0-0 y eventualmente . ig4 o . . ie4 .
. . .

Con la j ugada del texto intentan las blancas


"Perdiendo un tiempo. No obstante, la última continuar con if3 para sostener el débil peón
jugada de las blancas habría estado justificada "d" con ltJe2, en cuya cas i l la éste no estaría
jugando primero 5 . exd 6 , porque al tomar el expuesto al ataque del alfil enem igo, pero por
negro con la dama ésta queda en posición lo menos pierden con ella el enroque" .
expuesta, y si se tomara con el peón, entonces
el peón "d" de las blancas (eterna debilidad 9 . . . ib4+ 1 0 . ©t1
del ataque contra la Defensa A lekhine) estaría
en seguridad y después de 6 .ib2 , las negras " La única j ugada que evita la pérdida de un
tendrían dificultad para desarrollar su flanco peón" .
de rey " .
1 0 . . . §'d7
5 . d x e S 6 . .ixeS ttJ c6 7 . .ib2
..

"Muy fuerte hubiera sido contestar ahora


"Se ve claro cómo las blancas al retirar el alfil 1 0 . . . §'f6 , seguido de 1 1 . . . 0-0-0 , pero el ne­
cedieron un tiempo al adversario " . gro quiere colocar el alfil en " f3 " para em­
plearlo en el ataque contra el peón "d" y por
7 . . . J.fS consiguiente desarrol lar la dama a "d7 " . Esta
idea tampoco es mala, pero hubiera tenido que
"Una jugada que hubiera estado en concor­ empezar con: 1 0 . . . ie? , pues ahora las blan­
dancia con el temperamento agresivo de m i cas, que en realidad están en situación infe-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 151


rior, estratégicamente hablando, podrán mej o­ rienda suelta a todo su afán de ataque, espe­
rar su posición, esenc ialmente, mediante una rando las maravillas imposibles de mi poder
maniobra táctica de la cual las negras no se combinatorio, y hasta vencer en s ituaciones
dieron cuenta en absoluto, lo que viene a co­ falsamente planteadas desde el punto de vista
rroborar lo dicho en la introducción " . de la posición" .

1 1 .cS .!Li d 5 1 2 .a3 1 5.Wid2

"Muy tentadora parecía aquí 1 2 .Wic 1 , para " Se amenazaba . . . .!Li c2 seguido de . . .!Lie3+".
.

ganar una pieza, pero las negras tendrían va­


1 5 ... 0-0 1 6 . .!Lif3 Wle7
rias respuestas, como 1 2 . . . .!LiaS, y una conti­
nuación ventaj osa para las blancas no se ve" .
" Las negras intentan conseguir el cambio de
las damas mediante . . . Wf6 y . . . Wf4 para mo­
1 2 . . . ixb 1 1 3 .axb4 i g 6 1 4. b S
vilizar de nuevo su caballo" .
"Visiblemente el blanco ha logrado mej orar su
1 7 . h 4 Wif6 1 8 . h S ie4 1 9 . .!LJ g S
posición mediante la maniobra indicada por la
jugada 1 1 . Tiene la ventaj a de conservar los
" Esta jugada representa un excelente caso
dos alfiles, además de ejercer una presión
como prueba de lo afirmado en el principio,
sobre la columna "a" . Cierto es que, en cam­
que, en cuanto a combinaciones se refiere, el
bio, ha tenido que ceder al negro la fuerte
fuerte aficionado puede equipararse al maes­
cas i l la "d5 ", lo que hace que el juego negro
tro. En esta posición las negras podrían muy
siempre quede ligeramente superior" .
bien jugar 1 9 . . . id 3. La continuación proba­
ble sería entonces 20 .ixd3 lli x d 3 2 1 . lli x h 7
1 4 . . . .!Li cb4
Wxf2 + 2 2 .Wxf2 4Jxf2 2 3 . �xf2 �xh 7 , y las
negras tendrían aún un final algo mej or por
causa de la fuerte colocación del caballo. Pero
éstas creyeron conseguir ventaj a con la va­
riante que sigue sin haberse percatado de la
profunda celada de los adversarios · " .

1 9 . . . ixg2+ 20 .©xg2 .!Lif4+ 2 1 . Wf1 W!xg 5


22 J�� g 1

"Están atacando tanto l a dama como e l caballo


de "b4 " . Las negras, al hacer su j ugada 1 9ª
habían contado con la siguiente salvación
aparente, pero se mostró bien pronto que las
"Un grave error de posición. El caballo está blancas habían calculado mucho más allá" .
aquí apartado del verdadero campo de batalla
22 . . . WifS 23.dS
y no tiene retirada. De nuevo se reconoce el
temperamento demas iado agresivo de mi "Si ahora 23 .Wlxb4, entonces 2 3 . . . Wc2 " .
compañero Vianna, quien me induj o a efec­
tuar esta j ugada contra mi convicción, pero, y 23 . . . Wh3+
esto es lo psicológicamente interesante, tam­
bién en contra de su mej or conocimiento. Se • La valoración de la posición final es correcta, pero hay
manifiesta así lo dicho en el comienzo : m i una omisión: en la jugada 2 1 las blancas pueden jugar
ª

compañero creyó q u e en esta partida podía dar sencillamente 2 1 .ti:le4 , quedando con pieza de ventaja.

1 52 ROBERTO G. GRAU
"Todavía más bonito sería 23 . . . eS 24.Wxb4 riencia, por la habilidad para hallar recursos
Wc2 2 5 .Wxf4 ! ! exf4 26.füg?+ 'it>h8 tácticos que el rival omite en su optimismo.
27 .i.f6 ! , y las blancas se quedarían por lo La posición es instructiva. Las blancas domi­
menos con una pieza de más " . nan en e l ala rey y las negras en e l ala dama.
¿Cuál es el p lan posible para ganar la partida
24. © e 1 iü b d 3 + 25 . .ixd3 .!üxd3+ por la falta de cooperación de las piezas ne­
26.Wxd3 ! ! gras en la defensa del monarca? Sin duda
alguna, la apertura de la columna "g", para
Abandonan . que por ella se fi ltre la acción de una torre.
Surge entonces el siguiente plan: 1 . fü4
XXXII.- LA TRAN SPOSICI ÓN DE 1 . . . exf4 2 . lli a4 G ugada intermedia necesaria,
JUGADAS Y SU ENORME ya que si 2 .gxf4 segu iría 2 . . . dxc3 y la torre
I MPORTANCIA dama blanca no podría ir a "g l " por la acción
del alfil negro de "c5 "), y aparentemente la
La importancia de los detalles en la vida es partida se gana, pues si 2 . . . bxa4 seguiría
innegable. Muchas personas los desprecian simplemente 3. gxf4, y luego l:!g 1 , ganando.
cuando l levan a cabo una idea y suelen fraca­ Pero surge nuevamente un detalle que malo­
sar, a menudo, por minúsculos obstáculos o gra todo esto, y es la j ugada intermedia
por causas imprevistas. La historia está l lena 2 .. .f3 + , ganando un tiempo y evitando la
de hechos que robustecen nuestra tesis y el captura gxf4. Este movimiento no sólo salva­
famoso foso de Waterloo es un ejemplo vivo. ría la posición negra, sino que serviría para
Distracciones incomprensibles han destruido ganar la partida.
la tarea de muchos hombres y el ajedrez, fiel ¿En qué forma puede salvarse este detalle
remedo de la vida, está l leno de ej emplos de táctico? Pues simplemente con una inversión
una elocuencia notable. de jugadas. El plan es el mismo, exactamente
Insignificantes transposiciones de jugadas el mismo, pero sólo varía en el orden de ini­
suelen varias totalmente el curso de las parti­ ciarlo. Se debe jugar primero 1 . lli a4 ! , y con­
das, aun cuando el ej ecutante tenga cabal idea tra 1 . . . bxa4 , entonces 2 .fü4 exf4 3.gxf4 , y
del plan general, y omis iones de réplicas apa­ se ha evitado el jaque intermedio, salvador de
rentemente absurdas suelen destruir risueñas las negras.
esperanzas.
PARTIDA ALECCIONADORA

Tema es éste generoso en detalles, que mos­


traremos oportunamente con nuevos ejemplos.
Ahora estudiaremos una partida rica en su­
gestiones. Fue jugada hace muchos años por
Valentín Fernández Coria, notable jugador
argentino en su época, que vive alejado de las
luchas vivas del tablero, y Alej andro Guerra
Boneo, que fue una de las más sólidas espe­
ranzas del aj edrez argentino, y que murió
precisamente cuando más se esperaba de su
exuberante talento de aj edrecista.
La partida ofrece como detalle valioso el ries­
Veremos primero un ejemplo de transposicio­ go que entraña el jugar confiado en la victoria
nes de j ugadas fundamentales y luego una y sin analizar con desconfianza todas las posi­
partida aleccionadora que demuestra cómo ciones, especialmente aquel las donde por
pueden salvarse posiciones perdidas en apa- medio del vigoroso sistema del sacrificio se

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 53


puede torcer de inesperada manera el curso 6. . .c5!
aparentemente lógico de los acontecim ientos.
C o n un claro concepto d e la posición, Guerra
Apertura de Peón Dama (A48) Boneo se apresura a sacar provecho de la
Buenos Aires, 1 924 audaz jugada sexta de las blancas, tratando de
Blancas: V. Femández Coria valorizar la acción de su alfil de "g7", que
Negras: A. Guerra Boneo actuará eficientemente en el dom inio del cen­
tro. Un jugador de temperamento más cuida­
1 .d4 c!Lif6 2 .c!Lif3 g6 3 .if4 ig7 4 . h 3 doso que Guerra Boneo hubiera proseguido
con 6 . . . c6, y si bien hubiera entrado en meno­
Este procedimiento para j ugar contra el "fian­ res compl icaciones, habría renunciado defini­
chetto" de rey nace de una idea ensayada en tivamente a obtener iniciativa suficiente como
repetidas ocasiones contra la Defensa Ph ili­ para hacer sensible la debil idad del centro
dor. Responde al propósito de presionar enér­ adversario.
gicamente la base central de peones negros
con el alfil, y para ello se le brinda a éste una 7.e3 cxd4
retirada satisfactoria.
Hubiéramos preferido jugar previamente
4 . . . 0-0 7 . . . c!Li c6, manteniendo el "status quo" en la
posición central de los peones. Malo sería
El maestro holandés Euwe, en su partida del 8 .dxc5 a causa de 8 . . . Wfa5 .
torneo de Londres de 1 922 contra Rubinstein,
ensayó, consiguiendo mej or planteo, la jugada 8.c!Lixd4 c!Lic6 9 . c!Li xc6 bxc6 1 O.ie2 c!Li d 7
4 . . . b 6 , y Reti, contra Janovsky, en Nueva
York 1 924, j ugó 4 . . . c5. Es u n a magn ífica jugada con q u e las negras
pretenden asegurarse definitivamente el cen­
5.c!Li bd2 tro, mediante . . . e5, y a la vez valorizar la
acción del alfil de "g7 " .
También es posible 5 . e 3 , pero la del texto es
más lógica: el blanco se reserva el derecho de 1 1 .0-0 ! e s
jugar e3 ó e4 en el momento oportuno.
L o mej or. Malo hubiera sido 1 1 . . . �x b 2 a
5 . . . d5 causa de 1 2 . E: b 1 seguido de 1 3.Wfa4, con
mejor partida.
Más usual es 5 . . . c5 ! , como j ugó Euwe contra
Colle en el torneo de Scheveningen, de 1 923 . 1 2.ig3
También se suele j ugar; 5 d 6 , oponiendo a
. . .

la acción del alfil un sólido bloque de peones Esta j ugada no está de acuerdo con la idea
centrales. La j ugada del texto da una impor­ central del plan adoptado por las blancas. Más
tante diagonal al blanco de "f4", pero brinda a correcto hubiera sido, a nuestro entender,
las negras grandes posibil idades de dominio 1 2 .�h2 , alej ando el valioso alfil dama de las
del centro. blancas de toda posible acechanza enemiga.

6.c4 1 2 .. J'füB

Una j ugada agresiva, de acuerdo con el tem­ Una buena jugada, aun cuando pel igrosa, pues
peramento de Coria, pero peligrosa en sumo si bien coloca a la torre actuando sobre una
grado, pues debil ita considerablemente la columna l ibre, la sitúa baj o los fuegos indi­
posición central. rectos del alfil "g3 " adversario, lo que fuerza a

1 54 ROBERTO G. GRAU
las negras a fij arse a sí m ismas el peón "e5 " , UNA M ANIOBRA SUTI L
pieza que p o r e s o pierde todo su valor ofensi­
vo. La maniobra que inicia Coria con esta j ugada
es muy interesante y digna de un detenido
1 3 . �fü 1 examen. Obsérvese cómo Coria logra, me­
diante un hábil procedimiento, sacar provecho
de la inuti l ización del peón " e 5 " adversario.
L o mej or. 1 3 . b 3 hubiera puesto a la vez s u
torre baj o l o s fuegos d e l alfil enemigo.
1 7 . . . lDfG
1 3 . . . lD b G
Igualmente Guerra Boneo sigue maniobrando
lógicamente y trata de eliminar la más val iosa
Provocando c 5 , avance que hará desaparecer
de las piezas del adversario: el alfil de "g3 " .
toda posibil idad de desmoronamiento del
centro mediante cxd 5 .
1 8 .§'aS §'e7 1 9 .lt:Jd4 id7 20. lDf3
1 4.cS
Las blancas han logrado mej orar considera­
blemente la situación del cabal lo, transportán­
Las blancas, que tienen superioridad en el
dolo desde el flanco dama hac ia el flanco
flanco de dama, aceptan de buen grado la
débil de su posición.
provocación del segundo jugador, resueltas
como están a buscar una decisión franca en la
20 . . . lDe4 2 1 .§'xa7 lDxg3
partida.
Se han dilucidado las situaciones: trátese
Por fin las negras han logrado elim inar el
ahora de ver cuál de las dos ofensivas es más
poderoso alfil blanco y con ello obtener una
eficaz: si la del centro, efectuada por las ne­
posición netamente superior.
gras, o la del ala izquierda, conducida por las
blancas.
22 .fxg3 gas
14 . . . lDd7 1 5.§'a4 §'c7 EL PRIMER ERROR SERIO

Las blancas han logrado obl igar a las negras a No es ésta probablemente la continuación más
poner la dama adversaria en una situación en concordancia con el espíritu de la presente
comprometida, que valoriza aún más al alfil posición. Guerra Boneo, que se hal laba apre­
de "g3 " . Si 1 5 . . . tt:J xcS 1 6 .§'xc6 y habría miado por el tiempo, sólo atinó a buscar el
desaparecido el punto de apoyo de la posición procedimiento más simple para recuperar el
central negra. peón, en la conciencia de estar con una posi­
ción muy superior.
1 s.mc 1 fS A pesar de que lo efectuado por el negro es, a
nuestro entender, suficiente para hacer evi­
Las negras comienzan a intensificar sus es­ dente su superioridad, creemos que más de
fuerzos en el centro del tablero para compen­ acuerdo con las exigencias de la posición era
sar la trabazón de sus piezas en el flanco da­ 22 . . . f4 . La razón en que nos apoyamos para
ma. j ustificar nuestra observación es, no sólo la
La posición de las negras sería form idable a debi l idad del centro y el flanco derecho de las
no mediar la acción del alfil dama adversario, blancas, sino también la circunstancia de ha­
que contiene por ahora toda demostrac ión llarse la dama blanca completamente alejada
violenta. de la zona central del combate.
Lo lógico es, entonces, tratar de sacar pronto
1 7. tt:l b 3 provecho de la debil idad adversaria.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 55


La jugada . . .f4 no sólo abre l íneas a la torre La partida desde ahora entra en su faz más
rey, a la dama y al alfil rey, sino que propor­ interesante.
ciona un peón l ibre en "d5 " , que basta para
asegurar la victoria final. Además, en cual­
quier momento las negras pueden recuperar el
peón. Veamos:
22 .. .f4 2 3 . g xf4 exf4 24. exf4 , y en esta posi­
ción las negras pueden pretender la victoria
mediante un procedimiento tranquilo en base
a 24 . . . l:!xb 2 , y si 2 5 . l:!xb2 Wi'e3+, seguido de
25 . . . Wfxc 1 + y luego 26 . . . Wi'xb2 , o mediante
24 . . . Wi'e3+ 2 5 . 'itif1 (si 2 5 . 'iti h 1 �xh3)
25 . . . �xh 3 26.gxh3 l:!xb2 ! 27.l:!e1 (porque si
27.Wi'a6 �d4 ! ! 2 8 . llixd4 l:!xf4+ 2 9 . llif3
l:!xf3+, seguido de mate en dos jugadas)
27 . . . �d4 ! , e igualmente, empleando el proce­
dimiento de la variante anterior, se l lega a la 28 . . J�2a7
m isma posición de mate en dos j ugadas.
Mejor parece ser 28 . . . l:!b8, y si 29 .�xdS+
�g7 30.Wi'xb8 Wxb8 3 1 .�xa2 �e8 , y la
partida sería muy dificil para ambos. La j uga­
Tentando a las negras al avance del peón "e", da del texto permite que Coria, desplegando
movimiento que resta la posibilidad de iniciar una vez más sus extraordinarias dotes de ju­
un ataque de la factura del por nosotros suge­ gador de combinación, obtenga una lucida
rido, pero que igualmente hubiera bastado victoria. Justo es confesar, empero, que Gue­
para la victoria de las negras. rra Boneo disponía de escasos minutos para
Además, esta maniobra es necesaria, pues efectuar sus últimas trece j ugadas, lo que
forma parte de un plan ingenioso, cuyo éxito justifica todo error.
depende de la torre dama.
29 . .ixd S+ @g7

Es evidente que si 29 . . . cxdS 30.Wi'xd S+,


Persistiendo en el error estratégico. Las negras seguido de 3 1 .c6 o 3 1 . lli xeS, según los ca­
no se han percatado del plan de las blancas, sos, ganando.
distraen sus fuerzas del flanco rey, decididas
como están a ganar en el de dama, y faci l itan 30.ixc6 ! !
en esta forma una ingeniosa contra­
demostración. La clave de l a combinación. Después de esta
magnífica jugada, la posición negra se desmo­
rona rápidamente.

Amenazando . . l:!b8.
.
30 . . . gxb7 3 1 .ixb7 gbs 32.cS

EL RECURSO Las j ugadas de las blancas no precisan co­


mentario: son eslabones de un p lan perfecta­
28 . .tc4 ! 1 mente calculado, que sirvió para transformar
una posición dificil en victoriosa.
Esta impresionante jugada asegura a l blanco
un ataque de dificil defensa. 32 . . . e4 33.c7!

1 56 ROBERTO G. GRAU
Si 33 .l'!xd?+ Wxd7 34.cxd? exf3 , y las
perspectivas de las blancas serían poco claras.

33 . . . .ixc3 34. cxdB'IW gxd8 35. bxc3 exf3


36.gxf3

Las negras abandonan. Partida rica en ense­


ñanzas, que mereció el honor de figurar entre
un grupo seleccionado de ejemplos que publi­
có el Dr. Emmanuel Lasker en su famoso
" Lehrbuch des Schachspiel" y que prueba de
qué manera debe desconfiarse siempre. En la
jugada 27ª las blancas están perdidas, y me­
diante una maniobra inesperada, pero que
pudo ser prevista, cambió el curso de la lucha. En este momento juegan las blancas, que
parecen tener Ja victoria asegurada por medio
XXX I I I . - LA VERDADERA DIFICULTAD: de l'!e8 + , seguido, si . . . tt:J xe8, de d7+ y
LAS MANIOBRAS TÁCTICAS dxe8W. A primera vista parece simple el
camino de Ja victoria y las blancas, conduci­
Que la dificultad táctica en ajedrez es grande das nada menos que por Grünfeld, se dejaron
lo saben por experiencia todos los aficionados. encandi lar con esta aparente posibil idad y
En las posiciones comunes la mayoría de Jos j ugaron así: 1 . l'!e8+ 'it> b 7 ! 2 . d 7 l'!g2+ 3 . 'iti h 1
jugadores sabe de qué manera debe orientarse tll f5 4.l'!b8+, y fue tablas por j aque continuo
el ataque. Tiene Ja sensación de cuál es el por medio de l'!a8+ y l'!b8+, por la amenaza
punto débil y conoce por experiencia cuál es de mate en "g3 " .
el sistema para l levar acabo la ofensiva. Pero E n cambio, mediante una simple transposición
incurre frecuentemente en el grave error de de jugadas habrían ganado, o sea j ugando
transponer jugadas y de malograr, por falta de primero 1 . d 7 + , a lo que las negras deberían
sutileza en el análisis, esfuerzos mentales seguir con 1 . . . 'itic7 2 . l'!e8, con Ja amenaza de
armónicos e intensos. coronar el peón con jaque. Como se observa,
La dificultad táctica en el aj edrez es el detalle una simple variación de j ugadas que encierra
llevado a primer plano y, en real idad, es difícil un secreto táctico: obl igar al rey negro a ir a
establecer principios científicos para evitarla. "c7" y no a "b7", desde donde logra evitar que
Se puede demostrar, como lo hemos hecho a el peón blanco corone con j aque.
través de una larga serie de capítulos, cuáles
son Jos temas centrales de la combinación en PARTIDA ALECCIONADORA
ajedrez, y por qué razones un j ugador puede
proyectar planes de sacrificio aparentemente Y ahora veremos una partida instructiva. En
atrevidos. Hay puntos de referencia que per­ el la, Femández Coria batió a Grau en exce­
miten saber si ha llegado Ja hora de iniciar una lente forma, precisamente por haber, este
ofensiva y razones más o menos claras para último, l levado a cabo un plan ganador de
determinar cuál es el plan a seguir en cada manera errónea. La idea de la combinación
caso. No sucede Jo mismo en las ejecuciones estaba correctamente delineada, pero erré Ja
de las combinaciones, ya que no hay teoría maniobra para ejecutarla y quedé con una
que pueda considerar los accidentes tácticos posición inferior por un simple error táctico.
de una lucha. Para superar estos obstáculos, No ya por la transposición de j ugadas, sino
sólo tiene e l j ugador a su disposición el mayor por la defectuosa idea de ej ecución. Una vez
o menor poder de su capacidad aj edrecística, más el detalle táctico malogrando una exce­
como prueba el siguiente ejemplo. lente idea estratégica.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 57


Apertura Vienesa (C28) mate en dos jugadas) 1 2 . . . lll e7 ! 1 3 .�bS+
Buenos Aires, 1 924 �d8 1 4.ic6 ! b6+ 1 5 .iibS lll xc6 1 6 . �xc6
B l ancas: R. G. Grau (si 1 6 . �a4 lll d4 ! , con mate en dos)
Negras: V. Femández Coria 1 6 . . . �b7 + ! 1 7 .�bS (si 1 7 . �xb7 �d 7 !
1 8 .Wg4+ 'it>d6, y mate e n dos) 1 7 . . . �a6+, y
1 .e4 eS 2 . tli c 3 icS tablas por repetición, pues hay que seguir con
1 8 . iic6 �b7+, etcétera, como sucedió en la
Desusada répl ica contra la Apertura Vienesa, partida Hamppe-Me itner, Viena 1 872, pues si
la favorita de Anderssen, que si bien no es la 1 8 . �a4 ic4 , seguido de 1 9 . . . bS mate .
más enérgica forma de tratar con negras esta
apertura, tiene como compensación la ventaj a 3 . . . tlif6 4.d3
d e eludir la posibil idad d e caer e n una d e las
más complicadas variantes que se originan Lo mej or, pues 4 . f4 da origen a una variante
mediante 2 . . . tli f6 , donde suelen estar en des­ complicada favorable al negro: 4 . . . �xg 1 ! (si
ventaj a los j ugadores que, como Coria, j amás 4 . . . 0-0 5 . d3, y no 5 . fxeS por 5 . . . lll xe4
se han preocupado de estudiar minuciosa­ 6 . lll xe4 Wh4+) 5 . füg 1 lll xe4 6 .�xf7 +
mente las aperturas. �xf7 7 . lll x e4 l'!e8 y las negras están mej or.
Femández Coria sólo trata, en consecuencia,
de llevar a las blancas a terrenos escasamente 4 . . . tli c6
conocidos, donde pueda imponer su tempera­
mento de j ugador de combinación. A nuestro entender inferior a 4 . . . c6, j ugada
que tiene un doble objetivo: impedir la posible
3.ic4 intromisión del caballo blanco en "d5 " y pre­
parar la ruptura del centro de las blancas me­
En este momento las blancas tienen varias diante la jugada liberadora . . . d5, que en todas
jugadas por adoptar: 3 . tli f3 , 3 . g 3 , etc., cual­ las aperturas de peón rey, como bien lo de­
quiera de las cuales basta para obtener una mostrara Reti, constituye la clave de la defen­
cómoda igualdad. sa de las negras y sirve para proporcionarles,
Existe, entre los numerosos estudios realiza­ en la mayoría de las aperturas del peón rey,
dos, una sumamente curiosa variante de Ham­ mejor partida; por ej emplo: 4 . . . c6 5 . f4 d6
pe, uno de los profundos conocedores de la (En una partida entre Zukertort y Anderssen
Vienesa, que hermanó su nombre con Al lgaier se prosiguió as í: 5 . . . dS 6 . exdS cxdS 7 .�bS+
en la notable variante que l leva sus nombres. tlic6 8 . fxeS �g4 9 . tli ge2 tli h S 1 0 .Wd2
No rechazamos el deseo de publicarla, a pesar Wh4+ 1 1 .g 3 Wh3 1 2 .d4 �f3 1 3 . fü1 , y las
de que quizá hoy en día no resista un análisis blancas obtuvieron la mej or partida.) 6 . tlif3
severo. Veamos, en lugar de 3 .ic4 , la jugada bS 7 .�b3 a5 8.a4! b4 9 . tli e2 tli bd7
3 . tli a4 �xf2+ 4 . iixf2 Wh4+ 5 . �e3 Wf4+ 1 0 . lll g 3 0-0 . En otra de las partidas entre
6 . � d 3 dS 7 . iic3 Wxe4 8 . 'it> b 3 tli a6 (si Zukertort y Anderssen l legaron a esta posición
8 . . . �e6 9 . tli c S , segu ido de a3 o c3, ganan­ y continuaron de la siguiente manera: 1 1 .We2
do) 9 . a 3 (si 9 .c4 b S ! 1 0 . cxbS Wb4 + �a6 1 2 .fxeS dxeS 1 3 . tt::l fS Wc7 1 4 . fü1
1 1 . iic2 �fS+ 1 2 . d 3 Wxa4+ 1 3 . b 3 WxbS, l'!ae8 1 5 . lll g S h 6 1 6 . lll h 3 �h7 1 7 . fü3
etcétera, y si 9 .�xa6 , seguiría 9 . . . bxa6 lll xe4 1 8 .Wxe4 lll f6 1 9 .Wh4 e4 20. lll gS+,
1 0 .c3! Wxg2 1 1 .Wf3 �h 3 ! , y el negro estaría y las blancas quedaron mej or.
mej or) 9 . . . Wxa4+ ! (si 9 . . . �e6 1 0 . d 3 d4+
1 1 . c4 dxc3+ 1 2 . iixc3, etc.) 1 0 . �xa4 5.ie3
lll cS+ 1 1 . �b4 aS+ 1 2 . �xcS (si 1 2 . iic3
seguiría 1 2 . . . d 4 + 1 3 . �c4 b6 1 4 . 'it> d S -si Es ésta la jugada j usta para explotar el ligero
1 4 .'it>bS lll e 7 ! - 1 4 . . . f6 1 5 . 'it>c6 'it>d8, con error estratégico que representa el movim iento

1 58 ROBERTO G. GRAU
4° de las negras, pues no existiendo por el 1 1 .. J�gS
momento el peligro de la fuerte répl ica negra
. . . d5, representa la ganancia de un valioso Lo mej or. Es claro que no 1 1 . . . g 6 , a causa de
tiempo que las blancas aprovechan para su 1 2 .�gS ! , seguido de 1 3 . lll f6+ , ganando. Si
mejor desenvolvimiento. 1 1 . . .�xe3 1 2 .Wxe3 0-0? 1 3 .Wg 3 ! g6
1 4 . lll x d5 ganaría.
5 . . i.b6* 6 .'!Wd2 d6 7 . � g e2 i.e6 8.�g3
.

1 2 .ihG
Esta j ugada responde al deseo de impedir
8 . . . �xc4 , a causa de la grave debil idad que
Jugada tan bonita como mala, que pone en
las negras se crearían en "f5 " , pero no es, evidencia una vez más lo dific i l que es com­
probablemente, la j ugada justa ... binar con exactitud y, aún más, lo dificil que
En los planteos de las características del pre­ es en las posiciones abiertas dominar el tem­
sente, en que la lucha se circunscribe al cen­ peramento, no dejarse arrastrar por los en­
tro, resulta perj udicial alejar las piezas del cantos de una combinación aparente. Preciso
radio central. Era de considerarse 8 .�g 5, es reconocer, empero, que desde este mo­
impidiendo ... d 5 , j ugada que no sería una mento Femández Coria comienza a j ugar con
pérdida de tiempo con el alfil, como aparen­ habil idad suma, desarrollando esa exuberancia
temente parece, por cuanto al colocarse prime­ de recursos que tantas victorias aparentemente
ro en "e3 " forzó a las negras a perder un tiem­ difíciles le ha proporcionado.
po con su alfil rey (5 . . . �b6) .

8 . . .d S

D e la oportuna realización d e esta jugada


depende, como ya hemos dicho, la suerte del
juego. En la presente ocasión representa sólo
un desahogo para las negras, que han logrado
vencer en parte las dificultades del planteo.

9.exdS �xdS 1 0 .ixd S ixdS 1 1 . � h S

Las b lancas, que n o s e resignan a perder la


iniciativa, comienzan una larga y peligrosa
combinación, que si bien no da los resultados Lo correcto y suficiente para obtener en el
supuestos, sirve para imprimir a la partida peor de los casos una cómoda igualdad habría
singular interés. sido 1 2 .�gS ! , pues las negras no podían re­
En este momento, confieso que supuse tener pl icar con 1 2 . . . f6 a causa de 1 3 .�xf6 , y si
una partida muy superior, y probablemente se 1 3 . . . gxf6 1 4 . lll xd S , etcétera.
debe a ese concepto exagerado -aparte de la
habilidad y precisión con que mi fuerte adver­ 1 2 . . . g x h 6 1 3 .�xdS
sario maniobró- la pérdida de la partida.
Esta j ugada aclara el verdadero propósito de
' Tambien es correcto jugar 5 . . ..be3 6 .fxe3 ltJa5 7.ib3 las blancas al efectuar la combinación iniciada
liJxb3 8 .axb3 0-0 9 .liJf3 d6 1 O.O-O liJg4 1 1 .%\le 1 f5, con lt:J h 5 y continuada con �h 6 . A primera
con equil ibrio, Lombardy-Smejkal, Banja Luka 1 976. vista parece que las blancas, por la superior
•• A considerar es la manera en que jugó Schlechter conformación de sus peones, por las debilida­
contra Rubinstein en Berlín 1 9 1 8: 8 .ixe6 fxe6 9 .ixb6
axb6 1 O.O-O 0-0 1 1 .f4 d5 1 2 .exd5 exd5 1 3 .fxe5 des que ofrecen los del adversario y por la
ltJxe5 1 4 . liJd4 con una ligera ventaja para las blancas. amenaza lll f6+ , estuvieran mej or; pero no es

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 59


así, como se verá por la continuación posterior deficiente conformación de peones negros,
del juego. Coria se encarga de demostrarlo. Coria ha iniciado una correcta maniobra que
conduce en impecable forma.
1 3 .. ,gg61
20.cxd3 tyd4+ 2 1 . © h 1 gh4 22 .tyg s f6
Con esta simple j ugada desaparecen todas las
amenazas del ataque combinado de los caba­ La forma enérgica y háb i l con que Coria está
l los y comienzan las dificultades para el blan­ l levando a buen término el ataque, sólo mere­
co en la l ínea "g" abierta. ce elogios.
Ahora trata de alejar la dama de la zona del
1 4.�xb6 axb6 1 5. � g 3 tyd s ataque sin preocuparse de recobrar el peón
entregado.
Esta excelente j ugada complica seriamente la
situación de las blancas, que se ven forzadas a 23 ,tyd2
enrocarse en el flanco de rey baj o la perenne
amenaza de la l ínea abierta. Es interesante Mejor que 23.\Wg 7 , por cuanto la dama queda
observar cómo Coria ha colocado la dama de más próxima a la zona atacada. Por ejemplo:
manera que actúa eficazmente sobre ambos 23 . . . llieS 2 4 . lli e2 \We3 , etcétera.
flancos.
23 . . . �es 24.�e2
1 6.0-0 0-0-0
Las blancas se están defendiendo en la mej or
Con un claro concepto de la posición, Coria, forma, pero todo se estrella ante la precisión
que sabe que tiene la iniciativa, rehusa la de las maniobras del negro.
posibilidad de ganar un peón a trueque de
verse privado de la dirección de la lucha, 24 . . . tyg41 2s.g14 Wi'g s 1 1
porque después de 1 6 . . . i'!xa2 1 7 .i'!xa2 tyxa2
las blancas, mediante f4, obtendrían una bue­ Decisivo. Las blancas n o tienen defensa ante
na posición de ataque que compensaría sufi­ las amenazas . . . llixd3, . . . i'!xd3 o . . . lli g 4 .
cientemente e l peón de menos, por la cir­
cunstancia de que en un final los peones ne­ 26.g3
gros poco úti l podrían hacer, por hallarse dos
de el los doblados. Esta jugada acelera la derrota, pero en cual­
quier caso las blancas están perdidas.
1 7 .f4 e4

Otra vez lo mej or. S i 1 7 . . . exf4 1 8 .\Wxf4 las


blancas estarían mej or. Con esta simple y bonita combinación, Coria
da e l último toque a la más inspirada de sus
1 8 .f5 gg4 1 9 .tyxh 6 exd3 creaciones del Torneo Mayor de 1 924.

Decidido a violentar la lucha rápidamente, 27. ©xh2 �f3+


antes de que las blancas logren mejorar su
posición y arribar a un final favorable por la Y las blancas abandonaron.

1 60 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO 111

TEMAS TÁCTICOS
1.- EL JAQUE DOBLE COMO TEMA mental y cuáles son los detalles estratégicos
TÁ CTICO que les sugiere la existencia de combinaciones
de gran calidad. Así como en música un tema
Hay tipos de combinación e lemental que ha­ simple, bien trabaj ado, puede adquirir una
cen las delicias de los j ugadores principiantes. j erarquía clás ica, así también en ajedrez una
Uno de e llos es el j aque doble, que es la preo­ combinación prim itiva y vulgar puede l legar a
cupación permanente de los que tienen cierta tener tonos de gran belleza s i quien la ejecuta
práctica en el j uego y la obsesión de los que la disfraza con una serie de man iobras com­
inician sus pasos en el terreno de la técnica plej as y detalles intermedios de gran novedad.
aj edrecística. Pero no nos interesa ahora mos­
trar este tipo de j ugadas, consideradas como el UN EJEMPLO VULGAR
accidente de una lucha. Lo que deseamos es
hablar de las ideas elementales de combina­ Veremos, a través de ej emplos, en su mayor
ción, que envueltas en una serie de dificulta­ parte sugeridos por el alemán Richter, de qué
des, más o menos importantes, gravitan pode­ manera de la vulgar combinación en muchos
rosamente en la suerte de las partidas. casos así como de su existencia y excelente
El recurso del j aque doble con un caballo es apl icación surgen victorias rápidas y casi
habitualmente empleado como elemento de inesperadas. Y también observaremos de qué
azar de una partida. Los j ugadores bisoños manera el tema que nos ocupa, tan manoseado
mueven el cabal lo, por ejemplo, a "g5 " , para y desprestigiado por los malos j ugadores,
ver si la ingenuidad del rival les permite ganar l lega a adquirir inusitada belleza.
material. Si aciertan, se llenan de alegría y Lo iniciaremos con un ejemplo simple y típico
hasta creen que han efectuado una combina­ de j aque doble que suele apl icarse en muchas
ción magnífica. Si fracasan, retoman contritos posiciones. Pero veamos primero la posición,
con la pieza a la espera de que en otra oportu­ correspondiente a una partida entre e l Dr. Max
nidad la ingenuidad del rival les permita reali­ Euwe y Davidson, en Amsterdam en 1 924:
zar lo proyectado.

EL DOBLE COMO RECURSO TÁCTICO

El j aque doble sólo puede justificarse como


detalle táctico. Amenazarlo cuando no es
posible darlo, sólo es digna de ser considerada
buen jugada en aj edrez cuando forma parte de
un plan estratégico. Por ejemplo, cuando para
evitarlo se fuerza al rival a desmej orar su
conformación de peones, o simplemente si,
bajo la amenaza de un doble, se intenta modi­
ficar la situación primitiva del caballo.
Tema e lemental, aun considerado desde el
punto de vista técnico en que lo colocaremos, La posición no ofrece, aparentemente, ningún
ha de ofrecer detalles de sumo interés para los detalle importante. Pero cualquier j ugador de
aficionados y ha de mostrar de qué manera los alguna experiencia atrapará rápidamente dos
jugadores de cierta fuerza faci l itan su tarea fundamentales. Primero, que hay una pieza

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 161


negra sin apoyo, que es el caballo, y que, de Antes de seguir adelante aconsejamos a los
no existir éste, podría j ugarse tt:lxe4 , atacando aficionados que observen la posición y traten
la dama. Y esto hace que brote ensegu ida la de buscar las razones que pueden haber per­
combinación ganadora: 26.'.Wd S + Wg7, el rey mitido a Bogoljubow hal lar la combinación,
debe ir a esa cas i lla, pues es necesario defen­ que, por cierto, no es difícil; pero el las suelen
der a la vez el caballo de "f6", y entonces escaparse a la percepción de los mismos
surge sin dificultad el sacrificio transitorio de maestros, por cuanto nada autoriza a suponer
2 7 . \Wxf6+, para continuar luego de 27 . . . Wxf6 que la partida esté decidida.
con 2 8 . tt:l xe4+ doble, recobrando la dama Se observará primero que las blancas no han
para ganar el peón y la partida. enrocado y que, de no estar el cabal lo en "c3 " ,
Hemos visto en el simple ej emplo anterior podría seguirse con . . .ixf2+ y luego . . . tt:l e4+
.

cómo el jaque doble, como tema de combina­ doble, o también primero con . . . tt:l e4 y luego
ción, decide una partida aparentemente larga y . . . .ixf2 . El caballo de "c3" está solamente
difíci l . En este caso se acentuó, porque las apoyado por la dama, de lo que se deduce que
blancas especularon con la situación de una la dama, el retomar la pieza que se entregue
pieza sin apoyo y la convirtieron en tema de por el caballo, quedará sin apoyo y a merced
combinación. Y ahora que ya conocemos la de un doble: del mismo doble que el cabal lo
idea central del tema que nos ocupa, lo obser­ evitaba. Y, efectuadas estas deducciones,
varemos a través de otros ej emplos complejos surge sin dificultad la idea de que debe haber
y de mayor jerarquía, para asignarle al vili­ una combinación posible, que es la siguiente :
pendiado j aque doble el lugar que le corres­
ponde. 1 ... .ixf2+ 2.Wxf2 �xc3 3 .�xc3 tt:l e4+
Ya mostraremos de qué manera gravita en los
finales artísticos, pero ahora seremos menos Ganando un peón . Como se observará, una
exigentes y nos conformaremos con algunos vez más hemos visto una combinación que
otros ejemplos de partidas vivas, en los que la tenía por base la oportuna ej ecución de un
hábil explotación del tema decidió la lucha. jaque doble, que por cierto no encerraba otra
aspiración que la muy modesta de ganar un
" EL CAZADOR CAZADO" peón. Y es que, en realidad, la verdadera fina­
lidad de la mayoría de las combinaciones en
Y veremos, en primer término, de qué manera aj edrez es lograr que el las sean simples deta­
Bogolj ubow, con las negras, castiga a Euwe l les tácticos de la lucha.
(en el torneo de Marich Ostrau de 1 923), de la
misma manera que éste lo hizo con Davidson, EL DOBLE COMO MANIOBRA DE
mediante un oculto doble: SOST ÉN

1 62 ROBERTO G. GRAU
Ahora subirá el diapasón de la belleza de este DOS TEMAS QUE SE VINCULAN
tipo de maniobra con el ej emplo (diagrama en
página anterior) de una partida del torneo de Daremos otro ej emplo de partida viva que
Swinemunde, de 1 930, entre Wagner, con las ofrece ya una sutilización del tema, pues se
blancas, y Rellstab. En ella la idea ofrece una realiza una combinación de sacrificio que basa
jugada intermedia de mayor calidad. su eficiencia en la háb i l ej ecución de un jaque
La posición también debe ser estudiada por el doble, luego de una larga maniobra con un
aficionado antes de seguir adelante. Para pro­ caballo. El tema no es nuevo, pues ha dado
gresar cuando se estudia, es necesario lograr Jugar a muchas combinaciones similares. Se
compenetrarse b ien de la dificultad que ofrece trata de una maniobra típica, que es posible
cada posición propuesta. Analice el aficionado apl icar en muchas posiciones, ya que gira en
y verá que la posición blanca ofrece una apre­ Ja fuerza del doble, vinculado con el j aque
ciable ventaja, ya que cuatro de sus cinco descubierto.
piezas actúan en la zona donde el rey adversa­
rio se encuentra un tanto desmantelado.
Las piezas negras, en cambio, si bien defien­
den los puntos básicos de la lucha (el caballo,
el peón "g6", el alfil evita lll e6+ y la dama
toma "f6"), no actúan agresivamente, y ade­
más las torres están radiadas de la lucha en sus
casil las de origen y han de tener gran dificul­
tad en hacerse valer por Ja cantidad de piezas
que hay en primera (octava) l ínea.
Pero, ¿cómo se gana? Si se pudiera eliminar el
cabal lo de "f8" el procedimiento sería simple,
pues seguiría Wxg6+, etc. El jaque de lll h5+
parece bueno, pero la verdad es que, al no
poderse seguir con lll f6+ , disminuye mucho É sta es una posición difici l . Las blancas están
su importancia. Pero de esta serie de ideas amenazando Wxh 7 + y Wxf7 +, en ambos
generales surge Ja j ugada clave, que ha de casos con grave riesgo para el monarca negro.
perm itir revivir el recurso del doble como Pero la posición de la dama blanca, sin apoyo,
man iobra ganadora. Y esa jugada es E:e8 ! , sugiere al negro una combinación en base a un
entregando l a torre, ya que ésta acude para oportuno doble. Es decir, hay dos combina­
atacar el cabal lo de "f8", sin contar con otro ciones que terminan con un doble y una de
apoyo que el por cierto formidable que le ellas absolutamente ganadora, pues se remata
acuerda la amenaza de lll h5+ seguido de con la ganancia de una torre. Y también en
lll f6+ doble, pues la dama, al ir a "e8", no sólo este caso la pieza indefensa (la dama blanca)
deja de cuidar el punto "f6", sino que se colo­ es tema de combinación.
ca baj o los fuegos del doble. Las negras si­
guieron, a 2 0 . E:eB ! , con 20 . . . Wg5 (si 1 ... Wxf1 + 2 .@xf1 lll d2+
20 . . . Wxd4 2 1 . lll h 5 + , seguido de E:e7+, con
mate a la siguiente) 2 1 .We3 h5 22 .We5+ y También permitía recobrar la dama la jugada
Juego abandonaron. simple 2 . . . E:d 1 + 3. ©e2 lll g3+ doble y des­
Como se observará, la partida no terminó por cubierto, pero nada habrían ganado las negras.
medio de ningún doble, pero fue ganada por la En cambio ahora, mediante una maniobra más
fuerza del sacrificio inicial, que tenía un solo larga y de corte muy simi lar, se gana íntegra­
secreto y era el de que Ja amenaza doble pro­ mente una torre.
porcionaba el apoyo suficiente y decisivo a la
pieza aparentemente sacrificada. 3.©g 1 ge 1 + 4.©h2 llif1 + 5.©g 1 llig3+

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 63


O 5 . . . li:le3+. adversario. Y el jaque doble, generalmente
arma un poco artera, puede tener la misma
6.©h2 li:l xfS dignidad técnica que las otras combinaciones
si se lo emplea de la manera esbozada antes, y
Recuperando la dama. En este ej emplo, un la que veremos ahora, a través de nuevos
poco más largo, pero no más complejo, se ejemplos sugeridos, como los anteriores, por
advierte de qué manera puede adquirir jerar­ el l ibro de Richter.
quía el j aque doble como maniobra táctica y
no como simple golpe de azar. PIEZAS APARENTEMENTE INDEFENSAS

11.- POR QUÉ SE PRODUCEN LOS Veremos primero el ej emplo que ofrece la
JAQUES DOBLES posición a que arribaron en una partida que
jugaron en consulta Farhni y Von Scheve
Que hay en aj edrez multitud de detal les que contra Kostich y Gunsberg. En ella se logra,
faci litan el razonamiento del j ugador, es una por medio de la amenaza de un doble, mej orar
verdad añeja. Como que, de no existir puntos la posición de una pieza y lograr otro tipo de
de referencia, no podría surgir el razona­ ventaja.
miento. También existen detalles típicos que
permiten realizar combinaciones lucidas espe­
culando con eventuales situaciones de piezas
rivales. Hemos visto cómo el v i lipendiado
jaque doble, o la doble amenaza por medio de
un caballo, primitiva arma de todo princi­
piante, en manos de maestros permite efectuar
combinaciones lucidas. La idea, en realidad,
es la misma en apariencia que la perseguida
por el j ugador b isoño, pero, si se analiza con
breve detención, se observará que no. Una
cosa es intentar dar un jaque doble por sorpre­
sa, procedimiento que puede brindar victorias,
pero en realidad deleznables, pues sólo espe­
cula con la tontería del rival, y otra es hacer En esta posición las blancas j ugaron:
del jaque doble un recurso táctico que permita
debil itar la posición adversaria, mejorar la 1 .tll e4
situación de una propia pieza, o abrir paso a
otra, o aun ganar material de manera matemá­ Sacrificaron la pieza en apariencia, pero ésta
tica. se encuentra defendida por el recurso táctico
Lo primero es, en este caso, una forma de que brinda el jaque doble que se verá acto
divertirse a costa de la inocencia del adversa­ seguido. Los puntos críticos de la posición
rio, lo que técnicamente no puede ser conside­ están en las cas i l las vinculadas por e l engra­
rado con seriedad, y, lo segundo, e l triunfo del naje de movimientos de ambos caballos. O sea
buen ajedrez. Y como este j uego sólo puede "g5-f7" o "d6" y "f6". Se amenaza además
merecer respeto por la calidad técnica que tll d 6+, y, como la captura del caballo es pro­
posee, y adquiere j erarquía por lo que signifi­ bablemente forzada, la partida siguió así :
ca, como pretexto para poner en ejercicio el
razonamiento y dar libertad a la imaginación, 1 . . . '!Wxe4 2 .ixf7+ ©f8
.

sólo puede aceptarse como técnicamente ho­


nesta toda combinación que para nada tenga Si 2 . . . @xf7 seguiría 3 . tll x g5+, con j aque
en cuenta la experiencia o inexperiencia del doble. Obsérvese cómo, mediante el doble

1 64 ROBERTO G. GRAU
sacrificio de ambas piezas menores, el rey y la entonces la j ugada clave, que es 1 . lll d S , ame­
dama negros se colocan justamente en dos nazando la dama y bloqueando la torre. Pero
cas i llas vinculadas por la acción eventual de esta jugada debe ser bien analizada, ya que
una sola pieza: un caballo desde "g5 " . puede seguirse con 1 . . . llixdS, pero entonces
surge la posibilidad, luego de 2 . exdS !!xd S ,
3.'!Wd 8+ @g7 4.\Wxg8+ © h 6 5 .\Wxg 5+ de continuar con 3 .'!Wa7 , amenazando '!Wa8 ,
@h7 6 .ig8++ ganando, por lo menos, calidad.
La j ugada es, pues:
Toda la combinación ha sido posible porque
las blancas hicieron de la amenaza de jaque 1 4. � d S !
doble un recurso táctico excelente.
Las negras optan por sacar la dama atacada de
LA " FOURCHETTE" Y EL JAQUE DOBLE "b4" para, a la vez, evitar la "fourchette" del
peón "c", pero no reparan que ahora otro tema
El ej emplo que insertamos ahora es mucho se vinculará al primero. El jaque doble entrará
más bonito, pero también simple, ya que en a gravitar de manera decisiva.
realidad este tipo de combinaciones que nacen Se observa que si llie7+ el rey sólo puede ir a
de ideas estratégicas tan primarias, una vez "d8" o "b8 " , donde se coloca bajo la amenaza
desnudadas del aderezo de algunas jugadas de otro doble en "c6", sacrificando un caballo.
intermedias bonitas, dificilmente pueden l le­ Lo único que lo impedirá en parte es la dama,
gar a impresionar decididamente. En real idad, que al defender la torre y el peón compl ica el
la mayor o menor belleza que poseen surge de análisis, pero surge entonces el pujante recur­
la habilidad para concebir el plan con antici­ so de entregar la dama para colocar a la dama
pación. Veamos: rival baj o los fuegos de un perfecto jaque
doble.

14 ... \Wcs 1 5 .'!Wxd4 '!Wxd4 1 6. � e7+ ©b8


1 7 . lli 7xc6+ bxc6 1 8 . llixc6+

Quedando al final de cuentas con una calidad


de ventaja.
En este caso hemos visto cómo dos temas
viej os y primitivos han permitido decidir en
notable forma una partida y de qué manera las
combinaciones más simples adquieren jerar­
quía cuando se prevén con gran anticipación y
se adoptan las providencias para que sean
matemáticamente perfectas.
A esta posición arribaron Bogoljubow, con las
blancas, y Hans Müller, con las negras, en el EL PRECIO DE UN ERROR
torneo de Triberg de 1 934. La situación es
aparentemente sólida para las negras, pero hay En la posición de la página siguiente juegan
un detalle que debe tenerse en cuenta: la dama las negras y tienen un procedimiento típico
y la torre negras están separadas por una sola para ganar la dama y arribar a un final proba­
columna entre sí y pueden ser agredidas por el blemente tablas, especulando con que la dama
peón "c". Esta posición, denominada "four­ blanca está sin apoyo y existe la eventualidad
chette" , es tema de una posible combinación de un j aque en "d i " .
de sacrificio, ya que, sacando el caballo de Debieron jugar 1 . . . llif3 , seguido, luego de
"c3 " , sería posible la doble agresión. Nace 2 . lli xf3 , por 2 . . . !!d 1 + 3 . !!xd 1 \WxcS.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 65


PIEZAS SOBRECARGADAS COMO TEMA
DE DOBLES

En una partida que disputaron los maestros


Grünfeld, con las blancas, y Eliskases, durante
el torneo de Viena de 1 93 5 , se arribó a lo
siguiente:

En lugar de eso j ugaron:

1 ... lll b3

Con la misma amenaza, pero sin tener en


cuenta que existe la posición típica de los
dobles por la existencia de una pieza atacada
en una cas i l la que está vinculada a otra que Es ésta una posición instructiva, que nos
domina un caballo rival : la torre en el escaque mostrará hasta qué punto puede ser insufi­
"d6", que se halla en un punto vinculado al de ciente una defensa cuando ésta se l leva a cabo
"f7". por medio de piezas sobrecargadas y de qué
Nace entonces la idea de la combinación ga­ manera gravita la idea del jaque doble en este
nadora, que estriba en la oportuna realización tipo de posiciones.
de un doble. Las blancas están defendiendo su cabal lo de
"h2" con el rey y la torre, de manera que luego
2.l'!a8+ @ h 7 3 .Wxd 6 ! de una simplificación que se produzca en este
lugar el monarca blanco irá a parar, precisa­
É ste sacrificio es para dejar s i n apoyo el punto mente, a "h2 " .
"Tl" y especula con la amenaza �h8+, que Existe además para las negras la posib i lidad
obliga a . 'itixh8 y coloca al rey negro en el
. . de dar un jaque doble en la casilla "f3" que
otro extremo de la red de cas i llas vinculadas está aparentemente evitado por la torre de
por la acción que ej erce un caballo desde el " f2 " ; pero como esa pieza debe apoyar a su
punto " tl " . dama, que está agredida por la dama negra,
resulta que no puede desempeñar a la vez
3 . . . Wxd6 4 . l'! h 8 + @ x h 8 5 .lll xf7+ ambos ministeribs y el jaque doble existe en
realidad.
Las negras, en un final simple, con tres peones La maniobra ganadora, hechas, pues, estas
menos, debieron abandonar. aclaraciones, es simple.
Este final muestra cómo el desconocimiento Veamos:
de una regla típica como es la de especular
con las piezas sin apoyo y hacer de e llas temas 46 . . . �xh2+ 47.�xh2 �xh2+ 48.@xh2
de combinación, impidió a las negras ganar la lll f 3+
dama, y cómo e l aprovechamiento de la idea
de los jaques dobles dio la victoria a las blan­ Ganando la dama con el caballo o con la da­
cas. ma.

1 66 ROBERTO G. GRAU
PERO HA Y QUE DESCONFIAR SIEMPRE III.- EL DOBLE EN FINALES
COMPUESTOS DE G RAN JERARQU Í A
Pero no siempre los jaques dobles son temas
exactos de combinación, pues muchas veces Hemos visto cómo el j aque doble, la elemen­
por ganar un peón se dej a mal situado el ca­ tal maniobra de que hacen uso y abuso los
ballo que captura y esto puede ser muy grave. aj edrecistas principiantes, puede ser algo más
Cuando se especula con una combinación de que el accidente de una partida, y cómo mul­
doble hay que estudiar siempre las posibilida­ titud de obras de arte de la técnica fincan su
des de retomar al j uego que tiene la pieza que bondad precisamente en la hábil ej ecución de
entra en el j uego rival, y el ej emplo de la par­ esta maniobra, que adquiere en esos casos los
tida entre Swiderski, con blancas, y Marshall, aspectos de una combinación clásica. Hemos
j ugada en el torneo de Montecarlo de 1 904, es visto al j aque doble como maniobra táctica
ilustrativo: gravitando en la suerte de una partida, no para
ej ecutarlo, sino para crear debilidades en el
frente rival . Lo vimos decidiendo cotej os
rápidamente, cuando todo parecía normal, y lo
estudiaremos ahora, antes de entrar en el te­
rreno de la partida viva, a través de una serie
de ej emplos de final de estudio.
Observaremos cómo este tema, apl icable en
multitud de posiciones cuando se colocan las
piezas rivales en casillas conj ugadas, que
tengan vinculación entre sí por medio de la
acción de un caballo en un cuadro concéntri­
co, ha dado margen a multitud de obras de
arte del ingenio aj edrecístico.

En esta posición las negras se ven amenazadas UN EJEMPLO ESTUPENDO


de Wi'd8 + + , y en lugar de neutralizar directa­
mente la amenaza por medio de 1 . . W/e8, no
. Empecemos con un ejemplo de Kubbel, el
encuentran nada mej or que especular con la marav i lloso compositor ruso. En él las blancas
s ituación de la dama negra y con los recursos tienen una torre menos y aparentemente están
que brindan las cas i l las conjugadas de "g2 " y perdidas, pero veremos cómo se ingenia el
"d i " , que pueden ser dominadas simultánea­ compositor para hallar una solución matemá­
mente mediante . . . lll e3. Siguen, pues, con: tica a las ambiciones blancas de triunfo.

29 . . . Wxg2+ 30. @xg2 lll e3+

Dando doble y recobrando la dama, pero . . .

31 . @f3 ! lll x d 1 32.c4

Y el caballo atrevido queda copado y luego de


\t>e2 sucumbirá.
No siempre es bueno encandilarse por el agra­
dable fulgor de este tipo de combinaciones,
pues el optimismo irreflexivo es en ajedrez,
como en todo, la madre de muchos desacier­
tos.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 67


¿En qué causa pueden fundar las blancas, a las Y si el rey va a "b4" se gana la torre con
que les corresponde j ugar, su derecho a la tli c?+, mientras que si se mueve a "a4" o
victoria? En la atrevida situación del rey negro "c4", la jugada es tli b6+. Véase de qué mane­
y en el hecho de que la dama rival se halla sin ra se ha especulado con el doble para ganar
apoyo en "g2 " , lo que obliga al rey negro a este final estupendo y de qué económica ma­
jugar con sumo cuidado para evitar un descu­ nera el caballo ha ido de "e2" a "a8", barrien­
bierto. do las piezas rivales.
La solución es la siguiente:
RECURSO INESPERADO
1 .W/a2+ ©b4
Interesante es la manera de cómo se explota la
No 1 ... © b 5 , ni 1 . . . � d 3 , porque el caballo idea del doble para empatar una partida apa­
blanco da j aque, y sigue W/xg2. rentemente perdida en este otro final de
Kubbel, que insertamos a continuación :
2.W/b2+ ! �c4!

Nuevamente única. Si 2 . . . �a4 seguiría �� -'


3 . tli c3++ mate.
• • • •
3.W/c2+1 ©b4 4.©b21 •

� "
� -

� .i. �
f' "'
Una vez defendido el cabal lo, las blancas
avanzan el rey para darle un punto de apoyo a

la dama y amenazar \Wb3++.

4 ... W/d S
• • • •
Ú nica. S i 4 . . . a4 seguiría 5 .\Wc5++. Pero
ahora las negras han colocado la dama en una Las negras tienen ventaj a material y amenazan
casilla conj ugada, con la de "a4", que puede . . . \Wd8 + , ganando. ¿Cómo pueden las blancas
ser agredida simultáneamente por el caballo salvar la partida? Pues, ya que disponen de
desde "c3 " , y este hecho provoca la combina­ dos cabal los, tratando de realizar maniobras
ción que sigue, que ofrece una red de jaques defensivas que especulen con el doble. Juegan
dobles magníficamente tendida. así :

5.W/a4+ ! ! 1 .if6 1

Sacrificio de desviación que coloca al rey baj o Entregan el alfil para poder seguir con una
la serie d e dobles. jugada de caballo que ataque la dama y ame­
Obsérvese que la torre está en "a8 " , que tam­ nace un mate.
bién tiene una casilla que conj uga los saltos
del caballo con la situación del rey en "a4" o 1 . . . W/xf6
"c4" : la de "b6".
Necesaria, pues si no seguiría 2 . tli b6 + �xc5
5 ... @xa4 6 . .lü c3+ ©b4 3.ie?++.

Forzada. 2 . .lüd71 !

7 . .lüxdS+ Otra notable jugada de sacrificio.

1 68 ROBERTO G. GRAU
2 . . . ixd7 3 . ll'l b6+ 2 .ixg7 gh4

Y ahora las negras están ante e l desagradable Única por las amenazas de doble antedichas.
dilema de que si juegan 3 . . . ©c5, sigue
4 . lll xd7+ doble, y si efectúan 3 . . . ©xc3, en­ 3.g3!
tonces 4 . ll'l d 5+ con jaque doble, ya que si
4 . . . cxd 5 , las blancas quedarían ahogadas y S iguen las blancas hostigando a la torre, que
sería tablas. va quedando sin casi llas. No puede ir a "h3 ",
Como se observará, ésta es una nueva sutileza por 'it>g2 , ni a ninguna cas i l la blanca de la
en la apl icación del tema de los dobles en la quinta (cuarta) horizontal, por los dobles en
construcción de finales. Y esto tiene multitud las cas i llas conjugadas "f6" o "b6 " . La torre
de reminiscencias en la partida viva, como lo está, pues, perdida, y el final se resuelve así,
veremos cuando mostremos algunos encuen­ en mérito a la hábil explotación del tema de
tros en que este tipo de recursos tácticos gra­ los dobles.
vitó de poderosa manera.
EL TEMA TRATADO POR TROITZKY
UNA I DEA INGENIOSA
Otro ej emplo valioso nos lo da el final de
No menos ingeniosa es la idea de Rinck en el Troitzky que insertamos acto seguido. En él la
siguiente final : idea del doble es también muy oculta y mate­
máticamente exacta.
Obsérvese la posición y luego cómo se produ­
ce la victoria blanca:

El final parece muy dific i l de ganar, pues si


bien hay un agresivo peón en "c7 " , hay otro
negro en "a3 " , que incomoda, y la torre está
pronta para acudir a cualquier zona. Y no Las b lancas tienen varios peones y dos piezas
parece que también la recóndita idea de un menores, pero nada podrían hacer en realidad
jaque doble sea la que decida la lucha. Vea­ contra la dama, por la falta de coordinación de
mos: sus fuerzas. Pero existe el gracioso recurso del
doble, y veamos de qué manera lo explota
1 .ll'ld5+ ©d7 Troitzky:

Esto parece que ayuda a las negras, pero en 1 .g7 \Wg6


realidad el rey negro se ha puesto a tiro de
jaque en "f6" o "b6", de lo que se deduce que Única. Si 1 . . . '!Wd 8 seguiría 2 .ie6 .
la torre negra no puede ir a "g8", ni a "a8", ni
a "h7", ni a "h5 " ; la red comienza a tenderse. 2 . ll'lf8 1

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 69


El peón se defiende indirectamente por la
amenaza de un doble en "e6 " .

2 . . . tvxg3 3.i.g4! 1

Este es el secreto del final. Las blancas reali­


zan un sacrificio para colocar la dama negra
en una casilla blanca, pues al j aque del caballo
en "d7" el rey negro debe colocarse en una
cas i l la b lanca. Para dar un doble con el caba­
llo hace falta que las piezas agredidas estén en
cuadros del m ismo color.

3 ... tvxg4 4.�d7+ @d6


Para ganar hay, pues, que apelar a alguna
Pero las negras disponen de un cuadro negro y suti leza. Y Rinck la encontró con notable
evitan el doble. Mas si se observa con deten­ habil idad.
ción se verá que el peón está en una cas i l la
negra y que, siguiendo con: 1 .f6 gxf6 2 . h 5 �xg3 3 . h 6 �f5 4 . h 7 �d6+
s.@b4 �f7
5.�f6
El peón parece estar por el momento conteni­
Se amenaza entrar a dama, y s i las negras para do, pero ahora surge el recurso de un doble,
evitarlo juegan. que nace de un detalle valioso. Si el caballo
blanco diera j aque en la cas i l la "c5 " sería
5 . . . tvxg7 j aque mate.
Juegan entonces:
Sigue . . .
6 . � e6
6.� e8+
Amenazando mate.
Dando doble y ganando e l final.
Resulta notable la red de cas i llas que el caba­ 6 . . . @b7
llo ha logrado dominar por medio de la ame­
naza que significa el peón de "g7" y la impo­ Y ahora el rey se ha colocado justo en la casi­
sibilidad que tuvo e l rey negro de alej arse de lla conjugada con la de "d8", desde donde se
la zona de influencia del cabal lo. atacan ambas piezas negras, y como el caballo
negro está sobrecargado, pues debe evitar
EL DOBLE PARA DESVIAR UNA PIEZA h8W, las blancas ganan inmediatamente me­
diante la simple jugada.
Y, por último, veremos otro final de Rinck, en
el que la idea del doble gravita de otra mane­ 7.�d8+
ra, ya que no se da para ganar material, sino
para desviar un caballo rival de la zona en que Etcétera.
actúa. Vimos, a través de estos ej emplos, la gran
En la posición que sigue las blancas, para j erarquía que adquiere el tema de j aque doble
ganar, deben coronar el peón "h", pero a pri­ en manos de maestros.
mera vista éste será contenido por el caballo, Lo veremos enseguida en el desarrol l o de
por la ganancia de tiempo del j aque en "d6 " . partidas de torneos.

1 70 ROBERTO G. GRAU
IV.- EL JAQUE DOBLE EN LA PARTIDA En la misma el primero logró ganar un peón
VIVA mediante una típica maniobra de doble con un
caballo, que especulaba sobre un claro sentido
Largo es e l viaj e que hemos realizado para de las posibilidades que para el caballo se
estudiar la variedad de recursos que ofrece el desprenden de la existencia de piezas rivales
j aque doble y su importancia en la partida indefensas, en la red de cas i llas vinculadas
viva. Estudiamos una serie de posiciones de directamente a su acción.
partidas en las que el doble decidió victorias
absurdas. Lo vimos más tarde gravitar ocul­ Gambito de Dama (D30)
tamente en una serie de finales de estudio y lo Buenos Aires, 1 925
analizaremos ahora en una serie de partidas en B lancas: V . Femández Coria
las que la háb i l explotación de los recursos Negras: R. G . Grau
agresivos del caballo y el conocimiento exacto
de las características de ciertas posiciones 1 .d4 dS 2.lüf3 lüf6 3 .c4 e6 4 .igS lü bd7
permitieron real izar combinaciones aparente­ S.e3 c6 6 . lü bd2 §'as
mente muy ocultas. Pero para todo aquel ju­
gador que siga este curso y observe la serie de Primer error de concepto. La dama en "a5 "
detalles valiosos que ofrecen determ inadas suele ser eficaz en la Cambridge Springs, por
posiciones, no será tan dificil el encontrarlos cuanto vulnera al caballo de "c3 '', que tiene
en posiciones simi lares. cierta dificultad para ser bien defendido. En el
Las combinaciones en aj edrez no brotan es­ presente caso vulnera un caballo muy bien
pontáneamente. Son el producto de una serie sostenido, que amenaza situarse en "c4", pre­
de detalles que el j ugador observa y que a cisamente en una cas i l la desde la cual atacará
menudo el subconsciente le indica. Hay mo­ a la atrevida dama negra.
mentos en que un j ugador se pregunta: "¿Có­
mo se me puede haber ocurrido esta jugada?" ; 7 .ixf6 lü xf6 8 .id3 d xc4
pero, s i n embargo, si sutiliza u n poco s e dará
cuenta que hay una serie de detalles caracte­ Es necesario eambiar peones antes que las
rísticos que le permiten intuir cuál es el plan blancas se enroquen, para evitar que retomen
ganador y por esta causa atrapar la j ugada con el caballo. Pero esa maniobra sólo logra
maestra. Nada se produce por azar y nunca las ser dilatada, ya que no es posible evitarla.
j ugadas surgen por obra de milagro. Todas las
combinaciones tienen causas para surgir, y 9 .ixc4 id6
muchas obras de arte para los neófitos son
simples tonterías para los expertos. Son sim­ El negro preparan el avance de su peón "e" y
plemente temas de ataque mejor o peor lleva­ evitan lll e5, pero para lograrlo deben colocar
dos, y en el caso de los dobles, como manio­ el alfil indefenso precisamente en una cas i l la
bra técnica de j erarquía, y no por cierto como vinculada a la que ocupa la dama en "a5 " .
j ugada que sólo especula con la inocencia del E s decir, que u n caballo e n ese sector amenaza
rival, hay muchos factores que permiten idear el doble ataque a estas piezas. Está, pues,
este tipo de planes. Clara muestra de ello nos trazado el esquema de la posible combinación
la dará el estudio de algunas partidas típicas de las blancas y éstas han de aguzar sus senti­
que se han disputado en la Argentina en dis­ dos para sacar provecho de ese defecto de
tintas épocas. construcción de la situación de las negras.

LAS CASI LLAS V INCULADAS 1 0 .0-0 es

Veremos una partida j ugada hace años en Esta j ugada, que en apariencia es excelente,
B uenos Aires entre Femández Coria y Grau. presenta un defecto grave, pues dej a indefenso

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 171


el peón " f7 " , que a su vez se hal la vinculado a alfil le ha cedido su plaza al caballo, que des­
la casilla "d6", donde está un alfil indefenso de "c4" atacará la dama, el alfil, el peón de
que puede ser atacado por un caballo desde "e5 " , que evita por ahora una amenaza de
"c4", el cual simultáneamente ataca a la inde­ "fourchette" (doble ataque con un peón a dos
fensa dama de "a5 " . Esto muestra que el juga­ piezas), y simultáneamente extenderá su ac­
dor que conduce las negras no se ha percatado ción hacia la torre de "f7", que se hal la en otra
de la importancia que tiene la teoría de las cas i l la conjugada con la red de cuadros que el
casil las conjugadas, que años más tarde él cabal lo blanco puede dominar.
mismo estudió y aclaró. Y si se observa que además el otro cabal lo,
por otra vía ("e5" o "g5 "), puede colaborar en
1 1 .§'b3 la acción sobre esa red de casil las, mal ocupa­
das por piezas negras indefensas o mal apoya­
Las blancas, en cambio, j uegan con gran lógi­ das, se verá la lógica de la combinación reali­
ca y claridad y esbozan en este momento una zada y la serie de detalles que la justifican.
combinación que finca su fuerza en la explo­
tación de la existencia de piezas sin apoyo, o 1 2 . . . �xf7 1 3 . c!Li c4!
con apoyo insuficiente, en cas i llas conj ugadas.
Apoderándose de la casilla crítica.
1 1 . . . 0-0
1 3 . . . §'d S 1 4.c!Lixd6
PERO LA TORMENTA VIENE . . .
Ahora entramos en el terreno de la técnica. Si
Las negras creen haber resuelto sus problemas primero, 1 4 . dxe5 seguiría 14 . . . �e 7 y las
por medio del enroque, pero en realidad no es negras conservarían sus dos alfiles, que en
así. Las blancas han creado un engranaje de posiciones abiertas suelen ser muy poderosos.
piezas perfecto para explotar la debi l idad de la
red de piezas negras y no han de fracasar ante 1 4 . . . §'xd6 1 5.dxeS
la simple j ugada rival.
Y ahora, al desaparecer el alfil negro de "d6",
1 2 .ixf7+! el peón de "e5" carece de apoyo debido, y otro
tipo de doble (el doble de peón o la "four­
chette") entra a colaborar en la lucha.

1 5 . . . §'e7 1 6 .exf6 §'xf6

Y las negras quedaron con el peón menos a


causa de la inteligente man iobra de las blan­
cas, que supieron sacar provecho de la posi­
ción típicamente defectuosa del segundo juga­
dor.
La partida no nos interesa más para nuestro
tema. Las blancas jugaron luego con menos
energía y permitieron que mediante un opor­
tuno sacrificio de torre por caballo las negras
Notable sacrificio, pero realmente simple para lograran una posición favorable; pero la ver­
un j ugador que comprenda la vastedad de dad es que han ganado un peón y si ahora
recursos que brindan las cas i llas conj ugadas y jugaran 1 7 .c!Lid4 tendrían una posición con
conozca el tema de los dobles como maniobra pocos riesgos a cambio de la ventaj a de mate­
táctica. Obsérvese la posición y se verá que el rial.

1 72 ROBERTO G. GRAU
EJEMPLO EXTRAORDINARIO cuando el alfil no tiene vía de desahogo. Pero
para hal lar esta jugada, que en real idad no
Observaremos ahora otro ej emplo, aún más aspira a dar el j aque doble en "d6", sino que
expresivo, ya que se trata de una de las parti­ sólo pretende debi l itar la posición negra, Gue­
das más cortas disputadas nunca en los tor­ rra Boneo debió comprender perfectamente la
neos mayores argentinos. En ella las blancas riqueza del recurso que surge de la situación
ganaron por medio de una red de amenazas de de piezas rivales en cas i l las accesibles a saltos
jaque doble, perfectamente trazada. Se verá de cabal lo.
así cómo un mal planteo tiene su castigo y
cómo el j aque doble con el cabal lo, mejor 9 . . . ©d7
dicho, la amenaza de doble, tiene una jerar­
quía extraordinaria cuando se la sabe planear Malo sería 9 . . c!ll e4 por 1 0 . c!ll g S , entregando
.

y ella forma parte del plan general. el caballo para dar el doble en "d6" o en " f7 .
S i 1 0 . . .f5 , para defenderlo, 1 1 .f3, atacando el
Apertura de Peón Dama (A47) caballo y materializando alguno de los dobles
Argentina, 1 925 amenazados.
B lancas: A. Guerra Boneo
Negras: R. De Witt 1 0 .c!ll g s c!ll g4 1 1 .Wg J c!ll h6 1 2 .WhJ+ Wd8
1 3 .WcJ f6 1 4. c!ll xd6
1 . c!ll f3 b6 2.d4 ib7 3 .if4 c!ll f6 4.c4 es
5. c!ll c3 g6 6.dxcS bxcS 7 .Wb3 Wc8 8 . c!ll bS Y con una nueva y agresiva j ugada del caballo
dama, que ahora colabora con el de rey en la
Comienzan las blancas a especular con el amenaza de c!ll f?+ doble, y ataca simu ltánea­
planteo defectuoso de las negras. Amenazan la mente a la dama, Guerra Boneo puso fin a esta
simple j ugada 9 . c!ll c?+ doble, pero en real idad lucha, verdadero modelo de maniobrar con los
lo que preparan es el pase de la dama blanca caballos.
hacia el centro del tablero, para explotar la Las negras abandonaron, ya que si se captura
posición de la dama y el rey negros, que se el caballo sigue Wxf6 + , dando un doble de
han puesto baj o la amenaza de doble por me­ otro tipo absolutamente distinto, pero doble al
dio de la casilla conj ugada "d6 " . fin.

8 . . . d6 9 .We3 ! ! V . - LA EXPERI ENCIA DEL DOBLE EN


G RANDES TORNEOS

Terminaremos con el tema que estamos con­


siderando sobre los recursos que brindan los
dobles con el caballo y la dignidad que puede
alcanzar esta subalterna maniobra si se la usa
con intel igencia. Hemos dicho que en realidad
queremos sal ir en defensa de la misma y de­
mostrar que si es criticable y absurda como
elemento de sorpresa, es proficua cuando se la
apl ica en posiciones determinadas, que ofre­
cen detalles típicos para este tipo de manio­
bras.
En el torneo de Estocolmo de 1 93 7 , muchas
Jugada magn ífica y difícil de hallar, ya que la fueron las partidas valiosas que realizó el
rutina critica, con razón, por cierto, esta colo­ equipo argentino. Sus hombres j ugaron con
cación de una dama delante del peón rey eficiencia suma, y la calidad del j uego desple-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 73


gado superó en mucho a la que muestran los la preocupación que surge de la debil idad
mismos en Buenos Aires. La importancia del famosa y típica de la diagonal e l -a5 , que da
compromiso y la conciencia de la responsabi­ margen a tantas variantes teóricas en la aper­
l idad agrandaron a nuestros aj edrecistas, que tura del peón dama.
hubieron de enfrentar a maestros de fama
internac ional. 9.a3 .ixc3+ 1 O .ti'xc3 ti'xc3+ 1 1 . bxc3
Pero ahora sólo nos interesa lo que tenga .!Lie4
relación con el doble como elemento de com­
binación. Comentaremos, pues, una partida Comienza la danza de los caballos, que ha de
publicada en su oportunidad en Buenos Aires, culminar con el tema de los dobles, que nos
pero en la que no se destacó el detalle señala­ interesa en este capítulo. Las líneas abiertas y
do, ya que había que mostrarla, como es natu­ los peones de las blancas doblados en la co­
ral, sin detalles técnicos característicos. lumna "c" son razón sobrada para afirmar que
las negras están mejor. Las dos columnas que
MODELO IN STRUCTIVO sus torres podrían ocupar, las de "b" y "d",
quedarán vulneradas mediante la acción de un
Fue la partida que real icé con e l danés Paul­ cabal lo en "c3 ", fáci lmente situable, porque el
sen, la que se desarrolló de la manera que peón que allí se encuentra carece de apoyo.
sigue :
1 2 . .ie3 .!LidxcS 1 3 .g3 .ie6 1 4 . .ig2 13c8
Gambito de Dama (03 8) 1 S . .id4 0-0 1 6. i'! b 1 b6
Estocolmo, 1 937
Blancas: C. Paulsen Las l íneas están tendidas. Las negras han
Negras: R. G. Grau tratado primero de inmovilizar el peón de
"c6", para luego colocar el caballo en "a4" y
hacer que todas las piezas coincidan sobre el
1 .d4 dS 2 . c4 e6 3 . .!Li c3 .!Lif6 4 . .!Lif3 .!Li bd7
m ismo punto. Es necesario desaloj ar el caba­
S . .igS .ib4
llo de "e4", ya que en real idad la gravedad de
la amenaza sobre el peón de "c3" adquiere
Esta j ugada, llamada Variante Manhattan, por
importancia, porque un caballo, desde ese
haberse disputado por primera vez en un tor­
punto, atacará simultáneamente la torre y el
neo realizado en Nueva York en 1 9 1 9, ha sido
peón de "e2", que quedará indefenso en caso
generosa en triunfos para muchos aj edrecistas
de enrocarse.
argentinos. Palau se adj udicó multitud de
victorias con ella en Europa, entre otras, una
1 7 . .!Lid2
frente al gran maestro Euwe, y la reedité con
éxito señalado. Se trata de una j ugada de valor
Necesaria.
dudoso, pero que exige, para ser combatida,
un profundo conocimiento de la misma, y en
1 7 . . . .ifS 1 8 .i'!b4
los torneos hay que confiar siempre en la
sorpresa que las maniobras antiguas de plan­
La partida entra en su período crítico. Las
teo producen en el ánimo de la gran mayoría
blancas no se resignan a cambiar los cabal los
de j ugadores.
por la fuerza de la répl ica 1 8 . . . �xe4 , seguida,
6.ti'b3 es 7 . cxdS exdS 8 .dxcS §'as luego de la simplificación, de la s ituación
decisiva de una torre en "c4" Con la j ugada
Las blancas han p lanteado defectuosamente del texto evitan, además, el movimiento
sus p iezas. Para aislar el peón central negro . .!Lia4, que ganaría el peón " c" . Pero com­
. .

han cedido el centro y, además de tener la prometen la colocación de la torre, y las ne­
dama colocada en zona vulnerable, las abruma gras empiezan a tejer su combinación.

1 74 ROBERTO G. GRAU
1 8 . . . gfeS fuerza de los dobles y los recursos que brinda
este tipo de amenazas es . . . as, atacando la
Empieza a girar el tema de los dobles. La torre. Se entrega el peón "b6", pero luego
j ugada 1 8ª del negro amenazaba 1 9 . . . lll xc3 sigue . . . lll a4 , que ataca doblemente a la torre
20 .ixc3 lll d 3+ (primer doble) 2 1 .©d 1 y al peón "c3 " .
lll xf2 + (segundo doble) 2 2 . © e 1 lll x h 1 , se­ Pero u n detalle contiene a las negras e n su
guido de . . . !!xc3, ganando cal idad. anál isis. Hay que desconfiar de la posición de
las torres negras, también a tiro de doble, que
1 9.©d1 en sólo dos saltos puede prodigar el caballo
blanco de "d2 " . Por ej emplo: S i 1 9 . . . as
2 0 . !!xb6 lll a4 sigue 21 . .ixe4 .ixe4 (no
2 1 . . . lll xb6, a causa de 22 . .ixfS , atacando la
torre y manteniendo material de ventaja)
2 2 . lll xe4 , y ahora no sería absolutamente
ganador 22 . . . lll xb6 , a causa de la répl ica
2 3 . lll d 6 , dando dob le.
A primera vista fracasa la maniobra, pero
¿quién impide trasponer las j ugadas? Si, por
ej emplo, se toma primera el peón "c", está
bien que se entrega un caballo, pero luego se
recupera mediante . . . lll a4 , dando doble y, lo
que es muy valioso, abriendo las columnas a
ambas torres, que flanquean al rey blanco. Si
CÓMO SE RAZONA se profundiza un poco más, se observará que
el rey cas i se encuentra en pos ición de mate, y
No servía 1 9 . lll x e4 por 1 9 . . . ixe4 20.ixe4
esto perm ite segu ir fáci lmente el anál isis y
lll xe4 2 1 .!!b3 !!c4 , con final ganador sin
comprobar que la atrevida j ugada . . . as es la
riesgos. La posición, sin embargo, no es clara
maniobra exacta para vencer, en mérito a la
después de este movim iento de las blancas,
serie de probabil idades que brinda la manio­
que parece muy fuerte. El rey ha salido de la
bra típica de dobles, mediante la colocación
columna abierta, y la impos ibil idad de colocar
de piezas adversarias en casil las conjugadas
el caballo en "a4" hace dificil la maniobra que
entre sí por la acción de un caballo, en un
permita hacer valer la superioridad de desa­
cuadro equidistante.
rrollo del negro. Las blancas amenazan f3,
Jugaron, pues :
sacando el caballo y preparando una simplifi­
cación. ¿De qué manera hacen valer las negras
1 9 . . . a5 20.�xb6
su ventaj a estratégica? Los cabal los suelen
brindar, como hemos visto, multitud de recur­
sos, y hay posibil idades de j aque doble en Hay que resignarse a aceptar la oferta. No
"f2" , pero este punto está defendido sana­ serviría tampoco 20 .!!bS, a causa de
mente por el alfil de "d4 " . En cambio, el peón 20 . . . .id ? , que obligaría a jugar 2 1 .füb6, y la
de "c3 " es más factible de sucumbir, ya que es combinación final sería idéntica a la del texto,
muy débil, se halla en una línea abierta domi­ pero faci litada por una posición de mate que
nada por el negro y además el caballo desde destacaremos en el momento oportuno.
ese punto vulnera una importante red de casi­
l las conj ugadas, entre el las "e2 " , que a la vez 20 . . . lll xc3+ 2 1 .i.xc3
está agredida por la torre de "e8".
La primera j ugada que surge a la vista para Y colocados el alfil y la torre a tiro de doble,
todo aquel que razone, teniendo en cuenta la surge la maniobra de doble, que no es defini-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 75


tiva, sino combinación intermedia; simple­ 1 º Hay que defender atentamente todas las
mente, un recurso táctico para desmantelar la casillas por medio de las cuales el caballo
posición del monarca adversario. puede agredir al rey, por ej emplo, estando
enrocado y el rey en "g8 " , los puntos " f6 " ,
2 1 ... .!Lia4! 22 .ixaS .!Lixb6 " h 6 " y "e7 " . Si está e n s u punto d e origen
("e8"), los cuadros "d6" y "c7", y aun los
También se ganaba la partida j ugando primero puntos de acceso a esas cas i llas.
22 . . . �c2 + . 2º Un caballo que pueda colocarse en sólo dos
saltos en una de las casillas vinculadas a la
23.e4 situac ión del rey, es siempre un grave riesgo
que conviene advertir.
En caso de j ugar las blancas 23 .�xb6, segui­ 3° Cuando, por ej emplo, se tiene el rey en una
ría 23 . . . .ic2+ 24 . ©e 1 .id3 (amenaza mate casilla blanca, o hay pel igro de que lo obli­
en "e l ") 2 5 . lli b 3 l%xe2+ 2 6 . ©d 1 l%b2 guen a meterse en el la, hay que tratar de no
27 .�xd5 .ic2 + 2 8 . © c 1 l%b 1 + 2 9 . 'tt> d 2 tener piezas sin apoyo en casil las blancas, ya
füh 1 30 .�xh 1 .ixb 3 , con calidad de ventaja que siempre un caballo ataca cuadros del
y ganando fáci lmente. m ismo color.
Este es sólo uno de los procedimientos que 4° Quiere decir esto que estando un rey en
permitieron ganar, ya que habría varios en ese "d8" y existiendo caballos rivales, corren
caso. peligro todas las piezas situadas en los cua­
dros negros que hay desde la S3 l ínea hasta la
23 . . . .!Lia4 columna "g", ya que ese rey puede ser j aquea­
do por vía "f7", "e6", "c6" y "b7" por medio
Y ahora se observa la dificultad que surge de de un cabal lo.
tener el rey flanqueado por ambas torres ene­ 5° Que el jaque doble, cuando se emplea como
migas. No se puede j ugar 24. exf5 a causa de diversión táctica para debi litar la posición
24 . . . lli b 2 mate. enemiga, es una maniobra complej a y dificil, a
La partida está, pues, definida, por la ventaja la que está propenso todo rey que no se en­
de material, y para nuestro tema ha concluido, cuentre enrocado, o que, de estarlo, no dis­
ya que se han producido las maniobras inter­ ponga de un buen bloque de peones que lo
medias, en base a la explotación del tema de defienda.
los dobles, que es lo que a nosotros nos intere­ 6° Que amenazar un jaque doble, por si el
sa. rival no lo ve, es una maniobra indigna de un
Pero como duró pocas j ugadas, daremos el jugador de calidad o de quien aspire a serlo, y
final . que este tipo de recursos debe ser despreciado.
Siguió así : 7° Que es muy grave tener piezas sobrecarga­
das cuando hay caballos rivales en el tablero,
2 4 . .!Ll c4 gxc4 2 5 .exfS gd4+ 26.©c2 ge2+ y probabil idades de jaques, ya que es éste uno
27.©b1 gdJ 2s.gc1 gb2+ de los casos en que más se evidencia lo peli­
groso de no disponer de apoyos sólidos en
Y mate a la siguiente. cada punto del tablero.
8° Y, finalmente, que siempre, cuando se trate
CONSIDERACIONES GENERALES de posiciones en las que los saltos de los ca­
ballos son fáci les, hay que buscar planes ba­
De lo que hemos visto a través de estos capí­ sados en eventuales dobles directos, o me­
tulos se desprenden las s iguientes reglas prin­ diante maniobras intermedias de sacrificio, si
cipales, para lograr saber cuándo existe la el rival no tiene todas sus piezas muy bien
probab i lidad de sacar provecho de la existen­ apoyadas, pues en las posiciones abiertas casi
cia de caballos en el tablero: nunca sucede esto.

1 76 ROBERTO G. GRAU
V I . - LOS RECURSOS TÁCTICOS LA DESVENTAJA COMO FUENTE
INSPIRADORA
Que los recursos en el juego del aj edrez son
muy abundantes, nadie lo duda. Casualmente, Infinidad de grandes partidas se han produci­
es entre los j uegos de ingenio, el que mayor do en momentos en que un bando se hal laba
gama de posibi lidades ofrece y el que, a pesar en desventaj a, pues, impulsado por la necesi­
de su faci lidad y debido seguramente a la dad de apelar a los grandes recursos, el j uga­
m isma, permite a un buen j ugador salvar con dor ideó una combinación que no sólo salvó la
mayor dificultad los obstáculos de un mal partida, sino que permitió incorporarla a la
momento. bibliografia del aj edrez, y en lugar destacado.
Hay errores decisivos, fundamentales, que no Existe, pues, un factor muy val ioso en la vida
admiten remedios, pero hay también pequefios del aj edrez práctico, que es el recurso táctico.
errores que sólo alcanzan a dejar, a la persona Muchos le llaman celada, pero la celada es
que los comete, en inferioridad de condicio­ otra cosa. Celada es aquel la maniobra que
nes. tiende solamente a ganar si el rival, ingenua­
Esas fal las del aj edrecista, muy difici les de mente, cae en la m isma. Recurso táctico es
evitar cuando no se posee un cerebro que una combinación por medio de la cual es
trabaje con la rítmica acción del que poseen posible igualmente vencer si el rival omite
algunos grandes maestros -quienes, aun a alguna jugada, pero que, en caso que fracase,
pesar de eso, son susceptibles de omisiones no ofrece al adversario posibil idad alguna. Es
serias-, son las que establecen la fuerza del decir, que si fracasa se convierte en una j uga­
aficionado. da normal y consecuente con el plan, y si
Un j ugador es bueno o malo de acuerdo con la triunfa, es una combinación ganadora o que
cantidad de veces que se equivoque. El bueno permite hacer tablas una partida perdida.
hará más buenas j ugadas que errores, y el muy
malo l lega a no hacer casi nunca una buena DIFERENCIA ENTRE RECURSO
j ugada, salvo en aquel las posiciones donde el TÁCTICO Y CELADA
mate en una es inevitable. O en la apertura,
cuando efectúa los primeros movim ientos de En la celada, el objeto único de la jugada es
la lucha. confiar en la estupidez transitoria del rival. En
Cuando un aj edrecista es más hábil que otro, el recurso táctico, ésta puede permitir ganar,
puede perm itirse el luj o de incurrir en algunos pero en el caso que nuestro adversario esté
errores que le hagan quedar en desventaj a atento a nuestras amenazas, la maniobra ha de
estratégica. Puede también, en muchos casos, ser siempre concordante con el plan general
perder un peón y aún más, para luego hacer de la partida.
valer su mayor habil idad y triunfar, no por Y que hay en cada partida de aj edrez multitud
obra de la partida en sí, sino de su ingenio de posiciones donde es posible que la victoria
para plantear celadas de largo alcance a su se escape por la sucesiva acción de este tipo
rival, las que suelen transformarse en recursos de j ugadas adversarias, es detalle que todos
tácticos definitivos. saben. Y aun podría afirmar que hay muchos
Por esta causa el error en ajedrez suele ser j ugadores de primera categoría, nuestros, que
menos grave que en las damas, por ej emplo. han hecho de este tipo de planes su verdadera
Cuando se practica este último j uego, mucho fuerza. Cuando se oye decir con mucha fre­
más simple en sus formas y sus combinacio­ cuencia: " ¡ Qué suerte tiene Fulano; siempre
nes, no es posible distraer la atención un solo está inferior y luego gana ! " , hay que suponer
instante. El error suele ser irreparable, por la que no es posible que el azar ayude tan per­
m isma faci lidad del j uego, que impide realizar sistentemente a una persona y menos en aje­
tanta abundancia de combinaciones, y, sobre drez. En la vida, el azar es mucho menos fre­
todo, de combinaciones suti les. cuente de lo que la gente supone. Casi siempre

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 77


el l lamado azar es el fruto de alguna virtud rabie, creen que ha term inado la misión de la
oculta de quien logra sus favores. " Hay que partida y esperan recoger los beneficios del
ayudar al azar, para que éste se acuerde de mejor planteo, sin nuevos esfuerzos tan suti­
nosotros" . É ste debería ser el lema de los les. Y la gruesa realidad, en un accidente
aj edrecistas, y esto es lo que j ustifica que táctico de inferior dignidad técnica, pero des­
algunos j ugadores ganen tantas partidas teóri­ graciadamente tan importante para la victoria
camente perdidas. -que es el defecto del aj edrez como arte- como
lo primero, hace �ue se malogren los bordados
FACTORES P SICOLÓ G ICOS estratégicos de quienes lograron ventaj a en la
apertura.
Hay quienes se agrandan, precisamente cuan­ Para amen izar estas afirmac iones daremos
do comienzan a estar inferiores. Necesitan de algunos ej emplos de posic iones determinadas
este acicate, de la urgencia de emplearse, si y mostraremos más tarde algunas partidas
desean evitar la derrota, para desplegar toda aleccionadoras . Se verá la importancia del
su eficiencia. Estos j ugadores, ante las prime­ recurso táctico y se tratará de infi ltrar en el
ras nubes de su horizonte, se multipl ican, ánimo del aficionado bisoño, y aun de aquel
buscan afanosamente combinaciones, celadas que presume de erud ito, que nunca está gana­
y recursos de todo tipo, y cada j ugada es una da una partida de aj edrez y que la única reali­
permanente amenaza para el rival . En cambio, dad absoluta es el mate o el abandono del
hay mu ltitud de aj edrec istas que juegan con­ rival, dado que hasta ese momento es pe ligro­
fiados en sí m ismos, cuando están un poco sa toda atenuación del esfuerzo mental y de la
mejor, y resulta que de ese desigual estado de concentración.
ánimo y de esa desigual exigencia a su cere­
bro, gana habitualmente quien está teórica­ UN RECURSO TÁCTICO OCU LTO QUE
mente perdido. FRACASA
Ha habido aj edrecistas que han ganado mul­
titud de partidas perdidas, por esa virtud mag­ Ahora daremos una pos1c1on en la que un
nífica de agrandarse ante la adversidad. En bando se encuentra estratégicamente perdido,
nuestra época, Pleci, y aun el propio autor de sin recursos, por graves deficiencias de plan­
este libro, suelen ofrecer multitud de ej emplos teo; pero como tiende, no obstante, un lazo,
de victorias en posiciones estratégicamente que más qlie celada, por su alcance y por ser a
dudosas. En la esfera internacional, el Dr. pesar de todo lo mejor técnicamente, adquiere
Lasker fue un ej emplo típico de los primeros. la jerarquía de recurso táctico.
Sus mej ores partidas fueron, precisamente,
aquel las en que tuvo dificultades estratégicas
en los planteos, y el Dr. Tarrasch y el austrí­
aco Schlechter fueron ej emplo de los segun­
dos, ya que hay infinidad de partidas de estos
grandes maestros en que la victoria se les
escapó por efectos de la menor intensidad del
esfuerzo mental, precisamente cuando más
segura parecía la misma.

POR QU É DECAE LA EFICIENCIA

Esto suele suceder a todos aquel los j ugadores


que asignan a los planteos, con j usta razón, la
importancia definitiva del ajedrez. Una vez Ya hemos dicho que celada es aquella trampa
conseguida una posición decididamente favo- que sólo es eficaz cuando el rival se equivoca,

1 78 ROBERTO G. GRAU
y recurso táctico aquel que, entraí'lando para el 3 1 . . .fxe31
adversario riesgos parecidos, no agrava en lo
más mínimo la posición existente y aun favo­ Especulando con la rutina. Y en este momento
rece la situación general. En una partida juga­ la j ugada normal, de no existir un detalle tác­
da entre Grau y Bauer en el Torneo Mayor de tico oculto, sería simplemente gxf3, que ten­
1 926, se llegó a la posición del diagrama ante­ dría la doble amenaza de Wxc6 o fü1 con
rior después de la jugada 30ª de las piezas ataque irresistible. É sta es la verdad estratégi­
blancas, que conducía el primero. ca, y fácilmente pudieron las blancas dej arse
Se puede afirmar que las negras están absolu­ encandilar por la sugestiva bondad de esta
tamente perdidas. La razón es clara: tienen sus maniobra, pero la desconfianza les hizo anali­
peones mal colocados, llenos de debilidades. zar con cuidado, y comprobaron que esa ten­
Además, el alfil está encerrado y el cabal lo tadora jugada habría permitido a las negras
blanco amenaza situarse en "e5" o "c5 " . Se empatar de magnífica manera. ¡ El artero re­
proyecta, por otra parte, jugar i:!a 1 , cambian­ curso táctico escondiéndose tras la sobria
do las torres para filtrarse con la dama dentro man iobra posicional ! Que es lo que lo dife­
del juego rival y, luego de tt.::l e5, decidir rápi­ rencia fundamentalmente de la celada.
damente la lucha.
Bauer se percata de esto e inicia una maniobra 32 .Wxe31
impecable dentro de lo reducido de sus posi­
bilidades, que encierra asimismo un recurso Si, en cambio, 32 .fxe3 , que es lo aparente­
táctico de primera cal idad, pues esconde sus mente mejor por la amenaza fuerte de fü1 ,
propósitos tras de una tentadora posibilidad apoderándose de la línea abierta y rechazando
que se les brinda a las blancas. El negro j ugó: a primera vista todas las amenazas, seguiría:
32 . . . i:!a2 33.fü1 i:!xg2 + ! ! 34. 'kt>xg2 .ih3+ ! !
30 . . . f41 35.'kt>xh3 Wxf1 + 36.'kt>g3 Wg 1 + 37. ©f4
Wf2 + 3 8 . tt.J f3 (única para evitar las tablas por
Entrega un peón, no por cierto para tender perpetuo 38 . . . gS+ 39. ©eS Wxf3 , y las blan­
ninguna celada, sino para darle acción al alfil cas sólo pueden aspirar a empatar por la fuer­
de "c8" y para abrirle brechas a su dama sobre za de los peones negros del ala rey.
el peón de " f2 " enemigo, que será atacado
después por la torre desde "a2 " . Todo esto es 32 . . . ga2 33.gc1 .if5 34.tt.J xc6
un fuego artificial, pero hay que proceder con
cautela, máxime si se sabe el grado de recur­ No 34 . i:!xc6 , a causa de 34 . . . Wxc6 seguido si
sos tácticos que brinda el aj edrez. se captura la dama de . . . i:!a 1 +, con mate ine­
vitable.
3 1 . tt.J e 5 1
34 ... Wg 5 3 5 . tt.J e7+ ©f7 36.tt.Jxf5 gxf5
L o mej or. Si las blancas capturan la presa 37.gc7+
mediante 3 1 . tt.J xf4 , seguiría 31 . . . gS 32 . tt.::l d 3
3 2 . . . ifS ! , seguido d e . . . .ixd 3 , eliminando el Y las negras abandonaron. Si 'kt>f8 38.i:!c8+,
poderoso caballo, que es la base de las espe­ seguido de We8+ o We5 + , con mate inevita­
ranzas legítimas de triunfo que tienen las ble.
blancas, y, más tarde, de . . . i:!a2 , con final En este final hemos visto un magn ífico recur­
dificil a pesar del peón de más. Como se ve, el so táctico fracasado, pero no por ello menos
avance del peón no es una celada, sino una val ioso. Muestra hasta qué grado es necesario
man iobra táctica valiosa. Si contra 3 1 . . . g S , en desconfiar siempre de las intenciones del
lugar a tt.J d 3 siguiera 32 . tt.J e 2 , entonces enemigo, y cómo, por causa del olvido de esta
32 . . . i:!a2 3 3 . i:! e 1 .ig4 34 .f3 .ih5, y la victo­ verdad tantas veces repetida, se pueden perder
ria es dificil. partidas ganadas estratégicamente : la eterna

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 79


lucha entre los propósitos más firmemente efecto el plan lateral de la lucha. No es posible
concebidos en la vida, con los accidentes que lograr el propósito de sacar una pieza de c ier­
se oponen a cada paso a los designios del tas posiciones, sin apelar a man iobras largas
hombre. que l legan a confundirse con el plan mismo de
lucha, pero esto es sólo para las vistas poco
V I I .- C Ó MO SE I DENTIFICAN TÁCTICA afinadas. Es posible afirmar que en todas las
Y ESTRATEG IA posiciones favorables hay recursos tácticos
que perm iten aumentar la ventaj a estratégica,
Hemos visto el recurso táctico gravitando en aun cuando a menudo es muy difícil hal larlos.
la suerte de partidas aparentemente definidas
y en otros casos obligando a j ugar con suma C Ó MO LE GAN Ó N I MZOWICH A
cautela para no malograr la tarea de toda una RUBINSTEIN
velada. Veremos ahora este tema en un plano
de mayor j erarquía. Lo estudiaremos, no ya Estos planes intermedios son tanto más fuertes
como recurso para remediar situaciones desa­ cuanto más ocultos. Hay maestros, y han
gradables, sino para quebrar sól idas resisten­ existido otros, dotados de una habil idad ex­
cias. traordinaria para descubrir este tipo de j uga­
Observaremos cómo de la háb i l maniobra das. Se trata, en todos los casos, no de j ugadas
táctica, de la sutileza de este tipo, surgen pla­ de combinac ión, sino de maniobras posicio­
nes decisivos. Y de esta suerte se verá de qué nales suti les y bonitas; prueba de ello la dará
íntima manera la táctica está vinculada a la el siguiente ej emplo, que es, por cierto, muy
estrategia del j uego, y lo profundamente d ifí­ expresivo:
cil de la primera cuando alcanza jerarquía de
maniobra. Apertura I nglesa (A34)
Muy a menudo en la partida se plantea el Dresde, 1 926
jugador la siguiente reflexión : "Yo estoy me­ B lancas : A. N imzowich
jor, poseo ventaj a en espacio, domino colum­ Negras: A. Rubi nstein
nas, pero ¿cómo hago para ganar?" Y a medi­
da que observa con atención el j uego, com­ 1 . c4 c5 2 .llif3 llif6 3 . lli c3 d5
prende que la dificultad para forzar la lucha
aumenta, que sus p iezas no pueden penetrar Con este atrevido avance las negras buscan
en el campo enemigo y que el plan estratégi­ una lucha de juego abierto. A primera vista la
co, medular de la lucha, no se puede llevar a j ugada es inobjetable, pero es posible afirmar
cabo porque alguna pieza adversaria, a menu­ que las posiciones abiertas favorecen más a
do sin que el rival mismo se percate, lo impi­ las blancas que a las negras en todos los plan­
de. teos, ya que la ventaja en "tiempo" que poseen
es un poderoso factor para lograr superioridad
LA BASE DE LOS PLANES TÁCTICOS en desarrol lo. Por esta causa la j ugada merece
algunos reparos y la partida misma lo mostra­
En estas posiciones se hace necesario apelar a rá.
la maniobra táctica. Hay que tratar de desalo­
jar la pieza rival que incomoda y reducir el 4.cxd5 llixd5 5.e4
horizonte de la lucha. Ya no se trata de l levar
a cabo el plan general, sino simplemente de Y ahora es Nimzowich el que j uega val iente­
combatir un detalle del j uego enemigo, para, mente. Lo vemos dejándose un "hole" en "d3 "
una vez l ibrado ese obstáculo, proseguir con en su deseo de ganar tiempos y especular con
el plan ganador. la situación del caballo adversario en "d5 . Esta
Este es el detalle táctico identificado con la maniobra ya merece ser adentrada en el tema
estrategia. Pero, a menudo, no es fáci l l levar a que estamos tratando, pues su ventaja y des-

1 80 ROBERTO G. GRAU
ventaj a se fundan en el despunte de algunos j uega 8 . . . l!J d 3 , entonces 9 . 'ªe2 , segu ido de
detalles tácticos. 'ªe3 y d4·.
En principio el avance es perfecto, ya que se Más interesante habría sido la man iobra si las
amenaza seguir con d4 abriendo el juego de­ negras j ugaran 7 . . . l!J xc 1 +, entonces se tendría
cididamente y logrando ventaja en "tiempo y gran ventaj a mediante 8 . !!xc 1 l!J c6 9 .ibS !
espacio", o sea, en desarrollo y terreno. Pero id ? 1 O .ixc6 �xc6 1 1 .d4 (siempre el plan
la j ugada que sigue, por medio de un detalle central se real iza) 1 1 . . . cxd4 1 2 .'ªxd4 'ªxd4
del tipo que nos ocupa, troncha ese plan y 1 3 . l!J xd4, etc . Si 1 1 . . .e6 1 2 . d S exd 5
obliga a N imzowich a combatir a su rival con 1 3 .exdS �d 7 1 4 . !!e 1 , etcétera.
otra maniobra de esta clase, que es un inter­ Como se ve, la man iobra de N imzowich para
medio entre la celada y el plan, pero que se poder realizar d4 es excelente. Pero veremos
identifica más con lo último. cómo se ingen ia Rubinstein para impedirla.

5 . . . l!J b4 7.0-0 l!J 8c6 8.d3


UN PROBLEMA DIFÍCIL
Y las blancas tuvieron que j ugar d 3 y no d4,
como se proponían . Pero para evitarlo las
Evidentemente sería inferior 5 . . . l!Jxc3, por­
negras se han puesto en dificu ltades, pues
que permitiría 6 . bxc3 y se l levaría un peón
ahora están amenazadas de a3 y luego, tras
del flanco al centro, lo que siempre es una
. . . l!J a 6 , �xa6, lo que las obl iga a jugar
ventaj a. Además se habrían dado tres saltos
. . . l!J d 4 , y a que desaparezca la debi l idad del
con el caballo para cambiar una pieza que sólo
peón "d3 " blanco por la acción del peón negro
se ha movido una vez, y esto se traduciría en
que se colocará en "d4 " .
la pérdida de dos tiempos muy importantes.
La j ugada del texto tiende a evitar 6 . d 4 , que 8 . . . l!Jd4 9 . l!J xd4 cxd4
es la maniobra estratégicamente perfecta, por
el detalle accidental de 6 . . . cxd4 7 . l!Jxd4 Malo sería 9 . . . Wxd4 por 1 0 . l!J bS We5
'ªxd4 8 .'ªxd4 l!Jc2+, seguido de 9 . . . l!J xd4. 1 1 .Wg4 h5 1 2 .'ªf4 .
Se plantea así a las blancas, por obra de este
detalle táctico, un problema estratégico grave. 1 O . l!J e2 a6 1 1 .l!J g 3 id6
No pueden ej ecutar el plan rutinario y lógico
de d4, desahogando sin retaceos la posición, • Esta variante de la Apertura Inglesa ha evolucionado
por el acc idente fortuito del j aque en "c2 " , y mucho y eso ha llevado a rehabilitar la línea para las
esto obl iga a Nimzowich a buscar una manio­ negras. Se considera mejor 8 . . . �e6 (en lugar de
8 . . . li:ld3), y entonces, se recomienda: 9.b41? (entrega de
bra un tanto torturada cerebralmente, retorci­ peón para apoderarse del centro) 9 . . . cxb4 1 0 . � d S
da, pero ingen iosa, que plantea el m ismo pro­ (también es posible jugar 1 O.li:le2 li:l c 7 1 1 .d4 e 6 , y
blema a Rubinstein. ahora 1 2.ib2 (se ha jugado 1 2 .h4!? id6 1 3 .hS h6
1 4 .i:!h4 li:ld7 1 5 .ib2 ie7 1 6 .i:!h3 li:lf6, con posición
6.ic4! e6 aguda, Hübner-Tukmakov, Wijk aan Zee 1 984) 1 2 . . . bS
1 3 .ib3 a5, con juego complicado, Vaganian) 10 ... 96
1 1 .ib2 ig7 1 2 .hg7 �xg7 1 3 .�xb4 (las blancas han
Rubinstein no ha querido entrar en la tentado­ recuperado el peón, pero el negro no tiene ningún pro­
ra oferta de las blancas. Ha visto que si bien blema) 1 3 . . . 0-0 1 4.d4?1 (floja es 1 4 . h 3 e5! 1 5 .g3 ie6
1 6 .i:!c1 li:ld7 1 7 .li:ld5 li:lb6, y según Beliavsky las negras
hacía perder el enroque a su rival, seguía dan­
están algo mejor.) 14 . . . ig41 1 5.'.t>e2? (si 1 5 .W/d2 ixf3
zando con el caballo y a la postre quedaría con 1 6 .gxf3 li:lc6! 1 7 .li:lxc6 bxc6 1 8 .f4 e6 1 9.W/e3 W/f6
una posición perdida, y, lo que es más grave, 20 .ie2 füdB 2 1 .l'!d 1 i:!abB 2 2 . a 3 i:!b2, y aunque la
permitiendo d4 de las blancas. ventaja negra es clara, la partida acabo en tablas, Hübner­
Veamos: en caso de j ugar 6 . . . l!J d 3 + , sigue Portisch, Abano Terme, 1 980) 1 5 . . .�d 6 1 1 6 .�d2 �e6
1 7 .he6 �xe6 1 8 .'.t>e3 f5 1 9 .�d3 fxe4 20 .�xe4
7 . ii e2 ! l!J f4+ 8 . iif1 , seguido de d4! (el plan �xe4+ 2 1 .'.t>xe4 � d 7, la ventaja del negro no admite
estratégico). Si para impedirlo, nuevamente se dudas. Polugaievsky-Korchnoi, Buenos Aires 1 980.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 181


No sería bueno ahora 1 1 . . . fi.e? por 1 2 .Wg4 2 2 . l!J h 3 .ic6
0-0 1 3 .fi.h6 fi.f6 1 4 .fi.xg7 fi.xg7 1 5 . 4J h 5 . Se
ve así cómo las amenazas de corte puramente Tampoco sería suficiente ahora 22 . . . �e8 (es
táctico van creando problemas estratégicos al necesario siempre impedir al rival que domine
bando negro. las columnas abiertas), por 23 .Wh 5 �xe2
2 4 . 4J g 5 h6 25 .Wg6 hxg5 26.Wh5 mate * .
1 2 .f4 0-0 1 3 .Wf3 @ h S 1 4 . .id2 f5 1 5.�ae1 Como se observa, con amenazas indirectas
4J c6 Nimzowich logra asegurarse la fiscal ización
de la columna ab ierta.
VENTAJA TEÓRICA, PERO . . .
2 3 .WhS g6 24.Wh4 @g7 25.Wf2 ! !
E s evidente q u e l a s blancas están estratégica­
mente mej or. Tienen todas las p iezas en juego,
dominan importantes puntos del tablero, y
además las negras tienen su alfil dama sin
juego y entorpeciendo la posición . Pero el
camino es aún muy difíc i l .

1 6 .�e2 Wc7 1 7 .exfS !

Las blancas no han caído en la tentadora


oferta de 1 7 . e 5 , que si bien habría consol ida­
do la situación central, hubiera dej ado libre la
diagonal h l -a8, que después de . . . 4J d 8 , . . . b5
y . . fi.b 7 quedaría a merced de las negras .
.

MAGNÍFICA MAN IOBRA TÁCTICA


1 7 . . . exfS 1 8 .4J h 1 !
Esta finísima jugada encierra una sutil man io­
bra táctica que ha de permitir a las blancas
Las blancas comienzan sus suti lezas tácticas.
hacer valer el dominio de la columna " e " . Se
Antes de iniciar ningún plan definitivo, quie­
trata de una diversión central, que aparente­
ren mej orar la situación del caballo y colo­
mente tiene el propósito de sacar provecho de
carlo en "h3 " para poder ir luego a "g5 " . Una
la situación del peón "d4", aislado, pero que
vez amenazado esto, vendrá lo segundo : extir­
en realidad sólo pretende radiar el alfil rey
par el alfil rey negro, que es la p ieza menor
negro de su situac ión actual, para poder colo­
más eficaz de las negras en esta posición,
car la torre en séptima. Baj o la grosera ame­
porque puede actuar sobre los cuadros fuertes
naza de ganar un peón, se encierra un propó­
de "g5 " y " e 5 " , y además impedir que el do­
sito recóndito que ha de perm itir seguir ade­
minio que ej ercen de la columna "e" las blan­
lante con el plan estratégico central, detenido
cas se transforme en torre en séptima, como
hace varias j ugadas.
sucede siempre.

25 . . . .icS
1 8 . . . .id7 1 9 . l!Jf2 �aes 20 .füe 1 �xe2
2 1 .�xe2 l!J d 8
' En la variante que da el autor, el negro escapa con un
detalle táctico: en lugar de jugar 24 . . . h6?, la torre se
Mala sería la j ugada estratégicamente inobj e­ entrega en "g2" para dar el jaque con el alfil y, de esa
table 2 1 . . . �e8, por la répl ica táctica 22 .Wd5, manera, poder defender el mate con g 6 : 24 .. Jlxg2 + !
...

25.lt>xg2 ic6+ 26.lt>g 1 g6, y yendo de única en única


que impediría 22 . . . �xe2 por la amenaza de
las negras salvan el expediente.
23 .Wg8++ mate. Una vez más los detal les Una l ínea que daría ventaja al blanco es 23.!:lxeB+ ixeB
gravitan en el curso estratégico de la lucha. 24.'tVd5.

1 82 ROBERTO G. GRAU
Malo sería 25 . . . l&b6 por 2 6 . b4 , seguido de Preciosa partida en la que las variaciones
�c3. tácticas han s ido mucho más importantes que
e l p lan general de la lucha, si bien ambos
26.b4! J.b6 27.l&h4! factores se l legaron a identificar para crear
una obra maestra.
Y las blancas han logrado sutilmente su artero
propósito. El alfil rey negro ha quedado radia­ V I I I . - LA TÁ CTICA ES LA BASE DEL
do y ahora nada puede impedir que el plan AJEDREZ
estratégico central, que es colocar la torre o la
dama en "e7" o en "e5" siga adelante. La par­ Seguiremos desmenuzando el m ismo tema, ya
tida está definida estratégicamente, por obra que en él se encierra el secreto del juego.
de la háb i l man iobra táctica anterior. Aquel que no sea un gran táctico no puede ser
un gran aj edrecista. Podrá comprender estra­
27 . . . i!e8 28.i!eS lll f7 29 .J.xf7 Wxf7 tégicamente el juego, podrá saber antes que
30. lll g S ! l&g 8 3 1 .i!xeS J.xe8 32 .We 1 ! nadie cuál es e l verdadero norte de la lucha y
tendrá una concepc ión precisa del camino de
Y TODO SE DERRUMBA la victoria en líneas generales, pero no logrará
triunfar casi nunca, ya que para l levar a feliz
Y ahora la dama, reemplazando a la torre en el término un plan general en aj edrez, como en
dominio de la columna abierta, definirá la la guerra, hace falta que haya ej ecutantes de
lucha merced a la pobre acción defensiva del primera calidad que logren salvar los aparen­
alfil rey. S i esta pieza estuviera en "d6", cus­ temente minúsculos pero poderosos factores
todiando los cuadros "e5" y "e7", sería poco de detalles que se oponen a la verdad práctica
menos que imposible la victoria blanca. de los planes.
Muchas veces el maestro tiene la idea precisa
32 . . . J.c6 3 3 .l&e7+ © h 8 de la victoria. Está mej or y sabe, con una
antic ipac ión extraord inaria a los aconteci­
S i 33 . . . 'itih6 34 . lll e6, etc. m ientos, dónde debe definirse e l combate.
Man iobra así desde temprano con ese norte,
34. b S ! pero su clara visión le muestra que e l acc i­
dente de un detalle de la configuración del
Todavía un chiste táctico. Para rematar más frente enem igo le impedirá llevar a cabo la
rápidamente la partida, N imzowich entrega un maniobra estratégica fundamental. Entonces
peón que ha de permitir que su alfil entre a se inicia el artero recurso táctico, que sólo
actuar decididamente por vía "b4" y " f8 " . tiene e l aspecto de una escaramuza sin im­
Probablemente ganaría d e otras maneras, pero portanc ia, pero que en real idad es indispensa­
esto es más enérgico. ble para e l triunfo de todo el plan. Son detal les
que han gravitado en la vida del aj edrez desde
34 . . . l&g7 que éste existe y que, l levados a la estrategia
m i litar, han provocado más de un descalabro
Si 34 . . . axbS 35. lll e6! h5 (única) 36 .l&f6 + incomprensible. En la partida N i mzowich­
'itih? 3 7 . lll gS+ 'itih6 38 .�b4 h4 39 .�f8 + Rubinste in observamos esto de una manera
'iti h 5 4 0 . lll f? g5 4 1 . h 3 1&96 42 .l&h 8 + , et­ dific i l de repetir, cuando, intrascendente en
cétera. apariencia, Nimzowich obligó a que un alfil
rival cambiara de lugar. El desplazamiento
35.l&xg7+ ©xg7 36. bxc6 provocado de esta valiosa fuerza enem iga a
una posición que semej aba tan buena como la
Y pocas j ugadas más tarde Rubinstein aban­ anterior, deb i l itó e l centro adversario, y bien
donó. es sabido que, s i es posible a menudo neutrali-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 83


zar los efectos de la ruptura de un flanco, muy 4 . .!Df3 .!D cG 5.if4
dificil resulta evitar las consecuencias desas­
trosas del resquebraj amiento de la solidez Las blancas han impedido, en apariencia, la
central. j ugada . eS, que restablecería la unidad es­
. .

Ahora observaremos algunas filigranas tácti­ tratégica del frente negro de peones.
cas de Nimzowich, quien fue, sin duda, el más Ahora, el segundo j ugador no efectuará el
sutil de los aj edrecistas en este aspecto de la avance . . es y ese peón, retrasado, le creará
.

lucha. Solamente esta hab i lidad suya para dificultades estratégicas fundamentales, pues
complicar la estrategia de la partida, para dar no permite desarrollar con normalidad las
mucho más valor a las jugadas, a los detalles piezas .
que a la unidad estratégica, se debió su ex­ Y como se hace necesario reaccionar de algu­
traordinario prestigio. De esta suerte probó na forma, siguen las diversiones tácticas de las
que en el terreno de la práctica fracasan con negras.
gran frecuencia los más sesudos estrategos del
aj edrez. 5 . . . h6

ALARDE T É CNICO DE N I MZOWICH Continúan las j ugadas de inic iativa, pero en


real idad de nada sirven para la unidad estraté­
Bajo el título por cierto sugerente de "Fantasía gica del planteo, por efecto de lo forzado y
moderna sobre un tema de Chigorin", que más anormal del plan iniciado en la j ugada 3 de las
parece de una obra musical que de un estudio negras.
aj edrecístico, Nimzowich dio a conocer hace
varios años una serie de variantes sin base 6.h4 .!Dg4 7.d5 .!D ce5
estratégica alguna, pero de una hermosa con­
cepción táctica que j ustifica el calificativo de EN EL TERRENO DE LA CONFUSIÓN TÁCTICA
"fantasía" de su autor.
En este momento las blancas, un tanto marea­
Veamos:
das por el confuso planteo, en lugar de seguir
normalmente con 8 . e4 , que les habría dado la
Defensa Holandesa (A85) mej or partida sin sobresalto, se dej aron atraer
Copenhague, 1 923 por el canto de sirena de las sutilezas tácticas,
Blancas: A. Nimzowich tan bonitas, pero tan peligrosas, y j ugaron, en
Negras: J. MOller cambio:

1 .d4 f5 2 . c4 .!DfG 3 . .!Dc3 d 6 8 .ixe5 dxe5 9 .e4 e6!

Esta j ugada e s estratégicamente un error. Con la formidable amenaza de . . . icS , espe­


Debilita la diagonal g l -a7 y además choca culando con que las blancas han cambiado su
con el principio casi infalible que nosotros mejor alfil, lo que deja débiles sus cuadros
hemos establecido, que aconsej a no avanzar negros.
los peones separados entre sí por una colum­
na, dej ando retrasado el del medio. S i se pu­ 1 0 . .!D h 2
diera j ugar . . . eS más tarde, se j ustificaría, pero
ya veremos lo dificil que resulta hacerlo nor­ Y las blancas, que s e han percatado d e l error
malmente. estratégico de 8 .ixeS, tratan de remediar sus
Y una vez cometido el error, debi litada estra­ males mediante maniobras tácticas tan difíci­
tégicamente la posición en el planteo, sólo les como pel igrosas.
queda confiar en los recursos que brinda la
táctica para confundir al adversario. 1 0 . . . �xh4

1 84 ROBERTO G. GRAU
LA ESTRATEGIA S IGUE OLVIDADA 7. . .e S I ?
Las negras caen en la trampa atraídas por la Jugada suti l que muestra cómo seguir siempre
posibil idad que brinda el cabal lo, aparente­
con el plan estratégico central es el mejor
mente inmovil izado. En cambio, mediante la
recurso en los planteos, aun, como en este
j ugada estratégicamente inobjetable de
caso, cuando el hacerlo pueda costar un peón.
1 O . . . tt:J f6 , habrían quedado con una partida En cambio, las piezas negras en las columnas
perfectamente aceptable, por imperio de la abiertas han de jugar eficazmente y eso bien
confusión blanca en el terreno táctico, al j ugar vale un peón.
ixe5.
Ahora, en cambio, mediante el sacrificio de 8 .dxe6
calidad, queda la dama negra fuera de juego y
las blancas logran nuevamente asumir la ini­
Si 8 . dxc6 exf4 9 . cxb7 ixb7 1 0 .Wd4 Wd 7 !
ciativa. Han triunfado, pues, tácticamente,
1 1 .Wxf4 ie7 seguido d e 1 2 . . . if6 , con ex­
pero no estratégicamente, luego de:
celente j uego a pesar de la desventaj a de un
peón. Sin embargo 8 . dxc6 es la j ugada lógica
1 1 . tt:J xg4 Wxh 1 1 2 . tt:J xe5
y la mej or.
Con mejor partida a pesar de la calidad de
8 . . . ixe6 9 . g 3
menos, por la situación inocua de la dama de
"h 1 ", que ha quedado radiada de la posición.
Y ahora s o n las blancas las que no se resignan
Las amenazas 1 3 . tt:J g 6 , seguido de exf5 ,
al equi librio estratégico, que ha quedado res­
We2 + y 0-0-0 , con posición ganadora, y
tablecido luego de . e5 y la ganancia del peón
. .

también 1 3 .Wa4+ , con varias amenazas de


y tratan de confundir al negro mediante suti les
jaque doble, y la estratégicamente muy im­
maniobras tácticas . Con 9 . e 3 la igualdad sería
portante de 0-0-0, también decisiva.
evidente.

LA CONTROVERSIA DE DOS TÁCTICOS 9 . . . ixc4

Esta partida dio lugar a una serie de estud ios y Con 9 . . . ie7 , las negras habrían completado
de sutilezas tácticas que culminaron en la su desarrollo y habrían mantenido una exce­
partida por correspondencia entre Nimzowich lente posición. En cambio, ahora atraídas por
y el famoso analista danés Dr. Krause, que se la posibil idad de ganar el peón, llevan la par­
desarrolló así: tida nuevamente por el escabroso sendero de
la táctica pura, en la que N i mzowich era
Defensa Holandesa (A85) maestro consumado .
Correspondencia, 1 923
Blancas: A. Nimzowich LAS SUTI LEZAS DE NIMZOWICH
Negras: O . .Krause
1 O.liJd4 Wd 7 1 1 .i h 3 ! !
1 .d4 fS 2 . c4 liJfG 3 . tt:J c3 d6 4.tt:Jf3 tt:J c6
5.if4 h 6 6.h4 tt:Jg4 7.dS Idea finísima que muestra la influencia de los
detalles tácticos. Las negras debieron jugar,
En este momento, exactamente igual al de la para evitar debi l itar más su configuración de
partida anterior, el Dr. Krause, consecuente peones del ala rey, 1 1 . . . tt:Jxd4, para seguir, si
con la idea estratégica que podría j ustificar el 1 2 .Wxd4, con 1 2 . . . ie6 , con ventaja para las
plan negro, optó por entregar un peón, con tal blancas, en desarro llo, pero no muy clara de
de poder real izar la j ugada l iberadora . . . e5, y hacer valer. En cambio, Krause j uega mecáni­
j ugó así: camente, apoyando el peón para cortar la

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 85


man iobra de 1 2 . ti:J xf5 , segu ido de e4, pues no Sorprendente y eficaz.
desea que la dama adversaria se coloque sóli­
damente en "d4 " . Pero veremos cómo no sólo 1 9 .gxc6 ib7 20 .Wc2 ixc6 2 1 .Wxc6
no lo evita, s ino que aumenta la fuerza de esa Wxc6 22.lll e7+ 'itib7 23. lll xc6 gd2
amenaza. 24.gxf4 'itib6 25.a4 gxe2 26.b4

1 1 . . . 96 1 2 . .ig2 ! ! Con una posición más o menos compensada


en opinión de Nimzowich, ya que hay un peón
Y aquí vemos un típico caso de man iobra a cambio de cal idad y una pos ición del rey
táctica fel iz, que sirve para aumentar la fuerza negro no del todo satisfactoria. Pero táctica­
del plan general de la partida. N i mzowich mente no se ha logrado triunfar ni sacar pro­
quería seguir con ti:J xc6 y luego Wd4 . Eso era vecho en esta ocasión del planteo erróneo de
fuerte antes, pero relativamente poco eficaz, las negras por la desventaj a inicial del peón .
especialmente por el peón de menos. En vista de esto, N i mzowich, ya adiestrado
En camb io, ahora se ha producido la deb i l idad por la experiencia, volvió a j ugar este planteo
en la gran diagonal, por el avance del peón "g" poco más tarde, y lo trató estratégicamente,
provocado por la traidora maniobra del alfil, sin crearse debi l idades de n i ngún tipo, y logró
que fue agresivamente a "h3 " para retomar triunfar en gran forma.
luego a la diagonal normal, perdiendo un
tiempo, pero creando un cáncer dec isivo en el I X . - EL ARTE T Á CTICO DE N I MZOW I C H
Juego negro.
Como hemos dicho anteriormente, la táctica
1 2 . . . dS 1 3 . ti:Jxc6 bxc6 1 4.b3 ia6 1 s. g c 1 es la vida del aj edrez, es el dinamismo, es la
ic5 ej ecución, es la parte práctica de la lucha,
l lena de azares y de obstáculos imprevi stos,
Es necesario evitar la maniobra de sacrificio que es necesario sortear inmediatamente. Una
ti:Jxd 5 . Y para lograrlo las negras, ya debilita­ man i obra táctica adquiere así, a menudo, una
das, deben atacar con una pieza carente de j erarquía extraordinaria, y se diferencia de la
apoyo, lo que acentuará las compl icaciones, celada en que la primera tiene relación con e l
pues Krause gana, en cambio, un tiempo im­ plan estratégico de la partida, y a q u e forma
portante. parte de é l .
Cuando, como en e l caso q u e ahora tratamos,
1 6.0-0 g 5 ! se l leva la man iobra táctica al planteo, tam­
bién hay una vincu lación directa entre e l l a y e l
Buscando e l contraataque antes que las blan­ plan general, ya que p o r med io de la m i sma se
cas impongan la más armónica s ituación de trata de resolver lo s problemas fundamentales
sus piezas . de la partida y dar vida a aperturas cuya razón
de ser estratégica rad ica precisamente en e l
1 7 . lll xd S ! sorteo de graves riesgos de detalle en la s pri­
meras maniobras . Y para lograr hacerlo está la
Y ahora l a s j ugadas desh i lvanadas q u e han man iobra táctica, que en manos de N im­
realizado las negras en mérito a sus diversio­ zowich alcanza j erarquía de hermosas combi­
nes tácticas del planteo, y luego por imperio nac iones. Y lo que era más valioso, n i aun en
de las sutilezas del m i smo tipo de las blancas, medio de la enorme orquestac ión de esas
l levan la partida a un terreno reñ ido con todo maniobras, olvidaba nunca el maestro danés la
principio estratégico, pero de una deliciosa verdadera finalidad de la lucha, ya que siem­
bel leza. pre resumía sus esfuerzos para alcanzar e l
camino del plan general, en e l momento e n
1 7 . . . gxf4 1 8 .gxcS 0-0-0 ! ! q ue había creado al rival serias debi l idades.

1 86 ROBERTO G. GRAU
LA SEGUNDA PARTIDA N IMZOWICH­ pedir . . . eS; pero que, l levado el alfil a este
KRAUSE punto antes de que las negras trataran de j ugar
. . . eS, lo hábil sería desviar el plan y seguir
Veremos ahora la partida que le ganó al Dr. con 3 . . . e6 o 3 . . . b6 , para convertir en estéril
Krause, después del empate registrado en el la ahora j ustificada situación del alfi l . En
cotej o anterior, y observaremos la habil idad todas las otras variantes de la Holandesa, este
con que mej oró algunos aspectos de la lucha alfil es situado, ya sea en "g5 " o en "b2 " ; y en
en el planteo, mediante suti lezas de gran je­ "f4" j uega, en camb io, un papel excesiva­
rarquía. mente pasivo. Pero N imzowich, que conocía
el grado de testarudez de su rival, en aquel la
Defensa Holandesa (ASO) época orgul loso de su sistema de j ugar . . . es,
Copenhague, 1 924 sabía también que éste no repararía en detalles
Blancas: A. Nimzowich y seguiría con su plan .
Negras : O. Krause
4.e3 h 6 5.h4 lll c6 6 . d S
1 .d4 fS 2 . lll f3 lll f6 3.if4
Como s e v e , la partida tiene gran similitud con
La primera alteración. En las partidas que la anterior y la transposición de j ugadas pare­
examinamos anteriormente, Nimzowich jugó ce sin importanc ia. En la que vimos en el
en este momento 3.c4, y luego de 3 . . . d6 capítulo anterior, las blancas hicieron esta
siguió con 4 .�f4 , sin lograr evitar, empero, jugada contra el mismo planteo de las negras
que su rival le j ugara en cierto momento . . . es, cuando tenían el peón en "c4" y el caballo en
entregándole un peón, pero adquiriendo, en "c3 ", pero, en cambio, no habían j ugado e3.
cambio, excelentes compensaciones. En el Las negras sólo ofrecían, como alteración, la
presente cotejo, que se disputó en el torneo colocac ión del cabal lo rey en "g4" En esen­
nórdico de maestros de 1 924, el blanco hace cia, pues, el plan estratégico de la apertura era
una alteración que le permite ganar un tiempo el mismo. Sólo ofrece ahora diferentes tácticas
con relación al otro plan. Y veremos cómo que veremos cómo alteran los acontecimientos
Krause, que no se percata de la diferencia, y demuestran hasta qué punto era de sutil y
sigue de parecida manera y sufre una hermosa ladino el extraordinario campeón báltico.
derrota. Y todo, en mérito al detalle que en
real idad no altera el plan general de la lucha, 6 . . . es
ya que en cualquier otro momento se hace
posible la j ugada c4, que retornaría a la posi­ Fiel a su plan central, Krause j uega igual­
ción que hemos visto. Una simple transposi­ mente . . . es. Veremos aquí cómo es de grave
ción de j ugadas, de enorme valor táctico y este propósito de creer sólo en las verdades
también estratégico, ya que posee mayor can­ estratégicas de una idea, sin tener en cuenta
tidad de recursos para hacer triunfar el plan los detalles tácticos que surgen de las más
general. insignificantes alteraciones de j ugadas.

3 . . . d6 7.dxc6!

Krause sigue fiel al sistema anterior, creyendo PERO HA Y UN DETALLE OCULTO


que se trata de una inocua alteración de juga­
das. Debió, en cambio, reflexionar con mayor Y ahora es buena la captura dxc6, por el de­
amplitud y comprender que la j ugada 3.�f4 es talle valioso de que es posible seguir con �bS,
sólo buena en la Holandesa contra . . . d6. Es lo que antes no era practicable por la acción
decir, que podía aceptarse �f4 como conse­ de l peón de "c4", que lo impedía. En este
cuencia de . . . d6, pues tenía por objetivo im- detalle, fácil de ver en este momento, pero

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 87


dific i l de captar al hacerse e l tercer movi­ Pero esto se desbarata tácticamente mediante
m iento, estriba la suti leza táctica de N im­ 1 4 . � d ? ! d4 1 5 . b4 ixb4 1 6 .Wxd 4 , captu­
zowich, pues en real idad es sólo un eslabón rando el debil itado peón "d" negro, y el alfil
del plan general que se ha trazado, pero esla­ de "b4", por la amenaza contra la torre de
bón poderoso. "h8 " .

7 . . . exf4 8 . .ibS! 1 4. h xgS

Y no 8 . cxb7, por 8 . . . ixb7 9 . exf4 We7 + LA POLÉM ICA


1 O . .ie2 ixf3 1 1 .gxf3 , triplicando el peón "f"
Esta j ugada fue obj eto de una agria polémica
y aislándolo completamente, lo que compensa
entre ambos maestros. Krause afirmaba que el
sobradamente la desventaj a de un peón.
mej or movimiento de las blancas era 1 4 .f3 , en
lugar de la del texto, y daba un análisis, cuya
8 . b6
..

carencia de sol idez N i mzowich demostró .


Pero más tarde este ú ltimo probó cómo en
Y como e l momento es magnífico para las
realidad también ganaba con esta j ugada, pero
divagaciones tácticas, mostraremos un estudio
mediante una serie tan hermosa de man iobras
de Krause y la magnífica refutación de su
tácticas que no resistimos a la tentación de
rival. Afirmó Krause, después de la partida,
reproducirlas :
que la j ugada j usta de las negras era en este
1 4 .f3 � d 6 1 5 .Wxd 5+ ©h7 1 6 . hxg5 ! ! (única
momento 8 . . . 'it>f7 , seguido de 9 . exf4 We7+
forma de ganar, y no con la jugada de Krause,
(no 9 . . . We8 + por 1 0 . � e5+ ! ! , seguido, si
1 6 . � c3) 1 6 . . . �xb5 1 7 . � c 3 ! ! Wxd 5 (si
1 O . . . dxe5, de 1 1 . cxb?, ganando) 1 0 .We2
1 7 . . . �xc3 seguiría 1 8 . l'!h 1 , entregando la
Wxe2+ 1 1 . 'it>xe2 bxc6 1 2 .ixc6 l'!b8 , con
dama, pero dando mate) 1 8 . � xd5 hxg5
buena partida.
1 9 . l'!h 1 + ©g7 20.l'!h5 l'!g8 2 1 .l'!ah 1 ie6
Esto es exacto, pero las blancas según N im­
22.l'!h?+ ©f8 2 3 . � d?+ ixd 7 2 4 . cxd ? ,
zowich, hubieran j ugado así : 8 . . . 'it>f7 9 . 0-0
ganando fáci lmente.
fxe3 1 0 . � e5+ 'it>g8 1 1 .fxe3 d 5 ! 1 2 .Wd4
(impide . . . ic5) 1 2 . . . b6 1 3 . b4 id6 1 4 . � d 2 ,
14 ... hxgS 1 5.Wh S Wf6 1 6 .f3 !
y el blanco está muy superior. Como s e ve,
mediante la triquiñuela táctica de 1 O . � e5+,
las blancas lograrían igualmente ganar el
juego.

9.exf4 d S l 1 0 .0-0 .ic5 1 1 .g3 � e4 1 2 .'it>g2


gS

La mej or perspectiva para las negras es este


ataque que también se produj o en la partida
que vimos en e l capítu lo precedente . Como se
ve, el plan estratégico de las negras es siempre
el mismo. No habría sido tan bueno 1 2 . . . Wf6 ,
primero, a causa de 1 3 .c3, seguido de � d 4 .
Y la broma ha term inado, según la expresión
1 3 .�es O-O de N imzowich al comentar esta partida. Aho­
ra, terminado e l momento de las maniobras
El Dr. Krause recomienda aquí 1 3 . . . g4, para tácticas por medio de las cuales se logró debi­
impedir de esa manera Wh5+ de las blancas . l itar e l enroque adversario y dominar la co-

1 88 ROBERTO G. GRAU
lumna " h " , se hace necesario eliminar el pode­ Las negras abandonaron por no poder efectuar
roso caballo de "e4", para poder seguir con el n inguna j ugada que no p ierda p ieza, después
desarrol l o normal del caballo de dama, y lue­ de term inar los movim ientos posibles del peón
go actuar con la torre, ya en la columna "h", o "a" . Una magnífica sinfonía de "zugzwang".
en la " e " . Los peones negros están muy avan­ Hemos visto una partida tan agradable en su
zados y son por lo tanto débiles, y los alfi les, ej ecución como en sus variantes de estudio,
especialmente e l de dama negro, nada tiene que muestra hasta qué punto se vinculan los
que hacer por la obstrucción de los propios accidentes tácticos de los planteos con la es­
peones y la necesidad de apoyar al débil peón trategia medular, y cómo se complementan .
de "d5 " . Esta j ugada de las blancas constituye
el último eslabón de la serie de man iobras X . - LA TÁ CTICA COMO RECURSO
tácticas, y para l levarlo a cabo, Nimzowich SALVADOR
deb ió desechar graves riesgos aparentes de
este tipo. Hemos visto, a través de una serie ej emplos,
Veamos : 1 6 .f3 gxf4 1 7 .fxe4 \Wxe5 se desba­ lo difícil que resulta l levar a feliz térm ino los
rata med iante 1 8 . li:J c3! con la ganancia del planes generales de la v ictoria y observamos
peón " f ' . Ej emplo: si 1 8 . . . i"í:f? 1 9 .füf4 ! i"í:h7 cómo la man iobra táctica de corto alcance, esa
2 0 . i"í:g4+ W h 8 2 1 .\Wxh?+, y mate a la si­ sucesión de pequeñas combinaciones para
guiente. No habría, pues, nada mej or que resolver minúsculos problemas accidentales
1 9 . . . �e6 (en lugar de 1 9 . . . i"í:h?), y seguiría de la partida, es la médula misma de la lucha y
20. exfS �xf5 2 1 .i"í:h 1 �e4+ 2 2 . li:J xe4 \Wxh5 la base de éxito del plan estratégico.
23.i"í:xhS i"í:xf4 (si 23 . . . dxe4 24 .�c4) Se trata, en real idad, de mostrar cómo vive y
24 . li:J xcS i"í:b4 2 5 . li:J a6 füb5 2 6 . b4 ! , ganan­ palpita una partida de aj edrez y los obstáculos
do, y no 2 6 . li:J xc? füb2 2 7 . li:J xa8 füc2+ que hay que salvar para adj udicarse partidas
28. \t>f3 i"í:xc6 , ganando luego e l caballo, lo estratégicamente ganadas . Hemos visto la
que l levaría a un empate. variedad de recursos que existe para salvar
Como se ve, la última serie de maniobras derrotas, a poco que quien conduzca el ej ér­
tácticas ha sido magn ífica. cito victorioso no acentúe su atención a medi­
da que los acontecimientos le son favorables.
EL Ú LTIMO ACTO En la guerra, la historia nos habla de victorias
malogradas por el encandilam iento de los
Y ahora, term inada la lucha por la conquista sentidos que tuvieron m i l itares magníficos al
de posic iones, de escaramuzas laterales y borde de su triunfo. La satisfacción prematura
diversiones tácticas, se entra en la fase medu­ les hizo desviar la atención y el presunto ven­
lar de la partida, que es la orientación de la cido, que en la desesperac ión ape la a cual­
lucha por vías azarosas de la estrategia pura, quier recurso para rehacerse, se salvó en mé­
en la que, por agotamiento del rival, no son rito a esos errores tácticos fundamentales.
posibles las desviaciones.
UNA V I CTORIA B I EN LOGRADA
1 6 . . . .!ll d G 1 7 . .!ll c3 .ie6 1 8 .fxg S \WxeS
1 9 .\Wg6+ \Wg7 20 .\Wxe6+ Y!ff7 2 1 .Yffxf7+ Veremos ahora algunos ej emplos que mues­
'it>xf7 22 . .id 3 .id4 23 . .!ll xdS .ixb2 tran maniobras y recursos tácticos en la parti­
24.gae1 gae8 da viva. Los iniciaremos con uno que prueba
cómo en las posiciones más claramente defi­
Evita i"í:e7 . nidas es necesario actuar con gran prudencia
para evitar sorpresas postreras . Veámoslo a
25 . .!ll xc7 gxe1 26.gxe1 g e s 27 . .!ll d S través del final de la partida que j ugaron en
gxc6 2a .ge1+ 'it>g6 29 . .!ll f4+ 'it>xg S 1 927 en Buenos Aires el Dr. Mariano Subirá,
30.ges .if6 3 1 .c4 excelente aj edrecista español que actuó en

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 89


nuestro medio (con las blancas), y Dam ián con amenazas múltiples. Como se ve, las
Reca, e l notable ex campeón argentino. blancas están apelando a recursos tácticos
ingeniosos para remediar males fundamenta­
les.

2 1 J;g 1

Ahora sería malo 2 1 . .ixh 7 + , a causa de


2 1 . . . @ha 22 .�g 1 fü2 2 3 .Wd 3 (o 2 3 . Wb 1 )
23 . . . Wg4 , con mate inevitable en cuatro j uga-
das como máximo. Por ej emplo 24.gxh3
Wxh 3 (o 24 . . . Wf3), y mate a la sigu iente.

21 . . J ;f2 22 .'&b 1 dxe4 23.gxh3 Wx h 3

EL RECURSO TÁCTICO
Esta posición se produj o después de la jugada
1 9ª de las blancas . Éstas no tienen nada de Y las blancas están en posición de abandonar,
menos, pero están absolutamente perdidas. pero disponen de un recurso táctico que fraca­
Hay una amenaza grave sobre e l punto "g2 " sa, pero que pudo haber proporc ionado un
que obl iga a inmovil izar la dama. El alfil es la resultado impreciso a poco que las negras
única pieza que se opone al dominio absoluto hubieran confiado demasiado en su ventaj a.
de la columna " f" por parte de las negras, y
será desaloj ado inmediatamente. Además 24.i;xg7+ @f8 !
existe, una vez e l i m i nado ese alfil, una fuerte
amenaza de . . . Wxe 3 , especulando con que la Y no 24 . . . ©xg 7 , a causa de 25.'&g 1 + , ga­
torre blanca es una pieza sobrecargada, ya que nando la torre y quedando con mejor final. N i
defiende el peón "e" y debe defender la ame­ tampoco 2 4 . . . @ h 8 , por 25.�g8+ @xg8
naza de . . . fü1 + + . Las tres p iezas blancas 26 .Wg 1 +, etcétera.
están a la defensiva, reducidas a un número de
cas i l las muy pequeño, y, en camb io, las ne­
gras están a la ofensiva y dominan ampl io
terreno, por lo cual pueden preparar todo tipo Ú nica, pues si 25 . . . @e? seguiría 26 .Wxe4+ ,
de amenazas. ganando.

1 9 . . . e4 20 . .ixe4

Muy bien j ugado. Esto no salva la partida, Las blancas abandonaron por cuanto no es
pero, sin duda, un j ugador menos experto que pos ible segu ir con 27 J" �g6+ por 27 . . . hxg6 , ni
Reca habría caído en la celada que este mo­ con 26 . . . @f6 2 7 .Wg 1 por 27 . . . fü1 . E l recur­
vimiento tiende. En cambio, perdería en se­ so táctico ha fracasado.
guida 20 . .id 1 , por 20 . . . Wxe3, y 20.gxh3
habría originado un fi n a l s i n recursos. LA MANIOBRA INTERMEDIA PARA
MANTEN ER LA VENTAJA
20 . . . Wh4! !
Vamos a ver ahora un ej emplo de otro tipo.
Bravo . Es ésta la mejor forma de hacer valer En una partida disputada entre Luis Palau y
la ventaj a estratégica. En cambio, la tentadora Grau, del Torneo Mayor de 1 926, se llegó a la
réplica 20 . . . Wxe3 fracasaría por 2 1 .'&b 1 , siguiente posición después de la j ugada 20ª de

1 90 ROBERTO G. GRAU
las blancas, que conducía el primero de los 24.\Wxd 1 li:lf2+, seguido de . . . li:l xd 1 . Como
citados: observamos, mediante la maniobra táctica
anterior, las negras han resuelto un problema
estratégico muy importante, pero para lograr
esto debieron apelar a recursos audaces, ya
que deben devolver el peón luego de:

22 ... li:l e4 23.\We 1 ges 24.li:l xe6 gc2

Pero ganarán una cal idad, y la partida, si bien


en terrenos muy escabrosos, es favorable para
el negro. Para nuestro obj eto ya no nos intere­
sa más el juego, pues queremos mostrar la
influencia de las man iobras tácticas en la
lucha viva.

En esta posición las negras están mejor, pues COMBINACIÓN Q U E F U E SÓLO UN


tienen un peón de ventaja, pero la partida es RECU RSO TÁCTICO
difíci l . Las blancas amenazan un doble en
"c7", lo que aparentemente obliga a seguir, ya Exam inemos ahora una partida que mereció
con . . . \Wd8 , sacando la dama de la diagonal un premio de bel leza, a pesar de ser sólo un
blanca -muy importante cuando el alfil actúa recurso táctico, pero en real idad tan decis ivo y
en la diagonal negra, pues comp lementa su oportuno, que l lega a confundirse con un plan
acción y no se superpone a la misma-, o estratégico de largo alcance. La visión a tiem­
. . . \Wc8 , permitiendo que después de �b2 siga po de una posible inferioridad estratégica
:gc 1 , con iniciativa. No se puede . . . .id8 por futura engendró esta combinación por cierto
li:l d 6 , y es desagradable la amenaza de li:l d 4 . valiosa:
O sea, que las negras están a punto d e quedar
estratégicamente inferiores a pesar del peón Gambito de Dama (D5 I )
de ventaj a, y no se resignan a esa situación. Montevideo, 1 925
¿Qué plan podría adoptarse? Hay, por lo B lancas: C. Pulcherio
pronto, una amenaza, que sería jugar . . li:l f6 .
Negras : R. G. Grau
para seguir . . . li:le4 si no existiera ese doble en
"c7". S i la dama negra pudiera retirarse más
1 .d4 lll f6 2.c4 dS 3. lll c3
tarde de "e8", atacando algo importante, la
amenaza no sería tan grave. Además existe la
La Defensa Marshall estaba en auge en el afio
amenaza eventual de . li:l f2 + , después de
. .

1 92 5 , en que se disputó esta partida, pues la


. . . li:l e4 , la que no puede realizarse porque la
teoría indicaba que la maniobra 3 . cxd5 li:lxd5
dama defiende ese punto; pero observamos
4 . e4 li:l f6 , seguido, si 5 . li:l c3 o 5.�d 3 , de
entonces que si la dama debe defender ese
5 . . . e5, daba a las negras una partida muy
sector, no puede apoyar a la vez a la torre de
cómoda. Y la verdad es que es así.
"d i '', que podría considerarse una pieza inde­
fensa, y surge entonces el recurso táctico para
mantener la ventaja posicional . Veamos: 3 ... e6 4 . .ig S lll bd7 5.e3 .ib4 6.\Wb3 cS
7 .dxcS W/as 8 . .ixf6 lll xf6 9 .id3 id7
20 . . . li:lf6! 2 1 . li:l c7 \Wa4! 22 . .ib2
Amenaza . . .ia4 .
.

¿Por qué no es posible 2 2 . li:l xa8? Pues sim­


plemente a causa de 22 . . . li:l e4 23 .\We 1 \Wxd 1 1 O.a3 ixc3+ 1 1 .bxc3 W/xcS 1 2 .W/xb7 0-0

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 191


Y las negras tienen una posición netamente 23 . . . tt:lc? sería contestada por 24 .�xe 6 + ,
preferible a pesar del peón de menos, porque seguido d e gd5 , con amenazas serias, además
han ganado una serie de tiempos valiosos. de la diferencia de un peón.
Han hecho tres jugadas de peón en los prime­ Hay un detalle táctico por explotar y es la
ros doce movimientos, y las blancas, seis, lo accidental situación del rey blanco, con pocas
que significa tres tiempos ganados en el desa­ retiradas, y esto sugiere al negro la combina­
rrollo, y además la dama se halla un tanto ción que sigue :
comprometida. Se amenaza . . . gfb 1 , y si
Wfa6 , . . . gb6, ganándola.

1 3 .Wlb4 V!íc7 1 4. cxd5

Para evitar . . gb8, perdiendo la dama.


.

1 4 . . . c!lJxd5

Una vez más la prudencia malogra un esfuer­


zo bien real izado. Dado el carácter violento de
la lucha, era necesario seguir con energía
mediante 1 4 . . . gab8 1 5 .Wfc4 (lo mej or)
1 5 . . . Wfa5 1 6 . c!lJ e2 füc8 1 7 .Wfh4 füc3, ga­
nando rápidamente. Ahora las blancas mejora­ 2J . . ,f¡cd 8 ! 24.Wfxe5 c!lJ xe3 !
rán su posición y el negro tendrá que apelar a
recursos tácticos para ganar una partida estra­ COMIENZA EL DRAMA
tégicamente malograda por la omisión ante­ Entregando la dama -que no puede ser captu­
rior.
rada por las amenazas de . . . tt:l c2 o . . . tt:l xg2
mate- y el alfil a dos piezas blancas, y, lo que
1 5.V!íd4 e5 1 6 .Wfc4 Wíd6 1 7 .c!lJe2 f¡ac8
es más grave, con j aque. Pero el rey blanco no
1 8 .V!íh4 f5
tiene retirada por la poderosa acc ión de ambas
torres, y esto debe dar lugar a infinidad de
Una jugada imprudente, pero que da a la par­ recursos tácticos.
tida fisonomía propia y obligará a realizar
combinaciones val ientes. Lo prudente era
25.V!íxe6+
1 8 . . . tt:lf6 , manteniendo una l igera ventaja
pos icional. Si 25 .�xe6+ © h 8 26 .füd8 tt:lxg2+!
2 7 . ©d2 (o 2 7 . ©d 1 ) 27 . . . füd8+ 28 .Wfd4
1 9 .�c4 f4 !
gxd4+ , ganando.
Las negras tienen el plan de evitar el enroque
25 . . . 'ít>hS 26,f¡xdS f¡xd8
blanco para ganar por ataque, pero esto entra­
ña graves riesgos por la situación del caballo
de "d5 " , que carece de buen punto de apoyo. Si 26 . . . tt:lxg2+ 2 7 . © d 1 füd8+ 2 8 . tt:ld4
W/g5 2 9 . ©c2 tt:l e3+ 30.©d3, etc.
20 .�a2 fxe3 2 1 .fxe3 �e6 22.f¡d 1 Wfc5
23 .V!íe4 27.c!lJd4

Todo esto se hallaba previsto por el negro, que Ahora pierden las blancas la única oportuni­
ahora iniciará su combinación, apremiado por dad de salvar el juego, que pudo haber surgido
las circunstancias. La répl ica normal de de 27 .Wfe4 ! A esto seguiría 2 7 . . . gd 1 +

1 92 ROBERTO G. GRAU
2 8 . 'it>f2 tll d 5+ ! , con tablas en las variantes Luego de la j ugada 1 9ª de las blancas se llegó,
más favorables para el blanco. Pero éste pre­ en la partida disputada en el torneo de Berlín
fiere devolver la pieza, pues aspira a ganar, y de 1 920 entre Spielmann y Bogolj ubow, a la
tal exceso de optimismo le será fatal. anterior posición.
La posición es dific i l . Las negras tienen un
27 ... '\Wxc3+ 2 8 . ©e2 Wb2+1 peón más, pero están amenazadas de Eí:xg2 +.
Además, tienen sin actuar a su alfil dama y,
Ú nica para ganar. por consiguiente, a la torre dama. La jugada
lógica y estratégicamente normal habría sido
29.©xe3 '!Wxd4+ 30.©f3 Wc3+1 en este momento 1 9 . . . f3 , pero las negras te­
mieron la répl ica 20. tll g3, para seguir, si
Otra vez la única para vencer. Si 30 . . . fü8 + 20 . . . tll g6 con 2 1 .füb?, y después tll f5+, o si
3 1 . Wg3 y sólo habría tablas. 20 . . . füh2 2 1 .füf3 ! Sin duda, luego de
1 9 . . . f3 2 0 . tll g3 20 . . . Wi'h4 2 1 .WxeS+ Wf8
3 1 .'!We3 2 2 . tll e2 tll g6, la lucha habría sido dificil, aun
cuando incierta. Las negras, poco satisfechas,
Si 3 1 . Wg4 Eí:d4+ 32. WfS Wi'd 3+ 33.WgS o quizá encandi ladas, inician ahora una com­
h6+ 34 . �h S '!Wb5 + , etcétera. binación que sólo como recurso táctico puede
aceptarse, ya que estratégicamente era im­
3 1 . . . füS+ 32.©e2 Wb2+ 33.©d3 prescindible j ugar primero 1 9 . . . f3 .

Si 33 .W!'d2 fü2 + . 1 9 . . . �xh2 ! ?

3 3 . . . Wxa3+ Evidentemente notable, aun cuando sea falsa


la maniobra. Esto perm itirá traer al juego
Las blancas abandonaron. Si 34 .We2 W/xa2+ rápidamente las piezas negras del ala dama,
3 5 . W d 3 Eí:d 8 + , ganando la dama a la jugada pero una torre suele ser un precio excesivo.
siguiente.
Hemos visto aquí cómo la explotación de un 20. tll xf4 ! ?
detalle táctico perm itía llevar a cabo una com­
binac ión salvadora. U N ERROR PSICOLÓGICO

Las blancas, engañadas por la aparente fuerza


RECU RSO TÁ CTICO Y ERROR TÁCTICO
del sacrificio, lo rehúsan y dej an de ganar la
partida. Esta es la fuerza psicológica de este
Veremos ahora un caso también interesante :
tipo de recursos tácticos. Quien es obj eto de
una amenaza de este tipo considera lógica­
mente que el rival ha sacrificado una pieza
calculando todas las posibil idades, y, si se ve
un cam ino cómodo para seguir la lucha rehu­
sando la oferta, sue le hacerlo para evitar com­
pl icaciones. El exceso de prudencia o la su­
pervalorización de la capac idad agresiva del
rival suelen provocar derrotas imprecisas.
Lo justo era 2 0 . ©xh2 , para seguir, si
20 . . . Wi'h4+ con 2 1 . Wxg2 �h3+ 2 2 . W h 1 ! !
(en cambio, 22 . ©g 1 perdería) 2 2 . . . �e6+
2 3 . Eí: h 2 . Si 22 . . . �fS+ 2 3 . Wg 1 . S i : 22 . . . Eí:h8
23.Wi'xeS+ Wf8 24. füf4 �g4+ 25.Wg 1

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG IA 1 93


\Wh 1 + 2 6 . 'it>f2 1'fü2+ 2 7 . ©e 3 , con ventaj a 5° El j ugador que está mej or, estratégicamen­
para el blanco. te, debe ensayar la menor cantidad posible de
En cambio, luego de: maniobras tácticas que no tengan vinculación
directa con el plan (amenazas de dobles que
20 . . . exf4 2 1 .�xf4 .ifS 22.�xfS .!D xfS no tengan relación con la lucha, maniobras
para capturar peones alej ados de la zona de
Era mej or primero 22 . . . 1"í:h 1 + . combate, etcétera) y, en cambio, quien se
encuentre inferior, debe intensificar las diver­
23 .\Wxh2 .!D h 4 24.\Wg 3+ © h 8 25.�bS \Wh6 siones de este tipo, para dilatar el plan general
26 .\WeS+ ©h7 27.\WhS �g8 del rival.
6° Toda maniobra táctica vinculada al plan
Se l legó a un final que las negras ganaron general es técnicamente inobj etable. Como
después de magnífica labor, pero que escapa que es la desmenuzación del mismo. En cam­
ya a nuestro tema. bio, es dudoso todo plan de este tipo que no
tenga unidad con la estrategia, y sólo debe ser
CONCLUSIONES PRÁCTICAS buscado por qu ienes tengan la sensación de
que están técnicamente en inferioridad de
Y ahora trataremos de sacar algunas conclu­ condiciones.
siones técnicas:
X I .- LA CLAVADA
1 º Cuando un j ugador posee desventaja estra­
tégica de cualquier índole, debe tratar de Este tratado de aj edrez práctico, en el que
complicar la partida mediante j ugadas de corte tratamos de estudiar aspectos de la partida
táctico que entraflen amenazas permanentes, viva, que ningún texto hasta ahora ha encara­
ya que siempre ha de confiarse en las mayores do, ha ofrecido muchos temas valiosos para el
posibil idades de error que pueden surgir de aficionado bisoflo y también para el j ugador
este tipo de lucha. de categoría. Iniciaremos ahora la considera­
2° Recurso táctico es toda aquel la jugada que, ción de un tema de la partida práctica, cuya
anulada por el rival, dej a un saldo favorable hábil aplicación ha dado lugar a infin idad de
para la posición, o la que, aun en caso de victorias. Se tratará de la clavada de una pieza
originar la pérdida de la partida, era la mej or en todas sus formas. Primero, la observaremos
posibil idad de salvación de la lucha. En lo a través de típicas maniobras de sacrificio de
primero se diferencia de la celada, y en lo calidad, que en real idad no son tales, ya que la
segundo del error. cal idad se recobra enseguida mediante la
3° El jugador que tiene la partida estratégica­ ganancia de un tiempo muy valioso. Luego
mente ganada debe actuar con gran energía y estudiaremos otros aspectos de estas manio­
contrarrestar las maniobras tácticas que suelen bras típicas para mostrar hasta qué punto es
convertirse, después de un origen dudoso, en pel igroso permitir que una pieza quede así
combinaciones ganadoras. El recurso táctico inutil izada, ya que no es sólo la misma la que
es la guerri l la, que suele cambiar de jerarquía no puede moverse, sino la pieza que la apoya,
cuando no se la combate con brío. que suele ser de mayor valor que la que obs­
4° El recurso táctico es el detalle en ej ecución truye la acción.
de los planes estratégicos. En aquellas posi­ Pero antes debemos establecer cuáles son las
ciones en que la situación de una pieza mo­ condic iones en que debe hallarse una pieza
leste la real ización del plan general, la manio­ para que pueda calificarse de clavada. Lo más
bra táctica, o sea la agresión a la misma o la usual es que esta pieza obstruya la acción de
desviación de sus funciones mediante amena­ la agresora sobre el rey. En ese caso no puede
zas aparentes en otro sector, es indispensable moverse nunca. La segunda es que tras ella se
para el éxito. encuentre una pieza de mayor valor, por

1 94 ROBERTO G. GRAU
ej emplo, la torre o la dama, y mover la misma En esta posición se observa que las blancas
significa la pérdida de material. También hay están en ventaj a posicional . No tienen piezas
casos de c lavadas más indirectos: se trata de de más, pero en cambio el rey adversario
aquel las posiciones en que mover una pieza carece de fuerzas que lo apoyen, y la torre de
permite la real ización de una amenaza grave "d5" es tema propicio para una combinación.
(mate, j aque doble, etc.). Nunca se indicará bastante a los j ugadores que
Estos serán los casos que nos ocuparán más la torre es una pieza de manej o pesado, y que
adelante, pues en el los está encerrada la razón no debe nunca colocarse en una columna
de muchas derrotas y de muchas victorias donde no pueda replegarse inmediatamente.
incomprensibles. Se trata, en realidad, de Es un cuerpo de ej ército val ioso que debe
maniobras típicas de combinación, que el contar siempre con una buna retirada. En el
j ugador avezado domina y que le permiten caso del texto no sucede así, y esto permite a
sacar provecho de ventaj as muy pequeñas, y las blancas inic iar una maniobra que aparen­
que el aficionado de menos experienc ia puede temente tiende a ganar calidad en mérito a esa
dominar también, a poco que preste atención a defectuosa colocac ión de la torre, pero que en
lo que expondremos. real idad encierra e l más grave propósito de
De más está decir que no nos detendremos en explotar la situación de desamparo en que se
ese tipo elemental de clavadas de piezas, ya hal la el rey negro.
que entendemos que los ej emplos muy e le­
mentales tienen escaso valor, pues general­ 1 .lll 6b5
mente son con facilidad dominados por los
j ugadores de poca experiencia. Trataremos de Amenaza lll c7+.
mostrar maniobras un poco más ocultas en su
origen, pero que finalmente se resumen en lo
mismo.
Defendiéndose de la amenaza de mate. Si
SACRI FICANDO CALIDAD PARA 2 . . . füg3 3 . füa7+ ©b8 4 . lll c6+ ©ca
CLAVAR UNA PI EZA 5 . :E'!c7++. Ahora, en cambio, el peón de "a7"
está apoyado y el alfil "g3 " de las blancas
Lo iniciaremos con una posición entre De atacado. Si se mueve, las negras pueden seguir
Witt y el Dr. Subirá, en la cual el detal le se con . . :E'!xg 2 , con graves compl icaciones para
.

explota de manera directa. las blancas. Es necesario, pues, actuar con


Veremos cómo se vulnera la posición de un energía, y sólo el recurso de sacrificar calidad
rey y se gana el tiempo necesario para asegu­ para clavar la pieza que captura la torre puede
rar el triunfo. permitir prosegu ir el ataque. La deducción es
clara, ya que la única pieza negra que puede
defender el punto "a7" es el alfi l . Sacrificada
la torre por el peón, la otra torre de "h 1 ", que
ahora nada hace, reemplazará a la sacrificada
y decidirá la lucha, ya que nada podrá oponer­
se a la entrada en séptima sobre el desventu­
rado monarca negro. Es simple, pues, que la
victoria sólo puede alcanzarse mediante :

Las negras devuelven la calidad para evitar la


amenaza de mate directo de :E'!xa7++ , o, si
j uegan 4 . . . füg 3, de 5 . füa7+ seguido de

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 95


ti:Jc6+, como indicamos en el comentario LA CLAVADA INDI RECTA
anterior.
Y no la jugada natural de 20 . . . �g? , a causa
5.ti:Jxb5 ©b7 6.l'!xa7+ ©c6 7 .c4 de la réplica 2 1 .E!xc6 + , especulando con que
el peón de "b7" está clavado en ese punto por
Y pocas jugadas más tarde las negras abando­ la amenaza de :1l:b8 mate . Vemos aquí otro
naron. Tienen un peón menos y están amena­ tipo de clavada de piezas, o piezas inmovili­
zadas de E!c7+ seguido de �f2 + , etc, y de b4 zadas, como quiera llamárseles, del que nos
seguido de ti:J d 6 . ocuparemos oportunamente. Ahora lo que nos
interesa es el sacrificio de calidad para ganar
L A GANANCIA DE TIEMPO tiempo por medio de la clavada.

Hemos visto cómo el sacrificio de una cal idad 2 1 .l'!e1 l'!e7


pennitió ganar tiempos en el ataque. Ahora lo
veremos dando el tiempo necesario para ganar Este es el momento que nos interesa del final.
un final que, de no haber mediado ese detalle Las blancas tienen un peón de más, pero el
táctico, habría sido tablas. camino de la victoria no es claro, porque el
peón doblado de la columna "c" resta fuerza y
cohesión a los de ese sector, que es precisa­
Apertura V ienesa (C29)
1 925 mente donde está la ventaja material. Eviden­
B lancas: R. G. Grau
temente, la jugada de las negras sería un grave
error si la torre de " f6 " no estuviera, por la
Negras: V. Femández Coria
réplica �g5 , clavando a la torre.
1 .e4 e5 2 . ti:J c 3 ti:Jf6 3.f4 d5 4.fxe5 ti:Jxe4
5. lll f3 ig4 6.We2 ti:Jxc3 7 . bxc3 ixf3
8.Wxf3 Wh4+ 9 . g 3 We4+ 1 0 .Wxe4 dxe4
1 1 .ig 2 .!Dd7 1 2 .ixe4 0-0-0 1 3 . l'! b 1 c6
1 4.0-0 .!Dxe5 1 5 .d4 .!D c4 1 6 .l'!xf7 .!Dd6
1 7 .ifS+ .!D xf5

Hemos dado la total idad de la partida para


poder mostrar de qué manera el tema de la
clavada ha gravitado en distintos momentos
de la lucha. Ya antes, cuando las blancas juga­
ron 1 4 .0-0, en lugar de 1 4 . d 4 , lo hicieron por
temor a la posible répl ica 1 4 .. .f6 para seguir,
si 1 5 . exf6 , con 1 5 . . . E!e8 , clavando el alfil de Vemos aquí una pos1c1on característica de
"e4 " . c lavada, o sea la torre y el rey en una misma
Ahora, si las negras jugaran 1 7 . . . 'tt> b 8, segui­ diagonal, que siempre entraña un grave riesgo
ría 1 8 .�f4 , clavando et caballo y defendiendo cuando el adversario posee el alfil que actúa
así indirectamente a la torre de "f7", que, por por esa diagonal . Y la concienc ia de esto, y la
otra parte, no tiene retirada. Y no sólo defen­ teoría de Capablanca sobre la simplificac ión
derían la torre, sino que amenazarían E!xb7+, que indica que deben cambiarse las piezas
explotando que el caballo no puede defender accesorias de la lucha para reducirla a las que
al peón mientras está clavado, y también pri­ ofrecen desniveles (en este caso los peones),
mero �xd6+ seguido de E!xb7+. hacen que las blancas encuentren una combi­
nación simple que gana mediante el típico
1 8 .l'!xfS l'!d7 1 9 .if4 g6 20.fü6 'tt> d 8 sistema de sacrificar calidad y ganar un tiem-

1 96 ROBERTO G. GRAU
po, m ientras el rey adversario trata de zafarse punto más avanzado de la cadena de peones
de la clavada. Esa man iobra simple es sacar "c5 " , han logrado convertirse en agresivos,
económicamente la torre de "f6", entregándola pues el retrasado colabora en la acción de
por el alfil de " f8 " , para luego realizar la cla­ apoyar el peón de "d5 " . Ambos son, pues,
vada en "g5 " . Veamos: eficientes, y de esto se desprende una regla
sobre la situación de peones, que oportuna­
22.gxf8+ gxf8 23 .ig S mente trataremos, pero que no resistimos a la
tentación de anticipar, y es que cuando se
Calidad de menos, pero que se recobra fácil­ tienen peones doblados, con uno lateral que
mente, y dos tiempos ganados que han de ser los secunda, es necesario que el peón más
decisivos. Ahora es necesario, antes de inten­ avanzado de los tres sea siempre uno de los
tar sacar el rey para poner en acción la torre o que están en la columna donde hay dos.
provocar el cambio, apoyar la torre que se
encuentra atacada por dos piezas y sólo apo­ 32 ... ©f6 33.h4 aS 34.a4 g S 35.hxgS+
yada por una. ©xgS 36.©es

23 . . . füeS 24.c4! Y las negras abandonaron, pues luego de d5,


este peón corona con apreciable ventaja de
IMPORTANCIA DE LA CLAVADA tiempos.
Este es el detalle estratégico que deseábamos
X I I . - LA CLAVADA Y LA GANANCIA DE
destacar. De no haber dispuesto de este tiem­
TIEMPO
po, que pennitió real izar esta j ugada, el final
habría sido favorable para las negras, aun
Hemos establecido que toda pieza que esté
cuando quizá tablas. Si 24 . ©f2 b5! 25. iif3 apoyada por una pieza clavada se encuentra
iid7 2 6 . !!xe?+ !!xe7 27 .!J.xe? ©xe7 mal defendida, y sabemos que esto es el tema
28. iie4 iie6, y las negras tienen varios de infinidad de combinaciones. Lo hemos
tiempos para ganar con el peón "a", lo que les estudiado ya a través de un tema característi­
pennitiría crearle una desagradable posición co, como es el del sacrificio de cal idad para
de "zugzwang" a las blancas, a pesar del peón ganar tiempos en el ataque. Ahora lo conside­
de ventaj a que éstas poseen, pero que de nada raremos desde el más amp lio campo de la
vale, por estar doblado y retrasado. estrategia general. Veremos la importancia
que tiene, para que este tipo de planes se pro­
24 . . . h6 25.gxe7 gxe7 26.ixe7+ iixe7 duzca, la situación de un peón, por ej emplo,
27. iif2 apoyado por una pieza mayor, o en una co­
lumna donde se encuentre el rey, ya que esto
Y ahora se ha l legado al mismo final del co­ faci lita la combinación de sacrificio transito­
mentario anterior, pero con el peón blanco en rio, para clavar la pieza que se coloque en
"c4", lo que impide prácticamente . . b5 y da
. última instancia en ese sector.
fuerza a los peones doblados, que antes de Dado el tono de este libro, que en realidad
nada servían . El final ha podido ser definido está orientado para que sea úti l a los aj edre­
prácticamente por la ganancia de tiempo que cistas bisoños y también a quienes ya dominan
surgió de la clavada de la torre. la técnica del j uego, pasaremos por alto los
ej emplos simples y mostraremos varios de
27 . . . ©e6 28.©e3 ©fS 29.cS ©e6 30. ©e4 combinaciones que han podido llevarse a
a6 3 1 .c4 h S 32.dS+ efecto mediante la hábil explotación del tema
de las clavadas de piezas, que ha dado motivo
Los peones doblados, al adquirir la fonnación a que se construyeran multitud de problemas y
característica de colocar uno de ellos en el se crearan finales hermosísimos.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 97


LA FUERZA DE UN ALFIL EN LA m itir una victoria tan n ítida y el hallazgo de
CLAVADA una j ugada tan absurda y eficaz.

En una partida Breyer-Englund, del torneo de


Scheveningen en I 9 1 3 , se l legó a lo siguiente :

Las blancas tienen la inic iativa, pero no es


fáci l ver cómo se puede sacar provecho de
ella. Si Wh8+ sigue . . . ©e 7 y la dama tiene
Las blancas amenazan !'!xd 5 , ganando una que volver a "h7 " . Pero las blancas conocen la
pieza, ya que el cabal lo que la defiende está fuerza de las clavadas y proyectan un p lan que
clavado por el alfil de "b4 " . El tema de la les permitirá adjudicarse una bri llante victoria
partida está, pues, precisamente en la situa­ mediante la sorprendente jugada:
ción de esa pieza clavada que traba la acc ión
de las negras. Veremos ahora cómo Breyer 20.Wg S+! iíe7
saca provecho de esa ventaja. Siguió así :
¿Por qué no 20 . . . ©xg8? Pues simplemente
1 9 . .ic6 20 .Wxe7+
. . por la formidable réplica de 2 1 . tll g6 , que
ataca la dama y, lo que es mucho más grave,
Como se observa, igual que en el caso de los amenaza !'!h8 con mate inevitable. La fuerza
sacrificios de calidad, no se toma con el alfil de esta répl ica estriba en que el peón " f7 " está
primero, ya que esto impediría sacar provecho clavado y no puede capturar al atrevido caba­
de la clavada. En realidad es una simple inver­ llo. Como se observa, una pieza clavadá puede
sión de j ugadas, pero que tiene la poderosa considerarse inexistente m ientras no se retire
diferencia de que ahora la dama estará durante la pieza mayor que permite la clavada.
una j ugada inmovilizada y se hace posible dar
juego en "d8". La dama, en realidad, no existe 2 1 .Wxf7+ iidS 22.c!l\g6 Wxb2 23.�d 1 +
como pieza defensiva, y el mate es inevitable. .id7
Nada de eso habría pasado si las blancas hu­
bieran jugado primero �xe7+ . Y ahora nuevamente se produce una combina­
ción explotando el tema de la pieza clavada.
2 0 . . . Wxe7 2 1 J�d8+ .tes 22.�xeS++ El alfil está inmovil izado y en consecuencia la
torre de "e8", defendida sólo por el rey. Esto
UNA MANIOBRA EXTRAORDINARIA perm ite una simple combinación ganadora:

Interesante es la maniobra que para ganar su 24.WxeS+!


partida contra Thynne halló Abrahams en el
torneo de Liverpool de 1 930. Sólo el conoci­ Las negras abandonan, pues si 24 . . . ©xe8 (y
m iento de la fuerza de las clavadas pudo per- si 24 ... ©c? 25 .We?, etcétera.) 25.!'!h8++.

1 98 ROBERTO G. GRAU
LA DOBLE CLAVADA 25 . . . �xf7 26.Wfe6 ! !

Con más puj anza vemos el tema en el ej emplo Atacando directamente las dos piezas clava­
que sigue, de una partida entre Bogoljubow y das.
Erdelyi que se disputó en el torneo de Praga
de 1 93 1 . La posición era la siguiente : 26 . . . .ixeG 27 .�xd8+ ms 28 . .ixeG+ @h8
29.�d7 �as 30 .�c7 es 3 1 . .idS

Las blancas ganaron rápidamente.


Todo esto ha sido posible por la combinación
que engendró la situación de dos piezas negras
clavadas.

OTRA VEZ EL CAZADOR CAZADO

I nteresante es el ej emplo de la partida entre


Chatard y un aficionado, que se disputó en
París en 1 906. En él veremos hasta qué punto
es generoso el tema para brindar recursos
salvadores en posiciones aparentemente per­
En la posición del diagrama es fáci l observar didas.
dos detalles valiosos. Hay dos piezas prácti­
camente clavadas. Una, el peón de "f7", que
no puede moverse sin dejar al rey en jaque.
Otra, el alfil de "d7", que está interrumpiendo
la acción de la torre blanca sobre la dama.
La conj unción de estas dos ideas permite a
Bogolj ubow trazarse un plan ganador, cuya
fuerza radica precisamente en la inmovil idad
de esos dos sectores del tablero y en la explo­
tación de la magnífica acción del alfil de "b3 "
y la torre de "d l " . Veremos cómo es fácil
conjugar ambas acciones, mediante :

25.c!l\xf7 !
Esta es una posición muy instructiva. El caba­
El sistema característico de combinar en este llo de "e2" está clavado y en una posición
tipo de posiciones es poner directamente bajo muy dificil, por el hecho de que las torres
los fuegos del alfil, que ej erce acción sobre el blancas no pueden cooperar cómodamente en
rey adversario, una pieza de mayor valor que su defensa. Además las negras amenazan
el peón. Ahora se entrega un caballo para que . Jk2 , poniendo una pieza más en acción.
.

sea la torre la que esté inmovilizada y haga Las blancas a su vez están amenazando :B:xe6,
factible una j ugada decisiva que explote la explotando el hecho de que el peón de "f7"
doble clavada del alfil de "d7" y la torre de está clavado por la situación de 1a torre de
·

" f7 " . El aficionado de escasa experiencia "f8". Pero no tienen tiempo de real izarlo, por
sacará buen provecho de estos ej emplos, si en la amenaza de . . . �xe2 seguido de . . . :B:c2 ,
todos los casos, antes de mirar las jugadas ganando la dama. ¿Cómo evitar esto? ¿Qué
realizadas, trata de hallarla por sus propios detalle hay en la posición que perm ite planear
medios. una defensa eficaz? Pues que la torre agresora

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 1 99


de las negras que se colocará en "c2" está en
una m isma l ínea con e l rey, y que, además, al
situarse en "c2" estará en una m isma l ínea con
la dama, en e l punto geométricamente exacto
para atacar en séptima (segunda) y obstruir la
acción de p iezas adversarias sobre el rey o la
dama.
De esta deducción surge un recurso táctico
val ioso: contestar a la clavada con una contra­
clavada. Veamos:

1 J� g 1 !

Jugada h ipócrita que oculta su verdadera fi na­


lidad, pues a primera vista parece una inad­ Es una pos ición realmente muy instructiva.
vertencia. Hay una pieza blanca clavada, que es la torre
de "g3 '', que está inmovil izada en apariencia
1 ... ixe2 2 .Wxe2 �k2 por la amenaza de Wxf2 apenas se mueva.
. . .

Pero hay otra pieza negra clavada, pues el


Y ahora las blancas parecen perdidas, pues la peón de "d5" puede ser capturado por el caba­
dama no tiene adonde ir, pero surge la "con­ llo por la acc ión de la torre blanca de "e l " ,
trachance" derivada de la posibil idad de clavar que "clava" al peón "e6 " . El caballo desde
la torre con la torre, especu lando con que la "d5 " toma las cas i l las "e7" y " f6 " y esto per­
dama quedará indefensa. ¿Cuál es la jugada m ite al blanco planear una combinación de
que surge para quien haya comprendido este sacrificio, entregando la dama, para explotar a
tema? su vez la fuerza de la clavada. Veamos:

3.gc1 ! ! 1 .gxg7 Wxf2 2 .gga+ @e7 3 . tll xd5++

Inmovi l izando l a torre en su acción sobre la DOS TEMAS QUE SE CON FUNDEN :
séptima (segunda) l ínea y desviándola del CLAVADA Y OB STRUCCIÓN
punto geométricamente perfecto de "c2 " .
Ahora no es posible �xe2 , y s i : 3 . . �xc 1 ,
... .
Veamos un caso expresivo y, por c ierto, sim­
entonces 4 . Wxa2 , ganando la dama. Un caso ple, a pesar de su clave de problema. En una
perfecto de cazador cazado. partida Eliskases-Ho lst se l legó a lo siguiente :

UN RECURSO INESPERADO

Estamos abundando en ej emplos, por cuanto


no sólo son necesarios para dar acabada
muestra de la importancia del tema y de la
mu ltitud de posiciones en que es apl icable,
sino por el hecho de que constituye uno de los
aspectos más bon itos del aj edrez.
En la partida entre Farnh i y Duras, jugada en
el torneo de M anhei m de 1 9 1 4 -aque l famoso
certamen que interrumpió la declaración de la
gran guerra-, se produj o la posición que
muestra e l diagrama.

200 ROBERTO G. GRAU


Las blancas tienen calidad de más y deben se produj o también una notable posición de
ganar, pero aparentemente no es fáci l hacerlo. clavada, que reproducimos:
Hay una amenaza de . . . Wd 1 + que a primera
vista obliga a j ugar �c1 , que sería sin duda lo
que efectuaría en este momento un aj edrecista
adocenado.
Pero quien comprenda mej or el aj edrez, quien
sepa sacar deducciones, lo que es simple
cuando uno se propone hacerlo y se fami l iari­
za con este tipo de razonamiento, observará
cosas interesantes . Primero, que la dama negra
defiende a la torre y a la vez una amenaza de
Wlf6 + + . Quiere esto decir que la dama está
clavada en ese sector. También observará que
si la torre sale de la primera (octava) l ínea,
seguiría Wlf8++ o We8++. Demuestra esto
que la torre está semiclavada, ya que no puede Esta es una posición muy interesante. Hay un
salir de esa l ínea. caballo clavado por la torre de "e l " y la dama
¿No habrá entonces posibilidad de sacar ven­ también está clavada, pues, si se aparta de esa
taj a de esa posición rígida de las piezas ne­ diagonal, seguiría �xc8+ y luego Wxc8,
gras? Bien es sabido que la única pieza blanca amparándose en que e l cabal lo está inutiliza­
que no actúa eficientemente en ese plan es la do. Pero las negras amenazan . . . Wxg4 , y este
torre de " c5 " , ya que la de "g3 " es la que en­ ataque recíproco de las damas da tema a Stei­
cierra al rey, y la dama, la encargada de re­ nitz para una combinación de problema, muy
matar la lucha con alguna de sus amenazas de dific il de l levar a cabo, pues su rival, en mu­
mate. chas variantes, amenazaba . . . �c1 + + . Veamos :
Y de esta deducción simple surge la j ugada
clara que pennitirá decidir la lucha. Como la 22.gxe7+ ci>fS
dama no puede moverse, ni la torre salir de la
primera (octava) l ínea, y además la dama No podía seguirse con 22 . . . ©xe? por
necesita apoyar a la torre, mediante 1 . �d 5 ! ! 2 3 . �e 1 + , seguido, si 2 3 . . . © d 6 , de 24 .Wlb4 +
logramos decidir e n una sola jugada l a partida y si en cambio 23 . . . © d 8 , de 24. tll e6+ y
al destruir la coordinación de las piezas ne­ luego tll c5+ descubierto, ganando la dama.
gras. Tampoco puede seguirse con 22 . . . Wxe?, a
Es evidente que no puede capturarse la torre, causa de 2 3 J'!xc8+ (la c lavada), pero en
ni con la dama ni con la torre, por lo dicho cambio es posible la j ugada del texto, por
antes, ni con el peón ni con e l alfi l , porque cuanto ahora no se puede capturar la dama,
entonces un nuevo tema típico, la obstrucción, por la répl ica . . �xc 1 ++. Pero Steinitz agotará
.

pennitiría seguir con Wxd8++, pues la dama hasta el extremo las posibil idades que le brin­
no defendería más a la torre. Obsérvese, luego da la dama clavada en "d7", y ganará de ex­
de este razonamiento, cómo esa preciosa ju­ traordinaria manera.
gada no era tan inaccesible para quien pensara
con alguna profundidad. 23.gf7+ ! ©g8

UNA OBRA MAESTRA No 2 3 . . . Wxf? , por 24.�xc8 + .

En la partida entre Steinitz y Bardeleben j uga­


da en el torneo de Hastings de 1 895, uno de
los monumentos del aj edrez de combinación, Si 24 . . . ©f8 25. tll xh?+, etcétera.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 20 1


25.�xh7+ © g a ganar de esta prim itiva manera. Ahora que el
caballo también defiende el alfil de "d7 " , y si
Como s e v e , la dama es como s i no existiera, no estuviera la dama seguiría con tll xd?,
pues no puede e l i m inar a esa atrevida torre, ganando un a pieza. Es decir que e l alfil de
porque tras e l la, en la misma diagonal, hay " d 7 " está defendido p o r do s piezas pero prác­
una torre atacada. ticamente por una sola, ya que el caballo no
puede salir de. "f6" por la amenaza de mate.
26.�g7+ © h a 27 .Wh4+ ! ©xg7 2a .Wh7+ Esto demuestra que el caballo está clavado.
©ta 29.Wha+ ©e7 30 .Wg7+ ©ea ¿Cómo podría atacar al alfil con otra pieza?
3 1 .Wg a+ ©e7 32 .Wf7+ ©da 33 .Wfa+ Wea En realidad, si no estuviera el peón de "e6",
34.ll:lf7+ ©d7 35.Wd6++ seguiría tll xd7 para continuar, si . . . Wxd ? , con
.ixh ? + , pues e l caballo no puede capturar la
UN ENGRANAJE DE CLAVADAS pieza, ya que a la vez debe defender la dama.
Y de esta coordinación de ideas surge una
Un ej emplo muy instructivo, por cuanto se conclusión agradab le. ¡ Pues si e l peón "e6" de
adapta a la partida viva, y que puede presen­ mi adversario es indispensab le para que yo no
tarse frecuentemente, es e l que produj eron j uegue tll xd? ganando, entonces e l peón de
Vidmar y Frydman en el torneo de Budapest "d5 " no está defendido, pues e l peón de "e6"
de 1 934. Llevaba las blancas e l j oven y talen­ está también clavado ! "
toso maestro polaco nombrado en el ú ltimo Y ahora, cualquier aj edrecista principiante
término. será capaz de hal lar la jugada que explote esa
situac ión, que es:

1 5 .ll:lxdS! g6

Para sa lir de la desagradable amenaza de mate


y darle movil idad al caballo, el negro se resig­
na a perder el peón y poner un obstáculo en la
acción del alfil dama blanco, pero en cambio
debil ita los cuadros "f6" y "h6", y esto indica
ya claramente e l plan a seguir, que es elim inar
el alfil de "e7", la única p ieza adecuada para
defenderlos. Malo sería, como dij imos,
1 5 . . . exd 5 , por 1 6 . tll xd? Wxd ? 1 7 . .ixh?+
©h8 1 8 . .if5 + , ganando la dama.
Como se verá, es una posición normal y apa­
rentemente perfecta. Les corresponde j ugar a 1 6.lll xe7+ Wxe? 1 7 .ixc4
las blancas, las que, a simple vista, se ven
necesitadas, o de apoyar e l peón "b" con lll d 1 Y ahora, creada otra deb i lidad, se hace nece­
(no l'!c2 , por . . . ll:lxb2) , o j ugar simp lemente sario eliminar este caballo para concretarse a
ll:l xc4 , perdiendo el puesto avanzado de "e5" ganar por el peón de más y la mala situación
y permitiendo que e l negro, mediante . . . bxc4 , de los cuadros negros del ala rey, que sugieren
abra la l ínea "b" y trabaj e el punto débi l "b3 " . otra típica maniobra de clavada que no tiene
Pero hay algunos detalles dignos d e ser estu­ répl ica.
diados y de los m ismos quizá saquemos algu­
nas conclusiones. Trataremos de razonar de la
misma manera que lo haría un buen j ugador
en este momento: " Estoy amenazando Así, las blancas clavaron e l caballo, e inmovi­
Wxh?++ , pero el caball o de f6 me impide
" " lizada como quedó la dama en su defensa,

202 ROBERTO G. GRAU


para siempre, el Dr. Vidmar abandonó. De no eso por la répl ica . . . Wxb2+ + , pero la verdad
haber hecho inmediatamente esta j ugada -más es que la dama podría acudir hacia el flanco
en este caso, que e l caballo sólo d ispone del de dama, para colaborar en la amenaza sobre
apoyo de la dama- hubiera seguido . . . lll d5, y el punto "a2 " y a la vez atacar el alfil enemi­
el final sería aún muy difícil de ganar. go. Y la maniobra es simple:

LA INUTILIDAD DE UN ALFIL ÚTIL 1 . . Wa6 ! !


.

Como punto final a estos ej emplos insertare­ Esto entrega aparentemente l a dama, pero en
mos la posición de una partida j ugada por realidad ésta no puede ser capturada, porque
B lackbume (con las negras) en Hastings en el alfil está clavado por la amenaza
1 894, en una sesión de simu ltáneas, que se . . . lll xa2 + + .
ganó de magistral manera por el ampl i o domi­
nio de este tema, que enseña a explotar la 2.g4
situación que crean para un bando las piezas
inmovilizadas en la defensa, que son siempre Para desaloj ar e l fuerte a l fi l de "f5 " .
piezas clavadas, aun cuando nadie las ataque.
2 . . . Wxa 2 ! 3 . .ie3 .ixc3 ! !

Y mediante una maniobra de sacrificio simple,


que especula también con la clavada, se deci­
de la partida. E l peón de "c3 " no está en reali­
dad defendido, porque e l de "b2" está clavado
para evitar . . . Wc2 + + .
Las blancas abandonaron, porque e l mate e s
inevitable. Vemos aqu í c o n q u é rapidez se h a
decidido la partida por el perfecto conoci­
m iento del tema.

X I I I .- CÓMO SE G ESTAN LA S
CLAVADAS EN LAS COLUMNAS
Miremos esta pos1c10n con algún cuidado. A B I E RTAS
¿Cuál es la amenaza de las negras? Pues sim­
p lemente e l enroque largo, que está atacado Es indudable que nada hay más gráfico como
por todas las piezas. Hay una de ellas, el alfil ej emplo de un tema de aj edrez, que la partida
de "f5 " , que impide toda huída al monarca viva. En las páginas anteriores sobre este
blanco. Tanto, que si no existiera el alfil de m ismo punto vimos una sucesión cinemato­
"c4" de las blancas, seguiría . lll xa2 + + . Es
. . gráfica de ej emplos producidos en varias
decir, que hay una pieza rival que ocupa una partidas magistrales. Aprendimos a observar
situac ión indispensable para evitar e l mate, y, que una p ieza está clavada cuando está ame­
como ya sabemos cuál es, la estudiaremos nazada por otra y no puede retirarse para evi­
particularmente. Observamos que nadie la tar mayores dificultades. Puede estar clavada
defiende y que no puede moverse de su dia­ cuando interrumpe la acción de una p ieza
gonal a2-g8, por . . . lll xa2++, ni en la f1 -a6, sobre el rey, o cuando es la dama la que está
por . . . lll d 3 + , seguido de . . . lll e 1 + descubierto, atrás de la p ieza amenazada o, aun, cuando es
ganando la dama. El alfil está, pues, clavado, una torre. También puede estar clavada por el
y sería dific i l ganar a no mediar la amenaza de simple hecho de que neutraliza una amenaza
cxb4 , que amenaza elimi nar una poderosa grave. Todas estas variac iones del tema las
batería negra. Es claro que ahora no es posible hemos observado en los ej emplos de posicio-

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 203


nes i nsertadas antes. Ahora lo veremos a tra­ Ahora, que aquí no es claro ver cómo puede
vés de algunas partidas en las que en todo explotarse el hecho, ya que hay nada menos
momento gravitó de manera neta el tema que que tres p iezas de por medio y la primera de
nos está ocupando, que trata un aspecto de e l las es un peón, que está defendido aparen­
gran importancia en la partida práctica, ya que temente con sol idez. Pero las blancas atrapan
de su háb i l apl icación dependen muchas victo­ otro detalle más sutil, y es que el alfil de "e6"
rias en posic iones aparentemente dificiles de esta sólo apoyado por e l peón de "f7", que a
forzar. su vez estaría inutil izado si la dama blanca
estuviera en "h5 " . Por otra parte, la dama
UNA OBRA DE ARTE DE ROLANDO desde ese cuadro, de no existir e l peón "e5",
I LLA atacaría e l cabal lo de "d5", colaborando en la
acc ión que ya desarrolla e l alfil "b3 " . Y de la
In iciemos la exposición de los m i smos con confluencia de esos detal les val iosos surge la
una partida que j ugó en 1 9 1 2 un aj edrecista j ugada notable, que comienza a decidir la
argentino de excepc ional jerarquía, que no ha lucha por medio de la háb i l explotac ión del
sido recordado con la frecuencia que merece, tema que estamos considerando.
ya que fue durante cerca de diez años el más
UN SACRIFICIO TÍPICO
alto exponente del aj edrez de nuestro país . Se
trata del cotej o que Rolando l l la le ganó al 1 S . .!Li xeS ! !
excelente aj edrecista uruguayo Mario B l ixen.
Sacrificio notable y que enorgu llecería al más
Apertura Española (C90) presumido de los aj edrec istas locales de la
B uenos Aires, 1 9 1 2 actual idad. Su obj eto es, de acuerdo con lo
B lancas : R . llla expresado antes, colocar la dama en "h5 "
N e gras : M. B l ixen rápidamente, para impedir . .f6 apoyando e l
.

caballo y eliminar e l desagradable peón d e


1 .e4 es 2 . lüf3 lü c6 3 . .ibS a6 4 . .ia4 .!Lif6 "e5 ", q ue es un a barrera a la acc ión de la torre
S.0-0 .ie7 6 . g e 1 bS 7 . .ib3 d6 8 . c3 .!LiaS de "e l " .
9 ..ic2 cS 1 O . d 3 lü c 6 1 1 .lübd2 �c7
1 2 . .!Lif1 d S 1 3 .exd S .!LixdS 1 4 . .ib3! .ie6 1 S . . . .!LixeS 1 6 .�hS

Éste es e l momento de la partida que a noso­ Y en este momento se ve claro e l propósito de


tros nos interesa. A primera vista pareciera las blancas. Si e l caballo de "e5" se va, seguirá
que las negras han resue lto todos sus prob le­ �xd 5. De lo que se desprende que este caba­
mas estratégicos, y es verdad, ya que tienen l l o está clavado para evitar la pérd ida del de
todas sus piezas en j uego y aun d isponen de "d5" y que para evitar 1Mlxe5 se hace necesario
ventaj a en espacio. Pero, en cambio, hay al­ j ugar 1 6 . . . �d 6 , lo que va l i mpiando de ene­
gunos detal les tácticos que perm iten concebir migos la columna "e", en la que la torre actúa
una combinación basada en e l tema que esta­ sobre el monarca adversario.
mos tratando . En primer térm ino se ve que la
única columna para la actividad de la torre es 1 6 . . . .id6
la "e" y que esta columna tiene por base la
acción de una torre blanca y en e l extremo Era mej or resignarse a perder un peón y enro­
opuesto se encuentra el monarca negro. Te­ carse, para sacar al rey de la desagradable
nemos, pues, e l punto de partida habitual de s ituac ión que s ignifica estar baj o los fuegos de
toda posición e lemental de clavada de piezas, una torre rival, en una columna abierta, ya que
que es la situación de una p ieza de gran valor esto siempre deriva en combinaciones basadas
que impide la l ibertad absoluta de otras. en c lavadas de piezas, pues para evitar los

204 ROBERTO G. GRAU


j aques es necesario interrumpir la acción de la lo que se recobraría la pieza con gran ventaja.
torre con una p ieza. Además, esta notable j ugada quita a las negras
el recurso de enrocarse por la amenaza:
1 7 .ixd 5 ixd 5 21 . . . 0-0 22 .WgS ixf6 2 3 . exf6 g6 24.Wh6 y
mate inevitable. S i en camb io 2 1 . . . gxf6
Despej ando e l camino entre e l rey y la torre, 22. exf6 ixf6 2 3 . füe6+ , etcétera.
que sólo queda interrumpido por una pieza, se
hace claro el procedimiento para recobrar el 21 . . . ©fS 22 .Wg 5 ggs
material entregado con ventaj a.
S i 22 . . . gxf6 2 3 . exf6 ixf6 (por la amenaza
1 8 .f4 ie6 Wg 7+) 24.Wxf6 ©g8 (para evitar füe6 -la
clavada- y Wxh8+) 2 5 . :B:eS, etcétera. Si, en
Aún era más prudente enrocarse. Nunca debe cambio, 22 . . . ixf6 23. exf6 i>e8 24.Wxg?
mantenerse al rey en una l ínea abierta para el (amenaza Wxh 8 + y también :B:xe6+ , especu­
rival, pues esto da lugar a infin idad de comb i­ lando en que el peón "f7" está clavado por la
naciones. Por otra parte, e l alfil en "e6" no es situac ión de la dama negra en "c7") 24 . . . i>d?
buena defensa, por cuanto, como establecimos 25.füe6 ©xe6 2 6 . :B:e 1 + ©d6 27 .:B:e?,
antes, está apoyado por una p ieza que se en­ seguido de Wb3+ o Wxf7 , ganando ensegui­
cuentra clavada: e l peón "f7", que no puede da.
moverse por la acción de la dama, y en conse­
cuencia puede considerarse que carece de 23 .ixe7+ Wxe7 24.We3 g6 2 5 . lli g 3 id 5
apoyo hasta que no desaparezca esta situación 26.Wh6+ gg7 27.ge3 © g 8 2s.gd 1 Wb7
del rey negro o de la dama blanca. 29.gd2 b4 30.c4 ic6 3 1 .e6 fxe6 32 .gxe6
a5 3 3 .gde2 gxd3 34.llif5! gd 1 +
LA C LAVADA COMO FUENTE INSPIRADORA
Y otra vez, luego de una serie de man iobras
1 9 .fxe5 ie7 2 0 .ig5 gds 2 1 .if6 !
muy exactas, I l la encuentra en el tema de las
clavadas el medio para rematar el j uego. El
caballo está defendido, no por la amenaza de
35.:B:xc6 , s i 34 . . . gxfS , sino porque al desapa­
recer el peón de "g6", la dama puede colabo­
rar en una simple maniobra de mate, al dispo­
ner de la cas i l la "e6". Veamos: 34 . . . gxfS
35.:B:e8+ ixe8 36.füe8+ i>f7 37 .We6
mate. Como se observará, una pieza puede
estar clavada, como en este caso e l peón "g"
negro, porque está en la m isma l ínea o colum­
na de una pieza de mayor valor que la que se
entrega o, como en e l presente caso, por una
posibil idad de dom inar un cuadro vital : "e6 " .
Esta j ugada, por cierto inesperada e impresio­
nante, es simp lemente producto de la clara 35. ©f2 Wf7 36 .ges+
idea que acerca de las c lavadas tenía I l la.
Toda la fuerza de la combinación radica en el Y las negras abandonaron. Vemos cómo, aun
hecho de que e l alfil de "e6" está indefenso, de en la última j ugada, surge el tema de la p ieza
acuerdo con nuestra teoría, y en consecuencia, clavada, que en este caso se vincula con el de
si . . . gxf6 seguiría exf6 atacando al alfil de las piezas sobrecargadas que hemos tratado.
"e6" con la torre, y e l de "e7" con e l peón, por Las negras entregan la torre, por cuanto la

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 205


dama está inmovil izada en la defensa del mate Forzando a capturar e l peón para no perder sin
en "g7 " , y por lo tanto no puede simultánea­ compensación la cal idad.
mente dominar la cas i l l a "e8", que no tiene
ninguna vinculación con la de "g7 " , por lo 1 9 . . . ixf6 20.gxf6 !
que, de tener que ir la dama a ese punto, como
sucede en este caso, e l mate es i nevitable. Muy superior a 20 .ixf8 . Ahora, las blancas,
Es ésta una obra de arte de Rolando I l la y una en lugar de ganar la calidad, a su vez la sacri­
de las j oyas del aj edrez argentino. fican, de acuerdo con e l tema que tratamos al
iniciar este curso, que indicaba la enorme
UN EJEMPLO S I M PLE PERO P RÁ CTICO fuerza que se encerraba en los sacrificios de
cal idad cuando se podía luego c lavar la p ieza
Antes de mostrar e l ej emplo final de este capturadora con un alfil, como luego se verá.
tema, que irá seguido de las conclusiones que
nos sugiera y de las reglas que pueden faci l itar 20 . . . lll xf6 2 1 .ig S
al aficionado la tarea de atraparlo en multitud
de posiciones, exam inaremos un caso simple, La clavada perfecta. La pieza de "f6" puede
pero práctico, de una partida disputada entre ser apoyada, a lo sumo, por tres piezas : la
el fuerte jugador brasi lefl o Octavio Trom­ dama, e l caballo y el rey, y, en camb io, ataca­
powsky y el aj edrecista uruguayo Santiago da por cuatro: el alfil, el cabal lo, la torre y la
Rivas Costa, en el torneo sudamericano de dama; pero en este caso no hacen falta tantas,
Montevideo de 1 92 5 . Después de la j ugada 1 7 ya que una p ieza atacada por dos piezas me­
de las negras se arribó a la s iguiente posición : nores tiene que ser defendida por peones o por
otras dos p iezas menores, y en este caso no es
posible hacerlo. Una dama nunca puede pres­
tar apoyo a una p ieza así atacada, sin correr el
riesgo de quedar capturada.

21 . . . lll ed7 22. lll e4 'i!! e 7 23.gxf6

Aún mejor que 2 3 . li:J xf6+ .

2 3 . . . 'i!! e S 24.gxd6

Después de pocas j ugadas, las negras abando­


naron.
Este ej emplo es, por cierto, menos valioso que
Jugaban las blancas en este momento, y espe­ los anteriores, pero resulta práctico, por
culando con la circunstancia de que e l caballo cuanto muestra un tipo de posición muy co­
negro que se coloque en "f6" puede quedar mún en e l que se puede explotar este típico
clavado, porque está la dama negra en "d8", y tema de las clavadas, unido al sacrificio de
por lo tanto baj o los fuegos de un alfil en la calidad, para hacer efectivo el mismo por
diagonal h4-d8, realizaron la j ugada ganadora: medio de la acción de un alfil en la diagonal.

1 8 .f6 ! ihS El éxito de las maniobras para clavar p iezas


depende de la fac i l idad o dificultad que tenga
Resistiéndose, pero inútilmente, a aceptar la el adversario para zafarse de la presión. Cuan­
emponzof\ada oferta de las blancas. do se fij a una pieza en una columna abierta,
especulando con la situación en que se en­
1 9 .ihG cuentra el monarca rival, la clavada es directa

206 ROBERTO G. GRAU


y adquiere mayor gravedad. Hemos visto 1 5 . exd4 !!xe2 1 6 .�e3 , quedarían no sólo
gravitar el tema en el desenlace de una serie alfiles de distinto color, sino que la torre de
de partidas lucidas por sus alternativas, y a "e2" estaría b loqueada.
través de las m ismas hemos observado cómo Es decir que esto perm itiría ganar el peón,
son, en camb io, de ocu ltas las maniobras de pero sin mayores ventaj as para e l negro. Pero
clavada que fincan su eficacia en la imposibi­ como el tema es generoso en recursos, ¿por
l idad de actuar de ciertas piezas que se hal lan qué no tratar de ver si es posible arribar a
sobrecargadas en la defensa de un sector. De s ituaciones parecidas sin quedar con alfiles de
lo que se deduce que una p ieza puede estar distinto color? Si se pudiera tomar primero e l
clavada por imposibil idad absoluta de mover­ alfil c o n e l caballo, todo estaría arreglado;
se, como es en el caso de dej ar el rey en j aque, pero al retomar las blancas con la dama o el
o porque dicha p ieza no puede abandonar el peón, defenderían el peón "d", y ya no sería
sector que ocupa sin deb i litar su acción de posible . . . lli xd4. ¿Y si se transponen las j uga­
apoyo en otra zona del tablero. das? ¿Si primero j ugamos . . . llixd4 , especu­
lando con que si exd4 podemos seguir con
LA P I EZA INDEFENSA COMO TEMA DE llixc3 y luego
. . . . . . !!xe2? N uestro rival no
CLAVADA podría seguir a 1 3 . . . lli xd4 con 1 4 .�xd4,
porque e l caballo de "d2" quedaría sin defensa
En una partida que disputé en el Torneo de y seguiría 1 4 . . . lt'i x d 2 , con doble amenaza a la
N aciones de Varsovia de 1 93 5 , contra el cam­ torre y la dama. Quiere esto decir que e l alfil
peón de Dinamarca Andersen, que conducía de "c3 " está sobrecargado, pues debe defender
las blancas, se produj o la siguiente posición : a la vez e l peón "d" y el caballo y no es por
esta causa eficaz en su doble m i s ión, y que el
peón de "e3 " está clavado por la acción de la
torre sobre la columna abierta. Se gana enton­
ces un peón mediante :

1 3 . . . llixd4 1 4.exd4 llixc3 1 5 .'WxcJ i:!xe2


1 6.llifJ c6

Y las negras quedaron con un peón de ventaj a


y sin e l riesgo d e tablas de l o s alfiles de dis­
tinto color.
Como se observará, la idea de las p iezas cla­
vadas por la situación en que se hallan las
Corresponde j ugar a las negras, quienes apa­ piezas que están detrás perm itió a las negras
rentemente no tienen n inguna combinación en este caso desnivelar en un momento de
para desnivelar la lucha. Pero aquel que do­ relativo equil ibrio una partida aparentemente
m ine el tema de las p iezas clavadas y, en este muy compleja.
caso, también e l de las p iezas sobrecargadas,
observará que la torre de "e8" actúa indirec­ LA CLAVADA COMO RECU RSO
tamente sobre e l alfil de "e2 " , que está inde­ T Á CTICO
fenso. De no estar e l caballo en "e4", podría
seguir . . . lli xd4 , ya que s i exd4 segu iría Vamos a ver ahora, con breves notas, una
.. . !!xe2. Quiere esto decir que e l problema corta partida en la que una p ieza se defiende
está en sacar e l caballo ganando un tiempo. durante largo rato en una posición fuerte por
Aparentemente la j ugada es simplemente efecto de la suces iva clavada de la p ieza agre­
1 3 . . . lli xd 2 , pero luego de 1 4 .�xd2 llixd4 sora.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 207


Apertura Ponziani (C44) de no moverlo, so pena de perder e l peón "d" .
1 92 1 Y surge e l recurso salvador de la c lavada.
Blancas: R. G. Grau
Negras: Guerra Boneo 1 0 J�e1

1 .e4 es 2 . ll:i f3 ll:i c6 3.c3 d5 4.Wa4 Clavando el peón, que debe ser apoyado.

El tema de esta variante de l a Ponziani es, 1 0 . . .fS 1 1 .d 5 ll:i ce7


casualmente, explotar l a clavada del caballo
"c6", para vulnerar el peón "e5" enemigo. Ahora, al retirarse e l caballo, queda desclava­
do el peón "e4", que amenaza capturar e l
4 . Wd 6
. .
caballo d e "f3 " . Pero las blancas no quieren
perder esa excelente situación y tratan de
Si 4 . . . dxe4 5 . ll:i xe5, recobrando el peón al sacar provecho de otra posición déb i l del
clavar e l caballo de "c6 " . rival. El alfil "d7" está defendido sólo por la
dama, y en este caso la dama se encuentra
5.exd 5 WxdS 6 .ibS inutilizada en la defensa de esa pieza. Esto
perm ite idear una man iobra de desarrollo que
Esta maniobra de clavar un caballo de "c6" además colocará a la dama rival en una posi­
por medio de un alfil es e l s istema más e le­ ción donde reaparecerá la clavada del peón
mental para compenetrarse de l a importancia "e4", ahora desaparecida por la acción del
de este tema táctico, que en este tipo de posi­ caballo de "e7".
ciones tiene muy relativa influencia, por
cuanto, una vez que e l rival se enroca, se toma 1 2 .if4! Wxf4 1 3 .ixd 7+ @f7 1 4.ie6+
inocua la acción de las p iezas que fij an al @96 1 5.cS!
caballo.
N uevamente queda clavado el peón de "e4"
6 . . id7
.
que ataca e l caballo, por la acción de la dama
blanca de "a4", que especula con la s ituación
La obstrucción de la amenaza, s istema típico de la dama rival en la cas i l la "f4 " , que carece
para refutar este tipo de clavadas. de apoyo . Las blancas han girado sobre el
tema de la clavada para no rep legar el caballo,
7.0-0 f6 8.d4 e4 9 . c4 Wd6 lo que les significaría desarmonizar su posi­
ción agresiva.

1 5 ... ll:if6 1 6 . ll:i c3 hS 17 . ll:i e2 Wh6


1 8 .ll:i eS+

Y el caballo, que fue amenazado en la j ugada


83, sólo sale de la casilla vulnerada diez mo­
vim ientos después por la eficacia del sistema
de clavadas hallado por e l blanco para anular
la agresión rival. Y se mueve para decidir la
partida.

1 8 ... rJih7 1 9 .ll:if7 Wg 6 2 0 .ll:if4 Wg4 2 1 .g3

Comienzan las b lancas a tropezar con dificul­ Y las negras abandonaron, porque la pérdida
tades por la agresión al cabal lo y la necesidad de la dama es inevitable.

208 ROBERTO G. GRAU


UN EJEMPLO VI EJO, PERO gado en la defensa del caballo " t3 " . Debe, en
INSTRUCTIVO consecuencia, el rey blanco situarse en la
columna "f', baj o los fuegos de la torre, y de
Finalmente, seguiremos las alternativas de una esta suerte la dama de " h4" negra dej ará de
partida valiosa como ej emplo, jugada hace estar amenazada, porque e l caballo agresor
tiempo por mí, entonces campeón argentino, quedará clavado.
en la que se produj o una sucesión de manio­
bras de ataque y defensa mediante clavadas de 22.@f1
piezas. Veamos :
S i 22 . 'it> h 1 füf3 2 3 . g xf3 llif4+ 24. \t>g 1
Gambito de Dama (D30) Wg3 + , y mate a l a sigu iente .
Buenos Aires, 1 92 1
B lancas: R. De Witt 22 . . . 13ce8 23 .ifS !
N egras : R. G. Grau

1 .d4 d5 2 . .!Lif3 .!Lif6 3 . c4 e6 4.e3 ie7


5 . .!Lic3 .!Li bd7 6 . .id3 0-0 7 .0-0 b6 8.13e1
.ib7 9 .Wc2 es 1 O . b 3 13c8 1 1 .cxdS exd5
12 . .ib2 id6 1 3 .We2 .!Lie4 1 4.13ac1 f5
1 5.ib 1 f4 1 6 .l3cd 1

Las blancas han debido perder un tiempo por


haber j ugado rutinariamente en el movim iento
1 4º. El avance del peón "f" les crea ahora la
necesidad de apoyar el peón "d" antes de j ugar
exf4 . Amenazan, asimismo, dxc5 .
LA OBSTRUCCIÓN
1 6 . . .fxe3
La obstrucc ión, maniobra típica para combatir
Esto inicia una combinación ganadora, cuya las clavadas. Ahora e l alfil se coloca en medio
fuerza radica en la imposibil idad de retomar de la torre negra y no puede ser capturado por
más tarde el peón "d" capturado con la torre, la réplica . . . Wxe 1 + . La necesidad de apoyar a
por la clavada . . . �c5 , n i con la dama, por la otra torre quita a la de " f8 " su movi l idad en
idéntica j ugada. la columna " f ' . Es verdad que se entrega la
dama, pero el caballo de " f3 " queda desclava­
1 7 .Wxe3 cxd4 1 8 . .!Lixd4 ixh2+ do, y es posible capturar a la vez la de las
negras. Esta es la única jugada buena, ya que
Excelente sacrificio que da lugar a una partida la dama no puede dej ar de cuidar el punto "f2"
de gran intensidad y que e l negro logra ganar por la amenaza de . . . Wf2 mate. No sería bue-
por la oportunidad para clavar las piezas riva­ no 2 3 .Wd2 por 23 . . . �a6 + 2 4 . Ei:e2 Wf2++,
les que apoyan al rey. No era bueno 1 8 . . Ei:xf2
.
explotando la situac ión de la torre de "e2"
por 1 9 .�xe4 , ni 1 8 . . . lli xf2 por 1 9 .We6 + . clavada.

1 9 .@xh2 Wh4+ 20.@g 1 .!Li xf2 2 1 . .!Lif3 23 . . . ia6+ 24 . .!Lie2 Wg 3 !


.!Li h 3+!
Y la dama s e sigue metiendo e n la boca del
Comienzan l as clavadas . El caballo no puede lobo, especulando con que las piezas blancas
ser tomado, porque e l peón "g" está sobrecar- clavadas son estéri les en su misión agresiva.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 209


El caballo de "e2" amenaza la cas i l la que 1 ° Pieza clavada es toda aque lla que, estando
ahora ocupa la dama, pero está inmóvil, por­ atacada, no puede moverse sin causar grave
que el alfil de "a6" lo clava. riesgo a la posición.
2º No debe dej arse nunca el rey en una co­
25.id3 lumna ab ierta o diagonal a merced del rival si
hay una pieza propia entre medio de ambas,
Otra vez la obstrucción para darle agi l idad a la pues da tema al rival para agredir esa pieza
pieza clavada. Esta es, por otra parte, la única persistentemente y combinar con esa base.
jugada posible, ya que e l alfi l rey y la dama 3 º Cuando se toma una pieza clavada y defen­
blanca se encuentran atacados simu ltánea­ d ida, generalmente es lo justo inic iar las cap­
mente. Si 25 .�e6+ W h 8 26 .�d4 füe6 turas con las piezas que no clavan a la agredi­
2 7 . Vfixe6 füf3+ 2 8 . gxf3 Vfixf3+ y mate . da. Sólo cuando sea impresc indible debe cap­
turarse con la pieza que clava, pues para li­
25 . . J�xe3 brarse de la acc ión de ésta el rival, general­
mente, debe perder tiempos. De esto surge la
Y ahora es posible ganar calidad, y ya no es eficacia del sacrificio trans itorio de calidad en
necesario insistir en e l tema de la dama inmo­ los casos que mostramos al inic iar este tema.
vilizada, pues basta con que el caballo de " f3 " 4° Tampoco la dama o la torre debe estar en
siga clavado. una columna obstru ida por una propia pieza
de menor valor, ya que el rival, al atacar esta
26. lll xg3 ixd3+ 27J�xd3 '3xd3 2 8 .'3e7 pieza con una que tenga acc ión indirecta sobre
fü7 29.'3e8+ lll f8 30. lll h S lll f4 la que está detrás, crea una clavada.
5° En cambio, la dama puede estar detrás de
Y ahora e l caballo de "h3 " , luego de haberse un alfil en una diagonal, pues no sólo lo de­
perpetuado en ese lugar, a pesar de que el fiende, sino que lo apoya en su acción agresi­
peón rival lo atacaba, y sólo por e l m i lagro va. Pero nunca, por ej emplo, en diagonal con
táctico de las piezas clavadas, sale dispuesto a un caballo que no esté defendido a la vez por
decidir la partida rápidamente. otra pieza; pues al ser atacado éste por un
alfil, queda clavado por la situac ión de la pie­
3 1 . lll xf4 '3xf4 32.@e2 za mayor que se encuentra en la mi sma línea.
6° Esto quiere decir que las piezas deben estar
Eludiendo la presión y ganando la torre apa­ siempre defendidas por fuerzas de igual o
rentemente ; pero todo estaba previsto . menor valor y nunca en columnas o diagona­
les que tengan en su extremo al rey, y aun a la
32 . . . '3e4+ dama, pues esto permite realizar combi nac io­
nes típicas de clavada.
Y las negras abandonan. 7° Las piezas sobrecargadas, o sea las que
Como se observa, es una partida instructiva defienden dos cosas distintas a la vez, son en
como ej emplo de recursos de clavadas, que ha real idad piezas clavadas en germen, ya que no
sido posible por el dom inio del tema, que pueden abandonar el punto que ocupan sin
tanto gravita en j uego abierto, y especialmente descuidar el otro sector que defend ían . De lo
cuando el rey adversario se coloca en una que se desprende que cada pieza debe cump lir
columna o diagonal que podemos dominar una misión y, si ésta es importante, desenten­
con una torre o alfi l . derla de toda otra función estratégica.
8º Hay que temer las maniobras de clavada,
CONCLUS IONES TÉCN ICAS especialmente en las posiciones de juego
abierto, ya que el las se derivan generalmente
De lo visto podemos sacar las siguientes con­ de la ganancia de tiempos, y éstos son vitales
clusiones técn icas : en este tipo de luchas.

210 ROBERTO G. GRAU


X I V . - LA OB STRUCCIÓN

Acabamos de estudiar un tema muy intere­


sante y práctico, especialmente en los perio­
dos intermedios del j ugador, en aque l los en
que ya comprende e l juego y se le presentan
con frecuencia problemas estratégicos fác i les
de captar para e l aj edrecista avezado, pero
complej os para el inexperto.
El que inic iamos tiene íntima relación con
aquél, ya que se trata de la obstrucción de las
amenazas. Sirve para ej ecutar en multitud de
posiciones, ya para desconectar las piezas
rivales, ya para copar una pieza enem iga, o
para interrumpir la fuerza de una clavada. De Evidentemente, las blancas están en ventaj a,
lo que resu lta que se trata, en realidad, de un porque disponen de un peón más y una posi­
sistema típico de man iobras para desclavar ción más agresiva, pero e l cam ino de la victo­
piezas mediante la superposición de fuerzas ria parece largo. De no estar la torre en "c8"
en el cam ino, o, lo que es más gráfico, me­ seguiría !'í:xc5, con mate . Ya tenemos, pues,
diante la interrupc ión de la amenaza directa atrapada, la idea. Observamos, además, que
enemiga, colocando dos piezas escalonadas esa posición en que se halla el rey negro po­
baj o los fuegos rivales. dría ser explotada med iante Wb 7 +, de no estar
Pero éste es e l aspecto de la obstrucción en las la dama controlando ese punto. Tiene, pues, el
partidas de ataque y el tema tiene una deriva­ negro, dos piezas impresc indibles que coope­
ción también en las luchas posicionales, pues ran a la defensa del rey y no pueden desviarse
sirve para neutral izar una amenaza enemiga, de esa situac ión. Y hecho este rac iocinio, el
al poner entre la fuerza agresora y la agredida resto es fác i l : " Hay que sacar una de esas
otra, o también para obstruir la movil idad del piezas del lugar en que se halla", dirá cual­
rival, y aun para cerrarle la retirada. Por eso lo quier aficionado. Pero e l que no conozca los
estud iaremos con cierta ampl itud, ya que recursos que brinda la obstrucc ión para entor­
posee características típicas en muchas posi­ pecer la mov i l idad del rival, se dará por ven­
ciones. Como que puede apl icarse sutil mente cido pronto, ya que no es fác i l ver cómo se
para lograr anular las piezas rivales entre sí. puede anu lar las dos piezas defensoras ; pero
Pero antes de segu ir expl icándolo, daremos quien sepa la gama de pos ibil idades que surge
algunos ej emplos, que suelen ser más expresi­ de la obstrucción, pronto observará que la
vos que toda palabra, y al térm ino de los mis­ jugada
mos estableceremos los principios estratégicos
que caracterizan a este tipo de maniobras, que 31 .ic7 ! !
.

son en real idad otra suerte de recursos tácti­


cos. Obl iga a l a dama y a l a torre rivales a ponerse
en una misma línea, o en una misma columna,
LA DOB LE OBSTRUCCIÓN y que, por lo tanto, se anularán entre sí. Y esta
chistosa maniobra de obstrucción decide la
Uno de los ej emplos más interesantes de obs­ lucha, ya que s i 31 . . . füc? 32.Wb?+ ! ! , espe­
trucción para desviar al rival de buenas posi­ culando con la c ircunstancia valiosa de que la
ciones nos lo da un final j ugado por e l Dr. dama no actúa sobre e l cuadro "b7 " , y que la
Tarrasch contra Verbundete, en el torneo de torre ha quedado sobrecargada en la defensa
Neapel de 1 9 1 4, s ituac ión que se reproduce en del peón de "c5" y del punto "b7", ya que ha
el siguiente tab lero : obstruido la acción de la dama.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 21 1


S i en cambio 3 1 . . . Vfixc7 , es la dama la que Observemos por ej emplo que l a torre e n "e3 "
obstruye a la torre y queda sobrecargada en la anula a su alfil en su acción para atrás. Quiere
defensa del peón "c5 " y e l punto "b7 " . Enton­ esto decir que si el alfil estuviera en " t2 " o en
ces se hace la maniobra de desviac ión "g l ", la torre anularía su acción hacia adelan­
32.!!xcS+ VfixcS 33.Vfib7+, con mate a la te.
siguiente . Observamos, pues, una partida Y así, razonando, se desprende, como fruta
rápidamente definida por la j ugada de obs­ madura, la j ugada clave, que es :
trucción iJ.c7 , que tiene la doble virtud de
obstruir la torre en el apoyo del peón "c5 " y a 1 . .if2 ! .ixf2 2.e7 g93
la dama en e l dominio del punto "b7 " . La
doble obstrucción se ha producido en el punto La torre, al intentar contener al peón, obstruye
de coincidencia geométrica de las dos piezas al alfil en su acción sobre el punto "a7", y es
defensoras enemigas. posible:

EL TEMA DE LA CASI LLA C RÍTICA 3 .a7

Este tema del sacrificio de una pieza en la Que permite ganar la partida.
cas i l la geométricamente crítica del cruce de la
acción de dos p iezas enemigas ha sido explo­ UNA OBRA DE ARTE DE B E HTING
tado por infinidad de compositores de finales,
como se verá por algunos ej emplos que a Otro ej emplo, y por cierto magn ífico, nos lo
continuación daremos para mostrar cómo es ofrece el final de Behting que damos a conti­
de característico e l tema: nuación:

Las blancas tienen, en este final de Troitzky, E l enunciado del final es: j uegan las blancas y
una torre menos, pero dos peones en sexta. ganan.
Evidentemente, la única posibilidad de victo­ ¿Cómo hacerlo? Lo primero que se advierte es
ria radica en coronar uno de los peones, pero que si las negras logran jugar . . . !!c3+ desalo­
el problema no es fáci l , ya que si a7 sigue j an al rey y luego de . . . W b 2 , ganarían la par­
ixa7 , y si e7 !!e3, capturándolo. Cada una tida. Hay, pues, que anticiparse a esta j ugada,
de las p iezas negras desarrol lará así una mi­ y especialmente tratar de mantener al rey
s ión distinta y cada peón tiene su adversario. reducido a esa co locación, pues es fáci l com­
Pero quien sepa la ley de las cas i l las críticas o prender que sólo es posible ganar en mérito a
sea aquel las en que geométricamente se cruza las amenazas de liJ b3 o llJc2 mate, que ahora
la acción de las dos piezas defensoras, tendrá están impedidas por la acción de la torre de
ya una base para iniciar una combinación. "a3 " y del alfil negro en "g6 " .

212 ROBERTO G. GRAU


E l punto de colocación geométrico de esas
p iezas es el cuadro "d3 " , pues en él cruzan su
acción las dos p iezas que están evitando el
mate.
Se observa que si se j ugara, por ej emplo,
1 .�d 3, y sigu iera 1 . . . füd 3? , sería mate
2 . tli c2 + + , pero que eso no es posible porque
existe la réplica 1 . . �xd 3 , y siguen dominan­
.

do ambos puntos.
¿Qué debemos lograr? Pues simplemente
sacar la torre de ese sector, ya que si el sacri­
ficio se efectuara estando la torre en el ala rey,
el mate existiría, pues al tomar con el alfil,
seguiría tt'l b3++.
Surge, entonces, con meridiana claridad la Se observa que hay igualdad de peones, pero
j ugada: que los negros están unidos. Existe un serio
obstáculo para hacer valer la fuerza de los
1 .� h 3 ! m ismos, y es e l alfil de "e2" que los contiene.
Si ese alfil estuviera, en cambio, en "c4" o
Que evita e l j aque e n "c3 " y aleja a la torre "a6 " , habría un recurso de sacrificio para
rival del flanco dama. Se trata, como se ve, de obstruir, que ganaría: . . . d3, seguido de . . . e2, e
una jugada previa a la maniobra típica de inmediatamente surge la man iobra ganadora:
obstrucción :
1 . . .ibS! 2 . .ixb5 d3 3 . cxd3 e2
.

1 . . . �xh3 2 .f3
Ganando. Vemos en este caso cómo e l tema
Ésta es una j ugada intermedia también del de la obstrucción tiene ram ificaciones muy
plan general. No sería bueno ahora 2 .�d 3 por grandes y es la base de muchas combinaciones
2 . . . :B:h 1 + , que saca al rey de su magnífica de gran brillo.
s ituación de "c 1 " .
Es necesario, pues, preparar e l sacrificio de OBSTRUCCIÓN CONTRA TEORÍA DEL
obstrucción, y la entrega de ese peón tiende a CUADRADO
llevar a la torre a una casilla en la que no
pueda j aquear al rey impunemente.

2 . . �xf3 3 . .id 3 !
.

Y s e produj o l a maniobra típica d e l a obstruc­


ción en la cas i l la crítica, en la que se cruza la
acción de las dos piezas defensoras negras. Y
ahora e l mate es inevitable.

UN EJEMPLO P RÁ CTICO

Otro ej emplo y mucho más práctico, ya que es


de fáci l apl icación en los finales de partidas,
es el siguiente, producido en una partida dis­ Antes de mostrar ej emplos de partidas, obser­
putada entre los maestros Bachman y Mayin­ varemos otro tipo de j ugada de obstrucción de
ger. notable profundidad, que surge en un final

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 213


compuesto por Troitzky. En él se entregan Ahora e l rey no puede i r hacia e l ala dama por
peones para obstru ir, no precisamente la ac­ vía "f6" y sólo puede pasar por vía "c6 " . Pero
ción directa de las piezas rivales, ni cortarles habrá nuevos recursos de obstrucción. El rey,
la retirada, ni para amenazar sobre un punto, para detener al peón, necesita diagonales li­
sino para interrumpir la posible marcha del bres. La primera, h5-d8, está obstruida por el
rey y obligarlo a un desvío que s ignifica la peón " f6 " . Queda sólo la de e4-a8 y veremos
pérd ida de tiempos para éste. Y vemos aquí el cómo es posible obstru ir también ésta.
tema de la obstrucción como elemento para la
ganancia de tiempos. 2 . 'tt> x g2
La única razón para que las blancas puedan
aspirar a ganar este final es el peón "a", que Evita . . . Wg3 y el mate que diseñamos antes.
amenaza fi ltrarse por vía "a4" y coronarse.
Pero hay un obstáculo por salvar, que es la 2 . . . 'it> g S 3.a4 bxa3 4.bxa3 'it>fS 5.a4 ©es
amenaza, si 1 . a4 , de 1 . . . Wg3, segu ido de 6.d6! !
. . . h5-h4- h 3 y . . . h2++. Es necesario pues
perder un tiempo mediante cj/xg2 , pero a eso Nuevo sacrificio de obstrucción. Si las blancas
segu irá . . . W g 5 , y el rey negro entraría en el siguieran avanzando el peón, vendría 6 . a 5
cuadrado que permite contener al peón "a" Wxd 5 , y el peón " a " sería contenido p o r el
adversario. rey. Es necesario dificu ltar, pues, la marcha
Ya hablaremos en otra oportun idad de esta del monarca negro y el sacri ficio de piezas
teoría, que perm ite saber cuándo un peón suele ser el sistema típico en estos casos .
puede ser alcanzado por el rey sin necesidad
de apelar al análisis de j ugadas. Pero como un 6 . . . cxd6 7 . c6 ! !
anticipo diremos que, cuando entre un peón, la
cas i l la donde amenaza coronarse y el rey que Nuevo sacrificio d e peón que obstruye la
debe contenerlo, es posible trazar geométri­ diagonal d5 -a8 al rey negro y obl iga a que éste
camente un cuadrado perfecto, el peón está real ice un rodeo que perm ite coronar el peón.
anulado por el rey. Por ej emplo, en el caso
que estamos tratando, después de 1 . Wxg2 7 . . . dxc6 8.as
Wg5 2 . a4 bxa3 3 . bxa3 Wf6 se observa que
si se trazaran cuatro rayas que tuvieran por Y el peón no puede ser contenido, pues han
límites la columna "a" y la "f' (donde se en­ sido obstru idas las vías de acceso al rey negro.
cuentra el peón que quiere coronarse y el rey
que amenaza detenerlo), la tercera línea o sea, XV.- LA OBSTRUCCIÓN COMO
donde está ahora el peón, y la octava, que es RECU RSO T Á CTICO
donde debe coronarse, quedaría trazado un
cuadrado perfecto, y en consecuencia, el peón Hemos comenzado a fam i l iarizarnos con un
sería indefectiblemente deten ido. tema estratégico muy útil, ya que tiene apl ica­
c ión en todo tipo de posiciones y en todo tipo
HA Y QUE INTERRUMPIR LA MARCHA DEL REY de man iobras. La obstrucción es uno de los
horizontes más dilatados que se le ofrecen al
Hay, pues, que buscar algún medio para en­ aj edrecista en materia de recursos tácticos. A
torpecer la marcha de este rey y ese medio es menudo sue le grav itar de tal manera en el
la obstrucción de aque l las cas i l las que perm i­ curso de una partida, que adquiere la jerarquía
ten que esta p ieza haga valer la teoría del de sistema estratégico fundamental .
cuadrado. Y luego de esto, se hace clara la S u ampl itud es grande, por cuanto tanto se
primera j ugada, que es: pueden obstru ir amenazas rivales interponien­
do piezas en el camino de la agresora, como
1 .f6 ! gxf6 mediante sacrific ios o maniobras precisas

214 ROBERTO G. GRAU


obligar a que las propias p iezas rivales difi­
culten la marcha de otras.
Asimismo, en algunos casos resulta posible
apl icar e l sistema de autoobstrucción para
ahogarse, lo que significa empatar partidas
aparentemente perdidas.
A través de algunos ej emplos veremos palpi­
tar e l tema, lo que acabará por fami l iarizarnos
con el mismo, y más tarde estudiaremos algu­
nos casos en que la obstrucción adquiere la
j erarquía de man iobra suti l, que tiende a defi­
nir estratégicamente la lucha.
Y después de este ambular por e l terreno de la
partida viva, habremos comprendido que la
obstrucción es la lucha por la posesión de A primera vista las blancas no tienen defensa,
cas i l las vitales del tablero y un sistema para pero hay una maniobra de empate. Aconseja­
entorpecer la movilidad de las fuerzas enem i­ mos al aficionado que se detenga un poco
gas. sobre este final, ya que la observac ión de su
Si ampliamos un poco el tema y lo l levamos a dificu ltad le hará más interesante la sorpresa
la apertura, veremos algunos ej emplos clási­ que signi ficará su soluc ión . No hay forma de
cos de obstrucción mediante maniobras típicas detener a los peones negros. Si 1 . a5 sigue
de sacrificio de peón. 1 . . . h2 2 . a6 bxa6+ 3 . 'tt x a6 h 1 W 4 . b 7 'tt e 2
Por ej emplo, con la Caro-Kann, e l sistema 5 . b8W Wa 1 + 6 . 'tt b 7 Wxb 2 + , seguido del
1 . e4 c6 2 . d 4 d5 3 . e5 if5 4 . g 5 ig6 5 . h4 cambio de damas y luego . . . g2, ganando.
h6 6 . h 5 ih7 7 . e 6 . La única razón de esta Hay que apelar a recursos extraord inarios y el
variante, que por cierto no la indicaremos único es el que surge de ese recurso táctico del
como mode lo técnico, sino como ej emplo de aj edrez, que le da tanta complej idad en los
man iobra de obstrucción buena o mala, es la finales de partidas : e l ahogado. Y como hay
situac ión desagradable que para e l segundo un alfil móvil, el blanco halla un sistema para
j ugador surge de la dificultad de poner en obstru irlo y encerrar al rey en su propia j aula:
j uego su alfil de rey. El peón de la cas i l la "e7"
está obstruido y esto crea serios problemas 1 . .id2 h2
tácticos.
o 1 . . . g2.
LA AUTOOB STRUCC IÓN PARA
EM PATAR 2 .ias h 1 W

Maniobras parecidas hay en la Defensa S ici­ o 2 . . . g 1 W.


l iana o en e l "G iuoco P iano" y en muchos
otros s istemas de planteo. 3 . b4
Pero en realidad lo que nos interesa en este
momento es observar la importancia de las Y el rey blanco queda ahogado, con lo que se
obstrucciones de piezas en e l medio j uego y la produce una posición de tablas que no puede
variedad de temas a que dan lugar. malograrse, aun cuando les corresponde j ugar
Pero antes de penetrar en el tema, vamos a a las negras. Vemos cómo del recurso de la
presentar un ejemplo de final compuesto en obstrucción de sus p iezas, ya que el al fi l le ha
que se ve gravitar la idea de la autoobstruc­ qu itado la posibi l idad de 'tt> a 5 al rey, y a su
ción, para empatar una situación en apariencia vez el peón ha interrumpido la marcha del
perd ida. alfil, se ha derivado un mi lagroso empate.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 215


UN EJ EMPLO DE G RAN J E RARQU Í A Se trata de una maniobra típica y elemental y
sin duda Capablanca la previó. Supuso que
Y ahora, una vez terminada la incursión e n e l contaba con recursos para defenderse, pero
campo de los finales compuestos, lo q ue nos veremos que la obstrucción de la torre será
ha permitido observar toda la amp litud del demasiado completa para que pueda contar
tema, lo estudiaremos a través de varias posi­ con una retirada eficaz.
ciones de partida viva. Y para darles j erarquía
a los ej emplos, los iniciaremos con e l que nos 35 . . . ixcS 36.dxcS §'es 37.f4
brinda la decimosegunda partida del "match"
por e l campeonato mundial, que disputaron Esta agresión a la dama es la maniobra que
Alej andro A lekhine y José Raúl Capablanca, escapó a Capablanca. Ahora quedará la torre
el 1 1 de octubre de 1 927, en el local C lub totalmente encerrada por obra y gracia de la
Argentino de Aj edrez de B uenos A ires. maniobra de obstrucción anterior, que signifi­
Después de la j ugada 33ª de las blancas, con­ có cortarle la retirada.
ducidas por A lekhine, se arribó a la siguiente
posición : 37 . . . Y:!fg 7 38 .ixe4 dxe4 39. ©f2

Más enérgico sería aún 3 9 . fü2 , para seguir


con gc2 .

39 . . . 'tYf6 40.g3 g S 41 .�c1

Las negras, después de la suspensión, abando­


naron, dado que los anál isis probaron la inuti­
l idad de toda tentativa.

LA TORRE COPADA

Para que se observe que este tipo de obstruc­


ción para desconectar piezas rivales es en
real idad un sistema táctico muy usual, espe­
cialmente para encerrar las torres entrometidas
Buscando una forma económica de doblar sus en el medio j uego, veremos un ej emplo muy
piezas en la columna abierta y, sin duda, die­ simple, en e l que por medio de una maniobra
ron poca importancia a la obstrucción de la de este tipo se logra ganar cal idad .
torre por vía tlJ c 5 , que l as blancas amenazan
más tarde. La partida siguió así :

34.Y:!lb2 Y:!fc 7 3 5 . tlJ c S !

Este tipo d e j ugada es ú n a d e l a s m á s simples


formas de la obstrucción y obliga a tener cau­
tela cada vez que se penetra con la torre en el
juego enem igo. Una torre en sexta o séptima
(tercera o segunda) es muy fuerte cuando hay
pocas piezas en el tablero, pero suele ser una
maniobra de riesgo cuando es posible, aun por
medio de un sacrificio, interrumpir el contacto
de la misma con las p iezas que la apoyan.

216 ROBERTO G. GRAU


Las negras j ugaron . . . if4 , provocando la juga­ Veremos así la maniobra de obstrucción em­
da 'il,e7, que sería formidable de estar más pleada como recurso táctico fundamental de
simplificada la posición . Lo hicieron, especu­ un plan estratégico ganador.
lando con la posibilidad de una maniobra de La posición no es simple. Las negras amena­
obstrucción simple, pero por eso mismo ins­ zan j ugar . . . Wf2+ y entrar con la torre en
tructiva para e l tema que nos ocupa: séptima (segunda). La superioridad de peones
en e l ala dama da cierta ventaj a al blanco,
1 . . . if4 2 .ge1 Wd6 pero, en cambio, el caballo de "e2" tiene difi­
cultad para entrar rápidamente en juego, por­
Preparando una celada. que el peón de "e5" enem igo le toma dos
importantes saltos. La j ugada simple sería
3.gae1 ? 1 . 'il,c8 para cambiar una de las torres rivales,
pero las blancas han visto que existe la posi­
Error grave, h ij o del hábito de hacer movi­ bil idad de una obstrucción por vía f4 cuando
" "

m ientos rutinarios sin observar detal les tácti­ la torre rival se coloque en " f2 " y siguen más
cos de cada posición. enérgicamente con :

3 ... c!lies 1 .a4 Wf2+ 2 .Wxf2 gxf2 3 . c!lif4!

Esto obstruye la retirada de la torre de "e7", Y una vez más observamos una man iobra
ataca la dama, incomunica las torres y gana en típica de obstrucción de la acción de dos pie­
consecuencia cal idad. zas rivales, que las desconecta entre sí y ame­
naza ganar cal idad . Es fáci l ver que esa pieza
4.c!lixeS Wxe7 no puede ser capturada, por cuanto puede
moverse en séptima, pero también es fáci l ver
Las negras ganaron. Este ej emplo tiene cierta que ahora el caballo hasta hace un instante
analogía con el que mostramos anteriormente. pasivo de "e2", se convertirá en una fuerza
demoledora desde el cuadro vital "e6" . Éste
LA OB STRUCCIÓN PARA GANAR es, pues, un caso de maniobra de obstrucción
TIEMPOS como recurso táctico.

Y nuevamente la observaremos, pero de una


manera más suti l ahora, ya que no sirve para
ganar cal idad, pero sí un valioso tiempo en e l S i 3 . . . c!li xf4 4 . iixf2 c!lid3+ 5 . iie3 c!lixc1
desarrollo y mejorar la situación de u na p ieza. 6 .'il,xc 1 , y e l final de las negras sería angus­
tioso, por la debil idad del peón "e5" y el de
"a7" y la fuerza de los peones unidos riyales
del ala dama.

4.c!lie6

La torre se zafó de la amenaza pero el caballo


blanco actúa ahora puj antemente en "e6".

Malo sería 4 . . . füf2 , por 5 . 'il,c8+ i>f7 (si


5 . . . c!li f8 se cambian las dos piezas en " f8 " y
después de 'il,c8+ y 'i1,c7+ se gana fáci lmente)

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 217


6 . lU g5+ ©e7 7 . g 1 c7+, seguido de lU e4 + , drez. Lo que se trata es de hacer de la obstruc­
ganando la torre. ción un arma estratégica y ver cómo puede
obl igarse al rival a obstruir las propias piezas,
ya encerrando al alfil (alfi l ominoso) o impi­
diendo el desarrollo o encerrando una pieza
Y las blancas ganaron el fi nal, que para nues­ rival al obstruir su retirada (copada) o exi­
tro tema no interesa. No hay répl ica buena giéndole que ocupe la cas i l la vital del tablero
contra la amenaza gc7+ y gxa7 , ya que si y, al hacerlo, inutil ice la acc ión de otra pieza
7 . . ©e7 , como siguió en la partida, gana
. que cruza sus fuegos por la misma (cas i l la
a.gas . crítica). Gran parte de esto lo hemos visto a
Hemos observado distintos aspectos de la través de j ugosos ej emplos. Ahora lo veremos
maniobra de obstrucción en la serie de finales en las sutilezas del planteo.
artísticos enumerados en capítulos anteriores,
y hoy como man iobra para interrumpir la Apertura de Peón Dama (030)
acción de las torres rivales, ya para coparlas o Nueva York, 1 924
para mej orar la situac ión de las propias fuer­ B lancas : J. R. Capablanca
zas. Negras: F. Yates
En el ej emplo próximo la analizaremos desde
otro ángulo, ya que Capablanca nos mostrará 1 .d4 �f6 2.�f3 g6 3 . � c 3 d5 4.if4 ig7
de qué manera, cuando una pieza está clavada, 5.e3 0-0 6 . h 3
mediante la obstrucción de fuerzas en la dia­
gonal dominada se logra recobrar la elastici­ UNA JUGADA SUTI LÍSIMA
dad perdida, y más tarde Stahlberg nos ense­
ñará cómo también mediante una maniobra de Esta es una jugada form idable. C lásica entre
este tipo se logra anu lar las amenazas de un los aficionados bisoños, que tanto temen la
rival como Rubén Fine y vencerlo magistral­ clavada de . . . ig4 , en Capablanca adquiere
mente. En el primer caso será tema de combi­ jerarquía de tema estratégico central del com­
nación pura, y en el segundo, maniobra posi­ bate, ya que lo que buscaba el maestro cubano
cional de muy largo alcance. en esta partida era obl igar al rival a realizar un
movimiento que obstruya la marcha del alfil
X V I . - LA OBSTRUCCIÓN Y SUS dama. Ahora éste no podrá desarrol larse a
RAM IFICAC IONES "g4", para cambiarlo si fuera necesario por el
caballo de " f3 " .
Si sutil izamos un poco, podríamos l legar a la Esta e s una d e las pocas posiciones en la que
conclusión de que toda la técnica de la lucha no es muy necesaria la existencia del alfil
contra el alfil malo, que es la verdad estratégi­ dama, ya que su mis ión se halla reemplazada
ca del medio j uego más concreta que existe, es por los peones avanzados en cas i l las blancas.
la técn ica de la obstrucción. ¿Qué es en reali­ Si no se hubiera j ugado . . . 96, aún sería intere­
dad un alfil malo? Pues no es otra cosa que un sante la función de ese alfil, por cuanto des­
alfil obstruido. ¿Qué es en real idad un mal pués de j ugar . . . e5, man iobra que a la corta o
desarrol lo? Pues suele llamarse así al que está a la larga debe hacerse, quedaría sin guard ián
deficientemente realizado por la autoobstruc­ el punto f5 Pero en este caso no, y el alfil
" ".

ción de piezas . dama no puede ser desarrol lado cómodamen­


Lo que pretendemos mostrar no es precisa­ te, ya que carece de retiradas. O sea, que está
mente cómo se hace para evitar obstruir la obstru ida su acción por los propios peones.
acción de las propias piezas. Esto es muy La j ugada de Capab lanca tiende a obl igar a
elemental y no corresponde al tono un poco que el alfil quede en su cas i l la de origen. Una
levantado de este libro, que se ocupa exclusi­ vez logrado esto tratará de provocar . . . e6, y
vamente de los problemas superiores del aj e- en esta forma logrará que quede obstru ido y se

218 ROBERTO G. GRAU


transforme en e l famoso alfil malo tema de domina tan poderosa d iagonal? Pues simple­
tantas partidas y de tantos artícu los. mente provocar la j ugada . . . e6, para obl igar a
su adversario a que obstruya definitivamente
OBSTRUCCIÓN CONTRA CLA Y ADA la acción de su a lfil "c8" y tener un tema es­
tratégico que explotar.
6 . . . cs 7 .dxc5 'ªª5 8 . lb d 2
1 0 . . . eG
Esta j ugada merece comentarse, pues entra
dentro de la gran familia de maniobras de Ante la amenaza de �xf6 , segu ido de lbxdS,
obstrucción. Las negras estaban amenazando, las negras no tienen mej or posibil idad que esta
no la simple j ugada de · · ·'ªxcS , sino la ma­ jugada, que no sólo obstruye definitivamente
n iobra típica de explotación de una pieza la movilidad del alfil dama, que al quedar
clavada (en este caso el caballo de "c3"), me­ encerrado entorpecerá a la vez la acción de
diante la acumulación de fuerzas sobre un otras piezas propias (por ej emplo, la de las
punto. La amenaza era . . . lbe4, que coloca a torres entre sí), sino que deb i l itará cas i l las
tres piezas que coincid irán sobre el punto negras muy importantes. No sería bueno
"c3 '', ocupado por el caballo. Como éste se 1 0 . . . �e6 por 1 1 .�d4 Wc6 1 2 . lb c S , segu ido
encuentra c lavado, la man iobra sería dec isiva, de �bS, con gran ataque.
pues se halla defendido por sólo una pieza y En real idad para nosotros ha term inado el
atacado por tres. Para evitar la clavada, Capa­ ej emplo, pues ya se ha producido la lucha para
blanca apela a la obstrucción. Coloca entre crear la obstrucción de una pieza negra. Pero
medio de la pieza atacada d irectamente y la es tan valiosa la partida técnicamente, que
que da tema a la clavada, en este caso el rey, para satisfacc ión del aficionado la reproduci­
que se halla en diagonal con la dama enem iga, remos con notas sintéticas. Considero que éste
otra pieza, y en esta forma da e lastic idad a es uno de los monumentos del aj edrez posi­
ambas. Vemos aquí la obstrucción combatien­ cional. Además enseña a explotar los benefi­
do airosamente contra la clavada, plan que cios de una man iobra de obstrucción.
ahora veremos.
ESTRECHANDO EL CERCO

1 1 . lb b S

Esta j ugada tiende aparentemente a ganar


cal idad mediante tfJ c 7 . Pero, como es de
suponer, no ha sido tan ingenuo Capablanca
en sus planes. Baj o esta amenaza, lo único que
persigue es e l i m inar el alfil rey enem igo, que
tan incómodo podría hacerse, y mediante esa
man iobra debi l itar todos los cuadros negros
del tablero . Colocados los peones en cas i l las
blancas, la existencia del alfil que actúa en
cas i l las negras es indispensable para asegurar­
8 ... 'ªxcS 9 . lb b 3 Wb6 1 O .ieS
.
se la fiscalización de todas las cas i l las que los
peones han descuidado en sus avances y cuya
Esta j ugada es senci l lamente estupenda y red toma esta formac ión: h6-g5 -f6-e4-d5 -c5 y
digna colaboradora del avance h 3 . ¿Qué pre­ aun f4-d6 y c7. Cada una de estas cas i l las es
tende Capablanca con este movim iento, que un punto fuerte para e l enemigo, y de tanta
en real idad sólo parece orientado a colocar el abundancia de sectores para colocar sus caba­
alfil en la misma diagonal que el alfil rival que l los debe desprenderse la victoria.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 219


1 1 . . . lll eS No lograría remediar la situación la j ugada
1 9 . . . '1Wxd4 2 0 . tll xd4 e5, por la rép lica
No servía 1 1 . . . tll a 6 , por cuanto después de 2 1 . tll f3 , para seguir, si 21 . . . e4 , con 2 2 . tll d4,
1 2 .�d4 se ganaría, por lo menos, un peón . y si 21 . . . �eB c o n 2 2 . tll d 5 , en ambos casos
con gran j uego.
1 2 . .ixg 7 lll xg7 1 3 .h4
20 .§'c5 §'xc5 2 1 .lll xc5
Otra j ugada maestra.
Aparentemente pretende atacar con violencia Fiel a su teoría de simp l ificación, Capablanca
el enroque mediante h 5 , seguido de �d 3 . l i mita la lucha a la acción de las p iezas que
Pero lo que se procura es provocar . . h 5 o . ofrecen desn ivel estratégico.
.. .f5, lo que pondrá otro peón en cas i l la blanca E l rival tiene e l alfil autobloqueado, y esto a la
y seguirá alej ándose la posib i lidad de que el vez impide combinar la acc ión de ambas to­
alfil dama negro j uegue. No habría sido buena rres. El cubano reduce, pues, la lucha a estos
la j ugada natural 1 3 .�d 3 , por la réplica e lementos.
1 3 . . . e5, liberando al alfil, maniobra que ahora
no puede hacerse por '1Wxd5 . También esto es 2 1 ... b6 22. lll 5a4 gbs 23.0-0-0 b5 24. lll c5
mejor que la prudente retirada 1 3 . tll c3, por­ gb6 25.a4 lll h 5
que Capablanca desea que le expulsen el ca­
bal lo mediante . . . a6, para que un nuevo peón Malo sería 25 . . . b 4 por 2 6 . a 5 , seguido de
rival se coloque en cas i l l a blanca, anule aún 2 7 . tll 3a4 .
más los posibles recursos de mov i l idad del
alfil dama rival, y a la vez dej e déb i l otra 26.b3
cas i l la negra ("b6"), que tan poco fiscalizadas
podrán estar por la inexistencia del alfil rey Merece especial estudio la forma en que Ca­
negro. pablanca destruye la cadena de peones del ala
dama.
LA BOLA DE N IEVE
26 . . . cxb3 27.cxb3 bxa4 28. lll 3xa4 ges
1 3 . . . a6 1 4.lll c3 lll c6 1 5 . .id3 f5 29.©b2 lll f6 30.gd2 a5 3 1 .g h d 1 lll d 5
32.g3 fü7 33.lll d 3 ! g b 7 34.lll e5 gcc7
Un mal necesario. Es indispensable obstruir la 35.gd4 ©g7 36.e4
acción del alfil blanco sobre e l enroque, para
quitarle fuerza a la maniobra de ataque h 5 , Es instructiva la forma sutil con que Capa­
seguido de g4 , abriendo la columna a la torre blanca conduce esta parte de la lucha.
de rey. Pero esta j ugada típica para obstruir la Ahora, una vez ha bloqueado la posición
acción del alfil sobre e l enroque deb i l itado enemiga, abre la columna "e" para una de sus
acaba con las últimas esperanzas de moverse torres y poder hacer así tema de ataque el
de que dispone el alfil dama negro, hasta aho­ peón "e6".
ra alej ado del combate, pero, en realidad, el
verdadero norte de los p lanes b lancos. Capa­ 36 . . .fxe4 37 _gxe4 gbs 38.gc4 gxc4
blanca ha logrado obstruir casi definitiva­ 39.lll xc4 .id7
mente la acción de esa p ieza con las propias
fuerzas del adversario. " ¡TARDE PIASTE ! "
Un detalle de apertura ha ido engendrando
deb i lidad tras deb i lidad. ¡ Por fin ! El alfil dama h a podido ser puesto en
acción, mas por c ierto pobremente, en la j uga­
1 6.§'d2 lll e5 1 7 . .ie2 lll c4 1 8 . .ixc4 dxc4 da 3 9ª. S igue obstruido por su peón de "e6" y
1 9 .§'d4 §'c7 por eso poco úti l puede ser.

220 ROBERTO G. GRAU


Veremos cómo esta jugada, precisamente la Están en una posición de "zugzwang", ya que
que tiende a dar j uego al alfil obstru ido, faci­ si mueven e l caballo seguiría tll f7 y tll h6
l ita una maniobra de Capablanca, casi de mate, y si mueven e l al fi l , tll d7 y tll f6 mate.
problema, que le permite ganar matemática­ Es ésta una partida extraordinaria, que en su
mente el peón de "a5 " . parte final poco tiene que ver con nuestro
tema, pero resulta instructiva, pues no basta
40. lll e3 g e s 41 . lll e4 g b s 42. lll ed6 ges sólo con saber cómo se obstruye la acción de
43 .lll b7 ge7 44. lll bxaS una p ieza, sino que es muy val ioso observar
cómo se saca provecho de esa deb i l idad es­
E l peón sucumbió . . . tratégica.

44 . . .i b S 4S.lll d6 id7 46.lll ae4 ga1 X V I I . - LA OBSTRUCCI ÓN COMO TEMA


47. lll e4 ESTRATÉGICO

Obsérvese que los cabal los toman todas las A l considerar este tema de la obstrucción
cas i l las v itales negras del enemigo: "g5 "-"f6"­ estamos entrando, sin pretenderlo, en la mé­
"e5 "-"d6"-"c5"-"b6" y "a5 " . dula de muchos si stemas conocidos. Hemos
visto cómo la teoría del alfil malo halla aside­
4 7 . . . h6 48 .f4 ie8 49 . lll eS g a s so.ge1 ro simplemente en una amplia forma de enca­
if7 s 1 .ges i98 rar la obstrucción de las p iezas rivales, como
norte estratégico. Ahora veremos esa misma
El alfil sigue reducido a una triste misión, por man iobra efectuada por el maestro sueco
estar obstruido. Stah lberg en un match con Fine. En e l la, e l
primero consigue una buena victoria en mérito
S2. lll es ges S3.gas ge1 S4.©a3 if7 a la oportunidad de un sacrificio de obstruc­
SS.b4 lll e7 ss.ges lll bS+ S7 .©b2 ll:\d4 ción, que anuló u n alfil enemigo durante largo
ss.gas ie8 S9.94 ©f6 60.lll e4+ ©97 rato, lo que le perm itió lograr una ventaj osa
6 1 .lll d6 ibS 62.gas if1 63.gas 9 S simplificación.
Vemos así la obstrucción, que pri m itivamente
Única. Las b lancas amenazaban lll e8+, se­ para muchos es sólo la simple maniobra de
guido de ll:\f6 y g 5 , con mate inevitable. interponer una p ieza entre el monarca enem i­
go y la fuerza agresora, gravitando sobre la
64.fx9S hx9S 6S.hx9S i 92 suerte estratégica de toda una lucha, y de una
lucha de gran cal idad.
Única. Hay qu e evitar tll e8+, seguido d e
tll f6+ y �g8 mate. Defensa Eslava (D 1 2)
Gotemburgo, 1 93 7
Blancas: G . Stahlberg
Negras: R. Fine
No era posible 66 . . . füe8 por 67. tll xe8+ Wf8
6 8 . g 6 , ganando rápidamente. 1 .d4 d S 2 .c4 e6 3.tll f3 ll:\f6 4.e3 ifS
S . exdS exd S 6 .�b3 �es 7 . lll a3
67 .gds ll:\e6 6 8 .lll eS+ ©ta 69. tll xc7+
lll xd8 7 0 . ©e3 ib7 7 1 .©d4 ie8 72.96 Ésta es la maniobra favorita del holandés
lll b7 7 3 . tll e S ! lll d 8 74.bS ©98 7S.97 ©h7 Landau, que parece ser más fuerte que 7 . tll e3,
76.9S ©98 77 .96 como indicaría la lógica.
La razón que da fuerza a este anormal desa­
Y las negras abandonaron. rrollo del caballo de rey es que perm ite a las

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 22 1


blancas ganar un tiempo al apoderarse rápi­ 1 3 . . . \WdS 1 4.t2Jxd6+ \Wxd 6 1 5. lll c4 \Wf4
damente de la columna "c", por donde se 1 6 .\We3 \Wxe3+ 1 7 .fxe3
puede producir una ventaj osa posición de
clavada. Las blancas aceptan l legar al final, convenci­
das de que la falta de mov i l idad del alfil dama
7 . . . e6 8 . .id 2 lll e4 9 .l3c1 lll c6 1 O . .tbS negro, por obra de la fe l iz man iobra de obs­
lll x d2 1 1 . lll xd2 .id6 trucción anterior, debe dar sus frutos.

1 7 ... @e7 1 8 . .txc6 bxc6 1 9 .lll aS

Y las blancas recobraron el peón y ganaron


después el final con relativa fac i l idad, por la
mayor agresividad de su caballo, que contrasta
con la pobre acc ión del alfil rival, obstruido en
su retirada por el peón "e6", y en su acc ión
agresiva por el "e4 " .

L A OBSTRUCCIÓN COMO
COMPLEM ENTO DE UN ATAQUE

Ahora veremos una partida corta, que se re­


Aquí las blancas podrían ganar un peón me­ mata fel izmente por la exacta apl icac ión de
diante 1 2 . Wf a4 , pero después de 1 2 . . 0-0. este tema. Veremos aquí la obstrucción como
1 3 .ixc6 bxc6 1 4 . füc6 Wi'd 7 1 5 . l:!a6 1.Wxa4 arma para coartar la acc ión de una pieza rival,
1 6 .füa4 füb8 segu iría, si 1 7 . b 3 id 3, y si al efectuarse un sacri ficio típico que divide al
1 7 . l2J b 3 ib4 + , con compensaciones por los ej ército enemigo en dos. Se trata de una parti­
dos alfiles. da que d isputé con negras, contra Femández
En vista de esto, Stahlberg, que va en busca de Coria; la reproduzco íntegramente por su
posibil idades mayores, idea una combinación brevedad y porque ofrece otros detalles ins­
de lenta marcha, que funda su bondad en la tructivos.
oportuna obstrucción.
Veamos: Defensa Tarrasch (D3 0)
Buenos Aires, 1 924
1 2 .e4! B lancas : V. Femández Coria
Negras : R. G. Grau
Notable sacrificio de obstrucción que muestra
la riqueza del tema tanto en las pos iciones de 1 .d4 lll f6 2 .lll f3 d S 3 . c4 e6 4 . .tg s es
ataque como en el j uego posicional .
Ahora el alfil quedará obstruido y esto satisfa­ Con esta jugada se entra en una Defensa Ta­
ce a Stahlberg, que quizá habría podido segu ir rrasch, un poco mej or para el negro que la que
luego con más energía. se originaría de desarrol lar las blancas antes
t2Jc3 que 1i.g 5 .
1 2 . . . dxe4 1 3 .lll ac4 En real idad, se obl iga a entrar en la variante
antigua de la prec itada defensa, ya que luego
Quizá fuera mej or 1 3 . d S , con un ataque muy de igS, la man iobra clásica de cambiar los
fuerte, pero las blancas se conforman con peones y seguir con g3 es errónea, como esta
vencer en mérito a la obstrucción del alfil m isma partida lo prueba.
dama negro, y a fe que lo logran de excelente
manera. 5.g3

222 ROBERTO G. GRAU


Lo mej or debe ser 5 . lLi c3 * . 1 3 .�g2 ©b8

5 . . . lLi c6 6 . cxd5 exd 5 7.d xc5 �xc5 8.�xf6 Sobre esta j ugada es bueno hacer una obser­
vación para e l aficionado de escasa experien­
Esta j ugada es necesaria por la fuerte amenaza cia. Nunca es prudente tener el rey propio, y
de . . . �xf2 + , seguido de . . lLi e4+. Evita, ade­
.
menos aún cuando uno ataca, en una línea
más, que la dama negra se coloque más tarde ab ierta donde está propenso a ser vulnerado.
en "b6", desde donde amenazaría dos peones No hay ataque, por fuerte que sea, que no
vitales de las blancas . ofrezca una falla s i el prop io monarca está
desguarnecido, y éste es e l caso del ej emplo
8 . . . "\1;lfxf6 9 . lLi bd2
que nos ocupa. Las negras están dispuestas a
Jugada precaria, que obstruye a la dama blan­ atacar, pero antes quieren evitar una sorpresa
ca. Es aleccionadora, pues muestra lo caro que desagradable. Además, quitan fuerza a la
se pagan los planes erróneos en los planteos. inev itable j ugada Ei:c1 de las blancas.
No sería bueno 9 . lLi c3 , por 9 . . . �b4 . Tampo-
co parece satisfactorio 9 .Wc2 , por 9 . . . �b4 + 1 4.0-0 h5 1 5 .Wc3
1 0 . lLi bd 2 (si 1 0 . lLi c 3 seguiría 1 0 . . . �fS y
Buscando la simplificac ión, que siempre favo­
luego 1 1 . . . d4) 1 O . . . �f5 1 1 .Wb3 lLid4, etc .
rece al bando que está defendiéndose. Y, co­
HA Y QUE ATACAR RÁPI DAMENTE mo es natural, las negras han de rehusarla,
para más tarde ganar un tiempo en mérito a la
9 . . .g 5 ! nueva situac ión de la dama, que ha de fac i l itar
la realización de la maniobra típica de obs­
Mucho mej or que 9 . . . Wxb 2 , que perm itiría a trucc ión.
las blancas sacar el alfil rey, enrocarse y luego
explotar la situac ión del peón central ais lado. 1 5 . . . d4
La pérd ida de un tiempo en el planteo ha he­
cho que las blancas no puedan enrocarse in­ Las blancas han previsto esta j ugada y, más
mediatamente, y esta j ugada tiende a explotar aún, la han provocado. Creen que de esta
esa deficiencia, de la manera más enérgica. suerte e l peón obstruye e l alfil de "b6", que
tan amenazador está, y tienen razón, pero
1 O .Wc2 �b6 1 1 . h 3 .if5 1 2 ."\1;lfb3 0-0-0
transitoriamente. Además, este avance au­
Es evidente que las negras, luego de su avance menta el radio de acc ión del alfil "g2" blanco
del peón "g", no pueden enrocarse corto. En que actúa sobre el enroque negro. Pero esto es
cambio, el del texto, que prepara la maniobra poco eficaz.
de obstrucción medular de esta partida, per­
m ite que la torre dama colabore en el comba­ LA OBSTRUCC IÓN EN DANZA
te. Todas las p iezas negras juegan agresiva­
mente. 1 6 ."\1;lfb3 h4 1 7 .g4 �xg4!

Este bon ito sacrificio es también una manio­


• La teoría actual da ventaja a las blancas con la siguiente bra de obstrucción. El negro entrega una pie­
l inea: 5 .cxd5 exd5 6.tiJc3 iJ.e6 (no es posible 6 . . . tiJc6 za, porque sabe que ha de quedar obstruida
por 7.ÍJ.xf6, con ventaja, ni 6 . . . .ie7 7 .dxc5, etc.) 7 . e4!
dxe4 8 . tiJxe4 cxd4 9 .ÍJ.b5+ iJ.d7 (a 9 ... tiJbd7 1 0.0-0 más tarde la acción del rey adversario. O sea,
iJ.e7 1 1 .iJ.xf6 iJ.xf6 1 2 .tiJxf6 + �xf6 1 3 .�a4, con ven­ que se entrega una pieza, se abren vías para el
taja blanca, Ree-L. Schneider, Malta 1 980) 1 0 .0-0! iJ.e7 ataque en la columna "h" y se encierra el alfil
(tampoco es buena 1 0 . . . iJ.xb5 1 1 .tiJxf6+ gxf6 1 2 .ae 1 + rival, que quedará totalmente obstru ido.
iJ.e7 1 3 .iJ.xf6, ganando.) 1 1 .iJ.xf6 iJ.xb5 1 2 .iJ.xe7 �xe7
1 3 . a e 1 0-0 1 4.tiJc3, con superioridad de las blancas,
Veamos: S i 1 8 . hxg4 h 3 1 9 .�h 1 h2+
Gurevich-Ivanov, Nueva York 1 98 3 . 2 0 . Wg2 (el a lfil quedó obstruido) 20 . . . Wh6

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG IA 223


2 1 . tt:l e 1 d 3 (la maniobra de obstrucción clá­ UN EJEMPLO DE CARLOS TORRE
sica que deseábamos mostrar), y no hay forma
de evitar . . . Wh3 mate. Igualmente i nteresante es el ej emplo que si­
Si en lugar de 2 0 . �g2 las b lancas j ugasen gue, de una partida j ugada por Carlos Torre,
2 0 . tt:l xh2, las negras seguirían con 20 . . . l:!xh2 con las blancas, en una exhibición de simultá­
2 1 . ©xh2 l:!h8+ 2 2 . © g 1 Wh6 2 3 .Wg3+ neas:
fJ.c 7 , etcétera.

1 8 . tt:l e4 §'f4 1 9 .lll h 2 !xe2 20.füe 1 d3

Y esta simple j ugada de obstrucción, que


separa a la dama del ala rey y abre j uego al
bloqueado alfil de "b6" define la partida ense­
guida.

2 1 .lll f 1 fS

Y las blancas abandonaron.

UNA OB STRUCCIÓN PURA


La partida parece muy peligrosa para las blan­
cas por la form idable amenaza de . . . l:!c 1 + . Sin
En un cotej o d isputado hace años en Berlín se embargo, merced al conocimiento de los re­
arribó a la posición que muestra e l diagrama cursos que surgen de la obstrucción de las
siguiente. p iezas agresoras enem igas, Torre halla un
procedimiento para ganar el tiempo necesario
y valorizar sus fuertes peones del ala rey. Esa
j ugada, por cierto muy bonita, es 1 . l:!d6 ! ! ,
restándole a l peón d e "d2" e l apoyo d e l a
torre. S i 1 . . . füd6 seguiría 2 . g81.1;1!+ �d7
3 .Wf7+ ©c6 4 .We8+ ©b6 5 . We 3 !
Esta variante muestra cómo l a s b lancas, a
pesar de haber coronado, sólo pueden aspirar
a ganar mediante la exacta aplicación de una
man iobra de clavada, que tanta relación tiene
con la obstrucción, ya que en realidad clavar
una p ieza es una forma de obstru irla. Ahora
las negras deben perder un tiempo para j ugar
. . . l:!c 1 +, y esto perm ite realizar el sacrificio
Las negras están mej or, pero los dos alfiles Wxc5 y ganar con el peón "f".
parecen muy agresivos . M as hay una j ugada Queda entonces como única posi b i l idad a
que gana inmediatamente, y es una j ugada 1 .l:!d6 cxd 6 , a lo que seguiría 2 .f7 , ganando
típica de obstrucción, especulando con la fáci lmente.
clavada. El j uego se gana enseguida con e l Y vemos así como una posición perd ida en
s imple movi m iento 1 . . . 4J d4, q u e obstruye la apariencia, se salva mediante el oportuno
acción defensiva de la torre sobre e l alfil de recurso de obstrucción. E l ej emplo es tanto
"d5 " . E l cabal l o no puede ser capturado por la más val ioso, si se considera que no se trata de
torre por . . . We 1 + + , n i por el alfil, por un final compuesto, sino de una posición a la
. . . Wxd 5+ y mate a la próxima. que se arribó en una partida viva.

224 ROBERTO G. GRAU


X V I I I . - LA OB STRUCCIÓN EN LOS
PLANTEOS, TEMA FUNDAMENTAL

Abundantes han s ido los ej emplos de todo tipo


que hemos dado para hablar sobre la obstruc­
ción. Hemos observado cómo se usa esa clase
de maniobras estratégicas para reducir la mo­
vil idad de las p iezas rivales y también a me­
nudo, para salvar situaciones aparentemente
irremedi ables.
La obstrucción es, en real idad, la base de una
serie de temas estratégicos y hasta la teoría del
famoso alfil malo, como ya hemos tenido
oportunidad de señalar, encuentra asidero en
la obstrucción de fuerzas enemigas mediante Es decir, que s i e l rey blanco pudiera s ituarse
man iobras posicionales hábi les. Arma en las en la columna "f' (faltan cinco cas i l las para
partidas de ataque para atenuar e l brío de la que el peón se corone y el rey entonces debe
acción enem iga, es también arma para esgri­ estar a c inco l íneas de diferencia del peón), e l
mir ofensivamente contra e l rival. Se puede rey lograría alcanzarlo cuando l legara a "a2 " .
obstruir directamente la marcha de una pieza L a única "chance" es intentar pasar u n peón
rival, u obligar a que el adversario lo haga mediante 1 .f4 , pero a esto s igue 1 . . . a5, a
mediante maniobras de sacrificio, o simple­ 2 .f5 , entonces 2 . . . gxf5 , seguido de . c.Jlc7, . .

mente posicionales. También vimos casos alcanzando e l peón con e l rey, y coronando
extraordinarios en que se logra empatar una luego el peón "a". En cambio, es factible me­
partida mediante la obstrucción defin itiva de diante e l recurso de la autoobstrucción del rey,
las propias p iezas. para alcanzar una posición de tab las por aho­
El tema del ahogado es, en gran cantidad de gado. Así:
casos, e l m ismo tema de la obstrucción, pero
sut i lizado. 1 .f4 as 2 .fxg s· a4 3 . <i>g3 a3 4. @h4 a2
5.g3 a 1 W/
UN FINAL ABSURDO
Las blancas están ahogadas por propia deter­
La prueba de esto lo da el final de Berger que m inación. Es i nteresante observar cómo el rey
damos a continuación, en e l que se produce un blanco se ha rodeado de una madej a de pro­
empate, aparentemente imposible, pues no se pios peones y no dispone de n inguna j ugada.
ve de qué manera las blancas pueden oponerse
a la decisiva ventaj a que sign i ficaría a las UN EJEMPLO DE CAPAB LANCA
negras la coronación del peón "a". En él j ue­
gan las b lancas y hacen tablas. Ahora seguiremos los detalles de una notable
Aparentemente l a solución es imposible, pues partida de Capablanca, que se decide por la
el monarca blanco no puede evitar la corona­ hab i l i dad con que en la parte fi nal e l cubano
ción del peón "a" enemigo.
Para hacerlo, de acuerdo con la simple teoría • En este famoso y complejo estudio, el autor omite que la
del cuadrado, que ya hemos esbozado, el rey jugada 1 . . . a5? es perdedora por 2 . h 4 ! a4 (si ahora
debiera poder colocarse en un solo golpe en 2 . . . gxh4 3 .f5 gxf5 4 . g 5 ganando) 3 . h 5 gxh5 4 .fxg5 a3
una cas i l l a dentro del cuadrado perfecto que 5.g6 a2 6 . g 7 a 1 \W 7 . g 8\W+ , etc., o también 2 .f5 gxf5
3 . h 4 ! gxh4 4 . g 5 , con ventaja decisiva. La solución
se forma contando las cas i l las que le faltan al
correcta es 1 . . . lt>c7 ! , que evita que los peones blancos se
peón para coronarse, y calculando e l mismo conviertan en peligrosos y obliga a buscar las tablas con
número al costado. el ahogado de la misma manera que en la solución.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 225


anula una maniobra de clavada aparentemente Reti cal i ficó de "base Tarrasch " . Así denomi­
ganadora, porque inutil iza una importante nó todas aque llas pos iciones en las que e l
pieza agresiva, mediante la colocación de otra blanco lucha c o n su peón en la cuarta línea (en
pieza en la trayectoria de la que clava, lo que, este caso en "e4") contra un peón rival en la
al superponer las piezas clavadas, crea una cas i l la lateral ("d6") y cuando están sem ia­
posición de obstrucción muy aplicable en biertas las dos colum nas centrales.
multitud de posiciones.
9 . lll xd4 .id 7 1 O .ig S 0-0 1 1 .füe 1 13e8
Apertura Española (C66) 1 2 .í!ad 1
Brooklyn, 1 924
B lancas: J. R. Capablanca MODELO DE DESARROLLO
Negras: H . Tholfsen
Si bien nada de esto tiene re lación directa con
el tema que estamos tratando, merece espec ial
1 .e4 eS 2 . lll f3 lll c6 3 .ibS lll f6 4.0-0 d6 mención para el aficionado estud ioso.
5.d4 id7 Obsérvese la notable rapidez con que Capa­
blanca ha desarro llado todas sus fuerzas, y
Vemos aquí una maniobra simple de obstruc­ cómo actúan efic ientemente todas las p iezas
ción. El alfil está vulnerando el caballo de blancas en aquel las cas i l las que le aseguran el
"c6" y lo inut i l iza como pieza ofens iva. ¿Qué máx imo de eficac ia en la marcha: las dos
hace e l negro para conj urar ese pel igro? Pues torres en las columnas semiabiertas ; el caballo
simplemente colocar e l alfil dama en med io de dama en la pres ión del punto fuerte "d5 " , el
la pieza fij ada y e l rey, que está en l ínea recta, caballo rey domi nando el otro punto déb i l de
y de esta suerte obstru ir e l cam ino del alfil rey " f5 " (menos débil porque no está en una co­
enemigo. lumna abierta para las piezas blancas); e l alfil
presionando al caballo rival, y la dama pronta
6. lll c3 1i.e7 7 .ixc6 a s ituarse en el ala rey, o en el flanco dama, de
acuerdo con las exigencias futuras de la lucha.
Esta j ugada de simpli ficación entra en el tipo Este es un caso de dominio central provecho­
clásico de variantes para dominar el centro so, ya que se traduce en ventaj a de espac io, lo
enemigo . Las btancas pueden hacerlo, ya sea que generalmente se deriva en superioridad en
mediante ;ge 1 , o e l i m inando e l caballo dama tiempo para movil izarse.
rival, que vulnera dos cas i l las muy importan­
tes, y optan por esto último. 1 2 ... h6 1 3 .ih4 lll h7

7 . . .ixc6 8 .§'d 3 exd4 Las negras buscan la simpli ficación, que casi
siempre es ventaj osa para el bando que está
Este cambio del único peón que está en "d4" peor desarrol lado. Pero para llevar a cabo el
es una de las consecuencias de la acción in­ plan deben conformarse con perder varios
tensa que en e l centro han realizado las blan­ tiempos, ventaj a muy peligrosa en manos de
cas. Capablanca.
Ahora se produce una posic ión típica de lucha
central, en la que las blancas dominan la co­ 1 4.ixe7 13xe7 1 5 .c!ll d S 13e8 1 6 .§'g 3 !
lumna "d", y poseerán un punto fuerte en la
cas illa más avanzada que se encuentre delante U n a j ugada perfecta, lógicamente . L a dama en
de un peón rival, y las negras, a su vez, en el "d3 " obstruía la acc ión de la torre y contraria­
cuadro "e5 " , que se halla en idéntica situación. ba el viej o principio de que nunca debe colo­
Se trata, en realidad, de una estrategia de carse una pieza de mayor valor de lante de una
planteo muy defin ida y que e l gran maestro de menor fuerza agresiva, porque esta última

226 ROBERTO G. GRAU


queda anulada. Luego, desde "g3 " vulnera el 23. lll fS !le6 24.exfG !
peón "d6" y prácticamente impide la jugada
. . . c6 , por la acción que sobre el mismo punto Pero Capablanca ha previsto esta maniobra y
ej ercerá la dama desde "g3 " y la torre desde ahora entrega la dama para sacar provecho de
"d i " , y además se prepara una maniobra agre­ la magnífica acción de sus torres, que al do­
s iva basada en lLi f4 y lLi h S . minar las dos únicas columnas abiertas redu­
cen la dama rival a una pobre situación. Pero
"VALE M Á S EL DOMINIO Q U E L A POSESIÓN" ésta tiene muchos recursos y las blancas han
de aguzar el ingenio para triunfar.
1 6 . . . lLifG 1 7 .lLi c3
24 . . . !lxe3 25.!lxe3 Wf8 26 .fxg7 Wc5
Esta retirada también es instructiva y digna de
ser seftalada, pues se trata de una man iobra Y hemos l legado a la posición que deseába­
típica en esta clase de posiciones. El cabal lo mos mostrar, y la que hace valiosa esta partida
es la p ieza ideal para colocar en la cas i l l a para nuestro tema. Ahora las negras han c la­
central débi l , pero p o r e s a m i s m a causa no vado la torre de "e3 " y, al hacerlo, toman muy
debe cambiarse. Esto hace q u e siempre sea difícil la victoria blanca. ¿Cómo hacer para
mej or j ugada la retirada para seguir presio­ devolver a esa torre toda su eficiencia agresi­
nando el punto afectado, que la posesión del va? Pues apelar al c lásico recurso de la obs­
mismo cuando e l rival comienza a luchar por trucción, que en este caso es superponer una
la fiscal ización de ese sector. En síntesis, que pieza en la diagonal de la pieza clavadora. La
se muestra cómo es de exacto e l principio de obstrucción de la marcha de la m isma me­
N i mzowich que afirma que es más valiosa la diante la intromisión de otra fuerza en la dia­
amenaza de situarse en un punto que la reali­ gonal vulnerada. Y de esta manera, la doble
zación de la amenaza. clavada dará elasticidad a toda la posición
En este caso, es más fuerte presionar e l cuadro blanca. La j ugada es, pues, ahora, c lara:
"d5 " que poseerlo.
27.!ld4!
1 7 . . . !le7 1 8 .f4 We8 1 9 .eS dxe5 20 .fxeS
lLi h 5 2 1 .We3 LA SUPERPOSICIÓN DE FUERZAS

Las blancas quieren ganar por e l ataque, y


para lograrlo han real izado una maniobra
pel igrosa. Hemos l legado a una posición de
clavada (la del peón "e5 " en relación a la
dama de "e3 ") y estamos en la antesala de la
obstrucción. Este tema es e l que perm ite a las
negras estar confiadas, a pesar de la situac ión
un tanto precaria del cabal lo de "h5 " , que no
puede sortear aparentemente los inconve­
nientes de una agresión por vía "g4 " .

2 1 . . . icG

Para evitar lLi d S . La obstrucción dec is iva. Ahora la dama no


ataca sólo una pieza, y las blancas pueden
2 2 . g 4 lll f6 mover cualquiera de las torres en e l momento
preciso. Se amenaza b4, seguido de b5, lll d 5
La clavada da sus recursos. y :1'í: h 3 , c o n ataque irres istible.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG!A 227


27 . . J3e8 6° La existencia del empate por ahogado halla
asidero en las maniobras de obstrucción. En
Y esta j ugada, antes formidable, ahora no este caso debe considerarse la autoobstrucción
sirve, porque la torre rey ha recobrado su de las propias fuerzas, para llegar a la inmovi-
elasticidad por obra y gracia de la típica ma­ 1 idad absoluta, que se conoce por "ahogado".
niobra de obstrucción anterior de las blancas. Éste es e l aspecto positivo de esta maniobra,
generalmente desagradable para quien se ve
28.l3xe8+ .ixe8 2 9 . li:l d S víctima de e l la, pues, sacando este caso espe­
cial, en aj edrez gana quien tiene mayor movi­
Y l a s negras abandonaron. No hay forma de lidad con sus piezas, y la obstrucción tiende,
neutral izar la formidable amenaza de li:lf6+ o en realidad, a restarla.
li:lde7+, según donde vaya la dama negra para 7° También la obstrucción es un recurso para
evitarlo. Lo único aceptable es el sacrificio de quitarle la retirada a las p iezas de mayor valor
la dama por la torre obstructora, pero se que­ adversario (la dama o la torre). Y especial­
darían las negras con una p ieza menos. mente es frecuente el caso con las torres, por
ser más fáci l cerrarles e l paso.
CONCLUSIONES TÉCN ICAS 8º De esto se deduce que es siempre pel igroso
colocar una torre en el campo enemigo, si hay
1 º La obstrucción es toda aquella maniobra alguna posibil idad de que no pueda seguir
por medio de la cual se reduce la acc ión de las abierta la columna en que se halla. H ay que
piezas rivales, ya mediante las propias fuerzas considerar s i e l rival no dispone de una forma
o las del bando adversario. para bloquearla, aun mediante sacrificios de
2° Se trata simplemente de una maniobra para una p ieza menor (obstrucción).
restarle espacio al adversario (en el caso de la 9° El alfil malo es un producto de la obstruc­
típica j ugada e6 de los planteos, que involucra ción, que es, en realidad, un tema más ampl i o
la pérdida de un peón para acumu lar p iezas e importante. Por e s o hay q u e temer s iempre
rivales que l i m iten las posibil idades de desa­ el sacrificio de un peón enemigo para cerrarle
rrollo del mismo) o para darle mov i l idad a una e l paso a los alfi les, y también que el rival
pieza clavada, como en el caso del ej emplo juegue de manera que obligue a autobloquear
que hemos visto. esas p iezas.
3 ° Cuando una pieza clava a otra, la man iobra 1 Oº También la obstrucción suele ser arma
típica para restarle efectos a esa amenaza es la complementaria de los ataques, pues por me­
obstrucción, o sea la interposición de una dio de ella se consigue a menudo anular tran­
pieza en el camino de la agresora. sitoriamente la acción defensiva de una p ieza.
4º Cuando el adversario tiene dos p iezas que La i nterclusión es una forma de la obstruc­
juegan muy e ficazmente, pero que cruzan su ción.
acción en una determinada cas i l la del tablero,
suele ser típico el sacrificio de una p ieza en la X I X . - EL ERROR COMO FUERZA VITA L
misma, para que al tomar con una de las pie­ D E L AJEDREZ
zas, la otra vea anulada su marcha. Sacri ficio
en la cas i l la crítica, que ha originado infinidad La crítica del aj edrez suele ser despiadada con
de finales artísticos. el error, y lo que resulta más extraordinario es
5° También la obstrucción se produce en los que precisamente los mismos j ugadores de
finales de reyes y peones. En los finales que primera categoría, cuyas partidas son una
entran en la teoría del cuadrado, suele ser sucesión de errores más o menos embozados,
tema el sacri ficar algún peón para obstruir la y que con alarmante frecuencia p ierden j uegos
marcha el rey y para que éste no pueda ade­ que estaban ganados y se adj ud ican victorias
lantar en l ínea recta para tratar de contener el risibles, se o lvidan de esto cuando deben j uz­
peón adversario que avanza. gar al prój imo y se recrean prodigando adj eti-

228 ROBERTO G. GRAU


vos poco amables al que acaba de seguir la
tradición del aj edrez local y de todo el aj edrez
del mundo.
E l Dr. Tartakower dij o en c ierta oportunidad,
con lumi nosa c laridad, que el aj edrez existe
por el error, y si bien esto parece sólo una
frase, encierra un concepto i rrefutable: el
interés del aj edrez surge precisamente de la
mayor o menor hab i l idad que tenga el jugador
para explotar esos errores imperceptibles en
que van incurriendo los j ugadores, por aveza­
dos que sean, en determinados momentos de
la lucha.
E l tema es interesante y ameno, ya que nos
perm itirá mostrar más de una partida o posi­ Pero precisamente en este momento, Lasker
ción en la que se producen errores increíbles, j ugó :
y será un amable pretexto para que dej emos la
técnica pura para recreamos en este aspecto 45 . . . @fB??
anecdótico del j uego, que trataremos de mati­
zar con algunas observaciones acerca del Que es un verdadero disparate, ya que p ierde
error, las causas por que se produce, y las una pieza luego de:
posibi l idades que existen de incurrir en é l en
determ inadas posic iones. 46.WbB+
Además veremos cómo e l error suele ser pro­
vocado por el adversario en algunos casos. Y las negras abandonaron. S i 46 . . . 'it>g? s igue
Con las equivocaciones que se han registrado 47 .Wh8+ y si 46 . . . @e? 4 7 .WeS+ , ganando
en la h istoria del aj edrez se podría formar un el cabal lo.
ampl io volumen, pero como debemos abre­ En cambio, s i e l Dr. Lasker hubiera j ugado en
viar, haremos reseña de los más extraordina­ lugar de 45 . . . @f8 , 45 . . . 'it>f6 , no se ve cómo
rios, y de aquel los que se efectuaron en se las habría arreglado Capablanca para lograr
matches por e l campeonato mundial, o que vencer en esta s ituación, puesto que en caso
gravitaron de manera fundamental en Ja suerte de 46 .Wc6+ seguiría 46 . . . 'it>e?, volviendo a
de Jos torneos. la misma posición, y si 46.Wf3+, entonces
46 . . . @g6 4 7 . @ h 1 f5 , con j uego rico en posi­
D E CÓMO LASKER PERDIÓ UN FINAL b i l idades .
TABLAS
S I ETE AÑOS DESPU ÉS
En Ja quinta partida del "match" que por el
campeonato mundial de aj edrez disputaron Pero la j usticia se hizo más tarde, cuando en e l
Lasker y Capablanca, conduciendo éste las año 1 927 Capablanca j ugó en Buenos A ires
blancas, j ugada en La Habana el 25 de marzo con A lekhine en defensa del título de Cam­
de 1 92 1 , se l legó a la posición del siguiente peón mundial, que obtuviera de manos del
diagrama después de la j ugada 45ª de las gran maestro alemán.
blancas. En la vigésima séptima partida, e l cubano, con
La partida había s ido jugada hasta ese mo­ blancas, que tenía una posición absolutamente
mento de manera magnífica por Lasker, quien ganadora, incurrió en un error garrafal, que no
entregó calidad por e l ataque y d isponía de sólo le escamoteó la victoria en la partida,
una maniobra para empatar, según e l propio sino que ej erció decisiva influenc ia en e l de­
Capabl anca, a pesar de l a desventaj a material. senlace del "match " .

TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 229


Esta era la posición después de la jugada 3 5ª Las negras jugaron:
del negro.
Ten ían el tumo de j uego las blancas, y el 25 ... gxd4??
todavía entonces campeón mundial jugó en
este momento : A lo que Anderssen sigu ió con :

36.ggxg6?? 26.g2h4 llJ xh4+ 27 _gxh4

Dej ando escapar de esta manera una s imple Y Staunton abandonó.


victoria, que se lograba mediante la jugada Si hubiera jugado en cambio 25 . . . llJf4 + ha­
36. :!'!exg 6 ! bría dado mate, pues a iif1 seguiría . . . \Wd 1 + ,
D e nada habría servido entonces 36 . . . \WxcS+ con mate a la siguiente.
porque hubiera s ido contestado con 3 7 . iif 1
\Wc 1 + 38. 'itif2 \Wxb2+ 39.<i!lg 1 \Wb6+ (o UN ERROR ESTUPEN DO Y LA
39 . . . \Wc 1 +) 4 0 . ii h 2 , y Alekhine habría debi­ ALUCINAC IÓN COLECTIY A
do abandonar por la doble amenaza de :!'!xg8 o
:!'!g? mate. En el "match" celebrado entre los maestros
En cambio, la partida siguió: Steinitz y Anderssen, por el campeonato mun­
dial, hubo infinidad de errores garrafales. En
36 ... \WxcS+ 3 7 . iif1 \Wc 1 + 3 8 . iif2?? una de las partidas Anderssen se dej ó dar un
j aque doble al rey y dama en un momento en
Nuevo error, ya que aun 38.'itie2 habría ga­ que tenía la partida ganada, y muchos otros
nado. maestros han incurrido en gazapos por el
esti lo.
38 . . . \Wd 2+ Capablanca, frente a Tarrasch, en e l torneo de
San Petersburgo, y en su partida contra Sae­
Y tablas por j aque perpetuo. misch, del torneo de Carlsbad, entregó una
p ieza, sin compensación, por omitir una sim­
STAUN TON NO VIO UN MATE EN DOS Y ple répl ica de sus adversarios.
PERDIÓ Pero quizá e l error más estupendo que regis­
tran los anales del aj edrez es e l que se produjo
En una partida disputada en Londres en 1 85 1 en una partida que en e l torneo de Londres de
entre los maestros Staunton y Anderssen, 1 8 83 j ugaron Mason y Winawer, ambos nota­
l levando éste las blancas, se produj o la si­ bles maestros y el segundo, quizá, la tercera
guiente posición: figura del aj edrez de su época.

230 ROBERTO G. GRAU


La posición a que arribaron fue la que muestra DE CÓMO UN DOB LE D I S PARATE
el siguiente diagrama: DEC I D I Ó UN TORN EO

Y, finalmente, para baraj ar nombres más co­


nocidos, mostraremos una partida que decidió
e l primer puesto del torneo de San Sebastián,
de 1 9 1 2 .
E n ella s e enfrentaron, e n la última rueda del
certamen, los dos l íderes de la competencia:
Nimzowich y Rubinste in. El primero ten ía 1 2
puntos y e l segundo 1 1 '/i . De ganar o empatar
aque l, su victoria habría sido inevitable, y de
ser batido, como suced ió, el primer puesto iba
a ser ocupado por Rubinste in.
La lucha fue magn ífica e intensa en gran parte
de su desarrol lo, pero en el momento crítico se
La posición es aparentemente tablas, y es produj eron dos errores tan desmesurados que
dificil que nadie pudiera sospechar cuál fue la puede afirmarse que hasta en este aspecto
j ugada que efectuó Winawer para adjudicarse ambos maestros se equi val ieron .
la victoria. Veamos la partida:
Pues nada menos que :
Defensa India Antigua (A5 5 )
43 . . . lü cS ! ! S a n Sebastian, 1 9 1 2
B l ancas : A . Rubinstein
A l o que Mason abandonó, por n o saber cómo Negras : A. Nimzowich
evitar e l movim iento . . . lü e4 + .
Si l a s blancas juegan 44. \t>f2 , sigue 1 .d4 lüf6 2.c4 d6 3 . lü f3 lü bd7 4 . lü c 3 es
44 . . . lü e4+ 4 5 . \t>e3 \Wg 1 + , y mate a la si­ 5.e4 ie7 6 .ie2 0-0 7 . 0-0 l'!e8 8 .\Wc2 if8
guiente. Y s i 44.\Wg2 \We 1 + , seguido de 9 . b 3 c6
.. .'\Wxb4 o . . . lll e4 y .. .'\Wxh5+, ganando.
N i los j urados, n i ninguno de los dos jugado­ Hasta e l presente la partida es impecable y
res, advirtieron que ésta era una j ugada impo­ resistiría cualquier análisis técnico. Estamos
sible, ya que el caballo saltó como si fuera un en una posición clásica de la Defensa Chigo­
alfil, y sólo varios días después de haber fina­ rin-Ph i l idor, en la que si bien las blancas tie­
lizado la competencia, al reproducir la partida nen ventaj a de espacio en e l centro del tablero,
uno de los encargados de ed itar el l ibro, se ofrecen una conformac ión de peones un poco
advirtió la magnitud del disparate. más débi l que la del negro . La casilla "e5 "
Por suerte, el resu ltado no gravitó en ninguno puede ser una buena base de operaciones para
de los primeros puestos del certamen, ya que un caballo.
en ese caso pudo haberse creado un serio
conflicto. 1 0 .ib2
Parece, a estar a ciertas informaciones, que la
partida había quedado suspendida y que al La maniobra última de las blancas es critica­
colocar la posición, uno de los m iembros del ble. No es posible dej ar a merced del rival una
jurado colocó e l cabal lo en "d7" en vez de en cas i l la tan valiosa como la de "f4'', que ahora
"e7", pero resulta imposible de comprender el alfil de "c 1 " no fiscal iza más . Es claro que
cómo Mason no advirtió e l error que le h izo las blancas pueden tomarla con g3 , pero esto
abandonar una partida que, sin duda, habría deb i l itaría todo el complej o de cas i l las blancas
sido tablas. del enroque.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 23 1


1 0 . . . lll h 5 1 1 .g 3 lll b8 22 . . . gxe4

A LA M ANERA DE STEINITZ Malo sería 22 . . . Wxe4 + , a causa de 2 3 . © h 3


"il, e 7 24."il,de 1 .
Steinitz puro. N i mzowich vuelve con su caba­
l lo a "b8" para darle paso al alfil, confiado en EN EL REINO DE LA OFUSCACIÓN
la fuerza latente de su posición, cuya cadena
de peones está mucho mej or constituida. Pero 23 .Wxd7 ge2+ 24.fü2 We4+ 25.©g1
para lograrlo pierde valiosos tiempos, y su .icS??
rival logrará una buena posición de ataque.

1 2 .gad1 Wf6 1 3 .lll b 1 .ih3 1 4.füe 1 lll f4

N imzowich no se conforma con una partida


lenta, por cuanto su rival está adquiriendo una
posición muy amenazante, y decide anticipar­
se a las amenazas con una combinación artifi­
cial, pero muy complej a, que Rubinstein re­
plicará con no menor maestría.

1 5 .dxeS dxeS 1 6 .lll xeS! gxeS 1 7 .if1

Rubinstei n ha j ugado de extraordinaria mane­


ra. Las p iezas negras se hal lan todas compro­ Y aquí se produce el primer error monumen­
metidas, pues la torre está fij ada por la acción tal .
del alfil, y e l caballo no puede replegarse por N i mzowich se dej a dar mate e n d o s j ugadas,
la amenaza f4 , etc. Pero N i mzowich no se en un momento en el que tenía exce lentes
ami l ana y sigue con : perspectivas de empatar. Debió j ugar
25 . . . füf2 2 6 . © xf2 Wc2 + 27 .Wd2 �c5+
1 7 . . . lll d 7 1 8 .Wd 2 .ixf1 1 9 .gxf1 lll h3+ 2 8 . Wg 2 ! We4 + 2 9 . W h 3 Wf5+, y tablas por
20.©g2 lll g S j aque perpetuo, ya que 30. Wh4 habría s ido
muy peligroso, y probablemente perdería,
Esto amenaza mate e n dos, pero tiene por según opin ión del Dr. Lasker.
obj eto deb i litar la situación del rey b lanco. Error excepcional, pero que no term ina aquí,
porque . . . ¡ Rubinstein no lo ve ! . .. y en cambio
2 1 .f4 entra en una variante peligrosa que pudo cos­
tarle med io punto, y la victoria en el gran
Que parece ganador, pero . . . torneo, tan generosamente regalada por su
formidable adversario. Como se ve, también
2 1 . . . Wg 6! los grandes maestros suelen no ver un mate en
dos j ugadas tan simple como el que surgiría
N imzowich había previ sto todo, y disponía de de 26 .Wxf?+ Wh8 2 7 .Wxg?++.
esta interesante jugada, que vuelve a poner un Mate grosero, ya que se produce a base de
signo de i nterrogación a la lucha. j aques, que en condiciones normales no esca­
paría a la percepción de cualquier aj edrecista
22 .fxgS novicio.
El maestro polaco jugó en camb io:
Si 2 2 . fxeS, o 22 ..ixeS Wxe4+ , con mate
inevitable mediante . . . lll h 3 . 26 . .id4??

232 ROBERTO G. GRAU


Tratando de ganar por la ventaj a material ; ceado e lemento que los organ izadores de
pero e l camino a seguir no es ahora tan claro. torneos y " matches" les ponen a los competi­
dores para evitar que las partidas se diluyan en
26 . . . ixd4 27 .\Wxd4 ge1 + 2a.m1 gxf1 + una aburridora prueba de resistencia sobre la
29.©xf1 \Wh 1 + 30.©f2 \Wxh2+ 3 1 .©f3 f6 s i l la. E l aj edrez e s, no só lo un j uego de la
intel i gencia, sino un "ej ercicio" de la inteli­
Las b l ancas no quieren pasar a la columna "e", gencia, y para probar la hab i l idad de quien lo
para no darle j uego económicamente a la torre juega se hace imprescindible ponerle límite de
adversaria, mediante . . . �e8 + . Ahora tienen tiempo a quien lo practique, porque la verda­
una posición ganadora, pero e l final ofrece dera gracia del esfuerzo está en la mayor rapi­
algunas dificultades, a pesar de la p ieza de dez mental de quien lo hace.
ventaj a, por la s ituación del rey b lanco.
X X . - D I F E RENCIA ENTRE E RROR Y
32 .\Wd2 " B LUFF"

Es claro que si 32. gxf6 , seguiría 32 . . . füB , No sin razón e l Dr. Tartakower escribió sus
con ataque. célebres aforismos sobre e l error. En uno de
e l los decía: " Los errores existen para ser co­
32 ... \Wh3 33 .\Wd7 f5 metidos" y term inaba su artículo con un "Co­
meto errores, ergo existo " , que si bien era una
Esto faci l ita la victoria blanca. Era probable­ nota de amable buen humor, trasuntaba una
mente mej or 33 . . . \Wh S+ 34 .\Wg4 Wif7 , ame­ verdad irrefutable. El error es lo humano en el
nazando, s i 35.�d7 f5 , y ahora . . .fxg5 , aun aj edrez, y es lo que da vida y color a la exis­
cuando e l final debe tomarse delicado apenas tencia. ¡ Desdichados de nosotros e l día que
el caballo blanco pueda entrar en j uego. todo sea perfecto ! E l aburrimiento será nues­
tro único compañero. Imaginémonos a todos
34.lüc3 \Wh5+ 35.©g2 1Wxg 5 36 .\We6+ los aj edrecistas haciendo j ugadas perfectas, y
© h B 3 7 . lü e2 habremos acabado con e l aj edrez. Imaginé­
monos que todas las cosas son bel las y ha­
Evitando . .f4 .
.
bremos acabado con la bel leza.

37 . . . \W h 5 38.gd7 ges 39. lüf4 gxe6 "SI NO E X I STIERA EL ERROR HABRÍA


40 .lü xh5 QUE IN VENTARLO"

Y l a s negras abandonaron. Por eso conviene mostrar hasta qué punto el


error es d igno de respeto; señalemos cómo
LA CAUSA DE ESTOS ERRO RES gravita en el aj edrez, pero no ya para torcer
resultados, por obra y gracia de la ingenuidad
Como se ve, no les va en zaga esta partida, en o torpeza momentánea de uno de los j ugado­
materia de errores, a muchas que se juegan en res, sino por la excesiva p icardía de quien,
e l país. Es indudable que también en ella el sintiéndose perdido, apela a un "bluft" para
apremio de tiempo -ya que en este torneo se hacer suya una victoria imposible.
jugaba a 1 5 movidas por hora y los errores se No en vano Tartakower en aquel artículo, que
produj eron al aproximarse la segunda hora de todas las revistas traduj eron, dijo no sólo lo
j uego de cada adversario- ha conspirado con­ que pusimos entre com i llas, sino: " Hay j uga­
tra la armonía de la producción. Es que todos das acariciadoras, ruidosas y gemebundas. Las
los errores son posibles cuando se debe j ugar últimas son las más peligrosas " . Las que mos­
precipitadamente, y el único error criticable es traremos ahora tienden a probar la verdad de
el de no saber administrar ese precioso reta- este aserto del travieso crítico ucraniano.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 233


UN " B LUFF" DE MORPHY en e l respeto que siempre produc ía a sus riva­
les la fama de combinador exacto que poseía
Comenzaremos nuestro viaj e aj edrecístico por Morphy.
retomar al año 1 85 8 y ver cómo el gran Pablo
Morphy hacía uso de este recurso cuando se 1 5 . . . ixe6!
había extralim itado en sus combinaciones y la
derrota comenzaba a vislumbrarse en el hori­ Única. 1 5 .. .fxe6 perdería luego de 1 6 .W/g4+
zonte . @f7 1 7 .W/g ?+ y ixe6 .

1 6 .W/h 5 ixf2+?

Y Freeman cayó en la celada. Esta aparente


j ugada es la que constituía el secreto de la
maniobra de Morphy. Lo j usto era 1 6 . . . W/f4 ! ,
a l o que segu iría, s i 1 7 .füe6 tt:l d 7 ! 1 8 .ib2
cxd5 1 9 . !'í:h6 füe8 ! , con posición ganadora.
Si a 1 6 . . . W/f4 1 7 .ie5 Wxf2 + 1 8 . � h 1 W/f5 ,
etc . , y si 1 7 .ie4 h 6 1 8 .ie5 W/g 5 , etcétera.

1 7 . © h 1 W/f4 1 s .gxe6 c!L:i d 7 1 9 .ib2 id4

A esta posición se l legó después de la jugada Antic ipándose a la formidable amenaza


1 4ª de las blancas. Morphy, con blancas, j u­ !'í:g6 + , seguida de Wh8 + + .
gaba contra Freeman en Birm ingham y tenía
pos ición ganadora. Para decidir ráp idamente 2 0 . g 3 c!L:if6 2 1 .g xf4 c!L:i x h 5 22 .ixd4 c!L:i xf4
la partida sacrificó un a l fil con idea de seguir 23.gg 1 + c!L:ig6 24. gexg6+ hxg6 2 5.gxg6+
a 1 4 . . . Wxd 5 o 1 4 . . . cxd5 con 1 5 .!'í:e5, ga­ © h 7 26.gg7+ ©h6 27.ie4 f5 2 S .id3 b6
nando el j uego en todas las variantes, pero se 29_gg3 fü7 30 .ie5 ges 3 1 .if4+ ©h7
le escapó la sutil rép l ica de su adversario, que 32.gg5 ge1 + 33.©g2 gg7 34.ixf5+ �hS
le signi ficará la pérd ida de una pieza y proba­ 35.h4 gxg5+ 36.ixg5 ges 3 7 . ©f3
blemente su derrota. Éste jugó así:
Y las negras abandonaron .
1 4 . . . W/d 6 !

Atacando ambos alfi les y dej ando que el alfil EL CONTRAATAQU E COMO SÍNTOMA
de "c8" reste a la dama blanca la posibil idad DE DEBILIDAD
de asestar el golpe mortal en "g4 " . La lucha se
comp lica y Morphy realiza una combinación Veamos una partida j ugada por Bogolj ubow,
magnífica, pero que los anál isis de Ste in itz fiel reflej o del juego aparatoso de este maes­
probaron que sólo era un "bluff' , ya que el tro, que tan bien sabe sacar provecho de los
negro pudo haber ganado la partida mediante errores adversarios, comp l icando las partidas
un ingen ioso procedimiento. cuando empieza a visl umbrar debil idad en su
posición. En lugar de escoger defensas lentas
1 5 .c!l:ie6! ? ! y angustiosas, sus ataques o contraataques,
casi siempre síntomas de debi lidad, le han
Steinitz califica esta j ugada d e concepción valido infin idad de victorias. ¡ Pero de qué
gen ial y defectuosa. Nosotros la calificaremos magnífica manera logra vencer generalmente
de "bluff' magn ífico que amparó su eficiencia en este tipo de pos ic iones !

234 ROBERTO G. GRAU


Defensa Siciliana (B83)
B erlín, 1 926
B lancas: W . Von Holzhausen
Negras: E . Bogolj ubow

1 .e4 es 2 . .!Lif3 e6 3.d4 cxd4 4.c!Lixd4 .!Lif6


5 . c!Li c 3 d 6 6 . .ie2 .ie7 7 . 0-0 0-0 8 . © h 1 a6
9.a4 b6 1 O .f4 .ib7 1 1 . .if3 d S 1 2 .exd S
exdS 1 3 .§'d 3 c!Li c6 1 4.c!Li xc6 .txc6 1 5 . .ie3

La posición de las blancas es ya mej or. Bo­


go lj ubow se da cuenta de esto, antes que salga
a flote su inferioridad, y se lanza en una ma­
niobra agresiva dispuesto a jugarse valiente­ LOS PELIGROS DE LA PRUDENCIA
mente, pues no está en su temperamento re­
signarse a finales agónicos o perpetuarse en la El error típico-psico lógico, según Reti. La
defensa de sus puntos déb i les. Ve que su ad­ influencia del "bluff' hecho a tiempo, que es
versario, al avanzar el peón "f", ha creado más o menos lo m ismo, según nosotros. Von
algunas deb i l idades que se acentúan en la Holzhausen se ha impresionado por la j ugada
cas i l la "e4 " , verdadero punto de coincidencia de Bogolj ubow. Está frente a un j ugador supe­
de sus fuerzas, y trata de sacar ganancia en el rior y se halla a punto de vencerlo, pues tiene
río revuelto de la compl icación . no sólo un peón de más, sino mej or posición.
Juega: Entonces se produce una l lamada natural a la
prudencia, y trata de mantener la ventaj a lo­
1 5 . . . �es grada, sin comprender que e l tipo de estrategia
que le ha impuesto su adversario es e l de las
Com ienza la maniobra de posesión del punto grandes definiciones y no e l de las pérd idas de
"e4 " . tiempo. Lo j usto era 1 9 .�d4 , dej ando que las
blancas den e l j aque doble. Se lograría con
esto e l i m inar e l caballo adversario de "e4",
que es la pieza más fuerte de Bogo lj ubow, y
Las negras persisten e n el plan al m inar l a l legar a un final ganador. Veamos: 1 9 .�d4
base de apoyo d e l punto "e4 " . lLi g 3+ 2 0 . ©g 1 tt:J xf1 2 1 .Wxf1 Wxf4
22 .�xd 5 Wxf1 + 2 3 . füf1 �xd 5 (no
1 7 . .id4 c!Lie4? ! 23 . . . �xc3 a causa de 24 .�xf? + , ganando una
pieza) 24 . tt:J xd5 �ed8 25. lLi f6 + , ganando un
Y otra vez sale a la luz el "bluff" . Las negras nuevo peón, y e l final sin d i ficu ltad, a pesar de
preparan su próx ima jugada espectacular, que la cal idad de menos, por la mala situación del
da la sensación de ser ganadora, por la serie rey adversario y de los peones que le restan .
de amenazas que encierra. Es una pompa de Pero una vez más la prudencia hace una víc­
j abón, aun cuando difíc i l de quebrar. tima. Los j ugadores no quieren a menudo
comprender que es posible ser prudente cuan­
1 8 . .ixg 7 ! do no urgen amenazas adversarias, pero que
hay momentos en el aj edrez, como en la vida,
Ganando u n nuevo peón, pero esto l o habían en los que se hace impresc indible dej ar de
previsto las negras, que s iguieron con : serlo si se desea subsistir. Bogoljubow ha
declarado una guerra sin cuartel, y no es posi­
1 8 . . . §'h4 ! ? 1 9 .©g 1 ? ble contenerla con paños tibios.

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA 235


1 9 . . .f6 ! hallarse ante una sesuda labor analítica de su
adversario y escogió una jugada prudente .
El verdadero secreto del aparatoso ataque Éste es el más valioso factor que anima a
sobre e l enroque. todos los "bluffs" del aj edrez. E l adversario,
ante lo inesperado de la j ugada, máxime si
20.g3 Wih3 21 . .!Lixe4 ésta es real izada por un j ugador que inspira
mucho respeto, opta por orillar e l tema para
Esto es malo, pero después de 21 .�g2 �c5+ anal izarlo después de la partida, pero hace
22. <ii h 1 \Wf5 ! las negras habrían ganado. esto luego de haber perdido. Y el afortunado
creador del lance suma un punto a su haber y
2 1 ... dxe4 22 .'\Wc4+ <ii x g7 23 .Wlxc6 icS+ se guarda muy bien de volver a ensayarlo.
24. <ii h 1 exf3 2 5.Wixf3 ge3 26 .Wlb7+ ge7 Euwe siguió con :

Y el prudente Von Holzhausen, satisfecho de 7 . . . b6


haber podido dar esta j aque final, abandonó
con la conciencia tranquila. Y luego de 8 .�g2 �b7 9 . c3 tt'lf6 1 0 . tt'l 2g3
0-0 1 1 . gS, las blancas quedaron netamente
ALEKHINE H A LLEVADO EL "BLUFF" A mejor y ganaron la partida en la jugada 40ª.
LOS PLANTEOS Pero si Euwe no hubiera tem ido a su antago­
nista y hubiese decidido buscar sobre el table­
El campeón mundial ha hecho uso y abuso del ro la falla de la antinatural j ugada 7ª de
"bluff' en los planteos . Quizá su "bluff' má­ A lekhine, habría sacado rápida ventaj a me­
ximo sea la propia Defensa A lekhine, pero diante 7 . . . e5! 8 . d 5 tt'l d4 9 . tt'l xd4 exd4, ga­
esto es dific i l que pueda ser probado por no­ nando un peón, con excelente partida.
sotros. En cambio, en e l match por el cam­
peonato mundial contra el Dr. Euwe, qu izás CÓMO ENGAÑÓ N I MZOWICH A EUWE
en el deseo de probar que era muy superior a
su adversario, ensayó algunos fuegos artifi­ Para term inar, mostraremos la notable partida
ciales que le dieron resultado al principio, que le ganó Nimzowich al Dr. Euwe, en el
pero que al final colaboraron en su derrota. torneo de Carlsbad de 1 929, en una posición
El más espectacular fue el de la séptima parti­ en la que estaba absolutamente perd ido, me­
da, y merced a é l venció de tal manera que diante un "bluff' notable, que en este caso se
provocó admiración. Pero más tarde, cuando transforma en un recurso táctico, valioso y
la serenidad del laboratorio de anál isis entró a meritorio.
funcionar, se observó que la magn ífica inno­
Apertura B ird (A02)
vación de A lekhine era sólo un "bluff' más .
Carlsbad, 1 929
B lancas : A . Nimzowich
Defensa Francesa (C 1 5)
Negras: M . Euwe
Utrecht, 1 93 5
Bl ancas: A . Alekhine 1 .e3
Negras : M . Euwe
Esta j ugada se l lama Apertura Van't Kruys.
1 .e4 e6 2.d4 dS 3 . .!Ll c3 ib4 4 . .!Lige2 dxe4
5.a3 ie7 6 . .!Ll xe4 .!Llc6 7 . g 4 ! ? ? 1 ... tt'lf6 2.b3 g6 3.ib2 ig7 4.f4 d 6 5.Wlc 1
O-O 6 . .!Llf3 ig4 7.ie2 .!Ll c6 8 .0-0 es
Esta j ugada conmovió al mundo aj edrecista. Y 9.fxeS .!LixeS 1 O.d3 .!Lixf3+ 1 1 .ixf3 ixf3
debe haberlo hecho en mayor grado en e l 1 2 .gxf3 dS 1 3 .Wif1 .!Lig4 1 4.ixg7 <ii x g7
temperamento de Euwe, q u i e n sin duda creyó 1 5. h 3 .!LieS 1 6 .ggJ fS 1 7 .Wif4

236 ROBERTO G. GRAU


La posición no es c lara. E l doctor Euwe tiene E:xf7+ seguido de Wxc8 . Como es natural, e l
mejor desarrollo y esto le inspira una combi­ maestro holandés ha de tratar de sacar la torre
nación i ntel igente que le exige e l sacrificio de de "c8" para restarle a la de " f8 " la s ituación
dos peones, pero que le asegura l íneas abiertas de pieza sobrecargada, y esto es lo que ha
y retrasará el desenvolvim iento del caballo previsto e l háb i l jugador danés de adopc ión, al
dama de las blancas. entregar e l cabal lo.

1 7 . . . Wf6 ! ! 23 ... gxc3??

Notable j ugada que inicia u n plan ganador . . . Y Euwe, que tiene la partida ganada, se siente
pero e l astuto maestro báltico h a d e hallar la prudente y trata de imponerse con menos
forma de engañar a su rival y escamotearle riesgo, en mérito de la preponderante situa­
una victoria merecida y aparentemente inevi­ ción de su peón de "e3 " , sin reparar en la
table. celada que le han tend ido. En cambio, s i hu­
biera sido menos prudente y hubiera aceptado
1 8 .d4 lll f7 1 9 .Wxc7 gac8 20 .Wxb7 Wh4 la lucha de contragolpe habría ganado entre­
2 1 . 'iti h 2 f4 22.m3 gando a su vez el caballo mediante :
23 . . . Wxd4 24. füf7+ (si 2 4 . E:af1 , entonces
Era mej or 22 .E:g4 , a lo que seguiría 22 . . . Wf2 se ganaría con 24 . . . We5+ 2 5 . 'iti h 1 E:c7
2 3 . füf4 Wxe3 24. füf7+ E:xf7 2 5 .WxcB fü1 2 6 . E:xe3 Wxc3 2 7 .füc3 füb7 , etcétera.)
26 .Wc7+ © h 6 2 7 . lll d 2 ! füa 1 2 8 . lll f3 , con 24 . . . füf? 2 5 .WxcB We5+ 2 6 . ©g 1 e2
algunas chances de tablas. Pero N imzowich ha 2 7 . E:e 1 fü1 + 2 8 . füf1 We3 + , etc .
visto otra cosa . . . y j uega displicentemente a:
Y LA TABA SE DA LA VUELTA
22 .. .fxe3 2 3 .lll c3 ? ! ?
24.gaf1 e2

Esto es lo que vio Euwe y le pareció ganador,


per es precisamente el fuego artificial con que
especulaba N imzowich para que su adversario
se encandilara en e l anál isis. Ahora, a pesar de
la agresiva s ituac ión del peón, las negras pier­
den por el detalle táctico de:

2s.gxf7+ gxf7 26 .Wxf7+ © h 6 27 .WfB+

Y las negras abandonaron .


La posic ión de mate en que se encuentra el rey
negro destruye una exce lente creac ión estraté­
Las blancas n o pueden jugar 2 3 . E:xf7 + a gica. Si 27 . . . © h 5 2 8 . g4+ y luego Wf4++,
causa de 2 3 . . . E:xf? 24 .WxcB \Wf4 + ! 2 5 . 'itig 1 salvo que las negras entregaran la dama para
2 5 . . . e 2 2 6 . lll c3 Wxd4+ 2 7 . 'iti h 2 We5+ di latar la derrota cuatro j ugadas más.
2 8 . 'itig 1 fü1 + 2 9 . füf1 We3+, seguido de Vemos cómo por medio de un "bluff' ganó
30 . . . exf1 W, ganando. S i a 24 . . . \Wf4 ! 25. 'iti h 1 esta partida quien menos méritos h izo para
Wxd4 26 .Wc3 (26 . lll c3 e2) 26 . . . fü1 + vencer. ¡Y pensar que a veces estas jugadas
2 7 . 'iti h 2 Wxc3 2 8 . lll xc3 füa 1 , etcétera. van acompañadas de gestos de abatim iento !
En vista de esto, N i mzowich opta por entregar No en balde se repetirá hasta la sac iedad que
el cabal lo, especulando con la preocupac ión sólo está ganada una partida cuando e l adver­
psicológica que para Euwe es la amenaza de sario abandona, pues el error intencional es

TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG IA 237


también un arma táctica en aj edrez. Este es el humanidad vive del "bluff' en muchas otras
mayor bagaj e de eficiencia de muchos exce­ cosas también . . .
lentes aj edrecistas, pero consolémonos. . . La

238 ROBERTO G . GRAU


ÍNDICE

Prólogo 7

CAPÍTU LO I 9
T E M A S BÁSICOS DE COM B I N AC IÓN

Material contra tiempo 9


11 Tiempo contra material 11
111 Los ataques al enroque 13
IV El sacrificio 16
V Enroque largo contra enroque corto 19
VI Importancia de la conformac ión de peones 21
VII La ventaj a en espac io y su deri vado en el ataque 23
VIII El dom i n i o del centro, base de toda ofensiva 27
IX Los ataques al punto "f7" ("f2") 30
X Dos monumentos de combinación: la "Evergreen" y la "Inmortal" 32

CAPÍT U LO 1 1
T E M AS T Í PICOS D E COM B I N ACIÓN 36

1 Mates de alfil y torre 36


11 Los puntos de coincidencia de las piezas agresoras 43
111 Mates donde gravitan alfiles y cabal los 53
IV Combinac iones basadas en dos cabal los y mates con dos alfi les 55
V E l dom inio de la columna "h" sobre e l enroque 59
VI Los mates en la octava (primera) l ínea 62
VII El a l fi l en la gran d iagonal 66
VIII Mates típicos en el punto " h 7" ("h2") 69
IX El sacri ficio en " h 7" (" h 2") base de la agresión
, 74
X El sacrificio para extraer al rey 78
XI El rey s itiado como base de mates 84
XII El sacrificio para ais lar al rey 86
XIII El dominio de las diagonales 89
XIV La iniciativa, base del aj edrez 92
XV Los peones avanzados en 6° o 7ª (3ª o 2ª) como temas de ataque 95
XVI El peón, "pivot" sobre el rey 1 02
XV I I La "clavada" como tema de mate 1 05
XV I I I Las piezas sobrecargadas como tema de combinación 1 10
XIX Las piezas sin sostén 1 14
XX Pieza abandonada, pieza sem i perd ida 1 17
XXI La falta de desarrollo y su importante grav itac ión en e l ataque 1 20
XXII La falta de armonía entre las piezas 1 24
XXI I I Los fa l sos desarro l los de piezas 1 26
XXIV La doble amenaza como recurso indirecto 1 28
XXV Doble amenaza y j aque doble 131
XXVI Las suti lezas del "tiempo" como elemento de combinación 1 34
XXV I I E l valor relativo de las piezas 1 37
X XV I I I Cómo se proyectan las combinaciones 1 40
XXIX L o s pel igros d e l error en la combinación 1 43
XXX Cómo se razona en aj edrez 146
XXXI Diferencia entre e l maestro y e l aficionado 1 49
XXXII La transposición de j ugadas y su enorme importancia 1 53
XXX I I I La verdadera dificultad : las man iobras tácticas 1 57

CAPÍTU LO I I I
TEMAS TÁCTICOS 161

El j aque doble como tema táctico 161


11 Por qué se producen los j aques dobles 1 64
III El doble e n finales compuestos d e gran jerarquía 1 67
IV El j aque doble en la partida viva 171
V La experiencia del doble en grandes torneos 1 73
VI Los recursos tácticos 1 77
VII Cómo s e identifican táctica y estrategia 1 80
VIII L a táctica es la base d e l aj edrez 1 83
IX El arte táctico d e N i mzowich 1 86
X La táctica como recurso salvador 1 89
XI La clavada 1 94
XII L a clavada y la ganancia d e tiempo 1 97
XIII Cómo se gestan las clavadas e n las columnas abiertas 203
XIV L a obstrucción 21 1
XV La obstrucción como recurso táctico 214
XVI La obstrucción y sus ram ificac iones 218
XVII La obstrucción como tema estratégico 22 1
XV I I I La obstrucción e n los planteos, tema fundamental 225
XIX El error como fuerza vital d e l aj edrez 228
XX Diferencia entre error y "bluff' 233
FRR

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