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El aire comprimido es utilizado ampliamente en la industria, desde los pequeños talleres de

maquinado hasta los grandes complejos industriales. En muchos casos, el aire comprimido es
indispensable al grado que la planta no puede operar sin él. Los sistemas de aire comprimido pueden
variar ampliamente en tamaño.

El aire comprimido es aire atmosférico sometido a presión, siendo una de las formas de
energía más antiguas que conoce y aprovecha el hombre para reforzar sus recursos físicos. Un
sistema de aire comprimido se divide en dos partes: el suministro y la demanda. Del lado del
suministro, se encuentra el compresor, controladores, depósitos y equipo de tratamiento del aire,
como filtros, enfriadores, secadores, tanques de almacenamiento, etc. Por el lado de la demanda,
están el cabezal principal, compuesto por las líneas principales de distribución, mangueras,
reguladores de presión, válvulas, lubricadores, equipos neumáticos, etc.

En la actualidad, ya no se concibe una moderna explotación industrial sin el aire


comprimido. Este es el motivo por el cual en los ramos industriales más variados se utilizan aparatos
neumáticos cuya alimentación continua y adecuada de aire garantizará el exitoso y eficiente
desempeño de los procesos involucrados en la producción.

Es por esto que el material de construcción, el diseño y mantenimiento adecuado de redes


de aire juega un papel decisivo en los procesos productivos involucrados cuya energía utilizada es
el aire. El material a lo largo del tiempo puede degradarse y dar paso a fugas, ser propenso a que
aparezcan incrustaciones, ser muy rugoso y que por esto las pérdidas de carga sean muy
importantes, sin incluir la complejidad para realizar modificaciones del sistema a medida que la
planta crece.

Los materiales para los tubos de aire comprimido se dividen básicamente en dos tipos:
metálicos y no metálicos. Al tubo no metálico, se le llama tubo termoplástico. Los más utilizados
para el diseño de redes de aire comprimido son:

 Tuberías de Acero Negro: Las tuberías de Acero Negro del tipo Schedule 40 son las
más comunes en los sistemas de aire comprimido, debido al buen precio y
durabilidad. Los tubos de diámetro menor de 76 mm normalmente están roscados
mientras que otros de mayor diámetro necesitan soldaduras y bridas. Este tipo de
tuberías de acero negro presenta la desventaja de corroerse si están expuestas a
humedad condensada y consecuentemente, aparecerán partículas sólidas que
provocarán contaminación.
 Tuberías de Cobre: son una selección muy común para sistemas de aire comprimido
sensitivos y cuando tienen las medidas y las conexiones adecuadas, son muy
duraderos y efectivos. Funcionan a presión de 17 bar (400 psi) y resisten altas
temperaturas de hasta 204 °C (400 °F).
 Tuberías de Aluminio Extruido Anodizado: El aluminio es muy resistente a la
corrosión y ligero de peso lo que permite una instalación más fácil. La falta de
corrosión interna se traduce en una superficie interior más lisa reduciendo así, la
pérdida de presión que provoca la fricción.
 Tuberías de Acero Inoxidable: Son del tipo Schedule 10 por lo que son ligeras de
peso (si las comparamos con el acero negro) y son resistentes a la corrosión. Debido
a que son fáciles de manejar, deberían ser más baratas de instalar pero para
instalarlas se requieren soldadores profesionales.

Algunas comparaciones:

Si los materiales de estos tubos son vulnerables a corrosión, a lo largo de toda la fábrica,
pueden añadir un volumen significante de partículas sólidas contaminantes capaces de crear caída
de presión y problemas potenciales en la producción. Es por esta razón que se recomienda, a la hora
de diseñar una red de aire comprimido, usar como material principal acero el inoxidable o el
aluminio apropiado para estas tuberías en lugar de acero negro o cobre, debido a que este tipo de
material a la hora de desgastarse o fallar, lo haría de una manera predecible y sin desprendimientos
internos de material, solo separación en las uniones.

El objetivo de las tuberías de alimentación es la entrega del máximo flujo de aire a las
diferentes estaciones de trabajo o procesos con mínima pérdida de presión y cero contaminantes.
Los sistemas de tuberías tienen algunas variables que hay que tener en cuenta, estas incluyen:
vibración, pulsaciones, exposición a temperaturas (internas y externas), máxima presión de aire,
corrosión y resistencia química. Es por esta razón que la elección del material y el diámetro de las
tuberías son esenciales para asegurar para que la caída de presión se mantenga al mínimo.

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