Vous êtes sur la page 1sur 15

lóbulo occipital: localización y estructura

El lóbulo occipital se sitúa en el área posterior de la corteza cerebral. Ocupa más o menos el 12% del neo
córtex y se conecta a su vez con la corteza visual primaria y de asociación y con el surco calcarino, una
circunvolución que se encuentra justo en su interior. Todas estas conexiones hacen que se alce como un
centro neural de la visión humana y la percepción visual.
Cabe señalar además que, como ocurre con todos nuestros lóbulos cerebrales, cuenta con un hemisferio
izquierdo y un hemisferio derecho. No obstante, cada uno queda aislado del otro por la separación de la
fisura cerebral, apoyándose a su vez en el cerebelo y la duramadre.
Funciones y áreas del lóbulo occipital
Nuestra comprensión del mundo se basa casi en exclusiva en el sentido de la vista. El el lóbulo occipital
está procesando estímulos visuales de forma permanente, analizando distancias, formas, colores,
movimientos… Todo aquello que le llega a través de la retina pasa por este centro de análisis y
procesamiento, para después enviar la información a la corteza cerebral. No obstante, para llegar a
ejecutar ese trasvase de información, debe pasar primero por una serie de áreas. Son las siguientes.
Área visual primaria o región 17 Brodmann. Estamos en la región más posterior del lóbulo occipital,
también conocida como la V1. En caso de sufrir una lesión en esta región la persona sería incapaz de ver
porque no podría procesar ningún estímulo a pesar de que sus retinas y sus ojos estén en buen estado.
Área visual secundaria (18 de Brodmann) o V2. Aquí se extiende la corteza pre-estriada y la
inferotemporal. La primera además de recibir información del área visual primaria, se encarga también de
estimular la memoria. Es decir, podemos asociar los estímulos visuales con otros vistos con anterioridad.
Por su parte, la corteza inferotemporal nos ayuda a reconocer aquello que vemos.
Área visual terciaria (19 de Brodmann) o V3, V4 y V5. Esta área recibe información de las estructuras
anteriores. Su principal función es procesar el color y el movimiento.
Lesiones en el lóbulo occipital
Caídas, accidentes de tráfico, accidentes cerebrovasculares, infecciones… Las condiciones que puede
provocar una lesión o alteración en el lóbulo occipital pueden ser inmensas y hasta
permanentes, tal y como nos revela un estudiollevado a cabo en la Universidad de Nihon, Tokio, Japón.
Veamos cuál pueden ser los efectos más comunes.
Visión ciega
La visión ciega o ceguera cortical aparece como consecuencia de una lesión bilateral en la
corteza visual primaria. Los pacientes con este problema ven formas difusas, estímulos vagos de los
que no pueden reconocer ni la forma ni el color, ni la situación y ni siquiera si se están moviendo o no.
Alucinaciones visuales
Una lesión en esta área de nuestro cerebro también puede producir algo tan llamativo
como impactante: alucinaciones visuales. Puede suceder que la persona vea lo que le rodea de
forma torcida, con colores extraños, con tamaños distorsionados, muy grandes o muy pequeños…
Epilepsia
El Departamento de Neurología, Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, en New
Haven, nos explica a través de un estudio, la relación entre el lóbulo occipital y la
epilepsia. Son esos casos en los que el paciente, a raíz de ser expuesto a un flash de luz intensa, puede
experimentar un ataque epiléptico al sobreestimular las neuronas de esta área. Es por tanto otro tipo de
epilepsia, relacionada con esta parte en concreto de nuestro cerebro.
Para concluir cabe señalar que el lóbulo occipital puede estar relacionado con otros procesos que van más
allá de la visión. Los neurólogos intuyen incluso que también estaría involucrado en la memoria, pero a día
de hoy aún no tenemos estudios concluyentes. En los próximos años, y a medida que
descubramos cada uno de los misterios del cerebro humano, contaremos con más
respuestas y mejores conocimientos.
LOBULO OCCIPITAL
El lóbulo occipital es la parte del cerebro donde se procesan las imágenes. Es uno de los lóbulos
cerebrales más pequeños de la corteza cerebral. Se ubica en la parte posterior del cráneo, entre el
cerebelo, el lóbulo parietal y el lóbulo temporal. Concretamente, el lóbulo occipital es el centro del núcleo
ortimáxico central del sistema visual de la percepción. Esta estructura recibe información visual de
diferentes áreas del cerebro.
La región occipital se caracteriza por ser uno de los lóbulos más pequeños de la corteza y se localiza en la
parte trasera del encéfalo, justo por encima de la nuca.
Cuando se hace referencia al lóbulo occipital resulta más conveniente hablar de lóbulos occipitales en
plural, ya que existen dos estructuras occipitales, una en cada hemisferio del cerebro.
Los dos lóbulos occipitales que tienen los seres humanos resultan prácticamente simétricos y la función
principal de ambos radica en el procesamiento de la información visual.
En este artículo se revisan las características de esta región del cerebro. Se comentan las propiedades
anatómicas y las funciones del lóbulo occipital, y se revisan sus patologías asociadas.
El lóbulo occipital se encuentra dividió en dos hemisferios cerebrales. Por lo tanto, cada cerebro contiene
un lóbulo occipital derecho y otro lóbulo occipital izquierdo, los cuales se encuentran separados por una
estrecha cisura.
Evolutivamente, el lóbulo occipital destaca por no haber experimentado un exceso de crecimiento a lo
largo de la evolución de la especie.
A diferencia de otras regiones cerebrales que a lo largo de la evolución de los ancestros han ido
incrementando su tamaño, el lóbulo occipital ha presentado siempre una estructura semejante.
Esto quiere decir que mientras otras regiones de la corteza cerebral de los humanos se han ido
desarrollando y organizando de un modo más complejo, el lóbulo occipital ha permanecido con unas
estructuras similares durante los últimos cientos de miles de años.
Por otro lado, el lóbulo occipital se caracteriza por no resultar especialmente vulnerable a las lesiones, ya
que se localiza en la región posterior del cerebro. No obstante, traumatismos severos en esta región
cerebral suelen generar modificaciones en el sistema visual-perceptivo.
El lóbulo occipital actúa como una área de recepción e integración visual, captando señales que provienen
de diferentes regiones del encéfalo.
Anatómicamente, constituye una octava parte de la corteza cerebral y contiene áreas visuales primarias y
de asociación visual.
De forma general, el lóbulo occipital puede dividirse en dos grandes estructuras: la corteza visual primaria
y las áreas de asociación visual.
No obstante, a pesar de que este división anatómica del lóbulo occipital permite describir mejor su
estructura y su funcionamiento, a la práctica los límites anatómicos entre ambas estructuras suelen
resultar menos identificables.
Corteza visual primaria o estriada
El área de la corteza visual primaria o estriada (área de Brodman 17) se localiza en las circunvoluciones
que originan las paredes de la cisura calcariana y se caracteriza por recibir la radiación óptica.
En la pared superior de la cisura calcaria (cuña) se encuentra representada la mitad inferior del campo
contra-lateral de la visión. En la pared inferior de la cisura calcaria (circunvolución lingual) se encuentra
representada la mitad superior del campos visual contralateral.
Finalmente, en la mitad posterior de la corteza visual primaria se encuentra la visión macular. De forma
general, las lesiones unilaterales de esta área del lóbulo occipital producen una hemianopsia homónima
contralateral.
Áreas de asociación visual
Las áreas de asociación visual del lóbulo occipital están formadas por las áreas paraestriadas y las áreas
periestriadas, o lo que es lo mismo, las áreas 18 y 19 de Brodaman.
El área periestriada es de mayor tamaño que la paraestriada y forma la mayor superficie lateral del lóbulo
occipital.
Las áreas 18 y 19 de Brodman reciben información visual que procede de las áreas estriadas
bilateralmente. Resultan unas regiones imprescindibles a la hora de constituir percepciones visuales
complejas relacionadas con el color, la dirección de los objetos o el movimiento.
Las lesiones originadas en estas áreas suelen provocar agnosia visual, es decir, incapacidad para
reconocer objetos y colores.
Funciones
Para poder describir y entender la función del lóbulo occipital, hay que tener en cuenta que las distintas
regiones que constituyen la corteza cerebral no presentan una única actividad.
De hecho, los distintos lóbulos del córtex participan de forma distinta en múltiples actividades cerebrales.
A pesar de este factor que define el funcionamiento de las regiones superiores del encéfalo, la función
que mejor describe la actividad del lóbulo occipital es el procesamiento de la información visual.
De hecho, la principal función de esta región de la corteza consiste en recibir los estímulos referentes a la
vía óptica, los cuales provienen en primera instancia de los nervios ópticos y, en segunda instancia, de
otras estructuras subcorticales.
En este sentido, el lóbulo occipital comprende la corteza visual, la cual es la zona del córtex del cerebro a
la que llaga primero la información que proviene de las retinas de los ojos y los nervios ópticos.
Así mismo, la corteza visual del lóbulo occipital está dividida en diferentes regiones que se clasifican en
función del nivel de procesamiento del que se hacen cargo.
Así pues, la corteza visual primar es la parte del lóbulo occipital que se encarga de procesar los datos
visuales más «crudos» y es la región encargada de detectar los patrones generales que pueden ser
encontrados en la información visual recogida por los ojos.
Los datos generales que recoge la corteza visual primaria del lóbulo occipital suelen resultar poco
detallados y no suelen contener información específica sobre el estímulo captado.

Posteriormente, la corteza visual primar se encarga de mandar la información recogida hacía otras
regiones del lóbulo occipital, las cuales son las encargadas de realizar un procesamiento más refinado de
la visión.
Así mismo, las otras estructuras del lóbulo occipital se encargan de enviar la información analizada hacía
otras estructuras del encéfalo.
A modo de resumen, el lóbulo occipital contiene las áreas o los centros nerviosos que regulan,
principalmente, las siguientes actividades:
Elaboración del pensamiento y la emoción.
Interpretación de la imágenes.
Visión.
Reconocimiento espacial.
Discriminación del movimiento y los colores.
Vía dorsal y vía ventral
El lóbulo occipital presenta dos vías principales de comunicación con otras regiones del encéfalo. Estas
vías permiten transmitir la información que llega a la corteza visual primaria y, por lo tanto, enviar la
información visual a las estructuras cerebrales correspondientes.
Vía dorsal
La vía dorsal del lóbulo occipital se encarga de conectar la corteza visual primaria con la región frontal de
la corteza cerebral.
Esta conexión se realiza a través de redes neuronales que se encuentran cercanas a la región superior del
cráneo. De este modo, a través de esta vía la información procesada por la corteza visual primaria llega al
lóbulo parietal mediante la tercera y la quinta corteza visual.
En la actualidad, se postula que esta vía de procesamiento del lóbulo occipital se encarga de establecer
las características de la localización y el movimiento de los estímulos visuales.
Por este motivo, la vía dorsal también se conoce como la vía del «donde» y la vía del «cómo», ya que
permite elaborar y examinar estos elementos de los estímulos visuales.
Vía ventral
La vía ventral del lóbulo occipital parte de la corteza visual primaria y se dirige hacia la región frontal del
cerebro a través de la parte baja de este. Es decir, adopta una ruta similar a la de la vía dorsal pero
transcurre por las regiones inferiores de la corteza.
Esta vía se lleva a cabo a través de la segunda y la cuarta corteza visual y se encarga de procesar la
información recogida y analizada por la corteza visual primaria.
La red neuronal que constituye esta vía de transmisión se encarga de procesar las características de los
elementos aislados que se están visualizando en cada momento.

Es decir, la vía ventral del lóbulo occipital permite transmitir hacía otras áreas cerebrales la información
acerca del contenido de los estímulos visuales. Por este motivo, a esta vía también se le conoce como la
vía del «qué».
Alteraciones en el lóbulo occipital
El lóbulo occipital es una de las regiones de5l encéfalo que menos lesiones experimenta. Al estar
localizada en la parte posterior del cerebro, se encuentra bastante protegida de las patologías.
No obstante, los traumatismos padecidos en esta área del cráneo pueden producir modificaciones sutiles
en el funcionamiento del lóbulo occipital, hecho que se puede traducir en distorsiones visual-perceptivas.
De hecho, los daños padecidos en el lóbulo occipital suelen originar defectos y escatomas en el campo de
visión.
De forma más específica, las lesiones originadas en la región de Persitrate del lóbulo occipital (una
estructura involucrada en el procesamiento visual espacial) suelen generar alteraciones en la
discriminación del movimiento y del color.
Por otro lado, ciertos daños en el lóbulo occipital pueden causar una pérdida homónima de visión con
exactamente el mismo campo cortado dentro de ambos ojos.
Ciertas investigaciones han puesto de manifiesto que los trastornos del lóbulo occipital pueden originar
alucinaciones e ilusiones perceptivas. Estas pueden estar causadas tanto por lesiones en la región
occipital como por asimientos temporales del lóbulo.
Las ilusiones visuales (alteraciones en la percepción) pueden adquirir la forma de objetos que parecen
más granes o más pequeños de lo que son realmente, objetos que carecen de color u objetos que
presentan una coloración anormal.
Finalmente, las lesiones en el área parietal-temporal-occipital de la asociación pueden causar ceguera de
la palabra con debilitaciones de la escritura.
Lóbulo occipital: áreas y funciones.
El lóbulo occipital está situado en la zona posterior del cerebro, por detrás de los lóbulos parietal y
temporal. Se encarga del procesamiento visual. Córtex visual. El lóbulo occipital contiene el área
visual primaria, secundaria y de asociación.

Área visual primaria (17 de Brodmann). V1 o área visual primaria situada en la región más posterior
del lóbulo occipital. V1 tiene un muy bien definido mapa de la información espacial en visión.
Lesiones en ésta zona provocan ceguera cortical, es decir, la persona no ve el estímulo d ebido a
que éste no es procesado en en área cortical correspondiente.

Área visual secundaria (18 de Brodmann) o V2. El área visual secundaria está construida por dos
regiones distintas, la corteza preestriada y la inferotemporal. La corteza preestriada se sitúa
alrededor del área visual primaria y recibe aferencias de ésta y otras zonas corticales, así como del
tálamo. Ésta zona se ha relacionado con la memoria y la asociación con experiencias visuales
pasadas. En cerebros de rata eliminando ésta capa se producen deficiencias graves en la memora
visual a largo plazo. La corteza inferotemporal está situada en la zona inferior del lóbulo temporal y
la lesión de esta zona produce agnosia (falta de reconocimiento).

Área visual terciaria (19 de Brodmann) o V3, V4 y V5. Reciben aferencias tanto de V1 como de V2.
Las células de V3 son sensibles a la orientación y la disparidad binocular. V4 participa en el análisis
del color y la forma de los estímulos visuales. V5 colabora en la percepción del movimiento.

¿Qué es el lóbulo occipital?


El lóbulo occipital es uno de los lóbulos cerebrales más pequeños , y ocupa una pequeña porción de
la parte trasera del encéfalo, entre el cerebelo, el lóbulo temporal y el lóbulo parietal.
Además, tal y como ocurre con el resto de lóbulos, existe tanto en el cerebral izquierdo como
en el derecho, lo cual significa que cada persona tiene dos lóbulos occipitales casi simétricos
que están separados por una estrecha cisura.
A diferencia de lo que ocurre con el lóbulo frontal, se cree que a lo largo de la evolución de los
ancestros de nuestra especie el lóbulo occipital no ha crecido en proporción al resto de partes
del cerebro. Es decir, que mientras el resto de zonas de la corteza cerebral se iban desarrollando
y organizando de un modo más complejo, el lóbulo occipital ha permanecido casi igual a lo largo
de cientos de miles de años; aunque, curiosamente, se cree que en los neandertales, que fueron
una rama evolutiva paralela a la del Homo sapiens, esta zona tenía mayor tamaño (relativo y
absoluto) que el de nuestra especie.

Funciones de esta región cerebral


Ahora bien... ¿de qué se encarga el lóbulo occipital y por qué no ha ido creciendo a lo largo de
nuestra historia evolutiva? Si bien no hay ninguna zona del cerebro que tenga solamente una
función, ya que todas ellas funcionan juntas y de manera coordinada, el proceso que define
mejor la utilidad del lóbulo occipital es el procesamiento de la información visual.
El lóbulo occipital comprende la corteza visual, que es la zona de la corteza cerebral a la que
llega primero la información proveniente de las retinas. A su vez, la corteza visual está dividida
en varias regiones clasificadas según el nivel de procesamiento del que se encargan.
Así, la corteza visual primaria (v1) es la parte del lóbulo occipital que procesa los datos
visuales más "crudos" y es la encargada de detectar los patrones generales que pueden ser
hallados en la información recogida por los ojos. Estos datos generales y poco detallados
acerca de lo que se ve son mandados a otras partes del lóbulo occipital encargados de realizar
un procesamiento más refinado de la visión y estos, a su vez, mandan la información analizada
a otras áreas del encéfalo.

La vía dorsal y la vía lateral


Una vez que la información ha pasado por la corteza visual primaria en el lóbulo occipital, el
torrente de datos que emite esta zona se bifurca siguiendo dos rutas diferentes: la vía ventral y la vía
dorsal. Estas van extendiéndose en paralelo mientras se comunican con partes del cerebro a las
que la otra vía no accede directamente, tal y como veremos.

Vía ventral
La vía ventral parte de la corteza visual primaria en el lóbulo occipital y va hacia la zona
frontal del cerebro a través de la parte baja de este, que incluye las cortezas visuales V2 y V4
que, tal y como indica su número, se encargan de procesar la información ya trabajada por parte
de la v1.
Se considera que las neuronas que participan en esta "cadena de montaje" de la información
visual se encargan de procesar las características de los elementos aislados que se están viendo en
cada momento, es decir, acerca del contenido de la visión. Por eso, esta ruta también es llamada
la vía del "qué".

Vía dorsal
Esta ruta va del lóbulo occipital a la zona frontal de la corteza cerebral a través de redes de
neuronas cercanos a la parte alta del cráneo. En ella, la información procesada por la corteza
visual primaria llega al lóbulo parietal a través de las cortezas visuales v3 y v5. Se cree que esta
zona de procesamiento visual se encarga de establecer las características de la localización y el
movimiento de lo que se ve; es por eso que la vía dorsal también es llamada la vía del "dónde y el
"cómo".
Junto a la vía ventral, esta ruta del procesamiento visual relacionada con el lóbulo occipital nos
habla sobre cómo funciona el cerebro: en ocasiones, procesos mentales que parecen formar una
unidad y que llegan a nuestra consciencia como una experiencia completa, en realidad son el
producto de varias rutas cerebrales que trabajan en paralelo, cada una centrada en un aspecto
distinto.
A modo de conclusión
Aunque probablemente el procesamiento de los datos recogidos por las retinas no sea la única
función del lóbulo occipital, está prácticamente ocupado por la corteza visual, y por eso se cree
que su principal función tiene que ver con la interacción de la información que llega desde
los nervios ópticos.

Puede parecer extraño que un único sentido reclame para sí un lóbulo entero de cada
hemisferio cerebral, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que el lóbulo temporal es el más
pequeño en los seres humanos y que en lo mamíferos el procesamiento de la información
recogida por los ojos suele ocupar áreas muy grandes del cerebro. A fin de cuentas, como
descendientes de una línea evolutiva arborícola y diurna, la visión ha tenido mucha importancia
tanto a la hora de movernos por espacios tridimensionales llenos de peligros y de obstáculos
como a la hora de detectar depredadores y alimentos.

Por otro lado, otro de los aspectos más importantes del lóbulo occipital es que es el inicio de las
dos vías paralelas de procesamiento de la información. Esto hace que conozcamos mejor cómo es
el fenómeno perceptivo de la visión, que se presenta mediante al menos dos cadenas separadas de
procesamiento de la información: por un lado la vía dorsal, encargada de que podamos conocer
bien el movimiento, posición y localización de lo que vemos, y por el otro la vía ventral ,
relacionada con el reconocimiento de lo que estamos viendo (es decir, la integración de
pequeños fragmentos de imagen en grandes unidades que podemos identificar).
¿Cuál es la función principal del lobulo occipital?
Hay un lóbulo occipital por cada hemisferio cerebral. Tiene la forma de una
pirámide de tres lados y es el centro de la visión de la corteza cerebral.
Su función es la de procesar las imágenes, las cuales son captada por la
retina del globo ocular y enviadas al mismo a través del nervio óptico
Lóbulo Parietal
El lóbulo parietal es uno de los cuatro grandes lóbulos que conforman la corteza
cerebral de los seres humanos. Se localiza en la zona interior del encéfalo, justo en la
región donde recae el hueso parietal.
Esta región de la corteza cerebral se divide en dos grandes estructuras. Una referente
al hemisferio izquierdo y otra referente al hemisferio derecho. Los dos lóbulos parietales
resultan prácticamente simétricos y presentan un funcionamiento similar.

El lóbulo parietal del cerebro destaca por su función de integración, ya que recibe
estímulos referentes al tacto, el calor, el frío, la presión, el dolor y el equilibrio que
provienen de múltiples regiones del encéfalo.

Las lesiones en el lóbulo parietal suelen provocar anestesia en el brazo y la pierna del lado
apuesto. Es decir, si se lesiona el lóbulo parietal del hemisferio derecho del cerebro, se
puede experimentar anestesia en el brazo y la pierna izquierda del organismo.

Así mismo, al desempeñar otras muchas actividades neuronales, las lesiones del lóbulo
parietal también se han relacionado con alteraciones en la capacidad para leer, la
realización de cálculos matemáticos y otro tipo de actividades cognitivas.

En el presente artículo se revisan las características principales del lóbulo parietal. Se


explican las funciones y las propiedades anatómicas de esta región del cerebro y se
comentan las patología asociadas a esta estructura del córtex cerebral.

Características del lóbulo parietal


El lóbulo parietal es una región de la corteza cerebral que queda ubicada justo por detrás
del lóbulo frontal. En la parte inferior de este lóbulo se localiza el lóbulo temporal y por
detrás de este se halla el lóbulo occipital.

Se distingue correctamente del lóbulo frontal ya que se encuentra separado de este


mediante un surco central. No obstante, funcionalmente, ambos lóbulos cerebrales se
encuentran estrechamente relacionados.

Ocupa la región media y superior de cada uno de los hemisferios cerebrales (el derecho y
el izquierdo). Así mismo, limita con el lóbulo temporal a través de la cisura de Silvio.
Por otro lado, se encuentra separado del último lóbulo de la corteza, el lóbulo occipital, a
través de la cisura perpendicular externa.

Esta región se caracteriza por contener una hendidura profunda, la hendidura interparietal
que con una prolongación ascendente delimita tres circunvoluciones: la parietal
ascendente, la superior y la inferior.

Su principal función consiste en recibir e integrar los estímulos de los sentidos. Esta
actividad la realiza a través de las múltiples conexiones que establece con diferentes
regiones cerebrales.

El lóbulo parietal, o mejor dicho los lóbulos parietales (uno en el hemisferio derecho del
cerebro y otro en el hemisferio izquierdo) son estructuras que proporcionan los
mecanismos corticales que perciben estímulos somatosensoriales.

Esta estructura se caracteriza por estar conectada con muchas otras regiones encefálicas
que le envían estímulos de distinta índole. Cuando los estímulos alcanzan el lóbulo
parietal, este se encarga de integrarlos con la memoria y las experiencias pasadas, así
como con otras percepciones sensoriales aferentes.

Este funcionamiento del lóbulo parietal permite generar el reconocimiento de los eventos
somáticos y extra-corporales de la persona. Así mismo, la actividad del lóbulo parietal
contribuye en funciones como la atención y el desarrollo de «mapas mentales»

Anatómicamente se divide en tres grandes áreas: el área somatosensorial primaria, el


área sensorial y el área asociativa sensorial.

Área somatosensorial primaria

El área somatosensorial primaria (o área 3-1-2) es una región que se ubica


inmediatamente después de la cisura de rolando, es decir, de la región del lóbulo parietal
que limita con el lóbulo frontal.

Forma parte de la circunvolución parietal ascendente y se caracteriza por recibir


información desde los núcleos talámicos del lado opuesto del cuerpo. Presenta un patrón
somatotópico organizado que se denomina homúnculo sensitivo.
El homúnculo sensitivo es un patrón de funcionamiento que resulta proporcional a las
sensaciones que codifica. Es decir, el área somatosensorial primaria contiene múltiples
regiones y cada una de ellas se encarga de desarrollar unas sensaciones determinadas.

En función de la intensidad sensitiva de cada una de las sensaciones, la región específica


del área somatosensorial será más grande o más pequeña.

Por ejemplo, la mano posee una gran región sensitiva dentro del área somatosensorial
primaria, ya que en esta región del organismo se encuentra un gran número de receptores
sensoriales.

La información sensorial que proviene de los músculos y las articulaciones del cuerpo, la
cual resulta importante para la propiocepción de los miembros, se proyecta en el área 3a
del área somatosensorial primaria.

El área 1 de esta región del lóbulo parietal tiene como función principal procesar la
información que proviene de la piel (área 3b), mientras que el área dos se encarga de
combinar la información que proviene de las áreas 3 y 1.

Por otro lado, el área 1 del lóbulo parietal se encarga de proyectar a otras áreas del mismo
lóbulo (la 5 y la 7). Estas resultan áreas secundarias que permiten facilitar el aprendizaje,
constituir la imagen corporal y planificar los movimientos en el espacio extra-personal.

El área somestésica primaria se denomina corteza somatomotora ya que la mayoría de


sus estimulaciones (el 80%) producen respuestas sensitivas, mientras que la minoría (el
20%) generan respuestas motoras.

Finalmente, cabe destacar que esta área del lóbulo pariteal contiene las propiedades
críticas que permiten el desarrollo del reconocimiento de las regiones del cuero en el
espacio.

Así mismo, las cualidades de esta área permiten identificar la posición de los estímulos,
discriminar las diferencias de peso de los objetos levantados, discriminar los diferentes
estímulos sensoriales y abstraer la naturaleza de los objetos mediante sus cualidades
táctiles.
El área secundaria (o área 40) es una región del lóbulo parietal que se encarga
principalmente de transmitir e integrar aspectos detallados de la información sensitiva.

De hecho, la lesión de esta área del lóbulo parietal suele causar una pérdida bilateral de
los aspectos sutiles y finos de la sensibilidad. Por otro lado, el área secundaria se encarga
de desarrollar el esquema corporal.

Finalmente, la conciencia de varias modalidades sensoriales puede entrar en la esfera


mental a través de centros subcorticales y de la corteza del giro postcentral o área 40.

Área asociativa sensorial

Por último, el área asociativa sensorial está formada por las áreas 5 y 7 de lóbulo parietal.
Esta región se ubica en la circunvolución parietal superior del lóbulo.

El área asociativa sensorial se encarga de programar las actividades motrices del


organismo. Concretamente, juega un papel fundamental en el desarrollo de las actividades
relacionadas con la proyección del brazo hacia un blanco visual y en las acciones de
manipulación manual.

El área asociativa sensorial elabora un sistema de referencia espacial que se utiliza para
conducir movimientos del cuerpo en combinación con las sensaciones visuales y
somatosensitivas.

Así mismo, estas regiones del lóbulo parietal se caracterizan por participar activamente
en la elaboración del esquema corporal.

Funciones
El lóbulo parietal es una región de la corteza cerebral que se encarga de llevar a cabo
muchas actividades de distinta índole. De hecho, se postula que esta estructura cerebral
podría participar de alguna forma u otra en la mayoría de las actividades cerebrales.
Este hecho pone de manifiesto que los diferentes lóbulos de la corteza cerebral no
constituyen estructuras autónomas que actúan por separado, sino que son regiones
cerebrales que se encuentran interconectadas y trabajan conjuntamente en el desarrollo
de la mayoría de actividades.

A pesar de este factor acerca del funcionamiento del lóbulo parietal, esta estructura de
la corteza destaca por la participación en tres procesos principales:
La integración y el procesamiento de la información sensorial que proviene de diferentes
canales.
El procesamiento de la información simbólica en la que se incluyen los procesos
relacionados con el lenguaje.
El procesamiento de la información numérica y, por lo tanto, el desarrollo de actividades
matemáticas.

Integración y procesamiento de la información sensorial


El lóbulo parietal destaca principalmente por poseer una de las mayores áreas de
asociación de todo el cerebro. Es decir, esta estructura se encarga de combinar e
integrar la información que proviene de todas la áreas del cuerpo.
Este hecho permite conjuntar los elementos captados y desarrollados por distintas
estructuras cerebrales y constituir información nueva a raíz de la integración de todos
los datos disponibles.
Por este motivo, la creación de conceptos abstractos se da en parte gracias al lóbulo
parietal, ya que esta estructura permite a las personas generar distintas ideas a partir
de los elementos informativos captados por distintos sentidos y elaborados por diversas
estructuras cerebrales.
Por ejemplo, el lóbulo parietal participa en el desarrollo de la idea de lo que es una
planta gracias a la integración de la información recibida por el tacto, el olor, la
apariencia o el movimiento, así como la participación de pensamientos y creencias
previas almacenadas en la memoria.

No obstante, el lóbulo parietal no sólo participa en procesos de integración de datos


acerca del mundo o elementos externos, sino que también lleva a cabo actividades
importantes sobra la información de cómo uno mismo se relaciona con el mundo a
tiempo real.

Es decir, el lóbulo parietal también se encarga de integrar información más abstracta y


compleja que abarca tanto elementos sensitivos externos como elementos sensitivos
internos.

Por ejemplo, el lóbulo parietal se encarga de unificar los datos que provienen de los
músculos del cuerpo, gracias a los cuales la persona es capaz de generar una idea
acerca de la posición física y la postura en la que se encuentra.
En definitiva, la función de integración sensorial del lóbulo parietal hace referencia al
desarrollo de un procesamiento somestésico. Es decir, permite el desarrollo de la
capacidad sensorial de reconocer las sensaciones del organismo.

Procesamiento de la información analítica


La otra gran función del lóbulo parietal consiste en trabajar con los símbolos y la
aritmética.
Esta actividad se lleva a cabo de forma conjunta con la función anterior. Es decir, la
función matemática surge a partir del análisis de lo que se percibe sensorialmente.
En este sentido, el lóbulo parietal se encarga de integrar todos los elementos
informativos y desarrollar la imaginación de una secuencia de unidades con las que,
posteriormente, trabajar matemáticamente.

Procesamiento de la información simbólica


Finalmente, a través del mismo mecanismo que el que permite el procesamiento de la
información analítica, el lóbulo parietal permite de desarrollo de la información
simbólica.
En este caso también juega un papel primordial la integración y elaboración de la
información sensorial. A partir de la conjunción de múltiples tipos de datos informativos,
el cerebro es capaz de iniciar el pensamiento simbólico.
Lesiones en el lóbulo parietal

El lóbulo parietal es una estructura cerebral que se encarga principalmente de integrar y


recibir información sensorial, así como generar procesos de pensamiento a partir de los
datos recibidos.
En este sentido, las lesiones en esta estructura cerebral suelen generar afecciones
relacionadas con el funcionamiento de los sentidos perceptivos y el desarrollo de
actividades cognitivas.

Los síntomas originados difieren notablemente en función de si se daña el lóbulo parietal


del hemisferio derecho del cerebro o si se daña el lóbulo parietal del hemisferio
izquierdo.

Lesiones en el hemisferio izquierdo


Las lesiones en la circunvolución angular del hemisferio izquierdo puede causar una
patología conocida como Síndrome de Gesterman.
Este síndrome suele estar causada por lesiones en la corteza perital posterior (áreas 7 y
40) y sus síntomas principales son la incapacidad para nombrar y localizar partes del
cuerpo.

Lesiones en el hemisferio derecho


Las lesiones en el lóbulo parietal derecho generan negligencia contralateral, suelen
asociarse a la anosognosia (falta de conciencia de enfermedad), la anosodiaforia
(indiferencia frente a la enfermedad) y la hemiasomatognosia (sensación de no
pertenencia al propio cuerpo).
Así mismo, las lesiones en esta región del lóbulo parietal suelen
producir apraxias ideomotoras (imposibilidad de llevar a cabo un acto motor bajo el
comando verbal), apraxias idetaorias (incapacidad de manejar objetos), dispraxia
somatoespacial o asimbolia del dolor.

LOBULOS PARIETALES
Los lóbulos parietales se pueden dividir en los regiones funcionales. Uno implica la sensación y la
opinión y la otra se refiere a integrar la entrada sensorial, sobre todo con el sistema visual. La
primera función integra información sensorial para formar un solo percepción (cognición). La
segunda función construye un sistema coordinado espacial para representar el mundo alrededor de
nosotros. Los individuos con daño a los lóbulos parietales demuestran a menudo déficites llamativos,
tales como anormalidades en imagen del cuerpo y relaciones espaciales. (Kandel, Schwartz &
Jessel, 1991).

El daño al lóbulo parietal izquierda puede resultar in lo que se llama "Síndrome de Gerstmann".
Incluye la confusión de derecha a izquierda, la dificultad con la escritura (agraphia) y la dificultad con
las matemáticas (acalculia). Puede también producir desórdenes del lengua (aphasia) y de la
inhabilidad de percibir objectos normalmente (agnosia).

El daño al lóbulo parietal derecho puede dar lugar a descuidar a la parte del cuerpo a el espacio
(negligencia contralateral), que puede deteriorar muchas habilidades del uno mismo-cuidado tales
como el vestirse y el lavarse. El daño del derecho puede también causar dificultad en la fabricación
de cosas (apraxia construcional), negación del déficites (anosagnosia) y de la capacidad de dibujar.

El daño bilateral (lesiones grandes a ambos lados) puede causar el síndrome de Balint, una atención
visual y síndrome del motor. Esto es caracterizado por la inhabilidad de integrar componentes de una
escena visual (simultanagnosia) y la inhabilidad de alcanzar exactamente para un objecto con la
dirección visual (la ataxia óptica) (Westmoreland et al., 1994).

Defícites especiales (primariamente a la memoria y a la personalidad) pueden ocurrir si hay daños al


área entre los lóbulos parietales y temporales.

Las lesiones parietales temporales-izquierda pueden efectuar memoria verbal y la capacidad de


recordar cadenas de dígitos (Warrington & Weiskrantz, 1977). El lóbulo parietal-temporal derecho se
refiere a memoria no-verbal.

Right parietal-temporal lesions can produce significant changes in personality.

Las lesiones parietales-temporales derechas puedan producir cambios significados en la


personalidad. Algunas pruebas comunes para la función parietal del lóbulo son: Prueba de la caja de
Kimura(apraxia), y la prueba de la discriminación del Dos-Punto. (somatosensory).

Vous aimerez peut-être aussi