Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
PROGRAMA DE FORMACIÓN
DOCENTE GRATUITA
Trabajo Final
Román, Alejandra Silvina
Cargo: Ayudante de Primera
Asignatura: Introducción a la Fisicoquímica
Unidad Académica: FCEQyN
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
Propuesta de modificación
La selección de esta unidad de contenido a ser modificada se debe a que, de acuerdo a mi
experiencia en el dictado de la materia (y respecto a mis recuerdos del curso cuando fui
estudiante de grado), es la temática que a los alumnos se les presenta con mayores
dificultades, y donde se observan los mayores fracasos en las instancias de evaluación
práctica. Cabe destacar que con esta observación, pareciéramos caer dentro del la situación
que problematiza el aprendizaje mencionada por Morchio y Fresquet (Morchio & Fresquet
2014), en la que la calidad educativa de la universidad se monitorea en función de
aprobados/desaprobados. Sin embargo, el análisis de los errores que se presentan en la
instancia de evaluación evidencian la poca comprensión del tema que los alumnos han
alcanzando. Dejan en claro que la mayor parte de ellos, logra la resolución de los problemas
mecanizando una metodología de resolución, sin análisis de la situación y adecuado empleo
de los fundamentos teóricos. Para reforzar la concepción de que dicha temática presenta
una complejidad de comprensión, de la charla con docentes de asignaturas correlativas
posteriores en las que se continúa trabajando con dicho tema en mayor profundidad, surgen
nuevamente las dificultades frente a una clara percepción y asimilación de estos contenidos.
Uno de los factores que podría influir fuertemente en la falta de comprensión de estos
contenidos dentro del marco de la asignatura, es el hecho de que los alumnos desconocen la
utilidad que puede darle a dicho conocimiento. Es decir, “los alumnos no tienen idea de por
qué necesitan estudiar este tema”. Si bien, como ya lo he mencionado esta temática se
trabaja con más profundidad en la próxima asignatura correlativa, los alumnos consideran
que deben entender los contenidos solamente para aprobar el examen y/o la materia. Es
decir, desconocen la utilidad del tema dentro del saber que se les exigirá como futuro
profesional. Y esto, sin duda, se debe a la falta de trabajo en esta cuestión durante las clases
teóricas-coloquiales, y a la mala orientación de los problemas y ejercicios que se les
proponen.
Durante las clases, se realiza un enfoque directo al cálculo de ciertas cantidades, se busca
trabajar sobre los conceptos que definen nuevas variables de son realmente de gran interés,
pero que a los alumnos le resultan abstractas, porque desconocen su utilidad fuera de la
resolución de dichos problemas. Se resuelven ejercicios de manera repetitiva, tratando de
salvar complejidades matemáticas que puedan surgir, desembocando en la resolución
mecanizada tan detestada.
Caemos en la tensión mencionada por Steiman (Steiman 2007), de desviar el sentido de la
enseñanza hacia la necesidad de la evaluación: se enseña algo porque ese algo será
evaluado. De esta manera el interés por el conocimiento y el aprendizaje se sustituyen por
el interés utilitario por aprobar. Durante el desarrollo de los encuentros, el análisis de esta
tensión, asociada a la tarea de pensar el examen y preguntarnos ¿Por qué enseño esto y no
otras cosas? resultó en una respuesta clarificadora. La temática del equilibrio químico, es
obviamente, de suma importancia dentro del programa de la materia por las aplicaciones
prácticas que puede conllevar, sin embargo no se hace participes a los estudiantes de esta
realidad. Los alumnos no pueden desarrollar interés en el aprendizaje, ya que desconocen el
provecho que pueden obtener de los conocimientos, más allá de la aprobación del examen.
Se presenta entonces, una de las divergencias en los indicadores de aprendizaje efectivo
mencionadas en el estudio de Morchio y Fresquet (Morchio & Fresquet 2014), entre
estudiantes y profesores. Nosotros como docentes, esperamos que el aprendizaje de los
alumnos se evidencie en la capacidad de resolver situaciones problemáticas, transfiriendo
los conocimientos, por medio de la abstracción, a situaciones diversas. Estas expectativas
obviamente influyen a la hora de evaluar. Sin embargo, durante las clases estas expectativas
no resultan explícitas. Siguiendo las sugerencias de Morchio y Fresquet (Morchio &
Fresquet 2014), se propone trabajar en esta cuestión, señalándole a los alumnos qué se
espera respecto a su aprendizaje en este bloque y modificando los problemas de las guías
de coloquio de manera de que los mismos permitan ejercitar las conductas esperadas. Se
plantea reducir el uso de situaciones abstractas al momento de efectuar las presentaciones
de los contenidos conceptuales para luego trabajar con problemas o consignas más
orientaciones a situaciones reales.
A continuación, desarrollo un ejemplo que busca aclarar el problema detectado.
En el estudio de las reacciones químicas en equilibrio, la variable de mayor interés es el
porcentaje de transformación de los reactivos (llamada α) que se ha alcanzado, ya que esta
es una medida de la cantidad de producto que se puede obtener. Dicha variable no puede
ser medida directamente en experiencias prácticas, solamente puede calcularse a partir de
otra variable fundamental que se obtienen del sistema, la constante de equilibrio.
Sin embargo, los alumnos no logran identificar la importancia de la variable α, ya que todos
los esfuerzos durante las clases coloquiales se orientan al cálculo de la constante de
equilibrio. La energía se pierden entre las dificultades matemáticas que puedan surgir,
llevando a resultados conceptualmente erróneos que los alumnos no tienen la capacidad de
identificar, por falta de comprensión de los fundamentos.
Se propone eliminar o reducir problemas presentados como reacciones de A + B → C, y
trabajar con reacciones químicas reales, de manera que le permita a los alumnos identificar
la importancia de los productos, y de las variables que le brinden información sobre los
mismo. Lograr que a partir del estudio y análisis de casos particulares, los alumnos
desarrollen los procesos cognitivos que le permitan extrapolar los conocimientos.
Además, otra propuesta que apunta a subsanar la misma falencia, es la de un nuevo trabajo
práctico de laboratorio que les permita a los alumnos observar directamente en la mesada la
importancia de las variables. Es importante señalar que dicho bloque de contenidos no se
trabaja actualmente en los prácticos de laboratorio.
De acuerdo a lo señalado por Steiman (Steiman 2007), no es posible considerar a la
enseñanza y a la evaluación como procesos independientes. Por lo tanto, de la modificación
propuesta en el trabajo de las clases teóricas coloquiales, se desprende la modificación de la
evaluación. Actualmente, los alumnos dispones de archivos que proponen “problemas tipo
parcial”. Mi propuesta implica reemplazar esta metodología, por la opción de un examen
menos estructurado. Es decir, si el alumno logró la comprensión requerida del tema, podrá
desarrollar los procesos cognitivos que le permitan sobrellevar o resolver diferentes
situaciones problemáticas, sin necesidad de encuadrarse en enunciados predeterminados.
Lograr resultados exitosos en la aplicación de modificaciones a un determinado contenido no
pareciera posible, sin acompañar estas acciones de modificaciones globales en el dictado de
la asignatura.
El IEC-CONADU (Tedesco et al. 2014) indicó que los primeros años de las carreras de grado
se ubican como el momento crítico de la trayectoria de los estudiantes en relación al
problema de la deserción universitaria. En estos años convergen, por un lado, las
condiciones institucionales y por otro lado las condiciones socio-culturales del sujeto.
La investigación realizada por Carli (Tedesco et al. 2014) reveló que los estudiantes se
constituyen como tales durante su primer año en la universidad, lidiando con las dificultades
de la masificación universitaria desarrollando un conjunto de tácticas que les permiten
sortear carencias y dificultades institucionales, y de esta manera, permanecer.
En muchas ocasiones los esfuerzos por desarrollar el oficio de estudiante se verán reducidos
u opacados por otros intentos de aprender estrategias que les permitan moverse y adaptarse
a un nuevo mundo hostil. En este contexto agreste, existe además la posibilidad de que los
alumnos se encuentren con el supuesto manejado por los docentes de que todo alumno que
ingresa sabe aprender. “Con demasiada frecuencia los profesores suponemos que los
estudiantes, por serlo, ya saben estudiar y, de no saberlo, creemos que no es competencia
de los profesores invertir energía y tiempo en ello”(Morchio & Fresquet 2014).
Como respuesta a esta inquietud, también planteada por Carli (Tedesco et al. 2014) , esbozo
la posibilidad de modificar el formato de las “clases de consulta”, que actualmente
empleamos en la cátedra como un medio para subsanar únicamente conceptos específicos o
metodologías que no hayan quedado completamente claros, por clases de tutorías.
Brindarles un espacio dentro del contexto de la asignatura que funcione no solamente como
dispositivo de seguimiento sino como acompañamiento. Desarrollar una metodología que no
esté centrada en el relato de conocimientos sino en la posibilidad de la generación del
mismo, mediante la aplicación del ejercicio y el error, contribuyendo de esta manera a la
construcción del “oficio de estudiante”.
Por último me interesa señalar, la importancia que he reconocido respecto al trabajo sobre el
error, y la utilización del error como un medio para alcanzar el aprendizaje (Astolfi 1999).
Esto, muy asociado a lo mencionado por Steiman (Steiman 2007) de considerar a la
evaluación como un punto de llegada, me lleva a proponer una clase definida en el
cronograma de dictado de la materia para trabajar sobre los resultados de las evaluaciones,
previa al examen recuperatorio. De esta manera, avanzar sobre la simple comunicación del
resultado, buscando en los errores encontrados, las señales respecto de las cuestiones que
no han sido aún internalizadas.
CONCLUSIONES