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IDENTIDAD DE CRISTIANISMO
«Profeso un solo bautismo para el perdón de los pecados»; en la
Audiencia general de hoy en la Plaza San Pedro, Francisco comentó
estas palabras del Credo ante 50 mil fieles. El Pontífice entró a la plaza
en su Jeep blanco y dio la acostumbrada vuelta entre la gente, besando
a los niños presentes, durante alrededor de 20 minutos.
«Todos ustedes –dijo el Papa a los fieles– saben el día en que nacieron.
De verdad, ¿no es así? Celebran los cumpleaños, todos. Todos
celebramos el cumpleaños. Pero voy a hacerles una pregunta que hice
otra vez, y que voy a repetir otra vez: ¿quién de ustedes se acuerda de la
fecha de su bautismo? Levanten la mano. ¿Quién de ustedes? Hay
pocos, ¿eh? No muchos. Y no lo pediré a los obispos, para que pasen
vergüenza, ¿eh? Hay pocos, ¿eh? ».
«Entonces –sugirió Francisco– hagamos una cosa, hoy cuando
regresen a casa, pregunten: "¿En qué día fui bautizado?” Busquen. Éste
es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el cumpleaños a la
vida y éste es el cumpleaños a la Iglesia: es el día del nacimiento a la
Iglesia ¿Lo harán esto? Es una tarea, ¿eh?, para hacer en casa: ver el día
en que yo nací, y dar gracias al Señor que ha abierto la puerta a su
iglesia aquel día en que yo he recibido el Bautismo. Vamos a hacerlo
hoy. Al mismo tiempo, al bautismo está unida nuestra fe en el perdón
de los pecados. El sacramento de la Penitencia o Confesión es, de
hecho, como un "segundo bautismo", que tiene siempre como referente
el primero para consolidarlo y renovarlo. En este sentido, el día de
nuestro bautismo es el punto de partida de un camino, de un camino
hermosísimo, de un camino hacia Dios, que dura toda la vida, un
camino de conversión y que continuamente se apoya en el Sacramento
de la Penitencia. Y piensen también en esto: cuando vamos a
confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, pidamos el
perdón de Jesús, pero renovemos también el Bautismo con este
perdón, ¡eso es hermoso! Es como festejar en cada confesión el día del
Bautismo. Y así, la confesión no es una sesión en una cámara de
tortura, es una fiesta para celebrar el día de nuestro Bautismo ¡La
confesión es para los bautizados! ¡Para mantener limpia esta vestidura
blanca de nuestra dignidad cristiana!».
«Todos ustedes –dijo el Papa a los fieles– saben el día en que nacieron.
De verdad, ¿no es así? Celebran los cumpleaños, todos. Todos
celebramos el cumpleaños. Pero voy a hacerles una pregunta que hice
otra vez, y que voy a repetir otra vez: ¿quién de ustedes se acuerda de la
fecha de su bautismo? Levanten la mano. ¿Quién de ustedes? Hay
pocos, ¿eh? No muchos. Y no lo pediré a los obispos, para que pasen
vergüenza, ¿eh? Hay pocos, ¿eh? ».