Vous êtes sur la page 1sur 7

EL BAUTISMO DON DE DIOS E

IDENTIDAD DE CRISTIANISMO
«Profeso un solo bautismo para el perdón de los pecados»; en la
Audiencia general de hoy en la Plaza San Pedro, Francisco comentó
estas palabras del Credo ante 50 mil fieles. El Pontífice entró a la plaza
en su Jeep blanco y dio la acostumbrada vuelta entre la gente, besando
a los niños presentes, durante alrededor de 20 minutos.

«Se trata de la única referencia explícita a un Sacramento dentro del


Credo», dijo Bergoglio; «efectivamente, el Bautismo es la “puerta” de la
fe y de la vida cristiana. Jesús Resucitado dejó a los Apóstoles esta
consigna: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda
la creación. El que crea y se bautice, se salvará” (Marco, 15, 15-16)». La
Misión de la Iglesia, recordó el Pontífice, «es evangelizar y perdonar los
pecados a través del sacramento bautismal que se renueva en el
sacramento de la penitencia. Pero volvamos a las palabras del Credo.
La expresión puede ser dividida en tres puntos: “profeso”, “un solo
bautismo”, “para el perdón de los pecados”».

Este es el significado del primer verbo: «Es un término solemne que


indica la gran importancia del objeto, es decir el Bautismo.
Efectivamente, al pronunciar estas palabras nosotros afirmamos
nuestra verdadera identidad de hijos de Dios. El Bautismo es, en cierto
sentido, el documento de identidad del cristiano, su acta de
nacimiento».

«Todos ustedes –dijo el Papa a los fieles– saben el día en que nacieron.
De verdad, ¿no es así? Celebran los cumpleaños, todos. Todos
celebramos el cumpleaños. Pero voy a hacerles una pregunta que hice
otra vez, y que voy a repetir otra vez: ¿quién de ustedes se acuerda de la
fecha de su bautismo? Levanten la mano. ¿Quién de ustedes? Hay
pocos, ¿eh? No muchos. Y no lo pediré a los obispos, para que pasen
vergüenza, ¿eh? Hay pocos, ¿eh? ».
«Entonces –sugirió Francisco– hagamos una cosa, hoy cuando
regresen a casa, pregunten: "¿En qué día fui bautizado?” Busquen. Éste
es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el cumpleaños a la
vida y éste es el cumpleaños a la Iglesia: es el día del nacimiento a la
Iglesia ¿Lo harán esto? Es una tarea, ¿eh?, para hacer en casa: ver el día
en que yo nací, y dar gracias al Señor que ha abierto la puerta a su
iglesia aquel día en que yo he recibido el Bautismo. Vamos a hacerlo
hoy. Al mismo tiempo, al bautismo está unida nuestra fe en el perdón
de los pecados. El sacramento de la Penitencia o Confesión es, de
hecho, como un "segundo bautismo", que tiene siempre como referente
el primero para consolidarlo y renovarlo. En este sentido, el día de
nuestro bautismo es el punto de partida de un camino, de un camino
hermosísimo, de un camino hacia Dios, que dura toda la vida, un
camino de conversión y que continuamente se apoya en el Sacramento
de la Penitencia. Y piensen también en esto: cuando vamos a
confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, pidamos el
perdón de Jesús, pero renovemos también el Bautismo con este
perdón, ¡eso es hermoso! Es como festejar en cada confesión el día del
Bautismo. Y así, la confesión no es una sesión en una cámara de
tortura, es una fiesta para celebrar el día de nuestro Bautismo ¡La
confesión es para los bautizados! ¡Para mantener limpia esta vestidura
blanca de nuestra dignidad cristiana!».

La segunda parte de la catequesis de hoy estuvo dedicada a la expresión


«un solo bautismo». «Recuerda –explicó– la de san Pablo: "Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo" (Efesios 4:05). La palabra
"bautismo" significa literalmente "inmersión", y de hecho este
sacramento constituye una verdadera inmersión espiritual, ¿dónde?
¿En la piscina? No, en la muerte de Cristo. El Bautismo es propiamente
una inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la que se resucita
con Él como nuevas criaturas (cf. Rom 6:04)».

Para concluir, el Papa reflexionó sobre la tercera parte: «para el perdón


de los pecados». «En el sacramento del Bautismo –indicó Francisco–
se perdonan todos los pecados, el pecado original y todos los pecados
personales, así como todas las penas del pecado. En el Bautismo se
abre la puerta a una verdadera novedad de vida que no está oprimida
por el peso de un pasado negativo, sino que recobra ya la belleza y la
bondad del Reino de los cielos. Es una poderosa intervención de la
misericordia de Dios en nuestras vidas, para salvarnos. Ésta
intervención salvífica no quita nuestra naturaleza humana su
debilidad; -todos somos débiles y todos somos pecadores, ¿eh?- ¡y no
nos quita la responsabilidad de pedir perdón cada vez que nos
equivocamos!».

Al final de la audiencia el Papa lanzó un doble llamado por Siria y


Filipinas: «He recibido con gran dolor la noticia de que hace dos días,
en Damasco, golpes de mortero han matado a algunos niños que
volvían del colegio y al conductor del autobús. Otros niños resultaron
heridos. ¡Recemos para que estas tragedias no sucedan! En estos días
estamos rezando y aunando esfuerzos para ayudar a nuestros
hermanos y hermanas en Filipinas, golpeados por el tifón. ¡Éstas son
las verdaderas batallas por las que hay que luchar: ¡por la vida! ¡Nunca
por la muerte!».
«Profeso un solo bautismo para el perdón de los pecados»; en la
Audiencia general de hoy en la Plaza San Pedro, Francisco comentó
estas palabras del Credo ante 50 mil fieles. El Pontífice entró a la plaza
en su Jeep blanco y dio la acostumbrada vuelta entre la gente, besando
a los niños presentes, durante alrededor de 20 minutos.

«Se trata de la única referencia explícita a un Sacramento dentro del


Credo», dijo Bergoglio; «efectivamente, el Bautismo es la “puerta” de la
fe y de la vida cristiana. Jesús Resucitado dejó a los Apóstoles esta
consigna: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda
la creación. El que crea y se bautice, se salvará” (Marco, 15, 15-16)». La
Misión de la Iglesia, recordó el Pontífice, «es evangelizar y perdonar los
pecados a través del sacramento bautismal que se renueva en el
sacramento de la penitencia. Pero volvamos a las palabras del Credo.
La expresión puede ser dividida en tres puntos: “profeso”, “un solo
bautismo”, “para el perdón de los pecados”».

Este es el significado del primer verbo: «Es un término solemne que


indica la gran importancia del objeto, es decir el Bautismo.
Efectivamente, al pronunciar estas palabras nosotros afirmamos
nuestra verdadera identidad de hijos de Dios. El Bautismo es, en cierto
sentido, el documento de identidad del cristiano, su acta de
nacimiento».

«Todos ustedes –dijo el Papa a los fieles– saben el día en que nacieron.
De verdad, ¿no es así? Celebran los cumpleaños, todos. Todos
celebramos el cumpleaños. Pero voy a hacerles una pregunta que hice
otra vez, y que voy a repetir otra vez: ¿quién de ustedes se acuerda de la
fecha de su bautismo? Levanten la mano. ¿Quién de ustedes? Hay
pocos, ¿eh? No muchos. Y no lo pediré a los obispos, para que pasen
vergüenza, ¿eh? Hay pocos, ¿eh? ».

«Entonces –sugirió Francisco– hagamos una cosa, hoy cuando


regresen a casa, pregunten: "¿En qué día fui bautizado?” Busquen. Éste
es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el cumpleaños a la
vida y éste es el cumpleaños a la Iglesia: es el día del nacimiento a la
Iglesia ¿Lo harán esto? Es una tarea, ¿eh?, para hacer en casa: ver el día
en que yo nací, y dar gracias al Señor que ha abierto la puerta a su
iglesia aquel día en que yo he recibido el Bautismo. Vamos a hacerlo
hoy. Al mismo tiempo, al bautismo está unida nuestra fe en el perdón
de los pecados. El sacramento de la Penitencia o Confesión es, de
hecho, como un "segundo bautismo", que tiene siempre como referente
el primero para consolidarlo y renovarlo. En este sentido, el día de
nuestro bautismo es el punto de partida de un camino, de un camino
hermosísimo, de un camino hacia Dios, que dura toda la vida, un
camino de conversión y que continuamente se apoya en el Sacramento
de la Penitencia. Y piensen también en esto: cuando vamos a
confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, pidamos el
perdón de Jesús, pero renovemos también el Bautismo con este
perdón, ¡eso es hermoso! Es como festejar en cada confesión el día del
Bautismo. Y así, la confesión no es una sesión en una cámara de
tortura, es una fiesta para celebrar el día de nuestro Bautismo ¡La
confesión es para los bautizados! ¡Para mantener limpia esta vestidura
blanca de nuestra dignidad cristiana!».

La segunda parte de la catequesis de hoy estuvo dedicada a la expresión


«un solo bautismo». «Recuerda –explicó– la de san Pablo: "Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo" (Efesios 4:05). La palabra
"bautismo" significa literalmente "inmersión", y de hecho este
sacramento constituye una verdadera inmersión espiritual, ¿dónde?
¿En la piscina? No, en la muerte de Cristo. El Bautismo es propiamente
una inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la que se resucita
con Él como nuevas criaturas (cf. Rom 6:04)».

Para concluir, el Papa reflexionó sobre la tercera parte: «para el perdón


de los pecados». «En el sacramento del Bautismo –indicó Francisco–
se perdonan todos los pecados, el pecado original y todos los pecados
personales, así como todas las penas del pecado. En el Bautismo se
abre la puerta a una verdadera novedad de vida que no está oprimida
por el peso de un pasado negativo, sino que recobra ya la belleza y la
bondad del Reino de los cielos. Es una poderosa intervención de la
misericordia de Dios en nuestras vidas, para salvarnos. Ésta
intervención salvífica no quita nuestra naturaleza humana su
debilidad; -todos somos débiles y todos somos pecadores, ¿eh?- ¡y no
nos quita la responsabilidad de pedir perdón cada vez que nos
equivocamos!».

Al final de la audiencia el Papa lanzó un doble llamado por Siria y


Filipinas: «He recibido con gran dolor la noticia de que hace dos días,
en Damasco, golpes de mortero han matado a algunos niños que
volvían del colegio y al conductor del autobús. Otros niños resultaron
heridos. ¡Recemos para que estas tragedias no sucedan! En estos días
estamos rezando y aunando esfuerzos para ayudar a nuestros
hermanos y hermanas en Filipinas, golpeados por el tifón. ¡Éstas son
las verdaderas batallas por las que hay que luchar: ¡por la vida! ¡Nunca
por la muerte!».

Vous aimerez peut-être aussi